Una liga, un tiempo muerto, una falta y

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Una liga, un tiempo muerto, una falta y los listos
de turno
Por Francisco Martínez Martínez
Instructor Nivel I Fútbol Sala, Maestro de Educación Física. Entrenador de Iniciación de Baloncesto.
Director deportivo del Atlético de Cieza F.S.
Cuando un entrenador de Fútbol Sala tiene el Nivel 3 se le supone que por lo menos sabe leer un partido. Se le
supone, aunque a veces es demasiado suponer.
El domingo 15 de febrero del 2015 nuestro equipo Cadete Femenino se jugaba el Campeonato de Liga en Cieza
ante el Roldán F.S.F. A ellas les bastaba el empate para proclamarse campeonas de liga, nosotros teníamos que
ganar sí o sí.
La entrenadora del equipo tuvo que ausentarse durante la semana previa al partido para acompañar a su sobrino al
Campeonato de España de Selecciones Territoriales Benjamín, el cual se disputaba en Asturias; así que me solicitó
que esa semana me ocupara del entrenamiento del equipo. Previamente habíamos hablado de cómo plantear el
partido.
Ellas tenían a la mejor jugadora de toda la liga, aparte de un banquillo más profundo que el nuestro. Nuestro
planteamiento se basó en dos ejes:
1º No dejar recibir el balón a su mejor jugadora (conscientes de que la iban a buscar continuamente)
2º No dejarles realizar su juego.
El primer eje se resolvió con una defensa individual en toda la pista sobre su mejor jugadora que no permitiera que
le llegara el balón, defensa de la que se ocuparía nuestra mejor defensora. El segundo eje se resolvió con una presión
en toda la pista que les impidiera realizar su juego.
Durante la semana se trabajaron con las jugadoras todos los problemas que se nos podrían plantear durante el
partido: que empezaran muy agresivas en defensa presionándonos constantemente, que sacaran portera – jugadora
en los últimos minutos si iban abajo en el marcador, temporizar con el balón fuera del campo para que las jugadoras
pudieran recuperar (con lo que solucionábamos parcialmente el tener menos banquillo), cambiamos algunas jugadas a
balón parado para intentar sorprenderlas,…
La entrenadora del equipo me pidió que, ya que había sido yo el que había estado con las jugadoras durante la
semana preparando el partido, me sentara en el banquillo con ella y le ayudará a leer lo que pasaba en el campo.
Cosa que hice.
Desde el primer minuto el partido salió tal y como estaba previsto, todo se desarrollo según lo planeado. Incluso
marcamos el 1-0 antes de finalizar la primera parte. A falta de 5’ para finalizar el partido teníamos el campeonato al
alcance de la mano, nos imponíamos por 1 a 0 pero nuestras jugadoras estaban agotadas físicamente, no podían más.
Nuestro primer cambio había llegado al partido con 38º de temperatura, intervino en el partido lo justito para darle
descanso a alguna jugadora. Nuestras jugadoras no podían más, y no teníamos banquillo para competir a su altura.
Quedaban 5’ y el juego colectivo había prácticamente desaparecido en ambos equipos: La única manera de que nos
empatasen el partido era una jugada individual, y sólo tenían una jugadora capaz de hacerlo. Nuestra defensa
presionante había desaparecido y nos estaban empujando más atrás de la línea de medio campo. Había que darles un
respiro a las jugadoras, en cualquier error nos podrían empatar el partido. Se solicitó un tiempo muerto que el árbitro
nos concedió a falta de 2’45’’ para finalizar el partido. Como el árbitro no atendía a nuestra entrenadora, en la petición
del tiempo muerto, me levanté del banquillo fui hacía él y se lo pedí vehementemente.
Pensábamos que aprovecharían el tiempo muerto para sacar portera – jugadora, pero no lo hicieron. Pensamos
que podrían preparar alguna última jugada, era un riesgo a correr, pero tampoco lo hicieron.
A falta de 1’15’’ cometimos una falta a 15 metros de nuestra portería. Fue a lanzarla su mejor jugadora y nuestra
defensora se colocó en la barrera. Al observarlo rectificamos rápidamente y cambiamos a la jugadora de la barrera por
otra más grande, que tapara más la portería. Ellas se colocaron todas dentro del área, esperando que la suerte les
sonriera con algún rechace. No intentaron ninguna jugada ensayada. Pepinazo y que “sea lo que el señor quiera”. Su
jugadora lanzó la falta, nuestra portera estaba muy bien colocada con las manos dispuestas para atrapar el balón, pero
la suerte les sonrió. El balón choco en el hombro de una de nuestras jugadoras, se desvió y entró en la portería. Nos
habían empatado el partido y habían ganado el campeonato. Una jugada de mala suerte que no estaba prevista y en la
que no habíamos podido trabajar durante la semana, que se le va a hacer, no había podido ser.
Después del partido empiezan a opinar los entrenadores de Nivel 3, Nivel 2 y similares. Según ellos el tiempo
muerto había sido un error, nos habíamos equivocado al pedirlo y yo le había quitado la autoridad durante el partido a
la entrenadora. Cuanto ignorante hay en este mundo. Según ellos habíamos perdido el campeonato por un tiempo
muerto, en el que seguramente el entrenador del otro equipo les dijo a sus jugadoras como provocar la falta a 15
metros de nuestra portería y como lanzarla contra una defensora para que saliera desviado el balón y pudieran ganar
el partido. JUGADÓN. ¡Qué craks!, ¡que lectura de partido!. Pues nada, si así es como leen los partidos estos señores
de Nivel 3 o similar prefiero seguir siendo un Nivel 1 durante muchos, muchos años.
En cuanto a nuestras jugadoras, felicidades, no hay nada que reprochar, el partido se desarrolló como lo habíamos
previsto, hicieron muy bien su trabajo, la suerte es algo que no se puede prever, y eso es lo que tuvieron ellas mucha,
mucha suerte.
Dicen que ellas llevan a la mejor jugadora cadete de toda la liga y tal vez una de las mejores de España. Craso
error, quién diga eso es que no vio el partido. Una jugadora infantil, que le llegaba al pecho, la anuló totalmente hasta
el aburrimiento. Nosotros sí tenemos a la mejor jugadora de la liga cadete, y es una infantil de 2º año.
Ahora a por la Copa Presidente, y la Temporada que viene volveremos a luchar por la liga.
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