Carta San Francisco - International Security Observatory

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“Un análisis del Art. 33 de la Carta de San Francisco.
Los medios políticos de prevención”
Alejandro VALENCIA VIROSTA
Resumen
La negociación, la investigación y la mediación – además de los buenos oficios y la encuesta – son
medios políticos que han ido surgiendo históricamente con la finalidad de resolver las controversias
sin tener que acudir al uso de la fuerza.
Palabras clave: Consejo de Seguridad, Controversia, Diplomacia preventiva, Litigio & Medios
políticos (buenos oficios, negociación, investigación y mediación)
‘1. Las partes en cualquier controversia deben buscar la solución a través
de la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el
arbitraje, al arreglo judicial, el recurso a organizaciones regionales o
por otros medios pacíficos de su elección.
2. El Consejo de Seguridad, si lo juzga necesario, invita a las partes a
arreglar sus diferencias por tales medios’
La negociación, como medio político de prevención, se configura como el mecanismo más veterano
de todos consagrándose a través de la historia, especialmente en las conferencias de los siglos XIX
y XX. Es el medio político de solución de conflictos por excelencia, y su rasgo distintivo es la
exclusión de todos aquellos entes ajenos al proceso en el que las partes en litigio intentan así
solucionar sus controversias. Los Estados designan a una persona o un conjunto de ellas la
encomienda de llevar a cabo la negociación siendo la misma una decisión pura y exclusivamente
política. Los infrascritos de la Carta de la ONU se ven obligados a buscar cualquier otra fórmula
posible en el supuesto de que la negociación decayese. La negociación puede llevare a cabo en el
seno de una organización internacional (o en el marco de una conferencia internacional), y el
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principio de buena fe impera en el transcurso. Conferencias Internacionales como la de Dayton –
sobre el contexto balcánico en 1995 – o el proceso de Paz para Oriente Medio (Madrid, 1991) son
un claro ejemplo de lo antedicho.
La negociación diplomática referida al tratamiento de un conflicto, bien en clave preventiva como
en las fases de gestión y resolución, es la pieza primordial entre los mecanismos de los tratados, y
que queda configurada tanto a nivel diplomático (‘First Track Diplomacy’) como a nivel ‘informal’
(Multi-Track-Diplomacy). Ésta última – con mayor evolución desde la década de los 90 –,
denominada también como diplomacia de segundo nivel, viene referida al conjunto de encuentros
no oficiales celebrados con el fin de dar apoyo al proceso oficial negociador. Los actores que operan
en esta modalidad, con cierta frecuencia, se trata de voluntades privadas no estatales, cuya misión es
la de lograr avances y ‘forzar’ la negociación oficial, como fue el llevado a cabo por la Comunidad
de San Egidio al mediar, con éxito, en casos como Mozambique o Burundi.
En la Conferencia de la Haya se asentó también la figura de la encuesta. La misma ha de ser pedida
por las partes en controversia, y obliga a éstas a dar cuanta información sea necesaria, como es
aclarar los antecedentes del conflicto o cuál es su contenido fundamental, si bien no tiene como fin
otorgar soluciones, sino ayudar en la consecución de una.
La negociación, a la par que los buenos oficios y la negociación, son medios no jurídicos, es decir,
son medios políticos que no conllevan sujeción, al no poseer fuerza obligatoria y, por tanto, pueden
ser rechazados. Los buenos oficios, por su parte, son comúnmente apostados en un paso previo al de
la mediación y su objeto es el de obtener un inicio, o si éstas han sido canceladas, reanudar las
mismas. El tercero (usualmente un Estado) se limita a funciones de intermediario con la limitación
de formular soluciones confinando sus marches, en consecuencia a la mera presencia en las
negociaciones. Otros sujetos que pueden encabezar estos buenos oficios puede ser un colectivo de
Estados, un órgano de una organización internacional (como es el Consejo de Seguridad de la ONU,
o una personalidad relevante. Un claro ejemplo lo encontramos en la iniciativa de Theodore
Roosevelt en la contienda entre Rusia y Japón, que culminó en un tratado bilateral de paz. Como se
puede observar en el ejemplo planteado, las funciones se basan en poner en persuadir y poner
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contacto únicamente a las partes. No obstante, si se les faculta a interponer, siempre a petición de
parte, iniciativas de libre aceptación por éstas. Estos buenos oficios, suelen desembocar en
mediaciones, tal y como veremos ahora, por lo que es difícil establecer los límites entre ambos
medios políticos.
En la mediación, el mediador intenta poner de acuerdo a las partes, pero a diferencia de lo visto en
el párrafo anterior, propone una solución. Destacar, en este caso, las satisfactorias mediaciones
realizadas por diferentes Santo Padre, claro ejemplo fue la realizada por su Santidad Juan Pablo II el
29 de noviembre de 1984 en el conflicto entre Argentina y Chile al evitar la escalada hacia el
conflicto. El mediador (persona concreta de un Estado), como anticipábamos, toma posición en el
fondo del asunto, y los litigantes pueden aceptar o no la intervención del mediador pudiendo
respetar o no la solución propuesta. La Convención de la Haya de 18 de octubre de 1907 sobre la
solución pacífica de controversias afirma que el mediador concilia las pretensiones opuestas y
apacigua los resentimientos que pueden haberse producido entre los Estados en conflicto, y lo hace
adoptando una posición sobre el fondo de la disputa.
En cuanto a las comisiones de investigación, ejemplo como las del Alto Comisionado de las
Naciones Unidad para los Derechos Humanos (ACNUDH) o las del Centro de Protección de
Minorías de la OSCE, son dignas de mencionar. Finalmente, el artículo 71 de la Carta reconoce la
contribución que pueden aportar las ONG en la consecución de los objetivos de Organización. Estas
contribuyen al mantenimiento de la paz y la seguridad al ofrecer soluciones no violentas para hacer
frente a causas fundamentales del conflicto en una etapa oportuna. De esta forma, las ONGs
representan un medio importante para ejecutar la ‘diplomacia de segundo nivel’ complementando la
labor de los gobiernos y organizaciones internacionales. Las ONGs proporcionan estudios de alerta
temprana y ocasiones para la acción, así como promotoras en la toma de conciencia ciudadana
configurando una opinión pública. Recordemos cómo las distintas ONGs han influenciado, con
mayor o menor éxito, en el ‘drama’ de los Refugiados Sirios.
Alejandro Valencia Virosta
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Bibliografía
DÍEZ DE VELASCO, Manual: Instituciones de Derecho Internacional Público, Madrid, Tecnos, 15ª
edición, 2005, pp. 999 a 1067.
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