“2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-2620/15) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,… Consejo de la Magistratura. Procedimientos para la Designación de Jueces Subrogantes de Tribunales Inferiores. Artículo 1º. La presente ley regula los procedimientos que deberán aplicarse en los casos de subrogación por recusación, excusación, licencia, suspensión, vacancia u otro impedimento, de los Jueces Nacionales y Federales de los Tribunales Inferiores a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Artículo 2º. Como principio de carácter general se establece que las subrogaciones serán siempre ejercidas en forma prioritaria por jueces de igual competencia y de la misma jurisdicción, salvo en aquellos supuestos contemplados en la presente con carácter de excepción.Artículo 3º. Los Magistrados Subrogantes permanecerán en el cargo hasta tanto se reintegre el titular en caso de licencia o suspensión, hasta la designación y jura del nuevo Juez titular en caso de vacancia, hasta que concluya la causa judicial en la que interviene en caso de excusación o recusación, o hasta que concluya cualquier otro impedimento asimilable.Artículo 4º. Los jueces subrogantes gozaran de todas las de servicio para el ejercicio independiente de su inamovilidad está asegurada mientras se mantenga condición de su nombramiento. Para su remoción, será mismo sistema previsto para Jueces titulares. condiciones cargo. Su vigente la aplicable el Artículo 5º. Cuando se tratare de supuestos de recusaciones, excusaciones u impedimentos asimilables, y sin perjuicio de los procedimientos aplicables contemplados en los Códigos Procesales respectivos, las decisiones sobre subrogaciones corresponderán a las respectivas Cámaras de cada jurisdicción, con inmediata comunicación al Consejo de la Magistratura de la Nación, quien podrá ratificarlos o rectificarlos. Igual temperamento se adoptará en el supuesto de tratarse de subrogaciones menores o iguales a sesenta 60 días.Artículo 6°. Cuando se tratare de Juzgados con competencia electoral, la Cámara de la jurisdicción deberá designar subrogante en consulta “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” con la Cámara Nacional Electoral. En caso de desacuerdo, la competencia electoral quedará a cargo del Juez subrogante que designe la Cámara de dicho fuero. Artículo 7º. En los supuestos de suspensión, vacancia o licencia superiores a sesenta 60 días, las designaciones corresponderán al Consejo de la Magistratura de la Nación, conforme el procedimiento establecido en la presente ley. Dichas designaciones deberán aprobarse en plenario del Cuerpo convocado regularmente al efecto mediante el voto de las 2/3 partes de los miembros presentes. Artículo 8º. Desde el momento en que se produjo la vacante y hasta la decisión del Consejo de la Magistratura, a fin de garantizar la prestación del servicio de justicia, la Cámara de la Jurisdicción designará un juez subrogante con arreglo a lo previsto en la presente ley, quien cesará en sus funciones con la efectiva integración del nuevo subrogante de no tratarse de la misma persona. Artículo 9º. En todos los casos, las designaciones de Jueces subrogantes se realizará respetando el siguiente orden de prioridades: a) Con un juez de igual competencia en razón de la materia y grado, de la misma jurisdicción, teniendo prelación el Juez de la nominación inmediata siguiente en aquellos lugares donde tengan asiento más de un juzgado. b) Frente a la negativa o cualquier otro impedimento que imposibilite designar a un juez de la respectiva jurisdicción, por sorteo, entre la lista de conjueces designados por el Poder Ejecutivo Nacional, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 10º de la presente ley. Artículo 10º. El Consejo de la Magistratura confeccionará cada cuatro (4) años: a) Una lista de aspirantes a conjueces por cada fuero, en la Capital Federal. b) Una lista de aspirantes a Conjueces por cada jurisdicción, en el interior del país, y c) Una lista de aspirantes a Conjueces para los Tribunales Orales Criminales Federales de todo el País. Dichas listas estarán integradas con hasta treinta (30) abogados, y treinta (30) secretarios judiciales de las jurisdicciones respectivas, las que deberán ser aprobadas en plenario mediante el voto de las 2/3 partes de los miembros presentes. Para tal cometido, el Consejo de la Magistratura reglamentará un sistema de selección de aspirantes a conjueces que asegure la idoneidad técnica de los postulantes. Exceptuase de tal procedimiento a los aspirantes que posean examen “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” aprobado durante los últimos cinco (5) años en el fuero y la jurisdicción respectiva, ante el Consejo de la Magistratura de la Nación. Las listas serán enviadas al Poder Ejecutivo Nacional, quien designará con acuerdo del Senado, hasta cuarenta 40 conjueces por cada fuero, jurisdicción e instancia. Por vía reglamentaria, podrá ampliarse el número de integrantes de las listas de aspirantes a conjueces y la de efectivamente designados, respetando las relaciones proporcionales, conforme las necesidades de las respectivas jurisdicciones. Artículo 11. La integración de los Tribunales Orales en lo Criminal Federal, en todo el país por recusación o excusación, licencia, suspensión, vacancia u otro impedimento, se realizará con Jueces que hayan sido designados de acuerdo al procedimiento previsto en la Constitución Nacional, respetando el siguiente orden de prelación: 1. Los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de la jurisdicción, teniendo prelación los Jueces de las ciudades más cercanas. 2. La Cámara Federal de Apelaciones de la jurisdicción, salvo que hayan conocido previamente en la causa elevada a juicio de tal forma que se encuentre comprometida su imparcialidad. 3. Los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de la jurisdicción más próxima. Artículo 12. De no resultar posible la integración de los Tribunales Orales en lo Criminal Federal mediante el procedimiento previsto en el artículo anterior, el Consejo de la Magistratura procederá a la designación de un subrogante en los términos de la presente ley. Artículo 13. Quienes resulten designados como subrogantes tendrán derecho a una retribución equivalente a la que corresponda a la función que desarrollen. Si se tratara de magistrados que ejercen su cargo juntamente con otro de igual jerarquía, su tarea será remunerada con un incremento consistente en la tercera parte de la retribución que corresponde a la función que subroga. Artículo 14. Derógase la Ley N° 27145 y toda otra norma que se oponga a la presente. Artículo 15. Esta ley entrará en vigencia a partir de la fecha de su publicación. Artículo 16. Comuníquese al Poder Ejecutivo. Ángel Rozas. – “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” FUNDAMENTOS Señor Presidente: La Reforma Constitucional de 1994 incorporó al sistema judicial argentino, el Consejo de la Magistratura, a través del art. 114 de la norma fundamental. Dicho organismo tiene por funciones “la selección de los magistrados y la administración del Poder Judicial” y en lo atinente a las competencias específicas se le asignaron los siguientes cometidos: “Seleccionar mediante concursos públicos los postulantes a las magistraturas inferiores (inc. 1º),” “emitir propuestas en ternas vinculantes, para el nombramiento de los tribunales inferiores (inc. 2º)”, “decidir la apertura del procedimiento de remoción de magistrados, en su caso ordenar su suspensión, y formular la acusación correspondiente (inc. 5º)”, “y dictar los reglamentos relacionados con la organización judicial y todos aquellos que sean necesarios para asegurar la independencia de los jueces y la eficaz prestación de los servicios de justicia (inc. 6º)”.- Para su creación la norma constitucional dispuso que debía ser regulado por una ley especial sancionado por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara del Congreso de la Nación. Es claro e incontrovertible que la creación del Consejo de la Magistratura tuvo por finalidad asegurar y afianzar la independencia del Poder Judicial frente a la injerencia de los poderes políticos o el predominio de intereses subalternos sobre el interés de la justicia y de la ley, y más específicamente su consagración constitucional respondió a la necesidad de atenuar la discrecionalidad del Poder Ejecutivo en la propuesta de magistrados federales, con exclusión de aquellos que integran la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Al respecto resulta de suma utilidad recordar las expresiones como constituyente de Raúl Alfonsín en su discurso de apertura de la Convención de 1994, al señalar que: “...sin un Poder Judicial independiente e idóneo resulta imposible controlar los actos de gobierno y garantizar los derechos de los habitantes. Las reformas propuestas en el despacho que defendemos tienden a otorgarle independencia e idoneidad al Poder Judicial. Ello se consigue a través de la creación de un Consejo de la Magistratura… Dada la relevancia que tiene la intención del constituyente para interpretar la Constitución, queremos ser bien precisos en los objetivos que esta reforma persigue, y en el sentido de las cláusulas que estamos reformando, de modo tal de constituir una fuente clara de interpretación. Toda norma que pueda implicar alguna limitación a la independencia del Poder Judicial a la independencia e imparcialidad de la composición del Consejo de la Magistratura… debe considerarse que vulnera el espíritu de la Constitución y contradice la intención del Constituyente. No puede quedar duda alguna de que las propuestas que estamos analizando tienden a construir la base de una nueva y más amplia “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” democracia, al crearse nuevas instituciones que aseguren un mejor equilibrio entre los poderes y desconcentren las facultades presidenciales. A modo de ejemplo podemos afirmar que la modificación del sistema de selección y nombramiento de jueces tienden a mejorar los mecanismos de control del poder.” (Alfonsín Raúl, “Núcleo de Coincidencias Básicas” LL 1994-D, 824). Tan preciso mandato constitucional hace que el nombramiento de los Jueces conforme un sistema objetivo e imparcial, se constituya en uno de los pilares esenciales del sistema de división de poderes sobre el que se asienta la República. La premisa de afianzar una justicia independiente, no es solo en beneficio de los jueces, ya que se halla directamente vinculada con los intereses de quienes demandan la prestación del servicio de justicia: los propios justiciables. Ello es así, toda vez que la aspiración de contar con una Justicia Independiente e imparcial, se vincula directamente con la garantía del Juez Natural, “…expresada en la contundente prohibición de que los habitantes de la Nación puedan ser Juzgados por comisiones especiales o ser sacados de los jueces legítimamente nombrados (art. 18º de la CN)” según puede leerse en el considerando 12 del Fallo Rosza, Carlos Alberto, CSJN del año 2007 por el cual la Corte Suprema de Justicia le requirió al Congreso de la Nación sancionar un régimen de subrogancias que cumpliera con determinados parámetros. Conforme el art. 75 inc. 22 , segundo párrafo, de la Constitución reformada en 1994, los pactos internacionales de Derechos Humanos suscriptos por nuestro país, tienen jerarquía constitucional y en tal sentido en varios de ellos se consagra el derecho de toda persona a ser oída por un Juez o Tribunal, competente, independiente e imparcial (Declaración Americana de los Derechos y deberes del Hombre de 1948; el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de 1966, Declaración Universal de Derechos Humanos y Pacto de San José de Costa Rica). En tal sentido la Corte Interamericana de Derechos humanos, cuya jurisprudencia resulta esencial para la interpretación de dichos preceptos convencionales, ha reiterado en diversos fallos que “…Uno de los objetivos principales que tiene la separación de los poderes públicos, es la garantía de la independencia de los jueces y para tales efectos, los diferentes sistemas políticos han ideado procedimientos estrictos, tanto para su nombramiento como para su destitución”. Este principio de independencia presupone además de un especial mecanismo de designación, el reconocimiento a quienes acceden a la magistratura, de las garantías de inamovilidad, inmunidad e intangibilidad remuneratoria. La reglamentación sobre subrogantes, si bien con las adaptaciones en orden a la transitoriedad del requerimiento de su actuación, no puede prescindir de esas garantías “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” conferidas a los jueces en general, ni carecer de los acuerdos mínimos estipulados para el acceso a los respectivos cargos (Ver Consid. 16 fallo “Rosza”). Es así como podemos advertir que nuestra Corte Suprema de Justicia ha dispuesto con la mayor precisión en el señero fallo “Rosza”, las condiciones mínimas e imprescindibles que deben contemplarse en una ley destinada a reglamentar el procedimiento de selección de los Jueces subrogantes. Sin embargo, cabe destacar que hasta el presente las distintas normas reglamentarias que se han dictado en alguna medida, dejan de cumplir con los postulados de dicho pronunciamiento y por lo tanto son materia de controversia y planteos judiciales que arrojan una creciente incertidumbre sobre uno de los aspectos esenciales de la organización de la Justicia, como lo es la cobertura de vacantes transitorias por excusaciones, recusaciones, licencias, renuncias destituciones u otros impedimentos asimilables de los titulares. Con el fin de una adecuada fundamentación de la presente iniciativa, resulta propicio transcribir el argumento esencial de nuestro más alto tribunal en el mentado fallo “…Que tal como se expresó la Constitución contiene un procedimiento de designación de magistrados en el que resulta necesaria la participación del Consejo de la Magistratura, del Poder Ejecutivo y del Senado de la Nación. Este sistema no excluye la implementación de un régimen de jueces subrogantes para actuar en el supuesto de que se produzca una vacante –y hasta tanto ésta sea cubierto por el sistema constitucional antes descripto- a los efectos de no afectar el derecho de las personas a contar con un tribunal que atienda en tiempo oportuno sus reclamos. Este régimen alternativo y excepcional requiere la necesaria intervención de los tres órganos mencionados. En tal sentido esta Corte ha sostenido enfáticamente, que resulta indispensable para la designación de los magistrados y el ejercicio de la función judicial, en sintonía con los principios de independencia e inamovilidad de los jueces, la intervención obligatoria del poder Ejecutivo, -después de 1994, debe añadirse precedida de la selección y emisión de propuestas en ternas vinculantes formuladas por el Consejo de la Magistratura- con acuerdo del Senado, de conformidad con los preceptos de la Constitución Nacional y la forma representativa de gobierno (confr. Criterio general enunciado en el precedente que se registra en Fallos: 306;72) De ello se infiere, contrario sensu que la garantía de independencia del Poder Judicial, requisito necesario para el control que deben ejercer los jueces sobre los restantes poderes del Estado, se vería gravemente afectadas si el sistema de designaciones de subrogantes no ponderara la necesidad y grado de participación de los tres órganos de poder referidos en relación con los fines que se persiguen con la implementación de dicho sistema. Asimismo, cabe “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” señalar que, a los efectos de no vulnerar lamentada independencia, es indispensable que este régimen de contingencia respete los principios y valores que hacen a la naturaleza y esencia del Poder Judicial en un estado constitucional de derecho, adaptándose a las particularidades de excepción de un mecanismo de suplencias. También resulta imprescindible que la selección de estos magistrados está presidida de un criterio de razonabilidad (Consid. 14 Fallo Rosza CSJN). Es así como las distintas leyes que se dictaron a partir del mencionado fallo, 26.372 para subrogancias de Tribunales Orales Criminales Federales y 26.376 para Jueces de primera Instancia y de Cámara (y su remisión al art. 31 del decreto-ley 1285/58), como la 26.855 (declarada inconstitucional y por lo tanto suspendida en su aplicación) y el reglamento 8/2014 dictado por el Consejo de la Magistratura en 2014, por uno u otro motivo no se ajustaban a las exigencias del fallo Rosza, ya que no contemplaban la participación de los tres órganos o porque sencillamente se preveía la designación de conjueces sin acuerdo del Senado. Llegamos así a la actual ley 27145 que constituye un retroceso de tal magnitud que habilita la coexistencia de dos tipos de Jueces, unos Constitucionales dotados de todas las garantías institucionales y otros que desprovistos de dichas garantías, importen jueces a todas luces inconstitucionales. Se configura así una situación más funesta que la existente con anterioridad al pronunciamiento de la Corte en el fallo Rosza. Esta normativa aprobada por la mayoría oficialista de ambas cámaras, conlleva la pretensión evidente de domesticar a la Justicia y permitir la cobertura de la gran cantidad de vacantes existentes en el Poder Judicial, con Jueces afines al oficialismo, mediante el uso de simples y circunstanciales mayorías. Esta ley rompe el equilibrio exigido por el art. 114 de la Const. Al permitir designaciones por simple mayoría; permite la designación de Jueces o Conjueces sin orden de prioridad, pudiendo ser estos últimos abogados de la matrícula sin requisito de idoneidad y sin experiencia a simple arbitrio de quien los designa; no prevé ningún mecanismo que exija traspasar exitosamente ningún test de idoneidad; en caso de demora en los acuerdos a las listas de Conjueces por parte del Senado, autoriza al Consejo a designar directamente sin el requisito básico de la aprobación senatorial; la designación de un conjuez puede provenir de un abogado proveniente de la función pública, mediante un simple pedido de licencia, violando así la división de poderes y atribuye al Consejo de la Magistratura la facultad exclusiva de realizar designaciones, desconociendo que la Constitución solo reconoce a este organismo la facultad de proposición, mas no la de designación. “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” Se genera así las condiciones para designar a un importante número de Jueces en clara situación de dependencia de las mayorías de turno, lo que claramente los inhabilita para un adecuado ejercicio de la magistratura. Como era de esperar, diversos planteos judiciales llevados adelante por ONG, Colegios Profesionales, Federaciones y simples ciudadanos, trajeron aparejados concomitantes pronunciamientos de inconstitucionalidad en diversos tribunales e instancias del país. A título de ejemplo baste consignar “Uriarte c/Consejo de la Magistratura” Juzgado Federal Nro. 4 Sec-11 de la ciudad de La Plata, “Milla, María C s/Falta de Mérito” Juzgado Federal. Nro. 3 Sec. Nro. 5 de la Capital Federal; “C, M y Otros s/Extracción de Material genético” de la Cámara Federal Criminal y Correccional de la Capital Federal, y el más reciente “Kepych Yuriy s/Habeas Corpus” de la Cámara Federal de la Plata Sala III, entre otros. De allí la necesidad de sancionar un régimen de subrogancias, que se adecue a nuestro diseño constitucional y que respete los postulados del fallo “Rosza” que fijo los lineamientos que una norma debe cumplir para superar su imprescindible test de constitucionalidad. El régimen que propiciamos, vuelve a considerar las subrogancias como lo que realmente son, situaciones excepcionales y no como un mecanismo alternativo para avanzar en forma generalizada en la designación de magistrados, bajo pautas de discrecionalidad, sin control de idoneidad y a través de mayorías circunstanciales. El principio rector, es que a un Juez lo debe siempre sustituir otro Juez, dejando para supuestos excepcionalísimos y cuando se hubieran agotado todas las alternativas, recurrir a un listado de conjueces, en cuyo caso se deberá recurrir al sorteo y no al antojo discrecional. Otro aspecto tenido en cuenta es que las subrogancias duran por el tiempo de su cometido, esto es hasta terminar la causa en caso de excusación, recusación u otro impedimento asimilable, hasta la restitución del titular en caso de licencia o hasta la designación del titular en caso de vacancia, otorgando mayor previsibilidad y por lo tanto estabilidad al designado, fortaleciendo así su independencia de criterio. En cumplimiento de diversos pronunciamientos internacionales de obligatorio acatamiento para nuestro país (Casos Reverón Trujillo y Chocrón Chocron de la Corte Interamericana de Derechos Humanos), se postula que los Jueces suplentes gozaran de todas las condiciones de servicio para el ejercicio independiente de su cargo, en tanto ejercen las mismas funciones que jueces titulares. Para su remoción se aplicará el mismo sistema que para estos últimos. “2015 ‐ Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres” El proyecto vuelve al sano criterio de dejar en manos de la jurisdicción las subrogancias breves, motivadas en excusaciones o recusaciones, para las que se aplicará los códigos respectivos, al igual que en aquellos supuestos inferiores a los 60 días. Una razón de celeridad y buena administración aconseja dicho temperamento. En los supuestos más prolongados, designará el Consejo, siguiendo siempre el criterio de priorizar a los jueces, recurriendo únicamente a conjueces en casos excepcionales. Los listados de Conjueces los confecciona el Consejo de la Magistratura asegurando criterios para evaluar la idoneidad de los postulantes, tanto abogados como Secretarios, en cada Jurisdicción o fuero según corresponda. Se eximirán de este requisito, aquellos que hayan rendido un concurso en cada ámbito y se encontraran en condiciones de haber sido ternados. De este modo se aprovecha el esfuerzo del Estado y de los propios postulantes, en materia de concursos para cubrir vacantes. Tanto para la aprobación de las listas de conjueces que se remitirán al Poder ejecutivo para su designación, previo acuerdo del Senado, como el efectivo nombramiento por parte del Consejo de la Magistratura, se realizaran mediante mayorías calificadas de 2/3 de los miembros presentes del plenario del cuerpo. A grandes rasgos este proyecto recoge los diversos precedentes en la materia, articulando y coordinando un sistema que resulte operativo y útil para una adecuada prestación del servicio de justica, que respete la Constitución en el marco interpretativo que nuestro máximo Tribunal de Justicia brindo a la cuestión en el referido fallo Rosza. Por último se deroga mediante el presente proyecto la retrógrada e inconstitucional ley 27.145. Se intenta de este modo restablecer el equilibrio, la razonabilidad y el verdadero mérito que debe primar en la integración de los Tribunales de Justicia, requisito básico de la convivencia democrática. En mérito a los fundamentos expuestos es que solicito la aprobación del presente proyecto de ley. Ángel Rozas. –