Reseña Autobiográfica: Nací en el lugar menos esperado, por mis padres o por sus alcances, el veinte y dos de agosto del ochenta y cuatro en Bogotá, nazco luego de jugar con la suerte y ganar la partida de la vida. Me crie en la ciudad y me eduque en sus buenos y malos hábitos, el afán, la gente, los carros y por fortuna también con ese consuelo que da el horizonte verde de las montañas. A mis quince años finalice mis estudios en uno de los pocos lugares en el mundo para niños con CI superior, jugando ajedrez, aprendiendo física teórica y retórica, jugando baloncesto, y escribiendo sobre Poe acabe mis años de primaria y secundaria. La universidad llego luego de mis seis meses de búsqueda interior, como pueden ser llamados, fui músico, escritor y loco como dice la canción. Llegue al fin de mi vida de ideas y de discusiones filosóficas para aterrizar en la vida más mundana de la ingeniería. Matemática, física, ecuaciones diferenciales y electrónica remplazaron mis tardes de ajedrez, así como mis días y mis noches de descanso y diversión. Viaje a Francia a educarme como los grandes, como Cortázar en Paris, como nuestro libertador, quizás ese país del queso tiene lo que requerimos los que pensamos, para ir más allá y saber que podemos llegar hasta donde queramos. Tres años fueron los que formaron mi nueva visión del mundo, los amigos hablaban idiomas que en mi vida había escuchado y mucho menos hablado, nos entendíamos y compartíamos los días y poco a poco el sentimiento de ser parte de un único lugar se convirtió en el saber que soy parte del todo. Luego de Francia, volví con los ojos más abiertos y las ambiciones menos confusas, trabaje en educación, enseñe francés, robótica y a ver el mundo desde la ventana. Trabaje en desarrollo de software y me aburrí como nunca, sentado frente al computador calentando silla por nueve horas diarias, hasta que mis pesadillas me dijeron que seguiría ahí por siempre y tome un avión y me fui a estudiar inglés, conocí América del norte y sus placeres, sus lugares famosos y sus habitantes, confronte la imagen del gringo con el americano real y descubrí lo alejado y a la vez cercano que mi imagen estaba con la realidad. Desde entonces trato de eliminar mis prejuicios, de leer más y de estudiar todo el tiempo, quiero escribir una novela y contar la historia de lo real con lo irreal. Sabiendo esto, mi hermano el artista de la familia, me informo de esta oportunidad. Espero me acepten y me enseñen los trucos literarios, en unos años veremos l´avenir venir y sabré el lugar que mis palabras e ideas me llevan a tomar. José Luis Susa R.