Cuándo es útil constituir una sociedad y cómo hacerlo

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Cuándo es útil
constituir una
sociedad y cómo
hacerlo
• ¿Qué es la sociedad mercantil?
• ¿Cuándo es conveniente constituir una sociedad?
• ¿Qué es la sociedad anónima?
• ¿Cómo se constituye la sociedad anónima?
• ¿Qué es la escritura de constitución?
• ¿Qué es el capital social?
• ¿En qué medida afecta el euro a las sociedades anónimas ya
existentes o a las futuras?
• ¿Qué régimen tienen las acciones?
• ¿Cómo se transmiten las acciones?
• El patrimonio social
CUANDO ES UTIL CONSTITUIR UNA SOCIEDAD Y COMO HACERLO
V
amos a referirnos en primer lugar a la constitución de la sociedad anónima y al análisis de
sus aspectos esenciales, para tratar, en el
siguiente capítulo, de las diferencias que
presenta respecto de las sociedades de responsabilidad limitada.
Este orden nos permitirá, en el capítulo próximo, analizar los criterios que,
desde un punto de vista eminentemente práctico, hay que tener en cuenta a la
hora de determinar la conveniencia de
elegir una forma societaria u otra.
¿Qué es la sociedad mercantil?
Aunque no hace falta dar un concepto general de sociedad mercantil, por ser
de sobra conocido, sí podemos señalar
que nace de un contrato entre varias personas que aportan o se obligan a aportar bienes (generalmente dinero, aunque
puedan ser otros bienes patrimoniales)
con una finalidad lucrativa común, con
la intención de participar en las ganancias que se obtengan.
Al ente que nace de este contrato se
le concede personalidad jurídica si se ha
constituido de acuerdo con las formalidades que exige la ley y cumpliendo los
requisitos de publicidad que se exigen para su adecuado desenvolvimiento en el
tráfico jurídico.
Estos requisitos de publicidad son básicamente el otorgamiento de escritura pública de la sociedad y su correspondiente
inscripción en el Registro Mercantil.
En el análisis de la sociedad mercantil nos vamos a limitar a las sociedades
anónimas y limitadas, que son las únicas
que existen en la realidad.
Los otros tipos societarios, la sociedad
regular colectiva y la comanditaria simple o por acciones, son utilizados en la
práctica en muy contadas ocasiones.
La razón fundamental del predominio
de la sociedad anónima y de la sociedad
imitada es que en estos dos tipos societarios juega plenamente el principio de
la limitación de la responsabilidad de los
socios por las deudas sociales. Es decir,
que de las deudas de la sociedad sólo van
a responder los bienes de ésta. De este
modo los socios limitan su responsabilidad al importe de las acciones suscritas
(en la sociedad anónima) o de sus participaciones (en la limitada).
Si los negocios sociales van mal, no
se va a ver perjudicado el resto del patrimonio de los socios.
Este beneficio para los socios, y el impulso que ello ha supuesto para toda clase de negocios mercantiles o industriales,
ha tenido una importancia histórica trascendental en el desarrollo del capitalismo y en el progreso económico se las sociedades occidentales.
¿Cuándo es conveniente
constituir una sociedad?
El hecho de constituir una sociedad
responde básicamente a la necesidad de
aunar esfuerzos por parte de varias per-
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LOS CONSEJOS DEL NOTARIO
sonas para desarrollar una empresa determinada.
Esa empresa la pueden tener en comunidad varias personas sin constituir
una sociedad. Son las llamadas “comunidades de bienes” para actividades empresariales, a los que Hacienda concede
un NIF aunque no tengan personalidad
jurídica independiente de la de sus dueños. En este caso, su constitución, al igual
que la de las sociedades, está sujeta al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales
por el concepto de “actos societarios” al
uno por ciento.
Su principal ventaja, además del ahorro de costos en su constitución, es que
no están sujetos sus beneficios al Impuesto
de Sociedades (que grava los beneficios
obtenidos por las sociedades y otras entidades, a un tipo del 35 por ciento).
Como los beneficios obtenidos por las
sociedades se gravan también en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, cuando entran en el patrimonio de
éstas en forma de dividendos, se produce
un caso injusto de doble tributación: por
una parte en el Impuesto sobre la Renta,
por otra en el Impuesto sobre Sociedades.
Pero lo cierto es que, aunque subsiste,
Tanto en las sociedades
anónimas como en las limitadas,
el patrimonio personal de los
socios no debe responder de las
deudas de la sociedad
los mecanismos correctores de esta doble
tributación se han mejorado notablemente para los dividendos recibidos a partir de 1995. Y parece que hay voluntad
política de seguir en la línea de eliminar
esta distorsión.
La naturaleza jurídica de estas llamadas
“comunidades” es discutida. Hay quien
opina incluso que, dado su carácter dinámico al desarrollar una empresa, se trata de auténticas sociedades irregulares.
En cualquier caso es preciso advertir
de los graves inconvenientes que conlleva la utilización de la fórmula de comunidades de bienes:
– Por una parte, frente a un régimen
claro y preciso, con suficientes mecanismos de publicidad y de protección de los
derechos de los socios, como es el de las
sociedad anónima o limitada, en el caso
de las comunidades de bienes, no existe
tal, sino sólo unas pocas normas fiscales
y sustantivas en el Código Civil totalmente inadecuadas a la naturaleza empresarial de la actividad que estas comunidades desarrollan.
– Por otra parte, estas comunidades no
tienen personalidad distinta de sus partícipes, que responden personalmente de
las deudas con todos sus bienes. No existe el beneficio de la limitación de la responsabilidad a los bienes aportados que
se da en la sociedad anónima o limitada.
El patrimonio personal de los partícipes,
en caso de ir mal el negocio, puede sufrir
un grave quebrantado.
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CUANDO ES UTIL CONSTITUIR UNA SOCIEDAD Y COMO HACERLO
– Al carecer de personalidad jurídica,
no pueden nombrar un representante orgánico (administrador o consejo de administración que represente a la comunidad). Todo lo más podrán otorgar un
poder notarial, donde se den facultades
concretas o generales por parte de los
miembros de la comunidad como personas físicas, con las limitaciones e inconvenientes de este tipo de representación sujeta a fácil revocabilidad por quienes los otorgan.
Todo ello nos hace recomendar la utilización de las indicadas sociedades mercantiles en su ámbito de aplicación propio: el desarrollo de actividades empresariales, aunque toda la sociedad o su inmensa mayoría sea de un solo socio, una
vez desaparecidos, como luego veremos,
los prejuicios legales o jurisprudenciales contra este tipo de sociedades unipersonales.
El inconveniente de sufrir el Impuesto de Sociedades no se da en sociedades
sujetas (cualquiera que sea su naturaleza,
anónima o limitada) al régimen de transparencia fiscal. En estas sociedades los
rendimientos obtenidos, aun cuando no
hubieran sido objeto de distribución entre los socios, se imputan directamente a
los socios, en su base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Es decir, que se prescinde de ese sujeto intermedio, la sociedad, y se consideran las ganancias como directamente
obtenidas por los socios.
Están sujetas a este régimen fiscal excepcional las siguientes sociedades:
a) Las sociedades en que más de la mitad de su activo está constituido por valores, y las sociedades de mera tenencia
de bienes (sin organización empresarial)
cuando en ellas se dé cualquiera de las
circunstancias siguientes:
– Que más del 50 por ciento del capital social pertenezca a un grupo familiar, constituido por personas unidas por
vínculos de parentesco hasta el cuarto grado inclusive.
– Que más del 50 por ciento del capital pertenezca a diez o menos socios.
b) Las sociedades que desarrollen una
actividad profesional, en las que todos sus
socios sean profesionales vinculados, directa o indirectamente, al desarrollo de dicha actividad. No es obstáculo que existan participaciones en el capital que sean
de no profesionales, si el total de las mismas no supera el 5 por ciento del capital.
c) Sociedades en las que la mayoría de
sus ingresos procedan de actuaciones artísticas o deportivas de personas físicas,
si estos o sus familiares hasta el cuarto
grado participan en, al menos, el 25 por
ciento de los beneficios.
Pueden existir otras causas que hagan
aconsejable constituir una sociedad que no
respondan a la necesidad de unir a varios
socios para alcanzar mayores posibilidades.
Así, puede interesar diferenciar campos
de actuación por parte de una sociedad
grande que va a ser la matriz, diversificar
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LOS CONSEJOS DEL NOTARIO
riesgos dado el beneficio de limitación
de responsabilidad, y otras muchas causas
en cuyo análisis no podemos entrar.
¿Qué es la sociedad anónima?
En nuestro ordenamiento, la regulación de la sociedad anónima ha sufrido
un gran cambio desde el año 1989 para
adaptarse a las directivas de la Unión Europea, lo que ha obligado a las sociedades anónimas a adaptar su estructura y
sus estatutos a la nueva legislación.
Muchas de las antiguas sociedades anónimas, al no alcanzar el capital mínimo
de diez millones, se han transformado en
sociedades limitadas, que hoy, sobre todo entre las pequeñas, son mayoría.
Podemos hoy definirla como la sociedad mercantil capitalista (por la plena separación de su personalidad y estructura
de funcionamiento respecto de los socios)
que, con un capital propio de al menos
diez millones de pesetas dividido en acciones, funciona bajo el principio de responsabilidad limitada de los socios por las
deudas sociales. No obstante, hay que tener en cuenta la fundamental importancia que la ley de Introducción del Euro,
tiene en este aspecto: desde el 1 de enero
de 1999, la unidad monetaria española es
el euro, aunque se ha previsto un periodo transitorio hasta el 1 de enero del 2002,
en que empezarán a emitirse y circular
físicamente los nuevos billetes y monedas
de euro; se de un plazo para la retirada del
mercado de los billetes y monedas con la
referencia peseta en ese mismo año. De
ahí que debamos empezar por decir que,
aunque hasta el 1 de enero del año 2002
se puedan constituir sociedades en pesetas (lo que es desaconsejable, como veremos), lo procedente es constituirlas en euros, y siendo anónimas, con un mínimo
legal de 60.101,21 euros.
¿Cómo se constituye
la sociedad anónima?
Los trámites para constituir una sociedad anónima suelen ser idénticos a los
necesarios para constituir una sociedad
limitada.
Lo primero es tener una denominación, es decir, un nombre, objetivo o subjetivo, elegido libremente por los socios
fundadores. Ese nombre va a ser requisito esencial de los estatutos sociales y que
se va a inscribir en el Registro Mercantil
para identificar a la sociedad. La sociedad
va a funcionar e identificarse en el tráfico
mercantil con esa denominación. Es, por
tanto, necesario que para constituir la sociedad se acredite que no existe ninguna
otra con el mismo nombre.
Esta inexistencia se acredita tanto para constituir una sociedad anónima como para constituir una limitada, mediante
certificación negativa del Registro Mercantil Central, que opera como un registro de denominaciones. Debe solicitarla
un “interesado”, lo que se interpreta en el
sentido de que el solicitante ha de ser uno
de los socios o promotores o un apode-
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CUANDO ES UTIL CONSTITUIR UNA SOCIEDAD Y COMO HACERLO
Cuántos socios debe tener una sociedad anónima
• Desde el 1 de junio de 1995, las sociedades, anónimas o limitadas, pueden ser constituidas por un solo socio, lo cual agiliza y facilita el proceso de constitución: antes eran
necesarios al menos tres socios para la sociedad anónima y dos para la limitada.
• Era frecuent,e en la práctica, que dos de los socios suscribieran una sola acción, y el
tercero el resto hasta los diez millones de capital mínimo, o la cifra mayor de capital
con que la sociedad se constituyera. Pero la nueva ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada ha cambiado toda esta materia, lo que afecta también a las sociedades
anónimas que se constituyan después de su entrada en vigor el 1 de junio de 1995.
• Se permite, incluso desde su origen, la sociedad unipersonal. En este sentido han evolucionado desde hace algunos años tanto la ley como la jurisprudencia de la Dirección General de los Registros y el Notariado, influidos por las directivas de la Unión
Europea.
• Hoy se considera que lo más importante es que exista realmente un patrimonio social real, que pueda responder de las deudas de la sociedad. Y que a los terceros que
puedan contratar con ella no les importa que detrás de ese patrimonio social, siempre
que realmente exista, haya una o varias personas.
• No existe hoy, por ello, en la sociedad anónima ningún régimen especial sancionatorio o limitativo cuando deviene en sociedad de socio único, salvo lo que luego diremos.
rado de los mismos. Sin duda se trata de
evitar que se forme un mercado negro de
denominaciones, para la gente que tenga
prisa en constituir una sociedad.
En la práctica se suele obtener a través
de una gestoría especializada. En muchas
ocasiones, en la propia notaría se encargarán de tramitarle la obtención de la certificación. Como se tarda unos diez o
quince días en obtenerlo, suele ser el trámite que más retrasa la constitución de
la sociedad.
Pueden pedirse en cada solicitud hasta tres nombres y es aconsejable que se
haga así, pues son infinidad los nombres
ya “cogidos” y suelen rechazarse muchos.
Los nombres que se pretendan, cuanto más cortos sean, peor, pues más posibilidades hay de que sean rechazados porque exista ya una sociedad creada con
ellos. Se concederá certificación, si se solicitan varios nombres, para el primero
que aparezca libre.
Si se pretende usar el nombre de alguna persona concreta en la denominación de la sociedad (por ejemplo, Jorge
Aramburu, S. A.) será necesario para su
inscripción el consentimiento de esa misma persona. Este consentimiento se puede acreditar, por ejemplo, mediante su
comparecencia en la misma escritura de
constitución de la sociedad.
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LOS CONSEJOS DEL NOTARIO
La exhibición del original de la certificación negativa al Notario es indispensable para el otorgamiento de la escritura de constitución o de modificación de
la denominación de la sociedad. Ocurre
a veces que se acude al Notario sólo con
la fotocopia de la certificación, o con un
fax de la misma, y se le solicita que la autorice por tener prisa, y asegurando que
el original lo entregarán enseguida. En
estos casos la respuesta del Notario va a
ser siempre negativa, ya que, de lo contrario, podría incurrir en una grave responsabilidad.
La identificación de la sociedad a través de la denominación se va a completar fiscalmente con el NIF (número de
identificación fiscal), que debe solicitarse
de la Delegación de Hacienda del domicilio social. Luego nos referiremos a ello.
Una vez obtenida la certificación negativa, se puede proceder a la constitución de la sociedad. La forma más frecuente, casi universalmente utilizada, es
la llamada “fundación simultánea”, que
es la que tiene lugar en un solo acto. Es
la única forma posible para las sociedades limitadas. Unicamente a esta forma
de constitución nos vamos a referir aquí,
ya que la otra modalidad, la llamada fundación sucesiva (promovida por unos socios promotores a través de una oferta
pública), apenas es utilizada.
La fundación de la sociedad de esta
manera tiene lugar en un solo acto, por
convenio entre los fundadores (que pue-
den ser incluso otras sociedades) que suscriben los estatutos, otorgan la escritura
pública y asumen y suscriben todas las
acciones.
Para la fundación, los socios fundadores acuden al Notario con los datos y
documentos oportunos: documentos de
identidad, certificaciones de aportación
del capital a las que luego nos referiremos, certificado de denominación negativo del Registro Mercantil Central.
El Notario redacta la escritura, se otorga la misma y se suscriben los estatutos
normalmente ante el mismo Notario.
Posteriormente, con una copia simple
de la escritura, se solicita un Número
de Identificación Fiscal (NIF) para la sociedad en la correspondiente Delegación
de Hacienda. La solicitud ha de ser suscrita por alguno de los socios o administradores. Casi inmediatamente después de la presentación de la solicitud
se concede un NIF provisional.
Este NIF provisional se va a convertir
en Número de Identificación Fiscal definitivo de la sociedad cuando la escritura esté inscrita en el Registro Mercantil,
para lo cual deberá presentarse en su día.
Se presenta entonces la primera copia
de la escritura en la oficina liquidadora
de Hacienda para el pago del impuesto
a que está sujeta, Operaciones Societarias, que grava la aportación de capital a
un tipo del uno por ciento, todo ello dentro de los treinta días hábiles siguientes
al otorgamiento.
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CUANDO ES UTIL CONSTITUIR UNA SOCIEDAD Y COMO HACERLO
Régimen de la sociedad unipersonal
• El régimen especial que la nueva Ley de Limitadas ha establecido se declara en la misma también aplicable a las sociedades anónimas.
• Vamos a tratar de resumirlo: Se considera conveniente el dar publicidad a esta situación especial y también dotar de un régimen de protección a los terceros, acreedores o
futuros socios, respecto de los contratos celebrados entre la sociedad y el socio único.
• La situación de socio único, original o sobrevenida, hay que hacerla constar en escritura pública e inscribirla en el Registro Mercantil. Si no se inscribiese en el plazo de
seis meses desde que se produjo, el socio pierde el beneficio de la limitación de responsabilidad y pasa a responder él personalmente por las deudas sociales. Y mientras
subsista esta situación de unipersonalidad se debe de hacer constar en toda la documentación, correspondencia, facturas y anuncios legales de la sociedad.
• Los contratos celebrados entre el socio único y la sociedad se han de consignar en un
libro-registro legalizado especial, y además explicarse en la memoria anual.
• Si se incumple esta obligación, en caso de insolvencia del socio o de la sociedad, estos
contratos no cuentan en perjuicio de los demás acreedores. Y en todo caso, el socio va a
responder frente a la sociedad de las ventajas obtenidas, en perjuicio de la sociedad, como consecuencia de estos contratos. Se considera situación de unipersonalidad cuando
todas las acciones o participaciones pertenecen a un socio y a la propia sociedad.
• Este régimen especial se elude frecuentemente en la práctica haciendo socio, aunque sea
de una participación mínima, a alguna persona cercana al socio principal y “cuasi único”.
Posteriormente, y una vez liquidado
dicho impuesto, se presenta para su inscripción en el Registro Mercantil. El mismo Registro se va a encargar de completar la publicidad de la fundación de la sociedad mediante su publicación en el Boletín Oficial del Registro Mercantil.
¿Qué es la escritura
de constitución?
En la escritura de constitución de una
sociedad se han de expresar los siguientes datos e informaciones relativas a la
misma:
– El nombre, apellidos y edad de los
otorgantes, si los socios fueran personas
físicas.
– La denominación o razón social si se
trata de personas jurídicas, como otras
sociedades, en cuyo caso hay que acreditar la representación de las mismas.
– La nacionalidad y el domicilio de los
socios constituyentes debe constar también en cualquiera de los dos casos, tanto si se trata de personas físicas como de
personas jurídicas.
– La voluntad de los otorgantes de fundar una sociedad anónima.
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LOS CONSEJOS DEL NOTARIO
– La cuantía aproximada de los gastos
de constitución. Esto no es necesario en
la sociedad limitada.
– Los estatutos, por los que se va a regir el funcionamiento de la sociedad.
– Las personas que se vayan a encargar inicialmente de la administración y
representación social, es decir, los administradores, con sus datos, así como en
su caso, si se nombran, los auditores de
cuentas de la sociedad.
¿Qué es el capital social?
Es el origen del patrimonio inicial de la
sociedad y constituye siempre uno de los
elementos fundamentales de su pasivo.
El capital social se integra por las aportaciones de los socios. Debe determinarse en pesetas y en la sociedad anónima
no puede ser inferior a diez millones de
pesetas, con la conveniencia de constituirla en euros que veremos (60.101,21
euros al menos ).
Todo el capital debe de estar suscrito
al constituirse la sociedad. Pero puede
estar desembolsado sólo en una cuarta
parte de su valor y del de cada una de las
acciones, y pendiente de desembolso el
resto del capital suscrito (todo ello al contrario de lo que ocurre en la sociedad
limitada, donde todo el capital debe esta íntegramente desembolsado desde el
principio).
En este último caso, los estatutos deben expresar la parte de valor no desembolsado, y la forma y plazo máximo en
que han de satisfacerse “los dividendos
pasivos”, que es como se denominan estas cantidades del capital suscrito que los
socios se han comprometido a aportar.
Ha de corresponder a aportaciones de
los socios de bienes patrimoniales, no de
servicios, dado el carácter capitalista de
la sociedad. Pueden ser en dinero, como suele ser generalmente, o en otros bienes, pero siempre de carácter patrimonial
y estimados en su verdadero valor. Para
ello se adoptan una serie de garantías.
Respecto a las aportaciones dinerarias,
ante el Notario autorizante ha de acreditarse su realidad, mediante exhibición y
entrega de sus resguardos o certificados
de depósito a nombre de la sociedad (en
su caso “en constitución”) en una entidad de crédito (para la inscripción debe
constar la fecha del depósito bancario, y
ésta no puede ser anterior a dos meses
desde que se pretenda constituir al otorgamiento de la escritura). El banco o caja puede exigir que se le muestre la escritura de constitución para que se pueda disponer de esas cantidades depositadas. También cabe acreditarlo mediante
la entrega directa del dinero al Notario,
para que éste constituya el depósito a
nombre de la sociedad, pero esta opción
es menos frecuente, por ser más complicada e incómoda.
Respecto a las aportaciones no dinerarias, es decir, de otros bienes patrimoniales distintos, se ha de acreditar su valor mediante informe de expertos inde-
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CUANDO ES UTIL CONSTITUIR UNA SOCIEDAD Y COMO HACERLO
pendientes designados por el Registrador
Mercantil.
Este informe sobre las aportaciones no
dinerarias se ha de incorporar como anexo a la escritura de constitución de la sociedad o a la escritura de ejecución del
aumento de capital.
La ley, en el caso de las sociedades anónimas, obliga a destinar una cifra igual,
al menos, al 10 por ciento del beneficio
de cada ejercicio para constituir la llamada reserva legal hasta que alcance, al
menos, el 20 por ciento del capital social.
Los estatutos de la sociedad pueden imponer otras reservas como obligatorias,
para mayor seguridad. En otro caso, la
constitución de reservas es voluntaria.
¿En qué medida afecta el euro
a las sociedades anónimas ya
existentes o a las futuras?
Desde el 1 de enero de 1999, la unidad monetaria española es el euro, aunque convivirá con la peseta hasta el 1
de enero de 2002; el tipo de cambio del
euro por la peseta (un euro = 166,386
pesetas) no facilita precisamente las cosas para la conversión. Por ello, la ley
ha previsto un redondeo, al alza o a la
baja, para que sólo contabilicen los céntimos y no haya más de tres decimales al
cambio.
Así, para las sociedades ya constituidas
antes del 1 de enero de 1999, se prevé
lo que la ley llama “redenominación de
su capital social”. Es decir, el cambio de
su expresión en pesetas a euros (por eso
desaconsejamos en este periodo transitorio constituir sociedades en pesetas,
pues éstas no se beneficiarían en su día
de la “gratuidad” de la redenominación).
Este cambio se caracteriza porque:
–Es irreversible y conlleva que la cifra
del capital social se exprese en euros definitivamente.
–Es voluntaria, aunque para todas
aquellas sociedades que no lo hubieran
realizado antes del 1 de enero de 2002,
se entenderá automáticamente realizado
el cambio a euros en su apartado capital
social y valor de las acciones.
–No está sujeto a impuesto, no está sujeta a gastos notariales ni registrales, siempre y cuando se realice con ocasión de
otro acto societario inscribible.
–No se considera modificación de estatutos: puede realizar el cambio el órgano de administración sin necesidad de
acuerdo de los socios, y puede realizarse
en escritura pública o con simple certificación del órgano de administración, con
las firmas notarialmente legitimadas.
Así, podremos distinguir:
a) Redenominación de capital social
de pesetas a euros, aplicando las reglas del
redondeo (por ejemplo, una sociedad de
10.000.000 de pesetas de capital social,
tendrá un capital de 60.101,21 euros).
b) Redenominación del valor nominal
de las acciones: se hallaría dividiendo la
cifra del capital social en euros por un
número que exprese la parte alícuota del
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LOS CONSEJOS DEL NOTARIO
Los estatutos
• A veces los mismos socios traen los estatutos por los que se va a regir la sociedad. Si es así, le recomendamos que
el Notario, jurista cualificado experto en
Derecho Mercantil, le asesore previamente sobre el contenido de los mismos, pactos inscribibles y no inscribibles, cláusulas más adecuadas para el
logro de los fines que se pretendan, y
en definitiva, resuelva todas las dudas
que a los socios se les puedan plantear.
• La práctica ha hecho que en muchas
ocasiones sea el propio Notario el que,
a petición de los que quieran constituir
la sociedad, aporte su modelo de estatutos, según cuales sean las necesidades del caso.
• En cualquier caso, en este fascículo y
en los siguientes encontrará consejos
sobre las distintas disposiciones estatutarias.
capital representado por el valor nominal de cada acción, este número no se
redondea y, por motivos prácticos, no
se hacen constar más de seis decimales:
esta es la expresión legal un tanto difusa.
Con un ejemplo se verá más claro:
• Una sociedad tiene 10.000.000 de
pesetas de capital = 60.101,21 euros.
• Está dividido en 500 acciones de
20.000 pesetas cada una de ellas
• Cada acción representa, como parte
alícuota del capital social, 20.000 pesetas
dividido entre 10.000.000 pesetas = 0,002.
• Pues bien, el valor nominal de cada
acción redenominada es el resultado de
multiplicar 60.101,21 euros por 0,002
= 120,20242 euros de valor nominal cada acción en lugar de las 20.000 pesetas de antes.
c) Ajuste al céntimo más próximo del
valor nominal de las acciones. Como se
podrá comprender, no es muy fácil el cálculo de operaciones teniendo en cuenta
que el valor nominal de cada acción es
de una cifra con seis decimales, lo cual
puede ocasionar quebraderos de cabeza
matemáticos en las operaciones de la sociedad. Por eso, la ley prevé ajustarlos al
céntimo de euro (todos nos tendremos
que acostumbrar a volver a operar con
céntimos ahora que, en la peseta, habían
desaparecido) y no operar más que con
dos decimales. Para ello, el órgano de administración podrá acordar –si ya se ha
redenominado el capital social– este ajuste, que dará lugar a un aumento de capital social mediante elevación del valor
nominal de las acciones con cargo a reservas disponibles o a una reducción del
capital social creando una reserva indisponible; necesariamente será un aumento si, como consecuencia de la reducción,
resultase una cifra inferior al mínimo legal (10.000.000 pesetas para anónimas
o 500.000 pesetas para limitadas). Ello
es consecuencia de las reglas del redondeo (que determinan que se pierdan o ganen decimales), pero no afectará a la proporción de los accionistas en la sociedad.
Este aumento o reducción debe formalizarse en escritura pública, así como ins-
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CUANDO ES UTIL CONSTITUIR UNA SOCIEDAD Y COMO HACERLO
Qué consta en los estatutos
• Los estatutos son las normas privadas de funcionamiento de la sociedad. En ellos se
hará constar:
• La denominación de la sociedad.
• El objeto social determinando las actividades que lo integran.
• La duración de la sociedad si es determinada o, si, como ocurre más frecuentemente, si se ha constituido por tiempo indefinido.
• La fecha de comienzo de las operaciones, que no puede ser anterior al otorgamiento de la escritura de constitución.
• El domicilio social.
• El capital social y el número de acciones en que estuviese dividido, con sus circunstancias.
• Las restricciones a su libre transmisibilidad estipuladas, si se trata de acciones nominativas y si se quieren establecer, o en la Sociedad Limitada, si se prefiere alterar el régimen legal supletorio.
• La estructura y circunstancias del órgano de administración, determinando los administradores a los que se confiere el poder de representación. Se expresará el número de administradores, que en el caso de consejo no será inferior a tres, o, al menos, el
número máximo y el mínimo, el plazo de duración del cargo y el sistema de retribución, si la tuvieren.
• El modo de deliberar y adoptar acuerdos de los órganos colegiados como la Junta
General y el Consejo de Administración, si éste existe
• Y la fecha de cierre del ejercicio social. Coincidirá con el cierre del año natural, el 31
de diciembre, si falta esta disposición estatutaria.
• También se ha de hacer constar, si existen, el régimen de las prestaciones accesorias
de los socios y las acciones a las que afecten estas obligaciones, así como los derechos
especiales que se reserven los fundadores de la sociedad. Ambos supuestos son poco
frecuentes en la práctica.
• La regla general es que cualquier modificación de los estatutos, como norma fundamental de funcionamiento de la sociedad que son, ha de realizarse por la Junta General, con los requisitos especiales de convocatoria y quórum que marca la ley.
• Sin perjuicio de ir ampliando lo que aquí expongamos en sucesivos fascículos, vamos
a referirnos a algunos de estos elementos fundamentales de la sociedad anónima contenidos en los estatutos.
cribirse en el registro Mercantil, pero no
requiere publicación en periódicos ni en
el BORME, ni hay derecho de oposición
de los acreedores, ni arancel notarial ni
registral si se hace con otro acto inscribible. En cualquier caso, el Notario realizará todos los cálculos oportunos y recuerde, una vez más, la conveniencia de
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LOS CONSEJOS DEL NOTARIO
evitar estos problemas, si usted no ha
constituido una sociedad a día de hoy, de
expresarla directamente en euros .
¿Qué régimen tienen
las acciones?
En la sociedad anónima el capital está dividido en acciones. Estas representan, por lo tanto, partes alícuotas del capital social, que son su valor nominal.
Para velar por la integridad del capital, la ley prohíbe que sean emitidas por
una cifra inferior a su valor nominal. Sí
pueden ser emitidas por una cifra superior en el caso de las acciones con prima,
la cual integraría en el pasivo las reservas,
como ya hemos visto. La prima debe satisfacerse íntegramente en el momento
de la suscripción.
Su emisión exige la constancia de la
misma en la escritura fundacional o en la
ulterior de ampliación de capital. Además, puede estar materializada y documentada como título nominativo o al portador o como anotaciones en cuenta. En
la mayoría de las sociedades cuyas acciones no se cotizan en bolsa, no llegan a emitirse materialmente los títulos representativos de las acciones, sino que constan
El socio tiene derecho
a recibir dividendos, a la
suscripción preferente de
nuevas acciones y a asistir y
votar en junta general
únicamente en la escritura pública, en base a la cual se realizan los diferentes negocios sobre ellas. Esta falta de emisión
está prevista y permitida por la ley.
Como hemos visto, las acciones pueden no estar totalmente desembolsadas,
cuando el socio suscriptor no ha hecho
efectiva su obligación de aportar a la sociedad el valor nominal correspondiente
a las mismas. Cada acción debe estar, en
el momento de emitirse, desembolsada
al menos en un 25 por ciento.
Cuando se ha desembolsado el importe
íntegro del valor nominal de la acción, se
dice que se encuentra “liberada”. En otro
caso existen los llamados “dividendos pasivos”, que suponen la obligación del accionista frente a la sociedad de realizar el
desembolso pendiente. El accionista debe aportar a la sociedad la porción de capital no desembolsada en la forma y dentro del plazo previsto en los estatutos o,
en su defecto, determinados por acuerdo de los administradores.
En el caso de transmisión de aciones
no liberadas, el adquirente responde solidariamente con todos los transmitentes
anteriores y a elección de los administradores del pago de la parte no desembolsada. Es decir, que los administradores podrán reclamar el pago a cualquiera que hubiera sido titular de las acciones, aunque ya no lo sea por haberlas
transmitido. No resulta recomendable,
por ello, traficar con este tipo de acciones. Esta responsabilidad de los transmi-
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CUANDO ES UTIL CONSTITUIR UNA SOCIEDAD Y COMO HACERLO
Derechos del socio
• La acción atribuye a su titular la cualidad de socio, con todos los derechos a ello inherentes que regula la ley. Los derechos fundamentales son:
• El de participar en el reparto de las ganancias sociales que se decidan repartir (derecho al dividendo) y en el patrimonio resultante de la liquidación cuando la sociedad
se disuelva.
• El de suscripción preferente en la emisión de nuevas acciones. De una parte, permite al
socio mantener la proporción de participación en el capital. Y además le permite eludir la
pérdida de valor que sufriría en otro caso si se emiten nuevas acciones por su valor nominativo cuando el patrimonio social es, como ocurre normalmente, superior al capital.
• El de asistir y votar en las juntas generales, si tiene para ello el mínimo de acciones
que estatutariamente se exija, y el de impugnar acuerdos sociales. Como veremos, este derecho se puede limitar en los estatutos. Además, existe la posibilidad, poco utilizada, de las acciones sin voto.
• Estos derechos se completan con otros como el de información, de carácter mucho
más restringido que en la sociedad limitada.
tentes durará tres años contados a partir
de la respectiva transmisión.
Las acciones, cuando se documentan
o representan en títulos, deben cumplir
los requisitos del artículo 53 de la Ley de
Sociedades Anónimas.
Pueden estar representadas también
mediante anotaciones en cuenta, rigiéndose entonces por la normativa del mercado de valores.
Por la forma de designarse su titular,
pueden ser nominativas o al portador.
Han de ser necesariamente nominativas:
– Mientras no haya sido enteramente
desembolsado su importe.
– Cuando su transmisibilidad esté sujeta a restricciones estatutarias.
– Cuando lleven aparejadas prestaciones accesorias a cargo del accionista.
– Cuando así lo exijan disposiciones
especiales, por ejemplo en las sociedades
bancarias, farmacéuticas, cinematográficas, sociedades en régimen de transparencia fiscal...
Las acciones nominativas figurarán en
un libro Registro que llevará la sociedad,
en el que se inscribirán las sucesivas transmisiones de las acciones, así como la constitución de derechos y gravámenes sobre
aquellas.
¿Cómo se transmiten
las acciones?
Nos referiremos a ello muy brevemente, pues lo que aquí digamos lo ampliaremos en el siguiente fascículo al analizar las
diferencias con las sociedades limitadas.
Hasta la inscripción de la sociedad o,
en su caso, del aumento del capital social
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LOS CONSEJOS DEL NOTARIO
en el Registro Mercantil, no podrán entregarse ni transmitirse las acciones. Como valores que son, la suscripción o transmisión de acciones sólo requerir, para su
validez, la intervención de fedatario público cuando éstas estén representados
por títulos al portador y dicha suscripción o transmisión no se efectúe con la
participación o la mediación de una sociedad o agencia de valores.
Las transmisiones mortis causa se rigen por las reglas generales de las sucesiones, y se incluyen generalmente en la
misma escritura de la partición.
Respecto a las cláusulas de los estatutos que pueden limitar la capacidad de los
socios para transmitir las acciones de una
sociedad, nos remitimos a lo que diremos
en el capítulo sobre la sociedad cerrada.
El patrimonio social
Distinto al capital es el patrimonio social, que es el conjunto efectivo de bienes de la sociedad en un momento determinado. Su importancia es trascendental para los terceros que vayan a contratar con la sociedad, pues sólo pueden
contar con éste, dado el beneficio de la
limitación de responsabilidad de los socios. Como mínimo, debe ser igual al capital. Coinciden de hecho en el momento
de constituirse la sociedad, pero cuando
la sociedad comienza a actuar comienzan
a diferenciarse, pues si el capital permanece fijo (salvo que se aumente o reduzca con los requisitos legales), el patrimo-
nio aumentará o disminuirá según que
la marcha de los negocios sociales sea prospera o adversa.
Si el capital puede ser conocido por
cualquiera consultando el Registro Mercantil, más complejo puede resultar el
conocer el patrimonio social. Y, como
hemos visto, para los acreedores presentes y futuros de la sociedad es fundamental ya que, por la limitación de responsabilidad de los socios, sólo el patrimonio social va a responder de las deudas de la misma.
Por ello, la ley adopta toda una serie
de cautelas y obligaciones sociales para
que el patrimonio no esté nunca por debajo de la cifra fija límite del capital. Además de la necesidad de acreditar la realidad de las aportaciones y su valoración,
el mantenimiento de esta cifra mínima
puede obligar a reducir el capital. Esta reducción tiene carácter necesario para la
sociedad cuando las pérdidas han disminuido su patrimonio por debajo de las
dos terceras partes de la cifra del capital
y hubiere transcurrido un ejercicio social
sin haberse recuperado. Y mientras no se
recupere este equilibrio patrimonial, la
sociedad no puede repartir dividendos
Cuando el patrimonio supera al capital, generalmente a través de beneficios no
repartidos, ahorrados para atender futuras contingencias de la empresa, o de primas de emisión en sucesivos aumentos de
capital, aparecen en el pasivo del balance, junto a la cifra de capital, las reservas.
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