Proceso n.° 34065 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN PENAL Magistrado Ponente JAVIER ZAPATA ORTIZ Bogotá D. C., veintiocho (28) de abril de dos mil diez (2010). DECISIÓN Dentro del término previsto en el artículo 7º de la Ley 1095[1] de 2006, “por la cual se reglamenta el artículo 30 de la Constitución Política”, seresuelve la impugnación interpuesta contra el auto de 21 de abril de 2010, mediante el cual un Magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior corpus, impetrado de por Bucaramanga,negó el el condenado RAFAEL amparo de hábeas AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ. ANTECEDENTES 1. El Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bucaramanga, el 2 de abril de 2010, admitió la acción pública de hábeas corpus, incoada porRAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ; y en el mismo auto, ordenó la práctica de algunas pruebas, entre ellas, solicitar a los Juzgados Segundo Penal de Circuito y Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, de la ciudad citada, remitan copia de las providencias fundamento de la orden de captura contra el procesado aludido. 2. El mismo día, el Juez Colegiado constató que, ante el Juzgado 2 Penal del Circuito, se adelantó el proceso radicado con el número 680013104002-2007-000007-00, iniciado contra RAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ, identificado con la Cédula de Ciudadanía No. 91’272.424 de Bucaramanga, como autor del concurso de Estafa y falsedad en documento privado y determinador con el de obtención de documento público falso, según hechos denunciados por Álvaro Eduardo Amaya Contreras. 3. El Juzgado Décimo Penal del Circuito, profirió sentencia de carácter condenatoria, el 16 de mayo de 2005, imponiéndole una pena de cuatro (4) años y ocho (8) meses de prisión, multa de 34 smlmv y le negó el subrogado de la suspensión condicional de la ejecución de la pena como la prisión domiciliaria. 4. El anterior proveído fue modificado por el Tribunal de Bucaramanga, referido, en el sentido de condenarlo a la pena de prisión de cincuenta y dos (52) meses y tres (3) días; multa de 31.6 smlmv e inhabilitándolo para el ejercicio de derechos y funciones públicas. Le ordenó al Juez de instancia, además, librar la respectiva orden de captura contra el inculpado BLANCO GONZÁLEZ y remitió copia de la sentencia con destino a los despachos de ejecución de penas y medidas de seguridad, correspondiéndole por reparto al Juzgado Segundo, que legalizó el 30 de marzo de 2010, la captura de RAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ. 5. El 21 de abril de 2010, el Tribunal de Bucaramanga, negó la solicitud impetrada de hábeas corpus. IMPUGNACIÓN Con fundamento en el artículo 30 de la Constitución Política, el condenado RAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ, elevó contra los Despachos judiciales aludidos acción de hábeas corpus, en el siguiente sentido: “El día 30 de marzo de 2010 fui capturado en el Centro de Bucaramanga, por miembros de la SIJIN, en el momento de la captura se me informaron los derechos, a guardar silencio, derecho a informar a un familiar, derecho a un abogado y que fui capturado por el delito de falsedad en documento privado, por orden de captura emanada por el Juzgado 2do (sic) Penal del Circuito. Aparentemente se dio cumplimiento al Art. No. 303 del Código de Procedimiento Penal, Derechos del Capturado. Si tenemos en cuenta que el Artículo (sic) en mención indica que de forma inmediata se debe informar al capturado del hecho que se le atribuye y motivo de la captura y el funcionario que la ordenó. En mi caso me fue violado este derecho, pues si bien se me dio una información en la cual el Juzgado 2do (sic) Penal del Circuito emanó orden de captura por el delito de falsedad en documento privado, esta información es errada, como consta en el Departamento Jurídico del Penal, reposa la boleta de captura donde escrito esta (sic) que fui solicitado por el Juzgado 2do (sic) de Penas y Medidas de Bucaramanga, por el delito de Falsedad en documento Público y Estafa. De tal manera que si comparamos lo dicho en la captura y lo escrito en la orden do (sic) captura si bien es parecido, no es lo mismo, por lo tanto se me dio una información errada, por tal motivo considero que se me VIOLO (sic) EL DERECHO A SABER DEL HECHO REAL que motivo (sic) mi captura… por este motivo solicito se me otorgue mi liberad inmediata”. (Subrayado fuera de texto). TRIBUNAL El 21 de abril de 2010, el Magistrado niega la acción de hábeas Corpus, por cuanto el condenado se halla legalmente detenido por orden delJuzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bucaramanga, por los delitos de falsedad en documento privado, obtención de documento público falso y estafa, con sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada proferida por el Juzgado Décimo Penal del Circuito de la misma ciudad, “quien originalmente expidió orden de captura la cual fue ratificada por el juzgado segundo de Ejecución de Penas y medidas de seguridad… aclarándose que sólo se dejo a disposición el condenado el 30 de marzo del año en curso, que fue precisamente el momento en que se materializó su captura, situaciones que hace innecesario realizar una entrevista con el accionante”. El Juez Plural constató la inexistencia o no ocurrencia de la prolongación indebida de la libertad al hoy procesado, una vez fijó el concepto de violación de ese derecho y su carácter de principal; luego sostuvo que “el accionante fue capturado por una orden de captura emitida con las formalidades legales” por el Juzgado Segundo de Ejecución de Penal y Medidas de Seguridad, “reiterando una orden de captura previamente expedida por el JUZGADO DÉCIMO PENAL DEL CIRCUITO DE BUCARAMANGA, imponiéndosele la totalidad de los derechos y así como se le informó el motivo de la aprehensión”. CONSIDERACIONES Al tenor de lo dispuesto en el numeral 2º del artículo 7º de la Ley 1095 de 2006, el suscrito Magistrado es competente para resolver la impugnación, contra el auto por medio del cual un Magistrado del Tribunal Superior de Bucaramanga negó el hábeas corpus promovido por el mismo encausadoRAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ. La acción pública de hábeas corpus participa de una doble connotación: como derecho fundamental y como acción constitucional, para reclamar la libertad personal de quien es privado de ella con violación de las garantías establecidas en la constitución o en la ley, o cuando la restricción de la libertad se prolonga de manera ilegal, más allá de los términos consagrados a la autoridad para realizar las actuaciones que correspondan dentro del respectivo proceso judicial. Es claro: así lo ha reiterado la jurisprudencia de la Sala de Casación Penal, que si bien el hábeas corpus no necesariamente es residual y subsidiario, cuando existe un proceso judicial en trámite no puede utilizarse con ninguna de las siguientes finalidades: (i) sustituir los procedimientos judiciales comunes dentro de los cuales deben formularse las peticiones de libertad; (ii) reemplazar los recursos ordinarios de reposición y apelación a través de los cuales deben impugnarse las decisiones que interfieren el derecho a la libertad personal; (iii) desplazar al funcionario judicial competente; y (iv) obtener una opinión diversa-a manera de instancia adicional-de la autoridad llamada a resolver lo atinente a la libertad de las personas. Significa lo anterior, que si la persona es privada de su libertad por decisión de un funcionario competente, adoptada dentro de un proceso judicial en trámite, las solicitudes de libertad tienen que ser formuladas inicialmente ante la autoridad designada por la Ley para tal efecto[1]; y que contra su negativa deben interponerse los recursos ordinarios, antes de promover una acción pública de hábeas corpus. Ello es así, excepto si la decisión judicial que interfiere en el derecho a la libertad personal puede catalogarse como una vía de hecho o se vislumbra la prosperidad de alguna de las otras causales genéricas que hacen viable la acción de tutela; hipótesis en la cual, aún cuando se encuentre en curso un proceso judicial, la garantía en estudio podrá interponerse de manera urgente e inmediata con base en el derecho fundamental a la libertad, cuando sea razonable percibir el advenimiento de un mal mayor o de un perjuicio irremediable, en caso de esperar la respuesta a la solicitud elevada ante el funcionario judicial competente y autorizado para resolver tales peticiones. Se conecta con lo precedente lo expresado por la Corte Constitucional en Sentencia C-187 de 2006, al estudiar el proyecto de Ley estatutariade hábeas corpus (convertido posteriormente en la Ley 1095 de 2006), al tratar por vía de ejemplo algunas hipótesis de prolongación ilegal de la privación de la libertad, entre ellas, cuando la autoridad judicial: “(…) omite resolver dentro de los términos legales la solicitud de libertad provisional presentada por quien tiene derecho”. En síntesis: siempre que exista proceso judicial en curso las solicitudes de libertad deben presentarse primero ante el funcionario destinado por la ley (Juez Penal Municipal de garantías, en este caso), antes de instaurar la acción pública de hábeas corpus; pues ésta procederá excepcionalmente en los casos antes mencionados; y eventualmente, si la petición no es contestada dentro de los términos legales, o si, a su vez, la respuesta se materializa en una vía de hechocuyos efectos negativos sea necesario conjurar inmediatamente; y desde luego, sin perjuicio de los recursos ordinarios cuya promoción es insoslayable. Es necesario recordar que en la Sentencia T-066 de 2006 (3 de febrero), la Corte Constitucional explicó la manera como ha evolucionado su criterio, desde la inicial noción de vía de hecho hacia otras causales genéricas de procedencia de la acción de tutela contra providencias judiciales: “En decisión posterior de Sala Plena se adoptó un desarrollo más elaborado y sistemático a cerca de las causales específicas que harían procedente la acción de tutela contra decisiones judiciales, cuando quiera que ellas entrañen vulneración o amenaza a derechos fundamentales. Así, estableció que: “(..) Además de los requisitos generales mencionados, para que proceda una acción de tutela contra una sentencia judicial es necesario acreditar la existencia de requisitos o causales especiales de procedibilidad, las que deben quedar plenamente demostradas. En este sentido, como lo ha señalado la Corte, para que proceda una tutela contra una sentencia se requiere que se presente, al menos, uno de los vicios o defectos que adelante se explican. a. Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial que profirió la providencia impugnada, carece, absolutamente, de competencia para ello. b. Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez actuó completamente al margen del procedimiento establecido. c. Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo probatorio que permita la aplicación del supuesto legal en el que se sustenta la decisión. d. Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se decide con base en normas inexistentes o inconstitucionales[2] o que presentan una evidente y grosera contradicción entre los fundamentos y la decisión. f. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima de un engaño por parte de terceros y ese engaño lo condujo a la toma de una decisión que afecta derechos fundamentales. g. Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los servidores judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus decisiones en el entendido que precisamente en esa motivación reposa la legitimidad de su órbita funcional. h. Desconocimiento del precedente, hipótesis que se presenta, por ejemplo, cuando la Corte Constitucional establece el alcance de un derecho fundamental y el juez ordinario aplica una ley limitando sustancialmente dicho alcance. En estos casos la tutela procede como mecanismo para garantizar la eficacia jurídica del contenido constitucionalmente vinculante del derecho fundamental vulnerado[3]. i. Violación directa de la Constitución.”[4] “En detrimento de los derechos fundamentales de las partes en el proceso, situación que concurre cuando el juez interpreta una norma en contra del Estatuto Superior o se abstiene de aplicar la excepción de inconstitucionalidad en aquellos eventos en que ha mediado solicitud expresa dentro del proceso[5]”. Así las cosas, como adecuadamente lo explicó el Magistrado sustanciador del Tribunal Superior de Bucaramanga, el hábeas corpus interpuesto por RAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ, es infundado. Debe motivos-información tenerse suministrada en por cuenta los que, por los funcionarios mismos que lo aprehendieron-el aquí condenado, con antelación, presentó otra acción de hábeas corpus, contra el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas de Bucaramanga, la cual fue resuelta en forma negativa, porimprocedente, pues no se le vulneró ningún derecho. El inculpado insiste en que se le vilipendió su derecho de locomoción respecto a lo manifestado por los investigadores de la Sijin, cuando le advirtieron que la orden provenía de un Juzgado y el piensa o está convencido-por los registros de la oficina jurídica de la cárcel-que es otro Despacho Judicial el encargado de su caso, por ello solicitó su libertad inmediata. La cuestión en bien clara: el Juzgado Décimo Penal del Circuito de Bucaramanga, sentenció al procesado RAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ, como autor por los punibles de estafa y falsedad en documento privado, y como determinador del delito de obtención de documento público falso, por ello, ordenó su captura. El Tribunal modificó la pena y, a su turno, ordenó que los Despachos de instancia impartieran la respectiva orden de captura, para lo cual, confirmó, en todo lo demás, el fallo apelado. Es de advertir que el Juzgado Décimo Penal del Circuito, mismo que condenó al accionante, fue homologado al sistema penal acusatorio, motivo por el cual, le correspondió el asunto al Juzgado Segundo Penal del Circuito, que con base en lo actuado y ordenado por el Juez Colegiado, libró la orden de captura número 160505577. En igual sentido, el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, funcionario a quien le compete la vigilancia de la sentencia condenatoria, decidió el 15 de octubre de 2009, reiterar la orden de captura emitida por el Juzgado Segundo Penal del Circuito, con oficio número 160507386, ante la autoridad correspondiente. El 30 de marzo de 2010, se hizó efectiva la captura del enjuiciado RAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ, por funcionarios vinculados a la Unidad Investigativa contra Armados Ilegales de la Sijin de Bucaramanga, quienes le comunicaron al ciudadano retenido, los motivos y los derechos que le asistían como capturado. Se colige, entonces, que no le asiste razón al accionante desde ningún punto de vista fáctico-jurídico, por cuanto, los diversos Despachos Judiciales, que tuvieron y, hoy por hoy, tienen asignado el caso, han actuado apegados a la ley, librando la orden de captura como consecuencia inmediata del fallo condenatorio proferido en su contra. No existe confusión judicial respecto a los hechos materia de juzgamiento, ni desconcierto por saber cuál es el competente, mucho menos, se le capturó por delitos diversos a los vertidos en el juicio o en otra actuación. Tampoco se le ha concedido la libertad al procesado como para pensar que está detenido, a partir de ahí, ilegalmente, siendo esta una de las hipótesis que puede mostrar la acción evocada para su eminente prosperidad. Se advierte, además, que la presente acción es improcedente al no adecuarse a ninguno de los presupuestos requeridos por la Constitución y la ley para una eventual prolongación ilegal de la libertad, pues se repite, aquí todo se hizo conforme lo demanda la normatividad imperante; evento por el cual, su petición resulta fuera de contexto y extraña al hábeas corpus impetrado. Por último, es imprescindible advertir que el accionante al momento de la notificación interpuso recurso de apelación contra la negación del hábeas corpus, realizada por el Tribunal, sin presentar los nuevos argumentos que sustentan su desacuerdo; sin embargo, quien hoy funge como magistrado sustanciador, superó el defecto, con miras a garantizarle los derechos fundamentales constitucionales al condenado y verificar si su petición inicial, de verdad vulneró la ley, por habérsele quizás prolongado ilegalmente de su libertad; cuestión que constatada-como se evidenció atrás-no se compadece con la realidad procesal. Con tales lineamientos, aplicables en lo atinente al caso en examen, ha de decirse que, descartada por completo cualquier vía de hecho o circunstancia genérica similar u otro supuesto como el peticionado; amén de no haberse vulnerarse instrumento internacional alguno, ni norma del Bloque de constitucionalidad o legal, como tampoco establecido el rechazo de la acción con base en el principio de preclusividad de los actos; los planteamientos del Tribunal de Bucaramanga, quedan incólumes. Con fundamento en lo expuesto, el suscrito Magistrado de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, RESUELVE Primero: Confirmar el auto del veintiuno (21) de abril de dos mil diez (2010), mediante el cual un Magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior de Bucaramanga negó el hábeas corpus invocado por el defensor de RAFAEL AUGUSTO BLANCO GONZÁLEZ. Segundo: Contra la presente providencia no procede recurso alguno. Tercero: Cópiese, notifíquese, devuélvase al Tribunal de origen y cúmplase. JAVIER ZAPATA ORTIZ Magistrado TERESA RUIZ NÚÑEZ Secretaria El artículo 154 de la Ley 906 de 2004, modificado por el 12 de la Ley 1142 de 2007, enumera los actos que deben tramitarse en audiencia preliminar ante un Juez Penal Municipal de garantía; entre ellos, “las peticiones de libertad que se pretenden con anterioridad al anuncio del sentido del fallo”. [2] Sentencia T-522/01. [1] [3] Cfr. Sentencias T-462 de 2003; SU-1184 de 2001 y T-1031 de 2001; T-1625/00. [4] Sentencia C-590 de 2005. [5] Cfr. T-1130 de 2003.