PGN-0015-2012-001 - Ministerio Público Fiscal

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Dra.
DANI
PR-
-TETARÍA
i
ERALOELAflAClON
Resolución PGN tS
Buenos Aires, Z ^ de marzo de 2012.-
VISTO:
Las actuaciones correspondientes al Concurso abierto y público de antecedentes y
oposición N° 80 del Ministerio Público Fiscal de la Nación, sustanciado de acuerdo a lo
dispuesto por Resoluciones PGN. Nros. 20/09, 71/09, 16/10, 86/10 y 113/11 para cubrir
cuatro (4) cargos de Fiscal ante los Juzgados Nacionales de Menores de la Capital Federal
(Fiscalías Nros. 5, 2, 6 y 3 -en ese orden-).
Y CONSIDERANDO:
Que, la Secretaría Permanente de Concursos, elevó a consideración del suscripto
-conjuntamente con las constancias de todo lo actuado-, el dictamen previsto en el artículo
28 del Régimen de Selección de Magistrados del Ministerio Público Fiscal de la Nación
-Resolución PGN 101/07-, emitido en fecha 18/08/11 por el Tribunal ante el cual se
sustanció el concurso indicado en el Visto, en el que se estableció el orden de mérito de los
concursantes conforme las calificaciones obtenidas en la evaluación de antecedentes y en las
pruebas de oposición (dictamen final de fs. 320/342 y dictamen de la Jurista Invitada de fs.
283/318) y el acta de resolución de impugnaciones de fecha 15/12/11 (fs. 440/468), donde
el Tribunal dio tratamiento a los recursos deducidos contra el dictamen final, ratificando el
orden de mérito de los postulantes y estableciendo las calificaciones definitivas.
Que, el suscripto no tiene observaciones que formular por cuanto durante el
desarrollo del concurso se cumplió en tiempo y forma con las distintas etapas reglamentarias;
se garantizó la equidad y las oportunidades de los participantes de hacer valer sus derechos; y
el pronunciamiento final -que al día de la fecha se encuentra firme- resulta ajustado a derecho
y en base a pautas de valoración objetivas.
Que, en atención a las características de este concurso corresponde referir que el
artículo 34 del Régimen de Selección de Magistrados del Ministerio Público Fiscal de la
Nación (Resolución PGN 101/07), dispone: "En el caso de concursos para cubrir una
pluralidad de vacantes a que se refiere el artículo 3°, el Procurador General de la Nación
elevará una terna por cada uno de los cargos correspondientes a cada ciudad de la misma o
distinta jurisdicción. En caso de que se concursen dos o más vacantes de la misma ciudad, se
conformarán las sucesivas ternas con los postulantes de la anterior que no hubieren sido
designados por el Poder Ejecutivo Nacional y el o los candidatos que sigan en el orden de
mérito. Aquellos candidatos que hubieren sido rechazados por el Senado de la Nación, no
podrán integrar las sucesivas temas que se conformen de acuerdo al método referido
anteriormente".
Tanto para los casos de concursos simples como múltiples, si se incluyeran en la/s
terna/s uno o más candidatos que hayan sido propuestos para integrar una terna anterior, ya
sea a propuesta del Ministerio Público o bien del Poder Judicial de la Nación, deberá
agregarse una lista complementaria compuesta por concursantes que los reemplacen en igual
número, para lo cual se seguirá estrictamente el orden de mérito aprobado. En caso de que el
P.G.N. deba remitir al P.E.N. dos o más ternas de modo simultáneo, y se dé la presente
situación, lo hará en todas ellas (...)".
Que en virtud de lo dispuesto en la norma transcripta precedentemente y el orden
de mérito de los concursantes establecido por el Tribunal evaluador, las temas de candidatos
a ocupar los cargos concursados se integrarán de la sigioiente manera:
Fiscal ante los Juzgados Nacionales de Menores de la Capital Federal -Fiscalía
Nro. 5-: con los abogados Alejandro Marti Garro, Patricia Quimo Costa y María Eugenia
Sagasta, quienes quedaron ubicados en el 1° (primero), 2° (segundo) y 3° (tercer) lugar,
respectivamente, del orden de mérito definitivo para cubrir dicha vacante.
Fiscal ante los Juzgados Nacionales de Menores de la Capital Federal -Fiscalía
Nro. 2-: con los dos (2) abogados que integrarán la tema indicada en el párrafo precedente y
que no sean elegidos por el Poder Ejecutivo Nacional y el abogado Daniel Alejandro Togni,
quién quedó ubicado en el 4to. (cuarto) lugar del orden de mérito definitivo.
Fiscal ante los Juzgados Nacionales de Menores de la Capital Federal, -Fiscalía
Nro. 6-: con los dos (2) abogados que integrarán la terna indicada en el párrafo precedente
que no sean elegidos por el Poder Ejecutivo Nacional y la abogada María Fernanda Poggi,
quién quedó ubicada en el 5to. (quinto) lugar del orden de mérito definitivo.
Fiscal ante los Juzgados Nacionales de Menores de la Capital Federal -Fiscalía
Nro. 3-: con los dos (2) abogados que conformarán la tema indicada en el párrafo precedente
y que no sean elegidos por el Poder Ejecutivo Nacional y la abogada Marcela Inés Simian,
quién quedó ubicada en el 6to. (sexto) lugar del orden de mérito definitivo.
ETARIA ¡
RAL Oe LA|NACION
Que en atención a lo dispuesto en el segundo párrafo del art. 34 del reglamento
citado y en razón que la terna de candidatos a ocupar el cargo de Fiscal ante los Juzgados
Nacionales de Menores de la Capital Federal -Fiscalía Nro. 5- se integrará con la abogada
Patricia Quirno Costa, quién a su vez se encuentra temada para cubrir la vacante motivo de
sustanciación del Concurso N° 85 de este Ministerio Público Fiscal de la Nación,
corresponde agregar una lista complementaria para el eventoal reemplazo de los concursantes
que integrarán dicha terna, compuesta por el abogado Jorge Daniel López Oribe, quien
quedó ubicado en el (7°) séptimo lugar del orden de mérito definitivo.
Que, en virtud de lo expuesto y de conformidad con lo dispuesto en el art. 120 de
la Constimción Nacional, los arts. 5° y 6° de la Ley 24.946 y el Régimen de Selección de
Magistrados del Ministerio Público Fiscal de la Nación aprobado por Resolución PGN
101/07,
EL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN
RESUELVE:
Artículo 1°: APROBAR el Concurso abierto y público de antecedentes y
oposición N° 80 del Ministerio Público Fiscal de la Nación, sustanciado de conformidad a lo
dispuesto por Resoluciones PGN. Nros. 20/09, 71/09, 16/10, 86/10 y 113/11 para cubrir
cuatro (4) cargos de Fiscal ante los Juzgados Nacionales de Menores de la Capital Federal
(FiscaKas Nros. 5, 2, 6 y 3 -en ese orden-).
Artículo 2°:- APROBAR el orden de mérito de los concursantes que resulta del
dictamen final de fecha 18/8/11 y del acta de resolución de impugnaciones de fecha
15/12/11, emitidos por el Tribunal evaluador interviniente, instrumentos que se adjuntan
como anexos integrantes de la presente, al igual que el dictamen elaborado por la señora
Jurista Invitada, presentado en fecha 19/04/11, en un total de ochenta y ocho (88) fojas.
Artículo 3°: ELEVAR al Poder Ejecutivo Nacional, por intermedio del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, la nómina de los candidatos
temados para cubrir las vacantes concursadas y la lista complementaria para su evenmal
reemplazo, conforme se indica a continuación:
Tema de candidatos para ocupar el cargo de Fiscal ante los Juzgados Nacionales
de Menores de la Capital Federal -Fiscalía N° 5-, integrada en el siguiente orden: 1°) abogado
Alejancíro MARTI GARRO (D.N.I. N° 17.662.768); 2°) abogada Patricia QUIRNO COSTA
(D.N.I. N° 17.256.054) y 3°) abogada María Eugenia SAGASTA p . N . I . N° 18.003.711),
quienes resultaron ubicados en el \° (primero), 2° (segundo) y 3° (tercer) lugar,
respectivamente, del orden de mérito de los concursantes, aprobado en el artículo 2° de la
presente.
Terna de candidatos para ocupar el cargo de Fiscal ante los Juzgados Nacionales
de Menores de Capital Federal -Fiscalía N° 2-, integrada en el siguiente orden: los dos (2)
abogados integrantes de la terna indicada precedentemente que no hubieren sido designados
por el Poder Ejecutivo Nacional y el abogado Daniel Alejandro TOGNI (D.N.I 22.276.495),
quien quedó ubicado en el 4° (cuarto) lugar del orden de mérito de los concursantes
aprobado en el artículo 2° de la presente.
Terna de candidatos para ocupar el cargo de Fiscal ante los Juzgados Nacionales
de Menores de Capital Federal -Fiscalía N° 6-, integrada en el siguiente orden: los dos (2)
abogados integrantes de la terna indicada en el párrafo anterior que no hubieren sido
designados por el Poder Ejecutivo Nacional y la abogada María Fernanda POGGI (D.N.I.
22.337.671), quien quedó ubicada en el 5° (quinto) lugar del orden de mérito de los
concursantes aprobado en el artículo 2° de la presente.
Terna de candidatos para ocupar el cargo de Fiscal ante los Juzgados Nacionales
de Menores de la Capital Federal -Fiscalía N° 3-, integrada en el siguiente orden: los dos (2)
abogados integrantes de la terna indicada precedentemente que no hubieren sido designados
por el Poder Ejecutivo Nacional y la abogada Marcela Inés SIMIAN (D.N.I. 13.242.677),
quien quedó ubicada en el 6° (sexto) lugar del orden de mérito de los concursantes aprobado
en el artículo 2° de la presente.
Lista complementaria de concursantes para el eventaal reemplazo de candidatos
temados compuesta por el abogado Jorge Daniel LÓPEZ ORIBE (D.N.I. 24.752.295), quién
quedó ubicado en el 7° (séptimo) lugar del orden de mérito de los concursantes aprobado en
el artículo 2° de la presente.
Artículo 4°: Protocolícese, hágase sa^er, agregúese copia en las actuaciones
correspondientes al Concurso N° 80/Úel M.P.F.N/existentes en la Secretaría Permanente de
Concursos y, oportunamente, arel
B A N Rl£
GENERAL DE UylJACm
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
CONCURSO
Dr
PBQCUnAClOi
lÍt'ülVftNAcioN
DICTAMEN
80 M.P.F.N.
FINAL
En la ciudad de Buenos Aires, a losy/^áid& del mes de agosto de 2011, en mi
carácter de Secretario Letrado a cargo de la Secretaría Permanente de Concursos de
la Procuración General de la Nación, procedo a labrar la presente de conformidad a
las expresas y precisas instrucciones que me fueron impartidas por los señores
Magistrados miembros del Tribunal del Concurso N° 80 del M.P.F.N., sustanciado
de conformidad a lo dispuesto por Resoluciones PGN Nros. 20/09, 71/09, 16/10 y
86/10, para cubrir tres (3) cargos de Fiscal ante los Juzgados Nacionales de Menores
(Fiscalías Nros. 5, 2 y 6), presidido por la señora Fiscal General de Política Criminal
de la Procuración General de la Nación, doctora Mary A. Beloff e integrado además
por los señores Fiscales Generales doctora María Cristina Manghera de Marra y
doctores Ricardo O. Sáenz, Eduardo A. Codesido y Horacio S. González Warcalde,
en calidad de vocales, quienes me hacen saber y ordenan deje constancia que tras las
deliberaciones mantenidas una vez concluidos los exámenes de oposición y luego de
analizar el informe presentado por la señora Jurista Invitada profesora doctora Zulita
Fellini, en la reunión celebrada el día 6 de julio de 2011, de conformidad a lo
establecido en el art. 28 del Régimen de Selección de Magistrados del Ministerio
Público Fiscal de la Nación (Resolución PGN 101/07), emiten el dictamen final en
los siguientes términos:
Evaluación
de antecedentes. Consideraciones
generales.
Ponderación.
El Tribunal se constituyó y dio comienzo a la etapa de evaluación de
antecedentes en fecha 19/10/09, conforme resulta del acta labrada en esa ocasión,
obrante a fs. 43 del expediente del concurso.
De los 35 (treinta y cinco) profesionales originariamente inscriptos en este
proceso de selección (conf. listado obrante a fs. 26/27 de las actuaciones del
concurso), fueron evaluados los antecedentes declarados y acreditados por los treinta
y cuatro (34) postulantes que resultan del acta de fecha 5/10/10 y su anexo
(instrumentos agregados a fs. 52/56 de las actuaciones del concurso), atento la
exclusión del doctor Hernán Alberto Tuppo allí dispuesta (conf. punto 1., parte
resolutiva).
A los fines de la evaluación de los antecedentes declarados y acreditados por
los concursantes inscriptos, el art. 23 del Régimen de Selección de Magistrados del
M.P.F.N. (Resolución PGN 101/07) establece las cuestiones a considerar y los
puntajes máximos a otorgar en cada ítem, fijando una calificación máxima total de
100 (cien) puntos.
El Tribunal evaluó los antecedentes de los postulantes asignando las
calificaciones de manera discriminada -conforme lo dispuesto en cada uno de los
incisos del art. 23°, que seguidamente se transcriben, y tal como lo establece el art.
22°
del citado cuerpo normativo-, las que resultan del acta y anexo de fechas
5/10/10 referidos en el párrafo anterior y cuyos términos se dan por reproducidos
como integrantes de la presente en mérito a la brevedad.
El art. 23 del reglamento establece que los antecedentes serán evaluados
conforme a las siguientes pautas:
Antecedentes funcionales v profesionales:
Inciso a): "antecedentes
provincial
cargos
en el Ministerio
Público
ó Poder Judicial,
nacional,
ó de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, teniendo en cuenta el o los
desempeñados,
designaciones,
los períodos
las características
de
actuación,
la
naturaleza
de las actividades desarrolladas
de
las
y -en su caso- los
motivos del cese. Se concederán hasta 40 puntos. "
Inciso b): "cargos públicos no incluidos en el inciso anterior, labor en organismos
no gubernamentales
profesión.
vinculados
al sistema judicial
y ejercicio
Para el primer caso, se tendrá en cuenta él o los cargos
los períodos de actuación, la naturaleza de las designaciones,
las actividades desarrolladas
tercero
se considerará
privado
de la
desempeñados,
las características
de
y -en su caso- los motivos del cese. Para el segundo y
el período
de actuación y las tareas
desarrolladas^
Se
concederán hasta 40 puntos ".
Por los antecedentes contemplados en los incisos citados, el Tribunal resolvió
en oportunidad de su constitución e inicio de la etapa de análisis y evaluación de los
antecedentes declarados y acreditados, asignar a los aspirantes, en principio, el
"puntaje base" que para cada caso ilustra la tabla que seguidamente se transcribe, de
acuerdo al cargo y/o fimción y/o
inscripción al proceso de selección:
actividad desempeñada al momento de su
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
„_ ^
j iscales Generales y cargos
36
eqi|iparados jerárquica y/o,
20 o más años de ejercicio He la
profesión
fiíncional y/o
presupuestariamente del
MPFN, PJ, y MP de la Nación,
Provinciales y de la Ciudad de
Buenos Aires
Fiscales ante los Jueces de
32
Primera Instancia y/o
12 o más años de ejercicio de la
profesión.
equiparados jerárquica y/o
funcional y/o
presupuestariamente del
MPFN, PJ, y MP de la Nación,
Provinciales y de la Ciudad de
Buenos Aires
Secretarios de Fiscalías, de
24
Fiscalías Generales y cargos de
6 o más años de ejercicio de la
profesión.
funcionarios equiparados
funcional y/o jerárquica y/o
presupuestariamente del
MPFN, PJ y MP de la Nación,
Provinciales y de la Ciudad de
Buenos Aires
Prosecretarios
18
4 años o más de ejercicio de la
profesión.
Administrativos/Prosecretarios
Jefe y cargos equiparados
jerárquica y/o funcional y/o
presupuestariamente del
MPFN, PJ y MP de la Nación,
Provinciales y de la Ciudad de
Buenos Aires
Empleados del MPFN y de los
Ps. Js y Ms. Ps. Nacionales,
Provinciales y de la Ciudad de
Buenos Aires
12
2 años o más de ejercicio de la
profesión
Respecto de la asignación del "puntaje base" por la labor en cargos públicos
ajenos al Ministerio Público y/o Poder Judicial y en organismos no gubemamaoitales
vinculados al sistema judicial, el Tribunal resolvió que en el supuesto de presentarse,
se valorarían mediante la asignación de la puntuación correspondiente para el
ejercicio privado de la profesión, es decir, conforme el período de su ejercicio.
Tanto a los fines de la asignación del "puntaje base", como a la suma de un
puntaje "adicional" al primero, se tomaron en cuenta las pautas objetivas de
ponderación establecidas en los incs. a) y b) del art. 23 del Reglamento ya
transcriptos, de acuerdo a las características particulares de los cargos y/o ftmciones
y/o actividades desempeñadas por los concursantes al momento de la inscripción y
con anterioridad a esa fecha, desde la obtención del título de abogado, en aras de la
máxima ecuanimidad del Tribunal en la concreción de la labor.
Se resolvió que la calificación resultante de la suma del puntaje "base" y los
puntos "adicionales" que según los casos se asignaran, no podía alcanzar el puntaje
"base" correspondiente al del inmediato superior de la escala.
Antecedentes Académicos:
El art. 23" del Reglamento también establece los siguientes antecedentes a
considerar y evaluar:
Inciso c): "título de doctor, master ó especialización
cuenta
la materia
universidad
abordada
y su relación
en Derecho,
con la materia
teniendo
en
del concurso;
la
que lo expidió; la calidad y cantidad de cursos previos exigidos en la
curricula de la carrera para acceder al titulo; las calificaciones
obtenidas en tales
cursos así como en el examen de tesis, tesina ó trabajo final, ó bien en sus defensas;
y la calidad
carrera
de doctorado,
aprobación
hubiera
del tribunal examinador. Los cursos realizados
master ó especialización
como parte de una
incompleta ó estando pendiente de
la tesis, tesina ó trabajo final, ó que por cualquier
expedido
contemplará
aún
el título,
aquí, la certificación
se computarán
en este
otra causa no se
inciso.
de otros cursos de actualización
de disertante, panelista
se
ó de posgrado,
siempre que se acredite que el alumno ha sido evaluado; así como la
en carácter
También
participación
ó ponente en cursos y congresos
de interés
jurídico. Se concederá hasta 14 puntos. "
Inciso d): "docencia e investigación universitaria
la institución donde se desarrollan
relación con la especialidad
o postgrados,
las tareas, las materias o cursos dictados y su
del cargo vacante, los cargos desempeñados en grados
la naturaleza
También se computarán
ó equivalente, teniendo en cuenta
de las designaciones
la designación
y las fechas
en otros cargos
de su
ejercicio.
académicos.
Becas y
^^^Q
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
RAL DE LA NACIÓN
premios obtenidos. Se concederá hasta 13 puntos "
Inciso e): "-publicaciones científico jurídicas.
extensión y originalidad
especialidad
de cada trabajo;
Se evaluará
y la relación
especialmente
de su contenido
del cargo vacante. Se admitirán trabajos pendientes
bajo proceso
de arbitraje
con la debida
la calidad,
nota de la editorial
con la
de publicación
o
respectiva.
Se
concederá hasta 13 puntos. "
Respecto de los antecedentes referidos en el inciso c), se tuvo en cuenta
también, en su caso, la categorización asignada por la CONEAU y la actualidad,
continuidad e intensidad en la realización de los estudios en cuestión. Se decidió
reservar la asignación de las máximas calificaciones para el supuesto de acreditación
de doctorados.
En cuanto a los antecedentes previstos en el inciso d) también se consideró la
actualidad, continuidad e intensidad de la labor docente. Respecto de los premios y
las becas, se decidió que no se considerarían las generales que se materializan en
descuentos económicos que otorgan las casas de estudios para empleados que
pertenezcan a alguna administración pública nacional o provincial (incluidos
poderes judiciales y ministerios públicos), sino tan solo aquellos/as que fueron
otorgadas en razón de los antecedentes personales y/o valía intelectual del aspirante,
y que guarda relación con las materias involucradas en la función a la que aspira.
Finalmente respecto de los antecedentes contemplados en el inciso e), se
ponderaron los trabajos acompañados en función de las pautas objetivas que
prescribe el inciso de mención, considerándose también, la actualidad, continuidad e
intensidad de la producción jurídico literaria, las editoriales y medios en que se
publicaron las obras y su conocimiento en el ámbito profesional.
Rubro "especialización":
El art. 23° del Reglamento, establece que: "Se otorgarán
adicionales
ó profesional
hasta 20 puntos
a los indicados en los incisos precedentes, por especialización
funcional
con relación a la vacante ".
En este sentido, se partió de la base de que las vacantes concursadas
presuponen una formación destacada en derecho penal y procesal penal, y en
consecuencia, la evaluación de los aspirantes se efectuó siguiendo esa idea directriz.
Así, se entiende por "especialización" o "especialidad", la rama del derecho que han
cultivado desde la obtención del título de abogado y han aplicado en el ejercicio de
las funciones y actividades desarrolladas. Así, se tomaron en cuenta, principalmente.
los cargos y funciones desempeñadas, las tareas desarrolladas y los períodos de
ejercicio. Y también se consideraron como demostrativos de dicha formación, y por
ende, incidieron en la calificación del rubro, el desempeño de aquellas actividades,
producciones, logros y reconocimientos, contemplados en el resto de los ítems del
art. 23 del Reglamento, en la medida que resultaron ilustrativos de la mayor
intensidad o nivel de profiíndización en el contacto con la materia que los
concursantes aplican en su labor cotidiana.
Todos los antecedentes declarados y acreditados fueron considerados a partir
de la obtención del título de abogado (conf art. 7°, Ley 24.946).
Exámenes de oposición. Consideraciones
Generales.
Evaluación.
En oportunidad de efectuarse las comunicaciones pertinentes a la totalidad de
los concursantes en los términos de lo dispuesto en la Resolución PGN 23/07, los
doctores María Inés Lopetegui; María Gabriela Boxer; Fedrico Martín Feldtmann;
Cristina Mabel Esponda; Mónica Beatriz Stomelli; Sandra Mónnica Julia Ribotta;
Alberto Mario Farga; Matías Sebastián Kallis y Viviana Marcela Saa, hicieron saber
su renuncia a su participación en el concurso (ver informe de la Actuaría de fe. 63 de
las actuaciones del concurso).
Asimismo, y mediante correo electrónico enviado vía e-mail minutos antes del
comienzo del examen escrito, renunció el doctor Vasquez Mansilla, Roque (ver
instrumento y constancia de fs. 66).
Por su parte, sin perjuicio de estar habilitados al efecto y de acuerdo a lo que
surge del acta del Tribunal de fecha 30/10/10 y su anexo (fs. 67 y 68/71,
respectivamente), no concurrieron a rendir las pruebas de oposición los concursantes
doctores Alvaro Aquino; María de los Ángeles Gutiérrez; Pablo Cristian Hélmann;
Hernán Pedro Pintos y Alicia Vence, los cuales, de conformidad a lo establecido en
el art. 27 del reglamento de concursos, quedaron automáticamente excluidos del
proceso.
Los diecinueve (19) concursantes que participaron de ambas etapas del proceso
de selección (evaluación de^tecedentes y exámenes de oposición) son los doctores:
Campana, Pedro; Carrelo, Ana Carina; Castelli, Anselmo Gabriel Palmiro; Chamis,
Laura María; De Seta, Horacio Rubén; Halperín, Man'a Martha; López Oribe, Jorge
Daniel; Marti Garro, Alejandro; Mogni, Hernán; Navarro, Hugo Daniel; Poggi
María Fernanda; Quimo Costa, Patricia; Sagasta, María Eugenia; Sagasta, Pablo
Guillermo; Simián, Marcela Inés; Sullivan, María Alejandra; Togni, Daniel
Alejandro; Tula Gonzaga; Gabriel Antonio y Vidal Mauriz, Juan Manuel.
Ministerio Público
Dra
PR
Procuración General de la Nación
PROJiuBACia
Cabe señalar que para dotarla de la máxima objetividad e imparcialidad, de
acuerdo con el sentido del art. 28°, primer párrafo, última oración, del reglamento
citado, la evaluación fue realizada en dos momentos distintos. Primeramente, el
Tribunal analizó, debatió y estableció calificaciones provisorias.
Luego, se
analizaron las fundamentaciones, conclusiones y calificaciones propuestas respecto
del desenvolvimiento de los postulantes en los exámenes de oposición formuladas
por la señora Jurista Invitada profesora doctora Zulita Fellini
en su dictamen
presentado el 27 de abril de 2011 -que luce agregado a fs. 283/318- y
a cuyos
términos corresponde remitirse a mérito de la brevedad y se procedió a la evaluación
definitiva de todos los exámenes.
Prueba de oposición
escrita
De conformidad a lo establecido en el art. 26, inc. a) del reglamento, la prueba
de oposición escrita -la que se llevó a cabo el 30 de noviembre de 2010-, consistió
en elaborar un dictamen, en un expediente real, caratulado a los fines del concurso
como "Alejandro Ezequiel y Pedro Alberto s/ robo agravado por el uso de arma por
cometerse en despoblado y en banda. Lesiones graves en ocasión de robo, lesiones
leves y daño en concurso real", conforme la siguiente consigna: Formule un
requerimiento de elevación a juicio en función de las actuaciones obrantes en el
expediente. Defina toda otra cuestión pendiente que, de acuerdo con las constancias
de la causa, pueda y deba ser resuelta en la etapa de instrucción. Haga de cuenta que
los hechos ocurrieron en la ciudad de Buenos Aires, con aplicación del Código
Procesal Penal de la Nación (Ley 23.984). De por presupuesto que la acción penal
está vigente (no prescripta) y que no se encuentran en discusión cuestiones de
competencia (material ni territorial). Considere que todos los testigos son comunes
(no de identidad reservada). A los fines del examen puede asignarles un nombre.
Interprete el acta de fs. 142 como una declaración en los términos del art. 12 CDN.
Interprete el acta de fs. 161/163 como un auto de procesamiento".
El puntaje máximo establecido reglamentariamente para dicha prueba es 60
(sesenta) puntos (conf. art. 27 del régimen normativo citado).
Rindieron examen los concursantes que firmaron la planilla de asistencia que
como anexo integra el acta de fecha 30/10/10 ya mencionada (fs. 67/71), quienes,
para elaborar sus dictámenes -que lucen agregados en la carpeta del concurso (fs.
72/273), contaron con un plazo máximo de siete (7) horas, desde el momento en que
se les hizo entrega de la copia del expediente a dictaminar -el que en copia corre por
Cuerda a las actuaciones del concurso en anexo-, conforme lo dispuesto por el Jurado
y resulta del acta referida.
A los fines de la calificación de estos exámenes se tuvieron en cuenta,
fundamentalmente, el encuadre que formularon de las cuestiones planteadas, las
citas de los principios rectores y el análisis constitucional, las citas normativas,
doctrinarias y jurisprudenciales realizadas, la claridad y eficacia de la redacción, la
originalidad en el desarrollo de las posturas y la fundamentación lógico-jurídica que
realizaron respecto de la solución propiciada.
La evaluación no solo menciona los aciertos sino también los errores,
omisiones, fallas lógicas y demás circunstancias que posibiliten la calificación,
porque una de las pautas a medir es la capacidad o destreza para resolver asuntos
satisfactoriamente.
Por
esas
mismas
razones, debe
considerarse
que
las
observaciones realizadas de ningún modo implican un demérito para los
concursantes. Se sugiere la lectura integral de las puntualizaciones efectuadas en la
totalidad de los exámenes pues no fueron señaladas en todos y cada uno de los
casos, pero sí consideradas a los fines de la evaluación de todos ellos.
Luego de analizar el dictamen de la Jurista invitada, Dra. Zulita Fellini, la
mayoría
de los miembros
del Tribunal compuesta por los Fiscales
doctores
Mary Beloff, Cristina
Manghera
de Marra,
Ricardo
Saenz y
Generales
Horacio
González Warcalde adhieren a éste, al que se remiten y dan por reproducido como
parte del presente, en mérito de la brevedad, con dos salvedades. Por un lado, se
realiza una corrección en dicho dictamen respecto del último párrafo de la
evaluación del examen del concursante Hugo Daniel Navarro en el que se ha
deslizado —probablemente por un involuntario error— una referencia
al
sobreseimiento del "menor punible (Alejandro Ezequiel)" cuando se trata del menor
no punible llamado en el caso Pedro Alberto. Por otro lado, se concluye en calificar
cada una de las pruebas como seguidamente se indica:
Campana, Pedro: 41 (cuarenta y uno) puntos.
Carrelo, Ana Carina: 47 (cuarenta y siete) puntos.
Castelli, Anselmo Gabriel Palmiro: 47 (cuarenta y siete) puntos.
Ghamis, Laura María: 36 (treinta y seis) puntos.
De Seta, Horacio Rubén: 41 (cuarenta y uno) puntos.
Halperin, María Martha: 36 (treinta y seis) puntos.
LópezOribe, Jorge Daniel: 56 (cincuenta y seis) puntos.
Marti Garro, Alejandro: 58 (cincuenta y ocho) puntos.
,'BeTAHIA
Ministerio Público
;
Procuración General de la Nación
M^gni, Hernán: 41 (cuarenta y uno) puntos.
Navarro, Hugo Daniel: 43 (cuarenta y tres) puntos.
Poggi, María Fernanda: 51 (cincuenta y uno) puntos.
Quimo Costa, Patricia: 55 (cincuenta y cinco) puntos.
Sagasta, María Eugenia: 52 (cincuenta y dos) puntos.
Sagasta, Pablo Guillermo: 36 (treinta y seis) puntos.
Simián, Marcela Inés: 52 (cincuenta y dos) puntos.
Sullivan, María Alejandra: 46 (cuarenta y seis) puntos.
Togni, Daniel Alejandro: 52 (cincuenta y dos) puntos.
Tula Gonzaga, Gabriel Antonio: 50 (cincuenta) puntos.
Vidal Mauriz, Juan Manuel: 41 (cuarenta y uno) puntos.
La mayoría del Tribunal entiende que las diferencias entre las calificaciones
propuestas por la señora Jurista invitada y las que se asignan conforme las razones
coincidentes con las brindadas por la doctora Zulita Fellini, son de escasa
significación y por lo tanto no implican el apartamiento de su opinión respecto del
desenvolvimiento de los concursantes en la pmeba de oposición escrita.
Se considera que esas mínimas diferencias en los puntajes asignados son
consecuencia lógica de los distintos procesos de formación de los juicios de valor ya
que el del Jurista es el resultante de la actividad intelectual individual y el del
Tribunal es ñuto, además, del debate de las distintas ideas y opiniones de todos los
integrantes. Los Jurados de la ley actúan en acuerdo como cuerpo colegiado, de
modo que a veces las mejores razones de un colega demuestran la inconveniencia de
la posición adoptada a priori por otro; en cambio, la labor de la Jurista es individual
y su opinión no tiene un contradictor.
La mayoría del Tribunal calificó al que consideró el mejor examen con 58
(cincuenta y ocho) puntos por entender que esa es la nota más justa de acuerdo a sus
méritos; y a partir de allí, todas los demás calificaciones asignadas guardan relación
y proporcionalidad con ese tope, de acuerdo con sus contenidos.
En relación a la pmeba escrita rendida por la concursante doctora María M.
Halperín, cabe señalar que si bien se advierten diferencias en los encuadres y
contenidos respecto de los exámenes rendidos por los postulantes doctores Laura M.
Chamís y Pablo Sagasta, esta mayoría del Tribunal considera que todos ellos
alcanzan el piso mínimo de 36 puntos exigido por la reglamentación para poder
integrar el orden de mérito.
Examen de oposición oral.
De conformidad a lo establecido en el art. 26, inc. b) del reglamento de
Concursos, el Tribunal elaboró una nómina de temas para el examen oral, los que
fueron publicados en fecha 18/11/2010 -conforme lo ordenado en el acta del 5/10/10
ya citada-, de la cual los concursantes eligieron uno (1) para exponer durante los
veinte (20) minutos que se establecieron al efecto, debiendo considerar al rendir la
prueba, por lo menos, los aspectos indicados por el Jurado que también resultan del
instrumento de fs. 58 de la carpeta de actuaciones.
El puntaje máximo previsto en el Reglamento de Concursos para dicha prueba
es de 40 (cuarenta) puntos (conf. art. 27, Resolución PGN 101/07).
Dicho examen se llevó a cabo los días 1° y 2 de diciembre de 2010 y lo
rindieron los concursantes que se individualizan y firmaron las planillas de
asistencia que como anexo forman parte de las respectivas actas (fs. 274/275 y
276/277).
Se consideró relevante a los fines de la calificación de esta prueba, además del
desarrollo del contenido en general, la claridad en la exposición, el adecuado uso de
la terminología jurídica y la calidad de las respuestas a las preguntas formuladas, en
su caso, por los integrantes del Jurado y por la Jurista invitada, las citas legales,
doctrinarias y jurisprudenciales y el adecuado uso del tiempo asignado.
Luego de analizar el dictamen de la señora Jurista Invitada, el Tribunal se
aparta del análisis y fundamentación efectuadas respecto de todas las pruebas orales
y con respecto a los exámenes rendidos por los concursantes doctores María Martha
Halperin, Jorge Daniel López Oribe, María Eugenia Sagasta, Pablo Sagasta, María
Alejandra Sullivan y Gabriel Antonio Tula Gonzaga, también respecto de las
calificaciones
propuestas por la nombrada, todo ello, de acuerdo a las
consideraciones que para cada uno de ellos, se efectúan seguidamente, por orden
alfabético:
Campana,
Pedro:
El postulante presentó el tema sobre el que versaría su exposición sobre
medidas alternativas a la solución de conflictos penales en materia de menores
infractores y seguidamente realizó una reseña de la Convención sobre Derechos del
Niño. Al respecto mencionó que, debido a la falta de madurez -física y mental— del
niño, éste merece
cuidados especiales así como una debida protección legal.
Recordó que el Estado argentino asumió compromisos internacionales en esta
materia, como el de otorgarles a los niños, niñas y adolescentes un plus át derechos
específicos debido a su falta de madurez. En este sentido, expuso que este estatus
legal ha sido reconocido por la Corte IDH en su Opinión Consultiva Nro. 17 y por la
CSJN en el precedente Maldonado.
N GENERAL ü l LA NACIÓN
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
Señaló que, oportunamente, la CSJN ha reconocido que los mfiñbre|!j[ét)en ser
sometidos a procedimientos penales, autoridades judiciales
y''penitenciarias
especiales, lo cual implica un mayor uso de medidas alternativas a la intervención
penal del Estado.
Como corolario de lo expresado, opinó que las respuestas de política criminal
deben ser diferentes a las que se brindan a los mayores, para lo que deberá tenerse
en cuenta no sólo las circunstancias y la gravedad del hecho sino también la
situación personal del menor, su historia social y familiar, qué daño ha causado, si
ha tenido intención de repararlo y si pudo encaminar su vida para ser útil a la
sociedad así como todo aquello que tienda a su reinserción en la sociedad. En este
sentido, afirmó que de nada serviría un enfoque puramente punitivo.
A continuación, mencionó tres principios que rigen el tema: en primer lugar, el
de limitación de la privación de libertad, que debe ser excepcional, utilizarse como
última medida y siempre que no exista otra solución alternativa que brindarle, por el
menor tiempo que proceda; como segundo principio el de no judicialización, para
evitar una mayor estigmatización y penalización de los menores y; por último, el
principio de menor pretensión punitiva estatal para los jóvenes que han delinquido.
Enunció que todos estos principios han sido reconocidos por la CSJN, sin desarrollar
los precedentes.
En cuanto a las medidas alternativas a la judicialización,
aludió al
asesoramiento, a las órdenes de orientación y supervisión, al cuidado, la libertad
vigilada, la colocación en hogares de guarda, el arbitrar programas de guarda y a la
capacitación profesional. Enunció normativa internacional al respecto y resaltó los
propósitos consagrados en la Regla 5 de Beijing.
Alegó que concurren otros dos instrumentos internacionales (Reglas de
Naciones Unidas para la Protección de Jóvenes Privados de Libertad y las
Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil)
que, si bien por su naturaleza no constituyen fuente de obligación jurídica para los
Estados miembros, correspondería aplicarlos, respetarlos y, en este sentido, adaptar
las normativas a los cánones brindados por ellas.
Entre otras medidas alternativas mencionó el principio de oportunidad y, en
sentido similar, la remisión del caso, la mediación, la conciliación entre las partes y
la reparación del daño.
Entre las formas abreviadas del proceso, sugirió la suspensión del juicio a
prueba y el juicio abreviado. Al respecto señaló las diferentes críticas que se realizan
a ambos institutos. A pesar ello, el concursante opinó que se trata de buenas medidas
para evitar someter a los menores a un juicio oral. Respecto a la suspensión del
juicio a prueba, agregó que en la práctica los tres tribunales orales de menores
establecieron como regla que el tiempo que el menor haya cumplido en virtud del
tratamiento tutelar, anula las reglas del artículo 27 bis, del 76 ter.; es decir, se le
computaría ese tiempo por cumplido, circunstancia que resulta beneficiosa porque
en general cuando se la solicita ya el menor lleva un B&O de tratamiento y se le da
por extinguida la acción penal
Ante la pregunta formulada por el tribunal si no deduce que estos institutos se
podrían aplicar directamente en virtud del artículo 40 de la Convención sobre
Derechos del Nifto, el concursante respondió que, de acuerdo a su experiencia, se
podrían aplicar en algunos casos pero no de forma generalizada. En cuanto a la
remisión de casos, razonó que sería viable aplicarlo en casos de violencia escolar.
Asimismo, dedujo que el instituto del juicio abreviado es utilizado porque el sistema
está colapsado y expresó que, el arreglo al que se arribe siempre quedará supeditado
al cumplimiento de lo previsto por el artículo 4° de la ley 22.278 ya que el fiscal
debe saber si es conveniente o no para el menor como alternativa a la aplicación de
una pena.
En suma, la disertación del postulante ha sido prolija, con correcta oratoria a
pesar de que su relato resultó entrecortado por momentos. Es de destacar que, en
ocasiones, confunde el término "solución alternativa" con "pena alternativa".
Evidenció conocimientos en cuanto a doctrina y jurisprudencia así como oficio
vinculado con la temática. El lenguaje utilizado a lo largo de su exposición fue
correcto. Se desenvolvió dentro del tiempo estipulado con tranquilidad.
Calificación: 32 (treinta y dos) puntos.
Carrello, Ana
Carina:
La concursante inició su exposición sobre la situación del menor no punible en
el proceso penal con un relato sobre la evolución del sistema y la normativa vigente
en nuestro país en materia de justicia penal juvenil. Seguidamente, caracterizó de
arbitrario y discrecional al sistema creado por la ley 10.903 y señaló que la
incorporación de la Convención sobre Derechos del Niño al ordenamiento nacional
produjo un impacto en el sistema; sin embargo, no hizo referencia alguna sobre
cómo se produjo ese impacto.
A continuación expuso que, conforme lo resuelto por la CSJN, los menores
poseen las mismas garantías que los adultos más un plus y que corresponde
aplicarles medidas proteccionales y no sancionatorias. Del mismo modo, la
postulante hizo mención a la importancia del derecho a ser oído y lo relacionó con la
t i. i U i {
l
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
^DELANAClOtí
I necesidad de intervención del defensor en el expediente tutelar.
Con relación a los menores no punibles expresó que el Estado debe arbitrar
políticas públicas y no aplicar remedios procesales. En este orden, se refirió al fallo
de la CSJN.
Mencionó la resolución de la Procuración General (46/2000) y, durante su
exposición, no hizo sugerencia alguna acerca de qué medidas se deben tomar con
relación a los menores no punibles, no se refirió a la intervención judicial ni
extrajudicial, ni sobre la necesidad e importancia de que el menor inimputable preste
declaración indagatoria y cómo se interpreta este derecho.
En suma, la concursante no encuadró la cuestión
en un
esquema
conceptualmente lógico a partir de las leyes que regulan el tema elegido. Su
presentación fiíe desordenada y reiterativa. El relato de la jurisprudencia de la CSJN
y de la Cámara de Casación resultó sumamente sucinto y desordenado. Tampoco
hizo referencia a las consecuencias que conllevan los actos de menores no punibles
y, por consiguiente, no realizó ninguna apreciación crítica razonada sobre este
punto. Si bien el lenguaje utilizado fiíe correcto, la postulante no resuhó convincente
en su exposición y argumentos. A todo ello debe agregarse que contaba con diez
(10) minutos de más que bien pudo utilizar para completar su exposición y
adentrarse sobre las cuestiones dogmático-jurídicas previamente omitidas.
Calificación: 24 (veinticuatro) puntos.
Castelli, Anselmo Gabriel
Palmiro:
El postulante comenzó con la descripción de la ley 26.579 y
las
modificaciones que introdujo tanto al Código Civil como al de Comercio con
relación a la mayoría de edad y otras incapacidades. Refirió que el art. 5° de la ley
26.579 especifica las obligaciones de previsión y seguridad social y abarca
disposiciones penales y de justicia juvenil.
Explicó los requisitos estipulados por el art. 4° de la ley 22.278 para la
imposición de la pena, entre ellos el sometimiento a un año de tratamiento tutelar.
Manifestó que el primer impacto que produjo la ley 26.579 es que en la mayoría de
los casos los niños podrían alcanzar la mayoría de edad sin cumplir el pretendido
año de tratamiento. Sin embargo, señaló que la interpretación habilitada por el art. 8°
de la ley 22.278 suple el tratamiento tutelar. Resaltó que esta disposición reduce
notablemente el tiempo de disposición tutelar que antiguamente podía llegar hasta
los 21 años. De esta manera, afirmó que el cambio resulta positivo y obliga a
reformular las políticas estatales al considerar al niño como sujeto de derechos.
Expuso algunos casos jurisprudenciales con detenimiento.
En otro orden, se refirió al principio de culpabilidad atenuada en jóvenes y a la
aplicación de medidas alternativas y mencionó los precedentes Maldonado como
Roper vs. Simmons (EÉÜU). Opinó que las disposiciones judiciales ahora se
sustentan más en los principios fijados en la Convención sobre Derechos del Nifio y
demás normas internacionales. Afirmó que los menores no deben ser tratados igual
que los adultos.
A continuación se refirió a la libertad ambulatoria y pronunció que la ley
26,579 ha derogado el art. 10 de la ley 22.278. Hizo alusión a las cuestiones de
alojamiento ya tratadas en la ley 24.660.
Expuso que la referencia que hace la ley a la mayoría de edad y no a los 21
años, da lugar a diferentes interpretaciones.
Sostuvo que la conclusión de la tutela no implica la libertad automática y,
seguidamente, enunció las disposiciones nacionales e internacionales que autorizan
la privación de libertad. Indicó que para restringir la libertad de una persona menor
de 18 años de edad siempre se requerirán mayores argumentos que para actuar de
igual modo respecto de un adulto, así como la necesidad de considerar las garantías
adicionales que se estipulan para los menores. Mmé
que el sostén básico de la
medida no debe asentarse sólo en argumentos tutelares y que la prisión preventiva
no difiere en la práctica de lo que se entiende por privación de libertad. Expuso que
el fiscal siempre deberá velar por la legalidad de la medida con fiíndamento en la
normativa vigente. Asimismo, refirió que estas medidas no contradicen lo estipulado
por la Convención sobre Derechos del Niño.
Hizo referencia al derecho a ser oído y al artículo 12 de la Convención sobre
Derechos del Niño.
Mencionó jurisprudencia reciente de Casación y de la CSJN.
Finalmente se refirió a la agravante estipulada por el art. 41 quater y enunció
las dos corrientes de interpretación. Citó jurisprudencia en ambos sentidos.
Como conclusión consideró que la ley 26.579 ha venido a apuntalar el art. 1°
de la Convención sobre Derechos del Niño en cuanto a los derechos y que, en el
ámbito penal juvenil, ha sido beneficiosa la reducción del tratamiento tutelar, que se
ha restringido la interpretación del art. 41 quater y que, aún cuando no haya operado
una reforma integral del sistema penal juvenil, varias provincias así como la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires han reformulado sus normativas.
A preguntas formuladas por el tribunal respondió satisfactoriamente, con
mayor solvencia que en su propia exposición.
En suma, el concursante anticipó como estructuraría la exposición y presentó
Ministerio Público
Orjs. B A N l e .
PBftCtlRACIOi
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RAL DE LA NACSON
Procuración General de la Nación
¿o
e|i forma correcta el tema, desarrolló argumentos lógicos y expuso opini^n^p'íópias
en la generalidad de los temas que abordó. Demostró un conocimiento de la temática
en análisis y una preparación adecuada, sin embargo en ocasiones leyó sus notas.
Expuso una conclusión general al tema. Empleó correctamente el tiempo estipulado.
Calificación: 28 (veintiocho) puntos.
Chamis, Laura
María:
La postulante escogió el tema de los estándares de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en materia de justicia penal de menores. Comenzó con la afirmación de
que los estándares de derechos que deben respetarse en materia de menores de edad
han sido precisados por la CSJN en el año 2005. Seguidamente, destinó gran parte
del tiempo fijado a relatar todos los antecedentes del citado fallo.
Sostuvo que, conforme
lo resuelto por la CSJN, es un
imperativo
constitucional determinar la minoridad al momento de comisión del hecho y que ello
surge del principio de culpabilidad. Señaló que este principio se vincula con el de
proporcionalidad y, por consiguiente, al establecer la pena ésta debe ser
proporcional a la culpabilidad del autor.
Aludió al art. 41 del Código Penal.
Como segunda cuestión dijo que la CSJN ha establecido como estándar
conceptos que tienen que ver con el juicio de peligrosidad y, en este sentido,
reconoció que, si bien no es su fiínción realizar un juicio de peligrosidad previsto
por el Código Penal, esto no puede conducir a la violación del principio de
inocencia. Afirmó que el principio de inocencia que rige para los mayores debe
valorarse igual en el caso particular de los menores.
La concursante expuso que el tercer estándar que fija la CSJN tiene que ver
con la valoración que se hace de la gravedad de los hechos cometidos para no
aplicar la pena de la tentativa.
A continuación, y como cuarto estándar, presentó el derecho a ser oído y
aludió al art. 12 de la Convención sobre DN. Marcó que la ley 22.278 establece que
es necesario que el juez de menores al dictaminar haya tenido contacto directo con el
imputado. En el caso de menores estimó que es aún más importante que se cumpla
con esta manda porque de ello puede derivar la libertad del menor.
Hizo referencia al fin de resocialización que es el que se adjudica a la pena en
el derecho de menores y que, en este sentido, la justicia juvenil no puede dejar de
evaluar las consecuencias nocivas que puede tener el encarcelamiento para el
mencionado fin.
Mencionó que la ley 26.061 colaboró con ello al derogar la ley 10.903 y al
establecer que a los niños les corresponden iguales garantías que a los adultos. En
consiguiente, ante un mismo hecho los menores no pueden ser tratados de la misma
manera que los adultos ya que además detentan otros derechos derivados de su
condición de personas en desarrollo, circunstancia que influye en la valoración de la
culpabilidad.
En otro orden, hizo referencia a las Observaciones Generales emitidas por el
Comité de Derechos del Niño.
A modo de síntesis repitió los principios enunciados anteriormente y señaló a
la reinserción social como fin de la pena.
No se le formularon preguntas.
En suma, la concursante realizó un examen demasiado pormenorizado de las
diferentes sentencias en el proceso seguido contra Maldonado, lo que le insumió
demasiado tiempo. Expuso de manera ordenada, aunque incompleta, los estándares
de la CSJN y su lenguaje fue adecuado. No obstante evidenció una ausencia de
conceptos y argumentos básicos en relación con el tema; además, se limitó a
desarrollar sólo un precedente de la CSJN, sin pronunciar otros aportes
jurisprudenciales, ni aludir a cuestiones dogmáticas que han dado lugar a
controversias sobre la materia. Reveló desconocimiento y confusión en temas
importantes. Sus manifestaciones fueron sucintas, poco concretas y muy reiterativas.
No expuso criterios propios en ningún momento de su discurso. Cumplió en su
exposición con el tiempo asignado; no así respecto de los ítems fijados para su
valoración.
Calificación: 25 (veinticinco) puntos.
De Seta, Horacio Rubén:
El postulante realizó una breve pero correcta introducción al tema escogido
consistente en la situación del menor no punible. Señaló que organizaría su
exposición desde el punto de vista de la ley de fondo, de la ley de forma y desde lo
que caracteriza a la justicia de menores.
A partir de la ley 22.278 manifestó que el Código Penal adopta un criterio
cronológico para determinar la capacidad de punibilidad, en tanto otros sistemas
abordan la cuestión desde criterios psicológicos (para ejemplificar esto hizo alusión
al sistema del discernimiento utilizado hasta hace poco tiempo en países cercanos
como Chile). Seguidamente, enunció los delitos cuya competencia ha sido
transferida a la Ciudad de Buenos Aires a raíz de la escasa sanción adjudicada a
estos.
Indicó que el menor puede ser inimputable absoluto por edad o por la pena del
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
lelito
cometido.
En
esta
línea,
mencionó
la
necesidad
dé*^ determinar
fehacientemente la edad del menor porque de ello depende la competencia.
Asimismo que para determinarla -en caso de duda— se debe recurrir a un dictamen
médico (art. 87 C.C.). Reiterativamente a lo largo de su exposición, se refirió al
término "menor absoluto" para describir aquellas personas que por su edad se
encuentran comprendidas entre las de inimputabilidad absoluta. Sostuvo que, en
tales casos, interviene un organismo asistencial de la Ciudad de Buenos Aires
(CNNyA) y se les aplican "políticas públicas".
Inmediatamente planteó -con una argumentación endeble— la importancia de
la escucha del menor al momento de ejercer su derecho de defensa (aún tratándose
de menores inimputables), así como la necesidad de que intervenga un grupo de
contención. Señaló las dificultades que suelen presentarse al procurar que el menor
comparezca a prestar declaración indagatoria; en este sentido, indicó la necesidad y
la importancia de recabar toda aquella información fehaciente para identificarlo.
Expuso que el menor infi-actor debe ser tutelado por imperio de la ley 26.061 y
en el caso de ser inimputable debe ser derivado al órgano gubernamental que se
encargará de que continúe vinculado a su grupo familiar.
En cuanto a la privación de libertad, sostuvo que debe ser por el menor tiempo
posible. El concursante puso énfasis en la no judicialización del menor, sin dar
mayores explicaciones sobre esta aserción. Hizo referencia a la ley 114. No citó
jurisprudencia al respecto.
Seguidamente, expresó que es reciente la posibilidad de acceder a los
expedientes tutelares.
Ante la pregunta formulada por el tribunal respecto de cuales serían las
medidas procesales que se deberían aplicar luego de tomar declaración indagatoria a
un menor no punible, el concursante indicó que correspondería dictar el
sobreseimiento. Sin adentrarse en la cuestión, mantuvo que ni doctrina ni la
jurisprudencia revelan un criterio uniforme al respecto.
En suma, si bien al comienzo el concursante indicó que estructuraría su
exposición sobre tres puntos de vista, esto no pudo individualizarse a lo largo de su
relato. Su presentación lució desordenada; por momentos demostró falta de
rigurosidad en ciertos aspectos metodológicos así como el uso de un lenguaje
jurídico poco preciso. La referencia a la jurisprudencia fue escasa. Al momento de
responder a las preguntas formuladas por el tribunal, reveló cierta dificultad para
comprenderlas y confusión al responder. Asimismo, no tuvo un adecuado manejo
del tiempo que disponía para su exposición, ya que le sobraron cinco (5) minutos.
Calificación: 26 (veintiséis) puntos.
Halperin, María
Marta:
Para comenzar, la concursante sostuvo que los estándares a los cuales se
referiría oportunamente ñieron precisados por la CSJN en el año 2005 en el fallo
Maldonado. Hizo mención a los principios "pro hómine" y al "interés superior del
niño" como premisas a tener en cuenta en toda interpretación relacionada con el
tema de niñez y adolescencia. Seguidamente, explicó el significado de "interés
superior del niño" conforme los arts.3 de la Convención sobre Derechos del Niño y
art. 3 de la ley 26.061 y, sin detenerse en un desarrollo exhaustivo del citado
principio, se limitó a señalar que fiíe entendido como la máxima satisfacción de los
derechos y garantías constitucionales del niño.
A continuación, hizo alusión a la jurisprudencia reciente de la CSJN concretamente a los precedentes Marteau, Rojas y Machado—^y, al explicar cada
uno de los fallos, evidenció un conocimiento preciso y certero. En este sentido, se
concentró en explicar por qué son obligatorios los fallos de la CSJN.
Asimismo, se pronunció críticamente sobre la prisión preventiva de menores
para lo cual hizo referencia a la causa López en aplicación de la ley N° 24,390.
Analizó críticamente la ley 22.278 y, en cuanto a las garantías, refirió que, por
tratarse de menores de edad, detentan un plus en función del grado de madurez
propio de la minoría de edad, lo que constituye un imperativo de máxima jerarquía.
En especial, se refirió a la inmediatez y a la importancia del derecho a ser oído.
Mencionó que el Comité de los Derechos del Niño recomendó a nuestro país
que se aplicaran los artículos 3 7 , 4 0 y 41 de la Convención sobre Derechos del Niño.
Con relación a la determinación de la pena aplicable a un menor de edad,
señaló que -en base a la jurisprudencia de la CSJN— ésta debe ser reducida y debe
tener un fin resocializador para que el menor ejerza una función constructiva en la
sociedad. Del mismo modo, indicó que debe tenerse en consideración el medio
social en el que vive y que las penas deben ser proporcionales a la culpabilidad de
acuerdo con la edad del menor.
Con referencia a los menores no punibles, expuso que se deben aplicar
medidas sin recurrir a procedimientos judiciales, es decir, medidas alternativas a la
internación, de conformidad con la Convención sobre Derechos del Niño.
Recordó a la Corte Suprema en el sentido de que no se puede legislar por vía
pretoriana e hizo hincapié en que las políticas públicas deben arbitrarse con
antelación a modo de prevención, en conformidad a las garantías consagradas en el
artículo 40 de la Convención sobre Derechos del Niño.
Ministerio Público
..ETARIA'
'ERAL OE UA NACIÓN
\
Procuración
General de la Nación
Para concluir, señaló que los estándares expuestos configuran un mandato legal
y no un postulado teórico.
En suma, con una completa presentación, la concursante expuso de manera
ordenada y exhibió un claro y razonado conocimiento del tema elegido. Demostró
manejar con solvencia la normativa, doctrina y jurisprudencia relacionada con la
problemática minoril. Identificó cuestiones problemáticas y expuso criterios propios.
El lenguaje utilizado ñie correcto. Respetó el tiempo estipulado por el tribunal.
Calificación: 32 (treinta y dos) puntos.
López Oribe, Jorge
Daniel:
El concursante inició su presentación con la afirmación de que los mecanismos
de resolución alternativa no sólo son obligatorios sino plenamente operativos.
Mencionó el precedente Ekmekdjian vs. Sofovich de la CSJN y el artículo 75 inciso
22 de la Constitución Nacional; luego reseñó los antecedentes normativos sobre el
tema y sostuvo que uno de esos estándares mínimos radica en la creación de un
sistema diferencial procedimental que respete el principio de protección especial de
la niñez, estándar que es reconocido tanto por la normativa cuanto por la
jurisprudencia. Enunció jurisprudencia de la Corte IDH al respecto (Panchito López
vs. Paraguay) y la Opinión Consuhiva Nro. 17. Señaló el principio de mínima
intervención penal.
Hizo referencia al fallo de la CSJN sobre menores no punibles.
Se refirió a las Reglas de Tokio sobre medidas no privativas de libertad en
cuanto estipulan que la policía, el Ministerio Público o el órgano encargado de la
persecución, tienen que contar con facultades discrecionales para reenviar los casos
pertinentes cuando no haya gravedad. Agregó que, si bien estas reglas no son
vinculantes para el Estado, tanto la Corte IDH como la CSJN las utilizan. Afirmó
que existen corrientes de pensamiento que cuestionan el sistema penal tradicional
por los efectos negativos que provoca y por no cumplir con los fines de la pena.
Expuso que, como consecuencia de ello, surgieron diferentes sistemas portadores de
mecanismos ahemativos (entre ellos la propia justicia restaurativa que tiene como
base la solución de conflictos sociales) y que esto trajo aparejados nuevos
resultados, como por ejemplo una mayor intervención de la víctima en el proceso,
que el joven pueda tomar conciencia de la naturaleza de sus actos y una disminución
en el índice de reincidencia. Alegó que la Convención sobre Derechos del Niño no
menciona expresamente el término justicia restaurativa, sin embargo de su
articulado (particularmente del arts. 12, 37 y 40) surge la obligatoriedad de contar
con estas alternativas al proceso.
Enunció la remisión del caso y mencionó la Regla de Beijing Nro. 11;
asimismo, aludió a la mediación, la conciliación y la suspensión del proceso a
prueba como modos alternativos. Sostuvo que en el instituto de la remisión del caso
la figura del agente fiscal cobra mayor relevancia, ya que es el que debería tener las
facultades discrecionales para resolver y remitir el caso. Recalcó la función del
agente fiscal como titular de la acción penal en el establecimiento de estas formas
alternativas así como la efectividad al principio de oportunidad -esté reglado o no—
porque es una manda constitucional. Indicó que el resultado de estas medidas
alternativas es la extinción de la acción penal.
Definió el término mediación. Mencionó que en su juzgado y en su secretaría
iniciaron como prueba piloto la mediación penal pero limitada a casos de niños no
punibles. Expuso las características que debe tener el proceso de mediación penal:
voluntariedad, confidencialidad y neutralidad. Otro instituto que detalló fue la
conciliación. Describió la suspensión del juicio a prueba y reseñó jurisprudencia al
respecto. Estimó que todos estos mecanismos son plenamente operativos a nivel
local aún cuando no haya una normativa que los recepte, a partir de la jurisprudencia
de la CSJN.
Agregó que la expresión corpus iuris sobre derechos de la niñez es un aporte
que realiza la Corte IDH a la doctrina internacional que recoge instrumentos de
derechos humanos no convencionales a partir del fallo Villagrán Morales. Por eso
estas reglas deben ser tomadas como pautas interpretativas de los derechos del niño
conforme lo dispone la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados.
Sostuvo la necesidad de asimilar la normativa internacional en la materia y no
quedarse sujeto a lo que establece la ley interna sobre menores.
Ante la pregunta respecto a si todos los casos podrían resolverse mediante el
instituto de mediación penal, respondió que lo considera viable en casos que no
revistan gravedad, sin embargo duda sobre la posibilidad de aplicar el instituto en
casos graves. Se mostró dubitativo en las respuestas.
En suma, la exposición resultó completa y ordenada. Su razonamiento fue
lógico. Demostró actitud y una buena preparación del tema escogido. Evidenció
poseer criterios propios y juicios críticos solventes. La cita de jurisprudencia fue
abundante. Hizo un uso apropiado de la doctrina y utilizó de manera correcta el
tiempo asignado. El lenguaje fue adecuado.
Calificación: 33 (treinta y tres) puntos.
Marti Garro,
Alejandro:
El concursante efectuó una correcta introducción y presentación del tema
Ministerio Público
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Procuración General de la Nación
escogido.
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Expresó que el derecho a la libertad está desde antaño prote^áíj^^tanto en
instrumentos nacionales como internacionales. Afirmó que el ejercicio de la libertad
no es absoluto pero que, sin alterar lo que establece el art. 28 de la Constitución
Nacional, es posible reglamentar su ejercicio. Enunció las restricciones que se
formulan a este derecho en la normativa vigente, circunstancia que, al decir del
concursante, también ha sido avalada por la CSJN ante los llamados peligros
procesales y por el plenario Díaz Bessone, en casos de entorpecimiento en la
investigación, desaparición de pruebas, peligro de ñiga, entre otros.
Expuso que, tratándose de menores de edad -por su condición de sujetos en
formación y desarrollo— se requiere un plus de protección en atención al interés
superior del niño entendido como la máxima satisfacción de los derechos y la
mínima restricción de ellos. Del mismo modo, indicó que el operador judicial debe
tener una especial consideración al dictaminar una medida con relación a un menor.
Seguidamente, hizo referencia a las normas que regulan la privación de
libertad en el caso de los menores de edad. En consonancia con ello, citó la
Observación General Nro. 10 del Comité de Derechos del Niño y resaltó la
importancia de esta opinión al momento de fijar pautas o estándares en materia de
privación de libertad a menores de edad, más allá de ésta no revista el carácter de
norma obligatoria.
Expuso que una de las pautas a tener en cuenta es considerar la severidad de la
pena y el delito o infi-acción por el que el joven es juzgado. A continuación refirió
que también debe respetarse el criterio de proporcionalidad. Como otro criterio a
tener en cuenta, señaló el de excepcionalidad que establece que la privación de
libertad debe ser la medida de última ratio, aplicada sobre un criterio de elección de
otras medidas alternativas que enuncia tales como: la libertad asistida o la
concurrencia a un centro de manera periódica para que el tribunal vigile que los
fines del proceso no se vean frustrados. Otra pauta rectora que formuló es la mínima
intervención del derecho penal.
En otro orden, afirmó que el régimen penal de la minoridad regulado por la ley
22.278 no ha sido explícitamente derogado por el Congreso y de hecho su
constitucionalidad ha sido reconocida en dos oportunidades por la CSJN. No
obstante ello, expresó que en la actualidad la justicia de menores está mucho más
comprometida que hace unos años con los estándares internacionales fijados en la
materia.
Expuso que no deben dictarse medidas restrictivas de libertad cuando lo que se
pretende es que el joven ejerza un derecho. Por ello, para garantizar el derecho a ser
oído, el tribunal no puede ordenar su comparecencia por medio de la fuerza pública
si el joven no quiere presentarse, con mayor razón en el caso de menores no
punibles. Al decir del concursante, este criterio es el que explica el bajo número de
menores que hay internados en la actualidad.
Indicó que el pedido de libertad de un menor es un trámite que no puede durar
más de 24 horas (con los mismos recaudos que se toman para la libertad de un
mayor). Asimismo, dijo que debe existir un control periódico de las medidas
tomadas.
Expresó que al menor privado de su libertad se le deben respetar todos sus
derechos, esto es, que esté separado de los adultos y a que cuente con educación,
esparcimiento, estudio, salud.
Opinó que desde el principio de la investigación el menor no puede ser
desafectado porque, más allá que sea inimputable, tiene el derecho a ejercer su
defensa, ya que no es lo mismo sobreseerlo si, por ejemplo, no participó en el hecho
que se le imputa que sobreseerlo por lo que dice la partida de nacimiento.
A continuación manifestó que existe un déficit de políticas públicas de
contención en los distintos órdenes, de fortalecimiento familiar, educacional, etc.
A lo largo de su exposición, citó y desarrolló diferentes casos jurisprudenciales
(Giménez, Aguirre, entre otros).
Ante preguntas que le fueron formuladas respondió con entera solvencia.
En suma, el concursante demostró amplios conocimientos tanto teóricos como
prácticos en la materia, fue ordenado y no se valió de notas al exponer. El desarrollo
de su exposición y planteo de la temática foe en todo momento ordenado, lógico y
razonable. Ha sido crítico con algunos puntos controversiales y respecto de otros ha
puesto de manifiesto las dificultades que se operan en la práctica cotidiana. Resultó
exacta la administración del tiempo fijado por el tribunal.
Calificación: 39 (treinta y nueve) puntos.
Mogni, Hernán:
Al inicio de su exposición el postulante sostuvo que, a partir de la recepción de
la Convención sobre Derechos del Niño y del reconocimiento del nifto como sujeto
se les ha otorgado a los menores derechos y garantías que tienen los adultos en el
proceso con el plus que reconoció la CSJN en el fallo Maldonado. Señaló que en la
solución especial que debe dáaraeles por su situación diferente a la de los adultos se
encuentra la característica de la especialidad. En este sentido, aquí se involucran
determinados
principios
como
el
de
mínima
intervención
penal,
el
de
i b r a . DANlfe
Pñds/E
: PROCURACIÓN
% á*tLO
Ministerio Público
RÍA
•Al D E LAÍNACION
proporcionalidad
Procuración General de la Nación
en la respuesta, principios
que tienen
quevr
¥#'^''con
la
"excepcionalidad de llevar adelante un proceso contra un menor y atender a las
situaciones de los menores punibles y no punibles.
Dentro de este marco estimó que es importante la medida que evite la
judicialización como alternativa a la resolución de los conflictos penales. En sentido
similar, evaluó como especial la medida de escuchar al menor inimputable como
reconocimiento de su derecho frente a la imputación que lo afecta. Recordó también
la posición del Ministerio Público a través de la Resolución 46/2000.
Señaló que, tanto en la Convención sobre Derechos del Niño (inciso 3 del
artículo 40) como en otras normas internacionales (Reglas Mínimas de las Naciones
Unidas para la Administración de la Justicia de Menores, Directrices de las
Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil, art. 5 de la
Convención Interamericana sobre Derechos Humanos) es posible encontrar
referencias a la especialidad. En relación con las normas para jóvenes privados de
libertad, resaltó la importancia de la capacitación y la especialización por parte de
quienes se encuentran a cargo de los menores. Hizo referencia a jurisprudencia
internacional al citar el fallo Panchito López vs. Paraguay de la Corte IDH, donde
expresó la necesidad de que exista una justicia especializada. Enunció la Opinión
Consultiva Nro. 17 como una pieza rectora en todo el sistema y específicamente
cuando habló de la judicialización o la especialidad en la judicatura o en la
jurisdicción.
En el derecho interno expresó que la especialidad está dada en las normas
procesales (arts. 28 y 29 del CPPN, arts. 14 y 24 de la ley 24.050 y su modificatoria
24.170) y expuso la discusión acerca de si la justicia federal era la justicia
especializada en materia de drogas para atender las cuestiones en que se encuentren
involucrados menores en la Ciudad de Buenos Aires. Al respecto, el concursante
realizó una detallada reseña jurisprudencial; aludió a los fallos Lugo y Latrónico,
entre otros.
A continuación, sostuvo que las convenciones internacionales en la materia
deben ser analizadas de una forma sistemática y orgánica y que en ellas está presente
este mandato de justicia especializada (en la capacitación, por la jurisdicción) y que
debían analizarse en forma conjunta y no separadas del tema de la competencia.
Señaló los planteos de inconstitucionalidad sobre la reforma de la ley 24.170
que incorpora como materia de debate la competencia de menores y mayores en el
mismo proceso.
Afirmó que al Ministerio Público, por ser titular de la acción penal, le cabe una
responsabilidad muy importante frente a una futura legislación en la materia y en el
establecimiento de formas alternativas a la judicialización.
Mencionó nuevamente el control de legalidad que debe ejercerse respecto de
los expedientes tutelares. Refirió que, conforme lo resuelto por la CSJN, cuando se
habla de internaciones en realidad se trata de privaciones de libertad.
Hizo referencia al precedente Famoso.
A preguntas que se formularon, expuso que lo que es impensable es un derecho
penal juvenil sin garantías. Asimismo, entendió que es posible que la instrucción del
proceso pueda llevarse a cabo para mayores y menores conjuntamente, es decir,
antes de que la causa se eleve a juicio; sin embargo, estimó que un tribunal oral de
mayores debe entender en cuanto a la situación del adulto y la justicia de menores lo
propio sobre el joven. En este sentido respondió que, a pesar de que cuestiones
referentes a la prueba pudiesen generar algún tipo de inconveniente al punto de
llegar a situaciones contradictorias, aún así cree que es mejor la separación.
En suma, la exposición se presentó clara, completa y ordenada. Los
argumentos fueron articulados. En ningún momento leyó o recurrió a notas. Las
citas de doctrina y jurisprudencia tanto nacional como internacional fueron
correctas. El lenguaje utilizado fue adecuado.
Calificación: 30 (treinta) puntos.
Navarro, Hugo Daniel:
El concursante presentó el tema de estándares de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en materia de justicia penal de menores con claridad y solvencia.
Indicó que, como consecuencia de la incorporación de la Convención sobre
Derechos del Niño a nuestra Constitución Nacional, se modificó el sistema vigente
durante casi cien años en materia de niñas, niños y adolescentes en Argentina, al que
describió de forma breve y correcta.
El primer estándar que resaltó fue que se deben reconocer a los menores todas
las garantías por su condición de pereonas y, además, otras específicas por ser
menores de edad en condiciones de desarrollo. Afirmó que no se debe tratar a los
niños igual que a los mayores. Mencionó los fallos Gault y Roper vs. Simmons,
ambos de EEUU.
Sostuvo que considerar que los niños son sujetos de derechos implica afirmar
que son titulares de un debido proceso, que tienen derecho a saber que hecho se les
imputa, que tienen garantizado su derecho a una defensa tanto material como
técnica, que tienen derecho a ser oídos y a que su opinión sea tenida en cuenta, que
se los juzgue mediante una justicia especializada basada en un sistema
33^
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
O f B . tSANI
PB
P¿0CURAC1'
^ A
contradictorio, oral, con control de la prueba, con posibilidad de
cer prueba.
. c ó m o también el derecho a la doble instancia. En particular, hizo referencia al
principio de inocencia.
Con relación a la privación de libertad refirió que, conforme lo sentado por la
CSJN, debe ser el último recurso. Asimismo, dijo que la internación de un niño
constituye una privación de libertad; en tal sentido, sostuvo que al momento de
realizar el cómputo de los días de privación de libertad se debían incluir los períodos
que comprendieran todo tipo de privación de libertad, ya que hacerlo de otra manera
importaría un trato diferenciado y desigual en perjuicio de los niños respecto de los
adultos en violación a normas del orden internacional y constitucional. Hizo
referencia al fallo L.,L.A (2007) de la CSJN.
Abundó acerca de otros antecedentes de normativa internacional, como las
Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil,
Beijing, etc.
Aludió al principio de culpabilidad. Hizo una introducción histórica y concluyó
en que el reproche penal no puede ser mayor a la culpabilidad del autor, en lo que
fundó también el principio de proporcionalidad. Aquí realizó una distinción entre lo
que se entiende por derecho penal de acto en contraposición con el de autor.
Sostuvo que los delitos que cometen los niños son producto de su inmadurez
por ser sujetos en período de desarrollo. Este argumento lo utilizó para continuar
refiriéndose a conceptos formulados por la CSJN en el sentido de que el reproche
que se le realiza a un niño no puede ser el mismo que se le realiza a un aduho en
iguales circunstancias. Realizó una crítica a las posiciones sostenidas por el Dr. Fayt
y la Dra. Argibay en el fallo Maldonado.
Manifestó que, conforme lo sostenido por la CSJN, la internación de un
adolescente debe realizarse en establecimientos adecuados por el menor tiempo
posible y que la pena de prisión perpetua haría imposible el cumplimiento del fin
resocializador de la misma en contradicción con lo señalado por el art. 40 de la
Convención sobre Derechos del Niño.
Otro estándar que refiere es el derecho a la doble instancia. Explicó el fallo
reciente G.,J. L. de la CSJN que, sobre la base de lo dictaminado por el Procurador
General, sostuvo que las sentencias de responsabilidad deben ser equiparadas a
definitivas.
Respecto a la pregunta formulada por el tribunal acerca de su opinión sobre la
pena de prisión perpetua, su respuesta se limitó a señalar que no es constitucional y
reiteró io ya expuesto acerca de la dificultad que ello acarrearía para la anhelada
reinserción social. Agregó la importancia de los infonnes que deben brindar las
autoridades del lugar de detención respecto de la observancia o no de los
reglamentos carcelarios, cuestión que convierte la posibilidad de excarcelación en
un tema controvertido.
Seguidamente sostuvo que aplicaría medidas cautelares en caso de existir
posibilidad de fuga o entorpecimiento en la investigación.
En suma, la presentación fue correcta pero desordenada en términos generales.
Es de destacar que el concursante desconoció el contenido partiailar de los fallos
internacionales que mencionó. Frente a preguntas formuladas por el tóbunal sus
respuestas demostraron cierta ausencia de conocimientos. Por otro lado, le sobraron
dos (2) minutos del tiempo estipulado para su exposición.
Calificación: 29 (veintinueve) puntos.
Poggi, María
Fernanda:
La aspirante comenzó su presentación de forma correcta y anticipó los ítems
que serían objeto de su exposición. Señaló que focalizaría su opinión crítica en lo
concerniente a la recepción del tema de la especialidad en materia juvenil en el
orden internacional y nacional.
Explicó que el concepto de especialidad surge a raíz de la incorporación de las
convenciones internacionales al plexo constitucional.
Mencionó como primer concepto básico el estipulado en el inciso 3 del art. 40
de la Convención sobre Derechos del Niño. Indicó que de él surgen cuati-o mandatos
que determinan cómo debe inteipretarse el concepto de especialidad (leyes,
procedimientos, autoridades e instituciones específicas en relación a aquellos niños
q[ue se alegue que han infringido las leyes penales). Sobre esta base, sostuvo que los
niños merecen un tratamiento conforme a su edad y la condición jurídica especial;
asimismo que, en caso de ser procesados deben ser separados de los adultos y se
deben crear autoridades especiales a tal efecto. En este sentido, mencionó diversas
normas internacionales así como la Opinión Consultiva Nro. 17 y a los fallos de la
Corte IDH "Panchito Gómez vs. Paraguay" (sic) y Villagrán Morales.
Se refirió al principio de exclusividad como otro principio rector y, al respecto,
enunció la Opinión Consultiva Nro. 10 que estipula la necesidad de que existan
defensores especializados (jueces, fiscales, defensores, cuerpos policiales).
Dentro de este marco internacional, reflexionó sobre cómo nuestro país receptó estas
disposiciones. Efectuó una razonada crítica a la ley 22.278 al señate que, en
realidad, es una ley de adultos ya que se aplica a quien ha cumplido 18 años de edad
por un hecho que cometió cuando era menor.
Ministerio Público
1
PROSEC
PROdURAClON G¡
^ JARÍA
EAL DE LA NACIÓN
Procuración
General de la Nación
• Continuó su crítica desde el orden procesal y observó que,
confine a la ley n°
24.050 juntamente con el CPPN, se crearon jueces y tribunales especializados de
menores; sin embargo, en la estructura judicial solamente se previo la existencia de
estos jueces especiales en P Instancia y en el Tribunal Oral y no jueces
especializados en las Cámaras, ni en la Casación. Por lo tanto, si bien se cuenta con
algunas pautas de especialización, no es en realidad un régimen completo
procedimental substancialmente creado para los menores de 18 años. En resumen,
no se cumplen -según su criterio— con las disposiciones enunciadas anteriormente
que hacen a la especialidad.
En otro orden refirió que a nivel nacional puede considerarse como un avance
la sanción de la ley n° 26.061 que da cumplimiento a algunas de las obligaciones
asumidas. Sostuvo que las provincias han avanzado más rápido en este sentido que
el Estado Nacional e individualizó las leyes provinciales y la de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires que regulan el tema. Seguidamente, especificó
precedentes jurisprudenciales al respecto.
Mencionó, entre otras, cuestiones de competencia fijadas por leyes y referidas
a los distintos ñieros que colisionan con la competencia especializada de los jueces
de menores como ocurre con la justicia federal, circunstancia que da lugar a diversas
controversias. Concluyó que la Cámara de Casación Penal resolvió que en realidad
los jueces federales son jueces especializados tanto como los de menores por la
facultad que tienen de poder aplicar la ley de menores como cualquier otro juez y
porque, además, tienen creada en su órbita la oficina de asistencia en materia tutelar
lo que les permite ejercer seguimiento especializado. Expuso también que el
Procurador General se expidió en igual sentido al establecer que los jueces federales
estaban especializados por tener competencia exclusiva y excluyente, la que no tiene
el juez de menores. La concursante esbozó críticas fiíndadas en posiciones
jurisprudenciales.
Señaló que a la normativa internacional debe procurársele una interpretación
extensiva y no restrictiva a la luz del principio del interés superior del niño y por eso
se debe procurar llevar la especialidad a todos los operadores que intervengan en el
procedimiento juvenil. Asimismo, estimó que se requiere especialidad en las fuerzas
de seguridad y, particularmente, en la policía que son los operadores primarios y
directos que toman contacto con los niños cuando son aprehendidos.
A preguntas que se le formularon sobre su opinión respecto del pase del
tratamiento de todos los delitos juveniles que ahora se juzgan a nivel nacional a la
Ciudad Autónoma, respondió afinnativamente porque apreció que sería cumplir con
una manda constitucional.
Indicó que la especialidad debería estar referida al procedimiento, sin dejar de
lado que la exclusividad no significa aislarlos respecto de un derecho penal integral.
Opinó que debe hacerse una interpretación extensiva de la especialidad.
En suma, la conculcante formalizó un alegato preciso y enfático, con
argumentos concretos y sólidos, lo que evidenció un amplio conocimiento de la
materia. Durante la exposición exteriorizó críticas y criterios personales y, si alguna
observación pudiera formularse, es en el sentido del poco desarrollo que le otorgó a
la doctrina. Respondió adecuada y fimdadamente las preguntas formuladas por el
tribunal. Concluyó su exposición én quince (15) minutos, pero posiblemente ello se
deba no a un mal manejo de sus tiempos de preparación del examen sino a que se
expresó permanentemente en forma correcta pero apresurada, le sobraron cinco (5)
minutos.
Calificación: 36 (treinta y seis) puntos.
Quimo Costa, Patricia:
Al inicio de su preseiítación indicó que los dos principios que fimdan la
necesidad o la conveniencia de las níedidas ahemativas de resolución de conflictos
son el principio educativo que rige el proceso penal juvenil (educativo entendido en
los términos del artículo 40 Convención sobre Derechos del Niño) y la
inconveniencia de aplicar penas privativas de hbertad, que deben ser utilizadas por
el lapso más breve posible y como último recurso. El concepto de estas medidas
surge a partir del criterio de justicia restaurativa que, si bien no está incluido en la
Convención sobre Derechos del Niño, ha sido definido por distintos autores.
Sostuvo que este tipo de medidas pueden ser tanto de índole sustantivas como
procesales; hay medidas procesales -que dictaminan la no judicialización del
joven— y medidas de tipo sustantivo -sustitutivas a la pena de prisión—^Al respecto,
indicó que numerosos instrumentos internacionales aconsejan la implementación de
este tipo de medidas. Como antecedentes aludió -entre óteos— a las Observaciones
Generales del Comité de Derechos del Niño y precedóites de la Corte IDH
(Villagrán Morales y Panchito López vs. Paraguay). Consideró como medidas
alternativas de índole procesal a la remisión; la mediación; la conciliación; la
suspensión del proceso a prueba. A continuación, explicó el origen y contenido de
estas medidas.
En relación con el juicio abreviado, expuso que está previsto en nuestra
normativa, igual que para el caso de los adultos con algunas particularidades en el
derecho penal juvenil. Se describió como reticente a su aplicación en virtud de que,
'~0C''-1'.ZAC!0
Ministerio Público
^.'OELANÁCION
Procuración General de la Nación \^^<^^''
íen el caso de los menores, no cumple con los fines del procesen penal juvenil, ni
tampoco cumple con la obligación de que se resuelva en un plazo razonable, entre
otros. Además, expuso que el consentimiento del menor es indispensable (derecho a
ser oído) así como la necesidad de que pueda comprender exactamente qué es lo que
se le imputa. Por otro lado, el consentimiento del fiscal también es vinculante como
en el caso de los mayores y, al respecto, dedujo que puede oponerse por razones de
política criminal y por el fin pedagógico del proceso penal juvenil.
En cuanto a la remisión del caso, señaló que, si bien no está prevista en nuestro
derecho, no estimó conveniente introducirla sino que opinó que habría que arbitrar
un instituto como el principio de oportunidad que no está vigente en nuestra ley pero
sí en el régimen procesal penal juvenil de la Ciudad de Buenos Aires. Agregó que
varias provincias también lo han implementado.
Asimismo, hizo referencia al
derecho comparado internacional.
Expresó que las medidas alternativas pueden ser la amonestación; el
apercibimiento, los trabajos comunitarios, la inhabilitación las órdenes de
supervisión del tratamiento; en definitiva, todas aquellas medidas que impongan la
reparación del daño a la víctima que, aún cuando se implementara una medida
procesal, la respuesta o el resultado restaurativo sería una medida de carácter penal
que sustituiría a la pena. Aclaró que, sin enrolarse en una tesis abolicionista, esto
debería estar previsto para los delitos leves y para los graves seguiría aplicándose la
pena de prisión.
En relación con la suspensión del juicio indicó que, en algunas oportunidades,
ha sido criticado por defensores y operadores del sistema porque hallaban que la
posibilidad del artículo 4° de la ley 22.278 era preferible a la medida alternativa. Sin
embargo, opinó que con este instituto se podrían obtener resultados favorables y
contribuir a la función reintegradora del joven a la sociedad.
Con relación a la mediación, afirmó que el mediador debe ser especialista en el
tema del derecho penal juvenil.
Acerca de la reparación a la víctima sostuvo que debe tender a los mismos
fines del proceso penal, o sea, una reparación simbólica que tienda a fortalecer la
responsabilidad del niño así como a colaborar a través de un servicio útil a la
comunidad. Mencionó antecedentes al respecto. Indicó que de cumplirse la
reparación, la acción se extinguiría.
Además, hizo referencia a la ley 114 como a derecho provincial y comparado
(señaló las asambleas familiares de Canadá y Nueva Zelanda).
Como corolario de lo expuesto, marcó que los principios son la base de las
medidas tendientes a evitar la judicialización y, en caso de que se imponga la pena,
se debe cumplir con lo previsto en el art. 37 de la Convención sobre Derechos del
Niño. Mencionó doctrina al respecto.
Finalmente, le sobramn dos (2) minutos del tiempo estipulado, los que utilizó
para completar la exposición para referirse al avenimiento.
Ante la pregunta que le formuló el tribunal sobre la obligatoriedad de los
infonnes, opiniones y recomendaciones, se limitó a responder que no todos son
obligatorios.
En suma, si bien la concursante no anticipó como estructuraría su exposición,
ésta ftie correcta y ordenada. Efectuó un buen desarrollo de las medidas alternativas;
exhibió un razonamiento ciato y lógico aunque reiterativo en parte; de la misma
fonna, tuvo un correcto manejo de la normativa y jurisprudencia tanto nacional
como internacional. Expuso argumentos razonables. El uso del lenguaje fiíe
adecuado. Empleó el tiempo dentro de los paránetros estipulados.
Calificación: 34 (treinta y cuatro) puntos.
Sagasta, María
Eugenia:
Al comenzar el tema elegido (principio de e^>ecialidad), la concursante
expresó que éste se relaciona, en los sistemas penales juveniles, con el de
especificidad que debe regir todo sistema juvenil y se enmarcan en la Constitución y
en los tratados de derechos humanos.
Reflexionó
acerca
de que
la especialidad
se vincula
con
normas,
procedimientos, organismos y pemonas diferentes a las involucradas en el sistema de
adultos y las que tienen en común enmarcar al joven inftiactor en un sistema de
responsabilidad que procure conectarlo con el accionar disvalioso y la consecuencia
jurídica de su accionar. Para ello debe tener en cuenta el principio de
proporcionalidad de las sanciones y el de privación de libertad como último recurso.
En cuanto al marco normativo, en primer lugar citó las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores en cuanto
fomentan la proporcionalidad de las sanciones y procuran impedir que los casos de
jóvenes ingresen a la órbita penal.
Manifestó que el principio de especialidad también se encuente plasmado en
la Convención sobre Derechos del Niño (inciso 3 artículo 40) así como en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (inciso 5 del artículo 5), la
Directriz 52 de las Direcfrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la
Delincuencia Juvenil y las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la
Administración de la Justicia de Menores; instrumentos donde se establecen
.¡/.ClOC i
¿1
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
RETAFÍtA
GENERAL DE U NACIÓN
)rocedimientos distintos de los adultos así como que los niños seaa^Évados ante
"íribunales especializados.
Señaló que las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la
Delincuencia Juvenil promueven el principio de intervención mínima del derecho
penal y que la Opinión Consuhiva Nro. 17 establece el criterio de la especificidad.
Indicó que la CSJN en el precedente Maldonado reconoce a los niños derechos
específicos.
Aludió al principio de la autonomía progresiva al diferenciar el derecho penal
aplicable a adultos y a menores de edad. Explicó que esta línea es receptada por la
jurisprudencia nacional, de la provincia y por tribunales orales de menores, sin
explayarse al respecto. Mencionó la Observación General Nro. 10 del Comité de
Derechos del Niño.
En cuanto a la cuestión procedimental señaló que los artículos 28 y 29 del
CPPN, establecen la competencia de jueces y tribunales de menores. Es escasa la
argumentación sobre este punto.
Con relación al aspecto orgánico mencionó la importancia de lo realizado por
la CSJN a través de las Acordadas y de la Procuración General de la Nación
mediante las resoluciones que le otorgan operatividad a la Convención sobre
Derechos del Niño.
Expuso que la especialidad además de estar vinculada con personas como
jueces, defensores,
fiscales
y miembros de los equipos
interdisciplinarios
(psicólogos o trabajadores sociales), se enmarca en el sistema de protección de
derechos para contrarrestar el accionar disvalioso del joven y que existen aspectos
comunes a todos esos operadores -sobre todo magistrados y fiscales— que la
comunidad valora como la honestidad, la probidad, la laboriosidad, el sentido común
y el criterio. Específicamente, en cuanto a las cualidades que debería reunir un juez
de menores estarían: "la mesura, comprensión, tolerancia y vocación". Con relación
a la especialidad orgánica, afirmó que se debe exigir que también la defensa sea
especializada.
Afirmó que hablar de especialidad es reconocer todos los derechos más ese
plus
que está garantizado en el derecho constitucional y los derechos humanos.
Estimó que el juez, en función de la especialidad, debe circunscribir su función
y su jurisdicción únicamente al delito cometido y no puede ir más allá porque no
debe inmiscuirse en la vida privada del joven ni en la de su familia (conforme arts.
16, 18 y 19 de la Constitución Nacional), circunstancia que atentaría contra la
garantía de la imparcialidad judicial.
Consideró que si tuviera que definir en una idea lo que para ella significa la
especialidad en un estado democrático de derecho, expondría que es aquello que nos
posibilita a aplicar una sanción siempre más leve en materia de menores que de
adultos.
Se le preguntó si consideraba otros requisitos como inherentes a la especialidad
y si existían características en el proceso que remitan a la especialidad, Al respecto,
la concursante aportó lo atinente a las medidas socioeducativas y a todos los actos
del proceso deben tener en cuenta al sujeto menor de manera diferenciada, en la
forma de expresarse, al momento de la declaración indagatoria, etc.
En suma, la concursante resultó desordenada y reiterativa en varias
oportunidades. Obvió abordar algunas cuestiones preponderantes. No obstante,
durante la exposición reflejó una excelente actitud y demostró conocer el tema en
general. Expuso una conclusión final. En cuanto al uso del tiempo asignado para la
exposición, le sobraron tres (3) o cuatro (4) minutos.
Calificación: 31 (treinta y un) puntos.
Sagasta,
Pablo:
El concursante eligió el tema de estándares de la Corte Suprema de Justicia de
la Nación en materia de justicia penal de menores. Comenzó con una introducción al
fallo Maldonado y aludió al voto del Dr. Fayt.
Luego hizo referencia al precedente Kent (EEUU) donde se reconocieron a los
menores de edad los mismos derechos que a los adultos y Roper vs. Simmons que
prohibe la pena de muerte para menores entre 16 y 17 años.
Criticó el precedente Verbitsky concerniente a la privación de libertad de
personas alojadas en comisarías.
Señaló que violar la Convención sobre Derechos del Niño representaría
consecuencias graves para nuestro país en el orden internacional.
Acorde lo resuelto por la CSJN mencionó que el principio de culpabilidad debe
basM^e en la inmadurez emocional y afectiva del menor lo que comporta un menor
grado de reproche. Asimismo que se debe tener en consideración el entorno familiar
del niño. Destacó que los menores poseen los mismos derechos que los adultos más
un plus basado en el desarrollo emocional.
Explicó el fallo de la CSJN que declara la inconstitucionalidad del art. 1 de la
ley 22.278 al resolver que no se puede dictar una sentencia de carácter general para
derogar otra norma ya que se produciría una anomia que se ^aduciría en un perjuicio
mayor para los menores.
Propuso la necesidad de que los distintos operadores del sistema (fiscales,
•3^
Ministerio Público
Procuración General de la Nación
jijéces) asuman con responsabilidad la temática referida a la disf)'o«fción de los
menores. En este sentido, indicó que el Ministerio Público no se mantuvo ajeno a
esto y apuntó a la Resolución 46/2000 donde se exhorta a los fiscales a tomar
intervención en los expedientes tutelares. Relacionó dos principios que considera
importantes como son el de oportunidad y legalidad.
Señaló la importancia de la defensa técnica para que los menores puedan
comprender sus actos.
En suma, durante la exposición, el concursante no supo enfocar ni advertir los
principales aspectos del tema. Tampoco pudo sintetizar el holding de los fallos
citados. A preguntas que se le formularon respondió de manera no clara e
insuficiente. El lenguaje fiae básico y le sobraron cuatro (4) minutos del tiempo
estipulado por el tribunal.
Calificación: 24.50 (veinticuatro con cincuenta) puntos.
Simián, Marcela
Inés:
Para exponer el tema elegido de estándares de la Corte Suprema de Justicia de
la Nación en materia de justicia penal de menores, la concursante especificó al
comienzo, de forma ordenada, los fallos sobre los cuales desarrollaría su exposición.
Al tratar el fallo Maldonado analizó si la pena de prisión perpetua podía ser
aplicada a menores y argumentó que, en razón de su inmadurez, están en una
situación de vulnerabilidad con relación a los adultos. Agregó que los menores
detentan todos los derechos de los adultos más un plus de derechos especiales.
Abordó de manera básica aspectos de la culpabilidad penal juvenil y señaló
que, conforme la CSJN, al adolescente se le atribuye una culpabilidad menor a la del
adulto y esto se ve reflejado al momento de aplicar la pena. Al respecto, mencionó la
Convención sobre Derechos del Niño y el Código Penal.
Con relación a la internación, expresó que configura una forma de privación de
libertad y que este tiempo debe considerarse al realizar el cómputo de cumplimiento
efectivo de la pena. Al referirse al caso Marteau, criticó el fallo de la Cámara
Nacional de Casación Penal y aseveró que tampoco se tuvo en cuenta que el fin de la
pena es la reinserción y resocialización del niño a efectos de que tenga una
participación constructiva en la sociedad. Afirmó la necesidad de que la pena esté
fiíndada.
Mencionó a la CSJN con relación a la suspensión del juicio a prueba y las
medidas alternativas para la resolución de conflictos y lo relacionó con el inciso 3
del art.40 de la Convención sobre Derechos del Niño. Asimismo, sostuvo la no
judicialización del menor de edad.
Describió de manera desordenada antecedentes jurisprudenciales en los cuales
hubo apelación fiscal en cuanto al pedido de suspensión del juicio a prueba por
considerar que no correspondía en virtud de que en las causas en que concurren
mayores y menores de edad está prevista la aplicación del artículo 41 quater del
Código Penal como agravante de la conducta de los mayores.
Sostuvo que principios de política criminal determinan la aplicación de
medidas alternativas de resolución de conflictos en la materia pero no ofreció
mayores detalles ni comentarios.
Mencionó el precedente de la CSJN con relación a la doble instancia judicial
en la materia.
Al responder a preguntas formuladas por el tribunal, si bien lo hizo de manera
correcta introdujo conceptos generales que requerían de un mayor tiempo para su
desarrollo, circunstancia que presentó dificultades para sintetizar.
En suma, si bien la concursante no anticipó como estructuraría su presentación,
evidenció un conocimiento general del tema pero, paralelamente, ciertas falencias
durante la exposición. El ccmocimiento de los precedentes de la CSJN, Cámara de
Casación, tribunales inferiores, así como de la doctrina nacional e internacional fije
básico. Demostró ciertas deficiencias expresivas a lo largo de su relato. No emitió
conclusiones ni perspectiva personaí al respecto. En cuanto al manejo del tiempo, le
sobró un (1) minuto
Calificación: 28 (veintiocho) puntos.
Sullivan, María
Alejandra:
Al comenzar, la coneumante enunció los presupuestos sobre los cuales
elaboraría su exposición. Relató extensa y detalladamente el fallo Maldonado y
señaló que fue la primera vez que la CSJN se expidió respecto de la reducción de
pena prevista por la ley 22.278. Criticó al tribunal oral porque no tuvo en cuenta la
culpabilidad sino el tratamiento tutelar y, de la misma manera, a la Cámara de
Casación porque consideró la comisión del nuevo delito como fundamento para
agravar la pena.
Afirmó que el nivel de reprocbabilidad a un menor de edad debe ser diferente
al de un adulto y que, en c<Miseeuencia, la inmadurez propia de los menores de edad
así como el medio social que lo rodea son circunstancias que deben ser valoradas al
momento de regular la pena. La concursante justificó en ello la reducción de pena
que regula el artículo 4''de la ley 22.278.
Esta parte de la exposición no resultó muy clara. Tampoco utilizó un adecuado
lenguaje jurídico, ni transmitió seguridad en sus dichos que finalmente aparecieron
Ministerio Público
qra. DAMlbu
PROS
PllOCURACiON
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Procuración General de la Nación
ÍAL DE LA NACIÓN
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donfusos. Además utilizó los argumentos de la CSJN y los de la Cámara de
Casación de manera imprecisa.
Desordenadamente esbozó los contenidos de resoluciones de CSJN y de la
Cámara de Casación y, al mismo tiempo, enunció los instrumentos internacionales
que han sido considerados en ellos.
Refirió que la CSJN no tenía facultades para derogar la ley 22.278 pero sí para
recomendar el establecimiento de políticas públicas y reformas legales concernientes
a menores, para no judicializar a los menores no punibles, así como para aplicar
medidas alternativas que sustituyeran a la internación.
Mencionó al pasar "el interés superior del niño".
Indicó que atañe a los jueces realizar un seguimiento personal y directo de
aquellos menores que permanezcan internados bajo su jurisdicción y, de esta
manera, revaluar la necesidad que llevó a adoptar la medida impuesta así como la
conveniencia de proseguir o modificarla.
Se mostró crítica sobre la pena de prisión perpetua para menores sin embargo,
no desarrolló argumentos para sostener su posición. Hizo mención a la reincersión
como fin de la pena.
Fue reiterativa respecto de la no judicialización de los menores no punibles.
Con relación a ello, citó jurisprudencia.
En cuanto a la suspensión del juicio a prueba, sostuvo que inicialmente los
tribunales orales no hacían lugar a este instituto por considerar que era más
beneficioso para el menor la aplicación del artículo 4° de la ley 22.278. Al respecto,
mencionó un dictamen del PGN.
En suma, en su exposición reveló un conocimiento básico de los principios
generales del derecho de menores. El relato fue ordenado en general. Si bien fiíe
capaz de adoptar una postura propia con relación a la materia en cuestión, fue
reiterativa en algunas ocasiones sobre todo al desarrollar la jurisprudencia. Expuso
una conclusión. El lenguaje utilizado fue preciso y respondió de forma correcta a las
preguntas formuladas por el tribunal.
De acuerdo a las anotaciones de la mayoría del Tribunal, la doctora Beloff propone:
Calificación: 28.50 (veintiocho con cincuenta) puntos.
Togni, Daniel
Alejandro:
La introducción sobre el impacto de la ley 26.579 en la justicia de menores fue
correcta. Advirtió cómo abordaría la materia a partir de la ley n° 26.579 y las
modificaciones que ésta ley introdujo en cuanto a la mayoría de edad y señaló que
ordenaría su exposición en base a diversos puntos fundanaentales que mencionó.
Respecto a la ley de mayoría de edad, indicó que la misma ha adaptado sus
postulados a la Convención sobre Derechos del Niño y normativa internacional.
Como primera cuestión introdujo la modificación al régimen de tutela.
Reflexionó sobre la transfomiación introducida al punto de considerar que la tutela
cesa de pleno derecho.
En segundo lugar, stóaíó los cambios que se produjeron en materia procesal
ligados al aspecto tutelar, como la imposibilidad, en muchos casos, de que se cumpla
siempre el año que prevé la ley 22.278.
Se preguntó si la tutela para los menores que se encuentran internados en
institutos especiales debía cesar y, en todo caso, si el cese era automático o si
deberían ser extemados conforme al art. 411 del Código Procesal. Señaló que las
posiciones en el fuero de menores están divididas en este punto y analizó la
vinculación con el inc. 3°. Recordó que la jurispmdencia previa a la modificación de
la mayoría de edad prefería dictar la prisión preventiva; sin embargo, indicó que esto
se podría sanear si se aplicaran las reglas del art. 411 del CPPN. Al respecto, citó
jurispmdencia.
Expuso, en otro orden, deslindar la repercusión que tiene el niantener a estos
jóvenes en institutos de menores con relación al derecho que tienen los otros niños
también internados de estar separados de los adultos.
En cuanto a los menores alojados en establecimientos junto a mayores de edad,
fundó su respuesta en las disposiciones de la Convención sobre Derechos del Niño y
señaló que no es necesario el traslado inmediato a una cárcel de adultos conforme la
Observación General Nro. 10 del Comité de los Derechos del Niño, en atención al
interés superior del nifto. Interpretó el interés superior como cláusula pro niño.
En este sentido, expresó que el art. 3° de la ley 22.278 indica que cesa de pleno
derecho al tiempo de cumplimiento de la mayoría de edad; así, al interpretar los
postulados de la ley 26.579, debe entenderse que el cese se produce a los 18 años
conjuntamente con los otros derechos (como el de patria potestad, por ejemplo) Con
lo cual la continuación de la tutela sería, por estos motivos, violatorio de la CN.
Finalmente, analizó los alcances de la reforma conforme a precedentes
jurispmdenciales y doctrinarios para llegar a abordar la aplicación del art. 41 quater
del Código Penal. Aludió al principio de taxatividad para restringir el alcance del
citado artículo.
Con relación a la ley 26.061 dijo que no implicó una reforma integral y que la
ley 22.278, si bien es cuestionada en cuanto a su constitucionalidad, continúa
vigente.
Dra. DA»4li»i.
PROSECI
PROCURACIÓN G
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Ministerio Público
ÍARIA
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. OE LA NAOON
s
Procuración General de la Nación
Respecto de la interpretación del inciso 3° explicó que la jurisprudencia ya
había establecido cuatro alternativas. Sobre este punto, el concursante, explícito
cada una de las posturas y citó jurisprudencia al respecto.
Indicó que la jurisprudencia y la doctrina se encuentran divididas respecto a si
es obligatoria la reducción de pena o no conforme al artículo 4° de la ley 22.278 y
que, en su mayoría, se inclina a favor de la interpretación de la CSJN en el
precedente Maldonado que señala que debe adoptarse la escala reducida de acuerdo
a lo estipulado por la Convención sobre Derechos del Niño.
Al referirse al art. 41 quarter
del Código Penal, expresó que se pueden
mencionar dos posiciones jurisprudenciales y, a continuación, se remitió a la
aplicación del art. 126 del Código Civil.
Para concluir, expresó que es imprescindible una reforma inmediata no parcial
sino integral que contemple las distintas situaciones en que pueden encontrarse los
menores tanto imputables como inimputables en conflicto con la ley penal.
Hizo referencia al fallo de la Cámara del Crimen "A.J.L" y expuso que es
necesario "constitucionalizar la cuestión".
En suma, a lo largo de su exposición el concursante realizó planteos claros, en
forma sistemática y lógica. Demostró haber preparado su exposición con esmero. No
repitió conceptos, argumentó y fundamentó de manera convincente con ideas sólidas
sobre la temática, así como un correcto manejo de la doctrina y jurisprudencia
involucrada. El lenguaje empleado fue adecuado. Con solvencia respondió a las
preguntas que se le formularon. Utilizó el tiempo asignado con suma precisión.
Calificación: 37 (treinta y siete) puntos.
Tula Gonzaga, Daniel
Antonio:
Al inicio de su presentación sobre estándares de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en materia penal de menores, el concursante explicó que el tema
escogido concierne a los compromisos asumidos por nuestro país en el orden
internacional. Realizó una extensa reseña histórica remontándose al año 1823 que le
insumió buena parte del tiempo asignado. Efectuó una enunciación de las diferentes
normativas que regulan el tema y afirmó que, en el orden internacional, la
Convención sobre los Derechos del Niño no ha sido el primer antecedente en
materia de niñez (mencionó las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la
Administración de la Justicia de Menores del año 1985).
A continuación, el concursante consideró las disposiciones en materia penal de
la Convención sobre Derechos del Niño tendientes a asegurar el debido proceso -
más precisamente los arts. 37,38 y 40— y puso de relieve el derecho a ser oído.
Mencionó el fallo de la Corte IDH Villagrán Morales.
Señaló que las bases de un sistema penal juvenil están enmarcadas en un
derecho penal mínimo, de acuerdo con la regla Nro. 5 de las Directrices de las
Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil.
Seguidamente, hizo referencia al fallo Ekmekdjian c/ Sofovich de la CSJN con
relación a la recepción de la normativa internacional y constitucional.
Criticó que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal no haya
considerado parte en los expedientes tutelares a los fiscales.
Mencionó el fallo Verbitsky de la CSJN respecto a las condiciones de la
privación de libertad en el caso de los menores de edad y señaló que deben estar en
un lugar separado de los adultos.
Aludió a la especialidad como otro estándar internacional a tener en cuenta en
materia de menores. Sin embargo, no se explayó sobre el significado, alcances y
demás circunstancias en tomo al tema en particular.
En relación con las garantías señaló que los menores detentan todas las
garantías constitucionales más un plus de derechos e inmediatamente continuó con
el desarrollo crítico del fallo Maldonado y del dictamen del Procurador General y,
con relación al principio de culpabilidad, resaltó la necesidad de valorar la situación
personal del menor y las condiciones operadas al momento de ocurrir el hecho
imputado.
Indicó que, conforme lo resuelto por la CSJN, la necesidad de la pena no
puede estar relacionada con la peligrosidad de los menores ni con la gravedad del
hecho, toda vez que esto contraría los estándares y principios internacionales.
Sin brindar mayores argumentos, expuso que hoy día no existen los elementos
necesarios para establecer medidas alternativas.
El desarrollo de la jurisprudencia a lo largo de la exposición file
Sin explayarse manifestó que la doble instancia debe estar garantizada como
estándar internacional. Hizo referencia a un fallo de la CSJN.
Sostuvo, en reiteradas oportunidades, que la función del Ministerio Público
Fiscal es velar por los derechos y garantías del menor. Mencionó a Ferrajoli y
Baratía como referentes garantísticos.
Los principios fiíndamentales y tradicionales del derecho penal
repetidamente
asimila
a
estándares
internacionales
fueron
que
presoitados
confusamente, circunstancia que se puso de manifiesto al momento de responder á
las preguntas formuladas por el tribunal.
En suma, si bien el concursante destinó la mitad del tiempo estipulado en
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Ministerio Público
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] PROCURAC ^ í t í Ñ E R A L DE LAJ^ACION
Procuración
General de la Nación
desarrollar una reseña histórica del tema escogido, a lo largo de
exposición
demostró un conocimiento de las leyes nacionales e internacionales que rigen la
cuestión, como también de la jurisprudencia de la CSJN sobre la materia en examen;
sin embargo, por momentos, pareció como si repitiera de memoria un texto. No
pudo responder con solvencia a la pregunta de cómo y con qué parámetros se miden
el principio de culpabilidad y de proporcionalidad. Tuvo un correcto empleo del
tiempo asignado.
Calificación: 29 (veintinueve) puntos.
Vidal Mauriz, Juan Manuel:
Realizó una presentación correcta del impacto de la ley 26.579 en la justicia de
menores. Puntualizó los temas a desarrollar y expresó que parte de esa morosidad
legislativa ha sido el mantenimiento de los 21 años como límite para alcanzar la
mayoría de edad, cuestión que ha sido saneada por la sanción de la ley 26.579 que
introdujo reformas en la normativa civil y comercial relativas a la mayoría de edad.
Refirió la importancia que debe otorgársele a esta modificación luego de que la
Argentina aprobara la Convención sobre Derechos del Niño y que fuera incorporada
al plexo constitucional. Al relatar los fundamentos que complementan la sanción de
la ley 26.579, indicó que otros países de la región y de Europa tienen este límite.
Señaló que la reforma operada en el orden civil ha tenido repercusiones en el
sistema penal juvenil, más precisamente en el marco de la tutela. Con relación al
cese de la tutela expuso que, conforme lo estipulado por la ley 22.278, ésta debe
cesar al llegar a los 18 años de edad. Sin embargo, marcó que uno de los problemas
que existe es el caso de los jóvenes que ingresan al sistema con más de 17 años
cumplidos y no podrán dar cumplimiento al año de tratamiento tutelar que prescribe
el inc. 3° del artículo 4° de la ley 22.278 a efectos de que sea evaluado su
comportamiento en ese tiempo para establecer la necesidad o no de imponer pena.
Seguidamente refirió que la citada ley establece que, en caso de que no se pueda
cumplir con ese término, éste podrá ser suplido por un informe; no obstante, llegada
la mayoría de edad, si el juez estima que debe continuar la disposición, tendrá que
dictar una medida cautelar que podrá modificar o no el modo en que se aplicaba la
medida tutelar y que deberá respetar los principios rectores de las medidas cautelares
y demás principios procesales, para lo cual deberá dictar la prisión preventiva del
joven de acuerdo con las exigencias legales. Enunció y particularizó precedentes
jurisprudenciales al respecto. Hizo mención a la disidencia de la Dra. Ledesma en un
fallo de la Cámara de Casación.
Por
otro
lado,
expresó
que
los menores
deben
estar
alojados
en
establecimientos separados de los adultos y que en el tratamiento que se arbitre se
deberá poner mayor énfasis en la educación y la reinserción social. Al respecto,
sostuvo que la normativa internacional formula lincamientos que hacen a la
privación de libertad que no pueden ser obviados en ningún estadio del proceso por
el hecho de que el joven haya alcanzado la mayoría de edad. Señaló que los
principios no ceden al alcanzar la mayoría de edad.
Hizo mención al interés superior del niño y a la privación de libertad como
último recurso y limitada en el tiempo; al derecho a una defensa material; a un trato
digno distinto al de los aduUos así como una pronta resolución de la causa.
Consideró la relación del artículo 41 quater con la ley 26.579. Criticó la
técnica legislativa en el caso de delitos cometidos conjuntamente por personas
mayores y menca-es de edad. Indicó que este tema se ha tomado abstracto mediante
la sanción de la ley civil a la que hizo referencia, resolviéndose por aplicación del
principio in-dubio pro
libetate.
Ante la pregunta que el tribunal le formuló sobre cuál sería el fundamento de la
agravante, respondió que, si bien la ley no resuelve esto, en la exposición de motivos
se hizo mención acerca de la utilización del menor por parte de uno o varios adultos.
Se manifestó crítico a este argumento y aclaró que el término "servir" es distinto del
de utilizar, concurrir o intervenir.
Frente a otras preguntas que se le efectuaron respondió de manera correcta.
En suma, el desarrollo del tema no presentó falencias y fue lógico. Explicó con
clfflidad las principales cuestiones que éste suscita, sin embargo, por momentos
parecía que se repetía un texto de memoria. Expuso posiciones personales con
sentido crítico y reveló conocimientos generales y una prep^ación adecuada con un
correcto uso del lenguaje. En cuanto al uso del tiempo, le sobraron dos (2) o tres (3)
minutos.
Calificación: 29 (veintinueve) puntos.
De conformidad a todo lo expuesto, las calificaciones totales obtenidas por los
postulantes, de acuerdo al voto de la mayoría de los miembros del Tribunal,
conformada por los Fiscales Oenerales doctoras Mary Beloff y Cristina Manghera
de Marra y por los doctores Ricardo O. Saenz y Horacio González Warcalde;
ordenados alfabéticamente, resultantes de la suma de las puntuaciones asignadas en
las etapas de evaluación de antecedentes y de oposición, son las siguientes:
Campana, Pedro: 54.25+41+32= 127.25 (ciento veintisiete con veinticinco) puntos.
Carrelo, Ana Carina: 35.50+47+24 = 106.50 (ciento seis con cincuenta) puntos.
Cástelli, Anselmo Gabriel Pahniro: 51.25+47+28 = 126.25 (ciento veintiséis con
Ministerio Publico
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Procuración General de la Nación
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Laura María: 48.50+36+25 = 109.50 (ciento nueve con cincuenta) puntos.
De Seta, Horacio Rubén: 52.50+41+26
119.50 (ciento diecinueve con cincuenta)
puntos.
Halperin, María Martha: 53.75+36+32 = 121.75 (ciento veintiuno con setenta y
cinco) puntos.
López Oribe, Jorge Daniel: 49.25+56+33 ^ 138.25 (ciento treinta y ocho con
veinticinco) puntos.
Marti Garro, Alejandro: 50.75+58+39 = 147.75 (ciento cuarenta y siete con setenta y
cinco) puntos.
Mogni, Hernán: 51+41+30 = 122 (ciento veintidós) puntos.
Navarro, Hugo Daniel: 50+43+29 = 122 (ciento veintidós) puntos.
Poggi, María Fernanda: 53.25+51+36 = 140.25 (ciento cuarenta con veinticinco)
puntos.
Quirno Costa, Patricia: 52.75+55+34 = 141.75 (ciento cuarenta y uno con setenta y
cinco) puntos.
Sagasta, María Eugenia: 57.50+52+31 =140.50 (ciento cuarenta con cincuenta)
puntos.
Sagasta, Pablo Guillermo: 51.50+36+24.50 = 112 (ciento doce) puntos.
Simián, Marcela Inés: 58.90+52+28 = 138.90 (ciento treinta y ocho con noventa)
puntos.
Sullivan, María Alejandra: 43.50+46+28.50 = 118 (ciento dieciocho) puntos.
Togni, Daniel Alejandro: 51.25+52+37 = 140.25 (ciento cuarenta con veinticinco)
puntos.
Tula Gonzaga, Gabríel Antonio: 48.25+50+29
127.25 (ciento veintisiete con
veinticinco) puntos.
Vidal Mauriz, Juan Manuel: 49.50+41+29 = 119.50 (ciento diecinueve con
cincuenta) puntos.
Voto en disidencia del señor Vocal Fiscal General doctor Eduardo
Codesido:
Entiendo que debe estarse a los puntajes asignados por la Dra. Zulita Fellini en
la medida en que no observo la existencia de fundamentos suficientes para
apartarme de ellos (art.28 del Régimen de Selección de Magistrados del Ministerio
Público Fiscal de la Nación) -con la aclaración formulada en el voto de la mayoría
del Tribunal en relación al examen escrito del postulante Dr. Navarro-, salvo en lo
que respecta a la concursante Dra. Halperin pues, a mi juicio, su examen escrito
merece 36 puntos. Ello es así porque los señalamientos realizados al respecto en la
evaluación de fs. 283/318 no gravitan con la intensidad que fueron ponderados. En
efecto, a mi ver, la síntesis -que no deja de lado el aspecto esencial del caso- es un
mérito ya que demuestra claridad conceptual para separar aquello que resulta
relevante de lo que no lo es y, además, permite un eficaz ejercicio de la defensa
respecto de los intervinientes en el proceso. Por otra parte, si la calificación jurídica
del hecho asignada por la concursante es apoyada por un sector de la doctrina y la
jurisprudencia, como bien se asevera en el recordado dictamen, la elección de los
tipos penales aplicables no desmerece el examen de la concursante porque, entre
otras razones, su criterio encuadra dentro de los estándares que se tuvieron en cuenta
para la ponderación de la oposición escrita. Asimismo, según lo veo, al ser la
consigna de la prueba de oposición escrita la de realizar un requerimiento de
elevación a juicio resultaba atinente sólo desarrollar la situación del que podía
soportar la pretensión en razón de su de edad,
más allá de la conveniencia o
inconveniencia de analizar la situación de la otra persona.
En consecuencia, califico las pruebas de oposición escritas rendidas por cada
uno de los concursantes -ordenados alfabéticamente-, como seguidamente se indica:
Campana, Pedro: 42 (cuarenta y dos) puntos.
Carrelo, Ana Carina: 48 (cuarenta y ocho) puntos.
Castelli, Anselmo Gabriel Palmiro: 48 (cuarenta y ocho) puntos.
Chamis, Laura Maria: 36 (treinta y seis) puntos.
De Seta, Horacio Rubén: 42 (cuarenta y dos) puntos.
Halperin, María Martha: 36 (treinta y seis) puntos.
López Oribe, Jorge Daniel: 57 (cincuenta y siete) puntos.
Marti Garro, Alejandro: 59 (cincuenta y nueve) puntos.
Mogni, Hernán: 42 (cuarenta y dos) puntos.
Navarro, Hugo Daniel: 44 (cu^enta y cuatro) puntos.
Poggi, María Fernanda: 52 (cincuenta y dos) puntos,
(^imo Costa, Patricia: 56 (cincuenta y seis) puntos.
Sagasta, María Eugenia: 53 (cincuenta y tres) puntos.
Sagasta, Pablo Guillermo: 36 (treinta y seis) puntos.
Simián, Marcela Inés: 48 (cuarenta y ocho) puntos.
Sullivan, María Alejandra: 47 (cuarenta y siete) puntos.
Togni, Daniel Alejandro: 53 (cincuenta y tres) puntos.
Tula Gonzaga, Gabriel Antonio: 50 (cincuenta) puntos.
Vidal Mauriz, Juan Manuel: 42 (cuarenta y dos) puntos.
Asimismo, califico las pruebas de oposición orales rendidas por cada uno de
Ministerio Público
tNERAL ÜE LÍA NACIÓN
Procuración General de la Nación
los concursantes -ordenados alfabéticamente-, como seguidamente se indica:
Campana, Pedro: 32 (treinta y dos) puntos.
Carrelo, Ana Carina: 24 (veinticuatro) puntos.
Castelli, Anselmo Gabriel Palmiro: 28 (veintiocho) puntos.
Chamis, Laura María: 25 (veinticinco) puntos.
De Seta, Horacio Rubén: 26 (veintiséis) puntos.
Halperín, María Martha: 34 (treinta y cuatro) puntos.
López Oribe, Jorge Daniel: 34 (treinta y cuatro) puntos.
Marti Garro, Alejandro: 39 (treinta y nueve) puntos.
Mogni, Hemán: 30 (treinta) puntos.
Navarro, Hugo Daniel: 29 (veintinueve) puntos.
Poggi, María Fernanda: 36 (treinta y seis) puntos.
Quimo Costa, Patricia: 34 (treinta y cuatro) puntos.
Sagasta, María Eugenia: 26 (veintiséis) puntos.
Sagasta, Pablo Guillermo: 25 (veinticinco) puntos.
Simián, Marcela Inés: 28 (veintiocho) puntos.
Sullivan, María Alejandra: 29 (veintinueve) puntos.
Togni, Daniel Alejandro: 37 (treinta y siete) puntos.
Tula Gonzaga, Gabriel Antonio: 28 (veintiocho) puntos.
Vidal Mauriz, Juan Manuel: 29 (veintinueve) puntos.
De conformidad a todo lo expuesto, las calificaciones totales obtenidas por los
postulantes, de acuerdo al voto del doctor Eduardo Codesido;
ordenados
alfabéticamente, resultantes de la suma de las puntuaciones asignadas en las etapas
de evaluación de antecedentes y de oposición, son las siguientes:
Campana, Pedro: 54.25+42+32= 128.25 (ciento veintiocho con veinticinco) puntos.
Carrelo, Ana Carina: 35.50+48+24 = 107.50 (ciento siete con cincuenta) puntos.
Castelli, Anselmo Gabriel Palmiro: 51.25+48+28 = 127.25 (ciento veintisiete con
veinticinco) puntos.
Chamis, Laura María: 48.50+36+25 = 109.50 (ciento nueve con cincuenta) puntos.
De Seta, Horacio Rubén: 52.50+42+26 = 120.50 (ciento veinte con cincuenta)
puntos.
Halperín, María Martha: 53.75+36+34 = 123.75 (ciento veintitrés con setenta y
cinco) puntos.
López Oribe, Jorge Daniel: 49.25+57+34 = 140.25 (ciento cuarenta con veinticinco)
puntos.
Marti Garro, Alejandro: 50.75+59+39 = 148.75 (ciento cuarenta y ocho con setenta
y cinco) puntos.
M o ^ i , Hernán: 51+42+30 = 123 (ciento veintitrés) puntos.
Navarro, Hugo Daniel: 50+44+29 = 123 (ciento veintitrés) puntos.
Poggi, María Fernanda: 53.25+52+36 = 141.25 (ciento cuarenta y uno
con
veinticinco) puntos.
Quirno Costa, Patricia: 52.75+56+34 = 142.75 (ciento cuarenta y dos con setenta y
cinco) puntos.
Sagasta, Maria Eugenia: 57.50+53+26 = 136.50 (ciento treinta y seis con cincuenta)
puntos.
Sagasta, Pablo Guillermo: 51.50+36+25 = 112.50 (ciento doce con cincuenta)
puntos.
Simián, Marcela Inés: 58.90+48+28 = 134.90 (ciento treinta y cuatro con noventa)
puntos.
Sullivan, María Alejandra: 43.50+47+29 =
119.50 (ciento diecinueve con
cincuenta) puntos.
T o ^ i , Daniel Alejandro: 51.25+53+37 -
141.25 (ciento cuarenta y uno con
veinticinco) puntos.
Tula Gonzaga, Gabriel Antonio: 48.25+50+28 = 126.25 (ciento veintiséis con
veinticinco) puntos.
Vidal Mauriz, Juan Manuel: 49.50+42+29 = 120.50 (ciento veinte con cincuenta)
puntos.
Que en consecuencia, conforme el voto en disidencia del señor Fiscal
doctor Eduardo
Codesido,
General
y las calificaciones asignadas, el orden de mérito,
resultante de las calificaciones obtenidas en las etapas de evaluación de antecedentes
y de oposición, es el siguiente:
1°) MARTI GARRO, Alejandro: 148.75 (ciento cuarenta y ocho con setenta y
cinco) puntos.
2°) QUIRNO COSTA, Patricia: 142.75 (ciento cuarenta y dos con setenta y cinco)
puntos.
3°) TOGNI, Daniel Alejandro: 141.25 (ciento cuarenta y uno con veinticinco)
puntos.
4°) POGGI, María Fernanda: 141.25 (ciento cuarenta y uno con veinticinco) puntos.
5°) LÓPEZ ORIBE, Jorge Daniel: 140.25 (ciento cuarenta con veinticinco) puntos.
6**) SAGASTA, María Eugenia: 136.50 (ciento treinta y seis con cincuenta) puntos.
7°) SIMIÁN, Marcela Inés: 134.90 (ciento treinta y cuate© con noventa) puntos.
8°) CAMPANA, Pedro: 128.25 (ciento veintiocho con veinticinco) puntos.
P R O >Í0,
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Ministerio Público
Procuración
General de la Nación
9Í) CASTELLI, Anselmo Gabriel Palmiro:
127.25
(ciento veintisiete con
veinticinco) puntos.
10°) TULA GONZAGA, Gabriel Antonio: 126.25 (ciento veintiséis con veinticinco)
puntos.
11°) HALPERÍN, María Martha: 123.75 (ciento veintitrés con setenta y cinco)
puntos.
12°) NAVARRO, Hugo Daniel: 123 (ciento veintitrés) puntos.
13°) MOGNI, Hemán: 123 (ciento veintitrés) puntos.
14°) VIDAL MAURÍZ, Juan Manuel: 120.50 (ciento veinte con cincuenta) puntos.
15°) DE SETA, Horacio Rubén: 120.50 (ciento veinte con cincuenta) puntos.
16°) SULLIVAN, María Alejandra: 119.50 (ciento diecinueve con cincuenta)
puntos.
17°) SAGASTA, Pablo Guillermo: 112.50 (ciento doce con ciencuenta) puntos.
18°) CHARNIS, Laura María: 109.50 (ciento nueve con cincuenta) puntos.
19°) CARRELO, Ana Carína: 107.50 (ciento siete con cincuenta) puntos.
Atento la paridad de las puntuaciones totales alcanzadas por los concursantes
doctores Daniel Alejandro Togni y María Femanda Poggi (141.25 puntos); Hugo
Daniel Navarro y Hemán Mogni (123 puntos) y Juan Manuel Vidal Mauriz y
Horacio Rubén De Seta (120.50 puntos), por aplicación de la regla establecida en el
párrafo tercero del art. 28 del reglamento de concursos, los postulantes doctores
Togni, Navarro y Vidal Mauriz, resultan ubicados en el 3° (tercero); en el 12°
(doceavo) y en el 14° (decimocuarto), lugares, respectivamente, del orden de mérito,
por cuanto obtuvieron mejor puntuación sumando ambas pmebas de oposición.
En consecuencia, por decisión de la mayoría
de los miembros
del
Tribunal
ante el cual se sustancia el Concurso N° 80 del M.P.F.N., integrada por su
presidenta, señora Fiscal General doctora Mary A. Beloff y por los vocales señores
Fiscales Generales doctora María Cristina Manghera de Marra y doctores Ricardo O.
Saenz y Horacio S. González Warcalde, R E S U E L V E
que conforme las
calificaciones asignadas, el orden de mérito de los postulantes para cubrir tres (3)
cargos de Fiscal ante los Juzgados Nacionales de Menores (Fiscalías Nros. 5, 2 y 6),
es el siguiente:
1°) MARTI GARRO, Alejandro: 147.75 (ciento cuarenta y siete con setenta y cinco)
puntos.
2°) QUIRNO COSTA, Patricia: 141.75 (ciento cuarenta y uno con setenta y cinco)
puntos.
3°) SAGASTA, M ^ a Eugenia: 140.50 (ciento cuarenta con cincuenta) puntos.
4°) TOGNI, Daniel Alejandro: 140.25 (ciento cuarenta con veinticinco) puntos.
5°) POGGI, María Femanda: 140.25 (ciento cuarenta con veinticinco) puntos.
6°) SIMIÁN, Marcela Inés: 138.90 (ciento treinta y ocho con noventa) puntos.
7°) LÓPEZ ORIBE, Jorge Daniel: 138.25 (ciento treinta y ocho con veinticinco)
puntos.
8°) TULA GONZAGA, Gabriel Antonio: 127.25 (ciento veintisiete con veinticinco)
puntos.
9°) CAMPANA, Pedro: 127.25 (ciento veintisiete con veinticinco) puntos.
10°) CASTELLI, Anselmo Gabriel Pahnh-o: 126.25 (ciento veintiséis con
veinticinco) puntos.
11 °) NAVARRO, Hugo Daniel: 122 (ciento veintidós) puntos.
12°) MOGNI, Hemán: 122 (ciento veintidós) puntos.
13°) HALPERÍN, María Martha: 121.75 (ciento veintiuno con setenta y cinco)
puntos.
14°) VIDAL MAURÍZ, Juan Manuel: 119.50 (ciento diecinueve con cincuenta)
puntos.
15°) DE SETA, Horacio Rubén: 119.50 (ciento diecinueve con cincuenta) puntos.
16°) SULLIVAN, María Alejandra: 118 (ciento dieciocho) puntos.
17°) SAGASTA, Pablo Guillermo: 112 (ciento doce) puntos.
18°) CHARNIS, Laura María: 109.50 (ciento nueve con cincuenta) puntos.
19°) CARRELO, Ana Carina: 106.50 (ciento seis con cincuenta) puntos.
Atento la paridad de las puntuaciones totales alcanzadas por los concursantes
doctores Daniel Alejandro Togni y María Femanda Poggi (140.25 puntos); Gabriel
Antonio Tula Gonzaga y Pedro Campana (127.25 puntos); Hugo Daniel Navarro y
Hemán Mogni (122 puntos) y Juan Manuel Vidal Mauriz y Horacio Rubén De Seta
(119.50 puntos), por aplicación de la regla establecida en el párrafo tercero del art.
28 del reglamento de concursos, los postulantes doctores Togni, Tula Gonzaga,
Navarro y Vidal Mauriz, resultan ubicados en el 4° (cuarto); en el 8° (octavo); en el
11° (onceavo) y en el 14° (decimocuarto), lugares, respectivamente, del orden de
mérito, por cuanto obtuvieron mejor puntuación sumando ambas pmebas de
oposición.
En fe de todo lo expuesto, suscribo la presente, en el lugar y fecha indicados al
comienzo, de todo lo cual, doy fe y lajejpito-aHefftrftresidente y señores Vocales
del Tribunal a sus efectos.-
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Procuración
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General de la Nación
:
DE LA NACIOl»
CONCURSO N° 80 M.P.F.N.
RESOLUCIÓN DE IMPUGNACIONES
En la ciudad de Buenos Aires, a losy^^días del mes de diciembre de 2011, en
mi carácter de Secretario Letrado a cargo de la Secretaría Permanente de Concursos
de la Procuración General de la Nación, procedo a labrar la presente acta conforme
expresas y precisas instrucciones que me fueron impartidas por los señores
Magistrados integrantes del Tribunal evaluador ante el cual se sustancia el Concurso
N° 80 del Ministerio Público Fiscal de la Nación, convocado por Resoluciones PGN
Nro. 20/09, 71/09, 16/10, 86/10 y 113/11, para cubrir cuatro (4) cargos de Fiscal ante
los Juzgados Nacionales de Menores de la Capital Federal (Fiscalías Nros. 5, 2, 6 y
3, en ese orden); Jurado éste que se encuentra presidido por la señora Fiscal General
de Política Criminal, Derechos Humanos y Servicios a la Comunidad de la
Procuración General de la Nación, doctora Mary Beloff e integrado además por la
señora Fiscal General, doctora María Cristina Manghera de Marra y los señores
Fiscales Generales, doctores Ricardo Osear Saenz; Eduardo A. Codesido y Horacio
González Warcalde en calidad de vocales, quienes me hicieron saber y dispusieron
deje constancia que tras las deliberaciones mantenidas, en relación a las
impugnaciones deducidas contra el dictamen final del Tribunal de fecha 18/08/11
(fs. 320/342 vta.), por los concursantes doctores Gabriel Antonio Tula Gonzaga,
Jorge Daniel López Oribe, Daniel Alejandro Togni, Hugo Daniel Navarro, Juan
Manuel Vidal Mauriz, Pablo Guillermo Sagasta, Marcela Inés Simian, Maria
Fernanda Poggi y Pedro Campana -las que conforme lo verificado por la Secretaría
Permanente de Concursos, fueron intei-puestas en debido tiempo y forma, mediante
escritos agregados a fs. 362/363, 364/81, 382/386 vta., 387/391, 392/396, 397/400,
401/408, 409/413 vta. y 414/417, respectivamente, del expediente del concurso-,
disponen:
Consideraciones
Generales
En primer lugar, cabe manifestar que las impugnaciones contra el dictamen
final del Jurado sólo pueden tener como fundamento la configuración de "(...)
arbitrariedad manifiesta, error material o vicio grave de procedimiento (...)"; de
acuerdo con lo establecido por el art. 29° del Régimen de Selección de Magistrados
del M.P.F.N. (Resolución PGN 101/07); por lo que corresponde desechar aquellos
planteos de los impugnantes que constituyan una mera expresión de disconformidad
con los criterios establecidos y los puntajes asignados por el Tribunal, como también
lo dispone dicha norma,
En consecuencia y confomie a lo estipulado en la reglamentación, la tarea a
desarrollar en esta etapa por el Tribunal no constituye una segunda instancia amplia
de revisión ni una revaloración de todos los ítems que han integrado los
airtecedentes de los concursantes y de las pruebas de oposición rendidas por ellos.
El Reglamento establece las cuestiones a considerar y los criterios rectores a
seguir por el Tribunal en la evaluación de los antecedentes, como así también los
puntajes máximos tanto respecto de ellos como de los exámenes de oposición; y,
además, otorga al Jurado cierto margen de discrecionalidad para el análisis y
apreciación razonable y prudente de ellos.
En este caso, el Tribunal, de acuerdo a los criterios de sus miembros, aplicó
las reglas objetivas de valoración conforme los términos establecidos en la
reglamentación, en forma equitativa y sin diferenciaciones subjetivas, en los
términos señalados en el dictamen final.
En ftmción de algunos cuestionamientos que surgen de las impugnaciones
que se analizarán debe aclararse que, si bien entre los parámetros que se tuvieron en
cuenta para ponderar los antecedentes de los concursantes se consideró el
desempeño en el Ministerio Público Fiscal, ello fue realizado en su justa medida, la
que -evidentemente- no coincide con la pretendida por varios de los impugnantes a
tenor de sus escritos. Se valoró además, en razón de la especialidad de la vacmrte
concursada, el desempeño de los aspirantes "en'" y/o "ante" el fuero penal de
menores de acuerdo con los cargos ejercidos en los distintos organismos y/o su
desempeño profesional independiente en función de las pautas reglamentarias. Ello
en ningún modo contraviene -tal como se sostiene en esas presentaciones— las
disposiciones de la Convención sobre de los Derechos del Niño, de las cuales no
puede derivarse
la preponderancia -en
los términos pretendidos por
los
concursantes— de aquéllos que acreditaron desempeño en el ámbito del Ministerio
Público Fiscal sino que persigue el establecimiento de "'(...) autoridades e
instituciones específicos para los niños de quienes se alegue que han infringido las
leyes penales (...)", lo que alude tanto a la capacitación cuanto a la especialización
en la materia que garanticen la idoneidad de quienes se desempeñen como
operadores del sistema.
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Procuración
Público
General de la Nación
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Por otra parte, debe tenerse presente que las puntuaciones aífffgn'adas a los
concursantes por los antecedentes declarados y acreditados y, además, por su
desempeño en las pruebas de oposición son el resultado de un sinfín de aspectos
valorativos; que, por otra parte, cada miembro del Jurado tiene una mirada particular
en relación con un mismo asunto; y, por último, que tanto las calificaciones en cada
rubro de los antecedentes como de las pruebas de oposición, deben ser analizadas
dentro del contexto global y del universo de los acreditados y rendidos,
respectivamente.
La labor del Tribunal lleva implícita la de comparación y diferenciación entre
unos y otros antecedentes y pruebas, a los fines de cumplir con su principal
cometido que es el de conformar un orden de mérito de los postulantes. Además, en
lo que respecta a la evaluación de las pruebas de oposición, el Tribunal, de acuerdo
con lo establecido en la normativa aplicable (art. 28 del reglamento), tuvo en cuenta
la opinión -no vinculante— de la señora Jurista invitada profesora doctora Zulita
Fellini, plasmada en su informe de fecha 28/04/11, en los términos y de acuerdo a
las fiíndamentaciones explicitadas en el dictamen final tanto en el voto de la mayoría
de los miembros del Jurado como del señor vocal docto; Eduardo Codesido. En este
sentido, también corresponde advertir que los Jurados actúan, en acuerdo, como
cuerpo colegiado, de modo que a veces las mejores razones de un colega demuestran
la inconveniencia de la posición adoptada a priori por otro, mientras que el trabajo
de la Jurista invitada es individual y su opinión no tiene contradictor alguno.
Ha de recordarse asimismo que en ocasión de emitir el dictamen final se
aclaró que, para dotarlo de la máxima objetividad e imparcialidad, la evaluación de
los exámenes de oposición fiíe realizada en dos momentos. En primer lugar, se
analizó, se debatió y se establecieron calificaciones provisorias que los miembros
del Jurado plasmaron en sus papeles de trabajo. Luego, al presentar la Jurista
invitada su dictamen, se analizaron sus fimdamentaciones, conclusiones y las
calificaciones propuestas, para proceder tras ello a la evaluación definitiva de todos
los exámenes.
En las evaluaciones de cada una de las pruebas escritas y orales se
mencionaron no sólo los aciertos sino también los errores, omisiones, fallas lógicas
y demás circunstancias que posibilitaron la calificación.
Respecto de las evaluaciones
y calificaciones
otorgadas
en el dictamen
final
a las pruebas de oposición escritas, conforme el voto de la mayoría de los miembros
del Tribunal, se observa que dieciséis de los diecinueve exámenes rendidos fueron
calificados con notas distintas a las propuestas por la distinguida Jurista invitada, lo
que demuestra de manera elocuente
la existencia de diferentes
criterios
mensurativos, sin que por ello ninguna de estas calificaciones resulten inadecuadas,
pues, en tanto razonablemente fundadas, se enmarcan en el prudente ejercicio de la
discrecionalidad reglada con que cuentan los distintos evaluadores para ejercer su
labor.
En el dictamen final, la mayoría del Tribunal sostuvo sobre el punto lo
siguiente:
"(....) adhieren a éste (dictamen de la Jurista), al que se remiten y dan por
reproducido como parte del presente, en mérito de la brevedad, con dos salvedades.
Por un lado, se realiza una corrección en dicho dictamen respecto del último párrafo
de la evaluación del examen del concursante Hugo Daniel Navarro en el que se ha
deslizado —^probablemente por im involuntario error— una referencia
al
sobreseimiento del "menor punible (Alejandro Ezequiel)" cuando se trata del menor
no punible llamado en el caso Pedro Alberto. Por otro lado, se concluye en calificar
cada una de las pruebas (...)".
"(...) La mayoría del Tribunal entiende que las diferencias entre las
calificaciones propuestas por la señora Jurista invitada y las que se asignan
conforme las razones coincidentes con las brindadas por la doctora Zulita Fellini,
son de escasa significación y por lo tanto no implican el apartamiento de su opinión
respecto del desenvolvimiento de los concursantes en la prueba de oposición
escrita".
"Se considera que esas mínimas diferencias en los puntajes asignados son
consecuencia lógica de los distintos procesos de formación de los juicios de valor ya
que el del Jurista es el resultante de la actividad intelectual individual y el del
Tribunal es fruto, además, del debate de las distintas ideas y opiniones de todos los
integrantes (...)."
"La mayoría del Tribunal calificó al que consideró el mejor examen con 58
(cincuenta y ocho) puntos por entender que esa es la nota más justa de acuerdo a sus
méritos; y a partir de allí, todas los demás calificaciones asignadas guardan relación
y proporcionalidad con ese tope, de acuerdo con sus contenidos".
"En relación a la prueba escrita rendida por la concursante doctora María M.
Halperin, cabe señalar que si bien se advierten diferencias en los encuadres y
Ministerio
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ERAL DE ÜA NACIÓN
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! contenidos respecto de los exámenes rendidos por los postulantes deetófés-faura M.
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Chamís y Pablo Sagasta, esta mayoría del Tribunal considera que todos ellos
alcanzan el piso mínimo de 36 puntos exigido por la reglamentación para poder
integrar el orden de mérito".
Respecto
de las evaluaciones
de las pruebas
de oposición
orales
el Jurado,
conforme el voto de la mayoría de sus miembros, se apartó del dictamen de la Jurista
invitada, por los fundamentos expuestos respecto de cada uno de los diecinueve
exámenes, calificando también de manera diferente a la propuesta por la distinguida
Jurista invitada, en seis casos.
En el dictamen final, la mayoría del Tribunal expuso que "(...) Luego de
analizar el dictamen de la señora Jurista invitada, el Tribunal se aparta del análisis y
fundamentación efectuadas respecto de todas las pmebas orales y con respecto a los
exámenes rendidos por los concursantes doctores María Martha Halperín, Jorge
Daniel López Oribe, María Eugenia Sagasta, Pablo Sagasta, María Alejandra
Sullivan y Gabriel Antonio Tula Gonzaga, también respecto de las calificaciones
propuestas por la nombrada, todo ello, de acuerdo a las consideraciones que para
cada uno de ellos, se efectúan seguidamente (...)".
En conclusión, el Tribunal considera que el dictamen final cuestionado por
algunos de los concursantes contiene la debida fundamentación y motivación
respecto de todas y cada una de las cuestiones que se tuvieron en cuenta a los fines
de la asignación de las calificaciones correspondientes, tanto respecto de la etapa de
antecedentes como a la de oposición, por lo que corresponde remitirse a sus
términos y darlos por reproducidos como integrantes de la presente.
En lo que sigue se pasará al análisis particular de los planteos deducidos y por
razones metodológicas, sin perjuicio del orden elegido por los presentantes para
desarrollar sus agravios, se tratarán en primer lugar los planteos referidos a los
antecedentes y luego los inherentes a los exámenes de oposición.
Impugnación
del concursante
doctor Gabriel Antonio
Tula
Gonzaga
El citado concursante impugna mediante su escrito agregado a fs. 362/363 y
en los términos del art. 29 del Reglamento de Concursos, las
asignadas
a sus antecedentes
'funcionales
inscs. a) y b) del art. 23 del Reglamento
y/o profesionales",
y la evaluación
considerar que han sido subvaluados de modo arbitrario.
calificaciones
previstos
en los
de su examen oral
por
Los antecedentes previstos
por el Tribunal con 28.50
en el art. 23, incisos a) y b) han sido
calificados
(veintiocho con 50/100) puntos. El concursante considera
que no ha sido debidamente merituado su desempeño como Secretario de Primera
Instancia en la Fiscalía Nacional de Menores (Nros. 2 y 3) por lo que debería
elevarse su calificación y además sostiene que no se ha contemplado adecuadamente
la actividad desarrollada en lo que concierne a la especialización en derecho penal
juvenil en comparación con otros concursantes ajenos a la jurisdicción o con menor
tiempo de desempeño en la materia del concurso. Menciona asimismo que la
Convención sobre los Derechos del Niño y otras normas internacionales hacen
referencia a la especialidad y, además, destaca la importancia de la capacitación y
especialización por parte de quienes están a cargo de menores. El doctor Tula
Gonzaga efectúa comparaciones genéricas respecto de los exámenes de otros
concursantes a quienes no individualiza y solicita que se revea la calificación que le
fiíere asignada.
Respecto de lo planteado
cabe mencionar que de acuerdo con las pautas
objetivas de calificación explicitadas en el dictamen final de fecha 18/8/11, el
puntaje básico que se decidió otorgar a un secretario de fiscalía en los incs. a) y b)
es de 24 puntos, para luego, según sus antecedentes, adicionar el puntaje que
corresponda conforme a las pautas en cuestión. También se resolvió que la suma del
puntaje base y el adicional no puede alcanzar el puntaje "base" correspondiente al
inmediato superior de la escala transcripta en el decisorio cuestionado - 3 2 puntos—
En consecuencia, ése fiie el procedimiento que se llevó a cabo para calificar al
impugnante Tula Gonzaga: se partió de un puntaje base de 24 puntos que le
corresponden por desempeñarse como secretario y se le adicionaron 4.50 puntos, lo
que implica un porcentaje superior al 50% del adicional posible, mediante la
valoración no sólo de los ocho años y siete meses de desempeño en el cargo de
secretario de fiscalía que registraba a la fecha del cierre de la inscripción al
concurso, sino también los restantes antecedentes considerados desde la obtención
de su título de abogado. En atención a la vinculación entre dichos antecedentes y los
correspondientes al rubro "especialización fimcional y/o profesionaPV corresponde
referir que, dada la especificidad del cargo concursado, se valoró concretamente su
desempeño en una fiscalía del fuero penal de menores, ítem en el que se lo calificó
con 14.75 puntos, una de las notas más altas alcanzadas en ese rubro por los
concursantes con cargo de secretario. En este punto el Tribunal hace notar que a los
6
^^3
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PiROCURAi
Público
General de la Nación
CETARIA :
ERAL DE LA N Í
M e s de la calificación del rubro especialización se partió defe"base"de que las
vacantes concursadas presuponen una formación destacada en derecho penal y
procesal penal, y en consecuencia, la evaluación de los aspirantes se efectuó
conforme esa idea directriz. Así, se entiende por "especialización" o "especialidad",
la rama del derecho que han cultivado desde la obtención del título de abogado y
han aplicado en el ejercicio de las funciones y actividades desarrolladas. Se tomaron
en cuenta, principalmente, los cargos y funciones desempeñadas, las tareas
desarrolladas y los períodos de ejercicio. También se consideraron como
demostrativos de dicha formación, y por ende, incidieron en la calificación del
rubro,
el
desempeño
de
aquellas
actividades,
producciones,
logros
y
reconocimientos, contemplados en el resto de los ítems del art. 23 del Reglamento,
en la medida que resultaron ilustrativos de la mayor intensidad o nivel de
profiíndización en el contacto con la materia que los concursantes aplican en su
labor cotidiana. Al respecto, cabe señalar que el impugnante obtuvo 5 puntos sobre
un máximo total posible de 40 puntos por sus antecedentes contemplados en los
incs. c), d) y e) del art. 23 del Reglamento.
Efectuada la revisión de lo actuado por el Tribunal, no se advierte la
configuración de ninguna de las causales de impugnación previstas en el
Reglamento, por cuanto todos los antecedentes acreditados por el doctor Tula
Gonzaga han sido considerados y se encuentran adecuadamente valuados de acuerdo
con las pautas explicitadas en el dictamen final.
Por lo expuesto, corresponde rechazar el recurso intentado y ratificar la
calificación de 28.50 puntos por los antecedentes pertinentes a los incs. a) y b) del
art. 23 del Reglamento de Concursos, con la que fuera oportunamente evaluado, al
resultar dicha calificación justa y equitativa dentro del marco general de
concursantes.
El doctor
Tula Gonzaga
impugna también la evaluación
de su prueba de
oposición oral, calificada por la mayoría del Tribunal con 29 puntos, mientras que
por la Jurista invitada le asignó 28 puntos, decisión a la que adhirió el vocal señor
Fiscal General doctor Eduardo Codesido.
Expresa el impugnante que, en primer lugar, no pretende cuestionar la ardua
y prolija labor cumplida por el Jurado y que tiene en claro que la calificación de un
examen no puede ser sometida a un análisis regido por criterios puramente
aritméticos que resultan -en definitiva— incompatibles con una evaluación en
conjunto de lo puntualmente expresado por cada participante y su comparación
relativa con los demás.
Sin perjuicio de ello, estima que en la valoración de su exposición oral se
incurrió en arbitrariedad prevista como causal de impugnación, conforme a las
circunstancias que el concursante indica y que se resumen seguidamente. Dado que
en el dictamen final se afirmó que: "Se consideró relevante a los fines de la
calificación de esta prueba, además del desarrollo del contenido en general, la
claridad en la exposición, el adecuado uso de la terminología jurídica y la calidad de
las respuestas a las preguntas formuladas, en su caso, por los integrantes del Jurado
y por la Jurista invitada, las citas legales, doctrinarias y jurisprudenciales y el
adecuado uso del tiempo asignado"; y si bien se sostuvo que no respondió con
solvencia a la pregunta de cómo y con qué parámetros se miden el principio de
culpabilidad y de proporcionalidad y que, por momentos, pareció como si repitiera
un texto, él entendía que, al haber demostrado un conocimiento de las leyes
nacionales e internacionales que rigen la cuestión como también de la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre la materia, mediante un correcto
empleo del tiempo, a lo que suma críticas que ha efectuado a algunos puntos del
sistema, a su entender el examen habría contado con elementos técnicos jurídicos, de
conocimiento y lógicos suficientes como para asignarse ima nota superior a la
cuestionada.
Sobre
lo planteado,
corresponde mencionar que, en primer término, el
postulante no efectúa comparación con los otros exámenes ni con las demás
calificaciones asignadas a las pruebas de oposición oral del resto de los
concursantes.
Por lo demás, al referir a la evaluación efectuada por el Jurado lo hace en
forma parcial, ya que en el dictamen final y conforme el voto de la mayoría de sus
miembros, se concluyó respecto de su prueba oral en los siguientes términos:
"En suma, si bien el concursante destinó la mitad del tiempo estipulado en
desarrollar una reseña histórica del tema escogido, a lo largo de su exposición
demostró un conocimiento de las leyes nacionales e internacionales que rigen la
cuestión, como también de la jurisprudencia de la CSJN sobre la materia en exahien;
sin embargo, por momentos, pareció como si repitiera de memoria un texto. No
pudo responder con solvencia a la pregunta de cómo y con qué parámetros se miden
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el principio de culpabilidad y de proporcionalidad. Tuvo un correctúMempleo del
tiempo asignado (...)."
Del propio texto del recurso intentado por el doctor Tula Gonzaga resulta
que, por un lado, reconoce haber incurrido en las falencias que le fueran apuntadas
por el Tribunal respecto de su examen y, además, del confronte con la evaluación
explicitada por el voto de la mayoría en el dictamen final del Jurado, el nombrado
omitió referir lo allí señalado en orden a que "(...) el concursante destinó la mitad
del tiempo estipulado en desarrollar una reseña histórica del tema escogido (...)".
Conforme lo expuesto precedentemente y tras volver a escuchar el examen de
la grabación correspondiente, el Tribunal concluye que no se configura ninguna de
las causales de impugnación previstas en la reglamentación -arbitrariedad— y que
el planteo se funda, en definitiva, en una discrepancia del recurrente respecto de los
criterios y de la calificación asignada por el Jurado.
La nota atribuida por el Jurado a la prueba de oposición oral rendida por el
doctor Tula Gonzaga (inclusive superior a la propuesta por la Jurista invitada), es
justa, equitativa y guarda adecuada proporcionalidad con el universo de las
otorgadas a los exámenes orales de acuerdo con sus contenidos.
En virtud de ello, se rechaza impugnación y se ratifica la calificación de 29
puntos asignada en el dictamen final al examen oral rendido por el concursante
doctor Tula Gonzaga.
Impugnación
del concursante
doctor Jorge Daniel López Oribe
Mediante el escrito que luce a fs. 364/381 el Dr. López Oribe impugna en los
términos del art. 29 del Régimen de Selección de Magistrados del Ministerio
Público Fiscal de la Nación, las evaluaciones
y calificaciones
asignadas
a sus
pruebas de oposición escrita y oral, las cuales fueran valuadas con 56 y 33 puntos,
respectivamente, por considerar que el Jurado incurrió en la causal de arbitrariedad y
violó el principio de igualdad.
El concursante solicita "(...) que se esté a los puntajes asignados por la Dra.
Zulita Fellini -(57 puntos en el examen escrito y 34 en el oral, evaluación a la que
adhirió el vocal señor Fiscal General doctor Eduardo Codesido)-, por ser los que se
corresponden con las fundamentaciones dadas y reproducidas por el examinador, o
bien se eleven las restantes puntuaciones conforme aquel criterio con que se evaluó
a las dos postulantes que oportunamente mencionaré (...)".
En fundamento de sus impugnaciones, en lo sustancial, señala que "(...) el
puntaje atribuido para mi prueba de oposición viola el principio de igualdad (...)• En
el caso puntual se me coloca en una situación de trato desigual respecto de otros
concursantes que en igual o inferior situación han merecido mayor puntaje." (...).
Además, sostiene que "(...) En los puntos que se señalarán lo decidido
aparece determinado por la sola voluntad de los evaluadores (Fallos: 238-23), lo
cual hace que la calificación que se me asignara en la prueba de oposición adolezca
de manifiesta irrazonabilidad (Fallos: 242-179) que en definitiva exhibe una
ausencia de fundamentos (Fallos: 296-177), por lo que se aparta de lo dispuesto en
el artículo 28, 1er. párrafo in fine, del reglamento citado anteriormente"; y que "(...)
Surge del acta labrada el 18 de agosto pasado que en la prueba de oposición escrita
se me asignaron 56 (cincuenta y seis) puntos, mientras que en la oral 33 (treinta y
tres), apartándose la mayoría del Tribunal de las calificaciones propuestas por la Sra.
Jurista invitada Dra. Zulita Fellini -y compartidas por el Vocal Fiscal General Dr.
Eduardo Codesido- en tanto se me restó en cada una de ellas 1 (un) punto."
Asimismo manifiesta que: "Sobre la base de ello, y tomando en consideración
que a la mayoría de los restantes candidatos también se les restó 1 (un) punto aunque solamente en la prueba escrita y no en la oral—, no habría de encontrar, en
principio, motivo alguno que permita tildar de arbitraria la calificación que se me
otorgara, y podría hallarme conforme con los 89 (ochenta y nueve) puntos que me
fueran asignados en la prueba de oposición, que representan el segundo mejor
puntaje de la evaluación -compartido con otros dos candidatos pero muy por sobre
las calificaciones atribuidas al resto—."; y que "(...) Sin ánimo de esbozar una falsa
modestia, cabe traer a colación la impresión causada al Tribunal y a la Jurista
invitada por los concursantes. (...)", para transcribir luego las evaluaciones de su
examen oral y del rendido por la doctora Sagasta efectuadas por la profesora doctora
Fellini.
Al respecto expresa que "(...) pese a la argumentación esbozada en el
dictamen final, se aprecia que mientras en general a los concursantes se les mantuvo
el puntaje propuesto por la Jurista, o bien se les restó 1 (un) punto -aquí se incluye
nuevamente al suscripto, sin dar explicaciones—, la Dra. Marcela Inés Simian fue la
única a quien se le aumentaron 4 (cuatro) puntos (pasó de tener 48 a 52 puntos). Y
sin fundamentarse en absoluto tal decisión, que en modo alguno puede resultar
comprendida dentro de las "mínimas diferencias
en los puntajes
asignados"
o de
10
Ministerio
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Procuración
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"escasa significación"
Público
General de la Nación
-como alude la mayoría del Tribunal para justificar su
abandono de las primeras calificaciones- cuando el apartamiento de lo decidido en
relación a todos los restantes postulantes es por demás notorio y, como más adelante
explicaré, perjudica directamente al impugnante (...)"; que "(...) Este aumento de
calificación otorgado sin fiíndamentos a ambas colegas (Dras. Sagasta y Simian) en
sus exámenes oral y escrito respectivamente, no es señalado en forma caprichosa ni
sobreabundante, sino que resulta sumamente trascendente para el suscripto puesto
que vulnera directamente los dos pilares sobre los que debe sostenerse todo concurso
-el mérito de los postulantes y la igualdad en el tratamiento de ellos-, tomándolo
consecuentemente arbitrario"; y que "Ello, en una aparente y nueva priorización - y a
efectuada al momento de evaluar los antecedentes— de la mayor antigüedad que
revisten ambas en la justicia, y desmereciéndose la mejor puntuación obtenida por el
suscripto sumando ambas pmebas de oposición, así como su trayectoria judicial y
académica; lo cual contrasta con el espíritu del reglamento de selección que en su
artículo 28, último párrafo, establece -haciendo un parangón con el caso- que "En
caso de paridad
prioridad
en el orden de mérito de dos o más concursantes,
a quien haya obtenido mejor puntuación
el Tribunal
sumando ambas pruebas
dará
de
oposición" (recuérdese que el suscripto obtuvo 91 puntos según la Jurista-logrando
la segunda mejor calificación por sobre todo el resto de los candidatos-, y 89 de
acuerdo a la mayoría del Tribunal - merced a lo cual ñie alcanzado en el segundo
puesto por la Dra. Quimo Costa y el Dr. Togni-; mientras que la Dra. Sagasta obtuvo
79 y 83 puntos respectivamente; en tanto la Dra. Simian, 76 y 80 puntos)".
Seguidamente transcribió la evaluación del examen oral efectuada en el
dictamen final conforme el voto de la mayoría del Tribunal y considera que "(...) La
ausencia de explicaciones específicas acerca de los motivos que llevaron a restarle
dos puntos a mi examen y a sumarle cuatro a los de las Dras. Sagasta y Simian,
mientras que con el resto de los candidatos en general se mantuvo la calificación
asignada por la Jurista invitada Dra. Fellini, dificulta la tarea de impugnación, ya
que ignoro si se trata de un error involuntario o de otros motivos que en definitiva
permitan realizar una defensa adecuada; así, la arbitrariedad por ausencia de
motivación es palmaria".
Peticiona que se revean las calificaciones asignadas para las pruebas de
oposición y se esté a los puntajes fijados por la Dra. Zulita Fellini o bien se eleven
11
las restantes valoraciones conforme el criterio utilizado para evaluar a las dos
candidatas mencionadas, de acuerdo a las presentes pretensiones.
Tras el análisis
de los planteos
deducidos por el doctor López Oribe, el
Tribunal entiende que éstos se íundan exclusivamente en sus discrepancias con los
criterios de valoración y notas asignadas a sus pruebas de oposición escrita y oral.
Al respecto, en primer lugar corresponde rechazar por no ser ciertas las
infundadas manifestaciones del doctor López Oribe en orden a que el Tribunal tuvo
en consideración, al evaluar los exámenes de oposición, las calificaciones obtenidas
en la evaluación de los antecedentes así como que haya priorizado, en la etapa de
oposición, a los concursantes con mayores antecedentes.
Respecto de la evaluación
del examen escrito rendido por el impugnante y
calificado en el dictamen final conforme al voto de la mayoría del Tribunal con 56
puntos y por la señora Jurista invitada con 57 puntos (decisión a la que adhirió el
señor vocal Fiscal General doctor Eduardo Codesido), corresponde recordar que, sin
perjuicio de la adhesión al dictamen de la Jurista y la remisión a su fundamentación
en general, la mayoría del Tribunal explícito otra razón^, ya que evaluó al que
consideró el mejor examen escrito con 58 (cincuenta y ocho) puntos por entender
que ésa es la nota más justa de acuerdo a sus méritos y a partir de allí todas los
demás calificaciones asignadas guanian relación y profMjrcionalidad con ese tope, de
acuerdo con sus contenidos.
En la escala de O a 60 puntos que fija el Reglamento para calificar la prueba
de oposición escrita, 4 (cuatro) puntos representan 0.66 punto en una escala de
calificación de O a 10 puntos. Ésa es la diferencia entre la nota asignada por la
Jurista y por el Tribunal -conforme el voto de la mayoría-, al examen escrito rendido
por la doctora Simian.
A criterio de este Tribunal se trata de una diferencia mínima, la que puede,
como en el caso, derivarse de similares fundamentaciones y enmarcarse dentro de la
consecuencia lógica por los diferentes procesos intelectuales de los evaluadores,
individual -en el caso de la jurista- y colegiado -en el caso del Tribunal-,
Las diferencias existentes entre las pmebas escritas rendidas por doctor López
Oribe y la doctora Simian, con quien se compara y que se volvieron a revisar como
consecuencia de esta impugnación, resultan de sus contenidos y quedaron
debidamente reflejadas en cada una de las notas asignadas.
12
Ministerio
Procuración
tira. DANIlií^WiVANA
Público
General de la Nación
7
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GALLO
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cl cxamen escrito rendido por el doctor López OribéTel Tribunal
fRocuR^cJNWN£HMLú£uA^ACioReyjgado
concluye que no se advierte la configuración de ninguna de las causales de
impugnación previstas en la reglamentación, ya que la evaluación se ajusta al
contenido de dicha prueba y la calificación de 56 puntos asignada -que se trata de la
segunda más aha-, es justa, equitativa y guarda adecuada proporcionalidad en
relación con el universo de las otorgadas a tenor de sus contenidos.
En virtud de todo ello, el Tribunal concluye que no se configura ninguna de
las causales de impugnación previstas en la reglamentación y que la calificación de
56 puntos asignada a la prueba escrita del doctor López Oribe es justa y equitativa
en relación a todas las asignadas de acuerdo a sus contenidos, por lo cual se rechaza
el recurso y se ratifica el puntaje otorgado.
Respecto
de la evaluación
del examen de oposición
oral, la mayoría del
Tribunal también fundamentó adecuadamente en el dictamen final las evaluaciones
producidas. En tal sentido, cabe recordar que allí se señaló que:
"(...) Se consideró relevante a los fines de la calificación de esta prueba,
además del desarrollo del contenido en general, la claridad en la exposición, el
adecuado uso de la terminología jurídica y la calidad de las respuestas a las
preguntas formuladas, en su caso, por los integrantes del Jurado y por la Jurista
invitada, las citas legales, doctrinarias y jurisprudenciales y el adecuado uso del
tiempo asignado.
Luego de analizar el dictamen de la señora Jurista Invitada, el Tribunal se
apartó del análisis y fundamentación efectuadas respecto de todas las pruebas orales
y con respecto a los exámenes rendidos por los concursantes doctores María Martha
Halperín, Jorge Daniel López Oribe, María Eugenia Sagasta, Pablo Sagasta, María
Alejandra Sullivan y Gabriel Antonio Tula Gonzaga, también respecto de las
calificaciones
propuestas por la nombrada, todo ello, de acuerdo
a las
consideraciones que para cada uno de ellos, se efectúan seguidamente, por orden
alfabético (...)".
Respecto del examen oral del doctor López Oribe, al evaluarlo en el dictamen
final, luego de la descripción de su contenido, la mayoría del Tribunal concluyó:
"En suma, la exposición resuhó completa y ordenada. Su razonamiento ñie
lógico. Demostró actitud y una buena preparación del tema escogido. Evidenció
poseer criterios propios y juicios críticos solventes. La cita de jurisprudencia fue
13
abundante. Hizo un uso apropiado de la doctrina y utilizó de manera correcta el
tiempo asignado. El lenguaje fue adecuado (...)."
Como consecuencia de esa evaluación se le asignaron 33 puntos mientras que
la Jurista invitada concluyó que su examen merecía la calificación de 34 puntos,
propuesta a la que adhirió el vocal señor Fiscal General doctor Eduardo Codesido.
Conforme se señaló y surge del dictamen final, en cada caso se
fijndamentaron las evaluaciones y, además, el apartamiento respecto de las notas
propuestas por la Jurista invitada fue en seis de los casos y no respecto de cuatro
como señala el doctor López Oribe.
Las evaluaciones de los exámenes orales, tanto el del impugnante como el
rendido por la concursante María Eugenia Sagasta con quien se compara y la de los
restantes, fiíeron debidamente fiíndamentadas. No existió adhesión ni tampoco
identidad con la fundamentación brindada por la Dra. Fellini, más allá de la lógica
coincidencia en algunos criterios y valoraciones.
Tras revisar los papeles de trabajo del Tribunal y de volver a escuchar las
exposiciones de las grabaciones, se reafirma que existen diferencias de mérito entre
su prueba oral y la rendida por la doctora Sagasta, las que quedaron debidamente
reflejadas en las evaluaciones producidas y en las calificaciones asignadas a
consecuencia de ellas en cada caso.
Cabe agregar también respecto de la evaluación del examen oral rendido por
la doctora Sagasta que la diferencia entre la calificación propuesta por la Jurista
invitada y la asignada por el Tribunal de acuerdo al voto de la mayoría de sus
miembros también es mínima. Ello es así pues 5 puntos en una escala de O a 40,
representan 1.25 punto en la escala de calificación de O (cero) a 10 (diez).
Resulta lógico, razonable y también muy práctico que, a los fines de la
descripción del contenido de los exámenes el Tribunal transcribiera en lo pertinente
los dichos de la Jurista cuando estos se compadecieron con lo sucedido; pero del
simple confronte de las conclusiones brindadas por cada uno de los órganos
evaluadores del desempeño de los postulantes (Jurista invitada y Jurado), resultan
las diferencias entre las evaluaciones y las notas asignadas en consecuencia.
De lo precedentemente expuesto, corresponde concluir que el decisorio
consta de la debida fiíndamentación de las evaluaciones producidas. Que la opinión
de la Jurista invitada y la de uno de los vocales del Jurado sea distinta a la de la
mayoría de sus miembros por un punto, no convierte en inadecuado —y mucho
14
Ministerio
Dfa. DAN
PH.
OROCURAJ
o i- . A R I A .
ERAL DE tA NACIÓN
Procuración
Público
General de la Nación
menos aún— en irrazonable a la adoptada por ésta. El cuestionamiento respecto de
si las diferencias entre las calificaciones propuestas por la Jurista invitada y las
asignadas por el Tribunal son mínimas (como lo entiende el Jurado) o no, también se
encuadra dentro de las discrepancias existentes entre el criterio del concursante y el
de la mayoría de los miembros del Tribunal.
Tras volver a escuchar de la grabación la prueba oral rendida por el doctor
López Oribe como así también la rendida por la concursante a la que alude en su
presentación, el Tribunal concluye que no se configura ninguna de las causales de
impugnación previstas en el Reglamento respecto de las evaluaciones y que la
calificación de 33 puntos asignada al examen del impugnante se ajusta a sus
contenidos, está razonablemente reflejada en el dictamen final y es justa y equitativa
en relación con el resto de las evaluaciones producidas, por lo que se rechaza el
recurso intentado y se la ratifica.
Impugnación
del concursante
doctor Daniel Alejandro
Togni
El Dr. Togni fiíe calificado en el dictamen final, conforme el voto de la
mayoría de sus miembros, con 37 puntos en el examen oral y 52 en la oposición
escrita. Con el mismo puntaje calificó la señora Jurista invitada su examen oral,
mientras que a la prueba escrita le asignó 53 puntos, decisión a la que adhirió el
vocal del Jurado señor Fiscal General doctor Eduardo Codesido.
El concursante dedujo impugnación a fs. 382/386 vta, con invocación en la
causal de error material o en subsidio de arbitrariedad manifiesta, en virtud de lo
dispuesto por el art. 29 del reglamento, respecto de las evaluaciones y calificaciones
asignadas al examen oral de la concursante María Eugenia Sagasta y de la prueba
escrita de la doctora Simian.
En ñindamento de su planteo señala: "(...) Me resulta en extremo violento
tener que recurrir el dictamen de V.V.E.E., puesto que lo considero ecuánime y
proporcional tanto en la etapa de evaluación de antecedentes, como en la de
oposición, con excepción del caso que traigo ahora ante Uds. En concreto, se trata
de la situación de la concursante María Eugenia Sagasta, a quien la Jurista invitada
sugirió se le asignen 26 puntos en su examen oral, y a quien finalmente le otorgaron
31 puntos, pese a que los negativos argumentos brindados por la Dra. Zulita
Fellini fueron repetidos en lo esencial en el dictamen final, lo cual toma
inexplicable y desproporcionado un aumento de tal magnitud de parte del Jurado,
que llevó a la nombrada del 6° al 3° lugar del orden de mérito. Esta situación me
15
trae un grave peijuicio, puesto que dicho incremento en la nota de la Dra. Sagasta
me ha desplazado al 4° puesto por 0 ^ 5 puntos. De tal modo, mientras que quien
ocupe el 3° lugar integrará las fres temas a conformarse y tendrá el primer puesto en
la tercera de ellas: en mi caso solo integraré dos temas y en el mejor de los casos
seré segundo en la última de esta (...). Aclaro que no cuesticmo la facultad soberana
del Jurado para otorgar la nota que le parezca más adecuada a cada concursante,
puesto que el reglamento les otorga "cierto margen de discrecionalidad
análisis
y apreciación
razonable
y prudente
para el
de ellos" conforme ya ha sido
reconocido en varios precedentes de esa Secretaría Permanente de Concursos (ver
acta de resolución de impugnación del Concurso 73). No cuestiono ello de ningún
modo, puesto que no se trata mi impugnación de una mera discrepancia con la nota
asignada.
2) La crítica -con el mayor de los respetos-, es !a inexistencia de una
explicación en el dictamen que justifique ua cambio tan rotundo con el parecer
de la Jurista invitada, lo que me lleva a pensar en la posible existencia de un error
material (...)
"(...) 3) En concreto entonces vengo a impugnar por error material o por
manifiestamente arbitrario -por infimdado y desproporcionado-, el aumento de 5
puntos que le otorgaron a la concursante María Eugenia Sagasta en la nota del
examen oral, ya que la ftmdamentación del concurso no permite conocer los motivos
de la elevación de la concursante a los primeros puestos del orden de mérito. (...)
4) En este concurso la Dra. Zulita Fellini como conclusión del examen de la
Dra. María Eugenia Sagasta afirmó que "... Considero que demostró un lensuaie
jurídico reducido, y que le faltó información v preDaración adecuadas respecto al
tema de su elección. Su exposición resultó desordenada v reiterativa en varias
oportunidades.
Obvió abordar cuestiones de primordial importancia.
Asimismo.
introdujo anécdotas que, si bien interesantes, no hadan esencialmente al tema de
oposición V le euitaron precisión jurídica. No obstante, durante su
disertación
reflejo buena actitud y conocimientos del tema en eeneral. Le sobraron 3 o 4
minaos del tiempo acordado. Sugiero la calificación de veintiséis (26)puntos
..."
(lo subrayado y con negritas me pertenece). (...) Uds. por su parte valoraron sobre
este examen que "... la concursante resultó desordenada y reiterativa en varias
oportunidades.
Obvió abordar aleunas cuestiones preponderantes. No obstante,
durante la exposición reflejó una excelente actitud v demostró conocer el tema en
16
Día. BAHte
Ministerio
PRO'
pROCURACI
Procuración
Público
General de la Nación
üeneral. Expuso una conclusión final. En cuanto al uso del tiempo asignado
la exposición le sobraron
tres (3) o cuatro (4) minutos. Calificación:
para
31 (treinta y
un)puntos (...) " (lo subrayado y con negritas me pertenece). (...)
"5) Grafícando la información del concurso (ver cuadro que sigue), se
advierte rápidamente que en la generalidad de los casos (16 sobre 19). mantuvieron
un criterio coincidente con la Jurista Invitada, o se apartaron de éste hasta en 1
punto. Y en sólo tres casos lo hicieron notoriamente de la nota sugerida por la Dra.
Zulita Fellini.- Específicamente sobre los 38 exámenes evaluados. 19 orales y 19
escritos, la variaciones entre las notas de la Jurista Invitada y las del Jurado se
mantuvieron iguales en 16 exámenes, difirieron en hasta 1 punto en 18 exámenes, y
solo en 4 de ellos las diferencias fiíeron superiores a 1 punto.- Efectuando similar
análisis respecto sólo de los exámenes orales, se advierte que sobre los 19 casos en
13 mantuvo el jurado la misma nota, en dos casos se apartó reduciendo la nota en
0,5, en otros dos reduciéndola 1 punto, en un caso reduciéndola 2 puntos, y en
ultimo caso (el de la Dra. Sagasta), aumentándola en 5 puntos.- (...)
6)
Como
argumento
adicional,
el
incremento
de
dicha
nota
es
extrínsecamente incongruente -por elevado- con las restantes notas del concurso, al
resultar desproporcionado con otros casos en los que se conceptuó de mejor
modo algunos exámenes por parte de Uds. -respecto de la jurista-, pero no
llegaron a la misma solución que con la Dra. Sagasta, manteniendo o incluso
bajando las notas.- (...) En conclusión, comparando la calificación del examen
oral de la Dra. Sagasta con la de los exámenes inmediatamente superiores e
inferiores (32 y 30 puntos), la fundamentación no refleja porqué se sitúa a su
examen oral entre estos dos valores, por lo cual la nota no es proporcional
extrínsecamente, al no guardar congruencia con las notas de los restantes
concursantes.7) El examen escrito de la Dra. Simian desafortunadamente cae dentro de las
mismas consideraciones de impugnación que la Dra. Sagasta (...) entiendo que se ha
repetido el vicio de la falta de ñindamentación que exige el art. 28 del reglamento
(...) Si bien dicho incremento no me acarrea perjuicio, expongo la situación para
completar y terminar de desarrollar el razonamiento que grafiqué en el punto 4).8) Para finalizar debo señalar que lo ya expuesto me causa perjuicio, puesto
que el incremento de nota hizo subir a la Dra. Sagasta tres lugares en el orden de
mérito, lo que me llevó del 3° al 4° puesto del orden de mérito, quedando 4° por
17
solo 0,25 puntos.- Si bien se podría argumentar que "de todos modos quedo
temado", entiendo que ni cuantitativa ni cualitativamente es lo mismo integrar
dos o tres temas, o integrar alguna de éstas en primer, en segundo o en tercer lugar,
teniendo agravio en consecuencia que justifica el planteo (...)".
En relación con el análisis y resolución de la impugnación deducida por el
doctor Togni que acaba de ser resumida, cabe tener por reproducido lo dicho en las
consideraciones generales de la presente y al tratar la impugnación del doctor López
Oribe, en lo pertinente.
El Tribunal considera que todas y cada una de las evaluaciones constan de la
debida fiíndamentación en el dictamen final que se tiene por reproducido como
integrante de la presente.
Sin
perjuicio
de
ello,
se
procedió,
como
consecuencia
de
estas
impugnaciones, a la revisión de los contenidos de las pmebas orales rendidas por los
doctores Sagasta, Mogni, Halperin y Campana y de la pmeba escrita de la doctora
Simian, lo que permitió concluir que no se ha configurado ninguna de las causales
de impugnación previstas en la reglamentación respecto de las evaluaciones
efectuadas en el dictamen final, razón por la cual, se rechaza la impugnación del
doctor Togni cuyos planteos deben ser encuadrados como discrepancias con los
criterios de valoración y notas otorgadas por el Tribunal en el dictamen final en
estricto ejercicio de las facultades reglamentarias que le son propias y conforme el
voto de la mayoría de sus miembros, y se ratifican las calificaciones allí
consignadas.
Impugnación del concursante doctor Hugo Daniel Navarro
Mediante escrito agregado a fs. 387/391, el doctor Navarro expresa que, de
conformidad con lo dispuesto en el art. 29 de Reglamento de Concurso de la P.G.N.,
viene a " (...) deducir impugnación contra el acta de evalmción
contra el dictamen emitido por Tribunal -relativo
oral y escrito- por la causal de arbitrariedad
-orden de mérito y
a la evaluación
de mis exámenes
manifiesta ".
Respecto a la evaluación de sus antecedentes hace referencia a los ítems a) y
b) y él relativo
puntos,
a la especialización
respectivamente,
y considera
que los puntajes
con que ha sido calificado,
de 31 y
si bien elevados
14.50
"(...) no
resultan equitativos si se los compara con el otorgado a otros postulantes (...)" y
que, por otra parte, ello no respetaría el principio de especialidad consagrado en la
Convención sobre los Derechos del Niño. Al respecto precisa que, al momento de
18
Ora.
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Público
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Procuración
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General de la Nación
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calificar a los distintos postulantes del concurso, no se estableció una diferencia
sustancial entre, en sus palabras, "(...) quienes llevamos casi dos décadas de
ejercicio constante de la fiínción de Secretarios de Fiscalías Nacionales de Menores
o de Secretarios de los Juzgados Nacionales de Menores, con aquéllos que nunca lo
fueron, "lo que lesiona el principio de la especialidad". Agrega que, en su caso,
obtuvo menos puntuación incluso que otros secretarios (de fiscalías y de juzgados)
que accedieron al cargo al mismo tiempo que él e incluso menor que otros
postulantes que fueron nombrados secretarios muchos años después que él. Este
tratamiento dispar "demostraría una arbitraria evaluación de la antigüedad en el
cargo y de los períodos de actuación de algunos postulantes".
En el párrafo siguiente expresa que por ser funcionario del Ministerio Público
(secretarios de fiscalías de menores) debería de existir un plus en su calificación, ya
que a su criterio ello implica una especialidad en sí misma, al punto que existe en la
Universidad de Buenos Aires una carrera de especialización en Ministerio Público
que él aprobó cuando se dictaba bajo el título de "Actualización en Ministerio
Público". Aclara también que no le parece equitativa la puntualización efectuada en
el orden de mérito y que no se ha valorado suficiente la labor que realiza desde hace
casi dos décadas.
Por todo ello, solicita que se eleve considerablemente la puntuación relativa a
los incisos a) y b) y la asignada en el rubro "especialización".
Así descrito su planteo, se ha de pasar a dar tratamiento a las impugnaciones
que introduce, en cuanto a la calificación que le fue otorgada en sus antecedentes;
concretamente 31 puntos por los antecedentes previstos en los incs. a) y b) y 14.50
puntos en el rubro "especialización", del art. 23 del Reglamento.
A poco que se pasa lectura a sus agravios en conjunto, surge claramente que,
en esencia, disiente con los puntajes que le fueran acordados y con los parámetros de
calificación seguidos por el Tribunal, bajo la presunción de que parte de sus logros
no han sido ponderados en esas calificaciones, para lo que propone un detalle de
pautas de calificación propias y que, a su entender, debieron sido las que guiaran la
labor de este Tribunal.
Comparar sus puntajes a los que considera inequitativos con el de otros
concursantes a quienes no individualiza y a los que se refiere en forma genérica
impide que se brinde una respuesta concreta sobre sus cuestionamientos, máxime
19
cuando -como él mismo lo admite- sus calificaciones en los ítems a) y b) y en
especialización h^i sido elevadas.
Debe recordarse también, como ya se señalara, que este Jurado estableció que
el puntaje base a otorgar a un secretario de Fiscalía es de 24 puntos y que la
sumatoria entre éste y los puntos "adicionales" no podría alcanzar el puntaje base
del inmediato superior de la escala -en el caso 32 puntos-, con ello quedaría el
máximo en 31.50 puntos, por lo que se advierte que el concursante ha sido calificado
con una puntuación muy cercana al tope superior.
En cuanto a la afirniación de que no se ha respetado el principio de
especialidad consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño así como su
desempeño en el Ministerio Público Fiscal, debe considerarse que se trata de otra
opinión que carece de sustento por cuanto su puntuación de 14.50 puntos en el ítem
"especialización" la contradice. Debe observarse al respecto que en ocasión de
emitirse el dictamen final, se explicó que en este rubro "(...) se tomaron en cuenta,
principalmente, los cargos y ftmciones desempeñadas, las tareas desarrolladas y los
períodos de ejercicio. Y también se consideraron como demostrativos de dicha
formación, y por ende, incidieron en la calificación del rubro, el desempeño de
aquéllas actividades, producciones, logros y reconocimientos, contemplados en el
resto de los ítems del art. 23 del reglamento (...)". En consecuencia si se advierte
que el concursante ha sido calificado con O (cero) punto en los incs. d) y e), surge
palmariamente la fiíerte incidencia que ha tenido en su puntaje la especialidad
fiíncional como secretario de fiscalía en el fijcro penal juvenil.
Por otra parte, tampoco asiste razón al concursante en cuanto afirma
genéricamente que se debió no se habría considerado la labor "(...) que venimos
realizando algunos Secretarios desde hace ya casi dos décadas". Por un lado, se
ignora a quiénes se refiere en plural; por el otro, en cuanto a su caso en particular y
en lo que a este punto en concreto se refiere, justamente se consideraron para su
evaluación los quince años y diez meses que registraba en el cargo de Secretario al
momento del cierre de la inscripción al concurso y no las "casi dos décadas" que
menciona.
Por último, el Programa de Actualización en Ministerio Público que acreditó
fue debidamente evaluado en el ítem c).
Por todo ello, al no advertirse arbitrariedad alguna y por resukar las
calificaciones asignadas al concursante doctor Navarro acordes a los antecedentes
20
2^)
Ministerio
U f a . iSÁtJieiPROS"
pRdCURACION
¿RÍA
Procuración
; LA NACIÓN
Público
General de la Nación
acreditados, justas y equitativas en relación con las asignadas al universo de los
participantes, se rechazan las impugnaciones deducidas y se ratifican la nota de 31
puntos y los 14.50 puntos asignados por los antecedentes correspondientes a los
incisos a) y b) y en el rubro "especialización" del art. 23 del Reglamento de
concursos.
Impugna la evaluación
de su examen oral que ñie calificado con 29 puntos en
el dictamen final de acuerdo con el voto de la mayoría del Tribunal. Al respecto
señala, en lo sustancial, en fimdamento de su impugnación que: "(...) A poco que se
analice el contenido del dictamen del tribunal, se evidencia que el mismo resulta
cuanto menos contradictorio. Es que si el Tribunal estimó que presenté el tema de
estándares de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en materia de justicia penal
de menores "...con claridad y solvencia (...)' no se advierte cómo puede finalizar
contrariando dicha premisa, concluyendo que: '(...) En suma, la presentación fiíe
correcta pero desordenada en términos generales. Es de destacar que el concursante
desconoció el contenido particular de los fallos internacionales que mencionó.
Frente a preguntas formuladas por el Tribunal sus respuestas demostraron cierta
ausencia de conocimientos (...)' (sic), negando de este modo lo afirmado
previamente. (...) "Sí debo admitir que no he podido responder la pregunta que me
formulara el Dr. Codesido, quien me solicitó que le contestara ¿cuál era el contenido
de la enmienda octava de la constitución de los Estados Unidos? Sin perjuicio de
considerar que dicha pregunta excedía el marco del tema escogido, entiendo que
W . E E le han asignado a dicho interrogante una magnitud para mí inesperada.
Deduzco que el Tribunal entendió que por no poder contestarla, desconocía el
contenido de los fallos internacionales que había mencionado previamente. Sobre el
particular, no debe pasar por aho que todos los concursantes contamos con escasos
veinte minutos para exponer el tema elegido y por lo tanto, siendo que el margen
temporal era acotado y dada la amplitud de los temas que debíamos exponer, era
lógico que cuando uno prepare el tema -con esmero y dedicación (como el resto de
los participantes)- establezca un límite para ello.(...) En definitiva, entiendo que el
hecho de que no pudiera contestar a la pregunta del distinguido Vocal, Dr. Codesido,
no implica desconocer los fallos internacionales aludidos (...)."
Por otra parte, en cuanto a la utilización del tiempo, manifiesta que: "(...)
Pareciera que éste no fiíe un aspecto esencial a tener en consideración -al menos en
algunas exposiciones- puesto que han existido casos de postulantes que, aún cuando
21
les haya sobrado en un caso "cinco minutos" (...) obtuvieron puntajes superiores al
mío".
En lo que se refiere al análisis y resolución
del planteo introducido por el
doctor Navarro corresponde indicar que en la evaluación no se señaló como única
falencia que desconociera el contenido de la octava enmienda de la Constitución de
los EE.UU., cuestión en la que parece centrar su agravio. Por lo contrario, al evaluar
el examen oral rendido por el doctor Navarro, la mayoría del Tribunal sostuvo varias
cuestiones que fundamentaron la calificación asignada, la que da por reproducida en
este acto y a las que se remite en mérito por razones de brevedad.
Tras volver a escuchar el audio del examen del doctor Navarro, el Tribunal
concluye que la evaluación se adecúa a su contenido. De la lectura integral de la
evaluación no se advierte contradicción alguna y, por lo demás, lo dicho respecto de
su desconocimiento de los fallos internacionales que mencionó se refiere a su
expreso reconocimiento de no haber profundizado en su investigación sino de
haberlos estudiado de materiales obtenidos, tal como señaló la señora Jurista
invitada en su evaluación y con quien coincidió. Asimismo, resulta claro de las
conclusiones de la evaluación, además de su desconocimiento del contenido de la
octava enmienda de la Constitución norteamericana reconocido en su escrito de
impugnación, que tampoco respondió con solvencia otras preguntas formuladas por
el Tribunal, circunstancia que explica la calificación finalmente acordada.
Por lo expuesto, y al no advertirse la configuración de ninguna de las causales
de impugnación previstas en el Reglamento de Concursos, se rechaza el recurso
intentado por el doctor Navarro y se ratifica la calificación de 29 puntos asignado a
su oposición oral en el dictamen final conforme el voto de la mayoría de los
miembros del Tribunal, nota que se considera justa, equitativa y proporcional en
relación con el universo de las rendidas a tenor de sus contenidos.
Impugna por último el doctor Navarro
la evaluación
de su prueba
de
oposición escrita la que fue calificada en el dictamen final, conforme el voto de la
mayoría, con 43 puntos, y a la que la Jurista invitada calificó con 44 puntos, nota
que contó con la adhesión del señor vocal doctor Codesido.
En fundamento de ello, el concursante doctor Navarro señala que "(...) más
allá de que el puntaje obtenido no fiie menor, de la lectura del informe presentado
por la Dra. Zulita Fellini, en su carácter de Jurista invitada, al que adhirió el Tribunal
-pese a que me descontó un punto- se desprende que no han existido diferencias
22
Ministerio
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Procuración
Público
General de la Nación
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TStí'5í
sustanciales entre los distintos exámenes de los participantes, que justifiquen la
imposición de notas tan dispares. En todos los casos se han señalado omisiones,
aciertos, errores y discrepancias con los criterios adoptados, de modo que el nivel
habría sido parejo. En tales condiciones, no advierto en qué se basan las grandes
diferencias de puntajes entre unos y otros, al punto que se toma prácticamente
abstracta la posibilidad de impugnar con que contamos. Podrán entender W . E E que
estas manifestaciones son meras discrepancias con el elevado criterio del Tribunal al
evaluar los distintos exámenes, pero la genérica remisión y reproducción efectuada
respecto del dictamen de la jurista invitada, impide conocer en forma particularizada
la opinión personal de los distinguidos Magistrados integrantes del Tribunal sobre
los distintos aspectos tratados en nuestras requisitorias de elevación ajuicio -algunos
no mencionados por la Dra. Fellini- lo que nos permitiría además a los postulantes
enriquecer nuestros conocimientos y nos serviría de estímulo y ejemplo para futuros
concursos. No vaya entrar en el análisis pormenorizado y comparativo con los
exámenes de todos los demás postulantes, dado que el tiempo no me lo permite.
Pero sí voy a resaltar algunas circunstancias de otros exámenes comparados con el
mío, que me permiten sostener que pudo existir arbitrariedad en las calificaciones,
más allá de la buena fe del Tribunal que doy por sentada." (...)
Expresó también que: "En definitiva, lo que a otro concursante se le valora
positivamente (o si se quiere, en forma justificada) en mi caso, se lo evalúa
resaltando el punto de vista negativo, lo que toma arbitraria la forma en que se me
ha calificado. (...) A mayor abundamiento, en punto a la calificación legal del
hecho, se han manifestado críticas a su postura, las que evidentemente no lo han
afectado en su puntuación. Por otra parte, sus menciones a los arts. 337 del C.P.P.N.
y 530 del mismo cuerpo legal, resaltadas al evaluar el examen de dicho postulante,
son propias de una resolución judicial y no de un dictamen del Fiscal, y su omisión
no implica desconocimiento alguno de tales normas por parte del resto de los
concursantes, sino por el contrario, que existe consenso en la innecesariedad de su
cita en el dictamen fiscal. (...) Admito que mi examen pudo no ser el mejor y lo
acepto, pero sigo sin entender por qué tanta diferencia en los puntajes. Adviértase
también que en el caso de la concursante antes aludida, ella tampoco al iniciar el
dictamen destacó los datos personales del menor no punible, punto que fue tomado
en cuenta -evidentemente como dato negativo- por la Jurista Invitada al evaluar mi
escrito. (...) En suma, reitero, en todos los casos se han señalado aciertos.
23
omisiones, errores y discrepancias con los criterios adoptados por los concursantes y
quedó demostrado que el nivel de los exámenes fiíe similar. En tales condiciones las
diferencias en los puntajes parecen excesivas, manifiestamente arbitrarias y toman
prácticamente abstracta e ilusoria la posibilidad de impugnar con éxito con que
contamos." (destacado agregado).
Por esas razones solicita la revisión de los puntajes que le fueron asignados
en sus exámenes oral y escrito y que se los eleve considerablemente.
En cuanto al análisis y resolución del planteo del doctor Navarro es preciso
recordar, en primer lugar, que el Tribunal calificó su examen escrito con 43 puntos,
en los términos explicitados en el dictamen final y en las consideraciones generales
de la presente respecto de todas las pmebas escritas, las que corresponde tener aquí
por reproducidas en mérito a la brevedad.
El doctor Navarro compara su examen escrito con los rendidos por otros
pcKtulantes a quienes no individualiza por sus nombres pero que es posible inferir
que trata de los elaborados por los doctores Martí Garro, Poggi y Quimo Costa, los
que fiíeron calificados con 58, 51 y 55 (y no 56 como señala en su escrito) puntos
respectivamente. Sin perjuicio de reiterarse que, conforme lo ya dicho en las
consideraciones generales, no resultan suficientes las comparaciones limitadas a
determinados postulantes corresponde señalarse que, del confi-onte
de las
fimdamentaciones brindadas en cada caso por la señora Jurista invitada y por el
Tribunal, conforme el voto de la mayoría de sus miembros -en los términos
explicitados en el dictamen final—, las evaluaciones se adecúan a los contenidos de
los exámenes, los que fueron revisados nuevamente para esta ocasión con el
resultado de reafirmar la justicia y ecuanimidad de las calificaciones asignadas.
Por lo expuesto y al no configurarse ninguna de las causales de impugnación
previstas en la reglamentación, se rechaza la impugnación presentada y se ratifica la
calificación de 43 puntos asignada a la pmeba escrita del doctor Navarro, la que se
adecúa a las pautas objetivas de ponderación y, además, es justa, equitativa y
proporcional en relación con el universo de las otorgadas a tenor de sus contenidos.
Impugnación del concursante doctor Juan Manuel Vidal Mauriz
Mediante su escrito de fs. 392/396, el postulante impugna, conforme lo
dispuesto en el art. 29 del reglamento de concursos, las calificaciones
asignadas por
sus antecedentes previstos en los incs. a) y b), en el rubro "especialización " y en el
24
2^
Ofa. BA^t'
PBOCURACl
03
1¿
Ministerio
TARIA
'AL O E LA N A C I Ó N
Procuración
inc. c) del art. 23 del Reglamento,
oposición con fundamento
Público
General de la Nación
como también la evaluación
en la causal de arbitrariedad
de las pruebas
de
manifiesta.
El postulante ftxe puntuado con 29.25 puntos por los antecedentes
"funcionales y/o profesionales" contemplados en los incisos a) y b); con 14.75
puntos en el rubro" especialización" y con 5.50 puntos unidades en el inciso c)
"estudios de especialización y posgrado", con lo que registra una calificación total
por antecedentes de 49.50 puntos.
Al respecto el postulante señala que su impugnación se fundamenta en la
"errónea valoración de los antecedentes (trayectoria, especialidad y estudios de
posgrado)".
Un señalamiento introductorio sobre su presentación es que ésta comienza
con la correcta consignación de que en los incs. a) y b) (que denomina trayectoria)
fue puntuado con 29.25 unidades para luego aludir a una puntuación de 29.75 que no
le fue otorgada.
Con respecto a los antecedentes previstos en los incs. a) y b) considera que le
correspondían 31 puntos pues ese sería, según su juicio, acorde con los parámetros
utilizados para calificar la trayectoria de otros concursantes.
Resume su carrera profesional y agrega que la comparación con otros
postulantes demuestra la existencia de arbitrariedad manifiesta que le causa
gravamen.
Por lo señalado
sobre el particular en las consideraciones generales del
presente y sin que resulte necesario ingresar en el análisis de ningún ejemplo que da
el concursante en particular, tras la revisión de los antecedentes
acreditados
correspondientes a los incs. a) y b) del art. 23 del Reglamento, este Jurado concluye
que asiste parcialmente razón al doctor Vidal Mauriz, pues de acuerdo a las pautas
explicitadas en el dictamen final, la calificación que le corresponde es 30 puntos, por
lo que corresponde elevar la de 29.25 puntos asignada oportunamente hasta 30
(treinta) puntos, la que resulta justa, equitativa y proporcional dentro del
marco
general de calificaciones asignadas en este ítem, por lo que se hace lugar
parcialmente a la impugnación deducida con dicho alcance.
En fundamento
de la impugnación del ítem "especialización
", consigna que
el Jurado le asignó en este rubro 14.75 puntos, cuando, según los parámetros que
citará considera le debieron asignar 15 puntos.
25
Para ello vuelve sobre su desempeño en el fuero de menores, al que ajusta al
parámefiro propuesto por el Tribunal evaluador; es decir, contado a partir de la
obtención del título de abogado y remarca su desempeño tanto en las dependencias
del Ministerio Público Fiscal como del Poder Judicial.
Luego señala que el candidato Tula Gonzaga obtuvo idéntico puntaje -14.75-,
pero su paso por la justicia de menores resulta inferior. Reseña que el doctor Tula
Gonzaga cumple funciones en la justicia de menores desde hace 11 años y 8 meses
y lleva 7 años y 9 meses como secretario. Concluye que él lleva 2 años y 4 meses
tnás en el fíiero concursado, así como también en el cargo de secretario, por lo que
solicita se eleve su puntaje en 0,25 puntos, con lo que totalizaría 15 puntos.
Para resolver su planteo corresponde señalar que las diferencias en cuanto a
los años de Secretario fueron advertidas y reflejadas, entre otros parámetros, en la
puntuación que se acordó a ese concursante al calificarlo en los incisos a) y b) con
28.50 puntos, es decir, con una nota inferior a la del impugnante, si bien es del caso
remarcar que el desempeño como secretario del doctor Tula Gonzaga era en esa
época de aproximadamente 8 años y siete meses y no de 7 años y 9 meses como
indica el impugnante.
El puntaje que le fue asignado por este Jurado en el rubro "especialización"
es colecto. La evaluación, como se señaló en las consideraciones generales de la
presente, no se limita a un mero cálculo aritmético respecto de un determinado
concursante como se infiere de la presentación del Dr. Vidal Mauriz, sino de
analizar, a la luz de las pautas reglamentarias los logros acreditados por todos los
concursantes y fue así como actuó este Jurado y arribó a la calificación con la cual
se lo puntuó. Tras la revisión de sus antecedentes, el Tribunal concluye que no se
configura ninguna de las causales de impugnación previstas en la reglamentación, y
que la nota asignada al doctor Vidal Mauriz en el rubro "especialización" es justa,
equitativa y guarda razonable proporcionalidad con la obtenida por el universo de
los postulantes conforme sus antecedentes. En consecuencia de ello, se rechaza el
recureo deducido y se ratifica la nota de 14,75 puntos asignada.
En fundamento
de la impugnación
de la valoración
de los
antecedentes
previstos en el inc. c) del art. 23 del reglamento plantea que, en este ítem, ha sido
evaluado con 5.50 puntos cuando a su entender debieron otorgársele 6 unidades.
Para ello recurre nuevamente a la modalidad de comparación con un solo aspirante
en pMticular,
26
Ministerio
i.
PROS
dROCURAClON
LA NACIÓN
Procuración
Público
General de la Nación
En cuanto al análisis y resolución del planteo debe señalarse' cjüe, en primer
lugar, que a la luz de los criterios reglamentarios de evaluación explicitados en el
dictamen final, la comparación con los antecedentes de un concursante en particular
no constituye argumentación suficiente para sustentar el agravio. Sin perjuicio de
ello, y en respuesta a los reparos que efectúa debe consignarse que el impugnante
no ha analizado debidamente los antecedentes de la doctora Quimo Costa con quien
se compara. La nombrada fue puntuada por tres cursos evaluados que aprobó, dos de
Nivel Especialización de la PGN y uno aprobado en la UBA ("Cuestiones de
Derecho Penal y Procesal Penal") que totalizaron 54 horas aprobadas, a lo que debe
sumarse las dos disertaciones que también acreditó y que el impugnante no
menciona. Por otra parte el promedio general que obtuvo la doctora Quimo Costa en
la carrera de especialización supera al del impugnante y el tema de su trabajo final
por el cual obtuvo una calificación de 10 puntos se vincula a la materia específica
del concurso.
En síntesis, el puntaje otorgado al doctor Vidal Mauriz es acorde a los
antecedentes que acreditó y resulta equitativo con aquéllos asignados a los restantes
concursantes, razón por la cual y no advirtiéndose ninguna de las causales de
impugnación previstas en la Reglamentación, se rechaza el planteo articulado y se
ratifica la nota de 5.50 puntos asignada al nombrado en el inc. c) del art. 23 del
Reglamento de Concursos.
En fundamento
de la impugnación
de la evaluación
de la prueba
de
oposición escrita, la que fiíe calificada conforme el voto de la mayoría del Tribunal
con 41 puntos mientras que la señora Jurista invitada la ponderó con 42 puntos,
dictamen al que adhirió el señor vocal doctor Eduardo Codesido, el concursante
doctor Vidal Mauriz señala que, en primer lugar, dada la puntuación superior que le
fiíera asignada a otros concursantes que recibieron señalamientos similares respecto
de sus escritos, se configuraría en su caso una "arbitrariedad manifiesta".
Al respecto manifiesta que "(...) Lejos de disentir con los puntos negativos
que la Dra. Fellini señaló respecto de mi evaluación escrita, siento la obligación de
señalar que similares cuestionamientos le fueron efectuados a otros concursantes, no
obstante lo cual la puntuación de estos fiíe notoriamente superior a la mía, principal
motivación que me lleva a considerar que, también en este punto, he padecido una
arbitrariedad manifiesta que puede ser subsanada por los integrantes de ese tribunal
elevando el puntaje de dicha pmeba de 41 a 47 puntos. En sustento de ello, y al solo
27
h5 3
efecto de acreditar la arbitrariedad señalada, a continuación he de enumerar los
similares cuestionamientos efectuados a otros concursantes y los puntajes que -pese
a esos cuestionamientos-obtuvieron.(...)".
Transcribe a continuación el impugnante las evaluaciones efectuadas por la
señora Jurista invitada de los extoienes rendidos por los postulantes doctores Tula
Gonaaga, Sullivan y Navarro.
En relación con el análisis y resolución del planteo del doctor Vidal Mauriz,
debe recordarse que el Tribunal calificó su examen escrito con 41 puntos, en los
términos explicitados en el dictamen final y en las consideraciones generales de la
presente respecto de todas las pruebas escritas, las que coiresponde tener aquí por
reproducidas.
El nombrado compara su examen escrito con los rendidos por los postulantes
Tula Gonzaga, Sullivan y Navarro, los que fiíeron calificados con 50, 46 y 43
puntos, respectivamente. Sin perjuicio de reiterarse que, conforme lo también ya
dicho en las consideraciones generales y al dar tratamiento a otras impugnaciones
(vg. doctor Navarro), no resultan suficientes las comparaciones limitadas a
determinados postulantes, corresponde agregarse que del confironte de las
fijndamentaciones brindadas en cada caso por la señora Jurista invitada y por el
Tribunal, conforme el voto de la mayoría de sus miembros -en los términos
explicitados en el dictamen final—, tanto la evaluación de la prueba rendida por el
impugnante como aquéllas con quienes se compara, se adecúan a los contenidos de
los exámenes, los que fueron nuevamente revisados a consecuencia de este recurso
y, según los casos, de los tratados anteriormente, a resulta de lo cual se concluye
que las calificaciones en cuestión son justas y equitativas.
Por lo expuesto y al no configurarse ninguna de las causales de impugnación
previstas en la reglamentación, se rechaza la impugnación interpuesta por el doctor
Vidal Mauriz y se ratifica la calificación de 41 puntos asignada a su prueba escrita,
la que se adecúa a las pautas objetivas de ponderación y es justa y equitativa en
relación con el universo de las otorgadas a tenor de sus contenidos.
En fimdamento de la impugnación deducida respecto de la evaluación
de su
prueba de oposición oral que el Tribunal, conforme el voto de la mayoría calificó
con 29 puntos, al igual que la señora Jurista invitada a cuyo informe adhirió el señor
vocal doctor Eduardo Codesido, el concursante doctor Vidal Mauriz señaló que fiíe
evaluado de forma diferente que otra concureante (doctora Poggi) en relación con el
28
Ministerio
,
Procuración
Público
General de la Nación
Dra. D A N ^ M ^ N A afLLO
PRocuRÍíCi^|b»J«ENERALDELA(j;j§igN^gj
ticiiipo, quc Id mcnción respecto a que parecía que "repetfa'^ún texto de
memoria" se relaciona con lo anterior ya que obedeció a la intención de cumplir con
los plazos establecidos y, en resumen, que:
"Los extremos señalados me permiten concluir que, al momento de
evaluarme, el tribunal aplicó criterios arbitrarios, pues mi examen resultó correcto,
acertado y sin falencias, obteniendo además menos comentarios negativos que las
exposiciones señaladas en este escrito, razón por la cual entiendo que el puntaje de
mi examen debe ser equiparse al asignado a la Dra. Sagasta. Por ello, solicito se
eleve mi puntaje en este ítem hasta alcanzar los 31 puntos."
Respecto del análisis y la resolución del planteo precedentemente resumido y
sin perjuicio de reiterarse que conforme lo también ya dicho en las consideraciones
generales y al dar tratamiento a su impugnación respecto de su examen escrito, el
Jurado entiende que no resuhan suficientes las comparaciones limitadas a
determinados postulantes, sin una clara indicación de la causa concreta de su agravio
referido a todas las consideraciones que motivaron la calificación que le fiíera a él
asignada. Corresponde asimismo señalarse que, a los fines de las comparaciones que
efectúa, el impugnante transcribe únicamente -y además de manera parcial-, las
conclusiones de las evaluaciones.
El Tribunal, conforme el voto de la mayoría de sus miembros, evaluó el
examen oral del doctor Vidal Mauriz en los términos explicitados en el dictamen
final cuestionado y a ellos corresponde remitirse en mérho de la brevedad.
Del confronte integral de las evaluaciones realizadas en cada caso en el
dictamen final conforme el voto de la mayoría del Tribunal resulta que, tanto la
correspondiente a la prueba rendida por el impugnante como aquéllas con las que
compara la propia, se adecúan a los contenidos de los exámenes los que el Jurado
volvió a escuchar de la grabación a consecuencia de éste y de los demás planteos en
tratamiento.
Por lo expuesto y al concluir el Tribunal que no se configura ninguna de las
causales de impugnación previstas en la reglamentación, se rechaza el recurso
deducido y se ratifica la calificación de 29 puntos asignada a la prueba oral rendida
por el doctor Vidal Mauriz, la que se adecúa a las pautas objetivas de ponderación
prevista reglamentariamente y resuUa justa, equitativa y proporcionada con relación
a las otorgadas al resto de los concursantes a tenor de sus contenidos.
29
Impugnación del concursante doctor Pablo Sagasta
El citado concursante deduce impugnación invocando el art. 29 y cctes. del
reglamento de concursos mediante el escrito agregado a fs. 397/400 por "(...)
arbitrariedad
manifiesta
en el análisis
"especialización") y serias contradicciones
objetivo
de los antecedentes
entre el dictamen del jurista
Dra. Zulita Fellini y los miembros del tribunal evaluador sin que conste
de ningún tipo que amerite la discordancia.
(rubro
invitado,
motivación
(...) ", respecto de la calificación
de su
examen oral.
Luego de transcribir parte del art. 23 del Reglamento de Concursos, el
concursante afirma ignorar cómo aspirantes que desde la implementación del nuevo
código de procedimientos penal nunca "estuvieron en el Ministerio Público" puedan
contar con mayor puntaje de "especialización", que el inipugnante "desde hace 18
años" ostenta "el cargo de secretario de Fiscalía de menores desde su creación (...)"
y el cargo que se concursa es el de fiscal de menores.
Al doctor Sagasta se le asignaron 14.75 puntos en el rubro "especialización
funcional y/o profesional" con relación a la vacante.
Postula que existe "una abierta contradicción entre los fundamentos
explicitados por el tribunal evaluador al momento de mensurar los extremos del art
23 del Reglamento de concursos, y la Convención sobre Derechos del Niño (art. 40
inc. 3) (...)" y otras normas internacionales sobre la materia, que "postulan la
necesidad de establecer tribunales especializados".
En su opinión, "(...) resulta harto arbitrario otorgar 16 puntos de
especialización a los doctores Marcela Inés Simian (cabe aclarar que a la nombrada
se le asignaron 16.50 puntos en dicho rubro) y Alejandro Marti Garro por haber
subrogado en los Tribunales de Menores de la Capital, cuando la propia Corte
Federal debió establecer por acordada la paralización en lo sucesivo de dichas
designaciones en razón no solo de la discrecionalidad de las mismas, sino
fundamentalmente por los cuestionamientos llevados en orden a las resoluciones
adoptadas (Acordada 10/2008)(...)" para concluir en que "(...) mal puede
consignarse con mayor pimtuación a quienes cumplieron una función cuya
designación ha sido cuestionada constitucionalmente, al punto que el propio
Procurador General de la Nación- Dr Esteban Righi -no abonó la designación en el
Ministerio Público de subrogantes, como en los casos de las fiscalías de menores
cuyos secretarios no fueron aceptados como fiscales subrogantes". Agrega también
30
A OALLO
AHÍA
'AL D E L A N A C I Ó N
Ministerio
Procuración
Público
7
General de la Nación
que, "(...) sin lugar a dudas, evaluar la actuación de secretarios s^ht^ñies
ante los
juzgados de menores coloca en pie de desigualdad para los integrantes del
Ministerio Público que no contaron ni siquiera con la posibilidad en su caso de
formar parte de las listas de propuestos al efecto ante la Magistratura".
Cree que: "(...) conforme al propio régimen de concursos para el Ministerio
Público se ha vulnerado los extremos previstos por el art. 23 inc. B) respecto de la
'especialidad', respecto de quien como el suscripto se desempeña desde hace 18
años como titular de secretaría de la Fiscalía de Menores N° 7 y no es menos que los
integrantes de las secretarías de los juzgados de Menores a quienes se otorgó mayor
puntaje desconociendo los parámetros utilizados para semejante disparidad. Es más,
como secretario de fiscalía en orden a la especialidad señalada estoy como lo
declama la regla al menos en las mismas condiciones, es decir soy al menos un
igual."
Por último, señala que desconoce la objetiva asignación de puntaje de
especialidad para quienes nunca se desempeñaron dentro del fiíero de menores, con
referencia, nuevamente a la Convención Sobre de los Derechos del Niño, en los
siguientes términos "(••.) como resulta el caso de las Dras. Patricia Quimo Costa y
María Femanda Poggi a quienes se les asignaron 12,25 y 12,50 respectivamente, y
nunca cumplieron fimciones como funcionarías dentro del fiíero de menores,
desconociendo el parámetro de puntos por 'especialidad' (...)".
Finaliza su petición con la solicitud de la recalificación de los antecedentes de
todos los participantes en orden a los criterios de especialización por él explicitados.
Respecto del análisis y la resolución
del planteo
formulado por el doctor
Sagasta, cabe referir, en primer lugar, que el impugnante no se ha detenido en el
análisis y/o critica del texto reglamentario y/o de las pautas objetivas de ponderación
explicitadas por este Jurado en el dictamen final.
De ese modo, su disconformidad gira en tomo al presupuesto erróneo de que
este Tribunal ha omitido valorar su desempeño como secretario de una fiscalía de
menores desde la implantación del nuevo Código Procesal Penal y al desigual
tratamiento que se le habría dado respecto de otros participantes que con idéntico
cargo se desempeñan en Secretarías del Poder Judicial. Por lo contrario, el
impugnante fue valuado por los casi 16 años y 7 meses de antigüedad en el cargo de
secretario de menores que registraba al momento del cierre de inscripción al
concurso y no por 18 como menciona en su presentación. Su desempeño en el
31
Ministerio Público Fiscal de la Nación del fuero penal de menores fue también
tenido en cuenta como parámetro de trascendencia y en la proporción que este
Jut^do estimó adecuada dentro de una comparación razonable y justa con los
restantes concursantes a tenor de sus antecedentes.
En lo relativo a las presuntas contravenciones a normas constitucionales
(principio de especialidad) en que habría incurrido este Jurado al omitir dar
preponderancia a operadores ó conocedores del sistema de menores, estas aparecen
como meras conjeturas del impugnante tal como se verá en lo que sigue.
Por un lado, es necesario aclarar que, en contraposición a lo afirmado por el
impugnante, la doctora Poggi prestó funciones en el fuero penal de menores, si bien
no al rhomento del cierre del concurso, durante aproximadamente cinco meses como
secretaria de Fiscalía de Menores, años atrás.
Aclarado el punto, a poco que se cotejan las notas asignadas en el ítem
"especialización" al doctor Sagasta y las doctoras Quimo Costa y María Femanda
Poggi con quienes se compara, resulta que ambas registran puntajes inferiores al
impugnante por lo cual aquél agravio carece de sustento. Nuevamente surge que no
se ha detenido a analizar las pautas de calificación utilizadas pues habría advertido
que además del desempeño funcional, en el mbro "especialización" se han tenido
también en cuenta los antecedentes previstos en los demás incisos del art. 23, en los
términos explicitados en el dictamen final. Resulta, además de lo expuesto, que en
dichos ítems las nombradas superan las calificaciones del impugnante.
En síntesis, es fácil concluir, en base al puntaje que se le otorgó, que se
ponderó y puntuó adecuadamente su desempeño funcional actual en el fuero.
Por otra parte, tal como el propio concursante reconoce, tanto la doctora
Simian como el doctor Martí Garro con quienes también se compara se
desempeñaron como jueces subrogantes en el fuero; inclusive este último lo hacía al
momento de su mscripción al concurso, circunstancia que a criterio del Jurado
correspondió atender más allá de los planteos suscitados al respecto.
Revisados sus antecedentes, el Jurado concluye que no se configura ninguna
de las causales de impugnación previstas en la reglamentación en relación con la
valoración
de
los
antecedentes
acreditados por el doctor Pablo
Sagasta
correspondientes al rabro "especialización funcional y/o profesional con relación a
la vacante", previsto en el art. 23 del reglamento, por lo que resulta que el puntaje
acordado en el dictamen final es razonable y se ajusta a las pautas objetivas de
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Ministerio
lora. 0^^*
Procuración
I
P
• PROCURA'
Público
General de la Nación
ponderación explicitadas alli, además de ser equitativo y proporciona' respecto de
las calificaciones atribuidas al universo de los postulantes. En consecuencia, se
ratifica la calificación de 14.75 puntos asignados al citado postulante en dicho ítem.
El doctor Sagasta cuestiona también la nota que le fiíera asignada en su
oposición oral. En fimdamento de ello transcribe párrafos del dictamen de la Jurista
invitada y los compara con el dictamen del tribunal, pide aclaraciones respecto de
los términos utilizados en las preguntas formuladas y agrega consideraciones de un
tenor que se ubica en el límite de lo admisible en una presentación de la naturaleza
de la aquí considerada.
Finalmente, sobre la base de las consideraciones efectuadas por la señora
Jurista invitada, pide se "reconvenga" la calificación de su exposición oral, "(...) en
aras de disipar las contradicciones, a su juicio, surgen de las conclusiones de mérito.
El Jurado, conforme el voto de la mayoría de sus miembros, le asignó 24.50
puntos mientras que la señora Jurista invitada lo calificó con 25 puntos, dictamen a
cuyos fiíndamentos y notas adhirió el vocal señor Fiscal General doctor Eduardo
Codesido.
Luego de leer el voto de la mayoría del Tribunal al que se remite en mérito a
la brevedad y que se considera parte integrante del presente, surge con prístina
evidencia que lo que trasunta la presentación del doctor Sagasta es una profunda
disconformidad con el puntaje acordado a su examen oral y, en ausencia de razones
jurídicas para sostener la existencia de alguna de las causales reglamentarias de
impugnación, ocurrió por la vía de la argumentación irónica, por llamarla de alguna
manera.
Resulta importante a fin de dar respuesta a la presentación del doctor Sagasta,
recordar algunas cuestiones generales relacionadas con el fimcionamiento de los
concursos en el MPF. El Jurado es la autoridad que decide las calificaciones, luego
de tener en cuenta la opinión no vinculante del Jurista invitado. El Tribunal debe
fiíndamentar su opinión conforme lo establece el art. 28 del Reglamento de
Concursos; pero ésta no tiene por qué coincidir con la del Jurista invitada.
A todo ello debe agregarse, como ya se ha consignado en las consideraciones
generales del presente, que el Tribunal es un cuerpo colegiado conformado por cinco
miembros, lo que conlleva el intercambio ideas, de opiniones, la existencia de
disensos y acuerdos y, eventualmente, la modificación de posturas originarias frente
33
a las mejores razones de un colega; en tanto la labor del Jurista invitada es
unipersonal y por tanto, su opinión carece de contradictor alguno.
En el caso en particular de este concurso, en ocasión de emitir su dictamen la
Jurista invitada, doctora Zulita Fellini, detalló una serie de pautas que utilizaría en la
calificación de los aspirantes, a saber: la claridad y capacidad de síntesis en la
presentación de su exposición, el modo de abordar y argumentar los aspectos del
tema escogido, el manejo de criterios doctrinarios y jurisprudenciales relacionados
con éste, el modo en que fueron respondidas las preguntas formuladas por el
Tribunal, las opiniones o criterios personales emitidos y, por último, el empleo del
tiempo asignado.
Si se analiza en su totalidad la evaluación del examen oral del doctor Pablo
Sagasta por parte de la doctora Zulita Fellini - y no solamente la parte transcripta
por el impugnante en su presentación— se advierte que todos esos puntos fueron
tratados y que éste omitió consignar en su escrito que la Jurista comenzó su juicio
sobre el concursante con la siguiente fi-ase: "No presentó el tema correctamente ni
especificó los puntos a descollar en su exposición". Ella luego se refirió a los fallos
citados por el doctor Sagasta y concluyó con la cita que sí transcribe el nombrado.
Por su parte este Jurado enunció también los parámetros de evaluación que
tendría en cuenta, algunos de los cuales coinciden con los de la Jurista invitada,
otros son propios y otros de los considerados por aquélla no fueron específicamente
contemplados por este Tribunal, todo ello en ejercicio razonable y prudente de la
facultades atribuidas al Jurado para llevar a cabo su labor por la normativa aplicable.
También respecto del dictamen final de este Jurado el doctor Sagasta omitió
transcribir las partes en las que se originan las conclusiones que sí consignó y que
fundamentan la puntuación que se le acordó. Efectivamente, este Jurado reitera que
en su exposición el doctor Sagasta no supo enfocar ni advertir los principales
aspectos del temati-atadoy ratifica las demás conclusiones apuntadas en el dictamen
final, con la salvedad que se hará seguidamente.
En efecto, después de haber escuchado nuevamente la grabación de su
exposición, ha de aclararse que el tiempo efectivamente utilizado por el doctor
Sagasta fue de 18 minutos y cincuenta y cuatro segundos, por lo que no le sobraron
4 minutos del tiempo estipulado por el Tribunal como se afirma en el dictamen final;
sin embargo, en opinión de este Jurado, la diferencia advertida no reviste la entidad
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Ministerio
Procuración
Público
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General de la Nación
; ¿ e la Nación
TARIA
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rfALOEUNACiPN.
PROCURAClOXGEfíj
jciente como para provocar una modificación en ia calificación oportunamente
sufici
adoptada.
En cuanto a la referencia a la utilización de un lenguaje básico por parte del
doctor Sagasta, es obvio que más allá de la ironía del concursante, este Jurado se
refirió
a su lenguaje jurídico, parámetro
éste consignado
entre
aquéllos
seleccionados para la ponderación de los exámenes.
Por lo demás, su actual admisión del desconocimiento de lo que significa el
"holding" de un fallo judicial señalado al evaluar su examen y su petición para que
en esta instancia le sea explicado por el Jurado, desmerece el planteo en análisis y
exime a este Jurado de mayores comentarios.
De todo lo expuesto surge la razonabilidad de la nota que se acordó al
impugnante coincidente con la impresión que dejó su exposición a este Jurado.
Las discrepancias con la Jurista invitada se mantienen en esta instancia y
fueron debidamente fiíndamentadas al emitirse el dictamen final. Las diferencias que
surgen con su informe encuentran respuesta en las razones antes invocadas, pero
debe advertirse que en cuanto a la mensuración del examen oral, la diferencia entre
la puntuación asignada por el Jurado de acuerdo con el voto de la mayoría de sus
miembros y por la Jurista invitada es de de 0.50 (cero con 50/100) punto.
Por todo lo expuesto y tras haber escuchado nuevamente su examen de la
grabación, el Tribunal concluye que la evaluación de la disertación del doctor Pablo
Sagasta se adecúa a los parámetros objetivos de ponderación explicitados en el
dictamen final cuestionado, es justa, equitativa
y proporcional con relación al
universo de las notas asignadas a esas pruebas de acuerdo a sus contenidos, por todo
lo cual se rechaza la impugnación deducida y se ratifica nota de 24.50 (veinticuatro
con 50/100) puntos otorgada.
Impugnación
de la concursante
doctora Marcela Inés
Simian
Mediante el escrito agregado a fs. 401/408 del expediente del concurso, la
citada concursante impugna la evaluación
de los antecedentes
asignada por el Jurado a su examen de oposición
y la
calificación
escrito.
Con respecto a la calificación de sus antecedentes, cabe señalar que fiíe
evaluada con 31.50 puntos por los correspondientes a los previstos en los inc. a) y
b), con 16.50 puntos en el rubro "especialización"; con 7.75 puntos en el inc. c); 3
puntos en el inc. d) y 0.15 unidades en el inc. e).
35
Para introducir sus cuestionamientos invoca tanto la causal de error material
por "(...) omitirse computar datos relevantes o calcularlos, cuanto la m-bitrariedad en
los supuestos en los que se han valorado antecedentes similares de otros postulantes
con criterio diferente y en detrimento del derecho de quien aquí reclama (conf. Art.
29cit.)."
Considera finalmente que "(...) deben evaluarse nuevamente sus antecedentes
a fin de elevar la calificación asignada, o -en su defecto- adecuar los de los otros
concursantes a los criterios utilizados al calificarla (...)".
En cuanto al análisis y la resolución del planteo de la doctora Simian cabe
reiterar lo dicho en las consideraciones generales de la presente conforme el texto
del art. 29 del Reglamento. Ésta no es una segunda instancia amplia de revisión ni
de revalorización de los ítems, sino que sólo pueden tener acogida aquéllos planteos
que se originen en la comprobación de un eiror material, arbitrtóedad manifiesta o
vicio grave del procedimiento en que se pudiera haber incurrido al calificar los
antecedentes o exámenes.
Cabe también recordar que la impugnante resultó ubicada en el primer lugar
del orden de mérito en la etapa de antecedentes por haber obtenido un total de 58.90
puntos.
La nombrada señala que se ha conformado la causal de arbitrariedad puesto
que se han valorado antecedentes similares de otros postulantes con criterio
diferente y en su detrimento. Sin embargo en ningún momento individualiza a
aquéllos concursantes a los que alude. Ya en ocasión de calificar el universo de
concursantes este Jurado efectuó los cotejos pertinentes y arribó a las conclusiones
que se tradujeron en las calificaciones plasmadas en el acta respectiva y su anexo,
ambos integrantes del dictamen final.
En consecuencia, corresponde encuadrar los planteos en sus disensos con las
valoraciones y puntajes asignados por el Tribunal.
En particular, estima que no se evaluaron debidamente sus antecedentes
académicos previstos
asignaran
en el inciso c) del art. 23 del Reglamento por los que se le
7.75 puntos, por lo cual entiende que corresponde elevar su puntuación.
En sustento de su petición realiza una enimieración de las carreras y cursos de
posgrados que realizó en forma completa o parcial. Todos esos antecedentes han
sido oportunamente evaluados por este Jurado en la etapa procesal pertinente y en
comparación al conjunto y como consecuencia de su apreciación se le asignó la nota
36
Ministerio
Procuración
OTARIA '
Al D E LA'MACION
Público
General de la Nación
abites consignada. Que ese puntaje no satisfaga sus expectativas es simplemente una
apreciación subjetiva originada en la distinta ponderación de esos antecedentes. Por
cierto las cuatro materias que rindiera en el marco de la Licenciatura en
Criminología fueron aprobadas en el año 1981; de las 12 materias que acredita
correspondientes a la maestría en derecho constitucional y derechos humanos que se
dicta en la Universidad de Palermo, como bien lo consigna la impugnante, ocho
corresponden también al Programa de Actualización con esa orientación que
consignó en su Formulario de Inscripción y por el que también fue evaluada; en
cuanto a la disertación que acredita data del año 1988. Recuérdese también que entre
los parámetros de evaluación a considerar se estableció el de la actualidad en la
realización de los estudios y actividades. Por último cabe recordar que su puntaje se
encuentra entre los más altos acordados a los concursantes en este rubro, cuyo tope
fue 8.75 puntos.
Al abordar los reparos que realiza en el ítem "docencia " (inc. d) del art. 23
del Reglamento)
este Jurado
considera que tampoco encuentran apoyatura en
elementos objetivos. Todos sus antecedentes han sido evaluados y ponderados
conforme a los criterios reglamentarios. Es decir, se evaluaron los cargos
desempeñados, las instituciones donde se desarrollaron las tareas, las materias
dictadas, la relación con la especialidad del cargo vacante, la naturaleza de las
designaciones, fechas de su ejercicio, actualidad y continuidad. Como corolario de
ello se consideró adecuado puntuarla con 3 puntos, calificación ésta que en opinión
del Tribunal refleja suficientemente sus logros en el rubro docencia.
En el rubro publicaciones
previstas
en el inc. e) del art. 23 del
Reglamento,
acreditó haber realizado un comentario sobre una revista de derecho en el año 1988,
lo que le valió la obtención de 0.15 puntos, nota que se considera adecuada a las
pautas de ponderación debidamente explicitadas en el dictamen final, razonable y
equitativa con relación al universo de las otorgadas de acuerdo a lo acreditado en el
rubro por los restantes concursantes.
Por último, la doctora Simian efectúa un relato de su trayectoria
funcional,
mediante un detalle de los cargos que ocupara, para concluir en señalar sus 18 años
y nueve meses como secretaria de menores, donde incluye también este reclamo
dentro del agravio general. Al respecto este Jurado señala que en los inc. a) y b) la
concursante obtuvo el puntaje máximo que se otorgó, en aplicación del sistema de
puntuación que se adoptara. En efecto, si se parte de los 24 puntos base para el cargo
37
de Secretario, se le asignaron 31.50 puntos finales puesto que conftjrme a lo
estipulado en el dictamen final no se podía alcanzar el puntaje "base"
correspondiente al iimiediato superior de la escala - 3 2 puntos-, con lo que se trata
de la calificación
más alta asignada en el rubro. Por tanto, más allá de su
descontento, se encuentra debida y correctamente calificada
Por todo lo expuesto, el Tribunal concluye que no se advierte la
configuración de ninguna de las causales de impugnación previstas en la
reglamentación en la valoración de los antecedentes acreditados por la doctora
Simian, por lo que resultan las notas asignadas adecuadas a las pautas objetivas de
valoración explicitadas en el dictamen final, justas, equitativas y proporcionadas con
relación al universo de las otorgadas a tenor de lo acreditado por el universo de los
postulantes, razones por las cuales se rechaza el recurso y se ratifican las
calificaciones de 31.50 puntos, 16.50 puntos; 7.75 puntos, 3 puntos y 0.15 punto,
asignadas en los inc. a) y b); en el rubro "especialización"; en el inc. c), en el inc. d)
y en el inc. e), del art. 23 del reglamento de concursos, respectivamente.
En fundamento
de la impugnación de la evaluación
de su examen oral
la
doctora Simian sostiene, en lo sustancial, que se configura la causal de error material
porque se omitieron datos importantes de su exposición así como arbitrariedad por
haberse evaluado con criterio diferente lo afirmado por otros concursantes y ella con
relación al mismo tema.
Su examen fiíe evaluado con 28 puntos por los fiíndamentos expuestos en el
voto de la mayoría de los miembros del Jurado en el dictamen final. Igual
calificación propuso la señora Jurista invitada, a cuyo informe adhirió el señor vocal
doctor Eduardo Codesido.
Comparó su exposición con la de la doctora Sagasta e impugnó que la
valoración positiva de la actitud de la concursante pudiera afectar la objetividad en
el análisis de sus dichos, concluyendo "(,..) Por ello estimo que se debería elevar la
calificación de la dicente o, en su caso, adecuar la de la doctora Sagasta
disminuyéndola,
utilizando
un mismo
parámetro
para
evaluar
a
ambas
concursantes".
En cuanto al análisis y resolución
de la impugnación de la doctora Simian
respecto de la evaluación de su examen oral resuha que, conforme surge del propio
texto del recurso, sus discrepancias se basan sobre los criterios y notas asignadas y
pretende en esta instancia mejorar el contenido de su prueba, lo que resulta
38
Ministerio
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Procuración
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General de la Nación
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, improcedente. Ello surge explícitamente de su texto cuando "aglara" que comparte
las opiniones vertidas por la CSJN en determinado fallo, lo que implica su
reconocimiento de no haberlo hecho en oportunidad del examen. Admitió también
que ante una pregunta del Tribunal brindó una respuesta "genérica". Por lo demás,
corresponde reiterar que a los fines de la evaluación el Tribunal tuvo en cuenta las
pautas
explicitadas
en el dictamen
final
y la razonabilidad,
claridad y
fundamentación de las posturas asumidas por los concursantes.
Escuchado nuevamente el examen oral de la doctora Simian y el de la doctora
Sagasta, con quien se compara, y más allá de reiterar lo dicho respecto de la
comparación con un sólo examen no constituye argumento suficiente para
fundamentar la impugnación, se concluye que las notas atribuidas en el dictamen
final conforme el voto de la mayoría de sus miembros, son acordes con las pautas de
ponderación reglamentarias, resultan justas, equitativas y proporcionadas al universo
de las rendidas de acuerdo a sus contenidos.
Por lo expuesto, se rechaza el recurso de impugnación deducido por la
nombrada y se ratifica la nota de 28 (veintiocho) puntos asignada a la prueba oral
rendida por la doctora Simian.
Respecto de la evaluación
del examen de oposición escrito la doctora
Simian
jíinda su recurso de impugnación en la circunstancia de existencia de error material
y de arbitrariedad en los mismos términos que los referidos al examen oral
efectuando una comparación exclusivamente con otra prueba en particular y destaca
aspectos favorables respecto del suyo, explicitados en el dictamen final y en el
informe de la Jurista invitada.
Conforme el voto de la mayoría del Tribunal, dicha prueba fiíe calificada con
52 puntos, mientras que la Jurista invitada le asignó 48 puntos, informe al que
adhirió el vocal seflor Fiscal General doctor Eduardo Codesido.
En relación
con el análisis y la resolución
del planteo de la doctora Simian
corresponde tener presente que su examen escrito fiíe calificado con 52 puntos en el
dictamen final conforme el voto de la mayoría del Tribunal. Se trata de una de las
calificaciones más altas asignadas en este concurso. Vueko a revisar el contenido de
ese examen en esta instancia, el Tribunal concluye que la evaluación lo refleja
adecuadamente.
39
Cabe reiterar respecto de este planteo lo dicho con relación a que no
constituye m-gumentación suficiente del recurso la confrontación con algunos
evaluaciones de exámenes en particular, en el caso planteado por la impugnante, con
los rendidos por los doctores López Oribe y Martí Garro, sin perjuicio de lo cual
frieron revisados.
Por lo demás, la impugnante reconoce en su impugnación haber omitido la
ftmdamentación respecto de la presentación de la petición referida al menor no
punible en escrito aparte.
Del confronte integral de las evaluaciones del examen de la doctora Simian y
de las pruebas de los concursantes con quienes se compara y que la impugnante
refiere en su presentación de manera parcializada, surgen las diferencias existentes
entre sus contenidos y las razones de las distintas notas asignadas en cada caso.
En virtud de lo expuesto y al no configurarse ninguna de las causales de
impugnación previstas en la reglamentación, se ratifica la calificación de 52
(cincuenta y dos) puntos asignada a la prueba escrita rendida por la doctora Simian,
la que se adecúa a los parámefros de evaluación explicitados en el dictamen final de
acuerdo con el voto de la mayoría de los miembros del Tribunal, se rechaza el
recurso intentado al respecto y se ratifica la calificación que es justa y guarda
adecuada proporcionalidad al universo de las decididas con relación al resto de los
participantes.
Impugnación
de la postulante
doctora María Fernanda
Poggi
En sus planteos formulados en su escrito agregado a fs. 409/413 del
expediente del concurso, la doctora Poggi impugna por entender que se han
configurado los supuestos previstos en el citado art. 29 del Régimen de Selección de
Magisfrados del Ministerio Público de la Nación, en lo que respecta al puntaje
asignado en los rubros ttayectoria y especialización de los antecedentes, como así
también en el rubro docencia y en la prueba de oposición escrita llevada a cabo el
pasado 30 de octubre de 2010. Impugna lo que denomina "(...) Antecedentes y
Trayectoria específicamente establecidos en los incisos a y b del art 23". Refiere que
"(...) Acorde al acta de evaluación de antecedentes correspondiente" se le han
asignado "(...) 28,25 puntos en este rubro, cuando en virtud de las consideraciones
que paso a exponer se me debieron otorgar cuanto menos 30 puntos".
Considera que sus antecedentes han sido ponderados en forma injusta y para
sostener su posición, resume su carrera y se compara con otro concursante. Peticiona
40
oz
Dra. BAí^igL
PROSE,
PfiOCURAaON
Ministerio
Procuración
Público
General de la Nación
que se la califique con 30 puntos que, a su juicio, serían los adecuados a su
trayectoria.
Al respecto, es del caso recordar
que este
Tribunal, en oportunidad de
efectuar la evaluación de antecedentes y a los fines de valorar los previstos en los
incs. a) y b) del art 23 del Reglamento (conforme se indicó en el dictamen final),
adoptó un sistema de puntuación en la que se asignó un "puntaje base" de acuerdo
al cargo y/o fiínción y/o actividad desempeñada por el concursante al momento de
su inscripción al proceso de selección, mediante la ponderación tanto para la
asignación de ese "puntaje base" como para la del puntaje "adicional" al primero,
las pautas objetivas establecidas en los incs. a) y b) del artículo reglamentario citado.
En el caso de los secretarios, ese puntaje base se fijó en 24 puntos, sin
efectuarse diferenciación alguna por tratarse de Secretario de Fiscalía, Juzgado,
Cámara o equivalente. Los puntos adicionales fiíeron asignados para efectuar las
diferencias.
Ahora bien, la puntuación obtenida por la impugnante en esos incisos (28.25
unidades) tuvo en consecuencia como "puntaje base" los 24 asignados en la tabla
para quien se desempeña en el cargo de secretario, puntaje que se le incrementó en
4.25 unidades como "adicional", para lo cual se valoró, además del tiempo que lleva
en el cargo, los restantes parámetros. Idéntico procedimiento se realizó para la
calificación del doctor Togni.
Asimismo, y contrariamente a lo sostenido en su argumentación, podría
afirmarse que es la impugnante quien no evalúa en su totalidad los antecedentes del
concursante con quien elige compararse y cuya puntuación pretende alcanzar. Así
hace hincapié en resaltar que ambos son secretarios y realizan tareas similares, pero
omite analizar que si bien en la época del cierre de inscripción el doctor Togni hacía
casi tres meses, y no dos como consigna la impugnante, que había sido designado
secretario de Fiscalía General, su antigüedad total entre el cargo de secretario de
Fiscalía y secretario de Fiscalía General era de aproximadamente siete años, en
contraposición con los tres años y nueve meses de la doctora Poggi. Por otra parte,
el doctor Togni finalizó sus estudios de abogado en febrero de 1997 obteniendo su
título el 18 julio del mismo año, en tanto que la impugnante finalizó los estudios de
grado en diciembre de ese año y obtuvo su título en mayo de 1998. Nuevamente la
balanza se inclina a favor del concursante Togni.
41
En síntesis, la impugnante aplica un criterio subjetivo de elaboración propia y
en el que parcializa datos, todo lo cual la lleva a inferir equivocadamente que la
diferencia de puntaje en 1.75 puntos con el concursante doctor Togni obedece tan
sólo al ejercicio por tres meses del cargo de Secretario de Fiscalía General,
afirmación que como se ha visto ha quedado claramente desvirtuada.
Por lo contrario, la calificación de ambos concursantes se sustenta en la
aplicación de las pautas reglamen&rias que siguió el Tribunal, el que partió de un
mismo puntaje base que luego se incrementó de acuerdo con los desempeños y
demás antecedentes acreditados, ejercicio que explica las diferencias en los puntajes
que les fueron acordados y que, luego de su revisión, se vuelven a considerar justos
y adecuados a sus logros.
Así se advierte que este Jurado no ha incurrido en error material alguno al
pimtuar a la impugnante puesto que se han valorado debidamente todos sus
antecedentes y tampoco se ha visto violentado el principio constitucional de
igualdad por cuanto existen aquéllas diferencias que se han señalado que
obviamente ameritan diferentes calificaciones, por lo que su planteo no ha de
prosperar.
Impugna también la doctora
"especialización".
Poggi la calificación
asignada
en el
rubro
Sobre elparticulw afirma la concursante que idéntica situación
se revela al computar los antecedentes en la especialidad ya que en el acta respectiva
se le han asignado 12.50 puntos cuando, según su qjinión y en virtud de las
consideraciones que expuso, se le debieron haber asignado cuanto menos 14 puntos,
ya que en lo que hace al puntaje previsto por especialidad en el art. 23 del
Reglamento, éste tiene relación estricta con "la rama del derecho que se ha cuhivado
desde la obtención del título de abogado y se han aplicado en el ejercicio de las
fimciones y actividades desarrolladas, y que presupongan una formación destacada
en derecho penal y procesal penal" y que, honestamente, considera que debió ser
evaluada y calificada con 14 puntos.
Dado que los cargos que se concursan son de Fiscales ante los Juzgados
Nacionales de Menores, ella entiende "(...) que debe para ello tenerse en mira
especialmente, la competencia por materia atribuida por imperio de la ley por lo que
corresponde se reconozca mayor puntaje por especialidad a quienes nos hemos
desempeñado a lo largo de toda nuestra carrera judicial (y resalta en negrita) en el
Ministerio Público , y en particular m las Fiscalías en lo Criminal y Correccional de
42
Ministerio
Procuración
PIÍOCURACION
Público
General de la Nación
Menores, extremo que guarda íntima relación a la vacante que se concursa como
alude el citado art. 23 del Reglamento".
Nuevamente para sustentar sus reparos acude al sistema de comparación con
otros concursantes. Así expresa que si se parte de esas premisas se advierte que al
concursante doctor López Oribe se lo ha calificado con un puntaje de 13.25 y a ella
con 12.50.
Inmediatamente después advierte que los concursantes doctores Marcela
Simian, Eugenia Sagasta y Alejandro Martí Garro, quienes fiíeron calificados en este
rubro con 16.50, 15.25 y 16 puntos, respectivamente, si bien se han desempeñado en
el Fuero Penal de Menores con posterioridad a la obtención del título de abogados y
con más antigüedad que la suscripta, nunca lo han hecho en el MPF ya que siempre
han trabajado en juzgados.
Reitera su desempeño en el Ministerio Público Fiscal al agregar que ocupó
diversos cargos durante más de cinco años en la Fiscalía Nacional de Menores y
concluye en que esta razón y, comparada con otros concursantes que no se han
desempeñado en el MPF, estima que corresponde que sea calificada por 14 puntos.
Analizado
su planteo
surge con claridad que la impugnante pretende
establecer criterios propios de ponderación para cuantificar su carrera que no son ni
los reglamentarios ni aquéllas pautas complementarias que este Jurado estableció en
ocasión de emitir el dictamen final. Las comparaciones que efectúa resultan
parcializadas y orientadas evidentemente a mejorar sus calificaciones, situación ésta
que, si bien atendible desde el punto de vista de una competencia, en el caso no
guardan correlato alguno con las diferencias de los antecedentes estudiados,
advertidos y evaluados correcta y equitativamente por este Jurado.
Así, a poco que se pasa lectura a las calificaciones obtenidas por la
concursante Poggi, se advierte que aquéllas diferencias que remarca con respecto a
las del doctor López Oribe fiíeron tomadas en cuenta por el tribunal en los incisos
correspondientes, razón por la cual fiíe puntuado en los incs. a) y b) del art. 23 del
reglamento con 26.25 unidades en tanto que la impugnante mereció 28.25 puntos.
En cuanto al desempeño en el Ministerio Público Fiscal también fue ponderado, si
bien en su justa medida y no en la desmesurada dimensión pretendida por ella, como
ya se adelantara en las consideraciones generales de la presente.
Por último, omite resaltar que el doctor López Oribe era al momento de la
inscripción secretario interino del Juzgado Nacional de Menores N° 4, con una
43
antigüedad de dos años y siete meses, además de su desempeño en el mismo juzgado
como empleado con título de abogado desde el año 2003, en tanto que la
concursante se desempeña en el fuero correccional desde el año 2005, es decir que
ya desde tiempo atrás no prestaba funciones en el fuero penal juvenil.
Los cuestionamientos por la diferencias con los puntajes obtenidos por los
doctores Simian, Martí Garro y María Eugenia Sagasta en el rubro especialización,
con sustento en la circunstancia de que no se hubieran desempeñado nunca en el
ámbito del Ministerio Público Fiscal, resultan carentes de entidad por lo ya dicho y
además porque, analizados detalladamente sus antecedentes, sus puntajes se adecúan
perfectamente a los parámetros reglamentarios.
En síntesis, la puntuación que le fue otorgada en el rubro especialización se
encuentra ajustada a los ^tecedentes declarados y acreditados, los que han sido
evaluados conforme al texto reglamentario y pautas establecidas por el Tribunal, y
dentro de un justo correlato con el de los restantes concursantes no se advierte en
consecuencia ni error material ni arbitrariedad alguna, por lo que la pretensión de la
impugnante ha de ser rechazada.
Impugnación de la evaluación
el inc.
de sus antecedentes académicos previstos
d) del art. 23 del reglamento.
en
En cuando a la impugnación de sus
antecedentes académicos considera que se ha deslizado un error material
involuntario por cuanto se le han asignado 2.50 puntos cuando en realidad, según su
opinión se le debieron otorgar cuanto menos 4 unidades.
En sustento de lo expuesto resume sus antecedentes docentes y académicos y
acude nuevamente al sistema de comparación con el puntaje y logros de otros
concursantes (doctores Sagasta, Campana, Simian y Martí Garro) para fundar sus
pretensiones.
En síntesis, la concursante recurre al mismo procedimiento utilizado a lo
largo de toda su articulación que consiste en sobrevalorar sus antecedentes mediante
la comparación limitada y parcial respecto de otros concursantes con quienes elige
realizar el confronte, actividad que se aparta de las pautas de calificación
reglamentarias explicitadas por el Tribunal en el dictamen final.
Los antecedentes que acreditó fueron evaluados de acuerdo con los
parámetros reglamentarios y pautas de actualidad, continuidad e intensidad de la
labor docente enunciadas en el dictamen final y dentro del marco general de
inscriptos en el concurso en la etapa procesal correspondiente.
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Ministerio
Ofa.
0ANIE
PRO
PROCURACIÓN
(isi/A, Q A L L O
Procuración
TARIA
NERAL DE LA NACIÓN
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ü a l de la Nación
Público
General de la Nación
En ese sentido, el doctor Campana fue calificado con 1.75 puntos, lo que
refleja que este Jurado advirtió diferencias y las ponderó al acordar puntajes que
estimó justos y equitativos. Idéntica situación se verificó respecto de la doctora
Simian, a quien por sus logros en este ítem efectivamente en opinión de este Jurado
le corresponde mayor puntuación que a la impugnante, en los términos plasmados en
el decisorio cuestionado.
Tampoco se advierten otras diferencias que ameriten un aumento en su
puntuación. Sus notas se adecúan a los antecedentes que declaró y acreditó, son
equitativas en relación con el universo de las asignadas al resto de los concursantes
a tenor de los antecedentes acreditados y se ajustan a los criterios rectores que
establece la reglamentación, con el margen de discrecionalidad propio para el
análisis y apreciación con que cuenta este Tribunal. Por todo ello se rechaza su
impugnación.
Por las razones expuestas, se ratifican las calificaciones asignadas a la doctora
María Femanda Poggi por los antecedentes acreditados correspondientes a los incs.
a) y b) -28.25 puntos-, en el mbro "especialización" -12.50 puntos- y en el mbro
"docencia", inc. d) -2.50 puntos-, del art. 23 del Reglamento, las que se adecúan a
las pautas de ponderación, son justas y equitativas en relación con las asignadas al
resto de los concursantes.
Impugna la doctora Poggi la evaluación
la evaluación
de su prueba de oposición escrita y
del examen oral rendido por la doctora
Sagasta.
Su pmeba de oposición escrita fue calificada en el dictamen final conforme el
voto de la mayoría de los miembros del Jurado con 51 puntos, mientras que la
señora Jurista invitada le asignó 52 puntos, informe al que adhirió el vocal señor
Fiscal General doctor Eduardo Codesido.
Sostiene en relación con su examen oral que la nota asignada por la Jurista
invitada es la adecuada -recuérdese que sólo es un punto más- y que, por otro lado,
habría existido "grave error material" en la calificación del examen oral de la
doctora Sagasta.
Por otro lado, desarrolla una crítica a la evaluación de su pmeba de oposición
escrita en comparación con la efectuada respecto de los exámenes rendidos por los
doctores Martí Garro (58 puntos) y Simian (52 puntos) y concluye que su
calificación no puede ser inferior a 53 puntos, lo que así lo solicita.
45
Luego de analizar y para resolver
los planteos de la doctora Poggi debe
expresarse que el Tribunal considera que sus argumentaciones constituyen
solamente una expresión de su disconformidad con los criterios y las calificaciones
asipiadas.
Como ya fiíera expuesto a lo largo de la presente acta, las evaluaciones de los
exámenes escritos formuladas en el dictamen final conforme el voto de la mayoría
de
los
miembros
del
Tribunal
se encuentran
debidamente
motivadas
y
fiíndamentadas.
Las diferentes calificaciones asignadas a su examen y a los rendidos por los
doctores Simian y Martí Garro reflejan razonablemente los distintos contenidos de
las pruebas a la luz de los criterios de valoración del Tribunal.
El hecho de que la impugnante no esté satisfecha con las calificaciones
asignadas, no convierte a éstas en inadecuadas y, menos aún, en irrazonables.
En efecto, la pretensión de la doctora Poggi de que su examen sea calificado
con 52 puntos como el de la doctora Simian no encuentra justificación en el
contenido del texto elaborado, el que fiíe nuevamente revisado como consecuencia
de su presentación.
En virtud de todo lo expuesto, el Tribunal concluye que no se configura en el
caso ninguna de las causales de impugnación previstas en le reglamentación y que la
caUfícación de 51 (cincuenta y un) pimtos asignada en el dictamen final conforme el
voto de la mayoría del Tribunal a la prueba escrita de la doctora Poggi, es justa,
equitativa y guarda razonable proporcionalidad con el universo de las asignadas de
acuerdo a sus contenidos, razón por la cual se rechaza su recurso y se ratifica la nota
asignada a la concursante.
En relación
a la evaluación
del examen oral de la concursante
doctora
Sagasta, la doctora Poggi realiza extensas consideraciones críticas que se basan en
un ejercicio comparativo entre las oposiciones de los diversos concursantes que, a
su juicio, tomarían carentes de fundamento el apartamiento por parte de la mayoría
del Tribunal del dictamen de la Jurista invitada, a cuyos términos se remite por
razón de la brevedad.
En conclusión, la doctora Sagasta considera que: "(...) De este modo, la falta
de fimdamentación de tal apartamiento (recuérdese una vez más que en todos los
46
Ministerio
Procuración
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. OE LA NACIÓN
Público
General de la Nación
otros casos la diferencia en la puntuación fue mínima: de un punto o centesimos de
punto), hace concluir a la suscripta que se trata un error material, cuya importancia
de subsanación es tal, al punto que MODIFICA SUSTANCIALMENTE EL
ORDEN DE MÉRITO". Asimismo que, "(...) Lo contrario, esto es, modificar nada
más ni nada menos que una TERNA (teniendo en cuenta aquí que los cargos que se
concursan son tres), sin fundamento alguno, resultaría un caso de arbitrariedad
manifiesta, que no puede ser admitida habida cuenta las garantías constitucionales
puestas enjuego, y que aspiro, no resulte el caso".
Corresponde rechazar estos agravios y el recurso deducido por los
fundamentos brindados en oportunidad de resolver en la presente las demás
impugnaciones en las cuales otros concursantes (doctores Vidal Mauriz, Navarro y
Togni) introdujeron idéntica cuestión.
Impugnación
del concursante
doctor Pedro
Campana
El doctor Campana deduce impugnación en los términos de lo normado en el
art. 29 del Régimen de Selección de Magistrados del MPF mediante el escrito
agregado a fs. 414/417, respecto de las calificaciones otorgadas en el dictamen
final a sus antecedentes "funcionales y/o profesionales" correspondientes a los
incisos a ) y b) y en el rubro "especialización" del art. 23 del Reglamento y en
ambos exámenes de oposición -art. 26 incisos a) y b)-, por las causales de
arbitrariedad manifiesta y vicio grave de procedimiento.
Respecto
"especialización",
de los antecedentes funcionales
y/o profesionales
y en el
rubro
en los que fiíe calificado con 30.75 y 15 puntos, respectivamente,
comienza la enunciación de sus agravios y expresa que la decisión del Tribunal de
otorgar un "puntaje base" ilustrado en una tabla a la que denomina "cliché", en sus
palabras "usada en exceso desde la implementación de los concursos", denota un
"vicio grave de procedimiento" que arbitrariamente permitió a la gran mayoría de
los postulantes, a pesar de que los cargos en disputa se encuentran dentro de la órbita
del Ministerio Público Fiscal y con exclusiva competencia en 'Menores', obtener
calificaciones similares, o muy poco diferenciadas de quienes permanentemente allí
ejercimos nuestras tareas.
Considera que ello también contradice el fundamento expuesto por la
mayoría de los integrantes del Jurado en el dictamen final en cuanto a que las
asignaciones fueron de acuerdo con el cargo y/o función desempeñada al momento
47
de la inscripción así como su entendimiento de en qué consiste la "especialización"
o "especialidad".
Resume, mediante un ejercicio comparativo, su trayectoria profesional,
menciona la Convención sobre los Derechos del Niño con relación a la
'especialización' y peticiona se le otorgue las máximas calificaciones establecidas
para estos dos ítems (es decir 40 y 20 puntos, respectivamente), ya que
ininterrumpidamente se desempeñó como Secretario efectivo en una Fiscalía de
Menores o, en su defecto, que esa calificación sea superior a la que corresponde a
quienes cumplieron esa tarea solo por breves períodos, a los Secretarios de Juzgados
de Menores, a los Secretarios de Fiscalías Federales con cuestionada competencia en
Menores y al resto, en ese orden.
Pasando al análisis y la resolución de los planteos introducidos por el doctor
Campana corresponde señalar, en primer lugar, que la "tabla cliché" a la que alude,
cuya utilización disgusta al impugnante, no es antojadiza sino que resultó de un
análisis en el que se ponderaron diversos factores y pautas reglamentarias, entre los
cuales, obviamente se consideró, el desempeño en el Ministerio Público Fiscal y en
el fuero de menores, en aras de lograr la máxima justicia y equidad posible en la
evaluación de los distintas antecedentes fimcionales y/o profesionales acreditados
por concursantes y se la comparta o no, es razonable y encuadra en el margen de
discrecionalidad reglada con que cuenta el Jurado para llevar a cabo su labor.
Por lo demás, el concursante solo utilizó una ironía lingüística para referirse a
los criterios utilizados para ponderar los antecedentes, pero no introdujo argumentos
de peso que conmuevan la convicción de este Jurado de que esos haremos resultan
congruentes con las exigencias reglamentarias y con el propósito de lograr la
calificación más justa y equitativa de los antecedentes acreditados por los
candidatos.
Conforme a lo expuesto, para puntuar al impugnante por los antecedentes
contemplados en los incs. a) y b) del art. 23 del reglamento, se partió del puntaje
"base" que se resolvió asignar a los "secretarios", es decir 24 puntos y luego se lo
acrecentó el mismo en los términos explicitados en el dictamen final, de acuerdo con
lo establecido en la reglamentación, procedimiento que permitió al doctor Campana
una puntuaciones más altas alcanzadas en el rubro, que resulta adecuada a sus logros
y es razonablemente proporcional a la de los restmites concursantes. Que ello no
48
Caffoz
Ministerio
Procuración
''^^^
Público
de la Nación
General de la Nación
satisfaga las legítimas aspiraciones del concursante no convierte en arbitraria la
evaluación llevada a cabo por este Jurado en arbitraria, inmotivada o injustificada.
En particular, el mencionado apartamiento de los preceptos enunciados en la
Convención sobre los Derechos del Niño y en otras normas internacionales en la
materia en el que, a juicio del doctor Campana, se habría incurrido al puntuarlo, no
encuentra asidero alguno -como se indicó en las consideraciones generales de la
presente- pues nada mencionan ni la Convención sobre los Derechos del Niño ni
otras normas internacionales en relación con que exista una prevalencia entre
quienes prestan fiínciones en el ámbito del Ministerio Público Fiscal sobre otros que
lo hagan en el Poder Judicial o en el Ministerio de la Defensa, o en otros ámbitos;
sino que lo que se persigue en el amplio corpus iuris de protección internacional de
derechos humanos de niños y niñas es promover el establecimiento
de "(...)
autoridades e instituciones específicos para los niños de quienes se alegue que han
infringido las leyes penales o a quienes se acuse o declare culpables de haber
infringido esas leyes (...)". Este propósito ha sido debidamente asegurado en la
ponderación y evaluación por este Jurado respecto de cada uno de los participantes,
como ya se aclarara en las consideraciones generales.
Por otra parte, el impugnante fue calificado en el rubro especialización con 15
puntos. Si se recuerda que al emitir el dictamen final se dejó en claro que además de
considerarse los cargos y funciones, las tareas desarrolladas y los períodos de
ejercicio, para calificar este ítem se tomarían en cuenta también con carácter
integrador, los antecedentes académicos, docentes y la producción jurídico-literaria
contemplados en el resto de los incisos del art. 23, resulta claramente la fuerte
incidencia que tuvo en su puntuación su desempeño funcional como secretario de
una Fiscalía de Menores, por cuanto en el inciso c) fue calificado con 6.75 unidades
sobre 14 posibles, en el d) con 1.75 punto sobre 13 posibles y en el e) con cero
unidades sobre los 13 puntos máximos que se pueden acordar.
En síntesis, si se analizan los puntajes que le han sido asignados, surge
palmariamente que ellos son razonables, ajustados a los antecedentes acreditados y a
las pautas objetivas de ponderación aplicadas por el Jurado y que guardan una
proporción justa en base a las diferencias que registran con los concursantes con
que se compara como también con el resto de postulantes inscriptos. Su planteo sólo
denota un desacuerdo con las notas asignadas sin que se dé, en consecuencia,
ninguno de los presupuestos reglamentarios que habiliten la impugnación que
49
articula. Por las razones expuestas, se la rechaza y se mantienen las puntuaciones de
30.75 puntos por los antecedentes previstos en los incs. a) y b) y de 15 puntos, en el
rubro "especialización" del art. 23 del Reglamento, respectivamente.
En cuanto a la impugnación de las evaluaciones
de las pruebas de oposición
escrita y oral cabe señalar que el Jurado en su mayoría calificó con 41 puntos su
prueba escrita
mientras que la señora Jurista invitada lo hizo con 42 puntos,
propuesta a la que adhirió el vocal señor Fiscal General doctor Eduardo Codesido.
Respecto de su prueba oral, fue calificada con 32 puntos conforme el voto de
la mayoría del Jurado y con igual puntaje por la señora Jurista invitada, dictamen al
que adhirió el citado Vocal del Tribunal.
En relación con la evaluación de su prueba de oposición escrita, el doctor
Campana fundó su impugnación en que el apartamiento del Jurado respecto del
dictamen de la Jurista invitada no contaba con la "debida fiíndamentación" lo que
vuelve, a su juicio, la nota en arbitraria.
Cuestiona la argumentación brindada por la doctora Fellini y compara su
examen con el de otros concursantes, ejercicio que lo lleva a considerar que no se
justifican las diferencias entre las notas asignadas. Solicita que la nota de 41 puntos
que le fue otorgada sea elevada considerablemente.
Al respecto coiresponde señalar, en primer término, que las notas asignadas a
los exámenes de oposición escrito se encuentran debidamente fundamentadas en el
dictamen final, tal como se reiteró en las consideraciones generales de la presente y
en oportimidad de dar tratamiento a las impugnaciones deducida por otros
concursantes, por lo que corresponde el rechazo de la afirmación del doctor
Campana en sentido contrario.
Sin perjuicio de ello y tras la revisión de los exámenes rendidos por el
impugnante y por los concursantes con quienes se compara (doctores Quimo Costa,
Sagasta y Togni), el Tribunal concluye que no se advierte la configuración de
ninguna de las causales de impugnación previstas en el reglamentación en la
valoración de dichas pmebas.
Las diferencias entre cada uno de los exámenes se encuentran razonablemente
explicitadas en el informe de la señora Jurista invitada cuya fundamentación hizo
propia el Tribunal en los términos explicitados en el dictamen final conforme con el
50
u c a r d o Alejandro
Ministerio
D r a . BANÍ
PR
Procuración
PBOCURACV
ffoz
Público
General de la Nación
voto de la mayoría del Tribunal y no se limitan a la calificación del hecho (como
pretende el doctor Campana) sino a todas las circunstancias debidamente expuestas
en el decisorio, cuyos términos se tienen por reproducidos como integrante de la
presente en mérito de la brevedad.
Por ello, el Tribunal considera que la calificación asignada a la prueba escrita
rendida por el postulante doctor Campana se adecúa a las pautas de ponderación
reglamentarias, es justa y guarda razonable proporcionalidad con el universo de las
rendidas a tenor de sus contenidos, en virtud de lo cual se rechaza la impugnación y
se ratifica la calificación de 41 puntos asignada en el dictamen final a dicho examen
de oposición.
En cuanto a la impugnación del doctor Campana respecto de la
valoración
de su prueba de oposición oral, la que fiíe calificada con 32 puntos, señala que
resulta arbitraria si se la compara con las notas asignadas a las rendidas por las
doctoras Poggi y Sagasta. Solicita, en consecuencia, una calificación superior a la de
la doctora Poggi.
Luego de analizar y para resolver el planteo, cabe señalar que en el dictamen
final, conft)rme el voto de la mayoría de sus miembros, el Tribunal concluyó lo
siguiente respecto de la prueba oral rendida por el doctor Campana: "En suma, la
disertación del postulante ha sido prolija, con correcta oratoria a pesar de que su
relato resultó entrecortado por momentos. Es de destacar que, en ocasiones,
confiínde el término "solución alternativa" con "pena aUemativa". Evidenció
conocimientos en cuanto a doctrina y jurisprudencia así como oficio vinculado con
la temática. El lenguaje utilizado a lo largo de su exposición fiíe correcto. Se
desenvolvió dentro del tiempo estipulado con tranquilidad. (...)"
Escuchado nuevamente el audio grabado del examen rendido por el
impugnante resulta que la descripción de su contenido efectuada en el dictamen final
se ajusta adecuadamente a la realidad de lo acontecido y las conclusiones son
adecuadas. Por otra parte, no fiíeron cuestionadas en el recurso del doctor Campana
el que se limitó a un confronte con los correspondientes a los de algunos de los
restantes concursantes.
Como
ya se sostuvo
al resolver
anteriores
planteos
de similares
características, las comparaciones parciales y limitadas a determinados postulantes,
no constituyen per se argumento suficiente para fundar las impugnaciones.
51
Sin perjuicio de ello, cabe records que, respecto del examen oral de la
concursante doctora Poggi, con el cual el doctor Campana compara el suyo y
pretende se le asigne mayor nota que al de la nombrada, el Tribunal concluyó que:
"En suma, la concursante formalizó un alegato preciso y enfático, con argumentos
concretos y sólidos, lo que evidenció un amplio conocimiento de la materia. Durante
la exposición exteriorizó críticas y criterios personales y, si alguna observación
pudiera formúlame, es en el sentido del poco desarrollo que le otorgó a la doctrina.
Respondió adecuada y fundadamente las preguntas formuladas por el tribunal.
Concluyó su exposición en quince (15) minutos, pero posiblemente ello se deba no a
un mal manejo de sus tiempos de preparación del examen sino a que se expresó
permanentemente en forma correcta pero apresurada, le sobraron cinco (5)
minutos.(...)"
De dicha evaluación y de su confronte con la correspondiente a su examen,
resultan de manera elocuente las diferencias entre una y otra prueba, que no son las
apuntadas por el nombrado y quedaron razonablemente plasmadas en las
calificaciones asignadas en uno y otro caso.
Por todo lo expuesto, el Tribunal concluye que ño se configura ninguna de las
causales de impugnación previstas en la reglamentación respecto de la valoración
del
examen de oposición oral rendido por el doctor Campana y se ratifica la
calificación de 32 puntos asignada a dicha prueba, la que resulta adecuada a las
pautas de ponderación, justa y equitativa en relación con el universo de las otorgadas
de acuerdo a sus contenidos.
Disidencia parcial del vocal señor Fiscal General doctor Eduardo
Alberto
Codesido
Concuerdo, en lo sustancial, con el criterio adqstado por la mayoría de los
miembros del Tribunal respecto de las impugnaciones deducidas contra la
calificación de los antecedentes de los concursantes.
En cuanto a aquellas deducidas respecto de la oposición oral y escrita, de
adverso, entiendo que no se han expuesto argumentos relevantes que permitan
apartarse del puntaje asignado por la Jurista invitada, doctora Zulita Fellini (art. 28
del Régimen de Selección de Magistrados del M.P.F.N.) y por ello corresponde
hacer lugar a aquellas cuyo gravamen se sostuvo en ese extremo.
A mi ver, el apartamiento de sus apreciaciones solo corresponde cuando
puedan señalarse circunstancias objetivas que permitan sostener consideraciones
52
Rkirsío Alcjardro
Caffoz
o y •••• 1 Seci'tíario L c a a d o
" ^ • ^ ' ' P r o c u r a c i ó u GeM-rat d e l a N a c i ó n
Ministerio
Procuración
lA
f ü E LA NAC10N
Público
General de la Nación
subjetivas distintas a las formuladas por ella. De ese modo, se faculta a los
concursantes para la intelección de los motivos que pudieron llevar a adoptar un
criterio diferente y, eventualmente, a impulsar la vía recursiva.
Por último, entiendo que corresponde señalar, con el debido respecto a la
opinión contraria del doctor Hugo Daniel Navarro, que la pregunta relativa a la
Enmienda VIII de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica fue
pertinente en la medida que el mismo concursante indicó que ella resultaba ser junto con la Enmienda XIV- la base del cambio de criterio en el precedente Roper
vs. Simón que había mencionado en su exposición. De esa manera, pudo constatarse
los alcances de su conocimiento respecto de los fundamentos de ese leading case.
En consecuencia, el Tribunal evaluador del Concurso N° 80 del M.P.F.N.,
sustanciado para cubrir cuatro (4) cargos de fiscal ante los juzgados nacionales de
menores de la Capital Federal (Fiscalías Nros. 5, 2, 6 y 3, en ese orden), en los
términos de los votos expresados por sus miembros en la presente, RESUELVE: 1)
Rechazar las impugnaciones deducidas contra el dictamen final del Jurado de fecha
18/08/11 (fs. 320/342 vta.) por los concursantes doctores Gabriel Antonio Tula
Gonzaga, Jorge Daniel López Oribe, Daniel Ignacio Togni, Hugo Daniel Navarro,
Pablo Guillermo Sagasta, Marcela Inés Simian, María Femanda Poggi y Pedro
Campana; 2) Hacer lugar parcialmente a las impugnaciones deducidas por el
concursante doctor Juan Manuel Vidal Mauriz, con el alcance explicitado al dar
tratamiento a su recurso y 3) En consecuencia, las calificaciones y el orden de
mérito definitivo de los concursantes para cubrir las vacantes concursadas, es el
siguiente:
1°) MARTI GARRO, Alejandro: 147.75 (ciento cuarenta y siete con setenta y
cinco) puntos.
2°) QUIRNO COSTA, Patricia: 141.75 (ciento cuarenta y uno con setenta y
cinco) puntos.
3°) SAGASTA, María Eugenia: 140.50 (ciento cuarenta con cincuenta)
puntos.
4°) TOGNI, Daniel Alejandro: 140.25 (ciento cuarenta con veinticinco)
puntos.
5°) POGGI, Maria Femanda: 140.25 (ciento cuarenta con veinficinco) puntos.
6°) SIMIAN, Marcela Inés: 138.90 (ciento treinta y ocho con noventa)
puntos.
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7°) LÓPEZ ORIBE, Jorge Daniel: 138.25 (cioito treinta y ocho con
veinticinco) puntos.
8°) TULA GONZAGA, Gabriel Antonio: 127.25 (ciento veintisiete con
veinticinco) puntos.
9°) CAMPANA, Pedro: 127.25 (ciento veintisiete con veinticinco) puntos.
10°) CASTELLI, Anselmo Gabriel Palmiro: 126.25 (ciento veintiséis con
veinticinco) puntos.
11 °) NAVARRO, Hugo Daniel: 122 (ciento veintidós) puntos.
12°) MOGNI, Hernán: 122 (ciento veintidós) puntos.
13°) HALPERÍN, María Martha: 121.75 (ciento veintiuno con setenta y
cinco) puntos.
14°) VIDAL MAURÍZ, Juan Manuel: 120,25 (ciento veinte con veinticinco)
puntos.
15°) DE SETA, Horacio Rubén: 119.50 (ciento diecinueve con cincuenta)
puntos.
16°) SULLIVAN, María Alejandra: 118 (ciento dieciocho) puntos.
17°) SAGASTA, Pablo Guillermo: 112 (ciento doce) puntos.
18°) CHARNIS, Laura María: 109.50 (ciento nueve con cincuenta) puntos.
19°) CARRELO, Ana Carina: 106.50 (ciento seis con cincuenta) puntos.
Atento la paridad de las puntuaciones totales alcanzadas por los concursantes
doctores Daniel Alejandro Togni y María Fernanda Poggi (140.25 puntos); Gabriel
Antonio Tula Gonzaga y Pedro Campana (127.25 puntos) y Hugo Daniel Navarro y
Hernán Mogni (122 puntos), por aplicación de la regla establecida en el párrafo
tercero del art. 2 8 del reglamento de concursos, los postulantes doctores Togni, Tula
Gonzaga y Navarro resultan ubicados en el 4° (cuarto); en el 8° (octavo) y en el 11°
(onceavo), lugares, respectivamente, del orden de mérito, por cuanto obtuvieron
mejor puntuación siunando ambas pruebas de oposición.
En fe de todo lo expuesto, expido la presente en el lugar y fecha indicados al
comienzo y la remito a la señora PresidentaxYocales del Tribunal, a sus efectos.-
Ricardo Aleja/dro Caffoz
Secretaria Letrado
54
^.jRicatdo Alejandro Caffoz
Ministerio
Procuración
al Ue la N a c i ó n
Público
General de la Nación
En la Ciudad de Buenos Aires, a los
días del mes de diciembre de
2011, suscribo la presente en prueba de conformidad respecto del contenido del acta
de resolución de impugnaciones del Concurso N° 80 M.P.F.N. labrada en fecha
15/12/11 por el señor Secretario Letrado a cargo de la Secretaría Permanente de
Concursos de la P.G.N. doctor Ricardo A. Caffoz, conforme expresas y precisas
instrucciones impartidas por los miembros del l/ibunal, que para este acto tengo a
la vista.-
Certifico: en cuanto ha lugar pomierecho que la firma que antecede pertenece
al puño y letra de la señora Fiscal General de Política Criminal, Derechos Humanos
y Servicios a la Comunidad de lai^rocuración General de la Nación, doctora Mary
Beloff, quien la insertó en mi presencia, en la ciudad de Buenos Aires, a los
días del mes de
///Wá(^mJ¿ de 2011.-
En la Ciudad de
^ém¿hM6
, a l o s y r ^ días del mes de diciembre
de 2011, suscribo la presente en prueba de conformidad respecto del contenido del
acta de resolución de impugnaciones del Concurso N° 80 del M.P.F.N. labrada en
fecha 15 /12/11 por el señor Secretario Letrado a cargo de la Secretaría Permanente
de C o n c u r s ó l e la P.G.N. doctor Ricardo A. Caffoz, conforme expresas y precisas
instrucciones in partidas por los miembros del Tribunal, que para este acto tengo a
la vista.-
Certifico: en cuanto ha lugar por derecho que la firma que antecede pertenece
al puño y letra de la señora Fiscal General doctora María Cristina Manghera de
Marra, quien la insertó en mi presencia en la ciudad de Pt4¿(Atí^AM'^^'Ky
días del mes de
¿r^ f^ouv/uc de 2011 .-
Ricardo
S e c r e t a r i o (..etrado
P r o c u r a c i ó n G e u e r a i d e l a NaciÓQ
, a los
En la ciudad de Buenos Aires, a \o^2^ días del rnes de diciembre de 2011,
suscribo la presente en prueba de conformidad r e c e t o del contenido del acta de
resolución de impugnaciones del Concurso N" 80 del M.P.F.N. labrada en fecha
15/12/11 por el señor Secr^ario Letrado a cargo de la Secretaría Permanente de
Concursos de la P.GN. doctor Ricardo A. Caffoz, conforme expresas y precisas
instrucciones impartidas por los miembros del Tribunal, que para este acto tengo a
la vista.
Certifico: en cuanto ha lugar por derecho que la firma que antecede pertenece
al puño y letra del seflor Fiscal General, doctor Jfócardo Osear Saenz, quien la
insertó en mi presencia en la ciudad
mes d
e ^ ¿ M ^
días del
2011.-
Piocuracióü Genciui
i
En la ciudad de Buenos Aires, a los>(f7^días del mes de diciembre de 2011,
suscribo la oíeseffl^'^nsirueba de conformidad respecto del contenido del acta de
resoluci^ de i m p u t a c i o n e s ^ ! Concurso W 80 del M.P.F.N. labrada en fecha
15/12/n/ por
el Sr. Secretario Eietrado a cargo de la Secretaría Permanente de
Conciaréjos de la P.G.N. doctor R i ^ d o A. Caffoz, conforme expresas y precisas
insttt&clones impartidas por los piiepibros del Tribunal, que para este acto tengo a
lavisík-?
Certifico: en cuanto ha lugar por derecho que la firma que antecede pertenece
al puño y letra del señor Fiscal General 4fi¡ftor Edu^Q A. CodesiíÍ9,iqjjien la
msertó en mi presencia &VÍ la ciudad de
mes d e ^ ^ ^ ^ i ^ e
% , a los y'^'^ días del
20 U . .
Ricardo Alejandro
Secretario Letrado
P f t ) e « r » s i í » a ü e o e r a i Ue U
Nación
Ministerio
Procuración
qallq
o r a . OAN(
PR.
Público
General de la Nación
En la ciudad de Buenos Aires, a los /^p^dias del mes de diciembre de 2011,
suscribo la presente en prueba de conformidad respecto del contenido del acta de
resolución de impugnaciones del Concurso N° 80 del M.P.F.N. labrada en fecha
15/12/11 por el señor Secretario Letrado a cargo de la Secretaria Permanente de
Concursos de la P.G.N. doctor Ricardo A. Caffoz, conforme expresas y precisas
instrucciones^4mpartidas(por los miembros del Tribunal, que para este acto tengo a
la vista.-
H0RAadiS.O
F K ^ GtMral hto lot
Tribual (lattt tu ia capital
Certificcfen cuanto lugar por derecho que la firma que antecede pertenece al
puño y letra del señor Fiscal General doctor Horacio González Warcalde, quien la
insertó en mi presencia en la ciudad de
mes
át/^^'áaMjt
a los
de 2011.-
Secretario I-e
Froctiracién Gentrai Je U Nación
días del
2 ^ }
yl/
Ciudad de Buenos Aires, 19 de a^Tde 2011
/i^JÍ^ G A L L O
SIL DE LA NACIÓN
Distinguidos Integrantes del Jurado
De mi mayor consideración:
Tengo el honor de dirigirme al Jurado constituido en el concurso Nro. 80 de la Procuración
General de la Nación, destinado a cubrir tres cargos de Fiscal ante los Juzgados Nacionales
de Menores (Fiscalías Nros.5, 2 y 6), en mi carácter de jurista invitada, con el objeto de
presentar mi opinión fundada no vinculante sobre las capacidades teóricas y prácticas
demostradas por cada aspirante a ocupar el cargo de Fiscal de Menores en las pruebas
escritas y de oposición que tuvieron lugar los días 30 de noviembre y 1, 2 y 3 de diciembre
del 2010, de acuerdo con la Resolución Nro. 101/07 PGN y los artículos 5, segundo párrafo
y 28 del Reglamento de Selección de Magistrados del Ministerio Público Fiscal de la
Nación, aprobado por Resolución Nro. 101/04 del Procurador General de la Nación.
Conforme lo prescribe el art. 28 del Reglamento de Selección de Magistrados del
Ministerio Público de la Nación, el tribunal ha calificado los antecedentes de los
concursantes en forma previa a la celebración de las pruebas de oposición y no compete al
jurista invitado emitir opinión alguna sobre dicha calificación sino limitarse a evaluar como ya se señaló—, de modo no vinculante para el tribunal, el desempeño de los
postulantes en ambas pruebas realizadas.
En cuanto a la prueba escrita que tiene reglamentariamente asignado un puntaje máximo de
sesenta (60) puntos (cf artículo 27 del mismo Reglamento), se evaluó que los concursantes
demostraran no sólo su idoneidad en el diseño de la estmctura a ensayar (en el caso, la
redacción de un requerimiento de elevación a juicio) sino además sus habilidades para
identificar el núcleo de los problemas jurídicos que presenta el caso propuesto y para
analizarlo jurídicamente de forma fundada y consistente. Se consideró asimismo relevante
que el ejercicio permitiera una ponderación más amplia de las aptitudes del postulante para
percibir la complejidad jurídica que suele existir en casosfi^ecuentesy que —^por su
reiteración— preocupan a la sociedad, al valorar la disposición de los concursantes para
resolverlos con autonomía de criterio tanto desde el punto de vista procesal cuanto penal de
fondo. A esos fines se tuvo en cuenta la pertinencia y el rigor de los fundamentos utilizados
así como la corrección del lenguaje empleado.
Para determinar las calificaciones de cada evaluación escrita se consideraron la calidad, la
claridad y precisión de la argumentación jurídica así como también la pertinencia de los
razonamientos presentados por el examinado a partir de una correcta interpretación de los
hechos y de una igualmente razonada solución a la totalidad de los temas que ofi-ecía el
caso, con solvencia teórica, autonomía de criterio y rigurosa fundamentación legal
sustancial y formal. Por esa razón también se admitieron soluciones diferentes en la medida
en que fueran lógicas y estuvieran jurídicamente fiíndadas.
Se consideró la corrección en el lenguaje, la redacción, la sintaxis, la ortografía y el orden
lógico en la exposición de los temas tratados en función de la resolución que se requería
elaborar. En particular, se consideraron la estructura formal de la presentación (orden y
desarrollo), la descripción de los hechos o base fáctica, la imputación, la solución respecto
del imputado no punible, la solución en función del art. 336 CPPN a partir de la
identificación del inciso correspondiente al caso, la consideración del art. 337 CPPN, las
referencias al cese de la tutela así como la derivación eventual a una autoridad
administrativa, planteos en relación con la aplicación del art. 12 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, menciones a Resoluciones de la Procuración General de la Nación
sobre el tema, solicitud de medidas probatorias adicionales, calificación legal adoptada y
postura respecto de la privación de libertad cautelar, entre otros.
Se han juzgado como elementos que disminuyen las notas de los exámenes los errores
graves en la argumentación jurídica así como las deficiencias serias en la fundamentación
(ausencia), vacías de contenido, contradictorias o carentes de logicidad.
Respecto de los puntajes, los más altos se adjudicaron a aquellos concursantes que dieron
un tratamiento más completo de los temas a resolver en el caso, al intentar resolver la
fayor cantidad de aspectos problemáticos presentados por el expe^ie^3''^ forma
adecuada, conforme los estándares establecidos más arriba Por otra parte, las calificaciones
más bajas fueron asignadas a quienes no fimdaron adecuadamente la calificación legal
Bra.
(k^Mtíliaada.y a aquellos exámenes caracterizados por la escasez o carencia de fiíndamentos en
PROCUR/élbA GENER.•j^'?p)jW§ft«nes propuestas.
En ningún caso, ha incidido en la calificación la solución a la que arribó el postulante salvo
que no estuviese debidamente ñindada y por esta razón.
Es pertinente señalar que el caso presentado a los concursantes proviene de una extraña
jurisdicción (Provincia de Buenos Aires), debido a la necesidad de contar con un caso de
reciente decisión en el cual hubieran intervenido múltiples autores, punibles y no punibles
de acuerdo con la ley penal, en razón de su edad; pero en el que no hubieran participado
ninguno de los aspirantes. De acuerdo a esta especial característica del expediente real
utilizado, en el acápite de la significación legal, se tuvo en cuenta el punto por la variedad
de las soluciones brindadas si se consideraba el caso como ocurrido en esa jurisdicción o en
la Ciudad de Buenos Aires, siempre de acuerdo a la fundamentación desarrollada.
En cuanto a la disertación oral, tal como lo prevé el art. 26, inc. b, tercer párrafo, del
Reglamento mencionado, los postulantes debieron escoger y preparar un tema previamente
seleccionado por el tribunal y pubUcado con una antelación de cinco días a la fecha de
realización de la prueba, así como contestar las preguntas eventualmente efectuadas por el
jurado luego de la exposición cuyo tiempo se estipuló en 20 minutos. El puntaje máximo
que es posible alcanzar en esta prueba es de cuarenta (40) puntos.
A partir del esquema de la prueba de oposición exigida reglamentariamente y los temas
elegidos por el Jurado, se evaluaron la claridad y la capacidad de síntesis en la presentación
de la exposición, el modo a abordar y argumentar los aspectos complejos del tema
escogido, el manejo de criterios doctrinarios y jurisprudenciales relacionados con el mismo,
el modo en que fueron respondidas las preguntas formuladas por el tribunal, las opiniones o
criterios personales emitidos así como también el empleo del tiempo asignado previamente.
Las diferencias en la puntuación acordada a los postulantes en este rubro varían en función
de ligeros matices (mayor profundidad en el tratamiento de ciertas cuestiones procesales,
mayor habilidad para transmitir de manera más adecuada el rol del MPF en esta instancia
procesal, mejor preparación del tema, etc.) pero en general se destaca aquí el buen nivel, en
promedio, de los concursantes.
Finalmente, en el presente dictamen se exponen por orden alfabético las calificaciones de
las evaluaciones orales y escritas.
Pedro
Tema
Campana
7; "MEProAS
a l t e r n a t i v a s de r e s o l u c i ó n de c o n f l i c t o s y f o r m a s abreviadas
DEL PROCESO APUCADAS A LA JUSTICIA JUVENIL".
Evaluación de la disertación oral
Presentó el tema sobre el que versaría su exposición, y seguidamente realizó una reseña de
la CIDN. Al respecto mencionó que, debido a la falta de madurez -física y mental—del
niño, éste merece protección y cuidados especiales así como debida protección legal.
Recordó que el Estado argentino asumió compromisos intemacionales en esta materia,
como el de otorgarles a los niños, niñas y adolescentes im plus de derechos específicos
debido a su falta de madurez. En este sentido, expuso que este estatus legal ha sido
reconocido por la Corte IDH en su Opinión Consultiva Nro. 17 y por la CSJN en el
precedente Maldonado.
Mencionó que oportunamente, la CSJN (2005) ha señalado que los menores deben ser
sometidos a procedimientos penales, autoridades judiciales y penitenciarias especiales, lo
cual implica un mayor uso de medidas alternativas a la intervención penal del Estado.
Como consecuencia de lo expresado, opinó que las respuestas de política criminal deben ser
diferentes de las que se brindan a los mayores, para lo que deberá tenerse en cuenta no sólo
las circunstancias y la gravedad del hecho sino también la situación personal del menor, su
historia social y familiar, qué daño ha causado, si ha tenido intención de repararlo y si pudo
encaminar su vida para ser útil a la sociedad así como todo aquello que tienda a su
reinserción en la misma. En este sentido, afirmó que de nada serviría un enfoque puramente
punitivo.
Refirió tres principios q u e rigen el tema: el de limitación de la privacióíhí^Tib^ftád, que
debe sfr excepcional, u t i l i z a r s e como ú l t i m a medida y siempre que no e x i s t a otra s o l u c i ó n
^a^ltCTp^y^Q q u e b r i n d a r l e , por el m e n o r t i e m p o que p r o c e d a ; el p r i n c i p i o de no
bsECRpKUoiaiización, para evitar u n a mayor e s t i g m a t i z a c i ó n y p e n a l i z a c i ó n de l o s m e n o r e s y, el
ciON SENE|^^i¡|j^^cjgg m e n o r p r e t e n s i ó n p u n i t i v a estatal p a r a los j ó v e n e s q u e h a n delinquido. Enimció
que todos estos principios h a n sido reconocidos por la CSJN en el fallo Maldonado, sin
desarrollar otros precedentes.
En cuanto a las medidas alternativas a la j u d i c i a l i z a c i ó n , aludió al asesoramiento; a las
órdenes de orientación y supervisión, al c u i d a d o , la libertad v i g i l a d a , la colocación en
hogares de g u a r d a , arbitrar p r o g r a m a s de guarda, y a la c a p a c i t a c i ó n profesional. Enunció
n o r m a t i v a i n t e m a c i o n a l al respecto (arts.37 y 40 de la CIDN), y resaltó l o s propósitos
consagrados en las Reglas 5 y 11 de Beijing.
Alegó que concurren otros dos instrumentos internacionales (Reglas de Naciones Unidas
para la Protección de Jóvenes Privados de Libertad y las Directrices de RIAD) que, si b i e n
p o r su naturaleza no constituyen fiíente de o b l i g a c i ó n j u r í d i c a para l o s Estados miembros,
correspondería aplicarlos y respetarlos, y adaptar las legislaciones a los cánones brindados
p o r ellas y por la CIDN.
Entre otras medidas alternativas mencionó el p r i n c i p i o de o p o r t u n i d a d y, en sentido s i m i l a r ,
la remisión del caso, la mediación, la conciliación entre las partes y la reparación del daño.
En cuanto a las formas abreviadas del proceso, sugirió la s u s p e n s i ó n del j u i c i o a p m e b a y el
j u i c i o a b r e v i a d o . Al
respecto señaló las
diferentes c r í t i c a s q u e se r e a l i z a n a
ambos
institutos. A pesar de ello, el concursante opinó q u e se trata de b u e n a s medidas p a r a evitar
someter a los menores a un j u i c i o o r a l . Respecto a la s u s p e n s i ó n del j u i c i o a praeba, a g r e g ó
que en la p r á c t i c a l o s tres tribimales orales de m e n o r e s establecieron c o m o r e g l a , q u e el
tiempo que el m e n o r haya c u m p l i d o en v i r t u d del tratamiento tutelar, anula lo p r e s c r i p t o
p o r el artículo 27 bis, del 76 ter. del CPN; es decir, se le computa ese tiempo p o r cumplido,
circxmstancia q u e resulta beneficiosa p o r q u e en general, cuando se la solicita ya el menor
l l e v a un a ñ o de tratamiento y se c o n s i d e r a extinguida la a c c i ó n penal.
Ante la pregunta formulada por el tribimal acerca de si no deduce que estos institutos se
p o d r í a n a p l i c a r directamente en v i r t u d del artículo 40 de la CIDN, respondió que, de
acuerdo a su experiencia, se p o d r í a n aplicar en algunos casos pero no de forma
generalizada. En cuanto a la r e m i s i ó n de c a s o s , r a z o n ó q u e sería v i a b l e aplicar el instituto
en l o s de v i o l e n c i a escolar. Asimismo, sostuvo q u e el j u i c i o a b r e v i a d o es u t i l i z a d o p o r q u e
el sistema está colapsado y e x p r e s ó que, el arreglo al q u e se arribe s i e m p r e q u e d a r á
supeditado al c u m p l i m i e n t o del artículo 4° de la ley 22.278, ya que el fiscal debe saber si es
conveniente o no para el menor c o m o alternativa a la aplicación de una pena.
Su disertación a mi j u i c i o , ha resultado clara, pausada, y se desenvolvió con tranquilidad.
En contra de ello, sin desmerecer sus dichos, creo que ha sido reiterativo, y que no ha hecho
r e f e r e n c i a en n i n g ú n momento a la ley nacional n° 26.061, q u e le h u b i e r a p e r m i t i d o
responder con m a y o r solvencia p o r ejemplo sobre la vigencia y aplicación directa de la
CIDN, ya que es allí p r e c i s a m e n t e donde ello se plasma s i n lugar a dudas, c o n c l u y e n d o c o n
la discusión de si ella es o p e r a t i v a o no. Por el contrario en a l g u n a de las respuestas q u e dio,
d o n d e tampoco m e n c i o n ó n u n c a el interés s u p e r i o r del nifio, pareció entenderse de sus
dichos lo contrario, no obstante su a f i r m a c i ó n de q u e en a l g u n o s casos de menor
e n v e r g a d u r a por cierto, él a p l i c a r í a el art. 40 de la CIDN.
Tampoco se r e f i r i ó en ningún m o m e n t o al p r i n c i p i o de c u l p a b i l i d a d , sino al de
proporcionalidad, que a mi j u i c i o no resultan escindibles, e s g r i m i e n d o un criterio particular,
q u e tiene más q u e ver con un derecho penal de autor que de acto.
^s de destacar q u e , en ocasiones, c o n f i m d i ó el t é r m i n o "solución a l t e r n a t i v a " c o n " p e n a
alternativa". Evidenció conocimientos en cuanto a d o c t r i n a y jurispradencia así como oficio
vinculado c o n la temática. El lenguaje u t i l i z a d o fue correcto.
Me ha quedado c l a r o que se manifiesta a f a v o r de medidas altemativas a la j u d i c i a l i z a c i ó n ,
p e r o q u e le ha faltado justificar f u n d a m e n t o s jurídicos vigentes para su aplicación, salvo en
los d o s c a s o s que menciona, y p o r lo demás, se p e r c i b e n a l g u n a s contradicciones
dogmáticas.
Lo expresado no i m p i d e en g e n e r a l , considerar q u e el t e m a ha sido b i e n preparado p o r el
concursante, y que ha presentado satisfactorio manejo del tiempo estipulado.
Sugiero la calificación de treinta y dos (32) puntos.
Evaluación del examen escrito
estructura general de su requerimiento de elevación ajuicio fue T^hnalmente correcta y
adecuada a los términos del rito penal aplicables (artículos 346 y 34^ del CPPN), sin
embargo, al momento de referirse a las condiciones personales de los sujetos imputados,
,^^i§^lg;^^cionó al imputado punible (Alejandro Ezequiel) y omitió al no punible (Pedro
recRET/AlbertoV
i GENERAL jg^A^^^^ a coutinuacíón la base fáctica sobre la que se expidió, en la que sí incluyó de
manera inicial al imputado punible y al no punible. Es del caso apuntar que la descripción
de los hechos imputados luce a poco de iniciado el dictamen, y aunque tal situación era
esperable, no por esto deja de ser im elemento positivo en la valoración global.
Respecto de la calificación legal escogida, subsumió el hecho como constitutivo de "robo
calificado por lesiones, agravado por el empleo de im arma de fuego, arts. 41 ¿»w y 166 inc.
1° del Código Penal". En ese sentido no dio mayores fundamentos que eran necesarios
dado que no pareciera acertada la calificación escogida, en tanto que el art. 41 his prescribe
que "[esa] agravante no será aplicable cuando la circunstancia mencionada en ella ya se
encuentre contemplada como elemento constitutivo o calificante del delito de que se trate."
En el caso, existe un tipo penal específico que abarca esa situación (166,2° segunda parte).
Además, el postulante descartó la apUcación de la norma mencionada (como así también la
previsión respecto de la banda) por considerar que las figuras "quedan absorbidas dentro de
la calificante escogida por principio de consimción, ya que las lesiones graves han sido
causadas por las violencias ejercidas para realizar el robo, y por ser la integridad física el
bien jurídico primordialmente tutelado (conf. CN Casación Penal, Sala II 'Nodar, Edgardo'
rta. 10/7/97)". No quedó claro el fundamento que llevó al concursante a afirmar que el
disvalor de la figura de robo con armas de fuego queda abarcado por el de lesiones.
Respecto de los aspectos procesales, realizó un detenido análisis de las pruebas colectadas
que se destacó positivamente en su examen, aunque sólo se expidió en este punto acerca del
imputado punible (Alejandro Ezequiel).
En relación a la situación procesal del no punible (Pedro Alberto), formuló un juicio
impreciso sobre su posibilidad de ser sometido a proceso penal, sin mayores comentarios
sobre el tema; sin embargo, en términos generales, postuló de manera correcta su
sobreseimiento con base en el último inciso del artículo 336 del CPPN, y soslayó cualquier
referencia liberatoria del artículo 337 del citado cuerpo ritual sin mención al cese de la
tutela judicial.
Finalmente, el petitorio resxiltó adecuado a la formulación requerida, y al momento procesal
del dictamen. Solicitó una resolución en tal sentido, diferenciada para ambos imputados y
dos medidas que estimó faltantes de la instrucción, aunque sin mención a otras medidas
posibles de realización respecto del resto de los coautores o de la posibilidad de extracción
de testimonios sobre cuestiones diversas que aparecían en el expediente.
Sugiero la calificación de cuarenta y dos (42) puntos.
ANA CARINA CARRELO
T E M A 1 ; " L A SITUACIÓN DEL MENOR NO PUNIBLE EN EL P R O C E S O PENAL''
Evaluación
DE
la DBERTACIÓA
ORAL
La concursante presentó el tema haciendo alusión a los dos sistemas imperantes en nuestro
país hasta el año 2005 mediante las leyes 10.903 del año 1.919, y 22.278 del año 1980 que
estableció el régimen penal de la minoridad. Continuó refiriendo que la CIDN produjo un
cambio de paradigma de la situación irregular a la protección integral de los menores de
edad. Calificó al viejo sistema como discrecional, arbitrario, sin presencia de defensor y
productor de medidas inapelables e indeterminadas en el tiempo.
Mencionó que la ley 26.061 derogó a la 10.903, sin mayores explicaciones sobre la
importancia de ello y sm consecuencias jurídico-prácticas.
Manifestó que en un fallo reciente, la Cámara Nacional de Casación Penal declaró la
inconstitucionalidad del artículo 1° de la ley 22.278, dando lugar a un pronimciamiento de
la CSJN, donde se reafirman principios fundamentales, y se sostiene que si bien no es
2?¡e¿>l
conititucional el mencionado artículo, se deben armonizar las disposición
IDN
las áe la ley 22.278, a efectos de evitar la fuerte tensión que provocan.
Ocupó una parte considerable de su tiempo (casi todo), en repetir los conceptos expresados
en el folio de Corte mencionado, como que los menores no poseen las mismas garantías que
los adultos, y que deben aplicárseles medidas proteccionales y no sancionatorias.
Iqfbe el Estado debe arbitrar políticas públicas y no pilcarles remedios procesales
'ROSECRJTA.'
oisNBOcpunibles.
DCITRACION GENI
Mencionó por último, siempre haciendo referencia al fedlo, que el nifto tiene derecho a ser
oído, y lo relacionó con la necesidad de que el defensor intervenga en el expediente tutelar.
Llama la atención que la postulante no haya afirmado como criterio personal, que los niños
tienen "todos sus derechos, más un plus de garantías", resultando además significativa la
alusión que formuló a la "aplicación como ultima ratio de medidas alternativas" (la última
ratio es la sanción penal).
En mi criterio, no realizó consideración alguna respecto de qué consecuencias tienen los
actos de los menores no punibles en la actualidad en el régimen penal, si bien como
adelanto más arriba, sin hacer suyos, repitió los dichos del fallo de Corte, afirmando que no
se les deben aplicar medidas procesales. No obstante ello, la concursante no emitió opinión
acerca de "qué es lo que se debe hacer", no se refirió a la intervención judicial ni
extrajudicial, ni se pronunció acerca de la necesariedad de que la acusación que se le
formvda a un menor inimputable también requiere ser verificada como garantía de
legalidad. No se pronunció acerca de la posibilidad de que preste declaración indagatoria y
pueda defenderse de la imputación de que ha sido objeto. Parece estar conforme con que la
edad de los menores marque un estado de impunidad absoluta en el caso de que no hayan
alcanzado la edad de imputabiUdad penal. No ha realizado ninguna apreciación crítica
razonable sobre este punto. Tampoco se ha referido al posible y consecuente
sobreseimiento y la derivación al organismo gubernamental competente, a los efectos de
que arbitre medios necesarios en el supuesto de haberse constatado la autoría del hecho.
El relato de la jurisprudencia completa de Corte y de Casación, resulta sumamente escueto
y desordenado.
No hizo referencia alguna a las formas en que son interpretadas las nuevas normas por los
diferentes operadores de la justicia. Tampoco reitero, exteriorizó su criterio al respecto.
No encuadra el tema en un esquema conceptualmente lógico atinente a las recientes
posiciones en teoría y práctica que la incorporación de las leyes 23.849, 26.061 y 26.579
han suscitado.
Su exposición es a todas luces desordenada y reiterativa.
Habló escuetamente de tutela, mencionando una resolución de la Procuración General
(46/2000) en pos de garantizar derechos, lo que no es objetable, pero resulta extraño que
después de veinte años de vigencia de la Convención de referencia, donde la confi-ontación
con ese modelo que precisamente tuvo como eje central "la tutela", en el tema que decidió
libremente abordar, no haya merecido la menor mención de su parte, como pensamiento
autónomo.
Le sobró tiempo, lo que significa que no se debe a ello las carencias ^imtadas.
En conclusión, la exposición no ha sido convincente, pese a la información que relata,
acerca de la consistencia de criterios propios en la materia.
Sugiero la calificación de 24 (veinticuatro) puntos.
Evaluación del examen escrito
En la pmeba escrita planteó una estmctura general del dictamen correcta y adecuada a la
normativa procesal aplicable.
Al momento de indicar el objeto de su requerimiento de elevación a juicio, por entender
completa la instrucción de la causa, sólo se refirió al imputado punible (Alejandro
Ezequiel).
Valpro positivamente el examen en cuanto al orden expositivo, ya que la descripción de los
hechos imputados lució correctamente luego de la identificación del imputado.
Al describir los hechos materia de interpretación, resolvió la participación del prenombrado
más la del no punible (Pedro Alberto) de manera concreta, avmque el texto reveló cierto
grado de confusión.
En cuanto a la valoración probatoria de las constancias de autos, inició el capítulo con una
referencia a los elementos de convicción detallados, que se interpreta que son los indicados
en los párrafos posteriores y articuló, en conjunción con los elementos cargosos obrantes en
ti}-
r 11 ñP^ expediente, la autoría material y la responsabilidad penal
//J ^ A l e j a r Ü r o Ezequiel), y la del no punible (Pedro Alberto).
IJír La calificación legal que escogió para la determinación del hecho, ñie "robo agravado por
uL(NigÉ'i^ftí4pá*5l.%de fiíego en concurso ideal con lesiones leves y daño".
7 PRosjScfiMi^ién,^tal„sentido, que ella desplazaba a las de robo seguido de lesiones y robo en
ÍURACION GENERAL Dé t m C f Ü N
,
' ^
^
,
^
,
,
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,
.
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^
banda, en razón de que contema un reproche penal mayor. La solución en ese punto se
mostró razonable, pues aplicó la regla de derecho contenida en el artículo 54 del Código
Penal, aunque sin hacer expresa mención de ella.
Postuló que, previas a ser elevadas las actuaciones a juicio, se resolviera la situación
procesal del imputado no punible, sin explicitar su posición al respecto en cuanto a las
diversas altemativas posibles.
Opinó sobre la privación de libertad del menor punible (Alejandro Ezequiel) remitiendo al
resultado de informes glosados en el expediente, cuya solución está basada en fórmulas
legales genéricas.
El petitorio resultó formalmente correcto.
Sugiero la calificación de 48 puntos.
Anselmo Gabriel Palmiro
Tema
5;
"Impacto
de
l a
C a s t e l l i
ley
26.579 e n l a j u s t i c i a
41 QUATER d e l c ó d i g o
dificultades. relación con e l art.
de
menores.
Avances
y
penal".
Evaluación de la disertación oral
Presentó el tema diciendo que hará vina breve introducción para pasar a ocuparse de los
debates parlamentarios, posteriormente expondrá de qué modo la ley 26.579 ha tenido
incidencia en el art.4° de la ley 22.278. Dicha normativa solo ha impactado en el plano
teórico afirmó, y también analizará la manera en que ha afectado el tema el art. 41 quater,
agravante genérico que contiene el Código Penal. Finalmente realizará una conclusión a
modo de síntesis.
Se refiere al art.4° de la ley 22.278, y sostiene al efecto, que el régimen penal de menores
de edad en Argentina, aún no se puede desvincular de la misma; sin embargo existen
opiniones sobre la inaplicabilidad de la normativa, aimque hace notar que no ha sido
derogada como ocurrió con la ley 10.903. Las disposiciones de la ley en cuestión colisionan
con lo establecido en la CIDN, que es operativa y sus cláusulas resultan de aplicación
directa.
Menciona el fallo Maldonado de la Corte Suprema de Justicia del año 2005. Recuerda que
el Comité de los Derechos del Niño ha recomendado que el Estado argentino haga total
aplicación a la justicia penal juvenil de las disposiciones de la CIDN, como así también de
las Reglas de Beijing y de RIAD.
La corriente mayoritaria entiende que la ley 22. 278 resulta aplicable, no obstante ello
sostiene, la Corte ha reconocido en 2005 y 2008, que si bien integra el plexo normativo, no
debe interpretarse en forma aislada, sino de modo que concilie con la CN y los demás
tratados que rigen la materia.
Manifiesta que el primer impacto que produce la ley 26.579, es que en la mayoría de los
casos los niños podrán alcanzar la mayoría de edad sin cumplir el año de tratamiento
tutelar. Sin embargo la versión habilitada por el art. 8° de la ley 22.278 suple el tratamiento
tutelar constituyendo un avance, no querido ciertamente por nuestros legisladores que
habían adherido a un derecho penal de autor. Esta disposición reduce notablemente el
tiempo de disposición tutelar que antiguamente podía llegar hasta los 21 años. El cambio
resulta positivo afirmó, y obliga a reformular las políticas estatales considerando al niño
sujeto de derechos.
Se refirió al principio de culpabilidad atenuada en jóvenes y a la aplicación de medidas
altemativas. Afirmó que cada vez más, las disposiciones judiciales se van nutriendo de los
principios fijados en la CIDN y demás normativa intemacional. Los menores en pos del
reconocimiento de derechos no pueden llegar a ser tratados igual que los adultos. Habla de
las consecuencias negativas del fallo Gault de 1967 dictado en EE.UU.
Refiere nuevamente al fallo de Corte Maldonado y al de EE.UU. Romper vs. Simmons,
donde se hace relevancia dijo, en el principio de culpabilidad disminuida.
%u
sntiiiuación se refirió a la libertad ambidatoria. La ley 26.579 ha derdga4»eLaft.lO de
ley 22.278 (lo relata, y sostiene que ahora la norma carece de sentido por la equiparación
'de edad) en 18 años). Se refiere a cuestiones de alojamiento, ya tratadas en la ley n° 24.660.
^¿^|ll^A|[We*Ía'mención que hace la ley a mayoría de edad y no a 21 años, da lugar a
-'O'^dfféfétífefe^iMí^retaciones.
La coi]|clusión de la tutela no implica la libertad automática sostiene. Enuncia las
di^osiéiones nacionales e intemacionales por las que la privación de libertad está
autorizada. Para restringir la libertad de ima persona menor de 18 años de edad, siempre se
requerirán mayores argumentos que para actuar de igual modo respecto de un adiüto.
Hay que tener en cuenta las garantías propias de los adultos más las adicionales que se
establecen para un menor. El sostén básico de la medida no puede ser solo por argumentos
tutelares. La prisión preventiva no difiere en la práctica de lo que se entiende por privación
de libertad.
Finalmente se refiere al art. 41 quater, que es la agravante genérica, y señala dos corrientes
de interpretación. Se ha ampliado el poder coercitivo estatal en parte según una corriente, y
según la otra se debe aplicar después de los 21 años. Cita jurisprudencia en ambos sentidos.
Como conclusión considera que la ley 26.579 ha reforzado los argumentos del art. 1° de la
CIDN. En el ámbito penal juvenil ha sido beneficioso la reducción del tratamiento tutelar,
se ha restringido la interpretación del art. 41 quater, y aunque todavía se esté lejos de una
reforma integral del sistema penal juvenil, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires lo han hecho, tomando a su cargo la implementación legislativa que la CN permite,
sostuvo.
A preguntas que se le formularon respondió satisfactoriamente, con mayor solvencia que en
su propia exposición.
Cree que actualmente la CIDN no se aplica directamente.
Explica razonablemente, ampliando sus dichos anteriores, las posiciones esgrimidas en pro
y en contra de la aplicación del art. 41 quater.
En mi criterio el concursante cumplió con los requisitos esperados y fijados con antelación
para la ejecución de la pmeba. Presentó el tema, desarrolló argumentos lógicos y expuso
opiniones propias en cada imo de los temas que abordó. Demostró conocimiento de la
temática en análisis, y preparación adecuada. Usó correctamente el tiempo estipulado. No
obstante ello, se notó cierto desorden, o falta de coherencia y ausencia de claridad
expositiva, siendo reiterante en algunos pxmtos, circunstancias que conjuntamente con im
lenguaje jurídico poco preciso, le restaron lucimiento a su discurso.
Sugiero la calificación de veintiocho (28) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estructura general de su requerimiento de elevación ajuicio resultó correcta y adecuada
a los términos de los artículos 346 y 347 del CPPN aplicables al caso.
Comenzó su resolución con la descripción de las condiciones personales de los imputados
de manera sintética y luego realizó la descripción de los hechos endilgados a los dos
imputados de manera concreta, completa y correcta.
También dejó constancia de la conducta procesal asumida por el menor punible (Alejandro
Ezequiel) y por el no punible (Pedro Alberto) al momento de ser llamados a prestar
declaración (conforme los artículos 294 del CPPN y 12 de la CIDN, respectivamente).
Sobre la valoración de la pmeba colectada, las referencias a las diferentes piezas
probatorias permiten completar de manera muy satisfactoria para im dictamen acusatorio
los hechos endilgados a los coimputados. Se destaca la mención de ima particular situación
fáctica (disparo de arma de fuego mencionada por los testigos), con especial referencia a su
disenso sin afectar el principio de congmencia.
El postulante calificó los hechos como "robo doblemente calificado, por la gravedad de las
lesiones [...] y por haberse cometido con armas de fuego -art. 166 inc. 1° y 2° párrafo II
del Código Penal". Afirmó que no cabe aplicar la agravante por despoblado, en tanto que,
sostuvo, "la zona donde ocurrieron los acontecimientos no es desolada" y fundó tal
afirmación en el hecho de que un habitante de la vivienda lindera pudo ir en búsqueda de
auxilio a la casa de un vecino.
Luego descartó la calificación agravante por poblado y en banda, con mención al Plenario
Quiroz, por el hecho de que "concurre aparentemente, siendo desplazada por el principio de
especi^idad, dado que los cuños penales seleccionados describen el accionar enrostrado
con mayor exactitud." Esta última afirmación lució carente de fundamento ya que del texto
ti-]
2fo
que^ó claro por qué las nociones de lesiones y armas de fuego podrían
banda. \
^^Jj^iM*^ imputado no punible (Pedro Alberto), postuló correctamente la declaración
Qá^BfiO^EpUMCililHdad, sin hacer mención expresa al cumplimiento del orden de prelación
establecido en el artículo 337 del CPPN, "encomendándose" a la autoridad administrativa
local de la Ciudad de Buenos Aires "que llevase a cabo" medidas previstas en la ley 26.061,
sin mayores precisiones o aclaraciones sobre esta articulación de la justicia nacional de
menores con ima dependencia del Poder Ejecutivo local, aunque con acertadas citas legales
(en particular, la referida al ámbito local administrativo). Sin embargo, nada observó en
cuanto a la continuidad o cese de la tutela judicial de este imputado.
Resultó también atinada en este examen la postura adoptada por el oponente, que bajo el
título "medidas pendientes" remarcó ciertos aspectos que él entendió no satisfechos dvurante
la instrucción de la causa (reconocimiento en rueda de personas, posible libramiento de
testimonios, etc.).
Sugiero la calificación de cuarenta y ocho 48 puntos.
L a u r a M a r í a
C h a r n i s
T e m a 2;**Estándares de l a C o r t e S u p r e m a de J u s t i c i a de l a N a c i ó n en
CON E L R É G I M E N P E N A L D E L A
r e l a c i ó n
MINORIDAD".
Evaluación de la disertación oral
Comienza refiriendo que los estándares de derechos que deben respetarse en materia de
menores de edad, han sido fijados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el Fallo
Maldonado dictado en el año 2005. Demora 8 minutos de su exposición de 20, explicando
antecedentes del fallo de Corte, sin haber entrado al tema materia de su exposición.
Su examen se realiza únicamente mediante el análisis del fallo Maldonado, así refiere que
la Corte dijo que es constitucionalmente obligatorio analizar la minoridad del autor del
hecho al momento de cometerlo conforme al art.40 de la CIDN.
El primer estándar de derechos que menciona la Corte lo relaciona con el principio de
culpabilidad, el que está estrechamente vinculado afirma con el de proporcionalidad, y de
ello deriva que toda pena que se establezca a una persona debe ser proporcional a la
culpabilidad del autor.
Dice que la cxilpabilidad se regula en cada caso concreto, determinando que la persona haya
cometido un hecho, sabiendo que lo cometía y que violaba ima norma, cuando tuvo la
posibilidad de obrar conforme a derecho. Recuerda seguidamente, que en caso de imponer
pena va a determinarse por los Art.40 y 41 del Código Penal.
Señala que la segunda cuestión de la que habla la Corte, establece como estándar conceptos
vinculados con el juicio de peligrosidad que se hace respecto de Maldonado. Sostiene que
en ese fallo se dice que si bien no es su fimción realizar un juicio de peligrosidad previsto
en el art. 49 del Código Penal, esto no puede conducir a la violación del principio de
inocencia. El principio de inocencia que rige para los mayores debe valorarse igual para los
menores sostuvo.
El tercer estándar que fija la Corte señaló, tiene que ver con la valoración que se hace de la
gravedad de los hechos cometidos por Maldonado para no aplicar la pena de la tentativa,
esto no debe ser considerado así sostuvo, porque la gravedad del hecho no va a incidir en
nada sobre la graduación de la pena, que tiene que ver con el grado de culpabilidad del
autor.
Como cuarto estándar presentó el derecho a ser oído y aludió al art. 12 de la CIDN. Marcó
que la ley 22.278 establece que es necesario que el juez de menores al dictaminar haya
tenido contacto directo con el imputado. En el caso de menores estimó que es aún más
importante que se cumpla con esta manda porque de ello puede derivar la libertad del
menor.
Se refirió al fin de resocialización que es el que adjudica a la pena en el derecho de
menores, por lo que la justicia juvenil dijo, no puede dejar de evaluar las consecuencias
nocivas que puede tener el encarcelamiento para los mencionados fines.
Señaló posteriormente al requerimiento formulado por el Comité de los derechos del Niño,
a nuestro país para que adecué su legislación interna a la doctrina de la protección integral.
Zfl
I /fjy^^
26.061 sostuvo, colaboró en ello, derogando la ley 10.903 y dejah^o^n^I^ que a
/ ^ los niños les corresponden iguales garantías que a los adultos. Ante los mii^orfíechos, los
/y
menores no pueden ser tratados de la misma manera, ya que además de iguales derechos
tienen totros derivados de su condición de personas en desarrollo, lo que influye en la
••-^^¿^ilt^álli^ de la culpabilidad.
t G E N E R A i s f i s i£íé*|6!<íi!)rmularon preguntas.
' - " 5tonque cumplió en su exposición con el tiempo asignado, no lo hizo así en mi criterio,
respecto de los ítems fijados para su valoración.
En efecto, no presentó el tema, ni esquematizó su disertación realizando una síntesis que
represente el encuadre e importancia de la misma. Por lo tanto su examen de oposición
lució parcial, desprolijo y desordenado. Careció de los conceptos fimdamentales y
argiraientos que se debatieron en Corte, no sólo en el Caso Maldonado, que es el único que
mencionó, sino en otros casos del mismo tribunal; además de no hacer ninguna referencia a
la legislación extranjera, ni a la doctrina nacional e internacional.
No realizó aportes jurisprudenciales, ni mencionó cuestiones dogmáticas que han dado
lugar a controversias sobre la materia.
No expuso criterios propios en ningún momento de su discurso.
Reveló desconocinúento y confiísión en temas muy importantes. Sus manifestaciones son
escuetas, poco concretas y muy reiterativas.
Sugiero la calificación de veinticinco (25) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estructura del requerimiento de elevación a juicio resiiltó formalmente correcta y
adecuada a los términos de los artícxüos 346 y 347 del CPPN. Sin embargo, en este caso la
presentación no fiíe del todo ordenada ya que abordó conjimtamente las diferentes
cuestiones a tratar.
Comenzó su examen con la identificación de los sujetos imputados (Alejandro Ezequiel y
Pedro Alberto) y, a continuación, inició ya el relato de la plataforma fáctica, lo cual resulta
ponderable en este tipo de dictámenes, máxime cuando ya en esta instancia ubica a los dos
coimputados antes mencionados.
Este segimdo apartado presentó un razonamiento correcto con enumeración de la prueba de
cargo propia de uno de los estilos de redacción forenses utilizados en la confección de estas
piezas procesales.
También resultó adecuada la descripción realizada respecto de la declaración en los
términos del artículo 12 de la CIDN respecto del menor no punible (Pedro Alberto) -con el
agregado de detalles de forma y fondo— y de la indagatoria del imputado pvmible
(Alejandro Ezequiel).
La postulante calificó los hechos bajo lo previsto en el "art. 166, inc. 1° -robo calificado por
lesiones del art. 90 (graves)-, e inciso 2° -robo cometido en despoblado y en banda-, 1°
párrafo, agravado a su vez por el párrafo 2° de dicho artículo, todos ellos del Código Penal,
por haber sido cometido el robo con arma de fuego, en este caso con aptitud para el
disparo."
Descartó la imputación de las lesiones leves por su baja pena (art. 1 de la ley 22.278) e
imputado daño agravado. Consideró que eran hechos que conciurían en forma real, pero no
lo explicó. Por ello, no quedó claro cuáles fueron los hechos que la concursante juzgó que
concurrían materialmente (así, podría concurrir realmente el robo calificado por lesiones
con el robo calificado por su comisión en despoblado y en banda, y el robo con armas,
junto con el daño, o sólo uno de los tres supuestos de robo junto con el daño). Este resvdtó
un déficit importante en el escrito.
Al abordar la situación procesal del imputado no punible (Pedro Alberto), postuló de
manera acertada su sobreseimiento y, en consecuencia, el cese de la tutela judicial, con
fundamento en el artículo 336 inciso 5° del CPPN y sin mención al orden de prelación
liberatorio establecido en el artículo 337 del mismo cuerpo legal. Aludió a la articulación
con la autoridad administrativa local de protección de derechos.
La fundamentación de su requisitoria fue correcta desde el punto de vista formal, aunque
poco profundo su desarrollo por resviltar incorporada aquí también la significación legal de
los hechos estudiados.
El petitorio resultó correcto, pero sin mayores aportes en cuanto a otras medidas posibles de
ser solicitadas por el representante del MPF.
Sugiero la calificación de treinta y seis (36) puntos.
.CETARIA
rGENERAL DE LÍA NACIÓN
HoRAOO R u b é n
de Seta
T e m a 1; " L a s i t u a c i ó n d e l m e n o r n o p u n i b l e e n e l p r o c e s o p e n a l ' '
Evaluación de la disertación oral
La presentación del tema fiíe correcta, aimque escueta, no permitiéndole un mayor
lucimiento.
Manifestó que organizaría su exposición desde el punto de vista de la ley de fondo, de
forma, y desde lo que caracteriza la justicia de menores que es el sistema tutelar (sic).
Repite los artículos de la ley 22.278, haciendo alusión a los límites de imputabilidad allí
establecidos.
A partir de la misma, manifestó que el Código Penal adopta un criterio cronológico para
determinar la capacidad de punibilidad, en tanto otros sistemas abordan la cuestión desde
criterios psicológicos (para ejemplificar esto hizo alusión, sin nombrarlo, al sistema del
discernimiento utilizado hasta hace poco tiempo en países cercanos como Chile).
Seguidamente, enunció los delitos cuya competencia ha sido transferida a la Ciudad de
Buenos Aires a raíz de la escasa sanción adjudicada a estos.
Indicó que el menor puede ser inimputable absoluto por edad o por la pena del delito
cometido. En esta línea, mencionó la necesidad de determinar fehacientemente la edad del
mismo porque de ello depende la competencia. Sostuvo que para determinarla -en caso de
duda— se debe recurrir a un dictamen médico (art.87 C.C.). Reiterativamente a lo largo de
su exposición, se refirió al término "menor absoluto" para describir aquellas personas que
por su edad se encuentran comprendidas entre las de inimputabilidad absoluta. Sostuvo que,
en tales casos, interviene un organismo asistencial de la Ciudad de Buenos Aires (CNNyA)
y se les aplican "políticas públicas".
Inmediatamente planteó -mediante una argumentación endeble— la importancia de la
escucha del menor al momento de ejercer su derecho de defensa, aún tratándose de menores
inimputables, así como la necesidad de que intervenga un grupo de contención. Señaló las
dificultades que suelen presentarse al procurar que el menor comparezca a prestar
declaración indagatoria; en este sentido, indicó la necesidad e importancia de recabar toda
aquella información fehaciente para identificarlo.
Expuso que el menor infractor debe ser tutelado por imperio de la ley 26.061 y en el caso
de ser inimputable debe ser derivado al órgano gubemamental que se encargará de que
continúe vinculado a su grupo familiar.
En cuanto a la privación de libertad, sostuvo que debe ser por el menor tiempo posible. El
concursante puso énfasis en la no judicialización del menor de edad, sin dar mayores
explicaciones sobre esta aserción. Mencionó la ley 114. No citó juríspmdencia al respecto.
Seguidamente, expresó que es reciente la posibilidad de acceder a los expedientes tutelares.
Su razonamiento es lógico, aunque no moderno, ni revela creatividad para las nuevas
situaciones que se originan como consecuencia de la normativa vigente en la actualidad.
Su exposición reveló un paupérrimo lenguaje jurídico; inseguridad en el manejo del tema,
lo que puso de manifiesto en su nerviosismo, y en el ámbito de las preguntas que se le
formularon, evidenciando gran dificultad de entenderlas con facilidad y confiísión en las
respuestas.
Tuvo mal manejo del tiempo del que disponía para su exposición. Le sobraron 5 minutos.
No citó jurisprudencia, si bien se refirió escuetamente al recurso de Casación presentado
por Fundación Sur, no mencionó el fallo de la Corte Suprema de Justicia que se dictó en
consecuencia.
Ante la pregunta formulada por el tribunal respecto de cuales serían las medidas procesales
que se deberían aplicar luego de tomar declaración indagatoria a un menor no punible,
indicó que correspondería dictar el sobreseimiento. Sin adentrarse en la cuestión, mantuvo
que ni la doctrina ni la juríspmdencia revelan un criterio uniforme al respecto.
En mi opinión el postulante merece ser aprobado, ya que ha demostrado conocimientos del
tema elegido, aunque su preparación en tiempo como afirmara al inicio de este dictamen,
pudo resultar escasa, razón por la cual no le permitió obtener mayor lucimiento.
10
>ugier^ la calificación de veutiséis (26) puntos.
J I E L Á iWANA G A L L O
JECRETAFIIA
(VCION GENERAL Og LA NACIÓN
EvaluaM:ión del examen escrito
La estructura general del requerimiento de elevación ajuicio fue formal y correcta en los
términos de los artículos 346 y 347 del CPPN de aplicación al ejercicio propuesto.
Realizó en primer orden la identificación de los imputados sobre los que fue llamado a
dictaminar, pero sólo identificó al menor punible (Alejandro Ezequiel).
Seguidamente realizó la descripción de los hechos endilgados a Alejandro Ezequiel (y
agregó entonces a Pedro Alberto, aunque con imprecisiones); la misma es concreta, y
ubicada al inicio de su dictamen, es un elemento favorable en la evaluación general.
Posteriormente precisó los elementos probatorios reunidos con mención de las constancias
colectadas, reseñadas de manera sintética y precisa, acorde a la pieza procesal solicitada a
los concursantes.
La valoración de los hechos tenidos como acreditados, lo llevaron a expedirse con certeza
sobre la responsabilidad penal del menor punible (Alejandro Ezequiel).
Respecto de la calificación legal escogida, el postulante dividió los hechos en (A) y (B), y
calificó los comportamientos (A) como "robo agravado por haberse ca\isado durante su
comisión lesiones graves y por ser perpetrado con armas, en concurso real con daño (art.
55, 166 inc. 1° y 2° y 183 del Código Penal), entendiendo que quedan subsumidas las
lesiones leves en la violencia propia del robo"; mientras que consideró comportamiento (B)
a la "portación ilegítima de arma de uso civil". Los hechos conciuren, según el oponente,
de manera real.
No expuso mayor fundamento del por qué de las calificaciones escogidas, ni tampoco cuál
era la relación concursal entre la agravante por lesiones y la de uso de armas de fuego. No
se realizaron menciones respecto de la noción de banda y por qué debería ser descartada o
aplicada en el caso.
Al referirse a la situación procesal del menor no punible según las constancias
documentales indicadas (Pedro Alberto), le atribuyó correctamente responsabilidad en los
hechos materia de investigación, aunque luego pasó a otro tópico (su declaración de
acuerdo al artículo 12 de la CIDN).
Es destacable en este examen su referencia a la acreditación y responsabilidad penal del
imputado no pimible y su pedido de sobreseimiento que, aunque fundado en el artículo 336
último apartado del CPPN, permitió inferir que se descartaron otros supuestos liberatorios.
No hizo referencia a la tutela judicial detentada.
El petitorio resultó correcto y conciso.
Además agregó de manera destacada, ya por fuera de la pieza procesal solicitada, diversas
medidas que estimó complementarias en relación al pimto 2 de la consigna, aunque su
referencia a la ley 26.061 podría haberse introducido al tratar la situación procesal del
menor no punible (Pedro Alberto).
Sugiero la calificación de cuarenta y dos (42) puntos.
M a r í a M a r t h a
Tema
2;
Halperín
"Estándares
de
l a
C o r t e
Suprema
de
Justicia
de
l a
Nación
en
r e l a c i ó n c o n e l r é g i m e n p e n a l de l a m i n o r i d a d ' ' .
Evaluación de la disertación oral
La concursante realizó su exposición en forma tranquila, demostrando un claro y razonado
conocimiento del tema elegido.
11
2 f /
ienzó la presentación sosteniendo que los estándares a los que se reifenrá; han sido
los por la CSJN en el año 2005, a través del fallo Maldonado, recogiendo las
isposici^nes contenidasfiíndamentalmenteen la CIDN y en la ley N° 26.061, entre otras
^ r t d d i ^ i e i s i f i i o a a a L constitucionales.
RAcioí^^lÍÍ^EÍá)WftJI§Sf interpretaciones sobre el tema de niñez y adolescencia deben realizarse
teniendo en cuenta el principio "pro hómine", así como el concepto del "interés superior del
niño".
Refirió a continuación, que el concepto recientemente mencionado, se encuentra enunciado
en el artículo 3° de la CIDN sin mayor desarrollo sobre su contenido, y posteriormente ,
también en el artículo 3° de la ley N° 26.061, donde se explica que se entenderá el mismo
como la máxima satisfacción integral de sus derechos y garantías constitucionales.
Seguidamente a la presentación, se expidió lógica y razonadamente sobre la jurisprudencia
reciente de la Corte Suprema, haciendo mención de los casos más conocidos como
Maldonado (2005), García Méndez (2008), López, Marteau y Rojas Machado, lo hizo en
este orden y enunciados. Los explicó, demostrando conocerlos con cierta precisión.
Se pronunció también críticamente sobre la prisión preventiva de menores, haciendo
nuevamente referencia a la causa López en aplicación de la ley N° 24.690.
A continuación critica, a mi juicio con buenos ñmdamentos la ley N° 22.278, y al hacerlo
habla de los eufemismos que han sido una constante en el tratamiento del tema.
Reiteró las garantías fimdamentales que tienen todos los habitantes, agregando que por
tratarse de menores de edad, les asiste un plus de garantías en función del grado de
inmadiirez propio de la menor edad. Refirió que son esas circimstancias las que
constituyen un imperativo de máxima jerarquía.
En otro momento de su exposición mencionó que el Comité de los Derechos del Niño
recomendó que nuestro país se hiciera cargo de aplicar los artículos 37, 40 y 41 de la
CIDN.
Analizó la determinación de pena aplicable a un menor y sus fines, señalando con cita del
fallo Maldonado, el fin resocializador de la misma para que el menor ejerza una función
constructiva en la sociedad.
Sostuvo que las penas deben ser proporcionales a la culpabilidad de acuerdo con la edad del
menor.
Al referirse al fallo de Corte que ella denomina "García Méndez", rescató que debe tenerse
en cuenta el medio social en el que vive y se desarrolla el menor de edad.
Con referencia a los menores no punibles, sostuvo que se deben aplicar medidas sin recurrir
a procedimientos judiciales, es decir aplicar medidas altemativas a la internación. Esto
posiblemente hubiera requerido de mejor explicación, en el sentido amplio de lo que debe
entenderse por internación, o de lo contrario debió referirse lisa y llanamente a
judicialización.
Refirió los dichos de la Corte Suprema en el sentido de que no se puede legislar por vía
pretoriana.
Argumentó que las políticas públicas deben arbitrarse con antelación, como forma de
prevención conforme a las garantías consagradas en el artículo 40 de la CIDN.
Su lenguaje fue claro, coherente y razonado, demostrando suficientes conocinúentos de los
tratados intemacionales, la legislación vigente, la doctrina y la jmspradencia.
Se desempeñó dentro del tiempo estipulado.
Sugiero la calificación de treinta y cuatro (34) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estmctura del requerimiento de elevación a juicio de esta concursante resultó apenas
correcta en los términos de los artícixlos 346 y 347 del CPPN.
Sólo situó en el encabezado de su pieza acusatoria al menor punible (Alejandro Ezequiel)
sin hacer referencia al menor no punible (Pedro Alberto), aunque ubicó a éste último en el
acápite "relación de los hechos".
Respecto de los sucesos llevados a su estudio, los describió sintéticamente. La descripción
de los hechos imputados fiíe agregada al inicio del dictamen.
Con relación al cuadro probatorio, efectuó xma minuciosa relación de la praeba colectada
para dar por acreditada la materialidad del caso planteado, así como la participación del
imputado punible (Alejandro Ezequiel) como del no punible (Pedro Alberto), aimque
asignó el foco de su atención en el primero de los nombrados.
12
2^S
espíecto de la signifícación legal de los hechos que dio por acreditados, losTOOstómió en el
tipo penal contenido "en el art. 166 inc. 2°, segundo supuesto del Código Penal, el que
concurre en forma ideal con daño, y en forma real con el de portación de armas de guerra".
Sostuvo que el hecho se consumó, pero imo de los fundamentos que esgrimió no parece
|i. © A N i k / ^ i v w N « s u d a t o r i o , en el sentido de que "aun cuando no hubiesen obtenido efecto alguno en su
lócuBACK fGENERAl'oí'áfSpéí»» las Icsioucs gravcs ocasionadas hubieran consimiado el accionar", pues en rigor, si
«i^-obo es un supuesto calificado del hurto, no podría un elemento agravante (las lesiones)
consumar el robo, que, como el hurto, requiere para su consumación el apoderamiento de
ima cosa mueble total o parcialmente ajena. De todos modos, el argumento debe ser
considerado válido, pues existe doctrina y jurisprudencia que comparte la solución
propuesta por la postulante aunque esto no haya sido desarrollado en el escrito.
Descartó la posibilidad de imputar la agravante por banda, porque consideró que "concurre
en forma aparente por tratarse de un solo suceso". En realidad, aunque es correcto que se
trata de un solo suceso, ello debió conducir a la afirmación de que el concurso es ideeil (art.
54, Código Penal) y no aparente, pues los concursos de normas no dependen de los sucesos
sino que se resuelven en abstracto mediante una relación pura entre normas.
La concursante no postuló la resolución de la situación del imputado no pimible (Pedro
Alberto), ni mencionó ningún aspecto de su trámite procesal específico.
El petitorio cumplió de manera apenas discreta con las exigencias del caso.
Se sugiere la calificación de 30 puntos.
J o r g e Daniel López
Oribe
TEMA 7; "Medidas alternativas de resolución de conflictos v formas abreviadas del proceso
aplicadas a la iusticía iuveníF.
Evaluación de la disertación oral
El concursante inició su presentación afirmando que los mecanismos de resolución
alternativa no sólo son obligatorios sino plenamente operativos. Mencionó el precedente
Ekmekdjian vs. Sofovich de la CSJN y el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional,
luego reseñó los antecedentes normativos sobre el tema y sostuvo que uno de esos
estándares mínimos radica en la creación de un sistema diferencial procedimental que
respete el principio de protección especial de la niñez, estándar reconocido tanto por la
normativa cuanto por la jurisprudencia. Enunció jurisprudencia de la Corte IDH al respecto
(Panchito López vs. Paraguay) y la Opinión Considtiva Nro. 17. Señaló el principio de
mínima intervención penal.
Hizo referencia al fallo de la CSJN sobre menores no punibles.
Se refirió a las Reglas de Tokio sobre medidas no privativas de libertad en cuanto estipulan
que la policía, el Ministerio Público o el órgano encargado de la persecución, tienen que
contar con facultades discrecionales para reenviar los casos pertinentes cuando no haya
gravedad. Agregó que, si bien estas reglas no son vinculantes para el Estado, tanto la Corte
IDH como la CSJN las utilizan. Afirmó que existen corrientes de pensamiento que
cuestionan el sistema penal tradicional por los efectos negativos que provoca y por no
cumplir con los fines de la pena. Expuso que, como consecuencia de ello, surgieron
diferentes sistemas portadores de mecanismos alternativos (entre ellos la propia justicia
restaurativa que tiene como base la solución de conflictos sociales) y que esto trajo
aparejados nuevos residtados, como por ejemplo vma mayor intervención de la víctima en el
proceso; que el joven pueda tomar conciencia de la naturaleza de sus actos y disminuir el
índice de reincidencia. Alegó que la CIDN no menciona expresamente el término justicia
restaurativa, sin embargo de su articulado (particidarmente del arts. 12, 37 y 40) surge la
obligatoriedad de contar con estas altemativas al proceso.
Enimció la remisión del caso y mencionó la Regla de Beijing Nro.ll; asimismo, la
mediación, la conciliación y la suspensión del proceso a prueba como modos altemativos.
Sostuvo que en el instituto de la remisión del caso, la figura del agente fiscal cobra mayor
relevancia, ya que es el que debería tener las facultades discrecionales para resolver la
remisión del mismo. Recalcó la función del agente fiscal como titular de la acción penal en
el establecimiento de estas formas altemativas así como la efectividad del principio de
13
If
porti|nidad -esté reglado o no— porque es una manda constitucional.
resultado de estas medidas altemativas es la extinción de la acción penal.
Definió el término mediación. Mencionó que en su juzgado y en su secretaría iniciaron
ig^^^f^í^qiPSífttei! piloto la mediación penal pero limitada a casos de niños no punibles. Expuso
G coniulencialidad y neutralidad. Otro instituto que detalló fiíe la conciliación. Describió la
suspensión del juicio a pmeba y reseñó jurispmdencia al respecto.
Estimó que todos estos mecanismos son plenamente operativos a nivel local aún cuando no
haya una legislación que los recepte, a partir de la jurisprudencia de la CSJN.
Agregó que la expresión corpus iuris sobre derechos de la niñez es xm aporte que realiza la
Corte IDH a la doctrina intemacional que recoge instrumentos de derechos humanos no
convencionales a partir del fallo Villagrán Morales. Por eso estas reglas deben ser tomadas
como pautas interpretativas de los derechos del niño conforme lo dispone la Convención de
Viena sobre Derecho de los Tratados.
Sostuvo la necesidad de asimilar la normativa intemacional en la materia y no quedarse
sujeto a lo que establece la ley interna sobre menores.
Ante la pregunta respecto a si todos los casos podrían resolverse mediante el instituto de
mediación penal, respondió que lo considera viable en casos que no revistan gravedad, sin
embargo duda sobre la posibilidad de apUcar el instituto en casos graves. Se mostró
dubitativo en las respuestas.
En suma, la exposición resultó completa y ordenada. Su razonamiento fiíe lógico. Demostró
actitud y buena preparación del tema escogido. Evidenció poseer criterios propios y realizó
juicios críticos solventes. La cita de jurispmdencia fiíe abundante. Hizo im uso apropiado
de la doctrina y utilizó de manera correcta el tiempo asignado. El lenguaje fiíe adecuado.
Sugiero la calificación de treinta y cuatro (34) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estmctura general del requerimiento de elevación ajuicio resultó correcta y adecuada a
la normativa procesal aplicable.
El escrito cumplió con las formalidades requeridas y ostentó un ordenamiento lógico y
previsible para la pieza procesal en cuestión.
Realizó de manera inicial una completa individualización de los imputados y al tratar los
sucesos endilgados al menor no punible (Pedro Alberto) y al menor punible (Alejandro
Ezequiel), realizó una descripción de éstos que se ajustó a las constancias documentales
entregadas a los postulantes, aunque en ima síntesis un tanto apretada que le restó claridad.
Sobre la valoración probatoria que lo condujo a sostener la materialidad de la infracción y
la participación de los nombrados, realizó una descripción detallada de la pmeba cargosa
con un preciso hilo conductor.
Respecto del item "Calificación legal y situación de los nombrados", se advirtió gran
esfiíerzo por parte del concursante para abordar las cuestiones referidas a las diferentes
calificaciones legales y la situación procesal de los imputados, incluso del que resultara no
punible, aunque en algunos tramos perdió claridad expositiva.
El postulante calificó el hecho como "robo agravado por el uso de armas de fuego,
conducta prevista y penada por los arts. 45 y 166 inc. 2do, segundo supuesto del Cód.
Penal." Descartó con buen criterio la posibilidad de que pueda imputarse en concurso real
otras figuras pues sostuvo que el hecho es único. Sin embargo, no pareció atinada la
consideración posterior en cuanto a descartar por "una suerte de especialidad por concurso
aparente de leyes" las calificaciones agravantes por despoblado y banda, y las lesiones
graves, pues, en rigor, no se trataría de un concurso ap^reaiÉede leyes, en tanto la agravante
por utilización de arma de fuego no abarca en abstracto el disvalor de la banda ni de la
lesión, sino que en el caso concurrirían en forma ideal (art. 54, Código Penal), justamente
por el anterior argumento utilizado por el postulante: se trataba de un hecho único.
Respecto a la situación procesal del menor no punible (Pedro Daniel), por considerar
probada su no punibilidad en razón de la edad, postuló su sobreseimiento de acuerdo con el
orden de prelación del artículo 337 del CPPN, en relación con el artículo 336, inciso 5° del
mismo cuerpo legal, con fundamentos en parte bien desarrollados y otros basados de
manera genáica en una remisión al criterio de la CSJN.
Además, solicitó el cese de la tutela judicial y el pase de las actuaciones a la autoridad
administrativa local de manera fundada.
14
il coi^cursante formuló una referencia concreta a la Res. PGN 46/00, al^
:fectu|ir im control respecto del dictado de la detención del menor punible
Ezequfel), con adecuadas citas legales y jurisprudenciales, y solicitó en definitiva el egreso
iMA^oWÍPOt^o con la participación de la Secretaría Nacional de Niñez Adolescencia y
"^^'*^"*'^^o^M»rrecta su postura de ampliar la declaración indagatoria del menor pimible
(Alejandro Ezequiel) en relación con el desapoderamiento de los teléfonos celulares, ya que
respecto de este suceso no fue intimado al prestar declaración oportunamente.
También resultó conveniente para la estructura general del escrito el pedido de captura
efectuado respecto del resto de los presimtos autores de los hechos investigados.
El petitorio final se presentó prolijo, ordenado y muy completo, ya que abordó los aspectos
formales de vaUdez intrínsecos y ima serie de otros tópicos de naturaleza procesal y tutelar.
Se sugiere la calificación de 57 puntos.
Alejandro Marti Garro
TEMA 4; "La situación de medidas restrictivas de la libertad personal durante el proceso
respecto de menores punibles y no punibles. Justificación y alcances".
Evaluación de la disertación oral
Realizó una correcta introducción y presentación del tema escogido.
Expresó que el derecho a la libertad está desde antaño protegido tanto en instrumentos
nacionales como intemacionales. Afirmó que el ejercicio de la libertad no es absoluto pero
que, sin alterar lo que establece el art. 28 de la CN, es posible reglamentar su ejercicio.
Enimció las restricciones que se formulan a este derecho en la legislación vigente,
circunstancia que, al decir del concursante, también ha sido avalada por la CSJN ante los
llamados peligros procesales y por el plenario "Díaz Bessone", en casos de entorpecimiento
en la investigación, desaparición de praebas, pehgro de fuga, entre otros.
Expuso que, tratándose de menores de edad -por su condición de sujetos en formación y
desarrollo— se requiere un plus de protección en atención al interés superior del niño
entendido como la máxima satisfacción de los derechos y la mínima restricción de ellos.
Del mismo modo, indicó que el operador judicial debe tener ima especial consideración al
dictaminar una medida con relación a un menor.
Seguidamente, hizo referencia a las normas que regulan la privación de libertad en el caso
de los menores de edad. Se refirió al art. 19 de la ley 26.061, y citó la Observación General
Nro. 10 del Comité de Derechos del Niño, resaltando la importancia de esta opinión al
momento de fijar pautas o estándares en materia de privación de libertad a menores de
edad, más allá de que ésta no revista el carácter de norma obligatoria
Expresó que una de las pautas a tener en cuenta es considerar la severidad de la pena y el
delito o infiracción por el que el joven es juzgado. A continuación refirió que también debe
respetarse el criterio de proporcionalidad. Otro criterio es el de excepcionalidad que
establece que la privación de libertad debe ser la medida de última ratio, aplicada sobre un
criterio de elección de otras medidas altemativas que enuncia tales como: la libertad
asistida o la concurrencia a un centro de manera periódica para que el tribunal vigile que los
fines del proceso no van a ser ñustrados. Otra pauta rectora que formuló es la mínima
intervención del derecho penal.
En otro orden, afirmó que el régimen penal de la minoridad regulado por la ley 22.278 no
ha sido explícitamente derogado por el Congreso y de hecho su constitucionalidad ha sido
reconocida en dos oportunidades por la CSJN. No obstante ello, expresó que en la
actualidad la justicia de menores está mucho más comprometida que hace unos años con los
estándares intemacionales fijados en la materia.
Expuso que no deben dictarse medidas restrictivas de libertad cuando lo que se pretende es
que el joven ejerza un derecho. Por ello, para garantizar el derecho a ser oído, el tribunal no
puede ordenar su comparecencia por medio de la fuerza pública si el joven no quiere
presentarse, con mayor razón en el caso de menores no punibles. Al decir del concursante.
15
Ora.
PROC
criterio es el que explica el bajo número de menores que hay internados en la
;tuali¿ad.
Indicó ique el pedido de libertad de un menor es un trámite que no puede durar más de 24
0Ayr6LAu>í^^?i»-i
mismos recaudos que se toman para la libertad de un mayor). Asimismo, dijo
" "
G E r q a a (telteiy^!)#tir un control periódico de las medidas tomadas.
Expresó que al menor privado de su libertad se le deben respetar todos sus derechos, esto
es, que esté separado de los adultos y a que cuente con educación, esparcimiento, estudio,
salud.
Opinó que desde el principio de la investigación el menor no puede ser desafectado porque,
más allá de que sea inimputable, tiene el derecho a ejercer su defensa, ya que no es lo
mismo sobreseerlo si, por ejemplo, no participó en el hecho que se le imputa, que
sobreseerlo por lo que dice la partida de nacimiento.
A continuación manifestó que existe vin déficit de políticas públicas de contención en los
distintos órdenes, de fortalecimiento familiar, educacional, etc.
A lo largo de su exposición, citó y desarrolló diferentes casos jurisprudenciales (Giménez,
Aguirre, Di Mascio, Oviedo y Zamudio, entre otros).
Ante preguntas que le fiíeron formuladas respondió con entera solvencia.
El concursante ha puesto de manifiesto en mi criterio, amplios conocimientos tanto teóricos
como prácticos en la materia. En el desarrollo de su exposición ha mencionado doctrina,
jurisprudencia nacional e intemacional, ha exhibido coherencia y razonabilidad. El tiempo
ha sido empleado correctamente. Ha sido crítico de algunas situaciones, y respecto de otras
ha mencionado las dificultades que se operan en la práctica cotidiana. En todo momento
evidenció un ponderable criterio propio.
Se sugiere la calificación de treinta y nueve (39) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estmctura general del requerimiento de elevación a juicio elaborado por este
concursante resultó correcta y adecuada en los términos del rito penal al cumplir con los
requisitos necesarios para su validez. Además, se destacó en parámetros generales por su
prolijidad y orden expositivo.
Inicialmente describió el objeto de su presentación, por considerar completa la etapa
instractoria, y adelantó su postura respecto del menor no punible (Pedro Alberto). A
continuación, se refirió a los datos personales de los dos imputados.
Planteó de manera concreta los hechos materia de investigación y describió el rol y la
conducta procesal de cada uno de los imputados con diversas citas normativas.
Respecto de la valoración probatoria, realizó en primer lugar un análisis de la materialidad
de los hechos mvestigados, mediante xma prolija y ordenada presentación. En segundo
lugar, se dedicó a la participación criminal de los dos imputados, a los que de manera
concreta y precisa ubicó en el lugar del desapoderamiento.
Al brindar su opinión sobre la calificación legal aplicable, el postulante calificó el hecho
como "robo agravado por el empleo de armas de fiíego, en concurso real con el delito de
portación de arma de fuego de uso civil (arts. 166 inc. 2° párrafo 2do. del Cód. Penal y 189
bis inc. 2° párr. 3° del Cód. Penal)."
Aplicó con buen criterio el tipo penal de robo agravado por uso de armas de fuego por
sobre las figuras de robo seguido de lesiones y robo en banda, aunque el fimdamento de que
se trata de un concurso aparente por la especialidad y progresividad de normas no resultó el
más convincente, toda vez que en rigor el tipo penal referido no abarca en abstracto al resto,
sino que ante la concurrencia de elementos distintos (banda, lesiones y armas de fiíego) en
un mismo hecho, la solución que se imponía por imperio legal (art. 54, Código Penal) sería
la de aplicar la figura cuya pena fuera mayor.
Descartó con razonable motivación que se pudiese imputar tentativa de homicidio.
Con aceptable criterio,fimdamentola portación de armas en concurso real e hizo mención a
posiciones diferentes (concurso aparente y concurso ideal).
Respecto de la situación procesal del menor no punible (Pedro Alejandro), postuló, con
apoyo en la normativa penal específica (sustancial y formal), su sobreseimiento con la
mención y justificación de la aplicación del artículo 337 del CPPN y del 530 del mismo
ordenamiento ritual, único concursante que trató la cuestión. No emitió opinión en cuanto a
la tutela judicial.
16
2rf
íl^peftorio final se presentó ordenado y completo, aunque sin referencia a me
>sib]p de ser llevada adelante por impulso del MPF, lo que resulta lógico ya que
expreifamente afirmó el concluyante al comienzo, que consideraba completa la instrucción.
, ^^Se^^^(^ la calificación de cincuenta y nueve puntos (59).
Hernán MOGNI
TEMA 6; La especialidad en la Justicia Juvenfl (aspectos orgánicos, procesales v sustantivos).
Evaluación de la disertación oral
Sostuvo que, a partir de la recepción de la CIDN y del reconocimiento del niño como sujeto
se les ha otorgado a los menores, derechos y garantías que tienen los adultos en el proceso,
con el plus que reconoció la CSJN en el fallo Maldonado. En la solución especial que debe
dárseles por su situación diferente a la de los adultos se encuentra la característica de la
especialidad. Aqiu se involucran determinados principios como el de nunima intervención
penal, de proporcionalidad en la respuesta, principios que tienen que ver con la
excepcionalidad de llevar adelante im proceso contra un menor y atender a las situaciones
de los menores punibles y no punibles.
Dentro de este marco estimó que es importante la medida que evite la judicialización como
alternativa a la resolución de los conflictos penales. En sentido similar, evaluó como
especial la medida de escuchar al menor inimputable como reconocimiento de su derecho
fi-ente a la imputación que lo afecta. Recordó también la posición del Ministerio Público a
través de la Resolución 46/2000.
Señaló que, tanto en la CIDN (inciso 3 del artículo 40) como en otras normas
intemacionales (Reglas de Beijing, RIAD; art.5 de la CADH) es posible encontrar
referencias a la especialidad. En relación con las normas para jóvenes privados de libertad,
resaltó la importancia de la capacitación y la especialización por parte de quienes se
encuentran a cargo de los menores. Hizo referencia a jurispmdencia internacional al citar el
fallo "Panchito López vs. Paraguay" de la Corte IDH, donde expresó la necesidad de que
exista una justicia especializada. Enunció la Opinión Consultiva n° 17 como una pieza
rectora en todo el sistema y específicamente cuando habla de la judicialización o la
especialidad en la judicatura o en la jurisdicción.
En el derecho interno expresó que la especialidad está dada en las normas procesales (arts.
28 y 29 del CPPN, arts. 14 y 24 de la ley 24.050 y su modificatoria 24.170) y expuso la
discusión acerca de si la justicia federal era la justicia especializada en materia de drogas
para atender las cuestiones en que se encuentren involucrados menores en la Ciudad de
Buenos Aires. Al respecto, el concursante realizó una detallada reseña jurispmdencial;
aludió al fallo Lugo, DPA (Cámara de Casación) y Latrónico.
A continuación, sostavo que las convenciones intemacionales en la materia deben ser
analizadas de una forma sistemática y orgánica y que en ellas está presente este mandato de
justicia especializada, en la capacitación, por la jurisdicción y que debían analizarse en
forma conjunta y no separadas del tema de la competencia.
Señaló los planteos de inconstitucionalidad sobre la reforma de la 24.170 que incorpora
como materia de debate la competencia de menores y mayores en el mismo proceso.
Afirmó que al Ministerio Público le cabe una responsabilidad muy importante fiante a una
futura legislación en la materia, por ser el titular de la acción penal, y en el establecimiento
de formas altemativas a la judicialización.
Mencionó nuevamente al control de legalidad que debe ejercerse respecto de los
expedientes tutelares. Refirió que, conforme lo resuelto por la CSJN, cuando se habla de
internaciones, en realidad se trata de privaciones de libertad.
Hizo referencia al precedente "Famoso".
A preguntas que se formularon, expuso que lo que es impensable es un derecho penal
juvenil sin garantías. Asimismo, entendió que es posible que la instmcción del proceso
pueda llevarse a cabo para mayores y menores conjuntamente, es decir, antes de que la
causa se eleve ajuicio; sin embargo, estimó que un tribunal oral de mayores debe entender
en cuanto a la situación del adulto, y la justicia de menores debe hacerlo respecto del joven.
A pesar de que cuestiones referentes a la pmeba pudiesen generar algún tipo de
17
lyeniente al punto de llegar a situaciones contradictorias, respondió que aun así cree
mejor la separación.
argumentos, a mi juicio resultaron de dudosa entidad. Entiendo que no puede explicar
^ iC^Qt^uaspetarían los principios fundamentales de culpabilidad y proporcionalidad
l^'^^^^^l^^Sj^fazonamiento que esgrimió. Su exposición aparece confusa y reiterativa.
Sugiero ia calificación de treinta (30) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estmctura general del requerimiento de elevación ajuicio es aceptable aunque luce algo
desordenada y confusa. No precisa la base fáctica de la imputación si bien referencia los
hechos a partir de las diferentes pmebas reimidas en el expediente. El desorden expositivo
conduce a que en el acápite referido a la pmeba se enumeren elementos anteriormente
ponderados por el concursante. Considera la situación de ambos imputados como
procesalmente diferente; en particular, dedica al menor no punible (Pedro Alberto) un
capítulo de su escrito con esmerada argumentación basada en jurispmdencia y normas
intemacionales que lo conduce a solicitar su sobreseimiento y el cese de la tutela respecto
de este imputado, con mención de Resoluciones PGN. Formula también un argumento
sólido respecto del menor punible (Alejandro Ezequiel), respecto del cual requiere el cese
de la medida cautelar tutelar.
En cuanto a la caliñcación legal, el concursante considera que la conducta "resulta ajustada
a la de robo agravado por el uso de armas, por cometerse en despoblado y en banda,
lesiones graves en ocasión de robo, lesiones leves y daño, todos en concurso real (arts.
45,55,89, 166, inc. 1 en función del art. 90, 166, inc. 2 y 183 del CP.)". No desarrolla una
línea para justificar su posición.
El petitorio está completo, es formalmente correcto y considera la situación de ambos
imputados tanto en cuanto al proceso como respecto de la situación cautelar.
Sugiero la calificación de cuarenta y dos (42) puntos.
Hugo Daniel Navarro
T e m a 2; " E s t á n d a r e s d e l a C o r t e S u p r e m a d e J u s t i c l í d e l a N a c i ó n e n r e l a c i ó n c o n
E L Régimen Penal de l a Minoridad".
Evaluación de la disertación oral
Presentó el tema con claridad y solvencia. Refirió que a partir de la incorporación de la
CIDN a nuestra Constitución Nacional, se ha cambiado el sistema imperante en materia de
niños, niñas y adolescentes durante caso 100 años.
El primer estándar que mencionó es que los menores son sujetos de derechos y por tal
motivo se les deben reconocer todas las garantías de su condición de personas, y además
otras específicas por ser menores de edad en desarrollo.
Afirmó que no se debe tratar a los niños igual que a los mayores, pues ello significaría
volver al régimen anteríor, mencionó los fallos Gault y Roper vs. Simmons de EEUU, que
cambiaron la jurispmdencia por la cual con anterioridad se podía llegar a aplicar hasta
penas de muerte a los menores en su asimilación al régimen de adultos.
Sostuvo que los niños sean sujetos de derechos, impUca que son acreedores a un debido
proceso, que deben conocer el hecho que se les imputa, que tengan garantizado su derecho
de defensa tanto material como técnico, que puedan ejercer el derecho de ser oídos y que su
opinión sea tenida en cuenta, que se lo juzgue mediante una justicia especializada basada en
un sistema contradictorio, oral, con control de la pmeba, con posibilidad de ofi^cer pmeba,
y compartir las que hacen a la acusación que se les formula, como también que tengan
garantÍ2^o el derecho a la doble instancia para satisfacción de los derechos que hacen a su
defensa.
Refirió seguidamente como segundo estándar ratificado por la Corte Suprema en el caso
Maldonado y también en el de Fundación Sur; que la privación de libertad debe ser el
último recurso. La Corte dijo que la internación de un lüflo constituye privación de libertad,
que prisión preventiva debe entenderse como privación de libertad, y en tal sentido sosmvo
18
tamfbién que al momento de realizar el cómputo de los días de privací
debían incluir los periodos que comprendieran todo tipo de privación de lil
otra manera importa un trato diferenciado y desigual en perjuicio de los niños respecto de
Í L M iM*te?tíW>fcító^^' violando a la vez normas del orden intemacional y constitucional, como el
)SECRETi
57 b de la CIDN.
tGENERA
^Ólro'estShdar: el principio de culpabilidad. Sostuvo que los delitos que cometen los niños
son producto de su inmadurez por ser sujetos en período de desarrollo, que cometidos
algunas veces por los adultos serían patológicos (sic). Este argumento lo utilizó para
continuar refiriéndose a conceptos formulados por la Corte, en el sentido de que el reproche
que se le realiza a un nifio no puede ser el mismo que se le realiza a un adulto en iguales
circunstancias. Se presentó crítico a las posiciones sostenidas por los magistrados Fayt con
referencia a la aplicación del artículo 4° de la ley 22.278, y Argibay, quien se ha expedido a
favor de la prisión perpetua en el caso de delitos cometidos por menores de edad.
Otro estándar que recordó es el derecho a la doble instancia, que recoge un fallo de la
Corte, basado en un dictamen del procurador general, en el que también sostiene que las
sentencias intermedias deben ser equiparadas a definitivas, toda vez que las que imponen
medidas de seguridad también implican restricción de derechos y privación de libertad, en
tales casos el agravio no sería susceptible de reparación ulterior, aunque posteriormente el
tribunal decidiera eximirlo de pena.
A continuación se refirió al principio de inocencia, que en el caso de Maldonado no fiíe
tenido en cuenta por la Cámara de Casación cviando agravó la pena sin que existiera una
sentencia firme, y que por lo demás también violaría el principio de non bis in ídem.
Adujo que en el mismo caso se violó el derecho que tiene todo nifio de ser oído conforme a
la Constitución Nacional (art. 12 de la CIDN), al incurrir en el error de no tomar
conocimiento de visu de Maldonado antes de imponerle nueva sanción.
Le sobraron 2 minutos en los cuales se lo interrogó sobre su opinión respecto de la pena de
prisión perpetua, con independencia de los dichos de algunos miembros de la Corte.
Su respuesta fiíe que no puede considerársela constitucional reiterando argumentos ya
vertidos sobre la dificultad de propiciar la reinserción social. A mayor abimdamiento en la
pregunta respecto de los dichos proscriptos en la CIDN que han favorecido una polémica en
el punto, refirió que allí debe entenderse que depende de los términos y de las posibilidades
de arribar a la libertad condicional. Finalmente ante el pedido de algún otro dato que le
pareciera relevante, manifestó que también tienen importancia los informes que deben
brindar las autoridades del lugar de detención respecto de la observancia o no de los
reglamentos carcelarios, cuestión que convierte la posibilidad de excarcelación en tema
controvertido.
El concursante revela no haber proñmdizado en el conocimiento de los fallos
intemacionales que menciona, sino que los ha estudiado en materiales que ha obtenido.
También sostuvo que aplicaría medidas cautelares en caso de posibilidad de fiíga o de
entorpecer la investigación.
A pesar de no haber sintetizado la exposición en el tiempo convenido, en mi criterio fiíe
correcta en términos generales, posiblemente falto de vin exhaustivo conocimiento respecto
de los fallos sobre la materia que han merecido pronunciamientos de la Corte Suprema, y
también de criterios personales que hubieran enriquecido su discurso de oposición.
Sugiero la calificación de 29 (veintinueve) puntos.
Evaluación del examen escrito
En términos generales, la estmctura de la requisitoria de elevación a juicio aparece
adecuada y conforme con las normas procesales aplicables, aunque desde el encabezado
optó por imputar y filiar sólo al menor punible (Alejandro Ezequiel).
Los hechos materia de investigación fiíeron tratados por el postulante al referirse de manera
concreta y expedita a ellos.
Al ñmdamentar su opinión procesal respecto de la materialidad de la ínfi^cción, coautoría y
responsabilidad penal, sólo se detuvo en el menor punible (Alejandro Ezequiel), al efectuar
un extenso relato concomitante de las diferentes pmebas colectadas, con una prolija
enumeración de la pmeba de cargo, que se convino con el estilo usual utilizado en este tipo
de dictámenes.
Cabe destacar sus menciones sobre la forma de llevar adelante la meda de personas
respecto del menor punible (Alejandro Ezequiel), y sobre los diferentes matices que el
19
sti^ante notó en las declaraciones testimoniales, así como el señal;
la situación personal y procesal del menor punible en relación con un adulto.
R ^ S í c ó el hecho como "robo calificado por haber sido cometido con armas de fiíego y
'^afeuso^ále armas de conformidad con lo previsto en los arts. 45, 55, 104, párrafos primero y
segundo, y 166 inc. 2, primer párrafo del Código Penal."
Xtescártó la imputación de la lesión grave, no por el fímdamento de que la agravante
esgrimida absorbe a aquella, sino porque consideró que "la lesión fiíe producida casi en
forma casual a la víctima", continúa: "[...] no fiíe im disparo dirigido exclusivamente a su
persona sino, más bien, en el marco de amenazas y agresiones [...]".
La fundamentación parece adecuado si se asume que las lesiones que agravan al robo deben
ser producto de las violencias, de tal modo que el resultado se haya originado en im hecho
cuanto menos preterintencional.
Consideró razonadamente que algunas de las acciones ejercidas hayan excedido el marco
de la violencia del robo y por eso imputó abuso de armas, al analizar que tales hechos no
formaban parte de la violencia propia del robo.
Finalmente, el petitorio resulta adecuado a las consignas establecidas y al momento
procesal del dictamen, aunque sin mención a otras medidas posibles de postular desde el
MPF. En ciianto a la situación procesal del menor pvmible (Alejandro Ezequiel), sólo
enunció el tema en el petitorio respecto de su sobreseimiento en razón de la edad, de
manera correcta con base en el último inciso del artículo 336 del CPPN, pero soslayó
cualquier referencia liberatoria del artículo 337 del citado cuerpo ritual u opinión sobre la
tutela judicial (utilizando con una cita no justificada del artículo 2 de la ley 22.278)
Sugiero la calificación de cuarenta y cuatro (44) puntos.
María Fernanda Poggi
TEMA 6; La especialidad en la Justicia Juvenil (aspectos orgánicos, procesales y sustantivos).
Evaluación de la disertación oral
Presentó los ítems objeto de su exposición de forma correcta, y anticipó que hablaría acerca
del tema escogido haciendo alusión al orden nacional e intemacional.
Explicó que el concepto de especialidad surge a raíz de la incorporación de las
convenciones intemacionales al plexo constitucional.
Mencionó como primer concepto básico el estipulado en el inciso 3 del art.40 de la CIDN.
Indicó que de él surgen cuatro mandatos que determinan cómo debe interpretarse el
concepto de especialidad (leyes, procedimientos, autoridades e instituciones específicas en
relación a aquellos niños que se alegue que han inflingido las leyes penales). Sobre esta
base, sostuvo que los niños merecen un tratamiento conforme a su edad y la condición
jiuidica especial; asimismo que, en caso de ser procesados deben ser separados de los
adultos y se deben crear autoridades especiales a tal efecto. En tal sentido, refirió diversas
normas intemacionales así como la Opinión Consultiva Nro. 17 y los fallos de la Corte IDH
"Panchito Gómez vs. Paraguay" (sic) y Villagrán Morales.
Se refirió al principio de excliisividad como otro principio rector y, al respecto, enunció la
Opinión Consultiva Nro. 10 que estipula la necesidad de que existan defensores
especializados (jueces, fiscales, defensores, cuerpos policiales).
Dentro de este marco internacional, reflexionó sobre cómo nuestro país receptó estas
disposiciones. Efectuó ima razonada crítica de la ley 22.278 al señalar que, en realidad, es
una ley de adultos ya que se aplica a quien ha cimiplido 18 años de edad por im hecho que
cometió cuando era menor.
Continuó su crítica desde el orden procesal y observó que, conforme a la ley n° 24.050
jvmtamente con el CPPN, se crearon jueces y tribunales especializados de menores; sin
embargo, en la estmctura judicial solamente se previo la existencia de estos jueces
especiales en 1* Instancia y en Tribunal Oral, y no jueces especializados en las Cámaras, ni
en la Casación. Por lo tanto, si bien se cuenta con algunas pautas de especialización, no es
en realidad un régimen completo procedimental substancialmente creado para los menores
de 18 años. No se cumplen -según su criterio— con las disposiciones enunciadas
anteriormente que hacen a la especialidad.
20
IjOrden nacional, refirió que puede considerarse como im avance la san^iwi^c^ ley n°
6.061 que da cumplimiento a algunas de las obligaciones asumidas. Sostuvo que las
^^||^|^|Sais4fen avanzado más rápido en este sentido que el Estado Nacional, e individualizó
G ^ E i & L l a ^ f f S A p t w v i n c i a l e s y la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que regulan el tema.
Seguidamente, especificó precedentes jurisprudenciales al respecto.
M«icionó, entre otras, cuestiones de competencia fijadas por leyes y referidas a los
distintos fileros que colisionan con la competencia especializada de los jueces de menores
como ocurre con la justicia federal, circimstancia que da lugar a diversas controversias.
Concluyó que la Cámara de Casación Penal resolvió que en realidad los jueces federales
son jueces especializados tanto como los de menores, por la facultad que tienen de poder
aplicar la ley de menores como cualquier otro juez y porque, además, tienen creada en su
órbita la oficina de asistencia en materia tutelar, lo que les permite ejercer seguimiento
especializado. Expuso también que el Procurador General se expidió en i g u a l sentido al
establecer que los jueces federales estaban especializados por tener competencia exclusiva
y excluyeme, la que no tiene el juez de menores. La concursante esbozó críticas fundadas
en posiciones jurisprudenciales.
Señaló que a la normativa intemacional debe adjudicársele una interpretación extensiva y
no restrictiva a la luz del principio del interés superior del niño, y por eso se debe procurar
llevar la especialidad a todos los operadores que intervengan en el procedimiento juvenil.
Asimismo, estimó que se requiere especialidad en las ñierzas de seguridad y,
particularmente, en la policía que son los operadores primarios y directos que toman
contacto con los niños cuando son aprehendidos.
A preguntas que se le formularon sobre su opinión respecto del pase del tratamiento de
todos los delitos juveniles que ahora se juzgan a n i v e l nacional a la Ciudad Autónoma,
respondió afirmativamente porque apreció que sería cumplir con una manda constitucional.
Indicó que la especialidad debería estar referida al procedimiento, sin dejar de lado que la
exclusividad no significa aislarlos respecto de un derecho penal integral. Opinó que debe
hacerse una interpretación extensiva de la especialidad.
Finalmente, la concursante formalizó un alegato preciso y enfático, con argumentos
concretos y sólidos, lo que evidenció un amplio conocimiento de la materia.
Durante la exposición exteriorizó críticas y criterios personales y, si alguna observación
pudiera formularse, es en el sentido del poco desarrollo que le otorgó a la doctrina.
Respondió adecuada yfimdadamentelas preguntas formuladas por el tribunal.
Concluyó su exposición en 15 minutos, pero posiblemente ello se deba no a un mal manejo
de sus tiempos de preparación del examen sino a que se expresó permanentemente en forma
correcta pero apresurada (le sobraron 5 minutos).
Sugiero la calificación de treinta y seis (36) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estmctura del requerimiento de elevación a juicio resultó completa conforme a las
pautas establecidas por el Jurado y, en los términos de los am'culos 346 y 347 del CPPN
lució como una pieza jurídica suficiente.
Su presentación se destacó por la claridad expositiva y el orden lógico en que fiíeron
expuestas las distintas cuestiones abordadas por la postulante.
Precisó los datos filiatorios sólo del imputado punible (Alejandro Ezequiel) y realizó un
relato de su situación procesal hasta el momento de formular su dictamen, con las citas
legales del caso de manera correcta, aunque no mencionó al menor no punible (Pedro
Alberto) en este punto.
Respecto de los hechos sometidos a su dictamen, la concursante los detalló de forma muy
prolija y detallada, conforme a las constancias de la causa entregadas oportunamente, y
logró también de manera completa el desarrollo de este apartado con la introducción de
notas al pie que respondían a sus salvedades iniciales.
En relación a la valoración de los hechos estudiados, efectuó una minuciosa articulación de
la pmeba colectada a los efectos de tener por acreditada la materialidad de la infiacción del
caso planteado, así como la participación del menor punible (Alejandro Ezequiel) en éste,
sin exponer opinión aquí respecto del menor no punible (Pedro Alberto).
En cuanto a la significación legal de los hechos que dio por acreditados, los calificó como
"robo cometido con armas de fuego, en despoblado y en banda, lesiones graves en ocasión
de robo, y daño, delitos que concurren de forma real, y por los que debe responder en
calidad de coautor (arts. 45, 55, 166 inc. 1° en fimción del art. 90, art. 166 inc. 2° y 183 del
CP)." La calificación no aparece fundada pues, aimque pueda afirmarse válidamente que el
21
3
cho se subsiime en todos esos tipos penales, no debe olvidarse que se
"no dé varios, razón por la cual se presenta como más atinada la relación cor
disposiciones del art. 54 del Código Penal (concurso ideal) y no del art. 55. Mencionó
l e i * JiyffiÍfiBr»4€e©ia relacionada con aspectos de la calificación legal propuesta.
ftAamGííiW^^^^^^^^^
doctrina que sostienen con eficacia la solución propuesta por
la concursante.
Sobre la situación procesal del imputado no pimible, postuló correctamente su
sobreseimiento en los términos del artículo 336 inciso 5° del CPPN (conforme el artículo
12 de la CIDN y la Observación General N° 12 del Comité de Derechos del Niño —a la
que mencionó como Consultiva, sin aclarar el órgano que la dictó—).y no brindó mayores
precisiones al respecto sobre su tutela judicial (aunque es del caso apuntar que en el acápite
II de su dictamen mencionó al menor no punible (Pedro Alberto) como "ya sobreseído").
El petitorio lució formalmente correcto, sm otros aportes que lo tomaran más completo, e
incluyó su posición personal respecto de la resolución de la situación procesal del imputado
no punible.
Sugiero la calificación de cincuenta y dos (52) puntos.
Patricia Quirno Costa
TEMA 7; "Medidas alternativas de resolución de conflictos y formas abreviadas del proceso
aplicadas a la justicia juvenil".
Evaluación de la disertación oral
Sostuvo que los dos principios que fimdan la necesidad o la conveniencia de las medidas
altemativas de resolución de conflictos son el principio educativo que rige el proceso penal
juvenil (educativo entendido en los términos del artículo 40 CIDN), y la inconveniencia de
aplicar penas privativas de libertad, que deben ser utilizadas por el lapso más breve posible
y como último recurso. Refirió que el concepto de estas medidas surge a partir del criterio
de justicia restaurativa que, si bien no está incluido en la CIDN, ha sido definido por
distintos autores. Infirió que este tipo de medidas pueden ser tanto de índole sustantivas
como procesales; hay medidas procesales, que dictaminan la no judicialización del joven, y
medidas de tipo sustantivo, sustitutivas a la pena de prisión. Al respecto, indicó que
numerosos instrumentos intemacionales aconsejan la implementación de este tipo de
medidas. Como antecedentes aludió, entre otros, a las Observaciones Generales del Comité
de Derechos del Niño, y a precedentes de la Corte IDH (Villagrán Morales y Panchito
López vs. Paraguay). Consideró como medidas altemativas de índole procesal la remisión,
la mediación, la conciliación, y la suspensión del proceso a pmeba. A continuación, explicó
el origen y contenido de las mismas.
En relación al el juicio abreviado, manifestó que está previsto en nuestra legislación, igual
que para el caso de los adultos con algunas particularidades en el caso del derecho penal
juvenil. Se manifestó como reticente a su aplicación en virtud de que, en el caso de los
menores, no cimiple con los fines del proceso penal juvenil, ni tampoco con la obligación
de que se resuelva en un plazo razonable, entre otros. Además, expresó que el
consentimiento del menor es indispensable (derecho a ser oído), así como la necesidad de
que pueda comprender exactamente qué es lo que se le imputa. Afirmó que el
consentimiento del fiscal también es vinculante como en el caso de los mayores y, al
respecto, dedujo que puede oponerse por razones de política criminal, y en atención al fin
pedagógico del proceso penal juvenil.
En cuanto a la remisión del caso, señaló que, si bien no está prevista en nuestro derecho, no
estimó conveniente introducirla sino que habría que arbitrar im instituto como el principio
de oportunidad que no está vigente en nuestra ley, pero sí en el régimen procesal penal
juvenil de la Ciudad de Buenos Aires. Agregó que varias provincias también lo han
implementado. Asimismo, hizo referencia al derecho comparado intemacional.
Expresó que las medidas altemativas pueden ser la amonestación, el apercibimiento, los
trabajos comunitarios, la inhabilitación, las órdenes de supervisión del tratamiento, como
todas aquellas que impongan la reparación del daño a la víctima, y que aún cuando se
implementara una medida procesal, la respuesta o el resultado restaurativo sería una medida
de carácter penal que sustituiría a la pena Aclaró que, sin enrolarse en ima tesis
22
«
/
abolicionista, esto debería estar previsto para los delitos leves, mientras que
seguiría aplicándose la pena de prisión.
En relación con la suspensión del juicio a pmeba indicó que, en algunas oportunidades, ha
j!i'^*|^tMlS:ado por defensores y operadores del sistema, en opinión de que la posibilidad del
DTGENEñALaft^«áí)o4° de la ley 22.278 era preferible a la medida alternativa. Sin embargo, alegó que
mediante este instituto se podrían obtener resultados favorables y contribuir a la función
reintegradora del joven a la sociedad.
Respecto de la mediación, afirmó que el mediador debe ser especialista en el tema del
derecho penal juvenil.
Acerca de la reparación a la víctima, sostuvo que debe tender a los mismos fines del
proceso penal, o sea, una reparación simbólica que fortalezca la responsabilidad del nifio a
través de la prestación de un servicio útil a la comimidad. Mencionó antecedentes al
respecto. Indicó que de cumplirse la reparación, la acción se extinguiría.
Además, hizo referencia a la ley 114 como a derecho provincial y comparado (sefialó las
asambleas familiares de Canadá y Nueva Zelanda).
Los principios son la base de las medidas tendientes a evitar la judicialización sostuvo y, en
caso de que se imponga la pena, se debe cumplir con lo previsto en el art. 37 de la CIDN.
Mencionó doctrina al respecto.
Finalmente, le sobraron 2 minutos del tiempo estipulado, los que utilizó para completar la
exposición refiríéndose al avenimiento.
Ante la pregunta que le formuló el tribunal sobre la obligatoriedad de los informes,
opiniones y recomendaciones, se limitó a responder que no todos son obligatorios.
Si bien la concursante no anticipó cómo estmcturaría su exposición, ésta fue correcta y
ordenada. Efectuó un buen desarrollo de las medidas altemativas; exhibió un razonamiento
claro y lógico aimque reiterativo en parte; de la misma forma, tuvo un correcto manejo de
la normativa y juríspmdencia tanto nacional como intemacional. Expuso argumentos
razonables. El uso del lenguaje fiíe adecuado. Empleó el tiempo dentro de los parámetros
estipulados.
Sugiero la calificación de treinta y cuatro (34) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estructura general del requerimiento de elevación a juicio es correcta y adecuada a los
términos de los artículos 346 y 347 del CPPN.
De acuerdo con la práctica forense más habitual, realizó en primer orden la identificación
de los dos imputados sobre los que fue llamada a dictaminar.
La descripción de los hechos endilgados al menor punible (Alejandro Ezequiel) y al menor
no punible (Pedro Alberto) fue concreta y suficiente.
Precisó los elementos probatorios reunidos con mención de las constancias colectadas
resefiadas de manera sintética, contundente y precisa, muy al estilo habitual de la pieza
procesal solicitada a los concursantes.
La valoración de los hechos tenidos como acreditados, la condujeron a concluir sobre la
responsabilidad penal del menor punible (Alejandro Ezequiel).
Respecto del coimputado Pedro Alberto no punible, según las constancias documentales
indicadas, postuló de manera acertada su sobreseimiento, si bien formuló una apreciación
más bien general sobre los alcances de la CIDN para estos supuestos, y no detalló en el
dictamen la verificación de las causales previas que podrían conducir a la misma solución
procesal.
Seguidamente, calificó el hecho como "robo agravado por haberse cometido con armas, en
poblado y en banda y habiendo ocasionado lesiones graves, previstos y reprimidos por los
arts. 166 inc. 1° y 2, segundo párrafo, 167 inc. 2° del Código Penal."
La postulante explicó con razonable criterio los motivos jurídicos que fundaron la
subsunción en las figuras escogidas, tanto respecto de su faz objetiva (el concepto de banda,
lesiones y el fimdamento probatorio de la aplicación de la agravante por uso de arma de
fuego), como subjetiva.
De acuerdo con el encuadre legal adoptado respecto de la figura de daño, es destacable, en
función de su razonamiento, el pedido desincriminatorio respecto del menor punible
(Alejandro Ezequiel), único concursante que advirtió este punto.
Respecto del acápite "medidas tutelares", se valora especialmente el conocimiento de la
jurispmdencia de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional de la Capital Federal sobre la intervención del MPF, con argumentos
superadores de la postura esgrimida por ese Tribunal, así como la mención a la Res. PGN
23
r 46/00ly la manifestación de su preocupación sobre las condiciones del dicmdo]!deHB prisión
prevemya^j^Qmenor punible (Alejandro Ezequiel), junto con el mantenimiento de la
^'ttlSP^fS'^'(¿l'éP°Soimputado no pimible, no sólo manifestó su postura en relación al
-s^weéeimiento, sino que además ^regó la necesidad de restituir sus derechos vulnerados
con intervención de la autoridad administrativa de la Ciudad de Buenos Aires y de la
justicia nacional en lo civil, sin mayores precisiones al respecto sobre el deslinde de la
competencia judicial y la administrativa, y con citas de jurisprudencia que aparecen como
imprecisas en parte (Corte Suprema de Justicia de la Nación), o aprobables en otro contexto
jurídico, sin mención a la continuidad o cese de la tutela judicial.
El petitorio resalta por ser demasiado conciso, aunque no por ello incorrecto en términos
formales.
Sugiero la calificación de cincuenta y seis (56) puntos.
MARÍA EUGENIA SAGASTA
TEMA 6; La especialidad en la Justicia Juvenil (aspectos orgánicos, procesales y sustantivos).
Evaluación de la disertación oral
Comenzó la exposición del tema elegido expresando que éste se relaciona, en los sistemas
penales juveniles, con el de especificidad que debe regir todo sistema juvenil y se integran
en la Constitución y en los tratados de derechos humanos.
Reflexionó acerca de que la especialidad se vincula con normas, procedimientos,
organismos y personas diferentes a las involucradas en el sistema de adultos, las que tienen
en común enmarcar al joven infi^or en im sistema de responsabilidad que procure
conectarlo con el accionar disvalioso y la consecuencia jurídica del acto. Para ello debe
tener en cuenta el principio de proporcionalidad de las sanciones y el de privación de
libertad como último recurso.
En cuanto al marco normativo, en primer lugar citó a las Reglas de Beijing en tanto
fomentan la proporcionalidad de las sanciones y procuran impedir que los casos de jóvenes
ingresen a la órbita penal.
Adujo que el principio de especialidad también se encuentra plasmado en la CIDN (inciso 3
del artículo 40), así como en la Convención Americana sobre Derechos Hiunanos (inciso 5
del artículo 5), la Directriz 52 de RIAD y las Reglas de Beijing; instrumentos que
establecen procedimientos distintos de los adultos, así como que los niños sean llevados
ante tribunales especializados.
Señaló que las Directrices de RIAD promueven el principio de intervención mínima del
derecho penal y que la Opinión Consultiva Nro. 17 establece el criterio de especificidad.
Indicó que la CSJN (Maldonado) reconoce a los niños derechos específicos.
Aludió al principio de la autonomía progresiva al diferenciar el derecho penal aplicable a
advütos y a menores de edad. Expücó que esta línea es receptada por la jurisprudencia
nacional, de la provincia y por tribunales orales de menores, sin explayarse al respecto.
Mencionó la Observación General Nro. 10 del Comité de Derechos del Niño.
En cuanto a la cuestión procedimental señaló que los artículos 28 y 29 del CPPN,
establecen la competencia de jueces y tribunales de menores. Es escasa la argumentación
sobre este pimto.
Con relación al aspecto orgánico mencionó la importancia de lo realizado por la CSJN a
través de las Acordadas y de la Procuración General de la Nación mediante las resoluciones
que le otorgan operatividad a la CIDN.
Expuso que la especialidad además de estar vinculada con personas como jueces,
defensores, fiscales y miembros de los equipos interdisciplinarios (psicólogos o
trabajadores sociales), se integra en el sistema de protección de derechos para contrarrestar
el accionar disvalioso del joven, y que existen aspectos comunes a todos esos operadores sobre todo magistrados y fiscales— que la comimidad valora, como la honestidad, la
probidad, la laboriosidad, el sentido común y el criterio. Específicamente, en cuanto a las
cualidades que debería reunir un juez de menores citó: "la mesura, comprensión, tolerancia
y vocación". Con relación a la especialidad orgánica, afirmó que se debe exigir que también
la defensa sea especializada.
24
JstuVo que hablar de especialidad es reconocer a los menores de edad todos los-d&edíos,
más 191 plus que está garantizado en el derecho constitucional y los derechos humanos.
, Estimo ^(^e^^^uez, en función de la especialidad, debe circimscribir su función y su
PR^^sáfflííwwwi umcamente al delito cometido y no puede excederse porque no debe
üRAC.of,$g<K{g^tííf¿é1^'% vida privada del joven ni en la de su familia (conforme arts. 16, 18 y 19
de la CN), circunstancia que atentaría contra la garantía de la imparcialidad judicial.
Agregó que si tuviera que definir en una idea lo que para ella significa la especialidad en un
estado democrático de derecho, resumiría en que es aquello que nos posibilita a aplicar una
sanción siempre más leve en materia de menores que de adultos.
Se le preguntó si consideraba otros requisitos como inherentes a la especialidad y si existían
características en el proceso que remitan a la especialidad. Al respecto, la concursante
aportó lo atinente a las medidas socioeducativas y a que todos los actos del proceso deben
tener en cuenta al sujeto menor de manera diferenciada, en la forma de expresarse, al
momento de la declaración indagatoria, etc.
Considero que demostró un lenguaje jurídico reducido, y que le faltó información y
preparación adecuadas respecto al tema de su elección. Su exposición resultó desordenada
y reiterativa en varias oportunidades. Obvió abordar cuestiones de primordial importancia.
Asimismo, introdujo anécdotas que, si bien interesantes, no hacían esencialmente al tema
de oposición y le quitaron precisión jurídica. No obstante, durante su disertación reflejó
buena actitud y conocimientos del tema en general. Le sobraron 3 o 4 minutos del tiempo
acordado.
Sugiero la calificación de veintiséis (26) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estructura general de su requerimiento de elevación a juicio fue correcta y adecuada a
los términos del rito penal aplicables (artículos 346 y 347 del CPPN).
Comenzó su dictamen con la descripción de las condiciones personales de los imputados,
de manera sintética, y adelantó su opinión en cuanto a la resolución de la situación procesal
del menor no punible (Pedro Alberto).
Luego realizó la descripción de los hechos endilgados a los dos imputados de manera
concreta y correcta.
Al expedirse sobre la valoración de las pruebas colectadas, las referencias a las diferentes
piezas probatorias permiten completar de manera muy satisfactoria para un dictamen
acusatorio, los hechos que endilga a priori al menor punible (Alejandro Ezequiel), aimque
luego encaminó su valoración a los dos imputados.
También en esta instancia dejó constancia de la conducta procesal asumida por el menor
punible (Alejandro Ezequiel) y el menor no punible (Pedro Alberto) al momento de ser
llamados a prestar declaración (conforme diversas citas legales, algunas correctas en la
inteligencia, pero con involuntarios errores tipográficos).
Con relación al imputado no punible (Pedro Alberto), postuló correctamente la declaración
de no punibilidad (súi hacer mención expresa al cumplimiento del orden de prelación
establecido en el artículo 337 del CPPN), sin mayores aclaraciones en cuanto a la tutela
judicial de este imputado.
La postulante calificó el hecho como "robo agravado por su comisión con armas, en
despoblado y en banda y por provocar las lesiones contempladas en el artículo 90,
portación de arma de uso civil -concurso impropio o ^)arente- (arts. 45, 166 inc 1 y 2 y
párrafo siguiente, 189 bis, 2° párrafo tercero, 89 y 90 del CP)".
Tomó la decisión de imputar la portación de armas, afirmó con razonabilidad que el
elemento de la ilegalidad podía inferirse del hecho de que quien la portaba era menor de
edad y, al ser la edad un elemento necesario para portar legalmente im arma, la ilegalidad
aparece como manifiesta. En cuanto a la relación concursal, se decidió por la del concurso
aparente, aunque para el supuesto existen posturas diferentes en pugna, la solución escogida
aparece como razonable.
También se valora que la postulante haya formulado una referencia concreta a la Res. PGN
46/00, al utilizarla para efectuar im control respecto de la privación de la libertad de
Alejandro Ezequiel, con diversas citas legales sin prelación (no correspondía aqm', por
tratarse de una materia completamente diversa, la mención a la Res. PGN 25/99).
Su petitorio fue adecuado a las consignas establecidas y al momento procesal del dictamen,
solicitando una resolución procesal diferenciada para ambos imputados.
25
ígieto la calificación de cincuenta y tres (53) puntos.
PROCllIlffltflON GENERAL OE LA NACIÓN
TEMA 2; "ESTÁNDARES DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EN RELACIÓN CON
EL RÉGIMEN PENAL DE LA MINORIDAD".
Evaluación de la disertación oral
No presentó el tema correctamente ni especificó los puntos a desarrollar en su exposición.
Comenzó con ima introducción al fallo Maldonado y aludió posteriormente al voto del Dr.
Fayt.
Luego se refirió al precedente "Kent" (EEUU), donde se reconocieron a los menores de
edad los mismos derechos que a los adultos, y "Rooper vs. Simmons" que prohibe la pena
de muerte para menores entre 16 y 17 años.
Criticó el precedente Verbitsky concerniente a la privación de libertad de personas alojadas
en comisarías.
Señaló que violar la CIDN representaría consecuencias graves para nuestro país en el orden
intemacional.
Acorde con lo resuelto por la CSJN, mencionó que el principio de culpabilidad debe
basarse en la inmadurez emocional y afectiva del menor, lo que comporta un menor grado
de reproche. Asimismo entendió que se debe tener en consideración el entomo familiar del
niño. Destacó que los menores poseen los mismos derechos que los adultos más un plus
basado en el desarrollo emocional.
Explicó el fallo de la CSJN que declara la inconstimcionalidad del art.l de la ley 22.278 al
resolver que no se puede dictar una sentencia de carácter general para derogar otra norma
ya que se produciría una anomia que se traduciría en un perjuicio mayor para los menores.
Propuso la necesidad de que los distintos operadores del sistema (fiscales, jueces), asuman
con responsabilidad la temática referida a la disposición de los menores. Con relación a
esto, indicó que el Ministerio Público no se mantuvo ajeno y recordó a la Resolución
46/2000, donde se exhorta a los fiscales a tomar intervención en los expedientes tutelares.
Relacionó dos principios que considera importantes como son el de oportunidad y
legalidad.
Consideró trascendente el arrepentimiento en los niños, posteriormente a la comprensión de
sus actos, tras haberles hecho reflexionar acerca del error cometido.
También ponderó la tarea que los flscales deben realizar en conjunto con el defensor, a
efectos de acortar los tiempos del proceso.
A preguntas que se le formularon, respondió con solvencia expositiva, demostrando
conocimientos respecto de temas muy controvertidos en la dogmática penal de menores de
edad.
Expuso el tema en tiempo correcto, demostró exhaustiva preparación. Su razonamiento fiíe
coherente con la realidad existente y en todo momento expuso criterios de formación
profesional propios.
Sugiero la calificación de veinticinco (25) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estmctura general del requerimiento de elevación ajuicio fize correcta y adecuada a los
términos de los artículos 346 y 347 del CPPN, con mención en el encabezado al nuevo
sistema de gestión de causas del MPF.
Inició su pieza jurídica con la individualización de las condiciones personales del menor
punible (Alejandro Ezequiel) y del menor no punible (Pedro Alberto).
Bajo el título "relación del hecho", realizó una breve descripción fáctica de la materia en
tratamiento, pero aún así resultó correcta su inmediata introducción al dictamen y la
delimitación del rol de los imputados.
Este punto es luego complementado por las constancias de la instmcción, las que son
reseñadas de manera correcta, con especial énfasis en los contextos de tiempo modo y
lugar. También se refiere en este punto a la indagación procesal efectuada respecto del
menor punible (Alejandro Ezequiel).
26
30^
este apartado ostenta un razonamiento lógico con una prolija enumefaQ^^^er la
;ba de cargo, muy de estilo en este tipo de dictámenes, aunque culmina con la
tonVicción de la materia cargosa y la atribución de responsabilidad penal sólo respecto del
^flOí^^^tícffble (Alejandro Ezequiel), sin considerar al menor no punible.
E N E ^ j '^ó^tttf^e calificó el suceso como "robo doblemente agravado por el uso de armas de
fiíego y en razón de las lesiones previstas en el art. 90 producidas en ocasión de un robo, en
calidad de coautor penalmente responsable (art. 45,166 inc. 1 y 2° del CP)."
Descartó la posibilidad de imputar el delito de portación de armas, pues afirma, se
encuentra absorbido por el robo con armas, bajo los presupuestos del concurso aparente.
No hizo referencia a la noción de banda (ni para afirmarla ni para descartarla), ni explicó
cuál es la relación concursal que rige en el caso, entre las dos figuras de robo agravadas que
imputa.
Su requisitoria final, si bien no ostentó la formalidad de un petitorio, lució aceptable. La
situación del imputado no punible (Pedro Alberto) sólo fiíe abordada en ésta instancia final,
al solicitar el postulante su sobreseimiento en razón de la causal establecida en el artículo
336 inciso 5° del CPPN, sin mayores aportes al respecto.
Bajo "otro si digo" formuló críticas a la forma en la cual se operativizó el derecho a ser
oído del menor no punible (Pedro Alberto), algunas ciertamente atendibles aimque poco
fimdamentadas y fiíera de contexto.
Sugiero la calificación de treinta y seis puntos (36)
MARCELA INÉS SiMLyv
TEMA 2: "ESTÁNDARES DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EN RELACIÓN CON
EL RÉGIMEN PENAL DE LA MINORIDAD".
Evaluación de la disertación oral
No presentó el tema elegido integralmente, conforme a los puntos que desarrollaría en su
exposición.
Sostovo que los menores de edad en razón de su inmadurez, están en situación de
vulnerabilidad con relación a los adultos. Agregó que los menores detentan todos los
derechos de los adultos más un plm de derechos especiales.
Luego se pronunció respecto de la aplicación de la pena de prisión perpetua a niños,
sosteniendo que no es inconstitucional, porque se encuentra regulada en la CIDN, art.40.,
pero no demostró conocimientos de la polémica existente en la actualidad.
Abordó en forma endeble, aspectos de la culpabilidad juvenil, y sosmvo que en el fallo
Maldonado se postula que el menor tiene menor culpa que un adulto, y que ello debe
reflejarse en la pena, "en virtud de esa culpabilidad disminuida" (sic).
Sostuvo que conforme a lo reconocido por la CSJN, la internación de menores de edad es
privación de libertad, con restricción de derechos, y que al momento de computar el tiempo
de cumplimiento efectivo de pena debe tomarse en consideración también ese periodo;
criterio que ha sido receptado por otros tribunales inferiores y por la Cámara Nacional de
Casación Penal cuando se han otorgado licencias.
A continuación se refirió al caso Marteaux, criticando las falencia operadas por la Cámara
Nacional de Casación Penal, en cuanto a la ausencia de respeto de derechos fimdamentales,
como el de ser oído, etc. Afirmó que tampoco se ha tenido en cuenta que el fin de la pena es
la reinserción y resocialización del niño, a efectos de que tenga una participación
constructiva en la sociedad.
Mencionó a la CSJN con relación a la suspensión del juicio a prueba y las medidas
altemativas para la resolución de conflictos y lo relacionó con el inciso 3 del art.40 de la
CIDN. Asimismo, sostuvo la no judicialización del menor de edad.
Relató antecedentes jurispmdenciales, en los cuales hubo apelación fiscal en cuanto al
pedido de suspensión del juicio a pmeba, por considerar que no correspondía, ya que en las
causas en que concurren mayores y menores, está prevista la aplicación del art.41 quater
del Código Penal, como agravante de la conducta de los mayores. Estas menciones las hizo
en un marco de desorden y confiísión importantes, y sin sentido crítico.
Sosmvo posteriormente que principios de política criminal determinan la aplicación de
medidas altemativas de resolución de conflictos en la materia, sin ofi-ecer mayores detalles
27
3/0
comentarios; tampoco mencionó que la CIDN lo enimcia en sus postitía&sr^ se
pronunció criteriosamente sobre el punto.
Mendonó el precedente de la CSJN con relación a la doble instancia judicial en la materia,
jig^^l^jf^gf^fajción fue significativamente pobre, reveló permanente nerviosismo, presentó
"pRosEc^i^^l^^Jipiportantes, el manejo del lenguaje jurídico resultó deficiente (confundió
« c i o N ^^'^l^jiygjjiQs j ^ j j tratados), y no emmció claramente cuáles son los estándares que la Corte
finalmente impone en materia de minoridad.
El conocimiento de los fallos de Corte, Casación, tribunales inferiores, como de
jurisprudencia y doctrina nacional e intemacional es sumamente precario.
Ante preguntas que se le formularon, si bien respondió con signos de mayor equilibrio que
el que puso de relieve durante toda su exposición, reveló conceptos que hubieran requerido
tiempo extra para su aceptación tal como los planteó, como que la sociedad es la que debe
ser educada por medio del Estado, y que el Poder Judicial no está legitimado para educar.
Estos dichos son incuestionables en un marco en el cual se evalúen los fines de las
sanciones aplicables a menores de edad, historia y consecuencias; también manifestó que
ello derivaría en una reducción de la criminalidad.
Las conclusiones de la concursante se presentaron muy generales en el ámbito de las
preguntas; no obstante ello, sería difícil a mi juicio descaUficar sus dichos, a pesar de que
no aparecen coherentes con el resto de la exposición del tema tratado, en el que no pudo
observarse claridad, capacidad de síntesis, convicción y seguridad acerca de sus
conocimientos, ni evidenciar su propia posición personal acerca de ellos.
Sugiero la calificación de veintiocho (28) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estmctura general del dictamen fue correcta y adecuada a los términos del CPPN,
avmque remitió también al artículo 351 del CPPN que no es aplicable de manera expresa a
la consigna formulada a los concursantes.
Realizó ima muy concreta y apretada descripción de los hechos endilgados a los imputados
punible (Alejandro Ezequiel) y no punible (Pedro Alberto), la que se completó con la
descripción de las pmebas cargosas obrantes en las actuaciones.
Respecto de la valoración probatoria, se destaca la manera precisa y lógica en la que matiza
los elementos reseñados en el párrafo anterior para acreditar la materialidad y la
participación de los dos imputados.
Mencionó también la conducta procesal adoptada por los imputados al momento de prestar
declaración.
La concursante calificó el hecho como robo "en poblado y en banda, en el que se [ha]
utilizado armas de fuego aptas para sus fines, y se empleo alguna de las armas de fuego
para golpear a Adctimas, como arma impropia, causando lesiones a cinco personas, a tres de
ellas de carácter leve y a dos (las heridas por arma de fuego) de carácter grave (art. 90
CP.)" Continúa el encuadre típico y establece, entre las figuras aplicables (robo seguido de
lesiones graves, en poblado y en banda, y mediante la utilización de armas de fuego), un
concurso aparente de leyes. Concluye en que el tipo penal contenido en el artículo 166, inc.
2, 2do. "desplaza a las demás por ser la que agota en su descripción la conducta típica."
Esta afirmación no parece fundada, pues el robo con armas no abarca en su descripción al
resto de las figuras mencionadas, sino que en el caso concurrirían en forma ideal (art. 54,
Código Penal), razón por la cual, debido a que la mayor pena determinada en el tipo penal,
desplazaría punitivamente al resto.
Refiriéndose seguidamente a la situación procesal del imputado no punible, postviló de
manera correcta su sobreseimiento respecto del hecho que estimó por él cometido, de
acuerdo con el inciso 5° del artículo 336 del CPPN, sin mención a la tutela judicial ejercida
sobre el mismo.
A modo de cierre de su examen, propuso una serie de medidas con disímiles grados de
fundamentación.
Un aspecto destacable fue su consideración acerca de la tutela ejercida por el Tribunal en
alusión al menor punible (Alejandro Ezequiel), al estimarla suficiente de acuerdo a una
remisión a la CIDN sobre privación de la libertad como ultima ratio y por el tiempo más
breve posible, y proponer aJ Tribvmal una evaluación a fin de establecer la conveniencia de
otorgarle licencias periódicas, con su gmpo familiar ampliado o una familia sustituta
(aunque no aclara los motivos por los cuales esta propuesta no integraba el cuerpo del
dictamen).
El petitorio fue formalmente correcto, sin otros matices agregados.
28
3
¡gí^ro la calificación de cuarenta y ocho (48) puntos.
M l-y/ANA^aALLO
: fMAKÉA ALEJANDRA SULLIVAN
GENERAL DE LA NACIÓN
TEMA 2; "ESTÁNDARES DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EN RELACIÓN CON
EL RÉGIMEN PENAL DE LA MINORIDAD".
Evaluación de la disertación oral
Presentó el tema afirmando que lo desarrollaría a través de dos fallosfimdamentalesen los
que la CSJN se ha expedido últimamente, aclarando que uno es el fallo Maldonado y otro el
fallo García Méndez, en los cuales el máximo tribimal ha fijado estándares que deben ser
tenidos en cuenta en adelante, (años 2005 y 2008).
Relató el primero de ellos en referencia a menores de edad punibles, donde se hace alusión
a la reducción de pena que prevé el artículo 4° de la ley 22.278.
Posteriormente analizó el fallo García Méndez en referencia a menores no punibles.
Relató en detalle los hechos imputados a Maldonado, la condena de 14 años del TOM 2, los
recursos presentados ante la Cámara Nacional de Casación Penal, y la nueva sentencia a
prisión perpetua por ella impuesta, sin respetar el principio de inocencia, ya que la
sentencia aún no estaba firme, ni el derecho a ser oído y a manifestar su última palabra
alegó, antes del fallo.
En respuesta a ello, la defensa oficial recurrió en queja a la Corte Suprema, dando lugar a
un nuevo pronunciamiento contrario al de Casación. Es la primera vez que la Corte se
expide respecto de la ley 22.278 dijo.
Criticó al tribunal oral porque no tuvo en cuenta la culpabilidad, sino la parte positiva del
tratamiento mtelar. Y a la Cámara de Casación porque tuvo en cuenta la comisión del
nuevo delito comofimdamentopara agravar la pena.
Afirmó que las medidas de privación de libertad permitidas, llamadas internaciones,
medidas tutelares o de disposición, se convierten en la práctica en verdaderas penas,
similares a las de los adultos pero sin las garantías de la prisión preventiva.
Mencionó los principios del debido proceso, y sostuvo que en el derecho de menores no se
tiene en cuenta el principio de culpabilidad sino la peligrosidad del autor, transformándose
de este modo en un derecho penal de autor.
Afirmó que el nivel de reprochabilidad a un menor de edad debe ser diferente al de un
adulto y que, en consecuencia, la inmadurez propia de los menores de edad así como el
medio social que los rodea, son circunstancias que deben ser valoradas al momento de
individualizar la pena. La concursante justificó en ello la reducción de pena que regula el
artículo 4° de la ley 22.278.
Esta parte del razonamiento no se presentó en la exposición, ni clara ni coherente, tampoco
utilizó un adecuado lenguaje jurídico, ni transmitió a mi juicio, seguridad en sus dichos.
Desordenadamente esbozó los contenidos de resoluciones de CSJN y de la Cámara de
Casación y, al mismo tiempo, enunció los instrumentos intemacionales que han sido
considerados en ellos.
Refirió que la CSJN no tenía facultades para derogar la ley 22.278 pero sí para recomendar
el establecimiento de políticas públicas y reformas legales concernientes a menores, para no
judicializar a los menores no punibles, así como para aplicar medidas altemativas que
sustituyeran a la intemación.
Mencionó escuetamente "el interés superior del niño".
Indicó que atañe a los jueces realizar un seguimiento personal y directo de aquellos
menores que permanezcan internados bajo su jurisdicción y, de esta manera, revaluar la
necesidad que llevó a adoptar la medida impuesta así como la conveniencia de proseguirla
o modificarla.
Fue reiterativa respecto de la no judicialización de los menores no punibles, y con relación
a ello, citó jurispmdencia.
En cuanto a la suspensión del juicio a pmeba, sostovo que inicialmente los tribunales orales
no hacían lugar a este instituto por considerar que era más beneficioso para el menor la
aplicación del artícido 4° de la ley 22.278. Al respecto, mencionó un dictamen del PGN.
Manifestó que la CSJN instó al Poder Legislativo para que en el menor tiempo posible dicte
una legislación que recepte los estándaresfimdamentalesde la CIDN.
29
312-
ÍROsec
aduiJAClON GEN'
e manifestó crítica a la pena de prisión perpetua para menores, sin desarí^latargítófentos.
lótó nerviosismo y conftisión en la mayor parte de su disciu^, desord^do-cn general,
mediante el que reveló un conocimiento elemental a mi juicio, de los principios generales
que rigen la materia, pese a lo cual logró adoptar una postura propia con relación al tema
'riléMj^,'^'pJáío le impidió razonar adecuadamente al tratar de contestar las preguntas que se
Sugiero la calificación de veintinueve (29) puntos.
Evaluación del examen escrito
En términos generales, el requerimiento de elevación a juicio presentado por esta
concursante plantea una estructura correcta y adecuada a los términos del rito penal
aplicables, artículos 346 y 347 del CPPN.
Al enimciar las condiciones personales de los sujetos imputados, se refirió tanto al menor
punible (Alejandro Ezequiel) cuanto al no punible (Pedro Alberto).
Describió a continuación la base fáctica sobre la que se expediría de manera sintética donde
ubicó a ambos imputados (el menor pimible y el menor no pmiible).
Se refirió también al resultado de la declaración indagatoria del menor punible (Alejandro
Ezequiel).
Posteriormente realizó una enunciación circunstanciada de la prueba de cargo, en la cual
basó la fimdamentación de su postura como representante del MPF con mención a la
omisión del examen médico del artículo 78 del CPPN que le permitió tener por acreditada
la materialidad y la responsabilidad penal sólo del menor pimible (Alejandro Ezequiel).
La concursante calificó el hecho como "robo con armas en concurso ideal con daño, en
concluso material con tenencia de arma de guerra, previsto y reprimido por los arts. 45, 55,
45 166 inc. 2, segundo párrafo, 183, 189 bis del Código Penal."
Descartó los supuestos agravantes vinculados con las lesiones y la banda en razón de que
respecto de ambas regiría una relación de especialidad con la figura escogida, mediante la
cual ésta desplazaría a las otras. En este sentido, si bien es cierto que la figura contenida en
el artículo 166, inc. 2°, segundo párrafo, desplaza al resto, lo hace en razón de su mayor
reproche penal (conf art. 54, Código Penal) y no por encontrarse en relación de
especialidad con aquellas.
En cuanto a la situación procesal del menor no punible (Pedro Alberto), se le asignó la edad
de 16 años en este apartado probablemente por un error de típeo, pero al filiarlo lo situó en
una edad de no punibilidad, postuló de manera correcta su sobreseimiento sobre la base del
artículo 1 de la ley 22.278 (otro error mvoluntario "ley 22.288") y del último inciso del
artículo 336 del CPPN, pero soslayó cualquier referencia liberatoria del artículo 337 del
citado cuerpo ritual y no mencionó el cese de la tutela judicial.
Finalmente, el petitorio fue adecuado a las consignas establecidas y al momento procesal
del dictamen, y solicitó una resolución procesal diferenciada para ambos imputados y una
medida que estimó restaba la etapa inicial, sin mayores comentarios.
Sugiero la calificación de cuarenta y siete (47) puntos.
DANIEL ALEJANDRO TOGNI
TEMA 5: Impacto de la lev n" 26.579 en la justicia de menores. Avances v dificultadt
Relación con el art. 41 quater del Código Penal.
Evaluación de la disertación oral
Anticipó correctamente a modo de introducción, el impacto causado por la ley 26.579 en la
justicia de menores. Advirtió cómo abordaría el tema partiendo de la sanción de la misma y
las modificaciones que ella introdujo en cuanto a la mayoría de edad. En tal sentido señaló
que ordenaría su exposición en base a diversos puntos fimdamentales que mencionó.
Respecto a la ley de mayoría de edad, indicó que la misma ha adaptado sus postulados a la
CIDN y normativa intemacional.
Como primera cuestión adujo la modificación al régimen de tutela. Reflexionó sobre la
transformación introducida, aflrmando que la misma cesa de pleno derecho.
30
313
Segundo lugar, señaló los cambios que se produjeron en materia pr
, como la imposibilidad, en muchos casos, de que se cumpla sie^^S^l año
a Tey 22.278.
^^P'^PI^M^'^si la tutela para los menores que se encuentran internados en instimtos
especiales debía cesar y, en todo caso, si el cese era automático o si deberían ser extemados
conforme al art 411 del Código Procesal. Señaló que las posiciones en el fiíero de menores
están divididas en este punto y analizó la vinculación con el inc. 3°. Recordó que la
jurispmdencia previa a la modificación de la mayoría de edad prefería dictar la prisión
preventiva; sin embargo, indicó que esto se podría sanear si se aplicaran las reglas del art.
411 del CPPN. Al respecto, citó jurispmdencia.
Propició deslindar la repercusión que tiene el mantener a estos jóvenes en instimtos de
menores con relación al derecho de los otros niños también internados, de estar separados
de los adultos.
En cuanto a los menores alojados en establecimientos junto a mayores de edad, fimdó su
respuesta en las disposiciones de la CIDN y señaló que no es necesario el traslado
inmediato a una cárcel de adultos conforme la Observación General Nro. 10 del Comité de
los Derechos del Niño, en atención a su interés superior, interpretándolo como cláusula pro
niño.
En este sentido, expresó que el art. 3° de la ley 22.278 indica que cesa de pleno derecho al
tiempo de cumplimiento de la mayoría de edad; así, al analizar los postulados de la ley
26.579, debe entenderse que el cese se produce a los 18 años conjuntamente con los otros
derechos (como el de patria potestad, por ejemplo) con lo cual la continuación de la mtela
sería, por estos motivos, violatorio de la CN.
Finalmente, analizó los alcances de la reforma conforme a precedentes jurisprudenciales y
doctrinarios para llegar a abordar la aplicación del art. 41 quater del Código Penal. Aludió
al principio de taxatividad para restringir el alcance del citado artículo.
Con relación a la ley 26.061 dijo que no implicó una reforma integral y que la ley 22.278, si
bien es cuestionada en cuanto a su constitucionalidad, continúa vigente.
Respecto de la interpretación del inciso 3° sosmvo que la jurispradencia ya había
establecido cuatro altemativas. Sobre este punto, el concursante, explícito cada una de las
posturas y citó jurispradencia al respecto.
Indicó que la jurispradencia y la doctrina se encuentran divididas respecto a si es
obligatoria la reducción de pena o no, conforme al artículo 4° de la ley 22.278 y que, en su
mayoría, se inclina a favor de la interpretación de la CSJN en el precedente Maldonado que
señala que debe adoptarse la escala reducida de acuerdo a lo estipulado por la CIDN.
Al referirse al art. 41 quarter del Código Penal, expresó que se pueden mencionar dos
posiciones jurispmdenciales y, a continuación, se remitió a la aplicación del art. 126 del
Código Civil.
Concluyó en que es imprescindible una reforma inmediata no parcial sino integral, que
contemple las distintas situaciones en que pueden encontrarse los menores tanto imputables
como inimputables en conflicto con la ley penal.
Hizo referencia al fallo de la Cámara del Crimen "A.J.L" y expuso que es necesario
"constitucionalizar la cuestión".
El concursante realizó planteos claros, en forma sistemática y lógica. Demostró haber
preparado su exposición con esmero. No repitió conceptos, argumentó y fimdamento de
manera convincente con ideas sólidas sobre la temática, así como evidenció un correcto
manejo de la doctrina y jurispradencia involucrada. El lenguaje empleado fiíe adecuado.
Con solvencia respondió a las preguntas que se le formularon. Utilizó el tiempo asignado
con suma precisión.
Sugiero la calificación de treinta y siete (37) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estractura del requerimiento de elevación a juicio es correcta y adecuada a los términos
de los artículos 346 y 347 del CPPN. Se destaca la prolijidad y el orden en la presentación
de las diferentes cuestiones abordadas.
Respecto de los hechos sometidos a estudio, realizó una muy precisa y detallada
descripción de éstos, conforme a las constancias de la causa entregadas oportunamente a los
concursantes, y logró de manera acabada el desarrollo de este item, con mención de los
imputados.
Con relación a la valoración de la praeba, efecmó minuciosa articulación de las probanzas
colectadas a los efectos de tener por acreditada la materialidad del caso planteado así como
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'íi^iuJTOCQLli'ACiO;'
el no
'^la participación de los imputados, tanto el pvmible (Alejandro Ezequic
punible (Pedro Alberto).
Con i-eferencia a la significación legal de los hechos que dio por acreditados, los calificó
i ^PRs^J^fiBJ^^i^^^^^
doblemente agravado por su comisión con arma de fiíego y por haberse
i i E i m ©tiritíiíiBtt lesiones graves, que concurre en forma ideal con el delito de lesiones leves (arts.
45, 54, 89, 166 inc. 1 en fimción del art. 90, y 166 inc. 2° segundo párrafo, todos del
Código Penal)".
No aparece como adecuada la mención posterior que realizó el postvilante en el sentido de
"que por preveer ambos [refiriéndose a los tipos penales antes descriptos] la misma especie
y escala de pena, no se subsvmien sino que se mantienen calificando mutuamente el robo"
pues, en verdad, aunque las figuras no se abarquen la una a la otra (en el sentido de im
concurso de normas), la pena que poseen es diferente, en tanto que "si el arma utilizada
fiíera de fiíego, la escala penal prevista se elevará en un tercio en su mínimo y en su
máximo", razón por la cual, dado que en el caso el arma era de niego, rige lo establecido en
el artículo 54 del Código Penal, con relación a estas calificaciones.
El concursante resolvió correctamente la situación del imputado no punible (Pedro Alberto)
al postular su sobreseimiento en los términos del artículo 336 inciso 5° del CPPN, pero dejó
planteado que los incisos 2° y 4° de la citada norma legal no eran ^licables por haberse
superado la duda respecto de tales cuestiones; sin emitir opinión respecto de la tutela
judicial de este imputado.
Se valoró de manera especial en este examen ("Solicito Medidas") su referencia a las
Resoluciones del Sr. Procurador General de la Nación que postulan la ratificación de las
declaraciones testimoniales prestadas en la sede instructoria, al considerar las condiciones
personales y de especial vulnerabiUdad de las víctimas; el pedido de extracción de
testimonios para identificar a los restantes coautores de los sucesos en tratamiento; su
justificación de la duración razonable del proceso penal que involucre a imputados menores
de edad en la CDN, entre otras medidas apropiadas que el concursante anotó en su
dictamen, como que debieron solicitarse con antelación a tal instancia procesal.
Además del encuadramiento legal adoptado, al especificar los diferentes tipos penales de
posible aplicación, se destacan svis conocimientos generales, por ejemplo, respecto de la
fundamentación de la postura liberatoria del imputado no punible.
El examen no presentó fisuras lógicas, aunque no lució con claridad la resolución de la
situación procesal del menor pvmible (Alejandro Ezequiel); sí en cambio la del menor no
punible (Pedro Alberto), mediante el pedido de su sobreseimiento).
Si bien no concluyó su petitorio, sus notas finales resultaron ilustrativas y son contestes con
los ejes de trabajo desarrollados.
Sugiero la calificación de cincuenta y tres (53) puntos.
GABRIEL ANTONIO TULA GONZAGA
TEMA 2: "ESTÁNDARES DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EN RELACIÓN
EL RÉGIMEN PENAL DE LA MINORIDAD".
CON
Evaluación de la disertación
Refirió al inicio que el tema escogido concieme a los compromisos asumidos por nuestro
país en el orden intemacional. Realizó una extensa reseña histórica remontándose al año
1823 que le insumió buena parte del tiempo asignado. Efectuó vma enunciación de las
diferentes normativas que regulan el tema y afirmó que, analizando el derecho comparado,
la CIDN no ha sido el primer antecedente en materia de niñez (mencionó las Reglas de
Beijing del año 1985).
Concluyendo la reseña histórica, consideró las disposiciones de la citada convención en
materia penal tendientes a asegurar el debido proceso; citó al efecto los arts. 37, 38 y 40, y
puso de relieve el derecho a ser oído consagrado en el art. 12.
Señaló que las bases del sistema penal juvenil deben estar enmarcadas en el derecho penal
mínimo, de acuerdo con la regla nro.5 de las Directrices de RIAD.
32
3 1 ^
continuación hizo referencia a la recepción operada en la CSJN de iá"~»Miñativa
internacional y constitucional, y la legislación vigente en el orden interno; también enunció
MíesáhkSones emanadas de la Procuración Nacional, respecto a la intervención de los
^"i^SoatesNen los expedientes tutelares.
Criticó que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal, no haya considerado parte
en los expedientes mtelares a los fiscales.
Hizo mención al fallo de Corte Verbitsky refiriéndose a las condiciones en las que los
menores deben estar privados de libertad.
Como otro de los estándares intemacionales citó la especialidad que debe tenerse en cuenta
en materia de menores (pero no concluyó explicando concretamente de qué se trata y cómo
debería operar, en qué casos y circunstancias, como tampoco las cuestiones prácticas que
en la actualidad el tema plantea).
Adujo que los menores detentan todas las garantías constitucionales, más un plus de
derechos, situación que vinculó con la necesidad especificada en el fallo citado más arriba,
en el sentido de que los menores no deben ser encerrados en el mismo lugar que los adultos.
Continuó con el desarrollo del fallo Maldonado; lo relató en extenso con mención de las
intervenciones que el propio Procurador realizó (en dictamen previo), resguardando el
principio de culpabilidad.
Afirmó, como estándar intemacional la necesidad de pena, vinculando la CIDN con el
am'culo 4° de la ley 22.278, al sostener que la necesidad de pena no puede estar relacionada
a la peligrosidad del menor ni a la gravedad del hecho (sic). El tema careció de otra
explicación.
Habló de medidas altemativas, lamentando no contar en la actualidad con los elementos
necesarios para establecerlas (en este punto también faltaron mayores explicaciones que
demostrarían que ellas podrían arbitrarse en aplicación de la CIDN).
El desarrollo de la juríspmdencia fiíe exhaustivo.
Manifestó que la doble instancia debe estar garantizada como estándar intemacional. (pero
no se explayó sobre el punto).
Sostovo, en reiteradas oportunidades, que la fimción del Ministerío Público Fiscal es velar
por los derechos y garantías del menor. Mencionó a Ferrajoli y Baratta como referentes
garantísticos.
La exposición del concursante ha revelado amplio conocimiento de leyes nacionales e
intemacionales, como también de la jurispmdencia de la Corte Suprema en los últimos años
en la materia en examen.
Los principiosfimdamentalesy tradicionales del derecho penal, que repetidamente asimila
a estándares intemacionales, los presentó en mi criterio confiísamente, lo que se pone de
manifiesto en el momento de responder preguntas que hubieran podido lucir razonables, si
sus respuestas hubieren resultado convincentes para constatarlo.
Si bien las posiciones asumidas en los fallos de Corte, deben ser interpretadas con sumo
cuidado para no albergar confiísiones, el postulante no pudo extraer de los mismos
conclusiones coherentes entre los principiosfimdamentalesaplicables a jóvenes y adultos,
entre ellos los de culpabilidad y proporcionalidad. Tampoco pudo responder con solvencia
a la pregunta de ¿cómo se mide el principio de culpabilidad, con qué parámetros?, ni el de
proporcionalidad.
En general no ha desarrollado el tema con criterios propios, lógicos y críticos de la
situación actual.
Tuvo buen empleo del tiempo asignado.
Sugiero la calificación de 28 (veintiocho) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estructura general del dictamen resultó correcta y adecuada a los términos del rito penal,
y satisfizo los requisitos formales necesarios para su validez procesal.
Comenzó su examen identificando a los sujetos de su actividad jurisdiccional, tanto del
menor punible (Alejandro Ezequiel), como del no punible (Pedro Alberto), continuando
con el relato de los hechos, mediante una descripción adecuada a esos efectos.
Bajo el título de "Fimdamentos probatorios" abordó de manera conjunta la la materialidad
de los hechos relatados y la autoría y responsabilidad penal del menor pvinible (Alejandro
Ezequiel), aunque en el apartado "D" del mismo punto también se refiere al menor no
punible (Pedro Alberto).
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i bien el desarrollo del título abarcó gran parte de su dictamen, es destacab^]^^clafidad y
conjunción de los distintos elementos de prueba demostrada por el postulante, en una
correcta pieza jurídica.
,.^j^éJi9§ hechos como "robo con armas (art. 166 inc. 2do, párrafo 2do), en concurso real
s E C R ^ ^ i g ^ ^ ^ i ^ C.P.) con tenencia de arma de fuego de uso civil (art. 189 bis, inc. 2do.), en
rso ideal (art. 54) con daño (art. 183 del CP.), todo lo cual concurre materialmente
con lesiones graves (art. 94)."
El postulante sosmvo que las lesiones graves deben concurrir en forma real pues, afirma,
exceden la violencia que exige el robo para su configuración, aunque no explicó el por qué
de la no subsimción de esas lesiones en la previsión específica de robo seguido de lesiones.
Entendió que se configuró el delito de tenencia de armas (no desarrolló en tomo a por qué
el hecho sería tenencia y no portación) hecho que consideró, en concordancia con una
postura jurispmdencial, concurría realmente, pues se trataría de im hecho independiente.
Al abordar la postura del MPF respecto del menor no punible (Pedro Alberto), solicitó
adecuadamente su sobreseimiento, con referencias legales y doctrinarias un tanto difiísas, y
sin mencionar el orden de prelación liberatorio del artículo 337 del CPPN. Se destaca la
mención incorrecta al inciso 1° del artículo 336 del CPPN. Sin otras medidas adicionales
solicitadas, su petitorio es apenas aceptable, interpretando que con seguridad su mención al
artículo "33" fiíe fruto de un claro error tipográfico.
Sugiero la calificación de cincuenta (50) puntos.
JUAN MANUEL VIDAL MAURIZ
TEMA 5: Impacto de la lev n° 26.579 en la justicia de menores. Avances y dificultades.
Relación con el art. 41 quater del Código Penal.
Evaluación de la disertación oral
Realizó una presentación aceptable del impacto de la ley 26.579 en la justicia de menores.
Puntualizó los temas a desarrollar, y atribuyó a morosidad legislativa el mantenimiento de
los 21 años como límite para alcanzar la mayoría de edad, cuestión saneada por la
mencionada ley, que introdujo reformas en la legislación civil y comercial relativas a la
mayoría de edad.
Refirió la importancia que debe otorgársele a esta modificación luego de que Argentina
aprobara la CIDN y que fuera incorporada al plexo constimcional. Al relatar los
fimdamentos que complementan la sanción de la ley 26.579, indicó que otros países de la
región y de Europa tienen este límite.
Señaló que la reforma operada en el orden civil ha tenido repercusiones en el sistema penal
juvenil, más precisamente en el marco de la tutela. Con relación al cese de la misma expuso
que, conforme lo estipulado por la ley 22.278, ésta debe operarse al llegar a los 18 años de
edad. Sin embargo, marcó que uno de los problemas que existe es el caso de los jóvenes
que ingresan al sistema con más de 17 años cumplidos y no podrán dar cumplimiento al año
de tratamiento tutelar que prescribe el inc. 3° del artículo 4° de la ley 22.278, a efectos de
que sea evaluado su comportamiento en ese tiempo, para establecer la necesidad o no de
imponer pena. Seguidamente refirió que la citada ley establece que, en caso de que no se
pueda cumplir con ese término, éste podrá ser suplido por un informe; no obstante, llegada
la mayoría de edad, si el juez estima que debe continuar la disposición, tendrá que dictar
una medida cautelar que podrá modificar o no el modo en que se pilcaba la medida tutelar,
y que es menester respetar los principios rectores de las medidas cautelares y demás
principios procesales, para lo cual deberá determinar la prisión preventiva del joven de
acuerdo con las exigencias legales.
Enunció y particularizó precedentes jurispmdenciales al respecto.
Hizo mención a la disidencia de la Dra. Ledesma en un fallo de la Cámara de Casación.
Expresó que los menores deben estar alojados en establecimientos separados de los adultos
y que en el tratamiento que se arbitre, será necesario poner mayor énfasis en la educación y
la reincersión social. Al respecto, sosmvo que la normativa intemacional formula
lincamientos que hacen a la privación de libertad que no pueden ser obviados en ningún
estadio del proceso por el hecho de que el joven haya alcanzado la mayoría de edad. Señaló
que los principios no ceden al alcanzar la mayoría de edad.
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zo mención al interés superior del niño y a la privación de libertad como
limitada en el tiempo; al derecho a una defensa material; a un trato digno distioSn de los
adultés, así como a una pronta resolución de la causa.
iELAG<}«BBÍdM6iíá relación del artículo 41 quater con la ley 26.579. Criticó la técnica legislativa
aoNGíM¿i^*.^l^iéie delitos cometidos conjuntamente por personas mayores y menores de edad.
Indicó que este tema se ha tomado abstracto mediante la sanción de la ley civil a la que
hizo referencia, resolviéndose por aplicación del principio in dubbio pro libérate.
Ante la pregunta que el tribunal le formuló sobre cuál sería elfimdamentode la agravante,
respondió que, si bien la ley no resuelve esto, en la exposición de motivos se hizo mención
acerca de la utilización del menor por parte de uno o varios adultos. Se manifestó crítico a
este argumento y aclaró que el término servir es distinto del de utilizar, concurrir o
intervenir.
A otras preguntas que se le efectuaron, no respondió con la solvencia y seguridad de
convicción esperada.
El desarrollo del tema no presentó falencias y fiíe coherente en la medida de lo posible,
explicando con claridad aceptable, las principales cuestiones que el mismo suscita.
En jurispradencia y doctrina no abundó.
Expuso posiciones personales con sentido crítico. Reveló conocimientos generales y
preparación adecuada, salvo el manejo del tiempo, ya que le sobraron 3 minutos.
Podría sostenerse que es objetable que no haya explicitado más su exposición en
cuestiones referidas al impacto de la ley en tratamiento, en temas procesales,
jurispradenciales, doctrinales y de derecho comparado, y sobre todo cómo se resuelven
actualmente en la práctica, y cómo las resolvería él. Pero a pesar de que no realizó
conclusiones en este sentido, debe entenderse quefinalmentelos temas en la materia están
siempre vinculados a los inconvenientes de la no aplicación de la CIDN en debida forma, y
a la subsistencia en algunos operadores del sistema penal juvenil, del obsoleto criterio de la
mtela, razón por la cual resulta difícil sintetizar parcialmente.
Sugiero la calificación de veintinueve (29) puntos.
Evaluación del examen escrito
La estractura general puesta de manifiesto en su requerimiento de elevación a juicio es
correcta y adecuada a las prescripciones del CPPN. Se destaca en términos generales por la
prolijidad y el orden expositivo.
Describió de manera completa los datos filiatorios de los imputados.
Planteó los hechos materia de investigación y el rol de los imputados, describiendo de
manera precisa las lesiones sufiidas por las víctimas.
También se refirió a la conducta procesal asiimida por los encartados al momento de prestar
declaración, la que de acuerdo a su criterio se orientó de manera acorde al artículo 12 de la
CIDN y a las normas aplicables de las Reglas de Beijing (Reglas de las Naciones Unidas
para la Administración de la Justicia de Menores), aunque sin aclarar la relación entre
ambos cuerpos legales ni las diferencias en la situación procesal de cada uno de los
imputados.
Respecto de la praeba valorada por el concursante al formular su requerimiento, ésta se
realizó de forma pormenorizada y completa, lo que lo condujo al momento de expresar sus
fimdamentos, a desplegar vm razonado análisis respecto de la responsabilidad penal del
menor punible (Alejandro Ezequiel), con interesante mención respeto de la valoración de
los testigos de cargo. Es éste uno de los puntos más logrados de su examen por su competa
referencia a las circunstancias de modo, tiempo y lugar tanto de los presuntos autores como
de las víctimas. La referencia a la actividad desplegada por el menor no punible (Pedro
Alberto) fiíe tratada como im elemento secundario, con una mínima descripción.
En referencia a la situación procesal del menor no punible (Pedro Alberto), postuló, con
apoyo en la normativa civil general y en la penal específica (sustancial y formal) su
sobreseimiento, aunque sin mención expresa al orden de prelación regulado en el artículo
337 del CPPN, ni opinión en cuanto a la tutela judicial.
Al expedirse sobre la calificación legal aplicable, subsumió el hecho en el tipo penal
contenido en el artículo 166, inciso 2°, segundo apartado del Código Penal (robo con arma
de fiíego). Explicó que, en el caso bajo análisis, ésta calificación desplazaba a las de robo
en despoblado y en banda, y robo seguido de lesiones graves, ello enfimciónde que el robo
con armas de fiíego se encuentra reprimido con una pena mayor. Aunque no explicó qué
tipo de concurso se da en el caso (concurso de normas o concurso ideal), la solución
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3
correcta en tanto se considere que el robo con armas desplaza desog^CT-groío de
vista ilimitivo a las restantes calificaciones, en fimción de lo normado en el artícino54 del
Códigp Penal.
-A iVFanib4s>U.se refirió en títulos separados a la antijuridicidad de la conducta desplegada por el
j GeN£fij»eiiíMÍ,eiéWÍble (Alejandro Ezequiel) y su culpabilidad, con cita relevante de doctrina y
jurispriidencia.
Él petitorio final se presentó ordenado y completo, aimque sin referencia a medidas
adicionales, ni sobre materia tutelar.
Sugiero la calificación de cuarenta y dos (42) puntos.
Saludo a los honorables miembros del tribunal con mi consideración más distinguida.
Zulita Fellini
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Ricardo Alejandro C^foz
Secretario Letrado
Proturasión Gsaecal de la Nacióo
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