Número de registro: 5865 Novena Época Instancia: Primera Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
Número de registro: 5865
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo X, Septiembre de 1999
Página: 41
CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL SEGUNDO
TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO PRIMER CIRCUITO Y EL SEGUNDO
TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SÉPTIMO CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
SEGUNDO.-Existe la contradicción de tesis entre los criterios sustentados por el Segundo
Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del
Décimo Séptimo Circuito, como se desprende de las siguientes transcripciones:
El primero de ellos, apoya la consideración en la tesis publicada en la página 779, del Tomo
V, correspondiente a marzo de 1997, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, del rubro y texto siguiente:
"ROBO DE MADERA. SE INTEGRA TAL DELITO NO OBSTANTE QUE PREVIO A SU
APODERAMIENTO, SE DERRIBEN LOS ÁRBOLES DE LOS QUE SE EXTRAIGA
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MICHOACÁN).-El artículo 299 del Código Penal del
Estado dispone que ‘Comete el delito de robo quien se apodera de una cosa mueble, ajena y
sin consentimiento de quien legítimamente pueda disponer de ella.’. Ahora, la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis número
12/93, entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito y
el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito, estableció que para determinar
la calidad de mueble de la cosa objeto del delito de robo, debe estarse a lo que la legislación
común del lugar establezca al respecto, ya que la ley penal es omisa en señalar qué bienes son
muebles y cuáles no. En tales condiciones, a fin de determinar si la madera sobre la cual
recaiga el apoderamiento, tiene la calidad de mueble o inmueble, y en virtud de que el
Código Penal del Estado no contiene disposición al respecto, es preciso acudir a lo que sobre
el particular previene el Código Civil de la entidad, cuyo artículo 683 señala que ‘Son
muebles por su naturaleza los cuerpos que pueden trasladarse de un lugar a otro, ya se
muevan por sí mismos ya por efecto de una fuerza exterior.’; de ahí que si la madera objeto
del apoderamiento está legalmente considerada como un bien mueble, es incuestionable que
sobre la misma pudo recaer el delito de robo. Sin que obste a lo anterior, la circunstancia de
que, previo al apoderamiento de dicha madera, se corten los árboles de los que ésta se
extraiga, ni el que, en términos del artículo 680, fracción II, del propio ordenamiento civil,
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sean considerados como inmuebles ‘Las plantas y árboles, mientras estuvieren unidos a la
tierra.’; puesto que una recta interpretación de los citados preceptos lleva a concluir que
cuando dejan de estarlo tienen la calidad de un bien mueble por su propia naturaleza. Y
siendo así, no cobra aplicación al caso lo dispuesto en el artículo 681 del ordenamiento legal
en consulta, conforme al cual ‘Los bienes muebles por su naturaleza, que se hayan
considerado como inmuebles, conforme a lo dispuesto en algunas fracciones del artículo
anterior, recobrarán su calidad de muebles cuando sean separados del edificio por el mismo
dueño; salvo el caso de que en el valor de éste se haya computado el de aquéllos, para
constituir algún derecho real a favor de un tercero.’; pues como de su propia redacción se
infiere, tal disposición contempla el supuesto de que los bienes muebles por su propia
naturaleza que hayan sido considerados como inmuebles, recuperan aquella calidad cuando
sean separados ‘del edificio’ por su propio dueño, lo que en la especie no es de tenerse en
cuenta porque, como no puede considerarse que el predio en que se encontraban los árboles
que fueron derribados sea un edificio, entendiéndose por éste una edificación, construcción o
finca, es evidente que el precepto en comento está dado para los diversos bienes muebles
enunciados en las demás fracciones de su precedente numeral."
Esta tesis fue el resultado de la siguiente ejecutoria:
Amparo directo penal 891/97.
"CUARTO.-Son infundados los conceptos de violación.
"Opuestamente a lo que sostiene el peticionario de garantías, la sentencia reclamada, en la
que la autoridad responsable estableció que las constancias de autos eran aptas y legalmente
suficientes para acreditar tanto los elementos del tipo penal del procesado, en su comisión, no
resulta infractora de los derechos subjetivos públicos que al mismo le asisten.
"Se concluye de ese modo, en virtud de que conforme a lo dispuesto en el artículo 299 del
Código Penal del Estado, comete el delito de robo el que se apodere de una cosa mueble,
ajena y sin consentimiento de quien legítimamente pueda disponer de ella; y en el caso los
elementos materiales de tal figura delictiva se demuestran a través de la denuncia que por
escrito fechado el treinta de abril de mil novecientos noventa y seis, y ratificado el día siete
del mes siguiente, ante el órgano investigador, presentó el señor Rodolfo Escalante Naranjo,
en el que manifestó lo siguiente: ‘Primero. Como lo acredito con el título de propiedad que en
copia fotostática exhibo conjuntamente con su original para el cotejo y certificación
correspondiente ordenando la devolución del primero, soy legítimo propietario del predio
rústico denominado el «Llano», ubicado en la zona de Los Azufres de este Municipio y
Distrito Judicial de Hidalgo, haciendo la aclaración que el inmueble de referencia está
totalmente arbolado, siendo su población vegetal de pino y oyamel.-Segundo. Es el caso que
el día 24 de octubre de 1995, mi hijo de nombre Rodolfo Escalante Soto, acompañado de mi
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hermano Dionisio Escalante Naranjo, llegaron al inmueble de mi propiedad descrito en el
hecho anterior, y serían como las 07:00 siete horas, cuando al llegar encontraron tres
personas que llegaron a bordo de un camión marca Ford sin poder precisar el modelo, caseta
color rojo, chasis naranja, tumbaburros color café y placas de circulación número MU54892,
y estando en mi propiedad, habían derribado un árbol de la especie pino y de inmediato mi
hijo les reclamó diciéndoles ¿quién les autorizó meterse aquí a llevarse la madera? y el chofer
del camión quien dijo llamarse Alfredo Mendoza fingiendo sorpresa, le dijo a mi hijo ¿qué
aquí no es el terreno del señor Arturo Vázquez? y mi hijo le contestó que no y le fue a
enseñar nuestro lindero y ya cuando se le demostró eso, cínicamente le dijo pues ni modo me
equivoqué, pero aquí traigo con qué pagarte tu madera, al momento que sacaba una fuerte
cantidad de dinero, como que en realidad sí sabía lo que estaba haciendo, no era ninguna
equivocación ya que era como si estuviera preparado para un problema de esta naturaleza,
asimismo esta persona le enseñó a mi hijo una factura, en la que según le facturaba una
cantidad de metros de madera en rollito el señor Arturo Vázquez al señor Alejandro Pérez
Morales, persona para quien éste trabaja, y le siguió diciendo ¿entonces qué?, mira te voy a
dar $600.00 seiscientos pesos por tu árbol y «ay muere» la bronca, entonces mi hijo no quería
tener ningún problema con esa gente aunque la cantidad ofrecida realmente no cubría el daño
causado, no tuvo más remedio que aceptar en contra de su voluntad, todo ello me lo comentó
al llegar conmigo a esta población.-Tercero. Así quedaron las cosas y en la segunda quincena
del mes de diciembre del año próximo pasado, nuevamente mi hijo Rodolfo y mi hermano
Dionisio, cuando revisaban mi propiedad, alcanzaron a ver el mismo camión antes descrito
que salía del terreno denominado «El Llano» a gran velocidad, a medio cargar, y lo vieron
claramente que se trataba de la misma unidad señalada con anterioridad y como mi hijo y mi
hermano iban caminando, pues no pudieron detenerlo, situación que me comunicaron y el día
siguiente, fuimos a mis propiedades a ver si encontrábamos nuevamente esa camión y
llegamos hasta donde estaba un vehículo en otro predio y ahí indirectamente tratamos de
obtener información del carro que había estado robando madera de mi propiedad sin que les
dijéramos a ellos nuestras intenciones.-Cuarto. Circunstancial o no, al siguiente día se
presentaron a mi domicilio, sito en el número 37 de la calle Cuauhtémoc Norte de esta
ciudad, Alejandro, Jaime y otro del que ignoro su nombre, llegaron como a las 11:00 once de
la mañana de un día domingo de enero del año en curso, sin poder precisar el día y el señor
José Pérez me dijo vengo con mucha pena, a ver el problema de mi hijo Alejandro, que creo
tumbó una madera de tu propiedad y se la llevó; yo no sabía nada de eso porque andaba por
Jalisco; y cuando llegó su hijo Jaime le comentó del problema, para ello quiero manifestar
que ocho días antes Jaime, el hijo de este señor me había llamado por teléfono diciéndome
que hablaba de parte de su papá que cuándo los podía recibir y así se concertó la entrevista,
estando aquí como antes dije, el señor José Pérez me manifestó «mira no quiero ningún
problema para mi hijo, vamos al monte contamos las matas, hacemos la cuenta y se te paga»,
y yo le contesté que sí, pues tampoco quería problemas, nada más que tenemos que hablar
con el ingeniero responsable del aprovechamiento a efecto de que nos indicara qué se tenía
que hacer para que yo no incurriera en responsabilidad oficial ante las autoridades
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competentes y quedaron de venir para trasladarnos a mis predios y arreglar el problema.Quinto. Es el caso de que estas personas no volvieron y por el contrario, yo tuve que ir a
buscarlos y una vez que encontré al denunciado Alejandro me dijo «mire la verdad yo no
sabía nada de esa madera que me está exigiendo, pues mi chofer se va con el camión y trae la
madera no sé de dónde y esa madera no llegó a mi aserradero, sin embargo, yo me hago
responsable de todo, qué le parece si nos vemos en Salvatierra, Guanajuato y ahí de una vez
hacemos cuentas sin necesidad de ir al monte ahí arreglamos lo que sea y lo que tenga que
pagarte y ya» pero eso sólo fue uno de tantos pretextos pues jamás han regresado y ni
siquiera han tratado de comunicarse conmigo.-Sexto. La cantidad de madera que fue
sustraída es la siguiente: Pino: 17,000 pies a razón de $1,500.00 el pie de madera en rollo,
resulta la cantidad de $25,500.00 veinticinco mil quinientos pesos 00/100 M.N., más 10,000
metros cúbicos de rollito de pino a $160.00 ciento sesenta pesos el metro suma $1,600.00 un
mil seiscientos pesos 00/100 M.N.; de la especie de Oyamel: 32,000 pies de rollo a $1,300.00
un mil trescientos pesos 00/100 M.N. el pie sumaba la cantidad de $41,600.00 cuarenta y un
mil seiscientos pesos, más 22,966 metros cúbicos de rollito a $160.00 ciento sesenta pesos
resultan $3,674.00, por lo que sumando ambas cantidades el monto de lo robado es de
$72,374.00 setenta y dos mil seiscientos setenta y cuatro pesos 00/100 M.N., sin perjuicio de
que esta cantidad pueda aumentar porque el presente cálculo es aproximadamente citando los
‘tocones’ y grosor de los mismos.’.
"Acorde con lo expuesto en la anterior denuncia, obran en autos las declaraciones rendidas el
catorce de mayo de mil novecientos noventa y seis, por Rodolfo Escalante Soto y Dionisio
Escalante Naranjo, el primero de los cuales aseveró ‘primeramente deseo manifestar que soy
hijo del señor Rodolfo Escalante Naranjo, quien es legítimo propietario de un predio rústico
denominado El Llano, ubicado en la zona de Los Azufres de este Municipio y Distrito
Judicial, el cual se encuentra totalmente arbolado de las especies de pino y oyamel, y resulta
que el día 24 veinticuatro de octubre del año próximo pasado, el declarante iba acompañado
de mi tío Dionisio Escalante Naranjo siendo aproximadamente las 07:00 horas llegamos al
predio mencionado y vimos al señor Alfredo Mendoza del que desconozco el segundo
apellido quien traía una motosierra con la que andaba cortando árboles en el monte propiedad
de mi padre, por lo que le reclamamos y él contestó preguntando pues qué aquí no es del
señor Arturo Vázquez y nosotros le dijimos que no al tiempo que lo invité que fuéramos a ver
la cerca que divide las propiedades de mi papá con el vecino de nombre Arturo Vázquez,
agregando él «pues disculpen me equivoqué pero no hay problema, yo les pago el árbol que
acabo de tirar» y con el fin de no tener problemas con esa gente el declarante acepté que me
pagaran y enseguida se retiró igual que nosotros, pero, nuevamente a fines del mes de
diciembre del año pasado, volvimos a ir al predio propiedad de mi padre y cuando habíamos
subido es decir al ir subiendo en la camioneta de nosotros ésta patinó y no quería subir,
apagándose por lo que nos bajamos con la intención de echarle piedras al camino para que las
llantas no patinaran y ya estando en silencio el lugar, escuchamos el ruido de una motosierra
que casi enseguida fue apagada y decidimos investigar de dónde provenía ese ruido y
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bajamos caminando hacia donde escuchamos el ruido y de pronto casi para llegar donde
escuchamos el ruido y de pronto casi para llegar al lugar salió muy de prisa un camión rojo,
marca Ford, con el chasis naranja y que precisamente es el mismo que habíamos sorprendido
con anterioridad llevándose la madera del predio de mi papá y esa ocasión ni siquiera llevaba
el viaje completo, le faltaba como un cuarto, pero a lo mejor ellos también nos oyeron cuando
llegamos en la camioneta por lo que se fueron huyendo cuando llegamos, pero sí
reconocimos y alcanzamos a ver claramente que el mismo chofer Alfredo Mendoza era quien
conducía la unidad la cual no pudimos interceptar pues nosotros íbamos a pie, aclarando que
también acompañaban a Alfredo otras dos personas que desconozco sus nombres y eran los
mismos que la ocasión pasada también lo acompañaban, y el día 24 de octubre los encontré y
me enseñaron una factura al señor Alfredo Pérez Morales, en donde le facturaba 10 diez
metros de rollito pero esta segunda vez después de que se fue el camión con la madera mi tío
y yo fuimos a revisar el lugar de donde había salido la unidad y nos dimos cuenta para
entonces que ya eran demasiados los árboles que habían talado y sin lugar a dudas fueron los
de ese camión porque la manera de cortarlos se aprecia claramente cuando se usa motosierra
o cuando es con trozador, además la medida de la madera que nosotros vimos que llevaban en
el camión era de la comercial lo que coincidía exactamente con los tocones recientemente
derribados en el predio de mi papá, al ver que era mucho el destrozo y el robo que estaban
haciendo, como a los tres o cuatro dice, cuando vimos el camión fue el día sábado y el lunes
siguiente mi papá, mi tío y el emitente fuimos a la región de los azufres donde se ubica el
predio a tratar de investigar el paradero de ese camión y llegamos con unas personas como a
8 ocho kilómetros de nuestra propiedad en un predio propiedad del señor Humberto Pérez,
hermano del denunciado Alejandro Pérez Morales, a quienes les preguntamos por un tío que
andaba por ese rumbo y esto lo hicimos con la intención de ver si el camión que ellos traían
era el mismo que nos estaba robando la madera, pero no era ese, y posteriormente el próximo
domingo Alejandro se entrevistó con mi padre diciéndole de esa tala él nos pagaba y si no por
qué, pero como nosotros anotamos el número de placas de su vehículo se las mostramos pero
éste no dijo nada quedándose callado, nosotros pensamos que las personas que encontramos
quienes son sus trabajadores le avisaron, pero después como a media semana habló por
teléfono un hermano del denunciado de nombre Jaime, quien preguntó por mi papá para
hablar sobre el problema de la madera y platicando con él le dijo que si podía esperar para el
domingo vinieron personalmente a nuestro domicilio el señor José Pérez Alanís acompañado
de sus hijos Jaime, Alejandro y otro del que desconozco su nombre, y estando en el interior
de nuestro domicilio quedaron de acuerdo que ellos eran los responsables del robo de dicha
madera y que no querían ningún problema que al siguiente día iban a ir a contar el número de
tocones para pagarlos, pero no se pudo llevar a cabo y a la fecha no nos han pagado nada de
madera robada, y no sabemos nada de ellos, pero sí quedó bien claro que ellos aceptaron ser
los responsables de esa tala clandestina, siendo todo lo que tengo que manifestar ...’.
"En tanto que Dionisio Escalante Naranjo sostuvo que ‘primeramente quiero manifestar que
soy hermano del señor Rodolfo Escalante Naranjo, persona que es legítima propietaria de un
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predio rústico denominado «El Llano», ubicado en la zona de Los Azufres de este Municipio
y Distrito Judicial, y como el declarante trabaja con mi hermano en ocasiones le cuido el
monte de su propiedad ya mencionado, y resulta que el día 24 de octubre del año próximo
pasado acudí al predio «El Llano» acompañado de mi sobrino Rodolfo Escalante Soto, y
vimos cuando una persona de nombre Alfredo Mendoza estaba derribando con una
motosierra un árbol en la propiedad de mi hermano y le reclamamos preguntándole que quién
le había autorizado a tumbar árboles en ese lugar, pero éste señor como que se quiso hacer el
despistado y fingió que se había equivocado de predio diciendo que si ahí no era propiedad
del señor Arturo Vázquez quien les había vendido un viaje de rollito y nos enseñó una factura
en la que se apreciaba que el vendedor era un tal Arturo Vázquez y el comprador era
Alejandro Pérez Morales y la cantidad de madera que le estaba vendiendo eran 10 diez
metros de rollito de pino aproximadamente, al estar discutiendo mi sobrino Rodolfo le dijo
mira ven te voy a enseñar hasta donde son nuestras propiedades y lo llevó a ver el lindero
diciéndole que estaba la cerca que dividía los terrenos por eso después pidió disculpa
diciendo que se había equivocado pero que no quería problemas, que él estaba dispuesto a
pagar el árbol y ahí le pagó a Rodolfo la cantidad de seiscientos pesos, y cuando lo hacía sacó
un montón de dinero como si fuera preparado y enseguida nos retiramos, y posteriormente
volvimos a regresar a fines del mes de diciembre de ese mismo año a bordo de una camioneta
y como ésta empezó a patinar nos bajamos para echarle piedras pero decidimos mejor, dice
como la unidad se nos apagó quedó completamente en silencio el lugar lo que nos permitió
escuchar un ruido de motosierra y de un camión, por lo que decidimos regresarnos
caminando para que no nos escucharan y ver de dónde provenían esos ruidos y cuando
íbamos llegando al Llano vimos que muy de prisa pasó un camión marca Ford, color rojo con
el chasis anaranjado propiedad del acusado Alejandro Pérez Morales y era conducido por
Alfredo Mendoza y otros dos jóvenes de los que desconocemos sus nombres, el cual iba
cargado de madera de pino en rollo pero no pudimos hablar con Alfredo ya que iba muy
rápido y posteriormente me enteré por voz de mi hermano Rodolfo que el papá de Alejandro
habló con él para llegar a un arreglo del pago de madera que se robaron pero no han
cumplido, siendo todo lo que tengo que manifestar ...’.
"El diez de mayo de mil novecientos noventa y seis, el agente del Ministerio Público que
practicó la averiguación previa penal respectiva, se constituyó en el predio en cuestión, dando
fe de haber tenido ‘... a la vista un terreno de forma irregular con una superficie aproximada
de 90-00-00 noventa hectáreas, mismo que según documentos que se tienen a la vista tienen
las siguientes colindancias: Por el oriente linda con propiedad de Rodolfo Escalante, raya de
por medio; por el poniente con Rodolfo Soto, línea de por medio; por el norte con camino
nacional; y por el sur con propiedad de Norberto Pérez línea de por medio, observándose que
se trata de un predio poblado casi en su totalidad de árboles maderables de las especies pino y
oyamel en su mayoría apreciándose en varias partes o puntos del terreno tocones de árboles
derribados recientemente y sin la marca de las autoridades forestales, principalmente en las
orillas, correspondiendo los tocones a árboles de las especies de pino y oyamel, observándose
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que los árboles de diámetro mayor fueron cortados con motosierra y los árboles de diámetro
menor fueron cortados con hacha, resultando de esta inspección un número aproximado de
treinta árboles de la especie oyamel también derribados y de diferentes diámetros, con lo
anterior se dio por terminada la presente actuación ...’.
"Medios de prueba de los que se desprenden los hechos que se hacen consistir en que el día
veinticuatro de julio de mil novecientos noventa y cinco, el señor Alfredo Mendoza, por
instrucciones del acusado Alejandro Pérez Morales, se presentó en el predio rústico
denominado ‘El Llano’, ubicado en la zona de los Azufres, Municipio de Ciudad Hidalgo,
Michoacán, propiedad del ofendido Rodolfo Escalante Naranjo, y sin consentimiento de éste,
cortó un árbol de la especie ‘pino’; que en esos momentos Rodolfo Escalante Soto le reclamó
tal proceder y aquél le dijo que se había equivocado de predio, conviniendo en que le pagaría
la cantidad de seiscientos pesos por el árbol; además, que en la segunda quincena del mes de
diciembre del mismo año. El citado Alfredo Mendoza se introdujo al mencionado predio
propiedad del ofendido, de lo cual igualmente se percató el testigo Escalante Soto, apreciando
además que aquél tripulaba un camión con una carga incompleta de madera, habiendo
cortado sin autorización, aproximadamente treinta y seis árboles de pino y dieciséis de
oyamel; y que posteriormente el ofendido Escalante Navarro trató de llegar a un acuerdo con
el acusado, sin haberlo logrado porque éste no reconoció la totalidad de la madera que su
chofer había extraído. De lo que se sigue que como correctamente lo determinó el Magistrado
responsable, en la especie se demostró el cuerpo del delito de robo, cuando en las precisadas
circunstancias de tiempo, modo y lugar, los activos del delito se apoderaron de la madera
propiedad del ofendido.
"Sin que asista razón al peticionario del amparo cuando afirma que en el caso no se integra
tal figura delictiva, porque conforme a las disposiciones civiles del Estado, la madera de que
se apoderó el sentenciado es un bien inmueble, en el que no se puede recaer el delito de robo.
"En efecto, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la
contradicción de tesis número 12/93, suscitada entre el Primer Tribunal Colegiado del
Vigésimo Primer Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito,
estableció que para determinar la calidad de mueble de la cosa objeto del delito de robo, debe
estarse a lo que la legislación establezca al respecto, no obstante que la ley penal sea omisa
en señalar qué bienes son muebles y cuáles no.
"En tales condiciones, a fin de establecer si en la especie la madera sobre la cual recayó el
apoderamiento referido, tenía la calidad de mueble o inmueble, y en virtud de que el Código
Penal del Estado no contiene disposición al respecto, es preciso acudir a lo que sobre el
particular previene el Código Civil de la entidad, cuyo artículo 683 señala que ‘Son bienes
muebles, por su naturaleza, los cuerpos que puedan trasladarse de un lugar a otro, ya se
muevan por sí mismos, ya por efecto de una fuerza exterior.’; de ahí que si la madera objeto
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del apoderamiento está legalmente considerada como un bien mueble, es incuestionable que
sobre la misma pudo recaer el delito de robo.
"No obsta a lo anterior, la circunstancia de que conforme a la mecánica de los hechos
delictivos, previo al apoderamiento de dicha madera, se hayan cortado los árboles de los que
ésta se extrajo, por el hecho de que en términos del artículo 680, fracción II, del propio
ordenamiento civil, son considerados como inmuebles ‘las plantas y árboles mientras
estuvieren unidos a la tierra’, pues cuando dejan de estarlo tienen la calidad de un bien
mueble por su propia naturaleza.
"Ahora, en el caso no cobra aplicación lo dispuesto en el artículo 681 del ordenamiento legal
en consulta, conforme al cual ‘Los bienes muebles por su naturaleza, que se hayan
considerado como inmuebles, conforme a lo dispuesto en algunas fracciones del artículo
anterior, recobrarán su calidad de muebles cuando sean separados del edificio por el mismo
dueño; salvo el caso de que en el valor de éste se haya computado el de aquéllos, para
constituir algún derecho real a favor de un tercero.’; pues como de su propia redacción se
infiere, tal disposición contempla el caso en que los bienes muebles por su propia naturaleza,
que hayan sido considerados como inmuebles, recuperarán aquella calidad cuando sean
separados ‘del edificio’ por su propio dueño; lo que en la especie no es de tenerse en cuenta
porque, como no puede considerarse que el predio en que se encontraban los árboles que
fueron derribados sea un edificio, entendiéndose por éste una edificación, construcción o
finca, es evidente que el precepto en comento está dado para aquellos bienes muebles
enumerados en algunas de las fracciones de su precedente numeral, tales como las estatuas,
relieves, pinturas, palomares, maquinaria, abono, destinados al cultivo, aparatos eléctricos,
etc.
"De ahí que no se comparta el criterio sustentado por el Segundo Tribunal Colegiado del
Décimo Séptimo Circuito, en la tesis del rubro: ‘ROBO. DERRIBO Y EXTRACCIÓN DE
ÁRBOLES SIN DERECHO. TIPIFICACIÓN DEL DELITO DE (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE CHIHUAHUA).’. Misma que se invoca en los conceptos de violación y que
aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo XIISeptiembre, página 313; puesto que el citado órgano colegiado al interpretar las disposiciones
del Código Civil del Estado de Chihuahua, de idéntico contenido a las relativas del de esta
entidad, lo hace de una manera diferente y concluye que el delito de robo no se configura por
el derribo y extracción de árboles de un predio sin derecho, al considerar que dichos bienes
tienen la naturaleza jurídica de inmuebles.
"Atinente a la responsabilidad penal del quejoso Alejandro Pérez Morales, en la comisión del
delito por el que se le sentenció, existe su declaración preparatoria que rindió ante el Juez de
la causa, en la que estuvo asistido de la defensora de oficio adscrita al juzgado; declaración
en la cual el inculpado hizo el siguiente relato: ‘Que yo nunca me negué a pagarle al señor
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Rodolfo Escalante y tuvimos varias citas en el monte para que contaran la madera que
efectivamente mi chofer se había traído, porque el señor Rodolfo Escalante me estaba
cobrando madera que yo nunca derribé y yo se lo aclaré que no había ningún problema con la
madera que yo había sacado, que yo le pagaba hasta el último peso siempre y cuando fuera lo
justo, para eso tuvimos dos citas en el monte pero él nunca fue, efectivamente yo fui a su
domicilio con mi papá y unos hermanos para llegar a un arreglo y fue cuando nos quedamos
de ver en el monte pero él nunca fue y él hizo decidia y yo también pero estoy en la mejor
disposición de llegar a un arreglo siempre y cuando yo y el señor Alfredo Mendoza se le
señale cuál fue la madera que derribó porque ahí en su predio había un destrozo de madera
que se estaban robando y un embargo, él también quería hacérmela de cargo a mí y cuando
vine con el señor Rodolfo yo le dije qué madera había sacado que no es la que él me está
cobrando yo se lo aclaré y se lo dije que habían sido nada más no la cantidad que él estaba
diciendo. A continuación en uso de la palabra el fiscal de la adscripción manifiesta: Me
reservo ...’.
"La anterior declaración del acusado, constituye una confesión calificada, como lo apreció el
ad quem, en la medida en que su deponente reconoce como propio y cierto el hecho
antijurídico que se le atribuye, al aceptar haber sacado madera del predio propiedad del
ofendido, a la vez que introduce el argumento defensivo relativo a que aquéllo no fue en la
cantidad referida por el pasivo; por lo que al no ser inverosímil dicha versión, hace prueba
plena en términos del artículo 324 del Código Procesal Penal del Estado; empero, para
tomarla en su integridad, esto es, considerando tales argumentos modificativos, era menester
que no existiera prueba alguna que la contradijera, lo que en el caso no acontece, ya que en
contra del aludido argumento defensivo, obra lo expuesto por el ofendido y los testigos de
cargo, a cuyas declaraciones se hizo referencia con antelación, por lo que de esa confesión
sólo es de tomarse en cuenta aquello que le perjudica; máxime que no aportó prueba alguna
para demostrar sus defensas, como lo impone el artículo 244 del propio ordenamiento
adjetivo; todo lo cual conduce a establecer que en el caso se acreditó plenamente su
responsabilidad penal en la comisión del delito de robo de que se le atribuye, y al haberlo
considerado así la Sala responsable, de manera alguna transgredió garantías individuales.
"Por lo que hace a las penas de tres años de prisión y multa de cuatrocientos nuevos pesos,
equivalente a treinta días de salario, que le fueron impuestas al sentenciado en cuanto
penalmente responsable del delito de robo; igualmente se encuentran ajustadas a derecho,
pues al corresponder a las sanciones mínimas previstas en la fracción III del artículo 300 del
Código Penal del Estado, del cual derivan, de manera alguna su imposición puede resultar
violatoria de garantías individuales en perjuicio del gobernado que acude en demanda de
amparo.
"En lo concerniente a la condena al pago de la reparación del daño, que se fijó en la cantidad
de setenta y dos mil pesos, con base en el dictamen pericial en el que se terminó que a esa
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cantidad ascendieron los daños ocasionados en el predio, por el derribo y sustracción de la
madera; el inconforme sostiene que indebidamente se le concedió valor probatorio a dicho
dictamen, porque no existe la certeza del número de árboles derribados por el acusado y que
éstos hayan arrojado los metros cúbicos de madera que señaló el perito, quien no especificó
los medios que empleó para determinar el monto de la madera, porque sólo tuvo a la vista
una gran variedad de tocones de diferentes dimensiones, así como el precio que tenía para el
valor intrínseco, además de que dicho peritaje es contradictorio al precisar que se trata de un
predio reforestado.
"Lo anterior deviene infundado, en virtud de que si el órgano acusador basó su pretensión
punitiva pecuniaria en el dictamen pericial que no fue impugnado por el quejoso o su
defensor, quienes de no haber estado conformes con lo determinado en el mismo, debieron
impugnarlo y demostrar sus afirmaciones, pues el no hacerlo se tradujo en un consentimiento
como correctamente se estableció en la sentencia reclamada. Por tal razón, es que ahora en
esta instancia constitucional no es dable jurídicamente atender objeciones que en torno al
referido dictamen expresa la peticionaria de garantías, de acuerdo con lo establecido en la
jurisprudencia número 251, visible en la página 142, Tomo II, del último Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación, que literalmente es como sigue:
"‘PERITOS. DICTAMEN NO IMPUGNADO.’ (se transcribe).
"En tales condiciones, ante lo infundado de los conceptos de violación y sin que este órgano
de control constitucional advierta deficiencia de la queja que deba suplirse en términos del
artículo 76 bis, fracción II de la Ley de Amparo, procede negar la protección constitucional
que solicita el quejoso."
Por su parte, el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito, apoya la
consideración en la tesis número XVII.2o.18 P, Octava Época, Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito, del Semanario Judicial de la Federación, visible en la página 313,
cuyo rubro es el siguiente:
"ROBO. DERRIBO Y EXTRACCIÓN DE ÁRBOLES SIN DERECHO. TIPIFICACIÓN
DEL DELITO DE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).-De una
interpretación conjunta de los artículos 721, fracción II, y 722, ambos del Código Civil para
el Estado de Chihuahua, que establecen, respectivamente: ‘Son bienes inmuebles: ... II. Las
plantas y árboles, mientras estuvieren unidos a la tierra, y los frutos pendientes de los mismos
árboles y plantas mientras no sean separados de ellos por cosechas o cortes regulares.’, y ‘Los
bienes muebles, por su naturaleza, que se hayan considerado como inmuebles, conforme a lo
dispuesto en varias fracciones del artículo anterior, recobrarán su calidad de muebles, cuando
el mismo dueño los separe del edificio; salvo el caso de que en el valor de éste se hayan
computado el de aquéllos para constituir algún derecho real a favor de un tercero.’, en
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
relación con el diverso 261 del Código Penal para la misma entidad federativa, que a su vez
dispone: ‘Comete el delito de robo el que se apodera de una cosa mueble, ajena, total o
parcialmente, sin derecho y sin consentimiento de quien puede disponer de la misma
conforme a la ley.’; se desprende que si los bienes muebles por su naturaleza, considerados
como inmuebles de acuerdo con el artículo 721 citado, son separados del edificio por persona
diversa a su dueño, dichos bienes no pierden su naturaleza jurídica de inmuebles y, en esas
condiciones, si al quejoso se le imputa el ilícito de robo por el derribo y extracción de árboles
de un predio sobre el cual no tiene derecho, debe concluirse que, al no perder dichos bienes
su naturaleza jurídica de inmuebles, no se tipifica la citada figura delictiva, puesto que, para
que ello ocurra, es indispensable que los bienes sujetos de apoderamiento por parte del
activo, tengan la naturaleza jurídica de muebles."
Esta tesis fue el resultado de la siguiente ejecutoria:
Amparo en revisión penal 255/92.
"Cuarto.-No se estudiarán los agravios hechos valer por el recurrente, ya que este Tribunal
Colegiado, supliendo la queja deficiente en términos de lo dispuesto por el artículo 76 bis,
fracción II, de la Ley de Amparo, considera que la sentencia recurrida no fue dictada
conforme a derecho.
"En efecto, de las constancias que integran los autos del juicio de amparo y en especial del
propio acto en la especie reclamado así como del escrito de denuncia, fojas 75 a 78 y 156 a
159, respectivamente, con claridad se desprende que sustancialmente los hechos atribuidos al
hoy recurrente consisten en el marqueo, derribo y extracción de tres mil cuatrocientos treinta
y nueve árboles del predio Siturachi, Municipio de Guachochi, Chihuahua; predio que es
propiedad de María Armendáriz viuda de Bustillos, no otorgada, vía dotación, al ejido
Rocheachi, Municipio de Guachochi del referido Estado y del cual, en el momento de los
hechos, el entonces inculpado era presidente del comisariado ejidal.
"Ahora bien, el artículo 721, fracción II, del Código Civil del Estado de Chihuahua establece
que: ‘Son bienes inmuebles: ... Las plantas y árboles, mientras estuvieren unidos a la tierra, y
los frutos pendientes de los mismos árboles y plantas mientras no sean separados de ellos por
cosechas o cortes regulares; ...’.
"Por su parte, el numeral 722 del referido ordenamiento legal preceptúa: ‘Los bienes
muebles, por su naturaleza, que se hayan considerado como inmuebles, conforme a lo
dispuesto en varias fracciones del artículo anterior, recobrarán su calidad de muebles, cuando
el mismo dueño los separe del edificio, salvo el caso de que en el valor de éste se haya
computado el de aquellos para constituir algún derecho real a favor de un tercero.’.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
"Interpretando relacionadamente y a contrario sensu los preceptos legales antes transcritos se
desprende que si los bienes muebles por su naturaleza, considerados como inmuebles de
acuerdo con el artículo 721, son separados del edificio por persona diversa a su dueño, dichos
bienes no pierden su naturaleza jurídica de inmuebles.
"Así las cosas, si como ya se vio, al hoy recurrente se le imputa el marqueo, derribo y
extracción de tres mil cuatrocientos treinta y nueve árboles del predio Siturachi, Municipio de
Guachochi, Chihuahua, sobre el cual no tiene derecho alguno, puesto que tal predio es
propiedad de la denunciante María Armendáriz viuda de Bustillos, resulta claro concluir, en
términos de lo dispuesto por los preceptos legales antes transcritos, que dichos bienes, aun
separados del edificio, no perdieron su naturaleza jurídica de inmuebles, ya que dicha
separación se llevó a cabo por persona diversa de su dueño.
"Por otra parte, el artículo 261 del Código Penal del Estado de Chihuahua, establece:
‘Comete el delito de robo el que se apodera de una cosa mueble, ajena, total o parcialmente,
sin derecho y sin consentimiento de quien puede disponer de la misma conforme a la ley.’.
"De la sola lectura del precepto legal antes transcrito, claramente se desprende que para que
se tipifique la figura delictiva del robo, por la cual se giró la orden de aprehensión en el caso
reclamada, es indispensable que el bien sujeto de apoderamiento por parte del activo, tenga la
naturaleza jurídica de mueble.
"En ese orden de ideas, si el ahora recurrente procedió al marqueo, derribo y extracciones de
tres mil cuatrocientos treinta y nueve árboles considerados inmuebles en términos de los
artículos 721, fracción II, y 722 del Código Civil del Estado de Chihuahua, es claro concluir
que con tales hechos denunciados de manera alguna se tipifica la figura jurídica del robo,
puesto que éste se da, cuando existe apoderamiento de bienes muebles, pero no de inmuebles.
"Al caso es aplicable, por analogía, la primera tesis relacionada a la de jurisprudencia número
1710, visible en la página 2761, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 19171988, Segunda Parte, Salas y Tesis Comunes, que a la letra dice: ‘ROBO.-Tratándose del
apoderamiento de una cosa que se encuentra adherida al suelo y que forma parte del mismo,
como lo es el yeso, aun cuando materialmente se arranque, no puede esto considerarse como
el apoderamiento de una cosa mueble.’.
"Por lo anterior, lo procedente es revocar la sentencia recurrida y conceder al quejoso el
amparo y protección de la Justicia Federal; en la inteligencia de que dicho otorgamiento, en
vía de consecuencia, se hace extensivo a las restantes autoridades responsable señaladas por
el quejoso como ejecutoras."
En consecuencia, si el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito sostiene que
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
existe el delito de robo sobre la madera extraída de unos árboles derribados precisamente, y
el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito sostiene que no existe el delito
de robo de madera, cuando el derribo de los árboles de los que se extrae, no es hecho
previamente por el dueño, ya que si otra persona realiza esa acción, los árboles no pierden su
naturaleza de inmuebles, es evidente que existen criterios incompatibles sobre un mismo
tema jurídico: la configuración del delito de robo sobre madera, cuando previo a su
apoderamiento el árbol es derribado por quien no es el dueño, que es necesario dilucidar por
esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La conclusión anterior se impone no obstante de que los dos Tribunales Colegiados
interpreten legislaciones de distintas entidades federativas, en tanto que las disposiciones
legales que definen son idénticas.
En efecto los dos Tribunales Colegiados acuden a la definición genérica del delito de robo de
cada una de las legislaciones penales de las entidades federativas que interpretan, y como
ambos tribunales aceptan que dentro de esos ordenamientos no existe definición de bienes
muebles, acuden a los ordenamientos sustantivos civiles respectivos para definir si el objeto
sobre el que recae la conducta antijurídica es o no mueble.
Luego, es necesario conocer el contenido de las disposiciones interpretadas, para corroborar
su similitud, y así tenemos que el artículo 299 del Código Penal para el Estado de Michoacán,
dispone: "Comete el delito de robo quien se apodera de una cosa mueble ajena y sin
consentimiento de quien legítimamente pueda disponer de ella."; por su parte, el artículo 261
del Código Penal para el Estado de Chihuahua establece: "Comete el delito de robo el que se
apodera de una cosa mueble, ajena, total o parcialmente, sin derecho y sin consentimiento de
quien puede disponer de la misma conforme a la ley.".
También son iguales los dispositivos de los códigos sustantivos civiles de las entidades
federativas que se interpretan, en relación a la clasificación de bienes muebles e inmuebles,
puesto que el artículo 721 del Código del Estado de Chihuahua, dice:
"Artículo 721. Son bienes inmuebles:
"I. El suelo y las construcciones adheridas a él;
"II. Las plantas y árboles, mientras estuvieren unidos a la tierra, y los frutos pendientes de los
mismos árboles y plantas mientras no sean separados de ellos por cosechas o cortes regulares;
"III. Todo lo que esté unido a un inmueble de una manera fija de modo que no pueda
separarse sin deterioro del mismo inmueble o del objeto a él adherido;
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
"IV. Las estatuas, relieves, pinturas u otros objetos de ornamentación, colocados en edificios
o heredades por el dueño del inmueble, en tal forma que revele el propósito de unirlos de un
modo permanente al fundo;
"V. Los palomares, colmenas, estanques de peces o criaderos análogos, cuando el propietario
los conserve con el propósito de mantenerlos unidos a la finca y formando parte de ella de un
modo permanente;
"VI. Las máquinas, vasos, instrumentos o utensilios destinados por el propietario de la finca
directa y exclusivamente a la industria o explotación de la misma;
"VII. Los abonos destinados al cultivo de una heredad, que estén en las tierras donde hayan
de utilizarse, y las semillas necesarias para el cultivo de la finca;
"VIII. Los aparatos eléctricos y accesorios adheridos al suelo o a los edificios por el dueño de
éstos, salvo convenio contrario;
"IX. Los manantiales, estanques, aljibes y corrientes de agua, así como los acueductos y las
cañerías de cualquiera especie que sirvan para conducir los líquidos o gases a una finca, o
para extraerlos de ella;
"X. Los animales que forman el pie de cría en los predios rústicos destinados total o
parcialmente al ramo de ganadería; así como las bestias de trabajo indispensables para el
cultivo de la finca mientras están destinadas a ese objeto;
"XI. Los diques y construcciones que, aun cuando sean flotantes estén destinados por su
objeto y condiciones a permanecer en un punto fijo de un río, lago o costa;
"XII. Los derechos reales sobre inmuebles;
"XIII. El material rodante de los ferrocarriles, las líneas telefónicas y telegráficas y las
estaciones radiotelegráficas fijas."
El precepto antes transcrito es idéntico al 680 del Código del Estado de Michoacán, al
disponer:
"Artículo 680. Son bienes inmuebles:
"I. El suelo y las construcciones adheridas a él;
"II. Las plantas y árboles, mientras estuvieren unidos a la tierra, y los frutos pendientes de los
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
mismos árboles y plantas mientras no sean separados de ellos por cosechas o cortes regulares;
"III. Todo lo que esté unido a un inmueble de una manera fija, de modo que no pueda
separarse sin deterioro del mismo inmueble o del objeto a él adherido;
"IV. Las estatuas, relieves, pinturas u otros objetos de ornamentación, colocados en edificios
o heredades por el dueño del inmueble, en tal forma que revelen el propósito de unirlos de un
modo permanente al fundo;
"V. Los palomares, colmenas, estanques de peces, o criaderos análogos, cuando el propietario
las conserve con el propósito de mantenerlos unidos a la finca y formando parte de ella de un
modo permanente;
"VI. Las máquinas, vasos, instrumentos o utensilios destinados por el propietario de la finca
directa y exclusivamente a la industria o explotación de la misma;
"VII. Los abonos destinados al cultivo de una heredad, que estén en las tierras donde hayan
de utilizarse, y las semillas necesarias para el cultivo de la finca;
"VIII. Los aparatos eléctricos y accesorios adheridos al suelo o a los edificios por el dueño de
éstos, salvo convenio en contrario;
"IX. Los manantiales, estanques, aljibes y corrientes de agua, así como los acueductos y las
cañerías de cualquiera especie que sirvan para conducir los líquidos o gases a una finca, o
para extraerlos de ellas;
"X. Los animales que formen el pie de cría en los predios rústicos destinados total o
parcialmente al ramo de ganadería; así como las bestias de trabajo indispensables para el
cultivo de la finca, mientras están destinadas a ese objeto;
"XI. Los diques y construcciones que, aun cuando sean flotantes, estén destinados por su
objeto y condiciones a permanecer en un punto fijo de un río o lago;
"XII. Los derechos reales sobre inmuebles;
"XIII. El material rodante de los ferrocarriles, las líneas telegráficas y telefónicas y las
estaciones radiotelegráficas fijas."
El 722 del ordenamiento del Estado de Chihuahua es igual al 681 del Código de Michoacán,
en tanto que sus textos son los siguientes:
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
"Artículo 722. Los bienes muebles, por su naturaleza, que se hayan considerado como
inmuebles, conforme a lo dispuesto en varias fracciones del artículo anterior, recobrarán su
calidad de muebles, cuando el mismo dueño los separe del edificio; salvo el caso de que en el
valor de éste se haya computado el de aquéllos para constituir algún derecho real a favor de
un tercero."
"Artículo 681. Los bienes muebles por su naturaleza, que se hayan considerado como
inmuebles, conforme a lo dispuesto en algunas fracciones del artículo anterior, recobrarán su
calidad de muebles, cuando sean separados del edificio por el mismo dueño; salvo el caso de
que en el valor de éste se haya computado el de aquéllos, para constituir algún derecho real a
favor de un tercero."
El 724 del Código Civil del Estado de Chihuahua a su vez es igual al 683 del Código Civil
del Estado de Michoacán, como se desprende de sus textos:
"Artículo 724. Son muebles, por su naturaleza, los cuerpos que pueden trasladarse de un
lugar a otro, ya se muevan por sí mismos, ya por efecto de una fuerza exterior."
"Artículo 683. Son muebles por su naturaleza los cuerpos que pueden trasladarse de un lugar
a otro, ya se muevan por sí mismos ya por efecto de una fuerza exterior."
En consecuencia, siendo idénticas las disposiciones legales interpretadas por los Tribunales
Colegiados que los condujeron a criterios incompatibles, debe reiterarse la existencia de la
contradicción de tesis puntualizada.
TERCERO.-Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que
debe prevalecer con el carácter de jurisprudencia su criterio, que coincide sustancialmente
con el sostenido por el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito por las
siguientes razones:
Aun cuando del texto de los artículos antes transcritos, se desprende que prácticamente los
elementos del tipo para configurar el delito de robo, son los mismos, ambos Tribunales
Colegiados difieren sobre la clasificación que de los bienes se hace en la legislación de cada
una de las entidades federativas que interpretan, en el caso concreto, la calidad de bien
mueble o inmueble que debe atribuírsele a la madera, cuando el árbol de la que se extrae
aquélla, es derribado previamente.
En la concepción doctrinariamente clásica por bienes inmuebles, suelen clasificarse así
aquellos que lo son por naturaleza, por incorporación y por destino.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
Los inmuebles por naturaleza son el suelo y todas las partes sólidas o fluidas que forman su
superficie y profundidad, como por ejemplo las minas, las canteras y los escoriales (mientras
su materia permanece unida al yacimiento), y las aguas naturales o embalsadas, así como
todo lo que se encuentra bajo el suelo, sin que intervenga la obra del hombre, tales como los
árboles y plantas, y los frutos pendientes, mientras estuvieran unidos a la tierra o formaran
parte integrante de un inmueble (no, por ejemplo, si están en macetas o cajones que puedan
transportarse de un lugar a otro).
Se consideran inmuebles por incorporación los edificios, caminos y construcciones de todo
género adheridos al suelo, así como todo lo que esté unido a un inmueble de una manera con
carácter fijo, de suerte que no pueda separarse de él sin producir quebrantamiento de la
materia o deterioro del objeto.
Los inmuebles por destino son aquellas cosas muebles que son dispuestas con intención
(como accesorias de un inmueble) por el propietario de éste, sin estarlo de forma física. Así,
suelen considerarse dentro de esta categoría las estatuas, relieves y otros objetos de uso y
ornamento emplazados en edificios o heredadas por el dueño (de tal forma que revele el
propósito de unirlos de un modo permanente al fundo), las máquinas, instrumentos, utensilios
de labranza y minería y demás utensilios destinados a la industria o explotación que se realice
en un edificio o heredad, los viveros de animales, palomares, colmenas, estanques o criaderos
análogos cuando el propietario los haya instalado o los conserve con el propósito de
mantenerlos unidos a la finca de forma permanente, así como los abonos destinados al cultivo
de una heredad que se encuentren en las tierras que han de utilizarse.
En cambio, bienes muebles se han estimado aquellos que pueden trasladarse de un lugar a
otro, sin menoscabo del inmueble al que estuvieran unidos. En este sentido, se ha considerado
que si se trata de una fusión pasajera o accidental podremos hablar de mueble, en caso
contrario, si se produjera una verdadera adherencia o inseparabilidad, se trataría de un
inmueble por incorporación. Por ejemplo, el mobiliario y los objetos de adorno que se clavan
o fijan en las paredes de las casas y pueden removerse de un forma sencilla sin detrimento de
las mismas paredes, como estufas, espejos, cuadros, tapicerías, suelen considerarse muebles;
sin embargo, si los cuadros o espejos están insertos en las paredes formando un solo cuerpo
con ellas, aunque pudieran separase sin merma, se consideran inmuebles. Se califican
también como muebles los materiales reunidos para la construcción de edificios mientras no
sean utilizados. Entre los muebles se engloban tanto las cosas que sólo se muevan por efecto
de una fuerza externa, como las que se mueven por sí mismas (que también se denominan
semovientes), como los animales.
También suelen incluirse entre los bienes muebles las rentas o pensiones, sean vitalicias o
hereditarias, afectas a una persona o familia, siempre que no graven con carga real una cosa
inmueble -en cuyo caso serán consideradas inmuebles-, el dinero, los créditos, efectos de
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
comercio, títulos valores, y las cédulas y títulos representativos de préstamos hipotecarios.
En la misma tesitura se ha pronunciado la doctrina nacional, por ejemplo Rafael Rojina
Villegas y Manuel Mateos Alarcón. El primero en su obra Derecho Civil Mexicano, Tomo III
"Bienes, Derechos Reales y Posesión", páginas 275, 276 y 279, en la que el autor expone,
entre otras cosas que: "De esta suerte se distinguen tres categorías de inmuebles: I. Inmuebles
por naturaleza. II. Inmuebles por destino y III. Inmuebles por el objeto al cual se aplican ...
Inmuebles por naturaleza.-Son aquellos que por su fijeza imposibilitan la traslación de un
lugar a otro. Esta primera subdivisión se aplica exclusivamente a los bienes corporales, es
decir, a las cosas; se incluyen la tierra, los edificios, toda clase de construcciones, o de obras
tanto en el suelo como en el subsuelo, que implican la fijeza de materiales con permanencia,
y que imposibilitan su traslación; los árboles que están adheridos a la tierra y las cosechas o
frutos pendientes que no se han separado por cortes regulares ... todo ese conjunto de partes
integrantes del inmueble que, como un todo, quedan adheridas en forma permanente, de tal
suerte que no pueden separarse sin destrucción o daño del mismo.-Inmuebles por destino.Son inmuebles por destino aquellos muebles por su naturaleza pertenecientes al dueño de un
inmueble, que por sus accesorios del mismo innecesarios para su uso y explotación, la ley los
ha reputado inmuebles.-Inmuebles por el objeto al cual se aplican.-El tercer grupo que hemos
establecido en la clasificación de los inmuebles, se refiere a los derechos reales constituidos
sobre inmuebles.".
Por su parte el segundo de los autores en su obra "Estudios sobre el Código Civil" Tomo II,
Tratado de las Cosas, páginas 10 y 13 sostiene: "Se llaman muebles las cosas o bienes que
pueden mover o transportar de un lugar a otro, ya por sí mismos, como los animales, que se
designan bajo el nombre de semovientes, ya por obra de los hombres. Se llaman inmuebles
como lo indica la palabra misma, aquellas cosas o aquellos bienes que no pueden
transportarse de una parte a otra sin ser destruidos o deteriorados ... son inmuebles por su
naturaleza, aquellos que es imposible transportar de un lugar a otro. Son inmuebles por su
destino, los muebles que conservando su naturaleza movible, tienen, por ficción de la ley la
de los inmuebles con los cuales están íntimamente relacionados. Los inmuebles por razón del
objeto al cual se aplican, son los bienes que se llaman incorporales, las servidumbres y todos
los derechos reales sobre bienes raíces, que participan de la naturaleza de éstos sobre los
cuales se constituyen ... son inmuebles por naturaleza las tierras, los edificios, las plantas y
los árboles mientras están unidos al suelo ... son inmuebles por naturaleza los árboles, las
plantas y las cosechas y los frutos pendientes, porque reciben su vida del mismo suelo en que
arraigan, y en general no pueden transportarse sin perecer y deteriorarse, por cuyo motivo,
siempre se les ha considerado como parte del fundo y siguen sus cambios de dominio.".
De la lectura tanto del Código Civil del Estado de Chihuahua, como del diverso del Estado de
Michoacán, se desprende que en ambas legislaciones se recoge en forma genérica la
clasificación clásica de bienes inmuebles y muebles, definiendo cuáles son unos (los
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
inmuebles en sus artículos 721 del Código Civil del Estado de Chihuahua y 680 del Código
Civil del Estado de Michoacán) y cuáles son los otros (los muebles en los dispositivos 723,
724 y 725 del de Chihuahua y 682, 683 y 684 del de Michoacán).
Destacándose en ambas legislaciones que los bienes muebles son considerados por su
naturaleza o por disposición de la ley; por su naturaleza, los cuerpos que pueden trasladarse
de un lugar a otro, ya se muevan por sí mismos, ya por efecto de una fuerza exterior, y por
ley, los que ella así disponga expresamente, en tanto que los inmuebles son aquellos que
expresamente así determina la ley, comprendiendo que en esa única clasificación hay
inmuebles tales como el suelo, las construcciones adheridas a él, las plantas, los y árboles,
mientras estén unidos a la tierra, todo lo que esté unido a un inmueble de una manera fija que
no puedan separarse sin deterioro del mismo inmueble o del objeto a él adherido, las estatuas,
relieves, pinturas u otros objetos de ornamentación, en tal forma que revele el propósito de
unir de un modo permanente al fundo, los derechos reales sobre inmuebles, etcétera; bienes
que la doctrina ha considerado como inmuebles pero subdivididos en tres clases: inmuebles
por su naturaleza, inmuebles por su destino e inmuebles por razón del objeto al cual se
aplican.
Asimismo, también debe resaltarse que conforme a ambos ordenamientos sustantivos civiles,
por regla general se consideran bienes muebles, todos los bienes no considerados por la ley,
como inmuebles (artículo 730 del de Chihuahua y 688 del de Michoacán).
Estas son reglas que deben tenerse presentes para dilucidar la presente contradicción, en tanto
que los dos Tribunales Colegiados coinciden en que en los Códigos Penales de las entidades
federativas que interpretan no contienen disposición alguna que defina al bien inmueble, de
tal suerte que debe atenderse a lo dispuesto en la jurisprudencia de la anterior integración de
la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que sostuvo el criterio visible
con el número 1a./J. 15/94, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Octava Época, Tomo 79, julio de 1994, página 13, cuyo rubro es: "ROBO. LA CALIDAD
DE MUEBLE DE LA COSA OBJETO DEL DELITO DEBE CONFIGURARSE A LA LUZ
DE LA LEGISLACIÓN, AUNQUE NO SEA LA PENAL.". Al establecer que para
determinar dicha calidad de mueble de la cosa objeto del delito de robo, debe estarse a lo que
la legislación establezca al respecto, no obstante que la ley penal no señale qué bienes son
muebles y cuáles no, debiéndose acudir a las normas que tal concepto lo prevean, para la
debida integración del tipo penal de robo.
Así las cosas, resulta que ambos ordenamientos consideran como bienes muebles por
naturaleza, aquellos bienes que pueden trasladarse de un lugar a otro, ya se muevan por sí
mismos, ya por efecto de una fuerza exterior, sin sufrir deterioro, y por cuanto a los bienes
inmuebles, los ordenamientos de referencia hacen una sola clasificación de éstos,
comprendiendo en ella a los que la doctrina subdivide o conoce como inmuebles por su
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
naturaleza, por su destino o incorporación, y por el objeto al que están destinados.
Ahora bien, los árboles se han considerado por la doctrina bienes inmuebles por su
naturaleza, conclusión que tiene su apoyo lógico en el hecho de que éstos reciben su vida del
mismo suelo en que arraigan, y en que no pueden trasladarse, generalmente, sin perecer o
deteriorarse, lo que nos indica que los árboles, por exclusión, no pueden estar comprendidos
en los muebles por naturaleza, lo que permite anunciar desde esta primera premisa, que no se
actualiza, en el tema jurídico de la presente contradicción, la hipótesis legal a que se refieren
los artículos 722 y 681 de los Códigos Civiles del Estado de Chihuahua y el de Michoacán,
porque éstos exigen como primer requisito que se trate de un bien mueble por naturaleza.
En efecto, ambos ordenamientos también coinciden en disponer que por regla general son
bienes muebles, todos los demás no considerados por la ley como inmuebles (artículos 730 y
688), y si conforme a los artículos 721 del Código Civil del Estado de Chihuahua y 680 del
Código Civil del Estado de Michoacán, se consideran inmuebles a los árboles mientras estén
unidos a la tierra, debe concluirse que si no se cumple con el requisito que expresamente
condiciona la norma de que se encuentren unidos a la tierra, los árboles serán considerados
bienes muebles, en tanto que la regla general en ambos ordenamientos es que son bienes
muebles los no considerados por la ley como inmuebles, y por ello, si para que se tipifique el
delito de robo, conforme a lo dispuesto en los artículos 261 del Código Penal para el Estado
de Chihuahua y 299 del Código Penal para el Estado de Michoacán, es requisito sine qua
non, que se reúna como elemento del tipo la calidad de mueble que debe tener el objeto del
delito, el que por sí mismo constituye un elemento normativo de valoración jurídica, es
concluyente que en esas entidades federativas, bajo sus legislaciones que se interpretan, el
delito de robo se puede configurar teniendo como objeto la madera sustraída de los árboles
previamente derribados, en tanto que los árboles que no están unidos a la tierra deben
considerarse muebles, porque las legislaciones de tales Estados sólo los consideran inmuebles
cuando están unidos a la tierra.
No obsta para la anterior conclusión, que los dispositivos 722 y 681 de los ordenamientos
sustantivos civiles ya citados, dispongan que los muebles por su naturaleza considerados
como los inmuebles, en algunas fracciones de los artículos 721 y 680 de los ordenamientos
precitados, sólo recobrarán su calidad de bienes muebles, cuando el mismo dueño los separe
del edificio, porque de los mismos preceptos se desprende claramente que esta hipótesis está
devolviendo la calidad de mueble a los bienes muebles por naturaleza, es decir, aquellos que
conforme a los artículos 724 y 683 de cada uno de los ordenamientos citados, puedan
trasladarse de un lugar a otro sin deteriorarse, y los árboles exclusivamente cuando están
unidos al suelo son considerados inmuebles por naturaleza, porque reciben su vida del mismo
suelo en que arraigan, y en general no pueden transportarse, ya sea por sí mismos ya por
efecto de una fuerza exterior, sin perecer y deteriorarse, de lo que resulta que estos bienes no
son muebles por naturaleza, y por ello, no es necesario que para ser considerados muebles por
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
la ley, deban ser cortados exclusivamente por su dueño en términos de lo dispuesto por los
artículos 721 y 680, en tanto que, por un lado, las leyes en comento sólo consideran a los
árboles inmuebles mientras estén unidos a la tierra, y por otra parte, por regla general en tales
ordenamientos es de que todos los bienes se consideran muebles, en tanto la misma ley los
repute inmuebles.
CUARTO.-Consecuentemente, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, por las razones que se expresan, comparte el criterio sustentado por el Segundo
Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito, por lo que, con fundamento en lo dispuesto
en el artículo 195 de la Ley de Amparo, la tesis correspondiente debe quedar redactada con el
siguiente rubro y texto:
ROBO. DERRIBO Y EXTRACCIÓN DE ÁRBOLES SIN DERECHO. TIPIFICACIÓN
DEL DELITO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA Y DEL ESTADO DE
MICHOACÁN).-Entre los elementos normativos de valoración jurídica que integran el tipo
que describe al delito de robo, se encuentra el de "mueble", cuyo contenido regula la
legislación civil, a la cual es necesario acudir, para construir su alcance en el aspecto penal.
De esta suerte, los artículos 730 y 724 del Código Civil del Estado de Chihuahua, 688 y 683,
del Código Civil del Estado de Michoacán, coinciden en que: son bienes muebles, todos los
no considerados como inmuebles; que, por su naturaleza, los muebles pueden trasladarse de
un lugar a otro, por sí mismos o por efecto de una fuerza exterior; luego, si conforme a los
artículos 721 y 680 de dichos ordenamientos, se consideran inmuebles a los árboles, mientras
estén unidos a la tierra, debe concluirse que los árboles derribados serán bienes muebles, así
como la madera que de ellos se extraiga pues puede ser trasladada de un lugar a otro por
efecto de una fuerza exterior. En consecuencia, conforme a lo dispuesto en los artículos 261
del Código Penal para el Estado de Chihuahua y 299 del Código Penal para el Estado de
Michoacán, el delito de robo se puede configurar teniendo como objeto material la madera
sustraída de los árboles previamente derribados, sin que sea necesario que deban ser cortados
exclusivamente por su dueño, en términos de lo dispuesto por los artículos 721 y 680, ya que
las leyes consideran inmuebles a los árboles solamente mientras estén unidos a la tierra;
además de que en los citados ordenamientos los bienes se consideran muebles, en tanto la
propia ley no los repute inmuebles.
Por lo expuesto, y con fundamento en los artículos 197-A de la Ley de Amparo, y 21,
fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación se resuelve:
PRIMERO.-Sí existe contradicción entre las tesis sustentadas por el Segundo Tribunal
Colegiado del Décimo Primer Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo
Circuito, al fallar el amparo directo 891/97 y el amparo en revisión 255/92, respectivamente.
SEGUNDO.-Debe prevalecer el criterio sustentado por esta Primera Sala de la Suprema
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 29/98.
Corte de Justicia de la Nación, sin que se afecten las situaciones jurídicas concretas derivadas
de los juicios en que incurrió la contradicción.
TERCERO.-Remítase el texto de la tesis jurisprudencial a que se refiere el considerando
cuarto de la presente resolución al Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, para su
publicación; así como a los órganos jurisdiccionales que menciona la fracción III, del
precepto 195 de la Ley de Amparo, para su conocimiento.
Notifíquese y en su oportunidad archívese el asunto como concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cinco votos de los señores Ministros: Juventino V. Castro y Castro, José de Jesús Gudiño
Pelayo, Juan N. Silva Meza (ponente), Olga Sánchez Cordero de García Villegas y presidente
Humberto Román Palacios.
Nota: La tesis de rubro: "ROBO DE MADERA. SE INTEGRA TAL DELITO NO
OBSTANTE QUE PREVIO A SU APODERAMIENTO, SE DERRIBEN LOS ÁRBOLES
DE LOS QUE SE EXTRAIGA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MICHOACÁN).",
citada en esta ejecutoria, aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo VII, junio de 1998, página 707, tesis XI.2o.21 P, bajo el rubro:
"ROBO, SE INTEGRA TAL DELITO NO OBSTANTE QUE PREVIO A SU
APODERAMIENTO SE DERRIBEN LOS ÁRBOLES DE LOS QUE SE EXTRAIGA LA
MADERA OBJETO DEL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MICHOACÁN).".
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