R° 324 F° 187 T° 13 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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SALA CIVIL PRIMERA
Resolución N°: 324
Folio: 187
Tomo: 13
En la ciudad de Santa Fe, a los 17 días del mes de Diciembre del año dos mil doce, se
reunió en Acuerdo Ordinario la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Civil y
Comercial de Santa Fe, integrada por los Dres. Abraham L. Vargas, Edgardo I. Saux y
Armando L. Drago, para resolver los recursos de nulidad y apelación deducidos por el
tercero excluyente (v. fs. 279) y de apelación, incoado por el demandado (v. fs. 281) contra
la sentencia de fecha 22 de mayo de 2008 (v. fs. 268/274) dictada por el Juzgado de
Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la Tercera Nominación en los autos
caratulados “GARELIK, RUBEN HORACIO C/ MARIAUX, OSCAR RAUL S/
ACCION REIVINDICATORIA” (Expte. Sala I N° 27 – Año 2009), que fueran
concedidos de modo libre y con efecto suspensivo a fs. 280 y 282, respectivamente. Acto
seguido el Tribunal estableció el orden de votación conforme con el estudio de los autos
-Vargas, Saux y Drago- y se planteó para resolver las siguientes cuestiones:
1era.: ¿La sentencia recurrida es nula?
2da: ¿En su caso, es ella justa?
3ra.: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
Determinado el orden de votación en cuya virtud éstos pasan a estudio, a la primer
cuestión, el Dr. Vargas dijo:
Contra la sentencia en crisis, el tercero excluyente dedujo recurso de nulidad. Sin
embargo, no lo ha sostenido autónomamente en esta sede. De todas maneras y a todo
evento, las críticas que contiene el memorial respectivo pueden obtener suficiente respuesta
en el tratamiento del recurso de apelación por cuanto no refieren a vicios in procedendo,
sino in iudicando. Por lo tanto, no advirtiendo irregularidades procesales ni vicios en el
procedimiento que justifiquen un pronunciamiento de oficio, cuanto cabe es su
desestimación.
En consecuencia, así voto.
El Dr. Saux, expresó, a su vez, iguales razones en parecidos términos y votó, por lo
tanto, en igual sentido.
A la primer cuestión, el Dr. Drago dijo:
Habiendo tomado conocimiento de estos autos y existiendo votos totalmente
concordantes de dos jueces, de conformidad al art. 26 de la Ley 10.160 y a la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, me abstengo de emitir opinión.
Propuesta la segunda cuestión, el Dr. Vargas dijo:
A. SOBRE EL RECURSO DE APELACION DEDUCIDO POR EL
DEMANDADO (OSCAR RAUL MARIAUX)
No obstante haber interpuesto oportunamente recurso de apelación contra la
sentencia en crisis (el que le fue concedido en modo libre y con efecto suspensivo –ver
fojas 281 y 282 respectivamente-), el demandado dejó vencer el término para expresar
agravios (v. informe actuarial de fs. 311), presentando su apoderado renuncia al poder
otorgado (v. fs. 313). Posteriormente, se le confiere a aquél un plazo de tres días para suplir
la representación y, atento a que no levantó dicha carga, es declarado rebelde a fs. 322.
Por tanto corresponde declarar desierta la apelación deducida por el Sr. Oscar Raúl
Mariaux imponiéndosele las costas (arg. arts. 364 y 251 del C.P.C.C.).
B. SOBRE EL RECURSO DE APELACION DEDUCIDO POR EL
TERCERO EXCLUYENTE (PABLO A. FACINO)
I. Antecedentes:
Mediante sentencia definitiva de fecha 22.05.2008, el Juez a quo resolvió hacer
lugar a la demanda, declarando el derecho de Rubén Horacio Garelik a tomar posesión de
los inmuebles comprendidos en la demanda, condenando a Pablo Jesús Facino y Oscar Raúl
Mariaux a reivindicarlos a la actora, con costas a la demandada y al tercero excluyente.
Para así decidir expresó que “el actor, mediante apoderado inicia acción
reivindicatoria en los términos del art. 2761 del Código Civil, contra los Sres. Oscar Raúl
Mariaux, respecto de un inmueble sito en San José del Rincón, conforme los hechos que
relata del siguiente modo. Dice el accionante que en fecha 29 de diciembre de 1998,
mediante escrituras N° 61, 62 y 67 pasadas por ante el Escribano Público Jorge A.
Giavedoni, adquirió tres lotes de terreno ubicados en la mencionada localidad,
Departamento La Capital, de esta provincia, individualizados como lotes II, III y IV del
plano de mensura y subdivisión N° 101.525, inscripto en el Departamento Topográfico de
la Dirección General de Catastro de la Provincia, realizándose la pertinente inscripción de
dominio a los N° 131809, 131811 y 3901, Folios 5705, 5707 y 3901, Tomos 613 Impar y
614 Impar, Departamento La Capital del Registro General de la Propiedad. Sigue diciendo
el demandante que en fecha 12 de Marzo de 1999 y al tratar de ingresar a los inmuebles de
su propiedad, se encuentra con que el paso se encontraba cerrado por una tranquera de
hierro con candado y cadena, ubicada -la tranquera- sobre el Lote III del plano citado; y
que, ante la imposibilidad de ingresar y tratando de averiguar el origen de dicho
cerramiento se le indicó que el Sr. Oscar Mariaux era el que había colocado dicha tranquera
en el candado y cadena descriptos. Posteriormente -dice el actor-, el mismo día, le expresó
al Sr. Garelik ser el dueño del lugar, procediendo a realizar una constancia policial. Sigue
diciendo el demandante que en fecha 30 de Marzo de 1999, se constituyó nuevamente en el
lugar, acompañado en la ocasión por el Escribano Wexler a los fines de realizar una
constatación de la cual surge que a dicha fecha seguían existiendo los impedimentos para
ingresar, ocasión en la que fueron atendidos por la Sra. Graciela Méndez, quien -dice el
relato- dijo ser la esposa de Mariaux, quien habría manifestado que su cónyuge,
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momentáneamente no se hallaba en condiciones de atenderlos ante nuevas preguntas
respondió que ignoraba quien le había vendido a su esposo los inmuebles, que estos son de
Mariaux conforme posesión que el mismo practica y que mediante actuaciones judiciales
que ha iniciado hace tiempo, probará que continúa la misma desde hace más de setenta
años. Agrega el demandante que en la constatación mencionada se destaca que no se
advierten pasturas, cultivos y/o semovientes. Afirma a su vez el actor que según surge de
las Escrituras de Venta que acompaña, es titular de dominio conforme títulos perfectos,
siendo que además -agrega-, como se comprueba con los antecedentes registrales, los
terrenos motivo de la acción, fueron adquiridos originalmente por los sucesores de Bernabé
Mántaras, mediante un juicio de posesión treintañal, tramitado oportunamente por ante el
Juzgado de Primera Instancia de Distrito de la Octava Nominación de Santa Fe, que ordenó
en fecha 22 de Abril de 1976 la inscripción registral a nombre de los herederos del Sr.
Mántaras. Argumenta aquí el demandante que tal situación implica y demuestra además,
que la supuesta posesión que pretende el Sr. Mariaux, no tiene ningún sustento fáctico, al
ser imposible real y jurídicamente que existan derechos posesorios simultáneos sobre un
mismo inmueble, además de que -continúa argumentando el actor- él es comprador de
buena fe y exhibe toda la documentación pertinente que acredita su propiedad, mientras que
contrariamente el Sr. Mariaux carece de todo título que demuestre sus derechos sobre los
citados bienes inmuebles. … Que mediante proveído obrante a fs. 5 se tiene por promovida
la demanda y se cita y emplaza al demandado a estar a derecho, quien, ante su
incomparecencia, es declarado rebelde a fs. 20, lo que es notificado a fs. 22 y vto. A fs. 22
vto. se corre traslado de la demanda. … Que a fs. 32 a 35 … comparece Pablo Jesús Facino,
con patrocinio letrado, invocando ser quien ejerce la posesión pública, quieta, pacífica y
con ánimo de dueño del inmueble objeto de la demanda, manifestando que en los autos
“Garelik Rubén H. c/ Mariaux Oscar R. s/ Medidas Cautelares (Hoy Preparatorias de Juicio
Ordinario)”, Expte. 1419, año 1999 tramitados por ante este mismo juzgado lo ha
acreditado. Asimismo contesta la demanda. Dice que la acción no corresponde contra el Sr.
Oscar Raúl Mariaux y/o cualquier otro y en especial contra el dueño, Sr. Pablo Jesús
Facino. Afirma que en las medidas preparatorias ha comparecido y acreditado su derecho.
Niega por no constarle que en las escrituras citadas por la actora en la demanda, el Sr.
Garelik haya adquirido tres lotes de terrenos como los allí especificados, como que se le
hubiera otorgado la tenencia que tampoco tenían los vendedores. Niega también la
existencia de la constancia policial y lo referido en cuanto a supuestas constataciones del
Escribano Wexler. Dice que es posible que el actor pueda llegar a ser titular del dominio y
que muchos años atrás los sucesores de Bernabé Mántaras fueran poseedores, pero -afirmacon el correr del tiempo, ahora es otro el poseedor y posee de tal forma que al actor le ha
sido imposible entrar en el predio, como lo dice en su escrito de demanda, no habiendo -el
actor- tenido jamás la posesión del predio. Niega por otra parte que el actor será comprador
de buena fe, ya que -afirma- él conocía la situación y el precio de compra no guarda
relación con el real valor del inmueble. A continuación hace su relato de los hechos. Dice el
Sr. Facino que el Sr. Oscar Raúl Mariaux se encontraba en la posesión con ánimo de dueño
del inmueble y que por acto notarial N° 44, del 5/4/96, pasado ante el Esc. Ignacio J.
Alberdi, Registro N° 247, Santa Fe, Mariaux le vendió, cedió y transfirió, con la
participación intervención y consentimiento de su esposa, Clara Graciela Méndez, todos los
derechos y acciones posesorias que tenía, le correspondían y aún pudieran corresponderle
como único y exclusivo poseedor sobre el inmueble que describe … Dice también el
compareciente que Mariaux lo colocó en la posesión quieta y pacífica del inmueble objeto
de la cesión de derechos y acciones y le transmitió el derecho de propiedad sobre las
edificaciones, bomba para la provisión de agua, corrales, alambrados, todo lo clavado
plantado, de alguna manera adherido al suelo, mejoras de cualquier tipo, etc., con la sola
excepción de efectos de tipo personal, muebles y útiles del cedente. Agrega que en el acto
notarial, consta que el cedente manifestó ser el único y exclusivo poseedor del inmueble y
que lo hacía a título de propietario con ánimo de dueño, quieta, pacífica y públicamente lo
habita y posee desde hace más de 25 años (año 1996), habiendo nacido en dicho inmueble,
que también ocupa su esposa, desde su casamiento, el 13/3/74 y hasta luego los hijos del
matrimonio. También expresa el señor Facino, que ha autorizado al cedente a permanecer y
habitar el inmueble, a título precario y gratuito, mientras no requiera su retiro, lo que en tal
caso -afirma- deberá hacer de inmediato, por lo que a partir de la fecha del acto notarial, el
Sr. Mariaux ha quedado en el inmueble como simple tenedor de la cosa poseyendo por él
(por el compareciente). Expresa así también Facino que su posesión no es oculta, habiendo
entrado en la misma por la tradición voluntaria que se le hizo cuando adquirió el inmueble
y la mantiene a través de actos materiales. En cuanto a las escrituras citadas en la demanda,
expresa que en ellas no se dice que la posesión fuera otorgada por la vendedora y que solo
al final manifiesta Garelik “que se encuentra en posesión del bien que adquirió”. No
obstante se pregunta qué posesión es ésta si la actora confiesa en la demanda que no puede
entrar al campo y afirma que no existe posesión si el que dice que posee no puede ingresar
a la cosa. Y agrega, que esta absoluta falta de posesión impide que prospere la
reivindicación, aun cuando quien la pretende efectivamente resulte ser el titular del
dominio. A continuación, plantea el compareciente Pablo Jesús Facino, como defensa
contra quienes resulten titulares de los inmuebles y en especial el Sr. Rubén Horacio
Garelik, la prescripción adquisitiva, a los fines de que se declare que ha adquirido la
propiedad que describe, … A este respecto dicho compareciente relata que por más de 25
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años el Sr. Oscar Raúl Mariaux fue poseedor, a título de dueño de los inmuebles que por
escritura N° 44, el 5/4/1996, le vendió, parte del cual -afirma- es objeto de la demanda de
reivindicación. Reitera que recibió la posesión de los inmuebles de su anterior propietario
que le cedió sus derechos, como consta -dice- en la escritura, poseyendo como dueño, sin
vicios de precariedad, clandestinidad o violencia. Agrega que su justo título oneroso hace
presumir su buena fe. Sigue diciendo el Sr. Facino que ha poseído antes Mariaux y desde la
fecha de la escritura en las condiciones del art. 399 del Código Civil, excediendo, la
posesión el plazo del art. 4015 del Código citado. Argumenta a su vez que no existe interés
fiscal. … Que mediante proveído de fs. 36 se tiene al Sr. Facino por presentado y
domiciliado, no dándosele intervención por no ser parte del proceso. A fs. 38 se le da
intervención en los términos del art. 301 del CPCC, corriéndose traslado de ello a las
partes. A fs. 398 contesta la actora. A fs. 51 se hace lugar a la pretensión de intervención
formulada por el Sr. Pablo Jesús Facino teniéndoselo al mismo como tercero excluyente en
la presente causa, con los efectos y alcances previstos en el art. 301 y concordantes del CPC
y C. Que a fs. 54 y atento lo resuelto a fs. 51 se corre traslado de la demanda a Pablo Jesús
Facino, quien la contesta a fs. 60 y 63, escrito en el que éste se remite a su anterior de fs. 32
a 35, incluyendo el planteamiento, como defensa de la prescripción adquisitiva de los
inmuebles objeto de la demanda de reivindicación. …”. Consideró que “como se desprende
del relato precedente, el demandado principal, Oscar Raúl Mariaux, no contestó la
demanda, por lo que, en principio resultaría de aplicación, a su respecto, lo normado por el
art. 143, del CPCC. No obstante corresponderá examinar la pretensión a la luz de los
términos del responde que sí efectuara Pablo Jesús Facino, (tenido como tercero excluyente
en la resolución de fs. 51), el que corre agregado a fs. 32 a 35 de autos. Que como ya se
viera … el tercero opone al progreso de la reivindicación deducido y como defensa contra
quienes resulten titulares de los inmuebles y en especial el Sr. Rubén Horacio Garelik, la
prescripción adquisitiva, a los fines que se declare que ha adquirido la propiedad del
inmueble que describe … Que en relación a lo dicho en el párrafo anterior, a mi juicio, no
obstante el pedimento que formula el Sr. Facino, al no haber deducido reconvención
respecto a la prescripción adquisitiva que invoca, solo podrá considerarse a la misma …
como defensa, conforme la previsión del art. 24 de la ley 14150. … Que la titularidad
registral de los inmuebles por los que se acciona en cabeza del actor, se encuentra
suficientemente acreditada con los títulos que en fotocopia certificada obran a fs. 6 a 14 y
con el informe del Registro General de fs. 156 a 158. Que el tercero excluyente afirmó ser
el único dueño de tales inmuebles y que el Sr. Oscar Raúl Mariaux solo posee para él. …
Que planteados así los hechos, corresponderá examinar si el tercero acreditó los extremos
que posibilitan la adquisición del dominio por prescripción conforme lo prevé el art. 4015
del Código Civil, de los inmuebles objeto de la reivindicación y por tanto si la defensa
basada en la misma puede tener acogimiento. Desde ya debo decir que, a mi juicio, la
cesión de derechos y acciones invocada por Facino … no constituye justo título en los
términos del art. 4010 del Código Civil, en tanto no tuvo por objeto la transmisión del
dominio de los inmuebles en cuestión por quien no es titular del mismo … sino la cesión de
derechos y acciones posesorias referidas a tales bienes. Que no obstante encuentro
necesario antes que anda dejar sentado que, a mi juicio, y siguiendo en este a importante
doctrina y jurisprudencia, quien ha adquirido la titularidad de un inmueble puede accionar
por reivindicación del mismo, aunque no hubiere adquirido su posesión. … Que como ya se
dijera, Facino sustentó su derecho a adquirir el dominio por prescripción, accediendo la
posesión que dice ostentar, con la que, afirmó, tenía Oscar Raúl Mariaux, al momento de la
cesión instrumental en el documento referido precedentemente. Que de los elementos de
convicción producidos en la causa, a mi juicio no surge suficientemente probada la
posesión de Oscar Raúl Mariaux, en los términos del ya citado art. 4015 del Código Civil y
en relación a los inmuebles implicados, por las razones que seguidamente expondré: Que en
primer lugar su actitud relativa a la posesión examinada resulta contradictoria. Así en las
Medidas de Aseguramiento de Pruebas, tramitadas en los autos “Mariaux, Oscar Raúl s/
Aseguramiento Pruebas, Expte 157, año 96 de trámite por ante el Juzgado de Primera
Instancia Civil y Comercial de la Novena Nominación”, que tengo a la vista, dijo ser
poseedor de un inmueble en San José del Rincón, sobre la ruta provincial N° 1 y entre ésta
y los bañados de la Laguna Setúbal, de una superficie de 283.912 metros cuadrados, desde
el 8 de octubre de 1953. Ello resulta coincidente con lo que expresara al absolver
posiciones en los autos Expte. 1496/96 del Juzgado de Circuito N° 1 primera Nominación
-fs. 115 y vto.- y en la antes referida cesión celebrada mediante la escritura pública que en
fotocopia obra a fs. 27 a 31. Sin embargo, al absolver posiciones -en el presente expte.-,
según acta obrante a fs. 141 expresó que es cierto que no posee ningún título de propiedad
sobre los lotes II, III y IV del plano 101525, porque están todos en el mismo campo,
agregando que no tiene título de propiedad sobre ese campo porque no es suyo, que el
dueño de ese campo es Raúl Pautasso (respuesta a la posición 1) del pliego de fs. 140. A su
vez admitió también como cierto que los inmuebles de referencia con anterioridad fueron
poseídos por el Sr. Bernabé Mántaras y sus sucesorios (respuesta a la posición 2 del mismo
pliego). Al responder a la siguiente posición reconoció como cierto no haber obtenido
reconocimiento judicial de sus supuestos derechos. Y al responder a la posición cuarta dice
que es cierto que no ha abonado las tasas e impuestos de los inmuebles de referencia,
aclarando que no los ha abonado porque los inmuebles no son suyos. Todo ello, claro está
resulta contradictorio con lo respondido a la posición 5, siempre del pliego de fs. 140,
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situación (de contradicción) que se acentúa cuando es interrogado acerca de si cedió y en
qué fecha los derechos posesorios sobre ese campo o predio (pregunta ampliatoria),
responde que no lo cedió. A ello cabe agregar que, la falta de contestación de la demanda,
en principio implicó el reconocimiento de lo aseverado en la misma en cuanto a que la
supuesta posesión del Sr. Mariaux no tiene ningún sustento fáctico, al ser imposible real y
jurídicamente que existan derechos posesorios simultáneos sobre un mismo inmueble
refiriéndose en este caso el actor a la que detentaron los sucesorios de Bernabé Mántaras,
conforme lo decidido en el juicio de posesión treintañal que promovieran por ante el
Juzgado de Primera Instancia de Distrito de la Octava Nominación de esta ciudad … Que
no obstante y sin perjuicio de lo dicho en el párrafo anterior, ni la prueba rendida en los
antes autos “Drimaricci, Jean c/ Mariaux, Oscar Raúl y otro s/ desalojo”, Expte. 1496, año
1996, tramitado por ante el Juzgado de Circuito N° 1 Primera Nominación Primera
Secretaría de esta ciudad, citados más arriba, cuyas copias certificadas también tengo a la
vista; como tampoco la (prueba) producida en esta causa, desvirtúa lo dicho por la parte
actora respecto a la simultaneidad de posesiones teniendo en cuenta la reconocida en los
citados autos tramitados por ante el Juzgado de la octava nominación. Ello es así en tanto,
la totalidad de los testigos que en ambas causas manifestaron conocer que Mariaux poseía
los inmuebles en cuestión, hacen referencia a que tal posesión tiene una antigüedad superior
a los veinticinco años al momento de cada declaración, lo que, aunque inciertamente,
ubicaría su inicio con anterioridad al año 1796. … Que respecto a las declaraciones
testimoniales antes examinadas resulta relevante lo dicho en cuanto a que Oscar Raúl
Mariaux, habría continuado la posesión que habrían tenido sus padres, ya que en muchos
casos se recalca que aquél poseería los inmuebles en razón de haber nacido en el lugar. Sin
embargo, en los autos caratulados “Suc. Bernabé Mántaras s/ Posesión treintañal, Expte. N°
1614, año 1969”, de trámite por ante el Juzgado Civil y Comercial de la Octava
Nominación de esta ciudad, se declaró adquirido el dominio por prescripción -de los
inmuebles aquí involucrados- por parte de los herederos de Bernabé Mántaras y doña
Amábila Mántaras de Mántaras y Antonio Pautasso, siendo éstos o sus herederos quienes,
según se desprende de los títulos … de las copias de las fichas … y de la constancia de
inscripción … quienes le transmitieran (el dominio) al aquí actor, luego de la división de
condominio a que se hace referencia en los correspondes de tales títulos. Y la sentencia de
primera instancia dictada en los autos de mención (luego confirmada por la Cámara), data
del día 29 de Marzo de 1974 (vide fs. 250 a 255, de tales autos). Ello a mi juicio revela la
superposición de posesiones a la que alude el actor en su demanda, lo que a todas luces
resulta insostenible, sobre todo teniendo en cuanta que en relación a la que detentaban los
transmitentes del accionante, tiene el reconocimiento de una sentencia judicial, pasada en
autoridad de cosa juzgada. Sin perjuicio de ello cabe también puntualizar que en ningún
momento, como se vio, fue precisado el cabo inicial de la supuesta posesión de Oscar Raúl
Mariaux. … Claro está que ello aquí resulta determinante, en tanto, como se dijo más
arriba, el actor invocó la accesión o unión de su posesión a la del nombrado Mariaux. Tal es
así en tanto, dada tal invocación, necesariamente debe examinarse la prescripción sobre la
existencia de los actos posesorios realizados, por este (Mariaux) y luego por aquél (el
actor), pues la razón para explicar la accesión de posesiones prevista en el art. 4005 Código
Civil -que son distintas y separables entre sí- es la de que el cedente traspasa a su sucesor a
título singular los derechos y ventajas resultantes del estado de hecho de su posesión, y así,
mediante la accesión, el cesionario pueda completar el tiempo requerido para prescribir a su
favor … Que en suma y teniendo en cuanta los elementos examinados respecto de la
acreditación de la posesión invocada en la demanda, a mi juicio el demandante no logró
sustentar su excepción, por lo que, teniendo en cuenta los títulos exhibidos por la
demandante, como así también la inscripción dominial derivada de los mismos, la demanda
debe prosperar. ...”.
II. Agravios:
1. Que contra dicha resolución, el tercero excluyente deduce recurso de apelación a
fs. 279, el que es concedido de modo libre y con efecto suspensivo a fs. 280.
2. Ello así y radicados los presentes en esta sede, se le corre traslado para expresar
agravios, levantando dicha carga procesal a fs. 307/309 manifestando que “la sentencia ha
admitido la demanda de reivindicación que interpusiera el actor, basándose en que la
existencia del juicio de prescripción treintañal promovido por los sucesores de Bernabé
Mántaras, los que luego de la división de condominio le transmitieran los derechos al actor.
Señala expresamente que dicha sentencia cobró firmeza el 29 de marzo de 1974. Afirma
que al existir esa posesión no puede superponerse otra sobre el mismo bien, con lo que la
alegada sucesión o accesión de posesiones del compareciente y Mariaux son inexistentes a
los fines jurídicos y por ello acoge la demanda. Como señala la misma sentencia, la familia
Mariaux ha poseídos los lotes que se pretenden reivindicar por más de setenta años y tres
generaciones. El demandado cedente ha nacido en el terreno y todos los testigos son
contestes con ello. Sus posiciones son coherentes en ese sentido y no se apartan de lo
testificado y de lo afirmado por su esposa al momento de la constatación que también se
refiere en la sentencia. Sin perjuicio de ello, el juez admite la posesión de Mántaras como
excluyente de la posesión de Mariaux, fundándose en que éste dice que sus lotes están
dentro del campo de Mántaras. El juez debe ponderar las declaraciones de las partes como
meros ciudadanos y según el grado de cultura de cada uno, no puede darle sentido preciso y
jurídico a dichos de quién no sabe derecho y es casi iletrado. Su función está en interpretar
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los que en realidad ha querido decir. … Ha dicho que eso es de él o más aún, de su familia
durante tiempos inmemoriales. … Sus declaraciones en todos los autos no hacen más que
expresar es firme convicción de ser propietario, poseedor o como sea que se le llame en el
lenguaje llano de un hombre de la costa, nacido, criado y trabajado en ese “su” lugar. Esto
es lo que todos los testigos manifiestan como cierto, en forma unánime y con convicción. ...
Desde este punto de vista, la interpretación que hace el juzgador es equivocada y agravia a
mi parte por ser un fundamento erróneo para el dictado de la sentencia de mérito. III.3. Las
posesiones: El juez comete tres errores. El primero cuando afirma que la posesión de
Mariaux no puede superponerse con la de Mántaras. El segundo cuando después de la
sentencia de Mántaras deja de computar tiempos de posesión a favor de Mariaux. El tercero
cuando admite el derecho del tercero de ejercer una acción real que no tiene. 1) Como lo
vengo diciendo, Mariaux ha poseído dentro de un terreno mayor, los lotes objeto de esta
acción. Nunca ha reconocido a Mántaras como poseedor o propietario. Su
“reconocimiento” al absolver posiciones de que el campo es de Raúl Pautasso, no importa
un reconocimiento del carácter de dueño que el juez le atribuye. En efecto, él siempre ha
dicho que no tiene título porque hubo otros que lo tenían, pero no es una explicación
jurídica sino simple razón de un hombre llano para justificar que no tiene título. No importa
reconocimiento alguno. El juez ha dividido la confesión en su perjuicio y en el mío. Ha
omitido interpretar como corresponde a un hombre de derecho la postura de ese hombre
llano. En efecto, Mariaux no ha mentido. Ha dicho la verdad. No tiene título, porque nunca
lo reclamó judicialmente. No pagó porque no estaban a su nombre los impuestos. Pero es y
se siente dueño sin importar las “minucias” judiciales, porque esos terrenos nunca le
importaron a nadie, salvo a Mariaux, hasta que por gestiones comerciales a alguien le
interesó hacer loteos en la zona y cobraron valor. Entonces comenzaron las “posesiones”
que arrasaron con todo y todos, gente que siempre vivió como dueño y nunca se enteró de
que eran desposeídos. Mariaux no mintió cuando me cedió sus derechos y ese fue un acto
de convicción absoluta de que hacía algo que realmente podía, sin perjuicio de “los
papeles”, “los títulos”, con honradez. El juez no ha hecho una exégesis de la declaración
que ha analizado y no la ha comparado con los testimonios, contradiciendo la prueba y
dividiendo la confesión para llegar a un resultado equivocado. Es más, afirma que ha
habido superposición de posesiones y en realidad eso es imposible jurídicamente y en los
hechos, porque, como dice bien el juzgador, no puede haber dos posesiones simultáneas
para el derecho. Tampoco puede serlo en los hechos y siendo que la posesión es un hecho
con consecuencias jurídicas, mientras Mariaux fuera y se sintiera y ejerciera como dueño,
lo que está probado, Mántaras o Pautasso o quien fuera no podía poseer. Menos por más de
tres generaciones en ese estado jurídico. 2) En última instancia y en el peor de los supuestos
para esta parte, también se equivoca cuando no computa los plazos posteriores. El título que
el juzgador sostiene que es antecedente válido de la posesión que da lugar al que sustenta la
demanda, es de fecha 29 de marzo de 1974, vale decir, que si no hubiera sido posible la
posesión de Mariaux hasta entonces o quedara invalidada, desde entonces han transcurrido
más de veinte años hasta la iniciación de la demanda, tiempo durante el cual Mariaux
poseyó a título de dueño, conforme resulta de sus manifestaciones, del hecho que nunca fue
turbado en su posesión ni yo lo fui luego. Vale decir, que en este caso, y sin perjuicio de
toda la interpretación anterior, hay un hecho cabalmente demostrado, de que Mariaux fue
poseedor a título de dueño y que en tal carácter yo he adquirido el dominio por el acto de
cesión. 3) El tercer error del juez es admitir una acción que sólo está en cabeza del dueño, y
que en modo alguno tiene el actor ni su transmitente, por no haber tenido jamás la posesión
del bien. … Nadie puede transmitir un derecho mejor o mayor que el que tiene, por lo tanto,
el actor no puede subrogarse en nada, porque nada es nada y no derecho. El caso
mencionado no es aplicable, porque no es idéntico. A poco que se lo analice se verá que se
trata de la transmisión de un título perfecto, el que hace referencia, con lo que el que tiene
un derecho -reivindicación- puede transmitirlo. Ahora bien, el actor es cesionario de una
persona que nunca tuvo la posesión, no tuvo título perfecto por falta de tradición y por ende
no pudo traditársela -art. 2601 CC-. Si no tuvo dominio por falta de tradición, las acciones
reales del dominio no se transmiten, lo que hace esta demanda improponible. El título
imperfecto -art. 2602 CC- no es suficiente y se limita lo que puede transmitirse -art. 2603
CC- ya que solo se traditan los “propios del que lo hace” y no los que no se tienen. IV.
Conclusión: Garelik no es propietario porque no perfeccionó su título y tampoco lo fue su
transmitente, ya que ninguno tuvo título perfecto por tanto no tiene acción. Mariaux poseyó
cuanto menos desde la sentencia que adjudicó una extensión mayor a Mántaras, no
oponiéndose jurídicamente ni él ni su familia por ignorancia de las consecuencias y su
derecho no fue custodiado, pero manteniéndose en los hechos en una posesión a título de
dueño, en forma quieta y pacífica. Del mismo modo, Mariaux me transmitió la posesión,
que siguió en cabeza del suscripto, en forma quieta y pacífica, y se hizo valer para repeler
acciones de desalojo, tal como está acreditado en autos. Luego, la sentencia es írrita y debe
ser revocada. ...”
III. Contestación de los agravios
Corrido el pertinente traslado, los agravios son contestados por la parte actora
conforme escrito que luce a 327/328 vto.
IV. Análisis
1. A partir de este contexto fáctico, hay algunas premisas de rango legal, dogmático
y conceptual que es inexorable resaltar, y que tratándose de un juicio como el que nos
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ocupa, en el cual se peticiona el reconocimiento de la titularidad dominial de un bien
inmueble sin que medie un acto jurídico traslativo a título oneroso o gratuito de quien fuere
el anterior dueño, todo el tema está imbuido de pautas de orden público.
Así, y ante todo, es sabido que en materia de usucapión estamos ante un modo
excepcional de adquirir el dominio, y que como tal la realización de los actos comprendidos
en el art. 2373 de dicho cuerpo legal y el constante ejercicio de esa posesión deben haber
tenido lugar de manera insospechable, clara y convincente (Fallos: 300:651; 308:1699 y
316:2297), lo cual no se puede inferir de pruebas insuficientes (Fallos: 311: 2842). Es decir,
que no basta con que se acredite un relativo desinterés por el inmueble por parte del
demandado, sino que es necesaria la cabal demostración de los actos posesorios efectuados
por quien pretende usucapir y que sean lo suficientemente idóneos como para poner al
propietario, que debe haber tenido conocimiento de ellos, en el trance de hacer valer por la
vía que corresponda los derechos que le han sido desconocidos (en igual sentido, fallos de
esta Sala, 26.4.00, “Renna, Woerz s/ usucapión”, Fallos 48-164; 29.12.00, “Paz c/
Propietarios desconocidos s/ usucapión”, Fallos 48-411; 12.9.01, “Petrosino c/ Bravo”,
Fallos 49-93; 14.11.01, “Rivas c/ Herederos de Felipe Peralta”, Fallos 49-14; 10.10.02,
“Club Atlético Chacarita Juniors de Santa Fe c/ Peralta, Matilde s/ usucapión”, Fallos 49479; 1.10.07, “Neme, María Silvia Micaela y otros s/ usucapión”, Protocolo Único, tomo 5,
Folio 96; 5.5.09, “Delmonte de Carles, Norma s/ usucapión”, Protocolo Único t. 7 Folio 40;
22.4.10, “Espinosa, Elido Federico s/ usucapión”, Protocolo Único, tomo 8 folio 178; etc.).
Por su parte y como es sabido, la usucapión se hace valer judicialmente a través de
dos vías procesales distintas, para cuya admisibilidad son también diferentes los requisitos
instrumentales que se deben cumplimentar a raíz de su invocación. Estas dos vías
procesales son: la demanda, incluida la reconvencional, para obtener un título en sentido
instrumental a cuyo efecto se intenta la acción declarativa de prescripción adquisitiva de la
ley 14.159 (con las modificaciones del decreto-ley 5756/58), y la excepción o defensa de
prescripción adquisitiva opuesta para evitar la desposesión en el juicio de reivindicación
(Areán, Beatriz; "Juicio de usucapión", páginas 68/69).
"En el supuesto de que la usucapión se haga valer procesalmente por vía de
excepción estamos frente al caso judicial que se presenta cuando el propietario de un
inmueble que ha perdido la posesión, promueve, como parte actora, un juicio de
reivindicación contra el poseedor actual y éste opone al progreso de la demanda la
excepción de prescripción adquisitiva como defensa, fundada en la posesión pública,
pacífica, continua e ininterrumpida durante el transcurso del término de por lo menos 20
años, pero sin reconvenir por la adquisición del dominio. En esta hipótesis no se debe
cumplimentar ningún requisito instrumental como recaudo de admisibilidad de la excepción
(art. 24, ley 14.159, modificado por decreto-ley 5756/58), contrariamente a lo que ocurre
cuando la usucapión se hace valer por vía de acción, dado que tanto el propietario como el
inmueble ya han quedado individualizados al demandarse; pero es necesario tener en claro
que la eximición relativa a la agregación del certificado de dominio y del plano de mensura
debidamente aprobado, como requisitos documentales de admisibilidad de la vía procesal,
no libera al accionado de producir toda la prueba documental que sea necesaria para el
triunfo de su defensa y que, obviamente estar relacionada con la acreditación de los actos
posesorios y de los caracteres no viciosos que su posesión debe revestir durante el tiempo
necesario para prescribir, prueba ésta que, por lo demás, debe ser complementada con la
informativa en aquellos supuestos en que la documentación haya sido expedida
por
determinada repartición pública o entidad privada en cuyos archivos o registros obren los
datos relativos a dicha documental; ello sin perjuicio e
producción de los
independientemente de la
otros medios de prueba aplicables" (Mariani de Vidal, Marina –
Goldenberg, Isidoro – Kiper, Claudio; "Registro, excepción, prescripción adquisitiva y
juicio de usucapión", L.L. 1989-E, 1084).
Introducida de esta forma en autos la usucapión, si bien no rigen las limitaciones
probatorias de los arts. 24 ley citada, la necesidad de acreditar los presupuestos básicos de
la adquisición llevan al demandado (y al tercero excluyente) a extremar los recaudos
probatorios (Musto, Néstor J.; "Derechos reales", ed. Rubinzal-Culzoni, Tomo II, pág.
263).
Corre para ambos la necesidad de acreditar los hechos extintivos o que vician o
afectan la eficacia de la relación jurídica invocada por el actor y de la causa generadora del
derecho que postula (art. 2524 inc. 7 C. Civil), debiendo ser la valoración de los medios
estricta, severa (Areán, Beatriz; “Juicio de usucapión”, nº 330, pág. 297) ya que la
adquisición debe comprobarse de
manera
insospechable, por hechos inequívocos y
reiterados, operando la duda en favor del reivindicante por la subsistencia del dominio (art.
2510 C. Civil).
2. Ello así e ingresando al cometido legalmente impuesto he de anticipar que
propiciaré el rechazo de la apelación bajo análisis toda vez que, a mi juicio, la resolución de
la magistrada de la primera instancia es adecuada a los parámetros legales, doctrinarios y
jurisprudenciales que dominan la materia y, asimismo, a los hechos afirmados en la causa y
la prueba colectada a instancias (en su totalidad) de la actora.
2.1. En efecto, en primer lugar debe destacarse que no obstante la infundada crítica
del recurrente (que en lugar de dar fundamentos jurídicos a su crítica solo tilda de erróneo
al razonamiento del a quo) está claro que los lotes de terreno objeto de esta acción de
reivindicación estuvieron bajo la posesión primero y la titularidad dominial después de los
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“sucesores de Bernabé Mántaras” conforme fuera probado y decidido por sentencia que
adquirió firmeza y pasó en autoridad de cosa juzgada en los autos “Sucesores de Bernabé
Mántaras y Antonio Pautasso s/ Posesión Treintañal” (Expte. Nº 1614/1969 de trámite
original por ante el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la
2da. Nominación de Santa Fe y posteriormente por ante el Juzgado de Primera Instancia de
Distrito en lo Civil y Comercial de la 8va. Nominación del mismo Distrito Judicial Nº 1).
De este proceso que tengo a la vista (en original) cuadra destacar que se inicia con
una escritura pública en virtud de la cual el extinto Bernabé Mántaras adquirió los derechos
y acciones de quienes hasta ese momento manifestaron poseer los terrenos en cuestión (v.
fojas 8/12) y que, en el curso del proceso, se presenta y asume el carácter de contradictora
(entre otros) la Sra. Rita Atanasia Carmona viuda de Mariaux (v. fojas 38).
Tramitado el juicio de usucapión en su totalidad, en 29.3.1974 la ex titular del
tribunal aludido dicta sentencia haciendo lugar a la demanda declarando “justificada la
posesión y consiguiente adquisición del dominio por parte de los herederos de Bernabé
Mántaras y doña Amábila Mántaras de Mántaras y Antonio Pautasso” rechazando la
oposición de Rita Atanasia Carmona de Mariaux y Pabla Esmeralda Mario de Espinosa a
quienes impuso las costas ocasionadas por su intervención (ver fojas 250/255, ibídem).
Apelado aquel fallo, en 28.8.1975 la Sala Segunda de esta Cámara de Apelación en
lo Civil y Comercial dicta resolución rechazando el recurso intentado y confirmando en su
totalidad la sentencia emitida en la baja instancia (v. fojas 350/3523 vta., ibídem).
En lo que aquí interesa (y más allá de la inscripción registral del dominio a favor
de los sucesores de Bernabé Mántaras –ordenada en 22.4.1976-) echa de verse que en
16.12.1975 y conforme fuera ordenado por el juez actuante, se puso en “posesión” de los
terrenos de marras a los vencedores en el juicio de usucapión aludido y ello se hizo frente
(entre otros) a la Sra. Rita Atanasia Carmona de Mariaux (ver fojas 365 y vta.). Luego, al
diligenciarse las cédulas respectivas se advierte que, entre otros, quienes fueron notificados
de lo resuelto, estaban Rita Atanasia Carmona de Mariaux, Rita Ofelia Mariaux, Antonio
Hipólito Mariaux y Mirta Graciela Mariaux (ver fojas 369 vta.); la Sra. Sara Pinto de
Mariaux, Rita Delia Mariaux de Mareco (ver fojas 370 vta.); Carlos José Mariaux, Geneva
Cardozo de Mariaux, Rita Dolores Mariaux, María Luisa Mariaux y Carlos Rubén
Mariaux (ver fojas 382 vta.)
Por ello y más allá de la “eficacia erga omnes” (en este caso por tratarse de un
derecho real) de lo decidido judicialmente (reitero, en sentencia que pasó en “autoridad de
cosa juzgada), bien dijo primero el accionante y luego el a quo, que la supuesta posesión
que podría haber esgrimido en su momento el Sr. Oscar Raúl Mariaux “no tiene ningún
sustento fáctico, al ser imposible real y jurídicamente que existan derechos posesorios
simultáneos sobre un mismo inmueble”.
2.2. El segundo agravio del tercero excluyente refiere al valor que el sentenciante
confirió a la confesional de Oscar Raúl Mariaux.
Es que, recordemos, en ella el demandado nombrado confesó que no tiene título de
propiedad por el campo “no es mío. El dueño de ese campo es Raúl Pautasso” y aditó que
no ha abonado las tasas e impuestos del inmueble de referencia “porque no son míos” (ver
fojas 140/141 del presente).
Ello así, el Sr. Pablo Jesús Facino pretende quitar los efectos jurídico-procesales
propios del medio probatorio (otrora se llamaba a la confesional la “reina de las pruebas”) a
mérito de que –según su óptica- los dichos corresponden a “un hombre llano” y no “de
derecho”. Dice que Mariaux “no ha mentido. Ha dicho la verdad. No tiene título, porque
nunca lo reclamó judicialmente. No pagó porque no estaban a su nombre los impuestos.
Pero es y se siente dueño sin importar las ‘minucias’ judiciales, porque esos terrenos nunca
le importaron a nadie, salvo a Mariaux”.
Así las cosas y más allá del notable esfuerzo retórico del recurrente (que no se nutre
de probanza alguna que, por ejemplo, demuestre que el accionado Mariaux es,
eventualmente, analfabeto –v.gr. arg. inciso 4 del artículo 166, C.P.C.C.-) es lo cierto que el
digesto de rito no distingue entre la Absolución de Posiciones de un hombre “común” (por
así llamarlo) y la de un “profesional del derecho”. A cualesquiera de ambas les da el mismo
tratamiento: “La confesión judicial provocada, aunque sea ante juez incompetente, hace
plena prueba contra el confesante” (arg. art. 166 primer parte, ibídem).
Y Mariaux ha reconocido que la ocupación ejercida carecía de la aptitud para
usucapir, porque no era “con ánimo de tener la cosa para sí” (arg. art. 4015 del C.C.).
En ese orden de ideas, el art. 3989 del C.C. prevé que “La prescripción es
interrumpida por el reconocimiento, expreso o tácito, que el deudor o el poseedor hace del
derecho de aquel contra quien prescribía”. Es decir, ese reconocimiento interrumpe la
prescripción adquisitiva, por lo cual el usucapiente al reconocer el derecho del propietario,
se convierte en “tenedor”, adoleciendo de la carencia de calidad exigida por la ley para
usucapir (más allá que aquí dicha calidad se esgrime como “excepción”), cual es la de ser
“poseedor”.
Nótese, incluso, que el legislador procesal santafesino sólo permite oponer
“documentos fehacientes de fecha anterior” a la confesión judicial “ficta” pero no ante la
“expresa” (o provocada) como es éste el caso (arg. art. 168 del C.P.C.C.).
Por tanto –y dicho esto como obiter dictum pues no fue objeto de capítulo alguno
de los agravios del recurrente- vano ha sido el intento del tercero excluyente al aportar en
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primera instancia como prueba “documental” las constancias de los autos “Drimaracci, Jean
c/ Mariaux, Oscar Raúl s/ Desalojo”, Expte. Nº 1496/1996 del registro del Juzgado de
Primera Instancia de Circuito de la 1ra. Nominación del Distrito Judicial Nº 1 –en los
cuales finalmente se desestimó la pretensión del actor-, máxime, si se tiene en cuenta que,
además, “en el juicio de desalojo se halla descartada toda posibilidad de controvertir el
tema relativo al mejor derecho a la posesión o la posesión misma. Por lo tanto, la
pretensión no procede contra el ocupante que alega su calidad de poseedor, siempre que
este aporte elementos probatorios que, ‘prima facie’, acrediten la verosimilitud de su
alegación. Verificada esa demostración resulta excluido del juicio del desalojo el debate
relativo a la naturaleza de la posesión, ya que la sentencia que se dicte no hace cosa
juzgada sobre el punto y el actor sólo puede entonces hacer valer su eventual mejor
derecho mediante la vía de los interdictos o de las pretensiones posesorias o petitoria (conf.
Palacio, Lino E., "Derecho Procesal Civil", t. VII, pág. 97 y abundante jurisprudencia allí
citada; Morello, G. L. Sosa, R. Berizonce, A. Tessone, "Código Procesal Civil y
Comercial...", t. VII-B, pág. 27/28; C.N.Paz, en pleno, del 15/9/60, public. en L.L. 101-932;
C.N.Civ., "Sala C", del 22/10/92, public. en L.L. 112-142; íd., ídem, del 23/12/96, public.
en L.L. 1997-C, pág. 467 y ss) … Empero, tal como he anticipado, la demandada
reconviniente tuvo sólo la tenencia del inmueble en cuestión, desde que a efectos de
considerársela poseedora del mismo era preciso que en su persona se reunieran el tanto
el "corpus" como el "animus domini". Sin embargo, al reconocer … la titularidad de
dominio en otra persona, mal puede avalarse -como he dicho- su calidad de poseedora del
bien, por no presentarse el último de los elementos señalados. Recuérdese que el establece
que "El que tiene efectivamente una cosa, pero reconociendo en otro la propiedad, es
simple tenedor... y representa la posesión del propietario, aunque la ocupación de la cosa
repose sobre un derecho". Tal como refiriera anteriormente, es preciso que el adquirente
por usucapión sin justo título, además de poseer el bien por un lapso no menor de veinte
años (art. 4015 del Código Civil), que tenga el mismo bajo su poder con intención de
someterlo al ejercicio del derecho de propiedad, puesto que para usucapir es necesario
ejercer la posesión a título de dueño, dado que a ese efecto no sirven los llamados actos de
tolerancia, ni el ejercicio de simples facultades legales (conf. art. 2351 Cód cit.; Lafaille, H.
"Tratado de Derechos Reales", T° I, nº 773 y ss., Peña Guzmán, "Derechos Reales", T° II,
nº 634)” (conf. CNCivil, Sala G., fallo del 14.7.2011 in re “Gianelli, Miguel Ángel y otro c/
Demestre, Diana Ivonne y otros s/ reivindicación”, espigado en La Ley On line,
AR/JUR/42316/2011).
Insisto, antes que quejarse “ahora” por lo que confesó Oscar Raúl Mariaux lo que el
recurrente debió haber hecho (en primera instancia) es prever ello y, consecuentemente,
intentar quitar el valor convictivo “legal” (plena prueba) que tiene dicho medio probatorio
a través de las excepciones que prevén los cuatro incisos del artículo 166 citado.
No habiéndolo hecho, es correcta la aplicación que el a quo hizo de la primera parte
del artículo 166 y los consecuentes efectos jurídicos sobre la pretensión en curso:
“positivos” pues si Oscar Raúl Mariaux no poseyó, ni posee ni quiere poseer mucho menos
pudo “ceder” a Pablo Jesús Facino “derechos y acciones” que jamás tuvo, quiso o quiere
tener.
Luego, la evicción por la cesión –aparentemente onerosa- frustrada será objeto
(eventualmente) de reclamaciones, debate y prueba entre los dos últimos nombrados (Pablo
Jesús Facino y Oscar Raúl Mariaux), pero ello en modo alguno atañe al aquí actor (Rubén
Horacio Garelik).
2.3. Sentado lo expuesto y aunque Pablo Jesús Facino haya o no realizado actos
posesorios sobre los inmuebles citados a partir del 5.4.1996 (fecha de la escritura pública
de cesión de derechos y acciones de Oscar Raúl Mariaux a su favor) sabido es que su
posesión se inicia “viciada” y no puede “acceder” a una eventual anterior (al menos de
parte de Mariaux) pues según el principio del “nemo plus iuris”: “Nadie puede transmitir a
otro sobre un objeto, un derecho mejor o más extenso que el que gozaba; y
recíprocamente, nadie puede adquirir sobre un objeto un derecho mejor y más extenso que
el que tenía aquel de quien lo adquiere” (artículo 3270 del Código Civil).
Es por ello que, en consecuencia y a los fines que nos convocan, de nada sirve (para
el tercero excluyente) haber demostrado actos materiales de posesión “animus domini” con
posterioridad a la fecha indicada (v.gr. colocar alambrados en algunas zonas, otorgar
“permisos de ocupación de precarias viviendas” o celebración de contratos de comodato,
autorizaciones para sembrar y cultivar o para tener animales, abonar algunos impuestos o
tasas, encargar –fuera de tiempo y forma a los fines probatorios- un plano de mensura, etc.)
arrogándose el carácter de “dueño” (que nunca tuvo).
2.4. Aquí lo cierto es que en 17.11.1999 (fecha de inicio del incidente “Garelik,
Rubén c/ Mariaux, Oscar y otro s/ Medidas Cautelares-Aseguramiento de Pruebas”) la
supuesta “posesión” que ejerció desde el 5.4.1996 Pablo Jesús Facino se ve “turbada” por
la reivindicación que en 20.11.2001 dedujo el titular dominial de los tres inmuebles en
cuestión, Sr. Rubén Horacio Garelik.
Por tanto, al no haber logrado probar la “posesión” de su “cedente” (Oscar Raúl
Mariaux) a la cual “acceder” la suya (desde el año 1996) (y sumar ambas) su pretensión
inexorablemente debe ser desestimada.
2.5. Finalmente, en nuevo error conceptual, el recurrente sostiene que “El tercer
error del juez es admitir una acción que sólo está en cabeza del dueño, y que en modo
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alguno tiene el actor ni su transmitente, por no haber tenido jamás la posesión del bien. …
Nadie puede transmitir un derecho mejor o mayor que el que tiene, por lo tanto, el actor no
puede subrogarse en nada, porque nada es nada y no derecho. El caso mencionado no es
aplicable, porque no es idéntico. A poco que se lo analice se verá que se trata de la
transmisión de un título perfecto, el que hace referencia, con lo que el que tiene un derecho
-reivindicación- puede transmitirlo. Ahora bien, el actor es cesionario de una persona que
nunca tuvo la posesión, no tuvo título perfecto por falta de tradición y por ende no pudo
traditársela -art. 2601 CC-. Si no tuvo dominio por falta de tradición, las acciones reales del
dominio no se transmiten, lo que hace esta demanda improponible. El título imperfecto -art.
2602 CC- no es suficiente y se limita lo que puede transmitirse -art. 2603 CC- ya que solo
se traditan los “propios del que lo hace” y no los que no se tienen. IV. Conclusión: Garelik
no es propietario porque no perfeccionó su título y tampoco lo fue su transmitente, ya que
ninguno tuvo título perfecto por tanto no tiene acción”.
No es así: como vimos por resolución judicial pasada en autoridad de cosa juzgada
(y oportunos actos procesales de ejecución de la sentencia frente a los ocupantes de los
lotes) los sucesores de Bernabé Mántaras y Antonio Pautasso obtuvieron no solo el “título”
(en realidad la “declaración” de que poseían quieta, pacífica y públicamente los inmuebles
de marras) sino además “la posesión” de los lotes aludidos [ver fojas citadas de los autos
“Sucesores de Bernabé Mántaras y Antonio Pautasso s/ Posesión Treintañal” (Expte. Nº
1614/1969 de trámite original por ante el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo
Civil y Comercial de la 2da. Nominación de Santa Fe y posteriormente por ante el Juzgado
de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la 8va. Nominación del mismo
Distrito Judicial Nº 1)].
Luego, éstos transmitieron dicha propiedad al aquí actor Rubén Horacio Garelik lo
que instrumento en los respectivos “títulos” inscriptos en el Registro General de la
Propiedad (ver fichas dominiales a fojas 241 a 262 así como la documental obrante a fojas
144/150 referida, en éste caso, al S.C.I.T.).
Por supuesto, si bien el accionante dijo haber obtenido conjuntamente la “posesión”
en el momento de la adquisición aludida (29.12.1998) es lo cierto que si aquí accionó por
“reivindicación” es porque asumió que estaba siendo “turbado” o “impedido” en el
ejercicio del mencionado derecho real.
En tales condiciones y a contrario de lo sostenido por el tercero excluyente, la
pretensión ejercitada es correcta pues, precisamente, el artículo 2758 del Código Civil
prescribe que “La acción de reivindicación es una acción que nace del dominio que cada
uno tiene de cosas particulares, por la cual el propietario que ha perdido la posesión, la
reclama y la reivindica, contra aquel que se encuentra en posesión de ella”.
3. Por todo lo expuesto y si mi voto es compartido por mis distinguidos colegas,
cuanto corresponderá será rechazar el recurso de apelación deducido por el tercero
excluyente, con expresa imposición de costas por lo actuado en esta instancia (arg. art. 251
del C.P.C.C.).
Así voto.
El Dr. Saux, expresó, a su vez, iguales razones en parecidos términos y votó, por lo
tanto, en igual sentido.
A la segunda cuestión, el Dr. Drago dijo:
Conforme al criterio sustentado al tratar la cuestión anterior, me abstengo de emitir
opinión.
A la tercer cuestión, los Dres. Vargas y Saux manifestaron, sucesivamente, que,
de acuerdo a lo que antecede, cuanto corresponde es: a) declarar desierto el recurso de
apelación deducido por el demandado Oscar Raúl Mariaux, con expresa imposición de
costas (arg. art. 251 del C.P.C.C.); b) rechazar los recursos de nulidad y apelación
deducidos el tercero excluyente, Sr. Pablo Jesús Facino, imponiéndole las costas por lo
actuado en esta instancia (arg. art. 251 del C.P.C.C.).
A la misma cuestión, el Dr. Drago dijo:
Conforme al criterio sustentado al tratar la cuestión anterior, me abstengo de emitir
opinión.
Por todo ello, la SALA PRIMERA DE LA CAMARA DE APELACION EN LO
CIVIL Y COMERCIAL DE SANTA FE, RESUELVE: 1) Declarar desierto el recurso
de apelación deducido por el demandado Oscar Raúl Mariaux, con expresa imposición de
costas (arg. art. 251 del C.P.C.C.). 2) Rechazar los recursos de nulidad y apelación
deducidos el tercero excluyente, Sr. Pablo Jesús Facino, imponiéndole las costas por lo
actuado en esta instancia (arg. art. 251 del C.P.C.C.). 3) Los honorarios de Alzada se
liquidarán en la proporción establecida en el artículo 19 de la ley 6.767, modificada por la
Ley 12.851, oportunidad en que se correrá vista a la Caja Forense.
Insértese, hágase saber, bajen.
Concluido el acuerdo, firmaron los señores Jueces de Cámara por ante mí, que
certifico.
VARGAS
SAUX
DRAGO
(En abstención)
Si-//
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//guen las firmas.
PENNA
(Secretaria)
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