Integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ¿Incumplimiento a los deberes del funcionario público? (2) Habría un pacto fundamental entre todas las fuerzas aparentemente antagónicas, de la CPPP (Corporación Política en el Poder Público), que componen la unidad de un campo político cultural y sella lo que ellas se ponen de acuerdo en excluir. Aleación entre su aparato “teórico”, su temática “institucional” y otros aparatos (sindical, corporaciones, etc.). La CPPP, da lugar y “activa” de manera oblicua, sesgada, desviada, perfilada del engaño, cuando oye o siente venir hacia ella las vibraciones de sus muros agrietados, de tabiques que se desmoronan, de puntales que tiemblan, de impermeabilizaciones amenazadas, etc.; en una palabra los signos de lo que llamamos la participación ciudadana. La participación ciudadana, hemos tenido que insistir a menudo en eso, no es un asunto discursivo o teórico, sino practico – político y se produce siempre en unas estructuras llamadas institucionales, donde la CPPP no sale de su agujero para arreglar las cosas. Lo anterior, para un psicoanalítico como el suscripto, define una tarea o un horizonte para la psicopatología. Se trataría más bien de lo que queda por pensar, por hacer más allá incluso de lo que podemos llamar un horizonte y una tarea, por lo tanto más allá de lo que sigue siendo no sólo necesario sino posible. ¿Cómo deber posible? ¿Se desafía lo posible y el poder, del yo puedo? El ideal, (¿una utopía?) sería una CPPP cuya libertad de acción, consistiera en que considere, someter su pulsión destructiva a una “dictadura de la razón”. Pulsión destructiva de éste progresismo a la violeta, que se conduce a satisfacer la exterminación del adversario. Las aristas significativas y más problemáticas de éste progresismo a la violeta de la CPPP, como racionalismo desilusionado, para nuestra época están presentes en una irrectitud angulosa mediatizante que no propulsa un salto ético jurídico – político. La tarea es inmensa y esta todo por hacer, tanto para la CPPP como para cualquiera, ciudadana, ciudadano y deseoso de responsabilidad ética, jurídica y política. Es en éste lugar difícil de discernir, donde la transformación de la ética, del derecho y de la política debería tomar en cuenta la historia; particularmente la historia de un derecho, cuyas mutaciones recientes o en curso ni le han interesado ni ha sido tenida en cuenta por la CPPP. Queda aquí, todo por hacer. La participación ciudadana, debería reunirnos a quienes levantamos la “dictadura de la razón” por encima de la pulsión destructiva que impone la CPPP, donde nuestro rechazo, no es sólo intelectual y emocional; nos agita una intolerancia constitucional, una idiosincrasia magnificada al máximo que contribuye a nuestra rebelión frente al progresismo a la violeta de la CPPP. Nota: En adjunto ¿Incumplimiento a los deberes del funcionario público? (1) 9-1-2010 Buenos Aires Argentina Ing. Osvaldo V. Buscaya Presidente Ciudadanos Grupo Uno CGU [email protected]