BOLETIN OFICIAL DE LAS CORTES GENERALES 11 LEGISLATURA Serie E: OTROOTEXTOO 7 de marzo de 1984 Núm. 30 INDICE Num. - Pág. - I&NTENCIAI DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL (STC) STC 16-1 Sentencla dlctada por el Trlbunal Constituclonal en la cuestlón de lnconstltuclonalldad en rolación con el apartado b) del número 1 del artículo 2." y Disposición adlcional segunda de BTC 17-1 la Ley 8/1980, de 10 de marzo, aprobatorla del Estatuto de los Trabajadores y el artículo 1.584 del C6dlgo Clvll . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307 Srntcncla dlctada por el Tribunal Constltuclonal en la cuestlón de inconstltuclonslidad en nlacldn con la Ley 40/1979, de 10 de dlclembre, sobre Régtmen Jurídico de Control de Camblos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311 El Plcno del Tribunal Constitucional, compuesto por don Manuel García-Pelayo y Alonso, Presidente, y don Jerhnimo Arozamena Sierra, don Angel Latorre Segura, STC 16-1 don Manuel Diez dc Vclasco Vallejo, don Francisco Rubio Llorcntc, dona Gloria Beguti Canthn, don Luis Diez Picazo, don Francisco Tomás v Valiente, don Rafael La Mesa de la Cámara, en su reunión del día de hoy, ha Ghmez-Ferrcr Morant, don Angel Escudero del Corral, acordado 18 publicaci6n en el BOLET~N OFICIAL DE LAS don Antonio Truyol Scrra y don Francisco Pera VerdaCORTESGENERALES de la sentencia dictada por el Tribu- gucr, Magistrados, ha pronunciado nal Constitucional en la cuestión de inconstitucionalidad en relaci6n al apartado b) del número 1 del artículo 2:' y E N NOMBRE DEL REY Disposición adicional segunda de la Ley 8/1980, dc 10 de marzo,iaprobatoria del Estatuto de lus Trabajadores y el artículo 1.584 del Código Civil. la siguiente En ejecucidn de dicho acuerdo se ordena su publicacián de confarmidad con el articulo 97 del Reglamento SENTENCIA de la C8mara. SENTENCIA8 DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Palacia del Congreso de los Diputados, 29 de febrero dc 1Q84.-P. D.,El Secretario General del Congreso de los Diputados, LUIS María Cazarla Prieta. en la cuestión de inconstitucionalidad número 41 5/82 promovida por la Magistratura de Trabajo número 4 de - 307 - cedente en relación con los siguientes presupuestos de admisibilidad: primero, no haber oído al Ministerio Fiscal y a la representación d d Fondo de Garantla Salarial; segundd, no especificarse en el auto de la Magistratura de Trabajo la norma con rango de Ley aplicable al caso y de cuya validez dependa el fallo, y tercero, no justificarse ni especificarse en qu¿ medida la decisión del proceso depende de la norma en cuestión. El Ministerio Fiscal formuló alegaciones en el sentido de que en el pnxeso seguido ante la Magistratura de Trabajo, tanto dicho Minis: terio como el Fondo de Garantía Salarial habían recibi1. ANTECEDENTES do las oportunas notificaciones referentes a la posibilil . Ante la Magistratura de Trabajo numero 4 de las dad de promoción de la cuestión de inconstitucionalidad, de Madrid se tramitó a instancia de Doña Agustina San- bien que ni uno ni otro hubieran formulado alegación tamaría Alcón contra don José Luis Castellanos Martinez alguna, entendiendo que lo que en el fondo se está planproceso por despido en el cual v tras diversos trámites se teando es la declaración y secuelas acerca de la naturaledictó auto en 22 de octubre de 1982 acordando plantear za de la relación jurídica existente entre actor v demancuestión de inconstitucionalidad rclativa al apartado b) dado sin que en ningún caso afecte para nada al fallo que del número 1 del artículo 2.- y Disposición adicional se- ha de producirse la constitucionalidad o inconstitucionagunda de la Ley 8/i980 de 10 de marzo, del Estatuto de lidad de los preceptos precisados, interesando se acuerde los Trabajadores v articulo 1.584 del Código Civil, por la inadmisión de la cuestión planteada. 2. Por providencia de 2 de diciembre de 1982 se acorcontradecir los artículos 9.",14. 24.1, 28.2, b), 81.1, 82.2 y 3 , y apartado tercero de la Disposición derogatoria, todos dó admitir a trámite la cuestión de inconstitucionalidad de la Constitución, v pender el fallo del litigio de la apli- dando traslado al Congreso de los Diputados y al Senado, cación o inaplicación de los preceptos cuestionados, todo por conducto de sus Presidentes, al Gobierno, por concllo por habcr at&gado la parte demandada la incompe- ducto del Ministerio de Justicia, y a1 Fiscal General del tencia de ,jurisdicción en base a que el Gobierno no ha Estado, al objeto de que en el plazo común e improrrogaregulado el rkgimen especial de los empleados de hogar, ble de quince días pudieran personarse en el procedital como mandaba la Disposición adicional segunda del miento y formular las alegaciones que estimaran proceEstatuto de los Trabajadores. cuyo plazo de realización dentes, v asimismo publicar la incoación de la cuestión fijado en dieciocho meses ha transcurrido con exceso. en el *Boletín Oficial del Estadon para general conocidcbiCndose determinar la actitud del Poder judicial ante miento, teniendo efectividad todo lo acordado en dicho el incumplimiento dc un mandato legislativo al Gobier- proveído. 3. El Fiscal General del Estado formuló las alegaciono, poniendo tambikn de relieve que el servicio del hogar nes que tuvo por conveniente, haciendo referencia a las lamiliar implica una relación de carácter eminentemente sucesivas vicisitudes seguidas por el proceso tramitado laboral sin que los Jueces y Tribunales puedan dictar reglas o disposiciones de carácter general acerca de la ante la Magistratura dcl Trabajo hasta suscitarse finalaplicacibn o interpretación de las Leyes, por lo que la mente la cuestión de inconstitucionalidad de que se tratutela judicial obliga a buscar el derecho aplicable. Sc- ta, insistiendo de nuevo en que se observa una falta de ñala el auto que las dos únicas opciones dcl juzgador son relacibn entre las normas cuestionadas y el acto de decio la apliución del articulo 1.584 del Codigo Civil o bien sibn del proceso, poniendo de relieve la confusión que en las normas del regimen general del Estatuto de los Tra- ocasiones se produce entre verdadera inconstitucionalibajadores, sin poder ignorar que el primero niega el ca- dad y simple mecánica interpretativa que permita al juzrácter de trabajador al empleado de hogar. y la segunda gador hacer UEO de los preceptos legales para decidir el normativa presenta el grave inconveniente de constituir fondo de la cuestión litigiosa, tratando dichos preceptos una flagrante infracción de k y , pues dejaría de ser espe- a la luz del texto constitucional. punto de vista que tiene cial la relación laboral de la empleada de hogar convir- su apoyo e n las decisiones de a t e Trlbunal que cita. Setithdosc en común, de todo lo cual cabe deducir la in- iiala que por aplicación del articulo 2;, del Estatuto & constitucionalidad de los p c e p t o s al comienzo detalla- los Trabajadores estamos en presencia de relaciones jurídos por su oposición a los constitucionales que tambikn dico-laborales rnmarcadas en el ámbito de aquella oorma, bien que se trate no de UMS relaciones de carácter se indicaron. El 28 del mismo mes de octubre tuvo entrada en este ordinario sino de carácter especial, estando prevista para Tribunal escrito de la Magistratura de TrabaJo número 4 6stas el dictado de una normativa específica a realizar de las de Madrid planteando la cuestión de inconstitucio- por el Gobierno con el condicionamiento que al efecto se nalidad a que se refiere su auto del día 22, adjuntándose estableció sin que ante la inactividad gubernamental se testimonio de la repetida resolución y de las actuaciones produzca ni un vacío normativo ni tampoco una inconsintegrantes del proceso en que se había dictado. dispo- titucionaiidad; no lo primero porque siempre será de niéndose por providencia de 3 de noviembre oír al Fiscal aplicación el cuadro de principios básicos que para la General del Estado para que alegara lo que estimara pro' materia señala el texto constitucional, y supletoriamente Madrid, por supuesta inconstitucionalidad del apartado b) del número uno del artículo 2."y Disposición adicional segunda de la Lev 8/1980, de IO-de marzo, aprobatoria del Estatuto de los Trabajadores v el articulo 1.584 del Código Civil. Ha sido parte el Abogado del Estado en representación del Gobierno y el Fiscal General del Estado. v p o n p t e e# Magistrado don Francisco Pera Verdapez, quien expresa el parecer del Tribunal. - 308 - las normas generales del Estatuto de los Trabajadores cumplirán su función de fuentes del ordenamiento; v tampoco existe una inconstitucionalidad ya que, utilizando la vía interpretativa v d e cobertura normativa relacionada, no se priva a nadie d e ninguno de los derechos básicos propios de cualquiera otra relación laboral de régimen general, advirtiendo finalmente que el artículo 1.584 del Código Civil deviene inoperante tanto por el cuadro genérico del ordenamiento laboral como por la específica disposición derogatoria tercera de lp Constitución Espanola; pone tambibn de relieve que por aplicación del texto refundido de la Ley de Proccdiniiciito Laboral las relaciones en materia de servicio donicstico o de servicio en el hogar familiar han de quedar atribuidas a dicho orden jurisdiccional, siendo por Supuesto posible llegar a la decisión del proceso laboral por la .jurisdicción competente, haciendo uso de las normas vigentes y con simple interpretación de ellas a la luz de las exigencias constitucionales, sin que se debata la validez de normas con rango legal. sino simplcmentc el camino intcrprctativo seguido por el ,juzgador, por todo lo cual debe declararse la improcedencia de la cuestión planteada. El Abogado d e l Estado formuló igualmente alegaciones poniendo de relieve que el dilema que se olrccc al ,juzgador no deriva d e una contradicción entre la Ley y la Constitución sino que procede de la necesidad sentida de optar por la aplicación de diversos sistemas normativos renunciando a argumentar genericamente frente a l a admisión del recurso, lo que seria posible, pasando a examinar cada uno de los textos de los preceptos cucstionados. El articulo 2.", 1 , b del Estatuto de los Trabajadores quc conccptua como relación laboral de carácter especial a la de servicio del, hogar familiar n o es más que un precepto d e índole loimal, dificilmente calificable de inconstitucional pues no hace otra cosa que reputar comu especial una determinada clase de relación laboral. sicndo notorias las diterencias o particularidades de este tipu de trabajo. En cuanto al artículo 1.584 del Código Civil ofrece dos partes totalmente diferenciadas s i n que el l i t i gio se refiera a la segunda de ellas que viene a cstablccci una especie de presunción de certeza a íavoi. del a m o en caso de discrepancia sobre el tanto del salario o sobre loi devengados en el ano corriente: la cuestión se centra máb bien en la supuesta negación del carácter de trabajador con la consecuencia en los criterios indcmnizatorios, particular este último que examina con detalle la Abogacía del Estado parangonando lo establecido en aquel articulo del Código Civil y en el regimen estatutario laboral Señala tambiin que el Estatuto de los Traba.jadorcs pro. duce una plena deslegalización del regimen ,jurídico apli. cable a los empleados dombsticos al abrir a la potestac reglamentaria la plena disponibilidad de la materia sir otros condicionamientos que los que derivan del texto dt la Ley degradatoria v que afectan al respeto de los dere. chos básicos reconocidos en la Constitución, lo que resal. ta todavía con más claridad de la Disposición final cuar ta del Estatuto de los Trabajadores, de todo lo cual st deduce que la norma del Código Civil, además de dcgra. - dada de rango, v por ello no susceptible de ser cucstionada en un procedimiento que sólo tiene por objeto directo las normas con rango de Lev, presenta tambien claras dilicultadcs en este caso para estimar que dc su validez dependa el fallo. 4. Respecto de la Disposición adicional segunda del Estatuto de los TrabaJadores que estatuve una habilitación legal para la regulación reglamentaria de las rclacioncs laborales de carácter especial conduce a que las riormas que el Gobierno ha de dictar no asumen rango de Ley sino rango i~cglanicntario,previsión que n o lesiona el principio constitucional establecido en el articulo 35.2 que remite a la competencia legislativa la regulación de u n Estatuto de los Traba.jadorcs, porque lo único reservado a la Ley es la norniación brisica, y sin que, bajo otro aspecto, se inlriii,ja tampoco el artículo 81.1 de la Constitución española que t.eserva a Ley Organica el desarrollo de los derechos fundamentales y libertades públicas cntrc los que se cuenta el derecho a la huelga, derecho que se supone no respetado por n o reconocer a los cmplcados domesticos el carácter de traba,jadorcs. tesis que h a y que rechalar porque la Disposición adicional segunda n o pre.juzga si los cmplcádos domesticos son o n o traba,jadores, calidad que, por otra parte. esta reconocida tanto por el Estatuto como por el Código Civil. Y I'in,d 1 mente, csponc que el transcurso del plazo legalniente previsto para que e l Gobierno dicte la reglamentación pielfista para la relación laboral de servicio del hogar laniiliar, sin que lo haya veril'icado n o puede derivar en si mismo en un motivo de inconstitucionalidad. tratándose clc u n a ilicitud dilícilmentc sancionable con la nulidad y sólo podría cucstionarsc la \,alidez del acto expreso lar dio, cuando este se llegue a dictar. 5. Por proviclcncia de 21 de febrero corriente, se señaló para la deliberación y tallo de esta Sentencia, el día 23 del mismo mes, lecha e n que tuvo lugar. 11. FUNDAMENTOS JURIDICOS 1 . Con la linalidad de lograr una más fácil dclimitación de lo que este P ~ O C C S Osuscita, parece adecuado rcitcrar. bicn que csqucmiticamcntc, que el Magistrado de Trabajo plantea cuestión de inconstitucionalidad rclaii\'a al apartado b), número I del artículo 2.,.y Disposición adicional segunda de la Ley 8/1980, de 10 de marzo -Estatuto de los Trabajadores- y artículo 1.584 del Código Civil, por contradecir los artículos Y.", 14, 24.1, 28.2, 35, 8 l . 1 , 82.2 y 3, y aparindo 3."de la Disposición dcrogatoria, todos de la Constitución española, y depender de la aplicación o inaplicación tlc aquellos discutidos prcccptos el tallo del litigio ante el mismo promovido, por dcspido injustificado de empleada de hogar, con prctcnsioncs contrapuestas de ambas partes básicamente en orden a la declaración de incompetencia de la jurisdicción laboral para conocer del asunto. 2. Como pone de relieve la Abogacía del Estado, sc cuestiona la constitucionalidad de los prccitados prcccptos, no tanto analizando su texto concreto a la Juz de los 309 - singularidad del tipo de trabajo doméstico, lo que no puede seriamente ponerse en duda. Conviene aquí recordar que este Tribunal ha declarada (Sentencia de 5 de octubre de 1983) que no viola el artículo 14 de la CE ni el 24 del propio texto, el hecho de que el Estatuto de los Trabajadores hava establecido un elenco de casos que considera como relaciones laborales de carácter especial, v que después no las hava hecho objeto dc la necesaria reglamentación particularizada; determiProcede, pues, el conflicto de la necesidad de optar por nar cuAl debe ser en el momento actual, en presencia de la aplicación entre diversos sistemas normativos, y, si la posible laguna -si puede llamarse así-, consistente como veremos más adelante, de los que señala la Magis- en la falta de desarrollo de los principios de una Lev, las tratura de Trabajo como contrapuestos a la Constitución vicisitudes de los contratos v de las relaciones laborales, española, el grupo incluido en el Estatuto de los Trabaja- de carácter especial, es una cuestión que en sí misma no dores cabe reputarlo inocuo a los fines dcl litigio que afecia a los derechos garantizados por la Constitución. 4. En lo que afecta a la Disposición adicional segunda debe resolver, v en cuanto al artículo 1.584 del Código del Estatuto de los Trabajadores, y subsiguiente incumCivil posee aquel órgano de la jurisdicción ordinaria poplimiento por parte del Gobierno del mandato allí conderes suficientes para dejarle de aplicar, en todo o cn tenido, ateniéndonos a las consideraciones de la Magisparte, si así lo estimara procedente, con criterio ya extratura de Trabajo, no es aceptable que se haya violado puesto con carácter gencral en resoluciones de este Triel articulo 82 de la CE q u e viene a relacionar con el 35 bunal, entre otras en su Sentencia de 29 de abril dc 1981, del mismo textoen cuanto que en éste último se dispopuede todo ello determinar incluso un pronunciamiento ne que .la Ley regulará un Estatuto de los Trabajadode inadmisibilidad de la presente cuestión, siguiendo y en el 82 que la #delegación legislativa habrá de res», precedentes establecidos en otras decisiones, tales como otorgarse ... para materia concreta...)), puesto que la posila Sentencia de 1 de junio dc 1981. bilidad de delegación en el Gobierno por parte de las 3. Mas, en cualquier caso, en esta fase procesal será Cortes Generales de la potestad de dictar normas con adecuado adcntrarsc en el fondo de la cuestión suscitada, rango de Ley ss halla establecida en el número 1 del principiando por analizar lo que afecta al alcance de la propio articulo 82 de la CE, y el mandato de que se trata posible inconstitucionalidad de los dos esgrimidos prc- no lo es para dictar una norma con valor de Ley, por lo ccptos del Estatuto de los Trabajadores, a saber, el ar- que no resulta de aplicación el mencionado articulo 82. ticulo 2:,, 1 , b), y su Disposición adicional segunda, de Todo ello al margen y prescindiendo de que no puede acuerdo con los cuales sc conccptua relación laboral de olvidarse que lo verdaderamente sucedido es que el Cocarácter especial a la de servicio del hogar familiar, sena- bicrno ha dejado transcurrir el plazo que legalmente le lándose al Gobierno cl plazo de dieciocho meses para había sido fijado por las Cortes, sin cumplir el mandato, regular - c n t r c otros- ese regimen juridico especial. sin esto es, nos hallamos ante un precepto que cabe calificar que hasta el presente ello haya tenido lugar. de i n a u o a los fines de su posible inconstitucionalidad De este modo, el legislador no disciplina directamente en relación con el litigio del que dimana la actual cuesel contenido y efectos de la relación jurídica de que se t ión. 5. La cuestión de inconstitucionalidad suscitada por trata, sino que identifica la norma que ha de verificarlo y delega para ello c n el Gobierno. tratándose. por tanto. de la Magistratura de Trabajo abarca tambith el articulo 1.584 del Código Ci\,il. y en este punto arguye que se preceptos de carácter más bien formal y que precisamente por ello su constitucionalidad se pone en duda tanto trata de un precepto que niega el carácter de trabajador por vulnerar el principio de igualdad. como por «la falta al empleado de hogar, calificándolo de arrendatario, con de concreción de In razón de la especialidad y sus efectos establecimiento de determinados criterios indemnizatoy variaciones respecto al denominado trabajador co- rios distintos de los previstos en lo laboral, garantías múnu, respecto de lo cual habrá que comenzar por decir procesales y otros extremos, todo lo cual viene a pugnar que el principio de igualdad lo proclama el articulo 14 de con lo dispuesto en los artículos 14, 28.1, 35, 37 y 40 de la la CE en una amplia fórmula gcncralizadora, tras una CE. Conviene aqui recordar que de acuerdo con las previenumeración concreta de condiciones o circunstancias, pero que, en suma, lo que impide es un tratamiento dife- siones del articulo 35.1 ds la LOTC, para que el plantearenciado en situaciones iguales, siendo precisamente la miento de una cusstión de inconstitucionalidad suscitaigualdad lo que está ausente en el caso presente. ya que da por un juez o tribunal conduzca finalmente a un prola consideración de una relación de trabajo como espc- nunciamiento en cuya virtud nuestro Tribunal proclame cial. implica, por propia definición. la diferencia no sólo que una norma es o no contraria a la Constitución, es frente a la relación ordinaria, sino que tambibn frente a menester la concurrencia de un triple condicionamiento. las restantes relaciones especiales, y en el caso que se a saber: a ) que se trate de una ley; b) que sea aplicable al resuelve no parece que sea menester utilizar mayor es- caso, y c) que de su validez dependa el fallo. parece claro que a lo menos a partir de la vigencia del fuerzo dialkctico para poner de relieve la realidad de la constitucionales también invocados, sino en función de los efectos que se infieren de su apreciación conjunta, pudiendo entenderse que la cuestión se dirige contra un bloque normativo, pues es de observar cómo el órgano jurisdiccional que plantea la cuestión señala que dispone de dos alternativas consistentes en aplicar el artículo 1.584 del Código Civil o atenerse al Estatuto de los Trabajadores, con los desajustés que en su sentir se producirian en uno u otro caso, y que detalla. - 310 - Estatuto de los Trabajadores -norma con rango legal-, la relación de servicio del hogar familiar tiene el carácter de relación laboral de carácter especial, y, según ya se apuntó, ha d e ser objeto de una regulación scparad a v especifica por via simplemente reglamentaria, bien con absoluto respeto de los derechos constitucionales de las personas su.jetas a tal tipo de relaciones laborales de carácter especial, quedando, pues, claro que el Gobierno al norrnarlas para nada habría de sujetarse a las prcvisioncs contenidas en el citado artículo 1.584 del Código Civil, ya que e l Estatuto de los Trabajadores produjo una plena deslegalización del regimen jurídico aplicable a los que a q u d denomina ((criados domesticos)), sin más condicionamientos que los derivados del texto de la Ley dcgradatoria y que quedan ya apuntados, lo cual resulta de la propia redacción de los textos cuestionados. Aparte lo dicho, es de notar que de la validez o invali-, dcz de la norma -por razones de constitucionalidaden manera alguna depende el fallo a dictar por la jurisdicción laboral, porque dejando establecido que no se trata aquí de cuestionar lo que afecta a la segunda parte del articulo 1.584 del CC (presunciones sobre cuantía y pago de salarios),extremo apartado del litigio originario. sino de la primera parte del misnio articulo (despidos e indemnizacioncs), pero n o discuticndose que tal precepto sea aplicable al caso, nos hallamos en similar situación a la examinada en la Sentencia de este Tribunal de I de junio de 1981, según la cual ciertamente la aplicabilidad de una norma es condición necesaria para que el fallo dependa de su validez, pero no es en modo alguno condición suficiente, lo que sucede, por ejemplo, cuando, aun declarada la invalidez de una norma, de ello no se siga que e l apctiturn» de la demanda haya de satisfaccrsc por el mandato de otra que el actor supone aplicable en su defecto. Hav que recordar que en el caso de autos, la demanda invocaba expresamente el Estatuto de los TrabaJadorcs. v en el juicio se solicitó su aplicación por vía analógica y es de notar que si el apartado primero del articulo 1.584 del CC fuera expulsado del ordenamiento jurídico sería necesario acudir a la aplicación de fuentes suplctorias, con el consiguiente problema de la identificación de las mismas, porque, en cualquier caso, la suerte de la prctensión se envuelve en el seno del problema de una pura cuestión aplicativa sobre preferencia de normas. tcnicndo en cuenta que el Estatuto califica estas relaciones como laborales de carácter especial. Dada en Madrid, a veinticuatro de febrero de mil novecientos ochenta v cuatro. E S COPIA EL SECRETARIO DE JUSTICIA STC 17-1 La Mesa de la Cámara, en su reunión del dia de hoy, ha acordado la publicación en el BOLETIN OFICIAL DE L A S CORTESGENERALES de la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional en la cuestión de inconstitucionalidad en relación con la Ley 40/1979, de 10 de dicicnibrc, sobre regimen jurídico de control dc cambios. En ejecución de dicho acuerdo se ordena su publicación de conformidad con el articulo 97 del Reglamento de la Cámara. Palacio del Congreso de los Diputados, 29 de Icbrcro de 1984.-P. D. El Secretario General del Congreso de los Diputados, Luis María Cazorla Prieto. El Pleno del Tribunal Constitucional, compuesto por don Manuel García-Pelayo y Alonso, Prcsidcnic; don Jcrónimo Arozamcna Sierra, don Angel Latorrc Segura, don Manuel Dícx de Vclasco Vallc,jo, don Francisco Rubio Llorentc, doña Gloria Bcgui. Canthn, don Luis Diez Picazo, don Francisco Tomás y Valiente, don Ralacl Gómez-Fcrrcr Morant, don Angel Escudero del Corral. don Antonio Truyol Serra y don Francisco Pera Vcidapuci, Magistrados, ha pronunciado E N NOMBRE DEL REY la siguiente SENTENCIA FALLO En atención a todo lo expuesto, e l Tribunal Constitucional, por la autoridad que le confiere la Constitución de la Nación espatiola. Ha decidido: N o ha lugar a pronunciarse acerca de la constitucionalidad de las normas cuestionadas. Publíquese en el ((Boletin Oficial del Estado),. - en la cuestión de inconstitucionalidad número 333/83, planteada por la Sala Segunda del Tribunal Supremo, por supuesta inconstitucionalidad de la Ley 4O/i9iY, de 10 de diciembre, sobre Rcgimcn Jurídico de Control de Cambios. Han sido partes el Fiscal General del Estado v el Abogado del Estado, este en representación del Gobicrno, v ponente el Magistrado don Antonio Truvol Scrra, quien expresa e l parecer del Tribunal. 311 - 1. ANTECEDENTES 1. La Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional dictó, con fecha 2 0 de noviembre de 1982, sentencia en la que condenaba al procesado Eberhard Hermann como penalmente responsable, en concepto de cooperador necesario, de un delito monetario, previsto en el articulo 6.",A), I .", v penado en el artículo 7:, 1, 1 .U de la Ley 40/1979, de 10 de diciembre, sobre Régimen Jurídico de Control de Cambios, a las penas de dos años de prcsidio menor v multa conjunta de cuarenta millones de pesetas, con las accesorias, costas y comiso correspondientes. Frente a tal Sentencia preparó la representación procesal del señor Hermann recurso de casación por infracción de Lev y quebrantamiento de forma, recurso que fue formalizado por escrito de 3 de enero de 1983. 2. Pendiente el recurso de casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo, solicitó el recurrente, por escrito de 18 de marzo de 1983, que la Sala plantease cuestión de inconstitucionalidad en relación con la Ley 40/1979, en virtud de cuyos artículos 6:' y 7:. había sido dictada la Sentencia condenatoria que Ic afectaba. Se fundaba su petición en la tesis de que dicha Ley, en cuanto crea tipicidadcs dclictivas y establece penas. supone desarrollo del principio fundamental de legalidad proclamado en el articulo 25.1 de la Constitución espanola (CE), materia reservada a la Ley Organica según el articulo 81.1 del texto íundamcntal, pese a lo cual la citada Ley 4011979, fue aprobada como Ley ordinaria; por lo que procedería declarar su inconstitucionalidad dc acuerdo con la previsión del articulo 28.2 de la Ley Oipánica del Tribunal Constitucional (LOTC). 3. Conlcrido traslado de tal escrito al Ministerio Fiscal, istc, mcdiantc dictamcn de 27 de abril de 1983. sc pronunció en el sentido de que la Ley de Rigimcn Juridico de Control de Cambios no constituía desarrollo alguno de derecho fundamental o libertad pública, ya que ningún precepto constitucional consagra la libre salida de moneda del territorio nacional. Seria el articulo 25.1 de la Constitución el que desarrollaría la protección de los derechos contenidos cn los artículos prcccdcntcs dc la misma Sección, y , en definitiva, la Ley de 10 de dicicmbrc de 1979 no habría creado o introducido ex novo» figuras dclictivas, sino meramente reproducido o reiterado otras precxistentcs. Por otra parte. si la declaración de inconstitucionalidad afectase a la Ley en su conjunto, recobraría todo su vigor la Ley de 24 de noviembre de 1938, y si sólo alcanzase a los Capitulos 11 y 111, se crearía un vacío legal de repercusiones incalculables. Por lo que señalaba que no existían elementos que aconsejasen el planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad. 4. Por Auto de I I de mayo siguiente, la Sala Segunda del Tribunal Supremo acordó plantear la cuestión de inconstitucionalidad promovida, por considerar que, cxigido por el artículo 81 de la Constitución el carácter de orgánicas para las Leyes relativas al desarrollo de los derechos lundamcntalcs y libertades públicas y encontrándose el principio de legalidad penal recogido e n el párrafo I *I. del articulo 25 de la Constitución. resulta pa- - tente la inconstitucionalidad de la Lev 40/1979. Estos argumentos se reiteraban en escrito dirigido por la Sala, en la misma fecha, al Excmo. Sr. Presidente del Tribunal Constitucional, en que planteaba formalmente la cuestión y ampliaba la justificación de su planteamiento, constatando, de una parte, que la sentencia a dictar dependía, única v exclusivamente, de la validez de la Ley cuestionada, v de otra, afirmando la necesidad de dar primacía al principio de legalidad sobre cualquier otra consideración de índole práctica; sin que, dc todas formas, se produjera vacío alguno legal en el caso de declaración de inconstitucionalidad de la normativa impugnada, al quedar las conductas correspondientes sometidas al imperio de la Ley de 24 de noviembre de 1938 sobre delitos monetarios. 5 . Admitida a trámite la cuestión por la Sección Tcrcera con fecha 25 de mayo de 1983, se dio traslado de la misma, conforme al artículo 37.2 de la LOTC, al Congreso de los Diputados, al Senado. al Gobierno y al Fiscal General del Estado, al objeto de que, en el plazo común e improrrogable de quince días, pudieran personarse en el procedimicnto y formular alegaciones. En dicho plazo se personaron y formularon alegaciones el Ministerio Fiscal y el Abogado del Estado en representación del Gobierno, comunicando el Presidente del Congreso que iste no hará uso de las facultades que le confiere el articulo 37.2 de la LOTC. El Presidente del Senado solicitó se tenga por pcrsonado a Cstc en el procedimiento. Igualmente se acordó la publicación de la cuestión para general conocimiento en el ((Boletín Oficial del Estado.. 6. Exponc el Ministerio Fiscal en sus alegaciones que, pese a la lalta de especificación en el escrito de plantcamiento de la cucsticin, parece evidente quc la opinibn desfavorable a la constitucionalidad de la Ley por parte del Tribunal que eleva la cuestión se contrae a los articulos 6:,y 7.1,de dicha Ley, que fueron aplicados a la Scntcncia recurrida, y de cuya validez depende la que haya de dictarsc en casación. a ) Con respecto al tema que se plantea, podría resumirse concisamente en si, en virtud del artículo 81.1 en relación con el 25.1, consagra la Constitución una reserva de Ley Orgánica en materia penal. La Ley Organica incorpora una idea de desarrollo o prolongación de la Constitución, lo que se deduce. tanto de su procedimiento de aprobación, como de las materias reservadas a Ley Orgánica por el artículo 8 1.1, referidas a los sectorcs e instituciones más esenciales v decisivos en el ordcnamiento constitucional. Esto supone la necesidad de ser extremadamente rigurosos a la hora de caracterizar una Ley como Orgánica, y de optar por una interpretación estricta del término .desarrollo* (referido a derechos fundamentales y libertades públicas), utilizado por el articulo 81.1 de la Constitución. b) No todos los derechos o libertades de los constitucionalmente consagrados en los artículos 14 a 29 del tcxto fundamental son susceptibles de desarrollo, sino sólo aquéllos para los que las normas fundamentales enun- 312 - cian límites que han d e ser concretados. En consecuencia, mantiene el Ministerio Fiscal que el derecho a la legalidad -la otra cara del principio de legalidad- no admite, en verdad, desarrollo. El derecho a la legalidad, como derecho absoluto o pleno que es, no requiere un cuadro legal d e límites y condicionamientos, sino meramente respeto. Cuando los tipos delictivos v las penas están descritos por la Ley y sólo por ella, y tal Lev es anterior al hecho al que se trata de aplicar, e l principio de legalidad está observado y el derecho a la legalidad respetado. Y, al no ser las normas penales cuestionadas, por sí mismas, desarrollo del derecho fundamental a la legalidad, habrá que concluir que la Lev en que se insertan no debe ser tachada de inconstitucionalidad formal. En todo caso, tal inconstitucionalidad no afectaría a toda la Ley, sino a sus preceptos específicamente sancionadores, únicos que guardan alguna relación. siquiera indirecta, con el principio de legalidad. Por lo que resultaría intocada la Disposición derogatoria de la Ley de 24 de noviembre de 1938, v se produciría por ello el corrcspondiente vacío legal. 7 . El Abogado del Estado, en sus alegaciones, señala que el planteamiento de la cuestión no se ha ajustado al artículo 163 de la CE, por las siguientes razones: no haberse concretado la Ley o norma con fuerza de Lev, cuya constitucionalidad se cuestiona; no depender el fallo dcl recurso de casación de la validez de la Lev 4011979 v haberse planteado la cuestión cuando aún no está concluso el procedimiento casacional. pudiendo ser los trámites que laltan, relevantes y determinantes para el planteamiento de la cuestión. a ) En cuanto al primer punto, el auto de planteamiento refiere la cuestión en bloque a la Lcv 4011979, sin concreción alguna de preceptos específicos de esta Lcv. Ahora bien, se trata de una disposición de contenido comple,jo, siendo más que una Ley penal. ya que establece en su Capítulo i el regimen general de control de cambios; en sus Capítulos 11 y 111, diversas disposiciones sancionadoras, y en su Capítulo IV, disposiciones referentes a inspección e investigación. Y del texto del auto del planteamiento no es posible determinar qué preceptos se cucstionan, más allá de su locación en los Capítulos ii y 111 de la Lev. Unicamente de la exposiciún ampliatoria elevada por la Sala Segunda del Tribunal Supremo puede inferirse que son sólo los artículo 6:' y 7:) los puestos e n cuestión en cuanto a su inconstitucionalidad, pero n o del auto de planteamiento, que es donde tal concreción debiera darse. b) Respecto a la segunda razón aducida por el Abogado del Estado para la no estimación de la cuestión, esto es, la falta de .justificación de la dependencia del fallo de la validez de las normas cuya constitucionalidad se cuestiona, señala que el Tribunal ha de controlar la efectiva presencia de esa condición procesal: ahora bien, en el presente caso no existe esa dependencia, ya que, por un lado, los motivos del recurso de casación son ajenos y totalmente independientes de la validez de los artículos 6." y 7:' de la Lev 4011979, d e forma que el fallo del recurso no depende en lo más mínimo de la legitimidad o ilegitimidad constitucional de ningún precepto de la Lev citada. Pues los motivos esgrimidos (dos de infracción de Ley y uno de quebrantamiento de forma) no se refieren a tal Ley, ya que el motivo de forma se acoge al artículo 851 .I de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y los dos de fondo, respectivamente, a los artículos 14.3 (relativo a la cooperación necesaria) v 48 del Código Penal. Con lo que el fallo del recurso de casación en lo más mínimo depende de la validez de los preceptos cuestionados. Además, v por otro lado, el fallo condenatorio rccurrido en casación quedaría ,justificado jurídicamente en sus propios terminos aun cuando se reputaran constitucionalmente ilegítimos los artículos 6." ó 7." de la Lcv 40/1979. Ya que, si tal fuera el caso, se produciría la. «reviviscencia» de los correspondientes preceptos de la Ley de 24 de noviembre de 1938 (pues la nulidad de los artículos 6."y 7:' de la Ley 4011979 habría que entcndcrla como extendida, por necesaria conexión, a la dcrogatoria primera de tal Ley, en cuanto que venía a sustituir la regulación anterior por la introducida por esa disposición); y se podría pcrlectamcntc justilicar la condena impuesta en virtud de los preceptos de la Ley señalada de 1938. Con lo que la cuantía de la condena n o dependería de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los artículos 6:, y 7:. de la Ley 4011979. c ) En lo que concierne a la tercera causa de incumplimiento del artículo 163 de la Constitución (csto es, el plantcamicnto de la cuestión cuando aún n o se ha coiicluido el p i u u l i m i c n t o ) , scnala el Abogado del Estado que si bien el recurso de casación ha sido preparado e interpuesto, no se ha producido sustanciación ni vista del mismo. Y así, ni consta que se haya resucito sobre la admisión del recurso, ni se puede excluir que, scguramente, los informes del Letrado de la parte y del Fiscal hubieran evidenciado que los motitus de casación aducidos eran absolutamente ajenos a la constitucionalidad de precepto alguno de la Ley 40/1979. d ) Aun cuando todos esíos motivos justificarían que el fallo de la Sentencia del Tribunal Constitucional dcclarase que n o habría lugar a pronunciarse sobre la inconstitucionalidad planteada, el Abogado del Estado entra, subsidiariamente. a examinar el londo del asunto. De la interpretación de los preceptos constitucionales y de la doctrina del Tribunal se aduce que cualquiera de los tipos de normas con fuerza formal de Ley del Capítulo 11. Título 111 de la Constitución (a excepción, acaso, del Dccrcto-ley) valdría para tipilicar delitos, laltas e inlraccioncs y para conminar penas v sanciones administrativas, \! que el artículo 25.1 de la CE tiene tambien una dimensión de derecho subjetivo fundamental, consistente e n n o ser condenado por delito no tipil'icado Icgalmcntc a pena n o icgalmcntc conminada. Ahora bien, la dificultad radica en cómo entender el desarrollo del artículo 25.1; ya que. de lo previsto e n el artículo 81.1, tal dcsarrollo rcqueriría Ley Orgánica. El derecho fundamental (que ha de desarrollarse por Ley Orgánica) es el de n o ser condcnado por conductas que no hayan sido tipificadas por Lcv (no necesarianiente orgánicas, para que se cumplan - 313 - las exigencias materiales inherentes al principio de legalidad de delitos, faltas e infracciones administrativas), ni con penas no conminadas por Ley (no necesariamente Orgánica para que las exigencias materiales inherentes al principio de legalidad de las penas y sanciones administrativas se cumplan). En la práctica legislativa posconstitucional se han empleado Leyes ordinarias para el establecimiento de infracciones y sanciones administrativas. En materia procesal penal se ha recurrido tanto a Leves ordinarias (asi, la Lcv l6/1980, de 22 de abril, modificadora de la Lcv de Enjuiciamiento Criminal) como Orgánicas. Respecto a la legislación pcnal. se ha emplcado el Decreto-lcv (Real Decreto-lcv 3/1979, de 26 de enero) v Leves Orgánicas. Mantiene el Abogado del Estado que considerar que el desarrollo normativo del articulo 25.1 exige Lcy Orgánica conduciría a aporias de dificil solución, dada la diferencia existente entre la tipificación de injustos administrativos (abierta a la competencia de las Comunidades Autónomas) y de injustos penales. La complejidad de la práctica legislativa post-constitucional conduce a cstimar que del artículo 25.1 de la Constitución. en relación con el articulo 81.1 de la misma, no dimana la necesidad de Lcy Orgánica para tipificar cualesquiera delitos. faltas o infracciones administrativas. El derecho íundamental a la legalidad se desarrolla en aquellas normas que establecen las categorías jurídico-represivas fundamcntales. es decir. todas aquellas materias que suelen entendcrsc como la parte general del Derecho pcnal, y no la simple tipificación de injustos y comunicación de penas quc se moviera dentro de los criterios generales del Código Penal. Y tal seria el caso de la Ley 40/1979, cuyos preceptos se cuestionan en cuanto a su consiitucionalidad. Tras un detenido análisis del Capitulo 11 de dicha Ley. se llega a la conclusión de que no hay raz6n para que tal Ley hubiera debido revestir carácter orgánico, pues la tipilicación de injustos penales y la conminación de penas que incluyen, más que *desarrollar. rl artículo 25.1 de la Constitución. lo cumplen y le dan aplicación. movic!ndose en lo demás en el marco de las normas juridico-penales generales. e ) Por otra parte, y en cualquier supuesto, no tcndria sentido considerar que todo el contenido de la Ley 40/1979. k y compleja y orientada fundamentalmente a regular el control de cambios, norma primaria de cobcrtura de todo CI sector normativo de 10s cambios cxtcriores (artículos 149.1.11 v 149.1.10de la Constitución), hubiera de tcncr carácter q á n i c o , cuando sólo su Capitulo 11 contiene preceptos de t i p o pcnal. A efectos puramente dialdcticos, cstariafcscrvado a la k y Orgdnica a lo sumo el Capitulo 11, el unico cuya modificación debería efectuarse observando lo que dispone el articulo 8 I .2 de la Constitución. Por todo ello. el Abogado del Estado suplica que el Tribunal Constitucional dcvlare no haber lugar a pronunciarse acerca de la constitucionalidad de la Lev 40/1979: v subsidiariamente, que descstimc la cuestión planteada. 8. El Pleno del Tribunal Constitucional. por providen- - cia de nueve de febrero corriente, seilaló el dieciséis del mismo mes para la deliberaci6n y votación de esta Sentencia, fecha en la que tuvo lugar. 11. FUNDAMENTOS JURIDICOS 1. La presente cuestión de constitucionalidad ha sido planteada por la Sala Segunda del Tribunal Supremo con ocasión del recurso de casación por infracción de Lev y quebrantamiento de forma interpuesto por don Eberhard Hermann contra Sentencia condenatoria de la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional de 20 de noviembre de 1982 basada en los artículos 6.' v 7:, de la Lev 40/1979, de 10 de diciembre, sobre Régimen Juridico de Control de Cambios. Lo ha hecho mediante un Auto acompanado de una Exposición que la Sala proponente califica de planteamiento de cuestión de constitucionalidad, a solicitud del recurrente, por entender que dicha Ley (en términos de la Exposición de referencia), *al establecer una serie de delitos tipificados en el articulo 6." y estableciendo las penas correspondientes en el articulo siguiente, tenía que revestir el carácter de Lcv Orgánica, conforme a los cánones establecidos en el artículo 81 de la Constitución, toda vez que el principio de legalidad establecido en el artículo 25.1 de la misma, así lo exigía.. Señala el Auto. por su parte, que la Ley en cuestión *formalmente. sólo tiene el carácter de Ley y no reune los caracteres de Orgánica que previene la Constitución, siendo asi que en su contenido regula delitos rnonctarios y establece las penas correspondientes, alguna de ellas de tal entidad punitiva como las que alcanzan el presidio mayor y multa del tanto al ddcuplo. con lo que, dicho se está, la inconstitucionalidad resulta patente en tanto en cuanto infringe el principio de legalidad cstablecido en el articulo 25.1 de la Constitución cspañolan (considerando tercero). 2 . Antes de enfrentarnos con la cuestibn planteada. es preciso considerar las objeciones del Abogado del Estado a la forma de presentación de la misma, fundadas en no haber cumplido la Sala Segunda del Tribunal Supremo los requisitos exigidos por la LOTC para el planteamicnto de las cuestiones de conotitucionalidad, lo que habría de conducir a una declaración de improcedencia de entrar a conoc'er de la cuestión de fondo. a ) La primera objeción que formula el Abogado del Estado consiste (antecedentes, 6, a) en que en el Auto de planteamiento dc la cuestiYn el Tribunal .a quo. refiere esta a la Ley 40/1979 en bloque. sin concretar sus preceptos cspccificos eventualmente anticonstitucionales. siendo asi que se trata de una Ley de contenido complejo, que rebasa el ámbito de lo pcnal. Ello es literalmente cierto. No lo es menos que de la lectura del Auto (y, en particular. de su tercer considerando, cuando alega que la Ley urcgula delitos monetarios y establece las prnas correspondientes.) sc' desprende que tal c u e s t i h se refiere a los artículos 6." y 7:' de la Ley, en cuya virtud fue condenado el recurrente en casación. Por otra parte, 314 - el escrito que acompaña dicho Auto, por el que se plantea formalmente la cuestión y hemos citado en el fundamento anterior, indica expresamente el objeto de la cucstión, con la referencia a la tipificación de delitos en el artículo 6:' y al establecimiento de las penas correspondientes en el articulo 7:' de la Ley. Reconoce el Abogado del Estado esta inferencia, si bien estima que la concreción debiera darse en el Auto de planteamiento. Tambikn cl Fiscal General del Estado extrae de la lectura del cscrito de planteamiento la conclusión de que la cuestión se cirie a los artículos 6:' y 7.,)de la Ley, que fueron aplica- dos en la Sentencia recurrida. Al margen, pues (como en casos anteriores planteados ante este Tribunal) de un formalismo riguroso, del conjunto del Auto y del escrito que lo acompaña resulta que los preceptos de l a Ley 40/1979 cuya constitucionalidad se cuestiona son los artículos 6." y 7.,, b) 61 Abogado del Estado indica, en segundo lugar (viase antecedentes 6 , b), que no se justifica por la Sala Segunda del Tribunal Supremo que su fallo dependa de la validez de las normas de referencia, por cuanto los motivos del recurso de casación son independientes de la validez de los articulos 6.- y 7:) de la Ley 40/1979 y el fallo condenatorio recurrido quedaría juridicamentc ,justificado aun cuando no fuesen constitucionales dichos artículos. Ahora bien, el escrito e n que se plantea la presente cuestión de constitucionalidad señala expresamente que «la validez del proceso. como el de la intrínseca naturalcza de la Sentencia que se dicte. depende, única y cxclusivamentc, de dicha Ley»,afirmando así, tanto la aplicabilidad al caso de los artículos 6." y 7." de la Ley en cuestión como la dependencia del tallo respecto a la iralidex de dichos preceptos. A la pregunta de si la argumcntación del Abogado del Estado es suficiente para invalidar esta aseveración, no encontramos respuesta afirmativa, si tenemos en cuenta que, aun cuando el recurso de casación, en lo que aquí importa, sc refiere a infracción de Ley, centrándose en la del artículo 14.3 del Código Penal (cuya constitucionalidad n o sc pone e n duda), la aplicación adecuada de este artículo n o debe cscindirsc de la del precepto que defina las características del tipo penal concreto de que se trate, ya que l a autoría como coopcrador necesario (según lo señalado en el mencionado articulo 14.3 del Código Penal) n o es determinable sin rcfcrencia a una acción concreta, de modo que la invalidez de la tipificación penal de Csta traería como resultado la inaplicabilidad en el orden penal, y con consecuencias penales, del mismo concepto de «autor». N o se es «autor» en abstracto, sino autor de algo. y e n el orden penal, de un delito tipificado en una norma. De ahí que en el presente caso no quepa escindir el motivo de casación referido al artículo 14.3 del Código Penal de las prcvisiones del artículo 6."dc la Lcv 40/1979, cuya constitucionalidad se cuestiona, dado que la aplicación de dicho articulo 14.3 no puede independizarse de la del artículo 6." de la Ley 40/1979, que constituye su misma base. En cuanto a la alegación según la cual la condena impuesta v recurrida en casación quedaria justificada, aun- que, como consecuencia de que resultasen inconstitucio- nales los artículos 6:' v 7." de la Lcv 40/ 1979, hubiera que aplicar los preceptos correspondientes de la Ley de 1938, es de observar que la «reviviscencia» de esa Ley supondría un cambio en los parámctros penales determinantes de la condena, lo que podría, evidentemente, suponer la aplicación de una pena idintica o podría n o suponerlo; siendo esta una cuestión que no corresponde apreciar a este Tribunal, ya que el objeto de la cuestión de constitucionalidad n o es -como en el recurso de amparo- la protección de un derecho individual, sino la eventual dcclaración de conlormidad o inconlormidad de una norma con la Constitución. con eficacia «crga omncs» y en cumplimiento de una tarea de depuración del ordenamiento. c ) Ln u l i i i i i a objeción del Abogado del Estado a la admisión dc la cuestión planteada se refiere (antcccdcntcs. 6, c ) a que Csta no lo ha sido en el momento procesal oportuno, esto es, una \fez concluso el procedimiento del recurso de casación dentro del plazo para dictar Sentencia, como requiere el articulo 35.2 de la LOTC. Alude ciertamente a la doctrina de este Tribunal, en su Scntcncia 811982, de 4 de marzo («BOE» del 22, fundamento ,jurídico I ) , según la cual el planteamiento prematuro de la cuestión puede no ser rechazado por este Tribunal en \irtud de un principio dc economía, cuando ia ulterior tramitación resulte irrelevante desde el punto de vista de la cuestión constitucional; pero entiende que ello no sería de aplicación en este caso, ya que, entre otras razones, de haberse celebrado la vista, los informes correspondientes seguramente hubieran evidenciado que los motivos de casación aducidos eran ajenos a la cuestión. Ahora bien. si se admite que la Sentencia depcndcría de la constitucionalidad de los preceptos puestos en cuestión. es dilicilmentc concebible que la tramitación pendiente pudiera afectar de alguna forma al ob,jcto de tal cuestión. cuya resolución se configura como previa a cualquier continuación del proceso, ya que vicnc a incidir e n los presupuestos esenciales del mismo, esto es, en la norma sustanti\,a aplicable. Y esta norma sólo puede precisarse rcsol\,icndo la cucstibn planteada. 3. En lo que atañe \'a al Iondo de la cuestión, es de o b s c n a r en primer tkrniino que el Abogado del Estado y el Ministerio Fiscal coinciden e n conectar, como hiciera tambicn, por su parte, la Sala Segunda del Tribunal S u premo en su Auto ?' en su escrito de planteamiento de l a cuestión de inconstitucionalidüd, la reserva de Ley Orgánica del artículo 81 . I de la Constitución Española con el artículo 25.1 de la misma, que consagra el principio dc legalidad en materia penal. Pero a dilcrcncia de lo que apunta la Sala Segunda del Tribunal Supremo, niegan ambos la existencia de un desarrollo del principio de legalidad del artículo 25.1 que cxi,ja en todo caso, y concretamente en Cstc, Ley Orgánica. Al decir el articulo 25.1 de la Constitución que «nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de producirse n o constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la Icgislación vigente e n aquel momento», da expresión general al principio de legalidad en materia sancionadora, del que - 315 - se deriva que una sanción, de privación de libertad u otra, sólo procederá en los casos previstos y tipificados en normas prccstablccidas y únicamente en la cuantfa y extensión previstas por dichas normas. El artículo 81.1, por su parte, incluye cntrc las Leyes Orgánicas, que el mismo introduce en el ámbito constitucional, alas relativas al desarrollo de los derechos fundamentales.. Y la cuestión estriba en s i el articulo 25.1. en conexión con el 8 I . 1 , cabe deducir una reserva de Ley Orgánica en materia sancionadora. Como señala el Abogado del Estado, el artículo 25.1 contempla toda norma sancionadora. incluida la que ticnc por ob,icto las inlraccioncs administrativas, ?, como hemos visto. se rclicre a la exigencia de que nadie pueda ser condenado o sancionado por injusto penal o administrativo que no haya sido tipificado prcviamcntc corno tal según la legislación vigente cuando se produjo. La .legislación», cn materia penal o punitiva, se traduce en la areserva absoluta. de Ley. Ahora bien, que esta reserva de Ley en materia penal implique reserva de la Ley Orgánica es algo que no puede deducirse sin más de la conexión del articulo 81.1 con el mencionado artículo 25.1. El desarrollo al que se refiere el artículo 81.1 y que requiere Ley Orgánica tendrá lugar cuando sean objeto de las correspondientes normas sancionadoras los adcrcclios lundamcntalcsw. u n supuesto que, dados los tcrminos en que la cucstibn de constitucionalidad ha sido planteada. n o nos corresponde aquí determinar. FALLO En atención a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional, por la autoridad que Ic confiere la Constituci6n de la Nación espanola. Ha decidido: 1 *; Ouc no ha lugar a las excepciones de inadmisibilidad de la cucstibn de inconstitucionalidad opuesta por el Fiscal General del Estado y el Abogado del Estado. 2:' Declarar que los artículos 6:' y 7." de la Lev 40/1979 no se oponen a las exigencias del artículo 25.1 de la Constitución en relación con el 81.1, no siendo inconstitucionales por razón de esta conexión. 3:. Comunicar inmediatamente a la Sala Segunda del Tribunal Supremo que ha planteado la cuestión esta Scntcncia. a los cfcctos de lo dispuesto en el artículo 38.3 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. Publiquese en el .&Jlctín Oficial del Estado.. Dada en Madrid, a \vintitri.s de febrero de mil novecientos uchcnta y cuatro.-Siguen las firmas v rúbricas. - 316 - E S COPIA EL SECRETARIO DE JUSTICIA