En la ciudad de Corrientes, a los veinticuatro días del mes de noviembre de dos mil cinco, estando reunidos los Señores Ministros del Superior Tribunal de Justicia Doctores Carlos Rubín, Fernando Augusto Niz, Juan Carlos Codello, Guillermo Horacio Semhan, con la Presidencia del Doctor Eduardo Antonio Farizano, asistidos del Secretario Jurisdiccional Doctor Juan Ramón Alegre, tomaron en consideración el Expediente N°19.610/01 caratulado:PEREZ CHAVEZ, JOSE O. C/ESTADO DE LA PCIA. DE CORRIENTES S/ACCION CONTENCIOSA ADMINISTRATIVA Efectuado el sorteo a los efectos del orden de votación resultó el siguiente: Doctores Carlos Rubín, Fernando Augusto Niz, Juan Carlos Codello, Eduardo Antonio Farizano y Guillermo Horacio Semhan. EL SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA SE PLANTEA LA SIGUIENTE C U E S T I O N: QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN AUTOS? A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO DOCTOR CARLOS RUBIN, dice: I)A fs. 17/22 el actor promueve acción contenciosa administrativa contra el Estado provincial, articulando la nulidad del decreto 9/99 por el cual se dispuso el "cese" de su cargo como Ministro del Superior Tribunal de esta provincia, solicitando el resarcimiento económico en concepto de daño moral. A ese efecto reseña el dictado de la ley 25.236 y la puesta en comisión del Poder Judicial, lo que luego fue determinado en los miembros del Superior Tribunal para dejar en el cargo. Cuestiona el decreto 9/99 por falta de los requisitos legales para su validez (art.92- ley 3460), expresando que su ocupación del cargo fue debidamente avalada por el Senado de la provincia e imputando " falta de causa o fundamentación " al decreto 9/99, puesto que unicamente invoca lisa y llanamente la ley nacional. Que no se ha seguido ningún procedimiento para garantizar el derecho de defensa ni se ha requerido el dictámen obligatorio del departamento legal (art.97). A los efectos del daño moral estima la suma de $100.000, " o lo que en más V.E. considere que puediera corresponder", agregando luego en el petitorio los accesorios legales. A fs. 36/41 contesta la demanda el Estado provincial y considera " improcedente " la pretensión, por ser actos realizados por el Interventor Federal. Dice que el "estado de comisión" de un miembro del Poder Judicial "depende de la voluntad de otro poder" , aludiendo a los arts. 5 y 6 de la Constitución Nacional y que la " discrecionlaidad no es arbitrariedad", por cuya razón estima el caso como cuestión no judiciable. II-El actor fue designado Ministro de este Superior Tribunal de acuerdo a las normas constitucionales, desempeñándose en su cargo hasta que, por medio del decreto 9/99 de la Intervención Federal y sin otro fundamento que el dictado de la ley nacional Nº25.236, se dispone el cese en su cargo, a partir del 21/12/99 (fs. 12 del expte. administrativo). En el análisis de la cuestión, lo primero que aparece son los llamados " actos no justiciables" , amparando su secreto en cuestiones de naturaleza " política" que incluso impedirían su correspondencia con la Constitución Nacional. Al respecto este Superior Tribunal tiene dicho en autos "Pacella,Miguel A. c/Estado de la provincia de Corrientes s/Demanda contenciosa administrativa" , expte. Nº10.230/94 (Nº17) que la destitución de un funcionario de esa jerarquía es judiciable para este Superior Tribunal, los casos en los cuales no lo ha declarado así tienen que ver con la oportunidad y condiciones en que se ejerce la opción , pero no elimina el control de constitucionalidad donde la " vigencia de un Estado de Derecho presupone que toda violación a la legalidad...resulte al menos susceptible de ser cuestionada ante un tercero imparcial que tenga a su cargo el ejercicio de la función jurisdiccional" (Rev. de Der. Pub.-Rub.Culsoni; Proceso Administrativo III- pag. 46). Estrada recordó ("Curso de Derecho Constitucional" -t.3- pag.151) que mientras la Constitución norteamericana garantiza solamente la forma republicana de gobierno, la nuestra incluye en el garantía el "goce y ejercicio efectivo y regular de las instituciones", de allí que corresponde al Congreso establecer "si está asegurada o bastardeada la administración de justicia" (MAIRAL-" Control Jud.de la Adm.Pub." . pag.527), la calificación apuntada no significa que los medios para restablecerla estén fuera del control respectivo y lo sean sin respeto a la Constitución y las leyes. La CSJN en autos : "ITZCOVICH, Mabel s/Reajustes varios" (I.349.XXXIX) ha dicho: " en orden a la distribución constitucional de poderes, el Congreso Federal debe establecer la competencia, pero esta atribución no puede ser ejercida de modo que perturbe y hasta neutralice la funcion de control de constitucionalidad asignada por la Constitución al Poder Judicial..".Es así que en mérito a la primacía de la Constitución Nacional por sobre cualquier decisión politica o no, se debe ejercer el control de constitucionalidad efectivo a fin de establecer la correspondencia con la Norma Fundamental. III) Con respecto a la competencia (Nacional o Provincial) el Superior Tribunal de Justicia de esta provincia, en fallo Nº296/02 sobre el mérito de lo reseñado, declaró su incompetencia en los casos de cesantías de Magistrados y Funcionarios por parte de la Intervención Federal. A su vez, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, basándose en lo dictaminado en autos : "GRAVOSKI c. Interventor Federal de la provincia de Corrientes" (Fallo :323) expresó que: " Los actos de naturaleza local que emanan de los interventores federales de una provincia, no pierden ese carácter en razón del origen de su investidura, por lo que su impugnación como contrario a las normas locales no es de competencia federal" . "No basta para surtir el fuero federal, la circunstancia que los derechos que se dicen vulnerados se encuentren garantizados por la Ley Fundamental, toda vez, que cuando se sostiene que la ley, decreto, etc, son violatorios de constituciones provinciales y nacionales, debe irse primeramente ante los estrados de la justicia provincial y, en su caso , llegar a la Corte por el recurso extraordinario..".Y definiendo atribuciones dijo: " Los interventores federales, no son funcionarios de las provincias, sino que sustituyen a la autoridad local y ejercen facultades que la constitución nacional, provincial y las leyes respectivas reconocen." Sobre esa base consagró la competencia provincial sobre los actos no penales del Interventor Federal. El que hoy vota ha sostenido en el año 2002 que este reclamo es de competencia federal, sin embargo la CSJN ha resuelto lo contrario revocando la decisión . No obstante sostener doctrinariamente la misma postura, es de buena economía procesal y de bienestar de los litigantes aceptar la decisión y como tal proseguir el análisis. IV) En esa tarea vemos que el acto de la cesantía que removió al Señor Ministro, configuró un acto imposible de hacerse legalmente en un régimen gubernativo normal y, en el caso de la intervención federal tampoco pudo hallarse las normas constitucionales, puesto que, como lo dijo la CSJN solamente en el Estado de Sitio se suspenden las garantías constitucionales. La nociva costumbre política de ignorar los extremos constitucionales cuando se interviene una provincia, ha llevado a los excesos mas extremos; configurando gobiernos sin límite legal, cuyo principio de solución hubiera sido que la Nación se haga cargo de los excesos de sus funcionarios, lo que -como vimos- no es así. En ese camino vemos que los tratados enumerados por la Constitución Nacional jerarquía constitucional (art. 75 inc. 22) consagran lo que ya la vieja Constitución de 1853 pregonaba. El art. 8º inc. 1 y 2 de la CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (Pacto de San José de Costa Rica) prescribe la garantía de la persona de ser " oida", "para la determinación de sus derechos y obligaciones" y la " presunción de inocencia" no se cumple si no se tramita -de manera previa- el debido proceso adjetivo que, de no realizarse, también vulnera el art. 18 de la Carta Magna. Consentir esas violaciones configuraría conferir a la intervención federal un "bill" de indemnidad para efectuar actos sin la valla constitucional, lo que no es así. De otra manera los actos del interventor escaparían al control de constitucionalidad, en una suerte de privilegio con el que no cuentan los poderes ordinarios de la provincia ni de la Nación. Con relación al acto en sí, es menester analizar en mérito a qué facultades fué dictado?.En nuestro sistema provincial, al igual que en la Nación, la remoción de funcionarios y magistrados con acuerdo del Senado, está regulado a través del sistema del juicio político, que debe efectuar el Poder Legislativo, que en la provincia se hallaba en funcionamiento -no estaba intervenido- en el momento de la cesantía, sin embargo no tuvo participación. Tampoco fué explicada la causa de la cesantía, estando ausente en el momento esencial, que viola los derechos del actor por esa omisión y convierte el acto en ilegal, haciendo depender de la voluntad de un funcionario la vida y el porvenir de habitantes de esta provincia. Además, como se dijo en autos:" SOTO ARNALDI, Carlos A. c/Estado s/Acción Contenc. Adm." , expte. Nº11.373/95, la antijuridicidad del acto y su efecto dañoso ha sido consagrado por el Estado con el dictado del Decreto 1931/98 de casos similares. V.- Con relación al daño moral solicitado, es evidente la lesión espiritual que pudo haber causado la separación del cargo sin fundamento, de manera abusiva y contraria a las normas que imperan en el Pais. La duda sobre la honorabilidad del actor se siembra con una sancion inmotivada, que hubiera merecido cuando menos una explicación, no siendo el tratamiento adecuado para una sociedad que se precia en ser respetuosa con los derechos de las personas. Aunada a la honorabilidad no desmentida del Dr. Perez Chavez el haber ocupado un lugar en un Cuerpo que configura el más alto honor para un letrado; cuestión que no se subsana fácilmente, estigma que ha llevado a magistrados y funcionarios a quitarse la vida, con la consiguiente pérdida de su valor personal para nuestra comunidad. Consagrada la lesión, resta darle algún valor económico, que indudablemente no repararia totalmente la ofensa que al actor y a la sociedad correntina causaron estos actos y que este juez hoy tiene oportunidad de decirlo. En autos: " Pacella, Miguel A. c/Estado de la provincia de Corrientes s/ Demanda contenciosa administrativa" , expte. Nº10.230/94 se ha establecido la suma de pesos $50.000 como reparación moral por la cesantía de un juez de primera instancia. En autos " Soto Arnaldi" ya citado, se fijó en $75.000 para un Fiscal de Cámara; la ley 3924 (anexo 1), partiendo del 100% del sueldo de un Ministro del Superior Tribunal, considera a los miembros de la Cámara como en una proporcion del 90,08% del 100%. Tomando esas equivalencias, a efectos de mantener la correspondencia de los montos, se estima correcto asignar la suma de $ 100.000 en concepto de daño moral. Suma que coincide con lo solicitado pero sin asignar accesorios legales. En razón del vencimiento parcial se determina las costas en el orden causado. Por ello: VOTO por: 1º)Hacer lugar parcialmente a la demanda, condenando al Estado de la provincia de Corrientes al pago al actor de la suma de Pesos Cien Mil ($100.000), en concepto de daño moral.- 2º)Costas en el orden causado. A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO DOCTOR FERNANDO AUGUSTO NIZ, dice: Que adhiero al voto del Sr. Ministro Doctor Carlos Rubín, por compartir sus fundamentos. A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO DOCTOR JUAN CARLOS CODELLO, dice: Que adhiere al voto del Sr. Ministro Doctor Carlos Rubín, por compartir sus fundamentos. EL SEÑOR PRESIDENTE DEL SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA DOCTOR EDUARDO ANTONIO FARIZANO, dice: I.-Adhiero a la relatoría de la causa del voto precedente y las opiniones sobre la procedencia de la competencia federal, pero expreso con todo respeto mi disidencia con mi par preopinante en el tratamiento de las demás cuestiones conforme a las razones que expongo en los puntos subsiguientes. II.- Con respecto a la competencia del STJ, si bien se ha consolidado al haber quedado firme la declaración de competencia por auto Nº685 de fs. 50; sin embargo, quiero dejar a salvo, al igual que el Sr. Ministro preopinante, que a mi criterio, la jurisdicción federal era la que correspondía consagrar en éste tipo de responsabilidades imputados a la Intervención Federal por la naturaleza del acto cuestionado y la calidad de agente del Poder Ejecutivo de la Interventora, acatando lo resuelto por la Corte Suprema por razones de economía procesal. III.- Para proceder al análisis de la cuestión deben considerarse el concepto y funciones del Interventor Federal, y en nombre y representación de quien actúa. Según ESTRADA el interventor " se sustituye a la autoridad local, y en representación de la soberanía superior de la nación, asume toda la autoridad conducente a llenar por sí solo los fines de la intervención" (Estrada, José María " Curso de Derecho Constitucional, 1.902, t. 3, pag. 155, citado por Carlos R. Baeza " Cuestiones Políticas" ed. Abaco de Rodolfo Depalma, pag. 182). En el mismo sentido BIDART CAMPOS sostiene que " el interventor es un funcionario federal , que representa al gobierno federal y actúa como delegado comisionado del presidente de la república " (conf. Bidart Campos, Germán " Manual de la Constitución Reformada" T.I, pag. 466,. 56). Así también lo ha entendido la jurisprudencia " Los interventores federales no son funcionarios de las provincias, sino que sustituyen a la autoridad local y ejercen facultades que la Constitución Nacional, provincial y las leyes respectivas reconocen" (CSJ en autos Fernández Sixto O. y otros s/amparo. T 324, p. 2496). ¿Cuál es la importancia del tema? La representación se entronca directamente con la responsabilidad civil del " representado" y por ende la calidad de legitimado pasivo para ser objeto de una condena por daños y perjuicios. IV.- En el caso concreto, para el cumplimiento del objetivo de reorganizar el Poder Judicial de la Provincia de Corrientes, la intervención federal cuyo acto se cuestiona en este proceso aparece expresamente facultada en la ley Nº 25.236 para remover y designar a los magistrados, funcionarios y empleados del Poder Judicial de la Provincia. Dice el art. 1º de la ley identificada: " a fin de garantizar la forma republicana de gobierno", y el art. 3º: " la inmediata caducidad de los mandatos del gobernador y vicegobernador y de los miembros del Poder Legislativo y declárase en comisión a los miembros del Poder Judicial". De una interpretación literal de las normas citadas surge que la facultad de " remover" a los integrantes del poder judicial, sumada a la puesta en comisión de los magistrados y funcionarios, sustituían la facultad del Poder Legislativo de promover el correspondiente juicio político para remover a los magistrados y funcionarios, o, dicho de otro modo, dejaba de aplicarse el derecho público provincial para ejercer las facultades extraordinarias que emergen de la intervención federal. Queda claro que en razón de no ejercer la Legislatura correntina las facultades de remoción de los jueces y funcionarios mediante el juicio político, dichas facultades quedaron , de acuerdo a la norma federal, en cabeza de la Intervención Federal. V.- La otra cuestión trascendente que debe dilucidarse es la siguiente: ¿es idéntico el efecto de la intervención federal en los otros poderes que en el Poder Judicial?. Tenemos que, en el caso de una intervención al Poder Ejecutivo parece claro que el interventor " sustituye" al mismo y lo hace cesar en sus funciones sin necesidad de ningún otro acto que la norma nacional que decreta la intervención. El cese de sus funciones deriva directamente de la norma federal. Lo mismo ocurre si se interviene al Poder Legislativo; la Legislatura se disuelve automáticamente. Pero cuando el intervenido es el Poder Judicial, ¿qué ocurre? Es evidente que sus integrantes no cesan " automáticamente" en sus funciones. Continúan en funciones, pero en " comisión"; es decir, les quita el derecho a la inamovilidad y faculta al Interventor a removerlos. La razón de la diferencia estriba, en mi concepto, en primer término, que el Poder Ejecutivo Nacional no puede ejercer funciones judiciales (art. 109 de la CNacional) por lo que, su delegado, el interventor, tampoco lo puede hacer, en segundo término, porque las funciones del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo pueden se sustituidas. En el primer cso, de acuerdo a la estructura piramidal de la administración pública, sustituyendo a la cabeza, el gobernador, es viable ejercer las funciones propias del poder. Y en el segundo caso, cesando la Legislatura, el Interventor puede dictar decretos- leyes cuya constitucionalidad generalmente no se discute. Pero el Poder judicial, cuya integración está prevista en el art. 138 de la Constitución de la Provincia, no tiene una estructura jerárquica piramidal, sino que cada tribunal o cada juez es único e independiente en el ejercicio de sus funciones. No puede cesar entonces automáticamente todo el Poder Judicial como en el caso de los otros poderes. Tampoco es viable pensar que se pueda reorganizar un Poder Judicial removiendo al mismo tiempo, todos los jueces de la provincia lo que implicaría anular la existencia misma de la administración de justicia, en cuya defensa y reorganización se dicta la intervención federal. ¿Qué significado jurídico tiene la puesta en " comisión"? BIDART CAMPOS, analizando la doctrina de ipso, sostiene que " Poner en comisión a los jueces en un período de facto significa -en el lenguaje de la doctrina de facto- suspender o hacer caducar la inamovilidad para, de ahí en más, usar la competencia destitutoria sin requisito alguno en cuanto a causas o a procedimientos de remoción " (Bidart Campos " Tratado de Derecho Constitucional Argentino, Tomo II El Derecho Constitucional del Poder" , pag. 531, Edigraf, 1.986).El derecho constitucional material ha consagrado muchas variantes sobre la aplicación de éste concepto y su forma de aplicarlo. " A veces, el lapso durante el cual se pone " en comisión" a los jueces se limita y por ende a veces también a los que durante dicho lapso no se los destituye, se los " confirma".Y los mecanismos de conformación han solido variar: o se efectúa una conformación expresa a favor de los que no son removidos (lo que da pie a pensar si es o no un nuevo nombramiento que efectúa el poder de ipso) o se previene que aquellos a quienes no se confirme quedarán cesantes (en cuyo caso no hay acto explícito de destitución, proviniendo la destitución tácita de la no designación confirmatoria) (Bidart Campos ob. cit. Pag. 531) En el caso de autos, es la ley Nº25.236 el que puso a los Jueces de la Provincia de Corrientes " en comisión". Lo cierto es que -en cuanto al caso de autos nos interesa- cuando la sustitución del órgano intervenido es automática- PE, Legislatura- no se requiere de otro acto administrativo que la propia ley o decreto que dispuso la intervención . Los fundamentos se hallan incluidos en dichas normas y son genéricos y de naturaleza netamente políticos con base en el art.5º y 6º de la Constitución Nacional. Pero cuando se trata de la intervención del Poder Judicial, resulta necesaria, admás de la norma que pone " en comisión" , una norma específica que determine concretamente el juez o funcionario que se remueve. VI. Cabe entonces interrogarse ¿ cuál sería el procedimiento conforme al derecho público local, para que el interventor " remueva" a un magistrado o funcionario? El del juicio político previsto en la Constitución de la Provincia no, pues el mismo solo es facultad de la Legislatura y ésta o está disuelta o se le ha quitado esas facultades. El del sumario administrativo tampoco previsto en la ley 2990 entonces vigente o la ley 4067, porque no se trata de " empleados" del Poder Legislativo o del Ejecutivo a los cuales haya que exonerarlos ; y además, el Interventor no tiene las características de un " superior jerárquico" de aquellos. Cabe concluir entonces que no existe en el derecho público local - y no puede existir, pues no se prevé el funcionamiento de una intervención - un procedimiento de tipo administrativo para la remoción de jueces y funcionarios del Ministerio Público el cual haya tenido que cumplir la Interventora Federal. La variante sería la conformación por la Intervención de un Jury de Enjuiciamiento, que en el caso, no ha sido creado oportunamente. VII.- Llegamos entonces al punto en que resulta necesario el dictado, por parte del Interventor Federal, del acto administrativo que determine o individualice a la persona a la cual se va a remover. EL criterio del Sr. Ministro preopinante es indudablemente que debe ajustarse al procedimiento de la normativa local. De allí su conclusión de la falta de motivación específica del Decreto Nº9/99 por la que se lo separaba al actor de su cargo y la ausencia de imputación de algún hecho fundante de la medida, con violación del derecho de defensa del accionante. Para dilucidar el interrogante expresado en el párrafo anterior resulta necesario discriminar los tipos de actos que puede realizar el interventor federal: a)La doctrina diferencia entre el acto por el que se dispone la intervención (Ley, Decreto del PEN), de los emitidos como consecuencia de dicho acto. El primero reviste el carácter de " acto institucional" en la terminología de Marienhoff (Tratado de Derecho Administrativo" Abeledo Perrot T II, p.764 y sig.), por lo tanto no puede dar lugar a una impugnación ante la justicia, es decir que resulta "no justiciable". " En el caso de la intervención federal, los Jueces no pueden indagar la pertinencia de los motivos que guiaron su dictado por ejemplo, garantizar la forma republicana de gobierno- y entrar a razonar si realmente dicha forma se halla subvertida, luego de controlar la posibilidad constitucional de la materia y su dictado acorde al sistema y causas que la Constitución establece" (Rubín , Carlos " Las Intervenciones Federales. Cuestiones Judiciables y no judiciables " La Ley litoral 2.000, pag. 547). En el mismo sentido se resolvió en idéntico caso al presente en autos " Díaz Lindolfo S.O. C/P.E.N., Cámara Federal de Corrientes, hoy firme y consentida. La Ley Litoral, 2002-332). b) Actos de naturaleza política: " Por exclusión, los actos que no tengan que ver con la revisión de los motivos políticos que llevaron a declarar la intervención, pero que en esencia, también son políticos por su naturaleza" (Rubín, Carlos " Las Intervenciones Federales. Cuestiones Judiciables y no judiciables" La Ley Litoral 2.000, pag. 549). c)Actos de administración ordinaria de la provincia, son los actos meramente administrativos, realizados por el Interventor Federal en uso de las facultades que le otorgan la Constitución y las leyes de la provincia intervenida, cuando reemplaza a los poderes políticos de dicho estado, ponen en juego el cumplimiento de las normas de derecho público provincial. En mi opinión, el acto de remoción de un juez o funcionario del Ministerio Público con acuerdo del senado no es un acto de mera gestión administrativa donde resulte aplicable el derecho público local, sino un acto derivado directamente de la norma federal que declaró la intervención del Poder Judicial de Corrientes, poniendo " en comisión" a los jueces y magistrados con los efectos expresados más arriba, o sea un acto político. Esta conclusión, que pareciera ser atentatoria de garantías constitucionales (debido proceso, defensa en juicio, etc.),y tal vez repugnante a la Justicia, sin embargo nadie discute cuando el intervenido es el Poder Ejecutivo o el Poder Legislativo de la provincia. En estos casos ¿no ocurre lo mismo que con el poder judicial? ¿Acaso el procedimiento constitucional para remover a un gobernador, conforme al derecho público provincial, no es el del juicio político? Y sin embargo se lo remueve sin darle derecho a defenderse y a veces, sin ningún fundamento específico sino en consideraciones de tipo políticas que se efectúa a nivel nacional por haberse violentado el art. 5º de la Constitución Nacional. La Corte Suprema de Justicia en el caso " Avellaneda Huego Alfredo", admitió la destitución sosteniendo que "no habría consecuencia de doctrina en sostener que el gobierno provisional puedo destituir al presidente y vice de la nación, a los diputados y senadores del congreso -todos inamovibles durante el período de su mandato, salvo el juicio político o desafuero (arts. 45, 51 y 62 de la Constitución)- y que tal medida debiera ser descalificada tratándose de jueces, sea que se trate de los de la constitución o, como en el caso de autos, de la ley especial" (Citado por Bidart Campos, ob.cit. Pag. 530, ap. 50). En conclusión considero que no estamos ante un acto de naturaleza ordinaria o de gestión de la administración provincial donde sea aplicable el derecho publico provincial sino de un acto que deriva directamente de la norma nacional que lo autoriza a remover a magistrados y funcionarios ya declarados en comisión, con fundamento en la norma federal que estableció la intervención y los motivos allí expuestos. De allí, que éste Tribunal se ve impedido de juzgar la validez o invalidez del acto a la luz del derecho público provincial y tampoco podría expedirse con fundamento en el derecho federal toda vez que el Estado Nacional no ha sido demandado en autos, por lo que cabe rechazar la pretensión en ese sentido. IX.- A efecto del tratamiento de los daños y perjuicios solicitados por el actor, cabe interrogarse antes que nada ¿a quién representó la Interventora Federal en el acto de remoción del actor a fin de atribuirle la responsabilidad civil? Aquí es necesario volver a la naturaleza del Interventor Federal y la naturaleza del acto ejecutado por él. " Es criterio aceptado que los interventores federales son funcionarios nacionales, que actúan como delegados del Poder Ejecutivo Nacional para el cumplimiento de los fines de la intervención (Rubín, Carlos , art. cit). El interventor federal es entonces un funcionario Federal. El origen de la designación del interventor federal, el carácter de su investidura, el objeto que generalmetne tien esta medida, las funciones que se le encomiendan son todas circunstancias que permiten válidamente negar el carácter provincial a la figura del interventor. Su nombramiento no halla origen en ninguna disposición provincial, sus actos ni están sujetos ni a las responsabilidades, ni a las acciones de las leyes locales establecen para sus propios gobernantes, sino a las que le imponga el poder nacional (Diez, " Derecho Administrativo" T II, ED. Bibliográfica Argentina SRL pag. 176 (Corte SJ: fallos 54 550, 211 1814. "El derecho judicial derivado de la jurisprudencia de la Corte Suprema tiene resuelto que el interventor o comisionado federal es representante directo del poder ejecutivo federal y asume toda la autoridad conducente a los fines de la intervención.Ejerce los poderes federales expresos y transitorios que se le encomiendan, y su nombramiento, sus actos, y sus responsabilidades escapan a las leyes locales. No es admisible, por ende, la impugnación de actos del Interventor so pretexto de no ajustarse al derecho local; ello porque en aplicación del art. 31 de la constitución, el derecho federal prevalece sobre el derecho provincial (véase el célebre caso " Orfila Alejandro" fallado en 1.929 (Bidart. Campos, Germán " Manuel de la Constitución Reformada" T I, pag. 466,.58). " En el mismo sentido se ha pronunciado la Corte Federal Fallos 54:550; 211:18114; JA 1.948 IV-453- sosteniendo, reiteradamente, que el interventor no es autoridad provincial, sino nacional y responsable exclusivamente ante las autoridades nacionales que le confirieron la gestión política" (" Díaz, Lindolfo S.O.c/Poder Ejecutivo Nacional" la Cámara Federal de Corrientes (La Ley Litoral 2.002, p.335). De lo contrario se deduciría que cabe atribuir al Estado Nacional las consecuencias derivadas del irregular o abusivo ejercicio de facultades (art. 1071 CC) de una funcionaria dependiente del Poder Ejecutivo Nacional ) La Ley 1.989 -D 264. Cabe en consecuencia, concluir que en el acto cuestionado, la Interventora Federal actuó en representación del Estado Nacional. Que con respecto a los fallos de la Corte en el precedente " Gazzia de Sanz" de éste Tribunal, no puede aplicarse al caso porque la remisión del Procurador es a un fallo " Grabosky", también de éste Superior Tribunal, en el cual la situación fáctica contemplada era diferente porque se trataba de un funcionario del Poder Ejecutivo, que fue dado de baja con un acto administrativo, en el cual sí era aplicable la legislación local. X.-Con las conclusiones expresadas en los párrafos precedentes y aún cuando en la presente causa se haya consentido la competencia provincial para juzgar la causa, a la hora de imputar la "responsabilidad" civil al Estado Provincial -legitimidad pasiva- debe analizarse la representación del funcionario- la interventora federal- en el acto cuestionado para poder imputar conforme a la responsabilidad prevista en los arts. 43, 1.112 o 1.113 del Código Civil al Estado de la Provincia de Corrientes quien al responder a la demanda, negó que los hechos le sean imputables. La normativa citada establece la responsabilidad refleja del Estado por los hechos cometidos por sus funcionarios o dependientes. Conforme lo tengo expuesto en el punto anterior, dada la naturaleza del acto, la Intervención Federal actuó en la oportunidad, como representante del PE nacional y no como representante del Estado Provincial, luego, no puede imputarse a éste el acto realizado por el funcionario federal. En estos razonamientos me aparto del precedente del STJ en autos" PACELLA MIGUEL ANGEL C/ESTADO DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES S/DEMANDA CONTENCIOSA ADMINISTRATIVA" citado por el Sr. Ministro preopinante, pues en esta causa, el Tribunal interviniente si bien se planteó el interrogante respecto a si " los interventores federales son delegados del Gobierno Federal y tienen un régimen propio de actuación o son funcionarios provinciales para establecer el régimen jurídico que rige su accionar" y se respondió citando un fallo de la Corte Suprema -abarcativo de ambos aspectosquien afirmó que: " Los interventores federales, no son funcionarios provinciales sino que sustituyen a la autoridad local y ejercen facultades que la Constitución Nacional, Provincial y las leyes respectivas les reconocen" (270:346; 297:384; 300:615,etc) sin ningún fundamento jurídico explícito que diferencie los tipos de actos que puede realizar el funcionario nacional, se imputó al Estado Provincial la responsabilidad refleja de un funcionario que claramente no representaba a éste al dictar el acto cuestionado . En definitiva, en este precedente no se expresó la razón por la cual se imputaba al estado provincial la responsabilidad civil en los términos de los arts. 1.112 ó 1.113 del Código Civil de un funcionario federal. Y si el fundamento implícito era que dicho funcionario actuó en el marco del derecho público local, decididamente, por lo que tengo espresado, no comparto el criterio. En un caso similar al presente, toda vez que se refirió a actos dictados por la misma Intervención Federal y en la misma época, en los autos " Díaz, Lindolfo S.O.c/Poder Ejecutivo Nacional " tramitado ante la Cámara Federal de Corrientes (La Ley Litoral 2.002, p.331), donde se estableció la competencia federal y la legitimidad pasiva del estado nacional, el tribunal sostuvo: " Es responsable el Estado Nacional por las consecuencias dañosas derivadas del irregular o abusivo ejercicio de facultades por parte del interventor federal -en el caso, remoción de un juez en el marco de acusaciones de corrupción- ya que éste no es una autoridad provincial, sino nacional y responsable exclusivamente ante las autoridades nacionales que le confieren la gestión política". En consecuencia, habiendo actuado la Intervención Federal del Poder Judicial en el acto impugnado como funcionario federal, en representación del Poder Ejecutivo Nacional, y no siendo el acto regido por el derecho público local, sino derivado directamente de la norma federal de intervención al Poder Judicial de la Provincia de Corrientes, no resulta responsable civilmente el Estado de la Provincia de Corrientes en función de los arts. 43, 1112 o 1.113 del Código Civil, por lo que corresponde rechazar la demanda. XI.- Que establecida la falta de legitimidad pasiva del Estado de la Provincia de Corrientes , considero inoficioso expedirme sobre la regularidad o irregularidad del acto y de si es o no contrario a la Constitución Nacional, Provincial y leyes federales y provinciales; como así también a la existencia y extensión del daño material y moral solicitado por el actor. XII.- Costas:Atento al principio de la derrota objetiva que las mismas sean a cargo de la vencida. Por todo lo expuesto VOTO por: 1º) Rechazar la demanda en todas sus partes, con costas a la vencida. EL SEÑOR MINISTRO DOCTOR GUILLERMO HORACIO SEMHAN: dice: Que adhiere al voto del doctor Eduardo Antonio Farizano , por compartir sus fundamentos. En mérito del precedente Acuerdo, y por mayoría el Superior Tribunal de Justicia dicta la siguiente, SENTENCIA: N° 148 1º) Hacer lugar parcialmente a la demanda, condenando al Estado de la Provincia de Corrientes al pago al actor de la suma pesos cien mil ($100.000), en concepto de daño moral. 2º) Costas en el orden causado.- 3º) Insértese y Notifíquese.Fdo.Dres. Carlos Rubín- Fernando Niz-Juan Carlos Codello (Ministros)Eduardo A. Farizano –Presidente- Guillermo Semhan(Ministro)