Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Enferm Clin. 2013;23(3):87---88 www.elsevier.es/enfermeriaclinica EDITORIAL Salutogénesis, nuevas perspectivas para promover la salud Salutogenesis, new perspectives to promote health Dolors Juvinya-Canal Directora de la Cátedra de Promoción de la Salud y coordinadora, Grupo de Investigación Salud y Atención Sanitaria, Departamento de Enfermería, Facultad de Enfermería, Universidad de Girona, Girona, España Disponible en Internet el 9 de mayo de 2013 Superada la pasión healthy por la salud individual y la obsesión por la salud como un objetivo en la vida, se está consolidando un nuevo modelo en promoción de la salud relacionado con lo que es favorable y positivo para la salud. Esta nueva concepción de «salud positiva» emerge frente al modelo tradicionalmente imperante en salud pública que se centra en la protección y la prevención, y pone énfasis en la reducción de los factores de riesgo y en las barreras para parar o atenuar sus consecuencias en la enfermedad. ¿Qué ocurre para que algunas personas prosperen y otras enfermen en situaciones similares? ¿Dónde están los factores de éxito para la salud? La salud positiva es una forma de ver las acciones en salud, focalizando la mirada hacia lo que permite un mayor control sobre la salud y su mejora. Esta aproximación hace mucho más accesibles las acciones orientadas hacia al bienestar, al crecimiento y al envejecimiento saludable. La nueva óptica conocida como perspectiva salutogénica pone énfasis en aquello que genera salud y no en lo que genera enfermedad. El concepto de salutogénesis fue introducido a finales de los años 70 por Aaron Antonovsky1 . Partiendo de la simple pregunta ¿qué crea salud? inició la nueva mirada en positivo del concepto de salud. Actualmente existen distintas teorías que siguen el camino salutogénico y, por tanto, podemos hablar de un paraguas salutogénico que incluye modelos y teorías que usan una aproximación salutogénica. En el modelo salutogénico ganan valor los activos para la salud que es todo aquel factor o recurso que potencie la capacidad de las personas, de las comunidades y de las poblaciones para mantener la salud y el bienestar. En Correo electrónico: [email protected] un procedimiento diferente a la práctica de inventariar y diagnosticar los déficits de los individuos y comunidades, esta metodología se centra en los activos, busca las ventajas y reconoce los talentos, habilidades, intereses y experiencias de cada uno. De este modo se propone romper el actual paradigma biomédico donde la salud se entiende desde la perspectiva de riesgos y patología y caminar hacia un concepto salutogénico en el que se estudian los factores que contribuyen a que las personas mantengan y aumenten su bienestar en todas las dimensiones de la persona1 . En relación con esta idea, Antonovsky postulaba que en el caso de que las personas actuaran en su vida con conductas promotoras de salud, los riesgos se minimizarían y las personas ahorrarían sufrimiento. Antonovsky centró su modelo en torno 2 conceptos: el «sentido de coherencia» (sense of coherence [SOC]) y el «recurso general de resistencia» (general resistance resources [GRR])2 . El SOC está compuesto por 3 dimensiones, que son la comprensibilidad, la manejabilidad y la significatividad. Tener un SOC fuerte permite a las personas ver la vida como algo coherente, comprensible, manejable y significativo, otorgándole una confianza y seguridad interiores para identificar recursos dentro de uno mismo y en su entorno inmediato, una habilidad para utilizar y reutilizar estos recursos de forma promotora de la salud. Las 3 dimensiones interactúan unas con otras, pero lo más importante es el factor motivacional o de significatividad. Eriksson y Lindström lo definen como un recurso que capacita a las personas para gestionar la tensión, reflexionar sobre sus recursos internos y externos, identificarlos y movilizarlos con la finalidad de encontrar soluciones para conseguir un afrontamiento con éxito, de una forma saludable3 . 1130-8621/$ – see front matter © 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.enfcli.2013.03.004 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 88 Antonovsky desarrolló el instrumento para medir el SOC, un cuestionario que el autor validó en lengua inglesa; las 2 versiones originales son de 29 y 13 ítems, la versión abreviada. El cuestionario está traducido a 33 lenguas en 32 países, entre ellos España4 . Eriksson y Lindströn3 realizaron una revisión sistemática sobre la utilización del cuestionario y su validez y concluyeron que la escala ha demostrado ser válida, factible y aplicable transculturalmente para medir el SOC. Esta versión está adaptada transculturalmente después de realizar unas mínimas modificaciones lingüísticas en el enunciado de los ítems respecto a la versión original inglesa. El segundo concepto clave son los GRR, que se definen como cualquier característica de una persona, grupo o un ambiente, cuyo manejo efectivo puede ayudar a evitar o a combatir una amplia variedad de estresores. Estos pueden ser de origen interior, como la fortaleza, la inteligencia, el conocimiento y la competencia social, o de origen exterior como los recursos materiales, la estabilidad cultural, el soporte social o las buenas condiciones laborales. Cualquier instrumento que ayude a las personas a superar los factores de estrés emocional se puede considerar un GRR. Se han identificado 4 GRR que tienen que estar disponibles para poder facilitar el desarrollo de un SOC fuerte: actividades significativas, pensamientos existenciales, contacto con los sentimientos interiores y relaciones sociales. La clave no está únicamente en disponer de los recursos, sino en la habilidad de usarlos de forma promotora de la salud. Después de 30 años de investigación en salutogénesis ha llegado el momento de sintetizar, mirar más allá y describir los conceptos desde la perspectiva de lo que pueden aportar en la promoción de la salud. A pesar de que muchas áreas no hayan sido suficientemente trabajadas y muchas otras no se hayan ni empezado a explorar, el potencial de la aproximación salutogénica a la salud ha sido ampliamente demostrado. Bengt Lindström1 se refiere al futuro del ejercicio y de la investigación en salud en términos de «next health», concepto que lleva implícito que hace falta dar el paso definitivo hacia el cambio de paradigma en la promoción de la salud al marco de la salutogénesis. Según Lindström hace falta explorar las sinergias, las similitudes y las fortalezas de las distintas perspectivas, más que señalar las diferencias. Afirma que D. Juvinya-Canal para avanzar en este trabajo es necesario continuar con la investigación para la práctica y viceversa, cambiar la focalización hacia marcos constructivos que persigan soluciones y trabajar desde la interdisciplinariedad para encontrar sinergias y potencialidades entre disciplinas y sistemas. Concluye que para el éxito de la salutogénesis es de vital importancia construir una comunicación constructiva con la salud pública y la atención sanitaria, y así aprovechar los puntos fuertes de cada una. Llevar a cabo la práctica desde esta perspectiva sigue siendo un reto emergente, actual y de futuro para la salud pública en el ámbito comunitario y en el de la clínica, así como en el terreno de la investigación, la evaluación y la formación de profesionales. Sin embargo, en estos momentos hay una gran necesidad de evidenciar los efectos de estos nuevos modelos y para hacerlo hacen falta aportaciones de las ciencias de la salud, pero también de la sociología, la psicología y las teorías del aprendizaje humano. En un contexto de crisis global y de cambios económicos profundos, que afectan a las personas y potencian las desigualdades sociales injustas que repercuten en la salud, esta perspectiva de la promoción de la salud desde el bienestar es más necesaria que nunca. El nuevo marco salutogénico se centra en los recursos disponibles y puede servir a las personas para comprender y gestionar lo que les pasa en la vida, incluidos los efectos de las desigualdades, permitiendo afrontarlos desde la toma de conciencia de lo que somos capaces y de lo que hace falta cambiar socialmente. Bibliografía 1. Lindström B, Eriksson M. Guía del autoestopista salutogénico. Camino salutogénico hacia la promoción de la salud. Girona: Documenta universitaria. Cátedra de Promoció de la Salut de la Universitat de Girona; 2011. 2. Antonovsky A. Unraveling the mystery of health. London: JosseyBass Publishers; 1988. 3. Eriksson M, Lindström B. Validity of Antonovsky’s sense of coherence scale: a systematic review. J Epidemiol Community Health. 2005. 4. Virués-Ortega J, Martínez-Martín P, Barrio JL, Lozano LM, et al. Validación transcultural de la Escala de Sentido de Coherencia de Antonovsky (OLQ-13) en ancianos mayores de 70 años. Med Clin (Barc). 2007.