modificaciones a la regla del juego pasivo

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EL JUEGO PASIVO
(Modificaciones 2003)
Artículo técnico
Nº1 – ene/ 2004
MODIFICACIONES A LA REGLA DEL JUEGO PASIVO
Todos los que estamos involucrados en el mundo del balonmano ya
hemos podido observar, a lo largo de estos últimos meses, el efecto de
los cambios experimentados en la norma del JP que se anunciaron en el
verano de 2003.
Igualmente pronto vamos a poder ver los efectos de la nueva directriz en
cuanto a gestoforma surgida de la “clarification letter nº5” de noviembre
de 2003.
Es por ello que este grupo de observación arbitral cree oportuno, dada la
confusión creada por estos cambios en distintos ámbitos, emitir unas
consideraciones con el ánimo de aportar claridad a la situación actual
1. Cambios en el concepto de final de una acción ofensiva
(IHF - verano 2003)
Los cambios en la regla del JP afectaron a la interpretación de cuando se consideraba que
terminaba una acción ofensiva y cuando ésta volvía a empezar
En primer lugar leamos la versión original en Inglés de la propia IHF:
a) Traducción (más o menos literal)
“En caso de que un lanzamiento a portería (incluyendo el lanzamiento de 7m o el GF)
marque el final de una acción ofensiva, y el balón vuelva rechazado tanto por el portero, el
RAMÓN GALLEGO – PACO HUGUET
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poste o el larguero, y el equipo atacante retome la posesión del balón de acuerdo a las
Reglas, comienza una nueva acción ofensiva en su fase de construcción.
Igualmente se considerará el principio de un nuevo ataque si los jugadores u oficiales del
equipo defensor cometen una infracción o conducta antideportiva, después de que se haya
mostrado la señal de advertencia, que se deba sancionar progresivamente de acuerdo a la
Regla 16”
b) Traducción más cercana a la realidad
“Cuando se produce un lanzamiento a portería (incluyendo lanzamiento de 7m o GF) y el
balón vuelve rechazado tanto por el portero o la portería, ello significa el final de la acción
ofensiva. Si el equipo atacante recupera la posesión del balón de forma reglamentaria, se
debe considerar que en ese momento comienza una nueva acción ofensiva desde su fase
de construcción”
“Igualmente se considerará la misma situación de partido si los jugadores u oficiales del
equipo defensor comenten una infracción o conducta antideportiva (a sancionar
disciplinariamente de acuerdo a la Regla 16), después de que haya sido mostrada la señal
de advertencia”
(Nota.- Cabe observar que se prescinde de la fase de aproximación a la zona cercana a la
portería contraria y de la fase de preparación del ataque, con lo que el procedimiento para la
señal de advertencia se acorta en el nuevo ataque).
Comentarios
Creemos (y creíamos) que el cambio de la norma ha tenido más ventajas que
inconvenientes. Los árbitros tendemos a ser inmovilistas con los cambios y no nos gustan.
No hay que olvidar que, en su momento, cuando se redactó la norma de la advertencia de
Juego Pasivo, tampoco pusimos buena cara y con el tiempo se ha revelado muy positiva.
La norma del Juego Pasivo, tal como se estaba aplicando, penalizaba tanto la falta de éxito
en el ataque como la pasividad en sí misma, y no hay que olvidar que la norma lo que
sanciona es la falta de intención de atacar la portería contraria. Es en esa dirección que se
han producido los cambios en la regla.
Si lo que, en su momento, se hubiera pretendido penalizar son los ataques demasiado
largos, lo que se hubiera hecho es redactar una norma por la que se penalizara la duración
del ataque (por ejemplo, proponiendo un tiempo máximo de posesión del balón). Como esa
no es la cuestión, nos debemos ceñir a lo redactado y olvidar otras posibilidades.
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Consideraciones sobre los cambios:
•
Entendemos que un equipo que ha lanzado a portería y que lo ha hecho con la potencia
e intención suficientes como para que (con el azar como aliado, no lo olvidemos)
recupere el balón después de haber tocado al portero o a la portería, ha demostrado con
creces sus intenciones de ataque, y por ello no puede seguir siendo sospechoso de
pasividad (incluyendo el Lanzamiento de 7 metros y el GF)
•
Sobre el asunto de las sanciones disciplinarias, quizás cabría hacer alguna matización
más a la norma, pues existe la preocupación de que el equipo atacante pueda
provocarlas para así empezar de nuevo un ataque.
Esto no debería ser un elemento determinante para nadie, pues las acciones incorrectas
no se provocan, simplemente suceden o no suceden, y apreciar eso forma parte del
trabajo arbitral en todos los demás lances del juego. Debemos estar atentos para
diferenciar si una situación es simulada en multitud de ocasiones más allá del Juego
Pasivo.
La provocación o búsqueda de una situación no es sancionable en sí misma. Si el
jugador que la busca la consigue, habrá sido por su astucia y porque ha incurrido en ella
el defensor. Esta es una situación muy distinta de la simulación, la cuál se ha de
perseguir y sancionar. Pero justamente para discernir ambas situaciones está el árbitro
(pero no solo en el caso del Juego Pasivo sino en todos los momentos de un partido).
•
Pero, ¿por qué no analizamos este hecho de otra forma?. Anteriormente, el equipo
defensor podía (teóricamente) conseguir el JP a base de jugar por encima del límite en
defensa; tanto como para impedir al equipo atacante, que juega dentro del reglamento,
lanzar a portería. Como un ataque puede durar un cierto tiempo y (como consecuencia
de las acciones incorrectas) no es posible lanzar, si finalmente se señala un JP
estaríamos premiando una defensa incorrecta (es decir, al equipo infractor).
Aun más, una Sanción Disciplinaria se diferencia de una Sanción Técnica porque lo es
en función de superar el ámbito propio del juego. La Sanción Disciplinaria es necesaria
para restablecer el desarrollo normal del juego, porque si no existiera, no bastaría con
sancionar sólo técnicamente ya que éstas últimas no son acumulativas numéricamente.
Así pues, según nuestra opinión, tal como estaba la regla del JP, en ocasiones, se podía
beneficiar al equipo infractor, que, utilizando conductas antirreglamentarias, podía ser
capaz de provocar en el contrario una simple sanción técnica como es el JP. Sería lo
mismo que si a un atacante sujetado por el defensa se le sancionara con pasos cuando
la misma jugada se repitiera un determinado número de veces.
•
Entendemos que al final, con este cambio, se sanciona mejor el Juego Pasivo en sí
mismo y menos la duración del ataque, que es lo que hasta el cambio, “de facto”, en
ocasiones se estaba sancionando. Además, de cada 30, 40 o 50 ataques que pueden
haber en un partido realizados por cada equipo, ¿en cuántos se podrá llegar a esta
situación?. Creemos que en muy pocos.
Y si nos ceñimos a los finales de partido, opinamos que la regla obliga a las defensas a
arriesgar y a jugarlos con menos dureza, porque si no, pueden perder la posibilidad de
recuperar el balón vía JP, con lo que ello redunda en un beneficio para el espectáculo.
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2. Cambios en la utilización de la gestoforma (IHF – nov/2003)
En la “clarification letter No.5”, entre otras, venía la siguiente instrucción:
“…, in accordance with the very last section of Clarification No. 4 in the rule book, the referees have
also been expected to take their arms down after a free-throw has been awarded to (and executed by)
the attacking team, even if the forewarning still applies. (This instruction has existed purely for
practical reasons). It has now become clear however, that this action by the referees could now
become confused with the entirely new situation where the referees take their arms down because the
forewarning no longer applies. Accordingly, to increase clarity, the new instruction is that the referees
shall always maintain their hand signal (arm up) as long as the forewarning applies, even if one or
more free-throws (or throw-ins) for the attacking team is awarded. In this way, the situation is always
entirely clear to the teams.”
Traducción (de la regla)
“..., para incrementar la claridad, la nueva instrucción es que los árbitros deberán mantener
la gestoforma (mano levantada) mientras se aplique la señal de advertencia, incluso en el
caso de que se decreten uno o más golpes francos (o saques de banda) favorables al
equipo atacante. De esta forma, la situación queda completamente clara para los equipos.”
Comentarios
Entendemos que el cambio es muy positivo y que incluso así debería haber sido desde que
se instauró la señal de advertencia de JP.
Se establece una correspondencia inequívoca entre la señal de advertencia y la situación
real de posibilidad de Juego Pasivo. Todos los implicados en el juego sabrán, sin posibilidad
de duda, cuando existe una amenaza real de pasivo y cuando no.
Por ello, la función arbitral, que siempre debería ser comprensible al máximo para los demás
integrantes del juego y los espectadores, queda considerablemente clarificada y entendible
para todos. Tal como se había tenido que hacer hasta ahora, tan solo conducía a problemas
de comprensión por parte de todos, sobre todo en los ataques largos en los que se pueden
producir varios golpes francos después de la señal de advertencia.
Asimismo, entendemos que la inmediata puesta en marcha de esta nueva aplicación de la
gestoforma no tiene que presentar ningún problema. En el bien entendido que esta
modificación, como todas las que atañen a las Reglas y sus interpretaciones, debe ser
conveniente e ineludiblemente publicitada por los organismos que tienen competencia para
ello, pues toda norma debe ser conocida tanto por quienes deben aplicarla como por los que
deben entenderla para poder observarla. El fin de todo ello es minimizar las posibles
confusiones, las cuáles pueden afectar de forma negativa a la imagen global de nuestro
deporte.
Ramón Gallego, Paco Huguet
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