El periodismo universitario - Profesor Fernando Vallejos Suárez

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El periodismo universitario:
Meterse al agua para aprender a nadar
Po: Carlos Mario Correa Soto
El periodismo universitario y sus medios — especialmente elperiódico
que sirve como laboratorio en las facultades o escuelas de
comunicación social y periodismo — funciona en un entorno de
aprendizaje constructivista. El modelo constructivista, como fue
formulado en las décadas de los años 80 y 90, es el más adecuado
para una reformulación de la pedagogía del periodismo en las
universidades colombianas, ya que permite la adaptación de
condiciones reales de su ejercicio al ambiente académico, para poner
en practica el principio de “aprender – haciendo” inherente a la
construcción de un conocimiento práctico y teórico.
La enseñanza del periodismo en nuestro medio siempre ha generado
debate entre los académicos, quienes sostienen la idea de que éste
puede ser enseñado en universidades y colegios de educación
superior; y entre algunos periodistas formados en los medios masivos
de comunicación, quienes insisten en que se preparan, especialmente,
a través de la práctica a manera de aprendices.
En mayo de 1904 Joseph Pulitzer, creador del periodismo informativo moderno, en un artículo
publicado en The North American Review, en el que defiende su intención de fundar y respaldar
económicamente una escuela de periodismo en la Universidad de Columbia, en Nueva York, indicó
que el periodismo es una profesión que debe ocupar un lugar entre las carreras consideradas
“ilustradas”, como la Medicina, el Derecho y la Arquitectura, ya que la búsqueda del bien común es
la más importante razón de ser del periodismo, y al mismo tiempo trató de responder y anticiparse
a las objeciones de sus críticos, entre ellos, quienes afirmaban que los periodistas “nacen, no se
hacen”:
“Ellos argumentan que hay algunas cosas que un Colegio
dePeriodismo no puede enseñar. Lo admito. Ningún colegio puede dar
imaginación, iniciativa, impulsos, entusiasmo, un sentido del humor o
ironía. Estas cosas deben nacer de adentro. Pero, ¿acaso estas
cualidades interiores no serán desarrolladas y fortalecidas en la
atmósfera del colegio propuesto? ¿No se ve el desarrollo de estas
cualidades inherentes en todas partes en la vida intelectual? El poeta,
es cierto, nace, no se hace. Eso es cierto también para el gran orador
y un gran pintor. Pero, ¿acaso el gran poeta no indica y cultiva su
talento inherente al devorar instintivamente, aun desde niño, toda la
poesía que puede conseguir? Keats escribió: “Ansío devorar al viejo
Homero como lo he hecho con Shakespeare y como lo he hecho
últimamente con Milton” ¿Acaso oradores como Demóstenes, Cicerón,
Burke y Webster no declamaron las obras maestras de la oratoria y
retórica? ¿Acaso Van Dyck y todos los otros grandes pintores no se
beneficiaron del estudio cuidadoso del trabajo de sus grandes
predecesores en el arte? Y con estos hechos en mente, ¿No podríamos esperar que el estudiante
en Columbia, viviendo en una atmósfera de periodismo, con los más grandes ejemplos e ideales
del periodismo constantemente ante él, sacar a la mayor eficiencia cualquiera que sea las
dormidas facultades inherentes que posea? Me parece que entre más los críticos prueban
concluyentemente que ciertas cosas no se pueden enseñar, más se prueba la necesidad de
enseñar todo lo que es posiblemente enseñable. [...]. Todo el mundo dice que debemos enseñar
los principios y métodos del periodismo. ¿Pero cómo? Bueno, pues parece imposible hacerlo, sin
las conferencias que expliquen el tema de una manera sistemática. Pero, ¿No se ganará más
preparación real del estudiante en un periódico que sea impreso, quizá una vez por semana al
principio, en una prensa y en una planta para las cuales he proveído de financiación, el edificio del
colegio? Tal periódico permitirá practicar en todas las ramas del trabajo periodístico –editar,
reportar, criticar, edición de copia, corrección de texto, diagramación- en resumen todo lo que un
joven debe ser capaz de hacer antes de que se aventure a desempeñar el trabajo de
periodista. Estará bajo la supervisión de un profesor que no solamente esgrimirá la pluma tan
descarnadamente como lo hace un editor verdadero, sino que también hará lo que el verdadero
editor no tiene tiempo de hacer –decir porqué lo hizo”.
El modelo constructivista, en cuanto a epistemología y pedagogía, tiene características que lo
hacen especial para la enseñanza y el aprendizaje del periodismo: como epistemología, el
constructivismo argumenta que el mundo, “la realidad”, no puede ser conocida independientemente
del sujeto que conoce y que el conocimiento adquirido sobre el mundo es construido en el proceso
de la interacción del sujeto con la realidad. Se deduce que el conocimiento no puede ser
transmitido directamente de una persona a otra en la medida en que las circunstancias personales
de los sujetos involucrados y el contexto en el que actúan son diferentes.
Como pedagogía, el constructivismo cuestiona el tradicional modelo conductista y objetivista de la
educación que ha caracterizado la enseñanza del periodismo en muchas facultades y escuelas, en
las cuales el papel del profesor (que no siempre tiene experiencia periodística mediática y
pedagógica) se limita a transmitir conocimiento al estudiante, con el fin de ayudarlo a incorporarlo
en su memoria.
Según David Jonnassen, profesor de la Universidad de Pensilvania, en su método conocido como
Entornos de Aprendizaje Constructivista (EAC), el objetivo principal es fomentar la solución de
problemas y el desarrollo conceptual, el cual se relaciona directamente a un principio central de la
educación constructivista: basar la educación en tareas reales y autenticas, en que los estudiantes
puedan básicamente poseer. En el caso de la enseñanza del periodismo, consiste en la invitación
que hace el profesor (editor) a sus estudiantes (reporteros), para que se sumerjan en
el campusuniversitario, en su ciudad y en su país y hagan reportería periodística real, en tiempo
real, y consigan el material informativo para el periódico ( laboratorio).
Uno de los referentes en nuestro medio de la aplicación del modelo de David Jonassen, se
encuentra en el pregrado de Periodismo de la Universidad de Antioquia, planteado en 1998 por un
grupo de profesores de la Facultad de Comunicaciones de la institución, el cual comenzó
actividades en el segundo semestre de 2001, y en cuyo documento básico se establece que:
“Se parte de la práctica, la reportería, como el terreno deiniciación al
periodismo. Esta práctica corresponde además a la estructura propia
de los medios de comunicación en su labor informativa, esto es, al
ambiente de sala de redacción, en el cual se desarrolla la labor
docente. Con ellos se inicia al futuro periodista en la cultura
profesional y en el aspecto vocacional que deberá encontrar
posteriormente en el desempeño de su trabajo. Aprender sobre el
terreno, tanto en el mundo como en la sala de redacción, implica
hacerlo, no sobre tareas inocuas que van a terminar en la papelera
tarde o temprano, sino sobre asignaciones específicas cuyo resultado
sean uno o varios artículos publicables. Se trata pues, de orientar el
trabajo de los estudiantes hacia la producción periodística en todas
sus modalidades. Se trata de enseñar y aprender periodismo
ejerciéndolo, en circunstancias reales. Esto implica establecer entre el
profesor y el alumno una relación reportero – editor. Y es en esta
relación personalizada donde en efecto se presentan y se resuelven
todos los problemas básicos del ejercicio periodístico, desde
cuestiones básicas de redacción como la ortografía y la gramática, hasta el establecimiento de
criterios, conceptualización y articulación de la base humanística y teórica sobre la que se
desarrolla nuestra profesión. En todo este proceso, la investigación está implícita, es parte
constitutiva e inseparable del ejercicio y el aprendizaje. A diferencia de otras profesiones donde se
puede o no investigar, el reportero es un investigador por definición y sin ella no podría ejercer. La
búsqueda de la información es investigación. En este sentido, formar reporteros en la búsqueda de
información susceptible de ser tratada como noticia es formar investigadores. Además de la
búsqueda de la información como tal y de su elaboración, la investigación periodística deriva
necesariamente en otras líneas como la investigación de medios, que complementa el trabajo
periodístico en sí, y la investigación histórica del periodismo, entre otros. El periodismo es una
profesión envolvente y comprometedora. Tiene mucho de aventura y exploración, de persistencia y
de equilibrio, de talento creativo y de búsqueda. Instigar en el estudiante el elemento vocacional de
la profesión, la pasión, el entusiasmo, las ganas de hacerlo bien y a fondo”.
Estos criterios metodológicos planteados, también tienen plena aceptación en el plan de estudios y
en la estructura curricular de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad
Complutense de Madrid y en la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de Chile,
consideradas como las mejores de Hispanoamérica en la enseñanza del periodismo.
Para Javier Fernández Del Moral, decano de la Facultad de Ciencias de la Información de la
Universidad Complutense de Madrid, el futuro de la enseñanza del periodismo pasa por la relación
medios – academia, e incluso los medios pueden incidir en las reformas curriculares y se deben
auscultar las necesidades con ellos.
“El periodismo es la síntesis del humanismo técnico: la técnica y el saber. Una síntesis compleja
pero necesaria... Periodismo y Comunicación no riñen, pero sin duda el periodismo es el modo más
excelso de practicar la comunicación, por ello la formación de periodistas debe dominar la
estructura curricular, conservando el perfil específico”.
Silvia Pellegrini, decana de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de Chile, destaca
que “el periodista nace y se hace”, y por eso su universidad en los años 80 empezó a considerar el
periodismo como una profesión, porque siempre ha tenido claro que su origen está en la vocación.
Además, se trata de una profesión compleja desde los puntos de vista técnico, ético y profesional,
con sus propias especificidades, aunque esté cobijada por diferentes disciplinas que le dan soporte
académico.
Los profesores universitarios y periodistas colombianos Maryluz Vallejo, Javier Darío Restrepo y
Juan José Hoyos, en la formulación del proyecto de una especialización en periodismo
investigativo en la Universidad de Antioquia, plantearon en 1995 que los talleres deben ser:
“Un espacio académico en el que se lleven a cabo de forma simultanea las exposiciones
magistrales del profesor, el examen crítico del trabajo de los estudiantes, el análisis de los trabajos
– modelos presentados por el profesor y la discusión de los trabajos del grupo. Se analizará la
redacción de los textos, el proceso investigativo (labor de reportería), documentación,
confrontación de las fuentes, verificación de pruebas, la contextualización y proyección de la
realidad que se aborda y, por último, la edición y presentación del material”.
En esta perspectiva, la profesora Helga Serrano, graduada de Periodismo de la Universidad de
Columbia en Nueva York, y quien dirigió la escuela de Comunicación Pública de la Universidad de
Puerto Rico, destaca que:
“Pasó a la historia aquel tiempo en que al buen reportero, pero mal redactor, se le reescribían sus
textos. O a la inversa. Hoy las presiones de la competencia, de tiempo, las económicas, además de
las implicaciones de cubrir una sociedad tan compleja requieren un profesional idóneo y un
“producto terminado” en las salas de redacción. Alguien que sepa cómo buscar la información y
redactarla de manera adecuada en un mínimo de tiempo. Uno de los grandes retos del profesor de
periodismo es fomentar en el estudiante el dominio de ambas tareas. Se trata de un proceso de
formación en el que el estudiante, cual materia prima, es sometido a una serie de procesos que lo
convierten en un “producto terminado” que es el reportero efectivo y, en ocasiones, un periodista
consumado. La práctica supervisada en un medio de comunicación es una etapa sumamente
importante en la formación del periodista, porque le brinda oportunidades valiosas de aplicar, en un
contexto profesional, la teoría estudiada. Para la gran mayoría de los alumnos es el primer
acercamiento al mundo real del periodismo. No sólo aprenden cómo operan los medios, sino que
la experiencia podría servirles de referencia de empleo, para cuando se lancen al mundo
profesional. La práctica supervisada requiere pulcritud en su implantación, para garantizar a sus
estudiantes una experiencia verdaderamente enriquecedora. La práctica supervisada es un paso
vital para complementar la teoría. Los cursos de tipo taller que forman parte del currículo de
periodismo no bastan para mostrar a los alumnos la dinámica real que se desarrolla en los medios
de comunicación. Los talleres son modelos previos a una experiencia mucho más profunda, que
ellos deben experimentar en la fase final de su formación como periodistas”.
Un laboratorio de periodismo
De acuerdo con las anteriores apreciaciones se reitera aquí cómo la creación de un medio de
comunicación propio como un entorno de aprendizaje constructivista del periodismo —inicialmente
el periódico laboratorio— permite trascender la simulación académica y producir condiciones
reales del ejercicio informativo, en el siguiente escenario:
—Sala de redacción (aula de clase): Es el escenario que permite la discusión de conceptos
teóricos, la definición de las agendas informativas, el diseño de metodologías de trabajo
específicas para cada acontecimiento noticioso, el trabajo en grupo, la evaluación colectiva del
trabajo periodístico y la mirada crítica hacia los medios de comunicación. Es el escenario del
Consejo de Redacción, máxima instancia de planificación del trabajo periodístico, donde se definen
los enfoques para las asignaciones, los compromisos éticos que se deben respetar, y se determina
la posición política que el medio asumirá a la actualidad noticiosa. Es también el lugar de trabajo
de los reporteros y editores de los medios de comunicación. Allí se planea y se ejecutan todas las
actividades tendientes a la producción de la información. Como laboratorio para la enseñanza del
periodismo debe de ser un escenario dinámico y participativo que permita el desarrollo académico
de los cursos y la producción periodística en un ambiente profesional.
—Editor (profesor): El editor es fundamentalmente un asesor del redactor, de cuerdo con el libro
Asesoría editorial para periodistas de Roy Perter Clark y Don Fray, donde se precisa que:
“Es el guardián de la ética periodística del medio. Él vigila que se cumplan los principios básicos de
la profesión y que el medio en el que trabaja cumpla con el papel que le corresponde la estructura
social. [...]
“Como parte del equipo de trabajo, el editor contribuye a producir el mejor periódico posible, o las
mejores emisiones noticiosas de radio y televisión. Su compromiso con la excelencia y la calidad
es el complemento necesario de su devoción a la verdad y exactitud.
“Su trabajo, va más allá de editar artículos, es administrar los recursos humanos de la empresa
periodística, inyectando creatividad a todo lo largo del proceso para lograr la superación de los
redactores, la del medio para el que trabajan y la suya propia. Por eso, un editor que solamente
corrija copia, titule y de órdenes, es poco más que un mensajero que transporta textos de un lugar
a otro sin transformarlos o mejorarlos cualitativamente.
“El editor es y debe ser el guía, maestro, supervisor, amigo, confidente y, sobre todo, jefe de un
grupo de redactores a su cargo. Para ellos, el editor es su vínculo principal con su audiencia y con
el medio a través de las asignaciones y de la supervisión del proceso de reportería y redacción. De
él depende en gran parte que los artículos de los reporteros sean publicados y que sus dirigidos
avancen profesionalmente dentro de la organización periodística. No obstante, el trabajo del editor
se puede básicamente de dos maneras: con o sin la ayuda del reportero, o mejor, apoyando o sin
apoyar el reportero”.
La relación editor - reportero crea un clima profesional de trabajo; la edición se realiza sobre
artículos periodísticos reales; la retroalimentación permanente permite corregir los errores y evitar
que se repitan; se trabajan sobre asignaciones que determinan una propuesta informativa
coherente; los profesores ejercen el periodismo en su trabajo docente; los trabajos realizados por
los alumnos deben alcanzar la calidad de publicables; y las dinámicas participativas individuales y
en grupo permiten el fogueo de los estudiantes frente a sus habilidades para la investigación, la
escritura y el criterio ético y profesional que implica su labor.
—El reportero (estudiante): Es el periodista o informador, quien como reportero debe ser
investigador; y como redactor, escritor. Es cronista de su tiempo. El profesional que se está
formando en la universidad y debe tener la capacidad, al terminar su carrera, para: desempeñarse
con idoneidad, criterios profesionales y éticos en cualquier medio de comunicación; para
conceptualizar y contextualizar la información con el fin de darle sentido al convertirla en noticia;
para entender que es un servidor público y que su responsabilidad fundamental es con su
audiencia; y para ser abanderado de la libertad de expresión e información, el derecho a la vida y
los valores fundamentales de la sociedad.
El reportero tiene como instrumentos principales para hacer su trabajo: la entrevista como
herramienta de indagación periodística y sus sentidos, además de los cinco sentidos del periodista,
que para Ryszard Kapuscinski, son: Estar, ver, oír, compartir y pensar.
Sentido informativo, crítico y analítico
En varias ciudades de Colombia el periodismo universitario ha tomado una posición clara con
respecto a la manera de informar sobre su entorno. Una mirada alternativa, analítica y crítica, que
ofrece otra perspectiva a la que usualmente se recibe por parte de los medios de comunicación
tradicionales.
La historia de los periódicos universitarios que son respaldados por las facultades de
Comunicación Social y Periodismo en el país, aún es corta, ya que se puede decir que es en los
últimos diez años –tomando como referencia principal el Periódico De La Urbe de la Facultad de
Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, a pesar de que Aula 347 – hoy
llamado Página- de la Universidad de Manizales comenzó a editarse en 1995- es cuando han
podido establecerse con regularidad estas publicaciones. Sin embargo, su carácter independiente
ha permitido a las nuevas generaciones de periodistas, formarse en los criterios indispensables de
ética profesional, además de adentrarse en la dinámica en que se mueven los medios de
comunicación tradicionales: La agilidad en la presentación de la información, la presión editorial y
el compromiso por la divulgación de la noticia. Dinámicas que sólo se aprenden en el ejercicio
propio del periodismo.
Hay otros ejemplos a la vista y se puede con ellos mostrar que una parte importante del mejor
periodismo colombiano actual se está haciendo y escribiendo en los periódicos y revistas de las
facultades de Comunicación Social y Periodismo, en ciudades como Bogotá, Medellín,
Bucaramanga y Manizales, donde estos medios cumplen una función importante como laboratorios
de prácticas de los estudiantes, a través de talleres de reportería y redacción en los cuales los
profesores actúan como editores y ellos como reporteros, para la divulgación de hechos reales de
interés social.
Estos periódicos se han convertido en una alternativa de comunicación social y de lectura en estas
ciudades, al presentar informes en todos los géneros periodísticos, especialmente entrevistas,
crónicas y reportajes, elaborados con criterios profesionales, frescos, dinámicos, de calidad
literaria, con investigación y denuncias fuertes, en un tono de voz más alto que el común de los
medios tradicionales (comerciales y masivos); y con la vehemencia que es propia de las ganas y el
entusiasmo de los jóvenes periodistas en formación.
Además, por su carácter de laboratorio, estos periódicos y revistas —que también son atractivos
por sus formatos y diseños- permiten observar una constante experimentación con las formas
expresivas de los géneros periodísticos informativos y de opinión, y de —manera especial con los
géneros mayores como son la crónica y el reportaje -desplazados, incluso violentamente, de
nuestros periódicos diarios por el relato noticioso y comercial de las agencias de prensa, por las
reseñas y por la publicidad...- los cuales han encontrado en ellos un puesto para mantener su
grandeza y respetabilidad. Y los estudiantes reporteros se están ganando los principales premios
nacionales y locales de periodismo.
En las ciudades donde circulan los periódicos universitarios, la gente los busca con manifiesta
ansiedad cada quince días, cada mes o cada dos meses — que son sus períodos de publicación
más comunes — y a través de ellos se han enterado en exclusiva de muchos acontecimientos y de
la existencia de personas imprescindibles para el desarrollo local y nacional por sus actividades en
múltiples campos, que no son tenidos en cuenta en las agendas informativas de los medios
masivos de comunicación.
En este sentido los periódicos universitarios tienen una historia joven, pero poco a poco se vienen
consolidando en el entorno ciudadano. Un periodismo que se sale de los claustros y que ya los
lectores de las principales ciudades del país lo sitúan en el mejor estilo del periodismo investigativo
y analítico, el mismo que brilla por su ausencia en la mayoría de los diarios y de las publicaciones
en el país.
Ya se dejó de mirar a los periódicos universitarios con ojos de periodismo escolar y panfletario y,
por el contrario, los lectores empezaron a ver en estos medios, nuevas narraciones sobre su
entorno con fortalezas en la investigación y en la estética de su escritura.
Medios alternativos
Para determinar los antecedentes históricos de los periódicos universitarios es necesario plantear
una discriminación de entrada. Entender por periodismo universitario alternativo y moderno, aquel
que es realizado en medios de comunicación por periodistas en formación que investigan y narran
sucesos informativos de diferente naturaleza y relevancia. En este sentido son pocos los medios
de las facultades de Comunicación Social y Periodismo que han trabajado con esta dinámica y que
cumplan con la idea de tener como laboratorio de prácticas el entorno fuera del campus
universitario.
El periodista universitario se reitera frente al carácter deontológico propio del oficio. Ya la idea
empieza a salirse de los cánones de lo escolarizado y comienza a plantearse como una necesidad
de la Universidad.
El periodismo universitario, no entendido como el periódico oficial de la universidad, sino como el
narrador con el lente de la investigación periodística digna de la academia universitaria. La
profesora Patricia Nieto se refiere a su esencia en los siguientes términos:
“El periodismo llano, sencillo, original, tiene un compromiso irrenunciable con el ciudadano; así lo
apelliden como urbano, cívico, alternativo, comprometido, investigativo o universitario, su esencia
es la misma aunque sus énfasis temáticos se especialicen en la práctica.
“El periodismo universitario es, por excelencia, el llamado a cumplir estrictamente con la función
pública que está en el origen del oficio. Si se acepta que la universidad es el lugar para el debate
libre de las ideas, para la creación del conocimiento, para el refinamiento del espíritu, debemos
reconocerla como el ámbito propicio para la práctica de un periodismo que no le hace venias al
poder y entiende que su compromiso es con toda la nación. El trabajo del periodista es generar y
publicar conocimiento sobre la sociedad del presente. Para el periodismo universitario, investigar
es observar el mundo contemporáneo, conocerlo a partir de múltiples voces, interpretarlo y dar a
conocer al público la versión construida. Se trata de mostrar lo oculto y de utilizar lupas diferentes
para mirar la realidad que conforma la agenda informativa de los grandes medios”
En la consideración conceptual del periodismo universitario, se determina que en la actualidad,
éste surge de las facultades, institutos o escuelas de comunicación y periodismo, que mediante
sus herramientas propias de la enseñanza, promueven el desarrollo de un periodismo universitario
en un medio de comunicación que permite su expresión. La profesora Maryluz Vallejo de la
Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, precisa que:
“Por ello queremos que sean conscientes de todas las habilidades que hay que desarrollar para
lograr un buen desempeño del oficio periodístico. Antes de lanzarse al ruedo, hay que preguntarse:
¿Y yo por qué quiero hacer periodismo? Si en el fondo buscamos un cierto protagonismo, un
lucimiento personal –eso de ver la firma en letras de molde hincha el ego-, entonces estamos muy
desenfocados. Si en realidad nos interesa servir de intermediarios de la gente para canalizar sus
inquietudes, problemas y opiniones, entonces tenemos la actitud de entrega y de servicio que
requiere el periodismo. Lo importante es que asuman su compromiso como aprendices de
periodistas –porque este es sólo el principio de una larga carrera-, lo que supone realizar un
trabajo riguroso que para nada riñe con la amenidad y la creación. Inmersos en este proceso de
formación y reflexión los jóvenes deberían enfrentarse a los medios con una actitud crítica que los
lleve a analizar sus contenidos como espectadores activos, más que receptores pasivos. De los
mismos jóvenes debe partir la iniciativa de su formación como receptores de los medios masivos,
sin esperar a que esa actividad haga parte del currículo académico”.
El periodismo universitario se está consolidando entre los medios alternativos que se proponen en
las principales ciudades colombianas. El ojo crítico de la responsabilidad de las universidades ante
las realidades que se dan en el entorno, le permite la credibilidad y atracción en su público objetivo.
Por eso el periódico universitario se concibe como lo alternativo. No como lo otro para leer, sino
como la información elaborada y con presentación creativa y amena, pero sin dejar a un lado el
respeto por el ser humano y sin desconocer la ética que rige el ejercicio periodístico.
No es sólo una competencia con los medios tradicionales, es información con elaboración analítica,
crítica e interpretativa propia de un lenguaje que se crea desde la universidad. El consultor en
comunicación estratégica Ramón Jimeno Santoyo, asevera que:
“El periodismo universitario tiene la obligación de contribuir a la formación de los jóvenes
colombianos. Por ello, está llamado a generar debates sobre los grandes temas del país de modo
que el estudiante asuma, desde las aulas, su rol de ciudadano responsable. Esta vocación
pedagógica del periodismo universitario se extiende a un público lector que, por fuera de la
universidad, requiere de información libre de compromisos con el poder”
El periodismo universitario existe con un propósito claro: Formar nuevos periodistas, con miradas
críticas propias de las dinámicas académicas de la universidad, que narran un entorno y que
proponen un rompimiento de esquemas tradicionales de los medios de comunicación masivos.
Medios informativos y formativos
El periodismo universitario en los últimos dos años ha generado debates y motivado la presencia
de periodistas profesionales, académicos y estudiantes, en diferentes escenarios en los que se ha
reflexionado sobre su quehacer, su presente y su futuro.
Entre ellos tenemos: El encuentro Nacional de Medios de Comunicación Universitarios, realizado
en Bogotá el 29 y 30 de enero de 2004; El Seminario Regional Medios de Comunicación
Universitarios en América Latina, en Bogotá el 26 y 27 de septiembre de 2005; y el Encuentro
“Hacia dónde va el periodismo universitario” en la Cátedra de Periodismo Orlando Sierra
Hernández, en la Universidad de Manizales, el 30 de septiembre de 2005.
La mesa de trabajo de prensa del primero de estos eventos, clasificó en dos grandes grupos a los
periódicos universitarios:
1. Los coordinados por oficinas de comunicación o prensa de las propias instituciones y
financiados enteramente por ellas: pueden ser sólo de información interna, información de interés
general para la ciudadanía o contener una mezcla de ambos; incluyen artículos de periodistas
profesionales contratados por la institución, docentes o estudiantes.
2. Los elaborados por facultades de comunicación social con estudiantes y cuya financiación es
variada -la institución, los estudiantes o mixta-: aparte de la función informativa, tienen un carácter
formativo pues sirven como escuela para los estudiantes de periodismo o comunicación.
Un tercer grupo de periódicos universitarios estaría conformado por los se salen de las dos
clasificaciones anteriores, ya que son manejados en todos los aspectos por estudiantes
universitarios, pero con total independencia de la institución o de una facultad de éste, como El
Clavo de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali y Nexos de la Universidad Eafit de Medellín.
Para los participantes de esta mesa de trabajo, los periódicos universitarios en general —sin
importar si son de una u otra clase— tienen una buena perspectiva para el futuro siempre y cuando
sean una verdadera alternativa frente a los medios masivos de información. Se planteó que los
medios universitarios tienen que pensar en sus fortalezas para que se conviertan realmente en una
alternativa informativa para la gente: mostrar temas diferentes a los que plantea la agenda
noticiosa de los grandes medios la cual está regida por criterios comerciales y de mercado; dar
otros puntos de vista sobre los principales hechos de la vida local, nacional o internacional; en
síntesis, tienen futuro si son capaces de plantear otras maneras de entender la realidad.
Tendrán acogida del público en general, aparte del ámbito universitario, en la medida en que
logren cumplir con la función de analizar y reflexionar sobre los temas fundamentales que afectan
la vida de la sociedad, ocupando el espacio que en ese sentido deja la llamada gran prensa. La
ventaja comparativa de los medios universitarios está precisamente en hallarse en el seno de las
universidades donde hay reflexiones más pausadas y amplias acerca de los hechos, y donde tal
análisis es permanente.
Referentes bibliográficos
-Agudelo, Carlos Gerardo, La enseñanza del periodismo como un entorno constructivista, en:
Revista Folios No. 8, Universidad de Antioquia, Medellín, Julio 2005, p38.
————————— La idea fundacional de Joseph Pulitzer, “Introducción”, Documento No. 3 Alma
Mater, Universidad de Antioquia, Medellín, Abril 1999, p. 2.
————————— “Introducción”, en: Clark, Roy Peter, Fray, Don, Asesoría editorial para
periodistas, editorial Universidad de Antioquia, colección Medios y Mensajes, Medellín, 2000.
—Esteban, Manuel, El diseño de entornos de aprendizaje constructivista, El texto es una
adaptación de D. Jonassen, en C.H.Reigeluth (2000): El diseño de la instrucción, Madrid, Aula XXI
Santillana, p. 3.
—Jimeno Santoyo, Ramón, , La comunicación en Colombia: cómo funcionan los grandes medios y
significado de los medios alternativos, en: Memoria II Seminario de Periodismo Juvenil, Comfama,
Medellín , 1994. p. 15.
— Nieto, Patricia, “Decálogo del periodismo universitario o claves para leer nuestra
prensa”, en:Agenda cultural, Universidad de Antioquia, No. 100 Junio de 2004, p. 8
—Pulitzer, Joseph, Planeando una escuela de periodismo, The North American Review, mayo
1904, en: Documento No. 3 Alma Mater, Universidad de Antioquia, Medellín, Abril 1999, p. 6.
— Serrano, Helga I., Técnicas de enseñanza del periodismo, La formación del reportero efectivo,
Capitulo 2, Editorial Trillas, México, 1997, p. 40.
— Vallejo Mejía, Mary Luz; Hoyos, Juan José; Agudelo Castro, Carlos; Medina, Gonzalo; Giraldo,
Arturo, Correa, Carlos Mario; Castañeda, Heiner, Documento: Propuesta académica y
administrativa para la creación de un pregrado en Periodismo en la Universidad de
Antioquia,Universidad de Antioquia, Medellín, septiembre 1998, p. 3
—Vallejo, Mary Luz; Hoyos, Juan José; Restrepo, Javier Darío; Documento: Proyecto de
especialización en Periodismo Investigativo, Universidad de Antioquia, Medellín, febrero de 2005,
p. 4
————————— Conclusiones y recomendaciones, En: Memorias III Seminario de Periodismo
Juvenil, Consejería Presidencial para Antioquia, 1ra. Edición, Medellín, 1996. p. 31
El periodismo universitario:
Meterse al agua para aprender a nadar
Po: Carlos Mario Correa Soto
El periodismo universitario y sus medios — especialmente elperiódico
que sirve como laboratorio en las facultades o escuelas de
comunicación social y periodismo — funciona en un entorno de
aprendizaje constructivista. El modelo constructivista, como fue
formulado en las décadas de los años 80 y 90, es el más adecuado
para una reformulación de la pedagogía del periodismo en las
universidades colombianas, ya que permite la adaptación de
condiciones reales de su ejercicio al ambiente académico, para poner
en practica el principio de “aprender – haciendo” inherente a la
construcción de un conocimiento práctico y teórico.
La enseñanza del periodismo en nuestro medio siempre ha generado
debate entre los académicos, quienes sostienen la idea de que éste
puede ser enseñado en universidades y colegios de educación
superior; y entre algunos periodistas formados en los medios masivos
de comunicación, quienes insisten en que se preparan, especialmente, a través de la práctica a
manera de aprendices.
En mayo de 1904 Joseph Pulitzer, creador del periodismo informativo moderno, en un artículo
publicado en The North American Review, en el que defiende su intención de fundar y respaldar
económicamente una escuela de periodismo en la Universidad de Columbia, en Nueva York, indicó
que el periodismo es una profesión que debe ocupar un lugar entre las carreras consideradas
“ilustradas”, como la Medicina, el Derecho y la Arquitectura, ya que la búsqueda del bien común es
la más importante razón de ser del periodismo, y al mismo tiempo trató de responder y anticiparse
a las objeciones de sus críticos, entre ellos, quienes afirmaban que los periodistas “nacen, no se
hacen”:
“Ellos argumentan que hay algunas cosas que un Colegio
dePeriodismo no puede enseñar. Lo admito. Ningún colegio puede dar
imaginación, iniciativa, impulsos, entusiasmo, un sentido del humor o
ironía. Estas cosas deben nacer de adentro. Pero, ¿acaso estas
cualidades interiores no serán desarrolladas y fortalecidas en la
atmósfera del colegio propuesto? ¿No se ve el desarrollo de estas
cualidades inherentes en todas partes en la vida intelectual? El poeta,
es cierto, nace, no se hace. Eso es cierto también para el gran orador
y un gran pintor. Pero, ¿acaso el gran poeta no indica y cultiva su
talento inherente al devorar instintivamente, aun desde niño, toda la
poesía que puede conseguir? Keats escribió: “Ansío devorar al viejo
Homero como lo he hecho con Shakespeare y como lo he hecho
últimamente con Milton” ¿Acaso oradores como Demóstenes, Cicerón,
Burke y Webster no declamaron las obras maestras de la oratoria y
retórica? ¿Acaso Van Dyck y todos los otros grandes pintores no se
beneficiaron del estudio cuidadoso del trabajo de sus grandes
predecesores en el arte? Y con estos hechos en mente, ¿No podríamos esperar que el estudiante
en Columbia, viviendo en una atmósfera de periodismo, con los más grandes ejemplos e ideales
del periodismo constantemente ante él, sacar a la mayor eficiencia cualquiera que sea las
dormidas facultades inherentes que posea? Me parece que entre más los críticos prueban
concluyentemente que ciertas cosas no se pueden enseñar, más se prueba la necesidad de
enseñar todo lo que es posiblemente enseñable. [...]. Todo el mundo dice que debemos enseñar
los principios y métodos del periodismo. ¿Pero cómo? Bueno, pues parece imposible hacerlo, sin
las conferencias que expliquen el tema de una manera sistemática. Pero, ¿No se ganará más
preparación real del estudiante en un periódico que sea impreso, quizá una vez por semana al
principio, en una prensa y en una planta para las cuales he proveído de financiación, el edificio del
colegio? Tal periódico permitirá practicar en todas las ramas del trabajo periodístico –editar,
reportar, criticar, edición de copia, corrección de texto, diagramación- en resumen todo lo que un
joven debe ser capaz de hacer antes de que se aventure a desempeñar el trabajo de
periodista. Estará bajo la supervisión de un profesor que no solamente esgrimirá la pluma tan
descarnadamente como lo hace un editor verdadero, sino que también hará lo que el verdadero
editor no tiene tiempo de hacer –decir porqué lo hizo”.
El modelo constructivista, en cuanto a epistemología y pedagogía, tiene características que lo
hacen especial para la enseñanza y el aprendizaje del periodismo: como epistemología, el
constructivismo argumenta que el mundo, “la realidad”, no puede ser conocida independientemente
del sujeto que conoce y que el conocimiento adquirido sobre el mundo es construido en el proceso
de la interacción del sujeto con la realidad. Se deduce que el conocimiento no puede ser
transmitido directamente de una persona a otra en la medida en que las circunstancias personales
de los sujetos involucrados y el contexto en el que actúan son diferentes.
Como pedagogía, el constructivismo cuestiona el tradicional modelo conductista y objetivista de la
educación que ha caracterizado la enseñanza del periodismo en muchas facultades y escuelas, en
las cuales el papel del profesor (que no siempre tiene experiencia periodística mediática y
pedagógica) se limita a transmitir conocimiento al estudiante, con el fin de ayudarlo a incorporarlo
en su memoria.
Según David Jonnassen, profesor de la Universidad de Pensilvania, en su método conocido como
Entornos de Aprendizaje Constructivista (EAC), el objetivo principal es fomentar la solución de
problemas y el desarrollo conceptual, el cual se relaciona directamente a un principio central de la
educación constructivista: basar la educación en tareas reales y autenticas, en que los estudiantes
puedan básicamente poseer. En el caso de la enseñanza del periodismo, consiste en la invitación
que hace el profesor (editor) a sus estudiantes (reporteros), para que se sumerjan en
el campusuniversitario, en su ciudad y en su país y hagan reportería periodística real, en tiempo
real, y consigan el material informativo para el periódico ( laboratorio).
Uno de los referentes en nuestro medio de la aplicación del modelo de David Jonassen, se
encuentra en el pregrado de Periodismo de la Universidad de Antioquia, planteado en 1998 por un
grupo de profesores de la Facultad de Comunicaciones de la institución, el cual comenzó
actividades en el segundo semestre de 2001, y en cuyo documento básico se establece que:
“Se parte de la práctica, la reportería, como el terreno deiniciación al
periodismo. Esta práctica corresponde además a la estructura propia
de los medios de comunicación en su labor informativa, esto es, al
ambiente de sala de redacción, en el cual se desarrolla la labor
docente. Con ellos se inicia al futuro periodista en la cultura
profesional y en el aspecto vocacional que deberá encontrar
posteriormente en el desempeño de su trabajo. Aprender sobre el
terreno, tanto en el mundo como en la sala de redacción, implica
hacerlo, no sobre tareas inocuas que van a terminar en la papelera
tarde o temprano, sino sobre asignaciones específicas cuyo resultado
sean uno o varios artículos publicables. Se trata pues, de orientar el
trabajo de los estudiantes hacia la producción periodística en todas
sus modalidades. Se trata de enseñar y aprender periodismo
ejerciéndolo, en circunstancias reales. Esto implica establecer entre el
profesor y el alumno una relación reportero – editor. Y es en esta
relación personalizada donde en efecto se presentan y se resuelven
todos los problemas básicos del ejercicio periodístico, desde
cuestiones básicas de redacción como la ortografía y la gramática, hasta el establecimiento de
criterios, conceptualización y articulación de la base humanística y teórica sobre la que se
desarrolla nuestra profesión. En todo este proceso, la investigación está implícita, es parte
constitutiva e inseparable del ejercicio y el aprendizaje. A diferencia de otras profesiones donde se
puede o no investigar, el reportero es un investigador por definición y sin ella no podría ejercer. La
búsqueda de la información es investigación. En este sentido, formar reporteros en la búsqueda de
información susceptible de ser tratada como noticia es formar investigadores. Además de la
búsqueda de la información como tal y de su elaboración, la investigación periodística deriva
necesariamente en otras líneas como la investigación de medios, que complementa el trabajo
periodístico en sí, y la investigación histórica del periodismo, entre otros. El periodismo es una
profesión envolvente y comprometedora. Tiene mucho de aventura y exploración, de persistencia y
de equilibrio, de talento creativo y de búsqueda. Instigar en el estudiante el elemento vocacional de
la profesión, la pasión, el entusiasmo, las ganas de hacerlo bien y a fondo”.
Estos criterios metodológicos planteados, también tienen plena aceptación en el plan de estudios y
en la estructura curricular de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad
Complutense de Madrid y en la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de Chile,
consideradas como las mejores de Hispanoamérica en la enseñanza del periodismo.
Para Javier Fernández Del Moral, decano de la Facultad de Ciencias de la Información de la
Universidad Complutense de Madrid, el futuro de la enseñanza del periodismo pasa por la relación
medios – academia, e incluso los medios pueden incidir en las reformas curriculares y se deben
auscultar las necesidades con ellos.
“El periodismo es la síntesis del humanismo técnico: la técnica y el saber. Una síntesis compleja
pero necesaria... Periodismo y Comunicación no riñen, pero sin duda el periodismo es el modo más
excelso de practicar la comunicación, por ello la formación de periodistas debe dominar la
estructura curricular, conservando el perfil específico”.
Silvia Pellegrini, decana de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de Chile, destaca
que “el periodista nace y se hace”, y por eso su universidad en los años 80 empezó a considerar el
periodismo como una profesión, porque siempre ha tenido claro que su origen está en la vocación.
Además, se trata de una profesión compleja desde los puntos de vista técnico, ético y profesional,
con sus propias especificidades, aunque esté cobijada por diferentes disciplinas que le dan soporte
académico.
Los profesores universitarios y periodistas colombianos Maryluz Vallejo, Javier Darío Restrepo y
Juan José Hoyos, en la formulación del proyecto de una especialización en periodismo
investigativo en la Universidad de Antioquia, plantearon en 1995 que los talleres deben ser:
“Un espacio académico en el que se lleven a cabo de forma simultanea las exposiciones
magistrales del profesor, el examen crítico del trabajo de los estudiantes, el análisis de los trabajos
– modelos presentados por el profesor y la discusión de los trabajos del grupo. Se analizará la
redacción de los textos, el proceso investigativo (labor de reportería), documentación,
confrontación de las fuentes, verificación de pruebas, la contextualización y proyección de la
realidad que se aborda y, por último, la edición y presentación del material”.
En esta perspectiva, la profesora Helga Serrano, graduada de Periodismo de la Universidad de
Columbia en Nueva York, y quien dirigió la escuela de Comunicación Pública de la Universidad de
Puerto Rico, destaca que:
“Pasó a la historia aquel tiempo en que al buen reportero, pero mal redactor, se le reescribían sus
textos. O a la inversa. Hoy las presiones de la competencia, de tiempo, las económicas, además de
las implicaciones de cubrir una sociedad tan compleja requieren un profesional idóneo y un
“producto terminado” en las salas de redacción. Alguien que sepa cómo buscar la información y
redactarla de manera adecuada en un mínimo de tiempo. Uno de los grandes retos del profesor de
periodismo es fomentar en el estudiante el dominio de ambas tareas. Se trata de un proceso de
formación en el que el estudiante, cual materia prima, es sometido a una serie de procesos que lo
convierten en un “producto terminado” que es el reportero efectivo y, en ocasiones, un periodista
consumado. La práctica supervisada en un medio de comunicación es una etapa sumamente
importante en la formación del periodista, porque le brinda oportunidades valiosas de aplicar, en un
contexto profesional, la teoría estudiada. Para la gran mayoría de los alumnos es el primer
acercamiento al mundo real del periodismo. No sólo aprenden cómo operan los medios, sino que
la experiencia podría servirles de referencia de empleo, para cuando se lancen al mundo
profesional. La práctica supervisada requiere pulcritud en su implantación, para garantizar a sus
estudiantes una experiencia verdaderamente enriquecedora. La práctica supervisada es un paso
vital para complementar la teoría. Los cursos de tipo taller que forman parte del currículo de
periodismo no bastan para mostrar a los alumnos la dinámica real que se desarrolla en los medios
de comunicación. Los talleres son modelos previos a una experiencia mucho más profunda, que
ellos deben experimentar en la fase final de su formación como periodistas”.
Un laboratorio de periodismo
De acuerdo con las anteriores apreciaciones se reitera aquí cómo la creación de un medio de
comunicación propio como un entorno de aprendizaje constructivista del periodismo —inicialmente
el periódico laboratorio— permite trascender la simulación académica y producir condiciones
reales del ejercicio informativo, en el siguiente escenario:
—Sala de redacción (aula de clase): Es el escenario que permite la discusión de conceptos
teóricos, la definición de las agendas informativas, el diseño de metodologías de trabajo
específicas para cada acontecimiento noticioso, el trabajo en grupo, la evaluación colectiva del
trabajo periodístico y la mirada crítica hacia los medios de comunicación. Es el escenario del
Consejo de Redacción, máxima instancia de planificación del trabajo periodístico, donde se definen
los enfoques para las asignaciones, los compromisos éticos que se deben respetar, y se determina
la posición política que el medio asumirá a la actualidad noticiosa. Es también el lugar de trabajo
de los reporteros y editores de los medios de comunicación. Allí se planea y se ejecutan todas las
actividades tendientes a la producción de la información. Como laboratorio para la enseñanza del
periodismo debe de ser un escenario dinámico y participativo que permita el desarrollo académico
de los cursos y la producción periodística en un ambiente profesional.
—Editor (profesor): El editor es fundamentalmente un asesor del redactor, de cuerdo con el libro
Asesoría editorial para periodistas de Roy Perter Clark y Don Fray, donde se precisa que:
“Es el guardián de la ética periodística del medio. Él vigila que se cumplan los principios básicos de
la profesión y que el medio en el que trabaja cumpla con el papel que le corresponde la estructura
social. [...]
“Como parte del equipo de trabajo, el editor contribuye a producir el mejor periódico posible, o las
mejores emisiones noticiosas de radio y televisión. Su compromiso con la excelencia y la calidad
es el complemento necesario de su devoción a la verdad y exactitud.
“Su trabajo, va más allá de editar artículos, es administrar los recursos humanos de la empresa
periodística, inyectando creatividad a todo lo largo del proceso para lograr la superación de los
redactores, la del medio para el que trabajan y la suya propia. Por eso, un editor que solamente
corrija copia, titule y de órdenes, es poco más que un mensajero que transporta textos de un lugar
a otro sin transformarlos o mejorarlos cualitativamente.
“El editor es y debe ser el guía, maestro, supervisor, amigo, confidente y, sobre todo, jefe de un
grupo de redactores a su cargo. Para ellos, el editor es su vínculo principal con su audiencia y con
el medio a través de las asignaciones y de la supervisión del proceso de reportería y redacción. De
él depende en gran parte que los artículos de los reporteros sean publicados y que sus dirigidos
avancen profesionalmente dentro de la organización periodística. No obstante, el trabajo del editor
se puede básicamente de dos maneras: con o sin la ayuda del reportero, o mejor, apoyando o sin
apoyar el reportero”.
La relación editor - reportero crea un clima profesional de trabajo; la edición se realiza sobre
artículos periodísticos reales; la retroalimentación permanente permite corregir los errores y evitar
que se repitan; se trabajan sobre asignaciones que determinan una propuesta informativa
coherente; los profesores ejercen el periodismo en su trabajo docente; los trabajos realizados por
los alumnos deben alcanzar la calidad de publicables; y las dinámicas participativas individuales y
en grupo permiten el fogueo de los estudiantes frente a sus habilidades para la investigación, la
escritura y el criterio ético y profesional que implica su labor.
—El reportero (estudiante): Es el periodista o informador, quien como reportero debe ser
investigador; y como redactor, escritor. Es cronista de su tiempo. El profesional que se está
formando en la universidad y debe tener la capacidad, al terminar su carrera, para: desempeñarse
con idoneidad, criterios profesionales y éticos en cualquier medio de comunicación; para
conceptualizar y contextualizar la información con el fin de darle sentido al convertirla en noticia;
para entender que es un servidor público y que su responsabilidad fundamental es con su
audiencia; y para ser abanderado de la libertad de expresión e información, el derecho a la vida y
los valores fundamentales de la sociedad.
El reportero tiene como instrumentos principales para hacer su trabajo: la entrevista como
herramienta de indagación periodística y sus sentidos, además de los cinco sentidos del periodista,
que para Ryszard Kapuscinski, son: Estar, ver, oír, compartir y pensar.
Sentido informativo, crítico y analítico
En varias ciudades de Colombia el periodismo universitario ha tomado una posición clara con
respecto a la manera de informar sobre su entorno. Una mirada alternativa, analítica y crítica, que
ofrece otra perspectiva a la que usualmente se recibe por parte de los medios de comunicación
tradicionales.
La historia de los periódicos universitarios que son respaldados por las facultades de
Comunicación Social y Periodismo en el país, aún es corta, ya que se puede decir que es en los
últimos diez años –tomando como referencia principal el Periódico De La Urbe de la Facultad de
Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, a pesar de que Aula 347 – hoy
llamado Página- de la Universidad de Manizales comenzó a editarse en 1995- es cuando han
podido establecerse con regularidad estas publicaciones. Sin embargo, su carácter independiente
ha permitido a las nuevas generaciones de periodistas, formarse en los criterios indispensables de
ética profesional, además de adentrarse en la dinámica en que se mueven los medios de
comunicación tradicionales: La agilidad en la presentación de la información, la presión editorial y
el compromiso por la divulgación de la noticia. Dinámicas que sólo se aprenden en el ejercicio
propio del periodismo.
Hay otros ejemplos a la vista y se puede con ellos mostrar que una parte importante del mejor
periodismo colombiano actual se está haciendo y escribiendo en los periódicos y revistas de las
facultades de Comunicación Social y Periodismo, en ciudades como Bogotá, Medellín,
Bucaramanga y Manizales, donde estos medios cumplen una función importante como laboratorios
de prácticas de los estudiantes, a través de talleres de reportería y redacción en los cuales los
profesores actúan como editores y ellos como reporteros, para la divulgación de hechos reales de
interés social.
Estos periódicos se han convertido en una alternativa de comunicación social y de lectura en estas
ciudades, al presentar informes en todos los géneros periodísticos, especialmente entrevistas,
crónicas y reportajes, elaborados con criterios profesionales, frescos, dinámicos, de calidad
literaria, con investigación y denuncias fuertes, en un tono de voz más alto que el común de los
medios tradicionales (comerciales y masivos); y con la vehemencia que es propia de las ganas y el
entusiasmo de los jóvenes periodistas en formación.
Además, por su carácter de laboratorio, estos periódicos y revistas —que también son atractivos
por sus formatos y diseños- permiten observar una constante experimentación con las formas
expresivas de los géneros periodísticos informativos y de opinión, y de —manera especial con los
géneros mayores como son la crónica y el reportaje -desplazados, incluso violentamente, de
nuestros periódicos diarios por el relato noticioso y comercial de las agencias de prensa, por las
reseñas y por la publicidad...- los cuales han encontrado en ellos un puesto para mantener su
grandeza y respetabilidad. Y los estudiantes reporteros se están ganando los principales premios
nacionales y locales de periodismo.
En las ciudades donde circulan los periódicos universitarios, la gente los busca con manifiesta
ansiedad cada quince días, cada mes o cada dos meses — que son sus períodos de publicación
más comunes — y a través de ellos se han enterado en exclusiva de muchos acontecimientos y de
la existencia de personas imprescindibles para el desarrollo local y nacional por sus actividades en
múltiples campos, que no son tenidos en cuenta en las agendas informativas de los medios
masivos de comunicación.
En este sentido los periódicos universitarios tienen una historia joven, pero poco a poco se vienen
consolidando en el entorno ciudadano. Un periodismo que se sale de los claustros y que ya los
lectores de las principales ciudades del país lo sitúan en el mejor estilo del periodismo investigativo
y analítico, el mismo que brilla por su ausencia en la mayoría de los diarios y de las publicaciones
en el país.
Ya se dejó de mirar a los periódicos universitarios con ojos de periodismo escolar y panfletario y,
por el contrario, los lectores empezaron a ver en estos medios, nuevas narraciones sobre su
entorno con fortalezas en la investigación y en la estética de su escritura.
Medios alternativos
Para determinar los antecedentes históricos de los periódicos universitarios es necesario plantear
una discriminación de entrada. Entender por periodismo universitario alternativo y moderno, aquel
que es realizado en medios de comunicación por periodistas en formación que investigan y narran
sucesos informativos de diferente naturaleza y relevancia. En este sentido son pocos los medios
de las facultades de Comunicación Social y Periodismo que han trabajado con esta dinámica y que
cumplan con la idea de tener como laboratorio de prácticas el entorno fuera del campus
universitario.
El periodista universitario se reitera frente al carácter deontológico propio del oficio. Ya la idea
empieza a salirse de los cánones de lo escolarizado y comienza a plantearse como una necesidad
de la Universidad.
El periodismo universitario, no entendido como el periódico oficial de la universidad, sino como el
narrador con el lente de la investigación periodística digna de la academia universitaria. La
profesora Patricia Nieto se refiere a su esencia en los siguientes términos:
“El periodismo llano, sencillo, original, tiene un compromiso irrenunciable con el ciudadano; así lo
apelliden como urbano, cívico, alternativo, comprometido, investigativo o universitario, su esencia
es la misma aunque sus énfasis temáticos se especialicen en la práctica.
“El periodismo universitario es, por excelencia, el llamado a cumplir estrictamente con la función
pública que está en el origen del oficio. Si se acepta que la universidad es el lugar para el debate
libre de las ideas, para la creación del conocimiento, para el refinamiento del espíritu, debemos
reconocerla como el ámbito propicio para la práctica de un periodismo que no le hace venias al
poder y entiende que su compromiso es con toda la nación. El trabajo del periodista es generar y
publicar conocimiento sobre la sociedad del presente. Para el periodismo universitario, investigar
es observar el mundo contemporáneo, conocerlo a partir de múltiples voces, interpretarlo y dar a
conocer al público la versión construida. Se trata de mostrar lo oculto y de utilizar lupas diferentes
para mirar la realidad que conforma la agenda informativa de los grandes medios”
En la consideración conceptual del periodismo universitario, se determina que en la actualidad,
éste surge de las facultades, institutos o escuelas de comunicación y periodismo, que mediante
sus herramientas propias de la enseñanza, promueven el desarrollo de un periodismo universitario
en un medio de comunicación que permite su expresión. La profesora Maryluz Vallejo de la
Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, precisa que:
“Por ello queremos que sean conscientes de todas las habilidades que hay que desarrollar para
lograr un buen desempeño del oficio periodístico. Antes de lanzarse al ruedo, hay que preguntarse:
¿Y yo por qué quiero hacer periodismo? Si en el fondo buscamos un cierto protagonismo, un
lucimiento personal –eso de ver la firma en letras de molde hincha el ego-, entonces estamos muy
desenfocados. Si en realidad nos interesa servir de intermediarios de la gente para canalizar sus
inquietudes, problemas y opiniones, entonces tenemos la actitud de entrega y de servicio que
requiere el periodismo. Lo importante es que asuman su compromiso como aprendices de
periodistas –porque este es sólo el principio de una larga carrera-, lo que supone realizar un
trabajo riguroso que para nada riñe con la amenidad y la creación. Inmersos en este proceso de
formación y reflexión los jóvenes deberían enfrentarse a los medios con una actitud crítica que los
lleve a analizar sus contenidos como espectadores activos, más que receptores pasivos. De los
mismos jóvenes debe partir la iniciativa de su formación como receptores de los medios masivos,
sin esperar a que esa actividad haga parte del currículo académico”.
El periodismo universitario se está consolidando entre los medios alternativos que se proponen en
las principales ciudades colombianas. El ojo crítico de la responsabilidad de las universidades ante
las realidades que se dan en el entorno, le permite la credibilidad y atracción en su público objetivo.
Por eso el periódico universitario se concibe como lo alternativo. No como lo otro para leer, sino
como la información elaborada y con presentación creativa y amena, pero sin dejar a un lado el
respeto por el ser humano y sin desconocer la ética que rige el ejercicio periodístico.
No es sólo una competencia con los medios tradicionales, es información con elaboración analítica,
crítica e interpretativa propia de un lenguaje que se crea desde la universidad. El consultor en
comunicación estratégica Ramón Jimeno Santoyo, asevera que:
“El periodismo universitario tiene la obligación de contribuir a la formación de los jóvenes
colombianos. Por ello, está llamado a generar debates sobre los grandes temas del país de modo
que el estudiante asuma, desde las aulas, su rol de ciudadano responsable. Esta vocación
pedagógica del periodismo universitario se extiende a un público lector que, por fuera de la
universidad, requiere de información libre de compromisos con el poder”
El periodismo universitario existe con un propósito claro: Formar nuevos periodistas, con miradas
críticas propias de las dinámicas académicas de la universidad, que narran un entorno y que
proponen un rompimiento de esquemas tradicionales de los medios de comunicación masivos.
Medios informativos y formativos
El periodismo universitario en los últimos dos años ha generado debates y motivado la presencia
de periodistas profesionales, académicos y estudiantes, en diferentes escenarios en los que se ha
reflexionado sobre su quehacer, su presente y su futuro.
Entre ellos tenemos: El encuentro Nacional de Medios de Comunicación Universitarios, realizado
en Bogotá el 29 y 30 de enero de 2004; El Seminario Regional Medios de Comunicación
Universitarios en América Latina, en Bogotá el 26 y 27 de septiembre de 2005; y el Encuentro
“Hacia dónde va el periodismo universitario” en la Cátedra de Periodismo Orlando Sierra
Hernández, en la Universidad de Manizales, el 30 de septiembre de 2005.
La mesa de trabajo de prensa del primero de estos eventos, clasificó en dos grandes grupos a los
periódicos universitarios:
1. Los coordinados por oficinas de comunicación o prensa de las propias instituciones y
financiados enteramente por ellas: pueden ser sólo de información interna, información de interés
general para la ciudadanía o contener una mezcla de ambos; incluyen artículos de periodistas
profesionales contratados por la institución, docentes o estudiantes.
2. Los elaborados por facultades de comunicación social con estudiantes y cuya financiación es
variada -la institución, los estudiantes o mixta-: aparte de la función informativa, tienen un carácter
formativo pues sirven como escuela para los estudiantes de periodismo o comunicación.
Un tercer grupo de periódicos universitarios estaría conformado por los se salen de las dos
clasificaciones anteriores, ya que son manejados en todos los aspectos por estudiantes
universitarios, pero con total independencia de la institución o de una facultad de éste, como El
Clavo de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali y Nexos de la Universidad Eafit de Medellín.
Para los participantes de esta mesa de trabajo, los periódicos universitarios en general —sin
importar si son de una u otra clase— tienen una buena perspectiva para el futuro siempre y cuando
sean una verdadera alternativa frente a los medios masivos de información. Se planteó que los
medios universitarios tienen que pensar en sus fortalezas para que se conviertan realmente en una
alternativa informativa para la gente: mostrar temas diferentes a los que plantea la agenda
noticiosa de los grandes medios la cual está regida por criterios comerciales y de mercado; dar
otros puntos de vista sobre los principales hechos de la vida local, nacional o internacional; en
síntesis, tienen futuro si son capaces de plantear otras maneras de entender la realidad.
Tendrán acogida del público en general, aparte del ámbito universitario, en la medida en que
logren cumplir con la función de analizar y reflexionar sobre los temas fundamentales que afectan
la vida de la sociedad, ocupando el espacio que en ese sentido deja la llamada gran prensa. La
ventaja comparativa de los medios universitarios está precisamente en hallarse en el seno de las
universidades donde hay reflexiones más pausadas y amplias acerca de los hechos, y donde tal
análisis es permanente.
Referentes bibliográficos
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—Vallejo, Mary Luz; Hoyos, Juan José; Restrepo, Javier Darío; Documento: Proyecto de
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p. 4
————————— Conclusiones y recomendaciones, En: Memorias III Seminario de Periodismo
Juvenil, Consejería Presidencial para Antioquia, 1ra. Edición, Medellín, 1996. p. 31
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