Lo que estos autores no men ion es que las privatizaciones se

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El segundo saqueo de Am ér ica Larina: implicaciones para la planifi cac ión urbana
Luina y se ob[Uvieron meis ingresos que en cualquier lugar d el m u n do.
Los resulrados, según evaluaci on s e onórni cas y financi eras , fu eron
posirivosB ([ raducció n d I amo r).
Lo que estos autores no m en ion
es que las privatizaciones se hiciero n
a menos precio, q ue só lo incluyero n las empre as lu rativas, que enrique­
cieron a favor ito de los gob iernos (corrupción), q ue el Estado se gaseó el
dinero en actividades no pro d u tivas e irrecuperables malgastando así pa­
trimonio colectivo y perdiendo su capacidad de influir la e o nom ía a través
de sus empresas, y que las mayores beneficiarias fueron las co m pañ ías
multinacionales. De hecho las grandes riquezas acumuladas recientemente
en Latinoamérica incluyen la adqu isición de emp resas públicas. Según
P tras (2006):
Las empresas públicas más lucrarivas, evaluadas en más de $3 50
billo nes de dólares, fueron privatizadas sin ninguna de las finezas consti­
tu cionales y eventualmente termi nar n en las n a nos de co rpo raciones
mu ltin acionales y ban cos Estado un idenses, Españoles, y de o trOS pafses
Europeos . Decretos presidencial a espaldas d el co ngreso y el electora­
do privil giaron al capi ta l extra nje ro [ . .. ] Las m ul t inacionales de Es ta­
dos Unidos y la U nión Eu ro pea y el saqueo de los bancos entre 1975 y
2005 llegaron a $950 b illones de d ólares. El saqueo sin desa rrollo in vi­
rabi m enre co ndujo a la risis soc io-económ ica y al casi colapso del
modelo de acumulación capi talista de corte imperial en Argentina (1998­
2002), Ecuador(1996-2006) , Bolivia (200 2-2005), Y Brasil (1998-2005 ).
Según el Banco M undial, la r gión de América Lati na y I Cari be cons­
tituyó la mayor fuente de privatizaciones en el mundo, sob re todo , en el
período 1990-20039 -especial m ente México, Arg ntina y Brasil con tres
cuarros d l total- o Las pri ncipales privatizaciones se diero n en infraestruc­
tura, energía y finanzas (ver t m bién Nell is, 2003).
Quizás el principal argumento a favor de la globalización neo liberal es
la atracción de inversiones extranjeras . Según George (2006:3 de 12), en la
región "Estadísticamen te, la mayo ría de los fondos clasificad os co mo in­
vers ión extranjera dire ra se dirigirán hacia fLl' iones y adq uisiciones de
, Fu en re: ¡nter-American Developmenr Bank (20 02) "The Pri v3ri7.-3tion Paradox" , Latin
American Economic Policics 18 , Second quaner p.B.
• hnp:l/ rru .worldban k.o rg/Privacizarion/Region.aspx?region id =43 5
99
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificaci6n urbana
(Oberman, 2005:3 de 9). Así mismo, "los activos del sector de seguros
han crecido continuamente de un equivalen te al 5% del producto bru to
de desarrollo en 1992 al 19% en el 2002" (fdem : 5 de 9). Dada la natu­
raleza y oportunidades en el sector fin anci ro, grandes sumas d e capital
privado han emigrado hacia este secto r descapital izando sectores claves como
la producción de bienes y servicios, que entonces son subsumidos por fir­
mas pequeñas con escasa productividad y ganancias -a menudo en el sector
informal-o En tanto, su mercantilización implica una redistribución hacia
arriba y hacia fuera con el subsigu iente drenaje y la pérdida de control de
la economía y los servicios locales.
En última instancia, la privatización transfiere decisiones que pertene­
cían al proceso democrático a los criterios de ganancia del sector privado,
en especial de! sector flOanciero internacional. La creciente hipoteca de las
economías Latinoamericanas im plica no solamente la subasta de patrim o­
nios nacionales yel debilitamiento d el poder económico y distributivo del
estado, sino que además sacrifica la aspiración de estos países a la autodeter­
minación. Al final, el Estado termina abdicando la soberanía nacional y de­
dicándose en cambio a garantizar las condiciones demandadas por el capital
global ya cuidar los privilegios de l p ropiedad privada. En tanto, el poder
económico de las m ultinacio n le se traduce en pod r político a través de
mecanismos como el lobby, la corrupción o la coerción, y aún poderes de
facto como lo han demostrado las acciones de empresas como Coca Cola,
Drummond y Ch iq uita en Colombia acusadas de la persecución y aún
matanza de líderes sindicales o el pago a paramilitares y guerrillas 10.
En síntesis, la globalización neoliberallleva a cabo un saqueo masivo de
riqueza y recursos reestructurando las economías Latinoamericanas de una
manera que no solamente profundiza el subdesarrollo, sino que transfiere
riqueza hacia las economías del Centro, hacia las compañías multinaciona­
les, y hacia unas minorías regionales cada día más ricas. En tanto, se erige
como el nuevo dogma donde los pueblos pierden e! derecho a sus patrimo­
nios y en cambio se les carga la llamada autodeterminación de autoempleo
informal o empleos formales en los términos que d icte el capital global ­
10 Ambas compafiías han sido acusadas de acudir a mecanism os ex traJegales para enfrentarse a
las demandas de su s tra bajadores o para o perar en w nas de con f1 icto armado en Colombia.
Respondiendo a una demanda del Departamento de Justicia de Ills Estado s Unidos contra
Chiquita po r pagos a los parami lirares, la compañía acepr6 pagar 2 5 millon es de d6lares. Esta
misma compafiía ha sido acusada de roda clase de abusos sobre los ind ígenas y líderes sindicales
en América Central (Howard. 2007).
101
El segundo saqueo de América Larina: implicaciones para la planificación urbana
de poder y toma de decisiones y espacios privilegiados de concentración de
recursos -sobre todo, en países con al tos niveles de centralización-o La suer­
te de ciudades y regiones depende de su capacidad de reconversión econó­
mica, sus posibilidades de exportación y de atraer inversiones, su monopolio
de servicios como capitales de grandes regiones, y sus ventajas acumuladas.
UN/Hábitat (2003) ha llamado la atención hacia la tugurización
(slumization) creciente de las ciudades del Tercer Mundo ". Para el caso de
América Latina, este estudio clasihca el 31.9% de la vivienda urbana como
asentamientos irregulares o slums (tercero después de África y Asia) con un
total de 128 millones de personas viviendo en tales condiciones a princi­
pios del Siglo XXI. El informe reconoce que no todos [os pobres viven en
tales asentamientos ni que todos [os que viven en ellos son pobres, lo cual
implica la posibilidad de que haya muchas otras viviendas irregulares fuera
de ellos. El informe (2003:54) denomina a estas áreas como "zonas de
si[encio" aludiendo a la falta de conciencia del mundo y sus ciudades hacia
sus condiciones extremas de desigualdad y abandono. Dejo que e[ investi­
gador latinoamericano analice la exactitud de estas cifras. En mi propia
experiencia cuestiono hasta qué punto ellas reflejen apropiadamente el
hacinamiento de familias trabajadoras y las invasiones diarias de áreas de
alto peligro en [as ciudades de América Latina. Otro estudio de UN/
Hábitat (2003b:46) atribuye el crecimiento del sector informal a la libera­
lización y considera que la informalidad y los asentamientos irregulares
son hoy realidades urbanas permanentes.
Las Naciones Unidas y Hábitat (2003a & b y 2004) también ponen
énfasis en lo que llaman la urbanización de la pobreza. Si bien proporcio­
nalmente la pobreza es mayor en el campo que en las ciudades, la mayoría
de los pobres (el 80%) de la región vive hoy en ciudades, atascada en la
informalidad y desatendida por el resto de la sociedad. En palabras de
Drakakis-Smith (1987:67):
[... ) los pobres se proveen a sí mismos de vivienda, alimemo y ropa
con poca ayuda del gobierno y, sin embargo, constituyen fuerza de trabajo
lista, a la mano para la expansión de las actividades del secror formal.
11 UN/Hábirar (2003a: 18) define slum como un espacio habiracional que carece de una o más
de las siguienres condiciones: acceso a agua porable, acceso a insralaciones sanitarias adecua­
das, suficiente espacio para vivir, durabilidad de las viviendas y seguridad en la tenencia.
103
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificación urbana
como de individuos y grupos autónomos), auto -ayuda/autogestión, co­
rrupción, creencias religiosas, permisividad, aguante, rebusque y uso aco­
modaticio de las normas según la necesidad o el caso. Un ambiente social
propenso a la ilegalidad, en una región donde las élites no se atienen a las
mismas reglas que imponen ejerciendo profusamente la violencia contra la
población facilita el desarrollo de actividades criminales y extralegales a
todo nivel.
Tenemos que entender que el impacto mayor de la globalización
neoliberal se ha dado en las ciudades. Si bien la urbanización no fue el
resultado de la globalización neoliberal, ella ha continuado extendiéndose
hoya los países tradicionalmente rurales como los de América Central.
Con un total de 76.5% de la población viviendo en ciudades en el año
2005, el impacto principal de los cambios mencionados aquí se da en las
ciudades y sus gentes. Si bien en el paradigma de la industrialización la
inmigración a la ciudad se percibía como el primer paso en el ascenso
económico social, hoy la movilidad social se mira como un sueño cada día
más imposible. Según Davis (2004: 12 de 32):
Los 1980, cuando e! FMI Y e! Banco Mundial usaron la oportunidad
de la deuda para esrructurar las economías de la mayoría de [los países]
de! Tercer Mundo, son los años cuando los asentamientos irregulares se
convirtieron en un implacable futuro, no solamente para los emigrantes
del campo, sino para los millones de habitantes tradicionales de la ciu­
dad, desplazados o tirados a la miseri a por la violencia de los ajustes
[estructurales] .
o
en palabras de UN/Hábitat (2003b:40):
En lugar de ser focos de crecimien ro y prosperidad, las ciudades se
han convertido en los basureros de la población trabajadora excedente
en servicios y comercio informal sin protección, con salarios bajísimos
y que no requieren calificaciones.
Implicaciones para la planificación urbana
Con la globalización neoliberal han surgido una serie de cambios con
un impacto profundo en las tareas y posibilidades de la planificación urba­
na. Ellos incluyen:
105
El segundo saqueo de América Larina: implicaciones para la planificación urbana
capital. Aquí han surgido dos análisis: de una parte está el llamado
sistema global de ciudades en competencia (ej. Friedman y Sassen) y
de otra la versión de ciudades entrelazadas por las actividades de em­
presas multinacionales en telarañas que se extiende por el globo
maximizando utilidades y disminuyendo costos (ej . Taylor 2004). Li­
mitaciones en los medios de comunicación han aislado unas regiones
y geografías poniéndolas en desventaja, pero a la vez dándoles cierta
protección contra la competencia y han privilegiado a las geografías
con las mayores facilidades de exportación. En tanto, ventajas acumu­
ladas en épocas previas, sobre todo, en las ciudades capitales han per­
mitido que algunas ciudades se reconviertan progresivamente en bus­
ca de un mayor protagonismo en el mercado global.
4. Reorganización de las economlas urbanas en torno a los servicios, el capital
financiero , la industria del espacio y las exportaciones. En general, como
se anotó antes, la transición ha sido traumática para muchas ciudades
y dentro de ellas para determinados sectores. La degradación de la
industria o la desindustrialización han representado la pérdida masiva
de empleos adecuados, removido la escalera de la movilidad social en
el sector manufacturero, y generado empleos con salarios más bajos y
condiciones de trabajo más difíciles. La economía de servicios es una
economía polarizada entre una minoría de empleados con altas califi­
caciones y remuneración y una mayoría empleada en el sector infor­
malo en empleos de baja remuneración. Otros empleos de clase me­
dia han sido degradados o eliminados, por ejemplo, a través de la
contracción del sector público. La burguesía industrial ha sido reem­
plazada o se ha transformado en burguesía financiera a través de la
liquidación de sus activos manufactureros o la transferencia de capita­
les al sector financiero, con las subsiguientes contradicciones y traumas.
Precisamente cuando la globalización neoliberal genera una masa más
grande de trabajadores dependientes, informales, subempleados o
desempleados, el Estado privatiza los servicios sociales, pierde fuentes
de ingresos, se contrae, y disminuye su capacidad de gestión urbana.
5. Crisis generalizada de legitimidad y control social. En medio de todo
esto, el individuo queda abandonado a su suerte mientras que se le
exige lealtad a un Estado que poco le ofrece. En la ausencia de califica­
ciones apropiadas y recursos o acceso a capital, operando con todas las
desventajas en una economía global, e incapaz de vender su fuerza de
trabajo para garantizar al menos una reproducción adecuada, muchos
107
El segundo saqueo de América Larina: implicaciones para la planificación urbana
res. A ello se suma la creación de espacios exclusivos de shopping y
consumo para estas clases y la construcción de lugares de trabajo inac­
cesibles al público. Por otra parte están la privatización y
mercantilización crecientes del transporte, las vías, la educación, la
salud y toda clase de servicios con la subsiguiente separación de clases,
espacios y usos privando a una mayoría carente de los recursos necesa­
rios para comprarlos.
8. Demandas y desaftos nuevos desde la sociedad civil. Mencionemos por
último la organización de grupos de ciudadanos para enfrentarse al
poder totalitario de los sectores público y privado. En parte promovi­
dos por la globalización de ideas y luchas, en parte por la fragmenta­
ciÓn y diferenciación social, o por la necesidad de defender sus intere­
ses contra abusos, o el oportunismo, estos grupos y movimientos cons­
tituyen un desafío importante para un sector público autoritario y un
sector privado que reclama monopolio total de sus decisiones. La acti­
tud de los gobiernos y el sector privado contrasta entre una retórica de
participación y concertación y una práctica de acuerdos a puerta ce­
rrada, autoritarismo y excusas crecientemente sofisticadas para evadir
la presión creciente de estos grupos. En la América Latina no se ha
logrado inregrar efectivamente este nuevo desafío; la respuesta general
ha sido una de coerción, manipulación, represión o indiferencia. A
pesar de todo, la persistencia de estos grupos, el apoyo internacional,
y la misma retórica de entidades como las Naciones Unidas y el mis­
mo Banco Mundial (especialmente en la promoción de la gobernanz.a)
han ido creando una cultura contestataria que de alguna manera se
presenta como alternativa a las acciones violentas de masa provocadas
por decisiones gubernamentales o por el deterioro de las condiciones
de vida para una mayoría de la población.
Estos son algunos de los parámetros y desafíos nuevos de la planifica­
ciÓn urbana. De hecho, quizás el punto más positivo recientemente ha
sido el descrédito de la planificación urbana clásica de corte tecnocrático,
que a nombre de la ciencia reclama el derecho a determinar por sí misma la
dirección y prioridades de la ciudad. Atrapada en la producción de planes
maestros interminables y a menudo impracticables que privilegian la di­
mensiÓn espacial sobre las demás, esta planificación ha sido criticada hoy
por autoritaria y elitista y por favorecer los intereses de especuladores in­
mobiliarios, institucionalizar la separación social, y convertirse en un me­
109
El segundo saqueo de América Larina: implicaciones para la planificación urbana
competitividad y gobernanza. Desde otras perspectivas y con cierto apoyo
de la institucionalidad han surgido otros temas como sostenibilidad y di­
versidad.
Inspirados por el neoliberalismo, los temas de competitividad y
gobernanza se han convertido en el dogma nuevo de la planificación. El
asunto no es "qué hacer" sino "cómo construir ciudades competitivas y
sistemas urbanos de gobernanza". Planear hoyes identificar las estrategias
que cada geografía debe seguir para atraer la inversión privada y promover
el mercado. El supuesto es que toda firma, toda persona, toda geografía,
toda unidad política está compitiendo contra todas las demás por recursos
escasos. Al lado de la competitividad han surgido subtemas como los de
ventaja comparativa, nicho, branding, signatura, y así sucesivamente. No
es necesario repetir aquí las ya bien conocidas prácticas, discursos, y planes
de la competitividad. A nivel de la planificación urbana ha predominado e!
tema de una jerarquía urbana global y la subsiguiente competencia entre
todas las ciudades del mundo por adquirir e! estatus de ciudad global o
por avanzar en la jerarquía desplazando a otros.
Por su parte, la gobernanza ha sido propuesta (UN/Hábitat, 2004),
como la verdadera planificación hoy. Este concepto tiene un alto nivel de
vaguedad y retórica. Evoca el reemplaw del Estado bienestar que arbitraba
entre e! sector privado y la sociedad civil o trataba de crear un equilibrio de
intereses por consorcios entre la comunidad, el Estado y el sector privado
donde se debería decidir por acuerdo y cada quien debería aportar lo que le
corresponde. Aquí también se utilizan términos altamente retóricos como
los de responsabilidad, autogestión, y asociación libre. En principio, nadie
podría oponerse a tales propuestas. Sin embargo, "no todo lo que brilla es
oro". Es muy importante salir del estado de fascinación o apabullamiento
con que se han impuesto estos conceptos y entrar a analizar la manera
cómo ellos han sido apropiados en la práctica.
Empezando por la competitividad, tanto ella como la economía que la
propone están basadas en supuestos que nadie ha comprobado e informan
prácticas muy desiguales. ¿Es la economía global realmente competitiva?
¿Es cierto que las ciudades han entrado en competencia o acaso es que hay
agentes que se benefician de obligar a las ciudades a competi r? Estudios de
empresas como la automovilística han establecido que las firmas que la
componen están profundamente imbricadas y funcionan más como
oligopolios entrelazados o redes que como empresas distintas en compe­
tencia a muerte. De otra parte, ¿pueden las ciudades obtener beneficios
111
El segundo saqueo de América Larina: implicaciones para la planificación urbana
niega la autonomía necesaria para influir el proceso? ¿O acaso la gobernanza
es un mecanismo para sentar a la sociedad civil en la mesa y pasarle los
costos y responsabilidades que ni el gobierno ni el sector privado quieren
.
asu.mlr.
Una gobernanza verdadera requeriría un Estado independiente del sec­
tor privado y con la capacidad de exigirle que cumpla con su papel de
servir a la sociedad, una sociedad civil con la misma capacidad de lobby y
los mismos recursos para influir políticas que el sector privado. En su au­
sencia, la gobernanza no es más que una retórica para disimular el hecho
de que en la globalización el sector privado pone a los Estados y a las
ciudades a competir por su favor; o el hecho de que la fuerza de trabajo esté
cada día más impotente frente al capital que entonces manipula esta impo­
tencia para rebajar los salarios y las condiciones de trabajo al mínimo posi­
ble. De acuerdo, la gobernanza como ideal es ideal. Sin embargo, requiere
una verdadera negociación y no la subvención diaria del sector privado a
nombre de la competitividad. Los discursos de la competitividad y la
gobernanza presentan al sector privado como la fuente de todo lo positivo,
al sector público como la fuente de toda ineficiencia y a la sociedad civil
como una fuente insaciable de demandas. El discurso de competitividad
implica un economicismo sin límites y el supuesto de que la sociedad
existe para la acumulación.
En tanto, conceptos como sostenibilidad y diversidad, son hasta cierto
punto contra conceptos, en la medida en que buscan evitar la destrucción
del universo por las lógicas de ganancia y terminar con la discriminación
que divide la fuerza de trabajo en categorías y jerarquías en las que unos
seres humanos merecen más que otros simplemente por ser del género,
raza, o clase subyugada. Pero en una sociedad capitalista la igualdad real o
la sostenibilidad son aceptables solamente en la medida en que no afecten
la acumulación o sean fuente de ganancia. Es por esto por lo que muchos
autores arguyen que hay una contradicción entre la sociedad de mercado y
estas prioridades. Es por esto por lo que muchos autores sugieren una
sociedad civil fortalecida que pueda presionar al sistema hasta humanizarlo
y hacer que el fin de la economía no sea la acumulación sino la vida.
Al final del día, ni la competitividad, ni la gobernanza, ni la
sostenibilidad, ni la diversidad son categorías absolutas; todo puede de­
pender de las reglas de juego o las prioridades que las rigen. Podríamos
invertir el discurso y buscar una competitividad donde son las empresas las
que tienen que competir por el privilegio de operar en una ciudad o en un
~
1 13
El segundo saqueo de América La¡ina: implicaciones para la planificación urbana
segregadas, totalitarias y por lo mismo inseguras e invivi bles. Por su pane,
Lefebvre arguyó que la planificaci n institucional era un a s creción d e una
sociedad dominada po r el valor de cambio y q ue, por ende, generaba un
espacio homogen izador, represi o y cuanti tat ivo manteniend o a raya la
d iferencia, la calidad y la creatividad. El papd d e tal planifi cación es tra­
ducir el orden social en una organizaci6n territorial q ue lo reprod uzca.
Para él sólo una practica de oposición o anti-plani ficació n p uede abrir las
puertas a la producció n de dib ren ia. Tal práctica tiene que ser agresiva y
contestataria e inscrita en una lucha de clases q ue abra nuevos espacios d e
posibilidad y genere nuevas prácticas donde el uso y la apropiación preva­
lezcan. El futuro no es un resultado mecán ico d e leyes subyacentes a la
realidad n i de una racionalidad "objetiva" . El futuro es lo q ue queremos.
No se puede predecir o diseñar cientlficamente en una mesa de dibujar. Si
bien podemos actuar guiados por lo q ue no quer m os, sobre la base de
aquello de lo que conocemos que nos aliena y de pri ncip ios hum anizantes,
no podemos predecir como será ese fut uro; pero si podem os construirlo a
través de la eliminación en la prácri .a d iaria lo q ue nos aliena.
Esta propuesta ha sido rechazad a por provenir de una perso na o u na
visión que Occidente ha demonizado. Aquí la planific aci6 n surge como la
búsqueda de una sociedad diferente a la actual donde no sean las prio rida­
des de acumulaci6 n y por ende la planificaci6 n institucional las que rigen
sino las prácticas contestatarias y la experimentación con nuevos espacios.
Lefebvre (2004 : 373-4), ilustra estos puntos así para América Larina:
Las enormes shanty towns de América Latina ((ave/as, barrios, ran­
chos) manifiestan una vida social mucho más in ce nsa que los distritos
burgueses de las ciudades. Esta vida social [ ... ) sólo sobrevive en tamo
que se aU(Qdefiende y enrra al ataque en el curso de la lucha de clases. A
pesar de su pobreza, esros disuiros organizan el es pacio a veces tan
efectivamenre -casas, paredes, espacios públicos- que generan una ad­
miraci6n nerviosa. Se uata de una apropiación de un orden superior
extraordinario. La arquitectura esponránea de la pla nificaci6n (formas
"salvajes" usando una terminologra elegame) demuestra ser muy supe­
rior en la organización del espacio por parre de especialistas qu ienes
traducen el orden social en una realidad te rri(Qrial con o sin órdenes
directas de las aU(Qridades econ6micas o políticas. El resultado -en el
[erren 0- constituye un duaLismo especiaL extraordinario. Yel dualismo en
el espacio mismo genera la impresi6n muy fuerre de que allí hay un
dualismo de poder político: un equilibrio tan amenazame que una explo­
sión es inevitable [ .. .] La impresi6n, sin embargo, es equivocada -una
1 15
El segundo saqueo de Am érica Latina: implicaciones para la planificación urbana
última instancia, la planificación e un acto de poder. Entonces podemos
hablar de un poder q ue impone su agenda desde arri ba, una negociación
dond cada parte en tra con la misma posibil idad de infl uir el res ultado. o
un j rcicio d contradicciones don de puede haber form acio nes q ue incl u­
yen vari os secrores de clase bajo e! con rol de una de ellas (ej. el cliente!ism )
o una lucha por impo ner los inter es de una a las demás.
De hecho la planifi cación no ha logrado ni puede impo ner un dominio
absol uto de cl se. La democracia repe enradva ha propuesto una planifi­
cación con par ticipación onstreñida (plani fi cación participativa) donde se
manipulan los intereses de clase y donde se presentan muchas combina­
ciones. Para nuestro caso. la globalización neoliberal aparece como un nue­
vo absolutismo de clase apoyada en una maquinaria apabullante de propa­
ganda e ideología (las virtudes de1libre cambio y de la mal llamada demo­
cracia). un monopolio cad dfa más arraigado de! poder represivo del Esta­
do y la dictadura del mercado. Esta plani lCación ha sido devastadora para
la ciudad latinoamericana y ha profundizado el sistema de transferencia de
valor hacia fue ra y hacia el N orte. Si América Latina quiere cam biar su
destino tien e que d sarroll ar otra doctrina, otra práctica, y una plani fica­
ción contestata ria o altern ativa a la que la globaliza ió n neoliberal im pone.
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PAR TE 2: Desarrollo económico y ambiental Políticas de desarrollo territorial y
transfornlaciones productivas: el
caso de la industria manufacturera
colombiana
Jorge Lotero Contreras
Universidad de Antioquia, Colombia
Introducción
Con la adopción de programas de apertura e inserción internacional
por los países de América Latina durante la última década del siglo pasado,
se ha renovado el interés por los problemas y políticas del desarrollo econó­
mico territorial. Este tema ha alcanzado relevancia al tratarse de los impac­
tos, productivos y espaciales, que se habrían producido con la mayor inser­
ción internacional de la economía colombiana desde finales de los años
ochenta y el tránsito hacia un modelo de acumulación alternativo al de
economía cerrada.
En el marco de la desregulación y de autonomía territorial, desde las
esferas oficiales se ha planteado que una "buena" combinación de políticas
comerciales y sectoriales con un carácter descentralizado, permitirían ele­
var la competitividad del país y sus regiones, reduciendo simultáneame nte
los desequilibrios territoriales (DNP, 2006) . De esta manera se abandonan
las políticas activas de desarrollo industrial promovidas desd I nivel cen­
tral de go bierno que pro pendían por la reversión de la polarización y el
desarroll o d e las regiones periféricas en el co n texto de la urban ización ace­
lerada y la industrial ización por sustitución de importaciones. De otra
parte, con una concepción del desarrollo "desde abajo" (bottom up) o basa­
do en cLusters y sistemas productivos locales, ha emergido una nueva ge­
neración de polfticas con propósitos de elevar la competitividad.
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