El presupuesto público social orientado al desarrollo humano integral.

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El presupuesto público social orientado al desarrollo humano integral.
Dulce Cano Ortíz*
RESUMEN
El análisis teórico del método directo y el método reflejo
para estudiar el origen del Estado, permite identificar la
forma en que los individuos están en posibilidades de discernir el ser del deber ser; de tal forma que las actividades
humanas se encaminen a construir un concepto de Estado
dirigido al bien común. Desde esta perspectiva, el hombre
goza de tal plenitud que está en posibilidad de participar
en las actividades operativas que dan forma al presupuesto público social, que así, se convierte en un medio para
satisfacer las necesidades individuales y colectivas del ser
humano y entre estas logra su pleno desarrollo integral. La
justificación social del Estado, se manifiesta mediante la
aplicación de finanzas públicas sanas con el fin de distribuir
justa y equitativamente los recursos económicos necesarios para todas las actividades prioritarias. Y, en este sentido, cuando el ser humano goza de total libertad para elegir,
su desarrollo integral le posibilita elegir lo mejor para sí
mismo y para otros. Bajo este orden de ideas, el uso de las
libertades que gozan los seres humanos les permite decidir con responsabilidad. De tal forma qué, si el origen del
desarrollo es la libertad humana, entonces la expansión de
las libertades es un elemento constitutivo del concepto de
desarrollo basado en los fines y un elemento instrumental
basado en los medios. En sentido amplio, el ejercicio de la
libertad humana que permite la expansión de las capacidades para aprovechar oportunidades, incrementa el desarrollo económico, político y social lo que trae como consecuencia una mayor calidad de vida. Es por esto qué, sin el
menor ánimo por establecer una quimera, la necesidad de
abordar este estudio tiene como único objetivo compartir
una idea que permitiría mejorar la situación actual de los
mexicanos, al mismo tiempo que con su participación, estarían en posibilidad de cumplir con el equilibrio social que
es la base del presupuesto público.
I. CONSTRUCCIÓN DE UNA PLATAFORMA POLÍTICA,
ECONÓMICA Y SOCIAL PARA FORTALECER EL DESARROLLO HUMANO.
La teoría que sostiene el estudio del Estado en su
exacta dimensión, identifica la necesidad de aplicar
el método directo y el método reflejo. De tal forma que, el método directo establece la existencia
del Estado como una realidad objetiva, cuya esencia puede ser aprehendida por el sujeto de conocimiento cuya actividad provoca su existencia real.
Y, el método reflejo busca la realidad no en sí, sino
en el acto psíquico, en la forma lógica, en la condición gnoseológica en que se efectúa. De ahí que, es
posible percibir al Estado como un resultado de las
abstracciones del hombre que le permiten discernir
el ser del deber ser, mediante su inteligencia y sus
conocimientos Porrúa Pérez, Francisco, 1982). Así
también, se establece que para entender el sentido
subjetivo del Estado, el entendimiento de los hechos
sociales se puede realizar siempre y cuando se conozcan los actos psicológicos que les dieron origen,
ya que, los cambios humanos y sociales son producto de la plenitud psicológica y de la actuación del
hombre. Siendo así, que ambos sentidos para estudiar al Estado no se contraponen, sino que se complementan entre sí, ya que, permiten determinar la
realidad del Estado tanto en su realidad física fuera
de nosotros, como en su realidad psíquica partiendo de las relaciones internas humanas (Serra Rojas,
Andrés, 1998, pp. 153).
De las anteriores abstracciones, es posible
justificar que la plenitud del hombre determina e influye el estudio del Estado, manifestado particularmente en los aspectos operativos, refiriéndose en
este caso al estudio del presupuesto público, con
el fin de establecer como una alternativa de solución, que el presupuesto público del gobierno federal
orientado al cumplimiento de la política social, fortalezca el desarrollo humano integral.
Bajo esta premisa, los fines del Estado son
los mismos que formulan sus habitantes, que en
tanto pueblo cobran conciencia y se proponen fines
comunes para ser realizados. Por lo que, el Estado no es un fin en sí mismo, sino que existe para
la realización de lo que Santo Tomás llamó “el bien
común”. Aclarando que en este contexto, la palabra
bien, se refiere a todo elemento que satisface las necesidades del hombre, sean estas físicas, mentales,
espirituales o sociales. Y, el término común, implica
compartir con otros este bien en la proporción justa. De tal forma que, así, las personas adquieren
por propia decisión, la paz y el desarrollo necesarios
para el desenvolvimiento de su persona.
Aristóteles, en su obra Política, justifica la comunidad política en la naturaleza sociable del hombre, que sólo en comunidad desarrolla plenamente
su personalidad. Sostiene que el hombre es por naturaleza un ser social (zoon politikon), más que las
abejas o cualquier otro animal gregario. Esta tendencia a formar una comunidad se manifiesta ya
que el hombre posee la palabra. Además se distingue de otros seres vivos por su sentido de lo bueno
* Académica de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Veracruzana.
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Identificando en este concepto factores, naturales,
históricos y psicológicos
y lo malo, lo justo y lo injusto e ideas semejantes.
Precisamente de la participación común en otras
cosas surgen la familia y el Estado (Zippelius Reinhold, 1989, pp. 13).
Desde esta perspectiva, la comunidad para
el desarrollo de la persona argumenta la justificación
social del Estado, y se magnifica la importancia del
ser humano, cuando este participa con su propio desarrollo en el desarrollo de un Estado y una Nación.
De ahí que, dicho en otras palabras, en este
contexto se establezcan las bases del desarrollo personal en la medida que los hombres aprenden conviviendo en una comunidad. En este compartir, el
ser humano aprende también a ser justo o no justo,
asumiendo que su libre albedrío lo induce a tomar
decisiones propias a favor o en contra de otros. Y
también, en este ejercicio de su libertad decide afiliarse a determinados grupos, dando así paso a la
formación de la sociedad o comunidad.
En relación con esta idea Zippelius (1999,
pp. 115) afirma, que sí la comunidad tiene su justificación en que hace posible el desarrollo de la personalidad, entonces su estructura debiera ser tal que
garantice, en medida óptima, este desarrollo. Quedando las personas sujetas a la Ética para lograr el
desenvolvimiento optimo de su personalidad, sin esperar que el Estado juzgue esta decisión personal.
A través del tiempo, el hombre ha resentido
entre algunos de los efectos de la industrialización,
la deshumanización en sus relaciones personales y
con la comunidad en aras de un mayor progreso.
Es por eso, que se exige la creación de estructuras
descentralizadas, que procuren integrar al individuo
en varias formas. Se espera la flexibilidad de las estructuras, para que el hombre en tanto ciudadano,
tenga la posibilidad de estrechar sus relaciones con
la comunidad. Teniendo como condición indispensable, que en estas formas de integrarse, los individuos participen y se hagan responsables. Finalmente, estas estructuras deben asegurar a las minorías,
a las étnicas en particular, un margen de desarrollo
y existencia propia, mediante la creación de ámbitos
de vida autónomos, para evitar el predomino de la
mayoría. (Zippelius, 1998, pp.128)
El Estado tiene que cumplir entre sus responsabilidades con la organización y activación autónomas de la cooperación social y demarcación
territorial, basadas en la necesidad histórica de la
vida común, para armonizar todas las oposiciones de
intereses dentro de una zona geográfica. Esta es una
función social que caracteriza al Estado en cuanto institución, pues así determina ciertas normas de
acción para los integrantes de la sociedad. Tomando
en cuenta que, la nacionalidad es una noción jurídica
que determina una relación política entre el individuo y el Estado, que unifica a un territorio formando una comunidad de vida y una conciencia social.
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La integración del hombre en grupos sociales, le permite descubrir que existen ciertas funciones para interactuar. Ya sea, participando en las
decisiones de grupo, estableciendo normas, fomentando las actividades de cada grupo en cuestión o
vigilando que se respeten las normas establecidas.
Así también, en tanto hombre social, la presencia
de estos hechos, le llevan a identificar la figura de
autoridad que asegure el cumplimiento de estas actividades que tienen como fin un bien común.
Toda sociedad tiene una cultura, un sistema
de valores, ideas y principios que justifican su organización, sus instituciones y sus normas de vida. A
través de las formas culturales, el individuo se integra a su sociedad, se adapta a su medio social,
aprendiendo, asimilando aquellos principios culturales que explican y justifican el orden social. Este
proceso, mediante el cual los individuos asimilan el
sistema cultural y se adaptan a su medio es llamado
por los sociólogos, proceso de socialización. Por este
medio, las personas integran a su personalidad los
elementos sociales y culturales de su medio, adquiridos a través de las experiencias personales y de
otros, lo que le permite adaptarse al ambiente social
en que vive.
Sin embargo, la función social, tal como ha
quedado definida, no justifica o legitima al Estado. El
problema de la justificación, no queda resuelto por
la mera necesidad de establecer un orden y recibir
beneficios comunes, ya que, para la gran mayoría de
la población, lo importante es conocer y admitir las
razones por las que el Estado impone obligaciones
personales o colectivas con el fin de obtener los ingresos que justifiquen distribución de los mismos vía
los gastos públicos. De tal forma, que para aceptar
como lícitas estas razones, y así cumplir voluntariamente o por coacción con las disposiciones que impone el Estado, tales como las obligaciones fiscales;
se requiere del destino y justificación del presupuesto público.
Ya no es suficiente explicar la necesidad de
establecer el orden dentro de un país, pues la población exige que ese orden, sea además de justo,
equitativo, y por lo tanto legítimo. Por lo tanto, la
legitimación del Estado se da con la aceptación personal y colectiva del orden establecido, con el fin de
preservar la justicia y la equidad en la aplicación de
las normas. Es más, la personal aceptación de las
formas y el poder que se le otorga al Estado lo legitima. Como ejemplo, se encuentra el beneficio obtenido de la ejecución del presupuesto público para
satisfacer necesidades sociales.
En este contexto, el enfoque social del Estado se justifica con la eficiente administración de
los ingresos y los egresos públicos. Es decir, generar
El presupuesto público social orientado al desarrollo humano integral.
finanzas públicas sanas con el fin de distribuir justa y
equitativamente los recursos económicos necesarios
para todas las actividades prioritarias. Considerando
que las actividades con un fin social son esenciales,
y los recursos públicos destinados para este fin son
justos y equitativos y además cumplen con su objetivo. Siendo así, es posible considerar que el pueblo
acepte con beneplácito la atención social que se le
proporcione, y por consecuencia legitimar al Estado.
bre. El trato digno, le da la oportunidad de encontrar
una forma de vivir en donde la libertad de pensamiento, de credo, de acción sea el principal ingrediente para sentirse pleno y seguro; bajo este orden
de ideas, el ser humano es el fin del desarrollo, toda
su mejora, tanto cuantitativa como cualitativa, es
para sí mismo, considerando a los demás recursos
que participan en su desarrollo como instrumentos
para fines más elevados.
De ahí que, estableciendo la relación con el
aprovechamiento de oportunidades que se le brindan al hombre, este tiende a progresar. El progreso
abarca más que los conceptos anteriormente mencionados, ya que al crecimiento económico y material se aúnan formas de desarrollo emocional y espiritual de los integrantes de un grupo social. Por lo
tanto, podría afirmarse que el progreso es sinónimo
de prosperidad, de generación de riqueza integral
que fortalece la salud y el bienestar físico, mental
emocional y espiritual de los hombres.
En un régimen democrático, el poder se
comparte entre gobernantes y gobernados, bajo la
consigna que obliga a la administración eficiente de
los recursos públicos por parte de los gobernantes,
de tal forma que las necesidades de los gobernados
se satisfagan. La esencia del régimen político democrático, radica en establecer un sistema de decisiones colectivo. De esta forma, las organizaciones
políticas de la sociedad se integran de diversas formas. Propiciando la participación de sus integrantes
en la toma de decisiones y algunas veces también en
acciones precisas derivadas de aquellas. De ahí que,
la autoridad y responsabilidad estén perfectamente
definidas en función de un mismo objetivo: definir
los límites del poder. Así, el Estado a través de un
gobierno democrático puede cumplir con las necesidades de los integrantes de un grupo social llamado
Nación.
En su libro Ciencia, Técnica y Desarrollo, Mario Bunge (1998, pp. 19) menciona cinco concepciones del desarrollo de una sociedad humana: la
biológica, la económica, la política, la cultural y la
integral. Cada una se fundamenta sobre un concepto
particular de la sociedad humana, pero si esta concepción está equivocada, también lo será el correspondiente concepto de desarrollo. Por lo que, para
Bunge se puede estructurar un concepto correcto del
desarrollo de la sociedad, integrando los subsistemas biológico, económico, político y cultural en un
solo sistema.
En función de esta idea, el principal objetivo
es establecer la importante función del ser humano para fortalecer la estructura social del Estado.
El Estado supone la existencia de un sujeto, que es
precisamente el hombre, quien determina desde una
perspectiva de alto desarrollo personal, las normas
para regular sus propias decisiones, dándole al Estado la facultad de convertirlas en acciones.
Desde el punto de vista del concepto biológico del desarrollo, este se basa en el aumento
del bienestar y en la mejora de la salud, logrados
mediante una mejor alimentación, una mejor vivienda, adecuada vestimenta, adecuado ejercicio físico,
hábitos de convivencia, etc. Desde la perspectiva
económica del desarrollo, este se identifica con el
crecimiento económico identificado por la industrialización. Tomando en cuenta que, este concepto ha
sido percibido como suficiente, generando así, un
mejor nivel de vida, social, cultural y políticamente
hablando. Por lo que respecta al concepto político del
desarrollo, este consiste en la extensión de la libertad, para manifestarse en concordancia con los derechos humanos y políticos. Significa, un incremento
en la participación pública para la discusión, la toma
de decisiones y la ejecución de actividades políticas.
El concepto cultural del desarrollo se manifiesta mediante el enriquecimiento de la cultura y la difusión
de la educación.
Siendo así, el presupuesto público social
para satisfacer las necesidades individuales y colectivas que permitan al ser humano su pleno desarrollo integral, debe considerar desde su proyección los
siguientes elementos: educación, vivienda, salud,
nutrición, educación, deporte y recreación.
La mención de los anteriores elementos permite descubrir que la tarea presupuestal no es esencialmente del orden económico o financiero, ya que,
debe prevalecer el orden social con la participación
activa del hombre para satisfacer la totalidad de sus
necesidades. Al incluir aspectos cuantitativos y cualitativos, se considera no sólo el crecimiento económico, sino también, el mejoramiento de los índices
sociales en los niveles educativos y culturales, que
permitan el establecimiento de estructuras eficientes para generar la optimización de los recursos en
los sectores productivos del país.
Por lo tanto, una concepción integral de la
sociedad, se obtiene a través de un sistema multidimensional de medidas biológicas, económicas,
políticas y culturales. Y cada una de estas concepciones tiene un tinte de verdad, no hay desarrollo
sin progreso biológico, económico, político y cultural.
El concepto de desarrollo se puede aplicar a
diversos aspectos, sean personas, bienes, procesos,
sistemas, etc. En este punto, el enfoque es el hom-
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Analizando estos factores, se llega a concluir que en
la época actual, las actividades manufactureras, comerciales y de servicios, requieren mano de obra
sana y competente; y la educación considerada tanto un medio como un fin, exige apoyo económico y
libertad política. Por lo que respecta a la cultura, no
puede fortalecerse continuamente, cuando no hay
comodidad económica y la necesaria libertad para la
creatividad y la difusión. Concluyendo que el desarrollo auténtico y sostenido, por lo tanto, es integral:
biológico, educativo, económico, político y cultural.
II. EL CONCEPTO INTEGRAL DEL DESARROLLO HUMANO
El estudio del desarrollo humano se basa en el proceso de perfeccionamiento que el hombre ha manifestado en su evolución. Este proceso evolutivo se
caracteriza por mutaciones genéticas en el desarrollo biológico del ser humano, que se manifiestan en
una transformación física, mental y social. De ser un
hombre errante y segregado, pasó a la búsqueda de
la integración colectiva. Pudiera ser que por aprendizaje así haya sucedido, sin embargo, ¿quién le indicó cómo hacerlo? Y, tan sólo para esta pregunta,
puede encontrarse que haya sido por instinto como
cualquier animal, o por los conocimientos inherentes
a su propio desarrollo que le permitieron crecer y
progresar individualmente antes que en comunidad.
Lo que deja abierta la posibilidad para plantear aún
más preguntas, con un número igual de posibles
respuestas, que permitan identificar la integración
de las comunidades con la suma de los individuos,
los esfuerzos que estos aportaron y el sentido común que los guió para alcanzar un propósito, quizá
no previsto por ellos mismos, pero que ya estaba
inscrito en su propio desarrollo. Y esta característica,
es la gran diferencia que lo distingue de otros seres
vivos. “La especie humana es diferente de las especies animales, ya que estas después de haber alcanzado cierta etapa, ya no progresan, sino que se ven
dominadas por la rutina y la repetición. El hombre
descubrió su naturaleza, y con este conocimiento de
sí mismo dejó la minoría de edad”. (Fromm, Erich,
1987, pp.15).
Esta idea se refuerza con la siguiente expresión de Kant (1976, pp.25):
La ilustración es la salida del hombre de su
auto culpable minoría de edad. La minoría de edad
significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella
no reside en la carencia de entendimiento, sino en la
falta de decisión y valor para servirse por sí mismo
de él sin la guía de otro. ¡Sapere aude!¡Ten valor
de servirte de tu propio entendimiento!, He aquí el
lema de la Ilustración. La pereza y la cobardía son
las causas de que una gran parte de los hombres
permanezca, gustosamente, en minoría de edad a
lo largo de la vida, a pesar de que hace ya tiempo
la naturaleza los liberó de dirección ajena; y por eso
es tan fácil para otros erigirse en sus tutores. ¡Es
tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro
que piensa por mí, un director espiritual que reemplaza mi conciencia moral, un médico que prescribe
la dieta, etc., entonces no necesito esforzarme. Si
puedo pagar, no tengo necesidad de pensar, otros
asumirán por mí tan fastidiosa tarea”.
En las citas anteriores se identifica que, los
respectivos autores en distintas épocas describen en
el hombre características propias que le incitan al
cambio y a la superación. Sin embargo, lo importante es reconocer la responsabilidad que debe ejercerse en cada acto para reconocer en que aspectos de
su vida debe cambiar y que aspectos debe mejorar.
La madurez que alcanza el ser humano, trae consigo
su independencia física, psicológica, y espiritual. Y
así también, un mayor grado de madurez le permite
reconocer que es un ser único y que tal unicidad le
permite, asimismo, comprender y ayudar a otros en
su proceso de crecimiento y madurez.
Por lo tanto, sí es posible distinguir en el
hombre características que lo distinguen sobre otros
seres vivos, y que le han permitido evolucionar progresivamente a través del tiempo. Como joya de la
naturaleza, lleva inmanente la preciada labor de ser,
crecer y desarrollarse. Y una característica que lo
distingue radicalmente de todos los seres vivos, es
que el ser humano posee entre sus bienes la dignidad, porque es un ser espiritual.
El ser espiritual del hombre le permite pensar en ideas universales y no sólo en lo material, es
lo que le da la capacidad de poseer conocimientos
de la realidad, y que son intangibles, es la facultad
de saberse libre y que le permite reflexionar sobre
sí mismo y sobre la cualidad de sus actos, y lo más
importante, es que el espíritu le da al hombre la capacidad de crecer hasta el infinito.
Se puede establecer un punto de comparación entre las edades biológica y espiritual del ser
humano en el manejo de sus emociones, y el desarrollo de la humanidad. Pues la madurez emocional
del hombre, sin establecer un tiempo preciso para
obtenerla, le permite el acceso a los medios para
enfrentar responsablemente los retos de la vida. Por
lo que respecta a la humanidad, conforme manifiesta un mayor desarrollo, en sentido proporcional se le
presentan más medios y recursos para lograr su propósito, permitiéndole jerarquizar sus necesidades y
deseos para cumplir con su misión. Refiriéndose a
las necesidades y deseos, Fromm (1987, pp.23) reflexiona así:
Ninguno de los grandes maestros enseñó
que la existencia real de un deseo constituyera
una norma ética, sino que se interesaban por
el bienestar óptimo de la humanidad (vivere
bene). El elemento esencial de su pensamiento era la distinción entre aquellas necesidades
(deseos) que solo se sienten subjetivamente
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y cuya satisfacción produce un placer momentáneo, y las necesidades que están enraizadas
en la naturaleza humana y cuya satisfacción
fomenta el desarrollo humano y produce eudaimonia o sea “bienestar”. En otras palabras
se preocupaban por distinguir entre las necesidades puramente subjetivas y las necesidades objetivamente válidas: una parte de las
primeras es dañosa para el desarrollo humano, y las segundas están en armonía con los
requerimientos de la naturaleza humana.
con la muerte. Energía y materia en cualquier forma en que se manifiesten son intemporales y transespaciales y por ello pertenecen a la metafísica. El
hombre como hombre debe distinguir lo bueno de
lo malo, porque si carece de este conocimiento no
podrá elegir entre lo mejor y lo peor (Fromm, 1987,
pp. 15).
De ahí la aseveración de que todo cambio
conlleva una causa que le dio origen, y que lamentablemente no siempre es para mejorar. Pero, que aún
así le corresponde al hombre de acuerdo a su libre
albedrío elegir entre el bien o el mal y asumir una
actitud ante las circunstancias que vive. Por lo tanto,
no todos los cambios son propicios para el desarrollo
humano. “Sólo puede hablarse de desarrollo humano cuando los cambios incrementan la capacidad de
la persona para enfrentarse a los retos de su existencia” (Jourard y Landsman, 1987, pp. 183, 184).
En la anterior reflexión, el cuestionamiento
de Fromm se acerca a la interpretación ética y moral
de las decisiones. Cuando estas pasan por el tamiz
de la conciencia para otorgarles una valoración como
buena o no, o sea, benéficas o dañinas para el ser
humano, se presupone que las primeras contribuyan
al incremento del desarrollo humano y las segundas manifestadas un placer momentáneo inhiban el
desarrollo humano. La principal cuestión, estriba en
distinguir las necesidades objetivas de las subjetivas, haciendo referencia a la valoración mencionada.
O tal vez sea, que dicho examen, lleve a reconocer
cual es el nivel de desarrollo humano que se posee,
para poder discernir lo correcto de lo incorrecto. Y
de esta forma, incrementarlo o detener la naturaleza
humana.
Puede decirse que genéticamente los seres
humanos llevan la descripción física, mental, espiritual y emocional que les imprime un sello personal,
es decir que les permite manifestar su personalidad. Y que, el deseo de superarse y desarrollarse,
en tanto característica original, es primero de orden
genético y luego de orden educativo y social. Y aún
así, no todas las personas alcanzan el mismo grado
de desarrollo de su personalidad. Porque, siempre el
libre albedrío será el factor determinante de la elección.
Analizando en conjunto las características
de los seres humanos, se percibe que ha sido un
cambio evolutivo de orden físico, mental, psicológico
y social. Y que este cambio se manifiesta en las diversas épocas que marcan la evolución y el progreso
de la humanidad, hacia estadios superiores de conciencia y pensamiento. Manifestándose primero las
ideas, para expresarse posteriormente en obras materiales. Así, se puede constatar como a través del
tiempo, el hombre crea nuevos productos o modifica
los ya existentes; con el fin de que sus necesidades sean satisfechas, de acuerdo a las circunstancias
económicas, políticas sociales y culturales del momento. Circunstancias que tal vez el mismo hombre
provocó.
La aproximación del concepto integral del
hombre y el cosmos, se explica a través de Stephen
Hawking (1999), cuando se refiere a la inconsistencia entre la teoría de la relatividad y la teoría de la
mecánica cuántica, para describir el universo y así
afirma al respecto:
Somos seres racionales, libres para observar
el universo como nos plazca y para extraer deducciones lógicas de lo que veamos. En tal esquema
parece razonable que podríamos continuar progresando indefinidamente, acercándonos cada vez más
a las leyes que gobiernan el universo. (...) La única
respuesta que puedo dar a este problema se basa
en el principio de la selección natural de Darwin. La
idea estriba en que en cualquier población de organismos autorreproductores, habrá variaciones tanto
en el material genético como en la educación de los
diferentes individuos. Estas diferencias supondrán
que algunos individuos sean más capaces que otros
para extraer las conclusiones correctas del mundo
que nos rodea, y para actuar de acuerdo a ellas.
Dichos individuos tendrán más posibilidades de sobrevivir y reproducirse de forma que su esquema
mental y de conducta acabará imponiéndose.
Definitivamente, el desarrollo del libre albedrío es la pauta para poder elegir entre las necesidades y los deseos en su más pura expresión. Puede
ser, que la afirmación de José Ortega y Gasset, Yo
soy Yo y mis circunstancias, sea la premisa que permita al hombre por propia decisión ser la causa de
todos los acontecimientos que han dejado huella en
la historia de la humanidad. Y que además, ha significado la pauta para su crecimiento o su consumación; haciéndose responsable de las consecuencias.
Sin detenerse a enumerar todas y cada una de estas
épocas; sí es posible pensar que por propia decisión
el hombre ha marcado el derrotero de su vida.
Desde este punto de vista, el desarrollo humano es indefinido e infinito, esta concepción cósmica, fundamentada en la teoría cuántica, permite
identificar en la noción genética del hombre la diferencia para acelerar o detener el crecimiento integral. Siendo así, esta es una justificación científica
El organismo es un ser que perdura en el tiempo, de hecho en tiempo eterno, ya que, no principia
con la procreación ni con el nacimiento, ni termina
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que permite reconocer que el hombre en sí mismo
contiene en esencia la energía universal para aspirar
a mejores formas de vida. Y, si las leyes universales
son perfectas, contundentes e inquebrantables; una
recomendable opción para que los seres humanos
logren su desarrollo es la búsqueda de su conexión
con el Universo; es decir uno como parte del todo.
Algunas veces, la idea de crecer y desarrollarse como ser humano puede generar inquietud y
temor ante lo inexplorado. Pues, aún cuando las circunstancias de vida no sean del todo satisfactorias,
generan relativa comodidad, porque se vive rodeado
de personas y circunstancias ya conocidas. La idea
de cambiar para mejorar, por lo tanto, puede percibirse como una oportunidad para aspirar a mejores
niveles de vida. Y aún cuando signifique el abandono
de esquemas conocidos de comportamiento, siempre existe la posibilidad de vivir mejor.
Un ciclo de desarrollo se completa cuando
las personas afirman su larga experiencia de sí mismas y del mundo y modifican sus conceptos de sí
mismas, el yo público y el yo ideal a la luz de una
conciencia más amplia. Ahora saben que son más
y que pueden ser más y diferentes de lo que hasta
ese momento creían posible”. (Jourard y Landsman,
1987, pp. 189).
En el contexto del desarrollo humano, el yo
público se interpreta como la imagen personal que se
quiere manifestar ante otros. El yo ideal, es la manifestación de juicios morales que la persona emite
de sí misma y que le inducen a corregirse cuando el
ser no se ajusta al deber ser. En ambos casos, los
modelos de comportamiento social conocidos y algunas veces auto impuestos son fundamentales para
identificar estos conceptos en la personalidad.
Por lo anteriormente mencionado, la palabra desarrollo implica distinguir cual es el cambio
para mejorar. De ahí, que sea necesario evolucionar
para desarrollarse y así progresar. Es decir, desde
el punto de vista místico toda persona que aspire a
modificar patrones de conducta no deseados, podrá
acceder por medio del pensamiento a la información congénita que le permita entrar en contacto con
un poder superior universal y así obtener la energía
para lograr su propósito.
Desde el punto de vista de la física cuántica
en su estado esencial el cuerpo está compuesto de
energía e información, no de materia sólida. Esta
energía e información es un afloramiento de infinitos campos de energía e información que abarcan el
universo. Nuestros cuerpos son parte de un cuerpo
universal; nuestras mentes, un aspecto de la mente
universal. (Chopra Deepak, 1996, pp.16-17)
Siendo así, ¿cuál es la condición para que
las personas aspiren a desarrollarse? Y la respuesta contundente es, desear hacerlo y acceder a los
bienes esenciales que están disponibles para todo
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individuo, que igualmente lo decida. Ahora bien, si la
premisa es desear mejorar y así acceder a los recursos necesarios para lograr anhelos propios, primero
se requiere que el cambio sea integral, es decir en
todas las áreas del ser humano. De esta forma, en el
ámbito personal la fuerza del pensamiento permitirá
el logro de los bienes deseados, y en el contexto
colectivo, el Estado se reconocerá como proveedor
de los medios necesarios para lograr tal propósito;
que puede ser el principio de un círculo virtuoso.
De acuerdo con la teoría de la motivación humana de Abraham Maslow (1991), el punto de partida para el desarrollo humano o autorrealización se
establece con la jerarquía de necesidades. Estas se
pueden categorizar en necesidades básicas o de deficiencia, y necesidades de crecimiento. En cuanto a
las primeras, se identifican como: necesidades fisiológicas (hambre, sueño, sed, conservación, procreación); necesidades de seguridad (libertad, justicia,
trabajo, derechos humanos, respeto personal); necesidades de afiliación o pertenencia (aceptación por
parte de otros, intimidad, solidaridad); necesidades
de estima (amarse a sí mismo y sentirse amado por
otros, aceptación y valoración). Por lo que respecta a las necesidades de crecimiento se identifican:
las necesidades de autorrealización (productividad,
creatividad, trascendencia y sentido de logro).
De manera indudable, las necesidades fisiológicas son las más prepotentes de todas. Lo que
quiere decir específicamente que, en los seres humanos a quienes les falta todo en la vida, de manera extrema, lo más probable es que la motivación
más importante sea la proporcionada por estas necesidades más que por cualquier otra. Una persona
que carezca de alimentos, seguridad, amor y estimación, sentirá probablemente el hambre de alimentos de manera mucho más fuerte que cualquier
otra necesidad (Maslow, 1991, pp.23).
El sustento teórico de Maslow determina,
que mientras el hombre manifieste prioridad por las
necesidades de deficiencia, difícilmente podrá aspirar a manifestar o satisfacer las necesidades de crecimiento. Así, primero debe satisfacer las necesidades deficitarias, y entonces estará en posibilidades
de aspirar a crecer y desarrollarse. Puede ser, que
esta teoría así presentada, sea demasiado radical.
Pero, también es cierto que las carencias físicas de
los seres humanos, les inducen a prestarle mayor
atención a las deficiencias que a las posibilidades de
desarrollo. Y si este es el antecedente, difícilmente
podrán en consecuencia apreciar las oportunidades
que se les presentan para crecer y desarrollarse.
Aún cuando, no se descartan historias de vida de
ciertas personas que han superado deficiencias de la
categoría primaria, para aspirar a bienes superiores
que les han permitido triunfar ante la adversidad.
Evidentemente un buen modo de oscurecer las
motivaciones superiores y obtener una visión desproporcionada de la capacidad y la naturaleza huma-
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proceso de reconocimiento del nivel de autoestima
que experimenta, con el fin de modificar patrones de
comportamiento que inhiben su desarrollo.
na, es hacer que el organismo permanezca crónico y
dramáticamente hambriento o sediento. Cualquiera
que trate de establecer un cuadro de emergencia,
describiéndolo como típico y mida todas las metas
y deseos humanos de acuerdo con esta conducta,
durante períodos de privaciones fisiológicas extremadas, con seguridad pasará por alto muchas cosas
importantes. Es muy cierto que el hombre vive tan
sólo por el pan, cuando no lo tiene; sin embargo,
¿qué sucede con los deseos del hombre, cuando
este dispone de pan a plenitud y tiene el vientre
crónicamente lleno? Surgen inmediatamente otras
necesidades, llamadas superiores, y son estas más
que las fisiológicas, las que dominan el organismo.
Y cuando a su vez estas se satisfacen, surgen necesidades aún más elevadas, y así sucesivamente
(Sexton, William P. 1977, pp. 171).
Cuando la persona pasa de un nivel inferior
a un nivel superior en la escala de necesidades y de
autoestima, reconoce que a su alrededor se presentan también oportunidades diferentes. Es más, se
le dan los recursos necesarios para aprovecharlos;
pero una situación si es común, que en cuanto da
muestras de su desarrollo se le presentan igualmente dificultades para continuar, y este es el caso tanto
de hombres como de grupos y naciones.
Lo importante, es reconocer que se presentan ante el ser humano, los grupos y las naciones;
los recursos necesarios para hacerle frente a las adversidades o dificultades para lograr su propósito. Y
que aunque pasen por momentos difíciles, lo mejor
es continuar con la tarea emprendida. Así, el desarrollo humano se convierte en un proceso total y solidario, pues se interrelaciona tanto en sí mismo como
con otros, lo que cambia en una persona repercute
en los demás. Por lo que, se deben predeterminar
los valores y actitudes, así como las habilidades que
permitan alcanzar este nivel.
Para que el hombre establezca una nueva
jerarquía de sus necesidades, requiere vivir un proceso de sano amor por si mismo, es decir, debe reconocer cual es su nivel de autoestima.
Cuando la persona satisface sus necesidades de autoestima, le genera sentimientos de auto
confianza, valor, fortaleza, capacidad y utilidad, así
también siente que su presencia en el medio social
es necesaria. Sin embargo, cuando estas necesidades se encuentran insatisfechas, le producen sentimientos de inferioridad, debilidad e impotencia.
Y en relación con esta idea, es que Amartya
Sen (2000, pp. 19), en su texto Desarrollo y Libertad, sostiene que: “El desarrollo puede concebirse
como un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos”
Existe una estrecha relación entre la autoestima y la jerarquía de necesidades. Sí la autoestima
es baja, tiene preeminencia la satisfacción de las necesidades de deficiencia. Cuando el nivel de autoestima inicia su crecimiento, en igual medida se ascenderá en la pirámide de necesidades, para reconocer
como prioritaria la satisfacción de las necesidades de
autorrealización.
Esta afirmación, deriva de la atención prestada a la libertad humana entendida como la libertad
real intrínseca al desarrollo y las libertades instrumentales tales como, las oportunidades económicas,
las libertades políticas, los servicios sociales, las garantías de transparencia y la seguridad protectora;
en contraste con la idea del desarrollo obtenido mediante el crecimiento del producto nacional bruto,
el aumento de las rentas personales, la industrialización, los avances tecnológicos o la modernización social. Haciendo énfasis en qué, las libertades
dependen de las instituciones sociales y económicas
como los servicios públicos médicos y de educación,
así como los derechos políticos y humanos.
Por otra parte, Maslow establece ciertas precondiciones para satisfacer las necesidades básicas;
estas se refieren a la libertad de hablar, la libertad de
hacer lo que se desea sin perjudicar a otras personas, la libertad de investigar y buscar información,
la libertad de defenderse, la disciplina, la justicia y
la equidad, etc. Y, en este sentido, afirma que estas
condiciones se defienden, porque sin ellas las satisfacciones básicas son casi imposibles; al reconocer
las capacidades cognitivas (perceptiva, intelectual
de aprendizaje) como un conjunto de instrumentos
de adaptación, que le permiten al ser humano satisfacer sus necesidades elementales.
De tal forma qué, si el origen del desarrollo
es la libertad humana, entonces la expansión de las
libertades es un elemento constitutivo del concepto de desarrollo basado en los fines y un elemento
instrumental basado en los medios. Y, las libertades
políticas, se refieran a las oportunidades que tienen
los individuos para decidir quién los debe gobernar
y bajo qué principios, incluyendo la posibilidad de
investigar y criticar a las autoridades, la libertad de
expresión política y de prensa sin censura, además
de la libertad para elegir entre diferentes partidos
políticos, en tanto son actividades para activar la
participación democrática.
III. LA EXPRESIÓN DEL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL PARA EL BIENESTAR SOCIAL.
La necesidad de desarrollo se identifica como una
necesidad superior, que requiere la satisfacción de
necesidades inferiores para poder hacerse patente en el ser humano. Para que la persona inicie un
proceso de desarrollo humano, también tiene que
identificar como jerarquiza sus necesidades y en
consecuencia como las satisface. Pasando por un
57
Ciencia Administrativa 2008-2 Ensayos
Las oportunidades económicas, se fundamentan en la capacidad de los individuos cuando
pueden aprovechar los recursos económicos para
producir, realizar intercambios y consumir bienes y
servicios. Estableciendo una relación entre las actividades productivas y el incremento de la capacidad
económica personal, con la contribución al incremento de la renta nacional.
Los servicios sociales, se refieren a la provisión de servicios de educación y salud, que les permiten a los individuos desarrollar sus capacidades y
así obtener la libertad de obtener un mejor nivel de
vida.
Las garantías de transparencia, se definen
por la honradez y veracidad implícitas en la información divulgada por los servidores públicos en relación
con las funciones que desempeñan. Estas garantías,
constituyen un medio eficaz para incrementar la confianza entre los integrantes de la sociedad dándole
cohesión y fuerza, lo que podría evitar la corrupción
y la ineficacia de las instituciones de gobierno.
La seguridad protectora, se refiere a la creación de un sistema público benefactor, que permita
el acceso de las personas desvalidas a los servicios
de alimentación, salud, vivienda y empleo cuando
así lo requieran. Esta protección tiene un doble efecto, por una parte ayuda a los desamparados a cubrir
sus necesidades básicas para incrementar sus capacidades y aprovechar oportunidades; y por otra
parte, esta seguridad social fortalece al Estado y a la
sociedad.
Las libertades mencionadas se interrelacionan cuando las libertades políticas impulsan la seguridad económica, las oportunidades sociales generan la participación económica, y las oportunidades
económicas incrementan tanto el enriquecimiento
personal como los recursos públicos para financiar
servicios sociales. De tal forma que la interrelación
de las libertades es más un elemento causal que
un elemento constitutivo del desarrollo. Es por esto
qué, Amartya Sen (1999, pp. 19,20) afirma:
El desarrollo exige la eliminación de las principales fuentes de privación de la libertad: la pobreza
y la tiranía, la escasez de oportunidades económicas
y las privaciones sociales sistemáticas, el abandono
en que pueden encontrarse los servicios públicos y
la intolerancia o el exceso de intervención de los
Estados represivos.
En esta idea de Amartya Sen se identifica
que la pobreza económica está estrechamente relacionada con la ausencia de libertades entre los individuos que así le impide la autonomía para satisfacer
el hambre y conseguir los niveles óptimos de salud y
educación que le permitan desarrollar sus capacidades. De tal forma que, las personas puedan obtener
vestido y vivienda dignos, e instituciones sociales
58
que los provean de servicios de educación, salud,
seguridad y protección. Y así, destacan las libertades
humanas para elegir como disfrutar de las mismas
apegadas al Estado de Derecho (Zippelius, 1989, pp.
276).
En sentido amplio, el ejercicio de la libertad
humana que permite la expansión de las capacidades
para aprovechar oportunidades, incrementa el desarrollo económico, político y social lo que trae como
consecuencia una mayor calidad de vida. Entendida
esta como la aplicación de valores y principios en el
adecuado uso de los recursos, para generar riqueza.
Pues, una persona podrá tener una gran capacidad
económica, pero no el gusto por disfrutar de los bienes a los que tiene acceso, podrá contar con la plenitud de sus capacidades pero no ser productivo y
estar protegido por derechos humanos y políticos,
pero no ejercerlos. Es decir, no sabe disfrutar de su
libertad real y por consecuencia manifiesta en sus
actitudes una deficiente calidad de vida. De ahí que
en este contexto, la riqueza se podría medir por el
ejercicio de la libertad humana que manifiesta la calidad de vida. La relación entre la libertad individual y el
desarrollo social va más allá de la conexión constitutiva, por importante que esta sea. Lo que pueden
conseguir positivamente los individuos depende de
las oportunidades económicas, las libertades políticas, las fuerzas sociales y las posibilidades que
brindan la salud, la educación básica y el fomento
y cultivo de las iniciativas. Los mecanismos institucionales para aprovechar estas oportunidades también dependen del ejercicio de las libertades de los
individuos, a través de la libertad para participar en
las decisiones sociales y en la elaboración de las decisiones públicas que impulsan el progreso de estas
oportunidades (Sen, 1999, pp. 21).
Mediante esta expresión, se pretende reiterar que el ejercicio de la libertad humana, es el
factor de desarrollo de las capacidades y el aprovechamiento de las oportunidades para obtener resultados valiosos. Y que, estos resultados generan
en principio beneficios individuales que incrementan
los beneficios sociales, los que así también permiten
identificar dos aspectos de la libertad humana para
el desarrollo. Ya que, es un proceso para expresar
la decisión y acción individuales, y al mismo tiempo
oportunidad en función de las circunstancias personales y sociales. En este caso, deben elegirse específicamente quiénes son los beneficiarios y cuántos y
cuáles recursos necesitan, con el fin de que el gasto
social sea el objetivo primordial para determinar el
monto y fuente de los ingresos públicos, y así una
mejor calidad de vida de los individuos, genere un
mayor capital social .
En función de esta idea, las rentas obtenidas
y los bienes son la base material del bienestar, pero
El presupuesto público social orientado al desarrollo humano integral.
el aprovechamiento que se le puede dar a un determinado conjunto de bienes que determinan un nivel
de vida, depende de algunas circunstancias contingentes individuales y colectivas que identifica mediante las siguientes cinco fuentes (Sen, 1999, pp.
94, 95):
función del aumento que hayan experimentado o no
las libertades humanas. Y la eficacia, depende totalmente de la libertad de actuar de los individuos.
Constituida la libertad humana como la premisa básica del desarrollo, la expansión de las capacidades, permite a las personas elegir el nivel de
vida de acuerdo al valor que le otorguen. Desde este
punto de vista, el éxito de una sociedad puede medirse en función de las libertades básicas que gozan
sus integrantes. Que se diferencia de otros enfoques, cuando determinan el desarrollo sobre la base
del ingreso, la utilidad y los procesos para alcanzar
la libertad o la renta real (Sen, 1999, pp. 35).
1. Heterogeneidad personal. Identificada por las
diferencias individuales en cuanto a la enfermedad, a la incapacidad, a la edad o al género, que
así también motivan necesidades diferentes y
requieren bienes específicos. Siendo que algunas de las desventajas individuales no pueden
corregirse con la transferencia de la renta.
2. Diversidad del medio ambiente. Las diferencias
ambientales, determinan los efectos naturales
que influyen en la distribución de la renta de los
individuos.
Cuando las personas ejercen mayor libertad
para valorar los bienes que incrementan sus capacidades con el fin de elevar su nivel de vida, pueden
también identificar el goce de sus derechos y así aumentar las oportunidades para obtener resultados
valiosos. Siendo ambos aspectos, importantes para
evaluar la libertad de los integrantes de la sociedad
y el desarrollo de la sociedad en su conjunto. Considerando que, la libertad es determinante para medir
la iniciativa individual y la eficacia social, y, que el
incremento de la libertad mejora la capacidad de los
individuos para apoyarse a si mismos y así influir en
el ámbito mundial. Este análisis, permite percibir
que la evaluación del desarrollo humano se integra
por diversos factores basados en las diferencias individuales y colectivas, para aprovechar oportunidades
con el fin de generar capital social. De tal forma que:
“En el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, destaca el concepto “desarrollo humano”,
entendido como la ampliación de las capacidades y
oportunidades que permite a los individuos generar
bienestar social” (www.onu.pnud.org).
3. Diferencias del clima social. Los sistemas de educación y salud así como la ausencia de delitos o
la delincuencia, influyen en la conversión de las
rentas y de aplicación de los recursos personales
en la calidad de vida para generar capital social.
4. Diferencias entre las perspectivas relacionales.
Los bienes que exigen las pautas de conducta
arraigadas podrían variar entre comunidades. Es
decir, las rentas percibidas, el uso adecuado de
los bienes y el manejo individual de las habilidades sociales, manifiestan más una diferencia
entre sociedades que una diferencia entre personas, pero ambas diferencias se interrelacionan
estrechamente.
5. Distribución dentro de la familia. El ingreso familiar, obtenido únicamente por quienes desempeñan actividades productivas, se distribuye
entre todos los integrantes aún cuando no aporten ningún ingreso. El bienestar y la libertad de
cada integrante de la familia depende de cómo
se distribuya el ingreso familiar para satisfacer
necesidades y objetivos individuales.
Por lo que la ONU, ha propuesto dos fases
para la implementación de su Programa para el Desarrollo Humano: la fase higiénica y la fase promocional. En la primera incluyen: libertad de asociación y negociación colectiva, eliminación de todas
las formas del trabajo forzado, abolición del trabajo
infantil, eliminación de toda clase de discriminación
respecto al empleo y ocupación, seguridad e higiene
en el lugar de trabajo.
Esta clasificación abarca las necesidades actuales y contingentes que inciden en el desarrollo.
Recordando que las premisas básicas del desarrollo
humano se basan en la libertad humana y la expansión de las libertades instrumentales previamente
identificadas en: las libertades políticas, los servicios
económicos, las oportunidades sociales, las garantías de transparencia y la seguridad protectora.
Para la fase promocional se han considerado: la educación formal, educación en el trabajo y
para el trabajo, capacitación en aspectos humanos
(liderazgo, creatividad, competencias específicas),
reforzamiento de la autoestima personal, competencias para la comunicación eficaz, aprender a aprender, sentido del trabajo como servicio y oportunidades para la gente con el fin de desarrollarse como
personas.
Al retomar los elementos constitutivos del
desarrollo, se identifican también los dos papeles de
la libertad, la libertad humana y la expansión de las
libertades relacionadas con la evaluación y la eficacia de las libertades.
Ambos aspectos, propuestos por la ONU, son
aceptables desde la perspectiva de la política social
del Estado mexicano, pues son dos tareas imprescindibles para el progreso del país. Haciendo énfasis
La evaluación del proceso de desarrollo, se
fundamenta en que el progreso ha de medirse en
59
Ciencia Administrativa 2008-2 Ensayos
en que para la promoción y aplicación del programa
para el desarrollo humano es imprescindible la participación individual y colectiva para que este programa rinda los frutos esperados. De tal forma, que las
personas cuenten con la preparación necesaria para
reconocer las oportunidades que se les presentan
para incrementar sus competencias, y que el Estado
disponga los recursos humanos, económicos, técnicos y materiales para tal fin.
Y de esta forma cuando la sociedad valora
y mejora sus necesidades presentes y futuras, contribuye a la salud de las finanzas públicas. Tener finanzas públicas sanas, implica la correspondencia
entre los ingresos y los gastos, además de las fuentes apropiadas para la obtención de los recursos el
control y la evaluación del gasto. Es decir un proceso
técnico, político y social con el fin de ofrecer oportunidades para ser aprovechadas en el marco de la
libertad individual y colectiva en función de un proyecto nacional.
IV. CONCLUSIONES
Cuando el desarrollo integral se manifiesta individualmente, tiene como resultado el impacto en los
grupos sociales a los que pertenece la persona, lo
que lleva a notar los cambios en los primeros grupos
de referencia para demostrar progresivamente sus
efectos en los grupos de referencia secundarios. Y
en este caso, tanto la integración en grupos primarios como en secundarios, se da en relación con el
inicio de vida y las relaciones familiares y sociales
que se van creando a través del tiempo.
Dentro de los muchos aspectos que se presentan en el desarrollo, el más importante es el desarrollo del hombre, de ahí, que el desarrollo humano integral, se considera como una base para el
desarrollo económico político, cultural y social de
México. Y, para lograrlo, la premisa fundamental es
que el hombre confíe en sí mismo que tenga una
gran fe en su propia mejora y dignidad. Para lograrlo, debe contar con las condiciones necesarias para
participar socialmente con sus semejantes, aprovechar los medios de producción con que cuenta para
desempeñarse laboralmente. Debe estar preparado
para cambiar sus actitudes, creencias, costumbres y
tradiciones, si es que se convence de que así puede
mejorar. Y sobre todo, debe hacer un uso apropiado
de su libertad para ser y hacer, siempre con un fin
dirigido al beneficio social.
Erich Fromm (1976, pp.27), dice que los
rasgos de carácter engendrados por el sistema socioeconómico o por la forma de vivir son patógenos
y a la larga enferman al individuo, y por lo tanto, a
la sociedad. Y que, si se procuran cambios psicológicos profundos en el Hombre, es posible prevenir una
catástrofe económica y ecológica. Sus argumentos
los refuerza con informes que prestigiados analistas
presentaron al Club de Roma, en los que concluyen
60
que, la catástrofe ecológica puede ser evitada mediante cambios económicos y tecnológicos; agregando también que, estos cambios económicos sólo son
posibles: si ocurren cambios fundamentales en los
valores y las actitudes del hombre (o como los llama
Fromm de la orientación del carácter humano) como
una nueva ética y una nueva actitud hacia la naturaleza. Fromm afirma que esta declaración, confirmó
lo que con anterioridad se había dado a conocer por
otros analistas, aseverándolo así: “una nueva sociedad es posible sólo si, en el proceso de desarrollarla,
también se forma un nuevo ser humano, o en términos más modestos, si ocurre un cambio fundamental
en la estructura del carácter del Hombre contemporáneo”.
Al hablar en sentido figurado de un nuevo ser
humano, se refiere a que el cambio psicológico del
hombre se manifiesta en un cambio, de actitudes,
de necesidades y de mejores bienes. Siendo así, el
carácter del hombre se reconfigura, y lo manifiesta
cuando le da un diferente sentido a todo lo que él es
y hace. Sus cambios, se espera que sean favorables
para sí mismo y para la sociedad. En sentido creciente, desde dentro hacia fuera del individuo, hasta penetrar favorablemente en los sistemas, de gobierno,
socioeconómicos, tecnológicos y ecológicos. Así, se
establece la relación con la premisa básica de este
trabajo, ya que, el propósito de estudiar el desarrollo
humano integral de los mexicanos, es con el fin de
identificar como estos pueden impulsar al gobierno
del Estado mexicano a brindarle productos y servicios que permitan su pleno desarrollo, derivados de
la adecuada formulación y aplicación del Presupuesto Público con un enfoque social. Y que, como ciudadanos socialmente responsables estén preparados
para recibirlos.
De tal forma qué, cuando una persona manifiesta su desarrollo en forma integral, es decir, desde
la perspectiva biológica, psicológica y social, podría
contribuir a un mayor desarrollo educativo, político,
económico y social del país.
VI. REFERENCIAS
Basave-Fernández del Valle. (1965). Teoría del Estado.
Editorial Jus. México, D.F.
Bunge, Mario. (1998). Ciencia, Técnica y Desarrollo. Editorial Hermes. México, D.F.
Chopra, Deepak. (1996). Cuerpos sin edad, mentes sin
tiempo. Biblioteca del Bolsillo. Argentina.
Fromm, Erich. (1987). ¿Tener o Ser? Fondo de Cultura
Económica. México, D.F.
Hawking, Stephen. (1996). Historia del Tiempo Ilustrada.
Editorial Crítica. Grijalbo Mondadori, S.A. Barcelona, España.
Jourard Simon y Ted Landsman. (1987). La personalidad
saludable: El punto de vista de la psicología humanista.
El presupuesto público social orientado al desarrollo humano integral.
Editorial Trillas. México, D.F.
Kant, Emmanuel. (1976). ¿Qué es la Ilustración? Editorial
Tecnos. Madrid, España.
Maslow, Abraham H. (1991). Motivación y Personalidad.
Ediciones Díaz de Santos S. A. Madrid, España.
Porrúa Pérez, Francisco. (1982). Teoría del Estado. Editorial
Porrúa. México, D.F.
Sen, Amartya. (2000). Desarrollo y Libertad. Editorial Planeta. México, D.F.
Serra Rojas, Andrés. (1998). Teoría del Estado. Editorial
Porrúa.
Sexton, William P. (1977). Teorías de la Organización. Editorial Trillas. México, D.F.
Zippelius, Reinhold. (1989).Teoría General del Estado. Editorial Porrúa. México, D.F.
RECURSOS ELECTRÓNICOS
Organización de las Naciones Unidas/Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Recuperado el 25 de Abril
de 2008. www.onu.pnud.org
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