La jubilacion en la Ley 40/2007 de 4 de diciembre

Anuncio
La jubilacion en la Ley 40/2007
de 4 de diciembre
MARIA SPINA CARRERA *
1. INTRODUCCIÓN
L
a Ley 40/2007 de 4 de diciembre, de
Medidas en Materia de Seguridad
Social, tomando como referencia las
prioridades marcadas por el Pacto de Toledo
de 1995, en su renovación parlamentaria de
2003, reafirma la necesidad de mantener y
reforzar determinados principios básicos en
los que se asienta nuestro sistema de Seguridad Social, como objetivo para garantizar la
eficacia del mismo y el perfeccionamiento de
los niveles de bienestar del conjunto de los
ciudadanos. Así, mantiene y refuerza la unidad de caja, así como el principio de solidaridad y garantía de suficiencia mediante la
paulatina mejora y extensión de la intensidad protectora1.
Respecto a la contingencia de la jubilación,
son muchas y trascendentes las reformas
* Abogada.
1
Vid. LÓPEZ GANDÍA, J.: «El Acuerdo para la mejora y
el desarrollo del sistema de protección social: La renovación del Pacto de Toledo», Valencia, 1999; CASTIÑEIRA
FERNÁNDEZ, J.: «Reforma Parcial de la Seguridad Social.
Comentarios a las Leyes 24/1997, de 15 de julio, de
consolidación y racionalización del Sistema de la Seguridad Social, 66/97, de 30 de diciembre, de acompañamiento a los Presupuestos Generales del Estado de
1998», Relaciones Laborales, nº 8, 1998.
articuladas en coordinación a los principios
indicados. Así, se intensifica la contributividad del sistema y se avanza en una mayor
proporcionalidad entre las cotizaciones realizadas y las prestaciones obtenidas. Se busca
que nuestro modelo protector se adecue a la
evolución que está experimentando la sociedad española, marcada por el proceso de
envejecimiento demográfico, la incorporación
creciente de las mujeres al mercado de trabajo2 y el fenómeno de la inmigración, así como
la creación y aparición de nuevas demandas y
realidades sociales de bienestar.
Las principales reformas acaecidas giran
en torno a las siguientes medidas:
a) Por una parte, se establece que para
acreditar el periodo mínimo de cotiza-
2
Un dato expresivo de esos innegables procesos de
incorporación de la mujer a la vida activa es que a finales de 2005 de las personas que en España, mayores de
16 años, conforman el mercado de trabajo, las mujeres
alcanzan la cifra de 18.710,5 sobre un total de 36.652,1
(miles), es decir el 51%; siendo activas 8.784,8 sobre un
total de 21.155,5, lo que implica el 41,5%, hace tres o
dos décadas, impensable. Pero resulta más expresivo
contemplar los datos de crecimiento de esa incorporación, pues frente a una variación cuatrimestral del 0,4%
en los hombres, las mujeres incrementan su presencia
en igual período en un expresivo 1,8%. Fuente: INE, en
CES: Panorama Económico-Social de España, Número
13, Marzo 2006.15.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
153
ESTUDIOS
ción actualmente exigido para acceder
al derecho a la pensión se computarán
únicamente los días efectivos de cotización y no los correspondientes a las
pagas extraordinarias.
b) Por otra, se dispone la aplicación de
coeficientes reductores a la edad de
jubilación en relación con nuevas categorías de trabajadores, previa realización de los correspondientes estudios
de todo orden, con modificación de las
cotizaciones, y sin que la edad de acceso a la jubilación pueda situarse en
menos de 52 años.
c) Asimismo, se incentiva nuevamente la
prolongación voluntaria de la vida
laboral estableciendo la percepción de
una cantidad a tanto alzado, cuando el
pensionista tenga derecho a la pensión
máxima, o de un porcentaje adicional
sobre la base reguladora de la pensión,
cuando no se alcance dicha cuantía
máxima3.
d) Finalmente, destacan las modificaciones que se producen en materia de jubilación parcial, con objeto de adecuar
esta figura a las características y
requerimientos de los procesos productivos, que en las mismas se enmarcan,
mejorando las garantías de los trabajadores mayores de 52 años, expulsados
prematuramente del mercado laboral.
En definitiva, la finalidad de esta Ley viene constituida por la necesidad de dar un
adecuado soporte normativo a buena parte de
los compromisos relativos a la acción protectora incluidos en el Acuerdo de fecha 13 de
julio de 2006 y que afecta, sustancialmente,
entre otras, en materia de jubilación.
3
Actuación legislativa viable puesto que «los españoles se pueden jubilar a los 65 años, pero eso no obsta
para que puedan seguir trabajando hasta edades superiores» (S.T.C. 22/1981, de 2 de julio, BOE 20-07-1981).
154
2. ANTECEDENTES
La actual reforma de la Seguridad Social
no es una acción aislada del legislador, ya que
constituye un paso más en materia de jubilación, que cuenta con numerosos antecedentes. A estos se hace seguidamente una somera referencia.
2.1. El Pacto de Toledo
El pleno del Congreso de los Diputados, en
su sesión del día 6 de abril de 1995, ratificó el
texto aprobado por la Comisión de Presupuestos el día 30 de marzo de 1995, sobre la
base del informe emitido por la Ponencia,
constituida en su seno, formando el exponente del amplio consenso alcanzado por los grupos políticos en esta materia, para el análisis
de los problemas estructurales del sistema de
la Seguridad Social y de las principales reformas que deberán acometerse4.
El Pacto de Toledo representa el compromiso sólido de todos los grupos políticos con
representación parlamentaria en el mantenimiento y consolidación del actual sistema de
protección social, garantizando su viabilidad
futura a través de la adopción de medidas que
permitan su adaptación constante a las nuevas realidades y retos que puedan plantearse.
En él se establece las líneas de actuación y
de reforma a introducir en el sistema de pensiones contributivas, así como las recomendaciones cuya adaptación se propone, en orden
al reforzamiento de la consolidación de ese
sistema.
4
Un Análisis del Pacto de Toledo, en BLASCO LAHOZ,
F. J.: «El Pacto de Toledo». Tirant Lo Blanch, Valencia.
1998; FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ, J. J.: «De las oportunidades perdidas en la Seguridad Social por la ambigüedad y
las urgentes políticas». REDT, núm. 81, Enero, 1997; y
MONASTERIO ESCUDERO, C. «La Reforma de Pensiones: el
Pacto de Toledo y su desarrollo posterior», en Hacienda
Pública. Número monográfico dedicado a las «Pensiones en España», Madrid, 1998.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
MARIA SPINA CARRERA
En su recomendación décima, el mencionado Pacto, recoge que la edad de jubilación
debe ser flexible y dotada de los caracteres de
gradualidad y progresibilidad. Se busca evitar que el acceso a la pensión de jubilación
impida una presencia social activa del pensionista. Por ello, se acuerda que, sin perjuicio de mantener la edad ordinaria de jubilación en los 65 años, resulta muy aconsejable,
en términos financieros y sociales, facilitar la
prolongación voluntaria de la vida activa de
quienes libremente lo deseen.
A tal efecto, el Pacto de Toledo permite
una regulación que recoja la exoneración
total o parcial, en función de la jornada, de la
obligación de cotizar en aquellos supuestos
en que el trabajador opte por permanecer en
activo. Claro que durante la misma éste deberá soportar una suspensión proporcional del
montante de la pensión. Otro de los objetivos
pasa por procurar el mantenimiento, de los
sistemas de jubilación anticipada ligados a
los contratos de relevo y de sustitución ya
previstos en la legislación vigente.
La Ponencia anteriormente citada propone que se proceda a la regulación de la responsabilidad en orden a las prestaciones,
adecuada a la realidad actual y a las características del modelo presente de Seguridad
Social.
En la renovación parlamentaria del Pacto
de Toledo, de octubre de 20035, la Comisión
parlamentaria aboga por la introducción de
mecanismos que posibiliten la consecución
del objetivo de aproximar las edades legales y
5
El texto de la renovación parlamentaria del Pacto
de Toledo puede verse en la página web del Congreso
de los Diputados (www.congreso.es). Un análisis de este
acuerdo en BARRIOS BAUDOR, G.L.: «La revisión del Pacto
de Toledo». Temas Laborales, núm. 73, 2004 y PANIZO
ROBLES, J. A.: «La Nueva formulación del pacto de Toledo: ¿la adaptación de la Seguridad Social a la nuevas
realidades y demandas sociales?». Revista de Trabajo y
Seguridad Social. Centro de Estudios Financieros, núm.
249, 2003.
reales de jubilación, y que se sigan profundizando en medidas tendentes a fomentar la
prolongación de la actividad laboral, de aquellos que opten por mantenerse en el mercado
de trabajo una vez alcanzada la edad a la que
puedan acceder a la pensión de jubilación. El
reto es impedir cualquier tipo de discriminación por razón de edad para continuar desarrollando su labor, impidiendo, en definitiva, la expulsión prematura del mercado de
trabajo de trabajadores con plenas facultades
físicas y psíquicas.
2.2. Ley 35/2002, de 12 de julio,
de Medidas para
el Establecimiento de un Sistema
de Jubilación gradual y flexible
El objetivo básico de la Ley se dirige al
establecimiento de un sistema flexible de
jubilación que al tiempo que permite, en
determinados casos, la jubilación anticipada
antes del cumplimiento de la edad ordinaria
de jubilación, tiende a favorecer la prolongación en la actividad de los trabajadores en
edad de jubilación, potenciando de esta forma, la presencia social activa de los mismos,
con ventajas tanto para el propio trabajador
como para el sistema de pensiones6.
Se establece que el porcentaje aplicable a
la base reguladora de la pensión de jubilación
supere el 100 por 100, respecto de aquellos
Vid. GARCÍA MURCIA, J., y CASTRO ARGÜELLES, M. A.:
«Las recientes reformas a la Ley de la Seguridad Social»:
una guía comentada». Justicia Laboral, núm. 10, 2002;
FERNÁNDEZ ORRICO, F.J.: «La Jubilación Anticipada; atención especial a las novedades incorporadas por la Ley
35/2002 y R.D. 1131/2002». Revista del Trabajo y Seguridad Social. CEF, núm. 240, 2003; MALDONADO MOLINA,
J. A.: «La Pensión de Jubilación tras la Ley 35/2002, de
12 de julio» Actualidad Laboral, nº 40, 2002; PANIZO
ROBLES, J. A.: «Las últimas modificaciones en las prestaciones de la Seguridad Social». Relaciones Laborales. Nº
2. Enero 2002 y TORTUERO PLAZA, J. L.: «Jubilación forzosa versus jubilación flexible (Reforma y propuesta de
capitalización parcial)». Civitas, Madrid, 2002.
6
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
155
ESTUDIOS
trabajadores que permanezcan en activo más
allá de percibir una pensión de dicha naturaleza a cargo del sistema de la Seguridad
Social.
2.3. RD 1132/2002 de 31 de octubre
de desarrollo de determinados
preceptos de la Ley 35/2002,
de 12 de julio
Hay posturas a favor y en contra del incremento de la pensión reseñado, pues se afirma, por un lado, que los beneficiarios, después de haber alcanzado los 65 años, están
exentos de cotizar, y, por lo tanto, atenta contra el carácter contributivo de la prestación
de jubilación ante la posibilidad de que se
pueda percibir más pensión sin haber realizado cotizaciones efectivas al sistema. Por
otra parte, otro sector considera que el principio contributivo queda garantizado por el
ahorro del sistema de la Seguridad Social
que ve retrasado su obligación de pagar la
pensión7.
El RD 1132/2002, como es sabido, regula la
jubilación flexible que, a diferencia de la jubilación anticipada, puede ser utilizada en
cualquiera de los regímenes de la Seguridad
Social. La flexibilidad consiste en la posibilidad de compatibilizar, una vez alcanzada la
pensión de jubilación, con un trabajo a tiempo
parcial, dentro de los límites de jornada a los
que se refiere el artículo 12.6 del Estatuto de
los Trabajadores, con la consecuente minoración de aquélla en proporción inversa a la
reducción aplicable a la jornada de trabajo
del pensionista, en relación a un trabajador a
tiempo completo.
No obstante, en mi opinión, la exención de
cotización del trabajador es una medida adecuada para promover su permanencia en
activo, pues de lo contrario, las bonificaciones
en las cotizaciones solo beneficiarían al
empresario, pero no al trabajador que decide
seguir prestando servicios. Se trata, por tanto, de conseguir un equilibrio entre solidaridad, contributividad y el principio de sinalagmaticidad8.
Como novedad importante, el citado RD da
respuesta, básicamente, a la situación personal de los trabajadores que a partir de los 61
años edad se ven sometidos a un expediente
de regulación de empleo (ERE). Asimismo,
modifica sustancialmente las condiciones de
acceso al adelantamiento de la edad legal de
jubilación y extiende el beneficio de reducción
de la edad legal de jubilación a todos los trabajadores que a partir de los 61 años cumplan
todos los requisitos que esta norma exige
para el acceso a la jubilación en edad ordinaria.
En relación a la jubilación parcial, se posibilita la compatibilidad entre el percibo de
una pensión de jubilación y el desarrollo de
actividades laborales desde el momento en
que se comience a percibir una pensión de
dicha naturaleza a cargo del sistema de la
Seguridad Social.
7
ÁLVAREZ CORTÉS, J. C: «La Protección por jubilación
en las previsiones del acuerdo de pensiones de 2001»,
Temas Laborales, núm. 61, 2001, pág. 391.
8
Vid. MARTÍNEZ ABASCAL, V. A. y DURÁN ROMASEWSKYS,
S.: «Jubilación: contributividad pero no solidaridad dentro del sistema» en «pensiones sociales y alternativas» IX
Congreso Nacional de Derecho del Trabajo y Seguridad
Social, parte I, Colección Seguridad Social, página. 339
a 341.
156
2.4. Acuerdo sobre medidas en materia
de Seguridad Social de 13 de julio
de 2006, por Gobierno, Sindicatos
y Patronal9
En materia de jubilación el indicado
Acuerdo en materia de Seguridad Social de
2006 puede calificarse de ambicioso e imporVéase, R. M. PÉREZ Y YAÑEZ y A. M. DE LA PUEBLA PINI«El Acuerdo de 13 de julio de 2006, sobre Medidas
en Materia de Seguridad Social. Un nuevo paso en el
Dialogo Social» en Relaciones Laborales nº 20, octubre/2006, página 96.
9
LLA,
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
MARIA SPINA CARRERA
tante. Son muchas las reformas abordadas y
muchas las medidas acordadas. Todas ellas,
con fundamento en la renovación parlamentaria del pacto de Toledo llevada a cabo en
2003 y que desembocaron en el proceso de
concertación social, iniciado con la declaración para el dialogo social, para la competitividad, el empleo estable y la cohesión social,
documento firmado por el Gobierno y los
interlocutores sociales, el 8 de julio de 2004.
Efectivamente, el indicado Acuerdo introduce reformas graduales en el Sistema de
Seguridad Social, que favorecen la sostenibilidad del mismo, sin cambios radicales que
pudieran generar inquietudes e incertidumbres en sus beneficiarios actuales y futuros.
Tal objetivo obliga a buscar un equilibrio
entre medidas que refuercen la contributividad y la proporcionalidad, avanzando en la
aplicación del principio de solidaridad a través de mejoras en las prestaciones más bajas y
favoreciendo la permanencia en el empleo de
determinados colectivos (trabajadores de más
edad, mujeres, etc.), incentivando la prolongación voluntaria de la vida laboral.
Las propuestas relacionadas con la edad
de jubilación se dirigen a desincentivar la
jubilación parcial, endureciendo los requisitos de acceso a la misma. No obstante, por
otra parte, se mejora la cuantía de la pensión
en los casos de acceso involuntario a la jubilación anticipada. También se regula el procedimiento en orden a la determinación de una
edad de jubilación –inferior a la ordinaria– en
los casos de desarrollo de actividades peligrosas, penosas, tóxicas e insalubres, que evite
los grados de discrecionalidad a que pueda
conducir el ordenamiento actual. Finalmente, se incrementa la cuantía de la pensión
cuando se difiere el acceso a la misma más
allá de los 65 años y se incentiva el empleo de
los trabajadores de más edad, ampliando el
régimen de bonificaciones empresariales
establecido anteriormente.
Otro conjunto de medidas se dirige a mejorar la situación de los prejubilados por despi-
do individual, que se extiende a todos los preceptores del subsidio por desempleo para
mayores de 52 años, y se eleva la base de cotización en la situación del subsidio por desempleo desde el 100% al 125% del SMI. Se dispone que se resarcirá a los prejubilados con
anterioridad al 1 de enero de 2002, a los que
no se aplicó con carácter retroactivo las mejoras en los coeficientes reductores.
Se califica como involuntaria cualquier
extinción de la relación laboral producida por
los Expedientes de Regulación de Empleo
(ERE) después de las interpretaciones contrarias de la jurisprudencia.
Se reduce el coeficiente reductor para los
jubilados anticipadamente que hayan cotizado 30 años, pasando del 8% actual al 7,5%.
Se acuerda que la reducción de la edad de
jubilación por realización de trabajos penosos, peligrosos o tóxicos se pueda extender a
otros colectivos.
El último paso en este proceso, como se ha
indicado, viene dado por la Ley 40/2007, de
Medidas de la Seguridad Social, que persigue
y se fundamenta en la consecución de los
objetivos fijados por la Unión Europea en la
estrategia de convergencia abierta, a fin de
asegurar la viabilidad futura de los sistemas
de pensiones.
3. OBJETIVOS DE LA LEY 40/2007
DE 4 DE DICIEMBRE
Los objetivos de la Ley 40/2007, en la línea
marcada por sus precedentes, son tres, a
saber:
a) Jubilación: Uno de los objetivos esenciales de la Ley 40/2007 en relación a
esta contingencia es incentivar el alargamiento de la vida laboral de los trabajadores. Se busca una mejor permanencia en la empresa a partir de una
determinada edad, incrementando la
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
157
ESTUDIOS
correlación entre cotizaciones y prestaciones.
b) Equilibrio Financiero del Sistema: La
protección social compatibiliza, mejoras de prestaciones, generación de ahorro para el sistema, creación de empleo
y crecimiento económico, en un marco
de mayor competitividad empresarial,
mayor correspondencia entre cotizaciones y prestaciones, así como mejora en
la gestión y control de recursos y prestaciones.
c) Política de Fomento de Empleo: No
cabe duda que el régimen jurídico de la
jubilación incide sobre la situación de
empleo. De ahí que las políticas de
empleo no puedan dar la espalda a la
jubilación, actuando a través de ella,
para incidir sobre la extensión de la
vida laboral, buscando consecuencias
sociales y económicas, tanto en la esfera individual como colectiva10.
El problema del envejecimiento de la
población exige un esfuerzo institucional
para lograr que el límite entre la actividad e
inactividad coincida, cuando menos, con la
edad ordinaria de jubilación. Consiguientemente se hace necesario la adopción de políticas que restrinjan las jubilaciones anticipadas. Tal medida, sin duda, permitirá un
mayor aprovechamiento de la experiencia
laboral de trabajadores de edad avanzada,
facilitando su permanencia en el mercado de
trabajo y la postergación de su jubilación.
Centrándose el legislador español, en los
denominados incentivos económicos, ya recogidos en la Ley 35/2002 de 12 de julio, que
aporta medidas para el establecimiento de la
jubilación gradual y flexible.
Los grupos formados por los trabajadores
de edad madura y avanzada son acogidos ya
10
Vid. M. de los R. MARTÍNEZ BARROSO: «Relaciones
entre empleo y Seguridad Social», Netbiblo, La Coruña,
202, páginas 15 y ss.
158
en la Ley 43/2006 de 29 de diciembre, para la
mejora del crecimiento y del empleo. Ley que
bonifica la contratación de todo trabajador
mayor de 45 años, dando el mismo tratamiento, sin privilegio, a los de edad más avanzada.
4. LA JUBILACIÓN ANTICIPADA
4.1. La jubilación voluntaria
La jubilación voluntaria es aquella que se
produce en un momento anterior al del cumplimiento por el trabajador de la edad ordinaria prevista en la Ley para pasar a esta situación pero con derecho al percibo de la pensión
de jubilación contributiva. Si bien, pese a
recibir una menor cuantía económica debido
a la aplicación de coeficientes reductores, se
obtiene la ventaja de acceder anticipadamente a la pensión de jubilación, sin tener que
esperar a cumplir la edad de 65 años de edad.
Como es sabido, los mecanismos de anticipación de la edad de jubilación no son ajenos
a determinados condicionantes económicos,
sociales y laborales, que están presentes en la
sociedad y cuya incidencia puede variar sustancialmente de unos momentos a otros. Sin
duda, la jubilación anticipada tiene una gran
trascendencia en el sistema de la Seguridad
Social, pues no sólo se aumentan los gastos,
sino que, además, se reducen los ingresos.
Por ello, la continuidad en el empleo de los
trabajadores en edad de jubilar, permite que
estos sigan, de una parte, contribuyendo con
sus cuotas al sistema y, de otra, ahorrando a
éste el pago de las pensiones que le hubieran
correspondido. Desde otra perspectiva, la
jubilación anticipada tiene, además, trascendencia para el derecho del trabajo, porque tal
opción, racionaliza y liberaliza la extinción.
La posibilidad de compatibilizar pensión y
salario, como se adelantó, fue dada por la Ley
35/2002, de 12 de julio, introduciendo una
regulación flexible de la jubilación, que permite al trabajador anteponer su voluntad
frente a la automaticidad del retiro, autori-
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
MARIA SPINA CARRERA
zando la posibilidad de elegir entre la jubilación completa o parcial.
No obstante, el adelantamiento de la edad
efectiva de acceso a la jubilación, en el último
cuarto del siglo pasado, puede afectar de forma importante a la viabilidad de los sistemas11 circunstancia que no ha acaecido sólo
en el ordenamiento español de la Seguridad
Social, sino que es una constante en los países
europeos. Por ello, en los últimos tiempos se
observa una modificación en la tendencia
anterior, procurando lograr un retraso en la
edad de jubilación, tanto estableciendo incentivos para la prolongación en la actividad
laboral y profesional, como poniendo dificultades para el acceso a la pensión a una edad
anterior a la legalmente considerada.
Si el cumplimiento de la edad de jubilación
no va acompañado de la decadencia de la
capacidad laboral o del mero deseo del trabajador de poner fin a su vida laboral, carece de
sentido que la ley se superponga a la naturaleza de las cosas y a la voluntad del trabajador de mantenerse en activo12. La voluntad
de las partes implicadas en el contrato de trabajo, va ser de importancia decisiva.
La Ley 40/2007 de 4 de diciembre, incorpora una nueva redacción del artículo 161 bis de
la LGSS para identificar a los trabajadores
que puedan acceder a la jubilación anticipada, así como los porcentajes en que se reducirá la pensión por cada año que en el momento
del hecho causante le faltare al trabajador
para cumplir 65 años de edad.
Como pone de relieve FERRERAS ALONSO, partiendo de un estudio de la OIT., sobre los diferentes regímenes de pensiones en el mundo, un adelanto de 5 años de
edad de acceso a la pensión de jubilación, supondría un
incremento del gasto en pensiones en torno al 50%. Vid.
FERRERAS ALONSO, F.: «Antecedente, bases, motivos y
efectos…» op. cit., pág. 4.
12
Vid. A. MONTOYA MELGAR, Y. SÁNCHEZ-URÁN AZAÑA : «Contrato de trabajo, jubilación y política de
empleo» , Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales, 2002, Extra, página. 25.
11
El Legislador, siguiendo con las políticas
actuales de jubilación que discurren por las
vías de flexibilidad en su vertiente de voluntariedad, frente a la jubilación forzosa, y por
las vías de la prolongación de la vida activa,
incentiva a los trabajadores con 65 años a que
continúen en activo y retrasen el acceso a la
pensión de jubilación, precisamente, porque
hoy no tiene sentido considerar que el trabajador de sesenta y cinco años sea un invalido
por edad. Al menos para todas las profesiones
tradicionalmente consideradas intelectuales.
Como se puede constatar, la esperanza de
vida es hoy mayor que hace 20 ó 25 años. Lo
lógico es que –por coherencia– se retrase la
edad de jubilación más allá de los actuales 65
años que marca la ley. Sobre todo teniendo en
cuenta que los trabajadores llegan hoy en
mejores condiciones físicas a la edad de retiro. Por lo tanto, lo razonable es que la pensión
se cobre más tarde, algo que sin duda, ayudaría a sanear, además, las cuentas del sistema
público de pensiones. La puerta ya se ha
abierto: en estos momentos el retraso de la
edad de jubilación es voluntaria. Posteriormente, en futuras reformas, será obligatoria.
Esta medida seguramente se abordará cuando la sociedad esté más concienciada, más
acostumbrada a ver trabajar a sus integrantes después de los sesenta y cinco años. Cuando esto ocurra y el precio político pueda limitarse, la edad de jubilación se alargará transitoriamente.
4.2. La jubilación forzosa
La jubilación anticipada para desempleados, introducida por la reforma del año 2002,
se reconoció para los mayores de 61 años. Tal
medida supuso la creación de un derecho
generalizado e independiente del reservado a
los Mutualistas, que históricamente, y como
derecho transitorio, disfrutaban de este derecho.
Tal medida, fundamentalmente, protegía
a los trabajadores de edad avanzada que per-
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
159
ESTUDIOS
dían su trabajo ya que difícilmente vuelven a
encontrar un nuevo empleo. No obstante, el
acceso a la jubilación se sometió a exigentes
requisitos: edad mínima de 61 años, cotización mínima de 30 años, inscripción en la oficina de empleo durante un plazo mínimo de
seis meses inmediatamente anteriores a la
fecha de solicitud de la jubilación y cese en el
trabajo por causas no imputable a la voluntad
del trabajador, entendiendo por tal, la que se
encuentra en algunos de los supuestos de
situaciones legales de desempleo establecidas en el artículo 208 de LGSS.
Asimismo, por razones de protección social
de colectivos de envejecimientos prematuros
o especiales dificultades para proseguir la
actividad profesional, se viene estableciendo
una reducción de la edad ordinaria de jubilación establecida con carácter general a los 65
años. Por ello, se prevé la posibilidad, a propuesta del Ministerio de trabajo, de rebajar la
edad ordinaria de jubilación, en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos
sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxicas, peligrosas o insalubres y acusen
altos índices de morbilidad o mortalidad,
siempre que los trabajadores acrediten el
mínimo de actividad que se exige y siempre
que sea reconocido expresamente como tales
por el Gobierno. Así, p. ej. para los siguientes
colectivos de trabajadores:
Ferroviarios13, para los que se establece la
reducción de edad, en cualquier régimen de la
Seguridad Social, mediante la aplicación de
unos coeficientes14. Se señala que el periodo
de tiempo que medie entre la edad de jubilación reducida y la edad mínima general, se
considera como cotizado al efecto de determinar el porcentaje de pensión aplicable a la
base reguladora.
13
Vid. RD 2621/1986, de 24 de diciembre (RCL
1986. 2485). Art. 3 y Disp. Trans. 2ª y O.M. 30-11-1987.
art. 1.
14
La escala de coeficientes reductores de modificó
por RD 863/1990. art. 3.
160
Artistas15: entre los artistas, los cantantes, bailarines y trapecistas, pueden jubilarse
a los 60 años, si han trabajado 8 años dentro
de los 21 anteriores a la propia jubilación, sin
aplicar ningún coeficiente reductor. (Excepción a la regla general).
Profesionales taurinos16: para este colectivo la edad mínima de jubilación para causar
pensión es de: 65 años, mozos de estoques y
rejones. 60 años, puntilleros y 55 años, para
los demás profesionales. También pueden
solicitar la jubilación anticipada, a partir de
los 60 años de edad, los mozos de estoques y
de rejones y sus ayudantes. En este caso, se
produce la reducción de la pensión en un 8%
por cada año de antelación.
Personal de vuelo de trabajos aéreos 17: el
derecho a la pensión de jubilación se reconoce, entre el personal de vuelo de trabajos
aéreos, concretamente, a la tripulación técnica de vuelo, con menos de 65 años,
mediante aplicación de coeficientes reductores de edad de jubilación: 0,40 para pilotos y
segundos pilotos. 0,30 en las especialidades
de mecánico de aeronave, operador de fotografía aérea, operador de medios tecnológicos, fotógrafo aéreo y operador de cámara
aérea.
Se produce así, una presunción legal respecto de la cobertura del periodo de cotización, que abarca el periodo de tiempo que va
desde la edad de jubilación anticipada, hasta
la edad ordinaria de dicha contingencia. De
tal manera, que la reducción en la edad, no
supone reducción en la cuantía de la pensión,
ya que el tiempo reducido se considera efectivamente cotizado a efectos de determinar el
porcentaje de esta última.
En la misma línea, el Gobierno ha reconocido expresamente la edad ordinaria de jubilación, respecto de trabajadores con determi-
15
16
17
Vid. RD 2621/1986, art. 11.
Vid. RD 2621/1986, art. 18.
Vid. RD. 1559/1986, art.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
MARIA SPINA CARRERA
nados grados de discapacidad, que acrediten
un grado de minusvalía igual o superior a 65
por ciento. También quedan incluidos en este
colectivo, los trabajadores por cuenta ajena
con ese grado de minusvalía en los regímenes
especiales agrario, de trabajadores del mar y
de la minería del carbón. La edad ordinaria
de 65 años exigida para el acceso a la pensión
de jubilación se reduce en un periodo equivalente al que resulte de aplicar, al tiempo efectivamente trabajado, los coeficientes 0,25, en
los casos en que el trabajador tenga acreditado un grado de discapacidad igual o superior
al 65% y, 0,50 en los casos de discapacidad
igual o superior al 65%, y acredite además, la
necesidad del concurso de otra persona para
la realización de los actos esenciales de la
vida ordinaria.
El periodo de tiempo en que resulte reducida la edad de jubilación del trabajador, se
computa como cotizado al exclusivo efecto de
determinar el porcentaje aplicable a la base
reguladora para calcular el importe de la pensión de jubilación.
A efectos de fijar el cómputo del tiempo
efectivamente trabajado se tienen en cuenta
años completos. Si en el cálculo del periodo
existen fracciones de año que excedan de 6
meses, se computan como un año completo y
se desprecian las que sean inferiores.
La Ley 40/2007 incorpora una nueva disposición adicional, la cuadragésima quinta,
en el Texto Refundido de la LGSS18 que afec-
Disposición adicional cuadragésima quinta. Coeficientes reductores de la edad de jubilación: «A efecto
de lo previsto en el apartado 1º del artículo 161 bis, se
establecerá reglamentariamente el procedimiento general que debe observarse para rebajar la edad de jubilación, en el que se prevea la realización previa de estudios sobre siniestralidad en el sector, penosidad, peligrosidad y toxicidad de las condiciones de trabajo, su incidencia en los procesos de incapacidad laboral que genera en los trabajadores y los requerimientos físicos exigidos para el desarrollo de la actividad.
El establecimiento de coeficientes reductores de la
edad de jubilación, que sólo procederá cuanto no sea
18
ta a las jubilaciones con edad propia anterior
a la ordinaria por aplicación de bonificaciones
de edad por razones de penosidad, toxicidad,
insalubridad o peligrosidad.
Antes de la Ley 40/2007 de 4 de diciembre,
podían acceder a la jubilación anticipada,
principalmente, los trabajadores procedentes
del Mutualismo Laboral19. Derecho mantenido tras el régimen instaurado por las reformas de 1966, 1972 y 1974, con la voluntad
política de respetar los posibles derechos
adquiridos, por aquellos trabajadores pertenecientes a algunas de las Mutualidades
Laborales encuadradas en el antiguo Servicio
del Mutualismo Laboral, al elevarse la edad
ordinaria de jubilación a los 65 años frente a
los 60 años que marcaba los Reglamentos de
las referidas Mutualidades. El derecho a la
jubilación anticipada, como es sabido, se respetó para aquellos trabajadores que hubieran
generado este derecho por haber tenido a 1 de
enero de 1967 o en cualquier fecha anterior la
condición de mutualista de cualquier mutualidad de trabajadores por cuenta ajena que
reconociera el derecho a la jubilación a tal
edad.
Es de resaltar como novedad en la Ley
40/2007, la consideración del periodo de
prestación del servicio militar obligatorio o
de la prestación social sustitutoria, como
tiempo cotizado a la seguridad social, con el
límite máximo de un año, (art. 161. bis .2. c.
LGSS). Por tanto, al trabajador que le falte
un año o menos para completar el periodo
carencial de 30 años, se le computarán
dichos periodos para permitirle el acceso a la
jubilación anticipada, si bien, los mismos, no
se tendrán en cuenta para el cálculo de la
pensión.
posible la modificación de las condiciones de trabajo,
conllevará los ajustes necesarios en la cotización para
garantizar el equilibrio financiero».
19
Disp. Trans. 3ª.1 y 2. LGSS. RD 1131/2002. Disp.
trans. 1ª y OM 18-01-1967. Disp. Trans. 1ª. 9.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
161
ESTUDIOS
5. JUBILACIÓN PARCIAL
La jubilación parcial es una medida que
permite acceder a una pensión de jubilación
de manera anticipada sin que se apliquen
coeficientes reductores en razón de que el
jubilado sigue en activo y porque la empresa
suple sus cotizaciones con las de un trabajador contratado que sustituye, al menos en
parte. De esta manera, se ve compensado el
desembolso de gastos importantes que supone para la Seguridad Social la jubilación anticipada del trabajador con el ingreso de cotizaciones por parte de otros trabajadores que
viene a completar, aunque no necesariamente, la jornada del jubilado, por lo que no dejan
de ingresar cuotas. La jubilación parcial se ve
compensada por el mantenimiento del
empleo y, por tanto, con recaudación de cotizaciones del trabajador relevista. Coincide la
jubilación parcial con la flexible en que permite compaginar la pensión de jubilación contributiva y el trabajo, permitiendo, en definitiva, el mantenimiento del empleo pese al
acceso de la pensión, al no ser plena, bien a
edad anticipada, supeditada a que la empresa celebre un contrato de relevo, bien a edad
ordinaria, que no exige este requisito.
Como es suficientemente conocido, a través del mecanismo de la jubilación parcial,
un trabajador reduce una parte de su salario
y de su cotización, pasando a recibir una pensión de la Seguridad Social, también reducida, en proporción al tiempo de su jornada.
Pensión que es compatible con el salario percibido en la actividad desarrollada en la jornada que se conserva (a través de un contrato a tiempo parcial) con la exigencia de que,
como mínimo, la jornada abandonada por el
jubilado ha de ser ocupada por un trabajador
desempleado, a través de un contrato de
relevo, y con el beneficio adicional de calcular su pensión definitiva (una vez que cese en
el trabajo) elevando las cotizaciones efectuadas durante el contrato a tiempo parcial,
como si hubiesen sido realizadas a jornada
completa.
162
Esta posibilidad de compatibilizar pensión
y salario fue introducida por la Ley 35/2002
de 12 de julio, estableciendo una regulación
flexible de la jubilación, que permitía al trabajador anteponer su voluntad frente a la
automaticidad del retiro, autorizando la posibilidad de elegir entre la jubilación completa
o parcial.
La jubilación parcial, contemplada en el
artículo 12 del Estatuto de los Trabajadores,
recogida tras la Ley 35/2002, también en el
artículo 166 de LGSS, –cuyo apartado cuarto
contempla la necesidad de desarrollo reglamentario, que se llevó a cabo por el RD
1131/2002 de 31 de octubre– presenta un
atractivo muy superior a cualquier otra
modalidad de jubilación anticipada e, incluso,
a la propia jubilación ordinaria. De ahí que
nos planteemos que si esta situación continua y se acrecienta en el futuro, se plantearían problemas para la viabilidad del sistema
español de pensiones. De ahí el gran debate
social abierto con el Acuerdo de 2006 sobre
medidas en materia de Seguridad Social.
Debate que ha tenido también su plasmación
normativa en las modificaciones de la Ley
40/2007.
El citado artículo 12.1 del Estatuto de los
Trabajadores, establece que «el contrato a
tiempo parcial es el que consiste en la prestación de servicios durante un número de horas
al día, a la semana, al mes o al año inferior a
la jornada de un trabajador a tiempo completo comparable».
El RD 1131/2002 hace referencia a que los
porcentajes de reducción a aplicar al trabajador que se quiere jubilar parcialmente deben
tomar como términos de referencia la jornada
a tiempo completo comparable.
Antes de la Ley 40/2007, para acceder a la
jubilación parcial se exige que el trabajador
reúna todos los requisitos o condiciones, salvo
la edad, para tener derecho a la pensión contributiva de jubilación de la Seguridad Social.
Es decir, un periodo mínimo de carencia
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
MARIA SPINA CARRERA
genérico de 15 años a lo largo de la vida laboral y el denominado periodo de carencia específico que supone que dos de ellos deban ubicarse en los últimos 15 años anteriores a la
fecha del hecho causante.
La Ley 40/2007 incrementa este requisito,
exigiendo gradualmente, con un periodo
transitorio de cinco años, que será necesario
reunir 30 años de cotización, sin que pueda,
para acreditar este periodo de cotización,
aplicarse la tesis de los días cuotas, cuyo cómputo ha sido expresamente excluido.
Anterior a la citada Ley 40/2007, el trabajador debía tener 60 años cumplidos como
mínimo, sin opción a reducción por negociación colectiva. Como excepción se prevén
bonificaciones o anticipaciones de edad para
los grupos o actividades profesionales cuyos
trabajos son de naturaleza excepcionalmente
penosa, tóxica, peligrosa e insalubre y que,
por tales motivos, acusen elevados índices de
morbilidad o mortalidad y sean reconocidos
como tales por el Gobierno.
La Ley 40/2007 solo mantiene la edad de
60 años para los que hubieran sido mutualistas con anterioridad a 1 de enero de 1967,
incrementando gradualmente, en un año la
edad mínima, en los restantes colectivos. De
esta forma, transcurrido este periodo transitorio de cinco años, la jubilación parcial anticipada no será posible antes de los 61 años de
edad. Si bien, de forma excepcional, hasta el
31 de diciembre de 2010, cabe acceder a la
jubilación parcial a los 60 años cuando el trabajador tenga 30 años de cotización efectiva y
seis años de antigüedad en la empresa, cuando el relevista sea contratado mediante un
contrato de duración indefinida y jornada
completa, pudiendo elevarse el porcentaje de
reducción del jubilado parcial hasta el 85 por
ciento.
Anteriormente a la Ley 40/2007 no se exigía expresamente que el trabajador que se
jubilaba parcialmente fuera un trabajador
con contrato indefinido, la reforma introduci-
da por la Ley 40/2007, tras un periodo transitorio, exige una antigüedad mínima en la
empresa de seis años, eso sí, computándose a
estos efectos la antigüedad acreditada en la
empresa anterior si ha mediado una sucesión
de empresas conforme al art. 44 del ET o
empresas pertenecientes al mismo grupo.
En la experiencia de los últimos años se
observa un fuerte incremento de la utilización de la jubilación parcial anticipada sobre
el número total de las pensiones de jubilación
y de gasto consiguiente. Según los datos del
Ministerio de Trabajo la evolución de las pensiones de jubilación parcial en relación con el
total de nuevas jubilaciones es la siguiente20:
Este importante aumento de las jubilaciones parciales, ha motivado que la Entidad
Gestora, haya incrementado los controles
para revisar los casos que plantean dudas
sobre la falta de relevista, en el puesto del
trabajador jubilado a tiempo parcial, sobre la
falta de correspondencia de jornada entre el
relevista y relevado, o sobre la ausencia del
jubilado parcial del puesto de trabajo.
La Ley 40/2007 pretende mejorar esta
situación, introduciendo mayor racionalidad
en la regulación de la jubilación parcial, estableciendo criterios más restrictivos, pero más
20
Vid. Boletín de Estadística del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
163
ESTUDIOS
ajustados a la nueva realidad social y productiva, si bien, los cambios entrarán en vigor de
forma gradual, y además, los mismos afectarán a trabajadores de edad inferior a 65
años.
Para los trabajadores que ya hubieran
cumplido de 65 años, se mantiene la regulación precedente –que no exige la celebración
simultánea del contrato de relevo– con la
excepción del porcentaje de reducción de jornada en el contrato de trabajo a tiempo parcial, que el jubilado parcial celebre con la
empresa, el cual habrá de ajustarse al nuevo
margen previsto con carácter general: entre
un mínimo de un 25% y un máximo de 75%,
sin periodo transitorio, acreditando además,
conforme establece la nueva Disposición
Transitoria cuarta de la LGSS, el periodo de
carencia mínimo exigido en cada momento,
para acceder a la pensión de jubilación.
En definitiva, la Ley 40/2007 modifica el
porcentaje máximo de reducción de la jubilación parcial, que baja del 85% al 75% y exige
un mínimo de 25%, quedando garantizada
una jornada de trabajo más elevada para evitar que el trabajador resultante quede en su
mínima expresión, sino que pase a representar una parte mayor en la nueva relación
entre pensión y trabajo.
Este porcentaje puede alcanzarse en cualquier momento, de acuerdo con lo establecido
en el art. 166.1 y 2 de la LGSS, reuniendo los
demás requisitos, al igual que en el supuesto
específico de transitoriedad.
Con el incremento de la edad mínima y el
periodo de carencia exigido, no se tiene en
cuenta que en este programa de empleo y
jubilación, la empresa se compromete a celebrar un contrato de relevo, por lo que se produce un mantenimiento del empleo efectivo y
de las cotizaciones a la Seguridad Social a
cargo de un nuevo trabajador que sustituye
las del relevado, exigencia reforzada con la
citada Ley 40/2007.
164
Sin embargo, la jubilación parcial podrá
seguir siendo una vía alternativa a las duras
condiciones de la jubilación anticipada total,
al no aplicarse coeficientes reductores.
El contrato a tiempo parcial del trabajador
que se jubila se formalizará por escrito y en el
modelo oficial, debiendo figurar en el mismo
los elementos propios del contrato a tiempo
parcial, así como la jornada que el trabajador
realizaba antes y la que resulte como consecuencia de la reducción de su jornada de trabajo, no supondrá la pérdida de los derechos
adquiridos y la antigüedad que corresponde
al trabajador.
Por su parte, el contrato de relevo es el que
se concierta con un trabajador en situación de
desempleo o que tuviera concertado con la
empresa un contrato de duración determinada, para sustituir parcialmente a un trabajador de la empresa que accede a la pensión de
jubilación de forma parcial, pues la percibe
simultáneamente con la realización de un
trabajo a tiempo parcial en la misma empresa.
El contrato de relevo se formalizará por
escrito y deberá constar necesariamente,
nombre, edad y circunstancias profesionales
del trabajador sustituido, así como las características del puesto de trabajo que vaya a
desempeñar el relevista.
El puesto de trabajo del trabajador relevista podrá ser el mismo del trabajador sustituido o uno similar, entendiendo por tal el
desempeño de tareas correspondientes al
mismo grupo profesional o categoría equivalente.
Tendrá una duración indefinida o igual a
la del tiempo que falte, al trabajador sustituido para alcanzar la edad de jubilación ordinaria. Si al cumplir dicha edad, el trabajador
jubilado parcialmente continuase en la
empresa, el contrato de relevo que se hubiera
celebrado por duración determinada podrá
prorrogarse mediante acuerdo de las partes
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
MARIA SPINA CARRERA
por periodos anuales, extinguiéndose en todo
caso, al finalizar el periodo correspondiente
al año en el que se produzca la jubilación total
del trabajador relevado.
Podrá celebrarse a jornada completa o a
tiempo parcial. La duración de la jornada
deberá ser como mínimo, igual a la reducción
de jornada acordada por el trabajador sustituido. El horario de trabajo del trabajador
relevista podrá completar el del trabajador
sustituido o simultanearse con él.
La Ley 40/2007 de 4 de diciembre modifica
el contrato de relevo (Disposición Adicional
29ª) en dos aspectos:
1) En el desempeño por el relevista del
mismo puesto de trabajo o similar, con exigencia de correspondencia de sus bases de
cotización con el relevado.
El relevista en jubilación parcial anticipada mantiene todavía una vinculación con el
relevado pues presta sus servicios en el mismo puesto de trabajo o similar (del mismo
grupo o categoría profesional equivalente con
el sustituido) y su horario puede completar el
del trabajador sustituido o simultanearse con
él.
Pues bien, la novedad más importante de
la reforma es la posibilidad de que el relevista puede ocupar un puesto de trabajo diferente en otra categoría o grupo, siempre que se
respete una correspondencia mínima establecida respecto de la cuantía de bases de cotización de ambos sujetos. Antes de la reforma,
podía celebrarse un contrato de relevo en una
categoría profesional del mismo grupo profesional pero que llevara aparejada una retribución inferior, con la consiguiente cotización
inferior a la del relevado.
Para evitar una rigidez excesiva en la contratación del relevista, la Ley remite a un
futuro reglamento la posibilidad de excepcionar el juego del requisito de que el puesto de
trabajo sea el mismo o similar, pues establece
que reglamentariamente se desarrollarán los
requerimientos específicos del trabajo para
considerar que el puesto de trabajo del trabajador relevista no pueda ser el mismo o uno
similar al que venía desarrollando el jubilado
parcial.
2) Duración mínima del contrato de relevo.
La Ley 40/2007 establece que los contratos
de relevo que se establezcan como consecuencia de una jubilación parcial, tendrán como
mínimo, una duración semejante al tiempo
que dure la misma, garantizando una mayor
estabilidad en el empleo del trabajador.
En la regulación anterior la jubilación
total del jubilado parcial era causa de extinción del contrato de relevo temporal, por ello,
aunque el jubilado parcial accediese a la jubilación total a los 64 años, la empresa estaría
obligada a mantener al relevista hasta los 65
años.
El nuevo artículo 12.7.b) del Estatuto de
los Trabajadores señala claramente que si al
cumplir la edad de 65 años el trabajador jubilado parcialmente continuase en la empresa,
el contrato de relevo que se hubiese celebrado
por duración determinada puede prorrogarse
mediante acuerdo de las partes por periodos
anuales, extinguiéndose, en todo caso, al
finalizar el periodo correspondiente al año en
que se produzca la jubilación total del trabajador relevado.
6. LA JUBILACIÓN ORDINARIA
La jubilación implica el paso definitivo e
irreversible de la persona del trabajador de la
vida activa a la pasiva. El artículo 49.1 del
Estatuto de los Trabajadores enumera entre
las causas de extinción del contrato de trabajo, la jubilación del trabajador, eso supone
que la relación jurídica existente entre el trabajador y el empresario queda definitivamente extinguida sin posibilidad de posterior reanudación.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
165
ESTUDIOS
El RDL 5/2001 de 2 de marzo y la ley
12/2001 de 9 de julio de Medidas Urgentes de
Reforma del Mercado de trabajo para el
incremento del empleo y la mejora de su calidad, derogaron la Disposición Adicional 10ª
del Estatuto de los Trabajadores en línea con
la corriente de oposición a la figura de la jubilación forzosa, siendo objeto de discusión doctrinal, si la derogación del último párrafo de
la citada disposición21 supuso la supresión de
la facultad que los convenios tenían para pactar la jubilación forzosa.
Tales discrepancias han sido resueltas por
el Tribunal Supremo en la Sentencia de fecha
13-04-2004 en el sentido de que «... después
de dicha derogación no es factible ya que
mediante la negociación colectiva se puedan
establecer determinadas edades de jubilación
forzosa».
El Acuerdo para la mejora y desarrollo del
sistema de protección social, de abril de 2001,
incluyó un amplio apartado sobre jubilación
flexible, que fue asumido legislativamente.
Se introducen así, medidas que por una parte
facilitan y, por otra, estimulan o incentivan a
realizar una transición gradual y progresiva
desde el trabajo a la jubilación. Todas estas
medidas se articularon sobre la base de la
voluntariedad del trabajador o el acuerdo
entre éste y la empresa a ampliar las posibilidades de acceso a una jubilación parcial compatible con la realización con una actividad
por cuenta ajena, incentivando, asimismo, el
establecimiento de estímulos o incentivos a
trabajadores y empresas para la prolongación de la vida laboral e introducir una nueva
Párrafo que decía. «En la negociación colectiva
podrán pactarse libremente edades de jubilación sin
perjuicio de lo dispuesto en materia de Seguridad
Social, a estos efectos». De esta forma, muchos convenios colectivos han venido haciendo uso hasta ahora de
esa posibilidad, lo que en la mayoría de los supuestos
implicaba que los trabajadores no pudieran seguir trabajando después de los 65 años, siempre que a esa edad
cumplieran los requisitos para obtener la pensión de
jubilación.
21
166
regulación ampliatoria de los supuestos permitidos con anterioridad, de la jubilación
anticipada, con el fin de extender la protección del sistema a situaciones de pérdidas de
empleos en edades maduras.
Con la regulación dada por la Ley 2002, el
incremento del 2 por 100 por cada año que se
atrasa la jubilación a partir de los 65 años
sólo se aplica en los casos en que el trabajador
acredita tener 35 años de cotización a la
Seguridad Social en el momento de cumplir
los 65 años de edad. Pues bien, la Ley 40/2007
prevé que ese incentivo se aplique en todos
los supuestos en que se accede a la pensión de
jubilación a partir de los 65 años, con independencia del número de años cotizados que
tenga el trabajador, siempre que cumpla con
el periodo mínimo de carencia de 15 años.
Con ello se amplía claramente el colectivo de
posibles beneficiarios de esta medida.
La Ley 40/2007 de 4 de diciembre, favorece
la prolongación voluntaria de la vida laboral
más allá de la edad legal de jubilación y con el
fin de incrementar la correlación entre cotizaciones y prestaciones establece que para acreditar el periodo mínimo de cotización actualmente exigido para acceder al derecho a la
pensión, se computarán únicamente los días
efectivos de cotización y no los correspondientes a las pagas extraordinarias22.
La citada Ley exige tener cubierto un
periodo de cotización de quince años, de los
Antes de la reforma introducida por la Ley
40/2007 para alcanzar el período mínimo de cotización
exigido para tener derecho a la pensión de jubilación en
su modalidad contributiva (15 años ex 161.b de la LGSS)
se computaban las cotizaciones efectivamente realizadas y las asimiladas a ellas contempladas en la Ley o en
las disposiciones reglamentarias. No obstante, la jurisprudencia, dando lugar a la autodenominada construcción jurisprudencial de los días cuotas (SSTS 10-061974 y de 22-10-1980, RJ 4386) entendió que debían
computarse no sólo los meses efectivamente cotizados,
sino también los días-cuotas correspondientes a las
pagas extraordinarias que se cotizan prorrateados a lo
largo de todo el año, con el efecto principal de reunir los
requisitos de carencia para la concesión del derecho.
22
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
MARIA SPINA CARRERA
cuales al menos dos deberán estar comprendidos dentro de los quince años inmediatamente anteriores a la fecha del hecho causante.
La Ley 40/2007 da nueva redacción al artículo 163 apartado 2 en los siguientes términos: cuando se acceda a la pensión de jubilación a una edad superior a los 65 años, siempre que al cumplir esa edad se hubiera reunido el periodo mínimo de cotización establecido en el artículo 161.1.b (tener cubierto un
periodo de cotización de quince años, de los
cuales al menos dos deberán estar comprendidos dentro de los quince años inmediatamente anteriores al momento de causar derecho. A efecto del cómputo de los años cotizados, se reconocerá al interesado un porcentaje adicional consistente en un 2 por ciento por
cada año completo transcurrido entre la fecha
en que cumplió dicha edad y el hecho causante de la pensión. Dicho porcentaje se elevará
al 3 por ciento cuando el interesado hubiera
acreditado al menos cuarenta años de cotización al cumplir 65 años.
En definitiva, la citada Ley 40/2007 no ha
elevado la edad legal de jubilación, que se
mantiene en 65 años, ni ha incrementado el
número de años cotizados que la norma exige
para poder optar a la prestación, 15 años, si
bien, a partir de ahora no se computarán los
días cuotas. Asimismo, no aborda la revisión
del cálculo de la pensión de jubilación, en la
línea de considerar el total de años cotizados
por el trabajador, para determinar la base
reguladora de la pensión.
Con relación a la jubilación ordinaria, la
Ley 40/2007, de Medidas de la Seguridad
Social, modifica el sistema de cómputo del
periodo mínimo de cotización, exigido en el
artículo 161.1 b) de la LGSS. (15 años) para
generar derecho a la pensión de jubilación
contributiva, excluyendo de dicho cómputo la
parte proporcional correspondiente a las
pagas extraordinarias (los denominados días
cuotas, creación de la jurisprudencia), este
cambio, sin duda, comportará, una mayor
dificultad para que ciertas personas con
carrera de seguros irregulares y de corta
duración puedan acceder a la pensión de jubilación, exigiendo al interesado un número
mayor de días efectivamente trabajados y
cotizados para lucrar la misma pensión.
En todo caso, la Ley 40/2007 ha previsto
que el periodo de 5475 días efectivamente
cotizados, que como mínimo son necesarios
para acceder a la pensión de jubilación, se
aplique, no con carácter inmediato, sino de
forma gradual y paulatina, a lo largo de un
periodo de cinco años, siendo plenamente
efectiva la reforma a partir del año 2013.
Incluye, además, reglas singulares para los
trabajadores contratados a tiempo parcial, a
fin de facilitarles la acreditación del periodo
de carencia exigido.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
167
ESTUDIOS
RESUMEN
168
Entre las reformas introducidas por la Ley 40/2007 la jubilación es una de las más importantes y trascendentes y que viene a «culminar« un proceso que cuenta con antecedentes.
Una referencia a estos y a la situación en la que queda la jubilación ordinaria, la jubilación
anticipada y la jubilación flexible, en el marco de las políticas de empleo, es el objeto del
presente estudio.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES
74
Descargar