militantes del pr uno x uno o

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OBERLÍN, Héctor Guillermo. Hermano de Dante y René. Militante de base
de la Acción Sindical Argentina (ASA). Delegado de los empleados
municipales de Córdoba. Participó en la construcción de la C.G.T. de los
Argentinos local y en el “Cordobazo”. Algunos afirman también que tuvo un
paso por las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) en la Docta. Preso por la
dictadura de Onganía, recobró su libertad con la amnistía presidencial del 25
de mayo de 1973. Ayudó a construir en esa provincia a través de la ligazón
con su gremio, las estructuras de la Juventud Trabajadora Peronista (JUP). Se
casó con Olga Toncovich y tuvieron cuatro hijos, a los que deben sumarse
como propios, los otros dos de Olga, producto de su primer matrimonio con
Juan Carlos Loureiro (ver su registro). Se asentó en un humilde barrio
cordobés, conocido como Barrio Comercial. Peronista y montonero se dedicó
de lleno al trabajo social. Allí montó una salita de primeros auxilios y una
guardería infantil, además de conseguirse una ambulancia –que el mismo
manejaba muchas veces- y que cubría las urgencias sanitarias de ese barrio y
el limítrofe, llamado Villa Libertador. El 8 de enero de 1976, a la edad de 26
años fue secuestrado-desaparecido junto a su cuñado Ángel Baudracco (ver su
registro), secretario general del Sindicato de Municipales de Córdoba. Fue
visto en el campo de concentración “La Perla” antes de su muerte. Sus restos
hasta hoy no han aparecido.
OBERLÍN, René Honorio. Hermano mayor de los anteriores, nacido en el
mismo lugar (San Jerónimo Norte), un 18 de marzo de 1941. El “Tino”
Oberlín estudió Filosofía en el seminario metropolitano de Santa Fe. Antes de
ordenarse sacerdote, optó, eligió, se inclinó, por consagrarse de lleno a la
lucha social. Militante de base y fundador de la Acción Sindical Argentina
(ASA). Fue el primer secretario general del Sindicato del Seguro en esa
provincia, al que organizó en tanto trabajaba en la cooperativa de seguros “La
Única”. Dirigente fundacional de Montoneros en Santa Fe. En 1971 cayó
detenido y fue alojado en la cárcel de Villa Devoto, allí ya estaba su esposa y
compañera Ana, salvajemente torturada por sus captores. Ambos recobran la
libertad el 26 de mayo de 1973 con la amnistía presidencial y la presión
popular (“¡Primera ley vigente, libertad a los combatientes!”). Al tiempo sigue
peleando contra la traición del gobierno isabelista y luego contra la entrega
videlista. Acorralado por las fuerzas represivas, a la salida de una panadería
(en donde había un teléfono público), en Burzaco, provincia de Buenos Aires,
se tomó la “pastilla” un 6 de septiembre de 1977 para evitar caer con vida. En
esos momentos actuaba en la Columna Sur de Montoneros.
OBREGOSO, Raúl Horacio. Militante de Juventud Peronista (JP) en Berisso
–provincia de Buenos Aires-. Acribillado el 20 de junio de 1973 en Ezeiza por
las bandas nazi-fascistas que coparan el palco. Más de 3 millones de personas
estaban esperando el regreso definitivo de Perón. Fue enterrado tres días
después en el cementerio de La Plata. Al acto mortuorio se congregaron
alrededor de 500 personas, entre familiares y militantes. El féretro fue
bendecido en la parroquia del cementerio y luego el cortejo avanzó por la
puerta principal y se detuvo finalmente en el lugar designado para depositar
los restos mortales. Antes de enterrarlo, dos jóvenes pronunciaron sentidas
palabras en recordación de la figura del compañero trágicamente fallecido,
enalteciendo su conducta y proceder, y considerándolo un patriota más que
ofrendó su vida por la liberación nacional y social de nuestra patria.
OCAMPO, Aldo Patricio. Militante de la Juventud Universitaria Peronista
(JUP) en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Secuestrado-desaparecido en Rosario, el 16 de mayo de 1977.
OCAMPO, Carlos Guillermo. Carlos “El Inglés” Ocampo. Uno de los
responsables del Movimiento de Acción Secundario (MAS), una especie de
proto-UES. Ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires (promoción 72).
Trabajador telefónico, delegado gremial de FOETRA. Militante montonero
caído el 24 de junio de 1976 con 22 años. Para mayores datos, ver registro de
su compañera de militancia Laura Cristina Mujica.
OCAMPO, Jorge Oscar. Fallecido en abril de 2001, en su querido barrio de
La Boca, el “Negro” Ocampo fue uno de esos argentinos “polirubro” que se
prendió en todas, con el único fin de lograr el regreso de Perón a nuestra
patria. Por tal razón militó en la Juventud Peronista desde 1962 y allí se hizo
un duro. Aunque su dureza y su rebelión ya venían de antes, de cuando su
Viejo que era gendarme, lo ataba a la alambrada que delimitaba su casa de la
del vecino y con un velador roto lo torturaba con 220 voltios “para que
aprendiera a no hacer cagadas”. El 8 de marzo de 1972 fue secuestrado y
picaneado por la dictadura militar de Lanusse; los torturadores no entendían
porque se reía cuando le pasaban electricidad por su cuerpo. Con la última
dictadura militar partió hacia el exilio de Suecia. Volvió el 24 de diciembre de
1983 y lo quisieron detener, pero una rápida acción de su abogado, el Dr.
Mario Landaburu le devolvió la libertad. Sus tres hijos que lo suceden en vida,
se llaman Javier, -que era su nombre de guerra en la Resistencia Peronista-,
María Eva y Juan Domingo.
OCAMPO, Raúl Osvaldo. Nació el 7 de abril de 1955 en Buenos Aires.
Creció en Parque Chas y en 1968 ingresó al “Carlos Pellegrini” donde luego
con el tiempo fue un preceptor muy querido por sus alumnos con los cuales
conformaba talleres de trabajo y discusión a nivel social, político e histórico.
Apasionado por la historia, con muchos compañeros de su colegio comenzó a
asistir a la cátedra de Historia Nacional y Popular recién instaurada en
Económicas y terminó como ayudante de la misma ad-honorem. Estudiante de
Ciencias Económicas en la UBA. También cursó la carrera de Historia en la
Facultad de Filosofía y Letras, alentado por Eduardo Astesano. Militante en el
peronismo montonero. Secuestrado-desaparecido el 15 de noviembre de 1976
en esta Capital, en el taller de indumentaria de Riglos 744, Caballito, junto al
titular de la misma, Alberto Said (ver su registro). Fue visto en la ESMA antes
de su asesinato.
OCAMPO, Rosa Elena. “Chochi”. Montonera. Nacida el 26 de julio de
1951.Sus compañeros de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad
Nacional de Córdoba recuperaron su historia y su foto y la homenajearon en
2011, en un nuevo aniversario del golpe militar del ’76, bajo el lema de “Los
dolores que nos quedan son los compañeros que nos faltan”. Para más datos,
ver registro de Mario Andrés Osatinsky.
OCAMPO, Selma Julia. Peronista, había sido despedida de la Fábrica Ford
por su actividad sindical. Tenía 37 años al momento de su desaparición en la
noche del 11 de agosto de 1976. La fueron a buscar a su domicilio de La
Lucila, provincia de Buenos Aires. Cuando la “patota militar” de civil se
metió en el edificio, otro consorcista, el Capitán de Navío Eduardo Samuel
Andrew pidió la intervención de la policía. Esta al llegar cercó a los atacantes,
quienes se identificaron como personal militar y pidieron zona liberada. La
policía se fue y estos malparidos se llevaron a Selma y a una compañera que
estaba en esos momentos con ella: Inés Nocetti. Ninguna de ellas dos
reapareció con vida. También se llevaron todo lo que encontraron, hasta las
bombitas de luz, según el testimonio del padre de la dueña de casa, Adolfo
Ocampo.
OCHOA, Hugo Estanislao. Nació el 13 de noviembre de 1933 en La
Cumbre, Departamento Punilla, Córdoba. Ya a los 20 años trabajaba en una
empresa metalúrgica de Córdoba capital, de la cual fue echado años más tarde,
al destacarse como un referente obrero para sus compañeros, durante el Plan
de Lucha de la CGT. Con 5 hijos tuvo que mudarse a una obra en
construcción, pero salió adelante a fuerza de tesón, trabajo y una buena onda
permanente. Siempre militó en el peronismo combativo y revolucionario. En
los años ’70 encabezó la toma de Transax con el fin de mejorar condiciones de
trabajo y salariales de sus compañeros, que lo habían elegido delegado
gremial. Por ese motivo, perseguido, también perdió su trabajo y pudo
enganchar como chofer de ambulancia y desde el Sindicato de Empleados
Públicos una vez más es elegido delegado por sus compañeros. Como
siempre, también, enfrenta a la burocracia sindical. El 12 de noviembre de
1975 es sacado de su casa por uniformados armados. Nunca más apareció con
vida. Sus restos como NN fueron enterrados en el cementerio de San Vicente
y recuperados por antropólogos forenses en julio de 2005. Su familia lo volvió
a sepultar junto a su madre, que lo esperó siempre. Dos días antes de su
secuestro y desaparición, Ochoa denunció ante su gremio y fue girada a la
Justicia, una acusación contra funcionarios que pretendían que firmara
constancias de consumo de combustible y viáticos que jamás fueron
realizados. En vez de optar por el silencio y la complicidad, Ochoa eligió ser
honesto. Posiblemente le costó la vida. En noviembre de 2006, el Centro
Educativo de Nivel Medio para Adultos Nº 70, a instancias de docentes,
alumnos y ex alumnos de esa escuela, familiares del asesinado y compañeros
del Sindicato de Empleados Públicos, decidieron renombrar a la Institución
“Compañero Hugo Estanislao Ochoa”.
ODELL, Alejandro Roberto. Nació el 12 de julio de 1954. Estudió Geología
y militó en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en Ciencias Exactas.
Militante Montonero. Se ganaba la vida como tachero. Fue secuestrado en
Haedo, provincia de Buenos Aires, por el Servicio de Inteligencia Naval
(SIN), el 14 de agosto de 1977, quien aprovechó de paso para robarle el taxi.
Dejó una hija que es toda una definición en el nombre elegido: María Victoria.
OESTERHELD, Beatriz Marta. “María”. “La Flaca”. Hija de Héctor
Germán Oesterheld y Elsa Sánchez. Nacida el 29 de septiembre de 1955.
Militante montonera en el ámbito de las villas de emergencia. Secuestrada el
19 de junio de 1976, en el trayecto que va desde la estación del FF.CC. de
Martínez y la villa “La Cava” donde militaba. Su cuerpo aparece sin vida el 2
de julio del mismo año en otra localidad cercana, Virreyes, provincia de
Buenos Aires. Contaba con 19 años de edad. Al momento de su secuestro
formaba pareja con “Cacho” Della Nave (ver su registro) en una isla del Tigre.
Dice su madre Elsa: “El día que se la llevaron, me propuso encontrarnos en un
bar de Martínez, para decirme que se iba a dedicar a la Medicina; pero me
aclaró: Mami, no quiero ser una doctorcita de consultorio. Me voy a instalar
en la selva como el Che, o en los barrios, donde la gente necesita ayuda de
verdad. Yo le contesté que estaba bien, que eso la engrandecía”.
OESTERHELD, Diana Irene. “Dina”. Hija de Héctor Germán Oesterheld y
Elsa Sánchez. Nacida en Buenos Aires, el 15 de octubre de 1953. Militante
montonera. Secuestrada-desaparecida en San Miguel de Tucumán, a la edad
de 21 años el 7 de agosto de 1976. Estaba embarazada de 6-7 meses y ya tenía
un hijo de nombre Fernando. Su marido era Raúl Araldi (ver su registro). Fue
vista con vida en la Jefatura de Policía de Tucumán y trasladada, dió a luz en
Campo de Mayo; luego fue asesinada. En mayo de 2005, Fernando Araldi
Oesterheld (que tenía un año al momento de la desaparición de su mamá), se
presentó a la Justicia para reclamar la casa donde vivía en 1976 con sus padres
“desaparecidos”. Según la fiscalía, el ex Jefe de Inteligencia de la Policía de
Tucumán (Roberto “El Tuerto” Albornoz), acusado del secuestro de la pareja,
se apropió del inmueble, donde sigue instalada su ex amante. Pero esta vez
hubo reparación: en diciembre de 2009, la Justicia de Tucumán obligó a la
mujer policía a devolver la vivienda a sus legítimos dueños. La madre de
Diana, la ya citada Elsa Sánchez, rememora: “Diana era un calco mío. Se casó
con un excelente muchacho de familia humilde y decidieron ir a vivir a
Tucumán, donde desapareció, embarazada de su segundo hijo. Tenía una
entrega total y era como que sabía el peligro que se venía, pero no se apartó de
sus convicciones”.
OESTERHELD, Estela Inés. Hija de Héctor Germán Oesterheld y Elsa
Sánchez. Nacida el 9 de junio de 1952. Militante montonera. “Marcela”;
“Mónica” Secuestrada-desaparecida en la zona suroeste del Gran Buenos
Aires (Longchamps), a la edad de 25 años, el 14 de diciembre de 1977.
(Mataron a su marido “El Vasco” Mórtola. Ella toma la pastilla y también
muere). Dejó un hijo para ese entonces de 3 años y medio: Martín Miguel, a
quien tuve el placer de conocer en una muestra-homenaje a su abuelo en la
Biblioteca Nacional. Su madre cuenta: “Estela era la mayor, la que conocí más
grande. Al margen de su hermosura y sus ojos increíbles, me resultaba
impresionante lo que esa criatura transmitía con su presencia”.
OESTERHELD, Héctor Germán. Nació el 23 de junio de 1919. Su padre
era un inmigrante alemán (de Bremen) y su madre vasca (Elvira Ana Puyol).
Se recibe de geólogo. Se casa con Elsa Sánchez y tiene cuatro hijas, todas
secuestradas-desaparecidas por la última dictadura militar. Con su hermano
Jorge funda la mítica editorial Frontera, distribuidora de las historietas “Hora
Cero” y “Misterix” entre otras. Para 1957 y con dibujos de Francisco Solano
López crea la historieta argentina mejor lograda de todos los tiempos: “El
Eternauta”. Ambientada en Buenos Aires, una nevada mortal seguida de una
invasión extraterrestre obliga a sus moradores al aislamiento y a la
autosuficiencia ya que los personajes de la tira, un pequeño industrial (Juan
Salvo), un intelectual universitario (Favali), un jubilado (Polsky) y un
empleado burocratón (Lucas), típicos exponentes de la pequeña burguesía,
están acostumbrados, fueron educados para eso, para el “sálvese quien pueda”
individual. Osterheld a través de la historieta predica que no hay que aislarse
sino que hay que unirse y resistir: el que vale, el que sirve realmente, es el
héroe colectivo. En su juventud Oesterheld simpatizó con el Partido
Comunista (PC) pero luego desencantado por el rumbo que este tomaba en la
Argentina se acercó al peronismo combativo de la Juventud Peronista (JP) de
sus hijas, en la que vio seguramente la posibilidad concreta de efectivizar la
revolución soñada. Pasó a ser un cuadro montonero. Puso su profesión de
historietista al servicio de la causa nacional, popular y revolucionaria. En 1968
termina una historieta sobre la vida y la obra del “Che” Guevara. Para 1969
brinda una nueva versión de “El Eternauta” con dibujos de Breccia. En
“Noticias” el diario peronista y montonero, en 1973, presenta todos los días
una tira: “La guerra de los Antartes”. Ese mismo año en la revista “El
Descamisado” todas las semanas ilustra sobre las guerras de la emancipación
nacional. Y durante 1974-1975 escribe sobre la vida militante de un pibe
como cualquiera, “Camote”, en la revista “Evita Montonera”. Oesterheld es
secuestrado el 27 de abril de 1977 y se lo vio vivo, hasta enero de 1978.
Primero en el campo de concentración “Sheraton” y luego en el Regimiento
Viejobueno de Monte Chingolo en la provincia de Buenos Aires.
Precisamente ahí un oficial del Ejército a cargo, le ofrece escribir una
historieta sobre el cruce de los Andes por el General Don José de San Martín.
Acepta. Cuando está haciendo la misma, otro grupo de tareas de visita en el
lugar lo “interroga” sobre algunos compañeros suyos que andaban buscando,
no dice nada, se niega a colaborar con los represores y queda con un brazo
fracturado. La historieta se interrumpe y el compañero Héctor Germán
Oesterheld con su inmensa dignidad a cuestas desaparece para siempre a la
edad de 57 años. En su homenaje, una escena de “El Eternauta” fue
reproducida en 1991 en la estación Uruguay de la línea B del subterráneo. Se
trata de un mural cerámico de cinco metros por uno y medio, ubicado en el
andén, donde puede verse una de las viñetas de la versión dibujada por
Alberto Breccia junto a otras imágenes de la primera edición, realizada por
Solano López. Cabe acotar también, que en la ciudad de Villa Mercedes, San
Luis por ordenanza Nº 1362-o, del 20 de agosto de 2002, hay una calle con su
nombre.
OESTERHELD, Marina. “Pantera”. “Flaca Liliana”. Hija de Héctor Germán
Oesterheld y Elsa Sánchez. Nacida el 26 de enero de 1957 en Buenos Aires.
Militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Militante montonera.
Secuestrada-desaparecida a la edad de 19 años, el 27 de noviembre de 1977 en
San Isidro, provincia de Buenos Aires, junto a su esposo Alberto Oscar
Seindlis. Estaba embarazada de 2 meses. Simularon enfrentamiento: la
asesinaron.
OGANDO, Gustavo Rubén. “Enano”. 23 años. Nació en la ciudad de La
Plata el 21 de julio de 1953. Estudiante de Medicina hasta 3º año. Militante de
Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Caído en combate el 13
de mayo de 1977 en su casa de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires,
luego de que su departamento de La Plata fuese allanado en julio de 1976. En
ese ataque efectuado por miembros armados de la dictadura militar fue
secuestrada con vida –y luego nunca aparecida-, su mujer, María Victoria
Navajas Jáuregui (ver su registro). A Ogando se lo recuerda unánimemente
como un compañero íntegro, noble con sus amigos, generoso, comprometido
con las necesidades populares, sensible ante la injusticia.
OJEA QUINTANA, Esteban Santiago María. Integrante de una familia
numerosa, nació y creció en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Con la
muerte de su padre, todos se fueron a vivir a Capital Federal. Pasó por los
colegios San Patricio y por uno de los Hermanos Maristas, el colegio La Salle.
Luego inició sus estudios universitarios. Con 19 años fue secuestradodesaparecido el 3 de abril de 1976. (Ver registro de Alicia Mallea). Esteban
militaba en Montoneros y era sobrino del general y dictador genocida Jorge
Rafael Videla.
OJEA QUINTANA, Ignacio Pedro María. “Nacho”. Hermano del anterior.
La misma biografía y militancia que Esteban Santiago María. Nacido el 11 de
mayo de 1954. Lo secuestraron e hicieron desaparecer con 21 años, el 26 de
febrero de 1977 en las inmediaciones de Plaza de Mayo; fue un grupo de
tareas de la ESMA. Un compañero cuenta que una vez en una reunión de
ámbito, compungido, con culpa, dijo: “yo soy parte de la pequeña burguesía”.
Ignacio Ojea Quintana para darle ánimo le contestó: “No te calentés hermano
porque yo pertenezco a la pequeña oligarquía” y tras cartón, para que el otro
viera, abrió una puerta del ropero desvencijado que tenía en esa pieza del
barrio de La Boca y colgado de una percha asomó insólitamente un frac.
OJEDA, Santos. Obrero en la fábrica Molinos Río de la Plata que Bunge &
Born tiene en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Por decisión de sus
compañeros de trabajo fue elegido delegado gremial para defenderlos de la
prepotencia patronal. Sobre la misma, que no tenía límites, ver los registros de
Ricardo Avelino Almaraz y Avelino Antenor Freitas que también eran
delegados y trabajaban en la misma empresa. Santos Ojeda brindó su apoyo a
la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y luego del golpe militar siguió firme
en su trabajo tratando de reorganizar a sus compañeros. A la edad de 25 años,
fue secuestrado-desaparecido en Dean Funes 90, Avellaneda, provincia de
Buenos Aires.
OLACHEA, Omar Alejandro. Pampeano de Santa Rosa, nacido el 14 de
octubre de 1949. Fue secuestrado-desaparecido en la ciudad de Córdoba, el 21
de mayo de 1976. Peronista, se ganaba la vida como reportero gráfico del
diario “La Voz del Interior”. Lo sacaron de la pensión donde vivía en la calle
Vélez Sarsfield y se lo llevaron en un Ford Falcon. Nunca más apareció con
vida.
OLAVE, Jorge Raúl. “Periscopio”. Nació en Miramar, el 18 de julio de
1953. El Flaco Olave era militante del Peronismo de Base en Mar del Plata.
Estudiante en la Facultad de Psicología y trabajador filetero en el gremio del
pescado, en la Planta San Andrés. Secuestrado-desaparecido en esa ciudad, el
28 de abril de 1977, a la edad de 24 años. Lo secuestraron cuando iba a
hacerse una intervención quirúrgica programada en sus piernas, en el Hospital
Regional. También se llevaron para siempre a su mujer, Estela Lombardo (ver
su registro).
OLDANI, Antonia. Antonia Oldani de Reggiardo. Mamá de Juan Enrique
Reggiardo. Secuestrada-desaparecida a la edad de 57 años, el 8 de febrero de
1977. Ver registro de su hijo y de su nuera María Rosa Ana Tolosa, ambos
militantes de Juventud Universitaria Peronista (JUP).
OLIVA, Carlos Alberto. Nacido en Paso de los Libres, Corrientes, el 4 de
febrero de 1951. Conocido como “Calú / Gorosito / Correntino”. Estudió
Ciencias Exactas en Rosario y luego Ciencias Económicas, en la Universidad
Nacional de Mar del Plata. Peronista montonero secuestrado el 5 de agosto de
1976 en esa ciudad bonaerense (cuando iba a cobrar el sueldo de su esposa, en
el hall de la Municipalidad local), visto en la Base Naval de Mar del Plata y
luego asesinado por la represión, aduciendo un enfrentamiento armado en
jurisdicción del V Cuerpo de Ejército. Tenía 25 años. Para mayores
precisiones ver registro de su esposa Laura Susana Martinelli. El 7 de
diciembre de 2007, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se inauguró un mural
en homenaje a su figura y demás personas de esa alta casa de estudios,
asesinadas por la última dictadura cívico-militar que sufrimos.
OLIVA, Carlos Delfín. Nacido el 22 de febrero de 1956 en Pichanal, Orán,
Salta. Estudiante de Medicina en Córdoba. Como dirigente de la Juventud
Universitaria Peronista (JUP) siempre se destacó junto a su hermana (“Chaca”
Oliva, que sobrevivió a la dictadura militar) en las tareas de propaganda y en
la organización de actos callejeros. Murió asesinado (en un supuesto
enfrentamiento con efectivos militares), junto a otros dos compañeros de la
JUP (Ana María Villanueva y Jorge Manuel Diez), el 2 de junio de 1976, el
mismo día de su secuestro.
OLIVA, Enrique Pedro. Nació el 29 de junio de 1923 en Chacras de Coria,
Mendoza; hijo de inmigrantes andaluces. Con su esposa, Teresa Raquel
Moresi, tuvo 4 hijos, que le dieron ocho nietos y dos bisnietos. Abogado,
Doctor en Ciencias Políticas fue docente y Secretario General en la
Universidad Nacional de Cuyo; miembro fundador del CONICET (1951) y de
la Universidad Nacional de Neuquén (luego Comahue) en 1964, de la que
también fue su primer rector. Al respecto, aún hoy suelen recordarse sus
palabras al organizar dicha Casa de Altos estudios: “Quiero traer a los
doctores y a los catedráticos, pero también quiero traer a los gauchos del
interior y a los mapuches, para que nos enseñen lo que saben. Las machis
(sacerdotisas) saben más de las enfermedades cordilleranas que los médicos”.
Docente en la Universidad Nacional de Morón. Miembro de la Academia
Nacional de Periodismo. “Ciudadano Ilustre” de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Director de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones
Exteriores entre 1991 y 1998 con el rango de Secretario de Estado. Miembro
de número del Instituto Nacional de Estudios Históricos Juan Manuel de
Rosas. Presidente del Instituto Malvinas e Islas del Atlántico Sur, desde donde
apoyaba la justa lucha de los familiares de los argentinos caídos, para que
estos tuviesen un cementerio propio. Autor de numerosos libros, entre los
cuales pueden mencionarse: “Malvinas: el colonialismo de las
multinacionales” y “El rey de Araucania y Patagonia”. Proscripto
políticamente luego del golpe cívico-militar de 1955 que destituyó a Perón, un
año más tarde se refugia en Venezuela tomando contacto con el líder exiliado.
Vuelto a la patria se suma a la Resistencia Peronista, participando activamente
de la primera guerrilla partidaria en el Norte Argentino (los “Uturuncos”:
“hombres tigres” en lengua quechua). De aquella época cuenta esta sabrosa
anécdota: “Era enorme la colaboración de la gente que quería hacer cosas.
Recuerdo un caso, cerca del Puente de la Noria, donde teníamos una reunión
en una casa muy humilde abarrotada de gente trabajadora. Yo estaba hablando
y la dueña de casa nos servía mate. No sabía que hacer para ofrecernos cosas,
ó comida. Todo eran atenciones. En un momento en que ya no sabía que más
ofrecernos, me dice: ‘Compañero, ¿quiere que mientras usted habla le lave la
camisa?’. No podía rechazarle eso. Me saqué la camisa, me la lavó, la secó
cerca del fuego y la planchó. Nunca vi una camisa mejor planchada”. Oliva
fue apresado en 1960 siendo condenado por un Consejo de Guerra a 6 años y
medio de prisión, de los cuales cumplió 4, ya que fue liberado por la amnistía
presidencial del gobierno de Arturo Illia. Para aquellos años funda y dirige el
diarito resistente “El Grasita”. En 1976 toma el camino del exilio, esta vez
hacia París, luego de sufrir el secuestro de dos de sus hijos, que más tarde
fueron liberados. Allí será el corresponsal europeo del diario argentino
“Clarín” con el seudónimo de François Lepot. (Dirá: “Lo de François Lepot
no fue una tilingada para ponerme nombre francés, sino porque mi nombre
estaba prohibido y no podía recibir giros. El Banco Central era el que
autorizaba la salida de dinero al exterior, entonces me puse Lepot, que en el
argot francés es equivalente al ‘gomía’ de nuestro lunfardo”). La Guerra de
Malvinas, años más tarde, lo mostrará como un excelso periodista, donde la
lectura de sus notas se vuelve imprescindible para entender el conflicto bélico
con el imperio británico. Falleció el sábado 27 de febrero de 2010. Sus
familiares, a pedido póstumo de Don Enrique, solicitaron que no se enviaran
ofrendas florales y que el importe destinado a aquellas, fuese enviado al
comedor infantil “Estrella de Belén” ubicado en el barrio YPF, Manzana 22,
Casa 46 de la ciudad de Buenos Aires.
OLIVA, Isidro Natalio. De profesión enfermero. 28 años de edad. Militante
de Juventud Peronista, sufrió persecución en San Juan, lo que lo llevó a buscar
otros aires. Estaba casado con Evelina Rosa Ávila (ver su registro). Fueron
secuestrados el 10 de mayo de 1977 en Morón, provincia de Buenos Aires.
Sus tres hijas fueron dejadas en la casa de una vecina donde fueron
recuperadas por su abuela paterna. Un árbol con su nombre puebla el “Bosque
de La Memoria” levantado en la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional de San Juan.
OLIVA, Leticia Margarita. “Naty”. Nacida en Plaza Huincul, Neuquén el 26
de agosto de 1948. Su primaria la hizo en la Escuela Provincial Nº 5 de Bahía
Blanca y la secundaria en el Colegio Nacional Río Gallegos y Colegio
Nacional General Roca. Hizo Psicología Clínica en la UBA. Al igual que su
marido, Orlando René Méndez (ver su registro) militaba en Montoneros.
Luego de la muerte de éste, abandona la militancia y cambia de domicilio y de
ciudad, sin embargo igual es secuestrada y desaparecida, el 27 de diciembre de
1978, cuando vuelve a su casa (Gascón 619, 5º C. Buenos Aires) desde la
clínica donde trabaja. Los militares que se la llevan, previamente la golpean y
vendan sus ojos. Todos contra ella; todos contra una mujer a quien acompaña
su hija de tres años. A sus ojos, una subversiva peligrosa sin lugar a
dudas……
OLIVA, Néstor Alberto. Nacido en Pozo Verde, Departamento Rivadavia,
provincia de Salta, un 7 de abril de 1950. Militante de Juventud Peronista en la
ciudad capital salteña. Estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad
Nacional de esa provincia (activo militante del centro de estudiantes) y
además trabajaba en la obra social o la mutual de dicha Universidad. Tenía
llegada directa al rector Holver Martínez Borelli (ver su registro).
Secuestrado-desaparecido en tanto cumplía con su servicio militar obligatorio,
el 13 de octubre de 1976. (Brigada VIII de Infantería de Montaña de
Mendoza). Los mismos militares que lo secuestraron, a la familia, le dijeron
que Néstor Alberto Oliva estaba prófugo, que había desertado.
OLIVARES, Andrés Luis. Su familia es originaria de Huaco un pueblo que
forma parte del Departamento Jáchal ubicado al Norte de la provincia de San
Juan. A los 4 años se va a vivir con sus padres a San Juan Capital. La primaria
la hace en el Colegio Don Bosco hasta que a los 9 años de edad se integra a un
Seminario de Córdoba para luego cambiarse a otro de Río IV: el de La
Sagrada Familia. Luego pasa a un tercero, que es el Seminario Mayor de
Córdoba. Comienza sus estudios de Abogacía. Enrolado en la Teología de la
Liberación pasa a a trabajar con sectores pobres de la sociedad, brindándoles
su esfuerzo y ayuda. Rápidamente pasa a identificarse de lleno con la doctrina
peronista pese a que venía de una familia de la Unión Cívica Radical (UCR).
Solía ir de visita a la casa paterna anunciando su llegada con un estentóreo
¡Viva Perón! para revolver un poco el avispero. Sufre un par de allanamientos
en su alojamiento de Córdoba pero no lo comenta en el seno familiar. Vencida
la prórroga gestionada oportunamente debe presentarse para cumplir con el
servicio militar obligatorio en el Regimiento de Infantería de Montaña 22
(RIM 22) de San Juan; su miopía que no le permitía ver más allá de dos
metros sin anteojos, hace que cumpla solamente funciones de estafeta de
Intendencia, encargándose de llevar y traer cosas al cuartel vestido de civil.
Luego de su baja decide radicarse en Rosario. Será sereno de una obra en
construcción lo que le permitirá hacerse de alojamiento gratis. El 28 de
febrero de 1977 a eso de las 3 de la mañana un grupo de tareas lo saca por la
fuerza de su morada. Su tío mueve influencias para dar con su paradero. El 2
de marzo de ese mismo año un oficial del Ejército le anuncia que su sobrino se
ha suicidado arrojándose a las vías del tren y que pase a buscar su cuerpo por
Funes, una localidad que se encuentra a menos de 15 km. de Rosario.
OLIVENCIA, Daniel Horacio. Nacido en Mendoza el 7 de octubre de 1950.
Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Fue
presidente del Centro de Estudiantes en la Facultad de Antropología.
Secuestrado-desaparecido el 2 de enero de 1977, en la ciudad capital de
Mendoza. Trata de resistir su secuestro y después de una persecución
protagonizada por patrulleros de la policía provincial, es herido de bala en las
proximidades de Avenida España y República del Líbano y llevado con rumbo
desconocido por uno de los rodados intervinientes.
OLIVERA, Edgardo. Natural de Río Gallegos, Santa Cruz. Sus compañeros
le decían “El Águila” porque no veía un pomo. Provenía del Movimiento de la
Juventud Peronista y fue uno de los guerrilleros de las Fuerzas Armadas
Peronistas (FAP) apresados en Taco Ralo, Tucumán, en septiembre de 1968.
También Durante la última dictadura militar la pasó en prisión por ser fiel a su
ideario peronista revolucionario.
OLIVERA, Juan Manuel. “Gabriel”. “Chino”. “El Cura”. 23 años. Casado.
Empleado público. Peronista. Oficial Montonero que tenía a su cargo la zona
sur de San Miguel de Tucumán y del Barrio San Cayetano que sigue hoy tan
pobre como en aquel entonces. Secuestrado-desaparecido el 19 de octubre de
1976 en la vía pública en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Visto en la
Cárcel de Villa Urquiza antes de su asesinato. De un poema a su novia que
ésta aún conserva: “¿Estará, recién hoy, madurando nuestro amor? Seamos
fuertes. Sintámonos inquebrantables, como en la lucha. Seamos en este
momento dos guerreros que ansiosos pelean y arriesgan sus vidas con la fe
prendida en los labios, como en la mano se desliza un fusil, convencidos de
que juntos recorreremos el camino a la victoria final”.
OLIVERA, Martiniana. “Marta”. 38 años. Llegó al barrio de La Boca a fines
de marzo de 1970, con su marido y sus cinco hijos: Daniel, Alberto, Alejandra
y los mellizos Viviana y Marcelo. Marta comenzó a militar en una Unidad
Básica ubicada en Melo y Alvarado y luego se pasó a otra, la U.B. “Daniel
Serri” que dependía de la J.P. y Montoneros. Era un local pequeño que
compartía el patio con un conventillo. Allí se daban clases de apoyo escolar,
de guitarra, cocina, costura. Marta era ama de casa, había sido empleada de
limpieza en las oficinas de Mercedes Benz y cuando su marido consiguió un
trabajo para dar de comer a toda su familia, ella se dedicó de lleno a la
militancia. El 8 de octubre de 1976 a las 2 de la mañana, en Alvarado 942
(Barracas), fue secuestrada-desaparecida junto a su hijo Daniel Horacio Levy
(ver su registro). Fue un operativo militar de alrededor de 100 personas que
rodeó la manzana, se apostaron en techos vecinos e ingresaron al domicilio 20
hombres fuertemente armados.
OLIVERA, Rafael. “Palito”. “Santiago”. Fue el séptimo de 11 hijos. Ex
alumno del Colegio del Salvador de Buenos Aires, regido por curas jesuitas.
Nació el 16 de abril de 1946 en Capital Federal, barrio de Flores. Su padre
Jorge, fue médico higienista del Ejército y su madre Fanny Palacios, sobrina
del socialista Alfredo Palacios. De jovencito fue parte de la Acción Católica
Argentina (ACA). Recibido de Bachiller ingresó a la Universidad Católica
Argentina (UCA) para cursar la carrera de Sociología. Allí la conoció a Nora
Rodríguez Jurado (ver su registro) con quien se casó en 1969 y tuvo 4 hijas.
Ya graduado partió con su esposa, becado a Alemania, para seguir sus
estudios. Volvieron a la Argentina en 1972. Se va a vivir a San Juan donde se
desempeña como Profesor de la Universidad Nacional de Cuyo. Abraza la
causa peronista y como integrante de la Juventud de dicho Movimiento,
realiza trabajo social en los barrios más carenciados de la zona, participando
activamente además, en la vida parroquial de la Capilla de Nuestra Señora de
Guadalupe. Con su mujer seguían siendo católicos practicantes de misa
dominical. Bien dice su hija María del Rosario: “Mi padre era un hombre de fe
y creía en la igualdad entre las personas”. Se suma a Montoneros y a fines de
1974 aproximadamente –conjuntamente con su esposa que abraza la misma
causa- son trasladados por orden de la organización a Mendoza, donde
comienzan a vivir en forma clandestina. El 12 de julio de 1976, al salir de su
casa de la ciudad mendocina de Guaymallén, barrio Villanueva, es
secuestrado-desaparecido para siempre. Iba en bicicleta cuando se le apareció
un tipo escondido que trató de detenerlo, advertido de la maniobra, “Palito”
Olivera trató de escapar, pero fue herido en una pierna, golpeado en la cabeza
con culatazos y secuestrado en un auto que partió raudamente. El sujeto aquel
de la agresión, era nada menos que Ricardo Alberto “Meneco” Olivera, su
primo, Jefe de Policía provincial y encargado de la Inteligencia zonal, que
revistaba con el grado de Teniente Coronel en el Ejército. Al día siguiente fue
secuestrada su esposa Nora y sus cuatro hijas quedaron huérfanas hasta que el
abuelo paterno Jorge Olivera (General de Brigada Médico) pudo recuperarlas.
Este hombre habló luego con su sobrino represor, para saber la suerte de su
hijo e hija política. La respuesta fue escueta: No los busques más. Están
muertos”.
OLIVESTRE, Roberto Héctor. 40 años. “Gitano”, “Perro”. “Chiche” para
su familia. Hincha fanático de Lanús en nuestro fútbol. Creció en el barrio, fue
un peronista con su compromiso militante intacto hasta último momento.
Militante de JTP y delegado obrero metalúrgico en “Prati-Vázquez Iglesias”
fabrica de acoplados de Lanús y luego en la comisión interna en la fábrica
Royo, de Pompeya. Lo fueron a buscar el 30 de julio de 1976 a su casa y
luego de torturarlo delante de su esposa e hijos se lo llevaron con rumbo
desconocido. En abril de 2009, la familia de Olivestre recibió la noticia de la
identificación de los restos óseos, de quien impunemente, había sido fusilado
y dinamitado en la denominada “Masacre de Fátima” junto a otras 29 personas
el 20 de agosto de 1976, a manos de la Policía Federal. La inhumación de sus
restos tuvo lugar el sábado 29 de agosto de 2009 a las 14 hs. en un acto
público desarrollado en el cementerio de Lanús. Allí alguien dijo: “Delegado
de la Comisión Interna en formación (en Royo), el compañero seguirá en
nuestra memoria como un hombre alegre, eterno amante de la vida, con
capacidad para formar compañeros con su ejemplo, articular políticas, para
seguir también formándose; él creía en la militancia, honraba la solidaridad,
era la expresión cabal de la generación del ’70. Después de 33 años
desaparecido, vuelve desde donde lo quisieron ocultar, desaparecer, con su
nombre rescatado del olvido, para ser memoria viva. El compañero ha vuelto a
su Lanús querido para cerrar su larga ausencia; fue salir del anonimato que es
ser N.N.; es devolverle su identidad a pesar de la máquina del terrorismo de
Estado”.
OLIVIER, Hilda Inés. Hilda Inés Olivier de Santilli. Militante montonera,
conocida por su gracia y encanto como “Sissi” ó “La Condesa”. Caída en
combate en Córdoba, -junto a otros compañeros- cuando una casa operativa de
la conducción regional, fue cercada por el Ejército. Eso ocurrió el 9 de marzo
de 1977. Estaba embarazada.
OLIVIER, Patricia Silvia. Peronista montonera. Secuestrada-desaparecida el
11 de abril de 1977 por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la
Armada (ESMA), a la edad de 24 años. Era dibujante técnica. Esposa de Luis
Esteban Matsuyama, también secuestrado-desaparecido (ver su registro).
OLIVO, Juan Antonio. “Tonito”. Ligado a la Teología de la Liberación.
Campesino peronista. Militante y delegado en las Ligas Agrarias de
Corrientes. Aspirante montonero. 29 años. Casado. Secuestrado-desaparecido
en Perugorria, Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes, el 16 de marzo de
1977. Emilio Olivo, su padre rememora: “Nunca más supimos de nuestro hijo.
Cuando le pregunté a la policía por qué se lo habían llevado me dijeron que
era un subversivo. Y entonces les pregunté: ¿Qué es un subversivo?”. Se
sospecha que sus restos, conjuntamente con los de sus compañeros Justo José
Pelozo y Pantaleón Romero, también de Ligas Agrarias, fueron tirados al río
Miriñay, entre febrero y marzo de 1977, atados con alambre a bloques de
piedras y concreto. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)
está trabajando sobre este caso. El 23 de noviembre de 2007, en la Plaza 25 de
Mayo, el Gobierno de la Provincia a través de la Subsecretaría de Derechos
Humanos y en forma conjunta con la Municipalidad de Perugorría, le
rindieron un homenaje a él y a los otros tres vecinos “desaparecidos” de ese
lugar, a través de un monumento alegórico, donde puede leerse: “Homenaje
del Pueblo de Perugorría a sus hijos desaparecidos durante la Dictadura
Militar 1976-1983”.
OLMEDO, Carlos Enrique. Nació el 5 de enero de 1944 en Asunción del
Paraguay. Su padre era un prestigioso médico paraguayo, su madre argentina.
Queda huérfano desde muy pequeño. El secundario lo hace en el Colegio
Nacional Buenos Aires, donde descolla por sus altas notas e inteligencia
innata. A punto tal que en tercer año obtiene un puesto de celador, lo que le
permite mantener una excelente relación con todos los alumnos. Egresado con
las más altas notas, estudia Medicina para darle el gusto a su madre, pero
luego abandona y se dedica a su verdadera pasión: la Filosofía. Para ese
entonces militaba en la Federación Juvenil Comunista (FJC) y en el Centro de
Estudiantes de esa Facultad de Ciencias Sociales. Estuvo becado en Francia
por sus estudios, graduándose en la Sorbona. Rompe con el comunismo e
integra el grupo fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y
recibe instrucción militar en Cuba. Pasa a ser “Germán”, “José” ó “El Rubio”.
Como cobertura legal trabaja como directivo en la Fundación Gillette e
inclusive sus amigos recuerdan con una carcajada, cuando fue invitado por
Mirta Legrand a uno de sus almuerzos, en función del cargo que desempeñaba
en esa multinacional. En 1970 debió pasar a la clandestinidad, luego de que un
miembro de las FAR, Marcelo Verd, bajo torturas, revelara las identidades de
varios miembros de dicha organización revolucionaria. Mirta Clara, cuenta
una anécdota muy graciosa que tuvo como protagonistas a Olmedo y al poeta
Francisco Urondo, los tres en las FAR. Carlos Enrique estaba clandestino
como dije y buscado hasta los tuétanos. Iba en un auto amarillo patito que
conducía “Paco” Urondo y que era propiedad de éste. Llegan frente a la
vivienda a donde va a hacer noche Olmedo, pero enfrascados en una
conversación política pasan más de media hora estacionados en la puerta de la
casa. De pronto un patrullero se les acerca y se pone al lado del Volkswagen.
Con una rapidez e inventiva total, Carlitos Olmedo lo abraza profundamente a
“Paco”, como si fuera su pareja y lo besa estruendosamente haciéndolo
desaparecer de escena tirándolo hacia él mismo para cubrirse sus rasgos
faciales. El canerío, tranqui, sigue de largo pensando que se topó con una
pareja calenturienta de trolos en acción. Fue para llorar de risa el impacto que
esa escena produjo en Urondo y como se lo contaba escandalizado luego a sus
compañeros de militancia. Jodas aparte, aún hoy se recuerda a Olmedo por su
brillante discusión teórica, a principios de 1971, con miembros del Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP), con respecto al rol revolucionario del
peronismo, que él defendía con ahínco y pruebas concretas. Muere a la edad
de 28 años, el 3 de noviembre de 1971, como militante de las FAR e
integrando un comando armado de las Organizaciones Armadas Peronistas
(OAP) -de efímera existencia-, cuando intentaba con otros compañeros
secuestrar a un alto ejecutivo de la empresa Fiat de Córdoba, en conflicto con
su personal, al negar la representatividad del sindicato Sitrac-Sitram. Según
Jorge Lewinger, “si alguien pudo considerarse un verdadero orientador de
nuestra generación, mucho más allá de las fronteras de nuestra primigenia
organización, ese fue sin dudas, Carlos Olmedo (...) Fue la expresión cabal de
quien supo transformar la rebeldía y el conocimiento en energía
revolucionaria. Como con Galileo, semejante herejía fue tempranamente
quemada en la hoguera de la represión”.
OLMEDO, Osvaldo Horacio. Hermano del anterior. También paraguayo.
Proveniente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), estuvo en el
copamiento de la localidad de Garín en la provincia de Buenos Aires, y
detenido desde 1971 hasta 1973 cuando la amnistía presidencial le devolvió la
libertad. Luego de la fusión y con el nombre de guerra “Miguel”, llegó a ser
oficial del Ejército Montonero con el rango de Teniente, pero por sus
características liberales e individualistas, sufrió una despromoción, como se
verá a continuación. Se va de Argentina en diciembre de 1977. Estando de
vuelta en nuestro país en 1979, tiene a su cargo el grupo N° 2 de las Tropas
Especiales de Infantería (TEI) y recibe instrucciones de realizar una operación
militar de aniquilamiento sobre el Dr. Alemann, funcionario directo y dilecto
del ministro de Economía de la dictadura militar, José Alfredo Martínez de
Hoz. Como no cumple con esa directiva es despromocionado y obligado a
retirarse al exterior. Viaja a España. Su negativa tenía que ver con una
discusión política en el seno de su organización y no por falta de decisión o
coraje, si se tiene en cuenta que Olmedo había sido uno de los organizadores y
actores de la voladura de la casa de Walter Klein, otro funcionario de
Economía, algún tiempo atrás. Sobrevivió a la dictadura militar y nada se supo
de él, hasta el 10 de diciembre de 1988, cuando la esquina de la avenida Juan
Bautista Alberdi y Fonrouge, una zona muy comercial y poblada del barrio de
Mataderos, se vio alborotada por un tiroteo que dejó como saldo un custodio
de valores muerto y también uno de los pistoleros abatido. Ocurrió en el
Banco Mercantil de la zona. El custodio era un suboficial de la Armada ya
retirado de la Fuerza (Mario Bernardini) que iba a depositar una suma grande
de dinero y el “pistolero”, Osvaldo Horacio Olmedo.
OLMOS, Alejandro. Nacido en el Jardín de la República, Tucumán, el 1° de
mayo de 1924. Fue uno de los más comprometidos y entusiastas integrantes de
la Comisión Popular Argentina, creada en 1950 con el fin de repatriar los
restos del Brigadier Don Juan Manuel de Rosas injustamente olvidados en el
extranjero por la prédica sarmientina y mitrista. Caído Perón en 1955 se suma
a la Resistencia Peronista y a su cargo estará la dirección de un diarito que
hará época: “Palabra Argentina”. Desde sus páginas, Olmos defendió los
intereses nacionales y los derechos del pueblo proscripto por la violencia de
las armas gorilas. Trabajó por la vigencia y la unidad del Movimiento
Peronista y realizó la “Marcha del Silencio” –una verdadera bofetada en el
rostro de la dictadura setembrina de Aramburu y Rojas- en homenaje a
quienes fueron fusilados en junio de 1956. Desafió la represión del decreto ley
4.161 y los tribunales militares del Plan Conintes. En 1959 sufre
persecuciones y cárcel. Indignado por la entrega descarada del patrimonio
nacional llevada adelante por la última dictadura militar de la mano de su
ministro de Economía Martínez de Hoz, comienza a recopilar pruebas de la
infamia y en 1982 le inicia juicio a los responsables del latrocinio, centrando
el objetivo en el desmesurado crecimiento de la deuda externa, tan artificial
como ilegítima. En tal sentido edita de su peculio “Todo lo que usted quiso
saber sobre la deuda externa y siempre se lo ocultaron. Quienes y cómo la
contrajeron”, publicación que ya va por su quinta edición. Al momento del
golpe militar de 1976, la deuda externa era de 7.633 millones de dólares. La
dictadura multiplicó por cuatro esa cifra. Como se sabe del endeudamiento
privado se hizo cargo el Estado. Se beneficiaron las más grandes y poderosas
empresas y bancos que operaban en nuestro suelo. El juicio llevado adelante
por Alejandro Olmos durará 18 años y si bien en julio de 2000 el juez
sobresée a los imputados; debido al cúmulo de documentación aportada y al
tenor de la misma, da intervención al Congreso de la Nación para que
intervenga sobre el tema. Olmos expiró sin saber la sentencia; el 24 de abril de
2000. Está en nuestros corazones y voluntades para siempre, inmortal, por
argentino y por patriota.
OLMOS, Amado. Nacido en 1918. Rosarino. Obrero. Miembro de la Mesa
Coordinadora de las “62 Organizaciones Peronistas”. Secretario de la
Federación Argentina de Trabajadores de la Sanidad. Fue uno de los mentores
de la necesidad de conformar un “partido obrero” para enfrentar a las
dictaduras de turno desde 1955 en adelante. A su insistencia en el tema, se
debe la creación de la “Unión Popular” en 1962, que ganó las elecciones a
gobernador en la provincia de Buenos Aires, con la figura del sindicalista
textil peronista Andrés Framini. Fue un opositor al “participacionismo”
vandorista que no era otra cosa que una traición a Perón. En un reportaje que
le efectuó la revista “Primera Plana” en diciembre de 1967, se lo presenta así:
“Un par de revoluciones –la de 1955, que derrocó a Perón y la de 1962dejaron truncas las ambiciones políticas que Olmos jamás ocultó: la primera
vez retuvo una banca de Diputado Nacional por el Partido Peronista, sólo 4
meses y 15 días; hace 5 años, electo por el Frente Justicialista de la Provincia
de Buenos Aires, el sanitario solo ocupó su escaño simbólicamente, el 20 de
mayo de 1962, durante una apurada reivindicación del sistema parlamentario
que el Gobierno de Guido ahogó con la fuerza policial. Más duraderas, por
cierto, fueron las estancias de Olmos en las cárceles: como preso político,
residió en Caseros, Rawson y Bahía Blanca, a lo largo de 1956; al año
siguiente estuvo en la Penitenciaría Nacional; en 1959 visitaría otra vez este
edificio. Por fin, Olmos fue confinado a Caseros, una vez, en 1960 –debido a
su oposición a Frondizi- y nuevamente fue encarcelado en Rosario, en 1960,
por haber participado en la asonada del General (peronista) Miguel Ángel
Iñiguez”. Es que Olmos tenía bien en claro por donde pasaba la lucha por la
liberación nacional: “Cuando Perón abandona el país, los únicos que no
renuncian, los trabajadores, no tenemos con que luchar (…) El Peronismo es
el vehículo revolucionario de esa Argentina que se nutre en las grandes masas
laboriosas y en los ‘cabezas negras’: esa es su grandeza y su vigencia. Quienes
pretenden desdibujarnos, quienes quieren complicarnos con el régimen y
convertirnos en otro apéndice del mismo, esos no pueden estar a nuestro lado,
esos no pueden llamarse peronistas. Las banderas de la Soberanía Política, la
Justicia Social y la Independencia Económica, las salvamos nosotros, los
trabajadores, cuando toda una clase de dirigentes las habían abandonado. Ese
es nuestro mérito histórico (…) Aquí tenemos que dividirnos entre los
entreguistas y los que no queremos entregarnos. Entre los que están con el
imperialismo y los que somos antimperialistas; entre los que queremos el país
y los que están contra el país”. Amado Olmos junto con John William Cooke,
siempre alentó entre los activistas del peronismo del que formaba parte, un
giro a la izquierda más pronunciado del Movimiento, que ofreciera
naturalmente una salida insurreccional. Al respecto la escribió a Perón: “Si en
España no puede usted instrumentar sus planes de retorno, viaje a Cuba”.
Falleció el 27 de enero de 1968 en un accidente automovilístico en Villa
María, Córdoba.
OLSON LATTA, Chris Anna. Nació en Berkekey, California, Estados
Unidos el 6 de agosto de 1946. Hija de Carl Olson y Monna Latta. Había
cumplido con sus estudios universitarios en el Occidental College en
California y luego con estudios de postgrado en la Universidad de California.
En nuestro país estudiaba Psicología en la Universidad de Córdoba. Medía un
metro sesenta y cinco y era rubia de ojos verdes. Separada de su marido,
estaba en pareja con un obrero peronista, Julio César Yañez (ver su registro).
De su primer matrimonio tenía una hija de cinco años llamada Carola. Julio
César Yañez fue secuestrado por una patota militar el 28 de septiembre de
1976. Chris huyó y se refugió en casa de amigos, hasta que fue detectada por
la policía y asesinada, el 19 de octubre de ese mismo año, cuando intentaba
huir por los techos de la casa que la albergaba. Estaba embarazada de 5 meses.
Tenía 30 años.
OMAR, Claudia. “Mari”. 21 años. Militante montonera caída en combate en
Rosario, el 31 de diciembre de 1976. Vivía en Balcarce 742, 8º piso. Cercada,
saltó al vacío para no caer con vida. Estaba embarazada de dos meses de Raúl
Horton (ver su registro). Y para datos del enfrentamiento, ver el registro de
María Cristina Luchessi. El hermano de “Mari”, Gabriel Omar, secuestrado y
luego liberado por la dictadura militar se expresa de éste modo: “Me
preguntaron en una entrevista, como creía yo que mi hermana hubiera querido
que la recuerden. Sentí que eso suponía que ella tendría que haberse
imaginado heroica o algo así; pero Claudia siempre fue de una generosidad y
una dulzura que no puedo imaginarla pensando en trascender, queriendo que
la recordaran por nada que hiciera, que su lucha era por un futuro para todos y
por la vida”.
ONGARO, Alfredo Máximo. Hijo de Raimundo, el secretario general de la
CGT de los Argentinos y carismático líder del gremio de los Gráficos y del
peronismo combativo en las décadas del ’60 y ’70. Alfredo fue asesinado por
la Triple A, el 7 de mayo de 1975 de 10 balazos. El Partido Montonero, post
mortem, le otorgó la condecoración “Mártires del Pueblo” en su grado mayor.
En plena dictadura militar, con motivo del cuarto aniversario de su asesinato,
la Federación Gráfica Bonaerense y la Agrupación Gráfica Lista Verde,
pudieron quebrar el cerco informativo e imprimir una pequeña solicitada en el
diario “La Prensa” y un suelto en “Crónica”: “Alfredo Máximo Ongaro.
Q.E.P.D. Cuando mis rodillas tocaron tierra, mis ojos se inundaron de cielo”.
ONOFRE CASADO, Gaspar. Nacido en Azul, provincia de Buenos Aires, el
21 de noviembre de 1955. Estudiante de Derecho. Familiarmente le decían
“Quinto” ya que ese era su lugar en la familia: el quinto hijo. Militante
montonero que actuaba con el nombre de “Manuel” y el grado de Teniente.
Secuestrado junto a su compañera Adriana Leonor Tasca, “Clara”
(embarazada de 6 meses), el 5 de diciembre de 1977. Ella también militaba en
Juventud Universitaria Peronista (JUP) en Derecho, en la Facultad de La
Plata. Antes de su muerte, fue vista en “La Cacha” y él en la ESMA. Adriana
era natural de Mar del Plata y en esa ciudad balnearia había nacido un 20 de
abril de 1955. El hijo de ambos, el hijo de Gaspar y Adriana, un joven de 28
años (Sebastián José), fue recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo en
febrero de 2006.
ONOFRI, Hugo Luis. “Loro”, “Lorenzo”. Combatiente montonero con el
grado de Oficial 1°. Comenzó a militar en la villa La Cava de San Isidro a
principio de los ’70. Fue responsable de Logística en la Columna Norte hasta
fines de 1975. A partir de ese momento, vivió y militó en el Sur bonaerense
donde tuvo un nivel destacado. Algunos de sus compañeros lo recuerdan como
una persona seria y compenetrada completamente con su militancia: lo que
podría definirse como un “duro” con un alto compromiso y capacidad militar.
Por lo que se entiende entonces que haya participado en algunas de las
operaciones más resonantes de la Columna Norte. Lo secuestraron en el barrio
de Boedo, Avenida La Plata e Inclán, el 20 de octubre de 1976, el nefasto día
de las “citas nacionales” y fue llevado a la Escuela de Mecánica de la Armada.
Su secuestrador y torturador fue el oficial de Marina Francis William “Duque”
Whamond. El “Loro” Onofri murió en la tortura; un compañero de cautiverio
sobreviviente, Lisandro Raúl Cubas, declaró: “... los oficiales de Marina
decían que el ‘Loro’ era muy duro, que no quería hablar y que se les había
‘quedado’ (muerto) en la máquina...” Rosita, su compañera y sus dos hijos
fueron secuestrados al año siguiente, pero sobrevivieron. Su sobrino, el
historiador Federico Lorenz le dedicó un hermoso y sentido poema
denominado “Arquitecto” que versa sobre la historia que se armó Onofri para
no “cantar la justa” ni mandar “al frente” a nadie y que termina así: “...Porque
hay que hablarle a los compañeros / de esa casa / mientras aún lo buscan / en
el cielo de la Patriecita / herida por la Armada”.
ORDOÑEZ, Mario Ángel. Nacido el 13 de abril de 1951 en Tucumán
Capital. Militante de Juventud Peronista. Conocido con los sobrenombres de
“Acos” y “Negro”. Cursó estudios secundarios en la ENET Nº 2. Ingresó a la
Universidad Tecnológica Nacional – Regional Tucumán en el año 1972, en la
carrera de Ingeniería Mecánica. En 1973 pide el cambio a la carrera de
Ingeniería Electrónica. Trabajaba en Grafanor como empleado de calificación
técnica. Secuestrado-desaparecido a la edad de 25 años en San Miguel de
Tucumán, el 27 de mayo de 1977.
ORELLANA, Haydée Mercedes. Nacida en Avellaneda, provincia de
Buenos Aires, el 23 de diciembre de 1950. Militante peronista en Temperley,
otra localidad sureña del conurbano bonaerense. Ayudaba a la organización de
los vecinos a través de la Unidad Básica “Capuano Martínez” de gran
predicamento en la zona. De carácter reservado y callada siempre se jugó por
sus ideales y por su pueblo. Secuestrada-desaparecida el 20de septiembre de
1976.
ORELLANO, José María. Morocho (de ahí uno de sus apodos: Negro),
bostero y peronista. Jugaba al fútbol de centrohalf con mucha marca y garra
como característica propia. Le gustaba bailar, la ropa colorida y pantalones de
cuero. Amante de la historia argentina hizo trabajos sobre el padre de la Patria,
don José de San Martín. Egresado del colegio “Carlos Pellegrini”. Antes,
ocupó la escuela para pedir la modificación de los planes de estudio que eran
anacrónicos y el funcionamiento del centro de estudiantes, temas hasta
entonces prohibidos en el “Pellegrini”. La noche del 22 de agosto de 1972 no
entró a clases y marchó al acto que se hizo para repudiar el fusilamiento de los
compañeros de Trelew. Fue mochilero. Trabajó donde pudo. Estudiante de la
carrera de Historia en Filosofía y Letras con uno de los mejores promedios
existentes. En 1973, como tantos pibes esperanzados en un cambio votó a
Cámpora y a Perón. Militante y referente en su facultad, de Juventud
Universitaria Peronista (JUP). “Tipi” Orellano pasa a desempeñarse en el
ámbito territorial de Sur Provincia como cuadro montonero, bajo el alias de
“Fernando”. Pese a perder a su primera compañera –Virginia- siguió
luchando por una sociedad más justa e igualitaria en condiciones sumamente
desfavorables. Nunca se le ocurrió irse del país. Fue secuestrado el 14 de abril
de 1978 en el barrio de San Telmo, cuando llegaba a la casa de su “Vieja”
para hacerse de un pulóver ya que su novia Ana que lo acompañaba, tenía frío.
A ésta después la largaron pero por la tortura perdió un embarazo. Luego de
desaparecer Orellano, su madre –obrera del vestido- si bien nunca opinó
sobre la militancia de su hijo, estuvo orgullosa de él, y lo buscó
incansablemente. Según una versión, ella con el tiempo enloqueció y murió en
un establecimiento neuropsiquiátrico.
ORFANÓ, Guillermo Lucas. “Guille”. Nacido el 28 de octubre de 1955, era
un cuadro de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y de Juventud
Peronista (JP). Fue secuestrado-desaparecido el 2 de diciembre de 1976, en la
vía pública (Lavalle y Pasteur. Capital Federal) Y fue visto en el CCD ESMA
antes de su asesinato. Como ex alumno del Colegio Nº1 “Bernardino
Rivadavia” de Capital Federal, en su homenaje, hay un aula con su nombre.
ORFANÓ, Lucas. Militante del Partido Peronista Auténtico (PPA). Padre de
Guillermo y Pantaleón, fue uno de los principales referentes de las
organizaciones de Derechos Humanos forjadas en nuestro país al calor de la
lucha contra la dictadura militar. En septiembre de 1976 fue partícipe de la
fundación de “Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones
Políticas”. También él fue secuestrado junto a su esposa Lilia en Coordinación
Federal (4 de agosto de 1976) y escuchó los gritos de su hijo Pantaleón en
tanto lo estaban torturando en una dependencia contigua. Apenas liberado,
sufrió un intento de asesinato por otra banda de represores. Falleció en
septiembre de 1986 y sus restos antes de buscar el descanso eterno, fueron
llevados por un cortejo de familiares y compañeros hasta la cárcel de Villa
Devoto, para que los presos políticos aún existentes –y por cuya liberación
tanto luchó- pudieran rendirle su último homenaje desde una amplia ventana
enrejada. Antes hablé de su esposa Lilia. Esta era huérfana de padre y mucama
de chica. Peronista desde joven “por las injusticias...”. Militó junto a su
marido en el PPA en trabajo barrial: ir casa por casa dejando información,
timbrear, afiliar gente, etc.
ORFANÓ, Pantaleón Daniel. “Lali” Orfanó como gustaba que lo llamaran
para poder eludir su primer nombre, nació el 11 de junio de 1951 y fue
secuestrado-desaparecido, el 30 de julio de 1976 en la intersección de
Corrientes y Libertad de nuestra capital, alrededor de las 19,30 hs. También
era militante de la Juventud Peronista (JP) como su hermano. Es posible que
haya sido una de las víctimas de la matanza de Fátima en provincia de Buenos
Aires.
ORGAMBIDE, Pedro. Ese era su nombre artístico, como se lo conocía.
Nació en 1929 con el nombre completo de Pedro Isaac Gdansky Orgambide.
Narrador, novelista, poeta, ensayista y dramaturgo. Gustaba del box, la danza
y el tango. Trabajó como peón de campo y como creativo publicitario para
ganarse la vida. Su tríptico de novelas históricas: “El arrabal del mundo”,
Hacer la América” y “Pura memoria” permiten reconstruir la idiosincracia de
gran parte de nuestro pueblo. Hombre del campo nacional y popular debió
exiliarse luego del golpe militar de 1976 y no dudó en sumar su pluma y su
voluntad al Movimiento Peronista Montonero (MPM) a través de su Rama de
Escritores, Intelectuales y Artistas. En un acto con motivo del 25 de mayo de
1976 en México, recordó: “En algunos viejos números de la revista ‘Caras y
Caretas’ se pueden ver las fotografías de unos mendigos, en los portales de las
iglesias. Y debajo, un nombre: Fulano de Tal, guerrero de la Independencia.
Hombres que no tienen estatuas, pero que hicieron la Historia. A esos hombres
queremos honrar en este día. A los que nos dieron la independencia, a los
gauchos anónimos de las montoneras, y también a los pobres milicos, como
Martín Fierro, que dejaban el fortín o que morían en el desierto, como
recuerda el comandante Prado, confundiendo su sangre y sus huesos con los
de nuestros hermanos, los indios, a los que iban a matar. Sobre ellos –como
también recuerda Prado- los estancieros volvieron a imponer una política
feudal, la aristocracia de las vacas, la moneda de cuero de la oligarquía. Esos
‘señores’ son los abuelos de estos ‘caballeros’ -como llama Jorge Luis Borges
a los dictadores que hoy usurpan el poder-. Aquellos señores, estos caballeros
son los que apuntaron con sus fusiles a los obreros de Vasena en la Semana
Trágica de 1919, ó en la Patagonia, ó el 1° de mayo de 1909; los que
despreciaron a nuestro abuelos inmigrantes –españoles, italianos, polacos,
judíos, árabes-, a los queridos compañeros de las primeras décadas de este
siglo, anarquistas, socialistas, comunistas; los que insultaron a la ‘chusma
radical’ de Yrigoyen; los que llamaron ‘aluvión zoológico’ a los descamisados
de Perón el 17 de octubre de 1945; son el brazo armado de la oligarquía
cazadora de indios, los capataces de la explotación de los obrajes en la selva
misionera, la policía de la zafra. Ese es el triste, mísero pasado que pueden
ostentar los usurpadores. El pueblo en cambio, es dueño de una historia
heroica y limpia, que no se hace hoy con grandes nombres, sino con la
resistencia diaria frente a la propuesta imperialista. Y cuando digo pueblo, no
digo una abstracción: digo la señora que esta mañana en la Argentina planchó
el guardapolvo de su hijo; el hombre que está en huelga o que trabaja a
‘tristeza’; el hombre que canta el himno en la cárcel y recuerda el olor de los
cuadernos y el banco en que aprendió a escribir, y digo que ellos están aquí,
con nosotros, y que ellos son la Historia”. En 1980 se desvincula del Consejo
Superior del MPM y forma parte de una escisión del mismo, “Montoneros 17
de Octubre”, de breve existencia. Vuelto a la Argentina el juez federal Miguel
Guillermo Pons le dictó prisión preventiva en marzo de 1987, pero quedó
exento de cumplir la misma. Esa medida persecutoria no lo apartó un ápice de
su compromiso político. En un reportaje que le hicieron tres años más tarde en
un matutino porteño, fue claro: “Los intelectuales argentinos deben definir si
están con el jolgorio neoliberal o con los padecimientos de la mayoría del
pueblo”. Yo tuve la suerte de frecuentarlo en vida. Falleció el domingo 19 de
enero de 2003, a los 73 años, víctima de un ataque cardíaco. Nuestra
Biblioteca Nacional le hizo un merecido homenaje en su sala principal, el
viernes 30 de mayo del mismo año.
ORIANSKI, Carlos Héctor. Nació en la provincia de Córdoba, en el límite
con Santiago del Estero, el 2 de abril de 1947. Al poco tiempo de nacer, con
sus padres se mudó al Chaco. En Roque Sáenz Peña, Carlos asistió a la
escuela primaria Nº 37, egresando como abanderado de la misma con la
promoción 1959. Luego de cursar la secundaria en el colegio República de
Honduras, donde se recibió de perito mercantil, Carlos decidió estudiar
Agronomía; pero debido a la temprana muerte de su padre por un cáncer de
colon, se vio obligado a dejarla, debiéndose hacer cargo del negocio de ventas
al por mayor que tenía su papá (distribución del maíz, alfalfa, cebolla, etc.).
Como ese negocio no prosperó debió cerrarlo. Ingresó como empleado
administrativo a la UCAL y al poco tiempo lo eligieron como asesor de la
Unión de Centros Cooperativistas, espacio donde conocería a Carlos Píccoli
(ver su registro). En 1969 se casa con Teresa Ozic, con quien tuvo dos hijos:
Carlos y Alejandra. Orianski para noviembre de 1970 ya figura como asesor
de las Ligas Agrarias; un mes antes le había dirigido la palabra a un millar de
campesinos reunidos en Resistencia. Milita en el peronismo revolucionario,
ligado a la organización Montoneros. Con el tercer gobierno peronista figura
como asesor del ministro de Economía José Ber Gelbard, en la Comisión
Nacional de Políticas Concertadas para el Agro. Lugar al que renuncia cuando
la derecha partidaria comienza su escalada de poder en contra de los intereses
populares. El 17 de abril de 1975 allanan su casa, pero no lo encuentran ya
que había partido hacia su trabajo. Enterado, decide pasar a la clandestinidad
sin abandonar la lucha, moviéndose por la zona de Corzuela, Charata y Las
Breñas. A mediados de 1976, Carlos asistió a una reunión en El Tacuruzal, en
la casa de Pancho Musin –colono militante de las Ligas Agrarias- en la que
también estuvieron presentes Carlos Píccoli y Osvaldo Lovey entre otros.
Existen versiones de que luego de la reunión hubo un enfrentamiento entre
Carlos y las fuerzas de seguridad, del cual Carlos logró escapar gracias a la
ayuda de un viejo colono del lugar que lo trasladó en su carro por caminos
adyacentes. A partir de allí Carlos perdió el contacto con los demás dirigentes
y militantes de las Ligas. Sobre fines de septiembre de ese mismo año, Carlos
llegó a la casa de un colono de la zona de La Montenegrina a pedir una
bicicleta para dirigirse hasta la casa de un compañero (Juan Sokol. Ver su
registro). Lo recibe una mujer que accede a prestarle la bicicleta, aunque
posteriormente relata a su esposo el episodio, y éste lo informa a las fuerzas
policiales, que estrechan el cerco. Para ese momento se había decidido que
uno de los hijos de Sokol llevara a Carlos en su auto hasta una zona cercana a
Santa Silvina, donde la dejaría con una familia de agricultores. Carlos fue
encontrado durmiendo agotado a un costado del camino por los genocidas y
llevado en un helicóptero del Ejército con rumbo desconocido, siendo el jefe
del operativo el coronel Larrateguy. Carlos Orianski se encuentra
“desaparecido” desde el 3 de octubre de 1976. Las dos familias que ayudaron
a Carlos fueron detenidas, y todos sus integrantes interrogados y torturados.
ORLANDO, Irene. A su hijo Mario Tempone, arquitecto Montonero, ya lo
habían matado en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), pero le
hicieron creer a su madre, Irene Orlando, que si daba dinero iba a salvar la
vida de su hijo. Ella fue a una cita, la secuestraron el 8 de diciembre de 1977,
le robaron el dinero y la asesinaron. Hoy una plaza lleva su nombre en
Cochabamba y Rincón. Irene fue Jefa de Departamento de Orientación
Vocacional de la UBA y formó a muchos psicólogos de la Asociación
Argentina de Roschart.
ORÓSTEGUI, Horacio Manuel. Dirigente peronista de la Tendencia.
Asesinado en Campana, provincia de Buenos Aires, el 13 de septiembre de
1973, por sectores de la derecha partidaria. Interventor en el Partido
Justicialista (PJ) de esa ciudad, ocupaba el primer lugar en la nómina de
diputados suplentes de su partido. Tenía 28 años.
ORREGO MEZA, Vicenta. 26 años. Todos en el Barrio IAPI de Temperley
la conocían como “Chela”. Paraguaya como su marido Julio Ramírez, hacían
gala de un guaraní cerrado al hablar que era incomprensible para muchos.
Sacrificados, levantaron una vivienda; muy trabajadores, abrieron luego un
almacén. Poco a poco se fueron interesando en las cuestiones sociales del
barrio y “Chela” terminó colaborando con los pibes de la Juventud Peronista
de la zona y en Montoneros. El 14 de marzo de 1977, fue secuestradadesaparecida por uniformados, junto a su compañera de militancia María
Florencia Ruival (ver su registro), cuando las sacaron de la casa sita en Nother
y Santa Cruz, partido de Almirante Brown, lugar donde habitaban. También se
llevaron a José Luis Alvarenga (ver su registro). Otra versión aparecida en el
libro “La osadía de construir poder popular”, escrito por la investigadora
Patricia Rodríguez Heidecker, dice que los tres fueron asesinados en el lugar.
ORSI, René Saúl. Nació en Alberti, provincia de Buenos Aires, el 27 de
noviembre de 1919 y cursando la escuela primaria en Los Toldos conoce a
Evita. Fue militante de FORJA hasta que Perón se incorporó a la política
argentina en 1944; a partir de ahí se hizo peronista y fue diputado provincial
para el período 1948-1952. El derrocamiento de Perón en 1955 lo sumó a las
huestes de la Resistencia Peronista. Brindó su apoyo al levantamiento fallido
del general Valle en junio de 1956. En esa oportunidad, Orsi estuvo en La
Plata a la par del teniente coronel Oscar Cogorno quien luego fuera fusilado
por la antipatria. René, si se quiere, tuvo más suerte, fue encarcelado en la
cárcel de Olmos. Docente universitario e investigador histórico; su
compromiso con la causa nacional y popular lo marginó de los premios y
reconocimientos académicos monitoreados por el sistema. Falleció el 19 de
febrero de 1999.
ORTEGA, Adriana Estela. Adriana Estela Ortega de Bianconi. Ella tenía tez
blanca y cabello marrón oscuro; bellas facciones. Militante de la Juventud
Universitaria Peronista (JUP) en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
de La Plata. Una perla aportada por Edgardo Herrera: “En casa de Adriana
conocí en aquella época, a otra estudiante de Abogacía y compañera de
Adriana: Cristina Fernández, nuestra actual presidente de la Nación”. Adriana
provenía de una familia muy peronista y combativa de Rojas, provincia de
Buenos Aires, ciudad donde había nacido el 16 de septiembre de 1954. Fue
fusilada por la dictadura militar en la ciudad de las diagonales (a la mañana en
plena calle, cerca del Regimiento 7 de Infantería), a la edad de 21 años, en
calle 76 entre 20 y 21, junto a su marido, José Luis Bianconi (ver su registro).
Fue el 17 de diciembre de 1976. Iban caminando, desde un automóvil los
“marcaron”, fueron encerrados por dos vehículos y los acribillaron contra un
paredón que había en ese lugar. Ella tenía (luego se supo por la labor forense)
44 orificios de bala en su cuerpo. Su compañero de militancia Jorge
Alessandro la recuerda así, al ver una pancarta con su cara en Plaza de Mayo,
durante una marcha de los organismos de DD.HH.: “Seguías irradiando aquel
aire fresco de tu rostro joven. También el gesto adulto y desafiante que
muchos conocimos. Bastó un instante nada más y fue suficiente para recordar
tu rebeldía ante la injusticia y tu comprometido empeño por acabar con ella y
tu profundo desprecio por los que ‘sólo reservan para sí un lugar seguro en el
mundo’. Y esa ciega confianza tuya en el pueblo: ‘único motor y verdadero
sujeto histórico del cambio posible’, como solías afirmar en nuestras charlas”.
ORTEGA, Inés Beatriz. “La Chancha”. Nació en La Plata, el 15 de febrero
de 1959. Secuestrada-desaparecida junto a su compañero Rubén Leonardo
Fosatti en la localidad de Quilmes, provincia de Buenos Aires, donde vivían,
el 21 de enero de 1977. Tenía 16 años, era obrera textil, estudiante secundaria
y militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Estaba embarazada
de 7 meses al momento de su secuestro. Su hijo fue recuperado con su
verdadera identidad el 11 de agosto de 2005. Ahora se llama como su padre:
Leonardo Fosatti.
ORTEGA PEÑA, Rodolfo David. Nacido en septiembre de 1936, el abogado
y diputado nacional por Capital Federal, Ortega Peña fue asesinado por la
Triple A, en pleno centro de Buenos Aires (Carlos Pellegrini y Arenales), al
bajarse de un taxi, el 31 de julio de 1974, alrededor de las 20 hs. Tenía 36
años. Lo acompañaba su esposa, Elena Villagra, que sufrió una herida de
consideración: una bala le atravesó la boca; pero pudo sobrevivir. Su velatorio
fue en el local central de la Federación Gráfica Bonaerense, entidad de la que
él había sido abogado en los años más duros. El multitudinario cortejo que
llevó sus restos al cementerio de la Chacarita fue acosado, atacado y apaleado
por las fuerzas policiales al mando del comisario Alberto Villar y muchos de
sus participantes detenidos. Ortega Peña siempre fue un hombre de fuste y
principios, defensor a ultranza de las causas populares, de las causas justas.
Durante las dictaduras militares de Onganía, Levingston y Lanusse (19661973) fue abogado de presos políticos y activistas sindicales. Su ideología
política era muy cercana al Peronismo de Base (PB) y estaba enrolado en lo
que se conocía como la Tendencia Revolucionaria del Peronismo (TRP). En
noviembre de 1972, Rodolfo, fue parte de la comitiva del vuelo charter que
trajo de regreso a Perón a la Argentina, luego de 17 años de injusto exilio.
Como periodista fue uno de los co-directores de la revista “Militancia
Peronista para la Liberación”. Una bomba de la derecha nazifascista ocasionó
serios destrozos en la redacción del semanario, el 9 de octubre de 1973. Seis
meses más tarde, el 10 de abril de 1974, por decreto del Poder Ejecutivo, se
prohibió la circulación de la mencionada revista en todo el país. Rodolfo, lejos
de amilanarse o replegarse a cuarteles de invierno, pasó a dirigir otro medio
gráfico contestatario “De Frente con las Bases Peronistas”, que terminó
sufriendo el mismo destino: su sede allanada y detenido todo el personal.
Cuando asumió como diputado nacional (13-3-74), tuvo la valentía de jurar su
cargo con la consigna de las organizaciones revolucionarias peronistas,
aquella que decía: “La sangre derramada jamás será negociada” e ipso facto se
separó del bloque justicialista que negociaba día a día todas las banderas
históricas del peronismo y conformó un bloque unipersonal, que denominó
“De Base”. Con el único fin, como dijo en esa ocasión: “de ser fiel al mandato
popular del peronismo, convencido de que primero está la Patria, luego el
Movimiento y por último los Hombres; por lo que trataré muy humildemente
de colocar esta banca al servicio del pueblo peronista, de los trabajadores
oprimidos y de todos aquellos argentinos que quieren ver una Argentina
realmente liberada”. Como dice el investigador histórico Daniel de Santis:
“Ejerciendo como diputado supo aprovechar revolucionariamente el
Parlamento, denunciando las maniobras reaccionarias de la burguesía, y
dirigiendo su actividad como parlamentario hacia las amplias masas obreras y
populares, llevando su solidaridad a los conflictos obreros, denunciando en el
recinto parlamentario los crímenes cometidos contra la clase obrera y el
pueblo, exigiendo su esclarecimiento”. Según el mismo historiador “poco
antes de ser asesinado por la Triple A, se incorporó como militante al Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT)”. Cuando la mano se puso pesada,
ni renunció ni aceptó que le brindaran custodia policial. Ortega Peña también
fue historiador (logrando una exhaustiva y completa reivindicación de los
caudillos montoneros del siglo XIX) y profesor en la Universidad Nacional y
Popular de Buenos Aires (UNPBA) durante la gestión del brillante intelectual
que fue Rodolfo Puiggrós. Su gran amigo y compañero de militancia y
proyectos compartidos, el Dr. Eduardo Luis Duhalde -actual Secretario de
Derechos Humanos en el gobierno de Kirchner- , lo definió con propiedad:
“Rodolfo era un peronista visceral y gramsciano convencido”, una manera de
decir que en esa complejidad aparente hay lugar para la verdadera sencillez,
esa que le permitió poner su inteligencia al servicio de un proceso de
transformación de la realidad y no al revés, donde los dogmas y las “verdades
absolutas y pre-establecidas” se esfuerzan por adaptar la realidad a sus
principios y estos concluyen siendo inofensivos y estériles. ¡Si sabrá de eso la
izquierda internacional en nuestro país...! Al cumplirse 30 años de su trágica
muerte, la “Comisión Permanente de Homenaje” a Rodolfo Ortega Peña
realizó un sentido acto en su memoria, en la plazoleta ubicada en Carlos
Pellegrini entre Juncal y Cerrito, colocando placas conmemorativas. Esto
ocurrió el 31 de julio de 2004. Fue el reconocimiento para un hombre con
mayúsculas, un ser ético, maravilloso, germen cabal de “Hombre Nuevo”, que
luchó toda la vida contra la injusticia social y que se murió en un día aciago,
sin más patrimonio cierto que su biblioteca. En 2010, Marcelo Duhalde,
hermano de Eduardo y Director de Prensa y Comunicación del Archivo
Nacional de la Memoria, recordó la lucha y los sueños del “Pelado” Ortega
Peña: “Nació en un lugar acomodado, ligado a familias patricias, lo cual le
había predestinado un futuro promisorio como abogado y dirigente de la clase
dominante. Fue educado en consonancia para ello. Sin embargo, le bastó
cumplir 20 años para saltar sobre su destino de clase. La caída de Perón en
1955 y los festejos de los vencedores significaron un shock muy fuerte a partir
del cual comenzará a tomar una distancia definitiva con sus orígenes. No
podía entender que celebraran los bombardeos en Plaza de Mayo ni la caída de
Perón. Al ver la alegría de los que festejaban y el dolor en las barriadas
pobres, la ruptura fue total e inevitable. Los años ’60 encontraron a Ortega
Peña soñando, junto a su generación, la revolución cultural, política,
económica y social como un hecho posible. Se instruyó y formó hasta tener las
mejores condiciones para combatir a los que sometían al pueblo en función de
sus propios y mezquinos intereses. Luchó fervientemente, convencido de la
necesidad de un cambio profundo, que sabía indispensable (…) A 36 años de
su asesinato, ocurrido el 31 de julio de 1974 en pleno centro porteño, están
vivas su memoria y sus enseñanzas”. Cabe acotar además, que en la ciudad de
Villa Mercedes, San Luis por ordenanza Nº 1362-o, del 20 de agosto de 2002,
hay una calle con su nombre.
ORTENBERG, José Nicanor Eduardo. Tenía la doble nacionalidad
argentina y rusa. Militante de Juventud Peronista. 26 años. Secuestradodesaparecido el 11 de abril de 1976 en San Rafael, Mendoza.
ORTIZ, Alberto Pedro. En el barrio todos le decían “Batitú”. Trabajaba en
SMATA, en autopartes. Fue presidente de la Sociedad de Fomento Rivadavia
–conocida como “La Pulguita”- ubicada en la calle Suecia de Temperley. Por
esa misma zona fue uno de los fundadores y animadores de la Unidad Básica
“22 de Agosto” del Barrio Pasco, junto al concejal Héctor Lencinas. Su
compañero de militancia, Roberto Tedoldi, lo recuerda de este modo: “Batitú
entre los militantes de este sector, era el que más fuerza tenía. Desplegaba
toda una mística cuando hablaba. El creció en este barrio por lo que un fuerte
lazo lo unía a la comunidad, sobre todo en la Sociedad de Fomento, donde
sentía un fuerte arraigo”. Militante del peronismo revolucionario, fue
secuestrado-desaparecido el 6 de julio de 1977.
ORTIZ, José Benigno. El 3 de abril de 1982 fallece este compañero, siendo
uno de los trabajadores heridos en Mendoza durante la manifestación del 30
de marzo de ese mismo año, en repudio a la dictadura militar. Su entierro se
convierte en un acto de carácter político-gremial con una muy fuerte impronta
popular.
ORTIZ, Ponciano Argentino. Nacido el 1º de abril de 1941. Militante en
Juventud Peronista. Trabajaba en la fábrica de pescado “Mellino”. Albañil.
Padre de cinco varones y una niña, fue secuestrado a la edad de 35 años, en
presencia de toda su familia, el 3 de febrero de 1977 en Mar del Plata. Fue
visto con vida antes de su asesinato en la Base Naval de esa ciudad.
ORTOLANI, Violeta Graciela. Nacida el 11 de octubre de 1953 en
Concepción del Uruguay, Entre Ríos. A los diez años se fue a vivir a Bolivar.
Terminado el secundario se fue a La Plata para estudiar Ingeniería. Su rechazo
a la injusticia y su amor y compromiso por los humildes y necesitados la llevó
a la filas de la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Compartió pensión
estudiantil con Míriam Alí, estudiante de Derecho y también militante de la
JUP. Con otros compañeros hizo trabajo barrial en Ensenada y repartió entre
los necesitados, ropas y alimentos que donaban –obligados- los hermanitos
Born, para recobrar su libertad luego de haber sido secuestrados por
Montoneros. Violeta se puso de novia con otro compañero de Ingeniería,
militante de JUP y luego de Montoneros como ella: Edgardo Roberto Garnier.
Al poco tiempo quedó embarazada. Consiguió trabajo en la Clínica del Niño
de La Plata. Se casó con Edgardo en la Iglesia de Bolívar, el 13 de agosto de
1976. El 14 de diciembre de ese mismo año fue secuestrada-desaparecida en el
Barrio La Granja (La Plata) por los militares, junto a su hija en gestación de 7
meses.
ORZÁBAL, Mario Esteban. “Augusto”. Nacido en la ciudad de Santa Fe, el
1º de febrero de 1952. Militaba en la organización Montoneros. Fue
secuestrado-desaparecido junto a su pareja (Silvia Graciela Resnicoff. Ver su
registro), el 30 de junio de 1978, en el domicilio que compartían en Villa
Tesei, partido de Morón, provincia de Buenos Aires.
OSATINSKY, José. Nacido en Tucumán el 26 de agosto de 1960. Hijo de
Marcos, hermano menor de Mario. Se incorpora a la lucha desde muy joven.
El 2 de julio de 1976, fue asesinado por una patrulla policial que localizó su
vivienda en el mismo instante en que partía hacia al colegio en su bicicleta.
Tenía 15 años y militaba en Montoneros. Sus restos nunca fueron hallados.
OSATINSKY, Marcos. Nacido el 6 de octubre de 1933. El “Pelado”
Osatinsky, fue parte del grupo que gestaba la creación de una guerrilla en
apoyo del “Che” Guevara en Bolivia. Tucumano, había sido secretario general
del Partido Comunista en dicha provincia, pero se apartó del mismo en 1966,
precisamente al ver la conducta de reticencia que este partido de izquierda
tenía con la Revolución Cubana y la urgente necesidad de implantar la lucha
armada en Argentina. Tenía para entonces 30 años. Participa en la creación de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y actúa en las operaciones más
importantes que lleva a cabo la misma. A fines de diciembre de 1970 cae
detenido en Córdoba luego de un enfrentamiento con las fuerzas policiales al
asaltar un banco. Antes de caer preso, durante la retirada, él y su grupo
guerrillero dejaron fuera de combate, en un par de emboscadas, a 3 patrulleros
que los seguían, pero luego fueron rodeados por efectivos muy superiores en
número y armamento; solo así lo pudieron agarrarlo. Herido y torturado, es
luego alojado en la cárcel de máxima seguridad de Rawson en el sur de
nuestro país. De allí escapará con otros compañeros en agosto de 1972, para
recalar en el Chile socialista del Salvador Allende, que le brinda asilo político.
Va a Cuba y luego vuelve a la Argentina para sumarse nuevamente a la lucha
armada contra el gobierno militar del general Lanusse. Marcos era uno de los
más entusiastas propiciadores de que las FAR asumieran una identidad
peronista revolucionaria. En tal sentido se entrevista con Perón en su exilio
madrileño con el fin de llegar a acuerdos políticos futuros. De la reunión se
fue más contento que niñito con juguete nuevo, a todos les mostraba la foto
del General, autografiada de puño y letra por J.D.P. y con fecha 7 de abril de
1973: “Al Compañero D. Marcos Osatinsky con todo afecto. Juan Perón”.
Luego de la salida de Cámpora como presidente y de la destitución por la
fuerza de las armas del gobierno constitucional cordobés de Don Ricardo
Obregón Cano, es nuevamente detenido en Córdoba (en una casa clandestina
de Maestro Vidal y Santa Ana que luego será volada con explosivos) y
torturado hasta su muerte en los lúgubres sótanos de la jefatura de la policía
provincial por una banda criminal de la División Informaciones que responde
al “gorila” interventor Raúl Lacabanne. Esto ocurrió como represalia ante un
ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) a ese lugar el 21 de
agosto de 1975. Ese mismo día fue su asesinato. Inclusive el cuerpo de
Osatinsky, aún con vida, fue atado con una cadena al paragolpes trasero de un
auto y arrastrado por rutas de ripio y pavimentadas, alternativamente. Cuando
le devolvieron el cuerpo a los familiares (constataron varios tiros en el corazón
de Marcos y uno en la sien), estos intentaron trasladar los restos mortales a
Tucumán, pero el ataúd fue nuevamente secuestrado por los paramilitares y
parapoliciales al mando del capitán del Ejército HéctorVergés y dinamitado
junto al monolito de Facundo Quiroga en Barranca Yaco. La policía cordobesa
fiel a su infamia en ese período, mintió y declaró públicamente que Osatinsky
murió al tratar de ser liberado por sus compañeros “subversivos”, que atacaron
el vehículo que lo transportaba. (“El Cronista Comercial”. 22-8-75). La
Comisión Peronista de Solidaridad con los Presos Políticos, dio a publicidad
un comunicado denunciado la “burda maniobra para justificar lo que no es
sino el fusilamiento de un preso político” y terminó recordando que “ninguno
de nuestros hijos habrá muerto inútilmente, porque la sangre derramada no
será negociada. Los asesinos de Marcos Osatinsky pasarán a la historia negra
de la Nación”. Sus compañeros montoneros lo condecoraron con la orden “Al
Mártir de la Resistencia Popular” en su máximo grado el de la “Compañera
Eva Perón”, en agosto de 1978. Teresa Celia “Tina” Meschiati, sobreviviente
de la ESMA, recordó que el agente civil de la dictadura militar, Ricardo Luján
ó Luján Yañez se jactaba de tener una pistola 9 mm. robada a Osatinsky luego
de su detención. Y con el tiempo se han conocido nuevas precisiones sobre
este caso: basta hojear el libro “La búsqueda. Una entrevista con Charlie
Moore”, editado en Córdoba en el 2010. Allí el protagonista del relato acusa
del “traslado” de Osatinsky (léase asesinato) al siguiente personal policial,
que califica de éste modo: Américo Romano –a cargo de la Brigada de
Investigaciones; antiperonista fanático que no tenía problemas en matar a
quien fuera- , “Boxer” Antón –un salvaje- , “La Cuca” Antón –una desalmada,
sin principios, ni sentimientos, ni nada- , “Sérpico” Bucetta –siempre
dispuesto al secuestro y a la violencia-, Calixto Flores –un bruto, un animal de
lo peor- , el “Turco” Yabour –que torturaba y mataba sin problemas- y otros.
Además acusa a este grupo de mafiosos de la muerte de otro policía, el chofer
de apellido Vaquinzay, que se negó a participar del “traslado” antes citado,
porque no quería involucrarse en un asesinato. Cuando lo asesinaron, luego le
echaron la culpa a “Montoneros” a través de un comunicado “trucho”.
OSATINSKY, Mario Andrés. Hijo de Marcos. Nacido en Tucumán el 28 de
febrero de 1957. Cuadro aguerrido de la estructura montonera en la provincia
de Córdoba, cae cercado y combatiendo en la localidad de “La Serranita”,
próxima a Alta Gracia. El III° Cuerpo de Ejército fue quien dirigió la
operación de exterminio. Con él murieron otros valiosos compañeros. Ocurrió
el 25 de marzo de 1976, un día después del golpe militar. Si bien rompió el
cerco y trató de huir hacia la ciudad capital cordobesa, fue sorprendido en la
ruta y ultimado junto a su compañera, Rosa Elena “Chochi” Ocampo. Tenía
18 años. Cuenta su madre que “Mario fue educado como un militante”. A los
doce años ya era clandestino, porque su padre, Marcos, estaba perseguido por
la dictadura militar de Lanusse. Y que cuando éste, cayó detenido y fue
enviado a Rawson, la madre del “Pelado” tuvo la instintiva y explicable
reacción de decirle a Marito -que tenía recordemos, 12 años-, que eso le había
pasado al padre por no dedicarse a la familia y andar en cosas raras. El
contestó que el papá no era egoísta, porque no pensaba solo en sus hijos, sino
en todos los chicos, y que por eso luchaba. “Por eso lo quiero más”, agregó.
En ese momento no quiso soltar ni una sola lágrima, pero cuando la abuela se
fue, lloró toda la noche. El cuerpo de Mario Osatinsky fue enterrado en una
fosa común del cementerio de San Vicente (Córdoba) y recuperado por su
madre en julio de 2003 debido a la tenaz acción del Equipo Argentino de
Antropología Forense (EAAF). Tenía seis impactos de bala, uno en la nuca.
Identificados sus restos, viajaron luego hasta el cementerio de la localidad de
Yerba Buena (Tucumán) y envueltos en una bandera argentina con una
estrella federal de ocho puntas, fueron colocados al lado de los de su padre.
OSORES, Raúl Benjamín. Militante del peronismo revolucionario. Dirigente
de Juventud Trabajadora Peronista (JTP) en Embarcación, Salta. Secuestrado
en esa provincia, el 15 de diciembre de 1975 a la edad de 25 años. Luego
legalizado en la cárcel salteña de Villa Las Rosas. Sacado violentamente de la
prisión el 15 de mayo de 1976 por fuerzas militares. Asesinado, continúa
desaparecido.
OSORIO, Pablo Horacio. Nacido el 24 de octubre de 1945. Rosarino.
Recibido de contador público en la Universidad Nacional del Litoral (UNL)
en 1968. Alto, delgado, de cabellos castaños ensortijados. El 22 de noviembre
de 1977, las fuerzas conjuntas y combinadas en el secuestro, tortura y
asesinato de militantes populares –argentinas y uruguayas-, raptaron en
Uruguay a este cuadro montonero (Teniente “Coco”) y lo trasladaron a la
Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), lugar donde se produjo su
desaparición forzada. El primer miércoles de febrero de 1978, los asesinos
ordenaron su “traslado” y fue arrojado al mar desde un avión de la Marina de
Guerra. Fue el precio que pagó por su desmesurada inquietud y entrega
incondicional en la construcción de un proyecto de país con justicia social e
igualdad de oportunidades para todos.
OSORIO, Roberto Simón. Militante de Juventud Peronista en San Rafael,
Mendoza. Trabajaba como farmacéutico en una farmacia que pertenecía al ex
gobernador de esa provincia, el Dr. Alberto Martínez Baca, integrante de la
Tendencia Revolucionaria del Peronismo. El 25 de marzo de 1976 fue
secuestrado por un grupo conjunto de militares y policías al mando del mayor
Luis Faustino Suárez, jefe de la subárea 3315, en la calle Beltrán. Nunca más
apareció con vida.
OSUNA, Juan Alberto. Su padre era panadero. Conocido como “Beto” y/o
“Lucho”. Militante peronista y montonero secuestrado-desaparecido y luego
presentado como abatido en un enfrentamiento en Paraná, Entre Ríos, el 25 de
septiembre de 1976. Ver registro de Carlos José María “Ciriaco” Fernández.
El 24 de marzo de 2006, a 30 años y un día de su asesinato, en la escuela
“Osvaldo Magnasco” de la capital provincial entrerriana, se realizó un acto en
su memoria, ya que era ex alumno de ese establecimiento educativo. Se colocó
una placa en presencia de su madre, el hermano y otros familiares. En
representación del Gobierno entrerriano, el Subsecretario de la Juventud,
Gonzalo García, resaltó ante los alumnos la importancia de que los jóvenes
conozcan y recuerden a “una generación comprometida con la lucha por un
mundo mejor”, y el Coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo
Germano, explicó como el poder de la época “fraguó un supuesto tiroteo” para
ocultar la forma en que fue torturado y salvajemente asesinado el ex alumno
Osuna, militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y por entonces
estudiante de la Universidad Tecnológica Nacional. Sus restos fueron
recuperados e inhumados en el Cementerio Parque de la Paz de San Benito, en
una emotiva y multitudinaria ceremonia.
OTAÑO, Guillermo Enrique. Nació en La Plata, el 13 de febrero de 1952.
Tenía un aspecto que hacía temer a su interlocutor circunstancial. Morocho,
alto, bigotes espesos, cierta fiereza en su mirada, “con pinta de guerrillero
palestino”, agrega su compañero de militancia Jorge Pastor Asuaje. Pero todo
ese barniz era para esconder una profunda timidez que lo acompañaba desde
que nació. Catamarqueño. Gran conocedor de nuestra música autóctona. “El
Flaco Mito” que así era como lo reconocían a Otaño, militó en la Unidad
Básica “Mariano Pujadas” de los suburbios de La Plata y se distinguió por su
compromiso con la causa peronista y montonera y por su entrega sin límites,
en pos de la revolución. Venía de la Universidad, pero se proletarizó. No
hablaba mucho pero actuaba siempre, nunca arrugaba. Murió combatiendo el
5 de noviembre de 1976 en una casa del Barrio La Granja, cerca de La Plata.
Ese día por la tarde habían secuestrado a su compañera (Mirta Manchiola, “La
Turca”) que por supuesto no regresó a la hora prevista. “Mito” decidió no
“levantar” la casa y los indeseables llegaron por la noche, fuertemente
armados y pertrechados y lo intimaron a la rendición. La traían a “La Turca”
deformada por los golpes. Ella llorando pudo gritarle a su compañero: “No te
entregués Flaco...”. Resistió con la única arma que tenía, un 38, cayó herido
de muerte, luego de dos horas de combate en que puso en práctica todo lo
aprendido en su instrucción militar.
OTAROLA, Lidia Neptalis. Nacida en San Juan el 16 de septiembre de 1953
en un hogar sumamente humilde. Soltera y con 23 años, trabajaba como
empleada doméstica con cama adentro. Peronista como su hermana, fue
secuestrada-desaparecida el 19 de noviembre de 1976, a la una de la mañana
en su lugar de trabajo: 25 de Mayo 131 (E) Dto. 9. Ciudad de San Juan. Lidia
es una de las 65 personas nacidas en San Juan y asesinadas por la última
dictadura militar y como tal, un árbol con su nombre puebla el “Bosque de La
Memoria” levantado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional de San Juan.
OTAROLA, María Cristina. También nacida en San Juan, el 26 de
noviembre de 1957. Como su hermana Lidia Neptalis Otarola, trabajaba como
empleada doméstica. Militante de la Juventud Peronista. Después del
secuestro y desaparición de su hermana estaba en la clandestinidad.
Secuestrada-desaparecida el 12 de febrero de 1977 en Albardón ó en Caucete
(siempre provincia de San Juan) junto a Carlos Ramón Andrada (ver su
registro). Otra fuente la da como secuestrada para la misma fecha en la ciudad
capital de San Juan. María Cristina Otarola es una de las 65 personas nacidas
en San Juan y asesinadas por la última dictadura militar y como tal, un árbol
con su nombre puebla el “Bosque de La Memoria” levantado en la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan.
OTEIZA, Carlos Alberto. 33 años. Militante de Juventud Peronista en la
zona chaqueña de Villa Ángela y Charata. Secuestrado-desaparecido el 1º de
julio de 1978 en Formosa. (Su caso no aparece en el libro “Nunca Más” de la
CONADEP).
OTIN, Eduardo. Militante de JP y Montoneros. Empleado. Secuestradodesaparecido a la edad de 32 años, el 18 de mayo de 1977 en Ramos Mejía,
provincia de Buenos Aires (calle Colón y avenida Mosconi). También se
llevaron a su esposa, Inés Sara Amado.
OTIN, Federico. Hermano de Eduardo. Como él, militante de JP y
Montoneros. Secuestrado-desaparecido en San Justo, provincia de Buenos
Aires, el 3 de junio de 1977, a la edad de 27 años.
OUTES, Pablo Eliseo. El “Viejo” como le decían a Pablo –recuerda Eduardo
Tagliaferro- era un veterano en el oficio de preso político. En 1962 siendo
militante de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), fue uno de los
manifestantes que repudiaron la visita de Felipe de Edimburgo, el príncipe
consorte de la reina Isabel II de Inglaterra. El final de la protesta estaba
cantado, sigue diciendo Tagliaferro: “mientras Pablo iba en “galera” (cana), el
cortesano del imperio pedía refugio en la alcoba de Magdalena Nelson de
Blaquier, una aristócrata diez años mayor que el duque”. Los largos años de la
Resistencia Peronista fueron la causa de que Pablo rompiera con el
radicalismo. Luego de otro par de arrestos, se sumó a las filas del Frente
Revolucionario Peronista (FRP) que lideraba otro comprovinciano suyo,
Armando Jaime, que con el tiempo logró salvar su vida y exiliarse. Cabe
destacar que Pablo Outes provenía de una familia tradicional de la oligarquía
salteña (Familia Saravia), pero fiel a sus principios saltó la valla de la
indiferencia y el lujo suntuoso para ser un renegado de clase. Lo detuvieron
luego que Isabel Martínez (María Estela Martínez de Perón) decretara el
Estado de Sitio en 1974. Sigue recordando E.T.: “pero pudo salir del país
utilizando el derecho de asilo previsto en el artículo 23 de la constitución.
Venezuela era un país muy lejano para un hombre que vibraba con los vinos
salteños, su familia y la lucha política. En 1975 su calva se paseaba
nuevamente por Valderrama y su sombra era seguida de cerca por los
parapoliciales de Joaquín Gil, aquel hombre fuerte de la policía salteña
precursor de la Triple A. Acorralado y para evitar su secuestro y asesinato, se
presentó ante el juez federal Ricardo Lona, quien lo envió a Pablo de vuelta a
la cárcel (Unidad Penal de Villa las Rosas-Salta). La noche del 6 de julio del
’76, antes de las 21, hora en que se apagaban las luces de las celdas, una
patota del ejército comandada por un teniente de apellido Espeche, entró a
cumplir una orden del comandante de la guarnición Salta, coronel Carlos
Alberto Mulhall. A Pablo Outes, que todavía se encontraba vestido, le dieron
tiempo para tomar su gorra; al resto los sacaron desnudos y en algunos casos
hasta descalzos. Fue fusilado junto a otros 11 compañeros en lo que se
conoció como la “Masacre de Palomitas” en Cabeza de Buey, departamento
Gral. Güemes.
OVANDO, Myriam. Nacida el 17 de enero de 1956 en Rosario. Estudiante
de Humanidades (Psicología) en la Universidad Nacional de Rosario.
Militante peronista y montonera en la zona de Entre Ríos. Acusada por las
FF.AA. de ser partícipe del operativo que costó la vida al General Jorge
Cáceres Monié (Ex jefe de la Policía Federal durante la dictadura militar de
Lanusse y asaltante con un tanque Sherman del Frigorífico “Lisandro de la
Torre” tomado por los trabajadores en enero de 1959). “Tita” Ovando fue
detenida por Coordinación Federal el 1° de abril de 1977 a la edad de 22 años,
en la localidad de Virreyes, provincia de Buenos Aires y traslada a la Escuela
de Mecánica de la Armada (ESMA). Allí dio a luz en cautiverio (en el mes de
julio) a una niña que llamó Laura Catalina –fruto de su amor con Raúl René
De Sanctis- y que su familia recuperó en septiembre de 2008. Por apropiación
ilegítima de la beba está siendo procesada María Francisca Morillo de Hidalgo
Garzón quien aseguraba que Laura Catalina había nacido en el Hospital
Militar de Campo de Mayo y era hija suya.
OVEJERO, Héctor Rafael. “El Negro”. Nacido el 11 de abril de 1953 en
Trancas, provincia de Tucumán. Montonero en la Columna Oeste del Gran
Buenos Aires. Secuestrado-desaparecido el 5 de mayo de 1977, junto a su
esposa Liliana Graciela Castillo Barrios (Embarazada. Ver su registro), en el
hogar que compartían, sito en Almafuerte 1972, San Justo, provincia de
Buenos Aires.
OVIEDO, Fabián. Militante peronista. 37 años. Casado. Empleado de la DGI
en Formosa. Secuestrado-desaparecido el 7 de septiembre de 1976 en
Ituzaingó 291, Barrio San Miguel, ciudad de Formosa.
OVIEDO, Julio Federico. Formoseño. A mediados de los ’60 ingresa al
seminario de Guadalupe en Santa Fe con el fin de terminar sus estudios. En el
libro sobre “Historias de Vida. Homenaje a militantes santafesinos”, sobre
Julio Federico Oviedo dicen sus compañeros de entonces: “Meticuloso,
racional y a su vez efectivo, Julio necesitaba convencerse antes de iniciar algo.
Había que darle todas las razones posibles para y por que hacer algo. Sus
amigos recuerdan las charlas nocturnas que solían tener con otros jóvenes
seminaristas como el Bocha Bosch (asesinado en Margarita Belén).
Extremadamente delgado, como extrema era su capacidad intelectual. Tal vez
limitado por su pequeño cuerpo, no se sumaba a las actividades deportivas que
se solían desarrollar en las horas libres de estudio. Se lo recuerda en su andar
tranquilo, su claridad intelectual, su convencimiento de jugarse por los demás,
su amistad generosa. Cuando inicia el primer año de la Facultad de Filosofía
de la Católica se destacó enseguida. Empezó por entonces, a organizarse lo
que luego sería el MEUC (Movimiento de Estudiantes de la Universidad
Católica). Los jóvenes universitarios de fines de los ‘60 queríamos hacer
realidad lo que nos decía el Evangelio y así fuimos construyendo un espacio
político que incluía lo religioso como punto de partida de nuestras
fundamentaciones revolucionarias. Julio era uno de esos dirigentes
estudiantiles formado en la iglesia tercermundista. Su participación en la
organización Montoneros fue desde 1970 y el compromiso de vida que antes
lo había llevado al seminario, pasó a ser con la revolución, como una opción
que integraba y superaba lo personal y lo colectivo. En esos tiempos la ética y
la política eran una sola dimensión, lo que explica que cuando Julio, a quien le
decíamos cariñosamente ‘Tío Ho Chi Minh’, fuera liberado después de una
prisión legal y saliera del país, inmediatamente volviera a entrar para seguir
militando, como muchos otros compañeros desaparecidos, entre ellos su
propia hermana (…) A Julio de repente se le iluminaba la cara con la sonrisa
irónica y afectuosa de un humor fino que a la vez lo mostraba conocedor de la
realidad popular. Sabía poner la nota de cordura entre los compañeros en las
reuniones del MEUC. Imponía respeto por su solvencia intelectual y moral,
era un líder natural, respetado tanto por los seminaristas como por los demás
estudiantes universitarios, siempre en una actitud de bajo perfil. Julio quedó
entre quienes fuimos sus compañeros, como un hermano que nos hace falta,
esa relación que tuvimos de jóvenes compañeros quedó grabada desde
entonces y para siempre en nuestro sentimiento, es una presencia que sigue
recordándonos que falta hacer la revolución”. Julio Federico Oviedo fue
secuestrado-desaparecido por la última dictadura cívico-militar que padecimos
a fines de octubre de 1977, sin poderse precisar un día preciso.
OVIEDO, Orlando. Militante de Juventud Peronista caído el 7 de septiembre
de 1976. Ver registro de su esposa Marta Berra que recuerda ante toda esta
tragedia que “Nosotros éramos de extracción peronista”.
OVIEDO, Patricia Cristina. Nacida el 19 de julio de 1953. Amaba la pintura
y la poesía de Pablo Neruda y Mario Benedetti; las canciones de Joan Manuel
Serrat y Víctor Heredia. Su libro preferido era “Las venas abiertas de América
Latina” de Eduardo Galeano; el mismo texto, que 30 años más tarde el
comandante Hugo Chávez le dio al presidente de EE.UU. Barak Obama.
Cursó sus estudios secundarios en el Colegio del Niño Jesús del barrio de
Once, perteneciente a la Congregación de los Hermanas Alice Domon (con la
que tuvo una gran amistad) y Léonie Duquet. Estudiante de 3er. Año de
Medicina en la UBA. Hermana de Pedro Bernardo Oviedo. Militante de
Juventud Peronista. Secuestrada-desaparecida luego del “Beso de Judas” de
Astiz en la Iglesia de Santa Cruz (Urquiza y Estados Unidos), el 8 de
diciembre de 1977, cuando con otros familiares intentaban juntar dinero para
sacar la primera solicitada reclamando información sobre los detenidosdesaparecidos. Fue vista en el CCD ESMA antes de su asesinato. Hoy un
árbol plantado especialmente, la recuerda en Avenida San Juan 3367.
OVIEDO, Pedro Bernardo. 24 años. Docente (maestro primario). Preceptor
en los colegios Mariano Moreno y Belgrano de esta Capital. Afiliado a
CTERA. Militante de Juventud Peronista y Montonero. Es uno de los
muchachos que está a cargo de la diagramación y edición de la revista
clandestina “Evita Montonera”. Secuestrado-desaparecido el 26 de junio de
1976, en una galería comercial ubicada en la calle Cerrito 272 de esta Capital.
Un recordatorio del 2003 aparecido en “Página 12” firmado por sus padres, un
hermano y amigos y compañeros de militancia, es claro: “Tu ejemplo de vida
nos sigue marcando el camino para construir una sociedad más justa y
solidaria”.
OYARZÁBAL, José Antonio. “Ciruja”. “Vasco”. Nacido en 1954. Egresado
del Colegio Sagrado Corazón de Rosario. Militante de Juventud Universitaria
Peronista (JUP) y Montoneros. Estudiante en la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional de Rosario. Secuestrado-desaparecido por la última
dictadura militar, en esa ciudad, el 12 de octubre de 1976 y fusilado en Los
Surgentes, Córdoba, con otros compañeros, cinco días más tarde. Sus restos
los enterraron en una fosa común del cementerio cordobés de San Vicente.
Ana María Ferrari, peronista (hermana de Gerardo Ferrari, militante de las
FAP. Ver su registro) fue compañera de infortunio del “Vasco” Oyarzábal y
cuenta un momento que los tuvo como protagonistas en el CCD: “Estando
‘tabicada’ en la ‘Escalera’ que iba a ‘La Favela’ un compañero se me cayó
encima mientras lo arrastraban para sacarlo; nos agarramos muy fuerte de la
mano y le dije ‘hasta la victoria siempre’. Era Oyarzábal. No lo conocía. No lo
vi nunca, salvo en fotos muchos años después; pero haberle dicho a una
persona que estaba condenada a muerte ‘hasta la victoria siempre’, significó
que yo me comprometía a pelear hasta la victoria”.
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