sala constitucional - Asociación Nacional de Empleados Públicos y

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SALA CONSTITUCIONAL
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
RECURRENTE: JOSÉ MERINO DEL RÍO
RECURRIDO: INSTITUTO NACIONAL DE SEGUROS Y OFICINA
OPERATIVA DE AFECTADOS POR EL NEMAGÓN
REFERENCIA: Violación de derechos fundamentales de las personas
afectadas por el agrotóxico Nemagón por incumplimientos graves y
reiterados de las obligaciones establecidas en la Ley N° 8130.
Señores Magistrados y señora Magistrada de la Sala Constitucional:
Por este medio, el suscrito, José Merino del Río, mayor, costarricense, casado,
cédula de identidad 8-046-249, politólogo y sociólogo, vecino de San José, me
apersono con respeto ante su autoridad, en mi doble condición de ciudadano y
diputado de la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica por el periodo
constitucional 2006-2010 a interponer RECURSO DE AMPARO contra el Instituto
Nacional de Seguros (INS), en cabeza de su Presidente Ejecutivo, Sr. Guillermo
Constenla Umaña, y la Oficina Operativa de Afectados por el Nemagón
integrada por funcionarios del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la Caja
Costarricense del Seguro Social y el Instituto Nacional de Seguros, con base en
los siguientes hechos:
I.- HECHOS
PRIMERO: Durante el período comprendido entre los años 1967 y 1979 miles de
trabajadores de plantaciones bananeras costarricenses fueron expuestos a la
utilización indiscriminada en el territorio nacional del nematicida tóxico 1.2 dibromo
–3- cloropropano, conocido como DBCP por sus siglas o “Nemagón” y
“Fumazone” por sus nombres comerciales. Como consecuencia de este hecho, las
personas afectadas sufrieron una serie de daños y padecimientos en su vida y su
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salud, tales como:
daño degenerativo testicular, disfunción reproductiva,
trastornos en el comportamiento sexual, repercusiones psicológicas, sociales y
otras patologías. Asimismo, de conformidad con estudios científicos realizados, se
asocian consecuencias negativas en mujeres y niños por la exposición del DBCP.
También hay estudios que vinculan la exposición a este químico tóxico con una
mayor incidencia de cáncer.
En estos graves daños tuvieron un a responsabilidad directa las empresas
químicas, comercializadoras y productores de banano que respectivamente
produjeron, importaron y utilizaron el Nemagón en fincas de Costa Rica y otras
naciones de Centroamérica y América Latina, a pesar de que dicho producto había
sido declarado tóxico para la salud humana y prohibido en Estados Unidos y otros
países. Asimismo, tuvo responsabilidad directa por estos daños el Estado
costarricense, que permitió la importación y utilización en Costa Rica de este
químico tóxico en Costa Rica durante más de una década, sin cumplir con sus
obligaciones constitucionales de proteger la vida y la salud de las personas que
habitan en el territorio nacional.
A pesar de lo anterior, treinta años después de que se produjeran los hechos
descritos y de que prohibiera la importación del Nemagón en Costa Rica, todavía
hay miles de extrabajadoras y extrabajadores bananeros y sus familias que sufren
los daños en su salud física y psicológica, ocasionados por la exposición a dicho
agrotóxico, sin que hasta la fecha hayan recibido una indemnización o
compensación justa y adecuada por los daños sufridos.
SEGUNDO: Ante la realidad descrita en punto anterior, Ley Nº 8130 de 6 de
setiembre y sus reformas estableció la obligación del Estado costarricense de
indemnizar, a través del Instituto Nacional de Seguros (INS), “a quienes
comprueben haber sufrido un daño físico y/o moral objetivo como consecuencia
de haber sido utilizado en el país” el Nemagón.
Para recibir esta indemnización, las personas afectadas deberán cumplir una serie
de requisitos establecidos en la ley, entre los que destaca “realizarse los
exámenes físicos, de laboratorio y psicológicos, necesarios para determinar la
existencia de un daño físico o moral objetivo, vinculado con el uso del DBCP o
asociado a ello, según lo determine el Instituto Nacional de Seguros (INS)”
(artículo 2 inciso c)
Para estos efectos, el artículo 12 de la Ley Nº 8130 establece que es obligación
del INS realizar las pruebas médicas, de laboratorio o psicológicas indicadas, para
lo cual dispone que “el INS efectuará las pruebas referidas en el Artículo
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anterior.” Además, esta norma autoriza a dicha institución “para que tome las
medidas pertinentes con el objeto de garantizar la celeridad de tales pruebas.”
(Énfasis agregado)
TERCERO: La Ley Nº 8554 de 19 de octubre de 2006 reformó la Ley Nº 8130 con
el objetivo de, entre otras cosas, detallar con mayor claridad el tipo de pruebas
que deben hacerse las personas afectadas por el Nemagón, así como los criterios
para valorar los resultados de estas pruebas. Esto fue necesario porque hay
muchos extrabajadores afectados que, por su avanzada edad y los mismos daños
sufridos por la exposición al agrotóxico, no están en capacidad de practicarse una
prueba de espermograma para determinar el daño físico degenerativo testicular y
la disfunción reproductiva.
En este sentido, se establecieron criterios diferenciados en función de si las
personas pueden o no realizarse dicha prueba. Para el primer grupo (personas
que pueden dar muestra en espermograma) la ley establece que deberá realizarse
una valoración integral de los resultados de dicho examen, es decir, que “deberán
tomarse en cuenta, para su análisis, el volumen, la motilidad y la morfología, entre
otros aspectos.” (artículo 2 inciso c)
En el caso de extrabajadores que “por diferentes causas estén imposibilitados
para proporcionar la muestra necesaria destinada al espermograma” la ley fija con
claridad una serie de parámetros y medios probatorios que deberán ser valorados
en su conjunto para determinar si procede o no el pago de la indemnización. De
acuerdo con la norma citada “las indemnizaciones se reconocerán de acuerdo
con el resultado de los exámenes físicos, psicológicos y de laboratorio, y el
tiempo de exposición al agroquímico.” (Énfasis agregado)
CUARTO: El Instituto Nacional de Seguros está incumpliendo de forma
sistemática sus obligaciones establecidas en la Ley Nº 8130, perjudicando con tal
incumplimiento los derechos de miles de extrabajadores afectados por el
Nemagón que siguen sin recibir la indemnización establecida en dicha normativa.
A pesar de que la ley es clara en cuanto a la obligación de esta institución de
realizar los exámenes médicos y físicos indispensables para reconocer el derecho
a indemnización, desde hace más de 3 meses el Instituto Nacional de Seguros
ha dejado de realizar los exámenes físicos a las personas afectadas.
Desde abril de 2009 la División Médica del INS, sin dar justificación alguna,
suspendió el nombramiento de la doctora que se encargaba de realizar estos
exámenes, sin que hasta la fecha se haya realizado la respectiva sustitución
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por otro profesional calificado para dicha tarea. Esto ha ocasionado que
aproximadamente dos mil personas afectadas se encuentren en una situación
de total incertidumbre, con varios meses de espera infructuosa, sin poder
realizarse los exámenes necesarios para que se les reconozca su derecho a una
indemnización.
A la mayoría de estas personas el INS ni siquiera les ha fijado una fecha para la
realización de los exámenes mencionados, a pesar de haber cumplido los demás
requisitos establecidos en la Ley Nº 8130. Pero también están los casos de varios
extrabajadores afectados a quienes el INS les había otorgado una cita para
practicarse los respectivos exámenes físicos con fecha del 22 de abril de 2009.
Sin embargo, esa cita fue cancelada sin explicación alguna y hasta el día de hoy
no ha sido reprogramada. En esta situación se encuentran, entre muchos otros,
los señores Natividad Jiménez Briones, cédula 5-140-084, Francisco Sánchez
Alvarado, cédula 1-276-216, Omar Eliécer Barboza Barrantes, cédula 1-298-232,
José Matías Perez Mayorga , cédula 5-086-100 y José Alberto Obando Torres (ver
documentación adjunta)
Este incumplimiento del INS es sumamente grave pues, la gran mayoría de las
personas afectadas por el Nemagón tienen una edad muy avanzada. Un caso
extremo es el del señor Rogelio Matarrita Matarrita, cédula 9-011-594 quién a sus
97 años de edad y continúa a la espera de los exámenes físicos. En una situación
similar se encuentran Juan José Villarreal Cubillo, cédula 5-045-810 (83 años),
Antonio Moraga Mendoza, cédula 5-064-241 (78 años), Francisco Luis Calero
Cabezas, cédula 5-073-697 (74 años), José Johel Badilla Román, cédula 1-227162 (74 años), Carlos Miguel Vargas Vargas, cédula 5-075-249 (73 años), Magín
Mendez Leiva, cédula 5-086-324 (71 años), entre muchos otros.
Además, estas personas sufren diversas enfermedades y padecimientos en su
salud (muchos de ellos provocados o agravados por su exposición al agrotóxico),
de manera que el atraso y la negligencia administrativa en la realización de
los exámenes médicos puede ocasionarles un perjuicio de imposible
reparación. Si estas personas fallecen va a ser imposible que se practiquen los
respectivos exámenes y el derecho a una indemnización que les concedió la Ley
8130 quedaría definitivamente truncado. Los jerarcas del INS saben esto, pero
aún así, continúan retrasando e impidiendo la realización de las pruebas médicas.
Como lo denunciaron varios extrabajadores afectados en nota remitida al suscrito
diputado el 20 de julio de 2009 (copia adjunta), en los últimos meses ya se han
muerto cuatro personas que se encontraban en esta situación, quienes ya nunca
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podrán hacer efectivos los derechos que legislación nacional les concede. En
palabras de estas personas:
“La mayoría de nosotros somos personas mayores de 70 años y estamos
muy enfermos. Después de haber sufrido un calvario durante décadas
esperando que el Estado costarricense nos haga justicia, pensábamos que
la ley 8130 con su reciente reforma de 2006 (ley 8554) era una oportunidad
para llevar de una vez por todas un poco de paz y tranquilidad a nuestras
familias.
Sin embargo, pareciera que el INS está esperando que nos muramos todos
los afectados que quedamos vivos para no tener que pagarnos ni un
centavo. De hecho, en estos meses de espera ya han fallecido cuatro
compañeros que no pudieron hacerse los exámenes que manda la ley,
producto de tanta negligencia.”
QUINTO: En los casos de extrabajadores que han logrado practicarse los
exámenes médicos, el INS y la Oficina Operativa de Afectados por el Nemagón
están incumpliendo flagrantemente las reglas establecidas en la Ley Nº 8130 para
el análisis y valoración de los resultados de dichos exámenes. De forma
totalmente arbitraria, dichas entidades están omitiendo considerar otras pruebas y
criterios contemplados en la legislación vigente, a la vez que introducen criterios
para el rechazo de solicitudes que no se encuentran contenidos en esa legislación.
Todo esto está ocasionando el rechazo arbitrario e injustificado de una gran
cantidad de solicitudes, denegándole indebidamente su derecho a una
indemnización a una gran cantidad de personas afectadas por la exposición al
Nemágon. Algunos de los principales incumplimientos y violaciones a la Ley Nº
8130 en que están incurriendo el INS y la Oficina Operativa de Afectados por el
Nemagón, en perjuicio de los derechos fundamentales de los extrabajadores
afectados por este agrotóxico son los siguientes:
1. En todos los casos el INS no está realizando los exámenes
psicológicos establecidos en la Ley 8130. De acuerdo con el artículo 1
de esta ley, dichos exámenes son el medio idóneo para demostrar la
existencia de daño moral objetivo, entendido como “las disfunciones
de la personalidad que afecten las relaciones familiares o sociales de la
persona, originadas como consecuencia del DBCP y que puedan
determinarse por medio de los exámenes psicológicos pertinentes.”
Adicionalmente, el numeral 2 inciso c) de este mismo cuerpo normativo
dispone que estos exámenes serán parte de los medios de prueba que
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deberán valorarse para determinar la existencia de daños en el caso de
personas que no han podido dar la muestra de espermograma.
La omisión absoluta del INS en la realización de los exámenes
psicológicos exigidos por la ley les están negando arbitrariamente a las
personas afectadas por el Nemagón la oportunidad de recibir una
indemnización por daño moral objetivo y también afecta su derecho a
una indemnización por daño físico, en los casos en que la ley contempla
estos exámenes como parte de los medios de prueba que deben
considerarse para su determinación.
2. El INS y la Oficina Operativa de Afectados por el Nemagón no están
cumpliendo con lo dispuesto en el artículo 2 inciso c) la Ley 8130
sobre el análisis y valoración de las exámenes de espermograma.
En varios casos, las dependencias públicas recurrida han omitido realizar
una valoración integral de los resultados de dichas pruebas,
considerando “el volumen, la motilidad y la morfología, entre otros
aspectos” tal y como manda la ley. Por el contrario, solo tienden a
considerar alguno de estos aspectos como el volumen de
espermatozoides, lo que, además de contradecir la legislación vigente,
produce un resultado sesgado, en perjuicio de los derechos de la
persona afectada.
Un ejemplo claro de esta práctica ilegal del INS se pueden constatar con
el caso del señor Edgar Cabalceta Barrantes, cédula 5-111-584. A este
señor la Oficina Operativa de Afectados por el Nemagón le rechazó su
solicitud mediante la resolución 1960-2008 (copia adjunta) con la
justificación de que “el examen de espermograma se encuentra dentro
de los rangos establecidos de la Organización Mundial de la Salud como
normales”.
En cuanto al volumen de espermatozoides la muestra de esta persona
dio un total de 24,5 millones/mililitro (se considera un volumen “normal”
por encima de veinte millones por mililitro) Sin embargo, al analizar los
demás aspectos del examen de espermograma podemos constatar que
en cuanto a movilidad el resultado es que el 94% de los
espermatozoides eran no móviles después de una hora. Además en
cuanto a morfología tenemos que un 84% de esos espermatozoides
eran “anormales”. A pesar de que estos aspectos evidentemente
indican la existencia de un problema de disfunción reproductiva, no
fueron considerados por la oficina recurrida, que realizó una valoración
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sesgada y parcializada del caso, considerando únicamente el volumen
de la muestra, en perjuicio de los derechos del señor Cabalceta
Barrantes.
Lamentablemente este no es un caso aislado, sino que refleja una
tendencia en la práctica administrativa del INS y la Oficina Operativa de
Afectados por el Nemagón al momento de realizar la valoración de las
muestras de espermograma, en contra de lo estipulado en la ley y en
detrimento de los derechos de las personas afectadas.
Esta forma de proceder de los recurridos contrasta notablemente con su
actuación en otros casos como el del señor Marcos Diaz Diaz, cédula 6083-405, cuya prueba de espermograma en los laboratorios de la CCSS
dio como resultado “azoospermia”, es decir “un trastorno orgánico en el
cual el hombre no tiene un nivel mensurable de espermatozoides en su
semen. Se asocia con muy bajos niveles de fertilidad.” En esta ocasión el
INS solicitó a la CCSS “correcciones” al resultado del examen.
3. En el caso de extrabajadores que no pueden dar la muestra en
espermograma, el INS y la Oficina Operativa de Afectados por el
Nemagón tampoco realizan una valoración integral de los medios de
prueba indicados en el mismo artículo 2 inciso c) de la Ley 8130. En
ningún caso están valorando exámenes psicológicos o el tiempo de
exposición al agroquímico a pesar de ser factores determinantes para
demostrar la existencia de un daño. De hecho existen diversos estudios
que concluyen que una exposición prolongada puede incrementar
notablemente el riesgo de sufrir daños en la salud.
Peor aún, en muchos de estos casos, cuando se han realizado
exámanes físicos, el INS y la Oficina Operativa proceden a rechazar
las solicitudes sin realizar análisis o consideración alguna sobre los
padecimientos físicos que sufre persona y su vinculación con la
exposición al Nemagón (daños)
Por el contrario, cuando el rechazo incluye algún tipo de justificación (en
muchos de estos casos ni siquiera se explican las razones que motivan
la decisión) el INS y la Oficina Operativa recurren a motivos o
excusas que no están contemplados en la ley y que de ninguna
manera justifican por si solos el rechazo de la solicitud.
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En concreto, una gran cantidad de solicitudes están siendo rechazadas,
esgrimiendo como única justificación que las personas afectadas
lograron procrear hijos después del año 1980. Es decir, el INS y la
Oficina Operativa asumen que si estas personas procrearon hijos con
posterioridad a la fecha en que supuestamente cesó la importación al
país del agrotóxico Nemagón (1979) entonces estas personas no
sufrieron daño físico o moral alguno por su exposición prolongada a
dicho químico tóxico.
Evidentemente esta presunción es absolutamente arbitraria y totalmente
contraria a la finalidad perseguida por la Ley 8130. El que las personas
expuestas al Nemagón hayan podido procrear hijos después de 1980 no
quiere decir que no resultaron afectadas en su vida y su salud por dicha
exposición. Este hecho, considerado de forma aislada –como hacen el
INS y la Oficina Operativa- de ninguna manera permite concluir que esas
personas no sufrieron daños físicos o morales por la exposición al
Nemagón.
Los padecimientos físicos asociados a la contaminación con este
agroquímico tóxico, como el daño degenerativo testicular y la disfunción
reproductiva, son de carácter progresivo. Estos padecimientos pueden
no manifestarse de forma inmediata. Tienden a manifestarse y agravarse
con el paso del tiempo. De hecho, esta es una característica general de
muchas enfermedades vinculadas con la exposición a agroquímicos. Así
las cosas, el hecho de que las enfermedades derivadas de la exposición
al Nemagón no se hayan manifestado inmediatamente después de dicha
exposición, no implica la inexistencia de daños sujetos a indemnización
con base en lo dispuesto en la Ley 8130.
Esta ley es muy clara en cuanto a la obligación del Estado costarricense
de indemnizar todos aquellos daños físicos o morales objetivos sufridos
“como consecuencia” de haber sido usado el Nemagón en el país o
“vinculados” con dicho uso. La ley no limita el tipo de daño físico que se
debe indemnizar. Tampoco establece que únicamente se indemnizarán
daños que se hayan manifestado antes de determinada fecha. Mucho
menos dice que quienes han logrado procrear hijos no tienen derecho a
la reparación de los daños sufridos.
Dicha normativa establece que para determinar la existencia de un daño
deben ser valorados de forma conjunta una serie de elementos que el
INS y la Oficina Operativa no están tomando en cuenta. En vez de
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cumplir con la ley esa oficina está rechazando una gran cantidad de
solicitudes sin una adecuada justificación, tomando como único elemento
de juicio que los solicitantes procrearon hijos después de 1980. Así
ocurrió, por ejemplo, con los casos de los señores Antonio Perez Jirón,
cédula 5-089-226, Jesús María Sequeira Silva, cédula 8-051-314 y
Bolivar Arias Chacón, cédula 1-304-595 (se adjunta copia de
expedientes) Los exámenes médicos del señor Perez Jirón determinaron
que sufre gran cantidad de padecimientos físicos, además, en su
expediente consta que laboró en fincas bananeras expuesto al Nemagón
por más de cinco años. La Oficina Operativa rechazó su caso aduciendo
que la evaluación clínica “no evidencia una duda razonable del daño
físico”. Sin embargo, no consta análisis alguno sobre los medios de
prueba valorados por dicha oficina para llegar a esta conclusión ni
consideración alguna sobre los múltiples padecimientos de esta persona
y su posible vinculación con la exposición prolongada al agrotóxico. El
único elemento de juicio en el que se basa el rechazo es que esta
persona tuvo dos hijos en 1984 y 1987. Algo similar ocurre con los
señores Sequeira Silva y Arias Chacón. En sus expedientes consta que
no pudieron realizarse la prueba en espermograma y los exámenes
médicos arrojaron diversos problemas de salud. Sin embargo, se
rechazan sus solicitudes sin mayor explicación ni fundamento. Una vez
más la única consideración de fondo parece haber sido que estas
personas tuvieron hijos después de 1980.
En el caso del señor Cabalceta Barrantes antes comentado, además del
incumplimiento de la ley sobre la valoración de los resultados de las
pruebas de espermograma, consta resolución de la Comisión Médica del
INS donde textualmente se indica: “Califica, si no tiene hijos después del
ochenta. Si tiene hijos no califica. Aporta estudio de hijos, en donde se
demuestra que tiene inscritos 3 hijos, 2 posterior a 1980. Por lo que no
califica.” Es decir, a pesar de que en este caso existe evidencia de
daños derivada de la prueba de espermograma, el INS le otorgó
prioridad a la procreación de hijos después de 1980, como justificación
del rechazo de la solicitud de indemnización.
En todos los casos descritos, no se tomó en cuenta el tiempo de
exposición al agroquímico ni los exámenes psicológicos, a pesar de que
así lo exige la ley. Tampoco se hizo valoración alguna sobre la
vinculación entre los padecimientos físicos de los solicitantes y su
exposición al Nemagón. Simplemente se rechazó la solicitud de las
personas afectadas porque lograron procrear hijos, lo que constituye un
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trato arbitrario, contrario a la ley y absolutamente discriminatorio. Encima
de que estas personas resultaron afectadas por la exposición a un
químico tóxico, se les niegan sus derechos y se les “castiga” porque ese
daño no fue inmediato, sin considerar los padecimientos que actualmente
sufren como consecuencia de dicha exposición.
II.- NORMAS, PRINCIPIOS Y DERECHOS CONSTITUCIONALES
LESIONADOS
El incumplimiento sistemático del INS de su obligación legal de realizar los
exámenes médicos, psicológicos y de laboratorio requeridos para el pago de
indemnizaciones a las personas afectadas por el Nemagón (hechos cuarto y
quinto) violenta los siguientes derechos fundamentales de estas personas:
1.- Derecho a la reparación de los daños recibidos y a obtener justicia pronta
y cumplida (artículo 41 de la Constitución Política): Esta garantía
constitucional establece con absoluta claridad que “ocurriendo a las leyes, todos
han de encontrar reparación para las injurias o daños que hayan recibido en su
persona, propiedad o intereses morales” y que “debe hacérseles justicia pronta y
cumplida, sin denegación y en estricta conformidad con las leyes”.
Es difícil encontrar en la historia de Costa Rica casos más claros y dramáticos de
denegación de justicia que el de las personas afectadas por el agrotóxico
Nemagón. Estas personas sufrieron y todavía sufren hoy en día daños gravísimos
en su vida, su salud física y psicológica y su integridad moral como consecuencia
de la exposición sin controles a un agroquímico altamente tóxico (prohibido en su
país de origen) que fue importado y utilizado en el país durante más de diez años
a vista y paciencia de las autoridades del Estado costarricense. De estos daños
son responsables directos tanto las empresas que produjeron, importaron,
vendieron y usaron el veneno como el propio Estado que lo permitió sin cumplir
con su deber constitucional de proteger la vida y la salud de todas las personas
que habitan en el territorio nacional. A pesar existir amplia evidencia sobre estos
hechos, la gran mayoría de las y los trabajadores humildes afectados, nunca ha
recibido una reparación ni compensación adecuada por los daños recibidos,
nunca han tenido acceso a la justicia pronta y cumplida. Para ellos y sus
familias el artículo 41 de la Carta Magna sigue siendo letra muerta, una quimera.
La aprobación de la Ley Nº 8130 y sus posteriores reformas fue un intento por
revertir esta lamentable situación. Sin embargo, para que los preceptos de dicha
ley puedan cumplirse es indispensable que el INS cumpla con su obligación legal
de realizar a las personas afectadas los exámenes médicos, psicológicos y de
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laboratorio que permitan comprobar la existencia de daños físicos y morales
vinculados con el uso del Nemagón. En este sentido, la negativa arbitraria e ilegal
del INS a realizar los exámenes psicológicos y la suspensión indefinida de los
exámenes médicos a miles de extrabajadores que se encuentran en listas de
espera (en contra de obligaciones expresas establecidas en la letra de la Ley
8130, artículos 1, 2 y 12) constituye una violación flagrante al precepto
constitucional que garantiza el derecho de estas personas a obtener justicia y una
adecuada reparación de los daños recibidos. En si mismo, este incumplimiento del
INS constituye un acto de denegación de justicia. Lo es porque sin estos
exámenes resulta imposible que se concrete el pago de las indemnizaciones
establecidas en la Ley Nº 8130 a pesar de la existencia de daños y con el paso del
tiempo este pago se dificulta cada vez más, hasta volverse prácticamente
imposible.
Cada vez es más difícil que la reparación del daño recibido se concrete para estas
personas, porque –como ellas mismas lo denunciaron- muchas son de avanzada
edad y están muy enfermas. Cada vez es más difícil que puedan realizarse las
pruebas de espermograma e, incluso, varias ya han fallecido sin haber recibido
indemnización alguna. En tales casos la denegación de justicia producida por la
inacción, la arbitrariedad y la negligencia de las autoridades del INS que motiva el
presente recurso de amparo deviene en absoluta e irreparable. El último eslabón
de una cadena interminable de violaciones al derecho fundamental tutelado en el
numeral 41 de la Carta Magna por parte del Estado costarricense.
2.- Derecho a la vida y a la salud. Como ha establecido la Sala Constitucional en
innumerables resoluciones, a partir del artículo 21 de la Constitución Política que
establece que la vida humana es inviolable “se ha derivado el derecho a la salud
que tiene todo ciudadano, siendo en definitiva al Estado a quien le
corresponde velar por la salud pública impidiendo que se atente contra ella”.
(Votos Nº 5130-94 de las 17:33 horas del 7 de setiembre de 1994 y Nº 2362-91 de
las 10:03 horas del 8 de noviembre de 1991).
En el mismo sentido, dicho tribunal ha señalado que del artículo 21 de la
Constitución Política se desprende “el derecho a la salud, el bienestar físico,
mental y social, derecho humano que se encuentra indisolublemente ligado al
derecho de la salud y a la obligación del Estado de proteger la vida humana”.
(Voto Nº 1394-94, de las 15:21 horas del 16 de marzo de 1994)
El incumplimiento de las autoridades recurridas en la realización de las pruebas
físicas, psicológicas y de laboratorio que la Ley 8130 ordena practicar a las
personas expuestas al agrotóxico Nemagón también constituye una flagrante
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violación al derecho fundamental a la vida y a la salud de todas estas personas.
Este derecho les ha sido sistemáticamente violentado desde el momento en que el
Estado costarricense toleró y permitió que miles personas trabajadoras fueran
expuestas a este agroquímico con graves consecuencias negativas para su
bienestar físico, mental y social.
Mediante la Ley 8130 la Asamblea Legislativa reconoció la responsabilidad del
Estado por el incumplimiento de su obligación de proteger la salud de la población
en el caso de las personas afectadas por el Nemagón. Por ese motivo, en su
artículo 12 estableció la obligación del INS de realizar exámenes médicos y
pruebas físicas y psicológicas a estas personas, a fin de determinar los daños
ocasionados a su salud física, mental y social por esta exposición.
Así las cosas, la negativa de las autoridades recurridas a realizar los exámenes
mencionados constituye una nueva violación del derecho a la salud de las
personas afectadas por el Nemagón. Dichos exámenes pueden ser
fundamentales, determinantes para detectar y prevenir diversas enfermedades,
trastornos y padecimientos físicos y psicológicos que sufren estas personas. Su
realización oportuna, tal y como ordena la ley, podría permitir que tales
padecimientos sean tratados a tiempo, evitando que se agraven.
Al incumplir con la obligación legal de realizar estos exámenes, el INS les niega a
las personas afectadas por el Nemagón un derecho que expresamente les
concedió la Ley 8130, poniendo nuevamente en peligro su vida y su salud.
3.- Derecho fundamental al buen funcionamiento de los servicios públicos.
Principios de eficiencia, eficacia y celeridad en la prestación de los servicios
públicos. Este derecho fundamental y estos principios de orden constitucional se
derivan de la relación armónica entre los numerales 11, 140 inciso 8), 139 inciso 4)
y 191 de la Constitución Política, como ha indicado reiteradamente la Sala
Constitucional y, por ende, son de acatamiento obligatorio para el Estado
costarricense. En palabras de ese tribunal:
“V.- DERECHO FUNDAMENTAL AL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS
SERVICIOS
PÚBLICOS.
Nuestra
constitución
política
recoge,
implícitamente, el derecho fundamental de los administrados al buen y
eficiente funcionamiento de los servicios públicos, esto es, que sean
prestados con elevados estándares de calidad, el cual tiene como correlato
necesario la obligación de las administraciones públicas de prestarlos de
forma continua, regular, célere, eficaz y eficiente. Esta última obligación se
desprende de la relación sistemática de varios preceptos constitucionales,
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tales como el 140, inciso 8, el cual le impone al Poder Ejecutivo el deber de
“Vigilar el buen funcionamiento de los servicios y dependencias
administrativas”, el 139, inciso 4), en cuanto incorpora el concepto de
“buena marcha del Gobierno” y el 191 en la medida que incorpora el
principio de “eficiencia de la administración”. Esa garantía individual
atípica o innominada se acentúa en tratándose de servicios públicos
esenciales de carácter asistencial como los de la seguridad social y,
en especial, cuando tenemos pacientes que por la patología o
síndrome clínico presentado requieren de una atención inmediata sin
ningún tipo de dilación indebida para garantizarles sus derechos a la
vida y a la salud.” (Voto Nº 2007-7952. Énfasis agregado)
La negligencia e inoperancia del INS en la realización de los exámenes médicos y
psicológicos exigidos por la Ley 8130 contradice frontalmente los principios
constitucionales citados y les niega a las personas afectadas por el Nemagón su
derecho al buen funcionamiento de los servicios públicos. Sencillamente para el
caso de estas personas tales servicios no están funcionando del todo. El INS ha
suspendido desde hace más de tres meses la realización de exámenes médicos y
se ha negado sistemáticamente a realizar los exámenes psicológicos, con graves
consecuencias para los demás derechos de estas personas. Lo hechos que
motivan la presentación del presente recurso muestran el más completo
desinterés de las autoridades recurridos por cumplir con su deber de prestar de
forma eficiente y oportuna los servicios que las le Ley 8130 ordena. De manera
que en este caso, más bien podemos afirmar que existe una clara intención de
denegar la prestación de dichos servicios.
Por otra parte, los incumplimientos del INS y la Oficina Operativa en la aplicación
de la Ley 8130, reseñados en el hecho quinto también constituyen violaciones a
las siguientes normas y principios constitucionales:
1.- Principio constitucional de legalidad de la Administración Pública en
relación con la violación de derechos fundamentales. Según este principio
contenido en el artículo 11 de la Carta Magna, “los funcionarios públicos son
simples depositarios de la autoridad” y “están obligados a cumplir los deberes que
la ley les impone y no pueden arrogarse facultades no concedidas en ella”.
Las instituciones recurridas violentan este principio en tanto incumplen e
irrespetan sistemáticamente las disposiciones contenidas en el artículo 2 inciso c)
de la Ley 8130 sobre los elementos probatorios que deben considerarse y las
reglas de valoración de los mismos para determinar la existencia de un daño
indemnizable. Esto ocurre tanto en los casos donde se han realizado pruebas de
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espermograma como en aquellos donde no fue posible realizarlas. En ambos el
INS y la Oficina Operativa incumplen el mandato legal ignorando elementos de
prueba expresamente incluidos por la Asamblea Legislativa (exámenes físicos y
psicológicos, tiempo de exposición al agroquímico), valorando los resultados de
las pruebas que sí realizan de forma caprichosa y antojadiza, sin atender a los
criterios definidos en la ley y resolviendo arbitrariamente las solicitudes con base
únicamente en criterios discriminatorios e insuficientes -como la previa procreación
de hijos- que no han sido contemplados por la ley.
Si bien la violación y el incumplimiento de normas legales no necesariamente
implica un vicio de inconstitucionalidad, la jurisprudencia de la Sala
Constitucional ha reconocido reiteradamente que ese vicio sí se produce
cuando, como consecuencia del incumplimiento de normas legales por las
dependencias públicas, se producen afectaciones a otros derechos
fundamentales y principios constitucionales tutelados en nuestra Carta
Magna.
Eso es precisamente los que ocurre en este caso, en el cual el incumplimiento de
las normas contenidas en la Ley 8130 sobre la demostración de los daños sujetos
a indemnización se traduce en una clara desprotección de los derechos de las
personas afectadas por el Nemagón y en una violación de sus derechos
fundamentales a la vida y la salud, así como al acceso a la justicia pronta y
cumplida y a recibir una reparación por los daños recibidos (artículos 21 y 41
de la Constitución Política) El incumplimiento por parte del INS y la Oficina
Operativa de las normas del artículo 2 inciso c) de la Ley 8130 (hecho quinto) no
solo viola el Principio de Legalidad de la Administración Pública, sino que por
medio de esta violación les niega –una vez más- a estas personas su derecho a
obtener justicia y una indemnización por el daño recibido y pone nuevamente en
peligro su derecho a la vida y a la salud.
2.- Principios constitucionales del Debido Proceso. Se violentan los principios
constitucionales derivados del artículo 39 de la Constitución Política que son
también aplicables a procedimientos administrativos donde se discute el
reconocimiento de derechos de los administrados (como ocurre en el presente
caso) En concreto, las actuaciones del INS y la Oficina Operativa indicadas en el
hecho quinto violentan los principios de interdicción de la arbitrariedad,
amplitud probatoria, sana crítica y debida fundamentación de las
resoluciones que ponen fin al procedimiento.
En los procedimientos donde están en juego derechos de las personas no son
admisibles resoluciones contrarias a la legalidad, manifiestamente arbitrarias y
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carentes por completo de sustento y justificación. Los procedimientos deben
tender a la búsqueda de la verdad real, por lo tanto, se deben admitir todos
aquellos medios de prueba que permitan alcanzar la verdad sobre los hechos
analizados. En palabras de la Sala Constitucional, dado que la finalidad del
procedimiento es averiguar esta verdad real, las autoridades administrativas tienen
la obligación de “(...) de investigar esa verdad objetiva y diligentemente, sin
desdeñar ningún medio legítimo de prueba, sobre todo si ofrecida por la
defensa no resulta manifiestamente impertinente” (Voto Nª 1739-92)
Debemos agregar que esta obligación existe, con mucha más razón si, como
ocurre en el presente caso, la ley expresamente incluye la obligación de aplicar y
considerar determinados medios de prueba y elementos de juicio. Desde esta
perspectiva, resulta totalmente contrario a estos principios que el INS y la Oficina
Operativa estén desdeñando e ignorando -en perjuicio de las personas afectadas
por el Nemagón- medios de prueba y criterios de valoración que el artículo 2 inciso
c) de la Ley 8130 exige considerar para alcanzar la verdad real sobre la existencia
de daños sujetos a indemnización con base en la legislación citada.
Los principios del debido proceso también exigen que las pruebas sean valoradas
conforme a las reglas de la sana crítica y que las resoluciones finales contengan
una motivación adecuada y suficiente que permita conocer las razones en que se
fundó el rechazo de las solicitudes y la consecuente denegación del
reconocimiento de derechos. En el caso que nos ocupa, estos principios tampoco
se cumplen. Toda resolución que deniega derechos debe encontrarse
debidamente fundamentada, y la debida fundamentación necesariamente implica
un análisis coherente de todos los elementos probatorios aportados en el
procedimiento administrativo, y no sólo de algunos, ya que “(...) la infracción al
debido proceso se da en esta materia porque la prueba ha sido valorada en forma
errónea, arbitraria, incompleta e infundada.” (Sala Constitucional Voto Nº 347-98)
En este sentido, es una práctica recurrente de la Oficina Operativa rechazar las
solicitudes de indemnización sin incluir valoración alguna de los exámenes físicos
exigidos por la ley, ni realizar las justificaciones necesarias que permitan explicar
las razones que sustentan el rechazo. Por el contrario estas razones brillan por su
ausencia, negando a las personas afectadas información mínima para ejercer su
derecho de defensa y recurrir dicho rechazo, en clara violación a los principios
elementales del debido proceso.
3.- Principio de igualdad y prohibición de discriminación contraria a la
dignidad humana, en relación con el parámetro constitucional de
razonabilidad. La práctica reiterada del INS y la Oficina Operativa de rechazar las
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solicitudes de las personas afectadas por el solo hecho de que estas lograron
procrear hijos después de 1980, constituye un acto de discriminación contraria a la
dignidad humana y por ende violatorio del principio de igualdad tutelado en el
artículo 33 de la Constitución Política y diversos instrumentos internacionales de
derechos humanos suscritos por Costa Rica.
Es un acto discriminatorio porque las entidades recurridas realizan una
diferenciación que la ley no hace, para negar el derecho de indemnización de una
gran cantidad de solicitudes, basándose única y exclusivamente en el hecho de
que estas personas han procreado hijos. Este hecho por si solo no puede ser
motivo suficiente para denegar una indemnización, pues la ley 8130 es muy clara
en que lo que origina este derecho es la existencia de un daño físico, moral o
psicológico vinculado con el uso del químico tóxico en el país.
La procreación de hijos es un derecho humano fundamental de toda persona. A
nadie que ha sufrido afectaciones físicas o psicológicas por la exposición al
Nemagón se le puede negar su derecho recibir una reparación por el daño
causado por el solo hecho de que tuvo descendencia. Este hecho considerado de
forma aislada no permite descartar la existencia de un daño físico, moral o
psicológico. De hecho es altamente probable que en muchos casos tales daños se
hayan manifestado con posterioridad a la procreación o bien que hayan producido
consecuencias negativas para la vida y la salud de otra índole. Utilizarlo como
excusa para negar indemnizaciones sin realizar las pruebas médicas, físicas y
psicológicas exigidas por la ley para demostrar la existencia de un daño, es una
forma de castigar doblemente a estas personas. Encima de que sufrieron
afectaciones diversas en su salud por la irresponsabilidad y negligencia del Estado
en el control del agrotóxico Nemagón, se les niega una indemnización porque
esos daños no impidieron absolutamente la procreación o, habiéndolo hecho no se
manifestaron de forma inmediata a la exposición.
Por estas razones, la práctica administrativa del INS y la Oficina Operativa aquí
cuestionada también constituye una clara transgresión del principio
constitucional de razonabilidad. Como ha dicho la Sala Constitucional la
irrazonabilidad de una medida “como lo ha recogido nuestra jurisprudencia
constitucional, radica en la inadecuación del medio escogido por la ley para lograr
un fin determinado”. (Votos Nº 1739-92, Nº 4378-97) En este sentido, el rechazo
de solicitudes de indemnización por el solo hecho de que las personas solicitantes
procrearon hijos es una medida irrazonable. No permite cumplir el fin perseguido
por la Ley 8130 que es determinar la existencia de daños asociados al uso de
Nemagón en el país e indemnizar estos daños. Mediante esta práctica el INS y la
Oficina Operativa deniegan solicitudes de indemnización sin que exista una
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efectiva comprobación de la existencia o no de esos daños físicos, morales y
psicológicos, burlando la finalidad perseguida por la Ley 8130 en perjuicio de los
derechos fundamentales de las personas afectadas.
III.- CARÁCTER DE URGENCIA DEL PRESENTE RECURSO DE AMPARO
De manera respetuosa solicito a la Sala Constitucional que se le dé al presente
recurso de amparo un trámite prioritario y expedito, con carácter de urgencia, a
fin de que se dicte sentencia a la mayor brevedad posible. Lo anterior,
considerando las características particulares de los hechos que motivan el
presente recurso y el carácter irreparable de las lesiones a derechos
fundamentales que pueden ocasionar las violaciones alegadas.
En efecto, las personas afectadas por las omisiones e incumplimientos de las
autoridades recurridas son en su gran mayoría adultos mayores que sufren
graves problemas de salud. Son personas que están enfermas, que tienen su
salud seriamente deteriorada. Además, en muchos casos, estos padecimientos
han sido provocados o agravados por la exposición a químicos tóxicos.
La Ley 8130 estableció la posibilidad de que estas personas reciban una
indemnización por el daño físico y moral que sufrieron como consecuencia del uso
del Nemagón en el país. Pero para que esta indemnización pueda ser pagada, las
personas afectadas deben practicarse una serie de exámenes físicos, psicológicos
y de laboratorio. De manera que si estas personas fallecen antes de realizarse
dichas pruebas, sencillamente se torna imposible demostrar la existencia de tales
daños y el consecuente pago de la respectiva indemnización.
Como consta en la nota enviada por las personas afectadas al suscrito diputado
(hecho cuarto) esta situación es ampliamente conocida por las autoridades del INS
y de la Unidad Ejecutora Técnica de Afectados por el Nemagón. Estos
funcionarios saben que mientras más tiempo pase sin que se realicen las
pruebas que manda la ley, menos personas podrán reclamar este derecho y
menos serán también los recursos que tendrán que destinar a cubrir el costo
de las indemnizaciones. Ese es el cálculo económico perverso que hay detrás de
los reiterados incumplimientos de las autoridades recurridas. Mientras más
personas afectadas por el Nemagón se mueran sin haberse practicado lo
exámenes médicos y psicológicos, menos indemnizaciones tendrán que
pagar. Esa es la realidad a la que nos enfrentamos.
Ante esta situación, el tiempo que tarde en resolverse el presente recurso de
amparo y en restablecerse el cumplimiento de la Ley 8130 opera en perjuicio de
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las personas afectadas por el Nemagón. Ya han fallecido al menos cuatro
personas que se encontraban en listas de espera sin poder hacer efectivos los
derechos que esa legislación les reconoce. Las autoridades recurridas están
explotando este hecho a su favor. Ellos saben que hay miles de personas
afectadas que han esperado por muchos años para que se les haga justicia y que
no cuentan con mucho tiempo más para seguirlo haciendo.
Por las razones expuestas, en el presente caso tampoco es viable que los
reclamos planteados sean ventilados en otras vías jurisdiccionales distintas
al presente recurso de amparo. Por ejemplo, no es viable tramitar estos
reclamos ante la jurisdicción contencioso-administrativa, pues muchas de las
personas afectadas no cuentan con uno o dos años para esperar a que sus
reclamos sean resueltos favorablemente en esa vía. En efecto, aunque la reforma
realizada mediante la Ley Nº 8508 de 28 de abril de 2006 hizo más expeditos los
juicios contenciosos, ese es el plazo mínimo que tomaría obtener una sentencia
firme –en el mejor de los casos- en este tipo de procesos, y estas personas no
pueden seguir esperando tanto tiempo.
Así las cosas, no cabe duda de que el recurso de amparo es la vía idónea para
resolver los reclamos planteados, con el fin de evitar que el paso del tiempo y los
reiterados incumplimientos de las autoridades recurridas tornen nugatorios los
derechos de miles de personas afectadas por el Nemagón.
Es urgente poner punto final a tan gravísima injusticia. Por eso solicito la
intervención decidida de la Sala Constitucional a fin de tutelar efectivamente y de
una vez por todas los derechos fundamentales de estas personas.
IV.- PETITORIA
Conforme a lo expuesto, solicito respetuosamente se resuelva en sentencia, lo
siguiente:
1. De conformidad con el artículo 41 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional
se le de un trámite de urgencia al presente recurso de amparo, a fin de
evitar que se sigan consumando lesiones de imposible reparación a los
derechos constitucionales de las personas afectadas por el Nemagón cuyo
amparo se solicita.
2. Se declare CON LUGAR en todos sus extremos el presente Recurso de
Amparo, y como consecuencia:
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a) Se ordene al Instituto Nacional de Seguros reanudar de forma
inmediata los exámenes médicos para las personas afectadas por el
Nemagón que han solicitado o soliciten una indemnización con base
en la Ley Nº 8130 y sus reformas, dando prioridad a quienes se
encuentran en listas de espera desde hace más de tres meses. Para
ello deberá nombrar el personal médico y de apoyo que sea
necesario para brindar una atención eficiente y expedita a estas
personas.
b) Se ordene al Instituto Nacional de Seguros realizar los exámenes
psicológicos establecidos en los artículos 1 y 2 inciso c) de la Ley Nº
8130 y sus reformas a las personas afectadas por Nemagón que han
solicitado o solicitan una indemnización con fundamento en dicha
legislación.
c) Se ordene al INS y a la Unidad Ejecutora Técnica de Afectados por
el Nemagón cumplir con lo dispuesto en el artículo 2 inciso c) de la
Ley 8130 en cuanto al análisis de los resultados de las pruebas de
espermograma, valorando de forma integral el volumen, la movilidad,
la morfología y los demás aspectos de dicha prueba para determinar
la existencia de daños vinculados con la exposición al Nemagón. En
este sentido deberán revisar el caso del señor Cabalceta Barrantes y
todos los demás que hayan sido rechazados indebidamente,
incumpliendo esta disposición.
d) Se ordene al INS y a la Unidad Ejecutora Técnica de Afectados por
el Nemagón cumplir con lo dispuesto en el artículo 2 inciso c) de la
Ley 8130 en cuanto al análisis de las pruebas en el caso de
personas que no han podido presentar pruebas de espermograma,
valorando de forma integral con base en las reglas de la sana crítica
y mediante resolución motivada los distintos aspectos contemplados
en la ley, a saber resultados de los exámenes físicos, psicológicos y
de laboratorio, así como el tiempo de exposición al agroquímico.
e) Se ordene al INS y a la Unidad Ejecutora Técnica de Afectados por
el Nemagón abstenerse de rechazar solicitudes utilizando como
única justificación la procreación de hijos después de 1980 por parte
de las personas afectadas. En este sentido, deberán revisar los
casos de los señores Perez Jirón, Sequeira Silva, Arias Chacón y
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todas los demás que hayan sido rechazados arbitrariamente de esta
forma.
3. Se ordene a las autoridades recurridas abstenerse de incurrir en el futuro
en violaciones similares a las que motivaron el presente recurso de amparo.
4. Se condene a las entidades recurridas y a los funcionarios públicos
responsables de los actos lesivos impugnados a la indemnización y
reparación integral de los daños y perjuicios que dichos actos pudieran
haber ocasionado.
V.- PRUEBA
1. Copia de nota remitida al suscrito diputado, firmada por decenas de
extrabajadores afectados por el Nemagón en la que denuncian, graves
incumplimientos por parte del INS de sus obligaciones establecidas en la
Ley Nº 8130, en cuanto a la realización de exámenes médicos y la atención
eficiente y oportuna de estas personas.
2. Copia de varias boletas de citación emitidas por el INS para la realización
de exámenes médicos a personas afectadas por el Nemagón el 22 de abril
de 2009. Hasta la fecha estos exámenes no se han realizado.
3. Copia de expedientes de casos específicos de extrabajadores afectados
por el Nemagón.
VI.- NOTIFICACIONES
Señalo para recibir notificaciones la oficina del suscrito en la Asamblea Legislativa
de la República de Costa Rica, Edificio Sión, o al fax número 2243-2830, rotulado
a nombre del despacho del Diputado José Merino del Río.
Ruego resolver de conformidad.
San José, 1 de setiembre de 2009.
JOSÉ MERINO DEL RÍO
Diputado
Cédula de identidad 8-046-249
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