República de Panamá Tribunal Electoral TETRIBUNAL

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Lo
República de Panamá
Tribunal Electoral
Reparto No. 121-2006-ADM
Resolución No. 46
(de 1° de agosto de 2008)
Por medio de la cual se resuelve Demanda de Cancelación de
Inscripción de Nacimiento que consta al Tomo -17- Partida 105- de'los libros de nacimientos de la Provincia de Darién,
correspondiente a AYDEE DEL CARMEN MI LAN ES GUZMAN, hija
de JUAN MILANES y CLEOFE GUZMAN, por no correspondería
la nacionalidad panameña.
EL TRIBUNAL ELECTORAL
En uso de sus facultades constitucionales y legales
CONDSIDERANDO:
El presente proceso, identificado como Reparto No. 121-2006-ADM,
contentivo de la demanda de cancelación de inscripción de nacimiento
promovida por el Director Nacional del Registro Civil contra AYDEE
DEL CARMEN MILANES GUZMAN, tras haber recorrido las previas y
obligantes fases que le son propias, finalmente se encuentra en
estado de ser decidido.
A esa labor se aboca este Tribunal Colegiado, a propósito de lo cual
estima necesario repasar primera y sucintamente las principales
etapas procesales surtidas, para luego adentrarse tanto al estudio de
los hechos controvertidos y su relación con el material probatorio que
ha sido acopiado, como a la determinación de si tales hechos se
subsumen o no en las hipótesis contenidas en las normas legales
aplicables al caso.
TE
Q
TRIBUNAL
FLFCTORAL
______________.Apartado 0816-01504, Panamá Rep.de Panamá
ANTECEDENTES
Las primeras constancias procesales (fs. 1-55) informan que, en fase
anterior a la presentación forma! de la demanda de cancelación de
inscripción que nos ocupa, y bajo,el ámbito de aplicación del otrora
vigente Decreto 17 de 25 de noviembre de 2002 (Por el cual se
reglamentaba la Ley 100 de 1974, en vigor para entonces y en la
que, a su vez, se organizaba el Registro Civil), la Dirección Nacional
del Registro Civil inició la formación de un expediente en el que se
recabaran los elementos de juicio que fueran conducentes para el
esclarecimiento
de
los hechos
inherentes
a
la
inscripción
de
nacimiento de AYDEE DEL CARMEN MILANES GUZMAN, de cara pues
a determinar si en la misma se había incurrido en declaraciones falsas
o en la aportación de pruebas falsas para su obtención, para luego
proceder o no a su revocatoria o anulación.
Como parte de esos elementos, consta a folios 6-10 de la encuesta
copia autenticada de una denuncia formalizada el día 26 de abril de
2004 por el señor Enrique Edgar Montenegro Diviazo, en su propio
nombre y en representación del autodenominado Frente Nacional
contra la Corrupción, en contra de la entonces Legisladora AYDEE DEL
CARMEN MILANES DE LAY, en la que instaba a la Procuraduría
General de la Nación para que investigara a la prenombrada por la
presunta comisión del delito de uso y derivación en provecho propio
de un documento que sabía que era falso, en este caso su propio
registro de nacimiento que, según se acusó, no cumplió con las
exigencias
legales
vigentes
al
momento
de
expedirse.
Esta
imputación de falsedad, formulada en su modalidad ideológica, radicó
esencialmente en el hecho de que la señora Milanés de Lay había
nacido en Colombia y no en Panamá, como tergiversadamente se
declaró al momento en que fuera inscrito este hecho vital en el
Registro Civil panameño.
En el devenir de este acopio probatorio impulsado por la entidad
registradora del Estado Civil, se adjuntó el certificado de bautismo de
Aydée Milanés, expedido por la Parroquia San José de La Palma,
Darién (fs. 16), fechado 27 de mayo de 2004, en el que se lee, entre
otros datos, que este bautizo ocurrió el 2 de febrero de 1954, que el
nacimiento de la bautizada tuvo lugar el 28 de diciembre de 1947 en
"Sautata (Chocó)".
Igualmente; y proveniente del mismo seno del Registro Civil, se
recibió un documento (fs. 19-24) en el que, por un lado, se plasmó la
investigación hecha a las inscripciones de nacimiento tanto de la
propia Aydée del Carmen Mitanes Guzmán, como las de sus hermanos
Arnulfo, Temilda, Héctor y Ana Elvira Milanés Guzmán, y por otro
lado, la exposición del criterio al que dicha entidad arribaba con
relación a la primera de dichas inscripciones, concluyéndose que la
misma se había efectuado sin el acatamiento de las disposiciones
legales del caso, a la par que arrojaba elementos indicativos de la
falsedad de los datos relativos al lugar y fecha de nacimiento.
También se adjuntaron, en copias simples (fs. 26-34), las partidas y
cupones con las que se levantaron las respectivas actas y registros de
nacimientos de Arnulfo, Aydée, Temilda y Ana Elvira Milanés Guzmán;
al igual que un intercambio epistolar surtido entre la Dirección del
Registro Civil y la Embajada de Colombia en Panamá (fs. 39-40), en
la que esta última refiere, con fundamento a respuestas ofrecidas por
una dependencia del Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano
(Dirección de Soberanía Territorial y Desarrollo Fronterizo), y por el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Colombia, que la localidad
denominada "Sautatá" pertenece a Colombia.
A foja 42 aparece insertado un mapa a color en el que se remarca la
ubicación de ese lugar llamado "Sautatá", como parte de la región
colombiana que hace frontera con Panamá.
A pie de este mapa,
puede leerse una inscripción, aparentemente manuscrita, que sobre
el lugar así remarcado y el origen de este documento, dice: "Sautatá,
Departamento del Chocó, Colombia.
Fuente: Gran Atlas Mundial.
Plaza & Janes Editores. Barcelona, España, 1993. Páginas 10-10
Recuadro C-4".
Remitidos por la Dirección Provincial del Registro Civil de Darién y la
Comarca Emberá Wounaan a la sede principal de dicho Registro,
figuran entre las fojas 44-46, los Certificados de Bautizos de "Arturo"
(sic), Ana Elvira y Temilda Rosa Milanés, todos extendidos por la
Parroquia San José de La Palma, de Darían, con la firma del Misionero
Claretiano que los suscribe autenticada por la Gobernación de aquella
Provincia, además de la autenticación que la Secretaría de este
despacho público hace respecto de la rúbrica de la Jefa del mismo
(Gobernadora).
A comienzos de los meses de agosto y diciembre de 2004 (fs. 56-59),
la señora Aydée Milanés de Lay, comparece formalmente a la fase
investigativa que estaba llevando la Dirección Nacional del Registro
Civil, confiriendo poder de representación a una firma forense de la
localidad y presentando, respectivamente, una serie de pruebas
documentales que, según se afirma en el escrito en que fueron
enlistadas, guardaban relación con la investigación que sobre su
nacionalidad se estaba adelantando.
Los
documentos así allegados,
antecedentes
escolares
por
(parciales),
un
de
lado, consistieron
los
niveles
primario
en
y
secundario, de la señora Aydée Milanés Guzmán de Lay (fs. 60-63),
y por otra parte, consignaban a modo de declaraciones juradas
rendidas ante Notario Público, el testimonio de cinco (5) personas
(FILOMENA VALENCIA TORERS, AÍDA ESTHER MURILLO, IDELISA
LOZANO LEDEZMA, ANDREA VEGA DE RUIZ y JOSÉ EURÍPIDES
CÓRDOBA
HINESTROZA)
que
depusieron
sobre
hechos
y
circunstancias relacionadas con el nacimiento de Aydée Milanés.
Esas mismas personas, tres (3) de ellas colombianas, acudieron
personalmente a las oficinas del Departamento Jurídico del Registro
Civil en Panamá y respondieron a un interrogatorio más extenso,
ampliando de esta manera sus iniciales declaraciones juradas (fs. 88109).
Mediante Nota 519/DGRC de 18 de noviembre de 2005 (fs. 113-116),
la Dirección General del Registro Civil inquirió la opinión autorizada
del Procurador General de la Administración al respecto del proceso
de nulidad del acto que originó la inscripción del nacimiento de Aydée
del
Carmen
Müanés
Guzmán,
exponiendo en
esa misiva
los
fundamentos fácticos y jurídicos que le hicieron arribar a la
conclusión de que ía referida inscripción se realizó con declaraciones
falsas que afectaban su validez, pero que por sus efectos concedían el
derecho a la nacionalidad panameña a su titular, cuando en realidad
no le asistía tal derecho.
En respuesta a la nota acabada de reseñar, la Procuraduría emitió el
11 de octubre de 2006 una misiva "O082-06" (fs. 117) en la que
opina que los elementos probatorios acreditados en el expediente en
cuestión configuran el supuesto de hecho que daba lugar a la
revocatoria del acto de inscripción de nacimiento de Aydée Milanés.
En la parte final de esta respuesta dada por la Procuraduría, se alude
a que a partir de la vigencia de la Ley 31 de 25 de julio de 2006,
regulatoria del registro de hechos vitales y demás actos jurídicos
sobre el estado civil de las personas y por la cual se reorganiza la
Dirección Nacional del Registro Civil, la cancelación de inscripciones
de nacimientos hechas para obtener ilegalmente la nacionalidad
panameña debían surtirse mediante el procedimiento ordinario
previsto en el Código Electoral, con la participación de dicha
Procuraduría.
En otro giro, con cita a varias disposiciones de la antedicha Ley 31 de
2006 y a lo que dispusiera la Sala de Acuerdo 48 de 25 de septiembre
de 2006, el Director Nacional del Registro Civil dirige Nota 508/DGRC
fechada 17 de octubre de 2006 (fs. 118-120) a la Secretaria General
del Tribunal Electoral, para que se sometiera a reparto su solicitud de
nulidad del acto que originó la inscripción de nacimiento 5-17-105 a
nombre de Aydée del Carmen Milanés Guzmán, por no correspondería
la nacionalidad panameña conforme a las pruebas insertadas en este
expediente.
En esta misma nota, el Director suscribiente vuelve a
explicar las mismas razones jurídicas y probatorias que había
expuesto en la comunicación escrita que había enviado al Procurador
de la Administración para consultarle su opinión sobre el proceso
anulatorio del acto de, inscripción del nacimiento en comento.
A consecuencia de lo anterior y una vez evacuadas las reglas del
reparto, el Magistrado Sustanciador, Eduardo Valdés Escoffery, a
quien le fuera adjudicado así el proceso, mediante Resolución de 31
de octubre de 2006 (fs. 121-122), dispuso admitir la solicitud
promovida por la Dirección Nacional del Registro Civil para la
anulación del acto de inscripción de nacimiento de Aydée Milanés y
ordenó correrla en traslado a la parte demandada por el término de
dos (2) días hábiles.
Empero, antes de concretarse la notificación y traslado de la
demanda se produjo el reemplazo del Magistrado Sustanciador por
haber concluido el período para el cual había sido nombrado, de
manera que todas las ponencias de éste pasaron a ser asumidas por
el Magistrado entrante, Gerardo Solís, todo lo cual se constata del
informe secretaria! que reposa a fojas 124 y de la asunción del
conocimiento de este proceso mediante Resolución calendada 15 de
noviembre de 2006 (fs. 125), rubricada por el nuevo Magistrado.
Luego de practicada la notificación y el traslado a los abogados de la
demandada (fs. 126), éstos replican la solicitud de nulidad del acto
de inscripción de nacimiento de su patrocinada por conducto del
"escrito de oposición" que figura incorporado a fojas 132-134 del
dossier, en el que se parte por afirmar que la denuncia presentada
por el señor Montenegro Diviazo ante la Procuraduría General de la
Nación, que como hecho público y notorio hace surgir la investigación
sobre la nulidad del registro de ese nacimiento, tuvo como único
propósito impedirle a la señora
Milanés su postulación como
Legisladora por el Circuito 5-1 de la Provincia de Darién.
Sobre ambas investigaciones, la de la Procuraduría General de la
Nación y la de la Dirección General deí Registro Civil, acotó la defensa
de la demandada que presuponían una violación constitucional y legal
de sus derechos por cuanto se le seguían dos (2) causas por el
mismo supuesto delito de falsedad, pero que, de existir este supuesto
ilícito, el mismo se encontraba ya prescrito de acuerdo a las propias
constancias
procesales
que
acreditaban
que
el
padre
de
la
demandada la había inscrito desde el 9 de febrero de 1966.
A criterio de los apoderados de la demandada Aydée Milanés, la
anotación hecha en el certificado de bautizo visible a fojas 16
respecto del lugar denominado "5ANTATA (sic) CHOCO" como el del
nacimiento de aquélla, fue un error del padre de aquélla cuando la
f
registró "poniendo su propio lugar de nacimiento en vez del de su
hija".
En dirección a los elementos que en su opinión acreditaban que
Aydée Milanés nació en suelo panameño, los letrados en cita
aludieron a las pruebas de la "convivencia de niñez'' como las "de su
primera enseñanza", a la declaración de Filomena Valencia Torres
quien testificó que como partera trajo al mundo a Aydée y sus
hermanos en Boca de Cupe, Darién, y a los demás testimonios que
describieron como ofrecidos por personas mayores y honorables,
consignados en documentos públicos que fueron ratificados ante el
Departamento de Asesoría Legal del Registro Civil.
Adicionalmente, la firma forense apoderada de la demandada destacó
que ni en este expediente ni en ningún otro, existía prueba alguna de
que Aydée Milanés hubiese nacido en Colombia, a pesar de que e!
Registro Civil le solicitó al Consulado Colombiano prueba de dicha
•inscripción.
Para cerrar el denominado escrito de oposición que se viene
abordando, los procuradores judiciales de la señora Milanés Guzmán
acotaron que siendo público y notorio que ésta había sido en varias
ocasiones Legisladora de la República de Panamá, constituía un
atentado contra la seguridad jurídica revocar el acto de inscripción de
su nacimiento, dado el Estado de Derecho imperante en este país.
Con posterioridad a este memorial de réplica, la parte demandada
recusó al Magistrado Gerardo Solís alegando que había sido "quien
instruyó el presente sumario" (fs. 136-139), por lo que dicho
Sustanciador dictó Resolución de 21 de marzo de 2007 (fs. 141-142)
imprimiendo el trámite incidental del caso y ordenando la remisión
del expediente al despacho del Magistrado Eduardo Valdés Escoffery
para que lo resolviera, quien, a su vez, por Resolución de 4 de abril
del mismo año (fs. 144) requirió del Magistrado recusado eí informe
relativo a los hechos del incidente.
Contestando el requerimiento así formulado, el Magistrado Solís
mediante informe de 10 de abril de 2007 (fs. 146-147) esbozó las
razones por la cuales consideró no estar inmerso en alguna causal de
fl
impedimento que lo obligase a declararse impedido, mucho menos
que hubiese tenido actuaciones previas al momento en que asumió
como Sustanciador el conocimiento de la presente causa, ni siquiera
cuando fungió como Fiscal General Electoral.
Receptado lo anterior y constatando que no había pruebas que
practicar, el Magistrado Valdés a través de Resolución de 20 de abril
de 2007, debidamente motivada, declaró no probado el incidente de
recusación propuesto por la parte demandada.
Ahora, devuelto el expediente al despacho del Magistrado Solís para
que continuara con los trámites del proceso, este último profiere
resolución de 13 de junio de 2007, en la que deja sentado que el
procedimiento que inicialmente regulaban la Ley 31 de 2006 y el
Código Electoral había sufrido variaciones que fueron introducidas por
la Ley 17 de 22 de marzo de 2007, modificando tanto la ley 31 como
derogando ciertas normas del mencionado Código.
Aunado a ello, del mismo modo se dejó plasmado en la resolución
citada, que también se había dictado el Decreto 6 de 30 de mayo de
2007, reglamentario del procedimiento para la cancelación de
inscripciones de nacimientos hechas para adquirir ilegalmente la
nacionalidad panameña, por lo que con base a todas estas reformas
legales, se ordenó la remisión del expediente a la Dirección Nacional
del Registro Civil para que adecuara o corrigiera su solicitud de
nulidad del acto de inscripción de nacimiento a esos nuevos
requerimientos legales, o sea, para que la presentara como demanda
de cancelación de inscripción de nacimiento.
De conformidad con lo ordenado por el Despacho Ponente de la
causa, la Dirección Nacional de Registro Civil, por conducto de su
Nota 408/DNRC de 24 de julio de 2007 (fs. 162), devuelve al
Despacho de la causa el expediente en cuestión, adjuntándole el
informe de investigación de la inscripción de nacimiento de Aydée
Mitanes y la demanda de cancelación de dicha inscripción.
En tal sentido, el Director Nacional del Registro Civil presentó formal
Demanda de Cancelación de Inscripción de Nacimiento en contra de
AYDEE DEL CARMEN MILANES GUZMAN, inscripción que consta al
ís>
Tomo -17-, Partida -105-, de los libros de nacimientos de la Provincia
de Darién, debido a que la misma presenta indicios de que fue hecha
para obtener ¡legítimamente la nacionalidad panameña.
De acuerdo con dicho libelo del demandante, la investigación de la
inscripción de nacimiento correspondiente a AYDEE DEL CARMEN
MILANES GUZMAN, tuvo su origen en la presentación de la denuncia
interpuesta por el señor Enrique Edgar Montenegro Diviazo, ante la
Procuraduría General de la Nación.
En dirección al cumplimiento de los requisitos legales que debieron
darse con la inscripción que cuestiona, el Registrador demandante
plateó que la misma fue registrada de formas tardía el 9 de febrero
de 1966, con base a la declaración rendida por Juan Milanés, en
calidad de padre, en donde éste señaló que su hija Aydée Milanés
Guzmán, nació el 28 de diciembre de 1948 en la comunidad de Yape,
Distrito de Pinogana, Provincia de Darién, sin que hubiese aportado la
documentación que corroborara que este hecho vital ocurrió en la
República de Panamá, lo que era indiciario de que la inscripción se
hizo con el fin de adquirir la nacionalidad panameña de manera ilegal.
Sumado a lo dicho, el demandante manifestó que de conformidad con
la constancia del certificado de bautismo, emitida el 27 de mayo de
2004, por la Parroquia San José de La Palma, Darién, AYDEE DEL
CARMEN MILANES GUZMAN, nació en Sautatá, Chocó, el 28 de
diciembre de 1947 y que, de acuerdo con información geográfica
suministrada por la Dirección de Soberanía Territorial y Desarrollo
Fronterizo del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de
Colombia, esa localidad denominada Sautatá, pertenece a dicha
República.
Por último, la entidad actora destacó que AYDEE DEL CARMEN
MILANES GUZMAN era hermana de padre y madre de TEMILDA
MILANES GUZMAN, con cédula 5-14-1629, quien de acuerdo con los
registros del Tribunal Electoral, había nacido el 18 de octubre de
1948,
en
Calle
de
Oro,
Pinogana,
Darién,
situación
que
científicamente era imposible por cuanto que existía una diferencia de
2 meses y 10 días entre ambos nacimientos, por lo cual, se constituía
10
en dudosa la declaración rendida por Juan Milanés, en calidad de
padre.
La secuela procesal que siguió a la demanda, registra que mediante
memorial presentado el día 9 de agosto de 2007, la demandada
AYDEE MILAIMES GUZMAN, otorgó poder a la firma forense BLANDÓN
& YOUNG ABOGADOS (fs. 172) y que, luego, por medio de Resolución
de 20 de agosto de 2007 (fs. 177-179), se admitió la demanda
presentada, ordenándose correr traslado a la demandada y a la
Fiscalía General Electoral, quien procesalmente actuaría en interés de
la Ley.
Sin embargo, contra esta decisión que acogió la demanda, la parte
demandada interpuso y sustentó recurso de apelación (fs. 180 y 181187), argumentando esencialmente y en relación al momento de
presentación de la demanda cuya corrección había ordenado el
Magistrado Sustanciador, que se había rebasado con creces el
término legal que se tenía para ello.
Recibida la oposición a esta apelación formalizada por la parte
demandante (fs. 190-192), se concedió dicho recurso en el efecto
suspensivo y con ello, se dispuso la remisión del expediente al
Magistrado Eduardo Valdés Escoffery (fs. 194), empero, este último,
con fundamento en lo normado en el numeral 5 del artículo 118 del
Código Judicial, se declaró impedido el día 12 de septiembre de 2007
(fs. 196-197).
El impedimento manifestado fue declarado legal por Resolución de 2
de octubre de 2007, visible a folios 207-208, pero antes de dictarse
este pronunciamiento, la Fiscalía General Electoral hizo llegar su
escrito de "contestación de traslado" (fs. 200-206), en el cual tras
emprender un exhaustivo recuento de las posiciones procesales
asumidas por las partes demandante y demandada, así como de las
opiniones vertidas en su momento por
la Procuraduría de la
Administración y de la tramitación y medidas surtidas por este
Tribunal Electoral, expuso su opinión legal sobre el proceso.
Superada la etapa anterior, y cuando el Despacho sustanciador se
disponía a resolver la apelación que la parte demandada había
CP-
11
interpuesto contra el auto que admitió la demanda, se advirtió la
ocurrencia de una causal de nulidad que consistió en la falta de
notificación de la providencia que había concedido aquel recurso. Por
esta razón se decretó la nulidad de las actuaciones surtidas entre los
folios 195 a 209 del expediente, todo lo cual quedó plasmado en la
resolución de 12 de octubre de 2007, perceptible a fojas 210-212.
Restablecido el curso normal del proceso, mediante escrito fechado
29 de octubre de 2007 (fs. 216-217), el Magistrado Valdés Escoffery
se manifiesta impedido y por virtud de ello, el resto de los
Magistrados integrantes de este Tribunal declaran legal dicho
impedimento y llaman a la Magistrada Suplente, Sharon Sinclaire de
Dumanoir, para que lo reemplace (fs219-220).
Asumiendo entonces el conocimiento de la causa, la prenombrada
Magistrada profiere Resolución de 3 de marzo de 2008 (fs.. 225-231),
atendiendo finalmente la alzada sustentada por la parte demandada y
que pretendía la revocatoria del auto que admitió formalmente la
demanda presentada en su contra, de modo tal que no encontrando
méritos en dicha impugnación, procedió a la confirmación de aquella
resolución que dispuso la mencionada admisión.
La
recurrente
demandada
solicitó
aclaración
de
la
decisión
confirmatoria que no acogió sus argumentos, mas, tal petición le fue
rechazada por su improcedencia (fs. 232-237), sin embargo, tras
varios intentos por notificar a sus apoderados de dicho rechazo, hubo
que fijarle un edicto en la puerta de sus oficinas para lograr ese acto
comunicativo (fs. 239-244).
Así las cosas, quedó habilitado el camino para que los apoderados
judiciales de la demandada procedieran a contestar la demanda, lo
cual hicieron mediante libelo que corre entre las fojas 245-252,
negando que su defendida haya realizado cualquier actuación dolosa
destinada a obtener ílegalmente la nacionalidad panameña, además
que la inscripción de nacimiento de AYDEE MILANES se dio en base
a una declaración de nacimiento realizada por su padre en el año
1966 y que la misma cumplió con
todos los requisitos legales
exigidos en su momento ante las autoridades debidamente facultadas
12
para este menester y responsables de exigir todos los requisitos
establecidos en las leyes vigentes, agregando que habían transcurrido
más de cuarenta años, para que de manera ilegal y arbitrarla se
pretendiera cancelar su inscripción como ciudadana
panameña
mediante esta acción que ya estaba prescrita.
Al final de esta contestación, la firma forense que representó en su
momento a la demandada, solicitó la denegación de la demanda
impetrada y el archivo del expediente, aduciendo como pruebas la
declaración de parte del Director del Registro Civil; los testimonios de
todas aquellas personas que rindieron las declaraciones juradas
notariales que habían presentado a folios 64-77, agregando el de
Candy
demanda
Rose Arias; los documentos originales que fundaban la
de
Registro
Civil;
los informes
a requerirse de
la
Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia para que
certificara si Aydée Milanés aparecía registrada como ciudadana de
ese país, y a la Dirección de Recursos Humanos del Tribunal Electoral,
sobre el historial de Dámaso Solís Peña y de Candy Rose Arias como
funcionarios del Registro Civil,
En calidad de pruebas propiamente presentadas, los abogados de la
demandada anexaron una certificación del Registrador Especial del
Estado Civil de Quibdó, República de Colombia, en la que se hacía
constar que Aydée Milanés no aparecía registrada; además, los
letrados defensores se ratificaron de todas las pruebas documentales
(declaraciones juradas de testigos y registros escolares de Aydée
Milanés) que allegaron durante la fase investigativa efectuada por el
Registro Civil.
De su parte, la Fiscalía General Electoral ai contestar el traslado de la
demanda (fs. 254-264), en lo
medular refirió que, dados los
elementos probatorios y el derecho vigente al momento de acontecer
los hechos, hubo declaraciones o pruebas falsas al hacerse la
inscripción de nacimiento correspondiente al Libro de la Provincia de
Darién, Tomo 17, Partida 105, por. lo que consideró que no le asistía
el derecho a AYDÉE DEL CARMEN MILANÉS GUZMAN para adquirir la
nacionalidad panameña por nacimiento.
13
En la Resolución de 20 de mayo de 2008 (fs. 266-268), se proveyó
acerca de la admisibilidad y subsecuente práctica de las pruebas
aducidas y presentadas por las parte, a la vez que se señaló como
fecha para la realización de la audiencia oral del caso, ef día 3 de
junio de 2008, a las 9:00 a.m.
Con antelación a la llegada de la referida fecha, la Directora de
Recursos Humanos del Tribunal Electoral y el Director del Registro
Civil (fs. 274 á 302) remitieron las pruebas documentales que le
habían sido requeridas por el tribunal de la causa a instancias de la
parte demandada, parte ésta que, haciendo uso de las demás
oportunidades probatorias que le concede el Decreto 6 de 30 de
mayo de 2007, presentó otro escrito (fs. 303-307) aduciendo nuevas
pruebas testimoniales, documentales y de diligencia exhibitoria e
inspección judicial,
además
de
allegar
copia
simple
de
una
contestación de traslado hecha por la Fiscalía General Electoral en
otro proceso de cancelación de inscripción de nacimiento identificado
como "Reparto N° 045-2007-ADM" (fs. 308-312).
Las piezas procesales subsiguientes registran que el día 27 de mayo
de 2008, la demandada AYDEE MILANES GUZMAN, le revocó el poder
a la firma forense que hasta ese momento la representaba y le otorgó
poder al Doctor JAIME FRANCO PÉREZ (fs. 317); que, procedente de
la Dirección de Asuntos Jurídicos y Tratados, deí Ministerio de
Relaciones Exteriores se acusó recibo de los oficios que se remitieron
requiriéndole
Registradoras
información
del
Estado
de
las
autoridades
Civil, comunicándose
que
colombianas
se estaba
diligenciando la obtención de dicha información (fs. 315, 316, 318 y
319); que el Director del Registro Civil designó a la Licenciada Lelia
Medina (fs. 320), para que asistiera a la audiencia del caso; y que, el
nuevo apoderado judicial de la demandada solicitó el aplazamiento de
esa audiencia que se había fijado para el 3 de junio de 2008, debido a
quebrantos de salud (fs. 321-322).
La nueva fecha de audiencia se señaló para el día 25 de junio de
2008, a las 9:00 a.m., según la resolución de 17 de junio de 2008
que corre a fojas 323-325 de ia encuesta, pronunciamiento este en el
que, de forma oficiosa, también se intimó a los responsables del
14
Vicariato de Darían, Parroquia San José, La Palma, para que
exhibieran e hicieran entrega provisional del Libro de Bautismo Tomo
XVI, Folio 77, Número 2, donde aparece registrado el bautizo de
AYDEE MILANES; ordenándose el examen de este documento por
parte de peritos ¡dóneos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias
Forenses, a fin de que emitiesen dictamen sobre aspectos inherentes
a su autenticidad, entre otros tópicos.
Compulsados los oficios comunicativos de la medida oficiosa acabada
de tratar (fs. 326-328) y faltando sólo dos (2) días para arribar a la
nueva fecha señalada para la audiencia, el apoderado de la
demandada presentó escrito de Advertencia de Inconstitucionalidad
de los artículos 130 y 131 del la Ley 31 de 2006, modificados por los
artículos 18 y 19 de la Ley 17 de 2007 (fs. 330-343), mas, el mismo
día (23 de junio de 2008) este Despacho Jurisdiccional Electoral
declaró
inadmisible
fa
articulación
así
ensayada,
según
se
fundamentó en la resolución proferida al respecto (fs. 345-348).
Inadmitida la Advertencia de Inconstitucionalidad, aconteció que
llegado el día de la audiencia, la Fiscalía General Electoral designó en
su representación a la Licenciada Rosalba Chin (fs. 351), los peritos
técnicos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses del
Ministerio Público (2 grafólogos y 1 químico) tomaron posesión de sus
cargos y la Iglesia Católica (Vicariato de Darién), en la persona del
Reverendo Felipe Madrigal, exhibió el Libro de Bautismo de la
Parroquia San José de La Palmas, en donde al Tomo XVI, Folio 77,
renglón
N°
2,
figura
inscrito
el
bautizo
de
Aydée
Mitanes,
permitiéndose además que los peritos lo examinaran y rindieran tanto
un informe oral preliminar en el acto que se estaba evacuando, así
como un informe escrito final recibido poco después de que se
trasladaran a los laboratorios del Instituto Forense al que pertenecían
con el Reverendo Padre custodiando el Libro de Bautismos objeto de
sus experticias.
Consta además en el Acta de la Audiencia que, el Magistrado
Sustanciador se pronunció sobre las pruebas aportadas por las
partes, tanto las que se habían admitido antes y se estaban
diligenciando, como las que en ese mismo acto procedió a admitir y
"U?
15
negar, sin embargo, luego de señalar concretamente cuál era el
hecho a dilucidarse en esta controversia y proseguir con la exhibición
y examen pericial del Libro de Bautizo, además de su fotocopiado y
posterior traslado a los Laboratorios del Instituto de Medicina Legal
para un examen más exhaustivo, la parte demandada desistió de la
práctica de las demás pruebas testimoniales y de declaración de parte
que había propuesto.
Reanudada la audiencia, cuyo receso se había decretado para el
traslado y examen del Libro de Bautizos en los laboratorios citados,
se recibió el informe final de los peritos y se puso a disposición de las
partes y de la Fiscalía para que interrogaran sobre su contenido, sin
embargo, ninguno de ellos hizo cuestionamientos al respecto, y
posteriormente, se pasó a la fase de los alegatos, en la que previa
consulta del tiempo requerido para ello, se concedió un término
promediado y común de 30 minutos para que cada interviniente
expusiera sus conclusiones finales sobre el caso.
Escuchadas
las
alegaciones
de
la
letrada
representante
del
demandante Registro Civil, del apoderado de la demandada y de la
Fiscalía General Electoral, en ese mismo orden, en las que cada uno
reafirmó la posición procesal asumida desde
contestación
y
la
vista
fiscal
de
la
contestación
demanda, la
del
traslado,
respectivamente, es decir, a favor (demandante y Fiscalía) y en
contra (demandada) de la cancelación de la inscripción de nacimiento
de Aydée Milanés, el Magistrado Gerardo Solís procedió a declarar
cerrada la audiencia.
Consecuente con las probanzas que quedaron admitidas en el acto de
audiencia, se emitieron y enviaron sendos oficios al Director del
Registro Civil y al Fiscal General Electoral, solicitando al primero las
copias autenticadas de la documentación inherente a la inscripción de
nacimiento de Aydée Milanés y al segundo, copias autenticadas de
todas las opiniones o contestaciones de traslados que en demandas
como las que nos ocupan había proferido su despacho, bajo la
vigencia de la Ley 31 de 2007.
>
O
16
Las respuestas a dichos oficios, así como la documentación solicitada
y que se adjuntó con las mismas consta incorporadas a folios 386391 y 395-538.
Valga dejar sentado que, antes de la remisión requerida de ia Fiscalía
Electoral y en cumplimiento de lo normado en el artículo 11 del
Decreto 6 de 30 de mayo de 2007, la Secretaría General de este
Despacho fijó el edicto de 24 horas de que trata la norma citada,
poniendo así a disposición de las partes el acta levantada con motivo
de la audiencia, para que las mismas realizaran las observaciones que
a bien tuvieran, sin embargo, no hubo observación alguna.
Las
pruebas
peticionadas
de
las
autoridades
colombianas,
registradoras del estado civil, por conducto del Ministerio de
Relaciones Exteriores de Panamá, fueron finalmente remitidas por
nota "AJ. 1842" de 18 de julio de 2008 (recibida este mismo día en
la
Secretaría
General
de
este
Tribunal
Electoral:
fs.
539),
documentación ésta en la que, entre otras cosas, se establece la
imposibilidad de ofrecer información referente a Aydée Milanés
Guzmán, por no aparecer registrada en el Archivo Nacional de
Colombia.
Finalmente, el "íter" procesal recorrido en esta encuesta culminó con
la dictación de un auto para mejor proveer, fechado 18 de julio de
2008, en el que se decretó de oficio la práctica de una serie de
pruebas, todas de naturaleza documental y que, en mayor o menor
medida, guardaban relación con los puntos discutidos por las partes y
con aspectos relacionados con hechos derivados de las demás
pruebas que habían sido ya evacuadas en este expediente.
Estas últimas pruebas, oficiosamente decretadas, aparecen adheridas
de fojas 551 á 609.
De manera que, hecho e! recuento procesal que precede, lo que toca
ahora es emitir el pronunciamiento que desate el fondo de la
controversia, para lo cual han de considerarse los hechos, las pruebas
y el derecho aplicable a la misma.
DECISIÓN DEL TRIBUNAL
Prima facle, conviene señalar que de conformidad con el mandato
contenido en el artículo 201, numeral 2, del Código Judicial y en
cumplimiento del principio de congruencia que consagra este mismo
Cuerpo Normativo en su artículo 991, cabe abordar el estudio del
medio de defensa que la parte demandada articuló al contestar la
demanda.
Y es que la orientación procesal consignada en estas normas impone
por orden lógico analizar si se configura el hecho extintivo de ta
pretensión que ha sido alegado, dado que si prospera la excepción
propuesta, la pretensión hilvanada en la demanda al quedar así
enervada no tendría por qué atenderse.
Pues bien, a fofios 248 de este expediente, la parte demandada al
responder ai décimo hecho de la demanda acotó, entre otras cosas,
que "(•••) nan transcurrido más de cuarenta años, para que de
manera ilegal y arbitraria se pretenda cancelar su inscripción como
ciudadana panameña.
El artículo 1701 del Código Civil dispone que
las acciones personales que no tengan señaladas término especial
prescriben a los siete años, por lo que ésta acción está prescrita en
demasía".
No obstante, resulta superflua la determinación de si es ese u otro ef
término de prescripción de la acción ejercitada por el Registro Civil,
por cuanto que en este sub judice, este modo extintivo de derechos y
obligaciones deviene inoperante por propio designio de la Ley.
A ese respecto basta mencionar que el artículo 150 de la Ley 31 de
2006 (texto único), regulatoria del registro de los hechos vitales y
demás actos jurídicos relacionados con el estado civil de las personas
y que reorganiza la Dirección Nacional del Registro Civil del Tribual
Electoral, declara qge "Esta Ley es de interés social y tiene
efectos retroactivos" (negritas del Tribunal), lo que, en primer
lugar, hace que su ámbito de aplicación alcance hechos o situaciones
acaecidas con anterioridad a su promulgación,
-f
En segundo lugar, el artículo 131 de la misma Ley, integrante del
Capítulo VI sobre "Cancelación de Inscripciones", al establecer parte
de los lineamientos generales que deben seguirse para el trámite de
las demandas de cancelación de inscripciones de nacimiento que se
hayan hecho para adquirir ilegalmente la nacionalidad panameña, en
su segundo párrafo consagra
que
M
La acción de cancelación
puede presentarse en cualquier tiempo, a partir de la
inscripción del nacimiento que se haya hecho para adquirir
ilegalmente la nacionalidad panameña" (resalta el Tribual).
Lo
anterior
no
es
más
que
el
sustento
jurídico
de
la
imprescriptibílidad de la acción que el Registro Civil incoara a través
de la demanda de cancelación de inscripción de nacimiento que nos
ocupa, que como se ha visto, ha podido promoverse abarcando un
hecho vital (nacimiento de Aydée Milanés) acontecido incluso antes
de que la Ley 31 de 2006 fuera promulgada y a la par, en un
momento u oportunidad posterior a aquel en que se materializó !a
inscripción del mismo.
Por consiguiente, no se trata de dilucidar si está o no prescrita la
acción emprendida por el Registrador demandante, es simplemente
que por ministerio de la propia Ley no cabe la posibilidad de
adentrarse al estudio de dicha extinción, lo que se traduce en que,
desde su inicial invocación, el hecho que sustenta la excepción asi
alegada por la parte demandada ni siquiera aparece como posible en
su ocurrencia cierta, de allí que deba desecharse este medio de
defensa ensayado en la contestación de la demanda, lo cual se
declarará así en la parte resolutiva de esta sentencia.
De resultas que, no habiendo logrado su propósito el medio defensivo
promovido por la parte demandada, se procede ahora a atender el
fondo mismo de la controversia, cuyos extremos se constituyen en la
pretensión y la correlativa oposición, en asocio a las pruebas y el
derecho que resulte aplicable.
Desde el prisma que proyectan las posiciones procesales asumidas
por las partes y la Fiscalía General Electoral, y tal cual se dejó
sentado en la audiencia celebrada en este proceso de cancelación de
19
inscripción de nacimiento propuesto por el Director Nacional del
Registro Civil, la situación fáctica acerca de la cual ha girado el
debate central en esta causa, estriba en la determinación de si la
inscripción de nacimiento de la señora AYDEE DEL CARMEN MILANES
GUZMAN
como
panameña,
correspondientes a la
en
Provincia
los
de
Libros
de
Nacimientos
Darién, se fundamentó en
declaraciones y/o documentos falsos que, como tales, afectarían la
validez de tal inscripción y al mismo tiempo, serían indicativos de que
se efectuó para adquirir de manera ¡legal la nacionalidad panameña.
Luego entonces, la verificación de si este hecho imputado, en un
inicio, desde la denuncia que reposa a folios 6-10 de este dossier, y
luego, en la demanda que propiamente dio génesis a este proceso,
tuvo ocurrencia cierta o no, necesariamente debe recaer en el caudal
probatorio que ha sido recabado en la encuesta.
Presto a la realización de esta tarea, este despacho jurisdiccional
electoral, advierte que, en fase previa a la trabazón de la litis que nos
ocupa, el Registrador Oficial del Estado Civil, a la postre demandante,
efectuó
una serie
de
investigaciones que
recayeron sobre
la
documentación que reposa en sus propios archivos y que en su
desarrollo llevaron a la recepción de otros elementos probatorios,
unos presentados como sustento de descargos formulados por la hoy
demandada a través de defensa técnica constituida al efecto, y otros,
requeridos de entidades o terceros ajenos al proceso.
Ahora bien, en el orden en que se fueron incorporando al negocio, las
pruebas que se vienen aludiendo, aparece primeramente (fs. 16) un
Certificado de Bautismo expedido por la Parroquia San José, de La
Palma, Provincia de Darién, en el que se hizo constar lo que a
continuación se transcribe:
"Que en el libro de Bautismo que se custodia en esta
Parroquia, tomo XVI, folio 77, número 2 se halla la siguiente
Partida: "En la Iglesia San José La Palma Vicariato de Darién
el día: 2 de Febrero de 1954, el Padre José Ochoa, cmf.,
bautizó solemnemente a Aídés Amilané, o u e nació en
Sautata (ChoccO, el día 28 de Diciembre de 1947,
siendo sus Padres: Juan Amilané y Cleofé Guzmán. a
los cuales advertí el parentesco espirituai y obligaciones
contraídas. De que, como Párroco, certifico: Es copia fiel del
libro de Bautismos que me refiero y expido a petición del
interesado en la ciudad de La Palma a 27 de Mayo de 2004."
(las subrayas y negritas son suplidas).
AI final del documento en cita aparece una firma ilegible, seguido una
inscripción que indica
respecto del
que firma que su "Título
eclesiástico" es "Misionero Claretiano", luego, con firma y sello de su
despacho, la Gobernadora de la Provincia de Darían (en el 2004),
Mitzi de Caballero, certifica que la firma precedente es auténtica; y
finalmente, al reverso del certificado en cuestión, aparece impreso un
sello
de
la
"CURIA
METROPOLITANA
-
CANCILLERÍA
-
ARQUIDIOCESIS DE PANAMÁ, R. DE P." que a un lado tiene la
siguiente anotación "El Infrascrito, Canciller de la Arquidiócesis de
Panamá CERTIFICA: Que la firma del funcionario eclesiástico, puesta
en el Documento a la vista, es auténtica. Panamá, 03-VI-04", cierra
esta inscripción con una firma ilegible sobre el título que dice
"Canciller de la Arquidiócesis de Panamá".
El valor probatorio de este documento, o más bien, del Libro de
Bautizos de donde se expide el mismo (fs. 377-378), viene reforzado
al disponerse la exhibición y examen de dicho libro, mediante
Resolución de 17 de junio de 2008, en la que se intimó a la Iglesia
Católica, representada en este caso por el Vicariato de Darién, por
ubicarse dentro del territorio bajo su jurisdicción la propia Parroquia
San José de La Palma que, como se sabe, expidió el certificado de
bautismo en cuestión y como se lee en éste: lo "custodia".
En efecto, consta en el Acta de Audiencia levantada el día 25 de junio
de 2008 (fs.352-373) que se efectuó la exhibición del citado Libro de
Bautismo, entregado y custodiado por conducto del Reverendo Padre
Felipe Madrigal, a la vez de su examen por parte de los señores Darío
Serrud, técnico forense grafotécnico; Joaquín Vega Castillo, experto
en documentología forense; y, Marcelino Hernández Carrasquilla,
Licenciado en Química, todos pertenecientes al Instituto de Medicina
Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público.
Del mismo modo, quedó registrado que en este acto de audiencia, los
prenombrados profesionales, llevaron a cabo un examen que ellos
mismos denominaron "preliminar", específicamente ai Tomo XVI,
Folio 77, Número 2 del Libro de Bautismo exhibido, en el que
21
arribaron a la conclusión inicial de que en el renglón donde se lee el
nombre de "Aydee Amilanes'', no existía líquido corrector blanco, que
las escrituras eran bastante espontáneas a simple vista, que al usar
la Jupa de lOx de aumento que permite observar situaciones que a
simple vista no se pueden, han visto bastante espontaneidad y no se
ve levantamiento de fibra de papel, ni alteraciones.
Tras lo anterior, dado que los propios técnicos del Instituto de
Medicina Legal dejaron sentado que de llegarse a requerir de ellos un
estudio mucho más minucioso del documento examinado, entonces
tendrían que trasladarse con él a sus laboratorios donde contaban
con equipo más sofisticado (el VSC 5000, que en palabras de uno de
estos expertos es una "aparato de alta tecnología, que permite ver
con mucho más aumento, mucha más claridad las escrituras que se
aprecian
en
el
documento
y
así
poder
dar
las
respuestas
concluyentes"), y que, al mismo tiempo la defensa técnica
de la
señora AYDEE MILANES GUZMAN solicitó formalmente que se
perfeccionara
la
prueba
"de
acuerdo
a
las
técnicas"
que
recomendaron dichos expertos, el Magistrado Sustanciador proveyó
que el Libro de Bautizos objeto del dictamen fuera trasladado, bajo la
custodia del Reverendo Padre Felipe Madrigal, al Laboratorio de
Criminalística del Instituto de Medicina Legal en Ancón, para que los
señores técnicos realizaran una experticia más profunda.
El resultado del análisis del libro en cuestión, hecho en los
Laboratorios del Instituto de Medicina Legal, quedó plasmado en el
informe escrito que rindieran los grafólogos Darío Serrud y Joaquín
Castillo (fs.380-381), mismo en el que se consignó que el equipo
utilizado
consistió
en
un
estereoscopio,
un
"Video
Espectro
Comparador VSC 5000", una lupa 5x de aumento y una fuente de
luz; en este dictamen se hizo constar lo siguiente:
"VII. PERITACIÓN: Al realizar el análisis solicitado al
documento cuestionado, en el renglón N° 2, de la página o
folio 77, del mismo observamos lo siguiente:
.-La referida área deí documento (página 77, renglón N° 2),
correspondiente a ia inscripción con el nombre "Aides
Amilané" no se aprecian erizamientos de fibras de papel.
.-En esta referida área así como en el resto de la página no
se aprecian borrados o tachaduras que pudieran afectar el
documento.
.-Las escrituras manuscritas (Nombres, fechas y firmas), se
observan de manera
espontánea y no se aprecian
sobreposiciónes (sic) de trazos que afecten las escrituras
visibles en el documento.
VIII. CONCLUSIÓN: Realizado
el análisis solicitado y
tomando en consideración lo antes descrito, podemos
concluir que el documento dubitado (Libro de Bautismo),
Tomo XVI, Folio 77, Número 2, correspondiente al nombre
Aides Amilané, proporcionado para el presente estudio, no
se le observa ningún tipo de alteración/' (El Subrayado
y resaltado es nuestro).
Con este medio de prueba constituido en el examen, análisis y
opinión
técnica
de
personas
idóneas
en
el
campo
de
la
documentología forense, no sólo se corrobora la existencia del Libro
de Bautizos en donde se hizo constar la recepción de este sacramento
en la persona de la demandada sino además la ocurrencia cierta del
mismo y la ausencia de cualquier alteración o señas de adulteración,
esto es, quedó evidenciada científicamente la autenticidad de este
documento.
En este punto, conviene abordar que la defensa de la demandada
durante la fase de alegatos evacuada en la audiencia oral del caso, en
ningún momento apuntó a poner en duda la existencia del Libro en
cuestión ni tampoco su autenticidad, por lo que el mismo se tiene
como bueno, auténtico, original y veraz.
Contrarío a ello, lo que sí hizo el letrado representante de la
demandada fue valorar la prueba conforme a su íntimo criterio en
base a su sana crítica, destacando una serie de errores que describió
respecto de la anotación del bautizo de aquélla, para así, sobre esa
base, restarle valor probatorio al documento. En este sentido, resaltó
el abogado en cita, que el nombre de Aydee Milanés aparecía mal
escrito como "Aides Amilane", que igualmente el apellido del padre de
ésta figuraba como "Amilane", que la fecha de nacimiento allí
anotada, esto es, el 28 de diciembre de 1947, no concordaba con la
de la inscripción de ese hecho vital ante el Registro Civil, sin indicar
cuál de ellas, a su criterio, era la errada.
ft
23
No obstante, aún cuando la parte demandada se cimenta en los
yerros que describe para tratar de sembrar dudas sobre el documento
analizado y así, hacerlo decaer en el mérito probatorio que pudiera
revestir, no logra enervar el grado de convicción que el mismo genera
respecto del hecho central controvertido en este proceso.
Nótese y resáltese, nuevamente, el hecho de que la parte demandada
no niega que el bautizo así documentado tuvo ocurrencia cierta, esto
es, que, a pesar de los errores de escritura, sí se trataba de la
persona de Aydee del Carmen Milanés Guzmán, que efectivamente
fueron sus padres tos señores Juan Milanés y Cleofe Guzmán, así
como sus" padrinos los señores Ramón Quintana y Concepción
Ledezma y que este acto de iniciación a la fe católica aconteció el día
2 de febrero de 1954.
Sobre la fecha de nacimiento anotada en el Libro de Bautizos (28 de
diciembre de 1947) del que se viene haciendo méritos, la defensa
técnica de la demandada cuestionó que no coincidía con la de la
inscripción del nacimiento (28 de diciembre de 1948) de la misma
ante el Registro Civil, sin embargo, no abordó el hecho, omitiéndolo
por completo, de que en la misma sección del renglón N° 2, bajo la
casilla en que se anotó la fecha del nacimiento, también se escribió el
lugar donde éste ocurrió, y en este caso, se anotó como lugar del
nacimiento de Aydee Milanés el de "Sautatá (Chocó)".
Lo anterior corresponde a lo que indica el sub-título que encabeza la
columna respectiva (tercera de izquierda a derecha), es decir, "DATE
AND PLACE OF BIRTH", que significa fecha y lugar de nacimiento
(traducción propia del Magistrado Ponente).
Con relación a este lugar, consta a folios 39-40 (al igual que a fojas
285-286) información remitida el día 14 de junio de 2004 vía fax a!
Director General del Registro Civil, por la Embajada de Colombia, en
la que se indica que la localidad de Sautatá pertenece a la República
de Colombia, lo cual se ¡lustra con el mapa que consta incorporado a
folios 42 del expediente.
Más recientemente, a fojas 539-542, se incorporaron al expediente
documentos diligenciados por conducto de nuestro Ministerio de
Relaciones Exteriores, provenientes de la Embajada de Panamá en
Bogotá/ Colombia, y de las autoridades colombianas registradoras del
estado civil, en la que además de certificarse que Aydée Milanés no
aparece registrada; la población "Sautatá (Perancho) es un diminuto
caserío ubicado entre (os departamentos colombianos de Chocó
y
Antioquia en la selva del Chocó colombiano" (lo resaltado es del
Tríbunaf)
Otro punto interesante, que aparece enunciado en la comunicación
que la Embajada panameña en Bogotá remite a nuestra Cancillería,
es el que dice que "(•••) en el año 1947, los registros de nacimientos
eran reemplazados por certificados de bautismos y aceptados por (as
autoridades civiles como certificación de nacimiento. Esta práctica ya
está en desuso." (Subraya el Despacho), lo que refleja que al igual
que en Panamá y el resto de los países iberoamericanos y europeos,
en Colombia los registros o actas de bautismos sirvieron de base para
acreditar el nacimiento de las personas.
Ahora bien, respecto del lugar de nacimiento de Aydée Milanés,
debemos observar que al hacer las declaraciones sobre los datos que
se anotaron a efecto de registrar con la propiedad eclesial el bautizo
de ía prenombrada, fo cierto es que se declaró espontánea y
voluntariamente que ella nació en Sautatá (Chocó), es decir, en
Colombia.
No puede soslayarse que, de acuerdo al rito de la Iglesia Católica
para la celebración del sacramento del bautismo, en el caso de niños
menores de siete (7) años, son los padres los que han de prestar su
consentimiento, o uno de ellos, o los que hagan sus veces, por cuanto
que asumen la obligación de educarlos en ia fe católica, presupuesto
bautismal sin el cual no se puede llevar a cabo el sacramento, lo que
significa que ambos estaban presentes (padre y madre) o que al
menos uno de ellos dio su consentimiento y necesariamente, los
datos del nacimiento de, a la sazón, su hija menor.
El interés de la Iglesia, a la par de la propia tradición, acerca de
bautizar a las personas a temprana edad, se recoge en los cánones
(12 al 14) dictados con ocasión de la celebración del Concilio de
25
Trente, celebrado en esta norteña ciudad de Italia desde el año 1545
y hasta el año 1563, y es un hecho público y notorio, no
controvertido, que la Iglesia Católica manda bautizar a los menores
tan pronto como nacen.
Más aún, este criterio o preferencia de la Iglesia de que los niños
fuesen bautizados desde los primeros días de nacidos y que fueran
sus padres los que prestaren su consentimiento para ello, se ve
reiterado igualmente al decir del Decreto de la Consagración del
Concilio Plenario para la América Latina, celebrado el 9 de julio de
1899 en Roma, que en lo tocante al bautizo dispuso, entre otras
cosas, lo siguiente:
"491. Hay que cuidar de que los niños se bauticen cuanto
antes; reprobamos, por tanto, la incuria de los padres, que
difieren el Bautismo de sus hilos más de tres y aun de ocho
días (...)
493. (...) advertimos a todos los párrocos v misioneros que
no es lícito, sino en artículo, o peligro cierto de muerte
inminente, bautizar a los niños de los infieles, sin la voluntad
o conocimiento de sus padres" (Subraya el Tribunal)
De lo anterior se colige, sin cabida a discusión, que el mandato de la
Iglesia siempre fue que los niños se bautizaren a temprana edad y
que fueran sus padres (fieles o no a la Iglesia) los que prestaran su
aquiescencia respecto de que sus hijos recibieran este primer
sacramento.
Tan marcada ha sido en el tiempo esta disposición de la Iglesia
Católica que, tanto en el Código de Derecho Canónico de 1917
(Canon 750), iniciado en 1904 por el Papa Pió X y promulgado doce
años después por el Papa Benedicto XV, así como en el nuevo Código
de Derecho Canónico de 1983 (Canon 868), que derogó el de 1917 y
fue promulgado bajo la autoridad del Papa Juan Pablo II,
se
estableció como requisito para bautizar a un infante (que no esté en
peligro de muerte) el asentimiento de sus progenitores.
El tenor
literal del citado Canon 868 del Código Canónico de 1983 es el que a
continuación se transcribe:
"C868 Pl Para bautizar lícitamente a un niño, se requiere:
1°. que den su consentimiento los padres, o al menos uno
26
de los dos, o quienes legítimamente hacen sus veces;
2°. que haya esperanza fundada de que el niño va a ser
educado en la religión católica; si falta por completo esa
esperanza, debe diferirse
el bautismo, según
las
disposiciones del derecho particular, haciendo saber la razón
a sus padres,
P2 El niño de padres católicos, e incluso de no católicos, en
peligro de muerte, puede lícitamente ser bautizado, aun
contra la voluntad de sus padres." (Subraya el Tribunal)
Luego, visto que la tradición y normativa eclesiástica católica
inherente al primero de los sacramentos apunta a que los padres lo
autoricen respecto de sus menores hijos y tomando en cuenta que no
fue refutado esto, ni alegado lo contrario por la defensa de la
demandada, no existe razón, en el presente caso, para dudar que
fueron los padres de Aydee MNanés, o uno de ellos, los que prestaron
su consentimiento para que ella fuera bautizada y para concluir que,
al prestarlo, también hicieron manifestación libre y voluntaria, sin
apremio ni coacción de ningún tipo, sobre los datos de nacimiento de
su prenombrada hija.
Lo anterior es de suma Importancia, tomando en consideración que al
discutirse
por
nacimiento de
ambas
partes
la demandada
tanto
la ubicación territorial
como
la fecha
cierta
del
de este
acontecimiento, se han confrontado dos (2) documentos que difieren
en estos puntos, a saber: el acta de bautismo de la demandada y el
acta o registro de nacimiento de la misma ante el Registro Civil.
Al decir del acta de inscripción de nacimiento (véanse certificaciones
y demás documentos obrantes a fojas 11, 278 y 279), en principio y
a simple vista, la misma aparece revestida de la presunción de
autenticidad de que goza todo documento público, sin embargo, tal
como lo prescribe la Ley (art. 835 C.J.), esta presunción admite
prueba en contrario, en este caso, acreditando su falsedad.
Como se aprecia a folios 278 y 279, el día 9 de febrero de 1966, el
difunto
padre
de
la
demandada,
señor
Juan
Milanés
Prado,
compareció ante el Registrador Auxiliar del Estado Civil, en este caso
el señor Juan Alfonso Villar Santamaría, con cédula de identidad
personal 5-4-699, y declaró que su hija Aydée del Carmen Miianés
27
Guzmán había nacido en Yape, en el Distrito de Pinogana, en la
Provincia de Darían, el día 28 de diciembre de 1948. Suscribieron
esta declaración, además del señor Mllanés y el señor Villar, los
señores Ricael P. Rodríguez, con cédula de identidad personal 5 AV48-694, y Luis A. Bethancourt Q., cedulado bajo el N° 5-18-766,
ambos en calidad de testigos.
Tomando como punto de partida la fecha de nacimiento consignada
en los documentos citados, se observa que la declaración de este
hecho vital se produce a casi dieciocho (18) años de haber ocurrido el
mismo, por Jo que se trata de una inscripción tardía de nacimiento.
Pero es del caso que la presunción de autenticidad que pudiera
dimanar de los documentos analizados y sobre todo, de su contenido,
queda enervada o destruida frente a otros elementos probatorios que
también constan en este expediente.
El primer elemento que hace dudosa la declaración del nacimiento de
Aydée del Carmen Milanés Guzmán ante el Registrador Auxiliar, es el
Libro de Bautizos de la Parroquia San José, de la Palma de Darién, en
el que, como se vio en párrafos precedentes, se anotó que su fecha
de nacimiento correspondía al 28 de diciembre de 1947, es decir, un
año antes de la que se hizo consignar en el Registro Civil, además de
que su lugar de nacimiento fue "Sautatá (Chocó)" en Colombia y no
Yape, Darién, en Panamá como se declaró ante esta última entidad.
Si se toma en cuenta las fechas en que cada uno de estos
documentos se levantan o se confeccionan, esto es, el 2 de febrero
de 1954 para el caso de la anotación del bautizo en el Libro
respectivo y el 9 de febrero de 1966, para la inscripción del
nacimiento ante el Registro Civil, fácilmente se deduce que los datos
consignados en aquel Libro de Bautizos aparecen ofrecidos a sólo seis
(6) años y treinta y cinco (35) días del nacimiento allí reportado (28
de diciembre de 1947), mientras que, como ya se repasó antes, la
declaración hecha ante el Registro se produjo a diecisiete (17) años
f
I"?
Vv
28
y cuarenta y tres (43) días de la fecha ' de nacimiento también
declarada (28 de diciembre de 1948).
La proximidad de la fecha del nacimiento (1947) de cara al registro
(1954) que la relaciona, indica que los datos reportados en el acto de
bautizo (lugar y fecha de nacimiento) estaban más frescos en la
memoria de su oferente, lo que a su vez permite tener por verídicas
las declaraciones formuladas en esa dirección, pues reflejan mayor
claridad respecto del aludido nacimiento, nacimiento éste que
aparece más reciente que en e! nacimiento (1948) reportado en
aquélla otra declaración, muy distante, enunciada ante el Registrador
Civil (1966) dieciocho años (18) después.
No puede perderse de vista que lo declarado ante la Iglesia de la
Palma Darién, a escasos seis (6) años de nacida Aydée Mitanes, surge
de
forma
espontánea,
voluntaria
y
bajo
la
solemnidad
y
juramentación que ante Dios hacen todas las personas que presentan
a sus hijos para iniciarse formalmente a la vida cristiana mediante el
bautizo, constituyendo así ese "parentesco espiritual"
del que
predican los párrocos al proveer este primer sacramento.
Volviendo al acta de inscripción del nacimiento de la señora Aydée
Milanés, se advierte que en este infolio emergen de las demás
pruebas receptadas otros hechos o circunstancias que de por sí
mismas acrecientan las dudas que se ciernen sobre ese documento y
su contenido y que más bien, apuntan a señalar la falta de veracidad
de los datos que allí se hicieron constar.
En este sentido, se ha podido constatar mediante consulta hecha a la
Dirección General de Cedulación y a la base de datos del sistema del
Tribunal Electoral (fs. 551-561) que el ciudadano
Luis Ángel
Bethancourt Quintana (q.e.p.d.), quien figuró como testigo en el acta
de inscripción del nacimiento de Aydée Milanés, levantada el día 9 de
febrero de 1966, y que según se desprende de este documento (fs.
279),
portaba para ese día la cédula N° 5-18-766, utilizó un
documento de identidad inexistente, que no tenía vigencia alguna
para entonces y por tanto falso, pues le había sido cancelada la
inscripción correspondiente desde el año de 1960, De modo que se
observa que además de ¡as falsedades sobre el lugar y fecha de
nacimiento, los datos de identificación personal de uno de ios testigos
del registro del hecho vital son también falsos.
Pero, más allá de este testigo que utilizó una cédula que no ie
correspondía para la fecha (1966, febrero 9) en que fungió como tal,
la circunstancia que más afecta la validez de la inscripción analizada
viene dada por el incumplimiento previo de las exigencias legales que
gobernaban ese acto de registro, veamos.
Si bien la Constitución de 1946 en su artículo 9° declaraba que eran
panameños por nacimiento, entre otros, "¡os nacidos en territorio
nacional de padre o madre extranjeros" (literal "b"), se tiene que ese
reconocimiento constitucional estaba supeditado en un principio a lo
que disponía el artículo 19 de la Ley 60 de 1946, que al desarrollar en
forma general las inscripciones de nacimientos, consagraba en sus
parágrafos 1 y 2, una serie de requisitos que debían ser observados a
esos propósitos regístrales.
El "Parágrafo 1" establecía que para las inscripciones de nacimientos
ocurridos antes del 15 de abril de 1914, servirían de base para el
Registro las certificaciones expedidas por sacerdotes o pastores de
parroquias, con copias de las actas parroquiales portando la firma
autenticada del Ministro religioso que las expidiera, autenticación ésta
que debía ser hecha por el Gobernador; igualmente, servirían para
ello, otros documentos autenticados del Archivo Nacional, Notarías,
de la Oficina Demográfica de la Zona del Canal, etc.
El "Parágrafo 2" de la norma que se cita, señalaba que con relación a
los casos del parágrafo precedente, si se comprobaba la inexistencia
de los documentos allí tratados, se podría suplir esta falta con los
demás medios comunes y extraordinarios de prueba, recibidos por el
Director del
Registro Civil o los Registradores Auxiliares, con
audiencia del Procurador General de la Nación o del Agente de
'
30
instrucción que correspondiera, tras lo cual se pasaría el expediente
al Director del Registro para que resolviera en definitiva.
Hasta aquí, pareciera ser que las disposiciones en cita no se aplicaban
al nacimiento de Aydée Milanés, 'de haber ocurrido éste en territorio
panameño como se alega, pues presuntamente se declara como
ocurrido en 1948 y como se vio/ las normas citadas se refieren a
nacimientos acontecidos antes de 1914.
Sin embargo, en enero de 1950 se expide el Decreto 412 que
desarrollaba, los Títulos II y III de la Ley 60 de 1946, que sí trataba
de los nacimientos acontecidos después del 15 de abril de 1914,
estableciendo que para los nacimientos no declarados en los dos (2)
años siguientes a su ocurrencia (como sería el caso de Aydée
Milanés) "solamente podrá inscribirse medíante solicitud al
director o subdirector general del Registro/ ante quienes se
aducirán las pruebas que tratan los parágrafos 1 y 2 del
artículo 19 de la ley 60 de 1946 en relación con el artículo 131
de la misma ley y los artículos 840, 954 y 955 del Código
Judicial" (subraya y resalta el Tribunal).
Este Decreto 412 de 1950, en su artículo 2, aludía concretamente a
que las declaraciones de testigos serían recibidas ante los citados
funcionarios
(director o subdirector
general)
con audiencia del
Procurador General de la Nación, o por ios registradores auxiliares de
cabecera de provincia con asistencia del fiscal de circuito respectivo,
"teniendo siempre presente lo establecido en el último aparte del
parágrafo 2 del artículo 19 de la ley 60 de 1946". En su parte final,
el decreto que se menciona, conminaba al Director del Registro a que
antes de proceder a la inscripción de los nacimientos en el regulado,
hiciera efectiva la sanción que la misma Ley 60 establecía para todo
padre de familia
(entre otras personas) que
no reportara el
nacimiento de su hijo en el término perentorio que se establecía para
hacerlo (8 a 20 días según el caso).
31
Pues bien, aún cuando este Despacho juzgador no pierde de vista que
con la promulgación de la Ley 41 de 1958'se suspendieron los efectos
del parágrafo 2 de la Ley 60 de 1946, que como ya se vio, contenía
parte de los requisitos de los que se sirvió la reglamentación
contenida en el Decreto 412 de 1950, por lo que dicha suspensión a
la vez de no hacer exigibtes esos requerimientos para los nacimientos
del periodo posterior al 15 de abril de 1914, no declarados en los dos
(2) años siguientes a su ocurrencia, estableció una regulación distinta
para acreditar los nacimientos, basada primordialmente en la llamada
"prueba
de
la
posesión
notoria
del
nacimiento"
que
se
complementaba con disposiciones del Código Judicial de la época, no
deja de sopesar el hecho, igualmente cierto, que por propio designio
de la misma Ley 41 de 1958, la suspensión en ella dispuesta sólo era
"hasta el 31 de agosto de 1960".
Lo anterior significa que después de esa fecha tope la suspensión,
cesaba y volvían a tener vigencia los requerimientos de que trataba el
parágrafo 2 de la Ley 60 de 1946, por ende, los mismos, se seguían
haciendo extensivos en cuanto a los nacimientos posteriores al 15 de
abril de 1946, por disponerlo así el Decreto 412 de 1950.
Quiere ello decir que, si el nacimiento de Aydée Mitanes fue declarado
en 1966 como un hecho que supuestamente sucedió en territorio
panameño y en 1948, encajaba entonces como uno de esos hechos
vitales ocurridos después del 15 de abril de 1914 y que no había sido
declarado en los dos (2) años siguientes a su ocurrencia, por lo que
debió cumplir su inscripción con todos los requerimientos legales que
han sido repasados (Decreto 412 de 1950 y demás normas a los que
este remitía), esto es, mediante solicitud formal ante el Director o
Subdirector
del
certificaciones
Registro
Civil,
aduciendo
como
pruebas
las
expedidas por los sacerdotes de las parroquias, con
sus firmas autenticadas por el Gobernador respectivo, u otros
documentos como los del Archivo Nacional, los Notariales o los de la
Oficina Demográfica de la Zona del Canal, según el caso (Parágrafo 1
del art. 19 de la Ley 60 de 1946); y en ausencia de dichas pruebas,
aduciendo o presentado los demás medios comunes de pruebas,
ti
32
entre éstos testimonios bajo ia gravedad de juramento, recibidos por
el Director del Registro o los Registradores Auxiliares pero con
audiencia del Ministerio Público, pasando finalmente el expediente
ante dicho Director para que decidiera lo de lugar (Parágrafo 2,
ibídem).
Luego, haciendo abstracción de que Aydée Milanés no nació dentro
del territorio panameño, con facilidad se advierte que aquella
inscripción de nacimiento en la que se declaró que sí era panameña,
no acató las disposiciones legales que le eran aplicables y más bien,
se hizo en .violación a las mismas, por tanto no resulta válida ni aún
en sus aspectos meramente formales.
Pero, sumado a los defectos de forma anotados, que
hacen
incompleto este documento y por tanto emitido sin los requisitos
legales exigidos al efecto, del propio contexto o contenido de su
enunciado también dimana información que, comparada con otros
hechos y constancias acreditadas en autos, hacen dudosos los
detalles que en él se consignaron respecto del nacimiento de Aydée
Milanés Guzmán.
En efecto, los documentos inherentes a la inscripción del nacimiento
de una de las hermanas de doble vínculo, de (a prenombrada
demandada, es decir, aquella que fue registrada en Darién el mismo
día de su nacimiento como TEMILDA MILANÉS GUZMÁN (ver fs. 280281), dan cuentas de que esta última nació el día dieciocho (18) de
octubre de 1948, en Calle de Oro, Distrito de Pinogana, Provincia de
Darién.
El nacimiento así registrado, confrontado con el de la propia Aydée
Milanés Guzmán, que se inscribió con ia declaración de que ocurrió el
28 de diciembre de 1948, lleva a la absurda e imposible idea de que
estas dos (2) hijas de los mismos señores (Juan Milanés y Cleofe
Guzmán) nacieron el mismo año (1948), pero no al mismo tiempo,
sino a solo cuarenta (40) días una de la otra.
Lo anterior no es posible científica o humanamente, ni aún en los
casos de partos múltiples (mellizos o gemelos, trillizos, etc.) es
factible diferir en el tiempo la salida del claustro materno de los
nuevos seres así concebidos, por lo que la fecha del nacimiento de
Aydée Milanés Guzmán en el registro de nacimiento dubitado, que
originó este proceso, resulta imposible por ende falsa.
Ante esta ostensible imposibilidad, el nacimiento de Aydées Mílanés
Guzmán en la fecha reportada al Registro Civil, o sea, cuarenta (40)
días después que naciera su hermana Temilda Milanés Guzmán, como
dato incorporado a la documentación levantada por esta entidad,
lleva inequívocamente a la lógica deducción de que tal documentación
adolece de falsedad ideológica.
Frente a estos hallazgos, la presunción de autenticidad de que goza
todo documento público, para el caso especifico del acta de registro
de nacimiento en comento, queda inoperante.
Ante ese panorama, el Libro de Registro de Bautizos de la Iglesia San
José, de la Palma de Darién f cobra mayor relevancia probatoria.
Y es que, el valor probatorio que, en términos generales, emerge de
esta clase de documentos (Libros y actas de bautizos) no es casual ni
antojadizo por parte de este Despacho juzgador, ni es exclusivo de la
presente causa.
Los registros parroquiales o archivos eclesiásticos en general, es
decir, los de bautizos, matrimonios o de defunciones, entre otros,
históricamente
constituyeron
una
base
de
datos
de
singular
importancia no solo para las Iglesias (católica, mormones, etc.) sino
también para las organizaciones políticas regentes de los países
americanos y europeos,
pues se erigieron en el antecedente
inmediato de la mayor parte de los sistemas de Registro Civil que
luego fueron surgiendo en dichos países.
34
Abundante ha sido la literatura que aborda este tema de los archivos
parroquiales, destacando el riquísimo patrimonio documental que
constituyen los mismos y que no sólo interesa a la propia Iglesia sino
a la sociedad en general, por cuanto proporcionan una inestimable
información sobre el devenir histórico, que no está en ningún otro
tipo de archivo.
Lo anterior explica el creciente interés en la
investigación y consulta de los documentos que las parroquias
atesoran en general desde que el Concilio de Trento estableciese la
obligación de registro de libros, de la impartición de los sacramentos,
testimoniando así el itinerario y evolución de todo un pueblo y a la
vez, la gestión administrativa y normativa jurídica de una secular
institución, como lo es la Iglesia Católica.
El valor de la información que contienen los archivos parroquiales se
acrecienta además, si se considera el hecho de que hasta que no se
promulgaron las Leyes de creación de los distintos Registros Civiles
(en España, hasta 1871, en Panamá, hasta 1912, por ejemplo), las
únicas fuentes demográficas seguras en los países iberoamericanos y
europeos
eran
los
Registros
Parroquiales
de
bautismos,
matrimoniales y defunciones, entre otros.
»
A este respecto, resultan ilustrativas las acotaciones que la maestra y
paleógrafa María Elena Bribiesca Sumano, hace en su libro intitulado
"Texto de Paleografía y Diplomático", publicado en el año 2002 por la
Universidad Autónoma del Estado de México, Editor Consorcio de
Universidades Mexicanas, páginas 160-162:
"El Concilio de Trento (1543-1565) en la Sesión XXIV
estableció para la Iglesia universal la obligación de llevar
libros de
registros de bautismo y matrimonios. Más
adelante, el Ritual romano (1614) exigió llevar también
libros de defunciones y el de statu animarun (estado de
almas).
En España, la
disposición
legal más
antigua sobre !a
conveniencia de llevar libros de bautizados aparece en el
Sínodo de Alcalá (1497). Aunque hay que destacar que estos
registros ya se llevaban con anterioridad, pues la partida de
bautismo más antigua que se conoce data de 1394 y
pertenece a la Provincia de Lérida, dependiente de la
diócesis de Solsona. A principios del siglo XVI, el cardenal
Francisco Jiménez de Cisneros había recomendado llevar
35
estos registros mucho antes de que lo estipularan los padres
de Trento. De ahí que en América hayan empezado a
llenarse tales registros antes que en algunas naciones
europeas. (...)
La información que ofrecen los archivos
parroquiales
es
muy
valiosa
para
los
diocesanos y
estudiosos
que
Investigan la economía, la demografía y las mentalidades
sociales, tendencias que no hace mucho aparecieron en la
historiografía. Además ofrecen
datos sobre
hagiografía,
dogmática, catequesis, disciplina, derecho canónico, moral,
pastoral y costumbres religiosas, entre otros. Y no sólo
informan sobre asuntos eclesiales sino también sobre temas
civiles como economía. Sociedad, arte, demografía,
estadística, genealogía, entre otras muchas más. Por citar
un ejemplo, los libros de fábrica permiten conocer cuáles
eran las obras, sus características y hasta sus precios. (...)
Los libros parroquiales son documentos de gran valor, no
sólo desde el punto de vista eclesiástico, sino social, pues
basta recordar que fueron los únicos registros mientras no
hubo registro civil. Es más, hay comunidades donde sólo se
conservan los documentos parroquiales, lo que hace elevar
su valor, por ser los únicos. (...)
Dado el carácter de la documentación eclesiástica y su valor
religioso, cuya conservación está prevista por el derecho
canónico, las series se conservan completas y en buen
estado. (...)" (subraya el Tribunal).
Estas
consideraciones
de
orden
histórico
y
de
otras
índoles
(económicas, demográficas, sociológicas, etc.) que sitúan a los
archivos parroquiales en este plano de trascendental importancia,
han influido a tal punto que han incidido igualmente en el plano de la
propia normativa eclesiástica y de la regulación jurídico-legislativa
dictada
en cada
uno
de
los
países
que
los
tuvieron como
antecedentes de sus sistemas de Registro Civil.
Repasando estas regulaciones, se tiene que desde el propio Concilio
de Trento se dispuso:
"CAP. XI. Entre qué personas se contrae parentesco
espiritual.
(...) El párroco antes de aproximarse a conferir el Bautismo,
infórmese con diligencia de las personas a quienes
pertenezca, a quién o quiénes eligen para que tengan al
bautizado en la pila bautismal: y sólo a este, o a estos
admita para tenerle, escribiendo sus nombres en el libro, y
declarándoles el parentesco que han contraído, para que no
puedan alegar ignorancia alguna." (Subraya el Tribunal)
36
De igual forma, el Decreto de la Consagración del Concilio Plenario
para la América Latina, proferido en Roma en 1899, contempló en su
"CAPÍTULO IX:-De los Párrocos y de los Registros Parroquiales" y en
su
"CAPITULO
II:
Del
Bautismo",
de los Títulos
III
y
V,
respectivamente, los siguientes cánones:
W
265. (...) Tendrá, pues, cada Iglesia parroquial su archivo,
donde se guardarán con fidelidad los registros de las Misas,
los libros parroquiales, (...)
268. Por cuanto está escrito: Ten exacto conocimiento de
tus ovejas y no pierdas de vista tus rebaños (Prov. XXVII,
23),
(...) v asiente en libros separados, conforme al
formulario prescrito, sin demora v conforme vavan
ocurriendo, las partidas de bautismos. (...)
507. Inmediatamente, sin dilación alguna, inscribirán los
párrocos los nombres del bautizado, v los de los padres v
padrinos, en el libro correspondiente v no en papeletas
sueltas/' (Subrayas propias del Despacho)
El Código de Derecho Canónico de 1917, además de referir la
obligación de llevar estos libros parroquiales, estableció, respecto de
los
libros
sacramentales,
matrimoniales,
de
atinentes
defunciones
y
de
a
actas
bautismales,
confirmaciones,
que "se
presuponen siempre genuinos y verídicos, de tal manera que
si no se demuestra lo contrario, hacen fe ante los Tribunales
Eclesiásticos, así como también lo hacen ante la autoridad
civil" (Negritas son del Tribunal, véanse Cánones 1813, 1°. IN° 4,
1814 y 1816) y, también consagró que falsificar o adulterar alguna
partida contenida en cualquiera de ellos, o destruir u ocultar
maliciosamente alguno de tales libros, era un delito que debía ser
gravemente castigado (Canon 2406).
Destaqúese que en los cánones antes citados, se otorga presunción
de autenticidad a los libros, y por tanto, a las actas en ellos
contenidas, incluyendo las relativas a bautismos.
Lo propio se recoge en el Código Canónico de 1983, tanto en el
mandato de llevar o mantener los libros sacramentales y de otra
clase, como en la utilidad o significación probatoria que de ellos
dimana. Así lo ilustran los cánones 482 en adelante (Libro II, Parte
II; Sección II, Título III, Capítulo II, Art. 2), 535 en adelante
(Capítulo VI ibídem) y 877 N° 1 (Libro IV, Parte I, Título I), que a
continuación se transcriben:
"Art. 2. DEL CANCILLER Y OTROS NOTARIOS, 'Y DE LOS
ARCHIVOS.
482 §1. En cada curia, debe haber un canciller, cuya
principal función, a no ser que el derecho particular
establezca otra cosa, consiste en cuidar de que se redacten
las actas de la curia, se expidan v se custodien en el archivo
de la misma. (...)
§ 3. El canciller v el vicecanciller son de propio derecho
notarios v secretarios de la curia. (...)
484 El oficio de los notarios consiste en:
1 redactar las actas v documentos referentes a decretos,
disposiciones, obligaciones v otros asuntos para los que se
requiera su intervención;
2 recoger fielmente por escrito todo lo realizado, v firmarlo,
indicando el lugar, día, mes v ano;
3 mostrar a guíen legítimamente los pida aquellas actas o
documentos contenidos en el registro, v autenticar sus
copias declarándolas conformes con el original. (...)
486 § 1. Deben custodiarse con la mayor diligencia todos los
documentos que se refieran a la diócesis o a las
parroquias. (...}
491 (...) § 2. Cuide también el Obispo diocesano de que hava
en la diócesis un archivo histórico, v de oue en él se guarden
con cuidado v
se ordenen
de
modo
sistemático
los
documentos que tengan valor histórico. (...)
CAPÍTULO VI
DE LAS PARROQUIAS, DE LOS PÁRROCOS Y
DE LOS VICARIOS PARROQUIALES
535 § 1. En cada parroquia se han de llevar los libros
parroquiales, es decir de bautizados, de matrimonios v de
difuntos, v aquellos otros prescritos por la Conferencia
Episcopal o por el Obispo diocesano; cuide el párroco de que
esos libros se anoten con exactitud v se guarden
diligentemente.
(...) § 3. Cada parroquia ha de tener su propio sello; ios
certificados que se refieren al estado canónico de los fieles,
así como también las demás actas gue puedan tener valor
jurídico, deben llevar la firma del párroco o de su delegado,
v el sello parroquial. (...)
CAPÍTULO V DE LA PRUEBA Y ANOTACIÓN DEL BAUTISMO
ADMINISTRADO
-¿38
877 § 1. El párroco del lugar en que se celebra el bautismo
debe anotar diligentemente y sin demora en el libro de
bautismo el nombre de los bautizados, haciendo mención del
ministro, los padres, padrinos, testigos, si los hubo, y el
lugar y día en que se administró, indicando asimismo el
día v luaar del nacimiento/' (Las Subrayas y negritas
son del Tribunal)
Hasta aquí se ha visto que, además de la obligación de llevar los
libros de registros parroquiales, diocesanos y de otra jerarquía y
materias, el Código de Derecho Canónico de 1917 otorgaba, en vía de
presunción que admitía prueba en contrario ("iuris tantum"), carácter
genuino y verídico a las actas contenidas en esos libros y que a su
vez, el Código de Derecho Canónico de 1983, vigente a la fecha,
erigiendo en calidad de notarios a los "Cancilleres" de la Iglesia,
reviste igualmente de fe pública los actos pasados ante ellos y con
sus rúbricas, sea para asuntos propiamente judiciales o para una
causa determinada.
Desde la perspectiva de esta normativa canónica, tanto el Libro de
Registro de Bautismos exhibido y examinado por expertos en este
proceso, en el que figura el bautizo de Aydée Milanés Guzmán, como
la certificación que del mismo se expide y que aparece a fojas 16 de
este expediente (con selío y firma del "Canciller" de la Diócesis de
Panamá), gozan de virtualidad probatoria.
Mas, debe afirmarse que, la habilitación y utilidad acreditativa de los
documentos mencionados no se sustrae al sólo ámbito del derecho y
normas canónicas, sino que igualmente encuentra soporte jurídico en
la legislación nacional aplicable en esta materia, tanto la que regía
desde antes de suscitarse la expedición de los actos y documentos en
comento como la que estuvo vigente en ese momento y aún la que
prevalece en la actualidad.
El Libro Primero, Título 20, del Código Civil que fuera promulgado el
12 de marzo en 1914 en la Gaceta Oficial N° 2042, junto a la Ley 44
de 17 de diciembre de
1912 (que crea el registro Civil de la
República de Panamá), en su artículo 409 dispuso:
39
"Artículo 409. Cuando para comprobar hechos referentes al
estado civil de las personas, anteriores al 1° de Septiembre
de 1853, se necesitare copia de las partidas de nacimiento ó
bautismo, de defunción ó matrimonio inscritos en los libros
que llevaban ai efecto los ministros del culto católico, antes
de aquella fecha, los Prefectos pueden disponer, a solicitud
de parte, que se exhiban tales libros para compulsar el
testimonio ó copia que se solicita, valiéndose, con este fin,
de los apremios legaies. (I)" (Subraya el Despacho)
El número 1 que aparece a! final de esta transcripción, remite a una
anotación que la propia Gaceta antes citada contuvo a pie de página
y que decía. "(1) Véanse los artículos 22 de la Ley 57 y 79 de fa Ley
153 de 1887", artículos estos que en esta Gaceta (N° 2042) también
se reproducen, así:
"LEY 57 DE 1887
Título VI
De las pruebas del estado civil
CAPÍTULO ÚNICO
Disposiciones generales.
Artículo 22.
Se tendrán y admitirán como pruebas
principales del estado civil, respecto de nacimientos, ó
matrimonios, ó defunciones de personas bautizadas, ó
casadas, ó muertas en el seno de la Iglesia católica las
certificaciones que con las formalidades legales expidan los
respectivos sacerdotes párrocos, insertando las actas ó
partidas parroquiales. Tales pruebas quedan sujetas á ser
rechazadas ó redargüidas y suplidas en los mismos casos y
términos que aquéllas á que se contrae este título, á las
cuales se les asimila, La ley señala á los referidos párrocos,
por derecho de las certificaciones que expidieren conforme á
este artículo, ochenta centavos por cada certificación, sin
incluir el valor del pape! sellado, que será de cargo de los
interesados.
Los libros parroquiales no podrán ser examinados por orden
de la autoridad civil, sino á virtud de mandamiento judicial,
para verificar determinado punto sometido á controversia,
en los mismos casos en que las leyes facultan á los Jueces
para decretar la inspección parcial de los libros de las
notarías públicas.
LEY 153 DE 1887
PARTE SEGUNDA
I.
De las personas.
ii..,,.ti*iii...É. ' • • • . » * . . . * , . i i t t . É . . . - . i í r
99
40
7. Prueba del estado civil.
Artículo 79. Respecto de matrimonios católicos celebrados en
cualquier tiempo v oue deban surtir efectos civiles conforme
á la presente ley y á la ley 57 de 1887; se tendrán como
pruebas principales las de origen eclesiástico, con arreglo a
lo dispuesto en el artículo 22 de la misma Ley 57."
(Subraya el Tribunal)
También, la reglamentación de la Ley 44 de 1912, promulgada en la
Gaceta Oficial de que se viene haciendo méritos, esto es, el Decreto
N° 17 de 11 de febrero de 1914, recogió las siguientes disposiciones:
"Artículo 54. Los nacimientos ocurridos con posterioridad al
1° de Enero de 1913 podrán ser inscritos en el Registro Civil
del punto en donde tuvieron lugar, antes del primero de Julio
del presente año, siempre que los interesados comprueben
el hecho con dos testigos, que lo afirmaren bajo juramento
ente el empleado encargado del Registro, dando noticia
exacta de la fecha en que aconteció, ó con una copia de la
correspondiente partida de bautizo expedida por el párroco
respectivo. (...)
Artículo 56.
Los párrocos darán parte diariamente al
Registrador Auxiliar de mayor categoría que haya en su
parroquia, de los bautizos que se verifiquen con expresión
del día, mes v año del nacimiento del niño v de los demás
datos necesarios para su inscripción, utilizando para elío las
fórmulas ó esqueletos establecidos al efecto. (...)
Artículo 91. Las certificaciones de las partidas de los libros
parroquiales que se necesiten para los actos del estado civil
v para los asientos del Registro se expedirán por los
Párrocos respectivos ó por quienes legítimamente los
sustituyan, siempre que los interesados las pidan ó las
reclame algún Registrador, debiendo hacerse la entrega y
remisión de las mismas dentro de las veinticuatro horas
siguientes á aquélla en que se solicitan o reclamen. Por esas
certificaciones devengarán los Párrocos los derechos que
correspondan, según el Arancel establecido ó que se
establezca, cuando los interesados no estén declarados
pobres ó no debieren librarse de oficio. (...)
Artículo 120. Los nacimientos, matrimonios, defunciones v
demás actos concernientes al estado civil de las personas
que tengan lugar después del primero de Abril del presente
año, se probarán únicamente con las correspondientes
partidas del Registro Civil que por este Decreto se
reglamenta, pues las partidas del Registro eclesiástico
posteriores á esta fecha, referentes a los mismos actos, sólo
tendrán el valor probatorio que en este Reglamento se les
reconoce para el efecto de hacer ciertas inscripciones en
dicho Registro." (Todas ias subrayas son suplidas)
De todo lo anterior se colige que aún en las normas heredadas y
mantenidas en su vigencia por nuestra incipiente República, como las
fe
41
que comenzaron a expedirse en los primeros años de vida
independiente, se reflejó la necesidad de servirse de los libros, actas,
certificaciones o partidas parroquiales, a los efectos de comprobar
actos relativos al estado
civií
de
las personas
(nacimientos,
matrimonios, defunciones). Así las cosas, las actas o certificaciones
de bautizos, entre otras constancias eclesiásticas, por contener datos
concretos sobre el día, el mes y el año en que acontecían los
nacimientos de las personas, servían para acreditar estos hechos
vitales e inscribirlos ante el Registro Civil. En resumen, sea que fuera
como pruebas supletorias o como pruebas principales, a Jos referidos
archivos .parroquiales también se les otorgó valor probatorio en la
legislación nacional.
Siguiendo esa orientación, la Ley N° 60 de 30 de septiembre de 1946
(G.O. N° 10113 de 2 de octubre de 1946), aplicable a la época en
que, según se discute, nació la demandada Aydée Milanés Guzmán,
en lo que atañe al tema tratado recogió en su articulado Jas
disposiciones que en adelante se citan:
"Artículo 18. Los nacimientos, los matrimonios y las
defunciones, así como todos los actos concernientes al
estado civil de las personas deberán inscribirse en el
Registro Central del Estado Civil, (...)
Parágrafo 1. Para ia inscripción de los nacimientos v
matrimonios ocurridos antes del 15 de abril de 1914. en lo
que es hoy la República de Panamá, servirán de base para el
Registro las certificaciones que para el efecto extienden los
sacerdotes o pastores encargados de las parroquias en que
tales actos se celebraron.
Estas certificaciones deben
contener una copia literal de las respectivas actas existentes
en los correspondientes archivos v la firma del Ministro que
los suministre debe venir autenticada por el Gobernador de
la Provincia o por el Obispo o Arzobispo. (...)
Artículo- 38. El ministro relio/oso que efectuare algún
bautismo sin que se le presente constancia de haber sido
declarado el nacimiento del menor ante un Registrador
Auxiliar, incurrirá en multa de diez a veinticinco balboas que
le será impuesto (sic) por el Registrador Auxiliar de la
cabecera del respectivo distrito. Se exceptúan ios casos en
artículo de muerte. (...)
Artículo 39. Las actas del Registro Civil serán públicas.
Cualquier persona puede pedir testimonio de ellas así como
de los documentos con ellas relacionados y los funcionarios
de dicho Registro están obligados a dar los testimonios en
forma certificada.
42
Artículo 40.
Las certificaciones expedidas de
conformidad con lo dispuesto en los dos artículos
precedentes
serán
considerados
documentos públicos; (...)
fsic)
como
Artículo 61. Los párrocos v los ministros de cualquier
culto darán parte semanalmente, por el inmediato
correo, al Director General del Registro Civil de los
bautismos oue verifiquen con la expresión de la hora,
día, mes, año v lugar, tanto del bautismo como del
nacimiento del niño v demás datos necesarios para su
Identificación e inscripción.
Ef Director General formará, con estos datos, nóminas
mensuales de los nacimientos ocurridos en los territorios
jurisdiccionales de los diversos Registradores Auxiliares v
remitirá a éstos los nacimientos que allí figuran. En caso de
que alguno o algunos estuvieren sin declarar, hará lo
necesario para subsanar la omisión u omisiones, valiéndose
para ello de ios recursos que la ley pone a su alcance." (Las
subrayas y negritas son del Tribunal)
En desarrollo del Título IV (sobre cedulación) de la antes citada Ley
60 de 1946, el Decreto N° 908 de 24 de septiembre de 1951 (G.O. N°
11608 de 9 de octubre de 1951), que instituye como auxiliares del
Registro Civil a los "Ceduladores" y le asigna funciones específicas,
entre estas últimas enunció la que sigue:
"Artículo Séptimo: Son funciones de los Ceduladores:
a) ....................................................................................................
d) Recibir declaraciones de los testigos, acerca del estado
civil del solicitante, cuando éste no pueda presentar
certificado de nacimiento del Registro Civil o copia del
Registro Parroquial del lugar donde fue bautizado."
(Subraya y enfatiza e! Despacho)
La legislación que siguió produciéndose en nuestro medio, como la
Ley 108 de 8 de octubre de 1973, atinente a la expedición de la
cédula de identidad personal, en su artículo 32, y la propia Ley 100
de 1974 que reorganizó el Registro Civil, en su artículos 11, siguieron
confiriendo el mismo valor probatorio, como documentos públicos, a
las certificaciones, partidas, libros o actas parroquiales de bautismos,
en cuanto al acreditamiento de los nacimientos acontecidos hasta
antes del 15 de abril de 1914, inclusive la citada Ley 100 extendió
esa
cualidad
a los
matrimonios y
defunciones
registrados en esos mismos documentos eclesiásticos.
que
constaran
Del mismo modo, valga señalar que esa misma Ley 100 de 1974, con
relación directa a los nacimientos ocurridos después del 15 de abril de
1914,
en su artículo 29, además de exigir un mínimo de dos (2)
testimonios y otras condiciones que debían acreditarse por esa vía,
permitía la posibilidad de acompañar a estos elementos "cualquier
documento que corrobore e! hecho vital", lo que bien involucra las
partidas o actas de bautismos en las que, como se sabe, consta el
día, mes y año del nacimiento .
En el Decreto N° 121 de 6 de noviembre de 1975, que en su
momento reglamentó la Dirección General del Registro, en su artículo
74, literal "c)", igualmente reconoció idoneidad probatoria a las
"partidas de bautismo", como parte de las "pruebas documentales"
que servían para justificar e! "cambio de fecha de nacimiento" y que
debían presentar los interesados.
Por último, la Ley 31 de 25 de julio de 2006 (tal como quedó
modificada por la Ley 17 de 22 de mayo de 2007), actualmente en
vigencia, en su artículo 89 inherente a las solicitudes de inscripción
de nacimientos ocurridos sin asistencia médica y formuladas a más
de dos (2) años de dicha ocurrencia, incluye como parte del trámite
respectivo (numeral 4) la presentación, por parte del interesado, de
"cualquier
documento
que
posea
para
comprobar
el
hecho",
enunciado éste que hecho así, a manera de "numerus apertus", bien
permite tener o incluir en esta gama de documentos a las partidas o
actas de bautismo. Lo mismo puede afirmarse, en dirección al
contenido del artículo 123 de la misma excerta legal, sobre las
"pruebas documentales" que se admiten para esclarecer o rectificar
datos relacionados con los nombres y apellidos de los padres en las
inscripciones de nacimientos.
Sin embargo, más allá de esas genéricas referencias, la Ley 31 de
2006, alude concretamente a la "partida de bautismo" en su artículo
122,
al enlistarla como parte de las probanzas que sirven a los
propósitos de cambiar integralmente la fecha o el año de algún
ft
nacimiento.
V
l¿:
44
Adicional a ello, la Ley en vigor que se viene citando, en su artículo
145, dispone que entre otras instituciones/ públicas y privadas, según
el caso, "las iglesias", tienen la obligación de facilitar al Registro Civil,
los documentos que obren en su poder, o las copias fidedignas de los
mismos, que pudieran servir de base para determinar la veracidad y
autenticidad
del objeto controvertido dentro de un proceso y
también, dentro del marco del procedimiento para las inscripciones,
rectificaciones y anotaciones.
Ahora bien, verificado el origen histórico de los registros parroquiales,
así como su.reflejo y reconocimiento como documentos acreditativos
de hechos vitales, a través del tiempo tanto en
legislaciones
supranacionaíes como en las nacionales, originadas en el Derecho
Canónico y consignadas en nuestro derecho positivo, se reitera
entonces el grado de convicción que genera tanto el Libro de Registro
de Bautismos en el que aparecen los datos de nacimiento de la
señora Aydée del Carmen Miianés Guzmán, como la certificación
expedida a partir de dicho registro. Máxime que, como se corroboró
antes, la inscripción de nacimiento de la prenombrada ante el
Registro Civil no cumplió con las formalidades del caso y contuvo
declaración de hechos que no se apegan a la realidad, adoleciendo así
de falsedad ideológica.
La temática de ía utilidad demostrativa de este elemento probatorio
de orden documental que se viene abordando, no es nueva para este
Tribunal Electoral,
En sentencia reciente, de 13 de febrero de 2008, se reconoció el valor
que poseen los registros parroquiales de bautismo, ai encontrarse un
error en la inscripción de nacimiento de un ciudadano de la Provincia
de Veraguas, en cuanto que en la oficina regional del Registro Civil
se tenía como año de ese nacimiento el de 1946, mientras que en el
Libro de Bautismo de la
Parroquia Santiago Apóstol se mantenía
como fecha del
hecho vital el 22 de abril de 1944,
mismo
encontrándose a través de esta prueba y en conjunción con otras que
también fueron ponderadas, la certeza no sólo de la fecha del
nacimiento sino la del verdadero nombre de la respectiva madre,
45
pues, también se había suscitado una controversia en cuanto al
nombre de esta progenitura.
La sentencia en comento; dictada por esta Superioridad como tribunal
de alzada, integró en su parte expositiva las consideraciones que
ahora se transcriben:
"Que sobre este tema, es prudente destacar que la
inscripción de bautizo del señor Jorge González, además de
hacer referencia a que el nacimiento de éste se verificó el
día 22 de abril de 1944, también señaló que le nombre de la
madre de aquél era Vicenta González, datos que no
concuerdan con los que reposan en la inscripción cuya
corrección ha solicitado el pétente. (...)
Que este Tribunal no puede desconocer el valor probatorio
de la documentación que reposa en los Libros de Bautismo
de
la Parroquia
Santiago Apóstol de
la
Provincia de
Veraguas, y que hacen referencia a que el día 22 de abril de
1944. nació una persona llamada Jorge González, hilo de
Vicenta González, y que como ha sido demostrado con los
testimonios aportados al expediente, se trata de los mismos
datos sobre el nacimiento del interesado; razón por la cual si
bien le asiste la razón al apelante para revocar la decisión
recurrida, esta Colegiatura tiene el deber de tomar las
medidas
necesarias
para
efectuar
la
inscripción
de
nacimiento del solicitante,
Que en este sentido, reiteramos que los datos básicos sobre
el nacimiento del interesado concuerdan con los datos
visibles en el Libro de Bautismo de la Parroquia Santiago
Apóstof correspondiente al ano 1944, es decir, que nació el
22 de abril de 1944, además de tratarse del hijo de Vicenta
González, (...)
Que al comparar esta información, en su conjunto,
destacamos que la misma dista totalmente de la existente
en la inscripción visible en el tomo 66. Partida 479 deí Libro
de Nacimientos de la Provincia de Veraguas, la cual es
utilizada en la actualidad
por el pétente. (...)
Que este Tribunal, como ente rector de los asuntos de
registro civil tiene facultades plenas para corregir ias
deficiencias v omisiones ocurridas en la inscripción de los
hechos vitales acaecidos en la República de Panamá, y en
virtud de ello, que por conducto de la presente resolución,
procedemos a enmendar v definir la situación de la
verdadera inscripción de nacimiento del señor Jorge
González. (...)" (Todas las subrayas son suplidas)
Bajo
este
sendero
conceptual,
es
menester
señalar
que
la
contundencia que reviste el Libro de Bautismo de la Parroquia San
José de la Palma, Darién, en atención al natalicio de Aydée Milanés en
Sautatá (Chocó), Colombia, no logra ser obnubilada por los demás
medios probatorios que dicha demandada incorporó al expediente.
46
A folios 60-63 de este dossier figuran una serie de probanzas
documentales allegadas con la intención de acreditar registros y
datos escolares de la demandada, sin embargo, las mismas no
guardan la debida consistencia ni reflejan un orden cronológico,
denotando más bien contradicción tanto en las fechas consignadas
como en los demás detalles que le son propios.
En tal sentido, mientras el registro de calificaciones (créditos
escolares) de la Escuela Práctica de Comercio (fs. 60) ilustra que
"HAYDEE (sic) DEL C MILANES" cursó estudios de segundo y tercer
(II y III) año de secundaria durante los años calendarios de "1965" y
"1966", y que dicha alumna nació el "28 de diciembre de 1947", el
certificado de estudios emitido por el Centro Escuela Básica General
Eugenio López A. (fs. 63) , refiriéndose a un sólo o primer ("I") año
allí cursado por "MIUVNES AIDE (sic) DEL CARMEN", describe que las
notas por materia que en el se enlistan (fs. 63 vta.) fueron obtenidas
en el año de "1965". Estos dos (2) documentos son contradictorios
en cuanto que indican que la demandada cursó estudios en dos (2)
escuelas distintas al mismo tiempo y el mismo año, además de que
simultáneamente recibió clases de Español e Inglés en ambas
escuelas.
Aún cuando se quisiera interpretar que el año de 1965 referido al
reverso del certificado del Centro Escuela Básica General Eugenio
López, fue un error de escritura y que debió escribirse como 1964,
pues de lo contrario chocaría con los demás años en que se
completaban ei primer ciclo que se supone terminó de cursar la
demandada en el año 1966 (en la Escuela Practica de Comercio),
igualmente devendría
discordante
este
certificado con
la otra
certificación que a fojas 62 expidiera eJ Instituto Profesional y Técnico
Alejandro Castillo de La Palma, Darién, puesto que en ésta se lee que
"Aide (sic) DEL CARMEN MILANES" ingresó a ese colegio "a I AÑO EN
1964".
Aunado a lo dicho, esta última certificación del mencionado Instituto
Profesional y Técnico (fs. 62) al declarar que la demandada nació "el
28 de Diciembre de 1946", a su vez, se contrapone a la primera de
las constancias escolares ya analizadas, es decir, al registro de
47
calificaciones de la Escuela Práctica de Comercio (fs. 60) que, como
se dijo antes, registró como fecha de ese mismo nacimiento el "28
de diciembre de 1947".
La prueba escolar que resta, que corresponde a la foja 61 de este
infolio, corresponde a una nota escrita a mano y suscrita por "Andrea
Ortiz M." como "Directora de la Escuela de Pinogana" en la que, con
base a "conversación" sostenida con tres (3) "moradoras de esta
comunidad", entre éstas una "maestra jubilada", certifica que "Aidee
Milane (sic) de Lay" realizó estudios parciales en ese centro de
enseñanza. No obstante, esta nota no dice a qué años corresponden
los estudios cursados, ni se certifica ese hecho como algo que
aparece fehacientemente en los registros de la escuela o que íe
conste por percepción propia y directa a la directora certificante.
Revisadas así estas pruebas relativas a la vida escolar de ia
demandada y confrontadas con el hecho central de esta controversia,
se advierte que de las fechas de nacimiento que en algunas de ellas
se consignó (28 de diciembre de 1946 y 28 de diciembre de 1947),
ninguna coincide con la que se declaró al inscribirse ese hecho vital
en el Registro Civil (28 de diciembre de 1948), y que, contrarío a ello,
una de dichas fechas sí concuerda con la que aparece en el Libro de
Bautizo de la Parroquia San José, de La Palma, Darién, respecto de la
persona de Aydée Milanés, o sea, el 28 de diciembre de 1947.
Por otro lado, las declaraciones juradas rendidas ante Notario Público,
hechas por los señores FILOMENA VALENCIA TORRES (fs, 65), ADA
ESTHER. MURILLO CARRION (fs. 68), IDELISA LOZANO LEDEZMA (fs.
71), ANDREA VEGA DE RUIZ (fs. 74) y JOSÉ EURÍPIDES CÓRDOBA
HINESTROZA (fs. 77), presentadas por el apoderado judicial de la
demandada en calidad de testimonios alusivos al nacimiento de ésta
y demás detalles que lo rodearon, tampoco sirven al propósito para el
que fueron así allegadas.
Examinando el contenido de estas declaraciones en el orden en que
fueron adheridas al dossier, se tiene que FILOMENA VALENCIA
TORRES, de nacionalidad colombiana, se identificó como la "partera"
que no sólo atendió el alumbramiento con el que vino al mundo la
48
hoy demandada, sino además dos (2) de sus hermanos (Arnulfo y
Héctor); que todos estos partos se dieron en Boca de Cupe, en
Darién; que ella, en calidad de madrina de Ana Elvira Milanés, otra
hermana de la demandada, la bautizó el 30 de mayo de 1960; y, que
el último parto que atendió fue el de la hija de Aydée Milanés en 1967
en Yaviza.
Sin embargo, de los nacimientos que la testigo asegura haber asistido
como partera en Boca de Cupe, entre éstos los de la demandada
Aydée y su hermano Arnulfo, aparecen declarados por el padre de
éstos como ocurridos en Yape (fs. 276-279), que es un Corregimiento
distinto del Distrito de Pinogana en la Provincia de Darién, por lo que
siembran más dudas de que el lugar de nacimiento sea en efecto el
que aparece en el Registro Civil o el que manifiesta la testigo de la
defensa toda vez que se contradicen ambos.
En cuanto a ia referencia que esta testigo hizo del bautizo de Ana
Elvira Milanés acaecido el 30 de mayo de 1960, se constata que este
dato concuerda con la fecha que sobre dicho bautizo certifica la
Parroquia San José de La Palma a fojas 45, empero, como bien se
desprende
de
este
mismo
certificado
bautismal
este
primer
sacramento fue proveído en "La Palma" y no en Boca de Cupe como
mal lo testificó la señora Valencia Torres. Por todo io cual la
declaración
de
esta testigo
es ineficaz
para
sostener que el
nacimiento ocurrió en Panamá.
Sobre ei nacimiento de la hija de Aydée Milanés, que la testigo
mencionó como el último que atendió en su calidad de partera en
1967
en Yaviza, debemos
manifestar que
si bien
ha podido
comprobar este Despacho (vía consulta oficiosa a la base de datos del
Tribunal Electora: fs. 567-576) que la demandada tiene una hija de
nombre Gína Gissel Alvarado Milanés de Vega que efectivamente
nació en el año de 1967 (9 de junio) y en el Corregimiento de Yaviza,
en sus demás datos se registra que tal nacimiento tuvo lugar en un
"hospital" y no en un poblado que es como se anota cuando los
partos ocurren fuera de nosocomios.
t)
49
La declaración notarial jurada de ADA ESTHER MURILLO CARRION (fs.
68) da cuentas de que ésta conoce a Aydée Milanés desde 1952; que
fue maestra de su hermano Arnulfo Milanés en 1° y 2° grado y
después de Aydée en 3er. Grado en la Escuela de Boca de Yape,
Pinogana, en 1955; que luego fue trasladada a Yaviza en 1957 y allí
le dio clases a Temilda (otra hermana de Aydée) en 1962; que los
padres de estos hermanos vivían en El Bongal a orillas del Río Tuira;
y, que fue el padre de Aydée quien le dijo que ésta había nació allí en
El Bongal, Corregimiento de Yape.
Lo primero que saíta a la vista de la declaración anterior es que con
relación directa al nacimiento cuestionado en este proceso, es decir,
el de Aydée Milanés, su deponente lo refiere como un "hecho oído a
otros", en este caso referido por el padre de la prenombrada, a la vez
que "no ha declarado de sus propias y directas percepciones", por lo
que a tenor de lo normado en ¡os artículos 920 y 922 del Código
Judicial, este testimonio carece de fuerza probatoria y no hace fe en
juicio.
Sumado a ello, debe acotarse que si de acuerdo a los nacimientos
registrados civilmente por el padre de los hermanos Arnulfo, Temilda
y Aydée Milanés, los mismos ocurrieron los días 9 de febrero de
1943, 18 de octubre y 28 de diciembre de 1948 (fs. 276-281),
respectivamente, entonces las referencias hechas por la testigo ¡n
examine sitúan a Aydée con una edad de siete (7) años cuando
cursaba su tercer grado en 1955 y a Temilda con catorce (14) años
en 1962, aunque en este último caso no especificó el grado que se
cursaba,
todo
lo
cual
refleja
edades
biológicas
que
no
se
corresponden con las que usual y ordinariamente se tienen en esos
grados escolares.
Lo anterior deja dudas que la testigo tampoco aclaró, lo cual ahonda
más en la incertidumbre que su deposición reviste. En atención a lo
expuesto, este testimonio deviene ineficaz para probar el lugar de
nacimiento de Aydée Milanés Guzmán.
A folios 71 consta la declaración jurada de IDELISA LOZANO
LEDEZMA, ciudadana nacida en Colombia, (a cuaf afirmó conocer a
50
Aydée Milanés desde el año de 1946 y también desde que nació; que
conoció a la partera FILOMENA VALENCIA que trajo a Aydée al
mundo; que fue vecina de los padres de Aydée cuando llegó de
Colombia en 1945 y que para entonces ellos sólo tenían al hijo varón
Arnulfo; que Juan Milanés, padre de Aydée/ y su difunto esposo,
Eustacio Quintana Martínez, eran compadres; y que, para esos años
solo se llegaba hasta tercer grado en la Escuela de Yape en donde
solo habían dos (2) maestras: Andrea Vega y Esther Muriüo.
De esta deposición surge la conclusión inequívoca de que su emisora
sitúa ía fecha de nacimiento de Aydée Milanés en el año de 1946 o
antes, pero no después, pues si refirió conocerla desde ese año a la
vez de conocerla desde que nació, se infiere que si la conocía desde
1946 es porque ya había nacido ese año o con anterioridad. Este
relato, sin embargo, no es congruente ni con la fecha de nacimiento
que se consigna en el Libro de Registro de Bautismos de la Parroquia
San José (28 de diciembre de 1947) ni con el que, para el año de
1966, declaró el padre de la prenombrada al inscribirla en el Registro
Civil (28 de diciembre de 1948).
En lo que si acertó la declarante en cita es que el padre de Aydée y
su difunto esposo, Eustacio Quintana Martínez, eran compadres, pues
así se comprueba deí mismo Libro de Registro de Bautizos antes
aludido, en cuyo Folio 76, renglón N° 7 (página anterior a aquella en
donde fue anotado el bautizo de Aydée Milanés), requerido en este
proceso como prueba oficiosa (fs.608), aparece inscrito el bautizo de
Héctor E. Milanés, hermano de Aydée, realizado el mismo día en que
esta
última fuera también bautizada y cuyos padrinos fueron
"Eustacio Quintana" y "Ma_ Martínez".
La importancia probatoria de este último bautizo o más bien de su
registro, será
abordada
más adelante, cuando se analice
la
conjunción que guardan los demás elementos probatorios con la serie
de indicios que igualmente emergen del material recabado en este
expediente.
Por lo analizado, se concluye que este testimonio carece de eficacia
para demostrar dónde nació Aydée Milanés Guzmán.
51
De otro lado, la declaración jurada rendida por ANDREA VEGA RUIZ
(fs. 74) apuntó a que ésta conoció a Aydée Milanés desde 1953
cuando fue su primera maestra en primer grado y que también lo fue
al siguiente (1954) en su segundo grado; que los padres de Aydée
vivían en El Bongal, a orillas del Río Tuira; que fue en este lugar en
donde nació Aydée, según se lo contó el padre de ella; que fue
maestra durante 26 años en la Escuela de Boca de Yape de Darién; y
que conocía al padre de Aydée desde 1946 cuando llegó a esa
población como maestra.
Lo expuesto por esta señora VEGA RUIZ, de cara al hecho del
nacimiento de Aydée Milanés, adolece de ser referido como algo que
escuchó de otra persona y no como un hecho que le constó por
percepción propia y directa, por lo cual en los términos tratados en
ios artículos 920 y 922 del Código Judiciai, este testimonio no goza de
fuerza probatoria.
La última de las declaraciones juradas que se vienen analizando
corresponde a la del señor JOSÉ EURÍPIDES CÓRDOBA HINESTROZA
(fs. 77), ciudadano que nació en Colombia, quien manifestó que
vivía en Leche Fría, a 40 minutos de La Escuela de Yape; que fue
vecino y amigo de los padres de Aydée desde 1942; que Arnulfo,
Aydée y Temilda Milanés nacieron en Calle Oro, El Bongal, Yape, y
que estos partos fueron atendidos por la partera Filomena Valencia y
Catalina Ayala.
Como se ve, esta sucinta declaración no ofreció mayores detalles
acerca del hecho que se ha debatido en este proceso, limitándose el
testigo a hacer referencias muy genéricas, dentro de las cuales solo
parece confirmar que la partera Filomena Valencia fue la que atendió
el parto en donde nació Aydée Milanés, en un lugar llamado El
Bongal, Yape, que difiere de aquel que supuestamente la partera
Filomena Valencia, como testigo de la Defensa, manifestó ser el lugar
del nacimiento de Aydée Milanés, o sea, Boca de Cupe.
Pero, esa inicial confirmación del hecho atinente a la asistencia de la
prenombrada partera quedó en entredicho ai decir de otra declaración
que el mismo testigo, señor Córdoba
Hinestroza, personal y
52
posteriormente rindió ante el departamento jurídico del Registro Civil
(fs. 98-101), puesto que en esta última llegó a exteriorizar que "La
única comadrona que había ahí era una señora Catalina, no se (sic)
si
fue
ella,
no
había
más
partera
ahí",
es decir,
afirmó
categóricamente que más allá de esta señora Catalina no había otra
partera o comadrona al momento en que se supone se dio el parto en
cuestión. Esto obviamente, contradice lo expresado por el testigo en
su primera declaración,
Lo mismo puede decirse de la ulterior referencia que hizo este mismo
testigo acerca del nacimiento de Arnulfo Milanés, como hermano de
Aydée, pues en su primera declaración, como ya se repasó, sin
titubeos de ninguna clase lo incluyó, junto a sus otros dos (2)
hermanos (Aydée y Temilda), como nacido en El Bongal en Yape,
mientras
que
en
esa
declaración
practicada
en
la
sede
del
departamento jurídico del Registro dijo "Arnulfo, no se (sic) si nació
en Pinogana o en Yaviza, no se (sic) cuando porque nos dispersamos,
no recuerdo eí nombre de las otras muchachas las otras hermanas
tampoco se (sic)".
Ante estas circunstancias, el testimonio acabado de estudiar encaja
en e) supuesto fáctico que contiene et artículo 921 del Código Judicial,
por ende, no hace fe lo dicho por ese conducto, por lo que es ineficaz
para demostrar dónde nació Aydée Milanés Guzmán.
Los demás declarantes, al igual que sucedió con el señor Córdoba
Hínestroza, comparecieron a! departamento jurídico del Registro Civil
y ampliaron los testimonios que habían rendido ante Notario.
FILOMENA VALENCIA TORRES (fs. 107-109), ante el departamento
citado, volvió a identificarse como la partera del nacimiento de Aydée
Milanés, pero esta vez refirió que no se acordaba del pueblo donde
ello tuvo lugar, sólo que pertenecía a Pinogana, mientras que en su
declaración anterior manifestó que ese nacimiento ocurrió en Boca de
Cupe; también se ratificó en su condición de "comadre" de la mamá
de Aydée; acotó que Aydée fue a la escuela desde que estaba chica,
desde que tenía cinco (5) años, pero que eso fue "acá en Panamá", lo
cual entra en abierta contradicción con las declaraciones de las
53
señoras ADA MURILLO y ANDREA VEGA; que como se sabe,
aseguraron
haber
sido
maestras
de
Aydée
allá
en
Darién,
precisamente en sus primeros años de escuela primaria.
A su turno, AÍDA ESTHER MURILLO (fs. 103-105), ante el Registro
Civil prácticamente no agregó mayores detalles de aquellos que ya
había expuesto, contrario a ello, al repasar parte de los hechos sobre
los cuales versó esa primera deposición, entró en imprecisiones que
no hacen sino abonar más el demérito al que se arribó al examinarse
su declaración notarial jurada, como por ejemplo, al citar ahora ía
fecha en que se trasladó a vivir y trabajar en Yaviza como "más o
menos désele el año 1955" hace dudosa su anterior y primera
declaración en cuanto a que para ese mismo ano ie dio clases de
tercer grado a Aydée Milanés allá en Boca de Yape, no en Yaviza.
Por otra parte, IDELISA LOZANO LEDEZMA (fs. 93-98), al ampliar su
relato ante las oficinas del Registro y manifestar que Aydée Milanés
nació en El Bongal el "28 de diciembre de 1946" lo que hizo fue
reiterar la contradicción que esta afirmación representa tanto frente
al Libro de Registro del Bautismo y como al acta de Inscripción del
Registro Civil, que como ya se verificó en párrafos precedentes,
contienen fechas diferentes respecto del mismo hecho vital.
No obstante, ai expresar que el hermano de su esposo y su madre,
"Ramón Quintana y Concepción Ledesma" , respectivamente, fueron
los padrinos que bautizaron a Aydée Milanés, y que, aunque no
recordaba el año, sabía que "la bautizaron el dos de febrero", la
señora IDELISA LOZANO LEDEZMA, corrobora de manera parcial los
datos que constan anotados en el Libro de Registro de Bautizos de la
Parroquia San José de La Palma, Darién (fs. 378), en cuanto que
Ramón Quintana y Concepción Ledezma figuran allí como padrinos
("SPONSORS") y que dicho bautizo aconteció el 2 de febrero de 1954.
Al final de esta segunda declaración testimonial ofrecida, la señora
LOZANO LEDEZMA expresó que creía que "Elvira" (refiriéndose a Ana
Elvira Milanés, hermana de Aydée) nació el 23 de febrero de 1955,
errando sólo en el mes de esta fecha, pues el registro de este
nacimiento (fs. 282-283) la detalla como "23 de enero de 1955".
54
Finalmente, la señora ANDREA VEGA RUIZ, al brindar su testimonio
ante el Registro Civil (fs. 88-91) vuelve a expresar que fue la primera
maestra que tuvo Aydée Milanés; que fue la señora Filomena Valencia
la partera que atendió e! nacimiento de Aydée; que cuando vio a la
prenombrada por primara vez ella tenía 2 ó 3 años de edad; y que,
Aydée Milanés nació en El Bongal, Corregimiento de Yape, cerca del
Río Tuira, el "18 de diciembre de 1946".
Mas, como se advierte, el testimonio "de referencias o de oídas" que
constituyó la primera declaración que ofreció esta señora ANDREA
VEGA RUIZ ante Notario Público, que como ta! no generó convicción
alguna sobre los hechos declarados (arts. 920 y 922 C.J.), en
conjunto con esta ulterior declaración rendida ante el Registro Civil,
no contribuyen a esclarecer o corroborar (os hechos investigados,
máxime que en esta última la testigo en comento afirma que la
demandada nació el "18 de diciembre de 1946", lo cual no coincide ni
con la fecha reportada en el Libro de Bautismo (28 de diciembre de
1947) de la Parroquia San José, de La Palma, Darién, ni con la que se
declaró al momento en que la inscribieron en el Registro Civil (28 de
diciembre de 1948).
En resumen, los testimonios escrutados no pueden tenerse por
contestes, pues las circunstancias de modo, tiempo y lugar que en
ellos se expresaron aparecen disímiles, contradictorias y divergentes,
y esto, no sólo al confrontarlos unos con otros, sino también ai
comparar cada uno de las declaraciones juradas inicialmente rendidas
ante Notario con los propios testimonios que luego rindieron los
mismos declarantes ante e) Registro Civil.
\
Lo cierto es que, salvo algunos detalles que se corroboran en otras
pruebas acopiadas en el infolio, la mayor parte de las exposiciones
testimoniales analizadas no generan convencimiento sobre los hechos
acerca de los cuales se ha debatido en este proceso, en especial el
principal de estos hechos, cual es el nacimiento de Aydée Milanés, en
cuanto
a
las
circunstancias
que
lo
rodearon,
esto
es,
primordialmente, su ubicación territorial y la fecha en que aconteció.
55
Estas deposiciones por tanto, no lograron tampoco desvirtuar lo que
acredita el Acta o Libro de Registro de Bautismo de la Parroquia San
José, en La Palma, Darién, respecto de que el nacimiento de Aydée
Milanés ocurrió en Sautatá (Chocó) en Colombia, fuerza probatoria
ésta que, como se estimó antes, permanece incólume frente a una
inscripción de
nacimiento que además de no cumplir con
las
exigencias legales y formalidades del caso, contuvo enunciados que
no se apegan a la realidad, pues, como también se examinó, al
levantarse ese documento se declararon hechos contrarios a las
propias
leyes
de
la
naturaleza,
verbigracia:
la
imposibilidad
manifiesta de haber nacido (Aydée Milanés Guzmán: el 28 de
diciembre de 1948) cuarenta (40) días después de una de sus
hermanas de doble vínculo (Temilda Milanés Guzmán; el 18 de
octubre de 1948).
Existen igualmente en el expediente, otro tanto de pruebas indiciarías
que apuntan a que efectivamente, Aydée Milanés nació en territorio
colombiano, corno lo es el hecho de que, según se pudo comprobar,
mediante prueba documental requerida vía oficiosa, en el Tomo XVI,
Folio 76, renglón N° 7, del mismo Libro de Registro de Bautismos, en
donde se anotó el bautizo de Aydée Milanés (con mención expresa de
que su lugar y fecha de nacimiento correspondía a Sautatá (Chocó) el
28 de diciembre de 1947), se inscribió el bautizo de su hermano
Héctor E. Milanés y se consignó que éste había nacido en Yape
(Darién) el 22 de marzo de 1952 y que sus padres son los mismos
que los de Aydée (Juan Milanés y Cleofe Guzmán), siendo sus
padrinos Eustacio Quintana y u Ma. Martínez" (véase fs. 608).
Lo interesante de este hallazgo es que el bautizo de Héctor Milanés
aconteció el mismo día que el de Aydée MÜanés, o sea, el 2 de
febrero de 1954, luego entonces, cabe destacar que dicho menor fue
declarado o inscrito como panameño ante la Iglesia o lo que es igual,
ante el mismo Dios, como nos lo enseña la religión católica, en
presencia de sus padres y padrinos, mientras que ese mismo día, 2
de febrero de 1954, también ante Dios, no se hizo lo propio con
Aydée Miianés y no fue sino 18 años después que se dice, ante los
56
mortales y pecadores hombres; que ésta era panameña desde antes
de esa fecha.
Si esa anotación, inherente al nacimiento de Aydée, se tratase de un
error como muy tímidamente pretendió hacer ver su defensa técnica
en la audiencia oral celebrada en este negocio, cabría preguntarse
¿por qué los padres de ella no hicieron lo propio para corregirlo en
ese mismo acto y el mismo día en que también bautizaron a su
hermano
Héctor
Milanés,
declarándolo
y
anotándolo
como
panameño?. En ese sentido, no parece existir ningún error de
anotación ni de declaración que hubiese que corregir, pues se declaró
y se hizo anotar, de forma espontánea y libre de apremios, que la
niña Aydée Milanés había nacido en Colombia, esto es, en Sautatá,
Chocó.
Y esa declaración hecha ante Dios cuando se presenta a la niña Aydée
para ser purificada y liberada del pecado original, fue hecha con la
verdad en la boca ya que así lo demanda la Iglesia, y mal podría
mentírsele a la Iglesia, que es el pueblo de Dios viviendo en
comunidad en Darién, cuando ese mismo pueblo compuesto por
hombres y mujeres ordinarios, común y corriente, convivían con la
familia Miianés Guzmán sabiendo que su hija mayor, Aydée, no era
panameña sino oriunda de Colombia. No es difícil comprender que en
un poblado pequeño el párroco conociera bien a sus feligreses y
supiera, como pastor espiritual, con suma claridad, el origen de su
rebaño.
Esta
afirmación
se
afianza
en
todas
las
circunstancias
y
oportunidades que tenían tanto el padre como la madre de hacer una
declaración tardía para inscribir a Aydée Milanés Guzmán como
panameña, si en verdad fuese panameña, puesto que se observa que
en 1948 al nacer Temilda Milanés Guzmán (a quien registran el
mismo día que nació: 18 de octubre de 1948) no aprovecharon para
inscribir a Aydée; nuevamente en 1952, cuando nace Héctor (a quien
inscriben 2 días después de nacido, el 24 de marzo de 1952) tampoco
aprovecharon para registrar a Aydée; otra vez, en 1954 cuando
bautizan tanto a Héctor como a Aydée no la registran a ella como
panameña pero a él sí; y, finalmente, en 1955 cuando nace Ana
57
Elvira Milanés Guzmán (a quien registran el 24 de enero de 1955, un
día después de nacida) tampoco aprovechan para registrar a Aydée.
Más
adelante veremos por
qué existió
un
obstáculo
que
le
imposibilitaba a los padres hacer una declaración falsa ante el
Registrador Auxiliar y observaremos cuándo y cómo se remueve ese
obstáculo, trayendo consigo la consecuente declaración falsa que se
materializó en un registro tardío de nacimiento, imperfecto y carente
de validez para reconocerle la nacionalidad panameña a Aydée
Milanés Guzmán.
Recordemos,que ya la testigo IDELISA LOZANO LEDEZMA (fs. 71, 93-
98) en sus declaraciones testimoniales había referido que, por un
lado, los padres de Aydée (Juan Milanés y Cleofe Guzmán) eran
compadres de su difunto esposo Eustacio Quintana Martínez, y que,
por otro lado, su madre (Concepción Ledezma) y el hermano de su
esposo (Ramón Quintana) eran los padrinos de Aydée y que la
bautizaron "un dos de febrero", datos éstos que coinciden con los que
se describen el Libro de Bautizo respecto de este acto sacramental
practicado en las personas de Héctor y Aydée Milanés Guzmán (fs.
608 y 378, respectivamente).
Es más, en el Folio 78 de este mismo Libro de Registro de Bautizos
(posterior a los Folios 76 y 77 en donde se registraron los bautizos de
Héctor y Aydée Milanés, respectivamente), a renglón N° 7 igualmente
se anotó el mismo día 2 de febrero de 1954 el bautizo de
Ramiro
Quintana, que como bien se escribiera en la casilla correspondiente
de dicho folio, es hijo de Ramón Quintana y Carmen Bristán, y su
lugar y fecha de nacimiento se anotaron como "Pinogana 24 de
diciembre 1952" (véase fs. 609), todo lo cual se corrobora en los
documentos que se hicieron allegar oficiosamente al expediente y que
se relacionan con la identidad del mismo Ramiro Quintana (consulta a
la base de datos del Tribunal Eiectoral: fs. 577-582), en cuanto que
en ellos se registran los mismos datos sobre el nombre del titular, su
lugar y fecha de nacimiento y ios nombres de sus progenitores.
Esta exactitud y corroboración que respecto de los datos inherentes a
las personas de Héctor Milanés y Ramiro Quintana se puede
58
establecer al confrontar sus registros de nacimiento ante la Autoridad
Rectora del Estado Civil y demás dependencias del Tribunal Electoral,
con los folios del Libro de Bautismos en que se anotaron los detalles
de sus nacimientos,
permite derivar la certeza o veracidad de las
declaraciones hechas para cumplir con las formalidades propias de
ese primer sacramento.
Lo que a su vez hace presumir que las
declaraciones o datos ofrecidos para proveer ese mismo sacramento
en la persona de Aydée Milanés, precisamente el mismo día, 2 de
febrero de 1954, de aquellos otros dos (2) bautizos (de Héctor y
Ramiro), igualmente resultan ciertos y veraces, máxime que quienes
ofrecieronjos datos del nacimiento de Aydée o asintieron en los datos
que a este respecto se consignaron en el Libro de Registro de
Bautismos, fueron las mismas personas que hicieron lo propio con
relación a Héctor Milanés y que guardaban para con él igual
parentesco, o sea, sus padres Juan Milanés y Geofe Guzmán.
Pero, volviendo a ios datos ofrecidos por la testigo Idelisa Lozano, se
tiene que la veracidad de ios mismos se evidencia de los documentos
allegados oficiosamente por este Despacho, por conducto de otra
consulta hecha a la base de datos del Tribunal Electoral, en los que se
corrobora que efectivamente, la señora Idelisa Lozano Ledezma tuvo
una relación amorosa con e! señor Eustacio Quintana (véanse fs.583-
594: documentos de identidad y nacimiento de Juan y Aurelia
Quintana Lozano, que demuestran que los prenombrados, Ideiisa y
Eustacio, son sus padres) y que Ramón y Eustacio Quintana Martínez
son hermanos (véanse fs. 595-605: documentos relativos a identidad
y nacimiento de estos últimos).
Ahora bien, la coincidencia del nombre de Ramón Quintana, como
padrino de Aydée Milanés, y como la persona que siendo Corregidor
de Pinogana, y que como tal fungió como el Registrador Auxiliar del
Estado Civil en esa misma localidad el día 24 de enero de 1955,
cuando el señor Juan Milanés declara y hace registrar el nacimiento
de su otra hija, Ana Elvira Milanés Guzmán (ver fs. 282-284), llevó
igualmente a este Despacho a consultar oficiosamente los datos de
este Registrador Auxiliar, de allí que hayan sido incorporado al
59
expediente dos (2) documentos acreditativos de esa condición de
Registrador que ostentó el señor Ramón Quintana (fs. 562-566).
En efecto, la solicitud de vacaciones de 18 de noviembre de 1969 y el
Decreto 30 de 15 de mayo de 1970 (Servicio de Cedulación del
Tribunal Electoral, fs. 564), comprueba que Ramón Quintana, con
cédula de identidad personal N° 5-16-403, a la vez que fungió como
Registrador Auxiliar, siendo Corregidor de Pinogana, fue la misma
persona que bautizó, en calidad de padrino, a Aydée Milanés, el día 2
de febrero de 1954 en la Parroquia San José, en La Palma de Darién.
Esto último se corrobora en conjunción con los datos ofrecidos por la
testigo Idelisa Lozano Ledezma y en concordancia con las pruebas
documentales recabadas de oficio, relacionadas con los datos del
propio Ramón Quintana (fs. 595-599), Eustacio Quintana (fs. 600605y de aíguno de ios hijos que éste tuvo con la señora Lozano
Ledezma (fs. 583-594).
Valga mencionar que en el citado Decreto N° 30, coincidentemente se
nombra a Juan Alfonso Villar Santamaría, con cédula de identidad
personal N° 5-4-699, como Oficial de Quinta (5 a ) Categoría, en
reemplazo del susodicho Ramón Quintana, y que fue este mismo
señor Villar Santamaría ("J. Alfonso Villar S.": fs. 278-279) ante
quien comparece, el día 9 de febrero de 1966, Juan Milanés a
declarar el nacimiento de su hija Aydée Milanés como panameña, es
decir, poco más de diecisiete (17) años después de la fecha del
nacimiento allí reportado y a más de dieciocho (18) años de la fecha
que sobre este mismo nacimiento se anotó en el Libro de Bautismo
de la Iglesia San José.
Entonces, partiendo de las aseveraciones que hiciera el apoderado
legal de la demandada acerca de errores en las anotaciones
inherentes al bautizo de aquélla y de la propia postura mostrada por
ellos durante todo el. proceso, en cuanto a negar el nacimiento
ocurrido en Colombia, además de que como se ha visto y acreditado
Ramón Quintana es la misma persona que bautizó como padrino a
Aydée Milanés y levantó como Registrado Auxiliar-Corregidor el acta
en la que se declaró el nacimiento de Ana Elvira Milanés, la
interrogante
que
surge
es
que, así como
el
padre
de
las
,40
10 ''
60
prenombradas concurrió a inscribir el nacimiento de Ana Elvira al día
siguiente que ocurrió (24 de enero de 1955), y la declaró como
panameña, entonces por qué no hizo lo propio con su otra hija Aydée,
aprovechando que, aunque no lo hiciera tan inmediatamente como lo
hizo con Ana Elvira, su compadre Ramón Quintana, como Registrador
Auxiliar y Corregidor de Pinogana en funciones, a la vez de que
probablemente mostraría interés de ayudarlo por ser precisamente el
padrino de Aydée Milanés, efectivamente levantaría el acta de
inscripción de nacimiento de su propia ahijada.
En este aspecto, merece rememorarse que el bautizo de Aydée
ocurre el 2 de febrero de 1954 y el acta de inscripción de nacimiento
de Ana Elvira se levanta el 24 de enero de 1955, es decir, poco más
de once (11) meses después de aquel bautismo, y en ambos sucesos
participaron tanto Juan Milanés como padre (de la bautizada Aydée y
de la inscrita Ana Elvira, en ese orden) y Ramón Quintana (como
padrino de Aydée y Registrador Auxiliar del nacimiento de Ana Elvira,
respectivamente).
La respuesta que, ante la interrogante formulada, aparece más
congruente con los hechos y con la lógica conclusión que de ellos se
deriva, es que la inscripción del nacimiento de Aydée Milanés como
panameña, cuando ella contaba con unos siete (7) años de existencia
y teniendo a su alcance a su propio padrino como Registrador
Auxiliar-Corregidor de Pinogana, compadre pues de Juan Milanés
(padre de Aydée), no se produjo porque simplemente no era
panameña.
Encajando y armonizando así esta conducta de sus
padres con la conformidad que orientaban el resto de sus propios
actos, esto es,
con
la voluntaria y espontánea declaración y
subsecuente anotación en el Libro de Bautismo de la Parroquia San
José de La Palma, atinente a que el nacimiento de Aydée tuvo lugar
en Sautatá Chocó, en Colombia.
Como bien se puede observar del análisis de este último hallazgo
fáctico, los progenitores de Aydée Milanés Guzmán sí tuvieron en
territorio patrio tres (3) descendientes fuego del nacimiento de
aquélla y a los tres (3) los inscribieron con la celeridad y prontitud
que un buen padre de familia demuestra.
En ninguna de esas
\f ,11
61
oportunidades aprovecharon para registrar ni a Arnulfo, su hijo
mayor, ni a Aydée, su hija mayor.
Transcurrieron dieciocho (18)
años del nacimiento de ella y veintitrés (23) del nacimiento de él,
para acudir a registrarlos como panameños.
Y con acuciosidad, hemos observado que existía un obstáculo para
registrar a ambos como panameños y es que, como se destaca a
fojas 283-284, en el registro de Ana Elvira Milanés en 1955 el
Registrador Auxiliar era Ramón Quintana quien fuera el padrino de
bautizo de Aydée en 1954, un año antes, a quién por tanto le
constaba que su ahijada no era panameña, razón por la cual no la
registraría como tal, ya que siendo su padrino de bautizo conocía que
había nacido en Sautatá, Chocó.
Sin embargo, cuando las funciones de Registrador Auxiliar no las
ejercía su padrino Ramón Quintana (como se sabe, Corregidor-
Registrador Auxiliar en Pinogana), sino J. Alfonso Villar S., el 9 de
febrero de 1966, pero en otra jurisdicción o localidad conocida como
El Real, fue el momento aprovechado por su padre para hacer la
declaración falsa en relación al lugar y fecha de nacimiento de sus (2)
descendientes mayores, toda vez que a este último Registrador no
tenía por qué constarle la verdad o si constándole, no tenía el
obstáculo moral del vínculo espiritual que le imponía la más absoluta
obligación de ser fiel a esa verdad.
Finalmente, esta máxima autoridad electoral estima conveniente
dejar plasmada sus consideraciones con relación al tema de la
nacionalidad, no sólo en cuanto al concepto propiamente tal, sino a
los extremos que se configuran, por un lado, al operar su pérdida por
vía de un debido proceso de cancelación de la inscripción del hecho
vital que en su momento permitió adquirirla, como ha ocurrido en
este sub judice, y por el otro, al alcanzarse el estatus que sobreviene
al ocurrir lo anterior.
,
En tal sentido, es oportuno reiterar los criterios que este Tribunal ha
expresado en precedente similar, señalando que nos encontramos
ante un proceso electoral especial, cuya sustancial importancia
viene dada en su propio objeto, esto es, la validez o no del registro
62
de un nacimiento que da iugar a la nacionalidad, que, para ei caso en
examen se refiere a una inscripción de nacimiento de una persona
como panameña que, por
unos 42 años, ha gozado de una
presunción de autenticidad y a partir de ia cual han emanado
derechos inherentes a esa nacionalidad, tales como los derechos
políticos, que habilitan al ciudadano a participar en la vida política de
su país, a propósito de ios cuales nuestra Carta Magna los enuncia
como el derecho a la ciudadanía, al sufragio, al de un documento de
identidad personal, a estar inscrito en el Padrón Electoral, a
elecciones periódicas, al voto universal, equitativo y secreto, que sea
computado ..de manera imparcíal y exacta, el derecho a ser elegido y
a elegir libremente, a accionar legalmente, a asociarse con fines
políticos,
a
participar
en
asuntos
públicos,
a
manifestarse
pacíficamente, en fin, un cúmulo de derechos reconocidos para la
realización efectiva de los derechos políticos que son exclusivos de los
nacionales y ciudadanos panameños.
Por todo ello, la inscripción de ese hecho vital en el libro denominado
panameños por nacimiento, conlleva ia adquisición de la nacionalidad
panameña, con todos los derechos inherentes a esa calidad.
En una acepción amplia, puede definirse la nacionalidad como el nexo
jurídico-político
que
vincula
a
una
persona
con
un
Estado
determinado, por medio del cual, a la vez que se obliga para con él
mediante relaciones de lealtad y fidelidad, se hace acreedora de su
protección diplomática, por lo que, desde su origen, debe ser
adquirida en buena lid, ya sea por los lazos consanguíneos de los
progenitores (ius sanguini) o por el territorio en donde se nace (íus
solí) o en otro supuesto, por naturalización, que es la opción legítima
que tiene el extranjero que desea acogerse a la ciudadanía de un
Estado que no es el de su nacimiento.
A este respecto, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre,
aprobada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, en su
artículo 15 consagra que: "Toda persona tiene derecho a una
'Jl
J
63
nacionalidad y que a nadie se le privará arbitrariamente de su
nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad".
Empero, el artículo 8 de la Convención para Reducir los Casos de
Apatridia dispone que una persona
podrá ser privada de la
nacionalidad de un Estado Contratante cuando esa nacionalidad haya
sido obtenida por declaración falsa o fraude, y a pesar que La
República
de
Panamá
no es suscriptor
del
este Instrumento
Internacional, somos conscientes y respetuosos de las normas que
regulan las actuaciones en la Comunidad Internacional, normas que
tienen por. finalidad la protección de los derechos fundamentales.
Sobre esa base, el Tribunal Electoral reafirma el respeto que le
merecen los derechos humanos y el orden jurídico internacional, y
manifiesta estar consciente de que el derecho a la nacionalidad del
ser
humano
Internacional
goza
en
de
un
nacionalidad significa
expreso
reconocimiento
doble aspecto:
ei
en el
Derecho
derecho a tener
una
dotar ai individuo de un mínimo de amparo
jurídico en las relaciones internacionales, al establecer a través de
esa calidad de nacional de un Estado determinado su vinculación con
éste; y el de protegerlo contra la privación de su nacionalidad, a
través de un método arbitrarium, porque de esta manera se le
estaría vedando la totalidad de sus derechos políticos y de aquellos
derechos civiles que sustentan esa misma nacionalidad.
Las razones así expuestas, son las que han motivado la actuación de
este Tribunal con estricto apego a la Constitución y la Ley,
procurando y materializando el debido proceso con el cumplimiento
de todos los trámites necesarios para permitir el contradictorio entre
las partes, con todas las garantías y oportunidades procesales para la
mejor defensa de los intereses de ambos extremos de la relación
jurídico-procesal.
Bajo esa orientación, este Tribunal colegiado, como garante de la
integridad y seguridad jurídica de las inscripciones de los hechos
vitales, está conminado a cancelar las inscripciones de nacimiento de
64
aquellos ciudadanos que hayan adquirido la nacionalidad panameña
de forma ilegal, mediante declaraciones falsas, y dado que esta
actuación ha sido plenamente acreditada en este expediente, se
procederá a resolver la litis en consonancia con la pretensión del
demandante, lo que no impide a la contraparte acogerse a lo que,' por
otra vía, permite la legislación vigente para adquirir legítimamente la
nacionalidad panameña, esto es, por los trámites de la naturalización.
Solo resta concluir que la ponderación conjunta de los elementos
fácticos, jurídicos y probatorios, incluyendo en estos últimos los
documentales, periciales, indicíanos y la propia conducta de los
protagonistas
de
los
hechos
enjuiciados,
hace
arribar
al
convencimiento pleno que de forma diáfana y fehaciente ha quedado
acreditado en esta encuesta, que efectivamente el nacimiento de
Aydée
del Carmen
Milanés
Guzmán,
no
ocurrió
en territorio
panameño y que el mismo aconteció en Sautatá, Chocó; Colombia, el
día 28 de diciembre de 1947, por tanto se procede en consecuencia.
En mérito de lo expuesto, los suscritos Magistrados del Tribunal
Electoral, en uso de sus facultades constitucionales y legales,
RESUELVEN:
PRIMERO: DECLARAR NO PROBADA la Excepción de Prescripción
de la acción invocada por la parte demandada.
SEGUNDO: CANCELAR la inscripción de nacimiento, que consta al
Tomo 17, Partida 105, de los libros de nacimientos de la Provincia de
Darién a nombre de AYDEE DEL CARMEN MILANÉS GUZMAN, con
domicilio en la Provincia de Darién, Distrito de Pinogana, La Palma,
subiendo por el coposo, inicio de la loma, casa sin número, debido a
que la
inscripción realizada fue hecha mediante declaraciones o
pruebas falsas, obteniendo ¡legítimamente la nacionalidad panameña.
65
TERCERO: ORDENAR remitir copia autenticada de la presente
resolución a la Dirección Nacional del Registro Civil para el trámite
correspondiente.
CUARTO: ORDENAR remitir, copla I; autenticada ,del
expediente a las
1
• ' ' '•••• -
'*•* '.9> • i
autoridades del Ministerio Público, a fin de que se inicien las
investigaciones pertinentes por la ppsible comisión de tientos.
Esta decisión admite recurso de reconsideración, el cual podrá
interponerse al momento de su notificación o dentro de los dos (2)
días siguientes a dicha notificación.
Fundamento Legal: Artículo 143 de la Constitución Nacional;
artículos 444, 445, 448, 452 r 455, 517, 527 y 565 del Código
Electoral, Ley 31 de 25 de julio de 2006, Ley 17 de 22 de mayo de
2007, Decreto 6 de 30 *de : rnáyó -de A M©7 :y demás normas
concordantes; Leyes 57 y!53 de 1887, Ley N° 44 de 1912, Decreto
N° 17 de 1914, artículo 409 del Código Civil (Libro Primero, TítuJo 20
publicado.en Gaceta Oficial-N° 2042'de 12 de marzo de 1914), Ley-60
de 1946, Decreto Ejecutivo'908 de 1951, Ley 108 de. 1973., Ley .100
de 1974;'Decreto 121 de 1975, Ley 31 de 2006 modificada por la Ley
17 de 2007; artículos 201, num. 2, 688, 690, num. 12, 835, 917,
920,
921, 922, 980, 982, 983, 984, 986, 991, 992 y demás
concordantes del Códigü Judicial.
• ; < > • •• ; -„ .. ¡
Notifíquese y Cúmplase,
GERARbÓSOLIS
Magistrado
SHARON SINCLAIRE DE DUMANOIR
ERASMO PINXLLA
Magistrada
Magistrado
Ceila Peñalba Ordoñez
Secretaria General
Reparto No. 121-2006-ADM
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