ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS Characterization, predictors of risk sexual behaviors, and condom use among university women Mariana Dávila Tapia y Julio Alfonso Piña López1 RESUMEN Con base en un modelo psicológico orientado a la prevención de enfermedades, se realizó un estudio transversal que contó con la participación de 367 mujeres, estudiantes de primer ingreso de una universidad pública, quienes respondieron un instrumento que evalúa comportamientos sexuales de riesgo relacionados con el uso de preservativo y variables que los facilitan. Un análisis de regresión lineal múltiple arrojó como predictores de los comportamientos el uso de preservativo en la primera relación sexual, a lo largo de la vida sexual activa y con parejas ocasionales, así como diferentes motivos, estados biológicos y situaciones sociales. Se discute la importancia de considerar estas variables en el diseño de programas de intervención para prevenir la ocurrencia de infecciones de transmisión sexual. Indicadores: Modelo psicológico; Comportamientos sexuales; Uso de preservativo; Programas de intervención. ABSTRACT Based on a psychological model directed toward disease prevention, a crosssectional study was carried out with the participation of 367 women, all firstyear students in a public university, who responded to an instrument for evaluating risky sexual behaviors related to condom use and the variables that facilitate them. A multiple linear regression analysis showed as predictors of such behaviors the use of the condom in the first sexual relationship, throughout an 1 Investigadores independientes. Correspondencia: Mocuzari Núm. 10, entre Sanalona y Blvd. Jorge Valencia, Col. El Ranchito, 83050 Hermosillo, Son., México, correo electrónico: [email protected]. Artículo recibido el 31 de enero y aceptado el 15 de marzo de 2008. CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS active sexual life and with occasional partners, as well different motives, biological states, and social situations. The necessity of taking into account these variables in intervention programs designed to prevent sexually transmitted diseases is discussed. 280 Keywords: Psychological model; Sexual behaviors; Condom use; Intervention programs. INTRODUCCIÓN Las infecciones de transmisión sexual (ITS), y en particular la del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), afectan de manera importante a los adolescentes y adultos jóvenes de ambos sexos en nuestro país. Respecto de esta última, en México, hasta noviembre de 2007, las autoridades sanitarias habían contabilizado 115,611 casos de sida, de los cuales poco más de 100 mil correspondían a hombres y mujeres cuyas edades oscilan entre los 15 y 44 años (Secretaría de Salud Pública, 2007). Toda vez que las ITS acaecen debido a la nula adopción de las medidas preventivas pertinentes (p.e., uso de preservativo), en las actuales circunstancias es preciso que, previamente al diseño e instrumentación de programas dirigidos a su prevención, se obtenga el mejor y el más completo conocimiento posible de las variables que facilitan o impiden la práctica de diferentes comportamientos sexuales de riesgo, que incluyen, básicamente, iniciar la vida sexual activa a temprana edad, relacionarse con múltiples parejas y no usar preservativo de manera consistente o eficiente (Bayés, 2001). En un modelo psicológico de reciente creación (Piña, en prensa), deudor del modelo psicológico de salud biológica de Ribes (1990) y cuyos fundamentos se encuentran en la propuesta interconductual de Kantor (1957), se sugiere que la dimensión psicológica de la salud puede ser desagregada en diversas variables que se agrupan a lo largo de tres momentos: el pasado, el presente y el futuro (Figura 1). En el pasado, se pone énfasis en tres variables: las situaciones vinculadas con el estrés, la historia de competencias y los motivos. Las situaciones vinculadas con el estrés –concepto que guarda relación con el de estilos interactivos o personalidad– tienen que ver con los modos únicos, singulares e idiosincrásicos de comportamiento con los que una persona ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 aprende a entrar en contacto con una situación al interactuar con esta por primera vez (Ribes y Sánchez, 1990), pero que en subsecuentes contactos darán lugar a la formación de “perfiles funcionales típicos” que la harán diferente de otras personas. Son situaciones que en el ámbito experimental se relacionan con fenómenos conocidos como ambigüedad, impredictibilidad e incertidumbre, es decir, con fenómenos en las que las señales de estímulo, las consecuencias que se dispensan al comportamiento o su correspondencia entre ambas adquieren propiedades funcionales definitorias. Figura 1. Representación gráfica del modelo psicológico de prevención. Pasado Situaciones vinculadas con estrés e historia de competencias Presente Futuro Eventos disposicionales biológicos Competencias funcionales presentes Motivos, en la forma de querer hacer las cosas Eventos disposicionales sociales Comportamientos de riesgo y prevención Patología biológica 281 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS 282 Por su parte, la historia de competencias tiene que ver con lo que la persona ha hecho en el pasado al interactuar con situaciones en las que se prescribía el cumplimiento de determinados criterios o ajustes. Su papel es el de facilitar o interferir con el ejercicio de las competencias presentes y de ciertos comportamientos en una diversidad de situaciones; decir que una persona ha sido competente en el pasado no significa otra cosa que antes pudo haber hecho lo que se esperaba que hiciera, como por ejemplo que hubiera aprendido a reconocer los comportamientos y las situaciones potenciales de riesgo para evitar ITS. Se espera que disponer de y haber practicado las competencias en el pasado facilite el desempeño competencial en el presente y su traducción en la forma de comportamientos de prevención. Finalmente, los motivos son un concepto disposicional relativo a la elección o preferencia por objetos, eventos u otras personas en una situación en la que hay consecuencias socialmente valoradas. Se habla de los motivos cuando se identifica la direccionalidad de los comportamientos, y constituyen la descripción genérica de ocurrencias, no de un comportamiento en particular. Decir que las variables motivacionales afectan de manera especial la efectividad de las consecuencias que se dispensan al comportamiento (Laraway, Snycerski y Poling, 2004) no significa otra cosa que afirmar que se requiere identificar previamente las operaciones que aseguran la naturaleza motivacional de las consecuencias, como la privación o saciedad, por ejemplo. En ese sentido, decir que una persona se encuentra motivada para practicar determinado comportamiento implica que quiere hacer algo en una situación interactiva en la que el hacer o comportarse de determinada manera se evalúa como oportuno y pertinente porque se ha establecido una correspondencia funcional entre el comportamiento y las consecuencias (Ribes, 2005). Por lo que hace al segundo momento, el presente, en él se incluyen cuatro variables: los eventos disposicionales biológicos, las competencias funcionales presentes, los eventos disposicionales sociales –que a su vez comprenden la circunstancia social, el lugar o lugares y otras personas– y los comportamientos instrumentales de riesgo o de prevención. Los primeros tienen que ver con condiciones biológicas con las que se arriba a una situación, facilitando o impidiendo el ejercicio instrumental de diversos comportamientos: edad biológica, alimentación, sueño, fatiga o alteraciones producidas por el consumo de sustancias tales como alcohol o drogas, principalmente. Piénsese en una persona que antes de una relación sexual con penetración haya con- ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 sumido alcohol en exceso, lo que muy posiblemente interfiera con su desempeño competencial –en el supuesto de que haya demostrado en el pasado ser competente– para utilizar el preservativo correcta y eficientemente. Desde un punto de vista psicológico, una situación se define como un conjunto o campo de contingencias, esto es, como relaciones de condicionalidad entre eventos y acontecimientos, de los cuales dos tienen interés para la disciplina: las acciones de los organismos y de otras personas, y las acciones de los objetos relativas a las personas (Ribes, 1990). Siendo así, cuando se analiza el comportamiento de una persona en una situación se deben tener en cuenta la circunstancia social particular en la que está interactuando (relaciones familiares, de amistad, de trabajo, de negocio, de aprendizaje, etc.), el tipo de escenario o lugar en donde dicha interacción acaece, y las personas con las que entra en contacto. Las competencias presentes se pueden concebir como la actualización de las competencias pasadas en la forma de una diversidad de comportamientos que permiten a una persona, en situaciones interactivas también diversas, ajustarse a criterios de manera eficiente; implican saber el qué de las cosas y saber cómo hacer esas cosas; saber, por ejemplo, que no utilizar preservativo constituye un comportamiento de riesgo para la infección por VIH. Se sabe acerca de las cosas, pero se es competente en la medida en que se practican los comportamientos de manera congruente, o sea, se usa preservativo en todas y cada una de las relaciones sexuales con penetración. Por último, los comportamientos instrumentales se definen como el conjunto de acciones que directa o indirectamente disminuyen o aumentan el riesgo de que se contraiga una enfermedad. Son comportamientos directos cuando producen el contacto de la persona con un agente patógeno (virus o bacterias, principalmente), como sería el caso del VIH al tener relaciones sexuales con penetración con una persona infectada y no haber usado preservativo. Con base en el mencionado modelo psicológico de prevención, se planteó el propósito de identificar algunos predictores psicológicos de los comportamientos de riesgo relacionados con el uso de preservativo en mujeres, los cuales incluyen variables tales como la edad biológica y la de inicio de relaciones sexuales, y los conocimientos, motivos, estados biológicos y situaciones interactivas. 283 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS MÉTODO Participantes 284 La selección de los participantes se hizo con base en un muestreo por disponibilidad, a partir de considerar a los alumnos inscritos oficialmente en el primer semestre de cuatro carreras de la División de Ciencias Sociales de la Universidad de Sonora: Psicología, Ciencias de la Comunicación, Derecho y Trabajo Social, que en conjunto concentran 1,728 (81.6%) del total de la matrícula de dicha División. Debido a que con el muestreo se trabajó con 507 estudiantes, de los cuales 140 (27.6%) eran del sexo masculino y 367 (72.4%) del femenino, por cuestiones de estrategia metodológica se decidió incluir únicamente a las estudiantes del sexo femenino, que representan entre 30 y 35% del total de estudiantes de ese sector inscritos en el primer semestre de la División de Ciencias Sociales. Como criterios de inclusión se tuvieron en cuenta los siguientes: a) tener edades de entre 17 y 30 años; b) ser solteras y c) reportar una preferencia heterosexual. Puesto que 23 estudiantes no cumplieron con alguno de esos criterios, la muestra definitiva quedó conformada por 344 estudiantes, con una edad promedio de 18.7 años (D.E. = 1.1) y edades mínima y máxima de 17 y 26 años, respectivamente. Por otro lado, los porcentajes por carrera oscilaron entre 21.5 y 30.2%, de manera tal que quedaron así representadas las estudiantes de las cuatro carreras, las cuales en su mayoría no contaban con ingresos económicos y practicaban la religión católica; las restantes características sociodemográficas se describen en el Cuadro 1. Instrumento Se utilizó un instrumento elaborado y validado por Piña, Robles y Rivera (2007) con base en los supuestos del modelo psicológico de prevención de enfermedades (Piña, en prensa). Consta de 45 preguntas, subdivididas en comportamientos de riesgo, motivos, estados biológicos y situaciones interactivas. Dependiendo de las preguntas sobre los tipos de comportamiento de riesgo, a aquellas les siguen preguntas específicas sobre los motivos, estados biológicos y situaciones interactivas que los facilitan. ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 Cuadro 1. Características sociodemográficas de las participantes. Variables Edad Carrera Psicología Derecho Comunicación Trabajo Social Ingresos No tiene Menos de $1,500.00 $1,500.00-$3,000.00 $3,000.00-$5,000.00 Más de $5,000.00 No respondieron Religión Ninguna Católica Otra X D.E. Rango 18.7 1.1 17-26 N % 104 92 74 74 30.2 26.7 21.5 21.5 221 64.2 40 11.6 38 11.0 19 5.5 13 3.0 13 3.0 34 9.9 276 80.2 34 9.9 Para los comportamientos de riesgo, su medición se planteó en dos niveles: en una escala nominal y otra ordinal. Un ejemplo de pregunta en la escala nominal fue: “¿Has tenido relaciones sexuales con penetración?”, donde 1 = sí y 2 = no; un ejemplo de pregunta en la escala ordinal fue: “A lo largo de tu vida sexual activa, ¿con qué frecuencia has usado preservativo?”, donde 1 = nunca y 4 = siempre. Respecto de las preguntas sobre motivos, todas se midieron en un formato tipo Likert con cuatro opciones de respuesta, donde 1 = fue un motivo muy determinante y 4 = no fue un motivo determinante, siendo un ejemplo el siguiente: “De los siguientes motivos que se mencionan a continuación, ¿qué tan determinante fue cada uno para que no hayas usado preservativo en tu primera relación sexual?”, con opciones que incluían “Porque mi pareja no quiso usarlo”, “Porque yo no quise usarlo”, “Porque le resta sensibilidad a la relación” y “Porque en ese momento no disponía de uno”. Las preguntas sobre estados biológicos momentáneos se midieron en un formato tipo Likert con cuatro opciones de respuesta, con recorrido de 1 (influyó demasiado) a 4 (no influyó en absoluto). Por ejemplo, “De algunos de los estados biológicos que se mencionan a continuación, ¿qué tanto influyó cada uno para que tuvieras tu primera relación sexual con penetración?”, con opciones que incluían “Me encontraba excitada físicamente”, “Me encontraba bajo la influencia del alcohol” y “Me encontraba bajo la influencia de alguna droga”. 285 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS 286 Por lo que hace a las preguntas sobre situaciones interactivas, estas también se midieron en un formato tipo Likert con cuatro opciones de respuesta, de 1 (la facilitó demasiado) a 4 (no la facilitó en absoluto), con un ejemplo en el que se preguntaba: “De las situaciones que se mencionan a continuación, ¿qué tanto facilitó cada una para que tuvieras relaciones sexuales con parejas ocasionales?”, con opciones que incluían “Encontrarme a solas con la pareja en algún lugar privado”, “Encontrarme en una fiesta o reunión”, “Encontrarme en un lugar para adultos” y “Encontrarme conviviendo en la calle con las parejas”. Procedimiento El presente estudio se llevó al cabo previa autorización de los Comités de Investigación y Ética del Instituto Mexicano del Seguro Social, con sede en Hermosillo, Son. (México). Con el objeto de conseguir la autorización correspondiente para la administración del instrumento, se acudió con los coordinadores de programa de las cuatro carreras, a quienes se describieron los objetivos del estudio; una vez otorgada, se procedió a visitar a los estudiantes en las aulas seleccionadas, explicándoles tanto el motivo de la visita como los objetivos que se perseguían con el estudio; se añadió que su participación sería voluntaria y que sus respuestas serían anónimas y confidenciales. Análisis de datos Los datos se analizaron con el programa estadístico SPSS de Windows, versión 15.0. En primer lugar, para el total de la muestra se obtuvieron las frecuencias y porcentajes de las variables sociodemográficas y psicológicas de interés, así como de los comportamientos de riesgo. Los restantes análisis se hicieron en función de las variables, esto es, dependiendo de si fueron definidas en una escala nominal u ordinal. Así, por ejemplo, el X2 de Pearson se empleó con el objeto de probar posibles diferencias entre las estudiantes que habían tenido o no relaciones, con cuántas parejas y con parejas ocasionales, así como entre quienes usaron o no preservativo en su primera relación sexual, a lo largo de su vida sexual activa y con parejas ocasionales. Enseguida, se realizó un análisis de regresión lineal múltiple (método hacia atrás) con el propósito de identificar qué variables (motivos, estados biológicos y situaciones interactivas) se constituían en predictores de tres comportamientos sexuales de riesgo: uso de preservativo ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 en la primera relación sexual, a lo largo de la vida sexual activa y con parejas ocasionales. Se trata de un método con el cual se eliminan de manera progresiva aquellas variables que no son necesarias para la explicación de las variables dependientes. La evaluación de la bondad de ajuste se obtuvo a través del coeficiente de determinación (R2 ajustado), que constituye un estimador de qué tan bien los datos se ajustan a un modelo teórico (Silva, 1998). RESULTADOS Al momento de realizado el estudio, 153 (44.5%) estudiantes habían tenido relaciones sexuales con penetración, no así 191 (55.5%), diferencia que fue significativa (x2 [1] = 4.198; p < 0.05). Para quienes ya tenían experiencia sexual, la edad promedio de inicio de relaciones fue de 16.9 años (D.E. = 1.6), con edades mínima y máxima de 12 y 22 años, respectivamente (Cuadro 2). Cuadro 2. Comportamientos sexuales de riesgo para la totalidad de estudiantes. Comportamientos Experiencia sexual Sí No Uso de preservativo en la primera relación Sí No Uso de preservativo en la vida sexual activa Consistente Inconsistente Número de parejas en la vida sexual activa Sólo una Más de una Relaciones con parejas ocasionales Sí No Uso de preservativo con parejas ocasionales Consistente Inconsistente N % x2 de Pearson p < 0.05 153 44.5 191 55.5 p ≤ 0.01 91 59.4 62 40.6 p < 0.001 42 31.1 93 68.9 p = 0.285 57 45.3 69 54.7 p < 0.001 42 33.8 82 66.2 p < 0.005 10 25.7 29 74.3 Por otro lado, 91 (59.4%) mujeres señalaron que habían usado preservativo en su primera relación sexual, no así 62 (40.6%), diferencia que también fue significativa (x2 [1] = 5.497; p ≤ 0.01). Al preguntarles sobre la frecuencia de uso de preservativo a lo largo de la vida sexual 287 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS 288 activa, 42 (31.1%) respondieron que lo habían usado siempre, 46 (34.2%) la mayoría de las veces, 31 (22.9%) pocas veces y 16 (11.8%) nunca. Para los propósitos de probar posibles diferencias entre las estudiantes que ha-bían usado o no consistente e inconsistentemente preservativo a lo largo de la vida sexual activa, las cuatro opciones de respuesta se recodificaron en 1 = uso consistente (siempre) y 2 = uso inconsistente (la mayoría de las veces, pocas veces y nunca), encontrándose una diferencia significativa (x2 [1] = 19.267; p < 0.001). Es importante comentar que si bien es cierto que 91 estudiantes habían usado preservativo en la primera relación sexual, poco menos de la mitad lo siguió usando de manera consistente en sus subsecuentes encuentros sexuales. Respecto del número de parejas con quienes se habían involucrado a lo largo de su vida sexual activa, 57 (45.3%) respondieron que habían tenido una sola pareja, 49 (38.9%) entre dos y cuatro parejas, 18 (14.3%) entre cinco y siete parejas y 2 (1.5%) ocho o más parejas. Para probar si había diferencias entre las estudiantes que habían tenido una o dos o más parejas a lo largo de la vida sexual activa, las cuatro opciones de respuesta se recodificaron en 1 = una sola pareja y 2 = dos o más parejas, diferencia que no fue significativa (x2 [1] = 1.143; p = 0.285). Enseguida se les preguntó si habían tenido relaciones con parejas ocasionales, es decir, personas a las que conocían poco o no conocían en absoluto, encontrándose que 42 (33.8%) sí las habían tenido, no así 82 (66.2%), diferencia que fue significativa (x2 [1] = 12.903; p < 0.001). Este indicador es importante porque se vincula directamente con la pregunta de si habían usado preservativo o no con ese tipo de parejas, para lo cual 10 (25.7%) estudiantes respondieron que lo habían usado siempre, 21 (53.8%) la mayoría de las veces, 5 (12.8%) pocas veces y 3 (7.8%) nunca. Al recodificar las opciones de respuesta en 1 = uso consistente y 2 = uso inconsistente, se encontró una diferencia significativa (x2 [1] = 9.256; p < 0.005). Finalmente, el análisis sobre el comportamiento uso de preservativo en la primera relación sexual incluyó como variables independientes a las variables de edad biológica, edad de inicio de relaciones, motivos, estados biológicos y situaciones interactivas (Cuadro 3). Hasta el paso 11 se habían eliminado de manera progresiva las variables de edad biológica, edad de inicio de relaciones, dos sobre motivos, dos sobre estados biológicos y tres sobre situaciones interactivas, de manera tal que emergieron como predictores del comportamiento cuatro variables: el estado biológico “Me encontraba excitada”, los motivos “Mi pareja no quiso usarlo” y “Yo no quise usarlo”, así como la situación interactiva ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 “Encontrarme en un lugar privado con la pareja”. La prueba del ANO[4, 44] = 5.122; p < 0.005) y se obtuvo un valor del coeficiente de determinación (R2 ajustado) de 0.273, lo que significa que esas cuatro variables explican 27.3% de la varianza total. VA fue significativa (F Cuadro 3. Análisis de regresión lineal múltiple del comportamiento uso de preservativo en la primera relación sexual. Variables Constante Estado biológico: excitación Motivo: la pareja no quiso usarlo Motivo: yo no quise usarlo Situación: encontrarme en un lugar privado β 0.335 0.484 0.379 0.269 t 22.262 2.633 3.502 3.050 2.059 P < 0.001 ≤ 0.010 ≤ 0.001 < 0.005 < 0.050 El siguiente análisis se realizó para el comportamiento uso de preservativo a lo largo de la vida sexual activa (Cuadro 4), en el que se incluyeron como variables independientes la edad biológica, la edad de inicio de relaciones y los motivos que subyacen a su uso inconsistente (aquí no se incluyeron las variables de estados biológicos y situaciones interactivas, puesto que no contienen preguntas específicas para este comportamiento). Hasta el paso 6 se habían eliminado progresivamente las variables de edad biológica y edad de inicio de relaciones y tres sobre motivos, por lo que el motivo “Le resta sensibilidad a la relación” emergió como el único predictor; la prueba del ANOVA fue significativa (F [1, 84] = 4.920; p ≤ 0.001), obteniéndose un valor del coeficiente de determinación (R2 ajustado) de 0.314, en el sentido de que esa variable explica por sí sola 31.4% de la varianza total. Cuadro 4. Análisis de regresión lineal múltiple del comportamiento uso inconsistente de preservativo en la vida sexual activa. Variables Constante Motivo: le resta sensibilidad a la relación β t P 10.468 < 0.001 0.480 5.121 ≤ 0.001 Por último, se condujo un tercer análisis de regresión para el comportamiento uso de preservativo con parejas ocasionales. Tal y como se puede observar en el Cuadro 5, del total de variables incluidas, hasta el paso 7 se habían eliminado de manera progresiva las de edad de inicio de relaciones, tres sobre motivos, dos sobre estados biológicos y las cuatro sobre situaciones interactivas, por lo que emergieron como predictores del comportamiento las variables de edad biológica, el motivo “Porque le resta sensibilidad a la relación” y el estado biológico 289 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS “Había consumido alcohol”; de nueva cuenta, la prueba del ANOVA fue significativa (F [3, 29] = 6.929; p ≤ 0.001), con un valor del coeficiente de determinación (R2 ajustado) de 0.388, explicando las tres variables 38.8% de la varianza total. 290 Cuadro 5. Análisis de regresión lineal múltiple del comportamiento uso inconsistente de preservativo con parejas ocasionales. Variables Constante Edad biológica Motivo: le resta sensibilidad a la relación Estado biológico: consumo de alcohol β t 3.552 0.465 2.898 0.749 5.658 0.608 3.830 P < 0.005 < 0.010 ≤ 0.001 ≤ 0.001 DISCUSIÓN Al momento de realizado el estudio, poco menos de la mitad de las estudiantes de esta muestra ya tenía experiencia sexual, teniendo su primera relación a una edad promedio de 16.9 años, que se ubica ligeramente por arriba de la reportada en el país (Secretaría de Salud Pública, 2002), aunque por debajo de la obtenida con estudiantes de ambos sexos pertenecientes a otras instituciones de educación superior de la entidad (Piña, 2004). Es esta una edad que, según se ha demostrado, facilita la práctica de diferentes comportamientos de riesgo, dentro de los cuales destacan el involucrarse con múltiples parejas y no usar preservativo de manera consistente ni eficiente (Amado, Vega, Jiménez y Piña, 2007; Pettifor, van der Straten, Dunbar, Shiboski y Padian, 2004; Sayles, Pettifor, Wong y cols., 2006), esto es, en todas las relaciones sexuales con penetración y de acuerdo con unos criterios perfectamente definidos (cómo abrir el paquete, cómo extraer el aire y evitar la formación de burbujas, cuándo colocarlo y retirarlo, etc.) (cfr. Robles, Moreno, Frías y cols., 2006). Sin embargo, la edad de inicio de relaciones, al igual que muchas de las variables sociodemográficas (sexo, estado civil, nivel educativo e ingresos económicos), se deben analizar en su justa dimensión; es decir, no obstante que son variables que facilitan la práctica de los comportamientos de riesgo antes mencionados, por sí solas no explican por qué y bajo qué circunstancias las personas se comportan como lo ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 hacen. En tal sentido, lo que se requiere desde la psicología es apoyarse en modelos teóricos que permitan alcanzar esa explicación de manera congruente o coherente. Un ejemplo de esos modelos es el psicológico para la prevención de las enfermedades (Piña, en prensa), en el que se parte del supuesto de que la práctica de los comportamientos de riesgo o prevención se encuentra determinada por la interacción de un conjunto de variables históricas y situacionales que tienen que ver con las situaciones vinculadas con el estrés –categoría que guarda relación con la de personalidad–, las competencias presentes e históricas, los motivos y los eventos disposicionales organísmicos y sociales, fundamentalmente. En este caso, los comportamientos analizados incluyeron los de uso de preservativo en la primera relación sexual, a lo largo de la vida sexual activa y con parejas ocasionales, y la forma en que fueron influidos por diferentes variables. De acuerdo con los resultados expuestos, poco más de la mitad de las estudiantes dijo haber usado preservativo en su primera relación (59.4%), porcentaje que se redujo de manera importante en la vida sexual activa (31.1%) y cuando se involucraban con parejas ocasionales (33.8%). Dicho en otras palabras, tanto la frecuencia como los porcentajes de uso de preservativo se abaten de manera considerable conforme las estudiantes prosiguen con su vida sexual activa, y sobre todo una vez que empiezan a tener relaciones con múltiples parejas. Estos resultados, que coinciden con los reportados en muestras de mujeres y de hombres de educación superior de la región y de otros lugares del país (cfr. Piña, 2004; Piña y Corral, 2001; Piña y Urquidi, 2006; Robles y Moreno, 2000; Robles, Piña y Moreno, 2006), llaman la atención por la frecuencia con que se siguen practicando los comportamientos sexuales de riesgo y por las variables que se constituyeron en sus predictores. Así, respecto del comportamiento de uso de preservativo en la primera relación sexual, cuatro variables emergieron como predictores: el estado biológico (“excitación física”), los motivos (“mi pareja no quiso usarlo” y “yo no quise usarlo”), así como la situación interactiva (“me encontraba en un lugar privado con la pareja”), que en conjunto explican 27.3% de la varianza total. Por lo que hace a los motivos, se trata una variable que le da direccionalidad a los comportamientos y presupone la elección o preferencia por objetos, eventos estímulo y personas en situaciones socialmente valoradas (Ribes, 1990). 291 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS 292 En este caso, se dice que una persona está motivada para practicar un comportamiento relacionado con el uso de preservativo siempre y cuando quiera hacerlo (Ribes, 2005), a partir de las consecuencias que se desprenden de su uso. Si en el grupo social de referencia (amigas y otras estudiantes) el uso de preservativo no se refuerza en términos de dispensar consecuencias que pueden adoptar la forma de halagos o apoyo verbal, y en otro nivel evitar una infección de transmisión sexual, la probabilidad de que se le quiera usar será menor, en particular si ahora se considera la influencia específica de la pareja, que para el comportamiento en cuestión también se constituye en predictor de la falla para usar el preservativo. Luego entonces, lo que se podría decir es que hay una cierta tendencia a no usar preservativo en función de los tipos de consecuencias del comportamiento: si se evalúa que, por ejemplo, “le resta sensibilidad” a la relación, bien se podría plantear, a manera de hipótesis, que las consecuencias reforzantes del comportamiento implican directamente la gratificación o el placer sexuales. Adicionalmente, habría que discutir la influencia de un estado biológico como la excitación sexual, que en el modelo psicológico de prevención forma parte de las variables disposicionales organísmicas de la fase del presente. Dicho estado debe entenderse como producto de condiciones previas de privación sexual, que, según se ha demostrado en estudios realizados recientemente (cfr. Lippa, 2007; Weeden y Sabini, 2007), no hacen sino competir abiertamente con la adopción de las medidas pertinentes para evitar la infección por VIH. Lo que se quiere decir es que si las estudiantes responden a eventos organísmicos particulares dentro de una situación interactiva, bien por el hecho de encontrarse privadas sexualmente o porque les atrajeron físicamente otras personas, la probabilidad de que hagan uso del preservativo serán también menores en la medida en que están respondiendo a eventos estímulo de naturaleza biológica y momentánea (Bayés y Ribes, 1992). Ambos son fenómenos de suyo interesantes, porque pareciera que en ningún momento las estudiantes advierten el riesgo de infección por VIH, sobre todo cuando eventualmente no disponen de información sobre los antecedentes sexuales de sus parejas –al margen de que estas sean conocidas o no– o no reconocen las señales de estímulo presentes en una situación interactiva que indicarían el riesgo potencial de practi- ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 car determinados comportamientos instrumentales relacionados fundamentalmente con el uso de preservativo (Robles y Moreno, en prensa; Robles, Piña, Frías y cols., 2006; Robles, Piña y Moreno, 2006). En lo tocante al segundo comportamiento, este fue predicho por un tipo de motivo (“porque le resta sensibilidad a la relación”), variable que por sí sola explicó 31.4% de la varianza total. Se trata de un resultado particularmente sugestivo, sobre todo si se tiene en cuenta que para el comportamiento de uso de preservativo en la primera relación sexual, emergieron como predictores dos motivos: “yo no quise usarlo” y “mi pareja no quiso usarlo”. Lo que esto último sugiere es que, en términos psicológicos, las mujeres de esta muestra se ajustan de manera diferenciada a los requerimientos impuestos por la situación y a la naturaleza de los motivos que subyacen a los diferentes comportamientos relacionados con el uso de preservativo. En otras palabras, bajo el supuesto de que poseen un óptimo nivel de conocimientos (competencias extrasituacionales) sobre el preservativo y la importancia de su uso como medida para prevenir la infección por VIH, todo parece indicar que su empleo inconsistente se encuentra influido por motivos diferentes, en tanto que se van relacionando a lo largo de su vida sexual activa (Blanton y Gerrard, 1997; Boer y Mashamba, 2005; Eisenberg, 2001). Es posible, por ejemplo, que en la primera relación se decida no usarlo de común acuerdo, sin que necesariamente se conozca o se sepa con certeza hasta qué punto “le resta sensibilidad” a la relación. A manera de hipótesis, podría sugerirse que quizá por la propia experiencia, o bien por la influencia del grupo de pares o de otras personas significativas, conforme las mujeres se relacionan sexualmente la obtención de consecuencias positivas inmediatas –esto es, las inherentes a la propia búsqueda de gratificación o placer sexual– sean justamente las que determinan la direccionalidad de los comportamientos sobre el uso de preservativo a lo largo de la vida sexual activa o con diferentes parejas. Si esta hipótesis es correcta, lo que tendría que hacerse es identificar las consecuencias reforzantes que influyen en los diferentes momentos del continuo de interacción, con el objeto de favorecer otras que permitan a las estudiantes adoptar las medidas de prevención correspondientes. 293 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS 294 Lo antes dicho es importante si se considera ahora el papel de los predictores del tercer comportamiento analizado, esto es, el relativo al uso de preservativo con parejas ocasionales. No obstante que el análisis incluyó una muestra reducida de estudiantes (29 en total), hay dos asuntos dignos de mención acerca de los resultados; por un lado, las variables que predijeron el comportamiento, y por el otro la elevada varianza que se obtuvo. Tal y como se recordará, las variables de edad biológica, el motivo “le resta sensibilidad a la relación” y el estado biológico “había consumido alcohol” predijeron dicho comportamiento, con una elevada varianza de 31.4%. En otros estudios se ha encontrado que tanto la edad biológica como la de inicio de relaciones constituyen indicadores del posible nivel de riesgo que se asumirá a lo largo de la vida sexual activa (Fergus, Zimmerman y Caldwell, 2007; Shafii, Stovel y Holmes, 2007); esto es, es más probable que en la medida en que se debute sexualmente a menor edad, se tengan más relaciones sexuales y con diferentes parejas, lo que eventualmente podría facilitar que se practiquen otros comportamientos de riesgo, como el uso inconsistente de preservativo (Peralta y Rodríguez, 2007; Takakura, Wake y Kobayashi, 2007). Aun cuando para este comportamiento no se encontró un peso definitorio del motivo “porque mi pareja no quiso usarlo”, la probabilidad de que se use preservativo consistente y eficientemente al involucrarse con múltiples parejas –incluidas las ocasionales– será menor, lo que en este caso podría ser explicado porque se siguió poniendo de manifiesto el papel del motivo “porque le resta sensibilidad a la relación”, o bien porque ahora las relaciones sexuales con penetración estuvieron mediadas por el consumo de sustancias, como el alcohol (Ceballos y Campo-Arias, 2007; Landmann, Barbosa, Pascom y de Souza, 2005; MacPhail y Campbell, 2001; Markos, 2005). Se trata de la interacción entre dos variables históricas (edad y motivos) y una del presente (estado biológico favorecido por el consumo de alcohol), cuyo papel es el de interferir con el eventual desempeño competencial e indirectamente sobre los comportamientos de prevención. Al respecto es menester aclarar que, aun en aquellos casos en que presumiblemente se dispusiera de los recursos competenciales –tanto por lo que toca a saber o conocer como a haber hecho las cosas antes–, de mantenerse vigente el motivo antes mencionado y el que ahora las estudiantes consuman alcohol previamente y durante una relación ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 13, NUM. 2: 279-299 JULIO-DICIEMBRE, 2008 sexual con penetración, la probabilidad de que se practiquen y mantengan a lo largo de la vida sexual activa los comportamientos de prevención será menor (Piña, Corrales y Rivera, 2008). Finalmente, tres asuntos. Primero, desde la perspectiva del modelo aquí utilizado, la influencia de tres variables, una histórica (motivos) y otras del presente (estados biológicos y situaciones interactivas), fue decisiva para que las mujeres de esta muestra practicaran comportamientos de riesgo para la infección por VIH. Lo que esas variables sugieren es que, a pesar de que las estudiantes eventualmente posean los conocimientos (competencias extrasituacionales) que se supone deberían impedir la práctica de esos comportamientos, lo que hacen es justamente lo opuesto: interferir con el desempeño competencial una vez que se hallan en una situación interactiva en la que existe una buena probabilidad de relacionarse sexualmente, en particular cuando se arriba bajo la influencia de estados biológicos de excitación y los producidos por el consumo de alcohol. No obstante los resultados que arrojó el presente estudio, es necesario reconocer algunas limitaciones. Por un lado, el tamaño de la muestra, que se circunscribió a las estudiantes de una sola de las Divisiones de la Universidad de Sonora. En consecuencia, será indispensable realizar otros estudios en los que se considere una muestra más amplia y representativa del conjunto de estudiantes de dicha universidad, que permita inclusive comparar los mismos comportamientos en estudiantes de ambos sexos y entre quienes cursan diferentes años escolares. Por otro lado, es preciso aceptar que se esperaba un papel más importante de las variables disposicionales organísmicas respecto de los tres comportamientos, asunto que solo fue posible encontrar en el primero de los comportamientos, esto es, el de uso de preservativo en la primera relación sexual con penetración. En suma, considerando los predictores de los tres comportamientos estudiados, sin duda el papel más importante lo tuvieron los motivos. En virtud de que las participantes no quisieron usar preservativo –bien porque así lo decidieron, porque la pareja no quiso o simplemente porque se considera que le resta sensibilidad a la relación–, lo que ello indica es que en términos históricos se ha aprendido a practicar comportamientos de riesgo en función de las consecuencias reforzantes de naturaleza inmediata a las que son expuestas. Así, los motivos constituyen una variable poderosa que modula de forma “negativa” el desempeño competencial, al menos el que se vincula con la práctica de comportamientos relacionados con el uso de preservativo; restaría por in- 295 CARACTERIZACIÓN, PREDICTORES DE COMPORTAMIENTOS SEXUALES DE RIESGO Y USO DE PRESERVATIVO EN MUJERES UNIVERSITARIAS vestigar si se dispone de las competencias para saber usarlo eficientemente de acuerdo con los pasos comentados antes. 296 Segundo, dadas las características de los comportamientos estudiados y la práctica de comportamientos de riesgo para la infección por VIH, será necesario diseñar, instrumentar y evaluar programas de intervención para promover la práctica consistente y eficiente del preservativo. Son programas en los que se buscará evaluar mediante la conformación de grupos de trabajo (controles y experimentales) la efectividad de diferentes estrategias para la promoción de comportamientos saludables, es decir, competentes; tales estrategias incluyen, por ejemplo, el entrenamiento en habilidades para rechazar una propuesta sexual o para negociar el uso de preservativo, el entrenamiento en su uso correcto y eficiente, así como para identificar situaciones interactivas que entrañen riesgos potenciales de tener relaciones sexuales cuando se han consumido sustancias como alcohol, fundamentalmente. Tercero, si bien es cierto que las variables incluidas en el modelo predijeron una importante proporción de la varianza para cada uno de los comportamientos, en futuras investigaciones será necesaria la evaluación de dos situaciones vinculadas con estrés: tendencia al riesgo y toma de decisiones, y asimismo el papel de la circunstancia social, los lugares y las personas con las que se entra en contacto previo y durante una relación sexual con penetración. Se trata, pues, de ampliar el rango de variables incluidas en el modelo de prevención con el objeto de probar su peso relativo en los diferentes comportamientos instrumentales de riesgo, en particular los que tienen que ver con el uso inconsistente de preservativo o los que implican relacionarse sexualmente con múltiples parejas, ocasionales o no. REFERENCIAS Amado, M.A., Vega, B.R., Jiménez, M.C. y Piña, J.A. (2007). Factores que influyen en el uso de preservativo en mujeres en edad reproductiva de Tunja, Colombia. 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