No. 5 (2014): abr., serie 7

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No. 5 (2014): abr., serie 7
Editorial
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Presentación
PDF (texto completo)
Sonia Montecino Aguirre
Pág. 7-8
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31628
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Primera parte. Política y análisis de la legislación con respecto a energía en Chile
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Desarrollo energético y políticas
PDF (texto completo)
Cristián Hermansen Rebolledo
Pág. 11-22
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31630
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La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
PDF (texto completo)
Pedro Maldonado
Pág. 23-56
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31632
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Chile en la encrucijada hacia el desarrollo
Isabel Allende Bussi
Pág. 57-67
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31634
Segunda parte. La energía y su lectura desde la ciencia
PDF (texto completo)
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¿Chile: un país geotérmico en un futuro inmediato?
PDF (texto completo)
Diego Morata
Pág. 71-86
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31635
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Energía nuclear para Chile. Entrevista a Jorge Zanelli
PDF (texto completo)
Jorge Zanelli
Pág. 87-96
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31636
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El sector eléctrico en Chile: desafío para la innovación y desarrollo
PDF (texto completo)
Rodrigo Palma Behnke
Pág. 97-111
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DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31638
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Tercera parte. La ciudadanía, empoderamiento de las localidades con respecto a la energía
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Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: Patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
PDF (texto completo)
Patricio Rodrigo Salinas
Pág. 115-141
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31639
Cuarta parte. Huellas literarias
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Juana y la cibernética (1963)
PDF (texto completo)
Elena Aldunate
Pág. 145-152
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31640
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
Pág. 153-176
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31641
PDF (texto completo)
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Innergy
PDF (texto completo)
Jorge Baradit
Pág. 177-182
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31642
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Marte
PDF (texto completo)
Álvaro Bisama
Pág. 183-192
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31643
Reseñas
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Chile a ciegas, la triste realidad de nuestro modelo energético, de Raúl Sohr
PDF (texto completo)
Sebastián Püschel Løvengreen
Pág. 195-196
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31644
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Eficiencia energética, la necesidad del siglo XXI, de Cristián Hermansen y otros
PDF (texto completo)
Eduardo Esperguel Galaz
Pág. 197-198
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31645
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Ralco: ¿represa o pobreza?: los problemas éticos detrás del desarrollo energético: el caso Ralco, de
PDF (texto completo)
Domingo Namuncura
Nicolás Aldunate Villafrade
Pág. 199-200
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31646
Dossier histórico
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Jeolojía. Estudio sobre carbon fósil que se esplota en Chile, por don Enrique Concha i Toro, encargado
de este trabajo por el señor don Ignacio Domeyko, presidente de la primera sección de la Esposicion
PDF (texto completo)
Internacional de Chile en 1875
Ignacio Domeyko
Pág. 203-227
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31647
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Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
PDF (texto completo)
Luis L. Zegers
Pág. 229-253
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31648
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El agua, fuente permanente de energía
PDF (texto completo)
Luis Court M.
Pág. 255-272
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31649
Dossier fotográfico
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Dossier fotográfico
Archivo Central
Pág. 273-292
DOI: 10.5354/0717-8883.2014.31650
PDF (texto completo)
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Presentación
Sonia Montecino Aguirre
La portada de esta nueva edición es obra del joven artista chileno Matthew Neary y se
titula “La Papita”. Se trata de la puesta en práctica de un principio químico que produce electricidad a través del empleo de papas y metales interconectados y la energía que
produce alimenta una bandera chilena construida con luces LED. Con ella queremos
alegorizar las múltiples posibilidades de uso de nuevos recursos y tecnologías, tomando
el doble sentido que el lenguaje coloquial le da a la expresión “es papa” (en cuanto a ser
fácil) y tener “la papa” (en el sentido de encontrar una solución) que podrían orientar el
debate político y ciudadano sobre materias de energía en Chile.
Las energías de Chile, como hemos titulado este nuevo número de Anales de la Universidad de Chile –dedicado a un tema del cual no hay mucha difusión centrada en la
multiplicidad de aspectos que lo configuran–, desea posicionar un debate que sin duda
es parte fundamental del desarrollo del país y que permanecerá hasta que no encontremos como sociedad un modo de encararlo. Es evidente que la estrategia energética que
nuestro país emprenda forma parte de un modo de concebir el futuro desde la imbricación ineludible de lo económico y lo cultural, es decir, desde el horizonte de valores desde el cual se conciba el desarrollo y el modo en que queremos habitar nuestro mundo.
Para abordar la materia hemos convocado a un conjunto de especialistas que han
centrado su mirada en las aristas sociales, disciplinarias y técnicas del problema, y que
nos permiten explorarlo desde el punto de vista de cómo se han abordado las políticas
energéticas de nuestro país, así como de las complejidades legislativas y los intereses que
subyacen, ya sea del Estado o de las empresas (o la tensión entre ambos), así como de las
respuestas ciudadanas frente a determinados proyectos. Estamos conscientes que este es
un primer esfuerzo y que es preciso ampliar las fuentes, las miradas especializadas, pero
sobre todo las experiencias en donde la capacidad de agencia de localidades y regiones
ha hecho posible levantar un cuestionamiento sobre el tipo de energía que queremos y
sus soluciones.
El presente número nos aproxima, en su primera parte, a un análisis de las políticas de energía y a la legislación. El artículo de Cristian Hermansen nos confronta a un
recorrido desde la década del 90 a la actualidad, del modo de enfrentar las políticas,
específicamente las ligadas a la energía eléctrica, constatando la carencia actual de una
legislación y de un programa energético que esté a las alturas del siglo XXI. Por su lado,
Pedro Maldonado nos adentra, desde una mirada especializada, al problema de la electricidad en Chile, e Isabel Allende coloca los problemas candentes y las encrucijadas
que vivimos, abriendo las posibilidades de encontrar una solución con el empleo de
la geotermia como posibilidad innovadora frente al nudo que enfrenta la electricidad.
En la segunda parte, a partir de la óptica científica, se despliegan los planteamientos
de Diego Morata, quien pone en evidencia el potencial geotérmico de Chile; la entrevista
a Jorge Zanelli, con quien incursionamos en el controvertido uso de la energía nuclear
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Presentación
Sonia Montecino Aguirre
y su mirada positiva hacia la misma derrumbando lo que él llama mitos o miedos de
su empleo; y el artículo de Rodrigo Palma, que permite aproximarnos a los conceptos y
prácticas de la innovación y el desarrollo colocando énfasis en que la solución al problema energético debe ser leído interdisciplinariamente, apuntando a cómo la universidad
debe jugar un rol activo en esa nueva mirada.
Por último, en la tercera parte, Patricio Rodrigo aborda el papel central de la ciudadanía en relación a los proyectos impuestos sin un debate y participación de las localidades en las cuales se emplazarán. A partir de la experiencia de empoderamiento social
de Patagonia sin Represas nos muestra la imposibilidad contemporánea de que las soluciones energéticas sean realizadas sin contemplar a los grupos organizados. Asimismo
avanza en las distintas posibilidades del uso de energías renovables y no convencionales
que están disponibles en nuestro país.
Como es habitual, hemos incorporado otros modos de abordar el tema de las energías, en este caso desde la narrativa, en un ejercicio que nos permite acercarnos a nuevas
y viejas sensibilidades.
En la sección Reseñas presentamos tres aproximaciones a textos que han marcado el
debate, como el de Raúl Sohr, de Cristian Hermansen y de Domingo Namuncura.
Finalmente, el dossier histórico y el fotográfico hacen posible que conozcamos la
densidad temporal de los problemas energéticos de Chile y la preocupación constante
que nuestra revista ha tenido desde el siglo XIX en adelante por considerar y tratar esta
materia tan cara a nuestra existencia individual y social.
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Desarrollo energético y políticas
Cristián Hermansen Rebolledo
Cristián Hermansen Rebolledo
Ingeniero Civil Electricista de la Universidad de Chile.
Profesor adjunto y director del Diplomado en Regulación de Electricidad del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile. Presidente
de la Comisión de Energía del Colegio de Ingenieros
de Chile. Desde 1994 es director gerente de ACTIC
Consultores, empresa de asesoría en el sector energético y, anteriormente, fue jefe del Área Eléctrica de
la Comisión Nacional de Energía y jefe de Tarifas y
Costos en Chilectra.
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Desarrollo energético y políticas
Introducción
El país, en los últimos años, ha debido enfrentar variadas situaciones de abastecimiento
de energía eléctrica, predominando sequías, estrechez energética, falta de combustibles
(como es el caso del gas natural), altos precios de combustibles y de la electricidad, y
una incertidumbre respecto al abastecimiento futuro de energía eléctrica, tanto en las
etapas de producción como de transporte de electricidad, y de sus precios para consumo residencial, minero e industrial.
La matriz eléctrica chilena depende en gran medida de las importaciones de
combustibles, ya que solamente la hidroelectricidad es una energía nacional, junto a
una pequeña generación eólica y de biomasa y, a futuro, se incorporará la solar. Las
nuevas unidades de generación eléctrica, incorporadas en los últimos años, utilizan
combustibles como carbón y petróleo importados, aumentando nuestra dependencia
energética y la huella de carbono, pero con la ventaja de estar ubicadas cerca de los
centros de consumo, por lo cual requieren de líneas de transmisión eléctrica de menor
longitud, con un ahorro de inversión y de pérdidas de electricidad en la transmisión
de energía.
Esta situación energética actual debe ser analizada en función de la legislación eléctrica y de las políticas de energía del Estado de Chile, ya sean implícitas o explicitas,
para evaluar la existencia, vigencia y alcance de estas políticas en un sector con procesos
de largo plazo.
No ha existido en forma explícita una política de desarrollo de los recursos energéticos del país, excepto por los desarrollos impulsados, a mediados del siglo pasado, por la
Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) dentro de un esquema empresarial
donde se abordaron proyectos de energía para incrementar la industrialización del país.
Tampoco ha existido una política de reservas estratégicas físicas de combustibles,
que es una política definida en algunos países como, por ejemplo, Estados Unidos.
De acuerdo a los Balances Nacionales de Energía editados por el Ministerio de Energía, la energía consumida en el país en los últimos veinte años es de origen importado
en el orden del 70%. Las únicas energías primarias totalmente nacionales son la leña,
del orden del 20% de la matriz, y la hidroelectricidad, del orden del 8% dependiendo
del año hidrológico.
El análisis se centrará en el sector eléctrico ya que, como se explicará más adelante,
el país no tiene, ni desarrollada ni en proyecto, una ley de hidrocarburos. Esta actividad
se desarrolla libremente, cumpliendo normas de seguridad tal como las panaderías, que
deben cumplir con las normas sanitarias.
Se indicará primeramente la situación del país al ponerse en marcha la legislación eléctrica, los supuestos de competencia considerados, los parámetros económicos relevantes,
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Desarrollo energético y políticas
Cristián Hermansen Rebolledo
y la sociedad que es sujeto de la aplicación de la electricidad y su evolución hasta estos
días, junto con la evolución del sector eléctrico.
Estos elementos permitirán una mejor comprensión de los caminos recorridos y
futuros, de las posibilidades energéticas del país y de las políticas públicas.
Hidrocarburos
El sector petróleo no dispone de una ley que regule el sector hidrocarburos, solamente la
Ley Nº 9.618 del 16 de junio de 1950, Ley Orgánica de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) determina que el Estado tiene la propiedad de los yacimientos de petróleo,
y que las funciones y derechos del Estado son ejercidos por ENAP.
Posteriormente, en el año 1978, se liberaliza el mercado, se permite la libre importación y se establece la libertad de precios para los hidrocarburos.
También el Decreto Ley (DL) Nº 1.089 del año 1975 establece los Contratos Especiales de Operación Petrolera, en los que el Estado, como dueño del recurso, contrata
con un tercero la exploración y explotación, en condiciones comerciales definidas en
cada contrato.
La Ley Nº 18.888, publicada el 6 de enero de 1990, establece que ENAP puede
desarrollar dentro o fuera del territorio nacional, directamente o asociado con terceros,
la exploración y explotación de hidrocarburos. Esta ampliación del giro de ENAP, realizado a través de su filial Sipetrol, le ha permitido asegurar en forma parcial el abastecimiento de petróleo al país, pero depende en el futuro de las políticas comerciales de
dicha empresa y no es una política del país.
La exploración y explotación de los hidrocarburos queda en manos de una empresa
(en esa época y en la actualidad de propiedad del Estado), dependiendo de las políticas
y solidez financiera de esta empresa la labor de desarrollar estos recursos energéticos.
En general, la prospección y explotación de hidrocarburos por ENAP se ha centrado
en la Región de Magallanes, para abastecer de gas natural a dicha región y para la obtención de petróleo, cuya producción en la actualidad es del orden del 1% del petróleo
consumido en el país.
Tal como ocurre en el sector eléctrico, no existe una política clara de desarrollo de
los hidrocarburos y, además, en este caso, queda supeditada a las decisiones de la administración de turno y de los recursos financieros disponibles de una empresa con una
multiplicidad de funciones de mayor urgencia.
En el sector gas natural también la explotación y exploración de este recurso energético ha sido realizada por ENAP, confundiéndose los roles empresariales, regulatorios
y de investigación de los recursos.
Se puede concluir que existe una política energética para la explotación y exploración de los hidrocarburos, como el petróleo y gas natural, pero esta política depende
de la sanidad económica y de las prioridades comerciales de una empresa en particular,
por el momento estatal. Los resultados de la obtención de hidrocarburos han sido muy
bajos, incrementándose la dependencia energética en estos combustibles.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Entorno del país al inicio de la regulación eléctrica
Las reformas en el sector económico en los años 70, incluyendo las energéticas, se iniciaron con la dictación en diciembre de 1973 del Decreto con Fuerza de Ley (DFL) Nº
211, Normas para la Defensa de la Libre Competencia, sucesora del Título V: Normas
para Fomentar la Libre Competencia Industrial y Comercial, de la Ley Nº 13.305 del 6
de abril de 1959, la cual da las bases para el posterior desarrollo económico y liberalización de los diferentes mercados.
El DFL Nº 211 se dictó porque, entre otros, “resulta necesario garantizar la libre
competencia, previniendo la existencia del monopolio y de las prácticas monopólicas, y
sancionando drásticamente su ejecución”.
Así, se califica como delito a los que tiendan a impedir la libre competencia, ya sea
eliminar, restringir o entorpecer esta.
Además, en sus considerandos indica que “las prácticas monopólicas son contrarias
a una sana y efectiva competencia en el abastecimiento de los mercados ya que, mediante el control de la oferta o demanda, es posible fijar precios artificiales y lesivos al interés
del consumidor”.
Es la existencia de libre competencia la que permite la ocurrencia de numerosos
actores, tanto en oferta como en demanda, para posibilitar la determinación de niveles
de precios óptimos y optar entre los diferentes agentes.
La legislación eléctrica aplicada a partir de 1980, como efecto de la creación de la
Comisión Nacional de Energía (CNE) por medio del DL Nº 2.224 de 1978, y oficializada por medio del DFL Nº 1 del Ministerio de Minería publicado el 13 de septiembre de
1982, considera esta base económica y legal y se refiere a aspectos técnicos del sector,
y solamente determina un sistema de fijación de precios para clientes pequeños por no
constituir este un mercado competitivo.
Por otra parte, el DFL Nº 1.122, Código de Aguas, publicado el 29 de octubre de
1981, indica que las aguas terrestres son bienes nacionales de uso público y se otorga a
los particulares el derecho de aprovechamiento de ellas.
Indica que “el derecho de aprovechamiento sobre las aguas es de dominio de su
titular, quien podrá usar, gozar y disponer de él en conformidad a la ley”.
A partir de 1981 se registran a nombre de particulares, incluyendo a las empresas
eléctricas existentes, derechos de agua no consuntivos destinados a la generación eléctrica.
Por otra parte, Chile, a inicios de la década de los 80, era un país que estaba implementando nuevas políticas económicas de participación predominantemente privada,
apertura de mercados de importación y de exportación, eficiencia económica y competitividad, con variadas complejidades en el proceso de transición y de reemplazo de
actividades económicas tradicionales.
El PIB per cápita en el año 1980 era de US$ 2.767 y de US$ 3.142 en 1981, lo que
da cuenta de un país con desarrollo económico bajo, un alto nivel de pobreza, desempleo de 10.4% en 1980 y de 11.3% en 1981, una inflación de 33.1% en 1980 y un
consumo eléctrico por habitante de 1.058 KWH por año.
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Desarrollo energético y políticas
Cristián Hermansen Rebolledo
En la actualidad, Chile ha alcanzado, de acuerdo a cifras del Banco Mundial, un
PIB per cápita de US$ 16.000, esperando llegar a US$ 20.000 en los próximos años, y
un consumo por habitante al año 2009 de 3.300 KWH por habitante. Este consumo,
comparado con zonas como Europa y California de valores sobre 6.000 KWH por habitante, indica que el crecimiento eléctrico se debe incrementar acorde con el mejor nivel
económico de la población, superando el efecto de un uso eficiente de la energía.
La ciudadanía y, en este caso específico, los consumidores, no tenían presencia ni
representación, ya que al ser las empresas eléctricas mayoritariamente estatales, las consideraban parte del Estado ante el cual no podían influir. Tampoco los afectados se oponían a la constitución de servidumbres de paso, o de ocupación de terrenos para líneas
de trasmisión, o de centrales hidráulicas por considerar, en muchos casos, en forma
anticipada, que se resolvería a favor de la empresa eléctrica.
Tampoco existía en esa época la comprensión de temas como el calentamiento global, gases de efecto invernadero, huella de carbono, que son los elementos que preocupan a la sociedad planetaria del siglo XXI.
La labor de ENDESA estatal, desde su creación hasta la década de los 80, fue realizar
en la práctica la labor de un instituto de electrificación del país, detectando los recursos
de agua aprovechables para la generación hidroeléctrica y construyendo centrales de
generación, anticipándose a los crecimientos de la demanda eléctrica a lo largo de todo
el país.
La labor de esta empresa, unida a la visión del abastecimiento eléctrico como una
función de estrategia y de seguridad nacional, no en forma explícita pero sí en la práctica, condicionan una nueva legislación que está dirigida a permitir la competencia entre
los actores del sector eléctrico, pero no a preocuparse ni a incentivar el desarrollo de los
recursos energéticos en forma explícita.
La legislación eléctrica establece una separación de funciones en el sector eléctrico
para superar la confusión de los roles empresariales, regulatorios y de investigación de
recursos energéticos desarrollados por ENDESA, lo cual le confería una posición dominante en el mercado, pero no contempla la definición de una política de desarrollo de
los recursos energéticos del país.
En este sentido, las empresas industriales y mineras emprendían sus nuevos proyectos con la seguridad de contar con suministro eléctrico a un precio razonable, situación
que con la nueva legislación debía mantenerse al existir competencia en generación.
Adicionalmente, en el sector energía, con un país gobernado por las Fuerzas Armadas, se producía la situación de tener como presidente de la CNE a un ministro teniente
general que, por la verticalidad de mando de la estructura militar, tenía mayor autoridad
que los generales o almirantes que dirigían las empresas eléctricas, lo cual llevó en ese
período a una interpretación única de la legislación de acuerdo a los dictados de la CNE.
La legislación eléctrica desarrollada por la Comisión Nacional de Energía refleja
procesos y algoritmos para cálculo de tarifas de generación, transmisión y distribución
de electricidad, con el objeto de permitir la separación de estas actividades y la creación de empresas regionales de distribución eléctrica a partir de las respectivas áreas de
Chilectra y de ENDESA.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
La legislación se supone neutra con respecto a los distintos recursos energéticos del
país, sin embargo, sus elementos de tarificación y coordinación reflejan un enfoque en
un sistema resultante de una combinación de recursos hidráulicos y térmicos.
También, en la nueva legislación, se define la obligatoriedad de dar servicio a todos
los clientes en el área de concesión de las empresas distribuidoras, y se define la existencia de “clientes a precio libre” para aquellos con una potencia conectada superior a
2.000 KW, ya que supone la posibilidad de poder negociar su contrato de suministro
eléctrico y de obtener mejores condiciones que los clientes regulados.
Este mercado de clientes libres operando en condiciones de competencia solamente
comenzó a desarrollarse a mediados de la década de los 90, producto de la llegada del
gas natural argentino a nuestro país.
Legislación eléctrica en la década de los 80
La nueva política eléctrica comenzó en forma práctica con la determinación de las tarifas
a clientes finales, aplicada a partir del año 1980, y se ratifica con la publicación, el 13 de
septiembre de 1982, del DFL Nº 1 del Ministerio de Minería la Ley General de Servicios
Eléctricos.
La política energética no se explicita en la legislación, solamente al término de ese
período de gobierno la CNE emite el libro El sector energía en Chile, en diciembre de
1989, donde define la estrategia energética.
En este documento se indica que “la estrategia que orienta el desarrollo del sector
energía en Chile es consistente con la política general de desarrollo económico y social
del país”, a través de eficiencia económica en el sector energía.
También, indica el objetivo de “tener una independencia energética razonable para
el país, promoviendo el desarrollo de todos los recursos nacionales que resulten económicamente convenientes en relación con los energéticos importados, y considerando
una adecuada diversificación de las fuentes de suministro para estos últimos”.
Solo en este párrafo existe una referencia al desarrollo de los recursos energéticos del
país, pero este objetivo no se refleja en la redacción de la legislación eléctrica y queda
supeditado a su competitividad con energéticos importados.
Este principio se aplicará en la década de los 90 con la incorporación a la matriz
eléctrica chilena del gas natural argentino que, por su bajo costo, frenó el desarrollo de
proyectos hidroeléctricos en el país.
En este mismo documento se expresan los objetivos de la nueva ley eléctrica de
“establecer un conjunto de reglas del juego lo más claras y objetivas posible” para poder
tener “un desarrollo eficiente y estable del sector e incentivar la participación del capital
privado”.
Agregando así elementos para reducir la burocracia del sector y tener los instrumentos de control para un buen funcionamiento del sector eléctrico.
Asimismo, en la explicitación, en dicho documento, de los criterios generales utilizados en la confección de la legislación eléctrica se indica: “El criterio básico de la ley
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Desarrollo energético y políticas
Cristián Hermansen Rebolledo
eléctrica es propender el establecimiento de condiciones de competencia en este sector,
reservando la acción reguladora del Estado solo para aquellas actividades que revisten
características de monopolio natural”.
También, al explicitar los criterios generales de la ley, el documento determina el
funcionamiento libre en generación y transmisión, y regulado en distribución eléctrica.
La labor de desarrollo de nuevas centrales de generación eléctrica, por parte de las
empresas estatales ENDESA y Chilectra, para el abastecimiento público, y de Codelco
para abastecer sus consumos mineros, permite adelantarse a los crecimientos de la demanda y dar un abastecimiento eléctrico seguro, excepto en casos de sequías extremas
como fueron los años 1988 y 1989.
Las empresas generadoras, en especial ENDESA, tenían una amplia cartera de proyectos con distintos grados de profundización de sus especificaciones para el abastecimiento eléctrico del país, con un enfoque a priorizar la componente hidroeléctrica
para no depender de un combustible fósil como el carbón, en general, de procedencia
importado por sus menores costos y mejor calidad.
La legislación permitió una optimización de los recursos de producción y de costos
al definir un centro de despacho económico de generación, con una operación independiente de los contratos de suministro de las empresas de generación eléctrica.
Además, en esta época, al ser las empresas generadoras de propiedad estatal, sus
inversiones debían ser aprobadas por la CNE y se adelantaban en forma eficiente a
las necesidades de crecimiento del país, pero no enfocadas al uso de los recursos del
país, sino a minimizar los costos de inversión, operación, mantenimiento y falla de
suministro.
El supuesto implícito de la legislación es la existencia de una amplia oferta de
nuevos proyectos en estudio y en construcción, así como el ingreso de nuevas empresas eléctricas para aumentar la competencia en el sector eléctrico.
Por lo tanto, no existen referencias explícitas para utilizar las posibilidades energéticas del país ni una política de apoyo a la investigación o explotación de los recursos.
La legislación fue creada centrándose en producir competencia entre las dos principales empresas generadoras existentes a la época, no contemplando el posible caso de,
por ejemplo, incorporar minicentrales hidroeléctricas al sistema, debiendo estas cumplir con las mismas exigencias y condiciones de centrales de gran escala, requisitos que
son fáciles de cumplir para empresas medianas y de gran tamaño, pero onerosas para
pequeñas unidades independientes.
No se considera la participación ciudadana en la regulación, siendo la sociedad objeto pasivo de las fijaciones tarifarias, con escaso acceso a información pública relevante
y con una centralización de las decisiones de regulación consideradas implícitamente en
Santiago, lugar de domicilio legal de las gerencias de empresas eléctricas y autoridades
del gobierno de turno.
Los estudios de recursos hidroeléctricos realizados en su época por ENDESA, y
actualizados por especialistas, indican una potencia instalable en proyectos de mediano
y gran tamaño superior a 11.000 MW, tanto en la zona central, del orden de los 5.200
MW, y de Aysén, del orden de los 5.800 MW.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Por otra parte, un estudio de la Comisión Nacional de Riego en conjunto con la
CNE, de octubre de 2007, indica un aprovechamiento hidroeléctrico en proyectos concretos utilizando canales de regadío del orden de los 860 MW en centrales superiores a
2 MW de capacidad.
Situación en la década de los 90
A comienzos de la década de los 90, la CNE, en su función de preparar los planes y políticas del Plan Nacional de Desarrollo, se dedica a incentivar y adecuar la legislación para
la introducción de un nuevo combustible: el gas natural argentino. Por lo demás, esta es
la única función adicional a sus funciones principales de análisis de normas técnicas, de
estructuras, y niveles de precios en el sector de energía.
Lo anterior, con el objetivo de posibilitar la apertura de mercados, diversificar la matriz energética, atraer nuevos operadores al sector eléctrico y permitir una mayor competencia en un sector con una fuerte concentración de la propiedad de los derechos de agua.
La preocupación estaba en desarrollar competencia, ya que no está definida una
política de utilización de los recursos energéticos del país, y también es en este período
que se produce el cierre de las principales minas de carbón al no poder competir con el
carbón importado.
Estas políticas son correctas de acuerdo a las definiciones legales de promover la
competencia y la eficiencia, que son los fundamentos implícitos en el DFL Nº 1.
El país, implícitamente, tiene la política de no tener reservas físicas de combustibles
de cualquier tipo, y tampoco se consideran, desde un punto de vista estratégico, las reservas de agua en los embalses, sino solamente por su valor comercial futuro.
Al disponer de gas natural barato y abundante para la generación eléctrica, con
facilidad de ubicación de sitios, cortos tiempos de construcción y bajos costos para
instalar centrales de ciclo combinado, se frena el desarrollo de centrales hidroeléctricas
medianas y pequeñas.
En un comienzo, las empresas generadoras existentes compiten por entrar a este
nuevo mercado de generación con gas natural y se produce una sobreoferta de energía
por un período de tiempo.
Esta disponibilidad de energía económica, que produce una baja de precios pagados
por los clientes libres, permite que se inicie la operación del mercado de clientes libres
y la competencia de las empresas generadoras por abastecer a estos clientes.
Durante esta década, se discute la Ley de Concesiones de Exploración (para determinar la potencialidad del recurso), y de Explotación (para la extracción y producción)
de energía geotérmica, con el objeto de incorporar esta nueva fuente de energía y permitir el desarrollo de este recurso.
Es, en la práctica, el esbozo de la primera política pública enfocada en un recurso
energético, y regula las relaciones entre las partes: concesionarios de energía geotérmica,
Estado, dueños de terrenos, pertenencias mineras, contratos de operación petroleros,
explotación y exploración de hidrocarburos, y derechos de aprovechamiento de aguas.
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Desarrollo energético y políticas
Cristián Hermansen Rebolledo
Sin embargo, el resultado práctico, a la fecha, es no tener una central de energía
geotérmica operando, a pesar de existir varias empresas trabajando en el tema.
Situación en el siglo XXI
En esta época, se producen los primeros cambios importantes a la legislación eléctrica
para solucionar los problemas de un mercado que no opera en forma competitiva.
La Ley Nº 19.940, denominada Ley Corta I, en el año 2004 introduce modificaciones al DFL Nº 1, principalmente, para solucionar los problemas regulatorios y de
competencia en el transporte de electricidad.
Un elemento incluido en estas modificaciones legales es la excepción de pago de
peaje por el uso de las instalaciones de transmisión troncal para las energías renovables
hasta una capacidad inferior a 9 MW, y de un descuento parcial para las centrales de
generación eléctrica renovable inferior a 20 MW, situación que se mantiene hasta que la
capacidad conjunta de estas centrales y sus peajes exentos de pago constituyan el 5% de
la capacidad del sistema, a partir del cual comenzarán a pagar sobre el diferencial que
supere este 5%.
Sin embargo, esta excepción del pago de peajes solamente se aplica a la transmisión
troncal, debiendo las energías renovables pagar los peajes por los sistemas de transmisión adicional, subtransmisión y distribución.
En el año 2005, la Ley Nº 20.018, denominada Ley Corta II, introduce el concepto
de licitaciones de suministro para abastecer el consumo de los clientes regulados de
las empresas distribuidoras, pero su normativa favorece a las empresas existentes y
dificulta la incorporación de nuevas empresas al sector. Esto se refiere a plazos cortos
para iniciar el suministro, inferiores al plazo de construcción de las centrales y que, por
lo tanto, no permiten el desarrollo de proyectos que utilicen los recursos energéticos
del país.
La Ley Nº 20.257, en el año 2008, entrega una señal de diversificación de los recursos energéticos hacia las energías renovables no convencionales, al determinar que el
10% de la energía consumida debe provenir de fuentes renovables como son la energía
hidráulica, limitada a una capacidad inferior a 20 MW, biomasa, geotérmica, solar, eólica y energía de los mares.
La crisis de las restricciones de suministro y posterior corte, prácticamente total,
de la llegada de gas natural argentino, produce una reacción del gobierno de la época,
presionándolo a generar una solución a corto plazo para evitar cortes de electricidad y
mantener una seguridad energética, impulsando así la construcción de terminales de
recepción y regasificación de gas natural licuado en Quintero y Mejillones.
Con un largo período de análisis, en la década de los 90, del recurso de energía
geotérmica, el 7 de enero de 2000 se publica la Ley Nº 19.657 sobre Concesiones de
Energía Geotérmica, pero su reglamento, a través del Decreto Nº 32, se publica en el año
2004, siendo derogado y modificado por el Decreto Nº 114, publicado el 8 de marzo
de 2013.
20
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
El resultado práctico, a la fecha, es no tener en operación ninguna central que genere electricidad aprovechando el recurso de energía geotérmica.
Otro tema de análisis y discusión ha sido la generación residencial, por medios renovables no convencionales, de usuarios finales regulados con capacidad instalada inferior
a 100 KW, que a semejanza de otros países, pudiesen intercambiar energía con el sistema
de distribución. Sin embargo, la Ley Nº 20.571, publicada el 22 de marzo de 2012, no
establece la igualdad de precios y define que un reglamento determinará las condiciones
de operación, reglamento que todavía no ha sido emitido, habiendo transcurrido un año
y medio a la fecha.
En el año 2008, la CNE publica el documento Política energética: Nuevos lineamientos,
indicando que los desarrollos energéticos son procesos de largo plazo, y que se requiere
“una política estable coherente con la política global de desarrollo nacional”. Se plantea
una estrategia de largo plazo para tener energía eléctrica sustentable, suficiente y segura,
pero no se analiza en profundidad el desarrollo de los recursos energéticos del país.
La Ley Nº 20.402, publicada el 3 de diciembre de 2012, crea el Ministerio de Energía para agrupar todas las funciones y organismos del área energía distribuidos en diversas instituciones, manteniendo en lo esencial las funciones tradicionales y sin un
mandato explícito de desarrollar los recursos energéticos del país.
En el año 2011, se desarrolla un proceso de discusión y análisis de las condiciones
vigentes y futuras del sector eléctrico, por medio de dos procesos en paralelo: uno, la
Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (CADE), convocada por el gobierno; y,
por otra parte, la Comisión Ciudadana Técnico Parlamentaria (CCTP).
Ambos organismos analizan y entregan propuestas de los temas de competencia,
sustentabilidad, eficiencia energética, y no tienen el foco principal en el uso de recursos
energéticos del país, excepto la CCTP, que prioriza las energías renovables no convencionales, pero deja afuera la generación con recursos hidroeléctricos superiores a 20
MW de capacidad instalada.
Al inicio del año 2012, el Presidente de la República publica la Estrategia Nacional de
Energía 2012-2030, que indica la necesidad del país de tener una estrategia de Estado de
largo plazo situando el tema energético por sobre los gobiernos de turno.
Uno de los elementos de esta estrategia es desarrollar las energías renovables no
convencionales, así como también las energías tradicionales, incluyendo la hidroelectricidad.
Sin embargo, en el año y medio transcurrido desde el lanzamiento de esta estrategia
de energía, no se han concretado aspectos que posibiliten el desarrollo de los recursos
energéticos del país, permaneciendo como una declaración de buenas intenciones.
Situación actual
En la actualidad, la legislación no considera el desarrollo energético del país, ya que
existe una estrategia a corto plazo de las empresas y de la autoridad para abordar el
suministro eléctrico.
21
Desarrollo energético y políticas
Cristián Hermansen Rebolledo
La política a implementar no debiese centrarse ni tener como objetivo el otorgamiento de subsidios a algún tipo de tecnología –ya que estos distorsionan el mercado–,
sino generar una política pública con las condiciones de mercado para posibilitar el
desarrollo de los recursos del país. Esta política debiese ampliar la composición de los
recursos energéticos y no obligarlos a encuadrarse en los requerimientos de las centrales
térmicas.
La legislación, de alguna manera, está enfocada en defender a las empresas existentes en vez de desarrollar explícitamente una economía de mercado que favorezca el
ingreso de nuevas empresas y el desarrollo de los recursos energéticos propios del país.
En especial, potenciar el desarrollo de los recursos hidráulicos, geotérmicos, solares,
biomasa, eólicos y, a futuro, energía de los mares, ya sea de mareas o de olas, recordando
que hace dos décadas el recurso hidroeléctrico constituía el 65% de la matriz eléctrica,
y en la actualidad bordea el 30%.
No existen, en la legislación actual, los mecanismos que contemplen las características especiales de estos recursos, sino que deben adaptarse a competir con los parámetros y características de las centrales térmicas a carbón, a gas natural o diesel. Tampoco
existe este desarrollo para las centrales nucleares.
Los procesos de energía son de largo plazo, por lo que las políticas definidas en un
gobierno se aplicarán en los gobiernos siguientes; por lo tanto, los gobiernos de turno se
han inclinado más por soluciones de corto plazo, como la instalación de generación diesel, que es una solución rápida para evitar los cortes de suministro, pero que no ayuda
al aprovechamiento de los recursos energéticos del país, ni a mediano ni a largo plazo.
Adicionalmente, estas soluciones de corto plazo, y de postergación de la utilización
de los recursos energéticos como, por ejemplo, hidroelectricidad y geotermia para la
generación eléctrica, han conducido a un elevado valor de los precios de la electricidad,
con lo cual el país está perdiendo competitividad.
Es de esperar que las condiciones de abastecimiento eléctrico, incierto a partir del
año 2015, permitan generar en el corto plazo una respuesta país para concretar soluciones que solamente rendirán resultados a partir del 2018, utilizando los recursos energéticos nacionales y disminuyendo nuestra dependencia energética y nuestra contribución
al calentamiento global.
22
La política energética: una asignatura
pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
Pedro Maldonado
Ingeniero Civil Electricista de la Universidad de Chile. MSc. Université du Québec à Montréal, Canadá. Se
desempeña como profesor adjunto tanto en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (ad honorem), como en el Instituto de
Asuntos Públicos (ad honorem) de la misma universidad. Actualmente, es subdirector del Programa de
Estudios e Investigación en Energía.
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
La política energética: una asignatura
pendiente a nivel país
Introducción
El presente artículo pretende contribuir al debate público sobre las políticas que han
orientado el desarrollo energético nacional, las consecuencias de ellas y cuáles podrían
ser las propuesta de reforma para reorientar el sistema energético desde la perspectiva
del desarrollo sustentable1. A lo largo del mismo, se abordará la importancia del contexto internacional en la definición de las políticas energéticas de un país extraordinariamente dependiente de las fuentes de energía convencional como es el nuestro, el funcionamiento de un sistema eléctrico determinado por treinta años de una política centrada
en las decisiones del sector privado, y un Estado sin la capacidad legal de articular el
desarrollo eléctrico. Todo lo anterior ha conducido a un sistema eléctrico vulnerable,
dependiente, sucio, carbonizado, altamente concentrado, caro e inequitativo, lo que no
puede estar más lejos de un desarrollo sustentable.
Las propuestas que aquí se incluyen se han nutrido de un debate que incorpora a
distintos sectores de la sociedad, quienes, desde una perspectiva ciudadana, técnica y
parlamentaria, integran en su visión del desarrollo eléctrico, las variables económicas,
socioambientales, de desarrollo territorial y regional, y de equidad. La síntesis que el
autor ha ido construyendo a partir de su larga experiencia en el tema se ha enriquecido
con el aporte de múltiples actores del mundo ciudadano, dando como resultado un
conjunto de medidas para reformar en profundidad el marco regulatorio, transformar
la eficiencia energética y las energías renovables en opciones estratégicas de la política
de desarrollo eléctrico, incorporar los costos externos de una contaminación que no
pagan los responsables de las emisiones vinculadas a la conversión y uso de la energía,
sino que la sociedad en su conjunto, y sugerir formas de participación ciudadana a nivel
nacional, regional y local.
El artículo concluye planteando que los cambios propuestos deben ser la resultante de un proceso participativo real, informado y vinculante que apunte a definir los
lineamientos de la nueva política energética y que, en el caso de proyectos de impacto
nacional o regional, la participación ciudadana se exprese desde las primeras etapas del
proyecto.
1. Si bien las deficiencias de la política energética nacional atañen a la conversión y uso de la energía, en
este artículo la reflexión se centra en las políticas, o falta de ellas, que han condicionado la evolución
del sistema eléctrico chileno y que han estado en el centro del debate nacional en los últimos años.
25
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
El contexto internacional y su incidencia en la situación
energética nacional, actual y futura
Lo central para entender el contexto internacional de la energía es la tremenda inequidad energética que afecta a una parte importante del planeta. Para ello, basta entregar
algunos datos que la reflejan. En primer lugar, WEO 20102 señala que en el mundo
“1.400 millones de personas (más del 20% de la población mundial) no tienen acceso a
la energía eléctrica en sus hogares, y que 2.700 millones (cerca de un 40% de la población total) usan biomasa para la cocción de sus alimentos”. A ello, se agrega que, al año
2009, China tenía un consumo per cápita de electricidad del orden de un 80% del consumo chileno, y que el consumo per cápita de la India era un 18% del consumo nacional. Esta situación de inequidad energética a nivel mundial es insostenible, y es lógico
pensar que ella se deberá revertir en un plazo breve, las tasas de crecimiento del consumo de energía de China y la India así lo indican. Cabe, entonces, preguntarse: cómo
afectará ello a la demanda y a los precios de los combustibles, y si el planeta será capaz
de resistir la presión sobre los recursos energéticos fósiles y sobre el medio ambiente.
Todo ello llevará con certeza a modificar los patrones convencionales de consumo y la
estructura de las fuentes de energía, enfatizando el uso de las Energías Renovables No
Convencionales (ERNC).
En este contexto, sorprende que las autoridades nacionales, especialistas y medios
de comunicación, normalmente adscritos a la mantención del statu quo, no solo ignoren
lo anterior, sino que además planteen que la volatilidad de los mercados energéticos sea
coyuntural y que, tan pronto se alivien las tensiones en el Medio Oriente, la situación
volverá a ser la “normal”; luego, no es necesario explotar otras fuentes energéticas no
convencionales, ya que ellas son más caras, y lo serán aún más cuando los mercados se
regularicen. Sin embargo, la experiencia parece indicar otra cosa. Por lo pronto, el petróleo sigue cotizándose en torno a US$ 100/barril, a pesar de que el mundo desarrollado
arrastra por bastante tiempo una crisis económica, que en algunos casos corresponde a
una recesión, y que China ha reducido sus tasas históricas de crecimiento3.
Algunos indicadores parecen mostrar que dicha volatilidad corresponde a una situación estructural. Por lo pronto, la IEA se suma a quienes han destacado la gravedad del
problema, recurriendo al concepto del Peak oil4, que se traduce en una curva de producción de petróleo que habría alcanzado, o estaría alcanzando, el máximo de producción y
que, a partir de ese punto, la producción mundial se iría inexorablemente reduciendo5.
2. International Energy Agency (IEA), World Energy Outlook 2010, spanish summary.
3. Es probable que una vez superada la crisis, el precio del petróleo supere largamente el precio actual.
4. Conocido originalmente como el “cenit de Hubbert”. Los partidarios de esta teoría no afirman que el
petróleo se vaya a acabar, sino que el equilibrio entre la oferta y la demanda se logrará mediante un
incremento sustancial del aporte de las ERNC y la eficiencia energética, y/o un incremento sustantivo
de los precios de los combustibles fósiles.
5. Ello no ignora el potencial aporte de los petróleos pesados y del gas natural no convencional, ambos
con sus problemas específicos.
26
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Sin recurrir a la curva mencionada, el Gráfico 1 reforzaría la postura de quienes
señalan que el problema es más bien estructural. En efecto, dicho gráfico permite visualizar que a partir de 1981 la explotación supera sistemáticamente los descubrimientos
de nuevos yacimientos.
Gráfico 1
Evolución de los descubrimientos y explotación del petróleo
(en miles de millones de barriles/año)
Fuente: Enrique Wittwer, Seminario Mes de la Energía, Colegio de Ingenieros, 2010.
Hasta el año 2010, los valores de ambos parámetros son estadísticos y, desde esa fecha,
el gráfico se construyó a partir de estimaciones basadas en previsiones de producción y
nuevos desarrollos geológicos.
El Gráfico 2 muestra la evolución del precio del petróleo presentada en el Informe
Técnico Definitivo (ITD) para la fijación de precio de nudo del SIC (abril 2012).
Gráfico 2
Evolución del precio del petróleo WTI
Fuente: CNE. Informe Técnico Definitivo (ITD) para la fijación del precio de nudo, abril 2012.
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La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
A su vez, el mercado del gas natural y el carbón han seguido la tendencia del petróleo,
manteniendo su mayor competitividad en aquellos mercados en que ellos pueden sustituir al petróleo. Esta situación se ha reflejado en el mercado nacional no solo en lo que
respecta a la evolución del mercado internacional del petróleo, sino que también en la
de los otros combustibles fósiles.
En efecto, el precio del carbón se incrementó sostenidamente desde los US$ 30/ton
que costaba en el año 2003 a US$ 60/ton entre el 2004 y 2007. De acuerdo con la fijación de precios de la CNE para abril del 2012, las empresas pagaron desde US$ 90/ton
a más de US$ 120/ton. En relación al gas natural, en la fijación de precios de nudo del
2004 su valor alcanzaba a US$ 1,6/MMBTU, al año 2009 el valor era de US$ 9,51/MMBTU, y en abril del año 2012 las empresas cancelaron entre US$ 15,4 a 17,4/MMBTU6
Tomando en consideración los antecedentes anteriores, es posible afirmar que el
período de bonanza, es decir, de precios bajos de la energía, terminó hace algunos años
y que es difícil que retorne a los niveles de precios previos, más aún si la presión por
generalizar los impuestos al carbono adquiere cada vez más fuerza, incluso en países de
menor nivel de desarrollo relativo o en transición7 .
El contexto internacional incorpora la protección medioambiental con mucha fuerza, si bien en las últimas décadas del siglo pasado la contaminación atmosférica concitaba la atención y preocupación de las autoridades de los países desarrollados, en los 90,
el centro de su preocupación se desplaza hacia el cambio climático y es muy probable
que este sea el gran tema ambiental del siglo XXI. Dicho lo anterior, la evaluación de las
políticas públicas en el campo de la energía no debe perder de vista el contexto internacional y nacional, más aún en el caso de un país de economía abierta.
Antes de entrar en el tema objeto de este artículo, conviene clarificar un concepto
que, desgraciadamente, ha sido erróneamente introducido por las autoridades públicas
y que se ha generalizado a través de los medios de comunicación, induciendo incluso a
su aceptación por parte de algunos especialistas. Durante estos últimos años, se ha utilizado los términos “matriz energética” o “política energética” para referirse a la estructura
del parque de generación eléctrica o a las normativas y lineamientos que definen el desarrollo eléctrico del país, desconociendo que la electricidad representa menos del 20%
del consumo final de energía8.
6. Las proyecciones de abril de 2012, presentadas en el ITD, muestran una caída del GNL a US$ 7,63/
MMBTU para el año 2013, valor que se incrementa paulatinamente para alcanzar los US$ 10/MMBU
a partir del 2020, lo que parece extraño, salvo que se suponga que el GN no convencional provocará
una caída importante del mercado internacional, basado en costos actuales de explotación muy bajos.
Sin embargo, cabe preguntarse qué razones tendrían los productores en ofrecer su gas a un precio tan
reducido y no utilizar sus ventajas relativas en beneficio propio, o si no deberán considerarse costos
de base superiores a los actuales para enfrentar los problemas ambientales que han sido denunciados
recientemente.
7. Ello podría ocurrir en Chile, de materializarse lo propuesto por el presidente Piñera: impuesto a los
“males”.
8. Ministerio de Energía, Sistema de Información Estadístico, Balance Nacional de Energía 2011.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Aceptado lo anterior, este artículo se centrará, como se señalara previamente, en
el análisis de la política de desarrollo eléctrico y de sus consecuencias, debido a que el
tema ha estado en el centro del debate en los últimos años, y a que el abastecimiento
de combustibles fósiles está regido básicamente por el mercado internacional, del que
Chile es un “tomador de precios”; reconociendo que las políticas que condicionan el uso
final de los combustibles son igualmente controvertibles, a pesar de lo cual el artículo
incluirá algunas menciones acotadas a dichos usos finales en los casos que corresponda.
Funcionamiento actual del sistema eléctrico chileno
El funcionamiento del sistema eléctrico está regido fundamentalmente por el DFL N° 1
de 19829, que desintegró los segmentos de generación, transmisión y distribución, definió el esquema tarifario y entregó al sector privado la facultad de definir dónde, cómo y
cuándo desarrollar los proyectos de generación eléctrica, asignando a un Estado subsidiario el rol regulador y fiscalizador10. Conviene destacar que, originalmente, se consideró que la regulación y exigencias de inversión se limitaran al segmento de distribución,
la transmisión solo era mencionada para los efectos de fijación de precios y la generación
no era sometida a ninguna exigencia regulatoria, ya que se consideraba, y se sigue considerando por algunos, que en este segmento la competencia se da en forma “natural” y,
como mencionara un ministro de Energía, la mejor regulación es la competencia. Más
adelante se mostrará cuán lejos de la realidad se encuentran estos planteamientos.
La participación del Estado en el mercado eléctrico se manifiesta, en parte importante, en la fijación de los precios de nudo11, y el instrumento utilizado es el Plan de Obras
elaborado por la Comisión Nacional de Energía (CNE). Este se define en función de las
características de las centrales y los costos de inversión, operación y mantención de los
proyectos informados por las empresas generadoras. En base a esta información, la CNE
simula un programa indicativo cuyo objetivo es minimizar los costos totales (a valor presente) para los usuarios. Este instrumento, al definir los precios de la energía, sirve de señal para la inversión del sector privado; sin embargo, este último no está obligado a concretar las inversiones que ellos informaron a la CNE y que dieron origen al Plan de Obras.
9. Ministerio de Minería, DFL Nº 1 del 13 de septiembre de 1982.
10. Los proyectos eléctricos, como todo proyecto de envergadura, deben ser presentados al Sistema de
Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), y aprobado en esta instancia. El SEIA no ha estado exento
de críticas, como se verá más adelante.
11. La Comisión Nacional de Energía determina semestralmente los precios de nudo, e informa de estos al
Ministerio de Economía, quien procede a su fijación y publicación en el Diario Oficial. El precio de nudo
tiene dos componentes: el precio básico de la energía (promedio en el tiempo de los costos marginales
de energía del sistema, operando al mínimo costo actualizado de operación y racionamiento para el
período de estudio); y el precio básico de la potencia de punta (costo marginal anual de incremento de
la capacidad instalada del sistema eléctrico, considerando las unidades generadoras más económicas,
determinadas para suministrar potencia adicional durante las horas de demanda máxima anual del
sistema eléctrico, más el margen teórico de reserva de potencia del sistema eléctrico).
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La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
Al no tener el Estado la capacidad constitucional para articular el desarrollo eléctrico, la regulación vigente ha ido consolidando un “desarrollo eléctrico” cada vez más
sucio y carbonizado, vulnerable, dependiente, concentrado, caro y marcado por agudos
conflictos socioambientales. La matriz eléctrica ha ido variando a lo largo del tiempo
en función de las visiones de rentabilidad de corto plazo, y es así cómo, en un período
breve de tiempo, ella ha pasado de ser básicamente hidroeléctrica a privilegiar el uso del
gas natural en los proyectos que se desarrollaron desde fines de los 90 hasta medidos de
los 200012, para adoptar, con posterioridad a la crisis de abastecimiento del gas natural,
como opción “indiscutida” el carbón. En cada oportunidad, se trata de identificar cuál
es la “solución”, pregunta que obviamente no tiene una respuesta única.
En los párrafos que siguen, se resumen las razones que conducen a los juicios esbozados en los párrafos anteriores, y que permiten concluir que el mal llamado “desarrollo” eléctrico chileno dista mucho de constituir un ejemplo de desarrollo sustentable13.
Vulnerabilidad del sistema eléctrico chileno
El sistema energético nacional es extraordinariamente dependiente de los combustibles
fósiles importados, tal como se refleja en el Gráfico 3, lo que contribuye a su vulnerabilidad al incorporar al abastecimiento local la extremada volatilidad de los mercados internacionales de dichos combustibles y, más aún, la incertidumbre de su aprovisionamiento14.
Gráfico 3
Grado de dependencia del sistema energético nacional, 2011
% importación sobre consumo total
100
80
60
% importación
40
20
0
P. Crudo G. Natural
Carbón
Total
Fuente: Ministerio de Energía, Balance Nacional de Energía (BNE) 2012.
12. De acuerdo con los BNE de la CNE, el GN representó en 1998 un 20,2% de la matriz eléctrica, y en el
2004 un 36,1%.
13. Si bien un desarrollo sustentable del sector energía no resuelve todos los problemas de la sustentabilidad del desarrollo, no cabe duda que contribuye a este último objetivo.
14. Baste recordar la crisis de abastecimiento de gas natural desde Argentina o las incertidumbres que
generan, al abastecimiento mundial de petróleo, las amenazas de cierre del estrecho de Ormuz. En el
2009, un 33% del petróleo transportado marítimamente pasó por ese estrecho.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Prácticamente, la totalidad del petróleo crudo y carbón que consume Chile proviene
de importaciones, incluso las cifras de una menor dependencia relativa del gas natural
son engañosas, ya que casi la totalidad de la producción local de gas natural se consume
como materia prima industrial –por la firma Metanex– y, por ende, no se utiliza como
energético en el país. Aceptando la simplificación estadística señalada, el abastecimiento
nacional de energía primaria alcanza a un 32,4% y corresponde en un alto porcentaje
a la leña, la que representa prácticamente un 20% del consumo de energía primaria,
siendo utilizada, además, en forma primitiva15.
La vulnerabilidad del sistema se hace más dramática si se considera la insuficiente
inversión realizada en ampliar la capacidad de generación, problema que se arrastra
desde fines de los años 90. Esta situación se puede graficar al analizar la brecha entre
la potencia firme y la demanda máxima. Si bien, como se desprende del gráfico N° 4,
la capacidad instalada ha crecido en el período, la brecha mencionada es preocupante,
ya que implica un riesgo real de racionamiento como ocurriera en los años 1998-1999.
Sin ir muy lejos, en agosto del 2008, el ministro de Energía reconoció que en mayo
de 2008 estuvo a punto de dictar un decreto de racionamiento16, lo que no ocurrió
debido a una mejora sustantiva de las condiciones meteorológicas, que incrementó la
oferta hidroeléctrica; sin embargo, ello no fue óbice para que se hayan dictado decretos
preventivos de racionamiento en los años 2008, 2010, 2011 y 201217. La fragilidad del
sistema se ha traducido en múltiples fallas que han dejado sin energía, por períodos prolongados, a varias regiones. Ello ha sido ocasionado por salidas de servicio de elementos
claves para el funcionamiento del sistema: centrales, transformadores de poder y líneas
de transmisión18. Parece increíble que, a pesar del consenso técnico y las normativas
aprobadas, el sistema de transmisión troncal no haya adoptado íntegramente el criterio
n-1, el que permite que el sistema de transmisión siga funcionando aunque una línea o
componente importante de ella se haya caído. En la actualidad, la preocupación central
de autoridades y expertos es asegurar que la transmisión no sea un obstáculo al desarrollo de iniciativas productivas, y que disponga de las holguras suficientes para absorber
variaciones o fluctuaciones de la carga y la conexión de proyectos de ERNC19.
15. Esto estaría desmintiendo la pretensión nacional de ser un país desarrollado o “jaguar”, como se dijo
hace un tiempo.
16. Presentación del ministro con motivo del lanzamiento del documento Aporte potencial de las Energías
Renovables no Convencionales y de la Eficiencia Energética a la matriz eléctrica 2008-2025, elaborado por
el Programa de Investigaciones en Energía del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile
y el Núcleo Milenio de Electrónica Industrial y Mecatrónica y el Centro de Innovación en Energía de la
Universidad Técnica Federico Santa María.
17. El Decreto Supremo de racionamiento preventivo N° 28 de febrero de 2011 fue prorrogado en agosto
del mismo año mediante el Decreto Supremo N° 58, ulteriormente, se realizó una segunda prórroga
para cubrir el año 2012.
18. El reportaje central de la revista Electricidad, N° 153, de noviembre de 2012, se titula: “Sistema de
transmisión eléctrica, en pos de la holgura y la robustez”.
19. Una de las críticas al desarrollo de los sistemas de trasmisión en Chile deriva del hecho de que estos
siguen a la expansión del parque generador y no se anticipa a esta, lo que afecta el transporte de carga
entre zonas excedentarias y deficitarias, el desarrollo de las ERNC y la absorción de las sobrecargas.
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La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
Gráfico 4
Evolución en el SIC de la potencia instalada,
la demanda máxima y la potencia firme20
(en MW)
13.000
12.000
11.000
10.000
9.000
8.000
7.000
6.000
5.000
4.000
Pot. Instalada
11
10
20
09
20
08
20
07
20
06
20
05
20
04
20
20
20
20
03
Pot. Firme
Dem. Máxima
02
MW
Dem. Máxima vs Pot. Firme
Años
Fuente: Centro de Despacho Económico de Carga, CDEC-SIC, Estadísticas de operación 2002-2011.
La energía y los conflictos ambientales
En Chile, parte importante de los conflictos ambientales se vinculan a la producción y
uso de la energía. Hasta la fecha, la atención ciudadana ha estado concentrada en los
contaminantes atmosféricos, ello se explica fundamentalmente por los impactos visuales
y sobre la salud, resultante de la combustión de los derivados del petróleo, carbón, leña
y gas natural21. Adicionalmente, en el último tiempo, la ciudadanía, mediante masivas
movilizaciones, ha expresado su rechazo a un conjunto de macroproyectos de generación eléctrica, debido a que ellos atentaban contra las comunidades indígenas, agravaban los niveles de contaminación en zonas saturadas de un determinado contaminante
o amenazaban la salud, a las actividades productivas o a las prioridades de desarrollo de
las zonas en que se pretendía implantarlos. Ejemplo de lo señalado ha sido la resistencia y/o judicialización de proyectos tales como: Barrancones, Castilla, Campiche, Alto
Maipo e HidroAysén. El escenario proyectado por el DICTUC de la Universidad Católica
para el año 2010, muestra la importancia de las emisiones de PM10, PM2,5, CO, NOx y
SOx debidas al uso de combustibles fósiles y leña en los sectores industrial, residencial
y del transporte, situación que se refleja en el cuadro siguiente.
20. En el caso de las centrales hidroeléctricas, la potencia firme depende de la variabilidad hidrológica y
se determina con una probabilidad de excedencia de 95% y, en el caso de las centrales térmicas, la
potencia firme debe considerar factores de indisponibilidad programada y fortuita.
21. Mediciones recientes indican que Osorno, Temuco, Rancagua, Concepción, Valdivia y Santiago han
superado significativamente la norma de material particulado fino (PM 2,5). Diario La Tercera, 16 de
junio de 2013.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Cuadro 1
Inventario de emisiones contaminantes atmosféricas en la RM, proyectado 2010
Fuente: Ingeniería DICTUC, Actualización del inventario de emisiones de contaminantes atmosféricos en la Región Metropolitana 2005. Escenario 2010; 31agosto 2007.
Del Cuadro 1 se desprende que el uso de la energía es responsable de más del 90% de
los contaminantes atmosféricos de la RM, salvo en el caso de los COVs o del NH3.
Si bien el cambio climático no ha constituido una preocupación central de la sociedad chilena ni de sus autoridades y, cuando ha estado presente en el debate público,
este más bien ha tenido un carácter retórico y no se ha traducido en políticas públicas
concretas destinadas a la mitigación de los gases de efecto invernadero (GEI). En el año
2008, CONAMA preparó el Plan de Acción Nacional de Cambio Climático 2008-2012,
el que incluía un diagnóstico y las líneas prioritarias de acción, comprendiendo: adaptación a los impactos del cambio climático, mitigación de la emisión de GEI, creación y
fomento de capacidades.
Este plan debió servir de hoja de ruta para los distintos actores públicos y privados
involucrados en llevar adelante las políticas, programas y actividades vinculadas a mantener bajo control los parámetros que determinan el cambio climático y la velocidad del
mismo. Desgraciadamente, el esfuerzo señalado no se expresó en medidas específicas,
lo que no fue un obstáculo para que el país asumiese un compromiso de reducción de
la emisión de los GEI al asociarse al Acuerdo de Copenhague el 29 de enero de 2010,
donde presentó información para su inclusión en el Apéndice II del Acuerdo:
33
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
“Chile will take nationally appropriate mitigation actions to achieve a 20% deviation below the “Business as Usual” emissions growth trajectory by 2020, as projected from year
2007. To accomplish this objective Chile will need a relevant level of international support.
Energy efficiency, renewable energy, and Land Use and Land Use Change and Forestry
measures will be the main focus of Chile’s nationally appropriate mitigation actions”22.
Resulta difícil visualizar cómo se podrán cumplir estas metas, si se considera que recién
se está realizando un estudio que define la línea de base para el año 2007, dentro de
un programa que debería conducir a identificar las medidas de mitigación23. En parte
importante, Chile ha asumido formalmente su responsabilidad frente al cambio climático24, pero manteniendo sus reticencias a llevar a cabo una decidida política de reducción
de las emisiones de GEI, esgrimiendo implícitamente el derecho al desarrollo y el que las
emisiones de Chile son irrelevantes a nivel internacional.
En efecto, las emisiones de CO2eq no representan más del 0,2% de las emisiones
mundiales; sin embargo, estas se han más que duplicado en el período 1984-2006, las
emisiones per cápita superan a la mayoría de las de los países de la región y, por último, de mantenerse los programas de instalación de centrales a carbón previstas para
los próximos años, ellas aumentarán en forma significativa, haciendo aún más difícil el
cumplimiento del compromiso adquirido al asociarse al Acuerdo de Copenhague. Esta
visión podría modificarse como resultado de posibles presiones exógenas de los socios
comerciales de Chile, los que tendrían la capacidad de forzar cambios en la actitud de
las autoridades, así como en la de los sectores usuarios, especialmente en las actividades
exportadoras, cuya competitividad podría verse afectada por la huella de carbono de
sus productos.
El análisis detallado de los inventarios nacionales permite identificar a la producción
y uso de la energía como la fuente responsable de un 75 a un 80% de las emisiones de
GEI. El Gráfico 5 ilustra la evolución reciente de las emisiones de GEI.
Como fuera señalado previamente, los proyectos de generación eléctrica han sido
objeto de rechazo y masivas movilizaciones de la ciudadanía, rechazo al que se han sumado especialistas e, incluso, un número relevante de parlamentarios. En parte importante, ello se origina en defectos de la legislación ambiental y del proceso de aprobación
de los proyectos. En los aspectos más globales, el rechazo a los proyectos proviene de la
falta de un canal institucional que posibilite una participación ciudadana informada y
22. Ministerio de Medio Ambiente, Segunda comunicación nacional de Chile ante la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Santiago, 2011, pág. 29.
23. MAPS Chile, resultante de la internalización de un proyecto originado en Sudáfrica, Mitigation Action
Plan and Scenarios, durante los años 2005-2008. Actualmente, en América Latina, se realizan proyectos
MAPS en Brasil, Chile, Colombia y Perú. Es decir, el país continúa realizando estudios en vez de llevar
a cabo medidas identificadas en estudios anteriores.
24. En relación al compromiso de disminuir las emisiones de GEI en un 20% al año 2020, la ministra
de Medio Ambiente declaró en una entrevista a La Tercera, del 16 de junio de 2013, que Chile está
decidido a cumplir con su compromiso, para lo cual desarrolla una serie de iniciativas.
34
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
vinculante (por lo menos en la definición de los grandes ejes de la política energética25),
la falta de una política explícita de Ordenamiento Territorial y su vinculación con el
diseño e implementación de la política eléctrica, insuficiencias en lo que respecta a la
consulta a los pueblos originarios en caso de proyectos que afectan su hábitat (Acuerdo
169 de la OIT), la transgresión de la preservación de las áreas silvestres protegidas y la
institucionalidad definida para la aprobación ambiental de los proyectos.
Gráfico 5
Emisiones, captura y balance de GEI
(en Gg CO2eq)
Fuente: Ferreiro, C., jefe del Departamento de Cambio Climático de CONAMA, presentación en el Mes de
la Energía del Colegio de Ingenieros, 15 de junio de 2010.
En relación a este último punto, no es presentable que la empresa interesada defina la
ubicación, diseño y operación de la central y que el Estado no tenga más opciones que
aprobar o rechazar el proyecto (este no se puede cambiar); que los Estudios de Impacto
Ambiental (EIA) no sean acumulativos, sino que por proyecto (lo que es particularmente grave cuando se trata de centrales que utilizan una misma cuenca); que la empresa
promotora del proyecto contrate al consultor responsable de la elaboración de la línea
base26; que la aprobación del proyecto quede en manos de los SEREMIs, funcionarios de
25. La oposición a entregarle a la ciudadanía el derecho a decidir las determinaciones que afectan su
calidad de vida, actual y futura, se escuda en un argumento que ha sido largamente desmentido por la
experiencia internacional: “las decisiones en torno a las grandes opciones del desarrollo energético son
muy complejas y solo pueden ser abordadas por los especialistas”.
26. Para obviar el conflicto de interés del consultor, parece razonable que la línea base sea ejecutada por
el Estado. Incluso, se dan casos en que los fondos asignados a este aspecto fundamental del estudio
de impacto ambiental son insuficientes y limitan la profundidad del estudio. A modo de ejemplo, por
35
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
confianza política que responden normalmente a las órdenes de los intendentes o ministros respectivos, saltándose, en muchos casos, los informes técnicos de los distintos
servicios responsables de evaluar los impactos del proyecto.
Concentración del sector y altos precios de la electricidad
Un aspecto particularmente crítico del funcionamiento del sector es la elevada concentración de la propiedad del mismo en pocas manos, contradiciendo lo que fue el
paradigma de la “reforma” del sector, que establecía la competencia como uno de los
pilares de la creación de un sistema eléctrico “eficiente y económico”. A treinta años de
la aplicación del modelo, no se logró la competencia ni el sistema alcanzó la racionalidad económica: las duplicaciones de inversiones, el uso de las tecnologías más caras
e ineficientes y las elevadas tarifas que pagan los usuarios residenciales, industriales y
mineros, permiten poner en duda las “bases fundacionales del sistema”.
En el Sistema Interconectado Central (SIC) tres empresas (ENDESA, Colbún y Gener) concentran más del 85% de la generación del sistema27, la eventual materialización
del proyecto HidroAysén tenderá a incrementar la concentración. En el caso del SING,
E-CL28, AES Gener y Gas Atacama concentran del orden del 94%29. Esta situación es
atentatoria contra la sustentabilidad del país, ya que ella acarrea la concentración económica y, por ende, tiende a provocar un desequilibrio del poder político. En estas condiciones, es dudoso que se pueda legislar en función de los intereses de la mayoría si las
reformas necesarias entran en colisión con los intereses de las empresas que manejan el
dónde, el cómo y el cuándo de la inversión en infraestructura eléctrica. Estas empresas,
a través de los contratos con clientes libres y las licitaciones para clientes regulados,
tienen capturado del orden de un 90% del mercado total hasta el año 2020, lo que deja
un muy reducido margen para la entrada de nuevos actores.
Esta concentración es responsable en gran medida de los elevados precios que se
pagan en el mercado eléctrico, sin que ello obligatoriamente suponga colusión, pero
afecta el ritmo y tipo de inversión, factores que sí condicionan los precios que se pagan
por la electricidad, a lo que se agrega la variación de los precios de los combustibles en
el mercado mundial. De acuerdo a la Biblioteca del Congreso Nacional, los precios de
la electricidad en Chile, tanto al nivel industrial como residencial, son respectivamente
US$ 43/MWh y US$ 53/MWh más altos que el promedio de la OCDE (se consideran
34 países), y en relación a América Latina, los precios de Chile superan en US$ 20 a
25/MWh a los países que presentan los precios más altos de la región, tanto para la
razones de costo, en proyectos hidroeléctricos, se podría sacrificar la evaluación del transporte de
fondo por el análisis del transporte en suspensión, lo que impide modelar los sedimentos en el lecho
del río.
27. CDEC-CIC, Estadísticas de operación 2002-2011.
28. Empresa del grupo International Power GDF Suez.
29. CDEC-SING, Anuario y Estadística de Operación 2011 y páginas web de las empresas.
36
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
industria como para el sector residencial30. El Gráfico 6 ilustra la evolución de los precios de la electricidad en Chile para el período que se indica.
Gráfico 6
Evolución de los precios de nudo de la energía en el SIC y el SING, 1991-2010
Fuente: Compendio Energético Chile 2011.
Nota: entre agosto de 2010 y diciembre de 2011, el precio de mercado subió en 11%, según página web CNE.
Las autoridades y algunos expertos, reconociendo los altos precios de la electricidad,
afirman periódicamente que estos se normalizarán en un par de años y que esta situación se debe a que el mercado está desadaptado, olvidando que tanto el alcanzar un
mercado adaptado como el uso del esquema tarifario marginalista presuponen un mercado perfecto, lo que, como se ha visto, dista mucho de ser realidad.
El Gráfico 7 muestra las previsiones de los expertos respecto de los precios spot y los
resultados efectivos de estas. Como lo señala el Ing. Juan Cembrano, las expectativas de
menores precios han desalentado a los eventuales nuevos actores a invertir en condiciones que pueden ser riesgosas para ellos.
30. Biblioteca del Congreso Nacional, BCN Informe: Comparación de los precios de la electricidad en Chile
y países de la OCDE y América Latina, 21 noviembre 2012. Elaborado en base a información de la
International Energy Agency para la OCDE y de US Energy Information Administration para América
Latina (información de América Latina corresponde a 2008).
37
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
Gráfico 7
Precio spot de la energía: errores en las proyecciones han desincentivado
a los nuevos actores, ERNC y otros
Fuente: Cembrano, J., director del CDEC-SIC, “Mercado Eléctrico Chileno: Problemas y soluciones en Generación”, presentación a la Comisión Ciudadana Técnico Parlamentaria, agosto 2011.
Los precios spot están determinados por los costos marginales del sistema, los que han
sido extraordinariamente altos, particularmente por la influencia del petróleo diesel en
la generación eléctrica. Si bien el objetivo inicial de estos precios era valorizar los intercambios entre generadores deficitarios y excedentarios, actualmente ellos están determinando tanto el precio de las licitaciones para el abastecimiento de las distribuidoras
como los contratos con clientes libres, donde existe una tendencia a cerrar contratos a
precio spot más una comisión por administración, lo que implica que se han traspasado
los riesgos del proveedor al cliente.
Por último, los altos niveles de precio de la energía tienen un claro impacto sobre la
equidad social. De acuerdo a los resultados de la encuesta de presupuestos familiares del
INE, en el año 200631, el primer quintil gastaba casi un 11% de su presupuesto familiar
en energía y el quinto quintil un 3,9%. Es probable que la situación haya empeorado en
estos años, ya que las alzas de precios de la energía muy probablemente han superado
las mejoras de ingresos de las familias.
31. Encuesta que se realiza cada diez años.
38
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Propuesta de reforma del esquema regulatorio
El insatisfactorio funcionamiento y la opacidad institucional del sistema eléctrico provocaron problemas económicos, sociales, ambientales y de seguridad y calidad del suministro, lo que impulsó la realización de cambios a la legislación que se había mantenido
casi sin modificaciones desde su formulación en el año 1982.
Es así como en el año 2004 se introducen reformas a través de la llamada Ley Corta
I (Ley Nº 19.940), a fin de brindar mayor seguridad y calidad del suministro a precios
razonables. Esta ley introdujo una regulación en el segmento de transmisión, redujo
la banda de variación del precio de nudo respecto de los contratos con clientes libres,
amplió la posibilidad de optar al mercado de clientes libres por parte de los regulados32,
abrió el mercado eléctrico a las pequeñas centrales de ERNC, liberó del pago de peajes
en la transmisión troncal a centrales de menos de 9MW y parcialmente en el caso de
centrales de 9 a 20 MW, y creó un Panel de Expertos para resolver las controversias en
el sector y de las empresas con las autoridades.
En el año 2005, se dicta la Ley Corta II (Ley Nº 20.018) en el contexto de las restricciones de abastecimiento del gas natural desde Argentina, lo que creaba incertidumbres
al nivel de los contratos y posibles ingresos. Esta ley, fundamentalmente, incorporó las
licitaciones de contratos a largo plazo por parte de las distribuidoras; para hacer más
atractivas las licitaciones, amplió la banda de ajuste de los precios regulados respecto de
los precios de los contratos con clientes libres, incluyó incentivos al ahorro en períodos
de estrechez o al aumento en el consumo, en caso de superávit de oferta; y eliminó las
restricciones de gas natural de Argentina como causal de fuerza mayor.
En el año 2008, se promulga la llamada Ley de Energías Renovables No Convencionales (Ley Nº 20.257). En ella, se liberan de los limites de potencia a las ERNC33,
salvo la minihidráulica, cuyo límite se fija en 40 MW, y se determina que toda empresa
que realice retiros de energía desde una red con capacidad superior a 200 MW, para
comercializarla con distribuidoras o clientes finales, deberá acreditar que un equivalente al 5% entre el año 2010 y 2014 corresponde a ERNC, valor que irá aumentando
anualmente en 0,5% hasta llegar a 10% en el año 2024. En caso de que no se logren
los montos que señala la ley, la empresa deberá pagar una multa de 0,4 UTM/MWh por
ERNC no abastecido y, en caso de reincidencia, la multa ascenderá a 0,6UTM/MWh. El
porcentaje se aplica a todos los contratos que se suscriban a partir del 31 de agosto de
2007 y mediante medios de producción cuya instalación se haya realizado después del
1 de enero del 200734.
32. Esta medida no fue muy exitosa, ya que los altos precios de los contratos incitaban a los clientes a
mantener su condición de regulados.
33. Definido en 20 MW para los efectos de la eliminación total o parcial del pago de peajes en la transmisión,
como se señala en el párrafo correspondiente a la Ley Corta I.
34. Esta restricción limitó significativamente las ventas de energías renovables, ya que solo se aplica a un
porcentaje limitado de los contratos vigentes.
39
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
Las modificaciones realizadas hacen honor a su nombre de “Leyes Cortas”, vale decir, no constituyen una reforma mayor del sistema y dejan en pie parte importante de
las causales que determinan las deficiencias descritas previamente. Las movilizaciones
de la sociedad civil contra HidroAysén y otros megaproyectos indujeron al presidente
Piñera a crear la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (CADE), para generar
una respuesta a los problemas que evidenciaba el funcionamiento y desarrollo eléctrico.
Los movimientos ciudadanos no le reconocieron a CADE la independencia suficiente
para realizar cambios mayores a la legislación eléctrica vigente y, en respuesta a esta
determinación presidencial, se organizó la Comisión Ciudadana Técnico Parlamentaria
(CCTP), con el objetivo de realizar un diagnóstico integral de la situación y proponer
las reformas necesarias para avanzar hacia la elaboración de un marco normativo que
responda a las necesidades de la sociedad en su conjunto.
Las propuestas bosquejadas en este artículo decantan el resultado de los análisis,
realizados por un conjunto de especialistas, del funcionamiento del sistema eléctrico
desde los años 80, y que se enriquece con los debates y conclusiones de la CCTP35, propuestas que el autor comparte plenamente debido a que formó parte activa de la Comisión. En caso de requerirse mayores antecedentes, puede consultarse el documento de la
CCTP como referencia. Las medidas que se estiman necesarias apuntan a una profunda
reforma del mercado eléctrico, a transformar la eficiencia energética en una opción estratégica de la política energética, a masificar la incorporación de las ERNC en la matriz
eléctrica del país, a la incorporación de los costos externos en la generación eléctrica y a
la generación de canales de participación ciudadana informada y vinculante.
Un mercado eléctrico como el chileno: vulnerable, concentrado, carbonizado, sucio,
inequitativo y caro36, requiere cambios en ámbitos tales como:
•
Rol del Estado: Como se ha podido apreciar, el concepto de Estado subsidiario ha sido confundido con el de un Estado que ha renunciado a ejercer un
liderazgo en la conducción del sector, incluso en momentos de crisis, donde
la inversión del sector privado no aparecía para resolverlas. El Estado tampoco
intervenía, con lo que el consumidor quedaba y queda expuesto a sufrir un
desabastecimiento pronunciado o un abastecimiento de mala calidad. Se estima
necesario que en Chile, como en muchos países, el Estado asuma la definición
de la planificación estratégica: a) abordando la diversificación de la matriz, b)
la optimización de los recursos energéticos, c) la conciliación entre el desarrollo
nacional y el abastecimiento energético, d) la planificación del desarrollo y ordenamiento territorial, incluyendo en ella, entre otros aspectos, las tecnologías
de generación y el reforzamiento de la transmisión.
35.Comisión Ciudadana Técnico Parlamentaria, Chile necesita una gran reforma energética, Santiago,
octubre 2011, 136 págs.
36. Se entiende por “sucio” las significativas emisiones de contaminantes atmosféricos (i.e. PM10, PM2,5,
SO2, CO), y por “carbonizado” las elevadas emisiones de GEI.
40
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Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
•
Desconcentración del mercado: El esquema regulatorio vigente ha sido incapaz de impedir la elevada concentración del sector, lo que impone la necesidad
de asumir políticas específicas que apunten a un aumento de los actores. Al
respecto, conviene señalar que a comienzos de los 90 se planteó que, en un
sistema pequeño como el chileno, la desintegración vertical no aparecía como
una buena alternativa y que la competencia sería muy difícil de alcanzar37. Brasil
ha definido marcos regulatorios que prohíben a las empresas ser propietarias de
más del 20% de la capacidad instalada nacional, ni más de un 30% de la capacidad de cada sistema interconectado. El gráfico N° 8 muestra el resultado de los
esfuerzos de desconcentración en Inglaterra y Gales, el que fue logrado forzando
la desinversión de las tres empresas que concentraban el mercado.
Gráfico 8
Resultados de la desconcentración de la propiedad del sistema eléctrico inglés
Fuente: Newbery, D., Regulating electricity to ensure efficient competition, Department of Applied Economics,
Cambridge, UK, 20 October 2001.
•
Modificación de las licitaciones para el abastecimiento de las distribuidoras:
El esquema de las licitaciones vigentes no ha hecho más que concentrar el mercado eléctrico chileno, contradiciendo a quienes lo concibieron e implementaron, argumentando que este constituía un mecanismo adecuado para la entrada
de nuevos actores, específicamente a los generadores en base a ERNC, lo que no
ocurrió. Una de las principales trabas consiste en que el lapso de tiempo entre la
licitación y el cumplimiento del eventual contrato es solo de tres años, lo que favorece a las generadoras de gran tamaño, que disponen de distintas tecnologías
37.PRIEN, Reestructuración energética y desarrollo sustentable: El caso del sector eléctrico chileno, División de
Recursos Naturales y Energía de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
LC/R 1494/Rev.1, 13 abril 1995.
41
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
y cuyas centrales están distribuidas en diferentes zonas geográficas38, ya que un
actor nuevo en un período tan breve no alcanza a cumplir con todas las exigencias y corre los riesgos de las fluctuaciones de precios. En estas condiciones,
se recomienda alargar el plazo entre licitación y cumplimiento del contrato, y
que se realicen licitaciones separadas para energías convencionales y ERNC,
asegurando el cumplimiento de las cuotas definidas por la Ley Nº 20.257 o la
ley que reemplace a la actual39. Existe, adicionalmente, un debate acerca del
alcance de las licitaciones: separadas por tecnologías de ERNC o sin distinguir
tecnologías40.
• Reformulación del sistema marginalista: La distorsión del esquema marginalista ha dado origen a precios de la electricidad extraordinariamente elevados.
Dada la falta de competitividad, el sistema favorece la posibilidad de ganar más
sin invertir, ya que con ello es más probable que la punta de la demanda sea
abastecida mediante instalaciones ineficientes y, además, sucias. La fuerte inversión reciente en grupos diesel favorece que los costos marginales sean elevados
y los precios sigan las variaciones de estos41. Es posible pensar en licitaciones
separadas para abastecer la demanda de punta.
• Modificar la institucionalidad de los Centros de Despacho Económico de
Carga (CDEC): Dado que sus decisiones o falta de decisiones afectan el funcionamiento del mercado eléctrico, parece fundamental eliminar la dependencia
administrativa y económica respecto de las grandes empresas eléctricas, reemplazándolas por centros de operación independiente para cada sistema, responsables del cumplimiento de las actuales funciones o que, incluso, cubran algunas o todas las realizadas por el Panel de Expertos, como existe, por ejemplo, en
California42.
• Garantías de información pública sobre los costos de los distintos segmentos del sistema: Esto debe ir encaminado a generar espacios formales y efectivos de participación en los procesos tarifarios, fundamentalmente en lo que se
refiere a los modelos y formas utilizadas por las autoridades y empresas para fijar
las tarifas.
38. Lo que le concede ventajas comparativas frente a las alteraciones de las condiciones meteorológicas y
a las variaciones del costo marginal.
39. Ver más adelante el estado del eventual cambio de la ley.
40. La primera opción tiene por objeto diversificar las tecnologías ERNC. Dada la complejidad de asignar
cuotas a cada tecnología, una alternativa simple sería realizar licitaciones por bloques en las barras
principales del sistema, lo que conduciría a que en cada barra la distribución se defina por las
competitividades relativas, asegurando en algunas zonas la preeminencia solar, en otras la geotérmica,
y en otras la minihídrica, por ejemplo.
41. Incluso hubo licitaciones indexadas al costo marginal o, como se señalara, hay contratos en que el
proveedor traspasa directamente el precio spot al cliente, agregando una comisión por el servicio.
42. Ver la California Independient System Operation Corporation. Se trata de una corporación sin fines de
lucro, responsable del buen funcionamiento de los distintos componentes del sistema.
42
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
En cuanto a las opciones tecnológicas para asegurar un abastecimiento sustentable de
los requerimientos energéticos, se debe reiterar que no existe una respuesta única y que
una diversificación responsable incluirá distintas fuentes, en un proceso que tienda en el
mediano plazo a una matriz eléctrica más limpia, con mínimos impactos socioambientales y menores costos. Ello no excluye la existencia de centrales a carbón bajo el precepto
de que las tecnologías correspondan a lo que se define como carbón limpio (i.e. ciclo
súpercritico, lecho fluidizado y/o gasificación de carbón integrada a ciclo combinado
(IGCC) y/o captura y almacenaje de carbono (CCS), en la medida en que las opciones
descarbonizadas asuman crecientemente un rol dominante en la matriz.
El Sr. Tanaka, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), presentó en Chile, el 23 de octubre del 2009, la estrategia de la AIE (IEA, en inglés) para reducir las emisiones de GEI y estabilizar su concentración en la atmósfera a 450 ppm, lo
que implicaría, al año 2100, un alza de no más de 2 C respecto de la temperatura media
de fines del siglo XX. Dicha estrategia supone que, al año 2020, un 65% del esfuerzo de
mitigación correspondería a la eficiencia energética (EE) y un 18% a las ERNC, y al año
2030 se reduce la importancia de la EE a 57% y aumentan las ERNC a 20%. Incluidos
los biocombustibles, las tres opciones tecnológicas aportarían a la meta de mitigación
algo más de un 80%, tanto para el 2020 como para el 203043. Esta situación, unida a un
vasto conjunto de beneficios, explica la importancia que se asigna a la EE y las ERNC en
esta propuesta de política energética.
La Eficiencia Energética (EE), una opción estratégica para la
política energética nacional
La EE es una fuente de energía renovable, no contaminante, segura y de mínimo costo.
En los párrafos siguientes no se hacen distinciones entre la electricidad y los usos de los
combustibles, en lo que respecta a la política de EE, ya que las medidas y programas
que derivan de ella son genéricos y, en muchos casos, estas fuentes son intercambiables.
La EE constituye un componente central de la política energética debido a que ella
contribuye a: a) la seguridad del abastecimiento, b) la sustentabilidad energética, c) la
reducción de la dependencia externa, d) la equidad, y e) la democracia, ya que incorpora millones de agentes que aportan al abastecimiento de los requerimientos de calefacción, refrigeración, fuerza motriz, transporte, procesos electroquímicos, entre otros.
La EE apunta a proveer los mismos o mejores servicios utilizando menos energía, sin
sacrificar el confort ni la actividad productiva o de servicios44.
43. Al año 2030, la captura y almacenamiento de carbono (CCS) representaría un 10% del esfuerzo de
mitigación, y la energía nuclear reduciría su importancia relativa de 13% a 10%, entre el 2020 y 2030,
como opción para mitigar la emisión de GEI.
44. Este concepto desmiente la argumentación: “Chile es un país pobre; luego, debe consumir más energía
y no menos energía”, esta confusión se origina en campañas gubernamentales que confunden EE con
ahorro, este último concebido como sacrificio del confort.
43
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
A pesar de los beneficios evidentes que la EE representa para la sociedad, Chile durante más de treinta años la ignoró, afirmando que el mercado arregla todo y que si la EE
es buena para la gente, esta la adoptará, y si no lo es, el Estado no debe intervenir. Ello
demostró la ignorancia sistemática de las autoridades, que no entendían que existían
barreras que impedían que el mercado operara, situación que se repetía en los países
desarrollados, los que, concientes de ello, generaron decididas políticas de EE para superar las barreras, y que muchos de ellos crearon leyes de EE, como es el caso de Japón,
que estableció normativas estrictas y detalladas en el caso de las principales empresas
consumidoras de energía, exigentes estándares para los principales equipos usuarios de
energía e incentivos específicos para los distintos tipos de usuarios.
La situación descrita cambió en el año 2005 como resultado de la crisis de abastecimiento de gas natural desde Argentina, generándose un conjunto de iniciativas lideradas por el Programa País de Eficiencia Energética que apuntaron fundamentalmente
a ampliar el conocimiento de cómo se usa la energía en Chile, a diseñar la institucionalidad requerida y a generar un Plan Nacional de Acción de Eficiencia Energética.
Desgraciadamente, dicha institucionalidad no alcanzó a consolidarse y, con el cambio
de gobierno, en el año 2010 se produce un segundo punto de inflexión en el tema, que
hace temer que se pierda parte de los esfuerzos realizados.
A continuación, se detallan brevemente los componentes de una política de EE para
Chile, la que apunta al desarrollo o reforzamiento de la institucionalidad requerida, y de
un conjunto de medidas y programas a implementar en el corto plazo.
Institucionalidad propuesta
•
Ley marco de EE: Ella es indispensable para transformar la EE en una política
de Estado y no en una política de gobierno, como ha sido hasta la fecha. Esta
última condición la pone a merced de las prioridades que defina cada ministro, lo que ha sido especialmente grave a partir del año 2010, en el cual, en un
período de tres años, han existido cinco ministros y un sexto que actuó de facto. Evidentemente, la existencia de la ley es una condición necesaria, pero por
sí sola su existencia no asegura que se cumplan los objetivos que se pretenden
lograr con ella, si no se cuenta con una voluntad política al más alto nivel, que
impulse las iniciativas que surgen de la ley y que, muchas veces, están alojadas
en distintos ministerios. Ella deberá ser suficientemente específica y definir,
al menos: alcance, sectores objetos de la ley, roles y responsabilidades de los
principales actores, financiamiento e institucionalidad. Un acápite especial de
ella deberá establecer el tratamiento que se dará a las empresas que concentran el consumo de energía en el país; el reglamento de la misma será concreto
tanto en las obligaciones de dichas empresas como en los lineamientos, programas y planes para las principales áreas de la actividad socioeconómica y los
incentivos, subsidios y estándares que fomenten un consumo más eficiente de
la energía.
44
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE): La actual Agencia fue
creada con carácter de agencia pública-privada, sin embargo, las distorsiones e
influencias paralizantes de intereses contrapuestos sugiere que ella adquiera un
estatuto legal de institución pública, asegurándole una autonomía operativa y financiera, para que no se vea sometida a los vaivenes de la coyuntura económica,
política o de otro orden, como ha ocurrido con su financiamiento45 e, incluso,
con su rol específico. El Ministerio de Energía será responsable de la definición
de las políticas y los principales lineamientos de esta, y de asegurar a la Agencia
un sólido mandato legislativo que le permita desarrollar, implementar o hacer
implementar, monitorear y evaluar programas de los sectores usuarios prioritarios, tener información oportuna y adecuada proveniente de distintos servicios
públicos y de empresas privadas, y coordinar esfuerzos tanto con el sector público como con el privado. El director de la Agencia deberá ser elegido mediante el
sistema de la Alta Dirección Pública y responder del cumplimiento de las metas
y del uso del presupuesto ante el Parlamento.
• Adoptar desde ya el Plan Nacional de Acción de Eficiencia Energética
(PNAEE): Este Plan fue desarrollado durante el gobierno anterior y aprobado el
año 2010. A pesar de ello, las autoridades no lo adoptaron oficialmente hasta el
6 de mayo del 2013, cuando se lanza un documento que incluye básicamente
una descripción de las áreas de uso de la energía, las metas globales por sector y
una breve descripción de las líneas de acción identificadas para cada sector, sin
especificar claramente cómo se lograrían esas metas, lo que lo distingue claramente del documento que le dio origen46 y que tenía como objetivo servir como
la hoja de ruta de los actores públicos y privados involucrados en programas de
EE. A diferencia de la opción tradicional de ejecutar programas aislados, este
último apuntaba a coordinar a las instituciones involucradas, definir roles y responsabilidades, detallaba programas y actividades asociadas a las distintas líneas
de acción, los presupuestos requeridos, cronogramas y beneficios esperados;
adicionalmente, contemplaba incentivos, subsidios, regulaciones, normativas y
esquemas de financiamiento.
• Proyecto de ley de desacople de los ingresos por ventas de las distribuidoras:
Este proyecto estaba listo para ser enviado al Parlamento a fines del 2009 y fue
archivado sin que se vuelva a hablar de él. Su objetivo era romper el círculo
•
45. El presupuesto de la Nación asignó a la AChEE $ 30.000 millones para el año 2010 (el que incluía el
reacondicionamiento térmico de 750.000 vivienda para el decenio). Dichos recursos fueron reasignados
a las tareas de reconstrucción. Al año 2012, se eliminó el Programa de Reacondicionamiento Térmico
y el presupuesto se redujo a unos $ 3.400 millones. Esta situación sugiere que el financiamiento de
la Agencia se independice del presupuesto general y del presupuesto del Ministerio de Energía. Se ha
planteado, por ejemplo, que el financiamiento provenga de un pequeño cargo en las tarifas eléctricas y
en el precio de venta de los combustibles, como ocurre en California o Uruguay, por ejemplo.
46.PRIEN, Estudio de bases para la Elaboración de un Plan de Acción Nacional de Eficiencia Energética 20102020, 2010.
45
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
vicioso ventas-utilidad, paradigma del sector, generando un mecanismo tarifario
que incentivara a las distribuidoras a realizar inversiones y esfuerzos destinados
a mejorar la eficiencia con que sus clientes utilizan la energía, asegurando una
remuneración adecuada que compensara la pérdida de ventas, de manera que
la EE no fuera vista como una amenaza para ellas, sino como un negocio igualmente lucrativo que sus actividades convencionales.
Conjuntamente con los cambios institucionales se sugiere llevar a cabo, reimpulsar programas o intensificar los esfuerzos que se realizan en el ámbito de la EE, algunas de estas
medidas o programas serían los siguientes:
•
•
•
•
•
•
Reimpulsar el programa de etiquetado, asociado a la aplicación de estándares mínimos: Lo que supone agregar a lo ya realizado los refrigeradores comerciales, sistemas de climatización, los motores y transformadores eléctricos,
lavadoras, etc.
Normativa específica para las empresas energo-intensivas: Establecer metas
de reducción de los consumos en el caso de las empresas que concentran un
porcentaje elevado del consumo nacional de energía47.
Reforzar o instalar instancias certificadoras y de fiscalización: No se obtendrán resultados relevantes con solo establecer normativas o etiquetado, si el
país no está en condiciones de certificar lo especificado por los proveedores o
verificar el cumplimiento de las normativas.
Reforzar y masificar los programas de capacitación: Estos programas deberán orientarse al uso, diseño, construcción e instalación de edificaciones y equipos usuarios de energía, a todos los niveles de formación desde ingenieros hasta
operarios.
Imponer el empleo de la metodología del costo del ciclo de vida: Se deberá
establecer la obligatoriedad de utilizar en las construcciones públicas que licita
el Ministerio de Obras Públicas el cálculo del costo del ciclo de vida (capital,
operación y mantenimiento, tanto en los edificios como de los principales equipos usuarios de energía).
Relanzar el programa de reacondicionamiento térmico de viviendas existentes: Este programa fue aprobado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo
y se inició a una escala piloto con el objeto de ir gradualmente, y en un período acotado de tiempo, cubriendo un porcentaje significativo de las viviendas de los sectores de bajos ingresos, construidas con deficientes estándares de
calidad térmica.
47. En el caso chileno, corresponde básicamente a la gran minería del cobre y las principales industrias
manufactureras (cemento, siderurgia, celulosa, petroquímica, pesca, etc.).
46
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Fomento de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC)
Como fuera señalado, en el año 2008 se dictó una ley destinada a fomentar las ERNC
en el país. Si bien ello permitió dar concreción a un debate que se había instalado en el
país, las metas definidas por la ley parecieron excesivamente conservadoras a diferentes
sectores de la sociedad. Los problemas que presenta el sistema eléctrico chileno llevaron
a estos mismos sectores, y a miembros del Senado primero y de la Cámara de Diputados después, a presentar una moción que cambiaba dichas metas y fijaba un 20% de
ERNC al año 2020, lo que se dio en llamar la ley 20/2048. Conviene señalar que, siendo
candidato, el presidente Piñera incorporó la meta del 20% al 2020 en su programa de
gobierno y, posteriormente, en el mensaje al país del 21 de mayo de 2010.
A fines del 2011, la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (CADE) propuso
aumentar del 10%, que incluye la ley vigente, a 15% la participación de las ERNC al
2024. Sin embargo, ni los anuncios previos del presidente ni la propuesta de la Comisión nombrada por él, están presentes hoy en la política gubernamental. Incluso, la cota
del 5% no ha podido alcanzarse al estar sujeta a la cláusula de que ella se aplica para los
contratos firmados con posterioridad a agosto del 2007.
Los opositores a subir la participación de las ERNC centran sus argumentos en los
aspectos siguientes: la estructura de la matriz eléctrica chilena es similar a la que existe
en el mundo, es muy difícil desarrollar en el corto plazo los proyectos necesarios para
alcanzar la meta, las ERNC son mucho más caras que las energías convencionales y, por
último, las energías renovables, básicamente eólica y solar, son intermitentes e imprevisibles. A continuación, se comentan brevemente estas afirmaciones:
•
La estructura del parque generador chileno es similar a la media mundial:
Este argumento, que pretende cuestionar el que se busque reducir la importancia relativa de las centrales a carbón, no tiene en cuenta cuál es la tendencia del
mercado. El Gráfico 9 permite visualizar dicha tendencia.
La tendencia que muestra el Gráfico 9 no se ha modificado, es así como en el año 2011.
En el mundo se invirtió 17% más que en el 2010 (US$ 257.000 millones), lo que es
digno de destacar dada la crisis económica internacional. Excluidas las grandes centrales
hidroeléctricas, las ERNC representaron un 44% de la nueva capacidad. En ese mismo
año, en Europa, un 70% de la nueva capacidad correspondió a ERNC (32.043 MW, de
un total de 44.939 MW), y en Estados Unidos, en el año 2012, un 49% de la nueva
capacidad correspondió a ERNC (12.956 MW), lo que representa un 51% más que lo
instalado en 2011.
48. La iniciativa parlamentaria fue aprobada por el Senado y por la Comisión de Minería y Energía de la Cámara de Diputados, y se está a la espera de las indicaciones del Ejecutivo, quién ha mostrado su escepticismo con esta iniciativa, al considerarla poco viable. Sin embargo, como resultado de las negociaciones
entre el Parlamento y el Ejecutivo se estaría acordando aceptar la meta de 20% para las ERNC al 2025,
a cambio de la aprobación de las leyes de concesiones y de servidumbre impulsadas por el gobierno.
47
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
Gráfico 9
Tendencia mundial de la inversión en ERNC
Fuente: Angulo, M., Fundación Chile, presentación en ELECGAS 2011, en base a UNEP SEFI y Bloomberg
New Energy, Julio 2010.
•
Es muy difícil en Chile generar los proyectos de ERNC para cumplir con
la meta: Al respecto parece razonable hablar de 20% al año 2025, dado que el
desarrollo de las ERNC es un proceso y este no se ha iniciado desde el punto de
vista de los cambios normativos necesarios. Habida consideración del cambio de
fecha, existen antecedentes que desmentirían el argumento de los sectores que
buscan mantener a las ERNC como una opción marginal49. El Cuadro 2 resume
la situación actual de los proyectos de ERNC.
Cuadro 2
Proyectos de ERNC en Chile, construidos, en construcción y
en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental
(en MW)
Estado
Minihidro
Eólica
Biomasa
Solar
Geotermia
Total
Operación
MW
294
205
394
3,6
0
896
SEIA
Construcción
RCA aprobada
En calificación
MW
sin construir (MW)
(MW)
89
248
114
248
3981
1350
58
86
0
3,3
3107
1061
0
50
70
398
7473
2594
Fuente: Centro de Energías Renovables, CORFO, Reporte CER, febrero 2013.
49. A pesar de que la exigencia hasta el año 2014 es de un 5%, en abril de 2013, las ERNC entregaron un
7% de la energía del SIC.
48
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Los análisis desarrollados por la CCTP indicarían un crecimiento de la demanda de 60.000
GWh para el año 2025 respecto del año 2010, lo que implicaría que el parque generador
ERNC debiera abastecer entre 20.000 y 22.000 GWh ese año50. El resto de la nueva demanda, de acuerdo a la CCTP, sería abastecida con las centrales a carbón en construcción
(9.700 GWh), la eficiencia energética (15.000 GWh) y la hidroelectricidad mediana y
mayor, instalada en la zona centro-sur (15.000 GWh). En el punto siguiente, se presenta el
portafolio de proyectos en cartera de ERNC y los factores de planta y precios considerados.
•
Las ERNC son mucho más caras que las fuentes convencionales de energía:
Por lo menos al nivel de Chile, este argumento podría cuestionarse si se consideran los precios que están pagando los usuarios en las licitaciones. El año
2005, se introduce el esquema de licitaciones de contratos de largo plazo para
abastecimiento de las distribuidoras. Con ello se pretendía no solo incentivar
la oferta para asegurar el abastecimiento futuro, sino que además dar certeza a
las partes respecto de los precios51 y, por ende, de las rentabilidades esperables
para las nuevas inversiones y las existentes. El resultado no ha sido tan exitoso
porque, en las licitaciones de octubre 2007 y marzo 2008, un 61% y un 80% de
la energía total licitada no fue adjudicada52. En 2012, la licitación que impulsó
la Compañía General de Electricidad (CGE) se declaró desierta pese a establecer
un precio techo de US$ 129/MWh. El Gráfico 10 ilustra la evolución de los precios de las licitaciones para el abastecimiento de clientes regulados.
Gráfico 10
Resultado de las licitaciones para abastecimiento de las distribuidoras en Chile
Fuente: Moreno, J., Moreno, R., Rudnick, H. y Mocarquer, S., “Licitaciones para el abastecimiento eléctrico de
clientes regulados en Chile: dificultades y oportunidades”, en Estudios Públicos, Nº 125, verano 2012, 30 págs.
Nota: Licitación 1 y 1.1: octubre 2006; Licitación 1.2: enero 2007; Licitación 2 y 2.1: octubre 2007 y marzo
2008; Licitación 3 y 3.1: enero 2009 y julio 2009.
50. Supone instalados unos 5.800 MW en ERNC.
51. Esta situación se vio alterada por las indexaciones que experimentaron los precios de los contratos, las
que tuvieron una incidencia creciente en el precio final.
52. Por desinterés de las firmas generadoras o por proponer precios que superaban el valor máximo aceptable por las bases de las licitaciones.
49
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
Como se puede apreciar del Gráfico 10 los precios efectivos de las últimas licitaciones
superan los US$120/MWh. Por su parte, las empresas promotoras de las ERNC, agrupadas en la Asociación Chilena de Energías Renovables (ACERA), demostraron que la
meta de la moción parlamentaria no solo era posible, sino que además sus precios eran
competitivos. El Cuadro 3 explicita el planteamiento de ACERA.
Cuadro 3
La meta del 20/20 es posible y económicamente competitiva
Pinst
Energía Inv. Unitaria Inv. Total Costo Inversión
FP
MW
GWh/año US$/MW
MM US$
US$ / MWh
Hidro menor
1,000 50%
4,383
3,500,000
3,500
84
Biomasa
600 60%
3,156
3,000,000
1,800
60
Eólica
2,500 25%
5,479
2,300,000
5,750
110
Geotérmica
1,000 80%
7,013
5,500,000
5,500
82
Solar-Fotovoltaica
500 25%
1,096
3,100,000
1,550
148
Solar-Termoeléctrico
200 25%
438
4,500,000
900
215
suma
5,800 42%
21,564
3,275,862
19,000
92
Nota: Inversión descontada al 10% y en 30 años.
Tecnología
Fuente: Escobar, J.I., ACERA, presentación en ELECGAS 2011.
Este cuadro no actualiza a la baja los costos de inversión de algunas tecnologías tales
como la energía eólica y, particularmente, la solar fotovoltaica; sin embargo, los valores
medios del MWh y, especialmente, los de las tecnologías más maduras comercialmente,
indican que ellas son competitivas. Al respecto conviene señalar que ACERA no está
solicitando subsidios, sino que se legisle para eliminar algunas de las barreras que le impiden penetrar con fuerza en el sistema y concretar proyectos aprobados por el sistema
de evaluación de impacto ambiental (SEIA). A modo de referencia, subastas realizadas
por ELECTROBRAS han sido adjudicadas a US$ 62/MWh para centrales eólicas, algo
similar ha ocurrido en Uruguay y México53.
•
Las ERNC son intermitentes e imprevisibles: Si bien este argumento se aplica
básicamente a la energía eólica y solar (aunque esta última no es imprevisible),
al hablar genéricamente de las ERNC pareciera válido para todas las fuentes renovables (la energía geotérmica y la biomasa desmienten esta generalización). El
Gráfico 11 muestra la intermitencia del abastecimiento de las centrales de pasada
53. En Chile, empresas como Ingenostrum, que está desarrollando tres proyectos fotovoltaicos por un total
de 706 MWp, en la Región de Antofagasta, ofrece precios de US$ 100/MWh. A su vez, diversas compañías están instalando ERNC para su propio consumo, lo que demuestra que estas fuentes satisfacen
técnica y económicamente sus requerimientos. Es el caso de CAP, que firmó un acuerdo con SunEdison
para construir una planta fotovoltaica de 100 MWp, la que estaría en operación a fines del 2013, y
Doña Inés de Collahuasi, que acordó con Solarpack la construcción de una planta fotovoltaica de 25
MWp en Pozo Almonte, la que abastecerá parcialmente sus requerimientos de energía.
50
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
en Chile, intermitencia que el CDEC no ha tenido ningún problema en manejar
durante la operación del sistema. Incluso más pronunciadas son las fluctuaciones de la energía embalsada en el período 1994-2011. En términos generales,
“se puede afirmar que todas las fuentes de energía eléctrica disponibles en el país
tienen asociado un cierto nivel de variabilidad, ya sea por desabastecimiento del
energético primario o por indisponibilidad no programada de los equipos (i.e.
falla técnica de la central Angamos 2 de 264 MW, con un período de reparación
prolongado o la paralización forzosa de las centrales Andina y Hornitos de E-CL
en enero de 2013, a dieciséis meses de su puesta en marcha)”54.
Gráfico 11
Intermitencia y aleatoriedad en el caso de las centrales de pasada
Fuente: Finat, C., director ejecutivo de ACERA, presentación en el Mes de la Energía del Colegio de Ingenieros, 11 de junio de 2013.
Es interesante señalar que cuando se consideran las inyecciones del conjunto de las
centrales de ERNC, las fluctuaciones no son tan diferentes a las del sistema eléctrico en
su totalidad y es posible apreciar que ninguna fuente deja de generar, es decir, siempre
aportan al despacho, una mención especial debe hacerse en el caso de los parques eólicos que, en esa época (2010), estaban prácticamente concentrados en una misma zona
(Gráfico 12). Una mayor repartición de las distintas tecnologías en el territorio contribuirá a un despacho sujeto a fluctuaciones menos pronunciadas.
El estudio de Valgesta, citado como fuente del Gráfico 12, simuló la operación del
SIC para el año 2010, con y sin participación de las ERNC (3,1%, debido a la limitante
de los contratos) estimándose una reducción promedio semanal del costo medio de
operación, como consecuencia del aporte de las ERNC, de 9,93% y del costo marginal
promedio semanal de 3,33%, el estudio simuló los impactos sobre estos costos en el
caso de que el aporte de las ERNC hubiese sido de un 5%, obteniéndose reducciones de
12,84% y de 5,14%, respectivamente.
54. Finat, C., director ejecutivo de ACERA, presentación en el Mes de la Energía del Colegio de Ingenieros,
11 de junio de 2013.
51
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
Gráfico 12
Inyección semanal de energía de las centrales de ERNC (SIC), año 2010
(en MWh)
Fuente: Valgesta Energía, Impacto de las energías renovables en la operación del sistema, marzo 2011, 43 págs.
A continuación, se enumeran esquemáticamente las propuestas de política destinada a
explotar el importante potencial que presentan las ERNC en Chile:
•
•
•
•
•
•
Transformar en ley la moción parlamentaria de ampliar a 20% la meta de
las ERNC al año 2025.
Establecer licitaciones específicas para las ERNC: Se sugiere eliminar la cláusula de los contratos, de manera de asegurar que la meta corresponda con lo que
fue el objeto de la ley, y extender a cinco años el tiempo entre la adjudicación de
la licitación y el inicio de las inyecciones comprometidas en el contrato.
Mejorar el acceso al crédito bancario: En la actualidad, los promotores de las
ERNC se enfrentan al círculo vicioso de no poder obtener créditos, ya que no
cuentan con contratos que aseguren al Banco un flujo de caja que permita pagar
el prestamo, y no pueden concursar en las licitaciones porque no tienen los
recursos para financiar la inversión requerida para abastecer los requerimientos
del contrato.
Poner en funcionamiento el fondo de cobertura de riesgo en el caso de los
proyectos geotérmicos.
Eliminar las ambigüedades que existen en la Ley Corta II respecto a la conexión de los proyectos a las redes de distribución: A falta de una reglamentación clara, el problema se resuelve mediante una negociación entre las partes,
la que normalmente es asimétrica.
Mejorar el diseño del subsidio al establecimiento de líneas de transmisión
que sirvan a un conjunto de proyectos ERNC: Este subsidio no ha sido utilizado por las dificultades del procedimiento y falta de difusión.
52
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Definir el reconocimiento de la potencia de los proyectos ERNC: Para ello,
se propone que se considere el ingreso por potencia del conjunto de los medios
de generación ERNC y, después, se asigne el ingreso de cada generadora.
• Modificación del reglamento de generadores residenciales (“net metering”): El reglamento en negociación actual no rescata el espíritu de la ley, que
consideraba que al generador residencial se le pagaría por sus excedentes el
mismo precio que él paga a la distribuidora por la energía que recibe de esta,
ello mediante un medidor único bidireccional. La propuesta del Ejecutivo supone dos medidores y un pago claramente inferior para la energía que el cliente
inyecta en la red.
•
Incorporación de las externalidades en la generación térmica
El uso de los combustibles fósiles provoca daños importantes en la salud, en la agricultura, en las estructuras construidas por el hombre y en los ecosistemas55, los que son,
en general, pagados por la sociedad en su conjunto y no por los responsables de los
mismos. Resulta ineludible incluir las externalidades provocadas por las fuentes energéticas contaminantes en el costo de los productos o servicios que las utilizan. Recuérdese
que el presidente Piñera se declaró partidario de grabar a los “males”, sin que hasta el
momento ello se haya reflejado en acciones concretas.
En parte, la propuesta gubernamental, incluida en La estrategia nacional de energía
2012-203056, presenta un flanco al circunscribir el ecoimpuesto solo a la electricidad y
no a todos los tipos de energía, ya que permite argumentar que ella discriminaría en
contra de la generación termoeléctrica, lo que es válido, ya que un tributo de este tipo
debe gravar también las emisiones contaminantes asociadas al uso de combustibles del
resto de las actividades económicas57.
Por su parte, quienes se oponen a definir una política en este ámbito argumentan
que un impuesto de este tipo produciría incertidumbre entre los inversionistas, atrasos
en los planes de desarrollo eléctrico y mayores precios, ignorando que Chile, dentro de
Latinoamérica, presenta uno de los más altos precios de la electricidad. Estos mismos
sectores señalan que la industria eléctrica prevé invertir US$ 1.000 millones para cumplir con la reciente norma de emisiones para las centrales termoeléctricas, que apunta a
reducir las emisiones de material particulado, dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno,
55. La generación hidroeléctrica también provoca impactos socioambientales importantes, pero no serán
tratados aquí, ya que ello superaría el alcance de este artículo.
56. Dicha propuesta está sustentada por seis pilares: a) Crecimiento de la Eficiencia Energética, b) Despegue de las ERNC, c) Rol de las energías convencionales: preponderancia al recurso hídrico, d) Nuevo
enfoque en transmisión, e) Hacia un mercado más competitivo, f) Avance sostenido en las opciones de
interconexión eléctrica regional. Quizás donde se nota más claramente la voluntad gubernamental de
avanzar en el logro de los objetivos de la estrategia es en el nuevo enfoque de transmisión.
57. En el fondo, ello proviene de la tendencia de considerar la política energética como sinónimo de política eléctrica.
53
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
olvidando mencionar que la norma dejó fuera los metales pesados, que son tanto o más
perjudiciales para la salud de la población. Respetar el límite de emisiones normado significa que se está autorizado para funcionar, pero no implica que no se deban compensar los daños que causan las emisiones remanentes. La inexistencia de los ecoimpuestos
subsidia la operación e instalación de las centrales a carbón, puesto que, en las decisiones políticas y de inversión, sus costos se comparan con los de tecnologías limpias que
no perjudican en igual medida la salud y el medio ambiente.
La CCTP analizó el efecto sobre la salud, la agricultura, los cursos de agua (ríos y
lagos) y las obras civiles, resultante de las emisiones contaminantes que se producen a
pesar de la aplicación de la citada norma, planteando no solo la urgencia por imponer
un ecoimpuesto, sino que además el monto que se debería cobrar a las fuentes contaminantes por las externalidades negativas que su actividad provoca: US$ 60/MWh en
el caso de la generación a carbón y US$ 20/MWh en el caso de la generación con gas
natural58. Si bien el informe de la CCTP se concentra en el desarrollo sustentable de la
industria eléctrica, se asumió que dichos impuestos se deberán aplicar a todo tipo de
fuentes emisoras, incorporando estos impuestos al precio de los combustibles, lo que
actualmente ocurre con el Impuesto Específico a los Combustibles, que contribuye a
paliar, en parte, las externalidades negativas del transporte.
La aplicación de un ecoimpuesto tendrá impactos beneficiosos en distintos ámbitos:
a) permitirá sincerar los precios de las distintas alternativas energéticas, b) reducirá los
gastos en salud tanto del Estado como de las personas, c) mejorará, a consecuencia de
lo anterior, la productividad de la economía al reducir los días perdidos por enfermedad
de los distintos agentes productivos, d) reducirá las futuras barreras a nuestras exportaciones, resultantes de una huella de carbono excesiva, y e) favorecerá el desarrollo de
una matriz energética más limpia, reforzando las opciones de la eficiencia energética y
de las energías renovables no convencionales.
Finalmente, y como un aspecto fundamental que hasta la fecha no ha sido considerado, es necesario destacar que todos los cambios sugeridos no pueden llevarse a cabo
a espaldas de la ciudadanía, sino que ellos deben ser la resultante de un proceso participativo real, informado y vinculante que apunte a definir los lineamientos de la nueva
política energética y que, en el caso de proyectos de impacto nacional, dicha participación se exprese desde la primeras etapas del proyecto59, y no como ocurre actualmente,
en que la ciudadanía es consultada cuando se han definido todos los aspecto centrales
de este, se han gastado muchos millones de dólares y elaborado complejos y voluminosos informes cuya interpretación y cuestionamiento puede ser realizado por algunos
58. Estos valores fueron definidos a partir de los resultados del informe Análisis del impacto económico y
social de la Norma de Emisión para Termoeléctricas preparado, para CONAMA, por Geoaire y KAS ingeniería, y del estudio comparado de los costos externos vigentes en Europa y México. El haber fijado el
ecoimpuesto en US$/MWh es una simplificación; en realidad, se deberían normalizar estos valores en
función del rendimiento medio de las tecnologías de generación.
59. Ello supone la posibilidad de cuestionar el emplazamiento, la fuente utilizada, la tecnología preseleccionada y las condiciones de operación.
54
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
pocos especialistas y, peor aún, cada uno de ellos desde su perspectiva disciplinaria sin
la posibilidad de integrar los distintos aspectos del proyecto.
El tema de la participación ciudadana en el desarrollo eléctrico es parte de un enfoque más global, ya que se vincula con el derecho de la sociedad de tener injerencia en
las decisiones fundamentales que determinan las políticas públicas en distintos ámbitos
y que afectan la dignidad y calidad de vida, tanto de las actuales como de las futuras
generaciones. El autor de este artículo no se siente capacitado para profundizar en su
tratamiento, ya que ello supera largamente los límites de su disciplina. En el caso presente, se sugiere revisar el capítulo correspondiente del documento de la CCTP previamente citado.
Conclusiones
La reforma del esquema de desarrollo eléctrico nacional, materializada en el DFL N°
1 de 1982, y que todavía rige con algunas modificaciones que no alteran su sustancia,
entregó al sector privado la facultad de decidir el dónde, el cómo y el cuándo invertir en
la expansión del sistema eléctrico, asignándole al Estado un rol subsidiario y con escasa
capacidad de regular y fiscalizar. A diferencia del enfoque previo que existía en el país,
se privilegió la reducción de los costos del sistema por sobre la seguridad y calidad del
suministro. Los resultados de los últimos diez a quince años muestran que, incluso, el
objetivo de los precios bajos y de la racionalidad del modelo de desarrollo del sector no
se cumplió. Los resultados de treinta años de aplicación de este modelo no son alentadores, ya que el sistema eléctrico nacional es extraordinariamente vulnerable, dependiente, contaminante, carbonizado, caro y altamente concentrado.
La implantación de un modelo que contribuya al desarrollo sustentable, superando
las deficiencias mencionadas, requiere de una reforma profunda del marco regulatorio
que redefina el rol del Estado en tanto conductor del proceso de cambio, desconcentre
el mercado eléctrico, reformule el sistema tarifario y modifique la institucionalidad de
los Centros de Despacho Económico de Carga.
El nuevo modelo deberá transformar a la EE y a las ERNC en opciones estratégicas de la política energética, ello supone modificar drásticamente la institucionalidad
vigente que rige la política de EE y avanzar en el reemplazo de la actual ley de ERNC,
tanto en lo que respecta a las metas como a los mecanismos para lograrlas. Especialmente, en el primer caso, se requiere de significativos recursos humanos, técnicos y
financieros para superar los obstáculos que impiden que esta opción se concrete en
todo su potencial, como la fuente energética más barata, limpia y segura; por el contrario, el apoyo a las ERNC requiere de instrumentos que le permitan una llegada efectiva al mercado, mediante licitaciones que le aseguren el acceso al crédito bancario, al
acceder a contratos de largo plazo y precios estabilizados, ya sea como los actualmente
vigentes o, incluso, ligeramente inferiores. Es decir, las empresas involucradas en el
desarrollo de las ERNC no demandan subsidios, sino mecanismos que destraben el
bloqueo a su desarrollo provocado tanto por la elevada concentración del mercado,
55
La política energética: una asignatura pendiente a nivel país
Pedro Maldonado
las cláusulas restrictivas de las licitaciones y las dificultades de acceder a las redes
troncales de transmisión.
Se deberán incorporar los costos externos o externalidades, que la producción y uso
de la energía provoca, en los precios de las distintas fuentes y que, actualmente, no pagan quienes causan el daño, sino quienes son víctimas de dichos impactos: la sociedad
en su conjunto. Ello posibilitará que se sinceren los precios de las distintas alternativas
energéticas, que se reduzcan los gastos en salud del Estado y de las personas y que mejore la productividad de la economía, al reducir los días perdidos por enfermedad de los
agentes productivos.
Un elemento central de la reforma propuesta es la generación de canales institucionales de participación ciudadana informada y vinculante, de manera que la sociedad
tenga la capacidad de incidir efectivamente en la definición de las líneas directrices de la
política energética e, incluso, de los macroproyectos que puedan afectar el hábitat de los
ciudadanos, los ecosistemas, la herencia cultural de los pueblos originarios, las opciones
de desarrollo regional o local, entre otros.
56
Chile en la encrucijada hacia
el desarrollo
Isabel Allende Bussi
Isabel Allende Bussi
Senadora por la Región de Atacama, integra las comisiones de Minería y Energía, de Medioambiente y de
Ética y Transparencia. Diputada entre los años 1994
y 2010, ejerciendo como presidenta de la Cámara de
Diputados entre marzo de 2003 y marzo de 2004.
Máster en Sociología de la Universidad Autónoma de
México y magíster en Ciencias Políticas de FLACSO.
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Chile en la encrucijada hacia el desarrollo
Introducción
La energía es uno de los factores claves para el crecimiento y desarrollo de los países,
ha sido así desde tiempos inmemoriales, pero sin duda desde la Revolución industrial
esta toma mayor relevancia para definir el éxito de las sociedades por industrializarse
y conseguir así una mejor calidad de vida para la comunidad toda. Es por esto que
resulta necesario discutir, con el conjunto de los actores, qué tipo de matriz energética
queremos y qué tipo de mercado eléctrico vamos a definir para Chile. Este es el trabajo
que hemos venido desarrollando en el Parlamento de la República. Son múltiples los
temas que inciden y definen esta discusión; en este documento procuraré explicar por
qué considero que el tema del desarrollo energético, más que un tema técnico, es un
tema político. Adicionalmente, me interesa hacer una reflexión y puesta en valor de
los avances y desafíos que tenemos en materia de Energía Renovable No Convencional
(ERNC), en particular respecto de la Energía Geotérmica (EG), que resulta ser un caso
paradigmático y sintomático de retraso en sus inversiones, que muestra por qué el mercado eléctrico no puede, simplemente, entregarse a las fuerzas del mercado. Esta es una
de las encrucijadas en las que se encuentra nuestro país en materia energética, pero sin
duda que hay muchas más, desde el tipo de matriz que tendremos hasta la participación
ciudadana en el desarrollo de proyectos eléctricos.
De un tiempo a esta parte, se ha venido planteando la idea de que Chile está cada
vez más cerca del desarrollo, con un PIB que crece sostenidamente y con una macroeconomía estable que nos ha permitido sortear de buena forma la última crisis financiera
mundial, la más profunda y extensa desde la crisis del 29. Esto da cuenta de que estamos
preparados para dar un salto cuantitativo relevante y cualitativo necesario, pensando en
un desarrollo inclusivo, en el cual la medición del desarrollo no esté basado exclusivamente en el PIB, sino que incorpore otras variables relevantes del desarrollo humano.
Este último punto, si bien es materia para otro artículo, es relevante para pensar en el
desarrollo energético en general, y eléctrico en particular, para las próximas décadas. Hoy,
en buena hora, la ciudadanía está más empoderada de sus derechos y exige mayores niveles
de participación en el desarrollo país, no solo en términos de la distribución de los ingresos,
sino también en la distribución del poder y, a partir de ello, en la configuración del país.
La oposición manifiesta de un grupo importante y movilizado de la ciudadanía a la
instalación de megacentrales termo e hidroeléctricas en el territorio nacional, junto con
una creciente judicialización de proyectos de desarrollo eléctrico, ponen de manifiesto
la urgencia de una mirada y planificación estratégica en esta materia que dé cuenta y se
haga cargo de los distintos intereses y preocupaciones de todos los actores, donde las
legítimas diferencias tengan cabida, pero no entraben el desarrollo de Chile, y donde los
intereses particulares se subyuguen al interés y bien común.
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Chile en la encrucijada hacia el desarrollo
Isabel Allende Bussi
Es en esta perspectiva que el “tema” de la energía y el sistema eléctrico ha estado,
está y seguirá estando en la agenda pública por muchos años. Hoy, los avances técnicos
en materia de energía son asombrosos y, sin duda, seguirán siendo más y mejores en el
futuro; con esto en consideración, resulta evidente que el desafío que tiene Chile en esta
materia es político y no meramente económico o tecnológico.
Sostengo que el desafío es político, porque la decisión de ampliar el mercado (aumentando la competencia con la entrada de nuevos actores, particularmente generadores), diversificar la matriz energética (aumentando la participación de ERNC) con la consecuente
repercusión en la “descarbonización” de la misma, proporcionar mayor seguridad en el
suministro para los ciudadanos (robusteciendo la red de transmisión, como lo es la construcción de nuevas redes en el sistema troncal), desarrollar polos energéticos (viabilizando proyectos de inversión en ciertas zonas, incorporando los ramales al sistema troncal),
desacoplar la demanda energética al crecimiento (desarrollando planes de EE permanentes), disminuir los precios de las cuentas a los ciudadanos (por medio de actualizaciones
normativas que inciden en el cálculo tarifario), hasta incorporar la participación ciudadana en los trazados de las líneas de transmisión eléctrica, todos estos son temas que
van más allá de lo técnico, incluso de lo económico, porque tienen que ver con la forma
en la que nos organizamos como sociedad, con las necesidades y prioridades del país y
cómo las satisfacemos, tienen que ver además directamente con qué estamos dispuestos
a sacrificar en pos de un bien mayor y, finalmente, también con la distribución del poder.
Por cierto, este tema no está exento de ideología, por tanto de política. Si se deja
actuar libremente al mercado, si se lo regula, controla o planifica al sistema eléctrico,
claramente plantean posiciones y cosmovisiones diferentes respecto de la sociedad, de
cómo esta debería organizarse y enfrentar los desafíos presentes y futuros de un sector,
como el eléctrico, que nutre al resto de las actividades sociales y productivas, de un
recurso esencial e irremplazable para su funcionamiento.
Mi posición es que un sector estratégico, del cual depende en gran medida el resto
de los sectores, no puede estar exclusivamente en manos del mercado, que es lo hoy
sucede con nuestro sistema eléctrico, las consecuencias de supeditar las necesidades del
país a la voluntad de los desarrolladores privados es un riesgo para Chile, que resulta
inaceptable porque afecta, directamente, entre otras a la seguridad nacional.
No niego la relevancia de la iniciativa privada y la posibilidad de que esta asista al
desarrollo del sistema eléctrico, sin embargo, el Estado tiene una responsabilidad ineludible que no puede entregar a las fuerzas de un mercado, que busca maximizar las
utilidades de corto plazo y no necesariamente el bien colectivo del país y sus habitantes.
Hoy, la demanda energética crece en el país, lo que resulta esperable, considerando
el creciente proceso de industrialización y modernización que experimenta Chile. Por
su parte, la minería –principal sector económico y exportador– está en un ciclo de
expansión, dado los altos precios del cobre en los mercados internacionales y, principalmente, por el crecimiento sostenido de China, que es nuestro principal comprador.
Este crecimiento de la demanda de cobre ha generado el interés de los inversionistas por
desarrollar y explotar grandes proyectos mineros que, como es sabido, demandan gran
cantidad energía en sus procesos productivos.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
El modelo energético actual plantea que la minería crezca en base a carbón, lo que
considero inviable y denuncio como una irresponsabilidad con las futuras generaciones.
Estamos en un momento histórico, donde podemos invertir con mirada de futuro para
generar una relación virtuosa entre las ERNC y la minería, aprovechando los precios
actuales del cobre y su viabilidad para los próximos años, donde las propias mineras
pueden desempeñar un rol importante como promotores del desarrollo de proyectos
energéticos de ERNC.
La necesaria diversificación de la matriz eléctrica
Con frecuencia se plantea que los costos actuales de las ERNC son mayores al de las
energías convencionales, pero todo indica –especialmente si consideramos las experiencias en Europa– que, a mediano plazo, estaremos haciendo una inversión que tendrá
resultados que efectivamente apoyaran un desarrollo sustentable para nuestro país, con
costos que prontamente se equipararán con los actuales valores de las energías fósiles.
En este sentido, es fundamental que hagamos una fuerte inversión en investigación y
desarrollo, para hacer factible su viabilidad en el futuro cercano, porque, como he señalado, la adopción de estas no es un problema técnico, sino fundamentalmente político
respecto a las decisiones económicas que corresponde tomar.
El problema actual es que nuestra matriz se ha “carbonizado”, y si por cada punto
de crecimiento requerimos un punto de energía, eso implicará que subamos un punto
de emisiones de carbono, teniendo un accionar completamente contrario a las políticas
que en el resto del mundo se están generando. En este sentido, un desarrollo en base
al carbón será un riesgo para la propia industria, por el efecto huella de carbono en
nuestras exportaciones, además de los daños ambientales correspondientes. La minería
puede ser la que se haga cargo de ello; uno de los mecanismos posibles es la creación de
un fondo de riesgo para el desarrollo de las ERNC.
Tenemos la posibilidad cierta de dar un salto cuantitativo para la incorporación de
las ERNC en nuestra matriz energética, diversificándola y otorgándole mayor seguridad,
eficiencia económica, equidad al acceso y, evidentemente, haciéndola más sustentable.
Todos estos son los objetivos de las políticas energéticas de la legislación chilena.
Son variadas las fuentes de energía renovable y, en Chile, tenemos condiciones inmejorables, especialmente para la solar y geotérmica. Esta última es quizás la más desconocida o, al menos, de la que menos se habla desde la política pública, por eso me
concentraré en esta fuente, que podría resolver por sí sola la expansión de la demanda
eléctrica de las próximas décadas.
La energía geotérmica, la más desconocida
Como se sabe, la energía geotérmica se obtiene a partir de la extracción del calor contenido al interior de la tierra, principalmente en zonas volcánicas y de fallas geológicas. Es
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Chile en la encrucijada hacia el desarrollo
Isabel Allende Bussi
una energía que no está sujeta a la variabilidad del clima y su disponibilidad es permanente. Asimismo, de la energía geotérmica es posible obtener tanto electricidad como energía
térmica, esta característica es sin duda lo que la transforma en estratégica para Chile.
El uso de la energía geotérmica alcanza en el mundo 10.700 MW aproximadamente
y en algunos países como Kenya, El Salvador y Filipinas satisface ente el 15% y el 25%
de sus necesidades eléctricas.
Nuestro país tiene uno de los mayores potenciales del mundo en geotermia como
parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, con más de cien volcanes potencialmente activos y las numerosas manifestaciones geotérmicas superficiales.
En Chile, se ha explotado esta fuente desde 1921, cuando se perforaron los primeros pozos geotérmicos en la zona de El Tatio. Además de El Tatio, se han descubierto
nuevos yacimientos en Apacheta (Región de Antofagasta), en el volcán Tinguiririca (Región de O´Higgins) y volcán Tolhuaca (Región de la Araucanía). Pero hay una limitada
actividad de desarrollo en proyectos basados en esta energía sin un aporte sustancial al
sistema. Se estima que recién las primeras plantas geotérmicas podrían estar en uso en
el año 2015 (Cerro Pabellón y Tolhuaca).
Se estima que hay un potencial en Chile de 3.350 MW (ENAP) a 16.000 MW (Lahnsen).
Por su parte, el gobierno estima que requeriremos 8.000 MW los próximos veinte
años; por tanto, en el escenario menos optimista, se alcanzaría a satisfacer la demanda
aproximada de los próximos diez años, o de los veinte años, en el mejor escenario.
El mejor potencial está a lo largo de la cordillera de los Andes –desde Copiapó a
Arica– estimándose en al menos 2.000 MW, y el otro sector es el centro-sur, en la alta
cordillera, entre Santiago y Puerto Montt, con aproximadamente 1.000 a 1.500 MW.
Actualmente, la aplicación principal de la energía geotérmica en nuestro país está
en los servicios medicinales y turísticos. Pero su mayor potencia está en la generación
de electricidad, y en los usos industriales como la agricultura, donde se utiliza para invernaderos que permiten aumentar la producción; para la deshidratación de alimentos
y cultivos marinos, ya que potencia el crecimiento de algunas especies; o también en el
secado de madera. Estos usos, en Chile, se desconocen.
De igual forma, la energía geotérmica podría ser una solución para el sector de la
construcción, tanto a nivel de las oficinas como de las residencias, permitiendo su uso
para los sistemas de calefacción, climatización y agua caliente.
Concesiones de exploración y de explotación
1. El último dato reportado por el Ministerio de Minería da cuenta de setenta y seis
concesiones vigentes de exploración geotérmica, equivalentes a US$ 370 millones, con una superficie de exploración de 3 millones de hectáreas, y que abarcan
diez regiones del país.
2. Al mismo tiempo, se han otorgado seis concesiones de explotación, con una superficie total cercana a las 30.000 hectáreas y una inversión comprometida total
aproximado de US$ 1.000 millones.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Los proyectos con mayor estado de avance, con concesiones de explotación, son Cerro
Pabellón, en la Región de Antofagasta, con una potencia instalada de 50 MW, y que actualmente tiene RCA aprobada; y el proyecto Curacautín, en la Región de la Araucanía,
con 70 MW y que se encuentra en calificación ambiental.
Las preocupaciones de los principales actores
La sociedad civil
1. Necesita estar más informada respecto a los aportes, potencial y limitaciones de
la energía geotérmica en Chile, pero, paradojalmente, la empresa no está siempre dispuesta a liberar información que podría ser de utilidad para alimentar
esta escasez informativa.
2. Aunque las energías geotérmicas sean las más ambientalmente sustentables y sin
problemas de continuidad horaria, son las más desconocidas de las ERNC entre
la población. Se conocen mucho más las eólicas, fotovoltaicas o termosolares, e
incluso la mareomotriz.
3. En el caso de las comunidades indígenas, muchas veces estas ven afectados sus
derechos de aguas ancestrales, y consideran que las perforaciones y explotaciones geotérmicas afectarían su propio acceso y uso, dejando clara la falta de
difusión de esta tecnología a la población que directamente se siente afectada.
En todo lo anterior, es necesario incorporar los procesos de consulta indígena a
raíz del cumplimiento cabal del Convenio 169 de la OIT.
Las empresas e inversores
1. La principal barrera que identifican los inversores es el alto costo inicial de la
inversión. Considerando que Chile no cuenta con una industria petrolera, su
equipamiento industrial no permite precios competitivos, sino que, muy por
el contrario, encarecen enormemente las fases exploratorias de perforación. De
igual manera, para ellos, los incentivos existentes cubren un porcentaje muy
pequeño de los costos del proyecto, y los altos costos iniciales ocurren mucho
antes que la planta esté en producción.
2. Las empresas valoran que el Estado pueda entregar un subsidio a los pozos de
perforación que resulten fallidos en las etapas de exploración geotermal. Países
con un alto desarrollo de esta fuente energética, como Estados Unidos e Islandia, han contado con esta herramienta para contrarrestar el alto costo de inversión de las perforaciones, que no siempre son exitosas. El riesgo exploratorio es
muy alto para este tipo de energía.
3. Se considera también que el gobierno no tiene un plan claro respecto al incentivo a la geotermia, y que eso lo demuestra en la falta de profesionales existentes
en el Ministerio de Energía, comparativamente con países como Nueva Zelanda
que cuenta con treinta expertos a nivel ministerial.
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Chile en la encrucijada hacia el desarrollo
Isabel Allende Bussi
El mundo académico
1. Existe una necesidad de aunar esfuerzos e incentivos para promover el intercambio de información y el fomento de la investigación y desarrollo, en acuerdo
con la industria y el gobierno.
2. Es de importancia generar programas de capacitación técnica y profesional de
especialización en las universidades chilenas y extranjeras, para generar una
masa crítica propia.
3. Se considera necesario mejorar el proceso de calificación ambiental, realizando
los estudios de impacto ambiental en una etapa más temprana o revisiones de
los proyectos por personal gubernamental calificado, para entender las condiciones de líneas de base y poder realizar consultas con las comunidades.
El gobierno
1. Se considera que el factor del subsidio no es tan relevante para el desarrollo de
la geotermia en nuestro país.
2. Se ha enfocado en la promoción de la inversión y la eliminación de barreras de
entrada, como lo demuestra el reglamento de geotermia, recién dictado.
Trabajo legislativo para el fomento de la geotermia en Chile
1. En los últimos años, se ha discutido una serie de iniciativas en materia de ENRC
que incluyen el desarrollo y promoción de la energía geotérmica, como el proyecto que “promueve el desarrollo de energías renovables no convencionales”
–más conocido como el Proyecto 20/20 (hoy 20/25)–, iniciativa de la Comisión
de Minería del Senado. También vinculado al fomento de las ERNC, está el Proyecto de la Carretera Eléctrica, que se espera que entregue holguras al sistema y,
a su vez, viabilice la ejecución de iniciativas con ERNC, como son los proyectos
geotérmicos en procesos de exploración, donde una de las barreras que hay que
abordar es el acceso a las redes de distribución eléctrica y el alto costo que ello
significa. Este proyecto, actualmente, está en el Senado en discusión general.
2. El año 2000 se publicó la Ley Geotérmica N°19.657 que, en términos generales,
se ocupa de:
a. Las concesiones y licitaciones para la exploración o la explotación de energía
geotérmica;
b. Las servidumbres que sea necesario constituir para la exploración o la explotación de la energía geotérmica;
c. Las condiciones de seguridad que deban adoptarse en el desarrollo de las
actividades geotérmicas;
d. Las relaciones entre los concesionarios, el Estado, los dueños del terreno
superficial, los titulares de pertenencias mineras.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
3. El reglamento de 2004 fue sustituido recientemente, en marzo de este año, por
el DS Nº 114 del Ministerio de Energía:
a. Sin invadir los términos de la ley, da certeza jurídica en la obtención de las
concesiones de explotación de geotermia, otorgando el derecho exclusivo
a un concesionario de exploración para obtener una de explotación y así
hacerse las altas inversiones que se requieren en los inicios.
b. Elimina una serie de requisitos para solicitar una concesión de exploración
de energía geotérmica, haciendo más expedito el proceso de solicitud. Todo
esto, en razón de que las concesiones de exploración y explotación no son
suficientes versus el interés de los inversores.
c. Se busca la simplificación del trámite de concesión. Pero el texto actual versus el anterior entrega una potestad discrecional al Ministerio de Energía a
la hora de analizar las solicitudes de concesión. Esto se refleja, sobre todo,
al entregarle al Ministerio la posibilidad de evaluar las solicitudes, dar a
conocer las reclamaciones a que dé lugar el procedimiento, y de resolver estas eventuales controversias. Entonces, probablemente, la labor de fomento
debería haber quedado separada de la de concesión administrativa, ya que
el Ministerio es un interesado en impulsar esta ERNC.
4. Actual discusión del Proyecto de Ley (PL) que introduce modificaciones a la Ley
N° 19.657, sobre concesiones de energía geotérmica. El primer proyecto fue
enviado por la ex presidente Bachelet en 2009:
a. Agilizaba la tramitación de las solicitudes de concesiones de este tipo de
energía.
b. También aseguraba la participación de empresas con real interés en desarrollar exploración y, eventualmente, explotación de los recursos geotérmicos
existentes en el territorio, evitando o reduciendo la especulación.
c. Además, implementaba las herramientas para asegurar el efectivo cumplimiento de las obligaciones contraídas por los concesionarios, e incrementaba el conocimiento geológico nacional vinculado a la geotermia.
d. Buscaba generar condiciones de sustentabilidad para el desarrollo geotérmico del país.
5. El actual gobierno del presidente Piñera retiró la urgencia al PL, y se envió un
nuevo proyecto donde:
a. Se recogieron algunas materias que habían sido abordadas en la iniciativa
anterior, pero las principales diferencias corresponden a las responsabilidades que se le asignan a cada uno de los actores, particularmente, en la fiscalización de las actividades de exploración y producción, donde se le entrega
un rol muy importante a auditores externos.
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Chile en la encrucijada hacia el desarrollo
Isabel Allende Bussi
b. Entre los objetivos está evitar distorsiones y especulación al momento de la
presentación de la solicitud de concesión de exploración. Se permite que el
área de la concesión de explotación abarque todo el área de concesión de
exploración otorgada.
c. Además, se establecerán nuevos requisitos a la solicitud de concesión que
harán verificable el estado de avance de los trabajos e inversiones comprometidas. En esa misma línea, el Decreto de Concesión de Explotación
deberá indicar cuál será la capacidad de producción del proyecto, expresada en potencia instalada, y que tanto el aumento como la disminución de la capacidad de producción deberán ser solicitadas formalmente a
la autoridad.
d. El proyecto también contempla reducir algunos de los plazos contemplados
en el procedimiento de concesión, y se introduce un examen de admisibilidad de las solicitudes con el objeto de subsanar fallas formales de inmediato
y evitar que estas afloren durante la tramitación.
Las funciones del Estado relacionadas con la energía geotérmica
1. Dentro de lo más particular, la normativa podría avanzar, de igual manera, en la
regulación de las condiciones de seguridad que deben adoptarse en el desarrollo de la actividad geotérmica y del rol del Estado frente a ella. Hasta ahora, la
reglamentación solo se ha ocupado de las cuestiones administrativas, dejando
de lado estos dos elementos, que se plasman en la Ley N° 19.657, para ser desarrollados en algún momento por el Ministerio.
2. Respecto de la función del Estado, además de regular la concesión, este debe
tener un rol activo en el fomento de este tipo de energía, y lo que hoy existe es
solo un fondo concursable para proyectos de ERNC, cuyo monto de $ 5 millones anuales es absolutamente insuficiente:
a. Una simple revisión de la información que entrega el Ministerio de Energía
en esta materia, en la página web institucional, solo evidencia un listado de
las concesiones y solicitudes para la energía geotérmica, y da cuenta de la
“no existencia” de nuevos convenios que, en su oportunidad, permitieron
la realización de las denominadas cátedras de energía geotérmica, situación
que no ocurre desde 2010.
b. En este mismo ámbito, hace unos años atrás se creó un subsidio, vía
CORFO, que buscaba cofinanciar las labores de exploración mediante la
entrega de recursos para la perforación, y ahora se pone énfasis en la elaboración de estudios, simplificación de trámites, acceso a mejor información,
entre otros.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Condiciones institucionales mínimas para el desarrollo de las ERNC
1. Desarrollar un mercado: Es fundamental para el despegue de las ERNC, que
exista la posibilidad de establecer contratos de suministro de energía de largo
plazo. Sin esto, no será viable. Para desarrollar un mercado hay que establecer
una cuota de un 20% de ERNC en la matriz eléctrica al año 2025.
2. Ley 20/20: Iniciativa aprobada en general en el Senado y que hoy se encuentra
en la Cámara de Diputados, a la espera de contar con el patrocinio del Ejecutivo.
Esta iniciativa permitirá aumentar la participación de las ERNC –y, específicamente, la energía geotérmica– en nuestra matriz de generación eléctrica, sin
estresar el sistema y, por el contrario, disminuyendo sus costos promedio como
lo ha demostrado un estudio de ACERA.
3. Fomentar el desarrollo de las ERNC a través del proyecto que establece la Carretera Eléctrica: En enero, en la Comisión de Energía del Senado, se votó a favor
de la idea de legislar el PL de Carretera Eléctrica, que debería permitir holguras
al sistema y, a su vez, viabilizar la ejecución de los proyectos de ERNC, como los
de energía geotérmica.
4. Aumento de inversión en investigación y desarrollo en geotermia: Es fundamental que hagamos una fuerte inversión en investigación y desarrollo en ERNC,
porque la adopción de estas no es un problema técnico, sino político. Chile debe
pasar del actual 1,1% del PIB a cerca del 3% promedio de la OCDE. Eso significa
ampliar los núcleos milenio en las universidades y financiar polos científicos
cerca de las zonas de desarrollo de proyectos con el objeto de crear círculos virtuosos de innovación y emprendimiento.
Conclusiones
Como se ha mostrado, existe un camino recorrido, pero falta mucho aún para incorporar las ERNC en forma decidida a nuestra matriz energética. Tenemos un potencial
en energía geotérmica que podría aportar energía para las próximas décadas; es tarea
del Ejecutivo y del Legislativo otorgar las bases institucionales para que se desarrollen
y consoliden, así como también se requiere de empresarios dispuestos a contribuir al
desarrollo sustentable de nuestro futuro.
Es por todo lo expuesto que sostengo que el desarrollo de un modelo energético inclusivo, diversificado en sus fuentes, seguro, eficiente y menos costoso para la sociedad,
es y seguirá siendo un tema a resolver desde la política. A eso estamos llamados como
sociedad toda, a encontrar soluciones posibles que permitan un desarrollo armónico
entre las necesidades económicas, sociales y ambientales que, como he dicho, es la gran
encrucijada que debemos resolver para las próximas décadas.
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¿Chile: un país geotérmico
en un futuro inmediato?
Diego Morata
Diego Morata
Geólogo y doctor en Ciencias Geológicas de la Universidad de Granada (España). Profesor titular del
Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias
Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y
director del Centro de Excelencia en Geotermia de
los Andes (CEGA), Proyecto FONDAP CONICYT
15090013.
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
¿Chile: un país geotérmico en un futuro inmediato?
Departamento de Geología y Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA), Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile. Plaza Ercilla 803, Santiago.
Introducción
La geotermia es el calor almacenado en el interior de la Tierra desde que esta se formó
hace unos 4.560 millones de años. Esta fuente de calor puede ser aprovechada para generar electricidad, temperar recintos u otras múltiples aplicaciones en lo que se conoce
como energía geotérmica. Sin embargo, no hay que olvidar que el aprovechamiento de
las manifestaciones termales naturales tiene sus orígenes en los comienzos de la humanidad, tanto para usos domésticos como balneológicos y terapéuticos (construcciones
de termas durante el Imperio romano, uso de aguas termales para cocción de alimentos,
etc.), por lo que la relación entre el hombre y la geotermia se comenzó a desarrollar casi
desde el comienzo de la humanidad (Cataldi et al., 1999).
Figura 1
Distribución de la capacidad de generación eléctrica
en el mundo (10.9 GW) al año 2010
(tomado de Bertani, 2010).
Conforme a la última recopilación realizada en el año 2012 por Bertani, hoy en día se
está produciendo electricidad a partir de la geotermia en veinticuatro países (Figura 1),
sobre todo en aquellos ubicados en zonas de alto gradiente geotérmico, es decir, zonas
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¿Chile: un país geotérmico en un futuro inmediato?
Diego Morata
en donde hay un gran aumento de la temperatura con la profundidad. Se estima como
gradiente geotérmico normal valores del orden de los 25 a 30°C/km, mientras que valores del orden de los 40 a 50°C/km podrían ya considerarse como zonas con un gradiente geotérmico anómalamente alto. El potencial eléctrico instalado en el mundo es
de unos 11.000 MW, siendo los EEUU, Filipinas, Indonesia, México e Italia los principales países generadores de electricidad mediante geotermia (Bertani, 2012), destacando
países como Islandia o Nueva Zelanda en los que la generación de electricidad a través
de la geotermia supone hasta un alto porcentaje de su matriz energética. Estas zonas
de alto gradiente geotérmico coinciden, además, con áreas geológicamente activas, por
lo general en relación con límites de placas tectónicas, tanto en márgenes divergentes
como en márgenes convergentes. Otra de las consecuencias asociadas a estas zonas de
alto gradiente geotérmico es el desarrollo de volcanismo activo y, por tal motivo, existe
una fuerte relación entre geotermia y volcanismo. Pero hay que destacar que también
se produce electricidad a partir de la geotermia en países en los que no hay actividad
volcánica reciente, como es el caso de Alemania, con una capacidad instalada de 7.1
MW y una proyección al año 2015 de 15 MW instalados (Bertiani, 2012). Además, la
geotermia se utiliza no solo para producir electricidad, sino que también para lo que se
conoce como uso directo. De hecho, conforme a las últimas estimaciones (Lund et al.,
2011), en el mundo ya hay un total de setenta y ocho países en los que la geotermia se
utiliza de forma directa, principalmente mediante bombas de calor o para actividades
tales como balneología, calefacción distrital o invernaderos, entre otras, suponiendo un
total de 48.5 GW instalados. Es de destacar que en esta otra aplicación de la geotermia,
para usos directos, se desarrolla en países con volcanismo activo pero también en otros
países caracterizados por un bajo gradiente geotermal y con ausencia de volcanismo
activo reciente, como es el caso de Alemania, con una capacidad instalada de geotermia
al 2010 para uso directo del orden de los 2.5 GW (frente a los 9.1 MW en Chile, principalmente en termas; Lund et al., 2011).
A lo largo de la cordillera de los Andes de Chile se distribuyen cerca de 3.000
volcanes, de diferentes tamaños, morfologías y características. De estos, se estima que
unos quinientos están activos (es decir, han tenido alguna actividad durante los últimos
10.000 años, conforme a la definición de volcanismo potencialmente activo propuesta por Francis, 1995), siendo sesenta los que tienen registro eruptivo histórico en los
últimos 450 años (Stern et al., 2007). Esta gran proliferación de volcanes en nuestro
territorio es consecuencia del ambiente geológico en el cual se encuentra Chile, en un
margen convergente gobernado por la subducción de una placa oceánica bajo un margen continental. Entonces, una pregunta obvia que se está haciendo la sociedad chilena,
en estos últimos años en los que se habla de posible crisis energética y necesidad de
diversificar la matriz energética, es: ¿Por qué si Chile tiene entonces tal cantidad de volcanes no se utiliza esta energía para producir electricidad? Si bien es esta una pregunta
con cierta lógica, hay una serie de barreras que existen hoy día en el país y que están
haciendo que el desarrollo de la geotermia vaya a una velocidad mucho más lenta de lo
deseable, a pesar de contar Chile con uno de los mayores potenciales geotérmicos del
mundo aún sin explotar.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
En el presente trabajo se abordarán algunos conceptos fundamentales sobre el desarrollo de la energía geotérmica, el desarrollo de la investigación en geotermia en el país
y el estado actual de la exploración geotérmica.
Conceptos fundamentales de un sistema geotérmico
Existen diferentes tipos de sistemas geotermales, cuyas singularidades están dadas por
varias combinaciones de variables geológicas. Son estas múltiples combinaciones las
que hacen que no haya dos sistemas geotermales exactamente iguales, aunque, en términos generales, cuatro son los principales factores que controlan la existencia de sistemas
geotérmicos:
•
Fuente de calor (generalmente asociada a cuerpos magmáticos intrusivos o cámaras magmáticas activas);
• Desarrollo de estructuras (principalmente fallas) que delimiten el recurso y favorezcan la percolación de fluidos;
• Recarga de agua desde la superficie hasta las profundidades, donde es calentada
por la fuente de calor;
• Roca huésped del recurso geotérmico (reservorio) con capacidad para almacenar
los fluidos termales, y con las óptimas características de permeabilidad y porosidad que permitan el manado del flujo termal para poder ser extraído a superficie.
Por otro lado, en función de la naturaleza y temperatura del reservorio, se establecen
varias clasificaciones y, en este sentido, se habla de sistemas de baja temperatura para
aquellos reservorios que contienen agua a temperaturas entre los 20 y 100°C; sistemas
de agua dominante para aquellos reservorios dominados por agua y con temperaturas
hasta los 350°C; sistemas de vapor dominante (o vapor seco), con reservorios dominados por vapor; y sistemas de rocas secas calientes, compuesto por rocas impermeables
y con altas temperaturas, pero con ausencia de fase fluida para transmitir el calor. Otra
clasificación normalmente utilizada es la que se basa en la entalpía (o temperatura) del
sistema, definiéndose en este caso sistemas de baja entalpía (con temperaturas menores
a los 90°C), sistemas de mediana entalpía (con temperaturas entre los 90 y 190°C), y
sistemas de alta entalpía (con temperaturas superiores a los 190°C). Serán estos últimos sistemas los más interesantes para la producción de electricidad aunque, mediante
plantas de ciclo binario, es también posible producir electricidad a partir de sistemas de
mediana entalpía. Por lo general, los sistemas de baja entalpía son restringidos en su uso
a lo que se define como usos directos (calefacción distrital, invernaderos, piscifactoría,
balneología, etc.).
El primer país en el mundo en aplicar la geotermia para la generación de electricidad
fue Italia, en la región de Larderello, comenzando la producción en los albores del siglo
XX (año 1905) mediante máquinas de vapor, e instalando las primeras grandes centrales en el año 1912. Estas primeras experiencias en el desarrollo de la geotermia fueron
75
¿Chile: un país geotérmico en un futuro inmediato?
Diego Morata
rápidamente replicadas en otros países, en los que se comienzan a desarrollar tempranamente estudios de exploración geológica y perforaciones profundas encaminadas a
reconocer e identificar reservorios geotérmicos. Es así como se comienzan a desarrollar
campañas de exploración en Japón (Beppu, 1919), Chile (El Tatio, 1921), EEUU (los
géiseres, 1921) e Islandia (Reikiavik, 1925). Es por lo tanto interesante analizar el caso
del desarrollo de la geotermia en Chile, ya que fue este uno de los países pioneros en
lo concerniente a la exploración geotérmica, aunque después de casi un siglo de ese
evento, hasta el día de hoy, no se ha producido aún ni un solo MW de electricidad
mediante geotermia.
Contexto geológico de Chile
Chile continental se ubica en lo que geológicamente se conoce como un margen convergente, es decir, un límite de placas en donde una placa tectónica subduce bajo otra.
En el caso del margen chileno, se tiene la subducción de las placas de Nazca y Antártica
bajo la placa Sudamericana y, como consecuencia de este proceso de subducción, que
se ha mantenido de manera similar durante al menos los últimos 180 millones de años,
hay presencia de sismicidad, volcanismo, depósitos de Cu-Au y existencia de reservorios
geotermales, entre otras. El volcanismo activo se localiza hoy día en la cordillera de los
Andes (Figura 2), y su distribución y características petrológicas y geoquímicas están
controladas por el ángulo de la placa subductada. De este modo, dado el bajo ángulo de
subducción que presenta la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana entre los 28°33° (ángulos de unos 5-10°), hoy día esta zona se conoce como flat slab y, entre otras
consecuencias, el volcanismo Cuaternario está ausente. Sin embargo, este volcanismo
activo está presente al norte de la zona de flat slab y al sur de la misma, es decir, al norte
de los 28°S y al sur de los 33°S.
Además, en el sur de Chile, entre los 46° y 48°S se produce una singularidad geológica, consistente en la subducción de una dorsal activa (la dorsal de Chile, límite entre
las placas de Nazca y Antártica) bajo el continente, generándose lo que se conoce como
un punto triple (conjunción de tres placas tectónicas, en este caso las de Nazca, Antártica y Sudamericana). Este segmento de la cordillera andina también presenta ausencia de
volcanismo activo, volviendo este a aparecer al sur de los 48°S, en donde se produce la
subducción de la placa Antártica bajo la placa Sudamericana, desarrollándose al menos
unos seis volcanes activos.
Sin embargo, esta geometría de la zona de subducción ha ido cambiando en los
últimos millones de años, por lo que la fotografía instantánea que hoy día podemos ver
en lo que se conoce como cordillera de los Andes no siempre fue así, zonas que hoy no
presentan volcanismo activo, sí lo tuvieron en un pasado geológico, y otras que hoy día
presentan volcanismo activo, pero que no fue así en el pasado. Por lo tanto, el poder
conocer de manera precisa la historia geológica de la cordillera de los Andes permitirá
entender qué zonas son las más favorables para presentar anomalías termales y su posible aplicación para producir electricidad mediante geotermia.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Figura 2
Distribución de áreas geotermales en Chile, volcanismo y áreas concesionadas
(cuadrados rojos). En verde se destacan las áreas geotermales con mayor desarrollo en la exploración,
destacando el campo geotermal de Apacheta en el norte y el de Tolhuaca en el sur
(tomado de Sánchez et al., 2011)
En este sentido, más de trescientas manifestaciones termales superficiales (fumarolas,
piscinas calientes, piscinas de barro, etc.) se distribuyen actualmente a lo largo de los
Andes de Chile, principalmente en relación con el volcanismo Cuaternario (Hauser,
1997; Lahsen et al., 2010; Sánchez et al., 2011). Estas zonas termales están distribuidas
en la alta cordillera de los Andes, tanto en el norte (17-27°S) como en el centro-sur de
Chile (33-46°S), mientras que en las zonas en donde hoy en día el volcanismo activo
está ausente (entre los 28-33° y 46-48°S), así como en la cordillera de la costa, las manifestaciones termales son poco frecuentes y, por lo general, con temperaturas inferiores
a los 30°C (Hauser, 1997; Lahsen et al., 2005). Sin embargo, existen singularidades
geológicas ligeramente diferentes entre las manifestaciones termales del norte y centrosur del país. En este sentido, las manifestaciones termales del norte de Chile suelen
estar asociadas a cuencas tectónicas (grabens) orientadas según direcciones NS a NO en
proximidades a centros volcánicos, mientras que en la zona centro-sur de Chile, la gran
mayoría de las manifestaciones termales están ubicadas en áreas con un fuerte control
estructural y presencia de volcanismo activo, destacando el sector entre los 39 y 46°S,
en donde la gran mayoría de las manifestaciones termales están relacionadas con el sistema de fallas Liquiñe-Ofqui (Alam et al., 2010; Sánchez et al., 2013).
Con este contexto geológico tan favorable, es fácil entender el alto interés que está
suscitando Chile para el desarrollo de la geotermia. De hecho, en el estudio preliminar
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¿Chile: un país geotérmico en un futuro inmediato?
Diego Morata
realizado por Lahsen en el año 1986, se indicó que el potencial geotérmico del país sería
del orden de 16.000 MW por, al menos, cincuenta años, con fluidos con temperaturas sobre los 150°C y estando ubicados los reservorios a profundidades inferiores a los 3.000 m
(Lahsen, 1986). Cifras mucho más conservadoras respecto al potencial geotérmico de Chile
han sido dadas desde el sector privado, proponiendo un potencial del orden de los 3.500
MW que podrían implementarse en un período de veinte años, considerando la tecnología
actualmente vigente (Soffia y Clavero, 2010). Sin embargo, lo que resulta paradójico es que,
a pesar de tener un gran potencial geotérmico, este aún no se haya desarrollado y, al día de
hoy, no se haya conseguido producir aún ningún MW de electricidad mediante geotermia.
Evolución de la exploración e investigación geotérmica en Chile
Como se señaló anteriormente, Chile fue uno de los países pioneros en el desarrollo de
la exploración geotérmica. A comienzos del siglo XX, miembros de la colonia italiana de
Antofagasta crearon la sociedad privada Comunidad de El Tatio, con el fin de analizar
las posibilidades de producir electricidad mediante geotermia en este sector del norte
del país. Esta sociedad hizo traer a un grupo de ingenieros italianos de Larderello, los
que estuvieron trabajando durante los años 1921 y 1922, y llegaron incluso a perforar
dos pozos de unos 70 a 80 m de profundidad, estableciendo una primera aproximación
al potencial geotérmico de la zona (Tocchi, 1923, Figura 3). Brüggen (1940) realizó un
informe geológico sobre los géiseres Volcanes del Tatio, realizando una descripción de
los mismos así como de las manifestaciones termales observables en superficie. En este
estudio, J. Brüggen señala que el Ing. E. Tocchi, en su informe de 1923, informó que “la
región activa del Tatio es, a lo menos, 5 veces superior a la de Larderello”. Sin embargo, no
fue sino hasta finales de los años 60 que se vuelven a retomar los estudios sobre determinadas zonas geotermales de Chile. Un estudio detallado de la historia de la exploración
geotérmica en Chile durante esa época y los años posteriores fue desarrollado por Lahsen
et al. (2005). Conforme a este estudio, con posterioridad al primer informe por parte de
los ingenieros italianos de comienzos del siglo XX y el informe de J. Brüggen de 1940, se
desarrolló desde finales del año 1968 un programa de exploración geotérmica de manera
sistemática en el norte del país, en concreto entre los 17 y 24°S. Este programa de exploración fue el resultado de un proyecto suscrito por la Corporación de Fomento de la
Producción (CORFO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Como resultado de este programa, se realizaron durante los años 1968 a 1976 estudios
geológicos, geoquímicos y geofísicos en áreas geotermales del norte de Chile, destacando
entre otras las de Surire, Puchuldiza y El Tatio (ver Figura 2). Se llegó incluso a perforar
una serie de pozos exploratorios para analizar el potencial geotérmico en los campos
geotermales de Puchuldiza y El Tatio (Lahsen, 1976). Durante la década del 80, el desarrollo de la investigación en geotermia en Chile no fue especialmente relevante, paralizándose incluso los programas de exploración geotérmica a partir de 1979, y destacando
únicamente los trabajos de Lahsen (1986, 1988) y Grunder et al. (1987), estando enfocado este último en el campo geotermal Calabozos, en el centro de Chile. Es de destacar
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
de esta época el trabajo de Lahsen (1988) en la revista internacional Geothermics, en donde se da a conocer a la comunidad internacional el potencial geotérmico de Chile (del
orden de los 16.000 MW), así como su posible utilización para la generación de electricidad. La década del 90 se caracterizó por los nuevos estudios realizados por empresas
privadas en conjunto con la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) para estudiar campos geotermales en el norte y sur del país. De este modo, durante los años 1995 a 1999
se mantuvo un programa de cooperación entre ENAP y UNOCAL Corp. para explorar el
norte del país, mientras que en el sur la cooperación se hizo con la Compañía Francesa
de Geotermia (CFG), finalizando en el año 1995 con un pozo exploratorio de 274 m de
profundidad en el campo geotermal de Nevados de Chillán, obteniéndose temperaturas
próximas a los 200°C. En el ámbito de la investigación, destacan los trabajos de Hauser
(1997) por parte del Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN), donde
se desarrolla un catastro de las manifestaciones termales de Chile y las investigaciones
que se siguieron desarrollando en el Departamento de Geología de la Universidad de
Chile, principalmente en el ámbito de la volcanología, petrología y geoquímica.
Figura 3
Mapa de la Región de Antofagasta, realizado por el Ing. E. Tocchi, sobre
el primer estudio geológico-geotérmico de El Tatio en el año 1923
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¿Chile: un país geotérmico en un futuro inmediato?
Diego Morata
El siglo XXI supuso un cambio importante en la investigación y desarrollo de la geotermia en Chile. En el año 2000, el SERNAGEOMIN publicó un listado de áreas termales
de Chile, contabilizándose un total de ciento veinte manifestaciones termales clasificadas como “fuentes probables”. En el mismo año, se proclama la Ley Nº 19.657 (año
2000), también conocida como la Ley Geotérmica, que determina el marco regulatorio
de la exploración y desarrollo geotérmico en Chile. Esta ley establece el concepto de
concesiones de exploración y de explotación y se licitan áreas a lo largo del país para
exploración geotérmica. Las concesiones de exploración tienen vigencia de dos años,
pudiendo extenderse por dos años más, si es que se acredita un mínimo de avance en
el programa de trabajo establecido y un presupuesto comprometido del 25%. Pasado
ese tiempo, las empresas dueñas de las concesiones tendrían un período exclusivo de
dos años para obtener la concesión de explotación y, una vez obtenido (incluyendo el
estudio de impacto ambiental, entre otros requerimientos), se obtendría la concesión de
explotación por un período de, al menos, veinte años. Esta nueva ley de concesiones
geotérmicas animó a empresas privadas a realizar campañas de exploración geotérmica
(estudios geológicos, geoquímicos y geofísicos) en áreas en las que apenas se disponía
de información geológica previa. Rápidamente, se pasó de tener tan solo tres áreas con
pozos geotérmicos exploratorios (El Tatio, Puchuldiza y Chillán) a un número importante de áreas donde estas empresas desarrollaron (y siguen desarrollando) campañas
de exploración superficial e, incluso, en algunas de ellas, nuevos pozos exploratorios o,
incluso, de producción (Tinguiririca, Cerro Pabellón, Tolhuaca). No obstante, tras trece
años de existencia de esta ley de concesiones geotérmicas, aún ni siquiera tenemos en
el país plantas geotérmicas en construcción y aún estamos lejos de tener producción de
electricidad mediante geotermia.
Adicionalmente, la coyuntura de la matriz energética de Chile en los últimos años
sufrió un par de eventos importantes. En los años 1998 y 1999 se produjo una gran crisis energética, que supuso un fuerte racionamiento eléctrico, incluso con cortes de luz
programados. Y, durante 2007 y 2008 se suspendió el aporte de gas natural procedente
de Argentina, lo que encareció enormemente la generación de electricidad en el país y
mostró la fragilidad de la matriz energética. La primera década del siglo XXI supone una
serie de cambios en el panorama energético del país. En el año 2010, se crea el Ministerio de Energía (Ley Nº 20.402), independizándose esta cartera del Ministerio de Minería
y Energía. Será misión de aquel ministerio la elaboración y coordinación de los planes,
políticas y normas que permitan asegurar el suministro eléctrico para el buen desarrollo
del país. Además, las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) comienzan a
irrumpir en el discurso político y en la sociedad y, en este sentido, dentro del Ministerio
de Energía se crea la División de Energías Renovables No Convencionales, teniendo
entre otras responsabilidades la elaboración de normativas y la tuición de los procesos
de licitación y concesiones geotérmicas. Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos,
a finales del año 2012, la matriz energética de Chile, con una capacidad total instalada del orden de los 17.5 GW, sigue siendo fuertemente dependiente de combustibles
fósiles (de los que Chile carece como recurso) o de condiciones climáticas que permitan
la generación eléctrica mediante centrales hidroeléctricas. De hecho, conforme a los
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
datos del Ministerio de Energía, la matriz eléctrica en el 2012 estaba conformada por hidroelectricidad (35%), gas natural (29%), carbón (20%), petróleo (13%) y ERNC (3%,
eólica, solar y biomasa). Durante la campaña presidencial del actual Presidente de la República, don Sebastián Piñera, se planteó el concepto del 20/20, proponiendo que para
el 2020, el 20% de la matriz energética del país estuviese suministrada por las ERNC.
Recientemente, se ha aprobado la ley 20/25, mediante la cual el país se compromete a
que en el 2025, el 20% de la matriz energética provenga de las ERNC. Más aún, el informe Escenarios Energéticos Chile 2030 apunta a un considerable aumento de la energía
geotérmica dentro de la matriz energética de Chile, tanto en el Sistema Interconectado
del Norte Grande (SING) como en el Sistema Interconectado Central (SIC). Este nuevo
panorama socio-político-económico-energético ha favorecido la incursión de numerosas empresas explorando campos geotermales a lo largo del país. De hecho, a la fecha,
hay unas setenta concesiones de exploración desarrolladas por unas quince compañías
nacionales e internacionales, algunas de ellas procedentes del ámbito de la minería,
seis concesiones de explotación y dos proyectos con el estudio de impacto ambiental
aprobado. Sin embargo, la realidad, a pesar de todo este panorama tan prometedor y
esperanzador, es que en la actualidad, “Chile es una de las mayores reservas geotérmicas del
mundo aún sin desarrollar” (Lahsen et al., 2005).
También, este siglo XXI supuso un cambio importante en la investigación en geotermia en el Departamento de Geología de la Universidad de Chile. Así, durante los años
2000 a 2003, se desarrolló un proyecto de investigación en conjunto con ENAP en el
centro-sur del país. El objetivo de este proyecto fue la caracterización de los recursos
geotermales de este sector del país. Resultados de este proyecto fueron la definición de
determinadas zonas con alto potencial geotérmico, destacando las de Nevados de Chillán y las de Puyehue-Cordón Caulle (ver Fig. 1). Precisamente en esta última zona se
desarrolla la tesis doctoral de F. Sepúlveda (2006), siendo esta la primera tesis doctoral
desarrollada en geotermia en la Universidad de Chile y en el país. Varios trabajos fueron
publicados a raíz de esta tesis doctoral (Sepúlveda et al., 2004, 2005 a y b, 2007). Finalmente, en el marco del 3º Concurso FONDAP de CONICYT, en el año 2010, el Departamento de Geología de la Universidad de Chile se adjudica, como institución principal,
el proyecto Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA), financiado por
cinco años y renovable por otros cinco más, con el fin de generar conocimiento científico sobre los sistemas geotermales de Chile, a fin de poder ayudar, desde la ciencia, al
desarrollo de la geotermia en el país.
Situación actual de la geotermia en Chile
Tal y como se ha mostrado en este trabajo, Chile presenta una clara paradoja en cuanto
al desarrollo de la geotermia. Cuando estamos próximos a cumplir un siglo desde que
aquellos ingenieros italianos realizasen los primeros estudios en el campo geotermal de
El Tatio hasta el día de hoy, varios han sido los intentos por desarrollar un programa
de generación de electricidad mediante geotermia, pero ninguno ha prosperado. Sin
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¿Chile: un país geotérmico en un futuro inmediato?
Diego Morata
embargo, en estos últimos años, y dado los cambios en el precio de la electricidad y una
mayor conciencia en generar electricidad mediante lo que se conoce como ERNC, se ha
visto un importante incremento en la exploración geotérmica en el país. De hecho, en la
actualidad, hay unas setenta concesiones de exploración, ocho de explotación (las dos
últimas aceptadas en el mes de agosto 2013) y dos de ellas ya con el estudio de impacto
ambiental aprobado. Fue así como el 6 de abril del año 2012 el Servicio de Evaluación
Ambiental del Gobierno Regional de Antofagasta otorgó a la empresa Enel Green Power
(EGP), a través Geotérmica del Norte (GDN), en joint-venture con ENAP, el permiso
ambiental para el área geotermal 50 MW, llamado Cerro Pabellón, localizado en el llano
de Pampa Apacheta, en la comuna de Ollagüe, Región de Antofagasta, a 120 km de la
ciudad de Calama (4.300 msnm). Esta planta tendría una producción aproximada de
375 GWh de energía limpia, evitando así la emisión de cerca de 250.000 toneladas de
CO2 al año, así como la importación de 100.000 toneladas de diesel y de 135 toneladas
de carbón (información suministrada mediante nota de prensa de la empresa EGP).
En el sur de Chile, la empresa Mighty River Power (MRP) adquirió recientemente los
derechos del campo geotérmico Tolhuaca, explorado previamente por la empresa Geo
Global Energy (GGE). En este campo geotérmico se realizó el pozo Tol-4 (2.300 m de
profundidad) que, con un potencial de 12 MW, lo convierte en el pozo más productivo
de Sudamérica (nota de prensa de GGE del 27 de agosto de 2012). El campo geotérmico Tolhuaca se encuentra ubicado en el volcán homónimo y los estudios preliminares
realizados por los geólogos de GGE apuntan a que este campo podría tener un potencial
de hasta 50 MW.
Las otras áreas geotermales de Chile están aún en la etapa de exploración superficial,
algunas con pozos exploratorios ya realizados y en etapa de valorizar el potencial del
recurso. Una recopilación actualizada de estas zonas puede encontrarse en los trabajos
de Lahsen et al. (2010) y Sánchez et al. (2011).
Sin embargo, a pesar de este panorama relativamente auspicioso y prometedor,
existen aún hoy día barreras importantes que impiden un desarrollo fluido de la geotermia en Chile. Cuatro son los requisitos necesarios para el desarrollo de la geotermia. En
primer lugar, es necesaria la presencia del recurso geotérmico. Claramente, parece evidente que este no sería inconveniente en el desarrollo de la geotermia, ya que si bien el
valor de 16.000 MW propuesto por Lahsen (1986) aún no ha podido ser comprobado,
y a pesar de que estimaciones más conservadoras establecen entre 3.000 y 3.500 MW
el potencial geotérmico en Chile, nadie niega que Chile posee importantes recursos
geotérmicos que aún no han sido explotados. El segundo requisito es la existencia del
recurso humano. Es necesario en el país el desarrollo de programas de investigación
y desarrollo en geotermia. Precisamente, en el CEGA estamos desarrollando investigación en el ámbito de la geotermia, formando estudiantes de pre y postgrado que serán
los profesionales que en el futuro trabajarán en las plantas geotérmicas. Además, en
el CEGA estamos instalando facilidades analíticas que contribuirán a mejorar el desarrollo de la exploración geotérmica y, de este modo, aumentar el conocimiento de
los sistemas geotermales andinos. El tercer requisito para el desarrollo de la geotermia
tiene que ver con el aspecto económico. Es cierto que la geotermia, a diferencia de otras
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
ERNC, precisa de una fuerte inversión inicial en exploración geológica y geofísica. Pero
esta etapa inicial es necesario desarrollarla de manera óptima, ya que es la única forma
de mitigar la incertidumbre asociada a la localización del reservorio geotérmico. Este es
uno de los aspectos que las empresas que están hoy día explorando en geotermia ven
con más preocupación, ya que no existe subsidio por parte del Estado para poder compensar la inversión en exploración si es que esta no resulta positiva. Hay experiencias
en otros países, donde se ha desarrollado la geotermia, donde el papel del Estado es
clave, ya que fue el Estado quien inició la exploración geotérmica y quien adoptó a la
geotermia dentro de sus políticas energéticas. No es así en el caso de Chile, donde hoy
en día la exploración geotérmica está en manos de privados y el apoyo estatal a estas
empresas no parece ser todo lo satisfactorio que ellas desearían. El cuarto requisito para
el desarrollo de la geotermia tiene que ver con la existencia de un marco regulatorio
claro, que permita desarrollar programas de exploración y explotación geotérmica en
el contexto real de Chile. Si bien se hizo una modificación a la ley de concesiones, y
se están llegando a acuerdos políticos entre los diferentes grupos parlamentarios para
destrabar algunas de las barreras legales existentes, la realidad es que el marco regulatorio actual no es aún muy favorable para un óptimo desarrollo de la geotermia, aunque
parece que las nuevas reglamentaciones apuntan a facilitar el camino. De hecho, el proyecto 20/20 (alcanzar en el año 2020 el 20% de la matriz energética mediante ERNC)
se modificó recientemente a la Ley 20/25 (difusión pública realizada por el senador
Orpi en Arica, el 28 de junio del presente año, en el marco del seminario “Nuevas
tendencias de las Energías Renovables en la Región de Arica y Parinacota”), mediante
la cual, y con el acuerdo de todas las fuerzas políticas, se insta a que en el año 2025
el 20% de la matriz energética chilena provenga de las ERNC y, sin lugar a dudas, se
espera que la geotermia aporte un buen porcentaje. Según estimaciones del Ministerio de Energía, para el año 2025 o 2030 Chile debiera contar con 1.000 a 1.500 MW
operativos procedentes de la geotermia. De ser esto real, en la próxima década, Chile
debiera ser entonces uno de los diez principales países del mundo en producción de
electricidad mediante geotermia.
Otro problema que va a enfrentar el desarrollo de la geotermia en el país tiene que
ver con la ausencia de equipos de perforación profunda para la exploración y desarrollo
de la energía geotérmica, lo que permite suponer una baja actividad de desarrollo en los
próximos años. Si bien Chile es un país minero, no existe la experiencia en perforaciones profundas, al no ser un país petrolero. Además, todas las concesiones geotérmicas
en el norte de Chile están ubicadas en el altiplano o en la alta cordillera, en alturas por lo
general sobre los 4.000 m, y muy alejadas del SING. Esta lejanía de las concesiones tiene tres principales inconvenientes. Por un lado, se encarecen los costos de perforación,
por otro lado, aumentan los costos al tener que incorporar los costos de transmisión
desde la planta hasta el SING y, finalmente, las plantas estarán lejos de núcleos urbanos
importantes, aunque próximas a zonas con desarrollo minero, que podrían convertirse
en los principales clientes de la energía generada. También las concesiones del centro y
sur del país presentan problemas geográficos, ya que se encuentran en zonas altas de la
cordillera (2.000 a 3.000 m), donde durante gran parte del año están cubiertas de nieve,
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¿Chile: un país geotérmico en un futuro inmediato?
Diego Morata
dificultando los accesos y condiciones de trabajo en terreno. Sin embargo, a diferencias
de las concesiones ubicadas en el norte de Chile, las del centro-sur se encuentran más
“cercanas” a la línea de transmisión del SIC y más próximas a grandes núcleos urbanos.
Finalmente, una nueva iniciativa desde el Ministerio de Energía podría ayudar a
superar otra de las barreras que tiene el desarrollo de la geotermia: el de la incertidumbre y el riesgo geológico. En este sentido, el 7 de agosto del presente año, se publicó en
el diario electrónico BNamericas1 la intención del Ministerio de lanzar un programa de
seguro de perforación fallida y financiamiento para proyectos geotérmicos en el 2014.
Se estaría, entonces, creando un fondo junto al BID y el Banco Mundial para crear un
seguro de perforación fallida tendiente a mitigar parte de los riesgos asociados a las
perforaciones exploratorias.
Reflexiones finales
Sin lugar a dudas, Chile tiene un alto potencial geotérmico que aún no se ha desarrollado. Las condiciones geológicas de Chile son excepcionales para pensar en el desarrollo
de la geotermia. El país tiene cientos de volcanes, y si bien el potencial geotérmico del
país es desconocido, este es uno de los mayores del mundo, lo que permitiría la generación de electricidad limpia y amigable con el medio ambiente. Por otro lado, siempre
que se habla del potencial geotérmico de Chile se le asocia a sistemas geotérmicos relacionados con centros volcánicos activos. Pero es conocido que existen otros sistemas
geotérmicos en los que este volcanismo activo no está presente, por lo que es posible
que las estimaciones de potencial geotérmico realizadas inicialmente por A. Lahsen de
16.000 MW sean “conservadoras”, ya que estos cálculos (y los que actualmente se están
desarrollando en el CEGA) consideran únicamente sistemas geotermales asociados a
volcanismo. En este sentido, no hay que olvidarse de países como Alemania, con un
potencial geotérmico instalado del orden de los 7 MW para generación de electricidad a
partir de sistemas geotermales no relacionados con volcanismo activo.
Chile tiene una oportunidad única para diversificar su matriz energética mediante
ERNC. Para ello, todos los actores involucrados deben unirse para llegar a un buen
fin. El papel de la academia debe estar muy claramente delimitado. En este sentido,
la Universidad de Chile, junto con las otras universidades que participan en el CEGA
(Pontificia Universidad Católica de Chile, como institución asociada, y las universidades
Católica del Norte, de Atacama y de Concepción, con la participación de investigadores), deben jugar un papel fundamental en la formación de los nuevos geocientistas e
ingenieros, que serán los responsables del desarrollo de las plantas geotérmicas en el
país, además de generar conocimiento de base que permita definir modelos para los
sistemas geotermales andinos que faciliten el proceso de exploración y explotación.
1. Daugherty, A., “Chile pretende lanzar seguro geotérmico y obtener financiamiento el 2014”, en BNamericas, 7 agosto 2013. Véase http://www.bnamericas.com/news/energiaelectrica/chile-pretende-lanzarseguro-geotermico-y-obtener-financiamiento-el-2014
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Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Además, nuestra misión también tiene una importante rama social: hay que trabajar con
las comunidades, ya que estas deben estar involucradas en los proyectos geotérmicos.
No hay que inventar la rueda. Hay que mirar los ejemplos exitosos como el de Nueva
Zelanda, donde las comunidades maoríes están involucradas en los proyectos geotérmicos desde sus inicios. ¡Aprendamos las buenas prácticas!
Nos queda un camino interesante. Estoy convencido de que en los próximos años
podremos decir que sí, que después de un siglo, en Chile se genera electricidad mediante geotermia. Hablaremos en unos años más del uso directo de la geotermia para
calefacción distrital, secaderos de leña, invernaderos, etc. Chile se convertirá en un país
geotérmico, mucho más amigable con el medio ambiente y con una mayor independencia energética.
Agradecimientos
Este trabajo se realiza en el marco de las actividades del Proyecto FONDAP de CONICYT 15090013 Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA). Agradezco
sinceramente al Prof. Alfredo Lahsen toda la ayuda prestada en estos dos años de existencia del CEGA, así como el compartir conmigo muchas de sus experiencias iniciales
de investigación en geotermia en Chile. Igualmente, quiero agradecer a todos y cada uno
de los investigadores del CEGA, incluyendo estudiantes de pre y postgrado, sin cuyo
aporte y dedicación, este centro de investigación no podría desarrollarse.
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86
Energía nuclear para Chile
Entrevista a Jorge Zanelli
Jorge Zanelli
Físico teórico, investigador del Centro de Estudios
Científicos (CECs) de Valdivia. Licenciado en Física
de la Universidad de Chile (1977), Ph.D. del State
University of New York (1982). Autor de un centenar de artículos sobre diversos temas de física matemática, agujeros negros y teoría cuántica de campos.
Consejero de la Comisión Chilena de Energía Nuclear
(1998-2000 y 2006-2010). Presidente del Grupo de
Trabajo en Núcleo-Electricidad (2007). Miembro del
Consejo Consultivo sobre Energía Nuclear del Ministerio de Energía (2008-2010). Integrante desde 2010
del Working Group on Energy, Inter-American Dialogue,
Washington D.C.
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Energía nuclear para Chile
Entrevista a Jorge Zanelli
El tema de la energía nuclear ha estado en boga desde una larga data, pero realmente ¿qué
es una central nuclear? ¿De qué modo la energía nuclear se pude utilizar para generar
energía eléctrica?
JZ: Una central nuclear o reactor nuclear de potencia es una máquina para calentar
agua. La diferencia entre un reactor y una tetera es, aparte del tamaño, la fuente de energía que utiliza. En lugar de la combustión de un gas (reacción química), lo que calienta
el agua es la agitación térmica que resulta del decaimiento radiactivo de los núcleos en
el “combustible” nuclear (ver recuadro). Una vez generado el vapor, este se utiliza para
mover una turbina, que a su vez mueve un generador eléctrico. En esta etapa, una central nuclear funciona igual que una planta generadora a carbón o petróleo.
¿De dónde proviene la energía nuclear?
La energía nuclear proviene del enlace que mantiene juntas a las partículas que forman un
núcleo atómico. Los núcleos están formados por neutrones y protones. Los protones son
partículas con una carga igual en magnitud a la del electrón, pero del signo opuesto, mientras
que los neutrones no tienen carga eléctrica. Un núcleo atómico es cien mil veces más pequeño
que el átomo entero.
En la escuela nos enseñaron que cargas del mismo signo se repelen, lo cual plantea una
paradoja: ¿Cómo es posible que los protones, que tienen carga eléctrica del mismo signo, puedan estar juntos en un mismo núcleo? La respuesta es que hay otra fuerza atractiva, millones
de veces más intensa, que los mantiene unidos. Esta es la llamada interacción fuerte, que por
suerte es de muy corto alcance y no se siente a distancias del orden del tamaño de un átomo.
Ahora, si uno consigue alejar un pedazo de núcleo del resto, a una distancia en que la
atracción fuerte deje de ser importante, la enorme repulsión eléctrica dominará, con lo que los
pedazos serán disparados, alejándose entre sí violentamente. La tremenda energía cinética de
los pedazos es la que se transforma en calor cuando estos chocan con otros núcleos. Algunos
de esos núcleos, que han sido impactados, a su vez se desintegran, lanzando más pedazos,
liberando más energía. Esta reacción en cadena puede ser descontrolada, conduciendo a una
explosión, como en una bomba atómica, o controlada, que es lo que ocurre en un reactor
nuclear de potencia.
¿Cuáles pueden ser los beneficios de la energía nuclear para el desarrollo energético del país?
JZ: La experiencia internacional muestra que la energía nuclear permite producir grandes cantidades de energía de manera continua (energía eléctrica de base), utilizando
instalaciones relativamente compactas, con bajo impacto ambiental, bajísima huella de
CO2 y a costos competitivos. En Chile tenemos uno de los costos de energía eléctrica
más altos del mundo. Podemos discutir sobre las causas de esto, pero nos llevaría a otros
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Energía nuclear para Chile
Entrevista a Jorge Zanelli
temas, como el modelo de negocio y el carácter oligopólico que se observa en el sector.
Pero, independientemente de eso, nuestras fuentes primarias son limitadas: importamos
prácticamente la totalidad del gas natural, el petróleo y el carbón utilizado para generación eléctrica; quedan muy pocos ríos grandes que no hayan sido embalsados aún, y los
que quedan están lejos, en zonas de naturaleza prístina.
Otras fuentes primarias como la biomasa (leña, desechos orgánicos), la energía eólica, la energía solar, la geotérmica, la minihidráulica de paso y la mareomotriz, son
interesantes y tienen algunas ventajas, pero también tienen grandes desventajas. La
principal desventaja es que son altamente diluidas en el espacio: se requieren grandes
extensiones de territorio y grandes redes de transmisión para recolectar cantidades de
energía comparables con la que generaría un reactor nuclear o una central hidroeléctrica
de gran escala. La otra desventaja de las fuentes de Energía Renovable No Convencional
(ERNC) es su intermitencia –es imposible prever cuándo habrá viento o cuál será su
intensidad–, lo cual genera inestabilidades en el suministro. Esto lleva a la necesidad
de tener medios eficientes de almacenamiento de energía, y esto a su vez redunda en
impactos ambientales no deseados, costos elevados e impactos en el paisaje.
En particular, por ser Chile un país en que el sol sale y se pone al mismo tiempo
en todo el territorio, hace que las fuentes solares y eólicas tengan un patrón de funcionamiento simultáneo marcado por la posición del sol y por las horas de mayor viento.
Una matriz con un alto componente de ERNC haría imprescindibles las fuentes de
suministro que se puedan conectar cuando fuese necesario, y eso significa contar con
una matriz basada en combustibles fósiles lista para entra en operación, lo que a su vez
encarece la generación.
La electricidad generada con energía nuclear podría reemplazar a parte importante
de la generación con combustibles convencionales, reduciendo nuestra huella de carbono. También la energía nuclear podría eliminar la necesidad de embalsar los ríos de la
Patagonia, además de reducir nuestra dependencia de los hidrocarburos importados. La
energía nuclear, en este sentido, no compite con las ERNC, puesto que son volúmenes
de generación de escalas muy distintas, pero sí disputa con la generación hidráulica y
a carbón la generación de base en grandes volúmenes. Esto puede servir para entender
por qué no hay mayor interés en los actores de la industria generadora por el desarrollo
de la energía nuclear en nuestro país.
¿Cuáles podrían ser los problemas que podría traer la instalación de centrales nucleares en Chile?
JZ: El principal peligro está en que no se haga bien. En que no se sigan las recomendaciones y protocolos que la experiencia de más de cincuenta años de operación en el
mundo han hecho posibles. La tecnología nuclear es sofisticada y, si es manejada incorrectamente, puede ser peligrosa. En esto no es distinta de cualquier actividad compleja,
como la industria aeronáutica, la química, la minería, la farmacéutica. Se requiere de un
Estado activo y vigilante, institucionalidad regulatoria poderosa y exigente, capacidad
tecnológica y cultura de seguridad, entre otras. Nada de esto es imposible de conseguir
en nuestro país, pero no es algo que se pueda improvisar si un día se decide comenzar
un programa nuclear de potencia.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
En mi opinión, el principal peligro sería que de aquí a unos años nuestra estrechez
energética nos lleve a tomar la decisión de incursionar improvisadamente en la energía
nuclear de potencia. Un programa nuclear mal montado es el peor escenario.
¿Cuáles son los principales miedos que se generan ante el tema nuclear?
JZ: Los miedos más comunes son:
1.Que un reactor explote como una bomba atómica.
2.Que en un accidente la radiación emitida y las sustancias radiactivas escapen,
sembrando muerte y destrucción ambiental.
3.Que los desechos radiactivos producidos en un reactor constituyan un problema
de manejo por cientos de miles de años.
4.Que la radiación pueda producir defectos genéticos y malformaciones en la descendencia de la población expuesta.
5.Que el combustible nuclear sea desviado a un gobierno chiflado que lo utilice
para fabricar bombas, o caiga en manos de terroristas que lo usen para hacer
“bombas sucias” que dispersen sustancias radiactivas al medio ambiente.
¿Cuáles de estos miedos pueden representar una real amenaza para el país?
JZ: Ninguno. Estos miedos se originan en mitos (1 y 4), en exageraciones mediáticas
(2), en ignorancia (3), o en los guiones de películas de acción (5). Hay que saber distinguir entre la percepción del riesgo y el riesgo mismo.
¿Qué evidencia existe de que algunos de estos miedos son infundados?
JZ: Aunque la materia prima del combustible nuclear también sirva para fabricar bombas, la asociación entre ambas cosas es ingenua y superficial: un reactor nuclear no
puede transformarse en una bomba atómica. El combustible de un reactor no es capaz
de producir una reacción en cadena lo suficientemente rápida como para involucrar
una fracción importante de todo el material en una fracción de segundo como ocurre
en una bomba. Las explosiones que ocurrieron en Chernobyl y Fukushima no fueron
explosiones nucleares, sino químicas (incendio de grafito en el primer caso, explosión
de hidrógeno en el segundo).
Es cierto que el combustible gastado es rico en radioisótopos que son tóxicos, que
pueden emitir radiaciones ionizantes por millones de años, y que si entran en contacto
con seres vivos pueden producir cáncer. Todo esto da la idea de algo terriblemente peligroso, lo cual es alimentado por el folklore, como en la serie Los Simpson y que, comprensiblemente, genera una intensa percepción de riesgo en la población. Sin embargo,
más allá de las emociones, los hechos son diferentes.
El ejemplo de Fukushima es elocuente, donde la radiación nuclear, con un impacto
insignificante sobre la salud pública, produce una gran alharaca en los medios. Un devastador tsunami deja más de 18.000 muertos y desaparecidos, 380.000 edificios colapsados, cientos de miles de personas damnificadas, pasando frío y hambre, pero la prensa
se concentra en la radiación proveniente de la central nuclear donde nadie ha muerto. A
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Energía nuclear para Chile
Entrevista a Jorge Zanelli
dos semanas del accidente, los especialistas en energía nuclear, como el profesor Wade
Allison de la Universidad de Oxford, señalaban que era improbable que alguien muriera
y, sin embargo, el accidente de esa central siguió llenando las primeras páginas de los
periódicos y ocupó gran parte de los noticieros en todo el mundo durante varios meses.
Existen reactores generando electricidad desde fines de la década del 50, y es posible
contabilizar todos los accidentes y fatalidades que han ocurrido, incluidos los accidentes
emblemáticos de Three Mile Island, Chernobyl y Fukushima. Estos datos se encuentran
en publicaciones de instituciones que calculan riesgos de accidentes y sus impactos,
como el Paul Scherrer Institute. De ellos, se concluye que para una misma cantidad de
electricidad generada, la generación a carbón es unas trescientas veces más peligrosa que
hacerla con una central nuclear, medido por la cantidad de accidentes y fatalidades de
cada opción1. Lo que ocurre es que un accidente en una central a carbón se considera
un evento industrial sin relevancia y no es noticia, mientras que un accidente en una
central nuclear, por mínimo que sea, vende periódicos y llena noticiarios.
También se especula sobre siniestros efectos de la radiación a largo plazo: millones de
personas con riesgo de cáncer y miles de casos de malformaciones congénitas, producto
de la ingesta de alimentos o agua contaminada. Según el Comité Científico de Naciones
Unidas sobre Efectos de la Radiación (UNSCEAR), la radiación emanada y la dispersión de
material contaminado podrían producir unos treinta y cinco casos de muerte por cáncer
en una población de 300.000 habitantes. Esto es insignificante frente a las 60.000 muertes
por cáncer que, estadísticamente, se producen en esa misma población aunque no hubiese
ocurrido el accidente nuclear. Por cierto que cada una de esas muertes es una tragedia, pero
como política pública es más importante preocuparse por las miles de muertes por otras
causas, tales como la contaminación por emisiones de las centrales generadoras a carbón.
Cuando se piensa en los peligros de la energía nuclear, generalmente se ignoran sus
beneficios y los efectos nocivos de las alternativas. Recientemente, dos investigadores de
la NASA publicaron un estudio en que calculan que el uso de energía nuclear ha evitado
alrededor de 1,8 millones de muertes relacionadas con la contaminación atmosférica,
así como la emisión de unas 64.000 millones de toneladas de CO2eq, que habrían resultado de quemar combustibles fósiles para producir la misma electricidad (Kharecha
y Hansen, 2013). Si realmente nos interesara la salud y la vida, tendríamos un resultado
trescientas veces más seguro si optáramos por le energía nuclear que por continuar
construyendo nuestra matriz en base a carbón.
Luego de la falla en la central nuclear de Fukushima con el terremoto y tsunami del año 2011,
nace naturalmente la comparación con nuestro país. ¿Cómo se puede generar confianza con el
tema nuclear en los ciudadanos que conocen los antecedentes de Japón?
JZ: Mucho me temo que la mayor parte del público no conoce realmente lo que sucedió
el 2011 en el terremoto de Japón. Lo que la gente recuerda es una cosa vaga y confusa
1. La generación a carbón produce un promedio de 0,876 fatalidades por GWE al año, contra 0,003
de la energía nuclear. Aquí se consideran todos los accidentes, incluidos los de Three-Mile Island,
Chernobyl y Fukushima (Burgherr y Hirschberg, 2008).
92
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
relacionada con un reactor que explotó y donde murió mucha gente. De manera que
lo primero, para generar confianza, es informar con un leguaje sencillo pero preciso,
con cifras claras y no solo con ideas cualitativas. Además, hay que hacerse cargo de
las preguntas, respondiendo, discutiendo, educando, sin subestimar la curiosidad y la
necesidad de saber de los ciudadanos. Es necesario que las instituciones responsables
de las instalaciones, los reguladores y los fiscalizadores sean totalmente transparentes.
Esa tarea en la actualidad la cumple la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CChEN).
Por supuesto que no todo es relaciones públicas. La capacidad técnica y el rigor de
los agentes involucrados –estatales o privados– deben ser los que exijan los estándares
de la industria en todo el mundo. En esto, la industria nuclear se parece mucho a la
industria del transporte aéreo, no es algo que se pueda hacer precariamente o sin rigor.
¿Cómo se garantizaría la integridad de una planta nuclear en un país sísmico como Chile?
JZ: De la misma manera que debió haberse hecho en Fukushima, si se hubieran seguido las recomendaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA). Nadie
puede asegurar que un terremoto grado 10 no va a ocurrir, pero si llegara a ocurrir,
se deberían tomar los resguardos básicos tales como que las plantas de emergencia no
estén expuestas a un tsunami. Además, para bajar el riesgo sísmico, debería conocerse
mejor la estructura de fallas de nuestro territorio, a fin de evitar la instalación de grandes
complejos industriales sobre una falla geológica activa, por ejemplo. Esa información
detallada en este momento no existe en Chile.
Los residuos de las plantas nucleares son peligrosos y difíciles de eliminar. ¿Cómo Chile podría
hacerse cargo de este tipo de basura nuclear? ¿Cuenta con la capacidad tecnológica, técnica y espacial para tener un depósito de residuos nucleares? ¿Cómo se garantiza a los sectores aledaños a
un centro de residuos nucleares que eso no será perjudicial para la salud de quienes habitan ahí?
JZ: Hay muchos mitos respecto a la peligrosidad de los desechos y al problema de su
manejo. Por ejemplo, los isótopos con vida media larga (miles de años o más) tienen una
vida media larga precisamente porque decaen lentamente, y por eso mismo son menos
radiactivos que los de vida media corta, que decaen muy rápido, son más radiactivos y
viven menos. Esto significa que, para evitar las radiaciones más peligrosas, es necesario
protegerse muy bien de los isótopos de vida media corta durante su corta vida, mientras
que el blindaje de los de vida media larga no presenta mayor dificultad ya que son poco
activos: El problema puede ser grave, pero por corto tiempo; o de larga duración, pero
de menor gravedad. Esto no significa que el problema no exista, pero es un asunto bien
entendido y tecnológicamente abordable. La tecnología está disponible para el manejo
seguro de los residuos y no es necesario inventar la rueda en esto.
Por otra parte, el volumen de los desechos mismos es bastante modesto. Si toda
nuestra electricidad fuese generada con energía nuclear, los desechos producidos por
toda la electricidad consumida por una persona en toda su vida (70 años) pesarían alrededor de un kilo y cabrían en una lata de cerveza. ¿Cómo puede ser? La clave está en la
enorme densidad energética del combustible nuclear. Para entender esto basta comparar
la cantidad de energía que se puede extraer de 1 kg de diversas fuentes:
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Energía nuclear para Chile
Entrevista a Jorge Zanelli
Material
Carbón
Petróleo
Gas Natural
Uranio Natural
Combustible de reactor
Energía por kilo
3 kwH
4 kwH
6 kwH
50.000 kwH
250.000 kwH
Como, además, el uranio es unas treinta veces más denso que el carbón, esto hace que,
para generar la misma cantidad de energía eléctrica, el combustible nuclear ocupe un
volumen cientos de miles de veces menor.
El terror a las radiaciones provenientes de un reactor es absurdamente exagerado,
mientras que la misma radiación recibida en una tomografía o en una cintigrafía es vista
como beneficiosa. El nivel radiactivo en un galpón de almacenamiento de combustible
quemado en una central nuclear es tan bajo que habría que permanecer allí durante
unos 1.500 años para alcanzar la misma dosis que recibe el tejido sano de un paciente
de radioterapia en un solo día.
¿Cómo se aborda el tema de la seguridad nuclear derivado de la utilización de esta tecnología:
proliferación de uranio y su potencial uso en armamento?
JZ: Este temor es un resabio de la Guerra Fría, cuando se sospechaba que algunos países
podían estar acopiando uranio para producir bombas como las grandes potencias del
primer mundo. Ocurre que el uranio es la materia prima, pero el proceso industrial para
producir uranio enriquecido es de un costo tan alto que solamente se justifica en países
que tengan una gran demanda de combustible para reactores, o una industria bélica
masiva. Por otra parte, la tecnología necesaria para fabricar una bomba es tan sofisticada
que aunque se sepa en principio en qué consiste, no es un proyecto que valga la pena
para un país normal. La alternativa es que un país hipoteque su futuro y mantenga a su
pueblo en la miseria, como Corea del Norte, intentando llevar a cabo el delirio de un
proyecto nuclear bélico.
Actualmente, el uranio se comercia libremente en la bolsa de metales de Londres,
al igual que otros minerales. Sin embargo, las granes potencias y la IAEA mantienen
un control estricto de los inventarios y las transacciones a fin de monitorear cualquier
posible desvío hacia usos ilícitos.
Las plantas nucleares funcionan a base de uranio enriquecido, el cual debe pasar por una serie
procesos que solo se efectúan en una decena de países. Ante este escenario, ¿cómo se garantiza
el suministro de uranio enriquecido necesario para operar las plantas? Es un combustible no
renovable, con una demanda creciente, ¿existen reservas para responder a estas demandas?
¿Chile es capaz de hacerse cargo del costo que implica la compra de este elemento químico?
JZ: Es cierto que muy pocos países fabrican combustible para reactores. Pero eso también ocurre con muchos otros productos tecnológicos, como las turbinas de aviones,
los computadores, las fibras ópticas, ciertos fármacos, semillas, pesticidas, herramientas de precisión, y muchos más. Se puede especular que, al tener que depender de un
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
proveedor, seríamos sus rehenes, puesto que nuestra capacidad generadora dependería
de aquel. Hay que entender que se trata de una actividad comercial, en que el proveedor
se beneficia y no está haciendo lo suyo por caridad o por interés político. Además, el
contar con una fuente más para generar electricidad en ningún caso aumenta esa dependencia, sino por el contrario, nos ofrece una alternativa más de generación.
La cuestión de las reservas es, al igual que con el petróleo, una cuestión de costos.
Ciertamente, el uranio barato de fácil extracción se agotará antes, pero se estima que a
la tasa actual de consumo y crecimiento hay reservas probadas para muchas décadas.
Claro que estas proyecciones dependen del crecimiento de la demanda, la identificación
de nuevos yacimientos y de los avances tecnológicos que permitan usar más eficientemente el combustible nuclear. En este último punto hay mucho espacio para mejorar la
eficiencia de la industria nuclear. Sucede que del combustible que entra a un reactor se
utiliza solo alrededor de un 3%. El combustible quemado contiene aún, prácticamente,
la misma cantidad de uranio enriquecido que el combustible fresco, pero el problema
es que las barras de combustible van acumulando otros elementos que disminuyen la
radiactividad y reducen la capacidad del combustible de llegar a una reacción de combustión sostenida.
En cuanto al costo del combustible, la experiencia mundial muestra que la generación por energía nuclear tiene un costo comparable con la generación a carbón. Además, el costo de generación está dado en gran medida por el costo de construcción del
reactor, y en forma marginal por el valor del combustible. De hecho, el costo final de la
electricidad depende entre 5% y 10% del precio del uranio en los mercados.
Ante la legislación y la política, con respecto a la energía en Chile, ¿cómo podría la energía
nuclear hacerse parte de un sistema interconectado central de energía? ¿Cuáles tendrían que
ser las medidas políticas y legislativas para poder implementar la energía nuclear en el país?
JZ: Aquí hay un largo camino que recorrer. Es necesario mejorar la institucionalidad
regulatoria, separando la facultad fiscalizadora de la función operadora que actualmente
coexisten en la CChEN. Probablemente, será necesario adecuar la legislación ambiental,
sanitaria, de emergencia, de planificación territorial, de compensación con las comunidades, entre otras. Además, posiblemente haya que adecuar la legislación que regula el
mercado eléctrico. Además de otras modificaciones técnicas, como la interconexión entre el Sistema Interconectado Central (SIC) y el del Norte Grande (SING), que es donde
hay una fuerte demanda en expansión.
De hacerse posible este proyecto, ¿de qué modo puede financiarse esta inversión?
JZ: No tengo idea de cuáles serían las mejores opciones de negocio en torno a la energía
nuclear en nuestro país. Hay países donde ha sido el Estado el principal impulsor e inversionista (Francia), otros donde el negocio es totalmente privado y el Estado solamente
regula y fiscaliza (USA, Japón). Hay otros países donde el dueño de la industria es un
consorcio de grandes consumidores (Finlandia). En Chile, este debate aún no se ha dado.
Pero, a mi juicio, más importante que el financiamiento, la viabilidad de un proyecto nuclear de potencia depende de la aceptación social que concite. Si la ciudadanía no
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Energía nuclear para Chile
Entrevista a Jorge Zanelli
está de acuerdo con el proyecto, me parece que no tendría sentido imponerlo a la fuerza
solo porque es un buen negocio, o porque le da estabilidad a la economía, ni siquiera se
debería imponer aunque, de esa manera, redujeramos la huella de carbono o tuviéramos
un medio ambiente menos contaminado.
Soy un convencido de las bondades que tendría un proyecto de este tipo para nuestra sociedad. Nos obligaría a superar una serie de deficiencias en distintos niveles, y el
solo desafío de montar un programa de este tipo nos obligaría a crecer como sociedad.
Pero esto tiene que ser reconocido y acogido por los ciudadanos y, en esto, las instituciones de educación de gran prestigio y reconocimiento como las universidades tienen un
gran rol que cumplir. No solo para formar a los profesionales y técnicos necesarios para
el proyecto, sino, y sobre todo, para debatir en forma racional y en profundidad todos
los alcances de este desafío.
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pp. 6718-6719.
96
El sector eléctrico en Chile:
desafío para la innovación y desarrollo
Rodrigo Palma Behnke
Rodrigo Palma Behnke
Profesor asociado, académico jornada completa del
Departamento de Ingeniería de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
Ingeniero Civil de Industrias con mención en Electricidad, magíster en Ciencias de la Ingeniería de la
Pontificia Universidad Católica de Chile y doctor en
Ingeniería de la Universidad de Dortmund, Alemania.
Su campo de investigación se centra en la planificación y operación de sistemas eléctricos de potencia
en mercados competitivos, las energías renovables y
el desarrollo de herramientas de apoyo a la docencia.
Dicta las cátedras de Sistemas de Energía, Mercados
Energéticos y Taller de Proyecto en Energías Renovables. Es coautor del libro Los sistemas eléctricos de
potencia (Ñom Lüfke), publicado por Prentice Hall.
Es senior member del IEEE y presidente de la sección
Chile del IEEE (períodos 2003-2004, 2011-2012).
Ha sido miembro del Comité de Expertos y Panel de
Expertos de la Ley General de Servicios Eléctricos en
Chile. Participó en la Comisión Asesora de Desarrollo
Eléctrico (CADE), constituida por el gobierno de Chile. Es director del Centro de Energía de la Facultad de
Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de
Chile y director del Centro de Excelencia FONDAP
en Energía Solar, SERC-Chile.
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
El sector eléctrico en Chile:
desafío para la innovación y desarrollo
Introducción
El país ha enfrentado permanentemente desafíos en el sector eléctrico. En un inicio,
se trató de la necesidad de electrificar el país, tema que fue abordado con la creación
de la ENDESA en la década del 40. De esta manera, sistemas eléctricos aislados fueron constituyendo lo que hoy conocemos como el Sistema Interconectado del Norte
Grande (SING) y el Central (SIC). Un segundo cambio estructural del sector se experimenta en la década del 80, donde se introduce competencia en el sector eléctrico.
Se lleva a cabo una desintegración vertical del sector, separando las actividades de
generación, transmisión y distribución de energía eléctrica. Se formula el desarrollo
de un mercado competitivo de generación, donde diversas empresas compiten en el
suministro de electricidad a clientes libres y regulados. El Estado mantiene un rol
subsidiario, fijando las políticas y marco normativo del sector. En lo fundamental,
esta estructura de dos sistemas interconectados (SIC, SING y sistemas aislados en la
zona sur) y un mercado eléctrico competitivo en generación se mantienen hasta el día
de hoy.
Adicionalmente, desde el punto de vista del suministro de energía y del desarrollo
país, estamos enfrentando desafíos en los siguientes ámbitos: lograr desacoplar nuestro
crecimiento económico del consumo de energía; oposición y consiguiente judicialización de proyectos de generación; logros efectivos de políticas de eficiencia energética;
introducción a la matriz de energías renovables disponibles en nuestro territorio; asegurar la existencia de competencia en el sector; necesidad de perfeccionar el marco
normativo del sector, entre otros aspectos [1]. Estos desafíos han sido detectados y
analizados a través de distintas comisiones, con apoyo de actores del sector académico,
de la sociedad civil y del sector privado [2, 3].
La universidad no se considera ajena a estos fenómenos, impulsando a partir de sus
académicos, distintas iniciativas tendientes a entregar elementos de juicio y soluciones
en el ámbito de la energía. En este artículo se busca identificar algunas de las oportunidades de innovación y desarrollo para Chile en el sector eléctrico, y destacar la contribución que puede realizarse desde la universidad. No se pretende ser exhaustivo en esta
revisión, sino más bien ejemplificar elementos de análisis transversales.
Antecedentes previos al análisis
Hace diez años, en diciembre de 2003, junto a ocho académicos de la universidad, en
un artículo para el Anuario de la Universidad de Chile, concluíamos lo siguiente en relación a la política energética y desarrollo del sector eléctrico chileno [4]:
99
El sector eléctrico en Chile: desafío para la innovación y desarrollo
Rodrigo Palma Behnke
“En síntesis, una política energética que apunte a un sistema eléctrico sustentable debe
adoptar la eficiencia energética como una de sus opciones estratégicas, para lo cual se
deberán introducir mecanismos destinados a superar las barreras que impiden un pleno
funcionamiento del mercado en este campo, ello supone recurrir a incentivos que reduzcan
el sesgo del costo inicial, normas técnicas y ordenanzas municipales, apoyo a la I&D en
este campo, introducción de incentivos a los usuarios que reduzcan la demanda máxima
y/o el consumo de energía, eliminación de los incentivos a aumentar las ventas de energía,
generar fondos concursables para fomentar proyectos energéticamente eficientes, promover el conocimiento de las tecnologías.
A la luz del análisis anterior se detectan las siguientes líneas de trabajo de interés en
este ámbito:
•
Diversificar fuentes: aumentar la cantidad de fuentes de energía primaria disponibles para el sector energético, de manera de asegurar un abastecimiento confiable
y menos sujeto a los vaivenes internacionales.
• Promover energías renovables: se hace necesario tener una política activa en el uso
de energías renovables. Por un lado, esto asegura la sustentabilidad del sistema en
el largo plazo y, por otra parte, ayuda en forma efectiva a disminuir las emisiones
de carbono a la atmósfera.
• Política activa de ahorro energético: el uso eficiente de energía es la forma más
económica de ampliar la disponibilidad del recurso. Las técnicas van desde el desfase temporal de consumos hasta cogeneración y otros métodos más sofisticados.
• Marco regulatorio: Se debe tender a una regulación justa que no discrimine ningún
tipo de tecnología, independiente del tamaño o la fuente primaria de energía.”
Si bien en estos diez años se han observado cambios importantes en distintos ámbitos del sector eléctrico nacional, llama la atención la vigencia de varios de los
temas planteados en aquella ocasión, como es el caso de la necesidad de una mayor
eficiencia energética y la promoción de las energías renovables.
En el año 2011, por encargo del Presidente de la Republica, la Comisión Asesora
para el Desarrollo Energético (CADE) analizó y entregó su visión a los desafíos del
sector energético [1, 2]. La CADE realizó un minucioso análisis de (a) la política e
institucionalidad energética-eléctrica, (b) los escenarios de la matriz energética futura, (c) los niveles de competencia del mercado eléctrico chileno y (d) los principales desafíos a nivel medioambiental y de sociedad del sector, generando un set
de propuestas.
Paralelamente, en mayo de 2011, se constituyó la Comisión Ciudadana TécnicoParlamentaria para la Política y Matriz Eléctrica (CCTP), la cual entregó su visión
sobre las necesidades de reformas del sector eléctrico chileno a través del documento
Chile necesita una gran reforma energética [1, 3]. Este documento tiene un alcance
temático mayor al de la CADE, al abordar el sector energía como un todo y plantear
reformas al modelo de desarrollo del país.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Ambos documentos muestran coincidencias y discrepancias que han servido de
base para el diálogo nacional en la materia1.
En febrero de 2012, el gobierno de Chile, a través del Ministerio de Energía, publicó
la Estrategia nacional de energía (ENE) 2012-2030, la cual debería ser considerada como
“una carta de navegación que entrega las directrices de la política eléctrica que seguirá el país
durante los próximos años” [5].
En el marco de los desafíos del sector eléctrico, el gobierno está llevando a cabo
reformas, proyectos y programas que pretenden dar solución a los desafíos que se han
evidenciado a lo largo de los últimos años y que han dejado al descubierto una serie de
debilidades del sector en cuanto a reforzar la seguridad, robustez y eficiencia.
Por su parte, desde la academia, se han planteado distintos ámbitos de acción que
buscan promover la discusión y acciones en torno al desarrollo energético.
Oferta energética
Las centrales que se encuentran operativas en el SIC suman, a diciembre de 2012, una
potencia instalada de 13.545 MW (potencia bruta, no se descuentan consumos propios
de las centrales). El SIC cuenta con tres cuartos de la potencia instalada a nivel nacional
y abastece a más del 90% de la población [1, 7]. Por su parte, las centrales que se encuentran operativas en el SING suman una potencia instalada de 4.581 MW (potencia
bruta a diciembre 2012, no se descuentan consumos propios de las centrales) [1, 7].
El SING cuenta con un cuarto de la potencia instalada a nivel nacional y, a diferencia
del resto país, está constituida casi exclusivamente por centrales termoeléctricas. Los
sistemas de Aysén y Magallanes poseen potencias instaladas menores con 50 MW y 101
MW, respectivamente. Lo anterior entrega una capacidad instalada total de 18.277 MW,
lo que, descontados los consumos propios, constituye una capacidad instalada neta en
torno a los 17.000 MW. Suponiendo un crecimiento de la demanda del orden del 4%
anual, el sistema requiere adicionar unos 400 MW de capacidad instalada todos los años
en tanto no logremos desacoplar el crecimiento del consumo energético. Este es, sin
duda, uno de los principales desafíos del sector.
En los dos sistemas (SIC, SING) no se han observado cambios de gran importancia
en términos estructurales, más allá de la entrada en operación, desde el año 2012, de
centrales carboneras que han tenido un impacto importante en la evolución reciente de
los costos marginales: Ventanas IV (150 MW) de AES Gener, Campiche (270 MW) de
AES Gener, Santa María de Colbún (342 MW), Bocamina II de ENDESA (350 MW).
Grandes centrales hidroeléctricas, con estudios de factibilidad avanzados, como
Neltume (490 MW), Choshuenco (125 MW), Puelo (210 MW), Alto Maipo (531 MW),
etc., aún no concretan su etapa de construcción. Estos proyectos se encuentran en
1. La plataforma de Escenarios Energéticos elaboró un análisis comparativo de ambos documentos disponible en http://escenariosenergeticos.cl/wp-content/uploads/2012/01/RCMAG3.pdf.
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El sector eléctrico en Chile: desafío para la innovación y desarrollo
Rodrigo Palma Behnke
distintas etapas de avance, observándose en todos ellos oposición por parte de la comunidad. Lo anterior no permite asegurar su ejecución.
Por su parte, las sentencias judiciales que llevaron a suspender proyectos termoeléctricos como la central Castilla (2.000 MW) ha significado una luz de alerta a otros
proyectos de generación, creando incertidumbre de abastecimiento y de costos operacionales a proyectos mineros en carpeta.
La matriz de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) alcanza un valor de
1.056 MW, incluyendo 4,8 MW en iniciativas solares y eólicas aisladas (ver cuadros
siguientes, [8]).
Figura 1
Estadísticas ERNC
(arriba: estado de proyectos; abajo: % capacidad instalada a nivel país)
El alto interés en el desarrollo de proyectos ERNC, con 9.134 MW aprobados en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), contrasta con un porcentaje bajo de
proyectos en construcción (407 MW), aspecto que debe ser considerado al momento
de desarrollar proyecciones. Este contraste tiene orígenes diversos: alto porcentaje de
anuncios concentrados en los últimos dos años, por lo que los proyectos aún se encuentran en fase de desarrollo; especulación por parte de actores de mercado para posicionamiento en el tema o rentar el derecho del proyecto; disponer de proyectos a la espera de
ocasiones propicias de oportunidades de contratos de largo plazo a precios atractivos;
espera de acciones del gobierno en relación a nuevas metas de penetración y licitaciones
102
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
específicas, entre otras. En el primer trimestre de 2013, la generación renovable no convencional alcanzó un 5,25% de la generación total de los sistemas mayores. Estas cifras
muestran que la realidad de las ERNC ha superado los límites inferiores establecidos por
la Ley de Renovables (hoy en torno a un 3,5%).
Energización rural
Los temas de energización rural en Chile son coordinados por la División Acceso y
Equidad Energética del Ministerio de Energía, cuya misión es contribuir a generar condiciones que permitan a los habitantes del país un acceso equitativo a la energía, a través
de la coordinación, formulación e implementación de programas, proyectos, normativas
y asesoría técnica.
Para el año 2016, se espera una cobertura del 100% en escuelas y postas rurales con
energía eléctrica con soluciones de ERNC, lo que se suma a una cobertura rural actual
superior al 96%. Sin embargo, la hibridación de cerca de ochenta sistemas diesel de alto
costo de operación e impacto ambiental prevalece como un desafío para el sector. En
este tema se han sumado universidades (Universidad de Chile2, Universidad de Magallanes), ONG (Desafío Levantemos Chile) y empresas (Minera Collahuasi, GDF Suez,
entre otras).
Precios y costos
En el siguiente gráfico se resume la evolución de los costos de la energía eléctrica en el
sector eléctrico [1, 9].
Figura 2
Evolución de costos marginales y precios medios
2. Proyecto Huatacondo. Véase http://www.13.cl/c/programa/factor-de-cambio/capitulos/huatacondo
103
El sector eléctrico en Chile: desafío para la innovación y desarrollo
Rodrigo Palma Behnke
Mientras que en el SING se aprecia una tendencia sostenida a la baja en el costo marginal del sistema, lo que se justifica por la entrada en operación de las centrales carboneras
descritas en la sección anterior, para el SIC, se han mantenido precios altos en torno a
los 170 US$/MWh. Esta situación de precios ha llevado a un clima de preocupación e
incertidumbre en el sector que proyecta altos precios de energía que están siendo traspasados a los clientes finales y procesos productivos.
Oportunidades de innovación y desarrollo
En su reciente documento sobre Orientaciones estratégicas para la innovación: Surfeando
hacia el futuro, Chile en el horizonte 2025, el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad aborda la compleja temática de la innovación para el país [6]. Se recorren las
distintas aristas de la necesidad de innovar como herramienta fundamental del desarrollo
y se concluye que, en este ámbito, el desafío para Chile es de carácter cultural. Para ello,
se requeriría de una política de relaciones globales e inversiones –no solo del Estado, sino
también académicas, empresariales e individuales– que nos permitan enriquecer nuestro
capital social, pasando de la lógica de “conectarnos con el mundo” a la de “formar parte
del mundo”. El sector eléctrico no se encuentra ajeno al fenómeno de la innovación, distinguiéndose como uno de los elementos claves para lograr el desarrollo de nuestro país.
Cada país ha abordado de forma diferente el desafío energético. A modo de ejemplo,
mediante iniciativas estratégicas se busca fortalecer una industria local que redunde en
el desarrollo del país, a la vez que este esfuerzo se transforme en un nicho de exportación
exitoso. Tal es el caso de Alemania, cuya opción por las energías renovables permitió la
masificación de una industria eólica que trajo aparejada la creación de 250.000 puestos
de trabajo. La raíz de este resultado radica en una política de incentivos por parte del gobierno que, en el caso alemán, fue un feed-in tarif (pago de la energía eléctrica inyectada
al sistema a un precio predefinido) diferenciado por tecnología, es decir, se estableció un
precio fijo mayor que el precio de mercado de la electricidad por la inyección de energía
renovable en el sistema. Este esquema también tiene detractores, quienes a la luz de la
crisis financiera que afecta a Europa cuestionan la efectividad de estas medidas. Este es
el caso de España, donde empresas del ámbito de las energías renovables han quebrado
o han cerrado sus unidades de producción. A esto se suma el desarrollo exponencial, en
los últimos años, de la producción de tecnologías renovables en China, el que junto con
impulsar a la baja los precios de estas tecnologías ha causado la pérdida de competitividad de empresas ubicadas en Europa y otros continentes.
Si bien las experiencias internacionales de países desarrollados en esta materia difícilmente pueden replicarse en la realidad de nuestro país, cabe preguntarse si existen
nichos específicos en los cuales Chile pudiera realizar una apuesta de desarrollo e innovación. De ser así, tendríamos en nuestras manos la capacidad de proyectarnos como un
desarrollador tecnológico a nivel regional, supliendo al mismo tiempo nuestra demanda
energética interna. Con ello se le daría un sentido estratégico a la inversión de recursos,
con mayor rentabilidad social y privada.
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Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Una opción de este tipo contrasta con la promoción de un sistema feed-in tarif, el
cual podría convertirse a la larga en mero financiamiento para la adquisición de tecnología extranjera aún en fase de desarrollo y, por ende, costosa. Más aún, se podría dar el
absurdo de que Chile, con un ingreso per cápita de US$ 15.000, termine financiando el
desarrollo de tecnologías renovables no maduras importadas desde países con ingresos
por sobre los US$ 35.000 per cápita.
Cabe preguntarse, entonces, si existen ámbitos específicos de I&D en el sector energético del país (electrónica de potencia, microhidráulicas, geotermia, redes inteligentes,
etc.), que pudieran ser impulsados como nichos de desarrollo. Para lo anterior se requiere que los actores involucrados conozcan las ventajas competitivas del país y que los
investigadores y desarrolladores participantes se sientan capaces de enfrentar un desafío
de esta magnitud. Efectivamente, esta apuesta de I&D es más riesgosa que la realizada
por países del primer mundo con tradición de desarrollo tecnológico. Sin embargo, ¿estamos para siempre condenados a mantenernos como país en un estado de mero comprador de tecnologías en el ámbito energético, o ya tenemos la suficiente madurez para
ser desarrolladores de nuestras soluciones propias que, además, tengan perspectivas de
exportación en un mundo global?
En las próximas secciones se revisan algunas de estas oportunidades, resaltando el
rol que puede cumplir la academia.
Proyectos I&D, Centros de Investigación y Formación de Capital Humano
Históricamente, el sistema de innovación nacional en el pasado no apoyó en forma
sistemática y relevante la innovación tecnológica en el sector energético. En general,
los proyectos apoyados por los programas FONDECYT, FONDEF o INNOVA CORFO,
reciben apoyos entre $ 5 millones y $ 100 millones al año. El apoyo de CORFO a los
programas de Biomasa con cerca de US$ 1 millón al año, en un horizonte de cuatro
años, ha marcado el inicio de apuestas de mayor alcance en este ámbito.
Sin embargo, en los últimos años se ha detectado una serie de iniciativas tendientes
a abordar barreras de entrada de tecnologías ERNC y a desarrollar oportunidades de
nuevos desarrollos en el ámbito de las soluciones energéticas en general. En este contexto, se puede mencionar:
•
Creación reciente de Centros de Excelencia FONDAP en Energía Solar de CONICYT,
denominado SERC-Chile, donde participan seis universidades y Fundación Chile,
junto con el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia. Estos centros poseen un
financiamiento basal de US$ 2 millones y tienen la misión de crear nuevos conocimientos tendientes a potenciar el desarrollo de las áreas respectivas, con un impacto
en estas áreas definidas como prioritarias para el país. Asimismo, ya existe un Centro
FONDAP en Geotermia (CEGA) y un nuevo llamado a crear centros de excelencia en
torno al recurso agua, lo que puede tener un impacto en la forma en que podemos
integrar adecuadamente nuestro recurso hidráulico a la matriz energética.
105
El sector eléctrico en Chile: desafío para la innovación y desarrollo
Rodrigo Palma Behnke
•
El programa de atracción de Centros de Excelencia CORFO ha tenido impacto
en el sector energético, con la llegada de CSIRO de Australia e INRIA de Francia.
En el nuevo llamado es factible que lleguen a Chile instituciones como Fraunhofer-Solar de Alemania.
• Concurso CSP (CORFO, Ministerio de Energía), que entrega subsidios directos
e indirectos para la instalación de la primera planta de concentración solar de
potencia en el país. Se espera una potencia en torno a los 45 MW y un importante impacto en el conocimiento de esta tecnología y la formación de capital
humano.
• Proyecto Desarrollo de Capacidades Locales para Energía Solar desarrollado por
el Ministerio de Energía en conjunto con el BID, financiado con recursos GEF.
Este proyecto apoyará el pilotaje de paneles solares fotovoltaicos conectados a la
red de distribución en colaboración con las empresas distribuidoras de electricidad del país.
• Formación de Centros de Energía en varias instituciones del país, lo que ha permitido ir formando una masa crítica de análisis en torno a los temas energéticos,
como el Centro de Energías Renovables3 del gobierno en 2009, CE-FCFM4, Plataforma Solar de Atacama, CE UAI, UTFSM, CIL U Chile), etc.
En todas estas iniciativas se han detectado necesidades y abierto oportunidades de investigación y desarrollo para el país, las que pueden llegar a tener un impacto real en
el desarrollo de nuestra matriz energética. Sin embargo, para los cambios estructurales
que el país requiere en un mediano plazo, probablemente ninguna de estas iniciativas
por sí sola permita generar los cambios necesarios. A modo de ejemplo, si decidiéramos convertir parte de nuestro desierto de Atacama en el nodo exportador de energía
eléctrica para Sudamérica, no solo se requeriría del desarrollo de un conjunto idóneo
de tecnologías, sería necesario establecer un nuevo esquema de desarrollo de la región,
de su red de servicios, formación de capital humano especializado, una planificación
territorial, entre otros temas de relevancia.
La formación de capital humano calificado nos convoca directamente como universidad, donde cabe destacar los siguientes ámbitos:
•
Becas Chile ha promovido estudios y programas de magíster y doctorado en
temas de energía: ERNC, Energía Nuclear, Redes Inteligentes, etc. Este esfuerzo
debe continuar, en particular, en lo referido a la reinserción de estos especialistas. Se requiere del desarrollo de programas creativos de inserción en la academia, empresas productivas y sector público de este conjunto de profesionales.
• Las pasantías en el extranjero de alumnos y profesionales potencian ideas y proyectos exitosos en el ámbito de la energía que el país debe seguir proporcionando.
3.http://www.cer.gob.cl
4.http://www.centroenergia.cl
106
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
•
Asimismo, se ve como positivo el fomento a la formación de redes entre centros
de investigación nacionales y con el extranjero. Las dinámicas de cooperación
abren oportunidades de proyectos e iniciativas conjuntas que son difíciles de
detectar anticipadamente.
• Se requiere de la creación de una generación de innovadores que puedan liderar
los procesos que requiere el sector eléctrico. No es evidente la forma en que se
puede contribuir a este objetivo. Sin embargo, las claves pueden encontrarse a
través de la adaptación de nuestras mallas curriculares, contenidos y métodos
utilizados en cátedra, acercamiento al mundo industrial, fomento de actividades
interdisciplinarias y competencias en torno a desafíos tecnológicos.
Apoyo a la definición de matriz energética
Habiéndonos generado la convicción de que el tema energía ha dejado de ser un problema meramente técnico y que, en realidad, nos involucra a todos como sociedad, es
de interés reconocer que a nivel nacional existen distintos esfuerzos, desarrollos en esta
materia, los que se resumen a continuación:
•
Iniciativa de Escenarios Energéticos en su segunda versión denominada Energía
Presidencial. Esta iniciativa, que entregó los resultados de su segunda versión
en julio de 20135, corresponde a un proceso participativo de análisis iniciado
en el año 2009 donde, en un marco común de modelación, se evaluaron distintas visiones de desarrollo de la matriz energética del país. En su versión 2012,
se seleccionaron dos visiones de desarrollo: “Chile Sustentable” y “Universidad
Adolfo Ibáñez”, las que son comparadas y sensibilizadas respecto de distintos
parámetros de interés definidos por las cerca de veinticinco instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil que participan del proceso. Esta iniciativa ha
logrado convocar a distintos actores del sector, normalmente ubicados en veredas opuestas, constituyéndose en un punto de encuentro para la discusión sobre
los temas de desarrollo de la matriz energética de Chile. Esta situación abre una
oportunidad de profundizar la discusión a partir de la plataforma de comunicación ya creada, donde la universidad puede contribuir, por ejemplo, con formas
de análisis, esquemas de interacción, modelos y algoritmos de solución.
• Proyecto MAPS-Chile6 liderado por el Ministerio del Medioambiente y con la
participación de otros seis ministerios, se refiere a un proyecto gubernamental
a dos años plazo (2012-2013), que genera, analiza y valida información, modelación e investigación sobre las trayectorias de emisiones de gases de efecto
invernadero en Chile. Asimismo, identifica diversas acciones para la mitigación
de las emisiones en el país, que sean compatibles con las estrategias nacionales
5.http://www.escenariosenergeticos.cl
6.http://www.mapschile.cl
107
El sector eléctrico en Chile: desafío para la innovación y desarrollo
Rodrigo Palma Behnke
de desarrollo. Se busca, hacia finales del año 2013, proponer posibles medidas (de política pública y privada) que permitan avanzar en la mitigación y en
el compromiso internacional de reducción de emisiones del país. Entre estas
medidas pueden mencionarse aquellas que impactan la matriz energética por
la vía de impuestos o metas de penetración de energía renovable. En su desarrollo participan especialistas e individuos de sectores diversos con experiencia
en el tema. Asimismo, se cuenta con el apoyo internacional de profesionales
que han desarrollado proyectos similares (MAPS en Sudáfrica, por ejemplo).
En este ámbito, es fundamental que las universidades puedan crear grupos de
investigación y desarrollo capaces de desarrollar modelos y herramientas con
capacidades interdisciplinarias, que sirvan de sustento para acompañar un proceso participativo con distintas visiones y formas de abordar el problema del
cambio climático.
• Estudios de GIZ para el SIC-SING del Ministerio de Energía. La Agencia de Cooperación Técnica de Alemania ha desarrollado, desde el año 2002, una serie de
estudios tendientes a abordar las barreras de desarrollo que enfrentan las ERNC
en Chile. Se han realizado estudios de penetración de ERNC en el SIC y SING que
permiten dimensionar los costos de escenarios ERNC, distinguiendo, asimismo,
efectos de corto plazo y de la operación dinámica del sistema. Estos problemas
no están resueltos a nivel internacional, por lo que requieren de la creación de
capacidades locales en las universidades e instituciones relacionadas (Centros
de Despacho Económico de Carga, Comisión Nacional de Energía, ministerios,
empresas) que entreguen respuestas aplicables a nuestra realidad específica.
Asociado al punto anterior, se requiere de un apoyo al desarrollo de modelos ajustados para Chile que permitan integrar el sector energía en el estudio de los efectos de
políticas públicas, medidas de mitigación, etc. Lo anterior requiere de un proceso de
validación participativa entre los actores del mercado. Es deseable que estos modelos
se transformen en bienes públicos, es decir, que su uso sea de acceso gratuito para los
tomadores de decisión. Esta es una tendencia observada en países como Nueva Zelanda
y Colombia, donde es factible usar modelos que permiten estimar los costos del sistema,
peajes, riesgos, etc.
En relación a la matriz energética futura se detecta un distanciamiento progresivo
de la sociedad chilena con el recurso agua, que históricamente ha jugado un rol central
en el desarrollo de la oferta de energía eléctrica y requerimientos de regadío. De un pasado donde los grandes proyectos hidráulicos correspondían a iniciativas del Estado, en
una época donde esto le entregaba una legitimidad y aceptación ante la sociedad, se ha
migrado a un conjunto de iniciativas privadas, donde la comunidad percibe más perjuicios que beneficios. Es urgente poder encontrar fórmulas donde el recurso hidráulico
del país nuevamente sea percibido como un aporte directo a su desarrollo por parte de
todos los agentes: público, privados y sociedad civil. Entre los aspectos a analizar destacan el manejo, costo, duración y propiedad de los derechos de agua, todos temas que
requieren de análisis profundos y propuestas creativas.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
El resultado de estas iniciativas, junto con estudios específicos, pueden ser una contribución para definir políticas públicas y marcos normativos efectivos.
Desarrollos tecnológicos específicos
La innovación tecnológica juega un rol central en los desafíos energéticos de países desarrollados. Chile ha tomado conciencia de la importancia que posee la innovación para
su desarrollo futuro. El sector energía no está ajeno a este fenómeno. Si bien se reconoce
que es muy complejo formar parte de un proceso de innovación de impacto mundial
en el tema energético, debido al costo intensivo de su desarrollo, existe un potencial
importante de desarrollo de innovación en nichos específicos [1, 6]. Algunas de estas
iniciativas se pueden resumir en los siguientes puntos:
•
Se deberá poner atención al desarrollo de las baterías, acumuladores o sistemas
de almacenamiento de energía, que pueden solucionar una de las principales
complicaciones que presentan algunas fuentes de energía limpia (como la solar
y la eólica) que es la variabilidad de su producción:
- La perspectiva de escasez de combustibles fósiles y de desarrollo de los vehículos eléctricos a nivel mundial ha impulsado el interés por el mercado del
litio, elemento esencial en el desarrollo de acumuladores de alta densidad
energética (volumen y peso). Desde el punto de vista nacional, este tema
cobra relevancia por las reservas de litio de que disponemos. El 83% de las
reservas mundiales se encuentran en Argentina, Chile y Bolivia. Actualmente, el mercado del litio mueve US$ 800 millones al año a nivel mundial.
Una cifra no muy relevante si se la compara con otras actividades mineras.
Sin embargo, quienes abogan por la importancia estratégica de este mineral
señalan que en los últimos dos años este negocio ha crecido a tasas del 12%
y en el futuro la demanda de litio, impulsada principalmente por la industria tecnológica, hará de su explotación un negocio atractivo en donde la
demanda aumentaría hasta los US$ 1.000 millones hacia 2020, y unos US$
2.000 millones al año 2030 [10]. A nivel académico, junto a otras iniciativas, la Universidad de Chile ha creado el Centro de Innovación del Litio7, el
que busca incursionar en la cadena de valor del litio identificando oportunidades I&D y emprendimiento tecnológico en el país. La discusión pública
y política que se ha dado respecto al litio en su estrategia de explotación,
ha permitido levantar una discusión paralela respecto al valor agregado y
la necesidad de aprovechar este nuevo paradigma energético en desarrollar
ciencia y tecnología. En el caso de Chile, los sistemas de acumulación a base
7.http://www.pcil.cl
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El sector eléctrico en Chile: desafío para la innovación y desarrollo
Rodrigo Palma Behnke
de litio se proyectan en forma natural como la tecnología que permite compensar las variaciones de algunas energías renovables con alto potencial.
- Las centrales de bombeo, ya en la perspectiva de empresarios nacionales
como es el caso de la empresa Valhalla, también pueden ofrecer una alternativa eficiente para situar a Chile como un nodo de desarrollo de soluciones de
energías renovables variables (eólica y solar). El bombeo de agua de mar a un
embalse ubicado en altura, durante las horas de exceso de energía renovable,
permite un uso económico de esta energía al poder aprovecharla a través de
turbinas generadoras de electricidad en las horas en que la energía renovable
no esté disponible. Este complemento a la energía variable puede sumarse a
soluciones de respaldo basadas en turbinas a gas natural, en la medida en que
este combustible esté disponible a costo competitivo para nuestro país.
•
Se ha detectado que las redes inteligentes pueden contribuir de manera relevante a una integración costo-efectiva de la ERNC en las redes eléctricas nacionales
y a optimizar el uso de la infraestructura de transmisión. Respecto de la infraestructura de redes de transmisión y equipos de generación, se busca incluir componentes de control y monitoreo remoto y automatizado (SCADA), de manera
de mejorar los tiempos de respuestas y calidad de la regulación.
• Introducir soluciones de distribución a nivel rural que hagan uso de los conceptos de redes inteligentes. A este tipo de soluciones se lo denomina “microredes”,
lo que debiera ser la base para hibridizar sistemas rurales. La idea central es
permitir una coexistencia de sistemas diesel (de fácil operación y disponibilidad
programada de la fuente de energía) con energía disponible localmente (ERNC
solar, biomasa, hidráulica, eólica, etc.). La microred permite asegurar una operación confiable técnicamente y de bajo costo de mantenimiento en la medida
que exista un involucramiento real de la comunidad.
• Apoyo en la creación de programas específicos focalizados en estas áreas, con
cierta continuidad temporal y magnitudes de recursos que permitan su desarrollo a nivel piloto o demostración. Concretamente, se distinguen oportunidades
en soluciones de cogeneración solar eléctrica-térmica para la minería, geotermia
en altura, biocombustibles específicos, microhidráulica, maremotriz, tratamiento solar de agua, entre otras. Se debería promover desarrollos a nivel piloto con
financiamientos adecuados que permitan validar su escalamiento. A partir de
ello, debería promocionarse activamente el derribar barreras que bloqueen el
desarrollo de estos emprendimientos.
Conclusiones
Si bien el sector eléctrico siempre ha sido gravitante en el desarrollo del país, producto
del impacto que posee el uso de la energía en nuestras actividades diarias y en los procesos productivos, hoy estamos viviendo una situación especialmente incierta en relación
110
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
a los precios de la energía y al desarrollo de nuestra matriz. El problema de la energía
ha dejado de estar centrado en lo técnico, dando paso a la necesidad de una mirada interdisciplinaria como única alternativa para entender su complejidad. En este contexto,
la innovación juega un rol central en los desafíos energéticos que enfrenta nuestro país.
Por su parte, la universidad es convocada a hacerse parte de este proceso.
Este artículo presenta un acercamiento a esta problemática, con una breve descripción del sector eléctrico y su desarrollo histórico, y presentando los desafíos actuales
junto con los ámbitos de estudio requeridos.
Por último, a través de ejemplos específicos de iniciativas, se pretende graficar las
posibles acciones que pueden ser fomentadas o apoyadas desde la universidad. Cabe
señalar que este análisis no pretende ni puede ser exhaustivo, por lo que se espera sea
una motivación para futuras contribuciones en esta temática.
Referencias bibliográficas
Listado de la bibliografía citada en el estudio:
1. Palma, R., Análisis estratégico del sector energético en Chile, Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 2013.
2. Agurto Colima, R., Alarcón Arias, I., Bernstein Letelier, S., Blanlot Soza, V., Borregaard de
Strabucchi, N., Del Campo Fayet, S., Fischer Barkan, R., Guzmán Molinari, J.A., Jadresic
Marincovic, A., Palma Behnke, R., Quiroz Castro, J., Rudnick Van de Wyngard, H., Tokman Ramos, M., Vicuña Díaz, S., Zanelli Iglesias, J., Informe de la Comisión Asesora para el
Desarrollo Eléctrico (CADE), Santiago, noviembre 2011, versión electrónica en http://www.
minenergia.cl/documentos/estudios.html.
3. Comisión Ciudadana-Técnica-Parlamentaria (CCTP), Chile Necesita Una Gran Reforma Energética, octubre 2011, versión electrónica en http://www.energiaciudadana.cl/docs/InformeCompleto.pdf.
4. Palma, R., Vargas, L., Moya, O., Arellano, S., Galetovic, A., Jofré, A., Román, R., Muñoz,
A., Maldonado, P., “Política energética y desarrollo eléctrico”, en Anuario de Chile 2003/4,
diciembre 2003.
5. Ministerio de Energía, Estrategia Nacional de Energía 2012-2030, febrero 2012.
6. Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, Orientaciones estratégicas para la
innovación: Surfeando hacia el futuro, Chile en el horizonte 2025, 2013.
7. Estadísticas disponibles en portal www.centralenergia.cl, mayo 2013.
8. Centro de Energías Renovables, Informe Mensual, julio 2013, versión electrónica en http://
www.cer.gob.cl.
9. Comisión Nacional de Energía, Informe de precios de nudo, SIC-SING, abril 2013.
10. Lagos, G., El desarrollo del litio en Chile: 1984-2012, Centro de Minería, PUC, agosto 2012.
111
Energía eléctrica y paradigma de
desarrollo: patagonia sin represas y
empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
Patricio Rodrigo Salinas
Ingeniero Agrónomo de la Universidad de Chile, magíster en Ciencias Ecológicas de la Pontificia
Universidad Católica de Chile. Profesor adjunto del
Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos
Naturales de la Facultad de Ciencias Agronómicas
de la Universidad de Chile. Director ejecutivo de la
Corporación Chile Ambiente. Director del Programa
Medio Ambiente y Energía de la Fundación Chile 21.
Secretario ejecutivo del Consejo de Defensa de la Patagonia, especialista en ordenamiento territorial, conservación de la biodiversidad, energías renovables y
políticas públicas. Miembro del Directorio de la Fundación Sendero de Chile y de la Fundación BIOMAR.
Coordinador del Programa Ciudadano de la Mesa Social por un Nuevo Chile.
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Energía eléctrica y paradigma de desarrollo:
patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Cambio de época: del inmovilismo del consumidor al
empoderamiento ciudadano
Relevante ha sido en estos años la fuerza que han tomado las causas en defensa de la
naturaleza y del medio ambiente, que motivan a nuevas generaciones, más conscientes
que las anteriores, sobre los problemas de la relación de la sociedad con la naturaleza y
del riesgo civilizatorio que implica seguir con los actuales modelos de desarrollo1.
Nadie duda que hoy en Chile las comunidades locales, la juventud y la ciudadanía
en general ejercen una mayor demanda a las instituciones de la sociedad por mejor calidad de vida y respeto a sus derechos. Fenómeno denominado por el mundo académico,
político y empresarial como el proceso de aumento del empoderamiento ciudadano.
El empoderamiento es un concepto que ocupa un lugar importante en la psicología
comunitaria. Esta estudia el desarrollo de comunidades que enfrentan y resuelven sus
problemas, que participan y que se involucran en la toma de decisiones para transformar sus condiciones materiales y sociales. Su accionar implica un quiebre de la condición de dependencia y una estimulación de autogobierno (Krause y Jaramillo, 1998).
En este marco, el empoderamiento juega un rol determinante, ya que por definición es
un proceso, un conjunto de mecanismos mediante los cuales personas, organizaciones
y comunidades ganan en el control de sus vidas (Rappaport, 1981).
El tópico es importante para el fortalecimiento de la democracia y el desarrollo de la
ciudadanía en Chile. Su solidez va a depender en parte importante de las competencias
que desarrolle la juventud –nacida poco después del comienzo de la democracia– para
reflexionar sobre su realidad, acceder a recursos e influir en condiciones de vida dadas
en función de metas colectivas que mejoren la calidad de vida (Flanagan y Sherrod,
1998; Flanagan y Faison, 2001).
Tanto el gobierno, el mundo político en general, las empresas eléctricas y la propia
ciudadanía, no dejaron de sorprenderse del fuerte empoderamiento ciudadano –y la
movilización asociada– que originó la aprobación del gobierno en la región de Aysén del
proyecto HidroAysén. Iniciativa que proyecta construir cinco represas en la Patagonia y
un trazado de 2.000 kilómetros a lo largo del país2 para traer la energía directamente a
Santiago y a las mineras del norte del Sistema Interconectado Central (SIC)3.
En mayo del año 2011, luego de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) de
la Comisión de Evaluación Ambiental de Aysén, más de 70.000 personas marcharon
1.http://www.chile21.cl/pdfdocs/libros/MANIFIESTO_DE_SANTIAGO.pdf
2.https://www.e-seia.cl/expediente/expedientesEvaluacion.php?modo=ficha&id_expediente=3103211
3.http://www.elquintopoder.cl/medio-ambiente/hidroaysen-energia-para-la-mineria-o-para-el-consumo-domiciliario/
117
Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
indignadas por la Alameda gritando como consigna “Patagonia, sin represas”, denunciando el abuso de un modelo inequitativo e insustentable, y levantando con fuerza el
respeto de los derechos que protegen los bienes públicos4.
Tanto para el caso del proyecto HidroAysén como para muchos otros megaproyectos, observamos cómo la actual política e institucionalidad ambiental no ha funcionado
en forma adecuada y es manejada políticamente. Muchas veces, a pesar de las insuficiencias en la evaluación ambiental constatada por los servicios públicos, la autoridad
política se inclina a favor de los proyectos en desmedro del ambiente y las comunidades locales o regionales. Casos como Celco en el río Cruces y Pascua Lama en Alto del
Carmen, ya materializados, y Punta Alcalde en El Huasco, río Cuervo en Puerto Aysén
y Castilla en Copiapó, hoy paralizados, además de otras megainversiones, demuestran
que aunque no cumplían con la normativa vigente fueron aprobadas por el Ejecutivo5.
Este problema no es nuevo en la institucionalidad ambiental chilena y su doctrina
se remonta a los inicios de la transición a la democracia, cuando en el gobierno del
presidente Aylwin, por exigencia del mundo empresarial al entonces poderoso ministro
Boeninger, no se estableció un rango ministerial para la gestión ambiental pública, sino
un arreglo institucional a nivel de un servicio público de tercera jerarquía en la administración pública, argumentando que una política ambiental con más autoridad podría
frenar el crecimiento económico6.
Según Juan Pablo Orrego, numerosos proyectos eléctricos se imponen y terminan
teniendo graves impactos en el medio ambiente y en las comunidades, que se quedan
con las externalidades negativas. Esto en contraste con el importante negocio de las empresas y el beneficio por la energía generada en el territorio impactado.
En la actualidad, según Gastó et al. (2012), vivimos un cambio de época donde observamos el surgimiento de un nuevo espíritu, que trae consigo un aumento de la conciencia de la población, un cambio cultural significativo, un fuerte respaldo ciudadano
a los temas ambientales y el consecuente empoderamiento de las comunidades locales
para defender sus derechos de los proyectos que les puedan afectar su sustentabilidad
local7.
Se levanta hoy, desde las organizaciones ciudadanas empoderadas, un movimiento social amplio en cuyo relato o discurso aparecen con fuerza las críticas al modelo
neoliberal imperante y a las instituciones públicas que no son capaces de responder a
la demanda social que se ejerce en estos tiempos, en lo que ha denominado crisis de
representatividad8.
Junto con las crecientes movilizaciones de 2011 y las demandas de las principales
causas como educación pública de calidad y sin lucro, respeto por la naturaleza y el
4.http://www.elclarin.cl/web/index.php?option=com_content&view=article&id=1391&Itemid=11
5.http://www.indh.cl/mapa-de-conflictos-socioambientales-en-chile
6.http://www.elciudadano.cl/2011/01/28/31584/la-concertacion-debe-explicaciones-xix/
7.http://noticias.uach.cl/principal.php?pag=noticia-externo&cod=14239
8.http://ciperchile.cl/2011/09/12/las-reveladoras-cifras-de-la-crisis-de-representatividad-de-los-parlamentarios/
118
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
medio ambiente, diversidad de género, trabajo decente, salud pública de calidad, entre
otras, se posibilitó la articulación y coordinación de los actores sociales movilizados para
potenciar dichas causas. Es así como surge la Mesa Social por un Nuevo Chile, que agrupa sobre ochenta organizaciones sociales y pone sus énfasis en un programa ciudadano
que emplaza al mundo político9.
La mayoría de las organizaciones sociales, movilizadas o no, coincide con la demanda central de reformas políticas profundas a la democracia chilena, partiendo por una
nueva Constitución y reglas justas, actualizadas al nuevo período que le tocará vivir al
país. No se pueden resolver a cabalidad los problemas del agua, la educación, la energía,
la salud, las ciudades, las regiones, entre muchos otros, si no se modifican los amarres
de la actual Constitución, cuyo origen es considerado ilegítimo10.
Entre los movimientos y liderazgos que desean una nueva Constitución mediante
una asamblea constituyente, es posible distinguir dos grandes corrientes de pensamiento. Por un lado, la que enfatiza la vía institucional partiendo por un plebiscito que
valide legalmente la creación de una asamblea constituyente. Por el otro, la que releva
las asambleas de base y locales que se organizan y movilizan esperando la crisis institucional del actual modelo para ofrecer una alternativa desde la base social. Manuel
Antonio Garretón y Gabriel Salazar son los mayores representantes de ambas visiones,
respectivamente.
El mundo político partidista y parlamentario no entiende mucho lo que está ocurriendo con la sociedad civil y la movilización social. No se han establecido los puentes
de diálogo necesarios y han quedado desconcertados luego del alto rechazo ciudadano
a su labor expresado en las encuestas11. Salvo algunos partidos con más base social, ninguno de los partidos grandes instalados en el poder tiene presencia en las movilizaciones. Es frecuente observar cómo parlamentarios son rechazados en las diversas marchas
por parte de la ciudadanía12.
HidroAysén y la campaña “Patagonia sin Represas”
La campaña “Patagonia sin Represas” nace el 2007 integrando horizontalmente, en el
Consejo de Defensa de la Patagonia (CDP), el esfuerzo de varias organizaciones que
ya tenían iniciativas en marcha por la protección del territorio como la Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida, coordinada por CODEFF regional, la Corporación
Costa Carrera, la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén y la Escuela de Guías
de la Patagonia, la Agrupación de Defensores del Espíritu de la Patagonia de Cochrane,
9.http://www.lemondediplomatique.cl/Cumbre-Social-por-un-nuevo-Chile.html
10.http://radio.uchile.cl/noticias/215590/
11.http://www.encuesta.udp.cl/wp-content/uploads/2013/05/PPT-Encuesta-Primer-semestre-2013-FINAdefintivopdf.pdf
12.http://www.lanacion.cl/figuras-de-la-concertacion-reciben-pifias-en-acto-cut/noticias/2010-05-01
/112628.html
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Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
Patagonia Ríos Vivos, coordinada por Ecosistemas, Conservación Patagónica del Valle
de Chacabuco y Defensa Patagonia, entre otras. Con el tiempo se integran más organizaciones al CDP hasta alcanzar alrededor de setenta entre nacionales e internacionales,
principalmente de Italia, España, EEUU13. En paralelo, existen aún hoy otras que no han
ingresado el CDP, pero que también realizan un trabajo importante, como la Agrupación
Nacional Jóvenes Tehuelches, en todo el país. Todas ellas, junto a millones de ciudadanos, forman parte de ese espíritu que es “Patagonia sin Represas”.
En el caso del CDP, la metodología seguida para desarrollar la campaña buscó organizar de manera horizontal y sin jerarquía las capacidades de las diversas organizaciones
para especializar funciones o roles en lo técnico, legal, político, activismo, de comunicación, de coordinación internacional y de generación de estudios. Para así abordar la
problemática de una forma integrada y no duplicar esfuerzos, cada uno con su gestión
autónoma como organización, pero coordinados en la ejecución14.
Desde un comienzo, la campaña estableció una estrategia con objetivos concretos a
cumplir y planes de acción anuales que evaluaban los avances y formulaban los nuevos
planteamientos y acciones prioritarias. La correcta combinación en los mensajes hacia la
ciudadanía de contenidos emocionales –como la belleza de la Patagonia– con contenidos racionales –como una política eléctrica sustentable que no necesita a HidroAysén o
los graves impactos en el turismo regional, o los abusos del monopolio eléctrico– fueron
vitales para poder llegar con dichos planteamientos a la ciudadanía15.
El objetivo definido colectivamente en el año 2007 fue el siguiente:
“Desarrollar una Campaña que actúe como nueva causa épica del país contra la Destrucción Ambiental de la Patagonia Chilena, el monopolio eléctrico y el centralismo, mediante
un trabajo en los ámbitos técnico-ambiental, económico-social, político-institucional, comunicacional e internacional, cuyo fin sea lograr detener la construcción de las megarepresas y sus líneas de alta tensión en Aysén, propiciando el Desarrollo Sustentable de la
Región.” (CDP, 2007)
Después de cuatro años de campaña de educación y sensibilización de la población
chilena sobre la importancia de conservar la Patagonia chilena como símbolo de protección ambiental, y de argumentar sólidamente en contra de los proyectos HidroAysén
y Energía Austral, la población respondía gradualmente y los apoyos ciudadanos eran
expresados en la encuestas de opinión16.
Luego de que la Comisión de Evaluación Ambiental de Aysén aprueba, el 9 de mayo
de 2011, las represas del proyecto HidroAysén, la información se socializa rápidamente
13.http://www.patagoniasinrepresas.cl/final/quienes-somos.php
14.http://www.patagoniasinrepresas.cl/final/quienes-somos.php
15.http://www.eldinamo.cl/2010/12/28/publicistas-enjuician-campanas-de-patagonia-sin-represas-ehidroaysen/
16.http://www.cooperativa.cl/ipsos-chilenos-rechazan-instalacion-de-centrales-nucleares-e-hidroaysen/
prontus_nots/2011-04-13/123229.html
120
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
por las redes sociales, propagando las convocatorias del CDP a marchas sucesivas de
protesta en contra del gobierno en una treintena de ciudades del país17 y otras del
extranjero, como Melbourne, Barcelona, Nueva York o París18. En el transcurso de ese
mes, y antes de que la Corte de Apelaciones de Puerto Montt paralizara el proyecto a
través de una orden de no innovar, en respuesta a los siete recursos de protección presentados por las organizaciones de “Patagonia sin Represas”, a lo largo y ancho del país
se habían movilizado cientos de miles de personas19. Luego, las marchas ciudadanas
continuarían todo ese año por el llamado de los estudiantes a luchar por una educación
pública de calidad y fin al lucro, junto con temas de la diversidad sexual y otras causas
socioambientales.
En la actualidad, en Facebook, Twitter y otros soportes web, los adherentes a “Patagonia sin Represas” superan las 500.000 personas, constituyendo un importante capital
político en términos de opinión ciudadana20. Un estudio reciente de la Universidad
Católica dio como resultado que el 56% de los consultados conocían y tenían algún
vínculo con la campaña, siendo el más nombrado, seguido por Greenpeace con el 32%.
El movimiento y la campaña “Patagonia sin Represas” capitaliza una larga experiencia del movimiento ambiental chileno en diversas causas, algunas ganadas, otras
perdidas, desde el caso del lago Chungará, detenido por la Corte Suprema en 1985, hasta Ralco, Pascua Lama, Celco-río Cruces-Mehuín, Cascada, Trillium, Campiche, entre
otras. Algunas de esas causas se perdieron y hoy las localidades pagan las consecuencias
de los graves impactos ambientales. Algunas aún están en desarrollo y otras fueron definitivamente un éxito para el ambientalismo chileno, como fue la creación de un área
protegida de 280.000 hectáreas en los terrenos que fueron propiedad de Trillium en
Tierra del Fuego21, o el proyecto Cascada, en Puerto Montt, que frenó su fábrica de astillas de bosque nativo, luego de las acciones de campaña en defensa del bosque nativo22.
En febrero del año 2012, nuevamente la región de Aysén da una sorpresa al levantarse masivamente a través de las organizaciones sociales, exigiendo al gobierno respuestas
en numerosos temas regionales pendientes y no resueltos por el gobierno central. Entre
los once puntos del petitorio estaba el desarrollar un plebiscito vinculante por el tema
de las represas en Aysén, tema que no tuvo ninguna respuesta por parte del Ejecutivo,
como tantos otros de esa demanda regional23.
17.http://www.diarioreddigital.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=3485:rechazo-ahidroaysen-las-movilizaciones-que-vienen&catid=125:movimiento-social&Itemid=98
18.http://www.latercera.com/multimedia/galeria/2011/05/683-28876-7-chilenos-contra-hidroaysen-enel-extranjero.shtml
19.http://www.veoverde.com/2012/05/hidroaysen-colbun-retira-su-participacion-del-mega-proyectoindefinidamente/
20.http://www.eldinamo.cl/2013/06/10/vota-sin-represas-campana-insta-a-candidatos-a-rechazarrepresas-en-la-patagonia/
21.http://www.chilesustentable.net/wp-content/uploads/kalins-pdf/singles/sara-larrain-%25e2%2580
%259ca-pesar-de-los-obstaculos-triunfa-la-conservacion%25e2%2580%259d.pdf
22.http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0719-09482012000100008&script=sci_arttext
23.http://www.eldivisadero.cl/noticias/?task=show&id=30563
121
Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
Con relación a casos anteriores de problemas ambientales producidos por proyectos de inversión de relevancia nacional, existe percepción en diversos analistas que la
oposición de “Patagonia sin Represas” a HidroAysén ha sido una de las campañas más
emblemáticas y con éxitos relativos importantes. Siguiendo la tendencia de mayo de
2011, se han levantado con mucha más fuerza que antes diversas localidades por demandas en problemas ambientales específicos que les afectan la calidad de vida y que no
están dispuestas a seguir soportando. Casos como Freirina24, Pelequén25, Montenegro26,
Rengo27, Chanco28, Quellón29, entre otros, demuestran el cambio cultural que se está
produciendo en el país por aspirar a tener ciudades y una vida rural más limpia de lo
que ocurre en la actualidad.
Si bien el proceso de evaluación ambiental de HidroAysén sigue en trámite, no está
para nada claro qué va a pasar con la iniciativa, especialmente si está condicionada a leyes de transmisión actualmente en discusión en el Parlamento, como la de Concesiones
Eléctricas y de la Carretera Eléctrica Pública.
Un modelo eléctrico que no satisface la demanda socioambiental
Sin entrar a cuestionar la irregular privatización de ENDESA y los orígenes de la actual
política eléctrica, que es tema para un extenso artículo, se constata que el actual modelo
de desarrollo eléctrico es de alto impacto socioambiental. Se trata de un sistema monopólico, concentrado y sin competencia que no ha logrado los objetivos iniciales que lo
justificaron, es decir, que diera seguridad de suministro y a costos razonables. Tres empresas –ENDESA, Colbún y AES Gener– manejan sobre el 90 % de la energía eléctrica
del SIC, el principal del país30.
El monopolio eléctrico existente en Chile, mal llamado “natural”, ha tenido como resultado el dominio de una política solo orientada a la gestión de la oferta, sin incorporar
la gestión de la demanda. También ha omitido la mirada territorial, la diversificación de
la matriz, el desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), el Uso
Eficiente de le Energía (UEE) y la participación de los actores locales en los proyectos31.
Hemos reducido la participación del Estado en el mercado eléctrico a una mera oficina de partes, donde las empresas informan sus proyectos de inversión para ser colocados
24.http://radio.uchile.cl/noticias/153131/
25.http://noticias.terra.cl/nacional/pelequen-suspenden-movilizaciones-hasta-el-viernes,84843ffb7c9963
10VgnVCM5000009ccceb0aRCRD.html
26.http://www.emol.com/noticias/nacional/2012/12/22/575856/montenegro-se-une-a-protestas-contraplantas-de-cerdos.html
27.http://www.rengoaldia.cl/la-comuna/2427-imovilizacion-ciudadana-en-rengo
28.http://radio.uchile.cl/noticias/148689/
29.http://www.biobiochile.cl/2013/05/30/dirigentes-de-quellon-llegan-a-acuerdo-con-manalich-tras-4dias-de-movilizacion-social.shtml
30.http://www.chilesustentable.net/2007/01/30/ENDESA-chile-colbun-y-aes-gener-controlan-el-91-delsector-electrico/
31.http://www.energiaciudadana.cl/docs/InformeCompleto.pdf
122
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
en el plan de obras. Según Larraín y Maldonado (2011), la capacidad regulatoria es
muy básica y, desde la promulgación de la Ley General de Servicios Eléctricos en 1982,
se ha descartado la planificación como instrumento de política y, últimamente, incluso
el lineamiento del ordenamiento territorial, establecido en la Estrategia de Desarrollo
Eléctrico del gobierno, ha sido dejado de lado por las visiones neoliberales extremas que
ven detrás de estos instrumentos un retorno del Estado a una planificación centralizada
similar a la de los socialismos reales.
La tendencia del mercado ha sido ir tras el combustible más barato y rentable, sin
visiones estratégicas, lo que quedó demostrado con la crisis del gas argentino, que comprometió seriamente la seguridad de suministro, a pesar de que era sabido con antelación el colapso en el abastecimiento de dicho recurso32.
Tenemos, actualmente, un mercado eléctrico costoso, vulnerable y concentrado que
no ha sabido resolver los problemas que le exige la sociedad, ya sean de índole ambiental o social, radicada en las localidades de los proyectos, o bien económico, por la
falta de competencia, el que ha sido criticado desde los nuevos empresarios que desean
incorporarse a la actividad, especialmente desde los proyectos de ERNC.
Entre las principales críticas al modelo eléctrico chileno, una que siempre se deja de
lado, siendo de las más limitantes, es el cambio en el modelo marginalista y el mercado
spot que, manejado por un Centro de Despacho Económico de Carga (CDEC), constituye una barrera de ingreso a las ERNC y un incentivo perverso a mantener un sistema en
crisis que se vea obligado a quemar petróleo y así subir el costo marginal y el precio de
la energía que se despacha al mercado33.
El CDEC, esta especie de “mesa” del sistema eléctrico chileno cuyos funcionarios
son pagados por las propias generadoras y que no tiene parangón en el mundo, decide
quién entra y quién sale del sistema y los costos marginales del mercado spot, es decir,
los precios. La ciudadanía y el sector académico no existen para el modelo y la presencia
del Estado es muy débil.
Cabe señalar que la Ley General de Servicios Eléctricos de 1982 ha sido modificada por las Leyes Nº 19.940 (Corta I), 20.018 (Corta 2), 20.220 (Quiebras) y 20.257
(ERNC), bajo el espíritu de proteger el negocio de la energía y no a los ciudadanos. Sobre esta materia, citando al ex senador Ricardo Núñez: “Eran leyes como traje a la medida
para evitar los conflictos entre las grandes empresas” (Chile 21, 2008).
Las iniciativas legales impulsadas por el actual gobierno tampoco fueron hacia una
reforma integral del sistema eléctrico nacional, solo han intentado abordar los temas
más limitantes del actual modelo, como lo son las concesiones eléctricas y la transmisión troncal, mal llamada Carretera Eléctrica Pública, y ha dejado de lado las reformas
más demandadas por la ciudadanía y la mayoría de los parlamentarios, como el 20/20
(meta del 20% de ERNC al año 2020), el Reglamento del net metering (o medidores inteligentes), el fomento a las ERNC y a la Eficiencia Energética, el cambio en el CDEC y
el ordenamiento territorial, entre otras.
32.http://economia.terra.cl/noticias/noticia.aspx?idNoticia=200404261938_INV_27638493
33.http://www.energiaciudadana.cl/docs/capitulos/03CAP.pdf
123
Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
De las críticas más relevantes al modelo eléctrico chileno, realizadas por diversos
autores, podemos enunciar que:
Figura 1
Comparación de tasas de crecimiento del consumo eléctrico de Chile
con California y el conjunto de EEUU
Per Capita Electricity Consumption
(kWh/person)
14,000
United States
12,000
10,000
California
Chile at 5.5% per year
Chile at 6.5% per year
8,000
6,000
4,000
2,000
124
20
20
20
15
20
10
20
05
20
00
19
95
19
90
-
19
85
•
19
80
•
19
75
•
19
70
•
19
65
•
No se ha garantizado la seguridad de suministro: Lo que fue uno de los objetivos centrales de la Ley General de Servicios Eléctricos de 1982, que estableció
el modelo marginalista. Luego de más de treinta años de funcionamiento, el
sistema posee una fragilidad importante para el suministro eficiente.
Los precios más altos de América: Otra de las finalidades de la ley mencionada, como era operar a costos razonables, tampoco se cumplió y los precios
son altos en contraste con el hecho de que las empresas del sector son las más
rentables después de la minería.
La integración vertical no está resuelta: Empresas generadoras como ENDESA
y sus distribuidoras –Chilectra, entre otras– pertenecen al mismo dueño que
ENERSIS, eludiendo la prohibición legal al respecto.
Concentración de mercados eléctricos: Que tres empresas manejen sobre el
94% de toda la generación nacional, teniendo solo el 84% de la capacidad instalada, da cuenta de que el mercado no es competitivo y actúa como monopolio
natural, introduciendo barreras de ingreso a la competencia.
Nulo desacoplamiento entre crecimiento y consumo: Todos los países OCDE
han desacoplado su crecimiento económico de su consumo eléctrico, mejorando la intensidad energética a través de normativas de uso eficiente. En el caso
chileno, el crecimiento del consumo eléctrico va en paralelo al crecimiento del
PIB, incluso, en ocasiones, superándolo.
Tendencias exponenciales insostenibles: Con las tasas de crecimiento en el
consumo eléctrico que se proyectan, según John Wilson (2007), estaríamos alcanzando el consumo per cápita de California entre el 2018 y 2020. En la Figura 1 se
muestra a Chile con relación a EEUU, en su conjunto, y al estado de California.
19
60
•
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Externalización de costos sociales y ambientales: Los daños a la propiedad
privada, sea por impactos directos o por depreciación, son meras externalidades
que las pagan los afectados sin compensación alguna. Los daños al paisaje, que
deprecian nuestro patrimonio natural, tampoco son valorizados. Para qué decir
la gravedad en los daños a la salud, que se pagan con cáncer, muertes y pérdida
de calidad de vida. Hoy, el sector eléctrico pareciera estar más preocupado de la
huella de carbono, que sin duda es importante, pero para nada del arsénico, el
níquel, el vanadio y otros contaminantes tóxicos que se emiten a la atmósfera.
• Incipiente política de UEE y de fomento a las ERNC: El uso eficiente de la
energía es aún muy incipiente en el país y se ha enfatizado en los que menos
consumen, por ejemplo, cambiar ampolletas ayuda, pero el sector residencial
consume alrededor del 17% de la electricidad del SIC y menos del 10% de la del
Sistema Interconectado del Norte Grande (SING). En cambio, poco se hace para
poner normas al sector minero e industrial, que son cerca del 66% del consumo
del SIC y sobre el 90% del SING. El temor al reclamo empresarial porque le
suban los costos es más fuerte que la voluntad política de los gobiernos en pro
de la sustentabilidad del sector.
•
Entre otros, los resultados de este sistema monopólico, sin competencia, no solo han
puesto barreras para otros generadores, como los de ERNC, sino que están obteniendo
una sobre utilidad fuera de lo común, más allá del 10 % legal, que no es adecuadamente
fiscalizado34.
Incluso los obispos se han sumado a las críticas al modelo económico. En la reciente
Carta Pastoral, la Conferencia Episcopal señala que “el nivel de desarrollo económico alcanzado convierte a la realidad desigual en algo explosivo”. Según los obispos, “una avanzada
tecnología, manejada por el mercado y orientada primordialmente al crecimiento económico,
puede tener efectos gravísimos para la conservación de la naturaleza que es nuestro hábitat.
Esto no solo es grave en sí mismo, sino que destruye el futuro y es muy doloroso para las culturas ligadas a la tierra, como son las de los pueblos originarios de nuestro país, que consideran
a la tierra como a una madre”35.
La respuesta del gobierno: improvisada e insuficiente
Sin duda, si el presidente Piñera hubiera sabido la fuerte reacción ciudadana que tendría
en su contra por la aprobación de la etapa de las represas del proyecto HidroAysén, lo
habría pensado dos veces. Fue en esa fecha cuando su popularidad se desplomó desde un
60% a menos de un 30% en pocos meses. Las masivas movilizaciones rompieron el miedo,
hicieron despertar al pueblo dormido, la gente salió a las calles, se empoderó produciendo
34.http://www.elmostradormercados.cl/destacados/electricas-4/
35.http://documentos.iglesia.cl/conf/doc_pdf.php?mod=documentos_sini&id=4192
125
Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
un remezón político de proporciones36. Fenómeno que va de la mano con la pérdida de
credibilidad de las instituciones políticas de la actual democracia, Congreso, gobierno,
partidos políticos y parlamentarios. Algunos periodistas se refirieron a la situación vivida
en el país como el “mayo chileno” en alusión al “mayo francés” de 1968 en Paris37.
En su mensaje a la Nación de 2011, el presidente Piñera incorporó en su discurso el
tema eléctrico, anunciando cambios legislativos a la transmisión mediante la Carretera
Eléctrica y la creación del Comité Asesor en Desarrollo Eléctrico (CADE). A pesar de no
haber estado en el programa de gobierno, el tema eléctrico se instaló en la agenda política gracias a las movilizaciones de “Patagonia sin Represas” en contra de HidroAysén.
También sus ministros y voceros salieron en esa fecha a inculpar al gobierno anterior
por la responsabilidad de haber admitido el proyecto HidroAysén a evaluación ambiental, eludiendo así la responsabilidad de haberlo aprobado mediante una Resolución
de Calificación Ambiental (RCA). Más que responder a la ciudadanía, que se la ignoró
sustantivamente, la discusión se entrampó en una comedia de culpabilidades mutuas38.
También por parte de Laurence Golborne, entonces ministro de Energía, hubo intensiones de incorporar a representantes de “Patagonia sin Represas” a la CADE, invitándolos a conversar y así intentar frenar las movilizaciones que se extendían sin parar. En
dicha ocasión, los representantes invitados rechazaron integrarse a dicha comisión y se
anunció la creación de un referente propio, la Comisión Ciudadana Técnico-Parlamentaria (CCTP), que con posterioridad entregaría una propuesta alternativa al gobierno y
al presidente39.
Como estrategia, el gobierno, para no pagar aún mayores costos políticos, ha ido
postergando cada cierto tiempo la reunión del Comité de Ministros que se debe pronunciar sobre las reclamaciones contra la RCA que aprobó HidroAysén. Además, decidió
trasladar el problema al Parlamento poniendo en discusión las llamadas leyes eléctricas40, leyes que inmediatamente fueron vistas como un traje a la medida para favorecer
megaproyectos como HidroAysén y Energía Austral41.
En la discusión de estas leyes en la Comisión de Energía y Minería del Senado, hay
parlamentarios que han escuchado y participado de las propuestas ciudadanas e incorporado sus posiciones para mejorar dichas normativas. También se han respaldado
otros proyectos que van en la línea de favorecer un nuevo modelo eléctrico, tal como el
de net metering42 y la ley de ERNC de 20% al año 202043.
36.http://issuu.com/psegura/docs/5_hidroaysen_fin
37.http://eldesconcierto.cl/entrevista-a-patricio-rodrigo/
38.http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=16-05-2011%200:00:00&BodyID=0&PaginaId=34
39.http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2011/05/30/constituyen-comision-ciudadana-para-matrizenergetica/?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=titulares
40.http://www.emol.com/noticias/economia/2013/01/22/580347/longueira-ve-extraordinario-nivel-deconsenso-politico-en-proyecto-de-concesiones-electricas.html
41.http://www.elciudadano.cl/2012/10/08/58208/ojo-con-las-llamadas-leyes-hidroaysen/
42.http://www.chilesustentable.net/2012/01/18/aprueban-ley-de-generacion-residencial-net-meteringen-el-senado/
43.http://www.camara.cl/prensa/noticias_detalle.aspx?prmid=72166
126
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Los proyectos centrales en discusión en los que el gobierno ha manejado las urgencias son dos: el de la Carretera Eléctrica Pública y el que agiliza la entrega de concesiones
eléctricas.
Carretera Eléctrica Pública
La CCTP ha alertado a la opinión pública que el proyecto de Carretera Eléctrica elaborado por el Ejecutivo no responde a las necesidades de transmisión que requiere el país,
que no facilita la inyección de electricidad generada con medios del tipo ERNC a los
sistemas interconectados y que tampoco beneficia a los consumidores, los que deberán
pagar las holguras de futuros trazados nominados como “de interés público”. En los
hechos, beneficia a un pequeño grupo de grandes empresas que desarrollan proyectos
de generación de alto impacto ambiental, ubicados en diversas regiones de Chile y particularmente en la Patagonia44.
El senador Antonio Horvath (2013) expresó en su momento que la Carretera Eléctrica “es una ley para HidroAysén, que faculta al Presidente de la República a imponer servidumbres eléctricas para líneas de transmisión, facilitando así el acceso a recursos disponibles
para la producción de energía eléctrica en el territorio nacional” y llamó al gobierno a “responder públicamente, si el proyecto de Carretera, tal como se ha presentado, se podría utilizar
para establecer el trazado de transmisión de HidroAysén”45.
Desde el mundo ambiental se criticó que esta Carretera impone franjas de “interés
nacional” sobre territorios públicos y privados, sin posibilidad de apelación, amenaza las
Áreas Silvestres Protegidas, los territorios indígenas, al no incluir la consulta del Convenio 169, y que pasaría por encima de las Leyes de Medio Ambiente y de Bosque Nativo46.
También, se critica que busca que las empresas eléctricas eludan decenas de permisos sectoriales que hoy permiten resguardar el interés público, que impone mayores
costos a los consumidores, que pagarían el 75% del valor de la transmisión, y que no
fomenta las energías limpias, al contrario, las encarece, porque el sistema troncal tiene
distinto voltaje y no se definen los ramales que se asimilan como troncales. Esto último
es una grave insuficiencia legislativa.
Al parecer, el gobierno, luego de la definición de su estrategia eléctrica y de dar
orientaciones para la política pública, no está abordando el problema en su globalidad
y continúa con un análisis en partes pequeñas e inconexas que impiden ver los cambios
que refleja el discurso político.
La propuesta novedosa de este gobierno fue la de ofrecer entregar un “mapa de zonas”
que identifique las áreas con alguna protección, en las que se viabilicen las posibilidades
de inversión en proyectos eléctricos. Encargado al Ministerio de Bienes Nacionales luego
44.http://radio.uchile.cl/noticias/169138/
45.http://www.theclinic.cl/2012/08/30/proyecto-de-ley-de-carretera-electrica-desata-multiples-criticasen-oficialismo-y-oposicion/
46.http://www.terram.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=10864
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Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
del caso Barrancones, se ha quedado detenido por visiones contrapuestas al interior del
gobierno con los que piensan que es el mercado el que debe decidir, en plena libertad,
dónde instalarse con sus proyectos y el Estado no debe inmiscuirse con políticas de
ordenamiento territorial.
Al parecer, estos temas pendientes harán que se dilate la discusión del proyecto de la
Carretera Eléctrica Pública, y será el próximo gobierno el que deba retirarlo o continuar
la discusión y resolver la crítica ciudadana sobre si lo que se necesita es una Carretera
Eléctrica Pública para HidroAysén o un Sistema Nacional de Transmisión que resuelva
no solo los sistemas troncales, sino los ramales, e incorpore los conceptos de generación
distribuida, redes inteligentes y desarrollo de las energías renovables.
Concesiones eléctricas
El Proyecto de Ley (PL) sobre Procedimiento para otorgar concesiones eléctricas, enviado por el Ejecutivo a tramitación a la Cámara de Diputados el 3 de mayo de 2013, consiste en un artículo único que modifica y reemplaza algunas normas de la Ley General
de Servicios Eléctricos, con el objeto de acelerar el procedimiento de otorgamiento de
concesiones eléctricas a proponentes privados.
Para acelerar el trámite de las concesiones eléctricas, el proyecto pone gravámenes
sobre los terrenos de los productores agrícolas, ganaderos, emprendimientos de turismo
y conservación.
El movimiento social y ambiental, preocupado por el proyecto, se ha organizado a
través del CDP y la CCTP para participar en los debates y asesorar a algunos parlamentarios que tienen mayor afinidad con las propuestas ciudadanas que las del Ejecutivo.
Tanto el CDP como la CCTP han visto en este proyecto una posibilidad de mejorar
la legislación al respecto y, más que oponerse en su totalidad, han formulado un conjunto de indicaciones que, desde la mirada de la ciudadanía, hace aportes para logar
una mejor ley.
Entre las recomendaciones a incorporar en las indicaciones se pueden mencionar:
•
•
•
•
•
Evitar que se restrinjan las oposiciones a los propietarios de terrenos (legitimación activa).
Incorporar, cuando corresponda, la consulta a las comunidades indígenas (OIT
169) y la consulta a las comunidades relacionadas con áreas silvestres protegidas.
Corregir el privilegio que se le otorgó al solicitante de la concesión eléctrica por
sobre los solicitantes de concesiones de otros sectores. Esto vulnera el derecho
de propiedad.
Impedir que se rompa la unicidad de los proyectos para su evaluación, debido a
que permite dividir concesiones, lo cual, en el fondo, genera una presión sobre
áreas sensibles, ya que al permitir que avance la concesión en áreas no sensibles,
se privilegiaría el concepto de hechos consumados.
Evitar que se restrinjan las causales de reclamación de los afectados.
128
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
•
Bloquear la entrega de autorización para ocupación material de terrenos al concesionario, si existen recursos pendientes.
• Evitar la entrega de concesiones a perpetuidad, similar a la figura utilizada en la
Ley de Pesca.
Estos aportes se han visto bloqueados por un acuerdo del gobierno con algunos
diputados y senadores, que desean despachar la ley lo antes posible, a pesar de no estar
resueltos los problemas de fondo, acuerdo hecho una vez más sin tomar en cuenta la
opinión ciudadana.
También existe un tercer proyecto, aún no despachado al Parlamento, que favorece
la inversión en minería y proyectos eléctricos.
Ley Proinversión
El mundo ciudadano, representado por “Patagonia sin Represas”, fue el primer actor que
cuestionó la iniciativa, que aún no conocemos, excepto por las declaraciones de prensa
del Ejecutivo y los empresarios. En dichas definiciones, que influirían sobre el futuro de
varias regiones completas vinculadas a proyectos de energía y minería, no hubo participación de representantes de dichos territorios, siendo que esas políticas les afectarían
directamente en sus vidas y actividades económicas47.
La percepción de las organizaciones sociales del país sobre dicho proyecto consiste
en estimar que el futuro del país y sus regiones lo desean definir solo los grandes intereses corporativos eléctricos y mineros, quienes fijan las metas del país con el apoyo del
gobierno y a espaldas de la ciudadanía. Desean resolver las trabas administrativas, indican, pero significa, en concreto, pasar por sobre las mayorías que rechazan proyectos
como HidroAysén, Castilla, Energía Austral y otros, con la idea de amarrar todo antes
que cambie el gobierno y lleguen otros al poder.
Desde “Patagonia sin Represas” afirman que la cumbre confirmó lo que la campaña
ha venido diciendo por años y ha sido insistentemente desmentido por los voceros de
HidroAysén: la nueva energía es para la gran minería. También indican que, con este
proyecto, simplemente buscan acuerdos empresa-gobierno para continuar con su gran
negocio, pasando por sobre los intereses ciudadanos de las comunidades y las regiones48.
Mencionan que pedir que se termine con la judicialización de los proyectos es buscar una licencia para vulnerar derechos y entrometerse en otro poder del Estado. Indican que lo que corresponde hoy y siempre es respetar el Estado de Derecho, sin
aceptar presiones que socavan la institucionalidad y nos conducen hacia una crisis de
gobernabilidad49.
47.http://issuu.com/psegura/docs/insertocumbreproinversion
48.http://issuu.com/psegura/docs/insertocumbreproinversion
49.http://issuu.com/psegura/docs/insertocumbreproinversion
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Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
La disminución de la “seguridad jurídica” de las inversiones, afirman, se debe principalmente a los errores de los últimos gobiernos por no resolver adecuadamente la
institucionalidad ambiental ni las reglas del juego, dejando a un sistema extremadamente vulnerable, cuya judicialización será directamente proporcional a la pérdida
de confianza50.
Las soluciones: De la protesta a la propuesta
El movimiento ambientalista y ecologista chileno, con una de existencia de más de
cuarenta años, ya está en condiciones de pasar de la protesta socioambiental y las movilizaciones a las propuestas de desarrollo sustentable. Confluyen un marco teórico suficiente, experiencias nacionales e internacionales, una ciudadanía más consciente y la
necesidad de resolver a la brevedad las graves amenazas planetarias y locales, como el
cambio climático y la pérdida de biodiversidad, respectivamente.
Para el caso de la política eléctrica existen además, para el país, las fuentes renovables en abundancia, que posibilitan un crecimiento importante para las décadas siguientes, junto con haber reflexionado sobre los problemas de dicha política y las orientaciones desde la visión ciudadana. Además, los tiempos sociales y políticos que vive el país
implican una necesidad de avanzar en más y mejor democracia.
Bases ecológicas de un nuevo paradigma
Desde los comienzos del ambientalismo existió una fuerte relación con la ciencia ecológica, desde donde se nutrieron las críticas a un sistema económico considerado insustentable y también de los marcos teóricos que posibilitan hacer propuestas de cambios
estructurales en la lógica del interés social y colectivo, en contrapartida al interés privado y corporativo que domina en las decisiones políticas.
Entre esos elementos del marco teórico que han dado sustento a las causas ambientales en el país, y en especial a la campaña “Patagonia sin Represas”, podemos mencionar algunos.
El desarrollo sustentable, que viene desde la Comisión Brundland (1985), hasta lo
planteado por Nijcam (1991), Gastó (1994) y otros, donde se busca conciliar objetivos
económicos con los sociales y ambientales.
La Figura 2 expone una forma de entender el problema del desarrollo sustentable.
50.http://issuu.com/psegura/docs/insertocumbreproinversion
130
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Figura 2
Relación de lo económico, lo social y lo ambiental
en el desarrollo sustentable o sostenible
También, en la Figura 3, basada en el triángulo de Nijcam, se observa la identificación
de un resultado donde se concilian y armonizan las variables económicas, sociales y
ambientales.
Figura 3
Conciliación de objetivos económicos, sociales y ambientales
en el contexto de la sustentabilidad
Además, las soluciones de sustentabilidad no son rígidas y únicas, se requiere contemplar la ubicación territorial de las acciones de desarrollo para que efectivamente se
respeten las restricciones que la naturaleza le impone a las actividades humanas para la
mantención del equilibrio ecológico, con sus ciclos biogeoquímicos, la mantención de
131
Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
la biodiversidad, los ciclos hidrológicos, entre otros factores que mantengan la estabilidad de los ecosistemas. La figura siguiente expone las soluciones de sustentabilidad,
desde la mirada del ordenamiento del territorio para diferentes ámbitos.
Figura 4
Sustentabilidad y ámbitos territoriales
La búsqueda de este tipo de soluciones, implica una renuncia a las visiones inminentemente sectoriales, y avanzar en una mirada basada en el pensamiento complejo y la
trasdisciplina que nos aproximen a un enfoque holístico de los problemas de la relación
sociedad-naturaleza-tecnología. La Figura 5 expone el enfoque monístico de la relación
sociedad-naturaleza.
Figura 5
Enfoque monístico de la relación sociedad-naturaleza en función del
ordenamiento territorial y el impacto ambiental
132
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
La Figura 6 expone la articulación entre diferentes niveles de organización de la naturaleza y de la sociedad, definiendo los límites o grados de libertad para la toma
de decisiones que respeten los criterios de sustentabilidad del desarrollo. También,
representa un enfoque metodológico de articulación de ciencias duras con ciencias
blandas.
Figura 6
Grados de libertad para la toma de decisiones desde la sustentabilidad
Límites de la
Universal Legalidad
Grados de libertad
ZONA LÍCITA
Físico
Límites de la
Universal Legalidad
Mayor
Menor
Geomorfológico
Biológico
ZONA
ILÍCITA
Organización
ecológico- natural
Ordenación
ecológicoantrópica
Social
Ordenación
antrópica del
ámbito
Tecnológico
ZONA
ILÍCITA
Disipación de energía
Geológico
Organización
natural de la
naturaleza
Nivel de jerarquía del fenómeno
Químico
Económico
Político
Menor
Mayor
El potencial de las ERNC y de la EE
Diversos autores y expertos, entre los que se encuentran Amory Lovins51, Stephen Hall
y Roberto Román52, e incluso el propio Banco Interamericano de Desarrollo53, han demostrado con datos y llegado a la conclusión de que el país es privilegiado en fuentes
de ERNC.
El Cuadro 1, elaborado por la Corporación Chile Ambiente (2012), resume algunas
de las conclusiones con los potenciales de energías renovables que posee el país, indicando el tipo de energía, la fuente del dato, el potencial total estimado y el potencial que
sería económico en la actualidad.
51.http://www.futurorenovable.cl/2011/11/seminario-matriz-energetica-2011-dr-amory-lovins-chileposee-condiciones-para-las-ernc/
52. http://www.eldivisadero.cl/noticias/?task=show&id=25675
53.http://www.eldinamo.cl/2013/06/19/estudio-del-bid-cita-a-hidroaysen-como-ejemplo-de-unproyecto-que-genera-conflictos-sociales-y-ambientales/
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Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
Cuadro 1
Potencial total y potencial económico de las energías renovables chilenas
Tipo de energía - Fuente
Geotermia - Universidad de Chile, 2006
Centrales de paso - Acera A.G, 2006
Mareomotriz - G. Hassa, 2009, BID/CDE
Solar térmica - Universidad de Chile, 2006
Solar fotovoltaica - Universidad de Chile, 2010
Eólica - UTFSM, 2008
Biomasa - Chile Ambiente, 2009
Potencial Total - (Económico)
16.000 MW - (4.000 MW)
33.000 MW - (10.000 MW)
161.900 MW - (2.000 MW)
937.000 MW - (10.000 MW)
1000.000 MW - (3.000 MW)
40.000 MW - (15.000 MW)
1.000 MW - (600 MW)
Destacan los grandes potenciales de la energía solar, tanto térmica como fotovoltaica,
con cifras que superan el millón de MW instalados y la mareomotriz, sobre los 160.000
MW para las costas del país. También son rescatables los potenciales eólicos sobre los
40.000 MW y las centrales de paso que superan los 30.000 MW.
Según información del Centro de Energías Renovables (2012), los proyectos enmarcados como renovables no convencionales ascienden a ciento cuarenta, los que sumarían una capacidad de 8.749 MW, es decir, poco más de tres veces lo que contempla el
proyecto HidroAysén, con una inversión necesaria de US$ 22.451 millones.
El 54% de la nueva generación sería eólica. Con las cuarenta y cinco iniciativas de
este tipo en trámite, sumarían 4.684 MW y un desembolso de US$ 9.664 millones. A
su vez, los proyectos solares representan el 34% de los MW totales, es decir, 3.276 MW
que necesitarían una inversión de US$ 11.066 millones para concretar las cuarenta y
una centrales contempladas.
La tecnología minihidro alcanzaría 476 MW de construirse los cuarenta y cinco
proyectos ingresados al SEIA, que totalizan US$ 1.112 millones. En biomasa son ocho
las iniciativas por un monto de US$ 429 millones para alcanzar 263 MW. En geotermia
hay solo un proyecto, que generaría 50 MW con una inversión de US$ 180 millones.
Existe en el Ministerio de Energía un Plan de Acción de Eficiencia Energética Rentable, con una meta de 15% de eficiencia al año 2025, que ha tenido dificultades mayores
para su implementación en el actual gobierno. Dicho plan reduciría el consumo de
electricidad en unos 19.500 GWh, evitando la construcción de centrales de generación
equivalentes a una capacidad de 2.600 MW.
Nueva visión ciudadana de la política eléctrica
Lo que más se reclama al gobierno, desde la mirada de los movimientos sociales que hacen seguimiento de la reforma eléctrica, es la carencia de una visión de largo plazo de la
política eléctrica y de una reforma integral que apunte a dichos objetivos. La Estrategia
Nacional de Desarrollo Eléctrico definida por el Ejecutivo en febrero del 2011, se ha limitado a poner urgencias a los proyectos de transmisión dejando de lado temas como la
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
meta del 20% de energías renovables al 2020, compromiso de programa que, con base
al nuevo acuerdo con algunos parlamentarios, se postergaría al año 2025 la eficiencia
energética, el Reglamento de net metering, el cambio en el CDEC, las barreras de entrada
a las renovables, entre otras; todas necesarias para que exista mayor competencia en el
mercado eléctrico.
Las propuestas ciudadanas encabezadas por el CDP y la CCTP plantean un cambio
de paradigma eléctrico a través de una reforma integral del sistema eléctrico, lo que
implica cambios en el marco regulatorio que, al menos, considere:
•
Competencia y precios justos: No puede haber competencia en un mercado
concentrado donde tres actores controlan el 94% de toda la electricidad del
país. Para ello, debe cambiarse la Ley General de Servicios Eléctricos de 1982,
en específico el modelo marginalista, por otro de costo medio, poner límites al
porcentaje de participación de los actores del mercado, reforzar que la electricidad antes que un negocio es un servicio público y recuperar, por parte del
Estado, la planificación con una mirada estratégica y capacidad para regular el
buen funcionamiento de los mercados eléctricos. También se debe incorporar,
en el nuevo paradigma de la política eléctrica, una mirada desde la demanda,
que genere escenarios prospectivos del consumo para cada territorio o región
y, acorde con ellos, se planifique la oferta optimizando los recursos energéticos
que tengan más cercanía con esa demanda. En la figura N° 7 se presentan los resultados de una investigación de Bloomberg (2012), donde se demuestra que al
2020 prácticamente todas las energías renovables serán competitivas, tanto para
el SIC como para el SING, dada la reducción de costos que hoy tienen las ERNC.
Figura 7
Costos nivelados de ERNC y generación convencional al 2020
(Bloomberg, 2012)
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Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
Este nuevo mercado, regulado adecuadamente y con competencia real, requiere
de un cambio profundo en el CDEC, de manera que pase a ser un órgano donde
participen todos los actores involucrados, sea transparente e independiente, y
no manejado, como ocurre en la actualidad, por funcionarios cuyas remuneraciones provienen de las mismas generadoras. Se necesita un CDEC verdaderamente democrático y que garantice la confianza requerida por una nueva
política eléctrica.
• Sistema Nacional de Transmisión y Generación Distribuida: Más que una
carretera eléctrica para viabilizar las represas en Aysén, “Patagonia sin Represas”
ha planteado un sistema nacional de transmisión y un avance con redes inteligentes interconectadas, tipo redes neuronales, que posibiliten sacar la energía
desde las fuentes renovables a los centros de consumo diversificando el número
de actores que participan del mercado. Un sistema que relacione adecuadamente los troncales con los ramales, en inverso al actual PL de la llamada Carretera
Eléctrica, que solo mira los troncales y deja indefinido los ramales que son fundamentales en un nuevo paradigma que fortalezca la generación distribuida. La
mirada territorial de la demanda induce a una política que optimiza recursos
energéticos existentes con la mayor cercanía al consumo, además de bajar las
distancias de transmisión, disminuyendo con ello los costos de las líneas de alta
tensión, significativamente las pérdidas de energía y los impactos ambientales y
en el paisaje. La Figura 8 muestra un esquema de lo que podría ser la Generación Distribuida (GD) para el SIC, que abastece al 93% de la población del país.
Figura 8
Ejemplo de una propuesta de GD para el SIC
136
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
En un país tan diverso como Chile, las islas energéticas como Aysén, Magallanes y otros pueblos, cumplen una función que optimiza los recursos y deben
ser fortalecidas, al menos hasta que ingresen al interconectado. La generación
domiciliaria a través del net metering (medidores inteligentes), puede aportar
una energía no menor al sistema, y hoy son opciones reales dadas las nuevas
tecnologías disponibles, la legislación vigente y, especialmente, los costos del
sistema fotovoltaico, que han bajado significativamente. En esto último, dada la
aprobación de la ley respectiva, solo falta un buen reglamento que incentive su
implementación masiva.
• Sustentabilidad ambiental: Hoy día, por el significativo aumento de la conciencia ambiental de la población, ya no es posible implantar proyectos energéticos
que atenten contra el medio ambiente en los territorios. Si bien la institucionalidad ambiental vigente no es mucho lo que puede hacer, dado el ordenamiento
jurídico y voluntad política al respeto, la carencia de reglas claras hace que la
judicialización de los proyectos sea una espada de Damocles para cualquier iniciativa privada de megaenergía. Las mayores movilizaciones ciudadanas que se
han producido en estos años se están originando en causas ambientales y por la
protección de los bienes comunes, que es parte del cambio cultural de la sociedad chilena, lo que requerirá un ajuste institucional y de las empresas privadas.
Ya no es posible que los objetivos de política de energía eléctrica se contrapongan con los objetivos de protección ambiental, los desafíos de protección de la
biodiversidad, de evitar el cambio climático y de proteger la ruralidad en su
integralidad; requieren armonizar y compatibilizar el desarrollo eléctrico con la
conservación de la naturaleza y el ambiente.
•UEE: Hoy se las considera una fuente más en la matriz eléctrica, el uso eficiente
de la energía es aún muy incipiente en el país y se ha enfatizado en los sectores
que menos consumen, por ejemplo, cambiar a ampolletas eficientes ayuda, pero
el sector residencial consume alrededor del 19% de la electricidad del SIC y
menos del 10% del SING. En cambio, poco se ha hecho para poner normas al
sector minero e industrial, que representan más del 66% del consumo del SIC
y sobre el 90% del SING. El propio Plan de Eficiencia Energética que hizo el
gobierno y que no lo ha puesto en marcha, estima que, con una meta de 15% de
eficiencia al año 2025, se reduciría el consumo de electricidad en unos 19.500
GWh, evitando la construcción de centrales de generación equivalentes a una
capacidad de 2.600 MW.
• ERNC y Empleo: Reconociendo el potencial del país presentado en el Cuadro 1, donde las fuentes de energías renovables están en todo el territorio,
una política al respecto viene a iniciar una transición de reemplazo del paradigma de las grandes concentraciones en grandes plantas, para desde ahí
distribuir a todos los consumidores. Una nueva política debe propiciar la
diversificación de las fuentes, logrando así mayor seguridad de suministro y
menores costos e impactos por grandes transmisiones. Se necesita mejorar
el marco regulatorio, que haga competitivo el mercado eléctrico, remueva
137
Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
barreras de entrada y entregue los incentivos adecuados para energías renovables con menores impactos ambientales y externalidades sociales positivas.
Entre estas medidas:
- Involucrar a las comunidades locales: Desde el inicio de los proyectos
se debe realizar una participación proactiva con las comunidades y actores
sociales. Más que como un obstáculo para el desarrollo de proyectos, se
debe ver a las comunidades locales como una oportunidad de hacer mejores
proyectos y no como un estorbo para las inversiones.
- Incentivar los proyectos que generan mayor empleo: En una economía
donde cada vez el empleo es más precario, se debe incorporar en la matriz
de decisiones la capacidad que tienen los proyectos de energía para lograr
sustentabilidad social en los territorios, mejorando el empleo de calidad.
- Diversificación de la matriz SIC y SING: El abundante recurso energético
distribuido a lo largo de nuestro territorio debe ser la base para una política
de diversificación, donde el Estado dé señales claras para que nuevos actores
se interesen en el desarrollo de proyectos en esa línea.
•
Compromiso de los sectores productivos con las ERNC: Para nadie es desconocido que la mayor demanda de energía está radicada en el sector minero, por
sobre el 32% del total, y en el sector industrial, con un 30% de la demanda. En
este escenario, es factible que los sectores productivos, especialmente el minero, hagan también su esfuerzo por incorporar al menos un 30% de ERNC a su
matriz eléctrica. Lo mismo pueden hacer otros sectores, como agricultura, por
ejemplo, que tiene potenciales con centrales de paso en sus canales de regadío
por sobre los 1.000 MW de potencia.
Reflexiones finales
Luego del análisis realizado, queda claro que la movilización y empoderamiento ciudadano en contra del proyecto HidroAysén y, como contrapartida, por la defensa de
la Patagonia chilena, logró poner en la agenda política el tema eléctrico, a pesar de no
haber estado en el programa de gobierno. El marco regulatorio eléctrico, desde el inicio
de la transición a la democracia, ha tenido solo pequeñas modificaciones a través de las
Leyes Cortas, marcando un antes y un después en la capacidad que tienen los temas
ambientales para movilizar a la población e influir en la política pública.
Producto de la causa por la defensa de la Patagonia en mayo de 2011, la ciudadanía
perdió el miedo, salió masivamente a las calles por primera vez desde el inicio de la
transición a la democracia y continuó por el resto del año con las movilizaciones de los
estudiantes, las minorías sexuales, los temas de salud, pueblos originarios, laborales,
entre otros.
138
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Aún no existen las investigaciones sociológicas y los análisis que sitúen el rol que
jugó el movimiento “Patagonia sin Represas” en la activación de las movilizaciones
sociales y empoderamiento ciudadano que todavía remecen al país. Pero, con los antecedentes disponibles, al menos permiten formular una hipótesis, que actuó como la
gota que rebalsó el vaso, luego de más de veinte años de democracia, donde una de las
características de los gobiernos de la transición fue la contención del movimiento social
en aras de mantener la estabilidad democrática y evitar aventuras golpistas, como las
que vivió el país en su estrategia por avanzar al socialismo por la vía democrática al
inicio de los años 70.
También refleja el apoyo a “Patagonia sin Represas”, y otras causas socioambientales,
que en las últimas décadas la consciencia ecológica aumentó significativamente en la población chilena y ya no está reducida solo a grupos ambientalistas, sino que ha llegado
a diferentes sectores sociales y estratos etarios, especialmente a los jóvenes, que ven su
futuro y calidad de vida amenazados por decisiones que toman las actuales generaciones, impulsando un modelo de desarrollo que no puede ser considerado sustentable y
está más bien guiado por el afán de lucro privado desmedido y la codicia por la máxima
rentabilidad a corto plazo a como dé lugar.
Sin duda, este tema aún está en desarrollo y seguirá en la agenda pública, pero la
influencia de las mayorías ciudadanas que apoyan a “Patagonia sin Represas” en la política ya está dando resultados, y prácticamente todos los candidatos a la presidencia que
competieron el año 2013 tuvieron posiciones contrarias a HidroAysén.
Esto deja a ENDESA Chile y a su empresa propietaria, ENEL de Italia, en una difícil
posición, dado que, según sus propias declaraciones, ya llevan gastados alrededor de
los US$ 350 millones en un proyecto que, al parecer, tendrá pocas posibilidades de
concretarse.
A continuación, se presentan algunos paisajes del nacimiento del Río Pascua, desconocidos por la mayoría de los chilenos, y que serían inundados por las represas de
HidroAysén:
Foto 1. Saltos del Pascua
Foto 2. Saltos y Lago Chico
139
Energía eléctrica y paradigma de desarrollo: patagonia sin represas y empoderamiento ciudadano
Patricio Rodrigo Salinas
Foto 3. Cascada del Pascua
Foto 4. Nacimiento del Río
Foto 5. Montes Steffens
Foto 6. Huemul en el Pascua
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Juana y la cibernética (1963)
Elena Aldunate
“¡Qué estúpido sería –pensó la mujer– que por una chapa descompuesta me fuera a
quedar encerrada!”. Dominando la alarma que solapadamente comenzaba a entorpecer sus dedos, hizo un nuevo intento. La llave se quebró. ¡Diablos!…, ahora sí que la
situación no tenía remedio. Salvo que alguien se hubiera quedado por ahí. A veces el
señor Morales se retrasaba ordenando las tarjetas para el lunes… La esperanza la hizo
musitar su nombre. Después, alzar la voz para llamar. ¡Nada! ¡Nadie! No hubo respuesta. El taller era bastante grande, pero no tanto como para que si alguien se encontrara
entre las máquinas o en las oficinas, no la oyera. Al escudriñar, vio la sala irremediablemente vacía. Sus oídos captaron el silencio. Mientras forcejeaba con la llave, no se
había percatado de él, pero ahora, tras el eco de su grito, la sobrecogía como una mano
inesperada.
¿Para qué diablos volvería a buscar el chaleco? La inutilidad de la prenda pesaba
sobre sus hombros. ¿Para qué? ¿Para qué?… Nada ganaba con reconvenirse; la cosa
estaba hecha. La única puerta de salida era esa en cuya chapa la llave, quebrada, relucía malignamente. Muy altas quedaban las ventanas; la fábrica tenía cuatro pisos. Las
paredes eran lisas y la puerta de fierro. Solo las máquinas, grises y complicadas, con la
indiferencia de los animales domésticos, contemplaban su pequeño drama.
De pronto, una idea la hizo correr al lavabo. ¡El tragaluz se comunicaba con todos
los pisos! A veces había escuchado trozos de conversaciones. No les prestó atención,
pero parecía que las personas estaban cerca. Ahora lo recordaba. A lo mejor, alguna de
las secretarias se arreglaba todavía.
Sus pasos precipitados resonaron en las baldosas. La fila del lavatorio relumbró en la
oscuridad. Urgiendo agilidad, en su miedo, la mujer trepó sobre uno de los lavatorios, y,
formando una bocina con ambas manos, gritó… Convertida, toda ella, en un gran oído,
esperó. ¡Nada! Silencio. Gritó y volvió a gritar. Los ecos se acallaron.
Entonces la mujer tomó conciencia de su situación, y el comienzo de un sollozo
incontrolable la contrajo. Tendría que pasar tres días encerrada ahí. Sola, asustada, hambrienta. Era una suerte, no obstante, que la avaricia del señor Wellmann lo moviese a
construir los servicios higiénicos dentro de las grandes salas de máquinas. Su objetivo
había sido mantener a las obreras bajo su control; ahora ella lo bendecía. Pero eran tres
días: sábado, domingo, lunes…, y en vísperas de Año Nuevo. ¡Era el colmo!
¿Quién le daría de comer a Cascabel? ¿Quién le limpiaría la jaula? A lo mejor, en la
cena de tía Lucha, esta le echaría de menos; le extrañaría no verla llegar. Era la única
parienta con la cual pasaba la noche abominable, bulliciosa, triste, de Año Nuevo. Pero
tía Lucha pensaría que la habían invitado a otro lugar. Nadie más podría extrañar su
presencia. Quizá la señora Carmen. Al fin y al cabo esa pensión era su hogar desde hacía
nueve años. ¡Su hogar!… ¡Cuánto soñó con tenerlo!… ¡Y qué diferente habría sido su
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Elena Aldunate
hogar de esa pieza pequeña y atiborrada de objetos diversos atesorados tontamente en
el transcurso de una vida monótona y descolorida!
Pero de todas sus compañeras de trabajo, venía a sucederle a ella este percance idiota. A ella, a la que vivía sola. A ella, que en sus cuarenta y cuatro años no conociera el
amor…, al hombre.
¿Por qué este pensamiento tan íntimo, tan mañosamente oculto, tan fuera de lugar,
en estos momentos se le hacía presente de súbito, de golpe?
Sí; era la verdad. Ella, una mujer no demasiado religiosa, sin tantos prejuicios, no
tan fea…, no sabía físicamente lo que era un hombre, cómo era un hombre. Siempre
trabajando, siempre viviendo, en calidad de allegada, donde tía Lucha. Pospuesta, mal
vestida, al margen de la existencia, de los sinsabores y de las alegrías de los demás. Para
colmo, tímida. ¿Por qué pensaba en eso ahora? Tal vez por una vaga sensación de muerte, de término… De pronto, sintió ganas de reír. ¿Qué perdía con estar ahí, encerrada?
¿Alguna cita? Solo había tenido dos citas en su vida. Menos todavía, porque una de estas
fue un error. ¿Una broma tal vez? La cara del señor en cuestión se presentaba vivamente
en su recuerdo: “¿Pero, usted no es la señorita Blanca?”. Sí, había sido una humillación,
un desencanto. Perdería la cena con tía Lucha. Una cena pobre en una casa pobre y sucia
y oscura, llena, en ese, cuando ella vivía allá, de chiquillos gritones, de ropa por lavar.
Hoy en día, llena de muchachitas impertinentes y arremilgadas: sus primas. No; nada
perdía con no estar en esa comida. Como siempre, por no tener servidumbre, tía Lucha
le habría dicho: “¡Ay, Juanita!, usted que tiene tan buena voluntad…”. Nada tenía que
perder, y a nadie haría falta. En cuanto a Cascabel, ¡pobre Cascabel!, la señora Carmen
lo vería.
Salió de la sala de lavabos. El reloj, adosado al muro, indicaba la 1.30. A través de
las altas ventanas, el sol veraniego calentaba el lugar, iluminándolo todo en exceso.
Por los rayos que cruzaban la sala, millones y millones de partículas de polvo subían y
bajaban silenciosas. ¡El silencio! Eso era lo peor. Si al menos hubiese llevado el tejido,
como casi todos los días. Pero no, esa mañana todo le había salido al revés. En el barrio,
la electricidad había amanecido cortada, y tuvo que preparar el desayuno, a escape, en
el anafe a parafina. Esto le hizo retrasarse en media hora, recibiendo la reprimenda del
señor Morales. Tampoco había nada que leer. Nada con lo cual entretenerse. Nada en
qué pensar…, tan poco para recordar.
Trata de tranquilizarse. Se pasea entre las máquinas. Intenta familiarizarse con el
ambiente. Hace calor. Tiene el maldito chaleco y tiene agua, aire y espacio para caminar.
Contra la pared, alineados, los bancos para que las operarias se sienten a merendar en
la media hora concedida. Puede tenderse en uno de ellos y dormir. Tal vez el hambre
no sea tanta, y nadie vendrá a apurarla. Nadie se preocupará de ella durante dos días y
medio, lo que no deja de ser una ventaja. A lo mejor, ¿por qué no?, puede convertirse
en alguien célebre y hasta salir en los periódicos. “La mujer que pasó tres días encerrada
en una sala de máquinas”. Probablemente este suceso insólito hasta puede servirle a la
fábrica como propaganda. Podría ocurrírsele al señor Wellmann hasta subirle el sueldo.
Con este aumento ¡compraría la máquina de coser!… Esa máquina de coser que ambiciona desde hace tanto tiempo, y que todos los días contempla al pasar ante la vitrina de
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esa tienda. Hasta puede que, gracias a esta tonta aventura, su vida monótona y aburrida
tome otros rumbos. A lo mejor, por fin, un Dios, o lo que sea que por allá arriba o aquí
abajo se las dé de tal…, se ha acordado de ella.
Su mano, distraída, se apoya en una de las palancas, y sus pasos, movidos por la
rutina diaria, la conducen hasta su puesto de trabajo. Hasta “su” maquina. La mira con
cariño. Hace dos años que trabaja con ella; la conoce, sabe sus movimientos, sabe de
sus engranajes. Esta tarde la siente viva, compadeciéndola. Mueve ahora la palanca.
Nada pasa. Entonces recuerda que los conmutadores están situados al fondo de la sala,
y que los desconectan todas las tardes. Cruzando con lentitud la sala, llega hasta la gran
caja donde las negras manillas relumbran al sol. ¿Cuál será? Con las dos manos baja
la primera. Un rumor sordo indica que algún efecto ha logrado. Vuelve a su puesto
habitual, ante la máquina. No; no funciona. No es aquella manija. Retorna a la caja
de conmutadores: cierra la primera y abre, bajándola, la segunda… En la tercera fila,
una máquina comienza su rítmico movimiento. ¡Es la suya, es su máquina! Con alegría
infantil, la observa por primera vez con curiosidad. Ya no con esa distraída dedicación
que su peligroso oficio requiere: poner y sacar las delgadas planchas de zinc. No, ahora
la observa con interés. El ruido sordo, interrumpido rítmicamente por el golpe seco de
la perforadora, la va tranquilizando. Imagina sentir voces a su alrededor; voces que la
acompañan, como siempre. Sentada ante la máquina, la observa detenidamente. ¡Qué
precisa, qué recia, qué perfecta es! Imagina, de pronto, lo que sucedería si metiera una
de las manos bajo el tubo redondo y hueco. Su mano quedaría como en esos cuadros
modernistas, en que las figuras, perforadas, dejan ver el paisaje. ¿Y si la máquina se
negara a hacerle daño, se negara a continuar?… Está imaginando tonterías. Es una
máquina y nada más que una máquina. Por hacer algo, saca de debajo de la plataforma
una de las planchas de hojalata, y, con movimientos expertos, la introduce en la bandeja
móvil. La máquina responde, cogiéndola con sus extraños dedos, y dándola vuelta con
rapidez precisa, asesta sobre ella tres certeros golpes…abriendo tres agujeros redondos,
del porte de un puño. Luego, el trozo cortado se deposita en la cinta transportadora,
la que, por estar detenida, produce un ruido seco. El trabajo de la mujer es monótono
y no demanda imaginación. Rapidez, control de los movimientos, y un sí es no es de
atención. Pero, para un ser con fantasía como la suya, ofrece libertad para soñar, para
vivir tantas historias que jamás sucederán. Quizás hace dos años, cuando su cuñada
le ofreció el puesto en la fábrica, lo aceptó por eso. Pero nunca imaginó una aventura
como la que está viviendo…
¿Tendrán ojos las máquinas? ¿Tendrán boca? ¿Se asemejarán en algo a la imagen de
su creador, el hombre? El hombre, Dios y Señor de la Creación. Recordó conversaciones entre sus compañeras, páginas leídas en diarios o revistas: “Un día las máquinas se
rebelarán contra sus amos. No necesitarán de ellos y tendrán iniciativas”. Por otra parte:
“El aumento de las máquinas, mil veces más rápidas, precisas y seguras que la mano o
el ojo humano, produce la desocupación obrera. Los robots…”.
Inquieta, mira en su derredor y baja la palanca. El silencio, acompañado por el monótono zumbido de los conmutadores, se hace presente. De la calle suben presencias
humanas. No es una calle muy concurrida, las casas quedan aisladas. En los días festivos
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Elena Aldunate
el barrio se sume en la quietud. Pone una banca sobre la otra y trata de alcanzar la ventana. No; decididamente la ayuda no vendrá por ahí. Vuelve a colocar las bancas donde
estaban. ¿Para qué apresurarse? Sentada, con la espalda apoyada en el muro y estiradas
las piernas, saca mentalmente cuenta de las horas que tiene por delante. ¡Permanecerá encerrada sesenta horas! Fue una lástima no haber traído el tejido. La ociosidad la
irrita. Podría haber adelantado en el trabajo; pero nada puede hacer sola, porque las
planchas de zinc son acondicionadas y perforadas en un trabajo en cadena con el de
otras operarias.
Ya son las tres de la tarde. ¡Qué lentas pasan las horas! Tiene hambre. El desayuno,
tomado a la carrea, fue escaso: té puro. Lleva ocho horas sin comer, y tendrá que soportar mucho más. Adentro le duele algo, su boca está seca.
Piensa, divertida, que usando la imaginación puede tomar un almuerzo líquido:
agua. Va a los lavatorios y enjuaga dos vasos plásticos, los llena de agua y va con ellos a
sentarse afuera. Lentamente va apurando el insípido y transparente líquido… Primero
es un plato de consomé, luego, huevos con jamón; por último, un postre de frutas, y
todo esto, acompañado por un gran vaso de leche.
Pasan las horas, y todo comienza de nuevo: la soledad, el aburrimiento, el pasearse, el
discurrir y el hambre. Y viene el sueño. Hace una especie de nido con toallas de papel,
huaipe y dos bancas. Por suerte, tiene en su cartera el frasco con pastillas tranquilizantes
que le recomendaron esa vez. Toma tres. Quiere dormir, y que el tiempo pase…
Son las once cuando despierta entumecida y acalambrada. ¡Qué cansancio, qué
hambre! Comenzará el día como siempre, con una taza de leche caliente, unas tostadas
y la ducha. Por fin tendrá tiempo para darse un baño largo y perezoso con el que ha soñado tantas veces. En la sala de baño se lava los dientes y bebe un vaso de agua. Siempre
su bolso está bien provisto, lleva de todo, hasta jabón: no le agrada el olor a desinfectante que dan esas pastillas que hay en la fábrica. Con lentitud se desnuda, y, al ordenar
su ropa, se demora mucho, mucho, pero… no lo suficiente. Al pasar ante los grandes
espejos, se contempla. Nunca lo hace desnuda. El espejo le muestra a una mujer delgada, un tanto angulosa, blanca, demasiado blanca; la cintura algo gruesa. A los veinte
años debió tener un cuerpo bastante hermoso. Ya nadie lo sabrá. Levantando los brazos,
como lo viera hacer en más de un filme francés, se recoge los cortos cabellos en la nuca
y una adormecida coquetería la envuelve. Con absurdos contoneos se introduce en una
de las casetas y abre la llave del agua caliente. Espera unos instantes, y el vapor, al salir,
le indica que las calderas aún no se han enfriado. Luego, el agua tibia corre acariciante
por su piel, por su rostro, por su cabello, por sus manos, por sus hombros huérfanos de
dedos masculinos, por sus pequeños pechos aún duros, por sus puntudas caderas yermas, por sus piernas cansadas y sus pies demasiado anchos. Los ojos cerrados, la boca
abierta bajo el chorro, Juana sueña… Después, se enjabona minuciosamente. Demora
mucho, mucho, hasta que la piel se arruga e irrita. Con la cabeza blanca de espuma, sale
para mirarse otra vez en los espejos. Ante estos, se inventa disparatados peinados. Luego, sonámbula, se pasea desnuda y empapada por la sala. ¡Qué maravillosa sensación!
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El sol en su piel húmeda, en sus caderas ruborizadas. El aire entre sus pechos y sus piernas. Libre, impúdica, sola. ¿Y si alguien entrara? Pepe, el nochero, tal vez hará su ronda.
Pero no; algo se ha rumoreado, entre las empleadas, que al viejo Pepe lo echaron por
no aceptar el quedarse la noche de Año Nuevo. ¡Pobre hombre! Ella le encuentra razón:
cuántos años al servicio del señor Wellmann, y no pueden concederle una gracia para
la noche de Año Nuevo… De pronto siente que la están mirando; que muchos pares de
ojos la observan. Con nerviosos grititos, corre a esconderse en la ducha, la cual, contra
su costumbre de ahorro, ha dejado abierta, y se enjuaga. Más tranquila, vuelve a la sala
para secarse al sol. No podría mojar las toallas de papel, que son su cama y abrigo. En el
centro de la sala, se tiende de espaldas sobre una de las bancas. Son las dos y hace calor.
Siente pena, angustia, desazón, hambre. Pero se arregla los cabellos y se viste. Todo eso,
¿para qué?, ¿para quién? Qué tremendo es el tener tiempo; tiempo para pensar lo que ha
hecho de su vida. A pesar de la lentitud que toma en observarlo, de la lentitud con que
se incorpora, cruza la sala, se viste y se seca el pelo…; las horas son las mismas, y los
minutos corren de cinco en cinco. Recomienza toda la larga espera, hasta que la oscuridad llega. Acomodada en su lecho de papel, cierra los ojos; pero no puede conciliar el
sueño. No puede dormir. ¿Por qué tendría que dormir? Esa es una costumbre adquirida:
“En la noche se debe dormir”. “En la mañana se trabaja, se limpia la casa. Almuerzo a las
doce. Hay que tener hambre…”. ¿Hambre? Luego se retorna al trabajo y a las seis se va
al cine; a las ocho hay que tener una cita o leer un libro, o morirse de pena. No; en los
días que le quedan, ella no seguirá esta corriente; ella romperá estas leyes e impondrá
las suyas, satisfará sus deseos postergados. Irá al cine. ¿Por qué no?
Los tres conmutadores han sido conectados. Las máquinas de la tercera fila trabajan
con su ruido sordo, vibrante. Sentada, con la espalda apoyada en el muro, la vista perdida en la nada, ve cómo el galán, inclinado sobre la heroína, besa sus cabellos perfectamente ordenados y peinados; la respiración de él es anhelante, acelerada, ronca. La de
ella, alerta, trémula, entregada…Y las horas pasan. Juana imagina muchas cosas y las
sensaciones se suceden. Recuerda escenas vividas y calles y luces y melodías. Voces. La
claridad de afuera da a la sala un feérico reflejo. Entre las máquinas, la mujer camina
calle arriba y calle abajo. Sus manos sobre los metales en función. Calle arriba, calle
abajo. Detenida ante la máquina fija sus ojos en ella y una atracción irresistible la obliga
a tocarla más próximamente. Tiene hambre, malestar, mareos, dolor y miedo. La máquina la conforta, es lo único familiar en su abandono. Y comienza el juego: los dedos, bajo
el grueso y perforante émbolo. Juana sonríe. A cada movimiento de la máquina, ella es
más rápida. Mucho más rápida. Existe la ventaja de que la máquina no aumentará, no
puede aumentar, su velocidad; por lo tanto, siempre ella ganará. Siempre sube y baja, a
la derecha, a la izquierda, y siempre sus manos pálidas son más rápidas. El calor de la
fricción da al acero tibio contacto; la repetición del movimiento, un jadear rítmico. Engranajes aceitados que giran, se encuentran, se separan…, se encuentran, se separan…
Voces que parecen surgir de ese silencio, del ruido continuado y dormido, voces que
murmuran: “Juana, Juana, Juana…”. Las manos embadurnadas de aceite, inclinada sobre la máquina, la mujer sueña: aceite, hambre, sabor, tibio sabor, viscoso… Ya no sabe
si es malo, si es repugnante. Tiene hambre. Su lengua lame el espeso líquido que
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envuelve el redondo acero. No es malo: sabe a sangre, a sangre oscura y gruesa, saliva,
savia. ¿De qué estará hecho el aceite? ¿Será veneno? Ahí, debajo de sus pies, está el aceitero con el que, a veces, tiene que lubricar los ajustes del eje. Del pequeño tarro deja caer
una gota en la palma de su mano. ¡No; no tiene tanta hambre como para eso! ¿Hambre?
¡Ya lo creo que tiene hambre!, un hambre atroz, adormilante, una necesidad ya casi olvidada; un vacío, un permanente dolor. Sin embargo, no piensa ya en comer ni en qué
le gustaría comer. No; esa es un hambre prosaica; tiene hambre de vida, de poder, de
redención. Sus ojos, que recorren la sala como buscando, dan con los cristales de las
grandes ventanas. Sol… ¡No puede ser otra vez de día! ¿Cómo pasó el tiempo? ¿Qué
hizo todas esas horas? ¡Ah, sí! Fue al cine y tuvo una cita. Una cita que duró toda la
noche y la madrugada también, como la soñara… Tiene hambre. Se levanta y, lamiéndose los dedos, va hasta los lavatorios. El jabón ennegrecido se escurre de sus manos.
Lentamente, bebe agua… “café, carne, naranjas”. Una y otra vez. No puede más, no
puede más. Va a vomitar. Las máquinas siguen, allá afuera, su acompasado ritmo, su
latir sordo. Hay que cortar los conmutadores. Pero, ¿para qué? ¿Qué importa si la acompaña tanto el movimiento de las máquinas? “Juana… Juana… Juana…”. Nadie la ha
llamado jamás con esa suavidad, con esa insistencia. De nuevo ante la máquina, aprisiona entre sus manos pálidas y olorosas la tibieza del émbolo que sube y baja, a la derecha,
a la izquierda; preciso, potente, seguro. “Juana… Juana…”. Y el juego recomienza. De
pronto el chaleco gris que pende de sus hombros es aprisionado en uno de sus movimientos. La máquina se atasca por unos instantes; luego, en la cinta transportadora,
hacen su aparición los despojos negros. ¡Qué torpe ha sido! Enojada, Juana baja la palanca y cruza la sala. ¿Cuántas son las máquinas en movimiento? Solo tres. No; ¡hay que
hacerlas andar a todas, a todas! Quiere calor, ruido, mucho ruido, mucha vida. Como
posesa, corre entre ellas, bajando palancas, apretando botones, abriendo válvulas…,
todas las máquinas están a su disposición y bajo su dominio. El suelo trepida, es insoportable el calor, la sala entera rechina, jadea, se lamenta, ríe, murmura. Así se puede
dormir, ¿verdad? ¿Quién dijo que el silencio era precursor del sueño? El silencio es
miedo, soledad, vigilia. Así, acompañada de sonidos, de roncos movimientos, ella va a
dormir… Buenas noches, buenas noches… ¡Qué absurdo! ¿Por qué va a tenerles miedo?
Sus pies de fierro están apernados al suelo; no pueden caminar. Apernados, ¡qué lástima! En la palma de su mano abierta, Juana contempla las cuatro pastillas. ¿Serán muchas? No; ella no quiere morir, y menos ahora. ¿Serán demasiadas? Son las últimas
pastillas y aún faltan un día y una noche, una noche y un día. ¡Qué estúpido sería que
se le fueran durmiendo! Con paso incierto se dirige a la sala de baño, y, una a una las
deja caer en la tasa del silencioso. Largo rato después que el cono de agua se ha serenado, contempla el blanco fondo. No tiene sueño. Nunca más tendrá sueño. El sueño es
para los de afuera… Tiene mucho que vivir. Mucho que aprender. “Juana… Juana…
–vibra la voz–. Juana, ven”. Deslizándose, la mujer se aproxima a la máquina. Sube,
baja; derecha, izquierda. Sus manos trémulas aprisionan violentamente el émbolo, y con
el esfuerzo de todos sus músculos, trata de detenerlo. El impulso la arrastra hacia abajo,
hacia arriba, derecha, izquierda… Por entre sus dedos, el aceite se escurre; el metal está
duro, caliente. Arriba, abajo, derecha, izquierda… Perfora, quema. El suelo vibra, la
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banca vibra, Juana siente la caricia contenida y adormecedora de esa vibración, en su
cuerpo enervado y hambriento. De pronto, en su cerebro alucinado aparecen una imagen y otra. En una esquina, un hombre y una mujer, ocultos, se besan. Una pieza, un
hombre desnudo; el olor denso. Los ojos malignos de su prima. “¡Sal de aquí, chiquilla
intrusa!”. Diez años, angustia. Y esos ruidos en las noches, quejas, sollozos, risas entrecortadas, como de duendes. Silencio. Manos que se deslizan en la penumbra. Escenas
violentas, en primer plano, en la pantalla de un cine de barrio. El hombre y la mujer…
Siempre el hombre y la mujer. Más adelante supo que eso no tenía nada de maligno ni
de prohibido ni de angustioso, pero lo supo a través de un raciocinio, de novelas baratas, de confidencias hechas entre risas forzadas que la dejaron molesta, curiosa, intranquila. Pero su experiencia no vino. No apreciaba que eso, el sexo, hubiera sido muy
importante en su vida. Solo curiosidad, pena, desazón. ¿Sentirse enamorada? ¿Desear el
contacto de un hombre?… Sí, tal vez. Tenía entonces dieciséis años, clases de costura, y
apareció aquel muchacho rubio que vendía pasteles a la salida. Sí; a él lo quiso. Él nunca se dio cuenta; con seguridad no se fijó en ella. Aunque quién sabe… Algo hubo, algo
le dijeron. Eran crueles las muchachas a esa edad. ¿Fue ese su primer amor? (Amor:
ninguna marca, ningún recuerdo, nada). Y esa pregunta, esa eterna pregunta formulada
en todos los lugares públicos, bancos, hospitales, tiendas, sin concederle importancia,
¿casada o soltera? “Soltera, señorita, obrera…”. Sin pertenecer a nadie, sin destino ni
destinatario. Señorita Juana, a secas. Como un disparo a quemarropa, el dolor la conmociona, violento… Asustada, la mujer se mira la mano, donde un reborde oscuro comienza a hincharse. Sus manos aceitadas fueron bajando cada vez más por el émbolo, hasta
que un costado de la palma fuera mordido por el filo redondo. ¿Acaso la máquina, celosa de sus recuerdos, ha acelerado el ritmo? No; ¡qué estupideces se le ocurren! Lanza
una mirada oblicua sobre el mecanismo, como si pretendiera sorprenderlo. Nada, está
trabajando indiferente: arriba, abajo, derecha, izquierda… Nuevamente sus manos aprisionan el émbolo y la vibración la invade. Sus hombros, sus pechos, su cuerpo entero es
impulsado adelante, atrás, vibrando, vibrando; derecha, izquierda, vibrando. Un deseo
tiránico se apodera de ella. Quiere sentir; no importa qué, pero sentir violentamente…,
violentamente. Ambivalencia de dolor y placer, miedo y entrega. Su respiración comienza a seguir el jadeo de la máquina y vive, vive… Aferrada a ese ser tibio, duro, firme,
viscoso, dominante, quiere más. Derecha, izquierda, arriba, abajo. Hasta la locura, hasta
el dolor. La cabeza inclinada, vuelta hacia el émbolo; los brazos abandonados, laxos, la
mujer sueña. Sueña un sueño rojo, negro, violento, amarillo brillante; violento. Chispazos, ondas que ondulan la envuelven; ondas que salen de su ser, ondas, desconocidas,
voluptuosas; extrañas prolongaciones que parecieran salir de un ser ajeno. Apetitos insospechados, fiebre, risa, cavidades blandas que ceden, rígidos metales que hieren. Lentamente, el dolor traspasa redes de nervios que estallan rasgando zonas olvidadas. El
calor, la fricción, la fuerza, queman con rudo contacto mecánico, encendiendo, iluminando esa que fuera una vida gris. Con claridad inusitada, Juana comprende que no
podrá volver, que no quiere seguir su vida opaca. No más días vacíos. Esta es su aventura, ¡la única!, la tantas veces ansiada. ¡Y está sucediendo!… Nunca más “Buenos días,
señorita Juana”, “Llegará atrasada, señorita Juana”; no más horas perdidas contemplando
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el vivir ajeno. Ahora, ella también podrá contar… La escucharán, ella tendrá recuerdos.
Recuerdos de cosas prohibidas, ocultas. ¿Volver? ¿Salir de ahí? Nunca más. ¿Volver?…
¡Jamás! El movimiento pide rendición; entrega hasta lo profundo, hasta lo ignorado.
Desnudando el rechazo, la castidad, desde el fondo desquiciado de su experiencia célibe, la mujer entiende que ese ser la desea, la necesita, y que su expresión es quemante,
lacerante. Algo quiere entrar y golpea. Golpea, quiere entrar… ¡y entra! Entonces el
dolor lo llena todo y la sangre ciega sus ojos, el negro aceite se introduce en las heridas
y el acero quiere ser piel; las uñas, tuercas; los tendones y engranajes, la energía y la vida,
el zumbido y el grito se funden, se mezclan…, se aman.
La carne calla. El acero sigue buscando, arriba, abajo, derecha, izquierda. Enloquecido, implacable, posesivo. Arriba, abajo, derecha, izquierda sobre el silencio.
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
I
Abro los ojos. Estoy recostado en una cama, de espaldas, tapado hasta el pecho. Voy distinguiendo cosas: paredes de un color verde oscuro, limpias y relucientes. A la izquierda, próxima al rincón, una puerta con una ventanilla. Detrás de la ventanilla, la noche.
La luz viene de la derecha, de una lámpara con una ampolleta esmerilada. Sin saber
por qué su descubrimiento me produce alivio. Algo hay de poco común en el resto de
la pieza. Ni el más leve rumor altera el aire.
Una persona se aproxima al lecho por la izquierda. Es un hombre joven, de unos
treinta años, que viste uniforme blanco, cerrado hasta el cuello. Alto, delgado, con ojos
de penetrante mirar. Lleva la cabeza descubierta, y su pelo negro contrasta con la blancura de su piel. Sus facciones son correctas, de rasgos definidos, e irradian una calma
desconcertante.
–¿Cómo se siente? –la pregunta, en tono seco, apenas interrumpe el silencio.
–Pues…, no lo sé –respondo, con voz casi inaudible–. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde
estoy?
El hombre arrastra una silla, hasta ahora oculta de mi vista por el velador.
–En una clínica. Ha tenido una intoxicación alcohólica, bastante grave. Whisky falsificado –replica presto. Habla con un leve acento extranjero, tan leve, que bien podría
deberse a la dureza de su pronunciación–. Estuvo muy mal, pero ya pasó el peligro.
Sin embargo, no puede recibir visitas ni comunicarse con otras personas, mientras el
médico no lo permita.
–¿No es usted el médico?
–No –seco, cada vez más seco–. Pero estoy autorizado para estar en contacto con
usted y atender sus necesidades más inmediatas.
Se me antoja que el diálogo se ha suscitado entre el desconocido y otra persona
ajena a mí. ¿Quién soy yo? Hernán Varela me llamo, sin duda. ¿Por qué he venido a
parar a esta clínica? Simplemente porque he bebido un licor adulterado. Intoxicación,
sí, intoxicación alcohólica…
Deseo incorporarme. Hace un gesto negativo el otro. Descubro que el mínimo esfuerzo desplegado me produce malestar. Como si de insistir en la tentativa pudiera
deshacerme.
–Aún está débil –dice el hombre–. Los efectos de la intoxicación son largos. ¡Es
preciso tener paciencia!
Sonrío con debilidad.
–¿Cómo se llama usted?
–L –replica, secamente–. Llámeme así, L.
153
Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
–¿Desde cuándo estoy aquí?
–Desde anoche.
–¿Es miércoles hoy, entonces?
–Sí, miércoles –me informa, sin vacilar.
Miro el techo, y me quedo, la mirada fija en él, sin hablar. Intento concentrarme en
mis recuerdos. Todos muy lejanos. Miércoles. El rostro de una mujer adquiere forma en
mi mente. Luego su cuerpo. Después, escenas de baile en restaurantes y boîtes. Yo era
el que bailaba, evidentemente. ¿Y después? Existe un viaje en auto de por medio. Más
adelante, una intoxicación. Nada más. ¡Ah! La mujer se llamaba Raquel.
Se tornan borrosos mis pensamientos. Un mareo o un vahído, pero sin que sea ninguna de las dos cosas. Como si me hubiese separado en dos. Enmudezco mientras me
parece flotar sobre la cama, apartado de todo. L nada dice. Mantengo los ojos entrecerrados, sin saber qué hacer ni qué decir. Sé que nadie podrá ayudarme.
Una vez más, el silencio. Ignoro si aquella impresión pasará, o si, por el contrario, el
yo desintegrado continuará escapando de a poco. Luego comienzo a sentirme envuelto
en el silencio. Voy flotando, flotando en un mundo blanquecino, lleno de aristas que
me van mutilando. Aristas suaves, cuyas escisiones no me producen dolor. Y el silencio
pesa cada vez más. Se ha materializado en una cosa informe, sin conciencia ni misericordia, que permanece agazapado. Me hundo en esas regiones sin ruidos, como un
barco rodeado por una espesa niebla, navegando en un mar inmóvil. Y entonces… Una
campanada o algo como una campanada, que parece brotar de todas partes, de todo
cuanto me rodea, interrumpe la quietud. Es un son fantástico, ni muy penetrante ni
muy opaco, el cual no proviene de una fuente determinada, sino de millones de focos
pequeñísimos que resuenan al unísono. Forman un único sonido, amplio, vibrante, que
todo lo penetra. Como una laguna quieta en la cual ha caído una piedra. La campanada
provoca miles de ondas concéntricas que se alejan del foco, yendo a morir en las riberas
del infinito una tras otra.
Rápido, abro los ojos. Con un rumor de hojitas secas, mis yoes se reintegran en lo
poco que resta de Hernán Varela. Allí está L, observándome.
–¿Qué…, qué fue eso?
–¿El qué? –me mira con curiosidad.
Quedo escuchando: nada se oye, como al principio.
–Pues…, me ha despertado un campanazo. Un ruido raro, que parecía venir no sé
de dónde. ¡Estoy seguro que lo oí!
Una expresión de duda aparece en su ceño.
–¡No he oído nada! Es probable que lo haya soñado.
–Pero fue precisamente ese ruido el que me despertó. Juraría que no fue un sueño.
Su voz se endurece:
–A veces, como consecuencia de las intoxicaciones, se producen fenómenos psicológicos. Nos parece oír ruidos, conversaciones y hasta gritos. ¡Algo así le ha sucedido!
154
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
–¿Qué fue de ella?
Basta eso para que entienda.
–Está perfectamente. No hubo necesidad de hospitalizarla.
Se me producían chispazos de lucidez:
–¿Cómo llegaron ustedes al departamento?
–Fernando Mendes llamó para allá, y usted, que se sentía muy mal, le pidió ayuda.
El silencio, siempre al acecho, se acentúa. No es un silencio ominoso ni inquietante.
Es, simplemente, una ausencia de ruidos. Algo que parece natural, como si fuese una
calidad intrínseca del lugar.
–¿Tiene hambre?
Asiento con desgano. Toca un timbre y aguarda unos instantes. En seguida se dirige
al rincón de la izquierda. Se ha abierto una ventanilla en el muro. Le oigo conversar en
voz baja con otra persona. Me es imposible oír qué dicen. Se queda allí, esperando algo.
–Estoy preocupado por Fernando Mendes –mi comentario resulta falto de entusiasmo–. Usted debe saber que soy su representante para Chile. Además, es mi mejor
amigo.
Vuelve con una bandeja, en la cual hay un plato de ensalada surtida con un filete.
Se me abre el apetito. Ayudado por L me siento en la cama, experimentando, al hacerlo,
un pequeño mareo. Tengo la fugaz impresión de estar al borde de un abismo, lo cual me
provoca vértigo. Cierro los ojos y la sensación pasa.
L se queda mirándome comer por un rato.
–Ha dicho usted que Mendes es su mejor amigo. ¿Por qué piensa que es así?
La pregunta suena rara. Dejo de comer, y, a mi vez, lo miro. Sereno, sostiene mi
mirada.
–Bueno…, Fernando Mendes ha hecho mucho por mí.
¿Le contaría todo? A pesar de su frialdad aparente, inspira confianza. Los días que
precedieron al accidente fueron de una actividad enervante. Viví en un mundo casi
irreal. Y, ahora, aquella clínica… Indudablemente, el poder sincerarme con alguien,
por desconocido que fuese, me probaría bien. Hasta ese instante, a nadie le había hecho
confidencias de mi espectacular cambio de fortuna.
–¿Qué hizo Mendes por usted? –L es muy diplomático. ¡Ni que hubiese esperado el
término de mis conjeturas!
He concluido la colación. Recoge L la bandeja y va a la ventanilla. Cuando regresa
noto que, más allá de él, en el muro, el ventanuco ha desaparecido. ¡No se divisan ni rastros de él! En cualquiera otra ocasión habría sentido curiosidad por averiguar las causas
de una desaparición tan completa. La oscuridad del rincón, donde la luz de la lámpara
apenas alcanza, no permite ver mayores detalles.
–¡Ah! Me olvidaba… –me recuesto, hundiendo la cabeza en la almohada–. Sí: Mendes me ayudó a surgir. Antes de conocerle, yo era un simple empleadillo en Acomsa. Le
caí en gracia, pues me encontraba parecido a un amigo suyo, un muchacho francés de
apellido Lemaire…
155
Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
Hacía solo diez días que Fernando Mendes me abordara en la calle. Volví a ver su rostro
barbudo y a oír su voz franca:
–Perdone que me presente así, sin mayores etiquetas. ¡Resulta que usted es igual a
un gran amigo mío!
Sostuvimos un corto diálogo. De inmediato tuve la impresión de haber visto antes al
brasileño. Pero su reciente llegada a Chile, país que visitaba por primera vez, me sacó de
mi error. Deduje, por lo tanto, que Mendes se parecía de manera notable a algún conocido mío. Aún en sus gestos y en su modo de ser se advertía dicha semejanza.
A los tres días de conocerlo, Mendes me ofrecía la representación de sus intereses
en Chile. Cruzaba yo por una etapa de decaimiento moral agudo, cuyo punto crítico
se produjo por esos mismos días. Me parecieron entonces naturales las razones por él
expuestas para darme esa responsabilidad. Hallar a una persona casi idéntica a un viejo
amigo no era un mal motivo para que el brasileño, hombre de pocas relaciones en Chile,
experimentara una inmediata simpatía por mí.
Me lancé impetuoso a la nueva vida. Con el ímpetu del nuevo rico. Entonces inicié
mis salidas con Raquel, mi secretaria en Acomsa.
Hasta esa parte recordaba con precisión. Después, las imágenes se tornaban borrosas.
–Es un buen motivo para que él lo haya elegido como su hombre de confianza. ¡Una
razón sentimental bastante decisiva!
Notable me parece la rapidez con que L traduce sus ideas. Su lenguaje es fluido, sin
vacilaciones. Larga sus frases como quien repite un guión.
–Yo, en su caso, me habría puesto instintivamente en guardia por lo del hipotético
“parecido con un amigo suyo…” –su voz, impasible como siempre, encierra una pequeña ironía. Creí notarla, al menos.
–¿Por qué habría de ser “hipotético”?
–Porque no me constaba que existiera tal semejanza ni menos tal amigo.
–¡Es que usted no se pone en mi caso! No sé cómo explicarle…
–¡Entiendo perfectamente qué me quiere decir! –me interrumpe con brusquedad–.
Uno, como simple observador de un hecho externo, lo juzga desde un plano subjetivo. ¡Yo
lo habría hecho de tal modo o del otro! Pero, inconscientemente, uno se encuentra en una
posición falsa, ya que, con toda probabilidad, jamás pudo llegar a ser el protagonista de tal
hecho. Como la mujer que dice muy convencida: “¡Nunca me casaría con el Aga Khan…!”.
Es convincente L. Por primera vez me llega la advertencia de estar viviendo una
situación extraña.
–¿Cómo se llama esta clínica?
Si el brusco giro dado a nuestro diálogo le produce el efecto de un balde de agua
fría, queda de manifiesto su perfecta impermeabilidad. ¡Ni una arruga asoma a su rostro!
–Clínica Polaca. La verdad de las cosas es que es nueva. Fernando Mendes la conocía, y por eso lo envió para acá.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Podría ser, pienso. La reflexión queda bailando en mi cabeza. Clínica Polaca… Conocida por Fernando Mendes.
–En un caso semejante al suyo habría encontrado sospechosas las intenciones del
señor Mendes –comenta L, siempre serio–. ¿Qué sabía de él, del origen de su fortuna,
de sus relaciones en otros países, de su pasado? ¿Quién era yo para que, de la noche a la
mañana, me pusiera sobre muchos hombres de vasta experiencia, a dirigir una empresa
fabulosa…?
¿No era un simple empleado de Acomsa, uno de los menos importantes, sin conocimientos especiales en el comercio? ¿Quién era Fernando Mendes? ¿Fue mi semejanza con
alguien la que lo impulsó a buscar mi amistad? ¿Existían otras razones de por medio…?
–¡No lo sé…! –digo, cansado–. ¡No sé nada!
L, luego de dar el impulso inicial a las interrogantes y lanzarlas en mi conciencia,
seguía su trayectoria.
–¿Quién es usted, L?
–Ayudante del doctor D.
–¿Quién es Fernando Mendes? ¿Lo conoce usted?
–Sí, algo. Es un hombre muy inteligente, que se metió en un gran lío por culpa de
su ambición.
–¿Qué intenciones tenía conmigo?
–Utilizarlo para una habilidosa maquinación, con la cual despistó en forma casi
definitiva a sus enemigos. En lo que respecta a su seguridad personal, puede prescindirse del “casi”. Pero no respecto a lo que dio a sus adversarios. ¡En resumen, consiguió
plenamente lo que quería!
Bruscamente me posee el sueño. Apenas oigo las últimas palabras de L. Dándose
cuenta de la situación, deja de hablar. Devuelve la silla a su sitio y apaga la luz. La
habitación no queda a oscuras. Una luminosidad tenue, que parece emanar del techo,
permite vislumbrar los objetos. Entreveo la figura de L cuando se retira.
De nuevo tengo cierta conciencia de estar flotando, movido por una brisa. Me rodea
la noche, y detrás de un velo espectral, las estrellas (¿serán estrellas?) me contemplan.
A veces parecen transformarse en ojos que hacen guiños sombríos. Otras, se reducen a
puntos microscópicos, paulatinamente, como si empezaran a alejarse de mí. Aumenta
su velocidad. Yo, inmovilizado, me siento invadido por la soledad.
Pero regresan las estrellas. Se aproximan, y antes de definirse en estrellas u ojos, el
velo las diluye. Mi soledad se acentúa. Sigo navegando en la noche, tranquilo, sintiendo,
sin embargo, el secreto temor que aquello no podrá durar eternamente. Es como estar
tendido en el agua, arrastrado muellemente por el flujo, presintiendo que, en cualquier
instante, la corriente nos puede impulsar hacia una catarata. No es sino el presentimiento de algo que puede acontecer en el próximo segundo, en el minuto próximo, en las
horas próximas. Quizá nunca.
La atmósfera se hace más y más enervante. Siento las ideas agazapadas, tratando de
eludirme: están al acecho, ocultas a medias, materializadas en cuerpecitos informes que
cuchichean…
La noche se cierra y me rodea.
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
II
Un diálogo en idioma extranjero. Dos personas conversan en voz baja, al lado de mi
cama. Una es L. La otra, un viejo de mirada dura, ganchuda la nariz y labios crueles. Sus
ojos verdes son la frialdad misma. Es alto, flaco: su presencia me inspira una inmediata
antipatía.
Me he recuperado bastante, aunque sigo poseído por una gran abulia.
–Este es el doctor D –me explica L–. No habla castellano.
Dice algo en su curioso idioma el viejo –en polaco, de seguro–, observándonos alternativamente.
–Opina el doctor que usted está fuera de peligro. No obstante, estima que deberá
guardar cama por varios días más.
Pregunto, entonces, si puedo hablar con alguno de mis conocidos.
–El doctor considera que usted no debe conversar con nadie todavía. Debe tener un
poco de paciencia.
Un poco de paciencia. Por lo visto, he nacido para acostumbrarme a tener paciencia.
Siempre, desde mi niñez, oí aquel consejo: es preciso tener paciencia. El instinto me dice
que, de ahora en adelante, podré tenerla. Algo ha terminado para mí. ¿Qué? ¿Por qué?
Contemplo a mis interlocutores. Me parecen tan lejanos y tan extraños a cualquier
cosa que, de repente, se me ocurre estar en el otro mundo. ¿Me habré salvado realmente
de la famosa intoxicación? ¿Qué significa esta Clínica Polaca, silenciosa como la nada y
con esas paredes plásticas? ¿Pertenece todo esto al mundo de los vivos?
Recuerdo a mi madre, y su imagen me hace experimentar una pequeña reacción.
Pregunto por ella.
–Está muy bien –contesta L–. Hemos preferido no contarle nada de su accidente,
para no ponerla nerviosa.
Me mira el viejo, perforándome con sus ojos. Dice un par de palabras a L, y, sin
despedirse, se retira. No oigo el ruido de sus pasos: el piso debe ser de goma.
La imagen de mi madre se repliega en la oscuridad, pero permanece alerta en el
fondo de mi cerebro, como una figura sin contornos.
L acerca la silla y se instala a mi lado.
–De modo que Fernando Mendes… –empiezo–. Cuénteme más sobre él.
Como de costumbre, L fue al grano de inmediato. Nada de circunloquios previos.
–Era un tipo demasiado brillante que, como todos los de su especie, se ofuscó en su
propio brillo y perdió el sentido de las proporciones. Descubierto a tiempo, planeó su
fuga y desapareció. Alcanzó a llevarse algunos cientos de millones.
–¿De Brasil?
–No, de Polonia. No era brasileño –L no es persona que gesticule al hablar. Quizá
sea su falta de mímica la causa de su extraño aspecto–. Pero vivió en Brasil, donde se
fabricó la personalidad de Fernando Mendes. Después partió para Chile. Su verdadero
nombre polaco es X.
X, ¿nombre polaco? L, D, ¿polacos también? Algún nombre polaco conocía yo, pero
no era ninguno de aquellos.
158
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
–¿Dónde estamos, L?
–En Polonia.
Así, con naturalidad. También mi pregunta fue hecha en el mismo tono. Me quedo
tranquilo, escuchando el silencio reflejado por las paredes. La réplica de L permanece
flotando; penetra una y otra vez en mi cerebro, se pasea por sus vericuetos y va, por
último, a materializarse junto a la figura de mi madre.
En Polonia. ¿Qué sé yo de Polonia? La conocía de nombre. Asimismo, sé que está
muy lejos de Chile: que se halla en Europa. Y pare de contar.
–Cuando se descubrió la fuga de X, nuestras autoridades enviaron agentes en su
persecución. Trabajaba en un laboratorio y necesitábamos averiguar si, además del dinero, se había llevado algún importante secreto.
Por razones que “más adelante me explicaría”, existía un plazo máximo de tres meses para atraparlo. Pasado dicho lapso, la captura se tornaba imposible. Todo cuanto
necesitaba X era despistar a sus perseguidores por noventa días: y se salvaba. Cuando
los polacos empezaban a perder las esperanzas de hallarlo, recibieron una información
desde Chile.
–Nuestros hombres localizaron a dos personas de conducta sospechosa. Faltaban solo
siete días para cumplirse el plazo. Sin atreverse a proceder por miedo a equivocarse, enviaron una fotografía que, disimuladamente, tomaron a uno de los sospechosos. ¡Esta es!
Me alargó un rectángulo de plástico. ¡Allí estaba yo, en colores!
–En cuanto llegó a nuestras manos, yo mismo, luego de introducir algunas modificaciones en una foto de X, obtuve el siguiente resultado.
–También soy yo –balbuceo, examinando la nueva foto.
Éramos iguales, aunque el otro aparentaba más edad que yo. Debería tener unos
treinta años.
–Y aquí tiene usted al verdadero X.
El hombre de la nueva reproducción en nada se parecía a mí. Muy rubio, su piel
blanca contrastaba con la mía, que es ligeramente morena.
–¡No entiendo nada…!
–Muy sencillo: X nos hizo creer que se había disfrazado de usted, Hernán Varela. Es
decir, eligió una persona en apariencia distinta a él, pero que podía ser él disfrazado. A
su vez, X modificó su aspecto en forma muy burda: se dejó barba, se tiñó el pelo, y usó
anteojos ahumados.
–¡Es…, lo más fantástico que he oído! Pero, ¿qué otras razones tuvieron ustedes
para creer que yo era X? ¿A sus agentes no se les ocurrió informarse sobre mi pasado,
sobre mis actividades?
Se impacienta L.
–¡No somos tan ingenuos! Nos enteramos que usted, de ser un desconocido, pasó
de la noche a la mañana a convertirse en el representante de un magnate brasileño. Y
aquel millonario, que necesariamente debía ser X, se hace humo de repente. ¿Era sutilizar demasiado el suponer que Mendes, luego de esconder al anónimo señor Varela, se
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
hubiese hecho pasar por él, representando la farsa de haber nombrado a un apoderado
de sus intereses?
Hundida la cabeza en la almohada, observo el cielo levemente luminoso. Columbro que
el error de los polacos es más trascendental de lo insinuado por L hasta ese momento.
Pero un enigma se aclara. Aquella sensación que me produjera Mendes de haberlo
visto antes, en alguna parte. ¿Y cómo no? Le había visto mil veces en el espejo al afeitarme. Cuán elemental todo: Mendes se parecía a mí. ¡Daba risa! Me abordó con el pretexto
de encontrarme idéntico a uno de sus mejores amigos: él mismo.
–¡Y llegamos al momento de la captura! –prosigue L, los ojos brillantes–. Hernán
Varela decide llevarse una mujer a su departamento. ¡Y allí lo atrapan nuestros agentes!
Se le mete en un auto, se le conduce a un aeródromo particular, y Hernán Varela, X para
nosotros, llega a Polonia. Simple, ¿no es cierto?
¡De una simplicidad infantil! Imagino a Mendes o X, muerto de la risa al ver cómo
sus ingeniosos perseguidores, engañados por su aún más ingeniosa treta, partían con el
imbécil de Varela a cuestas, de regreso a casita. ¿Y después? El desenlace fluye nítido,
aun para mi atontado magín: se ha cumplido el plazo fatal, los agentes vuelven con su
prisionero, y Mendes, ahora Hernán Varela en definitiva, se hace cargo de sus negocios
como absoluto representante de sí mismo. ¡El único idiota de toda esta historia soy yo!
–Y como usted le presentó a su familia, él, consumado actor, estará en condiciones
de suplantarlo con facilidad.
Olvidaba aquella parte. Yo le había presentado a mi madre y a mi hermana. Comprendía ahora el por qué del gran afecto que le despertara mi gente. Su deseo de invitarlos a almorzar, de atenderlos, para así poder sonsacarles innumerables “datos” respecto
a mi modo de ser, mis gustos, mis aficiones, etc., con el sencillo recurso de plantearle a
mi madre cualquier tema relativo a mi persona.
–¿Qué hora es? –inquiero, con debilidad.
Descubre su reloj cromado, con un amplio gesto.
–Las tres y treinta y siete minutos de la tarde.
–¡Las tres de la tarde! –me enderezo y lanzo una mirada a las paredes–. L, ¿por qué
no tiene ventanas la pieza?
–Nos hallamos a varios metros bajo tierra. A eso se debe, también, el silencio de la
clínica.
–¿Y por qué me trajeron aquí?
Presentía la respuesta. La sensación de estar caminando en una cuerda floja me
agudiza el instinto.
–Hace poco rato le dije que X trabajaba en un centro de experimentación. Estamos
en la enfermería –hace una breve pausa, sin dejar de mirarme–. Y ahora usted es X.
Como para dar énfasis a su aseveración, se escucha el extraordinario campanazo,
cuyas ondas todo lo traspasan. Hasta la última de mis células vibra con él. Una campana
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
o un gong, no sabría precisar cuál de los dos, que de súbito estallara en el fondo del
mar. Un sonido sobrenatural, que revienta de pronto y permanece tremolando durante
varios segundos, disolviéndose suavemente en la atmósfera, como un espectro. Proviene
de todas partes, y, por un instante, creo que ha restallado dentro de mí. Un escalofrío
me recorre de pies a cabeza.
–¿Qué…, qué fue eso? –tartamudeo–. ¡No me va a decir que no lo ha oído esta vez!
La expresión de L se endurece.
–Es un reloj electrónico, de gran potencia, que señala la hora una vez al día con esa
campanada.
–¿Por qué no me lo explicó antes?
–Porque necesitaba contarle que estábamos en un laboratorio de Polonia.
Un reloj electrónico de gran potencia. Si le dijera a L que, a mi juicio, no hay nada
en el mundo capaz de producir ese ruido, por muy electrónico que sea, quedaría como
ignorante. ¿Cuál es mi verdadera situación? Porque hay una cosa cierta: no soy el Hernán Varela de antes. Pero algo me estaba diciendo L cuando resonó la campanada.
–¿Qué significa eso que ahora soy X, L?
Suspira. Un temblorcillo en las aletas nasales. Eso es todo.
–¡Muy sencillo! Se ha producido una doble sustitución: X es hoy día Hernán Varela,
y Hernán Varela es y tendrá que ser, por un tiempo al menos, X. ¿Entiende? –se nota
una reprimida excitación en su voz. Además, creo percibir un cierto tono de amenaza–.
Hemos cometido un error al traerlo para acá. ¡Pero ya es tarde para dar explicaciones!
Por eso solicitamos su cooperación.
–¿Quiénes son ustedes, y por qué solicitan mi cooperación?
–El profesor D, el vigía Mh, y yo. Hemos dicho que X, como resultado de un accidente, ha sufrido un serio trastorno mental y que, por un tiempo, permanecerá en
observación.
–¿Y cómo van a explicar el cambio de cara?
–No hay nada que explicar. La fotografía retocada fue vista por muchas personas,
las cuales jurarían que usted es X disfrazado. Aun más: nuestros agentes creen haber
capturado al verdadero X.
Solo ahora vengo a descubrir qué es lo desconcertante en L. En realidad es algo que
falta en su persona: humanidad. Sí; eso es. Hay un no sé qué de inhumano en él. La
precisión en el hablar; la facilidad casi mecánica con que expresa sus ideas; la continuidad en sus declaraciones, sin nunca repetir, cuando toma el hilo justamente en donde
lo dejara durante la sesión anterior. Esas pausas suyas, las cuales me permiten meditar
en sus palabras exactamente hasta el punto donde él estima que debo hacerlo, antes de
proseguir con su voz parsimoniosa y seca, interrumpiendo mis pensamientos cuando
hago un alto para reanudar su historia.
–¿Y el idioma? –murmuro, cansado–. ¿Cómo va a explicar mi olvido del polaco y el
hablar otro en cambio?
–Lo podemos solucionar. Por suerte, poseemos un sistema que le permitirá aprender polaco en un tiempo breve.
–¿Y no teme que los traicione?
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Hugo Correa
La sonrisa se hace ligeramente más definida.
–¿Traicionarnos? De ganar algo usted con una actitud así, temeríamos la eventualidad. ¡No es broma que un extranjero, sean cuales fueren las razones, se introduzca en
un lugar donde se efectúan importantísimas investigaciones científicas!
En definitiva: yo, Hernán Varela, estoy obligado a pagar los delitos de otro. Y esto
como la solución más favorable para mi “caso”.
–Oiga, L, ¿cuándo descubrieron que yo no era X?
–Solo cuando llegó aquí.
Lo miro fijamente. Sostiene la mirada.
–Mire, L, ¿usted cree que voy a tragarme eso de la intoxicación?
–Al principio, cuando recién recuperó el conocimiento, convenía que lo creyera así.
Pero la verdad es que al whisky le echamos un poderoso narcótico.
Recuerdo a mi compañera de juerga.
–¿Y ella? También bebió bastante. ¿Dónde está?
–En Chile. Antes de partir con usted, nuestros hombres llamaron a la asistencia pública para que la fueran a buscar.
–¿Cuánto tiempo hace que estoy aquí?
–En dos horas más se cumplirán siete días.
¡Siete días! ¡Había estado una semana sin conocimiento!
–Yo ayudaba a mi madre, L. Le daba parte de mi sueldo. ¿Qué va a ser de ella ahora?
–Puede estar seguro que X se preocupará de ella con mayor dedicación que la suya,
probablemente. Para él es muy importante tener una madre.
El gran X. ¡Qué bien lo había preparado todo! No dejó nada al azar. Hubo una sola
cosa que no le preocupó mucho: mi destino.
–¿Hasta cuándo tendré que estar aquí?
–Hasta la fecha en que podamos explicar de alguna manera satisfactoria la desaparición de X –clava la vista en la lamparilla–. En todo caso, si usted se acostumbra a esta
vida y llega a gustarle, podría quedarse un tiempo indefinido.
“Seguro”, pienso.
–A la larga, alguno de los antiguos compañeros de X va a descubrir el cambio –insinúo, temblando de ira.
–¡Era hombre de pocos amigos! Así es que después de su fuga, las escasas amistades
que se le conocían fueron enviadas lejos de aquí, por su posible complicidad en la preparación de la huida.
III
Al despertar, al cabo de un sueño tranquilo, descubro junto a mi cama una máquina
cuadrada, montada sobre ruedas. Estoy examinándola, cuando entra L.
–Esta máquina le enseñará nuestro idioma en pocas horas.
Me alarga una especie de casco, unido al aparato mediante un cable.
–¿Qué debo hacer? –pregunto, nervioso.
162
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
–Simplemente colocarse el casco, que le cubrirá hasta los ojos. Una pantalla interior le provocará un estado hipnótico, el cual le facilitará el aprendizaje. La pantalla
reproduce objetos e, incluso, ideas abstractas, que son explicadas por telepatía. O sea,
la instrucción es tanto mental como visual. Al decir mental se involucran los conceptos,
sonidos y voces, que le serán inyectados, por así decirlo, directamente a los centros
idiomáticos de su cerebro.
Observo la máquina y siento un escalofrío.
Me coloco el casco y se enciende una luz frente a mis ojos. De inmediato tengo la
curiosa sensación de que mi mente queda en blanco. Luego desfilan imágenes por la
pantalla, oigo voces dentro de mi cerebro; todo en un estado de atontamiento que no
me deja meditar en lo que ocurre. Por último, cuando advierto en ese período de semiinconsciencia que mi mente se niega seguir funcionando, el mecanismo se detiene.
Me recuesto en la cama, abombada la cabeza y los ojos cansados. Duermo algunas horas
y, al despertar, nada recuerdo de la experiencia. Pero comprendo que mi cabeza está
atestada de cosas nuevas.
L se halla a mi diestra.
–¿Qué tal? –pregunta.
–Un poco cansado –replico.
–Su pronunciación es muy buena –observa.
Me doy cuenta de que el diálogo no se ha desarrollado en español. Me quedo confuso, sin saber qué decir ni qué pensar.
Proseguimos conversando en polaco. A veces noto serios vacíos. Inútilmente trato
de encontrar la palabra adecuada. Y, al ocurrir los primeros tropiezos, descubro algo
más: hasta ese instante no me he preocupado de traducir, las frases las he pensado y
construido en la nueva lengua.
En quince horas, incluyendo los descansos, estoy en situación de hablar el polaco
a la perfección.
Llega D. Me es imposible reprimir un profundo desagrado al sentir sus ojos clavados
en mí.
–Parece que usted está muy bien –observa con voz metálica. Se vuelve a L–: Ya
puede llevarlo a su refugio, para que respire buen aire –y me explica, con rapidez–: Por
razones que pronto comprenderá, su vida tendrá que desenvolverse, por un tiempo al
menos, en forma más o menos sigilosa.
–¿Todas estas precauciones se deben al régimen comunista?
–¿Comunista? –la expresión fiera del doctor da a entender claramente: “¿Qué
es eso?”.
L, tose.
–Lo que pasa, profesor, es que él llama comunista al régimen soviético.
Lo mira D., y luego vuelve sus ojos hacia mí. Ríe, divertido al parecer.
–Qué gracioso. ¡Llamar “soviéquitos” a los comunistas!
–Al revés, profesor –explica L, con leve impaciencia–: él llama comunistas a los soviéticos… –y añade, haciéndome un gesto indefinible–: ¡Siempre el profesor ha dicho
“soviéquito”! Le cuesta pronunciar esa palabra, como a todos los de Varsovia.
163
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Sin poseer la sutileza de L, comprendo que allí hay algo raro. Estoy seguro de que
el bueno de D sabe tanto de comunistas como yo de chino. Polonia está detrás de la
“cortina” y el régimen imperante debe ser el comunista. ¿Por qué el profesor parece
ignorarlo?
–Todos los sabios son distraídos –me dice L. No hay duda que el polaco adivina mis
pensamientos–. Entonces, profesor, quedamos en que llevaré al nuevo X a mi refugio.
–¡Exactamente! Y que siga descansando. Una vez que se haya recuperado bien comenzará su instrucción.
Sin despedirse, no sé si por su carácter distraído o por otras causas, D desaparece.
Me alarga L una pastilla y un vaso de agua.
–Las vitaminas le han sentado muy bien –observa.
Lo miro sin replicar. Pienso que cualquiera reiría de ver mi expresión maliciosa. Pero
ni un gesto contrae la cara de L.
Desperté en una habitación grande, frente a un amplio ventanal. Penetraba la luz del
día y las imágenes de árboles y flores cabeceando bajo el viento. El tono de la luz revela
un cielo anubarrado. Aumentan en intensidad las ráfagas, presagiando una noche tempestuosa.
La pieza me produce una sensación de bienestar. A pesar de ello, creo notar algo
opresivo en el ambiente, atribuible quizá a mi aún precario estado de salud. ¿Cómo he
venido a dar aquí? Seguro que me han dado otro narcótico con la última dosis de vitaminas y me han trasladado dormido a esta casa. Examino la habitación. Ni un leve reflejo
delata los vidrios de las ventanas. Evidentemente, las paredes son de plástico, como los
muros de mi pieza en la clínica. Sus colores, eso sí, son más alegres. El piso semeja un
tablero de ajedrez, de escaques grises y negros. No se ven lámparas. Me hallo en una
cama cubierta con una colcha verde.
A través de una puerta de corredera aparece L. Lleva pantalones ajustados a los tobillos y una camisa amplia, de color café. Se ve de buen humor.
–¡Qué me dice, X! ¿Cómo se siente?
–Muy bien. Mucho mejor que en la clínica, por cierto. ¡Esto es más alegre! ¿Dónde
estamos?
–En mi refugio, en el campo –replica lacónico. Se sienta en una silla–. Mañana podrá levantarse y dar un paseo por los alrededores.
–¿A qué actividades debo dedicarme?
–Todo a su tiempo –esboza una sonrisa–. Primero, repóngase. Luego empezará el
aprendizaje, que será un poco largo. Tiene que prepararse para vigía.
–¿Vigía?
–X era un vigía. Por lo tanto, usted, como su sucesor, también deberá serlo.
¡Vigía! La sensación de comodidad que experimentara al despertar, se desvanece. Se
diría que, de improviso, todo se ha puesto al acecho. La hierática expresión del polaco
corta mis reflexiones.
–¿En qué consiste ese oficio? –pregunto, con vacilación.
164
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
–Tal como su nombre lo indica, los vigías están encargados de la vigilancia del campo experimental del que le hablé –mira hacia el jardín–. Pronto será de noche. ¿Desea
comer?
Digo que sí con desgano. Me sirve la comida.
–¿Vive alguien más aquí?
–No, nadie más.
Una vez que he dado cuenta de la colación (mi apetito es escaso), L regresa, recoge
la bandeja y desde la puerta agrega:
–En pocos minutos más va a oscurecer. La casa tiene un sistema especial de iluminación –indica el techo con un gesto–. El cielo se pone luminoso. La luz llega paralela
y gradualmente con la oscuridad exterior. Mi dormitorio está cerca. Cualquier cosa que
se le ofrezca, llámeme. No es necesario que grite.
Contemplo los árboles inquietos por el viento.
¿Qué había sido de aquel Hernán Varela que, a los veintiséis años de edad, se aprestaba a
conquistar el mundo? Helo aquí, contemplando un atardecer polaco, preparándose para
representar el papel de otro. Sí, señor: Hernán Varela, X ahora por obra y gracia de X, en
la actualidad Hernán Varela por ingenuidad e inexperiencia de Hernán Varela, será un
intrépido vigía. ¡Un centinela de la ciencia!
Afuera avanza la oscuridad. Adentro, la luminosidad del techo reemplaza en forma
insensible el oscurecimiento externo. Tan insensiblemente que no lo noto. Solo porque
el jardín desaparece de mi vista, comprendo que la luz ha cambiado de origen. El cielo
derrama una luz suave, bastante intensa, la cual llena toda la habitación.
Entrecierro los ojos, soñoliento. La mejilla, apoyada en el extremo izquierdo de la
almohada, me permite abarcar el piso hasta el ventanal, y percibir, a través de mis pesadas pestañas, sus más mínimos detalles.
Un objeto volador aterriza en silencio en el tablero. ¿Sueño? El aparato, en forma
de disco, mide unos cincuenta centímetros de diámetro. Es de un material fosforescente
que despide suaves destellos, como un fuego fatuo. De súbito se apaga, y la gigantesca
lenteja se transforma en un cuerpo opaco, negruzco y sin vida.
Entonces, por debajo de aquel, emergen unos seres diminutos, que se levantan dos
centímetros del suelo. Parecen insectos: caminan verticalmente, y a juzgar por sus gestos, cambian impresiones entre ellos. Han aterrizado en el planeta Dormitorio; forman
un grupo de seis o siete, que otea el horizonte, inspeccionando el nuevo mundo. De
sus cabecitas, grandes en relación con el tamaño de sus cuerpos, emergen dos antenas.
Podrían ser hombrecitos vestidos con trajes del espacio, de esos que utilizarán los
viajeros interplanetarios. No se deciden a separarse del disco. ¿Qué peligros les acecha
en este mundo simétrico, artificial en apariencia, en donde la tierra se encuentra revestida de una sustancia lustrosa, que forma grandes cuadrados, uno solo de los cuales es
suficiente para contener su astronave? No es un planeta tranquilizador, por cierto. ¿Y
aquella inmensa construcción que se divisa en lontananza, con una montaña encima,
cubierta de verdor? ¿No semeja un coloso durmiendo?
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
Y los astronautas, luego de intercambiar nerviosos comentarios, desaparecen bajo el
disco. De nuevo la máquina se torna luminosa, y, veloz, desaparece. Abro los ojos. ¡Ya
no hay nada en el piso!
–¡L! –grito, con debilidad–. ¡L!
Me enderezo en la cama, restregándome los ojos. La puerta se abre.
–¿Qué pasa? –me interpela duramente.
–L –empiezo, nervioso–. ¡Estoy seguro de haber visto un aparatito circular, ahí, en
el piso! ¡Bajaron unos insectos!
–¿Insectos? ¿Aparato circular? –lanza una fría mirada en torno–. ¿Seguro que no
estaba soñando?
–¡No lo sé! –me entran dudas–. A lo mejor estaba dormitando. ¡Pero no tenía los
ojos completamente cerrados! Estaba viendo el piso de “este” dormitorio, acostado en
“esta” cama. ¿Entiende? No veía nada fantástico o fuera de lo común, excepto el disco.
Se encoge de hombros.
–¡Vaya! Eso es común. Son visiones que se producen cuando uno se está quedando
dormido. ¡Por eso son tan reales! ¿No le ha ocurrido, a veces, soñar que tropieza con
algún objeto y, con el sobresalto, despertar? Todas esas sensaciones tan reales, en las cuales coinciden hora, lugar y otros factores que contribuyen a darles realismo, son sueños
que tenemos antes de dormirnos por completo.
Da unos pasos hasta llegar al sitio donde aterrizara el disco.
–¡Así debió ser! –comento, aún azorado–. Me parece estar viendo el disco en el mismo lugar donde está usted ahora.
Hace una mueca de escepticismo, al mismo tiempo que señala la habitación con una
mirada circular.
–¿Por dónde iba a entrar?
Me siento ligeramente ridículo.
–Bueno… ¡Tiene que reconocer que me han pasado varías cosas extrañas ahora
último!
Llueve torrencialmente. Ametralla la lluvia el ventanal con un repiqueteo fresco.
–¡No lo tome a mal! –me dice–. No es que me ría de usted. Pero me ha parecido
muy original su visión.
La disculpa suena a falso. L, el impenetrable L, es un gran mentiroso. Ya he tenido
antes la misma sensación. La primera vez, negó la existencia de la fantasmal campanada. Después, cuando se dio cuenta que yo la había oído, soltó la verdad. ¿Sucederá lo
mismo con el disco? Bien pudo ser un sueño. Con toda seguridad lo fue. Desde que me
encuentro en Polonia, todo se me antoja cosa de sueño, y, a veces, de pesadilla. Solo la
lluvia parece real y tangible en el nuevo ambiente.
Se retira L. Me quedo despierto por varios minutos más. Llega el sueño con mucha
lentitud. Antes de dormirme, creo oír la campanada tan nítidamente como en la clínica.
El sol penetra por la ventana, formando una franja luminosa que se extiende hasta los pies
de mi cama. En el jardín, los árboles y las flores, todavía húmedos, se balancean suaves.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Salto de la cama y llego hasta el vidrio. Mis rodillas están débiles; mi paso es trémulo. Pero hay sol, y el paisaje es hermoso. Paseo la vista por valles con arroyuelos que
aparecen y se ocultan con destellos metálicos, entre bosques y colinas. Al fondo se eleva
una montaña, a cuyos pies se recuesta un lago azul, con frondosas selvas en sus riberas.
A ambos lados se yerguen cerros, con sus laderas tapadas de vegetación brumosa.
La caballeriza se encuentra a unos cincuenta metros de la casa.
–Se ve poco poblado el lugar –observo, mientras L ensilla los caballos.
–Sí: estamos lejos de los centros habitados –imagino que sonrió al continuar–: Algunas prerrogativas tenemos los vigías. Por lo menos, un refugio en una parte tranquila
y bonita.
Partimos a buen tranco, bajando por un sendero de tierra. A derecha e izquierda,
arbustos y árboles mayores. La colina, en cuya cumbre se halla la casa de L, se eleva
desde una pendiente casi vertical.
Mi caballo, un alazán de raza, marcha con agilidad. El negro de L, algo arisco, avanza cabeceando constantemente. Arribamos a la ribera de un arroyo, en el fondo del valle,
que remata en el lago. Mariposas y pájaros revolotean, con gran despliegue de colores.
El estero susurra reluciente detrás del follaje.
La lluvia de la noche anterior ha endurecido la tierra, evitando así la nube de polvo
común a toda cabalgata. L, impertérrito, marcha a mi lado. El paisaje es hermoso. Los
árboles, los insectos y las aves son reales. Y a pesar de estas pruebas, de tangible evidencia, hay algo fantástico en todo cuanto me rodea. La luz solar, el canto del agua que
cabrillea entre la floresta, las hojas vibrantes por la brisa y el piar de los pájaros han contribuido a tranquilizar mis nervios, resentidos por la intoxicación, el ambiente de la clínica y las pesadillas que precedieron a mi despertar. Pero alguien acecha en cada detalle.
IV
Regresamos al mediodía, luego de una excursión que incluyó un paseo en canoa por
el lago. L se ha encerrado en un gran mutismo: su conversación se limita a simples
interjecciones. No parece de mal humor. Aunque difícil sería determinar los cambios
de humor del polaco. Su disciplina psicológica le permite controlar a la perfección sus
emociones.
Los caballos dormitan, uno al lado del otro, gachas las cabezas. Palmoteo el cuello
de mi alazán, pero el animal no se da por aludido. Sin embargo, permanece con los ojos
abiertos.
–¿Qué les pasa a los animales? –pregunto–. Parecen atontados.
L, con agilidad, trepa a la montura.
–Tendrán sueño. Vamos: ya es hora de almorzar. ¡Va a conocer usted la cocina automática!
Partimos al trote.
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
–Tan interesante y práctica como la máquina que enseña idiomas. Obedece instrucciones verbales. Basta con solicitar el menú deseado, para que comience a trabajar.
–¿Cómo es eso?
–Por medio de un micrófono, usted pide el guiso o los guisos que desea. Pasados
algunos minutos aparecen los platos servidos y aderezados. El ciclo se completa con el
lavado de la loza y la cuchillería.
–Pero eso tiene que resultar muy caro.
–Detrás de la cortina de hierro, los términos “caro” y “barato” se encuentran en completa extinción. Se les ha reemplazado por los conceptos “útil” e “inútil”. Además estas
máquinas han sustituido a la servidumbre doméstica.
–¿Y la limpieza? ¿Hay autómatas que aspiran el polvo, barren y sacan brillo al piso?
–No es necesario. Las casas han sido construidas con materiales que se mantienen
limpios a sí mismos. Y ello gracias a los plásticos con que están hechas.
De súbito se me ocurre que L se ha puesto demasiado comunicativo. Siento una pequeña inquietud. El polaco siempre habla y hace las cosas movido por alguna razón. Toda
la mañana ha estado cerrado como ostra, por lo menos desde que empezamos el paseo.
–¿Qué ha obtenido nuestra industria? Algo increíble: un plástico que respira.
¿Cómo empezó? Por la cocina automática. No, fue porque se aproximaba la hora de
almuerzo.
–Periódicamente millones de poros microscópicos se abren en las paredes, el techo
y el piso, y aspiran profundamente.
El polvo penetra a través del tejido plástico y es conducido por un sistema de tubos
–que podría compararse al tejido vascular del organismo humano– al crematorio central. Junto a los orificios de succión existen orificios de exudación, por los cuales sale un
detergente que, luego de limpiar un sector, es reabsorbido y llevado otra vez a su lugar
de origen para su purificación. Aspiradoras laterales situadas a ras de tierra dan cuenta
de los desperdicios de mayor tamaño. Como todo esto funciona constantemente, las
casas se ven limpias y lustrosas.
Llegamos a las caballerizas. Mi alazán parece muy cansado. Absorto con la fantástica disertación de L, apenas había reparado en el agotamiento de la bestia. Entonces,
bruscamente, un punto se aclara: minutos antes, a orillas del lago, yo reparé en que a las
cabalgaduras les ocurría algo. Y ahí fue donde L me endilgó su conferencia.
–L… –La remota campanada, como si surgiera del aire que nos envuelve, interrumpe
mi pregunta. El sobrenatural sonido queda vibrando en el espacio y se desvanece lento.
El mismo paisaje se ensombrece con el ruido. En la clínica, silenciosa, aquel sonido parecía de acuerdo con el tono del lugar. Pero aquí… Es como si una inteligencia
quisiera destruir el encantamiento del panorama. Permanezco escuchando sus últimos
sones, mientras L desensilla los animales, sin darse por aludido del fenómeno. Reparo,
asimismo, en otro detalle: los caballos tampoco han reaccionado.
L se dirige a mi encuentro.
–Suena raro el reloj aquí, ¿no es cierto? Estamos muy lejos del lugar donde se encuentra. Pero un sistema de retransmisores permite que su alcance se extienda a gran
distancia. Su radio de acción es susceptible de prolongarse aún más.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
–¿Con qué objeto?
–Para que todos los habitantes del país conozcan la hora exacta, controlada por los
observatorios, cualquiera sea el lugar en donde estén –dicho lo cual añade con naturalidad–: ¡Vamos a disponer el almuerzo! ¿Qué le gustaría comer?
Subíamos la escalera de la terraza.
–L, ¿por qué los caballos no se espantaron con la campanada?
–Su pregunta revela poco espíritu de observación. ¡Los caballos son polacos y hace
muchos años que están oyendo la campanada! Hasta los animales se acostumbran a
todo, por insólito que parezca.
¿Cómo no se me ocurrió? ¡Son tantos los detalles desconcertantes de Polonia! Cuando uno atraviesa por un período de confusión mental, hasta la perogrullada más grande
se nos antoja cosa de magia. Cada día que transcurre se acentúa en mi ánimo la interrogante: ¿qué me espera…?
El clima y el paisaje contribuyeron a mejorar mi estado de ánimo. No así L, cuyo carácter me tiene más y más intrigado. O me he convertido en un idiota o el polaco es
demasiado inteligente para mí.
En la tarde nos instalamos en la terraza a contemplar la puesta de sol. Se tiñó de rojo
el cielo. No desaparecían los últimos resplandores del día, cuando las estrellas empezaron a brillar.
Millones de lejanos soles: no son los mismos que me alumbraron en Chile. Señaló L
las principales constelaciones del hemisferio boreal: la Osa Mayor y la Osa Menor, esta
última con su estrella polar.
–¿Habrá otros planetas habitados? –pregunto, ensimismado en la contemplación de
los astros.
–Es lo más probable. Deben existir millones.
–¿Y cree que los hombres podrán salir algún día de la Tierra?
–¿Por qué no? Es cuestión de entrenamiento.
Porque son muchos los vínculos que ligan al hombre con su planeta, prosigue L.
Nuestra psiquis está determinada en gran parte por factores telúricos. El hombre ha
sido acondicionado por la naturaleza para habitar un planeta de cierta masa, velocidad
orbital, magnetismo, etc. Sin un adiestramiento previo un viaje interplanetario podría
provocar en el ser humano un trauma similar al del nacimiento. Porque el hombre es
débil en extremo: para vivir en distintos lugares de su planeta, necesita, muchas veces,
de una aclimatación.
–Pero, primero, el hombre debe conocer su planeta.
Los conocimientos humanos sobre la Tierra se reducen, en forma superficial, a las
partes visibles de los continentes. Respecto al fondo de los océanos, se sabe muy poco.
Y mucho menos en cuanto a lo que hay bajo la superficie terrestre. Valiéndose de grutas
y cavernas naturales, el hombre ha descendido hasta una profundidad de un kilómetro,
aproximadamente, porque carece de los elementos mecánicos apropiados para estudiar
la subtierra. En una esfera de 12,74 metros de diámetro, donde un kilómetro equivaliese
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
a un metro, significaría que el hombre ha bajado un milímetro bajo la superficie de
dicha esfera. Esto es, necesitaría perforar un agujero de doce mil setecientas cuarenta
veces esa longitud para atravesar el globo terráqueo de parte a parte.
¿Por qué se sabe tanto de las estrellas y de los planetas? Porque los ha tenido a la
vista desde que el primer hombre miró el cielo hace algunos cientos de miles de años.
En la práctica, la técnica de la astronomía ha nacido por sí misma: se trataba únicamente
de prolongar el alcance de los ojos. Pero la corteza terrestre es impenetrable para los
sentidos. Miles de kilómetros de tierra y granito esconden los secretos del planeta. Tal
vez en la actualidad las fuerzas plutónicas preparan un cambio de maquillaje en su cara,
como sería el hundimiento de los continentes y la aparición de otros. Y el hombre ni lo
sospecha.
–No es mi intención demostrarle la ignorancia del hombre, X. Quiero que usted
comprenda las razones y trascendencia de ciertos estudios efectuados en Polonia.
Es indispensable averiguar, insiste L, cuáles son los verdaderos nexos que unen al
hombre con su planeta. En último término, tales vínculos son los que le permiten existir. Esas raíces, invisibles pero presentes, lo conectan al corazón de la Tierra: quizá de allí
fluye la energía que le hace moverse, ambicionar y sufrir. Desconociéndolos, los viajes
interplanetarios prolongados podrían acarrear la aparición de nuevos tipos de muerte.
Repentinamente L calla. ¿Estarán sus palabras relacionadas de alguna manera con
mi destino?
Espero con cierta angustia el porvenir. Todo cuanto me sucede es increíble, por no
decir absurdo. Para comenzar: mi actual personalidad. Escasos son mis conocimientos
de psicología, y difícil me sería, por lo tanto, encontrar una razonable explicación a las
anormalidades que me noto. Es como si el narcótico, o cualquier otro agente desconocido, hubiese desconectado dentro de mí los medios que me dan acceso a la realidad.
No es la sensación de estar viviendo acontecimientos sobrenaturales, aunque algo de
eso tiene. Es, más bien, la convicción de experimentar emociones nuevas. Y no por
el hecho de haber sido trasplantado sorpresivamente a otra nación. Por exótico que
sea un nuevo ambiente, desde el momento que pertenece al mundo material, cuanto
nos rodea es percibido por los mismos elementos de percepción que utilizábamos en
el nuestro.
Desperté, a la mañana siguiente, en un lugar distinto. El mar se encuentra próximo: oigo el ruido de la resaca. La luz del amanecer invade el dormitorio por una ancha
ventana. Los materiales de construcción son los mismos plásticos que viera tanto en el
refugio como en la clínica.
Desde mi cama se divisan grandes dunas de arena roja, y, más allá, el océano. Todo
ello iluminado por una claridad que tal vez sea de origen lunar, aunque más poderosa
e intermitente. La visión me mueve a saltar del lecho y pegar la nariz al vidrio. La intensidad de la luz, luego de cada período de descenso, aumenta en el próximo. Es una
especie de oleaje cuya mínima luminosidad es comparable a un crepúsculo avanzado y
la máxima al de un amanecer vecino a la salida del sol.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
La luz se impone rápida. Transcurren varios minutos durante los cuales las dunas
y el mar cambian de coloración debido al parpadeo. A veces, las primeras adquieren
una tonalidad roja subida, y el agua un tinte azul oscuro, para luego degradar a un rojo
ladrillo y a un verdemar reluciente. Los períodos se acortan: adquieren una frecuencia
cada vez más veloz. Por último, una luz brillante se esparce de manera uniforme por el
cielo. Sin embargo, tiene algo de especial.
Intrigado, parto en busca de una puerta para salir. Al aproximarme al muro de la
derecha, un paño de aquel se recoge, quedando de este modo un amplio vano. Por otra
puerta salgo a una terraza opuesta al mar.
Ante mis ojos se extienden redondeadas colinas y bosques que comienzan a menos
de doscientos metros, dejando de por medio una franja de césped. De nuevo, me choca la originalidad del territorio. Semeja un escenario artificial, y no el producto de las
fuerzas naturales. Como si un jardinero ciclópeo hubiese trabajado durante siglos en
hermosear la inmensa comarca. Y es su inmensidad la que me saca del embobamiento.
¡Toda ella ofrece ese aspecto ficticio! Cientos y cientos de kilómetros, hasta lontananza,
en donde las nubes se unen en una faja vaporosa que interrumpe el panorama.
La luz, al difundirse a través de la capa de nubes, quita relieve al panorama. Los
cuerpos no proyectan sombras, a pesar de que la claridad es tan intensa como la luz
neónica. Bajo de la terraza, avanzo por el pastizal y, rodeando la construcción por la
izquierda, me dirijo a la playa. Segundos después mis pasos se graban en la arena roja.
A mis espaldas queda el edificio. Es de un solo piso y demasiado grande para ser una
residencia particular. Pronto comienzo a trepar por los faldeos de una duna gigante. La
arena, compacta, me permite caminar sin hundirme. Sopla una brisa vivificante, que aspiro a bocanadas. Llego a la cumbre del montículo, desde donde el panorama se amplía
aún más.
Al frente, a cien metros, el mar; las olas van a morir en una playa de líneas regulares.
A derecha e izquierda de aquella la costa se eleva varios metros sobre el nivel del agua,
revelando la existencia de un acantilado. Vuelven a presentarse los inusitados detalles
de la región. Dos son los que se destacan: el primero, que el horizonte se encuentra
muy arriba en los cuatro puntos cardinales. Detrás de la casa, a mis espaldas, la sucesión de lomas boscosas ascienden en una suave pendiente hasta unirse con el cielo, sin
que dicho efecto lo produzca la existencia de lejanas cordilleras. A diestra y siniestra la
costa, salpicada de dunas y de rocas, también se curva hacía arriba en las proximidades
de lontananza. A su vez, el océano desaparece a corta distancia; a pesar de ello, muestra
una superficie ligeramente cóncava.
Me pongo nervioso. El segundo detalle es el aspecto del cielo: las nubes parecen
estar más próximas a la tierra, directamente sobre mi cabeza. ¿Será un efecto provocado
por la luz difusa, o un fenómeno meteorológico desconocido?
Un ruido de pasos a mis espaldas me distrae. Es L que llega impasible. Lanzo un
suspiro de alivio.
–Madrugó usted –me dice, tranquilo.
–L… –no disimulo mi nerviosidad–. ¿Ve usted el cielo combado, y el horizonte tan
alto como lo veo yo? ¿A qué se debe?
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
–Haga trabajar su imaginación. ¿Qué efecto inmediato le produce la altura del horizonte?
–El de hallarme en un bajo.
–¿Nada más?
Lanzo otra mirada en derredor. La luz ha aumentado, y junto con ello suben los
bordes de la concavidad, hasta integrar una sola línea con las nubes. En el horizonte
terrestre los detalles se reducen a proporciones microscópicas, como si se hallaran en
la parte más alta de una ladera que, comenzando en nuestras vecindades, asciende en
forma regular, como las paredes interiores de un hemisferio.
–Si usted llegase a un planeta como Júpiter o Saturno, por ejemplo, observaría un
fenómeno similar. La extensión de esos astros le haría ver muy arriba el horizonte. Pero
no estamos en Júpiter ni en Saturno. ¡Nos encontramos en la Tierra! –fulguran sus ojos
al proseguir–: ¿Qué otra explicación se le ocurre?
–¿Hasta cuándo va a seguir con sus misterios? –me invade una oleada de rabia–.
Usted sabe, mejor que nadie, que no estoy aquí por mi propia voluntad. ¡Me revientan
los enigmas! ¿Entiende?
–¡Cálmese, X! Le aseguro que no he tratado de hacerme el misterioso. Pero para que
usted pueda desempeñar su nuevo papel, es indispensable ponerlo al tanto de ciertos
secretos que pocos conocen. A eso se debe que haya tenido que ir dosificando lo que usted necesita aprender. No solo tendrá que desarrollar sus actividades en un país nuevo,
sino que dichas actividades nada en común tienen con su vida anterior.
¿Vida anterior? ¿Qué quiere decirme L? ¿Estoy entonces en el otro mundo? Tembloroso, pregunto:
–L… Dígame la verdad. ¿Estamos en el mundo de los vivos…?
L me observa sin contestar. Y al mirar el paisaje se me presenta, bruscamente, en
toda su anormalidad. Esa arena rojiza; aquellas dunas mórbidas; las colinas de aspecto
artificial, y aquel mar que parece doblarse hacia arriba… ¿Pertenecen al mundo de
la realidad? Afirmo los pies en la arena: sin duda, es material. La brisa también. Y el
ruido del oleaje, a pesar de cierta lejana resonancia, se asemeja al de otros oleajes. Me
agacho y tomo un puñado de arena. ¡Es arena también! Posee su misma consistencia,
aunque su grano es casi impalpable. Solo el color es diferente. La dejo escurrir entre
mis dedos.
L se aleja unos pasos y se sienta en el borde de la duna. Sus piernas resbalan por la
roja pendiente.
Luego, lentamente, se da vuelta.
–Nos encontramos a cientos de kilómetros bajo la superficie terrestre. A eso se deben las rarezas que usted ha observado…
V
Me quedo mirando a L, los ojos muy abiertos. Con un pequeño vértigo, me dejo caer a
su lado.
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Revista Anales
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–¿Un mundo subterráneo? ¿Cómo llegamos aquí?
–Como de costumbre, lo trasladamos mientras dormía. Instrucciones superiores. No
lo hemos traído con métodos brujos, sino por un sistema que conocerá más adelante.
–¡Un mundo subterráneo! –repito, aplastado por la noticia–. ¡Es lo más extraordinario que he oído! En una novela de aventuras leí una vez la historia de un viaje al centro
de la Tierra. ¡Una novela de Julio Verne! ¿La leyó usted?
Me pongo de pie. De golpe despierto en el mundo fabuloso, transfigurado el rostro,
como un niño que oye hablar de países legendarios. ¡Cientos de kilómetros bajo tierra!
Y hay luz: una luz fantasmagórica, pero que alumbra a la perfección.
–Sí. Pero no recuerdo qué decía –L se refiere a la novela.
–Una caverna, grande como un país, con un mar, iluminado por un fenómeno eléctrico o algo así.
–¡Ah! Esto no es una caverna, propiamente. Algo tiene de eso, pero con ese concepto
no podría explicarse qué es.
Apenas escucho las palabras de L.
–¿Esto se encuentra debajo de Polonia?
–En parte, sí. Se extiende bajo varios países. Es muy grande.
–¿Y la luz? ¿De dónde proviene?
–La atmósfera es luminosa, igual que la del mundo de Verne. Equivale a la luz del
sol en cuanto a sus propiedades, pero es más suave.
–¿Y dónde quedan las paredes de esta gruta?
–No es una gruta, simplemente. Imagine la superficie interior de un casquete esférico, siendo la esfera a la cual pertenece dicho casquete, la Tierra. ¿Comprende? O sea, el
suelo que pisamos corresponde a la cara interna del globo terrestre.
–¡Espérese! No entiendo bien. ¿Me quiere decir que estamos cabeza abajo con respecto a los de la superficie?
–¡Exacto! No se nota, ¿verdad? No tiene nada de extraño, porque el concepto “arriba” o “abajo” deriva de donde proviene la atracción gravitacional. Como la gravedad
depende de la masa, aquella actúa atrayendo los cuerpos tanto hacia la cara externa
como interna del globo terrestre.
–¡Pero para eso la Tierra tendría que ser una esfera hueca!
–No se trata del hecho que “tendría que ser”. Es hueca –puntualiza L con voz suave,
la mirada perdida en el mar–. Días atrás le dije que habíamos hecho grandes descubrimientos relacionados con el interior de nuestro planeta. Este es uno: descubrimos que
la Tierra es una esfera hueca, con una corteza relativamente delgada en comparación
con su radio.
Se acentúa el vértigo. Mi cabeza es un remolino de ideas fantásticas.
–¿Quiere decir que si el cielo no estuviese nublado veríamos sobre nuestras cabezas
mares y continentes?
–Algo así sucede, pero no porque esta esfera se encuentre vacía. A una distancia de
mil kilómetros –L señala el cielo–, hay otro planeta que gravita en el interior del primero. Es una especie de caverna: su piso lo forma la superficie interna de la Tierra, y su
techo, el planeta interior, que es lo bastante grande como para llenar el hueco.
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
–¿Y cómo se sostiene la corteza para no caer sobre el otro mundo? Mil kilómetros de
distancia es inferior a la altura a que gira el Sputnik.
Se pone de pie y se sacude la arena. Ensimismado, le imito. Parte hacia el edificio,
descendiendo por la pendiente arenosa. Huellas alargadas se forman en el polvo rojo,
que se desgrana en un fino alud hacia el interior de la pisada.
–La distancia es pequeña, al considerar el diámetro de la Tierra: doce mil setecientos
cuarenta kilómetros. Como la corteza terrestre tiene un espesor regular, y es atraída con
una fuerza uniforme hacia el núcleo central, el planeta interior flota libremente dentro
de aquella, manteniéndose siempre a la misma distancia de mil kilómetros.
Vamos llegando a la construcción. A través de un ventanal entreveo paredes de colores brillantes y rostros. ¡Sí, rostros de personas! Aquel descubrimiento me distrae de
las revelaciones de L. Hace tiempo que solo veo la cara de L y, en dos ocasiones, la de D.
–L –le interrumpo–. ¿Hay más gente aquí?
Sí. Estamos en un lugar de veraneo. Aquí hay un casino donde desayunaremos –y
me advierte –: No debe hablar con la gente de aquí. Todos son muy sagaces, incluso las
mujeres…
Hay tres parejas instaladas en otras tantas mesas, y una cuarta ocupada por dos mujeres.
Jóvenes y hermosas.
Avanza L sin saludar a nadie. Los otros, a su vez, nos dedican distraídas miradas, a
excepción de las mujeres, que nos escrutan por breves instantes. Nos instalamos en una
mesa vecina al ventanal.
Advierto que las muchachas, después de habernos sentado, prosiguen su conversación.
Un carrito se aproxima silencioso a nuestra mesa. Sobre él hay tazas y platillos. Al
llegar junto a nosotros se detiene. Con rapidez, al ver mi cara de sorpresa, L me explica
que es un mozo automático.
Echo una nueva ojeada a las jóvenes. Colijo que son altas. Una de ellas mira con el
rabillo del ojo.
Sonríe.
–¿Estarán solas? –pregunto, indicando a las dos.
–Ya tendrá oportunidad de trabar amistad con ellas.
Desaliento.
–¿Solteras?
–Todas son solteras. Nuestro régimen prohíbe el matrimonio.
–¡Ah! –Y empiezo a tomar mi desayuno.
Ambas muchachas se levantan y atraviesan la sala; se dirigen a la terraza. Usan vestidos ajustados, translúcidos. Caminan con gracia.
–Nuestras mujeres –comenta el polaco– son cada vez más hermosas y femeninas;
nuestros hombres, día a día más fuertes y masculinos. A mayor diferenciación, mayores
son las perspectivas de engrandecer la colectividad. ¡Nuestro sistema ha suprimido los
complejos de inferioridad! Usted no verá mujeres feas ni hombres enclenques. La raza
polaca progresa día a día.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Las jóvenes caminan rumbo a la playa. Desaparecen tras una duna.
L habla de su raza. Dentro del régimen, la castidad es bien mirada. Se ha descubierto
que estimula determinadas percepciones psíquicas, importantísimas en la ciencia.
Otra pareja parte a la playa. L se pone de pie y me invita a salir. No iremos hacia
el mar. Echo una melancólica ojeada al arenal: su belleza se me antoja deprimente. Las
nubes deben haberse disipado: una luminosidad brillante se esparce sobre el lugar. Cada
detalle refulge con colores propios. La falta de relieve se compensa por la variedad de
matices, todos definidos, aunque de una tonalidad crepuscular. Colinas cubiertas de
césped y densos bosques, con cumbres azulinas, se extienden subiendo hacia lontananza. Allá, una franja de neblina separa la tierra del cielo. Una brisa tibia, algo enervante,
sopla sobre mi cara. Proviene de los cerros, salpicados de flores, y acarrea olor a tierra
húmeda y a vegetación. Levanto los ojos.
Un colosal mapamundi flota en el espacio. Una esfera que abarca todo el cielo, con
sus detalles nítidos y en relieve. Retrocedo, fascinado. Simétricos canales, playas, lagos
y ríos. Grandes continentes con zonas verdes y marrones. Creo notar que el cielo oscila,
que de un momento a otro se precipitará sobre mí con su mole multicolor: me dejo caer
en el pasto, sin poder separar los ojos del otro mundo.
–¿Y esto es obra de la naturaleza? Una esfera hueca…
La naturaleza es amiga de las formas redondas, puntualiza L. Todos los planetas son
esferas casi perfectas. ¿Por qué no habrían de ser huecas? Observo el techo: no se apoya
en columnas ni en murallas. Podría caerse y aplastarnos como hormigas. Pero no. Somos nosotros los que estamos cabeza abajo. Cierro los ojos, tratando de eludir el vértigo.
–¿Vive gente allí?
Por toda respuesta saca un binocular y me lo alarga.
–Mire allí donde los canales se juntan, al lado de la zona amarilla.
Siguiendo las instrucciones de L enfoco el canal. ¡Una vasta extensión de agua, con
un oleaje oceánico, se precipita sobre mí! Es tan vívida la sensación, que suelto los anteojos y me echo para atrás.
–¿Qué le pasa? Continúe. Acuérdese que será un vigía. Todo cuanto ve nada tiene de
sobrenatural. La gravedad actúa sobre la cara interna de la Tierra y llega hasta la mitad
del espacio que nos separa del segundo planeta; después, actúa su fuerza de atracción.
Es decir, si estuviéramos allá, veríamos estos territorios sobre nuestras cabezas. Mire
de nuevo.
Existirán leyes que explican todo, pero la realidad es una: en el cielo hay playas,
continentes de contornos simétricos y espesas selvas. Paulatinamente me dejo fascinar
por la maravilla. Recorro el nuevo mundo hasta llegar a una playa. Los techos de una
población se proyectan hacia mí: sus calles, sus jardines, una plaza central y hombres.
¡Sí, gente que camina cabeza abajo, como moscas en el techo! Hombres y mujeres entran y salen de las casas sin percatarse de “su” precaria posición. Tal es la potencia del
prismático que, a pesar de los mil kilómetros de distancia, las figuras están al alcance
de mi mano. Sigo mirando: desfilan regiones cubiertas de nubes, que se desplazan con
suavidad. Hasta ese instante, mi atención estuvo concentrada en los territorios más
próximos, o sea, en la parte inferior del hemisferio. Desvío el binocular hacia la zona
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Los altísimos (1951) (Fragmentos)
Hugo Correa
donde la superficie de nuestro planeta, en franca ascensión, se une al techo en una franja
brumosa.
–¿Es idea mía o “eso” se mueve muy rápido?
–Así parece. Pero lo que ocurre es que ambos planetas giran en sentido opuesto en
torno a un eje común. De lo contrario no notaríamos ningún movimiento.
–¿Y se puede ir hasta allá? –en mi ofuscación, me había olvidado del pueblo recién
visto.
–Fácilmente, X. ¡Pronto haremos el viaje! Y usted disfrutará de una emoción única:
hacer un viaje interplanetario sin salir de la Tierra.
Lo miro incrédulo.
–¿Significa que ustedes controlan ambos planetas?
Asiente.
–¡Dos mundos! Es un territorio inmenso.
Casi el doble de la Tierra. La región es fértil y rica en minerales de toda clase. Y la
luz posee cualidades superiores a la del sol en muchos aspectos. La atmósfera es de una
composición especial: emanaciones desconocidas la saturan. Aquí se vive en las entrañas de la Madre, como el niño que crece y se desarrolla en el vientre materno, rodeado
de óptimas condiciones. La naturaleza se ha esmerado en dotar a la subtierra de toda
clase de cualidades, con las cuales suple ventajosamente las condiciones de la superficie
externa.
Absorto en la contemplación del cielo, escucho sus palabras como algo lejano. Más
allá de la atmósfera, hay un vacío sin meteoritos ni rayos cósmicos. Otras fuerzas actúan
en él. Energías vitales, que simplifican las actividades humanas. Por mucho rato me quedo en silencio, recorriendo el techo con el prismático, atestada la mente con un millar
de interrogantes. Habría podido permanecer así durante horas, la cabeza hundida en el
pasto, sumergido en un éxtasis, gozando de la vertiginosa emoción de contemplar un
mundo al revés.
–¿Sabe, L? ¡Cualquiera supondría que un mundo subterráneo es en todo opuesto al
otro! Oscuro, habitado por seres sombríos, por una forma de vida distinta. ¿No encuentra extraño que, habiendo tanto espacio disponible, la naturaleza haya construido estos
mundos? ¿Con qué objeto?
La naturaleza prefiere determinadas formas, simplemente. ¿Quién sabe si existen
otros planetas con las mismas características? Y en cuanto a que la naturaleza se repite,
es un hecho. Basta mirar los millones y millones de estrellas: son idénticas en su forma
y composición. De existir otros sistemas planetarios, deberán ser iguales al nuestro, en
cuanto a funcionamiento: alrededor del astro de mayor magnitud giran los de masa inferior. La naturaleza se repite, pero siempre con una pequeña variación.
–Claro que no es tan natural que digamos –continúo–. Es muy simétrico, como
hecho a mano. Por ejemplo, esos mares en forma de canales. ¿Marte es el planeta de los
canales?
–Sí, Marte. Pero esas son teorías: pueden ser una ilusión óptica, como muchos creen.
En cambio, esos canales existen. Y como usted dice, son tan simétricos que no parecen
obra de la naturaleza […]
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Innergy
Jorge Baradit
“Salvador Altamirano”, decía el parte del día.
El agente se aferró al papel empuñándolo como para golpear a alguien, quizá a su
trabajo, a su vida completa o al administrativo que, estaba seguro, había sonreído burlonamente cuando le designó la tarea.
Los velociclos de polea son incómodos, pero los tranvías de catapulta mecánica son
aún peores. La inercia entre impulsos te puede quebrar el cuello si no estás mirando en
la dirección correcta cuando se enciende la luz de aviso y llega la patada.
A lo lejos, comenzaba a recortarse el segundo pabellón de la “Penitenciaría de alta
seguridad ciudadana”.
Las famosas penitenciarías estaban dispuestas en anillo en torno a la ciudad, siempre
junto a las instalaciones de los generadores “Montoya”. Estos generadores no eran más
que enormes galpones donde miles de caballos corrían día y noche sobre cintas transportadoras, moviendo dínamos ineficientes y generadores desenterrados de entre las ruinas
de ciudades argentinas. Cientos de galpones dispuestos simétricamente rodeaban la capital con su bramido espantoso, solo comparable al de un enorme deslizamiento de tierra o la rotura de una represa monstruosa. Santiago dormía junto al sonido del desastre.
El agente recordó de pronto que ese mismo día, veinte de diciembre, se cumplían doce
años desde los últimos bombardeos. Pero la gente parecía haber olvidado todo: el colapso del sistema energético, las invasiones de hordas de citadinos a los pueblos más
autónomos del sur, la ley marcial y el desarrollo desesperado de nuevas fuentes de
energía. La locura parecía haberse desatado en todos lados y las autoridades desesperadas echaban mano de todo cuanto pudiera asegurarles, al menos, esperanza. Santiago
se había vuelto una ciudad en penumbras, cruzada por cables de alta tensión muertos,
como las venas de un cadáver descompuesto. La ciudad hedía y el cielo, ennegrecido
por la quema de todo cuanto pudiera quemarse, parecía la sombra de algún mal recuerdo que no quiere retirarse. Si bien ya nadie mataba por un litro de gasolina, todavía una
buena batería de auto podía desatar un enfrentamiento entre delincuentes y traficantes.
El Estado había requisado todas las pilas voltaicas, baterías de automóvil y hasta las
pequeñas baterías domésticas con las que se hacían funcionar linternas y radios. Si el
Comando Conjunto (la policía interministerial de la energía) supiera que aún guardo un
juguete de mi hijo con las baterías puestas podría ser dado de baja y enviado a la cárcel.
De hecho, al desgraciado que tengo que visitar lo mandaron preso por razones similares,
aunque de muy distinta envergadura.
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Innergy
Jorge Baradit
Salvador Altamirano está preso con una condena de cuarenta años por atentar contra un
punto de acopio de dínamos de bicicleta. Y él estaba ahí para investigar las razones de
una acción a todas luces demente. Desde el derrumbe del Medio Oriente y la escalada
de violencia que siguió al descalabro de los equilibrios energéticos, todos sabían que la
energía se había convertido en una propiedad valiosa de la comunidad que había que
defender con la vida.
Todos recuerdan dónde estaban cuando el presidente insistió en que la energía eléctrica era la sangre de un país, y que en esos instantes nuestro territorio se estaba
desangrando. Llamó a todo buen hijo de esta tierra a colaborar activamente en la
convalecencia de la patria. Anunció los nuevos impuestos al uso de energía, la necesidad de que cada ciudadano pagara sus tributos en volts a través de la generación
doméstica de electricidad. Indicó que la educación estaría orientada a la generación de
pequeños volúmenes de energía por parte de algo tremendamente valioso que había
que explotar: la inquietud infantil. Los pupitres tendrían pedales, los recreos serían
orientados a actividades en aparatos mecánicos generadores pintados de colores. Les
recordó la necesidad de que cada ciudadano se involucrara en los planes de desarrollo de nuevas fuentes de energía. Insistió en el reclutamiento de voluntarios para las
últimas investigaciones en torno a la energía liberada por la ira y los orgasmos, y la
posibilidad de producir cámaras acumuladoras viables, apoyadas por los experimentos con jaurías de perros en anfetaminas encerrados en estanques aislados. Recordó
la heroica y extenuante labor de búsqueda que realizaban los “raiders” en las ruinas
de las ciudades devastadas. La necesidad de nuevos reclutas que escarbaran entre los
restos de la civilización en busca de pilas, dínamos, acumuladores y reactivos químicos. Recordó compungido la tragedia de Viña del Mar, donde veinte jóvenes murieron
mientras buceaban en la ciudad sumergida buscando un generador de hospital. Llamó
al sacrificio, llamó al compromiso. Lloró de angustia frente al país reunido en la plaza
de la Constitución, frente a las ruinas del palacio de La Moneda. Todo el país lloró con
él, las radios a cuerda se convirtieron en el único nexo en un territorio largo y accidentado, desde la frontera con Perú en Antofagasta, hasta la frontera con las colonias
israelíes en Aysén.
Fue como una guerra, siempre hay pérdidas en las guerras. Me miro las manos y no veo
nada, miro hacia fuera y siento que nadie en el mundo entero siente el vacío que tengo
donde debería estar mi corazón. Quizá hay espacio para dos baterías en mi interior, las
baterías del juguete que me espera en casa.
La esperanza regresó cuando el gobierno anunció la puesta en marcha de tres proyectos:
los generadores “Montoya”, el proyecto “Desierto Florido” y las unidades de emergencia
“Pudahuel”. Quienes viajan al norte pueden ver enormes dínamos a cuerda alineados en
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campos que se pierden en el horizonte. Seis yuntas de bueyes tiran de sogas metálicas,
contrayendo la espiral de cobre monstruosa que esconde cada edificio con forma de
catedral. El ruido que hacen se pierde en la vastedad del paisaje. Si quedaran aviones
operativos, podrías ver la forma de una estrella hecha con pequeños puntos negros
desde las alturas. El proyecto “Desierto Florido” es la gran esperanza de los ingenieros
del Ministerio de Energía. Y si algún día el nuevo sistema interconectado de bueyes,
caballos, seres humanos y generadores solares fallara, aún quedarían las unidades de
emergencia “Pudahuel”, enormes edificios de concreto sin ventanas, construidos en las
afueras de la capital, que esconden descomunales pistones del tamaño de una torre de
treinta pisos. Activados con explosivos, mueven un cigüeñal gigantesco escondido bajo
tierra a través de la capital. Miles de personas se mueven dentro y fuera de los edificios
entre el vapor y los gritos, apoyados por el Ejército y unidades de zapadores expertos
que activan las cargas sincronizados por señales de banderas.
Pero nada es tan perfecto, a pesar de los maravillosos esfuerzos de las autoridades, un
año atrás habían comenzado una serie de atentados contra la energía que activaron cambios drásticos en la legislación vigente: a partir de entonces los delitos producirían penas
calculables en voltios. Y las más graves entre ellas eran, por supuesto, las penas por
delitos contra la energía. Rápidamente se habilitaron los cordones penitenciarios y sus
oscuras “cámaras de ratones”, recintos subterráneos enormes donde los prisioneros eran
puestos a correr en ruedas de acero de grandes dimensiones, similares a las ruedas de
hamsters. Los reos debían producir una cantidad de kilovatios diarios que se restaban de
la pena asignada a su delito. Y mi entrevistado, Salvador Altamirano, estaba condenado
a producir una cantidad de kilovatios tal, que estaría corriendo en los galpones durante
por lo menos cuarenta años, si corría duro y sin cejar.
Cuando ingreso al recinto me invade la angustia. El hacinamiento es espantoso, el hedor
es insoportable. Los presos duermen de pie colgados de cuerdas a las vigas del techo,
de esa manera es fácil “cortar” a los más débiles o los moribundos y dejarlos caer sobre
las carretillas que los llevaran a los patios. Reviso mi dínamo personal, una pieza de lujo
que se mueve con mis pisadas y me permite acumular el tributo semanal sin mayores
problemas, y opto por guardarlo en un bolsillo más seguro, el lugar no parece nada de
confiable y los guardias son los que más desconfianza me producen.
–Vengo a ver al preso 655321, Salvador Altamirano.
El guardia ni siquiera me mira.
–Soy oficial del Ministerio de Energía, sargento.
Entonces gira la cabeza lentamente y veo que está comiendo un trozo de manzana,
quién sabe el favor que hizo para tener acceso a semejante joya. Obviamente, la exhibe
como muestra de su influencia.
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Jorge Baradit
–Lo está esperando en la salita de reuniones –agrega con suavidad aparente–. Le
aconsejo que la haga corta, él sabe perfectamente que cada minuto que pasa es un minuto más lejos de su libertad, señor secretario.
–No soy secretario, soy un agente de inteligencia del Ministerio –le digo, algo ofuscado.
–Ok, lo que usted quiera. La salita está por allá.
El lugar está en penumbras, aunque en lo más alto de las paredes una hilera de ventanillas da la impresión de ser una línea de focos de iluminación. Pero es una estupidez,
yo mismo no veo focos encendidos desde hace meses. Giro por el primer pasillo que me
lleva directo a una pequeña puerta grasosa y oxidada.
–Lo estoy esperando hace tres minutos.
–Discúlpame si no me importa, necesito hacerte unas preguntas y nada más. No
creas que vine porque me interesa este resort.
–Entonces hágalas y terminemos, tengo cuotas que cumplir.
–Es sencillo, eres el primero de ustedes, quienes quiera que sean, capturado vivo y
queremos saber qué mierda te impulsó a hacer semejante estupidez, así de simple.
–Tú no sabes nada de lo que hacemos…
–¡Exacto! ¿Empezamos?
–Si acepté hablar es porque de esa manera quizá la gente abra los ojos y conozca la
verdad de…
–¡La verdad!…, espérame, deja sacar mi pistola…, brrr…, la verdad.
–¿Voy a poder hablar sin ser interrumpido?
–Ok, disculpa…, no he tenido buenos encuentros con “la verdad” últimamente.
–Hace años que fuimos instruidos acerca de la verdad, y solo ahora llegó el momento de darla a conocer. Nuestro guía nos…
–Espérate un poco, ¿“Nuestro guía”? ¿Me quieres decir que toda esta tontera es producto de una secta o algo así?
–No somos una secta, somos guerreros de una resistencia metafísica.
–…
–…
–…
–¿Me estai hueveando, cierto…?
–Vas a ser el primero en saber la verdad fuera de nuestro círculo.
–Me siento honradísimo…
–Estamos llamados a liberar el espíritu humano.
–¿Rompiendo dínamos de bicicleta?
–¡Los dínamos no son lo importante! La energía es lo importante. La energía no es
lo que tú crees.
–Ok, ¿entonces…?
–¿Por qué crees que la civilización se está cayendo a pedazos?
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–Me muero por escuchar el por qué.
–Fue la señal que indica el comienzo de la batalla por la liberación del espíritu, el fin
del samsara y la esclavitud de la materia.
–Pero…, ¿y los dínamos?
–¿Es que no entiendes? La electricidad no es lo que tú crees, la electricidad es energía viva. Por los cables de cobre circulan espíritus humanos en profundo dolor y pena,
esclavizados por mecanismos abominables que los usan como sangre y alma para moverse. Seres de metal y plástico que se mueven animados por electricidad, que es espíritu humano canalizado. Y Dios dijo: “intentará construir una figura semejante a él, pero
fracasará al hacerla vivir y será arrojado al lago de fuego por dos mil años”.
–A ver, espérate un poco…
–En el siglo XIX, magos y alquimistas consiguieron construir los conjuros y vías para
capturar y conducir los espíritus que rondan libres por la naturaleza, para animar sus
maquinarias e insuflarles vida. Durante siglos animaron sus golems despreciables con espíritu humano que corre por los conductores inflamado, quemándose, consumiéndose
entre horribles padecimientos. Si solo pudiéramos acercar nuestros oídos a los cables
que cruzan nuestra ciudad y oír sus aullidos de dolor.
–Pero tú estai más loco que una cabra…
–Nuestra labor es sagrada. Matar la ciudad y sus arterias de cobre que esclavizan
a los seres de luz que realmente somos. Liberar toda la energía atrapada en pilas y baterías como quien abre la jaula a niños hermosos que quieren salir a respirar. Desatar
la entropía generalizada y liquidar este universo-cárcel que nos tiene amarrados a este
cuerpo-bolsa-maloliente, lejos de la presencia divina de la luz eterna.
–Ok…, entendí…, eres un terrorista.
–No, soy un bodhisattva…
–Ok, un fanático religioso…, terrorista.
–Un guerrero de la luz.
–Ya sabía que iba a ser un día de mierda.
Me quedó claro que no iba a sacarle nada más a este imbécil, así que me puse de pie
mientras él seguía vociferando frases altisonantes y muy confusas, al menos para mí. La
puerta se cerró y caminé de regreso a la realidad.
–Día de mierda…
Afuera, el día había mejorado en algo, al menos pude distinguir el disco solar entre
tanta bruma negruzca. Confieso que miré de manera diferente los cables de alta tensión
que cruzaban la ciudad. No demoré más de dos horas en sacarme esas tonteras de la
cabeza, pero al llegar al minúsculo departamento que me entregaba el ministerio, lo primero que hice fue sacar el juguete de Martín. Luego de mirarlo durante varios minutos,
encendí el interruptor y lo dejé encendido, bailoteando frente a mis ojos hasta que las
lucecitas comenzaron a atenuarse poco a poco. Lo miré extinguirse, apagarse como una
vela, como un recuerdo doloroso que se aleja…, lo dejé ir. Nunca olvidaré a Martín,
pero tengo que dejarlo ir o me volveré loco.
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Después, solo me quedé ahí, muerto, sin energía, vacío de algo que no podría describir con claridad. Quizá de cordura. Todos estamos enloqueciendo rápidamente.
Meneé la cabeza y miré por la ventana.
Santiago parecía una ciudad muerta también. Pronto no quedará nadie que recuerde cómo se veía completamente iluminada, chispeante y engalanada como un cielo de
estrellas derramándose sobre la tierra.
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Marte
Álvaro Bisama
Mediodía. El ojo de la tormenta sugiere una calma transitoria. Un intermezzo que es en
realidad un final. Todo se detiene. El mar se calma antes de volver a lanzarse para acabar
con todo. Con Reñaca y Viña. Conmigo. No corre viento. El paisaje exterior de Reñaca
parece haber soportado una bomba, un millón de guerras, un desastre tóxico. No hay
electricidad ni agua, y luz natural del mediodía, esa luz que vibra en el centro del huracán, es tan falsa y tan sucia que me daña la vista. No sé cuánto dure esto. No me importa. Porque aquí termino. Aquí, el relato se cierra. Mis hermanos mueren y yo quedo vivo
quizás por qué razones hasta este momento, en el que aparezco como un hombre que
ha padecido la tormenta y ha escrito en la oscuridad. Porque todos están muertos. Afuera, el mundo se acabó, no volverá a ser el mismo. Y esta calma parece un buen momento para despedirse. ¿Qué pasó? ¿Cómo termina todo? No pasa demasiado. Pasa mucho.
Yo desaparecí a principios de 1999. Me borré. Sabía que era la única forma de salvarme,
de evitar ser hijo de quien soy. Me fui a vivir bajo tierra en una pequeña comunidad
menonita que me recibió como un hijo pródigo en Alabama. Mi padre murió el 31 de
diciembre de ese mismo año, a minutos del comienzo del 2000. Virgilio estaba ahí, pero
no pudo ver el rostro terminal de mi padre porque mi hermano, ese último hermano
vivo, era ciego y tapó sus ojos blancos con los lentes negros de mi padre una vez que
murió. No hay mucho que explicar sobre aquella ceguera; Virgilio había perdido la vista
de un mal congénito heredado de su madre, lo que lo había convertido –en la mirada o
el recuerdo de los otros– en una especie de mito susurrado en versiones diversas: el hijo
deforme, el que sufría de fotofobia, el que estaba maldito, el que había cometido un
crimen tan grande que no podía salir jamás de casa, el hijo loco que sufría de hemofilia,
el hermafrodita. La verdad: su ceguera hizo que simplemente decidiera quedarse en
casa, un lugar cómodo donde tuviera claro los lugares donde estaban guardados los
cuchillos, dijo. Y fue él y su oscuridad blanquecina y el tarotista panameño quienes estaban al lado de mi padre cuando murió. Más atrás, en la misma habitación, estaban los
abogados y los funcionarios de rango más alto de la Organización, todos esperando que
falleciera, todos de pie formando un círculo alrededor de la cama, imitando la forma en
que los cardenales esperan el último suspiro de un pontífice. Mi padre había enflaquecido pero seguía con sus lentes negros puestos. Se había dejado el pelo largo. Su pijama
era de color negro y en la bata tenía estampadas calaveras españolas. Una amante, una
muchacha que había practicado el surf en los años 80, se la había regalado. Ya no pintaba. Ya no hablaba. En sus últimos días solo dibujaba laberintos en una libreta de croquis.
Uno tras otro, esos laberintos parecían estar hechos de carne, de huesos, de piel. No eran
grandes dibujos. En ellos está a la vista su pulso terminal, su abatimiento, su aburrimiento, su pena. Todas esas hojas componen o sugieren órganos del cuerpo humano, el
que puede ser el suyo pero también el nuestro. También puede que sean una autopsia
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Marte
Álvaro Bisama
anticipada: un modo de esbozar en el papel los detalles de la anatomía de lo perdido. No
lo sé con certeza. Virgilio nunca hizo demasiadas precisiones. Alguna vez esas imágenes
aparecieron como las páginas finales de un libro gigantesco que una profesora redactó
sobre su obra. A ella no le interesaban mucho tampoco, cumplía simplemente con incluirlos ahí como datos de la causa, como argumentos casi forenses. Porque los últimos
años de su vida, mi padre era un superventas en Sotheby’s pero también un chiste, una
parodia de sí mismo. Había elegido ser eso y nada más. Todo arte debe terminar degradándose, dijo en una entrevista, debe convertirse en una caricatura, en una historieta y
la verdad es que yo no sé si es posible que él tuviera esa frase en mente a la hora de
morir, vestido con aquella pompa insólita y a su medida. Pero aún le quedaban algunos
enemigos. Ese era su principal don: seguir concitando el odio, desesperando a la gente
de todos los modos posibles. Pero tampoco era para tanto, ya no quedaban demasiados,
el siglo estaba terminando. Incluso los más virulentos (que eran los miembros de aquella
secta compuesta por sujetos empeñados en meterse a las galerías y exhibiciones de su
obra para lanzar pintura a sus cuadros o rajar con una navaja las telas) ya estaban extenuados y casi vencidos, de capa caída. Según Virgilio, en el año de la muerte de mi padre
incluso aquella secta ya parecía una broma, y su odio, la parodia de un odio, porque
quizás era posible creer que también ellos eran hijos de mi padre. Los hijos más deformes que jamás tuvo. Virgilio siempre bromeaba a su costa, como si fueran un chiste involuntario, una desviación de la cadena de la evolución más radical que la que representábamos nosotros, su genealogía más directa. Eso porque en las fotos policiales y las de
prensa la mayoría lucía como si tuviera el rostro muerto, carente de expresión, como si
estuvieran huecos por dentro, una oquedad que bajo la piel revelaba la sutil presencia
de la nada. Aquella mirada de acólitos tenía una fragilidad algo robótica, como si lo humano se les hubiera borrado, como si quisieran lucir más inteligentes o más tontos que
el resto. A Virgilio le caían bien porque decía que ese odio indisimulado y vergonzante
hacia mi padre se constituía bien en el fondo, como una especie de marca de pertenencia, las señales de ruta hacia una patria o una familia secreta. Así, mientras conspiraban
en foros postales, publicaban fanzines fotocopiados y complotaban en atentados que
podían ser tan estúpidos como violentos, actuaban casi como una secta bíblica. Demasiado desquiciados para ser tomados en serio, muchos de ellos habían sido ex heroinómanos o miembros de algún grupo neonazi. Uno podría decir, mirando las fotos, que
tenían esa clase de cara de chalados. Pero esa divergencia en sus intereses privados no
significaba nada. Para efectos prácticos, lo único que los unía era esa pulsión por destruir la obra de mi padre. En ese sentido, más que una proclama estética –como sugerían
algunos críticos de arte esnobs–, lo que los hermanaba era esa especie de destino manifiesto, ese fanatismo común. Que la mayoría fueran alemanes y se juntaran en un antro
gótico de Berlín occidental, como después señalaría la policía, puede que tuviera alguna
importancia casi forense; lo mismo que el hecho de que alguno de ellos –un sobreviviente con la cara tapada, un tirador a la causa– sugiriera que todo partió en la década del
80, cuando vieron al australiano Nick Cave cantar en vivo en uno de esos antros una
canción llamada Tupelo, que hablaba de cómo un pueblo del sur de Estados Unidos se
inundaba y quedaba sepultado por la crecida de un río. Ese fan sin nombre diría que ese
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día Cave, que estaba severamente drogado, se paró en el escenario como si fuera un
reptil necesitado de sol y, luego, movió la cabeza lentamente mientras empezaba la canción para, luego, comenzar a encorvarse y sacudirse en espasmos incontrolados al modo
de una epilepsia fingida, donde en vez de morderse la lengua mascullaba y disparaba
sílabas de las palabras que relataban la llegada de ese aluvión que borraba Tupelo. En ese
relato demencial, los espectadores, más allá de la violencia, podían imaginar cómo el
agua tapaba todo, inundaba los salones de las casas, se convertían en el tráfico de avenidas cuyos únicos paseantes eran los cadáveres con la boca y los ojos abiertos mirando
cómo el torrente reemplazaba al aire. Eso es lo que diría ese acólito cuando sugería que
el deseo de quemar y destruir la obra de mi padre se parecía a ese torrente, a los movimientos espásticos de ese cantante australiano perdido en la Europa de la guerra fría y
en esa canción que hablaba de aquella manifestación de la naturaleza borrando lo falso,
la impostura de lo humano, lo perverso de la imagen que proyectaba sobre el mundo esa
abominación que era el arte. Aquella teoría, quizás, tenía sentido. Los miembros de
aquel grupo odiaban a mi padre por razones que ni ellos tenían claras. Lo que sí había
que reconocerles era la fuerza de esa ansia que los movía, ese deseo que los volvía fanáticos y les proveía de una clase de odio práctico que canalizaban al modo de una conspiración casi religiosa. No está de más decir que todo estuvo bien hasta que uno se coló
en la casa. Una noche, un sujeto alemán se metió al departamento de Bruselas buscando
a mi padre. Iba armado con un cuchillo. Mi padre se estaba quedando en casa de una
novia. Aún no enfermaba. Aún no decidía meterse en su cama a esperar el fin de todo.
El fanático fue a matar a mi padre y se encontró con Virgilio en el cuarto de la biblioteca.
El por qué llevaba un cuchillo y no un revólver –que hubiera sido más efectivo– aún
sigue siendo un misterio. Según él, porque quería degollar a mi padre al modo de un
viejo ritual francmasón, como si se tratara de un sacrificio de algún tipo. Según la Organización, el sujeto pertenecía a una escisión del grupo original más o menos psicótica
que creía que si borraba las pinturas de mi padre, las manchas que quedarían sobre las
telas, esa suciedad, les permitiría contemplar una clase de epifanía horrorosa sobre el
siglo XX completo. El cómo habían llegado a esa clase de conclusiones es un tema más
bien esotérico e inexplicable y no viene al caso. Lo que importa: mi padre no estaba en
casa. Sí estaba Virgilio, que activó las alarmas y esperó pacientemente en la oscuridad de
ese cuarto lleno de libros a que se le acercara el fanático. No le quedaba otra alternativa.
Se sentó en el sillón y esperó a oscuras. Cuando el tipo entró a la habitación, prendió la
luz. El fanático no vio a mi padre, sino a mi hermano, que parecía dormido. Virgilio
esperó pacientemente que el tipo se acercara mientras medía la distancia por el sonido
de sus pasos. Mi hermano ciego me diría después que el asesino caminó lentamente y
que, luego, él abrió los ojos e intentó mirar hacia donde suponía que estaba su cara. Yo
no vi nada, huevón, me dijo Virgilio. Abrí los ojos y traté de mirarlo, de que me mirara
los ojos blancos, huevón. Y él se quedó paralizado, dijo Virgilio. Pude escuchar cómo
cambiaba el ritmo de su respiración. Supongo que lo asusté. Supongo que él se reflejó
en ellos, en mis ojos. Tengo ese poder en alguna gente, dijo. Mi vida es un cuarto oscuro
donde se reflejan otros cuartos oscuros. Me sé de memoria aquel truco, el de mi falso
misterio y mi falsa soledad reflejando misterios y soledades ajenas pero también falsas,
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Marte
Álvaro Bisama
al modo de una técnica cinematográfica antiquísima. Mi falso misterio que es como esas
películas en blanco y negro que vi alguna vez en la infancia cuando tenía ojos, cuando
ver era algo tan natural, tan sencillo. En esa película me parecía que más que captar las
formas concretas de lo real se detallaban las brumas y las nieblas, los bocetos de lo que
podía ser lo real, dijo Virgilio. Supongo que eso fue lo que vio el fanático armado con el
cuchillo. Su reflejo en mis ojos. Su mundo en mis ojos. Quedó paralizado. En silencio.
Pasaron unos minutos. Yo con los ojos abiertos y él mirándome sin entender nada. Luego llegó la policía y se lo llevó, dijo. Un agente me preguntó cómo estaba. Le dije que
bien. Que había sido solo un susto, le dije. Después de ese día bajó la intensidad de los
ataques a la obra de papá, dijo Virgilio. Creo que fue una especie de punto culminante
de un plan medio imbécil, medio huevón, dijo. Luego de eso, Julio mató a aquel tipo y
todo terminó de pudrirse, dijo Virgilio. Puede ser: mi padre empezó a abandonar todo.
Cuando murió, aparte de esos dibujos de laberintos hechos de carne y vísceras, vivía en
la mudez, abandonado a su propia desolación. En sus minutos finales, me dijo Virgilio,
no creo que tuviera en mente nada más que el ritmo de la respiración y el avance de esa
oscuridad que se hacía más cercana. Pero Virgilio estaba ahí con él. Virgilio fue quien se
encargó de su funeral. Yo ya me había escapado. El resto de nosotros estaba muerto. Esos
días, Virgilio organizó ese funeral romano al que él mismo no asistió. A mi padre lo despidieron funcionarios del gobierno, embajadores, cónsules, académicos, colegas y curiosos varios. Lo llenaron de discursos y luego lo cremaron. No sé qué pasó con las cenizas.
Virgilio dice que quedaron por ahí, en algún lugar de la casa. Virgilio quedó solo en el
departamento de Bruselas. Porque Virgilio, voluntariamente, había decidido no salir
más de ahí. Había decidido ser la Organización o, mejor dicho, convertirse paulatinamente en ella. Él comprendió el sueño o la visión de Sarah como nadie. Supo perderse
en ese mundo y construirlo con la tenacidad de quien construye una pirámide. Era inteligente, Virgilio. Brillante. También era fanático de las novelas latinoamericanas del
boom, que escuchaba en cintas, leídas por alguien con acento colombiano o mexicano.
Era una forma de volver a una casa que jamás existió ni tuvo, de convivir con muertos
que no conocería o entendería jamás. Porque él terminó siendo el mejor amigo de mi
padre hasta sus últimos días, cuando hablaban hasta la madrugada y él se convertía en
una especie de memoria externa suya, un testamento vivo tejido con los retazos de historias que escuchaba. Se llevaban bien. A veces, Virgilio contrataba prostitutas para
ambos: mujeres silenciosas que llegaban a casa y se quedaban ahí algunos días. Otras
veces, Virgilio escuchaba las conversaciones telefónicas de mi padre, aquellos largos
llamados a sus ex esposas que lo recriminaban por la muerte de sus hijos, por el abandono, por haberlas usado y dejado para convertirse en lo que era. Ahí, Virgilio oía llantos, gritos, promesas de amor, peticiones de dinero, anuncios de suicidio, pausas entrecortadas en distintos idiomas, interrupciones abruptas de la línea, bocinazos y hasta –un
par de veces– disparos al aire. No podía distinguirlas a todas. Mi padre manejaba las
relaciones con sus ex mujeres con la paciencia de un malabarista chino que sabe que en
algún momento todos sus platos terminarán en el suelo. Esa clase de arte o disciplina
confundía a Virgilio. Sumido en su oscuridad blanca, se daba cuenta de que ese era el
mundo de mi padre, un universo de afectos y maldiciones del que no había podido
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Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
escapar, pero que tampoco comprendía con claridad; una forma de vida que, además,
había implicado la condenación de sus hijos. En esos momentos, sentado en un sillón
de su despacho, concentrado en recordar una y otra vez las cintas de aquellas conversaciones (porque Virgilio grababa cada conversación, obsesionado en no perder la memoria), mi hermano se preguntaba si es que no había una mano invisible tras toda esa tragedia o si el azar podía ser algo más que un ejercicio empecinado de crueldad familiar.
Había descartado de plano a la secta de fanáticos, por limitados. Su psicopatía era solo
superficial. Por el contrario, aquí, en las muertes familiares, debía existir un camino sinuoso para tanto desastre; el requerimiento de una suerte de plan maestro que pudiera
–al menos nominalmente– explicar todos nuestros horrores familiares. Para eso, él utilizaba a la Organización: como una manera de encontrar ese lazo, que podía ser un relato
o una confesión súbita que hiciera aparecer, deus ex machina, un enemigo invisible que
justificara aquella colección de destinos truncados y tragedias diarias. Ojalá fuera así,
pensaba Virgilio. Nada mejor que la vida se convirtiera en una cinta de espías con un
villano ominoso tras las bambalinas de la trama. Pero nunca encontró nada. Lo intentó,
pero no había nada ahí. Lo intentaba –contrataba detectives, forenses, especialistas de
todo tipo– para ver qué reptaba en el jardín de nuestro karma, entre medio de los obituarios y las llamas y el fuego y la sangre y la distancia de los continentes. Pero nunca
pudo llegar a ninguna conclusión, y aquello, en vez de tranquilizarlo, lo inquietaba aún
más. A veces, yo lo llamaba desde un teléfono público que quedaba en las afueras de un
shopping en algún pueblo remoto. Virgilio me hablaba de los avances de la Organización, que ya era –gracias al diseño de Sarah– una entidad viva, un hermano más, el
único que nos sobreviviría. Cuando hablábamos por teléfono, siempre me pedía que me
fuera a Bruselas. Yo le decía que no. Que estaba bien donde estaba, que no iría a ninguna parte. Él me decía que bien, que no había problema. Luego se reía de los precios
exorbitantes de los cuadros de nuestro padre o me contaba los argumentos de las novelas que escuchaba grabadas. Yo le hablaba de los menonitas que me alojaban, de cómo
descifraban la Biblia como un oráculo para todo servicio, de cómo rezaban en silencio
antes de cada acción. Le hablaba de la decoración casi inexistente de sus casas, del frío
de las habitaciones donde nunca habría calefacción eléctrica, de los campos de maíz que
se extendían sobre las colinas como el lecho dorado donde algún dios –presumiblemente Jesucristo, pero también cabía la posibilidad de que fuera el diablo– vendría a dormir
la siesta un día. Virgilio se quedaba tranquilo. Cortaba el teléfono al otro lado del Atlántico y yo, desde este lado, me subía a una carreta tirada por caballos y me ponía mi
sombrero negro y pensaba por segundos que había conseguido ponerme a salvo mientras mascullaba mecánicamente un rezo, casi como si mascara un chicle. Otras veces, en
aquellas conversaciones, Virgilio hablaba del planeta Marte. O de lo que él pensaba que
era Marte. Lo describía como un lugar abandonado, lleno de bombas de bencina vacías
(así lo decía: bombas de bencina, jamás gasolineras, como si quisiera plegarse al habla
chilena, a los modismos de un país donde nunca estuvo) y negocios pequeños donde los
marcianos sobrevivientes compraban botellas de vino naranja para emborracharse en las
laderas rojas del desierto. Virgilio me contaba la vida de esos marcianos, de cómo todos
estaban a la deriva en una comarca despoblada mientras entonaban canciones que
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Marte
Álvaro Bisama
recordaban el esplendor de sus ciudades ahora polvorientas. Música marciana que les
servía para venerar la muerte como el momento más sagrado de todos, como la última y
única forma de revelación. Ellos se sentían indignos y sucios de haber quedado vivos.
Eran unas cuantas docenas de miles en un planeta inmenso. Eran inmortales. Todos
estaban condenados a la vida eterna, a no morir jamás, a dar vueltas por aquel mundo
vacío. Además, todos, decía Virgilio, eran hermanos criados en los gigantescos tanques
amnióticos ubicados en bóvedas de hielo que habían existido alguna vez bajo los polos.
Ahora esos tanques y las bóvedas parecían más bien catedrales donde no habían asistido
acólitos en mucho tiempo; lugares lúgubres, vientres de concreto donde deambulaban
almas en pena, marcianos que se negaban a olvidar su pasado esplendor mientras sus
voces se perdían en la inmensidad de aquellas salas. Pero la gran parte de los marcianos
vivía el presente. Un presente muerto. Un presente que se extendía como una sábana
hecha con el tiempo detenido desde el cual a veces se deshilachaban hebras negras.
Porque los marcianos habitaban su propio planeta como si de una casa ajena o un museo
se tratara, decididos a no tocar nada, resignados a vivir entre los recuerdos de un mundo
anterior que no se arriesgaban a intervenir, convencidos en lo sacro de esa extinción que
no llegaba nunca, contaba Virgilio. A veces, los marcianos se contemplaban a sí mismos
en espejos curvos, esperando ver señales de deterioro o envejecimiento en sus cuerpos
y rostros, pero no encontraban nada. Luego rompían aquellos espejos sobre las dunas y
comían sus trozos, esperando alguna clase de mutilación interna (porque aquellos pedazos de vidrio debían haberles cortado las tráqueas o rasgado el esófago) que les revelara
que era posible que alguna clase de deterioro se cerniera sobre ellos. Pero no sucedía
nada, decía Virgilio. Algunos, los menos, creían que ellos eran en realidad los muertos y
que los otros, las multitudes extinguidas, los vivos. Pero era apenas un segmento o la
sombra de un segmento, una insinuación herética que no alcanzaba a ser verbalizada.
Los marcianos, decía Virgilio, además veían películas: proyectaban sobre las inmensas
colinas escenas donde remedaban su vida anterior, representaciones de lo que habían
sido alguna vez, antes de extinguirse. Algunos lloraban con aquellas historias que, en el
fondo, impostaban un universo que recordaban con una desesperación dentro de sus
corazones marcianos, decía Virgilio. Yo no decía nada. Virgilio, en esas conversaciones,
me aclaraba que él no quería escapar a Marte. Más bien se concentraba en la ficción de
aquel planeta, esperando que la melancolía se volviera simétrica a la suya, donde las
penas de los habitantes fueran un reflejo de la pena que lo embargaba a él. No sé si funcionaba. Nunca lo vi en persona. Hablamos siempre solo por teléfono. Nunca crucé el
Atlántico. Nunca escuché la música marciana de la cual me hablaba. Nunca salí de aquí.
Todos los viajes que realizaron mis hermanos suceden en un mundo imaginario. En el
caso de Virgilio, ese mundo era un gigantesco departamento vacío repleto de esa luz a la
cual estaba acostumbrado. Quizás, detrás de sus párpados estaba, a veces, Marte. En ese
departamento –que era tan grande como un palacio– su único ejercicio físico era nadar
en una piscina temperada, flotando en un vacío cálido que le recordaba tal vez a un
mundo sin tiempo ni lenguaje. En esa casa, los objetos y el mobiliario correspondían a
una época olvidada. Eran los retazos del mundo creado por nuestro padre: los cuadros
y esculturas inacabados en su taller, los objetos de arte que coleccionó, los libros que
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juntó, las fotos de su trayectoria a través de varios continentes, las polaroids con las caras
de sus hijos muertos. En ese palacio, Virgilio debía inventar a diario imágenes en su
cabeza para habitar aquellos recuerdos ajenos y buscar su lugar en ellos. Porque, al revés
del resto, Virgilio nunca quiso romper con mi padre. Nunca quiso ser un hijo pródigo.
Supo, más bien, que quedándose tras de él había alguna forma de trascendencia. Por
supuesto, nunca me lo dijo así cuando hablábamos. Me decía, más bien, que había en la
obra de nuestro padre una batalla que no se había resuelto jamás. Esa batalla la veía a
diario, en ese departamento casi vacío donde él operaba como el centro neurálgico de la
Organización. Dedicado a conservar un patrimonio que crecía día a día, a Virgilio le
encantaba aquella posición anacrónica –sentado en un sillón, dando órdenes por teléfono, hablando con interlocutores que bien podrían haber sido espectros– mientras el
mundo se acababa a diario y yo desaparecía y aparecía una y otra vez en diversos lugares.
A veces, me contaba sus historias de la familia. A veces, me narraba cómo era hacer el
amor a ciegas con aquellas chicas que contrataba ocasionalmente. Le interesaba eso. No
era cínico. En su cabeza aquellas chicas tenían mil máscaras mientras él se abandonaba
al deseo convirtiéndose tan solo en su propio espasmo, en un grito o un jadeo rebotando
como eco en las paredes, en un sonido que no alcanza a articular un sentido que lo convierta en palabra. Virgilio me decía que tal vez era eso lo que había sentido mi padre al
llegar a Europa: el desvanecimiento de su propia historia, de su propia lengua. Por eso,
aquellos mundos de luz y tinieblas aparecían de modo recurrente en su obra como múltiples caminos sin sentido y en llamas, como la sensación de contemplar en las telas la
biografía de un cuerpo que no tenía asidero alguno. Virgilio citaba todo eso de memoria.
Hablaba de un arte que había visto hace demasiado tiempo –como destellos en sus ojos
antes de que estos colapsaran– y que se le presentaba como una colección de sombras
que debía inventarse una y otra vez, del mismo modo en que imaginaba la cara de las
mujeres con las que se acostaba: máscaras superpuestas que encubrían un solo rostro
desconocido, una identidad velada que venía a arrancarle el corazón con las manos. Mi
hermano asumía ese veto, ese no saber. Había decidido quedarse en Bruselas porque le
parecía que los fantasmas que nuestro padre había convocado eran quizás más peligrosos que el mundo exterior, que le parecía una mera ficción. Y lo había bien. Muy bien.
La Organización era invisible pero inapelable: creciendo llena de tentáculos, convirtiéndose en una entidad viva que lograba asegurar su propia sobrevivencia. Virgilio lo había
comprendido bien. En eso se parecía a mi padre: lo único que importaba del futuro era
la posibilidad de estar ahí, de ser parte de él, de no caer en el olvido. La obra de mi padre
trataba en cierto modo de eso: de lugares imposibles que había que recordar porque en
ellos podía estar una fuerza primordial. Sobre qué cosa componía esa fuerza es difícil de
dilucidad. Virgilio me lo decía a veces: tiene que ver con Chile, huevón, tiene que ver con
ese lugar que no conocemos. Tiene que ver con nosotros también, de cómo hemos ingresado a esos cuadros como sombras, nos hemos convertido en obras, decía. Porque
somos bocetos, las primeras líneas de algo que está predicho pero que apenas comprenderemos, decía mi hermano. Ese es nuestro destino, nuestro legado. Buscarnos, aunque
no lo queramos, en esas líneas y manchas. Recordarnos a nosotros mismos como los
vestigios de un continente perdido. Ser la semilla trunca de un futuro que no será, me
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Marte
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decía y yo lo escuchaba una y otra vez. Lo escuchaba sugerir aquellas ideas con una voz
que cada vez se ponía más vieja y grave mientras me relataba que había comenzado a
fumar, o que pasaba por períodos largos sin deseo sexual, o que el ánima de mi padre lo
venía a visitar por las noches mientras intentaba imaginar cómo eran los rostros de todos
nosotros, pero lo único que conseguía, tal era su suerte, era pensar en pieles agrietadas,
en ojos que no eran ojos, en bocas que se abrían lentamente para decir una palabra que
quedaba atrapada en los muros del paladar. Así era su vida. Así era nuestra vida. Una
vida calmada como el ojo de esta tormenta que mantiene un falso aire inmóvil en esta
ciudad geriátrica. Una vida feliz que asumía su propio abatimiento. Una clase de vida
tranquila que se rompió en el momento justo en que Virgilio decidió salir de casa. Porque así termina todo. Así termina esto: en un punto indeterminado del siglo XXI, cuando mi último hermano vivo sale de su casa. No sé por qué lo hace. La noche anterior
conversamos por teléfono. Yo lo llamo desde el desierto, estacionado cerca de Tacna, en
la frontera entre Chile y Perú, en un pequeño pueblo sin nombre lleno de bares y casas
de putas y locales donde sirven comida frita. Tengo un celular nuevo. Me lo ha vendido
un sujeto que dice creer en Satán, que Satán lo va a ayudar a cruzar a Chile con el poderío diabólico de la teletransportación mental o algo así. Eso me dice el hombre y yo se lo
cuento a Virgilio. Hablamos en español, como siempre. Hablamos en la lengua muerta
de nuestro padre. Esta lengua. ¿Qué ves?, me pregunta Virgilio desde la oscuridad de
Bruselas. Nada, le digo. Una larga reja, digo. Más allá, en Chile, el desierto está lleno de
minas de tierra. Quienes lo han cruzado han terminado explotando. Este pueblo está
hecho de neones baratos, edificado de modo frágil sobre una reja que separa Chile de
Perú y marca la frontera y aquí se escucha una música insoportable porque nadie apaga
las radios, le digo. La música está sonando siempre en este pueblo que no sé cómo se
llama. Eso veo. Y en este lado peruano de la valla hay cruces colgadas o enterradas. Decenas. Cruces de madera pintadas de blanco que recuerdan a quienes han muerto intentando pasar la línea. Gente que ha sido ametrallada por los soldados chilenos o ha volado en pedazos por las minas, digo. Sus cuerpos no han vuelto jamás. Las cruces los recuerdan. También hay fotos con sus rostros. Desde donde estoy no se alcanzan a ver,
digo. Fotos de gente común. Fotos que ondean como banderas con el viento de la
pampa en la cercanía de la reja. Son las únicas huellas que remiten a su sangre. Eso veo,
digo. Virgilio me cuenta que ha llovido en Bruselas y que un cuadro de papá se subastó
en una cifra insoportable. Un cuadro de los 70, dice. Un cuadro de cuando papá pintaba
en piloto automático, cuando ya su arte era una caricatura de lo que había sido, dice. A
nadie parece importarle, salvo a mí, dice. Y a mí, digo. Luego, Virgilio me dice que a
veces se ha preguntado por el viaje de papá, el primero. El viaje de huida, digo. Ese
viaje, el original. Dice que ha pensando en él a menudo estos días. Dice que le interesa
el aspecto más aburrido de esa migración: los días que nuestro padre pasó metido en un
barco en el Atlántico, viendo las olas grises y soñando con su futuro. Sabemos lo que
había abandonado. Sabemos que quería huir de Chile como quien huye de la peste. Que
no había nada en ese país para él. Que se había dado cuenta de que en Latinoamérica no
había futuro para nadie, ni siquiera para un vástago mimado. Que en Chile estaba
obligado, por razones de clase, a repetir un destino escrito desde antes. Eso lo sabemos,
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Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
dice Virgilio. Eso lo entendemos bien porque esa clase de resentimiento es nuestra sangre. Pero esa es la parte fácil, dice. La parte difícil es pensar en los tiempos muertos de
aquel viaje, en la mirada perdida sobre la cubierta en los ratos libres de un barco de
pasajeros donde nadie dice nada importante. En el sonido de los motores en un lugar
donde no hay nada a la vista. En las conversaciones vacías a la hora de las comidas. En
el vaivén de un camarote que no deja dormir. En la náusea que no se pasa. En los vómitos y el mareo. En aquellas sensaciones que te devuelven a tu cuerpo a pesar de que
quieres escapar. Virgilio dice: pienso en eso, en esa enfermedad obligada, esa enfermedad de viajero que se vuelve un espejo que obliga a retornar a un lugar que quieres obviar, que te recuerda la sequedad de tu lengua, lo limitado de tus pensamientos, las fragilidad de tus huesos, lo licuado de tu sangre. Papá nunca habló mucho de aquel viaje,
huevón, pero sí dijo que pasó enfermo buena parte del trayecto, atacado por unas fiebres
insoportables que desaparecieron apenas llegó a Europa. Eso es lo único que sé con
certeza. A veces pienso en esas fiebres, dice Virgilio al otro lado de la línea, mientras yo
salgo del auto con el teléfono en la mano y me acerco a metros de la valla y miro las
cruces. El foco de un guardia chileno subido a una torre me apunta. Yo creo que papá
nos soñó en ese viaje, dice Virgilio. Supo quién iba a ser, en qué se iba a convertir. Ahí,
tal vez, imaginó su obra completa. La soñó como un vómito, como una arcada. Fue ahí
cuando pensó en una obra múltiple, hecha de óleo, pigmentos y tela, pero también de
carne. Tal vez las fiebres le provocaron visiones y lo hicieron viajar al futuro. No sé por
qué, pero pienso en eso, huevón. Que nuestro padre nos vio desde ahí como visiones
fugaces, etéreas. Vio un hombre secuestrado en un galpón; un montón de tatuajes; los
dibujos de animales parlantes; un perro con una mano ortopédica en el hocico; la foto
de un capo muerto; el asesinato de una mujer en la madrugada; los bosques en el interior de una isla. Vio lo que somos, lo que fuimos, lo que no podríamos ser nunca. Se dio
cuenta de que el Atlántico era un mar muerto y que la única forma de quebrar su destino era bucear en las formas de representación de esa catástrofe: que su obra debía ser el
registro de cómo vive la gente en un lugar condenado, en un planeta rojo. Tenía fiebre
cuando se imaginaba todo eso, huevón. Una fiebre que pudo haberlo matado, unas alucinaciones que pudieron llevarlo a saltar por la borda, a desaparecer para siempre hundido en el mar helado. Nadie lo habría echado de menos. Sus hipotéticas mujeres,
nuestras madres, habrían sido bastante felices al no haberlo conocido jamás. Pero no
saltó. Se quedó ahí. Me imagino que a veces iba a cubierta y miraba el mar. Luego vomitaba y volvía al camarote, dice Virgilio. O seguía vomitando hasta quedarse con las tripas
peladas, hasta convertirse en pura entraña, dice. De ahí surge todo. De sus fiebres. De
un viaje sin rumbo conocido. Del sueño impreciso de una obra y una vida que aún no
son nada, que se leen apenas como una promesa. De la necesidad de olvidar un país que
queda más allá del mar muerto, dice y luego agrega que me debe cortar. Huevón, me
tengo que ir, dice. Nos despedimos. Yo me quedo parado ahí viendo las cruces, iluminado por el foco del guardia chileno que no me dice nada y que solo me alumbra como si
el desierto fuera un teatro, y ese pueblo, donde no se acaba la música, el decorado de
una escena. Y yo me quedo quieto, abrazado por la luz, sin apagar o cerrar el teléfono,
mirando la reja y su horizonte de muertos invisibles. No sé por qué estoy aquí, pienso.
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Marte
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No sé por qué estoy aquí, en esta frontera, por qué me vine del norte hacia el sur y quedé atrapado en esta tierra yerma, fijándome en las cruces blancas y estas fotos de fantasmas, pienso. Una semana después, instalado en Santiago, sabría que Virgilio llamó esa
noche a un taxi y pidió que lo llevaran a Gare Centrale. Había reservado un boleto en
primera clase en un tren rápido a París. No se llevó nada del departamento. La gente de
la Organización me diría después que todo estaba intacto en su casa. Un abogado me
enviaría el archivo de la grabación de una cámara de seguridad donde Virgilio aparecía
apoyado con un bastón, con los lentes negros de mi padre puestos, esperando en un
andén. Una imagen borrosa donde Virgilio luce casi idéntico a mi padre y que permite
que yo también pueda reconocerme levemente en sus rasgos. Ahí, Virgilio está solo. La
espera en Gare Centrale dura un par de minutos. Luego llega el tren y Virgilio sube con
cuidado, ayudado por un guardia. Es lo último que sabemos de él. Es lo último que sé
de alguien de mi familia, porque Virgilio jamás se baja en París y desaparece en el tren
de alta velocidad. Eso es todo. Virgilio, mi hermano ciego, no llega nunca a ninguna
parte. Se esfuma en el aire al modo de la sombra de un hombre que desaparece al rozar
la oscuridad. No hay nada más que decir. Así se termina todo, con un ciego que no se
baja jamás de un tren. Y yo dejo de hablar y recordar en este preciso instante. Porque
Virgilio no llega nunca a París. Salta, quizás, desde una ventana de su carro. Muere o
sobrevive. Pero no hay cadáver. No deja rastro alguno. Se une al resto de mis hermanos
y a mi padre. Se van a vivir a otro planeta, el planeta de los vivos, tal vez. Yo me quedo
acá, en Marte. Envejezco con el siglo y me instalo en este balneario sudaca lleno de ancianos que sueñan con los fantasmas de divas de teleseries del siglo pasado. A veces, esos
fantasmas me hablan y yo los escucho. Y yo vengo a morir al fin del mundo, en medio
de estas torres, terrazas y balcones que dan a la playa y que conocieron tiempos mucho
mejores. Y luego viene el tornado y arrasa todo y destruye las torres, el balneario, y yo
hablo y escribo de mis hermanos, de esa mayoría que no conoció jamás este país que
ahora habito. Escribo sobre ellos en medio de la tormenta y luego comienzo a callar. Y
después de eso, el ojo del huracán restablece la calma momentáneamente. Y yo decido
que este es el final. Aquí se termina todo. Ahora. Antes anoto en mi cuaderno lo que va
a pasar: hago una predicción de mis próximos diez minutos, donde caminaré hacia la
puerta y saldré de mi departamento. Todo será parte de un teatro o de una película que
nadie filmará porque ya no queda nadie más allá, en el resto del mundo. Bajaré por las
escaleras mojadas del edificio, cruzaré la calle llena de escombros. Caminaré hacia la
playa. El mar estará calmado y me sentaré en una silla de madera en la playa vacía. La
silla, por alguna razón que no comprendo, no habrá volado por los aires. La madera
(blanca, descascarada) de la silla estará mojada. Me sacaré los zapatos y depositaré los
pies en la fría arena negra. Miraré más allá, sobre el horizonte de olas que fingirá algo
parecido a la calma. No habrá nada en el mundo aparte de esta tregua momentánea.
Desde algún lugar, desde el fondo del oído que puede ser también la superficie del corazón, oiré una melodía, una canción de amor o de cuna que no reconoceré porque estará cantada en una lengua que desconozco: música marciana. Y yo pensaré en cómo
será desvanecerse en el aire. Y cerraré los ojos. Y ya no habrá canción, porque yo mismo
seré la canción. Una brisa helada llegará a acariciarme la cara.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Chile a ciegas, la triste realidad de nuestro modelo
energético, de Raúl Sohr*
Sebastián Püschel Løvengreen
Cuando se discute la situación que encara Chile en relación a su desarrollo energético
es difícil limitar la extensión de una reseña a unos cuantos párrafos, particularmente al
enfrentar un libro que despliega una crítica dilatada y robustamente referenciada, debido a que sobreviene un sinnúmero de comentarios y reflexiones en torno a un tema de
impacto transversal en nuestro país.
El desarrollo energético nacional –describe Raúl Sohr– ha seguido un curso equivocado y hemos alcanzado un punto crítico a la luz de los resultados que advertimos en la
actualidad. El autor puntualiza enfáticamente que la semilla de esta situación es el modelo de desarrollo neoliberal, el cual ha apartado al Estado de la planificación energética
desde principios de los años 80. Esta realidad ha conducido a desajustes graves, dada la
incapacidad del modelo de incorporar elementos de largo plazo de manera adecuada,
quedando la planificación sistémica relegada a los resultados del albedrío de empresas
cuyo afán es, por desgracia, cortoplacista y caprichosamente miope en el largo plazo.
Más allá de ser una obra que concentra mucha información relevante a la hora de
encarar el debate sobre el desarrollo energético nacional, además de estar redactada y
estructurada de manera que resulta en una lectura muy ágil, su autor es certero al seguir
la estrategia de examinar el problema desde un enfoque político y, desde esa perspectiva,
construir la tesis de que el modelo energético nacional está enfermo. Personalmente,
suscribo a orientar la discusión en esa dirección, puesto que esgrimir argumentos técnicos para justificar los problemas del desarrollo energético nacional parece no tener
lugar, y los argumentos económicos que se pueden emplear, en general, derivan de las
reglas de juego impuestas a través del modelo, que es justamente el elemento que debe
ser revisado desde una perspectiva política.
En cuanto a la estructura del libro, el autor describe el contexto energético nacional
y presenta su tesis a través del desarrollo de cuatro grandes ejes: la realidad de nuestro
modelo energético, la caracterización de las energías renovables no convencionales a
nivel nacional e internacional, la posición de Chile frente a la energía nuclear y la delicada situación alcanzada a nivel mundial a la luz del cambio climático y su relación
con el uso intensivo de combustibles fósiles en los últimos siglos. Las razones que justifican este ordenamiento pueden emanar a la luz del escrutinio interno de la realidad
energética nacional, así como del examen del contexto externo: internamente, Chile
cuenta con la gran fortaleza de disponer de un alto potencial de energías renovables no
convencionales, sin embargo, se exhibe un débil esquema de ordenamiento del mercado
eléctrico a la hora de enfrentar los nuevos desafíos energéticos. Al abrirse a la alternativa
*
Sohr, R., Chile a ciegas. La triste realidad de nuestro modelo energético, Santiago: Random House Mondadori, 3ª ed., octubre 2012.
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Chile a ciegas, la triste realidad de nuestro modelo energético, de Raúl Sohr
Sebastián Püschel Løvengreen
de los grandes proyectos nucleoeléctricos, el país se demuestra frágil por la naturaleza
sísmica de nuestro territorio. En cuanto al contexto externo, se presentan las latentes
amenazas del cambio climático y la dependencia del tenso, políticamente inestable y
decimonónico mercado de los combustibles fósiles. No obstante, de la búsqueda por
volverse inmune a estos peligros nace la gran oportunidad que tiene Chile: transformarse en un referente asociado a una o más tecnologías ERNC, gracias a su idóneo potencial
energético y a la existencia de las capacidades técnicas para concretarlo.
Si bien no es una idea nueva, la oportunidad presentada antes es muy potente puesto que derriba la noción de sobrecostos sociales que subyace tras la idea de alcanzar la
diversificación de la matriz, la independencia energética y el desarrollo limpio a través
del desarrollo de energías renovables, transformando así un trade-off en un trade-on: la
entrega de energía diversa, limpia e independiente no tiene por qué representar una carga para la sociedad, si se consideran todos sus beneficios y se captura la oportunidad de
iniciar desarrollo tecnológico local y generar valor agregado en un país con el potencial
necesario para hacerlo. ¿Qué falta? Percibir la oportunidad y capturarla. ¿Quién debe
hacerlo? Raúl Sohr piensa que es el Estado quien debe asumir la responsabilidad de
coordinar activamente estos esfuerzos.
Es relevante precisar que el principio de subsidiariedad establece una jerarquía entre
los actores que deben proveer los productos y servicios que requiere el país, siguiendo
una estrategia bottom-up en la toma de decisiones: primero el emprendimiento de los
individuos, luego, asociaciones locales voluntarias, continuando con los gobiernos regionales y así sucesivamente hasta llegar al Estado, si los sujetos previos no demuestran
el interés o la capacidad de hacerlo de manera correcta. El diagnóstico del autor es que
el emprendimiento individual no ha resultado efectivo en el contexto del desarrollo
energético. Chile parece tener músicos capaces, pero a juicio del autor son muy pocos
y, además, hace falta un director de orquesta que marque el tempo a través del ordenamiento territorial consensuado, licitación de proyectos de generación, o tantos otros
caminos que se podrían recorrer. Es efectivo que, a través de modificaciones regulatorias, el Estado chileno podría actuar como director de orquesta, sin embargo, a juicio
personal, parece natural recalcar que al menos sería necesario el involucramiento de una
sociedad seria e informada en el problema del desarrollo energético, de modo de garantizar la fiscalización al ente coordinador, con tal que este director sienta la presión de
presentar ante un público entendido y examinador, a la vez que los oyentes comprendan
cuán complejo es dirigir.
Muchos países han sido capaces de dar los golpes de timón necesarios para transformar el desafío del desarrollo energético en una oportunidad. Muchos de ellos operan
con sistemas más o menos liberalizados y obtienen variados resultados, lo que demuestra que no hay una receta única. Chile enfrenta la inigualable posibilidad de cambiar las
cosas en sentido positivo en materia energética, pero para aprehender esta oportunidad
hoy apremia vencer la enorme inercia que siempre hemos tenido al realizar modificaciones en aquellas áreas que, a pesar de funcionar, podrían hacerlo muchísimo mejor.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Eficiencia energética, la necesidad del siglo XXI,
de Cristián Hermansen y otros*
Eduardo Esperguel Galaz
Al pensar en un título para un libro que trata sobre Eficiencia Energética (EE), no logro encontrar uno mejor que el dado por los autores a esta obra: Eficiencia Energética,
la necesidad del siglo XXI. El título sitúa de inmediato al lector en un plano de atención
especial, diferente, otorgando a la EE la categoría de necesidad para la época en desarrollo. No obstante lo anterior, es importante señalar que no estamos frente a un libro
que entregue una argumentación exhaustiva acerca de la importancia de la EE en el
intento de sortear las dificultades que presenta el escenario energético actual –nacional
e internacional–, sino más bien centra su esfuerzo en dar a conocer los principales aspectos asociados a la implementación de medidas concretas relacionadas a conseguir un
mejor uso de la energía, por lo que se puede afirmar sin inconvenientes que se trata de
un texto con fines prácticos más que teóricos. Esto resulta de mucha importancia para
que un potencial lector de corte más académico no resulte desilusionado, y, por otro
lado, para motivar a aquellos lectores que, motivados por su curiosidad o necesidad,
se encuentran en búsqueda de una referencia práctica sobre el tema, lo que no resulta
sencillo de conseguir.
A lo largo del libro, los autores dan a conocer una serie de conceptos relevantes asociados a la EE, los que, a pesar de su complejidad, son debidamente contextualizados y
explicados en forma breve y sencilla, de modo de facilitar la comprensión de lo que se
expone, y no complicando esta más de la cuenta. Esto devela rápidamente al lector la
intención, por parte de los autores, de promover la EE como una práctica cotidiana, exponiendo ejemplos de la vida diaria, tanto laboral como doméstica, toda vez que se hace
hincapié en la necesidad de generar un cambio cultural respecto del uso de la energía
en los tiempos que corren –y los que vendrán–, buscando concientizar al lector del rol
que le corresponde jugar a cada uno de nosotros, y no solo a aquellos que ostentan un
cargo público o de importancia.
En cuanto a su estructura, el libro consta de 10 capítulos bien definidos cada uno
de ellos y complementarios entre sí. De esta forma, en la medida en que avanzan las
páginas se van introduciendo paulatinamente más elementos que se deben considerar
para llevar a cabo medidas de EE, desde los conceptos más básicos de la física que sustenta los procesos en que se requiere utilizar energía, pasando por la forma correcta en
que se deben evaluar económicamente las alternativas de mejoras en EE, hasta llegar a
los conceptos de mayor elaboración aquí presentados, como son las Auditorías Energéticas (AE) y los Sistemas de Gestión Energética (SGE). Estos conceptos son presentados
como los ejes de una política de EE en una institución, ya sea de carácter productiva o
*
Hermansen, C. et al, Eficiencia Energética, la necesidad del siglo XXI, Santiago: Colegio de Ingenieros A.G,
1ª ed., 2012.
197
Eficiencia energética, la necesidad del siglo XXI, de Cristián Hermansen y otros
Eduardo Esperguel Galaz
de servicios. Cada uno de estos conceptos es desarrollado en un capítulo completo, lo
que da cuenta de su relevancia. A su vez, el concepto de SGE se encuentra íntimamente
ligado a la aplicación de la Norma ISO 50001, de reciente publicación, la que también
cuenta con un capítulo completo dedicado a su descripción y difusión.
Respecto del objetivo central del libro, es importante destacar que el enfoque que
se da al tema es su aplicación en la industria y las actividades comerciales en general,
más que las aplicaciones domésticas, aunque también son tratadas. Esto tiene relación
con la importancia relativa del consumo comercial e industrial por sobre los consumos
domiciliarios, además de tratarse de actividades más complejas desde el punto de vista
del uso de la energía, de modo que se presentan mayores posibilidades de mejora en
cuanto a EE.
Otra elemento destacable de esta publicación es la transmisión de consejos prácticos
(know how) que se deben tener en cuenta para la aplicación de medidas de EE. Estos
consejos resultan muy importantes a la hora de aplicar y dar permanencia en el tiempo
a dichas medidas, puesto que normalmente tienen que ver con formas de relacionarse
que redundan en un trabajo en equipo entre los trabajadores de una institución, los
directivos de esta y los especialistas externos que asesoran una eventual mejora en los
procesos que involucran el uso de la energía dentro de la institución. De igual forma, el
énfasis que se da a la capacitación de las personas a todo nivel dentro de la institución,
así como las reuniones permanentes y la conformación de equipos técnicos dentro de la
misma, forman parte de un plan integral de aplicación de las medidas de EE que involucran a todos los integrantes del plantel, los que a su vez se permean de estas prácticas
y conceptos y los van promoviendo en su entorno más cercano, contribuyendo así a la
difusión de las buenas prácticas en el uso eficiente de la energía.
Finalmente, valorar el compromiso de los autores para con el tema, lo que se expresa en forma brillante en el último capítulo dedicado a las conclusiones y recomendaciones. Allí, los autores plasman su visión sobre la imperiosa necesidad de darle a este tema
el carácter de política de Estado, por sobre las actuaciones particulares de gobiernos o
ministros, proponiendo una concientización de la población por medio de la educación
formal, tanto para la educación básica y media, como en las carreras universitarias que
posean cierto grado de relación con la implementación de medidas de EE, dentro de
las cuales se pueden mencionar las carreras de Ingeniería, Arquitectura, Construcción
Civil, entre otras. Esto último resulta especialmente relevante para la futura aplicación
de la EE en los distintos ámbitos del quehacer humano, de modo de procurar la búsqueda de los nuevos –buenos– equilibrios entre desarrollo económico, bienestar social
y sustentabilidad ambiental.
198
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Ralco: ¿represa o pobreza?: Los problemas éticos
detrás del desarrollo energético: el caso Ralco,
de Domingo Namuncura
Nicolás Aldunate Villafrade
El libro Ralco: ¿represa o pobreza? relata lo acontecido entre los pehuenches y el megaproyecto Ralco, principalmente entre 1996 y 1998, desde la experiencia de Domingo
Namuncura. La necesidad espiritual que impulsa este relato, como bien recalca el autor,
es despertar nuevas conciencias para una lucha democrática contra toda forma de discriminación e injusticia social. Es decir, el libro parte de la base de que gran parte de la
política energética e indígena es éticamente errónea, por lo que se hace necesario, por
un lado, documentar e informar las injusticias y, por otro lado, fortalecer los derechos
indígenas y sociales. De esta forma, se agradece que el autor se posicione política e
ideológicamente de manera clara, sin dar pie a ambigüedades “neutrales” muy comunes
entre los tecnócratas que trabajan el tema del desarrollo energético en Chile. Creer que
las políticas de desarrollo energético son neutrales, objetivas y científicas, significa no
comprender que estas se implementan en un contexto sociocultural, con todos los dilemas éticos que esto implica. Frente a esta visión errónea y calculada, mediante la cual
la ideología imperante se disfraza de “objetiva”, el relato histórico de Namuncura ofrece
fuertes críticas que velan por la defensa de la cultura indígena.
Como bien menciona el autor, es necesaria una lucha democrática porque la política nacional de desarrollo energético, a lo largo de todo el país, está habituada a que el
fin justifique los medios: mientras se asegure el desarrollo económico y laboral de las
zonas explotadas, se puede desvalorizar y desestructurar a las culturas indígenas, entre
muchos otros medios éticamente cuestionables. Mientras el desarrollo económico siga
alzándose en la cúspide de nuestra jerarquía valórica, y se siga naturalizando que todo
lo que se sitúa en contra o fuera de esta visión es erróneo, improductivo y sacrificable,
seguirán siendo pertinentes libros como este, seguirá siendo necesaria la esperanza de
que alguna vez podamos vivir de manera multicultural y ecológica.
En cuanto a su contenido, el libro cuenta con una explicación detallada de i) el proyecto de la central hidroeléctrica de Ranco, sus antecedentes previos y las negociaciones
entre el Estado y ENDESA; ii) los conflictos que tuvo ENDESA en Ralco a causa de la
implementación de su proyecto energético; iii) las posiciones y acciones de la CONADI, MIDEPLAN y los políticos de turno; iv) las reacciones sociales del mundo indígena; v) las ofertas legales e ilegales realizadas por ENDESA para poder implementar su
proyecto; vi) las auditorias e informes jurídicos que respaldaron las permutas de tierra
de las familias pehuenches; y vii) el testimonio de la prensa conservadora respecto al
Caso Ralco. La minuciosa entrega de datos y el análisis del autor posibilita que el lector
profundice su conocimiento de los mecanismos que permiten el usufructo empresarial
de tierras indígenas ancestrales, y de las compensaciones económicas con que ENDESA
buscó legitimar la desestructuración de la cultura indígena pehuenche dentro de la
199
Ralco: ¿represa o pobreza?: Los problemas éticos detrás del desarrollo energético …
Nicolás Aldunate Villafrade
zona. Su gran aporte es que nos permite comprender los mecanismos que se usaron
para la integración forzosa de los pehuenches dentro de la sociedad neoliberal, lo cual
tiene como costo la aculturación y desvalorización del pueblo indígena.
De esta forma, el libro Ralco: ¿represa o pobreza? cuenta con una sólida documentación política, legal e histórica que, a partir del caso particular de Ralco, relata cómo el
Estado y las empresas pasan por encima del derecho indígena, albergados en una idea
errada de desarrollo, protección social y cultura. En este sentido, es interesante cómo el
libro desnaturaliza las nociones comunes que se tienen de estos conceptos, cuestionando qué es lo exactamente estamos entendiendo por “desarrollo” y por “protección social
y cultural”; es decir, qué es lo que estamos entendiendo por ser humano y cultura.
Nunca se van a solucionar los conflictos éticos que hay detrás de las políticas de desarrollo energético, mientras no se escuchen los principios que sostienen la cosmovisión
indígena y no se respete que puede haber otras formas de comprender lo que significa el
ser humano y el uso de la tierra. Mediante imposiciones de desarrollo y compensaciones
económicas forzadas, se está cada día más lejos de reconocer a los integrantes del pueblo
indígena como sujetos con identidad y cultura valiosa, lo cual atenta contra los principios democráticos con que supuestamente nos regimos. Este libro, además de abrir
camino a un diálogo positivo entre la cultura indígena y el Estado, nos deja pendiente la
tarea de seguir luchando por un país más democrático y multicultural.
200
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Memorias científicas i literarias
Jeolojía. – Estudio sobre carbon fósil que se esplota en Chile, por don Enrique Concha i
Toro, encargado de este trabajo por el señor don Ignacio Domeyko, presidente de la primera
sección de la Esposicion Internacional de Chile en 1875.
Ignacio Domeyko
Las ciencias exactas, ensanchando el campo de los conocimientos humanos i dando a
éstos hasta cierto punto un carácter de precisión, han llevado su poderosa influencia al
adelanto industrial de los pueblos, poniendo en sus manos nuevos elementos de acción
i de trabajo. Algunos de estos elementos son de tal suerte indispensables al desarrollo
industrial, que se ha podido juzgar por la importancia de ellos del grado de prosperidad
que han alcanzado las naciones.
Lo que se ha dicho de la producción del hierro a este respecto, podría también decirse
del carbon fósil, que, a mas de ser elemento tan necesario para la elaboración i producción
de ese mineral, contribuyo bajo tan variadas formas al desarrollo de la riqueza universal.
Bastaria considerar un momento la cantidad a que se eleva la producción del carbon fósil
en algunos países para darse cuenta de su importancia como elemento de la industria i
adelanto de las naciones. La Inglaterra produjo en 1870 110.000,000 de toneladas, i se
calcula que el aumento de la producción anual es 3.000,000. En presencia de sumas tan
enormes, razón han tenido los pueblos para alarmarse, cuando en 1800 se arribaba a la
conclusión de que se podía considerar la existencia en 79,843.000,000 de toneladas,
bajo una profundidad de 4,000 piés. Diez años mas tarde, los comisionados ingleses
aseguraban que había 140,480.000,000 de toneladas. La diferencia consistía en que los
comisionados tomaban uno i dos piés mas de espesor en los mantos de carbon. Gracias
a estos cálculos, el consumo, que al fin de 100 años llegará a 415.000,000 de toneladas,
estaría asegurado por 276 años en Inglaterra. Por esto los países verdaderamente industriales examinan la naturaleza de sus terrenos carboníferos i cuentan los recursos de que
disponen, porque en vista de consumo tan grande, puede llegar dia sea por el alza en los
jornales, sea por el agotamiento de los depósitos que se esplotan con mas facilidad, en que
puedan entrar con ventaja en el concurso jeneral que las naciones abren a la industria.
Sabido es que la Inglaterra, con su estraccion anual, que ahora llegará a 140.000,000
de toneladas, es la nación que mas produce i que mas consume esta clase de combustible. Así como en Europa, esta cuerda nación ha sabido cimentar sus instituciones i
elevar su crédito, puede decirse, hasta ser el banquero jeneral del mundo, así también
en las repúblicas sud-americanas, bajo un horizonte mas limitado, hai naciones, como
Chile, que están llamadas por una serie de circunstancias, a tomar también el primer
rango en este mundo todavía en la infancia. Es verdad, que nuestra república solo cuenta con 2.000,000 de habitantes i apenas tiene medio siglo de nación independiente;
pero es preciso reconocer que el carácter emprendedor de sus habitantes; los rápidos
203
Jeolojía
Ignacio Domeyko
progresos que ha alcanzado a la sombra de la paz, i la ámplia libertad i garantías que
las leyes otorgan a la industria de nacionales i estranjeros, siempre protejida por todos
los actos administrativos, contribuirán poderosamente a que su crédito se haga cada vez
mas estable. La naturaleza misma del país ha concurrido a crear este órden de cosas i
será una de las principales causas de su prosperidad. La estensa costa bañada por las
aguas del Pacífico, pone en comunicación fácil todo el territorio con los principales
mercados del mundo. Su extenso valle, que corre paralelo a corta distancia de aquélla,
con ríos caudalosos que lo fertilizan, con amenos paísajes, con un benigno clima i con
las comodidades que ofrece para la vida, presenta condiciones favorables al incremento
de la población, a la reducción de la mano de obra, i en jeneral, a los costos de la producción, condiciones esenciales para que un país sea verdaderamente industrial. Por
otra parte, sus accidentadas montañas, que son cabalmente las que han dado orijen a sus
estensos vallés, encierran una cantidad de vetas i de sustancias metalíferas mui variadas,
que hoi dia duermen en la soledad de los montes, pero que se animarán con el trabajo,
ensanchándose ese cambio de productos, que es la vida de las naciones destinadas por
la naturaleza a un papel importante. Este trabajo en los tiempos modernos, se halla
simbolizado por las concepciones atrevidas del entendimiento humano, de que se ha
apoderado la mecánica, para hacerlas útiles prácticamente adoptándolas a las exijencias
de la industria i multiplicando así las fuerzas del hombre. Siendo el combustible el principal ajente de esa infinidad de máquinas i aparatos de que se vale la industria moderna
para acometer desde las obras de arte que parecen mas insignificantes, hasta aquellas
verdaderamente grandiosas, su estudio es de grande importancia en todos aquellos países que, como Chile, se hallan en condiciones de tomar mas tarde o mas temprano, un
rango importante en el continente sud-americano i, quiéralo Dios, en el mundo todo.
Muchas veces sucede que el interés particular del industrial descubre con un golpe
de vista certero los medios de obviar las dificultades que se presentan. La historia de los
trabajos del carbon de piedra en Chile, ofrece un ejemplo de esta naturaleza.
La compañía inglesa de vapores en el Pacífico se debió a la iniciativa del jenio emprendedor de un ciudadano ingles, don Guillermo Weelwright. Una vez que sus numerosos vapores estendieron su carrera desde Panamá hasta Valparaiso, se comprendió
que era necesario para el desarrollo de la empresa, tomar el carbon que debían surtir los
vapores en algún puerto de la costa del Pacífico.
Se tenia a la vista toda la vasta costa de Chile i fue en este último país en donde se
resolvió iniciar los trabajos, escojiendo la bahía de Talcahuano, allá por el año de 1840.
Muchas debieron ser las dificultades con que se tropezó en un principio. Ya sea por
la calidad del combustible que presentaba la parte superior del terreno, ya sea por la
cantidad de agua que se encontró, se abandonaron los trabajos. No obstante, se había
reconocido la naturaleza del terreno carbonífero. Los mismos tropiezos que se palparon
indicaban el modo de obviarlos, a fin de realizar una idea tan importante. Con efecto,
no tardó mucho tiempo sin que llamara nuevamente la atención un terreno carbonífero
situado como catorce leguas al sur de Talcahuano. Desde entonces, los puertos de Coronel i Lota, cuyas playas casi desiertas eran habitadas por pescadores, cuyos campos
circunvecinos solo eran susceptibles de un cultivo insignificante, comenzaron a ser el
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
centro de una nueva industria llamada a ejercer una influencia tan benéfica en los otros
ramos que constituyen la riqueza del país. Pero solo desde el año 1852 comenzó el trabajo de un modo sério, alcanzando la producción en este año a 5.348 toneladas. Desde
entonces ha aumentado progresivamente año por año, i este impulso ha sido debido
especialmente, al carácter emprendedor de capitalistas chilenos. Entre los cuales debe
recordarse en primera línea a don Matias Cousiño. Calcúlase en 1.500,000 pesos mas
o menos el capital que invirtió en su establecimiento de Lota. Los vapores construídos
espresamente para trasportar el combustible a los puertos del norte, conducían de retorno los metales de cobre destinados a ser fundidos en un magnífico establecimiento
preparado para este objeto. La naciente marina nacional, gracias al incremento de la
producción de este combustible, se robusteció mucho. El comercio de cabotaje tenia un
gran desarrollo. Los vapores que consumían este carbon ahorraban mucho, tomando
en cuenta los gastos que les ocasionaba el carbon ingles. Los envíos desde Inglaterra se
hacían con mucha irregularidad, fluctuando su precio entre 15 i 30 pesos la tonelada. La
irregularidad de la importación causaba también muchas perturbaciones en la marcha
de los establecimientos, por falta del carbon, hasta paralizar el trabajo.
Diez años mas tarde, en 1861, se calculaba en 347 los hornos destinados a la fundición del cobre la que prosperaba a la par con el desarrollo de la esplotacion del combustible. No obstante, este progreso ha tenido que vencer muchas dificultades i marchar por
un camino mui escabroso desde un principio, porque no se apreciaban bien los efectos
caloríficos de ese combustible, ni se tenia todavía la práctica suficiente en su aplicación
a la fundición de metales, debiendo soportar además la competencia del carbon ingles.
Nuestra lejislacion ha tomado a veces diversos rumbos. Ocasiones ha habido en
que se ha querido protejer la industria carbonífera, ya gravando la internación del carbon estranjero, ya eximiendo de derechos de esportacion el cobre fundido con carbon
nacional. Mas tarde, los derechos han sido abolidos para restablecerse enseguida. Hoi
la ordenanza de aduanas vijente declara libre de derechos de importación el carbon
extranjero. No poco ha contribuido a que prevalezca este sistema la relación que tiene
la importancion del carbon estranjero con la esportacion de los demás productos de la
industria nacional. Sabido es que es mucho mayor el número de las naces que necesita
el comercio para trasportar los artículos que como los cereales, el salitre, guano, minerales de cobre i plata, se esportan desde la costa del Pacífico, que las que requieren las
mercaderías que nos vienen de Europa.
Por consiguiente, mientras esto suceda, veremos arribar a nuestros principales puertos los buques cargando el carbon como lastre. Esta es la causa por que últimamente
hemos visto el carbon ingles barato como nunca. A pesar de esto i de tratarse de una
época escepcional, se ha demostrado que el carbon chileno puede hacerle competencia,
gracias a los progresos que esta industria ha alcanzado.
Tambien han tenido sus alternativas, las disposiciones para asignar la propiedad de
los depósitos del carbon fósil. Primeramente las ordenanzas de 1789, declaran a estos
depósitos propiedad del dueño del suelo; pero si esto no los disfrutase, pertenecía al
descubridor que debía pagar al propietario la quinta parte del producto. La lei de 1792
vuelve a declarar que esos depósitos pertenecen al propietario, con las prerrogativas del
205
Jeolojía
Ignacio Domeyko
prédio mismo. En 1825 se hizo la misma declaración; circunstancia que dio lugar a que
en 1824 se suspendiera ésta por redundancia con la disposicion anterior. Después el
código civil ha venido a poner en duda el vigor de las leyes precedentes. Por último, la
comisión encargada por el Supremo Gobierno de la reforma del código de minería, declaraba denunciable los depósitos carboníferos, concediendo una estension de 200 a 400
hectáreas, según el mérito del descubrimiento. No obstante, atendidas las perturbaciones que podía introducir esta modificación, se han dejado sin tocar las disposiciones anteriores, cuando se sancionó el nuevo código de minería en 1874; entendiéndose, según
la costumbre anterior, que las minas de carbon fósil pertenecen al propietario del suelo.
Tales son las alternativas por que han pasado estos trabajos, cuyo estadio dividiremos
en tres partes; pero ántes daremos una idea jeneral de la jeolojía de Chile, para indicar
desde luego el lugar que ocupa el terreno carbonífero en la série jeolójica de los terrenos.
Debiendo ocuparnos ahora especialmente del terreno carbonífero, dividiremos su
estudio del modo siguiente:
I. Descripción jeolójica del terreno, que comprende: la naturaleza de los terrenos,
su forma, estratificaciones, modo como se ha formado el carbon, etc.
II. Esplotacion del combustible, costos, estraccion anual, etc.
III.Aplicación de este combustible a la industria.
En cuando a la primera parte habíamos hecho antes un estudio sobre el particular,
en virtud de la inspección de los establecimientos i de las diversas espediciones que hemos practicado en esos terrenos carboníferos, comprendidos en las provincias de Concepción, Aráuco, Valdivia i Llanquihue: estractaremos lo principal. La consideracion
porque damos alguna mas estension a esta parte, es porque los trabajos del carbon de
piedra en Chile, cuentan con pocos años de existencia, limitándose a las minas del sur:
mientras tanto, pueden suceder que se necesite reconocer la existencia del carbon fósil,
en algún punto en que se proponga plantear una nueva industria, sea para la elaboración de algún depósito metalífero o por cualquier otro motivo, para lo cual es preciso
contar con un conocimiento mui exacto de ese terreno.
Tratando de resumir desde luego, lo que se espresará mas adelante hácia este respecto, observaremos primeramente que en las publicaciones que conocemos sobre la materia, se confunden todos esos terrenos como en un solo grupo; pero según nuestro modo
de ver, pertenecen a distintas formaciones que es preciso distinguir. Aún tratándose del
terreno que se esplota en la bahía de Aráuco, se dice jeneralmente, que todo es terciario.
No obstante, si bien es cierto que este terreno se presenta como en un solo cuerpo
desde la superficie hasta su base, debe notarse, que el mismo espesor que presenta indica el tiempo que ha necesitado para su formación, junto con los trastornos que pueden
haber sobrevenido, i como los fósiles que manifiesta, unas veces son característicos del
período terciario i otras veces del período cretáceo, da lugar a creer que en Chile no está
tan de manifiesto la demarcación de esos dos períodos jeolójicos. Además, las rocas
que se hallan situadas en la parte inferior, se encuentran relacionadas con otras, en que
predominan los fósiles cretáceos del puerto del Tomé, como veremos después; lo que da
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
lugar a creer que si la parte superior del terreno pertenece a la formación terciaria mas
antigua, la inferior, que es donde se hallan los mantos de carbon de mayor importancia,
puede mui bien pertenecer al terreno cretáceo superior, a pesar de que no existe tampoco
una línea bien clara de demarcación. De modo, que para espresarnos con mas propiedad
diremos, que esta última parte se halla situada en los límites de las dos formaciones,
terciaria inferior i cretácea superior.
La formación de Lebu, al sur de la bahía de Aráuco, puede mirarse en su conjunto,
como análoga a la formación carbonífera de Coronel i Lota, pertenecientes a dicha bahía.
Otro tanto puede decirse de los terrenos carboníferos de Pargas, situados trece leguas al
norte de Ancud. Allí se trata del mismo terreno de que hemos hablado; pero sucede que
la parte superior, que mas al este ocupa una estension mui vasta en las provincias de
Llanquihue, de Valdivia i de Chiloé, es también carbonífera. Este último terreno ocupa
los grandes valles de esas dos provincias, de Valdivia i de Llanquihue, constituyendo a
la vez la parte sur del estenso valle lonjitudinal de Chile; de modo que por su estension
abre un campo mui vasto a las investigaciones del carbon fósil. En una publicación
anterior hemos descrito este último terreno. Allí se ve que el mismo carbon que se esplota en Coronel i Lota, se encuentra muchas leguas mas al sur de estos puntos, en los
depósitos de Pargas; mientras que el carbon mas moderno a que nos referimos i casi a
la misma latitud de Pargas, se presenta en el rio Maullin, de calidad inferior. Recientemente en la Esposicion, vimos una pirámide de carbon que manifestaba un espesor de
4 metros, para el manto de que fue estraído en Pidey, al este de la ciudad de Valdivia.
No habiendo visitado esta última localidad, no podemos decir si la formación es como
la mas antigua de Coronel, o bien es una formación mas moderna, por la situación bastante excepcional que ocupa, en el valle mismo del departamento de Valdivia. Según las
indicaciones, esos depósitos son mui estensos i se hallan en lo que allí llaman cancágua
(arenisca arcillosa), que se estiende en los valles de los terrenos terciarios de Valdivia i
de Llanquihue. No conocemos tampoco, los depósitos carboníferos de la colonia en el
estrecho de Magallanes; pero por algunos datos que hemos tomado sobre ese terreno i
por el hecho de hallarse la ostra de los terrenos patagónicos de D’Orbigay, nos inclinamos
mas a creer, que se trata de un carbon mas moderno que el que se esplota en la bahía
de Aráuco, i que talvez podía referirse a las formaciones terciarias de Valdivia, de que
hemos hablado, sin querer decir por esto, que ese carbon no sea de buena calidad.
De lo dicho se infiere, que el carbon que aparece en la costa de Chile, pertenece a
distintos períodos jeolójicos; que el mas antiguo que gemos indicado, es aquel en que se
encuentran establecidos los trabajos de Coronel, Lota i Lebu, con buen éxito. Los trabajos que se refieren a las capas superiores, menos antiguas (en Talcahuano) no han tenido
el mismo resultado, lo que no quiere decir tampoco, que en Talcahuano no se halle la
formación mas antigua de Coronel, como en efecto se encuentra, si no que puede haber
otros puntos en que falte. Además, variando la latitud, desde las provincias de Valdivia
para el sur, varia también la naturaleza del terreno terciario. Como este terreno es carbonífero i presenta, como queda indicado, una estension tan vasta en las provincias de
Valdivia, Llanquihue i Chiloé, i calculamos que se prolonga hasta Magallanes, conviene
observar que hai distintas sub-formaciones, que pueden hacer variar mucho la calidad
207
Jeolojía
Ignacio Domeyko
del combustible; pero repetimos otra vez que esto no escluye que aparezca en esas localidades la formación mas antigua de Coronel i Lota. Por esta razón, se puede aconsejar a
los industriales, que cuando se trate de esplotar el carbon en esas latitudes, estudien mui
bien de antemano, la naturaleza del terreno i del combustible, no tanto por la abundancia, que puede ser mui grande, sino por la calidad del carbon i formación del terreno para
tratar de plantear los trabajos siempre, en la formación mas antigua de Coronel, Lota i
Lebu. Toda voz que se consiga descubrir este último terreno, nos parece preferible, aún
cuando no se halle el carbon a la vista, descubrirlo mediante sondas, que se practicarán
en los puntos donde sea mas importante la esplotacion del combustible. Los depósitos de
Pargas, situados bastante al sur (a la latitud 41° 23’), nos presentan un ejemplo de lo que
decimos, pues allí se manifiesta en mucha abundancia la formación de Coronel i Lota i a
la vez el terreno mas moderno con mantos de carbon en el rio Maullin. Como este ultimo
terreno se estiende mucho para el sur i es carbonífero, será preferible basar los trabajos
en el terreno mas antiguo siempre que sea posible por la calidad del carbon. No obstante,
demandando la industria del carbon de piedra, la inversión de sumas mui considerables, sin las cuales nada sério se puede hacer, deben tomarse en consideracion todas las
circunstancias, que aquí no hacemos mas que enunciarlas, para ver las ventajas con que
puede entrar al consumo del combustible, en el mercado, sin esponerse a un fracaso.
Resúmen
En resúmen, por lo que se ha espuesto, debemos distinguir en el terreno carbonífero de la
costa de Chile, según el órden de antigüedad, tres órdenes diferentes. El menos antiguo,
se halla en las lignitas del Amortajado, desembocadura del rio Maullin (latitud 41°38’), en
la separación de la arenisca arcillosa del valle central, con el terreno terciario mas antiguo
en que se apoya, debiendo prevenir que este terreno ocupa una estension mui vasta en
las provincias de Valdivia, Llanquihue i Chiloé. El terreno carbonífero que viene después,
se halla representado por los mantos de carbon, en el terreno superior de Talcahuano,
donde los trabajos no han tenido buen éxito: este terreno hace parte del que sigue. En fin,
este último, que es en el que se encuentran establecidos los trabajos mas importantes de
Coronel, Lota i Lebu, pertenecen a la línea de separación de la formación terciaria inferior
i cretácea superior. Todos estos terrenos pueden existir independientemente uno de otros,
descansando sobre las rocas granitoídeas o esquitas de la costa, o bien pueden descansar
unos sobre otros, según el órden de antigüedad, circunstancias que deben tenerse mui
presentes para las exploraciones del carbon en Chile, i ahora puede comprenderse mejor
lo que dijimos antes de entrar a la descripción del terreno carbonífero.
Detalles sobre las capas de carbon
Hasta el año de 1866, las únicas minas que se han esplotado con utilidad pertenecen a
Coronel i Lota; pero ya desde el año 67, han comenzado a escasear algunas minas del
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
primero de esos minerales i a tomar importancia el de Lebu, situado 20 leguas al sur de
Lota, donde las capas de combustible se encuentran mas desarrolladas que en los demás
puntos esplotados en la bahía de Aráuco, presentando el quinto manto de carbon un
espesor que varía entre 1, 2 i 3 metros.
Mas al sur, se muestra el carbon, también en grande abundancia, en la caleta Párgas,
situada 13 leguas al norte de Ancud, donde se cuentan once capas, de las cuales raras
son las que bajan de un metro de espesor; pero es probable que algunas de éstas provengan de la ruptura de un solo manto. En la provincia de Valdivia un manto de carbon
descubierto presenta 4 metros de espesor.
Carbon de la colonia de Magallanes
En Magallanes, cerca de la colonia que lleva este nombre, son tres las capas de carbon
que llaman la atención: la primera tiene 70 centímetros, la segunda tiene 2 metros
i la tercera 1½ metros de espesor a la latitud de 53°10’. Aún cuando no conocemos
esta localidad, sin embargo haremos presente que en Puerto Famine (en el estrecho de
Magallanes) parece que existe la formación cretácea del Tomé; i los ensayos que se han
hecho de algunas muestras,1 aunque se aproximan a los resultados obtenidos para el que
aparece en la bahía de Aráuco, demuestran, sin embargo, no ser de tan buena calidad
como este último. No seria nada de estraño que se trate aquí, de una formación mas
moderna tal como la que hemos indicado para la arenisca arcillosa de Valdivia. Esto
debiera llamar la atención de sus esploradores, porque a ser así, seria preciso hacer un
estudio de todos esos terrenos carboníferos, para ver si se encuentra en alguna otra parte
la formación que hemos descrito tratando del terreno de Coronel, Lota i Lebu.
Actualmente solo se estrae el carbon de la había de Aráuco i Lebu. Esta última localidad tomará, en poco tiempo mas, una grande importancia por la abundancia del
carbon. Los reconocimientos hechos en varias partes de la costa de Chile dan lugar a
creer que el carbon fósil de que tratamos se presenta en mayor cantidad a medida que
avanzamos para el sur.
Aún cuando se muestran capas de combustibles en muchos puntos de la costa de
Chile, sin embargo, advertimos otra vez que no todas pertenecen a la formación de la
bahía de Aráuco, lo que debe observarse sobre todo desde que comienza a mostrarse
en la cosa la formación de arenisca arcillosa de Valdivia, i no es estraño entonces, que el
carbon no sea de tan buena calidad. Es lo que sucede, por ejemplo, en la formación que
hemos descrito en el Amortajado, cerro situado en la desembocadura del rio Maullin,
distante cinco leguas al sur de Párgas que, según se ha dicho antes, pertenece relativamente, a un terreno mas moderno en el período terciario. Al contrario, el carbon que se
encuentra en la parte norte de la provincia de Colchagua es mui superior al del Amortajado, i para formare una idea de su calidad, basta considerar la época a que pertenece el
terreno descrito, tratando de la formación de Bucalemu i de Topocalma.
1. Informe de los señores Pissis y Domeyko. – Anales de la Universidad de Chile, tomo VII.
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Jeolojía
Ignacio Domeyko
La cantidad de carbon que se estrae anualmente en Coronel i Lota podía estimarse
en 200,000 toneladas en 68, «de las cuales un sesenta por ciento corresponde a Coronel, i un cuarenta a Lota»2. Todo el carbon de Lota ha sido estimado por un injeniero
inglés en 5.000,000 de toneladas; i la estension de las capas de carbon, averiguada tanto
por las labores como por los barrenos dados en diversos puntos del terreno, se puede estimar hasta el año 61 en 3.500,000 varas cuadradas, según don Leonidas Garcia, lo que
hace ver que solamente hasta esa fecha se había reconocido por lo menos la existencia
de 4.000,000 de toneladas en el establecimiento de Lota; i como, según los trabajos de
Pacheco en Coronel, se ve que las capas de combustible de prolongan debajo del mar,
todos esos cálculos no deben ser exajerados, En Lebu, según veremos después, tanto el
espesor como la estension de los mantos es mucho mas considerable3.
Las capas de carbon en que se han emprendido trabajos se reducen solo a dos, así
en Lota como en Coronel; pero hai piques en que se han descubierto hasta siete capas,
varias de las cuales solo tienen algunos decímetros de espesor. De esas dos capas esplotables la que corre a mayor profundidad, designada por los mineros con el nombre de
segunda reta, tiene por lo jeneral 1 metro 30 centímetros de espesor en Lota i en Coronel,
jeneralmente 1 metro 50 centímetros, pero baja a 1 metro 30 centímetros. La otra reta
tiene 90 o 92 centímetros en Coronel. La direccion de todas las capas es, norte 18° este
i la inclinación baja a 9° al oeste.
En Lota, con el fin de buscar una segunda capa de carbon debajo de aquella que
tiene 1 metro 30 centímetros, se dio un barreno que pasó 50 metros mas debajo de esta
capa, i se encontró, según el señor Garcia, una capa de pudingas compuesta de piedras
de cuarzo redondeadas i mezclada con arcilla roja ferrujinosa (que aparece en el cerro
que separa el valle de lota del de Colcura). Si se toma en cuenta el nivel que ocupa aqulla
capa de combustible, se ha reconocido con ese barreno una profundidad de 125 metros;
es precisamente la hondura que tiene el pique en el establecimiento de Puchoco, hasta
llegar a la segunda capa. En Playa Blanca, con un pique se reconocieron 45 metros debajo de la segunda capa, lo que da un espesor de 170 metros para el terreno carbonífero
reconocido por ese pique, poniéndolo en relación con el de Puchoco, donde la capa
eplotada tiene 125 metros de profundiad.
Las capas de carbon i las estratas en que se encuentran corren siempre con mucha
regularidad, haciendo abstracción de las fallas que hacen cambiar el nivel de las capas.
2. Apuntes sobre la Jeografía física i política de Chile, por don Pedro L. Cuadra. 1863.
3. En unas observaciones de las minas de carbon de Chile, por don Guillermo Bollaert miembro de la
sociedad jeográfica de Londres, cuya traducción del inglés se halla en los Anales de la Universidad, tomo
XI, pajina 863, encontramos lo siguiente: “El distrito mineral de Lota, se avalúa en 1,000 cuadras de
superficie, de las cuales 800 tienen carbon. Luego, si las dos capas de carbon explotable tienen 8 piés
de potencia, el contenido de ellas ha de ascender a 40.034,932 toneladas. Se dice que el distrito de
Coronel contiene doble cantidad que el de Lota”. (Apuntes de Jeografía por Pedro L. Cuadra)
En el libro un Paseo a Lota por M. Palma, se lee lo siguiente: “Según cálculos de un injeniero inglés,
que hizo venir esprofeso el señor Cousiño (propietario), contiene Lota 156 cuadras de estension i hai
tres capas de carbon… Conocidos estos antecedentes, el injeniero basó sus cálculos, resultando de
ellos, que la superficie carbonífera de aquellos minerales contenía 10.000.000 de toneladas.”
Todos los cálculos que se han hecho para Coronel, le asignan mayor cantidad que para Lota.
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Así en Lota, en el pique de Chambique, un dique de 34 metros de ancho con una direccion norte 40° este, se prolonga en las labores de Lotilla i se ha alterado en 25 metros
el nivel de las capas de combustible. Es de notar que esos diques, que atraviesan con
frecuencia el terreno de que se trata, nunca pertenecen a rocas de oríjen ígneo, sino por
el contrario a sustancias arcillosas, que parecen haber llenado los vacíos producidos por
los movimientos del terreno.
Tambien se observan otros accidentes, de los cuales mencionaremos las quebraduras i la disposicion en hondas de las capas de combustible, esplicados en la nota.4
Observaciones al método de esplotacion del carbón en
la Bahía de Aráuco
Sin entrar en muchos detalles, concernientes a este asunto, vamos a llamar la atención a
las observaciones i modificaciones que sujiere el método en sí mismo.
Los defectos principales consisten en el mucho menudo de carbon, que se produce,
el cual no sirve para nada en la mayor parte de los establecimientos, contribuyendo solo
a desmerecer la calidad del carbon mezclándolo, o bien en los establecimientos como
Lota, en que se emplea este carboncillo, tiene poco valor.
No hai proporcion en el efecto que obtiene el minero, entre el trabajo de trazado, o
al macizo, con el de arranque o despojo. En ambos casos el efecto es poco, atendido lo
favorable de las circunstancias que ofrece la naturaleza de esos depósitos.
4. En esta nota damos con mas detalle los accidentes que esperimenta en algunas partes del terreno
carbonífero, accidentes que han sido descritos por don Paulino del Barrio en un Informe sobre las ____
de Coronel i Lota.
1. Quebraduras.- Las quebraduras propiamente tales suelen alterar la naturaleza de la capa, según lo
indica el señor Barrio en la memoria citada. Así, observa en la mina Sebastopolito (en Merquin) dos
quebraduras próximamente paralelas, pero de opuestas inclinaciones, que presentan en el medio una
de las vetas mas potentes del mineral, pues su altura llega a 2 metros 40 centímetros, encontrándose
interpuestas en el carbon dos capitas de 10 a 15 centímetros de arcilla carbonífera i pirirosa: pero su
potencia disminuye después de la quebradura hasta el punto de ser infructuosa la esplotacion. La
figura que sigue, que es un corte del cerro por un plano vertical que pasa por una perpendicular a
ambas quebradas, manifiesta mui bien este fenómeno.
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La ventilación i enmaderacion, puede mejorarse i es bastante descuidada en algunos
casos.
Conocidos estos principales inconvenientes que se presentan vamos a indicar brevemente algunas modificaciones que convendría adoptar o esperimentar.
Se ha dicho anteriormente, que mediante una serie de galerías, se divide todo el
manto de carbon por esplotar, en una serie de pilares, que en término medio miden 8
o 10 metros por cada lado, partiendo desde el pié del pique, si la estraccion se hace por
este medio, i avanzando hasta el límite del campo de esplotacion. Resulta de aquí, por
consiguiente una infinidad de galerías i de pilares que sostienen el techo, los cuales son
disfrutados mas tarde. En todo el tiempo que tiene que transcurrir para el despojo de
éstos, hai que mantener en buen estado la enmaderacion de esas galerías, i la ventilación, recargándose con esta mayor vijilancia, los gastos de producción. Por esta razón
el señor Larroque aconsejaba, en los nuevos trabajos que debían emprenderse en Lebu,
dar mayores dimensiones a esos pilares como por ejemplo 25 a 30 metros, sobre 40 a 45
metros, si es necesario; o bien no dejar subsistir a los pilares sino poco tiempo después
de su trazado. Parece mas racional que gravitando el techo sobre una superficie mayor
se conserve mas entero el carbon, con la disminución de la presion. La descomposición
del carbon también disminuye, porque siendo menor la superficie espuesta al aire no se
altera tanto. La ventilación quedaría mucho mejor dispuesta, no difundiéndose en una
red tan considerable de galerías que resultan de la corta dimension de los pilares.
Siendo mejor la ventilación, la duración de las enmaderaciones será mejor i en jeneral la vijilancia será mejor, etc.
En el arranque de estos pilares, así como también en el trazado de las galerías, el
minero debiera producir mucho mas carbon, del que estrae actualmente. Según el señor
Larroque, en ese trabajo de galerías, de 4 metros de ancho, por ejemplo, por 1 metro
30 centímetros a 1 metro 40 centímetros de alto, el minero no produce mas que de 7 a
8 i rara vez 10 cajones de carbon: sean 1 tonelada 20 centésimos a 1 tonelada 30 centésimos, i 2 toneladas a lo mas, por dia de trabajo de 12 horas. Descontando una cuarta
parte de menudo, que pasa por rejillas de 12 milímetros, no quedaría mas que 0.90;
0.96; centésimos a 1 tonelada 50 centésimos, de carbon vendible.
En el trabajo de arranque o despojo de los macizos la producción del mismo queda
comprendida entre 10, 12 i rara vez 15 cajones; sean 15, 16 a 20 hectólitros. El señor
Larroque cree, que siendo el carbon perfectamente puro i tierno, el minero debiera elevar su producción en el trazado de las galerías de 28 a 30 hectólitros i en el despojo de
30 a 50 hectólitros.
La proporcion del menudo debiera reducirse en los dos casos a 12 por ciento en el
trabajo del trazado. 15 por ciento id. Del despojo.
En una palabra, debiera tenderse a reducir a 10 u 8 por ciento la proporcion actual
del menudo, i después aumentar según el señor Larroque, en un tercio el producto del
minero, en el trazado i duplicarlo en el despojo.
Los defectos, en el trabajo del minero parece que provienen principalmente en el
modo como hace la circa en el carbon, i en el mucho uso que hace del pico para el
arranque del volumen de carbon que queda circado, en lugar de emplear la cuña para
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este objeto. Colocado el minero en frente de la labor que prosigue, comienza por abrir
una circa en la parte inferior de ésta, de 30 centímetros de alto i otra a la izquierda de
la frente, en toda la altura del manto. Ahora bien, estas circas tienen el defecto de ser
mui poco profundas, a lo mas de 30 centímetros, cuando se debiera hacer obligatorio
que no bajara de 60 centímetros, procurando alcanzar 1 metro. De este modo el minero
puede aislar un trozo de 2 a 3 metros cúbicos, que en seguida debe arranca con la cuña
i combo, o ayudándose de una herramienta que se usa en Béljica, pié de cabra, en lugar
de destruir i desmenuzar el carbon con el pico.
Sin entrar en mas detalles que podrían estenderse también, a la ventilación i enmaderaciones, diremos solamente en cuanto a la primera, que es mui irregular; hai partes
en que la corriente de aire incomoda i en otras falta. Para regularizar esto convendría
poner puertas firmes a la entrada de los compartimientos, con ventanillas, cuya abertura puede arreglarse a voluntad. Con respecto a la enmaderacion, los establecimientos
debieran tener un maestro enmaderador (boiseur) encargado de todo lo concerniente a
este ramo. La madera es barata i abundante en el sur de Chile, i para sus precios puede
consultarse la memoria de don Paulino del Barrio del 57.
Concluiremos esta parte, previniendo, que como siempre sucede, que son fuertes
los capitales que se invierten en estos establecimientos i su porvenir depende, de la
direccion i métodos que se adoptan desde un principio, deben abandonarse en los trabajos nuevos, muchas de las ideas que se ha seguido hasta ahora en la bahía de Aráuco.
Una vez que el pique maestro alcanza en la profundidad, el manto que se va a trabajar, debe limitarse desde luego el campo de esplotacion, construyendo una galería principal que puede ir de 1,000 a 1,200 metros de largo; i otras trasversales que limitan de 150
a 200 metros el ancho de este campo, dejando grandes macizos, como se ha aplicado, i
no pequeños como se acostumbra. Para el arranque de estos macizos, debe comenzarse por el límite del campo de esplotacion i no por el principio, cometiéndose un error
manifiesto i de bastante trascendencia para el porvenir del trabajo. Cuando esta zona de
esplotacion se halle en punto de disfrute, se comienza a preparar otra, i así en seguida.
En fin, creemos que nada puede dar una idea mas exacta del estado en que se hallan
estos trabajos en Chile, que los cuadros siguientes, donde se ve que hasta ahora, la producción principal se refiere a Coronel i Lota, pero debe advertirse también, que en Lebu
se preparan establecimientos de mucha importancia.
En cuanto al capital que han necesitado esos establecimientos no es fácil determinarlo con precisión, i solo para dar una idea hácia este respecto, indicaremos que en
Playa Negra se calculaba invertido un capital como de 200,000 pesos, para principiar
a esplotar. En el establecimiento de Puchoco, se calculaba que el capital invertido era
como de 400,000 pesos, entrando después la propiedad en una producción como de
40,000 toneladas: mas tarde todo el establecimiento ha recibido muchas mejoras. El establecimiento de Lota ha sido sin duda el de mas costo; su muelle solo se cree que cuesta
250,000 pesos. Todo esto está planteado con verdadero lujo i se calcula en 2.000,000
de pesos próximamente el capital invertido en la fundición, etc. Repetimos otra vez que
estos datos no son precisos i los indicamos solamente, para dar una idea del costo de
esos establecimientos.
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En el año 1853, la produccion de carbon en Chile fue de 5,348 toneladas.
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Cuenta de ganancias i pérdidas de la Compañía de Lota i Coronel en el año 1870
Utilidad líquida en el año
Ramo de la fundición de cobre en barra....................................................................... $132,537
Id. de la esplotacion del carbon de Lota...................................................................... 311,518
Id. id. id. de Coronel.................................................................................................... 37,836
Fábrica de ladrillos refractarios......................................................................................... 16,816
Id. Maestranza................................................................................................................ 8,600
Id. buques i vapores..................................................................................................... 18,421
Id. haciendas i sitios de Lota i Coronel......................................................................... 10,971
Total............................................................................................................................... 536,692
Saldo traspasado a la oficina central............................................................................... 506,549
Primer semestre de 1871
Por Carbon de Lota i Coronel....................................................................................... $136,925
Fundicion de cobre.......................................................................................................... 40,000
Fábrica de ladrillos........................................................................................................... 12,000
Ramos especificados anteriormente.................................................................................. 13,973
Total............................................................................................................................... 202,898
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Aplicación del combustible a la industria
Los efectos caloríferos del combustible de que tratamos, pueden calcularse más o menos
por la composicion que presenta, la cual queda indicada en el cuadro precedente. La
aplicación que se da a este combustible en Chile, consiste: en las máquinas a vapor, en
los hornos de reververo, para las fundiciones de cobre; en la fabricación del gas de alumbrado; i en los usos domésticos su empleo no se ha jeneralizado tanto como en otros
países. Para este último calculaba Mr. Robert Hunt, una tonelada por cada habitante,
en Inglaterra; mientas que en Chile, su consumo es mui limitado relativamente, si se
comparan estos dos datos: la población de 2.000,000 de habitantes, i la producción de
carbon, que con lo que se interna llega en término medio a 330.000 toneladas al año,
para todos los usos indicados anteriormente.
El carbon fósil, de Coronel, Lota, Lebu, etc., tiene mucha analojía con la hulla, propiamente dicha. Es de un color negro, que a veces tira a pardo, brillante en la fractura
reciente, i que se oscurece con la esposicion al aire. Fractura ya desigual, plana, concoídea o astillosa; dura para partirla en otro sentido, que los planos de división. Polvo
pardo rojizo, oscuro. Densidad 1.17, i 1,44 5.
Los minerales que accidentalmente las acompañan son la pirita de hierro, una arcilla
ferrujinosa en polvo mui fino, i el carbonato de cal. La pirita se halla en hojillas o en
partículas finas, en proporciones que no son considerables. Si bien es cierto que por
la presencia de la pirita, ha habido ejemplo de que el carbon menudo amontonado en
grandes cantidades, se halla incendiado por la acción del aire, no se abriga este temor
para los cargamentos por no haber ocurrido todavía ningún siniestro.
El carbonato de cal se deja ver pocas veces, i siempre en hojillas mui finas entre los
planos de división, que se separa con la mayor facilidad. El agua higrométrica será como
de 0.3 a 0.4 por ciento de su peso.
En la destilación, produce agua, aceites i mucho alquitran. La proporcion de ceniza
puede estimarse entre 5 i 6 por ciento para el carbon análogo al de Lota i Coronel, variando los límites de 0.012 i 0.102. La cantidad de cok que produce, asciende a veces
a 45 i 46 por ciento, liviano i de un lustre semi-metálico, como el de la grafita o plombajina. El cok aunque quebradiso, se puede, según Mayer, producirse bastante firme i
bueno, si se someten las lignitas a un procedimiento de carbonización lenta, en el acto
de sacarse de la mina, es decir, antes que el aire ha obrado sobre ellas.
El poder calorífero, determinado por el método de Berthier, fundiendo con litargirio, da por término medio 25.5 de plomo, lo que corresponde a 5.865 calorías. Si
se admite que las hullas de buena calidad, producen 30 porciento de plomo, se tiene
aproximadamente una diferencia de un 12 por ciento, a favor de las hullas de buena
calidad. Este resultado se acerca bastante a los datos que algunas veces han recojido
en la práctica, en la aplicación del carbon de Coronel i Lota, en los buques a vapor.
Según don Guillermo Bollaert, el Nueva Granada consumía 15 toneladas del carbon
del país de Gales, en cada 24 horas, que le costaban 18 pesos la tonelada. Este mismo
5. Memoria citada de don Paulino del Barrio.
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vapor consumía 18 toneladas del carbon de Lota al precio de 6 pesos tonelada. El
Yankee Blade cargó en 3 horas 700 toneladas en Lota, corriendo en las últimas 24
horas 27 millas: la diferencia entre el carbon de Lota i el de Cardiff, se estimó en 5
por ciento. El señor Domeyko dice en su Tratado de Ensayes, que por informes que
debe al señor Peackok, comandante del vapor Chile, el consumo en 24 horas en la
máquina, es de 18 toneladas, mientras que para el mismo efecto, se gastan en 24 horas 15 toneladas de buena hulla de New Castte i solo 12 toneladas de la mejor hulla
del país de Gales. Se comprende también que los resultados obtenidos en la práctica,
dependerían mucho de la proporcion en que entre el carbon grueso, porque como
se ha esplicado anteriormente, con el sistema de esplotacion adoptado, es mucho el
menudo que se produce.
En la combustion arde pronto con llama brillante i mucho humo; i como contiene
tantos gases, combustible i aceites, facilita mucho la combustion de las hullas secas, que
vienen de Inglaterra. Los pedazos de carbon se hinchan i a veces se aglomeran. Muestras del carbon de Lebu, del manto cuyo espesor varia entre 1, 2 i 3 metros manifiesta
un combustible mui betuminoso, que da mucho gas, i se conglomera en una masa betuminosa, produciendo en la fundación el color rojo albo. Destilado produce un cok,
fundido, liviano, poroso i quebradizo. Así mismo, bastante gas hidrójeno carbonado,
cuyo grado de fuerza depende de la mayor o menor cantidad de pirita.
En la aplicación de estos combustibles, para el gas de alumbrado, hai que ensayarlos, tanto por lo que respecta a la cantidad de gas que producen, como por la calidad de
la luz que es mui variable, según la localidad de donde proviene el carbon. Por los datos
que hemos tomado de la empresa de gas en Santiago, resulta que el carbon de Puchoco
(Coronel), en 1000 quilógramos, o sea, una tonelada métrica, produce de 9 a 10,000
piés cúbicos, de buen gas.
Fundicion de los minerales de cobre, con el carbon de Chile
No entraremos en muchos detalles hácia este respecto para no cae en la metalúrjia de
este metal, sino que nos limitaremos a suministrar algunos datos, que pueden indicar el
efecto del carbon chileno, en esta industria.
La clase de horno que se emplea es el de reververo i los resultados que se obtienen
de todod el sistema, llama, con justicia, la atención de los hombres esperimentados.
Se necesita que el calor sea intenso i que el carbon se aglomere algo en la savalera del
horno. La operación puede dividirse en tres períodos. Primero, fundición por eje de los
minerales de cobre. Los otros dos corresponden a la calcinación i fundición. En un establecimiento con nueve hornos, por ejemplo, seis hornos para la fundición harán marchar dos hornos para la refinación, según sea la proporcion de cobre contenido en los
minerales. Los ejes que resultan de la primera operación, contenían cantidades variables
de cobre, de 40 a 60 por ciento, i las escóreas contenían rara vez mas de 1 por ciento6.
6.Percy.
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La esportacion a Europa, se hace, sea al estado de eje, producto de la primera operación,
sea al estado de cobre en barra que proviene de las subsiguientes.
El carbon de que se valen para el beneficio de los minerales, es el carbon inglés
de Swansea, por ejemplo, (precio de la tonelada puesto en tierra: de 13 a 13 pesos 50
centavos), o bien del carbon chileno (de 10 a 10 pesos 50 centavos), o bien aún de una
mezcla de ambos, i se ha obtenido los resultados siguientes: «El carbon de Swansea
cuyo poder calorífico es mayor que el de Chile, se aglomera demasiado, entorpeciendo
la operación; el carbon chileno casi no se aglomera, una mezcla de ambos produce los
mejores resultados.7
En las fundiciones de cobre, en que esta mezcla se hace, se gastan de 4.5 a 5 toneladas en 24 horas, i por cada horno, fundiendo en este tiempo 240 quintales (110.4
quintales métricos) de metales de color i de bronce, cuya lei varia de diez a 12 por
ciento, mezclados convenientemente para obtener ejes de 40 a 50 por ciento. Usando el
carbon chileno, solo se gasta por cada horno de 5 a 6 toneladas en 24 horas, i se hacen
tres cargas, mientras que usando la mezcla se harian cuatro. Resultando que para fundir
240 quintales españoles se gasta: usando la mezcla, de 52 pesos 87 centavos, a 58 pesos
75 centavos i se hace la operación en 24 horas. Usando el carbon chileno solo, de 68
pesos 67 centavos a 82 pesos i la operación dura 32 horas»8.
En otros establecimientos (Labrar cerca del puerto del Huasco), funden 3 cargas, en
24 horas, de 42 quintales métricos, o sean 126 quintales métricos, con un consumo de
carbon que va en la proporcion de 1 de carbon por 2.5 de mineral. Los ejes que resultan
tienen de 45 a 50 por ciento de cobre. El costro de la fundición por quintal españos
resulta ser como 50 centavos, con todos los gastos, calculando el carbon a 13 pesos tonelada, en el establecimiento, mezcla por mitad carbon inglés con chileno.
En las operaciones siguientes que tienen por objeto la refinación del eje, se emplea
diversos procedimientos según sean las circunstancias, así es que el consumo del combustible depende también de ellas. Unas veces se calcinan los ejes en montones i se
funden con metales de color (oxijinados) con lei variable en cobre; otras veces en los establecimientos mejor preparados, se pulveriza el eje i se calcina en hornos de reververo,
para someterlos en seguida a la refinación.
Después de haber hablado del empleo del carbon chileno en la metalúrjia del cobre,
nos resta mencionar otros usos que podría tener en el país.
En efecto, hallándose limitado el consumo del combustible por las necesidades
mismas de la industria, es preciso hallar nuevas aplicaciones que puedan aumentarlo,
presentando un nuevo campo para la esplotacion del carbon. La fabricación del fierro
es una industria desconocida en el país, a pesar de que su consumo es bastante grande, principalmente en la construcción i reparación de las vías férreas. Para no salir del
cuadro que nos hemos trazados, debemos manifestar solo los datos que deben servir de
base a esta cuestión; el precio del combustible i la situación de los minerales de fierro.
7. Como los precios varian mucho según las épocas debe fijarse la atención solamente en los valores
relativos del carbon inglés con el de Chile.
8. Paulino del Barrio.
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Respecto a lo primero, puede calcularse en el estado actual a que ha llegado la esplotacion del combustible en los establecimientos mejor dirijidos, el de 3 pesos puesto a
bordo en Lota; es decir, el costro de producción. En seguida habría que trasportar este
combustible a las inmediaciones de algún mineral de fierro que se encontrase en buenas circunstancias para ser esplotado. Así, por ejemplo, poco al norte de Valparaíso, a
tres leguas de Quinteros, excelente puerto, se encuentra un mineral de hierro olijisto,
tan abundante que bastaría para todo el consumo del país. Junto con la fabricación del
fierro, habría que instalar también todas las máquinas precisas para la construcción de
rieles, de fierro en planchas, etc., como se interna del estranjero. Es verdad que el costo
de producción del fierro se ha reducido mucho en otros países, mediando circunstancias
mas favorables que en Chile para este objeto; pero también se presenta otra consideracion i es que lo mismo se podría decir con respecto al corbon de piedra. Si bien es
cierto que el fierro viene como lastre de los buques, no es menos cierto que otro tanto
sucede con el carbon, i sin embargo, aún en las épocas mas desfavorables para el precio
del combustible, como la actual, sucede que el carbon chileno puede entrar en la competencia con el carbon inglés. Nos contentaremos pues con llamar la atención hácia esta
nueva industria que podría aumentar el consumo del combustible en el país.
Otro tanto decimos acerca de los minerales de plomo, que son mui abundantes en
Chile. Consideramos que el consumo de este metal en el mundo pasa de 250,000 toneladas; habiendo sido la importacion a Inglaterra en el año 1869 de 58.000 toneladas
aparte de la producción que llegó … a 71,000 toneladas. Aún cuando la circunstancias
pueden ser mas favorables en otros países, con respecto a lo que es la producción del
plomo, debe considerarse también que la lei mas o menos subida en plata, que siempre
contienen estos minerales de plomo en Chile, puede compensar cualquier desventaja,
en el concurso jeneral, para la producción de ese metal. Por el estudio que hemos hecho
de esta cuestión en diversos casos, parece que el plomo, por si solo bastaría para compensar todos los gastos del beneficio, quedando libre el producto de la plata.
En fin, antes de concluir, debemos prevenir que todo lo que hemos espuesto relativo
al carbon chileno, se refiere únicamente al carbon, que podríamos llamar lignita, perteneciente a la formación terciaria, o a la época de separación mas o menos marcada entre
esta formación i la cretácea superior: situado a la orilla del mar. Además se presenta en
Chile otra clase de carbon, mucho mas antiguo, perteneciente a la formación antracitosa,
situado siempre en la cordillera de los Andes o en sus ramificaciones (Cerro de la ternera Copiapó), de que no nos ocupamos por ser hasta aquí de mui mala calidad, por lo
mezclado con tierra, no habiendo merecido todavía ser el objeto de alguna esplotacion.
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Memorias científicas i literarias
Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme,
empleadas en el alumbrado eléctrico
Estudio de don Luis L. Zegers
Sumario
I.- Orijen de los aparatos magneto-eléctricos. – II. – 1. Máquina de Gramme. –2. Máquina de Gramme empleada en los laboratorios. – 3. Máquina de Gramme sin imanes
i carácter especial de las que se emplean en el alumbrado. – 4. Transformación de la
electricidad en trabajo. – III. – 1, Arco voltaico. – 2. Regulador Serrin. – 3. Lámpara de
mano. – 4. Reflectores i proyectores. – 5. Carbones eléctricos. – 6. Conductores. – IV.
– Instalación jeneral; costo del alumbrado eléctrico i reglas relativas al manejo de los
aparatos. – V. – 1. Aplicaciones industriales del alumbrado eléctrico. – 2. Alumbrado en
los faros. – 3. Alumbrado en los buques. – 4. Aplicaciones militares.
Introducción
No es nuestro ánimo hacer un estudio completo sobre las máquinas de Gramme: tal
trabajo obligaría a entrar de lleno en la árdua teoría de los aparatos magneto-eléctricos.
Nos proponemos solamente reunir metódicamente aquellas indicaciones indispensables
para la buena instalación i el fácil manejo de los aparatos de Gramme, actualmente empleados en el alumbrado eléctrico i que se encuentran esparcidas en las muchas publicaciones que sobre esta materia se han dado a luz.
I.Oríjen de los aparatos magneto-eléctricos
Puede decirse, en un sentido jeneral, que las máquinas magneto-eléctricas, ya sean
las destinadas al alumbrado, ya a la galvanoplástica o a otros usos, tienen por objeto
principal transformar el trabajo mecánico en electricidad. Se les da el nombre de
magneto-eléctricas, porque el magnetismo es la fuente de las corrientes, tanto en los
aparatos provistos de imanes, como en los que llevan electro-imanes; i también para
distinguir estos aparatos de inducción de las máquinas con platillos de vidrio u otro
cuerpo de propiedades eléctricas análogas que transforman igualmente el trabajo en
electricidad.
En 1820 Cerstedt notó la desviación que esperimentaba la direccion de una aguja
imantada al aproximarla a un circuito eléctrico cerrado. Igual fenómeno se produce
229
Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
cuando en vez de un circuito se tiene un iman; i de aquí la analojía entre la electricidad
i el magnetismo.
Ampére, ocho días despues de conocer este trascendental esperimento, pudo comprobrar esperimentalmente los resultados que le indicaban el cálculo, mostrando la
accion recíproca de dos corrientes, i la de los imanes sobre las corrientes.
Sucedieron a estos trabajos los hermosos esperimentos de Arago, que vinieron a
poner de manifiesto que una corriente eléctrica puede desarrollar el magnetismo en un
barrote de hierro o acero; i Faraday en 1830 demostró que un iman puede dar lugar a la
produccion de una corriente eléctrica.
Las corrientes desarrolladas bajo la influencia de un iman o de un circuito electrizado se llamaron corrientes de induccion o corrientes inducidas. A la barra imantada o a la
primera corriente que provoca la produccion de corrientes inducidas, llamóse inductor
o corriente inductora.
La primera máquina magneto-eléctrica fue sin duda el sencillo aparato que hizo
construir Faraday, para probar que existen corrientes inducidas en un círculo o anillo
metálico que jira rápidamente delante de los polos de un iman.
Para realizar los diversos esperimentos de Faraday, Pixii construyó en 1838 una
máquina mui injeniosa que aun existe en el laboratorio de física del Colejio de Francia,
i de la cual, la mui conocida de Clarke no es sino una variante.
En fin, sucesivamente fueron apareciendo las máquinas debidas a Saxton, Nollent,
Siemens, Wheatstone, Ruhmkorff, Wilde i otros: i por último la de Gramme, a la que
nos vamos a concretar, empezando por dar una idea acerca de su teoría que ha sido bien
espuesta por M. Gaugain,9 i por Drion i Fernet en su tratado de física.
II. Máquina de Gramme
Conviene recordar, ántes de abordar la descripcion de la máquina de Gramme, el mas
sencillo de los esperimentos relativos a los fenómenos de induccion magneto-eléctrica.
Figura 1
Sean una barra imantada A B (Figura 1) de un metro de largo i una espiral formada con
un hilo conductor, animadas ámbas de un movimiento recíproco. Si desde la posición X
9. Annales de Chimie et de Physique, 1873 4e série, t XXVIII.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
acercamos la espiral al iman se produce una corriente de inducción. Esto nos lo dice la
lei de Lenz, pero no nos contentemos con comprobar la existencia de la corriente, examinemos también lo que sucede a medida que la barra penetra en la espiral, efectuando
una série de movimientos de igual magnitud, de cinco centímetros por ejemplo.
A cada uno de esos movimientos corresponde el desarrollo de una corriente de
inducción, i las corrientes así desarrolladas son del mismo sentido hasta el momento
en que la espiral llega frente a la línea neutra o mitad M de la barra A B; son de sentido
opuesto si el movimiento continúa en el mismo sentido, pero mas allá del punto neutro.
Así, durante el trayecto completo de la espiral sobre el iman, se distinguen dos períodos bien distintos: en la primera mitad del movimiento las corrientes son en sentido
directo, en la segunda son en sentido inverso.
Estos fenómenos se han esplicado asimilando el iman a un solenoide.
Si en lugar de mover la espiral de izquierda a derecha, como lo hemos hecho, se la
mueve de derecha a izquierda, todo pasa de la misma manera, pero la corriente es en
sentido opuesto.
Examinemos ahora el caso complejo representado en la figura 1. Dos imanes A B i B’
A’ están colocados de manera que se tocan sus extremidades que corresponden a polos
del mismo nombre B, B’. El todo aparece como un solo iman con un punto consecuente
en su mitad.
Si la espiral se mueve con relación a ese sistema, se comprende según lo dicho anteriormente, que la espiral será recorrida por una corriente positiva durante el primer
cuarto del movimiento entre A i M, por una corriente negativa en el segundo cuarto, de
M a B, todavía por una corriente negativa en el tercer cuarto, de B’ a M’, i en fin, por una
corriente positiva durante el último cuarto, de M’ a A’. En los puntos neutros la corriente
cambia de sentido.
Estos hechos esperimentales que vamos a considerar aun bajo una nueva faz, son la
clave de la máquina de Gramme.
Supongamos que tenemos un anillo de hierro dulce (Figura 2) n n’, colocado de tal
manera entre las ramas de un iman vertical en forma de herradura A M B, que su diámetro horizontal coincida con la línea A B, suponiendo imaginariamente unidos los polos
del iman. La influencia de esos polos determina en cada uno de los semi-anillos b n a,
b’ n’ a’, una imantación por influencia; de donde resulta, frente al polo A, la producción
de un doble polo boreal b b’, frente al polo B, la producción de un doble polo austral a’
a, en fin, en n i n’ se tienden dos rejiones neutras.
Supongamos también que, estando fijo el anillo, se haya enrollado en torno de uno
de sus puntos una pequeña espiral s compuesta de un hilo metálico cubierto de seda,
i que esta espiral pueda resbalar sobre el anillo según el sentido indicado por la flecha,
de manera que tome sucesivamente las posiciones n, b b’, n’, a a’, n, etc.; supongamos
por último, que las estremidades del hilo estén reunidas por un circuito conductor que
comprenda un galvanómetro. Si a la espiral se la cambia de lugar de una manera sucesiva, procediendo por ejemplo, por pequeños cambios correspondientes cada uno a
un arco de 10 grados, la esperiencia demuestra que se produce una série de corrientes
inducidas, cuyo sentido es constante durante la semi-revolucion n b b’ n’ que se efectúa
231
Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
hácia la derecha de la vertical que pasa por la línea neutra. Durante la semi-revolucion
n’ a’ a n que efectúa a la izquierda, las corrientes tienen también un sentido constante,
pero inverso del primero.
Figura 2
Para darse cuenta de lo que pasa en esta série de fenómenos, basta recordar el esperimento anterior i fijarse en la distribucion del magnetismo en el iman, notando que con
respecto a esa distribucion las corrientes en el fierro dulce deben considerarse como
circulando en un mismo entido en la porcion a n b i en sentido contrario en la porcion
a’ n’ b’. Es sabido, que según la lei de Lenz siempre que se hace cambiar de posicion
un circuito cerrado en la cercania de una corriente o de un iman, se desarrolla en ese
circuito una corriente de sentido contrario a la que hubiera podido producir ese mismo
cambio de lugar del iman. Esta lei conduce a considerar el movimiento de la espiral s
como desarrollando en el hilo, durante el cuarto de revolucion n b que la acerca hacia b,
una corriente del mismo sentido que las corrientes particulares de la porcion del anillo
n b; durante el cuarto de revolucion b’ n’ que la aleja de b’, una corriente de sentido contrario al de las corrientes particulares de la porcion de anillo b’ n’; es decir, en el mismo
sentido que las precedentes. Las mismas consideraciones muestran que el sentido de las
corrientes de la espiral se invierte durante el movimiento n’ a’ a n. Tampoco cambiarian
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
los fenómenos si fijando la espiral al anillo, se imprime a éste un movimiento de rotación en torno de un eje O perpendicular a su plano i que pase por su centro; en ese caso
los polos dobles b b’ i a a’ ocuparán siempre una posicion fija en el espacio, teniendo la
espiral s que ocupar todas las posiciones posibles con relación a esos dos puntos. Tal es
el movimiento adoptado en la máquina de Gramme.
Figura 3
Así, fíjense en el anillo nó una sola espiral, como se vé en la Figura 2, sino una série de
espirales (Figura 3) i suéldense a las piezas de cobre D, D’, D’’, etc. las estremidades,
iniciales de las espirales s, s’, s’’, etc. estando además sujeto el sistema de piezas de cobre
al anillo, de manera que sea arrastrado por él en su movimiento jiratorio alrededor del
eje O. Dispóngase, por último, en una posicion fija i en la vertical que pasa por el punto
O, dos láminas metálicas C, C’ de manera que durante el movimiento de rotación se
encuentren siempre respectivamente en contacto con las dos piezas radiales de cobre,
correspondientes en posicion a la línea neutra n n’. Se vé claramente que estando reunidas las dos láminas C i C’, por un conductor f, en cada período de la rotación, los dos
sistemas de espirales situados, el uno a la derecha i el otro a la izquierda de n n’, podrán
ser asimilados a dos sistemas de elementos de baterías voltáicas asociados en série; las
dos séries teniendo, una i otra sus polos positivos en una de las láminas C, i sus polos
negativos en la otra lámina C’.
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Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
Máquina de Gramme empleada en los laboratorios
La Figura 4 nos muestra la disposición jeneral que se da a la máquina de Gramme con
imanes, aunque representa un modelo de mui pequeñas dimensiones.
Figura 4
El iman L L’ es un iman Jamin, cuyas armaduras A i B constituyen los polos entre los
cuales jira el anillo m b n. Las tintas alternadas de claro i oscuro representan en el dibujo
las espirales sucesivas aplicadas en el anillo de fierro dulce, anillo que está formado de
un haz de alambres de hierro soldados. Las piezas radiales de cobre a las cuales están
soldadas las estremidades de los hilos de las espirales se prolongan hácia adelante del
anillo, formando un cilindro k de diámetro menor; están aisladas por cintas de seda
u otra materia aisladora. Sobre el cilindro k apoyan, en las dos estremidades de un
diámetro perpendicular a la línea de los polos A B, dos láminas c d, o mas bien dos
escobillas de hilos metálicos sujetas en las columnas fijas g, h, a las que se unen los
conductores f i f’, que permiten dar paso a la corriente desarrollada en la máquina, a un
aparato cualquiera.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Como los hilos metálicos que forman las escobillas c i d son bastante flexibles, tocan simultáneamente varias de las piezas de cobre cercanas, dando por resultado que
la corriente nunca se interrumpa; i además así se suprime la resistencia de las espirales
vecinas a la línea neutra, evitándose de esta manera la disminución de intensidad en la
corriente total; puesto que las corrientes desarrolladas léjos de los polos son siempre
mui débiles.
Se imprime el movimiento al anillo por medio de una manivela i de una rueda
dentada R que engrana con un piñon fijo al anillo, obteniéndose así con facilidad una
velocidad que alcanza a cientos de vueltas por minuto.
Con este aparato se puede poner incandescente un hilo metálico de algunos centímetros de lonjitud, i realizar la mayor parte de los esperimentos que exijen el empelo de
8 a 10 elementos de Bunsen.
Máquina de Gramme sin imanes i carácter especial de las que se
emplean en el alumbrado
En la industria se las construye con electro-imanes a los que se puede dar una enerjía mucho mayor que la de los imanes. Debe advertirse que no es necesario emplear,
para hacer que se desarrolle i conserve el magnetismo en el electro-iman inductor, un
manantial de electricidad por separado. Basta introducir permanentemente el hilo del
electro-iman en el circuito formado por los conductores que debe recorrer la corriente
inducida. Puesta en movimiento la máquina, adquiere casi instantáneamente una enerjía que crece con la velocidad de rotación.
De lo anterior se deduce que el electro-iman inductor debe poseer ántes que empiece el movimiento, una débil imantación debida ya a la acción del magnetismo terrestre,
ya al magnetismo remanente; pero que basta para desarrollar en el momento de la rotación una corriente inducida que desarrolla a su vez en el electro-iman una imantación
cada vez mayor, hasta que la máquina adquiere su réjimen normal.
La Figura 5 es el tipo de las máquinas que generalmente se emplean para la producción de la luz eléctrica. Cuando se las destina a la galvanoplástica el hilo de las espirales
es mas corto i de mayor diámetro.
Como se vé, la máquina tiene dos electro-imanes inductores, el uno A B, a la izquierda, el otro A’ B’ a la derecha. Los polos del mismo nombre A i A’, corresponden a una
misma armadura de hierro dulce, haciendo de esta armadura un polo austral único; así
mismo los polos B i B’, aplicados en B constituyen de la misma manera un polo boreal.
Con el objeto de introducir los electro-imanes en el circuito recorrido por la corriente inducida, se fija en la pieza de cobre m uno de los hilos que sirven para formar
el circuito; esta misma pieza de cobre, aislada de las armaduras alfa i beta recibe el hilo g
que recorre sucesivamente las bobinas A’, B’, B, A, i termina en el montaje de la escobilla
que cierra definitivamente el circuito.
La máquina recibe jeneralmente su movimiento de un motor de vapor, cuyo árbol o
volante lleva una correa sin fin que pasa por el tambor P.
235
Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
Figura 5
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Tambien se emplean otros tipos o disposiciones en las máquinas de Gramme, sin que
por esto cambie absolutamente el principio teórico de ellas. Las hai verticales con las
bobinas i los electro-imanes dispuestos de una manera diferente; las hai constituyendo
la parte anterior de un motor de vapor horizontal i recibiendo el movimiento de éste por
medio de una biela; en fin, a veces la máquina Gramme forma parte de una verdadera
locomóvil, sistema Brotherhood, disposición que como su nombre lo indica, se presta a
un cómodo trasporte.
En cuanto al poder, las mas empleadas en el alumbrado eléctrico son las que producen una luz que equivale a 100 quemadores de Carcel 10 pero se construyen máquinas
que equivalen a 1,000, 2,000 i aun 10,000 quemadores de Carcel. Esto naturalmente
depende del empleo a que se las destina.
Transformacion de la electricidad en trabajo
Ya tenemos dicho que la máquina de Gramme, como todas las demás máquinas magneto-eléctricas, tienen por objeto principal transformar la fuerza mecánica en electricidad;
pero las de Gramme pueden también transformar la electricidad en fuerza motriz i hacer
en ese caso el papel de máquinas electro-magnéticas. El hecho es, consignando únicamente el fenómeno, que basta poner un manantial eléctrico cualquiera en comunicación
con las escobillas metálicas de la máquina de Gramme, para que el anillo central se
ponga inmediatamente en movimiento.
Bastando mui poca fuerza motriz para equilibrar un gran número de elementos voltáicos, resulta recíprocamente que serán necesarios muchos de esos elementos para obtener poco trabajo mecánico. Por esto es que siempre se ha tenido mal resultado cuando
se ha querido obtener fuerza motriz por medio de la electricidad.
Pero de lo espuesto se desprende que se podría mui bien, valiéndose de máquinas
de Gramme, trasportar fuerzas motrices a gran distancia.
Se han hecho esperimentos en Paris con una máquina magneto-eléctrica, puesta
en movimiento por un motor de vapor que tenía que desarrollar una fuerza de 75 quilográmetros para ponerla en movimiento; la electricidad producida era enviada a una
segunda máquina que produjo 39 quilográmetros, medidos con el freno de Prony, es
decir, un poco mas de la mitad de la fuerza primitiva. Como la electricidad pasaba por
dos máquinas, o, lo que es lo mismo, como había una doble transformación del trabajo
en electricidad i de la electricidad en trabajo, cada máquina producía un efecto útil superior a un 70 por ciento.
Sin embargo, estas cuestiones vienen a constituir una nueva rama de aplicaciones, i
aun no han sido bien estudiadas para que se las pueda considerar como absolutamente
aplicables bajo un punto de vista económico. No obstante hai en ellas un nuevo horizonte que se prepara i que puede dar lugar al desarrollo de muchas industrias.
10. El quemador Carcel es el tipo de comparacion para las medidas fotométricas; consume 42 gramos de
aceite puro de Colza por hora.
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Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
III.Arco voltaico
Acercando uno a otro los dos conductores de un manantial de electricidad suficientemente intenso hasta que se toquen, i alejándolos en seguida gradualmente, se vé aparecer un arco luminoso, mui brillante, que persiste mientras la distancia entre los dos
conductores no es mui grande. Este arco ha recibido el nombre de arco voltáico, en
recuerdo de la pila con la cual se obtuvo por vez primera.
Este es hoy casi el único método que se emplea para tener luz eléctrica. La brillantez
del arco voltáico depende de la intensidad de la corriente, de la naturaleza de los electrodos i del medio en el cual se produce. Con el potassium o el sodium por ejemplo, la
luz es mas brillante que con el platino o el oro; en el aire se tiene mas luz que en una
atmósfera de vapores mercuriales.
El color del arco varía con la naturaleza de los electrodos: es amarillo con el sodium,
blanco con el zinc, verde con la plata.
El aspecto del foco depende de la forma de los electrodos: entre dos puntas de carbón la forma es ovoide, i en realidad el arco voltáico no es sino una porcion del circuito
eléctrico con todas las propiedades de las otras partes del mismo circuito. Las moléculas
de carbono arrastradas por la corriente constituyen entre las dos puntas una cadena móvil mas o ménos conductora i mas o ménos caliente, según la intensidad de la corriente
por una parte, i la naturaleza i distancia de los electrodos por otra. Puede decirse que la
luz producida por el arco voltáico i la que se obtiene por incandescencia provienen de la
misma causa, cual es el calentamiento de un cuerpo resistente intercalado en el circuito;
i que el foco voltáico está formado de verdadero vapor de carbono.
En efecto, la luz eléctrica no debe sus propiedades especiales sino a la condensación
de una gran cantidad de calor en un espacio mui pequeño. Este calor proviene de la
combustión del zinc cuando se emplea la pila, o del hogar de la máquina de vapor que
pone en movimiento el aparto magneto-eléctrico. Condensar el calor en un pequeño
espacio de manera que se eleve mucho la temperatura de los cuerpos, tal es el problema
relativo a la producción de la luz. La electricidad es el mejor medio que pueda emplearse
para llegar a ese resultado.
La luz eléctrica que obtiene entre dos puntas de carbón, tiene una gran analojía, en
cuanto a los efectos que produce, con la luz del sol, i en cuanto a intensidad, la luz del
arco voltáico llega a la mitad de la que nos envia ese astro en tiempo despejado; comparándola fotométricamente, es decir, considerando el poder emisivo por metro cuadrado
del cuerpo luminoso i no del total de la luz desarrollada.
Sin embargo de lo espuesto, la luz eléctrica no ha venido a tener aplicaciones industriales sino desde el momento en que se la ha podido producir con facilidad i a
poco costo relativamente. Este momento parece que ha llegado hoi con la máquina
Gramme, que con tanta ventaja reemplaza el engorroso empleo de las baterías voltáicas,
cuyos defectos todo el mundo conoce, i con la invención de los múltiples e injeniosos
reguladores o lámparas que llevan los electrodos. Entre éstos, solo nos consagraremos a
describir uno de los mas cómodos, sencillos i que con preferencia se emplean siempre
que el manantial de electricidad es la máquina Gramme; nos referimos al de M. Serrin.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Regulador serrin
Para obtener la luz eléctrica entre los
dos carbones de la lámpara o regulador, es necesario ante todo que las
puntas estén en contacto, para que
se establezca la corriente eléctrica; es
necesario colocarlas en seguida a una
pequeña distancia una de otra, para
que el arco eléctrico pueda desarrollarse; en fin, es necesario que constantemente se acerquen a medida que
se consuman por la combustión o el
trasporte eléctrico, de suerte que el
foto de luz ocupe siempre una posicion invariable.
El regulador de M. Serrin satisface
plenamente esas tres condiciones. Deja
los carbonos en contacto cuando la
corriente no circula; los separa a la distancia requerida cuando se establece la
corriente; los acera en seguida constantemente sin que halla contacto. Si
por una causa accidental se quiebran
los carbones, o se separan demasiado,
vuelven automáticamente, después de
un instante de contacto a la distancia
que debe separarlos para que el arco se
desarrolle con toda brillantez.
La Figura 6 representa el aparato.
Se compone de un electro iman A, de
una varilla B que sirve de motor, de
una varilla C que lleva el carbón negativo, de una armadura D, de un tope E
de una atadura F, de un tornillo excéntrico G, de un soporte H para el carbón positivo, de un atravesaño fijo I,
de uno que se puede alargar J, de una
palanca de tensión KL, de un doble
paralelogramo MNPQ, de un aparato
de relojería O, de un tornillo R, de un
tornillo de corrección S, de un tornillo
de unión T, de un tope de marfil V, que
Figura 6
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Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
sirve para detener el movimiento en la lámpara, de una cubierta de bronce, i de una
serie de detalles accesorios.
Los carbones se fijan por medio de tornillos de presión en dos pinzas. El carbón positivo se mantiene sobre el carbón negativo sostenido por una varilla cilíndrica maciza,
provista en la parte superior de dos atravesaños horizontales que están unidos al portacarbon. El atravesaño superior permite, valiéndose de un tornillo especial, imprimir al
porta-carbon un movimiento en un plano paralelo al dibujo. El atravesaño inferior, por
medio de un excéntrico que depende del botón G, mueve el carbón en un plano vertical
perpendicular al plano de la figura. La combinación de esos dos movimientos rectangulares entre sí, permite colocar rigurosamente en presencia uno de otro las dos puntas
de carbón. Entre ellos se produce el arco voltáico que se mantiene constantemente a la
altura de una gargantita circular tallada en la varilla maciza del porta-carbon positiva.
El porta-carbón negativo vá introducido en un tubo que lleva un tornillo de presión
para sujetar el carbón.
El acercamiento de las puntas de los carbones i su mantenimiento a una distancia
conveniente se obtienen sin dificultad.
La varilla maciza del porta-carbón positivo tiende a descender verticalmente bajo
la acción de la pesantes. Su parte inferior está tallada como cremallera, i mientras desciende engrana con una rueda dentada O que comunica el movimiento al sistema de
engranajes figurado en el dibujo. El árbol O de la primera rueda lleva una polea de un
diámetro que es la mitad del de la rueda. Esta polea sigue el movimiento i lo transmite
por medio de una cadenilla sistema Vaucason, a otra poleita de transmisión; la cadena
está fija a una pieza F, unida al tubo del porta-carbon negativo. A causa de las dimensiones i de la disposición de la primera polea, el porta-carbon positivo se mueve de abajo
a arriba una cantidad que es casi la mitad de lo que desciende el porta carbón positivo.
Así se compensan las diferencias en el uso de los carbones, que, como se sabe, el del
negativo es la mitad del positivo.
El movimiento del carbón positivo se regulariza por medio de un sistema de engranajes que termina en un piñon del cual dependen a la vez, un regulador con aletas i un
volante estrellado cuyo rol importante vamos a ver.
Cuando se quiera renovar los carbones, se levanta la varilla maciza del carbón positivo: al mismo tiempo bajará el tubo del carbón negativo por la acción de su propio
peso, i el sistema está arreglado de tal manera que los engranajes permanecen en reposo.
Para obtener el mantenimiento de la distancia conveniente entre las puntas, sirven el
doble paralelogramo articulado MNPQ, la armadura de hierro dulce D i el electro-iman A.
En el paralelogramo, el lado vertical MQ cercano del porta-carbon positivo, está fijo;
los lados, MN, PQ, pueden separarse de la dirección horizontal; el tercer lado N P es
vertical i las estremidades inferiores de esos lados verticales móviles, están unidos por
una armadura de hierro dulce D.
La influencia de la pesantes sobre el paralelogramo articulado es contrabalanceada
por dos resortes en espiral, encontrándose uno de ellos, como se vé en la figura, unido
a la estremidad de una palanca acodada LK, que un tornillo esterior R permite levantar
a voluntad.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
La armadura de hierro dulce D, colocada frente al electro-iman A, será atraída por
este último al cerrarse el circuito, i la intensidad de esta atracción variará con la enerjia
de la corriente.
El hilo positivo de la máquina, sujeto a un tornillo, queda en comunicación con la
masa del aparato, i la corriente pasando del carbón superior positivo al carbón inferior
negativo, por el arco voltáico vá del porta-carbon inferior, atravesando el conductor
aislado S, al electro-iman, i sale del aparato por un tornillo aislado, al cual está unido el
hilo negativo.
El tubo del porta-carbon negativo está unido al lado vertical móvil del paralelogramo.
Este queda sometido a dos esfuerzos que se contrabalancean: su peso que tiende a hacerlo
oscilar en torno de la arista fija, i los resortes que tienden a levantarlo. La acción del electro-iman consiste en triunfar en un momento dado de la potencia de los resortes i atrayendo la armadura de hierro dulce hacer descender el paralelogramo. Cuando la corriente
del electro-iman se debilita, los resortes vencen a su vez i levantan el paralelogramo.
En el primer caso que hemos considerado el carbón negativo desciende i en el
segundo se levanta. En efecto, el lado vertical del paralelogramo lleva una escuadra E,
cuya estremidad puede, descendiendo, penetrar entre los brazos del molinete, enrayar
el movimiento de los engranajes i por consiguiente de la cremallera. Levantándose el
paralelogramo deja libre la escuadra i de aquí los dos resultados diferentes.
El botón R obra por medio de la palanca L K sobre un resorte que sirve para regular
el aparato. Cuando la luz aparece entre las dos puntas de carbón, se separan i a esta posicion corresponde una posicion del paralelogramo unida a las acciones de los resortes
i electro-iman. Haciendo variar por medio de la palanca la tensión del resorte i la distancia de la armadura del electro-iman, se fija con facilidad la conveniente posicion del
paralelogramo i las distancias de las puntas en las condiciones más favorables.
Para comprender bien la manera de funcionar del aparato, supondremos que los
carbones hayan sido colocados sin que la corriente pase por el aparato. El movimiento
de descenso de la varilla maciza determina el movimiento ascensional del carbón negativo hasta el contacto. Desde ese momento descienden al mismo tiempo, pero como la
varilla del carbón negativo está unida al lado vertical del paralelógramo, lo hace descender, la escuadra enraya al molinete i el mecanismo se inmoviliza.
Cuando la corriente pasa por el aparato, la armadura será atraída por el electroiman, arrastrará al paralelógramo i al carbón inferior, cuya punta se separará del superior: entonces aparecerá el arco voltáico uniendo las dos puntas. A medida que la
corriente se debilita por el uso i separación de los carbones, el electro-iman se debilita
también, vencen los resortes, la armadura se aleja i el paralelógramo se levanta. A causa
de este incesante movimiento del paralelógramo que ya desciende, ya sube, el molinete
alternativamente es arrastrado o queda libre; la cremallera por consiguiente, pasa por
alternativas de descenso e inmovilidad, i el mecanismo que tiende a unir los carbones
funciona manteniendo constantemente a éstos en los límites requeridos.
Con carbones químicamente puros i una fuente de electricidad constante, se puede
obtener una luz tan fija como la de una lámpara de aceite o la de un buen quemador
de gas.
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Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
Lámpara de mano
No hemos descrito otros reguladores que satisfacen plenamente las mismas condiciones
que el de M. Serrin, como los de Foucault, de Gaiffe, etc., porque esos instrumentos no
reúnen las condiciones de solidez i simplicidad que requieren los aparatos industriales.
No obstante, hai ocasiones en las cuales el uso de un regulador, por bueno que sea,
es engorroso por el peso i condiciones de relativa estabilidad en que debe ser mantenido. Ademas, muchas veces solo se requiere tener una luz de poca intensidad, pero de
fácil movilidad i que sea posible dirijir con prontitud a un punto dado.
Con este objeto emplean en las marinas de guerra francesa e inglesa, lámparas de
mano en las cuales uno de los carbones permanece fijo, el negativo o inferior, i el otro
es movible a la mano, de manera que a medida que se consumen los carbones se van
acercando para que persista la luz. Estas lámparas llevan lentes destinados a reunir los
rayos luminosos en un haz paralelo, i a veces un prisma de refleccion total que impide
toda pérdida de luz.
La sencillez de esos aparatos nos dispensa el entrar en mas detalles acerca de su
construcción. Tambien omitimos describir muchos otros aparatos de gran interés empleado en el alumbrado eléctrico, como las bujías de M. Jablochkoff por ejemplo, porque esa descripción nos sacaría de los límites que nos hemos impuesto.
Reflectores y proyectores
Empléanse diversos sistemas para esparcir o proyectar la luz de un regulador o lámpara
de mano en un recinto o lugar dado. Guiándonos el deseo de que la luz eléctrica se emplee en nuestra marina de guerra, solo describiremos el proyector lentienlar de Sautter i
Lemonier, que es el aparato de mejores condiciones, tratándose del alumbrado marino.
Este proyectos que representamos en la (Figura 7), reconcentra los rayos luminosos
que emanan de la lámpara en un haz cilíndrico, i permite al operador dirijir la luz a un
punto cualquiera del espacio.
El arco voltáico del regulador Serrin está colocado en el foco de una lente de Fresnel de 0m,60 de diámetro, compuesta de tres elementos dióptricos i de seis elementos
catadióptricos. La lámpara i lente están colocadas en un tambor de hierro fundido
movible en torno de su eje vertical, i pudiendo oscilar en torno del horizontal, sin que
cambien las posiciones relativas de la lámpara i lente; de lo cual resulta que, tanto en
reposo como en movimiento, el punto luminoso permanece en el foco óptico, i sus
rayos continúan siendo arrojados en el espacio, según un haz en la dirección del eje
óptico de la lente.
Los diversos movimientos pueden ser sucesivos o simultáneos; tienen por objeto
dirijir el eje óptico, i por consiguiente el haz luminoso en todas las direcciones i según
todas las inclinaciones.
El operador efectúa estas maniobras valiéndose de dos manillas cómodamente dispuestas.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Figura 7
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Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
Por el solo hecho de su instroduccion en el aparato, la lámpara queda en el circuito eléctrico i no cesa de encontrarse, sean cuales fueron los movimientos impresos al cilindro
móvil.
Un pequeño anteojo colocado en uno de los lados del aparato, proyecta sobre una
pantalla de vidrio opaco la imájen de los carbones, i permite seguir la marcha de la
lámpara sin necesidad de abrir el cilindro. Un tornillo permite variar la posicion de la
lámpara cuando se trata de colocar el foco el punto luminoso o quitarlo para producir
una diverjencia mas o ménos grande en el haz. Un segundo tornillo i una manilla sirven
para mantener el haz en una dirección determinada.
Cuando se le emplea en la artillería, una disposicion especial permite cambiar lentamente, por medio de tornillos de tanjencia, el haz luminoso i llevarlo exactamente
segun una direccion determinada de antemano.
El aparato se coloca sobre un zócalo de hierro fundido que se fija en el puente del
buque, nó en las cofas como vulgarmente se cree; en el interior de una casa-mata en un
fuerte, o sobre un carro móvil. Por medio de un interruptor se suprime cuando se quiere
la corriente, sin que haya necesidad de detener el movimiento de la máquina.
Carbones eléctricos
Davy se servia para obtener la luz eléctrica, de lápices de carbon de madera que producían un hermoso arco voltáico, pero que se consumían con gran rapidez. Foucault,
reemplazando el carbon de madera con los depósitos recojidos en las retortas del gas
alumbrado, abrió realmente al arco voltáico la era de las aplicaciones útiles. El carbon
de retorta, como mas denso, resiste mucho mas tiempo la acción destructora del foco
eléctrico. Tiene sin embargo, sérios inconvenientes, porque su composicion no es homojénea; por eso decrepita a veces i se gasta desigualmente, pero en la mayor parte de
los casos el carbon de las retortas dá excelentes resultados.
Se ha tratado de reemplazarlos por aglomerados análogos pero mas puros, o bien
se ha procurado purificarlos. El único inconveniente de estos productos, superiores al
carbon que directamente se estrae de las retortas, es su precio elevado.
Un dato que no carece de interés relativo a los carbones, es el siguiente: una máquina magneto-eléctrica que alimente un solo regulador i que absorba dos i medio caballos
de fuerza motriz, consume en Francia fr. 0,25 de lápices de carbon por hora.
Conductores
Deben ser de cobre por la buena conductibilidad de este metal para la electricidad, i si es
posible cubiertos de gutta-percha i algodón alquitranado. El diámetro que deben tener
para disminuir la resistencia al pasaje de la corriente, dependerá de la distancia a que se
encuentren las lámparas de la máquina magneto-eléctrica.
La fórmula jeneral que indica el valor de la intensidad de una corriente, i que en breve discutiremos, nos dará una idea acerca del diámetro que debe darse a los conductores.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
IV. Instalacion jeneral; costo del alumbrado eléctrico i reglas
relativas al manejo de los aparatos
Ya hemos visto que para hacer funcionar las máquinas magneto-eléctricas, basta ponerlas en movimiento por medio de un motor que en la jeneralidad de los casos será de
vapor; i para obtener la luz, reunir los dos electrodos del aparato, por medio de conductores, con los respectivos polos de la lámpara o regulador. La Figura 8 muestra la
disposicion que debe darse a los diversos aparatos.
Figura 8
245
Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
Se han hecho gran número de esperimentos con el objeto de determinar la cantidad de
trabajo absorbido por las máquinas de Gramme; pero en ninguno de ellos se ha obtenido resultados precisos i concordantes a causa de las dificultades que ofrece el medir
rigurosamente la cantidad de luz emitida por un foco cualquiera, i la no menor de calcular el trabajo motor en el momento mismo del esperimento fotométrico.
A pesar de estas dificultades, se ha podido comprobar que con una fuerza de tres
caballos de vapor, se pueden obtener hasta 600 quemadores Carcel; i que tomando
como base de cálculo, medio quilográmetro por quemador, los resultados son mas que
aproximados. Estos datos se han obtenido despues de numerosos trabajos hechos en
Francia i en el estranjero.
Otra de las cuestiones que es necesario estudiar tratando de la planteacion del alumbrado eléctrico, es averiguar el precio o costo de ese alumbrado. Con ese objeto damos
a continuacion un resúmen que nos muestra el costro del alumbrado en Paris, realizado
con los diversos procedimientos i produciendo igual intensidad luminosa.
246
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Este cuadro nos hace ver a primera vista que el alumbrado eléctrico es ventajoso. Sin
embargo, los gastos de instalacion son considerables, i los resultados consignados deben
ser un tanto modificados si se atiende a que hai cierta tendencia a deprimir los demas
alumbrados, para hacer sobresalir las cualidades del alumbrado eléctrico. De estudios
mui sérios hechos en Paris, se desprende no obstante, que a igual emision de luz, la eléctrica cuesta ménos que el gas; i tomando en consideracion el interés del dinero invertido i
uso del material, los costos de uno i otro alumbrado se encuentran en la proporcion de 1
a 2,26. Entre nosotros es necesario agregar, que la diferencia seria mayor. Así, aunque la
instalacion de los aparatos eléctricos seria mas dispendiosa i el interés del dinero es mas
subido, en cambio el gas tiene un precio excesivamente alto comparado con el de Paris.
Damos en seguida las reglas prácticas que es necesario observar para sacar todo el
partido posible de los aparatos, sin que sufran deterioros ni interrupciones.
1.° Instalacion de la máquina.- Debe colocarse donde no haya limaduras metálicas,
sobre un zócalo ríjido de cualquier material, cuidando que los piés reposen
bien i queden fácilmente asequibles los diferentes órganos.
Los hilos de cobre que conduzcan la electricidad de las máquinas a los reguladores, deben tener un diámetro tanto mayor cuando mayor sea su lonjitud: para 5
metros de distancia entre la máquina i el regulador, los hilos conductores deben
tener 1 mm. de diámetro; de 5 a 10 metros, 1½ mm.; de 10 a 20 metros, 2 mm.
i en jeneral el diámetro que indique la teoría. Pasando la distancia de 110 metros
es necesario cambiar la velocidad de la máquina, colocándose en circunstancias
teóricas mui distintas; por consiguiente, no convendrá pasar de 50 metros de
distancia entre la máquina i el regulador sí se quiere tener el mayor efecto útil.
2.° Aislamiento de los conductores.- Si los hilos no están cubiertos de una materia
aisladora de la electricidad, no deben tocarse ni estar en contacto con la tierra
en ninguno de los puntos de su trayecto. Los puntos de suspension deben estar
bien aislados.
3.° Velocidad i sentido del movimiento.- La velocidad puede variar de 850 a 900
vueltas por minuto; pero una vez obtenida debe mantenérsela constante durante toda la marcha. Se mide fácilmente la velocidad empleando un contador
velocímetro de Deschiens, que basta aplicar en el eje de la máquina durante un
tiempo determinado.
Las máquinas Gramme pueden funcionar en tension o en cantidad. Para obtener estos resultados diferentes basta cambiar la velocidad.
La intensidad I de una corriente producida por n elementos de una pila nos es
dada por la fórmula mui conocida en física, en que E i R representan la fuerza
electro-motriz i la resistencia de cada elemento, i r la resistencia del conductor.
247
Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
Esta fórmula jeneral encierra la solucion de todas las cuestiones que se presentan empleando la pila; permite prever para cada disposicion adoptada, la intensidad de la corriente que recorrerá un circuito cerrado. Así, se observa que
haciendo variar a R, obtendremos variaciones correspondientes para la intensidad; por consiguiente será mui sencillo cambiando el arreglo de los elementos
en una batería, aumentar o disminuir la resistencia i por consiguiente tener una
pila armada en tension o en cantidad.11 Puesto que a R la podemos hacer variar
a voluntad, el arreglo conveniente en un caso dado dependerá de r.
I es esto precisamente lo que pasa con la máquina de Gramme; se ha observado
por ejemplo, que a una máquina que necesita cuatro caballos de fuerza para
obtener 600 vueltas por minuto i producir una intensidad luminosa equivalente a 1200 quemadores, se la puede hacer producir 2500 quemadores con una
velocidad de 1200 vueltas i absorviendo ocho caballos.
M. Mascart fue el primero que hizo ver esa proporcionalidad entre la tension
i la velocidad de rotacion en los aparatos de Gramme, i de ahí se dedujo la
posibilidad de emplear esta máquina para la medida de las fuerzas electromotrices, siguiendo los métodos que enseña la física.
De esta manera que si una vez obtenida la luz de una intensidad dada, queremos
alejarnos con el regulador, del manantial de electricidad sin que cambie esa intensidad, no tendremos sino que aumentar el número de revoluciones por minuto, cuidando naturalmente de no pasar de cierto límite, que depende de la conservación
de los aparatos i gasto que se orijina desarrollando una fuerza mayor que la normal.
Es también necesario tomar la precaucion de que la correa va del volante al
tambor esté siempre convenientemente tendida, porque los resbalamientos sobre la polea dan lugar a irregularidades en la luz.
La bobina de la máquina debe jirar en el sentido determinado por la posicion
de las escobillas. Estas deben mantenerse con sus alambres bien lisos i rectos.
4.° Escobillas.- Deben ejercer una débil presion sobre el cilindro. Se las arreglará
con suavidad, hasta que froten lijeramente sin que produzcan chispas. Si la
presion fuera considerable se produce un rápido desgastamiento; si mui débil,
se producen chispas que gastan igualmente las piezas con las cuales están en
contacto. No hai inconveniente en que produzcan chispas pequeñas.
Revísense frecuentemente las escobillas i límpieselas con alcohol. Si los alambres se sueldan, no hai sino gastar la escobilla en un molejon de diámetro mas
pequeño que el cilindro en el cual frota la escobilla, hasta gastar completamente la parte soldada.
11. Se dice que los elementos de una pila están asociados en cantidad, cuando todos comunican por sus
polos del mismo nombre. En este caso la fuerza electro-motriz de la pila es débil; es igual a la de un
solo elemento. De esta manera se obtiene una cantidad mui considerable de electricidad que circula con
una débil tension.
Cuando los elementos, por el contrario, están dispuestos en séries paralelas formando batería,
unidos los polos de nombre contrario, se tiene una asociacion en tension.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
5.°
6.°
7.°
8.°
9.°
Es necesario tomar la precaucion de apretar los contra-rejistros de los tornillos
de arreglo, con el objeto de que los porta-escobillas no se suelten con las vibraciones de la máquina.
Engrasado de los cojinetes.- Deben estar los cojinetes del eje de la bobina constantemente engrasados, lo que se consigue siempre que los vasos contienen aceite
i que sus vástagos funcionan. Si se calentarán los cojinetes, deben sacarse los
vasos e introducir un poco de flor de azufre en los agujeros en que se colocan.
Caldeo de la máquina.- Puede ésta calentarse sin inconveniente mientras pueda
tenerse la mano sobre los hilos del electro-iman superior. El calentamiento
máximum se obtiene despues de algunas horas de marcha. Si se sobreasa la
temperatura estrema, será necesario disminuir la velocidad de réjimen de la
máquina.
Lámpara eléctrica. – Es necesario tener siempre mui limpio el vástago motriz
asi como el tubo ascendente del porta-carbon inferior. Esto se consigue con el
papel de esmeril mui fino.
Para colocar los carbones es necesario hacer jirar sobre sí misma la pieza rotatoria del porta-carbon inferior, de manera que encaje la clavija de cobre en el
soporte de marfil, i tirar en seguida de abajo hácia arriba el porta-carbon superior. Deben escojerse, en cuanto sea posible, carbones de la misma contextura,
colocando el mas largo en la parte superior.
Los carbones deben quedar bien apretados i enfrente uno de otro; en seguida
se pone en libertad la pieza rotatoria para dejar que los carbones queden en
contacto. Si no se efectuase el movimiento de los porta-carbones, seria necesario mover el tornillo colocado detrás del aparato, i que ya hemos descrito detenidamente, haciéndolo jirar en el sentido de la flecha R, hasta que los carbones
se acerquen automáticamente.
Arreglo del arco voltáico.- Funcionando convenientemente, es necesario que el
arco voltáico se mantenga entre 0,m003 i 0,m004.
Haciendo jirar el tornillo en el sentido de la flecha R, se disminuye la dimension del arco; i por el contrario, haciéndolo jirar en el sentido de la flecha E, se
aumenta la dimension del arco.
La lámpara, en jeneral, queda bien arreglada cuando el tornillo está a ¾ de
vuelta en el sentido de R, una vez que se ha percibido el sonido de los engranajes en el interior de la lámpara.
Manera de funcionar de los aparatos.- Cuando todo está arreglado, las máquinas
tienen la velocidad conveniente: motor de vapor i magneto-eléctrica; las escobillas convenientemente apretadas, i las lámparas prontas para funcionar, se
establece la comunicación entre las lámparas i las máquinas por medio de un
conmutador.
Si los carbones se encendiesen con dificultad, eso probaría que el tornillo de
arreglo estaba mui apretado o los carbones mui juntos. En ese caso la fuerza
motriz debe ser mayor, i en este momento es de todo punto necesario impedir
el resbalamiento de la correa en las poleas.
249
Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
Despues de algunos minutos de marcha es necesario asegurarse de que el carbon superior se talla en hueco i el inferior en punta. Si se produjera lo contrario, seria necesario detener la lámpara i cambiar la posicion de los hilos en los
polos de la máquina.
10°. Cambio de carbones.- Tener cuidado de detener la máquina cuando los carbones
estén casi consumidos; de otra manera se quemarían los porta-carbones.
11°. Motor.- Se emplea casi esclusivamente el de Brotherhood con tres cilindros.
Su regularidad en el movimiento, pequeñas dimensiones i poco consumo de
combustible, lo hacen uno de los mas apropiados en estas clases de instalaciones. Entrar en mas detalles a este respecto, seria extralimitar el plan que
nos hemos impuesto. Por otra parte, con los datos que hemos dado acerca del
trabajo consumido i velocidad requerida, será siempre fácil encontrar el motor
apropiado.
V. Aplicaciones industriales del alumbrado eléctrico
No somos de aquellos que creen que ha llegado para la luz eléctrica el dia de su aplicación en todos los casos, i que los demas sistemas de alumbrado están llamados a desaparecer en un tiempo mas o ménos corto. La subdivisión de la luz eléctrica de tal manera
que puedan emplearse lámparas que equivalgan a un corto número de quemadores, la
regularidad en su manera de funcionar, el poco costo i otras condiciones que reúne el
alumbrado de gas de hulla, i que todavía i a pesar de los grandes progresos realizados en
los cinco últimos años, no posee el alumbrado eléctrico, son tropiezos que quedan por
vencer en la aplicación práctica de este problema científico.
Con todo, el alumbrado eléctrico es empleado en gran número de casos ventajosamente, cuando ello se orijina de la naturaleza misma de la luz. La intensidad de la luz
eléctrica permite su difusion reflejada por todos los objetos que hiere, tal como sucede
con la luz del sol; no siendo el resultado de una combustion, no priva al aire de su
oxíjeno, i de aquí sus propiedades hijiénicas. De la facilidad de producir la luz eléctrica
donde quiera que haya un motor, nace su aplicación en las faenas agrícolas, utilizando
sus motores i haciendo posible continuar los trabajos en épocas en que es necesario
proceder con rapidez.
Pero una de sus propiedades mas notables, es la semejanza de la luz eléctrica en los
caracteres espectrales con la luz del sol, haciéndola por esta razón, aplicable a los procedimientos fotográficos, i a ciertos delicados trabajos industriales i artísticos que exijen
una relación definida en el colorido. Efectivamente, todo el mundo ha podido observar
que la luz de los quemadores de gas parece de un color amarillo anaranjado cuando se
les enciende ántes de anochecer, i lo mismo sucede cuando se la compara con la luz
eléctrica. El ojo es un órgano tan complaciente, i de tal manera nos hemos habituado al
color amarillento del gas, que no solamente no lo notamos, sino que acusamos a la luz
eléctrica de ser demasiado brillante i parecerse a la del dia. Esta cuestión merece ser un
tanto desarrollada, a pesar de que haciéndolo, entramos en nuevos detalles.
250
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Se sabe desde la época de Newton, que la luz emitida por los diferentes focos es
compleja; siempre está compuesta de una mezcla de rayos que se llaman simples, que
un prisma tiene la propiedad de separar, hacer visibles i ordenar según sus desviaciones desiguales, en una imájen alargada que se llama espectro. Esos rayos afectan diferentemente el ojo; sus tintas se continúan por graduaciones insensibles, harmoniosas,
pasando por siete tipos principales que son el rojo, el anaranjado, el amarillo, el verde,
el azul, el índigo i el violeta. Esos colores simples son los elementos de todas las tintas
posibles i también de los rayos luminosos emitidos por todas las luminarias posibles.
Pero es menester que esas luminarias contengan a todos esos colores i en igual proporcion. Por ejemplo, el arco eléctrico que se produce entre un metal como la plata i un
carbon, no contiene sino dos bandas verdes, i si se reemplaza la plata por otros metales,
el espectro que se obtiene está siempre formado por rayas brillantes separadas por anchos espacios oscuros.
Por consiguiente, esas luces son mui incompletas i en ningún caso podrán servir
para el alumbrado.
Pero las llamas del aceite o del gas se resuelven, por el contrario, en un espectro
contínuo; el rojo, el anaranjado i el amarillo son mui abundantes; hai poco verde, casi
nada de azul i nada de violeta. Esas llamas son, por consiguiente, ricas en colores poco
refranjibles, i es eso lo que les dá el tinte anaranjado.
La luz eléctrica es mas compleja; proviene a la vez de los carbones i del arco, i difiere
según uno u otro de esos dos oríjenes. La que proviene de los carbones es blanca; es absolutamente la misma que la luz del sol i contiene todos los rayos simples en las mismas
proporciones. Es completa i perfecta, reemplaza, en una palabra, a la luz del día. No
sucede lo mismo con la que envía el arco voltáico, que es azul violeta i su espectro, inverso del de las lámparas de aceite o gas; contiene poco rojo, mucho azul i un exceso de
violeta. De aquí proviene el que la luz eléctrica tenga un viso azulado mui perceptible.
Pero si es imposible dar a las lámparas los colores que les hacen falta, sucede que podemos quitar a la luz eléctrica los colores que tiene un exceso, empleando procedimientos
mui sencillos i que no es del caso esponer aquí. De ahí la verdadera superioridad de la
luz eléctrica, a que hemos aludido anteriormente.
En jeneral, las dos cuestiones que a nuestro juicio deben examinarse al plantear un
alumbrado cualquiera, son: su precio de costo i la comodidad de su empleo. El primer
punto podrá resolverse aproximadamente, teniendo presente que, los aparatos necesarios para iluminar completamente un espacio de 500 metros cuadrados, importan en
Francia 2,400 francos.
En Francia, Inglaterra i otros países, existen actualmente numerosos establecimientos que tienen sus talleres i patios alumbrados con luz eléctrica; las ventajas de continuar el trabajo durante la noche en condiciones análogas al del dia, compensan el costo
de instalacion i mantenimiento de este nuevo alumbrado. Pero la luz eléctrica es de una
importancia insuperable en los faros, en las naves i en las operaciones militares; puntos
que tocaremos a la lijera.
251
Las máquinas magneto-eléctricas de Gramme, empleadas en el alumbrado eléctrico
Luis L. Zegers
Alumbrado en los faros
En 1863 se estableció por primera vez la luz eléctrica en el faro de primer órden de la
Heve cerca del Havre, con una máquina magneto-eléctrica de la «Alianza» i los resultados fueron del todo satisfactorios.
El interesante informe de M. Quinette de Rochemont, injeniero comisionado por el
gobierno francés para estudiar los resultados obtenidos con el empleo de la luz eléctrica
en los faros, dice lo siguiente: «Desde hace seis años, época en que la luz eléctrica fue
instalada por primera en la Heve, hasta la fecha, ha trascurrido suficiente tiempo para
apreciar con exactitud el valor de aquel jénero de alumbrado bajo el punto de vista de
su empelo en las costas.
«Los navegantes se complacen en reconocer los servicios prestados por los faros
eléctricos; las ventajas del sistema han sido vivamente apreciadas; el aumento en la
intensidad de los destellos es mui sensible, especialmente durante un tiempo brumoso;
permite a los buques proseguir su marcha i entrar a los puertos durante la noche i en
condiciones tales que habría sido imposible verificarlo con faros con luz de aceite.
«La luz que al principio dejaba que desear por su movilidad ha llegado a tener una
notable fijeza, gracias a los perfeccionamientos de los aparatos i a la experiencia adquirida por los guardianes.
«Los temores que a priori pudieron concebirse con respecto a la delicadeza en el
manejo de ciertos aparatos, no se han realizado en la práctica. Los accidentes han sido
raros, las extinciones cortas i poco numerosas; dos solamente, durante este período de
seis años han sido de alguna duración; la una de una hora, causada por una avería en la
máquina de vapor; la otra, de cuatro horas que, según parece, fue funcional. No debe
pues, preocupar la cuestión de accidentes posibles.»
Hoi dia existe considerable número de faros eléctricos en Francia, Inglaterra, Rusia,
Austria, Suecia i Ejipto. En todas partes funcionan satisfactoriamente; i si la transformación no es total, ello es debido sin duda, a que no es posible desechar un material
enorme i que dá excelentes resultados para reemplazarlo por otro mejor. Los nuevos
faros que se establezcan o que sea necesario reconstruir serán modificados; i en este caso
parece encontrarse nuestro país, que empieza a establecer de una manera científica el
alumbrado de sus costas.
Alumbrado en los buques
La luz eléctrica aplicada a la navegación tiene por objeto, principalmente, aumentar
la seguridad de los viajes, evitando los abordajes i facilitando la entrada a los puertos.
Permite operar la carga i descarga i maniobras de todo jénero en una noche sombria tan
bien como en pleno dia i sin riesgos de incendios.
La sencillez de los aparatos Gramme, su poco peso i la regularidad de su acción, los
hace mui adecuados para la marina.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
En la mayor parte de las naves de la armada francesa se han instalado aparatos
Gramme; el blindado «Victorieuse», por ejemplo, está dotado de una máquina de 2000
quemadores Carcel que proyecta con un reflector conveniente, un haz de luz que a
4000 i mas metros de distancia, permite distinguir costas, buques, casas, balizas, hombres, etc. Estos aparatos sirven, además, para establecer correspondencia telegráfica, ya
por destellos de luz de un punto de observación a otro, ya por refleccion sobre objetos
intermedios visibles a la vez de ámbas estaciones, cuando éstas no pueden comunicar
directamente, tales como un tramo de costa, una nube, etc.
Se pueden arreglar a bordo de un buque varias lámparas eléctricas, abastecidas todas
ellas por una sola máquina; i hacer pasar los conductores por la cámara del comandante,
quien teniendo a la mano los conmutadores, es dueño de hacer nacer o interrumpir la
luz en cada una de las lámparas, simultánea o alternativamente, o producir destellos sin
que se detenga el movimiento de la máquina jeneradora.
Aplicaciones militares
En las operaciones de guerra tiene la luz eléctrica aplicaciones análogas a las indicadas
para las naves; i especialmente para la defensa de las plazas fuertes i telégrafo óptico en
reemplazo del heliógrafo o telégrafo con destellos solares.
La máquina indicada en la Figura 8 es el modelo que la mayor parte de las naciones
europeas han adoptado para utilizarla en los ejércitos. Ella posee las cualidades de lijereza i potencias necesarias.
Para las señales del telégrafo óptico, M. Gramme ha construido una máquina de
pequeñas dimensiones que se pone en movimiento a brazo. Cuatro hombres la hacen
producir una luz equivalente a 50 quemadores Carcel. Para facilitad su transporte se la
instala en un carro.
En vista de los hechos que hemos consignado a la lijera, séanos permitido espresar
el deseo de que nuestro Gobierno dote a nuestra armada i faros de la dilatada costa de
Chile, de los aparatos Gramme que tan buenos resultados dan en todas partes.
Nos es grato dejar constancia que ya el Ministerio de Marina a puesto a disposición
del jefe de la escuadra, una máquina Gramme de pequeñas dimensiones, que puede
prestar algunos servicios i a cuya instalacion i manejo están destinados estos lijeros
apuntes.
Creo un deber espresar con esta ocasión, los servicios prestados por el señor L.
Chapron, jefe de los trabajos del muelle fiscal de Valparaiso, al proporcionar todos los
elementos de que disponía, para el ensayo i estudio de la primera máquina de Gramme,
destinada al alumbrado eléctrico, llegada al país.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
Introducción
El agua es un factor determinante para la vida del ser humano y está presente, como un
elemento básico en el desarrollo de la actividad económica y social del hombre.
La cantidad de agua disponible en las zonas continentales de la tierra, considerada
en forma global, supera largamente las necesidades actuales de la humanidad, pero su
distribución geográfica y en el tiempo no es uniforme y, en muchas oportunidades, tampoco guarda relación con la localización de los grandes centros urbanos, con las tierras
aptas para el cultivo, con la ubicación de zonas industriales o mineras y, en general, con
otras actividades de la sociedad humana. Es así como, a pesar de su relativa abundancia,
en muchos países o regiones del globo terrestre se constituye en un claro factor limitante
de las posibilidades de desarrollo.
Chile, dada sus características climáticas y geográficas, presenta en zonas importantes de su territorio claras limitaciones respecto a la disponibilidad del recurso agua.
El Norte Grande se caracteriza por una extrema escasez, debiéndose dar en él preferencia a los usos urbanos, mineros e industriales.
En el Norte Chico los recursos hidráulicos son más abundantes que en la región
anterior, pero también bastante escasos. Ellos deben distribuirse en primera prioridad al
consumo de sus poblaciones y a continuación a la minería y a la agricultura fundamentalmente. En este último rubro, en la medida que el recurso limitado lo permite.
Entre Aconcagua y Biobío los recursos de agua son más abundantes.
Esta zona se caracteriza por una agricultura de riego muy desarrollada y extensa,
obteniéndose a través de ella una producción diversificada y de alta calidad. Además del
uso del agua en la agricultura adquieren relevancia en esta zona los usos industriales y
los de generación de hidroelectricidad.
Desde Biobío al sur los recursos de agua son abundantes, cobrando gran importancia
en esta zona su utilización como fuente energética a través de la energía hidromecánica.
De acuerdo a lo expuesto, las zonas central y sur del país ofrecen posibilidades importantes de desarrollar hidroelectricidad, circunstancia que reviste mucha significación para Chile,
pues su abastecimiento energético actual se realiza básicamente mediante hidrocarburos.
Al respecto, la situación del país en relación a los consumos de energía es aproximadamente la siguiente:
Petróleo54%
Gas Natural
11%
Carbón14%
Hidroelectricidad7%
Leña y otros
14%
255
El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
Según estas cifras, del orden de dos tercios del total de energía primaria proviene
de los hidrocarburos, especialmente petróleo, que representa alrededor de un 54% de
dicho total. Considerando que solo una parte de este petróleo es de origen nacional (del
orden de un 50%), puede concluirse que nuestro abastecimiento energético es muy
dependiente del exterior.
En relación a la energía hidromecánica, ella representa en la actualidad un aporte
menor, de aproximadamente un 7%, respecto al consumo.
Sin embargo, considerando que el agua constituye una posibilidad permanente de
obtención de energía eléctrica, que ofrece claras ventajas sobre otras fuentes, por su carácter de recurso renovable, limpio y reutilizable, y porque nuestro país cuenta aún con
importantes reservas hidroeléctricas (90% de su potencial), el recurso en Chile constituye una fuente energética de gran significación y que debe utilizarse a futuro cada vez
más intensivamente.
El recurso agua en Chile
El agua es un recurso natural que se presenta en una amplia gama de formas, tales como
vapor, líquido (precipitaciones y escurrimientos superficiales o subterráneos), sólidos
(nieve y hielo), etc.
La existencia de recursos de agua depende del clima, que es el que en último término provee toda el agua disponible en la superficie terrestre, fundamentalmente, a través
de las precipitaciones.
Para los efectos de analizar el recurso agua del país y su utilización en hidroelectricidad es necesario, por lo tanto, referirse en primer término a las características climáticas
del territorio y, como consecuencia de ellas, a los escurrimientos superficiales.
Características climáticas del país
La singular configuración geográfica de Chile condiciona la existencia de una gran diversidad de climas, desde el desértico por el norte hasta el polar por el sur.
Exceptuando la Antártica, Chile se extiende entre los 17° y 53° de latitud sur. En
este desarrollo longitudinal está expuesto a variados efectos de la circulación general de
la atmósfera terrestre que gobierna el clima continental. Hay regiones del país que se
sitúan en la zona de los vientos alisios, otras en la de las calmas tropicales o cinturón de
altas presiones subtropicales y otras en la de los vientos del oeste.
Particular importancia reviste la ubicación del país en la vertiente occidental de
Sudamérica. En general, las cosas occidentales del continente americano son recorridas
en una gran extensión por la corriente fría de Humboldt, lo que produce un efecto
temperante en la atmósfera reforzado por la acción de los vientos, haciendo que las zonas australes tengan temperaturas más cálidas a las que debieran tener de acuerdo a la
latitud y más frescas a medida que se avanza hacia la zona septentrional. Por esa razón
256
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
las temperaturas a lo largo de Chile son menos extremas que en latitudes similares, a la
vez que más uniformes al desplazarse en latitud. Así se observa, por ejemplo, que entre
Arica y Navarino, con más de 4.000 km de distancia, hay una diferencia no mayor a
15°C en las temperaturas medias.
Otro factor importante en la determinación del clima del país es que ninguna región
está demasiado lejos de la costa, razón por la cual la influencia del océano se hace sentir
con mayor o menor intensidad en todo el territorio. Por este motivo en gran parte de
él se presentan características de clima marítimo, siendo los veranos más frescos y los
inviernos menos rigurosos que en las regiones de clima continental.
Dos accidentes del relieve, la cordillera de los Andes y de la Costa, juegan también
un papel fundamental en la determinación del clima del país.
Debido a su magnitud, la cordillera de los Andes no solo influye en el clima local,
sino también en extensas zonas alejadas a una gran distancia suya. Su efecto más significativo es el de constituir una gran barrera de norte a sur a lo largo del continente, que
obstaculiza el paso de las perturbaciones atmosféricas que se mueven de oeste a este,
dando origen a importantes precipitaciones orográficas responsables de los altos máximos pluviométricos que se observan en la vertiente occidental, en contraste con los mínimos existentes a la misma latitud en la vertiente oriental de los Andes. Otro aspecto es
su rapidez para reaccionar frente al calentamiento y enfriamiento diarios, dando origen
en las laderas andinas a intensos movimientos convectivos en la estación cálida, con las
consiguientes consecuencias climáticas.
La cordillera de la Costa ejerce influencias similares que la de los Andes, pero de menor magnitud y extensión, por ser más baja que esta última. Su presencia se hace sentir
con cierta intensidad en aquellas zonas donde el cordón montañoso alcanza anchuras
o alturas máximas.
Un elemento importante en la determinación del clima del país es la ubicación del
anticiclón del Pacífico.
Frente a la costa del Norte Chico, a una latitud que fluctúa entre los 30° y 40° aproximadamente y con una longitud de 100° oeste, se encuentra la zona de altas presiones
subtropicales (anticiclón del océano Pacífico), que forma parte del cinturón anticiclónico del hemisferio sur (Figura 1).
El anticiclón del Pacífico es una gran área en la que se producen las circulaciones
generales de la atmósfera, típicas de los centros de alta presión, que hace sentir su efecto
principalmente en la región oriental del mismo, produciendo condiciones de estabilidad
atmosférica extrema. El aire sobre esta capa estable es muy seco y, como consecuencia
de ello, el continente presenta alrededor de los 30° de latitud sur una marcada carencia
de precipitaciones.
El área anticiclonal se desplaza a lo largo del año en sentido norte-sur, alcanzando
su posición más austral en los meses cálidos. La amplitud de la oscilación es del orden
de los 10°. Su presencia en la costa norte es el factor dominante de la distribución de la
presión atmosférica a lo largo del territorio nacional y un elemento determinante en el
clima continental y el régimen de precipitaciones.
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El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
Figura 1
Desde el anticiclón hacia el polo sur se registra un descenso de la presión, de modo que
mientras el norte del país está dentro de una zona de altas presiones, su extremo sur lo
está en el área de bajas presiones circumpolares. La distribución de presiones mencionada es la causa de que en la mayor parte de la costa del país los vientos sean de dirección
sur-oeste y sur.
Atendiendo a los aspectos enunciados se pueden establecer, a grandes rasgos, las
siguientes regiones climáticas de Chile:
•
Región de clima desértico
Aproximadamente entre la frontera norte y los 28° de latitud sur, corresponde
al Norte Grande. Está sometida a la acción de los vientos alisios y los efectos del
cinturón de altas presiones subtropicales y, a excepción del extremo nororiental,
las precipitaciones son escasas a tal punto de constituir una de las zonas más
secas del orbe.
258
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Así, por ejemplo, mientras en Arica la precipitación anual promedio de un
período de treinta años es de 1 mm, en Iquique alcanza a 2,4 mm, en Antofagasta a 4,9 mm y en Copiapó a 2,2 mm.
•
Región de clima semidesértico
Corresponde al llamado Norte Chico y se ubica entre los 26° y 31° de latitud
sur. Se distingue de la anterior en que durante el invierno se producen ocasionalmente precipitaciones de cierta importancia, cuando las perturbaciones
atmosféricas procedentes del frente polar se extienden a las latitudes excepcionalmente más septentrionales de lo normal.
Mientras en los 18° de latitud sur las precipitaciones anuales son del orden
de 40 a 70 mm, en los 31° de latitud sur llegan a ser del orden de los 200 mm.
•
Región de clima mediterráneo
Situada entre los 31° y 38° de latitud sur, corresponde a la región del Valle Central. Se caracteriza por un verano seco y por un invierno en donde la acción de
las perturbaciones del frente polar constituye un fenómeno más o menos activo
todos los años. Cuanto más enérgica es esta acción más lluvioso y largo es el
invierno.
Así, se tiene precipitaciones gradualmente mayores a medida que se avanza
hacia el sur, variando de unos 200 a 350 mm entre los paralelos 32° y 33° a
1.500 mm en los 38° de latitud sur.
•
Región de clima lluvioso
Ubicada al sur del paralelo 38, se deja sentir la acción del frente polar durante
todo el año, aunque a causa del desplazamiento estacional de este se produce una
variación de las cantidades mensuales de precipitación de menor significación.
En esta región el régimen de precipitaciones es esencialmente variable.
Es así como en la zona de Puerto Montt las precipitaciones son del orden de
los 2.000 mm, alcanzando valores anuales tan altos como 8.000 mm en el área
de los archipiélagos Wellington y Hannover, para luego decrecer hasta los 700
mm en la isla Navarino y 463 mm en la ciudad de Punta Arenas.
La Figura 2 muestra la distribución de la precipitación media anual entre
los paralelos 30° y 41° 30’ de latitud sur siguiendo un perfil por el Valle Central del país. Se aprecia que las precipitaciones siguen una ley de variación
creciente de norte a sur, hasta alcanzar un máximo entre los 39° y 40°. Más al
sur de los 40° pareciera que las precipitaciones tienden a disminuir, pero en
realidad en esta región del país no existe un gradiente pluviométrico tan uniforme, lo que impide formular una ley clara y única de variación en función
de la latitud.
259
El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
Figura 2
Dentro de este esquema general se presentan regiones de climas especiales. Uno
de ellos es el clima de tundra que se encuentra principalmente en las regiones
cordilleranas de la zona norte, adyacente a las regiones de clima de estepas, y
con altitudes del orden de los 4.000 metros. Tales regiones se caracterizan por
una intensa radiación sola en el día y fuerte pérdida de calor en la noche, lo que
produce temperaturas de 10° y 20° bajo cero.
La complicada configuración geográfica de Chile y los factores analizados,
dan lugar, además de las grandes zonas climáticas esquematizadas, a una gran
variedad de climas que afectan zonas locales del territorio, pero que no influyen
decisivamente en las características de los recursos de agua del país.
260
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Características de los escurrimientos superficiales
La existencia de escurrimientos superficiales está íntimamente ligada al régimen de precipitaciones, así como a condiciones de relieve, naturaleza geológica y vegetal de la
región en que estos se producen. Siendo tan variables estos factores a lo largo del país,
es lógico suponer que la distribución geográfica de los escurrimientos también lo sea.
Atendiendo a las características de los escurrimientos superficiales, pueden distinguirse tres zonas hidrográficas diferentes, que se indican a continuación:
a) Entre la frontera norte y los 23° de latitud sur
Se extiende una región de tipo “endorreico”, que se caracteriza por cursos de agua
intermitentes o mal desarrollados y que no logran llegar al océano.
Las precipitaciones son muy escasas en esta región y solo en el altiplano son de
mayor significación. Sin embargo, es posible encontrar algunos recursos hidrológicos en forma de aguas corrientes en quebradas y ríos; otras veces como aguas retenidas en salares y lagunas, o también, como aguas subterráneas que suelen aflorar a
la superficie, tomando el nombre de “aguadas”.
A la carencia de precipitaciones en las mesetas y valles bajos de esta zona, se une
el relieve especial que ella presenta, el cual no permite que las precipitaciones del
altiplano contribuyan a formar escurrimientos superficiales de cierta magnitud. El
relieve andino en esta región es, en general, suave, con numerosos niveles en forma
de mesetas, a pesar de que se alcanzan alturas superiores a los 5.000 metros. La cordillera de los Andes presenta allí una serie de cordones montañosos que se extienden en dirección aproximada norte-sur, en los que se intercalan extensas mesetas
favorables para el desarrollo de cuencas interiores de drenaje imperfecto, algunas de
las cuales desaguan hacia el lado atlántico.
El desagüe imperfecto favorece la existencia de salares y lagunas de alguna magnitud. Siendo las precipitaciones del altiplano decrecientes hacia el sur, en el extremo norte de esta región se han desarrollado algunas lagunas importantes, como
Chungará, que van desapareciendo hacia el sur para dar lugar a los salares, como el
Ascotán, por ejemplo.
Los cauces superficiales que llegan al océano son una excepción. El desagüe se
produce únicamente en algunos cursos importantes, con cabeceras extendidas hasta
la región de precipitaciones significativas, capaces de haber profundizado suficientemente la cordillera de la Costa. Estos cauces existen principalmente en la parte
septentrional de la provincia de Tarapacá y son los ríos Lluta, Azapa o San José y
Camarones y la quebrada de Tana o Camiña.
Más al sur, en el extremo de esta región, se encuentra el río Loa, que es el más importante de los ríos del norte del país. Entre la quebrada de Tana y el río Loa no hay
escurrimientos de importancia que logren llegar al mar. La mayoría corresponde a
quebradas de débil alimentación y cauces modestos que desaparecen por infiltración.
Como las lluvias son de poca magnitud, los escurrimientos son débiles.
261
El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
La producción específica media de las cuencas de estos ríos no supera el litro
por segundo por kilómetro cuadrado y su caudal medio anual no alcanza a los 5
m3/s. En cuanto al régimen de escurrimiento, los ríos de esta zona presentan avenidas ocasionales de gran caudal y corta duración en la época de precipitaciones en la
cordillera, y caudales muy bajos o nulos en el resto del año.
b) Entre los 23° y 27° de latitud sur
Se desarrolla una región de tipo “arreica”, cuya característica principal es que no
tiene drenaje superficial.
Las características de relieve que se presentan en la región recién descrita desaparecen casi completamente al sur del río Loa. Fuera de la cordillera de Domeyko, que
actúa como barrera para detener las aguas cordilleranas, no existen rasgos de relieve
notables. Se presenta entonces una región caracterizada por la existencia de numerosas depresiones sin desagüe superficial, lo que da lugar a la formación de salares.
Los escurrimientos superficiales son de poca significación o inexistentes debido
a la escasez de lluvias. Este factor, unido a las características del relieve, ha impedido
la formación de cauces de caudal permanente. Mas al sur, entre Taltal y Copiapó,
se encuentran algunos cauces pequeños, de caudal muy reducido, debido a que las
precipitaciones son algo más abundantes.
c) Entre los 27° y extremo austral
Se presenta una región de tipo “exorreico”, que se caracteriza por cuencas con desagüe superficial al océano.
En esta región los escurrimientos superficiales son permanentes y de buen desarrollo, lo que es posible debido a que se presentan precipitaciones de cierta importancia, las cuales aumentan significativamente a medida que se avanza hacia el sur.
En general, en esta zona hasta Puerto Montt, la orografía presenta una “depresión intermedia” entre la cordillera de los Andes y de la Costa. Esta depresión da
origen a los valles transversales en la parte norte (hasta el valle del río Maipo) y a un
gran valle longitudinal desde el Maipo hacia el sur.
La cordillera de los Andes es de gran altura en la parte norte (con sus más altas
cumbres en las zonas de Aconcagua y Maipo) disminuyendo gradualmente hacia el
sur. Este relieve andino favorece la precipitación de tipo nival, lo que permite, como
un gran embalse natural, su conservación hasta el verano en el sector norte y central
de esta zona principalmente, contribuyendo a hacer más perdurable el efecto de las
precipitaciones invernales. Con ello se favorece la existencia de cauces con drenaje
permanente y de relativa importancia.
Las precipitaciones crecientes y de gran magnitud que se producen hacia el sur,
posibilitan la formación de escurrimientos cada vez de mayor significación.
Los ríos comprendidos entre los 27° y 32° de latitud sur, vale decir, entre los
ríos Copiapó y Choapa, son todavía de caudales limitados, sin sobrepasar los 5 m3/s
262
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
de caudal medio anual al abandonar la zona cordillerana. El caudal de estos ríos es
muy uniforme a lo largo del año, presentando un leve aumento durante la época de
deshielo (octubre a diciembre). La producción específica crece lentamente, pero sin
sobrepasar los 10 litros por segundo y kilómetro cuadrado.
A partir de los 32° y hasta los 36° de latitud sur, o sea, entre los ríos Choapa y
Maule, los ríos de cordillera tienen un régimen típico de deshielo en que el caudal
aumenta significativamente a partir de octubre, alcanzando un caudal medio mensual máximo del orden de 2 a 2,5 veces el caudal medio anual en los meses de noviembre y diciembre. Después, comienza a decrecer hasta abril o mayo, para mantenerse más o menos constante en el resto del año con un caudal medio mensual del
orden de 0,5 veces el caudal medio anual, valor alterado en mayor o menor grado
por las crecidas invernales. En este sector, la producción específica crece rápidamente alcanzando en la cuenca del río Maule producciones específicas de 50 litros por
segundo y kilómetro cuadrado.
Entre los ríos Ñuble y Biobío, el régimen fluvial es de tipo mixto. Bajo la influencia creciente de las precipitaciones líquidas, los ríos muestran dos máximos,
correspondiendo el primero al invierno y el segundo al período de deshielo, en el
mes de noviembre o diciembre. La magnitud relativa de estos máximos depende
directamente de las precipitaciones líquidas y sólidas caídas en la cuenca. Así, se
tiene que en la zona cordillerana el máximo de deshielo es superior al de invierno
y lo contrario sucede en el curso inferior del río. En la época pluvial los caudales
mensuales suelen ser relativamente uniformes alcanzando valores un 10 a 20% superiores al promedio anual; en cambio, en la época de deshielo, estos descienden
hasta llegar a ser inferiores al 40% del caudal medio anual. Los caudales de estos ríos
son de importancia, siempre crecientes hacia el sur, con producciones específicas
variables entre los 50 y 70 litros por segundo y kilómetro cuadrado.
Entre el río Biobío y el río Puelo, los ríos presentan un régimen esencialmente pluvial. Durante los meses de abril a septiembre se concentra la mayor parte del volumen
anual, correspondiendo a los meses de junio a agosto el máximo promedio mensual.
A partir de estos meses el caudal empieza a disminuir, alcanzando su mínimo valor
en marzo y abril. En algunos casos, el régimen presenta un leve aumento en el período de deshielo. Los caudales de estos ríos son muy abundantes, con producciones
específicas que se incrementan desde los 70 litros por segundo y kilómetro cuadrado
hasta un máximo de alrededor de 120 litros por segundo y kilómetro cuadrado.
Al sur del río Puelo los ríos se caracterizan por sus crecidas torrenciales y por las
irregularidades de sus cursos. Siendo las precipitaciones en esta zona de gran magnitud, los escurrimientos superficiales también lo son. Casi todos los ríos de esta región
nacen en la vertiente oriental de los Andes, con un desarrollo dilatado en las áreas trasandinas y como ríos bien formados cortan la cordillera de los Andes por valles desfiladeros típicos, presentando algunas veces grandes explanadas en el interior del sistema andino. La mayor parte presenta en su curso inferior rápidos y torrentes; algunos
cruzan lagos que no modifican substancialmente al régimen del río. Los principales
ríos de esta región son el Yelcho, el Palena, el Aisén, el Bravo, el Pascua y el Serrano.
263
El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
La situación presentada se puede sintetizar en el cuadro que se expone a continuación, en el cual se indica el caudal medio natural estimado en la desembocadura
de los principales ríos del país.
Desarrollo de la hidroelectricidad en el país
El desarrollo del primer dínamo de servicio continuado, realizado por la empresa Siemens en 1866, la fabricación industrializada por la ampolleta incandescente con filamento de carbón, inventada por Tomás Alva Edison en 1879 y, luego, la evolución de los
sistemas de transmisión en corriente alterna trifásica en el periodo que va desde 1880
a 1890, crearon las condiciones apropiadas para que la electricidad comenzase a ser la
fuente de energía preferida, primero para el alumbrado público y posteriormente para
el accionamiento de ferrocarriles y de motores industriales.
264
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
La energía hidromecánica, como fuente de electricidad, comenzó su aplicación
práctica en Chile ya en 1897, poco tiempo después de que la tecnología permitiera el
transporte a distancia mediante líneas de transmisión. En ese año fue puesta en servicio
la central Chivilingo que, mediante la utilización de una altura de caída de 110 metros
y un grupo electrógeno de 500 KVA accionado por turbinas Pelton de marca Voith, comenzó a alimentar las incipientes demandas eléctricas de la Compañía Carbonífera de
Lota, cuya mina se encontraba a 10 km de distancia de la central.
A esta primera central hidroeléctrica siguieron otras de mayor tamaño que, hasta el
presente, se encuentran en operación regular, como son las centrales El Sauce de Valparaíso, de 1,4 MVA, y La Florida de Santiago, de 17 MVA, puestas en servicio en 1909 y
1913 respectivamente.
La primera guerra mundial interrumpió el desarrollo normal de los recursos hidroeléctricos, el que no fue retomado sino al término de esta. Tal hecho explica que no
se hayan puesto nuevas centrales hidroeléctricas en servicio hasta después de 1920, en
que entran en funcionamiento dos en el río Maipo, y que después pasarían a propiedad
de CHILECTRA: Maitenes, de 24,4 MVA, puesta en operación en 1923, y Queltehues,
de 40 MVA, que entró en explotación comercial en 1928.
En el decenio 1930-1940, los problemas de financiamiento derivados de la recesión
mundial de 1929-1932, como también de las tarifas, que eran fijadas con prescindencia muchas veces de todo criterio técnico-económico, y la situación mundial incierta,
provocada por la serie de hechos que finalmente condujeron al estallido de la segunda
guerra mundial, restaron todo interés por realizar nuevas inversiones a las empresas privadas como CHILECTRA, CGEI, CONAFE y SAESA, cuyos capitales eran parcialmente
de origen extranjero y que ya en aquella época eran las encargadas del suministro de
servicio público en el país.
Como consecuencia de la incapacidad de las empresas de servicio público de satisfacer el crecimiento de las demandas eléctricas, las industrias importantes del país, para
poder continuar su desarrollo, debieron construir sus propias centrales hidroeléctricas.
Así fue como Cemento Melón puso en servicio su central Los Quilos, de 20 MVA, en el
río Aconcagua, Carburo y Metalurgia (CARBOMET), la central Los Bajos, de 6 MVA, en
el río Maipo, y la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, sus centrales Puntilla,
de 14 MVA, en el Maipo, y Carena, de 10, 4 MVA, que utiliza las aguas derivadas del río
Mapocho mediante el canal Las Mercedes.
Con el fin de corregir la situación deficitaria en potencia eléctrica que se estaba generando en el país y que limitaba sus posibilidades de desarrollo, la CORFO creó en 1943
a la ENDESA, entregándole la responsabilidad de llevar a cabo prácticamente el mismo
plan de electrificación del país que algunos años antes había propuesto al gobierno un
grupo de ingenieros visionarios y auspiciado por el Instituto de Ingenieros de Chile.
La primera etapa del citado plan, que consultaba el abastecimiento de los principales centros de consumo del país mediante sistemas eléctricos locales alimentados
por centrales hidroeléctricas, se realizó entre 1944 y 1952 con la construcción de las
centrales Pilmaiquén en 1944, Sauzal y Abanico en 1948 y Los Molles en 1952. A continuación, se inició la segunda etapa de este plan, que contemplaba la interconexión
265
El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
de los diferentes sistemas eléctricos locales creados en la etapa anterior, con el fin de
aprovechar los excedentes de cada zona y las ventajas de la complementación de los
regímenes hidrológicos de los ríos situados en las zonas central y sur del país. Durante
esta segunda etapa, que puede darse por finalizada en 1962, cuando quedó establecido
el Sistema Interconectado Central entre La Serena y Puerto Montt, se construyeron las
centrales Cipreses, Sauzalito y Pullinque, puestas en servicio respectivamente en 1955,
1959, 1962.
Finalmente, a partir de 1962 se ha estado ejecutando la tercera etapa del mencionado plan, que considera tanto el desarrollo de grandes centrales hidroeléctricas en el área
del Sistema Interconectado Central, con el fin de aprovechar la economía de escala propia de estas obras, como el reforzamiento del sistema troncal de transmisión mediante
la construcción de líneas de 220 a 500 KVA.
Durante esta tercera etapa, se han puesto en servicio las centrales Isla en 1963, Rapel
en 1968, El Toro en 1973, Antuco en 1981 y Colbún y Machicura en 1985 (Figura 3).
Si bien todos estos aprovechamientos hidroeléctricos se han concentrado en la zona
central del país, también ha habido una preocupación por desarrollar el potencial de las
zonas extremas del país. Fruto de esta preocupación han sido la central Puerto Aisén, de
3 MW, puesta en servicio en 1962, y la Central Chapiquiña, ubicada al oriente de Arica,
que se encuentra en operación desde 1967.
Figura 3
266
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Potencial hidroeléctrico del país
Chile es un país que cuenta con una topografía favorable para la existencia de recursos
hidroenergéticos. Sin embargo, esta misma topografía que crea declives importantes en
la dirección transversal este-oeste restringe la extensión de las cuencas hidrográficas de
los ríos, limitando la magnitud de sus caudales. Es por ello que el potencial hidroenergético chileno resulta solo comparable con el correspondiente al promedio del continente
sudamericano, existiendo varios países de este que lo superan al expresar este potencial
ya sea como densidad por km2 o por habitante del país.
Los estudios realizados por la ENDESA en las últimas décadas han permitido establecer la magnitud del potencial técnicamente desarrollable en el país, entendiéndose
por tal aquel que razonablemente puede suponerse que será explotado, aun cuando
en las condiciones actuales no resulten económicamente competitivos. La magnitud
de este potencial y su distribución en las zonas más características del país se indican
en el cuadro A. De acuerdo con las cifras en él expuestas, los recursos hidroenergéticos
nacionales permitirían la producción media anual de 127,6 TWh (miles de millones de
KWh) y el desarrollo de una potencia del orden de 22.300 MW.
Es interesante observar que del citado potencial se encuentra desarrollado un total
de 2.261 MW (incluyendo el complejo Colbún-Machicura), lo que representa apenas
un 10% del total. Como las centrales actualmente en operación tienen una producción
media anual del orden de 11.100 GWh, se ve que, desde el punto de vista de producción de energía, apenas se está aprovechando el 8,7% de la capacidad potencial del país.
En cuanto a la distribución geográfica de este potencial, puede notarse que, mayoritariamente, es aportado por las zonas centrales y austral del país, ya que la extensa zona
que queda al norte de Los Vilos (zona norte en el cuadro A) no alcanza a proporcionar
un 1% del total.
Conforme a estimaciones muy preliminares, basadas en la suposición del aumento
del consumo eléctrico del país a una tasa constante de 6% y en una participación de
energía térmica de un 20% del total en promedio, el desarrollo del potencial hidroenergético del país debería permitir la satisfacción del crecimiento de los consumos de los
próximos cuarenta años, es decir hasta aproximadamente el decenio 2020-2030. Lógicamente que este pronóstico está sujeto no solo a que se cumplan los supuestos anteriores,
sino que también a que todo el potencial técnico inventariado resulte económicamente
explotable, lo que podría suceder en el futuro en caso de continuar encareciéndose las
fuentes alternativas de energía eléctrica y de reducirse los costos de construcción de
centrales mediante la introducción de nuevas técnicas y materiales de construcción.
Visión a futuro del desarrollo del potencial hidroeléctrico del país
El programa de obras para el abastecimiento futuro de las demandas eléctricas del país
tiene por objetivo servir los incrementos de consumo que se vayan produciendo al mínimo costo actualizado que sea posible para el país.
267
El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
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Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
La aplicación del citado criterio de planificación conduce al desarrollo de aquellos
recursos hidroeléctricos que, además de poseer características de generación favorables,
requieran de inversiones comparativamente reducidas en obras de transmisión y de
infraestructura.
Como consecuencia de lo anterior, en torno a las cuencas de los ríos Maule y Laja,
se han ido conformando sendos núcleos de centrales hidroeléctricas que gravitan mayoritariamente en el abastecimiento del Sistema Interconectado Central.
En ellos, se concentra alrededor del 65% de la potencia hidroeléctrica instalada en
este Sistema y se genera un promedio anual del orden de un 70% del total.
En el río Maule se encuentran en servicio las centrales Cipreses de 101,4 MW
(1955), Isla de 68 MW (1963), Colbún de 400 MW (1985) y Machicura de 90 MW
(1985). El aporte energético promedio anual del conjunto es de 4.200 GWh.
En el río Laja se encuentran en servicio Abanico de 136 MW (1948), El Toro de 400
MW (1973) y Antuco de 300 MW (1978). La generación promedio anual del conjunto
es de aproximadamente 3.800 GWh.
Estos grandes aprovechamientos de los recursos hidroeléctricos concentrados en estas
dos cuencas corresponde a la circunstancia que ellos están ubicados favorablemente respecto al muy extendido Sistema Interconectado, a que las obras de infraestructura de una
determinada hoya pesan como inversión solo al comenzar el desarrollo de los recursos
hidromecánicos, ya que a medida que se van incorporando nuevas centrales en la cuenca
solo se necesita complementarlas, y sin necesidad de realizar grandes inversiones; a que
el Sistema de Transmisión correspondiente en estos casos es más simple y permite realizar
economías de escala, al concentrar en sistemas de alto o extra alto voltaje la transmisión
de energía; a que el conocimiento del terreno en cuanto a geología, mecánica de suelos,
clima, comportamiento de los ríos, etc. motivan precios de contratistas más competitivos,
pues no deben asumir riesgos e imprevistos exagerados, si a través de las primeras centrales se van conociendo cada vez más claramente las características del terreno en el cual
se construirán las centrales posteriores; a que los gastos de operación y mantención de las
obras resultan muy bajos debido, justamente, a su concentración geográfica.
De acuerdo a lo expuesto, es un hecho real en nuestro país la tendencia a aprovechar en forma integral y relativamente sucesiva los recursos hidromecánicos de aquellas
cuencas que están situadas estratégicamente respecto a los grandes centros consumidores y que ofrecen, además, posibilidades hidroeléctricas, técnica y económicamente
favorables.
Actualmente, las posibilidades del río Laja se han utilizado casi en su totalidad. Las
del río Maule se encuentran en una avanzada etapa de aprovechamiento, de modo que
una vez que se construyan las centrales Pehuenche y Curillinque, en proyecto y estudio
de factibilidad respectivamente, los recursos hidroeléctricos de esta cuenca estarían también desarrollados en su mayor parte.
Posteriormente, es posible visualizar como muy promisorio el aprovechamiento a
mediano plazo del curso alto del río Biobío.
El plan de aprovechamiento hidroeléctrico del río Biobío contempla la construcción de seis centrales que operarían en serie hidráulica, aportando una potencia total
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El agua, fuente permanente de energía
Luis Court M.
de 2.900 MW y una generación media anual de 13.500 GWh. De estas centrales, las
primeras en realizarse serían las de Ralco y Pangue, que en conjunto desarrollarían una
potencia de 1.320 MW y una generación media anual de 6.230 GWh. Ambas centrales
cuentan con proyectos de factibilidad muy avanzados, por lo que se espera que puedan encontrarse en servicio a mediados de la década 1990-2000. Las demás centrales,
Llanquén (370 MW), Aguas Claras (660 MW) Huequecura (150 MW) y Quitramán
(400 MW), de demostrarse su factibilidad económica, se construirían posiblemente a
continuación.
En relación a otras cuencas con posibilidades favorables cabe mencionar a las del
Alto Valdivia, donde se ubican los proyectos de Neltume y Choshuenco. Juntos, entregarían una potencia total de 550 MW con una generación media anual de 3.260 GWh
y, posiblemente, se les construiría a fines de la década 1990-2000.
Los siguientes ríos, hacia el sur, que cuentan con recursos convenientes de explotar
son el Chamiza, el Petrohué y el Puelo. El primero de los mencionados nace en el lago
Chapo, que será la fuente que proveerá de agua a la central Canutillar. Esta ha sido
programada para entrar en servicio en el año 1991. Con su potencia instalada de 130
MW estará en condiciones de generar unos 960 GWh de promedio anual, energía que
será suficiente para cubrir los futuros consumos de toda la zona comprendida entre Temuco y Puerto Montt, y además entregar excedentes hacia el norte del país durante los
primeros años de su funcionamiento.
En cada uno de los otros dos ríos se tienen proyectadas sendas centrales, de 450
MW la del Petrohué y de 1.250 MW la del Puelo. Esta última, posiblemente, será la de
mayor potencia que se logrará construir en Chile.
Con la construcción de todas las centrales nombradas se habrá completado el desarrollo de los principales recursos que son de interés para el abastecimiento de toda
la zona que servirá el Sistema Interconectado Central, que es posible que en un futuro
llegue a abarcar desde Chiloé hasta el extremo norte del país (Figura 4).
Para continuar el desarrollo del potencial hidroeléctrico restante será preciso iniciar
los proyectos de los ríos localizados en la región que queda al sur de Puerto Montt. Es
probable que, para ello, sea necesario extender el sistema troncal de transmisión mediante un subsistema de corriente continua, ya que esta sería la forma más económica de
transportar grandes bloques de energía a través de distancias considerables.
Después de completar el aprovechamiento de los recursos hidroenergéticos de la
zona central se desarrollaría secuencialmente el potencial hidroeléctrico de los ríos Futaleufú, Palena, Aisén, Baker y Pascua, con lo que el aprovechamiento de los recursos
más importantes que posee el país estaría en su mayor parte realizado. En esa época,
posiblemente en el tercer decenio del próximo siglo (2020-2030), quedarían solo unos
pocos recursos hidroeléctricos disponibles, que serían técnica y económicamente menos
favorables, por lo que el país, para abastecer sus crecientes demandas, tendría que concentrar sus esfuerzos en nuevas fuentes de energía, como podrían ser el carbón, el calor
de origen geotérmico o solar, los combustibles nucleares, como uranio, plutonio o torio,
o bien, las reacciones termonucleares de fusión que se encuentran en la actualidad en
etapa de experimentación, u otra fuente desconocida en el presente.
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Figura 4
Todo lo expuesto anteriormente se refiere a la visión que se pueda dar respecto a la forma en que se van a explotar los recursos hidroeléctricos de gran magnitud, cuya generación se destinará al abastecimiento de los consumos de servicio público que se generarán principalmente en la zona central del país, servida por el Sistema Interconectado
Central. Sin embargo, es posible prever que a futuro, además de las centrales de gran o
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Luis Court M.
mediana potencia instalada, se desarrollarán minicentrales hidroeléctricas, especialmente en la zona austral del país. En las Regiones X y XI, existen diversos pueblos aislados,
tanto por las grandes distancias que los separan de las ciudades principales como por
la mala calidad de sus caminos de acceso, que por esta razón cabe esperar que no se
integren a ninguno de los sistemas eléctricos existentes, por lo menos por los próximos
veinte a treinta años. Entre estos pueblos cabe mencionar a Río Negro, Hornopirén,
Chaitén, Palena y Futaleufú, ubicados en Chiloé continental, a La Junta, Puyuhuapi y
Puerto Cisnes, situados cerca o en el litoral del territorio que queda al norte de Aisén,
y a Chile Chico, Guadal, Puerto Bertrand o Cochrane, localizados en los alrededores o
cerca de las márgenes del lago General Carrera.
En todos los pueblos mencionados existen redes eléctricas de servicio público alimentadas por grupos diesel, proporcionando un suministro eléctrico de unas 5 horas
diarias de promedio anual.
De acuerdo con los estudios realizados por CORFO y ENDESA, la forma más económica de dar un suministro eléctrico continuado en estos lugares es construyendo
minicentrales hidroeléctricas en las cercanías de los pueblos que han de alimentar, y
creando pequeños sistemas eléctricos en aquellos casos en que la distancia entre pueblos
justifique su interconexión.
En concordancia con la conclusión anterior, se ha considerado la construcción de
una serie de minicentrales ubicadas en las cercanías de los pueblos antes mencionados
y que cumplen con los adecuados requisitos de seguridad de suministro y facilidad de
desarrollo.
El programa respecto a estos recursos incluye, por el momento, la construcción de
nueve minicentrales dentro de los próximos tres años, con lo que se espera resolver el
problema del racionamiento del suministro eléctrico de los pueblos aislados de las Regiones X y XI.
Referencias bibliográficas
Almeyda A., E. y Sáez S., F., Recopilación de datos climáticos de Chile, Ministerio de Agricultura,
1958.
Asociación de Ingenieros, Los recursos de agua en Chile y su utilización en la generación de energía
eléctrica, ENDESA, 1974.
La energía eléctrica en Chile, ENDESA, 1976.
Visión de la ENDESA, ENDESA, 1984.
Caudales medios mensuales retrospectivos, ENDESA, 1972.
Centro de Planeamiento, Estudio de la disponibilidad de recursos de agua en Chile, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile, Publicación 65-5/B, 1965.
Dirección General de Aguas, Caudales medios mensuales de los ríos de Chile,, Vol. I, 1976.
Font, I., Factores que gobiernan el clima en Chile, ENDESA, 1963.
272
Dossier fotogr áfico
“¿Tendrán ojos las máquinas? ¿Tendrán boca? ¿Se asemejarán en algo a la imagen de su creador, el hombre? El hombre,
Dios y Señor de la Creación. Recordó conversaciones entre
sus compañeras, páginas leídas en diarios o revistas: ‘Un día
las máquinas se rebelarán contra sus amos. No necesitarán
de ellos y tendrán iniciativas’. Por otra parte: ‘El aumento de
las máquinas, mil veces más rápidas, precisas y seguras que
la mano o el ojo humano, produce la desocupación obrera.
Los robots…’”.
(Juana la Cibernética, Elena Aldunate, 1963)
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Primera Central Hidroélectrica de Chile, Chivilingo, 1897
275
Dossier fotográfico Perforación Petróleo, Enap-Magallanes 1960. Cámara Chilena de la Construcción
276
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Construcción Planta Termoeléctrica, Codelco, Tocopilla, 1982. Cámara Chilena de la Construcción
277
Dossier fotográfico Construcción Torres Alta Tensión, Bezanilla y Salinas, 1970. Fuente: Cámara Chilena de la Construcción
278
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Instalación Tuberias de Planta Hidroélectrica El Alfalfal, 1990. Fuente: Cámara Chilena de la Construcción
279
Dossier fotográfico Energía Eléctrica, Fuente: Archivo Central Andrés Bello
280
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Energía Eléctrica Planta El Abánico, Región del Bío Bío. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
281
Dossier fotográfico Energía Eléctrica Planta El Abánico, Región del Bío Bío. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
282
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Refinería de Petróleo ENAP, Concón. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
283
Dossier fotográfico Refinería de Petróleo ENAP, Concón. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
284
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Planta El Abánico, Región del Bío Bío. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
285
Dossier fotográfico Construcción Central Hidroeléctrica Rapel, 1968. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
286
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Construcción Central Hidroeléctrica Rapel, 1968. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
287
Dossier fotográfico Construcción Central Hidroeléctrica Rapel, 1968. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
288
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Central Hidroeléctrica Rapel. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
289
Dossier fotográfico Planta Termoeléctrica de Renca. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
290
Revista Anales
Séptima Serie, Nº 5, abril 2014
Planta Termoeléctrica de Renca. Fuente: Archivo Central Andrés Bello
291
Dossier fotográfico Planta Hidroélectrica, 1998. Fuente: Cámara Chilena de la Construcción
292
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