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Revisión de conjunto
Síndrome del ovario poliquístico
Polycystic ovary syndrome
Santos, E.*; Laparte, C.* y Salvador, J.
* Departamento de Endocrinología y Nutrición. ** Departamento de Ginecología y Obstetricia. Clínica Universitaria
de Navarra.
RESUMEN
En el Síndrome del Ovario Poliquístico (SOPQ) concurren una serie de alteraciones hormonales que motivan consultas diversas por obesidad, acné, hirsutismo
o infertilidad a distintos especialistas. El conocimiento de los fenómenos de insulinorresistencia independientes de la obesidad e implicados en su fisiopatología ha abierto una nueva ventana terapéutica que nos
permite actuar modificando la actividad de otro factor
regulador de la síntesis androgénica. Cada día se publican mayor número de evidencias que indican que
estas pacientes, que habitualmente consultan considerando que su problema es estético, presentan un
riesgo aumentado de desarrollar diabetes mellitus o
enfermedad coronaria. La obesidad está presente en
un 60%, ejerciendo probablemente un efecto sinérgico sobre las manifestaciones del SOPQ. Su distribución es central y también está presente en aquellas
con un índice de masa corporal normal, confirmando
la asociación entre hiperandrogenismo y distribución
centrípeta de la grasa con la mayor morbilidad que
comporta dicha alteración. Es importante conocer la
fisiopatología del SOPQ para modular las diferentes
alteraciones presentes según las necesidades de la
paciente en cada momento. El manejo del SOPQ en
el futuro probablemente consistirá en mantener regímenes terapéuticos con efecto multifactorial a largo
plazo realizando revisiones periódicas que incluyan el
estudio y la prevención de enfermedad cardiovascular.
PALABRAS CLAVE
Insulinorresistencia. Obesidad. Hirsutismo. Infertilidad. Diabetes mellitus. Riesgo cardiovascular.
SUMMARY
Polycystic Ovary Syndrome (PCOS) gathered several
hormonal disturbances that cause medical consulta-
29
tions for obesity, hirsutism or infertility. The knowledge that insulin resistance, regardless obesity, is involved in its pathophysiology has brought a new therapeutic key to modify androgen biosynthesis. The evidence according to which these patients, who think
that their problem is only aesthetic, have an increased
risk of developing diabetes or cardiovascular disease
is stronger from day to day. Obesity is present in 60%
of cases and probably exerts a synergic effect on
PCOS manifestations. Its distribution is central and is
also present in women with normal body mass index,
corroborating the association between hyperandrogenism and centripetal fat distribution with the morbidity that this pattern of body fat distribution implies. It
is important to know the pathophysiology of PCOS in
order to modulate the different influences which are
involved depending on patient’s complaints. The management of PCOS in the future will consist probably
of long-term multifactorial treatment with periodical
examinations that include the study and prevention of
cardiovascular disease.
KEY WORDS
Insulin resistance. Obesity. Hirsutism. Infertility. Diabetes Mellitus. Cardiovascular risk.
INTRODUCCIÓN
Probablemente Stein y Leventhal nunca imaginaron
las numerosas publicaciones y debates que surgirían
en torno al síndrome que describieron en 19351. Es
posible que tampoco pensaran en la posibilidad de
que dicho síndrome asociase un mayor riesgo cardiovascular. Hoy sabemos que las pacientes que describieron Stein y Leventhal constituyen una manifestación extrema de una enfermedad con un amplio espectro clínico cuya fisiopatología implica numerosos
sistemas, hormonas y péptidos interregulándose de
modo complejo. Para explicar el cuadro clínico postu-
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SANTOS E, ET AL. SÍNDROME DEL OVARIO POLIQUÍSTICO
Hipotálamo-hipófisis
PRL
DA
Leptina ¿?
Tono opioide
?
Anovulación
E2
FSH
LH
E1
Tejido periférico
Aromatización
extraglandular
Ovario
Maduración folicular
Actividad aromatasa
Estímulo estroma y teca
Insulinorresistencia
Obesidad
Insulina
Hígado
SR
SHBG
Hiperandrogenemia
IGFBP-1
IGF 1
Fig. 1.—Elementos implicados en la fisiopatología del ovario poliquístico. PRL: prolactina, DA: dopamina, E1: Estrona, E2:
Estradiol, SHBG: Proteína transportadora de hormonas sexuales, SR: Glándula suprarrenal.
laron la existencia de una barrera mecánica, la túnica
engrosada, que no permitía a los folículos alcanzar la
superficie ovárica. Los estudios más recientes ofrecen una perspectiva funcional diferente de la teoría
mecánica de Stein y Leventhal, describiendo la fisiopatología del Síndrome del Ovario Poliquístico (SOPQ)
como una disrregulación androgénica asociada a anovulación de elevada prevalencia (5-10%) entre las mujeres premenopáusicas.
Los ovarios de apariencia poliquística alcanzan una
prevalencia de hasta el 20% entre mujeres jóvenes.
Sin embargo, sólo de un 5 a un 10% de estas mujeres
presentarán las características clínicas del síndrome
como amenorrea, infertilidad o manifestaciones hiperandrogénicas sobre la unidad pilosebácea3. Por este
motivo, los datos obtenidos con ecografía no poseen
la especificidad suficiente como para ser recomendados dentro de los criterios diagnósticos.
DEFINICIÓN DEL SÍNDROME. CRITERIOS
DIAGNÓSTICOS
FISIOPATOLOGÍA
Aunque hoy en día persiste la controversia sobre el
diagnóstico de SOPQ, la definición actual utilizada por
la mayoría de los investigadores deriva de la reunión
de expertos convocada el 1990 por el National Institute of Child Health and Human Development de EE.
UU.2. De acuerdo con estos criterios, el diagnóstico
de SOPQ se basa en tres criterios:
1. Alteraciones menstruales: oligomenorrea/anovulación.
2. Evidencia de hiperandrogenismo clínico y/o bioquímico.
3. Exclusión de otras causas: déficit parcial de 21-hidroxilasa, tumores secretores de andrógenos, prolactinoma, síndrome de Cushing.
468
Son numerosos los estudios publicados tratando de
esclarecer los mecanismos implicados en la génesis
de este complejo síndrome. Hipótesis clásicas como
la del exceso de estrona (derivado de la aromatización
periférica de androstendiona) o la que propugna una
alteración primaria en la secreción de gonadotropinas
(elevación en la concentración de LH junto con un
descenso de FSH durante la fase folicular) han sido
rebatidas en otros estudios. En la actualidad los trabajos publicados apuntan a un trastorno primario en la
síntesis de andrógenos como causa de la anovulación
crónica4. En la figura 1 se muestran los elementos implicados y las relaciones entre ellos.
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SANTOS E, ET AL. SÍNDROME DEL OVARIO POLIQUÍSTICO
Hipotálamo-hipófisis
La prevalencia en la elevación de LH se encuentra entre un 30 y un 90% según las series. Probablemente
se debe a la heterogeneidad del síndrome y a la relación inversa existente entre el índice de masa corporal y la concentración de LH. Habitualmente se usa el
cociente LH/FSH como criterio diagnóstico. Es evidente que una elevación significativa de esta fracción
promoverá una síntesis androgénica dominante, ya
que la hormona luteinizante favorece la producción
androgénica en la teca ovárica y el descenso de FSH
disminuye la actividad de la aromatasa y con ello la
síntesis estrogénica a partir de los precursores androgénicos. De hecho, la administración de FSH a dosis
bajas repetidamente en pacientes con SOPQ aumenta la concentración de estradiol, disminuye la de andrógenos y restaura la ovulación.
puestas de dicha hormona a GnRH7. La infusión intravenosa de estrona a pacientes con SOPQ y controles
no se siguió de elevación en la concentración de LH8,
devaluando el posible papel de este estrógeno débil
sobre la fisiopatología del desequilibrio LH/FSH.
Algunos estudios postulan que elevaciones en la concentración de andrógenos pueden modificar la pulsatilidad de GnRH, aumentando la concentración de LH.
La administración de flutamida, antiandrógeno no esteroideo que bloquea el receptor androgénico, conseguía disminuir en un 40% la concentración de andrógenos y LH e incrementar los niveles de proteína trasportadora de hormonas sexuales9. Sin embargo, otros
estudios en los que se administraba una infusión de
testosterona y dihidrotestosterona no observaron
cambios en la concentración de gonadotropinas.
Insulina
Neurotransmisores
Dopamina. La presencia de alteraciones en la respuesta de LH a la administración de sus agonistas y
antagonistas orientó a una posible disminución en el
tono dopaminérgico como causa de la elevación de
LH. Posteriormente, otros estudios no objetivaron
cambios en la concentración de gonadotrofinas tras la
administración de bromocriptina5. La disminución en
el tono dopaminérgico podría explicar, además, la presencia de hiperprolactinemia objetivada en el 5-30%
de las pacientes según las series.
Tono opioide. La ausencia de elevación de LH tras la
administración de naloxona en mujeres con SOPQ sugirió la participación de una disminución en el tono
opioide en el aumento de hormona luteinizante6. Sin
embargo, la aparente reducción del tono opioide hipotalámico en SOPQ de debe probablemente a alteración en el ambiente estrógenos/progesterona y no representa una alteración intrínseca del hipotálamo (tanto los estrógenos como la progesterona son
requeridos para reducir la secreción de GnRH a través
de la regulación opioide).
Estrógenos y andrógenos
Según la hipótesis de la estrona, la elevación de estrógenos originada por una mayor aromatización periférica de androstendiona a estrona estimularía la secreción de LH. Sin embargo, estudios posteriores empleando la administración de testolactona (inhibidor
de la aromatasa), no consiguieron demostrar una reducción en la pulsatilidad de LH o modificar las res-
31
La insulina no sólo tiene un papel importante en la fisiopatología del ovario poliquístico por sus acciones
sobre hígado y ovario. A nivel central aumenta la pulsatilidad de la hormona luteinizante, promoviendo de
este modo la síntesis androgénica ovárica.
Ausencia de feedback negativo de estradiol
y progesterona
El principal inhibidor de la frecuencia de la pulsatilidad
de GnRH durante los ciclos ovulatorios es el incremento de estradiol y progesterona que tiene lugar durante la fase lútea. Las alteraciones en este fenómeno pueden promover la elevación en la concentración
de LH y producción de andrógenos por parte de la
teca.
Leptina
Aunque la leptina fue descubierta a través de su relación con la obesidad y ha sido conceptuada como una
señal molecular para la regulación del balance energético, varios estudios sugieren que la leptina puede
jugar un papel en la regulación del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal. Las mujeres con SOPQ presentan
obesidad, insulinorresistencia y alteraciones menstruales, signos y síntomas que recuerdan a los observados en ratones leptino deficientes ob/ob. Algunos
estudios han demostrado concentraciones elevadas
de leptina sérica, mientras que otros no confirman dicho hallazgo cuando las cifras se ajustan por el índice
de masa corporal10,11. Existen evidencias del posible
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SANTOS E, ET AL. SÍNDROME DEL OVARIO POLIQUÍSTICO
papel estimulador de la leptina en la liberación de
GnRH, LH y FSH. La presencia de obesidad atenúa la
hipersecreción de LH y su respuesta a GnRH y algún
estudio ha postulado una posible relación de la leptinorresistencia con estas alteraciones.
Prolactina
Entre un 5 y un 30% de las mujeres con SOPQ presentan hiperprolactinemia. El principal inhibidor de la
secreción de prolactina es la dopamina. Varios investigadores han sugerido que es posible que exista un
control dopaminérgico sobre la secreción de gonadotropinas, de modo que una disminución en el mismo
podría explicar un aumento en la liberación de prolactina y LH, tal y como se observa en muchas pacientes
con SOPQ. La prolactina estimula la producción de
DHEAS por parte de la glándula suprarrenal y frecuentemente se acompaña de descenso en la concentración de SHBG con aumento en la fracción de
testosterona libre. Se han descrito casos de mujeres
con prolactinomas que presentaban SOPQ asociado.
Probablemente, la hiperprolactinemia observada
constituya un epifenómeno consecuente con la disminución del tono dopaminérgico o el aumento de estrógenos circulantes. No obstante, en algunas series
la administración de agonistas dopaminérgicos se ha
mostrado eficaz en el tratamiento del SOPQ. El uso
de cabergolina en el manejo de estas pacientes reduce la respuesta ovárica a FSH, sin afectar la tasa de
embarazo o aumentar la probabilidad de un embarazo
múltiple, limitando el riesgo de hiperestimulación ovárica12.
GH
Diversos estudios han objetivado disminución en la
concentración de hormona de crecimiento en las pacientes con SOPQ. Sin embargo, parece una alteración que acompaña fundamentalmente a la obesidad
cuya prevalencia es alta entre las mujeres con SOPQ.
del citocromo P450c 17α, paso limitante en la tasa de
síntesis androgénica. La respuesta exagerada de 17
hidroxiprogesterona al estímulo con agonistas de
GnRH es un estigma propio del aumento en la actividad del citocromo P450c 17α y define el Hiperandrogenismo Funcional Ovárico, concepto que describe
mejor el trastorno funcional que la propia denominación de SOPQ. Algunos estudios sugieren que este
aumento de actividad no es un defecto genético heredado sino inducido por la hiperinsulinemia y, por lo
tanto, es la capacidad por parte de la insulina de estimular el citocromo P450c 17α, lo que puede constituir un marcador biológico de las mujeres con
SOPQ13.
Alteraciones metabólicas: insulinorresistencia
En 1980 se publicó por primera vez la existencia de hiperinsulinemia entre las mujeres con SOPQ. Posteriormente se ha demostrado que existe importante insulinorresistencia14 como fenómeno independiente
de la obesidad y, por lo tanto, también presente en las
mujeres delgadas con SOPQ. Dicha insulinorresistencia parece originarse por una disminución en la autofosforilación del receptor insulínico, o bien por alteraciones en la señalización de la cascada post-receptor.
La unión de insulina al receptor de IGF-1 estimula la
producción de andrógenos en la teca y estroma ováricos. En el hígado, la hiperinsulinemia inhibe la producción de SHBG e IGFBP-1, de modo que aumenta
la fracción libre de andrógenos, así como la concentración de IGF-1 biológicamente activa y, con ello, la
respuesta androgénica de la teca a LH. Además, la insulina actúa a nivel central aumentando la amplitud de
pulsos de hormona luteinizante. Son varios los estudios que han observado un aumento de prevalencia
de SOPQ en pacientes con diabetes mellitus tipo 1,
posiblemente secundario al exceso de insulina exógena al que se ven sometidas para conseguir un control metabólico óptimo.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS PRINCIPALES
Esteroidogénesis ovárica-suprarrenal
Unidad pilosebácea
La alteración central del síndrome está constituida por
una excesiva secreción de andrógenos de origen ovárico y, en un número significativo de pacientes, también de procedencia suprarrenal. La causa más probable de este aumento en la secreción androgénica en
ambas glándulas parece ser una alteración en la regulación de las actividades 17-hidroxilasa y 17,20-liasa
470
Uno de los principales tejidos diana de los andrógenos es la unidad pilosebácea (UPS), en donde pueden
originar hirsutismo, acné, seborrea y alopecia. Dichas
alteraciones resultan del aumento en la producción
androgénica y/o de una mayor sensibilidad androgénica en la UPS. Los andrógenos más activos a este ni-
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Síndrome del
ovario poliquístico
Obesidad
Insulina
Resistencia
insulínica
Enfermedad vascular
Suprarrenal
Hígado
Alteración
Metabolismo
Carbohidratos
Ovario
SHBG
IGFBP-1
Actividad
androgénica
Hipertensión
arterial
SAOS
Dislipemia
Alteraciones
sistema
fibrinolisis
y coagulación
Manifestaciones
clínicas
Infertilidad
Oligomenorrea
Hirsutismo,
acné, seborrea
Secuelas
a largo plazo
Fig. 2.—Manifestaciones clínicas del síndrome del ovario poliquístico. SAOS: síndrome de apneas obstructivas del sueño.
vel son la testosterona y su metabolito dihidrotestosterona, sintetizado a partir del efecto de la isoforma 2
de la 5α-reductasa en la papila dérmica. El aumento
de actividad de IGF-1 presente en estas pacientes estimula la actividad de la 5α-reductasa y, con ello, la
respuesta androgénica de la unidad pilosebácea. Es
frecuente que la expresión clínica del efecto androgénico sobre la UPS sea variable dependiendo de la localización, aspecto relacionado con la sensibilidad androgénica tisular. En algunas UPS, como las localizadas en algunas áreas del cuero cabelludo, la
estimulación androgénica provoca una involución del
vello que se traduce en alopecia. En otras zonas denominadas andrógeno-dependientes (cara, brazos, tórax, muslos) se produce desarrollo del vello terminal,
mientras que en otras regiones tiene lugar la hipertrofia de la glándula sebácea que constituye la base para
la aparición de acné.
33
Alteraciones menstruales e infertilidad
Las pacientes con SOPQ presentan con frecuencia
sangrado uterino irregular e impredecible. Tanto la oligomenorrea, que se define como la presencia de ciclos mayores de 36 días, como la amenorrea, que implica ausencia de ciclos durante al menos 6 meses seguidos, son frecuentes en el SOPQ. La producción
estrogénica en el SOPQ es constante y no contrapuesta a la acción de la progesterona debido a la ausencia de ovulación, así que la presencia de metrorragia o polimenorrea debe hacer sospechar hiperplasia
endometrial. Probablemente la anovulación constituye el defecto primario responsable de la infertilidad en
las pacientes con este síndrome. La tasa de embarazo es significativamente menor que la tasa de éxito
en la inducción de la ovulación, y existe una mayor
prevalencia de aborto espontáneo.
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Consecuencias cardiovasculares y metabólicas
del SOPQ
En los últimos 20 años un número creciente de estudios15,16 ha demostrado la asociación del SOPQ con
obesidad, resistencia insulínica, diabetes mellitus,
dislipemia, hipertensión arterial, alteraciones en la fibrinolisis y otros factores de riesgo vascular. Como
consecuencia, el enfoque en el manejo de estas pacientes ha cambiado. No se trata únicamente del problema estético al que se enfrenta una mujer con hirsutismo y acné ni de regularizar los ciclos menstruales. Dichas pacientes deben ser seguidas a largo
plazo prestando especial atención al desarrollo de diabetes o de enfermedad coronaria. La obesidad probablemente ejerce un efecto sinérgico en las manifestaciones del SOPQ (fig. 2).
Ehrmann16 estudió la prevalencia de alteraciones en el
metabolismo hidrocarbonado en una cohorte de 122
mujeres con SOPQ. El 35% presentaba intolerancia
hidrocarbonada (la glucemia basal resultó ser escasamente predictiva de la concentración de glucemia a
las dos horas tras la sobrecarga oral de glucosa) y el
10% diabetes mellitus tipo 2. Hoy en día existen pocos estudios epidemiológicos a largo plazo.
En un estudio retrospectivo reciente realizado por
Wild17, el riesgo relativo para diabetes mellitus tipo 2
en una cohorte de mujeres con SOPQ de mediana
edad resultó ser tres veces superior al de la población
de referencia.
El impacto de la insulinorresistencia es notable, incluso en las pacientes no diabéticas. Por ejemplo, la insulinorresistencia aumenta la secreción hepática de
VLDL, lo que origina mayor transferencia del éster de
colesterol desde HDL a VLDL y una consiguiente reducción en la concentración de HDL.
La propia insulinorresistencia favorece la actividad
simpática y con ello la hipertensión a través del aumento del gasto cardíaco, la vasoconstricción y la mayor reabsorción de sodio.
La hiperinsulinemia compensadora ha demostrado
estimular la síntesis de PAI-1 en algunos estudios18,19,
situación que inhibe la fibrinolisis en respuesta a la
oclusión venosa. La persistencia de microtrombos en
los vasos puede acelerar la aparición de enfermedad
macrovascular a través de la liberación de mitógenos.
La insulinorresistencia también puede afectar a la función plaquetaria, de modo que alteraciones en la señalización insulínica pueden resultar paradójicamente
en activación plaquetaria a pesar de la presencia de altas concentraciones de insulina en sangre. Si consideramos que las plaquetas pueden ser consideradas
472
generadores de trombina, las alteraciones plaquetarias potenciarán la cascada de la coagulación. En pacientes con diabetes se han observado elevaciones
de fibrinógeno, factor Von Willebrand y factor VII de
coagulación, asociados con aumento de riesgo de enfermedad macrovascular.
Los mecanismos potenciales de dislipemia en la paciente con SOPQ incluyen la presencia de hiperinsulinemia e hiperandrogenismo. La administración de flutamida, antiandrógeno no esteroideo puro, durante
doce meses consiguió una mejoría notable del perfil
lipídico en pacientes con SOPQ y dislipemia, siendo
dicho efecto independiente de la presencia de obesidad o insulinorresistencia20. El patrón lipídico más frecuente entre las mujeres con SOPQ consiste en descenso en la concentración de HDL colesterol, elevación de triglicéridos y VLDL colesterol y, en algunos
casos, aumento en la concentración de apolipoproteína B y LDL colesterol.
La acción de los estrógenos y los andrógenos sobre la
función vascular también está siendo objeto de investigación. Los estrógenos, como antioxidantes, influyen en las respuestas inflamatorias y afectan a la cascada de la coagulación. Disminuyen la acumulación
de LDL colesterol sobre la pared vascular, aumentan
los niveles de HDL, descienden los de LDL y endotelina. Además tienen efecto vasodilatador, antagonista
del calcio y aumentan los niveles de prostaciclina. Los
niveles circulantes de estradiol en las mujeres con
SOPQ son menores que los que alcanzan las mujeres
que ovulan con normalidad, por lo tanto las mujeres
con SOPQ son hipoestrogenémicas y esto probablemente aumenta su riesgo vascular.
En cuanto a los andrógenos y su efecto directo sobre
la pared vascular, parece que podría aumentar la adhesión monocitaria en las células endoteliales, un
efecto proaterogénico mediado, al menos en parte,
por un aumento en la expresión de la molécula de adhesión VCAM-1 en la superficie endotelial. La hiperandrogenemia a largo plazo desciende la capacidad
de unión de la SHBG, aumentando la biodisponibilidad
de la testosterona.
Recientemente se ha descrito un riesgo aumentado
de síndrome de apneas obstructivas del sueño
(SAOS) en mujeres obesas con SOPQ al compararlas
con controles también obesas pero con ciclos ovulatorios21. Hoy en día está demostrado que la presencia
de SAOS se asocia con mayor riesgo de hipertensión,
infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Su
mayor frecuencia entre las pacientes con SOPQ probablemente se debe al exceso crónico de andrógenos
que a su vez ocasiona una distribución central de la
grasa que se traduce en un aumento del índice cintu-
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SANTOS E, ET AL. SÍNDROME DEL OVARIO POLIQUÍSTICO
ra-cadera. Un estudio reciente que comparaba la presencia de alteraciones metabólicas entre mujeres con
hirsutismo idiopático y aquellas con hiperandrogenemia y ciclos menstruales regulares pero con hiperrespuesta de 17 hidroxiprogesterona tras leuprolide y/o
ovarios de apariencia poliquística mediante ecografía
(definido como SOPQ leve) mostraba que estas últimas presentaban mayor insulinemia basal, menor cociente glucosa/ insulina, niveles aumentados de HDL
colesterol y disminuidos de LDL colesterol22.
También se han objetivado alteraciones ecocardiográficas (tendencia a disfunción diastólica no restrictiva)
en mujeres con SOPQ23. Teniendo en cuenta que la
disfunción diastólica es considerado como un signo
precoz de enfermedad coronaria, dicha alteración
contribuiría a aumentar el riesgo cardiovascular.
Las pacientes con SOPQ con frecuencia presentan
varios factores de riesgo cardiovascular. Lo que queda por determinar es si el diagnóstico de SOPQ constituye un factor independiente de riesgo vascular.
EVALUACIÓN DE LA PACIENTE CON SOPQ
Anamnesis
La historia de las pacientes con SOPQ se caracteriza
por aparición gradual de las manifestaciones típicas
de hiperandrogenismo en el período peripuberal, de
modo que la historia clínica representa la primera
aproximación al diagnóstico. En la historia deben estar registrados datos como la edad de menarquia, regularidad menstrual, fertilidad previa, edad de aparición y evolución a lo largo del tiempo de hirsutismo,
acné, seborrea facial y/o capilar y alopecia de distribución androgénica. Es importante recoger las enfermedades metabólicas presentes y los factores de riesgo
vascular de la paciente en estudio. Preguntaremos si
la paciente ronca y si presenta hipersomnia diurna o
cefalea matutina. Se deben anotar los antecedentes
familiares de hiperandrogenismo, de cáncer hormono-dependiente, así como la presencia de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
Exploración física
Un 50-65% de las mujeres con SOPQ presentan obesidad en la mayoría de los casos de distribución central. En pacientes delgadas la distribución centrípeta
de la grasa corporal también está presente. Estas pacientes presentan mayor porcentaje de grasa corporal
cuando se comparan con controles ajustados por
35
edad, peso e índice de masa corporal. Además este
aumento de grasa sigue una distribución preferentemente abdominal confirmando la asociación entre hiperandrogenismo y aumento del índice cintura-cadera, a pesar de encontrarse en normopeso según los
datos antropométricos24. Es frecuente la presencia de
acantosis nigricans, lesión de hiperqueratosis y papilomatosis con frecuencia hiperpigmentada, clásicamente asociada a situaciones de insulinorresistencia25. Podemos localizar dichas lesiones en la región
cervical posterior, axilas, en los pliegues submamarios y otras áreas intertriginosas, así como en zonas
de roce como codos y nudillos.
En la mayoría de las pacientes con SOPQ la principal
manifestación hiperandrogénica es el hirsutismo que
debe valorarse según escalas como la de FerrimanGallwey. El hirsutismo se evalúa desde 0 (ausencia)
hasta 4 (abundante vello terminal) en las diferentes
áreas andrógeno-dependientes (labio superior, submentoniano, tórax anterior, abdomen, muslos y brazos), obteniendo una puntuación final que definirá la
existencia de hirsutismo por encima de un valor según la escala utilizada. El exceso de vello en antebrazos, piernas y espalda se define como hipertricosis.
La exposición prolongada al exceso de andrógenos
circulantes puede inducir, paradójicamente, caída capilar de distribución androgénica.
Debemos buscar lesiones acneiformes, seborrea y
alopecia de distribución androgénica. Explorar la presencia de galactorrea a la expresión puede orientarnos hacia una posible hiperprolactinemia concomitante.
Laboratorio
El diagnóstico clínico de hiperandrogenismo debe
acompañarse del estudio de andrógenos en sangre
con el objeto de aproximarse lo máximo posible a la
alteración principal que permita descartar otras entidades causantes del cuadro (tabla 2) e instaurar de
este modo el tratamiento más adecuado. El diagnóstico del SOPQ en ocasiones es de exclusión, y requiere completar el estudio bioquímico en busca de
alteraciones metabólicas o factores de riesgo vascular. Durante el estudio inicial se aconseja determinar
testosterona total, SHBG (globulina transportadora de
hormonas sexuales), androstendiona, DHEA-S, 17-hidroxiprogesterona, LH, FSH y prolactina. No debe
medirse la testosterona libre directamente si no se
dispone de un método de equilibrio de diálisis. Para
calcular la fracción libre es más exacto el índice de andrógenos libres (IAL: [T(nmol/L) x 100] / SHBG
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SANTOS E, ET AL. SÍNDROME DEL OVARIO POLIQUÍSTICO
TABLA 1
TABLA 2
EVALUACIÓN DE LA PACIENTE CON SÍNDROME DEL
OVARIO POLIQUÍSTICO
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL SÍNDROME DEL
OVARIO POLIQUÍSTICO
1. Anamnesis
a) Alteraciones menstruales: oligomenorrea, infertilidad.
b) Unidad pilosebácea: hirsutismo, acné, seborrea, alopecia.
c) Factores de riesgo vascular: diabetes, dislipemia, hipertensión arterial, tabaquismo, sedentarismo.
d) Antecedentes familiares de hirsutismo o alteraciones
menstruales, así como de cáncer hormono dependiente,
cardiopatía isquémica y factores de riesgo vascular.
2. Exploración física
a) Peso, talla e índice de masa corporal.
b) Índice cintura-cadera.
c) Presión arterial.
d) Acantosis nigricans.
e) Hirsutismo.
f) Acné.
g) Seborrea capilar.
h) Alopecia de distribución androgénica.
i) Galactorrea a la expresión.
j) Estigmas de síndrome de Cushing.
3. Laboratorio
a) Testosterona total.
b) SHBG.
c) Androstendiona.
d) 17 hidroxiprogesterona.
e) DHEA-S.
f) Prolactina.
g) FSH.
h) LH.
i) TSH.
j) Glucosa basal.
k) Insulina basal.
l) Colesterol total y fracciones, triglicéridos.
4. Ecografía
a) Tamaño y volumen ovárico.
b) Número de folículos, tamaño y localización.
c) Hiperecogenicidad del estroma.
d) Línea endometrial.
(nmol/L)). Es interesante conocer la fracción de testosterona libre porque en presencia de obesidad, la hiperinsulinemia desciende la concentración de SHBG
y las pacientes presentan aumento de testosterona libre aunque la determinación de testosterona total se
encuentre dentro de la normalidad. La concentración
de 17 hidroxiprogesterona nos ayudará a descartar un
déficit parcial de 21 hidroxilasa, pudiendo realizar un
test de estimulación con ACTH en caso de presentar
valores intermedios que resulten confusos (habitualmente superiores a 3 ng/mL). Niveles extremadamente elevados de testosterona (7.000 ng/mL) o
DHEA-S (200 ng/dL) orientan a una producción de origen tumoral, siendo preciso completar el estudio con
métodos de imagen en busca de una neoplasia ovári-
474
1. Hirsutismo idiopático.
2. Deficiencia enzimática suprarrenal.
3. Tumores ováricos y suprarrenales productores
de andrógenos.
4. Hipertecosis estromal.
5. Síndrome de Cushing.
6. Prolactinoma.
7. Acromegalia.
8. Yatrogenia.
ca o suprarrenal. Las alteraciones en la función tiroidea se asocian con cierta frecuencia a irregularidades
menstruales y aunque otros hallazgos en la anamnesis o en la exploración física ofrecen datos orientativos, es aconsejable determinar la concentración de
TSH para asegurar que la paciente está eutiroidea.
La utilidad de un cociente LH/FSH superior a 2,5
como criterio diagnóstico de SOPQ en pacientes con
hiperandrogenismo es limitada hasta tal punto que
existen estudios que muestran que un tercio de las
pacientes con SOPQ no presentan esta característica
bioquímica. La presencia de hiperprolactinemia asociada al SOPQ es, según las series, de hasta el 35%,
siendo su concentración habitualmente inferior a 100
ng/ml. Asimismo, los prolactinomas se asocian a hirsutismo, ya que la hiperprolactinemia estimula la producción adrenal de DHEA-S.
Cuando se diagnostica a una paciente de SOPQ, es
necesario evaluar variables que nos ayuden a conocer
su riesgo cardiovascular. Para estudiar el metabolismo hidrocarbonado unos autores consideran que una
determinación de glucemia e insulinemia basales son
suficientes para estimar el grado de insulinorresistencia o insulinosensibilidad a través del cálculo de índices como el cociente glucemia/insulinemia, el método HOMA (k/[glucosa basal x insulina basal], k=22,5 x
18) o el QUICKI (1 / [log (glucosa basal) + log (insulina
basal)]), mientras que otros sugieren realizar un test
de tolerancia oral a la glucosa. Dunaif26 propuso calificar a las pacientes con SOPQ de insulinorresistentes
si presentaban un cociente glucosa /insulina menor
de 4,5, siendo este colectivo de pacientes las que con
mayor probabilidad responderían a intervenciones terapéuticas que modulen la insulinosensibilidad. Además es conveniente solicitar un perfil lipídico que incluya colesterol HDL, LDL y triglicéridos. Actualmente se continúa buscando la presencia de otros
factores de riesgo cardiovascular. Algunos estudios
han demostrado elevaciones significativas de homo-
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cisteína y ácido úrico entre pacientes con SOPQ. Recientemente se ha publicado un estudio que muestra
una elevación significativa de proteína C reactiva entre las mujeres con SOPQ27, proponiendo que un grado leve de inflamación podría constituir un nuevo mecanismo en la contribución del aumento de riesgo de
enfermedad coronaria y diabetes mellitus tipo 2. Asimismo, la hiperinsulinemia produce alteraciones en
los sistemas de fibrinolisis (PAI-1) y coagulación que
son objeto de continua investigación.
Medidas generales
Métodos de imagen
El abandono del hábito tabáquico es una medida
aconsejable si consideramos que el SOPQ acompaña
a la paciente de por vida y sus consecuencias deletéreas pueden aparecer en el período perimenopáusico
en forma de patología cardiovascular.
La ecografía transvaginal es actualmente el método
de elección para el diagnóstico de los ovarios de apariencia poliquística. Los ovarios de apariencia poliquística se caracterizan por numerosas sonoluscencias en
el límite de resolución de los ultrasonidos (ovario multifolicular), entre 3 y 8 mm, con un estroma hiperrefringente, aumentado en cantidad y refuerzo perifolicular. Estas alteraciones ecográficas no siempre se
acompañan de las características propias del SOPQ.
Otras alteraciones similares pueden visualizarse en
otras patologías como el déficit parcial de 21 hidroxilasa, hiperprolactinemia, disfunción tiroidea y período
perimenárquico. Su significado en mujeres asintomáticas es hoy en día tema de investigación. Dicho hallazgo en mujeres diagnosticadas de SOPQ no parece
incrementar su riesgo cardiovascular28.
A pesar de la ausencia de especificidad, la ecografía
transvaginal nos permite visualizar el tamaño ovárico,
la naturaleza de los folículos ováricos y el estroma, el
estado del endometrio, la respuesta al tratamiento y
nos ayuda en el diagnóstico de neoplasias ováricas
primarias.
TRATAMIENTO
La complejidad en la etiología del síndrome ha motivado que el tratamiento de estas pacientes dependa
de la sintomatología que presenten y el momento de
la vida en que se encuentren (fig. 3). En la adolescencia habitualmente consultan por hirsutismo, acné o alteraciones menstruales y más adelante por infertilidad. No debemos perder la pista a estas pacientes en
edades más avanzadas a fin de evaluar su riesgo vascular con objeto de reducir la aparición de enfermedad coronaria.
37
La normalización del peso mediante la modificación
en los hábitos de vida, siguiendo un plan de alimentación equilibrado y practicando ejercicio físico con regularidad, disminuye la resistencia insulínica y la hiperinsulinemia. Como consecuencia, aumenta la producción hepática de SHBG e IGFBP-1, disminuyendo
las fracciones libres de andrógenos e IGF-1 y la producción androgénica. Dichas modificaciones probablemente explican la asociación entre la disminución
de peso y el retorno de la ovulación.
Unidad pilosebácea: hirsutismo, acné, seborrea y
alopecia
Estas manifestaciones se pueden tratar con medidas
cosméticas y farmacológicas. Los métodos de depilación pueden resultar eficaces, siendo de elección la
electrolisis. No existen de momento estudios sobre la
eficacia del tratamiento con láser. A pesar de las creencias populares, la depilación no aumenta la velocidad de crecimiento del vello. Sin embargo, esto no
modifica las alteraciones hormonales presentes, siendo lo más probable que el vello vuelva a aparecer.
Los fármacos antiandrógenos bloquean la acción androgénica inhibiendo la unión de testosterona o dihidrotestosterona al receptor androgénico o bloqueando la conversión de testosterona a dihidrotestosterona mediante la inhibición de la 5-α reductasa29. Entre
los que bloquean el receptor humano androgénico se
encuentran la espironolactona, el acetato de ciproterona y la flutamida. El principal inhibidor de la 5-α reductasa es el finasteride. Otros bloqueadores del receptor androgénico como la bicalutamida y la nilutamida han sido aprobados para el tratamiento del
cáncer prostático, pero no se han utilizado en el hirsutismo.
Si además de bloquear el receptor androgénico o inhibir la 5-α reductasa, suprimimos la secreción de andrógenos ováricos, aumentaremos notablemente la
respuesta al tratamiento. Esto habitualmente se realiza administrando compuestos que contienen estrógenos y progestágenos, que además corrigen un efecto
secundario frecuente bajo tratamiento con espironolactona y acetato de ciproterona como es la irregularidad menstrual. Además aumentan la concentración
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Normopeso
Medidas
generales
Abandono tabaco
Unidad
pilo-sebácea
Alteraciones
menstruales
Medidas
cosméticas
Tratamiento
de anovulación
Medidas
farmacológicas
No
Sí
Estrógeno-progestágenos
Citrato de clomifeno
Acetato de ciproterona
Gonadotropinas
Espironolactona
Agonistas dopaminérgicos
si hiperprolactinemia
Flutamida
Finasteride
Alteraciones
metabólicas
Compuestos
estrógeno-gestagénicos
Metformina
Tiazolidindionas
Acarbosa
Estatinas
Cirugía si fracaso
Eflornitina
Fig. 3.—Tratamiento del síndrome del ovario poliquístico.
de SHBG, disminuyendo la fracción libre de andrógenos. Sin embargo, el uso de estos compuestos se ha
asociado con efectos adversos sobre el metabolismo
hidrocarbonado y lipídico en mujeres normales, pudiendo agravar la presencia de hiperinsulinemia y dislipemia en mujeres con SOPQ. La magnitud y variabilidad de los efectos metabólicos adversos observados
con
estos
compuestos
dependen
fundamentalmente del componente progestágeno.
No se han observado alteraciones en los niveles de
glucemia e insulinemia con dosis de etinil estradiol
menor o iguales a 35 µg por día. Un estudio que administraba un contraceptivo oral trifásico conteniendo
noretindrona (un progestágeno con una potencia androgénica relativa alta) en mujeres con SOPQ y controles, objetivó un descenso de insulinosensibilidad
en ambos grupos. Posteriormente, otro estudio en el
que se administraba un contraceptivo oral conteniendo un progestágeno con escasa potencia androgénica
(norgestimato) no se siguió de deterioro en la insulinosensibilidad. Probablemente, el compuesto estrógeno-gestagénico más adecuado para las mujeres hirsutas es el Diane 35®, ya que contiene acetato de ciproterona como progestágeno.
476
Acetato de ciproterona
El acetato de ciproterona (ACP) es un potente progestágeno, con efecto antiandrógeno moderadamente potente y débil acción glucocorticoide. Bloquea la
unión de dihidrotestosterona (DHT) a su receptor con
una afinidad del 12,5% (comparada con la DHT). Además reduce la actividad de la 5-α reductasa y altera la
producción de andrógenos. De este modo, suprime la
producción androgénica de origen ovárico y desciende la testosterona plasmática además de bloquear el
receptor androgénico. Presenta una vida media biológica larga, en parte porque se almacena en tejido adiposo. Está disponible a dosis de 2 mg combinado con
35 µg de etinil estradiol (Diane 35®) o en comprimidos
de 50 mg. Aunque bajo tratamiento con 2 mg de ACP
y 35 µg de etinil estradiol (Diane 35®) el crecimiento
del vello se reduce, habitualmente es necesario utilizar dosis más elevadas de ACP para tratar el hirsutismo. La pauta habitual consiste en administrar 50-100
mg de ACP en los primeros 10 días del ciclo menstrual junto con un estrógeno los días 1-21 del ciclo,
suspendiendo durante 7 días ambas medicaciones.
Esta combinación ha demostrado ser tan eficaz como
los agonistas de GnRH en suprimir los niveles de LH
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y testosterona, siendo los resultados clínicos de ambos tratamientos similar.
Normalmente es bien tolerado. Si se administra sin
estrógenos, con cierta frecuencia produce irregularidades menstruales, spotting y amenorrea. A altas dosis favorece el aumento de peso, probablemente derivado de su efecto glucocorticoide. Se ha publicado
algún caso de hepatotoxicidad severa, siendo poco
frecuente su aparición cuando se administra cíclicamente. En ocasiones produce descensos en la concentración de HDL y LDL colesterol.
Espironolactona
La espironolactona es un antagonista de la aldosterona originalmente comercializado para tratar la hipertensión por su antagonismo mineralocorticoide. Posteriormente se observó que las pacientes hirsutas
que tomaban este fármaco presentaban un descenso
en el crecimiento del vello, ya que se unía al receptor
androgénico con una afinidad relativa (comparada con
DHT) del 67%. Además es un progestágeno muy débil, inhibe directamente la 5 α- reductasa e inhibe las
enzimas 17-hidroxilasa y 17,20-lyasa, ambas necesarias para la síntesis androgénica, resultando en un
descenso moderado en los niveles de testosterona.
La eficacia del tratamiento con espironolactona se relaciona directamente con la dosis, siendo máxima a
dosis de 100-200 mg/día. Posteriormente se puede
dejar una dosis de mantenimiento de 25-50 mg/día.
Algunos autores recomiendan administrar tratamiento cíclico durante los primeros 21 días de cada mes,
pero no hay evidencia sobre la aparición de menos
efectos secundarios con esta pauta y la eficacia debería ser mayor si bloqueamos el receptor androgénico continuamente. En mujeres con SOPQ, es conveniente asociar un compuesto estrogénico para combinar el bloqueo antiandrógeno con la menor
producción androgénica. De este modo, también se
evita la aparición de polimenorrea e irregularidades
menstruales, extremadamente frecuentes en las pacientes que toman espironolactona de forma exclusiva. Otros efectos secundarios son poliuria (habitualmente desaparece en unas semanas), nauseas, mastodinia, cefalea y disminución de líbido. Su uso está
contraindicado en la insuficiencia renal por el riesgo
de hiperpotasemia.
próstata. Su afinidad relativa por el receptor androgénico es de 0,08%. La dosis habitual es de 125-250 mg
dos veces al día, siendo conveniente asociar estrógenos porque la flutamida carece de efecto antigonadotrófico. La tolerancia farmacológica es buena en líneas generales, siendo el efecto secundario más frecuente la sequedad cutánea. Otros efectos posibles
son el descenso de líbido, aumento de apetito e inducción de amenorrea. El principal problema que presenta es el riesgo de hepatotoxicidad, que aparece en
menos del 0,5% de las pacientes, y que aconseja realizar un control de pruebas de función hepática a las
dos semanas de iniciar el tratamiento. Por este motivo, y por su elevado coste, no se encuentra entre los
fármacos de primera elección para tratar las manifestaciones del hiperandrogenismo.
Finasteride
El finasteride es un inhibidor de la 5 α-reductasa que
bloquea la conversión intracelular de testosterona a
dihidrotestosterona. Finasteride tiene un efecto predominante sobre la isoenzima tipo 2, expresada en la
glándula sebácea. Esta isoenzima también es la responsable de la masculinización del feto varón, y por lo
tanto el finasteride puede causar genitales ambiguos
en el feto varón si se administra durante el primer trimestre de embarazo. La dosis habitualmente utilizada
son 5 mg diarios. Los niveles plasmáticos de testosterona pueden aumentar durante el tratamiento,
mientras que los de dihidrotestosterona disminuyen.
Presenta mínimos efectos secundarios gastrointestinales y no altera la ciclicidad menstrual, únicamente
debe utilizarse con precaución en mujeres en edad
fértil advirtiéndoles de la necesidad de usar un método de contracepción eficaz.
En general el tratamiento farmacológico del hirsutismo requiere períodos prolongados de administración,
advirtiéndose mejoría clínica a partir del tercero o
cuarto mes de iniciado el mismo. La respuesta en las
manifestaciones androgénicas menores, como acné
o seborrea, tienen lugar de forma más precoz. Dado
que el tratamiento antiandrógeno constituye una medida sintomática, es conveniente combinar los procedimientos físicos que conduzcan a la eliminación definitiva del hirsutismo.
Anovulación e infertilidad
Flutamida
La flutamida es un antiandrógeno no esteroideo ampliamente utilizado en el tratamiento del cáncer de
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Para regularizar el ciclo menstrual con frecuencia se
utilizan compuestos estrógeno-gestagénicos, siendo
conveniente elegir un progestágeno de baja actividad
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androgénica. Estos fármacos suprimen la secreción
de LH y aumentan la producción de SHBG, reduciendo la síntesis de andrógenos y su fracción libre circulante. Reducen el riesgo de carcinoma endometrial
que puede ocurrir en presencia de una estimulación
estrogénica prolongada en ausencia de progesterona.
Sin embargo, no conseguimos corregir la ausencia de
ovulación. Deben contraindicarse en aquellas mujeres
con trastornos protrombóticos o en las fumadoras
mayores de 35 años.
Si el objetivo es conseguir ovulación y no ha sido posible tras una disminución de peso adecuada, podemos recurrir a otras medidas como el citrato de clomifeno, metformina, gonadotropinas, técnicas laparoscópicas dirigidas a los ovarios o técnicas de
reproducción asistida.
Drilling ovárico laparoscópico
El multi-drilling ovárico vía laparoscópica es una alternativa quirúrgica para aquellas mujeres que presentan
anovulación resistente a la administración de clomifeno. Las adherencias cicatriciales postquirúrgicas pueden ser también causa de infertilidad, si bien su frecuencia es mucho menor con laparoscopia que con laparotomía. Algunos autores proponen realizar un
drilling ovárico por hidrolaparoscopia transvaginal con
el objeto de reducir la frecuencia de adherencias postquirúrgicas. Algún estudio ha demostrado que entre
las mujeres con SOPQ e hiperinsulinemia, la cirugía
desciende las respuestas de glucosa e insulina tras el
TTOG, sin modificar la respuesta esteroidea tras la estimulación con ACTH.
Tratamiento de las alteraciones metabólicas
Citrato de clomifeno
El citrato de clomifeno bloquea la señal estrogénica
inhibidora en el eje hipotálamo-hipofisario, incrementando la secreción de FSH, la cual estimula la síntesis
de estrógenos; éstos, a través de un mecanismo de
retroalimentación positiva, provocan una descarga de
LH y la ovulación. La dosis inicial es de 50 mg diarios
de los días 2 al 6 del ciclo menstrual y puede aumentarse progresivamente hasta 200 mg si no conseguimos inducir la ovulación. Se estima que un 80% de
las mujeres con SOPQ consiguen ovular con clomifeno, pero las tasas de embarazo son mucho menores.
Gonadotropinas
La administración de FSH humana de origen recombinante purificada permite corregir el desequilibrio existente entre FSH y LH. Parece que las pautas que utilizan FSH a bajas dosis se asocian con menor riesgo de
desarrollo folicular múltiple e hiperestimulación ovárica. Es conveniente realizar monitorización ecográfica
de la morfología ovárica porque las pacientes con
SOPQ presentan mayor predisposición para desarrollar síndrome de hiperestimulación ovárica. En pacientes con hiperprolactinemia la administración previa de
cabergolina mejora la respuesta ovárica a la administración de gonadotropinas y reduce el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica sin disminuir la
tasa de embarazo.
478
La presencia de insulinorresistencia es una pieza clave en la fisiopatología del SOPQ. Por este motivo, los
agentes insulinosensibilizadores constituyen un arma
terapéutica fundamental. La metformina pertenece al
grupo de las biguanidas y es capaz de aumentar la
sensibilidad insulínica además de inhibir la producción
hepática de glucosa. Estudios realizados tanto en pacientes obesas como en delgadas con SOPQ han demostrado un descenso en la insulinemia basal y una
reducción en la concentración de andrógenos circulantes (menor actividad ovárica del citocromo P450c
17α) bajo tratamiento con 1.500 mg diarios de metformina30. Además, este fármaco mejora la respuesta
ovulatoria inducida por el citrato de clomifeno31.
Las tiazolidindionas constituyen otro grupo de fármacos insulinosensibilizadores que aumentan la insulinosensibilidad en músculo y tejido adiposo, además de
inhibir la gluconeogénesis. La administración de troglitazona en un estudio realizado en 1997 sobre pacientes con SOPQ, demostraba mejoría en la insulinorresistencia y en la fibrinolisis (disminución de PAI1) en estas mujeres 32 . Dicha medicación ha sido
retirada por inducir hepatotoxicidad. Recientemente
se ha publicado el caso de una paciente con SOPQ en
la que tras 5 meses de tratamiento con rosiglitazona,
se objetivó aumento de la insulinosensibilidad, reducción en la concentración de testosterona plasmática y
ovulación espontánea, quedando gestante. Es necesario realizar más estudios con este grupo farmacológico para evaluar su eficacia en el SOPQ.
También se han realizado ensayos con otros fármacos
como la acarbosa, inhibidor de las α-glicosidasas intestinales en pacientes hiperinsulinémicas con
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SOPQ. Tras administrar 300 mg de acarbosa diariamente durante tres meses a estas pacientes, se objetivó una reducción significativa en la concentración
de LH, testosterona total y androstendiona junto a un
aumento significativo de SHBG, sin que se produjeran
modificaciones significativas en el peso durante el seguimiento33. El hirsutismo, sin embargo, no mejoró en
absoluto.
periódico son herramientas necesarias que permitirán
un manejo clínico adecuado, incluyendo la prevención
de enfermedad vascular entre las pacientes con
SOPQ.
El reconocimiento de la importancia del papel fisiopatológico que la hiperinsulinemia-insulinorresistencia
ejerce sobre el desarrollo y la perpetuación del SOPQ
ofrece una nueva alternativa terapéutica con impacto
sobre la hiperandrogenemia, anovulación, infertilidad
y el aumento de riesgo vascular.
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Es posible que, al igual que en otras patologías, en algunos casos debe plantearse un tratamiento multifactorial que permita obtener una respuesta óptima. En
este esquema, los fármacos insulinosensibilizadores
ocupan un destacado lugar entre las medidas higiénico dietéticas, antiandrógenos, clomifeno y gonadotropinas.
SEGUIMIENTO DE LA PACIENTE CON SOPQ
El SOPQ es, probablemente después de la obesidad,
el trastorno endocrinológico más frecuente entre las
mujeres de edad fértil.
Es posible que aún sea demasiado pronto para asegurar la existencia de una clara asociación entre riesgo vascular y SOPQ. Quizá también sea demasiado
pronto para entender los numerosos mecanismos implicados y su alcance en los diferentes órganos. Sin
embargo, es absurdo además de negligente esperar a
que se publiquen más estudios retrospectivos y a largo plazo demostrando la mayor prevalencia de infarto
agudo de miocardio, diabetes mellitus, hipertensión
arterial, dislipemia para actuar. Ya se ha demostrado el
notable impacto de las modificaciones en el estilo de
vida de estas pacientes (especialmente la dieta) sobre
las alteraciones metabólicas con la consecuente reducción en el riesgo vascular. Además disponemos
de numerosos fármacos con distintos mecanismos y
lugares de acción capaces de modificar muchas de
las alteraciones presentes en este síndrome.
Por lo tanto el SOPQ, presente en un 5-10% de las
mujeres en edad fértil, no debe ser considerado como
un problema benigno y estético sino como una alteración endocrinológica que puede comprometer la fertilidad y asociarse a complicaciones cardiovasculares
en etapas avanzadas. El diagnóstico precoz, la modificación del tratamiento en función de las necesidades
de la paciente a lo largo de la vida y un seguimiento
41
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Correspondencia:
J. Salvador
Departamento de Endocrinología y Nutrición
Clínica Universitaria de Navarra
Apartado 4209
31080 Pamplona (Navarra)
Toko-Gin Pract, 2002;61(8):467-481
42
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