Cuenta tu historia «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» Hechos 4:20 (NVI) ESCUCHEMOS y EXPERIMENTEMOS la historia de Jesús Imagina que has asistido a un culto de adoración y escuchado las palabras del Antiguo Testamento. Algo se agita dentro de ti pero no sabes exactamente qué hacer. No entiendes las palabras, aunque de alguna manera sientes que tratan de transmitirte un mensaje. Eres una persona más o menos próspera y preguntas cómo puedes obtener copias de los pergaminos. Durante el largo viaje de regreso a casa comienzas a estudiar las palabras de Isaías. Mientras anhelas la revelación conoces a alguien en el viaje que te ayuda a abrir las Escrituras a la luz de Jesucristo. ¡Regocíjate! Hecho 8:26-40 Un ángel del Señor le dijo a Felipe: «Ponte en marcha hacia el sur, por el camino del desierto que baja de Jerusalén a Gaza.» Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de la Candace, reina de los etíopes. Éste había ido a Jerusalén para adorar y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carro, leyendo el libro del profeta Isaías. El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro.» Felipe se acercó de prisa al carro y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: —¿Acaso entiende usted lo que está leyendo? —¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica? Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente: «Como oveja, fue llevado al matadero; y como cordero que enmudece ante su trasquilador, ni siquiera abrió su boca. Lo humillaron y no le hicieron justicia. ¿Quién describirá su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra.» —Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe. Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció las buenas nuevas acerca de Jesús. Mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco: —Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? Entonces mandó parar el carro, y ambos bajaron al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, pero Estudio bíblico 2013 Hechos 4:20 siguió alegre su camino. En cuanto a Felipe, apareció en Azoto, y se fue predicando el evangelio en todos los pueblos hasta que llegó a Cesarea. Este pasaje en Hechos nos muestra una de las muchas maneras en que las buenas nuevas de Jesucristo se esparcen globalmente. La evangelización se da fuera del culto, donde dos o más se reúnen y comparten la Palabra de Dios. El Espíritu junta a la persona que busca con profundo anhelo la revelación y a la persona que testifica de las buenas nuevas de Cristo. Podíamos estudiar muchas cosas en este pasaje, pero para estos fines, concentrémonos en el dúo anhelo y experiencia. ESCUCHEMOS a otras personas que cuentan la historia de Jesús en sus vidas En pequeños grupos hablen de los momentos en que han visto a otras personas que buscan algo más para sus vidas. En este momento, cuando tratan de descubrir la historia de Jesús en otras personas, también buscarán lo que percibes como Jesús historia, pero que tal vez ellas no entiendan como Jesús historia. Muchas de nosotras conocemos a por lo menos una persona que no es feliz en su vida, que busca algo, sin poder imaginar qué puede ser. Trata de encontrar ese algo en el trabajo, en la familia, en los pasatiempos… tal vez hace cambios drásticos en su vida diaria y cambia de actividad de la misma manera en que cambia los canales de televisión. Quizá es una persona que ya está en la iglesia, y participa cada vez más y más, pero se siente inquieta e incluso frustrada. DESCUBRAMOS nuestra historia y APRENDAMOS a contarla ¿Han tenido alguna vez momentos de inquietud como este? ¿Cómo reconocieron el llamado del Espíritu? ¿Qué les trajo paz? ¿Qué tienen para decirle a esa persona que busca? O tal vez sean ustedes las inquietas. ¿De qué manera otras personas las encontraron a ustedes en ese momento de caos y les hablaron con palabras que les infundieron paz? ¿Qué historia tienen para contar ahora como resultado de esto? REFLEXIONEMOS y CONTÉMOSLE al mundo la historia de Jesús Este pasaje de Hechos me recuerda la importancia del estudio bíblico en comunidad. Todos traemos nuestras historias y experiencias a la mesa cuando hacemos estudios bíblicos contextualizados. También traemos nuestra valentía para hacer preguntas admitiendo que no sabemos las respuestas. Una de mis secciones favoritas de nuestra Confesión de fe, es la Sección 1:07 que afirma: «Para comprender la Palabra de Dios hablada en las Escrituras y por media de ellas, las personas deben tener la iluminación del Espíritu de Dios. Además, deberían estudiar las escrituras de la Biblia en su trasfondo histórico, comparar las Escrituras con las Escrituras, escuchar el testimonio de la iglesia a través de los siglos, y compartir sus conocimientos con otros en la comunidad del pacto». Estudio bíblico 2013 Hechos 4:20 Aquí vemos de nuevo la importancia de contar nuestras historias, escuchar las historias de la nube de testigos y hacerlo todo dentro de la comunidad del pacto. ¿Cómo podemos contar la historia de Jesús con todas nuestras voces? Seguramente todas tenemos historias diferentes que contar, pero juntas, pintamos un cuadro más vívido de la historia de la interacción de Dios con nosotros por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. El estudio participado de la Palabra de Dios da como resultado una comunidad más fuerte y un sentido más desarrollado de la ética cristiana, y el amparo de un lugar seguro de gracia, donde todas las voces pueden y deben escucharse. Si en sus iglesias no tienen un grupo de estudio bíblico contextualizado, o no asisten a él, ¡este es un gran momento para comenzar! Oración final Dios maravilloso, tú nos encuentras en un lugar de misterio y lógica. No lo entiendo y así y todo ¡tiene sentido! Concédenos el regalo de la fe que es lo suficientemente fuerte para soportar nuestras preguntas más profundas. Danos paz en la lucha por entenderte al escuchar las historias de quienes nos rodean y contar las nuestras. Sigue enviándonos el don del Espíritu Santo y guíanos a aquellos que te buscan con pasión. Oramos para que nuestras historias sean un testimonio amoroso de la historia de Cristo. Porque en su nombre oramos. Amén. Estudio bíblico 2013 Hechos 4:20