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“La incorporación del “infanticidio” en el Anteproyecto de Código
Penal de la Nación”
Por Rubén E. Figari
Sumario: 1.- Introducción. 2.- Antecedentes históricos.3.- Antecedentes Legislativos
Nacionales.4.- Consideraciones genéricas.5.- Durante el nacimiento. 6.- Bajo la influencia del
estado puerperal. 7.- Aporte.
1.- Introducción
El Anteproyecto incorpora nuevamente el infanticidio aunque con el texto segmentado: “Se
impondrá prisión de UNO (1) a CUATRO (4) años, a la madre que matare a su hijo
durante el nacimiento o bajo la influencia del estado puerperal.” ([1]).La Exposición de Motivos da las razones de tal iniciativa: “Se restablece la figura de
infanticidio, suprimida sin debate y sin fundamento en medio del tratamiento de otros temas.
Su supresión separa nuestra ley penal de todo el derecho comparado, pues se trata de una
atenuante universalmente reconocida. La inconsulta desaparición de la figura ha dado lugar
a que los hechos pasasen a ser calificados como homicidios del inciso 1º del artículo 80º
vigente, pasando por alto las lamentables circunstancias en que estos delitos se cometen y el
desamparo de la mujer, como también que volvieron discutibles los límites entre el aborto y
el homicidio. En el derecho comparado se han dividido los fundamentos de la atenuación,
entre las leyes que privilegian la cuestión de honor y las que lo hacen por la vía de la menor
capacidad psíquica de la mujer. Las opiniones se confunden cuando se apela a la llamada
psicosis puerperal. En el texto propuesto se adopta el decidido criterio de la capacidad
psíquica disminuida de la mujer, dejando a lado todos los otros. Por ende, se trata de una
atenuante que sólo puede beneficiar a la mujer. En cuanto a su límite temporal, su comienzo
está dado por el nacimiento, o sea, el comienzo de los trabajos de parto, lo que señala para
todos los efectos el momento en que debe distinguirse entre homicidio y aborto. Su límite
temporal máximo será determinable en cada caso, conforme a la duración del estado
puerperal, lo que requiere una concreta determinación clínica. La hipotética y discutida
psicosis puerperal no tiene nada que ver con esta atenuación, pues, en caso de existir –
cuestión de pura materia psiquiátrica –, sería un supuesto de inimputabilidad y, por ende, no
sería penado. En rigor, el infanticidio es un caso muy particular de imputabilidad o
culpabilidad disminuida, pero dado que de faltar esta figura el homicidio pasa
automáticamente al tipo del artículo 77º inciso 1º, no basta con la aplicación de las
previsiones de la fórmula general. Por regla, la culpabilidad en estos hechos se halla
notoriamente disminuida y, además, criminológicamente, es sabido que tienen lugar en
situaciones de extrema carencia, tanto material como afectiva. De allí que sea preferible
establecer una escala atenuada, en lugar de dejarla librada a la aplicación de las reglas
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generales de la imputabilidad disminuida”.Se instaura nuevamente el infanticidio que fuera derogado inopinadamente por la ley 24.410,
sólo que en este caso se pone énfasis específicamente en el momento del nacimiento o bajo
los efectos del estado puerperal de la madre, dejando de lado el anacrónico concepto de la
ocultación del honor.Es evidente que entre el aborto y el homicidio agravado por el vínculo existía una laguna
intermedia que en realidad era subsanada por el infanticidio y tal como se señala en la
Exposición de Motivos se suscitaban casos de real injusticia, últimamente la situación más
resonante se dio en el conocido caso “Tejerina” ([2]), de modo que se trata de una iniciativa
plausible no obstante las tradicionales críticas sobre la certeza del denominado “estado
puerperal”.Desde que este delito – infanticidio – se diferenció del homicidio y el parricidio, se lo
denominó infanticidio que deriva del término latino infans y coedere que significa matar a un
niño, mas ello no representa una respuesta sustancial ya que matar a un niño es un
homicidio como otro cualquiera, mientras que lo que particulariza a la figura del infanticidio –
del italiano infantare, sinónimo de parir y equivalente a la muerte del hombre recién parido –
como un homicidio privilegiado, es el influjo que tiene sobre la madre el estado puerperal –
criterio latino tradicional o el que inició el Código Federal suizo – o el móvil de honor. Esta
última circunstancia que como se verá ut-retro rigió en los antecedentes nacionales, es
suprimida por el Anteproyecto. El sujeto pasivo del infanticidio debe ser un niño recién
nacido, no conocido todavía ni socorrido por cuidados ajenos y su muerte debe ser
dolosamente realizada por sus padres ([3]).2.- Antecedentes históricos.
El infanticidio, como figura atenuada del parricidio, tiene una historia relativamente reciente
ya que no aparecen en el derecho antiguo ni el medieval disposiciones que tiendan a
suavizar el castigo de la muerte del recién nacido ocasionado por la madre o por ambos
progenitores. Al contrario, en lo concerniente al móvil del honor se consideró en un tiempo
que debía sumarse al parricidio el crimen carnis que motivaba la concepción ilícita pues de lo
contrario suponía atenuar un delito por un vicio (Carrara) ([4]) ([5]).Es a partir del siglo XVIII, con los aportes de Beccaria que, por una concepción naturalista, se
busca atenuar el castigo de infanticidio. Sostiene el maestro italiano que “el infanticidio es
igualmente el efecto de una inevitable contradicción en que se ve colocada una persona que
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por debilidad o por violencia haya cedido. Quien se encuentra entre la infamia o la muerte de
un ser incapaz de sentir sus males, ¿cómo no ha de preferir ésta a la miseria infalible a que
se serían expuestos ella y el infeliz fruto?. La mejor manera de prevenir este delito, sería
proteger con leyes eficaces la debilidad contra la tiranía, la cual exagera los vicios, que no
pueden cubrirse con el manto de la virtud” ([6]).En el derecho hispano no existía una previsión del infanticidio con anterioridad siglo XIX. En
efecto, el Código de 1822 es uno de los primeros en distinguirlos con modalidad atenuada
exceptuando la pena del parricidio “a las mujeres solteras o viudas que, teniendo un hijo
ilegítimo y no habiendo podido darle a luz en una casa de refugio, ni pudiendo exponerle con
reserva, se precipitaren a matarle dentro de las veinticuatro horas primeras del nacimiento
para encubrir su fragilidad, siempre que éste sea, a juicio de los jueces de hecho y según lo
que resulte, el único y principal móvil de la acción, y mujer no corrompida y de buena fama
anterior al delincuente” (art. 612). En este caso se aprecia que se hace, exclusivamente,
referencia al móvil del honor. Pero con la sanción del Código de 1848 la redacción es un tanto
diferente pues disponía que “la madre que para ocultar su deshonra matare al hijo que no
haya cumplido tres días, será castigada con pena de prisión menor” (art. 336) y el beneficio
se extiende a los abuelos maternos “que para ocultar la deshonra de la madre cometieren
ese delito” conllevando también una presión menor.Así las cosas, en el Derecho Comparado se pueden distinguir en cuanto a lo que hace al
fundamento del trato legal privilegiado dos sistemas básicos: el que se sustenta en el móvil
del honor – prevaleciente en el derecho español, según se ha visto ut-supra – y el que se
apoya en el estado psíquico que presenta o puede presentar la madre en el momento del
parto o mientras dura el estado puerperal. Éste último sistema responde al Código Federal
suizo en cuyo art. 116 se presumen los trastornos anímicos en el momento del nacimiento,
aceptándose como posibles durante el estado puerperal ([7])
3.- Antecedentes Legislativos Nacionales.
Los Antecedentes Legislativos autóctonos punían el acento en la atenuante de la causa de
honor, atendiendo al propósito de ocultar la deshonra de la madre y también en una cuestión
cronológica.Por ejemplo, el Código Tejedor en el Capítulo IV “Del infanticidio” lo legislaba en los arts. 213
([8]), 214 ([9]) y 215 ([10]).El Proyecto de 1881 acogía el infanticidio en los arts. 208 ([11]), 209 ([12]) y 210 ([13]).-
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El Código de 1886, arts. 100 ([14]) y 101 ([15]).El Proyecto de 1891 en el Título I “Delitos contra las personas”, Capítulo I “Delitos contra la
vida” aludía al infanticidio en el art. 112 inc. 2º ([16]).El Proyecto Segovia de 1895 lo legislaba en el art. 116 ([17]).La ley de reformas de 1903 conserva el texto del Código de 1886.El Proyecto de 1906 lo incluye en las atenuantes del art. 85 inc. 2º que repite el texto del
Proyecto de 1891 (art. 112 inc. 2º).El Proyecto de 1917 también lo incluye en los atenuantes del art. 81 inc. 2º con idéntico texto
al del Proyecto de 1903.Recién el Código Penal de 1921 reformula los anteriores textos en el art. 81 inc. 2º ([18]).El Proyecto Coll- Gómez de 1937 sigue los mismos lineamientos (art. 118) sólo que el párrafo
pertinente refiere “…mientras dure su estado puerperal”.El Proyecto Peco de 1941 vuelve a las circunstancias de que la muerte tuviere lugar durante
el nacimiento o hasta tres días después (art. 115) ([19]).El Proyecto de 1951 sobre el infanticidio pune a la mujer que para ocultar su deshonra
“ocasionare la muerte de su hijo durante el nacimiento o inmediatamente después” (art.
173).El Proyecto de 1953 también habla del hecho acontecido durante el nacimiento o hasta tres
días después (art. 138).El Proyecto de 1960 sigue la tónica del ocultamiento de la deshonra por parte de la madre,
pero la muerte del hijo debe darse durante el nacimiento o poco tiempo después (art. 113)
([20]).La ley de facto 17.587 reforma el art. 81 inc. 2º dejando como sujeto activo a la madre que lo
hace para ocultar su deshonra y la acción consiste en matar a su hijo durante el nacimiento o
mientras se encontrare bajo la influencia del estado puerperal ([21]). “Fue objeto de especial
consideración por quienes tuvieron a su cargo la reforma, la cuestión de la influencia del
estado puerperal. Se pensó en utilizar fórmulas expresamente referidas al tiempo, tales como
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“tres días después”, “poco tiempo después”, “inmediatamente después”, u otras contenidas
en distintos textos legales. Se optó, en definitiva, por mantener la referencia al estado
puerperal, por considerar que esa fórmula ha sido ya entendida por la mayoría de la doctrina
y de la jurisprudencia en un sentido temporal. Por otra parte, esa referencia contiene cierta
latitud, que en el caso resulta necesaria, puesto que manejada prudentemente por los
jueces, puede evitar más de una injusticia por exclusión de algunos casos del alcance de la
figura privilegiada, que podría producirse adoptando una fórmula más rígida” ([22]).La ley de facto 21.338 reproduce el mismo texto de la 17.567.En cambio, el Anteproyecto de 1979 sigue hablando del ocultamiento de la deshonra de la
madre, pero suprime la locución “estado puerperal” por el de “hasta tres días después” (art.
119).La ley 23.057 restituye la fórmula a la que pertenecía el “Código Penal de 1921”.Finalmente, el Proyecto de 2006 redacta la siguiente norma: “Art. 87: “Infanticidio. Se
impondrá prisión de UNO (1) a CINCO (5) años a la madre que matare a su hijo durante el
nacimiento o el estado puerperal, encontrándose en la situación a la refiere el artículo 35,
inciso e)”. Esta remisión hace alusión a la disminución de la pena en esta circunstancia: “…
e) Al que, en el momento del hecho, tuviera considerablemente disminuida la capacidad para
comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones conforme a esa comprensión, por
uno de los motivos establecidos en el inciso h) del artículo 34. La pena será la prevista para
la tentativa”.4.- Consideraciones genéricas.
Conforme la redacción original del art. 81 inc. b) del Código Penal de 1921 la Comisión del
Senado abandona la tradición latina que atendía sólo a criterio psicológico de la causa de
honor y agrega, siguiendo los pasos del Anteproyecto suizo de 1916 ([23]) el criterio fisiopsicológico de la influencia del estado puerperal en la madre y el psicológico de la alteración
del ánimo de los parientes. Pero básicamente, en su momento entre las causas o motivos
que pueden impulsar a la madre a matar a su hijo durante el nacimiento o mientras
experimenta los efectos del parto, la ley seleccionó el de honor, dejando de lado otros
motivos poderosos y atendibles, tales como la necesidad económica, la miseria, el
desamparo, la piedad y el vencimiento moral, de allí la frase “para ocultar su deshonra” y
más que nada su honra sexual, comprometida por el nacimiento del hijo ([24]).Se pueden explicar meridianamente las diferencias entre los dos sistemas básicos que
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fundamentan el texto legal básico privilegiado. En efecto, las consideraciones que, en los
tiempos actuales prevalecen para considerar el infanticidio como delictum execptum –
cuando ha sido realizado por la propia madre –, o merecedor de tratamiento legal benigno,
frente al homicidio, son de dos especies: unas atienden a un punto de vista puramente
psicológico, otras se fundan en un estado fisio-psíquico de la parturienta. Las primeras
conducen a la atenuación de la pena solamente si intervienen el “motivo de honor”, esto es,
sólo en la hipótesis de la gravidez ilegítima: el obsesivo recelo de que se descubra su error,
que la sociedad no perdona, crea en la mujer que aún no ha perdido el pudor y que fue
embarazada estando soltera o en evidente adulterio, un verdadero estado de angustia, por el
que gradualmente se va apagando el propio instinto de piedad para con el fruto de su amor
ilegitimo. El criterio fisio-psiquíco, al contrario del puramente psicológico, no distingue entre
la gravidez ilegítima o legítima, abstrayendo o por lo menos relegando, por lo tanto, a un
terreno secundario la causa honoris: solamente se tiene en cuenta la particular perturbación
físico- psíquica del parto. En lugar del ímpetus pudores, el ímpetus dolores ([25]).Se ha criticado el enfoque psíquico, fisio-psíquico o fisio-psicológico por las dificultades
propias de toda prueba respecto a la existencia real del estado psicológico en este período
inmediato al nacimiento, por eso se llega al criterio de la presunción, y las del deslinde entre
éste y las situaciones de inimputabilidad. Por otra parte, se agrega que con este sistema sólo
se alcanza a la madre y en la práctica, como la pericia médica siempre es posterior, la
prueba de la existencia o inexistencia del estado requerido se torna dificultoso resultando así
que, de hecho, también debe ser presumido, ya que debe ser, además, favorable al
procesado ([26]).Por otra parte algunos publicistas se inclinan por sostener que el infanticidio en un delito
autónomo, tal es el caso de Soler, quien entiende que aquél es un tipo perfectamente
definido y autónomo, y que la existencia del elemento subjetivo requerido por la ley en unos
de los autores o coautores es suficiente para determinar la aplicabilidad de la figura
privilegiada ([27]). De anverso, se sostiene que se trata de un parricidio circunstanciado
personalmente por el estado fisiológico de la madre ([28]). Gómez López interpreta que se
considera un homicidio atenuado ([29]). Igual criterio adopta Mezger, al comentar el §217 del
Código Penal alemán “El §217 prevé como caso atenuado del homicidio, el infanticidio… no
se debe ver este hecho punible un delictum sui generis formal” ([30]). En esta línea de
pensamiento se expide Creus, quien lo considera como un homicidio – la acción de matar a
otro – al que califica circunstancias objetivas y subjetivas y es, en realidad, una atenuación
del homicidio calificado – la víctima es el descendiente del autor – ([31]). Esta es la posición
adecuada ([32]).-
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La acción propiamente dicha consiste en matar a un ser humano que ha comenzado a nacer
o luego de ello con un término que está referido no a condiciones del niño, sino a la situación
de la madre, que ha de encontrarse bajo la influencia del estado puerperal. Tal como en el
caso de homicidio simple, la ley no selecciona medios, siendo adecuados a la figura todos los
que son capaces de causar la muerte – excepto los morales – y puede cometerse por acción
u omisión. Esto último ocurrirá, por ejemplo, si la criatura nace con el cordón umbilical
envolviéndole el cuello y ahogándola, y la madre, pudiendo evitar, la deja morir. En posición
opuesta existen opiniones sobre que el delito en cuestión es perpetrado sólo por comisión ya
que al hacerlo por omisión se contradice con el supuesto estado de colapso expansivo propio
del estado puerperal o del concomitante al proceso del parto. Es así, que omisión impropia
supondría un género de cálculo y de autocontrol incompatible con el estado psíquicoparafisiológico de la parturienta, salvo que al estado puerperal se le asociara una crisis
depresiva profunda en la que cabría la modalidad infanticida por omisión impropia,
circunstancia esta que debería ser develada por medio de peritajes idóneos ([33]).La muerte del hijo puede tener lugar durante el nacimiento o mientras la madre se encuentre
bajo la influencia del estado puerperal.La Comisión que elabora el Anteproyecto definitivamente abandona el criterio psicológico de
la honra no condecente con los parámetros socioculturales del siglo XXI, en el entendimiento
que el nacimiento de un hijo fuera del matrimonio – circunstancia por demás frecuente –
puede ser considerado una mácula deshonrosa para la mujer. De modo que se adopta el
criterio que imperaba en el Anteproyecto suizo de 1916 – fisio-psicológico – es decir, dar
muerte al hijo durante el nacimiento o cuando la madre se encuentre bajo la influencia del
estado puerperal. Estas dos circunstancias, definen el delito de infanticidio, de acuerdo a la
redacción del Anteproyecto.5.- Durante el nacimiento.
Al hablar del momento del nacimiento se debe ineludiblemente asociarlo con la persona que
como se sabe tiene calidad de tal desde el momento de la concepción, pero en todo ese
periodo intrauterino es un feto y la interrupción de esa gestación da lugar al aborto, en tanto
que cuando comienza a nacer, o sea la expulsión de seno materno, en forma natural o
artificial, su óbito doloso se convierte en infanticidio.Desde el punto de vista civil el art. 70 del C.C claramente dice: “Desde la concepción en el
seno materno comienza la existencia de las personas y antes de su nacimiento pueden
adquirir algunos derechos, como si ya hubiesen nacido. Esos derechos quedan
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irrevocablemente adquiridos si los concebidos en el seno materno nacieren con vida, aunque
fuera por instantes después de estar separados de su madre” ([34]). El art. 71 refiere que:
“Naciendo con vida no habrá distinción entre el nacimiento espontáneo y el que se obtuviese
por operación quirúrgica” y el art. 72 dice: “Tampoco importará que los nacidos con vida
tengan imposibilidad de prolongarla, o que mueran después de nacer o por nacer antes de
tiempo”. Asimismo, el art. 74: “Si muriesen antes de estar completamente separados del
seno materno, serán considerados como si no hubiesen existido” determina la condición
resolutoria de los derechos adquiridos del nasciturus.Los civilistas entienden que para que el nacimiento se tenga por operado se requieren la
concurrencia de dos circunstancias: a) que el feto haya sido expelido del seno materno y b)
que el niño haya sido separado de la madre, lo que equivale a decir que se haya cortado el
cordón umbilical. Cuando al tiempo del parto se corta el cordón umbilical, queda completado
el acta de nacimiento y separado el nacido de su madre. La criatura exhala su primer vagido,
con el que hace conocer a los demás que el nacimiento sea completado normalmente. Así lo
entiende Llambias, en cambio otro sector de la doctrina no considera necesario que se corte
el cordón umbilical – Spota, Rivera – ([35]).En cambio desde el punto de vista penal el sujeto pasivo de homicidio puede ser una persona
aun antes de la completa separación del seno materno, durante el nacimiento, es decir,
desde el comienzo de los dolores de parto, sin que exista base legal alguna para distinguir
entre los momentos anteriores o posteriores a la expulsión ([36]). Núñez entiende que
cuando se hace referencia a los dolores de parto, se atiende al parto natural y se prescinde
del artificial el que puede adelantar el proceso natural y excluir sus dolores ([37]).En España se hace una distinción entre los delitos contra la vida humana independiente y
delitos contra la vida humana dependiente, obviamente en el primer caso se incluyen los
homicidios y en el segundo el aborto. Con respecto al primero, el momento en que comienza
la vida humana independiente es discutido pues unos sostienen que la vida humana
comienza después de la dilatación, cuando el feto corona y está preparado para iniciar la
expulsión (Huerta Tocildo). Otros entienden que es suficiente que la criatura haya salido
totalmente al exterior con independencia que se haya cortado el cordón umbilical o haya
respirado – percepción visual – (Gimbernat Ordeig, López Barja de Quiroga, Muñoz Conde,
Rodríguez Devesa, Bajo Fernández y Gracia Martín) y finalmente otro sector de la doctrina
requieren la separación completa del feto del seno materno siendo necesaria la respiración
pulmonar autónoma (Quintano, Cobo del Rosal y Del Rosal, Blasco). Asimismo se ha dicho
que la vida resulta independiente cuando la expulsión haya llegado a un punto en el que es
posible matar directamente al producto de la concepción (González Rus, Polaino Orts).-
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Para Buompadre el comienzo del nacimiento se produce en el preciso momento en que
comienza el proceso de expulsión de la criatura del seno materno, configurando este instante
el límite mínimo en que tiene inicio la vida humana independiente, mientras que el límite
superior queda fijado en el momento de la separación total del cuerpo de la madre, con
independencia de cualquier otra exigencia ulterior, por ej. que se produzca el corte del
cordón umbilical o de que se constaten otros signos vitales ([38]).Finalmente, Reinaldi, Villada y el opinante estiman que el criterio diferenciador entre el
aborto y el homicidio – en este caso el infanticidio – se halla en el modo y momento de
cometer la acción de dar muerte al ser humano en gestación: si se ejecuta a través de la
madre en cuyas entrañas se alberga o provocando su expulsión antes de ser viable, hay
aborto; si se la desplegó directamente sobre la criatura, a la que se percibe hay homicidio –
infanticidio –, aún cuando permanezca unida a su progenitora ([39]).Desde el punto de vista puramente médico se afirma que el comienzo del nacimiento está
señalado por la iniciación del trabajo de parto, por el punto de partida de la expulsión del
producto de la concepción. Las contracciones uterinas, regulares e ininterrumpidas; los
dolores cíclicos; la ruptura de las membranas y la salida del líquido amniótico; el borramiento
del cuello uterino; la dilatación completa del mismo y el encaje fetal son los elementos
característicos. El desarrollo abarca el tiempo que requiere el feto para recorrer la totalidad
del trayecto utero-vaginal, desde el cuello borrado hasta el orificio vulvar. La terminación
coincide: a) con la expulsión del feto, que a partir del momento mismo en que ha
abandonado el canal materno, se convierte en recién nacido; b) con sección del canal
umbilical. El final del nacimiento coincide con la expulsión del feto y con independencia
materna ([40]).6.- Bajo la influencia del estado puerperal.
En lo concerniente al denominado “estado puerperal” ([41])los puntos de vistas adoptados
por la doctrina y los médicos-legales difieren en sus apreciaciones.Moreno (h) señala que el código, de acuerdo con el último Proyecto suizo, como lo hace notar
la exposición de motivos de la Comisión de Códigos de la Cámara de Senadores, no señala un
plazo, sino que se refiere al estado puerperal, o sea, al parto y su consecuencia, agrega que:
“Los disturbios físicos y mentales producidos por el parto son una consecuencia ordinaria y
probable de aquél, pero no necesaria, desde que en ciertos casos no se producen.
Generalmente, sin embargo, tienen lugar y es de suponerse que se agravan cuando la madre
tiene la preocupación de que el hecho, lejos de procurarle ventajas o satisfacciones que
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mitiguen sus dolores, le aparejaría desgracia y vergüenza. Se explica así una situación de
ánimo excepcional que justifica la penalidad atenuada. La ley no ha querido por eso fijar
términos y establece que mientras dure esa influencia la atenuación especial favorece a la
madre criminal”. Por ello culmina diciendo que la averiguación respecto a la persistencia de
ese estado especial o a su desaparición será una cuestión de hecho que deberá establecerse
en cada caso con las pruebas periciales correspondientes. En tal sentido, el código no señala
por ello término fijos porque el estado puerperal no dura el mismo número de días en todas
las madres. ([42]).Por el contrario Malagarriga sostiene que cuando la ley habla del estado puerperal no ha
querido fijar más que un término descartando todo contenido psíquico anormal aduciendo
que la influencia que puede ejercer en la mente no ha sido seguramente tenida en cuenta, ya
que, precisamente, se exige a la que haya formado juicio sobre su deshonra inminente y de
él haya derivado una solución que tiende a ocultarlo, por esto cuando surjan actuaciones
psíquicas de origen puerperal no será el caso de atenuación, sino de no imputabilidad ([43]).Esta línea de pensamiento también la toma Soler al señalar que la expresión “estado
puerperal” no es empleada por la ley en el sentido de una alteración patológica de las
facultades mentales sino que es considerado solamente como un conjunto de síntomas
fisiológicos que se prolongan por un tiempo después del parto y la ley lo que toma en cuenta
es precisamente su duración ([44]).Nuñez resalta que no obstante las dudas científicas sobre lo que es el estado puerperal,
jurídicamente se puede definir la influencia que la ley exige de ese estado en la madre, como
el estado fisio-psicológico en que se encuentra la mujer a raíz del parto y que, a excepción
por lo general de la actividad de las glándulas mamarias, tiende a desaparecer en sus causas
en un lapso relativamente corto. Es así que, el influjo de esos trastornos sobre el espíritu,
depresión, exaltación, sufrimiento, angustia, inestabilidad, etc. de la madre y el tiempo de la
restitutio ad-integrum son variables y dependen de cada naturaleza en particular y del
ambiente del caso ([45]).Así como con el término “nacimiento” las opiniones jurídicas no coincidían exactamente con
las médicas, en este caso pasa lo mismo. En efecto, la medicina legal sostiene que
obstétricamente, el parto se compone de dos tiempos sucesivos: a) parto propiamente dicho
o “expulsión” del feto o “trabajo”; b) alumbramiento o “expulsión” de los anexos. “Puerperio”
deriva del latín “puerperium” y significa “tiempo de parto”, por su parte “puérpera” expresa
“mujer recién parida”. La obstetricia al ocuparse del “puerperio” no habla de “estado”, sino
de “período”. Y ambos términos tienen conceptos diferentes, ya que, “estado” se refiere a la
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situación en que está una persona o una cosa, en tanto que “periódico” es un espacio
determinado de tiempo que incluye la duración de la cosa. Es decir que son dos situaciones
diferentes y que pueden hacer incurrir en un error. Si se habla de “estado puerperal” ello
significa una noción psicopatológica, y si se hace referencia a “período puerperal” se alude a
una noción obstétrica vinculada con la evolución de los órganos genitales de la mujer desde
el momento en que el parto ha terminado hasta que es nuevamente apta para fecundación y
el fin de este período está marcado por la reaparición de una menstruación. Por ello Bonnet
señala que el estado puerperal representa un “estado” psicopatológico y no un “período”
obstétrico y por consiguiente es estado es susceptible de ser puesto en paralelo, dentro del
art. 81 del C.P. con la emoción violenta. “Antes de continuar creemos conveniente señalar
que no negamos que el estado puerperal tenga un atributo de tiempo, de duración
cronológica. Negarlo sería considerar que su brevedad es tan mínima que su existencia está
condicionada por los instantes que ocupa la muerte intencional, dolosa, del recién nacido. No
le negamos atributos cronológicos; en él admitimos una condición de tiempo que, dentro de
su brevedad, podrá ser de minutos, horas o contados días. Mas, lo que deseamos significar
es que la esencia de su fórmula surge de un núcleo psicopatológico, que es lo fundamental, y
no de un componente de duración, que es lo accesorio. Además, queremos dejar
puntualizado que “estado puerperal” no es una fórmula de alienación mental, no es una
alteración morbosa de las facultades mentales, y tampoco un estado de inconsciencia
patológica; en fin no es una psicosis. Sostenerlo sería torpe, por no decir ridículo. No. El
estado puerperal es un cuadro psicopatológico de menor intensidad y gravedad que la
alienación mental; es un trastorno mental transitorio incompleto – figura médico-forense
cuyo atributo mayor es la atenuación, la crepuscularización de las funciones y mecanismos
psíquicos, entre los cuales la conciencia representa una parte, pero no el todo de aquélla –.
El estado puerperal es un trastorno mental transitorio incompleto porque es de corta
duración y porque no alcanza a constituir un estado de alienación mental, sino solamente un
“estado crepuscular”. Estado crepuscular – psicopatológicamente hablando – significa estado
intermedio entre salud mental y alienación mental (demencia en el sentido jurídico). Por eso
decimos también que estado crepuscular (una de cuyas formas clínicas es el estado
puerperal) es un estado psíquico normal, pero diferente al de la alienación mental” ([46]).En definitiva, parece de vital importancia la realización, en estos casos, de una exhaustiva
pericia médica para la dilucidación en un hecho concreto, del estado mental de la imputada,
a fin de establecer su verdadero, o alcance, de dicho episodio crepuscular que debilita los
frenos inhibitorios ([47]).7.- Aporte.
“La incorporación del “infanticidio” en el Anteproyecto de Código
Penal de la Nación”
Por mi parte sugerí la incorporación del instituto del infanticidio en virtud de las razones ya
expuestas con la siguiente redacción: “Se impondrá prisión de uno a cinco años a la madre
que matare a su hijo durante el nacimiento o el estado puerperal”, similar al texto propuesto
por el Anteproyecto.[1] Art. 81.1 (derogado por la ley 24.410)
[2] C. Penal de Jujuy, sala II “T., R. A.” 22/06/2005 LLNOA 2005, 944 con nota de Jorge Luis
Villada DJ 2005-2 , 1291 con nota de Jorge Luis Villada- AR/JUR/1294/2005
[3] CARRARA Francesco “Programa de Derecho Criminal” Parte Especial, v. I,nº 3, 2ª
reimpresión de la tercera edición, Ed. Temis, Bogotá, Colombia, 2005, §1206 y §1213.
[4] FONTAN BALESTRA Carlos “Tratado de Derecho Penal” t. IV, Ed. Abeledo Perrot, Buenos
Aires, 1992, p. 171 citando CARRARA Francesco (ob. cit. §1217)
[5] LEVENE (h) Ricardo, en relación a los antecedentes históricos del infanticidio refiere que:
“En la antigüedad se mataba a los niños recién nacidos cuando escaseaban los alimentos, o
se los inmolaba en ceremonias religiosas. Tampoco era delito matarlos cuando eran
deformes o tenían un físico tan pobre que evidenciaba su futura ineptitud para la guerra, de
ahí que se los precipitase desde el Taigeto, en Grecia y desde la roca Tarpeya en Roma, a lo
que se agregaba que esta última, el pater familia tenía derecho de vida o muerte sobre sus
hijos. Posteriormente es castigado el infanticidio como homicidio simple en el derecho griego
y romano esbozándose una diferencia entre aquel delito y el homicidio en el Código
Justiniano, hasta que por fin se lo considera, por influencia del derecho germánico un delito
sui generis en la Constitutio Carolina y en edictos dictados al respecto por Enrique II, Enrique
III y Luis XIV, pero para poder atenuar la pena se exigía la viabilidad de la víctima” (Cfme.
LEVENE (h) Ricardo “El delito de homicidio”, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1970,p. 347)
[6] VILLA STEIN Javier “Derecho penal. Parte especial”, 2ª Edición, San Marcos Lima, 2004, p.
112 citando a BONESANA Marqués de BECCARIA Cesare “De los delitos y las penas”, Ed.
Ediciones Libertador, Buenos Aires, 2005,p. 110
[7] THORMANN Philipp – VON OBERBECK Alfred, “Das schweizerische Strafgesetzbuch”, t. II,
Zurich, 1941, p. 20.
[8] Art. 213: “Es calificado infanticidio la muerte de un recién nacido, que no tenga tres días
completos”
“La incorporación del “infanticidio” en el Anteproyecto de Código
Penal de la Nación”
[9] Art. 214: “La madre que para ocultar su deshonra matase a su hijo recién nacido será
castigada con dos años de prisión y los abuelos maternos que para ocultar la deshonra de la
madre cometiesen el mismo delito serán castigados con tres”
[10] Art. 215: “Fuera de estos casos el que matase a un recién nacido incurrirá en la pena de
homicidio simple”
[11] Art. 208: “El infanticidio consiste en dar muerte a un recién nacido, que no tenga tres
días completos”
[12] Art. 209: “La pena del infanticidio será la de penitenciaría mayor”.
[13] Art. 210: “La madre que, para ocultar su deshonra, hubiese cometido infanticidio en la
persona de su hijo será castigada con la pena de prisión mayor”
[14] Art. 100: “La madre que por ocultar su deshonra cometiere infanticidio en la persona de
su hijo, en el momento del nacimiento o hasta tres días después, y los abuelos maternos que
para ocultar la deshonra de la madre, cometiesen el mismo delito, serán castigados con la
pena de penitenciaria de tres a seis años”.
[15] Art. 101: “Fuera de estos casos, el que comete infanticidio, será castigado con la pena
del homicida”.
[16] Art. 112: “Corresponderá la pena de tres a diez años: … 2º A la madre que, para ocultar
su deshonra, matare a su hijo durante el nacimiento o hasta tres días después, y a los
padres, hermanos, marido o hijos que, para ocultar la deshonra de su hija, hermana, esposa
o madre, cometieren el mismo delito”.
[17] Art. 116: “La madre que, para ocultar su deshonra, matare a su hijo durante el
nacimiento o hasta cinco días después, y los padres, hermanos o hijos, sean legítimos o
naturales, que para ocultar la deshonra de su hija, hermana o madre, legitimas o naturales,
cometieron el mismo delito, sufrirán la pena de penitenciaria de dos a cuatro años. Esta
disposición comprende al marido que mata al hijo adulterino de la esposa, para ocultar su
deshonra”
[18] Art. 81.2: “Se impondrá reclusión hasta tres años o prisión de seis meses a dos años a la
madre que, por ocultar su deshonra, matare a su hijo durante el nacimiento o mientras se
encontrara bajo la influencia del estado puerperal y a los padres, hermanos, marido e hijos
que, para ocultar la deshonra de su hija, hermana, esposa o madre, cometiesen el mismo
“La incorporación del “infanticidio” en el Anteproyecto de Código
Penal de la Nación”
delito en las circunstancias indicadas en la letra a) del inciso 1º de este artículo”.
[19] Peco en la Exposición de Motivos explica que: “La primera reforma fundamental versa en
restaurar como único el tradicional concepto psicológico basado en el móvil ético de ocultar
la deshonra y por ende en eliminar el criterio fisiológico del estado puerperal, vago, incierto y
peligroso. A imitación del anteproyecto suizo de 1916, la Comisión de Códigos del Senado
instaura el concepto fisiológico del estado puerperal. Pero mientras en el código suizo el
criterio fisiológico es el único, el código argentino acepta a los dos criterios. Varias razones
nos han llevado a prescindir del sistema. Existe incertidumbre sobre la extensión del estado
puerperal. A más, cuando durante el parto o el puerperio se produce la normal perturbación
fisiológica, no tiene asidero la atenuación si falta el móvil ético del honor. Si el parto o el
puerperio ocasiona una perturbación psíquica, una verdadera psicosis puerperal, se aplicarán
las normas del trastorno mental transitorio…”. (Cfme. ZAFFARONI Eugenio – ARNEDO Miguel
“Digesto de Codificación Penal Argentina” t. V, Ed. A-Z Editores, Madrid, España, 1996, ps.
188/189).
[20] La nota de Soler refiere que: “Queda suprimido la atenuación específica con respecto a
los demás sujetos beneficiados por el art. 81, 2º del C. vigente. La cuantificación del tiempo
puede ser peligrosa o incorrecta. Los tres días del C. español, 424; del P. Tejedor y C.P. de
1897, 100, parecerían crear un plazo procesal dentro del cual la atenuación funcionaría
mecánicamente, plazo, por añadidura, bastante largo. La fórmula basada en la influencia del
“estado puerperal”, del C.P., 81, 2º, es equivoca por varios motivos. En primer lugar, cuando
la razón de la benignidad consiste en el motivo de honor, la referencia al “estado puerperal”,
tiene que tomarse exclusivamente como indicación de tiempo. Si, en cambio, se acuerda a
esas palabras un sentido exclusivamente psíquico, no solamente esta demás la causa del
honor, sino que se crea el equívoco de la influencia ejercida sobre la responsabilidad por un
estado patológico que puede llegar a determinar situaciones de inimputabilidad. Por esto
hemos abandonado la fórmula del C. vigente, que se encuentra en el C. de Suiza, 116 y de
Grecia, 303. Finalmente, las expresiones usadas por otros códigos como el alemán, 142
(gleich nach) o el italiano, 578 (inmediatamente después) parecen referirse a un tiempo
excesivamente corto” (Cfme. Idem. ob. cit. t. VI, p. 438).
[21] En este caso la Exposición de Motivos con respecto a este inciso dice: “Limitamos la
figura privilegiada del infanticidio a la madre, quedando excluidos del beneficio los parientes
contemplados por el artículo 81, 2º del C. Penal. La pena propuesta para el infanticidio es
superior a la del abandono por causa de honor (C.P., 107) y a la del aborto causado por la
propia madre (C.P. 88) como parece lógico. En cambio, no modificamos la fórmula “mientras
se encontrara bajo la influencia del estado puerperal” porque, en la interpretación de la
“La incorporación del “infanticidio” en el Anteproyecto de Código
Penal de la Nación”
misma, ha prevalecido el correcto criterio de atribuirle significado temporal. Dos son las
modificaciones pues, por un lado, se aumenta la pena para la madre y, por el otro, se excluye
a los parientes del privilegio. La razón de ambas modificaciones proviene de tomar en cuenta
lo profundos cambios sociales ocurridos en los últimos cuarenta años, en cuanto a la censura
y aún el repudio que la maternidad irregular acarreaba. De dicho cambio es fuerza deducir
que este homicidio es hoy mucho menos excusable y que en ningún caso debe serlo para los
terceros. Ya en el P. Tejedor, II, 1, tit. 1, 4, 2, se agravaba la pena de los abuelos maternos,
únicos tomados en cuenta” (Idem. ob. cit. t. VII, p. 65)
[22] FONTAN BALESTRA Carlos – MILLAN Alberto “Las reformas al Código Penal. Ley nº
17.567” Ed. Abeledo Perrot,, Buenos Aires, 1968, p. 77.
[23] Según Gautier “Si el legislador obedece a consideraciones psicológicas, será llevado a
restringir el infanticidio al asesinato de criaturas traídas al mundo por mujeres no casadas y
acaso aún de criaturas ilegítimas de las mujeres casadas, porque sólo es en esa circunstancia
que el nacimiento del niño puede ser la causa de una gran angustia moral para la madre. Si
es dominado por consideraciones de orden fisiológico, el legislador no restringirá el
infanticidio al asesinato de la criatura ilegítima; ya que todo embarazo y todo parto pueden
determinar en la madre los mismos desórdenes físicos y morales, sea que el niño haya sido
concebido en un ayuntamiento legítimo o ilegítimo”. SOLER añade que por este tipo de
consideraciones el Proyecto suizo atuvo a un criterio estrictamente fisiológico; pero según se
ve, no con un propósito restrictivo, sino ampliatorio, es decir, pensando dar también cabida
en esta incriminación a hechos determinados por móviles distintos del de salvar la deshonra.
“La expresión “estado puerperal” no es empleada por la ley en el sentido de una alteración
patológica de las facultades mentales. Esto no sería exacto ni para el P. suizo ni para la ley
argentina; pues cuando se produzca el homicidio por razones de ese tipo, lo que estará en
cuestión será la aplicabilidad del inc. 1º del art. 34, en razón de inimputabilidad; en cuyo
caso, jurídicamente no interesa que se trate de una verdadera psicosis del puerperio o de
que el puerperio haya obrado como mera causa desencadenante de una psicosis
maníacodepresiva o de una esquizofrenia. El estado puerperal es, pues, considerado
solamente como un conjunto de síntomas fisiológicos que se prolongan por un tiempo
después del parto. Y la razón de que la ley lo tome en cuenta es precisamente su duración,
ya que es fatal la insuficiencia de la frase “durante el nacimiento”, y se hace necesario
designar de algún modo los momentos posteriores.” (Cfme. SOLER Sebastián “Derecho Penal
argentino, t. III, Ed. Tea, Buenos Aires, 1970, ps. 76/77
[24] NUÑEZ Ricardo “Tratado de Derecho Penal” t. III, v. I, Ed. Marcos Lerner, Córdoba, 1988,
ps. 127/128
“La incorporación del “infanticidio” en el Anteproyecto de Código
Penal de la Nación”
[25] BERNAL PINZON Jesús “El homicidio” Ed. Temis, Bogotá, Colombia, 1971, p. 269.
[26] FONTAN BALESTRA Carlos (ob. cit. p. 154) citando a CLERCK François “Code Penal
Suisse. Parte especial”, Lausana, Montcherstien, 1943, p. 34.
[27] SOLER Sebastián (ob. cit. p. 82); FONTAN BALESTRA Carlos (ob. cit. p. 176); FINZI
Conrado “Circunstancia del delito y título delictivo” Ed. Imprenta de la Universidad, Córdoba,
1947, p. 67.
[28] NUÑEZ Ricardo (ob. cit. p. 123).
[29] GOMEZ LOPEZ Orlando “El homicidio” 2º edición, t. II, Ed. Temis, Bogotá, Colombia,
1981, p. 115.
[30] PELOSSI DENER N. “Problemática en el delito de aborto e infanticidio” Ed. Lerner,
Córdoba, 1976, p. 60 citando a MEZGER Edmund “Derecho Penal. Libro de estudio. Parte
Especial” Ed. Bibliográfica argentina, Buenos Aires, 1958, p. 51.
[31] CREUS Carlos “Derecho Penal. Parte Especial” Ed. Astrea, Buenos Aires, 1992, p. 18.
[32] FIGARI Rubén – PARMA Carlos “El homicidio y el aborto en la legislación peruana” Ed.
Motivensa, Lima, Perú, 2010, p. 202.
[33] VILLA STEIN Javier (ob. cit. ps. 115/116)
[34] “En la fecundación extrauterina no hay concepción en el seno materno. Sin embargo
este hecho no es óbice para aplicar este artículo por analogía en mérito a lo dispuesto por el
artículo 16 del mismo cuerpo legal. Y el hecho de que las normas aplicadas fueran
redactadas casi un siglo antes de la primera fecundación in vitro (FIV) tampoco es
impedimento para sostener que en el Derecho positivo argentino el embrión es persona”
(Cfme. RIVERA Julio “Código Civil de la República Argentina explicado. Doctrina.
Jurisprudencia. Bibliografía” t. I, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2011, p. 213.
[35] Idem (ob. cit. p. 215)
[36] SOLER Sebastián (ob. cit. p. 12)
[37] NUÑEZ Ricardo (ob. cit. p. 24); CREUS Carlos – BUOMPADRE Jorge “Derecho Penal. Parte
especial”, t. I, 7ª edición actualizada y ampliada, Ed. Astrea, Buenos Aires, 2007,ps. 10/11.
“La incorporación del “infanticidio” en el Anteproyecto de Código
Penal de la Nación”
LAJE ANAYA Justo – GAVIER Enrique “Notas al Código Penal argentino. Parte especial” t. II, Ed.
Marcos Lerner, Córdoba, 1995, p. 16.FONTAN BALESTRA Carlos (ob. cit. p. 77). DONNA luego
de un análisis o exposición de la opinión de varios autores, sobre todo, españoles afirma: “De
acuerdo a una interpretación que debe estar basada en las normas constitucionales y los
pactos sobre derechos humanos, hay que adherir a la posición que afirma que desde el
comienzo de las contracciones y de los dolores, o sea desde el inicio real del proceso activo,
con su fase interna que conduce normalmente al nacimiento. Que coincide con la noción del
parto del niño de acuerdo a la naturaleza, según la cual comienza el nacimiento cuando ha
terminado el proceso de desarrollo del feto y empiezan los intentos de expulsión. Por eso, las
contracciones de dilatación ya pertenecen a los intentos de expulsión del vientre materno.
Este momento, o en el parto complicado (rotura de bolsa), comienzo de la cesárea, marcan el
instante en que el feto se vuelve humano, en el sentido del Derecho Penal” (Cfme. DONNA
Edgardo “Derecho Penal. Parte Especial” t. I, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1999, ps. 20 y
21)
[38] BUOMPADRE Jorge “Derecho Penal. Parte Especial”, t. I, 2º edición actualizada, Ed. Mave,
Corrientes, 2003, p. 74.
[39] NÚNEZ Ricardo “Manual de Derecho Penal. Parte especial”,4ª edición actualizada por
REINALDI Víctor, Ed. Lerner, Córdoba, 2009,p.21; VILLADA Jorge “Delitos contra las
personas”, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2004, p.s. 6/7; FIGARI Rubén “Homicidios”, 2ª edición
corregida y ampliada, Ed. Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2004, p. 31.
[40] BONNET Emilio “Medicina Legal”, t. II, 2ª edición, Ed. López Libreros Editores, Buenos
Aires, 1980, p. 1217.
[41] El jurisconsulto Paulo decía: “Pueri apellatione etiam puella significatur, nam et féminas
puerperas apeliat recentes ex partu” (con el nombre de niño – puer – se designa también la
niña, como asimismo llaman puerperas a las mujeres que acaban de parir (Cfme. PAULO
“Digesto”, Libro 50, Tit. 16, Ley 163, parag. 1.
[42] MORENO (h) Rodolfo “El Código Penal y sus antecedentes”, t. III, Ed. H. A. Tomassi
editor, Buenos Aires, 1923, p. 380.
[43] MALAGARRIGA Carlos “Código Penal argentino”, t. II, Ed. Cervantes, Buenos Aires, 1927,
p. 64.
[44] SOLER Sebastián (ob. cit. p. 77); FONTAN BALESTRA Carlos (ob. cit. p. 194)
“La incorporación del “infanticidio” en el Anteproyecto de Código
Penal de la Nación”
[45] NUÑEZ Ricardo (ob. cit. ps. 133/134)
[46] BONNET Emilio (ob. cit. t. II, p. 1216)
[47] Con respecto al plazo de duración del estado puerperal, el mismo, sostiene VILLA STEIN
que varía de caso a caso (aún cuando la medicina oficial entiende como criterio máximo los
cuarenta días de duración). El autor citado, afirma siguiendo las enseñanzas de ROY FREYRE
que “el prudente arbitrio del juez, auxiliado por los psiquiatras y médicos legistas, podrá
determinar la continuidad o la terminación de tal estado en relación al momento en que se
da muerte al infante” (Cfme. VILLA STEIN Javier ob. cit. p. 118) con cita de ROY FREYRE Luis
“Derecho Penal peruano. Parte Especial” t. I, Lima, Perú, 1986).
Publicado en www.microjuris.com.ar MJ-DOC-6880-AR | MJD6880; www.eldial.com.ar DC1DF1;
www.ijeditores.com.ar; Revista Derecho Penal y Criminología Ed. La Ley, año IV, nº 11.
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