CAPÍTULO 5 OBSTRUCCIÓN DE VENA HEMIRRETINIANA (OBSTRUCCIÓN DE VENA HEMICENTRAL Y OBSTRUCCIÓN DE VENA HEMISFÉRICA) Lorenzo López Guajardo Ana Marcos de la Huerga Dentro de las obstrucciones de vena retinianas, podríamos definir este grupo que reúne bajo un mismo nombre a dos tipos de obstrucción venosa caracterizadas ambas por un aspecto oftalmoscópico similar, apareciendo afectada una superficie aproximada de media retina, bien sea la superior o inferior (figs. 1 y 2) (1). De los tres tipos de obstrucciones de vena, este parece ser el menos frecuente (2,3). dose distalmente (8,7). La obstrucción a este nivel se traduciría en una afectación hemirretiniana (fig. 4). Los factores de riesgo parecen diferir según se trate de una obstrucción hemicentral o hemisférica (4). Así la obstrucción hemicentral aparece relacionada con hipertensión (48%), diabetes mellitus ETIOPATOGENIA En la patogenia de la obstrucción hemirretinana podemos distinguir dos tipos (4-7): a) Obstrucción venosa hemisférica: (OVHF) La obstrucción se produce a nivel de un cruce arteriovenoso que interesa a una de las ramas principales de la vena central de la retina, que drena la mitad de la retina, distal a su división en temporal y nasal (fig. 3). Este cruce suele aparecer en la superficie o próximo al borde papilar. b) Obstrucción venosa hemicentral: (OVHC) En un 20-25% de las personas, la vena central de la retina aparece todavía dividida en dos troncos a nivel de la zona anterior del nervio óptico, unién- Fig. 2. AFG de caso foto 1: Retraso relleno venoso sector inferior (flujo laminar) frente a sector superior. Zona avascular foveal (ZAF) relativamente indemne. Fig. 1. Obstrucción de vena hemirretiniana inferior: afectación hemirretiniana respetando «rafe» horizontal. Fig. 3. Obstrucción venosa hemisférica aguda. Origen en cruce arteriovenoso en borde papilar inferior. 62 5. Obstrucción de vena hemirretiniana (obstrucción de vena hemicentral y obstrucción de vena hemisférica) comunicado su asociación con alteraciones de la hemostasia (10). Como ya apuntábamos en el capítulo de la OVCR, la obstrucción de un vaso principal (bien OVCR u OVH) es un factor de riesgo mayor que la presencia de una ORVR, para la aparición de una obstrucción venosa en el ojo contralateral, estimándose este riesgo en un 13-15% en los siguientes cinco años (3,11). CLÍNICA Fig. 4. Obstrucción venosa hemicentral crónica. La vena central de la retina penetra en la papila de forma separada. Obsérvese la comunicación vena-vena entre hemiretina superior e inferior. (44%) y glaucoma (44%), lo que la colocaría en la proximidad patogénica de la obstrucción de vena central de la retina (OVCR). En el caso de la OVHF, la hipertensión es mucho más frecuente (83%), lo que la situaría más en el ámbito de la obstrucción de rama venosa de la retina (ORVR). Otros autores (1,9), tienden a no distinguir entre estos dos tipos. Así, Sperduto las reúne bajo el epígrafe de obstrucción venosa hemirretiniana y nos habla de un incremento de riesgo en pacientes con diagnóstico de diabetes mellitus, hipertensión arterial y glaucoma. Como ocurre en otros tipos de obstrucción venosa retiniana, en casos concretos también se ha Fig. 5. En casos agudos, en ocasiones, es difícil determinar inicialmente el tipo de obstrucción de vena hemirretiniana, por la gran profusión de hemorragias y edema. Sintomáticamente, la obstrucción de vena hemirretiniana (OVH) cursa con una alteración del campo visual superior o inferior, junto con una disminución de la agudeza visual aguda, indolora y no recuperable (al menos inicialmente), en la gran mayoría de los casos —aunque se han descrito casos que no presenta afectación macular (9)—. En la oftalmoscopía (fig. 1) cabe distinguir un área de afectación retiniana de aproximadamente media retina, normalmente respetando el rafe horizontal, con engrosamiento y tortuosidad venosas, hemorragias retinianas y edema retiniano que suele afectar a la región macular. También podemos encontrar exudados algodonosos. El edema de papila suele ser sectorial, coincidiendo con la región retiniana afecta (fundamentalmente relacionada con casos de OVHC, aunque no siempre) (5). Si atendemos a los dos tipos de OVH descritos, deberíamos poder distinguir aquellos cuyo origen se establece a partir de un cruce arteriovenoso (OVHF) (fig. 3), de los que la obstrucción se origina en el interior de la porción anterior de un nervio óptico en el que penetran dos troncos venosos separados (fig. 4). Lo cierto es que en ocasiones esta distinción es difícil, sobre todo en los estadios iniciales (fig. 5), donde las abundantes hemorragias que acompañan a este tipo de obstrucción junto con el edema retiniano y papilar hacen difícil su determinación (1,7,12). En casos ya evolucionados (fig. 6), la clínica es mucho menos profusa, con desaparición gradual de las hemorragias (suelen persistir las localizadas en periferia) del edema retiniano, y el engrosamiento vascular. El desarrollo de circulación colateral suele seguir patrones distintos atendiendo al tipo de OVH (5-7,9). Así, en el caso de la OVHC las colaterales se encuentran a nivel de la papila (entre hemiretina superior e inferior y más raramente como shunt óptico-ciliares) y distales a los cruces arterio-veno- 5. Obstrucción de vena hemirretiniana (obstrucción de vena hemicentral y obstrucción de vena hemisférica) 63 sos (AV), mientras que en el caso de la OVHF, las colaterales pueden aparecer cerca de la papila (proximales al cruce AV responsable) o en otras localizaciones retinianas. HISTORIA NATURAL: COMPLICACIONES Las complicaciones que afectan a la visión pueden agruparse en dos: el edema macular y la neovascularización. El edema macular (fig. 7) aparece en un importante número de casos (4,5), persistiendo en estadios posteriores en un porcentaje variable en forma de edema macular quístico con alteraciones secundarias como quiste macular, degeneración pigmentaria, agujero macular, etc., que comprometen en importante medida la función visual. La incidencia de isquemia significativa (fig. 8) también parece ser distinta atendiendo a los dos tipos de OVH (12). Así en el caso de la OVHC la incidencia de isquemia se cifra en un 33% aproximadamente, mientras que en el caso de OVHF esta es superior (13). La presencia de neovascularización se relaciona fundamentalmente con la extensión del área isquémica (como ocurre en OVCR y ORVR). La localización suele ser en el polo posterior, aunque también se describe en polo anterior (6,12,14) en un porcentaje significativo, lo que supone que durante el seguimiento se debe realizar una búsqueda sistemática de neovascularización en ambas localizaciones. Fig. 6. Obstrucción hemirretiniana superior crónica: vasos de calibre prácticamente normal, alguna hemorragia residual y colaterales a nivel de la papila. Fig. 7. AFG de obstrucción de vena hemirretiniana con edema macular no isquémico. DIAGNÓSTICO Y SEGUIMIENTO En la mayoría de los casos, la observación clínica de un cuadro retiniano compatible es suficiente. Con el estudio detallado de la papila y la distribución vascular podremos determinar en un importante porcentaje de los casos la localización de la obstrucción y así clasificar la obstrucción hemiretininana en OVHC u OVHF. La AFG es utilizada por nosotros con mayor frecuencia en este tipo de enfermos que en la OVCR, pues nos ayuda en muchos casos a determinar la localización de la obstrucción (y distinguir entre OVHC y OVHF). Ésta debe realizarse además en el momento preciso en que exista suficiente aclaramiento de las hemorragias que permita la evaluación del lecho capilar. Así encontraremos pacientes con áreas de isquemia variables, que permitirán clasificarlas en isquémicas o no isquémicas, aunque como ocurre en los otros tipos de obstrucción venosa, existe un grupo de pacientes que desarrollan una progresiva oclusión del lecho capilar, lo que puede hacer que deban ser reclasificados de no isquémicos a isquémicos (14). Protocolo seguimiento En un porcentaje variable de los casos, por las razones expuestas anteriormente, no somos capaces de distinguir entre las OVHC y la OVHF, sobre todo en los estadios iniciales, por lo que solemos 64 5. Obstrucción de vena hemirretiniana (obstrucción de vena hemicentral y obstrucción de vena hemisférica) de ojo bajo dilatación buscando signos de neovascularización a nivel de papila o retina, así como un estudio de papila con lente de Goldmann para intentar determinar el tipo de OVH. TRATAMIENTO El tratamiento de este cuadro se basa fundamentalmente en los resultados de los estudios multicéntricos referidos a la OVCR y ORVR, pues no existe una abundante literatura referida específicamente a este grupo de enfermos. Fig. 8. AFG de obstrucción de vena hemisférica con isquemia retiniana extensa. El estudio angiográfico de estos casos no debe limitarse al polo posterior, explorando también la periferia retiniana. utilizar un protocolo común para todos los casos de OVH y posteriormente, redefinir según aparecen datos en la evolución. Los pacientes con OVH son revisados cada 1-2 meses durante los primeros 6 meses, para posteriormente ir espaciando las visitas hasta alcanzar una periodicidad anual. En cada visita debe realizarse la toma de la AV, junto con una biomicroscopia pupilar minuciosa previa a la dilatación en busca de los primeros signos de neovasos en borde pupilar y, además, gonioscopía, pues algunos casos desarrollan neovasos en ángulo sin neovasos en iris. Tras la toma de PIO, realizamos una exploración de fondo OVH con edema macular (fig. 9) No existen trabajos referidos específicamente a este grupo de enfermos, pero el tratamiento con láser del edema macular en la ORVR ha demostrado su eficacia gracias al BRVOS (15), por lo que sus resultados bien podrían ser aplicables a los casos de OVHF. En el caso de la OVCR, el láser no ha conseguido demostrar su eficacia (16), pero en el caso de la OVHC, que presenta la particularidad de una afectación macular de predominio sectorial, nosotros intentamos la fotocoagulación en rejilla de los casos no isquémicos. OVH con neovascularización La presencia de neovascularización, tanto a nivel anterior como posterior en casos de OVH, indica la necesidad de la fotocoagulación del sector retiniano afecto. Tanto los estudios referidos a la ORVR como a la OVCR (17,18) apoyan este punto. También encontramos evidencia de que la fotocoagulación sectorial de la retina consigue regresión en casos de OVHC (7), aunque otros autores la utilizan de forma profiláctica (14). Los parámetros utilizados son similares a los utilizados tanto para la obstrucción de rama como central. En cuanto al área a tratar, para casos poco claros utilizamos la angiografía, que nos guiará en cuanto a los límites de la zona a tratar. Anastomosis coriorretiniana Fig. 9. Fotocoagulación en rejilla macular (limitada a la zona de exudación) de paciente con OVHC. Obsérvese las colaterales papilares. Como ya hemos comentado en los capítulos de OVCR y ORVR, la anastomosis entre la circulación 5. Obstrucción de vena hemirretiniana (obstrucción de vena hemicentral y obstrucción de vena hemisférica) retiniana y coroidea creada mediante impactos de láser de alta intensidad ha sido descrita también como modalidad terapéutica para este tipo de pacientes (OVHC) (19). La creación de una anastomosis efectiva ha sido posible en un limitado porcentaje de casos, pero al igual que sucedía en otros tipos de obstrucciones, pagando el precio de una serie de efectos secundarios importantes. Por ello, y a la espera de los resultados del ensayo randomizado anunciado por los autores, no podemos recomendar este tratamiento de forma genérica. BIBLIOGRAFÍA 1. Sperduto R, Hiller R, Chew E, Seigel D, et al. Risk Factors for hemiretinal vein occlusion: comparison with risk factors for central and branch retinal vein occlusion. The eye disease case-control study. Ophthalmology 1998; 105: 765-771. 1984; 102: 85-87. 2. Mitchell P, Smith W, Chang A. Prevalence and associations of retinal vein occlusion in Australia. The blue mountains eye study. Arch Ophthalmol 1996; 114: 1243-1247. 3. Hayreh SS, Zimmerman B, Podhajsky P. Incidence of various types of retinal vein occlusion and their recurrence and demographic characteristics. Am J Opthalmol 1994; 117: 429-441. 4. 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