vía recursiva extraordinaria contra las resoluciones dictadas por el

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VÍA RECURSIVA EXTRAORDINARIA
CONTRA LAS RESOLUCIONES DICTADAS
POR EL TRIBUNAL ELECTORAL DE LA
PROVINCIA DEL CHUBUT
Por Ricardo Tomás Gerosa Lewis
1.- Introducción.
Las decisiones adoptadas por el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del
Chubut en virtud de las diversas presentaciones efectuadas por distintos partidos políticos contra las
resoluciones dictadas por el Tribunal Electoral con motivo de las elecciones provinciales acaecidas en
marzo de 2011 establecen una oportunidad propicia para abordar una cuestión interesante y muy poco
debatida hasta el momento: ¿existe una instancia de revisión en materia electoral en la Provincia del
Chubut?. Y, en su caso: ¿Cuál es la vía recursiva pertinente?.
El tema, inclusive, se hace más complejo si tenemos en cuenta que la Legislatura no ha
cumplido, hasta el día de la fecha, con el dictado de la Ley Electoral provincial, y que la Constitución
de nuestra Provincia, en su artículo 260, establece que este órgano tiene como funciones “calificar las
elecciones de autoridades provinciales, juzgando en definitiva sobre su validez”.
Además, y como bien lo explica Aída KEMELMAJER de CARLUCCI, no existe una
posición uniforme en esta materia en la jurisprudencia nacional, toda vez que “tradicionalmente, los
Superiores Tribunales de provincia han sostenido la irrevisibilidad de las resoluciones dictadas por las
Juntas Electorales provinciales…. Otros tribunales, en cambio, implícitamente admiten la
revisibilidad, aunque luego en el fondo rechacen la impugnación….Algunos tribunales, incluso, han
abierto su jurisdicción para el dictado de medidas cautelares en contra de lo dispuesto por la Junta
Electoral…(Y) la Corte Federal parece respetar el principio de la irrevisibilidad… no obstante (que
también) ha producido importantes brechas a favor de la revisibilidad y abre su jurisdicción para
revisar lo decidido por estos órganos electorales”. 1
2.- El tema en debate. Las distintas posiciones.
Lo que se discute, en definitiva, es si las decisiones del Tribunal Electoral pueden ser o
no susceptibles de remedios judiciales y, en su caso, cuál es la vía procesal pertinente.
Existen, al respecto, dos posturas antagónicas.
1.) La primera de ellas afirma que las resoluciones que se adopten en el marco del
proceso electoral son “irrecurribles”, fundamentalmente desde el punto de vista de los recursos
“externos” o judiciales.
Para negar la procedencia recursiva, se argumenta de la siguiente manera:
1.1.) No hay prevista ninguna vía recursiva en la normativa vigente. Es decir, la
legislación no contempla una instancia de revisión –o doble instancia- contra las resoluciones del
Tribunal Electoral. 2
1.2.) La propia Constitución Provincial, como vimos, dice que este órgano juzga
“en definitiva” en esta materia, es decir, sin posibilidad de revisión por otra instancia superior. 3
1
Ver su voto in re: S.T.J. Mendoza, “Partido Afirmación para una República Igualitaria” (ARI) en Actuaciones Nº 475”,
causa nº 86.525/86.311, 11/03/2007. Es decir que las cuestiones electorales son otro de los temas en los cuales, a través de
los años, la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación fue manifestando un notable vuelco hacia la
judiciabilidad. Ver, al respecto, HARO, Ricardo: “Control de constitucionalidad”, 2ª edición, Ed. Zavalía, pág. 183 y
BAEZA, Carlos R.: “Cuestiones políticas. El control de constitucionalidad y las autolimitaciones de la Corte Suprema”, Ed.
Abado de Rodolfo Depalma, Bs.As., 2004, pág. 241.2
Ver, en este sentido, S.T.J. Mendoza, en pleno, in re: “Partido Socialista – Junta Electoral de la Provincia s/.
inconstitucionalidad”, 08/07/1959: “No encontrándose previsto expresamente el recurso de revisión en contra de las
resoluciones de la Junta Electoral, el mismo no debe otorgarse, pues los recursos extraordinarios deben interpretarse
restrictivamente”. Conf., también, S.T.J.Ch., sentencia 196/1991: “Las decisiones del Tribunal Electoral no son apelables
ante este Superior Tribunal cuya competencia está limitada por el art. 171 de la Constitución Provincial y el art. 32 de la
Ley Nro. 37 Orgánica de la Justicia”.3
Esta postura, por ejemplo, es la que señala Juan Carlos GUERRA en su artículo “Régimen electoral en la Provincia del
Chubut”, publicado en el Diario “El Chubut” del día 20 de abril de 2011, pág.10. Para otros defensores de esta posición, en
cambio, el Tribunal Electoral es un órgano auxiliar del Poder Judicial y ejerce funciones jurisdiccionales, no pudiendo –en
consecuencia- admitirse recurso alguno por cuanto los mismos no están reglados en el ordenamiento jurídico.-
1
1.3.) Si bien el Código Electoral Nacional establece como alzada de los órganos
electorales del fuero federal a la Cámara Nacional Electoral, no existe en Chubut un órgano judicial
equivalente que pueda receptar los recursos interpuestos.
1.4.) Tales recursos no deben ser admitidos en virtud de la celeridad que debe
tener el proceso electoral, el que de lo contrario podría derivar en imprevisibles dilaciones
comprometiendo seriamente la institucionalidad y la eficacia del sistema. 4
1.5.) No cabe “judicializar” la política porque ello implicaría crear el “gobierno
de los jueces” y sustituir la voluntad del cuerpo electoral por la de los magistrados, que se
convertirían, así, en una suerte de “gran elector”. 5
1.6.) Las decisiones del Tribunal Electoral son actos “políticos” o
“discrecionales” y, por lo tanto, ajenos a la incumbencia del Poder Judicial.
1.7.) El Tribunal Electoral goza de independencia funcional para cumplir la
importante tarea que les ha sido confiada. Por consiguiente, goza también de una “zona de reserva
independiente”, libre de toda injerencia externa.
2.) La otra corriente, en cambio, indica que tales resoluciones siempre pueden ser
impugnadas ante el Poder Judicial.
Se fundamenta esta postura de la siguiente manera:
2.1.) La imposibilidad de recurrir una decisión del Tribunal Electoral atenta
contra un sinnúmero de ramilletes de derechos que deben efectivizarse en un Estado Constitucional de
Derecho (de defensa, a la tutela judicial efectiva, a la doble instancia, etc.).
2.2.) Las decisiones del Tribunal Electoral son actos administrativos y, por lo
tanto, ellos pueden ser impugnados desde la óptica de la invocación de vicios concretos de ilegitimidad
o irrazonabilidad.
2.3.) Las facultades del Tribunal Electoral pueden ser discrecionales pero no
arbitrarias. Por ende, no hay obstáculo alguno para que el Poder Judicial ejerza el control de cualquier
acto que se presente como arbitrario o irrazonable.
2.4.) Un sistema recursivo nulo o restringido no se compadece con la finalidad
de asegurar la transparencia que exige el sistema republicano de gobierno.
2.5.) El principio de irrevisibilidad atenta contra el sistema de control de
constitucionalidad instituido en nuestro país y contra una de las funciones principales del Poder
Judicial, que consiste precisamente en encausar los desbordes institucionales con motivo del ejercicio
de competencias o prerrogativas públicas.
3.- La posición del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del Chubut.
El Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del Chubut, como ya se señalara, fue el
órgano receptor de las distintas presentaciones y recursos directos interpuestos contra las decisiones y
resoluciones dictadas por el Tribunal Electoral, manifestándose finalmente a favor de la tesis de la
recurribilidad.
Para ello, el Máximo Tribunal provincial señaló lo siguiente: “Si bien la Constitución
Provincial no determina las formas impugnativas del Tribunal Electoral Provincial, por su eminente
naturaleza política y administrativa, ajena al Poder Judicial, hace que las cuestiones de derecho que
fueran controvertidas y decididas por el mismo, en tanto que su sentido imponga interpretar el plexo
constitucional, deban contar con la posibilidad de una revisión rápida y eficaz por ante un Tribunal
jurisdiccional. Lo dicho, importa una lectura amplia y comprometida del derecho de acceso a la
justicia, en miras a su efectividad (conf. María S. Sagües, El Derecho de acceso a la justicia, en
Tratado de Derecho Constitucional - Pablo Luis Manili -Director, Tomo I, Ed. La Ley, Buenos Aires,
2010, p. 121). En efecto, el tema en debate interesa al ejercicio del control de constitucionalidad
inherente al poder de interpretación reconocido como función primordial de las Cortes Supremas de
Justicia. Existe pues, en el caso traído a debate, por su naturaleza electoral la gravedad institucional
que habilita la intervención de este Superior Tribunal en su función de contralor de constitucionalidad
que adquiere siempre una innegable dimensión política (Haro, Ricardo, “La función institucional del
juez constitucional”, en Tratado de Derecho Constitucional - Pablo Luis Manili -Director, Tomo I, Ed.
La Ley, Buenos Aires, 2010, págs. 155/185). Está comprometido el régimen electoral, por lo que deben
4
Éste argumento fue, inclusive, uno de los utilizados por el Tribunal Electoral de la Provincia del Chubut para denegar el
llamado a elecciones complementarias.5
Se ha dicho, en este sentido, que “la judicialización de la política” conduce casi inevitablemente a la “politización de la
justicia”, transformando el sistema gubernamental en un dominio de los jueces o en una “judiciocracia” (S.C.Catamarca,
17/10/86, “Unión Civica Radical c/. Provincia de Catamarca”, en J.A. 1987-IV-281).-
2
preservarse los principios básicos de la Constitución en casos que - como este- conmueven a la
sociedad entera (Fallos, 257:132) - con lo cual se configura un indudable interés comunitario total
(Spota, La Corte Suprema como parte del poder político del Estado, LL, 1990-B-983). 6
De igual manera, en la causa “Partido Justicialista s/recurso c/resolución N° 68/11
T.EP.” (Expte. N° 22270, f°33, Año 2011), el Máximo Tribunal –en oportunidad de expedirse sobre
los recursos directos intentados contra las resoluciones que el Tribunal Electoral dictó con relación a
los pedidos de nulidad de distintas mesas- dijo textualmente: “si bien es cierto que la vía que se intenta
no se encuentra específicamente reglada en las normas aplicables al caso, dos ideas fuerza conducen a
la decisión que se tomará: a) la jurisprudencia sentada por este Tribunal en el Expte. N° 22.211 - F° 23
- Año 2011 - Letra F - "Frente para la victoria s/ plantea recurso" y b) la idea de que así como se debe
preservar la transparencia de los comicios y su genuino resultado para no defraudar a la sociedad principio por el cual siempre se debe velar y en cuyo cumplimiento deben estar comprometidos todos
los actores del proceso electoral e incluso el sistema judicial- se debe asegurar que los justiciables
puedan hacer uso pleno de su derecho de defensa, aun en procesos que presentan características
peculiares (voto del doctor Petracchi en autos Mendoza, Mario Raúl s/nulidad de mesas - Frente por la
Paz y la Justicia. 23/04/2008 T. 331, P. 866)”. 7
4.- Una cuestión previa: la naturaleza jurídica del Tribunal Electoral.
Antes de ingresar a analizar el tema y dar mi posición al respecto, considero
indispensable abordar una cuestión previa: la naturaleza jurídica del Tribunal Electoral.
Como ya lo señalara en otro trabajo, se trata de un organismo constitucional de carácter
permanente que tiene a su cargo la organización y funcionamiento de los comicios, y la custodia de los
derechos políticos de los ciudadanos y de los partidos políticos, siendo además el órgano de aplicación
de la Ley XII, N° 2 (Ley Provincial de Partidos Políticos) y quien, conforme lo establece la
constitución (art. 260) y las leyes que regulan su funcionamiento y le asignan competencia (Ley XII,
N° 3 y Ley XII, N° 2), tiene asignada la tarea de custodia de los principios constitucionales y legales
relativos a la materia electoral. 8
Es decir, fue creado para entender en esta rama específica, acumulando dentro de sus
funciones asuntos que tienen que ver con lo administrativo-registral; con lo referente a la fiscalización
del proceso electoral, al contralor de la vigencia efectiva de los derechos, atributos, poderes, garantías
y obligaciones de los partidos, sus autoridades, candidatos, afiliados, y funciones jurisdiccionales. 9
Respecto de su integración, cabe señalar que el referido art. 259 de la Constitución
Provincial establece que será un organismo colegiado, toda vez que se compone por magistrados (el
Presidente del Superior Tribunal de Justicia y el Juez de Primera Instancia de Rawson, en turno, con
competencia en lo civil), un funcionario judicial (el Procurador General de la Provincia), y dos
legisladores (los Vicepresidentes Primero y Segundo de la Legislatura o sus reemplazantes legales).
En virtud de ello, es decir, por las funciones que cumple y por su peculiar integración,
algunos autores lo consideran como un órgano auxiliar del Poder Judicial.
“Su régimen es judicial –dicen SESIN y PEREZ CORTI- atento su normativa expresa y
en consideración a su integración compuesta mayoritariamente por magistrados judiciales. Esta última
circunstancia es fundamental ya que en su mayoría se integran por jueces. Ello irradia o contagia la
naturaleza jurídica al tribunal electoral respectivo… La integración con legisladores… no varía la
característica señalada desde que la conformación mayoritaria de magistrados judiciales tiñe de judicial
al resto de sus componentes. La minoría sigue la suerte de la mayoría”. 10
Creo, sin embargo, que el hecho de que el Tribunal Electoral sea un organismo auxiliar
del Poder Judicial y que en algunos casos cumpla funciones jurisdiccionales no lo convierte en parte de
su estructura.
Es que, en primer lugar, no pueden identificarse los actos con los órganos. 11
Además, la Constitución Provincial no lo menciona expresamente en la enumeración
que efectúa en su artículo 162, ni lo contempla dentro de la Sección III de nuestra Carta Magna.
6
Acuerdo Plenario Nº 3930/11 de fecha 15 de febrero de 2011 dictado en los autos caratulados: “FRENTE PARA LA
VICTORIA s/ Plantea Recurso (Expte. N° 22.211 - F° 23 - Año 2011 - Letra F.7
S.T.J. Ch., in re: “Partido Justicialista s/. recurso c/. resolución N° 66/11 T.E.P.”, sentencia de fecha 31 de marzo de
2011.8
GEROSA LEWIS, Ricardo Tomás: “Análisis de la Constitución de la Provincia del Chubut”, T.II, Ed. FB, Esquel, 2009,
pág. 406.9
www.chaco.gov.ar/TribunalElectoral/Institucional.htm
10
SESIN, Domingo Juan y PÉREZ CORTI, José María: “Organismos electorales”, Ed. Advocatus, 2006, págs. 111 y 112.11
Hay que recordar, en este sentido, que el Poder Judicial también realiza actos administrativos y actos de naturaleza
legislativa (acordadas), como así también que el Poder Legislativo –por ejemplo- también efectúa funciones
jurisdiccionales en el caso del juicio político.-
3
Es cierto, sí, que este órgano cumple –como ya hemos dicho- una función dual
(administrativa y jurisdiccional). Pero ni esta circunstancia, ni el hecho de estar integrado por
magistrados y funcionarios judiciales lo convierte en parte de aquél Poder.
Por consiguiente, no puede decirse que este organismo integre o forme parte de los
cuadros del Poder Judicial.
En rigor de verdad, entiendo –como lo hizo el Superior Tribunal de Justicia del Chubutque el Tribunal Electoral es un órgano de naturaleza política-administrativa y, por consiguiente, que
constituye una institución totalmente diferenciada de cualquier otro poder del Estado. 12
5.- Las decisiones del Tribunal Electoral pueden ser motivo de revisión judicial.
Efectuada la aclaración precedente, comparto con BIDART CAMPOS que “las
cuestiones que versan sobre derechos políticos, sobre derecho electoral y sobre partidos políticos, son
justiciables”. 13 Y pienso, en consecuencia, que las decisiones del Tribunal Electoral pueden ser motivo
de revisión judicial –en grado de apelación extraordinaria- ante el Superior Tribunal de Justicia.
Explicaré por qué:
1.) Como ya se expresara, si bien el Tribunal Electoral constituye un organismo con
competencia para desarrollar tareas de índole administrativas (como por ejemplo formar y depurar el
registro de electores, realizar escrutinios, etc.) y también jurisdiccionales (por ejemplo juzgar sobre la
validez del acto eleccionario y resolver sobre las impugnaciones efectuadas sobre el mismo), no es en
sentido estricto un organismo judicial, pues no forma parte de ese Poder. Por consiguiente, es evidente
que sus decisiones no pueden quedar sustraídas del conocimiento de éste, máxime teniendo en cuenta
que una de sus funciones principales es la de fungir de “poder moderador” y, por consiguiente, la de
encausar los desbordes institucionales con motivo del ejercicio de competencias o prerrogativas
públicas, a través de la juridicidad y el derecho.
2.) Es más: ya sea se considere al Tribunal Electoral como un órgano judicial o como un
órgano administrativo, corresponde la intervención de la judicatura. En el primer caso, para asegurar la
doble instancia 14, y en el segundo para garantizar la revisión judicial de las decisiones administrativas.
3.) No hay poder sin control, y esto vale también para el poder del Tribunal Electoral.
4.) Si bien es cierto que no existen previsiones constitucionales ni legales para recurrir
las resoluciones del Tribunal Electoral (o sea, no hay normas de jerarquía constitucional o legal que
autoricen la intervención del Poder Judicial en grado de revisión o apelación respecto de las decisiones
que le competen a aquél organismo), no menos cierto es que la falta de regulación expresa en tal
sentido a nivel nacional no puede –de modo alguno- obstaculizar y/o vedar el acceso a la jurisdicción,
en tanto y cuando “éste resulta ser un derecho inderogable y de raigambre constitucional, y la carencia
de legislación formal y directa de las vías recursivas, no puede constituir una valla para que las
resoluciones del Tribunal Electoral sean revisables en sede judicial”. 15 Es más: los tratados con
jerarquía constitucional incorporados a través del art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional obligan a
arbitrar vías de acceso a la justicia para la determinación y el amparo de los derechos políticos.16
12
Ver Acuerdo Extraordinario Plenario Nro. 3930/2011. Ver, también, Cám. Apel. Noroeste del Chubut, Esquel, in re:
“Partido Acción Chubutense y otro c/. Tribunal Electoral Provincial s/. acción de amparo”, sentencia de fecha 4 de marzo
de 2011.13
BIDART CAMPOS, Germán J.: “La judiciabilidad y la legitimación procesal en materia de derechos políticos, y de
cuestiones electorales y partidarias”, en E.D. 152-792.14
Si bien la Corte Suprema de Justicia de la Nación se ha mostrado reacia a conceder jerarquía constitucional a la garantía
de la doble instancia más allá del plano penal (ver Fallos 310:1424 y sus citas; Fallos 323:2357, entre mucho otros), hay
que destacar que tal posición contrasta con lo expuesto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en cuanto a que
las garantías previstas en el art. 8.2 de la CADH –entre ellas, la doble instancia- debe ser aplicada a todos los fueros (conf.,
al respecto, BAZÁN, Víctor: “Principios del recurso extraordinario federal, acceso a la Corte Suprema de Justicia y
protección de los derechos fundamentales”, E.D., Suplemento de Derecho Constitucional, 19 de abril de 2011, pág. 2). Por
lo demás, cabe recordar que la Corte ha admitido desde antiguo que cabe la apelación extraordinaria respecto de
pronunciamientos de funcionarios y organismos no judiciales, cuando se trata del ejercicio de funciones jurisdiccionales,
siempre que no exista recurso ante los tribunales judiciales. “Se procura así –concluía el Máximo Tribunal- la preservación
y no la extensión de la competencia de esta Corte, el mantenerla respecto de resoluciones detraidas al conocimiento
judicial”. Ver, en este sentido, Fallos 285:410).15
Fundamentos dados por los apoderados del Frente para la Victoria en los distintos recursos presentados ante el Superior
Tribunal de Justicia con motivo de las elecciones señaladas.16
En este sentido es elocuente la resolución n° 01/90 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre los casos
9768, 9780 y 9828 referidos a México, de la que se desprende que los estados parte del Pacto de San José de Costa Rica
deben habilitar un recurso efectivo ante un tribunal judicial para garantizar el ejercicio de los derechos políticos (conf.
BIDART CAMPOS, Germán J.: “Una resolución sobre derecho electoral en el sistema interamericano del Pacto de San
José de Costa Rica”, en E.D. 148-210.-
4
Corresponde, pues, aplicar el artículo 21 de la Constitución Provincial y “abrir” la instancia de revisión
en cada caso en concreto para asegurar el “recurso a la jurisdicción”. 17
5.) En este tipo de cuestiones, por lo general (y para no decir siempre) se halla en juego
la regularidad institucional. Es que no puede negarse que en ellas se encuentra afectada la vigencia de
la representación política. Y es esa gravedad institucional y jurídica la que autoriza a dejar de lado la
existencia de “ápices procesales” frustratorios del control de constitucionalidad para justificar,
también, la intervención del máximo tribunal provincial en este tipo de casos. 18
6.) Conforme lo explicó la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los causas
19
“Strada” y “Di Mascio” 20, es requisito inexcusable de la procedencia del recurso extraordinario
federal, el fenecimiento de las disputas en sede local, lo que implica el agotamiento de todas las
instancias hábiles allí establecidas”. Por lo tanto, el pronunciamiento del Superior Tribunal de Justicia
resulta necesario para acceder, eventualmente, a la instancia extraordinaria prevista por la Ley 48. 21
7.) Aún cuando se les adscriba a las decisiones adoptadas por el Tribunal Electoral el
carácter de actos “políticos”, “institucionales”, “discrecionales” o de cualquier otra categoría, ello no
quita la posibilidad del referido control, pues “toda la actividad (del Estado) debe realizarse dentro del
ámbito jurídico vigente, por lo que la actividad discrecional no puede ser arbitraria”. 22 De esta manera,
como siempre existen límites jurídicos a las facultades discrecionales de la administración, para que el
juez pueda determinar si estos límites han sido violados o no, es obvio que debe analizar el acto
8.) Si la actividad del Tribunal Electoral se enmarca en la juridicidad, de allí deviene la
potestad de los jueces para controlar si el ejercicio de su función condice con el orden juridico vigente.
Como bien lo señaló el Tribunal Supremo Español, “…no puede admitirse en nuestro derecho que
existan actos de los poderes públicos no sometidos al ordenamiento jurídico y, en consecuencia,
exentos del control jurisdiccional. Desde luego ello no excluye que existan actos de los máximos
órganos constitucionales que tengan asimismo un máximo contenido político, los cuales no son
controlables respecto del fondo de la decisión en sede jurisdiccional, sino ante la instancia política
correspondiente. Pero en cuanto dichos actos contengan elementos reglados establecidos por el
ordenamiento jurídico, éstos elementos son susceptibles de control jurisdiccional”. 23
9.) La actuación del Tribunal Electoral no puede desprenderse de los principios de todo
el ordenamiento jurídico. En consecuencia, “una interpretación que arroje como resultado el
reconocimiento de un novedoso bloque temático cuyo ejercicio por parte de la autoridad pública
competente sea inmune a todo control jurisdiccional, como sucedería si se atribuyera a la norma… la
consecuencia de impedir el acceso de los interesados a una instancia judicial propiamente dicha…,
produciría agravio constitucional”. 24
10.) Aunque se traten de “cuestiones políticas” ó, mejor dicho, de casos “de alto voltaje
político”, en ellas siempre hay involucradas cuestiones jurídicas que, por consiguiente, también exigen
una resolución acorde a derecho.
11.) Las circunstancias expuestas no convierten al Poder Judicial –ni al Superior
Tribunal de Justicia- en una especie de “gran elector”, sino que ellas sólo apuntan a observar si los
17
Ver, en este sentido, S.T.J. Corrientes, 17/1/1993, “Apoderado y Electores de la Alianza Frente de la Esperanza s/. accion
constitutiva de tipo cautelar”, en E.D. 152-673 y BIDART CAMPOS, Germán J.: “Los derechos humanos y la legitimación
procesal” (primera parte), en E.D. 152-784.18
“Se configura una grave ofensa del orden constitucional local y de los principios que el art. 5° de la Constitución
Nacional impone a las provincias resguardar –dijo la Corte Suprema de Justicia- si el tribunal omite examinar la cuestión
sustancial sometida a su conocimiento, vinculada al cumplimiento de las normas constitucionales que regulan la aplicación
del sistema representativo republicano en el ámbito provincial referentes a la designación de gobernador y vicegobernador,
limitándose a invocar normas de rito, ajenas a los temas de derecho público sujetos a su decisión” (C.S.J.N, 26/12/1991,
“Electores y apoderados de los Partidos Justicialista, UCR y Democracia Cristiana s/. nulidad de elección de gobernador y
vicegobernador” (voto del Dr. Eduardo Moliné O’Connor), en Fallos 314:1915).19
C.S.J.N., 03/04/1986, in re; “STRADA, Juan L. c/. Ocupantes del perímetro ubicado entre las calles Deán Funes,
Saavedra, Barra y Cullen”, en E.D. 117-589, con nota de Germán BIDART CAMPOS: “Las vías provinciales previas al
recurso extraordinario”.20
C.S.J.N., 01/12/1988, in re: “Di Mascio, J.R.”, en E.D. 131-385, con nota de Germán BIDART CAMPOS: “Toda
cuestión constitucional federal en procesos tramitados ante tribunales provinciales debe ser resuelta por el Superior
Tribunal de Justicia”.21
Ver, en este sentido, DURANTE, Alfredo L.: “Control de legalidad y de razonabilidad en las decisiones de la Junta
Electoral Bonaerense”, en E.D. 121-99 y “Revisión judicial de las decisiones de la Junta Electoral Bonaerense”, en E.D.
119-406); MORELLO, Augusto Mario: “Sentencias definitivas, reenvío y control constitucional en materia electoral”, en
E.D. 146-881; VEGARA, Omar A. y CARELLO, Luis A.: “La doctrina ‘Strada’ y la multiplicación de las instancias”, en
E.D. 125-787 y BIDART CAMPOS, Germán A.: “¿Deben y pueden cumplir los Superiores Tribunales Provinciales decidir
causas con cuestiones federales cuando no hay recurso local que los haga competentes?, en E.D. 134-534, entre muchos
otros. Ver también los fallos dictados en las causas ‘Acción Chaqueña’ (E.D. 144-452); ‘Pacto Autonomista Liberal’ y
‘Partido Demócrata Cristiano de Córdoba” (E.D. 144-360).22
Cám. Nac. Cont. Adm. Federal, Sala I, 16/04/1998, “Marenco, Guillermo Julio c/. Estado Nacional”.23
Tribunal Supremo Español, sentencia de fecha 22 de enero de 1993.24
C.S.J.N., “C.L., G.”, 25/03/2006, en J.A. 2006-IV-440.-
5
estándares legales y constitucionales fueron cumplidos en el caso concreto. 25 Es que, como bien lo
señalaron los Ministros FAYT y BOSSERT, “es un principio de derecho político y electoral básico,
que debe garantizar la justicia electoral, el asegurar la expresión genuina de la voluntad del pueblo a
través del cuerpo electoral. Ese postulado reconoce su raíz en la soberanía del pueblo y en la forma
republicana de gobierno que la justicia debe afirmar”. “Si mediante el acto electoral se pretende
‘fundar un poder’ –en los términos de lo que la ciencia política entiende por él- y si éste se basa
incuestionablemente en un sistema de creencias, toda perturbación en su causa fuente afecta su
legitimidad y, en consecuencia, su efectiva vigencia”. 26
El Poder Judicial y más precisamente el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del
Chubut, pues, no obstante la inexistencia de una norma que le otorgue competencia clara en tal sentido,
debe asumir la alta función de tutelar el sistema en el que se asienta la legitimidad de quienes tendrán a
su cargo la carga de conducir los destinos de la Provincia, pues –como también dijo la Corte Suprema
en otro de sus fallos- “es de sustancial importancia mantener la pureza del sufragio, que sirve de base a
la forma representativa de gobierno y reprimir todo lo que de cualquier manera, pueda contribuir a
alterarla, dando al pueblo representantes que no sean los que él ha tenido la voluntad de elegir”. 27
Y es más: aunque se acepte que ‘la doble instancia no es un requisito constitucional’,
puede decirse -paragonando a DURANTE- que para evitar la efectiva ‘privación de justicia’ en tópicos
de trascendencia, que comprometen asuntos de ‘gravedad institucional’ y mientras no se dicte la ley
electoral provincial, el Superior Tribunal de Justicia, en su condición de ‘tribunal de garantías
constitucionales’ debe superar los ápices del ‘excesivo rigorismo formal’, a fin de elucidar ‘cuestiones
políticas justiciables’ en tanto y en cuanto versan sobre ‘puntos regidos por la Constitución”. 28
6.- Las decisiones del Superior Tribunal de Justicia, excepcionalmente, también pueden ser
impugnadas ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Ahora bien: más allá de lo decidido sobre este punto por nuestro Máximo Tribunal de
Justicia , entiendo que las decisiones que adopte el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del
Chubut también –aunque de manera excepcional- pueden ser susceptibles de ser impugnadas por la vía
del recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Y ello es así cuando “las
eventuales deficiencias que pueda presentar el pronunciamiento comprometen la vigencia del sistema
establecido en la Constitución Nacional”. 30
En este sentido, el Máximo Tribunal ha señalado que “si bien, por vía de principio, las
cuestiones en que se halla en juego la interpretación de normas de derecho público local son ajenas al
recurso extraordinario federal, cuando el fallo no constituye una derivación razonada del derecho
vigente y altere el régimen representativo popular establecido por la ley provincial a raíz de la
interpretación propiciada, cabe que el Tribunal aplique su doctrina de excepción sobre la arbitrariedad
de la sentencia. Es que ante las deficiencias que comprometan la cabal vigencia de la forma
republicana y representativa de gobierno, la Corte Federal no avasalla las autonomías provinciales,
sino que procura la perfección de su funcionamiento, con lo que en conclusión, asegura el
cumplimiento de la voluntad del constituyente”. 31
29
7.- Consideraciones finales.
No puedo culminar este trabajo sin dejar de señalar –compartiendo lo dicho en el
mismo sentido por el Superior Tribunal de Justicia en sus distintos pronunciamientos- que muchas de
las cuestiones ocurridas en las elecciones de marzo de 2011 se debieron al incumplimiento por parte
de la Legislatura de dictar una Ley Electoral Provincial que fije las bases y principios de ese
importante proceso (art. 256 de la Constitución Provincial).
Zumban todavía en mis oídos las palabras del Ministro de Justicia Dr. Fernando
ROYER: “53 años de vida institucional tiene nuestra Provincia, 16 con la nueva constitución
25
Ver voto del Dr. Pleger en el fallo del S.T.J. por la nulidad de la Mesa 174, sentencia de fecha 8 de abril de 2011.CSJN, 2/11/95, “Unión Cívica Radical s/. nulidad Junta Nacional Electoral”, en J.A. 1997-I-345.27
Fallos 9:314.28
DURANTE, Alfredo L.: “Revisión judicial en las decisiones de la Junta Electoral Provincial”, en E.D. 119-407.29
S.T.J.Ch., “Frente para la Victoria s/. plantea recurso”, Expte. 22.211-23-2011, sentencia de fecha 4 de marzo de 2011:
“las resoluciones dictadas por las juntas electorales provinciales en materia de su específica competencia no son revisables
por vía del recurso extraordinario federal”.30
C.S.J.N., 13/5/1993, “Alianza Frente de la Esperanza”.31
CSJN, 13/5/93, “Alianza Frente de la Esperanza”.26
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sancionada en el año 1994, 10 Legislaturas fueron constituidas democráticamente, 270 fueron los
diputados elegidos constitucionalmente y aún no se ha legislado en materia electoral”. 32
Resulta urgente, pues, sancionar esta normativa específica. No sólo para cumplir con el
mandato constitucional, sino también para ahuyentar situaciones similares a las que ocurrieron en
nuestra provincia y que, por desgracia, fueron noticia a nivel nacional.-
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S.T.J.Ch., 4/3/2011, “Frente para la Victoria s/. plantea recurso”, Expte. n° 22211/2011.-
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