fortalecimiento de la fiscalización superior en méxico

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 Mensaje del CPC. Juan M. Portal
Auditor Superior de la Federación 05 de julio de 2012 Tlaxcala, Tlaxcala FORTALECIMIENTO DE LA FISCALIZACIÓN SUPERIOR EN MÉXICO
Buenos días a todos ustedes. Agradezco la invitación del Lic. y CP. Luciano Crispín Corona Gutiérrez, Auditor de
Fiscalización Superior del estado de Tlaxcala, para participar en este Foro.
En lo personal, me resulta particularmente estimulante compartir algunas ideas sobre el quehacer de la Auditoría Superior
de la Federación, su evolución y posición actual en el contexto institucional del país, y las pautas del trabajo que
planteamos en este año.
Es ilustrativo señalar, que en la últimas tres décadas la sociedad mexicana ha expresado demandas que se han ido
concretando en reformas constitucionales y leyes específicas para hacer vigente, en primera instancia, la democracia
electoral y la protección de los derechos humanos.
A continuación de ésos grandes cambios para el avance del país, vendrían las temáticas del derecho a la información y la
transparencia, junto con la fiscalización del gasto público y la evaluación de los resultados por la aplicación de los recursos
económicos de la nación.
Para ambos asuntos se dieron los acuerdos políticos necesarios, tendientes a que el legislador sancionara los textos que
rigen en la actualidad y que han servido de fundamentos estructurales del desarrollo que tenemos.
En el caso de la reforma constitucional que creó la ASF, hemos sostenido que el legislativo proyectó un órgano técnico,
independiente y autónomo, que vigilara de manera eficiente el manejo y el uso de los recursos públicos, así como la
instrumentación y operación de los programas de gobierno.
Como bien se sabe, el binomio fundamental de las labores fiscalizadoras está constituido por la aplicación de
conocimientos técnicos desde una posición de estricta neutralidad. No caben, de ninguna manera, improvisación ni
inclinaciones partidistas, ideológicas, coyunturales o de cualquier otra especie.
La función central de la fiscalización es generar información veraz, sustentada en pruebas documentales contundentes,
sobre el ejercicio de los recursos provenientes del erario, siendo indispensable para ello que el órgano fiscalizador se
desenvuelva con el más alto nivel ético y profesional y un afinado enfoque, técnico y especializado, sobre los sectores
estratégicos, los programas prioritarios y las áreas fundamentales para el desarrollo del país.
Asimismo, se deben privilegiar los enfoques de auditoría forense o de desempeño; así como la inclusión de las revisiones
sobre temas específicos como las tecnologías de la información de los entes públicos o la auditoría sobre el medio
ambiente, herramientas y habilidades que han demostrado su eficacia en el plano internacional.
1 Proyectamos en su momento la homologación de las metodologías propias con las de las Entidades de Fiscalización
Locales y el fortalecimiento de la fiscalización sobre los recursos federales que se canalizan a estados y municipios.
En nuestro propósito de adopción de las mejores prácticas a nivel internacional, asumimos la continuidad del trabajo de
homologación de las normas de auditoría emitidas por la INTOSAI, respetando siempre nuestro marco legal y
características propias.
Las principales directrices que la Auditoría Superior de la Federación ha privilegiado, se refieren a mantener y fortalecer la
credibilidad y el prestigio de la institución; simplificar el formato y contenido de la presentación de los resultados, hacer
efectiva la participación ciudadana y colaborar en la conformación de una cultura de rendición de cuentas.
Y a continuación, realizaré una referencia sucinta a la situación actual, para después concentrar la atención en la ruta del
futuro de la fiscalización.
Situación Actual
Pero antes de entrar en materia, quiero consignar que ha habido una positiva aceptación de los resultados de las auditorías
practicadas a la Cuenta Pública Federal y, consecuentemente, una demanda porque se alcancen mayores y mejores
resultados en todo sentido.
En lo que va de la última década, la ASF ha acendrado su posición por mantener su congruencia con los principios
técnicos y de imparcialidad que la sustentan, así como en responder con todos los elementos a su alcance a la exigencia
colectiva para que su aportación sea más útil a los legisladores y a la sociedad.
Esta exigencia múltiple sobre nuestro trabajo, tiene una conexión indisoluble con el planteamiento generalizado de todos
los segmentos de la población porque se conozca el manejo de los recursos públicos y los resultados que con su
aplicación se obtienen.
En esta asignatura, la fiscalización superior es percibida como un instrumento útil para esos fines, razón estimulante para
redoblar empeños.
En consecuencia, lugar preponderante en nuestras ocupaciones lo tiene la salvaguarda de la independencia del trabajo
que realizamos, para patentizar todos los días y ante cualquier situación que actuamos sin sujeción alguna a factores que
no sean del cumplimiento estricto de nuestro mandato. Sólo de esta manera es que cumplimos legal, ética y objetivamente
la encomienda que nos fue conferida.
Es oportuno aquí, referir la resolución trascendente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptada en
diciembre pasado, que sostiene que las “Entidades de Fiscalización Superior sólo pueden realizar sus deberes de forma
objetiva y eficiente, si gozan de independencia de la entidad auditada, y están protegidas contra cualquier influencia por
parte de terceros”. Esta declaración constituye una relevante adición a los criterios universales que rigen nuestro trabajo.
Tenemos la convicción de que en el núcleo de la aspiración social por el mejor funcionamiento de la administración pública,
está sentada la premisa de que opere con eficacia, eficiencia, economía y transparencia.
Buscamos, con denuedo, ser estímulo de mejora para el aparato gubernamental y que nuestra labor patentice un servicio
de provecho para el conjunto social.
2 Quisiera destacar que en nuestro accionar por la claridad y entendimiento de los resultados de la revisión de la Cuenta
Pública, diseñamos desde 2011 una nueva estructura de nuestro informe, que permite una consulta más ágil y posibilita la
mejor comprensión del contenido.
Además, implicó una importante disminución de páginas, sin demérito alguno de la calidad y el alcance de las auditorías.
A partir de entonces, el Informe incluye un Tomo Ejecutivo, cuya elaboración se realizó bajo un nuevo enfoque integral y
con base en los grupos funcionales indicados en la clasificación presupuestal, en el que se resumen los resultados más
relevantes de la fiscalización efectuada, así como las principales conclusiones y recomendaciones que de ella derivan.
Adicionalmente, con esa estructura renovada, se entregan, agrupados en distintos tomos, los informes de auditoría
individuales, que corresponden a cada una de las más de mil revisiones practicadas, lo que facilita su lectura, y una mejor
comprensión de sus resultados; y en el caso de los recursos transferidos a estados y municipios, se incluyen fascículos con
los marcos de referencia, de cada uno de los fondos vinculados con el gasto federalizado.
Con esta tesitura, planteamos las recomendaciones y observaciones derivadas de las auditorías que llevamos a cabo.
Buscamos, en primera instancia, que sean oportunamente corregidas y solventadas en su totalidad. Estamos, ante todo,
por el buen aprovechamiento de los dineros de la sociedad y el cumplimiento cabal de los programas de gobierno.
Desde luego, el escrutinio que realizamos tiene indirectamente el objetivo de contribuir a combatir la corrupción. Mediante
la detección de hechos indebidos o ilegales y con la promoción de acciones correctivas y preventivas, es que patentizamos
nuestra aportación.
Aún más, sostenemos siempre una actitud proactiva para señalar en su oportunidad, las áreas de riesgo identificadas en el
accionar gubernamental. Como se puede apreciar por los datos puntualizados, la fiscalización superior reporta un servicio
integral a la sociedad: mejora de prácticas y procedimientos administrativos; señalamiento de áreas oscuras y de riesgo;
promoción de sanciones administrativas; fincamiento de responsabilidades resarcitorias para el reintegro de recursos, y la
presentación, en su caso, de denuncias penales o de hechos ante el ministerio público.
Aprecio conveniente mencionar que en el empeño contemporáneo por constituir una cultura de rendición de cuentas, se ha
puesto en evidencia que la estructura institucional del país adolece de disgregación de esfuerzos, deficiente coordinación
de estrategias y desorden en las formas, tiempos y objetos de análisis.
El cuadro descrito no sólo sirve para exponer lo que hemos hecho mal, sino que de igual manera indica lo que debemos
llevar a cabo para superar tales situaciones. En la ruta de solución, hace dos años iniciamos el establecimiento de un
Sistema Nacional de Fiscalización con el concurso de todas las entidades dedicadas a la materia de auditoría
gubernamental.
El propósito de esta iniciativa es establecer una coordinación efectiva que permita un trabajo cohesionado e integral. Se
trata de una alianza estratégica y funcional, entre órganos e instituciones especializadas, para operar de manera unitaria,
sin merma alguna de las facultades propias de cada una y con pleno respeto a la legalidad y competencias.
Al respecto de esta configuración y luego de algunos avances logrados, tenemos la aprobación que los diputados dieron en
abril pasado para que el Sistema sea reconocido a nivel Constitucional.
3 Resulta, entonces, que vamos camino a una nueva construcción institucional que posibilite un mejor y oportuno escrutinio
de los recursos públicos y del cumplimiento de los programas de gobierno.
El reto a lograr es la formación de un frente común de los distintos órganos que desempeñan las funciones interna y
externa de auditoría, como son la Secretaría de la Función Pública, las Contralorías estatales, la Auditoría Superior de la
Federación, las Entidades Fiscalizadoras Superiores Locales y las Contralorías o Auditorías Internas del sector público en
general.
Con la concurrencia organizada de todas, se podrá alcanzar un estadio de mayor efectividad en la vigilancia del
desempeño de los entes públicos.
También y en correspondencia con la creciente importancia de la canalización de recursos económicos del presupuesto
federal a estados y municipios, a principios de 2011 reforzamos la estructura de la ASF con la creación de la Auditoría
Especial del Gasto Federalizado.
Me interesa destacar en esta mención la incorporación de la ASF como integrante de la red de rendición de cuentas. Este
cuerpo de organismos de los sectores académico, social, público y privado es una idea original del Centro de Investigación
y Docencia Económicas, CIDE, y en la actualidad cuenta con la participación de 60 miembros. Su objetivo es la promoción
de conductas transparentes y responsables en el manejo de los recursos públicos. Recientemente la Asamblea de la
Asociación Nacional de Organismos de Fiscalización y Control Gubernamental (ASOFIS), aprobó su incorporación a dicha
Red.
Por otro lado, con el mayor interés por profundizar el contacto con la población, la ASF puso en operación la Línea Ética de
Denuncia (LE), como un posibilidad adicional para recoger observaciones y denuncias de los ciudadanos.
De igual modo, en nuestra era de avances tecnológicos, no podía faltar en la estrategia del órgano técnico del Poder
Legislativo, la atención de las redes sociales, razón por la que se tiene presencia institucional en tweeter, youtube,
facebook y un blog institucional.
Buscamos con ello, extender la difusión, estar presente en los medios alternativos de comunicación y desarrollar una
mayor vinculación con las personas.
Panorama futuro
Ahora bien, dirigiendo la mirada hacia los tiempos que vendrán, quisiera resaltar que la ASF deberá seguir cumpliendo en
forma esmerada con su misión. De manera paralela mejorar e impulsar su marco de actuación en sus vertientes jurídica,
técnica y ética.
Conservar y acrecentar su credibilidad y la confianza de la sociedad, serán imperativos cotidianos, así como ampliar el
conocimiento y la percepción positiva de los ciudadanos sobre los beneficios que aporta el trabajo de fiscalización superior.
La ASF deberá introducir todas las mejoras a su alcance en su desempeño institucional y perseverar en la consecución de
mayor calidad y valor agregado. Seguir incorporando las mejores prácticas mundiales, con la adecuación indispensable,
para que sean congruentes con nuestras normas y características específicas.
4 En cuanto a los proyectos en edificación, destacaría procurar en el menor tiempo posible y de la forma más adecuada, el
funcionamiento del Sistema Nacional de Fiscalización. Tenemos la confianza de que este instrumento colectivo será una
gran aportación para la transparencia, eficacia, eficiencia, economía y rendición de cuentas de la administración pública a
nivel nacional.
Asumimos con clara conciencia que uno de los factores que determina el grado de avance de los países, reside en la
interacción ordenada y armónica de todos sus sectores.
La administración de los recursos públicos es facultad gubernamental, pero no se realiza en el vacío sino con el concurso y
escrutinio de los ciudadanos, las empresas, la academia, la opinión pública y los medios de comunicación. Todos, en
alguna fase o instancia, participan.
Por ello, en el transcurso de los años, ha adquirido una relevancia capital en el ejercicio de los gobiernos el papel
protagónico que juegan la transparencia, la fiscalización y la rendición de cuentas para la sana marcha de las naciones.
A todos nos consta que en la crisis económica actual de Europa se señala que éstas fueron omitidas o desconsideradas y,
por ello en buena medida, se dio la terrible desestabilización existente.
Es cierto que por sí sola la labor de las Entidades Fiscalizadoras Superiores no puede evitar la materialización de una
crisis; sin embargo, su valor radica en que, de manera diligente, independiente y profesional, se genere información con
base en los resultados de auditoría sobre riesgos estructurales y coyunturales, que comprometen el sano desarrollo de las
finanzas públicas.
Aunque la fiscalización superior es una disciplina técnica por definición, está entrelazada con todas las ramas de la
administración pública. En tal sentido, tiene una función estratégica para el desarrollo de la vida democrática y el bienestar
de la población. Por igual, señala deficiencias y carencias de los procesos administrativos, recomienda las prácticas de
operación más adecuadas, informa sobre actos de corrupción y propicia el mejor uso de los bienes públicos.
A través de una aplicación virtuosa de la fiscalización superior, cualquier gobierno puede disponer de una radiografía
confiable que dé lugar al mejor diagnóstico de la situación estructural de la gestión pública. Con la información que aporta
se puede sustentar el diseño de mejores proyectos y programas públicos. De igual manera, pueden enfrentarse los
problemas con bases más firmes para su solución adecuada y oportuna.
Del conjunto de factores mencionados que ejemplifican la utilidad pública del trabajo auditor, soy un convencido de que la
fiscalización superior está por encima de la aplicación de sanciones y la imposición de castigos.
Sin apartarnos un ápice del diseño constitucional y el contexto legal vigentes en México seguiremos propugnando por la
detección de áreas de oportunidad y la promoción de las mejores prácticas gubernamentales, donde reside su impacto de
trascendencia para la gestión pública.
Consideramos que la imposición de sanciones, en especial de carácter administrativo, es casuística y los hechos ilícitos,
mayormente, son producto de debilidades estructurales que deben ser objeto de una atención mayor, estratégica y
prioritaria, que permita no sólo castigar los síntomas, sino también, de manera importante, revelar y modificar las causas e
inercias en el diseño estructural de gobierno que los propician o posibilitan.
5 Con responsabilidad, frente a la demanda actual existente para que se dote a la ASF para aplicar directamente sanciones
administrativas, apoyamos, por el contrario, la tesis de que su aplicación recaiga en un Tribunal Federal Autónomo, ajeno a
conflictos de interés por las competencias y la división de poderes de nuestro sistema político, y que sea aplicable a los
tres niveles de gobierno.
En todas partes escuchamos que la constante en la vida humana e institucional es el cambio, el cual en estos tiempos
tiene una mayor dinámica, situación que demanda una capacidad de aprendizaje y adaptación correlativa para las EFS.
Siendo su función el análisis crítico del desempeño y la evaluación de los resultados gubernamentales, están obligadas a
contar con los instrumentos y metodologías más avanzados.
Un aspecto de gran significancia es el relativo a la creación de capacidades. En consecuencia, las EFS deben formar e
impulsar la preparación continua de sus recursos humanos, así impulsamos que la revisión de métodos y actualización de
prácticas deben ser permanentes.
He mencionado ya la atención que dedicamos a la opinión pública, la relación que tenemos con el ámbito académico y
nuestra incursión en medios convencionales y emergentes para establecer vínculos con la ciudadanía. Sin embargo, la
participación efectiva de la sociedad en el tema de la fiscalización es una asignatura que apenas comenzamos a atender.
Tendremos que hacer mucho más sobre el tema en los próximos años para aprovechar al máximo su gran potencial
transformador.
A manera de conclusión, quisiera enunciar algunas de las modificaciones constitucionales aprobadas en el pleno de la
Cámara de Diputados el pasado mes de abril, tendientes a la ampliación y fortalecimiento de las facultades de la ASF.
Destaco que éstas derivan de la fructífera colaboración que hemos construido con el cuerpo legislativo y en particular con
los diputados y diputados de la Comisión de Vigilancia de la H. Cámara de Diputados. Propuesta turnada al Senado de la
República y que confiamos que sea aprobada en el próximo periodo legislativo.
En resumen las modificaciones más importantes consisten en lo siguiente:
•
Reconocer a nivel constitucional el Sistema Nacional de Fiscalización. Asunto que ya comentamos.
•
Adelantar gradualmente el plazo de presentación de la Cuenta Pública al último día hábil del mes de
febrero.
•
Otorgar a la Auditoría Superior de la Federación la facultad de realizar evaluaciones preliminares a través
de informes trimestrales, emitiendo recomendaciones y sugerencias de carácter preventivo.
•
Solicitar información del ejercicio en curso, para contar con elementos para la planeación de las auditorías.
•
Iniciar la fiscalización el primer día hábil del año siguiente al cierre del ejercicio fiscal.
•
Realizar acciones sin sujeción a los principios de anualidad y posterioridad para que en supuestos
específicos que regule la legislación secundaria, la Auditoría Superior de la Federación pueda tener
intervención durante el ejercicio en curso.
•
Incluir de manera expresa como sujetos de fiscalización a los fideicomisos públicos y a las concesiones o
cesiones parciales de bienes del dominio público.
6 •
Incluir la fiscalización de los proyectos de inversión de coparticipación público privada.
•
Presentar informes individuales de auditoría que se entregarán conforme vayan concluyendo las auditorías.
•
Presentar un Informe General Ejecutivo del Resultado el 31 de octubre.
•
Concluir la revisión de la Cuenta Pública por parte de la Cámara de Diputados el 15 de diciembre del mismo
año de su presentación.
El decreto deberá ser aprobado por la mayoría calificada en la Cámara de Senadores y, posteriormente, por la mayoría de
las Legislaturas de los Estados y el Distrito Federal.
Luego de ello, deberá ser turnado a la Cámara de origen y enviado al Poder Ejecutivo para su publicación en el Diario
Oficial.
Considero que hay evidencia suficiente para acreditar el servicio de provecho que cumple la fiscalización superior y que la
respuesta de los representantes populares a la demanda social posibilitará que la Auditoría Superior de la Federación
amplíe su contribución al desarrollo del país.
Señoras y señores:
La fiscalización no es un fin en si mismo. Su alcance, de manera indirecta, tiene que ver con la confianza de los
ciudadanos respecto de la gestión gubernamental.
En la Auditoría Superior de la Federación estamos convencidos que el trabajo técnico, neutral e independiente es nuestra
mejor contribución al desarrollo del sistema democrático de nuestro país y, por lo tanto, al bienestar de la gente.
Bajo esa convicción, continuaremos fortaleciendo nuestro esfuerzo y trabajo diario
Por su atención, muchas gracias.
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