- Revista Boliviana de Derecho

Anuncio
TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA S A L A C I V I L
Auto Supremo: 58/2015
Sucre: 29 de enero 2015
Expediente: CB – 126 – 14 – S
Partes: Raymunda Cruz vda. de Flores. c/ Antonio Veizaga Crespo y otros.
Proceso: Nulidad de documento.
Distrito: Cochabamba.
VISTOS: El recurso de casación de fs. 769 a 772 vta., formulado por María Dolores Camacho Vásquez, contra
el Auto de Vista signada con Ptda. Nº 149 Libro N° 197 de 30 de junio de 2014 que cursa de fs. 763 a 765
vta., pronunciado por la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba en el
proceso de nulidad de documento, seguido por Raymunda Cruz Vda. de Flores en contra de Antonio Veizaga
Crespo y otros, la concesión de fs. 797, los antecedentes del proceso y;
CONSIDERANDO I:
ANTECEDENTES DEL PROCESO:
El Juez de Partido Décimo en lo Civil de la ciudad de Cochabamba pronuncia la Sentencia con Ptda. Nº 89, de
04 de marzo de 2011 que cursa de fs. 633 a 640, declarando probada en parte la demanda interpuesta por
Raymunda Cruz Mérida, respecto a la nulidad de documentos de transferencia del inmueble que le
pertenece a título sucesorio de su madre Jacinta Cruz Mérida, improbadas las excepciones perentorias de
falta de acción y derecho, prescripción y/o caducidad de la acción, falsedad e ilegalidad de la demanda,
derecho e improcedencia de la misma opuesta por los demandados a la acción de nulidad de documentos;
improbada la demanda respecto a declararse a la actora como única propietaria; improbada con relación a
los daños y perjuicios demandados; improbada respecto al retiro de las construcciones introducidas por
María Dolores Camacho; improbada la excepción de falta de acción y derecho planteadas por los
demandados respecto a las tres pretensiones deducidas por la actora; improbada la mutuas peticiones
planteadas por Antonio Veizaga Crespo y María Dolores Camacho; improbadas las excepciones perentorias
de falsedad, ilegalidad, falta de acción y derecho, inexistencia de usucapión (quinquenal y decenal)
planteadas por la actora a la acción reconvencional, improbada la excepción de prescripción de petición de
herencia planteada por María Dolores Camacho; asimismo declaro nulo el documento privado de 20 de
octubre de 1981, reconocido el 19 de julio de 1982, y registrado en Derechos Reales bajo la Partida Nº 2165
y fojas 2139 en fecha 10 de octubre de 1991 que hubiera transferido Raymunda Cruz Mérida en favor de
Antonio Veizaga Crespo, asimismo declaro nula la escritura pública de 09 de julio de 1994 registrada en
Derechos Reales en partida y fojas Nº 3057 del libro de propiedades cercado (rural) en fecha 24 de agosto
de 1994, por el que Antonio Veizaga Crespo y Gladys Cinthya Siles de Veizaga, transfieren el inmueble
referido en favor de María Dolores Camacho; asimismo dispone que la actora a su elección pague a María
Dolores Camacho en valor de los materiales mas el importe de la mano de obra o bien el aumento del valor
que haya experimentado el lote de terreno con las construcciones realizadas.
Resolución de primera instancia que fue recurrida de apelación y resuelta mediante Auto de Vista de fs. 763
a 765 vta., que confirma la Sentencia apelada, fallo que a su vez es recurrida de casación objeto de estudio.
CONSIDERANDO II:
DE LOS HECHOS QUE MOTIVAN LA IMPUGNACIÓN:
En el fondo.Acusa vulneración de los arts. 87, 134 y 138 del Código Civil, trascribiendo parte de la Sentencia arguyendo
que la misma fue ratificada por el Ad quem, que olvidó considerar que adquirió el inmueble de buena fe,
constituyendo la documentación con la que cuenta con título idóneo (la transferencia hacia su persona) que
fue presentada dentro el plazo de prueba, por que se debió considerar su documento y no los que se acusa
de nulos, pues cualquier comprador desconoce si el vendedor actuó de buena o mala fe al momento de
adquirir el inmueble, por ello la consideración de los de instancia de considerar su título no puede
considerarse como título idóneo constituye una interpretación errónea y aplicación indebida de la ley, ya
que conforme al art. 134 del Código Civil, su adquisición debe ser en base a un título idóneo, pues la
interesada no ejerció su derecho propietario y adquirió la propiedad en la gestión de 1994, con título
idóneo, de buena fe, teniendo la quieta y pacifica posesión, hasta el planteamiento de la demanda realizada
1
en junio de 2006, pues para los efectos se toma en cuenta la buena fe inicial conforme al art. 93 del Código
Civil.
Señala que, no obstante de que cuenta con su título de propiedad, interpuso demanda de usucapión
decenal o extraordinaria al encontrase en posesión por mas de doce años conforme al art. 138 del Código
Civil con una posesión pacifica, libre y consentida, adjuntando prueba sobre el corpus y el animus que no fue
desacreditado por la demandante, así la documentación acredita que realizó trámites de buena fe que
acreditan su posesión que no fueron considerados, no habiendo –el Ad quem- considerado el art. 93 del
Código Civil, no ser evidente la sentencia no hubiera señalado que se le devuelvan el valor de los materiales
e importe de mano de obra, y contradictoriamente se señala que no demostró el corpus y el animus.
Acusa que se ha violado el art. 190 y 236 del Código de Procedimiento Civil, en sentido de que las
resoluciones deben recaer sobre las cosas litigadas.
En la forma.Señala que en el marco del art. 106 de la Ley Nº 439, señala que la usucapión entendida como el derecho
por el cual el poseedor adquiere la propiedad de ella por la continuación de la posesión durante el tiempo
fijado por ley conforme al art. 110 del Código Civil, con dos requisitos la inactividad del propietario y la
posesión del que va a adquirir la posesión, así tomando en cuenta que se debe notificar a todos los
presuntos interesados y las demandadas de usucapión decenal y quinquenal debió ser corrida en traslado a
presuntos interesados con el fin de no causar indefensión, refiere que por ello no se consideró el art. 115
inc. II de la Constitución Política del Estado, art. 17 parágrafo I de la Ley Nº 025, ni los arts. 3 inc. 1) y 3) del
Procedimiento Civil, por lo que se impone la nulidad de obrados.
Por lo que solicita se case el Auto de Vista o se disponga la nulidad de obrados.
CONSIDERANDO III:
FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:
Tomando en cuenta que se ha formulado recursos de casación tanto en la forma como en el fondo, primero
se resolverá el recurso de casación en la forma, pues en caso de admitir vicio de procedimiento ya sería
innecesario evaluar las acusaciones del recurso de casación en el fondo:
En la forma.Se debe indicar la notificación a los presuntos interesados, es una petición ajena a los intereses de la actora,
pues la Juez al determinar la legitimación de las partes dispuso la notificación de los legitimados en la
usucapión (sujeto pasivo de la usucapión) pues debe sumirse que el Gobierno Municipal (Alcaldía) emitió el
informe pertinente en sentido de que el terreno litigado no es de propiedad municipal, siendo innecesario
considerar una posible notificación a presuntos interesados, consiguientemente no se advierte que el Ad
quem no haya considerado los arts. 115 inc. II de la Constitución Política del Estado, art. 17 parágrafo I de la
Ley Nº 025, ni los arts. 3 inc. 1) y 3) del Procedimiento Civil, sino que la acusación de nulidad de obrados
resulta ser errada.
Asimismo corresponde considerar el punto de que se hubiera infringido los arts. 190 y 236 del Código de
Procedimiento Civil, deducido en los argumentos del recurso de casación en el fondo, se debe indicar que las
pretensiones por una nulidad deben ser específicas y no imprecisas, sobre esa parte el recurrente no
especifica de qué forma se hubiera infringido los mencionados articulados.
En el fondo.Acusa infracción de los arts. 87, 134 y 138 del Código Civil, en sentido de que no se consideró la buena fe en
la adquisición de la propiedad litigada en la gestión de 1994 desde la cual la demandante no ejerció su
derecho propietario de buena fe, teniendo la quieta y pacifica posesión, y con justo título hasta el
planteamiento de la demanda realizada en junio de 2006.
Se debe indicar que uno de los requisitos establecidos en el art. 134 del Código Civil, es el título idóneo para
adquirir la posesión, para el entendimiento del mismo corresponde citar el Auto Supremo Nº 394 de 22 de
julio de 2013 emitido por este Tribunal, en el que se señaló lo siguiente: “Circunscribiendo nuestra atención
en la Usucapión quinquenal u ordinaria, debemos señalar que el art. 134 del Código Civil norma tal instituto
jurídico señalando que: “(USUCAPIÓN QUINQUENAL U ORDINARIA) Quien en virtud de un título idóneo
para transferir la propiedad adquiere de buena fe un inmueble de alguien que no es su dueño, cumple la
usucapión a su favor poseyéndolo durante cinco años contados desde la fecha en que el título fue inscrito”.
2
La norma nos refiere con claridad los requisitos que debe reunir la Usucapión ordinaria que son: título
idóneo (justo título), buena fe en la posesión, transcurso del tiempo y posesión (pública, pacífica,
continuada e ininterrumpida); requisitos que deben ser comprobados judicialmente para favorecerse de
ella.
Sobre el examen de los requisitos que hacen a la Usucapión ordinaria, se debe hacer énfasis en el de título
idóneo o justo título, como lo conoce la doctrina, a ello recurrimos a Borda que en su obra Tratado de
Derecho Civil (Derechos Reales I, pág. 317) señala: “Se llama justo título aquel que es suficiente para la
transmisión del dominio y que realmente lo hubiera transmitido de haber sido el transmitente el verdadero
propietario del inmueble. Es decir, se trata de un título que ésta rodeado de todas las formalidades y demás
requisitos indispensables para la transmisión del dominio, a punto tal que de haber emanado del verdadero
propietario, la transmisión seria perfecta y no se plantearía ya la cuestión de la prescripción porque bastaría
con ese título para adquirir el dominio.” Para incidir sobre el punto, nos remitimos al art. 584 del Código
Civil, que sobre la noción de la venta, se indica que la venta es un contrato por el cual el vendedor transfiere
la propiedad de una cosa, denotándose que lo que se transfiere es el derecho de propiedad, en ese sentido,
cuando el transferente no tienen el derecho de propiedad es cuando acude la prescripción adquisitiva
ordinaria para cubrir ese defecto, por ello el justo título en este escenario juega el papel de verificar la
adquisición de buena fe operada en ella, por ello Néstor Jorge Musto (Derechos Reales, Tomo I, pág. 509)
sintetizando el concepto dice: “Con el justo título se ha efectuado una adquisición, pero ella tiene un
defecto esencial: falta una condición de fondo, cual es la titularidad en el derecho por parte del
enajenante.”
Definido el justo título, se debe resaltar que para ser considerado tal debe reunir condiciones de validez,
debiendo inexcusablemente tener requisitos intrínsecos y extrínsecos, la primera referida sobre las
condiciones esenciales del acto jurídico, y la segunda, reatada a las condiciones del escrito que la
comprueba, solemnidades que debe cumplir.
En este contexto, la forma instrumental que recubre al justo título: Escritura Pública, entre otras, está
condicionada a estos requisitos extrínsecos por disposición propia de la ley. No debemos olvidar que el justo
título no es el instrumento en el que yace el acto jurídico, sino la causa que ha originado esta.
Ahora bien, cuando se pretende acreditar el justo título con la presentación de un testimonio (copia de la
Escritura Pública), resulta imprescindible que ese testimonio tenga su antecedente cierto, en otras palabra
que exista la Escritura Pública a la que hace referencia el testimonio, por cuanto el art. 1309 del Código Civil
señala que: “Hacen tanta fe como el original, y siempre que sean expedidos por funcionarios públicos
autorizados, los testimonios, en general, de documentos públicos originales o privados reconocidos, o de
cualquier otro documento o acto auténtico de los cuales esos funcionarios sean legalmente depositarios, o
los tengan consignados en su registros o protocolos; por tanto, si bien el testimonio hace fe del original,
empero, ante la inexistencia del original el testimonio resulta un documento sin respaldo de lo contenido
en él.
Considerando también la buena fe como requisito de la Usucapión quinquenal, se debe indicar que el
mismo artículo 134 del Código Civil, sitúa a la buena fe íntimamente ligado a la del título idóneo, si bien son
diferentes pero no son independientes en su actuar, pues el adquirir una propiedad mediante el justo título
hace presumir que el adquiriente la hace de buena fe suponiendo que compra del que verdaderamente
fue el dueño, entonces el justo título también hace presumir la buena fe. En esta esfera Ricardo Papaño
(Derechos Reales Tomo 2, pág. 332) citando a Velez Sarfield dice: “El que quiera prescribir debe probar su
justo título, pero su mismo justo título hará presumir la buena fe, el justo título no es requerido sino como
elemento de la buena fe…”
En el caso de autos corresponde analizar los siguientes negocios jurídicos:
1.La minuta de transferencia de 20 de octubre de 1981 que supuestamente fuera suscrito por Jacinta
Cruz Mérida y Antonio Veizaga Crespo, que fue acusada de nulidad y determinada así por los de instancia, es
un título en el que se ha advertido que no concurren los requisitos de validez (eficacia estructural) de dicho
negocio jurídico, el mismo no puede ser considerado, como un justo título por haber adolecido de vicio de
nulidad contractual como fue calificada por los jueces de grado.
2.Cuando María Dolores Camacho Vásquez adquiere la propiedad de los señores Antonio Veizaga
Crespo y Gladis Cinthia Siles de Veizaga mediante el testimonio de la Escritura Pública Nº 2971 de 9 de julio
de 1994, que fue registrada en la oficina de Derechos Reales a fs. 3057 partida Nº 3057 del libro 1ro “B” de
propiedad de la Provincia Cercado (rural), mediante un contrato de venta, en el que se identifica a Antonio
3
Veizaga y Gladis Siles de Veizaga como los vendedores quienes alegaron antecedente dominial para la venta
del inmueble, que luego fue registrado en la Oficina de Derechos Reales, se constituye un justo título,
porque individualmente ese titulo reúne las condiciones de validez del contrato (eficacia estructural), este
título –para efectos de una usucapión quinquenal- no sigue la suerte de la calidad o calificación judicial del
título antecesor o título primigenio, sino que su calificación debe ser individual.
Sin embargo de ello, para la procedencia de la usucapión quinquenal u ordinaria a la misma debe sumarse
el requisito de la buena fe, que por imperio del art. 93 parágrafo II del Código Civil se presume en favor de
la recurrente (María Dolores Camacho Vásquez), también debe concurrir el requisito de la posesión durante
cinco años a partir de la suscripción de la inscripción del título, posesión que debía reunir los requisitos del
corpus y animus, que en criterio de Savigny, a tiempo de desarrollar la teoría subjetiva de la posesión,
sostuvo que la misma se distingue de la mera tenencia por el hecho de que consta no solo del dominio físico
sobre el objeto (o corpus) sino también de la voluntad de comportarse en cuanto a ese objeto como
dueño y propietario (animus domini o “intención de tratar como propia la cosa que debe formar el objeto
de la posesión), ese “corpus” como requisito de la posesión se traduce en la aprehensión material o física
del poseedor respecto al bien que se pretende usucapir (que en criterio de la recurrente estaría demostrado
por la prueba literal); consiguientemente la prueba literal de fs. 51 a 98, referentes a solicitud de trámites
administrativos, pago de impuestos a la propiedad de bien inmueble si bien demuestra la recurrente realizó
actos respecto al derecho de propiedad adquirido, sin embargo de ello no acreditan la posesión física
(corpus) de la recurrente respecto al bien inmueble demandado, tampoco la prueba testifical de descargo fs.
538 a 540, cuyos testigos Luis Blanco Tapia, Teófilo Manzano y Néstor Miguel Rojas Rojas, no señalaron que
la actora hubiera estado en posesión durante cinco años a partir de la inscripción del título, posesión que
como regla se requiere que en el tiempo fuera ininterrumpida, como para acreditar el corpus de la posesión
(la aprehensión del poseedor respecto al bien a usucapir), por lo que sobre este requisito la recurrente no ha
cumplido con la exigencia que señala el art. 1283 del Código Civil.
Respecto a la usucapión decenal, en cuanto a la posesión, conforme a los argumentos del párrafo que
antecede, no se evidencia haberse cumplido, con la posesión del bien, que para el caso de la usucapión
decenal requiere de un período de diez años, por lo que tampoco se advierte la infracción del art. 138 del
Código Civil.
Consiguientemente, el tribunal de Alzada al haber confirmado la Sentencia que declaró improbada la
pretensión de usucapión intentada por la recurrente, obró correctamente aunque con fundamentos
distintos a los expuestos por este Tribunal, correspondiente la motivación de esa determinación a los
términos contenidos en la presente resolución.
Por lo expuesto corresponde emitir fallo en base al art. 271 num. 2) del Código de Procedimiento Civil.
POR TANTO.- La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de Bolivia, con la
facultad conferida por el art. 42 parágrafo I num.1) de la Ley del Órgano Judicial de 24 de junio de 2.010 y en
aplicación de los arts. 271 num. 2) y 273 del Código de Procedimiento Civil declara INFUNDADO el recurso de
casación de fs. 769 a 772 vta., formulado por María Dolores Camacho Vásquez, contra el Auto de Vista
signada con Ptda. Nº 149 Libro N° 197 de 30 de junio de 2014 que cursa de fs. 763 a 765 vta., pronunciado
por la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba. Con costas.
Se regula honorario del abogado de la actora en la suma de Bs. 1.000.Regístrese, comuníquese y devuélvase.
Relator: Mgdo. Rómulo Calle Mamani.
4
Descargar