Vol 6 Nº 1 - Universidad Tecnológica de Bolívar

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Economía
& Región
Revista de la Facultad
de Economía y Negocios
Universidad Tecnológica de Bolívar
Vol. 6 No. 1 junio de 2012
ISSN 1692-8989
Economía
& Región
Volumen 6 No. 1
Junio de 2012
Cartagena de Indias, Colombia
Economía
& Región
Editada por la Facultad de Economía y Negocios
de la Universidad Tecnológica de Bolívar
Decano: Juan Carlos Robledo Fernández
COMITÉ CIENTÍFICO
Juan David Barón
Banco Mundial
Jaime Bonet
Banco Interamericano de Desarrollo
Alfredo García Morales
César Giraldo
Universidad de VirginiaUniversidad Nacional
Jairo Parada Corrales
Universidad del Norte
COMITÉ EDITORIAL
Juan Carlos Robledo Fernández
Luis Carlos Arraut
Luis Armando Galvis
Ignacio Vélez Pareja
Director: Haroldo Calvo Stevenson
Asistente editorial: Roberto Fortich Mesa
Coordinación editorial: Tatiana Grosch Obregón
Diagramación electrónica: Samanda Sabogal Roa
Impresión: Javegraf
Facultad de Economía y Negocios
Manga, Calle del Bouquet, Cra. 21 No. 25 - 92, Cartagena
Fax: (5) 6604317 • Teléfono: (5) 6606041 / 6606042 Ext: 454
Cartagena (Colombia)
Revista listada en:
— EconLit: American Economic Association Online Bibliography of Economic Research
­— publindex: Índice Bibliográfico Nacional de Publicaciones de Colciencias (Categoría c)
— Dotec-Colombia: Documentos de Trabajo en Economía de Colombia
— Repec: Research Papers in Economics
Economía & Región está disponible en el siguiente link:
http://publicaciones.unitecnologica.edu.co/index.php/revista-economia-region
CONTENIDO
Mauricio Rodríguez gómez
Determinantes de la mortalidad y la prevalencia de enfermedades diarreicas
agudas en menores de cinco años en Colombia............................................................5
Davide Gualerzi
Development Economics: A Theoretical and Historical Perspective.............................27
Juan David Barón
Violencia física de pareja contra la mujer en Colombia..............................................49
Iader Giraldo salazar
Determinantes de las exportaciones de manufacturas de Colombia a sus cinco
principales socios comerciales, 1998-2009...................................................................95
Carolina Cárcamo vergara y José antonio Mola ávila
Diferencias por sexo en el desempeño académico en Colombia:
Un análisis regional.....................................................................................................133
DOCUMENTO
José Vicente Mogollón Vélez
El Dique en el siglo xix: Del canal de Totten al ferrocarril Cartagena-Calamar.........171
3
CONTENIDO
RESEÑAS DE LIBROS................................................................................... 197
INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES....................................................... 219
4
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD
Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES
DIARREICAS AGUDAS EN MENORES DE
CINCO AÑOS EN COLOMBIA
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ*
La falta de agua y saneamiento básico pone a los
niños en un alto riesgo de no vivir más allá de su
primer año, y aquellos que sobreviven a
enfermedades serias ocasionadas por el consumo de
agua contaminada e inadecuado saneamiento
básico, usualmente no alcanzan su pleno potencial
físico, intelectual y social
Fondo de Naciones Unidas
Para La Infancia (Unicef)
RESUMEN
Este trabajo analiza los efectos que sobre la salud de los niños menores de cinco
años tienen las características sanitarias de sus viviendas en Colombia. Específicamente, se consideran los impactos de estos factores sobre la mortalidad y la prevalencia de enfermedades diarreicas agudas (eda). Así mismo, se estima la influencia
del origen racial sobre las condiciones de salud de los menores. El estudio utiliza
* El autor es profesor investigador del Programa de Economía y del Instituto de Estudios para el Desarrollo
(iDe), Facultad de Economía y Negocios, Universidad Tecnológica de Bolívar. Correo electrónico: mrodriguez@
unitecnologica.edu.co. Agradece a Juan David Barón Rivera por sus valiosos comentarios y recomendaciones y
a Miguel Felipe Becerra Gil, estudiante del Programa de Economía de la Universidad Tecnológica de Bolívar,
quien colaboró en el manejo de la base de datos y la realización de las estimaciones econométricas. Este proyecto
fue realizado como parte del Taller de Formación para la Investigación en Ciencias Sociales que, bajo la dirección
del profesor Barón, llevó a cabo, entre mayo y agosto de 2011, el Instituto de Estudios para el Desarrollo (iDe),
con el apoyo de la Vicerrectoría Académica y la Dirección de Investigación e Innovación de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Fecha de recepción: marzo 9 de 2012; fecha de aceptación: abril 27 de 2012.
Economía & Región, Vol. 6, No. 1, (Cartagena, junio 2012), pp. 5-26.
5
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
un modelo Probit con información de la Encuesta Nacional de Demografía y
Salud (ends) de 2010. Los resultados muestran que las mejoras en el abastecimiento de agua potable, la infraestructura de las viviendas y la educación de las
madres disminuyen la prevalencia de eda. Así mismo, las mejoras de la infraestructura sanitaria y de la educación de las madres tienen el mayor impacto sobre
la reducción de la mortalidad. El análisis indica que el efecto del origen racial
es estadísticamente significativo sobre la mortalidad en la niñez, más no sobre la
ocurrencia de eda.
Palabras clave: Mortalidad en la niñez, enfermedades diarreicas agudas (eda),
raza, saneamiento, vivienda, modelo Probit
Clasificaciones jel: I10, I12, I18, C25
ABSTRACT
Determinants of Mortality and Acute Diarrheal Diseases
in Children Under Five Years of Age in Colombia
This study analyzes the effects that the sanitary characteristics of their dwellings
have on the health of children under five years of age in Colombia. Specifically, I
address the impact of these factors on mortality and on the prevalence of acute
diarrheal diseases (add). I also estimate the impact of ethnic origin on the health
condition of children under five. A Probit model is used with data from the 2010
Colombian National Population and Health Survey (ends by its Spanish acronym).
The results show that improvements in the supply of drinking water, in the
infrastructure of dwellings and the mothers’ education reduce the prevalence
of add. Also, improvements in the quality of dwellings and in the education of
mothers have the highest impact on mortality reduction. The analysis shows a
statistically significant impact of racial origin on child mortality but not on add.
Key words: Child mortality, acute diarrheal diseases (add), racial origin, sanitary improvement, dwellings, Probit model
6
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
I. INTRODUCCIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud, el 3,1% (1,7 millones) de las muertes que se producen anualmente en el mundo obedecen a inadecuadas condiciones de acceso a agua potable y saneamiento básico. Según el mismo organismo,
el 99,8% de este tipo de muertes ocurren en los países en desarrollo, y el 90% de
los casos corresponde a niños (oms, 2007).
Dado que su sistema inmunológico se encuentra en pleno desarrollo, los niños
son precisamente los más vulnerables a las enfermedades infecciosas de origen
hídrico, lo que resulta en altas tasas de morbilidad y mortalidad. En buena medi­
da las enfermedades bacterianas se trasmiten por fuentes de agua superficiales
con­taminadas y acueductos de funcionamiento deficiente, lo que da lugar a la
presencia de cólera, fiebre tifoidea, disentería y diarrea. Esta última, a pesar de no
resultar tan grave como otras enfermedades de origen hídrico, es la más frecuente
y la que afecta a un mayor número de personas.
Adicionalmente, investigaciones recientes muestran que el consumo de agua
contaminada y el inadecuado saneamiento básico afectan el crecimiento físico e
intelectual de los niños, lo que eventualmente condiciona su desempeño escolar
y laboral. Esta relación entre salud y desarrollo ha sido ampliamente estudiada,
toda vez que la salud es uno de los principales determinantes de la formación de
capital humano (Banerjee, Deaton and Duflo, 2004; Kingdon and Monk, 2010;
Deaton, 2008; oms, 2007).
En este orden de ideas, es claro que el acceso a servicios de agua potable y sanea­
miento básico de calidad resulta esencial para la buena salud y desarrollo de la
población, lo cual contribuye, además, a la reducción del gasto público en el tra­tamiento de enfermedades de origen hídrico. Para Colombia, por ejemplo, se estima que el costo anual de los impactos en la salud relacionados con la insuficiencia
de agua, saneamiento e higiene, suma un promedio de $1.367,5 mil millones,
por concepto de tratamiento médico, medicamentos, valor del tiempo perdido y
mortalidad (Larsen, 2003).
Desde principios de los años noventa, el gobierno de Colombia ha venido
implementando una política pública encaminada a incrementar la cobertura de los
servicios de agua potable y saneamiento, logrando reducir significativamente la
tasa de mortalidad en la niñez, de 38 por mil nacidos en 1990 a 19 por mil en
7
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
2010 (ends, 2010).1 Este resultado ubica a Colombia en la tasa promedio para el
continente americano y el Caribe, y constituye un indicador alentador para el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (odm).2
A pesar de los avances obtenidos en la reducción de la mortalidad en la niñez,
los resultados no han sido del todo consistentes en lo que respecta al control de
enfermedades diarreicas agudas (eda) en niños menores de cinco años. En este sentido, la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ends), que recoge información
acerca de los episodios de diarrea en las dos semanas anteriores a la encuesta,
identificaba para el 2000 una prevalencia de la diarrea del 13,9%, de 14,1% en
2005 y de 13% en 2010.
Los modestos logros en la reducción de la eda (1,1% entre 2005 y 2010) indican que la política pública dirigida a la ampliación de la cobertura de acueducto y
alcantarillado ofrece solo una solución parcial a la necesidad de reducir la prevalencia de esta enfermedad, más cuando desde 2001 se ha invertido una cifra superior
al 1% del pib en la ampliación y mejoramiento de esta infraestructura.
En un sentido más amplio, si bien es cierto que el acceso a agua potable y saneamiento básico es de gran importancia para el control de la mortalidad y la eda,
resulta igualmente necesario estimar el verdadero impacto de una mayor cobertura de estas variables. Así mismo, para lograr una mayor eficiencia del gasto, la
política pública debe considerar un grupo más amplio de determinantes, entre
los que debe incluirse, entre otros factores, la educación de los padres, la higiene
(personal y del hogar) y la composición del hogar. Este enfoque sistémico ha sido
abordado en diferentes estudios, algunos de los cuales se examinan más adelante,
que muestran la incidencia de las variables arriba señaladas en el control de la
mortalidad y la eda.
Este trabajo estudia los efectos que sobre la salud de los niños menores de cinco
años tienen las características sanitarias y socioeconómicas de los hogares. Específicamente, se ponderan los efectos de estos determinantes sobre la prevalencia de
eda y la mortalidad. Así mismo, se estima la incidencia que sobre las condiciones
de salud contempladas para los menores ejerce su origen étnico.
1
La ends define la Tasa de Mortalidad en la Niñez como la probabilidad de que un niño nacido vivo muera
antes de cumplir los cinco años de edad.
2
La salud es un elemento esencial de los odm. Los objetivos 4, 5 y 6 se centran específicamente en la salud,
pero todos los demás objetivos tienen aspectos relacionados con esta. En lo que respecta a mortalidad en la niñez,
la meta para 2015 es de 17 muertes por cada mil nacidos vivos.
8
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
En la siguiente sección se presentan los principales resultados de los estudios
que analizan los efectos que sobre la salud de los niños menores de cinco años
ocasionan las condiciones socioeconómicas y de entorno de los hogares. La tercera sección describe la situación de la mortalidad y la prevalencia de eda en los
niños menores de cinco años. En la cuarta sección se presenta la base de datos y
se especifican los modelos econométricos utilizados. La quinta sección muestra
los resultados de las estimaciones. En la última sección se presentan algunas
conclusiones.
II. REVISIÓN DE LA LITERATURA
Distintos estudios han analizado los efectos que sobre la salud de los niños
tienen las condiciones socioeconómicas y de entorno de los hogares. La mayoría
de ellos emplean la tasa de mortalidad o la incidencia de enfermedades diarreicas
como medidas de la salud de los menores de cinco años, y señalan las limitaciones
de acceso a agua potable y las deficiencias de los sistemas sanitarios como las prin­
cipales determinantes de aquellas.
Esrey et al (1991) efectuaron un meta-análisis a partir de 144 estudios que ana­
lizaban los efectos del acceso a agua potable y saneamiento básico sobre la salud.3
Encontraron que, en promedio, la incidencia de enfermedades diarreicas se reducía en 17% como resultado del acceso a agua potable y 22% con un mejor sistema
sanitario. Así mismo, utilizando los datos de la ends para ocho países, Esrey (1996)
calculó una reducción de los casos de diarrea entre 13% y 44% con la introducción
de sistemas de alcantarillado con instalaciones sanitarias y concluyó que el acceso
a saneamiento básico genera un mayor impacto sobre la salud que la provisión
de agua potable.
De igual manera, varios estudios muestran cómo, además de la infraestructura
de servicios, variables como el alfabetismo materno (Esrey y Habitch, 1988), el ni­
vel académico de los padres (Shi, 1999) y las adecuadas prácticas higiénicas, como
el lavado de manos (Curtis, 2002), resultan estadísticamente significativas para
Un meta-análisis es una síntesis formal, cualitativa y cuantitativa, de diferentes investigaciones que tienen
en común una misma intervención y un mismo punto final de resultados. Se agrupan con la intención de
sintetizar la evidencia científica con respecto a la dirección del efecto producido por la intervención en análisis
(Dickersin et al, 1990).
3
9
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
reducir la morbilidad y la mortalidad en la niñez. Especial mención merece el
trabajo de Esrey y Habitch (1988), que muestra como, en ausencia de un saneamiento adecuado, el alfabetismo materno reduce la mortalidad de los menores
de cinco años hasta en un 50%. Además, con la introducción del sistema de acueducto se logra una mayor reducción, ya que las madres alfabetas utilizan mejor el
agua con fines higiénicos para proteger la salud de sus familias.
El papel del alfabetismo materno en la reducción de la morbilidad y la mortalidad en la niñez ha sido ampliamente corroborado. A este respecto cabe mencionar el trabajo de Rutstein (2000), quien hizo un análisis de regresión múltiple
utilizando las ends de 56 países. Rutstein encontró una importante relación entre
la mortalidad y el agua potable, saneamiento básico, educación materna, acceso
a electricidad, servicios médicos, la terapia de rehidratación oral, la vacunación y
la presencia de pisos en tierra.
Similarmente, Larsen (2003) realizó un análisis de regresión utilizando datos
de las ends 2000 para 84 países en desarrollo, entre ellos Colombia, y confirmó la
relación estadísticamente significativa entre la mortalidad en la niñez y el acceso
a agua potable y saneamiento básico, y el nivel de escolaridad de las madres.
Waddington et. al. (2009) llevaron a cabo una actualización del estudio de
Esrey (1991), mostrando que las mejoras en el sistema sanitario llevarían a una
reducción estimada de 37% en la incidencia de diarrea, en tanto que el efecto del
acceso a agua potable no resultaba mayormente significativo. En consecuencia,
concluye que los esfuerzos en materia de cobertura de servicios debían centrarse
en el tema del saneamiento básico.
Así mismo, Gunther y Fink (2010) examinaron para 70 países los efectos del
acceso a agua potable y saneamiento básico sobre la morbilidad y la mortalidad.
Su conclusión es que las mejoras de esta infraestructura pública reducen entre un
5% y 17% la prevalencia de las eda en niños menores de cinco años. Similarmente, la mortalidad para esta cohorte se reduce entre 5% y 20%.
De otro lado, Currie (2011) muestra como los niños pertenecientes a minorías
y a familias menos educadas y con menor ingreso son más susceptibles a exposiciones contaminantes in utero. Específicamente considera el efecto de los determinantes socioeconómicos y de entorno de los hogares sobre el peso de los bebés
al nacer, y encuentra que los niños de grupos étnicos y de bajos ingresos son más
propensos a tener menor peso (Spencer, 2003). Currie toma el bajo peso como
un indicador de la salud del niño, toda vez que la evidencia empírica apunta a que
esta situación se encuentra relacionada con mortalidad del menor, deficiencias
cognitivas, enfermedades cardiovasculares y diabetes, entre otras enfermedades.
10
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
Lo anterior tiene una importante implicación económica: la mala condición
de salud del niño, representada en este caso por el bajo peso al nacer, potencialmente implicaría un inferior desempeño académico y profesional del individuo
y menores ingresos, configurándose así una «trampa de pobreza». Varios autores
han señalado este mismo resultado para niños expuestos a enfermedades de origen hídrico.
Un enfoque alternativo es el de Otero (2011), quien hizo un análisis institucio­
nal de la relación entre mortalidad en la niñez y el tipo de operador del servicio
de acueducto y alcantarillado. Mediante un modelo de regresión por cuantiles,
Otero encontró que las reformas introducidas en Colombia por la Ley 142 de
1994 para permitir la privatización de los servicios de acueducto y alcantarillado
no llevaron a reducciones significativas en la mortalidad. De hecho, los municipios
que continuaron con la operación estatal de estos servicios tuvieron un mayor des­
censo en la tasa de mortalidad que aquellos que sí privatizaron.
De otro lado, varios estudios han abordado el tema de la mortalidad desde
una perspectiva demográfica, evaluando la influencia que ejerce el origen étnico
de las madres. Tal es el caso del trabajo de Schulpen, Van Steenbergen y Van
Driel (2001), quienes hicieron para el caso de Holanda un análisis de las muertes
de niños menores de cinco años entre 1979 y 1993 y hallaron que los menores de
origen afro presentaban una mayor tasa de mortalidad perinatal que los nativos
holandeses. Varios factores explican esta conclusión: las condiciones socioeconómicas de la población migrante, un mayor número de nacimientos prematuros,
la difundida presencia de matrimonios consanguíneos y, particularmente, para
los afro de origen turco, una mayor incidencia de fenilcetonuria (1 de cada 4,000
niños en comparación con 1 de cada 16,000 entre la población holandesa).4
Similarmente, Olufunke y Obafemi (2009) usaron una regresión Cox para
identificar la variabilidad en la mortalidad en la niñez entre grupos étnicos nigerianos. Su conclusión es que ciertas prácticas socioculturales de estos grupos
relativas al cuidado de los niños, la salud y la higiene generaban una mayor tasa
de mortalidad. Olufunke y Obafemi señalan igualmente que el desarrollo socioeconómico y la educación reducen la incidencia de estos factores adversos
sobre la mortalidad.
4
También conocida como pku, la fenilcetonuria es un desorden genético hereditario, causante, entre otros,
de trastornos de epilepsia, microcefalia, crecimiento retardado, eczema, carencia de pigmento e hiperactividad
(National pku News Foundation: http://www.pkunews.org/).
11
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
No obstante, otras investigaciones han concluido que este tipo de determinismo étnico no está demostrado estadísticamente. Jatrana (2001), por ejemplo, usó
también un modelo Cox de riesgos proporcionales para determinar la incidencia
de la mortalidad en menores de cinco años en las poblaciones de origen Meo y
no Meo, en el norte de la India. Su conclusión es que el origen étnico per se no
tiene efectos sobre la mortalidad de los niños, y que las variaciones observadas
solo reflejan las diferencias socioeconómicas y sanitarias de los hogares.
Igualmente, Brockerhoff y Hewett (2000) encuentran que la variabilidad
observada en las tasas de mortalidad en la niñez entre los diferentes grupos étnicos de África Sub-Sahariana, obedece a las diferencias socioeconómicas de estas
poblaciones, y muestran cómo el acceso a agua potable, saneamiento, educación
y, en general, las condiciones de riqueza se asocian a menores tasas de mortalidad. Para esto, Brockerhoff y Hewett se valieron de información de doce países
de la región y tuvieron en cuenta tanto las características socioeconómicas como
los comportamientos demográficos de 16 grupos étnicos, aplicando para este
efecto un modelo logístico multivariado. Una conclusión interesante de este ejercicio es que, a medida que los grupos analizados adquirían mayor poder político
y regional, se alcanzaban menores tasas de mortalidad.
La anterior revisión de literatura revela la amplia variedad de enfoques que
han sido utilizados para explicar los determinantes de la mortalidad y la prevalen­
cia de enfermedades de origen hídrico entre los niños entre cero y cinco años. Pero
se puede afirmar que existe consenso sobre el papel que universalmente desempeñan la infraestructura de acueducto y alcantarillado, la educación y las buenas
prácticas higiénicas en la reducción de las tasas de morbilidad y mortalidad.
III. LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE
ENFERMEDADES DIARREICAS AGUDAS (EDA) EN
LOS NIÑOS MENORES DE CINCO AÑOS EN COLOMBIA
A. La mortalidad de la niñez (mn)
La mortalidad de la niñez es considerada uno de los principales indicadores
de salud de los países. Su control resulta de tal relevancia que el Objetivo de Desarrollo del Milenio No. 4 expresamente apunta a reducir en dos terceras partes
la tasa de mortalidad de los niños menores de cinco años entre 1990 y 2015. Esto
12
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
hace fundamental la identificación de los factores que determinan su ocurrencia,
condición necesaria para el diseño e implementación de políticas públicas que
enfrenten eficientemente el problema.
En 2009, según datos de la Organización Mundial de la Salud (oms), murieron
cada día en el mundo aproximadamente 22,000 niños menores de cinco años (8,1
millones durante todo el año). Esta cifra, a pesar de lo elevada que puede parecer,
en realidad refleja un sustancial progreso mundial alcanzado en este frente, de
una tasa de 89 muertes por cada mil niños nacidos vivos en 1990 a una de 60
en 2009.
A pesar de los buenos resultados obtenidos en los últimos 20 años, no es proba­
ble que se logre cumplir a 2015 la meta de 30 muertes por cada mil nacidos vivos.
Esto obedece a los insatisfactorios avances logrados en África, la región del Mediterráneo Oriental y Asia Suroriental, donde las tasas de mortalidad de la niñez reportadas son, en promedio, de 145, 82 y 65 por mil, respectivamente (oms 2010).
En Colombia, el panorama es sustancialmente distinto. En 1990, se reportaba una tasa de mortalidad en la niñez de 38, en tanto que para el 2010 se registró
una tasa de 19, lo que constituye una disminución aproximada del 50%. Este es
un resultado alentador que indica que el país podría cumplir la meta, a 2015, de 17
muertes por cada mil nacidos vivos (ends, 2010).
Así mismo, cabe señalar que en los últimos años se ha venido cerrando la
brecha entre las tasas de mortalidad urbanas y rurales. No obstante, persiste una
diferencia de seis puntos que refleja el impacto que sobre este indicador de la salud
CUADRO 1
Colombia: mortalidad de la niñez, 1985-2010
(muertes por cada mil nacidos vivos)
Periodo
Tasa de mortalidad
Variación (%)
1985-199038
1990-199534
1995-200026
2000-200524
2005-201019
-8,1
-23,5
-7,7
-20,8
Fuente: ends, 2010.
13
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
generan las diferencias socioeconómicas y de infraestructura de servicios presentes en estos dos ámbitos territoriales. Otero (2010), por ejemplo, señala que, entre
1993 y 2005, la cobertura nacional de acueducto pasó de 79,7% a 83,4%, en
tanto que la de alcantarillado se elevó de 63% a 73,1%. Sin embargo, la brecha
urbana-rural se mantiene en ambos sistemas. En 2005, la cobertura urbana de
acueducto y alcantarillado era de 94,3% y 89,7%, respectivamente, en tanto que
la cobertura rural era de 47,1% y 17,8%.
CUADRO 2
Colombia: tasas de mortalidad de la niñez rural y urbana,
1995-2010
Periodo
Tasa de mortalidad urbana
Tasa de mortalidad rural
1995-200023
2000-200523
2005-201018
36
25
24
Fuente: ends, 2010.
Otra diferencia importante se presenta en la tasa de mortalidad entre los niños
menores de cinco años hijos de madres que pertenecen a grupos étnicos, la cual
es 10 puntos más alta que la de los niños cuyas madres no se identifican como
miembros de estos grupos. Esta diferencia resulta especialmente significativa si
se considera que 14,06% de la población colombiana se reconoce como perteneciente a una etnia: 1,392,623 indígenas (3,43% de la población total), 4,311,757
afrodescendientes (10,62%) y 4,858 del pueblo Rom o Gitano (0,01%).5
Un análisis más detallado de la mortalidad en los niños menores de cinco
años en Colombia revela como principales causas la diarrea, el paludismo, las
5
En Colombia existen 87 etnias indígenas, tres grupos diferenciados de población afrodescendiente (palenqueros, raizales y afrocolombianos) y el pueblo Rom. En el país se hablan 64 lenguas amerindias, el bandé, el
palenquero y el romaní. Existen 710 resguardos titulados en 27 departamentos y 228 municipios, que ocupan
una extensión aproximada de 34 millones de hectáreas (29,8% del territorio nacional). Existen 132 Territorios
Colectivos de Comunidades Negras titulados, ocupando 4,717,269 de hectáreas (4,13% del territorio nacional).
Véase dane, 2007.
14
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
GRÁFICO 1
Colombia: tasas de mortalidad de la niñez
de grupos étnicos y no étnicos, 2010
No etnia
Etnia
0
5
10
15
20
25
Fuente: ends 2010.
in­f­ec­ciones neonatales, la neumonía, el parto prematuro y la falta de oxígeno al
nacer. Se trata de patologías que, en su mayoría, se encuentran directamente
relacionadas con las condiciones de acceso a agua potable y saneamiento básico,
lo cual plantea un derrotero para la política pública.
B. Prevalencia de enfermedades diarreicas agudas (eda)
La diarrea es el síntoma de una infección causada por la acumulación en el
intestino de microorganismos bacterianos, virales y parasitarios, la mayoría de los
cuales se propaga a través de agua contaminada. Ocurre con mayor frecuencia
cuando hay escasez de agua no contaminada para beber, cocinar y limpiar. La diarrea también se puede propagar de una persona a otra y agravarse, llegando incluso
a causar la muerte del menor, si no hay una atención adecuada.
Según la ends 2010, en las dos semanas anteriores a la realización de dicha
encuesta en Colombia se presentaron 1,965 casos de niños menores de cinco años
con eda, una prevalencia total de la enfermedad de 13%. De este total, el grupo
más vulnerable, con 54% de los casos, fue el de niños de seis a 35 meses de nacidos.
15
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
Así mismo, la prevalencia de la enfermedad fue de 15,2% en zonas rurales
y de 11,6% en áreas urbanas. La diferencia puede atribuirse a las desigualdades
socioeconómicas y de acceso a servicios entre el campo y la ciudad.
Al examinar las condiciones socioeconómicas de las familias cuyos niños
menores de cinco años presentaron diarrea en las dos semanas anteriores a la
realización de la ends 2010, se observa que la prevalencia de esta enfermedad se
reduce a medida que las madres alcanzan un mayor nivel educativo (Cuadro 3) y
las familias logran un mayor nivel de riqueza (Cuadro 4).6
CUADRO 3
Colombia: prevalencia de eda en la niñez,
según nivel educativo de la madre, 2010
Nivel educativo
Prevalencia eda (%)
Sin educación
16,2
Primaria14,2
Secundaria12,2
Superior9,2
Fuente: ends 2010.
CUADRO 4
Colombia: prevalencia de eda en la niñez,
según el nivel de riqueza del hogar, 2010
Riqueza del hogar
Prevalencia eda (%)
Más bajo
16,1
Bajo14,4
Medio11,3
Alto10,6
Más alto
7,4
Fuente: ends 2010.
6
En la ends, el nivel socioeconómico se define en términos de riqueza —en vez de ingresos— en los hogares
encuestados. Este enfoque considera tanto las características de la vivienda como la disponibilidad de ciertos
bienes de consumo duradero que se relacionan directamente con el nivel socioeconómico.
16
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
Lo anterior implica que, a mayor nivel educativo, las madres son más conscientes de la importancia de adoptar medidas preventivas de la diarrea (lavado
de manos, consumo de agua hervida, limpieza del hogar, adecuado manejo de
excretas, etc.). De igual manera, un mayor índice de riqueza está relacionado con
unas mejores condiciones de infraestructura física de la vivienda y de acceso a
servicios de agua potable y saneamiento —todas ellas condiciones necesarias para
el control de las eda.
De otro lado, la ends 2010 estima una prevalencia de las eda de 19,1% entre los niños cuyas familias obtienen el agua de pozos abiertos y de 12,2% para
quienes la obtienen por tuberías. Lo cercano de esta última cifra a la prevalencia
total (13%), bien podría significar una inadecuada calidad en la prestación del
servicio, aunque no puede descartarse la incidencia de otras causales.7 Estos elementos serán examinados al final del trabajo.
IV. METODOLOGÍA
En esta sección se examina la base de datos utilizada y se especifica el modelo
econométrico. De hecho, se desarrollaron dos modelos probabilís­ticos, uno para
estimar los determinantes de la mortalidad en la niñez y otro para analizar la prevalencia de la eda en esa misma población. Cabe señalar que, si bien ambos fenómenos dan cuenta del estado de salud de la población menor de cinco años, los
determinantes de una y otra difieren. Aunque las variables usadas para explicar
su incidencia están debidamente soportadas por la teoría, existen determinantes
adicionales a los considerados en este trabajo que, por razones metodológicas,
no han sido incluidos aquí. Factores importantes como la atención prenatal, la
atención durante el parto y las prácticas de medicina preventiva, en particular
la vacunación, han sido omitidos del presente análisis.
Los datos utilizados provienen de la Encuesta Nacional en Demografía y Salud de 2010, que contiene información amplia y detallada de las características
socioeconómicas de la población y de su salud. Esta encuesta es realizada cada
cinco años por Profamilia. Incluye aproximadamente 50,000 hogares urbanos y
Se estima que, para el cumplimiento de los odm en materia de cobertura de agua potable y saneamiento,
se requieren inversiones adicionales de us$1,2 mil millones y us$1,0 mil millones destinadas al mantenimiento y
rehabilitación de las redes de acueducto y alcantarillado, para garantizar su adecuado funcionamiento (SánchezTriana, Ahmed y Awe, 2007).
7
17
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
rurales en todo el territorio nacional, y es, sin duda, la fuente de información más
apropiada para realizar estudios sobre la salud en Colombia.
Para determinar la prevalencia de eda, la ends 2010 recolectó información sobre episodios de diarrea en las dos semanas previas a la encuesta, entre niños actualmente vivos, nacidos después de enero de 2004. De esta manera, se garantizó
que la información correspondía a niños menores de cinco años. Para calcular la
tasa de mortalidad en la niñez, la ends obtuvo la historia de nacimientos de cada
una de las madres de familia entrevistadas. Se les preguntó sobre sexo, fecha de
nacimiento, edad y estado de salud actual de cada hijo nacido vivo. En el caso
de los nacidos vivos que murieron, se registró la edad a la que había ocurrido el
deceso.
A. El modelo econométrico
Para estimar la probabilidad de que las características socioeconómicas de los
hogares (incluido el origen étnico de la madre) determinen la incidencia de la
mortalidad en la niñez y la prevalencia de eda, se utilizó un modelo Probit. Este
tipo de modelo es usado para analizar la respuesta a variables binomiales, identifi­
cando, a partir del cálculo de efectos marginales, la influencia de un determinado
conjunto de variables sobre la ocurrencia de un evento determinado (mortalidad
en la niñez y prevalencia de eda).
Bajo este enfoque, los dos modelos probabilísticos se definieron así:
Pi = E ( MN = 1 X ) =
1
1+ e
Pi = E (EDA = 1 X ) =
− ( β1 + B2 X )
(1)
1
1+ e
− ( β1 + B2 X )
(2)
El primer modelo analiza la ocurrencia de la mortalidad en la niñez. La variable dependiente (mn) toma el valor de 1 si el hogar reporta el fallecimiento de un
niño menor de cinco años y de 0 en caso contrario. El segundo modelo analiza
la prevalencia de enfermedades diarreicas. Incluye una variable (eda) que toma
el valor de 1 si en las dos semanas anteriores a la realización de la encuesta se
presentó un caso de esta enfermedad en el hogar. En esta función los valores de
los Xi corresponden a los datos observados (Cuadro 5). La estimación de los mo18
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
CUADRO 5
Descripción de las variables utilizadas en los modelos Probit
Infraestructura física
de la vivienda
Características
socioeconómicas
en el hogar
Característica
demográfica
Sanitario: variable dicotómica que toma el valor de 1 si la
vivienda cuenta con conexión al alcantarillado o con poza
séptica y 0 en caso contrario.
Piso: variable dicotómica que toma el valor de 1 si la vivienda
cuenta con piso de baldosa o cemento y 0 en caso contrario.
Acueducto: variable dicotómica que toma el valor de 1 si la
vivienda cuenta con conexión al sistema de acueducto y 0 en
caso contrario.
Educación: años de escolaridad de la madre.
Numper: número de personas que habitan en la vivienda.
Edad: edad de la madre.
Etnia: variable dicotómica que toma el valor de 1 si la madre
del menor se identifica como parte de alguno de los grupos
étnicos que se identifican en la ends y 0 en caso contrario.
Fuente: Elaboración propia.
delos Probit se realizó a través del método de máxima verosimilitud. Para corregir
por posibles problemas de heteroscedasticidad, se usaron los errores estándar
robustos de White.
Tomando como referencia los estudios revisados en la sección ii, se seleccionó de la ends 2010 un conjunto de variables que, en teoría, deben explicar la
incidencia de la mortalidad y la eda en menores de cinco años. Estas variables se
describen en el Cuadro 5.
V. RESULTADOS
A. Estimación de las tasas de mortalidad en la niñez
En primera instancia, el propósito de la estimación econométrica era medir
la probabilidad de que se presente un caso de mortalidad en un niño menor de
19
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
cinco años. Para esto, se definieron tres modelos probabilísticos. El primero incluye las variables relacionadas con la infraestructura de la vivienda. El segundo
incluye las variables del Modelo 1 e incorpora el nivel de educación de la madre.
El último incluye las variables del Modelo 2, más el componente étnico y el número de personas que habitan la vivienda. Los resultados de estas estimaciones
se resumen en el Cuadro 6.
En el caso del primer modelo probabilístico, la variable Acueducto es la única
que resulta estadísticamente significativa. La probabilidad de que muera un niño
menor de cinco años se reduce en la medida en que la vivienda cuente con acceso
a agua potable.
CUADRO 6
Modelos Probit de factores que inciden sobre la probabilidad
de ocurrencia de la mortalidad en la niñez en Colombia
Variables
Modelo 1
Modelo 2
Modelo 3
-.0062938
-.0052795
-.0042536
Acueducto
(.0038089)*
(.0036818)
(.0033796)
-.0032519.0003033 .0001844
Piso
(.0026944) (.0027684)(.00226834)
-.0001998.0025328-.0023405
Sanitario
(.0034739)(.0031746)(.0003041)
*
.
-.0012314
-.0013543
Educacion
(.0003238)
**
(.0003156)*
.
..0047331
Etnia
(.0003045)
**
..
-.0023522
Numper
(.0006622)
**
Nota: Cada columna representa un modelo Probit con la Mortalidad en la Niñez como variable
dependiente. Los números en paréntesis son errores estándar consistentes con heteroscedasticidad. Los asteriscos ***, ** y * denotan la significancia estadística de 1%, 5% y 10%, respectivamente. La significancia está basada en los coeficientes originales del modelo Probit.
Fuente: Estimaciones propias a partir de la ends 2010.
20
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
El segundo modelo incorpora los años de educación de la madre como variable proxy de su comportamiento preventivo. Tal como era de esperar, la probabilidad de que muera un niño menor de cinco años en la familia disminuye
con cada año de educación de la madre. Esto supone que, cuando la madre ha
terminado el bachillerato, la probabilidad de que su hijo muera antes de cumplir
los cinco años se reduce en 1,85%. Sin embargo, la introducción de la variable
Educación elimina la significancia estadística de las variables utilizadas en el primer modelo y cambia el sentido de las variables Piso y Sanitario.
El tercer modelo adiciona las variables Etnia y Numper (número de personas
en la familia). La probabilidad de que ocurra un caso de mortalidad en la niñez
se incrementa en 0,47% si la madre del niño pertenece a un grupo étnico (negritudes, comunidades indígenas). Pero, a su vez, dicha probabilidad se reduce en
0,23% con cada individuo adicional que entra a habitar la residencia del menor,
y en otro 0,23% si la vivienda tiene servicio de alcantarillado. La variable Educación mantiene su significancia estadística en este modelo. La probabilidad de
que muera un menor de cinco años se reduce en 2,03% si la madre ha terminado
el bachillerato.
B. Estimación de la prevalencia de eda
Se estimó la probabilidad de ocurrencia de un caso de diarrea en menores de
cinco años a partir de cuatro modelos que combinan variables de infraestructura,
socioeconómicas y de origen étnico. Los resultados aparecen en el Cuadro 7.
El Modelo 4 es el que mejor explica la prevalencia de la eda en los menores
de cinco años en Colombia. En este caso, la probabilidad de ocurrencia de eda se
reduce con cada año de educación de la madre, de manera que disminuye hasta
en 2,35% cuando la madre ha terminado la educación secundaria.
A su vez, el acceso al servicio de alcantarillado reduce la probabilidad de ocurrencia de eda en 2,9%, en tanto que contar con piso de baldosa o cemento la
reduce en 3,9%.
Se halló, además, que la edad de la madre es estadísticamente determinante
en el control de la diarrea, ya que su probabilidad de ocurrencia se reduce en
0,23% por cada año que cumpla la madre. En este caso la mayor edad estaría
relacionada con una mayor responsabilidad en el cuidado del niño.
21
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
CUADRO 7
Modelos Probit de factores que inciden sobre
la probabilidad de ocurrencia de eda en Colombia
Variables
Modelo 1
Modelo 2
-.0018125
-.0014024
Educación
(.0009169)
**
(.0009333)
-.0324945
-.031563
Sanitario
(.0106616)
**
(.0106564)**
-.045033
-.043911
Piso
(.0106616)
**
(.0076771)**
.0037245
.0037097
Acueducto
(.0078906)
(.007913)
.0057451
.0038322
Etnia
(.0081803)
(.0081719)
.
.0048012
Numper
(.0014657)**
.
.
Edad
Modelo 3
Modelo 4
.0015689
(.0009444)*
-.029742
(.0105403)**
-.0395666
(.0076581)**
.0031251
(.0079035)
.0045612
(.008159)
.0050213
(.0014455)**
-.0023115
(.0004993)**
-.0015662
(.000944)*
-.0294759
(.0098699)**
-.0395928
(.0075882)**
.
.
.0050618
(.0014393)**
-.0023096
(.0004996)**
Nota: Cada columna representa un modelo Probit con la eda como variable dependiente. Los
números en paréntesis son errores estándar consistentes con heteroscedasticidad. Los asteriscos
***, ** y * denotan la significancia estadística de 1%, 5% y 10%, respectivamente. La significancia
está basada en los coeficientes originales del modelo Probit.
Fuente: Estimaciones propias a partir de la ends, 2010.
Los resultados del modelo también indican que entre mayor sea el número de
personas que habitan en la vivienda mayor será la probabilidad que se presente
una eda (0,5% por cada residente adicional).
De otra parte, cabe señalar que, con excepción de los resultados obtenidos
para la variable Acueducto, las estimaciones de los cuatro modelos resultan consistentes con lo que teórica y empíricamente se han identificado como los determinantes de la mortalidad en la niñez y la eda.
22
DETERMINANTES DE LA MORTALIDAD Y LA PREVALENCIA DE ENFERMEDADES…
VI. CONCLUSIONES
En este trabajo se estudiaron los efectos que sobre mortalidad y la prevalencia
de eda en niños menores de cinco años ejercen las características de infraestructura, socioeconómicas y demográficas de sus hogares.
Los resultados de la estimación Probit muestran que la reducción de la mortalidad en la niñez se relaciona estadísticamente con el acceso a saneamiento
básico. Sin embargo, la educación de las madres es la variable que mayor impacto
tiene sobre la reducción de la mortalidad. Elevar el nivel educativo de las madres,
por lo tanto, debe ser parte importante de cualquier estrategia para reducir la
mortalidad de menores de cinco años.
La variable acceso a agua potable no resultó estadísticamente significativa, lo
cual es consistente con lo planteado por Waddington et al (2009). En los últimos
años, se ha avanzado notablemente en Colombia en la provisión de servicios
públicos, alcanzando coberturas urbanas de 97,6% para acueducto y 92,9% para
alcantarillado, y coberturas rurales de 72% y 69,6% para esos mismos servicios,
lo que implica que, marginalmente, es más eficiente la ampliación de la red de
saneamiento (dane, 2008).
De otra parte, a pesar de que el origen étnico de las madres resulta estadísticamente significativo como causal de la mortalidad en niños menores de cinco
años, su aporte explicativo no tiene mayor peso en comparación con otras variables independientes. Las variaciones observadas podrían estar reflejando las diferencias socioeconómicas entre los grupos étnicos y no étnicos (dane, 2007). Por
lo tanto, es necesario incluir determinantes adicionales que permitan explicar
mejor la probabilidad de ocurrencia de la mortalidad en la niñez.
La estimación del modelo Probit para el análisis de la prevalencia de eda muestra que el acceso a agua potable y las adecuadas condiciones del piso de las vivien­
das son estadísticamente significativos para su control. El nivel educativo de la
madre también resulta significativo para la reducción de la probabilidad de ocurrencia de la eda.
Así mismo, en la medida en que aumenta la edad de la madre se reduce la probabilidad de ocurrencia de eda. En este caso la edad es una proxy de la madurez
de la madre, y de la responsabilidad con la que atendería el cuidado de su hijo.
Esto resulta consistente con las altas tasas de natalidad que la ends 2010 estima
para los grupos de 15 a 19 años (84 nacimientos por cada mil mujeres) y 20 a 24
años (122 nacimientos por cada mil mujeres), y es un argumento adicional en favor
23
MAURICIO RODRÍGUEZ GÓMEZ
de las campañas de educación dirigidas a reducir los embarazos en adolecentes y
adultos jóvenes.
De otro lado, el modelo revela que el origen étnico de las madres no influye
sobre la probabilidad de ocurrencia de eda en los menores de cinco años, siendo
principalmente los determinantes arriba examinados los que propician su ocurrencia. En este sentido, los esfuerzos públicos para el control de esta enfermedad
deben centrarse en el mejoramiento de las condiciones de acceso a agua potable,
la promoción de programas de mejoramiento de vivienda del tipo «pisos saludables», el mejoramiento de la cobertura educativa y el desarrollo de campañas
educativas que involucren los temas de higiene y sexualidad.
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26
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL
AND HISTORICAL PERSPECTIVE
DAVIDE GUALERZI*
ABSTRACT
This paper is part of a larger project aiming at revitalizing «high development
theory». It examines the roots of development economics, tracing it back to the
seminal contributions of European émigrés to the uk and the us in the 1930s.
Developed mainly by German speaking economists it became very influential in
the 1950s and 1960. It was virtually pushed out of economic theory and research
by the new course in economic analysis, relying more and more on a formalized
approach. Discussing the reasons of the dismissal, Paul Krugman has identified
a basic model where modernization was a self-sustaining process centered on
the interaction between scale economies and market size. That is hard to fit into
standard competitive analysis and so it was abandoned.
The paper focuses on the basic model and argues that a fruitful way to develop
the interaction between scale economies and market size is focusing on the process of market formation. This is a key issue for updating and bringing forward
the fundamental insight of high development theory. The paper calls attention
to the differences in the way the question is articulated in developed and developing economies. In developed economies the main problem is to overcome
the tendencies towards market saturation. In developing economies the main
*
The author is Associate Professor, Department of Economic Sciences «Marco Fanno», School of Political
Sciences, University of Padua, Italy. E-mail: [email protected]. This paper was presented at Universidad
Tecnológica de Bolívar in February, 2012. Submitted: February 14, 2012; accepted: March 31, 2012.
Economía & Región, Vol. 6, No. 1, (Cartagena, junio 2012), pp. 27-48.
27
DAVIDE GUALERZI
problem is to build up the domestic market. Constraints arise from income distribution, social conflicts and environmental problems. We argue that the focus
on market formation helps to shape a research agenda that, while based on the
approach of high development theory, can address the formidable challenges
posed by the development of a heterogeneous periphery dominated by the new
giants in Asia and Latin America.
Key words: Development, development economics, Krugman, scale economies, increasing returns, market creation
jel
Classifications: O16, O25
RESUMEN
La economía del desarrollo: Una perspectiva teórica e histórica
Este trabajo es parte de un proyecto más amplio cuyo propósito es revitalizar
la llamada «alta teoría del desarrollo». Se examinan las raíces de la teoría del desarrollo, rastreando sus orígenes en las contribuciones seminales de emigrantes
europeos al Reino Unido y a los Estados Unidos, en la década de 1930. La teoría
del desarrollo fue desarrollada principalmente por economistas germano-parlantes y fue muy influyente en las décadas de 1950 y 1960. Fue virtualmente expulsada del cuerpo de la teoría y la investigación económica por el nuevo rumbo
que tomó desde entonces el análisis económico, que depende más y más de un
enfoque formal. Al examinar los motivos de la expulsión, Paul Krugman identifica
un modelo básico en el cual la modernización era un proceso auto-sostenido
centrado en la interacción entre economías de escala y tamaño del mercado. Este
enfoque difícilmente encaja dentro del análisis competitivo corriente, de manera
que fue abandonado.
El ensayo se concentra en el modelo básico y argumenta que una manera fructífera de desarrollar la interacción entre economías de escala y tamaño del mercado es enfocarse en el proceso de formación de mercados. Este es un tema clave
para actualizar e impulsar hacia adelante la contribución fundamental de la alta
teoría del desarrollo. El trabajo llama la atención hacia las diferencias en la forma
en que esta cuestión se articula en economías desarrolladas y en desarrollo. En
las economías desarrolladas, el principal problema es superar las tendencias a la
28
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
saturación de mercados. En economías en desarrollo, el principal problema es
expandir el mercado doméstico. Los impedimentos se derivan de la distribución
del ingreso, los conflictos sociales y los problemas ambientales. Argumentamos
que enfocarse en la formación de mercados ayuda a construir una agenda de
investigación que, aunque basada en el enfoque de la alta teoría del desarrollo,
puede tratar los formidable retos que representa el desarrollo de una periferia
heterogénea dominada por los nuevos gigantes de Asia y América Latina.
Palabras clave: Desarrollo, economía del desarrollo, Krugman, economías de
escala, rendimientos crecientes, creación de mercados
Clasificaciones jel: O16, O25
I. INTRODUCTION
The purpose of this paper is to lay out the basis for a historical and analytical
appraisal of development economics and suggest a possible direction along which
to pursue its original approach. This appears to be a preliminary step for further
research aimed at a more satisfactory framework for the study of development in
the present conditions of the world economy. In particular, the rise of some large
developing economies in Asia and Latin America present formidable challenges
for the study of development and underdevelopment; it seems then appropriate
to look back at the foundations of development theory.
The paper lays out the basis for a larger research project addressing three
topics. One concerns the historical roots of development economics, or high
development theory, as labeled by Paul Krugman. The second is the basic analytical structure of such a theory. The third is the focus on market formation that
offers a possible useful contribution to the basic scheme and thus a promising
way to bring back development economics as a fundamental tool for the study of
development.
These topics clearly go beyond the limits of a brief paper. No comprehensive
discussion is attempted, but primarily a new perspective is presented, which redefines the research agenda of development economics and brings it to bear on the
analysis of emerging markets in the context of the crisis of the late 2000s.
29
DAVIDE GUALERZI
II. THE HISTORICAL ROOTS OF DEVELOPMENT
ECONOMICS
Development economics has its roots in a series of seminal contributions. Although hard to label them a school of economic thought, they have nevertheless a
similar approach to the question of development and a common set of analytical
tools. Early development theorists were for the most part émigrés from Europe,
fleeing political persecution. They contributed most to the establishment of this
field of study. Very important contributions were those of Latin Americans,
which are, however, less known.1
In fact, there were two effects of European émigrés on Economics in the us.
On the one hand, the entire discipline of Economics was deeply affected by this
migration of people and ideas. On the other, new fields of investigation entered
the domain of economic science. Among them was precisely development economics.
The work and ideas of economists that moved from Europe to the United
States and Great Britain in the 30s and the 40s were deeply influential on the discipline, determining what was in fact a new course in the history of economics.
Indeed, the internationalization of economics was rather its “Americanization”.
It occurred mainly through the migration after 1933 of German-speaking economists from Nazi Germany and from Stalinist Soviet Union, as in the case of Jacob
Marshack (Hagemann, 2007 and 2010). As Samuelson (1988, p. 319) put it: «The
triumphant rise of American economics after 1940 was enormously accelerated
by the importation of scholars from Hitlerian Europe». The rise of «American
economics» can be described as the creation of a commonly recognized analytical and methodological standard in the discipline. European émigrés very much
contributed to the establishment of the new standards for the economics profession (the professional “Gleichschaltung”), defined by a growing importance of
mathematical economics and econometrics. The use of formal, mathematical
methods to conduct the theoretical analysis of the economy became the decisive
characteristic of modern economic thought.
That may have reflected a national style of economic research characterized
by a high degree of specialization and applied work. Nevertheless, the reasons
1
On the Latin American contributions to development economics, see Boianovsky (2010) and Gualerzi
and Cibils (2011).
30
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
for this peculiar development should be investigated further. One question in
particular deserves consideration: Why was the national (i.e. us) style of research,
conceivably rooted in the Anglo-Saxon culture, brought to a new level of completion by economists coming from the European continental tradition and culture?
What matters here is to note that European émigrés were also most influential in
the establishment of a body of theory and research which came to be known as
development economics and that occurred at the same time —except that it was
going in an altogether different direction.
Development economics became a new discipline because of the work and
teaching of continental economists in the United States and Great Britain. Their
concern was industrialization and economic development in the backward areas
of Europe. The classic article by Paul Rosenstein-Rodan (1943) was written to address the problem of development in Eastern and South Eastern Europe. Besides
Rosenstein-Rodan the best known names are probably Alexander Gerschenkron, Albert Hirschman, Kurt Mandelbaum and Hans Singer. The institutional
centers for the development of the new discipline in Great Britain were mainly
London and Oxford, where Mandelbaum and Rosenstein-Rodan were teaching.
These scholars stand out for their original insights into the problem of
development, but also for a way of theorizing that is the opposite of what was
becoming dominant in economics. As Krugman points out, high development
theory was in essence discursive and non-mathematical. It followed an entirely
different path. The leading role played by Hirschman and Rosenstein-Rodan,
together with a few others (for example, Gunnar Myrdal), highlights an intellectual development that has little in common with the establishment of the new
mainstream in economic science. Development economics is from the beginning
a distinct and peculiar branch of economics. Its eventual demise can be traced
back to these origins.
III. THE FALL AND RISE OF DEVELOPMENT ECONOMICS
A. The strange story of development economics
Against this historical background stands the question of what has become
of development economics today. This is relevant given the rise of «developing
economies», and in particular the so-called «four tigers» (Hong-Kong, Taiwan,
31
DAVIDE GUALERZI
Singapour, Korea) in the 1980s (Amsden, 1989 and 2001) and the new economic
powers in Asia (China and India) and Latin America (Brazil) in the 1990s and
2000s.
Some years ago, Paul Krugman (2005) reconstructed the making of this field
of investigation and offered some reasons for its demise.2 Krugman analyzed what
he calls the strange story of development economics. What is this strange story?
It is a story of «some loss of knowledge», or «the evolution of ignorance» (p. 3)
which, in Krugman’s opinion, is a necessary step in the progress of science. Krugman attributes the dismissal of what he calls «high development theory» to the
rise of improved techniques in economics. Model building became the standard
of the profession, and in the process the development theories of Hirschman and
Myrdal became to economists «not so much wrong as incomprehensible» (2005,
p. 1).3
While the development of the science of Economics took a more formalized
approach, high development theory is instead noted for its «adherence to a discursive, non mathematical style» (p. 4), which Krugman regards as «archaic in
style even for its own time». Squeezed between these two opposite «methods»,
Krugman argues, the fundamental insight into the problem —the very substance
that made valuable the theory— got lost. That lasted a number of years, indeed
until Krugman himself brought back into the picture some of these ideas.4 That
implies the loss of knowledge as a step in the progress of science.
In Krugman’s reconstruction, the virtual cancellation of development theory
is the result of the direction taken by mainstream economics. Although fully
relevant to the issue of development,5 its dismissal as a tool of analysis and policy
is the result of the evolution of the discipline. Krugman argues that the method
2
The references in the text are to «The Fall and Rise of Development Economics», an article posted in 2005
in Krugman’s web site. These ideas were originally expounded in Krugman, 1993.
3
Something similar must have happened to regional economic analysis. Contributions such as those of
Myrdal and Francois Perroux set the discipline on a path largely divergent from that of more mainstream «regional economics». Notice that both Myrdal and Perroux were development theorists focusing on the regionalspatial dimension.
4
One example is the new theory of international trade (Krugman, 1985, 1991). The theory is based on the
recognition of the role played in specialization and trade by static factors, such as factor endowments, and dynamic factors, which account for increasing returns. For example, in the case of fdi (Foreign Direct Investment)
it implies the need to distinguish between scale economies at the level of the single plant and at the level of the
enterprise. Production in less developed countries is the result of the joint operation of lower factor prices and
the internalization of «joint inputs» services, which are enterprise-specific.
5
«The irony is that we can see that high development theory made perfectly good sense after all.» (p. 1).
32
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
based on abstraction and formalization, i.e. model building, took over economic
science, to the point of marginalizing a discourse that could not be fitted into
formalized models. It fell out of the theory and ended up largely ignored. Indeed,
it was too good to fit into formalized models. But economic science cannot progress without modeling. Models are indispensable for controlled experiments
and to establish the main relationships of theory based on logical coherence.
That is imperative to handle complexity that is otherwise intractable.
Designed to highlight why the theory was virtually dismissed, Krugman’s argument is certainly telling a part of the story, and yet is somewhat puzzling. The
issue at hand is why development theory lost its relevance in favor of a return
to the analysis of development based on mainstream economics and market orthodoxy. Considering its deep roots in the history of economic thought and the
major impact it had, it is indeed difficult to understand how it could be almost
completely wiped out.
Krugman highlights the logic of the dismissal. Pitting against each other relevance and modeling, richness and rigor, he explains the crisis of development
economics purely as a result of a methodological shift.6 However, at closer consideration the issue seems to be not so much modeling but theory. Theory is a
matter of finding the appropriate abstractions. So the shift in method was part of
a shift in theory and, in particular, in the choice of the appropriate abstractions.
The fundamental issue appears to be the theoretical treatment of externalities and
economies of scale. They could not fit into rigorous, albeit admittedly simplistic,
economic models. The kind of theory or, if you like, the way of theorizing favored by the mainstream could not accommodate the problems discussed by high
development theory. We could conclude that theoretical principles, rather than
choice of method, determined the dismissal of development economics.
There is, then, another side to the issue that is worth investigating: the shift
of method did not occur out of the blue; it responded to a change in theory.
One may ask whether the fundamental issue was model-building or rather the
kind of modeling, based on constrained maximization. The question would then
be much more theoretical than methodological. The crisis in the field of economic development would then be driven, more than by the distinction between
method and theory, by the rise of mainstream economic theory. To be true, ex«This paper, then, is a meditation on economic methodology, inspired by the history of development
economics…» (p. 1).
6
33
DAVIDE GUALERZI
ternalities, economies of scale and cumulative causation cannot fit modeling,
but more fundamentally economic theorizing concerns something else. After all
Krugman himself highlights how the fundamental ideas of development economics can be presented formally, in the sense of exposing some fundamental
relationship in rigorous terms. That strongly suggests that it was not primarily
the method that drove out of sight the problems posed by development theory;
it was, rather, the very notion of what economic theory was about. Rigor only
requires picking the best abstractions with respect to the fundamental theoretical
issues. If one differs on what the theory is about the rest follows.7
This argument can certainly be pursued further to establish what is indeed
the crux of the matter. That raises questions that go beyond the brief examination of the issue presented here. It is, however, rather hard to see the dismissal
of the highly relevant body of theory that Krugman neatly outlines as purely an
unfortunate case of economists becoming increasingly incapable of following up
the central arguments, so as to make it irrelevant. That, notwithstanding the fact
that the inclination towards the use of formalization and in general the approach
at theorizing may differ among economists.
B. The fundamental structure of development economics
Krugman’s discussion is nevertheless very helpful to examine the fundamental structure of development economics and also to place in perspective the main
questions for a revitalization.
According to Krugman,
«Loosely, high development theory can be described as the view that development
is a virtuous circle driven by external economies -- that is, that modernization
breeds modernization. Some countries, according to this view, remain underdeveloped because they have failed to get this virtuous circle going, and thus remain
stuck in a low level trap. Such a view implies a powerful case for government activism as a way of breaking out of this trap» (p. 2).
The main ingredients in most versions of high development theory were, first,
the self-reinforcement coming from «an interaction between economies of scale
7
34
In this respect it is of great interest what Krugman says about the use of models and metaphors.
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
at the level of the individual producer and the size of the market», (ibid.) and,
second, some sort of dualism such that the modern sector would have higher
productivity, and therefore could pay higher wages, than the traditional one.
«The story then went something like this: modern methods of production are
potentially more productive than traditional ones, but their productivity edge is
large enough to compensate for the necessity of paying higher wages only if the market is large enough. But the size of the market depends on the extent to which modern techniques are adopted, because workers in the modern sector earn higher
wages and/or participate in the market economy more than traditional workers.
So if modernization can be gotten started on a sufficiently large scale, it will be
self-sustaining, but it is possible for an economy to get caught in a trap in which
the process never gets going» (p. 2).
The problem is that by the late 1950s mainstream economics, argues Krugman, was becoming increasingly hostile to the kinds of ideas embodied in high
development theory, and in particular increasing returns tended to disappear
from the discourse. But increasing returns are «invariably crucial to the argument» (p. 3). The problem is that economies of scale «were very difficult to introduce into the increasingly formal models of mainstream economic theory» (ibid.).
Indeed, high development theory rested on something that nobody knew exactly
how to put into formal models (p. 5).
IV. DEVELOPMENT ECONOMICS AND MARKET
FORMATION
As the title of Krugman’s paper suggests, the main ideas of «high development
theory» are, in a sense, making a comeback. It is an open question, however,
how influential the approach is in current research and in devising development
policies. Central elements such as externalities in development and increasing
returns are still a challenge to economic thinking, as they were in the years of the
first rise of development economics.
I would like to go into the substantive matter of the basic structure of high
development theory, suggesting a way to improve and expand on the insight concerning the relationship between economies of scale and the size of the market. To
do that, a discussion of the question of market formation and structural change
is relevant.
35
DAVIDE GUALERZI
It is useful in this respect to recall what Krugman regards as «the essential high
development model» (p. 2), that is, Rosenstein Rodan’s Big Push argument. The
main point is the establishment of large scale (modern) production in manufacturing (economies of scale) by drawing workers from the pool of the unemployed
and/or low paying agricultural activities (dualism). Upstream is the large investment necessary to establish modern industry, downstream the effects of higher
wages. Parallel to that is the recognition that large investment in one industry
might be unprofitable in isolation —thus the call for coordinated investment in
many industries, which is the essence of the Big Push. But one can also see in
this the basis for an argument about market creation that occurs through the
converging forces of rising incomes for a large part of the population and the
establishment of new consumption patterns and lifestyles. This is the basis of
a virtuous cycle of growth, propelling further prospects for investment and the
possibilities of changes in lifestyles. This is largely consistent with cumulative
causation; indeed market creation is a fundamental aspect of it and completes
the development mechanism.
After all, the interplay between economies of scale and market size is the
simplest way to conceptualize the close relationship between modernization of
production and market formation. Yet another example of the central role played
by the interaction between scale economies and market size are Hirschman’s
backward and forward linkages. Indeed, Krugman says that circular causation
was a part of Allyn Young’s (1928) analysis of increasing returns; it can be added
that this is where precisely the issue of quantitative and qualitative increasing
returns arises in connection with the growth of the market.
We can conclude that market formation, although hardly discussed as such, is
an essential aspect of high development theory and a possible variable to develop
the approach. The point is to articulate the mutual reinforcement between market growth and economies of scale.
V. ON MARKET FORMATION: A NEW APPROACH
A fundamental limitation of the approach is that the interdependence between economies of scale and the extension of the market does not clarify what
is no doubt a complex set of causal relationships. The point of the strategy of
development is to break into the mechanism of economic expansion. That is, in
36
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
essence, the «big push». But the sequence of development is not further investigated.
The question can be dealt with by a simple scheme based on Keynesian premises. Although arising from the effort to address the question of long-term stagnation tendencies in advanced industrial economies, such a scheme highlights
in general the mechanism of market creation. The approach is centered on the
structural dynamics of market creation (Gualerzi, 2010). Its distinctive characteristic is to look at the change in consumption patterns as a fundamental aspect of
growth, which in turn allows for a fresh look at investment and structural change.
Consumption patterns are the result of the change in the forms of need satisfaction. In a market economy, needs are satisfied by means of commodities.
Therefore, these forms are the result of a potential realized by specific commodities and systems of commodities, by means of investment in these commodities.
This is the first and fundamental step of market creation: the exploitation of a
potential (the market to be) by private investment. Firms are engaged in a market
development effort confronting more than the existing demand —what we can call
potential demand. The aim is to identify and examine the potential implicit in
need development into a more narrowly defined notion of potential market. This
arises from the demand side the development of commodities and systems of
commodities, i.e., the size and forms of innovative investment. Potential market
has a greater degree of determinacy than potential demand. It depends on the
previous development of the structure of needs, manifested in established patterns
of consumption. It emerges as a possibility implicit in the variation of current
patterns of consumption and a stimulus to investment aimed at modifying current forms of need satisfaction.
It can be said that changes in consumption, which redefine the way needs
are satisfied, also permit their development. Therefore, in a market economy the
notion of needs cannot be grasped without reference to the ways in which they
are satisfied.
What then comes to light is the other side of the transformation of consumption patterns: they evolve in a manner consistent with the creation of new markets, therefore sustaining market formation. Market creation is the other side of
the new forms of need satisfaction. It proceeds from firms’ efforts to develop the
markets that successfully redefine the structure of consumption and therefore
the development potential of the need structure. New markets arise from this
process and contribute to overall market expansion. In order for that to happen a
37
DAVIDE GUALERZI
key aspect is the interdependence of needs and the mutual determination of the
needs structure and systems of commodities.
The tools to this end are investment spending, mobilizing productive technology, organization, and material and immaterial resources. Market development
strategies are, therefore, substantiated by investment in a variety of different areas,
from the acquisition of new technology to market research, from the experimentation with new products to the policies of image and selling effort. The efforts
directed to translate potential market into actual market, when successful, results
in new market formation that sustains the rate of growth of the firm, as well as
that of the aggregate economy, as can be expected from any form of autonomous
investment.
It is precisely the focus of investment that gives a clear sense of determination
to the process of market formation. In this respect, there is a two-way relationship between investment and market growth. In the first stage, that of market
development in a strict sense, investment establishes an innovation as a viable
consumption alternative; in the second, that of market expansion, eventually
culminating in the last stage of maturity, investment responds and follows market
growth. In short, investment first «creates» the market; then it responds to its expansion.8 Thus, it is only in the second stage that the more established notion of
investment as capacity creation takes hold fully, as the diffusion of innovation in
consumption drives market growth. In this second stage investment responds to
demand (or expected demand), contributing to further growth of the market. We
can conclude that investment «drives» market growth and, according to the stages
of market development, market growth stimulates further investment.9 This development process generates income that, in principle, could be spent to buy the
new products, transforming a potential market into an actual market.
It appears that development economics, a result of the intellectual trends in
economics of the 1950s, has focused exclusively on the cumulative causation
arising from an initial stimulus. That is why it insists on the role played by government and by public investment. In this respect, the scheme outlined above
a) brings into light the fundamental force, innovative investment, that can set
8
The stages of market development are quite clearly shaped after the product cycle, approximated by a
sigmoid pattern of growth. This is more fully discussed in Gualerzi, 2001, Chapter 5.
9
In the aggregate, market expansion will depend on how radically new is the innovation introduced, the
pace of diffusion and how deep is the process of transformation it entails.
38
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
in motion the development sequence, and b) it highlights that the interaction
between scale and market size is typical of the second stage of market formation
—what we have called the stage of market expansion.
Admittedly, the structural redefinition of the market in stage one is much
more important for contrasting the effects of saturation of established markets
(mature sectors) that face decreasing rates of sales. Thus, it is fundamental to
understand market formation within the structural and institutional conditions
of advanced market economies. What appears more relevant from the point of
view of developing economies is the rapid growth of the market associated with
the diffusion of products and associated lifestyles that have already reached maturity in developed economies. Nevertheless the scheme has a general relevance:
it addresses the problem hidden in the interdependence between industrial modernization (economies of scale) and market formation (the size of the market)
that is at the core of high development theory. On the one hand, it suggests a
way to enrich and update the «big push» argument; on the other, it highlights the
relationship between investment and the potential contained in the expansion of
the domestic market. This is possibly the most important issue for consolidating
growth in the developing economies of Asia and Latin America.
The scheme, therefore, opens the way to examine how the issue of market
formation and the rise of new markets are articulated differently in developed
and developing economies. This highlights, first, the limits imposed on market
formation in advanced industrial economies and in particular on the consumerdriven us economy, and, second, how the issue surfaces in the rapid growth of
developing economies.
VI. ADVANCED ECONOMIES
A. Technological Development
It is often argued that, in advanced economies, new markets are the result
of technological change. Let us consider the latest «technological revolution».
Though often overstated, it is hardly disputable that icts and their impact on
development reached a new stage of maturity in the last two decades, particularly
in the United States.
The rise of the Internet economy and the investment-driven us boom in the
second part of the 1990s shows that technological change can stimulate spurts
39
DAVIDE GUALERZI
of growth. But it resulted in a bubble, and its collapse fed right into the current
crisis. Focusing on market formation helps to consider the limitations this process encountered. Ultimately new information technologies, despite the Internet
boom, did not breed long-term expansion, as witnessed by the recession of the
late 2000s. In fact the collapse of the 1990s boom and the subsequent recovery
incubated the financial crisis that began in the us in 2007 (Gualerzi, 2010). The
expansion did create new markets but it then collapsed over the failure of a deeper
process of market formation. Thus, the need to examine, in this particular ins­
tance, the limitations of a growth pattern centered on icts on the process of
market development.
There are not only opportunities but also barriers to consumption transformation and market growth associated with digitalization and the spread of the Internet. There are four main aspects of such barriers (Gualerzi, 2010, Chapter 7):
1) Computer literacy and skills acquisition. Computer literacy and familiarity, depending on age, early experience and skills acquisition, works as a limiting
factor on the transformation based on the Internet and «virtual reality» as
a viable notion for economic development. But limitations may have an
altogether different nature.
2) Time in the home and domestic capital. The Internet affects the allocation of
time between the production-consumption activities that take place in the
private, domestic sphere. All too often the shift of certain functions away
from the market to private time and the home setting (which by the way
can be of very different quality and «capital intensity») is treated as a shift
at zero cost. But access is an empty notion without the time it requires.
This is often overlooked, insofar as it is assumed to be negligible, per se
and/or with respect to the time it saves.
3) Costly equipment and Internet access. If time use is a «hidden cost», other costs,
although also overlooked, are quite tangible. Neither the equipment nor
Internet access are free. They are simply included in what has become a
higher «domestic capital», such as electric appliances and domestic electri­
city bills. Second, these home-based activities rely on a fundamental capital that is the home itself.
4) The notion of home and place. icts and the Internet are partially reversing a
long run tendency towards industrialization of domestic production (Nell,
1998). While we observed in the past a massive exodus from homes of the
40
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
production of goods and services, we are witnessing now the re-importing
of some functions to the sphere of domestic production. Thus, the need to
observe the often neglected costs of transformation and the way they affect
consumption, domestic life and, ultimately, the very notion of home.
Finally, it should be noted that there are still other limitations, derived from
negative externalities. The domestic use of ict products and, in particular, the
access to virtual reality may have costs that are largely social, more than strictly
economic. There are indications that these costs may lay, for instance, in the phenomenon of addiction that has been observed by clinical research.
Admittedly, this is only a first analysis of the limitations engendered by a
growth pattern centered on icts. It can certainly be the subject of further development.10 The point is that these barriers are usually underestimated when they
are perceived at all. In particular, the peculiarities and difficulties of a deeper
transformation driven by the Internet highlight why the diffusion process may
not result in the same rapid growth of the market as in the past. In other words,
we have seen the difficulties that icts encounter for becoming a new engine of
growth, as other general-purpose technologies (or epoch making innovations)
have done in the past.11 These limiting factors, together with the balance of costs
and benefits, shed a negative light on the prospects of ict-driven market growth.
It may be said that we have now a first clear picture of these limits on the
information economy and society. An indication of this is what happened in
the 2000s. The diffusion of ict products and the Internet, together with some
trends of transformation, have continued unabated, sustained by the same forces
of computerization and access. Still, a new expansive phase did not occur. Technology development —and productivity growth— continued, in directions that
were already evident in the 1990s. However, the positive aspects of the boom
dissipated into a new slowdown of the economy. The recovery after 2003 was pulled by booming household debt that sustained high levels of consumption and
eventually collapsed in a liquidity crisis that triggered a recession.
The example of icts in the 1990s and 2000s weakens the general trust in new
technologies as creators of new markets. That stimulus must be seen in the con10
In this respect one should look, for example, at the work of Jonathan Gershuny, in particular his analysis
of the effects of the Internet on time uses and the domestic sphere. See Gershuny, 2000 and 2003.
11
In this light the boom at the end of the 1990s appears to be more than an adjustment in a continuing
growth path. It is, rather, a severe halt, precisely because of its capacity to create new markets.
41
DAVIDE GUALERZI
text of the barriers to market formation: overcoming these barriers may depend
on changes in economic and social organization and in institutions that are difficult to induce, in fact difficult even to delineate.
Emerging New Markets
To be sure, there is more than icts on the frontier of technological innovation. We can look at the past decade to see that some trends of development have
returned to the fore. One centers on energy and the environment, which appear
closely related issues, converging into the question of the transition to a so-called
green economy. A second is biotechnologies. Let us consider them briefly, looking only at features that may be thought to promote or limit market expansion.
The green economy
The questions of energy and the environment reached a new and critical stage
with the worsening of the environmental problem worldwide and the mounting
pressure posed by global warming and climate change.
In this respect, one can notice, on the one hand, the pressure created by the
rise of oil prices and the uncertainties about oil reserves and market prospects.
On the other hand, we see the alternative energy industry stepping forward into a
rapidly growing market. But these developments in energy and the environment
are laying heavy pressure on the transportation and automobile industries. The
latter is going through a deep crisis and reconsolidation, subject to the search for
an alternative to the internal combustion engine and/or to the automobile as the
master of private transportation.
Previously the environmental problem was mostly a matter of protection, i.e.
containing air and water pollution and preserving the natural environment. Now,
especially the climate change problem is a pervasive issue, calling into question
the short-term sustainability of the economic system. There are problems that
are reaching a crucial stage and need to be addressed urgently. Global warming
and climate change are the results of carbon dioxide (co2) emissions of industrial
production and cattle breeding. This generates a formidable challenge of industrial reconversion. So far, discussion has revolved around setting limitations to
emissions (hoping that it will work backward on the choice of «clean» or at least
cleaner technologies) and trading emission rights.
42
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
The energy industry also emits carbon dioxide and, like other industrial activities, burns fossil fuels. It is, however, at the core of the general environmental
problem because it extracts oil and produces oil derivatives. Focusing on energy
helps to narrow down the problem of new markets, revolving around oil and
automotive transportation. Indeed the large question that seems ripe for further
development is that of the alternatives to oil and the automobile. Both seem to
depend, on the one hand, on the limits set by the environmental problem and
global warming, and, on the other, on oil prices and reserves. Alternative sources
of energy are available, but for the development of a green economy it seems necessary to create incentives for fossil fuels to be used in homes and industries and
to create technologies beyond the internal combustion engine for transportation.
Further analysis should focus on such development, analyzing the oil market,
the alternatives to the combustion engine and the alternative energies industry,
beginning with solar technologies. Though it may do so in the future, so far green
investment has not provided much of a push to growth. Solar energy use, for
example, appears to be booming in Germany and many other places, including
China. But solar energy displaces other sources of energy. The question is how
much new employment it will create.
Climate change also affects ecosystems. New issues concern biodiversity and
the natural and human environments, indispensable to the livelihood of local
populations. Here the question crosses with that of agriculture, and especially
agro industry and biotechnologies.
Biotechnologies
After icts, this may be the most advanced of the sectors that may trigger a
boom. In biotechnologies there is a great deal of r&d and a large amount of
investment by venture capital, so that the rate of formation of new companies is
high. A little reflection suggests fantastic possibilities: A cure for cancer? For diabetes? Regenerating the heart? Growing replacement organs? Repairing arthritic
joints? Staving off old age, perhaps by genetic engineering? Surely the markets
would be endless… Nor are biotechnologies only medical; there are new seeds,
new pesticides, new crops and new or at least improved animals. There may even
be biological computers, faster than anything we have now.
Unfortunately a little more reflection reveals huge and, given our present institutions, perhaps intractable problems. Life-saving, life-enhancing and life-leng43
DAVIDE GUALERZI
thening procedures will surely be very costly: Will they only be available to those
who can afford them? They will also very likely be available in limited supply, at
least initially, but perhaps for a long time: How will they be rationed? Will they go
only to those who can pay the price? Public opinion would not accept a market solution. But, if not decided by markets, then who will decide, and on what grounds?
These are potentially very divisive questions. Solutions will have to involve an
ample public debate. There will almost certainly be a substantial public sector
role in providing the services in question.
As for genetic engineering, we already can see serious problems emerging: the
very successful weed-killers of a decade ago have now spawned very successful
resistant weeds —in some cases not only successful but far more damaging than
the ones they have replaced. Again there will have to be government regulation
and a large public sector role.
VII. DEVELOPING ECONOMIES
The difficulties of further market development in advanced industrial economies appear to arise from the increasingly complex way in which technologies affect economic and social life. That creates opportunities but also barriers. What
the recent experience of advanced industrial economies suggests is that, given the
present institutional structure and the role of the state, and no change in the distribution of income, it becomes increasingly difficult to expect a sustained process
of market creation. The same limitations could, in principle, arise in developing
economies, except that in these cases we are looking at a different set of questions.
One set of questions concerns the fact that development is about building
institutions, not just markets. Here, of course, a central question is the role of
the state (Gualerzi, 2010). However, the focus here is on new markets as a key
to the growth of demand that drives economic expansion. In this respect, the
main difference is that, in developing economies, the crucial problem is the very
process of expanding the market, not the possibility of gluts in those that are
well-established. Primary evidence based on the growth rates of countries such
as China, India, Brazil, but also other developing economies (see the countries
of the G20), suggests that market growth prospects are at present very positive.
These countries are expected to grow faster in the next years compared to the
developed world. Another group of countries is still struggling to enter some
44
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
sustained process of development. That is part of the complicated picture of the
world economy, which is going to be further affected by the current crisis.
We are considering here only the first group of developing economies, what
we may call growth poles. China is possibly the most paradigmatic case among
them. It most clearly is a case in which development is not driven by the exports
of natural resources but by the expansion of industry and manufacturing. We
ought to recall that China is a peculiar case of a developing economy. It is the
first recipient of Foreign Direct Investment and a world power. It has options
that other countries lack.
Looking at the past twenty years, including the 2008-2009 crisis, one should
conclude that China is the most striking example of rapid market expansion.
Albeit successful, Chinese growth has been, however, largely driven by world
demand and, in particular, by the demand of industrialized economies for its
exports. That is not to say that the internal market is unimportant, but it has not
been the driving force of expansion.12 Things however appear to be rapidly changing. Increasingly, the attention is shifting to the domestic market. However, one
must note that market growth so far depends on the diffusion of Western consumption patterns. In this case technology does in general have positive effects
and market formation follows a well-known path. It does not reflect, however,
any major novelty or innovation in consumption. This might be detrimental in
the long term. The point is that in China there are no problems of market saturation, and they may not arise for years to come. However, market growth in the
context of a developing economy, and particularly in China, is facing other obstacles, notably arising from low wages, social constraints, and the deterioration
of the environment. This is precisely the point: market development depends on
the overall circumstances and structural characteristics of the economy.
In this respect it can be noted that, though it is a developing economy, much
attention is given in China to advanced technologies, as well to renewable energy
and environmentally sound products. China is one of the major investors in solar energy and is moving forcefully into to design of zero-emission automobiles.
How this is going to drive the development of the domestic market is the second
fundamental question for Chinese economic growth.
12
Krugman, for one, has recently observed that low domestic consumption and the high saving rates are
becoming a problem for Chinese growth prospects.
45
DAVIDE GUALERZI
VIII. CONCLUDING REMARKS AND RESEARCH
QUESTIONS
Only further research can firmly establish the role of market formation in
the framework of development economics. The working hypothesis is that it can
usefully be inserted in that analytical structure. It appears indeed central to an
understanding of the question of development and underdevelopment in the
xxi century. A starting point is the recognition that in developing economies the
bulk of market formation proceeds from the establishment of those patterns of
mass consumption that characterized the post-war period in advanced market
economies. This process is however subject to other constraints, a fact that defines the peculiarity of the transformation in developing economies. This is a
major theme for future research.
We have seen that the question has a solid basis in the early development
literature, which in turn has its roots in economic ideas in vogue between the
two wars. Krugman’s argument helps to identify the fundamental insights of
early development economics. The interdependence of the division of labor and
the extension of the market and, thus, the cumulative process associated with
industrial development is at the core of the approach. This overlooks, however,
the question of the actual process of market formation. Krugman certainly contributed to bring back the approach, although one may ask whether the loss of
knowledge he discusses is really indispensable to the virtuous cycles of scientific
advance. Still, it is debatable whether development economics is now in better
shape than it was in the 1950s, when it became practically irrelevant to the development of economic theory.
This essay has sought to revitalize that approach and give it a new perspective.
We have argued that a major rethinking should a) bring back the question of
development and underdevelopment into the domain of theoretical investigation, rescuing it by the simple application of the general principles of mainstream
theory, and b) respond to profoundly different circumstances of the world economy. The analytical framework must reflect more accurately the changes that have
occurred in the very question of development after the years of high development
theory. That should also mark a distinction with a multidisciplinary field such as
development studies.
46
DEVELOPMENT ECONOMICS: A THEORETICAL AND HISTORICAL PERSPECTIVE
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48
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA
LA MUJER EN COLOMBIA
JUAN David BARÓN*
RESUMEN
El fenómeno de la violencia física contra las mujeres es un problema social y
económico alarmante en Colombia. Las cifras para el año 2005 sugieren que el
33% de las mujeres que alguna vez han vivido con un compañero han sufrido violencia física. Aunque existen algunos análisis sobre la violencia a nivel nacional,
es poco lo que se conoce sobre la incidencia del problema y sus factores asociados. Este documento usa información de la Encuesta Nacional de Demografía y
Salud 2005 para analizar la incidencia nacional, y regional, y la importancia de
los diversos determinantes de la violencia de pareja contra la mujer. El análisis
señala que existen diferencias económicas, y estadísticamente significativas, en
la incidencia de la violencia de pareja a nivel regional en Colombia. A pesar
de los estereotipos regionales, en varias medidas de violencia de pareja, Bogotá
muestra los indicadores más altos, mientras que el Caribe muestra los más bajos.
Se encuentra, además, que los niveles de riqueza son un factor asociado a la violencia de pareja a nivel nacional y de Bogotá (entre mayor la riqueza, menor la
* El autor es economista en la Unidad de Reducción de Pobreza y Manejo Económico en la región de África
Oriental, Banco Mundial, Washington. Este trabajo fue escrito cuando era Investigador del Centro de Estudios
Eco­nómicos Regionales (ceer) del Banco de la República, en Cartagena. Correo electrónico: juandbaron@gmail.
com. Una versión preliminar de este ensayo apareció bajo el título de «La violencia de pareja en Colombia y sus
regiones», en la serie Documentos de Trabajo sobre Economía Regional, Banco de la República, No. 128, junio
de 2010. El autor agradece los comentarios de los miembros del ceer y de dos evaluadores anónimos de Economía & Región. Fecha de recepción: octubre 21 de 2011; fecha de aceptación: 13 de marzo de 2012.
Economía & Región, Vol. 6, No. 1, (Cartagena, junio 2012), pp. 49-93.
49
JUAN DAVID BARÓN
probabilidad de que la mujer sufra violencia física por parte de su pareja), pero
no para el Caribe.
Palabras clave: economía de la familia, violencia, regiones
Clasificaciones jel: I10, J12, R23
ABSTRACT
Partner Physical Abuse Against Women in Colombia
Partner physical abuse against women is a social problem of alarming levels
in Colombia. Figures for 2005 indicate that at least 33% of women who have
ever lived with a male partner experienced some kind of physical abuse. This
paper uses the 2005 Colombia Demographic and Health Survey to analyze the
national and regional prevalence of physical partner abuse in Colombia. I find
that there are regional differences in physical abuse rates even after controlling
for both partners’ characteristics and the characteristics of the household (Bogotá
showing the highest rates). When comparing the Caribbean region to Bogotá, I
also find differences in the association between the probability of experiencing
partner abuse and its associated factors. The higher the household’s wealth, the
lower the probability of a woman experiencing partner physical abuse in Bogotá
(and in Colombia) but not in the Caribbean region.
Key words: Family economics, violence, regions
jel
Classifications: I10, J12, R23
I. INTRODUCCIÓN
A pesar de los grandes avances en términos de la igualdad de género en la
sociedad, la violencia de pareja en contra de la mujer es un problema serio en
diversos países, que tiene importantes consecuencias para los miembros de las familias. Una encuesta realizada en 50 países señala que entre 10 y 50% de las mujeres entrevistadas indicaron haber sufrido algún tipo de violencia física causada
50
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
por sus parejas en algún momento de sus vidas (Heise, Ellsberg y Gottemoeller,
1999). La violencia de pareja usualmente viene acompañada de abuso sicológico y
sexual (Campbell y Soeken, 1999; Ellsberg, Peña, Liljestrand y Winkvist, 2000),
y también existe evidencia de que en las familias donde se presenta violencia entre los adultos, el abuso físico contra los menores también es más prevalente que
en familias en las que no se presenta violencia entre los adultos (Appel y Holden,
1998; Edleson, 1999a).
La violencia de pareja también tiene un importante efecto sobre la salud de
las víctimas y de la familia en general. Hay consecuencias físicas (incapacidades,
heridas, desórdenes de salud) y psicológicas (síndromes, desórdenes mentales,
cambios de comportamiento) aún después de que la relación abusiva ha terminado (Heise et al., 1999). Adicionalmente, los niños que observan violencia entre
sus padres presentan problemas de comportamiento en su crecimiento y tienen
una mayor probabilidad de volverse víctimas o victimarios cuando crecen (Edleson,
1999b; Jouriles, Murphy y O’Leary, 1989; Song, Singer y Anglin, 1998). También
existe evidencia de externalidades negativas de los niños provenientes de familias
en las que existe violencia de pareja hacia sus compañeros de clase. En particular,
los compañeros de clase de esos niños de familias violentas obtienen puntajes inferiores en pruebas de matemáticas y lectura comparados con niños de familias en
las que no hay violencia de pareja (Carrell y Hoekstra, 2008).
La violencia de pareja también es costosa para la economía. En América Latina,
donde las tasas de abuso físico contra la mujer son en promedio del 23%, se ha estimado el costo en cerca del 2% del Producto Interno Bruto (Morrison y Orlando,
1997). Este estimativo proviene principalmente de una menor productividad de
las mujeres que son víctimas de violencia de pareja y de los costos en que incurre
el Estado en atenderlas. En Colombia, se estima que el costo de la violencia de
pareja contra la mujer podría alcanzar el 4% del pib (Ribero y Sánchez, 2004).
En este estudio se analizan los factores asociados con la violencia de pareja
contra la mujer en Colombia. También se busca identificar las diferencias regionales respecto al fenómeno y la importancia relativa de los diferentes factores en
las regiones. A diferencia de otros tipos de violencia en Colombia, la violencia
contra la mujer ha recibido poca atención de los investigadores sociales a pesar
de que, como se muestra en esta investigación, es alta. En encuestas recientes para
los años 2000 y 2005, entre el 39 y 40% de las mujeres que alguna vez han tenido
una pareja reportan algún tipo de agresión física por parte de la pareja (Kishor y
Johnson, 2004; Ojeda, Ordóñez y Ochoa, 2005). En 2005, el 33% de las mujeres
51
JUAN DAVID BARÓN
que estaban viviendo con un hombre reportan haber experimentado algún tipo
de abuso físico en algún momento de la relación, mientras que la mitad de ellas
reportaron abuso en el último año.1 La incidencia de la violencia física contra
la mujer ocurre en los diferentes estratos socioeconómicos. A pesar de los altos
niveles de violencia, solo el 24% de las mujeres físicamente abusadas deciden reportarlo a las autoridades.
A pesar del gran problema social que constituye la violencia contra la mujer,
su incidencia relativa es desconocida en las regiones del país. La incidencia de la
violencia contra la mujer podría diferir en las regiones de un país en la medida
en que existen diferencias regionales en el estatus de la mujer en las sociedades
(sociedades patriarcales), en la inequidad del ingreso que tiende a generar violencia
(teoría del conflicto y de la falta de oportunidad), o en la falta de lazos y control social
(desorganización social) (Straus, 1994). Adicionalmente, la evidencia anecdótica,
principalmente basada en reportes periodísticos o en reportes a Medicina Legal,
tiende a crear estereotipos de regiones en las cuales la violencia contra las mujeres
pareciera ser más común.
Este documento evalúa las diferencias sistemáticas en los patrones de violencia
de pareja contra la mujer en Colombia y sus regiones. La idea también es evaluar
algunas de las predicciones de modelos teóricos en economía sobre la violencia
de pareja y realizar pruebas estadísticas que nos permitan afirmar si existen diferencias en los determinantes de la violencia de pareja entre las regiones del país.
Las preguntas de investigación que tratamos de responder en este documento
son las siguientes: ¿Cuáles son los factores socioeconómicos de la violencia de
pareja en Colombia? ¿Es la violencia contra la mujer un fenómeno con mayor
prevalencia en algunas regiones? ¿Hay factores más relevantes en unas regiones
que en otras? ¿Es la violencia más predominante en algunas regiones del país, una
vez se han tomado en cuenta las características de las familias, la riqueza y los
niveles educativos?
Para responder a las anteriores preguntas se emplea la Encuesta Nacional de
Demografía y Salud (ends) que contiene una muestra representativa de las mujeres
colombianas en edad fértil (15 a 49 años). La encuesta también tiene representatividad regional, lo que es una ventaja para el presente estudio. Como se argumen1
Dadas las limitaciones en la información sobre violencia de pareja contra los hombres en Colombia, el
presente análisis solo tiene en cuenta la violencia de pareja contra la mujer. La encuesta de Demografía y Salud
solo entrevista mujeres.
52
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
ta más adelante, esta información es la fuente más confiable sobre violencia de
pareja en Colombia. Al ser la encuesta representativa, podemos generalizar los
resultados de la muestra a la población de mujeres en el rango de edad establecido
por la misma.
Para el agregado de Colombia, se encuentra que haber experimentado violen­
cia cuando niño incide positivamente en la probabilidad de experimentar violencia
en sus propias relaciones. Así, estar expuesto a violencia en los primeros años de
vida pareciera encajar a las mujeres en roles de víctimas y a los hombres en roles de victimarios. La riqueza, y en menor medida la educación de ambos miembros de la pareja, también muestra una asociación importante con la incidencia
de la violencia de pareja. Aquellas mujeres viviendo en hogares más ricos exhiben
probabilidades inferiores de ser abusadas físicamente. Sin embargo, a nivel regional, hay evidencia de que los determinantes varían dependiendo de la región,
siendo estas diferencias económica y estadísticamente relevantes.
Los resultados indican que existen diferencias regionales en la probabilidad
de que una mujer en una relación de pareja experimente violencia de pareja en su
contra. A pesar de los estereotipos regionales, se encuentra que para una mujer
en Bogotá es más probable experimentar violencia física por parte de su esposo o
compañero, que su contraparte en otras regiones del país. Aún teniendo en cuenta
las características de la mujer, su compañero y su hogar, las diferencias regionales
persisten. En muchos de los indicadores de violencia física contra la mujer, el
Caribe muestra probabilidades que no solo son inferiores a las de Bogotá, sino
que en varios casos son las más bajas del país. Las diferencias regionales son más
acentuadas en comportamientos violentos menos severos, aunque no por eso
menos problemáticos, como lo son los empujones y zarandeos, los golpes con la
mano, y las patadas o arrastradas.
En la siguiente sección se revisa la economía de la violencia en la pareja. Allí se
detalla el surgimiento de la violencia como un tema económico, ya que involu­
cra la decisión sobre la asignación de los recursos escasos de la familia entre el
consumo de los miembros de la pareja. Se discuten, además, el modelo teórico
representativo y se discuten las principales lecciones aprendidas en los estudios
empíricos. En cada caso, se señalan las ventajas y desventajas de la literatura. La
revisión de la literatura también informará sobre los determinantes de la violen­
cia, que serán empleados en la parte econométrica del presente estudio. Las secciones 3 a 5 contienen el análisis empírico de los factores asociados con la violencia física de pareja en Colombia y sus regiones. La sección 6 contiene algunas
reflexiones finales.
53
JUAN DAVID BARÓN
II. LA ECONOMÍA DE LA VIOLENCIA DE PAREJA
Esta sección revisa la literatura teórica y empírica sobre la violencia de pareja.
La revisión se enfoca en la literatura económica en un esfuerzo por identificar
los factores asociados con el fenómeno, y que potencialmente constituyen causas
de este.2 Mientras la violencia pueda jugar un rol en la distribución de recursos
y actividades dentro del hogar, y mientras queramos entender cómo se logra esa
distribución, los modelos económicos pueden ayudarnos a entender los mecanismos presentes y la forma más adecuada de diseñar políticas públicas para combatir el problema. Los análisis empíricos también proveen información importante
en términos de la importancia relativa de los diferentes factores que pueden afectar la violencia dentro de la familia en diferentes contextos culturales y sociales.
A. ¿Cómo explican los economistas el surgimiento de
la violencia de pareja?
Como veremos, la mayoría de los estudios sobre violencia de pareja usan como
modelo teórico, ya sea implícita o explícitamente, teorías no-cooperativas de la
familia para interpretar sus análisis. En general, se asume que los miembros de la
pareja (el hombre y la mujer) negocian sobre el consumo individual dentro de la
familia, o de las transferencias entre ellos, y el nivel de violencia. El modelo asume que la relación (matrimonio o convivencia de hecho) continúa porque existen
transferencias que van del abusador a la víctima de los abusos, dando mayor consumo a la víctima para compensarla por el efecto negativo de la violencia. Estas
transferencias no son necesariamente monetarias: pueden ser de acceso a bienes
de la familia o de consumo. El abusador transfiere lo suficiente a la víctima de tal
manera que aumente su utilidad dentro del matrimonio a la misma que tendría
la víctima si fuese soltera. Esta utilidad de reserva, o punto de amenaza, juega un
papel central en este y otros modelos, especialmente para la víctima, ya que esta
2
La literatura no económica sobre violencia doméstica es bastante extensa. A pesar de su carácter primordialmente descriptivo, esta literatura ha arrojado interesantes hipótesis sobre los determinantes de la violencia
de pareja. Véase, por ejemplo, Heise et al. (1999) y Anderson (1997). Cuando se habla de determinantes se refiere
a efectos causales de una variable sobre otra, e identificados a partir de metodologías de identificación adecuadas para tales propósitos.
54
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
determina el nivel de violencia y, así, las transferencias necesarias para mantener
a la víctima en la relación. El punto de amenaza de la víctima determina qué tan
costoso es para el abusador emplear la violencia. El punto es que el abusador,
usualmente el hombre, tiene cierta preferencia por la violencia y está dispuesto
a renunciar a parte de su consumo para poder consumir un poco más de esta.3
Uno de los trabajos pioneros en economía en este tema es el de Tauchen y
Witte (1995). Estas autoras, usando un andamiaje teórico parecido al arriba descrito, incorporan la violencia de pareja con dos motivos: primero, la gratificación
directa (al hombre le gusta la violencia), y segundo, el hombre usa la violencia
contra la mujer para inducir ciertos comportamientos de ella. El equilibrio de
su modelo depende de: (i) el ingreso de la familia; (ii) de si la utilidad de los
miembros de la pareja está en el nivel mínimo necesario para mantener el matrimonio; y (iii) cuál individuo realiza las transferencias. Cuando la utilidad de
la víctima está en su nivel más bajo dentro del matrimonio, un aumento del
ingreso del hombre aumentará el nivel de violencia y las transferencias ocurrirán
de abusador a víctima. En este caso, las transferencias compensan exactamente la
desutilidad causada a la víctima; y, también, en este caso el matrimonio no genera ningún beneficio a la víctima. Si el ingreso de la víctima es el que aumenta, la
violencia contra ella disminuirá, dado que esta transferirá recursos al abusador
(o las transferencias del abusador a la víctima serán menos). En estos dos casos, la
violencia tiene un efecto gratificante para el abusador, y no da ninguna ganancia
al miembro de la pareja que es abusado. Cuando ambos cónyuges se benefician
de la relación (ninguno de ellos tiene un nivel de utilidad igual a su utilidad de
reserva), el abusador usa la violencia para manipular el comportamiento de su
compañera cuando existen transferencias de ingresos, o para directamente aumentar su utilidad. Un aumento del ingreso de cualquiera de los dos tendrá el mismo
efecto en el nivel de violencia y la distribución del bienestar dentro de la familia.
Note que en este modelo, un aumento del ingreso del abusador aumenta la violencia entre la pareja.
3
En un reciente trabajo, Card y Dahl (2009) plantean un modelo de comportamiento para la violencia
de pareja en el que esta ocurre en episodios, y representa una pérdida de control que el abusador lamenta
inmediatamente. Los autores sugieren que los estímulos sicológicos negativos aumentan la probabilidad de que
algún miembro de la pareja «pierda el control» más fácilmente. Su evidencia indica que cuando el equipo de
fútbol americano pierde de local (estímulo sicológico negativo), los reportes de violencia de pareja a la policía
aumentan en un 8%, aun cuando se tienen en cuenta diversos factores que podrían afectar este estimativo. Esto
apoya la hipótesis de los autores de que al menos una parte de la violencia de pareja se puede caracterizar como
una pérdida de control, en lugar del uso instrumental, y por ende racional, de la violencia en los modelos aquí
descritos.
55
JUAN DAVID BARÓN
El modelo de Farmer y Tiefenthaler (1996, 2004a) es uno de los pocos en la
literatura que explícitamente incorpora la violencia de pareja; teniendo como
ventaja adicional la claridad con que se especifican los supuestos del modelo.
Este modelo captura las predicciones predominantes de modelos de negociación
dentro de la familia que se invocan en múltiples estudios de violencia de pareja.
Adicionalmente, se hacen algunos comentarios sobre las ventajas y desventajas
del estado actual de los modelos sobre el tema.
El cónyuge abusador aumenta su utilidad ejerciendo violencia (V) a través del
efecto de la violencia sobre factores psicológicos como la autoestima y la percepción de control, entre otros. Estos factores psicológicos están representados por la
función S(V), que es creciente en su único argumento. El modelo no impone ninguna restricción sobre S’’(V). El abusador también aumenta su utilidad al aumentar su propio consumo (Cm) y del capital familiar (g), como los hijos u otros bienes
públicos creados en la relación. El capital familiar se determina exógenamente
en el modelo. En contraposición al efecto indirecto positivo de la violencia en
la función de utilidad del abusador, la violencia reduce directamente la utilidad
del miembro de la pareja que es abusado. El propio consumo (Cw) y el capital
familiar también aumentan la utilidad del miembro abusado de la pareja.4 En el
modelo de Farmer y Tiefenthaler (2004a), la mujer permanece en el matrimonio
si la utilidad de estar casada es al menos tan alta como la utilidad de no estar en el
matrimonio. El abusador maximiza su utilidad escogiendo el nivel de violencia y
transferencias al abusado (t), sujeto a la restricción de que la mujer permanece en
el matrimonio. El abusador actúa de tal forma que hace que la parte abusada solo
obtiene el nivel de utilidad que la hace indiferente entre quedarse en el matrimonio y dejar la relación. Matemáticamente, el problema del abusador (usualmente
el hombre) es el siguiente:
(
)
max {V , t} U m S(V ), C m ; g (1)
sujeto a Uw (V, Cw; g) = U*; Im = Cm - t y a Iw = Cw + t donde t ≥ 0 y U* es el nivel
de utilidad que hace a la mujer indiferente entre quedarse en el matrimonio y
dejarlo. Este nivel se conoce como la utilidad de reserva o el punto de amenaza.5
4
Farmer y Tiefenthaler (1997) muestran que las predicciones del modelo se mantienen si la utilidad del
hombre entra en la función de utilidad de la mujer.
5
El precio del consumo agregado es normalizado a 1.
56
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
Uw y Um son la utilidad de la mujer y el hombre respectivamente. Las condiciones
de primer orden del problema implican que: (i) la tasa marginal de sustitución
(tms) del abusador entre la violencia y el consumo debería ser igual a la tms entre
violencia y consumo de la mujer; y (ii) el hombre elige un nivel de violencia que
hace que la mujer solo obtenga la mínima utilidad posible dentro de la relación
(U*). La víctima no obtiene ninguna utilidad del matrimonio.
En este modelo, factores que aumentan la utilidad de la mujer por fuera del
matrimonio (U*) reducirán la violencia en el matrimonio y reducirán la utilidad
del hombre. Esto se da porque la mujer, al tener opciones por fuera del matrimonio, no soportará un nivel de utilidad menor a su nueva y más alta utilidad de
reserva. Entre estos factores se encuentran tanto instituciones, como una mayor
facilidad para obtener el divorcio, el acceso a servicios de apoyo a la mujer abusada y cualquier otro que haga creíbles las amenazas de dejar el matrimonio, dando
más poder de negociación a la mujer y reduciendo el del hombre.6
B. Algunas posibles limitaciones de los modelos de violencia doméstica
Aunque los modelos económicos hacen supuestos para simplificar la realidad
y hacerla más fácil de entender e interpretar, hay características del modelo que
podrían modificarse para aproximar más adecuadamente el fenómeno de la violencia de pareja. Una de las características del modelo presentado arriba, aparte
de su carácter no cooperativo entre agentes que deciden voluntariamente vivir
juntos, es que la violencia, cuando se presenta, no destruye recursos. La violencia
es el mecanismo por el cual se redistribuyen recursos entre los miembros de la
relación pero ningún recurso se pierde cuando la violencia ocurre. Es probable
que la violencia dentro de la familia reduzca el capital familiar, reduciendo aún
más la utilidad del abusado, a su vez que contrarresta el efecto positivo de la vio­
lencia en la utilidad del hombre. Sin embargo, en el modelo el capital familiar
está exógenamente determinado y no hay contribuciones a ningún bien público
dentro de la familia. Farmer y Tiefenthaler (1997) indican que este juego no-cooperativo puede ser visto como la segunda parte de un modelo secuencial donde
6
Un modelo en el que la violencia afecta el ingreso de la mujer se puede ver en Farmer y Tiefenthaler
(2004b). Las conclusiones del modelo son cualitativamente las mismas.
57
JUAN DAVID BARÓN
los miembros de la pareja primero colaboran en producir un bien público. Este,
sin embargo, no se muestra en su estudio, y no hay un modelo de este tipo disponible en la literatura.
En este modelo, los miembros de la pareja no cooperan, lo que se entiende
dada la naturaleza del problema. La cooperación en este modelo, los autores podrían argüir, es implícitamente definida en la determinación del capital familiar.
Ningún bien público se crea explícitamente; los cónyuges, parece, no comparten
ningún objetivo en común. Los economistas sugieren que las mujeres retornan
a las relaciones abusivas después de haber empleado los servicios ofrecidos por
la comunidad (servicios legales, líneas de ayuda, albergues), o la protección de
parientes o amigos, porque ellas usan estos comportamientos para hacer más
creíbles las amenazas de dejar la relación si la violencia continúa, o lo que es lo
mismo, para enviar una señal de su punto de amenaza (Farmer y Tiefenthaler,
1997).7 Farmer y Tiefenthaler (1996) presentan evidencia descriptiva que sugiere
que las mujeres que regresan a sus relaciones abusivas después de haber usado
los servicios antes mencionados experimentan niveles menores de violencia que
aquellas que no lo hicieron. Adicionalmente, otros autores sugieren que aún
cuando los miembros de la relación no cooperan existen ganancias en el matrimonio como las economías de escala en el consumo (Lundberg y Pollak, 1993).
Se podría pensar que la amenaza de violencia podría ser el mecanismo para
transferir recursos de un miembro de la pareja hacia el otro sin necesidad de
ejecutar la amenaza. La amenaza, si es creíble, cambia el balance de poder dentro
de la relación, y la asignación de recursos al interior del hogar. Pero, si este es el
caso, ¿por qué en muchos casos la amenaza se ejecuta? ¿Por qué hay violencia en
la pareja? ¿Será que la mujer está tan cegada por otros factores que no le permite
evaluar adecuadamente la credibilidad de la amenaza?
Un modelo ideal para explicar la violencia doméstica sostendría la predicción
de que las mejoras en las oportunidades externas a la relación aumentan el poder
de negociación de la mujer y reducen la violencia. Un modelo ideal también (i)
incorporaría la característica de que la aparición de la violencia destruye recursos,
7
Farmer y Tiefenthaler (1997) presentan un modelo no-cooperativo que predice, como lo hace el presente
modelo, que el ingreso de la mujer y el apoyo financiero por fuera de la relación reducirá el nivel de violencia
de pareja porque estos aumentan los puntos de amenaza. En otro estudio, los mismos autores sugieren que el
aumento en los servicios legales a las mujeres en relaciones abusivas, el mejoramiento de la posición de la mujer
en la sociedad y el envejecimiento de la sociedad podría explicar la reducción de las tasas de violencia doméstica
en los Estados Unidos durante la década de los noventa (Farmer y Tiefenthaler, 2003).
58
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
y afecta no solo a la víctima sino también al abusador a través de la reducción en
la acumulación de capital familiar (aunque el modelo no-cooperativo aborda parcialmente este comentario); (ii) incorporaría más activamente el rol del ingreso
del hombre en términos relativos y absolutos comparado con el de la mujer; y (iii)
reconocería algunas de las ventajas para la víctima de permanecer en la relación,
como, por ejemplo, las contribuciones a un bien público dentro de la familia o
las ganancias en el consumo conjunto de alimentos y vivienda.
C. ¿Qué hemos aprendido de los trabajos empíricos sobre violencia
doméstica?
Los trabajo pioneros de los psicólogos y los sociólogos documentan relaciones
interesantes entre factores socioeconómicos y demográficos y la incidencia de la
violencia doméstica contra la mujer. Esta literatura principalmente descriptiva es
indicativa de mecanismos causales en potencia tales como el abuso de alcohol,
niveles bajos de educación, el rol de la mujer en las sociedades y las características
controladoras del esposo (Anderson, 1997; Angelucci, 2007; Markowitz, 2000).
También encuentran una relación entre la existencia de violencia contra la mujer
en la familia y el estado de salud deteriorado de la mujer y de los menores presen­
tes en el hogar (Appel y Holden, 1998; Campbell y Soeken, 1999; Heise et al.,
1999; Johnson y Ferraro, 2000; Straus, 1994).
La literatura empírica sobre la violencia de pareja enfrenta una limitante de
información importante. En muchos casos, los científicos sociales se basan en
muestras no representativas de mujeres que han sido víctimas de abuso físico y
que además deciden reportar el incidente; piénsese, por ejemplo, en quiénes son
las mujeres que asisten a Medicina Legal (fuente usual de los medios de comunicación para llamar la atención sobre el incremento de la violencia contra la mujer
en el país). Sacar conclusiones de este tipo de información sobre el fenómeno de
la violencia contra la mujer, aunque importante para las mujeres de la muestra,
no permite generalizar los hallazgos ni recomendar las políticas públicas más adecuadas. Por ejemplo, las mujeres que no se consideran víctimas de violencia del
esposo, pero que claramente lo son bajo una medida objetiva, no están incluidas
en la muestra. Tampoco lo están, por ejemplo, aquellas mujeres que no deciden
reportar la violencia a Medicina Legal, porque no quedó una evidencia física que
el médico forense pueda documentar o por miedo a las represalias del marido.
59
JUAN DAVID BARÓN
Hay que tener en cuenta que el maltrato sicológico también es considerado por
la ley como violencia de pareja. Estos ejemplos muestran que la información
utilizada para analizar la violencia contra la mujer es importante porque puede
llevarnos a generalizar a partir de grupos pequeños, no representativos, y selectos
de la población.8
La información ideal para el estudio de la violencia contra la mujer consistiría en entrevistar aleatoriamente mujeres que tienen compañeros acerca de sus
experiencias con la violencia en su contra, su frecuencia y demás características
del fenómeno. En la entrevista también se recogería información sobre las características socioeconómicas de los dos miembros de la pareja, la familia y las experiencias con la violencia en sus hogares maternos. Idealmente, todas las personas
entrevistadas se sentirían inclinadas a compartir esta información confidencial,
y la información sería completa, y podrían ser diseñadas mejores políticas para
combatir el fenómeno.
De este ejercicio hipotético sobre la información ideal que nos gustaría tener,
dos cosas quedan claras. La información de Medicina Legal o de cualquier otra
institución, tales como organizaciones no gubernamentales, no es la más adecua­
da para estudiar el fenómeno y menos para recomendar políticas públicas. Esta
información, aunque valiosa para otros objetivos, no lo es para el estudio de la
violencia contra la mujer y el diseño de políticas públicas para combatir el fenómeno ya que la información proviene de un grupo selecto de mujeres que deciden
reportar.
En general, la mejor información para el estudio de la violencia de pareja, tanto sicológica como física, es la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ends).
Esta presenta muchas de las características que no tienen otras fuentes de información: incluye bastante información demográfica y socioeconómica, así como
las características del hogar. Una desventaja para el presente estudio es la falta
de una variable de ingresos preguntada directamente. Los administradores de la
encuesta (Profamilia), sin embargo, hacen disponible una variable construida a
partir de los activos fijos y las características físicas de la vivienda, que combinan
a través del método de componentes principales para dar una idea de la riqueza
de las familias.
8
Los grupos focales y, en general, los métodos cualitativos, son una fuente valiosa de información sobre
este fenómeno, aunque en su gran mayoría no permiten hacer generalizaciones de los problemas a toda la
sociedad.
60
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
Se ha demostrado que el índice de riqueza a partir de los activos del hogar
es consistente con otras medidas de la riqueza de la familias basadas en gasto y
consumo (Filmer y Pritchett, 2001).
La literatura de los factores económicos que determinan la violencia en la
familia se ha concentrado en dos asuntos. El primero es el efecto de la violencia
de pareja en la probabilidad de la víctima de participar en el mercado de trabajo,
y el segundo es el efecto de la participación laboral en los niveles de violencia
de pareja contra la mujer. En el primer caso, diversos autores encuentran que
mujeres en hogares violentos tienden a participar en mayor medida que aquellas
que no viven en hogares violentos (Farmer y Tiefenthaler, 2004a; Lloyd, 1997).
Estos estudios, sin embargo, ignoran el hecho de que existe la posibilidad de
que las mujeres que viven con esposos más violentos puedan tener una menor
probabilidad de trabajar. También puede ser el caso que las mujeres que trabajan
tiene una menor probabilidad de ser maltratadas, dado que trabajar les genera
ingresos y por ende les da la posibilidad de hacer amenazas creíbles de dejar la
relación en caso de que la violencia persista.9 Este problema de doble causalidad
entre violencia y trabajo de la mujer probablemente oscurece la interpretación de
los parámetros en cualquiera de las regresiones que se analicen.
Con respecto a los efectos de la participación laboral en la incidencia de la
violencia de pareja en México, Villareal (2007) usa una muestra representativa de
mujeres. Para enfrentar el problema de la doble causalidad arriba mencionado, el
autor usa una estrategia de variables instrumentales donde sus instrumentos son
la orientación del trabajo, la ayuda financiera recibida y el número de niños menores en el hogar. En su modelo, el autor permite que los errores de la ecuación
de violencia y de participación laboral estén correlacionados para permitir que
factores no observados afecten tanto la violencia como la participación laboral.
El autor encuentra que el hecho que la mujer trabaje reduce la probabilidad de
que experimente violencia en su contra por parte de su esposo, lo que es consistente con la explicación del modelo teórico presentado en secciones anteriores.
El trabajo da independencia económica a la mujer y por ende esta soportará
menos violencia en su contra. Analizando la misma pregunta para los Estados
Unidos, Gibson-Davis et al. (2005) usan dos programas para fomentar la incorporación a la vida laboral que aleatoriamente asigna mujeres a los diferentes
Nótese que trabajar también reduce el tiempo que comparten los esposos, lo que podría tener un efecto
positivo o negativo en la violencia de pareja.
9
61
JUAN DAVID BARÓN
tratamientos (recibir dinero adicional al salario, entrenamiento en labores productivas, requerimientos de trabajo o estudios para recibir los pagos de seguridad
social, y ninguno de los anteriores). Los autores encuentran que las mujeres que
recibieron los tratamientos muestran un número menor de casos de maltrato que
las mujeres en el grupo de control en los siguientes periodos. Como en el caso
anterior, estos resultados son consistentes con el modelo teórico: más independencia económica o la acumulación de aprendizaje para un mejor desempeño
laboral hace creíbles las amenazas de dejar la relación (la utilidad de reserva o el
punto de amenaza es mayor).
Otros estudios han encontrado que la mejoría en las condiciones económicas
de la mujer no solo tiene un efecto negativo sobre el nivel de maltrato, sino que
también tiende a aumentar las amenazas de violencia en su contra. Bobonis et al.
(2006) encuentran que cuando hay pagos de seguridad social en las zonas rurales
de México, las mujeres beneficiaras del programa tienen una probabilidad 30%
menor de ser víctimas de violencia de pareja. Sin embargo, el número de amenazas de violencia aumenta. Como lo predice el modelo teórico, un mejoramiento
de las condiciones económicas de la mujer reduce la violencia. Un mayor número de amenazas también es consistente con un hombre que trata de restablecer
el balance de poder al interior del hogar, y que al ver que no puede ejercer la
violencia (puesto que si lo hace ella lo dejará) incrementa sus amenazas.
Los economistas también han estado interesados en la relación en la dirección opuesta: el efecto de la violencia de pareja en la participación laboral de
la mujer maltratada. Algunos estudios, principalmente en los Estados Unidos,
usando muestras poco representativas, encuentran que las mujeres maltratadas
y no maltratadas tienden a trabajar aproximadamente en las mismas tasas (Lloyd,
1997). Las maltratadas, sin embargo, presentaban menores ingresos y habían experimentado el desempleo con más frecuencia. Estos resultados son apoyados
por los de Farmer y Tiefenthaler (2004b), usando una muestra pequeña y no representativa de mujeres estadounidenses. En contraste con esta evidencia anecdótica,
otros estudios sí encuentran un efecto significativo del maltrato en la participación laboral. En Colombia se encuentra, por ejemplo, que las mujeres maltratadas tienden a recibir un salario 30% más bajo de lo que recibirían si no fuesen
maltratadas (Ribero y Sánchez, 2004).
Otros economistas también han estudiado el efecto de factores no monetarios
en la aparición de la violencia de pareja. Estos factores no monetarios afectan el
balance de poder dentro de la relación de pareja al cambiar los puntos de amena62
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
za de la mujer y hacer las amenazas de dejar la relación más creíbles. Al hacer las
amenazas más creíbles, la violencia en la relación disminuye.
Un ejemplo de este tipo de estudios es el de Stevenson y Wolfers (2006). Estos
autores aprovechan la ley que introdujo las normas de divorcio unilateral en los
diferentes estados de los Estados Unidos. En ese país esas leyes no son federales,
sino que se determinan en cada estado. Como todos los estados no adoptaron
las leyes al mismo tiempo, existen periodos en los que se pueden comparar los
cambios en la tasa de violencia de pareja después de la introducción de la medida, y entre los estados que la introdujeron y los que no lo hicieron. Se piensa
que este cambio institucional alteró el balance de poder dentro del hogar dado que le permite a la mujer obtener el divorcio más fácilmente. En otras palabras, la amenaza de dejar la relación se volvió creíble con la expedición de la ley en
los estados que la adoptaron. Los autores encuentran que en aquellos estados
en los que la medida fue adoptada, las tasas de maltrato contra la mujer se redujeron en un 30% más que en aquellos estados en que no se adoptaron las medidas que facilitaron el divorcio. También encontraron que las tasas de homicidio
contra las mujeres se redujeron en los estados en los que se facilitó el divorcio.
Bowlus y Seitz (2006) desarrollan un modelo en que los efectos intergeneracio­
nales juegan un importante papel en determinar quiénes se convierten en abusadores y quiénes en víctimas. En su modelo, las mujeres reaccionan ante el abuso
uniéndose al mercado de trabajo o divorciándose. Usando información de una
muestra representativa de mujeres canadienses, las autoras encuentran que las
mu­jeres que son maltratadas tienen una mayor probabilidad de divorciarse que
aquellas que no lo son.10 Este último resultado contrasta con evidencia anecdótica de que las mujeres que son maltratadas son incapaces de dejar su matrimonio.
También encuentran que, comparados con hombres que crecieron en familias
sin abuso, aquellos que crecieron en hogares maternos violentos tienen una probabilidad entre dos y cinco veces más alta de convertirse en maltratadores.11 Finalmente, encuentran que el empleo de la mujer reduce la probabilidad de que
10
Usando la misma información Kingston-Riechers (2001) encuentran una asociación positiva entre la
violencia de pareja en el primer matrimonio y el divorcio, pero tomando en cuenta la endogeneidad del abuso.
11
Se ha acumulado una cantidad de evidencia sobre el efecto intergeneracional de la violencia. No solamente es más probable que los niños se vuelvan abusadores cuando crezcan, sino también es más probable que
las mujeres se vuelvan víctimas cuando observan el abuso de sus madres. Véase, por ejemplo, Salas-Bahamón
(2005), para un estudio sobre Colombia usando información proveniente de tres ciudades: Barranquilla, Bogotá y Barrancabermeja.
63
JUAN DAVID BARÓN
sea víctima de maltrato (para mujeres jóvenes), mientras que no encuentran evidencia de que la violencia en el hogar reduzca la probabilidad de que una mujer
se incorpore al mercado de trabajo.
En resumen, los trabajos empíricos encuentran evidencia mixta acerca de la
validez de los modelos teóricos en algunos aspectos, como el efecto de la violencia
en la participación laboral de la mujer, pero bastante fuerte en otros, como la
facilidad de obtener un divorcio, la transmisión intergeneracional y las características controladoras que presentan algunos compañeros sentimentales.
Por una parte, las predicciones encuentran sustento en los datos cuando ellos
implican que los factores que aumentan la utilidad de la mujer por fuera de la relación reducen la violencia en su contra. Factores como el empleo, institucionales
como la facilidad de obtener un divorcio y, en general, las actividades que le den
a la mujer la independencia económica de su compañero, reducen la violencia.
Estos factores tienen un efecto por el cambio en el balance de poder dentro del
hogar. A su vez, dándole una menor tolerancia a la violencia, hace las amenazas
de dejar la relación creíbles y se reduce la violencia. Por otro lado, algunas de las
implicaciones de los modelos teóricos no son respaldadas por la evidencia. Por
ejemplo, cuando hay un aumento del ingreso del abusador. Según el modelo,
un aumento en el ingreso del hombre aumentará su consumo, pero también su
«consumo» de violencia. La evidencia de los estudios aplicados, sin embargo, sugiere que la relación entre maltrato y el ingreso del hombre, medido por variables
como la educación, es negativa.
Adicionalmente, la mayoría de modelos teóricos se enfocan en las características de la víctima; lo que deja un gran vacío en la literatura en términos de los efectos de las diversas características de los abusadores. Dada la disponibilidad de la
información en la ends, podremos decir si existe evidencia de una relación entre
las características de los abusadores y la probabilidad de que una mujer reporte
maltrato. También, podremos decir si existe evidencia de que los determinantes
estudiados en esta revisión de la literatura tienen un impacto en la probabilidad
de maltrato en Colombia, y si estos tienen un efecto diferencial para las regiones
del país.
¿Qué nos queda de esta revisión de literatura teórica y empírica que contribuya
a las preguntas del presente estudio? El principal resultado del modelo teórico es
que cualquier variable que aumente la utilidad de reserva de la mujer (punto de
amenaza), o sus oportunidades por fuera del matrimonio, reducirá la violencia
de pareja en su contra. Muchas de estas variables se vieron en la revisión de los
64
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
estudios empíricos en diferentes formas y con diferentes resultados sobre los niveles de violencia de pareja. Para el presente caso, se espera que variables como la
educación de la mujer, la de su esposo y la riqueza del hogar tengan una asociación
negativa con la violencia de pareja, dado que estas variables aumentan la independencia de la mujer (dándole amenazas creíbles de dejar la relación) o aumentan el bienestar general de los miembros de la familia (haciendo menos probable
el surgimiento de conflicto por los recursos escasos de la relación). También se
indaga sobre las diferencias regionales en la incidencia de la violencia de pareja
contra la mujer y se corrobora o desvirtúa empíricamente la veracidad de algunos
estereotipos regionales con respecto a la violencia de pareja contra la mujer.12
III. DATOS
Este documento analiza las variables asociadas con la violencia de pareja contra la mujer usando información de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud
(ends) realizada en 2005. La información recogida es representativa de las mujeres colombianas entre 15 y 49 años de edad. La encuesta recopila información
del comportamiento reproductivo, la salud, y la salud de los hijos de las cerca de
41,400 mujeres entrevistadas (en aproximadamente 37.200 hogares), en adición
a las características socioeconómicas de las familias y las viviendas en que viven
estas mujeres. El análisis se concentra en una muestra de 12.762 mujeres que al
momento de la entrevista tenían al menos 18 años de edad y vivían con un com­
pañero (ya sea legalmente casadas o en relaciones de hecho). Las estadísticas descriptivas de la muestra se encuentran en el Cuadro Anexo 1.
A. Muestra para el análisis
El análisis se concentra en aquellas mujeres que (i) no reportan ningún abuso
físico, y (ii) aquellas mujeres que reportan abuso físico únicamente en los 12 meses
12
Véase, por ejemplo, «Brutal golpiza por celos conmociona a Barranquilla», El Tiempo, 4 de agosto de 2006;
«El asesinato de Clarena Acosta: Una historia de amor que terminó en tragedia», El Tiempo, 10 de enero de
2010.
65
JUAN DAVID BARÓN
previos a la encuesta. Las mujeres que reportan abuso en los últimos 12 meses y
en un periodo anterior, se retienen en la muestra. La razón para excluir a las
mujeres que fueron físicamente abusadas en un periodo anterior a los 12 meses
antes de la entrevista, pero que no reportan ningún tipo de abuso en los últimos 12 meses, es que la encuesta solo recoge información de eventos violentos
que sucedieron en los últimos 12 meses. No hay variables de control o información más detallada para actos abusivos que ocurrieron más allá de un año antes
de la entrevista. Adicionalmente, el estudio se enfoca en los comportamientos de
violencia física causados por las parejas actuales de mujeres que viven en
matrimonios legales y de facto.
La ends tiene varias ventajas sobre otras fuentes alternativas para el análisis de
la violencia de pareja. A diferencia de las bases de datos usados en reportes periodísticos y análisis superficiales del tema, la ends es una muestra representativa
de las mujeres en Colombia a nivel regional y nacional. Esta característica de la
encuesta permite estimar más precisamente la relación entre la violencia de pareja contra la mujer y sus factores asociados. En otras palabras, al ser la encuesta
representativa podemos generalizar los resultados de la muestra a la población de
mujeres en el rango de edad establecido por la encuesta. En este punto cabe aclarar que tasas de violencia física, o análisis basados en información de Medicina
Legal o la Policía, muy probablemente presentan sesgos severos dado el selecto
grupo de mujeres que se dirigen a estas instituciones. Ellas son mujeres víctimas
de abuso lo suficientemente brutal como para dejar una huella física, por ejemplo, moretones, huesos rotos, raspones o heridas. Dado que una mujer que es mal­
tratada, pero que no tiene la prueba física de la violencia en su contra, no tiene
el incentivo para elevar la queja ante las autoridades, bien sea porque no existe dicha prueba o porque las represalias del marido en su contra podrían ser aun
más severas. La comparación intertemporal de este tipo de información es aún más
problemática, dado que pueden existir factores que eleven los reportes pero que
no estén reflejando la prevalencia de un aumento en el fenómeno. Aunque la
información basada en encuestas también tendría algún grado de subreporte del
problema de la violencia de pareja, es más probable que este sea de menor grado
que el calculado a partir de información de Medicina Legal o cualquier otra insti­
tución a donde acuden las mujeres maltratadas.
La ends pregunta a todas las mujeres (que estuvieron alguna vez en una relación) si ellas han sido víctimas de nueve tipos diferentes de abuso físico en su
contra por parte de su compañero sentimental en los 12 meses previos a la fecha
66
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
de la entrevista en 2005.13 Estos comportamientos abusivos van desde empujones
y golpes con la mano hasta haber sido atacadas con armas de fuego o cuchillos y
abuso sexual.14
La pregunta específica usada para crear las variables dependientes en el presen­te
estudio es la siguiente. «Alguna vez su esposo/compañero o ex esposo/ex compañero: (a) ¿la ha empujado (la empujó) o zarandeado (la zarandeó)?; (b) ¿la ha golpeado (la golpeó) con la mano?; (c) ¿la ha golpeado (la golpeó) con un objeto?; (d)
¿la ha mordido (la mordió)?; (e) ¿la ha pateado (la pateó) o arrastrado (arrastró)?;
(f) ¿la ha amenazado (amenazó) con un cuchillo, arma de fuego u otra arma?; (g)
¿la ha atacado (atacó) con un cuchillo, arma de fuego u otra arma?; (h) ¿ha tratado
(trató) de estrangularla o de quemarla?; o (i) ¿la ha forzado (forzó) físicamente a
tener relaciones o actos sexuales que usted no quería?
En el presente estudio definimos nueve variables binarias que toman valor 1
si la mujer responde afirmativamente a las respectivas nueve preguntas anteriores, y 0 si responde negativamente. Adicionalmente se define una variable binaria
que toma valor 1 si la mujer responde afirmativamente a por lo menos una de las
preguntas y 0 si responde negativamente a todas las preguntas.15
B. Violencia contra la mujer y región
El Gráfico 1 muestra, por región, el porcentaje de mujeres que sufrieron cada
uno de los nueve comportamientos de abuso físico en su contra por parte de su
La encuesta también preguntó sobre el abuso físico en el tiempo anterior a estos 12 meses.
La ends usa una versión simplificada del método más conocido para indagar sobre violencia de pareja
en el mundo: la Escala de Tácticas de Conflicto (o Conflict Tactics Scale, cts, sigla en inglés). Véase Straus et al.
(1996). La cts ha probado su efectividad para medir la violencia de pareja en diversos países y culturas. Adicionalmente, la organización que diseña el cuestionario toma algunas otras medidas que aseguran la calidad de la
información y la seguridad de las mujeres que están siendo entrevistadas. Para ello, (i) las preguntas se incluyen
hacia la parte final del cuestionario, cuando ya se ha creado un grado de confianza entre el entrevistador y el entrevistado; y (ii) el entrevistador es entrenado para verificar la privacidad absoluta cuando se hacen las preguntas
de este módulo. A los entrevistadores se les indica que pueden detener la entrevista si alguien puede escuchar
la conversación, y tienen plena libertad para continuar la entrevista en otra ocasión. Si por cualquier razón la
privacidad no se logra, este módulo no se implementa en la encuesta y se deja evidencia de esto en el cuestionario.
A diferencia de otros países donde se ha implementado esta metodología y donde solo se le pregunta a una
mujer por hogar, en Colombia el módulo se aplicó a todas las mujeres entre 15 y 49 años en el hogar (Kishor &
Johnson, 2004). Aunque la recolección de información sobre violencia de pareja siempre será compleja, estas
medidas hacen que la información recogida por la ends sea la más confiable que se puede encontrar.
15
También se realizó un análisis de factores, así como se definió una variable en términos de severidad de la
violencia. Los resultados son similares. Se decidió presentar los resultados por comportamiento violento puesto
que ellos varían en severidad y es interesante analizar los factores asociados a cada uno de ellos.
13
14
67
JUAN DAVID BARÓN
compañero o esposo en los 12 meses previos a la realización de la entrevista.16
Para dar una idea de las diferencias regionales en la incidencia de cada tipo de
violencia física contra la mujer, las gráficas incluyen intervalos normales a un
nivel de confianza del 95%.17
Entre todas las regiones del país, Bogotá es la que presenta un mayor porcentaje de mujeres (casadas o con compañero) que han experimentado empujones
o zarandeos por parte de sus esposos o compañeros sentimentales en los doce
meses previos a la encuesta. Mientras en Bogotá una de cada cuatro mujeres en
una relación sentimental reporta haber sido empujada o zarandeada, en la Costa
Caribe esta cifra es cerca de diez puntos porcentuales más baja. El resto de las
regiones, al menos en este primer indicador de violencia contra la mujer es, entre
15 y 19%, es decir, tasas mayores que las del Caribe pero más bajas que la de Bogotá (Gráfico 1, panel a). Estas diferencias, como lo indica la ausencia de cruce
de los intervalos de confianza, son estadísticamente diferentes de cero, y proveen
evidencia de que Bogotá es el lugar en que la mujer es abusada físicamente con
más incidencia. Con diferencias en el nivel de los indicadores y la significancia
estadística en unos casos, la misma tendencia se observa en otros indicadores,
como aquellos en que la mujer ha sido golpeada con la mano (panel b), mordida
(panel d), pateada o arrastrada (panel e), amenazada con cuchillo, arma de fuego
u otra arma (panel f), y atacada con cuchillo, arma de fuego u otra arma (panel g).
En comportamientos violentos contra la mujer, como golpes con objetos
(Gráfico 1, panel c) e intentos de quema o estrangulamiento (panel h), los antiguos Territorios Nacionales desplazan a Bogotá como la región más violenta
contra la mujer. En estos departamentos, un poco más del 4% de las mujeres
viviendo con su compañero o esposo reportan que este las ha golpeado con un
objeto contundente (panel c), y poco más del 2% de ellas han sido víctimas de
intentos de quema o estrangulamiento (panel h).
Especial atención merecen los altos índices de la violencia sexual contra la
mujer (Gráfico 1, panel i). En regiones como la Oriental, el 6,6% de las mujeres,
16
Las regiones que abarcó la ends están conformadas de la siguiente manera: el Caribe lo conforman los
departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y San Andrés. En la región
Oriental están los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta, Norte de Santander y Santander. En la
Central están Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila y Caquetá. La región Pacífica la conforman
Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca. Los Territorios Nacionales los conforman las cabeceras de Amazonas,
Arauca, Casanare Guainía, Guaviare, Putumayo, Vaupés y Vichada. Esta clasificación se mantendrá para el
resto del documento.
17
Estadísticas descriptivas de las variables usadas en el análisis se encuentran en el Cuadro Anexo 1.
68
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
GRÁFICO 1
Tasa de mujeres que viven con su compañero y sufren abuso físico
/ Total de mujeres que viven con su compañero, por región
69
JUAN DAVID BARÓN
GRÁFICO 1 (continuación)
Tasa de mujeres que viven con su compañero y sufren abuso físico
/ Total de mujeres que viven con su compañero, por región
Nota: Las gráficas tienen escalas diferentes. Las líneas verticales representan el intervalo de
confianza de la media a un nivel de significancia de 95%. El Caribe lo conforman los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y San Andrés. En la
región Oriental están los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta, Norte de Santander y
Santander. En la Central están Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila y Caquetá.
La región Pacífica la conforman Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca. Los Territorios Nacionales lo conforman las cabeceras de Amazonas, Arauca, Casanare Guainía, Guaviare, Putumayo,
Vaupés y Vichada
Fuente: Elaboración del autor con base en información de la ends 2005.
en promedio, han sido obligadas a tener relaciones sexuales. En Bogotá y el Centro del país esta cifra alcanza el 5,5%, seguidas por la región Pacífica (5,1%), el
Caribe (4,6%) y los antiguos Territorios Nacionales (3,9%).
Como existe la posibilidad de que una mujer experimente más de un tipo de
abuso, el panel (j) del Gráfico 1 presenta el porcentaje de mujeres en cada una
de las regiones que son víctimas de al menos uno de los nueve comportamientos
recién discutidos. Las cifras son altas aún en las regiones con menos violencia
contra la mujer. En el Caribe y la región Central cerca del 16% de las mujeres
que viven con un hombre han experimentado algún tipo de violencia física en
los últimos 12 meses. En la región Oriental y Pacífica la tasa es tres puntos porcentuales más elevada. Bogotá, nuevamente, presenta las cifras más desalentadoras de abuso contra la mujer: 23% de las mujeres que viven con su compañero
sentimental han experimentado algún tipo de violencia física en su contra. Las
diferencias entre la tasa de Bogotá y las de las otras regiones son todas estadística70
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
mente diferentes de cero. Las pruebas estadísticas de las diferencias con Bogotá
para este y todos los otros comportamientos violentos contra la mujer se presentan en el Cuadro Anexo 2.
En síntesis, este análisis simple parece sugerir que el interior (Bogotá y la
región Oriental) es relativamente más violento contra la mujer que las demás
regiones del país. El problema de las cifras recién analizadas es que no toman en
cuenta las posibles diferencias regionales en las características de las sociedades
regionales, de los compañeros, de las mismas mujeres y de la composición familiar. En las siguientes secciones se controla por diversas variables que incorporan
estas características en el análisis.
IV. ESTRATEGIA ECONOMÉTRICA
Esta sección describe la estrategia econométrica usada para analizar los determinantes de la violencia de pareja y las diferencias regionales en la incidencia.
El objetivo es evaluar si las características socioeconómicas de las mujeres, de sus
compañeros y de sus hogares están asociadas con una mayor probabilidad de reportar abuso físico por parte de sus compañeros, y si dichas características tienen
un efecto similar en explicar el fenómeno en diferentes regiones del país.
Para ello utilizamos cada uno de los nueve comportamientos violentos contra
la mujer para construir igual número de variables indicadoras que serán las variables dependientes. Es decir, estas variables toman el valor 1 si la mujer reportó
haber experimentado ese tipo de abuso y 0 si no lo experimentó. De la misma
forma se construye una variable indicadora que toma valor 1 si la mujer sufrió
al menos un tipo de abuso de los nueve estudiados, y 0 si no sufrió ninguno. Así
se obtienen 10 variables que se usarán en igual número de modelos estimados
independientemente.
Dado que las variables que se quieren explicar son de tipo categórico, se deben emplear métodos que tengan en cuenta esa naturaleza. En particular, se considera la propensión de la mujer i a reportar diferentes grados de violencia al
encuestador como una variable latente Vi* determinada por
Vi* = X i β + ε i , (2)
donde se asume que εi se distribuye normal estándar; Xi es un vector de k variables
independientes que no incluye el intercepto; y β es un vector conformable de k pa71
JUAN DAVID BARÓN
rámetros a ser estimados. Al asumir que εi se distribuye normal estándar implícitamente se está normalizando la varianza del error a la unidad, dado que en este
modelo solo se puede identificar el cociente entre cada parámetro y la varianza
del error.
La variable latente Vi* no se observa, solo se observa si la mujer reporta al
encuestador haber sido o no abusada físicamente por su esposo o compañero.
Por lo tanto, las observaciones en el análisis están dadas por Vi = 1 si Vi* > 0 y
Vi = 0 si Vi* ≤ 0 . El supuesto de normalidad de εi, común en estos modelos, permite que la probabilidad de que la mujer reporte al entrevistador haber sido
abusada físicamente por su compañero se escriba:
P (Vi = 1 X ) = Φ(X i β ) (3)
donde Φ(.) es la distribución acumulada normal estándar. El objetivo es estimar
el vector de parámetros β. Adicionalmente, el vector Xi contiene variables indicadoras de región que permitirán evaluar la hipótesis sobre la incidencia diferencial
de la violencia contra la mujer a nivel regional, así como interacciones entre estas
variables indicadoras y las demás variables independientes que permitirán hacer
pruebas conjuntas para determinar si los determinantes de la violencia en las
regiones son los mismos. La estimación se realiza con el método de máxima verosimilitud y los errores estándar son robustos a heteroscedasticidad y tienen en
cuenta la posible correlación de las respuestas de mujeres en la misma vivienda.
De esta manera, para cada una de las diez variables dependientes estimamos un
modelo probit independientemente. Para facilitar la interpretación se reportan
los efectos marginales, si la variable es continua, y los cambios en la probabilidad
de pasar de 0 a 1, si la variable es binaria. En ambos casos, se calculan estos evaluados a los valores medios de las variables independientes.
V. RESULTADOS
A. ¿Existen diferencias regionales en la incidencia de la violencia
contra la mujer?
El Cuadro 1 presenta los efectos marginales de los modelos probit para cada
uno de los comportamientos violentos en contra de la mujer, descritos en la sec72
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
ción anterior. En estos se incluyen los determinantes potenciales de la violencia
de pareja contra la mujer por parte del esposo o compañero, además de variables
dummy para las regiones antes mencionadas. La región de comparación es Bogotá
y los coeficientes son los efectos marginales.
Se encuentra que hay una relación entre la región en la que la mujer vive y
la probabilidad de experimentar diferentes tipos de violencia física por parte del
esposo. Específicamente, en comparación con Bogotá, vivir en el Caribe, para
una mujer que reside con su pareja, está asociado con una probabilidad menor de
experimentar empujones y zarandeos de 5,7 puntos porcentuales (pp) (véase columna 1, Cuadro 1). Este estimativo es estadísticamente significativo al 5%, y es
económicamente alto. Es casi idéntico a la reducción en la probabilidad de pasar
del primer al último quintil en el índice de riqueza, o a que en la pareja ambos
tengan estudios universitarios. En las otras regiones del país, la violencia contra
la mujer en términos de empujones y zarandeos también es menor entre 3,9pp
(Central) y 6,1pp (Territorios Nacionales) en comparación con Bogotá; siendo
todos estos estadísticamente diferentes de cero.
En el caso de golpes con la mano, las mujeres en el Caribe presentan una
probabilidad 3,3pp menor que en Bogotá; mientras aquellas en otras regiones
presentan probabilidades de haber sido golpeadas con la mano por parte de sus
compañeros que son al menos 2,0pp menos que la probabilidad en Bogotá (véase
columna 2).
La evidencia de las diferencias regionales en la violencia de pareja contra la
mujer a partir de los otros siete comportamientos violentos es menos clara. Estos
comportamientos son comparativamente más violentos que los dos ya discutidos.
Se encuentra que estas asociaciones entre región de residencia y abusos físicos
contra las mujeres son, en la gran mayoría de casos, pequeños económicamente
(menores a 1pp) o estadísticamente insignificantes. Un caso de excepción es el
de la Costa Caribe y en el que se le pregunta a la mujer si el esposo la pateó o
arrastró. En este, una mujer en el Caribe, en relación a Bogotá, es 1,1pp menos
probable de haber sido pateada o arrastrada en los 12 meses previos a la entrevista (véase columna 5, Cuadro 1).
El modelo que en alguna forma sintetiza los diversos comportamientos violentos se encuentra en la última columna del Cuadro 1. En este, la variable depen­
diente indica si la mujer experimentó al menos uno de los nueve comportamientos violentos en su contra. Los resultados indican que la violencia contra la mujer
en las regiones diferentes a Bogotá es inferior entre 4,9 y 6,8pp, aún controlando
73
La golpeó con la mano
-0,0323***
-0,0086
-0,0266***
-0,0086
-0,0295***
-0,0084
-0,0274***
-0,0084
-0,0202**
-0,009
-0,0201***
-0,0065
La empujó o zarandeó
-0,0569***
-0,0111
-0,0388***
-0,0114
-0,0541***
-0,0107
-0,043***
-0,0112
-0,0605***
-0,0101
-0,0353***
-0,0084
0,006
-0,0049
0,0046
-0,0055
0,0028
-0,0046
0,0006
-0,0045
0,0088 *
-0,0062
-0,0035
-0,0024
La golpeó con objeto
-0,0013
-0,0015
-0,0026*
-0,0011
-0,0023
-0,0013
-0,0018
-0,0013
-0,0018
-0,0013
0,0011
-0,0013
La mordió
-0,0114***
-0,004
-0,0086*
-0,0039
-0,0056
-0,0043
-0,0039
-0,0045
-0,0049
-0,0044
-0,0034
-0,0032
La pateó o arrastró
Características de la mujer
Diferencia de edad
-0,0016***
-0,0009***
-0,0002
-0,0002***
-0,0004**
-0,0005
-0,0003
-0,0001
-0,0001
-0,0002
Dummy: Una unión
0,0063
0,0036
0,0002
0,0002
0,0018
-0,0076
-0,0057
-0,0021
-0,0009
-0,0027
Padre abusaba a la madre
0,0414***
0,0281***
0,0057***
0,0015*
0,0058**
-0,0068
-0,0053
-0,002
-0,001
-0,0026
Bachillerato o educación técnica
0,0042
-0,0043
-0,0024
-0,0002
-0,0053*
-0,0074
-0,0057
-0,0021
-0,0009
-0,0028
Universidad
-0,0201
-0,0241**
-0,0048
-0,0019
-0,0117**
-0,0124
-0,009
-0,0032
-0,0015
-0,0036
Costa Caribe
Región Oriental
Región Central (sin Bogotá)
Región Pacífica
Región Territorios Nacionales
Sector rural
Variable dependiente
CUADRO 1
Modelos probit de los determinantes de la violencia física contra la mujer
(efectos marginales)
Características del hogar
Porcentaje de mujeres en hogar
-0,0379*
-0,0364**
-0,0113
-0,0019
-0,0069
-0,023
-0,0182
-0,007
-0,0034
-0,0092
Menores de 5 años
0,0652***
0,0441***
0,0006
0,0007
0,012
-0,0199
-0,0151
-0,0056
-0,0025
-0,0073
Índice de riqueza (segundo quintil)
-0,0229**
-0,0287***
-0,0067***
0,0009
-0,0065*
-0,0095
-0,0063
-0,0021
-0,0014
-0,0032
Índice de riqueza (tercer quintil)
-0,028**
-0,0336***
-0,0079***
-0,0003
-0,0091**
-0,0104
-0,0069
-0,0023
-0,0014
-0,0033
Índice de riqueza (cuarto quintil)
-0,0538***
-0,0523***
-0,0102***
-0,0023
-0,0134***
-0,0101
-0,0063
-0,0022
-0,0012
-0,0032
Índice de riqueza (último quintil)
-0,0543***
-0,0551***
-0,0096***
-0,0016
-0,0137***
-0,0108
-0,0065
-0,0025
-0,0016
-0,0035
Legalmente casados
-0,0291***
-0,0265***
-0,0061***
-0,0045***
-0,0072***
-0,0065
-0,005
-0,0019
-0,0011
-0,0026
Observaciones
12.762
12.762
12.762
12.762
12.762
Chi Cuadrado (22)
2483,7
2020,2
852,1
387,4
1007,4
Valor p (Significancia regresión)
0
0
0
0
0
Características del esposo
Abusado por padres (cuando niño)
0,079***
0,06***
0,0135 ***
0,0028***
0,019***
-0,0074
-0,0061
-0,0025
-0,0011
-0,0032
Comportamientos de control
0,0904***
0,0549***
0,0116 ***
0,0033***
0,018***
-0,0025
-0,0018
-0,0008
-0,0004
-0,001
Bachillerato o educación técnica
0,0022
0,0008
-0,0016
0,0009
0,0006
-0,0073
-0,0055
-0,0019
-0,001
-0,0027
Universidad
-0,0235*
-0,0291***
-0,0072**
-0,0014
-0,0097**
-0,0115
-0,0079
-0,0026
-0,0017
-0,0038
-0,0004
-0,0016
-0,0002
-0,0017
-0,0002
-0,0016
0,0003
-0,0018
-0,0013
-0,0014
0,0002
-0,0012
-0,0021
-0,0026
-0,0033
-0,0023
-0,003
-0,0024
-0,0004
-0,0028
-0,0039
-0,0021
-0,0046***
-0,0015
0
-0,0001
-0,0031*
-0,0018
-0,0001
-0,0014
-0,0014
-0,0016
-0,0013
-0,0031
Costa Caribe
Región Oriental
Región Central (sin Bogotá)
Región Pacífica
Región Territorios Nacionales
Sector rural
Características de la mujer
Diferencia de edad
Dummy: Una unión
Padre abusaba a la madre
Bachillerato o educación técnica
Universidad
0
-0,0001
-0,0003
-0,001
-0,0011
-0,0007
0,0001
-0,0009
0,001
-0,0023
La atacó con cuchillo
arma de fuego u otro
La amenazó con cuchillo
arma de fuego u otro
Variable dependiente
-0,0002*
-0,0001
-0,0023
-0,0017
0,0027 **
-0,0014
-0,0005
-0,0015
-0,0032
-0,0023
0,0018
-0,0034
0,0017
-0,0037
0,0026
-0,0036
0,0046
-0,0045
0,0037
-0,0042
-0,0022
-0,0016
Trató de estrangularla
o quemarla
0,0003
-0,0002
-0,0033
-0,0034
0,0034
-0,0028
-0,0012
-0,0031
-0,0023
-0,0056
0,0012
-0,0058
0,0013
-0,0063
0,0019
-0,0059
-0,0036
-0,0056
-0,0073
-0,0052
0,0065*
-0,0041
La forzó a tener
actos sexuales
CUADRO 1 (continuación)
Modelos probit de los determinantes de la violencia física contra la mujer
(efectos marginales)
-0,0014**
-0,0005
0,0024
-0,0091
0,0533***
-0,0079
-0,004
-0,0087
-0,0276*
-0,0145
-0,0679***
-0,0133
-0,0494***
-0,0138
-0,0691***
-0,0128
-0,0543***
-0,0135
-0,0683***
-0,0128
-0,0315***
-0,0102
Al menos un
tipo de abuso
Fuente: Cálculos del autor con base en la Encuesta de Demografía y Salud, 2005.
Nota: Cada columna representa un modelo probit. Los números en paréntesis son errores estándar consistentes con heterocedasticidad y toman en cuenta
la posible correlación existente de la información que viene de mujeres entrevistadas en la misma vivienda. ***, ** y * denota la significancia estadística 1%,
5% y 10% respectivamente. La significancia está basada en los coeficientes originales del modelo Probit. La estimación incluye ponderaciones. Grupo base es
Bogotá e índice de riqueza (primer quintil).
Características del hogar
Porcentaje de mujeres en hogar
-0,001
-0,0011
-0,0102**
-0,0247**
-0,0894***
-0,0049
-0,003
-0,0048
-0,0103
-0,0269
Menores de 5 años
-0,0042
-0,0013
-0,0052
-0,018**
0,0427 *
-0,0043
-0,0025
-0,0041
-0,0084
-0,0234
Índice de riqueza (segundo quintil)
-0,0039**
-0,0006
-0,0014
0,0043
-0,0263**
-0,0016
-0,0011
-0,0018
-0,0043
-0,011
Índice de riqueza (tercer quintil)
-0,0057***
-0,0009
-0,0029
0,0016
-0,0388***
-0,0015
-0,0011
-0,0019
-0,0047
-0,0121
Índice de riqueza (cuarto quintil)
-0,0096***
-0,0025*
-0,0037*
-0,0038
-0,075***
-0,0014
-0,001
-0,0019
-0,0048
-0,0117
Índice de riqueza (último quintil)
-0,0072***
-0,0021
-0,0062***
-0,0056
-0,072***
-0,0016
-0,0012
-0,0017
-0,0052
-0,0127
Legalmente casados
-0,0008
-0,0002
-0,0019
0,003
-0,0302***
-0,0015
-0,0009
-0,0014
-0,0029
-0,0076
Observaciones
12.762
12.762
12.762
12.762
12.762
Chi Cuadrado (22)
625,9
295,3
469,6
1117
2738,6
Valor p (Significancia regresión)
0
0
0
0
0
Características del esposo
Abusado por padres (cuando niño)
0,0105***
0,0061***
0,0053 ***
0,0158***
0,108***
-0,0021
-0,0015
-0,0017
-0,0032
-0,0086
Comportamientos de control
0,0079***
0,0031***
0,0066 ***
0,0224***
0,1227***
-0,0007
-0,0004
-0,0006
-0,0011
-0,0031
Bachillerato o educación técnica
-0,0022
-0,0015*
-0,0002
-0,0063**
0,005
-0,0016
-0,0009
-0,0014
-0,003
-0,0084
Universidad
-0,0043
-0,0028*
-0,0008
-0,0121**
-0,0388***
-0,0023
-0,001
-0,0028
-0,0039
-0,0131
JUAN DAVID BARÓN
por las características socioeconómicas de la mujer, el esposo y el hogar. Aunque
los presentes resultados no son directamente comparables, esto contrasta con los
resultados de Ribero y Sánchez (2005), que encuentran que en la ciudad de Barranquilla la violencia contra la mujer es más alta que en Bogotá y Barrancabermeja (las únicas ciudades en su estudio).
Los modelos hasta aquí analizados muestran que la violencia de menor inten­
sidad sí tiene diferencias en su incidencia en las regiones de Colombia. En general, la violencia contra la mujer es mayor en Bogotá, y contrario a la percepción
en algunas regiones, la violencia contra la mujer en el Caribe es estadística y
económicamente más baja.
B. Factores asociados con la violencia contra la mujer en Colombia
En términos de otros determinantes de la violencia física contra la mujer se
encuentran asociaciones con factores económicos y demográficos. Entre las características de la mujer, la que muestra una mayor asociación con la incidencia de
la violencia contra ellas es si la mujer observó violencia de pareja en su hogar materno (entre sus padres). Específicamente, si el padre abusaba físicamente a la madre, en este caso la probabilidad de que la mujer reporte empujones o zarandeos
se incrementa en 4pp. Esta asociación es estadísticamente significativa; aunque es
menor para comportamientos como lo son las experiencias de haber sido golpeada
con la mano (2,8pp), golpeada con objetos (0,6pp), mordidas (0,2pp), pateada o
arrastrada (0,6pp). Para actos aún más severos de violencia, la probabilidad de
que una mujer experimente abuso físico por parte de su pareja no está relacionada
con el hecho de que la mujer haya observado violencia en su hogar materno. La
probabilidad de sufrir al menos un tipo de violencia (última columna del Cuadro
1), ceteris paribus, es 5,3pp más alta para aquellas mujeres que crecieron en familias violentas. Esto respalda las hipótesis de que la violencia se perpetúa a través
de las generaciones, y está en línea con resultados de la literatura colombiana que
han usado otras fuentes de información (Salas-Bahamón, 2005).
Otras características de la mujer, como la diferencia de edad con su esposo
o su nivel de educación, son pequeñas en términos económicos o irrelevantes a
niveles estándar de significancia. A primera vista sorprende que la educación muestre asociaciones tan bajas con la incidencia de la violencia contra la mujer. Sin
embargo, la regresión también controla por la riqueza y la educación del esposo,
78
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
ambos factores usualmente relacionados con los niveles educativos de la mujer.
En tres casos, la educación de la mujer está asociada negativamente con la probabilidad de que una mujer reporte violencia de pareja. Comparadas con mujeres
con educación de bachillerato o menos, las mujeres con estudios universitarios
están 2,4pp en menos riesgo de ser golpeadas con la mano, 1,2pp en menos
riesgo de ser pateadas o arrastradas y 2,8pp en menos riesgo de experimentar
cualquier tipo de violencia física por parte de su esposo.
Comparadas con las características socioeconómicas de la mujer, las características de su compañero tienen una importancia relativa más alta en la incidencia de la gran mayoría de comportamientos de violencia física contra la mujer en
el país. Esta afirmación es particularmente cierta en los casos de variables como
si el esposo fue golpeado físicamente cuando niño, sus comportamientos de control hacia la mujer y su nivel educativo.
Las mujeres cuyos esposos fueron golpeados cuando niños tienen una probabilidad 7,9pp más alta de experimentar empujones o zarandeos, 6pp más alta de ser
golpeadas con la mano, 1,4pp más alta de ser golpeadas con objetos. Adicional­
mente, están 1,1pp más en riesgo de ser amenazadas con armas y 1,6pp más en
riesgo de ser forzadas a realizar actos sexuales no deseados. En agregado, aquellas
mujeres con compañeros abusados físicamente cuando niños, están 10,8pp más
en riesgo de experimentar al menos un tipo de violencia física por parte de su
compañero. Asimismo, las mujeres con compañeros controladores están más en
riesgo de experimentar violencia física de cualquier tipo: en la medida en que su
esposo exhibe un comportamiento de control adicional, la probabilidad de sufrir
violencia física se incrementa para la mujer en 12,3pp.18 Si el esposo se vuelve
más controlador es 9pp más probable que la mujer sea empujada o golpeada,
5,5pp más probable que la mujer sea golpeada con la mano y 2,2pp más probable
que la mujer sea obligada a realizar actos sexuales sin consentimiento, por parte
de su esposo.
La educación del esposo también es un factor positivo en la reducción de la
violencia de pareja en contra de la mujer. Comparados con aquellas mujeres cuyos
esposos son bachilleres o menos, aquellas con esposos con estudios universitarios
18
Un compañero es definido controlador si la encuestada afirma que su esposo expone alguno de los siguientes comportamientos: se pone celoso o bravo cuando habla con otro hombre, la acusa de serle infiel, le
impidió encontrarse con sus amigos, limita el contacto con su familia, vigila la forma como usted gasta el dinero,
la ignora, no cuenta con usted para reuniones sociales o familiares, o no le consulta las decisiones importantes
para la familia.
79
JUAN DAVID BARÓN
están 3,8pp en menos riesgo de sufrir al menos un tipo de violencia por parte del
esposo. Particularmente, la educación tiene un efecto potencial y estadísticamente significativo en la reducción de la violencia de empujones o zarandeos, golpes
con la mano y con objetos, patadas y arrastradas, ataques con armas y, particularmente, abuso sexual. Sin embargo, desde el punto de vista de política, reducir
la violencia infantil tiene un efecto directo más pronunciado sobre la incidencia
de la violencia de género en las generaciones posteriores que el efecto directo de
la educación.
Finalmente, entre las características del hogar consideradas, la riqueza del
hogar está estrechamente relacionada con los comportamientos menos violentos
contra la mujer, y débilmente con los más violentos. Por ejemplo, comparado
con hogares en el primer quintil de la distribución de riqueza, aquellas mujeres
viviendo en un hogar en el último quintil tienen 5,5pp menos probabilidad de
experimentar empujones, zarandeos y golpes con la mano. Aunque se encuentra
que la riqueza no está relacionada con la incidencia de actos sexuales contra la
mujer, sí se encuentra que: (i) a medida que aumenta la riqueza del hogar en que
vive la mujer, se reduce (entre 2,5pp y 7,5pp) la probabilidad de que la mujer
experimente violencia física de cualquier tipo (última columna en Cuadro 1).
Consistente con la literatura, mujeres legalmente casadas tienden a experimentar
menos violencia de pareja de cualquier tipo en su contra (3,0pp), comparadas
con su contraparte en relaciones de hecho (Kenney y McLanahan, 2006).19
C. ¿Existen diferencias regionales en los determinantes
de la violencia de pareja?
La siguiente pregunta que nos hacemos es si dado que hay evidencia de diferencias regionales, existen diferencias en los determinantes de la violencia. En
otras palabras, las características socioeconómicas del hogar están asociadas más
contundentemente al fenómeno de la violencia contra la mujer según la región
19
Rueda (2010) hace un análisis de los determinantes asociados con la violencia sicológica de pareja en
Colombia usando la ends 2005. La autora encuentra dos hechos interesantes: (i) una mujer que sufre violencia
sicológica tienen una probabilidad 50pp mayor de sufrir violencia física, aún cuando se toman en cuenta otras
variables como región, educación, composición del hogar y las edades de los miembros de la pareja; y (ii) asociaciones comparativamente más altas entre los factores aquí usados y la violencia sicológica de pareja. La violencia
sicológica parece ser un hecho aún más común que la violencia física contra la mujer.
80
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
donde esta se encuentre. Esta pregunta es de relevancia dado que si existen dichas diferencias regionales, las respuestas de política deben ajustarse a las variadas circunstancias regionales.
Los modelos anteriores no eran adecuados para este objetivo debido a que
estos forzaban al coeficiente de los determinantes de la violencia a ser los mismos
para todas las regiones. Por ello, el Cuadro 2 presenta el resultado de estimar los
modelos anteriores con interacciones entre los determinantes de la violencia y las
dummy de región. Una prueba de significancia conjunta de los parámetros (una
para cada región) nos permitirá evaluar si existe evidencia para afirmar que los determinantes varían en su asociación con la probabilidad de que una mujer haya
experimentado violencia física en su contra. Los resultados en el Cuadro 2 indican que los determinantes de los diversos tipos de violencia (las características
socio-económicas de la mujer, del compañero y del hogar) varían en su relación
con la probabilidad de que una mujer haya experimentado abuso físico en el año
previo a la entrevista, según la región de residencia. Estos resultados, sin embargo, no informan sobre cuáles son los determinantes que varían.
D. Explorando las diferencias en los determinantes regionales de la
violencia contra la mujer: el caso de Bogotá y el Caribe
La evidencia estadística presentada en la sección anterior da indicios de que,
al menos estadísticamente, los factores asociados con la violencia de pareja contra
la mujer tienen diferentes grados según las regiones en que residen las mujeres.
Para explorar un poco más este tema, el Cuadro 3 compara los factores asociados
con la violencia de pareja en dos regiones, Bogotá y el Caribe. Se escogió Bogotá
dadas sus altas tasas de violencia de pareja contra la mujer, y el Caribe por ser
la región que atrae la atención de la sociedad por la violencia contra la mujer,
resaltada en los medios de comunicación.20
El análisis se lleva a cabo para la variable que toma valor 1 si la mujer reporta
al menos uno de los comportamientos violentos que hemos venido trabajando y
0 en otro caso. Para facilitar la comparación entre modelos, el modelo estimado
es un modelo de probabilidad lineal (mpl) en el que los parámetros son directa-
20
Los resultados para las demás combinaciones de regiones están disponibles por solicitud al autor.
81
434,1
402,5
327
334
7,2
23,1
79,3
117
311,6
394,7
000
0
-0,9281
-0,0586 0 00 0
368,6 332,6 1359,1 452,6341,4
165,9
192,4
128,7
293
323,8
000
0
0 0
0 00 0
3939,8
2769,2
514,3
301,1
385,4
97,4
000
0
0 0
Central (sin Bogotá)
Pacifica
Territorios Nacionales
4909,7
3371,88
2309,2
1734,6
667,3
429,4
261,7
869,8
2426,4
3500,9
000
0
0 0
0 00 0
Fuente: Cálculos del autor con base en la Encuesta de Demografía y Salud, 2005.
Nota: Cada columna representa un modelo probit donde se han incluido las interacciones de todas las variables explicativas con cada una de las variables dummy de región (excepto la de la
región de comparación, Bogotá. La tabla reporta los estadísticos para la prueba de hipótesis de que los parámetros de estas interacciones (para la región) son igual a cero. Los números en paréntesis representan los valores p de la prueba. Las regiones están conformadas de la siguiente manera: El Caribe lo conforman los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira,
Magdalena, Sucre y San Andrés. En la región Oriental están los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta, Norte de Santander y Santander. En la Central están Antioquia, Caldas,
Risaralda, Quindío, Tolima, Huila y Caquetá. La región Pacífica la conforman Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca. Los Territorios Nacionales lo conforman las cabeceras de Amazonas,
Arauca, Casanare Guainía, Guaviare, Putumayo, Vaupés y Vichada.
Todas las regiones
93,7
640,4
1572,9
2827,4
0 00 0
352,2 347,8 316,6 287381 221,1
146,7 124 283,1 315,4
000
0
0 0
0 00 0
Oriental
85
124,3
338,4
418
0 00 0
463,8
409,6
560,5
546
449,6
176,8
000
0
0 0
Costa Caribe
La amenazó con
La atacó con
Trató de La forzó a tener
La empujó o La golpeó con La golpeó con
La pateó
Al menos un
Región
La mordió
cuchillo, arma de cuchillo, arma de estrangularla relaciones o
zarandeó
la mano
objeto
o arrastró
tipo de abuso
fuego u otra arma fuego u otra arma o quemarla actos sexuales
CUADRO 2
Pruebas de Wald de las interacciones entre las variables dummy regionales y las variables explicativas
(en comparación con Bogotá)
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
mente interpretables como cambios marginales. A pesar de algunas desventajas
(como que las probabilidades ajustadas pueden no estar limitadas al intervalo
comprendido entre 0 y 1), es bien conocido que este modelo aproxima adecuadamente los cambios marginales de los modelos de variable categórica como el
probit.
El Cuadro 3 muestra que la importancia relativa de los factores asociados
con la violencia de pareja varía según el lugar de residencia de la mujer (Caribe
o Bogotá). En Bogotá, por ejemplo, las mujeres cuyos esposos fueron físicamente
golpeados por sus padres (cuando niños) tienen una probabilidad 6pp más alta
que en el Caribe de haber experimentado al menos un tipo de violencia de pareja. Esta diferencia es, sin embargo, solo significativa al 10%.
A diferencia de lo que sucede en el Caribe, en Bogotá la asociación de la riqueza y la probabilidad de haber sido abusada físicamente es clara. Comparadas
con aquellas mujeres que se encuentran en el primer quintil de riqueza, aquellas
en el segundo quintil tienen una probabilidad 19pp menor de haber sido abusadas físicamente, y aquellas en el último quintil tienen una probabilidad 25pp
menor. Es decir, entre más alta es la riqueza del hogar, la mujer tiene una menor
probabilidad de haber sufrido violencia de pareja. En el Caribe, sin embargo, este
patrón no se observa, y solo cuando se comparan aquellas mujeres en el primer
y el cuarto quintil de riqueza se encuentra una probabilidad menor de violencia
en 4,3pp para aquellas en hogares más ricos. Todas estas diferencias entre los
coeficientes del Caribe y Bogotá son estadísticamente significativas al 1%.
En el Caribe, la presencia de miembros del hogar menores de cinco años está
relacionada positivamente con la probabilidad de que una mujer experimente
violencia de pareja (12pp). Esta asociación diferencial en esta variable para Bogotá
y el Caribe no es sorprendente dada las conocidas disparidades de riqueza entre
estas dos regiones. En términos del modelo, la presencia de hijos pequeños reduce la credibilidad de las amenazas de las mujeres de dejar una relación abusiva
(punto de amenaza), ya que los recursos financieros (además de la manipulación
a la que el esposo podría someter a su pareja en cuanto a los hijos) tendría que
ser mayores. Este mecanismo y el mayor número de hijos por familia en el Caribe
podrían explicar los resultados empíricos. Además, en el Caribe, estar legalmente casados resulta en una reducción de cerca de 3pp en la violencia de pareja,
mientras que, en Bogotá, estar casada legalmente no tiene un impacto estadísticamente significativo.
A pesar de algunas diferencias en la importancia de los determinantes, el Caribe y Bogotá se caracterizan por mostrar asociaciones similares en otros factores
83
Cuadro 3
Comparación de la importancia de los determinantes de
la violencia contra la mujer (modelo de probabilidad lineal)
Variable dependiente
Caribe Bogotá
Características de la mujer
Diferencia de edad
Dummy: Una unión
Padre abusaba a la madre
Bachillerato o educación técnica
Universidad
-0,0008
-0,0009
-0,0431***
-0,158
0,0585***
-0,0149
0,0029
-0,0146
0,0043
-0,022
0,0028
-0,0022
0,0162
-0,0389
0,0889***
-0,0293
0,0904**
-0,037
0,0614
-0,0563
Características del esposo
Abusado por padres (cuando niño)
0,083***
0,148***
-0,0149
-0,0334
Comportamientos de control
0,155***
0,1607***
-0,0057
-0,0102
Bachillerato o educación técnica
0
-0,0364
-0,0145
-0,0376
Universidad
-0,0183
-0,0458
-0,0192
-0,0568
Características del hogar
Porcentaje de mujeres en hogar
-0,0293
-0,3088***
-0,0366
-0,1101
Menores de 5 años
0,116***
0,0014
-0,0371
-0,0984
Índice de riqueza (segundo quintil)
0,0265
-0,1936***
-0,0173
-0,0667
Índice de riqueza (tercer quintil)
0,0075
-0,1963***
-0,0187
-0,0606
Índice de riqueza (cuarto quintil)
-0,0425**
-0,2353***
-0,02
-0,0604
Índice de riqueza (último quintil)
-0,0277
-0,2551***
-0,0224
-0,0652
Legalmente casados
-0,0265**
-0,0346
-0,0116
-0,031
Constante
0,0786***
0,3277***
-0,0228
-0,031
Observaciones
R2
Valor p (Significancia regresión)
3,748
0,3022
0
¿Es la diferencia
en coeficientes
diferente de cero?
No
No
No
Si (al 5% )
No
Si (al 10%)
No
No
No
Si (al 5%)
No
Si (al 1%)
Si (al 1%)
Si (al 1%)
Si (al 1%)
No
Si (al 1%)
726
0,3626
0
Nota: Cada columna representa un modelo de regresión lineal. Los números en paréntesis son
errores estándar consistentes con heterocedasticidad y toman en cuenta la posible correlación
existente de la información que viene de mujeres entrevistadas en la misma vivienda. ***, **
y * denota la significancia estadística 1%, 5% y 10% respectivamente. La estimación incluye
ponderaciones. Las regiones están conformadas de la siguiente manera: El Caribe lo conforman
los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y San
Andrés. Bogotá no incluye Soacha.
Fuente: Cálculos del autor con base en la Encuesta de Demografía y Salud, 2005.
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
asociados con la violencia de pareja. Si el padre abusaba físicamente a la madre
en el hogar de la actual esposa, se encuentra que ella tiene entre 6 y 9pp más probabilidades de sufrir violencia de pareja. La asociación entre Bogotá y el Caribe
es estadísticamente indistinguible dada las muestras existentes. Así mismo, tener
de compañero a un hombre que muestra diferentes comportamientos de control
está asociado con un probabilidad de entre 15 y 16pp más alta, tanto en el Caribe
como en Bogotá.
VI. COMENTARIOS FINALES
La violencia de pareja contra la mujer es un problema social de grandes consecuencias económicas, no solo para las víctimas directas de este crimen sino
también para toda la sociedad. La reacción de la sociedad colombiana ante el
fenómeno parece insuficiente dadas las altas cifras de violencia que persisten en
Colombia.
Este estudio busca identificar los factores asociados con la violencia física de
pareja dando un especial énfasis a diferencias regionales en la incidencia de este
fenómeno y en cómo estos factores pueden variar según la región de residencia de
la mujer. Los resultados informan sobre quiénes son los grupos vulnerables, dónde
están, y qué factores pueden ser utilizados con mayor éxito en políticas públicas
de potencial máximo en la reducción del problema. Adicionalmente, dentro del
reto que constituye la recolección de información sobre violencia de pareja, el
estudio usa la mejor información disponible en Colombia sobre el fenómeno de
la violencia de pareja: la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, 2005.
El presente documento hace una contribución a los esfuerzos interdisciplinarios para entender y analizar los determinantes socioeconómicos de la violencia
física de pareja en las familias colombianas y sus diferencias regionales desde un
marco netamente económico. La estimación de modelos de regresión, en nuestro
caso de modelos probit, permite estimar las asociaciones entre la probabilidad
de ocurrencia de la violencia de pareja y otros factores, a la vez que se mantienen
constantes otras características tanto de los esposos como de sus hogares. Es decir,
la metodología permite ir más allá de las simples asociaciones usualmente citadas
en análisis periodísticos, que aunque relevantes e importantes para llamar la atención de la sociedad hacia el problema, en muchas ocasiones llegan a conclusiones
erróneas o perpetúan estereotipos regionales y sociales.
85
JUAN DAVID BARÓN
Los resultados indican claramente que existen diferencias regionales en la
probabilidad de que una mujer sufra violencia por parte de su pareja. A pesar de
los estereotipos regionales, se encuentra que una mujer en Bogotá es más probable de experimentar violencia física por parte de su esposo o compañero, que su
contraparte en otra región del país. Tanto las diferencias simples, como en las que
se controla por características de la mujer, su compañero y su hogar, muestran
esta tendencia. El Caribe, además, en muchos de los indicadores de violencia
física contra la mujer muestra probabilidades que no solo son inferiores a las de
Bogotá, sino que en varios casos son las más bajas del país. Las diferencias regionales son más acentuadas en comportamientos violentos menos severos, aunque
no por eso menos problemáticos, como los son los empujones y zarandeos, los
golpes con la mano, y las patadas o arrastradas. Hay que aclarar que el análisis
provee una análisis descriptivo y no interpreta las asociaciones encontradas como
causales.
A nivel de Colombia, se encuentra que haber experimentado violencia cuando niño incide positivamente en la probabilidad de experimentar violencia en
sus propias relaciones. En otras palabras, estar expuestos a violencia cuando niño,
pareciera encajar a las mujeres en roles de víctimas y a los hombres en roles de
victimarios. Para ambos, la violencia de pareja se incorpora como un mecanismo
natural para resolver los conflictos de pareja. La riqueza, y en menor medida la
educación de ambos miembros de la pareja, también muestra una asociación importante con la incidencia de la violencia de pareja. Aquellas mujeres viviendo en
hogares más ricos exhiben probabilidades inferiores de ser abusadas físicamente.
Sin embargo, a nivel regional, se provee evidencia de que los determinantes varían
dependiendo de la región, siendo estas diferencias económica y estadísticamente
relevantes.
A partir de la revisión de la literatura, el modelo teórico y la aplicación empírica, las recomendaciones de política son claras. Toda acción de política pública
que dé a la mujer independencia económica tendrá un efecto positivo en reducir
la violencia de pareja contra la mujer (siempre y cuando exista un mecanismo
social que prevenga la respuesta violenta de los abusadores, tales como leyes con
penas severas). Entre estas políticas se encuentran todo tipo de ayudas y apoyo
que se le pueda brindar al cónyuge abusado. Así mismo, leyes que faciliten el divorcio tendrán un efecto en la misma dirección. Estas dos políticas reducirían
la violencia, no por la desintegración de la familia, sino porque la mujer tiene la
opor­tunidad de hacer amenazas creíbles sobre abandonar relaciones abusivas. Al
86
VIOLENCIA FÍSICA DE PAREJA CONTRA LA MUJER EN COLOMBIA
ver esto, los compañeros con ímpetus abusadores lo pensarán más en caso de
ejercer la violencia, y si no lo hacen, la mujer podrá escapar esa relación violenta
y no verse sometida a un compañero que usa las leyes actuales para sacar ventaja y obligarla a permanecer a su lado. La evidencia de otros países es clara: hacer el
divorcio más fácil de obtener reduce la violencia, sin tener efectos sobre las tasas
de divorcio (Stevenson y Wolfers, 2006).
Adicionalmente, toda política que proteja a los menores de estar expuestos a la
violencia entre sus padres y hacia ellos mismos, tendrá efectos intergeneracionales en la reducción de la violencia de pareja. En línea con la literatura colombiana
e internacional, los resultados indican que uno de los mayores determinantes de
la violencia de pareja contra la mujer de las próximas generaciones es la de niños
y niñas creciendo en familias violentas.
La diferencia entre un país sin tolerancia por el abuso de pareja, y el actual,
está en tomar decisiones de política pública ambiciosas y adecuadas. Para ello, sin
embargo, se debe estudiar el problema y sus factores asociados, recoger la información adecuada e interpretarla correctamente dentro de las limitaciones que el
asunto impone. Más investigaciones son necesarias para profundizar en estos temas.
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418-434.
90
(6,4932)
(0,4241)
(0,4984)
(0,4961)
4,4953
0,8281
0,2892
0,5742
0,1052(0,3068)0,0632(0,2433) 0,1159
0,2963
(0,4567)
0,5065
(0,5001)
0,2427
0,7869
(1,2655)
2,1148
(1,6344)
0,4478
0,5062
(0,5000)
0,5131
(0,4999)
0,5044
0,1164(0,3208)0,0609(0,2391) 0,1306
4,1656
0,7650
0,4592
0,5632
0,3032
0,1336
0,2371
0,1380
0,1373
0,2387
Media
Características del esposo
Universidad
Abusado por padres (cuando niño)
Comportamientos de control
Bachillerato o educación técnica
Universidad
(6,5117)
(0,3881)
(0,4679)
(0,4948)
(0,4368)
(0,3600)
(0,4095)
(0,3600)
(0,3512)
(0,4299)
Desv. estd.
4,4282
0,8152
0,3238
0,5719
0,2565
0,1529
0,2130
0,1529
0,1441
0,2446
Media
Características de la mujer
Diferencia de edad
Dummy: Una unión
Padre abusaba a la madre
Bachillerato o educación técnica
(0,4555)
(0,3444)
(0,4222)
(0,3481)
(0,3456)
(0,4271)
Desv. estd.
(0,3201)
(0,4287)
(0,8736)
(0,5000)
(0,3370)
(6,5151)
(0,3774)
(0,4534)
(0,4945)
(0,4596)
(0,3402)
(0,4253)
(0,3449)
(0,3442)
(0,4263)
Desv. estd.
Mujeres no abusadas en
el último año
0,2937
0,1375
0,2322
0,1410
0,1387
0,2399
Media
Mujeres abusadas
en el último año Costa Caribe
Región Oriental
Región Central (sin Bogotá)
Región Pacifica
Región Territorios Nacionales
Sector rural
Todas la mujeres
Variable
cuadro Anexo 1
Estadísticas descriptivas
12.762
Observaciones
2.596
0,3155
0,1685
0,2851
0,2523
0,1576
0,1040
0,2862
Media
(0,1299)
(0,1633)
(0,4515)
(0,4344)
(0,3644)
(0,3053)
(0,4521)
Desv. estd.
Mujeres abusadas
en el último año 10.166
0,3345
0,1424
0,2299
0,2268
0,2066
0,1702
0,4302
Media
(0,1402)
(0,1560)
(0,4208)
(0,4188)
(0,4049)
(0,3758)
(0,4951)
Desv. estd.
Mujeres no abusadas en
el último año
Fuente: Cálculos del autor con base en la Encuesta de Demografía y Salud, 2005.
Nota: «Todas la mujeres» se refiere al grupo de mujeres en una relación conyugal, sea en matrimonio legal o de facto. Las regiones están conformadas de
la siguiente manera: El Caribe lo conforman los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y San Andrés. En la
región Oriental están los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta, Norte de Santander y Santander. En la Central están Antioquia, Caldas, Risaralda,
Quindío, Tolima, Huila y Caquetá. La región Pacífica la conforman Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca. Los Territorios Nacionales lo conforman las
cabeceras de Amazonas, Arauca, Casanare Guainía, Guaviare, Putumayo, Vaupés y Vichada.
(0,1384)
(0,1579)
(0,4278)
(0,4221)
(0,3974)
(0,3635)
(0,4901)
Desv. estd.
0,3306
0,1477
0,2411
0,2320
0,1966
0,1567
0,4009
Media
Características del hogar
Porcentaje de mujeres en hogar
Menores de 5 años
Índice de riqueza (segundo quintil)
Índice de riqueza (segundo quintil)
Índice de riqueza (cuarto quintil)
Índice de riqueza (último quintil)
Legalmente casados
Todas la mujeres
Variable
cuadro Anexo 1 (continuación)
Estadísticas descriptivas
Comportamiento violento
Bogotá
Caribe
Oriental
Central
Pacífica
Diferencia de región a Bogotá …
Territorios Nacionales
924 4.6572.263 3.7762.270
2.324
Fuente: Cálculos del autor con base en la Encuesta de Demografía y Salud, 2005.
Nota: Los números en la columna de Bogotá representan la proporción de mujeres que dijeron que experimentaron el tipo de violencia por parte de su compañero en 12 meses anteriores a la entrevista; en las otras columnas representan la diferencia de media entre Bogotá y la región correspondiente. Los números
en paréntesis son los valores-p de la prueba de hipótesis de que la diferencia de medias de la variable de violencia entre Bogotá y la región es cero. Las regiones
están conformadas de la siguiente manera: El Caribe lo conforman los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y
San Andrés. En la región Oriental están los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta, Norte de Santander y Santander. En la Central están Antioquia,
Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila y Caquetá. La región Pacífica la conforman Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca. Los Territorios Nacionales lo
conforman las cabeceras de Amazonas, Arauca, Casanare Guainía, Guaviare, Putumayo, Vaupés y Vichada.
Observaciones
a. La empujó o zarandeó
0,2459
-0,1053
-0,0585
-0,0963
-0,0722
-0,0814
0
-0,00140
-0,00010
b. La golpeó con la mano
0,163
-0,0636
-0,0385
-0,0533
-0,0436
-0,0269
0
-0,0142
-0,0003
-0,0051
-0,0891
c. La golpeó con objeto
0,0299
0,0014
0,0062
0,0017
0,0006
0,0111
-0,8365
-0,4195
-0,8046
-0,9318
-0,1548
d. La mordió
0,0217
-0,0099
-0,0124
-0,0119
-0,0086
-0,0092
-0,078
-0,0329
-0,0352
-0,1516
-0,1255
e. La pateó o arrastró
0,0652
-0,031
-0,0188
-0,0175
-0,011
-0,0138
-0,0012
-0,0701
-0,077
-0,294
-0,187
f. La amenazó con cuchillo, arma de fuego u otra arma
0,0313
-0,0081
-0,0067
-0,0078
-0,0028
-0,0066
-0,2339
-0,3663
-0,2597
-0,7048
-0,3673
g. La atacó con cuchillo, arma de fuego u otra arma
0,0136
-0,0042
-0,0005
-0,0019
-0,0015
-0,0048
-0,354
-0,9252
-0,6871
-0,7649
-0,313
h. Trató de estrangularla o quemarla
0,0177
-0,00180,0015 0,00070,0044
0,0048
-0,7351
-0,8016
-0,9001
-0,4528
-0,4257
i. La forzó a tener relaciones o actos sexuales
0,0557
-0,00950,0099 -0,0007
-0,0047
-0,0169
-0,2962
-0,3359
-0,9424
-0,6368
-0,0785
j. Al menos un tipo de abuso
0,2294
-0,0703
-0,0416
-0,0724
-0,0466
-0,0646
0
-0,00980
-0,00370
cuadro Anexo 2
Pruebas de significancia de la diferencia de las variables violencia física contra la mujer
DETERMINANTES DE LAS
EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE
COLOMBIA A SUS CINCO PRINCIPALES
SOCIOS COMERCIALES, 1998-2009
IADER GIRALDO SALAZAR*
RESUMEN
En este trabajo se estiman los determinantes de las exportaciones manufactureras colombianas a Ecuador, Venezuela, México, Perú y Estados Unidos en el
periodo 1998-2009. Los resultados muestran que el ingreso del país importador,
los precios de las exportaciones y los costos salariales son los determinantes comunes a estos países. Además, la presión de demanda, los precios domésticos
de las manufacturas, los costos de los insumos y la renta tendencial doméstica
determinan estas exportaciones en algunos casos particulares.
Palabras clave: Exportaciones de manufacturas, ventaja comparativa, panel
de datos
Clasificaciones jel: E0, F14, F41, F47, C23.
*
El autor es estudiante de Doctorado en Economía en la Universidad del Rosario, Bogotá. Correo electrónico: [email protected] Agradece la colaboración permanente del profesor Remberto Rhenals Monterrosa
durante la elaboración de este trabajo. Fecha de recepción: febrero 7 de 2012; fecha de aceptación: marzo 30 de
2012.
Economía & Región, Vol. 6, No. 1, (Cartagena, junio 2012), pp. 95-132.
95
IADER GIRALDO SALAZAR
ABSTRACT
Determinants of Manufactured Exports from Colombia
to its Five Main Trading Partners, 1998-2009
This paper studies the determinants of Colombian manufactured exports to
Ecuador, Venezuela, Mexico, Peru and the United States in the period 1998-2009.
Results suggest that the common determinants of exports to these countries are
the income of the importing country, export prices and wage costs. Furthermore,
in some cases demand pressures, domestic prices of manufactures, input costs
and domestic trend income also determine these exports.
Key words: Exports of manufactures, comparative advantage, panel data
jel
Classifications: E0, F14, F41, F47, C23.
I. INTRODUCCIÓN
La investigación de los determinantes de las exportaciones de la industria manufacturera ha sido un tema de estudio permanente en los ámbitos académico y
gubernamental. Sin embargo, el desarrollo de nuevas técnicas de aproximación
empírica y la mayor eficiencia en la recolección de datos abren constantemente
nuevos horizontes en la búsqueda de mejores resultados de investigación.
La incursión de Colombia en distintos tratados bilaterales y multilaterales de
comercio pone al sector exportador como tema de interés. La investigación en este
campo puede hallar formas de elevar los beneficios domésticos de estos tratados,
entre ellos el mayor crecimiento económico.
La importancia económica de las exportaciones es una constante en las distintas teorías de desarrollo económico. En particular, las exportaciones de la industria manufacturera juegan un papel destacado en estos análisis, ya que tienen
altos niveles de valor agregado que, con el crecimiento, van generando efectos
mul­tiplicadores sobre la economía a través de diferentes canales.
Este trabajo analiza los determinantes de las exportaciones de manufacturas
colombianas a sus cinco principales países de destino: Ecuador, Venezuela, México, Perú y Estados Unidos. Para tal fin, se seleccionan los diez principales renglones de exportación en el periodo 1998-2009 y se hace una aproximación empírica
96
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
mediante la técnica de panel de datos para cada país. Con esto se busca determinar la importancia de algunas variables sobre las exportaciones a cada uno de los
diferentes destinos y la posibilidad de realizar acciones de política que fortalezcan
la dinámica de este sector.
El trabajo consta de cinco secciones, incluyendo esta introducción. En la segunda parte se presenta el marco teórico. En la tercera se explica la metodología
del estudio y en la cuarta se describen brevemente los datos y el Índice de Ventaja
Comparativa de Balassa. En la quinta sección se presentan los resultados de la
aproximación empírica y sus interpretaciones. Finalmente, se ofrecen algunas
conclusiones.
II. LA TEORÍA
Para abordar el tema de las exportaciones de manufacturas existen dos enfoques teóricos principales desde diferentes visiones económicas. De un lado, el
enfoque macroeconómico, que aborda el problema de manera agregada, identifica funciones de oferta y demanda de exportaciones entre países, lo cual permite
estimar elasticidades precio e ingreso entre las distintas regiones (Goldstein and
Kahn, 1978; Feder, 1983). De otro lado, el enfoque microeconómico, que analiza
el problema en forma desagregada, introduce los costos que tienen las empresas
para entrar o salir de los mercados de exportación; es decir, los llamados «costos
muertos» que asumen las empresas y que las hacen reaccionar en mayor o menor
medida ante variaciones del tipo de cambio, dependiendo de si son o no empresas exportadoras (Baldwin, 1988; Dixit, 1989).
Los dos enfoques tienen una amplia trayectoria, tanto en desarrollos teóricos
como empíricos. Sin embargo, cabe anotar que no son excluyentes. Más bien son
propuestas complementarias que posibilitan la profundización de las investigaciones y que pueden ser usadas de acuerdo con las necesidades de cada estudio
en particular.
Además de estos dos enfoques, cabe destacar el llamado modelo gravitacional,
que ha sido muy utilizado en la estimación empírica de flujos de comercio a
partir de distintas teorías del comercio internacional (Tinbergen, 1962; Anderson,
1979; Bergstrand, 1989; Helpman y Krugman, 1985; Anderson and Van Winkoop,
2003). Este modelo plantea que los flujos de comercio entre naciones están determinados por su tamaño demográfico o económico, la distancia geográfica que los
97
IADER GIRALDO SALAZAR
separa y otro vector de variables explicativas que caracterice las relaciones entre
los países en cuestión. Estas variables pueden incluir la existencia de una frontera
y un lenguaje comunes, patrones similares de colonización, etc.
En el caso particular del enfoque agregado, históricamente se han realizado
trabajos mediante la estimación de funciones de demanda a partir de distintos
supuestos sobre el comportamiento de los respectivos sectores externos. Los supuestos de oferta o demanda infinitamente elástica son los más comunes en este
tipo de estimaciones, cada uno aplicado dependiendo de las particularidades de
cada economía. El trabajo pionero en romper con este tipo de supuestos y realizar
un análisis simultáneo de las funciones de oferta y demanda de exportaciones
es el de Goldstein y Kahn (1978), que estima un modelo simultáneo de oferta y
demanda para ocho países industrializados en el periodo 1955-1970.
A partir de este estudio se ha continuado con la tendencia de estimar funciones de oferta o demanda de exportaciones por separado, con la correspondiente
utilización de los supuestos indicados para cada caso. Sin embargo, son pocos los
estudios que se han realizado siguiendo el enfoque de funciones simultáneas.
Entre las investigaciones más destacadas se encuentra la de Balassa, Voloudakis, Fylaktos y Suh (1989), que aplican este modelo para las exportaciones de
Grecia y Corea del Sur. Muscatelli, Srinivasan y Vines (1992) desarrollan este modelo para determinar las causas del rápido crecimiento del sector externo de Hong
Kong. Straub (2002) examina las exportaciones de Estados Unidos, Canadá y
Alemania. Finalmente, Buisán, Caballero y Jiménez (2004) aplican el modelo al
caso español.
Aunque estas investigaciones agregan elementos adicionales al modelo original, todos mantienen la generalidad de los elementos propuestos por Goldstein
y Kahn (1978). En este trabajo, la demanda de exportaciones depende negativamente de la relación entre los precios internacionales de los bienes exportados
y los precios en el país comprador, y positivamente de los ingresos del país comprador. La oferta de exportaciones depende positivamente de la relación entre
el precio externo de los productos exportados y el precio de venta en el mercado
doméstico, así como también del nivel de producción doméstica de los bienes
exportables.
De este modo, se tienen las siguientes ecuaciones en logaritmos:1
1
98
Por simplicidad se omiten aquí las variables temporales hasta la formulación del modelo final.
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
 Px 
lnxtot d = a0 − a1ln   + a2lnyf (1)
 Pf 
 Px 
lnxtot s = b0 − b1ln   + b2lnytrend (2)
P
De la solución simultánea de las ecuaciones 1 y 2 se obtienen dos ecuaciones
que permiten hallar los determinantes de las cantidades (xtot) y precios de las
exportaciones (Px).
En Colombia el estudio de los determinantes de las exportaciones ha sido
un tema abordado desde diferentes enfoques que se pueden clasificar en cuatro
grandes grupos (Cuadro 1).
Nótese que, al igual que en otros países, el análisis simultáneo de oferta y
demanda de exportaciones no ha sido un enfoque muy usado en Colombia. Una
excepción es el trabajo de Mesa, Cock y Jiménez (1999) que emplea un enfoque
agregado, manteniendo el supuesto de demanda perfectamente elástica y usando
pocas variables independientes. La novedad del presente trabajo es que examina
el caso colombiano con un enfoque que ha sido poco utilizado.
III. METODOLOGÍA
Se estimó el modelo oferta-demanda planteado en primera instancia por
Goldstein y Khan (1978) y ampliado en su número de variables por algunos otros
autores reseñados en la sección anterior. La estimación de este modelo se basa en
dos ecuaciones que surgen de la solución del sistema de ecuaciones simultáneas
sobre la función de oferta y demanda de exportaciones. Dado el alcance de esta
investigación, para la estimación solo se tuvo en cuenta la ecuación del volumen
de exportaciones.
El modelo se aplicó a los cinco principales destinos de las exportaciones de
manufacturas colombianas, tomando las diez agrupaciones de manufacturas más
importantes bajo la clasificación ciiu para cada país y estimando sus determinantes mediante un panel de datos en sus diferentes versiones.2
2
Se toma la clasificación ciiu (Código Industrial Internacional Uniforme) revisión 2, debido a que la gran
mayoría de los datos se presentan en esta forma.
99
IADER GIRALDO SALAZAR
CUADRO 1
Clasificación de estudios sobre los determinantes de
las exportaciones colombianas
GruposEstudios
Descripción
Teigueiro y Elson (1973); Díaz-
Demanda externa
Alejandro (1976); Villar (1984) —
perfectamente
Modelo i; Botero y Meisel (1988);
elástica
Alonso (1993) y Quintero (1997).
Estos estudios parten del supuesto
de «país pequeño»: las exportaciones
colombianas no afectan el nivel
internacional de precios.
Villar (1984) — Modelo iii; Tybout
and Roberts (1997) y Mesa, Cock
Costos «muertos»
y Jiménez (1999). — Segundo
modelo.
Hacen un análisis más microfundamentado, donde introducen los costos que tienen las empresas exportadoras para entrar o salir de un mercado y el efecto de estos costos sobre
la toma de decisiones.
Villar (1984) — Modelo ii[1] y
Funciones
Mesa, Cock y Jiménez (1999).
simultáneas
— Primer modelo[2].
Análisis simultáneo de oferta y demanda de exportaciones para hallar
la forma reducida para precios y
cantidades.
Echavarría (1980); Villar (1992);
Ocampo y Villar (1993); Steiner
Otros
y Wüllner (1994); Amín y Ferran-
tino (1999); Misas, Ramírez y
Silva (2001) y Hernández (2005).
Estos estudios no se enmarcan dentro de ninguno de los grupos anteriores, pero se pueden encontrar
algunos análisis particulares de la
evolución de los determinantes de
las exportaciones y de sus relaciones
de largo plazo.[3]
Notas: [1] El Modelo ii rompe con el supuesto de demanda perfectamente elástica, lo que abre la
posibilidad de que la exportación de manufacturas afecte los precios externos de los bienes, dado
que su destino principal es Latinoamérica, cuyos países cuentan con un desarrollo económico
muy similar al de Colombia.
[2] El primer modelo mantiene el supuesto de país pequeño y demanda de exportaciones perfec­
tamente elástica.
[3] En particular los dos últimos estudios hacen un análisis de cointegración con una amplia
cantidad de datos y muestran las diferentes relaciones de largo plazo entre los principales determinantes de las exportaciones.
Fuente: Elaboración propia.
100
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
Siguiendo a Goldstein y Khan (1978), se tienen dos países, Colombia y resto
del mundo, que tienen rendimientos constantes a escala en las manufacturas.3 El
modelo rompe con el supuesto de «país pequeño», pues supone que este tipo de
exportaciones poseen nichos de mercado donde tienen oportunidad de competir
por precios.
Las funciones de oferta y demanda de exportaciones son:
Xd = f(Px, pf, yf)
(3)
Xs = g(Px, ytrend, C)
(4)
La demanda de exportaciones de Colombia (Xd) depende de la relación entre
el precio de las exportaciones (Px) y el precio de estos bienes en el resto del mundo (pf), expresados ambos en dólares americanos, y la renta del resto del mundo
también expresada en dólares (yf). La oferta de exportaciones (Xs) está determinada por los precios de exportación (Px), el ingreso tendencial del país (ytrend),
tomado como proxy de la capacidad productiva, y los costos de producción (C).
La función de costos incluida en la oferta de exportaciones depende, a su vez,
de otras variables comúnmente usadas en la literatura, tales como precio interno de las manufacturas (p), costos laborales por unidad de manufactura (w) y precios de los insumos (inputs).4 Además de estas variables, algunos autores han sugerido incluir una variable de presión de demanda (Pd) que recoja el efecto que
puede tener una mayor rentabilidad de las ventas en el mercado local.
Así, resultarían las siguientes funciones de oferta y demanda de exportaciones
para Colombia, donde la demanda de exportaciones depende negativamente de
la relación entre el precio de las exportaciones y el precio de estos bienes en el
resto del mundo  Px  y positivamente del nivel de ingreso real del resto del
 pf 
mundo (yf). Entre tanto, la oferta de exportaciones depende positivamente de la
 Px 
relación entre el precio de exportación de los bienes y su precio doméstico  
 p
Cuando se hace referencia a «resto del mundo» se entiende que se trata de los países con los que Colombia
tiene relaciones comerciales significativas y que se incluyen en el ejercicio cuantitativo.
4
Buisán, Caballero y Jiménez (2004) plantean que esta variable relacionada con el precio de exportación
recoge el costo de oportunidad de vender en el exterior y se mueve con el costo de los factores.
3
101
IADER GIRALDO SALAZAR
y el ingreso tendencial doméstico (ytrend) como una medida de la capacidad productiva de la economía. Además, la oferta de exportaciones depende negativamente de los costos laborales (w), el precio de los insumos (inputs) y la presión de
demanda interna (Pd).
 Px 
lnxtot d = a0 − a1ln   + a2lnyf (5)
 pf 
 Px 
lnxtot = b0 + b1ln   + b2lnytrend − b3lnw − b4lninputs − b5lnPd (6)
 p
Xd = XS(7)
De (7) se obtiene la forma reducida de las ecuaciones para precios y cantidades:
lnPx it = α 0 + α 1lnpfit + α 2lnyfit − α 3lnp it − α 4lnytrend it − α 5lnw it − α 6lninputsit − α 7lnpd it
(8)
lnxtot it = β0 + β1lnpfit + β2lnyfit − β 3lnp it + β 4lnytrend it − β 5lnw it − β6lninputsit − β7lnpd it
(9)
Donde αi y βi están determinados por los valores que toman ai y bi, manteniendo así la coherencia teórica que presentan las relaciones entre las diferentes
variables.
La ecuación (9) de los determinantes del volumen de exportaciones de manufacturas colombianas corresponde al modelo a estimar para los cinco mercados
de exportaciones bajo estudio.
IV. DESCRIPCIÓN DE LA INFORMACIÓN
A. Composición de las exportaciones manufactureras colombianas
El sector manufacturero colombiano ha mantenido una estructura relativamente constante durante los últimos años, conservando diez agrupaciones como
las más importantes, que suman, en promedio, más del 70% del total de exportaciones del sector.
Aunque la participación de algunas agrupaciones ha variado, estas se mantienen dentro de las diez principales cada año. Las agrupaciones de fabricación de
102
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
productos alimenticios (311), textiles (321), prendas de vestir (322) y químicos
(351-352) son las más estables en el tiempo y llegan a sumar más del 50% del total
de exportaciones. Los demás sectores son más irregulares, pero su mayor peso en
algunos años los mantiene entre las diez agrupaciones más importantes.
De la misma forma en que se establecieron las diez agrupaciones de manufacturas más importantes en el agregado de exportaciones manufactureras del país,
se seleccionaron las diez principales para cada destino. Al comparar las diez agrupaciones más importantes para cada país, resultaron 17 agrupaciones en total, lo
que indica una semejanza relativa en la estructura de demanda de exportaciones
de los países estudiados.
Las diez principales agrupaciones de exportación de manufacturas por país de
destino conforman alrededor de 80% del total de este tipo de exportaciones diri-
GRÁFICO 1
Colombia: Participación en el total de los 10 principales renglones
de exportación de manufacturas
80
70
Porcentaje
60
50
40
30
20
10
0
1998
1999
2000
2001
2002
2003
- Fabricación de productos alimenticios
2004
2005
2006
2007
2008
2009
Textiles
Prendas de vestir
Químicos industriales
Otros químicos
Derivados del petróleo
Plásticos
Metálicas básicas de metales no ferrosos
Maquinaria eléctrica
Material de transporte
Fuente: Cálculos propios con datos de la dian.
103
IADER GIRALDO SALAZAR
gidas a cada país y constituyen la muestra seleccionada de productos exportados a
estimar. Cabe resaltar que las estructuras de exportaciones a Ecuador, Venezuela,
México y Perú son similares, lo que muestra la posibilidad que tiene Colombia
de competir en esos mercados con algunas manufacturas de alto valor agregado
como metalmecánica (381), maquinaria excluida eléctrica (382), maquinaria eléctrica (383), material de transporte (384), plásticos (356), papel (341) e imprentas
y editoriales (342). De otro lado, la estructura de las exportaciones a los Estados
Unidos es diferente a las anteriores. En este caso, la demanda se concentra más
en bienes intermedios como otros minerales no metálicos (369), metálicas básicas de hierro y acero (371) y metálicas básicas de metales no ferrosos (372), y no
en áreas como 341, 342 y 381 al 384. En estos, los Estados Unidos tiene ventaja
comparativa por ser una economía más intensiva en capital. Por lo tanto, su demanda externa por estos productos no es significativa.
CUADRO 2
Colombia: Principales agrupaciones de exportación
de manufacturas por país de destino
Código ciiu
Producto
EcuadorVenezuela MéxicoPerú usa
311
Fabricación de productos alimenticios
X
X
X
X X
321 Textiles
X
X
X XX
322
Prendas de vestir
X
X
X
341
Papel y sus productos
X
X
X
342
Imprentas y editoriales
X
X
351
Químicos industriales
X
X
X
X X
352
Otros químicos
X
X
X
X X
354
Derivados del petróleo
X
X X
356Plásticos
X X XX
369
Otros minerales no metálicos
X
371
Metálicas básicas de hierro y acero
X
372
Metálicas básicas de metales no ferrosos
X
381
Metalmecánica excluida maquinaria
X
X
X
382
Maquinaria excluida la eléctrica
X
X
383
Maquinaria eléctrica
X
X
X
X
384
Material de transporte
X
X
390
Otras industrias manufactureras
X
Fuente: Elaboración propia.
104
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
B. Análisis de ventaja comparativa de las agrupaciones seleccionadas
Para analizar la ventaja comparativa que presentan las 17 agrupaciones que
comprenden las principales exportaciones a los cinco países estudiados, se estimó
el Índice de Ventaja Comparativa de Balassa para este mercado en el agregado y
luego para cada uno de los mercados bilaterales, a partir de las diez principales
agrupaciones de exportación a cada destino basado en información de los distintos bancos centrales y el Bureau of Labor Statistics (bls) de los Estados Unidos.
El Índice de Ventaja Comparativa de Balassa se define de manera general
x ij
como IB =
XTj
xi
. Es una relación de la proporción de exportaciones del bien i
Xw
hacia el país j en términos de las exportaciones totales hacia ese destino y la proporción de exportaciones totales de dicho bien en términos de las exportaciones
hacia todo el mercado en cuestión. Si ib > 1 se dice que el país analizado tiene
ventaja comparativa en este producto; si ib < 1 este tiene desventaja comparativa.
Los valores de ib para cada año del periodo de análisis y cada país se presentan
más adelante en los Cuadros 3 a 8.
Los resultados revelan una variedad de sectores en que Colombia posee ventaja comparativa, aunque la tendencia es distinta para cada uno, de manera que hay
una variación en el grado de competitividad en el tiempo. Asimismo, en algunos
sectores no existe ventaja comparativa, pero estos aparecen entre los principales
renglones de exportación hacia algunos de los países considerados. La existencia
de ventaja comparativa da muestra del poder que pueden tener sectores manufactureros nacionales en los mercados de los países de destino.
Tal como se muestra en el Cuadro 3, Colombia tiene ventaja comparativa en
13 de los 17 principales sectores de exportación manufacturera hacia estos destinos; once de ellos conservan este tipo de ventaja en el agregado del comercio
mundial. Los sectores que no presentan ventaja comparativa son metalmecánica excluida maquinaria (381), maquinaria excluida eléctrica (382), maquinaria
eléctrica (383) y material de transporte (384), debido probablemente a la escasa
competitividad de la industria nacional en bienes con altos niveles de tecnología
incorporada en su producción.
Estas 13 agrupaciones con ventaja comparativa representan, en promedio, 63%
del total de exportaciones manufactureras del país hacia estos destinos. Sobresalen entre estas textiles (321), prendas de vestir (322), químicos industriales (351)
y derivados del petróleo (354), cuyo ib registra una tendencia creciente. De las nue105
IADER GIRALDO SALAZAR
CUADRO 3
Colombia: Promedio índice de ventaja comparativa de Balassa (ib)
para los principales renglones de exportación de manufacturas a
Ecuador, Venezuela, México, Perú y Estados Unidos, 1998-2008
Promedio
Código
Índice de
Tendencia
Producto
ciiu
Balassa (ib),
1998-2008
321Textiles
3.77
Ventaja comparativa
322
Prendas de vestir
3.62
creciente
351
Químicos industriales
4.56
354
Derivados del petróleo
15.67
341
Papel y sus productos
8.95
342
Imprentas y editoriales
1.31
Ventaja comparativa
356
Plásticos
1.66
constante
369
Otros minerales no metálicos
4.11
371
Metálicas básicas de hierro y acero
1.1
372
Metálicas básicas de metales no ferrosos
2.16
390
Otras industrias manufactureras
1.91
Ventaja comparativa
311
Fabricación de productos alimenticios
3.29
decreciente
352
Otros químicos
8.29
381
Metalmecánica excluida maquinaria
0.38
No ventaja
382
Maquinaria excluida la eléctrica
0.34
comparativa
383
Maquinaria eléctrica
0.13
384
Material de transporte
0.65
Fuente: Elaboración propia.
ve agrupaciones restantes, siete han tenido un comportamiento constante en el
periodo considerado y dos (311 y 352) presentan una caída en el ib, aunque este
permanece por encima de uno.
Entre las exportaciones en que Colombia no parece tener ventaja comparativa, aunque hacen parte de los principales renglones de exportación, se encuentran las ramas 382 y 384, que solo exportan significativamente hacia Ecuador y
Venezuela. Al estimar el ib para este mercado agregado, resultan niveles promedio
de 1.41 y 1.04, respectivamente. Estos índices revelan la existencia de algún tipo de
ventaja comparativa de estos sectores, el cual les permite competir en nichos
106
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
de mercado particulares como uno de los diez principales productos manufactureros exportados hacia estos países.
A diferencia de los dos casos anteriores, resultó un ib de 0.69 para 381 (metalmecánica excluida maquinaria), que solo tiene acceso importante a los mercados
de Ecuador, México y Perú, y de 0.08 para 383 (maquinaria eléctrica), que se exporta de manera significativa hacia todos los países latinoamericanos. La importancia de la exportación de estas dos agrupaciones, a pesar de su clara desventaja
comparativa, puede deberse a características particulares de algunos productos
colombianos en este tipo de industria y a la existencia de acuerdos comerciales
entre estos países que permiten el ingreso preferencial de este tipo de exportaciones colombianas.
1. Ecuador
En este caso Colombia muestra solo una pequeña ventaja comparativa en cinco de las diez principales agrupaciones analizadas, lo que indica una semejanza
de los mercados manufactureros de los dos países. De estas cinco agrupaciones,
cuatro han tenido un comportamiento constante en el periodo 1998-2008 y solo
una (351, químicos industriales) ha venido decreciendo.
Las cinco agrupaciones que no presentan ventaja comparativa suman 30.4%
del total de exportaciones manufactureras colombianas a Ecuador, lo cual indicaría
la existencia de un comercio mayormente intraindustrial y de acuerdos comerciales entre estos dos países, que promueven la exportación de estos productos más
que la existencia de algún tipo de ventaja comparativa (Cuadro 4). Cabe recordar que Colombia y Ecuador hacen parte de la Comunidad Andina de Naciones
(can) y se benefician del sistema de preferencias atpdea establecido por el gobierno de los Estados Unidos.
2. Venezuela
Contrario al caso anterior, Colombia presenta una clara ventaja comparativa
en nueve de las diez principales agrupaciones de exportación a Venezuela, que
representan el 74% de las exportaciones manufactureras hacia este destino. Esto
muestra la diferenciación de estos dos mercados y la complementariedad de los
mismos en el caso de las manufacturas. De estas nueve agrupaciones, seis presentan un comportamiento constante y tres han venido decreciendo en el tiempo
(Cuadro 5).
107
IADER GIRALDO SALAZAR
CUADRO 4
Colombia: Promedio índice de ventaja comparativa de Balassa (ib) para los
principales renglones de exportación de manufacturas a Ecuador, 1998-2008
Promedio
Código
Índice de
Tendencia
Producto
ciiu
Balassa (ib),
1998-2008
321 Textiles
1.01
Ventaja comparativa
341 Papel y sus productos
1.04
constante
352 Otros químicos
1.07
383 Maquinaria eléctrica
1.02
Ventaja comparativa
351 Químicos industriales
1.10
decreciente
311 Fabricación de productos alimenticios
0.70
356 Plásticos
0.94
No ventaja
381 Metalmecánica excluida maquinaria
0.93
comparativa
382 Maquinaria excluida la eléctrica
0.99
384 Material de transporte
0.90
Fuente: Elaboración propia.
CUADRO 5
Colombia: Promedio índice de ventaja comparativa de Balassa (ib) para los
principales renglones de exportación de manufacturas a Venezuela, 1998-2006
Promedio
Código
Índice de
Tendencia
Producto
ciiu
Balassa (ib),
1998-2006
311
Fabricación de productos alimenticios
1.91
321Textiles
2.01
Ventaja comparativa
341
Papel y sus productos
1.90
constante
356Plásticos
1.62
383
Maquinaria eléctrica
1.39
384
Material de transporte
1.14
322
Prendas de vestir
2.26
Ventaja comparativa
352
Otros químicos
1.94
decreciente
382
Maquinaria excluida la eléctrica
1.55
No ventaja comparativa 351
Químicos industriales
0.97
Fuente: Elaboración propia.
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
El único sector que no presenta ventaja comparativa es el de químicos industriales, que representa el 6.61% de las exportaciones a Venezuela, una cifra considerable que puede deberse igualmente a algún tipo de comercio intraindustrial
o comercio administrado entre estos dos países. Cabe señalar que Venezuela hizo
parte de la can y del g3, el tratado de libre comercio suscrito con Colombia y
México, hasta 2006.
3. México
Colombia presenta ventaja comparativa en ocho de los diez principales sectores de exportación de manufacturas a México. De estos, tres presentan tendencia
creciente; uno, constante y los restantes cuatro, decreciente. Estos ocho sectores
suman el 71.8% del total de exportaciones de manufacturas a México.
Los dos sectores que no presentan ventaja comparativa suman el 9% del
agregado de exportaciones manufactureras, lo que indicaría la presencia de un
comercio mayormente intraindustrial o motivado por la administración del comercio mediante acuerdos comerciales entre estos dos países, por ejemplo, el g3
(Cuadro 6).
CUADRO 6
Colombia: Promedio índice de ventaja comparativa de Balassa (ib) para los
principales renglones de exportación de manufacturas a México, 1998-2008
Promedio
Código
Índice de
Tendencia
Producto
ciiu
Balassa (ib),
1998-2008
321Textiles
3.04
Ventaja comparativa
322 Prendas de vestir
2.24
creciente
354 Derivados del petróleo
10.30
Ventaja comparativa
356Plásticos
1.16
constante
311 Fabricación de productos alimenticios
5.78
Ventaja comparativa
342 Imprentas y editoriales
5.63
decreciente
351 Químicos industriales
4.74
352 Otros químicos
6.11
381 Metalmecánica excluida maquinaria
0.68
No ventaja comparativa
383 Maquinaria eléctrica
0.08
Fuente: Elaboración propia.
IADER GIRALDO SALAZAR
4. Perú
Para este país las diez agrupaciones presentan una ventaja comparativa que
permaneció constante para nueve de estos sectores en el periodo 1998-2009. Esto
indica un patrón de comercio estable en el tiempo donde solo una agrupación
muestra tendencia decreciente. Las nueve agrupaciones suman el 82.4% del total
de exportaciones manufactureras colombianas a Perú y calzan con lo que postula
la teoría de la ventaja comparativa (Cuadro 7).
CUADRO 7
Promedio índice de ventaja comparativa de Balassa (ib) para los principales
renglones de exportación de manufacturas colombianas hacia Perú, 1998-2008
Promedio
Código
Índice de
Tendencia
Producto
ciiu
Balassa (ib),
1998-2008
311 Fabricación de productos alimenticios
1.20
321Textiles
1.24
341 Papel y sus productos
1.48
351 Químicos industriales
1.37
Ventaja comparativa
352 Otros químicos
1.42
constante
354 Derivados del petróleo
1.59
356Plásticos
1.20
381 Metalmecánica excluida maquinaria
1.41
383 Maquinaria eléctrica
1.34
Ventaja comparativa
342 Imprentas y editoriales
1.33
decreciente
Fuente: Elaboración propia.
5. Estados Unidos
En el caso de Estados Unidos, nueve de las diez agrupaciones presentan ventaja comparativa, representando un 79.7% de la exportación total de manufacturas
colombianas a ese país. De estas nueve agrupaciones, tres presentan una tendencia creciente; tres, constante y tres, decreciente.
110
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
La agrupación que no presenta ventaja comparativa es químicos industriales,
que representa el 2.5% al total de exportaciones de este tipo a Estados Unidos
y que, al igual que en los casos anteriores, puede justificarse por la presencia de
comercio intraindustrial y de acuerdos comerciales entre los dos países (Cuadro
8). Tal como se mencionó antes, Colombia se beneficia de la aptdea.
CUADRO 8
Colombia: Promedio índice de ventaja comparativa de Balassa (ib)
para los principales renglones de exportación de manufacturas
a los Estados Unidos, 1998-2008
Promedio
Código
Índice de
Tendencia
Producto
ciiu
Balassa (ib),
1998-2008
321Textiles
1.36
Ventaja comparativa
322
Prendas de vestir
6.00
creciente
354
Derivados del petróleo
3.03
371
Metálicas básicas de hierro y acero
1.17
Ventaja comparativa
372
Metálicas básicas de metales no ferrosos
1.83
constante
390
Otras industrias manufactureras
2.39
311
Fabricación de productos alimenticios
2.27
Ventaja comparativa
352
Otros químicos
3.43
creciente
369
Otros minerales no metálicos
6.56
No ventaja comparativa 351
Químicos industriales
0.98
Fuente: Elaboración propia.
C. Los datos
La información cuantitativa se obtuvo de diversas fuentes, como dian, dane,
Banco de la República de Colombia, bancos centrales de cada país, cepal y el
Bureau of Labor Statistics (bls) de los Estados Unidos. Las variables están expresadas en dólares constantes de 2000, provenientes en la mayoría de los casos de
las series originales, aunque en algunos casos se deflactó usando el ipc o el ipp,
dependiendo de si la variable era de demanda o de oferta.
111
IADER GIRALDO SALAZAR
La información estadística corresponde a un periodo relativamente corto
(1998-2009), lo que puede jugar un papel determinante en la estimación, debido
a que limita la capacidad de las técnicas econométricas y la posibilidad de probar
algunas hipótesis consistentes asintóticamente.
Los datos de exportaciones totales (xtot) se obtuvieron del Sistema Estadístico
de Comercio Exterior (siex) de la dian, recolectando series anuales para exportaciones bajo clasificación ciiu por país destino. Los precios extranjeros (pf) se
aproximaron con los índices de precios al productor de las exportaciones bajo
clasificación ciiu para cada país, provenientes de las estadísticas de los bancos
centrales para los países latinoamericanos y del bls para Estados Unidos. La renta
extranjera (yf) procede de las estadísticas emitidas por la cepal para los países de
América Latina y del bls para Estados Unidos.
El nivel de precios local (p) se aproxima con el Índice de Precios al Productor
bajo clasificación ciiu, calculado por el Banco de la República. Para la variable
salarios (w) se toma el índice de costos laborales unitarios de la industria manufacturera bajo clasificación ciiu del dane. Como variable insumos (inputs) se toma
la proxy del índice de precios al productor bajo clasificación ciiu del Banco de la
República. En el caso de la tendencia del pib (ytrend) y la presión de demanda (pd)
se tomó el pib por ramas de actividad económica del dane y se agrupó bajo clasificación ciiu; luego se le aplicó el filtro de Hodrick-Prescott a cada agrupación
de productos para separar ciclo y tendencia (las variables pd y ytrend, respectivamente).
V. RESULTADOS EMPÍRICOS E INTERPRETACIÓN
En concordancia con el marco teórico y la metodología, el modelo general
para la estimación del volumen de exportaciones de manufacturas de Colombia
hacia los cinco principales destinos está especificado de la siguiente manera:
lnxtotit = β0 + β1 lnpfit + β2 lnyfit - β3 lnPit+ β4 lnytrendit - β5 lnwit - β6 lninputsit - β7 lnpdit + εit
i = 1,…
t = 1998, …2009
(10)
Donde, lnxtotit el volumen de exportaciones del producto i en el año t.
112
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
Las variables independientes expresan su valor correspondiente para el producto i en el periodo t.
εit es el término de error que, de igual manera, varía tanto en i como en t.
De este modo, la base de datos muestra datos longitudinales y transversales
para cada variable, cumpliendo los requerimientos exigidos para una simulación
a través de panel de datos, que de manera reducida puede escribirse:
lnxtotit = β0 + βXit + εit(11)5
Donde Xit es la matriz de variables explicativas, compuesta por las distintas
variables independientes del modelo.
Se estimó el modelo de la ecuación 11 para cada uno los cinco principales destinos de las exportaciones manufactureras colombianas en sus diez renglones de
exportación más importantes en el periodo 1998-2009. Además, se realizó una
especificación para el agregado de los cinco países en el mismo periodo. Esta
me­todología permite la comparación entre países de los distintos resultados encontrados, sujeta a las diferencias en la estructura de exportaciones de cada país.
El modelo se estimó en niveles y primeras diferencias bajo efectos fijos y efectos aleatorios, según las particularidades de las series de cada país. Se introdujeron algunos algunos supuestos ad hoc sobre determinadas variables con el fin de
obtener mejores resultados en la estimación y aprovechar al máximo la base de
datos. Estas especificaciones se muestran en el caso específico de cada país.
A. Ecuador
Los diez principales renglones de exportación de manufacturas colombianas
hacia Ecuador suman en promedio 79.3% del total de manufacturas vendidas a
ese país durante el periodo bajo estudio. El sector químico es el más importante
en el comercio bilateral Colombia-Ecuador. Los químicos industriales y otros
químicos (351 y 352, respectivamente) tienen, entre ambos, en promedio para
5
La especificación de la ecuación 10 es la correspondiente a efectos aleatorios usada en el modelo de todos
los países latinoamericanos. En el caso de Estados Unidos, se estimó con efectos fijos, lo que requiere de un
término adicional invariante en el tiempo que recoge la heterogeneidad de la i-ésima observación (γi), teniendo
así un modelo de la forma lnxtotit = β0 + βXit + γi + εit
113
IADER GIRALDO SALAZAR
todo el periodo, 28% de participación sobre el total de manufacturas exportadas.
A continuación le siguen material de transporte (384), con 12.2% en promedio
y textiles (321), con 8.7% (Gráfico 2).
La especificación del modelo de volumen de exportaciones manufactureras a
Ecuador tuvo mejor ajuste en la mayoría de variables en primeras diferencias.6 Se
buscó usar las distintas tasas de crecimiento y tener mayores niveles de significan-
GRÁFICO 2
Colombia: Participación de los diez principales renglones
de exportación de manufacturas a Ecuador, 1998-2009
90
80
70
Porcentaje
60
50
40
30
20
10
0
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
- Fabricación de productos alimenticios Textiles
Papel y sus productos
Químicos industriales
Otros químicos
Plásticos
Metalmecánica excluida maquinaria
Maquinaria excluida la eléctrica
Maquinaria eléctrica
Material de transporte
Fuente: Cálculos propios con datos de la dian.
6
Se hicieron pruebas de Harris-Tzavalis y Levin-Lin-Chu para raíces unitarias en panel de datos, pero la
consistencia de estas pruebas en muestras pequeñas (este caso) es muy relativa, por lo que la diferenciación se
realizó de manera ad hoc en vista de sus mejores resultados estadísticos en la estimación.
114
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
cia así como coherencia con los signos teóricos de los diferentes parámetros. Así,
el modelo en diferencias para Ecuador es:7
dlnxtotit = - 0.223 + 0.19dlnpfit + 6.99dlnyfit - 0.49dlnPit - 0.18dlnwit - 0.95lnpdit + εit(12)
(0.000)(0.114) (0.000)
(0.020) (0.000) (0.041)
Los resultados para Ecuador tuvieron un alto nivel de significancia para todos
los parámetros, excepto por los precios externos, dlnpf. Los signos de los coeficientes estimados coincidieron con las predicciones teóricas del modelo.
Por un lado, el precio externo resultó ser un determinante importante de las
exportaciones de manufacturas a Ecuador. Un aumento de un punto porcentual
en el crecimiento del nivel de precios de estos productos en Ecuador aumenta la
tasa de crecimiento de las exportaciones colombianas de manufacturas en 0.19
puntos porcentuales. La variable de mayor influencia en las exportaciones colom­
bianas es el pib ecuatoriano, dado que la tasa de crecimiento del volumen de exportaciones aumenta en 7 puntos porcentuales ante un incremento de un punto
porcentual en la tasa de crecimiento del pib de ese país.
De otro lado, los precios internos de los productos y los costos salariales en
cada sector tuvieron una correlación negativa con el volumen de exportaciones:
al aumentar un punto porcentual la tasa de crecimiento de los precios internos
de los productos se reduce la tasa de crecimiento de las exportaciones en 0.5 pun­
tos porcentuales. De forma similar, al aumentar en un punto porcentual la tasa
de crecimiento de los costos salariales se reduce la tasa de crecimiento de las ex­
portaciones en 0.2 puntos porcentuales. Esto significa que los precios internos
tienen un efecto mayor que los costos salariales.
La presión de demanda, al igual que las dos variables anteriores, presentó una
relación indirecta con el volumen de exportaciones, denotando que, cuando hay
presiones de demanda interna, las manufacturas colombianas que se exportan a
Ecuador sustituyen este mercado externo por el doméstico. Específicamente, se
pue­de decir que un incremento de un punto porcentual en la presión de demanda reduce la tasa de crecimiento de las exportaciones en un punto porcentual.
7
Las variables precedidas de la letra d indican la primera diferencia de la serie. En todos los modelos especificados a continuación para todos los países, el valor que aparece debajo de los coeficientes y entre paréntesis
es el P-valor correspondiente a cada coeficiente.
115
IADER GIRALDO SALAZAR
Al examinar con estimaciones de efectos fijos el caso de Ecuador, luego de
los problemas fronterizos de marzo de 2008, es evidente que las exportaciones
colombianas no han sufrido reducciones significativas. En este caso el modelo
dio como resultado que las variables económicas determinaron el volumen de
ventas a Ecuador.8
B. Venezuela
En promedio, los diez principales renglones de manufacturas colombianas
exportadas a Venezuela suman 80.7% del total. Se destacaron algunos sectores
caracterizados por sus altos niveles de valor agregado, como los productos alimenticios (311) con 15.9%, los textiles (321) y el material de transporte (384) con
13.5% cada uno, y otros químicos (352) con un 9%.
El modelo con el mejor ajuste para el caso de Venezuela fue el de las series en
niveles, de forma similar al modelo general planteado en la ecuación (10).
Para el modelo de Venezuela se usó la siguiente especificación:
lnxtotit = - 3.67 + 0.53lnpfit + 1.96lnyfit - 0.94lnPit + 0.22lnwit + 1.7lnpdit + εit (13)
(0.389)
(0.030) (0.000) (0.005)(0.006)(0.000)
A pesar del alto nivel de significancia de los coeficientes, el signo de las dos
últimas variables no coincide con el esperado, debido quizás a los problemas de
longitud de la información estadística.
Los resultados muestran que los precios de las exportaciones a Venezuela tienen un efecto positivo sobre el volumen exportado, que se incrementa en 0.53%
por cada unidad porcentual en que aumente su precio externo. El pib venezolano,
cuya elasticidad fue de 1.96, fue la variable que más impactó en el volumen de
exportaciones manufactureras.
Los precios internos, en cambio, tuvieron un impacto negativo, con una elasticidad de 0.94. Quizás esto se debe a una sustitución del mercado externo por
el interno.
En marzo de 2008, el ejército de Colombia bombardeó un campamento de las farc-ep en territorio ecuatoriano, lo que ocasionó la ruptura de las relaciones diplomáticas, a la que se sumaron Venezuela y Nicaragua.
8
116
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
GRÁFICO 3
Colombia: Participación de los diez principales renglones
de exportación de manufacturas a Venezuela, 1998-2009
90
80
70
Porcentaje
60
50
40
30
20
10
0
1998
1999
2000
2001
2002
2003
- Fabricación de productos alimenticios
Prendas de vestir
Químicos industriales
Plásticos
Maquinaria eléctrica
2004
2005
2006
2007
2008
2009
Textiles
Papel y sus productos
Otros químicos
Maquinaria excluida la eléctrica
Material de transporte
Fuente: Cálculos propios con datos de la dian.
Para Venezuela también se examinó el comportamiento de las exportaciones
después de marzo de 2008 mediante la inclusión de efectos fijos, pero en la mayoría de agrupaciones sus variaciones son determinadas por variables económicas,
con excepción probablemente de material de transporte (384), textiles (321) y
prendas de vestir (322), que tienen unas variaciones significativas que no alcanzan a ser explicadas por los distintos determinantes económicos incluidos en el
modelo y pueden ser atribuidas a los problemas fronterizos.
117
IADER GIRALDO SALAZAR
C. México
El caso de México muestra que los diez principales renglones de exportación
de manufacturas representan en promedio 80.8% del total. Los sectores de textiles (321), con una participación promedio de 15.3%, químicos industriales (351),
con 11.2%, imprentas y editoriales (342) y otros químicos (352), con 10% cada
uno, son las agrupaciones más destacadas dentro de la muestra estudiada. Al
igual que en los casos anteriores, los productos que se destacan en el caso de
México tienen altos niveles de transformación y valor agregado.
GRÁFICO 4
Colombia: Participación de los diez principales renglones
de exportación de manufacturas a México, 1998-2009
90
80
70
Porcentaje
60
50
40
30
20
10
0
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
- Fabricación de productos alimenticios Textiles
Prendas de vestir
Imprentas y editoriales
Químicos industriales
Otros químicos
Derivados del petróleo
Plásticos
Metalmecánica excluida maquinaria
Maquinaria eléctrica
Fuente: Cálculos propios con datos de la dian.
118
2006
2007
2008
2009
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
En este caso, la especificación logarítmica de las series presenta un mejor ajuste en comparación con las demás especificaciones que se ensayaron. El modelo
resultante es:
lnxtotit = - 0.383 + 0.88lnpfit + 4.29lnyfit - 0.72lnwit - 0.69lninputsit + εit (14)
(0.027)(0.094) (0.003) (0.000)
(0.023)
En este modelo todas las variables incluidas presentan altos niveles de significancia y los signos de los coeficientes son los esperados. Sin embargo, en este
caso, a diferencia de los modelos de los demás países, la variable inputs sí resultó
ser un importante determinante del volumen exportado. Por otro lado, un incremento del uno por ciento en el nivel de precios externos de las manufacturas aumenta 0.88% el volumen exportado. El pib extranjero, que vuelve a ser la variable
con mayor efecto dentro del modelo, estaría generando un incremento de 4.29%
en el volumen exportado. Finalmente, las variables que impactan negativamente el volumen de exportaciones hacia México son los costos salariales, con una
elasticidad de 0.72, y los costos generados por los diferentes insumos, con 0.69.
D. Perú
En Perú, los diez principales renglones de exportación de manufacturas colombianas representaron, en promedio, 82.4% del total. Entre estos renglones,
los sectores de químicos industriales (351) y otros químicos (352), con una participación promedio de 21.7% y 15.4%, respectivamente, tuvieron una alta participación sobre el total exportado. Otros sectores que sobresalen son fabricación de
productos alimenticios (311), con un promedio de 11.8%, y papel y sus productos
(341), con un 7.1%. Perú muestra una composición de las exportaciones muy
similar a la de los países anteriores que, en general, poseen una composición en
las exportaciones relativamente homogénea.
La especificación empírica del modelo de exportaciones manufactureras hacia
Perú se ajustó mejor en la forma de logaritmos de las series, así:
lnxtotit = 2.73 + 0.50lnpfit + 0.93lnyfit + 0.45lnytrendit - 0.39lnwit + εit (0.315)(0.001)
(0.005)
(0.016)
(15)
(0.066)
119
IADER GIRALDO SALAZAR
GRÁFICO 5
Colombia: Participación de los diez principales renglones
de exportación de manufacturas a Perú, 1998-2009
100
90
80
Porcentaje
70
60
50
40
30
20
10
0
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
-Fabricación de productos alimenticios Textiles
Papel y sus productos
Imprentas y editoriales
Químicos industriales
Otros químicos
Derivados del petróleo
Plásticos
Metalmecánica excluida maquinaria
Maquinaria eléctrica
Fuente: Cálculos propios con datos de la dian.
Los altos niveles de significancia de las variables y su correspondencia con los
signos esperados validan esta especificación. Una particularidad de este modelo,
en relación con los anteriores, es que aquí la tendencia del pib doméstico fue
estadísticamente significativa como determinante del volumen de exportaciones.
Los resultados vuelven a mostrar la importancia de los precios externos de
las exportaciones: ante un incremento del uno por ciento en estos precios, el
volumen de exportaciones se eleva en 0.5%. Igualmente, el pib del país de destino
continúa siendo la variable con mayor importancia en el modelo, aumentando
el volumen de exportaciones en 0.9%. El pib tendencial doméstico también tiene
120
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
una correlación positiva con el volumen exportado, lo que indica la importancia
de la capacidad productiva de Colombia frente a sus exportaciones. El volumen
exportado se incrementa 0.5% tras un crecimiento porcentual de una unidad del
pib tendencial doméstico.
Los costos salariales vuelven a aparecer como determinantes de las exportacio­
nes de manufacturas; en este caso, el incremento de 1% reduce en 0.4% las ex­
portaciones a Perú.
E. Estados Unidos
Los diez principales renglones de exportación de manufacturas colombianas
a los Estados Unidos representaron, en promedio, 82.2% del total. Los sectores
más destacados son fabricación de productos alimenticios (311), con un promedio de 24.5%; metálicas básicas de metales no ferrosos (372), con 11.8%; prendas
de vestir (322), con 10.8%, y derivados del petróleo (354), con 7.7%. La estructura
de estas exportaciones tiene una marcada diferencia con la de los países latinoamericanos, debido a que los bienes intermedios, como metálicas básicas y derivados del petróleo, tienen un mayor peso en comparación con los demás países
estudiados. Además, el gran peso de los productos alimenticios muestra cómo
los Estado Unidos sigue siendo un gran importador de alimentos provenientes
de Colombia.
La especificación del modelo para las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos, al igual que la de Ecuador, presentó un mejor ajuste en primeras diferencias en la mayoría de las variables.9 El modelo que describe las exportaciones
a los Estados Unidos tiene la siguiente especificación:
dlnxtotit = - 1.01 - 2.1dlnpfit + 7dlnyfit + 19.9dlnytrendit - 0.24dlnwit + 1.4dlninputsit - 1.43dlnpdit + εit
(0.002)(0.073) (0.000)
(0.022)
(0.001)
(0.043)
(0.100)(16)10
9
Se hicieron pruebas de Harris-Tzavalis y Levin-Lin-Chu para raíces unitarias en panel de datos, pero la
consistencia de estas pruebas en muestras pequeñas (este caso) es muy relativa, por lo que la diferenciación se
realizó de manera ad hoc a partir de un análisis de la evolución de algunas de las series y su aparente tendencia
estocástica.
10
En este caso la estimación se realiza a través de efectos fijos lo que implica una especificación del modelo
de la forma: lnxtotit = β0 + βXit + γi + εit.
121
IADER GIRALDO SALAZAR
GRÁFICO 6
Colombia: Participación de los diez principales renglones
de exportación de manufacturas a los Estados Unidos, 1998-2009
100
90
80
Porcentaje
70
60
50
40
30
20
10
0
1998
1999
2000
2001
2002
2003
- Fabricación de productos alimenticios
2004
2005
2006
2007
2008
2009
Textiles
Prendas de vestir
Químicos industriales
Otros químicos
Derivados del petróleo
Otros minerales no metálicos
Metálicas básicas de hierro y acero
Metálicas básicas de metales no ferrosos
Otras industrias manufactureras
Fuente: Cálculos propios con datos de la dian.
En esta especificación todas las variables presentan altos niveles de significancia, pero dos arrojan signos contrarios al esperado: los precios de las exportaciones en el exterior y los costos de producción correspondientes al precio de los
insumos. Este resultado no parece tener una explicación teórica obvia. Una hipótesis que merece estudiarse es que las manufacturas colombianas no presentan
rendimientos a escala en el mercado norteamericano, como supone el modelo.
Sin embargo, es posible que el resultado inesperado se daba a la longitud y calidad de los datos disponibles para la presente investigación.
El pib extranjero no es en este caso la principal variable explicativa de las exportaciones. Tiene, sin embargo, un impacto significativo: un aumento de uno
122
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
por ciento de la tasa de crecimiento del pib de los Estados Unidos eleva en 7% la
tasa de crecimiento de las exportaciones colombianas.
La tendencia del pib doméstico es la variable con mayor impacto sobre las
exportaciones. La tasa de crecimiento del volumen de exportaciones se eleva en
19.9% ante un aumento de un punto porcentual en la tasa de expansión del pib
de los Estados Unidos. Los costos salariales y la presión de demanda doméstica
tienen el efecto previsto por la teoría, lo que implica que un incremento de un
punto porcentual en la tasa de crecimiento de estas variables reduce el volumen
de exportaciones en 0.24% y 1.43%, respectivamente.
F. Los cinco países
Buscando dar generalidad al modelo expuesto, se construyó un modelo agregado para los cinco países usando los diez principales renglones de exportación
del grupo de países, lo que suma más del 70% del total de exportaciones manufactureras hacia estos destinos (ver Gráfico 1).
Tras realizar las ponderaciones y conversiones correspondientes se estimó el
modelo en múltiples especificaciones.11 En todos los casos presentó bajos niveles
de significancia e incoherencia de los signos esperados para la mayoría de variables explicativas. Por tanto, la evidencia estadística no permite validar un modelo
en términos agregados para estos cinco países. Este resultado parece ser coherente con el expuesto por Villar (1984), que no logra encontrar evidencia del modelo
oferta-demanda para las exportaciones de Colombia.12
Este resultado puede explicarse por la estructura diferenciada de exportaciones hacia cada país que produce «ruido» a la estimación. Este es, en especial, el
caso de Estados Unidos, que tiene una demanda de manufacturas menos elaboradas que los demás países, que son más homogéneos entre sí. Además, influyen
en el resultado los diferenciales cambiarios entre países y las diferentes ponderaciones de cada sector en el total de exportaciones a los diferentes destinos.
El modelo se estimó en niveles y diferencias bajo efectos fijos y efectos aleatorios.
El modelo propuesto por Mesa, Cock y Jiménez (1999) no es estrictamente comparable con el que se emplea en el presente trabajo debido a que impusieron el supuesto de país pequeño a la hora de estimar el modelo,
lo que marca una diferencia con este enfoque.
11
12
123
IADER GIRALDO SALAZAR
VI. CONCLUSIONES
Este trabajo es un intento por hallar los determinantes fundamentales de las
exportaciones manufactureras colombianas a Ecuador, Venezuela, México, Perú
y Estados Unidos.
Al examinar la composición de las exportaciones a cada país se advierte una
diferencia entre los países latinoamericanos y Estados Unidos: los primeros tienen una mayor demanda por bienes de mayor elaboración y el segundo por algunos bienes intermedios de producción. Este factor genera algunos problemas en
la estimación de un modelo agregado para estos cinco países.
El análisis de ventaja comparativa para los principales renglones de exportación de manufacturas colombianas a estos destinos mostró que 13 de los 17
productos de la muestra poseen ventaja comparativa para los países comprendidos en el trabajo y 11 mantienen esta ventaja a nivel internacional. Los cuatro
restantes no exhiben ventaja comparativa en términos generales, sino en algunos
mercados particulares donde logran tener algún nivel de competitividad. El Índice de Balassa en el comercio bilateral muestra que la mayoría de los productos
tomados en la muestra por país tienen ventaja comparativa. No obstante, algunas
agrupaciones no muestran ventaja comparativa y se mantienen dentro de los
principales renglones de exportación. Esto puede deberse a la presencia de comercio intraindustrial o administrado a través de acuerdos comerciales.
Las estimaciones muestran que la variable renta extranjera (yf) es significativa
para todos los países y es un determinante robusto de las exportaciones manufactureras colombianas a los diferentes destinos, además de tener el mayor poder
explicativo en todos los casos, con excepción de Estados Unidos (lo cual concuerda con lo esperado a partir del «modelo gravitacional»). Las variables precios
externos de las manufacturas (pf) y costos salariales (w) también aparecen como
determinantes en todos los casos, pero con un signo diferente al esperado para
Estados Unidos, la primera, y para Venezuela, la segunda.
La presión de demanda (pd) es determinante del volumen de exportaciones
manufactureras a Ecuador, Estados Unidos y Venezuela, aunque para este último
el signo es diferente al esperado. La variable precio doméstico de las exportaciones (p) aparece también como determinante de las exportaciones a Ecuador y
Venezuela, al igual que la variable renta tendencial (ytrend) en los casos de Perú
y Estados Unidos. La variable costos de los insumos (inputs) es determinante en
los casos de México y Estados Unidos, aunque en este último país el signo no
corresponde a lo esperado.
124
DETERMINANTES DE LAS EXPORTACIONES DE MANUFACTURAS DE COLOMBIA…
Los resultados de las estimaciones para Ecuador y Venezuela muestran que los
problemas fronterizos recientes con estos dos países no parecen haber tenido un
impacto importante en la mayoría de los renglones de exportaciones manufactureras colombianas. Este resultado es validado de igual manera por los datos de la
estructura de exportaciones para estos países, donde solo en el caso de Venezuela
las agrupaciones material de transporte (384) y prendas de vestir (322) se ven
afectadas por determinantes no incluidos en el modelo. Esto puede ser atribuido
a las dificultades en las relaciones diplomáticas con estos países.
Los resultados cuantitativos son bastante coherentes con los supuestos del
modelo, que abandonan cualquier supuesto de oferta o demanda perfectamente
elástica. Al parecer, entonces, el mercado de manufacturas colombianas tiene
algún poder de mercado dentro de los países latinoamericanos, lo cual está determinado por los fundamentales de las economías de los países compradores.
Por el contrario, en el mercado de Estados Unidos las empresas manufactureras
colombianas son tomadoras de precios y no tienen ningún poder de mercado,
como lo señalan los resultados contraintuitivos para este país.
Con base en los resultados y al importante papel del sector manufacturero en
una economía como agente dinamizador de la misma, las acciones de política económica en cuanto al sector exportador deberían priorizar las relaciones comer­
ciales con países emergentes, donde las manufacturas colombianas tienen poder
de mercado y se hacen competitivas, generando efectos multiplicadores sobre la
economía nacional, y a su vez sobre el bienestar. De igual manera, es claro que el
comercio de exportación a los países desarrollados consiste principalmente en bienes primarios y que las agrupaciones manufactureras que llegan a esos destinos
lo hacen en un ambiente altamente competitivo que deja poco espacio a acciones
de política económica propia que permitan obtener beneficios extraordinarios de
estos mercados.
Finalmente, la calidad de algunos resultados deja abierto el campo para trabajos futuros con una mayor disponibilidad de información estadística y mejores
especificaciones del modelo teórico.
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127
3
4
CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor
2
Variable dependiente dlnxtot
CUADRO A1
Ecuador
1 Efectos fijos con todas las variables.
2 Efectos fijos excluyendo algunas variables ad hoc.
3 Efectos aleatorios con todas las variables.
4 Efectos aleatorios excluyendo algunas variables ad hoc.
Fuente: Cálculos propios en stata 11
Análisis de datos de panel
# de observaciones 120
dlnpxf
0.216 0.133 0.1870.155 0.219 0.102 0.190 0.114
dlnyf
6.5790.000 7.010.000 6.5660.0006.9930.000
dln
-0.0070.993 -0.5180.044 -0.0660.923 -0.4890.020
dlnytrend
-1.1770.878 --.-- --.-- -0.0240.987 --.--
--.-dlnw
-0.1530.001 -0.1750.002 -0.1580.000 -0.1800.000
dlninputs 1.1670.258 --.-- --.-- 1.1010.261 --.-- --.-dnpd
-0.6360.083 -0.9450.086 -0.7100.020 -0.9550.041
Constante
-0.2260.364 -0.2230.003 -0.2630.007 -0.2230.000
Variables1
Resultados de estimaciones por país
ANEXO
2
3
4
1 Efectos fijos con todas las variables.
2 Efectos fijos excluyendo algunas variables ad hoc.
3 Efectos aleatorios con todas las variables.
4 Efectos aleatorios excluyendo algunas variables ad hoc.
Fuente: Cálculos propios en stata 11
Análisis de datos de panel
# de observaciones 120
0.509 0.029 0.5130.034 0.5640.018 0.521 0.030
2.6090.002 1.9150.003 2.0390.0001.9620.000
-0.8280.085 -0.8290.048 -1.0500.023 -0.9430.005
-1.0130.212 --.-- --.-- 0.0600.765 --.-- --.-0.1240.107-0.2330.001 0.197 0.003 -0.2280.006
1.1890.638 --.-- --.-- -1.1910.363 --.--
--.-1.5930.001-1.7520.000 1.7120.000 1.7150.000
-5.4610.247 -3.6390.415 -3.6190.362 -3.6760.389
CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor
lnpxf
lnyf
lnp
lnytrend
lnw
lninputs
lnpd
Constante
Variables1
Variable dependiente lnxtot
CUADRO A2
Venezuela
2
3
4
0.4700.384 --.-- --.-- 0.7910.101 0.881 0.094
5.596 0.015 3.4210.005 4.6900.007 4.285 0.003
0.2420.490 --.-- --.-- 0.1460.639 --.-- --.--0.7040.442 --.-- --.-- 0.012 0.964 --.--
--.--0.8680.006 0.7340.000 -0.7970.000 -0.7190.000
-0.7380.292 --.-- --.-- -0.8320.150 -0.6890.023
-0.5110.357 --.-- --.-- -0.3590.596 --.--
--.--49.3820.043 -25.9770.065 -43.0460.036 -38.2990.027
CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor
1 Efectos fijos con todas las variables.
2 Efectos fijos excluyendo algunas variables ad hoc.
3 Efectos aleatorios con todas las variables.
4 Efectos aleatorios excluyendo algunas variables ad hoc.
Fuente: Cálculos propios en stata 11
Análisis de datos de panel
# de observaciones 120
lnpxf
lnyf
lnp
lnytrend
lnw
lninputs
lnpd
Constante
Variables1
Variable dependiente lnxtot
CUADRO A3
México
3
4
CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor
2
1 Efectos fijos con todas las variables.
2 Efectos fijos excluyendo algunas variables ad hoc.
3 Efectos aleatorios con todas las variables.
4 Efectos aleatorios excluyendo algunas variables ad hoc.
Fuente: Cálculos propios en stata 11
Análisis de datos de panel
# de observaciones 120
lnpxf
0.369 0.280 0.4890.016 0.4440.159 0.503 0.001
lnyf
1.391 0.005 1.2510.001 0.7810.013 0.933 0.005
lnp
0.181 0.721 --.-- --.-- 0.1500.771 --.-- --.-lnytrend
-0.4300.489 --.-- --.-- 0.4860.0160.4530.016
lnw
-0.4530.012 -0.4310.077 -0.3920.000 -0.3920.066
lninputs
-0.1350.580 --.-- --.-- 0.069 0.774 --.--
--.-lnpd
-0.6450.298 --.-- --.-- 0.6510.319 --.-- --.-Constante 3.085 0.280 2.5510.342 3.409 0.219 2.733 0.315
Variables1
Variable dependiente lnxtot
CUADRO A4
Perú
3
4
CoeficienteP-valor CoeficienteP-valor CoeficienteP-valorCoeficienteP-valor
2
1 Efectos fijos con todas las variables.
2 Efectos fijos excluyendo algunas variables ad hoc.
3 Efectos aleatorios con todas las variables.
4 Efectos aleatorios excluyendo algunas variables ad hoc.
Fuente: Cálculos propios en stata 11
Análisis de datos de panel
# de observaciones 120
dlnpxf
-2.0990.081 -2.1180.073 -2.0640.041 -2.0400.045
dlnyf
6.8400.002 7.0190.000 5.1830.0094.6810.005
dlnp
-0.1300.639 --.-- --.-- 0.202 0.564 --.--
--.-dlnytrend 20.1610.02819.922
0.022 4.3700.0584.4560.029
dlnw
-0.2450.001 -0.2480.001 -0.2200.000 -0.2130.000
dlninputs 1.370 0.030 1.4370.043 1.537 0.032 1.533 0.040
dlnpd
-1.4150.108 -1.4340.100 -0.1240.832 --.--
--.-Constante
-1.0110.002 -1.0170.002 -0.4040.000 -0.3790.000
Variables1
Variable dependiente dlnxtot
CUADRO A5
Estados Unidos
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO
ACADÉMICO EN COLOMBIA:
UN ANÁLISIS REGIONAL
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA*
JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
RESUMEN
Este trabajo explora las brechas por sexo en el desempeño académico de los
estudiantes de educación media de las regiones colombianas en la prueba saber-11 de 2009, realizada por el Instituto Colombiano para el Fomento de la
Educación Superior (icfes). Los datos se analizaron mediante una prueba de contraste de medias (t Student) y regresiones por cuantiles, específicamente en los
componentes de matemáticas y lenguaje. El análisis revela que en el componente
de matemáticas los hombres tienen un mejor desempeño que las mujeres. Sin
embargo, esta diferencia no es homogénea en el país; en la región central oriental
se observan mayores diferencias. Las mujeres tienen un mejor desempeño que
los hombres en el componente de lenguaje solo en las regiones Caribe y Pacífica.
Palabras clave: Desempeño académico, sexo, género, regiones, departamentos, regresión por cuantiles
*
Los autores son, respectivamente, profesora del Programa de Psicología y economista, de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Correos electrónicos: [email protected] y [email protected].
Agradecen la colaboración de Juan David Barón, por sus comentarios y discusiones durante la investigación,
y de dos evaluadores anónimos de Economía & Región. Así mismo, agradecen a Julieth González por su activa
participación en la revisión de la literatura sobre rendimiento académico. Este proyecto fue realizado como
parte del Taller de Formación para la Investigación en Ciencias Sociales que, bajo la dirección del profesor
Barón, llevó a cabo el Instituto de Estudios para el Desarrollo (ide), con el apoyo de la Vicerrectoría Académica
y la Dirección de Investigación e Innovación de la Universidad Tecnológica de Bolívar, entre mayo y agosto de
2011. Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el iv Encuentro de la Asociación Colombiana
de Estudios Regionales (ascer), realizado en Ibagué el 21 de octubre de 2011. Fecha de recepción: febrero 8 de
2012; fecha de aceptación: abril 12 de 2012.
Economía & Región, Vol. 6, No. 1, (Cartagena, junio 2012), pp. 133-169.
133
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
Clasificaciones jel: C10, I2, I24
ABSTRACT
Differences in the Academic Performance
by Sex in Colombia: A Regional Analysis
This paper explores the gender gap in high school academic performance in
the different regions of Colombia using data from the saber-11 2009, a test administered by the Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior
(icfes). Data were analyzed using a mean contrast test (Student’s t-distribution)
and quantile regressions, focusing on the math and language components. We
found that men perform better than women in the math component. However,
this result is not homogenous in the country; the Central-Eastern region shows
wider differences. Only in the Caribbean and Pacific regions did women perform
better than men in the language component.
Key words: Academic performance, sex, gender, regions, departments, quantile regressions
jel
Classifications: C10, I2, I24
I. INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas ha habido un creciente interés por investigar el desempeño académico y las experiencias educativas de hombres y de mujeres. A nivel
internacional, se han encontrado brechas en el desempeño académico por género. No obstante, en algunos países las diferencias tienden a aumentar y en otros
a disminuir (ocde, 2006).1 Lo anterior puede estar ocurriendo por variaciones
entre países en los factores que están asociados con mayor o menor diferencial en
Entre los países con menores diferencias en desempeño académico por sexo se encuentran Portugal, Suiza
y México, y los que presentan mayores diferencias son Holanda, Islandia y Noruega.
1
134
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
el desempeño académico, dadas sus condiciones políticas, económicas y sociales.
Por lo tanto, importa investigar a nivel de países las diferencias por género en el
desempeño académico. Brechas más o menos pronunciadas así como distintos
factores van a generar diferentes interpretaciones de los resultados y de su relevancia en los distintos contextos.
A pesar de que sus leyes otorgan a hombres y mujeres los mismos derechos de
acceso a la educación, Colombia es uno de los países con una mayor brecha de
desempeño académico por género (Foy, Martin and Mullis, 2008; icfes, 2010).
Los resultados de diferentes pruebas (pirls, 2001; pisa, 2006) son consistentes con
lo reportado por varios estudios, donde las mujeres muestran mejor desempeño
que los hombres en componentes como el lenguaje y menos favorable en matemáticas (Machin and McNally, 2005; Machin and Pekkarinen, 2008; ocde, 2006).2
Específicamente, en las pruebas nacionales saber, las mujeres presentaron desempeño más bajo en la mayoría de los componentes evaluados (icfes, 2010). Estas
diferencias en Colombia han sido exploradas de forma global; menos atención
han recibido el origen regional de los estudiantes y las características personales,
familiares e institucionales que pueden estar asociadas con la brecha (Barón,
2010b; icfes, 2010; Rangel and Lleras, 2010; Gaviria and Barrientos, 2001).
La persistencia de las diferencias por género puede estar asociada con la discriminación salarial y laboral. Por ejemplo, el desempeño de los estudiantes en las
pruebas de estado incide en sus probabilidades de ingreso a la educación superior
(Frenette and Zeman, 2007). De igual forma, el desempeño académico tiende a
minimizar las diferencias salariales entre hombres y mujeres, que además suelen ensancharse a través del tiempo (Fuller and Schoenberger, 1991). En el caso
de Colombia, las mujeres presentan salarios menores que los hombres (Barón,
2010a; Badel y Peña, 2010). Además, la brecha salarial por género ha fluctuado
poco en los últimos 20 años. Cabe señalar que las brechas salariales más pronunciadas por género se observan en la población menos educada (Hoyos, Ñopo,
y Peña, 2010). Por tanto, conocer e intervenir las diferencias en el desempeño
académico por género no solo puede generar oportunidades en el ámbito educativo, sino en otros campos como el laboral. Para el Banco Mundial (World Bank,
2011), la equidad de género es un objetivo primordial del desarrollo, máxime
2
pirls (Estudio Internacional de Progreso en Competencia Lectora) evalúa la competencia lectora en estudiantes de básica primaria cada cuatro años. pisa (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes) mide
las competencias en lectura, matemáticas y ciencias en estudiantes de 15 años.
135
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
cuando al disminuir las brechas entre hombres y mujeres se pueden mejorar tanto
la productividad como los beneficios del desarrollo para próximas generaciones.
Los resultados del presente estudio muestran el panorama regional del desempeño académico de estudiantes hombres y mujeres en Colombia. La pertinencia
de esta investigación está en ayudar a entender el problema de las diferencias por
género en el país. Por lo tanto, sus resultados pueden ser útiles para la formulación de políticas públicas orientadas a corregir estos desbalances. La formación
de capital humano de calidad es un requisito indispensable del desarrollo económico y la modernización (Barro, 2001; Levin, Belfield, Muennig and Rouse,
2007).
En este trabajo se describe la diferencia en el desempeño académico de los
estudiantes en su formación media, y se indaga si estas diferencias disminuyen,
se mantienen o aumentan, utilizando los resultados de las pruebas del icfes en
la prueba saber-11 de 2009. Adicionalmente, se exploran las características de
las instituciones educativas (si son privados o públicas, el tipo de calendario académico), de las familias (nivel educativo y ocupación de los padres) y de los estudiantes (edad, estrato, etnia y ciudad) asociadas con el desempeño académico
según el sexo de los estudiantes en Colombia.
En la siguiente sección se describe la brecha en el desempeño académico entre
hombres y mujeres. Luego se presentan estadísticas preliminares que muestran
esas diferencias por género, por regiones y departamentos, en los componentes
de matemáticas y lenguaje. Seguidamente, se expone la metodología empleada
para el análisis y se examinan los resultados. En la última sección se presentan
unas conclusiones.
II. DIFERENCIAS EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO ENTRE
HOMBRES Y MUJERES
Para comenzar, es necesario aclarar dos conceptos fundamentales, el sexo y
el género, que tienden a ser interpretados de forma errónea. La definición que
orienta el presente estudio es la de Vargas-Trujillo y Derrico (2008), quienes señalan que el sexo está definido por procesos genéticos, hormonales, anatómicos y
fisiológicos que determinan las características de los cuerpos (ej., genitales), mientras que el género hace referencia a las diferencias en la manera de comportarse
que se atribuyen a las personas por su sexo. El género a diferencia del sexo es una
136
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
construcción social de expectativas a partir de lo que culturalmente significa ser
determinado biológicamente hombre o mujer (Vargas-Trujillo, 2007).
Los cuestionarios socio-demográficos, como los empleados en las pruebas saber, tienden a indagar sobre el sexo de los estudiantes preguntándoles si son de
sexo femenino o masculino. Este tipo de preguntas no permite realizar análisis
sobre género, porque no se investigan los roles que deben cumplir los participantes según su sexo, y, además, se desconoce que tan masculinos o femeninos se
consideran los sujetos. Por lo tanto, en el presente estudio se utiliza el término
sexo para referirse a las diferencias encontradas en los resultados de hombres
y mujeres en las pruebas saber, a pesar de que otros autores puedan utilizar el
término de género.
Ahora bien, el género se ha identificado en diferentes estudios como una de
las variables que explican el aumento o disminución del desempeño académico
de los estudiantes en distintas áreas del conocimiento (World Bank, 2008; Caro,
2000; Wößmann and Fuchs, 2005). El comportamiento de Colombia en las pruebas internacionales es consistente con las tendencias reportadas por sexo en los
diferentes componentes. En otras palabras, los niños obtienen puntajes más altos
que las niñas en ciencias y matemáticas, mientras que las niñas tienen resultados
superiores en lectura (pisa, 2006; pirls, 2001). De igual forma, estos resultados se
mantienen a nivel nacional en las pruebas realizadas en los grados quinto, noveno y undécimo (Gaviria y Barrientos, 2001).
En la literatura internacional, la brecha en el desempeño académico entre hombres y mujeres ha sido explicada por diferentes factores. Algunos autores aluden al
formato que con frecuencia se utiliza en las pruebas estandarizadas para evaluar
el desempeño académico o al coeficiente intelectual de los estudiantes. Los hombres tienden a obtener puntajes más altos en preguntas de múltiple opción y las
mujeres en preguntas de libre respuesta (Duckworth and Seligman, 2006; Feingold, 1992). Este punto de vista está sustentado en los distintos procesos cognitivos inmersos en la lectura y la matemática (Echavarri, Godoy y Olaz, 2007). Sin
embargo, las diferencias en habilidades cognitivas entre hombres y mujeres tienden a ser bastante pequeñas (Feingold, 1992; Halpern and Lamay, 2000; Hedges
and Nowell, 1995). Por ejemplo, en el componente de resolución de problemas
de pisa 2003, donde se podría esperar que los hombres obtuvieran un desempeño muy superior al estar más familiarizados con un pensamiento analítico, no
se encontraron grandes diferencias por sexo a nivel internacional (ocde, 2006).
Otros estudios hacen un mayor énfasis en variables como la motivación, los
gustos y preferencias y la seguridad del estudiante en las distintas áreas del cono137
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
cimiento (Gamboa, García y Rodríguez, 2010; ocde, 2006). Al parecer, las niñas
sienten más ansiedad que los niños ante una prueba de matemáticas, al tiempo
que demuestran menos interés, gusto y comodidad en ese componente. Las niñas también tienen un mayor interés y gusto por la lectura que los niños (ocde,
2006). Sin embargo, otros autores reportan que la mayoría de los estudiantes
perciben las matemáticas como neutral en cuestión de género y la minoría considera que las niñas disfrutan más las matemáticas, y son más capaces y exitosas
que los niños. Estos resultados son explicados en la medida en que las actitudes
están influenciadas por el desarrollo de las interacciones en el aula, la escuela y la
sociedad (Brandell and Staberg, 2008). Por lo tanto, las brechas en el desempeño
académico a favor de las mujeres en lectura y de los hombres en matemáticas
tienden a estar orientadas por las construcciones culturales sobre las normas de
desempeño (Ma, 2008) y mediadas por factores culturales con respecto a la igualdad de género (Björnsson, Halldórsson and Olafsson, 2003).
Con base en estas consideraciones, para investigar el desempeño académico
de los jóvenes se deben tener en cuenta las características propias del ser hombre o ser mujer en cada uno de los contextos familiares, académicos, escolares y
regionales en que están inmersos los estudiantes. Específicamente, en Colombia
las características de los estudiantes explican en 57% la diferencia en los resultados de desempeño académico, mientras que 25% se debe a características que se
pueden atribuir a la escuela (oecd, 2010).
A continuación, se examinan algunos factores que en Colombia han sido identificados por distintos estudios como influyentes en el desempeño académico de
los estudiantes.
Características individuales. Algunas investigaciones revelan la existencia de
brechas en diferentes niveles de desempeño académico en los estudiantes según
su etnia, edad o condición social, situaciones que pueden estar promoviendo el
uso de estereotipos. Por ejemplo, el estatus socioeconómico juega un papel rele­
vante en el desarrollo académico de los estudiantes. Distintas investigaciones han
encontrado que los niños de familias con bajos ingresos tienen mayor riesgo de
presentar resultados escolares bajos y deserción escolar alta (u.s. Department of
Education, National Center for Education Statistics, 2003). Por ejemplo, en Co­
lombia (Barranquilla y Cartagena), un estrato adicional de la vivienda se ha asociado con un puntaje mayor en el desempeño académico tanto para hombres
como para mujeres (Barón, 2010b). De igual forma, la edad se ha relacionado
negativamente con el desempeño académico de los estudiantes (Bonilla, 2011).
138
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
Por otro lado, se puede esperar que la etnia sea un factor influyente en el
desempeño académico de los estudiantes de sexo masculino o femenino. Por
ejemplo, se ha encontrado en estudios realizados en Norteamérica que los maestros tienen bajas expectativas sobre la capacidad y desempeño académico de los
estudiantes negros con respecto a los blancos (Andrews, Mulick and Wisniewski,
1997; Zimmerman, Khoury, Vega, Branquia and Warheit, 1995). Estas situaciones
pueden estarse reflejando en el desempeño académico de los niños y niñas pertenecientes a las diferentes etnias que se encuentran en Colombia.
Características familiares. Dentro de las diferentes características familiares, el ingreso, medido como ingreso familiar o como el promedio de ingresos del
entorno en que habita el estudiante, se ha asociado positivamente con el desem­
peño académico (Banco Mundial, 2008; Lee and Barro, 2001; Schiefelbein, Valenzuela and Vélez, 1994). En Colombia, el ingreso de los padres tiende a ser un
buen predictor de los diferentes niveles de desempeño académico, tanto de hombres como de mujeres (Barón, 2010b; Bonilla, 2011). De igual forma, el nivel educativo de los padres tiene un efecto significativo sobre el desempeño académico
de los niños (Gaviria and Barrientos, 2001). Tener un padre educado aumenta
el nivel de desempeño académico, tanto para mujeres como para hombres (en
Barranquilla y Bogotá), mientras que la educación de la madre se asocia con puntajes mayores en el desempeño académico de las mujeres (solo para Barranquilla)
y los hombres (en Barranquilla y Bogotá) (Barón, 2010b).
Tener un padre empresario o en un cargo directivo tiene un efecto pequeño,
pero significativo, en algunos niveles del desempeño académico de mujeres y
hombres. No obstante, el hecho de que la madre trabaje no afecta el desempeño
académico de las mujeres (en Barranquilla y Bogotá) y los hombres (en Bogotá),
pero sí tiene un efecto positivo sobre los resultados de los hombres con muy alto
o muy bajo desempeño (en Barranquilla).
Características de las instituciones educativas. Los planteles educativos
inciden de manera notable sobre el desempeño de los estudiantes (Gaviria y Barrientos, 2001; Rangel and Lleras, 2010). Por ejemplo, se ha encontrado que
estudiar en una institución de jornada completa y con recursos (equipos de ciencia, audiovisual, laboratorios, profesores con título de posgrado, biblioteca, entre
otros) afecta positivamente el desempeño de los estudiantes (Bonilla, 2011; Rangel and Lleras, 2010). Específicamente en relación con el género, Barón (2010b)
encontró diferencias tanto en el desempeño de mujeres (mujeres de Barranquilla
vs mujeres de Bogotá) como de hombres (hombres de Barranquilla vs hombres
139
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
de Bogotá) según el periodo en que presentaron la prueba saber-11 – segundo
semestre (calendario A) o primer semestre (calendario B).
Localización. El origen regional es una variable que poco se ha estudiado en
Colombia para explicar las diferencias en la brecha en el desempeño académico
entre hombres y mujeres. No obstante, se han encontrado diferencias en el desempeño de los estudiantes por ciudades. Por ejemplo, Barón (2010b) reportó un
desempeño académico inferior para los estudiantes de Barranquilla en comparación con los de Bogotá y Bucaramanga.
III. DATOS
En este trabajo se emplean los datos del formulario de inscripción de estudiantes a las pruebas del icfes. Este instrumento permite recolectar información
sobre los estudiantes, sus familias y las instituciones educativas, características
que se pueden relacionar con el desempeño en la prueba saber-11. La información sociodemográfica de los estudiantes que realizaron la prueba incluye aspectos como edad, estrato, ocupación de los padres, ingresos de la familia y valor de
la pensión escolar, entre otros.
Las pruebas saber buscan evaluar la calidad de la educación examinando las
competencias de los estudiantes de los grados quinto (saber-5), noveno (saber-9)
y undécimo (saber-11). La prueba saber-11 tiene los siguientes componentes: lenguaje, matemáticas, física, ciencias sociales, filosofía, ciencias naturales, biología
e inglés como idioma extranjero. No obstante, en el presente estudio solo se
trabajará con los componentes de matemáticas y lenguaje para evaluar la brecha
en el desempeño académico por sexo.
IV. MUESTRA
Como se mencionó anteriormente, los datos de este estudio se tomaron de la
prueba saber-11 de 2009. La información recopilada por el icfes en las pruebas
saber es obligatoria para todas las instituciones educativas en formación vocacional. Por lo tanto, los datos de los participantes cubren el universo de los estudiantes de las escuelas del país en 2009 (icfes, 2011).
Con el propósito de tener una muestra comparable de la prueba saber-11 se
excluyeron tres tipos de estudiantes: aquellos que obtuvieron un puntaje de cero
140
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
en algún componente (matemáticas, lenguaje, física, biología, ciencias sociales,
filosofía y química); aquellos que presentaron la prueba después de haber terminado el bachillerato o después de validarlo, y aquellos mayores de 25 años.3
Se examinó la posibilidad de sesgo de selección resultante de la exclusión de los
estudiantes sin información (Anexo 1). Sin embargo, los resultados de la muestra
final no difirieron significativamente respecto a la muestra original.4 La muestra
final fue de 442,913 estudiantes distribuidos en 7,410 colegios.5 El 54,14% de los
participantes fueron mujeres y el 45,86%, hombres. Como lo muestra el Cuadro
1, la mayoría de las mujeres estudia en la jornada de la mañana (27,02 puntos
porcentuales de los 54,14 que representa en la muestra, es decir el 49,9% de las
mujeres) y pertenecen a los estratos 1 y 2. De igual forma, la mayoría de los hombres estudian en la misma jornada y también son de estratos 1 y 2.
En cuanto al trabajo de estudiantes, el Cuadro 1 indica que el 55% de la muestra no trabaja, principalmente las mujeres. Adicionalmente, los ingresos familiares del 29% de los estudiantes es inferior a un salario mínimo legal vigente (smlv),
siendo en su mayoría las familias de las mujeres, mientras que solo el 1,7% de los
estudiantes vivían en hogares con un ingreso familiar superior a diez smlv. Otro
dato a destacar del Cuadro 1 es que el 53% de las madres de estos hogares se dedican a labores domésticas, y apenas el 33% de los padres tienen empleo formal.
V. ANÁLISIS PRELIMINAR
A partir de la muestra seleccionada se estimó la brecha como la diferencia
entre el puntaje obtenido por los hombres y el de las mujeres en cada uno de
los componentes a nivel nacional, regional y departamental. Los resultados para
quienes presentaron la prueba saber-11 en 2009 a nivel nacional se muestran
en el Cuadro 2. Específicamente, en el componente de lenguaje los hombres
obtuvieron en promedio 0,3 puntos menos que las mujeres, valor equivalente a
0,63% del puntaje de estas. Por el contrario, en matemáticas los hombres regisLos estudiantes en extraedad son aquellos que tienen más o menos dos años más de edad que el promedio
del curso en que se encuentran. Esta definición orientó la edad máxima usada en la base de datos.
4
En el sentido de que las diferencias encontradas entre hombres y mujeres con la población siguen favoreciendo al mismo sexo al calcularlas con la muestra. El único cambio que se presentó fue en términos de
magnitud y varianza, pero este fue marginal.
5
La prueba fue presentada por 529,706 estudiantes.
3
141
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
CUADRO 1
Estadísticas descriptivas de los y las estudiantes,
sus familias e instituciones educativas, saber-11, 2009
Variable
Hombres (%)
Participación en la muestra
Mujeres (%)
45,86
Total (%)
54,14
100
16,48
27,02
10,63
28,64
30,97
49,41
19,61
51,70
Características instituciones
Jornada completa
Jornada mañana
Jornada tarde
No paga pensión
14,49
22,39
8,98
23,06
Características familiares
Ing. familiar < 1 smlv
Ing. familiar > 10 smlv
Estudiantes que no trabajan
Madre con secundaria completa
Padre con secundaria completa
No sabe la educación del padre
No sabe la educación de la madre
Padre empleado
Madre dedicada a labores del hogar
Estrato 1
Estrato 2
Estrato 3
Observaciones
12,70 16,0128,71
0,80 0,851,66
4,14
51,24
55,38
11,97
12,94
24,91
10,54
11,76
22,30
2,57
2,95
5,53
1,23
1,17
2,40
15,52
17,66
33,18
24,54
29,00
53,55
15,08
18,58
33,66
17,26
20,51
37,77
9,74
10,94
20,68
209.635 247.457457.092
Nota: Todos los datos son porcentajes del total de la muestra.
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes, 2009.
tran 2,4 puntos más que las mujeres, representado 5,54% del puntaje de estas.
Estos resultados son consistentes con la evidencia internacional.
En cuanto al resto de componentes, el Cuadro 2 muestra que los hombres
registran un desempeño más alto en física, ciencias sociales, química y biología
en 1,4; 0,9; 0,9 y 0,7 puntos, respectivamente, mientras que las mujeres aventajan
142
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
CUADRO 2
Brecha en el desempeño por sexo en los componentes
de saber-11, 2009(a)
Componente SexoMedia
Lenguaje
Matemáticas
Ciencias Sociales
Filosofía
Biología
Química
Física
Desviación
Porcentaje
ObsBrecha
estándar brecha(b)
Hombres46,73 6,80202.940-0,30***
Mujeres 47,03 6,56239.973
Hombres 46,17
10,45 202.940 2,43***
Mujeres 43,75 9,43239.973
Hombres 46,12
8,80 202.940 0,92***
Mujeres 45,20 8,30239.973
Hombres 41,46
7,92 202.940 -0,48***
Mujeres 41,94 7,56239.973
Hombres 46,15
6,66 202.940 0,69***
Mujeres 45,46 6,37239.973
Hombres 46,35
6,72 202.940 0,91***
Mujeres 45,43 6,07239.973
Hombres 44,82
7,29 202.940 1,39***
Mujeres 43,43 7,08239.973
0,63
5,54
2,03
1,14
1,52
2,01
3,21
Notas: (a) La brecha se refiere al puntaje promedio de los hombres menos el de las mujeres en
cada componente.
(b) Brecha como porcentaje del promedio de las mujeres en cada componente.
*** Denota significancia estadística al 1%. La significancia es tomada de la hipótesis alterna de
que la diferencia de medias es menor a cero o mayor a cero, dependiendo del signo.
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes, 2009.
a los hombres en filosofía en 0,5 puntos.6 Cabe anotar que la diferencia en los
componentes donde los hombres superan a las mujeres es mayor en términos
relativos que en aquel donde son superados (Cuadro 2, columna 7); en todos los
componentes los hombres presentan mayor dispersión que las mujeres.
6
El componente de física está altamente correlacionado con el de matemáticas.
143
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
Por otra parte, el Cuadro 3 muestra las correlaciones de los puntajes alcanzados en los componentes en la prueba SABER-11 por sexo. En el triángulo por
debajo de la diagonal de unos se encuentran las correlaciones de los hombres,
mientras que en el opuesto están las correspondientes a las mujeres. Las correlaciones siempre son positivas; es decir, los resultados indican que los estudiantes
que obtienen buen puntaje en un componente tienden a obtener buenos puntajes en los demás, y viceversa. No obstante, del Cuadro 3 se deduce que esta
relación es más fuerte entre los hombres que entre las mujeres —las correlaciones
para los hombres son estadísticamente superiores a las correlaciones de las mujeres en todos los componentes— hecho que sustenta los resultados en las brechas,
donde los hombres dominan en la mayoría de los componentes, mientras que
donde las mujeres los superan la diferencia es más baja.
Además de lo anterior, también es importante examinar si esta diferencia se
mantiene a través de la distribución del puntaje o si es diferente en algunas partes
de ella. En el Cuadro 4 se muestran las brechas desde los percentiles más bajos
CUADRO 3
Correlaciones entre componentes por sexo,
saber-11,2009
Matemá- Ciencias
ComponenteLenguaje
FilosofíaBiologíaQuímicaFísica
ticasSociales
Lenguaje
1 0,37 0,430,350,360,350,17
Matemáticas0,42 1 0,420,320,390,430,22
Ciencias Sociales 0,46
0,46
10,430,420,450,22
Filosofía
0,370,35 0,45 1 0,32 0,320,17
Biología
0,40 0,46 0,460,35 1 0,400,18
Química
0,40 0,52 0,500,360,47 10,23
Física
0,22 0,30 0,280,210,260,31 1
Notas: Todas las correlaciones son estadísticamente significativas al 1%. El triángulo inferior por
debajo de la diagonal de unos corresponde a las correlaciones de los resultados de cada componente
entre los hombres, mientras que el superior corresponde a las mujeres. Las correlaciones entre hombres son estadísticamente diferentes a las correlaciones de las mujeres al 1% de significancia.
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes, 2009.
144
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
hasta los más altos para cada componente de la prueba a nivel nacional. Nótese
que la brecha en el desempeño por sexo es favorable para las mujeres en algunos
percentiles en los componentes de lenguaje y filosofía, mientras que en la mayoría
de estos la diferencia es cero. Por el contrario, en el resto de componentes los
hombres obtienen mayor puntaje en los percentiles donde se presenta diferencia.
Por ejemplo, en el componente de matemáticas, donde la brecha es mayor a favor
de los hombres, alcanza hasta 4,03 puntos en el percentil 70. Por su parte, en
física, donde se presenta la segunda mayor diferencia a favor de los hombres,
las mayores brechas se registran en los percentiles 30, mediana y el percentil 90.
Adicionalmente, el Cuadro 4 muestra que en los percentiles más altos en los
componentes de ciencias sociales y química la diferencia es mayor a favor de los
hombres.
Luego de examinar la brecha a nivel agregado y por percentiles, se estudia a
con­tinuación el diferencial a lo largo del territorio nacional, centrándose en los
componentes de matemáticas y lenguaje, que son los más estudiados. El Cuadro
5 ilustra la brecha en el desempeño en estos componentes de la prueba saber-11
de 2009 en las regiones del país. Uno de los aspectos más importantes a resaltar
es que se mantienen los resultados obtenidos a nivel nacional —mejores resultados para las mujeres en lenguaje y para los hombres en matemáticas— pero en
magnitudes diferentes. Nótese que en todas las regiones del país, exceptuando
a Bogotá y los Llanos, las mujeres presentan una leve diferencia en el compo-
CUADRO 4
Brecha entre hombres y mujeres por percentiles en los componentes de
lenguaje y matemáticas de la prueba saber-11,2009
Ciencias
PercentilLenguaje Matemáticas
Filosofía BiologíaQuímicaFísica
Sociales
10
30
50
70
90
0,00
-0,14
0,00
-0,10
0,00
1,22
2,78
1,76
4,03
3,04
0,030,000,000,03
0,57
0,00 0,00 0,19 1,552,85
0,04 -0,16 1,86 0,242,37
1,87 0,00 0,26 1,750,38
1,920,001,701,76
2,35
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes, 2009.
145
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
nente de lenguaje (Panel A del Cuadro 5). A su vez, en el Caribe continental y
San Andrés se registra la mayor diferencia relativa (Cuadro 5, columna 5): allí el
desempeño, tanto de hombres como de mujeres, en este componente es el más
bajo. Además, en estas regiones la brecha supera ampliamente la brecha nacional.
De otra parte, en el componente de matemáticas los hombres aventajan a las
mujeres en todas las regiones, siendo más marcado, en su orden, en las regiones
Central oriental, Bogotá y los Llanos, donde ellos obtienen, en promedio, un
puntaje superior en poco más del 6% al que registran las mujeres (Panel B del
Cuadro 5, columna 5). Cabe anotar que esta diferencia en todas regiones, en
términos relativos, es más pronunciada a la registrada por las mujeres en el componente de lenguaje.
Al comparar las brechas regionales con la brecha nacional en el componte de
matemáticas, se encuentra que en la zona centro del país se presentan las brechas
superiores a la registrada a nivel nacional, mientras que en la región Caribe continental y San Andrés son las más bajas e inferiores a la media del país (Cuadro 5).
Con el propósito de desagregar más el análisis del desempeño académico regional, en el Mapa 1 se muestra la brecha entre hombres y mujeres en los componentes de lenguaje (Panel A) y matemáticas (Panel B) para cada departamento.
El mapa ilustra que la brecha en el componente de lenguaje se concentra en San
Andrés y gran parte del Caribe continental, zonas donde el puntaje de hombres
y mujeres es de los más bajos del país (Cuadro 5).
De otra parte, en el departamento de Vichada se presenta una de las brechas
más pronunciadas; junto a la registrada en el Putumayo hacen que la región Amazonía registre una brecha significativa (Cuadro 5). Por otro lado, existe una brecha superior a la nacional en algunos departamentos de la región del Pacífico,
como Chocó y Cauca, así como en algunos departamentos de la región Central
occidental en niveles similares —Antioquia, Quindío y Risaralda—, mientras que
en los departamentos de la región Central oriental la brecha oscila entre -0,29 y
-0,10 puntos. En cambio, Bogotá y el resto de departamentos no registran diferencias significativas en el componente de lenguaje a favor de las mujeres (Panel
A del Mapa 1).
Según el Panel B del Mapa 1, las brechas en el componente de matemáticas se
concentran en los departamentos de las regiones Central oriental, donde todos
los departamentos se encuentran en el rango de 2,51 y 3,5 puntos a favor de los
hombres y Central occidental, donde, con excepción de Antioquia, la brecha oscila en niveles similares a la región Central oriental y Bogotá, que son las regiones
146
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
CUADRO 5
Diferencia en el desempeño académico por sexo
en las regiones del país, saber-11, 2009(a)
Región
Brecha Puntaje hombres (1) Puntaje mujeres (2) (1)/(2)*100
Panel A: Lenguaje
Bogotá
Central occidental
Central oriental
Caribe continental
Pacífico
Llanos
San Andrés
Amazonía
Nacional
-0,02
-0,36***
-0,15***
-0,66***
-0,28***
0,04
-1,68***
-0,30**
-0,30***
48,07
46,61
46,46
45,37
47,70
46,50
44,76
45,95
46,73
48,09
46,97
46,61
46,02
47,98
46,45
46,44
46,25
47,03
99,95
99,23
99,69
98,57
99,41
100,10
96,38
99,35
99,37
45,90
43,43
43,82
42,28
43,59
43,37
43,01
42,61
43,75
106,29
105,81
106,56
103,75
105,02
106,09
103,04
104,87
105,54
Panel B: Matemáticas
Bogotá
Central occidental
Central oriental
Caribe continental
Pacífico
Llanos
San Andrés
Amazonía
Nacional
2,89***
2,52 ***
2,87 ***
1,59 ***
2,19 ***
2,64 ***
1,31 *
2,08 ***
2,43***
48,79
45,95
46,70
43,87
45,78
46,01
44,32
44,69
46,17
Notas: Región central occidental: Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda; central oriental: Boyacá,
Cundinamarca, Huila, Norte de Santander, Santander y Tolima; Caribe continental: Atlántico,
Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre; Pacífico: Cauca, Chocó, Nariño y Valle;
Llanos: Arauca, Casanare y Meta; Amazonía: Amazonas, Caquetá, Guaviare, Guainía, Putumayo,
Vaupés y Vichada.
(a) La diferencia se refiere al puntaje promedio de los hombres menos el de las mujeres en cada
componente por región.
(b) ***, **, * denotan significancia estadística al 1,5 y 10%. La significancia es tomada de la hipótesis de que las medias son diferentes.
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes.
147
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
MAPA 1
Diferencia en el desempeño por sexo a nivel
de departamento, saber-11, 2009
Panel A: Lenguaje
Panel B: Matemáticas
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes.
donde los estudiantes obtienen los mejores resultados del país. Por su parte, en el
Pacífico se registran niveles altos en los departamentos de Valle y Nariño (de 2,51
a 3,5) en comparación con los de Cauca y Chocó (de 1,01 a 2,50).
Por otro lado, en San Andrés y el Caribe continental se presentan brechas
bajas, de alrededor del 50% de las que se encuentran en el centro del país. En
cuanto a la Amazonía, únicamente sobresalen las brechas altas de los departamentos de Putumayo, Caquetá y Guaviare (Panel B del Mapa 1).
De este análisis, a nivel regional y departamental, se observa una relación
positiva entre la magnitud de la brecha y el puntaje por sexo en las regiones
colombianas (Cuadro 5 y Mapa 1). En el Cuadro 6 se muestra, de una parte, la
148
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
CUADRO 6
Correlaciones entre la brecha y los puntajes promedios a nivel regional
y departamental en la prueba saber-11, 2009
Nivel
Puntaje hombres (1)
Puntaje mujeres (2)
1-2
Panel A: Lenguaje
Regional
Departamental
0,75 **
0,60 ***
0,35
0,17
0,88**
0,89***
0,69 *
0,48 **
0,96***
0,92***
Panel B: Matemáticas
Regional
Departamental
0,86 ***
0,79 ***
Nota: ***, **, * denotan significancia estadística al 1, 5 y 10%.
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes.
correlación entre la magnitud de la brecha y los puntajes de hombres y mujeres
y, de otra, la correlación entre los puntajes de hombres y mujeres en los dos
componentes analizados. Nótese que la brecha en el componente de lenguaje
está altamente correlacionada con el puntaje que obtienen los hombres tanto
a nivel regional como departamental. Es decir, en las regiones y departamentos
donde los hombres alcanzan un mayor puntaje en este componente la brecha
tiende a ser menor (esto porque la brecha calculada en su mayor parte favorece a
las mujeres). Además, el Cuadro 6 muestra que esta relación en el componente
de matemáticas es más pronunciada, aunque cabe anotar que hay una relación
positiva menor entre la brecha en este componente y el puntaje de las mujeres.
Esto implica que, en las regiones y departamentos donde los hombres obtienen
mejores puntajes en matemáticas, las mujeres también lo logran y viceversa. Igual
sucede en el componente de lenguaje (Cuadro 6, columna 4).
VI. METODOLOGÍA
Con el propósito de examinar en mayor profundidad la brecha en el desempeño académico por sexo en la prueba saber-11, se realizaron estimaciones por
149
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
cuantiles condicionales, siguiendo la metodología propuesta por Koenker y Bassett (1978). Este enfoque permite evaluar si esa brecha entre hombres y mujeres
se mantiene a lo largo de la distribución del puntaje en esta prueba, una vez se
controla por variables de características de los estudiantes, sus familias, la institución educativa y de la región del país. Adicionalmente, este método permite
evaluar si el efecto diferencial de las características de los estudiantes es distinto
en las diversas partes de la distribución.
Supóngase que el desempeño del estudiante i en el componente j de la prueba
saber-11 se puede determinar como:
y ji = b0 j + ∑ kn = 1 bkj xki + e ji (1)
Donde, xki son variables que corresponden a características del estudiante, su
familia, la institución educativa y la región donde se encuentra, y eji es el término
de error.
Si se agrega a la ecuación 1 una dummy que toma el valor de 1 si el estudiante
es mujer y 0 si es hombre, así como una interacción de Xki con la dummy de sexo,
se puede obtener una descripción detallada del efecto de cada variable sobre el
desempeño académico según el sexo. Con estos cambios, la ecuación (1) queda
como (Wooldridge, 2003, pp. 230-232):
y ji = b0 j + b1 j Mujer + ∑ kn = 1 bkj xki + ∑ kn = 1 ε kj xki * Mujer + e ji (2)
Donde, ∑ kn = 1 bkj xki es el efecto de las variables en el desempeño de los estudiantes en el componente j si el estudiante es hombre, y ∑ kn = 1 ε kj xki es el efecto
adicional si el estudiante es mujer.
Reestructurando el lado izquierdo de la ecuación (2) en términos matriciales
equivalente a xi’βji, donde xi’ es una matriz que contiene características del estudiante i, su familia y de la institución donde estudia, dado su sexo, y la matriz βji
mide el efecto que tiene xi’ sobre el desempeño en el componente j, y siguiendo
los planteamientos de Koenker y Bassett (1978), la ecuación (2) se puede reformular para la estimación por cuantiles (c) así:
y ji c = x i ’β ji c 150
(3)
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
A partir de la estimación de la ecuación (3), minimizando las desviaciones
absolutas entre el puntaje real (Yji) y el estimado (yji) en cada cuantil (c) (Koenker
y Bassett, 1978), se pueden conocer los efectos de las características x asociadas
con los estudiantes, dado su sexo en distintas partes de la distribución, es decir la
matriz β ji c . De manera formal, la especificación es la siguiente:
min
∑
n
i =1
∅ c Yji c − y ji c (4)
Donde, ∅c es la función de ponderación que se le da a la desviación absoluta
del puntaje del estudiante i en el componente j, dependiendo de la parte de la
distribución en que se encuentre. Según Koenker y Bassett (1978), esto se da para
los estudiantes cuyo puntaje esté por debajo del cuantil c ∅ c = c − 1 y para los
que están por encima de ∅ c = c .
Este método de estimación ha sido empleado antes para estimar brechas en el
desempeño académico en Colombia (Barón, 2010b).
VII. RESULTADOS DE LAS ESTIMACIONES
En esta sección se presentan los resultados de las regresiones por cuantiles
para los componentes de matemáticas y lenguaje, con el propósito de evaluar un
posible efecto diferencial de las variables de control que inciden en el desempeño
de los estudiantes, dependiendo del sexo. Esto se realizó incluyendo todas las
interacciones de las variables explicativas y la dummy de género. Las variables independientes corresponden a características del estudiante (edad, etnia, situación de
empleo), de su familia (educación y ocupación de los padres, estrato), de la institución educativa (jornada, calendario, oficial) y de la región en que se encuentra.
A. Componente de matemáticas
En el Cuadro 7 se presentan las estimaciones para el componente de matemáticas para los cuantiles 0,1; 0,3, media; 0,7 y 0,9. Los resultados son consistentes
con lo que se han encontrado en otros estudios. Los estudiantes más jóvenes y
los que no trabajan registran mejores resultados en matemáticas, mientras que
los que pertenecen a grupos étnicos obtienen un desempeño inferior. En cuanto
151
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
a las características de la familia, también es consistente, en el sentido de que los
estudiantes cuyos padres tienen alto nivel educativo, pertenecen a estratos altos
y viven en zonas urbanas obtienen mejores resultados. De igual forma, los que
estudian en jornada completa, calendario B y colegios no oficiales tienen mejor
desempeño. En lo que concierne a este estudio, que es indagar sobre un efecto
diferencial por género, la prueba F indica que, de manera conjunta, las variables
explicativas tienen un efecto diferencial en el desempeño académico por género
en todos los cuantiles en el componente de matemáticas.
Características del estudiante. La edad tiene un efecto negativo mayor si
el estudiante es hombre.7 No obstante, al pasar del cuantil 0,1 al cuantil 0,9, un
año de edad adicional reduce en mayor medida el desempeño de los estudiantes,
pasando de 0,86 a 1,41 puntos para los hombres, mientras que para las mujeres
es menor en 0,17 y 0,32 puntos, respectivamente. Este hecho indica que los estudiantes más jóvenes, ceteris paribus, obtienen mejores resultados en el componente de matemáticas en comparación con los mayores, con un menor efecto en
las mujeres.
Por su parte, los hombres que se consideran pertenecientes a un grupo étnico
tienen un desempeño inferior al de las mujeres en el componente de matemáticas. Esta brecha aumenta a medida que los hombres se ubican en los cuantiles
más altos. Asimismo, el hecho de que el estudiante trabaje incide en un menor
desempeño, siendo el efecto negativo menor si el estudiante es mujer, en la media y en el cuantil 0,3 y 0,7. La menor diferencia en el efecto de trabajar si el
estudiante es mujer es mayor en términos relativos si se compara con la edad y si
se pertenece a un grupo étnico.
Características familiares. Las características de la familia son de tres tipos:
ocupación de los padres, educación/estrato y área de residencia. En cuanto al
efecto de la ocupación de los padres en el desempeño de los hijos en el componente de matemáticas, se destaca el hecho de que, en la mayoría de los coeficientes, no hay un efecto diferencial marcado según el género del estudiante.
Además, el efecto de la educación de los padres es mayor si es el estudiante es
hombre, aumentado a medida que el cuantil es mayor. Adicionalmente, el efecto
7
Para determinar el efecto de la edad si el estudiante es mujer, se debe sumar el coeficiente de la misma
variable que inicia con Int., en caso de que sean significativas. Por ejemplo, el efecto de un año adicional de
edad en el cuantil 0,1 si el estudiante es mujer equivale a -0,86 + 0,17, es decir, -0,69 puntos.
152
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
marginal de tener unos padres sin educación no tiene un efecto diferencial por
género. Por el contrario, el hecho de que el hombre desconozca la educación de
su padre es positivo, mientras que para las mujeres es negativo, pero nótese que
el desconocimiento de la educación de la madre es negativo para ambos sexos en
los cuantiles más altos.
Entre las restantes características de la familia se encontró que un estrato
adicional mejora el desempeño de los estudiantes, siendo esta mejora mayor en
los cuantiles más altos, aunque menor para mujeres (en promedio 0,10 puntos
en este componente). Por el contrario el efecto de residir en un área rural es negativo, siendo mayor en los cuantiles más altos, pero también en menor medida
para las mujeres.
Características de las instituciones educativas. Los resultados indican que
aquellos estudiantes matriculados en jornada completa obtienen un puntaje más
alto en matemáticas que aquellos que estudian solo en la jornada de la tarde o de
la mañana. La diferencia, sin embargo, es menor en la mediana y el cuantil 0,9 si
el estudiante es mujer. A su vez, los estudiantes de calendario A (los que toman el
examen en el segundo semestre del año) tienen un puntaje menor en matemáticas comparados con los de calendario B. De nuevo, la diferencia es menor en el
caso de las mujeres.
Además, los estudiantes de colegios mixtos (que educan estudiantes de ambos
géneros) obtienen menor rendimiento en matemáticas que quienes estudian con
compañeros del mismo género, siendo la diferencia mayor en los cuantiles más
altos. También esta diferencia es menor para las mujeres.
Localización. Estar en cualquier región distinta a Bogotá tiene un efecto negativo en el desempeño de los estudiantes en el componente de matemáticas,
desde los más altos en la región del Pacífico, Llanos y Amazonía. La diferencia es
más pronunciada en los cuantiles más altos (Cuadro 7).
En cuanto a la comparación por género, las únicas regiones donde no se halló
una diferencia significativa entre hombres y mujeres fueron los Llanos, la Amazonía y San Andrés. Por otro lado, en las regiones central oriental y central occidental la diferencia por género es poco marcada. Por el contrario, residir en la región
Caribe resulta negativo para los hombres y positivo para las mujeres, mientras
que residir en el Pacífico es más perjudicial para los hombres.
153
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
CUADRO 7
Determinantes del desempeño académico en el componente
de matemáticas, saber-11, 2009(a)
Var. Dep.: puntaje en
matemáticas
Cuantil 0,1 Cuantil 0,3 Mediana Cuantil 0,7Cuantil 0,9
Coef. Coef. Coef.Coef.Coef.
A. Características del estudiante
Edad
Int. Edad
Pertenece a alguna etnia (=1)
Int. Pertenece a alguna etnia (=1)
Trabaja (=1)
Int. Trabaja (=1)
-0,86***
0,17***
-0,05***
0,41*
-0,39***
0,28
-0,93*** -1,03*** -1,18*** -1,41***
0,18*** 0,23*** 0,28***
0,32***
-0,96*** -1,13*** -1,43*** -2,07***
0,05
0,14
0,27*
0,56**
-0,56*** -0,61*** -0,53*** -0,59***
0,36**
0,34 *** 0,36***
0,15
B. Características de la familia
Madre dedicada a labores del hogar
Int. Madre dedicada a labores del hogar
Padre empleado por cuenta propia
Int. Padre empleado por cuenta propia
Madre empleada por cuenta propia
Int. Madre empleada por cuenta propia
Padre empresario
Int. Padre empresario
Madre empresaria
Int. Madre empresaria
Padre técnico o tecnólogo
Int. Padre técnico o tecnólogo
Madre técnica o tecnóloga
Int. Madre técnica o tecnóloga
Padre profesional o más
Int. Padre profesional o más
Madre profesional o más
Int. Madre profesional o más
Padre sin educación
Int. Padre sin educación
Madre sin educación
Int. Madre sin educación
No sabe la educación del padre
Int. No sabe la educación del padre
No sabe la educación de la madre
Int. No sabe la educación de la madre
-0,12
-0,02
0,25 ***
-0,12
0,06
-0,17
0,32**
0,11
0,03
0,39
1,62 ***
-0,49*
1,42 ***
-0,14
2,15 ***
-0,34*
1,78 ***
-0.06
-0,43*
0,51
-0,03
-0,46
0,43 **
-0,61**
-0,85***
0,76 **
0,07
-0,05
0,38***
-0,13
0,07
-0,09
0,47***
0,04
0,27*
0,08
1,79***
-0,42**
1,68***
-0,21
2,77***
-0,65***
2,01***
0,30**
-0,10
0,05
0,27
-0,55*
0,55***
-0,60***
-0,75***
0,35
0,00
0,04
0,46***
0,02
0,04
-0,01
0,58***
-0,06
0,17
0,46***
2,56***
-0,80***
1,91***
-0,14
3,55***
-0,45***
3,08***
-0,21*
-0,30**
0,12
-0,15
-0,25
0,26**
-0,26*
-0,43***
-0,37
0,11
-0,12
0,43 ***
0,07
0,00
0,15
0,82***
0,04
0,72***
0,28
2,37 ***
-0,09
2,50 ***
-0,47*
4,59 ***
-0,36*
3,42 ***
0,31
-0,43
0,17
-0,41
-0,12
0,37 *
-0,42
-0,59*
-0,16
Estrato
Int. Estrato
Área rural (=1)
Int. Área rural (=1)
1,04***
-0,03
-0,75***
0,24*
1,30*** 1,51*** 1,71***
-0,25*** -0,22*** -0,16***
-0,93*** -0,98*** -1,14***
0,37*** 0,35*** 0,45***
2,11***
-0,30***
-1,60***
0,39***
0,05
-0,06
0,46 ***
-0,06
0,11
-0,13
0,66***
-0,19-
0,15
0,50 ***
2,08 ***
-0,66***
1,80 ***
-0,11
3,13 ***
-0,58***
2,56 ***
-0,13
-0,12
0,04
0,24
-0,57**
0,44 ***
-0,52***
-0,75***
0,12
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
Var. Dep.: puntaje en
matemáticas
Cuantil 0,1 Cuantil 0,3 Mediana Cuantil 0,7Cuantil 0,9
Coef. Coef. Coef.Coef.Coef.
C. Características del colegio
Jornada completa (=1)
Int. Jornada completa (=1)
Calendario A (=1)
Int. Calendario A (=1)
Oficial (=1)
Int. Oficial (=1)
Mixto (=1)
Int. Mixto (=1)
0,43 ***
-0,01
-0,78***
0,82 ***
-0,61***
-0,23*
-2,30***
0,35
0,64 ***
-0,11
-1,30***
0,78 ***
-0,76***
-0,17*
-2,37***
0,28 *
0,68***
-0,15
-1,73***
0,63***
-0,91***
-0,10
-2,76***
0,54***
0,72***
-0,03
-2,50***
0,57***
-1,15***
-0,03
-3,18***
0,73***
D. Localización
Reg. Central occidental
Int. Reg. Central occidental
Reg. Central oriental
Int. Reg. Central oriental
Reg. Caribe continental
Int. Reg. Caribe continental
Reg. Pacífico
Int. Reg. Pacífico
Reg. Llanos
Int. Reg. Llanos
Reg. San Andrés
Int. Reg. San Andrés
Reg. Amazonía
Int. Reg. Amazonía
-1,22 ***
-0,18
-1,22 ***
-0,55***
-0,30 **
0,54 ***
-2.04***
0,44 *
-2,15***
-0,22
-1,19***
-1,12
-1,50
-0,20
-1,38***
0,05
-1,38***
-0,26**
-0,34***
0,79 ***
-2,16***
0,58 ***
-2,38***
-0,10
-1,16***
-0,08
-2,83***
-0,26
-1,54***
0,25
-1,54***
-0,12
-0,36***
0,77***
-2,14***
0,56***
-2,44***
0,10
-1,17***
0,93
-3,11***
-0,11
-1,67*** -1,89***
0,34***
0,21
-1,67*** -1,89***
-0,04
-0,11
-0,23***
0,03
0,95***
0,46**
-2,29*** -2,05***
0,67***
0,17
-2,58*** -2,31***
0,03
0,33
-1,20*** -1,26***
1,24
2,98**
-3,71*** -3,96***
-0,37
0,16
Constante
Mujer (=1)
Observaciones
Pseudo R2
F(30,337234)
Pro > F
0,96***
-0,27**
-3,47***
-0,07
-1,49***
0,15
-3,31***
0,31
52,40 *** 60,52 *** 67,56*** 76,39*** 89,09***
-6,29*** -6,38*** -7,80*** -9,70*** -9,35***
337294
337294
337294 337294
337294
0,044
0,067
0,086
0,113
0,159
43,27
124,6
256,8
353,4
171,2
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
Notas: (a) Int. interacción con la dummy Mujer. La prueba F evalúa la probabilidad de que todas
las variables de interacción y la dummy Mujer son igual a cero.***, **, * denotan significancia
estadística al 1, 5 y 10%, respectivamente.
(b) Los errores estándar se muestran en el Anexo 2 A.
(c) El método usado para el cálculo de los errores estándar es el planteado por Koenker y Basset
(1982), y ajustado por Rogers (1993) para k variables independientes.
(d) La variable mixto se obtuvo de cruzar la de los resultados de la prueba saber-11 2009 con la
base de la clasificación de planteles (elaborada por el icfes) del mismo año, utilizando como llave
el nombre de la institución, la jornada y el departamento donde reside el estudiante.
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes.
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
B. Componente de lenguaje
Los resultados de la estimación para el componente de lenguaje se describen
en el Cuadro 8. Allí se presentan los efectos de las mismas covariantes que se
usaron para caracterizar el desempeño de los estudiantes en el componente de
matemáticas. En este caso, al igual que en matemáticas, la prueba F indica que
hay evidencia de efecto diferencial por género en el desempeño a partir de las
covariantes.
Características del estudiante. En el componente de lenguaje, a diferencia
del componente de matemáticas, la edad tiene mayor efecto negativo en los cuantiles más bajos si el estudiante es mujer (Cuadro 8). Otro resultado importante
es que, en lenguaje, el efecto de la edad se reduce a medida que el cuantil es más
alto, tal como ocurre con el caso de que el estudiante trabaje. Además, el efecto
de trabajar es menor para las mujeres; en términos relativos representa aproximadamente el 50% del efecto correspondiente a si es hombre.
Características familiares e institución educativa. No se registran diferencias marcadas por género en las características de la familia en cuanto a la ocupación y educación de los padres, estrato o área en que residen. Asimismo, entre las
características de la institución educativa no se presentan diferencias por género
(Cuadro 8).
Localización. En la localización se presentan diferencias principalmente en
la región Caribe continental y en la región central occidental, donde el efecto
en el caso de las mujeres es menor que en el de los hombres. Además, tanto en
hombres como en mujeres el efecto diferencial es menor en los cuantiles más altos, lo que equivale a decir que el efecto diferencial entre los estudiantes de estas
regiones y los de Bogotá que se encuentran en los cuantiles más altos es menor
en comparación con los que se encuentran en los más bajos. Además, en términos absolutos, la Amazonía y San Andrés son las regiones donde se presenta un
mayor efecto respecto a Bogotá (para ambos géneros).
VIII. CONCLUSIONES
Al igual que en otros países, en Colombia existen diferencias en el desempeño
académico por género (Gaviria y Barrientos, 2001; icfes, 2010; pirls, 2001; pisa,
2006). En el componente de matemáticas, en promedio, los hombres registran
156
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
CUADRO 8
Determinantes del desempeño académico en el
componente de lenguaje, saber-11, 2009(a)
Var. Dep.: puntaje en
lenguaje
A. Características del estudiante
Edad
Int. Edad
Pertenece a alguna etnia (=1)
Int. Pertenece a alguna etnia (=1)
Trabaja (=1)
Int. Trabaja (=1)
B. Carácterísticas de la familia
Madre dedicada a labores del hogar
Int. Madre dedicada a labores del hogar
Padre empleado por cuanta propia
Int. Padre empleado por cuanta propia
Madre empleada por cuanta propia
Int. Madre empleada por cuanta propia
Padre empresario
Int. Padre empresario
Madre empresaria
Int. Madre empresaria
Padre técnico o tecnólogo
Int. Padre técnico o tecnólogo
Madre técnica o tecnóloga
Int. Madre técnica o tecnóloga
Padre profesional o más
Int. Padre profesional o más
Madre profesional o más
Int. Madre profesional o más
Padre sin educación
Int. Padre sin educación
Madre sin educación
Int. Madre sin educación
No sabe la educación del padre
Int. No sabe la educación del padre
No sabe la educación de la madre
Int. No sabe la educación de la madre
Estrato
Int. Estrato
Área rural (=1)
Int. Área rural (=1)
Cuantil 0,1 Cuantil 0,3 Mediana Cuantil 0,7Cuantil 0,9
Coef. Coef. Coef.Coef.Coef.
-0,66***
-0,12 ***
-0,94 ***
0,07
-0,69 ***
0,36**
-0,61***
-0,09***
-1,01***
0,27**
-0,65***
0,31***
-0,61***
-0,02
-0,75 ***
-0,14
-0,54 ***
0,27**
-0,58***
-0,03
-0,89***
0,04
-0,62***
0,34***
-0,55***
0,01
-0,82 ***
-0,02
-0,55 ***
0,24*
-0,05
-0,11
0,25 ***
-0,18 **
-0,08
-0,10
0,26 **
0,14
0,31 *
-0,16
-0,08*
0,00
0,14***
-0,08
0,00
-0,04
0,20***
0,11
0,26***
-0,14
-0,08
-0,04
-0,04
-0,06
0,16 *** 0,14***
-0,08
-0,01
0,02
0,02
-0,02
0,02
0,17 **
0,23***
0,08
0,07
0,26 **
0,14
-0,13
-0,12
-0,07
-0,10
0,08
0,07
0,03
-0,06
0,12
0,22*
0,18
-0,22
1,25 ***
-0,24
1,08 ***
0,03
1,39 ***
0,12
1,13 ***
0,13
0,11
-0,42 *
-0,18
0,04
0,12
-0,32
-0,55 ***
0,31
1,10***
-0,06
0,89***
0,16
1,57***
-0,12
1,16***
0,10
-0,04
-0,21
-0,08
-0,06
0,27***
-0,33***
-0,59***
0,25
1,05 ***
-0,01
0,82 ***
0,16
1,48 ***
-0,02
1,21 ***
0,11
-0,38***
-0,04
0,09
-0,26
0,18 *
-0,39 ***
-0,31 **
0,23
1,04***
-0,09
0,98***
0,07
1,52***
0,06
1,45***
0,01
-0,35***
0,10
0,06
-0,40*
0,24***
-0,36***
-0,51***
0,30*
1,07 ***
-0,01
1,00 ***
-0,05
1,58 ***
0,32***
1,70 ***
-0,05
-0,37**
-0,04
0,00
-0,31
0,07
-0,15
-0,35 **
-0,09
0,88***
-0,08
-0,62 ***
0,17
0,87***
-0,04
-0,59***
0,23***
0,92*** 0,95***
-0,08** -0,07**
-0,57 *** -0,54***
0,12
0,13**
1,03***
-0,10**
-0,60 ***
0,13
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
Var. Dep.: puntaje en
lenguaje
Cuantil 0,1 Cuantil 0,3 Mediana Cuantil 0,7Cuantil 0,9
Coef. Coef. Coef.Coef.Coef.
C. Características del colegio
Jornada completa (=1)
Int. Jornada completa (=1)
Calendario A (=1)
Int. Calendario A (=1)
Oficial (=1)
Int. Oficial (=1)
Mixto (=1)
Int. Mixto (=1)
0,22 ***
0,10
-1,35 ***
0,35 **
-0,42 ***
-0,12
-1,35 ***
0,12
0,21***
0,05
-2,03***
0,08
-0,41***
-0,10*
-1,29***
0,28***
0,25 *** 0,20***
-0,04
0,01
-2,74 *** -3,30***
0,12
-0,06
-0,48 *** -0,47***
-0,01
-0,04
-1,18 *** -1,03***
0,19
0,02
0,40***
-0,07
-4,22***
-0,04
-0,52***
-0,05
-0,92***
-0,07
D. Localización
Reg. Central occidental
Int. Reg. Central occidental
Reg. Central oriental
Int. Reg. Central oriental
Reg. Caribe continental
Int. Reg. Caribe continental
Reg. Pacífico
Int. Reg. Pacífico
Reg. Llanos
Int. Reg. Llanos
Reg. San Andrés
Int. Reg. San Andrés
Reg. Amazonía
Int. Reg. Amazonía
-1,16 ***
0,53 ***
-1,16 ***
0,21 *
-0,85 ***
0,68 ***
-1,61 ***
0,20
-1,20 ***
0,18
-1,03 ***
0,26
-2,79 ***
-0,20
-0,84***
0,30***
-0,84***
0,04
-0,61***
0,30***
-1,10***
0,13
-1,05***
-0,05
-0,63***
0,55
-1,86***
0,31
-0,65 ***
0,25 ***
-0,65 ***
0,09
-0,52 ***
0,31 ***
-0,92 ***
0,20
-1,04 ***
-0,12
-0,58 ***
1,46 **
-2,31 ***
0,13
-0,46***
0,29***
-0,46***
0,22**
-0,42***
0,16
-0,63***
0,16
-0,85***
-0,02
-0,51***
0,64
-0,81
-0,37
Constante
Mujer (=1)
Observaciones
Pseudo R2
F( 30,337234)
Pro>F
-0,58***
0,22***
-0,58***
0,18**
-0,58***
0,25***
-0,85***
0,04
-0,96***
-0,27*
-0,55***
1,31**
-1,97***
-0,07
53,29 ***
58,38*** 62,60 *** 65,89*** 71,15***
1,75 **
1,33***
0,18
0,63
-0,13
337294
337294
337294 337294
337294
0,044
0,052
0,071
0,075
0,112
5,42
5,33
2,33
2,39
1,82
0,000
0,000
0,000
0,000
0,004
Notas: (a) Int. interacción con la dummy Mujer. La prueba F evalúa la probabilidad de que todas
las variables de interacción y la dummy Mujer son igual a cero.***, **, * denotan significancia
estadística al 1, 5 y 10%, respectivamente.
(b) Los errores estándar se muestran en el Anexo 2 B.
(c) El método usado para el cálculo de los errores estándar es el planteado por Koenker y Basset
(1982), y ajustado por Rogers (1993) para k variables independientes.
(d) La variable mixta se obtuvo de cruzar la de los resultados de la prueba saber-11 2009 con la
base de la clasificación de planteles (elaborada por el icfes) del mismo año, utilizando como llave
el nombre de la institución, la jornada y el departamento donde reside el estudiante.
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes.
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
un puntaje más alto, mientras que, en promedio, las mujeres lo tienen en el
componente de lenguaje.
Uno de los principales hallazgos de este estudio es que la brecha no es homogénea a lo largo del territorio nacional. Por ejemplo, en el componente de
matemáticas ese diferencial es mayor en los departamentos del interior, específicamente en Bogotá y en las regiones central oriental y occidental, y en departamentos de Nariño y Valle, mientras que en el componente de lenguaje la brecha
es mayor en la región Caribe continental y San Andrés. Esta brecha, a su vez, está
relacionada positivamente con el desempeño de los estudiantes, principalmente
en el caso de los hombres. Estos resultados en la fluctuación de la brecha según la
región de residencia pueden indicar la presencia de factores culturales que favorecen el aumento o la disminución del diferencial. Algunos estudios (Ma, 2008)
sostienen que la diferencia en el desempeño académico a favor de las mujeres
en lectura y de los hombres en matemáticas está en gran medida orientada por
construcciones culturales sobre las normas de desempeño de hombres y mujeres
en estas regiones.
Al evaluar la hipótesis de inexistencia de efecto diferencial por género de las
variables usadas para medir los determinantes del desempeño académico —las
características individuales, familiares, de las instituciones educativas y la localización—, el presente estudio encontró que, globalmente, hay evidencia de tal efecto.
A continuación se examina la importancia relativa de cada uno estos factores
para la existencia de un efecto diferencial.
Localización. La localización es uno de los factores donde se presenta el mayor efecto diferencial. Específicamente, los estudiantes que se educan en un lugar
distinto a Bogotá tienden a tener un desempeño inferior en los componentes de
matemáticas y lenguaje. Este es principalmente el caso de aquellos estudiantes de
los cuantiles más bajos; en ciertas regiones el efecto es menor si el estudiante es
mujer. Estos resultados son similares a los reportados por Barón (2010b), quien
encontró que, en la prueba saber-11, los estudiantes de Barranquilla presentan
un desempeño académico inferior a los estudiantes de Bogotá y Bucaramanga.
De igual forma, Barón halló resultados más parecidos al comparar las mujeres
residentes en Barranquilla con las de Bogotá que al comparar los hombres residentes en Barranquilla y Bogotá, reduciéndose la brecha a medida que mejora el
desempeño en la prueba. A pesar de que Gaviria y Barrientos (2001) no analizan
la brecha por género, encuentran que Cartagena y Montería presentan los puntajes más bajos y Bucaramanga, Bogotá y Manizales, los más altos.
159
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
Características de las instituciones educativas. Los estudiantes que residen
en zonas rurales tienen un desempeño inferior a los de zonas urbanas, especialmente en el caso de los hombres. Por otra parte, el calendario es otra característica que genera un diferencial significativo: los estudiantes de calendario A, en especial las mujeres, obtienen mejores resultados en matemáticas. Estas diferencias
pueden relacionarse con el estudio de Barón, quien encuentra que las mujeres
en Barranquilla que presentan las pruebas saber-11 en el segundo semestre del
año (calendario A) tienen un desempeño más alto que las que lo presentan en el
primer semestre (calendario B), a diferencia de las mujeres en Bogotá que tienden
a un desempeño inferior en el segundo semestre (Barón, 2010b).
Características individuales. Los estudiantes de mayor edad presentan un
desempeño más bajo en el componente de matemáticas en comparación con los
más jóvenes, siendo esta diferencia más pronunciada en los cuantiles más altos
y, en mayor medida, para los hombres. Por otro lado, en el componente de lenguaje la edad tiene un efecto negativo, pero es menor en aquellos estudiantes que
registran mejor desempeño. Estos resultados son similares a los reportados para
Colombia en las pruebas tims, donde se encontró un mucho mejor desempeño
de los niños que de las niñas en el componente de matemáticas, tanto para cuarto como para octavo grado. A pesar de que los resultados no son absolutamente
comparables, la brecha en los resultados en matemáticas tiende a ser mayor en
octavo grado, lo cual puede indicar una relación positiva entre la brecha y los
niveles de escolaridad (icfes, 2010).
Características familiares. A diferencia de lo reportado en otros estudios
que afirman que la educación de los padres tiene un efecto significativo sobre el
desempeño académico (Barón, 2010b; Gaviria y Barrientos, 2001), en el presente
estudio no se encontraron efectos diferenciales marcados en cuanto a la educación de los padres ni su ocupación, salvo algunos efectos aislados en el componente de matemáticas según la educación y el estrato.
Finalmente, los resultados de esta investigación deben ser interpretados a la
luz de algunas limitaciones metodológicas. En primer lugar, al emplear una metodología netamente cuantitativa se dejan por fuera del análisis factores culturales
que permitirían una comprensión más detallada de las diferencias en el desempeño académico entre hombres y mujeres a nivel regional. Adicionalmente, los
estudiantes como única fuente de información brindan una visión reducida de
las variables familiares e institucionales que afectan la brecha. Por lo tanto, se
sugiere que futuros estudios complementen los hallazgos introduciendo elemen160
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
tos cualitativos que permitan una mirada más profunda a factores culturales e
incluyan otras fuentes de información.
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164
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
anexo 1
Brecha en el desempeño por género en los componentes de saber-11,
2009(a), para todos los estudiantes que presentaron la prueba)
Componente GéneroMedia
Lenguaje
Matemáticas
Ciencias Sociales
Filosofía
Biología
Química
Física
Desviación
Porcentaje
ObsBrecha
estándar brecha(b)
Hombres45,93 8,11 241015-0,26***
Mujeres 46,19 7,87288691
Hombres 45,07
11,15 241015 2,33***
Mujeres42,75 10,08288691
Hombres 45,18
9,73 241015 0,91***
Mujeres44,28 9,20288691
Hombres40,68 8,95 241015-0,44***
Mujeres 41,12 8,62288691
Hombres 45,39
7,91 241015 0,67***
Mujeres44,72 7,58288691
Hombres 45,41
7,98 241015 0,91***
Mujeres 44,51 7,38288691
Hombres 44,08
8,50 241015 1,34***
Mujeres 42,75
8,26 288691
0,56
5,45
2,05
1,07
1,50
2,03
3,13
Notas: (a) La brecha se refiere al puntaje promedio de los hombres menos el de las mujeres en
cada componente.
(b) Brecha como porcentaje del promedio de las mujeres en cada componente.
*** Denota significancia estadística al 1%. La significancia es tomada de la hipótesis alterna de
que la diferencia de medias es menor a cero o mayor a cero, dependiendo del signo.
Fuente: Cálculos de los autores con información del icfes, 2009.
165
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
anexo 2
Errores estándar de las regresiones por cuantiles
A. Errores estándar del Cuadro 7
Var. Dep.: puntaje en
matemáticas
Cuantil 0,1 Cuantil 0,3 Mediana Cuantil 0,7Cuantil 0,9
A. Características del estudiante
Edad
Int. Edad
Pertenece a alguna etnia (=1)
Int. Pertenece a alguna etnia (=1)
Trabaja (=1)
Int. Trabaja (=1)
0,03***
0,04***
0,18 ***
0,24*
0,14 ***
0,22
0,02***
0,03***
0,13***
0,17
0,10***
0,16**
0,02***
0,03***
0,10 ***
0,14
0,08 ***
0,13 ***
0,02***
0,03***
0,11***
0,14*
0,08***
0,13***
0,04***
0,05***
0,20 ***
0,27**
0,15 ***
0,24
B. Carácterísticas de la familia
Madre dedicada a labores del hogar
Int. Madre dedicada a labores del hogar
Padre empleado por cuanta propia
Int. Padre empleado por cuanta propia
Madre empleada por cuanta propia
Int. Madre empleada por cuanta propia
Padre empresario
Int. Padre empresario
Madre empresaria
Int. Madre empresaria
Padre técnico o tecnólogo
Int. Padre técnico o tecnólogo
Madre técnica o tecnóloga
Int. Madre técnica o tecnóloga
Padre profesional o más
Int. Padre profesional o más
Madre profesional o más
Int. Madre profesional o más
Padre sin educación
Int. Padre sin educación
Madre sin educación
Int. Madre sin educación
No sabe la educación del padre
Int. No sabe la educación del padre
No sabe la educación de la madre
Int. No sabe la educación de la madre
0,10
0,13
0,09 ***
0,12
0,13
0,18
0,14**
0,19
0,21
0,29
0,20 ***
0,27 *
0,19 ***
0,25
0,15 ***
0,20*
0,15 ***
0,21
0,24 *
0,33
0,34
0,46
0,19 **
0,25 **
0,27 ***
0,39 **
0,07
0,09
0,06***
0,08
0,09
0,13
0,10***
0,14
0,15*
0,21
0,15***
0,20**
0,14***
0,18
0,11***
0,14***
0,11***
0,15**
0,17
0,23
0,24
0,33*
0,13***
0,18***
0,20***
0,28
0,06
0,08
0,05 ***
0,07
0,08
0,10
0,08***
0,11 *
0,12
0,17 ***
0,12 ***
0,16 ***
0,11 ***
0,15
0,08 ***
0,11***
0,09 ***
0,12
0,14
0,19
0,20
0,27 **
0,11 ***
0,15 ***
0,16 ***
0,23
0,06
0,08
0,05***
0,07
0,08
0,10
0,08***
0,11
0,12
0,17***
0,12***
0,16***
0,11***
0,15
0,08***
0,11***
0,09***
0,12*
0,14**
0,19
0,20
0,27
0,11**
0,15*
0,16***
0,23
0,11
0,14
0,10 ***
0,13
0,15
0,20
0,16***
0,21
0,23***
0,32
0,23 ***
0,31
0,21 ***
0,28*
0,16 ***
0,21*
0,16 ***
0,22
0,26
0,36
0,37
0,51
0,21 *
0,28
0,31 *
0,44
Estrato
Int. Estrato
Área rural (=1)
Int. Área rural (=1)
0,05***
0,07
0,10 ***
0,14*
0,03***
0,05***
0,07***
0,10***
0,03***
0,04***
0,06 ***
0,08***
0,03***
0,04***
0,06***
0,08***
0,05***
0,07***
0,11 ***
0,15***
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
Var. Dep.: puntaje en
matemáticas
Cuantil 0,1 Cuantil 0,3 Mediana Cuantil 0,7Cuantil 0,9
C. Características del colegio
Jornada completa (=1)
Int. Jornada completa (=1)
Calendario A (=1)
Int. Calendario A (=1)
Oficial (=1)
Int. Oficial (=1)
Mixto (=1)
Int. Mixto (=1)
0,09 ***
0,12
0,16 ***
0,22 ***
0,10 ***
0,13 *
0,20 ***
0,23
0,06***
0,08
0,12***
0,16***
0,07***
0,09*
0,14***
0,16*
0,05***
0,07**
0,10***
0,13***
0,06***
0,08
0,12***
0,13***
0,05***
0,07
0,10***
0,13***
0,06***
0,08
0,12***
0,13***
0,09***
0,12**
0,19***
0,27
0,10***
0,14
0,22***
0,25
D. Localización
Reg. Central occidental
Int. Reg. Central occidental
Reg. Central oriental
Int. Reg. Central oriental
Reg. Caribe continental
Int. Reg. Caribe continental
Reg. Pacífico
Int. Reg. Pacífico
Reg. Llanos
Int. Reg. Llanos
Reg. San Andrés
Int. Reg. San Andrés
Reg. Amazonía
Int. Reg. Amazonía
0,13 ***
0,17
0,13 ***
0,17 ***
0,12 **
0,18 ***
0,13 ***
0,23 *
0,18 ***
0,33
0,24 ***
1,28
0,97
0,44
0,09***
0,12
0,09***
0,12**
0,09***
0,13***
0,10***
0,17***
0,13***
0,23
0,17***
0,93
0,70***
0,32
0,07***
0,10**
0,07***
0,10
0,07***
0,10***
0,08***
0,14***
0,10***
0,19
0,14***
0,75
0,57***
0,26
0,07***
0,10***
0,07***
0,10
0,07***
0,11***
0,08***
0,15***
0,11***
0,19
0,14***
0,77
0,58***
0,26
0,14***
0,19
0,14***
0,18
0,14
0,20**
0,15***
0,29
0,21***
0,36
0,27***
1,43**
1,08***
0,49
Constante
Mujer (=1)
Observaciones
Pseudo R2
F( 30,337234)
Pro>F
0,71 ***
0,51*** 0,42*** 0,44***
0,87***
0,96 ***
0,70*** 0,57*** 0,60***
1,19***
337294
337294 337294 337294
337294
0,044
0,067
0,086
0,113
0,159
43,27
124,6
256,8
353,4
171,2
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
167
CAROLINA CÁRCAMO VERGARA Y JOSÉ ANTONIO MOLA ÁVILA
B. Errores estándar del Cuadro 8
Var. Dep.: puntaje en
lenguaje
Cuantil 0,1 Cuantil 0,3 Mediana Cuantil 0,7Cuantil 0,9
A. Características del estudiante
Edad
Int. Edad
Pertenece a alguna etnia (=1)
Int. Pertenece a alguna etnia (=1)
Trabaja (=1)
Int. Trabaja (=1)
0,02***
0,03 ***
0,14 ***
0,19
0,11 ***
0,17**
0,01***
0,02***
0,08***
0,11**
0,06***
0,10***
0,02***
0,02
0,10 ***
0,13
0,07 ***
0,12**
0,01***
0,02
0,08***
0,11
0,06***
0,10***
0,02***
0,03
0,11 ***
0,15
0,09 ***
0,13*
B. Carácterísticas de la familia
Madre dedicada a labores del hogar
Int. Madre dedicada a labores del hogar
Padre empleado por cuanta propia
Int. Padre empleado por cuanta propia
Madre empleada por cuanta propia
Int. Madre empleada por cuanta propia
Padre empresario
Int. Padre empresario
Madre empresaria
Int. Madre empresaria
Padre técnico o tecnólogo
Int. Padre técnico o tecnólogo
Madre técnica o tecnóloga
Int. Madre técnica o tecnóloga
Padre profesional o más
Int. Padre profesional o más
Madre profesional o más
Int. Madre profesional o más
Padre sin educación
Int. Padre sin educación
Madre sin educación
Int. Madre sin educación
No sabe la educación del padre
Int. No sabe la educación del padre
No sabe la educación de la madre
Int. No sabe la educación de la madre
0,07
0,10
0,07 ***
0,09 **
0,10
0,14
0,11 **
0,15
0,16 *
0,22
0,16 ***
0,21
0,15 ***
0,19
0,12 ***
0,16
0,12 ***
0,16
0,19
0,25 *
0,26
0,36
0,14
0,19
0,21 ***
0,30
0,04*
0,06
0,04***
0,05
0,06
0,08
0,06***
0,09
0,10***
0,13
0,09***
0,12
0,09***
0,11
0,07***
0,09
0,07***
0,09
0,11
0,15
0,15
0,21
0,09***
0,11***
0,13***
0,18
0,05
0,07
0,05 ***
0,06
0,07
0,09
0,08 **
0,10
0,11 **
0,15
0,11 ***
0,15
0,10 ***
0,14
0,08 ***
0,11
0,08 ***
0,11
0,13***
0,17
0,18
0,25
0,10 *
0,14 ***
0,15 **
0,21
0,04
0,06
0,04***
0,05
0,06
0,08
0,06***
0,09
0,10
0,13
0,09***
0,13
0,09***
0,12
0,07***
0,09
0,07***
0,09
0,11***
0,15
0,16
0,21*
0,09***
0,12***
0,13***
0,18*
0,06
0,08
0,05
0,07
0,08
0,11
0,09
0,12*
0,13
0,18
0,13 ***
0,17
0,12 ***
0,16
0,09 ***
0,12***
0,09 ***
0,12
0,15**
0,20
0,21
0,29
0,12
0,16
0,17 **
0,24
Estrato
Int. Estrato
Área rural (=1)
Int. Área rural (=1)
0,04***
0,05
0,08 ***
0,11
0,02***
0,03
0,05***
0,06***
0,03***
0,04**
0,05 ***
0,07
0,02***
0,03**
0,05***
0,06**
0,03***
0,04**
0,06 ***
0,08
DIFERENCIAS POR SEXO EN EL DESEMPEÑO ACADÉMICO EN COLOMBIA
Var. Dep.: puntaje en
lenguaje
Cuantil 0,1 Cuantil 0,3 Mediana Cuantil 0,7Cuantil 0,9
C. Características del colegio
Jornada completa (=1)
Int. Jornada completa (=1)
Calendario A (=1)
Int. Calendario A (=1)
Oficial (=1)
Int. Oficial (=1)
Mixto (=1)
Int. Mixto (=1)
0,07 ***
0,09
0,12 ***
0,17 **
0,08 ***
0,10
0,16 ***
0,18
0,04***
0,05
0,07***
0,10
0,04***
0,06*
0,09***
0,10***
0,05***
0,06
0,09***
0,12
0,05***
0,07
0,11***
0,12
0,04***
0,05
0,08***
0,10
0,04***
0,06
0,09***
0,11
0,05***
0,07
0,11***
0,15
0,06***
0,08
0,12***
0,14
D. Localización
Reg. Central occidental
Int. Reg. Central occidental
Reg. Central oriental
Int. Reg. Central oriental
Reg. Caribe continental
Int. Reg. Caribe continental
Reg. Pacífico
Int. Reg. Pacífico
Reg. Llanos
Int. Reg. Llanos
Reg. San Andrés
Int. Reg. San Andrés
Reg. Amazonía
Int. Reg. Amazonía
0,10 ***
0,13 ***
0,10 ***
0,13 *
0,10 ***
0,14 ***
0,10 ***
0,18
0,13 ***
0,25
0,19 ***
1,00
0,75 ***
0,34
0,06***
0,08***
0,06***
0,08
0,06***
0,08***
0,06***
0,11
0,08***
0,15
0,11***
0,59
0,45***
0,20
0,07***
0,09***
0,07***
0,09
0,07***
0,10***
0,07***
0,13
0,10***
0,17
0,13***
0,70**
0,53***
0,24
0,06***
0,08***
0,06***
0,08**
0,06***
0,08***
0,06***
0,11
0,08***
0,15*
0,11***
0,60**
0,45***
0,20
0,08***
0,11***
0,08***
0,10**
0,08***
0,11
0,08***
0,16
0,12***
0,20
0,15***
0,80
0,60
0,27
Constante
Mujer (=1)
Observaciones
Pseudo R2
F( 30,337234)
Pro>F
0,56 ***
0,33*** 0,39***
0,34***
0,47***
0,76 **
0,44*** 0,53
0,46
0,64
337294
337294 337294
337294
337294
0,044
0,067
0,086
0,113
0,159
43,27
124,6
256,8
353,4
171,2
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
169
DOCUMENTO
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX: DEL CANAL DE
TOTTEN AL FERROCARRIL CARTAGENACALAMAR
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ*
Durante el siglo xix, Cartagena enfrentó y a la postre resolvió el problema de
su aislamiento geográfico del río Magdalena. Fueron dos los grandes intentos por
adecuar el tamaño de los buques de vapor —diez veces superior al de los champanes de la época colonial— a la angosta y tortuosa ruta acuática llamada «del alto
Dique».
El «Dique medio», que atravesaba decenas de ciénagas paralelas de menor
pendiente y mayor profundidad, resultó menos complicado para los vapores. El
«Dique bajo», que siempre había sido de fácil navegación para las embarcaciones
tradicionales, se dificultó para los vapores en la segunda mitad del siglo xix porque la sedimentación proveniente del Magdalena afectó la enorme pero poco
profunda ciénaga salobre de Matuna.
El primer gran intento por modernizar la ruta acuática del «alto Dique» fue
liderado por Juan José Nieto entre 1844 y 1850; el segundo, el «del Dique medio»,
por Rafael Núñez. Ambos proyectos resultaron demasiado costosos para los menguados presupuestos de una Cartagena arruinada por las guerras de independencia. Debido a la imposibilidad de atender el tráfico con el interior de los recién
llegados vapores fluviales, que revolucionaron el transporte interno del país, la
ciudad se hundió en la inopia. Como muchas obras se dejaron inconclusas y
las existentes ni se mantenían, ni se reparaban (cosa que también sucedió en la
primera mitad del xx, pero esa es otra historia), el Dique pronto se obstruía y se
volvía innavegable durante las épocas secas.
El autor es ex ministro del Medio Ambiente. Agradece los valiosos comentarios de Rodolfo Segovia Salas
y Haroldo Calvo Stevenson.
*
171
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
Los equipos de dragado a vapor utilizados en 1844 y luego en 1878 eran aún
demasiado primitivos y lentos. Los materiales y los cimientos de las esclusas del
canal de Totten, como se explica más adelante, resultaron demasiado frágiles para
la fuerza de las crecientes, de manera que sufrieron «arrastres» al poco tiempo.
Las soluciones de ingeniería hidráulica no fueron las adecuadas para manejar
correctamente el volumen ya excesivo de arenas y finos en suspensión que acarreaban las aguas del río Magdalena, provenientes de la deforestación de las empinadas laderas del interior. Este proceso se agravó aún más con la tala de leña
para alimentar las calderas de los vapores.
Cuando ya se perdía la esperanza, Rafael Núñez logró conectar al puerto marítimo de Cartagena con el río Magdalena, construyendo entre 1891 y 1894 el
Ferrocarril Cartagena-Calamar y el Terminal Marítimo de Cartagena, conocido
como «el Muelle de la Machina», a la entrada del actual barrio de Bocagrande.
La ciudad, de manera modesta inicialmente, reversó su tendencia declinante.
Inició en los últimos años del siglo xix y en los primeros del xx una nueva puesta
en valor de su excelente puerto marítimo, gracias, entre otras inversiones, al establecimiento en Cartagena de una gran multinacional, que supo apostarle a las
ventajas de la profunda, amplia y abrigada Bahía de Cartagena. Pocos años más
tarde esa empresa, la canadiense Andian, —filial de la Standard Oil Company,
hoy Exxon Mobil, la petrolera privada más poderosa del mundo durante los últimos 150 años­—, inauguró en julio de 1926 el oleoducto entre sus campos de
producción del Magdalena Medio y sus instalaciones sobre la Bahía de Cartagena, para exportar el crudo.
Veamos cómo llegó Cartagena a conectarse con el interior del país hacia finales del xix, y cómo ese logro la proyectó hacia su actual liderazgo industrial,
portuario y aeroportuario en la región Caribe de Colombia.
I. LLEGAN LOS VAPORES . . .
Los buques fluviales de vapor traídos a Colombia a partir de la tercera década
del siglo xix tuvieron consecuencias tan revolucionarias para Cartagena y Barranquilla como la propia independencia de España. En pocos años, los vapores
cambiaron la vida de la naciente república, como también la del mundo entero.
Marchitaron a Cartagena por casi un siglo y fundamentaron el desarrollo, primero de Santa Marta y luego de Barranquilla, que pronto atrajo a muchos empresarios de toda la región y aún de las Antillas cercanas.
172
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
Y para la primitiva ruta acuática llamada desde el siglo xvii, con mucho optimismo, «Canal del Dique», la llegada de los buques fluviales de vapor determinó
un cambio fundamental: el inicio de un proceso de ampliaciones y rectificaciones, de las cuales dos pequeñas se adelantaron en el siglo xix y tres enormes en el
xx, siempre en función de incrementos en el tamaño y velocidad de los equipos
de transporte. Esas obras, naturalmente, implicaron también una multiplicación
del caudal —con su correspondiente sedimento— que entraba del río Magdalena
hacia las ciénagas, bahías y demás ecosistemas costeros, impactándolos de manera severa e irreversible.
La primera de estas ampliaciones tuvo lugar cuando las desesperadas autoridades de Cartagena contrataron al ingeniero norteamericano George Muirson
Totten, en 1844, para que estudiara lo que debía hacerse para que la vía acuática
conocida como «del Dique» —del holandés «dijk»— pudiera ser navegable para los
nuevos vapores fluviales.
El «canal de Totten» es un segundo Canal del Dique —es decir, un nuevo corte
entre el río y unas ciénagas— que fue construido entre 1844 y 1850, unos 12 kilómetros al norte de Barranca Nueva. El primer corte, el «Dique viejo de 1650», de
3,000 varas (una vara = 0,80 metros) de extensión «con un ancho variable de 4 a 8
varas», fue el único canal excavado durante la época colonial. Así, el canal de Totten fue el primer intento de los cartageneros por adecuar la tortuosa vía acuática
del «alto Dique», que cruzaba, serpenteando, ciénagas dulces entre el Magdalena
y la ciénaga de Sanaguare, a las dimensiones y velocidades de los buques fluviales
de vapor, que habían comenzado a navegar por el río desde 1824.
El primer «Dique», el de 1650, había sido construido en tan solo seis meses
por el ingeniero Juan de Somovilla y Tejada, siendo gobernador de Cartagena
don Pedro Zapata de Mendoza. Los mapas 1 y 2 fueron dibujados y firmados un
siglo después por el gran ingeniero Antonio de Arébalo. El primero muestra la
ruta acuática completa: Bahía de Cartagena-Caño del Estero-Bahía de BarbacoasCiénaga de Matuna-Mahates-Barranca Nueva; el segundo, evidencia la realidad
del «Dique» de 3,000 varas (2,400 metros), construido en 1650 por el ingeniero
Juan de Somovilla y Tejada para el gobernador Pedro Zapata de Mendoza. Comunicaba al río con las primeras ciénagas hacia el occidente, las de Machado y de
los Negros. Ambos mapas fueron levantados y dibujados en la segunda mitad del
siglo xviii, utilizando para la elaboración del segundo, seguramente, por su detalle y precisión, mapas originales de 1650. Junto con el de Fidalgo (publicado en
1817 en Madrid), son los mejores y más exactos de toda la cartografía de la región
173
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
MAPA 1
El Canal del Dique: Mapa de Antonio de Arébalo, 1764
Fuente: Presentación del cioh, Cámara de Comercio de Cartagena, julio 1 de 2011.
hecha durante el Virreinato. El de Fidalgo, que fue elaborado con instrumentos
modernos, muestra la hoy fraccionada y casi desaparecida Ciénaga de Matuna en
toda su magnitud (Mapa 4).
El canal colonial resultó adecuado durante los meses de lluvia para las chalupas o piraguas de los indígenas y para los champanes de pasajeros y equipaje y
bongos de carga, embarcaciones que habían sido adaptadas al Magdalena por los
españoles y que navegaban en forma regular y confiable por la siempre cambiante
«arteria de la patria». Pero la ruta acuática llamada del Dique era, en el mejor de
los casos, navegable únicamente en la estación de aguas altas. Se complementaba
con las famosas recuas de mulas, desde Mahates hasta las «barrancas» sobre el río
Magdalena, en época de aguas bajas.
El Mapa 2 del «Dique» muestra la ruta de 3,000 varas entre el río y las ciénagas
de Machado, abajo a la izquierda, y del Negro, arriba a la izquierda del mapa. En
su parte inferior, el mapa detalla ocho secciones del canal, «con un ancho variable de 4 a 8 varas». La ruta acuática del «Dique viejo» de 1650 cruzaba muchos
174
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
MAPA 2
El Canal del Dique: Mapa de Antonio de Arébalo
Perfiles de cada tramo del canal, 1764
Fuente: Presentación del cioh, Cámara de Comercio de Cartagena, julio 1 de 2011.
kilómetros de ciénagas y caños, con difíciles meandros y retorcidas curvas, desde
su inicio en Barranca Nueva hasta la Ciénaga de Sanaguare.
Los españoles habían descubierto desde el comienzo de sus exploraciones, a
principios del siglo xvi, que la navegación por el río Magdalena requería equipos
de transporte especializados, adaptados a las características extremas de fuertes
lluvias y sequías prolongadas. Además, el cauce de las aguas era tan caprichoso
y variable que también exigía contar con pilotos prácticos y experimentados. En
los tiempos de Jiménez de Quesada, cuando tres bergantines pequeños naufragaron en Bocas de Ceniza (abril de 1536), las autoridades comenzaron a buscar la
embarcación apropiada para el transporte de gente y de carga por el Magdalena.
Tres décadas más tarde la encontraron en China: el «champán» (de «sampan», vocablo que significa bote en cantonés), una embarcación que se utilizó en el río
durante más de 350 años. Hasta bien entrado el siglo xx, el versátil champán fue
175
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
FIGURA 1
Llegan los champanes de la China, y se toman los ríos y «la ruta del Dique»
Fuente: Alvear Sanín (2005).
complemento de los vapores en los trayectos superiores de Honda hacia Puerto
Berrío, cuando en el verano se secaban grandes tramos del río. De igual manera,
los champanes se usaban para el rescate de pasajeros y carga varada en el sector de
Calamar a Mahates, en competencia con las recuas de mulas, cuando los vapores
encallaban en las arenas de la entrada del Canal del Dique en Calamar, en los
veranos extremos.
176
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
MAPA 3
El canal de Totten
Fuente: Mapa de Bolívar de Federico A. A. Simons, Sociedad Real de Geografía de Londres, 1985.
En la segunda mitad del siglo xix, las máquinas de vapor reemplazaron paulatinamente, en todo el mundo, al músculo como motor principal de la producción
y el transporte. A la vuelta del siglo xx, las máquinas de vapor —y luego el motor
diesel— también sustituyeron al viento. Con los motores de vapor, diesel y de gasolina, entre 1850 y 1915 se acabó el uso de la vela para el transporte de pasajeros
y de carga. El primer buque de vapor con éxito comercial, el Clermont, más que
inventado, fue «armado,» por Robert Fulton, quien había instalado una máquina
de vapor inglesa sobre un casco fluvial en Nueva York. El Clermont logró subir
por el Río Hudson en 1807, deslumbrando a numerosos espectadores. En pocos
años, el modelo de Fulton se expandió a todos los ríos navegables del planeta.
Con la llegada al Magdalena de los buques de vapor, la revolución industrial, que
había transformado a Inglaterra y comenzaba a transformar a Europa y a Estados
Unidos, entró a Colombia por Bocas de Ceniza. Antes del final del siglo xix, esas
máquinas de vapor estarían operando por todo Colombia, moviendo ferrocarri177
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
les, plantas de generación eléctrica y grandes bombas de agua, dragas, fábricas e
ingenios, minas y maquinarias de construcción.
En 1823, el alemán Juan Bernardo Elbers obtuvo de Simón Bolívar la concesión de la navegación en vapores por el Río Magdalena y por la vía acuática
del «Dique». En 1824 —tan solo 17 años después de la hazaña del Clermont en
el Hudson— apareció el primer buque de vapor de Elbers en el Río Magdalena, el Fidelidad, de 300 toneladas, 50 metros de eslora y 7 de manga, con calado
de poco más de un metro y motor de 40 caballos que movía dos ruedas laterales.
Los navegantes, en especial los cartageneros, comprendieron enseguida que los
vapores, como no dependían de la vela, podían prescindir de la mayor parte de
su quilla y, por lo tanto, podían entrar por Bocas de Ceniza. Esa revolucionaria
característica selló la suerte de la destruida y arruinada Cartagena hasta finales
del xix (Alvear Sanín, 2005).
El Fidelidad consumía 80 kilos de leña por hora —justo lo que cargaba un burro— y desarrollaba una velocidad de ocho nudos, algo nunca antes visto en el río.
Aunque había sido construido en Nueva Orleans para el tráfico fluvial del Misisipi, Elbers lo adquirió en Nueva York para cruzar las Bocas de Ceniza. Gracias a
su poco calado, el Fidelidad entró directamente al interior por el río Magdalena,
cosa que, claro está, maravilló al país. Ningún barco de vela de más de 30 toneladas había podido realizar semejante hazaña desde la llegada de los europeos, 300
años antes; muchos, por el contrario, habían naufragado en el intento.
En estas primeras décadas del siglo xix, todo lo que había de «Canal del Dique» era el canalito de 1650, como ya se mencionó: un pequeñísimo «dique» de
3,000 varas, con un ancho variable de 4 y 8 varas, que hacía posible palanquear
un champán o remar unas chalupas entre el Magdalena y las ciénagas de Machado y del Negro, como se les llamaba entonces. Eran esas dos, desde el río, las
primeras de muchas ciénagas de agua dulce que se debían atravesar para llegar
al agua salada de la enorme Ciénaga de Matuna, que comenzaba en el estrecho
entre las lomas detrás de Rocha, por el norte, y de Correa, por el sur. Esta ciénaga, que había sido conectada a la Bahía de Barbacoas también en los primeros
meses de 1650 por un corte de manglar de 2,100 varas de largo y 11 de ancho, era
tan grande que la Bahía de Cartagena cabía en ella 2,5 veces. Su profundidad,
sin embargo, era tan solo de «tres o cuatro varas de fondo», según el informe del
ingeniero Juan de Somovilla y Tejada presentado al Cabildo de Cartagena el 24
de junio de 1650 (Lemaitre, 1982, pp. 17-21).
Antes de Elbers, las embarcaciones más grandes que habían navegado por el
Magdalena y por el Dique, habían sido, como se ha dicho, los champanes de muy
178
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
FIGURA 2
Buque similar al Fidelidad
Fuente: www.viajes.elpais.com.uy.
poco calado. Podían tener una eslora de 20 metros por tres de manga y eran im­
pulsados por remos y palancas. Los bongos de carga, también movidos con palancas, eran más pequeños y muy lentos. A los 15 años de su primera aparición
en Bocas de Ceniza, los vapores fluviales del Misisipi comenzaron a navegar de
manera regular entre Barranquilla y el interior del país. Y, con la habilitación legal
del puerto marítimo de Sabanilla en 1840 (por las autoridades provinciales de
Cartagena), el crecimiento de Barranquilla fue el más dinámico de todas las ciudades colombianas en el siglo xix.
Cartagena, en cambio, destruida por la guerra de independencia, se arruinó
aún más de lo que ya estaba con la llegada al país de los vapores fluviales. Había
sufrido el devastador sitio de Morillo y la pérdida de su preeminencia colonial;
ahora sufría la insuficiencia de la ruta acuática del Dique de 1650 para la navega179
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
MAPA 4
Cartagena y el Canal del Dique: Mapa de Fidalgo, 1817
Fuente: Atlas de mapas antiguos de Colombia de los siglos xvi a xix, Bogotá: Litografía Arco, 1997.
ción a vapor. Ante la dificultad para conectar su espléndido puerto marítimo con
el Magdalena, Cartagena perdió actividad económica y población hasta finales
del siglo xix.
Pero a mediados del siglo xix, en medio de la desesperación, los inconformes
comerciantes de Cartagena no se habían quedado quietos. Tampoco sus gobernantes, comenzando por el propio Simón Bolívar. Según el general Mariano
Montilla, «el Libertador-Presidente, está persuadido de que la abertura del Dique
desde Mahates a Barranca es un elemento necesario para la prosperidad de Cartagena» (Lemaitre, 1982, p. 29).
Desde 1832 un ingeniero inglés, Thomas Ramsay, había propuesto la construcción de un nuevo «dique,» que fuera apto para los revolucionarios vapores.
180
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
Pero esa nueva vía acuática no se haría realidad sino con la llegada de Totten.
El ingeniero escogido para adelantar los estudios pertinentes para la obra
del canal para vapores, George Muirson Totten, fue contratado por la Cámara
Provincial de Cartagena, siendo gobernador Juan José Nieto. Totten diseñó y
construyó un nuevo «dique», para permitir el tránsito de vapores fluviales entre
la Bahía de Barbacoas y el río. Su propuesta: canalizar una recta de 15 kilómetros,
con menos de 20 metros de ancho, dos de profundidad y esclusas en sus dos extremos, para reemplazar el tortuoso y estrecho tramo inicial de Barranca Nueva a
la Ciénaga de Sanaguare, con un ahorro de por lo menos 20 kilómetros.
En 1846, su socio John Cresson Trautwine hizo el primer mapa republicano
con la geografía de la región Barbacoas-Río Magdalena, mostrando las obras que
Totten debería terminar de construir (Mapa 5).
MAPA 5
El Canal del Dique, según el mapa original de John Trautwine, 1846
Fuente: Archivo Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá.
181
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
George M. Totten había tenido ya experiencia en canales y ferrocarriles en Estados Unidos. Después de concluir el canal para vapores entre el Magdalena y la
Ciénaga de Sanaguare, construyó el Ferrocarril de Panamá (terminado en 1855),
donde dejó la huella de su talento y eficiencia.
El «canal de Totten», tal como aparece en los mapas de Terry (1872/78),
Brandsma (1887) y Simons (Mapa 3) (1895), fue excavado cruzando ciénagas y
pantanos entre Calamar y Santa Lucía. En cada extremo de sus 15 kilómetros
tenía una esclusa de madera para poder manejar los cambios de nivel del Magdalena. Además, era un canal «canalizado», es decir, estaba encajonado en jarillones
artificiales, con esclusas en cada extremidad. De esta manera, Totten pretendía
controlar el caudal y, por lo tanto, la entrada de sedimentos a las ciénagas. Según
Brandsma, esas esclusas fueron «arrastradas» y destruidas por la primera gran
creciente de 1852; duraron en servicio tan solo dos años.1
El 1 de enero de 1848 George M. Totten fundó Calamar, en la esquina sur
de la desembocadura de su nuevo canal en el Magdalena. Lo llamó así en honor
del gobernador Juan José Nieto, quien había publicado en 1843 la novela Ingermina, o la hija de Calamar, una historia romántica de los tiempos de la Conquista.
El nombre «Calamar» siguió de moda en esa década. La Compañía de Navegación del Dique por Vapor, con orgulloso énfasis en «vapor» para destacar
su modernidad, fue fundada por comerciantes de Cartagena y por uno de los
financistas de la obra, el propio George M. Totten. La Compañía lanzó al agua de
la bahía, el 15 de junio de 1850, el primer buque de vapor construido en Cartagena, el Calamar. Así se inauguró el canal de Totten, con sus esclusas de madera,
y el Calamar pudo llegar a Mompox el 24 de junio, luego de tan solo nueve días
de navegación triunfal.
Pero la dicha fue corta y, como dice Lemaitre, pronto se fue… «al pozo el gozo
del comercio cartagenero…». Una creciente se llevó la esclusa cercana al río; luego la segunda «se arrastró». En poco tiempo, la navegación se complicó por la
sedimentación en Calamar, abajo de Santa Lucía. En consecuencia, continuó el
declive y la ruina del comercio cartagenero. La población siguió emigrando a Ba-
1
El muro norte del canal de Totten es el del llamado «boquete» de Santa Lucía, famoso por su ruptura
del 30 de noviembre de 2010 —pero, claro está, ampliado por las tres sucesivas rectificaciones y ampliaciones
del canal en el siglo xx. En efecto, el canal pasó de tener menos de 20 metros de ancho entre 1850 y 1923 a 35
metros en 1930; luego, a 45 metros en 1952; y a 65 metros como ancho mínimo de fondo en 1984. Su caudal
se incrementó de manera proporcional, naturalmente, al ensanche de su sección.
182
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
MAPA 6
Mapa de Trautwine, 1846: Detalle que muestra el «Old Dique»
desde Barranca a Sanaguare y el nuevo canal de Totten,
con una esclusa («lock») en cada extremo
Fuente: Archivo Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá.
rranquilla, y Cartagena, por si lo anterior fuera poco, sufrió la cruenta epidemia
del cólera en 1849.
El problema de la conexión entre Cartagena y el Magdalena no tuvo ningún
otro intento importante de solución sino hasta fines del siglo xix, cuando Rafael
Núñez, encargado de la Presidencia del Estado Soberano de Bolívar, inició en
1877 gestiones para adquirir equipos de dragado en los Estados Unidos.
183
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
II. EL FRACASO DE LOS DRAGADOS DE TERRY Y MOORE
A.R. Terry y J.J. Moore, ingenieros norteamericanos, fueron contratados en
1878 por Rafael Núñez para conectar a Cartagena con el Río Magdalena. Debían
dirigir las obras que el Gobierno pretendía adelantar con las modernas dragas y
el martinete comprados en Nueva York por el cónsul de Colombia, Salvador Camacho Roldán, a la firma Pusey and Jones. Pensaba el futuro Regenerador vencer
las dificultades del Dique con esos equipos de modernas especificaciones, bajo la
dirección de dos competentes ingenieros de la escuela que construía las grandes
obras de los Estados Unidos.
El mapa manuscrito de A.R. Terry nunca fue impreso, por ser un esbozo de
una propuesta para trabajo «de campo», para dirigir obras (Mapa 7). Dibujado
a lápiz, a cuatro colores y tinta china, muestra con claridad el diseño de la obra
que propone. Algunos topónimos están en «spanglish», o simplemente, equivocados o confundidos. Es, nada más ni nada menos, un mapa de trabajo, sacado a
limpio seguramente para poder cobrar sus honorarios. Compara la vieja ruta de
la vía acuática con una nueva que propone construir y dibuja los caminos de las
recuas de mulas. Ubica poblaciones e indica que su trabajo se hizo por orden del
«Supreme Government, United States of Colombia». La mano de Rafael Núñez
se siente en el mapa, que fue hallado en unas carpetas de la Marina norteamericana por un librero de Boston y que por vez primera se publica en Colombia.
En enero de 2012 fue adquirido y traído a Colombia por Pablo Navas, rector de
la Universidad de los Andes. El estudio del trabajo de Terry ayuda a entender,
como pocos documentos históricos, la tragedia del Canal del Dique en la segunda mitad del siglo xix.
Destaca a colores el ingeniero Terry el estado de la ruta acuática en 1872/1878,
así como las obras propuestas. Fueron acometidas por él y por J.J. Moore entre
1878 y 1882 como obra directa. No muestra Terry la mayoría de las ciénagas que
cubren la depresión Río Magdalena-Barbacoas. Señala únicamente las pertinentes: aquellas por las que atravesaba la ruta acuática en 1872, así como las que
propone Terry cruzar en 1878 con las nuevas obras de rectificación.
Según Terry, sus atajos acortarían el recorrido en 35 millas (unos 56 kilómetros). En su dibujo aparece la antigua vía acuática entre Barranca Nueva y Santa
Lucía, que en sus primeros 2,400 metros fue «el dique» original de 1650, el del
gobernador Pedro Zapata de Mendoza. No figuran las ciénagas que tuvo el sur
del Atlántico hasta los años sesenta del siglo pasado. Señala que en 1878 navega184
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
ban por el Magdalena 16 large steamers (vapores grandes) y que Cartagena tenía
19,000 habitantes, el doble de lo que revelan los censos de la época. La leyenda que aparece en la esquina derecha inferior del mapa compara costos de fletes
y tiempos de navegación desde Barranquilla y Cartagena.
A la izquierda, Terry muestra parcialmente la parte superior de la antigua Ciénaga de Matuna, fraccionada por la sedimentación traída por el canal de Totten
—ya sin esclusas— en múltiples ciénagas: Palotal, Honda, Labarcés, Matunilla,
Juan Gómez, Cute y muchas más. Muestra también el hoy difunto Caño del Estero, que comunicaba a la Bahía de Barbacoas con la Bahía de Cartagena.
La Ciénaga de Matuna se sedimentó y se subdividió lentamente. El canal
de Totten, como se le llamaba hasta bien entrado el siglo xx, hizo posible la navegación a vapor en épocas de lluvia por las ciénagas entre el río y la Ciénaga de
Matuna, y desde allí a Barbacoas. Salvo durante las temporadas de violentas pero
rápidas tempestades del suroeste, por el Caño del Estero era posible llegar sin
mayores contratiempos a la Bahía de Cartagena. Pero también, con el canal de
Totten, la Ciénaga de Matuna se colmató y fragmentó porque las fallas de las dos
esclusas del canal de Totten, que debían regular el caudal que entraba a justo lo
necesario para la navegación, permitieron la entrada de sedimentos. Debido a
este fracaso se inició la sedimentación de las ciénagas y, en especial, de la gran
Ciénaga de Matuna.2
En el periodo de 80 años a partir de 1852, cuando se «arrastraron» las dos
esclusas de Totten, los finos en suspensión provenientes del río Magdalena sedimentaron y subdividieron la Ciénaga de Matuna. Ese gran cuerpo de agua aparece a la izquierda, en el mapa de Fidalgo, al oriente de Barbacoas. En ese periodo,
cuando el caudal era inferior al 25% del actual, la Matuna recibía anualmente
entre 1 y 1,5 millones de m3 de finos en suspensión, con lo cual, siendo su pro-
2
Se podría decir que hasta 1923-1930, el agua que entraba por el Canal del Dique, más la escorrentía de las
ciénagas, llegaba hasta la Ciénaga de Matuna; poco pasaría a la Bahía de Barbacoas. Estimamos que el caudal
que entraba al sistema por el canal de Totten, de 15 kilómetros de longitud por algo menos de 20 de ancho
y dos de fondo, por la destrucción de sus esclusas de madera, variaría entre 30 m3/s y hasta 250 m3/s para
caudales altos, con un caudal medio de 140 m3/s. Este caudal es, aproximadamente, 25% del actual. Cuando
se observan las dimensiones originales de la Ciénaga de Matuna en el mapa de Fidalgo y se compara con las
de 1895, según Simons (1895), y con las actuales, las dimensiones de la zona perdida de la Ciénaga de Matuna
son posiblemente en este orden de magnitud. A pesar de ser este un cálculo grueso de las condiciones en el
siglo xix, parece muy posible que un volumen de agua y sólidos cuatro veces menor que el actual haya sido, sin
embargo, suficiente para dulcificar, sedimentar y fraccionar la Ciénaga de Matuna. Es decir, para cambiar para
siempre el ecosistema de la zona.
185
MAPA 7
El Canal del Dique: Mapa de A. R. Terry, 1872/1878
Nota: A la derecha, en rojo, se aprecia la recta Calamar-Santa Lucía-San Felipe.
Fuente: Colección del doctor Pablo Navas S.
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
fundidad en 1850 de tres metros, se podrían haber sedimentado en esos 80 años,
por lo menos, unos 40 kilómetros cuadrados con dos metros de lodos. Una vez
colmatada y fraccionada la Ciénaga, los sedimentos comenzaron a impactar los
ecosistemas marinos, tal como se aprecia en la imagen del satélite spot de 1988,
a la derecha, en el Mapa 8.
III. LA PROPUESTA DEL HOLANDÉS W. BRANDSMA, 1887
El mapa de Terry ayuda también a comprender las razones por las cuales se
construyó el Ferrocarril Cartagena-Calamar. El rápido fracaso de las obras adelantadas entre 1878 y 1882 por los ingenieros Terry y Moore, llevó al presidente
Rafael Núñez a contratar en 1887 un nuevo estudio, el del holandés W. Brandsma, quien trabajaba a la sazón en Cartagena como contratista del malecón de
El Cabrero. Su proyecto fue entregado al gobernador José Manuel Goenaga en
diciembre de ese año. Proponía Brandsma, para manejar las aguas del río, un
sistema de canalización con 21 metros de ancho mínimo de fondo y tres niveles
manejados con sendas esclusas: la primera de ellas en Calamar, la segunda después de Santa Lucía y la tercera aguas arriba de Mahates.
El informe de Brandsma contiene una descripción invaluable del estado de la
ruta acuática desde la Bahía de Cartagena hasta Calamar. Elogia la profundidad
del Caño del Estero, entre la Bahía de Cartagena y Barbacoas, pero deplora que
una de sus curvas sea demasiado estrecha, de difícil navegación para los vapores
más modernos, que eran cada vez más grandes y veloces. Luego describe la sedimentación de las nuevas ciénagas creadas por el fraccionamiento de la antigua
Ciénaga de Matuna, cuyo cruce de ocho kilómetros se había convertido, para finales de esa década de 1880, en el trecho más difícil del Dique. Describe minuciosamente, además, los distintos obstáculos a la navegación por esas ciénagas, cuyos
enlaces se habían obstruido por la «gran cantidad de tampones y de yerba fina»
(Brandsma, 1887, p. 5).
El proyecto de Brandsma se basó en el trabajo de otro ingeniero holandés,
A.B. Albers, quien había calculado en detalle toda la ruta entre Barbacoas y el
río. Brandsma anota que Albers proponía construir una sola esclusa en Calamar,
para manejar desde allí los aumentos de nivel del Magdalena. Pero Brandsma se
manifiesta más cercano al pensamiento de Totten, quien había construido dos
esclusas, la primera en Calamar y la segunda en Sanaguare. Brandsma propone
188
Fuente: Izq: Atlas de mapas antiguos de Colombia de los siglos xvi a xix, Bogotá: Litografía Arco, 1997; Der: Google Earth.
MAPA 8
La Ciénaga de Matuna en 1817 y hoy
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
tres esclusas, para manejar tres niveles de máximos y mínimos, para disminuir el
caudal y, por ende, los finos en suspensión, y dos derramaderos, para sacar las
pequeñas cantidades de sedimento hacia las ciénagas laterales, como se puede
apreciar en el Mapa 9. Propone, además, tal como se aprecia en el detalle del
plano, un interesante proyecto de «nueva embocadura» para impedir la entrada
y acumulación del material de arrastre, la pesadilla eterna de la acumulación de
arenas en la entrada por Calamar, fenómeno que afectaría su primera esclusa.
Cuando se acometieron las obras dirigidas por Terry y Moore, los cartageneros tuvieron la ilusión de poder lograr la anhelada conexión de las bahías de
Cartagena y Barbacoas con el Río Magdalena. Durante esos años de esperanza en
el futuro del Dique, se fundaron en Cartagena varias empresas de vapores. Pero
para 1888, ya la vía acuática se había llenado de pequeños deltas sedimentarios
a la entrada a cada ciénaga. Cuando los vapores encallaban, sus motores se recalentaban y, con frecuencia, sus calderas estallaban. Brandsma atribuía su fracaso
a la falta de un manejo adecuado de los niveles de las aguas, las cuales, cargadas
MAPA 9
Proyecto de canalización del Dique con tres esclusas, de W. Brandsma, 1887
Fuente: Brandsma (1887).
190
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
de sedimentos provenientes del Magdalena, se acumulaban en las entradas de las
ciénagas y, finalmente, en la Ciénaga de Matuna.
Impaciente con el problema de la sedimentación del canal, en especial en el
cruce de ocho kilómetros por la ciénaga de Palotal, parte de la Ciénaga de Matuna,
Núñez impulsó la construcción del ferrocarril, obra que contribuyó a reversar el
declive demográfico y económico de Cartagena.
IV. EL FERROCARRIL CARTAGENA-CALAMAR
REVIVE A LA CIUDAD
Núñez había quedado tan desilusionado con la ruta acuática por las frustraciones de la obra de Terry y Moore que no acogió la interesante propuesta de
Brandsma. Debió pensar que Cartagena no disponía de los recursos necesarios y
debió perder confianza en las capacidades de la ingeniería de finales del siglo xix
para resolver las incógnitas sedimentarias del Dique. La propuesta de Brandsma,
de canalizar el Dique en tres niveles, con tres esclusas y dos derramaderos en
acero, cemento y madera (de abeto y de roble), seguramente le pareció arriesgada,
mientras que los ferrocarriles, en cambio, no encerraban los misteriosos procesos
acuáticos que habían frustrado a Terry y Moore. Por otra parte, después de tres
propuestas anteriores —la del inglés W.F. Kelly en 1865; la de los holandeses
E.H. Hoving en 1888; y otra, en 1889, de los ingleses Forwood Brothers— para la
construcción de un ferrocarril entre la Bahía de Cartagena y el Río Magdalena, la
idea ya estaba ampliamente aclimatada y estudiada (Ripoll y Baez, 2001, p. 108).
El Ferrocarril de Panamá y el de Sabanilla (1883) y su extensión a Puerto Colombia, inaugurada por el propio Núñez en diciembre de 1888, habían demostrado
la viabilidad de este sistema de transporte en el ardiente trópico. En noviembre
de 1889, Núñez autorizó al gobernador Goenaga para firmar un contrato de
concesión por 40 años con el empresario norteamericano Samuel McConnico,
para la construcción y operación del Ferrocarril Cartagena-Calamar, con su propio terminal marítimo, el mencionado Muelle de la Machina.
Al año siguiente, McConnico fundó en Boston las empresas Cartagena Magdalena Railway Company y Cartagena Terminal & Improvement Company, que
iniciaron operaciones en 1891. El Terminal de la Machina se inauguró en 1893
y el Ferrocarril Cartagena-Calamar, en julio de 1894, pocas semanas antes de la
muerte de Núñez (Mapa 10). A diferencia del Canal del Dique, el tren funcio191
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
MAPA 10
El ferrocarril Cartagena-Calamar
Fuente: Mapa del Departamento de Bolívar, de Federico A. A. Simons, Londres, 1895.
naba todo el año, en verano y en invierno, de manera que impulsó con fuerza el
despegue comercial e industrial de Cartagena de fines del siglo xix y principios
del xx.3 Para 1910 había recuperado el tamaño demográfico que tenía en 1810, de
más de 20,000 habitantes. Pero la ciudad había perdido casi un siglo y recursos
3
En 1934, una draga succión de la Frederick Snare Co., que había terminado antes de tiempo el relleno
con caracolejo (material coralino, característico de la Bahía) de los patios del nuevo Terminal Marítimo de Manga, fue enviada por el Gobierno a trabajar en el corte de Paricuica para conectar a la Ciénaga de Matunilla con el
Caño del Estero, tal como lo habían propuesto Terry en 1878 y Brandsma en 1887 (ver mapas 7 y 9). El corte se
terminó en muy poco tiempo. Pero, como el canal aún no estaba encajonado hasta Matunilla, Paricuica pronto
se sedimentó y las aguas del Magdalena siguieron saliendo a Barbacoas. Años más tarde, en 1952, la conexión
con la Bahía se logró. Pero la salida del Caño del Estero hacia el sur se colmató en muy poco tiempo, debido a
la sedimentación acelerada que produjo esa rectificación/ampliación hacia Barbacoas y hacia la propia Bahía
de Cartagena. El Caño del Estero desapareció como vía navegable entre las dos bahías en 1958, apenas seis años
después de haberle «enchufado» el Canal del Dique. En este último año, la difunta Junta de Conservación del
Canal del Dique construyó una salida de 100 metros a Barbacoas por Matunilla. En 1961 se construyó otra
igual al sur del Caño del Estero, que fue bautizada «Caño de Lequerica», en honor del único de sus directivos
que se opuso a su construcción, Antonio Lequerica Gómez. Los deltas que estas dos salidas a Barbacoas han
creado miden en la actualidad más de cuatro kilómetros cada uno. Por ellos —especialmente por Matunilla, por
donde sale casi el 30% del caudal del Dique— le llegan al pnn Corales del Rosario los hoy famosos «bombazos»
del Canal, fenómeno muy documentado que se agrava cada año.
192
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
cuantiosísimos en el esfuerzo por hacer navegable para vapores la vía acuática del
Dique (Meisel, 2000).
V. CARTAGENA SE REINTEGRA AL PROGRESO
DE COLOMBIA
Con gran visión, McConnico adquirió la concesión para el antiguo Muelle de
la Bodeguita, con la obligación de ampliarlo y administrarlo, que había obtenido
desde 1884 Vélez e Hijos, una dinámica empresa de capital cartagenero. En 1891,
McConnico compró por 70,000 pesos oro el contrato de los Vélez. Con ese privilegio en su poder, procedió a firmar ese mismo año dos grandes contratos, el de
la concesión del Ferrocarril Cartagena-Calamar y el del Terminal de la Machina,
en cuya punta se iniciaban los rieles que conectaban la Bahía con el Río Magdalena (Ripoll y Báez, 2001, p. 110).
Las obras fueron construidas, como ya se dijo, por la Cartagena Magdalena
Railway Company y por la Cartagena Terminal & Improvement Company en
menos de tres años, bajo la dirección de Francis Russell Hart, quien también fue
el primer gerente del ferrocarril. Con el paso de los años, Hart llegaría a representar a capitalistas de Boston en importantes juntas directivas y a ser presidente de
la United Fruit Company. Hart también publicaría, como historiador aficionado, muchos ensayos y libros sobre el Gran Caribe, incluyendo un librito en 1914
sobre sus recuerdos de Cartagena y de sus visitas a Rafael Núñez, Personal Reminiscences of the Caribbean Sea and the Spanish Main (Boston: The De Vinne Press,
1914). En ese escrito narra que, al terminar la construcción, no se presentaban
clientes, debido a la severa competencia de las recuas de mulas. Pero luego, tras
promocionar activamente la calidad de los servicios del Ferrocarril, añade triunfante, «… finally, we defeated the burro competition» («. . finalmente, derrotamos la
competencia de los burros»).
En 1905, las dos empresas bostonianas fueron vendidas a la firma británica
The Colombia Railway & Navigation Company. Esta, a su vez, vendió sus derechos del Muelle de la Machina a la Andian, que los conservó hasta 1929, cuando
se vencieron los 40 años de la concesión original que había firmado el gobernador José Manuel Goenaga (Ripoll y Báez, 2001, p. 110).
El ferrocarril derrotó a las mulas, pero también mostró los dientes: comenzó
a ejercer su monopolio de manera abusiva. Como consecuencia, en 1914, con la
193
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
inauguración del Canal de Panamá, muchos comerciantes cartageneros que habían invertido desde los 80 en buques de vapor, siguieron pensando en la conveniencia de lograr la conexión acuática de las bahías de Cartagena y Barbacoas con
el Río Magdalena, para hacerle justa competencia al ferrocarril. En 1915 lograron
la aprobación de la Ley 130, que creó la «Junta de limpia y canalización del Dique». Luego contrataron al último subdirector de la construcción del Canal de
Panamá, el ingeniero y coronel del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados
Unidos C.L. Vanderburgh, quien entregó dos informes, el primero en 1917 y el segundo en 1920. Vanderburgh recomendaba encajonar el canal en diques laterales
para obtener el efecto de «auto-dragado» por la velocidad de las aguas, hasta su
salida a Barbacoas, así como la rectificación del Caño del Estero, un viejo anhelo
cartagenero desde finales del siglo xviii. Su concepto se volvió realidad en tres
contratos, el primero entre 1923 y 1930, con la Foundation Company; el segundo,
ya por Paricuica, en 1951-52, con la Standard Dredging; y el tercero, entre 1981 y
1984, con la Layne Dredging y Sanz y Cobe.
Con estas intervenciones, el ancho mínimo del fondo del Canal del Dique
pasó de menos de 20 metros, a 35 en 1930; a 45 en 1952; y a 65 en 1984. El número de curvas pasó de 270 en 1930, a 93 en 1952 y a 50 en 1984. Su radio se
amplió de 191 metros en 1930, a 500 en 1952 y a 1000 en 1984. Su profundidad
también se ha incrementado, de dos a dos metros y medio. Su longitud también
ha aumentado. De los 15 kilómetros del canal de Totten saltó a 127 en 1930 con
las obras de la Foundation. Luego se redujo en 1952 a 114,5 kilómetros, que se
han alargado a 118 después de las obras de 1984, por el delta que se ha formado
dentro de la Bahía. Como efecto de estas ampliaciones y rectificaciones, el caudal
ha crecido en 400% desde 1923. Hoy el Canal del Dique, más que un canal, es
un brazo del Río Magdalena. Cuando tenía menos de la cuarta parte del caudal
que hoy tiene, destruyó la Ciénaga de Matuna; con la mitad del caudal actual,
sedimentó el Caño del Estero. Hoy su caudal, exagerado aún más por los cambios
en el régimen de lluvias asociados con el cambio climático, puede causarle un
daño irreparable al sur de la Bahía de Cartagena, donde están los puertos de Mamonal y estarán el nuevo Puerto Bahía y las futuras instalaciones de la Armada
Nacional. Por Barbacoas, seguirá teniendo efectos adversos sobre el pnn Corales
del Rosario.
En consecuencia, hoy resulta imperativo controlar el caudal del Canal del Dique de manera «activa», tal como recomendaron los estudios de usace en 1999;
de Hasköning de Holanda, en ese mismo año; y de la cnr de Francia en 2007.
194
EL DIQUE EN EL SIGLO XIX DEL CANAL DE TOTTEN AL FERROCARRIL…
Así lo han recomendado también los propios ingenieros de Cormagdalena, la entidad responsable hoy del Canal. Ahora bien, el fracaso de las esclusas de Totten
en 1852 no tiene ninguna implicación para la solución actual. Entre la ingeniería
civil e hidráulica de principios del siglo xxi y la de mediados del siglo xix media
tanta distancia técnica y desarrollo científico como la que puede existir entre la
última ampliación del Canal de Panamá y el Canal de Totten, con sus pequeñas
esclusas de madera. El desarrollo de las ciencias de construcción civil desde 1850
ha sido vertiginoso. Por último, las soluciones propuestas por Totten y Brandsma
revelan que, desde mediados del siglo xix, se consideraba necesario el control de
sedimentos para asegurar la navegabilidad del propio Dique.
En julio de 1926, la Andian había inaugurado su oleoducto e iniciado sus exportaciones de crudo. El ferrocarril fue entregado a la Nación en 1929. En 40 años
de servicio había tenido pocas modernizaciones y en cuanto a su trazado, ninguna. Pronto sería víctima de las desgracias, vicisitudes y plagas que con frecuencia,
en esos años 30, 40 y posteriores, visitaron a las empresas estatales, sometidas
con frecuencia a vaivenes políticos, sindicales y demás. En 1952, al inaugurarse
la segunda ampliación/rectificación del Dique del siglo xx, fueron levantados los
rieles del ferrocarril.
En la década de 1950, la Standard Oil fusionó la Andian con Intercol y,
aprovechando la conexión del oleoducto con la Bahía de Cartagena, construyó
una refinería de petróleo que dio inicio al enclave industrial de Mamonal. Hoy
Cartagena genera alrededor de 7% del pib industrial del país.
Una enseñanza principal de esta historia del Canal del Dique es que Cartagena tendrá futuro en la medida en que defienda su puerto marítimo como su más
valioso activo. En su renacimiento de finales del siglo xix, la ciudad constató que
su bahía era, ha sido y será siempre su razón de ser, así como la fuente de todas
sus ventajas comparativas. El Dique, como vía de comunicación con el interior
del país, fue reemplazado por un ferrocarril que, con todos sus defectos, conectó
a la bahía con el Magdalena y, treinta años más tarde, por el primero de varios
oleoductos y gasoductos. A mediados del siglo xx, la vía acuática fue reemplazada,
hasta el presente, por las todavía inconclusas y defectuosas carreteras, que manejan más del 98% de la carga del país. Desde hace 50 años, el volumen de carga
que se mueve por el Magdalena se ha mantenido estancado, y el 85% de esa carga
se transporta entre las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena.
Si hoy, mediante la inversión pública, se logra una canalización del Magdalena que le recupere la dinámica que tuvo durante el apogeo de los vapores flu195
JOSÉ VICENTE MOGOLLÓN VÉLEZ
viales, Cartagena puede optar por aprovechar el río, como seguramente lo hará.
Pero deberá exigir que ello no se haga a expensas de su bahía ni de los demás
ecosistemas. Y deberá, además, conseguir la restauración de aquellos cuerpos de
agua que, como el Caño del Estero, son necesarios para el desarrollo de la segunda actividad en importancia después de la industria petroquímica: el turismo.
La Nación debe acometer, sin más demoras, la construcción de las obras que
controlen el caudal del Dique y, por ende, la sedimentación que destruyó la
Ciénaga de Matuna y el Caño del Estero, y que hoy amenaza al sur de la bahía
y a los corales del pnn Corales del Rosario. Se debe preservar, naturalmente, la
navegación de embarcaciones de un tamaño que aproveche de manera óptima las
economías de escala, cuya rentabilidad social, ambiental y económica justifique
la inversión que se requiera hacer en las estructuras de control de caudal y en las
esclusas.
REFERENCIAS
Alvear Sanín, José (2005), Manual del Río Magdalena, Bogotá: Cormagdalena.
Brandsma, W. (1887), «Proyecto para la canalización del Dique de Cartagena»,
Kralingen, Holanda, diciembre.
Hart, Francis Russell (1914), Personal Reminiscences of the Caribbean Sea and the
Spanish Main, Boston: The De Vinne Press.
Lemaitre, Eduardo (1982), Historia del Canal del Dique: Sus peripecias y vicisitudes,
Bogotá: Canal Ramírez.
Meisel Roca, Adolfo (2000), «Cartagena, 1900-1950, A remolque de la economía
nacional», en Haroldo Calvo Stevenson y Adolfo Meisel Roca, editores, Cartagena de Indias en el siglo xx, Bogotá: Banco de la República.
Ripoll de Lemaitre, María Teresa, y Javier Eduardo Báez Ramírez (2001), Desarrollo industrial y cultura empresarial en Cartagena, Cartagena: ujtl, Seccional del
Caribe.
196
ReseñaS DE LIBROS
MÁS APORTES DE UN PIONERO DE LA HISTORIOGRAFÍA
ECONÓMICA DE LA COSTA CARIBE
¿Por qué perdió la Costa Caribe el siglo xx? y otros ensayos
Adolfo Meisel Roca
Bogotá: Banco de la República, Colección Historia Económica del Siglo xx,
2011, 323 p.
En buena hora decidió el Banco de la República incluir en su naciente colección «Historia Económica del Siglo XX» una amplia muestra de los más recientes
estudios de Adolfo Meisel Roca sobre la historia de la Costa Caribe. Aparte de
ser pionero, él ha contribuido más que nadie a profundizar la historia económica
regional con incesante investigación desde fuentes primarias. La visión se explaya
sobre doscientos cincuenta años de vida costeña, desde el ocaso de la Colonia
hasta la plenitud de la República en nuestros días.
Adolfo Meisel responsabiliza de su afición y entrega al estudio regional a Una
historia con alas, la maravillosa crónica sobre la fundación y desarrollo de la Scadta
(Avianca) por uno de sus pilotos alemanes, el coronel y héroe de la Guerra del
Perú Herbert Boy. Ese es un delicioso libro, inmerecidamente algo polvoriento
y olvidado, que ayuda a entender cómo el Caribe se fue integrando a la nación.
Con esa inspiración, Meisel nos viene convidando desde hace varias décadas a
comprender de dónde venimos, conjugando la germánica disciplina documental
197
RESEÑAS DE LIBROS
de sus propios orígenes con la digna sencillez costeña de su casa. Y, para los que
lleven dentro trazas de irredentismo, escudriña el porqué la Costa Caribe ha bogado insatisfecha por los meandros de la economía colombiana.
El libro contiene diez monografías, la última de las cuales se refiere a San Andrés y Providencia en el siglo xix («La estructura económica de San Andrés y Providencia en 1846»), entonces un lejano apéndice colombiano que, salvo por sus
estrechas relaciones con Cartagena, no hace parte económicamente integral de
los estudios de la Costa Caribe. Las primeras cuatro, que forman un todo entrelazado, tienen que ver con el fin de la Colonia y con la Independencia. Cartagena
es su eje. En «¿Situado o contrabando? La base económica de Cartagena a fines
del Siglo de las Luces» plantea una lúcida explicación, antes no explorada, sobre
el sustento económico de la ciudad y la ruina que se ensañó en ella después de la
Independencia. Nadie había encontrado la clave de una explicación satisfactoria.
Cartagena se suicidó el 11 de noviembre de 1811 al perder por completo el
subsidio para pago de tropas y mantenimiento de las fortificaciones que nutría su
economía. En el torbellino de la libertad se desoyeron voces de advertencia. El reflector de la investigación se concentra sobre el tema en otra de las monografías,
«La crisis fiscal en la era de la Independencia, 1808-1821», en la que se destilan
las consecuencias fiscales de la pérdida del situado. Nada alcanzó para llenar el
hueco dejado por el auxilio externo que antes bajaba de Bogotá y Quito, ni los
ingresos por la generosa concesión de patentes de corso en medio de las guerras
no muy severas de la Primera República, ni la emisión, primera en Colombia, de
papel moneda.
Los beneficiarios del situado eran todos, pero en particular unos cuantos. Justamente atraído por el evidente renacer de Cartagena después de su saqueo en 1697
y las interrupciones del comercio durante la primera mitad del siglo xviii, llegó a la
ciudad el primero de los Amador hacia 1760. Meisel escribe sobre su numerosa
prole en «Entre Cádiz y Cartagena de Indias: la red familiar de los Amador, del
comercio a la lucha por la independencia americana». Una trama comercial tejida
alrededor de lazos familiares sirvió para ligar a Cádiz con los reinos americanos.
En el caso de los Amador y sus allegados, los tentáculos se extendieron al comercio ultramarino en ambas geografías y a la tenencia de tierras en Costa Firme y
Ecuador, siempre en lo más alto de la pirámide de los intercambios. Lo notable,
sin embargo, fue su casi unánime adhesión al movimiento independentista. Los
intereses y las convicciones se juntaron para bien y para mal, sobresaliendo los sacrificios de Juan de Dios Amador, quien fuera gobernador de Cartagena durante
el sitio de Morillo.
198
RESEÑAS DE LIBROS
La última de las monografías coloniales, «Puertos vibrantes y sector rural vacío:
el Caribe neogranadino a fines del periodo colonial», explica la dicotomía entre
las ciudades comerciantes —Cartagena, Santa Marta y Mompox— y su transpaís
(hinterland); aquellas dependientes del comercio ultramarino y atentas al mundo
y este en la autarquía. La explicación está, por supuesto, en la dotación de factores que desestimularon la agricultura intensiva. Meisel especula con malicia sobre
los orígenes del altivo y directo carácter costeño. Los arrochelados de entonces,
muy pobres y olvidados, no dependían de nadie y a nadie le hacían venias.
El enfoque macroeconómico de la última monografía colonial tiene su espejo,
un siglo más tarde, en la monografía que presta su nombre al libro, «¿Por qué
perdió la costa Caribe el siglo xx?». La pérdida se refiere al progresivo retraso del
pib per cápita con respecto a la media nacional a lo largo del siglo. La respuesta
es esencialmente la misma que en la Colonia: unos puertos comerciantes acompañados de un transpaís con un mucho más bajo ingreso per cápita. La llanura
ganadera y bananera costeña, con una baja elasticidad-ingreso de la demanda por
su producción, fue perdiendo peso en el crecimiento de la nación. Además, el
desbalance frenó el desarrollo autosostenido de la industria que se estableció en
sus ciudades al amparo del proteccionismo de finales del siglo xix. La explicación
de Meisel es mucho más elaborada e incluye otros factores, como el atraso en
las comunicaciones con el interior de Colombia, que beneficiaron el puerto de
Buenaventura, y la preponderancia política y económica del cultivo del café. Con
el caso del banano, «Enfermedad holandesa y exportaciones de banano en el Caribe colombiano, 1910-1950» analiza econométricamente y en detalle un ejemplo
particular de baja elasticidad-ingreso de la demanda en la Zona Bananera. La
revaluación generada por el auge cafetero, sin freno macroeconómico —y para
beneficio fiscal, se podría añadir— infectó de enfermedad holandesa el guineo
sa­mario. Para los cultores de la teoría de la dependencia el desenvolvimiento
económico de la Costa Caribe sería un banquete.
En la historia de «La fábrica de Tejidos Obregón de Barranquilla, 1910-1957»,
Meisel se centra en la defensa del empresariado de la Costa Caribe. Rechaza enfá­
ticamente el prejuicio de la incapacidad o, peor, la poca inclinación al trabajo
como estereotipo de los habitantes de la llanura nórdica de Colombia. Ese mismo tema de los prejuicios se repite en «Bajo el signo del cóndor: empresas y empresarios en el Caribe colombiano, 1982-2009», para concluir, después de revisar
las numerosas contribuciones recientes a la historia empresarial costeña, que el
rezago de la región no es atribuible a falta de creatividad de sus élites. Regresan199
RESEÑAS DE LIBROS
do al cierre de Tejidos Obregón, quizá Meisel tenga razón al concluir que en el
modelo de sustitución de importaciones las economías de escala simplemente
favorecieron a la industria textil, geográficamente tibetana, de Medellín, pero
púdicamente pasa por alto el marrullero incremento de aranceles para la importación de algodón que desfavoreció a Tejidos Obregón.
Es muy completo «Cartagena 1900-1950: a remolque de la economía nacional» como ejercicio descriptivo sin que Meisel se adentre en el laberinto de horrores por el que atravesó Cartagena durante buena parte del siglo xix, a causa
del sitio de 1815 y las modificaciones drásticas en el sustento económico de la
ciudad durante las primeras décadas de la República. La introducción del patrón
de oro en época de apertura comercial fue un bálsamo para la ciudad, como lo
fue la recuperación del vínculo, esta vez ferroviario, con el río Magdalena para
beneficiarse del resurgir colombiano después de la Guerra de los Mil Días. Frágil recuperación, sin embargo, que no resistió la Gran Depresión cuando, por
primera vez desde la Independencia, Cartagena perdió notablemente población.
Como bien lo señala Meisel, qué habría sido de la ciudad sin La Compañía (Andian Corporation), que comenzó a bombear petróleo desde Barrancabermeja en
1926 y a dar empleo a los cartageneros.
No hay como agradecer a Adolfo Meisel el haber abierto, años ha, los ojos
a los costeños, sistemáticamente y con rigor, sobre la realidad histórica de su
economía. Su quehacer ha llevado, además, a que una primera generación de historiadores locales haya buscado horizontes en temas regionales. Este provocativo
libro de monografías que ahora reseñamos expande vistas. Como Meisel afirma,
queda mucho por desentrañar. En el conocerse encontrará la Costa Caribe el
nicho de equidad dentro de la nación colombiana.
Rodolfo Segovia Salas
200
CONSTRUYENDO LA SOLUCIÓN PASO A PASO
Poor Economics: A Radical Rethinking of the Way to Fight Global Poverty*
Abhijit V. Banerjee and Esther Duflo
New York: PublicAffairs, 2011, 303 p.
En su discurso en la conferencia de lacea, en 2011, el economista Sendhil
Mullainathan, de la Universidad de Harvard, explicaba que existe una conexión
muy simple entre la pobreza y el comportamiento humano; un nexo que nos
ayuda a comprender la aparente irracionalidad en muchas de las decisiones que
toman los pobres. Al estar bajo condiciones de extrema necesidad, el ser humano enfoca la mayor parte de sus pensamientos en esta situación, de manera
que disminuyen sus capacidades cognitivas en el resto de actividades, incluido el
autocontrol. Esto, que ha sido verificado empíricamente tanto en el campo como
en el laboratorio, lleva a que los pobres tomen peores decisiones que los demás,
con el agravante de que, en su caso, una mala decisión puede tener consecuencias
desastrosas y permanentes. Este es solo un ejemplo de los grandes aportes que se
han dado en la intersección de la economía y la psicología, y que van en contravía
de los modelos construidos por los economistas de Occidente.
Teniendo esto en cuenta, y sin pretensiones de formular la siguiente gran
teoría sobre el desarrollo (como ya lo hicieron con la geografía Jeffrey Sachs o con
el no-intervencionismo William Easterly), Esther Duflo y Abhijit V. Banerjee,
profesores de Economía de mit, buscan convencernos de que es válido trasladar
las explicaciones «grandes» a un segundo plano para pensar el desarrollo desde lo
micro; es útil reflexionar desde lo pequeño para lograr soluciones grandes. Poor
Economics: A Radical Rethinking of the Way to Fight Global Poverty resume años de
trabajo de los miembros del Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab (j-pal), que
dirigen los autores. El j-pal está dedicado a realizar evaluaciones de impacto de
programas para la reducción de la pobreza en países en desarrollo.
¿Cómo es la vida de las personas que viven con menos de un dólar al día?
¿Qué tienen en cuenta a la hora de tomar decisiones? ¿Por qué muchas veces
*
En noviembre de 2011, Poor Economics ganó el prestigioso premio Financial Times and Goldman Sachs
Business Book of the Year. Además, fue incluido en la lista de los mejores libros del año de la revista inglesa The
Economist y del blog Philanthrocapitalism, entre otros. Sus autores fueron incluidos en la lista de los 100 Pensadores Globales de la revista Foreign Policy.
201
RESEÑAS DE LIBROS
exhiben comportamientos que parecen irracionales? A partir de estas preguntas,
los autores y los demás investigadores del j-pal han diseñado diversos experimentos aleatorios en que un programa (o «tratamiento», tomando la expresión de la
medicina) se aplica a un número de personas y se toma como grupo de control a
personas similares que no reciben el programa. Al comparar ambos, después de
un tiempo, la diferencia observada entre ellos se puede atribuir al programa. La
irracionalidad a la que se refieren puede consistir en gastar un porcentaje considerable de su ingreso en fiestas y celebraciones, en vez de gastarlo en alimentación o en la educación de sus hijos, o contraer deudas a tasas astronómicamente
altas, o no dejar de tomar una taza de té diaria para acumular suficiente dinero
al cabo de un mes para no endeudarse más.
A diferencia de otros economistas dedicados a estudiar temas de desarrollo,
Duflo y Banerjee buscan responder preguntas concretas, con la gran ventaja de
que, al hacerlo, no tienen que restringirse a los modelos tradicionalmente utilizados por los economistas para explicar el comportamiento humano. Es así como
descubren que en Madagascar y República Dominicana el solo hecho de hablarles a los padres de niños en edad escolar acerca del aumento en el ingreso derivado de un año de escolaridad adicional, tiene el efecto de mejorar los resultados
en los exámenes de sus hijos, ya que les permite conocer el valor de la educación y
apoyar a sus hijos en el estudio. También cuantifican la eficacia del microcrédito
para aumentar los ingresos de un grupo de personas en Hyderabad, India, y encuentran que, en Perú, las mujeres cuyo nombre estaba en el título de propiedad
de su casa reportaban tener menos embarazos no deseados. En un programa
cuyo fin era disminuir las tasas de embarazo adolescente en Kenya concluyeron
que la estrategia más eficaz era simplemente regalar un uniforme a las niñas y así
darles una razón suficiente para permanecer en el colegio y posponer su primer
embarazo, con la añadidura de que, además, disminuyó la incidencia del sida. En
muchos casos, su recomendación de políticas es sencillamente definir como opción «default» aquella que es socialmente deseable y diseñar «empujones» (nudges)
adaptados al contexto de los países en desarrollo, para ayudar a que los pobres
tomen mejores decisiones. Un empujón es un incentivo; por ejemplo, regalar
una bolsa de lentejas a quien vacune a su hijo.
Los primeros cinco capítulos de Poor Economics tratan grandes temas del desarrollo desde el punto de vista de la microeconomía: la educación, los cambios
poblacionales, la salud y la nutrición. Los capítulos restantes describen «cómo los
mercados y las instituciones funcionan para los pobres» y tratan temas como el
microcrédito, los seguros, el emprendimiento y el manejo del riesgo.
202
RESEÑAS DE LIBROS
A lo largo del libro se hacen múltiples referencias a tres de los debates más sonados en el campo del desarrollo internacional: primero, si los países desarrollados deben brindar o no ayuda internacional a los países en desarrollo; segundo,
si los gobiernos deben intervenir o no en la prestación y regulación de servicios
como la educación y la salud; y tercero, si es legítimo «empujar» a personas a actuar de cierta forma (el llamado paternalismo). Sobre esto último, se preguntan:
«¿No somos nosotros, los ricos, los beneficiarios constantes de un paternalismo
tan profundamente incrustado en el sistema, que ni nos damos cuenta que existe?». Además de que los ricos viven con muchas comodidades que dan por sentado, como el acceso a agua potable, las instituciones se encargan de que tomen
las decisiones correctas. Un ejemplo sencillo es la obligatoriedad de presentar el
certificado de vacunación para matricular a un niño en un colegio privado. Este
es un argumento clave que dan a favor de incluir algunos elementos paternalistas
en los programas de desarrollo y está relacionado con lo dicho por Mullainathan:
los ricos rara vez tienen que hacer uso de su limitada dotación de autocontrol, ya
que las instituciones que los rodean se encargan de hacerlo por ellos, mientras que
a los pobres les toca hacerlo constantemente. Los que viven en países ricos viven
rodeados de «empujones» invisibles. Con la evidencia que presentan, los autores
matizan muchas discusiones que normalmente serían de blanco o negro, pues
presentan soluciones que combinan elementos de ambas orillas.
Hay que detenerse en dos puntos sobre los métodos utilizados en el libro.
El primero es que, sin duda, la disponibilidad de inmensas bases de datos con
información muy detallada acerca de las características de hogares e individuos
constituye un insumo inigualable para el diseño y la evaluación de políticas, y es
lo que ha permitido realizar todas las evaluaciones presentadas. Aunque es cierto
que existe el peligro de una dependencia extrema en los datos, más allá de las críticas que reciben los economistas por su afán de cuantificar el comportamiento
humano, debe reconocerse el gran aporte que este afán de rigurosidad ha tenido
sobre el diseño y la evaluación de políticas de desarrollo. La labor investigativa de
Duflo y Banerjee, sin embargo, no solo se circunscribe al análisis e interpretación
de datos. Esto lo complementan con el trabajo de campo que han realizado en el
marco de las evaluaciones y, por esta razón, pueden brindar un análisis mucho
más preciso de la vida de los beneficiarios de los programas que evalúan. En parte
gracias a esta labor, muchos de los resultados de sus investigaciones desmienten
o cuestionan tajantemente los clichés a los que se suele reducir la condición de
pobreza.
203
RESEÑAS DE LIBROS
Segundo, y no obstante lo anterior, en el libro solo se mencionan las evaluaciones aleatorias como método para encontrar soluciones a la pobreza. Si bien
esta es la función del j-pal, el lector siente que falta un reconocimiento a los
avances muy grandes que se han hecho con otros métodos y desde otros campos.
Relacionado con esto, si bien es loable intentar cambiar el paradigma bajo el
cual funcionan muchos formuladores de política y ongs, cuya mentalidad describen como «las tres Ies» (las tres Ies son ideología, ignorancia e inercia), la observación no deja de ser una exageración. Según los autores, estas organizaciones
se guían por la intuición o reflejan una ideología, en vez de diseñar programas
basados en evidencia dura, ya que existe entre ellas la mentalidad generalizada
de que «no se puede perder el tiempo» en investigaciones. Sin embargo, mucho
de lo dicho en el libro lo vienen diciendo estos mismos actores desde hace años,
aunque sin una voz estructurada. Duflo y Banerjee deberían darles más crédito.
Antes de abordar las conclusiones del libro, debe mencionarse algo que, más
que una crítica, es una observación: los estudios reseñados son en su mayoría realizados en las zonas rurales de India y África. Esto pone en duda su validez para
zonas en desarrollo más urbanizadas, como América Latina.
Acorde con su escepticismo frente a las «grandes soluciones», los autores ofrecen cinco lecciones clave, en vez de una conclusión arrasadora:
1) Los pobres no cuentan con información importante y creen cosas que no
son ciertas.
2) Los pobres son responsables de demasiados aspectos de sus vidas. Como
se dijo arriba, entre más rica sea una persona, tomará una mayor cantidad
de decisiones «correctas».
3) Existen buenas razones por las cuales algunos mercados no existen para
los pobres o, si existen, tienen precios demasiado altos para ellos.
4) Los países pobres no están condenados al fracaso porque son pobres o
porque tienen una historia infortunada.
5) Las expectativas de lo que la gente es capaz o no de hacer en demasiadas
ocasiones terminan convirtiéndose en profecías auto-cumplidas.
Laura Cepeda Emiliani
Centro de Estudios Económicos Regionales
Banco de la República
204
UN HOMENAJE AL INSTITUCIONALISMO CLÁSICO
Instituciones, desarrollo y regiones: El caso de Colombia
Jairo Parada Corrales
Barranquilla: Editorial Universidad del Norte, 2011, 277 p.
Que las instituciones importan para el desarrollo económico es, en estos tiempos, asunto que no se discute. La cuestión es comprender cómo las instituciones
económicas, políticas y sociales desarrolladas bajo condiciones históricas específicas han afectado y continúan afectando el desempeño económico de un país, de
una región o de un conjunto de regiones. Ese es, precisamente, el objetivo de Jairo Parada Corrales en su libro Instituciones, desarrollo y regiones: el caso de Colombia.
Un aspecto novedoso de este trabajo es que la unidad de análisis no es el país sino
tres regiones que, a pesar de haber compartido procesos históricos similares —el
largo dominio español, por ejemplo— han evolucionado siguiendo patrones diferentes. Las tres regiones escogidas son Antioquia, Cauca-Valle y la Costa Caribe.
Parada, quien es profesor de Economía en la Universidad del Norte, investiga,
desde una perspectiva de largo plazo, cómo se desarrollaron y evolucionaron las
matrices institucionales de las tres regiones mencionadas a partir de condiciones
geográficas, económicas, tecnológicas, sociales y culturales específicas a cada una
de ellas. Pero su objetivo último no es describir ese proceso. Busca comprender
más bien cómo estas explican las diferencias históricas en su desempeño económico. El autor se concentra en estudiar las diferencias evolutivas en sus matrices
institucionales para indagar cómo sus instituciones han condicionado, y lo continúan haciendo hasta el día de hoy, su desempeño económico. A partir de estas
diferencias, expone las razones del éxito relativo de Antioquia en relación con el
conjunto nacional; de la lenta decadencia caucana a partir del siglo xix y el despunte del Valle, y el resultado mixto de la Costa Caribe.
Este trabajo forma parte de una creciente literatura, tanto desde la economía
como desde la historia, que estudia la evolución de las matrices institucionales
de países y regiones para comprender sus impactos diferenciales en el desempeño
económico. Pero, a diferencia de otros trabajos en los cuales el argumento teórico
se basa en la llamada economía neo-institucional, esta obra se fundamenta en
otra vertiente teórica conocida como economía institucional original, eio. Este es
uno de los aspectos de su trabajo a los cuales el autor da más énfasis. Dedica un
205
RESEÑAS DE LIBROS
ingente esfuerzo para que el lector comprenda las diferencias entre uno y otro
enfoque, y para sustentar el porqué de su decisión de concentrarse en la eio.
Otro objetivo central del libro es revalorar y reconstruir el enfoque teórico,
desde la perspectiva de la eio, sobre la relación entre instituciones y desarrollo
económico. Parada considera que la economía neo-institucional, la base conceptual sobre la que se han desarrollado la mayoría de los análisis institucionales
en Colombia, es interesante de estudiar pero no es suficiente para un examen
profundo de los problemas del subdesarrollo. Y concluye que ni la nueva economía institucional ni la explicación económica tradicional de inversión exigua,
acumulación de capital y desarrollo tecnológico inadecuados son suficientes para
explicar la persistencia de bajas tasas de desarrollo económico en las tres regiones
analizadas. La limitación se centra en que las instituciones no son solo restricciones derivadas por seres humanos de un proceso racional cognitivo, tal como lo
proponen esos enfoques teóricos, sino un resultado de una mayor complejidad,
de una relación simbiótica entre individuos, grupos, ambiente físico, tecnología,
biología, cultura, economía y valores. En consecuencia, los problemas del subdesarrollo no pueden reducirse a tener las «instituciones correctas» inspiradas por
la definición y protección de determinados derechos de propiedad.
El libro se divide en cinco capítulos, más las conclusiones. En los dos primeros,
el autor presenta sus consideraciones teóricas y metodológicas. Examina la tradición filosófica de C.S. Pierce y John Dewey —el trabajo de este último suministra
el punto de vista filosófico para el enfoque metodológico— y la teoría económica
desarrollada por Thorstein Veblen, Clarence E. Ayres, John R. Commons y Wesley Mitchell. El autor hace un esfuerzo importante para reconstruir de manera
sucinta los fundamentos de la economía institucional original. Se trata de capítulos
fundamentales para introducir al lector a las diferencias entre las distintas vertientes de la economía institucional.
Luego de presentar sus consideraciones teóricas, Parada divide el libro en tres
capítulos históricos, sustentados en fuentes secundarias. En el tercer capítulo
analiza el desarrollo institucional colombiano durante los tres siglos de dominio
español. Después examina los efectos de la Independencia y los cambios institu­
cionales introducidos durante el siglo xix. El análisis de las reformas de los gobiernos republicanos, los conflictos generados por esos intentos de modernización y
la persistencia de la matriz institucional colonial en las regiones ocupan la discu­
sión del cuarto capítulo. Por último, en el quinto capítulo discute los cambios
ins­titucionales durante el siglo xx. Aquí analiza los esfuerzos de modernización
206
RESEÑAS DE LIBROS
llevados a cabo durante el siglo pasado por los gobiernos nacionales y las políticas
económicas implementadas. Una de las principales conclusiones del trabajo es
que, a pesar de las transformaciones ocurridas en la esfera económica durante el
último siglo, la matriz institucional y política quedó sumida en las estructuras previas. El grueso del residuo institucional permaneció sin muchos cambios (p. 208).
En cada uno de esas secciones, Parada analiza los procesos de cambio regional.
Para el periodo colonial muestra como, a pesar de estar sujetas a normas similares
dentro de la Monarquía Española, incluyendo el dominio social y cultural del
catolicismo, las matrices institucionales resultantes en las tres regiones estudiadas
fueron muy distintas. Por ejemplo, en la Costa Caribe el control político y social
del Estado colonial fue débil, por lo que grupos de poder locales jugaron un rol
crucial en la región. En Antioquia, por contraste, ese control fue muy estricto,
aunque concluye que, debido a las realidades sociales de la pequeña estructura
de producción y a la existencia de pequeños comerciantes, la matriz institucional
generó hábitos dirigidos hacia el trabajo duro y más cohesión social. En Cauca,
a diferencia de Antioquia, las instituciones coloniales reforzaron a una sociedad
esclavista basada en la explotación y la exclusión, que perduró durante gran parte
del siglo xix (pp. 122-123).
Las diferencias persistieron durante el siglo xix. Para este siglo, Parada concluye
que, aunque para el conjunto de Colombia el resultado en términos de crecimiento y desarrollo económico fue bastante negativo, si examinamos las tres regiones
por separado los resultados varían. Por ejemplo, Barranquilla, Antioquia y la
región que hoy constituye el departamento del Valle obtuvieron mejores resultados que el agregado nacional. En ese mismo siglo, y al abordar el proyecto de
la Regeneración, el autor critica a los investigadores que argumentan que este
impuso un diseño institucional retardatario, heredado de los españoles. Afirma
que esa conclusión, basada en los postulados de la economía neoclásica, es «utópica y romántica». Concluye que la Regeneración fue una solución práctica a los
problemas que enfrentaba el país y que «sus políticas económicas y monetarias
fueron exitosas en tanto fueron cuidadosos, sin irresponsabilidad en la emisión
de dinero» (p. 173). Estas son afirmaciones controvertibles y sobre las cuales no
existe consenso a pesar de ser uno de los temas más discutidos dentro de la historiografía nacional. A pesar de esto, en parte debido a la amplitud del tema de
estudio, el autor suministra pocos argumentos para sustentarla.
Instituciones, desarrollo y regiones: El caso de Colombia es un trabajo tremendamen­
te ambicioso, tanto en lo teórico como en su discusión de procesos históricos de
207
RESEÑAS DE LIBROS
larga duración. El autor hace un esfuerzo importante por condensar la evolución
institucional de tres regiones colombianas y por explicar sus efectos sobre el desempeño económico. Sin embargo, un periodo de estudio de poco más de quinientos años y un tema tan amplio impone serias restricciones al análisis. La posibilidad que tiene el autor de profundizar en cada uno de los temas es limitada. No
obstante, es satisfactorio constatar el enorme potencial que tienen trabajos de
este tipo para ahondar en la comprensión de las limitantes institucionales al desarrollo económico en países que, como Colombia, enfrentan enormes desafíos.
Desafíos que en gran medida son el efecto acumulado de su historia.
Ricardo kerguelén méndez
Universidad de California, San Diego
208
POR QUÉ AMÉRICA LATINA NO DEMANDA BUENAS
POLÍTICAS PÚBLICAS La economía política de la política macroeconómica en América Latina:
El contexto institucional y distributivo de su reforma.
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Costa Rica
Eduardo Wiesner Durán
Banco de la República/Universidad de los Andes,
Facultad de Economía, Bogotá, 2010, 344 p.
Esta obra presenta una aproximación al análisis sobre la política económica,
consistente y complementaria con algunos de los trabajos desarrollados previamente por el autor. Eduardo Wiesner, destacado economista de la Universidad
de los Andes con posgrado en la Universidad de Stanford, es un prolífico escritor
cuya obra ha sido enriquecida por sus experiencias como funcionario nacional e
internacional. Ha sido jefe del Departamento Nacional de Planeación, ministro
de Hacienda y Crédito Público, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional y miembro del Directorio Ejecutivo
del Banco Mundial.
En un trabajo titulado «Los aportes de Eduardo Wiesner al pensamiento económico colombiano» (Revista de economía institucional, No. 14, primer semestre
de 2006), Jorge Iván Gonzalez describe a Wiesner como «un analista de la política
económica con gran preocupación por las variables políticas». Fue Wiesner, precisamente, uno de los primeros divulgadores en Colombia de las ideas del Premio
Nobel de Economía, Douglass North, especialmente en su libro La efectividad de
las políticas públicas en Colombia: Un análisis neoinstitucional (Bogotá: Tercer Mundo/dnp, 1997), que ha tenido gran influencia sobre los estudios de economía institucional en el país.
La economía política de la política macroeconómica en América Latina contiene una
muy completa revisión de la extensa literatura sobre el tema. El texto recoge ideas
provenientes de no menos de 450 referencias bibliográficas, que presenta de forma ordenada. Desde estudios teóricos hasta análisis empíricos, se incluye todo el
acervo de la literatura actual sobre el tema. En consecuencia, se trata de una obra
de obligada lectura tanto para economistas interesados en los complejos desarrollos teóricos de la economía política, así como para aquellos que se enfocan en
las no menos difíciles vicisitudes de la realidad de la política macroeconómica.
209
RESEÑAS DE LIBROS
La obra se inicia con un detallado marco conceptual organizado en dos capítulos. El primero contiene un análisis de las reformas económicas llevadas a cabo
en América Latina y abarca dos ejes: por una parte, la evolución de las políticas
públicas, sus demandas y el desarrollo de las instituciones y, por otra, aspectos específicos de la política macroeconómica, haciendo énfasis en innovaciones de la
política monetaria, tales como la independencia del banco central y el esquema
de inflación objetivo.
Entre las premisas conceptuales que soportan las ideas presentadas y que se
describen en esta parte del libro se destacan el papel de la estabilidad macroeconómica como un derecho fundamental, la relación entre la volatilidad macroeconómica y la distribución del ingreso y la aproximación a la elaboración de las
políticas como un problema de agente-principal.
En el segundo capítulo, Wiesner muestra un amplio panorama de la economía política de algunos elementos de la política macroeconómica, enfocándose
en los problemas de acción colectiva que condicionan la efectividad de las políticas
y favorecen intereses de corto plazo. Quizás un reparo menor que se le puede hacer
a esta parte es que un mayor orden analítico habría facilitado más la comprensión del texto.
La segunda parte del libro es un ejercicio de economía comparativa que se enfoca en seis países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y Perú. Aquí
hay tres aspectos centrales: un diagnóstico de la economía política; un análisis de
la respuesta de política en periodos de turbulencia interna o externa, y, por último,
los desarrollos institucionales que buscan alcanzar una mayor equidad.
Para Argentina, el análisis se centra en la regla de convertibilidad con que operó
la tasa de cambio peso/dólar durante prácticamente toda la década de los noventa —parte del eterno debate entre la rigidez y credibilidad que dan los esquemas
preestablecidos y la flexibilidad de actuar con políticas discrecionales— así como
en la respuesta a la crisis que surgió en 2001.
En el caso de Brasil se enfoca en la figura del presidente Lula y su gobierno.
Plantea cómo la economía política y la demanda por políticas redistributivas en vez
de afectar adversamente la estabilidad, la fortalecieron. Recoge, además, la experiencia de lo ocurrido durante las crisis de 1999 y 2002 que afectaron a ese país.
En cuanto a Chile, el libro se aparta de la explicación del éxito de sus institu­
ciones y políticas como resultado de las decisiones tomadas durante la dictadura
del General Pinochet. Para Wiesner, la fortaleza institucional de Chile es anterior a 1973, cuando se produjo el golpe militar, pero advierte que muchas de las
210
RESEÑAS DE LIBROS
políticas emprendidas por la dictadura se mantuvieron durante la transición democrática y destaca elementos como la regla fiscal, que tanto se ha discutido en
Colombia como elemento de estabilidad.
Al enfocarse en Colombia se detiene en dos aspectos. De una parte, examina
el apego por las normas constitucionales que caracteriza la política económica
en lo fiscal a través de la figura de las transferencias, que crea un esquema de
descentralización relativa, y, de otra, la transformación del Banco de la República
en ente autónomo del Estado. Sobre este último elemento plantea la pregunta
de si existía verdaderamente una demanda por un banco central independiente y
afirma que fue, en realidad, la oferta expresada a través de funcionarios con altos
conocimientos técnicos lo que llevo a adoptar esa figura.
Wiesner toma a Costa Rica como punto de referencia para tratar el caso de un
país de gran estabilidad política, gracias a una tradición de políticas consensuadas, pero que genera dudas y planteamientos encontrados sobre su eficacia, pues
hay temores sobre la capacidad de estos acuerdos para dar solución a problemas
de formulación y ejecución de políticas públicas.
Por último, Wiesner se refiere al caso peruano, que está mediado de forma
particular por una especie de desconfianza hacia lo que en el imaginario popular
se considera un sistema «injusto». De esta manera, Wiesner plantea un elemento
político que se hace evidente en las elecciones presidenciales, en las cuales los votantes han optado por alternativas políticas como Fujimori, Humala o el retorno
de Alan García, asumiendo desde su punto de vista, que estos, al estar por fue­ra de los partidos tradicionales o adoptar un discurso cercano al populismo, brindan alguna garantía contra la existencia de instituciones y grupos de presión que
defienden, desde la orilla opuesta, la estabilidad económica y el crecimiento. Esto
ha generado un sistema político inestable en un ambiente de altas tasas de crecimiento económico y de fortalecimiento institucional.
Wiesner propone varias hipótesis basadas no solo en elementos propios de los
incentivos económicos, sino que involucran aspectos históricos y políticos que le
imprimen a su análisis enorme validez y honestidad académica. Cambia los roles
de la política económica tradicionalmente asumida como una variable exógena y
la economía política y la distribución del ingreso, normalmente endógenas en los
análisis económicos. No es, por lo tanto, la distribución del ingreso y de poder al
interior de una sociedad una simple consecuencia, sino que es la causa de la forma
como se hace la política macroeconómica y, a partir de esta relación, se genera
un círculo vicioso.
211
RESEÑAS DE LIBROS
De esta manera, la ausencia de una demanda fuerte por una política macroeconómica seria y consistente ha llevado a América Latina a crecer de forma
errática, con ciclos económicos muy pronunciados que no han permitido erradicar la pobreza y la desigualdad. La inequidad en la distribución es la causa de malas políticas, como resultado de la menor exigencia que enfrentan los hacedores
de política por mayor eficiencia y efectividad en las mismas. Tal como lo señala
en el prólogo Alejandro Gaviria, esto se distancia de la visión de otros estudiosos
del tema, como James Robinson, quien culpa de las malas políticas y de la inestabilidad a los hacedores de política: el problema es la oferta, no la demanda.
A partir de estas ideas se puede generar una interesante discusión acerca del
origen del problema, que es quizás la intención de Wiesner. Para él, el inconveniente es una mala distribución del ingreso que perjudica el interés y la capacidad
de presión del público por políticas en pro de la estabilidad. Para otros autores,
la demanda existe, pero enfrenta obstáculos a la hora de transmitir su mensaje
hacia quienes toman las decisiones. Por último, otros análisis atribuyen las fallas
a la presencia de demandas particulares que tienen mayor capacidad de influir
en las altas esferas del poder.
Si bien Wiesner no hace a un lado las últimas dos explicaciones dentro del argumento de su libro, sí es cierto que deja sin explorar algunas relaciones sociales
y procesos políticos como los que se señalan en el párrafo anterior, que también
han conformado el aparato institucional latinoamericano y que han segregado
del acceso al mismo a grupos sociales, minorías particulares e incluso regiones
periféricas. Queda esta labor para futuras investigaciones.
César Corredor Velandia
Instituto de Estudios Económicos del Caribe
Universidad del Norte
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RASTREANDO LA EVOLUCIÓN DE LA CIENCIA LÚGUBRE
Grand Pursuit: The Story of Economic Genius*
Sylvia Nasar
New York: Simon & Schuster, 2011, 558 p.
En 1998, Sylvia Nasar saltó a la fama en el mundo anglosajón con la publicación de A Beautiful Mind (New York: Simon & Schuster, 1998), su aclamada
biografía de John Nash, el genio matemático que padecía de esquizofrenia y que
ganó el Premio Nobel de Economía por sus contribuciones al desarrollo de la teoría de juegos. El libro, traducido al español como Una mente prodigiosa (Barcelona:
Mondadori, 2001), se convirtió también en un popular filme que ganó el Oscar
a la Mejor Película en 2001.
Nasar, quien fue periodista de las páginas económicas de The New York Times y
es hoy profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, en
Nueva York, ha escrito ahora, no la biografía de un genio, sino la historia de una
idea económica. El propósito de Grand Pursuit: The Story of Economic Genius es rastrear la conversión de la economía, de una disciplina marcada por el pesimismo
(la «ciencia lúgubre», según el célebre baculazo del historiador Thomas Carlyle)
a una que poco a poco entendió que el capitalismo puede ser un promotor de
prosperidad y no necesariamente un generador de miseria. Escribe Nasar:
La idea de que el hombre es una criatura de su circunstancia, y que esas circunstancias no eran predeterminadas, inmutables, o absolutamente impermeables a la
intervención humana es uno de los descubrimientos más radicales de todos los
tiempos. … Era un llamado al optimismo y a la acción, en vez del pesimismo y
la resignación. Antes de 1870, la economía versaba principalmente sobre lo que
no se podía hacer; después de 1870, era principalmente sobre lo que se podía
hacer. La idea [de que era posible el progreso material de la humanidad] se afianzó durante la Era Victoriana en Londres. De allí se propagó como ondas en un
estanque hasta que transformó sociedades enteras alrededor del mundo. Todavía
se está propagando.
*
Las citas de Grand Pursuit fueron traducidas al español por el autor de esta reseña.
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RESEÑAS DE LIBROS
Pero, además, Grand Pursuit tiene otro gran tema que, aunque Nasar no lo
enmarca así explícitamente, es un hilo conductor de buena parte del libro: el desarrollo de la noción de que los grandes ciclos de la economía y el desempleo masivo no son un mal inevitable del capitalismo, pues la sociedad puede, mediante
la intervención del Estado, prevenir, mitigar o corregir las recesiones. La estrella
aquí, por supuesto, es John Maynard Keynes, y los temas de fondo, todavía hoy
objeto de debate, se refieren a los alcances de la políticas monetaria y fiscal y a si
esos altibajos macroeconómicos son generados por el propio sistema económico,
se derivan de choques aleatorios externos o si, como sostenía Schumpeter, son
intrínsecos al sistema y lo depuran.
El título del libro, Grand Pursuit: The Story of Economic Genius, puede traducir­
se como espléndida o magnífica búsqueda o vocación, la historia del genio económico. De hecho, la obra es una especie de homenaje intelectual a quienes, en
opi­nión de Nasar, han contribuido a convertir la disciplina de la economía en un
«instrumento de maestría» — hombres y mujeres que ayudaron a construir el «motor de análisis» de que hablara Marshall y a innovar sobre la economía como
«aparato de la mente», al decir de Keynes.
Aunque en los tiempos que corren puede resultar un despropósito ensalzar las
virtudes de nuestra cuestionada disciplina, Grand Pursuit es un texto absorbente y
muy bien escrito — con frecuencia elocuente. Nasar hace gala de las dos cualidades claves de un buen periodista económico: la capacidad de darle contexto a su
relato y la facilidad para traducir a lenguaje sencillo las complejidades de la economía. El libro, además, refleja una enorme diligencia investigativa a partir de
fuentes primarias y secundarias, y un ojo poco común para el detalle revelador.
El lector encuentra en las páginas de Grand Pursuit perlas fascinantes que le
imprimen gran agilidad y hasta humor al texto. Las simpatías republicanas del
novelista Charles Dickens «eran tan difíciles de ignorar como las escandalosas
corbatas que ostentaba». Karl Marx, un personaje que evidentemente no goza de
las simpatías de Nasar, era un hombre «de corta estatura, fornido, una figura casi
napoleónica, de grueso pelo muy negro que le brotaba de mejillas, brazos, nariz
y orejas». De Beatrice Webb, la escritora socialista y fundadora con su marido,
Sidney, del London School of Economics, nos enteramos que «los hombres se
encantaban con ella, especialmente cuando se daban cuenta de que se negaba a
tomarlos en serio». De Joan Robinson, la iconoclasta economista de Cambridge
que abrazó con ardor el maoismo y su poco femenina indumentaria, dijo Joseph Schumpeter que era «uno de los mejores de nuestros hombres». Y Milton
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RESEÑAS DE LIBROS
Friedman, el futuro adalid de la libertad de mercados, contribuyó a implantar en
los Estados Unidos el sistema de retención de impuestos en la fuente que, más
que muchos otros factores, ayudó a expandir para siempre el tamaño del sector
público.
El libro se divide en tres partes o «actos»: esperanza, temor y confianza. Esperanza se refiere a los esfuerzos de pensadores victorianos por diagnosticar las
causas y buscar soluciones a lo que entonces se denominaba la «cuestión social»
— los extremos de pobreza y riqueza desatados en Inglaterra por la primera fase
de Revolución Industrial y la consecuente aprehensión de que estallaría un levantamiento popular. Temor, el segundo acto de Grand Pursuit, se refiere al periodo
de gran inestabilidad económica entre las dos guerras mundiales y, en particular,
a la crisis de la Gran Depresión de los años treinta, cuando el mundo heredado
del siglo xix y las virtudes del laissez-faire quedaron en entredicho. Confianza, el
tercer acto, trata de cómo, después de la Segunda Guerra Mundial, se esparció a
todos los rincones del mundo la prosperidad de Occidente, impulsada, insinúa
Nasar, por el mayor control de la política económica, producto de la revolución
keynesiana y de la aplicación de los modelos desarrollados por los economistas.
La primera parte es la más sustantiva del libro. Dos figuras de la segunda mitad
del siglo xix se destacan aquí: Karl Marx, para quien la rapacidad de los capitalistas mantenía a los trabajadores explotados al filo de la subsistencia, y Alfred
Marshall, profesor de la Universidad de Cambridge, quien fue pionero en darse
cuenta de que en su época estaba ocurriendo precisamente lo contrario, que el
crecimiento económico estaba generando un aumento en el estándar de vida de
los trabajadores.
Para los economistas clásicos ingleses, inspirados en las ideas de Malthus, la
Ley de Hierro de los Salarios implicaba que, a largo plazo, las presiones demográficas mantenían la remuneración al trabajo en el nivel de subsistencia; sin el motor
del cambio tecnológico, la economía tendía hacia el llamado estado estacionario.
La pobreza era consecuencia de la irresponsabilidad de los pobres, quienes se
reproducían más allá de las posibilidades de la economía. Para Marx, en cambio,
los extremos de riqueza y de pobreza de su época eran consecuencia de la Revolución Industrial. «La pobreza —escribe Nasar— no era, por supuesto, nueva». Pero
la pobreza urbana extrema paralela a la creciente riqueza parecía artificial, «hecha
por el hombre». Según la doctrina marxista, los pobres eran pobres porque los
ricos eran ricos. El proletariado tenía pocas esperanzas de mejorar, de manera
que el sistema conducía inexorablemente a la revolución — el pronóstico que
muchos creían posible.
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RESEÑAS DE LIBROS
Inspirado en Marx y en las vívidas novelas de Dickens, que describían la desgarradora miseria urbana de la Inglaterra victoriana, Alfred Marshall «no dudaba
que la principal causa de la pobreza eran los bajos salarios, pero ¿qué causaba
que los salarios fueran bajos?». Marshall llegó a un diagnóstico distinto: la causa
era la baja productividad. De sus observaciones directas en las muchas empresas
que visitaba —a diferencia de Marx, quien, según Nasar, jamás pisó una fábrica—
Marshall dedujo que «la competencia obligaba a los propietarios y gerentes a
introducir constantemente pequeños cambios para mejorar sus productos, sus
técnicas de producción». En estas circunstancias, se elevaba la demanda por trabajadores entrenados que devengaban «dos, tres, cuatro veces» más que trabajadores sin entrenamiento.
… la demanda por trabajo, no solo la oferta, ayudaba a determinar el salario. Si
este era el caso, el salario promedio no sería estacionario. En la medida en que la
tecnología, la educación y las mejoras en la organización aumentaban la productividad, el ingreso de los trabajadores aumentaría en paralelo. Los frutos de una
mejor organización, del conocimiento y de la tecnología eliminarían, con el tiempo, la principal causa de la pobreza. La actividad y la iniciativa, no la resignación,
estaban a la orden del día.
Marshall, en otras palabras, destruyó, con su observación e intuición, tanto
el paradigma clásico, de que la única forma de elevar los salarios era limitando el
aumento de la población, como el marxista, de que los capitalistas acaparaban
todos los frutos del progreso. Inició así la transformación de la economía en el
estudio de las formas de mejorar la condición material de la sociedad. La «ciencia
lúgubre» dejó de ser lúgubre.
A pesar de su amenidad, Grand Pursuit tiene varios problemas. El principal de
ellos es que, después de Marshall, el libro se diluye en otros temas pues, en cierto
modo, abandona su propósito original. Ya la obra no es la historia de «la idea»
sino un tour, por lo general entretenido, por temas de contexto político y económico y, en especial, por detalles de la vida pública y privada de sus personajes. El
resultado es un libro idiosincrásico, una mezcla de las teorías económicas y de las
vidas de los teóricos, donde con frecuencia su entusiasmo por lo anecdótico desvía su atención del tema central. Más que una historia con coherencia narrativa,
el libro es un mosaico de vidas de economistas. El lector se lleva la sensación de
que Nasar ha escogido algunos personajes más por su colorido y vivacidad que
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RESEÑAS DE LIBROS
por su pertinencia para la historia que se propuso abordar. Además, contrario a
lo que anuncia el subtítulo, esta no es, como observó Robert Solow en una reseña del libro, una historia del «genio económico»: algunos personajes lo son, otros
lo son menos, y otros más no lo son.
Pero, además, el libro omite temas esenciales. Por ejemplo, no se considera a
espacio el renacimiento de la teoría del crecimiento económico después de Keynes y solo hay una pasajera alusión al trabajo pionero de, precisamente, Solow,
quien llevó al centro de la teoría del crecimiento la importancia fundamental del
cambio tecnológico. Saltar de Keynes a las excentricidades de Joan Robinson y,
pasando por Friedman y Samuelson, brincar al trabajo de Amartya Sen deja mucho por fuera. De hecho, la gran evolución de «la idea» después de 1950 recibe somera atención. Se ignora, por ejemplo, un tema de frontera tan pertinente como
el rico debate actual sobre el papel de las instituciones, la geografía y la cultura en
el crecimiento económico a largo plazo.
Una omisión mayor es también la referencia pasajera que el libro hace a la
actual recesión del mundo desarrollado. Nasar escribe que «aun la Gran Recesión
de 2008 a 2009, la más severa crisis económica desde los años treinta, no reversó
las ganancias anteriores en productividad e ingresos. La expectativa de vida siguió
aumentando. El sistema financiero mundial no colapsó. No ocurrió una segunda
gran depresión». Todo ello es cierto… hasta ahora. Pero el punto es otro: parte
de la responsabilidad de la crisis es del pensamiento económico imperante — del
supuesto «instrumento de maestría» que ayudaron a forjar los héroes de Nasar.
Para muchos economistas —más notablemente, Paul Krugman y Joseph Stiglitz—
la crisis se debió en buena parte a que la profesión echó al olvido las lecciones
aprendidas del pasado, en especial, el keynesianismo básico, y se entregó de nuevo al muy cuestionable paradigma de la infalibilidad de los mercados. Los economistas se cegaron ante la posibilidad de que la economía de mercado colapsara y,
como ha escrito Krugman, confundieron la belleza de sus irreales modelos con la
verdad. En esto tienen responsabilidad los muchos que han contribuido a darle
a la economía unos niveles tales de abstracción que con frecuencia la divorcian
de la realidad.
Finalmente, resulta difícil entender la figuración en el libro de algunos personajes o de ciertas facetas de sus vidas. Un caso es el de Beatrice Webb, quien
no fue propiamente una pensadora económica ni dejó un notable legado intelectual. Después de apechar un largo capítulo —casi 50 páginas— sobre la juventud y
la vida sentimental de Beatrice, el lector por fuerza se pregunta qué tiene que ver
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RESEÑAS DE LIBROS
esto con la idea que inspira al libro. Aunque llena de anécdotas y pasajes interesantes, la historia personal e intelectual de Joan Robinson y sus arrebatos maoístas es también una distracción. En cuanto a Schumpeter, cabe preguntarse qué
relevancia puede tener el largo relato de su vida en Viena, salvo para contar sus
excentricidades, que incluían un gusto por desafiar a la sociedad vienesa paseándose por las calles de la ciudad con una prostituta sentada en cada pierna. Luego
de todo esto, el capítulo dedicado a Amartya Sen, el economista indio y Premio
Nobel que ha hecho significativas contribuciones a la economía del bienestar y al
estudio de la pobreza y las hambrunas, se lee como un anticlimax.
Grand Pursuit es un muy buen libro si no se juzga por el propósito de su autora, pues comienza como la historia de una idea cuyo hilo poco a poco se pierde.
Por esta razón, la obra defrauda un tanto: no ofrece un articulado rastreo de cómo
ha evolucionado la idea del progreso material en el pensamiento de los economistas. Pero es brillante en su narrativa de vívida prosa y en la explicación del contexto
en que actúan los personajes que desfilan por sus absorbentes páginas.
Haroldo Calvo Stevenson
Universidad Tecnológica de Bolívar
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Instructivo para los autores
Introducción
1. Economía & Región es una publicación semestral de la Facultad de Economía
y Negocios de la Universidad Tecnológica de Bolívar que tiene como propósito divulgar, entre académicos, estudiantes y profesionales, trabajos
académicos en economía y, en general, en las ciencias sociales, con especial
énfasis en temas relacionados con la Región Caribe colombiana. La revista
considerará para su publicación trabajos originales e inéditos de investigación, de reflexión y de revisión de la literatura, aunque podrá reproducir
escritos o documentos ya publicados que, por su calidad y/o pertinencia,
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evaluación por dos pares académicos anónimos.
Presentación del texto
2. El texto debe ser enviado por medio electrónico. El archivo debe contener
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empleada y las principales conclusiones. Enseguida se indicarán las palabras claves del escrito y por lo menos dos números de la clasificación
del Journal of Economic Literature (jel).
d. Los títulos de las secciones deben aparecer en fuente Times New Roman
12, en negri­llas y a la izquierda del texto. Se numerarán en forma consecutiva con números romanos (i, ii, iii, iv, etc.). Si el escrito tiene más
divisiones se debe emplear primero A, B, C, etc. y después 1, 2, 3, etc.
En lo posible, deben limitarse a tres tipos (A, 1, a) las sub­divisiones del
texto.
e.Las ecuaciones, funciones y fórmulas matemáticas deben ir en líneas
separadas del texto y listadas con números arábigos consecutivos.
f. Las notas de pie de página deben usarse con poca frecuencia y solo para
aclarar o ex­pandir alguna idea o concepto que no quepa en el texto. Los
remitidos a los títulos listados en las referencias deben insertarse siempre en el texto y citarse con el apellido del autor o autores, seguido del
año de publicación y de la página. Ejemplos: (López, 1990, p. 37); (Pérez
y González, 1979, p. 234-35); (Acemoglu et. al., 2004, p. 89).
g. Al final del texto deben incluirse las referencias, que es el listado de los libros y artículos consultados y/o citados para la elaboración del escrito.
El listado debe hacerse en orden alfabético por apellidos de los autores
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INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES
(salvo en artículos periodísticos que no aparecen con autor, en cuyo caso
se incluirá según la primera letra del título). Los títulos de libros, revistas y periódicos deben aparecer en cursivas y sin negrillas o comillas.
Los títulos de artículos deben escribirse en letra ordinaria, entre comillas y sin negrillas. Las referencias del internet deben informar la fecha
en que fueron consultadas. Ejemplos:
Para referenciar un libro:
Diamond, Jared (1998) Guns, Germs, and Steel. New York: Norton
Para referenciar un artículo en revista:
Fuchs, Victor (2001) «El futuro de la economía de la salud», Lecturas de
economía, No. 55, julio-diciembre, pp. 9-30
Para referenciar un artículo periodístico:
Hommes, Rudolf (2009) «La crisis de la diplomacia en la región andina», El Tiempo, agosto 14, p. 1-15
Para referenciar un escrito bajado del internet:
Romero, Julio (2008) «Transmisión regional de la política monetaria
en Colombia», Banco de la República, Documentos de Trabajo sobre
Economía Regional No. 107, octubre, www.banrep.gov.co [consultado
agosto 12 de 2009]
h.Los cuadros, tablas, gráficos y mapas, si los hay, deberán presentarse
en formato Excel en páginas independientes y en blanco y negro, indicándose en el cuerpo de este los sitios apropiados para su inserción. En
todos los casos, se deberá emplear numeración consecutiva independiente (Cuadro 1, Cuadro 2, etc.; Gráfico 1, Gráfico 2, etc.) e indicar
al pie la fuente de información. Los gráficos y mapas se presentarán
confeccionados para su reproducción directa; se deberán enviar copias
de los archivos de imágenes y tablas en sus formatos originales, para
poder ser reeditados en caso necesario.
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7. El Comité Editorial decidirá sobre su publicación con base en los conceptos de dos pares académicos anónimos. Estos árbitros serán profesionales
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