OBERLÍN, Héctor Guillermo. Hermano de Dante y René. Militante de base de la Acción Sindical Argentina (ASA). Delegado de los empleados municipales de Córdoba. Participó en la construcción de la C.G.T. de los Argentinos local y en el “Cordobazo”. Algunos afirman también que tuvo un paso por las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) en la Docta. Preso por la dictadura de Onganía, recobró su libertad con la amnistía presidencial del 25 de mayo de 1973. Ayudó a construir en esa provincia a través de la ligazón con su gremio, las estructuras de la Juventud Trabajadora Peronista (JUP). Se casó con Olga Toncovich y tuvieron cuatro hijos, a los que deben sumarse como propios, los otros dos de Olga, producto de su primer matrimonio con Juan Carlos Loureiro (ver su registro). Se asentó en un humilde barrio cordobés, conocido como Barrio Comercial. Peronista y montonero se dedicó de lleno al trabajo social. Allí montó una salita de primeros auxilios y una guardería infantil, además de conseguirse una ambulancia –que el mismo manejaba muchas veces- y que cubría las urgencias sanitarias de ese barrio y el limítrofe, llamado Villa Libertador. El 8 de enero de 1976, a la edad de 26 años fue secuestrado-desaparecido junto a su cuñado Ángel Baudracco (ver su registro), secretario general del Sindicato de Municipales de Córdoba. Fue visto en el campo de concentración “La Perla” antes de su muerte. Sus restos hasta hoy no han aparecido. OBERLÍN, René Honorio. Hermano mayor de los anteriores, nacido en el mismo lugar (San Jerónimo Norte), un 18 de marzo de 1941. El “Tino” Oberlín estudió Filosofía en el seminario metropolitano de Santa Fe. Antes de ordenarse sacerdote, optó, eligió, se inclinó, por consagrarse de lleno a la lucha social. Militante de base y fundador de la Acción Sindical Argentina (ASA). Fue el primer secretario general del Sindicato del Seguro en esa provincia, al que organizó en tanto trabajaba en la cooperativa de seguros “La Única”. Dirigente fundacional de Montoneros en Santa Fe. En 1971 cayó detenido y fue alojado en la cárcel de Villa Devoto, allí ya estaba su esposa y compañera Ana, salvajemente torturada por sus captores. Ambos recobran la libertad el 26 de mayo de 1973 con la amnistía presidencial y la presión popular (“¡Primera ley vigente, libertad a los combatientes!”). Al tiempo sigue peleando contra la traición del gobierno isabelista y luego contra la entrega videlista. Acorralado por las fuerzas represivas, a la salida de una panadería (en donde había un teléfono público), en Burzaco, provincia de Buenos Aires, se tomó la “pastilla” un 6 de septiembre de 1977 para evitar caer con vida. En esos momentos actuaba en la Columna Sur de Montoneros. OBREGOSO, Raúl Horacio. Militante de Juventud Peronista (JP) en Berisso –provincia de Buenos Aires-. Acribillado el 20 de junio de 1973 en Ezeiza por las bandas nazi-fascistas que coparan el palco. Más de 3 millones de personas estaban esperando el regreso definitivo de Perón. Fue enterrado tres días después en el cementerio de La Plata. Al acto mortuorio se congregaron alrededor de 500 personas, entre familiares y militantes. El féretro fue bendecido en la parroquia del cementerio y luego el cortejo avanzó por la puerta principal y se detuvo finalmente en el lugar designado para depositar los restos mortales. Antes de enterrarlo, dos jóvenes pronunciaron sentidas palabras en recordación de la figura del compañero trágicamente fallecido, enalteciendo su conducta y proceder, y considerándolo un patriota más que ofrendó su vida por la liberación nacional y social de nuestra patria. OCAMPO, Aldo Patricio. Militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Secuestrado-desaparecido en Rosario, el 16 de mayo de 1977. OCAMPO, Carlos Guillermo. Carlos “El Inglés” Ocampo. Uno de los responsables del Movimiento de Acción Secundario (MAS), una especie de proto-UES. Ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires (promoción 72). Trabajador telefónico, delegado gremial de FOETRA. Militante montonero caído el 24 de junio de 1976 con 22 años. Para mayores datos, ver registro de su compañera de militancia Laura Cristina Mujica. OCAMPO, Jorge Oscar. Fallecido en abril de 2001, en su querido barrio de La Boca, el “Negro” Ocampo fue uno de esos argentinos “polirubro” que se prendió en todas, con el único fin de lograr el regreso de Perón a nuestra patria. Por tal razón militó en la Juventud Peronista desde 1962 y allí se hizo un duro. Aunque su dureza y su rebelión ya venían de antes, de cuando su Viejo que era gendarme, lo ataba a la alambrada que delimitaba su casa de la del vecino y con un velador roto lo torturaba con 220 voltios “para que aprendiera a no hacer cagadas”. El 8 de marzo de 1972 fue secuestrado y picaneado por la dictadura militar de Lanusse; los torturadores no entendían porque se reía cuando le pasaban electricidad por su cuerpo. Con la última dictadura militar partió hacia el exilio de Suecia. Volvió el 24 de diciembre de 1983 y lo quisieron detener, pero una rápida acción de su abogado, el Dr. Mario Landaburu le devolvió la libertad. Sus tres hijos que lo suceden en vida, se llaman Javier, -que era su nombre de guerra en la Resistencia Peronista-, María Eva y Juan Domingo. OCAMPO, Raúl Osvaldo. Nació el 7 de abril de 1955 en Buenos Aires. Creció en Parque Chas y en 1968 ingresó al “Carlos Pellegrini” donde luego con el tiempo fue un preceptor muy querido por sus alumnos con los cuales conformaba talleres de trabajo y discusión a nivel social, político e histórico. Apasionado por la historia, con muchos compañeros de su colegio comenzó a asistir a la cátedra de Historia Nacional y Popular recién instaurada en Económicas y terminó como ayudante de la misma ad-honorem. Estudiante de Ciencias Económicas en la UBA. También cursó la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras, alentado por Eduardo Astesano. Militante en el peronismo montonero. Secuestrado-desaparecido el 15 de noviembre de 1976 en esta Capital, en el taller de indumentaria de Riglos 744, Caballito, junto al titular de la misma, Alberto Said (ver su registro). Fue visto en la ESMA antes de su asesinato. OCAMPO, Rosa Elena. “Chochi”. Montonera. Nacida el 26 de julio de 1951.Sus compañeros de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Córdoba recuperaron su historia y su foto y la homenajearon en 2011, en un nuevo aniversario del golpe militar del ’76, bajo el lema de “Los dolores que nos quedan son los compañeros que nos faltan”. Para más datos, ver registro de Mario Andrés Osatinsky. OCAMPO, Selma Julia. Peronista, había sido despedida de la Fábrica Ford por su actividad sindical. Tenía 37 años al momento de su desaparición en la noche del 11 de agosto de 1976. La fueron a buscar a su domicilio de La Lucila, provincia de Buenos Aires. Cuando la “patota militar” de civil se metió en el edificio, otro consorcista, el Capitán de Navío Eduardo Samuel Andrew pidió la intervención de la policía. Esta al llegar cercó a los atacantes, quienes se identificaron como personal militar y pidieron zona liberada. La policía se fue y estos malparidos se llevaron a Selma y a una compañera que estaba en esos momentos con ella: Inés Nocetti. Ninguna de ellas dos reapareció con vida. También se llevaron todo lo que encontraron, hasta las bombitas de luz, según el testimonio del padre de la dueña de casa, Adolfo Ocampo. OCHOA, Hugo Estanislao. Nació el 13 de noviembre de 1933 en La Cumbre, Departamento Punilla, Córdoba. Ya a los 20 años trabajaba en una empresa metalúrgica de Córdoba capital, de la cual fue echado años más tarde, al destacarse como un referente obrero para sus compañeros, durante el Plan de Lucha de la CGT. Con 5 hijos tuvo que mudarse a una obra en construcción, pero salió adelante a fuerza de tesón, trabajo y una buena onda permanente. Siempre militó en el peronismo combativo y revolucionario. En los años ’70 encabezó la toma de Transax con el fin de mejorar condiciones de trabajo y salariales de sus compañeros, que lo habían elegido delegado gremial. Por ese motivo, perseguido, también perdió su trabajo y pudo enganchar como chofer de ambulancia y desde el Sindicato de Empleados Públicos una vez más es elegido delegado por sus compañeros. Como siempre, también, enfrenta a la burocracia sindical. El 12 de noviembre de 1975 es sacado de su casa por uniformados armados. Nunca más apareció con vida. Sus restos como NN fueron enterrados en el cementerio de San Vicente y recuperados por antropólogos forenses en julio de 2005. Su familia lo volvió a sepultar junto a su madre, que lo esperó siempre. Dos días antes de su secuestro y desaparición, Ochoa denunció ante su gremio y fue girada a la Justicia, una acusación contra funcionarios que pretendían que firmara constancias de consumo de combustible y viáticos que jamás fueron realizados. En vez de optar por el silencio y la complicidad, Ochoa eligió ser honesto. Posiblemente le costó la vida. En noviembre de 2006, el Centro Educativo de Nivel Medio para Adultos Nº 70, a instancias de docentes, alumnos y ex alumnos de esa escuela, familiares del asesinado y compañeros del Sindicato de Empleados Públicos, decidieron renombrar a la Institución “Compañero Hugo Estanislao Ochoa”. ODELL, Alejandro Roberto. Nació el 12 de julio de 1954. Estudió Geología y militó en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en Ciencias Exactas. Militante Montonero. Se ganaba la vida como tachero. Fue secuestrado en Haedo, provincia de Buenos Aires, por el Servicio de Inteligencia Naval (SIN), el 14 de agosto de 1977, quien aprovechó de paso para robarle el taxi. Dejó una hija que es toda una definición en el nombre elegido: María Victoria. OESTERHELD, Beatriz Marta. “María”. “La Flaca”. Hija de Héctor Germán Oesterheld y Elsa Sánchez. Nacida el 29 de septiembre de 1955. Militante montonera en el ámbito de las villas de emergencia. Secuestrada el 19 de junio de 1976, en el trayecto que va desde la estación del FF.CC. de Martínez y la villa “La Cava” donde militaba. Su cuerpo aparece sin vida el 2 de julio del mismo año en otra localidad cercana, Virreyes, provincia de Buenos Aires. Contaba con 19 años de edad. Al momento de su secuestro formaba pareja con “Cacho” Della Nave (ver su registro) en una isla del Tigre. Dice su madre Elsa: “El día que se la llevaron, me propuso encontrarnos en un bar de Martínez, para decirme que se iba a dedicar a la Medicina; pero me aclaró: Mami, no quiero ser una doctorcita de consultorio. Me voy a instalar en la selva como el Che, o en los barrios, donde la gente necesita ayuda de verdad. Yo le contesté que estaba bien, que eso la engrandecía”. OESTERHELD, Diana Irene. “Dina”. Hija de Héctor Germán Oesterheld y Elsa Sánchez. Nacida en Buenos Aires, el 15 de octubre de 1953. Militante montonera. Secuestrada-desaparecida en San Miguel de Tucumán, a la edad de 21 años el 7 de agosto de 1976. Estaba embarazada de 6-7 meses y ya tenía un hijo de nombre Fernando. Su marido era Raúl Araldi (ver su registro). Fue vista con vida en la Jefatura de Policía de Tucumán y trasladada, dió a luz en Campo de Mayo; luego fue asesinada. En mayo de 2005, Fernando Araldi Oesterheld (que tenía un año al momento de la desaparición de su mamá), se presentó a la Justicia para reclamar la casa donde vivía en 1976 con sus padres “desaparecidos”. Según la fiscalía, el ex Jefe de Inteligencia de la Policía de Tucumán (Roberto “El Tuerto” Albornoz), acusado del secuestro de la pareja, se apropió del inmueble, donde sigue instalada su ex amante. Pero esta vez hubo reparación: en diciembre de 2009, la Justicia de Tucumán obligó a la mujer policía a devolver la vivienda a sus legítimos dueños. La madre de Diana, la ya citada Elsa Sánchez, rememora: “Diana era un calco mío. Se casó con un excelente muchacho de familia humilde y decidieron ir a vivir a Tucumán, donde desapareció, embarazada de su segundo hijo. Tenía una entrega total y era como que sabía el peligro que se venía, pero no se apartó de sus convicciones”. OESTERHELD, Estela Inés. Hija de Héctor Germán Oesterheld y Elsa Sánchez. Nacida el 9 de junio de 1952. Militante montonera. “Marcela”; “Mónica” Secuestrada-desaparecida en la zona suroeste del Gran Buenos Aires (Longchamps), a la edad de 25 años, el 14 de diciembre de 1977. (Mataron a su marido “El Vasco” Mórtola. Ella toma la pastilla y también muere). Dejó un hijo para ese entonces de 3 años y medio: Martín Miguel, a quien tuve el placer de conocer en una muestra-homenaje a su abuelo en la Biblioteca Nacional. Su madre cuenta: “Estela era la mayor, la que conocí más grande. Al margen de su hermosura y sus ojos increíbles, me resultaba impresionante lo que esa criatura transmitía con su presencia”. OESTERHELD, Héctor Germán. Nació el 23 de junio de 1919. Su padre era un inmigrante alemán (de Bremen) y su madre vasca (Elvira Ana Puyol). Se recibe de geólogo. Se casa con Elsa Sánchez y tiene cuatro hijas, todas secuestradas-desaparecidas por la última dictadura militar. Con su hermano Jorge funda la mítica editorial Frontera, distribuidora de las historietas “Hora Cero” y “Misterix” entre otras. Para 1957 y con dibujos de Francisco Solano López crea la historieta argentina mejor lograda de todos los tiempos: “El Eternauta”. Ambientada en Buenos Aires, una nevada mortal seguida de una invasión extraterrestre obliga a sus moradores al aislamiento y a la autosuficiencia ya que los personajes de la tira, un pequeño industrial (Juan Salvo), un intelectual universitario (Favali), un jubilado (Polsky) y un empleado burocratón (Lucas), típicos exponentes de la pequeña burguesía, están acostumbrados, fueron educados para eso, para el “sálvese quien pueda” individual. Osterheld a través de la historieta predica que no hay que aislarse sino que hay que unirse y resistir: el que vale, el que sirve realmente, es el héroe colectivo. En su juventud Oesterheld simpatizó con el Partido Comunista (PC) pero luego desencantado por el rumbo que este tomaba en la Argentina se acercó al peronismo combativo de la Juventud Peronista (JP) de sus hijas, en la que vio seguramente la posibilidad concreta de efectivizar la revolución soñada. Pasó a ser un cuadro montonero. Puso su profesión de historietista al servicio de la causa nacional, popular y revolucionaria. En 1968 termina una historieta sobre la vida y la obra del “Che” Guevara. Para 1969 brinda una nueva versión de “El Eternauta” con dibujos de Breccia. En “Noticias” el diario peronista y montonero, en 1973, presenta todos los días una tira: “La guerra de los Antartes”. Ese mismo año en la revista “El Descamisado” todas las semanas ilustra sobre las guerras de la emancipación nacional. Y durante 1974-1975 escribe sobre la vida militante de un pibe como cualquiera, “Camote”, en la revista “Evita Montonera”. Oesterheld es secuestrado el 27 de abril de 1977 y se lo vio vivo, hasta enero de 1978. Primero en el campo de concentración “Sheraton” y luego en el Regimiento Viejobueno de Monte Chingolo en la provincia de Buenos Aires. Precisamente ahí un oficial del Ejército a cargo, le ofrece escribir una historieta sobre el cruce de los Andes por el General Don José de San Martín. Acepta. Cuando está haciendo la misma, otro grupo de tareas de visita en el lugar lo “interroga” sobre algunos compañeros suyos que andaban buscando, no dice nada, se niega a colaborar con los represores y queda con un brazo fracturado. La historieta se interrumpe y el compañero Héctor Germán Oesterheld con su inmensa dignidad a cuestas desaparece para siempre a la edad de 57 años. En su homenaje, una escena de “El Eternauta” fue reproducida en 1991 en la estación Uruguay de la línea B del subterráneo. Se trata de un mural cerámico de cinco metros por uno y medio, ubicado en el andén, donde puede verse una de las viñetas de la versión dibujada por Alberto Breccia junto a otras imágenes de la primera edición, realizada por Solano López. Cabe acotar también, que en la ciudad de Villa Mercedes, San Luis por ordenanza Nº 1362-o, del 20 de agosto de 2002, hay una calle con su nombre. OESTERHELD, Marina. “Pantera”. “Flaca Liliana”. Hija de Héctor Germán Oesterheld y Elsa Sánchez. Nacida el 26 de enero de 1957 en Buenos Aires. Militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Militante montonera. Secuestrada-desaparecida a la edad de 19 años, el 27 de noviembre de 1977 en San Isidro, provincia de Buenos Aires, junto a su esposo Alberto Oscar Seindlis. Estaba embarazada de 2 meses. Simularon enfrentamiento: la asesinaron. OGANDO, Gustavo Rubén. “Enano”. 23 años. Nació en la ciudad de La Plata el 21 de julio de 1953. Estudiante de Medicina hasta 3º año. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Caído en combate el 13 de mayo de 1977 en su casa de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, luego de que su departamento de La Plata fuese allanado en julio de 1976. En ese ataque efectuado por miembros armados de la dictadura militar fue secuestrada con vida –y luego nunca aparecida-, su mujer, María Victoria Navajas Jáuregui (ver su registro). A Ogando se lo recuerda unánimemente como un compañero íntegro, noble con sus amigos, generoso, comprometido con las necesidades populares, sensible ante la injusticia. OJEA QUINTANA, Esteban Santiago María. Integrante de una familia numerosa, nació y creció en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Con la muerte de su padre, todos se fueron a vivir a Capital Federal. Pasó por los colegios San Patricio y por uno de los Hermanos Maristas, el colegio La Salle. Luego inició sus estudios universitarios. Con 19 años fue secuestradodesaparecido el 3 de abril de 1976. (Ver registro de Alicia Mallea). Esteban militaba en Montoneros y era sobrino del general y dictador genocida Jorge Rafael Videla. OJEA QUINTANA, Ignacio Pedro María. “Nacho”. Hermano del anterior. La misma biografía y militancia que Esteban Santiago María. Nacido el 11 de mayo de 1954. Lo secuestraron e hicieron desaparecer con 21 años, el 26 de febrero de 1977 en las inmediaciones de Plaza de Mayo; fue un grupo de tareas de la ESMA. Un compañero cuenta que una vez en una reunión de ámbito, compungido, con culpa, dijo: “yo soy parte de la pequeña burguesía”. Ignacio Ojea Quintana para darle ánimo le contestó: “No te calentés hermano porque yo pertenezco a la pequeña oligarquía” y tras cartón, para que el otro viera, abrió una puerta del ropero desvencijado que tenía en esa pieza del barrio de La Boca y colgado de una percha asomó insólitamente un frac. OJEDA, Santos. Obrero en la fábrica Molinos Río de la Plata que Bunge & Born tiene en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Por decisión de sus compañeros de trabajo fue elegido delegado gremial para defenderlos de la prepotencia patronal. Sobre la misma, que no tenía límites, ver los registros de Ricardo Avelino Almaraz y Avelino Antenor Freitas que también eran delegados y trabajaban en la misma empresa. Santos Ojeda brindó su apoyo a la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y luego del golpe militar siguió firme en su trabajo tratando de reorganizar a sus compañeros. A la edad de 25 años, fue secuestrado-desaparecido en Dean Funes 90, Avellaneda, provincia de Buenos Aires. OLACHEA, Omar Alejandro. Pampeano de Santa Rosa, nacido el 14 de octubre de 1949. Fue secuestrado-desaparecido en la ciudad de Córdoba, el 21 de mayo de 1976. Peronista, se ganaba la vida como reportero gráfico del diario “La Voz del Interior”. Lo sacaron de la pensión donde vivía en la calle Vélez Sarsfield y se lo llevaron en un Ford Falcon. Nunca más apareció con vida. OLAVE, Jorge Raúl. “Periscopio”. Nació en Miramar, el 18 de julio de 1953. El Flaco Olave era militante del Peronismo de Base en Mar del Plata. Estudiante en la Facultad de Psicología y trabajador filetero en el gremio del pescado, en la Planta San Andrés. Secuestrado-desaparecido en esa ciudad, el 28 de abril de 1977, a la edad de 24 años. Lo secuestraron cuando iba a hacerse una intervención quirúrgica programada en sus piernas, en el Hospital Regional. También se llevaron para siempre a su mujer, Estela Lombardo (ver su registro). OLDANI, Antonia. Antonia Oldani de Reggiardo. Mamá de Juan Enrique Reggiardo. Secuestrada-desaparecida a la edad de 57 años, el 8 de febrero de 1977. Ver registro de su hijo y de su nuera María Rosa Ana Tolosa, ambos militantes de Juventud Universitaria Peronista (JUP). OLIVA, Carlos Alberto. Nacido en Paso de los Libres, Corrientes, el 4 de febrero de 1951. Conocido como “Calú / Gorosito / Correntino”. Estudió Ciencias Exactas en Rosario y luego Ciencias Económicas, en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Peronista montonero secuestrado el 5 de agosto de 1976 en esa ciudad bonaerense (cuando iba a cobrar el sueldo de su esposa, en el hall de la Municipalidad local), visto en la Base Naval de Mar del Plata y luego asesinado por la represión, aduciendo un enfrentamiento armado en jurisdicción del V Cuerpo de Ejército. Tenía 25 años. Para mayores precisiones ver registro de su esposa Laura Susana Martinelli. El 7 de diciembre de 2007, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se inauguró un mural en homenaje a su figura y demás personas de esa alta casa de estudios, asesinadas por la última dictadura cívico-militar que sufrimos. OLIVA, Carlos Delfín. Nacido el 22 de febrero de 1956 en Pichanal, Orán, Salta. Estudiante de Medicina en Córdoba. Como dirigente de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) siempre se destacó junto a su hermana (“Chaca” Oliva, que sobrevivió a la dictadura militar) en las tareas de propaganda y en la organización de actos callejeros. Murió asesinado (en un supuesto enfrentamiento con efectivos militares), junto a otros dos compañeros de la JUP (Ana María Villanueva y Jorge Manuel Diez), el 2 de junio de 1976, el mismo día de su secuestro. OLIVA, Enrique Pedro. Nació el 29 de junio de 1923 en Chacras de Coria, Mendoza; hijo de inmigrantes andaluces. Con su esposa, Teresa Raquel Moresi, tuvo 4 hijos, que le dieron ocho nietos y dos bisnietos. Abogado, Doctor en Ciencias Políticas fue docente y Secretario General en la Universidad Nacional de Cuyo; miembro fundador del CONICET (1951) y de la Universidad Nacional de Neuquén (luego Comahue) en 1964, de la que también fue su primer rector. Al respecto, aún hoy suelen recordarse sus palabras al organizar dicha Casa de Altos estudios: “Quiero traer a los doctores y a los catedráticos, pero también quiero traer a los gauchos del interior y a los mapuches, para que nos enseñen lo que saben. Las machis (sacerdotisas) saben más de las enfermedades cordilleranas que los médicos”. Docente en la Universidad Nacional de Morón. Miembro de la Academia Nacional de Periodismo. “Ciudadano Ilustre” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Director de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores entre 1991 y 1998 con el rango de Secretario de Estado. Miembro de número del Instituto Nacional de Estudios Históricos Juan Manuel de Rosas. Presidente del Instituto Malvinas e Islas del Atlántico Sur, desde donde apoyaba la justa lucha de los familiares de los argentinos caídos, para que estos tuviesen un cementerio propio. Autor de numerosos libros, entre los cuales pueden mencionarse: “Malvinas: el colonialismo de las multinacionales” y “El rey de Araucania y Patagonia”. Proscripto políticamente luego del golpe cívico-militar de 1955 que destituyó a Perón, un año más tarde se refugia en Venezuela tomando contacto con el líder exiliado. Vuelto a la patria se suma a la Resistencia Peronista, participando activamente de la primera guerrilla partidaria en el Norte Argentino (los “Uturuncos”: “hombres tigres” en lengua quechua). De aquella época cuenta esta sabrosa anécdota: “Era enorme la colaboración de la gente que quería hacer cosas. Recuerdo un caso, cerca del Puente de la Noria, donde teníamos una reunión en una casa muy humilde abarrotada de gente trabajadora. Yo estaba hablando y la dueña de casa nos servía mate. No sabía que hacer para ofrecernos cosas, ó comida. Todo eran atenciones. En un momento en que ya no sabía que más ofrecernos, me dice: ‘Compañero, ¿quiere que mientras usted habla le lave la camisa?’. No podía rechazarle eso. Me saqué la camisa, me la lavó, la secó cerca del fuego y la planchó. Nunca vi una camisa mejor planchada”. Oliva fue apresado en 1960 siendo condenado por un Consejo de Guerra a 6 años y medio de prisión, de los cuales cumplió 4, ya que fue liberado por la amnistía presidencial del gobierno de Arturo Illia. Para aquellos años funda y dirige el diarito resistente “El Grasita”. En 1976 toma el camino del exilio, esta vez hacia París, luego de sufrir el secuestro de dos de sus hijos, que más tarde fueron liberados. Allí será el corresponsal europeo del diario argentino “Clarín” con el seudónimo de François Lepot. (Dirá: “Lo de François Lepot no fue una tilingada para ponerme nombre francés, sino porque mi nombre estaba prohibido y no podía recibir giros. El Banco Central era el que autorizaba la salida de dinero al exterior, entonces me puse Lepot, que en el argot francés es equivalente al ‘gomía’ de nuestro lunfardo”). La Guerra de Malvinas, años más tarde, lo mostrará como un excelso periodista, donde la lectura de sus notas se vuelve imprescindible para entender el conflicto bélico con el imperio británico. Falleció el sábado 27 de febrero de 2010. Sus familiares, a pedido póstumo de Don Enrique, solicitaron que no se enviaran ofrendas florales y que el importe destinado a aquellas, fuese enviado al comedor infantil “Estrella de Belén” ubicado en el barrio YPF, Manzana 22, Casa 46 de la ciudad de Buenos Aires. OLIVA, Isidro Natalio. De profesión enfermero. 28 años de edad. Militante de Juventud Peronista, sufrió persecución en San Juan, lo que lo llevó a buscar otros aires. Estaba casado con Evelina Rosa Ávila (ver su registro). Fueron secuestrados el 10 de mayo de 1977 en Morón, provincia de Buenos Aires. Sus tres hijas fueron dejadas en la casa de una vecina donde fueron recuperadas por su abuela paterna. Un árbol con su nombre puebla el “Bosque de La Memoria” levantado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan. OLIVA, Leticia Margarita. “Naty”. Nacida en Plaza Huincul, Neuquén el 26 de agosto de 1948. Su primaria la hizo en la Escuela Provincial Nº 5 de Bahía Blanca y la secundaria en el Colegio Nacional Río Gallegos y Colegio Nacional General Roca. Hizo Psicología Clínica en la UBA. Al igual que su marido, Orlando René Méndez (ver su registro) militaba en Montoneros. Luego de la muerte de éste, abandona la militancia y cambia de domicilio y de ciudad, sin embargo igual es secuestrada y desaparecida, el 27 de diciembre de 1978, cuando vuelve a su casa (Gascón 619, 5º C. Buenos Aires) desde la clínica donde trabaja. Los militares que se la llevan, previamente la golpean y vendan sus ojos. Todos contra ella; todos contra una mujer a quien acompaña su hija de tres años. A sus ojos, una subversiva peligrosa sin lugar a dudas…… OLIVA, Néstor Alberto. Nacido en Pozo Verde, Departamento Rivadavia, provincia de Salta, un 7 de abril de 1950. Militante de Juventud Peronista en la ciudad capital salteña. Estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de esa provincia (activo militante del centro de estudiantes) y además trabajaba en la obra social o la mutual de dicha Universidad. Tenía llegada directa al rector Holver Martínez Borelli (ver su registro). Secuestrado-desaparecido en tanto cumplía con su servicio militar obligatorio, el 13 de octubre de 1976. (Brigada VIII de Infantería de Montaña de Mendoza). Los mismos militares que lo secuestraron, a la familia, le dijeron que Néstor Alberto Oliva estaba prófugo, que había desertado. OLIVARES, Andrés Luis. Su familia es originaria de Huaco un pueblo que forma parte del Departamento Jáchal ubicado al Norte de la provincia de San Juan. A los 4 años se va a vivir con sus padres a San Juan Capital. La primaria la hace en el Colegio Don Bosco hasta que a los 9 años de edad se integra a un Seminario de Córdoba para luego cambiarse a otro de Río IV: el de La Sagrada Familia. Luego pasa a un tercero, que es el Seminario Mayor de Córdoba. Comienza sus estudios de Abogacía. Enrolado en la Teología de la Liberación pasa a a trabajar con sectores pobres de la sociedad, brindándoles su esfuerzo y ayuda. Rápidamente pasa a identificarse de lleno con la doctrina peronista pese a que venía de una familia de la Unión Cívica Radical (UCR). Solía ir de visita a la casa paterna anunciando su llegada con un estentóreo ¡Viva Perón! para revolver un poco el avispero. Sufre un par de allanamientos en su alojamiento de Córdoba pero no lo comenta en el seno familiar. Vencida la prórroga gestionada oportunamente debe presentarse para cumplir con el servicio militar obligatorio en el Regimiento de Infantería de Montaña 22 (RIM 22) de San Juan; su miopía que no le permitía ver más allá de dos metros sin anteojos, hace que cumpla solamente funciones de estafeta de Intendencia, encargándose de llevar y traer cosas al cuartel vestido de civil. Luego de su baja decide radicarse en Rosario. Será sereno de una obra en construcción lo que le permitirá hacerse de alojamiento gratis. El 28 de febrero de 1977 a eso de las 3 de la mañana un grupo de tareas lo saca por la fuerza de su morada. Su tío mueve influencias para dar con su paradero. El 2 de marzo de ese mismo año un oficial del Ejército le anuncia que su sobrino se ha suicidado arrojándose a las vías del tren y que pase a buscar su cuerpo por Funes, una localidad que se encuentra a menos de 15 km. de Rosario. OLIVENCIA, Daniel Horacio. Nacido en Mendoza el 7 de octubre de 1950. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Fue presidente del Centro de Estudiantes en la Facultad de Antropología. Secuestrado-desaparecido el 2 de enero de 1977, en la ciudad capital de Mendoza. Trata de resistir su secuestro y después de una persecución protagonizada por patrulleros de la policía provincial, es herido de bala en las proximidades de Avenida España y República del Líbano y llevado con rumbo desconocido por uno de los rodados intervinientes. OLIVERA, Edgardo. Natural de Río Gallegos, Santa Cruz. Sus compañeros le decían “El Águila” porque no veía un pomo. Provenía del Movimiento de la Juventud Peronista y fue uno de los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) apresados en Taco Ralo, Tucumán, en septiembre de 1968. También Durante la última dictadura militar la pasó en prisión por ser fiel a su ideario peronista revolucionario. OLIVERA, Juan Manuel. “Gabriel”. “Chino”. “El Cura”. 23 años. Casado. Empleado público. Peronista. Oficial Montonero que tenía a su cargo la zona sur de San Miguel de Tucumán y del Barrio San Cayetano que sigue hoy tan pobre como en aquel entonces. Secuestrado-desaparecido el 19 de octubre de 1976 en la vía pública en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Visto en la Cárcel de Villa Urquiza antes de su asesinato. De un poema a su novia que ésta aún conserva: “¿Estará, recién hoy, madurando nuestro amor? Seamos fuertes. Sintámonos inquebrantables, como en la lucha. Seamos en este momento dos guerreros que ansiosos pelean y arriesgan sus vidas con la fe prendida en los labios, como en la mano se desliza un fusil, convencidos de que juntos recorreremos el camino a la victoria final”. OLIVERA, Martiniana. “Marta”. 38 años. Llegó al barrio de La Boca a fines de marzo de 1970, con su marido y sus cinco hijos: Daniel, Alberto, Alejandra y los mellizos Viviana y Marcelo. Marta comenzó a militar en una Unidad Básica ubicada en Melo y Alvarado y luego se pasó a otra, la U.B. “Daniel Serri” que dependía de la J.P. y Montoneros. Era un local pequeño que compartía el patio con un conventillo. Allí se daban clases de apoyo escolar, de guitarra, cocina, costura. Marta era ama de casa, había sido empleada de limpieza en las oficinas de Mercedes Benz y cuando su marido consiguió un trabajo para dar de comer a toda su familia, ella se dedicó de lleno a la militancia. El 8 de octubre de 1976 a las 2 de la mañana, en Alvarado 942 (Barracas), fue secuestrada-desaparecida junto a su hijo Daniel Horacio Levy (ver su registro). Fue un operativo militar de alrededor de 100 personas que rodeó la manzana, se apostaron en techos vecinos e ingresaron al domicilio 20 hombres fuertemente armados. OLIVERA, Rafael. “Palito”. “Santiago”. Fue el séptimo de 11 hijos. Ex alumno del Colegio del Salvador de Buenos Aires, regido por curas jesuitas. Nació el 16 de abril de 1946 en Capital Federal, barrio de Flores. Su padre Jorge, fue médico higienista del Ejército y su madre Fanny Palacios, sobrina del socialista Alfredo Palacios. De jovencito fue parte de la Acción Católica Argentina (ACA). Recibido de Bachiller ingresó a la Universidad Católica Argentina (UCA) para cursar la carrera de Sociología. Allí la conoció a Nora Rodríguez Jurado (ver su registro) con quien se casó en 1969 y tuvo 4 hijas. Ya graduado partió con su esposa, becado a Alemania, para seguir sus estudios. Volvieron a la Argentina en 1972. Se va a vivir a San Juan donde se desempeña como Profesor de la Universidad Nacional de Cuyo. Abraza la causa peronista y como integrante de la Juventud de dicho Movimiento, realiza trabajo social en los barrios más carenciados de la zona, participando activamente además, en la vida parroquial de la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe. Con su mujer seguían siendo católicos practicantes de misa dominical. Bien dice su hija María del Rosario: “Mi padre era un hombre de fe y creía en la igualdad entre las personas”. Se suma a Montoneros y a fines de 1974 aproximadamente –conjuntamente con su esposa que abraza la misma causa- son trasladados por orden de la organización a Mendoza, donde comienzan a vivir en forma clandestina. El 12 de julio de 1976, al salir de su casa de la ciudad mendocina de Guaymallén, barrio Villanueva, es secuestrado-desaparecido para siempre. Iba en bicicleta cuando se le apareció un tipo escondido que trató de detenerlo, advertido de la maniobra, “Palito” Olivera trató de escapar, pero fue herido en una pierna, golpeado en la cabeza con culatazos y secuestrado en un auto que partió raudamente. El sujeto aquel de la agresión, era nada menos que Ricardo Alberto “Meneco” Olivera, su primo, Jefe de Policía provincial y encargado de la Inteligencia zonal, que revistaba con el grado de Teniente Coronel en el Ejército. Al día siguiente fue secuestrada su esposa Nora y sus cuatro hijas quedaron huérfanas hasta que el abuelo paterno Jorge Olivera (General de Brigada Médico) pudo recuperarlas. Este hombre habló luego con su sobrino represor, para saber la suerte de su hijo e hija política. La respuesta fue escueta: No los busques más. Están muertos”. OLIVESTRE, Roberto Héctor. 40 años. “Gitano”, “Perro”. “Chiche” para su familia. Hincha fanático de Lanús en nuestro fútbol. Creció en el barrio, fue un peronista con su compromiso militante intacto hasta último momento. Militante de JTP y delegado obrero metalúrgico en “Prati-Vázquez Iglesias” fabrica de acoplados de Lanús y luego en la comisión interna en la fábrica Royo, de Pompeya. Lo fueron a buscar el 30 de julio de 1976 a su casa y luego de torturarlo delante de su esposa e hijos se lo llevaron con rumbo desconocido. En abril de 2009, la familia de Olivestre recibió la noticia de la identificación de los restos óseos, de quien impunemente, había sido fusilado y dinamitado en la denominada “Masacre de Fátima” junto a otras 29 personas el 20 de agosto de 1976, a manos de la Policía Federal. La inhumación de sus restos tuvo lugar el sábado 29 de agosto de 2009 a las 14 hs. en un acto público desarrollado en el cementerio de Lanús. Allí alguien dijo: “Delegado de la Comisión Interna en formación (en Royo), el compañero seguirá en nuestra memoria como un hombre alegre, eterno amante de la vida, con capacidad para formar compañeros con su ejemplo, articular políticas, para seguir también formándose; él creía en la militancia, honraba la solidaridad, era la expresión cabal de la generación del ’70. Después de 33 años desaparecido, vuelve desde donde lo quisieron ocultar, desaparecer, con su nombre rescatado del olvido, para ser memoria viva. El compañero ha vuelto a su Lanús querido para cerrar su larga ausencia; fue salir del anonimato que es ser N.N.; es devolverle su identidad a pesar de la máquina del terrorismo de Estado”. OLIVIER, Hilda Inés. Hilda Inés Olivier de Santilli. Militante montonera, conocida por su gracia y encanto como “Sissi” ó “La Condesa”. Caída en combate en Córdoba, -junto a otros compañeros- cuando una casa operativa de la conducción regional, fue cercada por el Ejército. Eso ocurrió el 9 de marzo de 1977. Estaba embarazada. OLIVIER, Patricia Silvia. Peronista montonera. Secuestrada-desaparecida el 11 de abril de 1977 por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), a la edad de 24 años. Era dibujante técnica. Esposa de Luis Esteban Matsuyama, también secuestrado-desaparecido (ver su registro). OLIVO, Juan Antonio. “Tonito”. Ligado a la Teología de la Liberación. Campesino peronista. Militante y delegado en las Ligas Agrarias de Corrientes. Aspirante montonero. 29 años. Casado. Secuestrado-desaparecido en Perugorria, Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes, el 16 de marzo de 1977. Emilio Olivo, su padre rememora: “Nunca más supimos de nuestro hijo. Cuando le pregunté a la policía por qué se lo habían llevado me dijeron que era un subversivo. Y entonces les pregunté: ¿Qué es un subversivo?”. Se sospecha que sus restos, conjuntamente con los de sus compañeros Justo José Pelozo y Pantaleón Romero, también de Ligas Agrarias, fueron tirados al río Miriñay, entre febrero y marzo de 1977, atados con alambre a bloques de piedras y concreto. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) está trabajando sobre este caso. El 23 de noviembre de 2007, en la Plaza 25 de Mayo, el Gobierno de la Provincia a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos y en forma conjunta con la Municipalidad de Perugorría, le rindieron un homenaje a él y a los otros tres vecinos “desaparecidos” de ese lugar, a través de un monumento alegórico, donde puede leerse: “Homenaje del Pueblo de Perugorría a sus hijos desaparecidos durante la Dictadura Militar 1976-1983”. OLMEDO, Carlos Enrique. Nació el 5 de enero de 1944 en Asunción del Paraguay. Su padre era un prestigioso médico paraguayo, su madre argentina. Queda huérfano desde muy pequeño. El secundario lo hace en el Colegio Nacional Buenos Aires, donde descolla por sus altas notas e inteligencia innata. A punto tal que en tercer año obtiene un puesto de celador, lo que le permite mantener una excelente relación con todos los alumnos. Egresado con las más altas notas, estudia Medicina para darle el gusto a su madre, pero luego abandona y se dedica a su verdadera pasión: la Filosofía. Para ese entonces militaba en la Federación Juvenil Comunista (FJC) y en el Centro de Estudiantes de esa Facultad de Ciencias Sociales. Estuvo becado en Francia por sus estudios, graduándose en la Sorbona. Rompe con el comunismo e integra el grupo fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y recibe instrucción militar en Cuba. Pasa a ser “Germán”, “José” ó “El Rubio”. Como cobertura legal trabaja como directivo en la Fundación Gillette e inclusive sus amigos recuerdan con una carcajada, cuando fue invitado por Mirta Legrand a uno de sus almuerzos, en función del cargo que desempeñaba en esa multinacional. En 1970 debió pasar a la clandestinidad, luego de que un miembro de las FAR, Marcelo Verd, bajo torturas, revelara las identidades de varios miembros de dicha organización revolucionaria. Mirta Clara, cuenta una anécdota muy graciosa que tuvo como protagonistas a Olmedo y al poeta Francisco Urondo, los tres en las FAR. Carlos Enrique estaba clandestino como dije y buscado hasta los tuétanos. Iba en un auto amarillo patito que conducía “Paco” Urondo y que era propiedad de éste. Llegan frente a la vivienda a donde va a hacer noche Olmedo, pero enfrascados en una conversación política pasan más de media hora estacionados en la puerta de la casa. De pronto un patrullero se les acerca y se pone al lado del Volkswagen. Con una rapidez e inventiva total, Carlitos Olmedo lo abraza profundamente a “Paco”, como si fuera su pareja y lo besa estruendosamente haciéndolo desaparecer de escena tirándolo hacia él mismo para cubrirse sus rasgos faciales. El canerío, tranqui, sigue de largo pensando que se topó con una pareja calenturienta de trolos en acción. Fue para llorar de risa el impacto que esa escena produjo en Urondo y como se lo contaba escandalizado luego a sus compañeros de militancia. Jodas aparte, aún hoy se recuerda a Olmedo por su brillante discusión teórica, a principios de 1971, con miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), con respecto al rol revolucionario del peronismo, que él defendía con ahínco y pruebas concretas. Muere a la edad de 28 años, el 3 de noviembre de 1971, como militante de las FAR e integrando un comando armado de las Organizaciones Armadas Peronistas (OAP) -de efímera existencia-, cuando intentaba con otros compañeros secuestrar a un alto ejecutivo de la empresa Fiat de Córdoba, en conflicto con su personal, al negar la representatividad del sindicato Sitrac-Sitram. Según Jorge Lewinger, “si alguien pudo considerarse un verdadero orientador de nuestra generación, mucho más allá de las fronteras de nuestra primigenia organización, ese fue sin dudas, Carlos Olmedo (...) Fue la expresión cabal de quien supo transformar la rebeldía y el conocimiento en energía revolucionaria. Como con Galileo, semejante herejía fue tempranamente quemada en la hoguera de la represión”. OLMEDO, Osvaldo Horacio. Hermano del anterior. También paraguayo. Proveniente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), estuvo en el copamiento de la localidad de Garín en la provincia de Buenos Aires, y detenido desde 1971 hasta 1973 cuando la amnistía presidencial le devolvió la libertad. Luego de la fusión y con el nombre de guerra “Miguel”, llegó a ser oficial del Ejército Montonero con el rango de Teniente, pero por sus características liberales e individualistas, sufrió una despromoción, como se verá a continuación. Se va de Argentina en diciembre de 1977. Estando de vuelta en nuestro país en 1979, tiene a su cargo el grupo N° 2 de las Tropas Especiales de Infantería (TEI) y recibe instrucciones de realizar una operación militar de aniquilamiento sobre el Dr. Alemann, funcionario directo y dilecto del ministro de Economía de la dictadura militar, José Alfredo Martínez de Hoz. Como no cumple con esa directiva es despromocionado y obligado a retirarse al exterior. Viaja a España. Su negativa tenía que ver con una discusión política en el seno de su organización y no por falta de decisión o coraje, si se tiene en cuenta que Olmedo había sido uno de los organizadores y actores de la voladura de la casa de Walter Klein, otro funcionario de Economía, algún tiempo atrás. Sobrevivió a la dictadura militar y nada se supo de él, hasta el 10 de diciembre de 1988, cuando la esquina de la avenida Juan Bautista Alberdi y Fonrouge, una zona muy comercial y poblada del barrio de Mataderos, se vio alborotada por un tiroteo que dejó como saldo un custodio de valores muerto y también uno de los pistoleros abatido. Ocurrió en el Banco Mercantil de la zona. El custodio era un suboficial de la Armada ya retirado de la Fuerza (Mario Bernardini) que iba a depositar una suma grande de dinero y el “pistolero”, Osvaldo Horacio Olmedo. OLMOS, Alejandro. Nacido en el Jardín de la República, Tucumán, el 1° de mayo de 1924. Fue uno de los más comprometidos y entusiastas integrantes de la Comisión Popular Argentina, creada en 1950 con el fin de repatriar los restos del Brigadier Don Juan Manuel de Rosas injustamente olvidados en el extranjero por la prédica sarmientina y mitrista. Caído Perón en 1955 se suma a la Resistencia Peronista y a su cargo estará la dirección de un diarito que hará época: “Palabra Argentina”. Desde sus páginas, Olmos defendió los intereses nacionales y los derechos del pueblo proscripto por la violencia de las armas gorilas. Trabajó por la vigencia y la unidad del Movimiento Peronista y realizó la “Marcha del Silencio” –una verdadera bofetada en el rostro de la dictadura setembrina de Aramburu y Rojas- en homenaje a quienes fueron fusilados en junio de 1956. Desafió la represión del decreto ley 4.161 y los tribunales militares del Plan Conintes. En 1959 sufre persecuciones y cárcel. Indignado por la entrega descarada del patrimonio nacional llevada adelante por la última dictadura militar de la mano de su ministro de Economía Martínez de Hoz, comienza a recopilar pruebas de la infamia y en 1982 le inicia juicio a los responsables del latrocinio, centrando el objetivo en el desmesurado crecimiento de la deuda externa, tan artificial como ilegítima. En tal sentido edita de su peculio “Todo lo que usted quiso saber sobre la deuda externa y siempre se lo ocultaron. Quienes y cómo la contrajeron”, publicación que ya va por su quinta edición. Al momento del golpe militar de 1976, la deuda externa era de 7.633 millones de dólares. La dictadura multiplicó por cuatro esa cifra. Como se sabe del endeudamiento privado se hizo cargo el Estado. Se beneficiaron las más grandes y poderosas empresas y bancos que operaban en nuestro suelo. El juicio llevado adelante por Alejandro Olmos durará 18 años y si bien en julio de 2000 el juez sobresée a los imputados; debido al cúmulo de documentación aportada y al tenor de la misma, da intervención al Congreso de la Nación para que intervenga sobre el tema. Olmos expiró sin saber la sentencia; el 24 de abril de 2000. Está en nuestros corazones y voluntades para siempre, inmortal, por argentino y por patriota. OLMOS, Amado. Nacido en 1918. Rosarino. Obrero. Miembro de la Mesa Coordinadora de las “62 Organizaciones Peronistas”. Secretario de la Federación Argentina de Trabajadores de la Sanidad. Fue uno de los mentores de la necesidad de conformar un “partido obrero” para enfrentar a las dictaduras de turno desde 1955 en adelante. A su insistencia en el tema, se debe la creación de la “Unión Popular” en 1962, que ganó las elecciones a gobernador en la provincia de Buenos Aires, con la figura del sindicalista textil peronista Andrés Framini. Fue un opositor al “participacionismo” vandorista que no era otra cosa que una traición a Perón. En un reportaje que le efectuó la revista “Primera Plana” en diciembre de 1967, se lo presenta así: “Un par de revoluciones –la de 1955, que derrocó a Perón y la de 1962dejaron truncas las ambiciones políticas que Olmos jamás ocultó: la primera vez retuvo una banca de Diputado Nacional por el Partido Peronista, sólo 4 meses y 15 días; hace 5 años, electo por el Frente Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, el sanitario solo ocupó su escaño simbólicamente, el 20 de mayo de 1962, durante una apurada reivindicación del sistema parlamentario que el Gobierno de Guido ahogó con la fuerza policial. Más duraderas, por cierto, fueron las estancias de Olmos en las cárceles: como preso político, residió en Caseros, Rawson y Bahía Blanca, a lo largo de 1956; al año siguiente estuvo en la Penitenciaría Nacional; en 1959 visitaría otra vez este edificio. Por fin, Olmos fue confinado a Caseros, una vez, en 1960 –debido a su oposición a Frondizi- y nuevamente fue encarcelado en Rosario, en 1960, por haber participado en la asonada del General (peronista) Miguel Ángel Iñiguez”. Es que Olmos tenía bien en claro por donde pasaba la lucha por la liberación nacional: “Cuando Perón abandona el país, los únicos que no renuncian, los trabajadores, no tenemos con que luchar (…) El Peronismo es el vehículo revolucionario de esa Argentina que se nutre en las grandes masas laboriosas y en los ‘cabezas negras’: esa es su grandeza y su vigencia. Quienes pretenden desdibujarnos, quienes quieren complicarnos con el régimen y convertirnos en otro apéndice del mismo, esos no pueden estar a nuestro lado, esos no pueden llamarse peronistas. Las banderas de la Soberanía Política, la Justicia Social y la Independencia Económica, las salvamos nosotros, los trabajadores, cuando toda una clase de dirigentes las habían abandonado. Ese es nuestro mérito histórico (…) Aquí tenemos que dividirnos entre los entreguistas y los que no queremos entregarnos. Entre los que están con el imperialismo y los que somos antimperialistas; entre los que queremos el país y los que están contra el país”. Amado Olmos junto con John William Cooke, siempre alentó entre los activistas del peronismo del que formaba parte, un giro a la izquierda más pronunciado del Movimiento, que ofreciera naturalmente una salida insurreccional. Al respecto la escribió a Perón: “Si en España no puede usted instrumentar sus planes de retorno, viaje a Cuba”. Falleció el 27 de enero de 1968 en un accidente automovilístico en Villa María, Córdoba. OLSON LATTA, Chris Anna. Nació en Berkekey, California, Estados Unidos el 6 de agosto de 1946. Hija de Carl Olson y Monna Latta. Había cumplido con sus estudios universitarios en el Occidental College en California y luego con estudios de postgrado en la Universidad de California. En nuestro país estudiaba Psicología en la Universidad de Córdoba. Medía un metro sesenta y cinco y era rubia de ojos verdes. Separada de su marido, estaba en pareja con un obrero peronista, Julio César Yañez (ver su registro). De su primer matrimonio tenía una hija de cinco años llamada Carola. Julio César Yañez fue secuestrado por una patota militar el 28 de septiembre de 1976. Chris huyó y se refugió en casa de amigos, hasta que fue detectada por la policía y asesinada, el 19 de octubre de ese mismo año, cuando intentaba huir por los techos de la casa que la albergaba. Estaba embarazada de 5 meses. Tenía 30 años. OMAR, Claudia. “Mari”. 21 años. Militante montonera caída en combate en Rosario, el 31 de diciembre de 1976. Vivía en Balcarce 742, 8º piso. Cercada, saltó al vacío para no caer con vida. Estaba embarazada de dos meses de Raúl Horton (ver su registro). Y para datos del enfrentamiento, ver el registro de María Cristina Luchessi. El hermano de “Mari”, Gabriel Omar, secuestrado y luego liberado por la dictadura militar se expresa de éste modo: “Me preguntaron en una entrevista, como creía yo que mi hermana hubiera querido que la recuerden. Sentí que eso suponía que ella tendría que haberse imaginado heroica o algo así; pero Claudia siempre fue de una generosidad y una dulzura que no puedo imaginarla pensando en trascender, queriendo que la recordaran por nada que hiciera, que su lucha era por un futuro para todos y por la vida”. ONGARO, Alfredo Máximo. Hijo de Raimundo, el secretario general de la CGT de los Argentinos y carismático líder del gremio de los Gráficos y del peronismo combativo en las décadas del ’60 y ’70. Alfredo fue asesinado por la Triple A, el 7 de mayo de 1975 de 10 balazos. El Partido Montonero, post mortem, le otorgó la condecoración “Mártires del Pueblo” en su grado mayor. En plena dictadura militar, con motivo del cuarto aniversario de su asesinato, la Federación Gráfica Bonaerense y la Agrupación Gráfica Lista Verde, pudieron quebrar el cerco informativo e imprimir una pequeña solicitada en el diario “La Prensa” y un suelto en “Crónica”: “Alfredo Máximo Ongaro. Q.E.P.D. Cuando mis rodillas tocaron tierra, mis ojos se inundaron de cielo”. ONOFRE CASADO, Gaspar. Nacido en Azul, provincia de Buenos Aires, el 21 de noviembre de 1955. Estudiante de Derecho. Familiarmente le decían “Quinto” ya que ese era su lugar en la familia: el quinto hijo. Militante montonero que actuaba con el nombre de “Manuel” y el grado de Teniente. Secuestrado junto a su compañera Adriana Leonor Tasca, “Clara” (embarazada de 6 meses), el 5 de diciembre de 1977. Ella también militaba en Juventud Universitaria Peronista (JUP) en Derecho, en la Facultad de La Plata. Antes de su muerte, fue vista en “La Cacha” y él en la ESMA. Adriana era natural de Mar del Plata y en esa ciudad balnearia había nacido un 20 de abril de 1955. El hijo de ambos, el hijo de Gaspar y Adriana, un joven de 28 años (Sebastián José), fue recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo en febrero de 2006. ONOFRI, Hugo Luis. “Loro”, “Lorenzo”. Combatiente montonero con el grado de Oficial 1°. Comenzó a militar en la villa La Cava de San Isidro a principio de los ’70. Fue responsable de Logística en la Columna Norte hasta fines de 1975. A partir de ese momento, vivió y militó en el Sur bonaerense donde tuvo un nivel destacado. Algunos de sus compañeros lo recuerdan como una persona seria y compenetrada completamente con su militancia: lo que podría definirse como un “duro” con un alto compromiso y capacidad militar. Por lo que se entiende entonces que haya participado en algunas de las operaciones más resonantes de la Columna Norte. Lo secuestraron en el barrio de Boedo, Avenida La Plata e Inclán, el 20 de octubre de 1976, el nefasto día de las “citas nacionales” y fue llevado a la Escuela de Mecánica de la Armada. Su secuestrador y torturador fue el oficial de Marina Francis William “Duque” Whamond. El “Loro” Onofri murió en la tortura; un compañero de cautiverio sobreviviente, Lisandro Raúl Cubas, declaró: “... los oficiales de Marina decían que el ‘Loro’ era muy duro, que no quería hablar y que se les había ‘quedado’ (muerto) en la máquina...” Rosita, su compañera y sus dos hijos fueron secuestrados al año siguiente, pero sobrevivieron. Su sobrino, el historiador Federico Lorenz le dedicó un hermoso y sentido poema denominado “Arquitecto” que versa sobre la historia que se armó Onofri para no “cantar la justa” ni mandar “al frente” a nadie y que termina así: “...Porque hay que hablarle a los compañeros / de esa casa / mientras aún lo buscan / en el cielo de la Patriecita / herida por la Armada”. ORDOÑEZ, Mario Ángel. Nacido el 13 de abril de 1951 en Tucumán Capital. Militante de Juventud Peronista. Conocido con los sobrenombres de “Acos” y “Negro”. Cursó estudios secundarios en la ENET Nº 2. Ingresó a la Universidad Tecnológica Nacional – Regional Tucumán en el año 1972, en la carrera de Ingeniería Mecánica. En 1973 pide el cambio a la carrera de Ingeniería Electrónica. Trabajaba en Grafanor como empleado de calificación técnica. Secuestrado-desaparecido a la edad de 25 años en San Miguel de Tucumán, el 27 de mayo de 1977. ORELLANA, Haydée Mercedes. Nacida en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, el 23 de diciembre de 1950. Militante peronista en Temperley, otra localidad sureña del conurbano bonaerense. Ayudaba a la organización de los vecinos a través de la Unidad Básica “Capuano Martínez” de gran predicamento en la zona. De carácter reservado y callada siempre se jugó por sus ideales y por su pueblo. Secuestrada-desaparecida el 20de septiembre de 1976. ORELLANO, José María. Morocho (de ahí uno de sus apodos: Negro), bostero y peronista. Jugaba al fútbol de centrohalf con mucha marca y garra como característica propia. Le gustaba bailar, la ropa colorida y pantalones de cuero. Amante de la historia argentina hizo trabajos sobre el padre de la Patria, don José de San Martín. Egresado del colegio “Carlos Pellegrini”. Antes, ocupó la escuela para pedir la modificación de los planes de estudio que eran anacrónicos y el funcionamiento del centro de estudiantes, temas hasta entonces prohibidos en el “Pellegrini”. La noche del 22 de agosto de 1972 no entró a clases y marchó al acto que se hizo para repudiar el fusilamiento de los compañeros de Trelew. Fue mochilero. Trabajó donde pudo. Estudiante de la carrera de Historia en Filosofía y Letras con uno de los mejores promedios existentes. En 1973, como tantos pibes esperanzados en un cambio votó a Cámpora y a Perón. Militante y referente en su facultad, de Juventud Universitaria Peronista (JUP). “Tipi” Orellano pasa a desempeñarse en el ámbito territorial de Sur Provincia como cuadro montonero, bajo el alias de “Fernando”. Pese a perder a su primera compañera –Virginia- siguió luchando por una sociedad más justa e igualitaria en condiciones sumamente desfavorables. Nunca se le ocurrió irse del país. Fue secuestrado el 14 de abril de 1978 en el barrio de San Telmo, cuando llegaba a la casa de su “Vieja” para hacerse de un pulóver ya que su novia Ana que lo acompañaba, tenía frío. A ésta después la largaron pero por la tortura perdió un embarazo. Luego de desaparecer Orellano, su madre –obrera del vestido- si bien nunca opinó sobre la militancia de su hijo, estuvo orgullosa de él, y lo buscó incansablemente. Según una versión, ella con el tiempo enloqueció y murió en un establecimiento neuropsiquiátrico. ORFANÓ, Guillermo Lucas. “Guille”. Nacido el 28 de octubre de 1955, era un cuadro de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y de Juventud Peronista (JP). Fue secuestrado-desaparecido el 2 de diciembre de 1976, en la vía pública (Lavalle y Pasteur. Capital Federal) Y fue visto en el CCD ESMA antes de su asesinato. Como ex alumno del Colegio Nº1 “Bernardino Rivadavia” de Capital Federal, en su homenaje, hay un aula con su nombre. ORFANÓ, Lucas. Militante del Partido Peronista Auténtico (PPA). Padre de Guillermo y Pantaleón, fue uno de los principales referentes de las organizaciones de Derechos Humanos forjadas en nuestro país al calor de la lucha contra la dictadura militar. En septiembre de 1976 fue partícipe de la fundación de “Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas”. También él fue secuestrado junto a su esposa Lilia en Coordinación Federal (4 de agosto de 1976) y escuchó los gritos de su hijo Pantaleón en tanto lo estaban torturando en una dependencia contigua. Apenas liberado, sufrió un intento de asesinato por otra banda de represores. Falleció en septiembre de 1986 y sus restos antes de buscar el descanso eterno, fueron llevados por un cortejo de familiares y compañeros hasta la cárcel de Villa Devoto, para que los presos políticos aún existentes –y por cuya liberación tanto luchó- pudieran rendirle su último homenaje desde una amplia ventana enrejada. Antes hablé de su esposa Lilia. Esta era huérfana de padre y mucama de chica. Peronista desde joven “por las injusticias...”. Militó junto a su marido en el PPA en trabajo barrial: ir casa por casa dejando información, timbrear, afiliar gente, etc. ORFANÓ, Pantaleón Daniel. “Lali” Orfanó como gustaba que lo llamaran para poder eludir su primer nombre, nació el 11 de junio de 1951 y fue secuestrado-desaparecido, el 30 de julio de 1976 en la intersección de Corrientes y Libertad de nuestra capital, alrededor de las 19,30 hs. También era militante de la Juventud Peronista (JP) como su hermano. Es posible que haya sido una de las víctimas de la matanza de Fátima en provincia de Buenos Aires. ORGAMBIDE, Pedro. Ese era su nombre artístico, como se lo conocía. Nació en 1929 con el nombre completo de Pedro Isaac Gdansky Orgambide. Narrador, novelista, poeta, ensayista y dramaturgo. Gustaba del box, la danza y el tango. Trabajó como peón de campo y como creativo publicitario para ganarse la vida. Su tríptico de novelas históricas: “El arrabal del mundo”, Hacer la América” y “Pura memoria” permiten reconstruir la idiosincracia de gran parte de nuestro pueblo. Hombre del campo nacional y popular debió exiliarse luego del golpe militar de 1976 y no dudó en sumar su pluma y su voluntad al Movimiento Peronista Montonero (MPM) a través de su Rama de Escritores, Intelectuales y Artistas. En un acto con motivo del 25 de mayo de 1976 en México, recordó: “En algunos viejos números de la revista ‘Caras y Caretas’ se pueden ver las fotografías de unos mendigos, en los portales de las iglesias. Y debajo, un nombre: Fulano de Tal, guerrero de la Independencia. Hombres que no tienen estatuas, pero que hicieron la Historia. A esos hombres queremos honrar en este día. A los que nos dieron la independencia, a los gauchos anónimos de las montoneras, y también a los pobres milicos, como Martín Fierro, que dejaban el fortín o que morían en el desierto, como recuerda el comandante Prado, confundiendo su sangre y sus huesos con los de nuestros hermanos, los indios, a los que iban a matar. Sobre ellos –como también recuerda Prado- los estancieros volvieron a imponer una política feudal, la aristocracia de las vacas, la moneda de cuero de la oligarquía. Esos ‘señores’ son los abuelos de estos ‘caballeros’ -como llama Jorge Luis Borges a los dictadores que hoy usurpan el poder-. Aquellos señores, estos caballeros son los que apuntaron con sus fusiles a los obreros de Vasena en la Semana Trágica de 1919, ó en la Patagonia, ó el 1° de mayo de 1909; los que despreciaron a nuestro abuelos inmigrantes –españoles, italianos, polacos, judíos, árabes-, a los queridos compañeros de las primeras décadas de este siglo, anarquistas, socialistas, comunistas; los que insultaron a la ‘chusma radical’ de Yrigoyen; los que llamaron ‘aluvión zoológico’ a los descamisados de Perón el 17 de octubre de 1945; son el brazo armado de la oligarquía cazadora de indios, los capataces de la explotación de los obrajes en la selva misionera, la policía de la zafra. Ese es el triste, mísero pasado que pueden ostentar los usurpadores. El pueblo en cambio, es dueño de una historia heroica y limpia, que no se hace hoy con grandes nombres, sino con la resistencia diaria frente a la propuesta imperialista. Y cuando digo pueblo, no digo una abstracción: digo la señora que esta mañana en la Argentina planchó el guardapolvo de su hijo; el hombre que está en huelga o que trabaja a ‘tristeza’; el hombre que canta el himno en la cárcel y recuerda el olor de los cuadernos y el banco en que aprendió a escribir, y digo que ellos están aquí, con nosotros, y que ellos son la Historia”. En 1980 se desvincula del Consejo Superior del MPM y forma parte de una escisión del mismo, “Montoneros 17 de Octubre”, de breve existencia. Vuelto a la Argentina el juez federal Miguel Guillermo Pons le dictó prisión preventiva en marzo de 1987, pero quedó exento de cumplir la misma. Esa medida persecutoria no lo apartó un ápice de su compromiso político. En un reportaje que le hicieron tres años más tarde en un matutino porteño, fue claro: “Los intelectuales argentinos deben definir si están con el jolgorio neoliberal o con los padecimientos de la mayoría del pueblo”. Yo tuve la suerte de frecuentarlo en vida. Falleció el domingo 19 de enero de 2003, a los 73 años, víctima de un ataque cardíaco. Nuestra Biblioteca Nacional le hizo un merecido homenaje en su sala principal, el viernes 30 de mayo del mismo año. ORIANSKI, Carlos Héctor. Nació en la provincia de Córdoba, en el límite con Santiago del Estero, el 2 de abril de 1947. Al poco tiempo de nacer, con sus padres se mudó al Chaco. En Roque Sáenz Peña, Carlos asistió a la escuela primaria Nº 37, egresando como abanderado de la misma con la promoción 1959. Luego de cursar la secundaria en el colegio República de Honduras, donde se recibió de perito mercantil, Carlos decidió estudiar Agronomía; pero debido a la temprana muerte de su padre por un cáncer de colon, se vio obligado a dejarla, debiéndose hacer cargo del negocio de ventas al por mayor que tenía su papá (distribución del maíz, alfalfa, cebolla, etc.). Como ese negocio no prosperó debió cerrarlo. Ingresó como empleado administrativo a la UCAL y al poco tiempo lo eligieron como asesor de la Unión de Centros Cooperativistas, espacio donde conocería a Carlos Píccoli (ver su registro). En 1969 se casa con Teresa Ozic, con quien tuvo dos hijos: Carlos y Alejandra. Orianski para noviembre de 1970 ya figura como asesor de las Ligas Agrarias; un mes antes le había dirigido la palabra a un millar de campesinos reunidos en Resistencia. Milita en el peronismo revolucionario, ligado a la organización Montoneros. Con el tercer gobierno peronista figura como asesor del ministro de Economía José Ber Gelbard, en la Comisión Nacional de Políticas Concertadas para el Agro. Lugar al que renuncia cuando la derecha partidaria comienza su escalada de poder en contra de los intereses populares. El 17 de abril de 1975 allanan su casa, pero no lo encuentran ya que había partido hacia su trabajo. Enterado, decide pasar a la clandestinidad sin abandonar la lucha, moviéndose por la zona de Corzuela, Charata y Las Breñas. A mediados de 1976, Carlos asistió a una reunión en El Tacuruzal, en la casa de Pancho Musin –colono militante de las Ligas Agrarias- en la que también estuvieron presentes Carlos Píccoli y Osvaldo Lovey entre otros. Existen versiones de que luego de la reunión hubo un enfrentamiento entre Carlos y las fuerzas de seguridad, del cual Carlos logró escapar gracias a la ayuda de un viejo colono del lugar que lo trasladó en su carro por caminos adyacentes. A partir de allí Carlos perdió el contacto con los demás dirigentes y militantes de las Ligas. Sobre fines de septiembre de ese mismo año, Carlos llegó a la casa de un colono de la zona de La Montenegrina a pedir una bicicleta para dirigirse hasta la casa de un compañero (Juan Sokol. Ver su registro). Lo recibe una mujer que accede a prestarle la bicicleta, aunque posteriormente relata a su esposo el episodio, y éste lo informa a las fuerzas policiales, que estrechan el cerco. Para ese momento se había decidido que uno de los hijos de Sokol llevara a Carlos en su auto hasta una zona cercana a Santa Silvina, donde la dejaría con una familia de agricultores. Carlos fue encontrado durmiendo agotado a un costado del camino por los genocidas y llevado en un helicóptero del Ejército con rumbo desconocido, siendo el jefe del operativo el coronel Larrateguy. Carlos Orianski se encuentra “desaparecido” desde el 3 de octubre de 1976. Las dos familias que ayudaron a Carlos fueron detenidas, y todos sus integrantes interrogados y torturados. ORLANDO, Irene. A su hijo Mario Tempone, arquitecto Montonero, ya lo habían matado en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), pero le hicieron creer a su madre, Irene Orlando, que si daba dinero iba a salvar la vida de su hijo. Ella fue a una cita, la secuestraron el 8 de diciembre de 1977, le robaron el dinero y la asesinaron. Hoy una plaza lleva su nombre en Cochabamba y Rincón. Irene fue Jefa de Departamento de Orientación Vocacional de la UBA y formó a muchos psicólogos de la Asociación Argentina de Roschart. ORÓSTEGUI, Horacio Manuel. Dirigente peronista de la Tendencia. Asesinado en Campana, provincia de Buenos Aires, el 13 de septiembre de 1973, por sectores de la derecha partidaria. Interventor en el Partido Justicialista (PJ) de esa ciudad, ocupaba el primer lugar en la nómina de diputados suplentes de su partido. Tenía 28 años. ORREGO MEZA, Vicenta. 26 años. Todos en el Barrio IAPI de Temperley la conocían como “Chela”. Paraguaya como su marido Julio Ramírez, hacían gala de un guaraní cerrado al hablar que era incomprensible para muchos. Sacrificados, levantaron una vivienda; muy trabajadores, abrieron luego un almacén. Poco a poco se fueron interesando en las cuestiones sociales del barrio y “Chela” terminó colaborando con los pibes de la Juventud Peronista de la zona y en Montoneros. El 14 de marzo de 1977, fue secuestradadesaparecida por uniformados, junto a su compañera de militancia María Florencia Ruival (ver su registro), cuando las sacaron de la casa sita en Nother y Santa Cruz, partido de Almirante Brown, lugar donde habitaban. También se llevaron a José Luis Alvarenga (ver su registro). Otra versión aparecida en el libro “La osadía de construir poder popular”, escrito por la investigadora Patricia Rodríguez Heidecker, dice que los tres fueron asesinados en el lugar. ORSI, René Saúl. Nació en Alberti, provincia de Buenos Aires, el 27 de noviembre de 1919 y cursando la escuela primaria en Los Toldos conoce a Evita. Fue militante de FORJA hasta que Perón se incorporó a la política argentina en 1944; a partir de ahí se hizo peronista y fue diputado provincial para el período 1948-1952. El derrocamiento de Perón en 1955 lo sumó a las huestes de la Resistencia Peronista. Brindó su apoyo al levantamiento fallido del general Valle en junio de 1956. En esa oportunidad, Orsi estuvo en La Plata a la par del teniente coronel Oscar Cogorno quien luego fuera fusilado por la antipatria. René, si se quiere, tuvo más suerte, fue encarcelado en la cárcel de Olmos. Docente universitario e investigador histórico; su compromiso con la causa nacional y popular lo marginó de los premios y reconocimientos académicos monitoreados por el sistema. Falleció el 19 de febrero de 1999. ORTEGA, Adriana Estela. Adriana Estela Ortega de Bianconi. Ella tenía tez blanca y cabello marrón oscuro; bellas facciones. Militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de La Plata. Una perla aportada por Edgardo Herrera: “En casa de Adriana conocí en aquella época, a otra estudiante de Abogacía y compañera de Adriana: Cristina Fernández, nuestra actual presidente de la Nación”. Adriana provenía de una familia muy peronista y combativa de Rojas, provincia de Buenos Aires, ciudad donde había nacido el 16 de septiembre de 1954. Fue fusilada por la dictadura militar en la ciudad de las diagonales (a la mañana en plena calle, cerca del Regimiento 7 de Infantería), a la edad de 21 años, en calle 76 entre 20 y 21, junto a su marido, José Luis Bianconi (ver su registro). Fue el 17 de diciembre de 1976. Iban caminando, desde un automóvil los “marcaron”, fueron encerrados por dos vehículos y los acribillaron contra un paredón que había en ese lugar. Ella tenía (luego se supo por la labor forense) 44 orificios de bala en su cuerpo. Su compañero de militancia Jorge Alessandro la recuerda así, al ver una pancarta con su cara en Plaza de Mayo, durante una marcha de los organismos de DD.HH.: “Seguías irradiando aquel aire fresco de tu rostro joven. También el gesto adulto y desafiante que muchos conocimos. Bastó un instante nada más y fue suficiente para recordar tu rebeldía ante la injusticia y tu comprometido empeño por acabar con ella y tu profundo desprecio por los que ‘sólo reservan para sí un lugar seguro en el mundo’. Y esa ciega confianza tuya en el pueblo: ‘único motor y verdadero sujeto histórico del cambio posible’, como solías afirmar en nuestras charlas”. ORTEGA, Inés Beatriz. “La Chancha”. Nació en La Plata, el 15 de febrero de 1959. Secuestrada-desaparecida junto a su compañero Rubén Leonardo Fosatti en la localidad de Quilmes, provincia de Buenos Aires, donde vivían, el 21 de enero de 1977. Tenía 16 años, era obrera textil, estudiante secundaria y militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Estaba embarazada de 7 meses al momento de su secuestro. Su hijo fue recuperado con su verdadera identidad el 11 de agosto de 2005. Ahora se llama como su padre: Leonardo Fosatti. ORTEGA PEÑA, Rodolfo David. Nacido en septiembre de 1936, el abogado y diputado nacional por Capital Federal, Ortega Peña fue asesinado por la Triple A, en pleno centro de Buenos Aires (Carlos Pellegrini y Arenales), al bajarse de un taxi, el 31 de julio de 1974, alrededor de las 20 hs. Tenía 36 años. Lo acompañaba su esposa, Elena Villagra, que sufrió una herida de consideración: una bala le atravesó la boca; pero pudo sobrevivir. Su velatorio fue en el local central de la Federación Gráfica Bonaerense, entidad de la que él había sido abogado en los años más duros. El multitudinario cortejo que llevó sus restos al cementerio de la Chacarita fue acosado, atacado y apaleado por las fuerzas policiales al mando del comisario Alberto Villar y muchos de sus participantes detenidos. Ortega Peña siempre fue un hombre de fuste y principios, defensor a ultranza de las causas populares, de las causas justas. Durante las dictaduras militares de Onganía, Levingston y Lanusse (19661973) fue abogado de presos políticos y activistas sindicales. Su ideología política era muy cercana al Peronismo de Base (PB) y estaba enrolado en lo que se conocía como la Tendencia Revolucionaria del Peronismo (TRP). En noviembre de 1972, Rodolfo, fue parte de la comitiva del vuelo charter que trajo de regreso a Perón a la Argentina, luego de 17 años de injusto exilio. Como periodista fue uno de los co-directores de la revista “Militancia Peronista para la Liberación”. Una bomba de la derecha nazifascista ocasionó serios destrozos en la redacción del semanario, el 9 de octubre de 1973. Seis meses más tarde, el 10 de abril de 1974, por decreto del Poder Ejecutivo, se prohibió la circulación de la mencionada revista en todo el país. Rodolfo, lejos de amilanarse o replegarse a cuarteles de invierno, pasó a dirigir otro medio gráfico contestatario “De Frente con las Bases Peronistas”, que terminó sufriendo el mismo destino: su sede allanada y detenido todo el personal. Cuando asumió como diputado nacional (13-3-74), tuvo la valentía de jurar su cargo con la consigna de las organizaciones revolucionarias peronistas, aquella que decía: “La sangre derramada jamás será negociada” e ipso facto se separó del bloque justicialista que negociaba día a día todas las banderas históricas del peronismo y conformó un bloque unipersonal, que denominó “De Base”. Con el único fin, como dijo en esa ocasión: “de ser fiel al mandato popular del peronismo, convencido de que primero está la Patria, luego el Movimiento y por último los Hombres; por lo que trataré muy humildemente de colocar esta banca al servicio del pueblo peronista, de los trabajadores oprimidos y de todos aquellos argentinos que quieren ver una Argentina realmente liberada”. Como dice el investigador histórico Daniel de Santis: “Ejerciendo como diputado supo aprovechar revolucionariamente el Parlamento, denunciando las maniobras reaccionarias de la burguesía, y dirigiendo su actividad como parlamentario hacia las amplias masas obreras y populares, llevando su solidaridad a los conflictos obreros, denunciando en el recinto parlamentario los crímenes cometidos contra la clase obrera y el pueblo, exigiendo su esclarecimiento”. Según el mismo historiador “poco antes de ser asesinado por la Triple A, se incorporó como militante al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)”. Cuando la mano se puso pesada, ni renunció ni aceptó que le brindaran custodia policial. Ortega Peña también fue historiador (logrando una exhaustiva y completa reivindicación de los caudillos montoneros del siglo XIX) y profesor en la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA) durante la gestión del brillante intelectual que fue Rodolfo Puiggrós. Su gran amigo y compañero de militancia y proyectos compartidos, el Dr. Eduardo Luis Duhalde -actual Secretario de Derechos Humanos en el gobierno de Kirchner- , lo definió con propiedad: “Rodolfo era un peronista visceral y gramsciano convencido”, una manera de decir que en esa complejidad aparente hay lugar para la verdadera sencillez, esa que le permitió poner su inteligencia al servicio de un proceso de transformación de la realidad y no al revés, donde los dogmas y las “verdades absolutas y pre-establecidas” se esfuerzan por adaptar la realidad a sus principios y estos concluyen siendo inofensivos y estériles. ¡Si sabrá de eso la izquierda internacional en nuestro país...! Al cumplirse 30 años de su trágica muerte, la “Comisión Permanente de Homenaje” a Rodolfo Ortega Peña realizó un sentido acto en su memoria, en la plazoleta ubicada en Carlos Pellegrini entre Juncal y Cerrito, colocando placas conmemorativas. Esto ocurrió el 31 de julio de 2004. Fue el reconocimiento para un hombre con mayúsculas, un ser ético, maravilloso, germen cabal de “Hombre Nuevo”, que luchó toda la vida contra la injusticia social y que se murió en un día aciago, sin más patrimonio cierto que su biblioteca. En 2010, Marcelo Duhalde, hermano de Eduardo y Director de Prensa y Comunicación del Archivo Nacional de la Memoria, recordó la lucha y los sueños del “Pelado” Ortega Peña: “Nació en un lugar acomodado, ligado a familias patricias, lo cual le había predestinado un futuro promisorio como abogado y dirigente de la clase dominante. Fue educado en consonancia para ello. Sin embargo, le bastó cumplir 20 años para saltar sobre su destino de clase. La caída de Perón en 1955 y los festejos de los vencedores significaron un shock muy fuerte a partir del cual comenzará a tomar una distancia definitiva con sus orígenes. No podía entender que celebraran los bombardeos en Plaza de Mayo ni la caída de Perón. Al ver la alegría de los que festejaban y el dolor en las barriadas pobres, la ruptura fue total e inevitable. Los años ’60 encontraron a Ortega Peña soñando, junto a su generación, la revolución cultural, política, económica y social como un hecho posible. Se instruyó y formó hasta tener las mejores condiciones para combatir a los que sometían al pueblo en función de sus propios y mezquinos intereses. Luchó fervientemente, convencido de la necesidad de un cambio profundo, que sabía indispensable (…) A 36 años de su asesinato, ocurrido el 31 de julio de 1974 en pleno centro porteño, están vivas su memoria y sus enseñanzas”. Cabe acotar además, que en la ciudad de Villa Mercedes, San Luis por ordenanza Nº 1362-o, del 20 de agosto de 2002, hay una calle con su nombre. ORTENBERG, José Nicanor Eduardo. Tenía la doble nacionalidad argentina y rusa. Militante de Juventud Peronista. 26 años. Secuestradodesaparecido el 11 de abril de 1976 en San Rafael, Mendoza. ORTIZ, Alberto Pedro. En el barrio todos le decían “Batitú”. Trabajaba en SMATA, en autopartes. Fue presidente de la Sociedad de Fomento Rivadavia –conocida como “La Pulguita”- ubicada en la calle Suecia de Temperley. Por esa misma zona fue uno de los fundadores y animadores de la Unidad Básica “22 de Agosto” del Barrio Pasco, junto al concejal Héctor Lencinas. Su compañero de militancia, Roberto Tedoldi, lo recuerda de este modo: “Batitú entre los militantes de este sector, era el que más fuerza tenía. Desplegaba toda una mística cuando hablaba. El creció en este barrio por lo que un fuerte lazo lo unía a la comunidad, sobre todo en la Sociedad de Fomento, donde sentía un fuerte arraigo”. Militante del peronismo revolucionario, fue secuestrado-desaparecido el 6 de julio de 1977. ORTIZ, José Benigno. El 3 de abril de 1982 fallece este compañero, siendo uno de los trabajadores heridos en Mendoza durante la manifestación del 30 de marzo de ese mismo año, en repudio a la dictadura militar. Su entierro se convierte en un acto de carácter político-gremial con una muy fuerte impronta popular. ORTIZ, Ponciano Argentino. Nacido el 1º de abril de 1941. Militante en Juventud Peronista. Trabajaba en la fábrica de pescado “Mellino”. Albañil. Padre de cinco varones y una niña, fue secuestrado a la edad de 35 años, en presencia de toda su familia, el 3 de febrero de 1977 en Mar del Plata. Fue visto con vida antes de su asesinato en la Base Naval de esa ciudad. ORTOLANI, Violeta Graciela. Nacida el 11 de octubre de 1953 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. A los diez años se fue a vivir a Bolivar. Terminado el secundario se fue a La Plata para estudiar Ingeniería. Su rechazo a la injusticia y su amor y compromiso por los humildes y necesitados la llevó a la filas de la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Compartió pensión estudiantil con Míriam Alí, estudiante de Derecho y también militante de la JUP. Con otros compañeros hizo trabajo barrial en Ensenada y repartió entre los necesitados, ropas y alimentos que donaban –obligados- los hermanitos Born, para recobrar su libertad luego de haber sido secuestrados por Montoneros. Violeta se puso de novia con otro compañero de Ingeniería, militante de JUP y luego de Montoneros como ella: Edgardo Roberto Garnier. Al poco tiempo quedó embarazada. Consiguió trabajo en la Clínica del Niño de La Plata. Se casó con Edgardo en la Iglesia de Bolívar, el 13 de agosto de 1976. El 14 de diciembre de ese mismo año fue secuestrada-desaparecida en el Barrio La Granja (La Plata) por los militares, junto a su hija en gestación de 7 meses. ORZÁBAL, Mario Esteban. “Augusto”. Nacido en la ciudad de Santa Fe, el 1º de febrero de 1952. Militaba en la organización Montoneros. Fue secuestrado-desaparecido junto a su pareja (Silvia Graciela Resnicoff. Ver su registro), el 30 de junio de 1978, en el domicilio que compartían en Villa Tesei, partido de Morón, provincia de Buenos Aires. OSATINSKY, José. Nacido en Tucumán el 26 de agosto de 1960. Hijo de Marcos, hermano menor de Mario. Se incorpora a la lucha desde muy joven. El 2 de julio de 1976, fue asesinado por una patrulla policial que localizó su vivienda en el mismo instante en que partía hacia al colegio en su bicicleta. Tenía 15 años y militaba en Montoneros. Sus restos nunca fueron hallados. OSATINSKY, Marcos. Nacido el 6 de octubre de 1933. El “Pelado” Osatinsky, fue parte del grupo que gestaba la creación de una guerrilla en apoyo del “Che” Guevara en Bolivia. Tucumano, había sido secretario general del Partido Comunista en dicha provincia, pero se apartó del mismo en 1966, precisamente al ver la conducta de reticencia que este partido de izquierda tenía con la Revolución Cubana y la urgente necesidad de implantar la lucha armada en Argentina. Tenía para entonces 30 años. Participa en la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y actúa en las operaciones más importantes que lleva a cabo la misma. A fines de diciembre de 1970 cae detenido en Córdoba luego de un enfrentamiento con las fuerzas policiales al asaltar un banco. Antes de caer preso, durante la retirada, él y su grupo guerrillero dejaron fuera de combate, en un par de emboscadas, a 3 patrulleros que los seguían, pero luego fueron rodeados por efectivos muy superiores en número y armamento; solo así lo pudieron agarrarlo. Herido y torturado, es luego alojado en la cárcel de máxima seguridad de Rawson en el sur de nuestro país. De allí escapará con otros compañeros en agosto de 1972, para recalar en el Chile socialista del Salvador Allende, que le brinda asilo político. Va a Cuba y luego vuelve a la Argentina para sumarse nuevamente a la lucha armada contra el gobierno militar del general Lanusse. Marcos era uno de los más entusiastas propiciadores de que las FAR asumieran una identidad peronista revolucionaria. En tal sentido se entrevista con Perón en su exilio madrileño con el fin de llegar a acuerdos políticos futuros. De la reunión se fue más contento que niñito con juguete nuevo, a todos les mostraba la foto del General, autografiada de puño y letra por J.D.P. y con fecha 7 de abril de 1973: “Al Compañero D. Marcos Osatinsky con todo afecto. Juan Perón”. Luego de la salida de Cámpora como presidente y de la destitución por la fuerza de las armas del gobierno constitucional cordobés de Don Ricardo Obregón Cano, es nuevamente detenido en Córdoba (en una casa clandestina de Maestro Vidal y Santa Ana que luego será volada con explosivos) y torturado hasta su muerte en los lúgubres sótanos de la jefatura de la policía provincial por una banda criminal de la División Informaciones que responde al “gorila” interventor Raúl Lacabanne. Esto ocurrió como represalia ante un ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) a ese lugar el 21 de agosto de 1975. Ese mismo día fue su asesinato. Inclusive el cuerpo de Osatinsky, aún con vida, fue atado con una cadena al paragolpes trasero de un auto y arrastrado por rutas de ripio y pavimentadas, alternativamente. Cuando le devolvieron el cuerpo a los familiares (constataron varios tiros en el corazón de Marcos y uno en la sien), estos intentaron trasladar los restos mortales a Tucumán, pero el ataúd fue nuevamente secuestrado por los paramilitares y parapoliciales al mando del capitán del Ejército HéctorVergés y dinamitado junto al monolito de Facundo Quiroga en Barranca Yaco. La policía cordobesa fiel a su infamia en ese período, mintió y declaró públicamente que Osatinsky murió al tratar de ser liberado por sus compañeros “subversivos”, que atacaron el vehículo que lo transportaba. (“El Cronista Comercial”. 22-8-75). La Comisión Peronista de Solidaridad con los Presos Políticos, dio a publicidad un comunicado denunciado la “burda maniobra para justificar lo que no es sino el fusilamiento de un preso político” y terminó recordando que “ninguno de nuestros hijos habrá muerto inútilmente, porque la sangre derramada no será negociada. Los asesinos de Marcos Osatinsky pasarán a la historia negra de la Nación”. Sus compañeros montoneros lo condecoraron con la orden “Al Mártir de la Resistencia Popular” en su máximo grado el de la “Compañera Eva Perón”, en agosto de 1978. Teresa Celia “Tina” Meschiati, sobreviviente de la ESMA, recordó que el agente civil de la dictadura militar, Ricardo Luján ó Luján Yañez se jactaba de tener una pistola 9 mm. robada a Osatinsky luego de su detención. Y con el tiempo se han conocido nuevas precisiones sobre este caso: basta hojear el libro “La búsqueda. Una entrevista con Charlie Moore”, editado en Córdoba en el 2010. Allí el protagonista del relato acusa del “traslado” de Osatinsky (léase asesinato) al siguiente personal policial, que califica de éste modo: Américo Romano –a cargo de la Brigada de Investigaciones; antiperonista fanático que no tenía problemas en matar a quien fuera- , “Boxer” Antón –un salvaje- , “La Cuca” Antón –una desalmada, sin principios, ni sentimientos, ni nada- , “Sérpico” Bucetta –siempre dispuesto al secuestro y a la violencia-, Calixto Flores –un bruto, un animal de lo peor- , el “Turco” Yabour –que torturaba y mataba sin problemas- y otros. Además acusa a este grupo de mafiosos de la muerte de otro policía, el chofer de apellido Vaquinzay, que se negó a participar del “traslado” antes citado, porque no quería involucrarse en un asesinato. Cuando lo asesinaron, luego le echaron la culpa a “Montoneros” a través de un comunicado “trucho”. OSATINSKY, Mario Andrés. Hijo de Marcos. Nacido en Tucumán el 28 de febrero de 1957. Cuadro aguerrido de la estructura montonera en la provincia de Córdoba, cae cercado y combatiendo en la localidad de “La Serranita”, próxima a Alta Gracia. El III° Cuerpo de Ejército fue quien dirigió la operación de exterminio. Con él murieron otros valiosos compañeros. Ocurrió el 25 de marzo de 1976, un día después del golpe militar. Si bien rompió el cerco y trató de huir hacia la ciudad capital cordobesa, fue sorprendido en la ruta y ultimado junto a su compañera, Rosa Elena “Chochi” Ocampo. Tenía 18 años. Cuenta su madre que “Mario fue educado como un militante”. A los doce años ya era clandestino, porque su padre, Marcos, estaba perseguido por la dictadura militar de Lanusse. Y que cuando éste, cayó detenido y fue enviado a Rawson, la madre del “Pelado” tuvo la instintiva y explicable reacción de decirle a Marito -que tenía recordemos, 12 años-, que eso le había pasado al padre por no dedicarse a la familia y andar en cosas raras. El contestó que el papá no era egoísta, porque no pensaba solo en sus hijos, sino en todos los chicos, y que por eso luchaba. “Por eso lo quiero más”, agregó. En ese momento no quiso soltar ni una sola lágrima, pero cuando la abuela se fue, lloró toda la noche. El cuerpo de Mario Osatinsky fue enterrado en una fosa común del cementerio de San Vicente (Córdoba) y recuperado por su madre en julio de 2003 debido a la tenaz acción del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Tenía seis impactos de bala, uno en la nuca. Identificados sus restos, viajaron luego hasta el cementerio de la localidad de Yerba Buena (Tucumán) y envueltos en una bandera argentina con una estrella federal de ocho puntas, fueron colocados al lado de los de su padre. OSORES, Raúl Benjamín. Militante del peronismo revolucionario. Dirigente de Juventud Trabajadora Peronista (JTP) en Embarcación, Salta. Secuestrado en esa provincia, el 15 de diciembre de 1975 a la edad de 25 años. Luego legalizado en la cárcel salteña de Villa Las Rosas. Sacado violentamente de la prisión el 15 de mayo de 1976 por fuerzas militares. Asesinado, continúa desaparecido. OSORIO, Pablo Horacio. Nacido el 24 de octubre de 1945. Rosarino. Recibido de contador público en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en 1968. Alto, delgado, de cabellos castaños ensortijados. El 22 de noviembre de 1977, las fuerzas conjuntas y combinadas en el secuestro, tortura y asesinato de militantes populares –argentinas y uruguayas-, raptaron en Uruguay a este cuadro montonero (Teniente “Coco”) y lo trasladaron a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), lugar donde se produjo su desaparición forzada. El primer miércoles de febrero de 1978, los asesinos ordenaron su “traslado” y fue arrojado al mar desde un avión de la Marina de Guerra. Fue el precio que pagó por su desmesurada inquietud y entrega incondicional en la construcción de un proyecto de país con justicia social e igualdad de oportunidades para todos. OSORIO, Roberto Simón. Militante de Juventud Peronista en San Rafael, Mendoza. Trabajaba como farmacéutico en una farmacia que pertenecía al ex gobernador de esa provincia, el Dr. Alberto Martínez Baca, integrante de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo. El 25 de marzo de 1976 fue secuestrado por un grupo conjunto de militares y policías al mando del mayor Luis Faustino Suárez, jefe de la subárea 3315, en la calle Beltrán. Nunca más apareció con vida. OSUNA, Juan Alberto. Su padre era panadero. Conocido como “Beto” y/o “Lucho”. Militante peronista y montonero secuestrado-desaparecido y luego presentado como abatido en un enfrentamiento en Paraná, Entre Ríos, el 25 de septiembre de 1976. Ver registro de Carlos José María “Ciriaco” Fernández. El 24 de marzo de 2006, a 30 años y un día de su asesinato, en la escuela “Osvaldo Magnasco” de la capital provincial entrerriana, se realizó un acto en su memoria, ya que era ex alumno de ese establecimiento educativo. Se colocó una placa en presencia de su madre, el hermano y otros familiares. En representación del Gobierno entrerriano, el Subsecretario de la Juventud, Gonzalo García, resaltó ante los alumnos la importancia de que los jóvenes conozcan y recuerden a “una generación comprometida con la lucha por un mundo mejor”, y el Coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano, explicó como el poder de la época “fraguó un supuesto tiroteo” para ocultar la forma en que fue torturado y salvajemente asesinado el ex alumno Osuna, militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y por entonces estudiante de la Universidad Tecnológica Nacional. Sus restos fueron recuperados e inhumados en el Cementerio Parque de la Paz de San Benito, en una emotiva y multitudinaria ceremonia. OTAÑO, Guillermo Enrique. Nació en La Plata, el 13 de febrero de 1952. Tenía un aspecto que hacía temer a su interlocutor circunstancial. Morocho, alto, bigotes espesos, cierta fiereza en su mirada, “con pinta de guerrillero palestino”, agrega su compañero de militancia Jorge Pastor Asuaje. Pero todo ese barniz era para esconder una profunda timidez que lo acompañaba desde que nació. Catamarqueño. Gran conocedor de nuestra música autóctona. “El Flaco Mito” que así era como lo reconocían a Otaño, militó en la Unidad Básica “Mariano Pujadas” de los suburbios de La Plata y se distinguió por su compromiso con la causa peronista y montonera y por su entrega sin límites, en pos de la revolución. Venía de la Universidad, pero se proletarizó. No hablaba mucho pero actuaba siempre, nunca arrugaba. Murió combatiendo el 5 de noviembre de 1976 en una casa del Barrio La Granja, cerca de La Plata. Ese día por la tarde habían secuestrado a su compañera (Mirta Manchiola, “La Turca”) que por supuesto no regresó a la hora prevista. “Mito” decidió no “levantar” la casa y los indeseables llegaron por la noche, fuertemente armados y pertrechados y lo intimaron a la rendición. La traían a “La Turca” deformada por los golpes. Ella llorando pudo gritarle a su compañero: “No te entregués Flaco...”. Resistió con la única arma que tenía, un 38, cayó herido de muerte, luego de dos horas de combate en que puso en práctica todo lo aprendido en su instrucción militar. OTAROLA, Lidia Neptalis. Nacida en San Juan el 16 de septiembre de 1953 en un hogar sumamente humilde. Soltera y con 23 años, trabajaba como empleada doméstica con cama adentro. Peronista como su hermana, fue secuestrada-desaparecida el 19 de noviembre de 1976, a la una de la mañana en su lugar de trabajo: 25 de Mayo 131 (E) Dto. 9. Ciudad de San Juan. Lidia es una de las 65 personas nacidas en San Juan y asesinadas por la última dictadura militar y como tal, un árbol con su nombre puebla el “Bosque de La Memoria” levantado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan. OTAROLA, María Cristina. También nacida en San Juan, el 26 de noviembre de 1957. Como su hermana Lidia Neptalis Otarola, trabajaba como empleada doméstica. Militante de la Juventud Peronista. Después del secuestro y desaparición de su hermana estaba en la clandestinidad. Secuestrada-desaparecida el 12 de febrero de 1977 en Albardón ó en Caucete (siempre provincia de San Juan) junto a Carlos Ramón Andrada (ver su registro). Otra fuente la da como secuestrada para la misma fecha en la ciudad capital de San Juan. María Cristina Otarola es una de las 65 personas nacidas en San Juan y asesinadas por la última dictadura militar y como tal, un árbol con su nombre puebla el “Bosque de La Memoria” levantado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan. OTEIZA, Carlos Alberto. 33 años. Militante de Juventud Peronista en la zona chaqueña de Villa Ángela y Charata. Secuestrado-desaparecido el 1º de julio de 1978 en Formosa. (Su caso no aparece en el libro “Nunca Más” de la CONADEP). OTIN, Eduardo. Militante de JP y Montoneros. Empleado. Secuestradodesaparecido a la edad de 32 años, el 18 de mayo de 1977 en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires (calle Colón y avenida Mosconi). También se llevaron a su esposa, Inés Sara Amado. OTIN, Federico. Hermano de Eduardo. Como él, militante de JP y Montoneros. Secuestrado-desaparecido en San Justo, provincia de Buenos Aires, el 3 de junio de 1977, a la edad de 27 años. OUTES, Pablo Eliseo. El “Viejo” como le decían a Pablo –recuerda Eduardo Tagliaferro- era un veterano en el oficio de preso político. En 1962 siendo militante de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), fue uno de los manifestantes que repudiaron la visita de Felipe de Edimburgo, el príncipe consorte de la reina Isabel II de Inglaterra. El final de la protesta estaba cantado, sigue diciendo Tagliaferro: “mientras Pablo iba en “galera” (cana), el cortesano del imperio pedía refugio en la alcoba de Magdalena Nelson de Blaquier, una aristócrata diez años mayor que el duque”. Los largos años de la Resistencia Peronista fueron la causa de que Pablo rompiera con el radicalismo. Luego de otro par de arrestos, se sumó a las filas del Frente Revolucionario Peronista (FRP) que lideraba otro comprovinciano suyo, Armando Jaime, que con el tiempo logró salvar su vida y exiliarse. Cabe destacar que Pablo Outes provenía de una familia tradicional de la oligarquía salteña (Familia Saravia), pero fiel a sus principios saltó la valla de la indiferencia y el lujo suntuoso para ser un renegado de clase. Lo detuvieron luego que Isabel Martínez (María Estela Martínez de Perón) decretara el Estado de Sitio en 1974. Sigue recordando E.T.: “pero pudo salir del país utilizando el derecho de asilo previsto en el artículo 23 de la constitución. Venezuela era un país muy lejano para un hombre que vibraba con los vinos salteños, su familia y la lucha política. En 1975 su calva se paseaba nuevamente por Valderrama y su sombra era seguida de cerca por los parapoliciales de Joaquín Gil, aquel hombre fuerte de la policía salteña precursor de la Triple A. Acorralado y para evitar su secuestro y asesinato, se presentó ante el juez federal Ricardo Lona, quien lo envió a Pablo de vuelta a la cárcel (Unidad Penal de Villa las Rosas-Salta). La noche del 6 de julio del ’76, antes de las 21, hora en que se apagaban las luces de las celdas, una patota del ejército comandada por un teniente de apellido Espeche, entró a cumplir una orden del comandante de la guarnición Salta, coronel Carlos Alberto Mulhall. A Pablo Outes, que todavía se encontraba vestido, le dieron tiempo para tomar su gorra; al resto los sacaron desnudos y en algunos casos hasta descalzos. Fue fusilado junto a otros 11 compañeros en lo que se conoció como la “Masacre de Palomitas” en Cabeza de Buey, departamento Gral. Güemes. OVANDO, Myriam. Nacida el 17 de enero de 1956 en Rosario. Estudiante de Humanidades (Psicología) en la Universidad Nacional de Rosario. Militante peronista y montonera en la zona de Entre Ríos. Acusada por las FF.AA. de ser partícipe del operativo que costó la vida al General Jorge Cáceres Monié (Ex jefe de la Policía Federal durante la dictadura militar de Lanusse y asaltante con un tanque Sherman del Frigorífico “Lisandro de la Torre” tomado por los trabajadores en enero de 1959). “Tita” Ovando fue detenida por Coordinación Federal el 1° de abril de 1977 a la edad de 22 años, en la localidad de Virreyes, provincia de Buenos Aires y traslada a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Allí dio a luz en cautiverio (en el mes de julio) a una niña que llamó Laura Catalina –fruto de su amor con Raúl René De Sanctis- y que su familia recuperó en septiembre de 2008. Por apropiación ilegítima de la beba está siendo procesada María Francisca Morillo de Hidalgo Garzón quien aseguraba que Laura Catalina había nacido en el Hospital Militar de Campo de Mayo y era hija suya. OVEJERO, Héctor Rafael. “El Negro”. Nacido el 11 de abril de 1953 en Trancas, provincia de Tucumán. Montonero en la Columna Oeste del Gran Buenos Aires. Secuestrado-desaparecido el 5 de mayo de 1977, junto a su esposa Liliana Graciela Castillo Barrios (Embarazada. Ver su registro), en el hogar que compartían, sito en Almafuerte 1972, San Justo, provincia de Buenos Aires. OVIEDO, Fabián. Militante peronista. 37 años. Casado. Empleado de la DGI en Formosa. Secuestrado-desaparecido el 7 de septiembre de 1976 en Ituzaingó 291, Barrio San Miguel, ciudad de Formosa. OVIEDO, Julio Federico. Formoseño. A mediados de los ’60 ingresa al seminario de Guadalupe en Santa Fe con el fin de terminar sus estudios. En el libro sobre “Historias de Vida. Homenaje a militantes santafesinos”, sobre Julio Federico Oviedo dicen sus compañeros de entonces: “Meticuloso, racional y a su vez efectivo, Julio necesitaba convencerse antes de iniciar algo. Había que darle todas las razones posibles para y por que hacer algo. Sus amigos recuerdan las charlas nocturnas que solían tener con otros jóvenes seminaristas como el Bocha Bosch (asesinado en Margarita Belén). Extremadamente delgado, como extrema era su capacidad intelectual. Tal vez limitado por su pequeño cuerpo, no se sumaba a las actividades deportivas que se solían desarrollar en las horas libres de estudio. Se lo recuerda en su andar tranquilo, su claridad intelectual, su convencimiento de jugarse por los demás, su amistad generosa. Cuando inicia el primer año de la Facultad de Filosofía de la Católica se destacó enseguida. Empezó por entonces, a organizarse lo que luego sería el MEUC (Movimiento de Estudiantes de la Universidad Católica). Los jóvenes universitarios de fines de los ‘60 queríamos hacer realidad lo que nos decía el Evangelio y así fuimos construyendo un espacio político que incluía lo religioso como punto de partida de nuestras fundamentaciones revolucionarias. Julio era uno de esos dirigentes estudiantiles formado en la iglesia tercermundista. Su participación en la organización Montoneros fue desde 1970 y el compromiso de vida que antes lo había llevado al seminario, pasó a ser con la revolución, como una opción que integraba y superaba lo personal y lo colectivo. En esos tiempos la ética y la política eran una sola dimensión, lo que explica que cuando Julio, a quien le decíamos cariñosamente ‘Tío Ho Chi Minh’, fuera liberado después de una prisión legal y saliera del país, inmediatamente volviera a entrar para seguir militando, como muchos otros compañeros desaparecidos, entre ellos su propia hermana (…) A Julio de repente se le iluminaba la cara con la sonrisa irónica y afectuosa de un humor fino que a la vez lo mostraba conocedor de la realidad popular. Sabía poner la nota de cordura entre los compañeros en las reuniones del MEUC. Imponía respeto por su solvencia intelectual y moral, era un líder natural, respetado tanto por los seminaristas como por los demás estudiantes universitarios, siempre en una actitud de bajo perfil. Julio quedó entre quienes fuimos sus compañeros, como un hermano que nos hace falta, esa relación que tuvimos de jóvenes compañeros quedó grabada desde entonces y para siempre en nuestro sentimiento, es una presencia que sigue recordándonos que falta hacer la revolución”. Julio Federico Oviedo fue secuestrado-desaparecido por la última dictadura cívico-militar que padecimos a fines de octubre de 1977, sin poderse precisar un día preciso. OVIEDO, Orlando. Militante de Juventud Peronista caído el 7 de septiembre de 1976. Ver registro de su esposa Marta Berra que recuerda ante toda esta tragedia que “Nosotros éramos de extracción peronista”. OVIEDO, Patricia Cristina. Nacida el 19 de julio de 1953. Amaba la pintura y la poesía de Pablo Neruda y Mario Benedetti; las canciones de Joan Manuel Serrat y Víctor Heredia. Su libro preferido era “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano; el mismo texto, que 30 años más tarde el comandante Hugo Chávez le dio al presidente de EE.UU. Barak Obama. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio del Niño Jesús del barrio de Once, perteneciente a la Congregación de los Hermanas Alice Domon (con la que tuvo una gran amistad) y Léonie Duquet. Estudiante de 3er. Año de Medicina en la UBA. Hermana de Pedro Bernardo Oviedo. Militante de Juventud Peronista. Secuestrada-desaparecida luego del “Beso de Judas” de Astiz en la Iglesia de Santa Cruz (Urquiza y Estados Unidos), el 8 de diciembre de 1977, cuando con otros familiares intentaban juntar dinero para sacar la primera solicitada reclamando información sobre los detenidosdesaparecidos. Fue vista en el CCD ESMA antes de su asesinato. Hoy un árbol plantado especialmente, la recuerda en Avenida San Juan 3367. OVIEDO, Pedro Bernardo. 24 años. Docente (maestro primario). Preceptor en los colegios Mariano Moreno y Belgrano de esta Capital. Afiliado a CTERA. Militante de Juventud Peronista y Montonero. Es uno de los muchachos que está a cargo de la diagramación y edición de la revista clandestina “Evita Montonera”. Secuestrado-desaparecido el 26 de junio de 1976, en una galería comercial ubicada en la calle Cerrito 272 de esta Capital. Un recordatorio del 2003 aparecido en “Página 12” firmado por sus padres, un hermano y amigos y compañeros de militancia, es claro: “Tu ejemplo de vida nos sigue marcando el camino para construir una sociedad más justa y solidaria”. OYARZÁBAL, José Antonio. “Ciruja”. “Vasco”. Nacido en 1954. Egresado del Colegio Sagrado Corazón de Rosario. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. Secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar, en esa ciudad, el 12 de octubre de 1976 y fusilado en Los Surgentes, Córdoba, con otros compañeros, cinco días más tarde. Sus restos los enterraron en una fosa común del cementerio cordobés de San Vicente. Ana María Ferrari, peronista (hermana de Gerardo Ferrari, militante de las FAP. Ver su registro) fue compañera de infortunio del “Vasco” Oyarzábal y cuenta un momento que los tuvo como protagonistas en el CCD: “Estando ‘tabicada’ en la ‘Escalera’ que iba a ‘La Favela’ un compañero se me cayó encima mientras lo arrastraban para sacarlo; nos agarramos muy fuerte de la mano y le dije ‘hasta la victoria siempre’. Era Oyarzábal. No lo conocía. No lo vi nunca, salvo en fotos muchos años después; pero haberle dicho a una persona que estaba condenada a muerte ‘hasta la victoria siempre’, significó que yo me comprometía a pelear hasta la victoria”.