Subjetividad De La Época: Nombre Del Padre

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"Subjetividad De La Época: Nombre Del Padre - Intervenciones"
(*) Escuela Freudiana De Buenos Aires. 2003
María Cristina Del Villar
Años atrás trabajando el Seminario de la Ética de Lacan, encontré una apreciación que me
conmovió como sujeto y analista. La idea que transmitía dicho con mis palabras es la
siguiente: “Aquel analista que no sea capaz de leer los significantes que atraviesan la época,
y saber que él también esta atravesado por éstos, mas vale se dedique a otro oficio”.
¿Por qué Lacan desde el inicio de su obra le da tanta importancia a esto?
¿Qué se puede ubicar de la modernidad en el discurso freudiano?
¿En qué podemos leer los efectos de la tan mentada posmodernidad?
¿Qué efectos tiene esta lectura en las direcciones de las curas?
¿Nos permite elaborar diferentes intervenciones?
Voy a intentar dar alguna respuesta a estos interrogantes.
Para elIo:
1- Voy a realizar un breve recorrido histórico del verbo y su ley, desde la antigüedad hasta
nuestros días.
2- Voy a ubicar qué aparece renegado en el discurso social.
3- ¿Qué aporta el psicoanálisis?
4- Ubicación subjetiva de la adolescencia para mostrar porqué decidí como estrategia trabajar
durante varios meses primero con los padres de Emiliano un púber adolescente, rompiendo
de esta forma con el ideal analítico tradicional que más de una vez borra el uno a uno
subjetivo.
1-Breve recorrido histórico del verbo y su ley, desde la antigüedad hasta nuestros días.
Podemos coincidir con la tradición judeocristiana, que dice “Desde el inicio del hombre esta el
verbo”. La cuestión es en qué lugar éste estuvo ubicado y cómo la ley fue sostenida. En los
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antiguos Dios era el Verbo y la Ley. Este servía como ordenador social. En los diferentes
tiempos de la Edad Media el Verbo y la Ley fueron encarnados en la función de la Iglesia
Católica Occidental que sostuvo el poder en la sociedad por medio de la culpa y el temor.
Temor a un Dios que todo lo veía y podía. Su ley no permitía diferencias, el disentir o
cuestionario implicó persecuciones, a veces hasta la muerte. El hombre estaba más relegado
a un lugar de objeto posesión de Dios u del Señor Feudal de turno, ubicado en el lugar de
Dios.
Con el advenimiento de los avances técnicos y científicos el verbo pasó a formar parte de la
estructura subjetiva de cada uno de los miembros de la sociedad, así como su ley.
El Cogito Cartesiano “Pienso luego Existo” permitió, que se inscribiera este viraje. Surge
como interrogante
¿Cuál es la complicación, el obstáculo de esto?.
Este “Pienso luego Existo” reniega del Nombre del Padre, crea la ilusión que el sujeto solo
vía su pensamiento científico puede con el todo. Es decir con lo ponderable e imponderable.
Siembra la semilla ficticia, sostenido por el discurso científico pujante, que la ciencia puede
con todo lo Real, Se inaugura una nueva subjetividad, lo simbólico puede con este. Hay un
todo posible. “Modernidad”.
El posmodernismo que algunos lo piensan como lo anterior al modernismo, ya que en los
inicios de éste último se podían leer sus consecuencias, ha traído un desvastamiento en
cuanto a la “función paterna”, en cuanto al Nombre del Padre” en lo simbólico, es decir como
efectivizador de una ley que acote los excesos gozosos, y donador de una marca en ese
camino. En esta carrera por asir lo imposible, muchos sujetos en su función paterna muestran
una cáscara. Búsqueda desenfrenada de éxito, todo vale, en pos del reconocimiento social y
económico, todo rápido y por arriba, lo que propicia una función muy idealizada pero hueca.
Muchos gritos y poca ley. O una severa desvalorización hacia aquellos sujetos que no desean
o no pueden responder a éstas demandas sociales.
¿Quién pude dar una respuesta para barrar, acotar esto?. El psicoanálisis. ¿Por qué? por ser
él mismo un síntoma, se ocupa de lo Real. Freud mismo reintegra al discurso al padre ¿De
qué modo?. Cómo marca de ese mismo discurso, marca endopsíquica. Ubica al sujeto
centrado en el Inc., es decir en lo simbólico, ubicando esas marcas del padre como figura
Edipica intraspasable.
Las consecuencias son que para él no hay fin de análisis, sino obediencia estabilizada y
aceptada a un padre. Modernidad.
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Lacan también ubica en el discurso “Los Nombres del Padre” pero va más allá de Freud. Lo
ubica como diferentes modos de hacer con la castración, en sus diferentes vertientes R.S.l.
Ubica en el empalme de las tres cuerdas el objeto “a”. Recordemos que para Lacan el nudo
es la estructura. Transfiere la castración “del falo” al “objeto a”, y ésta hasta el límite de lo
irreductible.
Para ello el Nombre del Padre, la función simbólica de éste, ¿ es necesaria?
Recordemos que si bien el sujeto por hablar expulsa el goce de la cosa, necesita una marca,
una orientación en el camino de la imposibilidad de dicho goce. Esa muesca que orienta al
sujeto, que pone una marca, es “El Nombre del Padre”.
Se trata entonces de servirse de él, para tener la propia marca, e ir más allá de éste.
Podemos ir delineando como el psicoanálisis da una respuesta diferente al mundo actual
dignificando nuevamente el lugar paterno tan bastardeado.
Segundo Despertar Sexual y Nombre del Padre. (2)
Al final de una primera vuelta Edipica, el sujeto neurótico cuenta con estas letras que dicen del
agujero, de lo Real, en cada uno de los registros. En lo S. cuenta con el S1, marca propia
transmitida por “El Nombre del Padre” descompleta la batería significante materna, en el 1.
se inscribe el, -9 y en lo R el falo simbólico.
Escrituras que serán puestas a prueba en el segundo despertar sexual ya que en este tiempo
no cuenta ni con letras inscriptas ni con un organismo preparado para pagar por esto. El
nombre del padre aquí ya tiene su efecto permitiendo inscribir la letra Si. En el segundo
despertar sexual hay un real que irrumpe nuevamente, teniendo que resolver en esta segunda
vuelta de la posición “alienación — separación” su salida subjetiva. Momento paradojal y difícil
porque si bien desalienarce del Otro aun necesita de su palabra y presencia para que vía sus
significantes nombre ese real que irrumpe al modo de un goce, legalizándolo y así se anude a
la estructura para que se ratifique la castración, se reformule la problemática Edipica y se
vuelva a reprimir el goce incestuoso. Así se reorganizan en los goces con una marca propia
hacia el deseo y su ley. Si no adviene el caos.
Cuando un sujeto en tiempos de constitución subjetiva y de constitución fantasmática a
repetición padece de la renegación de aquellos que deben transmitirles la ley, y no cuenta con
un discurso social, cultural, económico que haga suplencia de esto, la ética analítica nos
enfrenta hoy más que nunca a elaborar estrategias, que intenten dar una marca una letra
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propia a ese sujeto, rompiendo muchas veces con un ideal de cómo deben ser atendidos en
este caso los adolescentes, rápido, por arriba sin demasiado “costo” para “los padres ni la
sociedad”.
Caso Clínico, Estrategia Utilizada, Intervenciones:
La madre de Emiliano llama solicitando una hora para éste. En su decir se escucha a
repetición “No lo quiere ver primero a Emi”. Su insistencia llevo a preguntarle si lo que
deseaba que yo viera no era justamente lo que le preocupaba y no podía hablar con nadie.
Le propongo que venga a hablar de eso, que yo estaba dispuesta a escucharla. Esta primera
intervención entre “lo Re 1” le permitió venir a hablar de eso que no podía ver, ni poner en
palabras.
Alicia se queja por no saber qué hacer con “este chico”, dice de él: vuelve locas a las
hermanas, les pega, escupe, nos vuelve locos a todos. Nos carga, “solo quiere hacer lo que él
quiere cuando él quiere”. Dice de su preocupación por el colegio especial al cual asiste, ya
que cree que Emi es muy inteligente pero no entiende porqué no soporta las normas y más
que hablar pega, grita y actúa permanentemente.
Emi es un púber adolescente de 14 años, que comparte el cuarto con dos hermanas mucho
más chicas que él, las cuales son absolutamente defendidas por la madre, cuando éste desea
algo de intimidad o requiere ser escuchado por ellas. Al no serlo las maltrata. Esto trae como
consecuencia que recurran a los padres para quejarse de Emiliano y éstos sin escucharlo
inmediatamente actúan en contra de él: le gritan, le dicen desaparece, sos un boludo.
Alicia a repetición le pega y se queja de no encontrar un modo para que le haga caso. Al
interrogar al padre que piensa de esto que hace su mujer dice “no sé” y termina relatando
que él hace lo mismo, pero no logra que el hijo cambie de actitud.
Tiempos de un real a ser anudado a la estructura y para ello se necesita del Otro Real que
sancione vía ley significante ese Real y así acotar los excesos pulsionales y gozosos.
Renegación de una ley que retorna en lo real de una escena.
En el enunciado de ambos padres se escuchaba (la renegación de una legalidad simbólica)
que ordenara en ellos un goce desenfrenado. Para que Emiliano pudiera inscribir ese Real a
la estructura, era necesario que fuera sostenida, avalada en lo real de la escena por lo menos
por uno de sus padres o un sustituto social de ellos, dicha ley. Al faltar esto decido al sostener
mi función de analista brindarle esta terceridad.
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Utilizo como estrategia trabajar primero durante varios meses con los padres, para los cuales
ese espacio también funcionó como terceridad y luego incluí a Emi en entrevistas individuales,
otras veces en forma paralela con sus padres, o con el que considerara necesario de ellos.
El primer tiempo de trabajo con los padres, fue un minucioso, difícil y exhaustivo tiempo de
preguntas, para confrontarlos, al tener que responderme, que sus quejas de las actitudes de
Emi: entradas al baño estando otros, escupidas, peleas, arrebatos, eran efecto de la falta de
transmisión verbal sostenida por un accionar de ellos, en relación a normas sociales. Estas
sabemos son un modo de acotar las pulsiones desenfrenadas.
Mal podían pedirle a Emi una socialización adecuada, cuando ellos mismos no se las habían
transmitido previamente. Fue necesario ir incluyendo discursivamente en ellos estas normas,
para que en un segundo tiempo lógico en lo real de la escena cotidiana las transmitieran a su
hijo. Movimiento de doble inscripción en los padres y Emi.
Intervenciones que apuntaron a reinscribir el S1, marca significante del deseo, significante que
queda por fuera de la cadena del otro primordial, que permite ir delimitando los goces
desenfrenados fantasmáticos, de un modo sensible, amable, acotado. Así propiciarle un futuro
estilo propio acotando la identificación al objeto anal así como los continuos acting.
Se recurrió a Pelu para que interviniera cuando Alicia arrasaba al hijo, y se lo lleva a
enfrentarse como cómodamente dejaba las cosas en manos de su mujer. Comienza a darse
cuenta que le faltaban palabras para hablar amablemente con su hijo. Este hombre igual que
su propio padre, dejó la educación de sus hijos en manos de las mujeres. Fijado al goce de la
flaca y en posición de hijo esperaba que el otro le dé Falla en la cadena significante del
nombre del padre que retorna al modo de un goce mortífero del deseo. Pelu gozaba de la
flaca pero pagaba con la pérdida de su potencia, de disfrutar de la paternidad, de una mujer.
Retorno de esta falla en Emi, en lo real de sus acting y angustia.
Alicia proviene de una familia donde los hombres eran burlados, desvalorizados, maltratados.
Esto nunca fue cuestionado ni puesto en palabras, retorno en lo real del cuerpo hacia Emi.
Para Alicia la renegación del menos fi, hace ubicar a su hijo en un lugar de falo imaginario
degradado, de no ser así tendría que duelar por una madre que la abandonó, renegación de
un duelo que le hace portar a su hijo. Este vive estos excesos como goce del Otro Cadena de
fallas en el Nombre del Padre. Pelu dice de Alicia “en casa se hace lo que ella quiere, grita,
pega, sólo vale lo que ella quiere”. Alicia dice de Emi, “grita, pega, sólo vale lo que él quiere”.
Mi única intervención cuando ella relata esto fue repetir a la letra su propia letra. Lo que le
permitió escucharse, “uy es igual a mí”.
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Al recortar en el discurso de ambos padres los significantes que dan cuenta de sus fijaciones
gozosas “la flaca, el capricho, el pegar, gritar, etc.”, se trabajó con cada uno en forma
individual para preservar el recubrimiento imaginario necesario en el encuentro entre ellos.
Ubicaron como en las escenas actuales con Emi lo nombraban al modo de sus posiciones
gozosas, corriéndose el peligro que el real que irrumpía inevitablemente quedase anudado a
la estructura nombrado así, y no se ratificará la represión del goce incestuoso. Pelu no
solamente comenzó a analizarse sino que comenzó a pagar por el análisis de su hijo. Lo
llevaba y lo traía, comenzó a hablar de lo que lo quería y deseaba para él.
Creo que el análisis en esta partida, sirvió por lo menos en un principio como Si, ahí en donde
el discurso social, cultural y familiar del Nombre del Padre, en lo simbólico estaba denigrado y
a repetición renegado. Inauguró una nueva posibilidad subjetiva a Emi, barrando el discurso
posmoderno.
Bibliografía
1- Historia de la Vida Privada. La Alta Edad Media — 2 — Editorial Taurus.
2- Silvia Amigo. “Clínica de los Fracasos del Fantasma”. Editorial Horno Sapiens.
3- Seminario XV “El Acto Psicoanalítico”. Jacques Lacan.
4- Ficha “Taller: La Adolescencia”. M. C. del Villar, 5. M. Rivadero, A. Flesler, 5. Wainsztein
de Fuks.,
Biblioteca EFBA.
5- Seminario VII “La Etica del Psicoanálisis”. Jacques Lacan.
6- Seminario XXII “R.S.l.”. Jacques Lacan. inédito
7- Seminario XXI “Los Nombres del Padre”. Jacques Lacan.
8- Posmodernismo para principiantes. Richard Appignanesi Zlanddin Sardan y Patrick Curry.
Editorial Era Naciente S.R.L.
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