STC 13/2004, de 9 de febrero: vulneración por resolución judicial

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STC 13/2004, de 9 de febrero: vulneración por resolución judicial del derecho a la
igualdad en la aplicación de la ley y a la tutela judicial efectiva, en relación a la
impugnación de una liquidación del Impuesto de Actividades Económicas.
Juan Ignacio Gomar Sánchez
Técnico de Administración General Consejero Técnico de la Secretaría General del Ayuntamiento de Madrid [email protected] I.
DOCTRINA DEL TRIBUNAL
El derecho a la igualdad en la aplicación de la ley por parte de los órganos
jurisdiccionales exige la acreditación de un “tertium comparationis”, alteridad, identidad
de órgano judicial y ausencia de toda motivación que justifique el cambio de criterio.
Concurriendo estas circunstancias ha de entenderse lesionado el derecho a la
igualdad en la aplicación de la ley. En tal caso el particular no tiene derecho a que se
dicte sentencia o resolución judicial en el mismo sentido que la que se utiliza como
referencia pero sí a que, al menos, el órgano judicial explicite adecuada y
razonablemente, en su caso, los motivos por los que decide de otra forma.
II.
ANTECEDENTES JURISPRUDENCIALES
Lo son las sentencias del Constitucional 51/2001, de 26 de febrero; 57/2001, de
26 de febrero; 69/2001, de 17 de marzo; 79/2001, de 26 de marzo; 111/2001, de 7 de
mayo; 119/2001, de 24 de mayo; 150/2001, de 2 de julio; 266/1994, de 3 de octubre;
285/1994, de 27 de octubre; 4/1995, de 6 de febrero; 55/1999, de 12 de abril; 1/1997, de
13 de enero; 150/1997, de 29 de septiembre; 64/2000, de 13 de marzo; 162/2001, de 5
de julio; 134/1991, de 17 de junio; 245/1994, de 15 de septiembre; 102/2000, de 10 de
abril; y 210/2002, de 11 de noviembre.
III.
SUPUESTO DE HECHO.
Con arreglo a lo dispuesto por la Ley 39/1988, Reguladora de las Haciendas
Locales, y las Tarifas del impuesto, la inspección del Ayuntamiento de Madrid gira
liquidación por IAE, en la que aplica un incremento del 25% sobre la cuota resultante de
complementar la del epígrafe correspondiente con el elemento superficie, considerando
el recurrente que tal incremento ha de afectar tan solo a la cuota asignada por el epígrafe
correspondiente y, por tanto, no procede tener en cuenta la citada superficie.
Impugnada la liquidación, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, tras dictar
varias sentencias anteriores a la objeto de recurso, y antes de dictar otras tantas, en todas
las cuales entiende que ha de estarse solo a la cuota asignada, por lo que el citado
incremento del 25% no puede calcularse teniendo en cuenta el elemento citado, dicta la
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sentencia objeto de recurso, en la que decide que dicho incremento sí ha de operar sobre
la cuota resultante de aplicarlo.
IV.
TIPO DE RECURSO.
El perjudicado acudió en amparo ante el Tribunal Constitucional contra la
sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia
de Madrid, Sección cuarta, de 24 de mayo de 2002, aclarando que era la actuación del
órgano jurisdiccional la que había incurrido en la lesión del derecho del particular a la
igualdad ante la ley ya que, por su parte, la Administración afectada, en todos los casos
tomados como referencia, había actuado de la misma forma.
En la sentencia referida, que no era susceptible de ningún otro tipo de recurso en
la jurisdicción ordinaria, el Tribunal no había justificado razón alguna para justificar un
cambio de criterio respecto al que había venido manteniendo para similar supuesto la
misma Sala y Sección, no solo en sentencias anteriores sino, como demostró hábilmente
la parte recurrente, en otras posteriores a la impugnada. Cabe apuntar que el Ministerio
Fiscal se adhirió a la petición de estimación del amparo.
V.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS.
En los Comentarios de Jurisprudencia Tributaria Constitucional publicados por
el Instituto de Estudios Fiscales bajo la dirección del Profesor Herrera Molina y la
coordinación del Profesor Chico de la Cámara, correspondientes al año 2002, en las
páginas 103 y siguientes, se efectúa un breve comentario sobre la STC 210/2002, de 11
de noviembre, en la que se analiza un supuesto de vulneración por una resolución
judicial del derecho a la igualdad en la aplicación de la ley, en relación a la impugnación
de una ordenanza fiscal municipal, comentario que se encuentra también disponible en
la pagina web del IEF.
Todo lo que allí se dice sobre los fundamentos jurídicos de aquella sentencia se
puede reiterar al examinar la 13/2004. El supuesto que se examinó en la STC 210/2002
también se refería a una actuación municipal y, de la misma forma que en la que ahora
nos ocupa, la estimación por parte del Tribunal Constitucional del amparo que le fue
solicitado fue lógica, pues la identidad de los supuestos comparados hacía que la
desigualdad en la aplicación judicial de la norma fuera manifiesta.
Como ya se ha indicado, en ambas sentencias el Constitucional expone que, para
considerar lesionado por los Tribunales el derecho a la igualdad del ciudadano ante la
ley al dictar sus resoluciones, se requieren cuatro requisitos: primero, la existencia de
elementos comparativos concretos de los que se deduzca que en casos similares se han
dictado resoluciones contradictorias; segundo, la alteración o referencia al otro exigible
en todo alegato de discriminación; tercero, la identidad de órgano judicial, entendiendo
está como identidad de sección y no solo de Sala; y cuarto, la ausencia de toda
motivación que justifique el cambio de criterio, lo que tiene por fin excluir también toda
posible arbitrariedad.
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En caso de que se concluya que ha existido tal lesión el Tribunal advierte que no
existe derecho a obtener una resolución idéntica a la que se toma como referencia de la
comparación, procediendo reponer las actuaciones al momento previo a aquel en que se
dictó la sentencia impugnada para que el órgano judicial dicte otra en la que la lesión del
derecho fundamental no se produzca, sentencia en la que bien podría ocurrir que el
órgano judicial volviera a llegar a la misma conclusión, si bien en tal caso debería
manifestar los motivos por las que opta por tal criterio, argumentándolos de modo
sólido y adecuado.
En este sentido es también preciso recordar que, según la jurisprudencia
constitucional, solo cuando se incurra en error patente o cuando sea arbitraria e
irrazonable la interpretación de una norma podrá ser revisada la resolución judicial que
la contenga por al Tribunal Constitucional, siendo en cualquier otro caso la cuestión de
mera legalidad ordinaria y no quedando por tanto sujeta a su control.
VI.
COMENTARIO CRÍTICO
Si bien lo dicho con motivo de la STC 210/2002 sería también aplicable a este
supuesto, la STC 13/2004 ofrece algunos matices sobre los que merece la pena
detenerse.
Así, resulta imprescindible apuntar que, si bien la Jurisprudencia Constitucional
recaída sobre esta materia es reiterativa, como ya se ha apuntado, al indicar que de
producirse una lesión en el derecho a la igualdad en la aplicación de la ley, como
consecuencia de la desafortunada actuación de un órgano judicial, no existe derecho a
obtener una resolución idéntica a la que se toma como referencia, en casos como éste es
preciso reconocer que la propia sentencia del Constitucional esta predeterminando, con
casi toda seguridad, la que ha de dictar el órgano de instancia.
Ello es así en cuanto que el problema material suscitado es tan concreto, y las
resoluciones judiciales tomadas como referencia tan precisas acerca de la forma de
solventar el mismo que, aunque el alto Tribunal se limita a reponer las actuaciones al
momento en que se dictó la sentencia afectada, ordenando al Tribunal ordinario que
dicte otra que no incurra en la lesión del derecho constitucional afectado, lo cierto es
que no deja prácticamente ningún resquicio abierto a la posibilidad de que dicha
sentencia sea distinta a las que se tomaron como referencia, actuando así como una
suerte de instancia ordinaria superior.
En el caso que nos ocupa, la parte recurrente aportó varias sentencias de fecha
anterior a la recurrida y, circunstancia aun mas relevante, varias de fecha posterior, en
las que la misma Sección del mismo Tribunal, con miembros parcialmente coincidentes
como apunta el Constitucional, resolvían de análogo modo el fondo del asunto,
considerando incorrecto tener en cuenta el elemento superficie a la hora de aplicar el
recargo del 25% objeto de controversia. Estas sentencias eran uniformes y de distinto
sentido al contenido en la resolución recurrida, de tal modo que no solo quedaba
claramente demostrada la existencia de una orientación jurisprudencial con rasgos de
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generalidad, continuidad y firmeza, de la que indebida e inadecuadamente se apartaba la
resolución judicial recurrida, sino que se demostraba que ésta última no era una mera
manifestación desafortunada de un cambio de esa jurisprudencia sino una sentencia
aislada contradictoria con aquella.
Por tanto, en un caso como este, por sus circunstancias particulares, la sentencia
del Tribunal Constitucional predetermina la que habrá de dictar el órgano de instancia,
que difícilmente podrá ser distinta a las que se han tomado como referencia para
apreciar el trato desigual.
Es cierto que el Tribunal de instancia podría intentar la identificación en el
supuesto de alguna circunstancia distinta a las tomadas en consideración a la hora de
enjuiciar los otros casos de referencia, circunstancia que pudiera justificar en el caso
concreto una decisión distinta a la adoptada en aquellos, pero en tal caso estaríamos
hablando de otra cuestión de fondo, diferente de la que nos ha ocupado, con lo que se
conduciría el asunto por otros derroteros. Aun así, tal proceder, en cuanto pudiera
traslucir una maniobra para no acatar la sentencia constitucional, seria indudablemente
objeto de polémica y, porque no decirlo, discutible.
Por otra parte, este tipo de sentencias ponen de relieve como estamos en un
momento en el que el elevadísimo volumen de información judicial disponible y la gran
facilidad de acceso a la misma permite detectar fácilmente, en toda su crudeza, la
existencia de supuestos en los que se ha producido un trato desigual ante la ley, casos en
los que el ordenamiento también ofrece a los afectados, con el asesoramiento jurídico
adecuado, los instrumentos con los que poder intentar su corrección.
Finalmente, sentencias como esta llaman nuestra atención sobre la extrema
complejidad que alcanza hoy el manejo de la normativa y la jurisprudencia (abarcando
en esta mención la denominada jurisprudencia menor de los Tribunales Superiores de
Justicia) en el desarrollo de las labores jurisdiccionales, sobre todo en ciertas materias
fiscales y administrativas, como consecuencia de su gran prolijidad y frecuente
modificación. En estas materias y en el examen de fondo de los temas planteados se
pone de relevancia, a mi juicio, el acierto de autores como Legaz, Recassens o Puig
Brutau al afirmar que la jurisprudencia, si bien no es una fuente formal del derecho,
tiene un carácter vinculante que en la práctica la convierte en una especie de fuente
material o real, es decir, tiene autentica trascendencia normativa.
En este sentido el caso de fondo objeto de referencia en este pleito constitucional
demuestra que sin el conocimiento de esa “jurisprudencia” al resolver determinadas
cuestiones, se puede terminar dando lugar a una lesión del derecho de los ciudadanos a
la igualdad ante la ley.
VII.
RELEVANCIA JURÍDICA
Esta sentencia del Tribunal carece de relevancia fiscal sustantiva, pues la
cuestión concreta de orden tributario que examinó la sentencia de instancia no deja de
ser un asunto de legalidad ordinaria sobre el que el Tribunal no entra. La desaparición
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de la obligación de pagar el impuesto de actividades económicas para numerosos
contribuyentes le resta asimismo interés. Sin embargo, siempre resulta positivo que el
alto Tribunal se manifieste sobre la necesidad de respetar la igualdad en la aplicación de
la ley.
VII.
BIBLIOGRAFÍA
ALBALADEJO, M.: “Derecho Civil. Introducción. Tomo I”, página 139 y siguientes, Bosch, 2002;
PICAZO y GULLÓN: “Sistema de Derecho Civil. Volumen I”, página 147 y siguientes, Tecnos, 2000;
GONZALEZ PEREZ.: “Comentarios A la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa”, Cívitas
1998; del mismo autor “Manual de Derecho Procesal Administrativo”, Cívitas, 1992.
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