f CONTROVERSIA JURÍDICA 57 11 OPINIÓN LA SOBERANÍA 11 DE LA CONSTITUCIÓN" Luis Alfonso Bravo Restrepo** 1. UBICACiÓN CONCEPTUAL Cuando en teoría constitucional se habla de soberanía se hace referencia a aquel poder supremo, fundamental, ilimitado, absoluto, indivisible y sin control jurisdiccional, que es capaz de darse un orden jurídico 1. A través de la historia de la humanidad, en las distintas formas de organización política, la soberanía ha residido en una divinidad; en una persona, el rey o el emperador; en el Estado mismo; en el conglomerado de individuos que se encuentra en el territorio del Estado; en los representantes de ese conglomerado social. Las teorías democráticas se identifican con la soberaníanacional y la soberanía popular, aunque en nuestros días los tratadistas no le dan mucha importancia a esta distinción2, la cual en otra época fue trascendental. No obstante, para efectos teóricos, podemos decir que cuando se habla de soberanía popu/ar3 se está indicando que cada individuo es poseedor de una porción de soberanía y que con su voto contribuye a la expresión de la voluntad general, y como consecuencia el elegido representa al elector que le impone un mandato y en el evento de . Trabajo presentado para el módulo Constitucionalismo vs. Legalismo en la especialización de Derecho Constitucional en la Universidad de Antioquia. El autor es abogado de la Universidad de Medellín, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Antioquia. Experto Constitucionalista. Coautor del libro: "Responsabilidad del Estado por la Función Jurisdiccional". Ha publicado varios artículos en Controversia Jurídica. La definición clásica de soberanía, entendida como el poder absoluto y supremo, se debe a Jean Bodin, en "Los seis libros de la República". Francisco Fernández Segado, El Sistema Constitucional Español, Madrid, ed. Dykinson, 2" reimpresión 1997, pág. 108. En el mismo sentido Javier Pérez Royo, en Curso de Derecho Constitucional, Marcial Pons, Madrid, 1994, pág. 155. La teorización de la soberanía popular fue desarrollada por Juan Jacobo Rousseau en "El contrato social". La soberanía nacional encuentra su máximo exponente en Emmanuel-Joseph Sieyés, desarrollada en "Ensayo sobre los privilegios" y en "¿Qué es el tercer Estado?", que tuvo gran aceptación en la constitución francesa de 1791. incumplir ese mandato procedería la revocatoria de éste; el voto es un derecho y no una función. Por otra parte, cuando se habla de la soberanía naciona/4 se hace referencia a la nación como una abstracción distinta de los individuos que la integran, en consecuencia los elegidos representan a la Nación entera; no existe un vínculo entre el elector y el elegido, por tanto no le impone un mandato; y el voto es una función y no un derecho. Pero en definitiva, la manifestación más importante de la soberanía se encuentra en el ejercicio del poder constituyente, el cual consiste en la facultad de expedir una constitución o de reformar la existente. El poder constituyente es primario u originario cuando la validez de su decísión no está sujeta a ninguna condición positiva, por tanto es ilimitado e incondicionado. La decisión que adopta el constituyente primario es soberana, absoluta y discrecional; sin límites diferentes a su propia autonomía y voluntad. El poder constituyente puede ser constituido,. derivado o secundario cuando la validez de sus decisiones depende del cumplimiento de las normas previstas en la constitución vigente, por tanto es limitado y condicionado al ordenamiento jurídico. 2. LA SOBERANíA EN LA CONSTITUCiÓN DE 1886 La Constitución Nacional de 1886 establecía en su artículo 2° lo siguiente: "La soberanía reside esencial y exclusivamente en la Nación, de ella emanan los poderes públicos, que se ejercerán en los términos que esta Constitución establece". Si se hace una lectura detenida de este artículo nos damos cuenta de que (1) los poderes públicos emanaban de la Nación, (2) esos poderes se ejercerían en los términos establecidos en la Constitución y (3) la Nación no tiene limitaciones para ejercer su soberanía, no exis- 58 CONTROVERSIA JURÍDICA ten procedimientos dentro de 105 cuales la Nación pueda hacer uso de su soberanía, o sea que cualquier forma de ejercicio de la soberanía por parte de la Nación es jurídicamente posible y válida. Así, la anterior Constitución partía del supuesto de que existía un soberano, la Nación, la cual no tenía límites jurídicos. Esta norma fue la que permitió a la Corte Suprema de Justicia,5 mediante sentencia de octubre 9 de 1990, declarar exequible el Decreto Legislativo 1926 de agosto 24 de 1990, por medio del cual se dispuso que la organización electoral contabilizara los votos que los ciudadanos emitieran para convocar e integrar una Asamblea Constitucional; por fuera del único mecanismo establecido expresamente en la propia Constitución para ser reformada,6 esto es, por un Acto Legislativo expedido por el Congreso de la República. En esta oportunidad sostuvo la Corte que como "la nación colombiana es el constituyente primario, puede en cualquier tiempo darse una constitución distinta a la vigente hasta entonces sin sujetarse a los requisitos que ésta consagraba."7 (Itálicas fuera de texto). Fue así como la Nación colombiana convocó e integró una Asamblea Constitucional, la cual decretó, sancionó y promulgó la Constitución Política de 1991, sin que entre ésta y la anterior Constitución se hubiera producido una ruptura jur[dicaB, a pesar de que la Constitución del 91 se expidió por fuera de los términos establecidos expresamente por la Constitución de 1886. 3. LA SOBERANfA EN LA CONSTITUCiÓN DE 1991 En el Título I de la Constitución Política de 1991, referido a los principios fundamentales, se De conformidad con el artículo 214 de la Constitución Nacional de 1886 la Corte Suprema de Justicia ejercia la jurisdicción constitucional, esta norma establecía lo siguiente: "Art. 214. A la Corte Suprema de Justicia se le confia la guarda de la integridad de la Constitución". El articulo 218 de la Constitución Nacional de 1886 establecía lo siguiente: "Art. 218. La Constitución, salvo lo que en materia de votación ella dispone en otros articulos, sólo podrá ser reformada por un acto legislativo, discutido primeramente y aprobado por el congreso en sus sesiones ordinarias; publicado por el gobierno, para su examen definitivo en la siguiente legislatura ordinaria, por ésta nuevamente debatido y últimamente, aprobado por la mayoria absoluta de los individuos que componen cada cámara. Si el Go.bierno no publicare oportunamente el proyecto de acto legislativo, lo hará el presidente del congreso". Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de octubre 9 de 1990, magistrados ponentes Hernando Gómez Otálora y Fabio Morón Diaz. encuentra ubicada la norma que hace referencia a la soberanía, así: "Artículo 3. La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes, en los términos que la Constitución establece". La primera parte del artículo hace referencia a que la soberanía reside en el pueblo y que de éste emana el poder público, es decir, parte la norma del reconocimiento de la soberanía popular como fuente de todo poder del Estado. Pero la segunda parte de esta disposición establece que el pueblo hará uso de la soberanía en los términos establecidos en la Constitución, aún cuando la ejerza en forma directa. Esto quiere decir que no todo ejercicio de la soberania por parte del pueblo es válido, puesto que si no se ejerce dentro de los términos previstos en la propia Carta el pronunciamiento no es válido. Esta es una gran diferencia con la Constitución de 1886, en la cual el poder soberano podía ejercer su soberanía aún por fuera de 105cauces establecidos expresamente en la Constitución y su pronunciamiento era jurídicamente válido. Hoy, con esta norma constitucional, no sería jurídicamente posible que el pueblo convocara a una asamblea constitucional, para que redactara un nuevo texto constitucional, utilizando mecanismos diferentes a los establecidos en las , 8 Asi lo ha reconocido la Corte Constitucional al declararse inhibida para conocer de demandas de constitucionalidad contra la Constitución de 1991. En efecto, en sentencia C-544 de octubre 1° de 1992, la Corte Constitucional, con ponencia del magistrado Alejandro Martinez Caballero, expresó: "En el proceso de reforma institucional vivido por Colombia en 1990-1991, el pueblo se expresó en dos ocasiones (27 de mayo y 9 de diciembre de 1990) por un procedimiento ajustado a la Constitución, según sentencias de la Corte Suprema de Justicia". Más adelante sostuvo: "Este otro cauce legitimo de expresión de poder constituyente se funda, además, en el reconocimiento normativo del valor político constitucional de la expresión popular, que decidió promover el proceso de modificaciones institucionales, y en la conformidad judicialmente declarada con la Carta anterior de los actos juridicos que le sirvieron de fundamento, asi como de las actuaciones verificadas en la reunión de la citada asamblea. Así mismo, tanto la contabilización de los votos depositados por la posibilidad de la convocatoria y elección de los delegatarios, dentro de las reglas de un acto con fuerza legislativa. expresan la continuidad juridica de uno de los elementos y condiciones de existencia del Estado como es el poder constituyente; dichos actos entrar'lan, en el caso que ocupa en esta oportunidad a la Corte Constitucional, la reforma de disposiciones juridicas válidas según las reglas de la Carta de 1886, la que posteriormente fue derogada por expresa regulación de la nueva normatividad en acto de natural ejercicio de las potestades del mismo poder constituyente originario, en funciones de reforma y cambio constitucional". lIIf' CONTROVERSIA normas constitucionales, pues en definitiva, el pueblo estaría ejerciendo su soberanía por fuera de los términos que la Constitución establece. Si el presidente decide expedir un decreto legislativo cuyo contenido sea igual al D.L. 1926 de 1990, no cabe la menor duda de que dicha norma sería declarada inexequible, puesto que con fundamento en el artículo 30 de la Constitución el pueblo sólo puede hacer uso de su soberanía dentro de los términos establecidos en la Constitución y la forma de convocar a una asamblea constitucional establecida en ese decreto legislativo no se encuentra dentro de los términos previstos en la Constitución de 1991. Como se recordará, el Decreto Legislativo 1926 establecía que la papeleta mediante la cual el pueblo colombiano convocaba a la Asamblea Constitucional estaría limitada a lo previsto en el acuerdo polític09, el cual se encontraba en los considerandos de dicho decreto. Sobre este punto la Corte Suprema de Justicia consideró que el constituyente primario es soberano y que por tanto no puede tener Iímites1O;en consecuencia declaró inconstitucional los límites temáticos contenidos en el acuerdo político. Por el.contrario, la Constitución de 1991 expresa en su artículo 376 que el Congreso, mediante una ley que requiere ser aprobada por la l1)ayoría de los miembros de cada Cámara, dispondrá que el pueblo convoque a "una Asamblea Constituyente con la competencia, el período y la composición que la misma ley determine". Para que la convocatoria sea válida ésta debe ser aprobada por lo menos por una tercera parte de los integrantes del censo electoral, caso contrario la convocatoria será ineficaz. Aquí se pueden observar dos limitaciones que la Constitución actual le impone a la soberanía popular, que en vigencia de la Constitución de 1886 no existían: la competencia de la asamblea cons9 10 Las fuerzas políticas que obtuvieron el 96 % de los votos en las eleccio~es del 27 de mayo de 1989 llegaron a un acuerdo el día 2 de agosto del mismo año en el sentído de que los ciudadanos convocaran a una asamblea para reformar la constitución la cual estaría limitada por un temario, cuyos puntos generales eran los siguientes: Congreso, justicia y ministerio público; administración pública; derechos humanos; partidos políticos y oposición; régimen departamental, distrital y municipal; mecanismos de participación; estado de sitio; y temas económicos y control fiscal. En la citada sentencia de octubre 9 de 1990 la Corte Suprema de Justicia expresa lo siguiente: "Siendo la Nación el poder constituyente primario y teniendo ella un carácter soberano, del cual emanan los demás poderes, no puede tener otros límites que los que él mismo se imponga, ni los poderes constituidos pueden revisar sus actos", JURÍDICA 59 tituyente y el número de ciudadanos que se encuentra legitimado para convocarla. Limitaciones similares, en cuanto a los ciudadanos que deben intervenir en las elecciones, se encuentran en los referendos derogatorio y aprobatorio de reformas constitucionales. En el primero la reforma constitucional se entenderá derogada si así lo decide la mayoría de los sufragantes, siempre y cuando en la votación hubiere participado al menos la cuarta parte del censo electoral (Art. 377 C. P.). En el referendo aprobatorio de reformas constitucionales es necesario que sea aprobado por más de la mitad de los sufragantes y que participe más de la cuarta parte de los ciudadanos que integran el censo electoral (Art. 378 C. P.)11, Todos los procedimientos y requisitos previos al pronunciamiento popular son objeto de control de constitucionalidad por parte de la Corte Constitucional según los artículos 241-2 y 379 de la Constitución y 60 de la Ley 134 de 1994, límites y restricciones que no existían en la Constitución de 1886, pues la Nación, al ser soberana, no tenía límites. Esto conduce a que jurídicamente la actual Constitución limita el ejercicio de la soberanía popular y específica mente el de su poder constituyente, mientras que la Constitución de 1886 no lo hacía. En otras palabras, la anterior constitución reconocía en la Nación un poder ilimitado y supremo, mientras que la ConstituCión de 1991 parte de que el pueblo se encuentra limitado por la propia Constitución. Decir que existe un soberano que se encuentra limitado es un contrasentido. Ese soberano realmente no es soberano. Como sí será verdaderamente soberano el que somete al soberano. Así las cosas la pregunta se impone, ¿quién es el soberano en la Constitución de 11 La Ley 134 de 1994. estatutaria de los mecanismos de participación ciudadana, establece en su articulo 33 que la aprobación de la reforma constitucional por via de referendo, requiere el voto afirmativo de más de la mitad de los sufragantes y que el número de éstos exceda de la cuarta parte del total de ciudadanos que integra el censo electoral. Mientras que el artículo 45 de la misma ley preceptúa que en todo referendo, el pueblo tomará decisiones obligatorias con la mitad más uno de los sufragantes, siempre y cuando haya participado una cuarta parte de los ciudadanos que integran el censo electoral. Estas normas legales fueron declaradas exequibles por la Corte Constitucional en sentencia C-180 de abril 14 de 1994, magistrado ponente Hernando Herrera Vergara, sin que sobre las contradicciones aqui señaladas se hubiera pronunciado. 60 CONTROVERSIA JURÍDICA 1991? Y la respuesta también se impone, la Constitución misma. 4. LA SOBERAN(A DE LA CONSTITUCiÓN Las figuras de la soberanía nacional y la soberanía popular han permitido de cierta forma la soberanía del Estado, pues si bien en la nación o en el pueblo reside la soberanía, su ejercicio se encuentra radicado en el Estad012. Dichas figuras también han permitido que el legislador, como órgano elegido popularmente, se apropie de la titularidad y del ejercicio de la soberanía y expida actos que expresan la manifestación de la voluntad soberana13. La Constitución Política de 1991 expresa que ella es norma de normas y confió a la Corte Constitucional la guarda de su integridad y de su supremacía. Dijo además que para que el pueblo pudiera hacer uso de su soberanía debería respetar la Constitución. Por tanto ni el pueblo mismo es soberano 14. Como se encuentra redactado el artículo 3° de la Constitución se puede decir que la soberanía del pueblo no es un supuesto en la Constitución, es algo puesto por la Constitución, por tanto el pueblo no puede ser soberano. Decir que el pueblo no es el soberano en la Constitución es una afirmación puramente jurídica, no política, ya que en definitiva los hechos políticos permiten al pueblo imponer un nuevo orden jurídico. Pero en términos jurídicos, de estricto derecho, la soberana es la Constitución, pues de ella emanan realmente todos los poderes públicos. En la Constitución no hay cabida para poderes soberanos, ni ningún poder se puede atribuir la representación del soberano, y las relaciones entre Estado y ciudadano dejan de ser una relación entre soberano y súbdito y se convierten en una relación entre dos sujetos que tienen Luigi Ferrajoli, Derechos y garantías -LA LEY DEL MÁS DÉBIL-, traducción de Perfecto Andrés Ibál'lez y Andrea Greppi, Madrid, Trotta, 1999, p. 139. . 13 Así por ejemplo el articulo 4° del Código Civil expresa que la "ley es una declaración de la voluntad soberana". limitaciones 15,las dadas por la propia Constitución, la cual impone los límites y los vínculos jurídicos a todos los poderes constituidos. Por tanto es ella la soberanal6. Esto no quiere decir que la actual Constitución no sea democrática, no, todo lo contrario, ella se ha preocupado por consagrar una serie de mecanismos, no sólo para que el pueblo elija sus representantes, sino también para que él mismo tome directamente sus decisiones; lo que sucede es que en estos eventos el pueblo no actúa como soberano, sino como el cuerpo electoral conformado por los ciudadanos mayores de edad que integran el censo electoral, el cual es un poder constituído y limitado por el ordenamiento jurídico. Es en la norma constitucional, democrática, pluralista y garantista de los derechos fundamentales, donde todos encuentran el espacio propicio para realizar su propio proyecto de vida, lo cual imposibilita la existencia de poderes soberanos. Pero además hay que decir que por fuera de la Constitución no existe otro referente al cual acudir para legitimar el ejercicio de los poderes públicos, y en caso de que se acuda a otro referente que se oponga a lo expresado en la Constitución el guardián de ésta intervendrá para hacerla respetar. Lo que acaba de decirse, permite a la Corte Constitucional, como órgano guardián de la Constitución, emitir fallos que prevalecen sobre las decisiones tomadas por órganos elegidos popularmente, y por los demás órganos y poderes del Estado, sin que se le pueda cuestionar la falta de legitimidad para imponer su decisión, o mejor la decisión de la Constitución, pues en definitiva la Corte Constitucional es la voz de la Constitución,de una Constituciónque es soberana. 15 12 " Luigi Ferrajoli, Op. cit., p. 141, dice que: "No deja de ser cierto que las Constituciones siguen hablando de 'soberanía popular'. Pero se trata de un simple homenaje verbal al carácter democrático de los ordenamientos actuales. 'La soberanía pertenece al pueblo', se lee en el articulo primero de la Constitución italiana; pero el pueblo la 'ejerce', se ar'lade inmediatamente después, 'en las formas y dentro de los limites de la Constitución'. Por eso ni siquiera el pueblo es soberano en el viejo sentido de superiorem non recognoscens o fegibus solutus". 16 Ibld. p. 138. Ibld. p. 147. Aquí L. Ferrajiliconsidera que en "el Estado de derecho no existe por tanto ningún poder soberano, a menos que entendamos como 'soberana', con un puro artificio teórico, la Constitución misma, es decir el sistema de limites y vinculosjurídicosimpuestos a unos poderes públicosque ya no son soberanos". Por su parte Gustavo Zagrebelsky, en El derecho dúctil, traducción de Marina Gesc6n, Madrid.Trotta, 1995, p. 13, manifiesta que "con referencia a los Estados pluralistas actuales, antes que de soberania de la Constitución sería más adecuado hablar de 'Constitución sin soberano'". "Pero la 'soberania de la Constitución' puede ser por el contrario, una importante novedad, siempre que no se espere que el resultado haya de ser el mismo de otro tiempo,es decir, la creación de un nuevo centro de emanación de fuerza concreta que asegure la unidad política estatal".