El vicio de educar JAUME FUNES Educador, psicólogo y periodista El factor humano B ✒ arack Obama pedía recientemente a los jóvenes, en uno de sus discursos solemnes a la nación, que orientaran su futuro profesional hacia la educación. Les sugería que eligieran ser profesores para mejorar el país y, especialmente, para mejorar la vida de los niños. Es posible que en alguno de los Estados de su país todavía subsistan carteles de hace poco más de una década que rezaban: “Sé héroe. Hazte profesor”. Entre nosotros también afloran discursos sobre la importancia del profesorado, en los que se mezcla reconocimiento público ambiguo con aceptación parcial de la singularidad de su papel. Una y otras ideas me hacen pensar en el viejo tema de la vocación, el de las aptitudes y actitudes para educar, el de la adquisición de las competencias adecuadas para hacerlo. Todo ello en medio de una potente crisis de empleo que va a llevar a muchos jóvenes sin otras salidas a optar por “dar clases”, a opositar al seguro sistema de la escuela pública. ¿Hay que ser de alguna manera y querer llegar a ella para educar bien? La primera gran crisis de los setenta y ochenta coincidió con una gran masa de población adolescente y una ampliación de los años de escolarización obligatoria. Una parte singular del profesorado que accedió entonces eran profesionales que no encontraron su lugar en el sistema productivo y recalaron en la enseñanza. Bastantes de ellos siguen sin querer leer página alguna de pedagogía o de didáctica, rechazan que su tarea sea educar. ¿En el nuevo escenario de crisis y con grupos importantes del profesorado a punto de jubilación haremos lo mismo? ¿Deberíamos plantearnos la idoneidad? En todas las profesiones hay personas que no deberían ejercerla, a veces son incompatibles con ella. Pero, ¿son los chicos y chicas algo diferentes de los tornillos, incluso algo diferentes de pacientes con derecho a una buena atención? A educar, a enseñar, se aprende. Pero, uno no puede ser buen maestro, buena profesora o buen educador si no reúne (tiene o adquiere) alguna de estas cualidades: interés por ser útil en la vida de otras personas, aprendiendo a situarse en su lugar; creatividad para innovar permanentemente la forma de ejercer la profesión; una manera de entender el mundo en la que se reconoce el derecho de todas las personas a tener las mismas oportunidades. Ni salvadores ni héroes. Sólo profesionales que tienen presente su impacto en la vida de los chicos y chicas con los que se encuentran, y desean acompañarlos un tramo de sus vidas. Correo-e: [email protected] cartas Cuadernos de Pedagogía pone a disposición de sus lectores y lectoras un espacio para expresar distintas propuestas, opiniones y comentarios relacionados con el ámbito educativo y, prioritariamente, con los contenidos de la revista. Las cartas no deben sobrepasar las 15 líneas mecanografiadas: en caso de exceder este espacio, la redacción se reserva el derecho de resumirlas o extractarlas. Deben de ir firmadas y es imprescindible que consten el domicilio, teléfono y DNI del remitente. No se devolverán originales, ni se facilitará información postal o telefónica sobre ellos. ✒ EN DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA CANARIA La educación es un servicio público esencial que el Estado debe asegurar a todos los ciudadanos en condiciones de equidad y justicia, y eso sólo lo puede garantizar la enseñanza pública, la única capaz de vertebrar y cohesionar el sistema educativo, siempre que cuente con apoyo y financiación para ejercer este papel. Sin embargo, este servicio en Canarias está sufriendo un ataque frontal por parte de quien debería estar encabezando su defensa: el Gobierno de Canarias, cuyo estandarte más visible en los últimos años son los recortes continuados del porcentaje del Producto Interior Bruto destinado a educación (del 6,13 % en 1991, al 4% actualmente; tendencia que no parece tener límites, ya que en 2010 disminuyó en un 3,6% la partida destinada a la educación pública, posteriormente se aprobó una nueva rebaja de un 0,56% más, y en los presupuestos para el 2011 se prevé un ‘hachazo’ de un 6,8% sobre los del 2010). El gobierno de Coalición Canaria-Partido Popular ha colocado a Canarias en el vagón de cola en inversión educativa, no sólo com- parándola con la media de la Unión Europea y los países de la OCDE, sino también con las comunidades del Estado español (en 2007 Canarias tenía un gasto por estudiante de 5.874 euros, frente a los 9.835 del País Vasco o los 7.742 de Asturias). Esta falta de inversión cuestiona la supervivencia de una enseñanza pública canaria de calidad y hace peligrar muchos de los logros de estos últimos años. La población canaria debe saber que este gobierno ha sido el que ha aumentado los conciertos educativos con la enseñanza privada a costa de los fondos que necesita la enseñanza pública (en 2010 el recorte en la privada-concertada es solo de un 0,5%, frente al 3,6 de la pública); quien ha aumentado las ratios de alumnos y alumnas por aula y el número de grupos mixtos; quien no dota a los centros del personal necesario para remediar el fracaso escolar y atender adecuadamente la diversidad; quien escatima a la hora de cubrir las sustituciones (la partida para sustituciones de docentes disminuyó en 2010 un 78%, y en el presente curso no se prevé realizar ninguna sustitución del profesorado que se encuentre de baja); quien ha suprimido los programas 8 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. Nº 410 MARZO 2011 } Nº IDENTIFICADOR: 410.002 educativos que han sido un referente de la escuela pública de calidad (Contenidos Canarios, Igualdad de Oportunidades para Ambos Sexos, Educación Afectivo-sexual, Educación Medioambiental, Escuela y Salud, Educar para la Paz y Tutoría de jóvenes); quien no afronta adecuadamente la diversidad social, cultural y lingüística del alumnado; quien no realiza las obras de infraestructura en período vacacional y quien dicta normativas que burocratizan la vida docente y que suponen un retroceso respecto a medidas ya implantadas. Además, este curso, entre 7.000 y 9.000 alumnos se han quedado sin plaza en la Formación Profesional reglada pública, etapa en la que se han suprimido unos 140 grupos. La consecución de una enseñanza pública de calidad al servicio del progreso de nuestro pueblo es incompatible con la actual práctica de la Consejería de Educación y del Gobierno de Canarias, por eso desde “Sí se puede” planteamos: -Rechazar los recortes presupuestarios en materia educativa. -Exigir al Gobierno de Canarias la financiación adecuada del sistema educativo público canario, elevando progresivamente el historias mínimas De profesión, payasa VIRGINIA IMAZ QUIJERA Payasa y narradora Desescolarizar la escuela E n cierta ocasión fui a contar cuentos a un colegio. La sesión era para un “público” de ocho y nueve años. Apenas había comenzado el relato cuando vi que una niña levantaba la mano y me preguntaba cuál era el título de la historia. Se lo dije y observé con pasmo que todo mi auditorio se ponía a tomar apuntes. Les pregunté qué era lo que estaban haciendo y me explicaron que la maestra les había puesto una tarea. Tenían que responder a un cuestionario sobre las historias que yo les iba a contar: título, nombre del protagonista o de la protagonista, personajes principales, resumen del argumento y localización, al menos, de media docena de sustantivos, determinando de qué especie eran. La maestra lo había hecho para que escucharan mejor y me prestaran atención, y también, es sólo una hipótesis, movida por el deseo de rentabilizar al máximo, pedagógicamente hablando, aquella actividad sospechosamente informal en horario escolar. Acabé negociando con las criaturas que me escucharan tranquilamente y que luego yo les dictaría todas las respuestas. Vengo de la docencia. Sé que este trabajo está lleno de exigencias y de desafíos, por lo que no es mi costumbre desautorizar al profesorado cuando entro en el aula. Intento trabajar siempre desde la complicidad y sin juzgar, ya que los maestros y las maestras hemos estado y seguimos estando demasiado a menudo en la picota y somos negligentes en tanto no se demuestre lo contrario. Pero aquella vez me costó. ¿Cuándo decidimos que la escuela tenía que ser un lugar de trabajos forzados? ¡Ah, claro…! Es que divertirse lleva tiempo y para poder cumplir el programa se sacrifica lo que haga falta: la propia paz de espíritu, la curiosidad de las criaturas, el cuerpo, la risa, el aprendizaje mismo incluso, si es necesario. A este precio, a mí me gustaría “desescolarizar” la escuela. Y eso que todavía no me ha pasado nunca, como a una colega, que le enviaron a un grupo de escolares en estos términos: ¡Sin recreo…! ¡Os habéis portado tan mal que ahora vais a ir a escuchar cuentos! Yo no me quejo: a veces, incluso, el profesorado se queda a la contada y, a veces, incluso, le gusta tanto que se olvida de preguntar por las coordinadas yuxtapuestas o por los adverbios de lugar. A veces, incluso, se divierte con los cuentos y… ¡no se da cuenta! Correo-e: [email protected] Las palabras que nos hacen presupuesto destinado a educación hasta situarlo, al menos, en un 7% del PIB de nuestra Comunidad. - Instar al Gobierno de Canarias para que deje de financiar y apoyar el negocio de la escuela privada concertada, desviando fondos, en detrimento de la calidad de la educación pública. - Apoyar una propuesta de bases para un acuerdo social por la mejora del servicio público educativo en Canarias, con la constitución de una Mesa Social con representación de todos los sectores implicados (Administración, organizaciones sindicales, padres, madres, AMPAS y organizaciones estudiantiles). - Denunciar la utilización de dinero público para costear campañas publicitarias engañosas sobre las medidas de calidad impuestas por el Gobierno. -Exigir el cese de la Consejera de Educación por su incompetencia para gestionar y mejorar la calidad de la educación pública canaria y por llevarla a una situación de precariedad insostenible. - Apoyar la Iniciativa en Defensa de la Enseñanza Pública Canaria, promovida por AMPAS y otros sectores sociales, llamando a la movilización de la sociedad canaria en general y de las comunidades educativas en particular. NATIVIDAD ALVARADO Y CONCHY MORALES COORDINADORAS DE LA COMISIÓN DE ENSEÑANZA DE SÍ SE PUEDE – TENERIFE. JAUME MARTÍNEZ BONAFÉ Profesor de Didáctica. Universitat de València Luces de Bohemia M i vecina, una brillante estudiante de Bachillerato, me cuenta que está leyendo Luces de Bohemia. Me emociono recordando cómo descubrí esa impresionante obra de Valle Inclán, y me pierdo en el reconocimiento de la huella que el estrafalario poeta Max Estrella dejó en mi biografía. Pero pronto regreso a la cruda realidad cuando me comenta cómo la está leyendo, para qué la está leyendo, y sobre todo, qué es lo que ella cree que le va a preguntar su profesora, cuando termine con la lectura. No se qué es lo que esta chiquilla contestaría en las pruebas PISA y seguramente acabará sacando buena nota en Literatura Universal. Pero me da igual, si en el proceso de sacar buenas notas va, poco a poco, perdiendo el gusto y la sensibilidad hacia la buena literatura. Certificar un cuarto de kilo de la generación del 27 puede servir para aprobar, pero no para acercar la poesía a la vida. La obsesión por la nota, por el resultado, nos aleja del sentido radical de la experiencia educativa, que en este caso sería el gusto por la lectura y el deseo del texto. Vuelvo a mis recuerdos y pienso en cuantas buenas notas he sacado en mi carrera de es- tudiante de Pedagogía, simplemente porque me aterraba suspender y tener que volver a relacionarme con unos apuntes vomitivos, obsoletos, desconectados de la realidad, inútiles, sin valor de uso. Estudiaba sólo por el valor de cambio: el aprobado. Y qué estúpida autoridad la de quien piensa que puede convertir una joya del teatro en un contrato laboral a plazo fijo. Mi vecina dice que me deje de tonterías, y que si no sé lo que es el Bachillerato, que las pruebas de acceso están a la vuelta de la esquina, y que la nota de corte… y todas esas cosas. Yo la miro, con sus diecisiete años llenos de vida, y me pregunto qué estamos haciendo en los institutos –y en las universidades–: tal vez vaciarlos de esa vida plena y llena de deseo y esperanza, para rellenarles el cuerpo de credencialismo, certificación, burocratización del conocimiento y hastío. “Biopoder” lo llama Foucault. Guardo en mi biblioteca como un tesoro la vieja edición de Austral del esperpento de Don Ramón María. ¿Debo alegrarme de que Luces de Bohemia sea hoy una lectura obligada en los institutos? Pues miren ustedes, como en muchas otras cosas de la vida, ¡según, según...! Correo-e: [email protected] { Nº 410 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. 9