El tratamiento del agua

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El tratamiento del agua
Depuración física
El tratamiento físico de una piscina es principalmente el medio de eliminar del
agua todas aquellas impurezas que normalmente son aportadas por el viento o
los bañistas, y en ocasiones procede de su aparición espontánea en el agua,
como por ejemplo las algas. Nos referimos en general a retirar todas aquellas
partículas como polvo, restos vegetales, cabellos, células muertas de la piel,
productos cosméticos varios, etc.
La importancia del tratamiento físico viene dada en que, si no se hace o se hace
mal, la piscina tendrá serios problemas de equilibrio de calidad, y el agua se
estropeará rápidamente.
Para poder eliminar estas impurezas se requiere un método, que sea económico,
fácil de mantener y eficaz, tanto en las condiciones más favorables (cuando la
piscina se emplea poco) como en las más adversas ( con la piscina a pleno
funcionamiento). El método que se aplica en la actualidad como principal
sistema de tratamiento físico es la filtración.
La filtraciones un proceso físico mediante el cual el agua de la piscina, sea
pública, colectiva o privada, pasa a traces de una serie de aparatos cuya principal misión es la de retener las impurezas de mayor tamaño. Estos aparatos se
llaman filtros.
A demás de los filtros, todo sistema de filtración, requiere la contribución de una
bomba para aspirar el agua de la piscina al filtro y de éste, reconducirla o recircularla de nuevo a la piscina. El agua la aspira la bomba desde 3 tomas fundamentalmente: los esquimer, el sumidero, y la toma de barredera, y la retorna de
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nuevo, después de pasar por el filtro, a la piscina a través de las boquillas de
impulsión.
El filtro y la bomba deben estar bien dimensionados para que el paso del agua
sea correcto y poder así, retener el máximo de partículas. Hay que tener en
cuenta que la totalidad del agua de la piscina se tiene que filtrar en 4 o 6 horas
como mínimo. Existen, de manera general, tres tipos de filtros: de arena, de
diatomeas, de cartucho
Filtros de arena. Los filtros de arena son los más utilizados
para la filtración de agua de piscina. Se trata de un recipiente cerrado. Pueden ser cubas verticales o bien horizontales, , el agua entra por la partes superior, atraviesa el lecho
arenoso y sale ya purificada por la parte inferior. La arena
utilizada es el silex, cuyos granos tienen un diámetro de 0.4mm a 0.8mm, arrozillo, con granulometría entre 1mm y 2mm.
El funcionamiento de este tipo de filtros responde a un proceso cíclico formado
por varias fases: Filtración, lavado, enjuague y otra vez filtración. Estas fases se
van poniendo de manera manual (en los filtros grandes en instalaciones
grandes, se hace de forma automática) con una parte del filtro que se llama
válvula selectora. Básicamente es una palanca con 6 posiciones:
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Las más importantes son:
•
Filtración. El agua impulsada por la bomba entra en el filtro por la parte
superior, atraviesa la arena y sale limpia por la parte inferior en dirección
a la piscina.
•
Lavado. La acumulación de partículas en el lecho arenoso llega a saturar
el filtro tupiéndolo y aumentando la presión. A través del lavado, el agua
entra por la parte inferior del filtro y sale por la superior, arrastrando
toda la suciedad retenida en la arena. Es decir invierte el proceso de
entrada y salida del agua, que posteriormente se vierte al alcantarillado.
•
Enjuague. Se trata de un lavado rápido del filtro en el mismo sentido de la
filtración, solo que en este caso el agua se vierte en el desagüe. Una vez
concluido este proceso, el filtro está limpio y se comienza de nuevo el
proceso de filtración inicial.
•
Las siguientes posiciones de la válvula selectora no son tan importantes
como las anteriores.
•
Cerrado. En esta posición todas las salidas y entradas al filtro quedan
cerradas.
•
Vaciado. En esta posición el agua va directamente al desagüe sin pasar
por el filtro.
•
Recirculación. En esta posición el agua retorna a la piscina pero sin pasar
por el filtro.
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Filtro de diatomeas. Están constituidos por un tanque cilíndrico fabricado en
acero inox, plástico o fibra de vidrio. En el interior se aloja un soporte de tela
sobre la cual se esparcen las diatomeas (restos fosilizados de microorganismos
marinos).
El agua entra por la parte inferior del filtro, atraviesa la capa de diatomea y la
tela y sale del filtro a la piscina. Al contrario que el silex, la carga de diatomeas
no es reutilizable, por lo cual debe ser sustituida una vez que se sature.
Por su coste y mantenimiento, los filtros de diatomeas no son muy habituales en
las instalaciones en España.
Filtros de cartucho. La filtración por cartuchos consiste en hacer circular el
agua por el interior de un porta cartucho en el que se encuentran alojados los
cartuchos filtrantes. Estos cartuchos suelen estar fabricados con celulosa o
fibras sintéticas y están plegados en forma de acordeón. Cuando los cartuchos
han llegado a la saturación, se retiran y se lavan con agua a presión o se sustituyen por unos nuevos. Este tipo de filtro se utiliza sobremanera en las piscinas
elevadas y desmontables por su pequeño tamaño y su precio. Así como en spas.
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Las
bombas
de
piscina.
De
poco
serviría el filtro de la piscina, si la
misma no contase con un sistema para
hacer circular el agua. Este trabajo se
confía a la bomba. La bomba es el
corazón de la piscina, es el órgano que
impulsa el agua hasta el sistema de
filtración
y,
una
vez
depurada
la
devuelve al vaso. Es un elemento vital para la salubridad del agua y para la
limpieza de sus fondos. Además de la recirculación, las bombas contribuyen a
crear sistemas de hidromasaje, fuentes, cascadas, limpia fondos, etc. Su característica principal es que vienen equipadas con prefiltro y son muy resistentes. El
caudal de la bomba ha de ser como la del filtro o un poco inferior para que el
circuito tenga el equilibrio adecuado.
El cuadro eléctrico. Es un armario de mecanismos eléctricos cuya función es la
de proteger y programar la bomba de agua. Está compuesto como mínimo de:
•
1 diferencial
•
1 automático general
•
1 guarda motor adecuado a la bomba
•
1 reloj programador para realizar el ciclo depurador a diario y automáticamente.
Depuración química
También llamada desinfección es el proceso por el cual eliminamos los microorganismos patógenos del agua, y dejarla en perfectas condiciones higiénicas y
evitar así cualquier riesgo para la salud humana. De manera general el agua de
una piscina debe estar totalmente desinfectada y ser ligeramente desinfectante.
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La contaminación bacteriológica del agua puede provenir de diferentes fuentes:
•
Los propios bañistas, la falta de higiene y las secreciones naturales portan
al agua suficiente materia orgánica para que las bacterias encuentren un
medio ideal para su desarrollo.
•
La utilización de los productos químicos en exceso (intoxicación) o en
defecto (desarrollo del microorganismo)
•
El medio ambiente, a través de la lluvia que puede introducir hojas, arena,
polen, etc.
•
El agua de aportación que puede traer consigo contaminación.
•
Los microorganismos patógenos del agua son:
•
Hongos. Se instalan en el entorno del agua. Afectan a la pie.
•
Bacterias. Habitan en el agua, aire y tierra. Aprovechan el agua no depurada
•
Virus. Son agentes infecciosos que sobreviven en moléculas vivas.
Producen patologías y enfermedades.
Regulación del ph. El valor ph es el parámetro químico más importante del agua
de nuestra piscina. En todo momento debemos tener controlado este parámetro,
pues de su valor dependen, no solo la eficacia de los tratamientos químicos sino
la buena conservación de nuestras instalaciones.
•
El ph es el valor que nos indica si una sustancia es acida o básica.
•
El agua neutra tiene un valor ph de 7.0.
•
El agua con un valor menor a 7 se considera agua acida.
•
El agua con un ph mayor a 7 se considera agua básica.
•
El ph de una piscina debe oscilar entre 7 y 7.8 (según normativa).
•
El ph ideal es de 7.2.
Los productos clorados producen una subida del ph por lo que lo habitual es
dosificar un ácido para bajarlo. El más utilizado es el acido clorhídrico. Si por el
contrario el ph baja de 7 y queremos aumentarlo utilizaremos un producto
básico.
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Un ph alto puede producir los siguientes problemas:
•
Irritación de ojos, piel y mucosas
•
Turbiedad
•
Incrustaciones o escamas
•
Disminución de la eficacia de los desinfectantes clorados
•
Reducción de la velocidad de filtración.
Los posibles problemas de un ph bajo son:
•
Irritación de ojos, piel y mucosas
•
Corrosión de las partes metálicas.
•
Deterioro del vaso
•
Inestabilización de los productos clorados
•
Coloración del agua.
En las instalaciones públicas los equipos automáticos de dosificación son los
encargados de hacer las correcciones del valor ph automáticamente. Estos
equipos efectúan mediciones constantes del valor ph del agua y los comparan
con los valores deseados que se han programado en su memoria. Según el resultado de esta comparación el equipo decidirá si tiene que dosificar o no el
producto modificador del valor ph.
La mayor parte de las instalaciones públicas dosifica hipoclorito sódico como
producto desinfectante. La aportación de este producto provocará que el valor
ph del agua tienda siempre a subir. No pasa lo mismo cuando el producto desinfectante es cloro es estado sólido (tabletas, grano, polvo) que no desregula el
valor ph.
¿Por qué el tratamiento químico? Para desinfectar el agua contaminada de
forma rápida y efectiva y controlar y regular sus características.
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Los objetivos del tratamiento químico serán:
•
Eliminar las bacterias y otros microorganismos.
•
Evitar la aparición y el crecimiento de algas.
•
Evitar daños en la piscina y molestias al usuario.
•
Mantener el agua clara.
Para la desinfección del agua, existen en el mercado toda una serie de productos
adecuados. El uso de uno u otro dependerá del tipo de instalación que tengamos
que tratar. Los principales sistemas de desinfección para las piscinas tanto
públicas como privadas son basados en el cloro.
El cloro. Los productos clorados producen ácido hipocloroso al reaccionar con el
agua. Este ácido es la forma activa del cloro (cloro activo), con poder desinfectante. Además es el encargado de eliminar bacterias, algas y otros microorganismos. También oxida los compuestos orgánicos eliminándolos del agua. Los
productos clorados presentan muchas ventajas:
•
Gran acción desinfectante
•
Económicos
•
Mantienen la desinfección durante horas
•
Son fáciles de manipular y utilizar
•
Se determina con facilidad su proporción en el agua.
La demanda de cloro depende de:
•
Las características del agua
•
El tipo de piscina
•
El estado de limpieza del vaso
•
La calidad de filtración
•
La afluencia de usuarios
•
La radiación solar.
•
La temperatura del agua y el tipo de cloro utilizado
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Con el agua de una piscina en pleno funcionamiento decimos que en el agua hay
3 tipos de cloro:
•
El cloro combinado. También llamado cloraminas. Es el cloro que ya ha
actuado. Tiene un poder desinfectante muy mermado casi nulo. Al disminuir su poder desinfectante originan irritaciones de ojos y mucosas y
desprendiendo un olor muy fuerte a cloro, de tal manera que su aparición
se suele achacar erróneamente a una falta de cloro. Se deposita en el
fondo y se elimina aspirándolo con el limpiafondos.
•
El cloro libre. Una vez que hayamos desinfectado el agua, ha de quedar
una dosis determinada de desinfectante en ella, capaz de eliminar los
microorganismos que accedan al agua después de la desinfección. Una
vez haya cumplido su función se convertirá en cloro combinado.
•
El cloro total. Es la suma del cloro combinado y el libre.
Actualmente el cloro puede ser servido en varios formatos y diluido en la piscina
de diferentes formas, a continuación veremos los más importantes.
Hipoclorito sódico: conocido como cloro líquido o lejía. Es amarillo-verdoso.
Contiene aproximadamente un 15% de cloro activo (desinfectante). Se suministra en bidones de plástico o a granel en tanques de polipropileno. Su dosificación se debe realizar a través de una bomba dosificadora inyectandolo después
de la filtración y la climatización. Es muy poco estable(no se debe almacenar
mucho tiempo) y aumenta el ph, de tal manera que hay que inyectar reductor de
ph casi en la misma cantidad. Es el desinfectante más usado en la piscina de uso
publico.
Productos clorados sólidos y estabilizados. Se presentan en grano, tabletas
200gr, 20gr o polvo se estabilizan con ácido isocianúrico que no es desinfectante
pero permite que el cloro dure más en el agua, siendo más resistente sobre todo
a la luz solar y a la temperatura, por otra parte no desregulan el ph del agua.
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Según su concentración los dividiremos en dos tipos:
•
Los tricloros. Con una concentración del 90% de cloro, su disolución es
lenta y se puede dosificar en el esquimer como cloro de mantenimiento. Al
ser de disolución lenta su efectividad como desinfectante se alarga entre
10 y 15 días.
•
Los dicloros. Con una concentración del 60%, su disolución es rápida y se
puede dosificar en el esquimer como cloro de acción rápida. (para la
eliminación rápida de algas y microorganismos). Actúa muy rápido y
también se va muy rápido.
La electrólisis salina. Es un fabricante de hipoclorito doméstico. La electrólisis
salina ofrece la posibilidad de utilizar de forma razonable dos elementos medioambientales (agua y sal) realizando el reciclaje de ambos para volver a utilizarlos de nuevo.
En el agua, y a través de la depuración en un circuito cerrado de depuración,
siempre se utiliza la misma. En la sal, y después de la descomposición de la
misma a través de la electrólisis para la desinfección del agua, los átomos de
ésta (hidrógeno, oxígeno, yodo, sodio, hipoclorito y ozono) vuelven a recombinarse reconvirtiéndose nuevamente en sal y así sucesivamente.
Desde hace aproximadamente 25 años han ido apareciendo varios sistemas
alternativos al cloro, que han tratado de ofrecer una opción diferente a éste
buscando un perfil de cliente que persigue, principalmente, un agua más sana.
Básicamente son cuatro productos: el bromo, el oxígeno activo, el ozono y los
rayos ultravioletas.
El bromo. Es como el cloro un elemento halógeno extraordinariamente adecuado
para la desinfección de las piscinas. Actúa sobre las bacterias, virus, hongos y
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elimina las suciedades orgánicas del agua mediante oxidación. Debido a sus
características como elemento, se presenta siempre en forma sólida, en forma
de pastillas.
El oxígeno activo. Este método exento de cloro es ideal para todos los usuarios
de piscinas que tengan la piel o la nariz sensibles. El oxígeno activo es inodoro y
no irrita los ojos ni la piel. Es un desinfectante que nos obliga a estar más
pendiente que con el cloro. Se utiliza mucho en spas y piscinas altamente climatizadas.
El ozono. Es una molécula formada por la ionización del oxígeno por descargas
eléctricas de gran intensidad. En las instalaciones públicas, el ozono se produce
en la misma instalación. El gas generado se pone en contacto con el agua para
su desinfección. Una vez desinfectada, el agua pasa a través de algún destructor
de ozono residual y pasa seguidamente a la piscina. Este último paso es necesario debido a que el agua de la piscina no debe contener en ningún caso ozono.
No se puede permitir la presencia de este gas en el agua.
La hidrólisis:
Los rayos ultravioletas. El sol emite una luz invisible: los rayos ultravioletas.
Estos rayos tienen la propiedad de destruir completamente todos los microorganismos (virus, bacterias, algas, mohos, etc.) evitando su reproducción, mediante
su radiación directa sobre estos. Para reproducir este fenómeno natural existen
en el mercado unos aparatos llamados esterelizadores que, a través de potentes
lámparas, consiguen emitir rayos uv.
La desinfección con este sistema nos obliga a seguir utilizando algo de cloro,
debido a la necesidad de tener el agua ligeramente desinfectante (cloro libre).
Aún así es el sistema más “natural” para desinfectar el agua de una piscina.
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Hasta aquí hemos visto las diferentes maneras que hay, o por lo menos las que
más se usan en df, para la desinfección del agua de una piscina, ahora veremos
los productos auxiliares que nos permiten, una vez desinfectada el agua,
prevenir la aparición de algas y conseguir una transparencia en el agua difícil de
encontrar en un medio natural. Estos dos productos son el algicida y el floculante.
El algicida. El agua de la piscina es un hábitat ideal para la formación y desarrollo de algas.
¿por qué se desarrollan?
1. Su desarrollo es rápido si encuentra luz.
2. A altas temperaturas
3. Encuentran materia orgánica y nutrientes como nitratos y fosfatos
¿Cómo se detectan?
•
Coloración verdosa del agua
•
Suelo y paredes resbaladizos
•
Olores.
Es importante prevenir su crecimiento ya que es más difícil eliminarlas una vez
instaladas (con un desinfectante). Para evitarlas hay que limpiar habitualmente
el suelo y cepillar las paredes, así como mantener los niveles de cloro
adecuados. Para su prevención se recurren a propuestas que actúan específicamente sobre las algas, denominados algicidas.
•
Son sales con propiedades germicidas que actuan sobre algas, bacterias y
hongos.
•
Se presentan en forma líquida. En bidones de 5 l y 25 l.
•
No alteran el ph.
•
No son tóxicos.
El floculante. Cuando observamos turbidez en el agua podemos utilizar la floculación para intentar eliminarla. El floculante actúa sobre las partículas sólidas
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dispersas en el agua, provocando su unión y formando una partícula de tamaño
mayor que favorece su retención en el filtro. Su actuación disminuye el consumo
de desinfectante y mejora el rendimiento de los filtros.
•
No se puede utilizar con filtros de diatomeas.
•
Se presenta en forma líquida en bidones 5 l y 25 l y en cartuchos.