Memorias del 3er Congreso I

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La construcción de cultura emprendedora y empresarial un reto para América Latina en el siglo XXI:
Memorias del 3er Congreso Internacional de Emprendimiento
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La construcción de cultura emprendedora y empresarial un reto para América Latina en el siglo XXI:
Memorias del 3er Congreso Internacional de Emprendimiento
Importancia de la zona franca “Alimentos Nariño S.A.”, como
herramienta gerencial de exportación para las empresas del
sector agropecuario de Nariño
Hugo Fernando Ceballos Gómez
Profesional en Administración de Empresas; Especialista en Finanzas; Especialista en
Gerencia Financiera; Magíster en Gestión Empresarial; Docente investigador adscrito
al programa de Administración de Negocios Internacionales de la Universidad Mariana;
integrante grupo de investigación Élite Empresarial, Unidad de Emprendimiento,
Administración de Negocios Internacionales, Universidad Mariana. San Juan de Pasto,
Nariño, Colombia. Correo electrónico: [email protected]
Leidy Viviana Narváez Castillo
Stefany Camila Ruiz Velasco
Coinvestigadoras.
Los países latinoamericanos se encuentran hoy en día fusionados y entrelazados en
una variada red de pactos económicos bilaterales y multilaterales; algunos con cierta
actividad, en tanto otros han quedado con una clara intensión en su esencia, pero sin
funcionalidad y operatividad en la práctica, dentro del crecimiento de las exportaciones,
la inversión extranjera y la generación de empleo que se ha presentado en la región.
Un elemento que ha representado un papel importante para dicho incremento han
sido las Zonas Francas. En la definición, aceptada internacionalmente, se encuentra
la de Garay (2004):
Las Zonas Francas tienen como misión crear un espacio económico competitivo, que
permita, a través de la reducción de los costos y de la simplificación de los procedimientos
administrativos, atraer inversiones que permitan desarrollar nuevas actividades,
ofreciendo incentivos fiscales y mejores servicio de apoyo a los usuarios.
Este concepto ha permitido establecer nuevas formas de comercialización a mercados
internacionales, convirtiéndose en una ventaja para los países emergentes, entre
ellos los de América Latina, quienes presentan un gran reto, referido a la necesidad
de conocer cuáles son y cómo pueden funcionar las relaciones comerciales y
políticas en el mundo global en cuanto a los nuevos escenarios internacionales;
es por ello que se encuentran sometidos a la inestabilidad económica, tomando
en cuenta que en el mundo actual los mercados segmentados y las políticas
aisladas, sólo sirven para intensificar los riesgos de vulnerabilidad, favoreciendo la
desintegración y minimizando las posibilidades de explorar nuevos caminos que
permitan potencializar sus capacidades en un entorno global.
De la misma manera, estos países han buscado nuevas soluciones para darle
una estabilidad económica al mercado, razón por la cual se ha implementado el
objetivo de crear y dinamizar el comercio y la actividad industrial exportadora de
determinadas regiones, facilitando el aumento de la eficiencia y la disminución
de los costos asociados a las actividades que en ellas se desarrolla, propiciando
la inversión extranjera y el aumento de empleos formales a través de la creación
de Zonas Francas; sin embargo, en la realidad de los acuerdos comerciales, las
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exportaciones procedentes de zonas francas pueden estar sujetas a tratamientos
que varían desde una situación muy restrictiva hasta una relativamente más liberal.
En el futuro inmediato, las Zonas Francas deberán iniciar una transición hacia un
régimen con mayores incentivos reales a los empresarios locales, nacionales e
internacionales; si los países quieren mantener y mejorar los niveles de exportación y
atracción de inversiones, se sugiere dotar a estas instituciones con una infraestructura
adecuada para la exportación, brindar un clima de negocios estable promoviendo la
capacitación de una mano de obra científica competitiva y tecnológicamente apta,
además de realizar reformas sustanciales que apunten a mejorar la infraestructura de
las zonas, el mejoramiento y racionalización de los controles aduaneros, brindando
otros servicios de valor agregado al empresario y al entorno internacional.
En el mundo existen hoy en día más de 2.500 zonas francas, las cuales han venido
incrementando su número desde la década de los años setenta, especialmente en países
emergentes; entre éstos se destacan los países recientemente industrializados del Este
Asiático, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán, de quienes, se asegura, deben parte
de su rápida industrialización a la aplicación de diversos esquemas de protección, entre
ellos el de las zonas francas. (Garay, 2004, párr. 2).
Dentro de las modalidades de zonas francas que existen en el mundo, están las de
exportación -no se permite que la producción ingrese al mercado local- las de internación
o sustitución -es el caso de Manaos, Brasil, donde el 100% de la producción es destinada
al propio país sede-, las de maquila –como en México, las turísticas, tecnológicas,
comerciales, industriales y agropecuarias. (Garay, 2004, párr. 5).
El principal objetivo del establecimiento de zonas francas en países como los del Asia
ha sido atraer inversión extranjera, impulsar las exportaciones, generar empleo, lograr
transferencia tecnológica y promover el desarrollo de las regiones. Las operaciones de
las empresas extranjeras en las zonas francas han redundado en diferentes campos, sin
embargo, se han hecho diversas críticas al establecimiento de inversión extranjera en dichas
zonas por los escasos beneficios reales que los países pueden derivar de esa inversión en
términos de su contribución directa y aún indirecta al proceso de industrialización del país
anfitrión. Todo depende de los aportes de la inversión extranjera en diversos campos como
la incorporación tecnológica, el cambio técnico, la preparación y aprendizaje de la mano
de obra local, la demanda por materias primas e insumos domésticos y la reproducción de
externalidades de diverso tipo, entre otros factores. (Garay, 2004, párr. 6-7).
Teniendo en cuenta lo anterior, Colombia es uno de los países emergentes que hace
parte de la problemática ya mencionada, por lo cual no ha logrado ser competitivo
en mercados internacionales; es por esto que desde hace cinco décadas el país ha
optado por implementar nuevas formas de comercialización, como la creación de
Zonas Francas, y en la actualidad cuenta con ciento cuarenta y cuatro, las cuales
permiten, dentro de una exportación e importación, la no obligación a pagar Arancel
e IVA, “ya que mientras las materias primas, partes, piezas, bienes intermedios y
bienes finales estén en Zona Franca, están fuera del país” (Revista Dinero, 2007,
párr. 2); finalmente estos impuestos son causados en el momento en que los bienes
sean importados a Colombia. Así mismo, las zonas francas están generando 47.163
empleos directos y 97.363 empleos indirectos, y cobijan a 600 empresas.
Además, como se conoce, Colombia es un país con un sector agropecuario muy alto,
y con una gran trayectoria en cuanto a cultivos de diferentes hortalizas, ya que tiene
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recursos naturales favorables para su cultivo, mas a pesar de todas las condiciones a
su favor, no cuenta con un sistema formal que permita comprender la complejidad de
los productos, ni que oriente a la creación de una industria de vanguardia ajustada a la
realidad colombiana y lista para enfrentar los cambios en lo que a comercio se refiere.
Esto se puede ver reflejado en la falta de organización, de tecnificación y de una
adecuada planeación de las actividades que se realiza en el país en cuestión de
cultivos de diferentes hortalizas, lo cual hace que los agricultores se vean con una
inestabilidad en el mercado, de acuerdo con la variación de precios, dependiendo
del comportamiento de la demanda, e impidiendo que se consolide como un país
exportador en mercados internacionales, a pesar de que la oferta mundial de
hortalizas es muy amplia y se podría acaparar grandes mercados logrando una
estabilidad en precios y en cantidades de producción.
En cuanto al departamento de Nariño, se ha identificado doce cadenas productivas,
siendo las más importantes la papa, los lácteos, las fibras naturales, la marroquinería y
la caña panelera (en la región andina), así como la pesca, la palma africana, el turismo
y el cacao (en la región pacífica). Otra actividad a destacar es la cría de curíes o cuyes,
de amplio arraigo en la cultura culinaria nariñense. En cuanto al sector hortofrutícola,
Nariño es un departamento que tiene gran producción en este sector.
El Producto Interno Bruto es de $3.783.085 millones, de los cuales el sector agrícola es la
actividad económica que más contribuye al PIB departamental con el 20.24% ($765.833
millones); el sector pecuario 10.4% ($392.880 millones); silvicultura 3.3% ($124.357
millones); pesca 1.8% ($71.060 millones); la industria, 5% ($188.763 millones).
(MinAgricultura, Prosperidad para todos, 2014, párr. 9).
Tabla 1. Cifras e Información del Sector Hortofrutícola
Actividad económica
Contribuye al P.I.B. (%)
Contribuye Al P.I.B. ($)
Sector Agrícola
20.24%
$ 765.833 millones
Sector Pecuario
10.4%
$392.880 millones
Silvicultura
3.3%
$124.357 millones
Pesca
1.8 %
$71.060 millones
5%
$188.763 millones
Industria
Los Sectores Agrícola,
Pecuario, Silvicultura y
Pesca
35.74%
$1.354.130 millones
Sector Hortofrutícola en
cultivos transitorios
$416.738 millones
Sector Hortofrutícola en
cultivos permanentes
$ 236.804 millones
Total sector hortofrutícola
17.27%
$653.542 millones
Total sector agrícola
85.3%
$4.207.107 millones
Fuente: www.acarolabs.com/news/portal-sector-hortofrutícola-de-narino/ (2013).
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El sector agropecuario ha tenido una participación considerable dentro de la economía
de Nariño, en los últimos 15 años. La superficie sembrada en el departamento, tanto
en cultivos transitorios como permanentes, es de 211 mil hectáreas y el área cubierta
de pastos y malezas dedicada a la ganadería es cercana a las 500 mil hectáreas.
El departamento de Nariño cuenta con dos zonas francas, de las cuales una trabaja
exclusivamente con productos agropecuarios, creada durante el periodo de Gobierno
en Nariño del Doctor Antonio Navarro Wolff, en el año 2008 – 2012, de su Plan de
Desarrollo “Nariño Adelante”, que impulsó proyectos productivos estratégicos y de
generación de ingresos para la población en vulnerabilidad, naciendo de esta manera
la empresa Alimentos Nariño S.A., creada con la idea de fortalecer la cadena productiva
hortofrutícola de la zona sur del departamento de Nariño, donde su actividad a
desarrollar es la producción, transformación y comercialización de brócoli, tomando
como modelo la exitosa actividad productiva del país de Ecuador, y en el año 2010
adquiere su declaratoria como Zona Franca Permanente Especial, permitiéndole el
reconocimiento de zona franca en cualquier lugar del país a una nueva persona jurídica
para el desarrollo de un proyecto de inversión de alto impacto económico y social.
Otra ventaja es que las ventas del territorio aduanero nacional a usuarios industriales
de bienes y de servicios, y entre éstos, están exentas de IVA, siempre y cuando sean
necesarios para el desarrollo del objeto social. Esta Zona Franca tiene como objeto social
ser usuario industrial de bienes y servicios, como también desarrollar exclusivamente
actividades en el área de logística, transporte, manipulación, distribución, empaque,
reempaque, etiquetado y otras operaciones unitarias industriales. Actualmente
genera 60 empleos directos y más de 300 empleos indirectos en las zonas de cultivo.
Conclusiones
Las zonas francas se han convertido en un importante elemento para el desarrollo
productivo e industrial a nivel mundial, especialmente por su capacidad para
trasformar la economía y la parte social de los países emergentes, mediante mejoras a
la competitividad, la formación de cadenas productivas y el desarrollo de actividades
productoras de bienes y servicios, incursionando en temas de tecnología y logística.
Así mismo, se ha comprobado que las zonas francas hacen parte de un país dentro del
área económica y comercial, permitiendo el incremento de la generación de empleo y
en muchos casos la participación de agricultores, algo muy esencial para el desarrollo
económico de un país; además estas organizaciones permiten la fácil movilidad de
las mercancías a mercados internacionales por la gran oportunidad que ofrece la
exención de impuestos y otros beneficios de tipo aduanero para los usuarios, siendo
ésta otra de las grandes prelaciones para los países en su desarrollo económico.
Dentro del departamento de Nariño, la empresa Alimentos Nariño S.A. es un proyecto
que ha brindado grandes oportunidades al sector agropecuario de la región, territorio
con diversas ventajas por estar ubicado dentro de una zona fronteriza, que posee
conjuntamente grandes condiciones climáticas y diversidad de suelos, permitiendo al
departamento ofrecer variedad de productos, los cuales tienen una gran demanda a
nivel mundial, representando una gran oportunidad para el sector primario.
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Bibliografía
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www.pasto.gov.co/index.php/boletin-volcan.../279-epsagro?...5798...
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agronomia.ucaldas.edu.co/downloads/Agronomia13-2_2.pdf
Viloria, J. Ruralidad y Aislamiento Geográfico. Recuperado de
http://www.banrep.gov.
co/documentos/publicaciones/regional/documentos/DTSER87.pdf
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