Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua – León Facultad de Ciencias Departamento de Biología “Edgard Munguía Álvarez” La biodiversidad, importancia y valor. Extractos de la Segunda Edición del libro “Esentials of Conservation Biology escrito por Richard B Primack. Preparado en español de Nicaragua por Rolando A Martinez G. para el curso de Biodiversidad de la Carrera de Ingeniería Agroecológica, del Departamento de Agroecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua – León. León de Nicaragua, 2004 Biodiversidad: Conectándose con el tapiz de la vida ¿Qué es biodiversidad?. Por al menos 3 800 millones de años, una compleja red de vida ha estado evolucionando aquí en la Tierra. Millones de especies habitan hoy los ecosistemas terrestres, de aguas dulces y oceánicas. Todas las especies, incluyendo los seres humanos, están intrincadamente ligadas. Biodiversidad – abreviación para diversidad biológica – es la variedad de todos esas cosas vivientes y sus interacciones. Los científicos a menudo hablan de tres niveles de diversidad – diversidad de especies, diversidad genética y diversidad de ecosistemas. En efecto, estos niveles no se pueden separar. Cada uno es importante, interactuando con e influenciado a los otros. Un cambio en un nivel puede causar cambios en los otros niveles. Diversidad de especies Las especies vienen en todas las formas y tamaños, desde los pequeñísimos organismos que solo podemos ver a través de un microscopio hasta los inmensos árboles de secoya. Ellas incluyen a los hongos, plantas con flores, hormigas, escarabajos, mariposas, pájaros y animales grandes como los elefantes, ballenas y osos. Cada especie es un grupo de organismos con características únicas. Un individuo de una especie puede reproducirse exitosamente, creando descendencia viable, solamente con otro miembro de la misma especie. Todavía estamos aprendiendo cuantas especies existen y como se relacionan con las otras especies y su ambiente físico. De modo que no podemos predecir el efecto de onda preciso que la pérdida de una especie tendrá sobre otras especies y sobre el ecosistema. Lo que sabemos es que ciertas especies, llamadas especies clave, juegan un papel crítico en los ecosistemas que habitan porque ellos afectan la abundancia y bienestar de muchas otras especies. Ejemplos de especies clave incluyen a las algas pardas, comúnmente conocidas como kelp, en los ecosistemas costeros del Pacífico, los murciélagos frugívoros en los desiertos del suroeste de los EE UU, y los arrecifes de coral en las aguas costeras tropicales. Su pérdida pondría en peligro a otras especies. Algunas especies tales como las ballenas, gaviotas y pastos marinos son comunes naturalmente alrededor del mundo. Cierto número de especies tales como los eucaliptos, son comunes alrededor del mundo porque los humanos las introducen en lugares donde ellas no existen naturalmente. Otras especies, llamadas endémicas, se encuentran exclusivamente en un área particular, indicando la existencia de hábitats únicos en áreas geográficas limitadas. La urraca de los arbustos de Florida, por ejemplo, solo se encuentra en la vegetación arbustiva del estado de Florida. Los peces cachorro de Owens se hallan solamente en el Valle de Owens, California. Si estos hábitats son dañados o destruidos, es casi cierto que significará el fin de la especie endémica que ellos albergan. Los científicos estiman que hay millones de especies sobre la Tierra - quizás 10 millones o mas – que no han sido identificadas. Muchas de las especies aún no descubiertas viven en ambientes tropicales que no han sido suficientemente explorados. Aproximadamente 204,000 han sido identificadas en los EE UU. Lo que es equivalente al 8% de las especies conocidas en el mundo. Muchas especies de insectos y otros organismos microscópicos de los EE UU permanecen sin identificar. Los científicos estiman que el número total de especies de os EE UU anda entre 400,000 y 600,000 - dos o tres veces los conocidos hasta ahora. Diversidad genética La biodiversidad es mucho mas que la variedad de especies. También Incluye los genes que cada individuo hereda de sus padres y pasa a la siguiente generación. La diversidad genética está por doquier, desde la variedad de canciones y colores de las plumas de los pájaros del patio trasero de la casa hasta los muchos colores, sabores y texturas de las manzanas y otros alimentos en el mercado. La diversidad genética existe dentro de tu propia familia. Por ejemplo usted y sus hijos pueden tener diferente color de ojos y cabello, formas y peso corporales. La variación genética es extremadamente importante para la sobrevivencia de la especies. Como lo saben los jardineros con experiencia, ciertas semillas del mismo empacador produce plantas que crecen mas altas o tienen mas hojas que otras, o que maduran mas rápido o son mas resistentes a enfermedades o insectos. La variabilidad genética, responsable de estos diferentes rasgos distintivos, interactúa con las condiciones ambientales locales para determinar el grado en el cual se pueden adaptar las poblaciones a los cambios ambientales y sobrevivir a la exposición a nuevas enfermedades. Las poblaciones aisladas tal como las de las islas oceánicas o las de los parches de hábitat que han quedado del despale del ambiente circundante tienden a tener menos variación genética que las poblaciones en los ecosistemas grandes intactos. Por lo tanto, aquellas poblaciones aisladas son mas susceptible a la extinción. ¿Donde existe la mayor biodiversidad en el mundo? La biodiversidad está dondequiera. En los desiertos, océanos, cuerpos de agua dulce, pluvioselva tropical, bosques de las zonas templadas y su patio trasero. Las pluvioselvas tropicales de América Central y Sur América, África Ecuatorial y el Sudeste de Asia pueden albergar al menos la mitad de todas las especies del mundo. Un gran numero de plantas y especies animales llaman su casa a los arrecifes de coral (las pluvioselvas de los mares). Los lagos, estuarios, el piso del océano profundo y el suelo debajo de tus pies son también ricos en biodiversidad, mientras que en el clima extremo del ártico o en los tórridos desiertos se encuentran los organismos vivientes mas inusuales. Diversidad de ecosistemas Los genes determinan los rasgos distintivos de los individuos que forman poblaciones de una especie. Las poblaciones y los componentes ambientales no vivientes tales como el agua o los minerales que las rodean interactúan dinámicamente para formar un ecosistema. Las interacciones dentro de un ecosistema incluyendo los depredadores consumiendo a sus presas, polinizadores seleccionando flores y especies respondiendo a procesos físicos, tales como lluvias torrenciales. Las plantas y las comunidades animales conforman los muchos ecosistemas que nos son familiares tales como estuarios, estanques, fiordos, marismas, arrecifes de coral y otros ecosistemas acuáticos, incluyendo los parques de la vecindad y el suelo y los patios de nuestras escuelas. Las especies no están distribuidas uniformemente alrededor del globo. Algunos ecosistemas tales como las pluvioselva tropical y los arrecifes de coral son muy complejos y albergan un gran numero de especies. Otros ecosistemas tales como los desiertos tienen menos biodiversidad pero son igualmente importantes. II. La importancia de la Biodiversidad La biodiversidad produce bienes y servicios para las mas fundamentales de nuestras necesidades – aire limpio, agua potable, medicinas y refugio. También provee a la gente de disfrute recreacional, psicológico emocional y espiritual. Algunas personas piensan que debemos proteger y restaurar la biodiversidad por los beneficios que nos provee. Otros creen que tenemos la responsabilidad moral de proteger la biodiversidad simplemente porque todos los organismos tienen un valor, ya sea que comprendamos o no, los beneficios que de ellos obtenemos. Productos directos Alimentos Dicho de forma simple, nuestros alimentos vienen directamente o indirectamente de las plantas. Mas de 90 % de las calorías consumidas por la gente en el mundo entero vienen de 80 especies de plantas. Frutas, nueces, hongos, miel, especias y otros alimentos que consumen los humanos y los animales silvestres se originan a partir de los ecosistemas naturales. En los EE UU , la mayor parte de los alimentos proviene de la producción agrícola intensiva a gran escala de unos poco cientos de cultivos y animales que se originaron de variedades encontradas en la naturaleza. Medicinas Un estimado de 4500 millones de personas ( cerca de 80% de la población mundial ) todavía usa plantas como su fuente primaria de medicinas. El uso de muchas de estas medicinas se basa en conocimientos ancestrales. Cerca de 30% de todos los productos farmacéuticos en el mercado hoy en día se desarrollaron a partir de plantas y animales. Antibióticos tales como la penicilina se extraen de hongos y otras fuentes tan inverosímiles como la piel de las ranas con garra africanas. La saliva de los murciélagos vampiros se usa en el tratamiento de las arterias obstruidas por coágulos. La batatilla silvestre tiene químicos con propiedades antiinflamatorias. Se han desarrollado tratamientos del cáncer de mamas y de los ovarios a partir de la corteza de tejo del Pacífico que se encuentra en el noroeste de los EE UU. Muchas especies de plantas contienen químicos que se usan para fabricar analgésicos, controladores de la presión sanguínea, drogas contra la malaria y contra la leucemia. Muchas plantas están sujetas a pruebas por sus propiedades medicinales potenciales. Los océanos son también una fuente rica de diversidad biológica y química. Los productos naturales marinos tienen potencial como fármacos, suplementos nutricionales, químicos agrícolas y sondas para la investigación biomédica que nos dan un valioso discernimiento para la comprensión y tratamiento de enfermedades humanas. Como las especies en los océanos, pluvioselvas tropicales y otros hábitats van hacia la extinción, podemos perder medicinas valiosas para enfermedades que al momento son intratables. Combustible, madera, fibras y otros recursos Muchas casas, muebles y aún muchos vestidos son hechos de productos naturales, incluyendo madera, aceites, resinas, ceras, gomas y fibras. Los capullos de los gusanos de la seda son la base de la valiosa y antigua industria asiática de fabricación de seda. Por siglos, los brasileños han extraído hule de los árboles, mucha gente es altamente dependiente de la madera y otros productos vegetales para construir sus hogares. Inspiración y atributos culturales Las creencias éticas y religiosas de las culturas alrededor del mundo incluyen el respeto y la protección de la naturaleza. Algunas especies tales como el águila calva son parte de la herencia cultural, en tanto que otras – por ejemplo, las tortugas y los bisontes – están integradas a las creencias religiosas y espirituales. Las especies inspiran canciones, cuentos, danzas, poemas, mitos, artesanías, comidas típicas, decoraciones, rituales, festivales, días de fiesta y aún nombres para equipos deportivos. Nuestra conexión con la biodiversidad se evidencia también por medio de las actividades comunes como la jardinería, la posesión de mascotas y la observación de aves. Y para muchos de nosotros, la naturaleza es una fuente insuperable de relajamiento, admiración, rejuvenecimiento, belleza y paz. Las investigaciones indican que la salud mental y las condiciones sociales pueden verse afectadas por la pérdida de contacto con el ambiente natural y sus formas de vida. Servicios al ecosistema Polinización Por cada tercer mordisco que damos, debemos agradecer a un polinizador. Muchas plantas con flores dependen de animales tales como abejas, papalotes, avispas, escarabajos, pájaros y murciélagos para su polinización y así producir frutos. Treinta por ciento de nuestros cultivos alimenticios, incluyendo almendras, manzanas, arándanos, cerezas, melones, sandías y cacao dependen de los servicios gratis de polinizadores. Los cultivos alimenticios como la alfalfa y el heno para los animales domésticos dependen también de los polinizadores y muchas plantas silvestres tales como los chilamates y matapalos que proveen de alimento y refugio a los animales dependen de los polinizadores. Pero los polinizadores, incluyendo las colonias de abejas manejadas que se usa extensivamente en la agricultura en EE UU, están seriamente amenazadas. La creciente fragmentación y degradación de los hábitats, los plaguicidas y la introducción de enfermedades y especies no nativas están causando que algunas poblaciones de polinizadores estén disminuyendo. Imagínese a los finqueros teniendo que polinizar a mano sus cultivos si perdiéramos a los polinizadores naturales. Purificación del agua y el aire La biodiversidad mantiene el aire que respiramos y el agua que bebemos. Los bosques purifican el aire y nuestra agua al fijar el dióxido de carbono, regular el vapor de agua, liberar oxígeno y reciclar los nutrientes. Por medio de la fotosíntesis, los árboles y otras plantas liberan el oxígeno que ayuda a mantener respirable la atmósfera. Como resultado de estos procesos, las plantas juegan un papel crucial en el mantenimiento del ciclo del agua del planeta. Los humedales y la vasta diversidad de bacterias y otros organismos microscópicos que ellos albergan también actúan como filtros de agua; la vegetación de los humedales libera oxígeno y absorbe dióxido de carbono. Modificación del clima Al liberar humedad por medio de sus hojas y proveernos de sombra, las plantas ayudan a mantenernos frescos tanto a nosotros como a otros animales. Los bosques especialmente son buenos modificadores del clima. A medida que los árboles y otras plantas del bosque liberan oxígeno y fijan dióxido de carbono (CO2) – el mas prevalente de los gases de invernadero – el bosque trabaja almacenando carbón y ayuda a reducir el calentamiento global. Lo mismo hacen los océanos al interactuar con la atmósfera. Las algas que viven en el océano atrapan el dióxido de carbono, y las corrientes oceánicas junto con el viento ayudan a controlar el clima del mundo. Control de las sequías y las inundaciones Las comunidades de plantas, especialmente los bosques y los humedales, ayudan a controlar las inundaciones. El sistema radicular de las plantas mantienen los suelos en su lugar, previniendo la erosión y los deslizamientos de lodo. Las plantas también mantienen la humedad del suelo y de esa manera ayudan a reducir los efectos de las sequías. Las tierras que han sido deforestadas y despejadas, por otro lado, tienen poca habilidad para mantener el agua. Estos servicios naturales de control de las sequías e inundaciones son particularmente importantes para la gente que vive a lo largo de los ríos y líneas costeras y para la gente en regiones áridas. EL RECICLAJE DE NUTRIENTES Recoja una migajita de suelo y descubrirá todo un mundo completamente nuevo. Los investigadores han encontrado que un pellizco de suelo puede contener mas de 30 000 protozoos, 50 000 algas, 400 000 hongos y miles de millones de bacterias individuales; organismos mas grandes como gusanos, insectos y ácaros también viven en el suelo. Estos organismos descomponen las plantas y animales muertos y reciclan los nutrientes transformándolos en materiales orgánicos que enriquecen el suelo. Hábitat Los ecosistemas naturales proveen hábitats para las especies del mundo. Los bosques, los arrecifes de coral y el fondo profundo de los océanos albergan muchas especies. Los humedales, al mezclar los ambientes terrestres y acuáticos, nutren y refugian miles de aves, peces y otras especies animales. Los estuarios, donde las corrientes de agua dulce y las mareas de agua salada se reúnen, son las guarderías infantiles de muchas de las especies acuáticas que consumimos, incluyendo pescados y mariscos como las almejas y los cangrejos. Los lagos y ríos, por ejemplo, constituyen solamente 0.01% del agua del planeta, pero ellos contienen la cuarta parte de todas las especies conocidas. Aún los espacios abiertos en las ciudades y pueblos pueden albergar una biodiversidad significativa. Valor económico La biodiversidad sirve como una actividad generadora de ingresos para los países alrededor del mundo. Mucha gente visita los bosques, playas, montañas, prados, lagos, estanques, estuarios y ríos durante largas vacaciones o cortos periodos de relajamiento. Más de 130 millones de personas visitan los parques nacionales de los EE UU cada año, y millones de dólares se gastan anualmente en actividades en la naturaleza tales como caminatas, acampando, pescando, cazando, observando ballenas y fotografiando la vida silvestre. Solo en los EE UU, la gente gastó $ 16 000 millones en 1991 en pesca deportiva – mucho mas que los $ 8.2 miles de millones producidos para consumo ese año por la pesca comercial de peces de agua dulce a nivel mundial. Mas gente visita los zoológicos y acuarios en los EE UU y Canadá que los que asisten a los eventos deportivos profesionales en los dos países combinados. Alrededor del mundo el número de ecoturistas, gente que viaja para disfrutar de la naturaleza y varias culturas, se está incrementando. ¿Que es la diversidad biológica? La protección de la diversidad biológica es central para la Biología de la Conservación, pero la frase “diversidad biológica” puede tener diferentes significados. El World Wildlife Fund (1989) lo define como “los millones de plantas, animales, y microorganismos, los genes que ellos contienen, y los intrincados ecosistemas que ellos ayudan a construir en el ambiente viviente”. Tomando en cuenta esta definición, deberíamos considerar la diversidad biológica en tres niveles. 1. Diversidad de especies. Todas las especies sobre la tierra, incluyendo bacterias y protistas así como las especies de los reinos multicelulares. (plantas, hongos y animales) 2. Diversidad genética. La variación genética dentro de las especies, tanto entre poblaciones separadas geográficamente como entre individuos dentro de una población. 3. Diversidad de comunidades. Las diferentes comunidades biológicas y sus asociaciones con el ambiente físico. (el ecosistema) Todos estos niveles de diversidad biológica son necesarios para la supervivencia continua de especies y comunidades naturales, y todas son necesarias para la gente. La diversidad de especies representa el rango completo de las adaptaciones evolutivas y ecológicas de las especies a los ambientes particulares. La diversidad de especies provee a la gente con recursos y alternativas de recursos – por ejemplo, una pluvioselva tropical con muchas especies produce una gran variedad de productos de plantas y animales que pueden ser utilizados como alimento, refugio y medicina. La diversidad genética es necesaria para cualquier especie para mantener su vitalidad reproductiva, resistencia a las enfermedades y la habilidad para adaptarse a condiciones cambiantes. La diversidad genética en plantas y animales domésticos es de valor particular en los programas de reproducción necesarios para mantener y mejorar las especies agrícolas modernas. La diversidad al nivel de comunidades representa la respuesta colectiva de las especies a las diferentes condiciones ambientales. Las comunidades biológicas encontradas en los desiertos, pastizales, humedales y bosques mantienen la continuidad del funcionamiento apropiado del ecosistema, lo cual provee de servicios cruciales a la gente, tales como, control de las inundaciones, protección de la erosión del suelo y filtración del agua y del aire. (Odum 1997). ¿Qué es una especie? La diversidad de especies incluye el rango completo de especies encontrado sobre la tierra. El reconocimiento y clasificación de las especies es uno de los principales logros de la biología de la conservación. Pero, ¿cómo hacen los biólogos para separar especies individuales de la masa de criaturas vivientes sobre la Tierra, muchas de ellas con características tan leves y poco distinguibles?. Una especie se define generalmente en una de dos maneras. Una especie puede definirse como un grupo de individuos que es morfológicamente, fisiológicamente o bioquímicamente distinto de otros grupos en alguna característica importante (la definición morfológica de especie). Alternativamente, una especie puede definirse como un grupo de individuos que potencialmente pueden reproducirse entre ellos y no se reproducen con individuos de otros grupos (la definición biológica de especie). Estos dos enfoques para distinguir las especies típicamente dan el mismo resultado. La definición morfológica de especie es la usada más comúnmente por los taxónomos, que son los biólogos que se especializan en la identificación de especímenes desconocidos y la clasificación de las especies. La definición biológica de especie es la más comúnmente usada por los biólogos evolucionistas porque apoya su énfasis en las relaciones genéticas reales en vez que las características físicas, las cuales pueden ser afectadas por el ambiente. En la práctica, no obstante, la definición biológica es difícil de usar porque requiere del conocimiento acerca de cual individuo tiene realmente el potencial de reproducirse con otro – información que raramente está disponible. Como resultado, los practicantes de la biología de campo aprenden a separar las especies por la forma en que lucen, a veces refiriéndose a ellas como “morfo-especies” o algún otro término hasta que los taxónomos puedan darle un nombre científico oficial (Oliver y Beattie 1996). Los problemas para distinguir e identificar especies son más comunes de lo que mucha gente piensa (Rojas 1992; Standley 1992). Por ejemplo, una sola especie puede tener muchas variedades que tienen diferencias morfológicas observables, aun así, las variedades son suficientemente similares para ser consideradas como una especie biológica única. Diferente variedades de perros, tales como pastor alemán, collies y sabuesos, pertenecen todos a una especie y fácilmente pueden cruzarse a pesar de las diferencias morfológicas tan conspicuas entre ellos. Alternativamente, hay especies tan emparentadas que son muy similares en morfología o fisiología, pero tan separadas biológicamente que no se reproducen entre ellas. En la práctica, los biólogos tienen a menudo dificultades para distinguir las variaciones dentro de una especie con las variaciones entre especies muy emparentadas. Por ejemplo, análisis genéticos recientes de un reptil único de Nueva Zelanda, el tuatara (Sphenodon punctatus), reveló que en realidad hay dos especies de tuatara, ambos merecedores del reconocimiento científico y protección para su conservación (Daugherty et al.) 1990). Y los científicos aún debaten si es que el elefante africano es una sola especie variable distribuida ampliamente, o son realmente tres especies separadas: una especie de sabana, una especie selvática y una especie del desierto. Para complicar más el asunto, individuos de especies emparentadas pero distintas pueden entrecruzarse ocasionalmente y producir híbridos, formas intermedias que enturbian la distinción entre especies. La hibridación es particularmente común entre plantas en los hábitats perturbados y ocurre frecuentemente cuando una especie rara está rodeada por un gran número de especies emparentadas. Por ejemplo, el lobo de Etiopía, (Canis simensis) en peligro de extinción, con frecuencia copula con los perros domésticos, y las poblaciones declinantes del gato salvaje europeo (Felis silvestris) están siendo sobresaturadas con material genético de los gatos domésticos. En los EE. UU, la protección del lobo rojo en peligro de extinción (Canis rufus) puede ser retirada dado que evidencias morfológicas y genéticas recientes demostraron que todos los individuos remanentes son híbridos formados a partir de cruzas extensivas con coyotes comunes (Canis latrans) (Brownlow 1996). La incapacidad para distinguir claramente una especie de otra, ya sea debido a similaridades de características o a confusión acerca del nombre científico correcto, a menudo retrasa los esfuerzos en la protección de especies. Es difícil escribir leyes precisas y efectivas para proteger especies si no se está seguro de que nombre se debe usar. Se necesita mucho trabajo para catalogar y clasificar las especies del mundo. Los taxónomos han descrito solo 10 – 20 % de las especies del mundo, y las especies se están extinguiendo aun antes de ser descritas. La clave para resolver este problema es entrenar mas taxónomos, especialmente para trabajos en los trópicos ricos en especies. (Raven y Wilson 1992). El origen de nuevas especies La semejanza bioquímica de todas las especies vivientes y el uso uniforme del ADN como el código genético indica que la vida en la Tierra se origino probablemente solo una vez, hace alrededor de 3,500 millones de años. A partir de la especie original vienen los millones de especies que encontramos hoy en la Tierra. El proceso de formación de nuevas especies, conocido como especiación, continúa hoy en día y muy probablemente continuará en el futuro. Este proceso, por el cual una especie original evoluciona en una o mas especies nuevas y distintas, fue descrito por primera vez por Charles Darwin y Alfred Russel Wallace hace mas de cien años. (Darwin 1859). Su teoría sobre el origen de nuevas especies está generalmente aceptada hoy en día entre la comunidad científica y ha sido refinada y desarrollada, junto con la ciencia de la Genética, en el siglo XX. La riqueza de la nueva información provista por los fósiles y la vasta investigación moderna en biología molecular han proveído el soporte moderno para las ideas de Darwin y Wallace. La morfología de un individuo es su forma y estructura – o, mas simplemente si no totalmente preciso, su apariencia. La teoría de la evolución es tan simple como elegante. Imagínese una población de una especie – conejos de montaña viviendo en el Canadá, por ejemplo. Los individuos en la población tienden a producir mas hijos que los que pueden sobrevivir en ese lugar. Muchos de los hijos mueren antes de alcanzar la madurez. En la población, un par de conejos producirá numerosas camadas de seis o mas hijos, pero en promedio, en una población estable, solo dos de aquellos hijos sobrevivirán. Los individuos en la población muestran variaciones en ciertas características, y algunas de estas características son heredadas, es decir, son transmitidas de padres a hijos por medio de los genes. Estas variaciones genéticas son causadas por mutaciones – cambios espontáneos en los cromosomas – y por el rearreglo de cromosomas durante la reproducción sexual. Dentro de la población de conejos, algunos individuos tienen pelaje mas denso que otros debido a diferencias genéticas. Estas diferencias permitirán a unos individuos crecer, sobrevivir y reproducirse mejor que otros, un fenómeno al cual se refieren a veces como la “sobrevivencia del mas apto”. Nuestros conejos hipotéticos de pelaje denso tendrán mas probabilidad de sobrevivir los inviernos fríos que los conejos de pelaje ralo. Como resultado de la mejor habilidad de sobrevivencia provista por una cierta característica genética, los individuos con esa característica tendrán mas probabilidades de producir hijos que los otros; a lo largo del tiempo, la composición genética de la población cambiará. Después de una serie de inviernos fríos, mas conejos de pelaje denso habrán sobrevivido y producido hijos de pelaje denso, mientras que mas conejos de pelaje ralo habrán muerto. Mas conejos en la población tienen ahora pelaje denso que en las generaciones previas. En el proceso de la evolución, las poblaciones constantemente se están adaptando genéticamente a los cambios en su ambiente. Estos cambios pueden ser biológicos (nuevas fuentes de alimento, nuevos competidores, nuevas presas) también pueden ser ambientales (clima, disponibilidad de agua, características del suelo). Cuando una población ha llevado a cabo demasiados cambios genéticos, es decir que ya no es capaz de cruzarse con la especie original de la cual se deriva, la población puede ser considerada una nueva especie. Esta transformación gradual en otra especie se denomina evolución filética. Para lograr que dos o mas especies nuevas evolucionen a partir de un ancestro original, generalmente hay una barrera geográfica que evita el movimiento de individuos entre las varias poblaciones de una especie. Para especies terrestres, estas barreras pueden ser ríos, montañas, llanuras u océanos que las especies no pueden cruzar fácilmente. Las especies acuáticas se vuelven adaptadas a lagos particulares, ríos o estuarios separados unos de otros por tierra. La especiación es particularmente rápida en las islas. Los grupos de islas tales como las Galápagos y las Islas Hawaianas, hay muchos ejemplos de grupos de insectos y plantas que originalmente fueron poblaciones locales de una sola especie invasora. Estas poblaciones locales adaptadas genéticamente al ambiente particular de una isla desocupada, montañas y valles aislados, a menudo gozaban de la ausencia de los competidores, depredadores y parásitos que los afectaban en su tierra de origen, y divergieron suficientemente de las especies originales como para ser consideradas especies separadas. Este proceso de adaptación local y la especiación subsiguiente se conoce como radiación adaptativa. Uno de los ejemplos mejor conocidos de radiación adaptativa es la de los azucareros hawaianos, un grupo de especies de pájaros especializados que aparentemente se derivan de un solo par de pájaros que llegaron por azar a las islas hawaianas unos diez mil años atrás. (Scott et al 1988). Originar nuevas especies, normalmente es un proceso lento, que toma lugar en cientos si no en miles de generaciones. La evolución de nuevos géneros y familias es un proceso aún mas lento, pudiendo durar cientos de miles, o aún millones de años. Divisiones inusitadas, desiguales de los juegos de cromosomas de una planta en reproducción pueden dar como resultado una progenie con un juego extra de cromosomas; esta progenie se conoce como poliploide. Los individuos poliploides pueden ser morfológicamente y fisiológicamente diferentes de sus padres, y si están bien adaptados al ambiente, pueden formar una nueva especie dentro del rango de la especie progenitora. Aunque se piensa que las nuevas especies están surgiendo todo el tiempo, la tasa actual de extinción de especies es probablemente mas de 1000 veces mas rápida que la tasa de especiación. La situación actual es peor que lo que estas estadísticas tan tristes sugieren. Primero, la tasa de especiación puede estar reduciéndose en la actualidad debido a la gran cantidad de superficie terrestre que está siendo tomada por los humanos para su uso la cual no sostiene comunidades biológicamente evolutivas. A medida que los hábitats disminuyen, existen menos poblaciones de cada especie, y por tanto hay menores oportunidades para la evolución. Muchas de las áreas protegidas existentes en los parques nacionales podrían ser muy pequeñas para permitir que ocurra el proceso de especiación (Fig 2.3). Segundo, muchas de las especies amenazadas de extinción son los únicos representantes de su genero o familia; los ejemplos incuyen al celacanto (Latimeria chalumnae), un pez encontradoen el Océano Índico, el panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) en China. La extinción una especie taxonómicamente única que representa linajes antiguos no se balancea con la aparición de nuevas especies. Diversidad genética En cada nivel de diversidad Biológica – especies, genética y comunidad – los biólogos de la conservación estudian los mecanismos que alteran o mantienen la diversidad. La diversidad genética dentro de una especie es afectada a menudo por el comportamiento reproductivo de los individuos dentro de las poblaciones (Tamarin 1996). Una población es un grupo de individuos que copulan unos con otros y producen una progenie; una especie puede incluir una o mas poblaciones separadas. Una población puede consistir de solo unos cuantos o de millones de individuos, siempre y cuando los individuos realmente produzcan progenie. Un individuo solo de una especie sexual no constituiría una población. Ni lo es un grupo de individuos que no se reproducen; por ejemplo, los últimos 10 gorriones costeños obscuros (Ammodramus maritimus nigriscens) no constituía una población verdadera porque todos ellos eran machos. Los individuos de una población generalmente son genéticamente diferentes los unos de los otros. Las variaciones genéticas surgen debido a que los individuos tienen formas ligeramente diferentes de sus genes, las unidades de los cromosomas que codifican proteínas específicas. Estas formas diferentes de un gen son conocidas como alelos, y las diferencias surgen originalmente como producto de las mutaciones – cambios que ocurren en el ácido desoxirribonucléico (A D N) que constituye los cromosomas de un individuo. Los varios alelos de un gen pueden afectar el desarrollo y la fisiología de un organismo individual. Los criadores de animales y los reproductores de plantas toman ventaja de esta variación genética para producir líneas mejores productoras, resistentes a plagas y enfermedades de trigo, maíz, ganado y gallinas domésticas. La variación genética se incrementa cuando la progenie recibe combinaciones únicas de genes y cromosomas de sus padres vía la recombinación de genes que ocurre durante la reproducción sexual. Los genes son intercambiados entre cromosomas, y se crean nuevas combinaciones cuando los cromosomas de dos padres se combinan para formar una progenie genéticamente única. Aunque las mutaciones proveen el material básico para la variación genética, la habilidad de las especies que se reproducen sexualmente para rearreglar al azar los alelos en diferentes combinaciones incrementa dramáticamente el potencial para la variación genética. La colección total de genes y alelos en una población es el pool genético de la población, mientras que la combinación particular de alelos que cualquier individuo posee es su genotipo. El fenotipo de un individuo representa las características anatómicas, morfológicas, fisiológicas y bioquímicas del individuo que resulta de la expresión de su genotipo en un ambiente particular (Fig 2.4). algunas características de los humanos, tales como la cantidad de grasa corporal, y la caída de los dientes, están influenciadas fuertemente por el ambiente, en tanto que otras características, tales como el color de los ojos, el tipo de sangre y las formas de ciertas enzimas, están determinadas predominantemente por el genotipo del individuo. A veces los individuos que difieren genéticamente difieren también en maneras relacionadas con su sobrevivencia o su habilidad de reproducirse, tales como su habilidad para resistir el frío su resistencia a las enfermedades o la velocidad con la que pueden escapar del peligro. Si los individuos con ciertos alelos son mas capaces de sobrevivir y producir progenie que los individuos sin esos alelos, entonces al frecuencia genética en la población cambiará en las generaciones subsecuentes. Este fenómeno es llamado selección natural. La cantidad de variabilidad genética en una población está determinada tanto por el número de genes que tienen mas de un alelo (polimorfismo genético) como por el número de alelos de cada gen polimórfico. La existencia de un gen polimórfico permite a algunos individuos en la población ser heterocigóticos para el gene, es decir, recibir un alelo diferente de ese gen a partir de cada padre. Esta variación genética le permite a las especies adaptarse a ambientes cambiantes. Las especies raras generalmente tienen menos variación genética que las especies ampliamente distribuidas, y consecuentemente, son mas vulnerables a la extinción cuando las condiciones ambientales cambian. No obstante, hay ejemplos de especies de plantas con poca o ninguna variación genética que sobreviven muy bien. En una amplia variedad de poblaciones de plantas y animales se ha demostrado que los individuos que son heterocigóticos tienen mayor aptitud que individuos comparables que son homocigóticos; por ejemplo, los individuos heterocigóticos tienen mayor tasa de crecimiento, sobrevivencia y reproducción (Allendorf y Leary 1986). La razón para esto parece ser que (1) tener dos diferentes formas de una enzima le da al individuo mayor flexibilidad para tratar con los retos de la vida, y (2) alelos no funcionales o dañinos recibidos de uno de los padres son enmascarados por el alelo funcional recibido del otro padre. Este fenómeno del incremento en la aptitud en individuos altamente heterocigóticos, también conocida como vigor híbrido, es conocida ampliamente entre los animales domésticos. Las poblaciones de una especie pueden ser genéticamente diferentes la unas de las otras en su frecuencia relativa de alelos y aún en los tipos de alelos que forman un gen particular. Estas diferencias genéticas pueden resultar de la adaptación de cada población a su ambiente local o simple escogencia del azar. Poblaciones únicas de una especie, particularmente aquellas que se hallan en los bordes de la zona de distribución de una especie, son consideradas un importante componente de la diversidad biológica y vale la pena protegerlas. Aunque muchas cópulas ocurren dentro de las poblaciones, los individuos ocasionalmente se mueven de una población a otra, permitiendo la transferencia de nuevos alelos y combinaciones genéticas entre poblaciones. Esta transferencia genética es conocida como flujo genético. El flujo genético natural entre poblaciones es interrumpido a veces por las actividades humanas, provocando una reducción en la variación genética en cada población. La variación genética también ocurre en las plantas y animales domesticados. En las sociedades tradicionales, la gente preservó nuevas formas de plantas que estaban bien adecuadas a sus necesidades. A lo largo de generaciones de este proceso de selección artificial, se desarrollaron variedades de especies que fueron productivas y adaptadas a las condiciones locales de suelo, clima y plagas. Este proceso se ha acelerado en la agricultura moderna, con los programas científicos de mejoramiento que manipulan la variación genética para llenar las necesidades humanas actuales. Sin variación genética, el mejoramiento en la agricultura sería mas difícil. Las técnicas avanzadas de biotecnología permiten un uso aún mas preciso de la variación genética. Miles de variedades de cultivos tales como arroz, papas y maíz han sido incorporados en los programas de producción de la agricultura moderna. Entre los animales, el gran número de razas de gatos, perros, pollos, vacas, ovejas y cerdos domésticos son evidencia de la habilidad de la selección artificial para alterar el pool genético para beneficio de la gente (Fig 2.5). la variación genética también es mantenida en colecciones especializadas de especies usadas en investigación científica, tales como las moscas de la fruta Drosophila usadas en investigación genética, la pequeña mostaza de rápido crecimiento Arabidopsis que se usan en las investigaciones botánicas; y los ratones usados en investigación médica y fisiológica. Diversidad de comunidades y ecosistemas Una comunidad biológica se define como las especies que ocupan una localidad particular y las interacciones entre esas especies. Una comunidad biológica junto con su ambiente físico asociado se denomina un ecosistema. Dentro de un ecosistema, el agua se evapora desde las hojas, el suelo y otras superficies, para caer de nuevo en algún lugar en forma de lluvia o nieve y reabastecer los ambientes terrestres y acuáticos. El suelo se forma a partir de la roca madre y materia orgánica en descomposición. Las plantas fotosintéticas absorben la energía lumínica, la cual es usada para el crecimiento de las plantas. Esta energía es capturada por los animales que se comen a las plantas y luego es liberada como calor durante el ciclo de vida del animal y posteriormente cuando las plantas y animales mueren y se descomponen. Las plantas absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno durante la fotosíntesis, en tanto que los animales y los hongos absorben oxígeno y liberan dióxido de carbono durante la respiración. Los nutrientes minerales, como el nitrógeno y el fósforo, se reciclan entre los compartimientos vivientes y no vivientes del ecosistema. El ambiente físico, especialmente los ciclos anuales de temperatura y precipitación y las características de la superficie del suelo, afecta la estructura y características de una comunidad biológica, y determinan si es que un sitio será bosque, pastizal, desierto o un humedal. La comunidad biológica puede alterar también las características físicas de un ambiente. Por ejemplo, en un ecosistema terrestre la velocidad del viento, la humedad y la temperatura en una localidad dada pueden ser afectadas por las plantas y animales presentes ahí. En los ecosistemas acuáticos, características físicas tales como la turbulencia y claridad del agua, la química del agua y la profundidad del agua afectan las características de la biota, y las comunidades tales como los bosques del alga marina marrón conocidas como kelp y los arrecifes de coral pueden a su vez afectar el ambiente físico. Dentro de una comunidad biológica, cada especie usa un juego único de recursos que constituye su nicho. El nicho para una especie de planta puede consistir del tipo de suelo sobre el cual se encuentra, la cantidad de luz solar y la humedad que requiere, el tipo de sistema de polinización que tiene y el mecanismo de dispersión de sus semillas. El nicho para un animal puede incluir el tipo de hábitat que ocupa, su tolerancia termal, sus requerimientos dietéticos, la amplitud de su hogar o territorio y sus requerimientos hídricos. Cualquier componente del nicho puede volverse un recurso limitante cuando restringe el tamaño de la población. Por ejemplo, una especie particular de murciélagos que tiene requerimientos especializados de lugares donde colgarse para dormir, y forma colonias solamente en cuevas de piedra caliza, estará restringido por el número de cuevas con las condiciones apropiadas para colgarse a dormir. La competencia con otras especies y depredadores puede limitar la habilidad de estas especies para usar los recursos adicionales para anidamiento, tales como los hoyos en los árboles y los salientes rocosos. El nicho de una especie a menudo incluye el estadío sucesionál que la especie ocupa. Sucesión es el proceso gradual de cambio en la composición de especies, estructura de la comunidad y las características físicas que ocurre después de una perturbación en una comunidad biológica, sin importar que está sea producida por causas naturales o por la acción del hombre. Ciertas especies están asociadas comúnmente con ciertos estadíos sucesionales. Por ejemplo, las mariposas diurnas y las plantas anuales se encuentran mas comúnmente en los estadíos sucesionales tempranos, en los meses o años inmediatos después de un huracán o después que un despale haya destruido un bosque antiguo. En este estadío, el suelo recibe altos niveles de luz solar, con altas temperaturas y baja humedad durante el día. En el curso de las décadas, el bosque se reestablece gradualmente. Especies diferentes, incluyendo flores silvestres tolerantes a la sombra y pájaros que anidan en los hoyos de los árboles muertos, se encuentran en este estadío sucesionál intermedio y tardío. Patrones similares de organismos específicos de ciertos estadíos sucesionales se encuentran en otros ecosistemas, tales como pastizales, costas lacustre y la zona intermareal de los océanos. Las formas humanas de manejo a menudo trastornan el patrón natural de sucesión; por ejemplo, los pastizales sobre pastoreados por el ganado y los bosques de los cuales se han talado todos los árboles grandes ya no tienen ciertas especies de estadíos sucesionales tardíos. La composición de las comunidades a menudo es afectada por competencia y depredación (Terborgh 1992; Ricklefs 1994; Gotelli 1995). Los depredadores pueden reducir dramáticamente el número de especies presa y aún eliminar algunas especies de ciertos hábitats. Los depredadores pueden incrementar indirectamente el número de especies presa en una comunidad al mantener la densidad de cada especie tan baja que no ocurre competencia severa por los recursos. Un buen ejemplo de esto es el ecosistema marino intermareal en el cual una estrella de mar grande, Pisaster, se alimenta de 15 especies de moluscos que se adhieren a las rocas (Paine 1966). En la medida que la estrella de mar depredadora está presente, la competencia entre los moluscos por el espacio entre las rocas se reduce, debido a que las estrellas de mar se los comen tan rápido que no alcanzan altas densidades poblacionales. Bajo estas circunstancias, todas las 15 especies pueden ocupar las rocas intermareales. Si se remueve Pisaster, entonces, los moluscos incrementan en abundancia y comienza la competencia por el espacio en las rocas. En ausencia de la depredación, la competencia entre especies reduce el número de especies; eventualmente solamente quedaran unas pocas de las 15 especies originales, con algunas rocas en poder de una sola especie. En las comunidades de plantas también, a menudo, la diversidad de especies es mas alta cuando el forrajeo intenso por parte de los animales evita la competencia que cuando los herbívoros están ausentes. En muchas comunidades, los depredadores mantienen el número de individuos de una especie particular por debajo del número que los recursos de un ecosistema pueden sostener, ese número se denomina capacidad de soporte del hábitat. Si los depredadores son eliminados por la cacería, la pesca u otra actividad humana, las poblaciones de las presas pueden incrementarse hasta la capacidad de soporte o sobrepasar esta capacidad de soporte hasta el punto en el cual los recursos cruciales son agobiados y la población se desploma. El tamaño poblacional de una especie puede ser controlado también por otras especies que compiten con ella por el mismo recurso; por ejemplo, el tamaño de la población de una especie de garza que compite con otra por los peces puede disminuir o crecer si la otra, especie competidora, se vuelve mas abundante o si es eliminada de la comunidad. La composición de la comunidad se ve afectada también cuando dos especies se benefician una de la otra en una relación mutualista. Las especies mutualistas alcanzan densidades mas altas cuando se encuentran juntas que cuando solo una de ellas está presente. Ejemplos comunes de mutualismo son los pájaros come frutas y las plantas con frutas carnosas; los insectos polinizadores y las plantas con flores; los hongos y las algas que forman líquenes; y las plantas que proveen comida y alimento a las hormigas que las protegen a ellas de las plagas (Fig 2.6) (Howe 1984; Bawa 1990; Buchman y Nabhan 1996). En el extremo del mutualismo, dos especies que siempre se encuentran juntas y aparentemente no sobreviven la una sin la otra forman una relación simbiótica. Por ejemplo, la muerte de cierto tipo de algas que habitan en los corales en aguas con temperaturas inusualmente altas en áreas tropicales, debido a causas naturales o actividades humanas, puede ser seguida por el debilitamiento y la muerte subsiguiente de las especies de coral que se asocian con ellas. Niveles tróficos Las comunidades biológicas están organizadas en niveles tróficos que representan las formas en la cual se obtiene la energía del ambiente (Fig 2.7) * Las especies fotosintéticas (también conocidas como productores primarios) obtienen su energía directamente del sol. En los ambientes terrestres, plantas superiores, tales como plantas con flores, gimnospermas, y helechos son responsables de la mayor parte de la fotosíntesis, en tanto que en los ambiente acuático las algas multicelulares, algas unicelulares y las cianobacterias (algas verdiazules) son los mas importantes. Todas estas especies usan energía solar para construir las moléculas orgánicas que necesitan para vivir y crecer. * Herbívoros (también conocidos como consumidores primarios)comen especies fotosintéticas. Por ejemplo, en los ambientes terrestres las gacelas y saltamontes comen hierba, mientras que en los ambientes acuáticos los crustáceos y los peces comen algas. Dado que gran parte del material vegetal, tal como la celulosa y la lignina, son indigeribles para muchas de las especies animales o simplemente no se comen, solo una pequeña porción de la energía capturada por los fotosintéticos se transfiere hacia el nivel herbívoro. * Carnívoros (también conocidos como consumidores secundarios o depredadores) comen otros animales. Los carnívoros primarios (por ejemplo el coyote) comen herbívoros (por ejemplo conejos), en tanto que los carnívoros secundarios (por ejemplo un róbalo) come otros carnívoros (por ejemplo ranas). Dado que muchos carnívoros no capturan a todas sus presas potenciales, y puesto que muchas partes del cuerpo de los animales no se puede digerir, aquí también solo se transfiere un pequeño porcentaje de la energía del nivel trófico de los herbívoros hacia el nivel carnívoro. Los carnívoros generalmente son depredadores, aunque algunos combinan la depredación directa con un comportamiento carroñero, y otros , conocidos como omnívoros, incluyen una porción sustancial de alimento vegetal en su dieta. En general los depredadores son mas grandes y fuertes que sus presas, pero en general se hallan en densidades menores que las de sus presas. * Parásitos, plagas y organismos causantes de enfermedades forman un subclase importante de depredadores. Los parásitos de los animales, incluyen mosquitos, garrapatas, gusanos intestinales, protozoos y bacterias, son de tamaño pequeño y no matan de inmediato a sus presas. Las plantas pueden ser atacadas por parásitos que incluyen hongos, otras plantas (como la liga de los cítricos) y los insectos. El efecto de los parásitos va desde el debilitamiento imperceptible de su presa hasta el debilitamiento total y aún la muerte de sus presa. Los parásitos son importantes a menudo en el control de la densidad de sus especies presa. Cuando las densidades de la presa son bajas a los parásitos se les dificulta de moverse de un hospedero a otro, y sus efectos sobre la población presa son correspondientemente débiles. Cuando las densidades poblaciones presa son altas, los parásitos se dispersan mas fácilmente de un hospedero al otro, causando una infestación local intensa del parásito y la consecuente disminución de la densidad de la presa. Las altas densidades de las poblaciones presa ocurren muchas veces en los zoológicos y reservas naturales pequeñas, convirtiendo estos lugares en sitios peligrosos para muchas especies amenazadas. * Detritívoros ( también conocidos como descomponedores) son especies que su alimentan de plantas y animales muertos y desechos, descomponiendo tejidos y moléculas orgánicas complejas. Los detritívoros liberan minerales tales como los nitratos y fosfatos de regreso al ambiente, donde pueden ser vueltos a tomar por las plantas y las algas. Los detritívoros mas importante son los hongos y las bacterias, pero un amplio rango de otras especies juegan un papel en la descomposición de los materiales orgánicos. Por ejemplo, zopilotes y otros carroñeros destazan y comen animales muertos, los escarabajos peloteros se alimentan y entierran heces de animales y los gusanos descomponen las hojas caídas y otros materiales orgánicos. Si los detritívoros no estuvieran presentes para liberar los nutrientes minerales descomponiendo materia orgánica, el crecimiento de las plantas disminuiría grandemente. Principios de organización de la comunidad Como consecuencia de la poca energía que se transfiere hacia cada nivel trófico sucesivo en las comunidades biológicas, la mayor cantidad de biomasa (el peso vivo) en un ecosistema terrestre es generalmente la de los productores primarios. En cualquier comunidad tiende a haber mas herbívoros que carnívoros primarios, y mas carnívoros primarios que carnívoros secundarios (Price 1992). Por ejemplo, la comunidad de un bosque contiene mas insectos y biomasa de insecto que pájaros insectívoros, y mas pájaros insectívoros que aves de rapiña (tales como los halcones que se alimentan de otros aves). Aunque las especies pueden ser organizadas dentro de estos niveles tróficos en general, sus requerimientos reales de hábitats de alimentación dentro de los niveles tróficos puede ser muy restringidas (Freeland y Boulton 1992). Por ejemplo, una cierta especie de áfido puede alimentarse solamente de un tipo de planta, una mariquita se alimenta solamente de un áfido. Estas relaciones específicas se denominan cadenas alimenticias. La situación mas común en muchas comunidades biológicas, sin embargo, es que una especie se alimente de varias otras especies del nivel trófico inferior, compita por su alimento con varias otras especies de su nivel trófico, y, a su vez, ser depredado por varias especies del nivel trófico superior. Consecuentemente una descripción mas exacta de la organización de una comunidad biológica es una red alimenticia en la cual las especies están ligadas entre si a través de relaciones alimenticias complejas (Fig 2.8). las especies del mismo nivel trófico que usan aproximadamente los mismos recursos en el ambiente son considerados como un gremio de especies competidoras. Los requerimientos ecológicamente específicos de una especie son a menudo una razón importante para la incapacidad de muchas especies de incrementarse en abundancia dentro de una comunidad. Por ejemplo, la dieta de muchos insectos herbívoros está restricta a unas cuantas especies de plantas, y muchos insectos pueden comer solamente ciertas partes de la planta (Ehrlich y Raven 1964). Una razón para esto es que las partes bucales y la forma del cuerpo esta ajustada para ciertos comportamientos alimenticios, pero, lo mas importante es que sus sistemas digestivos son a menudo sorprendentemente limitados en su habilidad para extraer nutrientes y tolerar las defensas de químicos tóxicos que muchas planta producen. Así aunque puede parecer que el bosque esta lleno de plantas verdes de vigoroso crecimiento, algunas especies de insectos que se alimentan de especies raras de plantas pueden ser incapaces de completar su desarrollo y reproducirse porque no pueden obtener el alimento específico que requieren. Los individuos de cualquier especie requieren de la disponibilidad continua de una variedad de recursos – tales como alimento, agua, minerales y lugares seguros de anidamiento – para poder sobrevivir. Una provisión baja de cualquiera de estos recursos limita el tamaño de una población; el recurso necesario del que hay menos provisión es el recurso limitante del tamaño de una población. En muchas comunidades, puede haber episodios ocasionales cuando uno o muchos recursos se hayan limitados y las especies vulnerables son eliminadas de la comunidad. Por ejemplo, aunque el agua no es un factor limitante para los organismos que viven en una pluvioselva, los episodios de sequías que duran semanas o meses ocasionalmente ocurren, aún en las selvas mas húmedas. Durante estos períodos, los animales y las plantas que necesitan una provisión constante de agua pueden ser eliminadas de la comunidad. En otro ejemplo, las especies de pájaros que se especializan en alimentarse de insectos pueden ser incapaces de alimentar a sus polluelos durante los días o semanas cuando el clima muy frío, húmedo o ventoso evita que los insectos vuelen, en esta situación, los insectos voladores son el recurso limitante para la población de pájaros. Especies clave Dentro de las comunidades biológicas, ciertas especies pueden determinar la habilidad de persistir en grandes números de otras especies en la comunidad. Estas especies clave afectan la organización de la comunidad hasta un grado que va mas allá de lo que podríamos predecir, si se considera solo los números o la biomasa de las especies clave. (Fig 2.9) (Terborgh 1986; Power et al. 1996). Proteger las especies clave es una prioridad de los esfuerzos de conservación, porque si una especie clave se pierde de un área de conservación, numerosas otras especies probablemente se perderán también. Entre las especie clave mas obvias están los depredadores tope, porque estas especies son a menudo controladores importantes de las poblaciones herbívoras (Redford 1992). La eliminación aunque sea de un pequeño número de individuos depredadores, constituyendo una pequeña porción de la biomasa de la comunidad, puede dar como resultado cambios dramáticos en la vegetación y una gran pérdida de la diversidad biológica (Pimm 1991; Mc Laren y Peterson 1994). Por ejemplo, en muchas localidades donde los lobos grises han sido cazados hasta la extinción por los humanos, las poblaciones de venados han crecido explosivamente. Los venados sobrepastorean severamente el hábitat, eliminando muchas especies herbáceas. La pérdida de estas plantas, a su vez, es detrimental para los venados y otros herbívoros, incluyendo a los insectos. La reducción de la cobertura vegetal puede conducir a una erosión del suelo, contribuyendo a la pérdida de especies que habitan el suelo. Los murciélagos llamados zorros voladores, de la familia de los Pteropodidae, son otro ejemplo de una especie clave. Estos murciélagos son los polinizadores primarios y los dispersores de semillas de numerosas especies de árboles económicamente importantes en los trópicos del Viejo Mundo y de las islas del Pacífico (Cox et al. 1991). Cuando las colonias de murciélagos son sobrecosechadas por los cazadores o los árboles donde se cuelgan para descansar son talados, la población de murciélagos disminuye. Como resultado, muchas de las especies de árboles que quedan en el bosque fallan en su reproducción. Las especies que modifican extensivamente el ambiente físico con sus actividades, llamados también “ingenieros del ecosistema”, son consideradas también como especies clave (Mc Laren y Peterson 1994). Por ejemplo, los castores construyen presas que inundan los bosque, creando nuevos hábitats de humedales para muchas especies; los zompopos excavan túneles extensos en el suelo para construir jardines de hongos y, en el proceso, crean nuevos hábitats para muchas especies subterráneas. La importancia de los animales que pastan en el patrón de las comunidades es ilustrado por el caso de los arrecifes de coral (Hughes 1994). En estos arrecifes, muchas especies de peces y pepinos de mar del genero Diadema incluyen algas en su dieta, alimentándose en parte de una especie de alga carnosa y grande que son poco comunes. En los años 80, el sobrepastoreo disminuyó las poblaciones de peces, y luego hubo una mortandad masiva de Diadema aparentemente causada por una epidemia viral. Sin los peces y Diadema para controlar sus números, el alga carnosa creció dramáticamente en abundancia, cubriendo y dañando los arrecifes de coral. La polución de las aguas costeras por las actividades humanas puede haber sido el detalle que ayudo al desarrollo del alga proveyendo de abundantes nutrientes para el crecimiento. La importancia de las especies clave reside en relaciones altamente especializadas entre la especie clave y otros organismos. En muchos bosques tropicales, los árboles de higuera, y los bejucos de higuera (Ficus spp) parecen ser especies clave en el funcionamiento de la comunidad vertebrada (Lambert 1991). Las flores de los ficus son polinizadas por avispas de los ficus altamente especializada, las cuales maduran dentro de la fruta del ficus en desarrollo. Los arboles mayores producen cosechas continuas de frutos de ficus y generaciones de avispas estan llegando continuamente a la madurez. Como consecuencia de esta producción continua de frutas, los higos le proveen una fuente confiable de frutas para primates, pájaros y otros vertebrados que se alimentan de frutas a lo largo del todo el año. (Terborgh 1986). A pesar de no tener el alto contenido energético de los frutos ricos en lípidos que tanto prefieren ni el alto contenido proteico de una dieta insectil, durante periodos de sequía el árbol sirve como “alimento para hambrientos”, lo que le permite a los vertebrados alcanzar la siguiente vez en que estén disponibles sus alimentos preferidos. Aunque se piense que los árboles y bejucos de ficus pueden ser poco comunes en la foresta, y sus semillas constituye un porcentaje muy pequeño de toda la dieta total de los vertebrados, su persistencia es necesaria para el funcionamiento continuo de muchas especies en la comunidad vertebrada. En este caso, los árboles de ficus son una especie clave porque tantas especies dependen de ella para alimento y la salud de la población de ficus descansa en la salud de la población de avispas. Las relaciones mutualísticas entre la avispa y los árboles son el fundamento de la salud de toda la comunidad. Muchas especies clave juegan papeles menos obvios que no obstante son esenciales para mantener la diversidad biológica (Wilson 1987). Algunas especies detritívoras inconspicuas juegan un papel significativo en el funcionamiento de las comunidades. Por ejemplo, los escarabajos peloteros existen en bajas densidades en los bosques tropicales y constituyen un pequeña fracción de la biomasa (Klein 1989). No obstante los escarabajos son cruciales para la comunidad porque crean y entierran pelotas de estiércol y carroña como fuente de alimento para sus larvas (Fig 2.10). Este material enterrado se descompone rápidamente, haciendo que los nutrientes estén disponibles para el crecimiento de las plantas. Las semillas contenidas en el estiércol de animales que se alimentan de frutas son enterradas también, lo cual puede facilitar la germinación y el establecimiento de nuevas plantas. Adicionalmente, al enterrar y alimentarse de estiércol, los escarabajos matan los parásitos de vertebrados que contiene el estiércol, ayudando así a mantener la población de vertebrados saludable. La identificación de las especies clave tiene muchas implicaciones importantes para la biología de la conservación. Primero, la eliminación de una especie clave de una comunidad puede precipitar la pérdida de otras especies. La pérdida de una especie clave puede crear una serie de eventos vinculados de extinción, conocidos como una cascada de extinciones, que da como resultado un ecosistema degradado con una menor diversidad biológica en todos los niveles tróficos. Devolver la especie clave a la comunidad no necesariamente restaurará la comunidad a su estado original si las otras especies componentes y los aspectos del ambiente físico, tales como la cubierta de suelo, ya se ha perdido. Segundo, para proteger una especie de interés particular, puede ser necesario proteger la especie clave de la cual depende directa o indirectamente. Y finalmente, si se pueden identificar las pocas especies clave de una comunidad localizada en un área que está siendo afectada por la actividad humana, estas deben ser protegidas cuidadosamente y aún mejor fomentarlas. Por ejemplo, durante la tala selectiva, los ficus y otros árboles frutales importantes deberían protegerse, mientras que los árboles comunes que no son especies clave podrían reducir su abundancia con poca pérdida permanente de la diversidad biológica. Recursos clave Las reservas naturales son comparadas y valorizadas en términos de su tamaño porque, en general, las reservas mas grandes contienen mas especies que las pequeñas. No obstante, el área por si sola puede no ser tan significante como el rango de hábitats y recursos que la reserva contiene. Hábitats particulares pueden contener recursos clave críticos, a menudo físicos o estructurales, que ocupan solo un área pequeña del hábitat y aún así son cruciales para muchas especies en la comunidad. Por ejemplo, Lamederos de sal y otros minerales proveen minerales esenciales para la vida silvestre, particularmente en la tierras interiores con lluvias copiosas. La distribución de lamederos de sal puede determinar la abundancia y distribución de los vertebrados en la comunidad. Pozas profundas en los ríos y vertientes pueden ser el único refugio para los peces y otras especies acuáticas durante la estación seca, cuando los niveles del agua disminuyan. Para los animales terrestres, estas fuentes de agua pueden ser la única agua disponible en muchos kilómetros a la redonda. Troncos de árboles con hoyos son necesarios como sitios de reproducción para muchos pájaros y mamíferos. Cavidades disponibles en los árboles son el recurso limitante para el tamaño de la población de muchos vertebrados. La significancia de los sitios de anidación se demuestra por el incremento de parejas reproductivas cuando se les provee de cajas de anidación y el descenso del tamaño poblacional de muchas especies cuando se remueven los árboles muertos o con cavidades en un bosque manejado (Newton 1994). Los recursos clave pueden ocupar una pequeña porción de un área de conservación pero aún así ser de crucial importancia en al mantenimiento de muchas especies de animales. La pérdida de un recurso clave podría significar la rápida pérdida las especies animales. Cuando las especies de vertebrados se pierden, puede haber una extinción en cascada de especies de plantas que dependen de estos animales para su polinización y dispersión de sus semillas. Midiendo la diversidad biológica Además de la definición de diversidad biológica aceptada de forma general por los biólogos de la conservación, hay muchas otras definiciones cuantitativas, especializadas de la diversidad biológica que se han desarrollado en la literatura ecológica como un medio de comparar la diversidad total de diferentes comunidades. Estos conceptos son usados para comprobar la teoría que dice que el incremento de los niveles de diversidad incrementa los niveles de estabilidad de la comunidad (Mc Naughton 1989; Pimm 1991). No obstante, esta línea de investigación ha llevado a la conclusión de que no existen relaciones simples entre diversidad y estabilidad. Los índices de diversidad biológica desarrollados en el transcurso de estas investigaciones son útiles principalmente para comparar grupos particulares de especies dentro de las comunidades. Como dijo Kimmins (1987), “la diversidad puede referirse a todos los organismos en la comunidad, pero es usado mas frecuentemente para referirse a un tipo de grupo de organismos. Así podemos hablar acerca de la diversidad de plantas vasculares, de pájaros, de mamíferos y de la fauna del suelo. En su nivel mas simple, la diversidad se ha definido como el número de especies encontrados en una comunidad, una medida a menudo denominada riqueza de especies. Los índices matemáticos de biodiversidad se han desarrollado principalmente para darle connotación a la diversidad de especies en tres escalas geográficas diferentes. El número de especies en una cierta comunidad se describe como Diversidad Alfa. La Diversidad Alfa se acerca al concepto popular de riqueza de especies y se puede usar para comparar en lugares particulares o tipos de ecosistemas, como lagos o bosques. Por ejemplo, un bosque de 100 hectáreas en Wisconsin tiene menos especies de árboles que un parche de 100 hectáreas de la pluvioselva amazónica; la Diversidad Alfa de la pluvioselva es mucho mayor. Diversidad Gamma se aplica en escalas geográficas mayores; se refiere al número de especies en una gran región o continente. La Diversidad Gamma nos permite comparar grandes áreas que albergan diversas comunidades biológicas o un área geográfica amplia. Por ejemplo, Kenya, con 1000 especies de pájaros en sus bosques, tiene una Diversidad Gamma mayor que Gran Bretaña, que solo tiene 200 especies. Diversidad Beta representa la variabilidad en la composición de especies a lo largo de un gradiente ambiental o geográfico. Por ejemplo, si cada lago en una región tiene diferentes especies de peces, o los pájaros de una montaña fueran completamente diferentes de los pájaros de los montes vecinos, entonces la Diversidad Beta sería alta. No obstante, si la composición de especies a lo largo del gradiente no cambia mucho (“si los pájaros de esta montaña son los mismos que los que encontramos en las montañas que visitamos ayer”), entonces la diversidad beta será baja. La Diversidad Beta se calcula a veces como la Diversidad Gamma de una región dividida entre el promedio de la Diversidad Alfa. Podemos ilustrar los tres tipos de diversidad con un ejemplo teórico de tres montañas (Fig 2.11) la región 1 tiene la diversidad alfa mas alta, con mas especies por montaña en promedio que las otras 2 regiones. La región 2 tiene la diversidad gamma mas alta, con un total de 10 especies. La región 3 tiene una diversidad beta mas alta (3.0) que la región 2 (2.5) o la región 1 (1.2), debido a que cada una de sus especies se hallan en una sola montaña. En la práctica, los índices de diversidad se encuentran a menudo altamente correlacionados. Las comunidades de plantas del Amazonas, por ejemplo, muestra altos índices de diversidad en la escala alfa, beta y gamma (Gentry 1986). Estas definiciones cuantitativas se usan principalmente en la literatura técnica y captura solamente una parte de la amplia definición de diversidad biológica usada por los biólogos de la conservación. No obstante, son útiles para hablar acerca de patrones de distribución de especies y para comparar regiones del mundo. También son valiosos para resaltar áreas que tienen gran número de especies que requieren conservación y protección. Resumen 1. La diversidad biológica de la tierra incluye el rango completo de las especies vivientes, la variación genética que ocurre entre los individuos de una especie, y en un nivel superior, las comunidades biológicas y los ambientes en los cuales las especies viven e interactúan (ecosistemas). 2. La variación genética dentro de las especies surge por medio de las mutaciones de genes y la recombinación de genes durante la reproducción sexual. Esto permite a las especies adaptarse a los cambios en el ambiente por medio del proceso de la selección natural. En algunos casos, este proceso tiende hacia la evolución de nuevas especies. En la selección artificial, los científicos alteran el pool genético para mejorar las plantas y animales domésticos útiles a los humanos. 3. Dentro de las comunidades biológicas, las especies interactúan por medio de procesos tales como la competencia, depredación y mutualismo y ocupan distintos niveles tróficos, o de alimentación, niveles que representan las formas por medio de las cuales obtienen energía. Especies individuales a menudo tienen relaciones específicas de alimentación con otras especies lo que puede ser representado como cadenas alimenticias o redes alimenticias. 4. Ciertas especies clave pueden determinar la persistencia de otras especies en la comunidad. Estas especies clave son a menudo carnívoros tope pero también puede ser una especie inconspicua. La pérdida de una especie clave en una comunidad resulta en una cascada de extinciones de otras especies. 5. Ciertos recursos clave, como los estanques de agua, sitios de anidamiento y lamederos de sal, pueden ocupar solo una pequeña fracción del hábitat, pero pueden ser cruciales para la persistencia de muchas especies de un área. 6. Los índices matemáticos de diversidad biológica han sido desarrollados para examinar y comparar patrones de distribución de especies a nivel local y regional. Estos índices son usados principalmente para examinar grupos particulares de especies en vez que el rango total de especies e interacciones encontrados en la naturaleza. Para discusión 1. ¿Cuántas especies de plantas, pájaros, insectos, mamíferos y hongos puede usted identificar en su vecindad? ¿Cómo podría usted aprender a identificar más? ¿La presente generación es mas hábil o menos hábil para identificar especies que las generaciones pasadas?. 2. Los esfuerzos de conservación en general se dirigen hacia la protección de la variación genética, diversidad de especies, comunidades biológicas y ecosistemas. ¿Puede usted indicar otros componentes de los sistemas naturales que necesitan ser protegidos? ¿Cuál de los componentes de la diversidad biológica es el mas importante según su opinión? 3. Muchos ejemplos de especies clave son depredadores tope. ¿Puede encontrarse ejemplos de especies clave en todos los niveles tróficos en cada reino del mundo viviente? 4. Como podría manejar una propiedad, tal como un llano degradado, una plantación forestal, o un lago contaminado, para restaurar todos los niveles de diversidad biológica. ¿Cuál es el valor de la diversidad biológica? Las decisiones de proteger especies, comunidades y variación genética a menudo conllevan argumentos sobre el dinero: ¿Cuánto costará protegerlo? Y ¿Cuánto vale realmente?. El valor económico de algo en general se acepta como la cantidad de dinero que la gente está dispuesta a pagar por ese algo. Esto es solamente una de las maneras posibles de asignar valor a las cosas, aún a la diversidad biológica. Los métodos éticos, estéticos, científicos y educacionales también son maneras de asignar valor. No obstante, la evaluación económica es corrientemente el método principal usado por los gobiernos y los ejecutivos de las corporaciones al tomar las decisiones políticas importantes. Cuando la pérdida de diversidad biológica se percibe como una pérdida de dinero, es posible que los gobiernos y las corporaciones tomen acciones para protegerla. El principal problema con los estándares económicos es que tienden a subvalorar los recursos naturales; de este modo, se ignoran los costos del daño ambiental, se hace caso omiso del agotamiento de las existencias de recursos naturales y se desprecia el valor futuro de los recursos. Economía ecológica La economía ecológica, es una disciplina nueva que integra las valoraciones de la diversidad biológicas en términos económicos e incluye a la ecología, las ciencias ambientales y las políticas publicas, la cual se ha desarrollado para remediar esa perspectiva corta de vista (Barbeir et al 1994; Costanza et al 1996; Krishnan et al 1996). Los biólogos de la conservación están usando la metodología y el vocabulario de la economía ecológica en sus argumentos para la protección de la diversidad porque los oficiales de los gobiernos y las corporaciones son mas fáciles de convencer de la necesidad de proteger la diversidad biológica cuando hay un incentivo económico. Los gobiernos necesitan ubicar sus recursos de la manera mas eficiente posible, y un argumento con consideraciones económicas adecuadas, para la conservación de la diversidad biológica, a menudo apoyará de manera efectiva los argumentos basados en consideraciones biológicas, éticas y emocionales. Antes que la tendencia de pérdida de la diversidad pueda revertirse, deben entenderse sus causas fundamentales. ¿Qué factores inducen a los humanos a actuar de una manera destructiva?. Generalmente, la degradación ambiental y la pérdida de especies ocurre como un subproducto de las actividades económicas de los humanos. Los bosques son talados para obtener ganancias con la venta de la madera. Las especies son cazadas para el consumo personal, venta y deporte. Las tierras marginales se convierten en tierras de cultivo porque la gente no tiene donde mas sembrar. Las especies transportadas accidentalmente por los vehículos comerciales o a propósito por la gente son introducidas en islas o continentes donde antes no existían sin ninguna consideración de la devastación ambiental resultante. Dado que la causa subyacente del daño ecológico es a menudo de naturaleza económica, la solución debe incorporar los principios económicos también. La comprensión de unos pocos principios económicos fundamentales aclarará porqué la gente trata el ambiente de una manera cortoplacista y derrochadora. Uno de los dogmas universalmente aceptado por el pensamiento económico moderno es que una transacción voluntaria ocurre solamente cuando es beneficiosa para las partes involucradas. Por ejemplo, un panadero que vende sus panes a 50 dólares encontrará pocos clientes. Asimismo un cliente que quiere pagar solo 5 centavos por un pan pronto estará hambriento. Solamente cuando se pone un precio mutuamente aceptable que beneficie a ambas partes ocurrirá la transacción. Adam Smith, un filósofo del siglo XVIII cuyas ideas son el fundamento de buena parte del pensamiento económico, escribió, “No es por la benevolencia del carnicero, el panadero o el cervecero que nos comemos el pan de cada día, sino por su propio interés” (Smith 1909). Todas las partes involucradas en un intercambio esperan mejorar su situación. La suma de las acciones de cada individuo en busca de su propio provecho da como resultado la prosperidad de la sociedad como un todo. Smith se refería a una “mano invisible” guiando el mercado, haciendo que acciones egoístas y descoordinadas incrementen la prosperidad y generen una armonía social relativa. Hay una excepción notable a los principios del libre intercambio de Smith beneficiando a la sociedad, el cual se aplica directamente a los asuntos ambientales. Se asume generalmente que los costos y beneficios del libre intercambio son aceptados y tolerados por los participantes en la transacción. En algunos casos, no obstante, los costos asociados son sufridos o los beneficios son gozados por individuos que no están involucrados en la transacción. Estos costos o beneficios escondidos se conocen como externalidades. Quizás la externalidad mas notable y frecuentemente pasada por alto es el daño ambiental que ocurre como consecuencia de una actividad económica humana, tal como el vertido de los desechos industriales en un río. En este ejemplo, los costos indirectos, o externalidades de la actividad son, la degradación del agua de beber, disminución de los peces sanos para alimentarse y la pérdida de muchas especies incapaces de sobrevivir en el río contaminado. Cuando existen las externalidades, el mercado falla de beneficiar a la sociedad en su conjunto. Fallas de mercado dan como resultado la mala ubicación de los recursos que permiten a los individuos y negocios beneficiarse a expensas de la sociedad. Como resultado, la sociedad se torna menos próspera debido a ciertas actividades económicas, en vez que mas próspera. El reto fundamental que enfrentan los biólogos de la conservación es asegurarse que se comprendan todos los costos del comportamiento económico, así como sus beneficios. Las compañías o individuos involucrados en la producción que produce un daño ecológico generalmente no cargan con todos los costos de sus actividades. Por ejemplo, la compañía que posee una refinería de petróleo que emite humos tóxicos se beneficia de la venta del combustible, así como se beneficia el consumidor de su producto. No obstante, los costos escondidos de esta transacción – incremento de las enfermedades respiratorias, disminución de la visibilidad y un ambiente contaminado – se distribuyen entre toda la sociedad. Comprender este desbalance es central para la comprensión de la falla de mercado: la amplia distribución del costo económico, combinada con la concentración de los beneficios en un pequeño grupo, crea un conflicto económico – ecológico. Dándole valor a la diversidad biológica Los recursos naturales tales como el aire limpio, el agua limpia, la tierra de calidad, las especies raras y aún la belleza escénica son consideradas recursos de propiedad común propiedad de la sociedad en su conjunto. Estos recursos generalmente no tienen asignado un valor monetario. La gente, las industrias y los gobiernos usan y dañan estos recursos pagando solo un mínimo del costo, a veces no pagan del todo, creando una situación de falla de mercado descrita como la tragedia de los comunes (Hardin 1968, 1985). En los sistemas mas completos de contabilidad “verde” que se están desarrollando, tales como la Contabilidad de Recursos Naturales, el uso de los recursos de propiedad común se incluye como parte de los costos internos de los negocios en vez de verlos como externalidades. Cuando la gente y las organizaciones deben pagar por sus acciones, ellos estarán mas dispuestos a parar o minimizar el daño al ambiente (Repetto 1990, 1992; Arrow et al. 1995). Algunas sugerencias para lograr esto incluyen elevar los impuestos sobre los combustibles fósiles, castigos por uso ineficiente de la energía o por contaminar y programas obligatorios de reciclaje. Podrían establecerse penas financieras severas por dañar la diversidad biológica de forma que las industrias fueran cuidadosas de la protección del mundo natural. El campo emergente de la economía ecológica ha comenzado fortalecer los movimientos de conservación por medio de la asignación de valores monetarios a las especies, comunidades y ecosistemas (Mc Nealy 1988; Mc Nealy et al 1990; Perrings 1995). Los esfuerzos iniciales han sido simplistas en muchos casos, debido a las dificultades para asignar valores económicos a variables tales como el mejoramiento del drástico cambio climático y el uso futuro de especies que actualmente no se usa (Daly y Cobb 1989; Daly 1997). Los costos ocultos de la degradación ambiental que ocurren durante las actividades rentables, tales como la tala de bosques, la agricultura y la pesca comercial, dificultan la determinación del valor real de los recursos naturales (Repetto 1992). Los economistas todavía están buscando los métodos apropiados para determinar el costo a largo plazo asociado con la perturbación de una comunidad biológica por una actividad económica. Análisis costo – beneficio Los economistas ecológicos evalúan los grandes proyectos usando la evaluación del impacto ambiental, la cual considera los efectos presentes y futuros de los proyectos sobre el ambiente. El ambiente se define a menudo de una manera amplia para incluir no solo los recursos naturales cosechables, sino también la calidad del aire y el agua, las vidas de la gente local y las especies amenazadas. En una forma mas comprensible, el análisis costo beneficio compara el valor ganado contra los costos del proyecto (Hanley y Splash 19994; Perrings 1995). Por ejemplo, durante los estudios de factibilidad para una operación maderera en gran escala que talará un bosque, podría asignársele un valor monetario al costo de reponer los recursos disponibles de forma natural (Vg., carne de monte, plantas medicinales, alimentos silvestres) y compararlos con el costo de los productos de la actividad humana (en este caso, forestería o agricultura) . Alternativamente, se debe calcular el costo de restaurar la comunidad o los recursos a su estado original después de haberlos destruido. Estas diferentes estrategias producirán costos muy diferentes y producirán resultados muy diferentes. En un análisis costo - beneficio, se comparó el uso de los ambientes marinos y terrestres en la Bahía Bacuit, en Palawan, Filipinas (Tabla 4.1). mientras que la actividad maderera daba mas rentabilidad que el turismo y la pesca cuando las tres actividades ocurrían al mismo tiempo, la actividad maderera tenía un fuerte impacto negativo sobre la industria pesquera y el turismo debido a los altos niveles de sedimentación que matan las comunidades de coral y los peces que dependen de ellas. En la opción alternativa, en la cual se protege el bosque prohibiendo la tala, las industrias de la pesca y el turismo dieron mas rentabilidad que cuando todas las tres industrias operaban al mismo tiempo. (Hogson y Dixon 1988) Tabla 4.1 Análisis de costo – beneficio de dos opciones de desarrollo en Bahía Bacuit, en Palawan, Filipinas Rentabilidad generada a -------------------------------------------------------------------------------------------Fuente de Opción 1: tala Opción 2: talar Comparación para rentabilidad prohibida b hasta arrasar los 10 años d c bosques Turismo $25 $6 +9 Pesquería $17 $9 +8 Tala $0 $10 -10 Ingresos totales $42 $25 +17 Fuente: Datos de Hogson y Dixon 1988. a Los ingresos están en millones de dólares por un período de 10 años. b En la opción 1, el turismo y la pesquería son las principales industrias sostenibles. c En la opción 2, la tala disminuye sustancialmente los ingresos del turismo y la pesquería. La tala se destruye el bosque en 5 años. d En total, después de un período de 10 años, una prohibición de la tala (Opción 1) da como resultado 69% mas de ingresos ($17 millones) que todas las tres actividades juntas (Opción 2). En teoría, si el análisis muestra que el proyecto es rentable, debería llevarse a cabo, mientras que si el proyecto no es rentable, debería detenerse. En la práctica, los análisis costo – beneficio son notoriamente difíciles de calcular porque beneficios y costos son difíciles de asignar y cambian a lo largo del tiempo. Por ejemplo, cuando se construye una nueva fábrica de papel en un área boscosa, es difícil proyectar el precio futuro del papel, la rentabilidad de la industria, las necesidades futuras de agua limpia, y el valor de otras especies de plantas y animales que existen en el área que se va a deforestar. En el pasado, los recursos naturales a ser usados o dañados por los grandes proyectos fueron ignorados en las evaluaciones de impacto ambiental o al menos fueron grandemente subvalorizados. La pérdida de recursos naturales y el Producto Interno Bruto Se han hecho intentos recientes para incluir le pérdida de los recursos naturales en los cálculos del Producto Interno Bruto (PIB) y otros índices de productividad nacional (Daly y Cobb1989; Repetto 1992). El problema con el PIB es que mide la actividad económica de un país sin contabilizar todos los costos. Actividades no sostenibles e improductivas (incluyendo la sobreexplotación de peces en las aguas costeras y las minas a cielo abierto) causan un incremento en el PIB, aún cuando estas actividades pueden ser destructivas a largo plazo para la economía de un país. En la actualidad, los costos económicos asociados con el daño ambiental puede ser considerable y a menudo borra las ganancias logradas por medio de la agricultura y el desarrollo industrial. En Costa Rica, por ejemplo, el valor de los bosque destruido durante la década de los 80 excede grandemente los ingresos obtenidos de los productos forestales, de forma que el sector forestal realmente representa un drenaje de la riqueza del país. Similarmente, el costo asociado con la erosión del suelo disminuyó el valor de la agricultura en 17%. En los EE UU, un estimado controversial mostró que la erosión del suelo cuesta a la economía $44 mil millones cada año en daños directos a las tierras agrícolas y daños indirectos a las vías acuáticas y la salud humana y animal (Pimental et al 1995). Para el mundo entero, este costo se estima que alcanza los $400 mil millones por año. Aún si estos estimados controversiales son revisados y fuesen mas bajos, el costo de la erosión del suelo es enorme para cualquier norma y todos estos costos son subvalorizados. Por no incluir los costos ambientales y la pérdida de sus recursos naturales, muchos países que parecen estar logrando impresionantes ganancias realmente podrían estar al borde del colapso económico. Pesca sin regulaciones nacionales son ejemplos clásicos de la necesidad de darle seguimiento a estos bienes. El incremento de la inversión en flotas de pesca puede dar como resultado capturas mayores y ganancias impresionantes, pero gradualmente lleva a la sobreexplotación y destrucción de un especie comercial tras otra y eventualmente, al colapso de la industria entera. Los costos ocultos que se pueden asociar con las ganancias económicas superficiales se demuestran efectivamente con el caso del derrame de petróleo del buque Exxon Valdez en Alaska en 1989. el derrame costó miles de millones de dólares en gastos de limpieza, daños al ambiente, mas los 11 millones de galones de petróleo desperdiciado, pero aún así el evento fue anotado como una ganancia neta porque las ventas asociadas con la limpieza incrementaron el PIB de los EE.UU. y proveyeron empleo para las cuadrillas de limpieza contratadas a lo largo de todos los Estados Unidos. Si no se consideran los costos ambientales ocultos y el daño a largo plazo a los recursos naturales, un desastre como el derrame del Valdez se puede malinterpretar fácilmente como un beneficio económico. Otro intento de contabilizar el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación y la distribución de los ingresos en unidades de medida de la productividad nacional ha sido el desarrollo del Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES) (Daly y Cobb 1989). Este método incluye factores tales como la pérdida de tierras cultivables, el relleno de los humedales, el impacto de la lluvia ácida y los efectos de la contaminación en la salud humana. Usando el IBES, la economía de los EE.UU. aparentemente no mejoró durante el período de 1956 hasta 1986, aún cuando el índice estándar PIB mostró una ganancia dramática. No obstante que una medida tal como el IBES esta todavía en un estado preliminar, su uso sugiere que muchas economías modernas están logrando su desarrollo solamente por medio del consumo no sostenible de sus recursos naturales. Cuando estos recursos se acaben, las economías que se basan en ellos serán seriamente interrumpidas. Muchos conservacionistas argumentarían que cualquier intento de poner un valor monetario estricto a la diversidad biológica es inapropiado y potencialmente corrompible, puesto que muchos aspectos del mundo natural son únicos y por tanto invaluables (Ehenfeld 1989). Los que apoyan esta posición dicen que no hay manera de poner un valor al asombro que la gente experimenta cuando ven un elefante en su estado natural o la belleza de un paisaje natural; tampoco se puede asignar un valor económico real a las vidas humanas que se han salvado y se salvarán con los descubrimientos de los compuestos medicinales en las especies silvestres. Sin embargo, los modelos económicos contribuyen mucho al debate sobre la protección de la diversidad biológica. Por ejemplo, el Departamento del Interior de los EE UU. estima el valor potencial de la producción de petróleo en el Refugio de Vida silvestre del Ártico en $79.4 miles de millones de dólares, pero no hace una evaluación comparable del valor biológico y recreacional de los osos polares, los caribúes, pájaros, lobos y otras formas de vida silvestre en lo que se podría considerar el Serengeti de América (Nash 1991). Los conservacionistas deberán aprovechar la participación en el desarrollo de estos modelos económicos para mejorar su precisión y para apreciar sus limitaciones, porque los estimados del valor económico de la diversidad biológica a menudo proveen de un apoyo sorprendentemente fuerte para demostrar el papel crucial de la diversidad biológica en las economías locales y para mostrar la necesidad de proteger las comunidades naturales. Nuevos enfoques Se han desarrollado un buen número de métodos para asignar valores económicos a la variabilidad genética, de especies, comunidades o ecosistemas. Estos valores incluyen el valor de mercado (o cosecha) de los recursos, el valor proporcionado por los recursos sin colectarlos, en su estado natural, y el valor futuro de los recursos. Por ejemplo, el búfalo de agua silvestre del Sureste Asiático (Bos frontalis) un pariente silvestre del ganado doméstico, puede ser valorado como comida obtenida corrientemente a partir de sus poblaciones silvestres, su valor para el ecoturismo, o su futuro potencial para los programas de mejoramiento de ganado doméstico. Todavía no hay un marco universalmente aceptado para la asignación de valores a la diversidad biológica, sino que se han propuesto una variedad de enfoques. Entre los mas utilizados está el marco usado por Mc Neely (1988, Mc Neely et al. (1990), y Barbier et al (1994). En el cual los valores se dividen entre valores de uso directo (conocidos por los economistas como bienes privados), los cuales son asignados a los productos cosechados por la gente, y los valores de uso indirecto (conocidos en economía como bienes públicos), los cuales son beneficios proveídos por la diversidad biológica y no incluyen la cosecha o destrucción del recurso. Beneficios a los que se les puede asignar un valor indirecto incluyen la calidad del agua, el control de la contaminación, la productividad del ecosistema, la protección del suelo, la recreación, educación, la investigación científica y la regulación del clima. También hay un valor de opción – la posibilidad de beneficios futuros para la humanidad, tales como nuevas medicinas, posibles fuentes futuras de alimentos y futuros recursos genéticos. El valor de existencia es otra clase de valor indirecto que se puede asignar a la biodiversidad – por ejemplo, los economistas pueden intentar medir cuanta gente desearía pagar para proteger una especie y que no se extinga. Valores de uso directo Los valores de uso directo (conocidos en otros sistemas como valores de mercado) se pueden calcular fácilmente si se observan las actividades de grupos representativos de gente, dándole seguimiento a los puntos de colecta de productos naturales, y examinando las estadísticas de exportación e importación. El valor de uso directo se divide en valores de uso consumible para los bienes que se consumen localmente, y valores de uso productivo para los productos que se venden en los mercados. Valores de uso consumible A los bienes tales como la leña y la carne de monte que se consumen localmente y no aparecen en los mercados nacionales e internacionales tienen se les asigna un valor de uso consumible. La gente que vive cerca del campo a menudo obtiene una considerable proporción de los bienes que requiere para vivir del ambiente circundante. Estos bienes no aparecen en el PIB de los países porque ni se venden ni se compran. Sin embargo, si la gente rural no pudiera obtener estos productos, como podría ocurrir después de una degradación ambiental, la sobreexplotación de los recursos naturales o aún la creación de una reserva protegida, su estándar de vida descenderá, posiblemente hasta el punto en el que, ya no pueda subsistir, y verse forzado a reubicarse.. Los estudios de sociedades tradicionales en los países en desarrollo muestran cuán extensivamente usa esta gente su ambiente natural para suplirse de combustible, vegetales, frutas, carne, medicina, cuerdas y materiales de construcción (Fig 4.1) (Myers 1983; Balick y Cox 1996). Un estudio en el Amazonas encontró que cerca de la mitad de las especies de árboles de la pluvioselva eran usados por algún producto específico diferente de su leña (Prance et al. 1987; Dobson 1995). Cerca de 80% de la población del mundo todavía depende principalmente de las medicinas tradicionales derivadas de las plantas y animales como su principal fuente de tratramiento (Farnsworth 1988). Mas de 5000 especies se usan para propósitos medicinales en China, y en la Amazonía se usan al menos 2000 especies (Schultes y Raffauf 1990; WRI/UICN/UNEP 1992). Uno de los requerimientos mas cruciales de la gente rural son las proteínas, la cual la obtienen cazando animales silvestres para comer su carne. En muchas áreas de África, la carne de monte constituye una porción significante de la proteína en la dieta promedio de las personas – cerca de 40% en Botswana y cerca de 75% en la República Democrática del Congo (antes Zaire) (Myers 1988). En Nigeria, se consumen anualmente cerca de 100 000 toneladas de ratas gigantes (Cricetomys sp). Mientras que en Botswana cerca de tres millones de Kg de liebres saltarinas (Pedetes capensis) son consumidas anualmente. Esta carne silvestre incluye no solo pájaros, mamíferos y pescados, sino también insectos adultos, caracoles, orugas y larvas de escarabajos. En ciertas partes de África, los insectos pueden constituir la mayoría de la dieta de proteínas y un suplemento crítico de vitaminas. En áreas a lo largo de las costas, ríos y lagos, el pescado silvestre representa un fuente importante de proteína. En todo el mundo, 100 millones de toneladas de pescado en especial especies silvestres, son cosechadas anualmente. Muchas de estas capturas son consumidas localmente. El valor de uso consumible se puede asignar a un producto en consideración a, cuanto pagaría la gente para comprar productos equivalentes en el mercado si sus productos locales ya no estuvieran disponibles. Un ejemplo de este enfoque fue un intento de estimar el número de chanchos de monte que cosechan los cazadores nativos en Sarawak, en Malasia Oriental. El estudio incluía contar el número de casquillos de escopeta usados en las áreas rurales y entrevistar a los cazadores (Fig 4.1B). este estudio pionero (y algo controversial) estimó que el valor de consumo de la carne de chancho de monte fue aproximadamente de $40 millones anuales (Caldecott 1988). En muchos casos la gente local no tiene dinero para comprar productos en el mercado. Cuando los recursos locales se agotan, ellos se ven forzados a la pobreza rural, o emigran a los centros urbanos. El valor de consumo se puede asignar también al combustible utilizado para calentarse y cocinar, el cual es extraído de los bosques y matorrales (Fig 4.2). En países como Nepal, Tanzania y Malawi, la fuente primordial de energía proviene de la leña y el estiércol de los animales. El valor de estos combustibles se puede estimar considerando cuanto pagaría la gente en kerosín u otro combustible si no pudieran obtenerlo de su ambiente. En muchas áreas del mundo, la gente rural ya consumió todas las fuentes locales de combustible pero no tienen dinero para comprar combustible. Esta situación, la “crisis energética de los pobres”, fuerza a los pobres a caminar grandes distancias para obtener combustible y lleva a un círculo de deforestación cada vez mayor. En el pasado, la gente desarrolló sistemas de extracción de recursos del ambiente natural de manera que se prevenía el uso excesivo de los recursos renovables (Gadgil y Guha 1992). Ciertas especies de árboles frutales silvestres no deberían ser cortados nunca; la estación anual de reproducción era tabú para la cacería; las familias poseían territorios de caza a los que no se permitía entrar a las otras familias. Estos sistemas estaban organizados a nivel tribal o en las poblados y fueron forzados por medio de presiones sociales fuertes. Por ejemplo, las poblados Sherpa tradicionales en Nepal tenían la costumbre del “shingo nava”, en la cual se elegían hombres para ser guardias forestales. Estos hombres determinaban cuanta leña podía cortar la gente y que árboles se podían cortar y de esta manera protegían el recurso común. La gente que violaba las reglas de los poblados debía pagar multas, las cuales eran utilizadas en actividades propias de la poblados. Muchos de estos sistemas tradicionales de conservación han desaparecido a medida que se han desarrollado las economías monetarias. La gente ahora con frecuencia vende los recursos naturales por dinero, en los mercados de los pueblos. Como el control social desapareció a nivel de los poblados, los habitantes de los poblados, y también los foráneos comenzaron a extraer los recursos locales de una forma destructiva y no sostenible, dando como resultado “la tragedia de los comunes” (Hardin 1968), en la cual un individuo obtiene los beneficios del recurso, mientras que el costo se distribuye entre toda el poblado. Cuando los recursos se agotan, muchos pobladores son obligados a pagar altos precios en las ciudades por productos que antes obtenían gratis de sus ambientes naturales. Aún cuando la dependencia de los productos naturales locales se asocia principalmente con los países en desarrollo, hay áreas rurales en los EE UU., Canadá y otros países desarrollados donde cientos de miles de personas dependen de la leña para calentarse y de los animales silvestres para obtener carne. Muchas de estas personas no podrían sobrevivir si tuvieran que comprar estos artículos de primera necesidad. Valor de uso productivo Los productos que se extraen de las áreas silvestres y se venden tanto en los mercados nacionales como internacionales tienen asignado un valor de uso productivo. Los métodos económicos estándar valorizan estos productos al precio pagado en el primer punto de venta menos los costos incurridos hasta ese punto, en vez que el costo final al menudeo de los productos. Pero lo que parece ser un producto natural de poca importancia puede ser la base de importantes productos manufacturados. Por ejemplo, la corteza de la cáscara silvestre (Rhamnus pursiana) extraída en el oeste de los EE UU es el ingrediente principal en ciertas marcas de laxante. El precio de compra de la corteza es cerca de $1 millón, pero el precio final de la medicina es de $75 millones (Prescott – Allen y Prescott – Allen 1986). El valor de uso productivo de los recursos naturales es significativo, aún en los países industrializados. Los Prescott – Allen calcularon que 4..5% del producto interno bruto de los EE UU depende en alguna medida de las especies silvestres, un cantidad que promedia cerca de $87 mil millones por año. El porcentaje debería ser mas alto en los países en desarrollo que tienen menos industrialización y un alto porcentaje de la población viviendo en las áreas rurales. El rango de productos obtenidos del ambiente natural y luego vendido en los mercados es enorme, pero los principales son leña, madera para la construcción, pescados y moluscos, plantas medicinales, frutas y vegetales silvestres, cuero y carne de monte, fibras, rattan, miel, cera de abejas, tintes naturales, algas marinas, pastos, perfumes naturales, gomas y resinas de plantas (Perrings 1995; Radmer 1996; Baskin 1997). Productos forestales La madera está entre los productos mas importantes obtenidos del ambiente natural, con un valor de mas de $75 mil millones por año (Reid y Miller 1989). La madera de los bosques de los países tropicales está siendo exportada en rápida proporción para obtener divisas extranjeras, para conseguir capital para la industrialización, y para pagar la deuda externa. En los países tropicales tales como Indonesia y Malasia, la madera produce miles de millones de dólares por año (Primack y Lovejoy 1995) (Fig 4.3). Los productos no maderables de los bosques, incluida la carne de monte, las frutas, gomas y resinas, rattan, y las plantas medicinales, también tienen un gran valor de uso productivo (Fig 4.3). Por ejemplo, el valor de los productos no maderables exportados por Indonesia es de cerca de $200 millones por año, e en India, los productos no maderables contabilizan el 63% del total del comercio externo (Gupta y Guleria 1982). Estos productos no maderables son llamados a veces erróneamente “productos forestales menores”, mientras que en realidad son económicamente muy importantes. Aunque muchos países se concentran en la exportación de tucas y madera, otros productos forestales pueden ser mucho mas valiosos. Los investigadores compararon la productividad de la selva tropical húmeda del Amazonas que está siendo talada contra la que está siendo cosechada sosteniblemente de frutas, y látex (Peters et al 1989). Para una pluvioselva rica en especies en el Amazonas peruano a 30 Km. de Iquitos, el valor productivo neto de el bosque se calculó en $490 por hectárea cuando se usó para la producción de madera, comparado con $6330 por hectárea cuando se usó para producir frutas y látex. El valor mas alto en un solo año se puede conseguir talando y vendiendo madera, pero no se podrá volver a cosechar madera en décadas. De acuerdo con estos cálculos, el valor mas grande a largo plazo proviene de la recolección de frutas y látex, los cuales pueden ser enviados al mercado y vendidos cada año. El valor económico de la tierra para ganadería es menos de la mitad que la de colectar productos de la pluvioselva. En este análisis, la ganancia neta de la tala selectiva es también sorprendentemente bajo debido al daño que se le causa a los árboles productores de frutos y látex. Este método de valorización asume que hay mercados estables para los productos no maderables del bosque. Otros análisis no muestran valores tan altos para estos productos no maderables (Perrings 1995). Admitamos que la rentabilidad de estas frutas cosechadas disminuye dramáticamente con el incremento de las distancias hasta las grandes ciudades, y que los precios pueden caer si otras personas llevan estos mismos productos al mercado (Godoy et al 1993). Sin embargo, cuando se le incluye el valor agregado de cosechar seres silvestres y plantas para medicina, alimento y otros productos, mantener y utilizar las comunidades naturales puede ser mas productivo que la tala intensiva, convertir el bosque en plantaciones comerciales, o establecer ranchos ganaderos (Panayotou y Ashton 1992; Daily 1997). La tala cuidadosa de árboles de manera que se minimice el daño a la comunidad biológica y al suelo, combinado con la obtención de productos no maderables, puede ser una propuesta rentable que justifique mantener la selva en el terreno. La producción del ecosistema Los grandes ecosistemas del mundo tienen enormes valores productivos. Las llanuras extensas proveen pastos para ovejas, ganado y otros herbívoros domésticos. Las áreas costeras, el océano abierto, los ríos y los grandes lagos producen vastas cantidades de algas, moluscos y pescado que son cosechados para uso humano. La preservación casual de la diversidad de especies que ocurre cuando cosechan sosteniblemente las comunidades añade valor extra a las actividades que no son destructivas. Proveyendo nuevos linajes Muchas especies tienen un gran valor de uso productivo en su habilidad para proveer materia prima para la industria y la agricultura además para el mejoramiento genético de los cultivos agrícolas. Estos usos difieren del enfoque tradicional de la cosecha continua de la naturaleza. Las especies silvestres de plantas y animales que se cosechan corrientemente a una escala local pueden ser criadas en plantaciones o ranchos, y algunas pueden ser cultivadas en laboratorios. Las poblaciones silvestres proveen el pie de cría para estas colonias y son una fuente de material para el mejoramiento genético de las especies. En el caso de plantas de cultivo, una especie o variedad silvestre puede tener un gen especial que confiera resistencia a la plaga o un incremento de la productividad. Este gen necesita ser obtenido de la naturaleza solo una vez; el gene luego puede ser incorporado en las plantas de su especie que el genetista tiene en existencia y almacenado en un banco de genes. El mejoramiento genético continuo de plantas es necesario no solo para incrementar los rendimientos, sino también para protegerse de los insectos resistentes a los insecticidas y líneas mas virulentas de hongos, virus y bacterias (Baskin 1997). Fallas catastróficas en los cultivos a menudo pueden estar ligadas directamente con la baja variabilidad genética: la roya de la papa en 1846 en Irlanda, la falta de trigo en la Unión Soviética en 1922, y el brote de gangrena de los cítricos en Florida en 1984 estuvieron todos relacionados con la baja variabilidad genética entre las plantas cultivadas (Pluncknett et al 1987). Para sobrellevar este problema, se están sustituyendo las variedades susceptibles con variedades nuevas y resistentes de especies agrícolas. La fuente de resistencia a menudo proviene de genes obtenidos de las especies silvestres emparentadas con los cultivos, y de variedades locales de las especies domésticas cultivadas por los finqueros tradicionales. El desarrollo de nuevas variedades de cultivos puede tener un impacto económico notorio. Los mejoramientos genéticos en los cultivos de los EEUU fueron responsables por el incremento del valor de la cosecha en un promedio de $1 mil millones anuales desde 1930 hasta 1980 (OTA 1987). El mejoramiento genético de las variedades de arroz y de trigo durante la “Revolución Verde” incrementó las cosechas en Asia en una cantidad quie se estima en $3.5 miles de millones anuales (WCMC 1992). Los genes responsables de las altas concentraciones de azúcar y frutos grandes en los tomates silvestres del Perú han sido transferidos a las variedades domésticas de tomates, dando como resultado un incremento del valor de $80 millones a la industria (Iltis 1988). El descubrimiento de un pariente silvestre perenne del maíz en el estado mexicano de Jalisco potencialmente vale millones de dólares para la agricultura moderna porque podría llevar al desarrollo de un cultivar de maíz perenne de alta capacidad productiva, eliminando la necesidad de arar y sembrar anualmente. Control biológico de plagas Las especies silvestres pueden ser usadas también como agentes de control biológico(Van Driesche y Bellows 1996). Los biólogos han controlado a veces especies nocivas, exóticas investigando en el hábitat original de la especie plaga para buscar una especie que pueda controlarla y mantener sus poblaciones bajo un cierto límite. Esta especie controladora puede ser llevada a la nueva localidad, donde es liberada para que actúe como un agente de control biológico. Un ejemplo clásico de control biológico es el caso del cacto de la pera espinosa (Opuntia inermis), una especie sudamericana introducida en Australia para usarla como cercas vivas. El cacto se dispersó sin control y colonizó millones de hectáreas de pastizales. En el hábitat natural del cacto, las larvas de una especie particular de papalote (Cactoblastis cactorum) se alimenta de este cacto. La mariposa fue introducida exitosamente en Australia, donde ha reducido el cacto a una rareza. Por tanto los hábitats prístinos pueden ser de gran valor como reservorios de agentes de control natural de plagas. La farmacia natural El mundo natural es una fuente importante de nuevas medicinas. Un ejemplo sorprendente de tales especies es la rosa vincapervinca (Catharanthus roseus) de Madagascar. Dos potentes drogas derivadas de esta planta son efectivas en al tratamiento de el mal de Hodgkin, leucemia y otros canceres de la sangre. El tratamiento usando la droga ha incrementado la sobrevivencia de los niños con leucemia de 10% a 90%. ¿Cuantas plantas valiosas mas descubriremos en los años venideros – y cuantas se extinguirán antes de que las descubramos?. Aún en el caso de medicinas que hoy se producen sintéticamente por los químicos, muchas de las estructuras originales fueron descubiertas en una especie silvestre usada en la medicina tradicional. (Fig 4.4). Los extractos de la corteza del sauce (Salix sp) fueron usados por los antiguos griegos y por las tribus de los nativos americanos para tratar el dolor, dando lugar al descubrimiento del ácido acetíl-salicílico – el ingrediente que elimina el dolor de la aspirina moderna, una de las medicinas mas importantes y ampliamente tomadas. Similarmente, el uso de la coca por los nativos de los Andes eventualmente llevo a la síntesis de sus derivados tales como la novocaína y la xilocaína, usadas comúnmente como anestésico local en dentistería y cirugía. Muchas otras medicinas importantes fueron identificadas primero en animales. Los animales ponzoñosos tales como las víboras de cascabel, abejas y caracoles de cono han sido fuentes especialmente ricas de químicos con valiosas aplicaciones médicas y biológicas (Tangley 1996; Carte 1996). Los 20 fármacos mas frecuentemente usados en los EE UU se basan en químicos que se identificaron primero en productos naturales; estas drogas tienen un valor combinado en ventas de $6 mil millones anuales. El 25% de las recetas médicas prescritas en los EE UU contienen ingredientes activos derivados de plantas y muchos de los mas importantes antibióticos, tales como la penicilina y la tetraciclina, son derivados de hongos y otros microorganismos (Eisner 1991; Dobson 1995). Mas recientemente, la droga ciclosporina, derivada de hongos ha probado ser un elemento crucial en el éxito de los transplantes de corazón e hígado. Las comunidades biológicas del mundo estan siendo continuamente investigadas para encontrar plantas, animales, hongos y microorganismos que puedan ser usados para la lucha contra las enfermedades humanas (Cox y Balick 1994; Balick et al 1996; Grifo y Rosenthal 1997). Estas investigaciones se llevan a cabo generalmente por institutos de investigación gubernamentales y compañías farmacéuticas. En 1987, el Instituto Nacional del Cáncer de los EE UU inició un programa de $8 millones para probar los extractos de miles de especies silvestres para ver si son efectivas en el control de células cancerosas y el virus del SIDA. Para facilitar la búsqueda de nuevas medicinas y beneficiarse financieramente de los nuevos productos, el gobierno de Costa Rica estableció el Instituto Nacional de la Biodiversidad (INBio) para colectar productos biológicos y suplir muestras a las compañías farmacéuticas (Fig 4.5). La compañía Merck ha firmado un acuerdo de pago a INBio por $1 millón por los derechos a probar y seleccionar muestras y pagará regalías a INBio sobre cualquier sobre cualquier producto comercial que resulte de la investigación. Las regalías esperadas son difíciles de calcular, pero un estimado sugiere una cifra de $4.8 millones por cada nueva droga desarrollada (Reid et al 1993). Otro enfoque ha sido llevar a cabo esta prueba y selección en las plantas medicinales y otros productos tradicionales, a menudo en colaboración con los curanderos locales. Programas como estos proveen incentivos financieros a los países para proteger sus recursos naturales y el conocimiento de la biodiversidad que poseen sus habitantes indígenas. Resumen 1. Los estándares económicos tienden a ignorar el costo del daño ambiental y el agotamiento de los recursos naturales. El nuevo campo de la economía ecológica está desarrollando métodos para valorizar la diversidad biológica y, en el proceso, está proveyendo argumentos para su protección. Mientras algunos biólogos de la conservación podrían argumentar que la diversidad biológica es invaluable y no se le debe asignar valores económicos, la justificación económica de la diversidad biológica jugará un papel cada vez mas importante en los debates sobre el uso de los recursos naturales. 2. Muchos países que muestran un incremento anual en su producto interno bruto podrían realmente tener economías estancadas o declinantes cuando el agotamiento de los recursos naturales y el daño al ambiente se incluyen en los cálculos. Mas proyectos de desarrollo grandes están siendo analizados por medio de evaluaciones del impacto ambiental y análisis de costo – beneficio antes de aprobarlos. 3. Un número de métodos se han desarrollado para asignar valor a la diversidad biológica. En un método, los recursos son divididos entre valores directos, los cuales se asignan a productos cosechados por la gente, y valores indirectos, los cuales se asignan a beneficios proveídos por la diversidad biológica que no implican cosecharlos o destruir el recurso. 4. Los valores directos pueden ser divididos en valores de uso para consumo y valores de uso productivo. El valor de uso para consumo se asigna a productos que son consumidos localmente, tales como leña, carne de monte, frutas y vegetales, plantas medicinales y material de construcción. Estos bienes pueden ser valorizados determinando cuanto dinero pagaría la gente por ellos si no los tuviera disponible de forma silvestre. Cuando estos productos silvestres no están disponibles, el estándar de vida de la gente que depende de ellos disminuye. El valor de uso productivo se asigna a los productos cosechados de las áreas silvestres y que se venden en los mercados, tales como madera comercial, peces, mariscos y carne de monte. Las especies colectadas en las áreas silvestres tienen gran valor de uso productivo en su capacidad de proveer nuevos pies de cría para especies domésticas y para el mejoramiento genético de cultivos agrícolas. Los agricultores también buscan nuevas especies para proveer de control de plagas con base biológica. Las especies silvestres también son la fuente principal de nuevas medicinas. Para discusión 1. Escoja un proyecto de desarrollo grande, tal como una presa, una planta de tratamiento de desechos, o un desarrollo urbano y aprenda todo lo que pueda acerca de el. Estime los costos y beneficios de este proyecto en términos de diversidad biológica, prosperidad económica y salud humana. ¿Quién paga los costos y quién recibe los beneficios?. Considere otros proyectos llevados a cabo en al pasado y determine su impacto sobre las comunidades biológicas y humanas que los rodean. 2. ¿Cómo usan y valoran las sociedades tradicionales su diversidad biológica? ¿Cuál es la importancia relativa de la diversidad biológica y el conocimiento de la biodiversidad en las sociedades tradicionales y en las sociedades modernas?. 3. Suponga que una planta medicinal usada por la gante tradicional en un área remota en Indonesia es investigada por una compañía farmacéutica en Europa y encuentra que tiene un gran potencial como una nueva medicina para el cáncer. ¿Quién se beneficiará de la venta de estas medicinas bajo las prácticas corrientes? ¿Puede usted sugerir métodos alternativos para distribuir estas ganancias de manera que fuera mas equitativa e incrementara las posibilidades de preservar la diversidad biológica en Indonesia? Valores económicos indirectos de la biodiversidad A los aspectos de la diversidad biológica que proveen beneficios económicos sin ser cosechados o destruidos durante su uso se le asignan valores de uso indirecto. Dado que los beneficios ecológicos no son bienes o servicios en el sentido económico usual , ellos no aparecen en las estadísticas de las economías nacionales tales como el producto interno bruto (PIB). Sin embargo, estos son cruciales para la disponibilidad continua de los productos naturales de los que dependen las economías. Por ejemplo, los bosques de las montañas previenen la erosión, las inundaciones y los deslaves, que podrían dañar asentamientos humanos y fincas de las tierras bajas cercanas; los estuarios costeros proveen una rica cosecha de pescado y mariscos que vale miles de millones de dólares anualmente, y durante las tormentas severas, protegen los desarrollos costeros humanos que valen otros miles de millones mas. Al pensar acerca del valor de uso indirecto de los ecosistemas, consideremos este resumen de las consecuencias de la deforestación (F. H. Bormann 1976): Deberemos encontrar reemplazos para la madera, construir medios de control de la erosión, agrandar los reservorios, mejorar la tecnología de control de la contaminación del aire, instalar sistemas de control de las inundaciones, mejorar las plantas de purificación de agua, incrementar el acondicionamiento del aire y proveer nuevas instalaciones recreativas. Estos sustitutos representan una enorme carga de impuestos, un agotamiento de la disponibilidad de los recursos naturales en el mundo y un incremento de la presión sobre los recursos naturales que queden todavía. Valores de uso no destructivo Las comunidades biológicas proveen de una gran variedad de servicios ambientales que no se consumen al usarlos. El Valor de uso no destructivo es a veces relativamente fácil de calcular, como en el caso del valor de los insectos silvestres que polinizan las plantas cultivadas. Alrededor de 150 especies de plantas de cultivo en los EE UU requieren insectos para la polinización de sus flores. Muchas de estas especies son polinizadas principalmente por insectos silvestres (Buchmann y Nabhan 1996). El valor de estos polinizadores podría calcularse ya sea sabiendo cuanto se incrementa el valor de la cosecha por la acción de estos insectos silvestres o estimando el valor que tendrán estos insectos silvestres en el futuro cuando tengan que tomar el trabajo de polinización que llevan acabo las abejas domésticas, cuyas poblaciones están disminuyendo debido a enfermedades, plagas y bajos precios de la miel. Los economistas están apenas empezando a calcular el valor de los servicios que prestan los ecosistemas a nivel regional y global (Tabla 5.1) (Chichilnisky 1996). Estos cálculos están todavía en un estadío preliminar, pero sugieren que el valor de los servicios que prestan los ecosistemas es enorme, alrededor de $32 billones por año, excediendo por mucho el valor de uso directo de la diversidad biológica (Costanza et al 1997). Dado que esta cantidad es mayor que el producto nacional bruto global que es de $18 mil millones, el asunto es que las sociedades humanas son totalmente dependientes de los ecosistemas naturales y no persistirían si estos servicios que prestan los ecosistemas fueran permanentemente degradados o destruidos. Los servicios mas importantes que prestan los ecosistemas que no se toman en cuenta en los sistemas corrientes de mercado son, el tratamiento de desechos y la retención de nutrientes provista por los humedales y las áreas costeras, totalizando $18 billones por año. Usando un enfoque diferente, Pimentel et al (1997) obtiene un estimado mucho menor del valor de la biodiversidad, $3 billones por año, indicando que se necesita trabajar mucho mas este tópico. Se ha estimado que la biodiversidad vale $70 mil millones por año para el Canadá (Mosquin et al 1995) y $319 mil millones por año para los EE UU (Pimentel et al 1997). A continuación discutiremos algunos de los beneficios generales derivados de la conservación de la diversidad biológica, que no aparecen en las hojas de balance típicas de las evaluaciones de impacto ambiental o en los PIB nacionales. Tabla 5.1 Valor estimado de los ecosistemas del mundo usando la economía ecológica Ecosistema a Área total (millones de Valor anual local hectáreas) (dólares / hectárea / año) Costeros 3102 4052 Océano abierto 33200 252 Humedales 330 14785 Selvas tropicales 1900 2007 Lagos, ríos 200 8498 Otros bosques 2955 302 Pastizales 3898 232 Tierras de cultivo 1400 92 Valor anual global (billones de dólares / año) 12.6 8.4 4.9 3.8 1.7 0.9 0.9 0.1 Productividad de los ecosistemas La capacidad fotosintética de las plantas y las algas permite que la energía del sol sea capturada en los tejidos vivientes. La energía almacenada en las plantas a veces es cosechada por los humanos directamente como leña, forraje y alimentos silvestres. Este material vegetal es también el punto donde comienzan las innumerables cadenas alimenticias que llegan a todos los productos animales que son cosechados por la gente. Aproximadamente 40% de la productividad de los ambientes terrestres es dominado por las necesidades humanas de recursos naturales (Vitousek 1994). La destrucción de la vegetación en un área a causa del sobrepastoreo, tala excesiva de madera o quemas frecuentes destruirá la habilidad del ecosistema para hacer uso de la energía solar y eventualmente llevará a la pérdida de la producción de biomasa vegetal y el deterioro de la comunidad animal (incluyendo humanos) que viven en ese sitio. Asimismo, los estuarios costeros son áreas de rápido crecimiento de plantas y algas que proveen el punto de partida para las cadenas alimenticias que producen las existencias comerciales de pescado y mariscos (ver Tabla 5.1). El Servicio de Pesquería Marina Nacional de los EE UU estima que el daño a los estuarios le ha costado a los EE UU mas de $200 millones por año en pérdidas del valor productivo del pescado y marisco comercial y en pérdida del valor no destructivo del pescado capturado por deporte (Mc Neely et al 1990). Aún cuando los ecosistemas degradados o dañados han sido restaurados a gran costo, ellos a menudo no funcionan tan bien como antes y casi ciertamente no contienen la composición de especies o la riqueza de especies original. Los científicos están investigando activamente como afecta la pérdida de especies de las comunidades biológicas a los procesos del ecosistema, tales como el crecimiento total de plantas y la habilidad de las plantas para absorber dióxido de carbono (CO2) (Jonson et al 1996; Baskin 1997). Esta cuestión fue expuesta experimentalmente en un prado en Minnesota en el cual se cultivó lotes de 3 m x 3 m con 1, 2, 6, 8, 12, o 24 especies (Tilman et al 1996). El crecimiento del material vegetal y la extracción de nutrientes del suelo tales como nitrógeno fue mayor en los lotes con mas especies, demostrando claramente la importancia de la diversidad de especies en la productividad (Fig 5.1). Estos resultados son apoyados por observaciones similares en las cercanías de los prados. Los lotes con una mayor diversidad de especies muestran también una mayor habilidad para soportar las sequías. Sabemos que la diversidad de especies está siendo reducida en los principales ecosistemas como resultado de las actividades humanas. ¿Hasta que punto disminuirá también la productividad de estos ecosistemas? Necesitamos saber la respuesta a esta pregunta antes que la tala mundial, la ganadería, agricultura y las industrias pesqueras se vean afectadas críticamente por las consecuencias de la desaparición de las especies. Se puede apostar casi con seguridad que los ecosistemas con gran diversidad de especies serán mas capaces de adaptarse a las condiciones alteradas del clima asociadas con el aumento de los niveles del CO2 y el cambio climático global. Protegiendo los recursos de agua y suelo Las comunidades biológicas son de vital importancia en la protección de las cuencas hídricas, amortiguando los ecosistemas contra los extremos de inundaciones y sequías, y manteniendo la calidad del agua (Erlich y Mooney 1983; Likens 1991; Power et al 1996). El follaje de las plantas y las hojas muertas interceptan la lluvia y reducen su impacto sobre el suelo , y las raíces de las plantas y los organismos del suelo airéan el suelo, incrementando su capacidad de absorber agua. Este incremento de la capacidad de retención de agua reduce la escorrentía que de otra manera ocurriría después de una lluvia fuerte y permite que el agua brote lentamente por días y semanas después que la lluvia ha cesado. Cuando la vegetación ha sido alterada por la tala, ganadería, y otras actividades humanas, la tasa de erosión de suelo y aún la ocurrencia de deslizamientos de tierra se incrementa rápidamente, disminuyendo el valor de la tierra para actividades humanas (Fig 5.2) (Pimentel et al 1995). Los daños al suelo limitan la habilidad de la vida vegetal para recuperarse de las alteraciones y poder restituir las tierras inútiles para la agricultura. Adicionalmente el sedimento (las partículas de suelo suspendidas en el agua de las escorrentías) puede matar animales de agua dulce, organismos de los arrecifes de coral y la vida marina en los estuarios costeros. La erosión y las inundaciones también hacen imbebibles las fuentes de abastecimientos de agua para los humanos en las comunidades a lo largo de los ríos, llevando a un deterioro dela salud humana. El incremento en la erosión puede llevar a un asolvamiento prematuro de los reservorios detrás de las represas, dando como resultado la pérdida de la capacidad de generar energía eléctrica y puede crear bancos de arena e islas, reduciendo la navegabilidad de los ríos y los puertos. Se han efectuado análisis cuantitativos sobre varios proyectos grandes de irrigación en África que han incrementado la producción agrícola y por tanto parecen exitosos (Barbier 1993). Sin embargo, el agua para estos proyectos fue desviada de los grandes ecosistemas de humedales. Estos humedales ahora se están secando y se están volviendo matorrales. En el dibujo mas grande que se puede hacer con la economía ecológica, la disminución del valor económico de los humedales se incluye en el análisis, y los proyectos de irrigación realmente están llevándose a cabo con pérdidas (Fig 5.3). Valor económico total de un Ecosistema de Humedales Tropicales Valores de uso Valores de uso directo Valores de uso Valores de opción Pescado y carne indirecto Productos futuros: Leña Control de inundaciones Medicinas Madera y otros materiales Fertilidad del suelo Recursos genéticos de construcción Control de la Discernimientos biológicos Plantas medicinales contaminación Fuentes de alimento Frutas y plantas Agua potable Abastecimientos para la comestibles silvestres Transporte construcción Forraje para animales Recreación y turismo Abastecimiento de agua (Vg. Observación de pájaros) Valores de existencia Protección de la diversidad biológica Mantenimiento de la cultura de la gente local Continuación de los procesos ecológicos y evolutivos Figura 5.3 Cuando el agua es desviada de los humedales para proveer irrigación a la agricultura, los resultados a corto plazo (Vg. mejores rendimientos de los cultivos) pueden parecer positivos. Pero una vez que los humedales se secan, su capacidad para ofrecer los servicios que se muestran en la figura desaparece y su valor disminuye grandemente. Cuando se toma en cuenta la disminución de este valor, el proyecto de irrigación puede representar una pérdida económica. (Basado en los datos de Barbier 1993.) En adición, inundaciones catastróficas sin precedentes en Bangladesh, India, Las Filipinas y Tailandia han sido asociadas con recientes talas extensivas en las cuencas hídricas; tales incidentes han llevado a la gente a buscar la prohibición de las talas. El daño por las inundaciones en las áreas agrícolas en la India ha obligado a la ejecución de programas masivos de reforestación gubernamentales y privados en los Himalayas. En las naciones industriales del mundo, la protección de los humedales se ha vuelto una prioridad para prevenir la inundación de las áreas desarrolladas. En la región aue rodea a Boston, Massachusetts, el valor de las marismas se ha estimado en $72,000 por hectárea por año solamente en base a su papel en la reducción de los daños por inundaciones (Hair 1988). La conversión del hábitat de terrenos aluviales en tierras de cultivo a lo largo del Mississippi, el Missouri, los Ríos Rojos y los demás en el medio oeste de los EE UU, está considerado como el principal factor de las masivas y destructivas inundaciones en los últimos años. Hay un reconocimiento creciente del hecho que cuando se desarrollan las represas, reservorios y las nuevas tierras de cultivo las comunidades de las tierras altas que rodean estos proyectos se deben proteger para asegurarse un abastecimiento constante de agua de alta calidad. Por ejemplo, en Sulawesi, el gobierno indonesio prestado $1.2 millones al Banco Mundial para establecer el Parque Nacional Dumoga – Bone para proteger le cuenca al lado arriba del principal proyecto agrícola en las tierras bajas adyacentes (Wells y Brandon 1992). Combinar proyectos de desarrollo con protección de cuencas puede hacer una diferencia crítica en la conservación de las comunidades biológicas, y reconocer el valor de uso no destructivo de las tierras no cultivadas. En muchas áreas del los países en desarrollo, la gente se establece cerca de las fuentes naturales de agua para obtener agua para beber, lavar y regar. A medida que los ciclos hidrológicos son alterados por la deforestación, la erosión del suelo y los proyectos de represamiento de agua y a medida que la calidad del agua se deteriora debido a la contaminación, cada vez mas gente no puede obtener agua para llenar sus necesidades a partir de los sistemas naturales. El costo de hervir el agua, comprar agua embotellada o construir nuevas represas, sistemas colectores de lluvia, plantas de tratamiento de aguas, tuberías y bombas de agua da alguna medida del valor de consumo del agua de las fuentes superficiales. Los incrementos en las enfermedades y desordenes intestinales propagados por el agua y los subsecuentes días de trabajo que se pierden a medida que la calidad del agua se deteriora se añade a los estimados del valor económico del agua y los sistemas naturales que la proveen. La necesidad de proteger las fuentes de agua que abastecen a la ciudad de Nueva York, llevaron a la ciudad a un acuerdo para pagar $1 mil millones a los condados rurales en el estado de Nueva York para mantener los bosques en las cuencas que rodean estos reservorios. Esta fue una buena inversión, porque las plantas de tratamiento de agua hubieran costado de $8 a $9 mil millones para hacer el mismo trabajo (McKibben 1996). Regulación del clima Las comunidades de plantas son importantes en la moderación de las condiciones climáticas locales, regionales y probablemente globales (Nobre et al 1991; Clark 1992). En el nivel local, los árboles proveen sombra y transpiran agua, lo cual reduce la temperatura local cuando hace calor. Este efecto refrescante reduce la necesidad de abanicos o acondicionadores de aire, e incrementa el confort y la eficiencia de trabajo de la gente. Los árboles también son importantes localmente como rompevientos para los campos agrícolas y hogares, así también para reducir la pérdida de calor de los edificios cuando hace frío. A nivel regional, la transpiración de las plantas recicla el agua de lluvia de regreso a la atmósfera de forma que pueda regresar como lluvia. A nivel global, la pérdida de vegetación de grandes regiones forestadas del mundo tales como la Cuenca Amazónica y África Occidental pueden dar como resultado la reducción de los promedios anuales de precipitación pluvial (Fearnside 1990). Tanto en los ambientes terrestres como en los acuáticos, el crecimiento de las plantas está ligado al ciclo del carbono. Una reducción de la vida vegetal daría como resultado la reducción de la fijación del dióxido de carbono, contribuyendo al aumento de los niveles de dióxido de carbono que dan lugar al calentamiento global. Y las plantas son la principal fuente del oxígeno en nuestra atmósfera, el cual necesitamos todos los animales, incluida la gente, para respirar. Tratamiento de desechos y retención de nutrientes Los materiales tóxicos de las fincas, asentamientos humanos e industrias generalmente van a parar (si no es que los botan directamente) a las comunidades acuáticas tales como pantanos, lagos, ríos, ciénagas, manglares, llanuras aluviales, estuarios, bajíos costeros o en el océano abierto. Estas comunidades biológicas son capaces de descomponer e inmovilizar los contaminantes tóxicos, tales como metales pesados, plaguicidas y aguas negras, que han sido liberados en el ambiente por las actividades humanas (Odum 1997). Los hongos y las bacterias juegan un papel particularmente importante en esta descomposición. Cuando los ecosistemas son dañados o degradados, se deben instalar y operar costosos controles de contaminación para que cumplan estas funciones. El tratamiento de desperdicios por estas comunidades biológicas se estima que vale alrededor de $2.4 billones anuales (Costanza 1997). Las comunidades biológicas acuáticas juegan también un importante papel en el procesamiento y almacenamiento de las grandes cantidades de nutrientes que entran en los ecosistemas en forma de aguas negras o lixiviación de las tierras agrícolas, de forma que estos nutrientes puedan ser adquiridos por los organismos fotosintéticos. Estas comunidades también proveen una matriz para las bacterias que fijan el nitrógeno atmosférico. Esta actividad de procesamiento y retención de nutrientes tiene un valor estimado de $15.9 billones por año, con la mayor parte aportada por las áreas costeras marinas. Un ejemplo excelente del valor de un ecosistema lo da la Ensenada de Nueva York, una bahía en la desembocadura del río Hudson con un área de 2000 millas cuadradas (5200 Km2). La Ensenada de Nueva York provee un sistema gratis de tratamiento de aguas negras en el cual se tiran los desechos de producidos por las 20 millones de personas que viven el área metropolitana (Young et al 1985). Hasta hace poco, la ensenada podía descomponer y absorber este aporte de aguas negras por el alto grado de actividad bacterial y el mezclado efectuado por las mareas. Sin embargo, la ensenada ya está mostrando signos de fatiga – mortandad de peces y contaminación de las playas – que sugieren que el sistema está sobrecargado. El sistema esta siendo sobrepasado por el relleno progresivo en un área de desarrollo urbano en los estuarios y marismas costeros, los cuales son esenciales en los procesos de descomposición y asimilación. A medida que la Ensenada de Nueva York sea agobiada y dañada por la sobrecarga de aguas negras y el desarrollo costero, un sistema alternativo de tratamiento de aguas con construcciones de proporciones masivas y gigantescos rellenos de tierra deberá desarrollarse a un costo de decenas de miles de millones de dólares. Relaciones entre especies Muchas de las especies cosechadas por la gente por su valor de uso productivo dependen de otras especies silvestres para continuar existiendo. Por ejemplo, la carne de monte y los pescados cosechados por la gente dependen de los insectos y plantas silvestres para su alimentación. Una reducción en las poblaciones de plantas e insectos dará como resultado una reducción en la cosecha de animales. De este modo, una reducción en una especie silvestre de poco valor inmediato para los humanos puede resultar en una reducción correspondiente en una especie cosechada que es importante económicamente. Las plantas cultivadas también se benefician de los pájaros e insectos depredadores, tales como chimpilicocos, que se alimentan de insectos plaga que atacan los cultivos (Pimentel et al 1997). Muchas plantas silvestres útiles dependen de los animales que se las comen, tales como murciélagos y pájaros, para que dispersen sus semillas. Una de las mas significativas relaciones en las comunidades biológicas es la que se da entre muchos árboles del bosque y las plantas de cultivo con los organismos del suelo que las proveen con nutrientes esenciales. Los hongos y las bacterias descomponen las plantas y los animales muertos, usándolos como su fuente de energía. En el proceso, ellos liberan nutrientes minerales, tales como el nitrógeno, en el suelo, donde pueden ser usados por las plantas para su crecimiento. Las micorrizas incrementan grandemente la capacidad de las raíces de las plantas para absorber agua y minerales, y ciertas bacterias mutualistas convierten el nitrógeno en una forma que pueden ser absorbidos por las plantas. En compensación, las plantas proveen a los mutualistas con productos de la fotosíntesis que les ayudan a crecer. El pobre crecimiento y la muerte masiva de muchos árboles de Norteamérica y Europa se pueden atribuir en parte al efecto deletéreo de la lluvia ácida y la contaminación del aire sobre los hongos del suelo. Recreación y ecoturismo Una de las principales actividades recreativas es el disfrute no destructivo de la naturaleza por medio de actividades como caminatas, fotografía y observación de pájaros (Duffus y Dearden 1990). El valor monetario de estas actividades, a veces llamado valor de amenidad, puede ser considerable (Fig 4.5). Por ejemplo, 84% de los canadienses participan en actividades recreativas relacionadas con la naturaleza cuyo valor estimado es de %800 millones por año (Fillon et al 1985). En los EE UU, casi $100 millones de adultos y un número similar de niños se involucran en alguna forma no destructiva de recreación natural cada año, gastando $4 mil millones anuales en transporte, boletos, alojamiento, alimentos y equipo. Métodos mas completos de contabilidad sugieren que el valor recreacional de los ecosistemas del mundo podría alcanzar los $800 mil millones anuales (Costanza et al 1997). Uso destructivo Caza comercial. Caza deportiva. Caza de subsistencia. Pesca comercial. Pesca deportiva. Pesca de subsistencia. Captura de pieles. Caza por partes de animales y comercio de mascotas. Muertes indirectas por otras actividades (contaminación, subproductos de capturas). Programas de erradicación de animales en consideración a amenazas reales o percibidas como posibles amenazas. Usos destructivos leves Zoológicos y parques de animales. Acuarios. Investigación científica. Usos no destructivos Observación de pájaros. Observación de ballenas. Excursiones fotográficas. Caminatas en la naturaleza. Fotografía y cinematografía comercial. Observación de la vida silvestre en parques, reservas, y áreas recreativas En lugares de significancia nacional e internacional por su conservación o su belleza escénica excepcional, tales como el Parque Nacional de Yellowstone, el valor no destructivo recreacional a menudo empequeñece el valor generado o capturado por todas las otras empresas económicas, incluyendo las industrias extractivas. El valor de la diversidad biológica cobra mucha importancia cuando se incluye el dinero que los visitantes gastan fuera del parque en comida, alojamiento, equipo y otros bienes y servicios adquiridos en el área local. Como un ejemplo, la extracción de minerales y madera así como la ganadería han sido considerados tradicionalmente como la claves para la vitalidad de la economía alrededor del Parque Nacional de Yellowstone (Power 1991). Sin embargo, un análisis cuidadoso de la economía local revela que las actividades recreativas y la belleza escénica que atrae nuevos negocios, visitantes temporales y retirados da cuenta de la mayoría de los ingresos y puestos de trabajo en el área. Aún la caza y pesca deportiva, la cual en teoría es de uso destructivo, en la práctica son de uso no destructivo, porque el valor como alimento de los animales capturados por los cazadores y pescadores es insignificante en comparación con el tiempo y el dinero gastado en estas actividades. La práctica que se esta volviendo común entre los pescadores deportivos de devolver los pescados al agua en vez de quedarse con ellos enfatiza el aspecto recreativo y no destructivo de la actividad. En muchas economías rurales, la pesca y la caza generan cientos de millones de dólares. El valor de estas actividades recreativas puedes ser aún mayor de lo que sugieren estos números, porque muchos visitantes de los parques, pescadores y cazadores indican que ellos están dispuestos a pagar boletos de admisión aún mas caros, si es necesario. El ecoturismo es una industria dramáticamente creciente en muchos países en desarrollo la cual envuelve mas de 200 millones de personas y, en 1988, tuvo un valor estimado de $235 mil millones. Los ecoturistas visitan lugares y gastan todo su dinero o una parte de el en experimentar comunidades biológicas poco comunes (tales como pluvioselvas, arrecifes de coral, desiertos, las Islas Galápagos y los Everglades) y para ver especies insignia particulares (Lindberg 1991; Cevallos – Lascurian 1993). Cobrando altos precios por derecho de visita, Rwanda desarrolló una industria de turismo del gorila que fue la tercera actividad mas productora de divisas, hasta los recientes disturbios civiles. El ecoturismo ha sido una industria clave en los países de África Oriental tales como Kenya y Tanzania, y es una parte creciente del panorama turístico de muchos países americanos y asiáticos. En los inicios de los años setentas, se hizo un estimado de que cada león del Parque Amboseli en Kenya podría valer $27,000 por año en ingresos turísticos, mientras que el rebaño de elefantes valía $610,000 anuales (Western y Henry 1979). Mas recientemente, los ingresos por ver a los elefantes en Kenya se estima en $25 millones anuales (Brown 1993). El ecoturismo tiene el potencial de proveer una de las justificaciones mas inmediatas para proteger la diversidad biológica, particularmente cuando estas actividades están integradas en un plan de manejo (Whelan 1991; Wells y brandon 1992, 1993; Southgate y Clark 1993). En los Proyectos de Desarrollo de Conservación Integrados (PDCI), las comunidades locales desarrollan alojamientos, senderos y experiencia como guías de los visitantes de la naturaleza; los ingresos resultantes del ecoturismo permite a la gente local abandonar las prácticas de la caza, la pesca y el pastoreo insostenible o destructivos. Un peligro potencial en esta industria es que los medios y servicios para el ecoturismo pueden proveer de una experiencia de fantasía saneada en vez de ayudar al visitante a entender los serios problemas sociales y ambientales que amenazan la diversidad biológica (Fig 5.5). Otro peligro es que el propio turista puede, en el proceso, pisotear inconscientemente las flores silvestres, romper los corales o perturbar los sitios de anidamiento de las colonias de pájaros, contribuyendo al proceso de degradación y trastorno de las áreas sensitivas. Por ejemplo, el éxito de eclosión se redujo en 47% cuando los pingüinos Adelie (Pygoscelis adelie) en el Antártico fueron expuestos a las típicas actividades de los turistas (Giese 1996). En un refugio de vida silvestre en Florida, el patrón de actividad de los patos silvestres fue perturbado hasta distancias de 80m de las áreas frecuentadas por los turistas (Klein et al 1995). Finalmente, la presencia y afluencia de turistas puede transformar la estructura social de las sociedades humanas tradicionales en áreas turísticas. Valores educacionales y científicos Muchos libros, programas de televisión y películas producidas para propósitos de educación y entretenimiento se basan en temas de la naturaleza (Hair y Pomerantz 1987). Los materiales sobre la historia natural se están incorporando de manera creciente en los curricula escolares. De nuevo, el valor no destructivo de estos programas educativos es enorme. Un número considerable de científicos profesionales, también aficionados altamente motivados, están involucrados en observaciones ecológicas que tienen un gran valor no destructivo. Aún cuando estas actividades científicas proveen beneficios económicos a las áreas que rodean las estaciones de campo, su valor real reside en su capacidad de incrementar el conocimiento humano, ampliar la educación y enriquecer la experiencia humana. Monitoreo ambiental Las especies que son particularmente sensibles a los químicos tóxicos sirven como “indicadores de advertencia temprana” para monitorear la salud del ambiente (Hellawell 1986). Algunas especies aún sirven como sustitutos de equipos costosos de detección. Entre los indicadores mejor conocidos están los líquenes de las rocas, los cuales absorben fuertemente los químicos contaminantes del agua de lluvia y del aire (Hawksworth 1990). Los altos niveles de materiales tóxicos matan a los líquenes, de forma que la distribución y abundancia de los líquenes puede identificar áreas de contaminación alrededor de las fuentes de contaminantes del aire, tales como las fundiciones. Por el contrario, ciertos líquenes conspicuos crecen solamente en bosques antiguos y pueden ser usados para identificar áreas con probabilidad de contener especies raras y amenazadas que son menos conspicuas (Nilsson et al 1995). Los animales que se alimentan por filtración en el agua, tales como los moluscos, son también efectivos en el monitoreo de la contaminación dado que ellos procesan grandes cantidades de agua y concentran los químicos tóxicos, tales como los metales venenosos, PCB y plaguicidas, en sus tejidos. El Programa de Observación del Mejillón de California, que comenzó en 1977, se ha expandido para incluir 135 sitios costeros y de agua dulce en los cuales los tejidos del mejillón (Mytilus sp) y la almeja (Corbicula fluminea) se muestrean y se analizan para detectar compuestos tóxicos, destacando las áreas de contaminación grave del agua. Valor de opción Una especie que potencialmente puede proveer un beneficio económico a la sociedad humana en algún punto en el futuro tiene un valor de opción. A medida que cambian las necesidades de la sociedad también deben cambiar los métodos de satisfacer esas necesidades. La solución a menudo reside en especies de plantas y animales que antes no se aprovechaban. Las agencias de salud y las compañías farmacéuticas están haciendo un gran esfuerzo para colectar, clasificar y seleccionar especies en busca de compuestos que sean capaces de combatir el cáncer, el SIDA y otras enfermedades humanas (Plotkin1993; Reid et al 1993; Eisner y Beiring 1994; Davis 1995). El descubrimiento de un potente químico contra el cáncer en el tejo del Pacífico (Taxus brevifolia), un árbol nativo de los bosques antiguos de Norteamérica, es solo uno de los descubrimientos mas recientes en esta búsqueda. Otro ejemplo es el árbol de ginkgo (Ginkgo biloba), una especie que se encuentra silvestre en unas pocas localidades aisladas de China. Durante 20 años, se ha desarrollado una industria valorada en $500 millones anuales, alrededor del cultivo del árbol de ginkgo (Fig 5.6) y la fabricación de medicinas elaboradas a partir de sus hojas, las cuales se han usado ampliamente en Asia y Europa para tratar problemas circulatorios, incluyendo los ataques cardíacos (Del Tredicci 1991). La búsqueda de productos naturales valiosos es de amplio rango: los entomólogos buscan insectos que puedan ser usados como agentes de control biológico; los microbiólogos buscan bacterias que les puedan ayudar en los procesos de manufactura bioquímica; y los biólogos que estudian la vida silvestre buscan especies que potencialmente pueden producir proteína animal mas eficientemente y con menos daño al ambiente que las especies domésticas existentes. La creciente industria de la biotecnología está encontrando nuevas formas de reducir la contaminación, desarrollar procesos industriales alternativos y combatir enfermedades que amenazan la salud humana. En algunos casos, se han encontrado especies recién descubiertas o especies bien conocidas que tienen exactamente las propiedades que se necesitan para tratar un problema humano significativo. Las técnicas innovadoras de la biología molecular están permitiendo transferir genes valiosos encontrados en una especie hacia otras. Si la diversidad biológica se reduce, la habilidad de los científicos para localizar y utilizar un amplio rango de especies se verá reducida también. Algunas de las especies nuevas mas promisorias que se están investigando por los científicos industriales son las bacterias que viven en ambientes extremos, tales como las chimeneas termales de las profundidades del mar y las fuentes termales. Las bacterias que medran en ambientes físicos y químicos poco comunes a menudo pueden adaptarse para aplicaciones industriales especiales de valor económico considerable. Una de las mas importantes técnicas desarrolladas por la multimillonaria industria de la biotecnología, la reacción de la polimerasa en cadena (PCR) para multiplicar copias de ADN, depende de una enzima que es estable a altas temperaturas. Esta enzima se derivó originalmente de una bacteria (Thermus aquaticus) endémica de las fuentes termales naturales de Parque Nacional de Yellowstone. Las compañías Hoffman – La Roche y Perkin – Elmer, propietarias de las patentes del PCR, obtienen ganancias de $200 millones anuales de esta tecnología (Chester 1996). Un desarrollo excitante en la búsqueda de especies valiosas de bacterias es el proyecto de $43 millones DEEPSTAR (Programa de Exploración del Ambiente de las Profundidades Marinas: Recuperación de Animálculos de los Terrenos Suboceánicos) del Japón (Myers y Anderson 1992). El proyecto incluye planes para construir vehículos tripulados capaces de explorar los océanos a profundidades de 6500 metros, encontrar nuevas bacterias, y luego cultivarlas en el laboratorio a presiones de 1000 atmósferas. El líder del proyecto, Koki Horikoshi, tiene una larga carrera de búsqueda de bacterias inusuales. En su proyecto anterior “Superbugs”, Horikoshi investigó bacterias en ambientes de pH altos (alcalinos) y aisló una enzima que podría digerir celulosa. Esta enzima se encontró efectiva para remover la suciedad de la ropa de algodón y ahora es un ingrediente de la marca de detergente mejor vendida del Japón. La carrera es por descubrir otros sistemas microbiales de valor económico. El valor de opción de las especies podría determinarse examinando el impacto en la economía mundial de las especies silvestres que se están utilizando solo recientemente por los humanos. Considere un ejemplo hipotético: Si, durante los últimos 20 años, los usos recién descubiertos de 100 especies de plantas no utilizadas previamente contabilizan $100 mil millones en actividades económicas nuevas en términos de incrementos en la agricultura, nuevos productos industriales y medicinas mejoradas, y hay actualmente 250,000 especies de plantas sin utilizar, entonces un cálculo a groso modo permitiría estimar que cada planta que actualmente no se está utilizando tiene el potencial de proveer un promedio de $400,000 en beneficios a la economía mundial en los próximos 20 años. Este tipo de cálculos son por el momento muy preliminares, y asumen, por respeto a su conveniencia, que se puede determinar el valor promedio de una especie. Mientras que muchas especies pueden tener poco o ningún valor económico directo, y probablemente no tendrán ninguno en el futuro inmediato, una pequeña proporción puede tener un enorme valor potencial para suplir tratamientos médicos, para apoyar una nueva industria, o prevenir el colapso de los principales cultivos agrícolas. Si solo una de estas especies se extinguiera antes de ser descubierta, sería una tremenda pérdida para la economía global, aún si se preservara la mayoría de las especies del mundo. Como dijo Aldo Leopold en 1953: Si la biota, en el curso de eones, ha construido algo que nos gusta pero no entendemos, entonces ¿quién si no un tonto se desharía de partes que parecen inútiles? Mantener cada pieza y cada rueda es la primera precaución del remendón inteligente. La diversidad de las especies del mundo puede compararse con un manual sobre como mantener la Tierra trabajando eficazmente. El pérdida de una especie es como arrancar una página del manual. Si alguna vez necesitáramos la información de esa página del manual para salvarnos nosotros y las otras especies de la Tierra, la información estaría irremediablemente perdida. Un asunto que se está debatiendo constantemente entre los biólogos de la conservación, los gobiernos, los economistas ambientales y las corporaciones es, “¿Quien es el dueño de los derechos de los desarrollos comerciales de la diversidad biológica del mundo?” En el pasado, las especies fueron colectadas libremente de donde se encontraban (a menudo en los países subdesarrollados) por las corporaciones (cuyo cuartel general casi siempre se halla en los países desarrollados). Cualquier cosa que estas corporaciones encuentren útil en las especies será luego procesado y vendido con su correspondiente ganancia. Los países subdesarrollados frecuentemente demandan compartir las ganancias que se generan de la diversidad biológica contenida dentro de sus fronteras. Escribir los tratados y desarrollar los procedimientos para garantizar la participación en estos procesos será el principal reto diplomático en los próximos años. Valores de existencia Mucha gente en todo el mundo se preocupa por la vida silvestre y las plantas y esta preocupada por su protección. Esta preocupación puede estar asociada con el deseo de visitar algún día el hábitat de una especie única y verla en su ambiente silvestre; alternativamente, los individuos que se preocupan puede ser que no esperen, necesiten o aún deseen ver estas especies personalmente o experimentar la selva en la cual viven dichas especies. En cualquier caso, estos individuos reconocen un valor de existencia en la naturaleza silvestre. Especies particulares, la así llamada “megafauna carismática” tales como los panda, ballenas, leones, elefantes, bisontes, manatíes y muchos pájaros, provocan fuertes respuestas en la gente (Fig 5,7). La gente le da valor a la vida silvestre y a las tierras selváticas de una forma directa al unirse y contribuir con miles de millones de dólares anualmente en las organizaciones conservacionistas que protegen especies. En los EE UU, las contribuciones en 1990 para las organizaciones ambientales de la vida silvestre fue de $2.3 miles de millones, con The Nature Conservancy, el World Wildlife Fund, Ducks Unlimited y The Sierra Club encabezando la lista (WCMC 1992). Los ciudadanos también muestran su preocupación indicando a sus gobiernos que gasten dinero en programas de conservación y compra de tierras para hábitat y protección de paisajes. Por ejemplo, el gobierno de los EE UU ha gastado mas de $20 millones en proteger una especie rara única, es cóndor de California (Gymnogyps californianus). Los ciudadanos de los EE UU han indicado en encuestas que están dispuestos a gastar alrededor de $19 por persona por año (alrededor de $5 mil millones anuales en total) para proteger un símbolo nacional, el águila calva (Haliaeetus leucocephalus), un ave cuya población ha sufrido un descenso significativo (Fig 5,8) (Perrings 1995). El valor de existencia puede ser adjudicado a comunidades biológicas, tales como pluvioselvas tropicales y arrecifes de coral así también como a lugares de belleza escénica. Un número creciente de gente y organizaciones contribuye con grandes sumas de dinero anualmente para asegurar la existencia de estos hábitats. En Costa Rica, 91% de los que respondieron dijeron que ellos estarían dispuestos a pagar precios mas altos por agua y electricidad, si el dinero fuese utilizado para proteger la calidad ambiental y la diversidad biológica (Holl et al 1995). En una encuesta relacionada con el espectacularmente escénico Grand Canyon, el cual ha sufrido contaminación del aire con dióxido de azufre proveniente de una planta de energía cercana, los ciudadanos de EE UU indicaron que estarían dispuestos a pagar desde $1.30 hasta $2.50 por familia al año para mejorar los equipos de control de contaminación instalados en la planta de energía – una cantidad que se traduce en algo como $100 millones anuales (Nash 1991). Otra encuesta, levantada a lo largo de varios años, muestra un incremento sostenido del número de ciudadanos que aprueban una declaración de que “las mejoras ambientales deben llevarse a cabo sin importar su costo” (Fig 5,9) (Ruckleshaus 1989). Las encuestas corrientes continúan mostrando que el público da un gran valor a la protección ambiental. El dinero gastado para proteger la diversidad biológica, particularmente en los países desarrollados del mundo, es del orden de los cientos de millones si no es de miles de millones, de dólares anuales. Esta suma representa el valor de existencia de especies y comunidades – la cantidad que la gente esta dispuesta a pagar para prevenir la extinción de especies y evitar la destrucción de hábitats. En el presente, el valor de existencia no está extendido, en la percepción de mucha gente, para incluir el rango completo de las especies del mundo, especialmente los insectos y otros invertebrados (Séller 1996). Aunque unas pocas especies, tales como la mariposa monarca (Danaus plexippus) y el escarabajo pelotero americano (Nicrophorus americanus), reciben protección y atención, la gente es indiferente a la mayoría de las especies invertebradas. Quizás esto cambie en el futuro cercano, a medida que el público sea mejor educado en temas de diversidad biológica. Comentarios para concluir sobre la Economía ecológica En los sistemas mas completos de contabilidad que están siendo desarrollados por los economistas ecológicos, el uso de recursos de propiedad común, tales como el aire, el agua, las especies y las comunidades biológicas, se incluye en el costo del negocio en vez de dejarlos sin contabilizar (Repetto 1992; Levin 1996; Daily 1997). Cuando la gente y los negocios tengan que pagar por sus acciones, talvez dejen de dañar el ambiente, o al menos se vuelvan mas cuidadosos. Estos modelos de contabilidad son por tanto un desarrollo positivo. No obstante, su uso puede ser visto como la aceptación del sistema actual de economía mundial, con algunos pequeños cambios. Algunos pensadores ambientales abogan por cambios mas fuertes en el sistema económico actual, el cual es el responsable de la contaminación, la degradación ambiental y la extinción de las especies a una tasa sin precedentes. Quizás el aspecto mas dañino de este sistema es el consumo excesivo innecesario de recursos por una minoría de los ciudadanos del mundo mientras que la mayoría de la gente enfrenta la pobreza. Ante un sistema económico mundial en el que millones de niños mueren anualmente por enfermedades, desnutrición, guerra, crimen y otros factores fuertemente correlacionados con la pobreza, y en el cual miles de especies únicas se extinguen cada año debido a la destrucción de los hábitats, ¿necesitaremos hacer ajustes menores o cambios estructurales importantes? Un enfoque alternativo para proteger la diversidad biológica y mejorar la situación humana sería reducir dramáticamente el consumo de los recursos en los países desarrollados, reducir la necesidad de explotar los recursos naturales e incrementar fuertemente el valor asignado al ambiente natural y la diversidad biológica, como se describe en el capítulo siguiente. Algunas sugerencias para conseguir esto incluyen la estabilización o reducción de la cantidad de gente en el mundo, impuestos mas altos sobre los combustibles fósiles, sanciones por uso ineficiente de la energía y por contaminar y programas obligatorios de reciclaje. Podrían aplicarse restricciones al comercio de forma que solamente aquellos productos derivados de actividades sostenibles puedan ser vendidos o comprados en los mercados nacionales e internacionales; las especies amenazadas ya están sujetas a tales tratados, y la certificación de los productos va en incremento en el comercio internacional de la madera. Las deudas de los países subdesarrollados podría reducirse o condonada y reinvertirse en actividades que provean la mayor cantidad de beneficios a la mayor cantidad de gente pobre. Por último, las penas monetarias por dañar la diversidad biológica podría establecerse y ser tan severa que las industrias se vean forzadas a proteger el mundo natural. Resumen 1. Se puede asignar valores indirectos a los aspectos de la diversidad biológica que provee beneficios económicos a la gente pero que no son cosechados o dañados durante su uso. El grupo principal de valores indirectos son los valores de uso no destructivo del ecosistema. Estos incluyen la productividad del ecosistema (importante ya que es el punto de partida de todas las cadenas alimenticias), la protección de los recursos hídricos y de suelo, la ampliación de los cultivos comerciales con especies silvestres y la regulación local, regional y global del clima. 2. La diversidad biológica se caracteriza prominentemente en la creciente industria de la recreación y el ecoturismo. La cantidad de gente involucrada en la recreación natural y la cantidad de dinero gastado en tales actividades es sorprendentemente grande. En muchos países, particularmente en los países en desarrollo, el ecoturismo representa una de las principales fuentes de ingreso de divisas. Aún en los países industrializados, la economía en las áreas alrededor de los parques nacionales es dominada de forma creciente por la industria recreativa. Los materiales educativos y los medios masivos tratan mucho sobre temas de diversidad biológica y crean materiales de considerable valor. 3. La diversidad biológica también tiene un valor de opción en términos de su potencial para proveer beneficios futuro a la humanidad, tales como medicinas, agentes de control biológico y nuevos cultivos. La industria biotecnológica está desarrollando técnicas innovadoras para aprovechar los nuevos químicos y las propiedades fisiológicas encontradas en el mundo viviente. 4. La gente a menudo está dispuesta a pagar dinero en forma de impuestos o contribuciones voluntarias para asegurar la continuidad de la existencia de especies únicas, comunidades biológicas y paisajes; esta cantidad representa el valor de existencia de la diversidad biológica. 5. La valorización económica de la diversidad biológica provee de un método posible para justificar el incremento de la protección de especies y comunidades. Sin embargo, asignar valores económicos a las especies silvestres quizás promueva la aceptación del sistema actual con solo unos pequeños cambios. Dado que en el mundo hay una distribución desigual de los recursos, una pobreza terrible, guerras, enfermedades y miles de especies que se extinguen anualmente, la gente necesita preguntarse, ¿Necesitamos ajustes menores en el sistema actual o cambios estructurales mayores?. Para discusión 1. Considere los recursos naturales que la gente usa en los lugares en donde usted vive. ¿Puede usted asignarle un valor económico a estos recursos? Si usted no puede pensar en ningún producto cosechado directamente, considere los servicios básicos que el ecosistema presta tales como el control de las inundaciones, agua potable y retención del suelo. 2. Pregunte a la gente cuanto dinero gastan en actividades relacionadas con la naturaleza. También pregúnteles cuanto estarían dispuestos a gastar anualmente para proteger especies bien conocidas tales como lapas, loras, venados y tigrillos; o para salvar una especie amenazada como el quetzal, las tortugas marinas o las conchas negras; y para proteger la calidad del agua y la salud del bosque. Multiplique el promedio de estos valores por el número de gente de su ciudad, su país o el mundo para obtener estimados de cuanto valen estos componentes de la diversidad biológica. ¿Es este un método preciso para medir el valor económico de la biodiversidad?. ¿Cómo podría usted mejorar esta metodología simple?. 3. Imagine que le única población conocida de una especie de pipilacha será destruida a menos que se consiga dinero para comprar el estanque donde vive y la tierra de los alrededores. ¿Cuánto vale esta especie?. Considere diferentes métodos para asignar valor monetario a estas especies y compare los diferentes resultados. ¿Cuál método es mejor?. Valores éticos La nueva disciplina economía ecológica es un cambio positivo que influencia el crecimiento de la biología de la conservación. Pero, confiar en los argumentos de la economía ecológica implica una disposición a aceptar el sistema económico actual y los valores que venera como suyos, con solo unos leves cambios (Daly y Cobb 1989; Sagoff 1990). Aunque los argumentos económicos pueden ser utilizados para justificar la protección de la diversidad biológica, también hay fuertes argumentos éticos para hacerlo (Naess 1989; Rolston 1994). A menudo se asume que los argumentos económicos son mas objetivos o mas convincentes, pero los argumentos éticos tienen fundamentos en los sistemas de valores de la mayoría de las religiones y filosofías y son fácilmente comprendidos por el público en general (Hargrove 1986). Ellos pueden apelar a un respeto general a la vida, una reverencia a la naturaleza o aspectos específicos de la naturaleza, un sentido de la belleza, fragilidad, singularidad o antigüedad del mundo viviente, o la creencia en la creación divina. Muchas culturas tradicionales han coexistido exitosamente con la rica fauna y flora local por cientos de años porque su ética social fortalece la responsabilidad personal y el uso racional de los recursos. La gente en estas sociedades se siente moralmente obligado con respecto a los animales y las plantas silvestres aún cuando los cosechan o se “apropian” de su hábitat para propósitos humanos. Las creencias tradicionales tratan a los ríos, montañas y otros ecosistemas como lugares sagrados dignos de ser tratados con reverencia y aprecio por lo que son, y no por lo que los humanos pueden hacer con ellos (Callicott 1994). Aún en las sociedades industrializadas occidentales, los argumentos éticos pueden y logran convencer a la gente a conservar la biodiversidad. Por ejemplo, en los EE UU los derechos de las especies están fuertemente protegidos por el Acta de las Especies Amenazadas, y un juez de la Corte Suprema en su sentencia declaró “que el Congreso se propuso dedicarle a las especies amenazadas la mas alta prioridad” (Rolston 1988). La justificación para esta protección es el “valor estético, ecológico, educativo, histórico, recreativo y científico” de las especies. Significativamente, el valor económico no está incluido en este razonamiento legal y queda establecido explícitamente que los valores económicos son de importancia secundaria cuando se trata de proteger a las especies de la extinción. De acuerdo con la ley, las ganacias y los valores económicos deben ser reconsiderados, y a veces ser puestos de lado, cuando se consecución amenaza con extinguir una especie. La ley permite a los valores económicos prevalecer en algunos casos, pero solo si la llamada “escuadra divina” de oficiales del mas alto nivel del gobierno ordena que estos asuntos económicos son del máximo interés nacional. Valores éticos La nueva disciplina economía ecológica es un cambio positivo que influencia el crecimiento de la biología de la conservación. Pero, confiar en los argumentos de la economía ecológica implica una disposición a aceptar el sistema económico actual y los valores que venera como suyos, con solo unos leves cambios (Daly y Cobb 1989; Sagoff 1990). Aunque los argumentos económicos pueden ser utilizados para justificar la protección de la diversidad biológica, también hay fuertes argumentos éticos para hacerlo (Naess 1989; Rolston 1994). A menudo se asume que los argumentos económicos son mas objetivos o mas convincentes, pero los argumentos éticos tienen fundamentos en los sistemas de valores de la mayoría de las religiones y filosofías y son fácilmente comprendidos por el público en general (Hargrove 1986). Ellos pueden apelar a un respeto general a la vida, una reverencia a la naturaleza o aspectos específicos de la naturaleza, un sentido de la belleza, fragilidad, singularidad o antigüedad del mundo viviente, o la creencia en la creación divina. Muchas culturas tradicionales han coexistido exitosamente con la rica fauna y flora local por cientos de años porque su ética social fortalece la responsabilidad personal y el uso racional de los recursos. La gente en estas sociedades se siente moralmente obligado con respecto a los animales y las plantas silvestres aún cuando los cosechan o se “apropian” de su hábitat para propósitos humanos. Las creencias tradicionales tratan a los ríos, montañas y otros ecosistemas como lugares sagrados dignos de ser tratados con reverencia y aprecio por lo que son, y no por lo que los humanos pueden hacer con ellos (Callicott 1994). Aún en las sociedades industrializadas occidentales, los argumentos éticos pueden y logran convencer a la gente a conservar la biodiversidad. Por ejemplo, en los EE UU los derechos de las especies están fuertemente protegidos por el Acta de las Especies Amenazadas, y un juez de la Corte Suprema en su sentencia declaró “que el Congreso se propuso dedicarle a las especies amenazadas la mas alta prioridad” (Rolston 1988). La justificación para esta protección es el “valor estético, ecológico, educativo, histórico, recreativo y científico” de las especies. Significativamente, el valor económico no está incluido en este razonamiento legal y queda establecido explícitamente que los valores económicos son de importancia secundaria cuando se trata de proteger a las especies de la extinción. De acuerdo con la ley, las ganacias y los valores económicos deben ser reconsiderados, y a veces ser puestos de lado, cuando se consecución amenaza con extinguir una especie. La ley permite a los valores económicos prevalecer en algunos casos, pero solo si la llamada “escuadra divina” de oficiales del mas alto nivel del gobierno decide que estos asuntos económicos son del máximo interés nacional. Los argumentos económicos por si mismos proveen una base para valorar las especies, pero ellos pueden proveer también la base para extinguirlas o para salvar unas especies y otras no. En términos económicos convencionales, a una especie cuyo tamaño poblacional es reducido, con rango geográfico limitado, de pequeño tamaño físico y apariencia poco atractiva, sin uso inmediato por parte de la gente y sin relación con una especie de importancia económica se le daría poco valor. Tales cualidades pueden caracterizar una sustancial proporción de las especies del mundo, particularmente insectos, y otros invertebrados, plantas sin flores, bacterias y protista. Detener el desarrollo de actividades rentables o llevar a cabo intentos costosos de preservar estas especies puede no tener una justificación económica obvia. En algunas circunstancias, podría darse la justificación económica para destruir una especie amenazada, particularmente organismos que atacan los cultivos o causan enfermedades. Aún así, mucha gente podría argumentar que la destrucción consciente de una especie natural es moralmente incorrecto, aún si es económicamente ganancioso. Los argumentos éticos para preservar la diversidad biológica apelan a los instintos mas nobles de la gente. Todas las sociedades humanas conocidas han tomado decisiones tanto en base a los valores económicos como a los valores morales. Decisiones acerca de la esclavitud y el trabajo de la niñez son dos de tales temas. Si las sociedades modernas adoptaran valores que apoyen fuertemente la preservación de los ambiente naturales y el mantenimiento de la diversidad biológica, podríamos esperar ver una disminución del consumo de recursos escasos, mayor cuidado en el uso de dichos recursos y quizás limitar el crecimiento de la población humana. Proteger la diversidad biológica es un deber Pero la sociedad occidental moderna generalmente toma un punto de vista diferente. Mientras demanda que los humanos se traten éticamente los unos a los otros, ellos tienen una actitud de “todo vale” hacia la naturaleza. La gente puede usar y destruir la naturaleza según su parecer, mientras tanto no se dañe a los seres humanos o se tomen sus pertenencias. En años recientes, esta actitud ha sido cuestionada por mucha gente reflejándolo en sus temas ambientales. La ética ambiental, una disciplina nueva y vigorosa dentro de la filosofía, articula este sentido de los valores éticos del mundo natural (Taylor 1986; Rolston 1988; Van Den Veer y Pierce 1994). Se pueden elaborar argumentos éticos para preservar todas las especies, independiente de su valor económico. Los siguientes argumentos basados en los valores intrínsicos de las especies y nuestro deber hacia las otras personas son importantes para la biología de la conservación, porque proveen de elementos racionales para proteger especies raras y especies cuyo valor económico no es obvio. Todas las especies tienen el derecho a existir. Todas las especies representan soluciones únicas al problema de la sobrevivencia, son las representaciones vivientes de grandes linajes históricos, y tienen su propia belleza y ajuste a sus condiciones. Por estas razones, debe garantizarse la sobrevivencia de cada especie , sin importar su importancia para los humanos. Esta declaración es cierta sin importar que la especie sea grande o pequeña, simple o compleja, de evolución antigua o reciente, económicamente importante o de poco valor inmediato (Tabla 6,1). Cada especie tiene valor por su propia existencia – valor intrínseco sin relación con las necesidades o deseos humanos (Naess 1986; Lee 1996). Este argumento sugiere no solo que no tenemos derecho a destruir cualquier especie, sino que también tenemos la responsabilidad moral de proteger las especies activamente de la extinción como resultado de nuestras actividades. Esta filosofía reconoce que los humanos son parte de la gran comunidad biótica en la cual respetamos a todas las otras especies y su derecho a existir. Un cambio en una señal en un sendero escénico en las Montañas Rocallosas refleja este aprecio mayor de la vida (Rolston 1987). Por mucho años, la señal se leía, “Por favor deje las flores para que otros las disfruten”, pero luego el antiguo rótulo fue reemplazado por otro nuevo que dice “¡Deje a las flores vivir!”. El cambio sugiere un reconocimiento de que las plantas tienen un derecho a la vida por su propio derecho, y no por su habilidad de proveer placer a la gente. Robert Elliot (1992) sugirió que la naturaleza silvestre tiene propiedades para dar valor agregado que demuestran su valor intrínseco; “diversidad, estabilidad, complejidad, belleza, armonía, creatividad organización, intrincamiento, elegancia y riqueza”. Estas son cualidades de los organismos naturales que podemos apreciar – y que provocan respuestas de moderación personal y protección activa. En adición, la propia naturalidad puede ser vista como una propiedad agregadora de valor, particularmente en una sociedad que confía mas y mas en los productos artificiales para alimentos, refugio, vestidos y otras necesidades. Los oponentes a este enfoque sostienen que aunque algunas personas dan valor a estas cualidades en la naturaleza, ellas no son necesariamente superiores a las necesidades humanas (Ferry 1995). Ellos argumentan que los humanos tienen un valor que va mas allá que el valor de las otras especies, porque nosotros somos seres completamente conscientes, racionales y morales, y al menos que nuestras acciones afecten a la gente directa o indirectamente, cualquier tratamiento del mundo natural es moralmente aceptable. Muchos escritores, especialmente aquellos que argumentan desde la perspectiva de los derechos animales, tienen dificultades para asignar derechos a las especies (Regan 1992). Singer (1979), para mencionar uno, argumenta que las “especies como tales no son entidades conscientes y por tanto no tienen intereses mas allá ni por encima de los intereses de los animales individuales que son miembros de una especie”. Sin embargo Rolston (1994) replica que tanto en el terreno de la biología y de la ética las especies, en vez que los organismos, son los objetivos apropiados de los esfuerzos de conservación. Todos los individuos eventualmente mueren; son las especies las que continúan, evolucionan y a veces forman nuevas especies. En cierto sentido, los individuos son representantes temporales de las especies. Puede parecer extraño asignar derechos de existencia y protección legal a especies no humanas, cuando a ellas les falta la conciencia de si mismas que generalmente se asocia con la moralidad de los derechos y los deberes. Sin embargo, ya sea que les permitamos o no sus “derechos”, las especies conllevan un gran valor como depositarias de la experiencia e historia acumulada durante millones de años de formas de vida previas a través de sus continuas adaptaciones evolutivas a un ambiente cambiante. La extinción prematura de una especie debido a las actividades humanas destruye esta historia y el proceso natural, y podría calificarse como un “súperasesinato” (Rolston 1989) porque mataría las futuras generaciones de la especie y eliminaría el proceso de evolución y especiación. Este enfoque sobre las especies reta la tradición ética del individualismo en el Occidente moderno. Pero la preservación de la biodiversidad parece demandar que las necesidades de las especies en peligro tome precedencia sobre las necesidades individuales. Por ejemplo, el Servicio de Parques Nacionales de los EE UU mató cientos de conejos en la Isla de Santa Bárbara para proteger unas pocas plantas de la especie en peligro de extinción llamada siempre viva de Santa Bárbara (Dudleya traskiae), en este caso, una especie en peligro de extinción se consideró mas valiosa que cientos de animales individuales de una especie común (Fig 6,1). Similarmente, cientos de malezas exóticas pueden ser destruidas, si estuvieran sobrepasando y sacando de la competencia a unos pocos individuos de una especie nativa rara. La administración es un pacto con Dios Muchos profesantes de las religiones encuentran incorrecto permitir la destrucción de las especies, porque ellas son creación de Dios. Si Dios creó el mundo, podemos presumir que las especies creadas por Dios tienen valor. En las tradiciones judeocristianas, la responsabilidad de los humanos de proteger las especies animales esta descrita explícitamente en la Biblia como parte del pacto con Dios. El libro del Génesis describe la creación de la diversidad biológica sobre la tierra como un acto divino, después del cual “Dios vio que era bueno” y “lo bendijo”. En la historia del Arca de Noé, Dios le ordena a Noé embarcar dos de todas las especies, no solo de las que los humanos encontraban útiles. Dios proveyó instrucciones detalladas para la construcción del arca, el primer proyecto de rescate de especies, diciendo “manténganlos vivos junto con ustedes”. Después que la inundación hubo cedido, los animales fueron liberados para repoblar la Tierra. Esta historia se puede interpretar como una muestra temprana de la conciencia sobre la importancia de la diversidad biológica y la iniciación del plan de preservación de las especies. El profeta Mahoma, fundador del Islam, continúa este tema de la responsabilidad humana, diciendo, “El mundo es verde y bello y Dios los ha puesto a ustedes como los gerentes. El juzgará vuestro desempeño”. Esta creencia en el valor de la creación de Dios apoya el argumento de la administración para preservar la biodiversidad; los seres humanos han recibido de Dios el dominio de la creación, y deben preservar lo que se les ha dado, no destruirlo. Otras tradiciones religiosas también apoyan la preservación de la naturaleza no humana (Callicot y Ames 1989; Callicot 1994). Por ejemplo, el Hinduismo adjudica divinidad a ciertos animales, y reconoce un parentesco entre los humanos y otros seres (incluyendo la transmigración de las almas de una especie a otra). Un concepto ético primario en el Hinduismo y otras religiones de la India, tales como el Jainismo y el Budismo, es ahimsa – evitar el daño innecesario a la vida. Tratando de vivir este ideal mucha gente religiosa se vuelve vegetariano y viven tan simple como es posible. Claro, las religiones a veces articulan enfoques que ponen a los humanos en el centro de la creación, apoyando una actitud de dominación sobre la naturaleza. Puesto que mucha gente basa sus valores éticos en la fe religiosa, el desarrollo de los argumentos religiosos en apoyo de la conservación puede ser efectivo para motivar a la gente a conservar la biodiversidad (Nash 1991; Oelschlaeger 1994). Todas las especies son interdependientes Las especies interactúan de maneras complejas en las comunidades naturales. La pérdida de una especie puede tener consecuencias de largo alcance para otros miembros de la comunidad: en respuesta otras especies pueden extinguirse, o la comunidad entera puede desestabilizarse a consecuencia de la cascada de extinción de especies. A medida que aprendemos mas de los procesos globales, vamos encontrando que muchas características físicas y químicas de la atmósfera, el clima, y el océano están ligadas con los procesos biológicos de una manera autorreguladora. Por esta razón, si le damos valor a alguna parte de la naturaleza, debemos proteger toda la naturaleza. Aún si le damos valor solo a los seres humanos, nuestros instintos de autoconservación nos impulsarían a preservar la biodiversidad. Cuando el mundo natural prospera, nosotros prosperamos. Vemos incontables ejemplos de como la gente sufre cuando se daña al mundo natural en forma de problemas de salud de amplia dispersión, tales como el asma y el cáncer, que pueden ser causados o agravados por la contaminación ambiental. En una metáfora colorida, Ehrlich y Erlich (1981) imaginan que las especies son los remaches que mantienen unida la nave espacial Tierra, que transporta a todas las especies, incluyendo la especie humana, en su travesía a través del tiempo. Las especies que se han extinguido son como los remaches que se han salido de la estructura. Dado que las especies perdidas pueden ser mas o menos importantes, cuando se hallan extinguido suficientes especies, la nave Tierra se destruirá, y los humanos seremos dañados también. Myers (1979) desarrollo una metáfora similar, el “arca hundida”, por la extinción de las especies. Estas dos metáforas, en las cuales las especies (como remaches) evitan que el Arca – nave Tierra se destruya (o se hunda) representan un nuevo giro de la historia original de la Biblia, en la cual Noé construyó un Arca con las instrucciones que le dio Dios para preservar las especies; en vez de que la gente salve la biodiversidad, la biodiversidad es vista como la salvación de la gente. La gente tiene un deber con sus vecinos Los humanos deben ser cuidadosos para minimizar el daño a su ambiente natural porque tal daño no solo afecta a otras especies, daña a la gente también. Mucha de la contaminación y degradación ambiental que ocurre es innecesaria y podría minimizarse con una mejor planeación. Nuestro deber hacia los otros humanos requiere que vivamos dentro de los límites sostenibles (Norton 1991; Luper – Foy 1992). Este logro puede ser alcanzado por la gente de los países industrializados tomando acciones fuertes para reducir su consumo excesivo y desproporcionado de recursos naturales. Las politicas tecnológicas y sociales deben dirigirse hacia un uso de la manera mas eficiente posible para minimizar las demandas humanas sobre el ambiente. Por ejemplo, si el agua es reciclada o usada mas eficientemente, no perturbaríamos tantos ciclos hidrológicos, y comunidades de animales y plantas acuáticas estarían menos expuestas a la destrucción. O, si la tala selectiva se practica cuidadosamente, habrá mucho menos erosión, inundaciones, deslaves y destrucción innecesaria de los bosques. La gente tiene una responsabilidad con las futuras generaciones Si en nuestro diario vivir degradamos los recursos naturales de la Tierra y provocamos la extinción de las especies, las futuras generaciones pagarán el precio en términos de un menor estándar de vida y baja calidad de vida. Rolston (1995) predijo, “Es seguro decir que en las décadas que vendrán, la calidad de vida declinará en proporción a la pérdida de la diversidad biológica, aunque a menudo se piensa que sacrificar la diversidad biológica es mejorar la vida humana”. Imagínense que estamos recibiendo en préstamo la Tierra de las futuras generaciones quienes esperan que se la devolvamos en buen estado. A medida que las especies se pierdan, los niños serán privados de una de sus mas excitantes experiencias del crecimiento – la maravilla de ver “nuevos” animales y plantas en la naturaleza. El respeto por la vida humana y la diversidad humana es compatible con un respeto por la diversidad biológica Alguna gente se preocupa de que el reconocimiento de un valor intrínseco de la naturaleza requiera una devaluación del ser humano. Pero el respeto por la vida humana y la diversidad humana es compatible con el respeto a la diversidad biológica (Kellert y Wilson 1993; Kelly 1994). La gente está mas dispuesta a aceptar su responsabilidad de proteger la diversidad biológica cuando los ciudadanos de todos los países tengan todos sus derechos políticos, una vida segura y una conciencia de los asuntos ambientales (Nickel y Viola 1994). Algunos de los desarrollos mas excitantes en la biología de la conservación involucran el apoyo económico a la gente rural en desventaja de forma que estén ligados a la protección de la diversidad biológica. Ayudando a la gente pobre a establecer la producción sostenible de cultivos rentables y lograr un cierto grado de independencia económica a veces reduce la necesidad de la extracción excesiva de especies silvestres. Trabajar con los indígenas para legalizar los títulos de sus tierras les da los medios para proteger las comunidades biológicas en las cuales ellos viven. La madurez humana tiende naturalmente a una auto restricción y un respeto por los otros. Los ambientalistas han argumentado que una mayor madurez de la especie humana traerá consigo una “identificación con todas las formas de vida” y “el reconocimiento del valor intrínseco de estas formas de vida” (Naess 1986) en un círculo en expansión de obligaciones morales, moviéndose hacia fuera desde uno mismo para incluir deberes con los parientes, el grupo social, toda la humanidad, los animales, todas las especies, el ecosistema y por último la Tierra entera (Fig 6,2). Las acciones tomadas para proteger la especies y las comunidades biológicas deberían en la medida de lo posible, beneficiar a la gente también. Los biólogos de la conservación necesitan sensibilizarse de la percepción del público acerca de que ellos se preocupan mas de los pájaros, las tortugas o la naturaleza en general que lo que se preocupan de la gente. Alguna gente argumenta que reconocer un valor intrínseco a la naturaleza tiende a lo absurdo. Dado que nosotros debemos usar la naturaleza, dicen ellos, no podemos reconocer su valor intrínseco, el cual por definición, limitaría las formas en que los usamos. Aún la gente que simpatiza con el ambientalismo y aprecia la naturaleza silvestre a menudo se resiste a otorgarle su valor intrínseco. Reconocer tal valor intrínseco demanda mucho de nosotros: ¿si la naturaleza es bella y compleja, como la ciencia y nuestra propia experiencia nos dice, como podemos usarla?. Nosotros debemos sobrevivir. Pero el mundo ya está lleno con reglas que limitan nuestras acciones; añadirle otra capa de reglas a nuestras vidas agobiadas de reglas es cansado. Cuando nuestro estilo de vida depende en gran medida de un sistema económico ambientalmente destructivo, muchos disienten de cambiarlo, y se dan por vencidos desde antes de tratar de vivir de una manera ambientalmente responsable. Sin embargo, a pesar de estas preocupaciones legítimas, una acción efectiva para proteger la diversidad biológica es a la vez posible y deseable. Primero, es posible usar los recursos naturales de forma respetuosa y limitada: es necesario usar la naturaleza, pero no todo uso de la naturaleza es necesario. Segundo, dado que a ninguno le gustan mas reglas, crecer y vivir una vida con moralidad implica el reconocimiento de nuestro deber hacia los demás. Si la naturaleza tiene de hecho un valor intrínseco, debemos respetar tal valor – ya sea que hacerlo sea conveniente o no. Auto – interés ilustrado: Biodiversidad y excelencia humana Los argumentos económicos acentúan el hecho de que la diversidad biológica es de nuestro propio interés material. Los argumentos éticos basados en el valor intrínseco de la naturaleza silvestre y nuestro deber hacia los demás enfatizan que debemos actuar altruistamente hacia la naturaleza; es decir, a pesar de nuestro propio interés material, deberíamos tratar respetuosamente a la naturaleza. Un segundo argumento ético apela a nuestro propio interés ilustrado, argumentando que la preservación de la biodiversidad y el desarrollo de nuestro conocimiento acerca de ella nos hará mejores personas y mas felices (Naess 1989; Rolston 1988; Kellert 1996). Auto interés material: protegiendo nuestro soporte vital y la economía No se puede dejar de repetir que la diversidad biológica preserva nuestro sistema básico de soporte de vida, producción de alimento, abastecimiento de agua, disponibilidad de oxígeno, eliminación de desechos, conservación de suelo y mas. La gente será mas sana y mas productiva en un ambiente limpio e intacto. Dependemos de esto debemos valorizarlo. Similarmente, la biodiversidad nos permite crear tremendas riquezas económicas, directa e indirectamente, como se detalló en los capítulos anteriores. Disfrute estético y recreativo Casi todos disfrutamos estéticamente de la naturaleza silvestre y sus paisajes, y este disfrute nos hace gozar nuestras vidas. La belleza de un campo de flores silvestres en el las montañas de Jinotega o un chichiltote migratorio en una mañana de enero en el parque de la ciudad enriquece la vida de la gente que aprecia esto. Para mucha gente, una calidad de vida alta involucra experimentar la naturaleza en un lugar no perturbado. Simplemente leer sobre las especies o verlas en un museo, jardín botánico o zoológico no es suficiente. Las caminatas, el canotaje y escalar montañas son física, intelectual y emocionalmente satisfactorios. La gente gasta diez mil millones de dólares anualmente para conseguir esto, prueba suficiente de su valor. Expresión artística y literaria A lo largo de la historia, los poetas escritores, pintores y músicos de todas las culturas han tomado inspiración de la naturaleza silvestre (Leopold 1949; Burks 1994; Abrams 1996). La naturaleza provee incontables formas y símbolos para interpretación y representación por parte de los pintores y escultores (Fig 6,3). Los poetas han encontrado a menudo su mayor inspiración tanto en la naturaleza silvestre como en la campiña. Preservando la diversidad biológica preservamos posibilidades para todos los artistas. Nos permite también a aquellos que apreciamos tal creatividad acceder a las fuentes y experiencias que a menudo inspiran a los grandes artistas. Una pérdida de la diversidad biológica podría muy bien limitar la energía creativa de la gente en el futuro y de esta forma restringir el desarrollo de la cultura humana. Por ejemplo, si muchas especies de ballenas, mariposas y orquídeas se extinguieran en las próximas décadas, juegos completos de imágenes se perderían de la experiencia directa de las futuras generaciones de artistas. Conocimiento científico La ciencia y el desarrollo del conocimiento de la naturaleza están entre los grandes logros de la humanidad. Este conocimiento se facilita por la preservación de la naturaleza silvestre. Las áreas silvestres permiten el estudio de las interacciones ecológicas naturales. Las especies silvestres preservan el registro de la evolución. Los jóvenes son inspirados por los contactos personales con la naturaleza silvestre a volverse científicos, y aquellos que no se vuelven científicos profesionales pueden tomar un conocimiento básico de la ciencia y aplicarlo para comprender sus campos, bosques y ríos locales (Orr 1994). Dos de los misterios centrales de la ciencia son ¿cómo se originó la vida?, y ¿de donde provino la diversidad biológica presente hoy en día?. Miles de biólogos están trabajando en estos problemas y están acercándose cada vez mas a las respuestas. Los recientes descubrimientos de bacterias en las profundidades de la corteza terrestre y el antiquísimo pino Wollemi en Australia (Ver figura 3,7) son desarrollos recientes importantes en esta excitante historia. Nuevas técnicas de biología molecular permiten una mirada mas profunda dentro de las relaciones entre las especies vivientes y las que se han extinguido y se conocen solo por medio de sus fósiles. Sin embargo, cuando una especie se extingue, se pierden importantes pistas, y el misterio se vuelve mas difícil de resolver. Si el pino Wollemi hubiese sido destruido por la tala, nos hubiéramos perdido de mirar dentro del origen de las plantas primitivas. Si los parientes vivientes mas cercanos del Homo sapiens , los grandes simios, desaparecen de la selva, perderemos importantes pistas en la investigación de la evolución social y física de los humanos. Entendimiento de la historia Conocer la naturaleza, tanto científicamente como por la experiencia personal, es clave para el auto conocimiento y la comprensión de la historia humana (Tomashow 1996). Al caminar los parajes que caminaron nuestros ancestros, obtenemos una visión de como ellos experimentaron el mundo, a un paso mas lento y sin ayudas mecanizadas. La gente a menudo se olvida, o no se da cuenta, de cuán reciente es que la humanidad ha logrado moverse en transporte ultra rápido, o iluminado completamente las ciudades borrando la noche y otros aspectos de la vida moderna. Necesitamos preservar las áreas naturales para desarrollar nuestras imaginaciones históricas. Inspiración religiosa Muchas religiones tienen tradiciones de “vagabundear por la naturaleza” para lograr una comunión con Dios o con los espíritus, Moisés, Isaías, Jesús y San Francisco de Asís de las tradiciones occidentales, todos buscaron la soledad de la naturaleza. Estar en la naturaleza nos permite aclarar y enfocar nuestra mente, y a veces, experimentar lo trascendental. Cuando estamos rodeados de artefactos de la civilización, nuestra mente permanece completamente enfocada en los propósitos humanos y los asuntos del diario vivir. Las religiones probablemente no desaparezcan en un ambiente completamente domesticado por lo humano, pero quizás se vean muy diluidas. Ecología profunda El reconocimiento de los valores tanto económicos como intrínsecos de la diversidad biológica nos lleva a nuevos límites de lo que es una acción humana aceptable. Esto puede hacer parecer que la conservación es simplemente una lista interminable de “no hagas eso”, pero muchos ambientalistas creen que una comprensión de nuestro verdadero auto interés nos llevaría a conclusiones difrentes (Naess 1989). La crisis de las condiciones de vida sobre la Tierra podría ayudarnos a escoger una nueva vía con un nuevo criterio para progreso, eficiencia y acción racional …. El cambio ideológico es principalmente de apreciar la calidad de vida en vez de adherirse a un alto estándar de vida. En los últimos doscientos años, la revolución industrial con su acompañamiento de avances tecnológicos y cambios sociales ha generado una tremenda riqueza material a despecho de las grandes tradiciones éticas y religiosas que han negado el valor de la riqueza para tener una buena vida. Para muchos en los países en desarrollo, amontonar riquezas a expensas de la calidad de vida no tiene sentido (Thoreau 1971; Mc Phee 1971; Shi 1985). Similarmente, la pérdida continua de biodiversidad y la domesticación de los paisajes naturales no mejorará la vida de la gente. Lo que se está perdiendo es único y se vuelve mas precioso a medida que la riqueza aumenta y las oportunidades de experimentarla disminuyen. La felicidad humana y el desarrollo humano requiere preservar la biodiversidad remanente, no sacrificarla para enriquecer a ciertos individuos o corporaciones. Durante el siglo veinte, los ecólogos, escritores de temas naturalistas y los filósofos han logrado articular un aprecio de la naturaleza y hablan de la necesidad de cambios en el estilo de vida de los humanos para protegerla (Gore 1992; List 1992; Warren 1996). Paul Sears, reconociendo que una creencia verdadera en los valores de la naturaleza nos llevaría a cuestionar las prácticas destructivas comunes en la sociedad moderna y a menudo dadas por reconocidas, llamó a la ecología una “ciencia subversiva”. En los años sesentas y setentas, Paul Erlich y Barry Commoner demostraron que los biólogos y académicos profesionales pueden usar sus conocimientos en asuntos ambientales para crear y liderar un movimiento político para proteger las especies y los ecosistemas. Commoner aún corrió para presidente en 1980. Los movimientos políticos ambientales. Tales como los de los partidos Verdes en Europa, y las organizaciones activistas de la conservación tales como Greenpeace y EarthFirst ahora aparecen en todo el mundo. Una filosofía ambiental bien desarrollada que apoye este activismo es conocida como ecología profunda (Sessions 1987).la ecología profunda se construye sobre la premisa básica de la equidad biocéntrica, la cual expresa “la intuición …que todas las cosas en la biosfera tienen igual derecho a vivir y florecer y a alcanzar su propia forma individual de desenvolverse” (Devall y Sessions 1985). Los humanos tienen el derecho a vivir y medrar, como lo hacen los otros organismos con los cuales comparte este planeta. Los ecólogos profundos abrazan esta posición para oponerse al punto de vista dominante del mundo, el pone a los asuntos humanos por encima de todos y ve la felicidad humana en terminos materialistas (Tabla 6,2) (Mc Laughlin 1993). Los ecólogos profundos ven la aceptación de los valores intrínsecos de la naturaleza menos como una limitación que como una oportunidad para vivir una vida mejor. Dado que las actividades humanas presentes están destruyendo la diversidad biológica de la Tierra, las estructuras políticas, económicas, tecnológicas e ideológicas existentes deben cambiar. Estos cambios acarrean el mejoramiento de la calidad de vida de toda la gente, enfatizando en el mejoramiento de la calidad del ambiente, la estética, cultura y religión en vez de aumentar los niveles de consumo material. La filosofía de la ecología profunda incluye una obligación de trabajar para implementar programas necesarios por medio del activismo político y un compromiso de cambio en el estilo de vida personal, y urge a los biólogos profesionales, filósofos y todos las personas involucradas a escapar de nuestras estrechas preocupaciones diarias y actuar y vivir “como si de la naturaleza se tratara” (Naess 1989). Resumen 1. Proteger la diversidad biológica puede justificarse basándose en la ética así como en bases económicas. El sistema de valores de muchas religiones, filosofías y culturas, las cuales son fácilmente entendidas por la gente, proveen justificaciones para preservar las especies. Estas justificaciones además apoyan la protección de las especies que no tienen valor obvio económico o estético para la gente. 2. El argumento ético mas central asevera que los humanos tienen un deber de proteger las especies basándose en sus valores intrínsecos, sin relación con las necesidades humanas. La gente no tiene el derecho a destruir las especies y debería tomar acciones para prevenir su extinción. Las especies, en vez que los organismos individuales, son el objetivo apropiado de los esfuerzos de conservación, son las especies las que evolucionan y llevan a cabo la especiación, en tanto que los individuos son representantes temporales de las especies. 3. Las especies interactúan en formas complejas en las comunidades biológicas. La pérdida de una especie puede tener consecuencias de largo alcance para la comunidad biológica y la sociedad humana. 4. La gente debe aprender a vivir dentro de las limitaciones ecológicas del planeta. La gente debe aprender a minimizar el daño ambiental y tomar responsabilidad de sus acciones, puesto que estas pueden dañar a los humanos también como a otras especies. La gente también tiene una responsabilidad con las futuras generaciones de humanos de mantener la Tierra en buena condición. 5. Una apreciación de la diversidad humana y del mundo viviente nos lleva a un círculo que se expande de obligaciones morales, comenzando con los deberes para con uno mismo, para incluir a los parientes, nuestro grupo social, toda la humanidad, los animales, todas las especies, el ecosistema y eventualmente la Tierra entera. La diversidad biológica ha dado inspiración a generaciones de escritores, artistas, músicos y pensadores religiosos. Una pérdida de especies en la naturaleza cortaría esta fuente de experiencias creativas y empobrecería la cultura humana. 6. La ecología profunda es una filosofía que aboga por grandes cambios en la forma en que la sociedad funciona a fin de proteger la diversidad biológica y promover un desarrollo humano genuino. Los que apoyan esta filosofía están comprometidos con un cambio en su estilo personal de vida y en el activismo político en los movimientos ambientalistas. Para discusión 1. ¿Tienen derechos las criaturas vivientes, las especies biológicas, las comunidades naturales y las entidades físicas tales como los ríos, lagos y montañas?. ¿Podemos tratarlos de la forma que nos plazca?. ¿Dónde debería trazarse la línea de la responsabilidad moral?. 2. ¿ Tienen los seres humanos deberes hacia los animales individuales que no tienen conciencia de si mismos y hacia las plantas, que no tienen sistema nervioso?. ¿ Tienen los seres humanos deberes hacia las especies de plantas y animales?. ¿ Tienen los seres humanos deberes hacia las comunidades naturales?. ¿ Tienen los seres humanos deberes hacia los ríos y montañas?. Si es así ¿Cuál es la fuente de este deber?. ¿Cuál es la clase de protección o uso respetuoso apropiado para cada uno de estos grupos? 3. ¿Qué papel tiene en su vida el consumo de recursos, el placer físico, la búsqueda de conocimiento, la expresión artística, la recreación y el disfrute?. ¿La preservación de la biodiversidad pone límites a estas actividades humanas, o es un prerrequisito para el disfrute continuo de ellos? 4. ¿Cuál es su ética ambiental?. ¿Cuál el la fuente de su ética ambiental?. ¿La razón?.¿La emoción?. ¿La fe?. ¿Afecta esta ética ambiental su vida de una forma importante?. ¿Es fácil o difícil vivir con esta ética ambiental?.