KORTEN, Matias

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CIENCIA Y RELIGIÓN.
RACIONALISMO VERSUS FE.
Alumno: KORTEN, Matias
Escuela: Instituto Primo Capraro, San Carlos de Bariloche, Río Negro
Profesor Guía: FERNáNDEZ, Hugo
Introducción
Ciencia y religión tienen un antepasado común: fenómenos naturales incomprensibles. Ambas
existen porque hay un límite en el saber humano y observaciones a las que necesitar dar una
explicación. Y para obtener estas respuestas, hay dos caminos posibles. Desde el auge de la cultura
griega la religión se ha sentido “atacada” por los avances científicos. Éstos, luego de varios siglos
de lucha, han logrado destruir partes fundamentales de muchas de las religiones que dominan las
masas hoy en día. Ejemplos de esto son, en el cristianismo, la creación del hombre, no a la imagen
de Dios (Génesis: 1.27), sino como una versión evolucionada de los primates; o el descubrimiento
de que la Tierra no es el centro del universo, lo más importante, aunque en ella habitasen las
supuestas “criaturas preferidas” de Dios.
En la antigüedad, la iglesia europeaelaboró políticas represivas con el fin de contener avances
científicos que íban en contra de sus ideas. Llegó a condenar y asesinar investigadores por ir “en
contra de Dios” (por ejemplo Giordano Bruno). Hoy en día puede ser posible una convivencia
pacífica entre ambas doctrinas. Desde cierto punto de vista, la ciencia y la religión son dos
actividades contrapuestas. ¿Cómo entonces podrán coexistir en paz? Hay una repuesta, pero antes
nos hace falta dar una definición general de cada doctrina en particular.
Características y consecuencias
La ciencia se encarga de buscar el origen de todo fenómeno y comportamiento. Busca el porqué de
todo, y en esto se contrapone a la religión. La religión atribuye ciertos fenómenos a uno u varios
seres superiores y no trata de explicar cosas que mucha gente no puede entender. Se basa
precisamente en esto: creer. La ciencia se basa en comprobar, y de esta forma condena a la religión
a una lenta, ardua y eterna retirada. Por ejemplo, en la antigüedad, muchos fenómenos naturales que
la gente no entendía y que a veces infundían miedo (catástrofes, terremotos, buenas o malas
cosechas, etc.), fueron atribuidos a seres superiores. Hoy en día se sabe el origen de la gran mayoría
de estos fenómenos; ninguna divinidad está presente en ellos. Lo mismo sucede con muchos otros
hallazgos científicos: están comprobados racionalmente pero se contraponen a ciertas afirmaciones
religiosas.
La eterna retirada y la no menos eterna búsqueda
Cabe destacar un adjetivo que califica esta retirada del factor religión: eterna.
La religión se ve cada vez más limitada por los avances científicos. Mientras más la ciencia avance,
menor será el campo explicativo que quede para la religión. Sin embargo, la primera nunca podrá
eliminar por completo a la segunda: el origen del origen es algo que la humanidad nunca podrá
entender. ¿Porqué hay algo en vez de nada? Aquí, en calidad de un ejemplo entre tantos otros, se
visualiza el límite científico. Esta pregunta sólo se puede analizar desde un punto de vista teológico.
Sólo queda creer.
La ciencia jamás podrá tener un final en sus investigaciones. Estudiará cada vez más en detalle todo
lo que halle en el Cosmos, sin encontrar ese final, esa línea, detrás la cual supuestamente nos espera
un ser superior que lo ideó todo. A dicha línea la llevará delante suyo y posiblemente estará muy
cerca, pero nuncá podrá llegar a ella. No la podrá percibir, sólo la empujará cada vez más, la hará
retroceder, hasta que las acciones divinas sean reducidas a órdenes cada vez más microscópicos. Si
llegáramos a un final, si conocieramos tódos los secretos, nos podríamos consagrar dioses. Ésto da
lugar a una importante problemática moral. ¿Hay ciertos secretos que deben permanecer secretos?
¿Sería correcto utilizar la ciencia, por ejemplo, para “mejorar” el cuerpo humano? ¿Hasta dónde
sería “moral” investigar? Preguntas como estas son temática actual de gran discusión.
Religión y ciencia – en armonía
Hay una posibilidad de terminar esta guerra de varios siglos. Simplemente hay que ver a la ciencia
como el estudio de los detalles de la creación divina. Llendo un poco más lejos, podríamos
considerar dicho estudio una obligación, una forma sana de adorar esta creación. Para el ser humano
creer es natural. La ciencia predica únicamente verdad comprobada y por ello la religión se tiene
que adaptar a la ciencia, a los nuevos descubrimientos, ya que mediante el uso de nuevas
tecnologías, nuevas verdades salen a la luz. Tiene que evolucionar tal y como lo hace la civilización
en la que se presenta. Tiene que evolucionar tal y como lo hace la ciencia. Toda creación humana es
imperfecta, y la religión sin duda es una de ellas.
La religión como creación humana
Adorar a un dios no significa tener una religión. Ser científico tampocono significa ser ateo. La gran
mayoria de los científicos cree en un ser superior. Sin embargo, pocos se consideran parte de una
religión, ya que éstas son instituciones humanas. Hay una diferencia entre creer y adherir a una
religión.
Las religiones son creaciones culturales humanas, creadas para fines diversos. Antiguamente,
fueron usadas para promover el orden y la ética. El budismo, por ejemplo, es puramente esto: una
guía acerca de la forma de vida que se debe tener. En el antiguo Egipto, los faraones eran
considerados dioses. De esta forma se aseguraban de la obediencia del pueblo. Así, muchas veces
los hombres justificaron acciones y órdenes mediante el factor divino. En el caso del cristianismo,
se pueden citar los Diez Mandamientos como ejemplo: “no robarás”, “no matarás”. Además, la
mayoría de las religiones tienen en común que, despues de la muerte de un individuo, la pureza de
su alma y sus acciones en vida serán evaluados. De esta forma, la religión promueve la ética y la
moral.
Conclusión personal
La ciencia actual no puede responder las preguntas fundamentales. ¿De dónde venimos y hacia
donde vamos? No me refiero al Big Bang como origen ni como destino. Hablo de la máquina que
percibe a través de los sentidos de nuestro cuerpo, y que los almacena e interpreta. Es difícil creer
que el “alma” no tenga existencia, que no sea más que una combinación de moléculas que sufren
cambios químicos. La ciencia actual no puede explicar totalmente el alma, ni su destino. No puede
decir que pasará después de la muerte con esa parte pensante de cada uno de nosotros. Sólo puede
negar la posibilidad de una existencia metacarnal. La naturaleza del ser humano nos impide desistir
totalmente de la esperanza de seguir existiendo. El “incierto lugar [que ocupamos] en la creación”
(Hans-peter Burmeister) es un fantasma que nos persigue a todos, porque no hay garantías sobre
qué nos pasará una vez muertos. Sólo queda creer.
Bibliografía consultada
Revista Humboldt nº 144, Hans-Peter Burmeister, “¿Por qué religion?”
“Las raíces y los frutos, temas de filosofía de la ciencia”, Flichmann- Miguel-Paruelo-Pissinis
http://www.portalplanetasedna.com.ar/evolucion.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Metaf%C3%ADsica
http://es.wikipedia.org/wiki/Bio%C3%A9tica
http://amer.humanists.net/compat.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Relationship_between_religion_and_science
http://einsteinandreligion.com/sciencereligious.html
http://einsteinandreligion.com/scienceandreligion.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Diez_Mandamientos
http://es.wikipedia.org/wiki/Religi%C3%B3n#Religiones
http://es.wikipedia.org/wiki/Giordano_Bruno
http://es.wikipedia.org/wiki/Congregaci%C3%B3n_para_la_doctrina_de_la_Fe
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