NERVOUS NOTIONS AND MENAGERIES Primera exposición individual en nuestro país de Aideen Barry (Cork, Irlanda, 1979) con una propuesta multidisciplinar en la que vídeo, animación, escultura, dibujo y diorama materializan un proyecto desarrollado a lo largo de tres años, profundizando en la fascinación de la artista acerca de qué es normal y qué extraordinario en la vida cotidiana; demostrando cómo convergen ansiedad, humor, horror, banalidad y tedio en la rutina diaria, con sus quehaceres y gestos repetidos hasta la saciedad. Aún más, con la incorporación cognitiva y emocionalmente a través de los medios, ya convertida en hábito, de acontecimientos ajenos y terribles o de modelos absurdos e inalcanzables, que muchas veces tratan de ser emulados. Teorizar y argumentar sobre la ansiedad y las múltiples formas y circunstancias en que se manifiesta constituye el eje discursivo de su trabajo, para lo que realiza continuas investigaciones en los ámbitos performativo y material, recurriendo a contorsiones y situaciones ridículas que recogen sus vídeos y desarrolla posteriormente en otros soportes como la escultura, el dibujo o los dioramas; siempre previo estudio en unos cuadernos de bocetos, que custodian la clave de su práctica. El tono aúna lo hilarante con lo patético, vinculada la narración a lo estrictamente personal y doméstico cotidiano en clave femenina. La artista juega con el concepto de disonancia cognitiva tratando de establecer una dinámica interactiva en tanto que su obra sea percibida de un modo paradójico, atrayendo y repeliendo simultáneamente al espectador. Intenta su captación valiéndose de un patrón en el que una cosa puede resultar familiar aunque extraña y amenazadora a un tiempo. Su poética evidencia un interés por lo gótico irlandés y el "das unheimlich" (the uncanny), lo misterioso, lo peculiar, siendo frecuentes las referencias directas o indirectas. Todo ello como herramientas para expresar el comportamiento humano en el singular espacio entre el divertimento y la incomodidad, creando equilibrio y tensión en la zona intermedia. Como irlandesa se confiesa deudora de la influencia ejercida por Bram Stoker, autor de Drácula, y por el menos conocido aunque precursor del género y personaje, Joseph Sheridan Le Fanu. Extrapolado el tema a nuestro tiempo, su línea de investigación nada tiene que ver con las casas encantadas ni las posesiones diabólicas sino mas bien en desvelarnos qué es lo gótico contemporáneo y cómo detectarlo en sus localizaciones mas obvias y familiares del día a día: el supermercado, la cocina, las urbanizaciones... etc, donde, no obstante, ¡ suceden cosas inexplicables.....! El estado de ánimo globalizado ante la inestabilidad económica y sociopolítica y los trastornos a los que una negativa alteración en la escala de valores conducen a los personajes –consumo desenfrenado, bulimia, una especie de “vigorexia” aplicada a las tareas del hogar, etc... conforman un panorama que evidentemente conecta con los relatos de terror victorianos. En "Posesión", vídeo que centra discursivamente la muestra, la protagonista es producto del ambiente en que se encuentra inmersa, identificable con los suburbios irlandeses. Detonante de esa disonancia cognitiva, responde a la idea de una cierta posesión o encantamiento, en cuanto ama de casa que sucumbe a sus circunstancias, atrapada, aplastada por una Usher contemporánea en medio de urbanizaciones abandonadas e incompletas y de la que es incapaz de huir. El personaje responde a una enfermiza situación doméstica, alienante en extremo; una batería de electrodomésticos, instrumentos simbólicos de sus obligaciones por los que es poseída, completan la grotesca escenografía en torno a las tareas que en un momento se denominaron como "propias del sexo femenino". El escenario elegido por la artista para desafíar la realidad viene dado por la empatía que propicia su condición femenina. La mujer que encarna Aideen Barry en esta performance vive en un presente continuo de rutina y ansiedad en el que se deja llevar en un ir hacia ninguna parte, una vez ha llegado a la negación de su propia existencia. Carente de voluntad, conocimiento y libertad; abolida la conciencia, inviable sin imaginación, sensación y memoria, se convierte en un objeto o, más aún, en la extensión de otros a los que dota de la vida y autonomía a que ha renunciado. Con estos elementos se esboza un razonamiento fenomenológico de enigmático humor negro. Para ampliar la visión y completar el sentido del vídeo, la artista ha realizado una serie de dibujos y dioramas, estructurados en bloques que se distribuyen por la galería. Estos soportes facilitan recrear visiblemente las hibridaciones de lo humano con lo objetual y animal, alumbrando un catálogo inédito de seres a medio camino entre la ciencia ficción y la pesadilla. Son los pobladores de nuestro mundo, nosotros mismos recreados por la imaginación y el espíritu crítico de la artista. IH