e-Higiene es la plataforma e-learning del Colegio Profesional de Higienistas Dentales de la Comunidad de Madrid. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este curso, por cualquier medio o procedimiento, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del Colegio Profesional de Higienistas Dentales de la Comunidad de Madrid. Autor del contenido de este curso: Mª Teresa Carrión García. © Colegio Profesional de Higienistas Dentales de la Comunidad de Madrid, 2015 M2 2 Curso e-learning “Deglución Atípica. 1ª Edición” Presentación: El curso “Deglución Atípica” está dirigido a higienistas dentales, como profesionales que tienen contacto con pacientes, niños y adultos, que, por el hecho de tener una maloclusión dental y necesitar tratamiento ortodóncico, pueden presentar esta alteración de la deglución. Esta patología está presente en la mayoría de los pacientes que presentan maloclusión dental, y, sin embargo, es todavía algo “desconocida” entre el personal de clínicas dentales. Es por ello que se considera necesario que los higienistas dentales conozcan aspectos de esta patología: qué es, cuáles son sus síntomas, cómo evaluarla y en qué consiste su tratamiento. Este curso les hará entender el funcionamiento de los órganos del aparato estomatognático, para comprender cómo se realizan de manera correcta las funciones orofaciales, entre las que se encuentra la deglución. Con estos conocimientos será sencillo aprender cómo evaluar los órganos y funciones orofaciales del paciente para detectar si presenta deglución atípica y recomendar el tratamiento adecuado para corregir esta patología: el logopédico. Es importante saber que el higienista dental u otro personal de clínicas dentales que realice este curso, estará capacitado con su realización para detectar un posible caso de deglución atípica, pero no para realizar el tratamiento, que corresponde al logopeda. La función del higienista dental en este trastorno será detectar una probable alteración en la deglución (deglución atípica o disfuncional) y derivar al paciente a un profesional de la logopedia, para que confirme el diagnóstico y programe el tratamiento. Así mismo, el higienista tendrá, junto al logopeda, la función de llevar a cabo una coordinación entre ambos tratamientos, informándose mutuamente de las actuaciones que se estén llevando a cabo con el paciente con el fin de mejorar su rehabilitación. El curso se compone de cuatro módulos, divididos en unidades didácticas. La evaluación consistirá en la resolución de un cuestionario tipo test en cada uno de los módulos. La tutora/formadora del curso resolverá las dudas que puedan surgir a los alumnos. Esperamos que este curso sea de vuestro agrado. Tanto el Colegio de Higienistas Dentales de Madrid como la tutora, Mª Teresa Carrión García, haremos lo posible para que así sea. M2 3 Contenidos: MÓDULO I.- ANATOMÍA DEL APARATO ESTOMATOGNÁTICO Y FUNCIONES OROFACIALES. • • Unidad didáctica I. Aparato Estomatognático o Sistema Orofacial. Unidad Didáctica II. Funciones Orofaciales. MÓDULO II.- DEGLUCIÓN ATÍPICA Y TRASTORNOS ASOCIADOS. • • • Unidad Didáctica I. Maloclusiones Dentales. Unidad Didáctica II. Deglución Atípica. Unidad Didáctica III. Trastornos Asociados. MÓDULO III.- EXPLORACIÓN DE LOS ÓRGANOS Y FUNCIONES OROFACIALES. DIAGNÓSTICO DE LA DEGLUCIÓN ATÍPICA. • • • Unidad Didáctica I. Entrevista inicial. Recogida de datos. Anamnesis. Unidad Didáctica II. Exploración anatómica y funcional de los órganos del sistema orofacial. Unidad Didáctica III. Exploración de las funciones orofaciales. MÓDULO IV.-TRATAMIENTO DE LA DEGLUCIÓN ATÍPICA • • • Unidad didáctica I. Terapia Miofuncional Orofacial. Unidad didáctica II. Ejercicios de terapia miofuncional orofacial para la corrección de la deglución atípica. Unidad didáctica III. Casos Prácticos. M2 4 M2 5 MÓDULO II. Deglución Atípica y Trastornos Asociados. Unidad Didáctica I. Maloclusiones Dentales. 1. Conceptos previos. 1.1. Oclusión dentaria normal. 1.2. Versión y tipos de versiones. 1.3. Partes de los dientes. 2. Oclusión y maloclusión dental. 2.1. Definición. 2.2. Clasificación de las maloclusiones. 2.3. Etiología de las maloclusiones. 3. Tratamiento de las maloclusiones dentales: Ortodoncia y Terapia Miofuncional. 3.1. Tratamiento ortodóncico de las maloclusiones dentales. 3.2. Terapia Miofuncional. 3.3. Relación entre ortodoncista y logopeda. Unidad Didáctica II. Deglución Atípica. 1. 2. 3. 4. 5. 6. Introducción. Deglución atípica. Definición. Etiología de la Deglución atípica. Deglución normal. Características de la deglución infantil. Características de la deglución atípica. 6.1. Tipos de deglución atípica. 7. Deglución adaptada. Unidad Didáctica III. Trastornos Asociados. 1. 2. 3. 4. 5. 6. Alteración de la respiración: Síndrome del Respirador Bucal. Alteraciones de la masticación. Hábitos de succión no nutritiva. Bruxismo. Síndrome de disfunción de la articulación temporomandibular (SDATM). Incompetencia velar. M2 6 OBJETIVOS - Conocer los conceptos de oclusión y maloclusión dental, así como los tipos de maloclusión dentaria y los factores que pueden haber intervenido en su aparición. - Diferenciar las características de la deglución atípica de las de la deglución normal. - Identificar los factores etiológicos de la deglución atípica o disfuncional. - Conocer los conceptos de ortodoncia y logopedia y la relación entre ambas disciplinas en el tratamiento de la deglución atípica. - Adquirir conceptos básicos sobre el tratamiento ortodoncico: los tipos de aparatología ortodóncica, las partes que los componen y la función que cumplen. - Diferenciar los diversos tipos de deglución disfuncional y conocer las características de cada uno de ellos. - Relacionar el tipo de maloclusión dentaria con el tipo de deglución atípica o disfunción orofacial que pudo haberla causado. - Adquirir conocimientos sobre los trastornos asociados a la deglución atípica para aprender a identificarlos y asociarlos a esta disfunción. M2 7 INTRODUCCIÓN Puesto que la deglución atípica está relacionada con las maloclusiones dentarias, así como con los hábitos de succión no nutritiva o la respiración bucal es necesario conocer estos trastornos y saber relacionarlos entre sí para poder realizar una evaluación y un diagnóstico adecuados. Así mismo, es importante conocer conceptos como el de terapia miofuncional, ortodoncia y la relación entre ellas. En el siguiente módulo aprenderás estos conceptos esenciales para entender el trastorno de deglución atípica. La Unidad Didáctica III de este módulo está dedicada a los trastornos asociados a la deglución atípica, pero otro de los trastornos asociados son las maloclusiones dentales, que se explican con más detalle en la Unidad Didáctica I. Diversos hábitos disfuncionales, como la onicofagia, succión de chupete, de dedos, respiración oral, etc. se nombran en varias ocasiones dentro de este módulo, pues se pueden considerar trastornos asociados a la deglución atípica y factores etiológicos de ésta y de las maloclusiones dentarias. UNIDAD DIDÁCTICA I. MALOCLUSIONES DENTALES 1. CONCEPTOS PREVIOS Para entender la terminología utilizada en los contenidos de este módulo es necesario conocer ciertos conceptos, relacionados con la anatomía de la boca y los dientes. A continuación explicaremos los más importantes. M2 8 1.1. OCLUSIÓN DENTARIA NORMAL Es importante reconocer precozmente la cronología y secuencia de la erupción dentaria y los patrones de desarrollo normales de las arcadas dentarias, y controlar adecuadamente cada fase. Estas son las características de la oclusión normal en dentición temporal y permanente. Dentición primaria o temporal: Una vez que han salido los 20 dientes temporales, se establece la oclusión con las siguientes características: • • • • • • • Los dientes superiores cubren en toda su extensión a los inferiores en los tres sentidos del espacio, guardando relación entre ambas arcadas. Los incisivos superiores cubren a los inferiores en 1 ó 2 mm. Es fisiológicamente normal que aparezcan espacios entre los incisivos, llamados diastemas. La disposición de los dientes en las arcadas óseas es más vertical con relación a la dentición permanente. En los dientes caninos, el superior ocluye en el punto de contacto entre el canino y el primer molar inferior. Se la denomina Clase I canina. Existen espacios por delante de los caninos superiores y por detrás de los caninos inferiores denominados espacios de primate, indicativos de un crecimiento óseo adecuado. Los molares superiores sobrepasan en sentido transversal en 1 o 2 mm a los inferiores y en su porción distal en la mayoría de los casos se relaciona con el inferior en el mismo plano “plano pos-lácteo” o terminal. Esta relación dentaria determina una interrelación de perfecto engranaje del resto de los dientes. A partir de los 6 años se inicia el recambio de los dientes, de manera que coinciden las dos denticiones, a esta dentición se la denomina dentición mixta, la primera fase se extiende aproximadamente entre los 6 y los 8 años. Empiezan a salir los primeros molares permanentes y se efectúa el recambio de los 8 incisivos superiores que erupcionan mas inclinados con respecto a las bases óseas de los temporales. En la segunda fase de la dentición mixta, de los 8 a los 12 años, se recambian el resto de dientes, que, generalmente, irán ocluyendo en normo oclusión, en ausencia de factores que los modifiquen. Cualquier alteración en estas relaciones determina la aparición de una maloclusión dentaria. Las características de la oclusión en dentición permanente se explican con más detalle más adelante, aunque adelantaremos algunas características: Los humanos tenemos 16 piezas dentarias en cada arcada. Estas se encuentran en posición de máxima intercuspidación (PIM), es decir, cuando las piezas dentarias tienen los máximos M2 9 contactos dentarios en posición de cierre, de manera que cada pieza dentaria articula con dos piezas antagonistas, excepto los incisivos centrales inferiores y los últimos molares superiores que articulan solamente con su pieza antagonista. (Observar esto en las siguientes fotos). Imagen 1 Imagen 2 Los incisivos superiores tienen mayor tamaño, por lo que resaltan sobre los inferiores cuando ocluyen con ellos. Las piezas dentales superiores están más distanciadas entre sí que las inferiores, por lo que se da el caso de que el canino superior está situado más atrás que el inferior, articulando con el canino inferior y el primer premolar inferior. 1.2. VERSIÓN Y TIPOS DE VERSIONES Más adelante, en la explicación de las maloclusiones dentarias hablaremos de versiones, por lo que también es conveniente conocer este concepto. Se denomina versión a la posición anormal de los dientes. Hay varios tipos de versión, según la dirección de desviación: 1. Vestibuloversión: Inclinación hacia el labio o hacia la mejilla. También denominada labioversión, o inclinación hacia el labio. 2. Palatoversión: Inclinación hacia el paladar (de los dientes superiores) 3. Linguoversión: inclinación hacia la lengua (de los dientes inferiores) 4. Mesioversión: inclinación hacia la línea media. 5. Distoversión: inclinación distal a la posición normal. 6. Supraoclusión: inclinación hacia fuera de la línea de oclusión. 7. Infraoclusión: inclinación más cerca de la línea de oclusión. 8. Giroversión: inclinación hacia la rotación en su propio eje. 9. Transposición: inclinación hacia la posición de otro diente. M2 10 1.3. PARTES DE LOS DIENTES Más adelante también se hará referencia a diversas partes de los dientes, por lo que es conveniente conocer algunas de ellas. Los elementos estructurales de las piezas dentarias son: • • • • • • • Cúspides: Poseen una forma de pirámide cuadrangular cuya base se suelda al cuerpo del diente. Surcos: Constituyen una interrupción notable en la superficie dentaria. Están excavados en el esmalte aunque a veces pueden aparecer como una verdadera fisura, con tejido dentario en su fondo. Fosas: Son excavaciones irregulares, algo más profundas que los surcos. Depresiones: Son cavidades amplias y poco profundas que pueden o no estar delimitadas con respecto al resto de la superficie dentaria Rebordes Marginales: Son eminencias alargadas de sección triangular que aparecen “en las caras oclusales” o “en las palatinas o linguales” de los dientes con borde incisal. Aristas: Las aristas son la intersección de dos planos. Se encuentran delimitando las distintas facetas de una cúspide. Crestas: Se presentan las crestas como una prominencia del esmalte, alargada y notable. En la explicación de las maloclusiones dentales se hace referencia a las distintas cúspides de las piezas dentarias, que reciben su nombre por las caras de los dientes entre las que están situadas. Las caras de los dientes son: - Cara mesial. Situada hacia la línea media. Cara vestibular. Hacia el lado o la mejilla. Cara distal. Hacia el lado más alejado de la línea media. Cara lingual (en los dientes inferiores). Hacia la lengua. Cara palatina (en los dientes superiores). Hacia el paladar. El nombre que reciben las cúspides de las piezas dentarias está relacionado con las caras de los dientes entre las que están situadas. En la imagen se pueden observar los molares superiores e inferiores y sus caras. Imagen 3 M2 11 2. OCLUSIÓN Y MALOCLUSIÓN DENTAL 2.1. DEFINICIÓN La oclusión dentaria es la íntima relación de contacto que establecen los dientes de ambas arcadas durante los movimientos mandibulares. La oclusión normal se produce cuando las piezas dentarias encajan de manera que existe un contacto máximo entre ellas. Cada pieza dentaria se articula con sus antagonistas lo que permite masticar adecuadamente. Cuando los dientes están cerrados, los incisivos superiores, de mayor tamaño y más separados, resaltan sobre los inferiores. Oclusión Normal Imagen 4 Imagen 5 La malposición dentaria es la posición anormal de uno o varios dientes. Esta malposición conlleva que las piezas dentarias superiores e inferiores no encajen y articulen de manera correcta, por lo que se produce una maloclusión dentaria. La maloclusión dentaria es una alteración de la oclusión. La unión entre los dientes superiores e inferiores es deficiente y la arcada superior no encaja con la inferior. La maloclusión afecta al aspecto de los dientes, dificulta los movimientos de la boca al hablar, masticar o tragar, además de que puede producir enfermedad periodontal y caries. M2 12 2.2. CLASIFICACIÓN DE LAS MALOCLUSIONES Las maloclusiones pueden clasificarse de diversas maneras: 2.2.1. Clasificación etiológica Atendiendo a la causa que las provoca pueden clasificarse en dentarias, óseas y funcionales. 2.2.1.1. Dentarias: Tienen su origen en la malposición de los dientes, siendo normales las bases óseas (maxilar superior y mandíbula). 2.2.1.2. Óseas: El defecto se encuentra en las bases óseas. Se deben a falta o exceso de crecimiento de los maxilares y a una malposición del macizo craneofacial. 2.2.1.3. Funcionales o musculares: Son debidas a alteraciones en la dinámica mandibular. Las alteraciones musculares conllevan una oclusión dentaria anormal. 2.2.2. Clasificación de Angle Angle, considerado el padre de la Ortodoncia, describió, a finales del siglo XIX, los distintos tipos de maloclusiones basándose en la relación del primer molar superior permanente con el primer molar inferior permanente. Consideró la posición de los primeros molares permanentes como puntos fijos de referencia de la estructura craneofacial. Para su clasificación, Angle no tuvo en cuenta las relaciones transversales ni verticales de los dientes, ni las anomalías de las bases óseas, sin embargo, hoy en día se sigue utilizando mundialmente su clasificación de las maloclusiones dentarias. Angle estudió las relaciones mesiodistales de las piezas dentarias basándose en la posición de los primeros molares permanentes. En base a estas describió los diferentes tipos de maloclusión, a los que llamó Clases. En la oclusión normal, denominada también normoclusión o neutroclusión, el primer molar superior articula con el primer molar inferior de forma que la cúspide mesiovestibular del superior encaja en el surco mesiovestibular del inferior Angle clasifica las maloclusiones en tres tipos: M2 13 2.2.2.1. CLASE I La relación de los maxilares es normal. La cúspide mesiovestibular del primer molar superior ocluye en el surco mediovestibular del primer molar inferior. El primer molar superior encaja con el inferior, que esta un poco más adelantado. También se observa que la punta del canino superior está situada entre el primer premolar y el canino inferior. Los incisivos superiores e inferiores estarían en contacto y en una inclinación correcta. Entre el maxilar superior y la mandíbula existe una relación normal, solo los dientes pueden presentar alteraciones. Imagen 6 Imagen 9 Imagen 7 Imagen 8 Imagen 10 M2 14 2.2.2.2. CLASE II La mandíbula se encuentra en posición distal con respecto al maxilar superior, es decir, hacia atrás. La cúspide distovestibular del primer molar superior está en oclusión con el surco mesiovestibular del primer molar inferior. Existe oclusión cuando los dientes inferiores se hallan en posición posterior respecto a los superiores. Dentro de la clase II, se distinguen la división 1 y la división 2: • División 1. La División I de la Clase II de Angle es la oclusión donde se encuentra la parte inferior retruida (en posición posterior) respecto a la superior, creándose un resalte en los incisivos. El molar y el canino inferiores están retruidos respecto a la posición descrita en la Clase I. Puede ser de origen inferior, por retrusión de la mandíbula, superior, por adelantamiento del maxilar, o mixto. Los molares están en clase II y los incisivos superiores en labioversión acentuada, es decir, protuidos o inclinados hacia delante. Puede aparecer atresia (estrechez) en la arcada superior. En reposo la lengua suele encontrarse en posición baja. Durante la deglución, los músculos buccinador y mentoniano presentan una actividad anormal y la lengua se sitúa en posición de compensación. Este tipo de maloclusión suele ir asociada a malos hábitos orales (succión digital, respiración bucal, uso prolongado del biberón o el chupete, etc.) La clase II puede presentarse en ambos lados del arco maxilar o solamente en uno de ellos. Cuando es de un solo lado se denomina clase II subdivisión del lado afectado. • División 2. Este tipo de maloclusión se da cuando la parte inferior está retruida respecto a la superior y los incisivos están inclinados hacia dentro o retro inclinados (en palatovesión). Los incisivos centrales superiores están girados hacia dentro (palatoversión) y los incisivos laterales superiores hacia afuera (vestibuloversión o labioversión). En este M2 15 caso, según la bibliografía consultada, también se le da el nombre de división segunda Deck-Biss. Hay casos en los que los incisivos centrales y laterales superiores se inclinan hacia el paladar y los dientes caninos superiores se hallan en posición vestibular, es decir, hacia fuera. El maxilar superior no es atrésico (estrecho) sino ancho, y la mordida es muy profunda. Imagen 11 Imagen 12 Imagen 14 2.2.2.3. Imagen 13 Imagen 15 CLASE III En este tipo de oclusión, el surco mesiovestibular del primer molar permanente inferior está en oclusión anterior con la cúspide mesiovestibular del primer molar permanente superior. La mandíbula sobresale desproporcionadamente hacia adelante. El molar inferior y el canino están adelantados con respecto a la posición descrita en la Clase I. En ocasiones se asocia hiperplasia (crecimiento excesivo) de la mandíbula, mordida cruzada anterior y linguoversión de los incisivos superiores (posicionados hacia atrás) o mordida borde a borde. Puede darse en un solo lado o en ambos. Puede ser de origen inferior, por adelantamiento de la mandíbula, superior, por retrusión del maxilar, o mixto. M2 16 Imagen 16 Imagen 17 Imagen 18 Imagen 20 Imagen 19 Imagen 21 A. Oclusión normal o normoclusión. Clase I de Angle. B. Oclusión normal con malposición dental. C. Clase II de Angle. D. Clase III de Angle. M2 17 La clasificación de las maloclusiones de Angle es la más utilizada, aunque no siempre se cumplen los criterios de manera simétrica, por lo que podemos encontrarnos con una normoclusión o Clase I de un lado y una Clase II a nivel molar del lado opuesto. También se puede encontrar Clase I a nivel molar o a nivel de incisivos dependiendo de dónde se encuentren las líneas de desviación. El logopeda debe conocer todos estos tipos de maloclusiones para poder realizar un diagnóstico diferencial y ser capaz de relacionar la disfunción con la forma. La maloclusión debe ser tratada a nivel global, teniendo en cuenta tanto la formación ósea y maxilar como la muscular, además de las funciones implicadas. 2.2.3. Clasificación de Lischer La clasificación de Lischer relaciona la posición del maxilar superior y de la mandíbula. Lischer, en 1912, diferenció tres tipos de oclusión: 1. Neutroclusión. La relación anteroposterior, de delante a atrás, del maxilar superior y de la mandíbula es normal. Es equivalente a la clase I de Angle. 2. Distoclusión. Se produce cuando la mandíbula está en posición distal (hacia atrás) con respecto al maxilar superior. Este tipo equivale a la clase II de Angle. 3. Mesioclusión. La mandíbula está en posición mesial (hacia delante) con respecto al maxilar superior. La mesioclusión equivale a la clase III de Angle. 2.2.4. Clasificación por planos 2.2.4.1. Plano troncal o frontal. Es el plano paralelo a la cara y sirve para observar las desviaciones de la línea media hacia uno u otro lado. Las asimetrías mandibulares y/o alteraciones en la articulación temporomandibular (ATM) pueden producir desviaciones en apertura de la boca. Las interferencias oclusales o los contactos desviados de la norma pueden producir alteraciones en el cierre de la boca. Algunos hábitos disfuncionales, como la masticación unilateral, pueden provocar disfunciones temporomandibulares y crecimiento mandibular desequilibrado. M2 18 2.2.4.2. Plano sagial. Es el plano anteroposterior de la cara y corresponde a una visión lateral. Se pueden observar las alteraciones anteroposteriores a nivel molar, canino e incisivo, tanto unilaterales como bilaterales. 1. A nivel molar las maloclusiones se clasifican según la clasificación de Angle. 2. A nivel de caninos se observa: a. Clase I. En la que la cúspide del canino superior encaja en el espacio situado entre el canino y premolar inferiores. b. Clase II. La cúspide del canino superior articula a nivel mesial en el espacio situado entre el canino inferior y el primer premolar. c. Clase III. En la que la cúspide del canino superior articula a nivel distal del mismo espacio interdentario inferior. 3. A nivel incisivo hay que tener en cuenta el concepto de overjet o resalte de las piezas superiores respecto a las inferiores, es decir, cuando los incisivos superiores están adelantados con respecto a los inferiores en el plano horizontal. De esta manera se pueden distinguir los siguientes tipos: a. Clase I. El overjet es de 1 ó 2 milímetros, lo que se considera normal. b. Clase II. El overjet es mayor de 3 milímetros. c. Clase III. El overjet es menor de 0 milímetros, con lo que aparece una mordida cruzada anterior. d. Mordida borde a borde. Cuando el overjet es de 0 milímetros, es decir, cuando los incisivos superiores e inferiores están al mismo nivel y chocan entre sí. 2.2.4.3. Plano horizontal. A nivel horizontal se tienen en cuenta las variaciones que pueden existir en el overjet de la piezas superiores respecto de las inferiores. De esta manera se distinguen: 1. Mordida normal. Cuando los dientes superiores cubren a los inferiores. 2. Mordida cruzada o hacia la lengua. Se produce cuando los dientes superiores entran por dentro de los inferiores, es decir, cuando el overjet es menor de 0 milímetros. M2 19 3. Mordida en tijera o cruzada bucal. se da cuando los dientes superiores sobrepasan a los inferiores, es decir, cuando el overjet es mayor de 3 milímetros. 2.2.4.4. Plano vertical. Se refiere a la visión a frontal pero a nivel dentario. De esta manera se distinguen: 1. Mordida abierta. En la que los dientes superiores e inferiores no contactan entre sí, es decir, no hay resalte vertical (overbite). 2. Mordida profunda o sobre mordida, en la que los dientes superiores sobrepasan a los inferiores. Imagen 22 Mordida cruzada Imagen 23 Mordida borde a borde Imagen 24 Mordida abierta Imagen25 Sobremordi 2.2.5. Clasificación en sentido transversal En oclusión normal los molares superiores deben sobrepasar en una cúspide (en la mitad de su diámetro) al inferior, es decir las piezas dentales superiores están más hacia el exterior (hacia mejilla y labios) que las inferiores Denominamos mordida cruzada cuando el molar inferior está situado más hacia el exterior que el superior. Denominamos mordida en caja cuando el molar superior está completamente desplazado hacia el exterior respecto al inferior, es decir, lo normal sería que estuviera en la mitad de su diámetro pero aquí lo hace en su totalidad. M2 20 2.2.6. Clasificación a nivel anterior En normo oclusión los incisivos superiores han de tapar 1/3 de los inferiores. Si los superiores tapan más lo denominamos sobremordida (pueden llegar a tapar los inferiores completamente). Si los superiores no tapan a los inferiores lo denominamos mordida abierta. En sentido transversal, consideramos normal que los incisivos superiores están avanzados ligeramente respecto a los inferiores pero debe existir contacto entre ellos. Denominamos mordida cruzada cuando el inferior está por delante del superior. Hablamos de resalte u overjet cuando el superior está más avanzado que el inferior sin haber contacto entre ellos. Otra entidad que no se refleja en el esquema es la mordida borde a borde. La observamos cuando los bordes incisales (las puntas) de los incisivos superiores e inferiores coinciden. MALOCLUSIONES Y PERFIL FACIAL La Clase I se corresponde con el perfil facial ortognático, la Clase II con el retrognático y la Clase III con el prognático. Imagen 26 M2 21 2.3. ETIOLOGÍA DE LAS MALOCLUSIONES Los factores que pueden originar una maloclusión dental son diversos. La persistencia de estos factores durante el crecimiento del niño ocasiona un peor pronóstico de la maloclusión. La etiología de las maloclusiones se debe a muchos factores. 2.3.1. Factores hereditarios. Algunas anomalías dentarias y trastornos maxilofaciales de origen hereditario son las agenesias (falta de algún diente por ausencia en su formación), dientes supernumerarios, macrodoncia (aumento del tamaño de los dientes), microdoncia (reducción del tamaño de los dientes), laterales conoides (dientes muy pequeños con forma afilada), rotaciones (anomalía en la posición), prognatismos mandibulares (mandíbula adelantada), biprotusión (maxilares grandes y adelantados), atresias (falta de desarrollo de alguno de los maxilares), etc. Normalmente estas patologías están asociadas a otros factores. 2.3.2. Factores generales. • Esqueléticos: los dientes entran dentro de los maxilares, por lo que cualquier anomalía en el volumen o la posición de estos podría causar una maloclusión. • Musculares: Cualquier modificación en el equilibrio de mejillas, labios y lengua podrá producir una alteración. • Dentales: la desproporción entre el tamaño dentario y el de los maxilares también puede provocar una maloclusión. 2.3.3. Factores locales. • Anomalías en el número de dientes, por falta de dientes que no se han formado (agenesia) o por existencia de mayor número de dientes (dientes supernumerarios). • Anomalías del tamaño: microdoncia, que suele acompañarse de diastemas (huecos entre los dientes) o macrodoncia, que suele acompañarse de apiñamiento. • Anomalías en la forma. Morfología distinta a las piezas del mismo grupo. Puede ser producida por traumatismo en la dentición temporal. • Pérdida prematura de dientes. Cuando hay una pérdida de dientes temporales o permanentes, los dientes adyacentes se moverán ocupando un espacio que no les corresponde, provocando así una alteración en la oclusión. • Tejidos blandos: la inserción baja del frenillo labial puede producir un diastema. • Caries: se puede producir una maloclusión si se producen caries interproximales (entre los dientes) ya que el espacio que queda es menor. • Traumatismos: fractura mandibular, presencia de quistes y traumas también producen maloclusiones. M2 22 2.3.4. Factores ambientales o hábitos disfuncionales. • Respiración oral o bucal. Al realizar este tipo de respiración el aire no pasa por las fosas nasales, por lo que el paladar se eleva y se estrecha, lo que provoca maloclusión por el contacto existente entre el techo del paladar y el suelo de las fosas nasales. Imagen 27 • Deglución atípica o disfuncional. En la primera fase de la deglución la lengua empuja los dientes o se interpone entre ellos, lo que produce inclinación de los dientes superiores o inferiores, dependiendo de la parte que empuje la lengua. Imagen 28 • Succión digital: Las consecuencias de este hábito dependerán de algunas variables, como pueden ser la intensidad con la que se realice el hábito, la frecuencia con la que se realice (todo el día, solo por la noche…), la duración (desde cuándo realiza el hábito), el patrón morfogenético o los dedos que se succionan y la posición que tengan. Como consecuencia de este hábito los dientes superiores pueden inclinarse y los inferiores retroinclinares, produciéndose una mordida abierta anterior. También se produce incompetencia labial y estrechamiento del arco superior. Imagen 29 M2 23 • Succión labial. La succión del labio suele provocar anomalías en los labios, la piel y la mucosa, produciéndose efectos como la inclinación de los dientes superiores y deficiente sellado labial. Este hábito suele ir acompañado de succión digital o interposición lingual. Imagen 30 • Succión del chupete. Produce anomalías similares a la succión digital. Imagen 31 Los hábitos de succión no nutritiva (HSNN) prolongados, disfunciones orales como la respiración bucal y las disfunciones linguales y labiales, son factores etiológicos involucrados en el desarrollo de las maloclusiones. M2 24 3. TRATAMIENTO DE LAS MALOCLUSIONES DENTALES: ORTODONCIA Y TERAPIA MIOFUNCIONAL La ortodoncia es una especialidad de la odontoestomatología que se ocupa del estudio del crecimiento de las estructuras craneofaciales y del tratamiento de las posibles desviaciones que se salen de la norma. Con la ortodoncia se busca tanto la estética de la boca del paciente como la salud del aparato bucodental, intentando colocar de manera alineada las piezas dentarias. Para ello se estudia la posición de los dientes, las maloclusiones que aparecen cuando estos no encajan adecuadamente entre sí, y si es conveniente intervenir con aparatología para colocarlos en su sitio. Existen varios tipos de ortodoncia: • Preventiva, cuando el tratamiento va dirigido a prevenir la maloclusión, por ejemplo, utilizando mantenedores del espacio. • Interceptiva, cuando se pretende eliminar malos hábitos, por ejemplo, el uso de rejillas para evitar la protusión lingual. • Curativa, cuando se trata la oclusión ya avanzada. Se pueden clasificar los tratamientos ortodóncicos en diferentes tipos, según la aparatología usada, así, la ortodoncia removible usa aparatos removibles, la fija utiliza aparatos fijos, la funcional usa aparatos funcionales, la elástica utiliza aparatos elásticos y la quirúrgica precisa de la cirugía para corregir la maloclusión. A partir de los 10 años, con la dentición permanente, es cuando se empiezan a utilizar aparatos ortodóncicos, sobretodo fijos, aunque la edad depende de la gravedad de la alteración que presente el paciente y de la opinión de cada ortodoncista. La corrección de la alineación de los dientes sigue el mismo proceso a cualquier edad, aunque el adulto a veces necesita de mas de un tratamiento ya que sus estructuras orofaciales son más sólidas. Visitando al ortodoncista en edades tempranas podemos prevenir alteraciones orofaciales y males mayores. Un logopeda hará una valoración de las estructuras y funciones orofaciales, pudiéndose evitar en muchos casos las alteraciones en la oclusión dental si se tratan las disfunciones orofaciales a tiempo. M2 25 Se deben tener en cuenta una serie de signos para consultar a un ortodoncista: 1. Cuando se produce una alteración en la alineación de los dientes. 2. Cuando aparecen molestias durante la masticación. 3. Cuando hay dificultad para mantener el sellado anterior de los labios, por respiración oral o por protrusión de los dientes hacia delante. 4. Cuando hay problemas de pronunciación asociados a un cierre dentario insuficiente. 5. Cuando hay alteración en la forma de la cara o desproporción entre los maxilares. 3.1. TRATAMIENTO ORTODÓNCICO DE LAS MALOCLUSIONES DENTARIAS. La ortodoncia utiliza varios tipos de aparatatología ortodóncica para tratar las maloclusiones dentales. A continuación se explican los más utilizados: 3.1.1. Aparatos fijos. Van adheridos sobre los dientes y la persona que los usa no puede quitárselos. Pueden combinarse con otros tipos de ortodoncia y se pueden realizar todo tipo de movimientos. Utiliza fuerzas continuas, que son más peligrosas para el diente, por lo que se necesita un gran control por parte del ortodoncista. Los elementos utilizados en aparatología fija son: • • • • • Bandas. Son elementos metálicos con forma de anillos colocados sobre los molares. Brackets. Son elementos metálicos o de cerámica que se colocan adheridos a los dientes. Sirven para sujetar el arco, que es el elemento activo. Arcos. Se sitúan sobre los brackets. Ligaduras. Sujetan el arco al bracket. Elásticas. Complementan los desplazamientos dentarios. Imagen 32 Arco, brackets y elásticas. Banda Imagen 33 Imagen 34 M2 26 3.1.2. Aparatos removibles. Estos aparatos se pueden sacar de la boca y colocarse cuando se quiera, por lo que realizan una acción intermitente. Son unas placas de acrílico apoyadas en los dientes, en la encía, el arco dentario superior y en el paladar. Se puede diferenciar entre placas activas y placas pasivas. Las placas activas son las que tienen acción sobre las piezas dentarias y se componen de estos elementos: base de acrílico, elementos de retención y elementos activos. Con estas placas no se pueden realizar todo tipo de movimientos dentarios y utilizan fuerzas menos peligrosas para el diente que los aparatos fijos. Imagen 35 3.1.3. Aparatos funcionales. Son aparatos, removibles en su mayoría, que ejercen acción sobre músculos y huesos y, secundariamente, sobre las piezas dentarias. Estos aparatos modifican la función de los músculos masticatorios y de la cara favoreciendo el adecuado desarrollo de los maxilares. Es decir, pretende corregir y armonizar el desarrollo de la boca y, por tanto, también el de la cara. Imagen 36 Aparato con rejilla palatina Imagen 37 Aparato posicionador lingual 3.1.4. Extraorales. Crean fuerzas especiales que dirigen el crecimiento de la cara y de los maxilares. Evitan desplazamientos de los dientes y los dirigen hacia posiciones mejores. Deben llevarse siempre, incluso cuando se hace deporte. Se componen de anclaje extraoral, mentonera y máscara facial. Imagen 38 M2 27 3.1.5. Linguales. Son aparatos fijos colocados en la cara palatina o lingual de los dientes. Imagen 39 3.1.6. Retenedores. Se colocan cuando ha terminado el tratamiento activo. Mantienen los dientes en su posición correcta hasta que el hueso y las encías se adapten al cambio. Deben llevarse en la boca, mantenerse limpios y manejarlos con cuidado, ya que son fáciles de perder y romper. Imagen 40 3.2. TERAPIA MIOFUNCIONAL La terapia miofuncional es la disciplina que se encarga de reeducar y rehabilitar los trastornos de la respiración, masticación, deglución y habla. Es la disciplina que se encarga de prevenir, valorar, diagnosticar y corregir las disfunciones orofaciales que pueden interferir, tanto en la producción del habla como en la estructura de los dientes y las relaciones maxilares. Los logopedas son los encargados de la intervención, siempre y cuando estén especializados o tengan conocimientos sobre este campo. Los objetivos de la terapia miofuncional son los siguientes: • Explorar la musculatura y las funciones orofaciales básicas (respiración, masticación y deglución) para detectar posibles alteraciones. • Definir las alteraciones estructurales y funcionales que se encuentren desde un punto de vista cualitativo y hacer un diagnóstico miofuncional. • Realizar un plan de intervención individualizado y adaptado a cada caso, que incluirá ejercicios, eliminación de hábitos y toma de conciencia de los nuevos patrones adquiridos. • Coordinar la intervención funcional con la intervención que realiza el ortodoncista. Entre ambos especialistas se decidirá la manera de intervenir, valorando conjuntamente la evolución de cada caso. M2 28 Las técnicas utilizadas por la terapia miofuncional no se limitan al tratamiento de las alteraciones de la deglución y su relación con las maloclusiones dentales, también se utiliza para tratar las alteraciones de la respiración, masticación y deglución asociadas a síndromes o malformaciones que afectan al aparato dentario y a músculos de la expresión no relacionados directamente con las funciones orofaciales. Algunos campos de intervención del especialista en terapia miofuncional son los siguientes: • Discapacidades cognitivas, como el síndrome de Down, que llevan asociadas alteraciones musculares y morfológicas a nivel bucodentario. • Trastornos degenerativos y de origen neurológico, relacionados con disfunciones de tipo orofacial, en los que pueden verse alteradas funciones básicas como la respiración, la masticación y la deglución. • Parálisis cerebral infantil. Es necesaria la intervención del logopeda, utilizando técnicas de terapia miofuncional, desde edades tempranas para corregir patrones inadecuados de masticación, deglución y respiración y así mejorar la alimentación. • Trastornos, síndromes, traumatismos o enfermedades en las que esté alterada la funcionalidad de la musculatura orofacial. 3.3. RELACIÓN ENTRE ORTODONCISTA Y LOGOPEDA La mayoría de las maloclusiones dentarias están causadas por alteraciones de la respiración, la masticación y la deglución. Algunos malos hábitos, como la succión digital, la onicofagia o el mordisqueo labial o de objetos, o parafunciones como el bruxismo, causan alteraciones en la posición de los dientes. En casos como estos se debe realizar un tratamiento conjunto, del logopeda, para eliminar disfunciones y malos hábitos, y del ortodoncista, para corregir la posición dental. A pesar de ser conocida la relación entre forma y función y los beneficios de la terapia miofuncional en el tratamiento de las disfunciones orofaciales y, por tanto, de las maloclusiones dentarias, no todos los ortodoncistas recomiendan el tratamiento logopédico como complemento al ortodóncico. A veces esto ocurre porque no conocen profesionales que se dediquen a la terapia miofuncional, otras veces porque piensan erróneamente que las correcciones estructurales realizadas por la ortodoncia serán suficientes, o no disponen de medios materiales y personales para realizar este tipo de tratamientos. Hay tipos de maloclusión que pueden prevenirse si se detectan y tratan a tiempo las alteraciones en las funciones orofaciales. Otras veces puede reducirse el tiempo de tratamiento ortodóncico que precise cada paciente y evitarse recidivas en dicho tratamiento, es decir, evitar que puedan volver a aparecer alteraciones tanto en la función como en la estructura después de realizar el tratamiento ortodóncico. M2 29 Por estos motivos es necesario que logopeda y ortodoncista mantengan contacto continuo sobre la exploración, diagnóstico y evolución de los pacientes que atiendan e intercambien opiniones sobre cada caso. El logopeda necesita saber qué tipo de aparatos está usando el paciente y para qué se usan, si debe llevarlos todo el día o no, la duración del tratamiento de ortodoncia, los cambios de aparatología que se produzcan, etc., y el ortodoncista deberá conocer datos de la evaluación del logopeda, el tipo de ejercicios que se llevan a cabo y los objetivos que se pretenden alcanzar con ellos, la duración del tratamiento y la evolución del paciente, etc. Además, es recomendable no dar el alta logopédica definitiva hasta que haya terminado el tratamiento ortodóncico, ya que pueden producirse cambios estructurales en los órganos orofaciales o cambios en los aparatos ortodóncicos utilizados que pueden afectar a los resultados obtenidos con el tratamiento miofuncional. Por lo tanto es aconsejable mantener la fase de seguimiento hasta que termine el tratamiento ortodóncico, realizando las revisiones con la frecuencia que se considere oportuna (una sesión mensual o bimensual podría ser suficiente). M2 30 UNIDAD DIDÁCTICA II. DEGLUCIÓN ATÍPICA 1. INTRODUCCIÓN Durante los primeros años de vida la manera de deglutir es diferente a la que se realiza en la edad adulta. Cuando la deglución infantil perdura en edad adulta podemos hablar de deglución atípica. La deglución atípica está relacionada con las maloclusiones dentales, sobretodo con la mordida abierta, en la que los dientes superiores no llegan a contactar con los inferiores. La preocupación por evitar las recidivas de la maloclusión en pacientes con deglución atípica generó el interés y el estudio de esta patología por parte de los ortodoncistas. Estos, junto con los logopedas, elaboraron planes de tratamiento con ejercicios para disminuir la presión de la musculatura contra las estructuras óseas, basándose en la creencia de que si se mejorara el tono de los músculos faciales y las funciones orofaciales se realizaran correctamente no surgirían recidivas en el tratamiento ortodóncico. Las atipias en la deglución también preocupan a la medicina, concretamente por el hecho de que pueden producirse aspiraciones con riesgo de pulmonía y/o neumonía, que pueden provocar incluso la muerte. 2. DEGLUCIÓN ATÍPICA. DEFINICIÓN La deglución es una acción motora automática, en la que actúan músculos de los aparatos gastrointestinal y respiratorio. Por otra parte, atípico es lo que se aleja de lo normal, lo que no es típico. Por lo tanto la deglución atípica sería un tipo de deglución incorrecto, debido a un movimiento inadecuado de la lengua y/o de otras estructuras que participan en el acto de deglutir durante la fase oral.de la deglución. La deglución atípica consiste en la postura y uso inadecuados de la lengua en el acto de la deglución. La deglución atípica puede definirse como la presión anterior o lateral de la lengua contra las arcadas dentarias durante la deglución (Zambrana y Dalva, 1998). En este tipo de deglución la lengua, en estado de reposo, se sitúa en posición baja y adelantada, por lo que al deglutir realizará un movimiento de proyección anterior contra las arcadas dentarias. Si deglutimos saliva de 600 a 1000 veces al día, además de la deglución de demás alimentos líquidos, blandos y sólidos, se ejercen muchísimas presiones contra los dientes que acaban por alterar el equilibrio óseo causando las maloclusiones dentales y alteraciones orofaciales. La lengua juega un papel muy importante en el establecimiento de la oclusión dentaria, en la que también intervienen los dientes y los labios. M2 31 3. ETIOLOGÍA DE LA DEGLUCIÓN ATÍPICA Las causas de la deglución atípica pueden ser múltiples y variadas. Normalmente se cree que la deglución atípica es la consecuencia de uno o varios factores que han incidido sobre la evolución de las praxias estomatológicas durante la infancia, impidiendo la maduración adecuada y la adquisición de patrones musculares adultos. Estos factores pueden ser: • Hereditarios. Responden a patrones de tipo óseo y/o a patrones de conducta heredados. • Relacionados con la alimentación. Dificultad en el cambio de líquido a sólido o para abandonar la lactancia materna. • Hábitos parafuncionales como consecuencia de falta de maduración a nivel orofacial: succión de dedos, labio, uso del chupete y biberón hasta edades avanzadas… • Presencia de respiración bucal, frenillos linguales y/o labiales cortos, amígdalas hipertróficas, etc. Varias de estas causas pueden darse de forma simultánea. Puesto que los movimientos deglutorios se repiten alrededor de 2000 veces al día es fácil darse cuenta del alcance que tienen estas disfunciones y la importancia que tiene la corrección de la deglución atípica. Las maloclusiones provocadas por esta disfunción serán más severas y más difíciles de corregir cuanto más persista el hábito en el tiempo. Puesto que la deglución atípica tiene características similares a la deglución infantil, se puede deducir que el origen de esta patología es una falta de maduración de la función de deglución Los principales factores que favorecen la permanencia de la deglución con patrones infantiles son: • Malos hábitos orales. • Respiración bucal. • Malformaciones faciales. • Características genéticas estructurales. • Hipertrofia de amígdalas. • Factores emocionales, psicoafectivos, etc. M2 32 3.1. MALOS HÁBITOS ORALES Angle, considerado el padre de la ortodoncia, dijo en 1890 que los hábitos de labios y lengua son comunes, poderosos y persistentes, capaces de causar y mantener la maloclusión. Son difíciles de eliminar, y, de no lograrlo, fracasan los tratamientos. 1. Succión digital y labial. Los hábitos de succión de dedos, chupete, biberón o labios son en principio reflejos, aunque con el tiempo se convierten en estímulos aprendidos y condicionados. Cambiar y/o eliminar estos hábitos es una tarea difícil que depende de factores como la edad, el tiempo de persistencia del hábito, las causas o motivos de persistencia y la motivación del paciente para cambiarlo. Con este hábito suele afectarse la zona anterior de la oclusión, presentándose alteraciones esqueléticas y malformaciones que serán más graves cuanto más tiempo se mantengan los hábitos. En la succión del pulgar: • La lengua se sitúa en posición adelantada y baja, por debajo del dedo. • No se produce el cierre labial y, por la falta de función el labio superior queda corto e hipotónico, mientras que el labio inferior y el músculo mentoniano se encuentran hipertónicos por la acción de compresión del pulgar que realizan. Como consecuencia aparecen trastornos esqueléticos como: mordida abierta anterior, paladar atrésico, hipodesarrollo de la mandíbula y proyección del maxilar superior. Para eliminar este hábito es importante determinar los factores a los que está asociado (factores emocionales, de placer…), lo que ayudará a establecer el tratamiento adecuado, el cual puede dividirse en dos partes: • Enfoque psicológico, para solucionar el problema, además de tratamiento logopédico y ortodóncico para normalizar las funciones orales y la oclusión. • Enfoque ortodóncico, a través de aparatos para solucionar la maloclusión junto con terapia miofuncional. Lo más habitual es la succión del dedo pulgar aunque hay niños que introducen el dedo índice, el meñique o incluso cuatro dedos a la vez. Estos otros hábitos no producen tantas alteraciones en la cavidad oral, pero ensanchan la lengua, que se sitúa por debajo de los dedos y ocasionan deglución con interposición lingual lateral y sigmatismo lateral. M2 33 2. Succión labial. En el hábito de succión y/ mordida del labio inferior se coloca el labio entre los dientes, lo que perjudica el desarrollo mandibular y propicia la aparición de la mordida de clase II. 3. Succión lingual. A veces se succiona la punta de la lengua hacia atrás contra el paladar duro, lo que provoca ensanchamiento lingual y sigmatismo lateral. Otras veces la succión se produce hacia delante y hacia atrás como si se succionara un objeto, hábito que puede presionar la arcada dentaria superior. 4. Onicofagia. La onicofagia o hábito de morderse las uñas distorsiona la mordida y altera la armonía de las funciones orofaciales, aunque en menor medida que la succión digital. La mayoría de las veces suelen utilizar el mismo lado de la boca para hacerlo. 5. Succión del chupete y el biberón. El uso del chupete es un tema muy discutido. La succión es una necesidad del bebé, que se sacia a través de la alimentación materna y el biberón, además, realizada de manera correcta, estimula la musculatura facial y favorece la armonía en el crecimiento de la cara. La succión estimula el crecimiento de la mandíbula hacia abajo y adelante, por lo que suele ser utilizada para favorecer el crecimiento mandibular en los niños con retroprognatismo (con mandíbula retraída). Cuando la succión se realiza de manera correcta, la lengua realiza movimientos de delante a atrás, llevando el objeto succionado (pezón, biberón…) y la saliva hacia dentro de la cavidad oral. Cuando el movimiento correcto de succión es sustituido por el de “lamer”, la oclusión dentaria se distorsiona. En este tipo de succión la lengua empuja el objeto hacia fuera de la cavidad oral, sin llegar a expulsarlo, manteniéndose ésta en una posición baja. La utilización de tetinas redondas favorece la práctica de este tipo de succión, ya que el bebé puede proyectar la tetina fuera de la boca sin que ésta llegue a caerse. Esto no ocurre con las tetinas ortodóncicas, que al ser proyectadas con el movimiento lingual, suelen caerse, por lo que muchos niños suelen rechazarlas. M2 34 Cuando un niño succiona de manera correcta, ejercita y cansa la musculatura orofacial, por lo que los niños que usan el chupete antes de dormir, puesto que ya han cansado la musculatura, dejan de usarlo durante el resto de la noche. Otra diferencia entre estos dos tipos de tetinas es que las redondas suelen ser de un solo tamaño, independientemente del tamaño del paladar, mientras que las ortodóncicas suelen adaptarse a los cambios del crecimiento, estimulando todo el paladar, y no solo la zona central. El aro que sostiene la tetina debe tener la concavidad hacia dentro, para encajar contra los labios durante la succión. Los aros con forma convexa o plana pueden provocar eversión labial (labio invertido). Los aros demasiado grandes tampoco son recomendables, pues a veces llegan a tocar y tapar los orificios de la nariz, dificultando la respiración. La succión con chupete o biberón de tetina ortodóncica no perjudica la formación de los maxilares, siempre que se realice de manera correcta y durante un tiempo determinado. 6. Alimentación pastosa prolongada Los cambios en la alimentación son importantes para una adecuada maduración de las funciones orofaciales y para un crecimiento facial armonioso. Es necesario que el bebé experimente consistencias y texturas diferentes en su alimentación, para que su propiocepción oral sea estimulada. El aprendizaje de la masticación comienza cuando salen los primeros dientes, aunque antes el bebé ya intenta machacar alimentos más consistentes realizando presiones de la lengua contra el paladar duro. Es recomendable alimentar al bebé con variedad de alimentos de texturas y consistencias diferentes, aunque no se deben sustituir las comidas por alimentos pastosos como potitos, yogures o biberón, cuando el niño ya es capaz de masticar, ya que con esta práctica la masticación se simplifica y no se realiza una adecuada estimulación oral. A la hora de la comida se debe disponer de tiempo para que pueda realizarse correctamente. Las prisas y la falta de tiempo hacen que se abuse de los alimentos pastosos y no se estimule de manera adecuada la zona oral. M2 35 4. DEGLUCIÓN NORMAL Imagen 41 Para entender las características de la deglución atípica es imprescindible conocer detalladamente el proceso de la deglución madura o somática, considerada normal. En este apartado haremos un repaso de las características de la deglución normal, pues el proceso está detallado en el “Módulo II. Funciones Orofaciales”. El movimiento incorrecto de la lengua, característica de la deglución atípica, tiene lugar durante la fase oral de la deglución, por lo que será esta fase la que tendremos en cuenta para comparar la deglución adulta o normal con la deglución infantil o atípica. Durante la deglución adulta o normal: • Los dientes y los labios permanecen en contacto. • La lengua está situada en el paladar, detrás de los incisivos superiores. • El alimento, después de ser masticado, es posicionado sobre la lengua que se acopla al paladar duro. • Una vez posicionado el alimento, la lengua realiza un movimiento ondulatorio de adelante hacia atrás que dirige el bolo alimenticio al fondo de la boca. Como la lengua se coloca en el paladar no realiza ningún tipo de presión sobre las arcadas dentarias, lo que evita que el crecimiento orofacial correcto pueda ser alterado. M2 36 5. CARACTERÍSTICAS DE LA DEGLUCIÓN INFANTIL La deglución atípica suele describirse como una deglución infantil en la que los arcos dentarios no están en contacto, permitiendo que la lengua se interponga entre ellos anterior y lateralmente. La deglución infantil es diferente a la deglución adulta. Durante la lactancia, el bebé sitúa la lengua en una posición baja y adelantada, entre las encías y, a veces, entre los labios. Mediante este contacto de la lengua con los labios se crea el cierre anterior que ayuda a conducir el alimento hacia el interior de la cavidad oral. La deglución infantil presenta las siguientes características: • Los maxilares están separados y la lengua se posiciona en los rebordes de las encías. • Se produce una estabilización de la mandíbula por la contracción de los músculos faciales y la interposición lingual. • La deglución se inicia y se guía por el intercambio sensitivo entre la lengua y los labios. El aprendizaje de la deglución madura se inicia cuando surgen los primeros molares. Según algunos autores, la mayoría de los niños aprenden este proceso entre los 12 y los 15 meses, aunque otros opinan que esto ocurre a los tres años y otros que el proceso no se completa hasta los 4 ó 5 años. M2 37 6. CARACTERÍSTICAS DE LA DEGLUCIÓN ATÍPICA Imagen 42 Después de conocer la etiología de la deglución atípica es necesario saber qué síntomas caracterizan esta alteración para poder detectar el problema y, posteriormente diseñar una adecuada intervención. Las principales características de la deglución atípica son: • Interposición lingual anterior o lateral: la lengua se sitúa entre las arcadas dentarias ejerciendo presión hacia delante o hacia los lados. • Interposición del labio inferior entre las arcadas dentarias. • Contracción de la musculatura perioral. • Soplo en lugar de succión. • Movimientos asociados de la cabeza y el cuello (participación mímica compensatoria). • Ausencia de contracción de los músculos maseteros (en el momento de elevar la lengua para dirigir el alimento hacia el fondo de la cavidad oral). Maseteros laxos. • Imposibilidad de deglutir con los labios entreabiertos. • Torpeza en la realización de movimientos deglutorios de adelante a atrás. • Formación del bolo alimenticio contra los incisivos. • Masticación en la zona anterior de la boca y no con los molares. Se realiza un movimiento de succión más que de masticación. M2 38 • Contracción labial de la borla, de las comisuras o apoyo labial inferior en los incisivos. • Restos de alimentos y saliva en los labios. • Tendencia a escupir durante el habla. • Paladar de forma ojival y estrecho que dificulta la correcta posición de la lengua. • Tendencia a la respiración bucal. • Hipertrofia de las rugas palatinas. • Presencia de hábitos de succión digital, labial, lingual, de objetos, onicofagia… • Hipotonía del labio superior. • Desarrollo excesivo del músculo de la barbilla (músculo mentoniano). • Mala implantación dentaria. Maloclusión. • Alteraciones en la articulación del habla: sigmatismo anterior o lateral y alteraciones en el punto de articulación de los fonemas anteriores. • Presencia de ruidos durante la deglución. • Residuos de alimento en la cavidad oral tras la deglución. • Alteraciones asociadas: ronquidos y babeo nocturnos, formación frecuente de sarro, inflamación de las encías, etc. A continuación se explican con detalle algunas de estas características y formas inadecuadas de deglutir. La deglución atípica se da cuando la lengua, los labios o la musculatura perioral interfieren presionando los dientes en una u otra dirección. Existen diferentes maneras de ejercer esta presión, las más frecuentes son la deglución con interposición lingual entre los incisivos, lo que provoca mordidas abiertas anteriores, y la deglución con interposición del labio inferior contra los incisivos inferiores, relacionada con la mordida de clase II, aunque hay otros tipos. M2 39 6.1. TIPOS DE DEGLUCIÓN ATÍPICA 6.1.1. Deglución con interposición lingual entre los dientes, presionando los dientes superiores y/o inferiores. Imagen 43 Durante la deglución los dientes no permanecen en contacto, la lengua está colocada entre los incisivos, aunque a veces se coloca lateralmente entre los premolares y molares. La interposición lingual anterior es la característica más común y suele asociarse a la mordida abierta anterior. Además de la presión ejercida por la lengua contra las arcadas dentarias durante la deglución, el hecho de mantenerla en posición baja y adelantada también contribuye a la aparición y mantenimiento de la mordida abierta. Esta posición de la lengua puede deberse a varios factores, como hipotonía, macroglosia o tamaño desproporcionado de la lengua, hábitos de succión prolongados, etc. Se debe tener en cuenta la presión lateral, pues es más difícil de identificar y, en ocasiones, el paciente corrige la interposición lingual anterior, pero sigue ejerciendo presión lateral de la lengua contra los molares y premolares. 6.1.2. Deglución con interposición del labio inferior. Imagen 44 Interposición del labio inferior Imagen 45 Overjet M2 40 Esta interposición del labio entre los dientes frontales durante la deglución, se relaciona con la mordida de Clase II de Angle y con casos de extremo overjet, es decir, cuando los dientes están en oclusión pero existe cierta distancia horizontal entre los incisivos superiores e inferiores. Al iniciarse la deglución, la mandíbula se desliza hacia atrás para conseguir la oclusión y el labio inferior se coloca todavía más atrás de los incisivos. Durante la acción la mandíbula realiza un movimiento mayor de lo normal. El labio inferior y la borla de la barbilla se contraen con fuerza contra los incisivos inferiores para cerrar la cavidad bucal en la zona frontal. Esta presión provoca que los incisivos inferiores adquieran una posición de inclinación hacia atrás. Durante la deglución es necesario el sellado labial que se realiza con un contacto suave de los labios, sin tensión muscular. Cuando la distancia, en sentido ántero-posterior, entre la mandíbula y el maxilar superior es grande, es difícil el contacto entre los labios, por lo que el cierre anterior de la cavidad oral se realiza mediante la colocación del labio inferior detrás de los incisivos superiores. Debido a esta interposición, el mentón se contrae más de lo normal. A veces, al deglutir, el labio inferior se eleva para alcanzar al labio superior, lo que también provoca contracción del mentón. Y otras veces, el mentón se contrae de manera exagerada cuando existe contracción del músculo orbicular. Durante la masticación el labio superior y el inferior permanecen activos y en contacto, pero la actividad del labio inferior es mayor de lo normal. La interposición del labio inferior aparece por la necesidad de crear un cierre anterior de la cavidad oral durante la deglución, aunque, a veces, el hábito persiste después de haber corregido el overjet con tratamiento ortodóncico. La interposición labial puede aumentar o mantener el overjet. En posición de reposo no suele haber contacto labial, sin embargo, puede que la respiración sea nasal, ya que la cavidad oral y la faringe están separadas al apoyarse el velo contra el dorso de la lengua. La deglución atípica puede darse de forma mixta o combinada, con movimientos de interposición, contracciones peribucales o succión labial que comprometen la normoclusión. Algunas características de la deglución atípica, nombradas anteriormente, pueden llegar a crear confusión a la hora de realizar una exploración miofuncional a un paciente y establecer un diagnóstico. Estas características se explican con detalle a continuación: M2 41 6.1.3. Contracción de la musculatura periorbicular. La contracción de la musculatura periorbicular (alrededor del músculo orbicular de los labios) se da como consecuencia de la proyección anterior de la lengua. Esta contracción es un reflejo natural que evita que la lengua se proyecte hacia afuera para que el alimento sea deglutido correctamente. A veces esta contracción persiste después de haber sido eliminado el hábito de la proyección anterior de la lengua. 6.1.4. Falta de contracción del músculo masetero. Durante la deglución, la lengua recoge el bolo alimenticio que ha sido formado y lo levanta, la mandíbula también se eleva y se contraen los músculos temporal, masetero y pterigoideo lateral (músculos elevadores). Por lo tanto, el músculo masetero se contrae, pero solo cuando la lengua se eleva, no durante la deglución. Cuando la parte posterior de la lengua se eleva y se produce el movimiento ondulatorio de delante a atrás, la musculatura elevadora se relaja. En ese momento se contrae el vientre posterior del músculo digástrico dejando espacio para el movimiento de la lengua. Mantener contraída la musculatura elevadora mientras se produce el paso de la fase oral a la fase faríngea supone dificultad evidente y esfuerzo del dorso de la lengua. La musculatura elevadora no se contrae durante la deglución, solo al inicio, cuando se eleva la lengua y se coloca en las rugas palatinas. La contracción también depende de la cantidad de alimento y la consistencia del mismo, así, apenas hay contracción al beber líquido, y ésta aumenta cuando se degluten mayor cantidad de alimento y de consistencia más sólida. Por este motivo algunos autores no consideran fiable la prueba de colocar la mano para comprobar la contracción del músculo masetero durante la deglución, ya que puede dar lugar a confusiones. Si se realiza esta prueba es muy importante observar si se produce o no contracción justo cuando el paciente eleva la lengua para iniciar el movimiento ondulatorio que dirija el alimento al fondo de la cavidad oral. 6.1.5. Movimientos de cabeza durante la deglución. El movimiento de la cabeza, generalmente, se realiza hacia atrás, con estiramiento de los músculos anteriores del cuello. Estos movimientos se asocian a un problema de masticación y no de deglución. Durante la fase preparatoria de la deglución se produce el corte, la trituración y la insalivación del alimento, para transformarlo en un bolo homogéneo de tamaño adecuado para poder pasar de la cavidad oral a la orofaringe. M2 42 Cuando este proceso no se lleva a cabo de manera adecuada y el bolo es de mayor tamaño y difícil de digerir, la persona, de manera inconsciente, mueve la cabeza hacia atrás para enderezar el tubo por donde pasa el alimento y así hacer más fácil el pasaje del bolo a la faringe. Es importante tener presente que este hábito se produce como consecuencia de una mala masticación y no por un problema de deglución. Es necesario comprender por qué motivo ocurren las alteraciones que observamos, para que, de esta manera podamos tratar las causas y no solo las consecuencias. 6.1.6. Ruidos durante la deglución. Los ruidos que aparecen durante la deglución son diferentes a los que se producen durante la masticación. Estos ruidos se producen cuando hay un exceso de fuerza del dorso de la lengua en el momento del pasaje del bolo a la orofaringe. La presión exagerada del dorso de la lengua contra el paladar duro provoca un exceso de tensión lo que da lugar a los ruidos. El dorso de la lengua se apoya contra el paladar duro, acción que normalmente realiza la punta de la lengua. Esto se debe a posición baja y/o hipotonía del ápice lingual o cuando la mandíbula está adelantada, causando una posición de la punta baja y el dorso alto, que se mantiene durante la deglución. 6.1.7. Residuos de alimento después de deglutir. Los residuos quedan en la cavidad oral después de la deglución por diversas razones. La más común es la hipotonía de los músculos buccinadores, situados en las mejillas. Durante la masticación la lengua lleva el alimento hacia los lados y las mejillas lo llevan otra vez hacia los dientes para que el bolo sea triturado, insalivado y desecho. Cuando los músculos buccinadores están hipotónicos no pueden realizar adecuadamente esta acción, por lo que quedarán restos de alimentos en el vestíbulo lateral. Otras razones menos frecuentes son la alteración de la movilidad o propiocepción de la lengua, que provoca la falta de percepción del alimento en la boca y la dificultad en la formación del bolo, o la disminución de la cantidad de saliva en la boca, lo que causa el mismo efecto que la anterior. En base a lo expuesto anteriormente, podemos concluir que los residuos de alimentos en la cavidad oral no son consecuencia de una alteración en la deglución. Estas alteraciones suelen estar acentuadas en personas con problemas neuromotores o mentales. M2 43 7. DEGLUCIÓN ADAPTADA En la deglución adaptada el patrón incorrecto de deglución se da como consecuencia de la existencia de otra alteración como la maloclusión o la respiración bucal. La lengua se adapta a la forma de la cavidad oral durante la deglución, por lo que le es difícil realizar esta acción de manera correcta, y también en situación de reposo, adaptándose al espacio de la cavidad oral. Por este motivo es difícil la automatización del patrón deglutorio correcto, es decir, durante las sesiones de terapia miofuncional se puede conseguir que el paciente degluta de manera correcta, pero, no es fácil que automatice el patrón deglutorio correcto fuera de las sesiones. M2 44 UNIDAD DIDÁCTICA III. TRASTORNOS ASOCIADOS 1. ALTERACIÓN DE LA RESPIRACIÓN: SÍNDROME DEL RESPIRADOR BUCAL Imagen 46 Respiración Nasal Imagen 47 Respiración Bucal Antes de explicar esta patología conviene recordar brevemente la anatomía de la vía aérea y la función de respiración: El sistema respiratorio está compuesto por: Vía aérea superior: compuesta por cavidad nasal, cavidad oral, faringe y laringe. Estos componentes realizan funciones de respiración, masticación, deglución, articulación, resonancia y fonación. Vía aérea inferior: compuesta por tráquea, bronquios y pulmones, que se encargan específicamente de la función de respiración. La nariz calienta, filtra y humedece el aire. Luego el aire pasa a la nasofaringe (porción posterior de la cavidad nasal), orofaringe (porción posterior de la cavidad oral), faringe, laringe, tráquea, bronquios, y, por último, pulmones, donde se produce el intercambio de gases. Al realizarse la respiración por la nariz se estimula el crecimiento de los maxilares en conjunto con el resto de funciones orofaciales. Cuando la respiración se realiza de forma bucal o mixta se alteran las funciones nasales de filtración, calentamiento, humidificación y purificación del aire inspirado, aumentando el riesgo de infección de la vía aérea. M2 45 A principios del siglo XIX el médico francés Pierre Robin describió un conjunto de signos y síntomas (síndrome) en los pacientes que respiraban por la boca, entre los que se encuentran los problemas respiratorios y cardíacos. En la actualidad, algunos de los síntomas del respirador bucal son conocidos como síndrome de Pierre Robin. Ya en ese tiempo fue descrita la relación de la respiración bucal con las deformidades de la arcada dentaria y el paladar duro, el estrechamiento facial y la falta de desarrollo mandibular. El síndrome del respirador bucal (SRB) puede definirse como una alteración de tipo orgánico y/o funcional que afecta a la vía aérea superior y que origina un conjunto de disfunciones orofaciales y esqueléticas que ocasionan patologías respiratorias y, consecuentemente, del habla y el aprendizaje. El síndrome del respirador bucal (SRB) afecta por igual a lactantes, niños y adultos, observándose mayor incidencia en núcleos urbanos y países desarrollados. El paciente con SRB a veces no puede respirar por la nariz porque algo se lo impide, como la hipertrofia adenoidea, y, otras veces, mantiene esta respiración como hábito a pesar de haber sido intervenido de alguna patología que dificulte la entrada de aire por la nariz. Algunas patologías que impiden o dificultan la entrada de aire a través de la nariz son las siguientes: • Alergias crónicas. • Tabique nasal desviado. • Fractura nasal. • Pólipos y tumores nasales. • Adenoides hipertróficas. • Amígdalas hipertróficas. • Atresia de coanas. • Alergias. • Hipertrofia de cornetes, etc. Cuando existe alguna de estas patologías pueden originarse diversos cuadros virales, ya que el aire entra a los pulmones a través de la boca sin calentar y filtrar. Algunas personas respiran por la boca simplemente por hábito, sin que presenten obstrucciones mecánicas o funcionales que impidan el paso del aire a través de la nariz. M2 46 1.1. CARACTERÍSTICAS DEL RESPIRADOR BUCAL. SIGNOS Y SÍNTOMAS. El respirador tiene algunas características básicas que permiten un fácil diagnóstico. Estos síntomas y signos pueden ser observados por la familia para ayudar al diagnóstico del profesional. A continuación se describen las características del respirador bucal: • Los niños sufren continuos resfriados, laringitis agudas, otitis, etc. • Roncan mientras duermen. • Presentan una frecuente salivación, pueden mojar las sábanas de saliva durante el sueño. • Mantienen la boca abierta y los labios hipotónicos mientras realizan actividades (ver la TV, hacer los deberes...) • El labio superior es corto, en posición alta y con poca tonicidad. Suelen mostrarse los dientes en posición de reposo. • La lengua se mantiene en el suelo de la boca o entre los dientes en posición de reposo. • La oxigenación cerebral es deficiente, lo que puede producir déficit de atención y concentración y, por tanto, dificultades de aprendizaje. • Suelen presentar deglución atípica. • En el habla se produce sigmatismo anterior o lateral (defecto en la pronunciación del fonema /s/) con exceso de salivación. • Presenta ojeras, ojos cansados y sin brillo. • Tórax poco desarrollado. • Dientes incisivos adelantados. • Estrechamiento de la arcada dentaria superior, del paladar y de las narinas, por falta de uso. • Facies adenoidea: cara larga y estrecha. • Encías hipertróficas. • Lengua y labio inferior laxos. • Lengua en posición atípica, sin ejercer su función moldeadora del paladar y falta de tonicidad. • Posturas corporales atípicas. • Aumento de las infecciones del aparato respiratorio. M2 47 • Olfato alterado y frecuente asociación de disminución del apetito y de la función gustativa. • Hiperplasia de tejidos linfoides alrededor de la trompa de Eustaquio. Otras características descritas por Leech son: • Habla imprecisa, con exceso de salivación y sigmatismo anterior o lateral. • Frecuentes disfonías. • Deglución atípica y masticación ineficaz. • Mordida de clase II, overjet, mordida cruzada o abierta. • Protusión de los incisivos superiores. • Hipodesarrollo de la mandíbula. • Babeo y ronquidos nocturnos. Imagen 48 Facies adenoidea: cara estrecha y alargada. Típica del respirador bucal. Imagen 49 Niño respirador bucal. Labio superior corto. Labio inferior grueso y evertido. El niño muestra casi toda la superficie de los dientes constantemente. Cuanto más respire una persona por la boca peor será su cuadro general de salud. M2 48 Algunas dolencias relacionadas con el SRB, que deben ser diagnosticadas y tratadas antes de que el paciente empeore, son las siguientes: • Rinitis. • Sinusitis. • Asma. • Ronquido. • Apnea del sueño. • Convulsiones. • Otitis. • Hipoacusia. • Problemas cardiovasculares y neurológicos. • Amigdalitis a repetición. • Hipertrofia adenoidea. Algunas alteraciones del comportamiento también pueden ser consecuencia del SRB. Este comportamiento psicológico se caracteriza por: ansiedad, irritabilidad, impulsividad y dificultades de concentración, que dificultan el correcto proceso de aprendizaje escolar. Los disturbios del sueño son frecuentes en el respirador bucal. Cuando una persona está resfriada y su nariz está congestionada, no tiene más remedio que respirar por la boca. Esta situación no es agradable y durmiendo de esta manera no se descansa de manera adecuada. Es por esto que el niño que respira por la boca todas las noches, presenta problemas del sueño como: sueño agitado, pesadillas y terror nocturno, apnea del sueño, despertar cansado y somnolencia durante el día. Problemas alimentarios. A la hora de comer el respirador bucal se encuentra con la dificultad de tener que comer y respirar al mismo tiempo por la boca. Como consecuencia el niño puede comer rápidamente y casi sin masticar para poder volver a coger aire por la nariz, tomando grandes cantidades de alimento y líquido, lo que se manifiesta en obesidad, o comer poca cantidad y masticar mucho, lo que se manifiesta en delgadez. Los problemas posturales del respirador bucal se caracterizan por: cabeza inclinada hacia atrás, hombros inclinados hacia delante (cifosis), pecho hundido para adentro, abdomen para afuera (lordosis) y pie plano. El niño inclina la cabeza hacia atrás como un mecanismo inconsciente para aumentar el flujo de aire bucal. M2 49 El niño que mantiene durante mucho tiempo el hábito de respirar por la boca puede presentar disfonía (alteración de la voz) o fonastenia (fatiga al hablar). Esto se debe a que el niño respirador bucal, cuando crece, empieza a utilizar un tipo respiratorio torácico superior en el que no realiza apoyo diafragmático durante la fonación, sino que lo hace a nivel del cuello, lo que le provoca problemas en la voz. 1.2. PREVENCIÓN DEL SÍNDROME DE RESPIRADOR BUCAL. Para prevenir el síndrome de respirador bucal se pueden llevar a cabo estas medidas: 1.3. • Alimentar al bebé con el pecho materno por lo menos durante 6 meses. De esta manera el niño se acostumbra a respirar por la nariz y desarrolla una base ósea sólida para el nacimiento de los dientes temporales y permanentes. • Evitar que el niño use biberón y chupete durante mucho tiempo y succione el pulgar. • Observar si el niño duerme con la boca abierta. • Mantener las narinas del niño bien higienizadas. • Introducir alimentos duros y fibrosos en la dieta del niño para estimular el desarrollo de la masticación propiciando así el crecimiento armónico de los huesos de la cara y un favorable tono muscular. • Tratar adecuadamente los resfriados y rinitis para evitar los procesos inflamatorios crónicos que derivan en amígdalas y adenoides hipertróficas. TRATAMIENTO DEL SÍNDROME DE RESPIRADOR BUCAL. El tratamiento del SRB es multidisciplinario, ya que interviene el pediatra, que detecta anomalías de la respiración y deriva al niño al especialista; el ORL (otorrinolaringólogo), que determina la o las causas de la respiración bucal e interviene quirúrgicamente si es necesario; el ortodoncista, que coloca el aparato ortodóncico adecuado para corregir las maloclusiones dentales, y el logopeda, especializado en terapia miofuncional, que corrige las alteraciones de los órganos y funciones orofaciales. Un diagnóstico del ORL es de gran importancia para poder comenzar cuanto antes el tratamiento logopédico y evitar la alteración de las estructuras óseas. Un inicio temprano de la terapia garantiza mejores y más rápidos resultados. El tratamiento logopédico en el respirador bucal se basa en dar el tono adecuado a la lengua y la musculatura perioral mediante terapia miofuncional, para instaurar el patrón respiratorio nasal y corregir los síntomas de la respiración oral. Puesto que la respiración bucal está muy relacionada con la deglución atípica, la evaluación y el tratamiento también deberán tener en cuenta esta patología. En ocasiones, después de restablecer la respiración nasal e incluso M2 50 después de que el niño sea intervenido de hipertrofia de adenoides, la deglución atípica persiste, lo que debe tenerse en cuenta a la hora de planificar el tratamiento. Muchas veces la respiración bucal acentúa un patrón esquelético hereditario. Si los progenitores tienen una maloclusión dental, la respiración bucal puede empeorar la disarmonía ósea. Con un tratamiento ortodóncico y mioterápico precoz, se intenta redireccionar el crecimiento de los maxilares. El trabajo en casa por parte del paciente y con ayuda de la familia es de vital importancia para el éxito de la terapia. La edad recomendada para empezar el aprendizaje de las funciones orofaciales en niños con respiración oral suele ser en torno a los 4 años. Los pasos que se siguen en la rehabilitación de las funciones orofaciales son los que se describen a continuación: 1.3.1. Entrenamiento inicial. Es muy importante enseñar a sonarse la nariz a los niños pequeños, hay que mantenerla bien higienizada para evitar obstáculos a la entrada del aire. También se realizan ejercicios de postura de reposo en la que los labios permanezcan cerrados y el niño pueda respirar por la nariz. Pueden utilizarse juegos con los más pequeños para practicar estos ejercicios. Después se entrena la respiración a través de cada una de las narinas, con el espejo de Glatzel. 1.3.2. Entrenamiento de los órganos fonoarticulatorios. Para que los niños puedan mantener la boca cerrada en situación de reposo, se entrena la fuerza del músculo orbicular de los labios. También se realizan ejercicios para aumentar la tonicidad de los músculos buccinadores. Si el labio superior es corto se realizarán ejercicios para alargarlo. 1.3.3. Entrenamiento del resto de funciones orofaciales y de la lengua. Una vez que se ha realizado el entrenamiento de la respiración nasal y la posición de reposo labial, se puede empezar con el resto de funciones orofaciales y la lengua. Es importante que el niño conozca la importancia de la respiración nasal y su función. Cuando haya mejorado la respiración se empezarán a trabajar ejercicios para entrenar la posición de reposo de la lengua y adecuar el tono lingual, además de otros para mejorar la masticación y la fonación. En niños mayores, que ya están siendo tratados por el ortodoncista se adecuarán los ejercicios al tipo de aparato que utilice el niño. M2 51 2. ALTERACIONES DE LA MASTICACIÓN Al masticar se utilizan alternativamente los dos lados de la boca, realizando rotaciones mandibulares. Con esta alternancia se consigue el desgaste simétrico de los dientes, estimulando por igual las dos articulaciones temporomandibulares, favoreciendo así un crecimiento facial armonioso. La masticación unilateral, es decir, la que se realiza en mayor medida con un lado de la boca, y la masticación anterior, es decir, la realizada con los dientes premolares, caninos e incisivos, pueden producir alteraciones musculares en las articulaciones y en la oclusión. Así, una masticación unilateral puede producir una mordida cruzada, dolor en la articulación temporomandibular (ATM), además de chasquidos o crepitaciones asociados a estos desequilibrios. La masticación también puede ser demasiado lenta o demasiado rápida, lo que puede producir una mala trituración de los alimentos y desequilibrios musculares. Las personas con mordida de clase III de Angle o con prognatismo suelen realizar una masticación anterior, sustituyendo los movimientos laterales por movimientos verticales de la mandíbula, utilizando el dorso de la lengua para aplastar el alimento contra el paladar. Al masticar de esta manera se produce una falta de contracción de los músculos maseteros o una contracción débil. Hay personas que realizan un tipo de masticación caracterizado por movimientos de mandíbula y lengua muy exagerados. Esta masticación es común en personas con parálisis facial, ya que, con estos movimientos, compensan la falta o ausencia de actividad de los músculos orbicular de los labios y buccinadores, que dificultan la lateralización del alimento y la succión. Estas alteraciones en la masticación pueden deberse a diversas causas: • • • • • • Falta de piezas dentarias, debidas a cambios en la dentición, extracción, traumatismos, etc. Alteraciones o desequilibrios en la oclusión. Mala adaptación de prótesis o aparatos de ortodoncia. Estimulación intraoral deficiente en la edad apropiada. Respiración bucal y lengua situada en posición adelantada que producirán dificultades para triturar el alimento. Factores psicológicos y conductuales relacionados con malos hábitos. M2 52 3. HÁBITOS DE SUCCIÓN NO NUTRITIVA Hemos hablado anteriormente de algunos de estos hábitos, como causas de maloclusión dental y deglución atípica, por lo que los describiremos en este apartado de manera breve. 3.1. SUCCIÓN DIGITAL. En los bebés el reflejo de succión es un hábito de supervivencia, pero este hábito puede prolongarse y mantenerse después de haberlo usado para alimentarse del pecho de la madre y de la tetina del biberón. Casi todos los niños dejan el hábito de succión hacia los tres años, pero otros lo mantienen para autosatisfacerse o para quedarse dormidos. Si este hábito se mantiene después de esta edad se genera una presión sobre los dientes incisivos que provoca la alteración de su posición, lo que depende de la frecuencia e intensidad del hábito. Suele relacionarse con las maloclusiones de clase II y las mordidas abiertas, el paladar alto y los perfiles faciales prognáticos. Ortodóncicamente se puede prevenir con el uso de la rejilla palatina fija, pero también se utilizan programas de modificación de conducta para reforzar y motivar al niño para que controle este hábito. 3.2. Imagen 50 SUCCIÓN LABIAL. En este caso el niño succiona el labio en reposo o durante la deglución. Casi siempre se succiona el labio inferior, que se coloca entre los incisivos inferiores y superiores. Este hábito se relaciona con maloclusiones con resalte de los incisivos superiores y retroinclinación de los incisivos inferiores y con mordida abierta anterior. El tratamiento miofuncional para eliminar este hábito consiste en corregir la deglución disfuncional asociada, eliminando contracciones y succiones, realizar masajes en la zona, realizar ejercicios para desarrollar la propiceptividad además de utilizar autorregistros y refuerzos para disminuir el hábito. Imagen 51 La solución ortodóncica a este hábito consiste en la utilización de una pantalla vestibular o pantalla oral, colocada detrás de los labios, desde la parte superior hasta la inferior que también es útil para favorecer el sellado labial. También se utiliza el arco labial o paralabios (bumper) que evita la interposición labial y alivia la presión del músculo buccinador y el labio inferior sobre los dientes. El tratamiento miofuncional unido a la utilización de aparatos ortodóncicos es la solución ideal para la eliminación de este hábito. M2 53 3.3. USO DEL CHUPETE. El uso del chupete es beneficioso para estimular la succión, evitar el hábito de succión digital, proporcionar tranquilidad y favorece el control de la respiración. Sin embargo, su utilización no se recomienda antes de los 15 días de vida ni pasados los 18 meses. Lo recomendable es irlo retirando gradualmente a partir del año de edad. No es conveniente ofrecerle el chupete al bebé hasta que la lactancia no esté bien instaurada. El tipo de chupete ideal es el de tetina ortodóncica, blando, de una pieza, flexible y con el escudo no demasiado grande. Si su uso es prolongado interfiere en la dentición temporal, provocando mordida abierta (plano frontal), distoclusión y resaltes aumentados (plano sagial) y mordida cruzada (plano horizontal). Provoca también retraso en la maduración de la deglución e incompetencias musculares. 3.4. Imagen 52 ONICOFAGIA Se denomina onicofagia al hábito de morderse las uñas. Este hábito es de origen ansioso, produce alteraciones en los dientes, como lesiones y desgastes en los incisivos y en el esmalte, y afecta a la higiene del aparato estomatognático. Imagen 53 La técnica más utilizada y con mejores resultados para la eliminación de este hábito es la terapia de modificación de conducta. También se han utilizado protectores para los dedos o impregnación de los dedos con sustancias amargas. Ortodóncicamente se colocan férulas en la boca, de manera que queda una mordida abierta anterior que dificulta el contacto de los dientes e impide el acto de morderse las uñas. 3.5. MORDISQUEO Con mordisqueo se hace referencia al acto de morderse las mejillas, mordisquear objetos o morder el labio inferior, actos que interfieren en la higiene y en la oclusión y deben evitarse y corregirse. Imagen 54 M2 54 4. BRUXISMO El bruxismo es el apretamiento o frotación no funcional de los dientes de forma prolongada e intensa que provoca patologías dentales. Puede ser diurno o nocturno, aunque es más frecuente el nocturno. El bruxismo nocturno es ruidoso y rítmico y el que lo padece no suele ser consciente de ello, algo que no ocurre en el diurno. Es un trastorno muy frecuente en las consultas de odontología y ortodoncia. Afecta a niños y a adultos y tiene relación con la ansiedad y el nerviosismo. Es más frecuente en personas con discapacidad psíquica, como el síndrome de Down, y con alteraciones del sistema nervioso central. 4.1. Imagen 55 TIPOS DE BRUXISMO Se distinguen dos tipos de bruxismo: 1. Bruxismo céntrico, caracterizado por el apretamiento de los dientes. 2. Bruxismo excéntrico, que se caracteriza por el frotamiento de los dientes. 4.2. CAUSAS DEL BRUXISMO Las causas del bruxismo pueden ser: • Odontológicas: el bruxismo se relaciona con discrepancias o interferencias oclusales de los dientes, aunque no siempre que hay alteraciones oclusales hay bruxismo. • Conductuales o psicológicas: relacionadas con estados de ansiedad y nerviosismo. La persona que padece bruxismo responde al estrés con un aumento de la actividad y tensión de los músculos maseteros. • Factores biológicos: el sujeto bruxista puede estar predispuesto genéticamente a llevar a cabo este comportamiento. Se utilizan diversas técnicas para su detección y evaluación, como la medición de los síntomas dentales, la información proporcionada por el paciente, la medición de los sonidos provocados por el bruxismo, la telemetría intraoral o los registros EMG (Fernandez y Gil. 1994). M2 55 4.3. TRATAMIENTO DEL BRUXISMO. Las técnicas de tratamiento del bruxismo más utilizadas son las conductuales: En el bruxismo nocturno se utilizan la práctica masiva y repetitiva del comportamiento antes de dormir para fatigar los músculos y disminuir el comportamiento durante la noche y técnicas de alarma contingente. En el diurno se utilizan el habit-reversal, consistente en reconocer el hábito interrumpiendo su ejecución y reforzando que no se produzca su práctica, y las técnicas aversivas, como el castigo ante la ocurrencia del comportamiento o el refuerzo positivo cuando no se realiza. Se recomienda que se realicen ejercicios de relajación antes de dormir, mantener un ambiente relajado, sin comportamientos nerviosos en la familia o evitar que los niños vean programas de televisión con contenido violento antes de irse a dormir. También se utilizan técnicas y soluciones odontológicas y ortodóncicas, como el uso de un obturador nasal que obliga al paciente a respirar por la boca, por lo que no se da ningún tipo de contacto entre los dientes y no puede producirse el apretamiento y rechinamiento. Sin embargo, este método favorece la instauración del hábito de respiración bucal, por lo que no se considera muy recomendable. Otra medida es la utilización de protectores dentales de látex durante la noche. M2 56 5. SÍNDROME DE DISFUNCIÓN DE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR (SDATM) El SDATM produce dolor e hipersensibilidad muscular y dolor capsular (Escobar y otros, 2002), sonidos de crepitación o chasquido durante el movimiento y limitación de los movimientos mandibulares. Suele asociarse al bruxismo. Es causado por maloclusiones dentales (causas biológicas) o ansiedad y estrés (causas psicológicas). El tratamiento ha sido abordado desde diversas perspectivas: quirúrgicas, farmacológicas, psicológicas y dentales. A nivel conductual se utiliza la relajación y el biofeedback EMG para recuperar la funcionalidad de la ATM y hacer desaparecer los síntomas. El tratamiento logopédico está también relacionado con el que realiza el odontólogo u ortodoncista sobre las estructura dentaria y óseo-cartilaginosa del aparato bucal. 6. INCOMPETENCIA VELAR La incompetencia velar se da cuando el mecanismo velo-faríngeo no funciona correctamente, produciéndose trastornos como la hipernasalidad, hiponasalidad o nasalidad asimilativa. 6.1. HIPERNASALIDAD. Cuando se producen fonemas nasales (m, n, ñ) el velo se encuentra descendido, por lo que se produce un escape de aire que otorga resonancia nasal a los fonemas orales. La hipernasalidad puede ser funcional, producida por una deficiencia en el cierre velofaríngeo, u orgánica, producida por alguna obstrucción. 6.2. HIPONASALIDAD. Durante la producción de fonemas nasales el velo se encuentra demasiado elevado, por lo que se produce escape de aire por la boca en lugar de por la nariz. Suele asociarse a causas orgánicas, por obstrucción de la región nasofaríngea. 6.3. NASALIDAD ASIMILATIVA. En este trastorno el velo del paladar se mueve muy lentamente durante el habla, lo que da lugar a un fenómeno de coarticulación, es decir, los fonemas orales adquieren nasalidad y los nasales se producen de manera oral ya que la articulación de ambos “se solapa”. Esta alteración es de origen funcional, se produce por una falta de coordinación de los movimientos de apertura y cierre del mecanismo velofaríngeo. M2 57 BIBLIOGRAFÍA • Zambrana, N. y Dalva, L. (1998). Logopedia y ortopedia maxilar en la rehabilitación orofacial. Barcelona. Masson. • Borrás Sanchis, S y Rosell Clari, V. (2008). Guía para la reeducación de la deglución atípica y trastornos asociados. Valencia. Nau Llibres. • Cabrera, P.J., Periñán, M.C., Bartuilli, M. (2007). Guía técnica de intervención logopédica: terapia miofuncional. Síntesis. • Okeson, J.P. (2003). Tratamiento de oclusión y afecciones temporomandibulares. Elsevier. M2 58