las crónicas - La Biblioteca de Cartago

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Autor: Alexander Weiss – [email protected]
LAS CRÓNICAS
SALUBRI
A partir de la Historia de los Salubri por Kenneth Madsen (18 de Julio de 1995) y actualizado
y completado por Manuel Ángel Gayoso Peña “Magus” ([email protected])
LAS PALABRAS DE SAULOT EN EL LIBRO DE NOD
Sabed que fuisteis creados para el sacrificio
Sois el blanco cordero
El sacrificio inocente
Sois lo mejor de la Estirpe de Caín
Y sobre vuestros hombros se encuentra su mayor pecado,
Porque sólo yo entre los hijos de Caín he pedido perdón al
Todopoderoso
Y he sido visitado por los demonios más terribles
Esas serpientes me muerden en mi sueño
Esos repugnantes gusanos beben mi sangre
Aprendí de ellos a tomar la corrupción de la sangre
Las heridas de la carne
El mal del alma
Y aunque muera, vosotros, hijos míos, viviréis,
Abrid vuestro Ojo y ved el verdadero mundo
Y sabed que lo que hacéis ahora
Curará a otra generación.
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Los Salubri han llegado a ser odiados y temidos en todo el Mundo de
Tinieblas debido a las mentiras y maquinaciones de los Baali y los Tremere. Antaño
fueron curanderos y Guardianes de la Golconda. Debido a esto constituían una
amenaza a todas las creencias de los Baali. Pronto conocieron lo que Tremere le
hizo a su Fundador y se convirtieron en una amenaza para la Casa Tremere que
más tarde se convertiría en el clan vampírico del mismo nombre. Pero aunque los
demás Clanes creen que estos “criminales” han sido casi destruidos, esto sólo
demuestra el buen funcionamiento de la propia Mascarada de los Salubri. No
fueron destruidos –es ciertos que muchos fueron eliminados durante las guerras
Baali, Saulot fue diabolizado por Tremere y que los magi de la Casa Tremere
consiguieron destruir a muchos antiguos Salubri que ya no deseaban existir. Pero
de la misma forma que el mal no puede ser completamente destruido, tampoco puede
serlo el bien.
SAULOT
De acuerdo con ciertos pasajes fragmentados del Libro de Nod el
Antediluviano conocido como el Curandero fue Abrazado por Enoch el Primer
Gobernante, Primogénito de Caín. Enoch siguió a su Padre a la Tierra de Nod para
convencerle de que regresara y detuviera las atrocidades que sus chiquillos y los
chiquillos de sus chiquillos estaban cometiendo.
Durante mucho tiempo Enoch vagó en el terrible yermo de la Tierra de Nod,
ocultándose durante el día de los asesinos rayos de Rafael el Arcángel, el Auriga
del Sol, el Guardián del Este, y durante la noche se alimentaba de las criaturas de
Lilith, la Mujer de su Padre Caín. Disgustado por los crímenes que él y sus
compañeros habían cometido para beber Vitae, Enoch había jurado que nunca
volvería a tomar su sustento de los hijos de la Casa de Seth.
Pero cada vez que Enoch bebía de las bestias, su Hambre crecía. Cada vez que
denegaba la maldición de Uriel, el Ángel de la Muerte, el deseo de Enoch crecía. La
Bestia surgió en el interior del Primogénito y lo llevó a través de las arenas del
desierto en busca de presas. Así llegó a un oasis donde se encontraba un hombre
sentado, tomando un descanso mientras sus camellos bebían antes de continuar su
viaje. Enoch surgió de la oscuridad como una bestia legendaria y el hombre sólo
tuvo unos breves momentos para preguntarse por qué sus camellos huían al
desierto aterrorizados. Entonces Enoch cayó sobre él y tomó la sangre de su
cuerpo como una tormenta del desierto. Sólo cuando los últimos sorbos de Vitae
cayeron en los labios de Enoch, su Hambre liberó las ataduras sobre su alma y
pudo contemplar el rostro de su víctima.
El hombre tenía un rostro atractivo, en el que eran visibles una compasión y
una amabilidad que rivalizaban con la luz divina que brillaba en los ojos del
Arcángel Gabriel, el Señor de la Misericordia. Todos los relatos coinciden en que
sus cabellos sobrepasaban sus hombros, que no era excepcionalmente alto y que
mirarle a los ojos era mirar dos grandes pozos de paz. Enoch lloró rojas lágrimas
por haber roto su juramento y por el dolor que sentía al haber terminado con la
existencia de aquel hombre.
Se encontraba débil por los años de viaje y su debilidad, combinada con el
deseo de hablar con otra criatura pensante, llevaron a Enoch a compartir su
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Vitae con el hombre, y así Saulot se convirtió en el chiquillo de Enoch, el Primer
Gobernante. Enoch pasó una edad con su chiquillo, sintiendo cierta felicidad por
primera vez en su vida eterna. Trató a su chiquillo con el respeto de un hermano y
habló con él como con un igual. Saulot era un gran alivio para Enoch, y al igual
que Enoch enseñó a Saulot muchos secretos, Saulot enseñó su dulce sabiduría al
Primogénito de Caín. Según las leyendas Saulot era un humilde pastor, pero con
un conocimiento sencillo y una gran naturaleza y disposición. Su forma de ser no
se trastocó con el Abrazo, y cuando regresó a la Segunda Ciudad con su sire no
escatimó sus favores y compartió muchas de sus virtudes con los demás miembros de
la Tercera Generación (especialmente con su hermano Malkav). Algunos relatos
afirman que se encontraba especialmente unido al progenitor de los Malkavian,
aliviando sus arrebatos de locura y convirtiéndose ambos en amantes. A menudo
mantenía profundos debates filosóficos con otros Antediluvianos, especialmente
Malkav y Set, sobre la naturaleza de los vampiros y la iluminación.
Pero ni siquiera la bondad de Saulot era rival para la Bestia que yace en el
interior de todos los vampiros, y que al parecer es más poderosa cuando más
próxima está la sangre a Caín. Enoch contempló desolado como Saulot comenzaba
a desarrollar la misma conducta que le había llevado a buscar a su Padre.
Observó como la moral de Saulot comenzaba a tambalearse como una casa mal
construida ante una tormenta. Vio como Saulot el Curandero se convertía en
Saulot la Bestia. Finalmente no pudo soportarlo más y huyó a la Tierra de Nod y
salió de las Crónicas de los Cainitas para siempre.
Algunos eruditos vampíricos no creen que Enoch huyera de la depravación
de su chiquillo, sino del enfrentamiento entre generaciones que arruinó la
Segunda Ciudad. Los vampiros de la Tercera Generación se rebelaron contra sus
sires, aunque la historia se vuelve muy confusa en este punto y no está claro si los
vampiros de la Segunda Generación fueron destruidos o alguno de ellos consiguió
escapar a la matanza.
En cualquier caso Caín regresó de su retiro, furioso por los actos de los
Antediluvianos, y los maldijo a todos, aunque según se menciona en fragmentos
antiguos del Libro de Nod, Saulot fue perdonado,
Cuando Caín terminó de hablar
La noche era silenciosa y tranquila
Y ninguno se atrevió a hablar.
Pero todavía había alguien
A quien no se había dirigido,
Y hacia él se giraron los ojos:
Gentil Saulot, la curación su senda,
Quien intentó detener la sangre
Tanto en sire como en chiquillo.
“No te maldeciré”, dijo Caín,
“Pues sólo tú te mantuviste firme.
Te convertirás en el guardián
De la promesa que hizo Rafael,
Almenara de esperanza para aquellos
Que en su camino buscan redención
Que todos mis hijos vean quien eres,
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Que sepan cuando caminas entre ellos.
Sin embargo, no todos los historiadores Cainitas están de acuerdo con este
fragmento, que parece demasiado conveniente. Aunque según las tradiciones
vampíricas los Salubri han sido considerados custodios de los secretos de la
Golconda, el camino hacia la redención de los vampiros, otros no lo tienen tan
claro, afirmando que Saulot no desarrollaría este místico estado hasta mucho
tiempo después, después de sus viajes al desconocido Oriente. Otros señalan que la
debilidad de los Salubri que les impide dañar a otros seres es una especie de
maldición. Algunos van más allá afirmando que Caín marcó a Saulot en la frente,
abriendo su tercer ojo, y a la larga esta marca acabaría siendo una maldición. Los
últimos datos parecen indicar que este fragmento del Libro de Nod fue añadido
posteriormente. Los Malkavian poseen leyendas en que su fundador marca a su
hermano Saulot con un signo en la frente en forma de ojo para protegerlo de los
peligros en su viaje al este. En cualquier caso, parece que el tercer ojo atribuido a
los vampiros del clan Salubri no constituye tanto una marca de su linaje sino a un
efecto derivado del empleo de sus poderes, y existen datos de la presencia de este
místico tercer ojo en vampiros de otros clanes que compartieron los secretos
místicos de Saulot. Las teorías acerca del tercer ojo de Saulot y sus usos se han
venido planteando desde que el Antediluviano regresó por primera vez de Oriente
portando su extraña marca.
Pues mientras permanezcas en la tierra
Nunca estarán realmente perdidos.
Sé tú y tus hijos como sus maestros,
Para que puedan alzarse y salvarse.
Y si llega el día en que son tan ciegos
O se llenan tanto de celos y rabia
Que desde la raíz arrancarían
El único brote verdadero
De todo su jardín de destrucción,
Serán sus propias almas las que destruirán.
Y si llega el día en que no valores
El don que te acabo de entregar,
Entonces la misma marca que vistes
Se volverá en tu contra, y todos
Quienes la vean serán tus enemigos,
Y todos los que os miren con celos
Os darán caza hasta el último.”
LOS TRES HERMANOS
Entre los Antediluvianos había dos hermanos de Malkav.
Uno era Saulot, que en vida había amado su cuerpo y el cuerpo de otros, y
pugnaba por perfeccionar su carne inmortal. Otro era Set, que en vida había
aspirado a la eternidad y porfiado por conceder la eternidad a sus seres queridos,
y pugnaba por dominar su negra alma. Como hermanos acudían a Malkav, y se
esforzaban por consolarle, pese a que no había bálsamo para su herida, ni elixir
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que pudiera mitigar su fiebre. Así, frustrados sus cuidados, tornaban a hablar de
diversos asuntos, de las largas noches y la fragilidad del ganado, de la vida, la
muerte y los secretos que yacían en medio.
Y así ocurrió que Malkav dijo algo que enfureció a Set, quien respondió con
duras palabras, buscando provocar la ira de Malkav a su vez. Pues Malkav
afirmaba que todas las cosas serían reveladas como ciertas así y todo gracias a la
mente y sus percepciones, del mismo modo que la vacilante llama de una antorcha
ilumina la abrupta pared de una caverna. Mas Set argüía lo contrario, aludiendo
que sólo en las profundidades de la propia alma podía encontrarse la verdad, y
que los humanos, con sus imperfecciones, podían percibir parte de la grandeza del
universo, pero sólo por medio de la no muerte podía percibirse aquello que
permanecía invisible.
Ambos debatieron acaloradamente, y apelaron a su hermano Saulot, y le
pidieron que zanjara su disputa. “¿Acaso no es cierto –preguntó Set- que el hombre
es más sabio cuanto mayor sea su desesperación, y que en última instancia
encuentra respuestas en el interior de su propia alma?” “¿Y acaso no es cierto –
repuso Malkav- que la sabiduría procede de fuera, de los ojos que ven demasiado, y
en última instancia de la mente?”
Y Saulot se rascó el ceño, y agachó la cabeza, y admitió que no lo sabía. Y se
sintió avergonzado por esa respuesta, puesto que si la respuesta no era de su
invención ni estaba en posesión de ella, sin duda la anhelaría.
Así ocurrió que Saulot se puso en pie, y dijo:
“Aunque no tengo respuesta para vuestras preguntas, encontraré una.”
Dicho lo cual, cedió su espada a Set, rogándole que cuidara de ella en su
ausencia; y Set a cambio le ofreció a Saulot un cayado de madera y espino, y le
deseó buen viaje. Saulot entregó su corona a Malkav, pero éste no tenía nada que
ofrecerle a cambio, por lo que se mordió un dedo y trazó un ojo sobre la frente de
Saulot con su propia sangre y le deseó buen viaje. Y Saulot, sabiendo que no
encontraría la respuesta en un viaje sin complicaciones, se encaminó a paso largo
hacia el horizonte que clareaba, y Malkav no volvió a verlo antes de ser
descuartizado.
Aunque escrito en forma de parábola, este relato parece indicar que de
alguna forma Set y Malkav motivaron a Saulot para que realizara su viaje a
Oriente, de donde volvería con un tercer ojo abierto en su frente. Las fábulas de
estos tres hermanos son bastante recurrentes, lo que quizá implica que compartían
un mismo sire, o tal vez un mismo objetivo. El intercambio de símbolos puede indicar
una relación más profunda de lo que parece.
LOS HIJOS DE SAULOT
Se desconoce el número de chiquillos que Saulot Abrazó, aunque parece que
no transmitió su sangre sino después de que Caín maldijera a los Antediluvianos y
le encomendara la custodia de su sendero de salvación. Los textos más antiguos
parecen indicar que Saulot creó una casta de curanderos, a los que marcó una
serie de pautas de pureza, meditación y espiritualidad para utilizar sus dones
vampíricos. Estos estudios y enseñanzas podrían ser los principios básicos de la
Golconda, si bien no completaría la definición de este estado místico hasta su
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retorno de Oriente. Según los testimonios escritos de otros linajes parece que los
Salubri tenían una gran reputación como místicos y filósofos, destacando en los
ámbitos de la medicina. Otros relatos parecen señalar que los descendientes de
Saulot ejercían una función sacerdotal dentro de la Segunda Ciudad,
supervisando oraciones y sacrificios.
Tampoco se conoce cuál fue el primero de los chiquillos de Saulot, aunque
algunos apuntan a la legendaria Matusalén Rayzeel, una esclava que llamó la
atención del Antediluviano por su belleza y su talento musical. Saulot y Rayzeel
se sentían particularmente unidos y la antigua vampira lo atendía durante sus
trances.
En un momento indeterminado de las noches de Enoch uno de los chiquillos
de Saulot, de nombre Samiel, se negó a seguir los pasos de sus hermanos de pacífico
estudio. Los motivos que llevaron a Saulot a Abrazar a un vampiro de
temperamento tan opuesto al resto de sus descendientes es un misterio hasta la
actualidad, aunque se ha sugerido que el Antediluviano había previsto lo que
ocurriría en tiempos venideros a través de sus visiones. Otras historias sostienen
que Samiel siguió las tradiciones de los curanderos al principio, pero más tarde se
sintió desconsolado e intranquilo por la falta de progreso. Sus hermanos
comenzaron a murmurar sobre su descontento y Saulot tranquilizó las ansias de
su chiquillo poniéndolo bajo la tutela de Brujah y Gangrel, considerando que se
encontraría más a gusto entre guerreros.
Samiel creció fuerte y disciplinado, convirtiéndose en un guerrero diestro y
sabio. Cuentan las historias que luchó con bestias con las manos desnudas, que
desvió el curso de un río y que sobrevivió sin armas ni ropas durante treinta días
en los yermos de Nod. Las leyendas sobre cómo seleccionó y eligió a sus
descendientes son tan numerosos como las estrellas, pero se dice que contaba con
quince guerreros en el momento en que estalló la guerra contra los Baali.
Se rumorea que Samiel adaptó los poderes curativos enseñados por su sire y
sus hermanos para la guerra, pero no parece probable. Parece que los poderes de
los Salubri conocidos como Valeren fueron traídos por Saulot de sus viajes a
Oriente, y que éste conocía los modos de utilizarlos para dar y quitar la vida.
EL VIAJE A ORIENTE
Durante su estancia en la Segunda Ciudad Saulot creó chiquillos y como
Enoch su Bestia clavó sus garras en su alma y sintió vergüenza ante las acciones
de sus chiquillos. En su búsqueda de iluminación y aceptación de sí mismo viajó
hacia donde nacía el sol, buscando respuestas. Existen diversas especulaciones
sobre su itinerario, pero a juzgar por distintos comentarios que realizó con sus
chiquillos parece casi seguro que durante su viaje se detuvo durante algún tiempo
en la India, pero continuó hasta los misteriosos reinos de Catay. No era el primer
Antediluviano que emprendía este viaje, y otros vampiros como Tzimisce, Gangrel o
Ravnos ya habían vagabundeado lejos de la Segunda Ciudad. Si se encontró con
ellos o sus descendientes durante su viaje, no ha quedado constancia de ello.
En el Lejano Oriente Saulot hizo un descubrimiento que lo sorprendió, al
encontrarse con los Wan Kuei, una raza de criaturas inmortales que al igual que
los vampiros de la Segunda Ciudad debían alimentarse de los vivos. Sin embargo,
los descendientes de Caín eran diferentes a los Wan Kuei. Los no-muertos
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orientales estaban más allá de la necesidad de la sangre y se alimentaban de las
energías de la vida y la muerte del mundo. Algunos se alimentaban de carne o de
sangre, pero eran considerados criaturas inferiores e indignas, y eran marginados
allí donde se les permitía vivir.
Saulot también descubrió que el propio Caín había visitado esas tierras,
pero no había conseguido superar su lujuria de sangre. De alguna forma
(posiblemente a través de las enseñanzas de Lilith) había encontrado el medio para
transmitir su maldición, arrebatando a otros del círculo natural de la vida,
imponiéndoles su sangre para hacerlos semejantes a él.
Algunos de los Wan Kuei de Oriente, en especial un antiguo erudito
conocido como Xue, transmitieron a Saulot sus enseñanzas, intentando aplacar la
Bestia de su interior, esperando llevarlo a un estado de paz y de aceptación de su
existencia, los principios del estado místico conocido como Golconda.
Saulot no sólo aprendió los secretos de la Golconda en Oriente, sino
también una serie de poderes místicos y espirituales basados en la manipulación
del alma conocidos como Chiu´Muh (La Perla del Dragón), que abrían un tercer
ojo en la frente de su usuario. En Occidente estos poderes recibirían
colectivamente el nombre de Valeren.
En este punto existen varias fuentes contradictorias. Algunos eruditos
vampíricos consideran que la Golconda había sido transmitida por Caín a Saulot,
mientras que otros consideran que aprendió sus fundamentos de los extraños
vampiros orientales. Parece que Saulot se sintió engañado por Caín y renunció a
todos sus ideales o tal vez las propias enseñanzas que había recibido resultaron
perniciosas para su alma, soliviantando su Bestia y convirtiéndolo en un ser
depravado. Decidió convertirse en Emperador Demonio, una mítica figura que
gobernaría el mundo en una era futura de oscuridad y temor conocida como la
Edad del Pesar.
Aunque tradicionalmente los eruditos han considerado que Saulot
significaba “El Amado”, este apodo parece tener un origen más siniestro. Tiempo
después Saulot regresó a Occidente, al parecer expulsado del Reino Medio por los
Wan-Kuei, que le dieron el nombre de Zao-lat “El Traidor”, por el que desde
entonces sería conocido. Y en verdad los antiguos registros parecen indicar que
Saulot no sería conocido por este nombre hasta después de su regreso del Lejano
Oriente.
No está muy claro cuáles fueron la naturaleza de los crímenes que
motivaron el exilio de Saulot del Lejano Oriente, pero parece que resultaron en la
animadversión que los Wan Kuei sienten hacia los Cainitas desde entonces.
Algunos eruditos creen que comenzó una serie de intrigas que le llevarían a
asesinar al antiguo Xue, e incluso a pactar con los demonios.
EL NACIMIENTO DE LOS BAALI
En un tiempo anterior a todo lo creado el Creador proclamó “Hágase la luz”
y la luz se hizo. Y los Hijos de la oscuridad y la nada informe sufrieron
terriblemente bajo la palabra de Dios. La luz asoló la creación como si fuera
fuego y se extendió por toda la existencia como un incendio. Los Hijos, retoños de
la oscuridad, cayeron del cielo y se precipitaron en la tierra como estrellas
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fugaces en llamas, abriendo grandes simas en la tierra informe y sellándose en el
polvo, donde el tiempo y el olvido los atraparon.
La humanidad, creada para servir a Dios, nunca supo de los Hijos que
dormían enterrados bajo sus pies, construyendo ciudades, templos y altares
manipulados por los oscuros en sus sueños de muerte y destrucción y odio hacia la
luz y todo lo que Dios había creado.
Un grupo de mortales de Oriente Medio, conocidos simplemente como la
Primera Tribu, fueron los primeros hombres que conocieron a los Hijos de la
oscuridad. Mientras cavaban un pozo en el exterior de la próspera ciudad de
Ashur, desenterraron a uno de los Hijos, que se pudrió y gritó ante el ojo de Dios,
el sol, y maldijo su nombre. Cada una de las palabras del demonio guardaba poder
y la misma tierra tembló cuando en sus últimos estertores de agonía pronunció su
nombre. Pero ni las palabras ni los gritos de ayuda a sus hermanos sirvieron de
nada y pereció, fundiéndose y burbujeando como la cera y elevándose a los cielos
como humo venenoso. Sin embargo, tal era su poder, que las palabras del Hijo
llenaron de oscuridad a los hombres que lo habían desenterrado, infectándoles
con un conocimiento prohibido.
La Primera Tribu había escuchado en las llamadas de auxilio del Hijo de la
oscuridad los nombres de otros demonios y tocados por su poder eran capaces de
oír sus murmullos en el viento y en sus sueños. Los durmientes oscuros susurraban
y enseñaron a los hombres a asesinar y entonar cánticos sobre los cadáveres de las
víctimas a las que violaban y sacrificaban. Los hombres conocieron el poder de los
demonios dormidos y lo ambicionaron, buscaron a sus nuevos amos y les
susurraron mientras dormían, entregándoles sus almas.
A cambio del poder de los Hijos los hombres de la Primera Tribu se
convirtieron en sus esclavos, haciéndose fuertes y corrompiendo sus espíritus, y
mediante sus acciones acercaron cada vez más a los demonios a su despertar. Sin
embargo, finalmente la Primera Tribu terminó comprendiendo que su servidumbre
no tenía sentido. Si sus amos despertaban y caminaban nuevamente sobre la tierra
la destrucción, la muerte y las tinieblas lo asolarían todo y ni siquiera ellos se
salvarían de la devastación. Al final tomaron la decisión de ocultar los nombres
malditos en sus pensamientos y no volvieron a pronunciarlos de nuevo para no
despertar a los demonios. Privados de su sustento, los Hijos permanecieron en un
estado de letargo, a medio camino entre el sueño y la vigilia, sin ser conscientes de
su estado. Sin embargo, para mantener a los Hijos dormidos era necesario poder y
para ello la Primera Tribu torturó a sus hermanos, violó a sus propios hijos, se
mutiló, devoró a los débiles en orgías caníbales y se rebozó en la miseria y la
degradación, sacrificando los jirones de moralidad y llenando los sueños de los
demonios con el sonido de la angustia y la podredumbre, manteniéndolos dormidos
con los arrullos de la muerte y el dolor. Mientras tuvieran suficiente muerte en
su mundo de sueños, los demonios no despertarían y la buscarían en otro lugar.
Sin embargo, el poder de las criaturas demoníacas era demasiado tentador
como para abandonarlo y la Primera Tribu no le volvió completamente la espalda
a la magia. Los hombres formaron cultos alrededor de las diferentes entidades y
aprendieron a diluir los nombres de los Hijos. Tomando la raíz de un nombre y
cambiándola o enmascarándola dentro de un idioma, un sacerdote astuto podía
tomar el poder ofrecido por los demonios sin despertarlos. Este poder era menor
de lo que podría haber sido pero el riesgo era más bajo.
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La Primera Tribu convirtió a los demonios en dioses y los sirvió durante
muchas generaciones, obteniendo poder sin comprometer su supervivencia.
Mientras otras tribus crecían en fuerza los hombres de la Primera Tribu
acudieron a ellas como sacerdotes y sacerdotisas sagrados, llevando su
conocimiento y rituales, pero enmascararon sus prácticas de modo que ciudades
enteras empleaban su fuerza para servir a los Hijos sin saberlo.
El culto más poderoso se encontraba en la ciudad de Ashur, atendiendo un
pozo ahora oculto y protegiendo los restos del primer Hijo descubierto
generaciones atrás. Aquel pozo era terrorífico para el pueblo de Ashur pero su
reverencia nunca flaqueó. A lo largo de los siglos el culto hizo en él grandes
sacrificios. Cuando Ashur hacía la guerra a otras ciudades, mataba prisioneros y
esclavos; cuando hacía la paz, robaba ganado y niños a los que emplear como
ofrendas. Las víctimas eran destripadas y su sangre almacenada en ánforas de
arcilla; los órganos eran retirados, se leían en ellos los presagios y eran
arrojados al pozo para descansar sobre los restos de las víctimas anteriores.
Cuando no se necesitaba oráculo los miembros del culto arrancaban con sus manos
y dientes los miembros de los sacrificados y arrojaban los cuerpos destrozados al
pozo. Cuando llegaba la noche la sangre almacenaba se derramaba en el pozo,
creando una masa de carne, huesos y sangre donde enjambres de moscas e insectos
zumbaban y se reproducían.
Este ritual de muerte y desmembramiento no podía permanecer para siempre
en el secreto. Otros poderes habían llegado al mundo y exigían que se les hiciera
reverencia.
Y así, una noche, un vampiro de gran poder y majestad descubrió el pozo de
Ashur y sorprendió a los adoradores de los Hijos. Los sacerdotes de la Primera
Tribu elevaron sus voces contra él y llegaron a entornar salmos y cánticos
prohibidos, pero sus maldiciones cayeron sobre el monstruo como la lluvia sobre
la piedra. La voz de la criatura enmudeció a los sacerdotes; su mirada devoró las
mentes de los más débiles. A los fuertes de cuerpo los despedazó miembro a miembro;
a los fuertes de mente les obligó a desgarrarse las entrañas con sus propios
cuchillos. A los más bellos los obligó a copular, desventrándoles para que sus
lascivos movimientos se convirtieran en salvajes acometidas.
Y los vio morir, pues había contemplado sus ritos y eran de su agrado. El
vampiro había presenciado sus atrocidades y quería demostrarles que no eran
nada, sólo niños jugando con el mal. Y para que aprendieran la lección arrojó sus
cuerpos al pozo, donde dejó fluir su propia vitae. Tres mortales sobrevivieron
para saborear la sangre que les dio; sólo tres de los cientos que habían adorado
al Hijo de la oscuridad.
La noche siguiente las tres víctimas lograron abrirse paso entre la carroña
y la inmundicia y salieron del pozo de órganos. Estaban cubiertos de entrañas y
sangre y aullaban con furia y locura. Su creador les habían abandonado; sus amos
no habían atendido a sus plegarias. Estaban locos por el odio y sedientos de dolor
y muerte.
Habían nacido los Baali.
Entre los muchos misterios de la historia de los vampiros pocos han
atormentado tanto a los eruditos como el origen de los Baali, por no mencionar la
identidad de su misterioso progenitor. Aparte de la historia mencionada existen
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otras muchas leyendas; informaciones contradictorias que atribuyen su creación a
diversos Antediluvianos e incluso al propio Caín, pasando por distintos demonios.
Sin embargo, esta historia parece ser la más rigurosa por su consistencia, mientras
que otras han cambiado o han sido alteradas con el paso del tiempo.
En algunas bibliotecas de la antigua Europa existen numerosas referencias a
un hermoso muchacho de Mesopotamia, un esclavo superviviente de un imperio
muerto, que fue supuestamente “llevado a las tinieblas” por un misterioso
caminante. El niño demonio continúa extendiendo el mal en el mundo acompañado de
doce discípulos.
Las leyendas árabes, por otra parte, señalan las ruinas de una ciudad
olvidada erigida en el cráter de Chorazin, donde “una bola de llamas cegadoras,
tan brillante como el Ojo de Alá, cayó de los cielos”. En esta ciudad, según las
leyendas, una tribu nómada perdida fue atada contra su voluntad al servicio del
“rey mosca, cuya hueste cabalga el cuerpo de los hombres”.
Aún antes, textos apócrifos de Oriente hablan de un guerrero-filósofo:
Ashur, rey-dios de un imperio imbatido, “gran rey, rey legítimo, rey del mundo, rey
de Asiria, rey de los cuatro confines de la tierra, que gobierna desde la Cima más
Alta hasta el Mar más profundo”. Los incansables esfuerzos de este mítico
gobernante para ampliar las fronteras de su imperio hacia el este, más allá de las
cimas de los montes Zagros terminaron en fracaso…y en enigma.
La sabiduría caldea sigue al progenitor de los Baali hasta las tierras
septentrionales de Capadocia. Otras fuentes insisten en que su deseo de esconderse
y estar solo, fuera asirio o no, provenía de una terrible deformidad que trajo con
él desde Oriente: un tercer ojo, en perpetua vigilia, que según la leyenda podía ver
los miedos, secretos y deseos oscuros de los hombres…un misterioso extranjero “que
llegó a la ciudad procedente de donde el cielo había comenzado a iluminarse
anticipándose al amanecer”.
Las especulaciones no cesan. Sin embargo, durante la Edad Media, un
antiguo Cainita de Malta encontró una tablilla mesopotámica donde al contrario
que en todas las versiones contadas, por primera vez se mencionaba el nombre del
progenitor de los Baali.
El nombre que aparecía en la tablilla era Saulot.
Si esto es así sólo cabe preguntarse los motivos que llevaron al
Antediluviano a liberar semejante amenaza sobre el mundo alimentada con su
propia sangre. Tal vez el viaje hacia Oriente lo había cambiado radicalmente, de
forma que ahora sus pensamientos sólo pensaban en vengarse de quienes lo habían
rechazado y del mundo que lo había convertido en un monstruo…o tal vez las
prácticas de los vampiros orientales lo habían corrompido. Algunos eruditos
incluso sugieren que durante su estancia en Oriente la Bestia de Saulot habría
adquirido conciencia propia, convirtiéndose en una personalidad demoníaca que
tomaba el control del Antediluviano. Otros creen simplemente que la creación de
los Baali fue el inicio de los planes de Saulot para convertirse en Emperador
Demonio durante la Edad del Pesar.
LOS TRES
Tres Baali surgieron del pozo de carroña, cada uno igual en poder a los
otros. No conocían el nombre de su sire, pero a medida que aprendían más sobre su
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existencia cada uno atribuyó su creación a un progenitor diferente, apartándose
de sus hermanos y odiándolos por sus creencias heréticas.
El primero de los tres era Nergal, el terror tras la leyenda de la deidad de
Babilonia. Instaló su dominio entre el Tigris y el Eúfrates, creando una ciudad
infernal dedicada a su culto llamada Mashkan-shapir. De los tres fue el que se
relacionó en más medida con los demás vampiros y creía que su sire era Ashur, un
misterioso Antediluviano cuyo nombre era similar al de la ciudad donde habían
nacido los Baali. Eligió Abrazar a aquellos ajenos a la Primera Tribu. Leyendas
apócrifas afirman que Nergal viajó hasta la Segunda Ciudad, donde sedujo a
varios vampiros, obteniendo sus secretos mediante palabras gentiles y sembrando
la disensión antes de que se descubriera la verdad. Sirviendo como servidor de
Arikel, intercambiando vicios secretos con el Antediluviano Tzimisce y debatiendo
filosofía con Troile. Finalmente fue expulsado con sus seguidores. Las leyendas
Baali sobre el joven esclavo cantor y el niño demonio hunden sus raíces en su
figura.
El segundo era Moloch, que también adoptó los nombres de Andramelech y
Baal-Hammon. Fue progenitor de diversos cultos Baali de Oriente Medio y
Abrazaba especialmente entre los descendientes de la Primera Tribu. Era mucho
más tranquilo y templado que su hermano Nergal y consideraba a los antiguos
Hijos como herramientas necesarias, pero sabía que despertarlos era una
invitación al desastre. Conseguía sus objetivos mediante sutiles maquinaciones y
cualquiera que lo desafiaba se enfrentaba a su ira. Su lengua quemaba como el
fuego cuando tocaba la carne y eran pocos los que sobrevivían durante mucho
tiempo a sus atenciones, llevando sobre su piel el testimonio de su desagrado.
El nombre del tercero así como su sexo, permanecen en el misterio. Nergal y
Moloch apenas hablaban de su hermano y siempre se enfurecían ante su mención.
Algunos aseguran que el tercero fue el amante de uno de los dos, o incluso de
ambos; otros creen que en realidad se trataba de una pareja de amantes fundidos
en la inmundicia del pozo de órganos de Ashur. La presencia de entidades
hermafroditas en varios panteones antiguos parece atestiguarlo, según los
defensores de esta teoría.
La explicación más popular es que el tercer Baali era una mujer, pero
incluso los que lo afirman discuten acaloradamente sobre su nombre. Los hay que
consideran que se trataba de Zillah, a quien Caín tomó como esposa, mientras que
otros apuntan a Lilith o a la misteriosa Anciana del Libro de Nod.
A lo largo de los años decenas de usurpadores han asegurado ser el tercero
con multitud de nombres: Pazuzu, Ahriman, Baal, Bafomet, Baal-Zebuth…pero
todos fueron descubiertos y destruidos. Algunos incluso llegan a afirmar que el
tercero no era otro que el Antediluviano Saulot.
El linaje descendiente del tercero carece de nombre, como su progenitor,
aunque en ocasiones su creación ha sido atribuida a Moloch. Estos Baali son los
más elusivos y extraños de su especie, dedicándose a investigaciones extrañas,
inclinaciones esotéricas y prácticas molestas incluso para otros Baali. Algunos se
refieren a ellos como “La Prole” o “El Enjambre”.
LAS GUERRAS BAALI
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Nergal era un vampiro poderoso pero egocéntrico hasta niveles peligrosos,
y estaba completamente convencido de su divinidad oscura. Sus relaciones con
Cainitas de otros clanes son confusas o han sido deliberadamente eliminadas,
posiblemente tanto por vergüenza como temor a que su conocimiento se extendiera.
No es descartable que Saulot lo protegiera hasta que su infamia fue descubierta.
Las versiones sobre la rebelión del niño-demonio son contradictorias, e
incluso se acusa a Nergal de haber provocado la guerra entre las generaciones y
haberse enfrentado al mismísimo Caín, que lo derrotó y expulsó de Enoch junto con
sus seguidores.
Por su parte, los Salubri reconocen que había vampiros infernalistas de
diversos clanes en la Segunda Ciudad, aunque la presencia de Nergal no aparece
en sus registros. Según se cuenta en “La Historia del valle de la Gehenna” existían
en la Segunda Ciudad temerosas murmuraciones sobre un culto de adoradores de
los demonios que realizaban depravados ritos. Samiel, el líder de la casta
guerrera de los Salubri, envió a cuatro de sus más valerosos guerreros: Karesh,
Madiel, Vekis y Javaniel a investigar estos rumores.
Sólo Javaniel regresó al borde de la locura narrando un terrible relato. La
sangre de los guerreros Salubri había sido robada y ellos destruidos por un culto
que se hacían llamar los Baali. El propio Javaniel, enloquecido por las torturas y
vejaciones sufridas, decidió poner fin a su vida recibiendo el abrazo del sol.
La rabia consumió a Saulot, sobre todo al saber que uno de sus chiquillos,
Karesh, había traicionado a sus hermanos y declaró la guerra a los Baali para
vengar la sangre robada. Los demás vampiros se sorprendieron ante la furia de
Saulot y sólo Malkav supo consolarle, sin culparle por su decisión. Samiel y sus
guerreros descendieron al valle de la Gehenna con la bendición de su sire. Tras
una sangrienta y descomunal batalla los vampiros de la Segunda Ciudad se
alzaron con la victoria pero el propio Samiel y sus seguidores perecieron.
Otros clanes, especialmente los hijos de Haqim, se unieron a la guerra, y al
mismo tiempo se creó una casta de jueces para perseguir a los infernalistas y sus
simpatizantes dentro de los muros de la Segunda Ciudad. Saulot se aisló del resto
de sus hermanos y un Salubri llamado Uriel asumió el liderazgo de la casta de los
guerreros, tomando los escritos de su predecesor como norma básica para sus
seguidores. Los Salubri recorrieron las tierras atacando a los Baali y llevando
la guerra a los pueblos donde se ocultaban: los lamitas de Canaán, los molochim
de Mesopotamia, los asirios. Aunque la Primera Guerra Baali concluyó
oficialmente con la destrucción de la ciudad de Mashkan-shapir los
enfrentamientos contra los infernalistas continuarían durante los siglos
siguientes.
Existen diferentes rumores sobre el traidor que entregó a los guerreros
Salubri en las manos de los Baali. Aunque se le conoce bajo el nombre de Karesh,
en otras versiones se le conoce como Ahab o Sobek y en otras simplemente se omite
su nombre, conociéndosele simplemente como “El Traidor”. Los rumores más
siniestros parecen indicar que se trataba del propio Nergal. Según un antiguo
pergamino atribuido a Javaniel, el traidor le reveló sus planes mientras lo
torturaba:
“Ah, mi insensato hermano. ¡Disfruto tanto observando cómo te pudres ante
mi roce! Y aun así, este tormento no es nada comparado con el que te pienso
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administrar con mis palabras. Fuiste traicionado, mas no por mi mano, pues no
hacía más que seguir los deseos de mi sire. Fue él quien nos envió aquí no para
descubrir los planes de los Baali, sino para ver si éramos dignos hijos de nuestra
sangre. Durante mucho tiempo nuestro sire se ha mostrado insatisfecho con su
linaje. Está cansado de esperar que despertemos a sus verdaderas enseñanzas, a
que nos liberemos de las patéticas restricciones que nosotros mismos nos
imponemos, que comprendamos que los Baali nos guiarán hasta la fuente del
verdadero poder. La paz y la armonía interior son mentiras para los débiles, y es
en eso en lo que se ha convertido nuestro linaje: un clan de insensatos que olvidan
que han sido malditos por Dios. Nuestro padre recuerda, y se deleita en ello. Que
los débiles crean las mentiras que teje, cuando llegue el momento caerán ante
nosotros como el trigo ante la guadaña.
El primer linaje de nuestro padre no sobrevivirá. La mayoría se han
demostrado demasiado débiles y pacíficos, demasiado deseosos de la paz en lugar de
arrancar los corazones de quienquiera que nos niegue nuestra justa herencia como
Señores de la tierra. Serán barridos en la roja marea de la batalla, asesinados por
sus nuevos chiquillos, los Baali. Los que sobrevivan serán los más fuertes y
crueles. Nadie sabrá de nuestra ascensión hasta que sea demasiado tarde para
librarse de nuestra ira. Y en la noche en la que el último de los Salubri sangre su
vida en la boca de los nuevos retoños, yo me alzaré para sentarme a la derecha de
nuestro Padre y gobernaré a todos los seres de la tierra.”
Como se puede observar, el texto muestra una imagen muy diferente de la
que se atribuye al benévolo Saulot. Otros clanes, como los Assamitas y los
Tzimisce, poseen sus propias versiones sobre la Primera Guerra Baali. Los
Assamitas dicen que Haqim desconfiaba de Saulot, aunque al final se arrepintió de
sus sospechas. Los Tzimisce poseen algunos escritos antiguos donde afirman que
Samiel y sus guerreros no murieron atacando a los Baali, sino a su fundador. Tal
vez Tzimisce conocía la perfidia de Saulot o poseía algún conocimiento que lo
hacía peligroso para los planes del progenitor Salubri, o simplemente Saulot
quería asegurarse de la destrucción de Samiel. El titánico enfrentamiento entre
Samiel y Tzimisce concluyó con la destrucción del primero y el Antediluviano de
los Demonios resultó tan dañado que sólo conseguiría sobrevivir resurgiendo en
la carne de uno de sus chiquillos.
De todos los guerreros Salubri sólo cinco sobrevivieron a la primera de las
Guerras Baali, todos los ellos los últimos discípulos de Samiel, entre ellos su
sucesor y hermano Uriel. En cuanto a los curanderos, más de la mitad había caído
arriesgando sus vidas por los heridos en la guerra, pues los Baali y sus
servidores se habían ensañado también con ellos
LA CIUDAD DE NERGAL
Desde la perspectiva de los Baali el Matusalén Nergal se instaló en la
ciudad de Mashkan-shapir, a orillas del río Tigris, y la convirtió en su dominio.
Era un lugar de maravillosos avances para su época, ya que tenía dos puertos
fluviales dentro de sus murallas, canales para los barcos y un templo dedicado al
propio Nergal que ocupaba una cuarta parte de la ciudad. La ciudad se convirtió
en un refugio para Nergal y su progenie, acogiendo la maligna oscuridad. En su
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inmenso templo Nergal realizó rituales perversos, afligiendo a sus seguidores
mortales con plagas y arrancándoles la carne y los huesos para decorar su
santuario.
Nergal era el dios de Mashkan-shapir y en torno a él se creo una leyenda, en
la que era el dios del Inframundo y consorte de Ereshkigal, princesa del Reino de
las Sombras. Los D´habi, una línea de sacerdotes ghoul adiestrados por él mismo,
se encargaban del funcionamiento del templo. Servían a su maestro de forma leal y
sin mostrar el mínimo asomo de arrepentimiento mortal o moral.
De todo su linaje Nergal era el que mayor conocimiento poseía sobre la
naturaleza de los Hijos de la Oscuridad y sobre sus nombres, así como la labor
que había realizado la Primera Tribu para ocultarlos, utilizando apelativos y
títulos falsos para invocar su poder, que de esta forma era mucho más débil de lo
que podría haber llegado a ser. Estas limitaciones autoimpuestas constituían una
gran molestia para él, y no dejaba de buscar medios para aumentar su poder,
cometiendo abominación tras abominación y llegando a acariciar la idea de
sacrificar su propia ciudad a cambio de poder.
Demonios y otras criaturas infernales le susurraron que uno de los Hijos de
la Oscuridad dormía bajo Mashkan-shapir. Los mortales habían detectado su
presencia y lo habían bautizado como Namtaru, el Señor de las Plagas. Nergal
sabía como contactar con él y susurrar en sus sueños, pero no podía despertarlo,
ya que desconocía su verdadero nombre. Tampoco fue capaz de localizar su
cuerpo, a pesar de las enormes excavaciones que realizó por toda la ciudad,
aunque en la búsqueda obligara a sus súbditos a destruir todo lo que habían
construido. Al final llegó a la conclusión de que para despertar a Namtaru debía
realizar un sacrificio razonable: los mortales de Mashkan-shapir.
Para llevar a cabo su plan Nergal planeó liberar una terrible plaga que
asolase por completo la vida de la ciudad, pero sus sacerdotes le traicionaron.
Temiendo por sus vidas los sacerdotes D´habi buscaron a Moloch y le revelaron
las maquinaciones de su hermano. Comprendían el peligro de despertar a Namtaru
y sabían que su maestro lo sacrificaría todo por sus delirios divinos. Moloch, que
deseaba evitar una “guerra civil” entre los Baali contra los chiquillos de Nergal,
traicionó a su hermano a los clanes. El precio para el linaje fue terrible pero no
había otra salida, pues la alternativa era una devastación que bien podría acabar
con la vida en la tierra. Muchos Cainitas ya sospechaban de los Baali, y las
revelaciones de Moloch reforzaron sus temores. El odio de los clanes no era nada
comparado con los apetitos demoníacos de los Hijos de la Oscuridad.
Y los clanes fueron a la guerra, tal y como Moloch había previsto que
harían. Asaltaron Mashkan-shapir (aunque de forma muy desorganizada) y
exterminaron a la población corrompida por el culto y las plagas de Nergal. Los
cuerpos fueron apilados en piras y reducidos a cenizas para terminar para siempre
con la enfermedad. Después, los vampiros volvieron su ira contra la propia
ciudad, quemando todos los edificios hasta los cimientos. Sin embargo, Nergal se
atrincheró en su santuario y sus poderes demoníacos impidieron la entrada de los
invasores.
Al final los sacerdotes de la diosa Ereshkigal, un culto de antiguos
vampiros del clan Lasombra, desataron todo su poder sobre el refugio de Nergal.
Penetraron en el templo a través de las sombras e inundaron las estancias con
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oscuridad líquida. El Matusalén Baali y sus seguidores fueron barridos por la
oscura marea y desaparecieron.
Aquel día murió Mashkan-shapir. Sin embargo, las prácticas de los Baali
quedaron al descubierto, lo que resultó en la destrucción de muchísimos
infernalistas. Clanes como los Assamitas y los Salubri los persiguieron sin piedad,
pero otros vampiros moderaron su odio y en algunos lugares incluso comenzaron
a realizar pactos con los infernalistas o simplemente toleraron su presencia
cuando era demasiado fuerte para ser desterrada y beneficiaba a sus intereses.
EL FIN DE LA SEGUNDA CIUDAD
Aunque tras la destrucción de Mashkan-shapir la Segunda Ciudad recuperó
la paz y la prosperidad, los infernalistas la atacarían nuevamente en varias
ocasiones. Las Guerras Baali aumentaron las divisiones entre los clanes, pues
algunos se resistían a enfrentarse a los Baali. Los Salubri sufrieron el mayor
número de bajas durante las guerras, de las que muy pocos regresaron. La casta de
los curanderos fue diezmada y algunos incluso dieron la vida para salvar a sus
protegidos. Sin embargo fue la casta de los guerreros quien sufrió el mayor
número de bajas, convirtiéndose en una minoría dentro del clan. Los rigurosos
métodos de reclutamiento y selección de los Salubri también contribuyeron a
reducir las filas del linaje.
La pérdida de tantos de sus hijos pareció afectar a Saulot, que permaneció
apartado del resto de los vampiros, salvo en ocasiones su chiquilla Rayzeel y su
hermano Malkav. Entonces, una noche, desapareció de la Segunda Ciudad,
sembrando la confusión entre sus descendientes. Sin él su progenie padeció y
fueron muchos los que se marcharon en su busca o persiguiendo sus búsquedas
particulares.
El tiempo transcurrió inexorablemente, pero finalmente Saulot regresó a la
Segunda Ciudad. Nuevamente había viajado al desconocido oriente y en él se habían
producido varios cambios, que achacó a los estudios místicos que había llevado a
cabo con los sabios y ancianos de lejanas tierras. Fue en esta época cuando
comenzó a codificar la senda de la Golconda, introduciendo términos orientales
como la rueda kármica o el Nirvana. Habló a su progenie de las grandes
maravillas y personas que había conocido en su viaje y les mostró nuevos métodos
de purificación y meditación que sostuvo eran necesarios para alcanzar la
Golconda y encontrar la paz interior.
Sin embargo, no todo estaba en orden. Saulot se sumió en extrañas visiones y
trances que escapaban a su control. Había noches en las que no se alzaba de su
sueño diurno, murmurando en lenguas desconocidas, gritando y llorando sin
despertarse. Con el tiempo aprendió a controlar parte de sus sueños y visiones,
retirándolos a sus meditaciones y oraciones.
Una noche, mientras meditaba en su jardín, Saulot tuvo una nueva y extraña
visión. Una vez pasó, salió de su trance con un brillo salvaje en sus ojos. Profirió
un alarido y salió nuevamente de la Segunda Ciudad. Estuvo ausente una semana,
tras la que volvió débil y delgado, como si una luz lo envolviera. Dijo que por fin
había alcanzado el estado que tanto había anhelado, al que llamó Golconda, pues
en ese lugar de la India había conocido al sabio que lo había puesto en su búsqueda
de la paz interior.
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Saulot animó a sus descendientes a seguir sus pasos y algunos lo hicieron,
aunque encontraron la senda demasiado ardua. Saulot los instó a perseverar,
especialmente a los curanderos, que parecían encontrar el camino con mayor
facilidad.
Quienes encontraron la Golconda descubrieron que el Hambre no
desaparecía por completo, pero no se liberaba y los poseía como antes. El alma de
los vampiros encontraba su equilibrio, a medio camino entre la Bestia y el Hombre.
Tal equilibrio garantizaba paz y libertad. Descubrieron que podían aprender
cualquier poder que eligiesen sin dificultad, como si de algún modo se hubieran
acercado a la sangre de Caín. Algunos incluso descubrieron que podían resistir el
roce de la débil luz del sol, o consumir alimentos mortales durante un corto
período de tiempo. No era un regreso a la mortalidad como muchos habían
esperado, pero Saulot afirmó que era sólo el primer paso a seguir.
Después de alcanzar la Golconda Saulot y sus chiquillos comenzaron a
Abrazar únicamente creyentes en sus visiones y les fueron enseñadas las Palabras
de Saulot, algunas de las cuales todavía se conservan en el Libro de Nod, y en
ocho pergaminos perdidos.
Los años pasaron, y en ese tiempo la Segunda Ciudad cayó. Los Salubri
sufrieron varias pérdidas durante su destrucción y se desperdigaron por el
mundo, buscando nuevos conocimientos que añadir a sus estudios sobre la
Golconda. Durante este tiempo muchos también comenzaron a buscar y perseguir a
los Baali. Saulot desapareció, aunque sería visto nuevamente en varias ocasiones.
Teniendo en cuenta su comportamiento precedente, algunos Cainitas se
preguntan hasta qué punto las acciones de Saulot eran por completo altruistas, y
atribuyen sus viajes a oriente a un período de preparación. Mediante sus poderes
proféticos Saulot supo predecir lo que ocurriría y aunque sabía que no podía
detener el futuro, sabía que podía alterarlo para sus propios fines: convertirse en
el Emperador Demonio que gobernaría el mundo durante la Edad del Pesar.
LOS SALUBRI EN EL MUNDO ANTIGUO
Durante esta época los antiguos Salubri tomaron un papel activo en la
Yihad, continuando la guerra contra los Baali y sus aliados. Algunos se hicieron
pasar por dioses y vampiros de otros clanes en lugar de manipular los
acontecimientos desde las sombras. Como la práctica de usurpar el papel de las
divinidades estaba extendido entre muchas criaturas sobrenaturales es difícil
decir qué casos contaron la presencia de los Salubri y cuáles con otros vampiros,
magos, demonios y espíritus. La mayoría de los cultos Salubri se concentraron en
Sumer, Egipto, Grecia y la India. En ocasiones, su participación era descubierta y
pagaban muy caro el precio de su engaño.
Los Divinos eran los miembros más visibles del clan. Sin embargo, gran parte
de sus hechos están cubiertos por sombras y misterios y no han dejado registros
escritos. Los Salubri combatieron a los Seguidores de Set y a numerosos vampiros
de todos los clanes, mortales, Nefandos y hombres lobo, y en general a todos los
que se acercaban al Abismo y se convertían en Campeones de la Oscuridad y el
Mal. Sin embargo, a pesar de su eterna lucha la corrupción continuaba presente
en el mundo y muchos Salubri llegaron a la conclusión de que el poder corrompía.
Los Cainitas que habían acumulado poder durante siglos no conocían nada más y
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no estaban dispuestos a renunciar a él. Manipulaban y corrompían a los humanos
y atrapaban a otros en sus redes de corrupción. Los antiguos afectaban a su
progenie y a los mortales y a su vez eran corrompidos por la maldad del mundo,
creando un círculo vicioso.
Sin embargo, los Hijos de Saulot no fueron los únicos Campeones de la Luz;
las Momias, los Hijos de Osiris, varios cultos de magos y algunos Garou se
convirtieron en sus aliados y lucharon a su lado, algunas veces por puro azar, y
en otras voluntariamente.
SUMER
De la Antigua Sumeria solo se conoce una Salubri que se hizo pasar por
diosa. Tiempo después de la caída de la Segunda Ciudad, por lo menos un miembro
del clan participó activamente en el comienzo de la Guerra de las Edades, mucho
antes de que Saulot y sus chiquillos destruyesen la ciudad de Mashkan-shapir.
Inanna era la Diosa Suprema del Amor, el Sexo y la Fertilidad. También se
dice que tenía poder sobre la vida y la muerte, capaz de devolver la vida a los
puros e inocentes, lo que parece estar relacionado con los poderes de los Salubri.
Innana se aventuró en el Inframundo donde intentó destronar a Ereshkigal, la
Diosa de la Muerte. Sin embargo fue derrotada, asesinada y clavada a un muro
construido con los huesos y almas de los humanos rebeldes. Su visir Ninshubur
descubrió la catástrofe y creó a dos poderosos campeones de barro que lo
acompañaron al Inframundo en un atrevido intento de rescatar a Inanna. El visir
y los dos hombres de barro resucitaron a Innana, engañaron a Ereshkigal y a sus
servidores para que tomasen a un hombre malvado llamado Dumuniz en el lugar de
Inanna y regresaron con ella al mundo de los vivos.
Se cree que la Matusalén Salubri Nashtradia combatió constantemente a la
entidad demoníaca llamada Ereshkigal, que había otorgado poderes especiales a
muchos hombres malvados. Se rumorea que Nashtradia había dominado un poder
especial que le permitía resucitar a los seres puros e inocentes que habían sido
asesinados injustamente –por accidente o por fuerzas diabólicas. Nashtradia era
una mujer muy sensual que en verdad encarnaba los aspectos de la Diosa del Amor
y supuestamente fue capaz de seducir a hombres y mujeres –mortales e inmortalescon sólo una mirada.
Se desconoce la verdadera identidad de la Diosa Ereshkigal, aunque han
surgido varias teorías. La explicación más aceptada es que Ereshkigal era de
hecho una “entidad compuesta” por varios seres que poseían habilidades y rasgos de
personalidad similares. Los dos más prominentes (y probables) eran Eresharrr y
Kish´ghal´rss.
Se sabe que un demoníaco Cainita llamado Eresharr habitaba Sumer y
constantemente amenazaba la seguridad de las ciudades sumerias. Supuestamente
era capaz de invocar el Fuego del Inframundo, ennegrecer el cielo con demonios
alados y convertir los ríos en sangre. Si este Cainita era un Baali o sólo uno de
los muchos no muertos que pactaron con los demonios en aquellos tiempos, se
desconoce.
Sin embargo, otra criatura llamada Kish´ghal´rss mostraba habilidades
similares pero se dice que gobernaba su propio dominio en el Inframundo, desde el
que podía enviar legiones de demonios y otros servidores y parece que
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Kish´ghal´rss no era uno de los Cainitas. Las pocas referencias que se conservan
en tablillas de barro, muestran indicios que lo señalan como una especie de
Iluminado. Esto sugiere que Kish´ghal´rss pudo haber sido un Mago, posiblemente
un Nefando.
En la más conocida de las batallas contra sus adversarios demoníacos,
Nahstradia se aventuró en el dominio de su enemigo en el Inframundo e intentó
invertir su naturaleza diabólica. Sin embargo falló, después de ser derrotada en
combate, y fue empalada y colgada en un muro sobre el trono de Ereshkigal, donde
la Diosa de la Muerte podía torturar a su enemiga a placer. Sin embargo,
Nahstradia había profetizado que esto ocurriría y había pedido a sus aliados más
cercanos que la rescataran. Nishubur era un hombre con gran poder mágico y creo
dos poderosos seres de barro para ayudarle en su peligrosa misión. También
capturó a un malvado vampiro llamado Dumuniz, que llevó con él, sabiendo que
Ereshkigal se enfurecería cuando descubriera que su prisionera se había escapado.
Los poderes mostrados por los seres de barro son muy violentos y se parecen
a fuerzas elementales de la naturaleza. Ninshubur consiguió entrar en el salón
del trono de Ereshkigal, donde liberó a Nashtradia y alteró la apariencia de su
prisionero Dumuniz, dejándolo en el lugar de la Salubri. Después la Matusalén y
el hechicero escaparon del dominio de Ereshkigal, que se dice destruyó legiones
enteras de demonios en un acceso de rabia cuando descubrió que había sido
engañada.
Se dice que Nashtradia también estuvo presente en la India además de Oriente
Medio, donde permaneció hasta la época de la crucifixión de Cristo.
EGIPTO
La mitología egipcia posee al menos dos dioses que han sido identificados
como Salubri por los eruditos vampíricos.
El dios lunar Khonsu de Tebas tenía varios aspectos, uno de los cuales es el
de un hombre con cabeza de halcón coronado con la luna nueva y la luna llena, lo
que podría significar una referencia al tercer ojo de los Salubri. La cabeza de
halcón también puede simbolizar la claridad de visión atribuida a los Hijos de
Saulot. El dios Khonsu abarcaba el ámbito de las enfermedades y la curación y
también era conocido como Khonsu, el Consejero. Los vampiros hablan de un
antiguo Salubri llamado Xalmakhar el Vagabundo, que caminó con Saulot cuando
regresó de la ciudad de Mashkan-shapir. Se dice que ese particular Cainita era
capaz de invocar a la Luna, provocando la Enfermedad Lunar (la Locura).
También se dice que era capaz de transformarse en halcón para arrancar los ojos
de sus enemigos.
Selket era una de las cuatro diosas que protegían a Osiris y a todos los
muertos. Originalmente su nombre era Serket-Heru que significa “La que hace
respirar las gargantas”, un nombre que la identificaba como una diosa protectora
de los vivos. Se dice que tenía un ojo que podía curar y matar, por lo que se la
asoció con los escorpiones y llevaba uno en su corona.
El poder de matar con la Mirada es atribuido por primera vez a una Antigua
Salubri llamada Visther, que desarrolló un poder especial que le permitía invertir
los efectos de los poderes curativos de los Salubri cuando su mirada se volcaba
sobre un ser corrupto y malvado.
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GRECIA
Se conocen dos Salubri que estuvieron activas en la Antigua Grecia. La
Matusalén Lakshimithia de la India se hizo pasar por Démeter, la Diosa de la
Fertilidad y la otra por Athena, la Diosa de la Sabiduría.
Démeter era la Diosa de la Cosecha, pero también era conocida como la
Madre Tierra, pues era la Diosa de la fertilidad, la tierra y las mujeres. Era
capaz de crear abundancia y escasez, esterilidad y fertilidad. Su identidad era muy
adecuada para la Salubri Lakshimithia.
Athena era una de las diosas más poderosas del panteón griego, y su aspecto
como Diosa de la Sabiduría se extendió por toda Grecia. Su sabiduría y habilidad
para ver más allá del mundo real eran legendarias. Fue conocida por
proporcionar consejos militares a través de los sueños de los héroes, consejos que
llevaban a gloriosas victorias. Athena era hermosa como el amanecer, pero nunca
tuvo consorte, conservando su virginidad –esta característica puede ser fruto de
la sociedad patriarcal griega que veía en las mujeres inteligentes y sabias una
amenaza al poder masculino.
Athauzanna fue una de las más sabias e inteligentes Salubri que han existido
jamás, y su sabiduría rivalizaba incluso con la de Saulot. Ella odiaba la violencia
y la guerra y continuamente utilizaba su conocimiento para conseguir la paz.
Athauzanna era una pacifista convencida y era amada por sus hermanos y
hermanas. Los Baali la odiaban con pasión debido a su habilidad para terminar con
los conflictos y constantemente intentaron matarla. Ella desapareció hacia el año
1500 a.C. y nunca se volvió a saber de ella. Todos los Salubri la lloraron y el
mundo también lamentó su ausencia. Sin embargo, algunos miembros de clan
insisten en haberla visto posteriormente, incluso en plena Edad Media.
INDIA
Se cree que varios Salubri estuvieron presentes en los acontecimientos que
tuvieron lugar en la India prehistórica y varios dioses y diosas poseen
características que son similares a los poderes de los Salubri. La zona que se
convertiría en la India y el Tíbet se encontraba dominada por vampiros y demonios
que aterrorizaban a los mortales, por lo que los Salubri acudieron para
defenderlos. Una secta de vampiros adoradores de la diosa Kali gobernaban con
terror a una escala que rivalizaba con los Baali. Los Salubri manipularon a
otros vampiros, principalmente de los clanes Brujah, Tzimisce y Gangrel, para que
se trasladaran a la zona y lucharan con los Vástagos adoradores de Kali, sobre
todo Ravnos, pero se cree que también algunos de los misteriosos vampiros
orientales.
Entre los Matusalenes que se desplazaron a la India se encontraban
algunos Tzimisce que mediante sus poderes cambiaron sus formas para asemejarse a
dioses y demonios, y un antiguo Gangrel que gobernaba a los Monos Gigantes que
vivían en la zona en tiempos prehistóricos y cuya fuerza no tenía rival.
Aparentemente los Salubri indios tomaron el papel de divinidades asociadas al
amor, la compasión y el erotismo. En esas formas extendieron sus Filosofías y
gracias a ellos la influencia de otros clanes se extendió en la zona.
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La mujer de Vishnu se llamaba Shri, la Diosa de la Felicidad y la Fertilidad,
que podía curar a los hombres, bestias y cosechas. Una Salubri llamada
Lakshimithia tenía poderes que podían afectar a las plantas y se cree que
desarrolló una senda de Hechicería relacionada con las mismas. Se cree que
Lakshimithia también estuvo presente en Grecia, donde sería conocida como
Démeter, la Diosa de la Fertilidad.
Parvati, la mujer de Shiva el Destructor, en sus aspectos como guerrera,
curandera y armera, se cree que también fue sustituida en algunos casos por una
antigua Salubri. Ella influyó los diferentes aspectos de Shiva y su persona
abarcaba la compasión y el odio.
Esta particular mezcla de personalidades existían en la Salubri
Sathiumarkha, a quien las leyendas vampíricas consideran como la más apasionada
no muerta que jamás ha existido, un ser que sólo conocía el amor y perdonaba a
quienes le causaban mal. Cuando los Salubri fueron atacados por los Baali, todo
eso cambió. Sathiumarka desarrolló un lado oscuro que era el odio y la
destrucción encarnados –un lado oscuro que era capaz de transmitir a los demás
alterando sus mentes y almas. Pero también conservó su amor, compasión y deseo.
Sathiumarka invocó estos aspectos en sus amantes, (se dice que el primero de los
cuales era un antiguo Brujah que se volvió loco cuando la Segunda Ciudad fue
destruida), a los que convirtió en dioses temidos y respetados.
LOS BAALI EN EL MUNDO ANTIGUO
LOS AVATARES DEL ENJAMBRE
Nos contemplas y todo lo que ves son demonios y monstruos. Os contemplo y
no veo más que una herramienta, un recipiente para el nacimiento del enjambre.
Nuestro es el oscuro útero del que todo surge y al que todos regresamos. Nuestra
es la visión que hemos perdido y recuperado a través del cristal roto de los ojos
de la mosca, y nuestro es el coro cuyas voces apaciguan los sueños del dolor y la
muerte.
Aunque algunos atribuyen la creación de los Avatares del Enjambre a
Moloch, varias evidencias sugieren que son los descendientes del Tercero, el Sin
Nombre, conocido ocasionalmente como Baal-Zebuth. Los Avatares afirman que
oyen el canto de sirena de los Hijos mucho más claramente que el resto de los
Baali. Para ellos el mundo se agita al compás de una sinfonía secreta cuyas notas
han sido entonadas desde hace tiempo por sus más antiguos habitantes: los
insectos.
Los Avatares del Enjambre rechazan conceptos vampíricos como los de sire y
generación, aferrándose a un principio colectivo y unificado. Su único objetivo, o
eso aseguran es la perpetuación del enjambre del que nacieron y la promulgación
de sus dulces cánticos. Para ello, estos vampiros emplean prisioneros mortales
como grotescos criaderos de las larvas de moscas, principalmente, aunque también
otras especies como langostas, chinches y otros parásitos. En ocasiones, sobre
todo en Europa, han fomentado la expansión de las ratas, pero se trata de casos
excepcionales.
Entre los Avatares del Enjambre la lealtad es más fuerte entre los
hermanos, a menudo Vinculados por Sangre. Después existe lealtad entre los
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compañeros de la colmena, después los Avatares de otras colmenas y por último
los Baali en general. A medida que pasan los años la lealtad hacia los iguales se
hace tan importante como la que se tiene al resto del linaje.
Estos infernalistas pueden proporcionar el Abrazo de una extraña forma.
Cada Avatar transporta en su interior miles de insectos vivos en su interior, que
necesitan huéspedes mortales para reproducirse. El ciclo de incubación puede
llevar entre dos y cuatro semanas, momento en el que el nuevo enjambre se abre
paso a mordiscos, encuentran a un Avatar y se introducen en su interior. Por
supuesto este proceso siempre es fatal para el huésped original.
Los Avatares del Enjambre Abrazan siguiendo un calendario fijado por sus
“habitantes”. Cuando los insectos alcanzan una masa crítica dentro del cuerpo del
Baali, éste busca entre uno y siete discípulos a los que infectar, introduciendo un
puñado de insectos y sangre en la boca de sus chiquillos. No todos sobreviven, pero
los que lo hacen, se convierten en receptáculos para los nuevos enjambres y en
Avatares. Dos o tres insectos repletos de sangre de su Madre (las Madres o sires
pueden ser de ambos sexos) pueden convertir en ghoul a un humano normal o
pueden Vincular por Sangre a un Cainita. Los historiadores Baali creen que
fueron los Avatares quienes crearon a los aparecidos D´habi, utilizando a sus
insectos para alterar la sangre de los mortales.
Estos inhumanos vampiros desafían los conceptos tradicionales de la muerte
y se reúnen en grandes “colmenas” subterráneas para perfeccionar su unidad. Estos
servidores infernales (que se consideran zánganos y obedecen las crípticas órdenes
de su progenitor, que es para ellos rey, reina, padre, madre y refugio al mismo
tiempo) se encuentran entre los Baali más tolerantes, ya que trabajan para
unificar todas las oposiciones en su visión. Son partes que cobran fuerza al unirse
en un todo, y suyo es el secreto que ha dormido desde el nacimiento del mundo.
Suyo es también el gran renacimiento que anunciará el regreso de la oscuridad en
un cielo cubierto por miles de millones de diminutas alas.
ORIENTE MEDIO
Tras la caída de Mashkan-shapir los Baali se dispersaron por Oriente
Medio, Arabia y el Norte de África, ocultándose en las ciudades fenicias Tiro,
Sidón y Biblos, reclamando Wabar e Hirem en Arabia y permaneciendo ocultos en
Ashur, en el Tigris. Cuando los acadios crearon su imperio en Mesopotamia los
sacerdotes D´habi que habían traicionado a Nergal transfiriendo su lealtad a
todo el linaje de los Baali.
Tras ganarse el odio de muchos vampiros los Baali permanecieron ocultos y
persiguieron sus objetivos en secreto, observando y esperando durante los
siguientes siglos mientras los imperios mortales se alzaban y caían. Los panteones
sumerios, babilonios y acadios absorbieron y rebautizaron a las viejas deidades
(algunas de las cuales eran máscaras que ocultaban a los Hijos de la oscuridad)
para que se adaptaran a sus propósitos. Aunque la mayoría de los antiguos dioses
mesopotámicos eran creaciones mundanas, de vez en cuando alguien se alzaba
conociendo un nombre con verdadero poder demoníaco. Los Baali nunca llegaron a
descubrir hasta que punto los nombres de los Hijos habían permanecido en la
memoria de los mortales, pero con arrogancia se consideraban los únicos con
derecho a utilizarlos. La Primera Tribu, de la que habían surgido los Baali,
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habían sido los primeros mortales en descubrir los nombres y la naturaleza de los
Hijos, pero alguien había debido divulgar los secretos o sencillamente otros
hombres descubrieron los nombres por sí mismos. Moloch supo que un traidor
estaba difundiendo el conocimiento de los nombres a otros vampiros y mortales,
pero por aquel entonces no consiguió descubrir su identidad.
Tras la desaparición de Nergal, sus descendientes, carentes de guía, se
unieron a las órdenes y cultos infernales de Moloch y sus chiquillos, pero muchos
se negaron a unirse a los que habían traicionado a su maestro. Algunos crearon
nuevas filosofías y crearon cultos a partir de nombres menores, apareciendo
grupos de Baali que adoraban a los dioses de los mortales como si fueran sus
amos. Estos descarriados eran conocidos colectivamente como los Huérfanos.
Moloch no quería perder el tiempo castigando a las facciones díscolas que
se negaban a reconocer su autoridad y se encontraba agotado por la guerra
contra su hermano. Permitió a los Huérfanos seguir existiendo, engañándose a sí
mismo creyendo que aquellos renegados le servirían como señuelos para atraer a
los enemigos de los Baali. Les ayudó y extendió los rumores sobre sus actos de
barbarie sin sentido y los utilizó para desviar la atención de él y sus seguidores.
Los Salubri y otros vampiros destruyeron los cultos de Pazuzu, Ahriman, Baal y
Mot, sin llegar a comprender que los infernalistas que destruían eran débiles
pretenciosos y carentes de valor en los planes de los Baali. Aunque Moloch se
benefició de esta distracción también debilitó su autoridad entre los Baali, muchos
de los cuales ignoraban sus amenazas y se pasaban a las filas de los Huérfanos.
Algunos de los traidores eran vampiros poderosos que se llevaron con ellos el
conocimiento de nombres importantes. Con el paso de los años esta tendencia
continuó y los Huérfanos, a pesar de concentrar el mayor número de bajas en la
guerra contra otros vampiros, se hicieron cada vez más problemáticos.
CRETA: LA APARICIÓN DE SHAITAN
Hacia el 2000 a.C. un poderoso Baali que se hacía llamar Shaitan (“El
Adversario”) apareció en la ciudad de Ashur. Aseguró ser el progenitor de los
tres primeros, creador de la línea de sangre y ancestro de todos ellos. La mayoría
de los Huérfanos acudieron a su llamada, poniéndose a sus órdenes, pero Moloch
estaba intrigado por este desconocido y permaneció en silencio, prohibiendo a
todos sus seguidores que se aliaran con Shaitan, pero sin tomar ninguna otra
medida, permaneciendo a la expectativa. Moloch desconfiaba de las intenciones de
este adversario y las visiones de un inminente cataclismo le aconsejaron actuar
con suma cautela.
La inmensa mayoría de los Huérfanos se convirtieron en seguidores de
Shaitan, y quienes rechazaron sus requerimientos cayeron bajo los efectos de una
virulenta plaga que convertía en polvo la sangre de los Cainitas. Como respuesta,
Moloch reunió a los Baali más fuertes que aún le guardaban lealtad y huyó de
Mesopotamia, refugiándose en las ciudades fenicias, junto a la costa del
Mediterráneo.
Tal y como Moloch sospechaba, Shaitan no era el Antediluviano que había
creado a los Baali, sino un impostor, pero muchos creyeron sus mentiras y no
descubrieron su secreto: Shaitan era Nergal. Su intento de despertar a Namtaru,
la traición de los D´habi y su supuesta destrucción en la ciudad de Mashkan2005 - La Biblioteca de Cartago – http://www.bibliotecadecartago.com
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shapir no habían sido más que un elaborado engaño en el que sacrificó a varios
peones prescindibles. Sólo había una verdad: Nergal había tratado de despertar a
Namtaru pero el ataque de los demás vampiros le hizo comprender que no tenía el
tiempo ni el apoyo necesario para completar sus planes por lo que urdió su
desaparición y todos actuaron como esperaba…hasta cierto punto.
Ordenó a sus servidores D´habi que lo traicionaran y después les hizo
olvidar que había sido él quien les había dado esas órdenes. Creó una serie de
plagas en la ciudad de Mashkan-shapir para dar un mayor peso a sus amenazas y
repercusiones. Cuando la ciudad cayó, fue uno de sus chiquillos disfrazado quien
murió en su lugar. El verdadero Nergal hacía tiempo que había huido,
refugiándose en la ciudad de Ashur, donde los Baali habían sido creados.
A lo largo de los siglos de ocultamiento Shaitan había enviado una pequeña
cantidad de su sangre a los descendientes de los D´habi para poder controlarlos
mediante el Juramento de Sangre, manteniendo la lealtad de la familia hacia sus
planes. Con ellos como sus esclavos se infiltró en los cultos de los demás Baali y
aprendió sus secretos. Cuando reunió el suficiente conocimiento prohibido preparó
su regreso, conociendo las debilidades de sus enemigos. Los infectó con la
enfermedad que destruía la sangre y asesinó a sus oponentes más peligrosos
utilizando a un culto secreto formado por Assamitas renegados adoradores de
Dagon y a los sacerdotes D´habi.
Cuando decidió reaparecer Nergal adoptó el nombre de Shaitan y estaba
completamente preparado para llevar a cabo sus planes. Ignoró a su hermano
Moloch y tejió una telaraña de mentiras para atraer a los Baali más crédulos,
engañándolos porque necesitaba soldados que retrasaran a sus enemigos mientras
despertaba a su señor. Durante sus siglos de aislamiento había conseguido
encontrar el verdadero lugar de descanso de Namtaru, al norte de Galilea.
Prometió a sus seguidores un reino de eternas tinieblas y construyó una fortaleza
sombría llamada Chorazin sobre la tumba de Namtaru.
Al final consiguió encontrar el cuerpo disecado y dormido de Namtaru, al
que llevó a la isla de Creta, donde los Huérfanos habían construido una
fortaleza mucho antes de su llegada. Tras deshacerse de los demás vampiros que
habitaban entre el pueblo minoico, en su mayoría del clan Toreador, construyó un
gran laberinto bajo la ciudad de Knossos, alrededor del Hijo dormido, para
realizar el ritual que resucitaría y despertaría a su señor. Se dice que para
llevar a cabo el ritual abrió el cráneo de 700 mortales y utilizó los canales y
arterias cerebrales para diseñar los corredores de su laberinto. Otras versiones
afirman que el laberinto formaba un intrincado diseño que de alguna forma
representaba el nombre de Namtaru y los demonios menores vagaron por el
laberinto trazando señales de poder. Alimentado por los sacrificios y los cánticos
impíos Namtaru se hizo cada vez más fuerte. Las aguas alrededor de la isla de
Creta se tiñeron con el color de la sangre, saciando la sed de cualquier Baali que
se bañara en ellas. La isla quedó cubierta por una negra oscuridad y el sol se negó
a brillar sobre Creta. El dormido Namtaru se agitó en sueños, ejerciendo su
voluntad para escudar su santuario de la luz maldita que lo había derrotado en
tiempos inmemoriales. Se dice que la simple existencia del Hijo de la oscuridad tenía
un poder suficiente para convertir el agua en sangre y el aire en humo. Baali de
todo el mundo peregrinaron a Creta, atraídos por los susurros que escuchaban en
sus sueños. Shaitan estaba preparado para destruir el mundo tras el despertar de
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su señor y deseaba que el mayor número posible de sus hermanos fueran testigos de
su obra.
En una demostración de solidaridad que sólo se recordaba de las primeras
guerras contra los Baali, los demás vampiros se unieron para detener a Shaitan.
Menelao, del clan Brujah, convocó una flota de héroes mortales para hacer
frente a los demonios. Baltasar, del clan Ventrue, acudió desde Oriente y
vampiros de muchos linajes se reunieron para evitar la destrucción del despertar
de Namtaru. Aunque vencieron a los Baali que trataron de detener su avance,
eran incapaces de romper las defensas místicas y mundanas de la isla, por lo que
tomaron una medida drástica, a instancias de los Seguidores de Set. Invocando
antiguos poderes hoy olvidados, provocaron la erupción de la cercana isla de
Thera, provocando un cataclismo acompañado de terremotos, olas inmensas,
tormentas de fuego y cenizas que asolaron la ciudad de Knossos y purgaron el
santuario de Shaitan. Se dice que el Matusalén Baali fue destruido cuando el
Laberinto se colapsó, interrumpiendo su ritual. Namtaru, enterrado bajo
toneladas de escombros, lava y cenizas, cayó de nuevo en letargo, pues estaba
demasiado débil para despertar completamente, pero adquirió una mayor
conciencia de lo que le rodeaba y nunca más volvería a quedarse atrapado en
sueños.
Nergal desapareció, aunque según las leyendas la catástrofe lo arrastró al
mar, donde dormiría durante siglos, recuperándose de sus heridas. Los vientos y
corrientes creados por sus servidores infernales lo arrastrarían lentamente
hacia el oeste y no despertaría hasta llegar mucho tiempo después a una tierra
extraña…
A pesar de la desaparición de Nergal su legado perduró. Los Huérfanos se
desperdigaron nuevamente, negándose a seguir las órdenes de Moloch, que los
había ignorado. En los siglos siguientes de vez en cuando aparecería un nuevo
“Shaitan” que afirmaría ser el original, creando cultos para obtener devoción y
sacrificios, aunque la mayoría terminaban destruidos con sus seguidores.
Antes de su desaparición Nergal también fue responsable de la difusión de
los verdaderos nombres de los Hijos. Antes de su fin aprendió el nombre de varios
de sus maestros, que guardó para sí, aunque distribuyó nombres falsos y
enmascarados entre los mortales y los Baali menores, debilitando así la influencia
de Moloch. Estos nombres inferiores eran útiles para invocar a demonios menores
a cambio de pequeños favores y sacrificios. La práctica de estos rituales se
extendió de los Baali a otros Cainitas, floreciendo finalmente en la práctica del
infernalismo.
Los Huérfanos, privados de la guía de Shaitan, se fracturaron y perdieron
entre las religiones mortales, infiltrándose en ellas para corromper las creencias
de los hombres, pero realmente sin dirección ni un objetivo común. Al final las
generaciones más jóvenes de los Baali ya no sabían lo que adoraban ni por qué.
CARTAGO: EL REINO DE MOLOCH
Hastiado en su retiro en las ciudades fenicias de Tiro, Beirut y Sidón,
Moloch reunió a sus aliados más fieles y hacia el año 800 a.C. partió hacia la
floreciente colonia de Cartago (Karthadash) en el norte de África. La ciudad se
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convirtió en el centro de un creciente imperio comercial y marítimo y sus riquezas
eran incomparables. Para Moloch era el refugio perfecto.
Los Baali pactaron con los vampiros Brujah, que deseaban construir una
utopía que superase a la Segunda Ciudad, para aumentar la prosperidad de los
cartagineses, y reclamaron las sombras y catacumbas como los Zelotes
reclamaron los edificios y su población. Ya fuera para obtener un mayor poder
personal, riquezas o posición Brujah jóvenes y antiguos acudieron en secreto a los
santuarios de los Baali para que les ayudaran a inmortalizar Cartago. Los Baali
atendieron sus peticiones y lenta y sutilmente comenzaron a corromperles,
insensibilizándolos ante la creciente brutalidad de sus actos. Fueron los Baali
quienes recomendaron que los elefantes cartagineses del general Aníbal fueran
convertidos en ghouls para que resistieran el paso de los Alpes y causaran una
mayor destrucción. A sugerencia de los Baali los Brujah crearon numerosos
cultos en los que los mortales sacrificaban a sus hijos para proporcionar sangre
a los dueños inmortales de Cartago.
A pesar de las numerosas evidencias arqueológicas y testimonios escritos
por diferentes pueblos -y no sólo por los romanos- varios eruditos mortales y
vampíricos continúan negando la realidad de los sacrificios humanos en Cartago,
afirmando que los restos infantiles incinerados proceden de ceremonias rituales de
enterramiento de los niños que fallecían a temprana edad.
Algunos rumores establecen que Baal era algo más que un nombre utilizado
por los Baali para su divinidad, que era un verdadero demonio aliado de Moloch y
que a través de los numerosos sacrificios que se le hicieron a lo largo de los
siglos aumentó su poder hasta un nivel inimaginable, convirtiéndose en uno de los
demonios más poderosos.
Cierto es que no todos los vampiros quedaron corrompidos por las prácticas
de los Baali, pero los que no participaban en ellas las ignoraban como un mal
necesario para la prosperidad de su “proyecto”, donde vampiros y mortales podían
convivir juntos. Se dice que el propio Saulot estuvo presente durante un tiempo en
Cartago, creando un culto de seguidores de la Golconda. Irónicamente, esta
acción no hizo sino desprestigiar a los Salubri entre los vampiros romanos,
enemigos de Cartago.
Moloch se alzó hasta ser adorado como el dios Baal-Hammon. Incluso el
propio Antediluviano Troile miró hacia otro lado ante los sacrificios humanos
que le eran ofrecidos o cuando los miembros y entrañas de éstos comenzaron a
llenar los pozos de los Baali.
Aunque Troile despreciaba en general la presencia de los Baali, la consentía
debido a una relación especial que mantenía con Moloch y que asombraba a todos
los que la conocían. Moloch sospechaba que con el paso de los siglos Troile se
sentía atraído por la diablerie, por lo que la fomentó sutilmente. Al final, para
saciar su sed, el Antediluviano del clan Brujah comenzó a beber la sangre de otros
vampiros, compartiendo estas orgías con su bienamado Moloch.
Con el tiempo el Matusalén Baali corrompió cada vez más a su amante,
consiguiendo que cometiera toda clase de perversiones. Comenzó sugiriendo
diabolizar a los vampiros enemigos “como lección para los demás”, lo que no hizo
sino empeorar la sed del Antediluviano. Después Abrazó a varios chiquillos sólo
para alimentarse de su sangre. Tras varios siglos Troile comenzó a asistir a los
rituales que los Baali practicaban en los pozos de órganos, presenciando el
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sacrificio de niños. Aunque nunca tomó parte los observaba en silencio. En una
ocasión Moloch contó a su chiquilla Tanith que Troile presenciaba aquellos actos
para comprobar si le quedaba algo de conciencia que protestara ante aquellas
atrocidades, pero no quedaba absolutamente nada. Los Baali celebraron la
corrupción de los Brujah, pero desconocían que a lo largo del tiempo de amistad
Troile y Moloch se habían convertido en amantes y estaban Juramentados con
Sangre.
Cuando Cartago cayó durante la Tercera Guerra Púnica el sueño de los
Brujah y los vampiros cartagineses murió con la ciudad. Troile comenzó a
hundirse ante la victoria definitiva de la Bestia y al final incluso sus propios
chiquillos le abandonaron para que se enfrentara solo a la destrucción. Huyeron
avergonzados ante la perversa decadencia de Cartago, culpando a los Baali y los
vampiros romanos, pero nunca se dieron cuenta de que la ciudad había caído por
sus propias acciones.
Y en la hora más oscura los Ventrue dicen, aunque ningún Brujah ha podido
confirmarlo, que Troile se alzó de las catacumbas de Cartago y participó
personalmente en el asalto final. Pero mientras Troile luchaba contra la
multitud de Cainitas que trataban de contenerle, los Baali que acechaban entre
las sombras contemplaron estupefactos como Moloch se unía a la batalla para
proteger a su amante. Y es que el Juramento de Sangre que los unía a ambos le
obligaba a luchar junto a él. Finalmente el poder de los hechiceros y vampiros que
acompañaban a los ejércitos romanos fue demasiado grande incluso para Troile y
Moloch y ambos cayeron juntos y Abrazados en uno de los pozos del templo de
Baal-Hammon, y fueron engullidos por la oscuridad, fundiéndose con el suelo.
Los romanos, guiados por sus maestros Ventrue, Lasombra y Malkavian,
salaron la tierra y con la ayuda de la antigua Cibeles y otros hechiceros
realizaron rituales para evitar que ninguno de los dos volviera a alzarse nunca.
Los Baali podrían haber intercedido pero Moloch había demostrado su debilidad…y
aparte contaba con varios rivales por el poder dentro de su linaje. Había
permitido que otro lograra ventaja sobre él. A pesar de su posición y linaje se
había buscado su destino.
ROMA: SAHAR Y CIBELES
Aunque los vampiros romanos afirman que la destrucción de Cartago fue
necesaria para acabar con la depravación provocada por los infernalistas Brujah
y Baali, tampoco el Imperio Romano permaneció inmune ante la influencia
corruptora de los Baali. Procedente de Tiro llegó un antiguo filósofo llamado
Sahar, del linaje de Moloch, que adoptó la identidad de un Brujah fenicio para
viajar a lo largo y ancho del mundo conocido, involucrándose en las distintas
culturas tanto mortales como vampíricas, observando y anotando sus reflexiones.
Estaba particularmente fascinado por la filosofía y la religión, aunque la fe
mortal le hería con igual intensidad que al resto de sus hermanos Baali.
Debatió intensamente con otros antiguos vampiros, sin importar sus
orígenes, intercambiando palabras y correspondencia con Brujah griegos, místicos
Assamitas de Persia, hechiceros Tzimisce del brumoso Danubio o sacerdotes Setitas
de Egipto.
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Durante un tiempo Sahar se instaló en la ciudad de Cartago con Moloch, el
sire de su sire, para experimentar la existencia de los vampiros de la ciudad y
recopilar sus siglos de observaciones y viajes en una obra escrita. También
comenzó el proceso de codificar sus propias tendencias filosóficas y las creencias
que había conocido a lo largo de sus viajes en un sistema moral coherente y
racional. Sus esfuerzos filosóficos atrajeron la atención del antiguo Camilla
(Titus Venturus Camillus), el Príncipe Ventrue de Roma, y los dos comenzaron
una intensa correspondencia. Sahar finalmente se trasladó a Roma por invitación
de Camilla y los dos continuaron su intercambio intelectual, a pesar de las
advertencias de Lisandro, un consejero Ventrue del Príncipe de Roma.
Contrariamente a las opiniones de muchos Ventrue, Sahar no hizo nada para
cambiar la opinión de Camilla con respecto a Cartago, cuando comenzó la guerra
entre romanos y cartagineses. De hecho, consideraba que los vampiros
cartagineses estaban corruptos aceptando la esclavitud espiritual a cambio del
fugaz poder temporal.
Sahar permaneció pacíficamente en Roma, evitando a su pariente Cibeles,
poniendo los fundamentos filosóficos que se convertirían en la Via Desideratio, el
antecesor del Camino del Pecado, y fortaleciendo su relación con Camilla. Su
relación intelectual se transformó en algo mucho más intenso y los dos se
convirtieron no sólo en confidentes, sino en amigos y amantes. Inspirado por
Camilla Sahar completó su obra filosófica poco antes del estallido de la Tercera
Guerra Púnica. Poco después recibió un mensaje de su sire Tanith, para que
regresara a Tiro urgentemente pero nunca llegó, y su barco desapareció durante
el viaje. Las investigaciones de Camilla no consiguieron nada y los hechizos de
Tanith no consiguieron encontrarle.
Camilla aguantó sin su amante durante varios siglos, extendiendo la Via
Desideratio entre los vampiros romanos, pero nunca se recuperó totalmente de su
pérdida. Finalmente sucumbió al letargo durante la decadencia de Roma.
Sahar era el rostro “amable” de los Baali romanos. Sin embargo, la antigua
Cibeles mantenía un mayor poder dentro del linaje. Cibeles era la chiquilla de
Shaitan, aunque algunos eruditos no creen que se tratara del Matusalén
derrotado en Knossos. Abrazada en la terrible oscuridad de los pasillos del
laberinto de Creta, aprendió su conocimiento de los susurros de Namtaru,
avanzando en la senda de la corrupción mucho más rápidamente que sus hermanos.
Cuando Shaitan y su santuario fueron destruidos, ella se encontraba lejos, entre
los antiguos pueblos de los Balcanes y decidió dedicar su existencia a Moloch y a
los que habían traicionado a su sire. Durante la Segunda Guerra Púnica se
trasladó a Roma para ayudar a derrotar a los cartagineses y sus acciones en la
defensa de Roma le valieron el reconocimiento de los demás vampiros, que
desconocían su verdadero linaje, aunque la consideraban una Malkavian.
Sin embargo, la propia Cibeles limitó su influencia con su terrible sed de
sangre y sus violentos frenesíes asesinos. Sus aliados entre los vampiros romanos
hicieron lo posible para ocultar sus excesos, pero no tardaron en aparecer las
murmuraciones sobre sus orígenes. A pesar de su posición de favor entre los
vampiros, los romanos temían su culto, especialmente durante los festivales,
cuando los sacerdotes eunucos galli bailaban en las calles cortándose con
cuchillos y realizando autocastraciones públicas. Estos actos alejaron a Cibeles
de incluso aquellos que no creían en los rumores que decían que estaba
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relacionada con los Baali. Se sentía furiosa con su aislamiento y sus actos se
volvieron cada vez más salvajes.
El destino final de Cibeles es un misterio tras la caída de Cartago. Fue su
ritual el que selló a Troile y Moloch en la tierra de la ciudad (donde duermen
hasta hoy en día), pero no acompañó a los romanos de regreso a la Ciudad Eterna.
Su última aparición fiable la situaba a bordo de un barco con destino a Creta,
lugar donde empezó su no vida. Los que la vieron aseguran que estaba hastiada y
cansada, como si los largos años de odio se hubieran cobrado su precio. Las
especulaciones abundan, aunque se cree que se convirtió en la señora del laberinto
arruinado de Knossos y servidora del durmiente Namtaru.
EL SURGIMIENTO DEL CRISTIANISMO
En los primeros siglos tras la caída de Cartago, Roma se convirtió en una
mezcolanza de cultos y religiones diferentes, todas compitiendo entre sí por la
atención de sus fieles. El viejo panteón de los dioses romanos se encontraba en
decadencia y religiones exóticas procedentes de Oriente comenzaron a obtener
influencia. El más fuerte de estos cultos era el Mithraísmo, dirigido por el
Matusalén Mithras, del clan Ventrue. El Mithraísmo era una religión con fuerte
influencia entre el ejército romano, pero sus creencias estaban abiertas a todas
las clases sociales. Predicaba la disciplina moral, prohibiendo el divorcio y
defendiendo el ascetismo. Era una religión severa pero con un creciente número de
acólitos. Aunque no eran la única influencia dentro del culto los Ventrue
dirigidos por Mitra querían utilizar la religión para renovar la agotada moral
del Imperio.
Los Baali fluyeron tratando de impedir los planes de los Ventrue y
apoyaron el ascenso del cristianismo, practicado en las catacumbas romanas y
cuyo culto a los mártires tenía un gran potencial que podía minar la influencia
del Mithraísmo. Otros vampiros, en especial los Lasombra y Toreador también
trabajaron para llevar a la cristiandad a una posición dominante; el intento de
los Ventrue por crear un nuevo estado disciplinado y sólido fue aplastado por
esta insólita alianza.
Cuando Roma cayó ante las hordas de los germanos los Baali creyeron que
el cristianismo también caería, fragmentado ante las divisiones internas
producidas por la carencia de un poder centralizado. Sin embargo, el cristianismo
consiguió sobrevivir, a pesar de la facilidad con la que las discusiones teológicas
y doctrinales eran convertidas en herejías, que provocaban el enfrentamiento
entre cristianos.
Pero el cristianismo también influyó a su manera sobre los Baali. Algunos
de los jóvenes del clan, privados de guía y Abrazados entre los primeros
cristianos llegaron a creer en los mitos de su religión, convirtiéndose en devotos
adoradores de Satán y los demonios. Esta rama de los vampiros infernalistas
adquiriría cada vez tintes más violentos y milenaristas, convirtiéndose en la
facción más conocida por sus actividades, llevando a creer a muchos vampiros que
los Baali adoraban a los demonios cristianos.
LOS SALUBRI EN EL MUNDO MEDIEVAL
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Saulot vagó por el mundo y observó a los demás Cainitas desde las sombras.
Buscaba a los que perderían sus almas y mentes si continuaban participando en las
guerras de sus hermanos. Los más desesperados escucharon la voz amable de
Saulot y dieron la bienvenida a sus enseñanzas sobre la Golconda. A medida que el
conocimiento de Saulot entraba en los corazones de más y más Cainitas vio la
posibilidad de utilizarlos contra el mal que los Baali habían desatado. Comenzó a
articular ideas de un grupo de antiguos que pudiera extender la visión de la
Golconda entre las filas de los jóvenes y comenzó a introducirlos en la Golconda.
Aunque Saulot los animaba suavemente, estos estudiantes comenzaron a planificar
la estructura de la organización que posteriormente se convertiría en el Inconnu.
Algunos adoptaron las enseñanzas de la Golconda muy rápidamente, mientras que
otros cayeron muchas veces durante el camino, pero todos avanzaban en el Camino
de la Misericordia. Muchos renunciaron a su férreo control de los mortales y
abandonaron las luchas con otros Cainitas y unos pocos comenzaron a discutir
sobre la nueva estructura de la sociedad Cainita. Parecía que la salvación se
encontraba nuevamente al alcance de los vampiros y que los infernalistas y sus
seguidores podían ser derrotados. Abrazó a su último chiquillo en tiempos del
emperador Calígula y poco después comenzó a dejar la predicación de la Golconda
en manos de sus seguidores.
Saulot se regocijó al ver que sus planes comenzaban a dar fruto y vio el
final de la purga contra todos los Salubri. Pero entonces tuvo una terrible
visión, en la que vio que Cret, el Hechicero Ventrue, planeaba crear una base
permanente para el Inconnu y también vio como los ideales del grupo y sus
creencias de la Golconda se mancharían con la sangre de los sacrificios. Saulot
cayó del pedestal de sus ideales directamente al foso de la desesperación. Llegó a
sus oídos el rumor de que los cristianos cobijaban a los Baali y el propio Saulot
decidió acosarlos allí donde los encontraba, aunque no los encontró. Sí entró en
conflicto con varios vampiros que se arrogaban el manto de la Iglesia primitiva a
fin de alimentarse de los creyentes. Su persecución le valió la enemistad de
algunos antiguos.
En su angustia, Saulot decidió que no deseaba nada más del mundo, y entró
en letargo. Sin embargo y teniendo en cuenta su papel en la creación de los Baali,
es muy posible que simplemente decidiera retirarse de escena, mientras sus
maquiavélicos planes en la Yihad se ponían en marcha.
Mientras Saulot entraba en letargo, para escapar de un mundo en el que
sólo veía Mal, y el Bien asediado por el Mal, la Sangre de su Sangre tuvo que
valerse por sí misma. Unos pocos antiguos siguieron a Saulot para salvaguardar
su sueño, algunos siguieron su ejemplo y entraron en letargo, esperando despertar
en tiempos mejores, pero la mayoría de los Salubri permanecieron alerta en un
mundo hostil. La Filosofía de la Ascensión, la Filosofía de la Golconda y la
Filosofía de la Purificación (y las dos sectas que seguían esta última) se
desarrollaron muy rápidamente, dando a los Hijos de Saulot el foco que
necesitaban en un mundo lleno de seres que sólo deseaban su destrucción. Muchos
de los que entraron en las “Llamas de la Serenidad” y las “Espadas de Saulot”
fingieron sus propias muertes, algunas veces haciéndose pasar por los mismos
Cainitas que habían intentado matarlos haciendo creer a los Baali y a los demás
clanes que los Salubri habían sido casi destruidos de la faz de la tierra. Los
Salubri crearon su propia Mascarada, a la que llamaron el Camino de las
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Sombras. Sus enemigos no supieron ver más allá de las sombras en las que se
habían ocultado, y sólo descubrieron a los Salubri que seguían la Filosofía de la
Ascensión –Cainitas que se habían vuelto claramente tan locos como los
Malkavian y ahora seguían una creencia que los destruiría antes o después. Los
demás vampiros no vieron a los Salubri que los vigilaban desde las sombras ni
descubrieron a los espías que llevaban falsos nombres y rostros. Sin embargo,
cuando la fuerza de las sectas Salubri golpeaba desde las sombras los golpes
sembraban el pánico entre los demás vampiros, ayudando a crear terroríficas
leyendas como “Los Nictuku”, “Los Amos Secretos”, “Los Condenados” e incluso sus
acciones fueron atribuidas a otros clanes como los Assamitas o los Seguidores de
Set. Sin embargo, otros vampiros fueron ayudados por los Salubri, y encontraron
su camino hacia la luz, iniciándose en las enseñanzas sobre la Golconda.
Los descendientes de Saulot y sus estudiantes del Inconnu quedaron sin la
guía de su maestro pero la mayoría estaban de acuerdo en que no había duda sobre
lo que había que hacer: las enseñanzas de Saulot y la Senda de la Golconda tenían
que ser reveladas a todos los Cainitas o se convertirían en seres tan terribles
como los Baali. Los Salubri comenzaron a dividirse tras la desaparición de su
Fundador y las Filosofías comenzaron a tomar forma. Algunos creían que se
diferenciaban de los demás clanes debido a que habían heredado todos los pecados
de Caín y que debían perfeccionar su espíritu y destruirse una vez alcanzada la
perfección, Abrazando un nuevo chiquillo y haciendo que bebiera toda su vitae.
Otros se convirtieron en profetas de los Cainitas, extendiendo la doctrina de la
Golconda y las enseñanzas de Saulot hasta que fueron perseguidos y destruidos
por los Baali o los vampiros de otros clanes, pues no todos guardaban aprecio
hacia Saulot y sus descendientes. Los Ventrue de Roma afirmaban que Saulot
había apoyado a los vampiros cartagineses durante las Guerras Púnicas, y
algunos Toreador afirmaban que Samiel había ofendido al guerrero Aucassin, del
clan de la Rosa. Finalmente, algunos Salubri consideraban un error aguardar la
destrucción a manos de sus enemigos, permitiendo que el mal se fortaleciera. ¿Por
qué hacerlo, si sabían quién tiraba de los hilos? ¿Por qué no destruir a sus
enemigos y llevar a los demás Cainitas a la luz?
Estos tres tipos de creencias se convirtieron en las Tres Filosofías y todas
estaban basadas en las Palabras de Saulot. Estas Filosofías no estaban tan
estructuradas como las Sendas de Iluminación, que seguían y siguen algunos
Cainitas, sino que exponían líneas generales sobre el camino hacia la Golconda. En
lo que las Tres Filosofías coincidían es que la Golconda era un estado personal e
individual que se encontraba más allá de un código de palabras Para alcanzarla
era necesario buscar la perfección personal y no seguir una rígida moral.
LAS TRES FILOSOFÍAS
La Filosofía de la Ascensión
“Busca en ti mismo la perfección y la tranquilidad y también ayuda a los
demás a encontrarla. Porque la Golconda no pertenece en exclusiva a los Hijos de
Caín. Ayuda a los Hijos de Seth a Ascender también y elige a un mortal que se
muestre prometedor. Cuando alcances la Golconda tomarás al mortal bajo tu
protección, le enseñarás el Camino de Saulot, lo Abrazarás y le entregarás tu
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sangre. Es cierto que esto significa el fin de tu cuerpo físico pero tu alma será
liberada para el Ascenso y habrás preparado a otro para que siga tus pasos.”
-Atribuido a Serenna la Blanca, ahora Ascendida.
Esta Filosofía es la más asociada con el Clan Salubri. Una vez un Salubri
ha obtenido la Golconda se suicida obligando a su Chiquillo a diabolizarlo. La
razón de esta extraña conducta es que los Salubri que siguen esta Filosofía creen
que sería un crimen imperdonable crear nueva progenie, pero que sería peor
obtener la Golconda y evitar que otros seres caminen por el difícil pero
esperanzador camino de la Golconda siendo un Cainita. Los Ascensionistas
Abrazan sólo a los candidatos más prometedores pues consideran que la obtención
de la Golconda como Salubri es un destino que está reservado sólo a los más
grandes de los espíritus.
Los Salubri que siguen esta Filosofía se consideran pecadores que han sido
elegidos para sufrir el infierno como vampiros, alcanzar la Golconda y
posteriormente la Ascensión. Deben perfeccionarse en mente, cuerpo y alma antes
de que puedan alcanzar ese estado. Deben vivir vidas puras, en las que deben
superar la rabiosa sed de la Bestia denegándole cualquier asidero. Debido a que
han cargado sobre ellos los pecados del mundo deben llevar vidas de completo
equilibrio. Meditan intensamente y enfocan su mente por completo en su objetivo
espiritual. Los seguidores de esta senda se deniegan los placeres y excesos de
cualquier clase, creyendo que al forzar el equilibrio de su alma ponen en peligro
su avance hacia la luz de la Golconda. Por esta razón parecen muy fríos y
retraídos de su ambiente, porque de forma constante están enfocados en mantener
su equilibrio.
Debido a la creencia sostenida por los Ascensionistas, a menudo son los
chivos expiatorios de la Creación, siendo apodados “Corderos” por los demás
Salubri o “Libras”, porque constantemente están enfocados en mantener el
equilibrio de sus almas. Ellos se refieren a sí mismos como los “Ascensionistas”.
También creen que deben ayudar a los demás a alcanzar su Estado de
Perfección, que ellos llaman Ascensión y que curiosamente coincide con la
Filosofía de los Magos de las Tradiciones. Como ellos, aunque los Salubri se
consideran ya Iluminados, creen que perderían su perfección si no intentan guiar a
los demás seres en la senda de la Golconda, una senda que finalmente los llevará a
la Ascensión, un estado de unificación entre mente, cuerpo y alma. Todos los
seguidores de esta Filosofía son pacifistas que se defienden huyendo de sus
enemigos. La violencia es un acto que descarga poderosas energías negativas que
tambalean la balanza del equilibrio, mientras que rendirse a sus enemigos los
arrojaría al vacío, que también desequilibraría la balanza, detendría su Ascensión
y les impediría ayudarse unos a otros a obtener la Golconda. Pero ellos nunca
obligarán a nadie a aceptar sus creencias, sólo ofrecerán su ayuda a los que
quieren escuchar sus propias voces interiores.
La Filosofía de la Golconda
“Es nuestra responsabilidad extender la Palabra de la Golconda a todos los
seres de la Creación. Sabemos que por cada paso más allá de la rabia y la
frustración en este mundo todos debemos avanzar un paso. Nosotros lo llamamos
Golconda, los Magos de las Tradiciones lo llaman Ascensión –incluso los Baali
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tienen un nombre para su propia y corrupta iluminación: “Infierno en Vida”, que
podría llamarse “Descenso”. Debemos alcanzar un Estado Colectivo y Superior de
Consciencia. Todos deben ser guiados en la senda.”
-Khunshua el Redentor
Los Salubri que siguen esta Filosofía se encuentran divididos en dos
facciones. Todos son conocidos como los “Golcondanitas”, pero a su vez existe una
división entre Redentores y Predicadores. Son los Salubri que se encuentran en un
peligro mayor, y las creencias que predican no se encuentran muy alejadas del
concepto de la Ascensión de los Magos de las Tradiciones. En algunas ocasiones
han sido atacados por varias facciones de la Tecnocracia, que normalmente los
consideran de alguna forma ligados a los magos del Coro Celestial. Por supuesto,
el hecho de ser vampiros no les favorece si los tecnócratas alguna vez se
preocupan de percibir su error. Sin embargo, estos Cainitas consideran legítimo
defender sus creencias con garras, dientes y todo el poder de Caín.
Los “Redentores”, como son llamados los seguidores de la rama doctrinal de
esta Filosofía por los demás Salubri, son muy militantes y fanáticos con respecto a
sus creencias y se sabe que en ocasiones han atacado a sus enemigos sin
provocación. Creen que todos los seres sintientes del mundo deben ser llevados en
la Senda de la Misericordia, quieran o no. Para obtener la Golconda es necesario
guiar primero a toda la humanidad en la Senda de la Misericordia –
voluntariamente o por la fuerza, no importa. Tristemente muchos de estos Salubri
se encuentran ligados a varios movimientos religiosos extremistas y reclutan
seguidores mediante el lavado de cerebro hasta convertirlos en acólitos fanáticos.
Puede parecer bastante extraño que estos Salubri intenten obligar a la
gente a aceptar un estado de armonía y serenidad. Sin embargo, esta corrupción de
la Filosofía de Saulot se ha estado desarrollando desde hace unos ocho siglos y es
seguida principalmente por los miembros más jóvenes del clan. Los antiguos
Salubri creen que en algún momento de la Edad Media varios magos, tal vez de la
Tradición del Coro Celestial, corrompieron las mentes de los jóvenes. Otros
antiguos consideran que el fanatismo religioso sólo puede perjudicar a los
mortales y creen que los magos eran hechiceros oscuros que servían a los
demonios, los terribles Nefandos que rivalizan con los antiguos vampiros en
poder, y que estos magos son aliados de Shaitan y los Baali, buscando destruir a
los Salubri y el mundo. Sin embargo, todos los antiguos coinciden en que en algún
momento unos hechiceros alteraron la Filosofía de la Golconda, pues muchos de
los preceptos parecen coincidir con las teorías de las Tradiciones de la Ascensión.
La Filosofía original de la Ascensión, que todavía es seguida por algunos
Golcondanitas, se basaba en las enseñanzas de Saulot sobre la paz y la armonía.
Los Salubri que todavía siguen la versión original son llamados “Predicadores” o
“Profetas”. Creen que aunque es muy importante extender la Verdad, debe ser
aceptada por los individuos, no obligados en un intento de adoctrinamiento en
masa. Porque si estas creencias son forzadas, nunca pueden ser verdaderamente
asumidas ¿Y como se puede alcanzar la Golconda mientras se vive oprimido por
una verdad forzosa? Sin embargo, los Predicadores concuerdan con los
Redentores en que todos los seres vivos deben alcanzar la Golconda antes de
pasar al siguiente nivel de consciencia. En lo que discrepan son en los medios que
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los Redentores han elegido, pues apoderarse de la mente y el alma por la fuerza se
parece mucho a los métodos seguidos por los Baali.
Como ambos grupos creen en su propia versión de una Verdad con fanático
celo, no es sorprendente que exista un estado de guerra casi religioso entre ellos.
Los Redentores creen que la única forma de abrir las mentes de los
Durmientes es obligarlos a que sigan el camino correcto. No obstante, el mundo ha
cambiado mucho desde que Saulot predicó sus enseñanzas y hoy la humanidad se ha
vuelto tan estancada en su forma de pensar que los suaves métodos de los
Predicadores son un desperdicio de tiempo y energía -¡la única forma es el
despertar por la fuerza!
Los Predicadores discuten que si esto es así ¿Cómo se pueden explicar los
tremendos avances que han tenido lugar? También aluden al gran número de
profetas en sus filas, en contraste con otras facciones, para justificar que se
encuentran en posesión de la Verdad. Saulot era un profeta y es obvio que sólo
los que sigan su senda compartan sus mismos dones –una marca de autenticidad.
La Filosofía de la Purificación
“Hay quienes dicen que Nuestro Fundador se rindió ante el Maldito Tremere
porque creía que luchar era un error. Esa afirmación está muy lejos de la verdad.
Saulot, Nuestro Padre, eligió morir porque estaba cansado de existir en un mundo
donde todo lo que veía era corrupción, mal y muerte. Un mundo donde sus ideales
eran constantemente erosionados. Un mundo donde era constantemente
traicionado. Pero Nosotros, sus Chiquillos, no hemos desaparecido de este mundo y
si eligiéramos simplemente aguardar la destrucción a manos de los Salubri o los
Tremere ¿Quién guardaría la llama de la esperanza? ¿Qué derecho tenemos a
morir porque no podemos soportar el dolor de nuestra existencia eterna? ¿Qué
derecho tenemos a dejar este mundo en manos de los Baali, los Setitas, los Tremere
y los demonios? Yo digo ¡Levantémonos contra nuestros enemigos! Movámonos en
las sombras como ellos, combatámoslos con nuestras armas, pero no ataquemos al
Mal con el Mal. Enfréntalos entre ellos. Manipula a los manipuladores. Cura las
heridas que causan entre sus víctimas Lleva a los inocentes hacia la Golconda.
¡Destruye al enemigo si puedes!”
-Nahstradia, Consejera de las Edades, Las Espadas de Saulot.
Esta Filosofía es seguida por la mayoría de los antiguos Salubri, o por lo
menos, por los que no se han cansado de este mundo, entrando en letargo o
enfrentándose a enemigos a los que puedan arrojar chillando al infierno antes de
sufrir la Muerte Final. Algunos de estos antiguos Salubri han entrado en el
Inconnu, donde se hacen pasar por antiguos de otros clanes, trabajando con la
pequeña esperanza de que las cosas cambiarán si más vampiros de otros clanes
alcanzan la Golconda.
El resto han estado luchando contra las fuerzas del Mal desde que
atacaron la ciudad de Shaitan en las tierras de Mashkan-shapir. Se ocultaron en
las sombras para combatir a sus enemigos desde la misma posición. Han elegido
manipular a sus enemigos y azuzar al mundo contra ellos, igual que sus
adversarios han hecho durante milenios. Se mueven en un secretismo casi completo,
sin dejar pistas que pudieran delatarles y provocando cambios en el mundo de los
Hijos de Seth y los Hijos de Caín que les permiten trasladarse en secreto y
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destruir a sus enemigos. En muchas formas operan como agentes encubiertos y
algunas veces incluso asumen falsas identidades durante muchos años para causar
tanto daño como sea posible. La creencia de la Golconda que mantienen los
seguidores de esta Filosofía difiere de la de las demás facciones, pues consideran
que sólo los Inocentes deben ser guiados hacia la Golconda. Sin embargo, inocente
no significa “limpio del mal”. Los inocentes son los que se arrepienten y buscan un
verdadero perdón –los que están dispuestos a aprender de sus errores pasados son
candidatos para la Golconda. Quienes no están dispuestos a arrepentirse y
continúan causando crímenes se merecen el Infierno por sus acciones. Los
seguidores de esta Filosofía también desean salvar a los demás Salubri de sus
extraviadas perspectivas, pero como se encuentran continuamente ocultándose y
procurando no ser descubiertos se ha convertido en una tarea difícil.
Estos Salubri combaten a sus enemigos con mentiras, ilusiones y engaños, y
la línea que separa su búsqueda de la Golconda de la caída en las garras de la
Bestia es muy delgada. Han decidido que están dispuestos a sacrificar su propia
salvación en la batalla contra sus enemigos y los enemigos de la Creación. Si
pierden el Camino de la Misericordia destruyendo a un Acólito de la Destrucción
es un precio pequeño que pueden pagar. Creen firmemente en su causa y es casi
imposible detenerlos una vez han puesto su vista en un objetivo. Pero también
saben que no deben perder su Verdadero Propósito, que es llevar a los inocentes
hacia la Golconda. La batalla contra el Mal es simplemente un medio para
proteger los cuerpos y almas de los inocentes, sino un fin en sí misma.
Tristemente algunos Salubri de esta facción han olvidado su objetivo, y han
quedado tan atrapados en sus guerras personales que no les importa lo que pueda
ocurrir con tal de conseguir la destrucción de sus enemigos. En esos casos, estos
descarriados han sido abandonados por sus compañeros de su clan esperando que
finalmente vean el error en el que han caído y encuentren nuevamente el camino
hacia la Golconda. Estos Salubri raramente son detectados como tales por los
demás Cainitas, pues se comportan y piensan de forma completamente diferente al
resto de los miembros de su clan. Lucharán por sus ideales y los ideales de Saulot
hasta la Muerte Final –la de sus enemigos o la suya. Muy pocos Salubri de las
demás facciones conocen la existencia de estos “Purificadores”, tal y como se
conocen a sí mismos, pero a su vez se han dividido en dos grupos: las “Llamas de la
Serenidad” y las “Espadas de Saulot”. Estas dos sectas operan en el Este y el Oeste
del mundo respectivamente, aunque las persecuciones de sus enemigos no conocen
fronteras. La organización de ambas sectas tiene un profundo carácter religioso,
y cada una está dirigida por un Sumo Sacerdote (El Salubri más antiguo de la
secta), que es aconsejado por el Concilio de las Edades (compuesto por Salubri de
distintas generaciones), que transmite órdenes a un cuerpo de Sacerdotes y
Sacerdotisas (normalmente antiguos) que cumplen la función de consejeros y
maestros y que se encuentran por encima de los Templarios (el resto de los Salubri
que no tiene ninguna posición de liderazgo). El Sumo Sacerdote (o Sacerdotisa), el
Concilio de las Edades y los Sacerdotes (Sacerdotisas) componen el cerebro de la
secta, mientras que los Templarios son los guerreros. Sin embargo ambas sectas
son mucho más democráticas que la Camarilla y el Sabbat, basadas en el liderazgo
de los más sabios y escuchando la palabra de todas las Generaciones, sin importar
la antigüedad.
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Ambas sectas mantienen un estrecho contacto con todos sus miembros, así
como entre ellos mismos. Han aprendido que todos sus esfuerzos pueden ser
anulados si una mano ignora lo que hace la otra.
Dado el pensamiento religioso que invade esta Filosofía no es sorprendente
que muchos miembros posean Fe Verdadera. Estos Salubri constituyen
horripilantes sorpresas para los Baali que los encuentran. Algunos de los más
antiguos creyentes a menudo han sido confundidos con dioses y santos en el
pasado.
IRLANDA
En la Isla Esmeralda destaca la presencia de la guerrera Salubri conocida
como Scatha-Columbkille, que tomó el nombre a partir de una afamada guerrera
irlandesa y de una de las primeras santas de su país. Igualaba en altura a sus
compañeros varones. Durante su vida mortal se le otorgó el honor de vestir
armadura y conducir el carro de uno de los reyes de su tierra natal, siendo
Abrazada en torno al 700 d.C. por un guerrero llamado Baradiel.
Samiel nunca apostó porque las mujeres fuesen introducidas en la casta de
los guerreros, si bien nunca lo prohibió expresamente, pero con el paso del tiempo
los guerreros Salubri encontraron mujeres capaces de empuñar las armas cuando
no quedaban hombres para hacerlo o cuando éstos consideraban que las mujeres
también podían participar en la guerra. No obstante, dentro de la casta guerrera
existía cierta reticencia a conceder el Abrazo a las mujeres.
Scatha sufrió cierto rechazo entre los vampiros masculinos con los que
pretendían adiestrarse en el manejo de las armas, siendo rechazada en varias
ocasiones por los Brujah y los Ventrue.
INGLATERRA
En el reino de Inglaterra fue Abrazado un pícaro inglés conocido como JackO-Daws, que se forjó su nombre entre las bibliotecas. Se desconoce cuáles fueron
las circunstancias de su Abrazo, y siempre afirmó que prefería no avergonzar a su
sire dando su nombre a conocer. Robó a numerosos vampiros, especialmente a los
Lasombra, arrebatándoles documentos y tesoros relacionados con los Salubri.
Mateo de la Isla Sagrada era un caballero inglés que fue Abrazado durante
la Primera Cruzada. Su Abrazo abrió sus ojos al hecho de que no importaba el
nombre que los hombres le dieran a Dios –todo lo que importaban eran la fe y los
actos. Durante años combatió a los enemigos del Señor y se ganó el respeto de los
vampiros cristianos y musulmanes. Entonces, una noche, Mateo entró en un nido de
los Baali acompañado por un grupo de Assamitas. Sólo él salió vivo…y cambiado.
Desde esa noche Mateo abandonó su lucha y se volvió hacia la contemplación,
buscando el camino de la Golconda. Su búsqueda lo llevó a la isla de Lindisfarne,
en Inglaterra, donde se asentó durante el resto de sus días.
SACRO ROMANO IMPERIO GERMÁNICO
Hershel era un joven alemán apenas salido de la pubertad cuando estuvo a
punto de caer en el campo de batalla mientras portaba el estandarte de su señor.
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Su sire, que estaba combatiendo, recibió la misteriosa orden de salvar al
muchacho, cosa que hizo. Su Abrazo fue pospuesto durante unos años hasta que su
cuerpo se desarrolló por completo y fue nombrado caballero. Hershel se convirtió
en uno de los más constantes y astutos adversarios de los enemigos de los Salubri.
ESCANDINAVIA
En sus viajes por el mundo los Salubri llegaron a lugares tan apartados
como la península escandinava. Se sabe que un miembro del clan se encontraba
presente durante la Era Vikinga. Esta vampira insertó su influencia entre el culto
de Freya, la Diosa de la Fertilidad y el Amor, también asociada con la magia de la
profecía. El culto de Freya tenía dos aspectos, uno que llevaba fertilidad a la
tierra, los mares y los mortales, protegiendo el matrimonio y a los amantes y el
otro asociado con la sexualidad desbocada y la magia negra. En consonancia con
este aspecto, la diosa tenía dos gatos negros gigantes que tiraban de su carro. La
magia de Freya consistía principalmente en rituales para adivinar el futuro, pero
también era capaz de invocar terribles criaturas que cazaban a quienes
traicionaban el amor y lanzaba maldiciones sobre quienes la enfurecían. Pero
aparte de su aspecto oscuro Freya era una diosa compasiva y apasionada. Vertía
lágrimas de oro al contemplar la crueldad del mundo y se reservaba las almas de
quienes morían por causa del amor. Las leyendas dicen que tomó a muchos
guerreros mortales como sus amantes, algunas veces protegiendo sus reinos hasta
su muerte y en otras enfrentándolos entre sí, aunque todos acaban por ser
acogidos en el Valhalla. Como Diosa del Amor, Freya combinaba el amor y la
pasión. Los sentimientos positivos se asociaban con la fidelidad, las relaciones
maduras y los matrimonios sólidos. Los sentimientos negativos se asociaban con el
amor traicionado el deseo desbocado y el odio, sentimientos que fortalecían el mal
en todas las criaturas.
La Salubri Aksinya era sacerdotisa de Freya antes de ser Abrazada y creía
que el amor y el odio eran las fuerzas primordiales del universo. Del mismo modo
que adoraba a la Diosa del Amor también creía que el amor sin odio era un estado
desequilibrado que sólo podía llevar a la corrupción –sin su contrapartida,
ninguno de los dos sentimientos podía existir. Por lo tanto ella aceptaba por
igual el amor y el odio, convirtiéndose en un ser muy poderoso, combatiendo a sus
enemigos con emociones puras y comprendiendo por igual los corazones de
mortales e inmortales. Aksinya era una hechicera muy hábil, capaz de inducir el
amor y el odio, y también podía transformarse en cualquier tipo de pájaro que
deseara. Sus enemigos eran los Baali y los Setitas escandinavos (conocidos como
los Seguidores de Jormungandr) y sus acciones durante las cruzadas danesas y
alemanas en el Báltico le proporcionaron la enemistad perpetua de muchos
Cainitas, entre ellos Hardestadt el Viejo, del clan Ventrue. Formaba parte de la
facción de los Purificadores.
RUSIA
En las estepas escitas fue Abrazada Althea de Phillipus, conocida como
Yael, en tiempos de los antiguos griegos. Es descrita como una mujer de formas
agraciadas, fuerte y esbelta como un ciervo. Fue educada en una familia de
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criadores de caballos entre los cuales era conocida por sus dotes como arquera y
guerrera. Yael aprendió tanto la senda del guerrero como la del curandero y las
ejecutaba con gran habilidad, para pesar de muchos infernalistas. Su cruzada
contra los Baali y sus seguidores le granjeó numerosos enemigos.
No puede mencionarse a Yael sin mencionar a Matthias de Bath, el hijo de un
sastre que había tomado los hábitos tras la construcción de un monasterio
benedictino cerca de su hogar en Inglaterra. Matthias pertenecía a la casta de los
curanderos y había conseguido cierta reputación cuando conoció a Yael. La mujer
acudió a él en busca de ayuda y los dos acabaron por encontrar una causa común.
Desde entonces Matthias se convirtió en su cronista y consejero, a la vez que su
compañero inseparable, y sus esfuerzos se concentraron en eliminar la influencia
de los Baali y los Seguidores de Set en el seno de la Iglesia.
CONSTANTINOPLA
En la capital del Imperio Bizantino el Salubri conocido como Achmet el
Soñador creo un culto vampírico conocido como el Círculo del Sueño, dedicado a
conducir a los Cainitas hacia la Golconda. El secreto para alcanzar este
iluminado estado místico, según Achmet, se encontraba en los sueños y el letargo,
momentos en que la Maldición de Caín quedaba en suspenso al quedar la Bestia
contenida. Aunque ninguno de los seguidores del culto consiguió alcanzar la
Golconda, no por ello dejaron de intentarlo.
Durante muchos siglos Achmet había llevado a cabo su búsqueda en
solitario y en 1140 se instaló en Constantinopla, encontrando refugio entre los
Tzimisce bizantinos de la ciudad, aprendiendo muchos secretos de ellos y sentando
las bases del Círculo de Sueños. El culto vampírico terminaría fragmentándose
ante la progresiva decadencia de Constantinopla. Cuando los cruzados
occidentales saquearon Constantinopla en 1204 los miembros del culto se
dispersaron y el propio Achmet fue traicionado y diabolizado por uno de sus
discípulos.
EL MUNDO ISLÁMICO: LOS AL-AMIN
Desde la derrota de los Baali en la Antigua Mesopotamia, los Salubri, que
habían sufrido las mayores bajas, continuaron la caza de sus enemigos. Sabían que
se ocultarían en los rincones más ocultos y resurgirían cuando menos se esperara.
Los miembros del clan crearon refugios en el Norte de África y hasta las mismas
fronteras de Asia para vigilar a los gobernantes vampíricos y mortales de la
zona. Se concentraron no sólo en los infernalistas, sino también a los locos
Malkavian y los corruptores Seguidores de Set.
En el Mundo Islámico los Salubri fueron conocidos como los Al-Amin (los
Virtuosos), haciéndose pasar por miembros de otros clanes e infiltrándose en las
ciudades musulmanas para detectar la presencia diabólica. Aunque su presencia
era dispersa, sus acciones eran rápidas y contundentes, lo que les granjeó la
enemistad de varios clanes. El fanatismo de los guerreros Al-Amin también tenía
una fundamentación filosófica, pues se dice que un grupo de ellos juraron hacer
todo lo posible para acabar con la influencia demoníaca, arriesgando incluso sus
almas. Se dice que estos Salubri seguían el llamado Camino de las Lágrimas y
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pactaban con los demonios, atando la esencia infernal a sus cuerpos y
destruyéndose posteriormente para arrastrarlos consigo al Abismo.
Durante el asedio de la fortaleza Baali de Chorazin, en el año 636, los
guerreros Al-Amin de Oriente Medio acudieron en ayuda de los vampiros
Assamitas, que deseaban destruir a los infernalistas definitivamente. Entre los AlAmin se encontraba el líder de los guerreros. Aunque la mayor parte de los
eruditos consideran que se trataba del propio Samiel, éste había sido destruido
por el Antediluviano Tzimisce milenios antes, por lo que posiblemente se trataba de
Uriel, su hermano de sangre y sucesor. En cualquier caso el más poderoso de los
guerreros Salubri fue destruido durante la conquista de la fortaleza infernal,
asesinado por las monstruosidades de los Baali.
Desesperados por la pérdida de su líder, muchos Mártires se entregarían a
la destrucción en los siglos siguientes, enfurecidos con los demonios que lo habían
asesinado. El Camino de las Lágrimas se extendió entre otros linajes, pero el
número de los Al-Amin se hizo cada vez más minoritario.
Con la llegada de los cruzados occidentales en el siglo XI con ellos
llegarían algunos Salubri europeos, que se enfrentarían a sus contrapartidas
musulmanas y que por primera vez establecerían la primera gran división dentro
del clan.
EL LEJANO ORIENTE: LOS WU-ZAO
Leyendas entre los pueblos nómadas de Oriente hablan de un hombre
conocido como Duua el Ciego, que tenía un tercer ojo en la frente tan sensible que
podía ver un lugar que estuviera a tres días de caballo. Para los Wu-Zao, los
descendientes orientales de Saulot el tercer ojo es una señal evidente del paso de
su progenitor. Algunos incluso creen que Duua pudo haber sido Zao-zei, uno de
los chiquillos de Zao-lat, y fundador de su linaje en el Lejano Oriente. No
obstante, el tercer ojo no es un rasgo exclusivo de los Salubri y también se
encuentra entre los Wan Kuei, los vampiros orientales.
Los Wu-Zao consideran que su fundador Zao-lat vino a Oriente porque
predijo el giro de la Gran Rueda que llevaría a la Edad del Pesar, cuando los
Reyes Demonio gobernarían el mundo. Esperaba compartir sus conocimientos con
los Wan Kuei pero se encontró con el rechazo y la desconfianza, que finalmente lo
impulsaron a regresar al Oeste.
Pero dejó un legado. A diferencia de los Wan Kuei Zao-lat podía crear
chiquillos semejantes a él y así lo hizo en el Reino Medio. Escogió dos hombres
para que transmitieran su sangre: Zao-zei, un ladrón y explorador capaz de robar
secretos de los mismísimos demonios, y Zao-xue, un erudito y monje capaz de
descifrarlos. Durante un tiempo los dos viajaron por Oriente con Zao-lat,
ayudándole a encontrar guaridas ocultas de los siervos de la oscuridad, robar
sus secretos y estudiar sus planes. Lo hicieron durante años hasta una noche en la
que Zao-zei regresó de una expedición a un lejano templo situado en Japón. Se
encontró con que los Wan Kuei habían encontrado y destruido el refugio de su
maestro Zao-lat. Rápida y silenciosamente consiguió liberar a su hermano Zao-xue,
que estaba siendo interrogado. Tras su huida este último contó como los Wan Kuei
se habían vuelto contra Zao-lat y lo habían expulsado a Occidente.
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Desde aquella noche los Wu-Zao han mantenido una sutil pero constante
presencia en el Reino Medio. Zao-zei y Zao-xue creían que la Gran Rueda kármica
había comenzado a girar hacia la Edad del Pesar la noche en que su maestro fue
expulsado y trataron de encontrar un medio de revertir o atenuar el proceso,
creando una pequeña progenie de vampiros para que les ayudasen. Los Wu-Zao
siguieron el modelo de los dos antiguos, convirtiéndose en ladrones o eruditos y
cooperando en parejas para descubrir conocimiento arcano y prohibido. A
semejanza de sus hermanos occidentales los eruditos utilizaban los poderes de la
casta de los curanderos, mientras que los ladrones utilizaban los poderes de los
guerreros.
Los Wu-Zao acecharon entre las sombras de las ciudades de Oriente durante
miles de años desde el regreso de Zao-lat a su hogar en el oeste. Se consideran a sí
mismos como eruditos y buscadores de conocimiento aunque sus vecinos Wan Kuei
los conocían mejor como profanadores, saqueadores y ladrones de templos,
santuarios y bibliotecas. No obstante, en algunos lugares como el Imperio Mongol,
eran tratados con cierta tolerancia. Algunos Wu-Zao se unieron a los mongoles
con la esperanza de usar la destrucción provocada por sus expediciones de
conquista para apoderarse de escritos y artefactos.
LOS BAALI EN EL MUNDO MEDIEVAL
EGIPTO: LA PLAGA DE HAY-TAU
En el siglo VI los Baali descubrieron los peligros del legado de Shaitan.
Aunque los Seguidores de Set controlaban la mayor parte de Egipto, desde tiempos
antiguos los Baali se habían ocultado en el Delta del Nilo y la ciudad de Avaris
era un centro de los infernalistas antes de que fuera destruido por las invasiones
de los hicsos. Posteriormente Egipto se convirtió en un refugio para los
seguidores de Shaitan que habían huido de la destrucción del Laberinto de
Knossos. Su líder era Hay-Tau, un chiquillo de Shaitan que supuestamente también
había aprendido las habilidades de su padre, al que había traicionado,
proporcionando a los Seguidores de Set el conocimiento necesario sobre las
debilidades del Laberinto, que fue destruido por la explosión de la isla de Thera.
Hay-Tau sobrevivió a la destrucción y a su traición. Aunque el verdadero
nombre del demonio Namtaru se había perdido con Shaitan, sus descendientes lo
veneraban con 36 nombres corruptos. Estos nombres asociados a la plaga y la
enfermedad fueron adoptados por un grupo de infernalistas: hechiceros, vampiros
y demonios que se hicieron llamar la Orden de los Decani. Sin embargo, Hay-Tau
consiguió descubrir algo más que nombres corruptos, y después de varios siglos de
investigación, Namtaru se agitó en su letargo.
En el año 541 apareció en Egipto una epidemia que se extendió por el Imperio
Bizantino y mató a miles de personas en Constantinopla, recorriendo Europa hasta
Irlanda. Aunque la devastación fue horrible la enfermedad desapareció
repentinamente antes de acabar con toda la población. Los efectos hubieran sido
peores si los vampiros (entre ellos los Baali) no reaccionaran rápidamente
cortando la enfermedad de raíz destruyendo poblaciones enteras para impedir que
la plaga se extendiera. Tuvieron éxito, aunque los Baali de las islas británicas
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descubrieron que algunos Nosferatu que trabajaban para Hay-Tau extendían la
enfermedad a través de las bestias.
Los más antiguos entre los Baali decidieron atacar a los infernalistas
egipcios y sus agentes, pero les faltaba la unidad y la fuerza para librar solos la
guerra en Egipto. Los Molochim esperaban lo que sería la destrucción del mundo
por culpa de los actos de sus salvajes hermanos, pero el fin nunca llegó y los
Hijos permanecieron dormidos, pues al parecer Hay-Tau carecía del poder de su
sire. Por desgracia, el linaje no consiguió aprovechar la debilidad del traidor.
ARABIA: LA NOCHE DEL PAN Y EL PERGAMINO
Poco tiempo después de la plaga de Hay-Tau apareció una nueva religión en
Oriente Medio: el Islam. El profeta Mahoma afirmaba continuar el mensaje del
judaísmo y el cristianismo, provocando una tormenta que anunció nuevos
problemas para los Baali. Aunque nadie esperaba que aquel hombre supuestamente
santo se alzara con la victoria, ganó dos batallas sucesivas y en el momento en
que atrajo la atención de los Baali estaba a punto de ganar la tercera. La ciudad
de La Meca era un santuario de importancia menor para el linaje, ya que en él
competían diversas deidades paganas sin que ninguna se impusiera sobre el resto.
Otros vampiros, como Al-Ussa, del clan Malkavian, también tenían intereses en la
ciudad. Varios infernalistas del clan Assamita que adoraban a los demonios
árabes también habían convertido La Meca en su refugio.
La principal amenaza del Islam para los Baali fueron los Ashirra, vampiros
que siguieron la doctrina de Mahoma, prácticamente desde los inicios de la nueva
religión. Un gran número de Assamitas se unieron a los vampiros musulmanes, y
los Baali percibieron la amenaza demasiado tarde. Mahoma conquistó La Meca y
los Assamitas musulmanes descubrieron a sus hermanos corruptos. Pero los
problemas no terminaron ahí. Bajo tortura los infernalistas revelaron todo lo
que sabían sobre los Baali y los vampiros musulmanes emplearon esta información
para barrer Oriente Medio, destruyendo a decenas de Baali en menos de una
semana en Mesopotamia, Yathrib, Acre y Sidón. Todos los prisioneros fueron
colgados boca abajo en cajas selladas con un diminuto orificio que permitía el paso
de un pequeño rayo de luz. El desplazamiento del sol hacía que este rayo cortara
en dos al vampiro como una espada al rojo vivo. No sólo los Baali fueron
afectados. Una serie de cultos del sur de Arabia dirigidos por la dinastía de los
Reyes Diablo, aliados con los Baali, fueron a su vez atacados por una alianza de
hechiceros y mortales musulmanes.
Después de cada ataque los Assamitas dejaban atrás como firma hogazas de
pan y levadura. Los asesinatos y el insulto llevaron a seis de los nidos Baali más
fuertes a reunirse en el pozo Iblii-al-Akbar de Damasco, dirigidos por el antiguo
Annazir, chiquillo de Moloch, para castigar a los asesinos. Se tardaron meses en
la preparación del ritual, utilizando a dos Assamitas prisioneros y se
sacrificaron más de doscientos mortales. Cada víctima ingería una gota de sangre
Assamita antes de que los Baali los colgaran boca abajo, clavándoles ganchos por
todo el cuerpo. El peso atado a estos ganchos provocaba una agonía cada vez
mayor en los humanos y la sangre de las víctimas torturadas se recogió, se destiló
alquímicamente y se ofreció a los Decani. Una vez el elixir recibía la bendición de
los Demonios de la Enfermedad, los dos Assamitas prisioneros eran obligados a
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ingerir el líquido. Uno de ellos fue sacrificado en el pozo de órganos y el otro fue
llevado a la fortaleza infernal de Chorazin, para completar la maldición sobre
los Assamitas.
En el año 636 los Baali revelaron a los Assamitas la localización de
Chorazin. Tras asediar durante varias noches la fortaleza infernal, los
guerreros consiguieron derribar las murallas y atravesar sus muros. Sin
embargo, cuando el primer Guerrero atravesó el umbral maldito, un fuego negro
corrió por sus venas y cayó agonizante al suelo. Sus compañeros se vieron
afectados del mismo modo y sufrieron pérdidas desoladoras. El superviviente
utilizado en el ritual, Izhim uhr-Azrael, reveló que los Baali habían decidido que
si los Baali eran objetivo de los asesinos, todos los demás vampiros también serían
perseguidos. “De la misma forma que ansiáis nuestra sangre, codiciaréis toda la
sangre para siempre.” Aunque el precio fue terrible el hechizo infernal aumentó la
sed de sangre los guerreros Assamitas, convirtiendo su práctica ceremonial del
Amaranto en una sed insaciable. Los Assamitas tratarían de ocultar su adicción
tras diversas mentiras filosóficas, asegurando que su deseo de unirse a Caín
aumentaba su hambre. Los Assamitas necesitaban la vitae con una desesperación
animal, lo que les valió el miedo y el odio de los demás clanes, no la admiración
que pretendían conseguir entre los vampiros musulmanes por su guerra contra los
Baali.
El Islam no sólo amenazó físicamente a los Baali, sino que el ansia de
conocimientos de los eruditos musulmanes también se convirtió en un problema. A
pesar de los esfuerzos de Moloch, los jóvenes Baali inevitablemente terminaron
por descubrir conocimientos que se creían ocultos o destruidos. Estos vampiros
inexpertos distribuyeron sin pensárselos dos veces esta información, que se
extendió como las plagas de Hay-Tau.
Y el Islam continuó extendiéndose. De ser una religión tribal adquirió cada
vez mayor fuerza, formando una nación que invadió otras, convirtiéndose en un
Imperio. Pero la religión no sólo permitió la creación de una máquina de guerra
sino que permitió un redescubrimiento del conocimiento del mundo antiguo. El
Cairo, Damasco y Bagdad se convirtieron en centros de aprendizaje, y los escribas
de la “Casa de la Sabiduría” traducían al árabe textos en griego, hebreo, sánscrito,
copto y arameo.
Para empeorar la posición de los Baali, los sarracenos obtuvieron de los
chinos el arte de la fabricación del papel tras la Batalla de Talas. Desde AlÁndalus los traductores copiaron centenares de escritos que pasaron a manos de
los eruditos europeos. Repentinamente aparecieron nuevos grimorios y libros de
hechicería, permitiendo a quien supiera leer el acceso a los secretos del mundo
antiguo y de los nombres de poder. El Picatrix, el Libro de la Sabiduría, la Espada
de Moisés, la Llave de Salomón, el Sepher Raziel y el Lemegeton se extendieron por
todo el mundo conocido, adecuadamente traducidos y a precios razonables. Aunque
muchos de estos conocimientos eran falsos o corruptos, en algunos se habían
incluido por azar o deliberadamente nombres poderosos y rituales de invocación,
ya fuera de forma clara u ocultos tras códigos y claves secretas.
Para su horror los Baali descubrieron que algunos de aquellos nombres
eran correctos. De repente el conocimiento que habían intentado ocultar durante
milenios aparecía en manos de los mortales. Los jóvenes y estúpidos Baali
disfrutaban con el ingenuo pensamiento de que estaban contribuyendo a la
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extensión del mal, pero lo único que habían conseguido era debilitar la principal
fuerza del linaje.
Entre estos libros prohibidos destaca por su fama y poder el temido
Necronomicón, cuya versión original: el Kitab al-Azif, fue escrito alrededor del
año 730 en Damasco por el árabe Abdul Al-Hazred (Abd al-Azrad). Al-Azrad, que
era tanto estudiante de magia como astrónomo, poeta, filósofo y hombre de ciencia,
nació alrededor del 700 en Sanaa (Yemen). Antes de componer su gran obra pasó
varios años visitando las ruinas de Babilonia, los pozos de Menfis y el gran
desierto del sur de Arabia. Durante sus viajes encontró la tumba de un antiguo
vampiro y fue Abrazado por él, perdiendo por completo la razón y dedicándose a
la investigación del infernalismo. Tras concluir la escritura del Kitab al-Azif
desapareció en Damasco en el año 738, supuestamente, según su biógrafo Ebn
Khalikan, devorado por un demonio.
Ejemplares manuscritos del Al-Azif circularon en secreto entre los
filósofos y hombres de ciencia de la época, pero no fue hasta el año 950 que la
obra fue traducida al griego por el bizantino Theodorus Philetas, que lo
rebautizó como Necronomicón. Las copias que se realizaron del manuscrito de
Philetas fueron numerosas. El incremento de la distribución del blasfemo libro
condujo a su condena hacia el año 1050 por el Patriarca Miguel de
Constantinopla. Muchos ejemplares fueron confiscados y destruidos, sufriendo
sus poseedores duras condenas.
En el año 1228 Olaus Wormius llevó a cabo la traducción al latín de la
versión en griego, y para entonces ya se consideraban perdidas todas las copias
árabes. Su rápida difusión llevó nuevamente a su condena en 1232 por el Papa
Gregorio IX. Olaus no rebautizó su traducción del Necronomicón griego, y la
obra es conocida desde entonces por ese nombre.
SIRIA Y PALESTINA
Desde el siglo IX a.C. la ciudad de Tiro se convirtió en el dominio de la Baali
Tanith, la primera chiquilla de Moloch. En los días de gloria de Fenicia, cuando
los Baali gobernaban abiertamente y sin oposición, era conocida por sus secretos
oscuros. De hecho, se convirtió en la fundadora de una secta dentro del linaje
Baali dedicada a preservar el saber oculto y prohibido: los Guardianes del
Misterio. Tanith estuvo presente cuando su sire y varios de sus hermanos viajaron
a Cartago hacia el 800 a.C. A petición de Moloch permaneció en Tiro para
gobernar la ciudad en su lugar y nombre hasta su regreso. Pero nunca lo hizo. El
orgullo de Moloch lo cegó, llevándolo a permanecer en Cartago mucho tiempo
después de que su destino fuera sellado y Tanith se vio forzada a contemplar desde
la distancia como su sire caía junto con Cartago en el 146 a.C.
Tanith juró que nunca le ocurriría lo mismo que a Moloch. Después de
sucesivas invasiones comenzó a reconstruir la ciudad de Tiro, convirtiéndose en
una presencia constante, manipulando a los sucesivos gobernantes vampíricos que
se instalaron allí desde las sombras.
Damasco, la antigua capital del Imperio Omeya, también se balanceó mucho
tiempo bajo la influencia de los Baali. Desde la fundación de la ciudad varios
milenios antes de Cristo, el astuto y taimado Annazir, chiquillo de Moloch,
controlaba el pozo de órganos del Iblii al-Akbar, corrompiendo a los vampiros
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Assamitas y Toreador que se asentaron en la ciudad. Aunque el pozo fue
descubierto y destruido por los Assamitas en el año 1260, no todos los Baali
fueron encontrados y éstos permanecieron en las sombras hasta las Noches
Finales, enfrentándose en una silenciosa guerra contra los Nosferatu de la
ciudad.
Al norte de Galilea se encontraba desde tiempo inmemorial la Ciudad
Maldita de Chorazin, que fue destruida por los vampiros musulmanes en el año
636. Sin embargo, a pesar de lo que otros pudieran creer, entre sus negras ruinas
olvidadas de basalto todavía acechaba el mal. Algunos antiguos Baali,
especialmente entre los seguidores de Shaitan afirmaban que bajo la ciudad se
encontraba un santuario secreto, y que quien lo descubriera se convertiría en el
nuevo líder de los Baali. Numerosos buscadores acudieron como moscas a las
ruinas, pero la mayoría nunca encontraron la entrada al santuario, y si alguno
lo hizo, nunca volvió a ser visto.
En el siglo XI un Baali llamado Azaneal encontró textos que aseguraban
que la puerta al santuario de Chorazin estaba oculta por sombras vivientes. Tras
un siglo de investigaciones encontró a un círculo de infernalistas Lasombra en la
ciudad de Valencia e hizo una alianza con ellos.
Azaneal y sus aliados lograron encontrar la entrada a la ciudad
subterránea de Chorazin y abrirla. Lo que descubrieron fue un inmenso santuario
oculto bajo tierra, construido a partir de las excavaciones que habían descubierto
el cuerpo del demonio Namtaru hacía siglos. El lugar estaba protegido por
trampas que acabaron con varios vampiros, y ocultaba secretos y conocimientos
inimaginables. El mayor de aquellos misterios era el pozo donde Namtaru había
dormido durante milenios. En sus sueños el Hijo de la Oscuridad había inscrito
extraños símbolos y palabras en los muros de su tumba. Aquella escritura era tan
poderosa que no esperaba a ser leída, sino que saltó directamente a la mente de
Azaneal y sus acompañantes, que se convirtieron en poco más que cascarones
inundados por la oscuridad viviente de Chorazin. Los exploradores se vieron
superados por su sed de sangre y por la ambición de heredar los secretos de la
ciudad maldita. Todos cayeron en una furia bestial.
Sólo Azaneal sobrevivió a aquella noche, aunque cambiado. Aún era un
Baali, pero con la oscuridad viviente y nuevos conocimientos en su interior.
Convirtió Chorazin en su hogar y comenzó a Abrazar para conseguir servidores
leales, aunque todos sus chiquillos demostraron ser estériles. Cuando reunió
suficiente poder se anunció a los demás Baali y les exigió que se unieran bajo su
liderazgo. Muchos de los más jóvenes acudieron a su llamada pero los más
antiguos le ignoraron. Esta actitud provocó una declaración de guerra por parte
de Azaneal, que atacó varios refugios infernalistas en Oriente Medio. Los Baali se
enfrentaron nuevamente entre ellos.
Desde entonces Azaneal permanece en Chorazin, descifrando los misterios de
la ciudad y extendiendo a sus seguidores por todo el mundo. Los Assamitas creen
que Chorazin es el lugar donde se realizaron los ritos que maldijeron a su linaje
con la sed de sangre y las ruinas en ocasiones son atacadas, aunque no han
conseguido entrar en los pasajes secretos ni siquiera utilizando todo su poder. Los
Azaneali (seguidores de Azaneal) consideran que la ciudad les pertenece, aunque
sólo Azaneal mora en la oscuridad de forma permanente.
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LA PENÍNSULA IBÉRICA
Durante la Edad Media apareció en la ciudad de Toledo un antiguo Baali
que afirmaba ser Shaitan. Tal vez formaba parte de las maquinaciones de Nergal,
pero sus orígenes eran desconocidos. Entre los círculos eruditos de la ciudad creó
la infame Escuela Negra, dedicada a las artes oscuras, de la que fue nombrado
Maestro. Al contrario que Nergal, que estaba más interesado en extender el culto
de Namtaru, este Shaitan se especializó en guiar a los demás por la senda del
infernalismo.
Los demás Baali tardaron décadas en descubrir el paradero del impostor.
Mientras tanto, en un frenesí de fervor educativo, enseñó rituales de invocación y
nombres de verdadero poder tanto a mortales como Cainitas depravados. Antes de
que la Escuela Negra fuera destruida, sus graduados ya habían extendido las
enseñanzas infernalistas por toda Europa y el norte de África.
Los Baali terminaron destruyendo la escuela y a todos los estudiantes que
pudieron encontrar, pero “Shaitan” desapareció. La historia más popular asegura
que huyó hacia el oeste, cruzando el mar; otros dicen que regresó a Oriente Medio.
La mayoría de los Baali se limitan a desear que se marchara muy lejos hacia el
oeste, que cayera del extremo del mundo y que se aplastara la cabeza contra las
rocas del infierno.
Otro refugio para los Baali ibéricos fue la ciudad de Silves, en la región del
Algarve. Allí se instaló Muhammad ibn Farouk, que mató al anterior gobernante
vampírico y ocupó su lugar. Desde las sombras y con la ayuda de sus compañeros
de clan convirtió Silves en una fortaleza Baali.
EL IMPERIO BIZANTINO
Dieciocho siglos antes de Cristo una chica conocida como Ma-ri vivía en el
perdido y olvidado templo de la ciudad de Ebla, enamorada de Mi-ka-il, un
Matusalén del clan Toreador. Cuando la ciudad fue invadida y conquistada por
los ejércitos acadios ella murió amargada y sola y se suicidó mientras los
invasores se dedicaban al saqueo. Mi-ka-il se había salvado gracias a sus
servidores, que se lo llevaron a un lugar seguro mientras dormía, por lo que no
pudo salvar a su amante.
Sin embargo, el alma de Ma-ri sobrevivió entre las tablillas rotas de Ebla.
Un antiguo Baali conocido como Anaduk las descubrió y realizó un ritual para
devolver el odio de Ma-ri a la vida. Ma-ri devoró a Anaduk y comenzó una larga
búsqueda durante siglos para recuperar sus recuerdos. Al final los recobró todos
y supo el propósito que la había traído de regreso de la tumba: venganza contra
su antiguo amante Mi-ka-il y todos los que compartían su sangre maldita.
Ma-ri (que fue llamada María la Negra) encontró a Mi-ka-il en la ciudad de
Constantinopla, bautizado con el nombre cristiano de Miguel y guiando a los
demás vampiros en un sueño sagrado. Fue paciente y se asentó en un refugio
infernalista conocido como la Casa de las Lámparas mientras aguardaba su
momento para cumplir su venganza. Cuando los cruzados occidentales
conquistaron Constantinopla en el año 1204 decidió golpear. María la Negra
acudió junto al lugar de descanso de Miguel y devoró su alma.
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Descubrió que verdaderamente él no la había abandonado, no había deseado
dejarla atrás ni la había traicionado. Había sido persuadido de que dejara Ebla
por una voluntad superior a la suya y se había sentido dolido al creerla muerta.
Este conocimiento destrozó a María, ya que su venganza había resultado ser hueca
y vacía, una completa mentira. Enloquecida, huyó de Constantinopla, abrumada
por la cólera.
Huyó a Tiro, donde se puso bajo la protección de la Baali Tanith, que la
ayudó a salir de los límites de la autodestrucción y orientó su cólera hacia
direcciones más constructivas, convirtiéndose en una hechicera e infernalista sin
igual. Tiempo después se puso al servició del demonio Anoster, uno de los Decani,
acumulando suficiente poder para ocupar su lugar en el siglo XVIII.
Los Baali lograron revivir la decadencia de Cartago en una pequeña isla
del Mar Egeo conocida como Nueva Lacedemonia. Un antiguo Brujah conocido
como Héctor, obsesionado por reconstruir una utopía como la que creía que había
sido Cartago reclutó para su causa a varios vampiros de su mismo parecer, pero
terminó fracasando al recurrir a la ayuda de Maureen, una infernalista Baali
conocedora de los antiguos ritos cartagineses. El control de su proyecto comenzó
a escurrirse de manos del antiguo Brujah, mientras se hundía en una decadencia
moral cada vez mayor y adoptando los aspectos más crueles de la antigua religión
de Cartago.
EL DÍA MALVADO
Aunque los Salubri nunca tuvieron una existencia apacible, nada afectó más
al clan que el desastre de la Edad Media. El Magus Tremere y sus siete seguidores
más próximos se habían convertido en vampiros en el año 1022, cuando Goratrix, el
discípulo de Tremere había descubierto una vía para la inmortalidad. Goratrix
elaboró una poción especial destilada de la sangre de dos vampiros Tzimisce y
después de un largo ritual tanto Tremere como sus siete seguidores bebieron la
poción. Se convirtieron en vampiros inmortales, pero perdieron la habilidad de
hacer magia. Tuvieron que comenzar a desarrollar nuevamente su poder. Mientras
los nuevos vampiros extendían su maldición por la Casa Tremere, el propio
Tremere buscaba formas de conseguir el enorme poder que poseían los antiguos
vampiros. Finalmente descubrió la existencia de los Antediluvianos y como se podía
conseguir poder de la sangre mediante la Diablerie. Después de casi un siglo de
utilizar medios mágicos y mundanos, Tremere localizó los refugios de varios
Antediluvianos, pero decidió que Saulot sería su víctima, al ser el más
desprotegido.
En el año 1133 Tremere y sus siete seguidores entraron en la tumba de Saulot,
que se encontraba oculta en la ladera de una montaña en el interior de Anatolia,
y los Tremere encontraron poca resistencia, sólo una gran criatura de piedra, un
inmenso gólem, que fue destruido con facilidad. Abrir la puerta de la cámara
rocosa donde reposaba el Antediluviano fue realmente lo más difícil, pero
finalmente lo lograron. En la cripta se encontraba un antiguo sarcófago,
cubierto por el polvo de los siglos. En su interior se encontraba una figura
cubierta por un manto negro y plateado, un hombre alto y distinguido que parecía
totalmente en paz, en armonía absoluta con su entorno. Tremere vaciló sólo un
segundo, hincó sus colmillos en el cuello del Antediluviano y bebió toda su sangre
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sin dejar gota. Tremere pareció crecer en estatura y de alguna forma parecía más
poderoso…y más diabólico.
Sin embargo, el cuerpo de Saulot no se deshizo en cenizas. El fundador del
clan Salubri parecía continuar durmiendo, aunque sus labios se habían curvado en
una maligna sonrisa. Además, en el centro de su frente se había abierto un tercer
ojo, totalmente consciente, que observaba a los vampiros que rodeaban el
sarcófago. El pánico invadió a Tremere y los Siete, que volvieron a sellar la
tumba y huyeron rápidamente de regreso a Ceoris. El significado de la aparición
del tercer ojo ha sido siempre un tema controvertido entre los Tremere.
El Amaranto de Saulot provocó una especie de dolor psíquico entre todos
sus descendientes. Muchos Salubri se volvieron locos, erráticos o inestables.
Algunos perdieron sus poderes curativos, mientras que otros se encontraron
incapaces de controlarlos, volviéndose visibles para otros clanes. Algunos
infortunados cayeron en letargo; otros fueron destruidos por los demás vampiros
para evitar que su presencia fuera conocida por los mortales.
Los demás clanes pronto descubrieron que algo les había pasado a los
Salubri. Entonces los Tremere informaron a los vampiros de su “hazaña”,
asombrando a toda la comunidad vampírica. Al principio parecía que la mayoría de
los Cainitas se volverían contra los Usurpadores, pero no fue así. A lo largo de
los siglos, se habían engendrado muchas historias de odio y desconfianza. Los
Tremere actuaron rápidamente, sacando a la luz la colaboración de los Salubri
con los vampiros de Cartago, los pactos infernalistas de los Mártires del Camino
de las Lágrimas (cuyas prácticas no eran comprendidas), y por último afirmaron
que utilizaban sus poderes curativos para robar almas. Durante esta época
también apareció con fuerza y varias evidencias el rumor de que Saulot había sido
el creador del linaje maldito de los Baali, engañando a todos los vampiros, y que
los Tremere lo habían detenido antes de que llevara a cabo sus planes.
Además, muchos vampiros desconfiaban de los Salubri, debido a que sus
ataques en la guerra contra los Baali se habían cobrado víctimas inocentes, y no
sólo en apariencia. Las sospechas crecieron, y si bien pocos vampiros se atrevieron
a atacar abiertamente a los Salubri, la mayoría actuaron con indiferencia sin
interferir en la caza de los Tremere sobre los descendientes de Saulot. Por toda
Europa los Salubri fueron cayendo uno tras otro, siendo diabolizados o
destruidos. Nunca habían sido un clan numeroso y sus filas fueron mermando
considerablemente. En Constantinopla el antiguo Achmeth el Soñador fue
traicionado y diabolizado por los Tremere durante la Cuarta Cruzada; vampiros
del clan Ravnos pronto se unieron a la caza, atrayendo a los Salubri con
promesas de llevarlos a refugios seguros y entregándolos a los Usurpadores. En
apenas un siglo la mayoría de los Salubri europeos habían sido destruidos o
simplemente se habían desvanecido.
Los Al-Amin, los Salubri del mundo islámico capearon durante un tiempo el
temporal, sus aliados Assamitas y los vampiros musulmanes Ashirra los ocultaron
y los Tremere no realizaron ningún esfuerzo importante para instalarse en
Oriente Medio hasta el siglo XIII, siguiendo el rastro de las cruzadas. Varios
Salubri se desplazaron al Lejano Oriente, creyendo que allí estarían seguros,
pero los vampiros orientales todavía recordaban las secuelas de la traición de
Zao-lat, y salvo los pocos que consiguieron unirse a los Wu-Zao, los Salubri del
Lejano Oriente, la mayoría fueron también destruidos.
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Un grupo de curanderos Salubri conocidos simplemente como los Siete que
habían escuchado las antiguas leyendas sobre la relación entre Saulot y Malkav,
buscaron a varios antiguos Malkavian esperando encontrar más conocimiento
sobre el fundador de su linaje. Tras la destrucción de Saulot los Siete
abandonaron la guerra contra los Baali y los Tremere y comenzaron a seguir su
propio camino hacia la Goldonca, desarrollando extrañas ideas sobre la salvación
y el Amaranto. En apariencia, este grupo consideraba que todos los Salubri debían
buscar la Golconda, Abrazar a un chiquillo digno de continuar su búsqueda y
después dejar que ese chiquillo los diabolizara cargando con el conocimiento
acumulado.
LOS SUPERVIVIENTES
La muerte de Saulot provocó encendidos debates entre los Salubri. La
mayoría creyeron que Saulot se había cansado del mundo pero pocos encontraban
explicación por la que su Fundador había dejado todo su poder en manos del
ambicioso Tremere. ¿Por qué un ser que personificaba la Luz y el Bien no resistió
los intentos de un ser maligno de robar su poder?
Los Ascensionistas dijeron que Saulot mostró a sus chiquillos el camino
mediante su sacrificio. Creían que Saulot no se resistió por voluntad propia.
Había visto la división entre sus hijos y sabía que constituían un obstáculo en la
Rueda Kármica (según las creencias de los Golcondanitas) al negarse a avanzar
hacia otro estado de existencia. Saulot enseñó a sus hijos que debían sacrificarse
mediante la Diablerie; de esta forma podrían traspasar su vitae y sus creencias
incluso a los más corruptos y darles una oportunidad de redención.
La muerte de Saulot provocó la división entre los Golcondanitas, dando
lugar a la aparición de las facciones de Predicadores y Redentores.
Los Predicadores dicen que Saulot se sacrificó porque deseaba enseñar que
no se debía obligar a nadie a seguir sus enseñanzas. Si se empleaba la fuerza se
destruía la libertad de pensamiento.
Los Redentores dicen que Saulot decidió sacrificarse para mostrar lo que
ocurre si se permite a las criaturas actuar sin restricciones. Si no son
cuidadosamente guiadas a través del sendero de la Golconda, intentarán asesinar
a sus salvadores por razones tan sencillas como la envidia o la ambición por el
poder de los Iluminados.
Los Purificadores creen que todas las demás facciones Salubri están
equivocadas. Saulot se había cansado del mundo y permitió que Tremere lo
diabolizara, cuando habría podido aplastarlo como una mosca. Pero también creen
que Saulot tenía un plan. Dicen que el Fundador Salubri fue el primer vampiro en
alcanzar la Golconda y tras alcanzar este estado su alma viajó a través del
universo y las esferas, liberándose de la carga del mundo físico. Los eruditos
creen que al diabolizar a Saulot, Tremere bebió su alma, pero razona que de la
misma forma que un neonato es más débil en cuerpo y alma que los Matusalenes, el
alma de un Antediluviano es mucho más poderosa que la de cualquier vampiro.
A partir de este hecho los Purificadores razonan que muy posiblemente
Tremere no consiguió asimilar el alma de Saulot, como hacen normalmente los
diabolistas. Aunque era un hechicero muy poderoso no pudo haber subyugado el
alma inmortal del Antediluviano. Al absorber la esencia de la más perfecta de las
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criaturas Tremere condenó su propia alma al olvido, posiblemente dando a Saulot
una oportunidad de renacer. Los Purificadores se regocijan cuando escuchan los
rumores de que un tercer ojo se ha abierto en la frente del cuerpo dormido de
Tremere.
Sin embargo, la esperanza del regreso de Saulot no fue suficiente en un
mundo cada vez más corrupto, donde la muerte se cobraba su precio sobre los
justos e inocentes. Pero los Purificadores también sabían que si renunciaban a su
esperanza los Baali habrían ganado y no quedarían soldados para defender a la
humanidad de las legiones infernales. Convertidos en una leyenda los Salubri se
movieron con más facilidad que nunca entre las sombras de sus enemigos, pero por
desgracia cada vez más Salubri decidieron destruir a sus enemigos que iluminar a
los demás seres. Muchos murieron llevándose a sus perseguidores consigo.
LA DIETA DE LOS OLIVOS
Se dice que antes de partir hacia la batalla final el líder Salubri de los
guerreros reunió a los miembros de su linaje y les avisó de los tiempos de hogueras
que se avecinaban, ordenándoles que siguieran el Código del Guerrero tal y como
les había enseñado. Durante el camino Abrazó a su último chiquillo, una devota
mujer llamada Qawiyya el-Ghaduba, a la que convirtió en heredera de su legado.
Qawiyya permaneció oculta durante varios siglos, acechando a sus enemigos
entre las sombras y no se presentaría ante los demás vampiros hasta el año 1228,
cuando rompió su aislamiento y apareció en la Ciudad Santa de Jerusalén, como si
fuera la Cólera de Dios, destruyendo a los vampiros Tremere que habían acudido a
cazar a los Al-Amin. Antes de fin de año había erradicado su presencia de
Jerusalén y tomó medidas para expulsarlos de Oriente Medio.
Tras establecerse en la capilla Tremere de Jerusalén, Qawiyya invitó a los
demás gobernantes vampíricos a celebrar una reunión en el Monte de los Olivos.
Con la ayuda de un viejo sanador Salubri llamado Nahum ben Enosh, chiquillo del
mismo Saulot pusieron las bases de una alianza que mantuviera la zona a salvo de
las depredaciones de los infernalistas…y de los Tremere.
Cuando la reunión terminó, los vampiros de la mayoría de las ciudades de
Tierra Santa habían firmado un pacto que acordaron durarían un mínimo de diez
años: la duración de la tregua entre el emperador germánico Federico
Hohenstaufen y el sultán Al-Kamil, estableciendo un espacio de paz, compartiendo
información sobre los Baali o los saqueadores de Tierra Santa y la denegación de
hospitalidad a cualquier infractor de la tregua.
A pesar de las buenas intenciones con las que comenzó la Dieta de los
Olivos, las sucesivas invasiones que destruyeron los reinos cristianos de Tierra
Santa durante el siglo XIII terminarían por romper la precaria paz.
LA CRUZADA ALBIGENSE Y LOS HIJOS DEL GRIAL
Algunos historiadores vampíricos sostienen que la lucha contra la herejía
cátara no fue un simple pretexto religioso para legitimar la conquista de
Languedoc y Proveza por parte de los reyes y nobles de Francia. Utilizando su
influencia entre la nobleza y la Iglesia, los vampiros franceses fueron los
instigadores de la conquista que siguió a la cruzada. Los verdaderos objetivos
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eran los vampiros provenzales, muchos de los cuales estaban influidos por la
Herejía Cainita, pero también influyeron y mucho, los enfrentamientos personales.
Sin embargo, la cruzada escapó a todo control y la Cruzada Albigense
contribuyó sobremanera a que a la Inquisición se unieran varias organizaciones de
cazadores de brujas y vampiros, que causaron numerosos estragos en las filas de
los no muertos.
Una leyenda no confirmada parece insinuar que los Tremere participaron
activamente en la Cruzada, persiguiendo a un linaje Salubri que se había instalado
en Languedoc, procedente de Tierra Santa. El culto cátaro habría sido fundado o
por lo menos fomentado por estos descendientes de Saulot, que querían llevar a
los mortales a la iluminación prometida por Saulot. De este modo se extendió la
leyenda de los Hijos del Grial, un grupo secreto que descendía de la sangre de
Jesús y que al parecer se ocultaban en el corazón del culto cátaro. Si esto fue así
estos Salubri habrían sido destruidos por los cruzados o por los agentes de los
Tremere infiltrados entre ellos.
LA CAÍDA DEL INCONNU
La muerte de Saulot a manos de Tremere también sembró la confusión entre
los discípulos de Saulot de otros clanes, pertenecientes en su mayoría a la
enigmática secta conocida como el Inconnu, un grupo informal y diverso de
antiguos que habían renunciado en mayor o menor medida a involucrarse en el
mundo mortal para dedicarse a diversas búsquedas, entre ellas la Golconda.
Trece de los más prestigiosos antiguos del Inconnu se instalaron en
Transilvania, para vigilar de cerca a los Tremere, asentados desde el siglo X en la
capilla de Ceoris en los Cárpatos meridionales. Entre estos Inconnu se
encontraban algunos Salubri, entre ellos Mokur, uno de los chiquillos de Saulot,
que había sido Abrazado en Oriente.
El refugio de los Inconnu se encontraba en el castillo de Hunedoara, donde
recopilaron por escrito las enseñanzas que habían recibido de Saulot y los propios
discursos del iluminado Mokur. Desde esta fortaleza transilvana hicieron lo
posible para entorpecer los planes de los Usurpadores y para guiar a otros
vampiros en el camino hacia la Golconda.
Sin embargo, la presencia de los Inconnu no había de permanecer en secreto
para siempre. Durante el siglo XV el antiguo Mokur se presentó ante los Tremere
de la capilla de Ceoris, siguiendo “la llamada de Saulot”. Los Usurpadores lo
capturaron y diabolizaron, apoderándose de sus recuerdos y secretos,
descubriendo la presencia de los Inconnu. Los ejércitos de los Tremere se
presentaron ante el castillo de Hunedoara, dispuestos a no dejar piedra sobre
piedra.
Cretheus, un antiguo hechicero Ventrue, propuso pactar con un antiguo
demonio llamado Baphomet, dispuesto a ocultar el castillo y a sus habitantes de
los ojos mortales y de los Tremere a cambio de un sacrificio anual. Los demás
Inconnu, desesperados por el inminente final, aceptaron y el demonio cumplió su
parte destruyendo los ejércitos de los Tremere y ocultando el castillo del mundo
mortal, como si nunca hubiera existido. Los Usurpadores creyeron que habían
conseguido su propósito y no volvieron a merodear por la zona de Hunedoara.
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Los Inconnu permanecerían encerrados durante siglos, sacrificando
mortales anualmente para permanecer ocultos, creyendo hipócritamente que su fin
superior justificaba los sacrificios que realizaban. Sin embargo, sus acciones y el
largo encierro los llevaron a odiarse mutuamente y a apartarse del camino de la
Golconda.
Y así los clanes Cayeron sobre nosotros
Y nos Expulsaron de sus ciudades
Y nos Cazaron en la noche
Y nos llamaron criminales y asesinos
¿Por qué nos hacen esto, se preguntaron muchos de nosotros?
¿Por qué nos acusan de derramar la Vitae de nuestros Hermanos y Hermanas?
¿Por qué nos acusan de profanar sus Templos?
¿Por qué nos acusan de asesinar a sus servidores?
Sólo deseábamos paz
Les dijimos que estaban equivocados
¡Respondieron con estaca, acero y fuego!
Huimos de sus dominios y los dejamos con su furia
¡Nos persiguieron más allá llevando su rabia como antorchas!
Sólo deseábamos paz
Algunos de los nuestros intentaron mostrarles su error
¡Fueron destruidos!
Algunos de los nuestros durmieron en el seno de la Madre Tierra.
¡Huyeron!
Algunos de los nuestros creyeron las acusaciones y se dejaron matar a manos de
sus chiquillos.
¡Fueron unos necios!
Y finalmente algunos de los nuestros quisieron saber por qué
Nos volvimos tan silenciosos y oscuros como las sombras
Vigilamos
Escuchamos
Aprendimos
Supimos
¡Y seguimos vivos!
-Extracto de los pergaminos de los Salubri: Las Noches Que no Deben Olvidarse.
LOS HIJOS SE REVUELVEN
Algunos autores afirman que los Baali ayudaron a los Tremere a encontrar
el lugar de descanso de Saulot, aunque nunca ha podido demostrarse. Otros
acusan a varios demonios o incluso al renegado chiquillo de Saulot: Karesh, Ahab
o Sobek, de haber colaborado activamente con los Usurpadores.
Independientemente de estas acusaciones, parece que el Día Malvado tuvo
una curiosa influencia sobre los Baali. Muchos antiguos abandonaron Oriente
Medio para marchar a Europa o a Oriente Medio, en un intento por controlar a
los jóvenes y descarriados miembros del clan o buscar nuevos refugios frente a los
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cazadores de demonios. Los antiguos Baali se encontraban preocupados porque
muchos de los nombres de los Hijos habían caído en manos equivocadas, y sin
ningún control los demonios durmientes se estaban acercando a su despertar.
Plagas misteriosas comenzaron a surgir con creciente frecuencia, y los Baali las
interpretaron como un signo del despertar de Namtaru, y que tras él, otros de sus
hermanos siguieran su ejemplo. Los Baali optaron por ocultarse o tratar por
todos los medios de deshacer lo imposible. Algunos esperaron que redescubriendo
los antiguos nombres pudieran controlar de algún modo las acciones de los Hijos,
pero sus esfuerzos se vieron obstaculizados por otros que trataban de acelerar
su despertar, esperando que con su reverencia los Hijos no los destruirían en los
días oscuros que se avecinaban. En Europa los miembros de la línea de sangre
bailaron y se bautizaron Mefistófeles, y en su ignorancia pronunciaron nombres
que resonaron entre los mundos…
Las purgas de la Inquisición azotaron a todos los vampiros europeos, pero
posiblemente ningún otro linaje sufrió tanto como los Baali. Las prácticas
infernalistas atraían a los inquisidores como polillas a la luz y el linaje era
especialmente vulnerable a los símbolos sagrados. Un santuario infernal tras
otro fue destruido durante la Edad Media, como en la ciudad de Berlín durante el
siglo XIV. Muchos Baali interpretaron la llegada de la Peste Negra como el
triunfo definitivo de los Hijos, pero el Apocalipsis nunca llegó. Otros Baali
fueron devorados por las mismas entidades que adoraban, como ocurrió con los
Baali transilvanos durante el siglo XVIII. Lenta pero inexorablemente su número
fue menguando y muchos vampiros de otros clanes asumieron que habían sido
destruidos.
Sin embargo, los Baali sobrevivieron, en lugares apartados del mundo y
encontraron voluntariosos discípulos durante el Renacimiento, que retomarían
sus enseñanzas y crearían la Senda de las Revelaciones Perversas, que encontró
numerosos adeptos dentro de la secta conocida como el Sabbat, aunque también
sería seguida por vampiros independientes o de la Camarilla.
LOS SALUBRI TRAS EL DÍA MALVADO
EL RECUERDO DEL PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Para recordar su propósito y su historia los eruditos Salubri de la facción
de los Purificadores recogieron por escrito y conservaron los Pergaminos de los
Salubri. Los Pergaminos son reliquias sagradas y para ellos tienen la misma
importancia que la Biblia para los cristianos o el Corán para los musulmanes. El
número de pergaminos varía según las distintas fuentes y aparentemente nadie está
completamente seguro de cuántos son. Su contenido es otra cuestión. Los llamados
Ocho Pergaminos son los más antiguos y su autoría se atribuye al propio Saulot,
y contienen la mayor parte de sus enseñanzas y profecías. De acuerdo con los
eruditos Salubri, Saulot escribió los Ocho Pergaminos antes de regresar a la
Segunda Ciudad justo después de haber alcanzado la Golconda. Debido a su
antigüedad y su estilo, algunas transcripciones de los pergaminos han sido
confundidas en ocasiones con fragmentos del Libro de Nod. De hecho, gran parte
de la Crónica de los Secretos consiste en profecías reescritas tomadas de los Ocho
Pergaminos. Sin embargo, debido a que la historia Cainita siempre ha sido alterada
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con mentiras y fantasías, es difícil decir hasta donde llega la influencia de Saulot
en el Libro de Nod, o si las profecías de Saulot han sido influidas por el antiguo
texto, o si ambos tipos de escritos son obra de otro autor completamente diferente.
Los Ocho Pergaminos contienen profecías, poemas sobre la historia de los Salubri
y ensayo filosófico sobre el propósito del clan, el potencial de la humanidad y las
acciones de sus enemigos. Aparte de los Ocho Pergaminos el resto de los escritos
de los Salubri están recogidos en cuatro libros: El Libro de la Sabiduría que
contiene las enseñanzas de Saulot y cuya autoría también se atribuye al
Antediluviano, el Libro de las Noches Venideras, que contiene las profecías de
Saulot y algunos miembros de su progenie; el Libro de las Noches No Olvidadas, un
volumen de poesía escrita por Salubri de las Tres Filosofías (sólo la historia de
los Ascensionistas es conocida por otros vampiros); y finalmente el Libro de los
Pensamientos, una obra filosófica que estudia el mundo pasado y presente de los
Salubri.
Aunque se supone que los escritos Salubri han sido reescritos a partir de
fuentes originales, en su mayoría en manos de los Purificadores, es difícil conocer
hasta qué punto su contenido es original y qué fue añadido posteriormente, y qué
partes están más próximas a la “Verdad de Saulot”. Sólo los neonatos cuyo tercer
ojo se ha abierto pueden acceder a estos pergaminos. Los Purificadores creen que
una vez hayan alcanzado la Golconda serán capaces de percibir el mundo como lo
hacía Saulot. Hasta que eso ocurra su visión está nublada por sus debilidades.
Algunos pergaminos están ampliamente extendidos entre los Salubri mientras que
otros jamás han sido ojeados por ningún vampiro posterior a la Segunda Ciudad.
Los Salubri creen que si todos los pergaminos y su contenido fuesen conocidos, los
Baali y los Tremere tendrían el conocimiento para destruirlos completamente. De
esta forma muchos escritos se encuentran en templos secretos y en manos de
antiguos y sabios Salubri.
ORGANIZACIÓN
Las distintas facciones Salubri mantuvieron distintos niveles de
organización; los Ascensionistas tienen poco contacto unos con otros y con los
demás Salubri pero harán todo lo que esté en sus manos para ayudar a otros
Ascensionistas; los Redentores tienen un contacto más regular, aunque en grupos
separados. Sin embargo, siempre están dispuestos a combatir a quienes pueden
obstaculizar su búsqueda de la Verdad; los Predicadores no tienen contacto salvo
encuentros ocasionales pero también están dispuestos a luchar como perros
rabiosos si sus creencias o ellos mismos son amenazados. Los Purificadores son la
facción más organizada, habiendo contacto entre Las Llamas de la Serenidad y las
Espadas de Saulot, y siempre vigilan a los demás Salubri de la zona donde habitan.
Cada país está dividido en una serie de zonas de influencia y cada una tiene un
monitor o supervisor, normalmente un Sacerdote o Sacerdotisa, que coordina a los
demás miembros del clan de la zona. Cada Salubri informa al Monitor sobre su
situación y los acontecimientos que le rodean, otros vampiros u otros seres
sobrenaturales, además de preocuparse por la protección de sus hermanos de clan.
El Monitor informa directamente al Gran Templo o al Consejo de las Edades. Los
grupos normalmente son autónomos y no se reúnen frecuentemente para mantener
la seguridad de sus miembros. El Concilio de las Edades raramente interviene para
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interferir en sus actividades. Sólo si existen sospechas de la presencia de enemigos
(como los Baali) o la necesidad de refuerzos.
El Gran Templo de las Llamas de la Serenidad se encuentra en la montaña de
Koh-i-baba en el norte de Afganistán, donde es protegido por poderosos hechizos,
un terreno agreste y difícil y la presencia de las belicosas tribus afganas. Desde
esa aislada montaña el Sumo Sacerdote Parsadevetha ha supervisado la guerra
contra el Mal durante los pasados 1200 años. Su predecesor era la antigua
Sathiumarka, que se cansó de las tareas de gobierno y abdicó para buscar nuevo
conocimiento y la vitalidad que estaba perdiendo.
El Gran Templo de las Espadas de Saulot se encuentra en las profundidades
de Gannet Peak, en las Montañas Rocosas. Un sistema laberíntico de túneles,
callejones sin salida y trampas protegen el santuario de la Suma Sacerdotisa
Xachliocoata que ha gobernado sabiamente desde su trono de piedra en la fría
montaña durante más de tres milenios. Ella era una Hechicera y Sacerdotisa de los
Olmecas, arrepentida de los muchos crímenes que había cometido para mantenerse
en el poder. Xachliocoata se encontró con Xalmakhar el Vagabundo cuando se
encontraba desesperada y después de que hubieran pasado muchas noches juntos
Xachliocoata se unió a las filas de los Salubri.
LOS NKULU ZAO
Tras el diabolismo de Saulot unos pocos Salubri se refugieron muy lejos, en
las profundidades del África subsaharariana. Estos aterrados supervivientes se
aislaron del resto del mundo y creyeron que eran los últimos miembros de su clan.
En África adoptaron el nombre Bavili de Nkulu Zao (“las almas muertas de Zaolat”).
Estos vampiros desesperados renunciaron a toda búsqueda de iluminación
ocultándose en apartadas selvas y desiertos recurriendo a todos los medios,
incluso los más abyectos, para sobrevivir, creyendo que todos los demás vampiros
del mundo querían destruirles, en gran parte debido a los efectos de los rumores
extendidos por los Tremere. Con el tiempo terminarían por convertirse en
auténticos devoradores de almas, tal y como contaban los rumores, y sus temores
crearon auténticos demonios. Se rumorea que algunos descubrieron que el mítico
estado de la Golconda era una mentira y que todos los Cainitas estaban
condenados. Ya fuera por esta desviación de su propósito, la mayoría perdieron el
tercer ojo característico del clan, asociado a sus poderes curativos.
TENOCTITLAN: EL REINO DE HUITZILOPOCTLI
LOS AZTECAS
En el año 1116 un antiguo y poderoso vampiro se dispuso a tomar el control
del reino azteca, en América Central. Había un hombre, un gran guerrero,
conocido con el nombre de Huitzilopoctli. El hombre murió a manos del vampiro,
que lo suplantó y tomó su lugar, convocando a los aztecas y presentándose como
un dios de la guerra, exigiendo sacrificios y adoración. Demasiado aterrorizados
para desobedecer, los aztecas y otras tribus siguieron a su nuevo dios, y más tarde
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a otros dioses. A las demás tribus se les permitió que se detuvieran antes de seguir
hacia el sur, pero los aztecas fueron obligados por Huitzilopoctli a continuar.
Durante dos siglos los aztecas fueron un pueblo nómada, comiendo lo que
podían recolectar y realizando sacrificios a sus dioses, la progenie y los aliados
de Huitzilopoctli. Bajo su liderazgo los pacíficos aztecas se convirtieron en una
potencia guerrera, atacando a las tribus con que se encontraban en su camino.
Huitzilopoctli les mostró como luchar y la mejor forma de forjar armas y
utilizarlas.
En el año 1231 los aztecas llegaron al valle de México, buscando
desesperadamente un lugar donde construir su hogar. Uno de sus líderes, llamado
Tenoch, vio un águila posada en un cactus, devorando una serpiente y tomó esto
como una señal de su dios de que por fin habían encontrado su hogar. En poco
tiempo se construyó una ciudad cerca de la orilla del lago Tetzcoco y en unas
pocas décadas la gran Tenoctitlán era una realidad, construida tanto en la orilla
como en la superficie del lago. Los aztecas diseñaron grandes balsas que anclaron
sobre el agua para cultivar más cosechas y acomodar a más gente mientras crecía
el Imperio Azteca.
Vampiros de diversos clanes, en especial Gangrel y Nosferatu, extendieron
su influencia entre los pueblos precolombinos. Sin embargo, entre los aztecas, el
clan más influyente era el de los Tlacique, entre los que se encontraban poderosos
hechiceros y magos de la sangre. Aunque varios eruditos vampíricos consideran
que los Tlacique eran una línea de sangre procedente de los clanes Gangrel,
Lasombra o Seguidores de Set, parece ser que eran descendientes de Huitzilopoctli.
Los Tlacique estaban organizados en grandes familias que controlaban las
grandes ciudades precolombinas, sobre todo en América Central, y el centro de su
poder era Tenoctitlán.
Aún extendiendo su capital sobre la superficie del lago Tetzcoco los aztecas
continuaban sin tener suficiente espacio, por lo que declararon la guerra a sus
vecinos. El primer rey hereditario, Acamapichti, conquistó cuatro ciudades
durante su reinado. Los vampiros se convirtieron en dioses de la guerra y bajo el
liderazgo de Huitizilopoctli declararon la guerra a los hombres lobo y hombres
jaguar, expulsándolos de la tierra.
Durante los dos siglos siguientes el Imperio Azteca creció en poder,
extendiéndose por el valle de México y absorbiendo tribus enteras dentro de sí. Las
tribus conquistadas pagaron tributos a los aztecas: plata, especias exóticas,
esclavos y sacrificios. Los vampiros también siguieron la expansión de los aztecas,
expulsando o destruyendo a todos los que constituían un obstáculo para su poder.
Huitzilopoctli se encontraba en el corazón de la expansión azteca, y todos
los demás vampiros respetaban su poder, regodeándose y saciándose con los
esclavos y sacrificios y compartiendo el dominio sobre el creciente Imperio Azteca.
Junto a Huitzilopoctli otros vampiros y entidades sobrenaturales se alzaron como
dioses, entre ellos Tlaloc y Tezcatlipoca. Muchas deidades de los pueblos
conquistados fueron asimiladas o destruidas.
Con el tiempo los aztecas conquistaron a los mayas, toltecas y otros
esparciéndose sobre la tierra en un incesante torrente de guerra. Huitzilopoctli y
los dioses menores a los que permitía gobernar con él crecieron en poder,
bañándose en la sangre de sus enemigos, hablando con ellos sólo mediante sus
servidores, los sacerdotes. Con el tiempo Huitzilopoctli se fue aislando,
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ordenando a varios de sus chiquillos que asumiesen su identidad cuando era
necesario. Los dioses vampíricos exigían sacrificios y conquistas y se volvieron
complacientes, dejando que los aztecas prosiguieran solos su expansión.
En 1519 un grupo de soldados españoles dirigidos por Hernán Cortés
llegaron a México desde la isla de Cuba y con ellos trajeron el cumplimiento de
una oscura profecía. Llegaron primero a las tierras donde se alzaría la ciudad de
Veracruz. Entre los conquistadores se encontraban varios vampiros europeos del
Sabbat y una vieja Matusalén llamada Helena, del clan Toreador.
Los rumores sobre la riqueza de los aztecas llevaron a los españoles hacia
Tenoctitlán, pactando durante el camino con varias tribus, que se ofrecieron a
Cortés para ayudarle a derrotar a los opresores que les exigían tributos y
sacrificios. En principio no hubo guerra, pues Moctezuma –rey del Imperio Aztecainterpretó la llegada de los españoles con el regreso del dios Quetzalcoatl, la
Serpiente Emplumada, y recibió a Cortés con ofrendas para aplacar a la deidad.
Moctezuma creía que su reinado estaba a punto de terminar –las profecías
aseguraban que el regreso de Quetzalcoatl causaría la caída del reino azteca- y
después de que los españoles y sus aliados indígenas conquistaran la ciudad de
Cholula lo consideró como una advertencia de que había ofendido a los dioses. En
noviembre de 1519 Moctezuma se presentó ante Hernán Cortés con su cortejo y le
rindió su imperio. En sólo diez meses el reino azteca caería ante los españoles y los
sacrificios serían interrumpidos.
La Matusalén Helena se introdujo en la ciudad de Tenoctitlán, dispuesta a
enfrentarse a los dioses vampíricos de los aztecas. Durante la noche entró en la
pirámide de Huitzilopoctli y contempló el rostro del dios durmiente. Incluso
dormido, su poder fue suficiente para aterrorizarla y hacerla marchar para no
volver nunca. La anciana vampira Toreador recordaba sus noches en la antigua
Creta y cómo Shaitan y los Baali habían corrompido o destruido a los vampiros de
la isla que no había conseguido huir, y fue este recuerdo más que nada lo que
sembró el miedo en su corazón.
El temido Matusalén Shaitan, el horror de Creta, era el dios Huitzilopoctli.
Cómo había sobrevivido a la destrucción del santuario de Knossos y cómo
había llegado a América mucho tiempo antes que los europeos nadie lo sabe.
Posiblemente sus amos infernales lo salvaron. Los rumores más siniestros dicen
que su cuerpo se convirtió en un receptáculo para el alma del demonio Namtaru.
Tras la huída de Helena Huitzilopoctli utilizó sus poderes para influir a
los demás vampiros europeos que habían acudido con ella, especialmente a Melinda,
la chiquilla de Helena, que se convertiría en su principal peón.
LA CAÍDA
Cuando Cortés llegó a Tenoctitlán, la capital del Imperio Azteca albergaba
a más de 200.000 personas, mucho más que la mayoría de las ciudades europeas de
la época. Tenoctitlán se había extendido a lo largo de los siglos sobre toda la
superficie del lago Tetzcoco y más de 40 pirámides se alzaban en el corazón de la
ciudad, levantadas a la gloria de los dioses y utilizadas a menudo para el
sacrificio humano.
Más de 135.000 personas habían sido sacrificadas ritualmente a lo largo de
los siglos, para saciar la sed de Huitzilopoctli y de los dioses aztecas. Las
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víctimas eran sobre todo esclavos o prisioneros de tribus enemigas y sus
sacrificios mancharon la tierra para siempre con el dolor, la rabia y la tristeza
de las incontables muertes. Semejante espectáculo aterrorizó a Cortés y los
españoles, que tomaron medidas para aplastar el poder de los sacerdotes y tomar
el control de la nación azteca. El pueblo se sublevó y los españoles reaccionaron
aniquilando a más de 10.000 personas. Desde su lugar de descanso Huitzilopoctli
sonrió y se alimentó de sus almas. Entonces forzó a la gente a la que había
abandonado a sublevarse y contraatacar. El rey Moctezuma trató de aplacar a su
pueblo pero fue asesinado mientras hablaba a sus súbditos. Y Huitzilopoctli sonrió
ante el baño de sangre que se avecinaba.
Los aztecas, guiados por Cuahutemoc, primo de Moctezuma, consiguieron
expulsar a Cortés y los españoles de Tenoctitlán, matando a más de 800 de los
conquistadores y sus aliados en represalia. Cortés regresó diez meses después,
trayendo refuerzos españoles de Cuba y el apoyo de muchas tribus resentidas con
el dominio de los aztecas.
Los vampiros del Sabbat atacaron siguiendo la estela de los conquistadores,
saqueando los templos aztecas. Aunque se habían aliado con los Tlacique y otros
vampiros precolombinos para luchar contra los vampiros de la Camarilla,
decidieron traicionar a sus aliados. El templo de Huitzilopoctli fue el primero en
caer, y el dios, abotargado en un estanque de sangre, fue diabolizado. Sin embargo,
el verdadero Huitzilopoctli había conseguido huir de la destrucción una vez más,
dejando detrás a uno de sus chiquillos para que ocupara su lugar. Otros de los
dioses vampíricos de Tenoctitlán consiguieron resistir y destruir a los vampiros
del Sabbat, pero no consiguieron impedir que los españoles ocuparan la ciudad y
sometieran en pocos años a todas las tribus del valle de México.
Más vampiros europeos llegarían en años sucesivos, con las sucesivas
oleadas de colonizadores, y los vampiros precolombinos fueron perseguidos y
diabolizados uno tras otro –algunos de ellos incluso fueron bautizados de forma
humillante antes de ser asesinados. Los Tlacique y sus aliados se retiraron a los
rincones más oscuros del continente americano y con el paso de los siglos su
presencia se convirtió en leyenda.
El Sabbat alcanzó el predominio en México y pronto Melinda, del clan
Toreador, alcanzaría un gran poder.
Tal y como Huitizilopoctli quería.
El antiguo dios vampírico había pensado en continuar su sueño en México,
manipulando a los vampiros y mortales que luchaban a su alrededor. Sin embargo,
ante el signo de la cruz, alzado por los cristianos españoles, se escondió en la
oscuridad y aguardó su ocasión. Tenoctitlán y otras ciudades fueron quemadas,
saqueadas y devastadas. Sobre las ruinas de Tenoctitlán se construyó la Ciudad
de México.
Huitzilopoctli observó, meditabundo y silencioso. Auque el hambre y la
enfermedad que devastaron el Imperio Azteca lo hicieron más fuerte la presencia
de los misioneros cristianos le llevaron a reconsiderar sus planes. El Matusalén
Baali extendió su conciencia e invocó la ayuda de los poderes infernales. La ayuda
llegó en forma de un pequeño tumor que surgió en el pecho del vampiro y comenzó
a expandirse, alimentándose del dolor y la frustración, creando un refugio que lo
ocultó de la visión de los mortales y los vampiros durante mucho tiempo.
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Durante el siglo XVII Huitzilopoctli decidió abandonar su refugio en
México, partiendo a un pequeño santuario construido a unos 120 kilómetros de la
ciudad, oculto de los ojos humanos. Selló la entrada y durmió, haciendo cumplir
sus propósitos a través de sus peones mortales e inmortales, influyendo en el
creciente poder del Sabbat y atrayendo a ingenuos colonos alrededores, creando
un idílico pueblo llamado Vista Paraíso, que pensaba sacrificar en su despertar.
En 1995 decidió despertar, comenzando una guerra entre las bestias
sobrenaturales de Ciudad de México, generando sufrimiento y almas agonizantes
para levantarle de su letargo. Un hechicero mercenario y oportunista llamado
Samuel Haight se convirtió en su peón, sembrando el caso a su paso y abriendo la
puerta de su santuario. Afortunadamente, sus planes fueron frustrados. Samuel
Haight y su manipulador inmortal desaparecieron en medio de una gran explosión
y los mortales de Vista Paraíso se salvaron de ser sacrificados.
Aunque Samuel Haight pereció en la explosión muy pocos creen que
Huitzilopoctli-Shaitán compartiera su destino final. Muy poco tiempo después los
Tlacique y los vampiros precolombinos comenzaron a salir de sus refugios,
atacando por sorpresa las fortalezas del Sabbat sudamericano y destruyendo a
sus líderes, entre ellos Melinda, que se había convertido en Regente de la secta.
Muchos interpretaron esta misteriosa purga como una señal de la llegada de las
Noches Finales…
EL DESPERTAR DE SAULOT Y LAS NOCHES FINALES
El final del siglo XX ha constituido una fuente de sobresaltos para los
Vástagos. Se habla del despertar del Antediluviano Ravnos, o la ruptura del
hechizo que impedía beber sangre a los Assamitas. Quizás lo más significativo para
los Salubri es que un grupo de la casta de los guerreros, dirigidos por un antiguo
llamado Adonai, salieron de su ocultamiento y renunciaron a su silencio,
uniéndose a la secta del Sabbat como parte de su venganza contra los Tremere.
Sin embargo, aparte de todas estas señales y presagios sobre la inminente
llegada de la Gehenna, todavía era necesario que hiciera acto de presencia uno de
los poderes más malignos de la Yihad.
Saulot.
Desde el principio Saulot había marcado los pasos de Tremere, haciéndole
descubrir los beneficios de la diablerie, y cuando encontró el lugar de descanso
del Antediluviano también lo hizo por su voluntad. Saulot había profetizado las
señales que marcarían la llegada de la Gehenna y planeaba provocar su
cumplimiento mientras permanecía oculto de todos los que pudieran entorpecer sus
objetivos Su propia muerte mediante diablerie cumplió la primera señal que
provocaría la llegada de la Gehenna y formaba parte de sus planes. Aunque
Tremere ganó un tremendo poder al principio no supo que el Anciano no había sido
destruido en el proceso, sino que había trasladado su consciencia al cuerpo de
Tremere, que de esta forma fue poseído por uno de los más sutiles y diabólicos
maestros de la Yihad. Los demás Antediluvianos creerían que Saulot había muerto
a manos de Tremere, pero en realidad sencillamente se había escondido.
Tremere había creído que Saulot era débil, pero nunca llegaron a sus oídos
las historias de Saulot el cazador de demonios, o la leyenda que indicaba que el
Antediluviano había sido el responsable consciente de la creación de los
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demoníacos Baali. Nunca se preguntó por qué si diabolizar a un Antediluviano era
tan sencillo nadie lo había hecho durante milenios.
Tremere cumplió su papel y diabolizó al Antediluviano.
Sin embargo, Saulot no contaba con un factor. El Antediluviano había
previsto convertir a Tremere en su peón, expulsando la consciencia del vampiro y
asumiendo el control de su cuerpo, pero nunca se había esperado que Tremere
tuviera una gran fortaleza mental. En su lugar se encontró con la voluntad de
un mago inteligente, disciplinado y con varios siglos de experiencia a sus espaldas.
Saulot no pudo derrotar a Tremere y se encontró sometido a la voluntad del mago
tan a menudo como conseguía imponer su propia voluntad. Así comenzó una
batalla que duraría siglos, y aunque ambos asumían temporalmente el dominio del
cuerpo de Tremere, ninguno conseguía derrotar por completo al otro.
En 1998 la lucha llegó a su fin. El Antediluviano se alzó con la victoria,
pero ésta no fue definitiva. Previendo su derrota, Tremere escapó de su cuerpo
para buscar refugio en otro, el de su leal aprendiz Etrius, quien lo acogió
voluntariamente. A continuación Etrius contactó con el renegado Goratrix y le
habló de sus temores sobre Tremere y de su miedo a estar siendo controlado por él,
estando dispuesto a unirse al Sabbat si lo ayudaba. Goratrix aceptó entrevistarse
en persona con Etrius, aunque sospechaba de una traición, pero su precaución no
fue suficiente. Bastó una única mirada para que Tremere traspasara su consciencia
al cuerpo de su traicionero aprendiz. El alma de Goratrix fue atrapada en un
espejo, a la espera de que Tremere decidiera qué hacer con él.
Con el cuerpo de Goratrix a su disposición, Tremere convocó a todos los
vampiros Tremere del Sabbat a la Universidad de la Serpiente Dorada, la Capilla
de México, donde utilizando un ritual con ayuda de su fiel Etrius destruyó a todos
los vampiros con una poderosa invocación que los redujo a todos a cenizas.
Algunos rumorean que esta destrucción masiva tenía como objetivo traspasar a
Tremere el poder suficiente para enfrentarse nuevamente a Saulot y recuperar su
cuerpo.
Sin embargo, el Antediluviano desapareció. Aunque Etrius lo había dejado
empalado y atrapado bajo varias protecciones místicas en la capilla de Viena,
Saulot consiguió deshacerse de sus ataduras y huir, dejando una sonora carcajada
detrás cuando Tremere regresó a Viena…
Libre una vez más para continuar sus planes de convertirse en el Emperador
Demonio y gobernar el mundo, Saulot comenzó a mover sus peones para el acto
final de la Yihad. Utilizando una red geomántica de poder místico creada
originalmente para canalizar el poder del demonio Kupala en el este de Europa, se
apoderó del control de un silo de misiles nucleares para provocar una guerra
entre Oriente y Occidente, exterminando a sus competidores entre los demás
Antediluvianos y aniquilando a los Kuei-Jin, que sabían demasiado sobre sus
planes.
Sin embargo, sus planes fueron una vez más detenidos. Un grupo de vampiros
que había inconscientemente servido a sus propósitos durante siglos se volvieron
contra él, liberando al demonio Kupala y evitando que los misiles nucleares
alcanzaran sus objetivos…
Nadie sabe cuál es el paradero de Saulot desde entonces. Algunos vampiros
atribuyen la reciente reaparición del castillo de Hunedoara, la fortaleza del
Inconnu, en el plano mortal de Transilvania a sus manejos. Los Antediluvianos se
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agitan, al igual que los Hijos de la Oscuridad y el mundo se aproxima cada vez más
a su destrucción…o redención.
La Gehenna ha llegado.
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