Reg.: A y S t 244 p 287-293. Santa Fe, 28 de mayo del año 2.012. VISTA: La queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la defensa técnica de M. I. P. contra la sentencia 34, del 12 de febrero de 2010, dictada por la Sala Primera -integrada- de la Cámara de Apelación en lo Penal de la ciudad de Rosario en autos "P., M. I. -Homicidio culposo- (Expte. 957/09)" (Expte. C.S.J. N° 145, año 2010); y, CONSIDERANDO: 1. Por acuerdo del 12 de febrero de 2010, la Sala Primera -integrada- de la Cámara de Apelación en lo Penal de la ciudad de Rosario resolvió no hacer lugar a la suspensión del juicio a prueba y confirmar la sentencia de primera instancia por la que, a su turno, se había condenado a M. I. P. por el delito de homicidio culposo a la pena de dos años y seis meses de prisión de ejecución condicional, más seis años y seis meses de inhabilitación especial y efectiva para conducir vehículos automotores y las costas del proceso, y se le había impuesto como regla de conducta la obligación de someterse al cuidado del Patronato de Liberados por el términos de dos años (arts. 84, 26, 27, 29 inc. 3, 40 y 41 del Código Penal; cfr. fs. 27/29). Contra dicha resolución, la defensa técnica del imputado interpone recurso de inconstitucionalidad (fs. 1/6). Sostiene que se han violado los derechos al juez natural y a la doble instancia. Expone que la Sala no es tribunal de primera o única instancia, por lo que no era competente para emitir la decisión atacada y que, al resolver el pedido de suspensión del juicio a prueba, privó a P. del derecho al recurso contemplado en el artículo 8.2.h. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Entiende que la Alzada debió remitir la petición al Juez correccional para su sustanciación y suspender la tramitación de los recursos de apelación y nulidad contra la sentencia de primera instancia. Afirma que sólo después de que el pedido fuera rechazado en primera instancia y, en su caso, fuera desestimada la impugnación de tal decisión por la Cámara y quedara firme tras los recursos de inconstitucionalidad local, queja y extraordinario federal que eventualmente se dedujeran, la Cámara podía decidir la cuestión de fondo, esto es, la apelación contra la sentencia condenatoria. Manifiesta que al haber sido dictado el fallo por un Tribunal incompetente, se configura un caso de nulidad genérica -atinente a la vulneración de las formas que hacen al nombramiento, capacidad y constitución del juez o tribunal- que debe ser declarada aun de oficio en cualquier estado y grado del proceso. En otro orden, tacha al fallo de inconstitucional por quebrantar el estado de inocencia y resolver arbitrariamente sobre el límite temporal para solicitar la suspensión del juicio a prueba. Trae en apoyo de su postura, una opinión doctrinal que sostiene que es posible aplicar "la suspensión de la pena antes de su pronunciamiento firme", y un fallo de la Cámara Penal de Santa Fe en el que se concluyó que el pedido puede realizarse hasta tanto no exista condena definitiva, por ser éste el momento en que se agota aquello que se pretende suspender, es decir, el juicio (f. 2v.). Hace referencia a que, tal como se desprende del fallo "Acosta" de la Corte nacional, el principio "pro homine" es una pauta esencial para privilegiar la interpretación legal que más derechos acuerde al ser humano frente al poder estatal. Y con cita de un artículo de doctrina, destaca que no se puede invocar lo avanzado del trámite del proceso como argumento para rechazar la solicitud de "probation", pues importaría una interpretación "in malan partem" de la ley. Concluye en que es aconsejable ubicar el límite temporal para la solicitud del beneficio en la sentencia no firme, salvo que la calificación del hecho mantenida a lo largo del proceso impida solicitar la suspensión, caso en el que debe permitirse al imputado postular el beneficio aun luego de la sentencia del tribunal del juicio y hasta que la misma adquiera firmeza. Aclara que el pronunciamiento que finaliza el juicio es, en los supuestos de juicio escrito con apelación ante la Alzada, el de la Cámara, y por ende, el planteo fue tempestivo. 2. La Sala Primera -integrada- de la Cámara de Apelación en lo Penal de la ciudad de Rosario, por auto de fecha 4 de mayo de 2010, resuelve denegar la concesión del recurso de inconstitucionalidad, entendiendo que la presentación no se basta a sí misma, no se cumplió con el recaudo de oportuna introducción y mantenimiento de la cuestión constitucional, y que la defensa formula una mera discrepancia de criterio con la decisión adoptada (fs. 11/v.). Tal denegación motiva la presentación directa del impugnante ante esta Corte (fs. 14/21). 3. En primer término, y en relación al planteo efectuado por el recurrente en cuanto invoca "quebrantamiento del derecho al Juez Natural y a la doble instancia", por haber rechazado la Cámara la petición de suspensión del juicio a prueba al resolver la apelación ordinaria de la sentencia condenatoria, cabe señalar que si bien no es motivo suficiente para anular la resolución del A quo, de todos modos incide en el alcance que debe asignarse a la presente impugnación. 3.1. En este sentido, no se advierte que la decisión de los Magistrados de resolver la solicitud de suspensión del juicio a prueba, efectuada por la defensa al expresar agravios contra la sentencia condenatoria, haya implicado violación a la garantía del juez natural o a las reglas de competencia, toda vez que -tal como correctamente lo señala la Fiscal de Cámaras a f. 9 y el A quo a f. 11v.- fue la propia parte quien provocó que el Tribunal se expidiera sobre el tópico al incluir la cuestión de la "probation" dentro de sus críticas al fallo de grado. En consecuencia, la teoría de los actos propios demuestra la inconsistencia de tal pedido de nulidad. 3.2. Sin perjuicio de ello, cabe destacar que en una interpretación progresiva de la garantía consagrada en el artículo 8.2.h de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, debe concluirse en que ésta resulta aplicable a la resolución que rechaza definitivamente el pedido de suspensión de juicio a prueba. Ello determina la necesidad de efectuar una revisión amplia e integral de lo decidido respecto de la procedencia en el caso del beneficio, en todos aquellos aspectos que han sido materia de agravio (conforme interpretación asignada por la C.I.D.H. en "Herrera Ulloa vs. Costa Rica" y por la C.S.J.N. en Fallos:328:3399), la cual será efectivizada por esta Corte a través de una flexibilización del recurso de inconstitucionalidad local. 4. Conforme lo expuesto en el punto anterior, se efectuará una revisión ordinaria de lo resuelto por el Tribunal en relación al pedido de suspensión del juicio a prueba, lo cual obliga a analizar la temporaneidad de la solicitud, efectuada -como se indicó- luego de la sentencia condenatoria de primera instancia no firme. Ello considerando que la Cámara entendió que "ha precluido la instancia oportuna para reclamar el beneficio, por lo que el pedido resulta inadmisible al haberse efectuado ya fenecido el tiempo oportuno para hacerlo y en consecuencia debe rechazarse" y que la defensa se agravió de tal denegatoria citando opiniones doctrinales que admitirían la posibilidad de la solicitud hasta la firmeza del fallo e invocando la aplicación del principio "pro homine" (f. 28). Siendo tal la cuestión a resolver, debe anticiparse que el planteo no puede prosperar. 5. En efecto, en la actual regulación procesal del instituto cabe entender que el punto límite para la petición es -en principio- el dictado de la sentencia de grado, aun cuando lo esperable es que los pedidos se efectúen en la etapa investigativa en un uso racional del instituto. Ello es así por cuanto el acápite del artículo 24 de la ley 12734 (art. 8 II en C.P.P vigente) alude a la "suspensión del procedimiento a prueba" -debiendo entenderse por tal al conjunto de actos ejecutados por las partes que conducen a un pronunciamiento acerca de la cuestión objeto del litigio- y por la alusión de la norma a que la solicitud debe formularse "al tribunal que corresponda", pudiendo ser tal el juez de la investigación penal preparatoria o el órgano jurisdiccional de juicio (Erbetta, Daniel; Orso, Tomás; Franceschetti, Gustavo; Chiara Díaz, Carlos: "Nuevo Código Procesal Penal de la Provincia de Santa Fe Comentado Ley 12734", Ed. Zeus, Rosario, pág. 124; Erbetta, Daniel; Franceschetti, Gustavo; Orso, Tomás: "Código Procesal Penal de la Provincia de Santa Fe. Texto vigente según leyes 6740, 12.734, 12.912 (texto ordenado por decreto 125/2009). Análisis y comentario a la Ley de Implementación Progresiva y artículos de la ley 12.734 que entran en vigencia", Editorial Rubinzal-Culzoni, Sta. Fe, 2009, pág. 78). Tal hermenéutica de la ley procesal resulta, por lo demás, compatible con la normativa de la regulación nacional (arts. 76 bis y sgtes. del C.P.) y con aquella finalidad del instituto que lo visualiza como un medio para alcanzar el empleo racional de los recursos estatales y para descongestionar el sistema penal, evitando la realización de procesos penales y el dictado de sentencias en casos que de todos modos -aun de ser condenatorias- no derivarán en la imposición de penas privativas de libertad efectivas. Asimismo, también resulta -en contra de lo sostenido por el impugnante- acorde con el principio "pro homine", al admitir la procedencia de la "probation" hasta el fin del procedimiento, es decir hasta el último momento posible sin llegar a la distorsión de su esencia. Es que no puede eludirse al interpretar las normas que regulan la "probation" la necesidad de evitar aquella teleología que viabilice eventualmente prácticas abusivas. En efecto, debe analizarse necesariamente el empleo desleal del instituto que se habilitaría si se asignara a los imputados la posibilidad de no solicitar su aplicación durante la etapa investigativa y el juicio con un mero fin especulativo -apostando a eludir no sólo la condena sino también cualquier exigencia del sistema-, accediendo a cumplimentar las condiciones requeridas para obtener el beneficio de la "probation" (reparación del daño, pago de la multa, sometimiento a reglas de conducta, etc.) sólo en caso de ver drásticamente reducidas sus posibilidades de resultar absuelto por contar ya con sentencia condenatoria de primera instancia. 6. Finalmente, aun cuando se reconozca la eventual posibilidad de sortear tal límite en algún supuesto excepcional en que esté suficientemente justificada la petición tardía y claramente descartada la mencionada finalidad especulativa, ello no ocurre en el caso de autos. De este modo, si bien en el escrito de queja el recurrente invoca que no efectuó la petición con anterioridad a la sentencia argumentando que "antes del nuevo C.Pr.P. según la regulación del C.P., éste no podía solicitarse para delitos penados con inhabilitación" (f. 18v.), en realidad tal intento de justificación no resulta atendible, considerando que es sabido ha habido numerosos precedentes jurisprudenciales que entendieron que la regulación del instituto prevista en el Código Penal permitía la suspensión del juicio a prueba en casos de pena conjunta de inhabilitación (tesis amplia respecto de la interpretación del párrafo 8vo., art. 76 bis C.P.). Asimismo, la inconsistencia del planteo luce manifiesta si se advierte que la sentencia de grado fue dictada más de un mes después de la entrada en vigencia del nuevo sistema procesal -29.03.2009-, por lo cual en el propio razonamiento del compareciente no se explica el motivo por el cual no presentó la solicitud antes del dictado del fallo condenatorio de primera instancia, ni siquiera al efectuar la opción para la aplicación de la nueva normativa procesal penal -tal como se infiere del dictamen de la Fiscal de Cámaras a f. 8v.-. 7. Por los motivos expuestos, debe concluirse que lo resuelto por la Sala al rechazar por extemporáneo el pedido de suspensión del juicio a prueba resulta razonable y acorde a la normativa vigente sobre la cuestión, por lo cual corresponde el rechazo de la presente queja. Por ello, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESUELVE: Rechazar la queja interpuesta. Regístrese, hágase saber y oportunamente remítanse copias al Tribunal de origen. Fdo.: GASTALDI-ERBETTA-FALISTOCCO (por sus fundamentos)-GUTIÉRREZ-SPULERFernández Riestra (Secretaria) FUNDAMENTOS DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR FALISTOCCO: 1. Previo a analizar los planteos del impugnante, cabe determinar el alcance que debe darse a la revisión que efectuará este Tribunal. En este sentido, no puede desconocerse que, tal como lo sostiene el recurrente, tanto la Convención Americana sobre Derechos Humanos como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos -arts. 8.2.h y 14.5 respectivamente- consagran el derecho al recurso o doble conforme en materia penal. Al respecto la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha interpretado que el derecho a recurrir el fallo "es una garantía primordial que se debe respetar en el marco del debido proceso legal, en aras de permitir que una sentencia adversa pueda ser revisada por un juez o tribunal distinto y de superior jerarquía orgánica" y que "independientemente de la denominación que se le de al recurso existente para recurrir un fallo, lo importante es que dicho recurso garantice un examen integral de la decisión recurrida" (C.I.D.H. "Herrera Ulloa vs. Costa Rica", sentencia del 02.07.2004). Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha entendido que tal garantía exige una revisión amplia de la condena por medio de un recurso eficaz, debiendo el tribunal superior agotar el esfuerzo por revisar todo lo que pueda revisar (Fallos:328:3399). Si bien en los precedentes citados se trató el alcance de la garantía al recurso respecto de sentencias condenatorias que resolvían la cuestión material objeto del proceso, lo cierto es que se impone un desarrollo progresivo del derecho en cuestión, aplicando una analogía "in bonam partem" de modo de extenderla a casos como el presente en que la concesión del beneficio significaría poner fin a la acción, evitando la imposición de una pena. Esta solución es congruente con el informe 24/92 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en cuanto estableció que "el recurso de casación es una institución jurídica que, (...) permite la revisión legal por un tribunal superior del fallo y de todos los autos procesales importantes" ("Villalobos vs. Costa Rica", Informe 24/92, casos 9328, 9329, 9742, 9884, 10131, 10193, 10230, 10429, 10469 de 2 de octubre de 1992, párrafo 30). Sentado ello, debe puntualizarse que en autos se ha formulado y resuelto la postulación de suspensión del juicio a prueba en segunda instancia porque allí fue planteada por el recurrente, por lo que corresponde a esta Corte resolver la presente cuestión teniendo en cuenta la necesidad de dar andamiaje a la mencionada garantía, en todos aquellos aspectos que han sido materia de agravio, en similar orientación de lo realizado por este Órgano en A. y S. T. 235 pág. 34, entre otros. 2. En este marco de conocimiento, corresponde analizar el planteo del recurrente respecto del límite temporal para interponer la solicitud de suspensión del procedimiento a prueba. En este aspecto, y en las particulares circunstancias de la causa, adelanto que el planteo formulado no puede prosperar. Ello es así, porque es indispensable recordar que este instituto ha sido concebido, entre otros fines, como un medio para descongestionar el sistema penal. Con este hontanar, surge en forma prístina que esa finalidad del instituto quedaría desvanecida si se admitiera la postulación después del dictado de la sentencia, ya que entonces se habría transitado todo el juicio, produciéndose en consecuencia el desgaste que se procuraba evitar. Además, resultaría una alternativa más atractiva para los imputados la posibilidad de especular con una absolución, y recién frente a una resolución desfavorable optar por el beneficio en cuestión, praxis que de extenderse eliminaría los efectos prácticos del instituto, al menos en su finalidad de aliviar al fuero penal de delitos de menor trascendencia y dañosidad social. Este objetivo importante no puede perderse de vista en los albores de un sistema de enjuiciamiento oral, en donde será indispensable la aplicación racional de recursos como medio para optimizar la capacidad de respuesta de los operadores del sistema de justicia penal, para que puedan concentrar sus esfuerzos en la realización de juicios orales en aquellas causas de mayor gravedad y trascendencia, cobrando especial protagonismo para este fin el principio de oportunidad, el procedimiento abreviado, la mediación y el instituto que aquí nos ocupa. Esta misma lógica la encontramos en la ley 12734, en la que se fija como límite temporal para solicitar la "probation" el plazo de cinco días de notificada la audiencia preliminar, aunque los comentadores entienden que puede extenderse ese plazo hasta la apertura del debate, en la primera audiencia (Baclini, Jorge: "Código Procesal Penal comentado", Ed. Juris, Rosario, 2009, pág. 141) o hasta la sentencia de primera instancia (Erbetta, Daniel; Orso, Tomás; Franceschetti, Gustavo; Chiara Díaz, Carlos: "Nuevo Código Procesal Penal de la Provincia de Santa Fe Comentado Ley 12734", Ed. Zeus, Rosario, pág. 124, en donde los autores refieren a que la solicitud podrá hacerse "ante el juez de la investigación preparatoria o ante el órgano jurisdiccional de juicio, el que mayoritariamente será unipersonal..."). Lo mismo ocurre en la normativa actual, que no contiene un término expreso para postular la suspensión del juicio a prueba, pero extenderlo hacia un momento posterior a la sentencia surge contrario a su naturaleza y a los fines que motivaron su creación, según se ha señalado precedentemente. Coincide lo dicho con la doctrina especializada, en cuanto algunos autores extienden el plazo de postulación hasta la sentencia (Erbetta, Daniel; Franceschetti, Gustavo; Orso, Tomás: "Código Procesal Penal de la Provincia de Santa Fe. Texto vigente según leyes 6740, 12.734, 12.912 (texto ordenado por decreto 125/2009). Análisis y comentario a la Ley de Implementación Progresiva y artículos de la ley 12.734 que entran en vigencia", Editorial Rubinzal-Culzoni, Sta. Fe, 2009, pág. 78), otros autores fijan el límite aún antes, en el último día del plazo correspondiente al traslado a la defensa para contestar la requisitoria (Jauchen, Eduardo M.: "Comentarios sobre el Código Procesal Penal de Santa Fe", Ed. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2004, pág. 28) y otros rechazan expresamente la postulación durante la vía impugnativa (Iturralde, Norberto: "Código Procesal Penal, comentario exegético", Ed. Jurídica Panamericana, Santa Fe, 2000, T. I, pág. 27). La existencia de un límite necesario para el pedido de suspensión de juicio a prueba, por lo demás, ha sido receptada por la jurisprudencia nacional en "Deutsch" (Cámara de Casación Penal de la Nación, Sala IV, 13/05/2009); "Irurzún" e "Ifran" (Cámara de Casación Penal de la Nación, Sala II, 17/07/2008 y 2/05/2007, respectivamente) atendiendo a una interpretación teleológica de la norma. En estas condiciones, y teniendo en cuenta la conducta procesal asumida por el quejoso, que guardó silencio durante todo el proceso en este aspecto y sin que operara un cambio de calificación jurídica, las argumentaciones del recurrente, vinculadas con que únicamente la sentencia firme marca el límite para interponer el pedido de suspensión del juicio a prueba, alegando genéricamente una interpretación "pro homine" de la norma, no logran conmover los argumentos antes señalados, que son también recogidos por la Sala al referir que "... los fundamentos que en substancia inspiraron la institución apuntan a evitar juicios innecesarios, eludir la estigmatización que produce una prolongada persecución penal, desabarrotar los tribunales y concentra la actividad judicial en los casos que merezcan una trabajosa sustanciación. Y en esa inteligencia carece de sentido que el imputado recién ofrezca la alternativa cuando ya se ha tramitado íntegramente la causa en primera instancia y se ha dictado un pronunciamiento fundado sobre su responsabilidad penal, por lo que el dispendio que provoca la tramitación de un proceso, tanto para las partes, como para el propio Estado -lo que torna plausible evitarlo- no es una pauta aplicable en autos en consonancia con el estado actual del proceso" (f. 28). Por todo lo expuesto, estimo, la queja interpuesta no puede prosperar. Fdo.: FALISTOCCO- Fernández Riestra (Secretaria)