Resolución Integra

Anuncio
REPUBLICA DEL ECUADOR
Juicio No: 17711-2013-0871
Resp: MARIA BARRETO
Quito, jueves 23 de octubre del 2014
REGISTRO OFICIAL
En el Juicio Ordinario No. 17711-2013-0871 que sigue QUINAPALLO JORGE ANIBAL,
QUINAPALLO JORGE ANIBAL en contra de LOPEZ PANTUCIN MIGUEL ANGEL Y
INFANTE MENDOZA SONNIA ANTONIETA, hay lo siguiente:
JUEZ PONENTE: DR. WILSON ANDINO REINOSO
CORTE NACIONAL DE JUSTICIA DEL ECUADOR. - SALA DE LO CIVIL Y
MERCANTIL.- Quito, jueves 23 de octubre del 2014, las 11h45.- VISTOS: Jorge Aníbal
Quinapallo interpone recurso de casación mediante escrito que corre de fojas 29 a 32 vuelta
del cuaderno de segunda instancia, en el que impugna la resolución dictada por la Primera
Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de
Justicia del Guayas, el 22 de abril del 2013, las 08h50, dentro del juicio ordinario que por
prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio sigue en contra de Miguel Ángel López
Pantucin y Sonia Antonieta Infante Mendoza, la cual confirma la sentencia dictada en
primera instancia por el Juez Décimo de lo Civil del Guayas, que declaró sin lugar la
demanda. Para resolver, se considera:
PRIMERO:- JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
El Tribunal tiene jurisdicción en virtud de que los jueces que lo integramos fuimos
constitucional y legalmente designados mediante Resolución Nº. 004-2012 de 25 de enero
de 2012 y posesionados por el Consejo de la Judicatura el 26 de enero del 2012; conforme
Resolución del Pleno de la Corte Nacional de Justicia 03-2013 de 22 de julio del 2013; y la
competencia, en mérito a lo dispuesto por los artículos: 184.1 de la Constitución de la
República del Ecuador; 190.1 del Código Orgánico de la Función Judicial; 1 de la Ley de
Casación; y, por el sorteo de rigor cuya acta obra del proceso. La Sala de Conjueces de lo
Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, analiza el recurso y lo admite a trámite
parcialmente, en cumplimiento del artículo 6 de la Ley de Casación.
SEGUNDO: 2.1. ALGUNOS ELEMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN
El recurso de casación como medio de impugnación extraordinario es el derecho de
objeción del justiciable sobre la sentencia o auto finales, esto es de las que deciden el fondo
del asunto, que pongan fin a los juicios de conocimiento (Art. 2 Ley de Casación). Su
propósito es restaurar el imperio de la ley transgredida en la sentencia o auto en garantía del
debido proceso (Art. 76 C R E), resolución que asume el carácter de obligatoria en el
proceso dictado, la que no solo tiene trascendencia para las partes procesales sino para la
sociedad, y por los resultados significativos para la solución de otros litigios o casos
análogos a presentarse en lo posterior, y que, inmerso en un Estado constitucional de
derechos y justicia cambia radicalmente la administración de justicia, la casación debe
garantizar los derechos fundamentales de los justiciables. No obstante, la Corte Nacional de
Justicia, al ser el Máximo Tribunal de Justicia Ordinaria en el control de legalidad, su rol es
el de desarrollar los precedentes jurisprudenciales, garantizando la efectiva vigencia de
todos los derechos y de todas las personas, acorde a la Constitución. 2.2. En la actualidad
“En el Ecuador y en algunos países de América Latina se ha afincado el
Neoconstitucionalismo y ha provocado un cambio cualitativo en el pensar y en el actuar
jurídico: se ha construido otro marco jurídico-político dentro del cual tenemos que actuar,
razonar y elaborar los juicios lógicos y axiológicos para desarrollar la actividad jurídica,
con la calidez humana que debe primar en las relaciones de este tipo. Este nuevo marco está
constituido por el denominado Neoconstitucionalismo y, específicamente para América
Latina, por el Neoconstitucionalismo latinoamericano. Hoy existe otra óptica y otra lógica
para comprender y aplicar el Derecho: la del Neoconstitucionalismo y, por tanto la
organización del poder político como la del poder judicial y otros poderes e instituciones
estatales, deben responder a esta nueva realidad” (Cueva Luis Carrión, La Casación en
Materia Civil, 2da. edición, Ediciones Cueva Carrión, Ecuador, 2011. Pág.32). Se ha de
tener en cuenta que en materia de casación la parte relativa con la fundamentación, se
asimila a un ejercicio de comparación y contraste entre las normas que fueron empleadas
como presupuestos de derecho en el fallo cuestionado que pronunció el Tribunal, y las de
quien recurre señala debieron haberse empleado y, demostrar con claridad que,
efectivamente, la normativa expresada por el casacionista es la idónea o apropiada para el
juzgamiento del caso en cuestión. A decir de Humberto Murcia Ballén, quien recoge el
criterio expuesto por Toboada Roca: “…son aún mayores las dificultades, porque, además
de tener que expresarse con claridad y precisión la pretensión procesal, hay que cumplir
unos determinados requisitos de designación de la vía impugnada que se utiliza, norma
concreta que se reputa infringida, modo o forma que se supone cometida esa infracción
legal, con separación absoluta, enumerada y ordenada de las diversas tesis impugnativas
con que se pretende combatir los supuestos básicos de la sentencia recurrida…” (Humberto
Murcia Ballén, La Casación Civil, Editorial Temis, Bogotá, 1997, p. 604). Jaime Guasp
sobre los motivos de las partes para interponer el recurso de casación y las limitaciones de
los poderes de los juzgadores, considera que: “Las partes no pueden acudir a ella a base de
su simple interés, sino que tienen que contar con una causa legalmente determinada, es
decir, con un motivo: el motivo de casación precisamente, por su parte, el órgano
jurisdiccional no puede conocer los problemas litigiosos en los mismos términos de
amplitud en que lo hicieron los tribunales de instancia, sino que encuentra limitados sus
poderes a temas determinados y taxativos coincidentes precisamente con las circunstancias
que funcionan como motivo de casación”. (Guasp Jaime, Derecho Procesal Civil, T II,
Madrid – Edición, 1977).
TERCERO: NORMAS INFRINGIDAS
El casacionista señala como normas infringidas los artículos 115, 207, 242, 244 del Código
de Procedimiento Civil, 715, 721, 732, 969, 2392, 2400 inciso primero y 2411 del Código
Civil. El recurso lo fundamenta en las causales primera y tercera del artículo 3 de la Ley de
Casación. Es admitido parcialmente a trámite por la Sala de Conjueces de lo Civil y
Mercantil el 20 de junio de 2014.
CUARTO: FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN
4.1. El casacionista manifiesta que desde hace más de 15 años, viene poseyendo de manera
pública, pacífica e ininterrumpida, con ánimo de señor y dueño el solar signado con el No.
005 (antes 38) de la manzana 4134 (antes 4) de la parroquia urbana Ximena de la PreCooperativa “BRISAS DEL SALADO”, de la ciudad de Guayaquil. Alega que en el predio
materia de la litis se construyó en un primer momento una casa de caña y posteriormente
una casa tipo chalet, de cemento armado, de 8 metros por 5 metros, de un piso, con paredes
de bloques sin enlucir, piso de cemento alisado, instalaciones de energía eléctrica y agua
potable.
La posesión material del bien la ejerce desde el mes de junio de 1989, fecha en la cual la
señora Blanca Flor Paredes Naranjo, le permitió el ingreso al predio, sin obstáculos,
tomando en consecuencia la posesión pacífica, pública, de buena fe, sin molestias ni
perturbación.
El 6 de octubre de 1994 se suscribió un contrato privado de compra venta entre Blanca
Paredes Naranjo y el hijo del casacionista, Jhon Henri Quinapallo Nacato, quien por cierre
de la negociación entregó el cheque constante a fojas 113 de los autos.
Sin embargo de lo expuesto, Blanca Paredes Naranjo dio en venta el bien materia de la litis
mediante escritura pública otorgada a favor de Miguel Ángel López Pantucin y Sonia
Antonieta Infante Mendoza, ante el Notario Primero del cantón Guayaquil, Dr. Carlos
Quiñonez Velásquez, el 17 de agosto de 2004 e inscrita en el Registro de la Propiedad el 6
de septiembre del mismo año. Y es a partir de enero de 2005 que empezaron actos de
molestia y embarazo contra la posesión material que detentaba, iniciándose acciones
civiles, penales, constitucionales y contravencionales, en las que ha demostrado la
existencia de la posesión material.
4.2. El casacionista manifiesta que en la sentencia se estableció la posesión material sólo
desde el 8 de junio del 2005, fecha en la que su hijo Jhon Quinapallo procedió a cederle la
posesión. Señala que el artículo 715 del Código Civil determina que la posesión es: “la
tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor y dueño…”, debiendo existir el
CORPUS y el ANIMUS, siendo estos demostrados por “hechos positivos, de aquellos a que
sólo el dominio da derecho, como la corta de madera, la construcción de edificios, la de
cerramientos, las plantaciones o sementeras, y otros de igual significación…”. La Sala, en
la sentencia atacada pese a no indicar en forma clara la existencia de la posesión material
que detentaba el actor, la deja entre ver, sin poder ocultar la existencia de la buena fe del
casacionista al adquirir la posesión material.
La Sala al no se pronuncia sobre los documentos agregados al proceso y no aprecia la
prueba en su conjunto (artículo 115 del Código de Procedimiento Civil), incurriendo en una
errónea interpretación de los preceptos jurídicos aplicables a la valoración de la prueba.
4.3. Además indica que en la sentencia no se menciona nada sobre los documentos privados
firmados por los vecinos del sector, en que afirman el hecho de que el actor tiene la
posesión por más de 15 años.
4.4. Alega que el Tribunal Ad quem, no ha apreciado bajo la luz de la sana crítica, la prueba
testimonial y la inspección judicial, y omitió pronunciarse sobre la existencia de uno de los
requisitos necesarios para la procedencia de la prescripción extraordinaria adquisitiva de
dominio, esto es la posesión material actual del bien materia de la litis (Art. 2392 del
Código Civil).
QUINTO:- EXAMEN DEL CASO EN RELACIÓN A LA OBJECIÓN PRESENTADA
Concierne el examen de la causal tercera del artículo 3 de la Ley de Casación
fundamentado por el casacionista, y que procede por: “Aplicación indebida falta de
aplicación o errónea interpretación de los preceptos jurídicos aplicables a la valoración de
la prueba, siempre que hayan conducido a una equivocada aplicación o a la no aplicación
de normas de derecho en la sentencia o auto”. Conocida doctrinariamente como de
afectación directa de norma procedimental y que, como consecuencia de tal infracción
lesiona, igualmente, aunque de manera indirecta una norma de derecho de orden sustancial
o material; de tal manera que, en la proposición de esta causal ocurren dos violaciones
continuas, a saber: a.- Transgresión de preceptos jurídicos aplicables a la valoración
probatoria por cualquiera de los tres supuestos antes mencionados (aplicación indebida,
falta de aplicación o errónea interpretación) ; y, b.- Afectación de normas de derecho como
consecuencia de la primera y que conduce a la equivocada aplicación o no aplicación de
estas normas materiales en la sentencia o auto. En tal virtud, al invocar esta causal incumbe
a la parte recurrente establecer lo siguiente: 1. Los preceptos jurídicos aplicables a la
valoración de la prueba que pudiesen haber sido violentados; 2. El modo por el que se
comete el vicio, esto es, aplicación indebida, falta de aplicación o errónea interpretación; 3.
Las normas de derecho han sido equivocadamente aplicadas o no aplicadas como
consecuencia de la trasgresión de preceptos jurídicos aplicables a la valoración de la
prueba; y, 4. Explicar y demostrar, cómo la aplicación indebida, falta de aplicación o la
errónea interpretación de los preceptos jurídicos aplicables a dicha valoración probatoria
han conducido a la afectación de normas de derecho, ya por equivocada aplicación o por su
falta de aplicación.
5.2. El recurrente señala que la Sala no ha apreciado la prueba en su conjunto, por lo tanto
incurre en errónea interpretación de los preceptos jurídicos aplicables a la valoración de la
prueba.
Al respecto el artículo 115 del Código de Procedimiento Civil establece que la prueba
deberá ser apreciada en su conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica, sin
perjuicio de las solemnidades prescritas en la ley sustantiva para la validez de ciertos actos.
Tal norma evidentemente se refiere al método de valoración probatoria, cuya infracción
procede acusarla a cargo de la causal tercera del artículo 3 de la Ley de Casación. Por tanto,
la misión y función del juez es resolver un litigio, efectuando la valoración conjunta de los
medios probatorios producidos por las partes.
En el Considerando Cuarto de la sentencia dictada por la Primera Sala de lo Civil,
Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial del Guayas, se señalan
las pruebas que se han actuado dentro del juicio, detallándose las que corresponden al actor
y las que han sido producidas por los accionados.
“…dentro de la estación probatoria, éste ha presentado expediente de inspección judicial
desarrollada en el Juzgado Noveno de lo Civil de Guayaquil (fs. 46 a 71); firmas de
personas que refieren ser moradoras del sector 91 manzana 4134 de “Brisas del Salado”;
También ha recurrido a la prueba testimonial, según la declaración que efectúa Nelly
Ramona Silva Valdiviezo vda de Morla (fs. 141), quien responde afirmativamente a las
preguntas que constan a fs. 138 y vta., limitándose a mencionar que conoce sobre lo
peguntado”
En el Considerando Quinto de la resolución, el Tribunal Ad quem realizó la
correspondiente valoración de la prueba, contrastando las afirmaciones constantes en el
libelo inicial con la prueba aportada en el proceso, es decir los juzgadores han exteriorizado
sus razonamientos a fin de tomar una decisión motivada.
Por otro lado el casacionista afirma en su recurso que no se ha valorado el instrumento
privado de adquisición de la posesión del predio materia de la litis, sin embargo este
instrumento no es de adquisición de la posesión, es un documento privado que fue
celebrado por Blanca Flor Paredes Naranjo y Jhon Henri Quinapallo Nacato, el 6 de
octubre de 1989, el cual titula: “CONTRATO PRIVADO DE COMPRA VENTA DE UN
SOLAR UBICADO EN LA PRE COOPERATIVA “BRISA DEL SALADO 92”,
documento que por sí sólo no puede ser considerado como prueba de la posesión, por
cuanto la naturaleza de este documento privado carece de todo valor, ya que la
compraventa de bienes inmuebles debe ser celebrado por escritura pública para que este
tenga validez, es una solemnidad sustancial exigida por la ley, conforme así lo establece el
artículo 1740 del Código Civil.
La jurisprudencia al respecto ha señalado, en un caso similar, lo siguiente:
“al contrato privado, que la actora afirma que ha ratificado su posesión, de ningún modo
puede considerarse como instrumento ratificatorio de posesión alguna", reconociendo que
dicho instrumento carece de valor legal. En la especie, si bien es cierto que la actora en la
demanda admite la existencia de un contrato privado de compraventa: esto no implica
reconocimiento de dominio de los demandados sobre el bien materia del litigio, ya que tal
declaración está referida precisamente a un acto prohibido por la ley, inexistente y por tanto
se estima como no celebrado. (Gaceta Judicial. Año CVII. Serie XVIII, No. 2. Página 473.
Quito, 25 de enero de 2006)
Por lo expuesto, este contrato privado no puede constituir prueba alguna de la posesión, ni
el cheque que se afirma haberse entregado a la antigua dueña del predio, por lo tanto no han
sido medios probatorios adecuados, eficaces y válidos para probar este hecho (la posesión
se prueba con actos posesorios). El principal propósito de la prueba es establecer la verdad;
la prueba debe ser pertinente y relevante para el caso que se resuelve, lo que no sucede en
este proceso.
El casacionista, señala en su libelo de casación que el Tribunal Ad quem ha errado en la
interpretación del artículo 207 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto no se da
credibilidad a la declaración testimonial que consta en el proceso.
El referido artículo señala que los testimonios serán apreciados de acuerdo a las reglas de la
sana crítica. En el caso que nos ocupa el único testimonio que consta en el proceso, es de la
señora Nelly Ramona Silva Valdiviezo Vda. de Morla, el cual ha sido valorado por el
Tribunal Ad quem, conforme consta en el Considerando Cuarto de la sentencia. Se debe
tomar en cuenta que el Tribunal de Casación no puede realizar una nueva valoración de la
prueba.
“La valoración de la prueba es atribución de los jueces y tribunales de instancia, no
teniendo el Tribunal de Casación, atribuciones para hacer otra y nueva valoración, salvo
casos excepcionales, cuando aparezca indudablemente que no hay aplicación de las reglas
valorativas de la prueba, o que existe una valoración ilógica o contradictoria conduciendo
ello a tomar una decisión arbitraria, haciéndose preciso en tal caso un nuevo análisis para
determinar con certeza si el Tribunal de instancia ha interpretado y aplicado
incorrectamente las disposiciones legales o los principios de la sana crítica en razón del
valor dado a las pruebas.” Gaceta Judicial. (Año CVIII. Serie XVIII, No. 3. Página 1088).
En los juicios de prescripción extraordinaria de adquisición de dominio, es esencial
demostrar el tiempo, la posesión y si esta ha sido pública, ininterrumpida y pacífica y quien
mejor que los testigos para que corroboren que esta posesión ha sido pública, tranquila y sin
clandestinidad, es muy frecuente que quienes declaren en este tipo de procesos sean los
vecinos del lugar del bien que se pretende, por cuanto estos serán los más idóneos para
otorgar al juez los elementos necesarios para el descubrimiento de la verdad y determinar si
se ha cumplido o no con los requisitos necesarios para que proceda la prescripción
extraordinaria adquisitiva de dominio. Las firmas recogidas por el actor en un documento
colectivo, en que afirman los vecinos, en forma general, la existencia de la posesión del
bien materia de la litis, por más de 15 años, no es una prueba eficaz, y acertadamente no ha
sido tomada en cuenta por el Tribunal Ad quem, en su sentencia, ya que como se ha
explicado en la presente, el juez debe verificar la idoneidad de los testigos, edad, capacidad
legal, conocimiento de los hechos, etc. Por lo tanto no se puede pretender que un
documento privado, firmado por supuestos vecinos del sector, se asimile a testimonios. Con
lo expuesto se desecha esta alegación.
Respecto a la inspección judicial, consta en el proceso la correspondiente acta de esta
diligencia, en que se establece claramente y sin lugar a dudas que el actor no se encontraba
en posesión al momento de la diligencia del bien que pretende ganarse a través de la
prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio.
La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas o de extinguir las acciones y
derechos ajenos. Conforme el artículo 2410 del Código Civil, el dominio de las cosas
comerciales que no han sido adquiridas por la prescripción ordinaria, pueden serlo por la
extraordinaria, bajo las reglas que dicha norma prevé, el artículo 2398 del referido Código
dispone: “Salvo las excepciones que establece la Constitución, se gana por prescripción el
dominio de los bienes corporales raíces o muebles, que están en el comercio humano, y se
han poseído con las condiciones legales. Se ganan de la misma manera los otros derechos
reales que no están especialmente exceptuados.” El artículo 715 del Código Civil señala
que la posesión: “Es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor y dueño, sea
que el dueño o el que se da por tal tenga la cosa por sí mismo, o bien por otra persona en su
lugar y a su nombre”. Y de acuerdo al artículo 969 ibídem: “Se deberá probar la posesión
del suelo por hechos positivos, de aquellos a que sólo el dominio da derecho, como la corta
de maderas, la construcción de edificios, la de cerramientos, las plantaciones o sementeras,
y otros de igual significación, ejecutados sin el consentimiento del que disputa la posesión”.
Entre los derechos, efectos de la posesión se consideran los siguientes: 1º.-El de ser
considerado como dueño, mientras otro no justifique serlo; 2º.-El de mantenerse en la
posesión, mientras no sea vencido judicialmente; 3º.-El de hacer suyos los frutos de la cosa;
4º.-El de adquirir la cosa por prescripción. (Víctor Manuel Peñaherrera “La Posesión”,
Megaleyes, Guayaquil Ecuador 2005. Pág. 8.). Además, es necesario en estos procesos
determinar si ha trascurrido el tiempo de quince años establecido por el artículo 2411 del
citado Código, requisito que no se ha cumplido, según el análisis del Tribunal Ad quem.
5.3 En el caso en resolución el actor solicita que desde el año 1989 se tome en cuenta el
tiempo para que opere la prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio, por su parte el
Tribunal Ad quem realizó la correspondiente valoración de las pruebas aportadas, sobre
esta pretensión, concluyendo que: “sin embargo dicha afirmación que ha sido repetida a lo
largo del proceso, se desvanece por la documentación que ha sido aportada al expediente y
a la cual nos hemos referido en el literal e).- del ordinal precedente; documento que
demuestra que el accionante resultó beneficiario de la posesión por parte de Jhon Henry
Quinapallo Nacato, el 27 de junio del año 2005, quien según aquel documento mantenía a
la indicada fecha dicha calidad”.
El artículo 2400 del Código Civil determina que si una cosa se ha venido poseyendo sin
interrupción por dos o más personas el tiempo del antecesor puede o no agregarse al tiempo
del sucesor. En el caso en resolución consta la escritura pública de cesión de derechos
posesorios del bien materia de la litis, otorgada por Jhon Henry Quinapallo Nacato a favor
del accionante Jorge Aníbal Quinapallo, ante el Notario Trigésimo del cantón Guayaquil, el
27 de junio de 2005, sin embargo de lo expuesto, el actor no ha demostrado la posesión de
Jhon Henry Quinapallo Nacato desde 1989, ya que no basta que se haya probado su
posesión desde el año 2005, era indispensable demostrar la posesión del cedente de los
derechos desde 1989. De las referidas conclusiones no se evidencia que exista una
valoración de la prueba ilógica o absurda.
En la presente litis conforme, consta de autos, y según las afirmaciones del recurrente,
respecto de la posesión: “Desde el mes de enero del 2005 empiezan actos de molestia y
embarazo contra la posesión material que detentaba iniciándose varias acciones civiles,
penales, constitucionales y contravencionales en las que ha demostrado la existencia de la
posesión material.” (Foja 30 del cuaderno de Casación).
El artículo 2403 del Código Civil determina que: “Interrupción civil es todo recurso judicial
intentado por el que se pretende verdadero dueño de la cosa, contra el poseedor. Sólo el
que ha intentado este recurso podrá alegar la interrupción;”. Esto sucede por ejemplo, en el
caso de los juicios de reivindicación en que se interrumpe la prescripción, una vez citado el
demandado, que vendría a ser el poseedor. En este caso, el actor ha iniciado procesos en
defensa de su posesión, sin que esto signifique que haya existido interrupción de la
posesión como erradamente se afirma en la sentencia materia del recurso. En el presente
proceso han existido varias resoluciones de distintas autoridades, tanto judiciales como
administrativas que han sido iniciadas por el hoy actor en contra de los demandados en
defensa de su posesión, sin que haya existido un resultado a su favor, sin embargo y pese a
esto como ha quedado señalado en líneas anteriores en el caso en resolución, no se han
probado fehacientemente las alegaciones del actor, respecto al tiempo de la posesión desde
el año 1989, sino sólo desde el año 2005.
Por otro lado y sin ser menos importante la Sala de Apelación en el Considerando Quinto,
analiza las pruebas aportadas y concluye, que si bien el recurrente pretendió ejercer la
posesión del bien con ánimo de señor y dueño, esta posesión no lo ha realizado de forma
pacífica e ininterrumpida, por todos los requerimientos administrativos y judiciales
planteados por el mismo, además consta en el proceso la compraventa realizada por la
señora Blanca Paredes a favor de los hoy accionados, propietarios del bien, incluso al
practicarse la diligencia de inspección ocular, el accionante no se encontraba en posesión
del bien. Es así que en el memorial de casación se indica: “Que durante el decurso del
proceso he perdido la posesión, sin entrar en un análisis serio y profundo sobre esa
aseveración. Pese a los aspectos mencionados en líneas precedentes, la Sala en la sentencia
atacada señala la existencia de una posesión interrumpida, indicando no haberme
encontrado en posesión material al momento de la inspección judicial realizada en este
proceso, sin tomar en consideración la serie de fechas de convocatorias a la diligencia, la
misma que no se pudo llevar a efecto por diferentes circunstancias”. Si bien es cierto el
accionante demostró que previa a la inspección judicial practicada en el proceso se
encontraba en posesión del bien materia de la litis, según se desprende de la diligencia
previa agregada a autos ( fojas 58-71) llevada a cabo el 16 de marzo de 2005, al momento
de practicarse la diligencia de inspección judicial y al no encontrarse el actor en posesión
del bien, la prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio no es procedente, situación
que ha sido legalmente verificada. (Artículo 242 del Código de Procedimiento Civil).
Por otro lado el artículo 244 del Código de Procedimiento Civil, determina la forma en que
deben realizarse las inspecciones judiciales, y según consta a fojas 187, la inspección
judicial llevada a cabo el 23 de noviembre de 2009, en la presente litis ha sido realizada de
acuerdo con la referida norma; es así que en la diligencia se ha concedido la palabra a las
partes para que realicen sus respectivos alegatos y observaciones, se ha nombrado perito, se
ha dejado constancia de esta diligencia a través de un acta que corre de fojas 187 a 188. Por
lo expuesto, no existe violación de los artículos 242 y 244 del Código de Procedimiento
Civil como tampoco de los artículos 2392 y 2411 del Código Civil.
El actor señala en su recurso:
“Sobre este hecho trascendental en la litis, la Sala en la sentencia atacada omite
pronunciamiento, pese a que transcribe los datos procesales que describen el hecho lesivo,
(el suscrito fue RETIRADO de lugar por orden de autoridad que obliga al retiro de GINA
QUINAPALLO, persona ajena al predio)”.
Afirmación que corrobora el hecho que el actor no se encontraba ya en posesión del bien
materia de la litis. La posesión es indispensable para la procedencia de la acción de
prescripción adquisitiva extraordinaria de domino, es que justamente con la inspección
judicial se verificará este hecho.
El Tribunal Ad quem señaló en la sentencia que la resolución dictada por Roberto Ricaurte
Bumachar, en calidad de Intendente de Policía del Guayas, demuestra que la posesión no
fue pacífica, y no como afirma el casacionista al indicar que: “… lo cual se desdibujo por
un acto ilegal (refiriéndose a la resolución del Intendente de Policía del Guayas), siendo
indispensable establecer en la sentencia si este acto ilegal era suficiente para declarar que
no estaba en posesión del bien material al momento de la inspección judicial llevada a
efecto en este proceso”. Al no ser pacífica la posesión, se incumplió con otro de los
requisitos indispensables para la procedencia de la prescripción adquisitiva extraordinaria
de dominio.
Con las consideraciones expuestas se ha evidenciado que el Tribunal Ad quem no ha
valorado en forma absurda, ilógica o ilegal las pruebas aportadas en el proceso, al contrario
ha realizado una correcta subsunción de los hechos a las normas, verificando así que no se
han cumplido con los requisitos determinados en el Código Sustantivo Civil para la
procedencia de este tipo de acciones. En el caso que nos ocupa, podemos concluir que el
actor no demostró la posesión del bien materia de la litis desde 1989, también se evidenció
que esta posesión no fue pacífica desde el año 2005 y finalmente al momento de la
inspección judicial el actor ya no se encontraba más en posesión del bien, y quienes se
encontraban en este inmueble eran los dueños, que habían adquirido el bien materia de la
litis el 16 de agosto del 2004, mediante compraventa realizada por la señora Blanca Flores
Paredes Naranjo, quien al vender el bien realizó un acto de señora y dueña, sin que obre en
autos que dicho instrumento haya sido declarado nulo por juez competente alguno, por lo
tanto no se cumplieron los requisitos básicos para la procedencia de esta acción.
Finalmente es necesario reiterar que la valoración de la pruebas “es atribución exclusiva de
los jueces y tribunales de instancia, a menos de que se demuestre que en ese proceso de
valoración se haya tomado un camino ilógico o contradictorio que condujo a los juzgadores
a tomar una decisión absurda o arbitraria.” (Gaceta Judicial. Año XCV. Serie XVI. No. 3.
Pág. 681). En tal virtud, al no existir violación de la norma de la valoración de la prueba ni
transgresión indirecta de disposición sustantiva, son inaceptables los cargos acusados.
Por estas motivaciones, este Tribunal de Casación de la corte Nacional de Justicia,
“ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL
ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES DE LA
REPÚBLICA”, NO CASA la sentencia dictada por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil,
Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, el 22 de
abril del 2013, las 08h50. Notifíquese.- f).- DR. WILSON ANDINO REINOSO, JUEZ
NACIONAL, f).- DRA. MARIA ROSA MERCHAN LARREA, JUEZA NACIONAL, f).-
DRA. PAULINA AGUIRRE SUAREZ, JUEZA NACIONAL. Certifico.
Lo que comunico a usted para los fines de ley.
RAZÓN. Siento por tal que la copia que antecede es igual a su original. Certifico. Quito, a
23 de octubre de 2014.
DRA. LUCIA DE LOS REMEDIOS TOLEDO PUEBLA
SECRETARIA RELATORA
Descargar