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Debate
POR
GABRIEL FUNES DÍAZ
Los partidos y
la Reforma del Estado
Los tiempos
En la primera etapa del llamado proceso de Reforma
del Estado fueron aprobados diversos cambios
constitucionales en materia electoral. La iniciativa fue
presentada en el Congreso el 31 de agosto, dictaminada
el 6 de septiembre y aprobada por ambas cámaras el 13
de ese mismo mes; esto es, sólo 13 días.
Si bien es cierto que se realizó un proceso previo de
consulta a la sociedad en el que participaron muchas
organizaciones, entre ellas la Coparmex, el proyecto
específico de cambios no fue puesto a disposición de la
opinión publica para un debate serio y a fondo.
Gran parte de las discusiones tuvieron lugar a posteriori,
lo que cerró la puerta al señalamiento y corrección de
posibles inconsistencias o, al menos, a la atención de los
puntos de vista de los diferentes actores de la sociedad,
incluido desde luego el sector empresarial.
Independientemente de la voluntad reformadora
mostrada por la actual legislatura del Congreso, la falta
de transparencia en la forma en que se procesaron los
cambios constitucionales es razón suficiente para el
enérgico extrañamiento a los partidos políticos y a sus
legisladores de una buena parte de la sociedad.
Lo menos que hoy se puede esperar es que a la hora
de adecuar las leyes secundarias y de abordar los otros
temas de la Reforma del Estado, nuestros legisladores
escuchen verdaderamente a los ciudadanos y pongan
a disposición, con total y absoluta transparencia los
proyectos y los temas que van legislar.
La reforma electoral:
entre partidos y ciudadanos
En el balance de la reforma electoral hay aspectos
positivos importantes, entre otros: el derecho de
réplica elevado a rango constitucional; los límites
a la propaganda oficial; la reglamentación de las
precampañas; la reducción de los tiempos de campaña;
las fórmulas más objetivas para el financiamiento a los
partidos; los órganos de fiscalización de los recursos
18 ENTORNO
de los partidos; la homologación de los calendarios
electorales; el escalonamiento en el nombramiento
de los consejeros electorales; y la determinación de
causales objetivas para la anulación de una elección.
Sin embargo, tiene aspectos negativos que tienden
a debilitar los derechos ciudadanos y a proteger
desproporcionadamente a los partidos políticos.
Enseguida, algunos ejemplos:
Libertad de expresión
Conforme a la reforma aprobada, los partidos políticos
tendrán a su disposición tiempos oficiales en radio y
televisión, en tanto que los ciudadanos no tendrán el
derecho de expresar sus opiniones mediante la compra
de espacios en dichos medios, cuando influyan en las
preferencias electorales de los ciudadanos, ni a favor o
en contra de partidos políticos o de candidatos a cargos
de elección popular, lo que desde mi punto de vista
contraviene claramente al artículo 19 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, en cuanto a que
el citado artículo señala expresamente el derecho de
difundir informaciones y opiniones por cualquier “medio
de expresión”.
Respecto de dicha limitación, formulamos las siguientes
preguntas: ¿desde cuándo la propaganda y la
contratación de tiempos en radio y televisión dejó de
ser “cualquier medio de expresión”? ¿Bajo qué criterios
se establecerá que tal o cual anuncio o campaña de
algún tema influye o no en las preferencias electorales
de los ciudadanos? ¿Acaso una campaña en contra
de la corrupción o de las adicciones no previene al
ciudadano sobre algunos candidatos cuyo pasado no
es del todo transparente y entonces deberá ser retirada
del aire pues influye en las preferencias electorales de
los ciudadanos?
Lo anterior es relevante porque en el pasado reciente
—con base en el artículo 48 del Cofipe, antecedente
inmediato de la prohibición que ahora nos ocupa— se
pretendió limitar el derecho de promover la estabilidad
económica y el crecimiento con el pretexto de que
influía en las preferencias electorales. ¿Qué podemos
esperar ahora cuando dicha disposición tiene carácter
constitucional?
En la ley secundaria deberá quedar perfectamente
establecido cuáles son los criterios específicos para
que un anuncio o campaña publicitaria sea calificado
como influyente de las preferencias electorales,
a fin de no caer en situaciones en las que sea la
discrecionalidad o la presión de los partidos sean las
que se erijan como parámetros.
Otro aspecto es el que se refiere a la prohibición de
las campañas negativas. Pensamos que con ello se
ésta privando al ciudadano su derecho de conocer la
trayectoria de los partidos, los antecedentes y hechos
graves de la actuación de los candidatos. Vale la pena
referirse de nuevo al citado artículo 19 en el que también
se establece textualmente el derecho de investigar y
recibir informaciones y opiniones.
[
[
Una parte trascendente
de la reforma tiende a
sustituir el sistema
democrático por un
poder excesivo dado a
los partidos.
Consejeros electorales
La forma en que se estableció la remoción de los
consejeros electorales se constituye como un peligroso
antecedente. ¿Qué podemos esperar ahora de los
nuevos consejeros que elijan los partidos, con todo y
la amplia consulta de por medio que debe realizarse,
que sabrán que en cualquier momento podrán ser
removidos por el Congreso mediante una nueva
reforma, si es que algún partido político siente que han
perdido su confianza? ¿Qué podemos esperar de otras
instituciones con autonomía como el Banco de México el
IFAI, la CNDH y otras instancias con este carácter?.
Con el antecedente de la reforma electoral, la
autonomía de dichas instancias quedará a merced del
capricho de los partidos políticos.
Fiscalización del IFE
Se constituirá un órgano técnico de fiscalización del
IFE nombrado por el propio Congreso. Con esta
medida, quienes deben ser fiscalizados se convierten
en fiscalizadores. Resulta de la mayor trascendencia
que en la ley secundaria se establezcan los criterios y
principios que impidan poner a modo de los partidos
políticos un arma para limitar la actuación del IFE y de sus
consejeros.
Candidaturas independientes
Aunque el texto que prohibía absolutamente las
candidaturas independientes, fue eliminado de
último momento para no contravenir disposiciones
internacionales, los partidos políticos no parecen
estar dispuestos a entrar en un proceso de apertura
del monopolio en la postulación de candidatos. Sería
una verdadera sorpresa que ajustaran las leyes para
garantizar en toda su extensión el derecho ciudadano
de votar y ser votado.
Financiamiento
Se ha dicho que en respuesta a la exigencia ciudadana
se ha reducido el financiamiento de los partidos. Al
respecto conviene analizar, por una parte, lo que
corresponde al financiamiento ordinario que los
partidos reciben cada año y por otra, el financiamiento
adicional que le corresponde cuando se llevan a cabo
las campañas electorales.
En cuanto al financiamiento ordinario para el
sostenimiento de sus actividades ordinarias
permanentes, este se fijará anualmente, multiplicando
el número total de ciudadanos inscritos en el padrón
electoral por el 65% del salario mínimo diario vigente
para el Distrito Federal.
Para ponderar el efecto de esta disposición,
comparamos el financiamiento real obtenido por los
partidos de 2003 al 2006 con el financiamiento que
hubieran obtenido bajo la fórmula aprobada en la
ENTORNO 19
reformas. En los cuatro años analizados, la nueva fórmula
le hubiera dado más dinero a los partidos. Por ejemplo,
en el 2006 los partidos recibieron en conjunto un total
de $2,068 millones de pesos. Con la nueva fórmula, el
financiamiento habría alcanzado $2,280 millones de
pesos; es esto, $212 millones de pesos adicionales.
Otro efecto negativo de la fórmula es que puede
generar un incentivo para no actualizar correctamente el
padrón en los casos en los que existe un sobrerregistro,
como es el caso de las defunciones, que no se restan
en su totalidad. Podría mejorarse mucho el mecanismo
de asignación si, en lugar del padrón, se utilizara el total
de ciudadanos que efectivamente acuden a las urnas, lo
que además motivaría a los partidos a buscar mayores
niveles de participación ciudadana.
Por otra parte, no se presentaron en el debate
legislativo estimaciones sobre el crecimiento
del padrón electoral, para ver si efectivamente el
financiamiento disminuirá con el paso del tiempo. Una
fórmula más efectiva sería vincular el financiamiento a
los partidos con el porcentaje efectivo de participación
ciudadana en las elecciones, más que en el total del
padrón electoral.
En el caso de las campañas, efectivamente se reduce el
presupuesto, pero es importante tomar en cuenta que
también se reduce el tiempo de las campañas y el gasto
en publicidad, al obtener gratuitamente los tiempos
oficiales. El resultado neto es más dinero para el gasto
de los partidos porque la disminución de sus ingresos
es menor de que lo que ahorrarán en publicidad en
medios electrónicos y lo que corresponde a los días que
estarán en campaña.
Conclusión
Sin embargo, estamos a tiempo de corregir algunos
de los excesos de los cambios mediante su precisión
en la ley secundaria, tal como apuntamos a lo largo del
documento, así como someter realmente lo que resta de
la reforma del Estado a debate público, a fin de que se
consideren con seriedad temas trascendentes como la
reelección consecutiva de los legisladores. E
20 ENTORNO
El autor es Licenciado en Economía por la
Universidad Autónoma Metropolitana. Fue
Director de la revista ENTORNO de 1994 a
2003 y Director General de la Coparmex de
2004 a 2007. Actualmente es Secretario del
Consejo Directivo Nacional de la Coparmex.
foto: Ana Lourdes Herrera
Queda de manifiesto el hecho que una parte
trascendente de la reforma tiende a sustituir el sistema
democrático por un poder excesivo dado a los partidos.
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