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EL RÉGIMEN JURÍDICO DE COMUNICACIÓN DE LOS MENORES DE EDAD CON
SUS FAMILIARES EN EL CÓDIGO DE FAMILIA VIGENTE. UNA POSIBILIDAD DE
MODIFICACIÓN LEGISLATIVA
Esp: Gerardo Rojas Ramírez
Profesor Asistente
[email protected]
Esp: Ana Estrella Comendador Prol
Profesora Asistente
[email protected]
Universidad de Las Tunas Cuba
Resumen.
El presente trabajo tiene origen en la observación de casos en que los abuelos luego
del fallecimiento o salida del país de uno de los progenitores, quedaban privados de
las relaciones personales con sus nietos, los que hasta días antes habían sido el
centro de sus desvelos y preocupaciones. La desesperación de estas personas y el
sufrimiento velado o manifiesto de los niños nos movió a indagar sobre las posibles
soluciones que la legislación cubana poseía para facilitar, sin que fuera aún más
traumática la intervención, las relaciones personales entre los afectados. La visión
integral del Derecho de Familia implica su ajuste a las nuevas realidades
demográficas de la familia cubana y el reclamo de los abuelos, que no son ya casos
aislados, de mantener las relaciones con sus nietos, es un ejemplo fehaciente de
ello. Al reflexionar que una norma expresa sobre un régimen de comunicación
familiar ofrecería mayor garantía y posibilidad de defensa de los afectados ante una
posible arbitrariedad de los padres traducida en un abuso en el ejercicio de la patria
potestad. Y hemos aquí activando desde un estudio esencialmente cualitativo esta
posibilidad de modificación de la legislación familiar en lo tocante al régimen
mencionado.
Palabras claves: Comunicación, regulación, modificación.
El fomento de la visión humanista de la normativa familiar se traduce en la
reevaluación de sus instituciones, en particular la guarda y los regímenes de
comunicación, desde la perspectiva de los niños y niñas como sujetos de derecho y
la debida protección a los adultos mayores, que adquieren en virtud de su incremento
en relación con otros grupos poblacionales, un protagonismo que necesita de su
protección y aumento de su calidad de vida.
Como estudio se pretende explorar las características de la institución jurídica del
régimen de comunicación, haciendo énfasis en los aspectos humanos, naturaleza
jurídica y el derecho subjetivo. Todo ello nos indujo a formular el siguiente problema
científico:
Insuficiente regulación jurídica del régimen de comunicación de los menores de edad
con sus familiares, en el Código de Familia vigente.
Para ello
formulamos la hipótesis siguiente: Si el Código de Familia vigente
estableciera las relaciones de los abuelos con sus nietos, permitiría el fortalecimiento
de las relaciones personales entre estos luego de la ruptura familiar.
Objetivo general: Analizar el régimen jurídico de comunicación vigente en el Código
de Familia y su concordancia con principios que refrenda nuestra legislación familiar.
Objetivos específicos:
1. Analizar desde la perspectiva histórico - doctrinal, la institución del régimen jurídico
de comunicación en Cuba.
2. Explorar el alcance del régimen de comunicación vigente y la factibilidad de su
ampliación a otros parientes, concretamente los abuelos, en cuyo caso sería un
régimen jurídico de comunicación familiar, en virtud de la existencia de verdaderos
derechos subjetivos tanto de los menores como de estos parientes.
Esperamos demostrar la ausencia a la vez de la necesidad de normas sustantivas
que regulen una situación de crisis familiar no derivada necesariamente del divorcio y
que implica ruptura de las relaciones personales de los menores de edad con sus
abuelos o con parientes que por su cercanía con el mismo y que poseen un interés
legitimo en mantener con este la comunicación y más, las relaciones personales.
Finalmente proponemos una modificación del articulado del Código de Familia
atinente a la regulación del régimen jurídico de comunicación.
Nos comprometimos con el tema, conscientes de que legislación cubana positiva
tan siquiera había contemplado esa posibilidad y sobre todo cuando la propia
naturaleza y contenido de la institución de la comunicación no posee antecedentes
investigativos desde la perspectiva jurídica como asunto independiente, lo cual
ofrecía un incentivo en la novedad y actualidad del tema, respaldados por la
tendencia internacional a la humanización del Derecho de Familia.
El fomento de la visión humanista de la normativa familiar se traduce en la
reevaluación de sus instituciones, en particular la guarda y los regímenes de
comunicación, desde la perspectiva de los niños y niñas como sujetos de derecho y
la debida protección a los adultos mayores, que adquieren en virtud de su incremento
en relación con otros grupos poblacionales, un protagonismo que necesita de su
protección y aumento de su calidad de vida.
Antecedentes.
Las recomendaciones sobre el mantenimiento de la comunicación entre los hijos y
aquel de los padres al cual no se le había conferido la patria potestad datan de la
temprana fecha de 1915. El Tribunal Supremo de Justicia de Cuba exponía, y cito:
“...la privación de patria potestad al cónyuge culpable en caso de divorcio no
destruye las relaciones familiares afectivas con los hijos comunes y no puede por
ello privársele de verlos y visitarlos”.
1
Pero fueron la Ley de Divorcio Vincular, promulgada el 19 de julio de 1918 y las
sucesivas modificaciones al Código Civil, las que instituyeron el divorcio con
disolución de vínculo, y definieron un régimen de comunicación que incluía hasta
sanciones para aquel de los progenitores que impidiera de algún modo la
comunicación de los hijos con el otro. En tal caso y también cuando ambos padres
fueran privados de la patria potestad, cabía la posibilidad de deferir esta a los
parientes que por ley estaban destinados a asumir la tutela de los menores o incluso
internar a los mismos en centros de asistencia, si es que carecían de tales o no
asumían su cuidado.
2
El Decreto Ley 206 del 10 de mayo de 1934 salvó las escuetas disposiciones de los
artículos 16 al 18 de la ley de 1918 y regló los supuestos en que sería necesario
establecer un régimen de comunicación con el padre privado de la patria potestad.
La vigencia de un divorcio culpable preceptuaba que aquel de los cónyuges por cuyo
actuar fuera necesario la disolución del vínculo, sería sancionado con la perdida de
la patria potestad aún cuando conservara el derecho a la comunicación. Este
decreto-ley en su artículo 24 h contempló la posibilidad de que el juez dispusiera lo
necesario a los efectos de que los hijos no quedaran privados de la comunicación
3
escrita y de palabra con el progenitor no favorecido con la patria potestad. Y sobre
este propio artículo se resalta en comentarios posteriores su novedad, al establecer
las sanciones mencionadas en los casos de obstrucción de la comunicación con el
progenitor privado.
Para ello conceptualizamos las siguientes categorías:
�
Régimen Jurídico de comunicación familiar: Categoría que en un futuro deberá
comprender las normas jurídicas a incorporar al Código de Familia vigente
destinadas a regular las relaciones personales entre los menores de edad y el resto
de sus familiares, diferentes de los padres, en situaciones que valoradas
casuísticamente demuestren que la interrupción de esta comunicación puede
1 De
Llaca y Argudín, Francisco: Sentencia 82 del 18 de Septiembre de 1915 del TS , Legislación sobre el
divorcio en Cuba, La Habana, 1931, p. 51.
2. Núñez Núñez, Eduardo R.: Código Civil, Ed. Jesús Montero, La Habana, 1952, p.56.
3. íbidem, p.52.
acarrear daños a los niños o se vulnera el interés legitimo de los adultos interesados
en mantener tales relaciones.
�
Régimen Jurídico de comunicación: Normas jurídicas del Código de Familia
vigente destinados a regular la comunicación entre los menores de edad y sus
padres en casos de separación o divorcio.
�
ho basada en el
respeto mutuo y la ayuda solidaria entre sus parientes donde están presentes y se
entrelazan el interés social e individual. Cumple importantes funciones en la
formación de las nuevas generaciones y satisface intereses humanos, afectivos, y
sociales de la persona.
Esta categoría se utiliza en el trabajo desde una perspectiva ampliada.
� Menores de edad: personas que no han alcanzado la mayoría de edad que el
Código civil cubano y la Convención de los Derechos del Niño, establecen en los 18
años cumplidos.
La preocupación muy loable de que se respetara el régimen de comunicación fue de
reiterados pronunciamientos jurisprudenciales por parte de la Audiencia de La
4
Habana. En ellos se reconocen de hecho aspectos que luego vendrían a ser
núcleos teóricos fundamentales de la determinación de un régimen de comunicación
y que en su momento solo fueron objeto del análisis simple que imponía a los jueces
la aplicación del sentido común en los asuntos de familia. Por ejemplo, los afectos
naturales, el derecho de los padres a comunicarse con sus hijos aún cuando fueran
privados de la patria potestad, el beneficio de los menores, entre otros.
En sus cometarios al Código Civil, Eduardo Núñez Núñez recoge las modificaciones
de la Ley 9 del 20 de diciembre de 1950 o Ley de equiparación civil de la mujer, que
posibilitó a esta un estatus similar al del hombre en cuanto al ejercicio de la patria
potestad, hasta ese momento privativo del género masculino, salvo que el hombre
muriera en cuyo caso de forma subsidiaria vendría la mujer a ejercerla. Esta
normativa en cuanto a comunicación no aportó cambios sustanciales.
Aún cuando la regulación del régimen de comunicación aparecía indisolublemente
ligado a la determinación de la guarda y cuidado, desde entonces se reconocía la
subordinación de su establecimiento al interés de los hijos más que al de los padres.
4. Lazcano y Mazón, A. M.: Comentarios a la ley de divorcio vincular, La Habana, 1956, p. 242. En esta obra se reproduce la
siguiente sentencia de la AH: “... la Audiencia de la Habana viene manteniendo que en materia de comunicación entre padres e
hijos, los tribunales tiene una función primordialmente tuitiva de protección al desvalido, más que jurídica y deben propender a
desenvolverla buscando por sobre toda otra cosa, el beneficio de quienes por sus cortos años y por su desenvolvimiento está
urgido de esa protección (...) Ello no implica que se separe a los hijos totalmente del contacto con aquel de sus padres que no
tuviere la custodia, antes al contrario resulta de todo punto aconsejable que ese contacto sea frecuente a fin de que no pierda
un amor que viene impuesto por naturaleza.”.
En las legislaciones hasta ahora relacionadas se reconoce todo el tiempo la función
tuitiva del estado cuando instituye la necesidad de definir un régimen de
comunicación entre el padre privado y los hijos, y aún más, las sentencias
comentadas en su momento por Antonio Díaz Pairó, destacado jurista el patio,
señalan que la función tutelar que cabe a los tribunales en tal determinación “(...) se
5
hará siempre dentro de la conveniencia de los hijos” . También se convirtieron en
usuales las referencias al respeto a la afectividad existente entre estos los sujetos
del régimen de comunicación.
6
Antonio Díaz Pairó, comentó algunas de las características que hoy definen el
régimen de comunicación, entre ellas muestra su aquiescencia sobre la
denominación utilizada por los alemanes, que no se referían a comunicación sino a
relaciones
personales,
denominación
atinada
y
que
interdisciplinario a que se aspira ostente el Derecho de Familia.
previó
el
enfoque
7
La patria potestad, la guarda y la definición de un régimen de comunicación.
Con origen en el derecho romano donde esta institución poseía un carácter de
absoluto dominio sobre los hijos, la naturaleza de la patria potestad ha evolucionado
tanto jurídica como socialmente. A través de su paso por las diferentes formaciones
económico-sociales ha sentido la influencia del derecho germano, la moral cristiana y
8
los modernos aires del humanismo , los que la han convertido en una institución en
9
función de y para los hijos, con un acusado carácter tuitivo. Hoy muchos autores la
consideran un derecho subjetivo (otros una potestad), que el Estado reconoce a los
padres en virtud del hecho natural del nacimiento y la filiación, para que velen por el
correcto desarrollo y socialización de sus hijos. Pero fuera de las disquisiciones sobre
su más adecuada conceptualización, y que ocupa hoy a estudiosos del tema,
destaca como nota común el explicar su naturaleza como un complejo de deberesderechos a ejercer en pro de los hijos y no de su titular.
Coinciden autores como Lourdes Wills Rivera, Bernaldo Peña de Quiróz y otros, en
10
llenar su contenido con los siguientes deberes-derechos :
La guarda, la supervisión o vigilancia, la educación y la administración de los bienes
de los hijos. Entre todos destaca la guarda como uno de los fundamentales, en tanto
aquel de los padres que la ostente tendrá derecho a fijar el lugar de residencia del
5. Díaz Pairó, Antonio: El divorcio en Cuba (Notas de doctrina y jurisprudencia para el estudio de nuestra legislación), La
Habana, p.289.
6. íbidem, Sentencia 82 del TS de fecha 22 de mayo de 1931, p.423
7. íbidem, Sentencia 82 del TS de fecha 22 de mayo de 1931, p.422
8. Núñez Travieso, Belkis: “Disquisiciones teóricas sobre el instituto de la patria potestad”, Ponencia en CD Memorias del
XII Congreso Internacional de Derecho de Familia, La Habana, 2002.
9. Peña de Quiróz, Bernaldo Manuel: Manual de Derecho de Familia, Ed. Universidad Complutense de Madrid, 1989, p. 505
una parte importante de la doctrina considera la patria potestad similar al officium que desempeñan los tutores dada la especial
función de protección que poseen los padres.
10. Este concepto lo enarbolan Bernaldo Peña de Quiróz ob.cit., p.506; Bénabent, Alain: Droit Civil.
tomo IV, La Famille, Ed. Litec, 2004, p, Albaladejo, Manuel, etc.
menor hijo con la apertura de posibilidades a los conflictos que por esta razón surjan,
con el progenitor no guardador o en su caso con el resto de los familiares.
La patria potestad comporta en si todas aquellas funciones que hacen de los padres
los veladores por excelencia de sus hijos. Sin embargo las separaciones de los
progenitores por divorcios o de hecho, han forzado a conferir a la determinación del
régimen de guarda un tratamiento especial. Es usual que en esta materia así como
en la definición de un régimen de comunicación, una vez sobrevenida la crisis de la
pareja, se esté a lo que sabiamente dispongan los padres, sin embargo las
frecuentes y rara vez amigables situaciones de ruptura conyugal, colocan a los
menores en una situación embarazosa. En momentos como esos no es extraña la
ocasión en que los niños quedan convertidos en campos de batalla como una forma
de hacer daño al oponente. Todo ello ha condicionado que se otorgue hoy a la
determinación judicial de la guarda una relevancia practica mayor que a la concesión
del ejercicio de la patria potestad.
El régimen jurídico de comunicación. Su regulación en el Código de Familia vigente
Se aprecia de la normativa del Código de Familia vigente que no solo el divorcio es
causa de determinación de un régimen de comunicación aún cuando no se
reconozca a los abuelos su derecho subjetivo a mantener relaciones personales con
los nietos, habiendo o no convivido con ellos.
Es por ello que distinguen cinco supuestos fundamentales en los que será necesario
definir en primer lugar un régimen de guarda y consecuentemente la comunicación
entre los hijos y el resto de los familiares que corresponda, por supuesto y en primer
lugar los abuelos.
I. Divorcio.
II. Separación de los unidos en matrimonio formalizado o no.
III. Declaración de nulidad del matrimonio formalizado.
IV. Salida temporal o definitiva del país de cualquiera de los dos progenitores.
V. Fallecimiento de uno de los progenitores.
Como se verá de un análisis superficial de los supuestos relacionados solo el
primero y por derivación el segundo se hallan exhaustivamente reglados, con
preceptos que son de aplicación incluso antes de la promoción de la demanda de
11
divorcio. A saber, las medidas cautelares en materia de guarda y comunicación del
progenitor que se queda en compañía del menor al producirse la separación. Entre
esta y el momento en que se haga efectiva la demanda de divorcio media un período
11.Ver
artículos 58, 61,62 88 al 91 del Código de Familia cubano.
de tiempo, que puede dilatarse, sobre todo si se ha producido la separación de los
cónyuges y no se ha interpuesto enseguida la demanda.
Por lo general y fuera de los casos en que este régimen se ha establecido por
acuerdo voluntario entre los cónyuges, tal y como franquea el artículo 88 del Código
de Familia, la sentencia que declara extinguido el vínculo matrimonial y que contiene
los pronunciamientos sobre el régimen citado es en principio, formalmente respetada
por la pareja y el resto de los familiares.
En ambos casos y aún en el tercero, el conflicto puede resultar tolerable para el
menor salvo que la separación haya sido realmente traumática, pues en estos
supuestos, el niño posee a sus dos progenitores vivos solo que en desacuerdo.
Sin embargo en el quinto, en medio de una situación de duelo, cuando uno de los
progenitores fallece y en virtud de lo establecido en ley, se extingue la patria potestad
12
sobre el hijo menor de edad , no es raro que sea este el momento que escoja el
progenitor no guardador y supérstite, que luego de la separación o el divorcio ha roto
los vínculos con la familia donde usualmente se ha desenvuelto el niño, para hacer
valer su derecho de patria potestad y privar tanto al niño y a sus parientes de todo
contacto entre sí, con las consecuencias negativas que tal proceder implica. La
magistrada española Margarita Pérez-Salazar Resano denuncia que “... en
situaciones familiares muy conflictivas donde a veces ha fallecido el progenitor, hijo
del abuelo demandante, existen claros riegos de manipulación del niño al que se
hace inevitable que participe en el conflicto...”
13
En el Código de Familia vigente la determinación de a cual de los progenitores
corresponde la guarda y la definición judicial de un régimen de comunicación a favor
del otro, se ubica adecuadamente dentro del título de las relaciones paterno-filiales
en tanto son cuestiones estas, que no se deciden exclusivamente a partir de la
disolución de la pareja conyugal.
En los artículos 89 y 90 se hace expresa mención de que las decisiones sobre este
punto se remiten a lo que resulte “más beneficioso para los menores”. Resulta
conveniente realizar un aparte para analizar el término “lo más beneficioso para los
menores” que no alcanza a completar el contenido del principio del respeto al
superior interés del niño. Este principio, ya explicado se invoca en función de la
protección integral del niño(a). La sustitución del término existente por el recogido en
la Convención de los Derechos del Niño, abriría la posibilidad de vincular la decisión
judicial sobre la comunicación en particular, al citado principio, con la consecuencia
de reconocer expresamente la prioridad del interés del niño en el sostenimiento de
12.Este supuesto no es privativo de la realidad cubana, Ana María Chechile lo cita como una de las situaciones en las que se
impone la intervención judicial a los efectos de salvaguardar los intereses tanto de los niños como del familiar privado de
relacionarse con él. Chechile, Ana María: ob. cit., p. 102; también es uno de los principales motivos que dio lugar a la
modificación legislativa realizada por España a través de la Ley 42/03 o Ley de los abuelos como también se la conoce. .
13. Pérez Salazar Resano, Margarita: ob, cit., p.14 .
las relaciones personales no solo con sus progenitores sino también con el resto de
su familia extendida.
El artículo 90 llama la atención sobre la forma de comunicación que se contempla en
ley, cuyas variantes se reducen a la comunicación escrita y de palabra con el
progenitor no guardador, lo que limita en la norma lo que en otros tiempos era
mucho más amplio. Se regulaban en el Código Civil las relaciones personales y así
las trataba el jurista Díaz Pairó. Resulta curioso constatar que en las opiniones
recogidas acerca del Código de Familia en la fecha de 1974 la única observación
que se realizó a la regulación del régimen de comunicación trató precisamente este
tópico. El Tribunal Regional de Cárdenas, en ese momento sugirió utilizar el término
“comunicación personal” en lugar de “comunicación de palabra y por escrito”, en una
clara visión de lo rígido que resultaría el vocablo utilizado por el proyecto a pesar de
el ajuste que pudieran realizar al respecto las decisiones judiciales aplicadas a los
casos concretos.
La escueta regulación analizada que se reduce a cuatro artículos, obvia la existencia
de otros familiares con los cuales incluso han convivido los menores hasta que se
produjo el evento que provocó la ruptura de las relaciones personales, sin mencionar,
que tampoco contempla los derechos que corresponden a los involucrados.
Una propuesta
La Legislación Familiar del Estado de Hidalgo
14
además de incorporar aspectos que
pueden calificarse de atrevidos al otorgar la patria potestad a los abuelos, en su
artículo 102, refleja en el caso de divorcio, el juez viene obligado a pronunciarse
entre otros aspectos sobre lo que llama medidas cautelares de convivencia familiar
donde se define la modalidad de la custodia que adoptará la pareja y las
convenciones sobre la guarda y custodia. Pero si este artículo es importante por
sobre él destaca el 106
15
que se reproduce a continuación: “ Antes de proveer
definitivamente sobre la patria potestad o la tutela de los hijos, el juez familiar podrá
acordar a petición de los abuelos, tíos, hermanos mayores de edad, o el Ministerio
Público, cualquier medida que considere beneficiosa para los menores”. A pesar de
que no realiza mención expresa de un régimen de comunicación al menos deja
abierta la posibilidad al brindar a los familiares la opción de ser escuchados sobre
cuestiones que consideren importantes relativas a los menores. Cabe por supuesto,
invocando este beneficio que existan pronunciamientos sobre el particular.
14. Ver
15. Ver
Legislación Familiar del Estado de Hidalgo, 8ª ed., Febrero de 1984.
Legislación Familiar del Estado de Hidalgo
El Código de Familia de Bolivia estipula en su artículo 145
16
que el juez está obligado
a pronunciarse en sentencia de divorcio, por razones de moralidad, salud y
educación, entre otros aspectos usuales; sobre si concede la guarda a los abuelos
paternos o maternos, o entre los hermanos de los cónyuges prescindiendo de los
padres, o si por el contrario es necesario deferir la guarda a los terceros de
reconocida idoneidad.
El Código de Familia de Panamá
17
en su artículo 329 in fine dispone “…que la
autoridad competente podrá hacer extensivo el derecho de comunicación y de visita
a los ascendientes o a otros parientes del menor,” para seguidamente en su artículo
330 declarar la excepcionalidad de las limitaciones a los padres o a los ascendientes
en cuanto al Derecho de comunicación y de visitas, siempre invocando el beneficio
del menor. Como se verá realizan una identificación de ambos términos, y respetan
la determinación y posterior modificación del mismo por la vía judicial.
18
El Código de Familia de El Salvador es de todas las legislaciones latinoamericanas
que tratan del tema la más exhaustiva. Así, regulan la comunicación a partir de los
presupuestos ya mencionados en cuanto a los convenios de los cónyuges sobre el
particular una vez que se ha producido la ruptura conyugal. Sin embargo contemplan
los distintos presupuestos de ausencia de los padres, que se producen no solo por
fallecimiento sino también por salidas del territorio nacional.
19
El Código Civil Español sufrió importantes modificaciones a través de la Ley 42 del
2003 más conocida como Ley de los abuelos que abrió el caminos a estos familiares
para solicitar protección judicial a sus afectos para con los más pequeños. Esta
legislación revolucionó el tema de la comunicación, no solo por el empleo de la
fraseología más a tono con los elementos de la interdisciplina y el respeto a la
concepción de la familia como grupo, sino por legitimar a los abuelos para accionar
cuando las relaciones personales con sus nietos quedaran interrumpidas en virtud
del actuar de los padres. De hecho reconoció que las relaciones paterno-filiales no se
constituyen ya en núcleo cerrado sino que admiten cuestionamiento por parte de
otros parientes, que por las razones apuntadas en el presente trabajo merecen que
su derecho quede reconocido expresamente en la norma.
El Estado viene obligado a proporcionar a la familia y dentro de su seno, a los más
desprotegidos por su edad y condiciones físicas y mentales, un espacio adecuado de
Ver Código de Familia de Bolivia (Ley 996 del 4 de abril de 1988, promulgada 23 agosto de 1972 y
vigente desde el 2 de abril de 1973), Ed. Serrano LTDA, 1989..
17. Ver Código de Familia de Panamá. Ley 3/94, promulgada el 7 de noviembre del 1973 y vigente
desde el 21 de diciembre del mismo año.
18. Ver Código de Familia de El Salvador, Ed. Último Decenio, San Salvador, 1993, promulgada el 11
de abril del 1993 y en vigor desde el 10 de octubre de 1994.
19. Ver Ley 42 del 2003 o Ley de los Abuelos http/ www.poticolegal.com del 28 de junio del 2004. .
16.
socialización donde se potencie además su estabilidad emocional y puedan ejercer
su afectividad sin limitaciones.
La incorporación a nuestra legislación sustantiva de forma expresa del principio de
respeto al superior interés del niño(a) y su consideración como sujeto de derecho ,
así como el reconocimiento a los derechos que ostentan los adultos mayores, obliga
a pensar en una reforma inmediata del Código de Familia no solo con miras en el
régimen de comunicación, pero en lo expresamente relativo a este, amerita su
ampliación en consonancia con estas características que cambian la tradicional
concepción de la familia cubana.
En el caso de los abuelos, y de concretarse la modificación legislativa por la que
abogamos, este derecho que se les reconoce no operaría de forma automática y así
debe ser en tanto quedaría a buen recaudo la autonomía de los padres para decidir
con quien y cuando se relacionan sus hijos, estando para la determinación de un
régimen como el que se quiere, a la valoración casuística que deberá realizar el
decisor judicial. Pero aún después de todo lo planteado debe regularse
expresamente el derecho de los abuelos a mantener la relaciones personales con su
nietos, y la posibilidad de que otros parientes incluso terceros puedan siempre que
demuestren un legitimo interés invocarlo.
Deberán respetarse en las futuras modificaciones legislativas las principales pautas
que determinan el régimen de comunicación a saber:
 El respeto superior interés del niño, como principio medular;
 Su condición de sujeto de derechos, que supone el niño(a) deba ser escuchado
siempre que tenga suficiente juicio (este criterio puede estar determinado por ley
o quedar a juicio del Tribunal sobre la base de una mínima regulación legal);
 El respeto a la autonomía de la voluntad de los padres en sus decisiones sobre el
tema comunicación con el progenitor no guardador y con el resto de los familiares,
siempre que se respete el superior interés del niño;
 Intervención judicial solo en los casos de desacuerdo o acuerdos que atenten
contra el superior interés el niño.
Regular positivamente el derecho de e los abuelos a comunicarse con sus nietos.
Referente interdisciplinario paras la toma de decisiones judiciales en aras de valorar
cual es en cada caso el superior interés del niño; Sobre esta plataforma puede en su
momento dictarse una regulación más justa, humana y completa del régimen de
comunicación cuya denominación debe incluir el término familiar, tal y como fue
definida en la categorías conceptuales del presente trabajo.
Conclusiones
Una situación concreta de nuestra realidad no halla correlato en la norma jurídica del
Código de Familia. La posibilidad de contribuir al perfeccionamiento del
ordenamiento familiar vigente, atizó nuestra búsqueda de respuestas, arribando
luego del análisis de rigor a las siguientes conclusiones:
1. La norma jurídica que contempla el régimen de comunicación en el Código de
Familia cubano no regula expresamente en toda su extensión y complejidad los
aspectos socio-psicológicos, culturales, afectivos y generacionales, que se hallan
tras esta institución familiar.
2. Del contenido de la tesis se concluye que los niños(as) tal y como se reconoce en
la Convención de los Derechos del Niño, ostentan un verdadero derecho a mantener
las relaciones personales y la comunicación con su familia extendida, en especial
aquellos parientes a los que los une un relevante vinculo afectivo como resulta ser el
caso de los abuelos.
3. Como es obvio el Código de Familia no reconoce el derecho de los abuelos a
relacionarse con su nietos a pesar de que como se evidencia del resultado de la
investigación, se trata este de un derecho subjetivo de carácter personal con
trascendencia a los intereses familiares y con fundamento en los legítimos afectos
que su posición de ascendientes les proporcionan.
4. En la normativa familiar vigente sobre comunicación no se menciona de forma
expresa el principio del superior interés de niño, cuyo contenido y alcance no es
satisfecho por la frase “en beneficio de los menores” o “en beneficio del interés de los
menores”, que emplean los artículos 89 y 90 del Código de Familia, las que no
poseen el poder vinculante que la Convención de los Derechos del Niño concede a
este principio inscrito dentro de la Doctrina de Protección Integral de los Menores.
5. Tampoco se contempla la perspectiva de los niños(as) como sujetos de derecho al
no quedar explicita la posibilidad de que en los casos de conflicto o cuando estime
pertinente el juez sean escuchados antes de tomar una determinación que pueda
perjudicar sus afectos e intereses.
6. Se pudo constatar que el cese de las relaciones personales entre los abuelos y
sus nietos puede generar conflictos a raíz de los cuales son afectados tanto los
menores como sus ascendientes y la familia en general.
7. En la normativa dedicada al régimen de comunicación, se circunscribe esta última
a la mera trasmisión de información o al simple trato lo que imposibilita visualizar el
derecho de otros parientes a sostener relaciones personales con los menores, en
tanto la comunicación familiar.
8. La institución del derecho de visitas comporta en si un verdadero derecho
independiente del aspecto procesal del mismo que se manifiesta en la determinación
de un régimen jurídico de comunicación; y posee la naturaleza jurídica idónea a los
efectos de regular las relaciones personales entre los menores de edad y sus
abuelos en caso de que estas sean interrumpidas sin causa justificada.
Recomendaciones.
La Comisión encargada de la elaboración del nuevo Código de Familia debe
reevaluar las normas relativas al régimen jurídico de comunicación a los efectos de
atemperarlas a una visión más integral del grupo familiar y considere:
1. Sustituir la denominación de la institución del régimen de comunicación que en lo
sucesivo se denominará régimen de comunicación familiar, en tributo a la
consideración de la familia como grupo y respetando el enfoque sistémico que de ella
se defiende;
2. Regular expresamente el derecho a las relaciones personales entre nietos y
abuelos, atendiendo a que en ambos casos se trata de un verdadero derecho de la
personalidad vinculado a las relaciones familiares;
3. Concretar esta regulación a través de la legitimación de los abuelos para la
promoción de procesos sumarios de establecimiento o restablecimiento de estas
relaciones lo que vendría a completar el aspecto procesal del derecho reconocido en
el orden sustantivo;
4. Valorar la pertinencia de ampliar el derecho a las relaciones personales con otros
parientes o con terceros que posean un interés legítimo;
5. Regular expresamente la posibilidad de que el niño sea escuchado en los
procesos familiares que los afecten, tales como el de determinación de un régimen
de comunicación, siempre en correspondencia con su madurez psíquica y emocional.
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