La sentencia

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SENTENCIA NUMERO:
Córdoba,
de
de dos mil
Y VISTOS: Los presentes autos caratulados
ocho.“MOLL RAUL HORACIO
S/ ENJ.
(Expte Letra “M”- 05-07)”, que se tramita por ante este Jurado de Enjuiciamiento de
Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba, presidido
el debate por la Dra. María Esther Cafure de Battistelli, e integrado por los Sres.
Vocales Walter Saieg; Domingo Carbonetti; Miguel Nicolás y Rodrigo Leandro Serna,
con intervención del Sr. Fiscal General de la Provincia de Córdoba, Dr. Darío Vezzaro,
del Sr. Defensor, Dr. Alejandro Zeverín Escribano, y del acusado Dr. Raúl Horacio
Moll, cuyas condiciones personales son las siguientes argentino, de 50 años de edad,
abogado, nacido el 8 de diciembre de 1957, en la ciudad de Alta Gracia, con domicilio
en Punta Lara n° 1211 de Barrio Residencial Santa Ana, a quien en la acusación a fs.
107./123 vta., se le atribuye MAL DESEMPEÑO” (arts. 154 de la Constitución
Provincial y 2 de la ley 7956, texto conf. Ley 9026), por los siguientes hechos: la
denuncia se formula por una reiteración de inconductas funcionales sostenidas en el
tiempo que incluye desde 2004 hasta marzo de 2007 y que prietamente aquí se
resumirán. Raúl Horacio Moll en un reiterado apartamiento de los deberes exigibles
para el correcto y fiel desempeño de las funciones del cargo de Fiscal de Instrucción
Múltiple de Corral de Bustos, en contrariedad con la mayor dedicación horaria y
obligación de permanecer en la sede salvo autorización en los casos y formas
previstos por las normas, se limitaba a cumplir sus funciones en escasas horas diarias
y algunos fines de semana, descargando hacia el personal las máximas
responsabilidades de tiempo y esfuerzos, produciéndose inconvenientes y demoras
para la normal prestación del servicio de justicia. La declinación de sus funciones se
objetiva en la escasa productividad relacionada con la comparación de las causas
resueltas con las no resueltas, en tanto éstas alcanzaban desde 2004 a 2006
significativas cantidades conforme se ha consignado hasta totalizar 292 causas
(obrando en detalle las carátulas de cada una de ellas en los Anexos de la Inspección
de Fiscalía General Adjunta). Asimismo en este cúmulo de casos no resueltos se
encontraban denuncias y causas a las que debía aplicar prioridad de tratamiento
conforme a las disposiciones vigentes, tales como denuncias relativas a personal
policial y otros funcionarios públicos, abusos sexuales en contra de víctimas
vulnerables, violencia familiar y actuaciones con querellante particular (detalle de las
carátulas de cada una de ellas en los Anexos de la Inspección de Fiscalía General
Adjunta cuyos numerales se han indicado en el Acuerdo dictado por el TSJ, nº 520 –
Serie “A” del 26.10.2007), y a las que, sin embargo, les asignó nula o escasa actividad
funcional. Producidos los trágicos sucesos que culminaron con la destrucción de la
sede de Corral de Bustos, en lugar de permanecer en funciones en el emplazamiento
transitorio forzosamente dispuesto (Marcos Juárez), contrariando una prohibición
expresa de tomar la compensación de la feria en enero de 2007 y aprovechando
indebidamente una licencia por salud se ausentó subrepticiamente de vacaciones. Por
su singular gravedad en relación a la infracción a los deberes éticos y legales que se
relacionan con la buena conducta y su aptitud para afectar la credibilidad y confianza
en el Poder Judicial, encuadra tal irregular y sostenido proceder en la causal de mal
desempeño (falta grave) prevista como causal de destitución (C. Pcial., 154).
Y CONSIDERANDO: Que éste Jurado durante la deliberación se planteó las
siguientes cuestiones a resolver: PRIMERA:
¿Son procedentes las nulidades
planteadas por la defensa? SEGUNDA: ¿Se encuentran probados los hechos de la
acusación? TERCERA: En su caso, ¿tales hechos encuadran en la causal de mal
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desempeño prevista en el art. 154 de la Constitución de la Provincia y art. 2 de la ley
7956? CUARTA: ¿Qué resolución corresponde dictar?
A LA PRIMERA CUESTION LOS SEÑORES VOCALES Dres. MARIA ESTHER
CAFURE DE BATTISTELLI, WALTER SAIEG, DOMINGO ANGEL CARBONETTI,
MIGUEL NICOLAS y Lic. RODRIGO LEANDRO SERNA, DIJERON:
I. La defensa durante el proceso y la audiencia denunció los siguientes vicios
en el procedimiento.
1. El Dr. Zeverin plantea la nulidad del proceso por incapacidad sobreviniente
del enjuiciado, luego de los episodios de Corral de Bustos. Sobre el particular pone
énfasis en la pericia médica de la caja de jubilaciones, la cual concluye en una
incapacidad siquiátrica del 66 %. Destaca que la enfermedad que padece Moll es
crónica y progresiva. Tal incapacidad -prosigue- se trata de una incapacidad
siquiátrica. Que ante una situación similar, el jury decidió suspender el juicio en el
proceso iniciado en contra del Fiscal Casado. Someterlo a juicio al referido funcionario
resulta vulnerar el derecho de defensa que tiene jerarquía constitucional. Subraya que
en su condición de letrado le dijo a Moll que renunciara pero el acusado le dijo no voy
a renunciar me voy a defender. El enjuciado no es tonto ni minusválido. Es que, la
renuncia le va a generar la pérdida de su haber jubilatorio. Por lo cual solicita se
suspenda el proceso y se compruebe los extremos fácticos denunciados y se cite a la
junta médica.
Destaca también la defensa que durante el debate se presentó signos de
alteración en la salud de Moll, por lo que solicitó –de manera insistente- que se
realizara un dictamen médico, y suspendiera el proceso, que ello en ningún momento
sucedió.
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2. El Abogado Zeverin señala que no se le ha tomado declaración indagatoria
al acusado, que no se cumplió ese acto y que eso quedó registrado en actas. Se hace
creer que Moll ha fingido una enfermedad, que no está enfermo.
3. La defensa plantea la nulidad de lo actuado en este proceso, pues el mismo
se edifica a partir de lo que el defensor denomina "sumario administrativo ante el
Tribunal Superior de Justicia". Que tal proceso administrativo vulnera lo dispuesto por
la Ley 6658. Es que -añade-, en las referidas actuaciones administrativas el enjuiciado
no tuvo oportunidad de defenderse, ya que en las mismas Moll ni siquiera fue citado,
vulnerándose la garantía constitucional del debido proceso establecida en el artículo
18 de la Constitución Nacional. En su aval reseña los dichos por el Dr Andruet (h) en la
revista Sur.
4. La defensa pide la nulidad del proceso, pues el Artículo 159 de la Const.
Prov. sólo faculta a cualquier persona del pueblo a denunciar a los magistrados
inferiores. Ahora bien -alega-, el artículo 15 de la ley de jurado de enjuiciamiento
agrega como sujetos que pueden denunciar al TSJ y al Ministerio Público, sólo estos
dos últimos -entiende- pueden denunciar en casos de la comisión de delitos y no por
mal desempeño. Por eso plantea la inconstitucionalidad del artículo 154 y pide que se
suspenda el proceso por prejudicialidad constitucional.
5. El defensor también expone que ha realizado un planteo previo de
prejudicialidad constitucional, de acuerdo al Art. 484 del CPP. Acredita, con el
certificado que agrega, la iniciación de un recurso de inconstitucionalidad por ante el
Tribunal Superior de Justicia. Termina sosteniendo que, se encuadre la cuestión como
prejudicialidad penal, que es su postura, o civil o constitucional o como se quiera, este
juicio -a su ver- no puede proseguir hasta que no se dicte sentencia en el recurso
judicial interpuesto.
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6. El Dr. Zeverin plantea la nulidad en orden a que en la parte dispositiva de la
resolución n° 11 se omitió consignar que el escrito en el cual la defensa plantea
excepciones carece de efectos suspensivos, lo cual torna nula la sentencia ya que no
decidió todos los puntos que habían sido objeto de decisión.
7. Insiste la defensa del enjuiciado que se ha violado la conformación del
Tribunal, vulnerándose el principio de juez natural y, por aplicación del artículo 51 de la
Ley de Jurado de Enjuiciamiento –que remite al Código Procesal Penal en todo lo no
reglado -, plantea la aplicación del artículo 185, inciso 1) y 3) del Código Procesal
Penal, que dice que es nula toda cuestión donde se haya inobservado la composición,
nombramiento y habilidad del Tribunal. Destaca que el artículo 186 del código de rito
dice que son nulos de nulidad absoluta las nulidades de los incisos 1) a 3) del artículo
185, que las demás s on relativas.
El perjuicio consiste en que no se pudo recusar a la doctora Cafure, pues ella
pertenece al cuerpo promotor de la denuncia. Esto se inicia en una dependencia del
Tribunal Superior de Justicia, se prosigue con un acuerdo del mismo cuerpo, se
formaliza una denuncia. Entonces la doctora Cafure se está votando así misma.
8. Por último denuncia que ha intervenido la Dra. Tarditti en la confección de la
Resolución n° 6, pese a que se encontraba inhibida.
II. La mayoría de las nulidades que el Dr. Zeverin esgrimió al momento de
presentar sus conclusiones ya habían sido resueltas por el Tribunal en el curso del
proceso y en la etapa inicial del debate y han sido rechazadas por lo que no
correspondería un nuevo tratamiento. Sin embargo procederemos a reiterar las
razones que se dieron para el rechazo de las mismas, a fin de satisfacer las
expectativas defensivas del acusado.
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1.A. Así, con relación a la suspensión del presente proceso por la supuesta
incapacidad del enjuiciado, debe señalarse que la misma fue resuelta durante la
audiencia del 23 de octubre del corriente año. Ahora bien, ante la insistencia del
defensor en seguir planteando el mismo vicio debemos volver a reiterar las razones
por las que se denegó oportunamente el referido pedido de nulidad.
En ese marco, debemos expresar que en la decisión aludida se dijo que, la
enfermedad que lo afecta a Moll no era sobreviniente, pues la misma se verificaba con
anterioridad a la promoción de la denuncia, y debió ser articulada al contestar el
traslado corrido a fs. 79/80 de autos. No obstante ello -se afirmó-, que no nos
encontramos frente a un supuesto de inimputabilidad por insuficiencia de las
facultades mentales y por alteraciones morbosas de las mismas, conforme lo
dispuesto por el artículo 34 inc 1º del Código Penal. Los dictámenes médicos a los que
se hace referencia y en cuyo mérito se le concediera la jubilación al enjuiciado por
invalidez provisoria atañen exclusivamente a su capacidad para desarrollar las tareas
que cumplía en el Poder Judicial, pero de ningún modo importan incapacidad para
realizar los demás actos de la vida civil, entre ellos, el estar presente en juicio, poder
demandar y ser demandado, percibir sus jubilaciones, cancelar sus obligaciones,
contratar, etc. Tan ello es así, por la propia conducta del justiciable que se revela a
través de los actos del proceso y fuera de él, de los que obran constancias en autos.
Como ya se señalara en la resolución citada, Raúl Horacio Moll actúa en juicio con
patrocinio legal y no por apoderado, por lo que la afirmación en la audiencia del
defensor de que el contenido de los escritos era sólo obra suya, carece de todo
sustento, pues el mismo no es apoderado. Si Moll era un incapaz como el defensor lo
pretende, éste no debió haber actuado como patrocinante haciéndole firmar escritos
cuyo contenido y alcance el enjuiciado podía ignorar o no comprender, sobre todo,
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cuando el cliente es un abogado. Como profesional, y frente a la incapacidad que dice
tiene su cliente, debió -lo que no hizo- aconsejar que se reclamara tutela judicial para
la designación de un curador, conforme lo prescripto por el artículo 152 bis inc. 2° del
C.C., 84 y concordantes del CPC. Debe destacarse que este aspecto de la resolución
no fue cuestionada por las partes y, en consecuencia, ha quedado firme y acreditada
la inexistencia de toda solicitud de tutela judicial. A ello debe agregarse que a fs. 171,
extremo que no ha sido cuestionado, que el Colegio de Abogados de Marcos Juárez
remite a la Federación Argentina de Colegio de Abogados solicitando informe sobre el
concepto que goza el Dr. Raúl Horacio Moll, atento a lo establecido por el decreto
nacional n° 588/03, como paso previo para cubrir la vacante de Fiscal Federal con
asiento en la ciudad de Villa María. De ello se colige que Raúl Horacio Moll se
presentó como concursante para cubrir la vacante de Fiscal Federal de Primera
Instancia y que se lo calificó en el concurso de forma positiva, lo que permite concluir
que sus capacidades intelectuales y funcionales, pese a que se encontraba gozando
de licencia por salud no lo inhabilitaba para presentarse a concurso. Durante la
audiencia el propio defensor señaló que le sugirió que renunciara, y Moll le dijo, que no
voy a renunciar, me voy a defender. Juicio que, sin duda, demuestra la capacidad
mental de Moll para asumir su propia defensa, capacidad mental que en un lapsus
reconoció el propio defensor, cuando dijo, mi cliente no es tonto, no es minusválido, no
le van a generar la pérdida de su haber jubilatorio. Se advirtió en el curso de todas las
audiencias, como Moll auxiliaba al letrado en la búsqueda de la documentación y se la
acercaba aportándole datos, lo que es indicativo que entendía y sabía lo que se le
estaba requiriendo. Además de ello, la conducta asumida por Moll en este proceso
puede calificarse de incongruente, pues pretende evitar el juicio de destitución
argumentando su calidad de jubilado provisorio por invalidez, ello importa pretender el
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mantenimiento de su condición de funcionario judicial, aunque no este en ejercicio,
pese a afirmar que se encuentra totalmente incapacitado para afrontar un juicio. Este
convencimiento, de su propio estado de salud, lo obligaría éticamente a renunciar al
cargo por incapacidad síquica para su ejercicio. Adviértase que la jubilación provisoria
puede dejarse sin efecto en cualquier momento y Moll pretender reingresar a prestar
funciones. Esta última situación marca la diferencia con el precedente Casado, en el
que la suspensión tenía un antecedente altamente valorable que era la renuncia del
justiciable y que la posible destitución estaba fundada en la posible comisión de un
hecho delictuoso, producida la renuncia quedaba expedita la vía penal por lo que era
innecesario la tramitación del juicio. No se viola el principio de igualdad -que arguye la
defensa-, pues las plataformas fácticas que se ventilaron en los referidos procesos
resultan sustancialmente diferentes. Cabe concluir con lo relacionado afirmando que,
los actos propios del justiciable revelan que no existe ninguna incapacidad que lo torne
inimputable por lo que se hace innecesario la realización de las pericias médicas para
comprobar tal extremo.
B. El rechazo también se impone para la nulidad planteada en orden a la no
realización del dictamen médico. Es que, si bien este Jurado había dispuesto
puntualmente la elaboración del mismo sobre la persona de Moll, la celebración del
mismo fue frustrado en su realización por la propia conducta del enjuiciado, examen
que se consideró innecesario ante la comparecencia de Moll a las distintas audiencias,
sin problema médico alguno.
Ilustra sobre la actitud esquiva que tuvo el enjuiciado Moll para que se realice
sobre su persona el referido dictamen médico, las actuaciones llevadas a cabo
después de la supuesta descompensación que había sufrido Moll durante el debate.
En ese contexto, debe valorarse: a) el oficio del 24 de octubre del presente año que
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firma el Dr. Carlos Borda Márquez, quien comunica que se entrevistó con la Dra.
Gabriela Nis, médica de la Clínica Romagosa, quien informó que Raúl Horacio Moll
ingresó al referido establecimiento acompañado por el Dr. De la Colina, no aceptando
el paciente ninguna medicación, exámenes de sangre ni estudios de diagnóstico. Que
ese mismo día se retiró por sus propios medios, no firmando el alta voluntaria; b) las
actas labradas por el oficial de justicia Rubén Darío Chiesa, quien acompañó al Dr.
Ricardo Cacciaguerra para que este pueda constatar el estado de salud del enjuiciado,
siendo infructuoso el resultado de las distintas visitas realizadas a los domicilios reales
que había fijado Moll durante el proceso. Siendo informado en uno de ellos -por una de
las hijas de la actual esposa del enjuiciado- que el Dr. Moll fue trasladado a la ciudad
de Alta Gracia para realizársele estudios; c) el oficio firmado por el Dr. Enrique
Rigatusso, quien se apersonó en la localidad de Alta Gracia, y se entrevistó con el Dr.
Lorusso, quien informó que Moll no estaba allí internado, que él iba a informar por
escrito si era necesario.
Tales actuaciones son harto elocuentes que el Dr. Moll con su conducta
malogró la realización del referido dictamen, el cual -como ya se expresara devino
innecesario-, pues luego de todos los intentos que se realizaron para diligenciar tal
informe médico, el enjuiciado se presentó en todas las audiencias subsiguientes sin
evidenciar problema médico alguno.
Cabe señalar, conforme a los antecedentes existentes en la causa que no se
trata de una pericia médica, tendiente a acreditar la incapacidad síquica del Moll, sino
de un informe médico tendiente a saber que el mismo se encontraba en condiciones
de seguir en la audiencia por el estado en que se hallaba al responder al interrogatorio
de identificación, aparentemente muy nervioso, manifestando no recordar su domicilio,
optando por volver al lado de su defensor.
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La negativa a someterse inmediatamente después de lo sucedido a examen
medico, se evidencia al no tener inconveniente alguno de retirarse por sus propios
medios del sanatorio y no dirigirse a su hogar, señalando su letrado que se encontraba
internado en Alta Gracia. Lo cual no era cierto. A ello se sumó su comparecencia a las
audiencias sucesivas, sin ningún problema, asistiéndole a su defensor en sus
consultas, alcanzándoles papeles, desplazándose por la Sala de Audiencias, en los
cuartos intermedios, sin ningún problema. Todo ello llevó al convencimiento del
Tribunal, que su problema siquiátrico, sólo se vincula con la incapacidad laborativa, y
no resulta un incapaz inimputable (artículo 34 del CP), que no puede comprender lo
que esta sucediendo, que no le permite obrar con libertad. Las palabras de Moll a su
defensor "no voy a renunciar, me voy a defender", hablan claro de su capacidad, y
permiten concluir que todo fue un intento más para impedir la realización del juicio. No
hubo defensa "por control remoto" como alegó el defensor, sino una defensa técnica
asistida en forma inteligente por Moll, en su condición de abogado.
2. La misma suerte corre la crítica expuesta en orden a que no se tomó
declaración al acusado, toda vez que la versión taquigráfica de la audiencia del día 23
de octubre del corriente año, da cuenta que al imputado se le interrogó por los hechos
acusados y este señaló que no se encontraba en condiciones de poder responder
sobre los mismos, solicitando voluntariamente regresar al lugar que en la sala ocupaba
anteriormente.
Al pronunciar las últimas palabras el enjuiciado, todas las valoraciones ya
señaladas encontraron total corroboración. Moll, con voz y gesto decidido, procedió a
leer una exposición que el mismo dijo que se le habría dictado Lorusso. No hay duda
que las mismas al menos fueron dictadas por Moll, pues atañen a circunstancias que
sólo él puede conocer, por otra parte, indicando la plena atención de lo que ha
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sucedido a lo largo de toda las audiencias, agradeció a sus abogados por su esfuerzo
y valentía , agregando que Zeverin nunca abandonó la defensa, pese a que lo vio salir
del debate, dejar el lugar que ocupaba en el curso de todas las audiencias, obligar al
Tribunal a pasar a cuarto intermedio para proveerle de defensa oficial y,
posteriormente, al reanudarse el debate, aparecer nuevamente el defensor como si
nada hubiera pasado, sentado a su lado. Moll es abogado, trabajó en el área penal,
conoce perfectamente el procedimiento, sabe el significado que tiene la conducta de
alejarse de la sala de audiencias de su letrado, y que éste haya manifestado que se
retiraba de la audiencia, por lo que no se puede concluir –como expresa el acusado-,
que Zeverín no abandonó la defensa. Se impone pasar los antecedentes al Tribunal de
disciplina en relación a la conducta de Zeverín, que ha sido expuesta supra.
En este punto puede señalarse que las particularidades del proceso de
enjuiciamiento no exigen la presencia del justiciable en la audiencia, la totalidad del
juicio puede desenvolverse en su ausencia (art. 31, 3er. Párrafo, de la ley 7956). La
negativa a seguir declarando fue decidida voluntariamente por el enjuiciado, y el hecho
de que en todo el curso del juicio tampoco lo hiciera, estando presente, aleja toda
hipótesis de nulidad, al no haber habido restricción alguna al ejercicio del derecho
material de defensa.
3. Con relación al planteo referido a que las actuaciones llevadas a cabo ante
la Secretaria de Sumarios Administrativos del Tribunal Superior de Justicia resultan
violatorias de la Ley Provincial n° 5350, texto ordenado 6658, adelantamos el rechazo
de la referida crítica por resultar sustancialmente improcedente.
Es que, la defensa omite considerar que los actuados que precedieron a la
denuncia formulada por el Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Dr. Armando
Andruet (h), en contra de Raúl Horacio Moll, fueron a título de investigación
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administrativa previa a fin de establecer, si correspondiere, la apertura de las
vías disciplinarias que fuesen pertinentes (Cfme., Const. Prov. 166, Ley Orgánica
del Poder Judicial, 12; Acuerdo n° 20, del 28/8/86, y sus modificatorias. Acuerdo n° 9,
del 16/3/95 y Acuerdo n° 936, del 7/4/2008).
El carácter preliminar de las referidas actuaciones surge de manera evidente
de la literalidad del proveído dictado el 22 de febrero de 2007 (fs. 20 del expediente
labrado por ante el Tribunal Superior de Justicia -Secretaría de Sumarios
Administrativos-), como así también del emitido el 28 de marzo de 2007 (fs. 278 del
expediente labrado por ante el Tribunal Superior de Justicia), los cuales demuestran concretamente- que se estaba tramitando una etapa investigativa previa, que
eventualmente podía dar lugar al comienzo de un sumario administrativo o, en caso de
advertirse que el tratamiento disciplinario que se le debía dar a las conductas en que
presumiblemente habría incurrido Moll, excedía la competencia del Tribunal Superior
de Justicia, realizar la denuncia ante este Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
No resulta ocioso recordar que, en el derecho administrativo sancionador, la
investigación resulta previa a la iniciación del sumario administrativo. Por lo que, tal
investigación, resulta un acto preparatorio insusceptible de vulnerar derechos o
intereses del investigado, toda vez que los mismos van a ser ampliamente
salvaguardados durante la etapa sumarial o, como sucedió en el presente caso, en el
proceso de remoción previsto por la ley 7956 (En sentido similar, T.S.J. "Sala
Contencioso Administrativa", S. n° 148, 11/10/2000 "Marcoletta", Voto del Dr. Domingo
Sesín).
4. La misma suerte corre la crítica expuesta en orden a que el Presidente del
Tribunal Superior de Justicia no puede denunciar. Sobre el particular tuvo el Jurado de
Enjuiciamiento
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oportunidad de expedirse -con otra integración- en la Sentencia
dictada el 20 de diciembre de 2000, en los autos "Magnin Lavisse". En el referido
precedente, para desechar idéntico agravio se señaló que “...debe tenerse presente,
que el Excmo. Tribunal Superior de Justicia en cumplimiento de las disposiciones
constitucionales (arts. 159 y 166 inc.2º) y de la expresa normativa del art. 15 in fine
Ley 7956 deben denunciar ante este Jurado de Enjuiciamiento los hechos, como los
denunciados, de los que toma conocimiento, ya que su tratamiento disciplinario
excede la competencia del Tribunal Superior e impone la remisión de los antecedentes
al Jurado de Enjuiciamiento (art. 15 in fine Ley 7956)".
La expresión constitucional "pueden ser denunciados por cualquiera del
pueblo" no puede ser interpretado con criterio restrictivo, excluyendo a todas las
personas jurídicas públicas (CC, 33 y 34), quienes actúan por medio de sus
representantes (CC, 35 y 36). Por el contrario, tal expresión abarca a cualquier ente
capaz de ejercer sus derechos, tanto personas de existencia física como ideal. En el
caso, el Tribunal Superior de Justicia, por la obligaciones que le impone el artículo 166
inc. 2° de la Constitución Provincial, concordante con el artículo 12, inciso 1 e inciso 6
de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Tales razones sirven para desechar de plano el planteo realizado por la
defensa de Moll.
5. En lo referente a la llamada prejudicialidad constitucional que insiste Zeverín
en sus conclusiones, debe remarcarse que la misma ya se rechazó en la resolución
del 23 de octubre del corriente año, al advertírsele a la defensa que ninguna de las
normas del ordenamiento jurídico consagra la referida prejudicialidad. No son de
aplicación al caso todas las argumentaciones referentes a la prejudicialidad penal, con
relación a las causas civiles que tienen específica regulación en el artículo 1101 del
CC, ya que están vinculadas al ejercicio de las acciones para la indemnización de los
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daños causados por los delitos.
6. La nulidad planteada en orden a que en la parte dispositiva de la resolución
n° 11 se omitió consignar que el escrito en el cual la defensa plantea excepciones
carece de efectos suspensivos, no resulta de recibo. Ello es así, pues más allá del
acierto o error de encauzar la referida omisión a través de una nulidad procesal, lo
cierto es que tal declaración de nulidad solicitada carece de interés. Es que, la ley que
regula el Procedimiento ante el Jurado de Enjuiciamiento de la Provincia de Córdoba,
no regula el planteo de excepciones, y menos que las mismas tengan efecto
suspensivo; en tanto que el Código Procesal Penal de la provincia -cuya aplicación
supletoria postula la defensa- señala que el trámite de las excepciones no suspende la
investigación ni el juicio, pudiendo tramitarse y resolverse las mismas por separado
(arg. art. 20 del CPP).
7. También debe rechazarse la nulidad vinculada a que la persona que debía
presidir las audiencias era el Presidente del Jurado de Enjuiciamiento, Dr. Walter
Saieg y no la Vocal de este Cuerpo, María Esther Cafure de Battistelli.
Ello es así, pues -por un lado-, no hay norma específica dentro del
Procedimiento del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados que establezca, bajo
conminación específica de nulidad, que la persona que debe presidir la audiencia sea
quien ejerce la Presidencia del Jurado de Enjuiciamientos. Por el otro, tampoco se
avizora -ni lo intenta demostrar la defensa- que se haya inobservando las
disposiciones concernientes al nombramiento, capacidad y constitución del Jurado de
Enjuiciamiento, vale decir, las reglas dispuestas en los artículos 4,5,6, 7, 13 y 14 de la
ley 7956, a la luz de lo reglado por el artículo 185, inc. 1° del CPP.
Resulta útil destacar también que, pese a que al acusado se le hizo saber la
integración definitiva de este Cuerpo Colegiado (ver fs. 74 y 76), no recusó a ninguno
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de sus miembros. Siendo sustancialmente improcedente la extemporánea pretensión
de la defensa de recusar a una de los Vocales a fin de que no presida la audiencia de
debate, pero no recusarla como integrante de este Jurado.
A mayor abundamiento debe recalcarse que durante el debate, todas las
decisiones fueron tomadas por el Jurado de Enjuiciamiento por unanimidad, y ninguna
de ellas fue resuelta de manera unipersonal por quien ejerció la presidencia de la
audiencia. La referida circunstancia hace desvanecer todo posible interés en la
declaración de nulidad.
Por lo demás, no se puede avizorar una vulneración al principio de
imparcialidad objetiva al integrar la Dra. Cafure el Jurado de Enjuiciamiento, por
cuanto la misma no participó en la etapa investigativa, ni en la elaboración y firma del
Acuerdo por el cual el Tribunal Superior de Justicia decidió denunciar ante este Jurado
de Enjuiciamiento a Raúl Horacio Moll.
8. Por último, debe rechazarse la nulidad construida a partir de la mención que
se realiza de la Dra. Aída Tarditti en la Resolución n° 6, toda vez que la referida
mención constituye un error material o lapsus calami en el que se incurrió al redactar
el mentado decisorio, y que no tiene entidad para afectar garantías constitucionales.
Es que, de la sola lectura de la decisión en crisis se advierte que quienes la firman,
son los miembros con el que quedó integrado el Tribunal de manera definitiva (art. 14
de la ley de Jurado de Enjuiciamiento), luego de la inhibición de la Dra. Aída Tarditti.
Por todo lo ante dicho es que creemos haber respetado en forma absoluta el
derecho de defensa y las garantías del debido proceso adjetivo, rechazando cualquier
reproche en ese sentido.
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A LA SEGUNDA CUESTION LOS SEÑORES VOCALES Dres. MARIA ESTHER
CAFURE DE BATTISTELLI, WALTER SAIEG, DOMINGO ANGEL CARBONETTI,
MIGUEL NICOLAS y Lic. RODRIGO LEANDRO SERNA, DIJERON:
I. La acusación del Sr. Fiscal General de la Provincia, obrante a fs. 107/123,
con base en la presentación efectuada oportunamente por el
Excmo. Tribunal
Superior de Justicia por ante este Jurado de Enjuiciamiento (fs. 1), atribuye al Dr. Raúl
Horacio Moll encontrarse incurso en la causal de mal desempeño, prevista en el art.
154 de la Constitución Provincial y art. 2 inc. 1° de la ley 7956¸ texto según ley 9026).
Los hechos por los cuales el Fiscal General ha formulado la acusación se
encuentra transcripta al comienzo de esta sentencia y a ella nos remitimos a fin de
satisfacer el requisito estructural previsto para la sentencia por el art. 408, 1º, C.P.P.
II. Intimado el Dr. Moll de esos hechos e informado de los derechos
fundamentales que le asisten expresó que no se encontraba en condiciones de seguir
declarando, manifestando su voluntad de regresar al lugar que en la sala ocupaba
anteriormente. Ya se ha valorado supra esta actitud, que no es impeditiva de la
continuidad del debate. Al terminar el debate, expuso consideraciones que estimó
útiles para su defensa
III. Conclusiones del Fiscal General: En oportunidad de emitir conclusiones,
el Sr. Fiscal General comienza con aclaraciones preliminares que se vinculan con la
causal de mal desempeño.
Luego de reseñar el marco conceptual en el que se encuadra la acusación se
adelanta y se expide sobre dos posibles planteos que puede realizar la defensa. En
primer lugar, alega sobre improcedencia de la aducida incapacidad de Moll para estar
en juicio, y luego se expide sobre el rechazo de un posible planteo vinculado a que la
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investigación administrativa llevada a cabo por el Tribunal Superior de Justicia sea un
sumario administrativo.
En lo que respecta a los hechos que fueron objeto de acusación, el Fiscal
General señala que ha quedado acreditada la falta de compromiso respecto de su
función, cuando aparecen circunstancias críticas que exigían de él un mayor
compromiso. En el caso de Moll la respuesta fue diametralmente opuesta a la exigida
en estos términos, sin perjuicio
de los reclamos que puedan efectuarse a otros
órganos estatales.
Arguye que le incumbe al Fiscal de Instrucción la responsabilidad de establecer
criterios jurídicos de los contenidos de las decisiones que tiene que resolver y que,
además, asume la responsabilidad funcional, más allá de la responsabilidad que les
puede caber a los secretarios o al personal subalterno de la Fiscalía.
El Fiscal de Instrucción también debe cumplir con una función docente porque
la cuestión del liderazgo se ejerce a través del ejemplo, la conversación y la
enseñanza con los inferiores, instruyendo a los subalternos acerca del modo de llevar
adelante la forma de practicar las investigaciones.
En este caso -continúa-, el Fiscal no cumplió con las tareas asignadas,
evidenciándose
una
carencia
de
las
cualidades
antes
indicadas
pero,
fundamentalmente, las que tienen que ver con la falta de contracción al trabajo y
laboriosidad.
Precisa que se recibieron las declaraciones de todos los empleados de la
Fiscalía de Corral de Bustos y, a su vez, se tomó declaración a quien tenía en su
cargo la función de Superintendencia, de otros funcionarios y después del abogado
litigante López, y hay otra prueba documental que también evidencia la falta de
compromiso del acusado.
17
No se ha podido controvertir o contraponer a la acusación alguna prueba que
haya demostrado la actividad, laboriosidad y contracción al trabajo y compromiso con
la sociedad, con las resoluciones, con la tarea docente, con la organización del
Tribunal.
Lo que se está juzgando acá son las causales de mal desempeño.
El primer punto que aborda el Titular del Ministerio Público es que Moll no
participaba personalmente en la instrucción de las causas. Eran los empleados
quienes las instruían, evacuando sus dudas con el secretario o la Secretaria, sin recibir
directiva alguna del señor Fiscal, salvo casos especiales, a criterio de los propios
empleados.
Repárese también que los empleados hacían las resoluciones, las que eran
corregidas por la Secretaria en la mayoría de los casos y, excepcionalmente, por el
Fiscal Moll.
Si bien hay que marcar una diferente actuación que ha sido puesta en
evidencia por todos los testigos en el período de Amuchástegui, en el período de
Mazzuchi y en el período de la Brunori. Hay que reconocer que se ha mejorado, en
algunos aspectos, el funcionamiento de la Fiscalía con la venida de Brunori.
Pero esto –destaca-, que puede ser útil e interesante para el funcionamiento de
Tribunales, es negativo para el Fiscal porque quiere decir que el funcionamiento y la
marcha eran manejados por el Secretario de la Fiscalía y no por el propio Fiscal.
Reseña los testimonios de Brunori, Sarraceno, Pavlicich, Nistal y Ogas
El segundo punto que enfatiza el Titular del Ministerio Público, es que Moll no
fijaba criterios de distribución de las causas conforme a la ley. Se realizaba la
distribución de causas conforme a un mero criterio numérico; es decir, con absoluto
desconocimiento y falta de respeto legal de los Acuerdos reglamentarios e
18
instrucciones de la Fiscalía General que establece la prioridad de la investigación y
juzgamiento de determinados delitos, nadie respetó ese orden. Para sustentar tal
afirmación destaca los testimonios de Brunori, Nistal y Ogas.
En tercer lugar, alega que Moll no tenía contacto con la autoridad policial, salvo
en contadas ocasiones; eran los funcionarios inferiores quienes se contactaron con
personal policial. Si el Ministerio Público no se entrevista con los órganos de
persecución penal, evidentemente hay una falla importante, a mi modo de ver, que
tiene que ver con la organización de la oficina.
El Titular del Ministerio Público repara en que la permanencia del enjuiciado en
su lugar de trabajo, fue en el mejor de los casos de 7:50 horas a las 13:30 horas, que
no regresaba a la tarde, ni siquiera cuando era menester suscribir órdenes
determinadas.
De otro costado, recalca que los Secretarios marcaron ritmos diferentes,
conforme a sus necesidades, que Moll no realizaba aportes al momento de establecer
los ritmos de la Fiscalía de Instrucción. Esto aún cuando hubiesen existido pocos
hechos graves, pues los pocos que ocurrían, lo menos que se le podía exigir a él, era
que se ocupara personalmente. Caso contrario, si ocurrían muchos hechos graves,
evidentemente, no se compadecía con una actividad de Moll, como Fiscal de
Instrucción, tendiente a investigar esos hechos graves. Recuerda los motivos por el
que se creó la sede judicial en Corral de Bustos.
El Dr. Vezzaro entiende también que las probanzas ilustran que no era la
conducta habitual que el Fiscal se llevara trabajo a su domicilio
Advierte también de la falta de disponibilidad del funcionario para la extensión
de las obligaciones que requerían su decisión en días y horas inhábiles. Que los
testigos refirieron que los fines de semana se manejaban con los formularios que
19
dejaba firmado el Fiscal. Lo grave -subraya- es que constituía una práctica habitual
manejarse en días y horas inhábiles con los formularios, lo que a todas luces evidencia
que Moll estaba ausente en horarios y días inhábiles como los fines de semana. Tal
como lo señala el Prosecretario Zarate y la Secretaria Brunori.
Entonces -prosigue-, esta ausencia durante los fines de semana -más allá de
los casos que no se conocen - ha generado en dos situaciones puntuales una serie de
complicados conflictos. El primer caso es el denominado caso Patricia Sosa, en donde
Azcona dio cuenta de la dificultad de ubicar a Moll. No interesa que haya actuado el
Secretario de Control o no haya actuado el Secretario de la Fiscalía. El Fiscal de
Instrucción es el director de la investigación.
Destaca que el propio Azcona vincula al caso Patricia Sosa y Ariana Sabache.
Poco a poco, las ausencias fueron generando tensión, fueron generando un caldo de
cultivo para que algún hecho, tal vez injustificado, tuviera que ver con esa
circunstancia.
En lo que respecta al caso de Ariana Sabache, aduce que
la Secretaria
Brunori dijo que el Fiscal de Instrucción Moll llegó a las 6 de la tarde, y que la orden de
allanamiento las firmó Farías. La presencia, la autoridad del Fiscal, sin ningún lugar a
dudas, hubiese evitado la marcha del día siguiente.
La función del Ministerio Público se trata de tener presencia y compromiso
según los términos iniciales de la acusación. La orden de allanamiento al Juez fue
solicitada por la Secretaria Brunori en los aludidos formularios que dejaba firmado Moll
en blanco.
Remarca que los pedidos de órdenes de allanamiento y de detención fueron
realizados en los formularios firmados en blanco. O sea, detuvieron al asesino, no por
haber obrado Moll sino porque la Secretaria utilizó los formularios que él había dejado
20
firmados. A Moll le avisaron a las 4 de la mañana, y llegó a las 6 de la tarde. Debió ir
inmediatamente.
La falta de presencia del Fiscal también la entiende corroborada con el oficio
del colegio de abogado de Marcos Juárez.
En otro orden, el Dr. Vezzaro manifiesta la actitud de desidia con la que se
condujo Moll en el momento en que las circunstancias exigían mayor esfuerzo y
dedicación.
Habiendo acaecido los hechos de Corral de Bustos, la Fiscalía de Instrucción
se traslada a Marcos Juárez, se manifestó la necesidad de tratar de recomponer los
expedientes y evitar perjuicios a los justiciables. Evidentemente, que ante una
situación absolutamente de excepción se requería una respuesta de los magistrados y
funcionarios también de excepción, por lo que no se podía autorizarlo a salir de
vacaciones. Contrariamente, el enjuiciado se retiró y pidió una carpeta médica
tomándose, en definitiva, las vacaciones que con anterioridad ya tenía planificada sin
previo aviso de Superintendencia.
El titular del órgano público de la acusación considera que el incumplimiento de
sus funciones legales se exhibe de la investigación llevada a cabo por el adjunto
Mazza y de lo que surge del expediente iniciado a raíz de la sustracción de los
tractores y el testimonio del señor abogado Carlos López.
La inspección de la Fiscalía Adjunta, realizada por el doctor Mazza,
proporciona información referida a que entre otros casos no resueltos se encontraron
causas que justificaban prioridad de juzgamiento. Hace expresa alusión a los mismos.
Reseña las actuaciones de la causa Bartolacci, las cuales son demostrativas
de la falta de compromiso con la labor judicial.
21
En cuanto al mal desempeño en el caso de Moll, se ha señalado la falta de
compromiso con el cargo y la función pública.
Primero, escasísima cantidad de casos resueltos; y la incorrecta e ilegal
selección de la tramitación de causas a resolver. Se equivocó cuantitativamente y
principalmente en forma cualitativa, violando las leyes que regulaban la materia.
Se evidenció la falta de compromiso que importa la contracción al trabajo, la
falta de laboriosidad, que originaron desconfianza y descreimiento de la población en
la Justicia.
Cuando más se necesitaba de él, que era la autoridad, burlando lo decidido
por Superintendencia y por sus superiores y lo dispuesto por la ley, se tomó
intempestivamente sus vacaciones.
Concluye afirmando que se ha demostrado la falta de interés en ejercer la
función como manda la ley; falta de compromiso en cuanto no dirigía la oficina cuya
jefatura ejercía; los empleados no recibían atribuciones ni consejos de él; no atendía a
funcionarios policiales; no elaboraba resoluciones penales; dejaba órdenes y
formularios en blanco; cambiaba secretarios y criterios..
Concluye pidiendo la destitución de Raúl Horacio Moll.
IV. Conclusiones de la Defensa: En oportunidad de emitir sus conclusiones,
la defensa desplegó una multiplicidad de argumentos referidos, en su mayoría, a
insistir con nulidades que ya había planteado en la audiencia, expresando también
otros para hacer mérito de la prueba y pedir la absolución del Dr. Moll.
Al comenzar con su alocución afirmó que se está juzgando a un fiscal por su
actuación en función de la tarea constitucional, y el fiscal, en la actuación de la tarea
constitucional, está regido por normas y leyes. Pero no se ha acreditado,
22
concretamente, cuáles han sido las normas funcionales violadas por el fiscal que se
acusa.
Por ejemplo, no explicó el Fiscal cuál es la ley que marca el horario de entrada
y salida de un funcionario judicial. Porque no la hay. Tampoco se escuchó qué norma
procesal penal violó el doctor Moll en la investigación penal preparatoria; aunque, sí,
nombró una norma genérica: qué es lo que debe hacer. Lo que no explicó, es lo que
no hizo de acuerdo con la normativa legal.
Este es un problema interno del Poder Judicial que se los han trasladado a los
señores legisladores. Este es un problema en donde el responsable de la mora judicial
de Corral de Bustos fue un juez sustituto que se llamaba Farías. Tal como surge del
informe de Namur.
Alega que la acusación no resulta clara, primero, se le achacó que no vivía en
Corral de Bustos; segundo, que iba a un bar; en tercer lugar, que no concurría a
trabajar.
Respecto del caso Ariana Sabache, Moll estaba autorizado a estar en Córdoba,
eran los primeros quince días, atendía el despacho Viramonte.
Entiende que el presente juicio es para terminar con el caso Corral de Bustos.
. No es cierto –aduce- lo que ha dicho el señor Fiscal General sobre el abogado
que se llama López. En las actuaciones quedó que el 10 de setiembre de 2004
presenta su constitución en parte querellante y la misma fue proveída el lunes 13. Por
lo que no existe morosidad. No se ha planteado un pronto despacho.
En la causa Bartolacci, no se podía imputar a una persona en dos
jurisdicciones por el mismo delito. Por lo que no se advierte morosidad. En lo que
respecta al escrito "insta investigación", señala que tal pedido no existe en la ley
procesal. Además, el doctor Moll tuvo una internación y una grave recaída psiquiátrica
23
durante los meses de febrero, marzo, abril y mayo, y que quien proveyó fue Viramonte.
Moll no estaba y no lo debía proveer. Las maquinarias se retiraron con oficios firmados
por Moll.
En otro orden de ideas, la defensa señala que se labró un sumario
administrativo de acuerdo a la Ley de Procedimiento Administrativo, que al no dársele
participación a Moll el presente proceso resulta ilegal. Reseña los dichos proferidos
por el Dr. Andruet en la Revista Sur. Esto tiene mucha importancia -dice- porque el
Acuerdo 520, base de la denuncia de este Jury, proviene de un sumario administrativo
ilegal, porque nunca se lo citó a Moll, porque se violó el artículo 48 de la Ley de
Sumarios Administrativos, ya que el investigado no pudo probar y alegar su verdad.
Luego de realizar precisiones en orden a la actuación del Fiscal Moll en el caso
de Ariana Sabache y del oficio remitido por el Colegio de Abogados de Marcos Juárez,
destaca ciertas precisiones que no han sido destacadas por el Fiscal General y que al
entender de la defensa eran beneficiosas al enjuiciado.
Con relación al hecho referido por el Comisario Azcona, vinculado con el
fallecimiento de Patricia Sosa, alega que el Secretario del Juzgado de Control recibía
directivas de Moll en su actuación.
De otro costado, manifiesta que se presentó una excepción de previo y
especial pronunciamiento que no se tramitó, porque se dijo –desconociendo el artículo
51 de la Ley de Jury que manda el Código de Procedimiento Penal- que se debía
presentar la alegación al inicio del debate.
Vuelve a plantear la incapacidad sobreviniente.
Señala que en la resolución n° 6, se cita que participa en el debate la Dra.
Tarditti, quien se encuentra inhibida.
24
Se insiste que se ha violado la conformación del Tribunal, se ha violado el
principio de juez natural y, por aplicación del artículo 51 de la Ley de Jury, debe
aplicarse los artículos 185, inciso 1) y 3) del Código Procesal Penal, que dice que es
nula toda cuestión donde se haya inobservado la composición, nombramiento y
habilidad del Tribunal y que es nulo todo procedimiento donde se cercene o inobserve
al imputado la intervención del acusado en su defensa material o técnica. El artículo
186 dice que son nulos de nulidad absoluta las violaciones a los incisos 1) a 3) del
artículo 185, que las demás son relativas.
El perjuicio consiste en que no se pudo recusar a la doctora Cafure, pues ella
pertenece al cuerpo promotor de la denuncia. Esto se inicia en una dependencia del
Tribunal Superior de Justicia, se prosigue con un acuerdo del mismo órgano y se
formaliza la denuncia.
El defensor denuncia que no se le ha tomado declaración indagatoria al
acusado. El acto no se cumplió y eso quedó registrado en actas. Resulta ser que con
una absoluta mala fe en contra del acusado se ha pretendido hacer creer o trascender
que Moll fingió, que no está enfermo.
Compara el presente proceso con el seguido en contra de Casado, que al no
darse idéntico tratamiento se vulnera el principio de igualdad ante la ley.
Se ha iniciado ante el Tribunal Superior de Justicia –recalca- una acción de
inconstitucionalidad, y eso se llama prejudicialidad. Vuelve sobre la imposibilidad que
el Tribunal Superior de Justicia pueda denunciar.
La defensa analiza cuantitativamente las estadísticas de Corral de Bustos y
advierte que pese a que Moll era un fiscal con competencia múltiple tenía
proporcionalmente más causas resueltas que en otras jurisdicciones.
Pide la absolución de Moll.
25
IV.1.. Rechazados en la Cuestión anterior las nulidades planteadas por la
defensa, estamos en condiciones de examinar sustancialmente si existen los hechos
atribuidos por el Fiscal General a Raúl Horacio Moll y si ellos configuran en tal caso la
causal de mal desempeño.
2.A. En el debate se recibieron los testimonios de Viviana Virginia Gramajo,
Oscar Zárate, José Luis Azcona, Jorge Namur, Miriam Raquel Brunori, Néstor Gabriel
Saraceno, Carlos Walter López, Ariel Nistal, Julio Claudio Ogas, Marta Domitilia
Manavella, Flavia Danisa Pavlicich, la versión expuesta por los mismos sobre lo que
fue objeto de interrogatorio ha sido transcripta taquigráficamente y conforman las actas
de las audiencias del debate, por lo que a ella nos remitimos en homenaje a la
brevedad.
B. A ello debe agregarse que fueron incorporada por su lectura la siguiente
prueba documental: 1) Copia autenticada del Legajo personal del Sr. Raúl Horacio
Moll, obrante en el Departamento de Personal del TSJ de Córdoba, requiriendo se
libre mandamiento a los fines de su remisión.2) Actuaciones administrativas labradas
en la Secretaría de Sumarios del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba,
caratuladas “Presidente del Tribunal Superior de Justicia remite informe de Vocal de
Marcos Juárez con relación a la sede Judicial de Corral de Bustos”. En especial, se
ofrecen las constancias y documentales que seguidamente se enuncian: -Estadísticas
Fuero Penal de la Provincia de Córdoba correspondiente a la ciudad de Corral de
Bustos-Ifflinger, año 2005 (fs. 34/5). -Acuerdo Reglamentario número cuatrocientos
ochenta y cinco, Serie A, del TSJ de Córdoba, de fecha 13/04//1999 (fs. 43 del
expediente administrativo). -Copia de la Junta Médica n° 350 del Departamento de
Servicios Médicos del Poder Judicial, del 20/02/2007 (fs. 47). -Copia del certificado
médico emitido por el Dr. Carlos Alberto Larussa, de fecha 20/02/2007 (fs. 48). -
26
Informe del Dr. Jorge Namur, Vocal de la Cámara Civil, Comercial, Familia y Trabajo
de la ciudad de Marcos Juárez, en respuesta al oficio que el TSJ le solicitara en las
actuaciones administrativas de mención (fs. 66/58 del expediente administrativo). Copias de recibo y factura expedidos por la firma comercial “Alexandría Viajes” (fs. 69
y 70). -Informe de la Dirección Nacional de Migraciones (Delegación Córdoba) acerca
de la salida y/o ingreso de país de Sr. Raúl Moll entre los días 4 y 10 de marzo del
2007 (fs. 73/79). -Acuerdo Reglamentario número ochocientos cincuenta y siete, Serie
A, del TSJ de fecha 12 de diciembre de 2006 (fs. 79/82). -Copias de los Registros de
los Libros de Guardia y Sumarios de la Comisaría de Distrito de Corral de Bustos –
Ifflinger, correspondientes al día 24/07/2004 (fs. 130/139). -Informe de Inspección
realizada por la Fiscalía General de la Provincia obrante a fs. 140/141 con sus
respectivos anexos. 3) Estadísticas realizadas por el Centro de Estudios y Proyectos
del Poder Judicial de Córdoba, en relación a las cantidad de causas penales
ingresadas y resueltas en los años 2004, 2005 y 2006, para cuya remisión se solicita
se libre oficio a la dependencia antedicha. 4) Acuerdo Reglamentario n° 668, Serie A,
del TSJ de Córdoba, de fecha 3 de junio de 2003 que en este acto se acompaña en
copia. 5) Instrucción General N° 1/88 emitida por el entonces Fiscal General de la
Provincia de Córdoba, Dr. Octavio Cortes Olmedo, de fecha 22 de febrero de 1988,
que con la presente se acompaña en copia certificada. 6) Instrucción General N° 13/05
del Fiscal General de la Provincia de Córdoba, que en copia certificada se acompaña.
7) "Actuaciones Labradas por la Comisaría Local con motivo de la denuncia formulada
por Domingo Bartolacci", (Expte. Letra "A", Nº 44/2005), para cuya remisión se solicita
se libre oficio a la Fiscalía de Instrucción de Corral de Bustos. 8) El informe del
Colegios de Abogados de la ciudad de Marcos Juárez con relación a la opinión
fundada requerida con motivo de cubrir la vacante de Fiscal ante el Juzgado Federal
27
de Primera Instancia de Villa María, en la que estaba propuesto el Dr. Raúl Horacio
Moll, nota que fuera suscripta por el Dr. Sergio Aldo Perotti -Presidente- y el Dr.
Hernán Andrés Passeri -Secretario-, de fecha 19 de marzo de 2007 (fs. 170/171). 9)
Copia de la revista Sur aportada por la defensa.
V. La actuación de Moll se va a analizar conforme los extremos alegados
por el Fiscal General al momento de sostener la acusación.
Sobre el punto cabe precisar que la causal de mal desempeño que se le
atribuye a Moll se configura a partir de la acreditación de hechos relacionados a
la falta del debido compromiso que importa la función de Fiscal de Instrucción.
1. En ese marco se atribuye al Dr. Moll que , desatendió las funciones
esenciales de titular de una Fiscalía de Instrucción, en contrariedad con la mayor
dedicación horaria y obligación de permanecer en la sede salvo autorización en
los casos y formas previstos por las normas, se limitaba a cumplir sus funciones
en escasas horas diarias y algunos fines de semana, descargando hacia el
personal las máximas responsabilidades de tiempo y esfuerzos, produciéndose
inconvenientes y demoras para la normal prestación del servicio de justicia.
a. Los testimonios de los empleados ilustran que ellos hacían las resoluciones
que la mayoría de los casos eran corregidas por la Secretaria y excepcionalmente por
Moll, lo mismo sucedía con la fijación de los hechos (Cfr. Testimonios de Pavlicich,
Saraceno y Brunori).
La Secretaria Brunori también manifestó que las causas con mayor
envergadura las redactaba ella o algún empleado y ella las corregía. Que el enjuiciado
Moll sólo hacía las que tenían que ver con vistas civiles.
28
El empleado Saraceno destaca que lo normal era que todas las consultas se
hicieran primero con la Secretaria, sin importar la envergadura de las causas.
No es criticable que el Secretario, Prosecretario y empleados colaboren en la
redacción de proyectos, lo que sí se le achaca es la delegación total, pues al parecer
no había causas de investigación compleja, que demandaran su dirección. Adviértase
-para graduar la magnitud de esa delegación- que la Secretaria Brunori tenía escasos
meses en su función hasta el alejamiento de Moll.
Esto guarda congruencia con la atención de causas de atención preferente,
como se verá más adelante, que exigían una atención directa del Señor Fiscal e
instrucciones precisas a sus subalternos y a la policía. La incomunicación entre los
empleados y el Fiscal era la regla, y eran los secretarios los que evaluaban o daban
directivas. Ello pese a que está probado que permanecía en el despacho de 7.50
horas hasta las 13.30 horas ¿qué hacía en su despacho? Su labor originaria no podrá
limitarse al despacho de los expedientes civiles que, sabemos por experiencia sólo
exige un examen profundizado en oportunidad de alegatos finales o cuestiones de
competencia, limitándose en los otros casos a vistas que se evacúan en el mismo
expediente o a notificaciones de trámite.
Sólo, excepcionalmente, el Prosecretario Zarate, dijo que había correcciones
en los proyectos penales hechas por Moll. Ni siquiera el enjuiciado corregía la
descripción del hecho objeto de la imputación, momento inicial en la investigación, en
que se encuadra el hecho penalmente, con todos los aspectos objetivos y subjetivos,
en ese momento se fija los extremos fácticos que deben ser acreditados para sostener
la acusación.
b. La falta de dirección en el funcionamiento de la Fiscalía a cargo de Moll se
acredita al momento de interrogárseles a sus empleados cuales eran las causas
29
complejas, y los de menor experiencia identificaban a las mismas sólo con las causas
con preso (ver testimonio de Pavlicich). El testimonio de Ogas acredita que él instruía
las causas simples y hacía sobreseimientos, todo tipo de sobreseimientos, no sólo los
de prescripción.
El desconocimiento de la diferencia entre las causas con prioridad de
juzgamiento y las causas con plazos fatales se advierte en los empleados de la
fiscalía, pues todos identifican con las primeras, exclusivamente a las causas con
preso.
Debe destacarse que los empleados que dependían Moll requerían un mayor
vinculación funcional del Titular de la Fiscalía de Instrucción, en tanto y en cuanto dos
de ellos no eran abogados, en tanto que los que eran, tenían muy poco tiempo
trabajando en el Poder Judicial (cfr. Testimonios de Nistal, Saraceno, Ogas y
Pavlicich).
Si el personal, incluidos el Secretario y el Prosecretario no sabían cuáles eran
las causas de atención preferente, aunque no tuvieran causas con presos, la
responsabilidad debe atribuírsele a Moll, en forma conjunta con el Secretario y
Prosecretario. Ello era elemental para la organización del trabajo, que debe procurar,
una productividad cualitativa y no meramente cuantitativa. La falta de atención de las
causas "sin preso" de atención preferente son las que causan en a
l población la
sensación, como ocurrió en Corral de Bustos "que no hay justicia". No interesa en el
caso, a quien dirigía la gente sus reclamos, como se verá más adelante, la mora
cualitativa se encuentra probada.
c. Su falta de apego al fiel desempeño de su tarea de Fiscal también se percibe
cuando el mismo no fijaba criterios de distribución de las causas conforme a la ley.
Sólo le pedía -como lo señala Brunori- productividad. La Secretaria Brunori relata que
30
al asumir en el cargo no tuvo ningún diálogo con el Fiscal de Instrucción por las
causas atrasadas. Por lo que le decidió dar prioridad a las causas del 2006. Que en
las causas atrasadas había de todo tipo, sin poder precisar las causas con prioridad de
juzgamiento.
En ese marco se realizaba una distribución en el que primaba un reparto
numérico equitativo entre el personal de la Fiscalía de Instrucción (ver testimonio de
Sarraceno y el de Nistal). Ahora bien, la propia Secretaría Brunori, admite que las
causas más difíciles se distribuía entre los que eran abogados y el prosecretario y el
resto se dividía en los demás empleados. Tal afirmación se da de bruces con los
testimonios de Ogas y Pavlicich -únicos empleados abogados- quienes señalaron que
por ser los que tenían menos antigüedad le daban las causas simples.
Como se advierte no hay ninguna disposición del Fiscal sobre el manejo de las
causas atrasadas. Todas ellas dormidas en los casilleros, olvidando la importancia de
una investigación inmediata a la denuncia, a las expectativas del denunciante, aún
cuando se hubiera constituido en parte civil.
d. Pese a ser el director de la investigación penal preparatoria el Fiscal Moll no
tuvo un contacto permanente con los funcionarios policiales que ocupaban cargos de
jerarquía. Tan es así, que la propia titular de la Comisaría de Corral de Bustos señaló
que con el Dr. Moll sólo chequeaban cuatro o cinco causas al año. En tanto que el Jefe
de Zona de Inspección n° 2 con asiento en Corral de Bustos señaló que sólo lo
visitaba a Moll protocolarmente. Por el contrario, el referido Comisario Inspector
destaca una relación más fluida con el Juzgado de Instrucción del Dr. Farías, con
quien se estaba en contacto permanente para evaluar la acción policial, viendo si
existía algún error o alguna cuestión que se pueda subsanar.
Entonces, a la incomunicación con el personal policial de la Fiscalía, se agrega
31
la falta de contacto directo con los funcionarios policiales, ejecutores -en ciertos casos de las medidas que se ordene en la investigación penal preparatoria. Encerrado en su
despacho o en su departamento de Corral de Bustos, ni la Comisario Viviana Gramajo
ni el Jefe de Zona Azcona, han hablado de visitas de Moll a los locales policiales de la
zona o haberse interesado como se cumplían las tareas de investigación con todo el
distrito que le correspondía. El Fiscal de Instrucción debe conocer personalmente a la
policía de su distrito, más aún en las ciudades pequeñas, siendo insuficientes las
comunicaciones telefónicas con la Secretaria, en quien se delegaba las facultades de
ordenar las medidas necesarias -en forma casi total- usando formularios previamente
firmados por Moll. El Fiscal de Instrucción sólo vivía a poca distancia de los Tribunales,
cruzando la plaza, dijeron los testigos, y nunca concurría en horas de la tarde. La
defensa insinuó que llevaba trabajo a su casa, un expediente junto con su
computadora personal, lo cual parece insuficiente si se tiene en cuenta los
expedientes atrasados que tenía la Fiscalía, como se verá más adelante.
e. En lo que respecta a la limitada permanencia en el lugar de trabajo, debe
señalarse que todos los que trabajaban con Moll coinciden en señalar que el
enjuiciado ingresaba entre las 7.50 o 7.55 hs., quedándose en la sede de la Fiscalía
de Instrucción hasta las 13.00 o 13.30 horas, y que no regresaba a la tarde. Sobre el
particular, debe repararse en el testimonio de Brunori, quien señala que ella se
quedaba hasta las 16.15 horas y que Moll se retiraba a las 13.00 horas. Que las veces
que fue a la tarde a la Fiscalía, después de las 16 horas, nunca lo vio a Moll. El
Prosecretario Zarate también alude que el horario habitual de Moll en la oficina era de
8 a 13 horas.
Adviértase que los empleados Nistal y la ordenanza Manavella
manifestaron que alguna vez tuvieron que ir hasta el domicilio de Moll -que distaba a
una cuadra y media de la sede de la Fiscalía- en el horario de 13 a 14 horas,
32
La limitada permanencia en su lugar de trabajo debe conjugarse con los dichos
por los testigos en orden a si el mismo llevaba trabajo a su casa. Así, el testimonio del
Prosecretario Zarate da cuenta que "no era una conducta habitual de él [en referencia
a Moll] de llevarse expedientes a la casa". En tanto que Brunori sólo admite tal
conducta como una posibilidad, pero que no tiene presente que Moll le haya pasado
resoluciones ya elaboradas para que ella las imprima.
La falta de disponibilidad de Moll también se advierte en su escasísima
presencia los días inhábiles. El Prosecretario Zarate señaló que en esos casos se
consultaba y si había que ordenar la detención se utilizaba los formularios firmados en
blanco dejados por Moll. La Secretaria Brunori detalla la referida práctica, afirmando
que en casos en que no se podía ubicar a Moll en Corral de Bustos, utilizaba los
formularios con la firma del fiscal. Que el Fiscal le avisaba cuando se iba a ausentar.
Que a lo mejor Moll se quedaba un fin de semana por mes en Corral de Bustos.
Cierto es que, la falta de disponibilidad de Moll los fines de semana repercutió
negativamente en dos hechos ocurridos en la ciudad de Corral de Bustos, nos
estamos refiriendo al hecho en que resultó víctima Patricia Sosa y el que produjo la
muerte de Ariana Sabache.
En el primero de ellos, el Comisario Azcona ilustra la imposibilidad de
contactarse personal o telefónicamente con el Fiscal Moll. Tal comunicación era
relevante si se repara que los familiares de la menor víctima de un accidente de
tránsito querían hacer justicia por mano propia con la persona que manejaba uno de
los vehículos. Que el personal policial recién pudo tener contacto con el Secretario de
la Fiscalía de Instrucción -luego de la infructuosa ubicación de Moll- seis horas
después del hecho.
La ausencia del Fiscal de Instrucción también se advierte en las primeras
33
actuaciones en el caso del homicidio de Ariana Sabache. El testimonio de la Secretaria
Brunori da cuenta que, al recibir el llamado de la policía se constituye en la sede de la
Fiscalía de Instrucción a las 4 de la mañana, que el Prosecretario llegó un poco más
tarde, al lugar también concurrió el Comisario Valverde y otros funcionarios policiales.
Que luego de ello, Brunori se apersonó en el Hospital para ver a la nena en la morgue.
Que la mañana y la tarde del domingo se trabajó, se decidió si se ordenaba la
detención o no de los presuntos autores del hecho, estuvo el Juez, pero no el Fiscal
Moll, quien recién llegó a las 6 de la tarde.
Se advierte claramente una disposición para la labor judicial totalmente distinta
entre la Secretaría Brunori, quien -pese a su estado de gravidez- se apersonó en la
madrugada del domingo en la Fiscalía de Instrucción dirigiéndose luego a la morgue
del Hospital, con la desplegada por Raúl Horacio Moll, quien en momentos en que
sucedía un hecho sumamente grave, concurrió a la Fiscalía de Instrucción 14 horas
después.
Digámoslo con otras palabras, la Secretaría de la Fiscalía fue quien en persona
se constituyó en su lugar de trabajo e hizo que se diligenciara las medidas urgentes
con los formularios firmados en blanco por el Fiscal, tal actitud se contrapone con la
abúlica reacción de Moll de apersonarse a la Fiscalía de Instrucción varias horas
después, pese a que la envergadura de la emergencia requería su asistencia
inmediata en ese lugar.
La limitada presencia en la sede también es destacada por el Colegio de
Abogados de Marcos Juárez. En un oficio firmado por los Dres. Hernán Passerini y
Sergio Aldo Perotti, a fin de evacuar un pedido de informes solicitado ante la
presentación de Moll para cubrir una vacante en la Fiscalía Federal de Villa María, se
expone que durante la gestión de Moll, el Colegio recibió críticas de los abogados
34
respecto a la demora en la tramitación de causas, en especial, durante el período en el
que estuvo a cargo de la Secretaría de la Fiscalía el doctor Hernán Amuchástegui.
Agregándose que "era conocida su ausencia de la ciudad durante los fines de
semana, visitaba a su familia que nunca se radicó en Corral de Bustos, por el contrario
su esposa trabaja en la ciudad de Villa Carlos Paz". Para culminar afirmando que “no
ha existido de su parte [en referencia a Moll] compromiso con la ciudad ni intención de
acercamiento con la sociedad” (ver fs. 170 y vta.).
Respecto a las ausencias señaladas, que han sido calificadas como "falta de
presencia" la defensa ha pretendido argumentar que la acusación estaba fundada en
la "falta de residencia" y que ha quedado acreditado que residía en Corral de Bustos.
Nada más alejado a ello. Es cierto que la falta de presencia los fines de semana está
vinculada a que su nuevo núcleo familiar, unido en segundas nupcias, no vivía en
Corral de Bustos. De cuatro fines de semana, según lo dicho por Brunori, sólo se
quedaba uno en la ciudad que era sede de la Fiscalía de Instrucción.
Además, no es cierto que haya habido una delegación expresa en el Fiscal de
Marcos Juárez y sus secretarios, pues Miriam Brunori, Secretaria de la Fiscalía y -por
ende- su más directa colaboradora, señaló que no conocía que haya un acuerdo
expreso entre los dos Fiscales de Instrucción, menos aún que el mismo haya quedado
plasmado por escrito. La inexistencia de la distribución de los turnos los fines de
semana, se refuerza si se repara que los Secretarios de la Fiscalía de Instrucción de
Corral de Bustos se comunicaban con Moll y no con el Dr. Viramonte, Fiscal de
Instrucción de Marcos Juárez. Ello explica lo acontecido en los casos de Patricia Sosa
y Ariana Sabache, la ausencia del Fiscal en la sede es la causa de la demora,
mitigada en parte por la actuación de otros funcionarios (ver testimonios de Azcona y
Brunori). Vanos han sido los esfuerzos de la defensa para tratar de justificar la demora
35
de Moll, no estaba en la sede y la búsqueda por vía telefónica por la policía o por su
Secretaria es porque el turno no había sido delegado formalmente a otro Fiscal.
2. Una mención especial de la declinación de sus funciones, mereció en la
acusación un tratamiento particular, nos referimos a la conducta desplegada por Moll
cuando, producidos los trágicos sucesos que culminaron con la destrucción de
la sede de Corral de Bustos, en lugar de permanecer en funciones en el
emplazamiento
transitorio
forzosamente
dispuesto
(Marcos
Juárez),
contrariando una prohibición expresa de tomar la compensación de la feria en
enero de 2007 y aprovechando indebidamente una licencia por salud se ausentó
subrepticiamente de vacaciones.
El referido extremo de la acusación se encuentra probado –por un lado- por el
testimonio del Dr. Jorge Namur, Vocal de la Cámara en lo Civil, Comercial, Familia y
Laboral de la ciudad de Marcos Juárez, quien cumplía en Corral de Bustos la función
de Superintendente y delegado del Tribunal Superior de Justicia a fin de restaurar el
servicio de justicia en la aludida ciudad, luego de la quema de esa sede judicial. El Dr.
Namur da cuenta que, culminando el mes de enero, se presentó Moll en su despacho
afirmándole que quería tomarse las vacaciones en el mes de febrero, que Namur le
contestó que no podía sobrecargar a los demás, que tuviera paciencia y esperara que
se reencaminara la causa de Corral de Bustos y que se terminara con la causa Ariana
Sabache. Que luego de muchas insistencias realizadas de manera oral, se le contestó
por escrito a Moll, rechazándose su pedido de vacaciones. Ante ello tuvieron una
reunión en su oficina y el ahora enjuiciado le dijo que iba a ver que hacía. Al día
siguiente Namur se anoticia de la ausencia de Moll en su lugar de trabajo. Tomando
razón días después que Moll tenía una carta médica de Córdoba, que no se la había
dado ningún médico de Marcos Juárez ni de Corral de Bustos.
36
Namur agrega ciertas precisiones que son de suma importancia. En este
sentido explicó que –antes de su carpeta médica- el mismo Moll le había comunicado
su intención de viajar a Brasil, es más, que en una de esas reuniones le había
mostrado una fotocopia de un pago a una agencia de turismo de la ciudad de
Córdoba, que le alegó que a los pasajes ya los tenía “señados”, que quería irse de
vacaciones.
No resulta un dato menor destacar lo que grafica el mismo Namur en su
declaración, estaban todos abocados al trabajo para recomponer el servicio de justicia
en Corral de Bustos “los chicos [en referencia a los empleados de Corral de Bustos] se
ponían mameluco para trabajar entre las cenizas”, que ello se lo hizo conocer a Moll
para justificar la negativa a su pedido de vacaciones. Adviértase el contraste entre las
conductas de los empleados de la Fiscalía rescatando expedientes enterrados en las
cenizas, con la insistente pretensión del Fiscal de Instrucción de irse de vacaciones.
Tal extremo acredita la falta de compromiso y liderazgo del Fiscal de Instrucción, en
momentos en que las extraordinarias circunstancias lo exigían.
El referido testimonio del Vocal Namur encuentra sustento en la prueba
documental incorporada por su lectura, de la cual surge los requerimientos turísticos
realizados por Moll en la empresa “Alexandría”, con fecha de salida para el día 4 de
marzo de 2007, con destino a Brasil. El oficio de la Dirección Nacional de Migraciones,
entidad que informó que Raúl Horacio Moll registra salida del país con fecha 4 de
marzo de 2007, con destino a Brasil, retornando, procedente del mismo país, el 11 de
marzo de 2007.
Percátese –por un lado- que los dichos de Namur se ven corroborados por la
copia del recibo de parte del precio de los pasajes, que tiene fecha 20 de enero de
2007, en que Moll señó los mismos. Que la misma documental acredita que el 10 de
37
febrero completó el pago de los pasajes; por el otro, que la negativa a la
compensación de feria fue notificada el 19 de febrero de 2007 en la ciudad de Marcos
Juárez, presentándose Moll en el Departamento de Servicios Médicos del Poder
Judicial de la ciudad de Córdoba, el día 20 de febrero del mismo año, a fin de obtener
una licencia médica, habiendo obtenido un certificado médico expedido por el ya
varias veces nombrado Dr. Lorusso, quien aconsejaba que su paciente se aleje por el
término de 30 días de sus actividades laborales.
A mayor abundamiento debe señalarse que –como bien lo advierte el Fiscal
General-, no consta en los presentes actuados que el médico particular de Moll, Dr.
Lorusso, le haya prescripto unas vacaciones terapéuticas al enjuiciado.
Por lo expuesto, surge evidente la inexistencia de nexo causal alguno entre la
supuesta enfermedad del Fiscal de Instrucción acusado con el viaje que el mismo
realizó a Brasil.
En este punto nos encontramos claramente frente a un incumplimiento
funcional y ético que surge indiscutible. Se burló la resolución de Superintendencia del
Dr. Namur, acudiendo a una licencia médica que tramitó en la ciudad de Córdoba, y en
la que dieron fe del certificado médico presentado, sin que se tuviere conocimiento de
las circunstancias anteriores. Se arguyó por la defensa, dónde está escrito que quien
tiene licencia por enfermedad debe permanecer en su domicilio. Ello se encuentra
implícito, si se aconseja que no puede ir a trabajar, tampoco cabe alejarse del
domicilio -sin previo aviso- donde se pueda controla la evolución de la enfermedad. En
el caso, mágicamente frente a la negativa, se produjo la situación de enfermedad, que
le permitió cumplir con sus deseos de irse de paseo, dejando sólo a sus empleados en
la difícil tarea de recomponer lo dañado por el incendio. Su falta de compromiso y de
responsabilidad en el cargo que detenta, frente a la sociedad que en él confiaba es
38
evidente.
Es verdad que había estado en la sede durante los sucesos que terminaron en
el incendio de la sede judicial, pero estuvieron todos, atónitos ante una realidad
horrorosa, el incendio del edificio, y haciendo esfuerzos para que el servicio de justicia
se siguiera prestando.
3. Por último debemos señalar que esa falta de compromiso con la función
judicial que evidenció Moll, delegando totalmente la dirección de la Fiscalía de
Instrucción a los Secretarios que le tocaron en turno, encuentra su objetivación, en la
escasa productividad relacionada con la comparación de las causas resueltas
con las no resueltas, en tanto éstas alcanzaban desde 2004 a 2006 significativas
cantidades conforme se ha consignado hasta totalizar 292 causas (obrando en
detalle las carátulas de cada una de ellas en los Anexos de la Inspección de
Fiscalía General Adjunta). Asimismo en este cúmulo de casos no resueltos se
encontraban denuncias y causas a las que debía aplicar prioridad de tratamiento
conforme a las disposiciones vigentes, tales como denuncias relativas a
personal policial y otros funcionarios públicos, abusos sexuales en contra de
víctimas vulnerables, violencia familiar y actuaciones con querellante particular,
y a las que, sin embargo, les asignó nula o escasa actividad funcional.
A. El referido aserto se ve corroborado a poco de examinar el resultado de la
investigación realizada por la Fiscalía General Adjunta en la sede de la Fiscalía de
Instrucción de Corral de Bustos.
En la referida investigación se encontraron 124 causas correspondientes al año
2004, detallándose que sólo 11 han sido resueltas, por lo que 111 causas no tenían
resolución. En lo que respecta a las causas del año 2005, se encontraron en la
39
Fiscalía de Instrucción 77 actuaciones, de las cuales se consigna que sólo 10 de las
mismas han sido resueltas, encontrándose 67 causas sin resolución. En tanto que del
Año 2006, la Inspección detectó 114 actuaciones con fecha de inicio en el mentado
año, de las cuales se consigna que sólo 24 han sido resueltas, esto es a marzo de
2007 se encontraban 110 causas sin resolución (v. Anexo III de la Carpeta de la
Inspección de la Fiscalía General Adjunta).
Ahora bien, más allá de la comparación cuantitativa entre las causas resueltas
y las que se encontraban pendiente de resolución, debe señalarse que –y esto es lo
que resulta de vital importancia- entre los casos no resueltos se encontraban causas
que justificaban su prioridad de juzgamiento, conforme al Acuerdo reglamentario 668
Serie “A”, del 3 de julio de 2003.
Si uno repara en el anexo nº 4 de la referida investigación, se encuentran una
serie de denuncias sobre el trato de personal policial que pudiesen configurar, en caso
de acreditarse, algún caso de tortura, penas, tratos crueles, inhumanos y/o
degradantes. En esos casos la actividad de investigativa ha sido nula o muy escasa.
(Confróntese los numerales 3, 7, 9, 10, 13, 14, 15, 16, 17, 18, del referido Anexo nª 4).
A ello debe agregarse que los posibles autores de los referidos hechos son
funcionarios públicos, cuyas causas también tiene prioridad de juzgamiento.
En la referida inspección se encontraron 8 causas pertenecientes al año 2004
con pedidos de querellante particular siendo sólo una resuelta. En lo que respecta al
año 2005, se encontraron seis causas con querellante particular sin que ninguna haya
sido resuelta.
El incumplimiento del referido Acuerdo Reglamentario se advierte también con
relación a los delitos cometidos en contra de la integridad sexual. Repárese que en lo
que respecta al año 2004 se hallaron 5 causas que están pendientes de resolución
40
(ver Anexo 1, numerales, 5, pág. 16; 3, pág. 23; 11, pág. 27; 13, pág. 29; 18 pág. 44).
En idéntica situación se encontraron 5 causas ingresadas en el año 2006 (numerales
13, 17, 34 y 72 del Anexo 3 y 11 del Anexo 4).
En lo referente a los hechos de violencia familiar hay una franja crítica de
causas pendientes de resolución (ver numeral 7, pág. 18; 9 pág. 9; 12, pág. 20; 6 pág.
25; 7 pág. 58, 8, pág. 58 del Anexo I. En el Anexo II, puede verificarse los numerales
30 y 62. En tanto que en el Anexo III, puede leerse en los numerales 6, 26, 80, 84, 93,
94 y 115).
También son causas con prioridad de juzgamiento los hechos de Usurpación,
encontrándose en la Fiscalía 5 causas pendientes, con nula o escasa actuación del
Fiscal (ver numerales, 10, pág. 19; 7 pág. 7 del Anexo I; numerales, 38, 59 y 73, del
Anexo II).
B. Mención especial merece la actuación del Fiscal Moll en las actuaciones
labradas con motivo de la denuncia de Domingo Bartolacci, en la cual la primera
actuación del Fiscal de Instrucción se produce cuando el abogado del denunciante
presenta la instancia de querellante particular. Sobre el particular cabe destacar que la
ubicación de los referidos rodados, tal como lo relatara el abogado patrocinante de los
denunciantes en la audiencia, Dr. Carlos Walter López, se logró por los esfuerzos
realizados por los particulares, a partir de la difusión de la noticia en un medio
televisivo, el Canal Rural.
Adviértase que el denunciante, con el patrocinio letrado del Dr. López, presentó
un escrito en el que instaba la investigación, con fecha 29 de diciembre de 2004. Es
que, entendió –de acuerdo a lo dicho por el testigo en el debate-, que luego de 3
meses de haberse entregado los camiones, y al no tenerse noticias sobre el progreso
de la instrucción de las actuaciones, era necesario solicitar al fiscal medidas
41
investigativas, ya que “se habían producido más de quince robos de tractores en el
sudeste de Córdoba y en el Sur de Santa Fe, casi todos sin aclararse”.
El referido escrito recién fue proveído el 14 de abril de 2005, por el Fiscal
Carlos Viramonte, quien actuaba ante la licencia del Dr. Moll. Repárese que, la licencia
de Moll comenzó en marzo de 2005 y duró hasta mayo del mismo año.
De las copias que se remitieron del Juzgado de Salta, a instancia de la
actuación de Viramonte, se puede advertir que se le comunicó a Moll si interesaba la
detención de las personas que llevaban los tractores, manifestándole el enjuiciado que
no le interesaba. Más allá del acierto o no de lo resuelto por Moll, se advierte de las
copias solicitadas por Viramonte hasta marzo de 2006 no se tomaron ninguna otra
medida por parte del Fiscal de Instrucción Raúl Horacio Moll. Su obligación de
investigar el robo ni siquiera se inició. Sobre todo en una zona marcada por la
sustracción de maquinaria y mercaderías afectadas a la explotación agrícola. Pese a
los agravios que dirigió la defensa del enjuiciado al abogado López, la declaración de
éste lució franca, sin ánimo de perjudicar a Moll, pero indignado frente a la falta de
respuestas de la justicia ante lo que había denunciado, la recuperación de los tractores
no fue el fruto de la actividad de Moll, la paralización de la causa hasta marzo de 2006,
sí.
VII. Por todo lo expuesto, votamos afirmativamente acerca de la existencia de
los
hechos contenidos en la acusación, a los cuales nos remitimos a fin de
cumplimentar la exigencia establecida en el artículo 408 inc. 3º del CPP.
42
A LA TERCERA CUESTION LOS SEÑORES VOCALES Dres. MARIA ESTHER
CAFURE DE BATTISTELLI, WALTER SAIEG, DOMINGO ANGEL CARBONETTI,
MIGUEL NICOLAS y Lic. RODRIGO LEANDRO SERNA, DIJERON:
El hecho que se ha tenido por probado encuadra en la causal de destitución
por mal desempeño (C. Pcial, Art. 154;y Ley 7956, Art. 2).
Se ha dicho que hay mal desempeño cuando la conducta de un magistrado,
luego de su nombramiento, pone de manifiesto que carece o ha perdido las
condiciones necesarias para continuar en el ejercicio de su cargo. Sobre la base de su
actuación
previa,
se
juzga
la
idoneidad
actual
o
futura
para
continuar
desempeñándose en el cargo público que le ha sido confiado. Acreditada una falta
grave, en las condiciones de idoneidad que se exige para ser magistrado (v.gr., buena
conducta personal, salud física, equilibrio sicológico, independencia e imparcialidad,
buen desempeño jurisdiccional, capacidad organizativa y gerencial), corresponde dejar
de lado la garantía de inamovilidad de la que goza y proceder a su remoción
(SANTIAGO, ALFONSO (H), Grandezas y miserias en la vida judicial -El mal desempeño
como causal de remoción de los magistrados judiciales-, El Derecho, Bs. As. 2003, p.
38).
La remoción, pues, por la causal de mal desempeño, sólo debe proceder
cuando estén debidamente acreditados graves actos de inconducta o que afecten
seriamente al debido ejercicio de la función (J.A. 1967-II, pág. 317; Ekmekdjian,
Miguel Angel, "Tratado de Derecho Constitucional", pags. 230 y 231; E.D. t. 123, 47).
En ese marco debe precisarse que el estándar cons titucional del "mal
desempeño" es un concepto jurídico indeterminado que debe ser determinado, caso
por caso, a partir del juicio de responsabilidad que sobre el desempeño de vida, dentro
y fuera del tribunal, haga el jurado. Llenar un concepto jurídico indeterminado es una
43
función donde el jurado actuará con amplia discrecionalidad, por tratarse el mal
desempeño de una cuestión no sujeta a reglas típicas ni precisas (QUIROGA LAVIE,
Humberto, "Naturaleza institucional del jurado de enjuiciamiento", La Ley, 2000-B1008).
El Jurado de Enjuiciamiento de Córdoba se ha pronunciado respecto a este
supuesto de remoción sosteniendo que "...debe interpretarse como un modo de
conducirse del magistrado que vulnere la tutela de los intereses jurídicos que le fueran
confiados a través de la aplicación del derecho, la dirección del proceso y demás
deberes de la jurisdicción con gravedad tal que quebrante la confianza y constituya
una amenaza para los justiciables..." (Resolución n° 40, 17-11-88).
Recuérdese que el objetivo del instituto del Jurado de Enjuiciamiento de
Magistrados y Funcionarios no es el de sancionar al juez o fiscal, sino el de determinar
si ha perdido los requisitos que la ley y la Constitución exigen para el desempeño de
una función de tan alta responsabilidad, como es la de dar a cada uno lo suyo.
Bajo la referida inteligencia debe señalarse que, la falta de la debida diligencia
que requiere la tarea judicial en general y la del Fiscal de Instrucción en particular, ha
quedado demostrada en la Cuestión anterior a partir de hechos precisos, concretos
graves e inequívocos, los cuales en su examen integral permite evidenciar una
conducta constante de Moll durante el ejercicio del cargo en la ciudad de Corral de
Bustos.
Ello es así, pues la valoración en conjunto de los hechos evidencian: la
delegación total de la resolución de las causas en manos de sus funcionarios y
empleados -algunos de escasa experiencia y otros sin título de abogado- sin impartir
previamente instrucciones para investigar cuestiones complejas, o para corregir y
orientar de manera permanente las resoluciones que luego suscribiría; la ausencia de
44
cumplimiento de las normas establecidas en orden a las causas de atención
preferente; la indolencia por las actuaciones que iban quedando atrasadas -muchas de
ellas de tratamiento prioritario-; la incomunicación con los funcionarios que la ley
dispone para ejecutar la investigación de los hechos que estaban a su cargo; la
limitada jornada que cumplía en la sede de la Fiscalía y su falta de presencia en otros
ámbitos de su jurisdicción, que lo contactara con la urgencias del medio de la
persecución delictiva, la falta de pedido de pronto despacho no implicaba, por cierto,
dispensar al funcionario de obrar en tiempos razonables. Los casos Sosa, Sabache y
Denuncia de Bartolacci, muestran el sentimiento de las víctimas frente a la negligencia
de Moll, congruente con la valoración que efectúa el Colegio de Abogados de Marcos
Juárez, que recoge la opinión de sus asociados; la ausencia de la ciudad de Corral de
Bustos la mayoría de los fines de semana -aún en casos sumamente grave que exigía
su presencia inmediata- estas conductas reprochables y elusivas del cumplimiento de
obligaciones, que eran cubiertas por otros, en la medida de sus capacidades, culminan
con el especial incumplimiento funcional y ético que se evidenció cuando concretó su
viaje a playas brasileñas, en momentos en que su personal intentaba recomponer -a
partir de las cenizas - la sede judicial de Corral de Bustos. Una vez más, sus intereses
particulares, su comodidad, sus vacaciones planeadas se anteponían a sus
obligaciones funcionales. Así como su estado de salud, su declamada incapacidad
física y síquica progresiva que lo colocaba en situación de inimputabilidad no le impidió
presentarse para optar por el cargo de Fiscal Federal de la ciudad de Villa María,
tampoco debió impedirle cooperar para reestablecer la función judicial en Corral de
Bustos, que lo tenía como uno de sus protagonistas. Eligió nuevamente la conducta
más fácil, alejarse de la función, lograr una jubilación provisoria por el 66 % de
45
incapacidad laboral, que es el límite inferior, y a partir de allí, tratar de conservar un
cargo, que nunca honró.
Lo expuesto permite concluir que se encuentra acreditada la causal de mal
desempeño quedando evidenciado la ausencia de las condiciones necesarias con el
ejercicio del cargo de Fiscal de Instrucción.
Es que, la falta de la debida diligencia en el cumplimiento de su función, minó la
base misma de la autoridad de Fiscal de Instrucción, que es la confianza y credibilidad
que debía inspirar en la sociedad de Corral de Bustos, en el Poder Judicial, y en los
otros órganos del Estado.
Por tanto, conforme a estos fundamentos respondemos afirmativamente a esta
Cuestión.
A LA CUARTA CUESTION LOS SEÑORES VOCALES Dres. MARIA ESTHER
CAFURE DE BATTISTELLI, WALTER SAIEG, DOMINGO ANGEL CARBONETTI,
MIGUEL NICOLAS y Lic. RODRIGO LEANDRO SERNA, DIJERON:
De acuerdo a las conclusiones arribadas al resolver las cuestiones
precedentes, corresponde:
I. Rechazar las de nulidades planteadas por la defensa del Raúl Horacio Moll,
Dr. Alejandro Zeverín Escribano.
II. Destituir al Dr. Raúl Horacio Moll del cargo de Fiscal de Instrucción Múltiple
de la Tercera Circunscripción Judicial con asiento en la localidad de Corral de Bustos,
por encontrarlo incurso en la causal de mal desempeño prevista en el art. 154 de la
Constitución Provincial y art. 2, inc. 1° de la ley 7956, imponiéndole las costas del
proceso.
III. Comunicar lo resuelto con copia al Poder Ejecutivo, Poder Legislativo;
Tribunal Superior de Justicia (art. 50 Ley 7956) y al Consejo de la Magistratura (art. 19
46
Ley 7956).
Por todo lo precedentemente expuesto y por el resultado de los votos emitidos,
EL JURADO DE ENJUICIAMIENTO DE MAGISTRADOS Y FUNCIONARIOS DEL
PODER JUDICIAL, POR UNANIMIDAD,
RESUELVE: I. Rechazar las de nulidades planteadas por la defensa del Horacio Raúl
Moll, Dr. Alejandro Zeverín Escribano.
II. Destituir al Dr. Raúl Horacio Moll del cargo de Fiscal de Instrucción Múltiple
de la Tercera Circunscripción Judicial con asiento en la localidad de Corral de Bustos,
por encontrarlo incurso en la causal de mal desempeño prevista en el art. 154 de la
Constitución Provincial y art. 2, inc. 1° de la ley 7956, imponiéndole las costas del
proceso.
III. Comunicar lo resuelto con copia al Poder Ejecutivo, Poder Legislativo;
Tribunal Superior de Justicia (art. 50 Ley 7956) y al Consejo de la Magistratura (art. 19
Ley 7956).
IV. Pasar los antecedentes al Tribunal de Disciplina del Colegio de Abogados
en relación al abandono de la defensa, por parte del Dr. Alejandro Zeverín Escribano,
en el curso de la audiencia.
Protocolícese y notifíquese.
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