WP5 ENGUERA 1 Strategic Paper front ESTotal

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Documento estratégico
Desarrollo de un modelo integral
y sostenible de bioenergía de base
forestal a nivel local/comarcal en
las regiones mediterráneas de España
ventajas y oportunidades socioeconómicas y medioambientales
Proyecto
Ayuntamiento de Enguera
Fernando Pradells, Javier Martínez, Lucía Pons, José Vicente Oliver
1.
INTRODUCCIÓN
1.1.
1.2.
1.3.
2.
Necesidades y justificación
La biomasa forestal a nivel local
Objetivos para los municipios forestales españoles
ANALISIS Y DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN ACTUAL
2.1.
2.2.
2.3.
2.4.
2.5.
2.6.
2.7.
3.
Disponibilidad del recurso
Gestión y utilización actual del recurso a nivel local
Posibilidades de valorización energética
Ventajas económicas, ambientales y sociales del
aprovechamiento de la biomasa forestal a nivel local
Barreras y oportunidades del uso de la biomasa forestal con
fines energéticos a nivel local
Medidas actuales para impulsar el uso de la biomasa
forestal con fines energéticos a nivel local
Diagnóstico de la situación actual y aspectos clave
HOJA DE RUTA PARA EL DESARROLLO DE LA BIONERGÍA A NIVEL
LOCAL EN BASE A LA SUBSIDIARIDAD DE LA GESTIÓN FORESTAL
SOSTENIBLE
3.1.
3.2.
3.3.
Modelo integral de bioenergía de base forestal a nivel local
Líneas estratégicas
Medidas prácticas a seguir
4.
LEGISLACIÓN
5.
BIBLIOGRAFÍA
Síntesis
El presente estudio estratégico analiza las oportunidades reales para desarrollar un
modelo integral de gestión, aprovechamiento, transformación, distribución y
consumo de bioenergía de base forestal a nivel local y/o comarcal en las zonas
eminentemente forestales, fijando retos y objetivos operativos para los municipios
forestales en las diferentes regiones Mediterráneas de España. Todo ello con el fin
último de poder contribuir al desarrollo de estructuras económicas y sociales en el
medio rural.
Para ello, el estudio parte de un análisis y diagnóstico de la situación actual,
analizando la disponibilidad del recurso y los sistemas de gestión y utilización actual
del mismo a nivel subregional. Con el fin de poder valorar las posibilidades reales
de la valorización energética de la biomasa forestal, se analizan en detalle y se
cuantifican las ventajas medioambientales, económicas y sociales del desarrollo
de la cadena de valor de la biomasa forestal a nivel local.
El presente estudio identifica las barreras de índole técnico, económico,
medioambiental y administrativo que hay que salvar para el desarrollo eficaz de
proyectos industriales a nivel local para el uso de la biomasa forestal con fines
energéticos. En base al análisis de barreras y oportunidades se definen medidas
concretas y buenas prácticas para poder impulsar desde una perspectiva local
este tipo de proyectos. Estos aspectos clave a potenciar se centran en la garantía
necesaria para un suministro regular de materia prima en base a una gestión
forestal sostenible y subsidiaria, en el desarrollo de sistemas avanzados en los
trabajos forestales así como en la logística entre el monte y la planta industrial, en
la optimización de la transformación energética (eléctrica y térmica) en base a los
recursos forestales y sus biocombustibles semielaborados y en la distribución y
consumo final de los productos energéticos principalmente a nivel local/comarcal.
Sobre estos aspectos clave, se establece una hoja de ruta para el desarrollo de
proyectos reales de bioenergía a nivel local en base a la subsidiaridad de la
gestión forestal, definiendo un modelo integral a nivel local que representa la base
a aplicar en los diferentes municipios forestales de las regiones Mediterráneas de
España, las líneas estratégicas a seguir en cada uno de los proyectos y las medidas
prácticas a tomar por los agentes involucrados en los mismos, principalmente
administraciones y empresas.
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Necesidades y justificación
El año 2011 has sido declarado como Año Internacional de los Bosques por la
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el
objetivo de celebrar y poner en valor el papel de la sociedades y comunidades
rurales en la gestión y en la conservación de las masas forestales. Uno de los
enfoques planteados en el Forum de los Bosques de la ONU es evaluar en clave
socioeconómica los bosques y su interés desde el punto de vista de la energía,
sobre todo a escala local.
En este contexto hay que destacar que el papel de la biomasa forestal como
fuente de energía renovable no es nuevo, ya que durante mucho tiempo y sobre
todo en la época preindustrial y en zonas predominantemente rurales, ha sido el
combustible más utilizado. Esto sucede todavía hoy en muchos países en vías de
desarrollo.
A lo largo de los años, en muchos municipios con marcado carácter forestal del
territorio español se hacían aprovechamientos menores de las masas para obtener
leñas, e incluso se llevaron a cabo monocultivos energéticos de especies frondosas
duras (p.e. Quercus spp.) que han sido abandonados y tienen hoy en día otros
usos, fundamentalmente recreativos o protectores. Así, en las últimas décadas la
biomasa forestal ha sido infrautilizada en España, debido principalmente al difícil
acceso al recurso en el monte; pero también a la gran apuesta que se hizo a favor
de otras tecnologías que valorizaban biomasas residuales con un mayor impacto
sobre el medio ambiente y necesitadas de soluciones para la gestión de los
residuos, como las biomasas residuales de carácter industrial o urbano (alperujo,
purines, residuos industriales de la madera, fangos de depuradoras, etc.). Sin
embargo, en muchos de los países de nuestro entorno europeo sí se han seguido
políticas de apoyo al uso de estos residuos del monte, desarrollando legislación
específica, sistemas de apoyo financiero al sector empresarial e incluso ayudas a
los usuarios finales por el uso de este tipo de biomasa, centrando estas políticas,
programas y proyectos en municipios y comarcas de marcado carácter forestal.
a) Las previsiones de desarrollo del sector de la bioenergía de base forestal
La biomasa de origen forestal reúne características morfológicas, físicas, químicas y
energéticas que la convierten en un recurso competitivo en el mercado de las
energías renovables. La generación de energía térmica y/o eléctrica a través de la
biomasa forestal abre la puerta a la puesta en valor y al aprovechamiento
sostenible de un recurso que hasta la fecha era considerado un residuo no
aprovechable.
El aprovechamiento sostenible y la valorización energética de la biomasa forestal
conllevan varios efectos positivos, siendo los principales la mejora de las
condiciones de los montes en cuanto a la prevención ante los incendios forestales
y la diversificación energética.
En la situación actual de crisis económica, la diversificación de las fuentes de
energía y la limitación, en lo posible, de la dependencia energética exterior son
elementos que aportan estabilidad a la economía española y contribuyen a
reducir el déficit comercial de la balanza de pagos. Por otro lado, en un país de
clima y vegetación mediterráneos donde los devastadores incendios forestales son
habituales, la eliminación de unos restos de alta combustibilidad, como son los
residuos de los tratamientos selvícolas y de las cortas finales, contribuyen de forma
muy efectiva a la disminución del riesgo de incendios forestales.
Figura 1: Ciclo de carbono en el aprovechamiento de biomasa forestal como fuente de energía renovable
Sobre la base del Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010, en España se han
definido políticas de apoyo y fomento, que han sido la base para el cálculo de
previsión de utilización de la biomasa en general y de la forestal en particular. Con
estas políticas se ha previsto que la biomasa, con independencia del origen,
aportará el 45% del total de generación con fuentes de energías renovables, de
donde 460.000 Tep (un 10%) corresponderán a la procedente de residuos del
monte.
Los objetivos marcados desde la Administración General del Estado se habían
basado en una disponibilidad de residuo en monte estimada en
aproximadamente 10 millones de toneladas secas anuales, tal como se calcula en
la Estrategia Española para el Desarrollo del Uso de la Biomasa Forestal Residual.
Esta cantidad de biomasa puede ser aprovechada de forma sostenible en el
tiempo. Si se tienen en cuanta otros usos de alto valor añadido que se pueden dar
a la madera (tableros), la biomasa forestal que puede ser valorizada
energéticamente se cuantifica en unos 6 millones de toneladas secas anuales, lo
cual cubriría sobradamente las previsiones del Plan de Acción Nacional de
Energías Renovables de España (PANER) 2011-2020 para biomasa procedente de
trabajos selvícolas.
Ahora bien, a pesar de existir esa posibilidad de biomasa en los terrenos forestales,
no se ha producido un arranque de este sector todo lo satisfactorio que cupiera
esperar. Esto es debido principalmente a que la disponibilidad de este recurso se
ha visto reducida por los elevados costes de extracción y suministro, lo que a su vez
ha frenado el desarrollo de la tecnología aplicable a este tipo de residuos
energéticos.
Lo anterior, unido a la particular situación de la propiedad forestal en muchas
zonas de España con titularidad privada y municipal en pequeñas extensiones,
supone que no se haya podido garantizar el recurso de forma sostenible en el
tiempo como para hacer viables instalaciones de tamaño mínimo que usen
biomasa forestal como combustible.
Pese a estos impedimentos, el desarrollo del mercado de la biomasa leñosa ha ido
creciendo en los últimos años, sobre todo en relación con la biomasa obtenida, no
de los residuos de los trabajos selvícolas, sino de plantaciones forestales de
crecimientos rápidos y turnos cortos, sobre todo en el centro y norte del país. Ahora
bien, este incremento no se ha producido a la velocidad requerida para cumplir
los objetivos marcados en los diferentes planes de energías renovables que se han
ido desarrollando tanto a nivel nacional como en las diferentes Comunidades
Autónomas.
A la vista de esta situación, el instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía
(IDAE) ha ido introduciendo variaciones en los planes a nivel estatal, tanto en los
métodos de cálculo como en los objetivos, adaptándolos a la realidad de la
evolución del mercado. Actualmente el Plan de Acción Nacional de Energías
Renovables de España 2011-2020 (PANER) prevé mecanismos que incentiven la
utilización de la biomasa forestal como fuente energética, contemplando para el
año 2020 un suministro de 338kTep de este tipo de biomasa. Estas variaciones
definen un alentador futuro para el sector forestal, sobre todo a nivel local, ya que
se han tenido más en cuenta las necesidades que se presentan en este sector,
sobre todo en lo referente a los agentes involucrados (propietarios agrícolas y
forestales municipales y privados, empresas forestales, infraestructuras en zonas
rurales, etc.), y que son básicas para que la biomasa ocupe el lugar que le
corresponde en el denominado “mix energético”.
La Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible, en su articulo 89.2.h ha
reconocido la importancia de este desarrollo al prever que las Administraciones
Públicas, entre ellas también las Entidades Locales, fomenten “el uso de la biomasa
forestal en el marco de la generación de energía de fuentes de origen renovable”.
Esto supone sin duda un reto y un deber para todas las administraciones; pero
debido a la estrecha relación entre este recurso y el territorio, esto es
especialmente relevante para las administraciones municipales.
En otra línea, pero también de interés e importancia, el último borrador del Plan
Estratégico para el patrimonio Natural y la Biodiversidad ha incluido una nueva
acción en el desarrollo del uso energético de la biomasa forestal.
b) beneficios de la biomasa forestal como fuente de energía
A nivel general, la gestión de los recursos biomásicos
aprovechamiento energético juega un triple y positivo papel:
forestales
y
su
1. Se trata de un combustible no fósil, neutro desde el punto de vista del ciclo
natural del carbono, por lo que las emisiones de CO2 que se producen, al
proceder de un carbono fijado de la atmósfera en el mismo ciclo biológico,
no alteran el equilibrio de la concentración de carbono atmosférico, y por
tanto contribuye de forma activa a la reducción de la emisión de gases de
efecto invernadero.
2. Su valorización y uso como energía térmica y/o eléctrica reduce las
emisiones globales de CO2 siempre que sustituya a otros combustibles fósiles.
Así, hay que tener en cuenta que por cada kWh producido en base a
biomasa forestal se emiten 22 gramos de CO2, siendo este valor 10 veces
menor que en el caso del gas natural y 16 veces menor que el producido al
usar gasóleo.
3. Su gestión y aprovechamiento sostenible así como el aprovechamiento
energético está íntimamente ligado al territorio forestal, por lo que
contribuye de forma directa al desarrollo socioeconómico de un sector
clave para la economía sostenible en el medio rural. Según diferentes
estudios, la creación de tejido empresarial en municipios/comarcas
forestales podría llevar asociado hasta 10.000 empleos directos en España.
A nivel más concreto, el fomento de la biomasa forestal como recurso
energético
proporciona
adicionalmente
otra
serie
de
ventajas
socioeconómicas y medioambientales:
a) Genera un mayor valor a productos actualmente desechados (restos de
podas, descopes, desbroces para cortafuegos, tratamientos selvícolas
fitosanitarios), rentabilizando tareas y trabajos forestales necesarios para el
cuidado del monte. Esto contribuye directamente a un incremento de las
labores selvícolas y a una mejor gestión de los ecosistemas forestales.
b) Mejora las condiciones de los montes en cuanto a la prevención frente a
incendios forestales.
c) Ayuda a la reforestación de zonas desarboladas, aumentando así la
cantidad de CO2 absorbida.
d) Parte de las tierras agrícolas abandonadas se pueden rehabilitar como
cultivos forestales energéticos, como complemento a la biomasa derivada
de los trabajos forestales.
e) El aprovechamiento de la biomasa forestal contribuye a la creación de
empleo en los pueblos eminentemente forestales del medio rural,
beneficiando
deprimidas.
el
desarrollo
económico
de
zonas
tradicionalmente
f) La biomasa tiene contenidos en azufre prácticamente nulo. Por este motivo,
las emisiones de dióxido de azufre (SO2), que junto con los óxidos de
nitrógeno (NOx) son las causantes del denominado efecto de la lluvia ácida,
son despreciables en los procesos de transformación de biomasa forestal en
energía térmica y/o eléctrica.
g) El aumento de generación de energía térmica y/o eléctrica a partir de
residuos forestales contribuye a elevar la producción de energías
renovables, lo que conlleva una menor dependencia de la importación de
combustibles fósiles. Este aspecto es muy importante para un país como
España, en que gran parte de la energía que se consume proviene de
fuentes energéticas exteriores, procedentes en su mayoría de regiones o
países política y económicamente inestables. La utilización de esta fuente
de energía autóctona y renovable contribuye a asegurar un suministro de
combustible continuo, con un precio estable que no viene directamente
influido por las variaciones que pueda experimentar el precio del petróleo y
derivados. A nivel nacional, el desarrollo del potencial que ofrece el
aprovechamiento y uso de la biomasa de base forestal lo podemos calcular
en un ahorro de más de 1.000 millones €/año, tomado como referencia el
coste del barril de petróleo a 100 dólares.
Tabla 1: Poder calorífico de las principales especies forestales en España
El principal inconveniente es la dispersión del recurso en el espacio, lo que incide
de forma decisiva en los costes logísticos y en la planificación del
aprovisionamiento. Hay que tener en cuenta que es necesaria una mayor
cantidad de biomasa que de combustible fósil para conseguir la misma cantidad
de energía, lo que hace necesario también mayor espacio para su
almacenamiento. También hay que tener en cuenta que, hoy por hoy, los
rendimientos de las calderas de biomasa son algo inferiores a los rendimientos de
las calderas que utilizan combustibles fósiles. Además, sus sistemas de alimentación
de combustible y de eliminación de partículas de los gases de escape son más
complejos. Todo esto hace necesaria la planificación del aprovisionamiento y
transformación energética de la biomasa forestal a escala local o comarcal. Los
costes económicos derivados de la necesidad del aprovisionamiento regular en
cantidad y calidad, así como los balances de carbono (energía fósil necesaria
para transportar y convertir energía renovable) obligan a desarrollar modelos de
gestión biomásica integral a nivel local o comarcal.
1.2. La biomasa forestal a nivel local
La biomasa, en su acepción más amplia, incluye todo un conjunto de materias
orgánicas que tienen su origen en un proceso biológico. A partir de la energía
solar, la formación de biomasa vegetal se lleva a cabo mediante el proceso de
fotosíntesis por el que las plantas producen materia orgánica que posee un alto
contenido en carbono, por lo tanto, un valor energético en forma de energía
química. La biomasa también se refiere a los procesos de reciente transformación
de la materia orgánica, tanto si se producen de forma natural como artificial. El
hecho de que se trate de una transformación reciente, excluye de este grupo a los
combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo o el gas natural, cuya formación
tuvo lugar hace millones de años.
Para la definición y clasificación de la biomasa susceptible de valorización
energética, se debe tener en cuenta lo dispuesto en el Real Decreto 661/2007 por
el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica en régimen
especial, en concreto su Anexo II, que define la biomasa y el biogás que se puede
considerar en el régimen especial de generación eléctrica. En base a esta
regulación, podemos definir:
Biomasa:
fracción biodegradable de los productos, subproductos y residuos
procedentes de la agricultura incluidas las sustancias de origen
vegetal y de origen animal), de la silvicultura y de las industrias
conexas, así como la fracción biodegradable de los residuos
industriales y municipales.
Productos incluidos en la definición de biomasa:
1. Residuos de aprovechamientos forestales.
2. Residuos procedentes de instalaciones industriales del sector
forestal.
3. Residuos de las actividades de jardinería.
4. Cultivos energéticos agrícolas y/o forestales.
5. Residuos de las actividades agrícolas.
6. Residuos procedentes de instalaciones industriales del sector
agrícola.
En el ámbito de esta estrategia para el desarrollo del uso energético de la biomasa
forestal a nivel local, se definirá ésta como la biomasa forestal producida durante
la realización de cualquier tipo de tratamiento o aprovechamiento selvícola en
masas forestales, sin considerar los fustes o madera en rollo aprovechables
comercialmente en la actualidad para usos materiales (madera aserrada, tableros
o pastas celulósicas). Aunque históricamente se ha venido considerando que estos
surtidos son aprovechables comercialmente cuando tienen más de 7 cm de
diámetro en punta delgada, el límite dimensional de la biomasa forestal se
establece en función de los mercados locales o regionales que rigen cada zona.
Así, en aquellos municipios o zonas en los que no existan estructuras de demanda
industrial sobre los productos forestales (aserraderos, tableros, celulosas, etc.),
podremos considerar como biomasa forestal todos los aprovechamientos, no sólo
los residuales.
De todas formas, debemos considerar la biomasa forestal residual como el mínimo
común denominador de biomasa para los diferentes municipios o zonas forestales.
En este contexto puede considerarse la biomasa forestal residual como la
generada por los sistemas forestales, en cualquiera de los siguientes casos:
1. Tratamientos selvícolas sobre el vuelo aéreo:
a) Tratamientos que no supongan la corta de árboles: podas de formación,
podas de calidad o trasmoches (cortar todas las ramas de un árbol,
dejando solo el fuste).
b) Tratamientos intermedios o de mejora: clareos y claras. Los clareos se
realizan sobre árboles de pequeñas dimensiones y sin obtener un
rendimiento económico, mientras que las claras se realizan sobre árboles de
mayores dimensiones en las que ocasionalmente se obtienen rendimientos
económicos. Los clareos se realizan generalmente sobre masas en el primer
tercio de la edad de aprovechamiento del arbolado, mientras que las
claras normalmente sobre masas que se encuentren entre el primer tercio y
los dos tercios de la edad de aprovechamiento final del arbolado.
c) Cortas finales: actuaciones sobre masas forestales destinadas a ser cortadas
para su aprovechamiento final y provocar la regeneración de la superficie,
con un importante objetivo económico.
2. Tratamientos selvícolas sobre el vuelo no aéreo: engloban desbroces y
descuajes sobre el matorral. Suponen un coste importante, motivo por el cual se
llevan a cabo tan sólo de forma puntual (prevención de incendios forestales,
como trabajos previos a repoblaciones forestales, etc.), además de
cuestionarse su conveniencia o interés desde el punto de vista ecológico, de
biodiversidad o de paisaje si se hacen de manera indiscriminada
No puede perderse de vista que la biomasa forestal residual considerada en el
ámbito del presente estudio será aquella que mantenga la sostenibilidad de las
masas forestales de donde se extraiga, para lo cual se deben considerar
parámetros de gestión forestal sostenible en su aprovechamiento. En este
contexto, se tendrán en cuenta las consideraciones ambientales, sociales y
económicas de esta actuación sobre el monte para que mantenga su
biodiversidad, productividad y capacidad de regeneración, vitalidad y su
potencial de cumplir, ahora y en el futuro, funciones ecológicas, económicas y
sociales relevantes sobre todo a escala local, pero también a escala nacional y
global, sin causar daño a otros ecosistemas (Conferencia Ministerial de Helsinki,
1993).
1.3. Objetivos para los municipios/comarcas forestales españoles
La implantación de un modelo energético sostenible, basado en el ahorro, la
eficiencia y la diversificación de fuentes, requiere un impulso decidido al desarrollo
de la biomasa forestal residual como energía renovable, que complemente las
otras fuentes de energías renovables hasta la fecha más desarrolladas en nuestro
país (energía eólica, hidráulica y fotovoltaica). En este sentido, el presente estudio
está dirigido al fomento con fines energéticos de la biomasa forestal en base a la
subsidiariedad de la gestión forestal sostenible en municipios y/o comarcas con
suficientes recursos, capacidad y experiencia en el aprovechamiento sostenible de
las materias primas de origen forestal.
Para ello se definirá un modelo a nivel local que incluya medidas, acciones e
instrumentos necesarios para la utilización y valorización energética de la biomasa
forestal procedente de aprovechamientos forestales para que pase de
considerarse un residuo a considerarse un recurso.
a) retos estratégicos
Con todo ello se deben favorecer los siguientes retos estratégicos:
1. Contribución al desarrollo rural: mejora de las condiciones de vida de las
zonas rurales en base a la creación de empresas ligadas al medio
agroforestal que generen valor añadido y empleo de calidad.
2. Contribución a la mejora de la estructura de los ecosistemas forestales frente
al riesgo de incendios: disminución de la carga de combustibles, de
maderas y leñas muertas abandonadas, mediante el desarrollo de
tratamientos selvícolas hasta la fecha no rentables que puedan mejorar el
estado fitosanitario de las masas forestales.
3. Contribución a nivel local al cumplimiento general de los compromisos del
conjunto de España ante la Unión Europea (Plan Europeo de Energías
Renovables) y ante el Protocolo de Kyoto (reducción de las emisiones de
CO2 a la atmósfera y reducción de la factura que nuestro país paga debido
a la desfavorable balanza de pagos del mercado energético).
b) objetivos estratégicos
En base a estos retos, los objetivos operativos que persigue el presente estudio
estratégico para el desarrollo de la bioenergía en base a la subsidiariedad de la
gestión forestal sostenible son:
1. Definir las líneas básicas para un modelo integral de gestión,
aprovisionamiento, transformación y valorización de bioenergía de base
forestal a escala local.
2. Definir las pautas para evaluar la disponibilidad actual y futura del recurso a
escala local, con el fin de poder definir la posibilidad de abastecimiento
continuo de biomasa forestal a proyectos industriales bioenergéticos en la
zona.
3. Movilizar la biomasa forestal de los montes de propiedad municipal,
impulsando su uso energético, y sirviendo así de ejemplo tractor para el resto
de montes privados y públicos en la zona.
4. Definir los instrumentos normativos y financieros necesarios, ya sea mediante
la adaptación de los existentes o a través de la creación en su caso de otros
nuevos.
5. Facilitar el desarrollo de un mercado competitivo y sostenible y de una
cadena de suministro de la biomasa forestal a nivel local y/o comarcal.
2. ANALISIS Y DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN ACTUAL
2.1. Disponibilidad del recurso
2.1.1. Existencias actuales en España
Para poder evaluar de forma general la disponibilidad general del recurso, se
describen de forma general las existencias de biomasa forestal residual calculadas
en el conjunto de España.
Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, las existencias
actuales de biomasa forestal residual en España, se han calculado sobre una
superficie forestal considerada de 7,9 millones de hectáreas1, de acuerdo con los
resultados de la metodología utilizada para la estimación de la disponibilidad
anual de biomasa forestal residual derivados de la Estrategia Española para el
Desarrollo del Uso Energético de la Biomasa Forestal Residual (2008). Para estimar
las existencias se procedió en esta estrategia de la siguiente manera:
1. Se determinó la biomasa forestal residual por hectárea para los diferentes
estratos arbóreos definidos por las especies forestales consideradas. Para ello se
utilizó:
- Información del Inventario Forestal Nacional (IFN3), en cuanto a distribución
de superficies forestales por especie dominante (a nivel nacional)
- Información del trabajo “Producción de biomasa y fijación de CO2 por los
bosques españoles” (Montero, Ruíz-Peinado y Muñoz 2005), publicado en las
Monografías INIA (Serie Forestal, nº 13-2005), en cuanto a datos nacionales,
por especies forestales, de biomasa aérea de las principales especies
forestales.
Con estas informaciones se obtuvieron valores según estratos arbóreos, según
muestra la siguiente tabla.
1 Considerando que los terrenos forestales en España se acercan a la cifra de 27,5 millones de hectáreas, la
superficie susceptible de aprovechamiento supone un porcentaje cercano al 29 %.
Tabla 2: Estimación de la biomasa forestal residual según estrato arbóreo
Estrato arbóreo según Biomasa residual
especie dominante
toneladas/ha
Quercus robur
58,1
Quercus pyrenaica
23,2
Quercus faginea
26,1
Quercus ilex
54,1
Quercus suber
26,6
Populus spp.
19,3
Eucalyptus spp.
17,8
Fagus sylvatica
56,8
Castanea sativa
26,6
Pinus sylvestris
12,9
Pinus pinea
23,0
Pinus nigra
23,6
Pinus halepensis
10,1
Pinus radiata
11,7
Pinus pinaster
9,7
Otras especies
26,6
2. Del estudio de la posibilidad anual de biomasa forestal residual se estableció la
superficie potencialmente aprovechable según especies.
3. Con los valores determinados de biomasa forestal residual (en t/ha) según
especie se calculó la biomasa total correspondiente a cada una de las
superficies.
Procediendo de la manera descrita, se han estimado en más de 200 millones de
toneladas la biomasa forestal residual actualmente existente en España, restringida
a la zona de estudio considerada (superficie potencialmente aprovechable). Los
datos por provincia y por Comunidad Autónoma se resumen en las siguientes
tablas.
Tabla 3: Estimación de la biomasa forestal residual susceptible de aprovechamiento actualmente existente.
Resumen por provincia
Provincia
ÁLAVA
ALBACETE
ALICANTE
ALMERÍA
ASTURIAS
ÁVILA
BADAJOZ
BALEARES
BARCELONA
BURGOS
CÁCERES
CÁDIZ
CANTABRIA
CASTELLÓN DE LA PLANA
CIUDAD REAL
CÓRDOBA
CUENCA
GERONA
GRANADA
GUADALAJARA
GUIPÚZCOA
HUELVA
HUESCA
JAÉN
LA CORUÑA
LA RIOJA
LAS PALMAS
LEÓN
LÉRIDA
LUGO
MADRID
MÁLAGA
MURCIA
NAVARRA
ORENSE
PALENCIA
PONTEVEDRA
SALAMANCA
SANTA CRUZ DE TENERIFE
SEGOVIA
SEVILLA
SORIA
TARRAGONA
TERUEL
TOLEDO
VALENCIA
VALLADOLID
VIZCAYA
ZAMORA
ZARAGOZA
Total
Biomasa forestal residual
total existente (toneladas)
3.115.598
3.744.143
608.360
665.972
4.611.248
2.044.447
8.036.534
1.474.761
6.365.639
6.776.177
7.358.341
3.252.732
2.262.123
2.536.783
9.899.379
4.663.146
8.831.083
6.908.493
2.418.224
8.913.528
1.216.117
4.611.915
6.306.755
4.606.143
3.197.668
2.385.477
35.736
6.994.569
4.871.155
6.490.100
3.228.881
1.791.427
1.316.221
9.382.329
4.999.148
2.561.855
3.024.863
2.711.025
99.734
2.455.978
2.581.836
5.566.646
1.999.336
5.038.898
4.808.311
2.224.853
1.511.603
1.036.322
4.380.718
4.180.716
200.103.041
Figura 2. Distribución provincial de la estimación de biomasa forestal total existente (toneladas)
Tabla 4: Estimación de la biomasa forestal residual susceptible de aprovechamiento actualmente existente.
Resumen por Comunidad Autónoma
Biomasa forestal residual
total existente
(toneladas)
CASTILLA-LA MANCHA
36.196.443
CASTILLA Y LEÓN
35.003.016
ANDALUCÍA
24.591.396
CATALUÑA
20.144.623
GALICIA
17.711.779
ARAGÓN
15.526.370
EXTREMADURA
15.394.875
NAVARRA
9.382.329
C. VALENCIANA
5.369.995
PAÍS VASCO
5.368.037
ASTURIAS
4.611.248
MADRID
3.228.881
LA RIOJA
2.385.477
CANTABRIA
2.262.123
BALEARES
1.474.761
MURCIA
1.316.221
CANARIAS
135.469
Total
200.103.041
Comunidad Autónoma
2.1.2. Posibilidad anual de biomasa forestal residual
La estimación de la disponibilidad anual de biomasa forestal residual en España
(toneladas/año), se realizó siguiendo la siguiente metodología.
2. La biomasa anual teóricamente disponible se determina a partir de la
posibilidad potencial anual para cada una de las especies consideradas y la
superficie ocupada por cada una de éstas (dato de ocupación dado en el
IFN3 y MFE50).
2. La biomasa anual realmente disponible se calcula en función de la fracción de
cabida cubierta arbórea en cada tesela de vegetación (valor que es conocido
para cada uno de los estratos definidos).
3. La biomasa total anual aprovechable resulta de aplicar a la biomasa real
disponible un coeficiente reductor de recogida de los restos generados en
función de la pendiente media en cada una de las teselas de vegetación, el
cual es el resultado, entre otras consideraciones, de consideraciones sobre
funciones ecológicas (es aconsejable que quede algún resto sobre el terreno),
erosivas y dificultad de mecanización de los trabajos. Los coeficientes de
reducción de recogida se aplican en función de la pendiente del terreno. Así
para una pendiente menor del 12,5% se aplica un coeficiente de reducción de
0,6, es decir, se calcula el 60% de la biomasa real. Para una pendiente media
entre el 12,5% y el 25% el coeficiente es 0,5. Entre 25% y 35% se aplica un
coeficiente de 0,4. Para las pendientes más abruptas (de más del 35%) el
coeficiente aplicado es 0,2.
Con el objeto de garantizar la conservación de suelos frente a la erosión, la
cuantificación se restringe únicamente a aquellas superficies arboladas donde la
fracción de cabida cubierta total (matorral y arbolada) sea superior al 75%,
superficies que se han considerado como susceptibles de aprovechamiento.
Los resultados del estudio a nivel nacional correspondieron al susceptible
aprovechamiento de la biomasa forestal residual sobre una superficie forestal total
de alrededor de 7,9 millones de hectáreas (prácticamente el 97 % de esa
superficie son, en mayor o menor medida, terrenos arbolados).
Del estudio se concluye que, en España, la biomasa forestal residual
potencialmente disponible se acerca a los 6,6 millones de toneladas anuales
(concretamente 6.578.469 t/año). Esta cantidad anual se desglosa, según el origen
de la biomasa forestal residual, como se muestra en la tabla siguiente.
Tabla 5: Estimación de la biomasa forestal residual susceptible de aprovechamiento según el origen
Biomasa residual
%
(t/año)
Arbolado
4.494.687 68,3
Matorral
2.083.781 31,7
Total
6.578.469 100,0
Origen
En la tabla siguiente se muestran los resultados por provincia.
Tabla 6: Estimación de la biomasa forestal residual susceptible de aprovechamiento.
Resumen por provincias y según origen
Biomasa residual potencialmente
Superficie
aprovechable aprovechable (toneladas/año)
(ha)
Arbolado Matorral
Total
Provincia
ÁLAVA
ALBACETE
ALICANTE
ALMERÍA
ÁVILA
BADAJOZ
BALEARES
BARCELONA
BURGOS
CÁCERES
CÁDIZ
CASTELLÓN DE LA PLANA
CIUDAD REAL
CÓRDOBA
LA CORUÑA
CUENCA
GERONA
GRANADA
GUADALAJARA
GUIPUZCOA
HUELVA
HUESCA
JAÉN
LEÓN
LÉRIDA
LA RIOJA
LUGO
MADRID
MÁLAGA
MURCIA
NAVARRA
ORENSE
ASTURIAS
PALENCIA
LAS PALMAS
PONTEVEDRA
SALAMANCA
SANTA CRUZ DE TENERIFE
CANTABRIA
SEGOVIA
SEVILLA
SORIA
TARRAGONA
TERUEL
TOLEDO
VALENCIA
VALLADOLID
VIZCAYA
ZAMORA
ZARAGOZA
Total
108.418,8
186.262,0
55.282,8
44.328,8
85.609,1
195.820,1
91.691,2
311.189,2
284.779,0
239.627,8
114.220,1
112.408,5
244.807,0
117.694,4
213.459,3
371.882,0
233.934,1
97.096,0
302.453,4
48.578,0
179.960,5
258.915,6
164.925,1
293.760,2
189.614,0
83.730,6
240.667,4
100.342,9
71.922,1
114.360,5
253.906,1
224.622,2
197.826,5
110.409,6
1.788,5
152.820,6
93.223,0
5.792,7
110.268,7
137.144,6
67.745,3
243.452,3
122.071,6
245.175,6
121.429,3
202.235,4
68.421,2
74.069,0
148.948,2
178.318,8
7.917.409,4
70.904
70.715
23.022
20.925
47.613
66.693
41.995
162.310
191.457
81.176
20.184
43.034
68.131
38.757
324.227
182.305
103.815
47.212
154.638
41.424
66.696
114.540
64.670
213.017
103.537
51.155
195.728
52.262
19.454
47.197
93.310
129.688
131.525
95.538
386
193.674
69.613
2.087
104.376
100.796
17.705
187.423
57.104
126.818
44.927
76.302
45.828
104.316
99.705
84.771
4.494.687,4
2.021
4.738
1.110
0
14.730
67.683
0
71.052
46.226
187.203
341
6.714
63.865
5.563
140.258
7.200
143.529
74
20.408
181
310
2.589
4.313
289.096
3.390
17.255
151.722
20.400
5.919
4.009
7.208
255.156
128.607
24.457
0
105.780
27.219
0
44.188
3.297
8.835
12.020
34.854
2.493
38.518
20.567
2.677
3.155
75.851
6.999
2.083.781
72.925
75.454
24.132
20.925
62.343
134.375
41.995
233.362
237.683
268.379
20.525
49.748
131.996
44.321
464.485
189.505
247.344
47.286
175.046
41.605
67.006
117.128
68.983
502.113
106.927
68.410
347.450
72.662
25.373
51.206
100.518
384.844
260.132
119.994
386
299.454
96.832
2.087
148.564
104.094
26.541
199.444
91.958
129.311
83.444
96.868
48.505
107.471
175.557
91.770
6.578.468,8
En términos cuantitativos absolutos, las provincias de León, A Coruña y Orense son
las de mayor potencial de disponibilidad de recurso con cifras que superan, en
cada uno de los casos, las 350.000 t/año de biomasa forestal residual.
La ilustración siguiente muestra los resultados por provincia según intervalos de
disponibilidad de biomasa residual.
Figura 3. Distribución provincial de la estimación de biomasa forestal residual susceptible de aprovechamiento
según intervalos (toneladas)
La tabla siguiente muestra un resumen de los resultados por Comunidad
Autónoma, pudiendo observarse la importancia que, en valores absolutos, tienen
las comunidades de Castilla y León y Galicia.
Tabla 7: Estimación de la biomasa forestal residual susceptible de aprovechamiento.
Resumen por Comunidad Autónoma y según origen
Biomasa residual potencialmente
aprovechable (toneladas/año)
Arbolado Matorral
Total
ANDALUCÍA
295.605
25.356
320.960
ARAGÓN
326.129
12.080
338.209
ASTURIAS
131.525
128.607
260.132
BALEARES
41.995
0
41.995
C. VALENCIANA
142.358
28.391
170.748
CANARIAS
2.473
0
2.473
CANTABRIA
104.376
44.188
148.564
CASTILLA Y LEÓN
1.050.990
495.575 1.546.565
CASTILLA-LA MANCHA
520.716
134.730
655.446
CATALUÑA
426.766
252.825
679.592
EXTREMADURA
147.869
254.886
402.755
GALICIA
843.317
652.916 1.496.232
LA RIOJA
51.155
17.255
68.410
MADRID
52.262
20.400
72.662
MURCIA
47.197
4.009
51.206
NAVARRA
93.310
7.208
100.518
PAÍS VASCO
216.645
5.357
222.001
Total 4.494.687 2.083.781 6.578.469
Comunidad Autónoma
Considerando la superficie potencialmente aprovechable, la posibilidad media
anual de biomasa residual por hectárea en España se cifra en unas 0,8 t/ha/año.
Todos estos datos derivados de la Estrategia Española para el Desarrollo del Uso
Energético de la Biomasa Forestal Residual (2008) hay que tomarlos únicamente
como referencia, ya que de todos los datos presentados tanto en existencias
como en posibilidades, hay que recordar y tener en cuenta que únicamente se
refieren a la Biomasa Forestal RESIDUAL, es decir a las fracciones de biomasa aérea
con diámetros menores a 7 cm, lo que podemos considerar como mínimo común
denominador para el cálculo en el conjunto de todo el país. Obviamente estos
datos se incrementan sustancialmente si se consideran fracciones mayores. Esto
debe ser tomado muy en cuenta, sobre todo en las regiones de España donde
apenas existen estructuras de demanda de madera de trituración por parte de la
industria forestal (tableros y celulosas), es decir, principalmente en prácticamente
todas las regiones de la vertiente mediterránea del país. En este caso, el
aprovechamiento para fines energéticos incluirían productos forestales de
dimensiones mayores. Así, por ejemplo, la Consellería de Medio Ambiente de la
Generalitat Valenciana, en su Orden 2009/14103 de 1 de diciembre por la que se
aprueban las bases reguladoras de un régimen de primas para la puesta en valor
de la biomasa forestal en terrenos forestales de la Comunitad Valenciana,
establece un límite de 23 cm para el aprovechamiento energético de la biomasa
forestal.
Por todo ello, y para poder establecer el límite dimensional del recurso y poder así
calcular tanto las existencias disponibles como la posibilidad real anual de biomasa
forestal susceptible de ser aprovechada y valorizada energéticamente a nivel
local, tendremos que tener en cuenta tanto la normativa de clasificación de los
recursos forestales de cada Comunidad Autónoma como también la existencia o
no de mercados reales de madera de trituración (tableros, pastas celulósicas) en la
zona.
2.1.3. Competencia de la utilización del recurso con otros usos
Como se ha apuntado anteriormente, teniendo en cuenta los actuales usos y
aprovechamientos de los recursos forestales en nuestro país, otros usos podrían
entrar en competencia directa con el uso energético que se pretende dar a la
biomasa forestal. Al considerar este aspecto se mantiene el criterio de que la
utilización de leñas para consumo directo doméstico, no deja de ser un uso de la
biomasa forestal con fines energéticos, por lo que no se considera una actividad
competidora que pueda restar disponibilidad del recurso objetivo.
El recurso mínimo que se pretende valorizar energéticamente es el residuo de los
diferentes aprovechamientos forestales que deben realizarse en el monte en el
marco de una gestión forestal sostenible basada en la subsidiaridad a nivel local,
por lo que actualmente no es de suponer que exista competencia para su uso.
Más bien observamos todo lo contrario. Es decir, muchas veces este residuo
permanece en el monte sin ningún tipo de tratamiento siendo difícil de eliminar o
de tratar para reducir riesgos de incendios, por lo que su aprovechamiento, lejos
de ser una competencia para otros sectores, debe ser muy bienvenido por los
actuales gestores forestales, que podrán obtener una nueva fuente de ingresos
procedente de algo que hasta ahora era una molestia y una fuente de costes.
En el caso de considerar fracciones mayores de biomasa arbórea, los sectores que
en principio podrían presentar una competencia parcial con el uso energético de
la biomasa forestal serían:
1. La industria de la celulosa y la pasta de papel
2. La industria de fabricantes de tableros de partículas y de fibras
El mercado de la pasta de celulosa para la fabricación de papel en España se
nutre del reciclaje y de la madera en rollo procedente casi íntegramente de
plantaciones forestales de crecimiento rápido de eucalipto y pino, casi de forma
exclusiva en el cuadrante NO del país. En el resto de España no existen estructuras
de demanda por parte de este sector industrial sobre la biomasa forestal. Por
tanto, podemos considerar que no existe competencia entre el sector de la
celulosa y el uso energético de biomasa forestal, excepto en Galicia y Asturias.
Por otra parte, la industria de fabricación de tableros derivados de la madera
utiliza como materia prima para la obtención de tableros de partículas y de fibras:
madera en rollo de coníferas y frondosas, madera reciclada de paletas, embalajes
y demoliciones, y subproductos procedentes de las industrias forestales de 1ª
(costeros de aserraderos, recortes de chapas planas, bolos de chapas al
desenrollo, etc.) y 2ª transformación (restos de tableros, muebles, puertas, etc.).
Actualmente el consumo total de madera en rollo no alcanza el 40% de la
cantidad total de materias primas utilizadas, siendo el insumo más importante la
madera recuperada o reciclada, según los últimos datos de la Asociación
Nacional de Fabricantes de Tableros (ANFTA). Allí donde existe disponibilidad de
suministro de madera recuperada y reciclada, las empresas de tableros
concentran su aprovisionamiento sobre estos residuos, generalmente libres de
corteza y con contenidos de humedad menores que la madera virgen procedente
directamente del monte. Hay que tener en cuenta, que debido a la coyuntura
actual y a la priorización de madera de origen industrial, muchos recursos forestales
en nuestro país de todo tipo de dimensiones y calidades susceptibles de ser
transformados por la industria del tablero carecen totalmente de demanda y no
pueden ser aprovechados.
La madera en rollo utilizada por la industria del tablero se compone de los fustes y
las ramas gruesas aptas para el descortezado y la trituración en astillas del tamaño
adecuado. En esta industria se considera que es aprovechable comercialmente
cualquier rama o fuste mayor de 5 cm en punta delgada. Por lo tanto, en las zonas
donde existen mercados de madera de trituración para tableros, para el
aprovechamiento de la biomasa forestal residual se produce un pequeño solape
entre las ramas y fustes de diámetro medio comprendido entre 5 y 7 cm. Este
solape se da únicamente con la industria del tablero, que representa alrededor de
un 20% del mercado total de madera en España. El resto del mercado es
principalmente las industrias del aserrado y desenrollo que aprovechan fustes en
cualquier caso con más de 7 cm en punta delgada.
Según el estudio del INIA realizado por Montero, Ruiz-Peinado y Muñoz (2004) sobre
“Producción de Biomasa y Fijación de CO2 por los Bosques Españoles”, se concluye
que los datos de disponibilidad de biomasa forestal residual en el total del conjunto
español, podrían verse afectados en un 5% como máximo por la competencia de
la industria del tablero, lo cual implicaría una disminución del recurso de biomasa
forestal residual disponible que rondaría las 330.000 t/año en toda España,
concentrándose, principalmente en las zonas con presencia de fábricas de
tablero, es decir, Galicia, Castilla-León y Asturias, principalmente. En conclusión, la
competencia se considera como prácticamente insignificante en zonas con
presencia de mercados de madera de trituración y como no existente en zonas sin
presencia de estos mercados. Para el cálculo de existencias y posibilidades reales
a nivel local deben tenerse en cuenta la presencia real o no de este tipo de
mercados, según localización de cada municipio forestal.
2.1.4. Disponibilidad de biomasa forestal residual
Teniendo en cuenta la información general existente sobre existencias y
posibilidades de biomasa forestal residual a nivel nacional, podemos concluir:
a) Que existen actualmente del orden de 200 millones de toneladas de
biomasa forestal residual susceptible de aprovechamiento en España;
b) Que la disponibilidad anual de biomasa forestal residual se sitúa en torno a
los 6,5 millones de toneladas anuales, sin considerar la competencia con
otros usos.
c) Que la única competencia identificada es el consumo de madera virgen
por parte de la industria del tablero sólo en aquellas zonas con presencia de
estos mercados, siendo en su conjunto prácticamente insignificante.
d) Que la disponibilidad anual potencial de biomasa forestal residual para su
valorización energética, por provincias, teniendo en cuenta la competencia
por Comunidades Autónomas y haciendo un reparto de la misma por las
provincias que se estiman más afectadas, es la reflejada en la siguiente
tabla:
Tabla 8: Disponibilidad neta de biomasa forestal residual por provincias.
Biomasa forestal residual
Superficie
disponible (toneladas/año)
aprovechable
(ha)
Potencial Competencia Disponible
Provincia
ÁLAVA
ALBACETE
ALICANTE
ALMERÍA
ÁVILA
BADAJOZ
BALEARES
BARCELONA
BURGOS
CÁCERES
CÁDIZ
CASTELLÓN DE LA PLANA
CIUDAD REAL
CÓRDOBA
LA CORUÑA
CUENCA
GERONA
GRANADA
GUADALAJARA
GUIPUZCOA
HUELVA
HUESCA
JAÉN
LEÓN
LÉRIDA
LA RIOJA
LUGO
MADRID
MÁLAGA
MURCIA
NAVARRA
ORENSE
ASTURIAS
PALENCIA
LAS PALMAS
PONTEVEDRA
SALAMANCA
SANTA CRUZ DE TENERIFE
CANTABRIA
SEGOVIA
SEVILLA
SORIA
TARRAGONA
TERUEL
TOLEDO
VALENCIA
VALLADOLID
VIZCAYA
ZAMORA
ZARAGOZA
Total
108.418,8
186.262,0
55.282,8
44.328,8
85.609,1
195.820,1
91.691,2
311.189,2
284.779,0
239.627,8
114.220,1
112.408,5
244.807,0
117.694,4
213.459,3
371.882,0
233.934,1
97.096,0
302.453,4
48.578,0
179.960,5
258.915,6
164.925,1
293.760,2
189.614,0
83.730,6
240.667,4
100.342,9
71.922,1
114.360,5
253.906,1
224.622,2
197.826,5
110.409,6
1.788,5
152.820,6
93.223,0
5.792,7
110.268,7
137.144,6
67.745,3
243.452,3
122.071,6
245.175,6
121.429,3
202.235,4
68.421,2
74.069,0
148.948,2
178.318,8
35299,7
72.925
75.454
24.132
20.925
62.343
134.375
41.995
233.362
237.683
268.379
20.525
49.748
131.996
44.321
464.485
189.505
247.344
47.286
175.046
41.605
67.006
117.128
68.983
502.113
106.927
68.410
347.450
72.662
25.373
51.206
100.518
384.844
260.132
119.994
386
299.454
96.832
2.087
148.564
104.094
26.541
199.444
91.958
129.311
83.444
96.868
48.505
107.471
175.557
91.770
9980
1.590
0
0
0
0
0
0
7.590
30.000
0
3.000
0
7.425
0
22.500
7.425
7.590
0
7.425
1.000
9.180
0
0
0
0
10.000
22.500
0
0
0
7.590
22.500
50.000
0
0
22.500
0
0
25.000
5.000
3.000
10.000
0
15.180
7.425
15.180
0
5.000
4.400
0
0
71.335
75.454
24.132
20.925
62.343
134.375
41.995
225.772
207.683
268.379
17.525
49.748
124.571
44.321
441.985
182.080
239.754
47.286
167.621
40.605
57.826
117.128
68.983
502.113
106.927
58.410
324.950
72.662
25.373
51.206
92.928
362.344
210.132
119.994
386
276.954
96.832
2.087
123.564
99.094
23.541
189.444
91.958
114.131
76.019
81.688
48.505
102.471
171.157
91.770
9183
Tabla 9: Disponibilidad de biomasa forestal residual por Comunidad Autónoma
Superficie
aprovechable
Comunidad Autónoma
(ha)
GALICIA
CASTILLA Y LEÓN
CATALUÑA
CASTILLA-LA MANCHA
EXTREMADURA
ARAGÓN
ANDALUCÍA
PAÍS VASCO
ASTURIAS
C. VALENCIANA
CANTABRIA
NAVARRA
MADRID
LA RIOJA
MURCIA
BALEARES
CANARIAS
Total
Biomasa forestal residual
disponible (toneladas/año)
Potencial
831.570 1.496.233
1.222.295 1.347.121
1.100.261
879.035
1.226.834
655.445
435.448
402.754
682.410
338.209
857.892
320.960
231.066
222.001
197.827
260.132
369.927
170.748
110.269
148.564
253.906
100.518
100.343
72.662
83.731
68.410
114.361
51.206
91.691
41.995
7.581
2.473
7.917.410 6.578.466
Competencia
90.000
39.400
25.180
29.700
0
15.180
15.180
7.590
50.000
15.180
25.000
7.590
0
10.000
0
0
0
330.000
Disponible
1.406.233
1.307.721
853.855
625.745
402.754
323.029
305.780
214.411
210.132
155.568
123.564
92.928
72.662
58.410
51.206
41.995
2.473
6.248.466
e) Que todos estos datos se refieren a la biomasa forestal RESIDUAL,
considerada en el presente estudio como el mínimo común denominador,
es decir todos los surtidos menores a 7 cm de diámetro en punta delgada. Si
se consideraran fracciones superiores, sobre todo en todas aquellas zonas
donde en la actualidad no existen estructuras de demanda de madera de
trituración, la disponibilidad total de biomasa forestal sería significativamente
mayor.
2.2. Gestión y utilización actual del recurso a nivel local
El Plan de Acción Nacional de Energías Renovables de España 2011-2020 (PANER)
del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, refleja la cantidad de biomasa
utilizada y los objetivos de consumo de la misma hasta 2020. Este documento
constituye la revisión del Plan de las Energías Renovables en España (PER) 20052010. A pesar de los recortes en cuanto a objetivos de biomasa, el PANER fija para
2020 un mínimo de 591 MW eléctricos instalados de biomasa y 156 MW de biogás,
lo que representa el 2,6% del total en el mix de energías renovables en 2020. Esto
supone una reducción del objetivo de un 45,2% respecto al establecido en el PER
2005‐2010. En paralelo, para la vertiente térmica de la biomasa se establece un
incremento de un 35% superior al objetivo 2010 (se pasaría de 3.550 ktep a 4.850
ktep en 2020), cifra considerada como muy conservadora debido a las
expectativas del sector especialmente en función del aumento progresivo de
existencias y crecimiento de las masas forestales.
Como se señala en el PANER, las aplicaciones tradicionales de la biomasa para
usos térmicos constituyen en nuestro país una utilización secular de esta energía,
mientras que las ligadas a la producción de electricidad se han desarrollado,
básicamente en las dos últimas décadas. Como hemos visto la biomasa ha
experimentado unos desarrollos inferiores a los fijados por el PER hasta 2010, ya que
persisten importantes barreras a su uso (dificultad de aprovisionamiento regular en
cantidad y calidad de biocombustibles, costes logísticos, economías de escala,
balances energéticos y de carbono, etc.), a las que se pretende en la actualidad ir
dando respuesta. Esta es la razón de la sustancial reducción de objetivos para el
PANER 2011-2010.
Las aplicaciones tradicionales de la biomasa para uso térmico están relacionadas
con el uso de leñas en entornos rurales para generación de calor para diferentes
usos domésticos y de pequeña industria. Esta biomasa es normalmente de origen
forestal pero no la biomasa forestal residual, mínimo común denominador que se
considera en este estudio estratégico. Otro tipo de usos más reciente, como las
calderas de biomasa instaladas durante los últimos años, así como las recientes
plantas de generadoras de electricidad y la cogeneración, están utilizando
principalmente residuos de la industria forestal de primera y segunda
transformación, así como residuos agrícolas, siendo la biomasa forestal hasta ahora
poco utilizada.
Hoy por hoy, los esfuerzos industriales a mediana y gran escala no pueden basar su
insumo en biomasa de origen forestal, debido a la dificultad de su
aprovisionamiento regular y a los costes logísticos. Ello lleva a que estos modelos
empresariales no suponen un consumo estable de biomasa forestal que pueda dar
lugar al nacimiento de un mercado consolidado que de confianza para el
establecimiento de las empresas necesarias para el almacenamiento y la
preparación de la biomasa forestal residual, es decir, para el desarrollo de todo el
sector de bioenergía de base forestal. Precisamente este hecho es lo que ha
llevado en el PANER 2011-2020 a revisar a la baja los objetivos demasiado
ambiciosos que se planteaban en el PER 2005-2010.
La experiencia acumulada durante los últimos años, así como experiencias en otros
países de nuestro entorno, demuestran que únicamente se pueden considerar
como económica y ecológicamente viables los modelos de desarrollo a nivel local
y/o comarcal, basados en sistemas subsidiarios de gestión de la biomasa forestal.
Planes de aprovechamiento derivados de proyectos de ordenación forestal a nivel
local/comarcal pueden garantizar el aprovechamiento sostenido de un mínimo de
biomasa para el establecimiento de una planta de pequeña o mediana escala
(entre 1 y 4 MW) y el consiguiente desarrollo de las estructuras empresariales y de
negocio necesarias en los municipios/comarcas forestales con capacidad de
desarrollo: empresas de gestión forestal, empresas de trabajos y logística forestales,
plantas de generación de energía térmica y/o eléctrica, plantas de generación de
biocombustibles sólidos, empresas de distribución de la energía, empresas
instaladoras de calderas domésticas, etc.
2.3. Aplicaciones energéticas de la biomasa forestal
2.3.1. Consideraciones generales
La biomasa ha sido durante la historia la fuente energética más importante para la
humanidad. Es a partir de la revolución industrial a mitad del siglo XIX con la
aparición del carbón mineral, y sobre todo, a partir de la primera mitad del siglo XX
con la aparición del petróleo cuando se desarrolla el uso masivo de combustibles
fósiles. Así, el aprovechamiento energético de la biomasa fue disminuyendo
paulatinamente y en la actualidad presenta en el mundo un reparto muy desigual
como fuente de energía primaria.
Figura 4: Evolución de la biomasa como fuente de energía
La energía de la biomasa corresponde a toda aquella energía que puede
obtenerse de ella, bien sea a través de su quema directa o su procesamiento para
conseguir otro tipo de combustible. La Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO) define la energía procedente de la biomasa
como “toda energía obtenida a partir de biocombustibles sólidos, líquidos y
gaseosos primarios y secundarios derivados de los bosques, árboles y otra
vegetación existente en terrenos forestales”. Organismos internacionales como la
Comisión Europea la sitúan como la fuente de energía renovable con más
posibilidades de futuro a nivel mundial, estando íntimamente ligada al territorio y al
desarrollo de zonas rurales.
Existen varios métodos para transformar la biomasa en energía, los más utilizados
son los métodos termoquímicos y los biológicos.
a) Los métodos termoquímicos se basan en la utilización del calor como fuente de
transformación de la biomasa. Están muy desarrollados para la biomasa seca. Hay
tres tipos de procesos que dependen de la cantidad de oxígeno presente en la
transformación:
1. Combustión: Se somete a la biomasa a altas temperaturas con exceso de
oxígeno. Es el método tradicional para la obtención de calor
en entornos domésticos, para la producción de calor
industrial o para la generación de energía eléctrica.
2. Pirólisis:
Se somete a la biomasa altas temperaturas (alrededor de
500ºC) sin presencia de oxigeno. Se utiliza para producir
carbón vegetal y también para obtener combustibles líquidos
semejantes a los hidrocarburos.
3. Gasificación: Se somete a la biomasa a muy altas temperaturas en
presencia de cantidades limitadas de oxígeno, las necesarias
para conseguir así una combustión completa. Según se utilice
aire u oxígeno puro, se obtienen dos productos distintos, en el
primer caso se obtiene gasógeno o gas pobre, este gas
puede utilizarse para obtener electricidad y vapor, en el
segundo caso, se opera en un gasificador con oxígeno y
vapor de agua y lo que se obtiene es gas de síntesis. La
importancia del gas de síntesis radica en que puede ser
transformado en combustible líquido.
b) Los métodos biológicos se basan en la utilización de diversos tipos de
microorganismos que degradan las moléculas a compuestos más simples de alta
densidad energéticas. Son métodos adecuados para biomasa de alto contenido
en humedad, los más conocidos son la fermentación alcohólica para producir
etanol y la digestión anaerobia, para producir metano.
La transformación de la biomasa puede dar origen a distintas energías:
1. Energía térmica:
Generación de calor y, en ciertos casos, de agua
caliente. Es la aplicación más extendida de la
biomasa natural y residual. Los sistemas de
combustión directa se pueden utilizar directamente
para cocinar alimentos, para calefacción o secado.
2. Energía eléctrica:
Producción de energía eléctrica Se obtiene, sobre
todo, a partir de la transformación de biomasa
procedente de cultivos energéticos, de la biomasa
forestal primaria y de los residuos de las industrias. En
determinados procesos, el biogás resultante de la
fermentación de la biomasa también se puede
utilizar para la producción de electricidad. La
tecnología a utilizar para conseguir energía eléctrica
depende del tipo y cantidad de biomasa:
a. Ciclo de vapor:
está basado en la combustión
de biomasa, a partir de la cual
se genera vapor que es
posteriormente expandido en
una turbina.
b. Turbina de gas:
utiliza
gas
de
síntesis
procedente de la gasificación
de un recurso sólido. Si los gases
de escape de la turbina se
aprovechan en un ciclo de
vapor se habla de un ciclo
combinado.
c. Motor alternativo: utiliza
gas
de
síntesis
procedente de la gasificación
de un recurso sólido o biogás
procedente de una digestión
anaerobia.
3. Energía mecánica:
Son los biocombustibles sólidos (pellets, briquetas,
etc.) o líquidos (bioalcoholes, biodiesel, etc.).
Pueden sustituir total o parcialmente a los
combustibles fósiles, permitiendo alimentar motores
de gasolina con bioalcoholes y motores diesel con
bioaceites. En muchos países, este tipo de
combustibles son ya una realidad, por ejemplo, en
Brasil ya son millones los vehículos propulsados con
alcohol casi puro obtenido de la caña de azúcar.
La forma de transformar la biomasa en energía depende, fundamentalmente, del
tipo de biomasa que se esté tratando y del uso que se quiera dar a esta energía.
Los sistemas comerciales para utilizar biomasa residual seca se pueden clasificar en
función de que estén basados en la combustión del recurso (hay gran número de
calderas para biomasa en el mercado) o en su gasificación. Los sistemas
comerciales para aprovechar la biomasa residual húmeda están basados en la
pirólisis. Para ambos tipos de recursos, existen varias tecnologías que posibilitan la
obtención de biocarburantes.
2.3.2. Aplicaciones térmicas de la biomasa
La generación de calor puede realizarse a dos niveles:
a. a nivel industrial: generación de calor para procesos industriales
b. a nivel doméstico: generación de calor y agua caliente para estufas y
calderas de uso doméstico
a) aplicaciones térmicas industriales
Muchas industrias utilizan fuentes de biomasa para generar el calor requerido para
procesos propios como es el caso del secado de productos agrícolas, extracción
de semillas en viveros, producción de cal y ladrillos, etc. Incluso muchas industrias
utilizan la biomasa como fuente para generación de calefacción y agua caliente
sanitaria para sus instalaciones. Las calderas de estas industrias constan de una
cámara de combustión en la parte inferior en las que se quema el combustible; los
gases de la combustión se hacen pasar por el intercambiador de calor
transfiriéndolo al agua o se utilizan de forma directa o indirecta para el secado de
otros materiales.
Según el PER 2005-2010, los parámetros que definen una caldera industrial para el
aprovechamiento de la biomasa con fines térmicos son los especificados en el
siguiente cuadro:
Tabla 10: Datos básicos de una caldera industrial de biomasa
Caldera industrial
Potencia bruta
Rendimiento global
Vida útil
Horas operación anual
Cantidad de biomasa consumida
PCIh=3.000 kcal/kg
Costes de biomasa
84,8 €/tep
Costes de Operación y Mantenimiento
114 €/tep
Inversión
73 €/kW
Producción energética
1.000 kW
80,0%
20 años
5.000 h/año
1.792 t/año
36.000 €/año
49.000 €/año
72.740 €
430 tep/año
b) aplicaciones térmicas domésticas (pellets)
Una de las principales posibilidades de uso de la biomasa como energía térmica es
la calefacción y el agua caliente sanitaria (ACS).
La tecnología desarrollada para el abastecimiento de calefacción y ACS está
basada principalmente en calderas cuyo combustible está en forma de pellets o
astillas. Existen, incluso, calderas que admiten ambos tipos de material.
La pelletización de la biomasa es una de las mejores alternativas para la
densificación del material biomásico. Mediante este proceso se obtiene un
combustible homogéneo y más densificado (600 kg/m3 frente a los 200 kg/m3 de
densidad de la madera astillada). Esta densificación del material biomásico evita
problemas originados por la presencia de polvo y de manipulación.
A pesar de ser más costosa su producción, los pellets tienen mayor rendimiento
energético y menores problemas en su uso que las astillas.
En la actualidad la tecnología de calderas de pellets es muy similar a la de
calderas domésticas de gasóleo. El fomento de los pellets como combustible con
fines térmicos por particulares y edificios públicos sería un gran objetivo ya que se
trata de una energía renovable y supondría un gran impulso al empleo de la
biomasa.
 Viviendas individuales
Las calderas empleadas para el abastecimiento de calefacción y agua
caliente sanitaria en viviendas particulares son calderas de pequeñas
dimensiones de 40 a 100 kW.
 Sistema Centralizado de Calor en Zonas Urbanas (district heating) o en
Parques Industriales (industrial heating)
El Sistema Centralizado de Calor en zonas urbanas (district heating) o en
polígonos o parques industriales (industrial heating) es una tecnología
innovadora y ecológica, bien probada y desarrollada; consta de unas
pequeñas plantas de aprovechamiento de biomasa, generalmente de entre
0,1 a 5 MW, formadas por un horno-caldera con una red de distribución que
proporciona calor y agua caliente sanitaria a partir de una serie de tuberías,
intercambiadores, bombas y contajes para usos residenciales, industriales o
servicios, con la posibilidad de generar energía eléctrica en función del tamaño
de la caldera. Esta tecnología es una solución centralizada de calefacción
idónea para cubrir instalaciones municipales, grupos de edificios,
urbanizaciones o polígonos industriales.
El uso de calor está controlado constantemente de manera que se garantiza
un elevado grado de confort para cada usuario, al tiempo que se disminuye el
consumo energético.
Según el PER 2005-2010 los parámetros que definen una instalación del tipo de
aprovechamiento de la biomasa con fines térmicos en una red centralizada de
calefacción son:
Tabla 11: Datos básicos de una red centralizada de calefacción basada en biomasa
Red centralizada de calefacción
Potencia bruta
Rendimiento de transformación
Rendimiento de transporte
Vida útil
Horas operación anual
Cantidad de biomasa consumida PCIh=3.500 kcal/kg
Costes de biomasa
224 €/tep
Costes de extracción
384 €/tep
Inversión
282 €/tep
Producción energética
6.000 kW
85,0%
90,0%
20 años
820 h/año
1.580 t/año
94.800 €/año
162.450 €/año
1,69 M€
423 tep/año
El rendimiento de transformación incluye las pérdidas que se producen hasta la
salida de la central térmica, debidas por ejemplo a la humedad del material, a
pérdidas por rendimiento de la combustión, por rendimiento en el
intercambiador de la caldera, etc. Estas pérdidas se pueden valorar en el 40 %.
El rendimiento en el transporte se debe principalmente a pérdidas de energía
térmica en el traslado del agua hasta la vivienda (es imposible un aislamiento
térmico perfecto), a pérdidas de calor en el intercambiador de placa de la
vivienda (tanto de agua caliente sanitaria como de calefacción) y a pérdidas
en el circuito de retorno. Las pérdidas de transporte alcanzan el valor de 0,05 %.
El rendimiento total de la instalación alcanza valores de 57-60 %.
2.3.3. Aplicaciones eléctricas
La generación de electricidad a partir de biomasa se realiza por combustión
directa de la misma o por gasificación. A partir de una caldera se genera vapor a
alta presión que hace girar una turbina y ésta a un alternador. También se
denominan sistemas CHP (combined heat and power) al producir tanto energía
eléctrica como energía térmica en el mismo proceso. Así una planta pequeña que
produzca 2 MW eléctricos al año, producirá también del orden de otros 4 MW
térmicos.
Los sistemas de combustión directa o gasificación son los mejor adaptados a la
biomasa forestal residual, ya que permiten instalaciones a pequeña o mediana
escala, entre 1 y 4 MW. Así, para una planta de 2 MW eléctricos, la necesidad de
biomasa forestal es de unas 20.000 t/año, lo que puede ser aprovisionado desde
una radio de unos 15-20 Km., es decir a escala local o comarcal.
2.3.4. Aplicaciones mixtas. Cogeneración
Otra de las posibilidades de uso de la biomasa es la cogeneración. Esta aplicación
consiste en la generación simultánea de calor y electricidad (producción conjunta
de energía térmica y eléctrica), ya que resulta más eficiente que la generación de
ambos por separado.
Se basa en el aprovechamiento de los calores residuales de los sistemas de
producción de electricidad: en la producción de energía eléctrica se dispone una
energía térmica residual bien en forma de gases calientes de escape de los
motores, bien en forma de vapor de contrapresión en las turbinas de vapor que
puede ser aprovechado para otros procesos industriales (fases de secado, etc.) y
calefacción y agua caliente sanitaria.
Las plantas de cogeneración están capacitadas para la producción de más de 5
MW de energía eléctrica a partir de biomasa, aprovechando parte del vapor
producido para generar energía calorífica. La cogeneración interesante en
instalaciones en donde tanto el consumo térmico como el eléctrico son elevados.
Obviamente las necesidades anuales de biomasa forestal son de más de 50.000100.000 t/a, lo que hace necesario un plan de aprovisionamiento a nivel regional o
mayor.
2.3.5. Co-combustión
La co-combustión es una tecnología de desarrollo relativamente reciente,
consistente en la sustitución de parte del combustible fósil empleado en la central,
entre el 5-20 % en energía, por biomasa. Aunque este porcentaje sea pequeño,
debido al gran tamaño de las centrales, el resultado final es la producción de una
muy importante cantidad de energía eléctrica con este combustible renovable.
Mediante la co-combustión, se puede aprovechar gran parte de la infraestructura
existente en cada central (ciclo de vapor, sistemas eléctricos, sistemas de
refrigeración y, al menos, parte de la caldera) por lo que la inversión necesaria se
limita a los equipos destinados a preparar la biomasa para su entrada en la
caldera (secado y molienda).
Las instalaciones de co-combustión se caracterizan por un mayor rendimiento de
generación, por una mayor potencia instalada y, por lo tanto, por una mayor
demanda de biomasa que las instalaciones específicas de biomasa. Una central
de co-combustión posibilita una gran flexibilidad y una fácil adaptación a la
disponibilidad de biomasa en cada momento.
Las menores limitaciones en cuanto a calidad del combustible dan lugar a
reducciones en los costes en el origen, sin embargo la mayor distancia media de
transporte y la necesidad de utilizar mayor cantidad de recursos actúan subiendo
el precio en planta. La co-combustión se convierte en una manera sencilla y
económica de aumentar a corto plazo el consumo de biomasa en detrimento de
los combustibles fósiles, sin embargo, el alto coste de la biomasa residual hace que
la penetración de esta tecnología sólo sea rentable, hoy por hoy, contando con
primas aplicables a la generación de energía eléctrica con biomasa.
2.4. Ventajas económicas, ambientales y sociales del aprovechamiento de
la biomasa forestal a nivel local
2.4.1. Aspectos económicos
a) costes de extracción de la biomasa forestal
Según los diferentes trabajos de Tolosana y Vignote en la Universidad Politécnica
de Madrid, de AIDIMA (Instituto Tecnológico de la Madera en Valencia) y a la
metodología de cálculo desarrollada en la Estrategia Española para el Desarrollo
del Uso Energético de la Biomasa Forestal Residual (2008), se presentan en este
estudio los costes medios estimados de aprovechamiento de la biomasa forestal
residual para una tonelada de material astillado puesto en cargadero y preparado
para ser transportado a planta. En base a estas experiencias, en la siguiente tabla
se presentan estos costes estimados por especies para diferentes intervenciones y
diferentes pendientes, calculados a precios del año 2012. Hay que tener en cuenta
que estos costes son calculados de forma teórica y que obviamente varían
significativamente en función de cada zona, estructura de la masa forestal,
infraestructuras forestales y nivel de mecanización de las empresas de trabajos
forestales.
Figura 5: Trabajos de clareos en monte regenerado de Pinus halepensis
El primer aspecto a considerar es la influencia de los costes reflejados en la tabla
sobre la competencia por el uso de la biomasa forestal residual con la industria del
tablero. El precio pagado en planta por los fabricantes de tableros es actualmente
de unos 35 a 40 €/tonelada, coste que incluye el transporte a planta, pero no
incluye el coste del descortezado y triturado, estimado en unos 7,50 €/t. Para
estimar la competitividad del aprovechamiento de la biomasa forestal residual con
fines energéticos con la industria del tablero tomaremos como precio de la
biomasa puesta en fábrica para esta industria el valor medio de 45 €/t.
Tabla 12: Costes de extracción de la biomasa forestal RESIDUAL por especie, intervención y pendiente
COSTE TOTAL (€/t)
ESPECIE
Pinus sylvestris
Pinus uncinata
Pinus nigra
Pinus pinea
Pinus halepensis
Pinus pinaster (Centro)
Pinus pinaster (Norte)
Pinus radiata
Quercus petraea
Quercus robur
Quercus pyrenaica
Quercus pubescens
Quercus
Quercuscanariensis
faginea
Quercus ilex
Quercus suber
Populus spp
Eucalyptus spp (Norte)
Eucalyptus spp (Sur)
Fagus sylvatica
Castanea sativa
INTERVENCIÓN
0-12,5%
12,5-25%
25-35%
Clareo
1ª clara
2ªclara
Aclareo
corta final
Coste ponderado
75,33
39,32
38,05
37,55
37,55
42,22
75,61
39,61
38,21
37,67
37,67
42,38
98,63
63,52
58,46
54,94
54,94
61,66
Entresaca
40,42
40,82
73,83
Clareo
1ª clara
2ªclara
1º aclareo
2º aclareo
Coste ponderado
Clareo
1ª clara
corta final
Coste ponderado
Clareo
1ª clara
2ªclara
corta final
Coste ponderado
Clareo
1ª clara
2ªclara
1º aclareo
2º aclareo
Coste ponderado
Resalveo
Resalveo
Resalveo
Resalveo
Poda
Poda
Corta final
Coste ponderado
corta final
corta final
Clareo
1ª clara
2ªclara
1º aclareo
2º aclareo
Coste ponderado
Corta final
75,53
40,62
38,88
38,59
38,59
45,75
129,38
37,87
37,70
46,20
67,73
41,82
38,75
37,52
45,02
100,21
44,73
43,34
43,34
43,34
59,67
36,99
36,99
38,39
37,49
43,02
42,27
37,24
37,85
36,95
42,91
87,04
43,00
41,90
41,90
41,90
54,85
39,12
75,81
41,04
39,13
38,81
38,81
46,01
130,05
38,01
37,82
46,38
67,95
42,36
38,99
37,63
45,23
100,67
45,56
44,04
44,04
44,04
60,32
37,04
37,04
38,59
37,60
43,68
42,85
37,32
38,83
37,01
43,56
87,40
43,66
42,45
42,45
42,45
55,36
39,38
98,96
75,70
59,41
65,87
65,87
71,85
150,76
56,01
57,3
65,34
95,98
59,16
68,08
54,47
67,25
114,88
71,41
65,57
65,57
65,57
80,45
49,18
49,18
63,15
46,37
64,19
61,02
52,55
53,58
48,41
63,75
117,35
64,14
59,50
59,50
59,50
76,59
61,60
Comparando este valor con los costes de la tabla anterior vemos que la mayoría
de los aprovechamientos de biomasa forestal residual no podrían ser competencia
con el precio de mercado establecido por el sector del tablero, ya que en estos
casos los costes de la extracción del recurso son superiores al valor de referencia.
Por lo tanto, en igualdad de condiciones, la fracción de restos de un
aprovechamiento forestal potencialmente utilizable por la industria del tablero
podría ir a valorización energética. A esto hay que añadir, que en zonas con
plantas bioenergéticas instaladas, el aprovechamiento completo de la zona
podría ir a valorización energética, ya que la empresa de aprovechamientos
forestales abarataría costes si reúne y transporta toda la biomasa forestal, residual
o no, a un mismo emplazamiento. La inclusión de material de mayores
dimensiones, es decir de la totalidad de la biomasa forestal y no sólo la residual,
también con menor proporción de corteza, mejoraría los rendimientos en los
trabajos de aprovechamientos, acopios y astillado, así como en el poder calorífico
por tonelada.
Figura 6: Trabajos de extracción de biomasa en pendiente
En resumen, la pendiente del terreno es la variable que más influencia tiene sobre
el coste de la astilla en monte. Recientes trabajos de AIDIMA, de la Universidad
Politécnica de Madrid y del Centre Tecnológic Forestal de Catalunya están
analizando en detalle la influencia de otros factores (estructura forestal según
especies, grado de mecanización, densidad de pistas forestales y de vías de saca,
sistema de astillado móvil, calidad y dimensiones de la astilla, etc.). De forma
general, la siguiente tabla se ofrece, de forma resumida, una enumeración de los
casos en los que la biomasa forestal residual puede ser extraída a costes
competitivos para ser transportada a nivel local o comarcal para su transformación
energética, siempre tomando como comparación los precios de mercado
establecidos por la industria del tablero para madera de trituración.
Tabla 13: Resumen de trabajos prioritarios para extracción de biomasa en montes españoles segúnpendiente
INTERVENCION
PENDIENTES
1ª clara
2ªclara
CONIFERAS
1º aclareo
0-25%
2º aclareo
corta final
2ªclara
1º aclareo
FRONDOSAS
2º aclareo
Resalveo
0-25%
Poda
Corta final
Figura 7: Trabajos de claras y recogida de biomasa residual a pie de pista
b) costes de transporte
Un factor de coste determinante que realmente afecta de forma directa a la
competitividad de la biomasa forestal para ser utilizada con fines energéticos son
los costes logísticos entre el monte y la planta de transformación.
Una planta a pequeña escala de 2 MW, necesita un mínimo de 20.000 t/año para
poder operar, lo que constituye el transporte de unos 1.000 camiones de astilla al
año, es decir, unos 20 camiones a la semana. En el caso de que se transporte la
biomasa en bruto para ser astillada en planta, los transportes y sus costes asociados
se incrementan de forma considerable, tal como se puede observar en la siguiente
figura.
Figura 8: Efecto de la carga en camión según tipo de biomasa: capacidad de carga en camión según producto
forestal (biomasa residual, árboles completos, astillas y rollizos)
De ello se deriva la necesidad de integrar el proceso de astillado en el monte,
preferentemente en base a astilladoras autopropulsadas que permitan un coste de
astillado en cualquier caso menor a 8-10 €/t y una calidad homogénea de la
astilla. Ello permitirá optimar la carga a camión y el transporte a planta.
Sin embargo, el mayor efecto en coste tanto económico como medioambiental
repercute en el transporte desde el cargadero en monte hasta la planta. Según
diferentes estudios, los costes se disparan cuando la distancia es superior a los 25
Km. desde el cargadero en monte hasta la planta.
Figura 9: Costes de transporte en montes de difícil acceso (izquierda) y en montes de buen acceso (derecha),
según tipo de transporte y distancia entre cargadero y planta (Tolosana 2008).
Este efecto se acentúa cuanto más dificultad orográfica presenta el terreno y
cuanto menos densidad vial (caminos y pistas forestales, carreteras) y difícil acceso
presente la zona de trabajo. También el transporte con camión resulta mucho más
eficiente que el transporte con autocargador. El consumo de diesel como
combustible fósil para el transporte de biocombustibles (astillas de biomasa) tiene
un alto coste tanto económico como medioambiental (balances de carbono). Es
por ello, que los sistemas de aprovechamiento forestal para el abastecimiento a
una planta no deben superar estos radios de transporte, siendo así únicamente
viable el modelo de desarrollo de biomasa forestal a nivel local o comarcal.
c) valoración total
En general podemos concluir, que para precios actuales de la biomasa por debajo
de los 40 €/t, el residuo se dejaría en el monte, salvo en contadas ocasiones
puntuales, y para precios entre 40 y 50 €/t es donde se podría aprovechar el
residuo en más del 50% de las ocasiones, que corresponderían a las claras, cortas
finales, resalveos y podas en las superficies más favorables. Para incrementos
mayores del precio, prácticamente no se obtendría mayores cantidades de
biomasa, hasta acercarnos a los precios máximos de los clareos. Las intervenciones
en pendientes muy pronunciadas (más del 35%) suponen un coste generalmente
demasiado elevado. De todas formas, el acceso y la densidad de pistas y vías de
saca así como la estructura de la masa y su posibilidad son factores claves a tener
en cuenta para operar en este tipo de terrenos.
El grado de mecanización debe ser alto, en cualquier caso con el astillado en
monte, preferiblemente con astilladoras móviles autopropulsadas con capacidad
suficiente para garantizar astilla de calidades homogéneas. El radio de
abastecimiento a planta no debe exceder los 25 Km., al subir de forma significativa
los costes de transporte, favoreciéndose en cualquier caso el transporte en camión
multilift con carga de más de 20 t.
El mercado actual de astilla a nivel europeo no está plenamente desarrollado, al
estar en continuo desarrollo las estructuras de demanda (plantas de biomasa).
Venimos observando movimientos de astilla entre regiones y países, incluso la
importación de astilla de fuera de Europa. Mercados como el italiano están
importando actualmente grandes cantidades de astilla, lo que ha llevado a
observar un precio de referencia en el mercado de unos 45 €/t de astilla de
coníferas. Con todo ello, el reto es, en base a sistemas avanzados de logística
interna forestal según tipo de estrato forestal y de aprovechamiento (integrado,
árbol completo o mixto) y a sistemas avanzados de logística externa montefábrica, conseguir que el precio final de la astilla a un 20% de humedad en la
planta no supere los 45-50 €/t. Pero mucho más importante, es que se desarrolle un
sistema integral de gestión y aprovisionamiento regular sostenido del monte a la
planta por un periodo mínimo de 15-20 años. Sólo así puede ser atractiva la
inversión en una planta de pequeña escala (unos 2 MW), equivalente a unos 6
millones de Euros.
2.4.2. Aspectos ambientales
Las actuaciones sobre el medio natural tienen siempre algún efecto sobre éste. Las
diferentes formas de llevar a cabo los trabajos de una misma actuación tienen
trascendencia en los posibles diferentes costes ambientales finales. Las
actuaciones ligadas a la gestión y el aprovechamiento forestal no son una
excepción. En el caso de las explotaciones forestales, y en particular las del
aprovechamiento de la biomasa forestal, el modo en que los trabajos se lleven a
cabo puede ser determinante para aumentar o disminuir las afecciones a los
elementos relevantes de los sistemas afectados.
Hemos visto en el apartado anterior que el aprovechamiento de la biomasa
forestal ligada a la puesta en valor de los residuos que en la actualidad quedan
sobre superficies afectadas por aprovechamientos forestales tiene indudables
ventajas económicas, en un contexto de crisis energética mundial y en uno de los
epígrafes más deficitarios de la balanza de pagos española, así como algunas
ventajas desde el punto de vista medioambiental, aunque también presenta sus
inconvenientes.
Con el fin de poder evaluar los aspectos medioambientales relevantes en la
extracción de la biomasa forestal se debe tener en cuenta tanto la planificación
técnica de los aprovechamientos forestales como la vulnerabilidad de los hábitats
de los que se pretende extraer la biomasa. Esta vulnerabilidad se traduce en una
posible pérdida o fragmentación del hábitat, en una disminución de nutrientes
disponibles en el suelo para la vegetación y en molestias a la fauna, en zonas
especialmente sensibles o frágiles. En cuanto a la planificación técnica, se deben
considerar para evaluar los aspectos medioambientales, la maquinaria y métodos
sugeridos para la actuación selvícola y para el aprovechamiento posterior de los
residuos generados como biomasa forestal.
El aprovechamiento de la biomasa forestal con fines energéticos se puede realizar
de muchas maneras en función de los siguientes condicionantes:
a) El tipo de tratamiento de que se trate: no es lo mismo un clareo, un resalveo
o una primera clara no comercial que un tratamiento de regeneración de
monte maduro por aclareo sucesivo y uniforme o por corta a hecho por
bosquetes, fundamentalmente por la extensión de la actuación, la
posibilidad de apertura o no de calles de desembosque a pista, el peso de
la intervención selvícola (volumen a extraer por unidad de superficie) etc.
b) Las condiciones fisiográficas del aprovechamiento: las condiciones de
aprovechamiento de los restos del tratamiento no serán las mismas si el tipo
de maquinaria potencialmente a emplear es autocargador, skidder o
retroaraña.
c) La operación a realizar según el producto a obtener: los restos que puedan
quedar sobre la superficie de actuación serán inexistentes si se trata de saca
de árboles completos, mientras que serán mayores en el caso de
aprovechamientos de fustes completos y máximos en el caso de productos
tronzados.
d) Por último si se trata de una operación disociada (en el caso de saca tan
solo de productos tronzados o fustes completos) o integrada (saca de
árboles completos), y aún así, si el proceso parcial se hace en las calles de
desembosque (en su caso) o directamente sobre la superficie de actuación.
Dentro de cada tipo de tratamiento selvícola las situaciones menos impactantes
ambientalmente serían aquellas que supusieran una mayor rapidez en los trabajos,
una menor circulación de maquinaria por la superficie de actuación y que el uso
de maquinaria se redujera en lo posible y ésta fuera lo más ligera y de menor
impacto posible sobre suelo y vuelo (por ejemplo, preferentemente la utilización de
vehículos de ruedas de baja presión antes que las cadenas). Y, por supuesto, que
las actuaciones se produjeran fuera de las épocas de mayor fragilidad para la
fauna (en general, en España, la época ideal sería a mediados y finales del otoño,
con tiempo seco), siempre respetando las características propias de cada zona y
de cada situación faunística concreta y sin olvidar las posibles restricciones que
impusiera la normativa existente en cada materia. Por tanto, la actuación
integrada es siempre preferible a la disociada, que debe ser la última a considerar
en caso de que exista la opción de realizarla.
En cuanto a la vulnerabilidad de los hábitats se puede establecer la siguiente
clasificación inicial:
a) Hábitats de carácter prioritario, que se hayan sometido a tratamientos
selvícolas, en los que el aprovechamiento de los restos de
aprovechamientos forestales es necesario realizarlo con las máximas
precauciones y con un seguimiento exhaustivo y periódico de sus efectos
ambientales.
b) Hábitats de interés, susceptibles del aprovechamiento de la biomasa
procedente de los restos de tratamientos selvícolas y culturales, adoptando
prácticas específicas que minimizaran los impactos y seguimiento periódico
de efectos ambientales.
c) Hábitats de normal importancia ambiental, en los que es necesario efectuar
prácticas generales de minimización de impactos y seguimiento general de
efectos ambientales.
Teniendo en cuenta estos aspectos medioambientales, los principales impactos
previsibles serían tanto impactos positivos como impactos negativos.
2.4.2.1. Impactos de carácter positivo
1.
Reducción de la carga de combustible y del riesgo de incendios forestales: Los
restos de poda y operaciones selvícolas están considerados como los de
mayor combustibilidad, esto unido a la pendiente puede aumentar el riesgo
de propagación de los incendios forestales a muy alto o extremo.
2.
Mejora del estado fitosanitario y prevención de plagas forestales: La presencia
de grandes acumulaciones de madera recientemente cortada o derribada,
en especial de determinadas dimensiones, puede servir para permitir la
proliferación excesiva de poblaciones de insectos perforadores que pongan
en entredicho la estabilidad y aún la persistencia de bosques. La eliminación
de esta madera, mediante el aprovechamiento de los restos de tratamientos
selvícolas y culturales, puede ser una medida interesante para la prevención
del riesgo de plagas de insectos, teniendo en cuenta que nunca se podrá
eliminar por completo la presencia de madera muerta en el monte y que la
existencia de poblaciones de perforadores en límites razonables, que no
supongan un riesgo de plaga, estará garantizada.
3.
Accesibilidad y movilidad: La disminución de la carga de restos sobre la
superficie del monte supone una mejora de la movilidad, lo que resulta un
aspecto positivo para la utilización de esa superficie por la ganadería, por la
fauna silvestre y para el uso recreativo y la calidad paisajística. Sin embargo,
puede resultar contraproducente desde el punto de la penetrabilidad al
monte en zonas frágiles o sensibles, en las que, sin embargo, ya se habrá
entrado previamente para realizar el aprovechamiento o el tratamiento
selvícola.
4.
Contribución a la mitigación del cambio climático: Según el último Informe del
IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), el cambio climático
actual está producido, muy probablemente, por el aumento de la
concentración de los GEI (Gases de Efecto Invernadero) por efecto
antropogénico desde el comienzo de la era industrial. Además, dentro de las
medidas para disminuir las emisiones de GEI contempladas tanto en el
Protocolo de Kyoto como en la Estrategia Española de Cambio Climático y
Energía Limpia, esta la sustitución de combustibles fósiles por biomasa forestal
residual, considerada un fuente de energía renovable y con un balance de
CO2 neutro en su combustión. Las emisiones evitadas por la utilización de la
biomasa en vez de cualquier otro combustible fósil, quedaran reflejadas en el
Inventario Español de Emisiones y contribuirán así a disminuir la factura
Española para el cumplimiento del Protocolo de Kyoto.
5.
Valorización de residuos: La valorización de unos residuos, pasando éstos a
recurso para otras industrias es un indudable efecto positivo, tanto económico
como ambiental. Por ahora los aprovechamientos de los restos de tratamientos
selvícolas y culturales rozan el umbral de la rentabilidad en unos pocos casos,
mientras que otros se encuentran alejados de esta situación, en el actual
escenario de precios de los combustibles, desarrollo y disponibilidad de
maquinaria y otras tecnologías, y técnicas de aprovechamiento. Pero bastará
un leve impulso a alguno o varios de los anteriores aspectos como para que la
rentabilidad se alcance con la mayor parte de los aprovechamientos de los
restos. Está claro que si se produce una valorización de los restos de
aprovechamientos, se disminuirá la presión sobre otros sistemas forestales y se
pondrán en marcha actuaciones selvícolas absolutamente necesarias para
determinados sistemas forestales (masas jóvenes regulares densas en estado
de monte bravo o latizal bajo que se tengan que someter a clareos, o montes
bajos densos que se quieran convertir a masas de monte alto mediante un
oportuno programa de resalveos de conversión), mejorando su estado
vegetativo y su capacidad de autoprotección frente a riesgos fitosanitarios o
de incendio forestal.
2.4.2.2. Impactos de carácter negativo
1.
Balance de nutrientes: La retirada de los restos de tratamientos selvícolas para
su utilización con fines energéticos supone un impacto sobre el ciclo de
nutrientes dentro de la masa que depende de las diferentes especies, zonas
geográficas y las técnicas y tecnologías propuestas. La extracción de
nutrientes básicos para el crecimiento óptimo de la masa dará lugar a una
pérdida de la fertilidad del suelo, si esta extracción es más rápida que la
recuperación, a través de otros elementos del ecosistema forestal, de los
nutrientes perdidos. Esta situación daría lugar al posible uso de fertilizantes
artificiales que también influyen en el aumento de emisiones de GEI y pueden
revertir los efectos beneficiosos sobre el Cambio Climático de la utilización de
la biomasa forestal. Para llevar a cabo una explotación sostenible de este
recurso deberá tenerse en cuenta el periodo de rotación ecológica como el
mínimo a considerar para garantizar que la explotación del bosque puede
mantenerse a largo plazo.
2.
Efectos del aprovechamiento sobre el suelo, agua y atmósfera: No hay que
perder de vista que lo que se plantea son los efectos ambientales de la
actividad de recogida de restos de aprovechamientos y tratamientos
selvícolas y culturales previamente realizados. Las operaciones previas son las
que han dejado los restos sobre la superficie del terreno y que esas actividades
son las que habrán causado los impactos correspondientes, aplicándose las
medidas preventivas, paliativas y restauradoras necesarias. Si el
aprovechamiento de los restos de tratamientos selvícolas y culturales se realiza
simultáneamente, en la misma operación que el aprovechamiento de los
productos principales, esto es, en una operación integrada, y con el
procesado de restos en pista, el movimiento de maquinaria por la superficie de
actuación se realiza una sola vez. Esto significa que la maquinaria emite en una
sola ocasión gases de escape y ruidos, produce compactación del terreno
solo una vez, y los efectos sobre el suelo, aire y agua solo se producen en una
ocasión. Si la operación de recogida de restos es posterior al aprovechamiento
o el tratamiento que los ha originado, esto es, en una operación disociada, la
perturbación se produce en dos ocasiones, siendo los efectos ambientales los
mismos que en las operaciones previas. También se debe considerar que la
frecuencia de los tratamientos selvícolas y culturales contemplados, relativizan
el impacto de estos tratamientos en el tiempo. La frecuencia suele oscilar, en el
peor de los casos alrededor de los 10 años.
3.
Efectos del aprovechamiento sobre la flora y los espacios protegidos: Existen
determinados hábitats forestales que resultan de mayor interés que otros y por
tanto las afecciones sobre la flora de estos hábitats por efecto del
aprovechamiento forestal de los restos puede ser de más importancia que en
otros más resistentes o más extendidos. Igualmente, el menor nivel evolutivo de
los sistemas forestales que se aprovechan, la menor estructuración de sus
masas en diferentes estratos vegetales o en edades supondrán menos
impactos sobre la vegetación que en los casos contrarios. El caso del
aprovechamiento de matorral, tanto del sotobosque, como de extensiones de
esta estructura, debe considerarse en cada caso desde el punto de vista de
sus impactos sobre el suelo y sobre las especies que lo pueblan. Por otra parte,
en los análisis de las potenciales disponibilidades de biomasa procedente de
matorrales y de restos de tratamientos selvícolas y culturales, se incluyen una
serie de restricciones que limitan, no solo desde el punto de vista de un estudio
teórico, sino incluso desde la propia realidad de un aprovechamiento de esta
naturaleza, los riesgos ambientales de estos aprovechamientos. Estas
restricciones, que deben ser tenidas en cuenta en los aprovechamientos, han
sido las siguientes:
a. No se considera como susceptible de ser aprovechable ninguna
superficie que presente una fracción de cabida cubierta total inferior
al 75%.
b. No se consideran susceptibles de aprovechamiento las superficies
situadas por encima del 35% de pendiente.
c. Las superficies incluidas en Parques Nacionales no se consideran
susceptibles de aprovechamiento de sus restos de aprovechamientos
selvícolas.
d. Las superficies incluidas en ZEPAs, LICs, RAMSAR, ZEPIM y Reservas de
la Biosfera no se consideran como susceptibles de aprovechamiento
de la biomasa procedente de matorrales. En caso de Parques
Naturales habrá que analizar la normativa vigente que regule el
mismo.
e. Los periodos de rotación para el aprovechamiento del matorral, que
se han considerado, varían entre los 5 y los 10 años según
localizaciones. En el caso del aprovechamiento del matorral bajo
arbolado, se establece una sola intervención sobre el matorral
durante la duración del turno del arbolado si la fracción de cabida
cubierta del arbolado es igual o superior al 40% y dos intervenciones si
la fracción de cabida cubierta del arbolado es superior al 40%. Las
rotaciones que se están manejando, añadidas de las restricciones de
uso anteriores, limitan el posible impacto de la utilización del matorral.
f. Sólo se considera el aprovechamiento del matorral de determinadas
especies, que forman grandes extensiones monoespecíficas o de
bajo nivel evolutivo.
4.
Efectos del aprovechamiento sobre la fauna: Al igual que en puntos anteriores,
no hay que perder de vista que lo que se considera es el impacto ambiental
de la recogida de restos abandonados sobre la superficie posteriormente a la
realización de un aprovechamiento forestal o un tratamiento selvícola, que,
indudablemente, presentan un impacto sobre los elementos del medio natural.
La disociación entre el propio tratamiento y la retirada y aprovechamiento de
los restos del tratamiento supone una doble alteración sobre una misma
superficie, lo que repercute de manera añadida sobre dichos elementos del
medio. Por lo tanto, desde el punto de vista de alteración a la fauna y sus
hábitats, es preferible siempre una sola actuación integrada. Los principales
impactos previsibles son:
a. molestias por ruido
b. peligro de destrucción de hábitats y de lugares de nidificación,
refugio y alimento
c. riesgo de aplastamiento para micro mamíferos e invertebrados
d. molestias a la fauna en épocas críticas
Y las medidas paliativas son las consideradas en ese mismo punto:
a. utilización de maquinaria moderna y poco agresiva para el medio
(por ejemplo, utilización de tractores forestales de neumáticos de
baja presión), convenientemente revisada y mantenida
b. establecimiento de perímetros de reserva o de protección en zonas
críticas, como áreas de nidificación o de campeo de especies
catalogadas
c. realización de los trabajos en épocas adecuadas, que afecten lo
menos posible a las funciones vitales más críticas, especialmente en
las épocas de cortejo, nidificación y cría de aves, de apareamiento,
o de hibernación de determinados mamíferos
d. evitar la repetición de trabajos en la misma zona de manera
frecuente; en este sentido, las frecuencias expuestas en los dos
puntos
inmediatamente
anteriores
muestran
que
este
aprovechamiento en todos los casos no se considera suficiente como
para provocar molestias reiteradas a la fauna.
2.4.3. Aspectos sociales
2.4.3.1. Consideraciones generales
Para poder evaluar los condicionantes sociales del uso de la biomasa forestal con
fines energéticos, hay que tener en cuenta los beneficios sociales que perciben
todos los habitantes de la zona rural donde se vayan a implementar los proyectos
a escala local y/o comarcal para el aprovechamiento integral y el desarrollo de la
cadena de valor en base a este recurso. Para ello hay que tener en cuenta los
efectos que el proyecto tendrá sobre las personas que forman parte de la
comunidad, principalmente en aquellos municipios con suficiente capacidad de
desarrollar este sistema de valor forestal. Por otro lado también se deben valorar los
beneficios sociales sobre el municipio en general por los efectos sobre las balanzas
municipales o sobre otros indicadores sociales locales.
En la evaluación social interesa saber si la población del municipio aumenta o
disminuye su bienestar como consecuencia del aprovechamiento de la biomasa
forestal con fines energéticos. Este bienestar depende de la disponibilidad de
bienes y servicios, de su distribución entre las personas y de otras variables. Cuanto
mayor sea el valor de los bienes y servicios disponibles, mayor será el bienestar de
la población del municipio.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede decir que la evaluación social en el
ámbito de este estudio estratégico, tiene por objeto determinar en cuánto se
modifica la disponibilidad de bienes y servicios para la población del municipio,
como consecuencia del aprovechamiento de la biomasa forestal con fines
energéticos.
2.4.3.2. Consideraciones sociales
Para determinar en cuanto se modifica la disponibilidad de bienes y servicios para
la población, como consecuencia del aprovechamiento de la biomasa forestal,
hay que tener en cuenta los efectos directos e indirectos que influyen en el
desarrollo social de la zona rural donde se desarrollaría un proyecto en concreto.
Con el aprovechamiento de la biomasa forestal se busca maximizar los beneficios
sociales, como puede ser la creación de empleo en zonas generalmente
desprotegidas, mejorar las prestaciones sociales, ayudar a la fijación de la
población en zonas rurales, etc.
a) Efectos directos
•
Creación de empleo directo para la recogida, saca, tratamiento y valorización
energética de la biomasa forestal. Al ser necesaria la figura del operador
logístico que centralice el almacenamiento y la preparación del producto para
su uso, se crearan nuevos empleos para cubrir esta demanda. Este empleo será
en parte cualificado de grado superior y medio, por lo que, en general, atraerá
población y riqueza para la zona concreta rural donde se ubique. Por otro lado,
se creara una nueva fuente de ingresos alternativa para la población agrícola
de la zona en épocas de baja actividad en la agricultura, para la realización
de los trabajos de aprovechamiento de la biomasa forestal en el monte. Para
un sistema integral que incluya una planta CHP de unos 2 MW con un
abastecimiento de algo más de 20.000 t/a, la estimación del empleo directo
creado sería:
o Empresa de trabajos forestales: Para la recogida y saca del producto
podríamos considerar, como media, que unos 10 operarios harían estos
trabajos al ritmo de 1 ha día (incluyendo peones, capataces e ingenieros a
tiempo parcial en cada obra), así como un gerente y un administrativo. Es
decir un total de 12-15 empleos directos.
o Operador logístico: Podríamos considerar también un operador logístico en
la zona, que puede ser coincidente o no con la empresa de trabajos
forestales.
Esta
empresa
tiene
como
cometido
centralizar
el
almacenamiento y el pretratamiento del recurso. Podríamos calcular unos 8
empleos directos, incluyendo operarios, mandos de grado medio y superior
y administrativos.
o Empresa de combustión o gasificación CHP de 2 MW: para la puesta en
marcha y funcionamiento de una planta de estas características se
calculan 10 empleos directos, incluyendo técnicos, mandos y
administrativos.
o Empresa de pellets: para la valorización de la energía térmica residual
generada en la planta de combustión o gasificación, se podría instalar una
planta de pelletización para la producción de biocombustibles sólidos de
alto valor añadido, lo que emplearía de forma directa a unas 8 personas.
•
Producción de nuevos bienes y servicios de alto valor añadido:
o Energía eléctrica renovable (energía verde), que mejorará la calidad del
abastecimiento eléctrico del municipio y de la comarca y permitirá un
aumento de la demanda de energía para la instalación de nuevas industrias
en la localidad.
o Calefacción para una zona o grupo de edificios, privados o públicos
(ayuntamiento, instalaciones deportivas, colegios, centros de atención
médica, etc.). Calor comunitario a escala municipal que ahorrará costes de
calefacción, disminuirá las emisiones contaminantes y mejorará las
condiciones de habitabilidad de las viviendas o edificios de la localidad.
o Vapor para un proceso de producción de una industria cercana a la planta,
que quiera sustituir calderas tradicionales de combustibles fósiles por
calderas de biomasa para producir el vapor necesario.
o Producción de pellets, para uso particular para calderas y estufas.
o Gasificación de la biomasa para la generación posterior de electricidad.
Este gas puede ser usado in situ en el municipio o comercializado y
transportado a otra zona.
•
Subsidios o subvenciones: Ayudas públicas para el desarrollo local en zonas
rurales y para el aprovechamiento de la biomasa forestal, que permitan que su
extracción, transporte y preparación sea competitiva en comparación con
otros combustibles fósiles alternativos. Esta nueva fuente de ingresos aumentará
la riqueza disponible en el municipio y en la comarca.
•
Prevención de incendios forestales: Mejora de la defensa de los montes contra
incendios forestales al disminuir su combustibilidad, evitando así la pérdida de
biodiversidad, la pérdida de espacios naturales de ocio y entretenimiento y la
pérdida de ingresos por turismo en los municipios con alto valor forestal y
medioambiental. A esto contribuye también el hecho de que las emisiones por
combustión de la biomasa tienen menos contenido en azufre, y por lo tanto se
disminuye el efecto de las lluvias ácidas sobre los nuestros bosques.
b) Efectos indirectos
•
Creación de empleos indirectos: empleos indirectos en la industria y servicios
auxiliares, como pueden ser el mantenimiento de la maquinaria para la
preparación del producto, el mantenimientos de las calderas de biomasa, el
transporte de la biomasa forestal residual, la distribución de los nuevos bienes
producidos, servicios de consultoría e ingeniería, etc. Se puede calcular en casi
2 empleos indirectos por cada empleo directo en el sector industrial de las
energías renovables.
•
Desarrollo tecnológico: Mejora de la industria nacional de calderas de biomasa
al ampliarse el mercado en España y tener que innovar para competir con la
industria extranjera.
•
Formación especializada de técnicos en gestión forestal sostenible orientada a
planes de aprovechamientos biomásicos, nuevos métodos de mecanización en
los trabajos forestales, logística avanzada, transformación de energía eléctrica y
térmica, ingeniería y maquinaria específica, calderas de calefacción,
biocombustibles sólidos, sistemas centralizados de ciclos de calor-frío, etc.
•
Disminución de la importación de combustibles fósiles, con el consiguiente
beneficio económico para las cuentas municipales.
•
Aumento de ingresos para las administraciones locales: Las transacciones
comerciales debidas a los nuevos bienes y servicios generados por el
aprovechamiento de la biomasa forestal residual, generarán un aumento de los
ingresos de las administraciones públicas, principalmente a nivel local, vía
impuestos y tasas, que contribuirán a la mejora de las condiciones de vida en
las zonas rurales donde se implante esta nueva industria.
2.5. Barreras y oportunidades del uso de la biomasa forestal con fines
energéticos a nivel local
2.5.1. Debilidades y amenazas
Las principales barreras para el desarrollo del aprovechamiento energético de la
biomasa forestal a nivel local se basan en las debilidades y amenazas que
podemos observar actualmente. Las principales barreras que se han puesto de
manifiesto en diferentes proyectos en curso en España y en otros países de nuestro
entorno vienen condicionadas por las problemáticas derivadas de la gestión
forestal sostenible y subsidiaria, de la producción y aprovechamiento del recurso,
de la logística, de la transformación energética de los distintos productos, de la
actual distorsión de los mercados y de la singularidad del mundo rural.
a) Problemática derivada de la gestión forestal sostenible y subsidiaria:
 Heterogeneidad de la propiedad forestal pública y privada, siendo muy
minifundista en muchas zonas del país, lo que dificulta la gestión forestal
por falta de superficie o economías de escala.
 La superficie forestal ocupa ya más de un 50% del territorio nacional. Los
propietarios privados y municipales tienen un 95 % del total, no estando
realmente reconocidos ni decididamente apoyados por la Administración
ni por la sociedad como gestores activos de su patrimonio forestal.
 El sector forestal ha dejado de ser un generador activo de empleo y
riqueza en muchas zonas rurales generalmente despobladas y
desprotegidas del país. A lo largo de nuestra historia - y en la actualidad
en otras regiones de europeas -, la actividad forestal siempre ha
contribuido a fijar rentas para los dueños de los predios, basándose en la
gestión activa y sostenible por parte de sus propietarios privados y
municipales.
 Apenas existen políticas activas derivadas de una estrategia forestal en
casi todas las Comunidades Autónomas, traduciéndose en un muy bajo
índice de gestión, lo que genera desaliento y abandono, favoreciendo el
despoblamiento rural en los municipios con patrimonio forestal y
aumentando exponencialmente la propagación de incendios forestales
de grandes dimensiones.
 En general, en prácticamente todas las Comunidades Autónomas existe
una legislación abundante, a menudo contradictoria, excesivamente
proteccionista, lastrando la gestión del propietario privado y municipal e
impidiendo el establecimiento de una economía ligada al sector forestal.
Llegan a coexistir hasta ocho figuras de protección sobre el mismo
territorio, con sus respectivas
diferentes.
normativas y procesos administrativos
 Excesivo y desproporcionado coste del servicio de vigilancia y control a los
propietarios privados y municipales por parte de las administraciones
autonómicas. Existe una legislación demasiado intervencionista. El
propietario no es un agresor del medio natural; es el que ha permitido que
el territorio llegue bien conservado hasta nuestros días. Existen demasiadas
figuras de protección sobre el terreno forestal municipal, muchas veces
contradictorias.
 Falta de un reconocimiento auténtico y veraz del propietario forestal,
siendo para ello necesario aplicar el principio de subsidiaridad, otorgando
el protagonismo y la responsabilidad de la gestión forestal a los
propietarios forestales in situ, tanto privados como municipales.
 Falta potenciar y facilitar la gestión forestal sostenible sobre todo a los
municipios que por su interés y patrimonio forestal así lo quieran y lo
soliciten, posibilitando la generación de empleo y riqueza en las zonas
eminentemente forestales, impulsando un eficaz desarrollo rural, base de
la cohesión territorial y social de nuestro país.
 Distribución muy poco eficiente de las escasas inversiones destinadas a la
conservación y gestión del medio forestal, no llegando en muchas
ocasiones hasta los verdaderos agentes del desarrollo forestal: propietarios
privados o municipales o empresas forestales locales.
 Falta de eficiencia en los escasos recursos económicos públicos, con
excesivo gasto administrativo a nivel autonómico y con excesivo
protagonismo y coste de sus empresas públicas, siendo necesaria la
priorización y externalización de servicios, favoreciendo el desarrollo de
empresas forestales que generen empleo en los municipios/comarcas
forestales, en detrimento de la altamente ineficiente empresa pública.
 En muchas Comunidades Autónomas la política forestal tiene un enfoque
únicamente proteccionista, no favoreciendo la función productiva del
monte y, en consecuencia, el desarrollo de cadenas de valor añadido en
base al aprovechamiento sostenido de los recursos. A nivel autonómico se
observa una falta generalizada de una apuesta decidida por el sector de
la bioenergía de base forestal como sustituto de los combustibles fósiles no
renovables, basado en proyectos a escala local/comarcal de gestión,
aprovechamiento, transformación y consumo de bioenergía forestal.
Declaración de cultivos energéticos forestales existentes y apoyo a los
futuros.
 Falta de instrumentos para la gestión forestal subsidiaria a nivel local. Las
administraciones locales de municipios con interés y capacidad de
gestionar sus recursos forestales se enfrentan a multitud de barreras para
ejercer esta gestión: proyectos de ordenación de montes municipales y
planes de aprovechamiento de biomasa forestal derivados. Sólo estos
instrumentos de gestión subsidiaria a nivel local (o a nivel mancomunado
de municipios en una misma comarca o zona) pueden garantizar el
suministro sostenible de recursos biomásicos a un mínimo de 20 años para
poder atraer proyectos empresariales para inversiones en plantas
energéticas a pequeña o mediana escala.
 Finalmente falta una apuesta por los Pagos por Servicios Ambientales que
generan los terrenos forestales municipales, de los que se beneficia toda la
sociedad, sin que revierta compensación económica alguna en el
municipio. Como primer paso se debería considerar que la mitigación del
cambio climático en base a la fijación de CO2 y generación de energía
renovable es la externalidad prioritaria.
b) Problemática derivada de la producción y aprovechamiento de los recursos
biomásicos:
 Dispersión en el terreno forestal y baja concentración de los recursos
forestales aprovechables.
 Inestabilidad en la producción y estacionalidad del aprovechamiento.
 Discontinuidad en el tiempo: actuaciones puntuales y poco constantes, en
numerosas ocasiones en función de las subvenciones públicas.
 Heterogeneidad del recurso (especies, tipo de productos forestales, etc.) y
de condiciones físicas del terreno (orografía del terreno).
 Heterogeneidad física y de composición química y energética del recurso
(adecuación
energética).
del
recurso
a
las
necesidades
de
transformación
 Poca presencia de empresas de aprovechamientos forestales en algunas
zonas del país.
 Bajo desarrollo tecnológico de maquinaria y limitada adaptación de la
maquinaria existente a las condiciones del monte mediterráneo.
 Bajo grado de disposición de maquinaria en las empresas forestales en
muchas zonas del país.
 Difícil mecanización de los trabajos por difícil acceso (falta de vías de
saca, mal estado de las pistas forestales, baja densidad vial, etc.).
c) Problemática derivada de la logística y transporte en el mundo rural:
 Ausencia o pocos operadores logísticos potencialmente capaces de
afrontar el reto: ausencia de tamaños empresariales suficientes como para
afrontar riesgos en este campo, en especial carencia de maquinaria
especializada.
 Inexistencia de un mercado desarrollado de distribución de biomasa.
 Falta de demanda del producto y, como consecuencia, falta de
seguridad.
 Inestabilidad en disponibilidad de producto en cantidad, calidad y precio.
 Falta de desarrollo de sistemas de pretratamiento de residuo para su
adecuación a la transformación industrial.
 Falta de personal especializado.
 Falta de infraestructuras logísticas y de espacio de almacenamiento y
clasificación cualitativa y/o dimensional.
 Dispersión de la información y ausencia de transferencia de conocimiento
en base a las pocas experiencias en diferentes zonas de España.
d) Problemática derivada de la transformación energética del recurso y de los
mercados bioenergéticos actuales:
 Alto grado de heterogeneidad de la biomasa forestal debido a la
diversidad de especies y surtidos, lo que dificulta la adecuación del
recurso a las necesidades de eficacia y eficiencia en la transformación
energética a nivel industrial.
 Carencia de normativa específica para las instalaciones térmicas de
biomasa en edificios, con los consecuentes problemas a la hora de
proyectar, ejecutar y legalizar instalaciones en el sector doméstico.
 Equipos menos desarrollados tecnológicamente que los utilizados para
combustibles convencionales (sobre todo en el sector industrial de
generación de energía térmica y de sistemas de conversión calor-frío).
 Competencia en precio con otros combustibles, incluso con biomasa
procedente de otras regiones, países o continentes.
 Bajo rendimiento de generación de energía.
 Altos niveles de inversión.
 Falta de infraestructuras básicas en zonas rurales: parques industriales,
instalaciones, etc.
 Incertidumbre en los potenciales operadores sobre la rentabilidad de las
operaciones.
 Dificultad del acceso y conexión a la red eléctrica en zonas rurales.
 Desarrollo incipiente de un mercado energético potente capaz de
absorber esta producción, sobre todo de biocombustibles sólidos (pellets).
 Dificultad de poner en valor la energía térmica cogenerada debido a la
ausencia de sistemas de district heating o industrial heating.
2.5.2. Fortalezas y oportunidades
El desarrollo sostenible de esta actividad se debe basar en superar las barreras
anteriormente citadas y en alcanzar las ventajas económicas, sociales y
medioambientales que ofrece este nuevo sector. Así, las fortalezas y oportunidades
para el desarrollo de la cadena de valor de bioenergía de base forestal a nivel
local pueden ser resumidas de la siguiente forma:
a) Potencial de desarrollo económico:
 Puesta en valor de la inmensa cantidad de biomasa potencialmente
disponible y que en la actualidad es desaprovechada. El
aprovechamiento de biomasa forestal genera un mayor valor a
productos actualmente desechados (restos de podas, descopes,
desbroces para cortafuegos, tratamientos selvícolas fitosanitarios),
rentabilizando tareas y trabajos forestales que de todas formas se tienen
que realizar al ser necesarios para el cuidado del monte. Esto contribuye
directamente a poder revertir económicamente en el incremento de las
labores selvícolas y a una mejor gestión de los ecosistemas forestales,
potenciando el desarrollo económico del sector, sobre todo en todas
aquellas zonas que actualmente carecen de otros aprovechamientos
forestales.
 Desarrollo y oportunidad de negocio para empresas de trabajos forestales
con mayor grado de mecanización y rendimiento.
 Desarrollo y oportunidad de negocio para operadores logísticos
especializados que dispongan de parque de maquinaria específico y que
puedan ofrecer un primer producto en instalaciones propias donde se
haga el almacenaje de un primer producto semielaborado (astilla seca y
clasificada).
 Desarrollo y oportunidad de negocio para empresas transformadoras de
energía eléctrica y térmica (CHP): oportunidad de inversión de plantas de
pequeña a mediana escala a nivel local/comarcal en municipios con
base forestal, con capacidad de 2 MW eléctricos y un nivel de inversión
de unos 6 millones de €.
 Desarrollo y oportunidad de negocio para empresas transformadoras de
biocombustibles sólidos que puedan aprovechar la energía térmica
residual de las plantas CHP: oportunidad de inversión de plantas de
transformación de pellets y/o briquetas de pequeña a mediana escala a
nivel local/comarcal en municipios con base forestal, con capacidad de
unas 10.000 t/a y un nivel de inversión de unos 2 millones de €.
 Desarrollo y oportunidad de negocio para empresas distribuidoras de
energía eléctrica (p.e. compañías eléctricas a nivel local), de energía
térmica (p.e. empresas instaladoras y mantenedoras de sistemas de
district heating o industrial heating) y de biocombustibles sólidos (p.e.
distribuidores de pellets y/o briquetas, distribuidores de astilla, instaladores
de calderas a nivel doméstico y/ industrial, etc.).
 Parte de las tierras agrícolas abandonadas se pueden rehabilitar como
cultivos forestales energéticos, como complemento a la biomasa
derivada de los trabajos forestales.
 Oportunidad de reducir la factura energética del municipio. El aumento
de generación de energía térmica y/o eléctrica a partir de residuos
forestales contribuye a elevar la producción de energías renovables, lo
que conlleva una menor dependencia de la importación de
combustibles fósiles.
 Posibilidad de potenciar cultivos energéticos leñosos en tierras agrícolas
abandonadas, lo que permite el complemento de suministro regular de
materia prima a las plantas y dinamiza el sector agrícola en el municipio.
b) Potencial de desarrollo social:
 El aprovechamiento de la biomasa forestal contribuye a la creación de
empleo directo e indirecto en los pueblos del medio rural, beneficiando el
desarrollo económico de zonas tradicionalmente deprimidas.
 Aprovechamiento de la bioenergía forestal a nivel local: uso de energía
térmica en edificios de uso público (ayuntamiento, locales públicos
municipales, instalaciones deportivas, centros educativos, centros de
asistencia médica o de la tercera edad, etc.) y de uso privado (calderas
de pellets en viviendas, sistemas de district heating o industrial heating,
etc.).
 Formación y especialización en un sector económico de futuro en zonas
rurales.
 Transferencia de conocimientos y experiencias con otras zonas en España
o Europa. La inquietud sobre este asunto existente en muchos ámbitos:
institucionales, políticos, científicos, técnicos, empresariales; se traduce en
multitud de reuniones en los últimos años, iniciativas divulgadoras; inicio
del desarrollo de experiencias.
c) Potencial de desarrollo medioambiental:
 Mejora las condiciones de los montes en cuanto a los incendios forestales.
Reducción del riesgo estructural de incendios forestales con el
consiguiente beneficio ambiental: reducción del riesgo erosivo, de la
desertificación, de la pérdida de hábitat y especies emblemáticas, etc.
 Ayuda a la reforestación de zonas desarboladas, aumentando así la
cantidad de CO2 absorbida.
 Contribución activa al cumplimiento del protocolo de Kyoto sobre
cambio climático y a la reducción de las emisiones de CO2.
 Generación de energía sin efectos negativos sobre el medio natural en la
zona. La biomasa tiene contenidos en azufre prácticamente nulo. Por este
motivo, las emisiones de dióxido de azufre (SO2), que junto con los óxidos
de nitrógeno (NOx) son las causantes del denominado efecto de la lluvia
ácida, son despreciables en los procesos de transformación de biomasa
forestal en energía térmica y/o eléctrica.
 Posibilidad de poner en valor residuos biomásicos de origen agrícola
(podas de especies leñosas) o industrial (restos y residuos de industrias
agroalimentarias o de la madera a nivel local) que complementen a la
biomasa forestal en el aprovisionamiento regular de la planta en el
municipio.
2.6. Medidas actuales para impulsar el uso de la biomasa forestal con
fines energéticos a nivel local
2.6.1. Marco normativo
Como ya se ha mencionado anteriormente, el Real Decreto 661/2007, de 25 de
mayo, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica en el
régimen especial, ha sido recientemente derogado, por lo que nos encontramos
en un momento de vacío legal a nivel español en cuanto a la ayuda a las biomasa
como energía renovable. Es de esperar que en próximas fechas el Gobierno de
España vuelva a desarrollar legislación para el apoyo público de este tipo de
energía. Sin embargo, este vacío legal está frenando momentáneamente muchos
proyectos de bioenergía a nivel local en zonas forestales y agrícolas, debido a la
inseguridad financiera y de inversión.
2.6.2. Instrumentos para el uso de la biomasa forestal
Los países de la Unión Europea constituyen, en su conjunto, la principal potencia
mundial en lo que al desarrollo y aplicación de energías renovables se refiere. Esto
es producto de la política energética adoptada por la UE en los últimos años, en
donde se intenta potenciar la utilización de energías renovables frente a las
fuentes de energía fósil. Aún así, la mitad de las necesidades energéticas de los
países de la UE siguen estando cubiertas por recursos importados y, dado que se
consume cada vez más energía, esta dependencia exterior no cesa de aumentar.
Cuando la UE comienza la elaboración de una estrategia para abordar el
problema, se encuentra con que hay que afrontar otros desafíos: la lucha contra el
cambio climático y la realización de un mercado interior.
En el año 1997, la UE publica el documento “Energía para el futuro: fuentes de
energía renovables”, el Libro Blanco en donde se intenta establecer una estrategia
y un plan de acción comunitarios para la energías renovables; el ambicioso
objetivo establecido es el alcanzar el 12% de aportación de las energías
renovables frente al consumo total de energía primaria demanda en el conjunto
de la UE en el año 2010. A pesar de que se fueron registrando avances en el
campo de las energías renovables, no parecen ser suficientes. Para garantizar el
éxito es necesario que la política energética incluya un fuerte control sobre el
consumo energético. En lo que respecta al uso energético de la biomasa en
aplicaciones térmicas o eléctricas, el objetivo establecido fue el de incrementar la
participación de la biomasa en el consumo energético de la Unión Europeo en 57
millones de tep (30 millones de tep procedentes de biomasa residual y el resto de
cultivos energéticos)
En septiembre de 2001 se aprueba una Directiva del Consejo y del Parlamento
Europeo sobre el fomento de la producción de electricidad a partir de las fuentes
de energía renovables (Directiva 2001/77/CE, de 27 de septiembre de 2001), cuyo
objetivo es conseguir un aumento de la contribución de las fuentes de energía
renovables a la generación de electricidad en el mercado interior de la
electricidad y sentar las bases de un futuro marco comunitario para el mismo. Se
fija como objetivo que el porcentaje de electricidad verde, energía eléctrica
generada a partir de fuentes renovables, en la UE pase del 14 % en 1997 al 22 % en
2010.
En esta Directiva se indica que los Estados de la UE deben adoptar y publicar,
cada cinco años, un informe que establezca, para los 10 años siguientes, los
objetivos de consumo futuro de electricidad (FER), así como las medidas a tomar
para alcanzarlos. La Comisión Europea propone que los países miembros utilicen
una serie de medidas de apoyo para fomentar el consumo de bioelectricidad,
estas medidas pueden consistir en ayudas fiscales, financieras, certificados verdes,
etc.
La mayor parte de los países de la UE utilizan sistemas de tarifas o primas mínimas
como sistema principal de apoyo e incluyen otros sistemas como pueden ser
ayudas a la inversión, créditos fiscales o subastas.
Para hacer frente a la creciente dependencia de la energía importada, la Unión
Europea (UE) debe apoyarse en una nueva política energética orientada a la
consecución de tres objetivos principales: competitividad, desarrollo sostenible y
seguridad del suministro. En tal contexto se elabora, el 7 de diciembre de 2005, el
«Plan de acción sobre la biomasa» [COM (2005) 628 final - Diario Oficial C 49 de
28.2.2006]. Este Plan presenta una serie de medidas comunitarias con las que se
pretende aumentar la demanda de biomasa, reforzar la oferta, eliminar los
obstáculos técnicos y desarrollar la investigación
El 19 de octubre de 2006, la Comisión adopta un «Plan de acción para la eficiencia
energética (2007-2012) » [COM (2006) 545 - no publicada en el Diario Oficial]. Este
plan de acción tiene por objeto movilizar al público en general, a los responsables
políticos y a los agentes del mercado, y transformar el mercado interior de la
energía para ofrecer a los ciudadanos de la Unión Europea (UE) las infraestructuras
(incluidos los edificios), los productos (aparatos y automóviles, entre otros), los
procesos y los sistemas energéticos más eficientes del mundo. Incluye medidas
destinadas a mejorar el rendimiento energético de los productos, los edificios y los
servicios; mejorar la eficiencia de la producción y la distribución de energía; reducir
el impacto de los transportes en el consumo energético; facilitar la financiación y la
realización de inversiones en este ámbito, y suscitar y reforzar un comportamiento
racional con respecto al consumo de energía, así como reforzar la acción
internacional en materia de eficiencia energética
El objetivo del plan de acción es controlar y reducir la demanda de energía, así
como actuar de forma selectiva en relación con el consumo y el abastecimiento
de energía, a fin de conseguir ahorrar un 20 % del consumo anual de energía
primaria desde la fecha de elaboración hasta el 2020 (con respecto a las
previsiones de consumo energético para ese año). Abarca un período de 6 años
(del 1 de enero de 2007 al 31 de diciembre de 2012) período considerado
suficiente por la Comisión para la adopción y la transposición de la mayoría de las
medidas que propone. En 2009 se realizará una evaluación intermedia.
Según el último barómetro de EurObserv´ER se estima que en el año 2005 se
generaron 58,67 millones de tep a partir de biomasa procedente tanto de restos
agrícolas como forestales, lo que supone un incremento de 3 millones de tep
respecto al año anterior (2004), es decir, el sector de la biomasa (forestal y
agrícola) creció un 5,6 % a lo largo del 2005.
2.6.2.1.
Instrumentos económicos. Sistemas de apoyo
aprovechamiento energético de la biomasa
en
el
ámbito
del
El principal objetivo de los sistemas de apoyo es promover la utilización de las
fuentes de energía renovables de una manera eficaz, sencilla y lo más eficiente
posible, especialmente en temas de costes, y de este modo contribuir a la
consecución de los objetivos energéticos nacionales (cumplimiento protocolo de
Kyoto).
Los principales requisitos a cumplir son: ser eficaces, no distorsionar el mercado y
fomentar la competencia y la innovación.
En la actualidad los Estados miembros tienen en marcha distintos programas para
la utilización de la biomasa como fuente de energía renovable. Estos programas
pueden tratarse de sistemas de incentivación a la oferta o a la demanda.
El fin de estos programas es el de promover el desarrollo de las fuentes energéticas,
entre ellas la biomasa, que destacan por sus ventajas ambientales,
socioeconómicas y geoestratégicas.
Entre los distintos Estados Miembros se establecen uno o varios de los siguientes
posibles sistemas de apoyo a la llamada electricidad verde.
Tarifas de alimentación garantizadas. Este sistema, conocido bajo la
denominación genérica inglesa de Renewable Energy Feed-in Tariffs (REFIT), fija
un precio en su totalidad (tarifa fija total) o en parte (prima o incentivo fijo) para
los productores de electricidad verde y obliga a los operadores de la red a
comprar la potencia que suministren. El precio se garantiza por lo general
durante un período de tiempo dilatado con el fin de incentivar las inversiones
en nuevas centrales de producción a partir de energías renovables. Las tarifas
de alimentación actúan sobre la oferta y favorecen la entrada de electricidad
verde en el mercado.
Certificados u obligaciones. Cuando se produce electricidad a partir de una
fuente renovable se emite un certificado financiero verde. Se pueden imponer
cuotas de electricidad verde a las empresas y grandes consumidores, que
pueden respetar ya sea mediante el uso de electricidad verde o mediante la
compra de certificados verdes. Los certificados ecológicos negociables son
medidas orientadas a la demanda que funcionan sobre la base de
obligaciones de cuotas obligatorias que arrastran al mercado a la electricidad
verde. Un certificado verde equivale habitualmente a un MWh renovable.
Reducciones o exenciones fiscales. Las reducciones de impuestos de las
inversiones, producción o consumo de electricidad verde constituyen sencillos
ejemplos de medidas fiscales de estímulo de la oferta o la demanda. A
menudo estas medidas consisten en la exención del pago de «ecotasas» o de
las tasas sobre el CO2 a que se someten las fuentes de energías procedentes de
combustibles fósiles. Las medidas financieras también pueden incluir tipos de
interés reducidos sobre los préstamos, lo que reduce los costes de las inversiones
y favorece la creación de capacidad de generación a partir de nuevas
fuentes renovables. Apoyo a la inversión que incluye la aportación directa de
subsidios para la construcción de capacidad de generación a partir de fuentes
renovables. Se trata de una medida de estímulo de la oferta y puede
adaptarse en función de las particularidades de las distintas fuentes de energía
renovables de acuerdo con las políticas nacionales o regionales.
Apoyo a la inversión. Consiste en subsidios para la construcción de capacidad
de generación a partir de fuentes renovables. Se trata de un estímulo a la
oferta.
El sistema de apoyo que mayoritariamente prevalece es el de tarifas o primas
mínimas, ya que adecuadamente diseñados han demostrado ser capaces de
impulsar el desarrollo de las energías renovables de manera simple y eficaz en
cuanto a objetivos, eficiente en cuanto a costes y competitiva en relación al
mercado.
2.6.2.2. Instrumentos institucionales y legislativos
Tomando como partida el objetivo energético recogido en el Libro Blanco2 de la
Comisión Europea, se elaboró el Plan de Fomento de las Energías Renovables en
España 2000-2010 (PFER), aprobado por el Consejo de Ministros el 30 de diciembre
de 1999; en él se estableció como objetivo cubrir en el año 2010 con energías
renovables el 12 % de la demanda total de energía primaria. Los objetivos de
incremento del consumo de biomasa (tanto para usos térmicos como eléctricos)
suponían en el Plan de Fomento de las Energías Renovables en España 2000-2010
un 63 % del objetivo global de incremento del consumo de fuentes de energía
renovables.
Puesto que hasta finales de 2004 se había cumplido el 28,4 % del objetivo de
incremento global y el avance en el área de la biomasa solamente se situaba en
el 9 % (como así quedó recogido en el “Balance del Plan de Fomento de las
Energías Renovables en España durante el período 1999-2004” elaborado por el
IDAE), se decide elaborar el Plan de Energías Renovables en España (PER) 20052010, que constituye la revisión del Plan de Fomento las Energías Renovables en
España 2000-2010.
El Plan de Energías Renovables que mantiene el compromiso de cubrir con fuentes
renovables al menos el 12 % del consumo total de energía en 2010 pero propone
una distribución diferente de los esfuerzos por áreas. Además, el PER incorpora dos
objetivos indicativos que hacen referencia a la generación de electricidad con
fuentes renovables y al consumo de biocarburantes:
-
Que para 2010 la electricidad generada con renovables alcance el 29,4 %
del consumo nacional bruto (Directiva 2001/77/CE del Parlamento Europeo y
del Consejo, de 27 de septiembre de 2001)
-
Que para 2010 el 5,75 % de la gasolina y el gasóleo comercializados con
fines de transporte sean biocarburantes (Directiva 2003/30/CE del
Parlamento Europeo y del Consejo, del 8 de mayo de 2003, traspuesta a la
legislación española a través del Real Decreto 1700/2003, de 15 de
diciembre)
Con respecto a la biomasa hay que diferenciar entre la destinada a generación
de electricidad y la destinada a usos térmicos: en la primera el objetivo de
crecimiento en el período 2005-2010 se sitúa en 1.695 MW (en el Plan de Fomento
se fijó el objetivo de alcanzar los 1.849 MW a finales de 2010); en cuanto a la
biomasa con aplicaciones térmicas, el objetivo de incremento hasta 2010
asciende a 583 ktep (en el Plan de Fomento se fijó el objetivo de alcanzar los 4.376
ktep a finales de 2010).
Comunicación de la Comisión: Energía para el futuro: Fuentes de Energía Renovables. Libro Blanco para una
Estrategia y un Plan de Acción Comunitarios (Documento COM (97) 599 final). Bruselas, 26.11.1997.
2
En la actualidad, El PER es sustituido por el Plan de Acción Nacional de Energías
Renovables de España 2011-2020 (PANER) del Ministerio de Industria, Turismo y
Comercio, refleja la cantidad de biomasa utilizada y los objetivos de consumo de
la misma hasta 2020. Este documento constituye la revisión del Plan de las Energías
Renovables en España (PER) 2005-2010. A pesar de los recortes en cuanto a
objetivos de biomasa, el PANER fija para 2020 un mínimo de 591 MW eléctricos
instalados de biomasa y 156 MW de biogás, lo que representa el 2,6% del total en el
mix renovable en 2020. Esto supone una reducción del objetivo de un 45,2%
respecto al establecido en el PER 2005‐2010. En paralelo, para la vertiente térmica
de la biomasa se establece un incremento de un 35% superior al objetivo 2010 (se
pasaría de 3.550 ktep a 4.850 ktep en 2020), cifra considerada como muy
conservadora debido a las expectativas del sector especialmente en función del
aumento progresivo de existencias y crecimiento de las masas forestales.
Debe tenerse en especial consideración el Real Decreto 661/2007, de 25 de mayo,
por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica en régimen
especial, sustituye al Real Decreto 436/2004, de 12 de marzo, por el que se
establece la metodología para la actualización y sistematización del régimen
jurídico y económico de la actividad de producción de energía eléctrica en
régimen especial. Ofrece una nueva regulación a la actividad de producción de
energía eléctrica en régimen especial, manteniendo la estructura básica de su
regulación.
2.7. Diagnóstico de la situación actual y aspectos clave
2.7.1. Conclusiones
A la vista de lo expuesto en los capítulos anteriores podemos hacer un diagnóstico
de la situación actual de la utilización de la biomasa forestal, como influyen las
medidas actuales para su uso y las actuaciones más urgentes para promocionar la
utilización de este recurso y el desarrollo de sistemas de gestión, aprovisionamiento
y valorización energética a nivel local.
El aprovechamiento de la biomasa forestal para su valorización energética
provoca una serie de efectos positivos para el medio ambiente y el medio social,
sobre todo a nivel local, pero también a nivel nacional, entre los que se
encuentran, principalmente la mejora de las condiciones de los montes frente a los
incendios forestales y la creación directa de empleo en zonas rurales
generalmente desprotegidas.
A pesar del potencial de biomasa no utilizable para uso material (tableros, pastas
celulósicas, aserrío, etc.) en nuestro país, las primeras plantas instaladas centran su
aprovisionamiento en biomasa de origen agrícola, o en algunos casos, de residuos
de la industria forestal de primera y segunda transformación así como de los
aprovechamientos de leñas. Por otro lado las implicaciones económicas de las
primas a la producción no impulsan claramente el uso de este recurso.
Por lo tanto, a la vista de los datos y análisis detallados a lo largo de este estudio
estratégico, podemos extraer las siguientes conclusiones a nivel general:
1. Actualmente existe un aprovechamiento marginal y no estable de la
biomasa forestal en aplicaciones térmicas puntuales, principalmente en
zonas de fácil acceso y cercano a los puntos de consumo.
2. A pesar de las buenas intenciones del PER 2005-2010 y del PANER 2011-2020,
el uso de la biomasa en España para generación eléctrica no ha arrancado
de forma definitiva ni con la aplicación del Real Decreto 436/2004 ni con el
actual Real Decreto 661/2007.
3. Así podemos concluir que las medidas actuales, el estado de las arcas
públicas, sobre todo a nivel autonómico, y la situación actual del mercado
en España no van a favorecer la eliminación de los residuos del monte para
su valorización energética, con lo cual se podría perder una oportunidad
para mejorar las condiciones de los montes Españoles y contribuir a los
efectos positivos sociales y ambientales que este aprovechamiento
provocaría, sobre todo a nivel local en zonas eminentemente forestales.
Teniendo en cuenta estas conclusiones generales, tras el análisis de las debilidades,
amenazas, amenazas y oportunidades desarrollado en este estudio estratégico,
podemos extraer las siguientes conclusiones a nivel práctico:
1. La biomasa forestal primaria para su uso energético presenta entre uno de
sus principales inconvenientes el alto coste de producción, debido
principalmente a la dispersión del recurso y a los altos costes de
transformación y transporte, que pueden ser paliados a corto o medio plazo
con subvenciones públicas, pero que a largo plazo tendrán que ser
regulados por el mercado.
2. La potencialidad de la biomasa forestal residual es sólo real a escala
local/comarcal y con el suministro adicional de biomasa agrícola residual y
cultivos energéticos producida en la misma zona. Suministros de radios
superiores a 20-25 Km. no están justificados a medio o largo plazo ni desde el
punto de vista económico ni medioambiental.
3. Para rentabilizar el uso de la biomasa forestal es necesario llevar a cabo
unas técnicas precisas, específicamente diseñadas y planificadas, desde la
fase inicial de implantación de las masas forestales hasta su
aprovechamiento final (planes zonales de gestión y aprovechamiento
biomásico a mínimo 20 años, logística avanzada, valorización energética y
consumo de los diferentes productos energéticos).
4. Las ayudas públicas deben ir encaminadas a cumplir los principales retos de
innovación necesarios para articular el sistema en cada una de las zonas
prioritarias de actuación, basándose en el apoyo priorizado a los municipios
con propiedad forestal relevante y capacidad técnica de gestión forestal
sostenible y subsidiaria.
2.7.2. Aspectos clave para favorecer el desarrollo de la cadena de valor monteenergía a nivel local
Con todo ello podemos identificar los siguientes aspectos clave que necesitan de
soluciones prácticas para poder favorecer el desarrollo sostenible de la cadena de
valor monte-energía a nivel local en las zonas más forestales de España:
1. A nivel de planificación, las administraciones forestales de las Comunidades
Autónomas deberían definir planes zonales, con el fin de identificar zonas
prioritarias de desarrollo de sistemas de valor monte-energía. En estas zonas,
las administraciones autonómicas deben favorecer el desarrollo de
proyectos de ordenación forestal orientados a biomasa, sobre todo en
zonas donde la propiedad municipal forestal sea importante y futura base
de aprovisionamiento a la planta de generación energética.
2. A nivel operativo, tenemos que tener en cuenta que el sistema de
aprovechamiento regular de un mínimo de 20.000-30.000 t/año debe ser
garantizado en una zona con un radio de no más de 20-25 Km. por un
período mínimo de 20 años. Sólo con estas premisas resueltas, inversores
privados pueden afrontar el reto de lanzar el proyecto de planta
energética. Esto se debe anclar en planes de aprovechamiento biomásico
derivados de proyectos de ordenación forestal de los montes de U.P. a nivel
municipal y/o comarcal. El principio de subsidiaridad debe ser favorecido
por las administraciones de las Comunidades Autónomas, permitiendo a las
entidades locales (o asociaciones de municipios en una misma zona) con
interés, propiedad forestal municipal y capacidad técnica desarrollar sus
propios planes de gestión forestal de forma subsidiaria. La función de las
administraciones autonómicas sólo debería limitarse al control de la calidad
del plan de gestión y de su correcto desarrollo.
3. Asimismo, el propietario privado debe ser favorecido por la Administración
para poder extraer biomasa forestal residual de sus montes. Para crear un
mercado estable de biomasa forestal residual sería conveniente establecer
una prima a la producción que estimule el aprovechamiento del residuo por
parte de los propietarios forestales para ponerlo en el mercado a unos
precios competitivos. Esta prima a la producción estaría basada en criterios
de sostenibilidad para evitar impactos negativos sobre el medio ambiente.
4. Para poder garantizar la eficacia, eficiencia y competitividad de los trabajos
forestales para la extracción de los productos biomásicos, las empresas
forestales de la zona deben aplicar o desarrollar métodos avanzados de
trabajo forestal según tipo de masa o estrato forestal (clareos,
desembosques, claras, podas y cortas finales) y de aprovechamiento
(integral, árbol completo o mixto por descope) mediante sistemas de
mecanización y astillado apropiados.
5. Los operadores logísticos de la zona – que pueden coincidir con las
empresas de trabajos forestales o no -, deben desarrollar sistemas
avanzados de logística entre el monte y la planta. Centrales de clasificación
cualitativa y dimensional de la astilla, sistemas mecánicos de carga y
descarga en camión o sistemas multilift de astillas deben contribuir a
optimizar el precio de la astilla en planta, que no debe exceder de 45-50 €/t
al 20% de humedad.
6. Las plantas de biomasa CHP necesitan de instalaciones básicas en suelo
industrial, así como un punto de evacuación de la energía eléctrica
producida. La energía térmica producida deber ser también aprovechada,
lo que no siempre resulta sencillo en municipios de zonas rurales. Las
posibilidades de valorización a escala local pasan por infraestructuras
instaladas como district heating o industrial heating, por abastecimiento de
calor a edificios públicos (ayuntamiento, locales municipales, colegios,
centros de salud, etc.), a empresas colindantes o, incluso, a una línea
paralela de producción de biocombustibles sólidos (pellets o briquetas).
7. El uso de biocombustibles de base forestal (astillas, pellets, briquetas) debe
ser favorecido en las zonas forestales, no sólo por su eficiencia energética y
sostenibilidad, sino también por el efecto tractor para potenciar su uso y
consumo. Para ello se debe potenciar el desarrollo de mezclas óptimas para
pellets según el tipo de biomasa forestal. También se de potenciar la
demanda en base a instalación de calderas a nivel municipal y doméstico,
fundamentalmente en las zonas forestales donde se instale la planta.
8. A medio y largo plazo, la biomasa extraída del monte debería ser
complementada con astilla proveniente de cultivos energéticos leñosos. Ello
conllevaría un efecto doble: por una parte la posibilidad de ampliar la
producción de la planta y por la otra la puesta en valor de tierras agrícolas
abandonadas y el consiguiente desarrollo integral del sistema agro-forestal
en zonas rurales de España.
3. HOJA DE RUTA PARA EL DESARROLLO DE LA BIONERGÍA A NIVEL
LOCAL EN BASE A LA SUBSIDIARIDAD DE LA GESTIÓN FORESTAL
SOSTENIBLE
3.1.
Modelo integral de bioenergía de base forestal a nivel local
Tras lo analizado en el presente estudio estratégico, los principales aspectos clave
para poder desarrollar un modelo integral de bioenergía de base forestal a nivel
local en torno a municipios/comarcas forestales en España son los siguientes:
1. La biomasa forestal primaria para su uso energético presenta entre uno de
sus principales inconvenientes el alto coste de producción, debido
principalmente a la dispersión del recurso y a los altos costes de
transformación y transporte, que pueden ser paliados a corto y medio plazo
con subvenciones públicas, pero que a largo plazo tendrán que ser
regulados por el mercado.
2. La potencialidad de la biomasa forestal residual es sólo real a escala
local/comarcal y, en muchas ocasiones, sólo con el suministro adicional de
biomasa agrícola residual y/o cultivos energéticos.
3. Para rentabilizar el uso de la biomasa forestal es necesario llevar a cabo
unas técnicas precisas, específicamente diseñadas y planificadas, desde la
fase inicial de implantación de las masas forestales hasta su
aprovechamiento final (planes zonales de gestión y aprovechamiento
biomásico a mínimo 20 años, logística avanzada, valorización energética y
consumo).
4. Las ayudas públicas a nivel nacional, autonómico y municipal deben ir
encaminadas a cumplir los principales retos de innovación necesarios para
articular el sistema en cada una de las zonas prioritarias de actuación, una
vez contrastada la viabilidad del proyecto integral de suministro y
valorización bioenergética.
En base a estas conclusiones y con el fin de poder alcanzar el modelo integral de
bioenergía de base forestal a nivel local podemos definir en primer lugar el
escenario que deberíamos alcanzar, que es:
Aprovechamiento combinado de la biomasa residual forestal y agrícola
(incluyendo cultivos energéticos), orientado a la valorización y al consumo
energético local/comarcal en zonas forestales y desarrollado de forma compatible
con el resto de servicios ambientales del monte, potenciando la vertebración
monte-energía-consumo y favoreciendo el desarrollo socioeconómico de los
municipios/comarcas forestales en España
Así, el modelo de desarrollo de la cadena monte-energía a nivel local/comarcal
queda reflejado en la siguiente figura, integrando las fases de gestión y
aprovisionamiento de materia prima, valorización energética en proyectos
industriales y distribución y consumo de la energía eléctrica y térmica producida.
Figura 10: Modelo integral de desarrollo de la cadena monte-energía a nivel local/comarcal:
aprovisionamiento, valoración y distribución
Para el desarrollo del modelo podemos identificar cinco retos o hitos en los
proyectos en los municipios o zonas forestales:
1er RETO:
Planes de gestión y aprovisionamiento basados en la sostenibilidad y la
subsidiaridad
2º RETO:
Desarrollo de sistemas avanzados de aprovechamientos forestales según
tipo de monte
3er RETO:
Desarrollo de sistemas avanzados de logística monte-industria
4º RETO:
Valorización integral de la energía eléctrica y térmica producida
5º RETO:
Desarrollo de biocombustibles sólidos de alto valor añadido
3.1.1. Planes de gestión y aprovisionamiento basados en la sostenibilidad y la
subsidiaridad
El sujeto tractor para un proyecto exitoso de vertebración de la cadena monteenergía a nivel local/comarcal es, sin duda, la empresa privada que esté dispuesta
a atacar una inversión en una planta CHP de mínimo 2 MW eléctricos, lo que
supone una inversión de un mínimo de 6 millones €. Para garantizar esta inversión,
la empresa o la entidad financiera necesitan tener la seguridad contratada de
aprovisionamiento de materia prima a medio y largo plazo. Para llegar a esta
seguridad de abastecimiento tendremos que trabajar a nivel de planificación y a
nivel de proyecto.
A nivel de planificación debemos analizar en detalle la posibilidad real de
suministro de biomasa forestal en un radio máximo de 25 Km. del lugar planificado
para la ubicación de la planta. El análisis debe ser tanto cuantitativo (toneladas
por año) como cualitativo (calidades de biomasa), aplicando amplios criterios de
restricción (pendientes, espacios protegidos, minifundios, zonas inaccesibles, etc.).
Con todo ello, la biomasa forestal residual debería cubrir al menos un 80% de la
necesidad total de biomasa de la planta, p.e. unas 20.000 toneladas para una
planta de 2 MW eléctricos.
Figura 11: Ejemplo de planificación de zonas de gestión de biomasa forestal en la Comunidad Valencia
(PATFOR - Plan de Acción Territorial de la Comunidad Valenciana 2011)
A nivel de proyecto deberíamos poder concentrar el aprovisionamiento de montes
de Utilidad Pública, en primer orden de montes municipales y en segundo orden
de montes de las Autonomías (o, en casos individuales, del Estado). Para ello se
tendrá que alcanzar un contrato de concesión de dominio público a un mínimo de
20 años, prorrogables por 10 años, equivalentes a los tramos de la ordenación
forestal. En el caso de no existir planes de gestión en los montes municipales o
públicos de la zona, la empresa que opte por la concesión deberá desarrollar
proyectos específicos de ordenación de los montes con fines biomásicos. Las
ordenaciones así como los planes de aprovechamientos anuales derivados
tendrán que ser aprobados y controlados por la administración forestal.
En estos supuestos de montes públicos, no resulta sencillo compatibilizar los
principios de concurrencia y transparencia a los que obliga la Ley de Contratos del
Sector Público (LCSP), con la necesidad de concertar contratos, por ejemplo, con
varios Ayuntamientos con propiedad forestal en la zona. La aplicación de la
normativa de contratación pública encuentra también un escollo en el difícil
encaje de los contratos forestales, que se han considerado contrato de obras,
contratos de servicios y, sobre todo, contratos administrativos especiales, de los
previstos en el artículo 19.1.b de la LCSP. La escasa regulación que ofrece esta Ley
para los contratos administrativos especiales, sobre todo para los Ayuntamientos,
hace plantear la conveniencia de que las Comunidades Autónomas regulen este
tipo de aprovechamientos en montes públicos. En montes comunales o en montes
vecinales en mano común, cabe señalar que cuando se trate de montes
declarados de U.P. hay que estar a lo dispuesto en el artículo 208 del Reglamento
de Montes, que exige, para el caso de que no exista proyecto de ordenación o
plan técnico, que existan al menos planes facultativos de aprovechamientos
periódicos. Estos planes deberían ser en cualquier caso plurianuales (más de 10
años) para favorecer los contratos de suministro (subastas o concursos) y deben
especificar el aprovechamiento biomásico, no sólo el maderable.
El resto del aprovisionamiento de biomasa forestal vendrá de montes privados. En
este caso, los contratos de aprovechamiento son también complejos y conviene
partir de un clausulado marco al que se deben adherir los propietarios de los
montes en la zona, aun cuando se puedan establecer también cláusulas
particulares. Sin embargo, lo primordial es que entre los pactos básicos se
establezcan las necesarias prevenciones para el supuesto de incumplimiento. En
efecto, dada la elevada inversión que se realiza para el establecimiento de la
planta industrial y la necesidad de que la materia prima llegue en la cadencia y
cantidad previstas para hacer viable la explotación, las cláusulas que imponen
penalizaciones son imprescindibles para minimizar el riesgo de incumplimiento, por
parte de propietarios que supongan un volumen de materia prima a proporcionar
que traiga consigo la paralización de la planta, con los graves perjuicios
económicos para la empresa y para el suministro de energía a la red.
Las Comunidades Autónomas deberían colaborar con una acción de fomento de
las agrupaciones de propietarios municipales y/o privados, que no están reguladas
en todas las legislaciones forestales autonómicas, e incluso con la creación de
distritos de gestión de la propiedad de la biomasa forestal, en consonancia con las
zonas prioritarias de la planificación.
3.1.2. Desarrollo de sistemas avanzados de aprovechamientos forestales según
tipo de monte
El siguiente reto para poder abordar el proyecto con éxito es la optimización de los
aprovechamientos forestales en la zona de suministro, desarrollando sistemas
avanzados, eficientes y eficaces de los trabajos y la logística interna en el monte
según el tipo de masa (estrato forestal) y del sistema de aprovechamiento
(integrados con madera o integrales a árbol completo).
Figura 12: Cadenas de suministro y maquinaria para producción de astilla en los sistemas de aprovechamiento
integrados con la madera (adaptado de Alakangas et al. 2006)
En el caso de aprovechamientos integrados de biomasa y madera, se deberían
estudiar y desarrollar al menos los siguientes sistemas de aprovechamiento:
•
Clareos o ramas y copas de cortas finales: saca y transporte de biomasa
bruta y astillado en terminal logístico o planta
•
Cortas a hecho u otras cortas finales: saca de ramas y copas y astillado o
triturado fijo en cargadero
•
Cortas a hecho u otras cortas finales: astillado móvil en monte de ramas y
copas
•
Cortas a hecho o de cierto peso: empacado de ramas y copas y astillado
en fábrica
Figura 13: Cadenas de suministro y maquinaria para producción de astilla en el sistema de aprovechamiento de
árboles completos (adaptado de Alakangas et al. 2006)
En el caso de aprovechamiento de árbol completo, se debería anlizar en cada
zona, al menos el siguiente sistema:
•
Clareos o resalveos de masas no comerciales (monte bravo): Procesadora
multiárbol, saca de árbol completo y astillado o triturado fijo en cargadero
En cualquier sistema elegido, podemos calcular los costes y experimentar con el fin
de conseguir una optimización en dos actuaciones principales:
1. APROVECHAMIENTO: Realización de labores selvícolas (clareo, poda,
desbroce), reunión de restos y empacado opcional
2. ASTILLADO: Adecuación del material para su uso energético por triturado
a) aprovechamientos
a.1. realización de las intervenciones selvícolas
En el aprovechamiento del vuelo aéreo se realizan labores de clareo y poda, es
decir, además de la correspondiente poda se apean los pies con diámetros no
comercializables. Generalmente los pies no comercializables son aquellos con
diámetro normal inferior a 7 cm. Este diámetro mínimo dependerá de la definición
de biomasa de cada zona, regulada normalmente por la administración forestal
de la Comunidad Autónoma correspondiente. Mientras que en la fracción de
matorral la principal labor cultural que se puede llevar a cabo es el desbroce.
En el caso de las intervenciones sobre la fracción arbolada, la máquina empleada
por excelencia para la realización de podas y clareos es la motosierra. Para los
trabajos en el monte se recomienda la utilización de motosierras para madera
fuerte que presentan características adecuadas fundamentalmente en cuanto a
potencia, relación peso/potencia y longitud de la espada. Es importante destacar
que todos los tipos de motosierras presentan características comunes como:
sistema de antivibración, freno de cadena de activación inmediata, dispositivo
tensor lateral de la cadena, lubricación automática de la cadena, bloqueo de
arranque, etc.
Por otro lado, para la roza o desbroce de la fracción del matorral, que consiste en
la corta del matorral lo más próxima al suelo posible, se empleará la
motodesbrozadora, diseñada según su ergonomía. Deberíamos considerar que se
van a utilizar motodesbrozadoras manuales de disco portátiles. También debemos
planificar un desbroce selectivo, ya que sólo se van aprovechar especies de interés
energético. Para su manejo es imprescindible utilizar unas gafas de protección y se
recomienda además el uso de una protección facial mediante una visera
protectora. Al igual que en el caso de las labores sobre la fracción arbolada, esta
labor será realizada por peones especializados para el uso de dicha maquinaria.
b.2. reunión de la biomasa
La reunión de la biomasa se debe realizar en montones a pie de pista, calle de
entresaca o lugar accesible a la maquinaria para su posterior tratamiento. La
reunión puede ser mecanizada o combinada (manual y mecanizada)
dependiendo de la pendiente en que se trabaje, de modo que en pendientes
entre 0 y 25% se reunirán los restos de forma mecanizada mediante un tractor,
variando los rendimientos de trabajo según la pendiente (mayor o menor de
12,5%), mientras que en pendientes mayores del 25%, la reunión será combinada,
amontonándose los restos manualmente en hileras y siendo recogidos por el tractor
el cual trabaja según curvas de nivel.
La reunión de restos mecanizada se realiza mediante un tractor de 60 - 70 CV al
que se le acopla un rastrillo dotado de una grapa especial de dos dientes con 2
uñas cada uno (cuatro dientes en total). El tractor se mueve ágilmente entre los
árboles que quedan en pie recogiendo los restos. La recogida la realiza mediante
los dientes de modo que, con la grapa abierta, los dientes inferiores (más cortos)
empujan el material reuniéndolo y cuando reúne un montón considerable lo
agarra con los dientes superiores (largos) abrazándolo y trasladándolo a una zona
accesible por la astilladota o empacadora. En un mismo viaje de carga de dicho
tractor, éste puede coger restos de distintos lugares peinando la zona abriendo y
cerrando la grapa constantemente; es decir, puede recoger material de una zona
e ir a otra zona (antes de descargar ante la astilladora o empacadora) volver a
abrir la grapa y empujar tanto el material que ya llevaba como el existente en la
nueva zona, cerrando la grapa cuando ha recogido suficiente material y
llevándolo a la astilladota o empacadora o a otra zona accesible por éstas.
El empacado es opcional y debe ser sólo utilizado como un proceso intermedio
entre la reunión y el astillado sólo en aquellos casos que se justifique su rentabilidad,
generalmente cuando no se dispongan de astilladoras móviles y sea necesario
astillar en la planta. Las empacadoras pueden ser por compresión o por paquetes
con hilo. Por lo general se debe intentar evitar el empacado, favoreciendo el
astillado en monte.
b) astillado
El astillado es un proceso necesario para la adecuación de los restos forestales
para su empleo en la valorización energética. Para dicha adecuación es
necesario el triturado del material hasta una granulometría adecuada para su
entrada en las calderas. Por tanto es necesario un proceso de astillado
homogéneo, preferiblemente en monte mediante astilladoras autopropulsadas.
Figura 14: Diferentes sistemas mecanizados de reunión de la biomas, empacado y astillado en cargadero
c) cálculo de costes
El análisis de costes en las operaciones de aprovechamiento, saca y astillado es
fundamental para conseguir astilla como producto forestal a precio competitivo.
Para ello, tras evaluar la idoneidad de un sistema de aprovechamiento en cada
una de las masas a intervenir, se deberán calcular los costes.
c.1. cálculo de costes de aprovechamiento de la biomasa
Se deben incluir, bajo el término aprovechamiento, las distintas intervenciones
selvícolas y culturales a realizar (clareos, podas y desbroce), la reunión de los restos
y, en su caso, su empacado, quedando la biomasa a pie de pista, calle o lugar
accesible por el medio de saca. Se deben tratar por separado los costes de
aprovechamiento del arbolado y del matorral.
A la hora del estudio de costes de aprovechamiento se deben diferenciar los
costes de aprovechamiento de la fracción arbórea y los de la fracción de
matorral. Es necesario hacer una última distinción a la hora de establecer los costes
basada en los distintos rendimientos de trabajo según la pendiente (menores del
12,5 %, entre 12,5 y 25 % y entre 25 y 35%). Estos rendimientos de trabajo van a influir
de forma incipiente en la fase de aprovechamiento.
Costes de intervenciones sobre la fracción arbolada:
El cálculo de los costes de aprovechamiento de los residuos forestales de los
sistemas arbolados se realiza en función de la especie y del tipo de intervención
selvícola. Únicamente se debe considerar el aprovechamiento de biomasa con
fines energéticos en aquellas superficies donde sea posible la mecanización de los
trabajos, puesto que en caso contrario, los costes se disparan y desaconsejan
claramente el aprovechamiento. Por esta razón, una de las restricciones iniciales es
la de superficies con pendientes inferiores al 35%, ya que a partir de esta pendiente
se dificulta la mecanización y se obligaría a la utilización obligada de skidders o
saca con cable que obligaría a la saca manual de los restos de menores
dimensiones, encareciendo en exceso los costes. Se realizan clareos y podas,
mientras que en los casos de claras, aclareos y cortas finales el trabajo se limita a
extraer los restos de dichas intervenciones, ya que estas intervenciones son
realizadas con anterioridad a la hora del aprovechamiento comercial de la
madera. Las intervenciones selvícolas son llevadas a cabo por peones
especializados dispuestos de motosierras.
Costes de intervención sobre la fracción de matorral (desbroces):
Los costes de obtención de los restos procedentes de las labores de limpieza de los
matorrales dependen de las condiciones del monte y fundamentalmente de la
orografía del terreno, caracterizada por la pendiente. La labor de limpieza del
monte que se lleva a cabo en el matorral es el desbroce que consiste en la corta,
lo más próxima al suelo posible, del matorral existente en la zona de actuación. El
desbroce lo efectúan peones especializados provistos de motodesbrozadoras de
disco. Debemos tener en cuenta que el aprovechamiento de matorral sólo puede
tener sentido en zonas donde tengamos una planta de combustión CHP. Las
plantas de gasificación no suelen aceptar material de matorral como materia
prima para la generación de energía eléctrica.
Costes de reunión de restos:
La reunión consiste en el apilado de los restos en los bordes de las pistas, calles de
entresaca o lugares accesibles por la maquinaria para que puedan ser procesados
con mayor facilidad por la maquinaria. El tipo de reunión (manual o mecanizada)
depende de la pendiente de la zona de trabajo. De este modo, la reunión de
restos en pendientes entre el 0 y el 25% se realiza mecánicamente mediante un
tractor que se mueve entre los árboles que quedan en pie recogiendo los restos. En
pendientes superiores al 25% (e inferiores al 35%, como ya se ha definido
anteriormente) la reunión de restos va a ser combinada, es decir, una parte
manual y otra mecanizada. El rendimiento de trabajo del tractor va a ser diferente
en función de la pendiente (de 0 a 12,5% y de 12,5 a 35%). Por tanto, se van a dar
tres costes distintos para la reunión de restos. Se puede considerar el mismo
rendimiento en la reunión mecanizada en este rango de pendiente que en
pendientes entre el 12 y 25%, ya que el tractor se mueve por líneas de nivel.
Tabla 17: Ejemplo de estimación de costes en aprovechamientos integrales reales en Castilla y León (claras
en repoblaciones y rebollares, sistema de árboles completos), según Tolosana (2008)
Para poder calcular, podemos estimar como base de los costes de las
intervenciones silvícolas, labores culturales y de reunión las tarifas TRAGSA en €/ha.
Para la conversión de estos costes en €/t se tiene en cuenta la cantidad de
biomasa (en t/ha) que produce cada especie en cada una de las intervenciones
selvícolas o labores culturales a lo largo del turno. De modo que, se calculan los
costes por especie e intervención selvícola a lo largo del turno en €/t mediante la
división de los costes en €/ha entre las densidades en t/ha de restos de cada
intervención. Para sacar un coste único de base por especie se pondera los
distintos costes de cada intervención en función de la cantidad de biomasa
obtenida en cada una de ellas. Sin embargo, estos costes sólo nos servirán de
base, ya que en cualquier caso, debemos calcular en cada zona los costes reales
con las empresas locales, también los costes de saca.
c.2. cálculo de costes de triturado
El material hay que adecuarlo para su posterior uso energético. Para ello es
necesario un triturado de la biomasa hasta unas dimensiones adecuadas para su
introducción en la caldera. Los costes de adecuación del material se estiman entre
5 y 8 €, según astilladora disponible.
3.1.3. Desarrollo de sistemas avanzados de logística externa monte-planta
El desarrollo y aplicación de un sistema optimo de logística externa, es decir del
monte a la planta, está íntimamente ligado al la optimización del sistema de
aprovechamiento y astillado del material. Depende en gran medida del sistema
de transporte del material a transportar, bien si es astilla o bien si es biomsa bruta o
empacada. Las experiencias acumuladas durante los últimos años aconsejan el
transporte de biomasa ya astillada en monte mediante camiones con sistema
multilift. En cualquier caso, el objetivo final será alcanzar un precio en planta de no
más de 45 €/t astilla al 25-35% de humedad. Por encima de este precio, a día de
hoy, estaremos fuera de mercado.
Con este objetivo, la carga en camión y el transporte en carretera debe ser
realizado por camiones con capacidad de maniobra en las pistas forestales y en
los que la relación volumen de carga/carga máxima sea lo mayor posible. La
velocidad media que se va a llevar en este tipo de camión puede ser estimada en
60Km/h, si no excedemos de un radio de 30 Km. hasta la planta. En cualquier caso,
la astilla que llega a la central van a tener una humedad de alrededor del 25-35%.
Si cogemos la base de precios de TRAGSA, el coste estimado se cifra en 9,19 €/t.
Obviamente este precio está sujeto a numerosas variables: tipo de camión y
capacidad de carga, material a transportar, distancia a planta, método de carga
y descarga, etc.
Figura 15: Costes de transporte en montes de difícil acceso (izquierda) y en montes de buen acceso (derecha),
según tipo de transporte y distancia entre cargadero y planta (Tolosana y Vignote 2008).
En la anterior figura podemos observar que para el transporte por carretera de
residuos forestales y astillas, únicamente para distancias muy cortas de menos de 5
kilómetros, el transporte directo con tractor autocargador podría ser una
alternativa. Sin embargo, en distancias de aprovisionamiento de montes locales o
comarcales estamos en distancias medias de unos 10-25 Km. Así, los sistemas de
transporte a utilizar deberían ser camiones de gran capacidad:
a) Camiones cerrados, con remolque o semi-remolques convencionales y de
piso móvil
b) Camiones multilift de contenedores, con remolque: son camiones capaces
de cargar contenedores que han sido previamente llenados de astilla o
triturado (reduce los costes de transporte y evita cargar astilla desde el
suelo).
Figura 16: Camión multilift para astilla
Los condicionantes que pueden influir en los costes directos del transporte en
camiones de alta capacidad son:
a) Restricciones normativas injustificadas
b) Escasa densidad de este material en verde, la astilla pesa
aproximadamente la mitad que la madera. Por lo tanto hay que maximizar
el volumen de carga.
c) Los camiones de mayor capacidad necesitan espacio de cargadero y no
suelen tener medios de carga propios, por lo que suelen requerir de un
medio auxiliar de carga.
3.1.4. Valorización integral de la energía eléctrica y térmica producida
a) procesos de valorización energética de la biomasa de origen forestal
La energía de la biomasa corresponde a toda aquella energía que puede
obtenerse de ella, bien sea a través de su quema directa o su procesamiento para
conseguir otro tipo de combustible. La Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO) define la energía procedente de la biomasa
como “toda energía obtenida a partir de biocombustibles sólidos, líquidos y
gaseosos primarios y secundarios derivados de los bosques, árboles y otra
vegetación existente en terrenos forestales”.
Existen varios métodos para transformar la biomasa en energía, los más utilizados
son los métodos termoquímicos y los biológicos.
a) Los métodos termoquímicos se basan en la utilización del calor como fuente de
transformación de la biomasa. Están muy desarrollados para la biomasa seca.
Hay tres tipos de procesos que dependen de la cantidad de oxígeno presente
en la transformación:
► Combustión. Se somete a la biomasa a altas temperaturas con exceso de
oxígeno. Es el método tradicional para la obtención de calor
en entornos domésticos, para la producción de calor industrial
o para la generación de energía eléctrica.
► Pirólisis.
Se somete a la biomasa altas temperaturas (alrededor de
500ºC) sin presencia de oxigeno. Se utiliza para producir
carbón vegetal y también para obtener combustibles líquidos
semejantes a los hidrocarburos.
► Gasificación. Se somete a la biomasa a muy altas temperaturas en presencia
de cantidades limitadas de oxígeno, las necesarias para
conseguir así una combustión completa. Según se utilice aire u
oxígeno puro, se obtienen dos productos distintos, en el primer
caso se obtiene gasógeno o gas pobre, este gas puede
utilizarse para obtener electricidad y vapor, en el segundo
caso, se opera en un gasificador con oxígeno y vapor de agua
y lo que se obtiene es gas de síntesis. La importancia del gas de
síntesis radica en que puede ser transformado en combustible
líquido.
b) Los métodos biológicos se basan en la utilización de diversos tipos de
microorganismos que degradan las moléculas a compuestos más simples de
alta densidad energéticas. Son métodos adecuados para biomasa de alto
contenido en humedad, los más conocidos son la fermentación alcohólica para
producir etanol y la digestión anaerobia, para producir metano.
La transformación de la biomasa puede dar origen a distintas energías:
a) Energía térmica.
Generación de calor y, en ciertos casos, de agua caliente. Es
la aplicación más extendida de la biomasa natural y residual.
Los sistemas de combustión directa se pueden utilizar
directamente para cocinar alimentos, para calefacción o
secado.
b) Energía eléctrica. La energía eléctrica se obtiene, sobre todo, a partir de la
transformación de biomasa procedente de cultivos
energéticos, de la biomasa forestal primaria y de los residuos
de las industrias. En determinados procesos, el biogás
resultante de la fermentación de la biomasa también se
puede utilizar para la producción de electricidad. La
tecnología a utilizar para conseguir energía eléctrica
depende del tipo y cantidad de biomasa:
- Ciclo de vapor: está basado en la combustión de biomasa,
a partir de la cual se genera vapor que es posteriormente
expandido en una turbina.
- Turbina de gas: utiliza gas de síntesis procedente de la
gasificación de un recurso sólido. Si los gases de escape de
la turbina se aprovechan en un ciclo de vapor se habla de
un ciclo combinado.
- Motor alternativo: utiliza gas de síntesis procedente de la
gasificación de un recurso sólido o biogás procedente de
una digestión anaerobia.
c) Biorefinerías. Son los biocombustibles, pueden sustituir total o parcialmente a los
combustibles fósiles, permitiendo alimentar motores de gasolina con
bioalcoholes y motores diesel con bioaceites. En muchos países, este tipo de
combustibles son ya una realidad, por ejemplo, en Brasil ya son millones los
vehículos propulsados con alcohol casi puro obtenido de la caña de azúcar.
La forma de transformar la biomasa en energía depende, fundamentalmente, del
tipo de biomasa que se esté tratando y del uso que se quiera dar a esta energía.
Los sistemas comerciales para utilizar biomasa residual seca se pueden clasificar en
función de que estén basados en la combustión del recurso (hay gran número de
calderas para biomasa en el mercado) o en su gasificación. Los sistemas
comerciales para aprovechar la biomasa residual húmeda están basados en la
pirólisis. Para ambos tipos de recursos, existen varias tecnologías que posibilitan la
obtención de biocarburantes.
b) modelo de planta en municipios/comarcas forestales de España
Debido a la heterogeneidad de la biomasa en muchos de los
municipios/comarcas forestales de España, el mejor sistema de valorización
energética es la combustión CHP (“combined heat and power”). Una planta tipo
con un consumo medio de 25.000 t/año llega a producir 2 MW de energía
eléctrica por el ciclo de vapor. La generación de electricidad a partir de biomasa
se realiza por combustión directa de la misma; a partir de una caldera se genera
vapor a alta presión que hace girar una turbina y esta a un alternador. El punto de
conexión a la red eléctrica debe estar garantizado en el municipio. En ocasiones
se pueden utilizar conexiones a compañías eléctricas municipales.
Figura 17: Modelo de central de biomasa CHP de 2 MW a nivel local/comarcal en municipios/comarcas forestales
de España
La inversión total de una planta CHP de estas características ronda los 5 millones de
€. Este tipo de plantas de combustión CHP son generalmente plantas de
cogeneración, es decir de generación simultánea de calor y electricidad -
producción conjunta de energía térmica y eléctrica -, ya que resulta más eficiente
que la generación de ambos por separado. Así, se basa en el aprovechamiento
de los calores residuales de los sistemas de producción de electricidad: en la
producción de energía eléctrica se dispone una energía térmica residual bien en
forma de gases calientes de escape de los motores, bien en forma de vapor de
contrapresión en las turbinas de vapor que puede ser aprovechado para otros
procesos industriales (fases de secado, etc.) y calefacción y agua caliente
sanitaria.
c) aprovechamiento de le energía térmica en zonas rurales
Mientras que la valorización de la energía eléctrica no suele implicar grandes
dificultades, en el modelo de planta descrito la valorización de la energía térmica
cogenerada es un reto de cara a mejorar el rendimiento de la planta y, por lo
tanto, su viabilidad económica. El aprovechamiento de grandes cantidades de
energía térmica cogenerada es un reto para los municipios/comarcas forestales,
anclados en zonas rurales y, por lo general, con limitadas estructuras de demanda
de calor, bien a nivel industrial o bien a nivel doméstico.
c.1. aplicaciones térmicas industriales en zonas rurales
La primera aplicación térmica industrial es el uso de calor para el secado de la
astilla antes de entrar a su combustión en planta, con el fin de mejorar el
rendimiento de la combustión. Sin embargo, este uso de calor es puramente
residual, ya que la planta CHP produce mucho más calor (aproximadamente el
doble de MW de energía térmica que eléctrica). Por ello se hará necesario buscar
usuarios de calor fuera de las instalaciones de la planta.
Algunas industrias pueden utilizar fuentes de biomasa para generar el calor
requerido para procesos propios como es el caso del secado de productos
forestales (la propia astilla de la misma planta CHP, pero también aserraderos,
fábricas de tableros etc.), secado de productos agroalimentarios, extracción de
semillas en viveros, producción de cal y ladrillos, etc. En cualquier caso, todas las
industrias e instalaciones agropecuarias pueden utilizar la biomasa como fuente
para generación de calefacción y agua caliente sanitaria para sus instalaciones.
Con todo ello, un objetivo muy importante para desarrollar el modelo integral de
valorización energética de biomasa forestal a nivel local/comarcal es el
aprovechamiento del calor p.e. para procesos industriales o para las instalaciones
de las empresas de la zona. Para ello es conveniente que la planta CHP esté
ubicada en zonas o polígonos industriales de los municipios forestales. Si el polígono
en cuestión es suficientemente grande, el desarrollo de un sistema de tuberías o
“industrial heating system” puede ser una alternativa a evaluar.
c.2. aplicaciones térmicas domésticas en zonas rurales
Una de las principales posibilidades de uso de la biomasa como energía térmica es
la calefacción y el agua caliente sanitaria (ACS) a nivel doméstico, tanto en
viviendas unifamiliares como en viviendas multifamiliares y en edificios de uso
público (ayuntamiento, centros de salud, colegios y centro de educación y de
actividades culturales, centros de mayores, instalaciones deportivas, etc.). Además
de la posibilidad de la instalación individualizada de calderas de biomasa en base
a astillas o a pellets (biocombustibles sólidos), una alternativa muy interesante para
el municipio forestal donde se vaya a instalar la planta CHP es un sistema
centralizado de calor o “district heating”.
El sistema centralizado de calor o “district heating” es una tecnología innovadora
y ecológica, bien probada y desarrollada, sobre todo en el centro y norte de
Europa. En nuestro modelo, de la planta CHP de 2 MW parte una red de
distribución que proporciona calor y agua caliente sanitaria a partir de una serie
de tuberías, intercambiadores, bombas y contajes para usos residenciales,
industriales o servicios. Esta tecnología es una solución centralizada de calefacción
idónea para cubrir instalaciones municipales, grupos de edificios, urbanizaciones o
polígonos industriales. Los sistemas de “district heating” van desarrollando también
sistemas de calor-frío, lo que abre el abanico de posibilidades de
aprovechamiento de la energía térmica. El uso de calor está controlado
constantemente de manera que se garantiza un elevado grado de confort para
cada usuario, al tiempo que se disminuye el consumo energético.
Los parámetros orientativos que definen una instalación del tipo de
aprovechamiento de la biomasa con fines térmicos en una red centralizada de
calefacción son:
Tabla 18: Parámetros orientativos de una red de calefacción “district heating”
(PER 2005-2010)
Red centralizada de calefacción “district heating”
Potencia bruta
Rendimiento de transformación
Rendimiento de transporte
Vida útil
Horas operación anual
Cantidad de biomasa consumida
Costes de biomasa
Costes de extracción
Inversión
Producción energética
6.000 kW térmicos
85,0%
90,0%
20 años
820 h/año
PCIh=3.500 kcal/kg 1.580 t/año
224 €/tep 94.800 €/año
384 €/tep 162.450 €/año
282 €/tep 1,69 M€
423 tep/año
El rendimiento de transformación incluye las pérdidas que se producen hasta la
salida de la central térmica, debidas sobre todo a la humedad del material, a
pérdidas por rendimiento de la combustión, por rendimiento en el intercambiador
de la caldera, etc. Estas pérdidas se pueden valorar en el 40 %.
El rendimiento en el transporte se debe principalmente a pérdidas de energía
térmica en el traslado por tuberías del agua hasta la vivienda (es imposible un
aislamiento térmico perfecto), a pérdidas de calor en el intercambiador de placa
de la vivienda (tanto de agua caliente sanitaria como de calefacción) y a
pérdidas en el circuito de retorno. Las pérdidas de transporte alcanzan el valor de
0,05 %.
Con ello, el rendimiento total de la instalación puede alcanzar valores de un 60 %.
3.1.5. Desarrollo de biocombustibles sólidos de alto valor añadido
La tecnología desarrollada para el abastecimiento de calefacción y ACS está
basada principalmente en calderas cuyo combustible está en forma de pellets o
astillas. Existen, incluso, calderas que admiten ambos tipos de material.
La pelletización de la biomasa es una de las mejores alternativas para la
densificación del material biomásico. Mediante este proceso se obtiene un
combustible homogéneo y más densificado (600 kg/m3 frente a los 200 kg/m3 de
densidad de la madera astillada). Esta densificación del material biomásico evita
problemas originados por la presencia de polvo y de manipulación. A pesar de ser
más costosa su producción, los pellets tienen mayor rendimiento energético y
menores problemas en su uso que las astillas.
Los pellets de madera son cilindros granulados y compactados elaborados a partir
de astilla, viruta o serrín, preferiblemente de coníferas. El material lignocelulósico
utilizado como materia prima es astillado, secado y homogeneizado disminuyendo
su humedad, para posteriormente pasar por un proceso de molido. Las partículas
producidas son comprimidas a alta presión para formar el pellet. Los pellets tienen
un diámetro entre 6 y 8 mm y una longitud de hasta 45 mm. Para su elaboración no
se emplea ningún tipo de sustancias aglomerantes sintéticas, sino que debido a la
alta presión y temperatura del proceso es la lignina y las resinas presentes en la
madera las que realizan la función de ligante natural.
La utilización de la astilla tiene una serie de desventajas respecto a otros
biocombustibles como son su baja densidad y la dificultad en su manejo. Sin
embargo mediante su transformación física en biocombustibles densificados como
los pellets, convertimos este tipo de biocombustibles en un tipo de combustible
densificado con un alto poder calorífico y homogéneo en propiedades y
dimensiones. Esto nos permite la automatización en los sistemas de alimentación y
control de combustión, además de reducir los gastos de transporte y de
almacenamiento.
Actualmente se ha desarrollado una completa normativa europea referente a
biocombustibles sólidos (EN UNE 14961) que permite la homogeneización y la
caracterización del material en función de su origen, características físicas
(tamaño, durabilidad mecánica, etc.), características químicas (% aditivos,
contenido en cenizas, etc.) y su poder calorífico. De esta forma quedan sentadas
las bases para una fabricación y una regulación de la la calidad de los
biocombustibles sólidos densificados permitiendo el desarrollo y la consolidación
de un mercado emergente, sobre todo en zonas rurales de nuestro país.
Figura 18: Producción y consumo de pellets en Europa y Norteamérica
(AEBIOM 2009)
Debido a su bajo contenido en humedad y a su alta densificación, es un producto
con un alto poder calorífico. El poder calorífico medio que podemos alcanzar con
pellets provenientes de biomasa forestal de coníferas en España se estima en unos
5 kWh/Kg. Con ello podemos calcular el poder calorífico de 1 Kg de pellets como
el de medio litro de diesel de calefacción. La combustión en estufas y calderas se
realiza de manera progresiva sin ahogar el fuego como en calderas de leña, lo
que provoca una combustión limpia sin gases nocivos de escape y un alto
rendimiento en los procesos de generación de energía térmica con destino
industrial, de uso público o doméstico.
La distribución del producto y su descarga se realiza de manera muy sencilla, tanto
si es en sacos de papel de 15 Kg, en sacas de 1.000 Kg sobre paletas o como si se
emplea la descarga a granel en tolvas o depósitos. Su alta densidad y dureza son
factores claves que permiten conducir el material a través de sinfines o tolvas para
su empleo en el hogar en estufas o calderas automáticas o para uso en hornos de
procesos industriales. Así, los pelletas se distribuyen en:
a) Sacos de 15 Kg: Pellets de la máxima calidad en sacos de 15 Kg,
generalmente de papel. La manera más práctica y
cómoda de almacenar para poder utilizar en todo
momento.
b) Big-bags:
Ensacados en grandes bolsas con aproximadamente 1.000
Kg. Para mayores consumidores con posibilidad de
almacenamiento. Precio más económico.
c) Granel:
Para grandes consumidores con posibilidad de almacenaje
en tolvas o depósitos de gran tamaño. Carga y descarga
directa en el camión. Más sencillo y más económico.
El producto esta libre de polvo o partículas pequeñas que produzcan suciedad en
caso de derrame. Además su bajo contenido en gases de escape, menor que los
combustibles fósiles, no ensucia ni daña los conductos y chimeneas, evitando
problemas de atascos y obstrucciones.
Para conseguir una simplicidad y fiabilidad en la utilización de la biomasa para
este fin, hemos de conseguir acercar los productos obtenidos a las necesidades
que el mercado actual demanda. Parece incuestionable que la facilidad de
gestión y utilización del combustible, su comodidad y confort determinan la
decisión de uso, por encima, en la mayoría de los casos, del factor
medioambiental y, en ocasiones, del factor coste, teniendo en cuenta la
generalidad de los potenciales clientes.
Hoy los combustibles que empleamos masivamente en nuestros hogares y edificios
públicos e industriales son fluidos (gasoil, gas), habiendo desplazado a los que se
utilizaban antes (leñas, carbón). Su facilidad de gestión y logística de suministro, así
como de la automatización de su combustión han creado un estado de la técnica
al que no podemos renunciar si queremos introducir con éxito cualquier tecnología
de generación de calor distribuido.
Por tanto hemos de fabricar productos que, aunque mantengan su naturaleza
sólida, se comporten como fluidos, pudiéndose transportar en camiones con carga
y descarga a través de tubería, y puedan emplearse en estufas y calderas cuyos
quemadores permitan autorregularse con precisión. Los pellets cumplen con estas
ventajas, tanto en su almacenamiento como en su transporte, manipulación y en
la gestión óptima de su combustión.
Por su forma cilíndrica y lisa y por su pequeño tamaño, el pellet tiende a
comportarse como un fluido, lo que facilita el movimiento del combustible y la
carga automática de las calderas. El transporte puede realizarse con camiones
cisterna, desde los cuales se bombea directamente al depósito de
almacenamiento el sistema. La alta densidad energética y la facilidad de
movimiento hacen del pellet el combustible vegetal más indicado para sistemas
de calefacción automáticos de todos los tamaños. El pellet de madera puede
utilizarse en las calderas de astillas o en calderas específicas para pellets. Es posible
incluso utilizar el pellet en algunos modelos de calderas de gasoil, a través de
quemadores especiales adaptados.
Los sistemas de combustión en los que se utilizan se adaptan a sus características,
habiendo aparecido una importante industria de estufas y calderas que cubren
cualquier rango de necesidad del mercado;
en algunos casos, empresas
absolutamente especializadas con importantes departamentos de I+D y con
capacidades de producción de miles de unidades al año.
En la actualidad la tecnología de calderas de pellets es muy similar a la de
calderas domésticas de gasóleo. El fomento de los pellets como combustible con
fines térmicos por particulares, pequeñas industrias y edificios públicos sería un gran
objetivo para el desarrollo del modelo integral de valorización de la bioenergía de
base forestal, ya que se trata de una energía renovable y supondría un gran
impulso al empleo de la biomasa, sobe todo en las zonas rurales.
Las calderas empleadas para el abastecimiento de calefacción y agua caliente
sanitaria en viviendas particulares, pequeñas industrias (hornos, panaderías,
carpinterías, etc.) y en edificios de uso público (ayuntamientos, centros de salud,
colegios, centros de cultura, centros de mayores, instalaciones deportivas, etc.) son
calderas de pequeñas dimensiones de 40 a 100 kW.
Figura 19: Modelo de línea de fabricación de pellets a nivel local/comarcal en municipios forestales de España
Así, el proyecto empresarial que se plantea en el modelo integral de valorización
energética de la biomasa forestal a nivel local/comarcal está dirigido a la
fabricación de biocombustibles sólidos de base forestal dirigidos a la generación
de energía térmica y su utilización en los sectores residencial y servicios.
Una de las principales ventajas de incluir una línea paralela de pellets a la planta
de CHP, es la valorización de la ener´gia térmica, lo que supone un ahorro directo
en un de los factores de coste más importante de una fábrica de pellets. La otroa
ventaja es la de poner en mayor valor añadido las mejores calidades de astilla de
la planta, desarrollándo las mejores mezclas de los distrintos tipos de biomasa
forestal (especies, densidades, etc.).
Las consideraciones y cifras básicas para las líneas industriales de fabricación de
pellets de madera con localización en el municipio forestal elegido se pueden
resumir de la siguiente forma, considerando las opciones de producción en prensas
de 2 y 4 t/hora y a 2 o 3 turnos diarios:
Tabla 19: Parámetros básicos para planta de pellets tipo según tipo de prensa y turnos de producción
Capacidad de producción de la prensa
Turnos de trabajo
Horas/día
Días/semana
Horas/semana
Días/año
Horas/año
Producción bruta/día
Producción bruta/año
% reducción (paros, residuos, etc.)
Producción neta/día
Producción neta/año
OPCIÓN 1
2,0 t/h
2
16 h
6d
96 h
240 d
3.840 h
32,0 t
7.680 t
15%
OPCIÓN 2
2,0 t/h
3
24 h
6d
144 h
240 d
5.760 h
48,0 t
11.520 t
15%
OPCIÓN 3
4,0 t/h
2
16 h
6d
96 h
240 d
3.840 h
64,0 t
15.360 t
15%
OPCIÓN 4
4,0 t/h
3
24 h
6d
144 h
240 d
5.760 h
96,0 t
23.040 t
15%
27,2 t
6.528 t
40,8 t
9.792 t
54,4 t
13.056 t
81,6 t
19.584 t
32,0 t
47,9 t
48,0 t
71,8 t
64,0 t
95,8 t
96,0 t
143.7 t
7.680 t
11.496 t
11.520 t
17.232 t
15.360 t
22.992 t
23.040 t
34.488 t
Materia prima necesaria/día
Astilla seca en t H=18%
Biomasa en bruto en t H=50%
Materia prima necesaria/año
Astilla seca en t H=18%
Biomasa en bruto en t H=50%
3.2.
Líneas estratégicas
Una vez analizados los retos o hitos que deben ser alcanzados para posibilitar
proyectos exitosos de desarrollo del modelo integral de bioenergía en
municipios/comarcas forestales de nuestro país, se presentan propuestas de
actuación concretas derivadas del presente estudio estratégico. Para su mejor
comprensión e implementación se prevé la jerarquización. En tal sentido, las
propuestas de primer nivel se denominan líneas estratégicas o directrices y tienen
por función avanzar los criterios, de naturaleza horizontal, a los que deberían
ajustarse los planes sectoriales, ya que su carácter neutral las hace aplicables a
todos o casi todos los sectores. A su vez, las líneas directrices agrupan diversas
medidas operativas.
La puesta en marcha de muchas de las medidas propuestas es impensable sin la
activa colaboración de las diversas Administraciones (estatal, autonómica y local)
así como de los agentes directamente involucrados en la cadena monte-energía
(propietarios forestales, empresas forestales, empresas logísticas, inversores y
empresas energéticas, distribución energética, servicios, etc.). En este sentido, las
Comunidades Autónomas tendrán una especial responsabilidad, al recaer sobre
ellas principalmente las competencias en cuyo ámbito se enmarcan las medidas
operativas que deben implementar las líneas estratégicas.
La líneas estratégicas que se proponen para dinamizar el desarrollo del sector
bioenergético de base forestal a nivel local en España son:
1. Mejora de la producción del recurso biomásico de origen forestal en
municipios/comarcas forestales
2. Incremento del consumo del recurso en zonas rurales
3. Desarrollo de mecanismos del mercado
4. Mejoras de índole jurídica
5. Investigación, desarrollo e innovación
3.3.
Medidas prácticas a seguir
Las medidas operativas concretas a desarrollar se definen dentro de cada una de
las líneas estratégicas planteadas.
3.3.1. Mejora de la producción del recurso en municipios/comarcas forestales
1. Establecer ayudas específicas o concesiones en especie a largo plazo
destinadas a fomentar la realización de tratamientos selvícolas, inviables
económicamente en otras circunstancias, que generen biomasa forestal y que
contribuirían a su vez a lograr una mejor situación de los montes.
2. Fijar las condiciones y parámetros para el aprovechamiento de la biomasa
forestal residual, determinando las características del residuo aprovechable y las
características de la maquinaria para su procesado, para evitar así, el uso en la
generación de energía de productos aprovechables comercialmente en otras
industrias o singulares por su valor histórico, paisajístico o ambiental.
3. Fomentar la creación de operadores logísticos especializados por comarcas
para la recepción de la biomasa forestal residual del monte, su preparado,
almacenado y distribución. Deberán ser empresas con la capacidad financiera
suficiente para disponer de la maquinaria e instalaciones adecuadas.
4. Fomentar la inclusión de los aprovechamientos de biomasa forestal residual en
la ordenación de montes, sobre todo a nivel municipal, donde se considere la
necesidad de dotar a los montes de accesos adecuados para sacar la biomasa
a precios razonables.
3.3.2. Incremento del consumo del recurso
1. Incrementar la retribución a la electricidad generada en plantas de biomasa
forestal residual
2. Establecer ayudas específicas para las administraciones locales para fomentar
el uso de la biomasa forestal residual como combustible para las necesidades
de calor de la pequeña industria rural y para la implementación de calefacción
central en pequeños municipios (“district heating”).
3. Establecer intercambios de experiencia con otros países de la Unión Europea
donde se este utilizando ya la biomasas forestal residual.
4. Establecer los parámetros base de calidad del aire para las calderas de
biomasa teniendo en cuenta el BREF (Documento de Referencia de las Mejores
Técnicas Disponibles. JRC-IPTS Sevilla) para plantas de combustión.
5. Impulsar junto con los fabricantes de calderas de biomasa la tecnología
adecuada para poder asegurar la disponibilidad de los equipos necesarios para
el uso con fines energéticos de la biomasa forestal residual, incluyendo los
elementos de filtrado y depuración del aire.
3.3.3. Desarrollo de mecanismos del mercado
1. Fomentar el establecimiento de contratos de suministro de biomasa de montes
de utilidad pública (también de los municipales) a largo plazo con inversores
locales.
2. Revisar la normativa del transporte en relación al volumen máximo permitido de
carga, que en el caso de la biomasa forestal residual esta muy por debajo de la
carga máxima permitida, de forma que se disminuyan costes en el transporte de
cargas voluminosas.
3. Fomentar la creación de un sistema de intercambio de información y buenas
prácticas entre diferentes municipios/comarcas forestales, que posibilite el
intercambio de información entre los diferentes agentes implicados
(propietarios, administraciones, empresas) para llegar al desarrollo de proyectos
viables anivel local/comarcal en España.
3.3.4. Mejoras de índole jurídica
1. Facilitar los contratos entre la empresa titular de la planta y los diversos
propietarios forestales municipales y/o privados.
Los contratos a suscribir con los diferentes propietarios de montes cercanos a la
explotación deben ser contratos a largo plazo (p.e. de un mínimo de 20 años), a
fin de que se pueda amortizar la instalación, y se han de llevar a cabo
habitualmente con múltiples sujetos, es decir, con los distintos propietarios
públicos o privados de los montes que van a abastecer de biomasa a la planta
en la zona de gestión a nivel local o comarcal.
En el supuesto de montes públicos, no resulta sencillo compatibilizar los principios
de concurrencia y transparencia a los que obliga la legislación de contratos del
sector público, con la necesidad de concertar contratos, por ejemplo, con
varios Ayuntamientos en la zona. La aplicación de la normativa de contratación
pública encuentra también un escollo en el difícil encaje de los contratos
forestales, que se han considerado contrato de obras, contratos de servicios y,
sobre todo, contratos administrativos especiales, de los previstos en el artículo
19.1.b de la Ley de Contratos del Sector Público. La escasa regulación que
ofrece esta Ley para los contratos administrativos especiales, sobre todo para los
Ayuntamientos, hace plantear la conveniencia de que las Comunidades
Autónomas regulen este tipo de aprovechamientos en montes públicos. En
montes comunales o en montes vecinales en mano común, cabe señalar que
cuando se trate de montes declarados de U.P. hay que estar a lo dispuesto en el
artículo 208 del Reglamento de Montes3, que exige, para el caso de que no
exista proyecto de ordenación o plan técnico, que existan al menos planes
facultativos de aprovechamientos periódicos. Estos planes deberían ser en
cualquier caso plurianuales para favorecer los contratos de suministro y deben
especificar el aprovechamiento biomásico, no sólo el maderable.
En el supuesto de montes privados, los contratos de aprovechamiento son
también complejos y conviene partir de un clausulado marco al que se deben
adherir los propietarios de los montes en la zona, aun cuando se puedan
establecer también cláusulas particulares. Sin embargo, lo primordial es que
entre los pactos básicos se establezcan las necesarias prevenciones para el
supuesto de incumplimiento. En efecto, dada la elevada inversión que se realiza
para el establecimiento de la planta industrial y la necesidad de que la materia
prima llegue en la cadencia y cantidad previstas para hacer viable la
explotación, las cláusulas que imponen penalizaciones son imprescindibles para
minimizar el riesgo de incumplimiento, por parte de propietarios que supongan
un volumen de materia prima a proporcionar que traiga consigo la paralización
de la planta, con los graves perjuicios económicos para la empresa y para el
suministro de energía a la red.
Las Comunidades Autónomas deberían colaborar con una acción de fomento
de las agrupaciones de propietarios municipales y/o privados, que no están
reguladas en todas las legislaciones forestales autonómicas, e incluso con la
creación de distritos de gestión de la propiedad de la biomasa forestal, en
consonancia con las zonas prioritarias de la planificación.
2. Subsanar las carencias de la regulación forestal contemplando de forma
específica la definición de cultivo energético.
En el caso de obtener biomasa de plantaciones de crecimiento rápido en turnos
cortos, el PANER 2011-2020 contempla la medida de fomento de los cultivos
energéticos, siguiendo la normativa europea4, y en concreto aquellas
destinadas a la reforestación de terrenos agrícolas en zonas con escasas
capacidad productiva o zonas forestales desarboladas e improductivas. En
estos casos es frecuente que para las plantaciones se utilicen suelos agrícolas y
técnicas selvícolas próximas a las que se emplean en los cultivos agrícolas, por lo
que se puede llegar a plantear jurídicamente si esos suelos tienen la
consideración de monte, sobre todo desde el punto de vista de que el
propietario no requiera un cambio de uso para volver a un aprovechamiento
agrícola tradicional. Sin embargo, en estos casos se trata de cultivo de especies
forestales, con una finalidad productiva, por lo que a tenor del artículo 5 de la
3
Aplicable a tenor de lo establecido en la Disposición Derogatoria única 2 de la Ley de Montes 43/2003 y que no
ha sido expresamente derogado por el Real Decreto 367/2010 de modificación de diversos reglamentos del área
de medio ambiente para su adaptación a las Leyes 17/2009 y 25/2009.
4
El Reglamento CE 1120/2009 inlcuye los cultivos energéticos de “arboles forestales de cultivo corto” dentro de los
regímenes de ayuda directa a los agricultures en el marco de la PAC
Ley 43/2003 de Montes se incluyen en el concepto de monte. Además la
biomasa está expresamente prevista como uno de los aprovechamientos
forestales en el artículo 6 de l ley, que no establece distinciones entre la biomasa
forestal y la procedente de cultivos. Ahora bien, el artículo 40.2 dispone que
cuando en un terreno agrícola se lleven a cabo plantaciones forestales
temporales, la vuelta al uso agrícola no esté sometida a unas reglas tan rigurosas
como las del terreno forestal en general (artículo 40.1). En esta misma línea,
algunas leyes autonómicas (Cataluña, Navarra, La Rioja, Madrid, Aragón, País
Vasco y Castilla-La Mancha)5 han establecido para estos supuestos la figura de
terrenos forestales temporales, que permite aplicar el régimen protector de los
montes sin gran quebranto para los propietarios del suelo que pretendan volver
a usos agrícolas. Sin embargo, existen muchas Comunidades Autónomas que no
tienen hoy regulada esta posibilidad.
En conclusión, es necesario que todas las Comunidades Autónomas establezcan
una regulación específicamente aplicable al aprovechamiento de la biomas,
que ofrezca un marco jurídico seguro para quienes van a abordar este tipo de
inversiones en los municipios con potencial biomásico de base forestal.
3.3.5. Investigación, Desarrollo e Innovación
1. Impulsar proyectos de I+D+I para mejorar y abaratar la recogida y transporte del
residuo, a través de la modernización y mejora de la maquinaria existente.
2. Fomentar proyectos de I+D+I que busquen el aumento de la eficiencia
energética de las centrales de biomasa forestal residual.
3. Impulsar la investigación sobre un sistema de trazabilidad de la biomasa forestal
como recurso energético.
5
Cataluña: Ley 6/1988 art. 2.3. Navarra: Ley 13/1990 art. 4.2. La Rioja: Ley 2/1995 art. 4.2. Comunidad de Madrid:
Ley 16/1995 art. 3.2. Aragón: Ley 15/2006 art. 6.4. País Vasco: Norma Foral de Bizkaia 3/1994 art. 6.2. Castilla-La
Mancha: Ley 3/2008 art. 3.1.
4. LEGISLACIÓN
4.1. Legislación biomasa
Circular 4/2009, de 9 de Julio, de la Comisión Nacional de Energía, que regula la
solicitud de información y los procedimientos para implantar el sistema de
liquidación de las primas equivalentes, las primas, los incentivos y los
complementos a las instalaciones de producción de energía eléctrica en
régimen especial. (BOE núm. 184, de 21 de Julio de 2009).
Comunicación de la Comisión Europea COM (97) 599 final, de 26 de Noviembre
de 1997.Energía para el futuro: fuentes de energía renovables. Libro Blanco para
una Estrategia y un Plan de Acción Comunitarios.
Ley 43/2003, de 21 de Noviembre, de Montes. (BOE núm. 280, de 22 de
Noviembre de 2003).
Orden ITC/1723/2009, de 26 de Junio, por la que se revisan los peajes de acceso
a partir de 1 de julio de 2009 y las tarifas y primas de determinadas instalaciones
de régimen especial. (BOE núm. 156, de 29 de Junio de 2009).
Real Decreto 436/2004, de 12 de Marzo, por el que se establece la metodología
para la sistematización y actualización del régimen jurídico y económico de la
actividad de producción de energía eléctrica en régimen especial, y sus
modificaciones posteriores. (BOE núm. 75, 27 de Marzo de 2004).
Real Decreto 661/2007, de 25 de Mayo, por el que se regula la actividad de
producción de energía eléctrica en régimen especial. (BOE núm. 126, 26 de
Mayo de 2007).
4.2. Legislación energética
Ley 24/2005, de 18 de Noviembre, de reformas para el impulso a la
productividad. (BOE núm. 277, de 19 de Noviembre de 2005).
Ley 54/1997, de 27 de Noviembre, del Sector Eléctrico. (BOE núm. 285, de 28 de
Noviembre de 1997).
Ley 82/1980, de 30 de Diciembre, de Conservación de la Energía. (BOE núm. 23,
de 27 de Enero de 1981).
Real Decreto 1342/2002, de 27 de Diciembre, por el que se establece la
metodología para la aprobación o modificación de la tarifa eléctrica media o
de referencia. (BOE núm. 313, de 31 de Diciembre de 2002).
Real Decreto 1739/2003, de 19 de Diciembre, por el que se modifican el
Reglamento de los Impuestos Especiales, aprobado por el Real Decreto
1165/1995, de 7 de Julio, y el Real Decreto 3485/2000, de 29 de Diciembre. (BOE
núm. 11, de 13 de Enero de 2004).
Real Decreto 1955/2000, de 1 de Diciembre, por el que se regulan las
actividades de transporte, distribución, comercialización, suministro y
procedimientos de autorización de instalaciones de energía eléctrica. (BOE
núm. 310, de 27 de Diciembre de 2000).
Real Decreto 2351/2004, de 23 de diciembre, por el que se modifica el
procedimiento de resolución de restricciones técnicas y otras normas
reglamentarias del mercado eléctrico. (BOE núm. 309, de 24 de Diciembre de
2004).
Real Decreto-Ley 6/2000, de 23 de Junio, de medidas urgentes de intensificación
de la competencia en Mercados de bienes y servicios. (BOE núm. 151, de 24 de
Junio de 2000).
Real Decreto 1027/2007, de 20 de Julio, por el que se aprueba el Reglamento de
Instalaciones Térmicas en los Edificios. (BOE núm. 207, de 29 de Agosto de 2007).
Real Decreto 842/2002, de 2 de Agosto, por el que se aprueba el Reglamento
electrotécnico para baja tensión. (BOE núm. 224, de 18 de Septiembre de 2002).
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