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PALOMA HINOJOSA
PALOMA
HINOJOSA
Volar, pararse... sentir.
PALOMA HINOJOSA
Volar, pararse... sentir.
“Volar, pararse...sentir”. Este es el precioso y adecuado título elegido para esta muestra de Paloma Hinojosa. Y
es que a todo ello: a volar, a pararse y a sentir, invitan también todas y cada una de las obras de esta magnífica
exposición de la artista.
Es tan inevitable como paradójica, la referencia al fauvismo al contemplar la obra de Paloma Hinojosa. Una
referencia ésta que, en mi opinión, conforma una suerte de oxímoron artístico, al enlazar una obra tan llena de
sensibilidad, ternura y belleza como la que contemplamos, con un término cuyo significado no puede estar
más alejado de lo que nuestros ojos observan.
Exaltación del contraste cromático sí, pero sin un solo rasgo pictórico que pueda ser calificado de “fiero”.
Antes bien, uno puede percibir justamente lo contrario, es decir un ambiente sosegado e íntimo. Un ambiente
que bien podríamos calificar de “doméstico” incluso en los escenarios más exóticos.
Lugares de encuentro casi siempre alrededor de una mesa, playas y jardines, verbenas y noches de luna llena,
hamacas y palmeras. Lugares que percibimos como auténticos remansos de paz, ligeramente oníricos, en los
que casi podemos escuchar las conversaciones de los personajes presentes o los ecos que acaban de dejar
los ausentes.
En la “Epístola Moral a Fabio”, el poeta barroco Andrés Fernández de Andrada escribió:
Un ángulo me basta entre mis lares,
un libro y un amigo, un sueño breve,
que no perturben deudas ni pesares.
Yo he percibido en cada uno de los cuadros de Paloma Hinojosa uno de esos ángulos, en los que ninguna
deuda o pesar vendrá a turbarnos. Así que ahora, vuelen, párense y sientan -sobre todo sientan- la magia y la
poesía que todas y cada una de estas obras desbordan.
Ángel Garrido García.
Concejal Presidente del Distrito de Retiro.
Paloma Hinojosa. El encanto de la vida y la pintura.
A bote pronto se diría que estamos ante una
pintora de la escuela de París, con la paternidad
de los fauvistas en el color y los toques de pincel
de los impresionistas. Las sabias enseñanzas
de Pissarro, Morisot, Matisse, Bonnard, Dufy...,
con su oportuna innovación plástica, laten en la
pintura de Paloma Hinojosa.
cálidas, de sueños y momentos mágicos, de
tardes de verano, de noches tropicales o noches
del sur... al tiempo que los carmines dialogan
con los verdes y los amarillos cadmio con los
fríos azules y blancos, mientras el sol se esconde
entre nubes grises o la luna se asoma en el azul
marinado del atardecer.
La pintora atrapa los asuntos pictóricos con un
colorido vibrante de insinuaciones y un dibujo
sutil de arabescos. Sus temas, que conforman
diversas escenas, van desde las mañanas radiantes
en la playa a los nocturnos misteriosos de mar,
pasando por gratas terrazas de esparcimiento y
laxitud salpicadas de palmeras. Algunas de estas
visiones requieren la amplitud formal de un
díptico o un tríptico.
En el capítulo de las ciudades –París, Praga,
Venecia...-, la pintora las refiere con frecuencia
blancas o blanqueadas por la nieve, para que la
paleta fría se enfrente a los colores encendidos
del ladrillo de las casas o de la vestimenta animada
de los paseantes. La nieve le motiva a esta autora
o más bien el blanco como estallido de luz
radiante, que ella sabe utilizar como envolvente
matizador de otros colores.
A una se le antoja que la pintora espía en silencio
desde un rincón de esas terrazas, protegida por
las plantas, mientras saborea una copa –quizás
de piña colada- y toma apuntes en una libreta.
La autora observa para cazar imágenes y definir
las sensaciones en el dibujo, que seguidamente
llevará a los lienzos en su estudio. Son instantes
fugaces que ella hace eternos en la permanencia
del arte. Ars longa, vita brevis, decían los clásicos.
Volar, pararse...sentir es el título de la exposición
en Casa de Vacas de Madrid. Eso, y no otra cosa,
son los cuadros de la pintora.
De vez en cuando surge alguna maternidad en la
pintura, en la que muestra una especie de “sacra
conversatione” entre la madre y el niño, que no
necesitan palabras para sentirse y saberse unidos.
Es un tema menos recurrente en la obra de
Paloma Hinojosa, pero particularmente intenso
en los cuadros que lo ha llevado a cabo.
Paloma Hinojosa nos ofrece siluetas de figuras
que entran y salen en los escenarios de los
hoteles, personajes que se asientan en las mesas
de los jardines o terrazas para beber y contemplar
el mar siempre infinito y siempre nuevo, para
conversar, para pensar en soledad, para dejarse
mecer por el dulce encanto de la vida en calma...
Los títulos revelan con frecuencia el mirar o el
sentir de la pintora y hablan de paraísos y noches
En la obra de esta artista se percibe el placer
de los buenos momentos, el amor a la vida y al
trabajo artístico, el gusto por la pintura, el disfrute
por el pigmento más versátil y duradero: el óleo;
el entusiasmo por la luz que se va deshaciendo
en diversos colores, tonos y matices; el deleite
por un dibujo insinuado más que perfilado...
En suma, la pintura de Paloma Hinojosa está
definida por el dominio de unas constantes que
sólo requieren en cada exposición una vuelta de
tuerca. Un paso más hacia la excelencia.
Julia Sáez-Angulo.
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
También escribieron sobre su obra...
Hace ahora treinta años, quizás algunos más, cuando preparábamos el nacimiento de “Gazeta del
Arte” Julio García Peri, el editor, y este servidor de ustedes visitamos en su despacho de la presidencia
de IBM a Fernando Asúa –hoy habría que decir padre- para acelerar, o tratar de conseguirlo, unas
importaciones para la modernización de las imprentas en que trabajábamos. Allí lucía un hermoso
cuadro impresionista que, tras la entrevista, admirados, le atribuimos a André Derain. ¿Qué menos se
podía esperar entonces de una multinacional de tanto brillo y postín? Supe, pasado el tiempo, que el
cuadro que llamó nuestra atención era obra, una de las primeras que había colocado en el mercado,
de Paloma Hinojosa: el fruto de una beca de la Fundación Rodríguez Acosta.
Las notas biográficas que publican las enciclopedias al uso dicen de Paloma Hinojosa “que es
autodidacta”. Nada más falso. Aparte de que, cuando niña, tomo clases del viejo Manuel Mingorance,
al que tanto deben muchos de los creadores de su generación (¿qué habrá sido de la máquina
eléctrica para pintar que se sacó del magín?), esta mujer se enclaustró en el Jeu de Paume y se hizo
transfusiones de impresionismo hasta que, sabiéndose hasta las paredes, aprendió a ver como Marc
Chagall y Camille Pissarro, a sentir como Édouard Manet y Claude Monet, a pensar como Pierre
Renoir y Paul Cézanne y a manejar los pinceles como su precursora Berta Morisot.
Paloma Hinojosa, la Hinojosa.
A la Morisot, las hortensias más bellas de los jardines de Francia, la escribió un texto poético delicioso
–Tante Berthe- su sobrino Paul Valéry. En él se dice que los pintores solo deben pensar con los
pinceles en la mano. Eso es, justamente, lo que hace la Hinojosa –ya se merece el artículo que
sólo le cabe a los grandes-. Observa la luz y, tras comprenderla, la descompone en los colores que
sirven a “su causa”. Esta es siempre hermosa. Lo mismo en los grandes formatos que en sus cuadros
de tamaño mínimo averigua la dirección del sol y proyecta sus rayos con el capricho de todas las
reverberaciones cromáticas posibles y, alguna más, imposible, que le sale de los pinceles. Todo ellos
con una técnica irreprochable cosa que, dicho sea de paso, no puede ser atribuida a muchos de sus
colegas de oficio y afinidad estética. Al impresionismo se llega por la mirada y se perfecciona con una
manera de entender la vida y el arte; cuando es consecuencia de una limitación técnica, o de una
carencia del lenguaje plástico, es otra cosa y carece de valor y encanto.
Los paisajes de la Hinojosa son excelentes. Se acota y describe en ellos un lugar concreto, cuasi
palpable; pero ahí, lejos de acabar, comienza el fenómeno de sus cuadros. Ignoro si los inventa, los
recuerda o los toma del natural –todo eso no importa nada-; pero en ellos, aunque no haya figuras
humanas, hay vida. De ellos podría extraerse, literariamente, el zumo de quienes los habitaron y hasta
el de quienes podrían poblarlos porque, al final, la maestría de la artista, aparentemente sencilla, tiene
la complejidad de la intención, la carga de las ideas y el valor de una provocación emocional para el
espectador que, por destinatario, ha de concluir la obra.
Paloma Hinojosa está llena de premios y reconocimientos. Bueno es que así sea, pero eso solo
interesa para las necrológicas. La pintura conviene verla con el menor número de referencias de su
creador. En estado virginal. No conviene intelectualizarla, mercantilizarla, clasificarla y, mucho menos,
interpretarla. Basta con ver y sentir. Lo conceptual queda mejor encuadernado y la sensibilidad, tan
tontamente valorada, es, en el mejor de los casos, soda para el oído. De ahí el interés, intrínsicamente
pictórico, de esta mujer que sabe pintar y pinta. Sin más. Por eso es ya, en plena juventud, la Hinojosa.
Ha renunciado a muchas cosas para serlo porque los partos artísticos también cursan con dolor y
para ellos no hay epidural que valga.
Manuel Martín Ferrand
Amiga Paloma,
Resultaría inútil pretender dirigirme a los demás con similares piropos o verdades a medias como los
que nos dedican, a veces, los críticos amigos. No daría resultado, seguro, sería absurdo o de risa. Tú
eres una compañera, inmersa, como yo, en esta difícil y entrañable aventura, así que he preferido
hablarte a ti, recordándote en tu pintura sin predicción de “ismos”, sutil como alas de mariposa.
De cualquier forma, sabrás que las obras dicen lo mejor por sí solas sin necesidad de que se las
pondere con frases luminosas, agudas comparaciones o historias fatuas. Los que las contemplen –si
sus sensibilidades se lo permiten- las amarán y querrán hacerlas suyas (aunque, pensándolo bien, la
gente es muy rara en cuestión de gustos).
Nunca sabremos cuándo acertamos. Paloma, ¡Qué mundo este de locuras! ¡De qué manera se nos
emborronan las verdades!, pero da igual, pues todo lo que nos parece más bello, son bellas mentiras
o mentiras para crear la belleza inspirada en la verdad, y esto es lo que realmente importa. La verdad
a pelo, sin galopar sobre ella los monstruos de la razón, es tremendamente aburrida.
A Paloma Hinojosa, mágica viajera de la noche.
Créeme, Paloma, en el Arte todo es mentira consoladora, verdades que se contradicen, por eso es
ameno y sugestivo. ¿Qué más da que aquella insólita protagonista de los versos Albertianos, de la que
llevas el nombre, fuera boba o inocente y se equivocara de esa manera tan disparatada, si desde, que
el no menos loco y mago de Picasso, viera en ella la paz y los encandilados picassianos lo quisieran,
hemos dado en llamar a vuestro nombre libertas?, y dime tu, Hinojosa, Paloma, ¿cómo puede ser
símbolo de ello y tener paz, o ser libre, un ave tan torpe, que confunde el mar con el cielo y la noche
con la mañana y otras cosas raras por el estilo?. Lo dicho, qué locura pero bueno, qué importa, si aún
coincidiendo con la buena fe de ambos al contarnos estas historias, lo que en realidad nos estremece
son sus formas de contarlas.
Ya ves, tú también eres paloma y sin embargo, en la pintura que haces, si presiento que naces libre,
siendo igualmente insólita, única, y es porque, con las limitaciones que te son propias y el perfil más
hermoso de tus deseos, consigues llenar de idílicos sentidos las románticas noches, que habitan, y
surgen mansamente, de las recónditas profundidades de tu alma de mujer. Y no te confundes, ni nos
confundes, los cielos que pintas, son los cielos que llevas dentro, y los mares, tus mares nocturnos
amados y hasta las iluminadas tardes o mañanas pertenecen, sin tú saberlo a esas noches de azules
marinos, o grises, ocres, malvas o colores esperanzas que guardas para darlos silenciosamente “de
manera tan graciosa y singular”. No te rías.
Creo que vi por primera vez una pintura tuya en la terrorífica labor de ser jurado de selección en uno
de esos concursos en los que, ni en mis tiempos malditos, nunca creí demasiado. Tras contemplar ya,
y sufrir, un sinfín de cuadros hijos de la ilusión, con ese carácter anónimo y halo de tristeza, de que los
impregna esos acontecimientos, apareció el tuyo, lánguido y triste como ninguno, y creí conocerlo
de antes, y fue como un dulce remanso de melancolía.
Un día, no hace mucho, nos conocimos en el frío recinto de un estudio improvisado, y hablamos
de esas cosas triviales que se suelen decir al comienzo, y fue más tarde, mientras me enseñabas tus
cuadros, cuando pensé que había llevar mucho dentro para ser pintora antigua en aquella pequeña
sala de estar con suelo de terrazo y ventana de aluminio, por donde debe colarse la mortal presencia
de un sol de poniente, haciéndote a su vez esclava de una reducida vista de casas bajas y árboles
enclenques sobre el asfalto. Pero enseguida comprendí que esto no significaba nada, porque tú
llevas dentro de tu propio paraíso, como el secreto de un cuento de las mil y una noches soñadas y
deseadas desde niña, y que era sólo yo, el que acusaba el cruel contraste de tus obras con el entorno,
pareciéndome entonces una vana denuncia a lo que hemos perdido.
De ahí que viniendo de tan lejos y hondos tus embelesos, al menos en la pintura, todo sea romanticismo
y noche en ti. Que los paisajes, vistos desde esa otra sublime ventana imaginada, puedan ser infinitos,
igual que las horas de tus fantasías sin tiempo, y que los suelos de ricos matices, como las alfombras
de tu cuento y los mares y jardines, bellos como mentiras piadosas, solo estén contaminados por el
dolor de tus deseos.
A uno le pesa ya a estas alturas, tanto borrón y raya y falso estilo de “ marketing” o morbo de alucines
literarios. En arte, a pesar de las escuelas, las lecciones de los clásicos o de los grandes actuales,
todos somos autodidactas. El arte se aprende de la vida, en las academias se aprende todo lo más la
técnica y el oficio, y no, por desgracia, a ver y sentir, y a trasladarlo a la pintura. Pero tu arte no es de
escuela, es más profundo de condición y da igual. No te con fundas Paloma, lo tuyo es ver y soñar,
no construir, esto funciona –por ponerte algunos ejemplos- en Vermeer, Durero o en mí, lo tuyo es
embelesarte y embelesarnos sin perder el hilo armónico de tus pasiones fugaces. Tú eres ese algo
romántico y tiernamente tenebroso que hay detrás de la percepción objetiva. Lo mejor de todo Arte,
también del tuyo, es lo que parece haber salido sin agobios, libre y fácil, igual que tu risa espontánea.
También soy yo un serio romántico soñador, Paloma, pero ya sabes, es distinto, un romántico más
trágico y sentimental con impulsos clásicos al que le salva el amor y un agudo humor con venenillo de
los años. Tu seriedad no es clásica, es antigua, tan antigua como la de Bonnard al que me recuerdas en
la manera de concebir y poner el color en tus cuadros, con esa limpia-suciedad que nos conmueve.
Tu puedes pintar con el mismo énfasis de Van Gogh sin ser suicida, amorosamente. Lo tuyo es muy
fuerte Paloma, porque con tu sabia torpeza provocas los milagros. No busques el suplicio formal del
alma y la mano y recréate más y más en el trazo suelto de tus fantasías. Y si decidieras quedarte en
Arlés, no olvides llevar contigo tu paraíso de noches embrujadas: el Arte que te aguarda es imprevisible.
¿Ves lo que ocurre cuando nos ponemos tiernos? Pues eso, que terminamos siendo cursis.
Me temo que tú y tu pintura hayáis sido un hermoso pretexto para decir cosas bonitas. Esto que
llamamos Arte, es un vicio. Sigue soñando, Paloma.
Eduardo Naranjo.
Es el título de la exposición, el de un cuadro de este mismo año, que logra unir el cielo azul y el mar y la
playa blanca; el rubro bajo el cual ha querido la pintora amparar y anunciar la presente muestra. Yo la hubiere
titulado, “la timidez de la falena y el fuego de la nieve”, más barroco, porque me parece, a primera vista, una
síntesis de autora y obra: una mariposa que se quema en las yemas de las llamas de la nieve que cae, en
copos, y se queda…
La mariposa es elegante y tímida, vuela con gracia, pero sin arrogancia, hace de la imperfección una ternura.
La nieve arde, lo han dicho mil poetas, Neruda, entre otros; la nieve quema, es evidente, al tiempo que se
deshace, que se hace transparente y líquida como esta pintura, nada pretenciosa, que sucede, reflejando la
belleza del instante, como suceden su visión nevada Place des Vosges.
El color blanco no es asimilable al plata sino al oro. Según René Guénon “El color blanco corresponde al
centro espiritual”, muchas culturas asimilan lo blanco con la pureza, Tula, la isla blanca de la India se identifica
con “la tierra de los vivientes” o paraíso. Cuando Hinojosa pinta sus Ciudades preferidas, las recuerda nevadas.
No se trata de hacer de la pintura de Paloma Hinojosa, una suerte de convención simbolista, pero, si de
explicitar lo que veo y lo que siento en ella. Ir más allá de la simple imagen, de la lectura primera del icono,
adentrarnos en su trasmundo, en el paraíso de la belleza y del instante.
La belleza de un instante.
¡Qué pena, no está hoy la belleza en las miras del arte!. Pudiera ser, que eso, no sólo, pero en principio, fuere
el agente que está haciendo del arte coetáneo un paradigma del feísmo, su elogio, su persecución, su imagen.
La belleza es sublimación, dimensión, jamás un demérito para nada. Es el cenit y cada cenit tiene su nadir, que
es diametralmente opuesto. La belleza es un estado de plenitud.
El instante goza del privilegio de unir intensidad y levedad, fugacidad e inmensidad, la particularidad y la
elegancia de ser irrepetible. Poder captar ese momento preciso, su acmé, es cosa de magia, de arte. Ya sea en
un color, en una imagen, en un verso, una mirada o un final de crepúsculo.
Un perfume chagalliano se deja sentir, sin saber de donde viene, que elemento lo produce, si la composición,
el color o la estructura de su sintética figuración. Un eco de Dufy, inconcreto, se desprende de su arquitectura
cromática, de su facilidad, de su fluidez, de su impronta espontánea, natural, feraz, feliz. Hay más perfumes,
que se van arracimando hasta formar uno, que es el que desprende la peculiaridad de esta obra, distinta, fluida,
dinámica, sin pesantez, como flotante.
Me interesa resaltar que , tras esa facilidad aparente de esta pintura, hay toda una trayectoria, que ha sido
saludada, contemplada, alentada, halagada o corregida, por plumas de alto voltaje, por colegas señalados en
la crítica o en su expresión artística.
En el fondo, ni la técnica, ni el lenguaje, ni el oficio, ni la vocación, ni la ambición, valen por sí solas, para que
el cuadro nos hable, porque la pintura habla y se dirige a cada cual con un tono idóneo, singular , hasta que lo
elige o lo abandona. En demasiadas ocasiones, los cuadros nos eligen, y no sabemos explicarnos , muy bien,
ni acaso de forma decente, por qué nos gustan o nos rechazan, sin permitirnos debatir sobre la capacidad de
su influjo, sin hacernos sentir el poderío de su imán.
Hay en esta pintura algo que obliga a sentirla y pensarla en su totalidad. No sólo es el color, o la forma, o el
tema, es el conjunto, una forma de llaneza, de darse tal cual, sin artificio, con su dinámica próxima, que no
exige grandes discursos teóricos, para verla, para verte a gusto en estos espejos de instantes para recordar, ¡O
no sucede así cuando contemplamos “El Encuentro”, “Romántica noche” o “ La belleza de un instante”?
Javier Rubio, poeta y crítico de arte, ya desaparecido, persona de acendrada sencillez, e una crítica, ya
antañona, en ABC, lo expresó con exactitud diciendo: “Porque hay mucha vibración humana en la pintura
de Paloma Hinojosa”, Es probable que sea el principal aliciente de esta obra, la razón por la que se nos hace
cercana, legible, por su “mucha vibración humana”. No es una pintura de concepto, sino de sentimiento, que
late en s gozosa naturalidad, indiferente a toda afectación.
Reparad en la mariposa, su vuelo es armonioso, silencioso, melodioso, vibran sus delgadas alas, de una sutileza
oriental, y van posándose en el cenit maduro de las flores, libando su muslo caudal, como una necesidad,
hasta que cumplen su ciclo vital y se esfuman, como un suspiro que se pierde en la inmensidad. Es una suma
corta de instantes bellos, que proyectan originarias, con absoluta prodigalidad y dinamismo.
La falena de la luz se posa en el lienzo, convocando el ocaso y la noche, mientras la nieve arde y el mar se
acuesta a descansar, buscando la armonía, undoso, silente, informe, enorme, animal misterioso, que nos
halaga, nos cabalga, nos posee y purifica.
Pintura de los sentidos para los sentidos, sucesión de instantes, de aforismos, que apuntan y postulan la belleza
de innúmeros instantes, que dejan un estero sensual, donde suena una música, que pone dulce el corazón y
lo reanima. ¡Si yo les dijera, que he oído un lejano acordeón, que balbucía una vieja canción, mientras el mar
se iba y venía una y otra vez, como ocurre en las playas de Valery, en una playa nocturna, y que esa misma
música, la volvía a oír en un boulevard nevado de París, todo sin salir de esta pintura…! ¡Por qué no prueban?
Peguen el oído a esta pintura, verán que tiene música, que suena, que vibra, que sueña…con sonidos distintos,
que cada uno debe ahormar.
Tomás Paredes.
Presidente de la Asociación de Críticos de Arte.
Empecemos, como todos sus críticos, por relacionar la pintura de Paloma Hinojosa cn la de los pioneros del
arte moderno (especialmente impresionistas y fauvistas). Es una relación que. Por otra parte, ella jamás ha
negado (¿por qué habría de hacerlo?: ni es fácil ser impresionista, ni lo es tampoco poseer ese refinamiento
oriental que caracteriza a los fauves) y que nos ayuda a determinar con más exactitud que cosas sin más
específicamente suyas, cuál es su personalidad.
Tres temas únicos se dan en sus cuadros: los lugares de encuentro, de reunión, preferiblemente al anochecer
y en torno a una mesa cubierta oir un blanco mantel; las plazas, también vistas al anochecer y también,
a veces, escenario de encuentros en alguna terraza iluminada y adornada con plantas; y las playas –a la
puesta del sol- salvajes, exóticas o acondicionadas, urbanizadas. ¿No son éstos los últimos oasis? Remansos
de paz en medio de la agitación de la vida, lugares para la figura solitaria o para la tertulia. Pero hablemos
de pintura, porque todo el exotismo de esos jardines (cuyo máximo exponente es el cuadro “Atocha desde
Samarkanda”, que muestra el gran invernadero de la antigua estación de Atocha, otro oasis tropical en pleno
centro de Madrid), o el barroquismo de los interiores, tapizados con ricas telas, es al fin y al cabo pretexto para
la construcción de una realidad multicolor compuesta de pinceladas de variado signo, de zonas difusas, de
brillos y de fuertes empastes. Repare por último el espectador en cómo los cuadros más notables, aquello en
los que roza Paloma Hinojosa la perfección, describen escenas nocturnas y , especialmente, momentos en
los que la protagonista es la luz eléctrica. Hay aquí un interés genuino por el análisis de los efectos luminosos
que en ocasiones desborda las características más propias del lenguaje de Paloma Hinojosa y que nos invita a
pensar que aún le quedan muchas cosas por decir.
Paloma Hinojosa: los últimos oasis.
Javier Rubio Nomblot.
“Lujo, calma y voluptuosidad”… La conocida frase, el celebrado título, el certero traslado de sensaciones que
con él se logró en su momento, se viene a la memoria al contemplar estas obras de Paloma Hinojosa en su
actual exposición madrileña. No es solo una forma adecuada de mirar y de ver, de evocar y de sentir en este
caso sino también la manera de indicar la dirección en la que apunta la flecha temática y estilística de esta
pintora: el postimpresionismo que, para ella, como para tantos, sigue impecablemente vivo, afincado en el
aire de nuestro tiempo con el mismo vigor que en su momento; momento con mayúscula, claro está, pues a
Matisse, a Bonnard, a Chagall, a Van Gogh, Dufy, igual que a Baudelaire, la posteridad des concernía.
Reavivar con sus obras –en sus obras, mejor dicho- esa pervivencia, encuadrarse en aquellas escuelas, recrearse
en lograrlo –aunque ella no pretenda explícitamente nada de esto seguramente, ya que afirmar creer que la
pintura es sólo cosa del sentimiento…dejémoslo estar- recrearse a sí misma sabiéndose bajo la admirativa
tutela de semejantes jefes de fila, es una realidad de que Hinojosa debe disfrutar una y otra vez. Eso se nota.
Composiciones, temas, gestos plásticos, colores, gamas, todo, nos introduce en un mundo sin desasosiego,
en restaurantes plácidos, en apacibles fiestas de jardín, ante mares serenos, bajo cielos humanos, en jornadas
al aire libre, presididas por el tiempo que pasa sin sobresaltarnos, en placitas, ferias y mercados con aire de
solida cotidianidad, siempre con los colores ya emblemáticos de unos y otros de sus admirados maestros, con
ese tipo de pincel que dibuja mientras pinta, con el que logra zonas de admirable recreo.
Lujo, calma y voluptuosidad.
Las obras van de las verdaderamente grandes a las verdaderamente pequeñas; cubren pues un arco peligroso
en este sentido, y he de señalar que sale victoriosa de la prueba adecuando perfectamente el enfoque de cada
composición y estructurando los elementos plásticos con tranquila seguridad.
Carmen Pallarés.
Con una amplia trayectoria plástica que viene desarrollándose desde la década de los setenta, Paloma Hinojosa
es hoy una figura a tener en cuenta dentro del panorama artístico español. Su pintura, numerosas veces
elogiada por importantes críticos y artistas, mantiene viva la memoria de los precursores del arte moderno,
de impresionistas y postimpresionistas, sobre los cuales esta pintora actual ha fijado siempre su mirada. Pues
son grandes nombres como Monet, Matisse o Bonnard los que se nos aparecen revividos en estas escenas de
cafés, playas y paisajes, donde el tiempo parece detenerse en un instante de total felicidad. Paloma Hinojosa
pinta desde el recuerdo pero no se queda sólo ahí. Su quehacer es ante todo fruto de una necesidad personal,
resultado de ese deseo surgido ya en la niñez de plasmar la particular visión del mundo a través del color.
Es cierta la deuda con el pasado histórico, pero en ese aprendizaje continuo de otras escuelas va además el
intransferible carisma de la propia artista, verdadero pilar de toda su obra. Fruto de esta sensibilidad interna
nace la autenticidad de una pintura que mezcla lo retiniano y lo fantástico, la sensualidad paisajística y el recreo
en lo puramente imaginario. Así brota la luz de estas escenas contemplativas, el deleite en el pintar entorno
naturales abiertos al disfrute de sus paseantes solitarios. Y es esa soledad quizá añorada no existe aislamiento
o angustia, sino una paz infinita, una plenitud soñada que fusiona armónicamente el alma del hombre y la
esencia de la naturaleza.
El intransferible carisma de Paloma Hinojosa.
Paloma Hinojosa comenzó su carrera profesional en 1971, cuando gana la Beca de la Fundación Rodríguez
Acosta de Granada y expone por primera vez en la muestra Arte Joven de la sala Tartessos de Madrid. Luego
se sucederán continuas individuales en prestigiosas galería madrileñas, Ingres, Kreisler…así como en otras de
San Sebastián, Valladolid, Barcelona y Santander. Ha participado en importantes colectivas, Salón de Otoño
de Madrid, certámenes de artes plásticas, etc. en los que ha ganado premios relevantes. Su obra figura en el
Diccionario de Arte Contemporáneo Arteguía, el Diccionario de Pintores y Escultores del Siglo XX, de Forum
Artis, etc.
José Pérez Guerra.
Extractos de otras críticas.
…Conocida, galardonada y estimada, Paloma Hinojosa es, ante todo, una gran paisajista del campo y la ciudad,
faceta esta última que ha venido a enriquecer el género. Ella, enamorada de la actitud de los impresionistas,
prolonga este fin de siglo, con una técnica que ya no se limita al estudio de la luz, sino que se detiene en el
valor propio de los colores como vehículos para transmitirnos sus sensaciones. Porque hay mucha vibración
humana en la pintura de Paloma Hinojosa.
Javier Rubio
ABC
A estas alturas, hablar de Paloma Hinojosa es mencionar una de nuestras pintoras neofigurativas que mejor y
de manera más lógica defienden el concepto del arte como una manifestación impulsiva, que no irracional,
del sentimiento humano. Cada obra, es un rico proceso creativo a través de l cual Paloma se mantiene fiel a
la esencia del motivo sin que éste entorpezca el vuelo de una imaginación inagotable.
Amalia García Rubí
El Punto de las Artes
…Es una artista seria, dibuja con rigor, compone con equilibrio, hace obra al dominar espacio. Paloma Hinojosa,
que mantiene con pulso firme la mano en el arado para proseguir ahondando, para hacer y crear, es hoy ya
una realidad con la que hay que contar al enjuiciar la pintura de esta década.
…Hay en esta pintora una elegancia natural y un sentido del ritmo, del orden y del concepto que inevitablemente
la encaminan a ver la vida desde el lado más grato de la existencia. Cierto es que, exposición tras exposición,
Paloma se muestra más segura en su modo, que tiende a pasos acelerados hacia un fauvismo contenido que
toma lo más delicado de Matisse para adaptarlo a una retina cargada de ibérica melancolía.
José Pérez Guerra
El Punto de las Artes
Antonio Martínez Cerezo
Diccionario Época
Repare por último el espectador en cómo los cuadros más notables, aquellos en los que roza Paloma Hinojosa
la perfección, describen escenas nocturnas y, especialmente, momentos en los que la protagonista es la luz
eléctrica. Hay aquí un interés genuino por el análisis de los efectos luminosos que en ocasiones desborda
las características más propias del lenguaje de Paloma Hinojosa y que nos invita a pensar que aún le quedan
muchas osas por decir.
Javier Rubio Nomblot
El Punto de las Artes
Sin embargo, la obra de esta autora me parece que está por encima de los encuadres estancos, de los fronterizos
rigores intelectuales y de las innecesarias catalogaciones dialécticas. En su pintura se desprende antes todo,
supremo gozo plástico y artístico. En sus obras se respira auténtica libertad, placer, jocosa manifestación de un
impulso. Por eso su pintura recrea experiencias gozosas, sus escenarios, dentro de su íntima sencillez, están
llenos de vida, de espiritualidad, de emoción y de auténtico placer de la forma pintada.
Bernardo Palomo
Diario de Cádiz
…El amor con que están realizados estos lienzos se aprecia en su jubilosamente colorista entonación, en
la oculta dicción dibujística y en una cierta ternura romántica, bastante para la emoción. Exalta desde una
maravillosa fuerza espiritual y vitalista, toda una obra muy diversa, hasta llegar a una total armonía de belleza
y arte.
Juan B. De Ocaña
Correo del Arte
Paloma Hinojosa muestra una ferviente devoción por el dominio del color, del color a la vez vivo y grato
que aporta el recuerdo de las jugosas fantasías de Grau Sala. Que convertía su sensual figuración en un
calidoscopio de brillantísimas tonalidades. Y continuando en esa dedicación al alegre y dinámico cromatismo,
Paloma elige para sus composiciones lujosos escenarios presididos por luces nocturnas. Luces que, en lugar
de presidir en cuadro, realzan otras fulgurantes coloraciones que nunca llegan a ser estridentes.
Leopoldo Rodríguez Alcalde
El Diario Montañés
…Es una pintura cargada de sensibilidad y poesía, resuelta con un lenguaje sencillo pero escrupulosamente
pictórico. Ciertamente después de ver tantas temeridades en el panorama artístico, tanto vandalismo y
petulancia sobre la superficie de los lienzos, la pintura de Paloma es como un remanso de paz y sencillez que
hay que agradecerle.
Cristóbal Toral
Presentación Catálogo 1989
En las obras de Paloma Hinojosa parece como si el tiempo se hubiera parado “sonatina” encantada de Rubén
Darío, que arregla un jarrón con flores o fabula mirando al mar. Y si antes dije que la artista recordaba en el
color a Van Gogh, en los ambientes urbanos es una nueva Dufy que sólo pretende narrarnos lo que ve: el
quiosco, los caballitos de feria, las sombrillas. Pintura tierna e intimista, plena de alusiones oníricas. Paloma
Hinojosa poeta del paisaje.
Paloma Herrero
Espiral de las Artes
A pesar de los muchos nombres que engrosan la lista de maestros, en su caso casi queda condensado a dos:
Pierre Bonnard y Raoul Dufy. En otro de sus viajes Nueva York, se acerca con todas sus consecuencias a la
obra de Chagall. Afinando al máximo en torno a estar tres figuras y renunciando a las obvias, Paloma hace y
deshace en sus cuadros de acuerdo con lo que unos y otros significan y aportan a la pintura. Pero la herencia
parece tan marca, tan diluida en la propia sangre de la artista, que sus lienzos al final nacen de una unión
inseparable por perfecta, y que adquiere la dimensión de seña de identidad intransferible.
Laura Revuelta
Revista Blanco y Negro
…su pintura me ha hecho recordar ese magnífico cuadro de Matisse titulado “La alegría de vivir” donde cada
color acentuaba los demás cromatismos. Y es que en los cuadros más recientes de esta pintora se observa un
lirismo de gran pureza que lleva a recordar los momentos más placenteros de la existencia.
Julián H. Miranda
El Punto de las Artes
…hay en ella una fuerte personalidad y una especie de elegancia natural y sentido del ritmo artístico, realizando
también especial hincapié en lo mejor del espíritu humano.
Expansión
Colores, trazo, luz, dibujos, el mundo para la pintura y desde ella. Y es que Paloma apenas percibe que cuando
habla de lo cotidiano en su voz lleva el color en la palabra, el ademán de su figuración, pintura y luces como si
ese fuera el lugar desde el cual se mira el mundo. Sin lugar a dudas, es fruto de la necesidad, y no del azar, su
vida en la pintura, porque no incide sobre ello sino que se deja sentir, se dibuja en el ambiente y, lo que s una
sospecha, se adivina como un fondo de hondura que colorea igual que se camina para uno mismo.
Juan Antonio Tinte
Libro sobre Paloma Hinojosa, 2007
Muchas se sus obras son ventanas abiertas a la esperanza, a un paisaje de otra vida, que está en esta. Todo
esto y mucho más, ¡el arte goza de ese privilegio! Se percibe en estos lienzos, que componen la propuesta
de la artista.
El Punto de las Artes
Las líneas de colores horizontales se contraponen a las verticales, que resultan ser las líneas de movimiento
más importantes, y que dan sus cuadros un increíble aspecto espiritual, cercano a los simbolistas franceses
de finales del siglo XIX como Odilon Redón.
Joaquín Gallego
Crítica de Arte
A Paloma Hinojosa se le considera una de las pioneras del arte neoimpresionista español. Empezó a pintar en
la década de los setenta y hoy es una figura importante dentro del panorama plástico europeo.
Susan M. Bacon
Conexions Editorial Pearson. New York.
Sobre la Artista...
Algunas Exposiciones Colectivas.
2010
Beverly Hills, Galería David W.Street
Madrid, Galería Kreisler “Artistas de la Galería”
Atlanta, Georgia, De Fine Art Gallery
2009
Palm Dessert, Brennen Gallery
Calviá, Mallorca. Museo de Arte Contemporáneo
París, Galería Colette Dubois “Verano”
Madrid, Galería Kreisler
2008
París, ”Colectiva La Música”, Galería Colette Dubois
París, “El juego”, Galería Colette Dubois,
North Carolina, Charlotte, Picture House Gallery
Atlanta, Georgia, De Fine Art Gallery
2007
París, ”Colectiva de Navidad”, Galería Colette Dubois
Chicago, “Colectiva de Navidad”, Tucker Gallery
2006
Las Vegas, Feria Internacional de Arte
París, ”Colectiva de Navidad”, Galería Colette Dubois
Chicago, “Colectiva de Navidad”, Tucker Gallery
2005
París, “El invierno”, Galería Colette Dubois
París, “Pintores españoles”, Galería Colette Dubois,
Barcelona, Museo de San Cugat
2002-04
París, “El mar”, Galería Colette Dubois
París “El juego”, Galería Colette Dubois
París, “Colectiva de Navidad”, Galería Colette Dubois
Chicago, “Colectiva de Navidad”, Tucker Gallery
2001
Madrid, De arte.
2000
Biarritz, Galería Page
1999
Santander, Artesantander. Galería El Cantil
1998
Barcelona, Artexpo
1997
Barcelona, Feria del Arte de Barcelona
“El Mar”. Galería Echeberría. San Sebastián.
Vitoria, Galería Aitor
1994-95
Santander, Artesantander
1996
Madrid, Pequeñas Obras de Grandes Artistas. Galería Alfama
1993
Irún, “4 Grandes Artistas”. Galería Kokoschka
Madrid, “El Mar”. Galería Gaudí
Santander. Colectiva de Navidad. Galería Cervantes.
Málaga, Colectiva Arte Nova
Irún, Figurativos Actuales. Galería Kokoschka
1990
Madrid, “Pequeñas obras de Grandes Artistas”. Galería Alfama.
1989
Bilbao, Pintura Actual. Galería Iris
1988
Madrid, Exposición Nacional de Pintura. Caja de Madrid
1987
Madrid, “San Isidro 87”. Ayuntamiento de Madrid
Valladolid, Exposición Colectiva. Galería Rafael
Madrid, Galería Infantas
Madrid, Navacerrada, Galería Nolde
San Sebastián, Homenaje a San Sebastián. Galería Echeberría
Madrid, “Mujeres en el Arte Español’. Galería Alfama.
New Jersey, Galería Christian A. lames
1986
Toledo, Bienal del Tajo
Madrid, “San Isidro 86”. Ayuntamiento de Madrid
Madrid, Exposición Pequeño Formato”. Galería Infantas.
Colectiva Kreisler
Madrid, Salón de Otoño
Madrid, I Certamen Nacional de Pintura. Caja de Madrid
1985
Madrid, XI Muestra del Boceto en el Arte. Galería Balboa 13
Madrid, Exposición Pintura Actual, Caja de Ahorros
50 Mujeres en el Arte Español
San Sebastián, Navidad 85. Galería Echeberría
1983
Madrid, Galería Orfila
Madrid, “Colectiva de Verano”. Galería Kreisler
1978
Madrid, Figuración 78. Galería Kreisler
1976
Talavera de la Reina, Exposición en la “Casa de Cultura”
Madrid, “Minicuadros”. Galería Círculo 2
Toledo, Bienal del Tajo
1975
Madrid, Gran Premio de Pintura del Círculo de Bellas Artes
Toledo, XI Certamen de Pintura en el Palacio de Benazacón
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
2011
Madrid, Casa de Vacas. Ayuntamiento de Madrid
2010
París, Galería Colette Dubois
2009
París, Galería Colette Dubois
2008
Madrid, Presentación Libro Paloma Hinojosa, Galería Kreisler
San Francisco, California. Gallery 444
París, Galería Colette Dubois
Salt Lake City, UTAH. Thomas Anthony Gallery
2007
Chicago, Tucker Gallery.
2006
París, Galería Colette Dubois
2005
Chicago, Tucker Gallery
Madrid, Galería Kreisler
1974
Madrid, Galería Ramón Durán
Madrid, “Discípulos del Arte”. Galería Edurne
2004
París, Galería Colette Dubois
1973
Madrid, Seleccionada Premio “Francisco Alcántara”
2002
Madrid, Galería Kreisler
1972
Madrid, “Arte Contemporáneo`. Biblioteca Nacional
MAdrid, Salones de Otoño de Madrid y Albacete
1999
Cádiz, Caja San Fernando
Jerez, Caja San Fernando
Santander, Galería El Cantil
1971
Madrid, “Arte Joven”. Galería Tartesos
Granada, “La Mujer”. Fundación Rodríguez Acosta
1998
Sevilla, Caja San Fernando
Sevilla, Galería Haurie
1996
Santander, Galería Santiago Casar
Madrid, Galería Kreisler
1994
Madrid, Galería Kreisler
1993
Santander, Galería Cervantes
Barcelona, Galería Kreisler
1989
Madrid, Galería Kreisler
1986
San Sebastián, Galería Echeberría
1987
Valladolid, Galería Rafael
1985
Madrid, Galería Kreisler
1981
Madrid, Galería Kreisler
1976
Madrid, Galería Ingres
1973
Madrid, Galería Grin Gho.
Algunos Certámenes y Premios.
2004
Finalista Premio BMW
1996
Finalista Premio BMW.
1995
Finalista Premio Banús. Seleccionada Bienal M Deporte.
1993
Finalista Premio Cajamadrid. Medalla de Honor. Premio BMW.
1992
Finalista V Centenario. Granada. Seleccionada Premio Ejército. Madrid. Seleccionada Certamen Nacional de
Valdepeñas.
Finalista Fundación Picasso. Málaga.
1991
Seleccionada Exposición “90 de los 90”, (Seguros Bilbao). Exposición itinerante en Madrid, Barcelona y Bilbao.
1990
Finalista “Premio Solar de Samaniego”, Madrid. Medalla de Honor “Pintores para el 92”. Caja de Huelva y Sevilla.
Accésit Certamen Madrid 2. Caja de Madrid.
1988
Primera Medalla “San Isidro 88” de¡ Ayuntamiento de Madrid.
Seleccionada Exposición Nacional de Pintura de la Caja Postal. (Exposición itinerante por distintas provincias
españolas).
1987
Tercera Medalla Salón de Otoño (Madrid). Seleccionada Premio de Pintura Durán (Madrid).
1986
Tercera Medalla “San Isidro 86” sobre temas de Madrid.
1984
Premio Galerías Preciados. Obtiene accésit.
1975
Seleccionada para el Gran Premio del Círculo de Bellas Artes (Madrid).
1971
Beca de la Fundación Rodríguez Acosta (Granada).
La Obra.
Detalle.
Otra noche en La Habana. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Place Vendôme. 97x162 cm. Óleo sobre lienzo.
Noche en el campo. 40x120 cm. Óleo sobre lienzo.
Comida en el campo. 90x90 cm. Óleo sobre lienzo.
Recuerdo de Barbados. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Verbena. 81x100 cm. Óleo sobre lienzo.
Mágica noche. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Cinco ciclistas. 40x160 cm. Óleo sobre lienzo.
La buena vida. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Alegría de vivir. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Música de piano. 130x195 cm. Óleo sobre lienzo.
El chiringuito de la playa. 130x162 cm. Óleo sobre lienzo.
Plaza de París. 130x130 cm. Óleo sobre lienzo.
Mujeres en la terraza. 116x120 cm. Óleo sobre lienzo.
Mujeres en el sur. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Mujer del sur. 90x90 cm. Óleo sobre lienzo.
Mujeres en la playa. 90x90 cm. Óleo sobre lienzo.
Cuento en el campo. 130x162 cm. Óleo sobre lienzo.
Otra fiesta en el jardín. 130x162 cm. Óleo sobre lienzo.
Playa blanca con palmeras. 73x116 cm. Óleo sobre lienzo.
Detalle.
San Juan de Luz. 60x81 cm. Óleo sobre lienzo.
Tarde de playa. 60x81 cm. Óleo sobre lienzo.
Noche de verano con luna. 130x162 cm. Óleo sobre lienzo.
Noche del sur. 60x73 cm. Óleo sobre lienzo.
I can´t stop loving you. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Recuerdo de La Habana. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Plaza de los Vosgos. 97x162 cm. Óleo sobre lienzo.
El encuentro. 200x200 cm. Óleo sobre lienzo.
Playa blanca, luna llena. 114x146 cm. Óleo sobre lienzo.
Mágica noche de verano. 160x195 cm. Óleo sobre lienzo.
Playa blanca (tríptico). 120x240 cm. Óleo sobre lienzo.
Dos mujeres y tres mojitos. 130x130 cm. Óleo sobre lienzo.
Alegre verano. 100x210 cm. Óleo sobre lienzo.
Café de Flore III. 40x120 cm. Óleo sobre lienzo.
Paisaje nevado con ciclista. 40x120 cm. Óleo sobre lienzo.
La buena vida II. 80x30 cm. Óleo sobre lienzo.
Encuentro. 80x130 cm. Óleo sobre lienzo.
Después de esquiar. 80x40 cm. Óleo sobre lienzo.
La casa de Mozart. 90x90 cm. Óleo sobre lienzo.
Interior en playa blanca. 90x90 cm. Óleo sobre lienzo.
Hotel de La Habana. 81x100 cm. Óleo sobre lienzo.
Maternidad. 70x70 cm. Óleo sobre lienzo.
Detalle.
Tres mujeres con sombrero. 130x162 cm. Óleo sobre lienzo.
Ciclista en invierno. 30x80. Óleo sobre lienzo.
Sevilla tuvo que ser. 50x50 cm. Óleo sobre lienzo.
Terraza con músicos. 51x60 cm. Óleo sobre lienzo.
Museo D´Orsay bajo la nieve. 73x60 cm. Óleo sobre lienzo.
Playa blanca con mar azul. 130x162 cm. Óleo sobre lienzo.
Noche del Sur II. 130x162 cm. Óleo sobre lienzo.
Megeve. 50x16 cm. Óleo sobre lienzo.
Londres. 50x16 cm. Óleo sobre lienzo.
Praga. 50x16 cm. Óleo sobre lienzo.
Estambul. 50x16 cm. Óleo sobre lienzo.
Lugano. 50x16 cm. Óleo sobre lienzo.
Venecia. 50x16 cm. Óleo sobre lienzo.
París. 50x16 cm. Óleo sobre lienzo.
Impreso por Gráficas Energy
Fotografías de las obras: Joaquín Cortés.
Diseño: marcosduran.es
Con la colaboración de Rocío Labrador
Madrid 2011
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