Del Bordo Poniente a CEMEX: el apoyo del MDL a la incineración de residuos en cementeras Jorge Tadeo Vargas, Revuelta Verde, México Mariel Vilella, Alianza Global para Alternativas a la Incineración Enero 2013 Planta de cemento en Huichapan, México 1 Introducción La Ciudad de México genera la tasa más alta de residuos sólidos urbanos (RSU) del país de México: 15000 toneladas diarias,1 la mayor parte de las cuales han sido enterradas en el relleno del Bordo Poniente, el vertedero más grande de América Latina. Tras la decisión de cerrar el vertedero en Diciembre de 2011, se pasan a enviar unas 12.000 toneladas a plantas cementeras situadas en los Estados vecinos, principalmente en Tepeaca (Estado de Puebla) y Huichapan (Estado de Hidalgo), para ser co-incineradas,2 con importantes consecuencias sociales y medioambientales. Por un lado quedan excluidos los recicladores que se ganaban la vida en el Bordo Poniente recogiendo, clasificando y revendiendo materiales reciclables para su subsistencia; por otro lado, las comunidades donde están instaladas las plantas cementeras reciben los impactos directos de la contaminación ambiental química como consecuencia de la incineración de RSU. En el caso de Huichapan, el envío de residuos del Bordo Poniente a la planta cementera para su incineración des de principios de 2012 ha levantado la oposición de la comunidad local, que se ha organizado para denunciar los graves impactos en la salud pública y el entorno. Ante la presión ciudadana y en un movimiento histórico y sin precedentes en México, el Gobierno de Hidalgo ha reconocido en Septiembre de 2012 que la incineración de residuos de la Ciudad de México en Huichapan viola las leyes estatales de residuos y ha obligado a CEMEX a parar tal incineración. A pesar de esta declaración de ilegalidad estatal de esta actividad en la planta de CEMEX, el proyecto de CEMEX espera ser aprobado a finales de enero 2013 por el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), el brazo internacional para el comercio de emisiones de carbono del Protocolo de Kyoto, que desafortunadamente apoya la incineración de residuos en cementeras como estrategia de mitigación del cambio climático. La aprobación final del proyecto todavía no está confirmada pero se realizará de forma automática si los miembros de la Junta Ejecutiva del MDL no deciden lo contrario. Este estudio de caso presenta la historia del cierre del Bordo Poniente y el destino de las 12000 toneladas de residuos que fueron enviadas a las plantas cementeras de Huichapan. Los argumentos y evidencias aportadas muestran que el MDL no debe legitimar tal actividad y que su mandato para con la lucha contra el cambio climático y el desarrollo sostenible se verá gravemente comprometida si se decide avanzar por ese camino. 1 Gaceta Oficial del Distrito Federal, nº925, 13 Septiembre de 2010, disponible en http://www.sma.df.gob.mx/rsolidos/03/local/03clave. pdf 2 La co-incineración se refiere a la utilización de residuos como combustible habitual o complementario en hornos industriales o plantas de energía, cuya finalidad principal sea la generación de energía o la fabricación de productos materiales. También pueden tratar los residuos para su eliminación. 2 El relleno más grande de América Latina: el Bordo Poniente El Bordo Poniente comienza su vida como relleno sanitario para el Distrito Federal y su área metropolitana a principios de la década de los noventa. Este relleno sanitario, ubicado en las cercanías del lago de Texcoco, dentro del municipio de Nezahualcoyotl y perteneciente a la cuenca del Río Moctezuma, dispone de 680 hectáreas divididas en cuatro etapas. En la última etapa, abierta en 1994, se disponían hasta su cierre 13.401 toneladas diarias de RSU, con una composición del 55,5% de materia orgánica, un 20% de material reciclable y alrededor de un 24% de materiales irrecuperables bajo las condiciones actuales del mercado.3 Desde 1997, el Gobierno del Distrito Federal empezó a introducir ciertas mejoras en el manejo de los RSU en la Ciudad de México en gran parte gracias a ciertos cambios en la legislación, que otorgaron un mayor control a los municipios para el manejo de los rellenos sanitarios. Estos cambios se fueron dando de manera paulatina, llegando a la recolección semi-diferenciada de materiales inorgánicos y orgánicos, permitiendo el manejo de los residuos orgánicos para la producción de composta en lugar de ser enterrados en el relleno sanitario. Las tres plantas de selección de residuos sólidos (Santa Catarina, Bordo Poniente y San Juan de Aragón), se encargaban de la recuperación de materiales valorizables inorgánicos. Aún así, los datos señalan que estas instalaciones estaban infrautilizadas y que trabajaban a un 71% de su capacidad (llegaban menos residuos de los que se 3 Gaceta Oficial del Distrito Federal, nº925, 13 Septiembre de 2010, disponible en http://www.sma.df.gob.mx/rsolidos/03/local/03clave. pdf habrían podido reciclar o compostar). La planta de composta del Bordo Poniente en particular estaba compostando a un 44% de su capacidad, según datos de 2008.4 En última instancia, la mayor parte de residuos del Distrito Federal quedaba en el relleno como residuos irrecuperables, convirtiéndose en un problema ambiental tanto para la atmósfera debido a la liberación de partículas y gases, como para la cuenca del Río Moctezuma incluido el Lago de Texcoco, por los lixiviados que se escurrían hacia el río y sus afluentes. Esto ocurría principalmente por una falta de mantenimiento de las membranas del relleno. En cuanto al sector del reciclaje informal, el Bordo Poniente contaba unos 1500 pepenadores que recolectaban , clasificaban y vendían materiales reciclables que llegaban mezclados entre los residuos de la ciudad. Los recicladores informales ganaban un promedio de 50 dólares al mes, que a pesar de ser muy inferior al salario mínimo nacional, era fundamental para ellos y sus familias. En 2011, el Bordo Poniente estaba en su cuarta etapa y llegando al fin de su ciclo de vida como relleno sanitario, estando contemplado su cierre para principios de marzo del 2012. Sin embargo, después de muchos problemas derivados principalmente del escurrimiento de lixiviados, y una falta de acuerdo para impulsar alternativas claras al Bordo Poniente por parte del Gobierno del Distrito Federal (GDF) y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Bordo Poniente fue cerrado sorpresivamente a inicios del mes de diciembre del 2011, unas semanas antes de la fecha prevista. El GDF buscó soluciones temporales para la disposición final de las 13 mil toneladas de RSU que antes iban al Bordo Poniente, utilizando rellenos sanitarios en otros 4 Ídem 3 3 municipios pertenecientes a la zona metropolitana (Ixtapaluca, Cuautitlán Izcalli, Tecámac, Naucalpan y Xonacatlán) y acelerando las pláticas que venían teniendo desde el año 2010 para cerrar un contrato con la empresa CEMEX para coincinerar los RSU en los hornos de dos de sus plantas productoras de cemento. La decisión de cerrar el Bordo Poniente generó un fuerte malestar social, en primer lugar a las más de 1500 familias que perdieron su fuente de ingresos principal. Los pepenadores, agrupados en el Frente Único de Pepenadores del Distrito Federal, habían ya mantenido un bloqueo del Bordo Poniente en protesta por la inminente pérdida de trabajo que les supondría el cierre del mismo. En las negociaciones mantenidas con el Gobierno del Distrito Federal para su reubicación, el Gobierno solo ofreció 600 puestos de trabajo.5 gas de relleno una vez cerrado.6 Se planteó presentar este proyecto al MDL para acceder a los créditos de carbono, siendo éste un atractivo más para la empresa privada que ganara la licitación. Si bien es cierto que captar el metano del relleno era la solución más viable para evitar que estas emisiones fueran a la atmósfera – dado el estado extremo de acumulación de residuos mezclados en el Bordo Poniente que imposibilitaban tratamientos alternativos como la minería de relleno-, el sumatorio final de los impactos sociales, económicos y medioambientales fueron muy negativos. Miles de personas perdieron su trabajo y sustento, el Bordo Poniente y la extracción de gas fueron privatizadas y la incineración de residuos conllevaría inevitablemente varios problemas de salud para muchos. Otro conflicto generado por el cierre del Bordo Poniente es la deuda que el GDF absorbió al tomar la decisión de contratar a CEMEX como la empresa encargada de la disposición final de los RSU. El contrato establecía que CEMEX cobraría 140 pesos (11 USD) por cada tonelada recibida para su incineración, más otros 160 (12,7 USD) pesos por su transporte hasta las plantas cementeras, sumando un total de 300 pesos (23,8 USD) por tonelada. Así, desde Diciembre de 2012, 3.000 toneladas diarias de RSU son enviadas a las plantas cementeras, con un pago asociado de 900.000 pesos diarios (aproximadamente 25.000 USD diarios. El cierre del Bordo Poniente también se convirtió en una oportunidad para que el GDF lanzara a licitación la extracción del 6 5 Arturo Morales, Mantienen bloqueo en relleno sanitario Bordo Poniente. Milenio, 23 Noviembre de 2012, en: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/6f884 837c88479918936c0bbebb26bbe Redacción, El DF informará sobre plan para extraer metano de ex vertedero. El Informador, 10 Abril 2012, en: http://www.informador.com.mx/economia/2012/3690 11/6/el-df-informara-sobre-plan-para-extraer-metanode-ex-vertedero.htm (acceso de 17 enero de 2012) 4 El desplazamiento de los recicladores de base Sin lugar a dudas, el impacto más visible de los proyectos de construcción de rellenos sanitarios es el desplazamiento del sector del reciclaje informal – los pepenadores que pierden su trabajo. En los países elegibles para proyectos de MDL como México, los municipios que han desarrollado sistemas de reciclaje formales son una rareza, pero suelen alcanzar altas tasas de reciclaje gracias a un sector informal bien organizado. Los recicladores de base se dedican a recolectar, recuperar, y limpiar materiales reciclables para poderlos vender a través de intermediarios de vuelta a los fabricantes. De este modo, ofrecen un servicio de triple a la sociedad: el municipio ahorra importantes costes de gestión de residuos, se reducen dramáticamente los gases de efecto invernadero y la contaminación tóxica, y un gran número de pobres urbanos que de otro modo serían indigentes pueden ganarse la vida de un modo digno a pesar de las graves condiciones de vulnerabilidad que enfrentan.7 El papel del sector informal en la recuperación de recursos y la mitigación del cambio climático asociada es muchas veces pasado por alto en los países en desarrollo. Los recicladores necesitan apoyo para crear cooperativas, tener acceso a mejores equipamientos, negociar el acceso directo a las fuentes de residuos, y en general mejorar su salud, seguridad y medio de vida. Los gobiernos de las ciudades en países en desarrollo necesitan ayuda para entender el valor del sector informal e incorporar el sector informal en las estrategias de residuos. . 7 WASTE and SKAT, “Economic Aspects of Informal Sector Activities in Solid Waste Management,” 2008. 5 La co-incineración de residuos en cementeras: una falsa solución a la crisis En marzo del 2012 y ante la información de los medios de comunicación sobre el envío de residuos del antiguo Bordo Poniente a plantas cementeras de CEMEX en diversas partes del país, principalmente a Tepeaca y Huichapan, un grupo de la comunidad de Huichapan se da a la tarea de investigar esta información. La comunidad ya había notado malos olores en relación a la incineración de residuos en la cementera, y habían recogido evidencias de los impactos a la salud en los vecinos como por ejemplo dolores de cabeza, de garganta, irritación en los ojos y mareos. En realidad, la práctica de quemar residuos municipales, industriales y tóxicos no es nueva en México. Desde finales de la década de los 90, plantas cementeras de la empresa HolcimApasco, en el municipio de Apaxco, así como la planta cementera de CEMEX en el municipio de Tijuana, comienzan a sustituir el combustible tradicional (coque de petróleo) por llantas, residuos industriales y residuos sólidos urbanos. Esta práctica se ha generalizado en la mayoría de las plantas cementeras de México. Se trata de una falsa solución, tanto para los gobiernos municipales que financian esta práctica con dinero del erario público desviando recursos importantes para el desarrollo local, y en muchos sometiendo a los municipios a un endeudamiento creciente, como para las comunidades que absorben las consecuencias costes sociales, económicos y ambientales. Las empresas más contaminantes han encontrado en la industria cementera una aliada para deshacerse de sus residuos más tóxicos. 6 Ciudadanos Unidos por el Medio Ambiente: una victoria comunitaria Alertados por los impactos en la salud y el medio de la co-incineración de residuos en la planta cementera, la comunidad local se organizó y creó CUMA Ciudadanos Unidos por el Medio Ambiente, un grupo de más de 300 personas de Huichapan decididas a parar la incineración de residuos en la planta de CEMEX en su municipalidad y eventualmente conseguir que los residuos municipales no fueran enviados desde la Ciudad de México a otros estados con el fin de ser incinerados. Después de casi once meses de movilización ciudadana, CUMA ha logrado informar a toda la comunidad de los impactos de la incineración en los hornos cementeros, tanto de los RSU, como del Combustible Derivado de Residuos (CDRs), organizando talleres, conferencias, manifestaciones pacíficas, y llevando la noticia no solo a nivel del estado de Hidalgo, sino a nivel nacional de México, en distintos medios informativos. Gracias a la presión ejercida por el movimiento CUMA, el apoyo de los miembros del Congreso del Estado, y la atención de los medios, el gobierno del Estado de Hidalgo tuvo que reconocer que las prácticas de incineración y eliminación final de los residuos sólidos municipales en la planta de CEMEX eran ilegales - en violación de las leyes del estado de Hidalgo y las leyes municipales de Huichapan que prohíben el transporte o el almacenamiento de los residuos sólidos de otros municipios, estados o países.89 De la misma manera, el Gobierno de Hidalgo reconoció que el contrato firmado por la empresa con la ciudad de México no sería validado, obligando a CEMEX y todas las otras fábricas de cemento en el Estado a cerrar sus instalaciones para la incineración de residuos así como prohibiendo la incineración de residuos dentro de las fronteras del Estado, y el transporte y la eliminación de residuos procedentes de la ciudad de México o de fuera del estado. Inquierda: Gobernador de Hidalgo visita Huichapan. Derecha: encuentro de CUMA en Huichapan 8 9 Ley Estatal de Desechos Solidos de Hidalgo, 2010. Estado de Hidalgo Ley de Desechos Solidos y Limpia. 2007, Municipio de Huichapan, Hidalgo 7 MDL apoya la co-incineración en las plantas de cemento de Tepeaca y Huichapan El proyecto para co-incinerar residuos en la planta cementera de Tepeaca fue aprobado por el MDL en Enero de 2011,10 justo después de que CEMEX decidiera doblar la producción de cemento en la planta; en el caso de Huichapan, el proyecto está pendiente de aprobación por parte del MDL este mes, el 31 de enero de 2013.11 Los dos proyectos has sido desarrollados por compañías británicas: CEMEX International Finance Company y CO2 Global Solutions International S.A., que han ignorado las consecuencias sociales y medioambientales para la comunidad local del proyecto. Ambos proyectos no son solo responsables por un incremento de la contaminación química sino que además también han minado el futuro de los recicladores y de otros programas de reciclaje en general, los cuales ofrecen mayores reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero, en particular cuando se combinan con tratamientos para la materia orgánica.12 Además, puesto que el MDL no toma en cuenta el impacto de la incineración de residuos que previamente hubieran sido reciclados, los cálculos para certificar los créditos de carbono están sesgados. En efecto, la reducción prevista de las emisiones en las cementeras se basa en la asunción de que los residuos sólidos serían simplemente desechados, lo cual evidentemente no es el caso del Bordo Poniente. En conclusión, el MDL está en última instancia creando una mayor cantidad de emisiones, no reduciéndolas como requiere su mandato. MDL en México México se encuentra en cuarto lugar a nivel mundial en cantidad de proyectos MDL, por detrás de India, China y Brasil. La Junta del MDL ha aprobado 156 proyectos y 86 más están esperando aprobación. El manejo de residuos pecuarios es el tipo de proyecto con mayor numero de proyectos aprobados, seguido por los proyectos de captura de gas de relleno, con 22 proyectos aprobados y 10 pendientes de aprobación. En relación a la incineración de residuos en cementeras, actualmente hay 4 proyectos aprobados por el MDL para ese fin, todos en plantas de CEMEX, la primera compañía productora de cemento del país. Otras 6 proyectos MDL para incineración de residuos en cementeras están en vías de aprobación.13 10 Documentation of the CDM project for the plant in Tepeaca: http://cdm.unfccc.int/Projects/DB/SGSUKL1299859595.47/view 11 Documentation of the CDM project for the plant in Huichapan: http://cdm.unfccc.int/Projects/Validation/DB/Q4U1KD3RK1U2BVRDHEYU7KEY64M9V8/view.html 12 US EPA, Solid Waste Management and Greenhouse Gases: A Lifecycle Assessment of Emissions and Sink. 3a Edición, 2006; Morris, J., “Recycling versus incineration: an energy conservation analysis”, Journal of Hazardous Materials 47 (1996), 277-293; D. Hogg, A Changing Climate for Energy from Waste? Eunomia Investigación & Consultoría para Amigos de la Tierra, 2006; Tellus Institute, Assessment of Materials Management Options for the Massachusetts Solid Waste Master Plan, Revisión presentada al Departamento de Massachusetts para la Protección Ambiental, 2008. 13 Base de datos de proyectos MDL, UNEP Risoe Centre, actualizada el 1 Enero de 2013 8 Co-incineración de residuos en cementeras: una estrategia de mitigación del cambio climático? La co-incineración de residuos en hornos de cemento está legitimada por el MDL en apoyo a la estrategia internacional de la industria del cemento para supuestamente reducir sus emisiones contribuyentes al cambio climático. Esta estrategia consiste en sustituir los combustibles fósiles convencionales mayormente utilizados en la producción de cemento (coque de petróleo), por residuos municipales, industriales, y tóxicos, que disfrazados bajo la categoría de “biomasa”, se consideran neutrales en cuanto a sus emisiones de CO2. La co-incineración de residuos en cementeras es altamente rentable para el sector, ya que abarata los costes de producción e incluso le reporta beneficios netos, puesto que la Administración le paga por la incineración de los residuos como un servicio a la municipalidad. Así pues, en varios países del mundo, la industria del cemento ha podido resituarse como industria gestora de residuos, un movimiento muy hábil teniendo en cuenta que la demanda de cemento ha descendido en los últimos años. Mientras que la co-incineración de residuos en cementeras parece ser la solución para la industria del cemento, para los gobiernos municipales y otras industrias que han encontrado así una manera fácil de deshacerse de los residuos más indeseados, las comunidades locales absorben los costes sociales y medioambientales de estos procesos. Esto es cierto no solo en términos de la contaminación que se genera a través de la incineración, sino también por los altos costes económicos que se pagan a las cementeras para hacer que los residuos “desaparezcan”. El proceso de co-incineración requiere de grandes cantidades de dinero que salen de los fondos públicos, desviando recursos que podrían ser usados para el desarrollo local, en particular en la implementación de políticas sostenibles para prevención de residuos, reutilización y reciclaje, las opciones de gestión de residuos más favorables para el medio ambiente. Existe una amplia evidencia científica que muestra que la incineración de residuos tiene consecuencias negativas para la salud humana y el medio ambiente, particularmente en términos de las tasas de cáncer en las proximidades de estas plantas, como resultado de las emisiones tóxicas.14 Cuando las toxinas se liberan en la atmósfera, encuentran su camino en el suelo y el agua y afectan a la integridad y la diversidad biológica de los ecosistemas circundantes. Tóxicos extremadamente contaminantes, como las dioxinas y los furanos, que inevitablemente (o muy comúnmente) son el resultado de la incineración de RSU, se agarran a las partículas ultrafinas, y escapan incluso los filtros más modernos y sofisticados tecnológicamente. No hay ninguna medida de seguridad que nos pueda proteger de la incineración, simplemente tiene que cesar. 14 Javier García-Pérez, Pablo Fernández-Navarro, Adela Castelló, María Felicitas López-Cima, Rebeca Ramis, Elena Boldo, Gonzalo López-Abente, Cancer mortality in towns in the vicinity of incinerators and installations for the recovery or disposal of hazardous waste, Environment International 51 (2013), 31-44. 9 Cerrando el paso a las alternativas sustentables Redirigir RSU del Bordo Poniente a las plantas de cemento es la sustitución de una práctica tóxica para otra. Cuando el MDL considera que la incineración de residuos mezclados es neutral en cuanto a sus emisiones, está operando en oposición directa a los principios de la Basura Cero. Basura Cero es un conjunto de principios y estrategias de desarrollo que dan prioridad a la reducción, reutilización y reciclaje de los residuos y la creación de empleo para los recicladores de base.15 En nombre de la "modernización", los gobiernos de países como México están dispuestos a sustituir con las cementeras a la mano de obra intensiva para la recolección, separación y reciclaje de una población cuya pobreza es una vergüenza. Sin embargo, este entusiasmo por las "soluciones tecnológicas" no resuelve los problemas sociales, económicos o culturales de estos recolectores de residuos, de la misma manera que la incineración no ofrece una estrategia sostenible o ecológicamente racional para gestión de residuos. Mientras que los recolectores de residuos a menudo enfrentan graves problemas, como la pobreza, la explotación de los intermediarios que les compran los materiales reciclables, la falta de reconocimiento oficial de su trabajo y el acceso a las prestaciones sociales, están comenzando a organizarse en cooperativas y sindicatos que fortalecen su capacidad de negociar en los sectores público y privado. En algunos países incluso se les ha dado reconocimiento oficial, protegidos por contratos y medidas de seguridad, y se les ha incluido en la legislación sobre residuos y la planificación a nivel nacional. 15 En la actualidad, los recicladores de la Ciudad de México que dependían del Bordo Poniente para su manutención, se han organizado, y con el apoyo del Movimiento Urbano Popular en la Ciudad de México, están presionando al Gobierno del Distrito Federal para implementar un plan de Basura Cero, socialmente inclusivo y ambientalmente sostenible. De esta manera, podrían recuperar sus puestos de trabajo y mejorar su forma de vida. En la misma línea, las comunidades cercanas a las plantas de cemento están trabajando a organizarse para mejorar el sistema de gestión de residuos en sus comunidades, como se está haciendo en el municipio de Huichapan. Para conocer ejemplos prácticos de Basura Cero ver: GAIA, On the Road to Zero Waste. Successes and Lessons from around the World, Junio 2012, en: http://www.no-burn.org/on-the-road-to-zero-wastesuccesses-and-lessons-from-around-the-world 10 Sin respuestas a los residuos de la Ciudad de México Aunque la lucha en Huichapan ha logrado condenar y detener la co-incineración de residuos en la planta de cemento, parte de los RSU de Ciudad de México están siendo enviados a la planta de CEMEX en Tepeaca (Puebla), donde la co-incineración es claramente rentable para la empresa. Justo antes de recibir la aprobación del MDL en Tepeaca, CEMEX anunció su plan para duplicar la producción de la planta, convirtiéndola en la más grande de México.16 La co-incineración en Tepeaca no ha estado exenta de problemas. En Julio 2011, un incendio en la planta consumió grandes cantidades de residuos mezclados y llantas.17 En 2012, CEMEX tuvo que responder a una plaga de moscas en la ciudad y tierras de cultivo aledañas con una fumigación a gran escala con insecticida. 18 Sin embargo, la resistencia en la comunidad en Tepeaca tuvo menos éxito que en Huichapan puesto que las leyes del estado de Puebla no prohíben la incineración o el transporte de residuos de otros estados. La cantidad de residuos de la ciudad de México que no se incinera en hornos de cemento se envian a rellenos sanitarios en el Estado de México. Esta disposición tiene enormes costes sociales, económicos y ambientales. No ha resuelto los conflictos con los trabajadores que han perdido su salario, ha generado deudas para los ciudadanos de la Ciudad de México, y que es peor, obliga a las comunidades de los alrededores a pagar el manejo inadecuado de estos residuos con su salud. Trenes de CEMEX transportan residuos directamente de la Ciudad de México a las plantas de cemento. 16 Jaime Zambrano, Cemex convertirá a Tepeaca en la cementera más importante del mundo, 5 de Noviembre de 2010 en: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/8842780 17 Javier Puga Martínez, Incendio en Cemex deja al descubierto el uso de llantas para calentar hornos. La Jornada de Oriente, 8 de Junio, 2011 en: http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2011/06/08/p uebla/jus410.php 18 Pablo Montes, Acusan a Cemex de provocar plaga de moscas. El Sol de Puebla, 23 de Enero 2013 en: http://www.oem.com.mx/elsoldepuebla/notas/n26198 23.htm 11 Conclusión: una oportunidad perdida La incineración de residuos en las plantas de cemento ha sido propuesta por la industria del cemento como solución al problema de las emisiones de gases de efecto invernadero de dos industrias muy contaminantes - la producción de cemento y los rellenos sanitarios. Pero no es una solución. Más bien, hace un lavado de cara verde a los intereses económicos de la industria que busca beneficiarse de las ventajas de incinerar residuos como combustible, a la vez que consiguen la aprobación del MDL para generar créditos de carbono por dicha actividad. El resultado trágico es que es a costa de la salud tanto de los ecosistemas como de las comunidades humanas cercanas a las plantas de cemento. A medida que estos proyectos del MDL han seguido avanzando, el problema de los residuos sólidos urbanos en la Ciudad de México no ha desaparecido. La incineración en los hornos de cemento sólo externaliza el problema a las ciudades circundantes. La solución real y sostenible está al alcance y es económicamente viable. Por mucho menos del presupuesto anual que se paga a CEMEX para el transporte e incineración de los residuos, la Ciudad de México podría poner en práctica un plan de Basura Cero que beneficiar y proteger a sus ciudadanos y el medio ambiente. Un plan de gestión de residuos en el que los recicladores jueguen un papel importante es la solución verdaderamente sostenible a este problema real. 12